Agua, Azucarillos y Aguardiente
Agua, Azucarillos y Aguardiente
Agua, Azucarillos y Aguardiente
ADMINISTRACIÓN
LIRICO-DRAMATICA
PASILLO VERANIEGO
MAESTRO CHUECA
CUARTA EDICIÓN
PASILLO YE HA NIEGO
DE
MAESTRO (CHUECA
- # , /
CUARTA EDICIÓN
MADRID
R. Velasco, impresor, Marqués de Santa Ana, 20
lelé/ono núm*ro ffi
18»»
I
| Rodríguez (M }
OTJ^ID^O IF I M IB 3R O
Sala muy modesta. Puertas laterales y balcón al foro, con maceta»
de flores y cortina. Un botijo puesto á la sombra. MuebleB sen-
cillos y viejos.
ESCENA PRIMERA
ASIA sola. Tiene en la mano una jaula con un pájaro
674303
.
ESCENA II
DOÑA SIMONA, que ha salido momentos antes, y se acerca
á Asia x
Asia Pero...
SlM. De hoy no pasa. (Campanillazo muy fuerte.)
Asia ¿Quién será?
Sim. Por la manera de llamar, lo mismo puede
ser el carbonero que el tendero de ultrama-
rinos... Vé con precaución por el ventanillo
y si es elcarbonero no abras, (vase de punti-
llas Asia.) Entre tantos es el único que me
t
— 41 —
ESCENA III .
Asia ¡Mamá!
Sim. No creo que se niegue á hacernos el primer
favor que le pedimos. Las circunstancias se-
imponen... yo siento recurrir á él; pero...
Aquil. Eso no tiene nada de particular. Sepamos
quién es.
Sim. El hijo de un hombre político muy impor-
tante, exministro, á quien usted conoce -se-
gura mente; don Simón Pérez de la Lata.
Aquil. ¡Ah! perafinl ¡Sera finito!
Sim. ¿Le conoce usted?
Aquil. ¡Mucho!
Sim. Tiene dinero...
Aquil. Sí que lo tiene...
Asia (¡Lo ves, mamá!)
Sjm. (Ya Jo decía yo.)
Aquil. Lo tiene, sí; como que se lo he dado yo mis-
mo, ayer precisamente.
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ESCENA IV
DOÑA SIMONA y ASIA
BOTIJO
SONETO
Desprecio del Japón ó de la China
el grandioso tlbor de porcelana,
el vaso etrusco, el anfora romana,
y la tinaja griega ó damasquina,
Te canto á tí, que el agua cristalina
sabes frigorizar sin pompa vana,
expuesto en el balcón ó la ventana
á los besos del aura vespertina.
Cuando mi boca en tí, bello cacharro,
busca ardorosa el abundante chorro
y con mis manos calidas te agarro,
Siempre encuentro propicio á mi socorro
el caudal que refrescas en tu barro
y que brota sutil por tu pitorro.
Asia Pérez.
- 16 -
ESCENA V
Niñeras, amas de cría y niños. PEPA y LORENZO sentados junto al
puesto del agua
Música
NlÑAS (Jugando al corro.)
Tanto vestido blanco,
tanta parola,
y el puchero á la lumbre
con agua sola.
Anión, tira del cordón,
cordón de la Italia,
¿dónde irás amor mío,
que yo no vaya?
Niñeras y } , , .
a , ¡
ESCENA VI
PEPA y LORENZO. La seña Tomssa (i)
Hablado
Lor. ¡Valiente víspera de mi santo!
Pepa ¡Y qué vamos á hacerle, si las cosas vienen
así!
ESCENA VII
a
DICHOS, SEÑORITAS 1.
a
y 2. , SEÑORITOS 1.° y 2.° y UNA MAMA
ESCENA VIII
ESCENA IX
el bastón,)
ESCENA X
DICHOS y PEPA
Pepa ¡Buenas noches, señorito Serafín!...
Ser. ¡Hola, Pepa!
Lor. Ya está todo arreglao.
Ser. (Mirando hacia la derecha.) ¡Me parece que pasea
por allí mi papá con su corte de políticos!
¿Es él?
— 25 —
Pepa Sí, señor.
Ser. No quiero que me vea... Volveré después...
Este te explicará... Hasta luego, (vase por la
izquierda.)
ESCENA XI
porto yo!
Pepa Mira quién viene allí; veremos cómo te por-
tas con ese.
Lor. ¿Con ese? Como con todas las personas;
ahora lo verás.
ESCENA XII
DICHOS y VICENTE
Pues tú ya pa mí difunto
y putrefazto.
Vic. ¿Te enteras?
Lor. (Empujando hacia el puesto á Pepa, que se sienta ¿un-
mas próximo.)
to al velador
Dejarse de cosas tristes.
