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Módulo Competencias y Participación Ciudadana

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INSTITUCIÓN EDUCATIVA ESCUELA NORMAL SUPERIOR

COROZAL – SUCRE

FORMACIÓN COMPLEMENTARIA

MODALIDAD SEMIPRESENCIAL: RES: 17157. 11-27-13

COMPETENCIAS CIUDADANAS, MECANISMOS DE


PARTICIPACIÓN Y CONTROL CIUDADANO

Recopilación, Montaje y Comentarios


Zaraid Estrada Romero
Licenciada en Educación Infantil
Especialista en Ética y Pedagogía
Oscar David Tapias
Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Humanidades
Especialista en Ética y Pedagogía
2019
UNIDAD 1

CONTROL
CIUDADANO
COMPETENCIA CIUDADANA

PRESENTACIÓN

El presente módulo está constituido por dos unidades, la primera referida a la


temática sobre competencia ciudadana, cuyo estudio se hace necesario por parte
de docentes en formación, ya que el conocimiento de este tema, permite
reflexionar sobre la calidad de ciudadanos que se requiere para construir el país,
es decir que el maestro en formación desarrolle sus capacidades y habilidades
como agente de cambio social y político, de tal manera que en un momento
determinado cuando se encuentre en ejercicio de su oficio o quehacer pedagógico
pueda ofrecer desde su práctica un ejemplo vivo y eficaz de construcción de
sociedad pensante, libre, en paz y armónica. El segundo capítulo se refiere al
significado de participación ciudadana y las diferentes figuras jurídicas y
mecanismos existentes para participar en el desarrollo de las comunidades.

En el marco de la Gobernabilidad Democrática, hemos considerado la


participación ciudadana el eslabón clave para avanzar en la profundización de la
democracia, mejorar la cohesión social y fortalecer el ámbito de lo público..

La participación más allá de un simple mecanismo la consideramos una profunda


interacción y comunicación grupal que permitirá la generación de convivencia y la
construcción de ciudadanía, necesidades vitales, para superar la
desfragmentación social y gobernabilidad precaria.

Con esa perspectiva el análisis de elementos teóricos y la contrastación con


experiencias significativas de participación ciudadana se constituirán en
herramientas claves de los dirigentes sociales, institucionales y comunitarios para
avanzar en un plan de acción comunitario como premisa para el fortalecimiento de
la democracia local. Hoy nuestro enfoque de la participación lo realizaremos en el
marco de las competencias ciudadanas como herramientas para relacionarnos
con los otros, de manera cada vez más comprensiva y justa para vivir juntos,
trabajar en equipo, conocernos y reconocernos como ciudadanos en la
perspectiva de los derechos humanos.
La Metodología de diálogo de saberes e investigación acción participativa nos
facilitará el aprendizaje y apropiación de una realidad social y participación
ciudadana; tanto en la iniciativa de organización social como en la interacción con
el Estado en la elaboración de planes y programas Institucionales y de esta
manera contribuir con la generación de una verdadera gobernabilidad
democrática.

El propósito de este programa es capacitar a docentes en formación interesados


en la educación para que comprendan en qué consisten las competencias
ciudadanas particularmente aquellas que facilitan la construcción de convivencia
pacífica y cómo se promueven en ambientes educativos, como resultado del
trabajo desarrollado en este programa los maestros en formación estarán en
condiciones de hacer aportes significativos en el trabajo en que se desempeñen
en términos de promoción de las competencias ciudadanas relacionadas con una
convivencia pacífica.
INTRODUCCIÓN

La promoción integral del ser humano incluye la formación en competencias


ciudadanas que posibiliten crecer comunitariamente, manejar conflictos, valorar
las diferencias y propiciar la unión y la sana convivencia.

“El ejercicio de la ciudadanía, se entiende, no solo como el ejercicio de los


derechos y deberes; incluye la participación activa en la comunidad a la cual
pertenece: en esta medida un ciudadano competente es aquel que conoce su
entorno social y político; tiene presente sus derechos y obligaciones; posee la
capacidad de reflexionar sobre problemáticas sociales; asume responsabilidad
social; se interesa por los asuntos de colectividad, participa en la búsqueda de
soluciones o problemas sociales y busca el bienestar de su comunidad”

Lo anterior se explica como lo que debe saber y saber hacer un docente en


formación en relación a la responsabilidad que le compete ejercer y defender los
derechos humanos como ejes fundamentales de la convivencia pacífica de
participación en la vida política, el respeto por los derechos ajenos y la
comprensión de una sociedad en, en sus instituciones y sus normas.

Con el estudio de este módulo el docente en formación estará en la capacidad de


comprender que la formación de ciudadanos socialmente competentes incluye
habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas y por ende deben
desarrollarse desde las primeras etapas (preescolar) hasta las etapas de niveles
universitarios.

Desde la escuela, la tarea de desarrollar competencias ciudadanas implica


cambios en las metodologías de enseñanza, la gestión escolar y el
aprovechamiento de las oportunidades educativas.

Esto nos debe llevar a la democratización de la enseñanza, donde el objetivo


central lo constituye el fortalecimiento de la autoestima y la estructuración de la
identidad de aprendices y maestros en la búsqueda de soluciones o problemas
sociales y el bienestar de su comunidad.
TALLER PARA RESOLVER Y ENTREGAR AL FINAL DE LA PRIMERA CLASE

(IMPORTANCIA DE LAS COMPETENCIAS CIUDADANAS EN UN DOCENTE EN FORMACIÓN)

DESARROLLO

1. Opine, juzgue, critique ¿cómo inciden las competencias ciudadanas y los mecanismos de
control en un docente en formación?

a) ¿De qué manera fortalece la institución, la ciudadanía y el control ciudadano?


b) ¿Para qué es necesario el conocimiento de los mecanismos de participación ciudadana?

2. ¿Cree usted que es urgente y necesario el mejoramiento del ciudadano colombiano?

3. ¿Qué ganaría la sociedad colombiana en cuanto se aplicara este postulado correctamente?

4. Contraste este aprendizaje con la realidad.

5. ¿De qué manera conecta usted el material estudiado con la problemática existente en la
sociedad?

6. Justifique si la democracia conduce a la paz.

7. Hable de tres acciones

8. Juzgue la consulta previa.

9. Juzgue la expresión “Colombia es un Estado social de derecho”.

10. Juzgue los conceptos jurídicos impartidos por el docente.


LAS COMPETENCIAS CIUDADANAS

“Son las herramientas para relacionarnos con los otros, de manera cada vez más
comprensiva y justa, mediante la convivencia pacífica, participativa, constructiva y
responsable. Para vivir juntos, trabajar en equipo, conocernos y reconocernos”

Asistimos a una crisis de convivencia, donde la escuela hasta ahora no ha


contribuido de manera sustantiva a enfrentar este cuadro diagnóstico, nuestros
estudiantes y profesionales no han sido formados integralmente para
desempeñarse como sujetos tolerantes y con la capacidad de resolver conflictos
de manera inteligente y pacífica, igualmente como ciudadanos activos en la esfera
de lo público que fortalezcan la democracia.

Cabe resaltar que la convivencia puede entenderse como aquel estado en el


cual una pluralidad de individuos diversos y diferentes interactúan entre sí
en términos de reconocimiento, tolerancia e imparcialidad, pudiendo así vivir
unos con otros de manera pacífica y segura. Los valores que rigen esta
convivencia - conviene repetirlo - son: el reconocimiento que alude a la diversidad,
la tolerancia que alude a la diferencia y la imparcialidad que alude a la igualdad,
porque es en torno a la comprensión.

La convivencia humana es cada vez más diversa y compleja tornándose a veces


en relaciones hostiles, indiferentes y con alto contenido de violencia. La escuela
no es ajena a estas situaciones y los conflictos que a diario se viven hacen que se
reproduzcan estos ambientes y se afectan de alguna manera todos sus
integrantes. Al desarrollar acciones a favor de la calidad educativa, se debe
pensar en la convivencia como lo más importante y urgente, haciendo especial
énfasis en la promoción de relaciones armónicas, afectivas y constructivas.

