Trabajo de Grado Lic Teología John Jairo Gelvez
Trabajo de Grado Lic Teología John Jairo Gelvez
Trabajo de Grado Lic Teología John Jairo Gelvez
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Firma del presidente del jurado
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Firma del jurado
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Firma del jurado
Bogotá, Octubre 17 de 2018.
DEDICATORIA
Como incienso a tu presencia, suba a ti, Santa Trinidad mi ofrenda esto, que no
terminación de este ciclo. Así mismo, hago reconocimiento público del invaluable
apoyo al profesor José Fernando Rubio, quien dispuso de su tiempo para darle
ellos toda la gratitud por la comprensión durante el tiempo que les resté para
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………8
1. ATANASIO DE ALEJANDRÍA……………………………………………..13
2. CONTRA ARRIANOS………………………………………………………36
3. CRISTOLOGÍA ANTI-ARRIANA…………………………………………..58
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
RESUMEN
polémica cristológica del siglo IV d.C. Así mismo, en este estudio se realiza un
polémica, a su vez, que gira en torno al debate de la divinidad del Hijo de Dios, su
eternidad y su filiación con el Padre. Este trabajo aborda, así, la teología de la obra,
los tres discursos contra los arrianos constituyen el punto más importante de este
proceso entorno la cristología tradicional y actual en tanto que es allí donde nuestro
inmutable.
9
INTRODUCCIÓN
Hace poco más de 40 años, los estudios sobre literatura del cristianismo primitivo
antiguo han venido creciendo en interés e importancia para los teólogos de cualquier
línea de investigación. Esto se refleja debidamente a la hora de ir en búsqueda de
fuentes de carácter histórico o teológico que hacen posible esta especialidad de la
teología. En efecto, publicaciones como manuales, historias de la literatura cristiana
antigua, diccionarios especializados, ediciones, traducciones, revistas y bancos de
datos electrónicos confirman lo anterior. En ese mismo sentir, la Congregación para
la Educación Católica, a través de la Instrucción sobre el Estudio de los Padres de
la Iglesia en la Formación Sacerdotal señala con razón histórica que
Los Padres constituyen por eso una fuente muy válida para la teología cristiana, el
acercamiento a la teología patrística constituye un aporte tremendamente
significativo para la reflexión teológica porque se ha evidenciado de gran utilidad
volver la mirada hacia una revisión de los orígenes del cristianismo. Asumir
conciencia histórica de los procesos del cristianismo primitivo permite fortalecer el
vínculo con la Tradición, esclarecer con rigor histórico eventos que son plataforma
para comprender gran parte de los contextos en los que surge la teología en la
iglesia primitiva; y por otro, porque su aporte para la comprensión de la Revelación
cristiana es determinante debido a la contribución literaria de los nodos temáticos
de la teología actual. Ejemplo de ello es el nacimiento de la cristología. El tema de
la divinidad de Cristo significó para el cristianismo primitivo un reto y un esfuerzo
intelectual realmente valioso para salir del anonimato y dejar de ser una religión
para las personas incultas. Esto será así sobre todo por la exigencia que le implicará
explicar el mensaje cristiano en el marco del judaísmo y el helenismo.
1
CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA. Instrucción sobre el Estudio de los Padres de la Iglesia en
la formación Sacerdotal, Roma, 1989. P. 2.
2
Ibíd., P. 5.
10
Así mismo, el debate cristológico sigue siendo alimentado hoy desde todas las áreas
de la teología. Con más veras las reflexiones en torno a Cristo hoy no pueden estar
alejadas de los aportes de los Padres. En efecto, no hubo para el cristianismo
primitivo otra cuestión que les preocupara más que la realidad divina de Cristo
Jesús. En este trabajo traeremos a colación a uno de los mayores representantes
de la ortodoxia cristiana en esta línea teológica: Atanasio de Alejandría, quien se ha
influido en el desarrollo del debate cristológico y sobre quien merece volver,
principalmente sus obras. De ahí que el propósito de este trabajo sea por tanto,
cultivar y recuperar el pensamiento de este gran obispo, a través del estudio de su
Obra insigne: Contra Arrianos, uno de los textos teológicamente más importantes
del siglo IV de nuestra era. Por ello, nuestro objetivo fundamental es examinar los
postulados teológicos a los que Atanasio recurre para hacer frente a las tesis que el
arrianismo divulgaba y que están recogidas en el texto Discursos Contra los
Arrianos.
Los Discursos Contra arrianos es una de las obras consideradas de mayor altura
dogmática en el campo de la cristología. Esta nace como respuesta en contra de
los postulados teológicos-cristológicos de Arrio y el arrianismo. Allí, se destaca la
imagen que Atanasio tiene del Logos contrario al de los arrianos, la relación con el
Padre y la generación del Hijo. Del mismo modo, la obra es un ejemplo de la forma
como en Alejandría se hacía exégesis bíblica. En efecto, el uso bíblico que Atanasio
hace en los discursos a favor de sus postulados teológicos sobre el Logos es
abundante. No por nada, como se identificará más adelante, el trasfondo del debate
es la interpretación bíblica que Arrio y los arrianos hacen a algunos textos de la
3
Sagrada Biblia, Ed. Biblia de Jerusalén, Desclee de Browere, Bilbao, 1998: Prov 8, 22; Heb 1, 4; 3, 1;Hech 2,
36; Col 1, 15.
11
Sagrada Escritura para hablar de la generación del Hijo y para negar la divinidad
del Logos. Estaba en juego nada más que la divinidad del Hijo, incluso la del Padre-
Dios. Arrio y sus seguidores afirmaban que el Logos no era coeterno con el Padre,
que había sido creado y que era mutable.
La obra se destaca por tener un estilo altamente técnico en sus términos. En efecto,
la clave para entender la argumentación de Atanasio está en distinguir cuándo la
Escritura está hablando del Logos en cuanto a Logos divino y cuándo se está
refiriendo al Logos en cuanto que tomó carne4. Esto será importante porque una vez
salvaguardad la identidad del Logos el alejandrino se verá obligado a explicar por
qué la Escritura le refiere comportamientos y características propias de las criaturas.
En la obra no será raro encontrar cómo Atanasio habla de Logos como si hablara
del Hijo, de la Imagen y de la Sabiduría como sinónimos. No obstante, aunque es
muy cuestionante a primera vista ver cómo el término técnico: homoousios que se
definió en Nicea para hablar de relación entre el Padre y el hijo, además de ser uno
de los pretextos de este debate, Atanasio lo usa solo una vez en su extenso escrito
(C.A I, 9, sub. 2.) El traductor de esta obra lo traduce como “de la misma sustancia”.
Otro rasgo vital en este trabajo que nos interesa resaltar es la teología de la obra
Contra Arrianos. Toda vez que ella nace como respuesta de la validez racional frente
4
DE RIBERA, M. Introducción, Traducción y Notas en Atanasio de Alejandría. Discursos Contra los Arrianos,
Ciudad Nueva, Madrid, 2010, p. 10.
12
a una cultura marcada por la razón. De aquí que Drobner5 señale que los estudios
filosóficos eran considerados los más altos a los que un ciudadano romano podía
alcanzar. Uno de esos nodos temáticos sobre el que vale la pena volver a estudiar
desde la patrística es el que refiere sobre la realidad divina de Jesús, el Cristo. Por
ello Grillmeier6 considera que si bien las cuestiones que se debaten en nuestro siglo
sobre la persona de Jesús son continuación de los temas abordados en el siglo XIX
por la cristología protestante alemana y más tarde por la católica, hoy se reconoce
que la evolución durante el siglo XX y probablemente el XXI, ha estado bajo la
influencia de una interpretación insuficiente de la historia de las cuestiones
cristológicas. Esta señalada evolución de la cristología es el debate fraguado entre
el Jesús histórico y el Cristo de la fe. Desde Albert Schmeitzer, pasando por Kahles,
Bultmann, E. Kasemann y J. M. Robinson se ha ampliado el horizonte de la
cristología moderna. No obstante, según Grillmeier7, hoy se reconoce que la propia
comunidad primitiva estableció tales nexos cuando identificó al Jesús de Nazaret
humillado con el kyrios exaltado y así le permitió enfrentar las posturas del
docetismo. De esta forma el pensamiento alrededor de Jesucristo ira creciendo,
acentuándose más al correr de los siglos. Así se verá cuando se aborde el primer
capítulo. En ese péndulo seguirá continuando el proceso de desarrollo de la
cristología patrística incluyendo el siglo IV.
5
DROBNER, H. Manual de Patrología, Herder, Barcelona, 2001, p. 145
6
GRILLMEIER, A. Cristo en la Tradición Cristiana: desde el tiempo apostólico hasta el concilio de Calcedonia
(451), Ed. Sígueme, Salamanca, 1997, p.23.
7
Ibíd., p. 27.
8
Ibíd., p. 252.
9
Ibíd., pp. 396-397
10
Ibid., p. 393.
13
encontraba todavía muy sensible en Alejandría y Egipto a pesar de que para la fecha
su precursor había muerto.
El presente trabajo gira alrededor de varios escenarios. Primero, el contexto
histórico de la Iglesia en Alejandría en el siglo IV, donde se describen las
particularidades teológicas e históricas que forjaron la ciudad de Alejandría como
centro cultural del pensamiento cristiano; cómo se constituyó en un fuerte tradicional
de la teología cristiana a partir de intervenciones de grandes protagonistas como
Panteno, Celemente y Orígenes; y el escenario político que se desarrollará
análogamente del eclesiástico; así mismo, se describirán las relaciones y las
decisiones tomadas por la jerarquía eclesiástica y política de la época, que a su vez
se verá relejado particularmente en la obra. También se señalará la influencia del
gnosticismo, algunos de sus más afamados exponentes y sus líneas doctrinales.
Del mismo modo, se abordará la figura de Atanasio de Alejandría quien es el autor
de la mencionada obra. Aquí se resaltará de manera importante su labor cómo figura
eclesiástica y cómo a partir de ello surge su producción literaria.
11
La mención a la apuesta fenomenológica se refiere concretamente a la descripción de los fenómenos
literarios y teológicos como se dejan ver en la obra. De aquí que se asuman desde una metodología
descriptiva en donde se destacaran las características que componen dichos fenómenos.
14
1. ATANASIO DE ALEJANDRIA
estructura eclesiástica no puede entenderse sin el influjo de las políticas del imperio.
Un ejemplo de ello es el que destaca Drobner 12 cuando señala que, si bien los
emperadores determinaban la política eclesiástica no la hacían de modo absolutista,
más bien presumían la legitimación de dichas políticas a través de sínodos o
concilios. Expresión de ello será claramente el Concilio de Nicea, evento en el que
nos detendremos en otro capítulo. Por tanto, comprender los episodios
trascendentales y decisiones coyunturales durante el desarrollo de la Iglesia en
Alejandría será sustento valioso para la comprensión inequívoca del texto.
Como ciudad griega, Alejandría fue una ciudad egipcia fundada por Alejandro
Magno en el año 332 a. de C. en el delta del río Nilo. Estratégicamente ubicada por
sus tierras fértiles y por su condición portuaria era una urbe construida al estilo
griego con la finalidad de controlar lo mejor posible la explotación de las riquezas
agrícolas y comerciales. En virtud de su posición geográfica la ciudad venía a ser
una encrucijada de civilizaciones, lo cual daba lugar a un liberalismo religioso
favorable a las propagandas y los proselitismos13.
Se convirtió en una de las grandes metrópolis de la antigüedad llegando a ser
culturalmente el corazón del mundo griego. Así lo comprueba la helenización de los
medios urbanos en Alejandría como la comparación entre los dioses egipcios con
los dioses griegos como Horus-Apolo; Respecto a Alejandría como emporio cultural
Orlandi, T. la describe, junto con Atenas y Antioquía “los tres polos de la cultura de
lengua griega… y centro de primer orden de las ciencias filológicas, filosóficas y
teológicas”14.
Su categoría cultural estaba más que ganada pues allí se construyó la más grande
biblioteca que conoció el mundo antiguo bajo la dinastía de los ptolomeos,
industrializando el papiro como herramienta propicia para el mantenimiento de la
cultura intelectual; albergó la escuela catequética o teológica más importante del
cristianismo primitivo dirigida por personajes como Panteno, Clemente y Orígenes,
entre otros y desarrollada bajo los principios del platonismo tardío. Una ciudad que
albergó una gran colonia hebrea, la misma que produjo los textos del Antiguo
Testamento y la obra de Filón. Por tanto, era natural que la ciudad haya sido objeto
de la propaganda cristiana.15
La helenización de Egipto también se puede identificar en la transposición de los
dioses egipcios entre los dioses traídos por la cultura griega. J. Danielou16 nos dice
que Horus había sido identificado con Apolo, Amón con Zeus, Osiris con Dionisos y
así con otra serie de divinidades. De esta forma, podemos decir que la helenización
del mundo egipcio le permitió al cristianismo naciente en Alejandría una plataforma
de mezcla cultural, unido con la fuerza del martirio, el espacio para la propaganda
cristiana para su establecimiento religioso. De aquí, que Alejandría se instaure como
12
DROBNER, Hubertus, Manual de Patrología, Herder, Barcelona, 1999, p. 223.
13
DANIELOU, J. y MARROU, H.I. Nueva Historia de la Iglesia, Tomo I, Cristiandad, Madrid, 1962, p. 165.
14
ORLANDI, T. Alejandría, en Diccionario patrístico y de la antigüedad cristiana, Tomo I, Dirigido por Ángelo Di
Berardino, Sígueme, Salamanca 1991, p. 70.
15
Ibíd., p. 70.
16
DANIELOU. y MARROU. Op.Cit. p. 166.
16
17
Ibid., p. 167.
18
OROLANDI. Op.Cit. p. 70.
19
JEDIN, Hubert, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo I, de la Iglesia Primitiva a los comienzos de la Gran
Iglesia, Barcelona, Herder, 1966. P. 124.
20
Ibid., p. 124.
17
Lo primero que hay que destacar es que según J. Danielou cabe distinguir entre
gnosis y el gnosticismo. La gnosis que es la corriente apocalíptica judía y del
judeocristianismo. Mientras que el gnosticismo viene a ser una forma de su
desarrollo. No obstante, los estudios de Arenzend24, John nos indican el estado de
la investigación sobre el gnosticismo que cabe indicar aquí: Gieseler y Neander han
dicho que tiene relación con el pensamiento oriental; F. Ch. Bauer (1831) y Lassen
(1858) intentaron probar su relación con las religiones de la India. Otros, afirman
que el gnosticismo tiene una fuerte influencia de la filosofía platónica y mitos griegos
como Joel (1880), Weingarten (1881), Koffmane (1881), Anrich (1894) y Wobbermin
21
SIMONETTI. Op.Cit. p. 70.
