Trastornos Mentales
Trastornos Mentales
Trastornos Mentales
Descripción general
La ansiedad puede definirse como una anticipación de un daño o desgracia futuros,
acompañada de un sentimiento de disforia (desagradable) y/o de síntomas somáticos de
tensión. El objetivo del daño anticipado puede ser interno o externo. Es una señal de
alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las
medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.
Es normal sentirse ansioso en algunos momentos, en especial, si tu vida es estresante. Sin
embargo, la ansiedad y la preocupación excesivas y continuas que son difíciles de
controlar e interfieren en las actividades diarias pueden ser signo de un trastorno de
ansiedad generalizada.
Vivir con trastorno de ansiedad generalizada puede ser un desafío de largo plazo. En
muchos casos, se produce junto con otros trastornos de ansiedad o emocionales. En la
mayoría de los casos, el trastorno de ansiedad generalizada mejora con psicoterapia o
medicamentos. También puede ser útil hacer cambios en el estilo de vida, aprender a
hacer frente a desafíos o situaciones y practicar técnicas de relajación.
Síntomas
Los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada pueden variar. Algunos de ellos son
los siguientes:
Pensar demasiado los planes y las soluciones a todos los peores resultados posibles
Fatiga
Temblor, agitación
Sudoración
Irritabilidad
Puede haber momentos en que las preocupaciones no te consumen por completo, pero
de todos modos te sientes ansioso aunque no haya motivos evidentes. Por ejemplo,
podrías sentir una gran preocupación sobre tu seguridad o la seguridad de tus seres
queridos, o tal vez sientas que algo malo está por sucederte.
Los niños y los adolescentes pueden tener preocupaciones similares a las de los adultos,
pero también pueden preocuparse en exceso por lo siguiente:
Ser un perfeccionista
Carecer de confianza
Causas
Como sucede con muchas enfermedades mentales, la causa del trastorno de ansiedad
generalizada probablemente surge de una interacción compleja de factores biológicos y
ambientales, que pueden incluir los siguientes:
Genética
Desarrollo y personalidad
Factores de riesgo
A las mujeres se les diagnostica trastorno de ansiedad generalizada de manera un poco
más frecuente que a los hombres. Los siguientes factores podrían aumentar el riesgo de
padecer un trastorno de ansiedad generalizada:
Complicaciones
Tener trastorno de ansiedad generalizada puede ser incapacitante. Este estudio puede:
Reducir tu energía
Fobias
Trastorno de pánico
Depresión
Abuso de sustancias
Prevención
No hay forma de predecir con certeza qué hará que una persona padezca un trastorno de
ansiedad generalizado, pero puedes tomar medidas para disminuir el efecto de los
síntomas si tienes ansiedad:
Pide ayuda enseguida. La ansiedad, al igual que muchos otros trastornos mentales,
puede ser más difícil de tratar si no buscas ayuda de inmediato.
Tratamiento
Las decisiones terapéuticas dependen de cuánto afecte el trastorno de ansiedad
generalizada tu capacidad de desenvolverte en la vida diaria. Los dos tratamientos
principales para el trastorno de ansiedad generalizada son la psicoterapia y los
medicamentos. Posiblemente, lo más beneficioso para ti sea una combinación de ambos.
Puede que sea necesario probar para descubrir cuáles tratamientos funcionan mejor para
ti.
Psicoterapia
Medicamentos
DEPRESIÓN
Descripción general
La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y
una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También denominada «trastorno
depresivo mayor» o «depresión clínica», afecta los sentimientos, los pensamientos y el
comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y
emocionales. Es posible que tengas dificultades para realizar las actividades cotidianas y
que, a veces, sientas que no vale la pena vivir.
Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y uno no puede
recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla. La depresión puede requerir
tratamiento a largo plazo. Pero no te desanimes. La mayoría de las personas con
depresión se sienten mejor con medicamentos, con psicoterapia o con ambos.