El ser humano está en permanente construcción, por ello para poder desarrollarse
y dar sentido a todo lo que hace, debe partir del conocimiento de sí mismo, para
poder así conocer a los demás y las circunstancias que los rodean. Fortalecer la
afectividad, es por tanto un paso para poder desarrollar hábitos, comportamientos
y actitudes positivas de beneficio común en donde se trabaje integralmente al
escolar, docentes, madres de familia y comunidad en general.
La calidad de nuestras relaciones con los demás depende de la calidad de nuestra
vida personal. Es en el actuar cotidiano en donde se expresan las fortalezas y
debilidades personales, la vida es un aprendizaje continuo, el cual debe ir unido a
la sana convivencia mediante comunicación asertiva, expresiones de afecto y el
establecimiento de relaciones equitativas, donde el respeto por la
autodeterminación, la libertad y la diversidad primen sobre todas las relaciones de
dominación y de poder; de esta manera se está contribuyendo a disminuir la
violencia que hoy por hoy vivimos.

Desde el componente pedagógico la educación es entendida como proceso


permanente de desarrollo humano e institucional que busca crear ambientes
propios para crecer y ser, aprender, comprender y transformar, integrando
intenciones y acciones dentro de la institución educativa que busca
primordialmente mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los miembros
de la comunidad educativa, facilitando contextos que permitan una nueva
organización escolar que asuman a los centros educativos como espacios
multidimensionales que permitan a los niños, adolescentes, jóvenes, docentes y
padres de familia, desarrollar habilidades para la vida de forma práctica, resolución
pacífica de conflictos y mejorar los canales de comunicación en todos los
contextos, situaciones y condiciones necesarias en la función de formar
ciudadanos a través de la implementación de estrategias complementarias
que fortalezcan a la institución y comunidad educativa desde el desarrollo de
una sólida cultura de creación y construcción social de conocimientos, de
amor, de felicidad, de afectos, de sueños y manifestaciones de los mismos.

La convivencia es una habilidad social que debe ser aprendida en la escuela, en la


familia y desarrollada en los desempeños profesionales como parte de la
competencia para interactuar con los demás en el marco de unos derechos civiles
y una dimensión pública de la ciudadanía, lo que significa el respeto por unas
reglas o unos mínimos éticos.
Partiendo de la concepción de ciudadanía de Antanas Mockus (2004) y que se
asume en la formulación de las competencias ciudadanas del MEN: “Ser
ciudadano es respetar los derechos de los demás. El núcleo central para ser
ciudadano es, entonces, pensar en el otro.

Se basa en tener claro que siempre hay otro, y tener presente no solo al otro que
está cerca y con quien vamos a relacionarnos directamente, si no también
considerar al otro más remoto, al ser humano aparentemente más lejano – al
desconocido, por ejemplo – o a quien hará parte de las futuras generaciones (. . .)
pero el ciudadano también se define por su relación con el Estado. Uno es
ciudadano de un país específico con unas normas establecidas por un Estado
específico. Cuando se habla de las consecuencias, un ciudadano no solo mira las
consecuencias para unos, sino para todos.” (MEN:150).

Es de anotar que la ciudadanía mucho más que un concepto es una condición


política a partir de la cual actuamos en la esfera pública en la definición de nuestro
propio destino como individuos y como sociedad.

Si concebimos las competencias como un ”Saber y saber hacer en contexto”, es


imperativo reconocer y entender nuestro contexto, que no cabe duda supera la
coyuntura actual, y se ha convertido en endemia estructural, donde las
manifestaciones son relevantes: soportamos violencia en todos los órdenes:
Derechos humanos, interacciones intolerantes, la exclusión política y social, apatía
participativa, fragilidad de la democracia y deslegitimación de lo público, estos
rasgos relevantes de la sociedad Colombiana determina la implementación de
competencias que permitan superar esta problemática desde el proceso formativo.
Para el caso Colombiano, esta competencia ciudadana es imperativa en la
formación de profesionales que permitan superar la problemática que hasta ahora
empezamos a reflexionarla de manera más rigurosa, abordarla desde la academia
con enfoque psico-cultural, es decir entendiendo que la violencia ha sido resultado
de un mal aprendizaje cultural “Las disposiciones psicoculturales modelan la
forma en que los grupos y los individuos procesan los acontecimientos y
también las emociones, percepciones y cogniciones que los mismos
provocan¨ , pero igualmente este enfoque nos permitirá avizorar una salida hacia
la paz, con Estanislao Zuleta diremos: “Así como aprendimos a ser violentos
aprenderemos a ser pacíficos”

Pero el problema no es la violencia; “La violencia es la consecuencia de no haber


sido capaces de construir un orden ético de convivencia, fundado en los derechos
Humanos. Si mañana se callan los fusiles, no hemos resuelto el problema de la
violencia; nos toca construir la convivencia si queremos tener futuro”2.

El conocimiento y aplicación de técnicas y habilidades de tratamientos de


conflictos es exigencia actual que desarrollada simultáneamente con la formación
de valores humanos para la convivencia: tolerancia, solidaridad, autonomía,
justicia y respeto, se constituyen en prioridad educativa y el soporte medular para
uno de los pilares educativos del presente siglo: “aprender a convivir”.

Los M.A.S.C., métodos alternativos de solución de conflictos, se han convertido en


las herramientas fundamentales para dirimir nuestras controversias, las prácticas
de conciliación y mediación se han posicionado en todos los escenarios donde el
conflicto aflora; a nivel social, comunitario y de las mismas instituciones educativas
donde se ha ido reemplazando los métodos arbitrarios e impositivos por la
concertación y asunción de reales compromisos.

Igualmente necesitamos formar ciudadanos para construir colectivamente lo


público es decir la sociedad que necesitamos, el tejido social, a partir de sujetos
sociales capaces de cooperar con los otros, de crear y transformar el orden social,
es decir la capacidad de crear libertad, que junto a la interacción personal
necesitamos desarrollar habilidades para la participación colectiva y comunitaria,
pues “el aprendizaje ciudadano es un proceso de producción y reproducción de
significados provenientes de las prácticas comunitarias e identitarias que van
constituyendo al actor social y lo dotan para participar en los diversos escenarios
políticos y simbólicos que promueven el Estado y las diversas organizaciones de
la sociedad civil”

La democracia participativa prevista en la Constitución (Artículos 3º y 103) plantea


un nuevo orden jurídico y político mediante la ampliación de espacios, individuales
y colectivos, de deliberación y de acción; con ello, paulatinamente se han
establecido y promovido más posibilidades y capacidades de decisión del
individuo y la comunidad, en torno a lo público como manifestación del ejercicio de
la ciudadanía.
Lo público abarca el conjunto de intereses, instituciones, espacios, bienes y
servicios que por su importancia, necesidad o naturaleza, escapa a la esfera
particular de cada ciudadano y se convierte en asunto de todos; pero no
simplemente en términos de su usufructo, sino también en lo que concierne a la
responsabilidad de su cuidado, provisión y aseguramiento. Al precisar por todos,
no solo se hace referencia al Estado como abstracción que emana de la sociedad,
sino a los ciudadanos que la integran. En este sentido, y en palabras de Adela
Cortina, la ciudadanía moderna implica superar la idea del “Estado-providencia [en
la que los] ciudadanos se acostumbran a que sea el Estado, ya que recauda los
impuestos, el que tenga que velar por ellos y resolver todos sus problemas”
(1991:81).

Sin embargo, en nuestro país, la democracia participativa se encuentra aún en


proceso de comprensión y apropiación por parte de los individuos, por lo cual el
camino a seguir es la formación de los ciudadanos, en tanto “es imposible pensar
en una sociedad democrática, justa y solidaria sin una educación amplia e
igualitaria que imprima en cada uno de sus miembros el carácter de una auténtica
ciudadanía (Dewey, 1953:93). La educación ciudadana ha de contribuir al
desarrollo de la cultura ciudadana y, por consiguiente, a la construcción de la
sociedad del presente y futuro. Dewey también postula la relación que existe entre
democracia y educación en términos de “una democracia participativa, abierta e
incluyente y de una educación entendida como la provisión de igualdad de
oportunidades para el pleno desarrollo de las capacidades personales en ámbitos
de participación y solidaridad” (1953: 94).

Con la expedición de la Constitución Política de Colombia en 1991, entendimos


que en nuestro país, la ciudadanía es muy precaria, que necesitábamos fortalecer
las interacciones sociales, y por supuesto la participación ciudadana y política con
criterio civilista y democrático que rebase la tradición violenta de dirimir nuestros
conflictos, para ello el aprendizaje ciudadano es imprescindible en el marco de la
socialización política.