22
Ibíd., pp. 71-72.
23
Ibid., p.72.
24
ARENDZEN, John, Gnosticismo, referencia en línea http://ec.aciprensa.com/wiki/Gnosticismo. Transcrito
por MURRAY Cristine y traducido por ROYO, Pedro, 1909.
18
25
SIMONETTI, M. Op.Cit. p. 72.
26
DROBNER, Op.Cit. p. 121.
27
Ibíd., p. 122
19
o una potencia y quien comparte esta potencia puede despreciar los poderes
fabricados en el mundo y realizar los mismos prodigios que Jesús.28
Carpocrates se aleja de Cerinto en lo que respecta a la doctrina milenarista. La idea
de la segunda venida de Cristo después de transcurrir mil años. Su aporte es mas
de carácter antropológico: “el hombre no puede ser liberado de los arcontes sino
después sino después de haber sido esclavo de los vicios que ellos precien” 29, es
decir, para Carpocrates la salvación no viene de Dios ni de los ángeles que crearon
el mundo sino de la capacidad que tiene el hombre de desprenderse de los poderes
que él ofrece, de lo contrario habrá que reencarnarse para pagar el precio. Basilides
y Valentín también son personajes que desarrollaron líneas gnósticas. El primero
hace referencia a la doctrina del sufrimiento del hombre, basado en la culpa. El
hombre aunque no es activamente culpable su constitución tiende al pecado. Los
niños que padecen sin culpa, los mártires e incluso Cristo mismo padecen por esa
propensión a la culpa. 30 . Basílides, Egipcio de nacimiento, se trasladó a Roma en
el año 140, allí dio su espalda a la ortodoxia y fundo su propia escuela. Escribió
homilías, salmos y cartas. Aunque recientemente se ha puesto en entredicho sobre
la originalidad de su sistema, señalemos sus puntos importantes para esta
investigación: 1. El pleroma divino consta de 30 eones agrupados por parejas. Las
cuatro primeras parejas son las más importantes y forman la urogdoade de la que
preceden todos los eones restantes. 2. El pecado destruyó esta unidad de las
sicigias de modo que el hombre espiritual tiene que reunirse con su pareja celeste.
3. Comete el pecado el último eón, la Sophia, por su afán de conocer al Padre
desconocido y eterno, lo que trae consigo la degradación del elemento divino en el
mundo. 4. El redentor celeste comienza la salvación de la parte divina, que
finalmente llevara la reunificación con el pleroma. 5. Los hombres se dividen en tres
grupos: pneumaticos, psíquicos e hílicos. Los primeros son salvados por completo
y unidos con el pleroma; los segundos, solo en parte; y los terceros perecen.
De este modo, el gnosticismo habiéndose constituido en el siglo II como la
propuesta de vida más atractiva del momento, porque daba continuidad a los
principios de los predecesores filósofos y habiendo llegado a las esferas más altas
de la cultura helénica ¿cómo es que no perduró en su mismo fulgor y florecimiento,
siendo el cristianismo, una propuesta menos elaborada filosóficamente y
considerada de poco rigor, la que se fortaleciera a partir de finales del siglo II? Este
es un interrogante que podrá abordarse haciendo referencia a la educación
cristiana como movimiento que contrarresto dicho movimiento.
H. Drobner 31 nos informa que en el mundo Antiguo jamás existieron escuelas
cristianas que impartieran la enseñanza elemental. La enseñanza, al menos hasta
el siglo III, estuvo constituida por una formación romana estándar que consistía en
4 pasos. Valga aquí la indicación que esta formación helenístico-romana también
constituyó el marco de la educación de cristianos con grandes ambiciones
intelectuales como Basilio el Grande y Gregorio Nacianzo. El primer grado de
formación comenzaba en el sexto o séptimo año de edad con la enseñanza
28
DANIELOU y MARROU. Op.Cit. p. 101.
29
Ibíd., p. 105.
30
DROBNER. Op.Cit. p. 126.
31
Ibid., p. 145.
20
32
DANIELOU y MARROU. Op.Cit. p. 174.
33
SIMONETTI. Op.Cit. p. 72.
34
ORLANDI. Op.Cit. p. 71.
35
SIMONETTI. Op.Cit. p. 72.
36
Ibíd., P. 72.
21
fuera descendiendo pues el principal propósito de esta enseñanza (de uso privado
con Panteno y Clemente y público con Orígenes) fue contrastar el predominio
cultural de los gnósticos entre los cristianos cultos a través del recurso sistemático
de los instrumentos que brinda la cultura griega como la retórica, filología y la
filosofía en los datos ofrecidos por la Tradición y la Escritura. De hecho y siendo una
consecuencia muy positiva para el desarrollo de la teología cristiana
El debate con la gnosis hizo que la Iglesia se percatara, en el marco de la regula fidei,
del valor de una tradición bíblica y apostólica ya cerrada…convirtiéndose en correctivo
permanente durante las luchas trinitarias y cristológicas de la siguiente época, y se
reforzó con la introducción del argumento patrístico en la teología37.
Prueba de lo anterior, es Tito Flavio Clemente, o conocido como Clemente de
Alejandría, gran representante e influyente en la tradición cristiana alejandrina y
autor de dos grandes obras: Los Stromata y el Pedagogo. Su formación fue uniforme
al estilo de los filósofos itinerantes del siglo II, fue discípulo de Panteno, quien hasta
el 190 fuera director del Didaskaleio según la tradición de Eusebio y fuera sucedido
en la enseñanza por el alejandrino hasta el 215, año en el que se traslada a
Jerusalén. Siguiendo al mismo autor, la enseñanza de Clemente estuvo dirigida a la
población rica y culta de Alejandría quienes buscaban encontrar un sentido a la vida
a través de una práctica piadosa y una reflexión intelectual.38.
De aquí que el pensamiento cristológico de Clemente será aporte esencial para la
postre en Alejandría y toda la Iglesia. Su principal contribución radicará por su
particular inspiración en su método exegético que tendrá una influencia
determinante en la ortodoxia cristiana. No porque fuera el primero en usar la
trasposición o la alegoría pues ya el judaísmo lo haría con las figuras griegas, sino
porque ve en Filón de Alejandría una especie de inspirador. Examinemos esto de
acuerdo a la percepción de Danielou
Clemente utiliza a Filón con citas específicas, con la aplicación de un mismo método
exegético. Esto es importante desde el punto de vista de la escuela Alejandrina
porque hay una continuidad entre el cristianismo y el judaísmo
alejandrinos…clemente hace pasar ese espíritu alejandrino a la tradición cristiana…la
exegesis de clemente es una exegesis profética, apocalíptica, tipológica que busca
correspondencias entre las realidades del Antiguo Testamento y las de la Nueva
Alianza…y en fin, entre las diversas disciplinas que pone Clemente al servicio de la
Escritura es claro que la más importante para él es la Filosofía…porque permite
desenmascarar los errores de los filósofos y ayuda a precisar el contenido de la fe.
Pero sobre todo hace pasar del conocimiento ingenuo al científico…clemente aplica
esos principios al dato de la fe.39.
Con esto quiero subrayar lo que significa ser el “nuevo cristiano” del siglo II y III del
que indicamos más arriba. Clemente es el ejemplo claro de un cristiano helenizado.
Forjado en la estructura habitual de la formación de un ciudadano romano. Más en
concreto, allí se puede ver como Clemente usa la filosofía para explicar el dato de
37
GRILLMEIER. Op.Cit. p. 249.
38
DROBNER. Op.Cit. p. 150.
39
DANIELOU y MARROU. Op.Cit. 167-168.
22
la fe. Por ello quizá, La responsabilidad de dirigir la educación cristiana dejada por
su maestro Panteno, no podía asumirse de otra forma sino con altura intelectual.
Diferente será con Orígenes quien, según J. Danielou40, marcará un nuevo camino
en el pensamiento cristiano de Alejandría, inclusive fuera de ella al representar el
paso del platonismo medio al neoplatonismo a través de Amonio Saccas quien será
su maestro como lo será de Plotino. La persona de Orígenes se encuentra bien
documentada tanto por Eusebio (Historia Eclesiástica) como por Jerónimo (De Viris
Ilustribus) y Focio (Bibliotheca 118) 41 . La vida personal de Orígenes en muchas
ocasiones se ha visto estereotipada dado su particular decisión de castración, según
su interpretación literal del texto de Mt 19, 3-12. Lo que podemos resaltar es su gran
pasión por la filosofía desde muy joven, sin embargo, debido a la muerte de su padre
Leónidas (murió martirizado) se obligó a velar por su madre y 6 hermanos abriendo
una escuela de gramática, donde al tiempo recibió el encargo del Obispo Demetrio
dar clases a los catecúmenos, actividad a la que se dedicaría a tiempo completo.
No obstante, su escuela fue de tal éxito que encargó a su discípulo Heraclas en el
247 ya cuando éste ejercía la silla episcopal durante el 232-248 d. C. para volver a
estudiar filosofía con Amonio Saccas dado que entre sus oyentes había hombres
formados en los estudios griegos. Su preocupación por la formación filosófica será
muy justificada al momento de continuar con el proyecto de Panteno y Clemente, el
Didaskaleion cristiano, porque considera que las ciencias deben estar al servicio de
la palabra de Dios.42 Orígenes emprendió, teniendo 30 años, varios viajes fuera de
Alejandría donde ganó un gran patrocinador para su escuela: Ambrosio de
Alejandría, quien fue miembro del movimiento gnóstico valentiniano. Sin embargo
la admiración intelectual y las respuestas que no encontró en aquel movimiento las
pudo descubrir en Orígenes quien sería su maestro de por vida43. Ambrosio es quien
le costeará taquígrafos, copistas y expertos en caligrafía para reproducir sus
ejemplares. A partir de aquí Orígenes estará en Palestina, invitado por su amigo el
Obispo Alejandro en donde le invita a comentar la escritura en la asamblea. En su
segundo viaje a palestina después de pasar por Caya Grecia, fue ordenado
sacerdote en Cesarea. Cosa que enfureció a Demetrio convocando un sínodo en
Alejandría para invalidar su ordenación considerándolo indigno. Se retira
posteriormente a Cesarea Palestina donde creara otra escuela, convirtiéndola en
una gran ciudad intelectual. Allí estudiaran más adelante dos capadocios
importantes para el futuro de a la teología: Gregorio de Niza y Gregorio de Nacianzo.
Orígenes muere en la persecución de Decio (250-251) en donde se tortura para que
reniegue de la fe. Cuando es liberado su salud se ve quebrantada hasta el punto de
que falleció poco después.44
La obra de Orígenes, la que se pudo conservar, habla por sí misma del aporte que
realizó a la teología y sobre todo a la exegesis bíblica. Homilías, comentarios
bíblicos o los Hexapla en donde el objetivo era reproducir lo más fielmente posible
40
Ibíd., p. 220.
41
DROBNER. Op.Cit. p. 155.
42
DANIELOU y MARROU. Op.Cit. p. 221.
43
CROUZEL, H. Ambrosio, en DI BERARDINO, Ángelo. Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana,
Tomo I, Instituto Patristicum Augustinianum Roma, Sígueme Salamanca, 1991. pp. 1608-1609
44
DANIELOU. y MARROU. Op.Cit. 222.
23
la Septuaginta, al que los padres le daban validez divina, dan prueba de ello. De
Principis y Contra Celso, son otras obras que expondrán su altura teológica.45
Respecto a su teología, la cual expondremos algunos puntos importantes, Simonetti
nos dice que Orígenes asumirá la realidad en dos niveles uno sensible y otro
inteligible. El primer nivel es una copia descolorida y una imagen del segundo nivel,
criterio de interpretación para todos los aspectos de la realidad cristiana. Los
denomina los simples y los perfectos en donde el simple se adhiere a la realidad
sensible mientras que el superior tiende al inteligible, al espiritual. Esta será la base
sobre la que sustentara su sistema propiamente origenista y que constituyó por
largo tiempo el fundamento de la cultura cristiana en Alejandría como por ejemplo
la interpretación alegórica de la escritura, la teología del Logos, la doctrina trinitaria
de las tres hipostasis, entre otras.46
En conclusión, mientras que la expulsión de Orígenes favoreció el desarrollo
intelectual del mundo Siro-palestino como la formación de la escuela de Cesarea y
Antioquia, la Escuela Alejandrina no parece que se haya modificado en sus
orientaciones teológicas. Más bien, quienes sucedieron en la administración del
Didaskaleion durante el siglo III e inicios del IV: (Teognosto, Pierio y Serapión) y
dada las relaciones estrechas entre la escuela y la silla episcopal (Heracles 232-
248, Dionisio 248-264, Pedro 300-311, Aquila 312-313: Obispos y directores de la
Escuela Alejandrina) conservaron la orientación teológica dada por Orígenes como
la oficial de la iglesia de Alejandría. 47 Por ello, tanto Clemente como Orígenes
constituyen así un lugar fundamental en el desarrolló y establecimiento del
pensamiento cristiano en Alejandría. A ellos le debemos que la fuerza con la que
venía el gnosticismo se redujera en mayor medida, y permitiendo al cristianismo
presentarse como una forma racional, de rigor y altura de asumir la vida. Una vida
que resultaba atractiva a los paganos cultos hasta entonces.
La segunda mitad del siglo III es un periodo de transición en todos sus aspectos. En
el plano político, comienza un periodo de anarquía tras la dinastía de los Severos,
se derrumban las instituciones romanas y se prepara un nuevo tipo de régimen. La
civilización grecorromana que desde tiempos de Alejandro venía ejerciendo una
supremacía sobre una parte del mundo habitado, se ve amenazada en todas partes
por fuertes movimientos de pueblos como los godos en el Danubio y los persas en
Oriente. Se despiertan autonomismos en Egipto, África y Galia. No obstante, en el
aspecto eclesiástico si bien repercuten estos acontecimientos su prestigio aumenta.
Y su ambición de ser la gran fuerza espiritual del imperio está cada vez más
latente48.
En este contexto, la figura del obispo Dionisio (248-264) que sucede a Heraclas, los
dos discípulos de Orígenes, es de vital importancia para la Iglesia en Alejandría. Le
toco vivir la persecución de Decio y detenido en tiempos de Valeriano donde huyo.
Fue un gran escritor sobre todo en lo que respecta a la correspondencia. Sus Cartas
Pascuales son un ejemplo de ello. No obstante, hay que destacar sus dos
45
DROBNER. Op.Cit. p. 158.
