Introduccion A La Arq. Bio
Introduccion A La Arq. Bio
Introduccion A La Arq. Bio
Para elegir y planificar un solar debemos observar varios elementos que tienen
gran importancia a la hora de construir un edificio aliado con el entorno. Esto nos
proporcionará como mínimo más confort, mejores vistas, mejor aprovechamiento
de los espacios y un considerable ahorro energético. Unas observaciones son
sencillas de realizar, otras más complejas o técnicas. Las clasificamos de este
modo:
1. Límites
Observaremos los contornos, límites de la propiedad, construcciones vecinas,
caminos, vías de comunicación adyacentes, dimensiones y forma del solar,
lugares de acopio de materiales de construcción, acometida de instalaciones
(agua potable, electricidad, saneamiento...), vertederos próximos de escombros (si
fuese preciso) y haremos un croquis anotando todo ello.
2. Orientación
Este punto es fundamental ya que determinará la orientación de la vivienda a fin
de conseguir un buen ahorro energético. En el hemisferio Norte la orientación de
la zona de estar conviene dirigirla hacia el Sur. El Norte magnético se puede
localizar con brújula, el geográfico observando la estrella Polar y el Sur
observando la posición del sol observando la sombra en el momento del mediodía.
(Ver actividades en el
Libro del Profesor).
3. El Sol
La radiación solar puede ser aprovechada de varias formas: para calentamiento
pasivo, calentamiento activo y obtención de electricidad fotovoltaica.
Localizaremos el Sur para conocer la mejor orientación de los elementos
captadores de energía. Seleccionaremos los lugares donde no haya árboles ni
obstáculos que den sombra y los anotaremos en el croquis.
En cuanto a la posible ubicación de la vivienda hay que tener en cuenta que el Sol
es deseable en invierno, pero no en verano y prever el modo de atenuar la
potencia de los rayos del Sol en dicha estación. (Este apartado se analizará más
adelante en otro tema). Debemos anotar en el croquis la trayectoria del sol, punto
de amanecer y de ocaso, con la fecha del día que se hace la observación para
facilitar la tarea de elaborar el esquema de análisis del lugar.
4. El viento
En nuestras latitudes se hace necesario proteger la vivienda de los vientos
dominantes en invierno y evitar las turbulencias. En verano conviene aprovechar
las brisas naturales para favorecer la ventilación.
Se anotará en el croquis la dirección de dichos vientos para diseñar pantallas o
elementos cortavientos así como prever aberturas en el edificio para producir
ventilación cruzada natural durante los días cálidos.
5. La topografía
Se hace aconsejable anotar las pendientes del terreno y la dirección de sus
inclinaciones ya que pueden afectar directamente al curso de los vientos que
incidirán sobre la edificación. También influyen sobre el curso de las aguas de
lluvia y nos indicarán las zonas en que puede ser necesario realizar drenajes.
En estas latitudes suele ser más deseable edificar en una ladera orientada al Sur,
pero si no se dispone de ella se puede construir un microclima por medio de un
pequeño movimiento de tierras y el uso de vegetación.
6. Las vistas
En el caso de encontrarnos con una vista indeseable, esta puede ocultarse con
árboles u otro tipo de pantallas. Si no es posible por falta de espacio, siempre
puede diseñarse una vivienda con patio o pequeña huerta.
Solemos tender a colocar la mayor parte de las ventanas hacia la vista que más
nos gusta, olvidándonos de que con ello nos podemos estar limitando a
contemplar un único panorama durante el resto de nuestra vida.
Los constructores japoneses diseñan las aberturas de modo que el mismo paisaje
nunca sea visto desde más de un punto. Por medio del uso de la vegetación y de
otros elementos de jardín como cercas, estanques, pequeñas construcciones
auxiliares, etc. ocultan los paisajes repetitivos. Además, para evitar la sensación
de “cuadro” compensan el punto central de interés de la vista principal colocando
alrededor de las esquinas otros puntos de interés.
7. Vegetación
Es la gran aliada de la arquitectura bioclimática. Las plantas nos permiten
protegernos de los vientos fríos, disponer de sombra en verano, aislarnos de los
ruidos, controlar la erosión y proporcionarnos belleza paisajística que cambia con
el curso de las estaciones. En nuestro esquema anotaremos la ubicación de los
árboles de la finca y sus proximidades así como el tipo de vegetación autóctona de
la parcela y los alrededores.
8. El agua
El agua de lluvia puede ser almacenada y empleada para el riego. Conviene
conocer la cantidad de precipitaciones y la época del año en que suelen
producirse. Conviene realizar algún estudio para conocer la presencia de agua
subterránea que pueda sernos de utilidad, así como la existencia de capas
freáticas que puedan afectar al diseño estructural. Un alto contenido de agua
puede llegar a suponer un costo elevado añadido en el capítulo de drenajes e
impermeabilización.
La presencia cercana de masas de agua: océano, lagos, ríos, etc. influye sobre el
clima. Los lagos y ríos atraen masas de aire frío. El océano puede traernos brisas
y temporales.
9. El hielo
Si se va a construir en un lugar donde se producen heladas invernales
necesitamos conocer la temperatura mínima que alcanzan para calcular la
profundidad adecuada de la cimentación y que no se vea afectada por ellas.
10. Las construcciones adyacentes
Anotaremos su altura, posición relativa, su grado de agrupación y la organización
del entramado urbano que nos rodea. Observaremos si nos protegen de los
vientos o nos dan sombra.
11. Puntos de abastecimiento
Ubicación de redes de abastecimiento de agua, gas, electricidad, saneamiento,
telefonía, etc., así como puntos de acopio de materiales de construcción,
invernaderos para adquisición de plantas, obtención de materiales reciclados, etc.