Necesitamos generar una cultura de convivencia donde se desarrolle la plena


capacidad de transformar la realidad de forma crítica y desempeñarse como
ciudadanos comprometidos con la democracia, la paz, la identidad y el bienestar
de todos, aspectos que pueden y deben ser desarrollados mediante proyectos
transversales en los planes de estudios de las instituciones educativas del país,
desde las etapas preescolares hasta la educación superior. En resumen
necesitamos formar en competencias ciudadanas.

Desarrollar las competencias es la manera de formar niños, niñas, jóvenes y


profesionales para un ejercicio pleno de la ciudadanía que parta del
reconocimiento de la dignidad inherente a todo ser humano. Tal
reconocimiento es el origen de la concepción universal de los derechos humanos y
tiene tres características que se relacionan entre sí y permiten comprender su
significado en la vida cotidiana. Primero, vivir como uno quiera, es decir la
dignidad entendida como la autonomía o la posibilidad de diseñar un plan de vida
propio; segundo, vivir bien, tener ciertas condiciones materiales y sociales de
existencia; y tercero, vivir sin humillaciones, poder tener integridad física y moral.
De la misma manera, el reconocimiento de la igual dignidad de todas las personas
es el fundamento de nuestra República y lo que nos permite trabajar en la
construcción de una sociedad democrática, participativa, pluralista, diversa e
intercultural, y fundada en la solidaridad de las personas que la integran, tal y
como lo propone la Constitución Política de Colombia.

“Los ciudadanos de un Estado deben ser educados siempre en consonancia con


su constitución: por ejemplo, el carácter democrático engendra la democracia. Es
necesario que las cosas comunes sean objeto de un ejercicio común. Y al mismo
tiempo, tampoco debe pensarse que ningún ciudadano se pertenece a si mismo,
sino todos a la ciudad, pues cada ciudadano es una parte de la ciudad, y el
cuidado de cada parte está orientado naturalmente al cuidado del todo”.
(Aristóteles.)

Parte de la respuesta es que la Constitución es un fin y es, a la vez, un medio para


llegar a ese fin. No obstante, porque las cosas estén escritas en un documento
fundacional como este no significa que ya existan. Se necesita el concurso y la
participación permanente de todas las personas, y no sólo de los llamados líderes,
para que nuestra “democracia se fortalezca, es decir supere sus constantes
amenazas; se profundice, para que abarque todas las instancias posibles de
nuestras vidas y se amplíe, o sea que cada vez más personas (¡todas las
personas!) Puedan ejercer plenamente sus derechos y cumplir con las
responsabilidades que ello implica” (Escallón 2009).

En síntesis se hace necesario crear mecanismos y/o estrategias que promuevan


una formación en competencias ciudadanas o cívicas que no solo necesiten de
nuevas asignaturas o seminarios anexos sino la transformación de una práctica
educativa donde los valores sean vivenciales y los conflictos se diriman mediante
mecanismos de comunicación asertiva, negociación cooperativa y mediación
activa, igualmente que la práctica participativa sea una constante en el marco de
una dinámica democrática.
A CERCA DE LA FORMACIÓN EN COMPETENCIAS CIUDADANAS

Ricardo Delgado S y Carlos E Vasco afirman que en la búsqueda de


alternativas para diseñar mecanismos que propicien enfrentar y corregir las
profundas imperfecciones de nuestro estado social de derecho y de sus
instituciones democráticas, se insiste permanentemente en reconocer el papel
significativo que tiene la educación en general y, de manera más concreta, las
acciones de formación ciudadana orientadas a promover un conjunto de
competencias para que el ciudadano pueda incidir activamente en tres campos
vitales para la convivencia social: “la resignificación del sentido de la política, la
renovación de criterios de legitimación de lo público y el fortalecimiento de una
cultura de la civilidad.”

La vindicación de la política busca hacer frente a la profunda fragmentación y


atomización de las fuerzas políticas, así como a la creciente deslegitimación de los
estamentos formales, como son el sistema de partidos, los mecanismos
electorales y los espacios de representación política. La construcción de un
proyecto colectivo de nación –sin desconocer el marcado pluralismo que
caracteriza a nuestra sociedad– exige con urgencia la definición de unos mínimos
principios ordenadores en torno a los cuales se construya una común unidad de
pertenencia y participación alrededor del espacio normativo de lo público.

Lo anterior demanda reconceptualización de lo político como todo aquello


relacionado con un ordenamiento construido colectivamente, que parte del diálogo
pluralista entre posiciones diversas, y no como la imposición de un proyecto que
busca adecuar la sociedad a un orden natural o racional previamente determinado.
Es decir, que el sentido de la política como construcción colectiva de un orden
social debería orientarse hacia el fortalecimiento de la “capacidad de unos y otros
para definir colectivamente unas reglas de juego que aseguren la coexistencia de
la pluralidad de creencias, valores y opiniones que conforman la sociedad y
sustenten al mismo tiempo un sentido del nosotros como colectivo”.

Es de anotar que la refundación del sentido de lo político y de la política está


directamente asociada con la construcción y legitimación del sentido de lo público,
“entendido como proceso social de construcción colectiva de un orden siempre
imperfecto e inacabado, a través del proceso de participación ciudadana con las
diversas modalidades (partidos políticos, organizaciones, movimientos sociales,
asociaciones comunitarias, entre otras) en la deliberación, definición y promoción
de los intereses colectivos de la sociedad, bajo principios de tolerancia, respeto de
las diferencias y acatamiento a las reglas establecidas.” Por lo tanto, lo público
hace referencia a la esfera donde se ponen en escena los diversos universos
simbólicos de lo político en relación a la construcción de un orden social deseable.
Y es, además, el espacio en donde tiene lugar la deliberación, el debate entre los
intereses privados y colectivos sobre la base de ir definiendo una reglamentación
construida colectivamente que contemple un conjunto de normas, contenidos,
valores y comportamientos requeridos para adelantar la tramitación de las
diferencias y conflictos de intereses, así como la celebración de acuerdos que
dotan de legitimidad a las instituciones democráticas.
El desarrollo y fortalecimiento de un orden social democrático orientado por los
derechos humanos como horizonte ético está directamente relacionado con la
instauración de la preeminencia y legitimación de lo público. El proceso de
instauración de lo público está estrechamente vinculado con el desarrollo de la
sociedad civil en cuanto proceso de organización y participación de los
ciudadanos, lo cual demanda desde la educación la promoción conjunta de una
civilidad orientada por la observancia de valores políticos propios de una sociedad
pluralista y de un estado social de derecho. Lo anterior requiere el desarrollo de
una cultura de la civilidad que asuma en plenitud el pluralismo razonable y los
valores políticos, como la autonomía, la equidad, el reconocimiento y la
cooperación, en cuanto elementos dinamizadores de la definición de pautas
reguladoras en el ámbito de lo público.

DESAFÍOS QUE ENFRENTAN LOS PROGRAMAS DE FORMACIÓN


CIUDADANA
Estas renovadas expresiones, que a continuación iremos presentando en términos
de desafíos e interrogantes, giran alrededor de aspectos como el reconocimiento
del contexto donde se inscriben las acciones de formación ciudadana; la definición
de los supuestos normativos que encarnan el ideal de orden social que aspiramos
construir y desde los cuales se orienta el proceso formativo; el señalamiento de
algunas dimensiones que demarquen el horizonte y la finalidad de la formación de
las competencias ciudadanas; así como también la selección de un conjunto de
habilidades que buscan ser promovidas en la medida en que se vinculan con el
ejercicio colectivo y organizado de la ciudadanía.

Desafío de las transformaciones en lo político y en la política


Un primer desafío que enfrentan en la actualidad los programas de formación
ciudadana es el comprender e interpretar las transformaciones que se están
dando lugar a nivel del escenario político y de la política; cabe entonces
preguntarse: ¿Cuál es el actual contexto donde se inscribe el proceso de
formación en competencias ciudadanas?