46
SIMONETTI, M. Op.Cit. p. 72.
47
Ibíd., p. 73.
48
DANIELOU. y MARROU. Op.Cit. p. 241.
24
principales tratados: Sobre la Naturaleza y sobre las Promesas, un escrito que nace
de las controversias con el milenarismo que profesaba Nepote, Obispo de Arsinoe,
posterior al milenarismo antes de Orígenes. Sin duda alguna, Dionisio será en
Alejandría un digno representante del mantenimiento de la escuela alejandrina,
aunque no será el único personaje importante durante este periodo en Alejandría.
También lo fueron sus sucesores en la sede episcopal, Maximo y Teon. Y en la
administración del Didaskaleion Teognosto quien escribió el Hypotyposeis. Focio a
su vez, será el heredero del pensamiento más atrevido de Orígenes particularmente
en lo que se refiere a la materia y a Pedro lo alabarán pos su vida de pobreza y
conocimientos filosóficos. De igual forma, a final del siglo III, la iglesia en Oriente ha
alcanzado una notable extensión territorial: Asia, Capadocia, Siria, Palestina y
Egipto son donde se encuentra la mayor concentración de cristianos, lo que le
acarrea en orden a su organización eclesiástica nuevos retos.
Si bien hasta mediados del siglo III el obispo podía agrupar en torno a si el conjunto
de las comunidades locales, el auge de las comunidades en los campos y las aldeas
hace mucho más compleja la centralización. Según J. Danielou49, la iglesia hizo
frente a su crecimiento de varias maneras y según las regiones. Por ejemplo, en las
grandes ciudades se optó por multiplicar las circunscripciones territoriales, sobre
todo en los suburbios. Al frente de ellas era puesto un presbítero. Alejandría no fue
la excepción pues su gran número de territorio campesino y aldeano era
significativo.
Aquí se visibilizaron varias opciones: 1. Multiplicar los obispados como sucedió en
África y en Italia central lo que demuestra que varias aldeas tenían sus obispo. De
hecho en Asia Menor existió durante este periodo el chorepiscopoi, es decir, obispos
de aldea. Una institución de menor rango que desaparecería a finales del siglo IV.
2. La solución general que terminaría de aplicarse seria de multiplicar los presbíteros
para que se encargue de lo que hoy denominamos parroquias, que están a su vez
a las órdenes de un obispo de la ciudad más próxima. En Occidente apenas Roma
y Cartago está consolidada. Además en Oriente el pasado literario y teológico
heredado por Panteno, Clemente y Orígenes demuestran la supremacía cultural
que no ha conseguido occidente. Es en este momento donde se desarrolla y se
establece una jerarquía episcopal importante. Esto será de vital importancia en el
transcurso de la investigación pues allí se pueden identificar relaciones de poder de
carácter religioso y político que derivaran en una decisión general, además de
entender como las decisiones de un obispo eran preeminentes y mejor tenidas en
cuenta sobre los demás obispos dependiendo de la sede episcopal y de la
antigüedad de la misma. Tal es la institución denominada diócesis. Según Danielou,
aparece por primera vez en Egipto y buscaba controlar y centralizar varias
provincias por ejemplo a la diócesis de Alejandría estaba sujetas Arsinoe, Cirene,
Hermópolis, entre otras jurisdicciones.
Así mismo y en orden a entender la relación vital entre la iglesia alejandrina y la
antioquena, paulatinamente Antioquia fue conformándose en foco de la cultura
cristiana. A final del siglo empezaran aparecer personajes como: Doroteo, Malquion
y Luciano. Este último será de gran importancia en el entramado teológico entre la
ortodoxia cristiana de Alejandría del sigo IV y Arrio. En efecto estas diversas
49
Ibíd., pp. 248-256
25
50
Ibíd., p. 249.
51
Ibíd., p. 249.
52
Ibíd., p. 256.
53
DROBNER. Op.Cit. p. 211.
26
Fuente: https://truttafario.com/2013/06/15/diocleciano/
durante solo un año, durante el 303 y el 304. En este año se dictaminan 4 edictos.
El primero de ellos se refería esencialmente a la prohibición del culto, confiscación
de libros, de vasos sagrados y destrucción de las iglesias. Además de eso, el
territorio que habían logrado recuperar los cristianos en los puestos públicos
lentamente les serán arrebatados como por ejemplo la expulsión del ejército,
independientemente de los mandos que tuvieran. El segundo edicto ordenaba el
arresto de los jefes de las iglesias para que el tercer edicto diera fruto el cual
constituía en renegar de la fe cristiana a través de sacrificios y libaciones a los
dioses paganos. Así detectaban a los cristianos radicales y disculpaban a los
apostas. Y finalmente el cuarto edicto que explica la resistencia de los cristianos
radicales: todos los habitantes del imperio son obligados a sacrificar a los dioses
bajo amenaza de tormentos, muerte o la deportación a las minas55.
No obstante la violencia y la duración de esta crisis fueron distintas según las
regiones siendo la de Constancio Cloro la que según parece se llevó a cabo con
mayor suavidad. En oriente por el contrario, la persecución fue severa. Los
soberanos que reinaron Egipto, Siria y Asia menor persistieron en su creciente
hostilidad con el cristianismo. El terror por todo el oriente cristiano era evidente. Ello
empeora tras la abdicación de Diocleciano en el 305, sucediéndolo como Augusto
Galerio y su nuevo Cesar Maximinio Daia hasta el 312 por represiones de los
cesares Constantino y Licinio. Eusebio de Cesarea en su escrito Mártires de
Palestina releva el salvajismo al que llegó dicha persecución. Aunque también hay
que indicar que muchos cristianos abdicaban ante la represión procurándose
certificados falsos de haber sacrificado56.
El sistema de la tetrarquía se viene abajo cuando desde el 306 hasta el 312 el
imperio se ve gobernado hasta por siete emperadores. Constantino gobierna en
este contexto lo dejado por su padre desde el 306. Bajo esta situación política la
actitud ante los cristianos fue bajando de nivel toda vez por el edicto de Galerio
promulgado en el 311, al menos en las regiones donde se mantuvieron relaciones
más o menos pacíficas. Un ejemplo de ello son las acciones del emperador
Majencio quien no solo concede plena libertad a los cristianos sino que hace que
les restituyan los inmuebles confiscados durante la persecución. A este rival derrota
Constantino en el 312 convirtiéndose prácticamente en dueño de la mitad del
imperio desde Tréveris hasta Roma. En la batalla contra Licino Constantino se
convierte en el único emperador de Roma desde el 324.
Una vez que Constantino consigue quedar como soberano único, su objetivo principal
debía ser el de proteger contra enemigos externos la unidad del imperio bajo el
soberano único con el favor del único Dios y de su Iglesia; y en el plano interno
promover la uniformidad57.
Sin embargo, teniendo este objetivo político claro, Constantino después que
consigue en el único emperador no encuentra su territorio unificado, mucho menos
en el plano religioso. A la fecha las ideas de Arrio habían dejado de ser meras voces
locales para constituirse en una corriente que trascendió a todo Egipto. Constantino
y sus funcionarios religiosos al ver la seriedad del asunto delegan a Osio de
55
Ibíd., p. 270
56
Ibíd., p. 272.
57
DROBNER. Op.Cit. p. 214.
28
Córdoba para que intente una reconciliación con Alejandro Obispo de Alejandría. Al
no haber acuerdo alguno Alejandro adelanta la condenación de Arrio y los arrianos
convocando un sínodo en Antioquía58. De aquí podemos deducir que un Concilio no
surge de la nada sin antes llevarse a cabo procesos de menor rango como sínodos,
incluso, manifestaciones de acuerdos pacíficos. Para la silla episcopal esta decisión
de ir contra corriente frente a la ideología arriana le costó un precio político y
eclesiástico alto entre otras cosas porque será la ideología más afín de la casa
imperial. En efecto, Entre los filoarrianos hacían parte más ni menos que obispos
con vínculos directos al emperador por lo que no fue fácil erradicar la ideología
arriana. Nos referimos a Eusebio de Nicomedia, quien era obispo donde estaba
ubicada la residencia imperial, al punto que fue quien bautizara a Constantino antes
de su muerte y, Eusebio de Cesarea muy cercano al emperador. Si bien los grandes
patriarcas alejandrinos de los siglos IV y V, Atanasio, Teófilo y Cirilo, mantuvieron
una activa política eclesiástica respecto a las otras metrópolis del imperio,
dominando los concilios ecuménicos de Nicea, Constantinopla y Éfeso y Fueron
apoyados activamente por los monjes, que por dentro y por fuera formaban en cierto
modo su fuerza de asalto, no obstante, el concilio de Calcedonia, por el contrario,
conoció la derrota del obispo alejandrino Dióscoro y marcó el declive del predomino
alejandrino. La iglesia egipcia tuvo que sufrir el envío de obispos calcedonences,
nombrados por el emperador de Constantinopla y apoyados por el ejército; cuando
fue posible dicha iglesia les contrapuso sus propios obispos59.
Hasta aquí dejaremos el desarrollo histórico de la Iglesia en Alejandría. Algunos
acontecimientos religiosos del siglo IV cobrarán mayor relevancia en el siguiente
apartado cuando abordemos la vida de Atanasio de Alejandría y en el apartado 2.2
cuando entremos a conocer el contexto del arrianismo, pues como veremos esta
crisis inicia antes de la uniformidad imperial de Constantino. A continuación
abordaremos la vida y obra de Atanasio de Alejandría.
Como indicamos anteriormente, en este apartado del primer capítulo será de vital
importancia acercarnos a la vida y obra del alejandrino. Los datos que nos puedan
suministrar los conocedores de tal personaje constituyen nuestras fuentes, no sin
antes compararlas en sus puntos de acuerdo y desacuerdo. Aquí nos serviremos
principalmente de H. Drobner, H.V Campenhausen y G.C. Stead. Dejaremos la
percepción que tiene el investigador de los discursos para la segunda parte de este
capítulo. Aquí es significativo conocer a Atanasio en su papel de obispo y teólogo,
no solo como lo han descrito grandes personalidades de su biografía, sino
destacando principalmente los hitos que marcaron su proceder en la vida de la
administración de la iglesia en Alejandría como episcopos. Señalaremos los
58
KANNENGIESSER, C. Nicea, en Diccionario Patrístico y de la Antigüedad cristiana, Tomo I, dirigido por
Angelo Di Berardino, Sígueme, Salamanca, 1991, p. 1532.
59
ORLANDI, T. Op.Cit. p. 71.
29
múltiples destierros que tuvo que vivir bajo varios emperadores además de destacar
sus principales obras dogmáticas.
¿Qué significa hablar de Atanasio de Alejandría como obispo y teólogo? Significa
rastrear su vida, sus obras, las relaciones al interior y exterior de la Iglesia que
representaba. Abordar a Atanasio sugiere la posibilidad de hacernos una imagen
teológica a partir de su producción literaria, identificar en sus expresiones
coloquiales su talante y compromiso episcopal y no sin importancia, significa tener
una posición personal del alejandrino.
En primera instancia, es preciso indicar que sobre su vida y juventud los datos son
muy limitados y algunas narraciones traspasan a los umbrales de la leyenda.
Atanasio nació a finales del siglo III (295) en Alejandría probablemente de padres
no cristianos de lengua griega según Drobner, Stead y Campenhausen60. Este último
señala su infancia estuvo turbada por las últimas persecuciones la de Valeriano y
Diocleciano, lo que marcó profundamente su carácter y personalidad, incluso su
intransigencia con el Estado, aunque Stead 61 indica que de tales persecuciones
posee un recuerdo fugaz pues creció en el nuevo orden sociocultural en donde la
Iglesia se une al Imperio y se convierte en la Iglesia del mismo.
Así mismo, la tradición historiográfica de Atanasio permite destacar los siguientes
elementos de interés. Por ejemplo, H. Drobner62 a través de Rufino en su Historia
de la Iglesia cap. X. narra cómo Alejandro de Alejandría siendo Obispo de la iglesia
egipcia ve a un niño en la playa celebrando el rito del bautizo con sus
acompañantes. Este al ver la precisión con el que administró el rito no solo
reconoció como válido sino que hablando con los padres puso a Atanasio bajo la
tutela de un presbítero quien se encargó de su educación. El problema con esta
historia es que su veracidad depende de la fecha que se le ponga al nacimiento de
Atanasio dado que Alejandro accedió a la silla episcopal en el año 313 y si Atanasio
nació en el 295 luego ya no sería un infante pues tendría 18 años como mínimo.
Una segunda historia de su niñez y juventud es la que nos trasmite el mismo autor
a través de Severo Ibu-Muqaffa en su Historia de los Patriarcas de Alejandría. Allí
se nos cuenta que Atanasio fue hijo de una viuda alejandrina acaudalada y elegante.
Su madre al ver que su hijo llegaba a la edad adulta y no mostraba indicios de
interés matrimoniales para tomar posesión de los bienes de su padre, ella le enviaba
en las noches muchachas bellas a su dormitorio. La historia añade que Atanasio
cuando despertaba las despachaba. La madre en su desesperación va a ver a un
mago quien después de hablar con Atanasio le cuenta a su madre que este ha
abrazo el cristianismo asegurándole un gran protagonismo. La historia finaliza
indicando que la madre habría ido a entrevistarse con el obispo Alejandro quien le
administra el bautismo a los dos. Tras la muerte de la madre Alejandro lo asume
como un hijo, lo educa, más tarde lo ordena diácono y lo hace su secretario. Estos
60
CAMPENHAUSEN, H.V. Los Padres Griegos, Tomo I, Cristiandad, Madrid, 1974, 90.
61
STEAD, G.C, Atanasio, en Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana, Tomo I, Salamanca, 1991, p.
260.
62
DROBNER. Op.Cit. p. 272.