Síntomas
Si bien la depresión puede producirse solamente una vez en la vida; por lo general, las
personas tienen varios episodios de depresión. Durante estos episodios, los síntomas se
producen durante gran parte del día, casi todos los días y pueden consistir en:
Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un
esfuerzo mayor
Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves
para causar problemas evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela,
las actividades sociales o las relaciones con otras personas. Algunas personas pueden
sentirse infelices o tristes en general sin saber realmente porqué.
Síntomas de depresión en niños y adolescentes
Los signos y síntomas frecuentes de depresión en los niños y adolescentes son similares a
aquellos en los adultos, pero puede haber algunas diferencias.
En los niños más pequeños, los síntomas de depresión pueden consistir en tristeza,
irritabilidad, apego, preocupación, dolores, negarse a ir a la escuela o bajo peso.
La depresión no es una parte normal del envejecimiento, y nunca debe tomarse a la ligera.
Lamentablemente, la depresión a menudo no se diagnostica ni se trata en adultos
mayores, quienes pueden sentir reticencia a buscar ayuda. Los síntomas de la depresión
pueden ser diferentes o menos evidentes en los adultos mayores, entre ellos:
Dolores físicos
Fatiga, pérdida del apetito, problemas del sueño o pérdida del interés en el sexo,
que no son resultado de una enfermedad ni de un medicamento
Querer quedarse en casa con frecuencia, en lugar de salir a socializar o hacer cosas
nuevas
Causas
Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con muchos trastornos
mentales, puede comprender diversos factores, como:
Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan
un rol al causar o desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden
presentarse en el embarazo y durante las semanas o meses después del parto
(posparto), y por problemas de tiroides, menopausia u otros trastornos.
Factores de riesgo
Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o entre los veinte o treinta y
tantos años, pero puede aparecer en cualquier momento de la vida. Esta enfermedad se
les diagnostica más a las mujeres que a los hombres, pero puede ser, en parte, porque es
más probable que las primeras busquen recibir tratamiento.
Algunos de los factores que parecen aumentar el riesgo de que se manifieste o se
desencadene la depresión son:
Ciertos medicamentos, como los que se indican para la presión arterial alta o las
pastillas para dormir (habla con el médico antes de suspender la toma de cualquier
medicamento)
Complicaciones
La depresión es un trastorno grave que puede causar efectos devastadores tanto en ti
como en tus familiares. La depresión suele empeorar si no se trata y puede derivar en
problemas emocionales, de conducta y de salud que pueden afectar todos los aspectos de
tu vida.
Los ejemplos de las complicaciones relacionadas con la depresión comprenden:
Aislamiento social
Prevención
No existe una manera segura para evitar la depresión. Sin embargo, las siguientes
estrategias pueden ser útiles.
Tratamiento
Los medicamentos y la psicoterapia son eficaces para la mayoría de las personas con
depresión. Tu médico de cabecera o tu psiquiatra te pueden recetar medicamentos para
aliviar los síntomas. Sin embargo, muchas personas que padecen depresión también se
benefician con ver a un psiquiatra, a un psicólogo o a otro profesional de salud mental.
Si sufres depresión grave, es posible que necesites una estancia hospitalaria o participar
en un programa de tratamiento para pacientes ambulatorios hasta que los síntomas
mejoren.
Medicamentos
Psicoterapia
Los formatos de las terapias para la depresión como una alternativa a las sesiones
presenciales en el consultorio están disponibles y pueden ser una opción efectiva para
algunas personas. La terapia se puede proporcionar, por ejemplo, como un programa de
computadora, mediante sesiones en línea, o con videos o cuadernos de ejercicios. Un
terapeuta puede guiar los programas o pueden ser independientes de manera parcial o
total.
Antes de que elijas una de estas opciones, analiza estos formatos con el terapeuta para
determinar si pueden ser útiles para ti. Además, pregúntale al terapeuta si te puede
recomendar alguna fuente o programa de confianza. Es posible que tu seguro no cubra
algunas opciones, y que no todos los desarrolladores y terapeutas en línea tengan las
capacitaciones y acreditaciones correctas.