Con este interrogante queremos señalar que los programas de formación


ciudadana deben reconocer el hecho de que, en la actualidad, asistimos a una
refundación de lo político y de la política que redefine su sentido, replantea
las prácticas, identidades, discursos, organizaciones, modalidades y, por
supuesto, las acciones colectivas. Lo anterior, como producto del descentramiento
del sistema político, la politización de la sociedad civil, el surgimiento de
identidades políticas diversas y no partidistas, así como la emergencia de
prácticas no convencionales de acción y manifestación colectiva de los actores
sociales
Desafío del reconocimiento, la inclusión y la equidad
Conviene señalar que, en la anterior descripción de los rasgos que parecen
caracterizar el actual contexto político y acción colectiva, podemos reconocer una
imagen renovada del ser ciudadano y de lo que implica el ejercicio de la
ciudadanía, así como también podemos advertir ciertas transformaciones a nivel
de la cultura política. Lo anterior plantea a los programas de formación ciudadana
un segundo desafío, que tiene que ver con analizar cómo las renovadas
expresiones de identidad colectiva y de acción política se constituyen hoy sobre la
base de criterios orientados a alcanzar reconocimiento y hacia mayores niveles de
inclusión y equidad, proponiendo así una concepción del bien común más
centrada en la justicia y en la protección de los derechos fundamentales como
parámetros de legitimación del sentido de lo público.

Cabe entonces preguntarse: ¿Cuáles son los supuestos normativos que en el


marco de un estado social derecho permiten a los programas de formación
ciudadana comprender e interpretar las renovadas expresiones de la acción
política y la ciudadanía?

Esta pregunta por los supuestos normativos tiene una directa incidencia en los
programas de formación ciudadana respecto a la exigencia de una definición clara
y un reconocimiento explícito de sus supuestos normativos, de tal manera que
cualquier propuesta deba reflejar con claridad una respuesta adecuada a la
pregunta: ¿A favor de qué propósitos y de acuerdo con qué criterios y principios se
orientan las acciones de formación de las competencias ciudadanas?

Esta indagación por los propósitos y principios que fundamentan la formación de


las competencias ciudadanas parten de reconocer que si un estado social de
derecho tiene como presupuesto ético-político la urgente necesidad de definir un
ideal común de justicia que provea a los ciudadanos de un conjunto de derechos y
pautas normativas que propicien la expresión del pluralismo y la participación
activa de los ciudadano, es perentorio, entonces, que los programas de formación
ciudadana definan explícitamente un conjunto de supuestos que conlleven a:
 Reconocer la justicia como la primera virtud de las instituciones políticas y
sociales.

 Avanzar en la fundamentación pública de una concepción de la justicia que


sea reconocida por todos los actores sociales, como marco de regulación de la
sociedad.
 Afianzar la capacidad de agenciación de los asociados a organizaciones y
movimientos sociales, para definir colectivamente unas reglas de juego que
aseguren la coexistencia de la pluralidad, alrededor de la construcción de un
proyecto colectivo.
 Fortalecer la creación y desarrollo de redes sociales que aglutinen diversas
organizaciones sociales, y promuevan acuerdos programáticos entorno a
intereses de carácter colectivo.

 Promover un conjunto de virtudes cívicas, como la tolerancia, la autonomía, el


diálogo, la razonabilidad, la cooperación y la equidad entre otras, como
plataforma para la configuración del sujeto político.
 Favorecer la participación ciudadana como expresión e integración de la
cultura local y el desarrollo de la ciudadanía en la esfera pública.

Desafío de una formación ciudadana multidimensional

Si reconocemos en el anterior inventario aquellos fundamentos de un estado


social de derecho de los cuales podamos derivar un conjunto de atributos
asociados con la formación de las competencias ciudadanas, podríamos
establecer un tercer desafío que plantea la necesidad de explicitar las
dimensiones en las que, en este contexto renovado de la política y la ciudadanía,
se despliegan los procesos de formación de las competencias ciudadanas.
Esto parte de considerar que los presupuestos ético-políticos que fundamentan a
una sociedad democrática requieren constituirse paulatinamente en repertorios
culturales, en gramáticas colectivas, a través de procesos formativos, para ser
traducidos en conocimientos, valores, normas y prácticas desde los colectivos
sociales organizados, aspectos que pueden ser referenciados en un espacio de
varias dimensiones que nos permitan caracterizar y demarcar algunos atributos
centrales que entraña la formación en competencias ciudadanas, como son las
siguientes:

 La compatibilidad de las competencias ciudadanas con el pluralismo


político, social y cultural. La consolidación de nuevas identidades colectivas
y políticas diversas debería ser comprendida como una expresión del
pluralismo razonable propio de las sociedades democráticas, lo cual demanda
del ciudadano o ciudadana la capacidad de identificar y reconocer múltiples
universos simbólicos de lo político, pero al mismo tiempo reclama la capacidad
de evaluación y análisis crítico del mismo.

 La consistencia de las competencias ciudadanas con los principios de


los derechos humanos y los valores democráticos. La definición de las
competencias ciudadanas de manera consistente con los principios de los
derechos humanos y los valores democráticos se constituye en un imperativo
ético-político en un estado social de derecho, en la medida en que debe
encarnar dentro de sus componentes los valores de la autonomía, libertad e
igualdad como referentes de los ideales de justicia social y como plataforma
normativa de la esfera pública en donde tiene lugar la acción colectiva.

 La correspondencia de las competencias ciudadanas con los ideales de


justicia y equidad. Los procesos de formación de las competencias
ciudadanas deben reconocer que las renovadas expresiones de la acción
política de los movimientos sociales se orientan hacia la exigencia de unos
mínimos de justicia que actúen como marco fundante y ordenador de la
estructura básica de una sociedad, es decir, de las instituciones democráticas,
permitiéndole al ciudadano o ciudadana definir propósitos colectivos que todos
compartimos y respaldamos, y sobre los cuales converjan diversas acciones y
argumentaciones en la esfera pública.

 La vinculación de las competencias ciudadanas con el actuar reflexivo y


razonable. Esto supone, por parte de las y los ciudadanos y de sus
asociaciones, en primer lugar la reflexividad o capacidad reflexiva para tomar
distancia respecto a las formulaciones de creencias morales e ideológicas,
siendo conscientes de la falibilidad de las mismas, la cual les permite estar
abiertos a reconocer otros lenguajes y argumentos que pueden incorporar a
sus marcos de comprensión y desde ahí generar una actitud o disposición
abierta para revisar sus propios fundamentos de acción y, así, poder construir
con otros un conjunto de razones públicas sobre las cuales se puedan
configurar los argumentos, los debates y la justificación de las diversas
acciones colectivas en la esfera pública. En segundo lugar, el carácter de
razonabilidad como condición central del pluralismo político y como criterio de
legitimación del ámbito público hace alusión a la “capacidad que tienen los
ciudadanos para explicarse unos a otros el fundamento de sus acciones, en
términos tales que cada uno pudiera razonablemente esperar que los demás
aceptaran en su condición de sujetos libres e iguales.”

 Las competencias ciudadanas como expresión y realización de la


autonomía y del reconocimiento por el sentido del otro y del nosotros.
Los procesos de formación de las competencias ciudadanas deben partir por
identificar tres rasgos que hacen posible que al ciudadano o ciudadana se le
atribuya cualidades de juez moral competente para participar en la esfera
pública, como son: la autonomía, la dignidad y el reconocimiento, cualidades
que facultan al sujeto para discernir, distinguir y juzgar la relación entre lo
posible en un sistema social y político, y lo deseable desde el punto de vista
normativo de la justicia, lo que implica y demanda a las y los ciudadanos y a
sus colectivos el asumir como criterios ordenadores de lo social los principios
de libertad, igualdad y equidad. Así, éstos se constituyen en los valores
rectores desde los cuales pueden las y los ciudadanos y sus asociaciones
juzgar a las instituciones, organizaciones e individuos respecto a la atención y
cumplimiento de sus demandas y requerimientos como sujetos de derechos.
De igual manera estos principios operan como referentes para ponderar las
consecuencias previsibles de sus acciones en relación al bien público y a la
convivencia ciudadana como expresión del sentido del “nosotros”.