Vic. Lo digo al tanto de que esa
y yo, como si en jamás...
¡y te lo juro por estas!
Lor. Y yo lo creo.
Víc. Después
me entendí con la Manuela,
y como las dos habían
sido amigas, ¡cosas de ellas!
hablaron de mí y dijeron...
Lor. Ya lo sé, cosas muy feas.
Víc. Y yo á Manuela la dije:
Mira, como hables con Pepa,
te voy á poner el cuerpo
lo mismo que una jalea.
Pepa (viniendo como antes.)
Entonces, ¿por qué me busca?
— -27 —
Lor. Tú te callas y nos dejas.
(La empuja y Pepa se va.)
4 Sigue. (Llevándoselo más kjos del puesto.)
Vic. Corno tú y la otra,
cuando yo hablaba con Pepa,
sus entendíais también,
resulta que saben ellas
muchas interioridades
que no debían saberlas.
Lór. Aquí es lo peor de todo
que á ti te se va la lengua
con mucha faciUdaz,
y dices cosas que afeztan
al individuo y ofenden,
y, si se quiere, molestan.
Vic. ¿Yo?
Lor, Tú. ¿Por qué cierto día
que te encontraste con ésta
la dijiste: «No te fíes
de la gente de coleta?»
Vic. Yo la hablaba de los chinos»
Lor. ¡Ya!
Vic. Pues si vamos á esas,
yo séque un día también
le dijiste á la Manuela
que si yo contaba oro
con medios pa sostenerla,
y que ella valía mucho
y yo era un cero á la izquierda»
¿Es verdaz ú no es verdaz?
Lor. Pué que sí que lo dijera;
pero tú, en cambio, de mí
hablas siempre que Fe tercia y
nombrándome por el mote,
sabiendo que me revienta,
porque es un alias muy feo
y yo no lo aguanto, ¡eal
¡Llamarme á mí SáboMn\...
¡Una cosa tan pequeña!.-.
Vic. Como no picabas más
que en invierno...
Lor. Aunque así sea,
ese no es mote decente,
y sabes que á las empresas
.
i
— 30 -
Vic. ¡Claro! Si estamos de buenas
y ganamos, esta noche ..
ESCENA XIII
PEPA sola
(Sorprendida.)
¡Se han rrarchao! ¿Dónde habrán ido?
Ese Lorenzo... ¡Dios quiera!
Aver si los dos se enzarzan...
¡Porque como son dos fieras!...
ESCENA XIV
PEPA y MANUELA
Man . (Que sale por el foro izquierda.)
¡Fría como la nievel
Ve la fuente del Berro, ¿Quién la bebe?
Pepa ¡Adiós! Ya está aquí ésta;
pues hoy no tengo yo ganas de fiesta.
Man. (Acercándose al puesto y paiándos9 luego junto á él.)
¿Quién la quiere? ¡Kresquita!
Pepa ¡Ay, qué barbaridaz, y cómo grita!
Man. Si grito es porque puedo: la que canta
es porque no le duele la garganta.
No soy como otras yo, que lo hacen todo
á la chitacallando y á su modo.
Pepa Es verdaz, yo no grito;
digo todas ias cosas muy bajito.
Eso prueba lo bien que me conoces,
soy enemiga yo de hablar á voces.
Max . ¡Pues yo sí grito, hasta quedarme ronca!
Pepa ¿Tú quieres, por lo visto, que haya bronca?
Man. ¡Ay! ¡Me es indiferentel
(Pregonando con más fuerza y casi al oído de Pepa )
¡Agua y azucarillos y aguardiente!
.
— 31 -
Ya dejé la basera;
Ya soy una señora cual isq o i era
y como cualisquiera parroquiana
me siento aquí porque me da la gana.
(Se sienta en un taburete.)
Ya ves tú si es sencillo.
(Dando unas palmadas.)
¡Un vaso de agua con azucarillo!
Pepa Manuela, mira bien lo que me dices,
que se me van hinchando las narices.
Man. Pus úntate colcrén ú lo que sea,
porque no sabes eso lo que afea.
Pepa ¡Servirte yol
Man. (Levantándose.) Tienes razón sobrada
que á mí tú no me sirves... para nada.
Pepa Ya sabes tú que en todos los terrenos
valgo cien veces más; tendría á menos
el armar yo contigo una disputa.
Mün. ¡Pues hija, ni que fueras la Canuta!
Pepa Yo soy quien soy, y tú eres... lo que eres.
Y mira tú, si quieres, t
ya que vienes á hacerme estas visitas,
que nos digamos cuatro palabritas,
,
bien sabes dónde vivo,
veste á casa, verás si te recibo;
ú bien yo iré á buscarte
y nos iremos á cualquiera parte,
pero aquí junto al puesto y con la gente,
por fuerza he de aguantarme aunque reviente
Yo tengo que perder.