Los teléfonos inteligentes y las tabletas que ofrecen aplicaciones móviles de salud, como
apoyo y educación general sobre la depresión, no sustituyen la consulta con el médico o el
terapeuta.
En algunos casos, la depresión es tan grave que se necesita una estancia hospitalaria. Esto
puede ser necesario si no te puedes cuidar solo adecuadamente o si estás en peligro
inminente de lastimarte a ti mismo o a alguien más. El tratamiento psiquiátrico en un
hospital te puede ayudar a mantenerte tranquilo y seguro hasta que mejore tu estado de
ánimo.
La hospitalización parcial o los programas de tratamiento de día también pueden ayudar a
algunas personas. Estos programas brindan el apoyo ambulatorio y la terapia necesarios
para mantener los síntomas controlados.
ESQUIZOFRENIA
Descripción general
Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones
anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los
síntomas principales son delirios y alucinaciones. Los delirios son falsas creencias, tales
como la idea de que alguien está en su contra o que la televisión les envía mensajes
secretos. Las alucinaciones son percepciones falsas, como escuchar, ver o sentir algo que
no existe.
La esquizofrenia es un tipo de trastorno psicótico. Quienes sufren de trastorno
bipolar también pueden tener síntomas psicóticos. Otros problemas que pueden causar
psicosis son: el alcohol y ciertos medicamentos, tumores cerebrales, infecciones del
cerebro y un ataque cerebrovascular (ACV).
Síntomas
La esquizofrenia incluye una variedad de problemas en los pensamientos (cognición), el
comportamiento o las emociones. Los signos y síntomas pueden variar, pero
generalmente incluyen delirios, alucinaciones o habla desorganizada, y refleja una
capacidad alterada de desempeño. Los síntomas pueden incluir lo siguiente:
Delirios. Son creencias falsas que no se basan en la realidad. Por ejemplo, piensas
que te están lastimando o acosando, que ciertos gestos o comentarios están
dirigidos a ti, que tienes una capacidad o fama excepcional, que otra persona está
enamorada de ti o que se está por producir una catástrofe importante. Los delirios
se producen en la mayoría de las personas con esquizofrenia.
Alucinaciones. Implican ver o escuchar cosas que no existen. Sin embargo, para la
persona con esquizofrenia, tienen toda la fuerza y el impacto de una experiencia
normal. Las alucinaciones pueden producirse en cualquiera de los sentidos, pero
escuchar voces es la alucinación más frecuente.
En los hombres, los síntomas de esquizofrenia generalmente comienzan entre los 20 y los
25 años. En las mujeres, los síntomas generalmente comienzan después de los 25 años. Es
poco frecuente que se diagnostique esquizofrenia en niños y muy poco frecuente en
personas mayores de 45.
Síntomas en adolescentes
Los síntomas de la esquizofrenia en adolescentes son similares a los de los adultos, pero
puede ser más difícil reconocer la afección. Esto puede deberse en parte a que algunos de
los síntomas tempranos de la esquizofrenia en adolescentes son comunes para el
desarrollo normal en los adolescentes, por ejemplo los siguientes:
Irritabilidad o depresión
Falta de motivación
Causas
No se conocen las causas de la esquizofrenia, pero los investigadores piensan que la
combinación de la genética, la química del cerebro y el ambiente contribuye al desarrollo
de este trastorno.
Los problemas con ciertos químicos del cerebro que se producen naturalmente, como los
neurotransmisores llamados dopamina y glutamato, pueden contribuir a la esquizofrenia.
Los estudios de imágenes cerebrales muestran las diferencias en la estructura del cerebro
y el sistema nervioso central de las personas con esquizofrenia. Si bien los investigadores
no están seguros de la importancia de estos cambios, estos indican que la esquizofrenia es
una enfermedad mental.
Factores de riesgo
Si bien se desconoce la causa precisa de la esquizofrenia, ciertos factores parecen
aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenar la esquizofrenia, incluidos los
siguientes:
Complicaciones
Si no se trata, la esquizofrenia puede generar graves problemas que afectan todas las
áreas de la vida. Las complicaciones provocadas por la esquizofrenia o que se relacionan
con esta incluyen las siguientes:
Autolesión
Depresión
Aislamiento social
Problemas médicos y de salud
Victimizarse
Prevención
No hay una manera segura de prevenir la esquizofrenia; sin embargo, seguir el plan de
tratamiento puede ayudar a prevenir las recaídas o el empeoramiento de los síntomas.