 La relación de las competencias ciudadanas con la cooperación y


coordinación entre grupos sociales heterogéneos. Las renovadas
expresiones del ideal democrático que toman forma en las nuevas
manifestaciones de la acción colectiva de los actores sociales, deberían estar
orientadas hacia la “definición de un ideal de bien colectivo más englobante
que cualquier sumatoria de bienes privados o aislados.” Esto es posible si se
asume la sociedad como un sistema justo de cooperación, lo que exige que
las diversas acciones políticas que se agencien desde los distintos
movimientos sociales, orienten su ejercicio de participación sobre la base del
imperativo cívico que encierra el bien público; haciendo comprender a los
asociados lo que tienen en común, y convocándolos a un debate creativo
sobre la definición de reglas e instituciones políticas y sociales que los regule
en sus relaciones de intercambio y cooperación.

El desafío de explicitar las capacidades y habilidades subyacentes a las


competencias ciudadanas

La descripción de las anteriores dimensiones que en un concepto particular,


demarcan el horizonte y los elementos que conllevan los procesos de formación
ciudadana en este contexto renovado de la política y la ciudadanía y que muestran
sus diversos atributos, lleva a reconocer que si bien la noción de competencia ha
tenido usos muy diversos, generando una gran variedad de significados tanto en el
lenguaje científico como en el ordinario, es posible discernir un limitado pero sólido
centro semántico que se asocia con los términos de “capacidad”, “habilidad”,
“efectividad” y “desempeño”.
Lo que supone en esta oportunidad asumir la noción de competencias ciudadanas
como categoría abarcadora que encierra aspectos cognitivos, afectivos,
actitudinales y motivacionales, supuestos normativos y morales, relacionales y
comunicativos; aspectos que pueden distribuirse a lo largo de ciertas dimensiones
y que, dentro de ellas, también pueden especificarse algunas habilidades. Por ello
cabe preguntarse: ¿Qué capacidades y habilidades requieren ser potenciadas
para que el ciudadano y la ciudadana puedan participar activamente en los
procesos de entendimiento colectivo que encierra la construcción de lo político, de
la política y de lo público?

Teniendo como referencia los anteriores supuestos normativos y las dimensiones


sugeridas, antes de pormenorizar las capacidades y habilidades a las que se
refiere la pregunta, se hace necesario enunciar los siguientes criterios, los cuales
demarcan el horizonte de asumir las competencias ciudadanas como una
construcción social, en tanto los integrantes de una organización o movimiento
social actúan de manera conjunta para elaborar su marco de acción ciudadana de
carácter colectivo.
 La reflexividad, que alude a que las organizaciones y los actores sociales se
asuman como “agencias colectivas generadoras y movilizadoras de
significación, que persiguen el objetivo de provocar, impedir o anular un
cambio social fundamental”.
 La razonabilidad como capacidad que tienen los actores sociales,
organizaciones y movimientos- para construir con base en su experiencia,
marcos de acción colectiva desde donde explicar, justificar y legitimar unos a
otros el fundamento de sus acciones, configurando discursos que nutren el
debate y la cultura pública.
 La agenciación, que se refiere al reconocimiento de la intencionalidad como
capacidad de autodeterminación para efectuar acciones trasformadoras,
convirtiendo a los actores sociales en agentes de sus propios cambios
sociales.

 La sociabilidad, que reconoce que la acción ciudadana es fuente y expresión


de la interacción social, que conlleva tensiones y conflictos de intereses en el
contexto de lo político y lo público.

Como se puede apreciar, dichos criterios encarnan factores cognoscitivos,


afectivos, morales, relacionales y comunicativos que configuran el marco de
acción colectiva, desde el cual los actores sociales le imprimen sentido a su acción
ciudadana y a los fines que persiguen, lo cual plantea el cuarto y último desafío a
los programas de formación ciudadana: identificar y proponer las capacidades y
habilidades asociadas con la formación de las competencias ciudadanas, para
fortalecer la capacidad de acción colectiva de las organizaciones como
fundamento del fortalecimiento de lo político-público. Para comenzar a responder
a dicho desafío, proponemos las siguientes.

PARA FORTALECER ACCIONES COLECTIVAS:

 La capacidad para que los actores sociales puedan asumir e interpretar sus
problemáticas y adversidades como injusticias, logrando de esta manera
justificar y legitimar su acción ciudadana colectiva con base en el marco de los
derechos fundamentales.
 La habilidad y disposición por entender lo que sucede en nuestra propia vida,
y en la de otros, logrando una postura reflexiva y razonable sobre los propios
criterios, valores y creencias y reconociendo los de otros.
 La capacidad de reconocer y analizar patrones distintos de configuración de
intereses políticos, logrando establecer analogías entre situaciones diversas,
con el fin de negociar y pactar acuerdos de convergencia.
 Las habilidades para agenciar procesos organizativos de carácter cooperativo-
asociativo que promuevan la identidad colectiva, la participación y la
promoción de redes sociales para la acción colectiva pública.
 La habilidad para escoger medios legítimos de protesta social para lograr fines
establecidos, apreciando así el sentido que encierra la norma como criterio de
autorregulación y como plataforma para la formación de una racionalidad
colectiva pública.
 La habilidad para desarrollar una orientación social que lleva a confiar en otras
personas, escuchar y entender las posiciones de otros y propiciar acciones de
cooperación e integración grupal.
 Las habilidades de razonamiento moral para la toma de decisiones y para
explicar valoraciones, preferencias y comportamientos.
 Las habilidades de negociación y tratamiento de conflictos tanto al interior de
los colectivos sociales como en el contexto de las redes de alianzas.
 Las habilidades para propiciar, negociar, pactar y reparar acuerdos sociales
para la convivencia.
 Las habilidades comunicativas y argumentativas que le permitan a los
ciudadanos y a sus organizaciones sociales posesionar y divulgar con una alta
resonancia cultural sus discursos y demandas.

Ahora bien, la descripción de esta amplia constelación de capacidades y


habilidades nos permite poner en evidencia la urgente necesidad de avanzar en la
formulación de una autentica pedagogía social, que –como lo señala C. Yory – se
constituya en la base de un nuevo contrato social y educativo en favor de lo

público, como bien, como espacio y como foro donde tiene lugar la acción
ciudadana.
En consecuencia, se puede afirmar que para alcanzar un mayor entendimiento
sobre las relaciones e implicaciones entre las renovadas expresiones de lo
político, la política, lo público, la ciudadanía y la formación de aquellas
capacidades y habilidades individuales, colectivas e institucionales alrededor de
las cuales se construirían las competencias ciudadanas, es perentorio el “diseño
concertado de un modelo de pedagogía social que trascienda los planos
normalizados de la capacitación formal centrada en el individuo-líder aislado y
solitario” (YORY, Carlos Mario.)

Lo anterior plantea que la práctica pedagógica debe reconocer como su propósito


central promover procesos constitutivos de la subjetividad, en los cuales el sujeto
reflexione sobre su condición como integrante de una colectividad y establezca la
corresponsabilidad social de sus acciones en términos de su proyección política.

De ahí que una pedagogía con proyección ciudadana se oriente a promover el


fortalecimiento de las capacidades y habilidades de acción colectiva en los actores
sociales, para pensar la ciudad y el país en un mundo global, hacer de ellos lo que
sus habitantes quieren que sean y construir desde las organizaciones y redes
sociales los mecanismos para potenciar su acción ciudadana.

Finalmente, se puede decir que este conjunto de interrogantes y desafíos en torno


a la formación ciudadana que hemos expuesto demanda la construcción de una
perspectiva pedagógica con proyección ciudadana como campo del saber y
conocimiento sobre las competencias ciudadanas, para que el ciudadano pueda
participar activamente en la resignificación del sentido de lo político y de la política,
en la instauración de nuevos criterios de legitimación de lo público y en el
fortalecimiento de la sociedad civil en general y, en particular, de una nueva
civilidad, como aspectos centrales en la construcción de ciudadanías.
Cabe mencionar en este punto las definiciones que el MEN propone referente a la
Ciudadanía. Es central para orientar el trabajo en formación de competencias
ciudadanas, ya que la forma en que se defina dará luces acerca del tipo de
sociedad que se quiere construir y el tipo de relaciones de enseñanza-aprendizaje
que hay que establecer en coherencia con el mismo.

La „ciudadanía‟ tiene tres acepciones en el diccionario: por una parte, es la


cualidad y derecho de ser ciudadano. Por otra, es el comportamiento que se
espera de un ciudadano y, finalmente, es el conjunto de personas que conforman
un pueblo o nación (RAE, 2012).