-Man. ¿Tú? ¡Quiá! Ni esto.
Pepa Te digo que te apartes de mi puesto.
-Man. ¡No te das poco pisto!
Estás muy orgullosa por lo visto
— 32 —
porque tu hombre ya pica en el verano
y porque le dan bombo en El Enano
y en Él tio Jindama y en La Lidia... .
ESCENA XV
DICHOS, mer.os MANUELA
ESCENA XVI
DICHA, DOÑA SIMONA y ASIA por la derecha
3
— 31 -
tú contemplas los astros, ¿sabes lo que ven-
go pensando yo?
Asia Lo ignoro.
Sim. Que lo mismo da ponerse la cara colorada
por treinta duros que por cuarenta, y que
he resuelto pedir prestados á Serafín mil
quinientos reales.
Asia Mamá, ¿qué dices?
Sim. Digo mil quinientos reales.
Asia ¿Serás capaz?
Sim. Lo que hace falta es que él sea capaz de
dármelos. ¡Hola, Pepal
Pepa Buenas noches, señoritas. Me alegro mucho
de que vengan ustedes solas.
Sim . ¿Pues?
Pepa Tengo que hablar reservadamente con us-
tedes de una cosa muy gorda antes que ven-
ga el señorito Serafín.
Sim. Me pone usted en cuidado. ¿Qué es ello?
Asia Hable usted, que me devora la impaciencia.
Pepa Oigan ustedes.
ESCENA XVII
Música
ESCENA XVIII
Hablado
Asía ¡Ay, no puedo más!
Pepa ¡Se ha desmayado!
-SlM.. ¡Agua! (Pepa trae ogua del puesto.) ¡Pobre hij
— 36 -
mía! (Abanicándola.) ¡El desengaño ha sido ho-
rrible! ¡Qué- hombre tan pillo!
Pepa Beba usted, señorita.
Sim. ¡Hija mía, vuelve en sí, por Dios, vuelve
en sí!
Asia Se dice vuelve en ti, mamá.
Sim. Bueno, el caso es que vuelvas.
Asia ¡Qué desgraciada soy!
Pepa ¿Y están ustedes decididas?...
Sim. •
A todo, incluso á matarle en cuanto Je vea.
Pepa Eso no; hay que disimular, que no sospeche
nada.
Sim. ¿Ves qué bribón?
Asia ¡Qué pérfido!
Sim. ¡Y yo que confiaba en él para que nos saca-
se del apuro!
Asia Afortunadamente hemos sabido lo que es
antes de pedirle el dinero.
Sim. No, hija, desgraciadamente.
Pepa ¡Por allí viene!
Sim . ¡
Los merengues á escapel
Pepa Volando, (los sirve.)
Sim. Figuraré que he comido ya algunos... Hija
mía, está con él más amorosa que nunca.
ESCENA XIX
DICHAS y SERAFÍN por la izquierda
Música
le agradará,
y yo seguro
cuento el triunfar
sin el peligro
de la mamá.)
(¿Por qué, Dios mío,
me ha de engañar,
siyo le adoro
cada vez más?
De su proyecto
quiero dudar
mientras no vea
la realidad.)
(La señorita
chiflada está
y no sabe disimular;
lo
si ella lequiere
no bastarán
ni los cien ojos
de la mamá.)
(Como el proyecto
sea verdad,
yo se lo juro
al muy truhán;
aun cuando viva
cien años más,
de esta aventura
se acordará.)
(Al ver que despierta doña Simona, Asia y Serafín
vuelven á sentarse rápidamente. )
Hablado
Yo creo que me he quedado un poco tras-
puesta.
Sí, un poco.
Con este calor tengo la cabeza tan pesada...
Pues vamos á dar unas vueltecitas en el
COChe... (Bosteza.)
No; prefiero ir á pie hasta la Castellana, á
ver si me despejo algo.
— 41 —
Ser. Como usted quiera; lo tomaremos cuando
usted se canse; lo tengo ahí arriba esperan-
do... (Ya pronto debe hacerle efecto.) (Mira ai
reloj.)
ESCENA XX
PEPA y luego DON AQUILINO por el foro izquierda
ESCENA XXI
PEPA y tres CHULOS que vienen marchando al compás de lo que
tocan en las guitarras. La SEÑÁ TOMASA, que ayuda á Pepa á servir
ESCENA XXII
Sim. Pepa.
Pepa ¿Qué, qué ha sucedido?
Asia ¡Pepa, usted nos ha salvado.
.
— 43 —
Sim. jQué bribón!
Asia ¡Qué fementido
Sim. Ahí, sobre un banco, dormido
como un tronco se ha quedado.