Además, los investigadores esperan que, al obtener mayor información sobre los factores
de riesgo de la esquizofrenia, se puedan generar un diagnóstico y un tratamiento más
rápidos.
Tratamiento
La esquizofrenia requiere tratamiento de por vida, incluso si los síntomas desaparecen. El
tratamiento con medicamentos y terapia psicosocial puede ayudar a controlar la
enfermedad. En algunos casos, puede ser necesaria una internación.
Por lo general, un psiquiatra con experiencia en esquizofrenia guía el tratamiento. El
equipo de tratamiento también puede incluir un psicólogo, un asistente social, personal
de enfermería psiquiátrica y, posiblemente, un encargado del caso para coordinar la
atención. El abordaje de equipo completo puede estar disponible en clínicas con pericia en
el tratamiento de la esquizofrenia.
Medicamentos
Los medicamentos son la base del tratamiento de la esquizofrenia; los antipsicóticos son
los que se recetan con más frecuencia. Estos medicamentos controlan los síntomas al
actuar sobre la dopamina, un neurotransmisor cerebral.
El objetivo del tratamiento con antipsicóticos es controlar los signos y síntomas de manera
eficaz con la dosis más baja posible. El psiquiatra puede probar diferentes medicamentos,
distintas dosis o combinaciones con el correr del tiempo a fin de lograr el resultado
deseado. Otros medicamentos, como los antidepresivos y los ansiolíticos, también pueden
resultar útiles. Pueden pasar varias semanas hasta observar la mejora de los síntomas.
Es posible que las personas que sufren de esquizofrenia se nieguen a tomar los
medicamentos para tratar esta enfermedad, ya que pueden provocar efectos secundarios
graves. La voluntad de cooperar con el tratamiento puede incidir en el medicamento que
se receta. Por ejemplo, alguien que se resiste a tomar medicamentos constantemente
quizás necesite inyecciones en lugar de comprimidos.
Pregúntale al médico sobre los beneficios y los efectos secundarios de todos los
medicamentos que te receten.
Aripiprazol (Abilify)
Asenapina (Saphris)
Brexpiprazol (Rexulti)
Cariprazina (Vraylar)
Clozapina (Clozaril)
Iloperidona (Fanapt)
Lurasidona (Latuda)
Olanzapina (Zyprexa)
Paliperidona (Invega)
Quetiapina (Seroquel)
Risperidona (Risperdal)
Ziprasidona (Geodon)
Clorpromazina
Flufenazina
Haloperidol
Perfenazina
Estos antipsicóticos suelen ser más económicos que los antipsicóticos de segunda
generación, en especial, las versiones genéricas, lo que puede ser un factor de decisión
importante cuando se necesita un tratamiento a largo plazo.
Intervenciones psicosociales
Una vez que la psicosis desaparece, además de continuar tomando los medicamentos, son
importantes las intervenciones psicológicas y sociales (psicosociales). Estas pueden incluir
las siguientes:
Terapia familiar. Brinda apoyo e información a las familias que hacen frente a la
esquizofrenia.
La mayoría de las personas con esquizofrenia necesitan algún tipo de apoyo diario.
Muchas comunidades tienen programas para ayudar a personas con esquizofrenia con
temas relacionados con trabajo, vivienda, grupos de autoayuda y situaciones de crisis. Un
encargado del caso o alguien del equipo de tratamiento pueden ayudarte a encontrar
recursos. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con esquizofrenia
pueden controlar su enfermedad.
Hospitalización
Durante los períodos de crisis o de síntomas graves, es posible que se requiera hospitalizar
al paciente para garantizar seguridad, alimentación correcta, horas de sueño adecuadas e
higiene básica.