30
datos se ratifican cuando se indica que fue lector y diacono desde el 318 hasta el
319.63
Respecto a la educación recibida por Atanasio, la investigación según Stead 64 nos
permite identificar que, si bien recibió un sólida formación de base con algunos
elementos de filosofía, algunas lecturas griegas como de Homero, Demóstenes,
Platón y autores platónicos, tuvo posteriores informaciones combinadas con
lecturas de carácter exegético como la Preparatio Evangélica de Eusebio de
Cesarea, su fuente de inspiración principal fue la Septuaginta. En efecto, su
formación tuvo influencia alejandrina sin duda, sin embargo, su interés no era la vida
de un académico y sistemático sino las cuestiones administrativas de la iglesia
egipcia. A lo anterior hay que añadir que a la fecha, el Didaskaleio cristiano de
Alejandría ya no era el único referente teológico, ya en Antioquia Luciano y Pablo
de Samosata mostrarían el talante de sus posiciones teológicas y sembrarían la
semilla que luego Arrio y el arrianismo desatarían en el plano de la teología
origenista. No obstante es necesario señalar que la figura de Dídimo como de la
segunda mitad del siglo IV después del apagado Macario recuerda la vitalidad de la
tradición exegética de la escuela alejandrina.65
No se logra identificar en Atanasio un interés por cultivar sistemáticamente la
teología especulativa que se venía desarrollando en la tradición alejandrina y eso
se verá en sus obras, pues ninguna de ellas recoge en su totalidad el pensamiento
del alejandrino, pero tampoco se puede negar el uso que le da a la tradición para
objetar la heterodoxia desde su singularidad. ¿Por qué? Quizás porque su interés
no era incursionar en la vida intelectual y especulativa sino darle respuesta a los
problemas pastorales a través del compromiso que mostró al frente de la silla
episcopal. Frente a esta deducción está de acuerdo Campenhausen
Él es el primero de los Padres griegos que no se educó en las tradiciones académicas
de la filosofía cristiana; es un eclesiástico que, aunque tiene buenos conocimientos
de teología, recibió su formación en los despachos de la administración alejandrina.
Su patria espiritual no es la escuela, sino la iglesia, los oficios de esta y la
administración clerical.66
En efecto, poco antes de la muerte su obispo Alejandro lo designó como nuevo
jerarca de la iglesia alejandrina encontrando desde un inicio resistencias dado su
enérgico carácter en defender la ortodoxia cristiana contra los melecianos y arrianos
que a la fecha habían dejado de ser un conflicto local para ser una ideología que
traspasó las fronteras de la Iglesia egipcia.67 Ejemplo de ello es fueron los varios
intentos de Constantino para que Atanasio entrara en comunión con Arrio. Aunque
la firmeza de Constantino lo llevó a que se firmara el símbolo niceno, Arrio y sus
seguidores continuaron proclamando sus ideas. Constantino al tener mayor afinidad
con los seguidores de Arrio como los eusebianos (Cesarea, Nicomedia) lo incorpora
a la iglesia enviando una carta a Alejandro quien no puede responder debido a su
63
Ibíd., p. 273
64
STEAD. Op.Cit. p. 260
65
DANIELOU y MARROU. Op.Cit. p. 265.
66
CAMPENHAUSEN. Op.Cit. p. 90
67
Ibíd., p. 260.
31
68
STEAD. Op.Cit. p. 261.
69
CAMPENHAUSEN. Op.Cit. p. 91.
70
DROBNER, H. Op.Cit. p. 293
71
Ibíd., p. 218.
32
Todos aquellos que se oponían fueron depuestos en los sínodos de Arles (353) y
Milán (355) en donde condenaron también a Atanasio por alta traición con sus
partidarios Lucífero de Cagliari, Hilario de Poitiers, Osio de Córdoba y Libero de
Roma.72. Allí en Alejandría ocupó la sede con el arriano Gregorio de Capadocia por
lo que tuvo que dejar la ciudad el 18 de marzo del 339 indicando su segundo
destierro. Este lo llevo a refugiarse en Roma en donde el Papa Julio lo recibe y
examina su caso, también el de Marcelo de Ancira, a través de un sínodo en el 341
al cual los eusebianos no participaron por considerarlo abuso jurisdiccional. De este
mismo modo actuó Oriente a través de un sínodo en Antioquia por Constancio quien
rechaza las imputaciones de arrianismo y condena nuevamente a Atanasio y a
Marcelo. Seguidamente un concilio en Sárdica en el 342-343 no logró resolver las
tenciones entre oriente y occidente, en efecto se promulga un credo anti niceno: el
de una Hipostasis.73 De este modo se ve como la protección de obispos en particular
repercute en políticas imperiales. Esta disputa teológica afecto las relaciones
políticas y eclesiales generando rupturas políticas y teológicas.
Tras la muerte del obispo impuesto por Constancio, Gregorio de Capadocia en junio
del 345, Atanasio vuelve a ocupar la silla episcopal alejandrina con evidente presión
del emperador Constante en octubre del 346. Se nos informa que a partir de aquí
Atanasio obtiene gran parte de su actividad literaria y pastoral. Sin embargo, sin
haberse resuelto los problemas que le han acarreado dos destierros consecutivos,
tendrá que vivir un tercero. Los problemas con el arrianismo se activaron en el 353
teniendo como contexto político un único emperador, tras la muerte del emperador
Constante en el 351. Ese mismo año fue para los nicenos una evidente persecución,
se ordenó con el edicto de Arles la firma de una carta de obispos orientales en la
que Fotino, Marcelo de Ancira y Atanasio eran condenados nuevamente como
herejes. Se convocó y se realizó un el sínodo de Arles para decretar su
condenación. Y en el 355 uno más, el sínodo de Milán. Ante esta situación en el 356
Atanasio huye y se refugia entre los monjes del desierto fruto de su trabajo pastoral
al inicio de su episcopado74.
Al morir Constancio en el 361, durante el mandato de su sucesor Juliano, Atanasio
vuelve a Alejandría, no porque este fuera cristiano y tuviera interés en el mismo,
sino porque el cristianismo era indiferente para él. Por eso revocó la orden de exilio
decretada por Constancio. Su interés era restituir la antigua religiosidad al imperio
romano. Mientras el cristianismo no le causara dificultad para tal propósito no le
preocupaban las iglesias que administraban.75 A su regreso a Alejandría convocó
un sínodo para trazar de manera oficial la cristología de las tres hipostasis que le
indicaban el Tomus ad Antiochenos. Tras el exilio durante este pequeño lapso de
tiempo, Juliano ataca desterrándolo en su cuarta ocasión en el 362. Al siguiente año
Juliano, al que los cristianos habían apodado el apostata, muere frente a los persas.
Su sucesor Joviano niceno por convicción y amigo de Atanasio quine no reino por
más de un año (363-364) devolvió todos los privilegios a la Iglesia ortodoxa y lo
confirma como obispo legítimo. Sin embargo, a la vuelta de Atanasio muere Joviano
72
Ibíd., p. 218.
73
STEAD. Op.Cit. p. 261
74
Ibíd., p. 262
75
Ibíd., p. 221.
33
76
Ibid., p. 275.
77
TREVIJANO, Ramón. Patrología, BAC, Madrid, 1994, p. 180.
78
STEAD. Op.Cit. p. 262.
79
TREVIJANO. Op.Cit. p. 181.
80
Para consultar de forma amplia la obra literaria de Atanasio Cf. SANCHEZ NAVARRO Luis, el campo semántico
de ver en Atanasio de Alejandría: estudio estructural: memoria para optar al grado de doctor, Universidad
Complutense de Madrid Facultad de Filología Departamento de Filología Griega y Lingüística Indoeuropea, PP.
24-28. O si se quiere las obras conservadas en griego y atribuidas por la crítica actual que son 4 tomos (25-28)
34
2.1. Oraciones contra Arrianos (1-3CA): esta obra que esta categorizada
como la obra dogmática más importante de Atanasio está compuesta por
tres tratados en donde busca responder a la predicación arriana que usaba
tesis para describir la naturaleza del Logos. Estos postulados en efecto eran
tales que negaban la consustancialidad o el homoousios planteado en Nicea
y por tanto negaba la filiación divina entre el Padre y su Hijo. Aunque en esta
obra a Atanasio no le importa la fidelidad al concilio sino que su preocupación
es realmente soteriológica. Esta obra es el pretexto de esta investigación y
será tratada con detalle en el capítulo II.
2.2. De Decretis Nicaenae Synodi (DNS): este texto señala
insistentemente un nuevo tratamiento del término homoousios que apoyara
con interés; distintamente a su obra anterior que solo menciona el termino
una sola vez en CA I, 9.
2.3. Epistula ad Afros episcopos (EAF): en el contexto del tercer
destierro le escribe a sus coterráneos obispos protestando por la fácil
aceptación de la política y la doctrina de la iglesia arriana.
que llevan su nombre en la Patrología Graeca de J.P. Migne, hay muchas obras que hoy en día se consideran
espurias; y también la Clauis Patrum Graecorum (CPG) realizó una exigente purga literaria.
81
Ibid., p. 260.
82
Atanasio de Alejandría, Discursos Contra los Arrianos I, 1, apartado 5.
83
Ibíd., I, 3, apar. 1
84
Ibíd., I, 3, apar. 2
35
85
DROBNER. Op.Cit. p. 267. En esta cita se puede revisar la transliteración del símbolo Niceno en español.
86
GONZALES, Justo, Historia del pensamiento cristiano, Editorial Clie, Barcelona 2010, p 244
87
Ibíd., p. 244.
88
STUDER, B. Dios Salvador en los Padres de la Iglesia, Koinonia, #31, Salamanca 1993, p.181.
89
Ibíd., p 181.
36
2. CONTRA ARRIANOS
90
DE RIBERA M, Ignacio, introductor, traductor y comentarista de la obra “Discurso Contra los Arrianos” de
Atanasio de Alejandría, Ciudad Nueva, Madrid, 2010.
91
De esa misma forma citaremos la obra Contra Arrianos.
38
de cómo las escrituras hablan del Logos como el eterno e inmutable que es a la
vez la Imagen de Dios, su Potencia. Aquí pondremos de relieve las formulaciones
más significativas de los discursos. Digo formulaciones porque como hemos visto
hasta el momento, los discursos nacen para responder a algunas cuestiones que
los arrianos seguían predicando. Al final de este recorrido temático concluiremos
con ellas para que el lector pueda identificarlas con mayor precisión.
Iniciemos señalando que en el primer discurso se indica el objetivo del escrito que
es dejar en evidencia o, en la expresión castiza de la traducción, “desenmascarar”,
dice Atanasio, a aquellos que se han apartado de la iglesia: los arrianos. No
olvidemos que el lenguaje de Atanasio en esta obra es muy peyorativo a la hora de
referirse a los arrianos. En este trabajo tendremos en cuenta esta actitud porque allí
se nos indica el estado de aceptación o de rechazo que tuvo a esta Teología.
C.A. I, 1-10: esta primera parte la podemos ubicar como la introducción. Aquí nos
comparte su objetivo, los posibles lectores, y la teología arriana. Sin embargo,
Atanasio le dedica 4 apartados de 10 de la introducción para señalar lo que significa
ser cristiano y mantenerse fiel al mismo.
En el inicio de su primer discurso Atanasio con la fuerza pastoral de sus palabras
señala el objeto de su escrito. Como lo indicábamos en su biografía, su interés no
es académico sino más bien pastoral pero con gran altura especulativa. De esta
forma Atanasio nos cuenta cuál es su objetivo en este escrito
Desenmascarar esta infame herejía y mostrar la pestilencia de su estupidez, para que
así, los que están todavía lejos de ella la eviten y los que ya han sido engañados por
ella cambien de parecer y, teniendo los corazones abiertos, se den cuenta que al igual
que la tiniebla no es luz y la mentira no es verdad, así tampoco la herejía arriana es
buena98.
Sin duda alguna, el inicio de este discurso nos permite identificar en primera
instancia una clara posición de Atanasio frente a la doctrina arriana, que más
adelante la señalaremos. Muestra un desagrado total al mismo a través de palabras
muy peyorativas como un pensamiento infame y estúpido que es engañosa y
perversa por usar las Escrituras para sus postulados e inducir al error.
A esto añade que quienes llaman cristianos a los arrianos se equivocan desde todos
los puntos de vista. Defendiendo así de modo implícito la apostolicidad de la religión,
podríamos decir que no todo el que hable de Cristo es cristiano. De ahí que sea
prioridad para Atanasio iniciar aclarando qué es el cristianismo valiéndose de
ejemplos alegóricos e imágenes bíblicas por ejemplo: “lo mismo que decir que
Caifas es cristiano, es también considerar a Judas, el traidor, como perteneciente al
grupo de los apóstoles” 99 así mismo encontramos expresiones como “tampoco
ocurrió jamás que un pueblo recibiera el nombre de sus obispos, sino del Señor,
que es el objeto de nuestra fe”100. De este modo, se confirma lo que expresamos
inicialmente en este párrafo y además, la preocupación de Atanasio de que ha
algunas comunidades cristianas se les daba el nombre de arrianos y no de cristianos
98
ATANASIO. Op.Cit. I, 1, apar. 4.
99
Ibíd., I, 2, apar. 1.
100
Ibíd., I, 2, apar 4.
40
101
Ibíd., I, 3, apar. 2.
41
C.A. I, 11-22: en estos capítulos Atanasio hará frente a dos afirmaciones “hubo un
tiempo en que no existía el Hijo”. Y “no existía antes de ser engendrado” que los
arrianos utilizaban para negar la eternidad del Logos.
La afirmación “hubo un tiempo que no existía constituye el primer postulado
teológico arriano al que Atanasio considera invalido, él lo llama “ilícito”, en el marco
de la vida intradivina. En efecto, para Atanasio afirmar que hubo un tiempo en que
no existía el Hijo es afirmar que el Padre tampoco existía antes de. A este argumento
Atanasio añade si es válido pensar en un tiempo antes del Logos.
Teniendo en cuenta lo anterior, Atanasio enmarca esta situación en el contexto de
las Sagradas Escrituras. Su principal defensa será el texto del Evangelio de Jn 1, 1.
“en el principio existía el Logos y el Logos estaba junto a Dios y el Logos era Dios”.
Usa Ap 1, 4; 8. Rm 9, 5; 1, 20. Para indicar cómo la Sagrada Escritura habla de
Aquel que es Logos-Hijo. Atanasio también señala que Pablo hace referencia al
carácter eterno del Hijo cuando refiere la Potencia divina y Sabiduría de Dios. Por
ello, para Atanasio es inaceptable aceptar que el hijo hubo un tiempo que no existía.
Para Atanasio si el Logos existía antes del tempo también el Hijo, pues ¿Quién es
el Logos de Dios sino su Hijo Unigénito?
A partir de C.A I, 13 Atanasio señalará que las expresiones “no existió un tiempo”
“antes de llegar a ser” “cuando” y demás expresiones semejantes es válido
aplicarlas al carácter propio de las creaturas que proceden de la nada. Lo anterior
se distingue en particular por un Atanasio que usa un discurso de carácter
ontológico; es decir, él es claro a la hora de indicar cuando las escrituras hablan de
la naturaleza divina y cuando hablan de la naturaleza humana. En efecto, la
condición del Ser del Hombre no es la misma condición del Ser de Dios. Solo el Hijo
goza de este estatus. Como dirá Atanasio “la expresión siempre atribuida al Hijo, no
proviene de la nada ni pertenece en absoluto a las cosas que han llegado a ser, sino
que es imagen del Padre y Logos eterno y no se ha dado nunca un tiempo en el que
no haya existido, sino que existe siempre como resplandor eterno de la luz que es
eterna”102.