12. La geología del terreno
Antes de edificar conviene que una empresa especializada realice un estudio
geotécnico del terreno y nos aconseje sobre las capas y la profundidad adecuada
a la que se debe cimentar. También necesitaremos ayuda para localizar venas de
agua, localización de la capa freática, presencia del peligroso gas radón y zonas
geopáticas (zonas de magnetismo alterado).
13. Las radiaciones electromagnéticas
Cada vez hay más estudios que relacionan la presencia de cables de alta tensión,
transformadores de electricidad y antenas de telefonía con la mayor incidencia de
ciertas enfermedades. Por ello es necesario observar si en las proximidades de la
parcela existen este tipo de instalaciones para tomar las debidas precauciones.
2. CLIMATOLOGÍA DE LA CONSTRUCCIÓN
Este es uno de los temas que incluyen algunos apartados que pueden
considerarse propios de los ciclos constructivos de la rama de edificación, como el
estudio de las zonas de confort climático, pero otros como los modos de
transmisión de calor pueden impartirse en los bachilleratos. Es el profesor quien a
la vista del nivel de conocimientos del grupo con el que trabaje ha de decidir hasta
qué apartado de este tema incluye en su programación. La necesidad de un
microclima no es exclusiva de los seres humanos.
La gran mayoría de los animales buscan un cobijo en alguna etapa de su vida
donde guarecerse. Las larvas de las mariposas fabrican un capullo dentro del cual
existe un microclima propicio para transformarse en adulto. Los pájaros hacen
nidos, los mamíferos madrigueras. El ser humano construye su casa dentro de la
cual las condiciones climáticas son muy diferentes a las del medio ambiente
exterior.
Durante milenios la adaptación de las viviendas a la climatología exterior ha sido
tan variada como culturas han existido. Con los materiales más simples y
convirtiendo los problemas en soluciones los diferentes pueblos han conseguido
viviendas cómodas en cualquier punto del planeta. Por ejemplo, el iglú es una
maravilla tecnológica. Es una semiesfera de hielo revestida interiormente con
pieles para crear una cámara de aire, de modo que una simple lámpara de grasa
de ballena proporciona el suficiente calor para hacerlo confortable. El frío hielo
puede proporcionar el microclima adecuado. Una de las láminas de este tema
representa algunos ejemplos significativos.
En nuestra cultura olvidamos con demasiada frecuencia armonizar el edificio con
el lugar.
La vivienda es un cobijo que ha de soportar las condiciones medioambientales sin
deteriorarse por lo que debe diseñarse en armonía con el lugar donde se ubica,
pues de lo contrario se verá aquejado por diferentes patologías como humedades
o grietas que le causarán una vejez prematura. En verano la radiación solar dilata
los muros y en invierno el frío los contrae.
Estos movimientos de dilatación-contracción van produciendo grietas, muchas
veces inapreciables a simple vista, que abren camino a la entrada de la humedad
en cuanto llegan las lluvias. Si el muro está orientado al Norte, esta humedad que
ha penetrado en su interior puede mantenerse todo el año. Se deben tener en
cuenta la orientación, la altitud sobre el nivel del mar, las precipitaciones, riesgo de
heladas, su ubicación según sea zona rural o urbana, presencia de edificaciones
vecinas que le den sombra, etc. Los edificios no deberían diseñarse “en serie” y
los elementos de confort climático que alberga tampoco.
Hay edificios que pueden considerarse “calientes”, como viviendas, escuelas,
hospitales, oficinas, centros comerciales, piscinas climatizadas y hoteles.
Templados los pabellones de deporte, cines, teatros, templos, mercados cubiertos
y buen número de industrias. Edificios fríos serían los almacenes y ciertas
industrias.
La vivienda debe proporcionar a sus ocupantes una sensación de comodidad y
agrado que les ayude a desarrollar plenamente sus capacidades. Estas pueden
ser tan variadas como personas hay. Deben conocerse las actividades que
desarrollarán dentro del edificio para adecuar los elementos de regulación del
clima a las mismas. Una sala destinada a la lectura tendrá diferentes exigencias
que un taller. Finalmente analizaremos en este tema el aislamiento térmico y
acústico que se tendrá en cuenta sobre todo en el diseño de volúmenes, muros,
suelos y cubierta. La necesidad de aporte calorífico de un edificio dependerá de su
situación, diseño y del poder aislante de su envoltura externa.
El calor es una energía que sale de los cuerpos calientes y se transmite a los fríos.
En un edificio nunca entra el frío sino que sale el calor del interior hacia el exterior.
El calor se transmite de varias formas:
1. Por conducción
El calor se transmite de molécula a molécula sin que éstas se desplacen. Es el
modo en que se calienta una cucharilla fría que metemos en el café caliente o una
barra de metal o una sartén que ponemos en contacto con la llama. Los seres
humanos transmitimos calor de este modo a la ropa y al aire que están en
contacto con nuestra piel.
2. Por convección
El calor se transmite desde las moléculas de un cuerpo caliente a las moléculas de
un fluido en movimiento. Es el modo en que un radiador calienta el aire de una
habitación, puesto que el aire al calentarse se dilata, baja su densidad, se eleva y
otro aire frío más denso pasa a ocupar su lugar tocando al radiador. También
sucede al calentar agua en una cacerola con la llama debajo de ella. Podemos ver
las corrientes de convección muy fácilmente.
El aire que rodea a las personas también se eleva al calentarse. Nosotros también
producimos corrientes de convección. En bioclimatismo se habla de convección
forzada cuando aceleramos esta circulación de fluidos para mejorar los
intercambios térmicos.
3. Por cambio de estado