Terapia electroconvulsiva
En el caso de los adultos con esquizofrenia que no responden a la terapia farmacológica, la
terapia electroconvulsiva podría ser una opción. La terapia electroconvulsiva podría ser
útil para las personas que también tienen depresión.
TRASTORNO BIPOLAR
Descripción general
El trastorno bipolar, antes denominado «depresión maníaca», es una enfermedad mental
que causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales
(manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión).
Aunque el trastorno bipolar es una afección de por vida, puedes controlar los cambios en
el estado de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento. En la mayoría de
los casos, el trastorno bipolar se trata con medicamentos y apoyo psicológico
(psicoterapia).
Síntomas
Existen distintos tipos de trastorno bipolar y de trastornos relacionados. Estos pueden
consistir en manía o hipomanía y depresión. Los síntomas pueden causar cambios
impredecibles en el estado de ánimo y el comportamiento, lo cual da como resultado un
gran sufrimiento e importantes dificultades en la vida.
Trastorno bipolar I. Has sufrido al menos un episodio maníaco que puede estar
precedido o seguido de un episodio hipomaníaco o un episodio depresivo mayor. En
algunos casos, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis).
Trastorno bipolar II. Has sufrido, al menos, un episodio depresivo mayor y, como
mínimo, un episodio hipomaníaco, pero nunca tuviste un episodio maníaco.
Trastorno ciclotímico. Has tenido durante al menos dos años —o un año en el caso
de niños y adolescentes— muchos períodos con síntomas de hipomanía y períodos
con síntomas depresivos (aunque menos graves que la depresión mayor).
Otros tipos. Estos comprenden, por ejemplo, el trastorno bipolar y los trastornos
relacionados inducidos por ciertos medicamentos o bebidas alcohólicas, o debidos a
una enfermedad, como la enfermedad de Cushing, la esclerosis múltiple o un
accidente cerebrovascular.
El trastorno bipolar II no es una forma más leve de trastorno bipolar I, sino un diagnóstico
diferente. Mientras que los episodios maníacos del trastorno bipolar I pueden ser graves y
peligrosos, las personas que tienen trastorno bipolar II pueden estar deprimidas durante
períodos más largos, lo cual puede causar un deterioro importante.
Manía e hipomanía
La manía y la hipomanía son dos tipos diferentes de episodios, pero tienen los mismos
síntomas. La manía es más grave que la hipomanía y causa problemas más notorios en el
trabajo, la escuela y las actividades sociales, así como dificultades en las relaciones.
Además, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis) y requerir
hospitalización.
Tanto los episodios maníacos como los hipomaníacos comprenden tres o más de los
siguientes síntomas:
Locuacidad inusual
Frenesí de ideas
Distracción
Tomar malas decisiones, como hacer compras compulsivas, tener prácticas sexuales
riesgosas o hacer inversiones absurdas
Un episodio depresivo mayor consiste en síntomas que son lo suficientemente graves para
causar dificultades evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las
actividades sociales o las relaciones. Un episodio comprende cinco o más de los siguientes
síntomas:
Los signos y síntomas del trastorno bipolar I y II pueden comprender otras características,
como depresión ansiosa, melancolía, psicosis u otros. De acuerdo con el momento en que
ocurren los síntomas, estos pueden tener etiquetas de diagnóstico tales como «de ciclos
rápidos» o «mixtos». Asimismo, los síntomas del trastorno bipolar pueden presentarse
durante el embarazo o cambiar de acuerdo con las estaciones del año.
Los niños y los adolescentes pueden tener episodios diferentes de trastorno depresivo
mayor o de manía o hipomanía; sin embargo, el patrón puede apartarse del de los adultos
con trastorno bipolar. Y los estados de ánimo pueden cambiar con rapidez durante los
episodios. Es posible que algunos niños tengan, entre los episodios, períodos en los que
no presenten síntomas relacionados con el estado de ánimo.