De ese mismo modo Atanasio cuestiona deducción de los arrianos de si el Hijo es
Eterno como el Padre entonces son hermanos. A esta idea descabellada Atanasio
sale al paso explicando con mayor fuerza la eternidad del Hijo y la relación con el
Padre. Así se verá en C.A 14 y 15. “En efecto, el Padre y el Hijo no fueron
engendrados a partir de algún principio preexistente de modo que puedan
considerarse también hermanos, sino que el Padre es el principio del Hijo y su
progenitor y el Padre es padre y no llego a ser hijo de ninguno, y el Hijo es hijo y no
un hermano”. Así resume pues Atanasio la explicación de la idea anterior. De este
modo se deja claro la particularidad del Hijo con el Padre, pero también la
generación del Hijo. En efecto, más adelante Atanasio aumentará la fuerza de sus
postulados de cara a la eternidad del Hijo.
De esta manera Atanasio finaliza hasta el cap. 15 sus argumentos en contra de las
dos primeras tesis arrianas. A partir C.A 16 hasta el 21 Atanasio mostrara sus
afirmaciones teológicas sobre el origen o procedencia del Hijo, la filiación que tiene
102
Ibíd., I, 13, apar. 1.
42
103
Ibíd., p. 40.
104
Ibíd., p. 60.
105
Ibíd., p. 60.
106
Ibíd., p. 108
107
Ibíd., p. 109.
43
112
Ibíd., p. 357.
45
ambos. Por ello nos permitiremos en este subcapítulo describir de manera sucinta
este debate teológico. De manera análoga es importante destacar cómo el sector
político de la sociedad interviene en el desarrollo del mencionado debate. En efecto,
podemos decir con anticipación que ninguno de los eventos y decisiones
eclesiásticas que sucedieron a partir de la controversia arriana están desconectados
de las acciones e intenciones imperiales. Esto será así, toda vez que para los
emperadores la religión constituyó un mecanismo de control y unidad territorial y
política. Siempre hubo una intención política de control, también una intención de
ortodoxia cristiana que se evidenciará en la heterodoxia doctrinal. De ahí que se
considere importante ampliar la problemática sobre la controversia arriana, la forma
como fue tomando importancia en Alejandría y el imperio. La manera como llegó a
escalar hasta un Concilio realizado en Nicea, como mecanismo político-religioso
para dirimir las disputas doctrinales y su duración hasta el siglo VI. Aquí no nos
extenderemos en los 5 destierros que sufrió Atanasio por esta controversia, por ello
sugerimos, para complementar este subcapítulo conocer la vida de Atanasio en el
marco de este debate expuesto en el subcapítulo 1.2
El arrianismo le debe el nombre a su fundador Arrio de Alejandría, presbítero de la
Iglesia de Baukalis en Egipto. De la fecha de nacimiento de Arrio Drobner 113 indica
que fue hacia el año 256, Simonetti114 por el 260 y Grillmeier115 no se arriesga dar
una fecha exacta sino que la ubica sobre el 256 o el 260 en Libia Egipto. Tanto
Drobner como Simonetti concuerdan que Arrio fue discípulo de Luciano de
Antioquía, personaje del siglo III y IV, nacido en Samosata, educado en la escuela
Teológica de Edesa, y gran opositor de la tendencia exegética alegorizante de la
Escuela Alejandrina. Luciano de Antioquia es particularmente importante en las
posturas de Arrio de cara a la relación entre el Hijo y el Padre dado que en su
sistema cristológico (un compromiso entre el modalismo y el subordinacionismo) el
Verbo, aunque Él mismo era el Creador de todas las criaturas, era una criatura,
aunque superior a todas las demás cosas creadas por el ancho abismo que separa
al Creador y la criatura116. Con este precedente es importante ver más adelante la
influencia de este de cara a Arrio.
Muy pronto las ideas de Arrio se convertirán rápidamente en un problema político-
religioso para todo el oriente cristiano fundamentalmente por su interpretación de
algunos pasajes de las Escrituras 117 que confirmaban una idea especialmente
filosófica sobre el Logos: una criatura no eterna considerándolo una creación de
Dios. Así lo indica Grillmeier118 citando a Schneemelcher quien expone su cronología
teniendo en cuenta los estudios de H.G. Opitz cuando indica que cuando
Constantino interviene en la controversia (325) el debate ya está en plena marcha.
Se han realizado varios sínodos como el de Alejandría (323) Antioquía (324) que
corroboran su existencia.
113
DROBNER. Op.Cit. p. 259.
114
SIMONETTI. Op.Cit. p. 230.
115
GRILLMEIER. Op.Cit. p. 393.
116
HEALY, P. "Lucian of Antioch." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company,
1910. Traducido por María Hernández Medina, en http://ec.aciprensa.com/wiki/San_Luciano_de_Antioquia
117
Biblia de Jerusalén, Prov 8, 22; Heb 1, 4; 3, 1;Hech 2, 36; Col 1, 15.
118
GRILLMEIER. Op.Cit. p. 394
46
119
SIMONETTI. Op.Cit. p. 231.
120
GRILLMEIER. Op.Cit. p. 450
121
Ibid., p. 231.
47
122
Ibid., p.263
123
SESBOUE y WOLINSKY. Op.Cit. p.199.
124
DROBNER. Op.Cit. pp. 241-247
125
DROBNER. Op.Cit. p. 243.
126
Para conocer el arrianismo en su amplitud véase SIMONETTI, M. Op.Cit. pp. 230-236.
48
Lo primero que hay que señalar sobre la cristología de Arrio es su idea de Dios. “esa
idea de monoteísmo se basaba en fuentes filosóficas, particularmente en el
platonismo medio y en los inicios del neoplatonismo… y del estoicismo en la
segunda generación arriana”133. En efecto, La idea de Dios en Arrio está inspirada
en la teoría de los tres principios originada de una lectura del Timeo “la teoría
pretende dar respuesta a la pregunta por los fundamentos originarios, los principios
básicos del mundo según Platón… Y que además encontró gran acogida en el
mundo antiguo especialmente influencia en el arrianismo”134.
127
STUDER. Op.Cit. pp. 78-79
128
GRILLMEIER, A. Cristo en la Tradición Cristiana, Sígueme, Salamanca, 1997, p.393
129
Ibíd., p. 190
130
SIMONETTI. Op.Cit. p. 231.
131
Ibíd., p. 396-397
132
Ibíd., p. 30.
133
GRILLMEIER, A. Op.Cit. p. 398.
134
Ibíd., p. 398.
49
Sin embargo, en la idea de Dios de Arrio también tuvo influjo los grados y las
jerarquías del platonismo medio, Eudoro en diálogo con los pitagóricos aprendió
que los dos principios supremos el Uno y el Dos culminaban en Uno Superior. Por
lo que su conclusión en la divinidad platónica debía tener la misma interpretación.
Idea que fue superada por la idea bíblico-cristiana de la creación135 a costa de una
distorsión del kerigma cristiano del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
De aquí se desprende que lo fundamental en el kerigma arriano, en la interpretación
de la monada, de la Arje primera y única, o primera hipostasis, en la Trinidad excluye
toda dualidad…según Arrio sólo la primera hipostasis, la monada, es Dios en el
sentido autentico y pleno. Las hipostasis del hijo y del Espíritu Santo son grados
inferiores y pertenecen a la esfera creatural.136 El hijo solo se le llama Logos, sophia
y Dynamis porque participan por gracia (Atanasio diría por nombre) del Logos del
Padre. Estos presupuestos los podemos constatar en los fragmentos de lo poco que
se conserva de Arrio: la Thaleia y fragmentos que reporta Atanasio en C.A.
Para entender el esguince teológico volvamos a la teología pre-nicena de Orígenes.
Para Orígenes el Logos procede de la voluntad del Padre, pero además tiene tareas
que le competen en relación con el Espíritu Santo. El Logos necesita del Pneuma y
el Pneuma necesita de Logos formando un nuevo sustrato que es capaz de asumir
la sabiduría de Cristo. su cristología contiene también los genuinos fundamentos
tradicionales, expresadas con especial claridad; por ejemplo, el reconocimiento de
la realidad divina y humana de Cristo y en cuanto al Logos tiene dos fuentes: la
tradición cristiana fundado en el prólogo de Juan y la filosofía helenística plasmado
en el platonismo medio y el estoicismo137. Mientras que para Arrio no siempre existió
el Hijo ya que como todo ha llegado a ser de la nada y todas las cosas son creaturas
y han sido hechas, también el Logos mismo de Dios ha llegado a ser de la nada y
hubo un tiempo en que no existía138.
No obstante, Arrio también profesa su fe en la Encarnación del Hijo de Dios, según
lo expresa en la carta enviada con Euzoio al emperador Constantino 139 pero el hijo
de Dios, su Logos expresamente, es creado. En efecto, no siempre existió el Hijo,
ya que como todo ha llegado a ser de la nada y todas las cosas son creaturas y han
sido hechas, también el Logos mismo de Dios ha llegado a ser de la nada y hubo
un tiempo en que no existía. Esto es lo que afirma en su Thalia.
Según Grillmeier140 esta forma de pensar se debe fundamentalmente a un “silencio”
de Arrio y de los arrianos con respecto al alma de Cristo. Al parecer Arrio le atribuye
al Logos las funciones del alma. Es decir, no diferenciaba entre el alma racional y el
Logos del Padre. Sin embargo, el texto que mejor nos aproxima a la primera época
del arrianismo sobre su idea de Logos es el que trasmite Atanasio, que continuación
traemos a colación citado por Grillmeir:
135
Ibíd., p. 399
136
Ibíd., p. 404.
137
Ibíd., p. 252-296.
138
ARRIO. Thalía, fragmentos. 1-3 y 4, Recogidos en Atanasio, Contra Arrianos, ciudad Nueva, pp. 29-30.
139
GRILLMEIER. Op.Cit. 414.
140
Ibíd., p. 414.
50
El Logos, como toda (criatura), es mudable por naturaleza; pero es bueno por su
propia y libre voluntad, mientras quiera serlo. Si quiere algo, puede cambiar como
nosotros (pecadores), ya que posee una naturaleza mudable. Pero Dios,
conociendo por su presencia que sería bueno, le dio por anticipado esta gloria
que luego, como hombre, poseyó también por virtud; Dios hizo que este (logos)
llegara a ser con sus obras, previstas por él, lo que es ahora (inmutable y glorioso;
cf. Flp2,11)141
En esta parte del trabajo es fundamental descubrir cómo o de qué manera Atanasio
recurre a los argumentos de la Tradición para defender sus postulados cristológicos.
Pero también cabe la pregunta, después de una lectura juiciosa de la obra
¿Atanasio recurre de manera directa al argumento patrístico de quienes ya se
consideraban autoridad en la materia? Eso lo veremos.
La lectura de la obra también nos arrojó la manera como Atanasio recurre a la
Sagrada Escritura para defender la eternidad del Logos. No a priori afirmaremos de
entrada que este es el recurso por antonomasia de Atanasio para desarrollar la
teología de la divinidad del Logos y la relación con el Padre.
En primer lugar, señalemos que el origen de la cristología patrística hunde sus
raíces en los escritos de las Sagradas Escrituras. Los pensadores del cristianismo
primitivo no tienen otra fuente de inspiración que las Sagradas Escrituras, con esto
me refiero aquí tanto al anuncio Kerigmático del evento cristiano hasta la
canonicidad de los textos bíblicos. En efecto, ya en el anuncio kerigmático de los
discípulos éste es proclamado como el Cristo, anunciado por los profetas142, es a
partir del siglo II donde podemos evidenciar el discurso de los padres apostólicos
141
Ibíd., p, 415.
142
SESBOUE, B y WOLINSKI. Op.Cit. p. 17.
51
bajo una tradición bíblica ya cerrada sobre el que los Padres como Justino albergan
su inspiración. Por ello, Cuando las comunidades primitivas fueron tomando
conciencia del valor de la tradición bíblica y apostólica ya cerrada, paulatinamente
ello fue convirtiéndose en correctivo permanente en las discusiones trinitarias y
cristológicas, en defensa de la ortodoxia cristiana y, a la vez, en constante reflexión
profunda de un patrimonio de fe transmitido. En palabras de Barrios Tao:
Los contextos en los cuales se desarrolla la exégesis patrística, se pueden
plantear varios aspectos que marcan el nacimiento de la exégesis de los padres
de la Iglesia. La defensa de la identidad del mensaje cristiano, tanto frente a las
tradiciones judías como a las provocaciones culturales del mundo griego de su
tiempo provoca la necesidad de elaborar una metodología exegética143.
En este orden de ideas podemos comprender por qué Atanasio en Contra Arrianos
acude también a la Escritura bajo una lectura totalmente distinta. Arrio
efectivamente llevó a cabo una interpretación netamente literalista recalcitrante.
Esto quizás por toda la influencia que tuvo bajo Luciano de Antioquía, el detractor
principal del alegorismo alejandrino. Esto se verá en varias ocasiones en la obra
cuando Atanasio en una especie de monologo recuerda a los arrianos que los textos
de la Sagrada Escritura no siempre hablan de manera literal. Así se refiere Atanasio
a los arrianos en C.A. I, 51.
143
Barrios Tao, Hernando. «Exégesis patrística y exégesis narrativa. Un aporte a la relación exégesis-
hermenéutica». Franciscanum 164, Vol. lvii (2015) p. 189.
144
DE MARGARIE, Bertrand. La Exégesis polémica espiritual y doctrinal de San Atanasio en :
http://ec.aciprensa.com/wiki/Ex%C3%A9gesis_Patr%C3%ADstica:_San_Atanasio
52
145
ATANASIO. Op.Cit. I, 50, apar. 1
146
GRILLMEIER, A. Op.Cit. p. 398.
147
DE MARGARIE. Op. Cit: http://ec.aciprensa.com/wiki/Ex%C3%A9gesis_Patr%C3%ADstica:_San_Atanasio
53
sino que, poniendo su propia impiedad como canon, tergiversan en este sentido las
palabras de la Escritura148.
148
ATANASIO. Op.Cit. I, 52, apar. 3
149
DE MARGARIE. Op.Cit. en: https://www.aciprensa.com/catequesis/sanatanasio.htm.
150
ATANASIO Op.Cit. II, 57, apar. 5.