Pepa ¿De veras?
Asia Pálido, inerte;
imagen de la muerte.
fiel
Sim. ;Si me da usté eso, me matal
Asia Se ha decidido mi suerte;
¡volveré á Valdepatata!
(Doña Simona abreza á su Lija, y luego, mientras sale-
ESCENA XXIII
Música
Coro Ya es más dela una y media,
¡Jesús, qué atrocidad!
Un día en el teatro
nos amanecerá.
La culpa es de la Empresa,
y si esto sigue así,
dará leche de burras
á la hora de salir.
¡Ay, qué calor hacía
en el teatro aquel!
Aquí se está muy fresco
y se respira bien
ESCENA XXIV
DICHOS. El GACHÓ del aipa con el instrumento
ESCENA XXV
DICHOS y MANUELA
PEPA (Yendo hacia Manela.)
¿Tú vienes sin duda,
buscando cuestión?
Pues no tengo gana*
de conversación.
Man. Pues yo sí la tengo,
y me has de escuchar,
que vengo esta noche
con ganas de hablar.
Coro (Silencio, silencio,
¿jue va á haber cuestión;
la cosa m°rece
prestar atención.)
Man. (Que deja la vasera en el suelo, se dirige á Pepa en ac-
« titud amenazadora.)
Tu sin duda te has creído
que yo soy una cualquiera,
porque tú tienes un puesto
y yo voy con la vasera.
Pero ya saben lo que eres „
más de dos y más de tres,
porque tú eres una cosa...
que ya sabes tú lo que es.
(La gente sujeta á Pepa, que va á lanzarse sobre la
otra.)
Déjenla ust c des,
no la contengan,
que esa me teme
más que á un nublao,
y estoy segura
que si la dejan,
no va conmigo
á ningún lao.
Pepa ¿Que no?
Man. ¡Que no, que no!
Pepa '
Ya yo esta noche
te dije
que en seguida que te viera
te arrancaba el añadido
por chismosa y embustera.
Si tuvieras un poquito
de vergüenza y diznidá, ,
(A Pepa.)
Vamos á ver, ¿qué ha pasao?
No ha pasao ná.
(a Manuela.)
¿Qué haces tú aquí?
{Ya lo ves:
petrificá!
ESCENA XXVII
LORENZO, VICENTE, PEPA, MANUELA y la SEÑA TOMASA
VlC, (A Manuela.)
Pa que veas, Manuela,
lo que es Vicente.
LOR. (a Pepa.)
Mira tú si me porto
decentemente.
(Deshacen á un tiempo dos envoltorios que traen bajo
el brazo y qu3 no han dejado durante las escenas an-
teriores, y sacan dos mantones de Manila.)
Pepa i ¡Mi mantón de Manila!
MAN. ) (Una á otra.)
¡Los han sacao!
Vic. ) ¡Ya los dos prisioneros
Lor. ) se han rescatao!
(Cada uno pone el mantón á su cada una.)
Pasacalle
V°c j
Vamos andando, de bracero agárrate.
Lor. j
En cuanto el santo vea
Vic. ) estas chiquillas,
asac y todo salta
de las parrillas.
Pepa \
Y en cuanto os presentéis
Man . j vosotros dos,
al ver la gracia chula
que tienen los chavós,
nos echan estampitas
con la cara de Dios.
LOR. I
(En V02 bajísima.)
Vic. j ¡Huy, huy, huy, no te desagarres,
porque así arrimaíta
te quiero yo!
Pepa ) (lo mismo.)
Man. )
¡Huy, huy, huy, yo no tne separo
como tú no te vayas!
ESCENA XXVIII
ESCENA ULTIMA
SERAFIN Y GUARDIAS 1.° y 2.°
—n_
á dormir en cajzoncillos
porque hace mucho calor?
Ser. ¡Pero hombre, si me han robado!.
Guar. 2,o jPues vaya un sueño pesado!...
Güar. l.o Y una inamovilidaz!
j
FIN
OBRAS DRAMATICAS DEL MISMO AUTOR
LIBROS
Colorín colorao... Cuentos en prosa. Un tomo de 332 páginas.
(en prensa)
Zarzamora, novela.
MADRID
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tas, 9; de D. Femando Fe, Carrera de San Jerónimo, 2;
de D. Antonio San Martín, Puerta del Sol, 6; de D. M. Mu-
de Alcalá, 7; de D. Manuel R osado, calle de Es-
rillo, calle
parteros, 11; de Gutenberg, calle del Príncipe, 14; dé los
Sres. Simón ij C. a calle de las Infantas, 18, y del Sr. Es-
cribano, plaza del Angel. ,2.
PROVINCIAS Y EX TRANJERO