Causas
Se desconoce la causa exacta del trastorno bipolar, pero este puede implicar varios
factores, entre ellos:
Diferencias biológicas. Las personas con trastorno bipolar tienen cambios físicos en
el cerebro. La importancia de estos cambios aún es incierta, pero con el tiempo
puede ayudar a identificar las causas.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer trastorno bipolar o que pueden
actuar como desencadenantes del primer episodio son:
Complicaciones
Si no se trata, el trastorno bipolar puede provocar problemas graves que afectan todos los
aspectos de la vida, como:
Relaciones dañadas
Afecciones simultáneas
Si padeces trastorno bipolar, es posible que también tengas otra afección que se deba
tratar junto con este trastorno. Algunas afecciones pueden empeorar los síntomas del
trastorno bipolar o hacer que el tratamiento tenga menos éxito. Por ejemplo:
Trastornos de ansiedad
Trastornos de la alimentación
Prevención
No existe una forma de prevenir el trastorno bipolar. Sin embargo, recibir tratamiento tan
pronto aparecen los primeros signos de un trastorno de salud mental puede ayudar a
evitar que el trastorno bipolar u otras enfermedades de salud mental empeoren.
Tratamiento
La mejor persona para guiar el tratamiento es un médico especializado en diagnosticar y
tratar enfermedades mentales (psiquiatra) que esté capacitado en el tratamiento del
trastorno bipolar y otros trastornos relacionados. Es posible que cuentes con un equipo de
tratamiento que también conste de un psicólogo, un asistente social y un enfermero
psiquiátrico.
El trastorno bipolar es una afección de por vida. El tratamiento está dirigido a controlar los
síntomas. De acuerdo con tus necesidades, el tratamiento puede comprender:
Medicamentos
Se utiliza una serie de medicamentos para tratar el trastorno bipolar. Los tipos y las dosis
de medicamentos se recetan según los síntomas en particular.
Efectos secundarios
Por lo general, los efectos secundarios leves mejoran a medida que se hallan los
medicamentos indicados y las mejores dosis para ti, y tu cuerpo se adapta a la medicación.
Habla con el médico o el profesional de salud mental si tienes efectos secundarios
molestos.
No hagas ningún cambio ni dejes de tomar los medicamentos. Si dejas de tomar los
medicamentos, es posible que sufras efectos de abstinencia o que los síntomas empeoren
o regresen. Esto puede causar mucha depresión, pensamientos suicidas o un episodio
maníaco o hipomaníaco. Si crees que necesitas hacer un cambio, llama a tu médico.
Medicamentos y embarazo
Existen varios medicamentos para el trastorno bipolar que pueden asociarse a defectos de
nacimiento y que pueden pasar al bebé a través de la leche materna. Hay ciertos
medicamentos, como ácido valproico y divalproato sódico, que no deben consumirse
durante el embarazo. Además, los medicamentos anticonceptivos pueden perder
efectividad cuando se toman junto con ciertos tipos de medicamentos para el trastorno
bipolar.
Si es posible, habla con el médico acerca de las opciones de tratamiento antes de quedar
embarazada. Si tomas medicamentos para tratar el trastorno bipolar y crees que puedes
estar embarazada, habla con el médico de inmediato.
Psicoterapia
La psicoterapia es una parte fundamental del tratamiento para el trastorno bipolar y
puede realizarse en forma individual, familiar o grupal. Existen varios tipos de terapias que
pueden ayudar. Estas comprenden las siguientes:
Según tus necesidades, pueden añadirse otros tratamientos a la terapia para la depresión.
Por lo general, los tratamientos para niños y adolescentes se deciden de acuerdo con el
caso, según los síntomas, los efectos secundarios de los medicamentos y otros factores.
Generalmente, los tratamientos comprenden:
Psicoterapia. La terapia inicial y a largo plazo puede ayudar a evitar que regresen
los síntomas. La psicoterapia puede ayudar a los niños y a los adolescentes a vivir
con sus rutinas, desarrollar la capacidad de enfrentar desafíos o situaciones,
abordar dificultades de aprendizaje, resolver problemas sociales, y fortalecer la
comunicación y los lazos familiares. Y, si es necesario, puede ayudar a tratar los
problemas de abuso de sustancias que son frecuentes en niños mayores y
adolescentes con trastorno bipolar.