54
151
GRILLMEIER. Op.Cit. p. 147.
152
Ibid., p. 147
153
Ibíd., p. 148.
154
Ibíd., p. 149
155
Ibíd., p. 150.
55
3. “A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo Unigénito que está en el seno del
Padre él lo ha contado” (Jn 1,18)
Al respecto, dice Grillmeier 156 que el monogenes theos de Jn 1, 18 ayudan
decisivamente a profundizar y fundamentar la intervención del Logos en la creación
y en la Encarnación. El contenido y la autoridad de la actividad reveladora de Jesús
y de su puesto como Hijo de Dios (1, 18; P66 Y P75 nos muestran que la variante
monogenes theos es segura en este versículo. Tenemos así el comienzo y el final
del evangelio Jn, en los v. 1, 1.8 y 20, 29, una afirmación sobre la divinidad de
Cristo). Está claro que los dos títulos, Logos e Hijo no son formalmente equivalentes;
Logos, theos y monogenes implican, sin embargo, de hecho un único sujeto que ha
de entenderse como preexistente, supratemporal y supramundano, pero que está
presente y actúa encarnado en nuestro mundo.
Estos dos títulos Logos e Hijo, la idea de Encarnación y la relación del Logos con el
Padre compondrán el sustrato teológico en sectores amplios del cristianismo
primitivo como los ebionitas, el adopcionismo, el docetismo y el gnosticismo, para
escritores anónimos y apócrifos y para algunos personajes en los que cristalizó el
desarrollo de la fe primitiva como: Clemente Romano, Ignacio de Antioquía, Justino
Filosofo y mártir, Melitón de Sardes e Irineo de Lyon.157 Todos en contextos y matices
distintos; y aunque no es de nuestro interés explayarnos en la historia del concepto.
No obstante es vital indicar que este último
Concibe la encarnación como una unidad de Logos y carne que implica un estado de
tensión similar al que se advierte más tarde, intensificado, en Atanasio. El alejandrino
de pende aquí de Irineo. El interés de ambos apunta a la resurrección del cuerpo
humano, que en Jesús participa de la fuerza divina vivificadora mediante la unión con
el Logos. Aunque los dos sostienen que el hombre entero debe ser redimido, hacen
hincapié en la carne para abarcarlo todo158
156
Ibíd., p. 150
157
Una mayor exposición de la cristología del siglo II la podemos encontrar en Grillmeier, A, Cristo en la
tradición cristiana, segundo capítulo de la primera sección, titulado la cristología del siglo II. PP. 157-248.
158
Ibid. P. 245-246
159
Ibid., p. 248.
56
160
Ibid., p. 247.
161
Ibíd., p. 249.
162
LILLA, S.R.C. Clement of Alexandría, Oxford 1971, p. 142-189, citado por GRILLMEIER, A. Cristo en la
Tradición Cristiana, Salamanca, 1997, p. 288.
163
GRILLMEIER. Op.Cit. p. 289.
57
principio.164. Lo anterior hace pensar en que las fuentes de Clemente, ellas son
particularmente judeoajandrinas, ya dijimos en el primer capítulo que la influencia
de Filón es evidente, además del gnosticismo. Pero también hay que señalar sus
altas dosis de platonismo medio y neoplatonismo.
Yendo más lejos en el pensamiento del alejandrino, clemente a diferencia del
gnosticismo lato relaciona este Logos preexistente con el Jesús terreno. Se aleja de
la pluralidad gnóstica de los logoi y de las figuras del redentor. En efecto, Clemente
se atiene al prólogo de Juan.
Esto confiere a su cristología una línea y perfil claros, en contraste con las fisuras
gnósticas. Es verdad que la relación entre generación interna del Logos y Encarnación
queda en él tan opaca como en teólogos de los primeros tiempos considerados hasta
ahora. El punto de partida del envió del Hijo al mundo es la generación del Logos
como eikon, imagen del Padre, como pospón suyo. El hijo encarnado es pues, el
rostro del Padre, y es ya revelador por esencia.165
En ese mismo orden demos a conocer otros elementos de la cristología de Orígenes
respecto al Logos. En primer lugar Grillmeier nos indica que éste contiene en su
teología los elementos propios de la tradición alejandrina como el reconocimiento
de la realidad divina y humana de Cristo. No obstante el mismo autor indica que el
estado de investigación actual de Orígenes se preocupa no tanto por sus elementos
teológicos sino por el marco global en el que se circunscribe su cristología. 166 Esto
sería de vital importancia para comprender gran parte de sus afirmaciones
teológicas.
En este marco bíblico y de tradición cristiana se circunscriben los discursos contra
los arrianos. Los elementos bíblicos tanto de orden metodológico como teológico
tendrán incidencia en el alejandrino, principalmente Jn 1, 15. Así mismo, la tradición
teológica influirá dentro del ensamblaje conceptual cristológico de Atanasio de
Alejandría. Los conceptos de Logos, Imagen y alma son conceptos que, si bien
tienen raíces en la tradición judía, serán constitutivos en interpretación atanasia de
Cristo. Estos conceptos serán tratados a continuación en el marco de la obra que
hemos venido conociendo.
164
Ibíd., p. 290.
165
Ibíd., p. 290.
166
Ibíd., p. 296.
58
3. CRISTOLOGÍA ANTI-ARRIANA
En este capítulo nos adentraremos a la teología que emerge del estudio de la obra
Contra Arrianos soportada en tres aspectos fundamentales: la teología del Logos,
la teología de la imagen, y la teología del alma. Todos estos elementos teológicos
no solo son transversales sino cristológicamente yuxtapuestos en la interpretación
y formulación cristológica de Atanasio.
167
GRILLMEIER, A. Op.Cit. p. 506
59
no siempre existió el Hijo, ya que como todo ha llegado a ser de la nada y todas las
cosas son criaturas y han sido hechas, también el Logos mismo de Dios ha llegado a
ser de la nada y hubo un tiempo que no existía; el Logos no existía antes de llegar a
ser, sino que también su ser creado tuvo un origen, pues Dios, dice él, estaba solo y
todavía no existía el Logos y la Sabiduría; después, al haber querido crearnos a
nosotros , y solo entonces, hizo a uno solo y lo llamo Logos, Hijo y Sabiduría, para
crearnos por medio de él168.
Para Arrio, Dios no fue siempre padre debido a su concepción filosófica de lo divino.
La imagen que Arrio se construyó de Dios está realmente influida por varios
elementos de distintas orientaciones que le llevaron a considerar la divinidad
cristiana. En primera medida, la tradición alejandrina de Orígenes. Si bien hay
autores como Simonetti y Stead que consideran que Arrio partió de la teología de
Orígenes, no podemos afirmar que se inspiró en ella. Su inspiración está en su
elemento del platonismo medio: la monada. En efecto, según Grillmeier “su monada
suprema no permite depreciaciones. Excluye cualquier “diada”, toda dualidad”. De
aquí que para Arrio el Logos de Dios, es Dios solo por participación o gracia. Así
cita Atanasio la Thalia de Arrio
Hay dos sabidurías: una es la que es propia y coexistente con Dios, mientras que el
Hijo ha sido engendrado en esta sabiduría y al participar de ella es llamado Sabiduría
y Logos, De modo similar dice también que hay otro logos aparte del Hijo en Dios, y
que el Hijo es llamado Logos e Hijo al participar de ese logos por gracia169
De acuerdo a lo anterior, lo fundamental aquí es la interpretación de la mónada
platónica a la cual Arrio se adhiere por completo, de una única substancia y arje
primera. Se aleja de la tradición alejandrina de las tres hipostasis con radicalidad
pues no acepta sino una única sustancia divina, si bien Orígenes consideraba al
Hijo como subordinado al Padre, también lo hacía consustancial a él. Excluye toda
relación con el gnosticismo sobre una emanación pues el Hijo engendrado no es un
mero desprendimiento substancial sino que participa de esta gran Sabiduría por
gracia haciendo del Hijo y del Espíritu Santo hipostasis inferiores a la de Dios y así
ubicarlos en la esfera creatural. Por eso para Arrio no hay sino un solo Dios. Así lo
dice cuando Atanasio lo cita
“El Logos tampoco es verdadero Dios. En efecto, aunque es llamado
dios, sin embargo no lo es verdaderamente, sino que es llamado dios
igual que todos los demás, por participación en la gracia y sólo de
nombre. Y así como todos los dioses son ajenos a Dios y distintos de Él
en lo que se refiere a la sustancia, de la misma manera también el Logos
es diferente y distinto de la sustancia y de la identidad del Padre en todos
los aspectos. Pertenece a las cosas que han llegado a ser y a las
criaturas, y resulta ser una de ellas”170
Como el Logos no es verdadero Dios porque no pertenece a la hipostasis verdadera
de Dios, también es ajeno a él. De aquí que Arrio considere que como es ajeno,
entonces el Hijo no conoce al Padre pues este no alcanza a ver su realidad completa
168
Arrio. Thalia, fragm. 3-4, citado por Atanasio de Alejandría, Contra Arrianos I, 5, apar. 2.
169
Ibid., C.A I, 5 apar. 5.
170
Ibid., C.A I, 6, apar. 1-2
60
171
Ibid., C.A I, 6, apar. 3.
172
Ibid., C.A I, 9, apar. 1-3
173
Ibid., p. I, 17, apar. 2
61
Dios y en el Apocalipsis dice lo siguiente: El que es, el que era y el que viene. ¿Y
quién podría despojar de su eternidad a Aquél que es y que era?”174.
En efecto, en los Discursos que van del 11 al 14, Atanasio centra su apología en el
esclarecimiento y la relación de dos términos importantes: Tiempo-Logos. Para los
arrianos “hubo un tiempo que no existía el Hijo” eso significa que Dios no fue
siempre Padre, sino que esta condición le sobrevino posterior. Para Atanasio esto
es inadmisible dado que se le está dando los procesos naturales de generación de
las creaturas a Dios. De aquí que Atanasio deduzca los siguiente
Lo que se dice al Hijo en el salmo ciento cuarenta y cuatro: Tu reinado es un
reinado de todos los siglos, no permite a nadie pensar, ni por una casualidad,
en un intervalo de tiempo en el cual no existía el Logos. Pues si todo intervalo
de tiempo se mide dentro de los siglos, y el Logos es el rey y el hacedor de
todos los siglos, por fuerza, al no existir ni por asomo un intervalo de tiempo
anterior a Él, es una locura decir que hubo un tiempo en que el eterno no existía
y que el Hijo procede de la nada175.
Ahora bien, Atanasio señala que su teología es fiel a lo que comunican las
Escrituras y por ello el Hijo, que es el Logos del Padre, es eterno. Parte
principalmente del prólogo de Jn 1.1: el Logos era Dios. Lo utilizara para sentar la
base de la eternidad del Logos-Hijo. Atanasio continuará exponiendo una serie de
citas bíblicas tanto del antiguo como del Nuevo Testamento cambiando con la
interpretación de los mismos para afirmar la eternidad del Hijo-Logos. Un ejemplo
más los veremos en C.A I, 12, apartado 7
Los santos, cuando dicen: El que existía antes de los siglos, y también: Por medio del
cual hizo los siglos, están proclamando el carácter eterno y sempiterno del Hijo, en el
cual incluyen también al Padre mismo. Así Isaías dice: Dios eterno, que dispusiste las
cimas de la tierra; también Susana afirma: El Dios eterno, y Baruc escribió: Gritaré al
Dios eterno en medio de mis días, y un poco después: Pues yo esperé en nuestro
eterno Salvador, y me llegó la alegría de parte del Santo. Y puesto que al escribir a
los Hebreos el Apóstol dice: El cual es resplandor de la gloria e impronta de su
hipóstasis, y David canta en el salmo ochenta y nueve: Y que la claridad de Dios
venga sobre nosotros, e igualmente: en tu luz veremos la luz, ¿quién es tan estúpido
como para dudar que el Hijo existe siempre?176
Así pues, Atanasio demuestra dos cosas: que la eternidad del Logos-Hijo es una
realidad revelada y demostrada desde las escrituras, y dos que las expresiones “no
existió un tiempo o llegado a ser” son expresiones que se dirigen a las creaturas.
Ellas son extrañas al Logos. Así, una vez más, se evidencia en este largo
expresiones de las Sagradas Escrituras que predican sobre la eternidad del Logos
En efecto, Moisés, cuando describe el origen que nos corresponde a nosotros, dice:
Antes de que existiese sobre la tierra todo el verde del campo y antes de que brotara
la hierba del campo, pues Dios no había hecho llover sobre la tierra y no existía el
hombre para trabajar la tierra; y en el libro del Deuteronomio: Cuando el Altísimo
separó las naciones. Y el Señor, hablando por medio de sí mismo, decía: Si me
amaseis os habríais alegrado porque voy al Padre, pues el Padre es mayor que yo.