Otra definición de ciudadanía que nos resulta familiar es la ciudadanía social


activa (Borrero, 2005). Esta ciudanía se describe en términos más
comportamentales que las anteriores. De acuerdo con esta perspectiva, todos
somos ciudadanos porque nos movemos en lo público y al seguir, romper o crear
normas estamos ejerciendo nuestra ciudadanía. La ciudadanía ideal, entonces,
consiste en pensar en el bien común, en aportar en la construcción de lo público.
Por esta razón; calles, escuelas, barrios, empresas se convierten en lugares
donde se construye la ciudadanía. Para actuar como ciudadanos activos no hay
restricciones de edad, nacionalidad o estatus jurídico; todos los que vivimos en la
sociedad y nos relacionamos en ella aportamos a lo público. Por consiguiente:
niños, niñas, jóvenes también tienen su lugar como ciudadanos sociales activos.
Nacer en comunidad nos haría acreedores de esta cualidad - derecho, que
ejercemos, sin importar que tan pasiva o activamente participemos, pues, en
cualquier caso, la manera en la que nos relacionamos, y hacemos parte de la
sociedad, es una forma de actuar la ciudadanía y de construirla.
NORMATIVIDAD PARA LA FORMACIÓN EN COMPETENCIAS CIUDADANAS

Los seres humanos conscientes de las dificultades que conlleva una vida en
sociedad han establecido unos acuerdos relevantes, normas legales
fundamentales para promover y proteger los principios básicos de la vida armónica
en sociedad. Estos grandes acuerdos conforman el horizonte de formación de las
competencias ciudadanas.
El Ministerio de Educación Nacional (MEN) en el documento de estándares
básicos de competencias, considera que uno de los más grandes acuerdos es la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, en cuyo preámbulo se anuncia:
“…la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de
la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la Familia Humana…” al ser los Derechos Humanos el marco de los
estándares Básicos de Competencias Ciudadanas, formar en competencias
ciudadanas significa formar en y para los derechos humanos.

Los Derechos Humanos son el conjunto de derechos civiles, políticos,


económicos, sociales, ambientales y culturales de todas las personas del mundo,
en todas las circunstancias.
Por ejemplo, el Artículo 4 declara que “nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus
formas”. A su vez, “toda persona tiene derecho a la educación (…) la educación
tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto de los derechos humanos y las libertades
fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos …” (Artículo 26). Otros
derechos humanos son: la libertad, propiedad, libre expresión, nacionalidad,
familia, trabajo y descanso.

Y en artículo 41 la Constitución es explicita al declarar: “En todas las instituciones


de educación, oficiales o privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución
y la Instrucción Cívica.
Así mismo se fomentarán prácticas democráticas para el aprendizaje de los
principios y valores de la participación ciudadana. El Estado divulgará la
Constitución”.

La formación ciudadana en el marco de nuestra constitución:

1. El desarrollo de una subjetividad para la democracia;

2. El aporte en la construcción de una cultura política para la democracia y

3. El conocimiento de las instituciones y la dinámica política, ejes que a su vez


articulan las nociones de „constitución‟, „democracia‟ y „educación cívica‟.
(Lineamientos Curriculares en Constitución política y democracia 1998)

ESTRUCTURA DE LOS ESTÁNDARES BÁSICOS DE COMPETENCIAS


CIUDADANAS
Organización de los estándares por grupos de grados
La propuesta de estándares de Competencias Ciudadanas establecidas por el
MEN se encuentra organizada por grupos de grados así: 1° a 3°, 4° a 5°, 6° a 7°,
8° a 9°y 10° a 11°.
En cada grupo de grado se trabaja estándares generales y estándares específicos

Grupos de Estándares de Competencias Ciudadanas

Las competencias ciudadanas para el trabajo en las diferentes instituciones


educativas del país están propuestas por grupos de competencias:
 Convivencia y paz: es importante formar a los y las estudiantes para que
desarrollen competencias y conocimientos necesarios para relacionarse
con otras personas, con ellos mismos y con su entorno
 Participación y responsabilidad democrática: las Instituciones
educativas deben promover en sus estudiantes la participación democrática
mediante la comprensión de que son sujetos sociales de derechos para
lograr las trasformaciones sociales.
 Pluralidad, identidad y valoración de las diferencias: Es propósito de la
formación ciudadana enseñar a los y las estudiantes a respetar y aceptar a
otros en sus diferencias de etnia, credo, y limitaciones físicas.

Tipos de competencias ciudadanas


Las competencias ciudadanas requieren el concurso de:

 Conocimientos: Capacidad para realizar diversos procesos mentales,


fundamentales en el ejercicio ciudadano, tales como la identificación de las
consecuencias de una decisión, la descentración, la coordinación de
perspectivas, la argumentación, la reflexión y el análisis crítico.

 Competencias emocionales: Habilidades necesarias para la identificación


y respuesta constructiva ante las emociones propias y las de los demás.
Como por ejemplo: la empatía los sentimientos morales, y el juicio moral.

 Competencias comunicativas: Habilidades necesarias para establecer un


diálogo constructivo con las otras personas. Se trata de establecer
relaciones interpersonales recíprocas y equitativas por medio de la escucha
activa y la expresión argumentada a través de diversos sistemas simbólicos
(lengua, pintura, danza, etc.). También consiste en poder transformar
nuestros propios puntos de vista ante argumentos más sólidos.

 Competencias integradoras: Son las habilidades para articular en la


acción misma las demás competencias y los conocimientos necesarios,
para el ejercicio de la ciudadanía. Por ejemplo: resolver un conflicto
pacífica y constructivamente.

Ahora bien, en los estándares, los conocimientos y las competencias


comunicativas, cognitivas, emocionales e integradoras están diferenciadas para
enfatizar su importancia y facilitar su desarrollo pedagógico, pero conviene
siempre tener presente que las competencias ciudadanas son todas ellas que,
articuladas entre sí, hacen posible que actuemos de manera constructiva en la
sociedad.
EVALUACIÓN DE LA UNIDAD
1. “La convivencia humana es cada vez más diversa y compleja tornándose a veces en
relaciones hostiles, indiferentes y con alto contenido de violencia. La escuela no es ajena a
estas situaciones y los conflictos que a diario se viven hacen que se reproduzcan estos
ambientes y se afectan de alguna manera todos sus integrantes .” De acuerdo a lo
anterior describa tres posibles acciones a desarrollar para mejorar la
calidad de las relaciones en torno a la convivencia
escolar:

2. Interpreta la siguiente afirmación: “La calidad de nuestras relaciones con los


demás depende de la calidad de nuestra vida
personal”
3. Si concebimos las competencias como un ”Saber y saber hacer en
contexto”, describe cómo desarrollarías estas competencias desde tu
quehacer pedagógico en el contexto sociocultural de tus estudiantes

4. “Desarrollar las competencias ciudadanas es la manera de formar niños,


niñas, jóvenes y profesionales para un ejercicio pleno de la ciudadanía que
parta del reconocimiento de la dignidad inherente a todo ser humano”.
Teniendo como referente lo anterior, Realiza un plan de clase donde se evidencie
la estrategia didáctica para formar niños, niñas o jóvenes en competencia
ciudadana.
5. Apóyese en el módulo o en otros medios consulta . Las competencias
ciudadanas para el trabajo en las diferentes instituciones educativas del
país están propuestas por grupos de competencias. ¿Cuáles son esos
grupos de competencias?, ¿Cómo los llevarías a la
práctica?
UNIDAD 2
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
CONTENIDO:

¿QUÉ ES LA PARTICIPACIÓN?

1. Para participar se requiere.


2. Cuando Participo y no participo (Beneficios de la participación).
3. Elementos necesarios de la participación.
4. La participación como derecho y como proceso.
5. Acerca de la convivencia, la participación, y la democracia.

¿QUÉ ES LA CIUDADANIA?

1. Ciudad y cultura ciudadana.


2. Significaciones de Ciudadano y ciudadanía.
3. Algunos sesgos culturales que dificultan la ciudadanía
4. Dimensiones de la cultura y la ciudadanía.
5. La formación en cultura Ciudadana.
6. Competencias Ciudadanas
7. Convivencia y democracia.
8. Colombia como Estado Social de Derecho.