Síntomas
El trastorno por consumo de alcohol puede ser leve, moderado o grave, según la cantidad
de síntomas que presentes. Entre los signos y síntomas pueden encontrarse los siguientes:
Consumo continuo de alcohol incluso cuando sabes que esto causa problemas
físicos, sociales o interpersonales
National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism define un trago normal como
cualquiera de los siguientes:
Entre 8 y 9 onzas (de 237 a 266 mililitros) de licor de malta (aproximadamente 7 por
ciento de alcohol)
1.5 onzas (44 mililitros) de licor fuerte con 80 por ciento de graduación alcohólica
(aproximadamente 40 por ciento de alcohol)
Causas
Los factores genéticos, psicológicos, sociales y ambientales pueden influir sobre la manera
en que el alcohol afecta tu organismo y tu conducta. Hay teorías que sugieren que en
algunas personas el alcohol tiene un impacto diferente y más fuerte que puede causar
trastornos relacionados con el consumo de alcohol.
Con el paso del tiempo, tomar demasiado alcohol puede cambiar el funcionamiento
normal de algunas áreas del cerebro asociadas con la experiencia de placer, el
razonamiento y la capacidad de controlar tu conducta. Eso podría ocasionar un fuerte
deseo de tomar alcohol para intentar recuperar los sentimientos positivos o disminuir los
negativos.
Factores de riesgo
El consumo de alcohol puede comenzar en la adolescencia, pero el trastorno por consumo
de alcohol se manifiesta con mayor frecuencia entre los 20 y los 40 años, aunque puede
presentarse a cualquier edad.
Factores sociales y culturales. Tener amigos o una pareja que beben con
regularidad podría aumentar el riesgo de padecer trastorno por consumo de
alcohol. La manera atractiva en la que a veces el consumo de alcohol se presenta en
los medios de comunicación también puede transmitir el mensaje de que beber
mucho está bien. En el caso de los jóvenes, la influencia de los padres, compañeros
y otros modelos a seguir puede afectar el riesgo.
Complicaciones
El alcohol deprime el sistema nervioso central. En algunas personas, la reacción inicial
puede ser la estimulación. Sin embargo, a medida que sigues bebiendo, te vas sedando.
Impacto en la seguridad
Beber demasiado alcohol en una sola ocasión o a lo largo del tiempo puede ocasionar
problemas de salud, como los que se nombran a continuación:
Daño en los huesos. El alcohol puede afectar la producción de masa ósea. Esta
disminución de la masa ósea puede causar un adelgazamiento de los huesos
(osteoporosis) y un mayor riesgo de sufrir fracturas. El alcohol también puede dañar
la médula ósea, encargada de producir los glóbulos de la sangre. Es posible que esto
provoque un recuento de plaquetas bajo, lo que puede ocasionar hematomas y
sangrado.
Prevención
La intervención temprana puede prevenir problemas relacionados con el alcohol en
adolescentes. Si tienes un hijo adolescente, presta atención a los signos y síntomas que
puedan indicar un problema con el alcohol:
Dificultades o cambios en las relaciones con los amigos, como juntarse con un
nuevo grupo.
Habla abiertamente con tu hijo, dedica tiempo para estar juntos e involúcrate de
manera activa en su vida.
Hazle saber a tu hijo qué tipo de comportamiento esperas y cuáles serán las
consecuencias si no cumple las normas.
Tratamiento
El tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol puede variar en función de tus
necesidades. El tratamiento puede incluir una intervención breve, asesoramiento
individual o grupal, un programa ambulatorio o una estancia con residencia como
paciente hospitalizado. La meta principal del tratamiento es trabajar para detener el
consumo de alcohol y así mejorar la calidad de vida.
Práctica espiritual. Para las personas que participan en algún tipo de práctica
espiritual regular puede ser más sencillo continuar con la recuperación del
trastorno por consumo de alcohol u otras adicciones. Tener una mayor
comprensión de su lado espiritual es un elemento clave en la recuperación de
muchas personas.