174
Ibid., I, 11, apar. 4-5
175
Ibid., I, 12, apar. 7
176
Ibid., I, 12, apar. 3-5
62
Ahora os lo he dicho con antelación antes de que suceda, para que cuando suceda
creáis; mientras que, por medio de Salomón, el Señor dice acerca de la creación:
Antes de crear la tierra, antes de crear los abismos, antes de que surgiesen las
fuentes de agua, antes de que fueran creados los montes, antes que todas las colinas,
me creó, y también dice: Antes de que Abrahán existiera yo soy. También por medio
de Jeremías dice: Antes deformarte en el vientre te conocía; y David canta: Señor,
has sido para nosotros un refugio de generación en generación. Antes de que fuesen
creados los montes y fuera modelada la tierra y el orbe, tú existes desde siempre, Y
en el libro de Daniel: Susana gritó con fuerte voz y dijo: Dios eterno, conocedor de
cuanto está oculto, que conoces todas las cosas antes de que existan. Así pues, las
expresiones «no existió un tiempo», «antes de llegar a ser», «cuando» y demás
expresiones semejantes es adecuado atribuirlas a las cosas que han llegado a ser y
a las criaturas que proceden de la nada, pero son extrañas al Logos. Si resulta que
las Escrituras aplican estas expresiones a las criaturas y la expresión «siempre» al
Hijo, entonces el Hijo, vosotros que lucháis contra Dios, no proviene de la nada ni
pertenece en absoluto a las cosas que han llegado a ser, sino que es imagen del
Padre y Logos eterno, y no se ha dado nunca un tiempo en el que no haya existido,
sino que existe siempre como resplandor eterno de la luz que es eterna. ¿Por qué
entonces os imagináis un tiempo anterior al Hijo?177
Estas expresiones “antes de…” es una de las afirmaciones que llevaron a los
arrianos considerar la no existencia del Logos antes del tiempo. Para los arrianos
el Logos es mutable, es cambiante debido a su naturaleza como criatura. Las
apreciaciones de los arrianos están ajustadas al mismo fondo del concepto de la
teoría de los tres estadios en la cual la monada es lo único eterno, inmutable e
incognoscible. A partir de ahí, las sustancias que se puedan desprender son
creaciones del Eterno. Atanasio lo confirma en el siguiente discurso, trayendo a
colación algunas preguntas que según el planteaban los arrianos
¿Tiene libre voluntad o no? ¿Es entonces bueno por una elección conforme a su libre
voluntad y es capaz, si quisiese, de mudarse al ser de naturaleza mutable? ¿Acaso
no está en su mano el elegir libremente moverse e inclinarse hacia una y otra
dirección, como sucede con una piedra y un madero?178
Ante tales objeciones de los arrianos, Atanasio sale al paso señalando
principalmente dos puntos: el primero, haciendo el momento en el que el Logos
inicia su inmutabilidad, puntualmente pregunta por el estadio en donde empieza a
mudar y hasta donde puede hacerlo y segundo, el alejandrino indica que si el logos
es mutable, pero es lo creado del Padre, ¿cómo puede ser imagen e impronta del
Padre si es mutable de lo inmutable? Veamos a continuación su argumentación
dialéctica
Si el Logos es mutable y cambia, ¿dónde se detendrá entonces y cuál será el término
de su aumento? ¿O cómo será capaz el que es mutable de ser semejante al que es
inmutable? ¿Cómo va a pensar que ha visto al que es inmutable el que ha visto al
que es mutable? ¿En qué estadio de su desarrollo, si llega a ser, podrá uno entonces
ver en el Hijo al Padre? Ciertamente, es claro que no siempre verá uno en Él al Padre
por el hecho de que el Hijo está siempre mudándose y es de naturaleza cambiante.
El Padre, en efecto, es inmutable y no puede cambiar, y permanece siempre del
mismo modo y es el mismo. Si el Hijo, en cambio, es mutable -como dicen ellos-y no
177
Ibid., pp. 44-45
178
Ibid., I, 35, apar. 2-3
63
siempre es el mismo, sino que siempre tiene una naturaleza cambiante, ¿cómo
alguien así va a poder ser imagen del Padre, si no se asemeja a Él en la
inmutabilidad? ¿Y de qué manera va estar completamente en el Padre, si su elección
está por determinar? Quizá al ser mutable y progresar cada día todavía no es
perfecto179.
Así continuara Atanasio exponiendo sus postulados de la inmutabilidad del Logos
hasta C.A I, 53 donde abre una gran sección para volver a debatir la eternidad del
Hijo-Logos, en esta ocasión a través de su forma de hacer exegesis bíblica sobre
la que hemos hablado en el subcapitulo 2.3. En efecto los arrianos no solo negaban
la inmutabilidad sino la eternidad del Logos mediante los siguientes textos de las
Escrituras que Atanasio debatirá uno por uno. Las citas bíblicas se exponen a
continuación pero sintetizaremos su postura de manera sucinta. Cuando se basan
en los siguientes textos bíblicos: Pro 8, 22; Hb 1, 4 y Hb 3; Hch 2, 36 y Hch 4, 10 1.
A continuación veremos los postulados bíblicos de los arrianos frente al Logos. Dice
Atanasio parafraseando lo que dicen los arrianos
Así, ellos dicen que está escrito en los Proverbios: El Señor me creó como principio
de sus caminos para sus obras, y que el Apóstol, en la Epístola a los hebreos, dice:
Ha llegado a ser en tanto superior a los ángeles, cuanto ha heredado un nombre más
distinguido frente a ellos, y poco después: Por tanto, hermanos santos, partícipes de
una llamada celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra confesión,
a Jesús, que es fiel a quien lo ha hecho; y en los Hechos: Por tanto, que os quede
claro, casa toda de Israel, que Dios ha hecho a este Jesús, a quien vosotros
crucificasteis, Señor y Cristo. Mencionando estas palabras por activa y por pasiva y
equivocándose en lo que se refiere al modo de entenderlas, han creído a partir de
ellas que el Logos de Dios es una criatura y una cosa que ha sido hecha y que es una
de las cosas que han llegado a ser180.
Ante ello Atanasio dirá que todas estas expresiones tomadas de las Sagradas
Escrituras, interpretadas a la ligera según su parecer, apuntan hacia una misma
dirección, convencer a su auditorio sobre la mutabilidad del Logos y su condición
creatural. Pero el alejandrino demostrará que todas ellas están bajo una
interpretación errónea pues Arrio y los arrianos no distinguen cuándo las Escrituras
hacen referencia al Logos en cuanto realidad divina y cuándo en tanto tomo carne.
Por ello, Atanasio se detiene para explicar que cuando el “apóstol” 181 indica que ha
llegado a ser superior a los ángeles se refiere a reconocer el carácter diferente de
la naturaleza del Hijo frente a las cosas que han llegado a ser. Por tanto, tal
expresión lo que realmente señala es la distinción en razón del carácter distinto del
Hijo frente a los ángeles y así, como Hijo, está sentado a la derecha del Padre (Hb
1, 13-14) mientras que los ángeles, como las creaturas están a su servicio como
Hijo182.
Es aquí donde Atanasio aprovechará para recordarle a los arrianos lo que las
Escrituras predican sobre el Hijo: que en el principio existía el Logos y el Logos
estaba frente a Dios y el Logos era Dios (Jn 1, 1) y por disposición del Padre el
179
Ibid., I, 35, apar. 5-6
180
Ibid., I, 53, apar. 1-2
181
Cuando Atanasio usa el término apóstol no identifica el autor real del libro de los Hechos, ¿en quién
pensará? Aquí no podremos determinarlo.
182
ATANASIO. Op.Cit, I, 55, apar. 5-10
64
Logos se hizo Carne (Jn 1, 14), por ello todas las cosas que se predican del Hijo-
Logos que llegó a ser, son por razones que llegó a ser Hijo de hombre 183. Esto se
explica al constatar en la obra las veces que Atanasio se ve obligado a explicar
quién es el sujeto de las realidades anímicas de Cristo, dado que Atanasio hace del
Logos el único sujeto supramundano y a la vez sujeto físico de la actividad de Cristo.
Es decir ¿si Cristo sufre el Logos también? ¿Si Cristo llora el Logos lo hace igual?
Para ello retomará aquellos textos bíblicos que le atribuyen los arrianos a esta
situación. Ellos son: Mt 28,18. Jn 5, 22. Jn 3,35-36. Mt 11,27. Mt26, 39. Lc 2, 52. Mc
13, 32
En efecto, he aquí que como no desfallecen en sus impiedades, sino que están
endurecidos como el Faraón, al escuchar y ver de nuevo los comportamientos
humanos del Salvador en los evangelios, se han olvidado completamente de la
divinidad paterna del Hijo, como hiciera el de Samosata, y, confiados en su lengua
audaz, dicen: ¿Cómo puede el Hijo proceder del Padre por naturaleza y ser por
sustancia seme jante a Él, si dice: Me ha sido dado poder, El Padre no juzga a nadie
sino que ha dado todo juicio al Hijo, El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su
mano y el que cree en el Hijo tiene vida eterna, Todo me ha sido dado por mi Padre y
ninguno conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar, y
Todo lo que me ha dado el Padre vendrá a mí. Y después añaden: Si fuese Hijo por
naturaleza, como vosotros decís, no tendría necesidad alguna de recibir, sino que lo
tendría por el hecho de ser Hijo. ¿Pues cómo puede ser potencia verdadera y por
naturaleza del Padre quien, llegada la ocasión del sufrimiento, dice: Ahora mi alma
está turbada. ¿Y qué voy a decir? ¿Padre sálvame de esta hora? Pero si para esto
he venido, para esta hora, Padre glorifica tu nombre. Vino entonces una voz del cielo:
lo he glorificado y lo volveré a glorificar. Y en otra ocasión decía algo parecido: Padre,
si es posible, aparta este cáliz, y también: Habiendo dicho esto, Jesús fue turbado en
el Espíritu y dio testimonio diciendo: en verdad os digo, uno de vosotros me va a
entregar184.
Este es el verdadero problema de la cristología atanasiana y es aquí donde los
arrianos realmente hubiesen complicado la definición atanasiana de Cristo. Por ello
la tarea que Atanasio tiene en el III discurso es señalar quién es el sujeto de estas
realidades humanas descritas anteriormente. Esta tarea no fue nada fácil para el
alejandrino dado que el Logos no es el mero soporte de la vida somática de Cristo
sino que además es fuente física y real de todos sus actos vitales. Además de ser
el principio motor en Cristo sobre los que recaen su actos espirituales y morales. Es
aquí donde los arrianos dirigen todo su ataque. Pues cómo explicar el sufrimiento
de Cristo. La tarea por tanto de Atanasio fue evidenciar que las caracterizas
humanas del redentor no afectan para nada la divinidad inviolable dado que el Logos
es su progreso con la carne le permitirá ser sujeto de las condiciones anímicas de
Jesucristo. Por ello para Atanasio será vital el texto de Lc 2, 52: y Jesús progresaba
en Sabiduría, edad y gracias ante Dios y los hombres. Dejemos que se expresen
primero sus palabras
Si resulta entonces que Él es también un hombre común, como todos los demás
hombres, estoy de acuerdo en que progrese como un hombre. Éste es precisamente
el modo de pensar del de Samosata, que es lo que en realidad pensáis también
vosotros, desmintiéndolo únicamente de palabra por causa de los hombres. Pero si
183
Ibid., II, 1, apar. 5
184
Ibid., III, 26, apar, 1-2.
65
es Dios que lleva carne, puesto que se trata de algo real (el Logos llegó a ser carne y
siendo Dios bajó a la tierra), ¿qué clase de progreso se da en quien es semejante a
Dios? ¿O en qué dirección podría crecer el Hijo que está siempre en el Padre? Pues
si progresa estando siempre en el Padre, ¿qué hay más allá del Padre, para que
pueda progresar también desde Él?185
El hecho de turbarse es propio de la carne, mientras que el hecho de tener poder para
dar y recuperar la vida cuando se quiera ya no es propio de los hombres, sino que
pertenece a la potencia del Logos186.
185
Ibid., III, 51, apar, 2.
186
Ibíd., III, 57, apar, 5.
187
GRILLMEIER. A. Op.Cit. p. 521.
66
Antes que nada, aquí es necesario anunciar que en la obra Contra Arrianos el tema
de la imagen aparece bajo una elaboración distinta en comparación al largo proceso
exegético y hermenéutico que le dedica al Logos. Esto tiene una explicación desde
el punto de vista de la tradición alejandrina. En efecto,
En la disputa con Arrio, no aparece que el tema de eikon fuese introducido por él
mismo sino que surgió a través de Alejandro de Alejandría que acudió a Col 1, 15
para demostrar la divinidad de Cristo, siempre en combinación con algunos adjetivos
aclaratorios que irritaron a los arrianos, como “imagen perfecta” “totalmente exacta”
“exactamente igual”, es decir, sin diferencias188.
El texto bíblico de inspiración tanto para Alejandro como para Atanasio es el himno
de Col 1, 15-20. Se trata de un himno que era probablemente común y litúrgico de
la comunidad de Colosa, comunidad judeo-helenística, ciudad de la cual ya no se
conservan mayores vestigios. Sobre el texto de Col 1, 15-20 Grillmeier189 precisa
que ningún otro himno cristológico del corpus paulinum suscitó un debate
permanente entre los Padres en temas y términos como eikon (imagen), prototokos
(primogénito) y arje (principio). Expresiones que fueron utilizadas y elaboradas con
mayor insistencia durante la crisis arriana ayudando a expresar la problemática del
momento y a construir la cristología del niceismo. La expresión eikon (imagen) figura
también en 2Cor 4, 4. Sin embargo en Col 1, 15 encuentra un significado diferente
y especial. Su importancia radica en que es un texto con un alta y profunda apuesta
cristológica.
En Col 1,15 se precisa que Cristo es «imagen del Dios invisible»; ese Dios que no
puede ser visto con ojos humanos se hace ahora contemplable en su Hijo; se nos
revela en una exacta reproducción que participa de todo el poder de deslumbramiento
propio del original. Siendo una persona viviente, esa «imagen de Dios» no es una
imitación artificial e inerte, sino una presencia animada de lo en ella reproducido190.
Ahora bien, esta misma forma de calificar al Logos también la asume Atanasio en
varios lugares de los tres discursos. En efecto, su aporte más relevante para la
doctrina del eikon es haber relacionado este apelativo con el título de Hijo y con el
homoousios o consustanacialidad nicena. Pongamos sobre el papel las palabras
de Atanasio: “el Hijo es la imagen verdadera de la sustancia del Padre” 191, también
indica que “el Hijo no proviene de la nada, ni pertenece a las cosas que han llegado
a ser, sino que es imagen del Padre y Logos eterno”192 y además que el “Hijo por
ser imagen del Padre, es razón por la cual considerar que son uno” 193. De este
modo, Atanasio da un paso teológico verdaderamente contundente. ¿Quién puede
ser el Hijo del Padre sino su Logos?, y a su vez la Imagen e impronta de su verdad.
188
Ibid., p. 133.
189
GRILLMEIER, A. Op.Cit. P. 124-125.
190
RUIZ DE LA PEÑA, Juan L. Imagen de Dios: Antropología teológico fundamental, Sal Terrae, 3ra edición,
Santander, 1996, p. 79.
191
ATANASIO. Op.Cit. I, 9, apar, 2.
192
Ibid., I, 13, apar, 6.
193
Ibid., I, 16, apar, 6.
67
194
GRILLMEIER. Op. Cit. p. 134.
195
ATANASIO. Op.Cit. I, 20, apar, 4-7
196
Ibid., I, 20, apar, 3.
197
Ibid., I, 21, apar. 1
68
diferencia indicando que la imagen expresa exactamente tal cual la esencia del Hijo
como diferente del Padre. De aquí emerge un problema capital: ¿el Logos es una
copia perfecta o es una copia inferior del arquetipo? Orígenes es quien de los padres
pre-nicenos se acercará mejor a esto no incluyendo la naturaleza carnal de Cristo.
Sin embargo, no se puede dejar de pensar en esta elaboración una especie de
subordinacionismo camuflado en cuanto la gradación de la persona de Cristo.198
Para Atanasio no existen mediaciones entre el Hijo y el Padre. Solo existe un Hijo
que es imagen del Padre. Una imagen que indica y recuerda precisamente atributos
divinos como los del Padre, su inmutabilidad, coeternidad y consustancialidad.