MECANISMOS DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA


Artículo 103. Son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su
soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo
abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato. La ley los
reglamentará. El Estado contribuirá a la organización, promoción y capacitación
de las asociaciones profesionales, cívicas, sindicales, comunitarias, juveniles,
benéficas o de utilidad común no gubernamentales, sin detrimento de su
autonomía con el objeto de que constituyan mecanismos democráticos de
representación en las diferentes instancias de participación, concertación, control
y vigilancia de la gestión pública que se establezcan.
 Preguntas previas.
 Importancia de la Participación Ciudadana.
 Constitución y Participación Ciudadana.
 Conceptos y desarrollo de conceptos:
 El Voto
 Referendo
 Revocatoria del mandato.
 Plebiscito.
 Consulta popular.
 Cabildo Abierto.

Acción de grupo
La acción de grupo es una figura jurídica que sirve para posibilitar la indemnización de
perjuicios causados a un número plural de personas, sin perjuicio de la procedencia de las
acciones particulares.
¿Cuáles es la finalidad de las acciones de grupo?
Esta acción tiene como finalidad exclusiva el reconocimiento y pago de la indemnización de
los perjuicios originados tanto por la vulneración de derechos colectivos, como de derechos
subjetivos de origen constitucional o legal.
Acción popular
Se denomina acción popular, en Derecho procesal, a la acción judicial por la cual los
poderes públicos y, en general, cualquier ciudadano, está legitimado para instar la actuación
de la administración de justicia en defensa de intereses colectivos o difusos.
Acción de cumplimiento

Mediante ella toda persona a quien afecte el incumplimiento de una norma con fuerza de ley
(leyes, decretos extraordinarios, decretos legislativos) o acto administrativo puede reclamar
ante la autoridad judicial su cumplimiento.

Leyes: Expedidas por el congreso.

Decretos extraordinarios: Expedidos por el Gobierno con autorización del congreso.

Decretos legislativos: Expedidos por el Gobierno en estados de excepción.

La acción de cumplimiento se solicita porque una ley o acto administrativo no está siendo
cumplido por la autoridad encargada de hacerlo.
Acción de tutela

La acción de tutela es un mecanismo que tiene por objeto la protección de los derechos
constitucionales fundamentales, aún aquellos que no se encuentren consagrados en la
constitución, cuando estos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de
cualquier autoridad pública. El fallo que se produce de esta acción es de inmediato
cumplimiento. Se encuentra consagrada en el Art. 86 CN y ha sido reglamentada por los
decretos 2591 de 1991, 306 de 1992 y 1382 de 2000.

¿Cuándo Procede?

Cuando resulten vulnerados o amenazados los derechos constitucionales fundamentales,


aun aquellos que no se encuentren textualmente consagrados en la constitución, pueden
invocarse aduciendo una conexidad con los derechos fundamentales, por la acción u
omisión de cualquier autoridad pública.

Cuando no haya ningún otro medio que permita proteger el derecho. Aunque es procedente
la tutela en aquellas circunstancias en las cuales se utilice como mecanismo transitorio para
evitar un perjuicio irremediable, aun cuando existan otros medios de protección.

Cuando por acción u omisión de un particular en el caso que éste preste un servicio público,
o cumpla funciones públicas.

Cuando el actor se encuentre en situación de indefensión o subordinación respecto del


particular contra quien se interpone la acción de tutela.

¿Qué derechos protege la acción de tutela?

La acción de tutela protege los derechos fundamentales. Algunos de éstos derechos


fundamentales son la vida, la integridad personal, la igualdad, el reconocimiento de la
personalidad jurídica, la libertad de conciencia, de religión, de expresión, de circulación, de
escogencia de profesión u oficio, de enseñanza y aprendizaje y de investigación y de
cátedra, los derechos a la honra y al buen nombre, al debido proceso, a la defensa y a elegir
y a ser elegido. También son derechos fundamentales el derecho de petición (ya estudiado),
de asociación y los derechos de los niños.

Consulta Previa

La Consulta Previa es el derecho fundamental que tienen los pueblos indígenas y los demás
grupos étnicos cuando se toman medidas (legislativas y administrativas) o cuando se vayan
a realizar proyectos, obras o actividades dentro de sus territorios, buscando de esta manera
proteger su integridad cultural, social y económica y garantizar el derecho a la participación.
Fundamentación

Se fundamenta en el derecho que tienen los pueblos de decidir sus propias prioridades en
lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas,
creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna
manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y
cultural.

Además, en el derecho de dichos pueblos de participar en la formulación, aplicación y


evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de
afectarles directamente (Artículo 7 Convenio 169 de la OIT). La Sentencia SU-039 de 1997
señaló los parámetros para la realización de las consultas previas con los grupos étnicos del
país y en ella encontramos importantes aportes para la protección y garantía de los
derechos de las comunidades.

 Pautas de trabajo.
 Bibliografía.

 Glosario.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA
PARTICIPAR ES:
Al formular este interrogante a un grupo de personas, encontramos, entre otras las
Siguientes respuestas:
 Es compartir, comunicar, concertar, convenir. Consensuar, disentír. De tal
manera que la participación es clave para crear una nueva ciudadanía,
activa y entusiasta.
 Es comprometerse, Es dar de sí y también recibir. tomar parte, hacer parte
de todo, en las cosas de los hombres y de la sociedad, participar es no
excluirse, comprometerse con las decisiones que influyen en la vida de
todos
 Es cambiar las cosas y a sí mismo.
 Es ver el mundo no de una sola manera, sino de tantas formas diferentes
como tantas personas haya.
 Es querer dejar huella
 Estar atento, Ponerse las pilas cuando en el Barrio tenemos algún tipo de
problemas y hacer parte de una comisión de reclamos, un proyecto, un plan
sectorial, hablar con los funcionarios con las autoridades y los órganos
competentes.
 Medírsele a una movilización popular, a un paro o a una manifestación;
desfilar por las calles, gritar consignas, organizar una olla comunitaria, una
minga para enfrentar una injusticia o para reclamar un derecho o exigir un
deber.
 Evitar la indiferencia, dejarse conquistar por causas de interés Mundial o
Nacional, como la expansión de SIDA, El Calentamiento y la contaminación
del Planeta, la Violencia Generalizada, El Acuerdo Humanitario el aumento
creciente de la pobreza, y pronunciarnos públicamente de manera individual
o colectiva.
 Ir a una misa de acción de gracias, o al entierro de Alguien cercano, un
pariente, un vecino, un Político, un líder o aquellos personajes que lucharon
por causas nobles dignas y justas.
 Vincularse a las organizaciones sociales, sindicales, Fondo de Empleados,
Cooperativas, formas asociativas, proyectos y asumir cargos de conducción
y de dirección.
 Apoyar a alguien, en quienes usted confía, porque son valientes, son
sinceros honestos porque están pendientes de los problemas y de la gente.
 Votar por el partido de sus padres a veces con gusto a veces con desgano,
desalinearse con un voto de protesta, consolidar y estructurar nuevas
opciones.

Estas ideas pueden ayudarnos a comprender que la participación se


construye y constituye un proceso a través del cual cada individuo se
reconoce como personalidad única y activa y como auténtico miembro
de un grupo o comunidad; se compromete responsablemente en la
solución de problemas comunes, en un clima de estrecha comunicación,
respeto al otro y ayuda mutua.
PARA PARTICIPAR SE REQUIERE:

 Implicarnos, involucrarnos, sintiéndose responsables de lo que hacemos y


cómo lo hacemos, además de encontrar en ese compromiso la fuerza
motivacional que dinamiza, sostiene y regula nuestras actividades.

 Buscar colectivamente las necesidades, problemas y la solución de los


mismos, lo que permite el despliegue de inteligencia, creatividad, iniciativa; de este
modo, cada uno da de sí y recibe de todos.

 Estimular la comunicación, comprensión empática, diálogo, debate


constructivo, el ponerse en el lugar de los demás y confiar en ellos, desarrollar
además otras significativas cualidades y facetas de la personalidad, como la
tolerancia, la autoestima, la confianza en sí mismo, la flexibilidad, divergencia,
civilidad y democracia etc.

 No marginarnos, de las dimensiones de actividad vital, esto frenaría el


florecimiento pleno de la personalidad, crecimiento y autorrealización.