ANGUSTIA
Descripción general
La angustia es un estado afectivo que causa malestar, sensación de sofoco, sufrimiento
mental e incluso tristeza. Está relacionada con el temor (miedo irracional), la
desesperación y, en muchos casos, con la incertidumbre. El miedo a la separación, el
acoso en la escuela o en el trabajo o los pensamientos irracionales e intrusivos, entre otras
situaciones, pueden provocar angustia.
Es frecuente que el término angustia se confunda con ansiedad. En este artículo
hablaremos de las diferencias entre ambos conceptos y profundizaremos en las causas, los
síntomas y los posibles tratamientos de la angustia.
Si bien la ansiedad y la angustia destacan por parecerse al miedo, son diferentes a este
último en el sentido que el miedo se manifiesta ante estímulos presentes, y la ansiedad o
la angustia ante la anticipación de peligros futuros, indefinibles, imprevisibles e incluso
irracionales.
La angustia puede ser adaptativa y útil, en el sentido de que es una reacción normal en
nuestro día a día, e incluso llega a ser beneficiosa en ciertos contextos. Por ejemplo, al
cruzar una carretera con el semáforo en rojo, pues nos mantiene alerta para que no nos
atropellen.
Síntomas
La angustia presenta una serie de síntomas característicos. Son los siguientes:
Causas
Esta situación de angustia no solo aparece de forma aguda como en el caso del trastorno
de pánico, sino que hay otros factores que pueden llevar a sufrirla. Por ejemplo, cuando
no tenemos claro nuestro futuro y entramos en una crisis existencial que nos deja dormir
pensando en cómo solucionaremos el problema. Para que la angustia ocurra, entran en
juego factores biológicos, psicológicos (y existenciales) y ambientales. Por eso los
filósofos, poetas, psicólogos y psiquiatras se han interesado por este fenómeno a lo largo
de la historia.
Generalmente la angustia aparece en situaciones en las que la persona se enfrenta a
situaciones difíciles, donde hay un elemento amenazante (físico o psicológico), pero
también en aquellas situaciones en las que la persona no ve claro el camino a seguir y, por
tanto, vive una situación de incertidumbre.
A nivel biológico, también hay estudios que afirman que la predisposición genética está
presente en esta condición, y que algunos neuroquímicos juegan un papel importante en
la angustia.
Por ejemplo, un aumento de adrenalina o una reducción del ácido gamma-aminobutírico
(GABA). Por último, algunas causas ambientales como las dificultades en las relaciones
sociales o malos hábitos cotidianos, entre otras, pueden precipitar la aparición de la
angustia.
Posibles tratamientos
Los problemas de angustia son muy frecuentes en nuestros días y, sin lugar a dudas, el
tratamiento más efectivo para solucionarlo es acudir a terapia psicológica.
Los psicólogos son profesionales preparados para tratar este tipo de problemas, que
pueden ayudar a los pacientes a descubrir las causas subyacentes de sus preocupaciones y
temores; y pueden facilitarles ciertas herramientas que les ayuden a relajarse y a mirar las
situaciones desde una nueva perspectiva. Asimismo, pueden ayudar a éstos a desarrollar
mejores habilidades de afrontamiento y resolución de problemas.
La terapia psicológica para los problemas de angustia suele ser corta, pues los pacientes
mejoran en 8 o 10 sesiones terapéuticas. La terapia cognitivo conductual se ha mostrado
muy efectiva como modelo terapéutico en el tratamiento de los trastornos de ansiedad,
pero también son efectivas otros tipos de psicoterapia como la terapia de aceptación y
compromiso o la terapia cognitiva basada en mindfulness (MBCT).
En casos extremos, el uso de fármacos puede ser una buena ayuda como complemento
del tratamiento psicológico, especialmente en aquellas situaciones en las que es necesario
reducir los síntomas rápidamente, como por ejemplo, para tratar un trastorno de
angustia. Sin embargo, la administración de fármacos no debe ser nunca la única opción
terapéutica elegida, y siempre se inicia por indicación médica
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