198
GRILLMEIER. Op.Cit. P. 131,
199
FERRATER MORA, J. Diccionario de Filosofía, tomo I, Nueva edición revisada, aumentada y actualizada por
el profesor JOSEP-MARÍA TERRICABRAS (director de la Catedra Ferrater Mora de Pensamiento
Contemporáneo de la Universidad de Girona), Editorial Ariel, Barcelona, 1994, pp. 109-118
69
200
Ibíd., p. 113.
201
SAXER, Víctor. Alma del mundo y alma humana en: Diccionario patrístico y de la antigüedad cristiana,
Tomo I, dirigido por ANGELO DI BERARDINO, ediciones Sígueme, Salamanca, 1991, pp. 85-88.
202
Ibíd., p. 85
70
es el alma del mundo, la ley del universo.203 Bajo este pensamiento se promueve
un alma cósmica ya previamente desarrollada en el estoicismo y el gnosticismo
principalmente. En efecto, si bien clemente identifica al Logos preexistente y
personal con el Jesus terreno, como vimos anteriormente, moviéndose de una
manera circular hasta llegar a la carne, es decir hecho hombre, este añade el
concepto del alma dentro de la imagen de Cristo como reflejo de la unidad entre
Logos y sarx.
Así se constata en la doctrina de las pasiones. Clemente distingue dos clases de ellas:
las unas son necesarias para el manteniendo del cuerpo (Strom. VI 9, 71); las otras
son las afecciones anímicas. Estas últimas debe combatirlas el cristiano si quiere ser
un “gnóstico”. Las pasiones anímicas son impensables en Cristo. Los instintos
corporales en cambio, son necesarias para el hombre ordinario como servicio para el
mantenimiento de la vida corporal. Pero Cristo carece de pasiones en cualquier
sentido. No necesita los instintos corporales para la conservación de su vida somática,
porque los sustituye una fuerza santa interior204
En contraposición a lo anterior se señala de Clemente una falta de conocimiento de
un Jesús terreno como lo asume la tradición jónica: un Jesús en el que se refleja la
Imagen del Padre y al mismo tiempo un Jesús bajo la realidad humana. En efecto
el Evangelio de Juan presenta a Jesús de Nazaret como hombre integral en cuerpo
y alma. Es decir con pasiones humanas, emociones internas y una vida psíquica
propiamente humana. Así se verá en los textos de Jn 11,33; 12, 27; 13, 27.
La idea de Logos no encubrió la imagen humana de Cristo. La realidad visible del
hombre Jesús saltaba a la vista; pero en ella vieron también los discípulos la gloria
del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Se señala por tanto una ruptura
entre la tradición bíblica del evangelio de Juan y un Clemente más helenizado que
cristianizado.
En orígenes el tema del alma se distingue porque el hombre es a la vez espíritu,
alma y cuerpo. Así lo señala Crouzel205 cuando indica que el pneuma es el don que
Dios hace a cada hombre para guiarlo en el conocimiento, en la oración y en la
virtud. Pero el alma es doble: su parte superior, la inteligencia (nous) o corazón, es
discípula del pneuma, que es la facultad del alma que acoge la gracia; la parte
inferior, la carne o el pensamiento de la carne corresponde en cierta medida a la
concupiscencia que orienta al hombre hacia el cuerpo. El alma se encuentra
además bajo la acción de ángeles y demonios que obedecen a sus dos capitanes,
Cristo y Satanás. Esto no será así en Cristo. El alma en Cristo para orígenes ocupa
un grado inferior al Logos. Pero ella está unida al Logos. De ahí que el alma de
Jesús y el primogénito de toda la creación, el Dios-Logos, no son dos realidades
sino que el Logos al asumir la carne de Jesús o hace por medio del Alma.
Esta doctrina favorecerá sin ninguna duda el pensamiento de Atanasio. Pero en
contextos diferentes. Veamos cómo se nos muestra en la obra Contra Arrianos.
203
GRILLMEIER. Op.Cit. 290.
204
Ibid., p. 293.
205
CROUZEL, Henry. Orígenes, en: Diccionario patrístico y de la antigüedad cristiana, Tomo I, dirigido por
ANGELO DI BERARDINO, ediciones Sígueme, Salamanca, 1991, pp. 1608-1616.
71
Las 18 veces que usa el término alma en Contra arrianos generalmente los usa
porque vienen a acompañado de alguna cita bíblica como la ocasión en la que Cristo
padece sufrimiento en el huerto de los Olivos por ejemplo: “ahora mi alma esta
turbada. ¿Y qué voy a decir? ¿Padre sálvame de esta hora? Jn 12, 27-28. (C.A III,
26.) Más atrás hace el uso del término “almas” en plural para señalarla como una
propiedad humana, (C.A II, 34) pero no se referencia ningún texto que la relacione
o identifique con el Logos, el Hijo o el eikon.
La situación anterior se comprueba cuando Grillmeier206 indica que el alma de Cristo
queda en la penumbra en la cristología del alejandrino, sin negarla de manera
expresa. De aquí que el alma de cristo con constituya un elemento teológico-
soteriológico en la interpretación del acto redentor y tampoco de la vida humana de
Cristo.
Para poder comprender lo anterior, es necesario señalar que el Logos de Atanasio
realiza la tarea de ser un principio vivificador del universo, con el poder de mover y
vivificar todo207, incluso el alma, de ahí que de esta misma manera conciba al alma
humana racional, la copia perfecta del Logos y la creación más perfecta dentro de
la creación terrena y material; “ella realiza para el cuerpo la tarea que ejerce el
Logos para el cosmos; es un Logos en pequeño y, por eso, un camino hacia él y
hacia el Padre”208. En Atanasio por tanto, el tema del alma humana va ligado al
mismo tema y concepción del Logos. Así lo expresa Grillmeier cuando indica que
La inhabitación del Logos en un cuerpo individual adaptado perfectamente a él como
su propio cuerpo, significa, desde la óptica de la idea cristiano-estoica del alejandrino,
el grado perfecto en la comunicación de vida y de poder. Esa inhabitación es perfecta,
intrínseca y sustancial y debe serlo para realizar la salvación de la vida degradada209.
No obstante al considerar el ser de Cristo se centra fundamentalmente en el Logos
que opera en el cuerpo de Cristo sin perder su trascendencia y trabajo en el resto
del mundo210. De este modo, se constata aquí la presencia del Logos a cambio del
Alma de Cristo que cumple “de vida y de poder” con el objeto de salvar a la
humanidad de su degradación, como lo comenta en C. A. III, 57
Y en lo que se refiere al hecho de que el Señor diga: si es posible, que se aparte este
cáliz, aprendan cómo es posible que habiendo dicho esto censure a Pedro afirmando:
No piensas las cosas de Dios. En efecto, el Señor quería aquello que rehusaba y
había venido para esto. Era característica suya el quererlo, mientras que era propio
de la carne el temer, y por eso también lo decía en cuanto hombre. Y a su vez, ambas
cosas eran dichas por el mismo, para mostrar por un lado que era Dios, queriéndolo,
y por otro que, al haber llegado ser hombre, tenía una carne que temía, por lo cual
ligó su propia voluntad a la debilidad humana, de manera que al ocultar su voluntad
hiciera que los hombres confiaran ante la muerte211.
206
GRILLMEIER, A. Op.Cit. p. 503.
207
GRILLMEIER, A. Op. Cit. p. 507
208
Ibíd., p. 507
209
Ibíd. P. 508.
210
Ibid., p. 508.
211
ATANASIO. Op.Cit. III, 57, apar. 1.
72
Esta relación la concibe como dijimos en la teología de Atanasio por influencia del
estoicismo:
Atanasio adoptó la idea estoica del mundo como cuerpo, como “soma” y colocó en
cierto modo al Logos concebido personalmente-a diferencia del estoicismo- en el
puesto del alma considerando como la copia más perfecta del Logos dentro de la
creación terrena y material; ella realiza para el cuerpo la tarea que ejerce el Logos
para el cosmos; es un logos en pequeño y, por eso un camino hacia él y hacia el
Padre214
Por tanto, ¿qué función o lugar ejerce u ocupa el alma de Cristo en el sistema
cristológico de Atanasio? Al parecer Atanasio no se ocupó de buscarle una función
a este elemento teológico y, por tato, incluirla dentro de su sistema cristológico. En
efecto, Según Grillmeier215, ni en la doctrina del logos ni tampoco en la del eikon
Atanasio hace una mención directa o relación teológica con el Alma de Cristo. Se
constata así como en la cristología atanasiana del Logos, el Alma no fue un factor
teológico para Atanasio sin negarla expresamente. La prueba de ello según M.
Richard es que
Los textos arrianos recogidos y criticados en C.A III presuponen que el Logos ocupó
el puesto del alma…el cristo arriano no es Dios ni hombre sino un ser intermedio,
único en su género. Atanasio procede de otro modo. Nunca acusa a los adversarios,
en el curso de su larga critica, de haber olvidado el alma humana del Señor. No les
reprocha haber hecho en Cristo un ser especial, sino simplemente un hombre
ordinario. Esto indica que su problemática fue totalmente distinta de la nuestra en el
aspecto antropológico. Nada critica a sus oponentes en este aspecto. Tampoco
recurre nunca a la psicología humana de Cristo para resolver las grandes dificultades
que plantean los arrianos216
Sin embargo, aunque es muy significativo el texto porque no habla del alma pero la
presupone en relación con la vida, vemos cómo el alma no ejerce aquí ninguna
función. Aquí quien trabaja es la potencia del Logos que por naturaleza pueda dar
la vida y recuperarla de nuevo. El cuerpo es el medio del Logos tanto en la vida
terrena de Cristo como es su muerte. Por ello la cristología de Atanasio va por una
212
Grillmeier, Op cit. 512.
213
Ibid, p. 520.
214
Ibid, p. 507
215
Ibid., p. 504
216
Ibid, p. 505.
73
línea más soteriológica que de cualquier otra índole. Allí se expresa su cristología y
la antropología del misterio de la encarnación.
74
CONCLUSIONES
217
ATANASIO DE ALEJANDRÍA. Op.Cit, p. 53.
75
218
GRILLMEIER. Op.Cit, p. 506.
76
indicar la realidad divina del Hijo de cara a la teología opuesta del arrianismo que
se fundaba en la de Pablo de Samosata y Luciano de Antioquia, sus inspiradores.
3. Este Logos es el principio activo de la humanidad de Cristo. Si bien Atanasio
asume la idea estoica de Logos, de naturaleza supra mundana y principio vivificador
del universo, en “Contra Gentes” y “De incarnatione” él se define como como un
logos en pequeño. El Logos es para Atanasio lo que el Alma fue para los estoicos.
Es decir que el Logos desciende al mundo inferior y ejercer la función del alma. En
efecto, para Atanasio la acción animadora del Logos, aun estando presente en todas
partes, se puede concentrar de modo especial en un ligar concreto 219.de aquí que
el Logos en Atanasio pueda hacerse carne y nada más. Es decir, el cuerpo es para
Atanasio el órganon del Logos en donde se resume su teología del Logos-sarx. Es
decir, la carne se convierte en el instrumento movido directamente por el Logos y
en ese sentido se comprende el vínculo tan íntimo entre la divinidad y la carne en
Atanasio. Así se comprueba en C.A III, 35.
4. La contribución de Atanasio a la doctrina de la Imagen consiste en haberla
relacionado con el Hijo y la Sabiduría del Padre. Así se reconoció en el primer
discurso. Si bien Atanasio no elaboró una doctrina del eikon su cristología se puede
identificar con una teología relacional de todos los conceptos cristológicos. Durante
la obra se pude ver como Atanasio constantemente hace referencia la eikon como
el mismo Logos y el mismo Hijo del Padre. En efecto, La relación entre los términos
imagen como la realidad que manifiesta al Padre en su ser mediante el Hijo no es
puramente gramatical, es teológica. La imagen es el resplandor del Padre dirá
Atanasio y si el resplandor viene de la Luz, el resplandor es la Verdad misma. De
este modo se corrobora la intención de Atanasio en los discursos. Dejar por sentado
la naturaleza divina del Hijo- Logos.
A modo de conclusión es preciso volver a señalar que la obra Contra Arrianos sigue
siendo una obra de gran validez investigación cristológica. Es una obra nacida de
las necesidades pastorales de una iglesia que se vio seriamente cuestionada en sus
principios dogmáticos conservados por la tradición, al aporte de cara a no pocas
espiritualidades modernas, es iluminadora en lo que respecta a la divinidad de
Cristo como el Hijo de Dios hecho Hombre. La pregunta plantada en el Evangelio
de Marcos 8,27 en boca de Jesús sigue siendo el interrogante que cualquier
interesado en la cuestiones de cristología deba seguir planteándose ¿Quién dice la
gente que soy yo?, más aun, y ¿ustedes? Es decir a quienes les buscan y quieren
conocerle. Ahora bien, es una obra que en mi juicio, giró más entorno a problemas
de lenguaje, gramaticales. Los conceptos se adhirieron a la interpretación bíblica
del helenismo del siglo IV. Tanto que el andamiaje filosófico constituyó el vehículo
vital para entender el monoteísmo cristiano.
Desde el punto de vista metodológico, y para concluir este trabajo sin ninguna duda
se puede afirmar de manera categórica la ineludible necesidad de la formación
histórica en los Padres de la Iglesia toda vez que permita comprender el contexto
histórico de la literatura de la iglesia primitiva. Ya lo dijimos y seguimos afirmándolo,
una investigación en torno a la literatura del cristianismo primitivo sin su debido
contexto es un acercamiento miope e irresponsable con la actividad teológica,
219
Ibíd., p. 508.
77
BIBLIOGRAFÍA
FUENTE PRIMARIA
ATANASIO de Alejandría, Discursos contra los arrianos, Editorial Ciudad Nueva,
Biblioteca Patrística, Introducción, traducción y notas de Ignacio de Ribiera Martin,
DCJM, Madrid, 2010. 383 p.
TEXTOS DE CONSULTA
http://ec.aciprensa.com/wiki/Ex%C3%A9gesis_Patr%C3%ADstica:_San_Atana
sio
SAXER, Víctor. Alma del mundo y alma humana en: Diccionario patrístico y de
la antigüedad cristiana, Tomo I, dirigido por ANGELO DI BERARDINO,
ediciones Sígueme, Salamanca, 1991.
DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
Anexo C.A.
Anexamos la versión del texto en español en PDF de la obra Contra Arrianos.
234392044-SAN-ATANASIO-Discursos-Contra-Los-Arrianos.pdf