 Querer la gente, la nuestra, la cercana y la otra, la que lucha, la que sufre, la


que sueña, la que rumbea y la que se esfuerza como nosotros. Querer nuestro
País, sus poblados, sus angustias, tristezas, miserias, grandezas, y
desesperanzas.

 Confiar, creer en nosotros, en nuestra experiencia, y en la sabiduría que nos


ha dado los años, décadas, siglos de organización, y de lucha. Creer es vencer el
miedo y el escepticismo; es aceptar que la vida puede ser mejor.
 Conocer el contexto, nuestro País ha crecido mucho, cada problema y cada
decisión afectan a millones de personas; hay fuertes grupos de poder y de presión
que si no participamos, decidirán por nosotros.

Cuando participo y no participo:

Después de Preguntar a un grupo de estudiantes En situaciones de participación y


de no participación Se concluyó:

En el primer caso. Se destacan los sentimientos y estados afectivos positivos y


satisfactorios, derivados del compartir, crear colectivamente, ser reconocidos y
aceptados.
Cuando participo me siento...
 Feliz, decidido, responsable
 seguro implicado realizado
 Útil
 Protagonista.
 Partícipe
 Reconocido.
 Sensibilizado
 Importante.
 En el segundo caso. Predominan la insatisfacción y la frustración

 Cuando no participo me siento...


 Incomprendido, ajeno, desinteresado.
 Marginado, no responsable, ahogado.
 Subutilizado.
 Excluido.
 Desmotivado.
 Olvidado.
 Alejado.
 Impotente.

LA GENTE AL PARTICIPAR BUSCA…


SER MENOS OBJETO Y MAS SUJETO
LECTURA COMPLEMENTARIA
IDEAS DE JUAN E. DÍAZ BORDENAVE
ACERCA DE LA PARTICIPACIÓN

La participación no es sólo un instrumento para la solución de problemas, sino,


sobre todo, una necesidad fundamental del ser humano. Es el camino natural para
que el hombre canalice su tendencia innata a realizar, a hacer cosas, afirmarse a
sí mismo y dominar la naturaleza y el mundo. Su práctica envuelve la satisfacción
de necesidades no menos básicas, como la interacción con los otros hombres, la
autoexpresión, el desarrollo del pensamiento reflexivo, el placer de crear y recrear
cosas y la valorización de sí mismo por los demás.

La participación tiene dos bases complementarias: una base afectiva


(participamos porque sentimos placer en hacer cosas con otros) y una base
instrumental (participamos porque hacer cosas con otros es más eficaz y eficiente
que hacerlas solos).

Entender lo que es la participación tal vez sea más fácil si comprendemos la no


participación, o sea, el fenómeno de la marginalidad: quedar fuera de alguna cosa, al
margen de un proceso, sin intervenir.

La participación no consiste en la recepción pasiva de los beneficios de la


sociedad, sino en la intervención activa de su construcción, que es hecha a través
de la toma de decisiones en las actividades sociales en todos los niveles.

Participación viene de la palabra PARTE, es SER PARTE, TOMAR PARTE,


TENER PARTE. Pero es posible ser parte sin tomar parte. La participación no es,
entonces, cuánto se toma parte, sino cómo se tiene parte.

(Tomado del libro "Participación y Sociedad")


CIUDADANÍA Y CULTURA CIUDADANA
CIUDADANÍA: (HOGAR PÚBLICO)

Si preguntamos abiertamente, para algunos, Ciudadanía seria, tener la posibilidad


de votar; reclamar algunos derechos; para otros supone responsabilidades
individuales para con lo público y lo social, de tal manera que este concepto es
difícil de definir.
Incluso se asocia a la ciudadanía con la mayoría de edad (Tener cedula de
ciudadanía)

El hecho de sentirnos Ciudadanos o Ciudadanas de determinado País tiene varias


significaciones:
 Sentimiento de pertenecer a un mismo cuerpo político, en igualdad de
condiciones y con igualdad de oportunidades.
 Sensación de pertenecer a un mismo País a un Estado a una patria.
(Estado:
Institución muy grande o el aparato en que nos hemos organizado, País
somos todos, y el gobierno la forma que hemos elegido de ordenar el poder
y la autoridad para mantener esa organización)
 Lo que nos permite reflexionar en la necesidad de comprometernos con la
vida de todos.
 Sensación de que debemos exigir cumplimiento de promesas, planes,
programas, deberes y derechos.
 Relación entre gobernantes y gobernados
 Esto significa, el reconocimiento del DERECHO A LA CIUDAD, tal como se
acordó en el pasado Seminario Mundial por el derecho a la ciudad: contra la
desigualdad y la discriminación (Porto Alegre febrero de 2.002). Una ciudad
para vivir, la ciudad como espacio colectivo, como asunto público, diferente
a la sumatoria de los intereses privados (Giraldo Isaza 1.996)



 “La ciudad se plantea la más grande pregunta sobre su utilización; ciudad
como espacio relacionado a la forma como alberga un conglomerado
humano pero también a la forma como cada uno de sus habitantes ve
dignificada, enriquecida y potenciada su existencia.”

Ciudadanía, ciudadano, proviene del latín de “civitas”: ciudad, y tiene


la misma raíz que civilización. Dice relación con el talante y forma de
vida propia de la ciudad, de ese tipo de ciudad que aún mantenía
aquella escala donde la vida en comunidad era posible, existían
comunidades, y la convivencia era la atmósfera que impregnaba la
existencia.

ACERCA DE LA CULTURA:

Etimológicamente, cultura tiene sus raíces en el latín, “colere”: cuidar, cultivar, La


cultura es un concepto que engloba lo que se denomina cultura material,
(artefactos, tecnología, construcciones, viviendas, vestimenta, etc.), relaciones
sociales (organización social, autoridad, poder, familia, etc.) y cultura simbólica
(lenguaje, valores, cosmovisión, etc.). Las culturas son dinámicas y evolucionan
en el tiempo, se construyen socialmente y pueden abarcar un ámbito común o
particular.

Cultura es, el conjunto de rasgos adquiridos por aprendizaje, en contraste con los
biológicamente heredados; Por eso podemos hablar de todo el acerbo cultural
humano. La cultura constituye la humanidad del hombre, determina, sus formas de
vida, comportamientos, lenguajes, vestidos, arte, ciencia, moral, política y
derechos. Entre otros, se debe diferenciar entre cultura y civilización, la primera
hace referencia al escenario de la espiritualidad humana mientras que la
civilización se refiere al grotesco mundo material.

Dimensiones de la cultura:

 Dimensión Hombre naturaleza. Nosotros para sobrevivir aprovechamos


los recursos. Por ejemplo: el ambiente natural, según cada área ecológica;
la vivienda y su agrupamiento; la indumentaria; la alimentación; la salud y el
tratamiento de la enfermedad; el transporte; la transformación productiva.
Que nos lleva a la obtención de productos y artefactos (cultura material).
Dimensión Hombre sociedad Nosotros nos relacionamos con otras
personas y con otros grupos sociales. Entran aquí los roles y las normas
para conformar la familia; entre familias; la comunidad y otros niveles
superiores hasta el Estado y más allá, establecemos relaciones de género,
de clase social e interétnicas; de la organización social y política; la división
social del trabajo (hombres, mujeres, adultos, niños, comerciantes,
docentes, etc.), se especializan en actividades distintas y se contraen
relaciones de producción.

La conjugación de las dimensiones anteriores, nos proyecta a


determinar lo que se llama cultura simbólica porque se grafica a través
de señales concretas, significa siempre algo intangible e invisible. Aquí
se encuentra el lenguaje, las expresiones artísticas (música, danza,
artes plásticas y otras.), la ética y los valores y la cosmovisión, que
suele ir ligada a la religión.
Cultura ciudadana:
Es la expresión de la existencia colectiva, del existir con otros, del convivir, del
vivir con, el anunciar, del hacerse parte de, que es la única forma posible de
existencia humana. Es en ella donde se hace posible la condición ciudadana, la
satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, el despliegue y ejercicio
de los derechos inherentes a las personas y también de los deberes que surgen
del existir social.

El ejercicio práctico de la ciudadanía se realiza en un ámbito público abierto a


todos y sin discriminación, que es o debe ser la democracia. Un espacio donde
nuestras propuestas, opiniones, sugerencias, acciones, y PARTICIPACIÓN se
tengan en cuenta con el cumplimiento de normas y reglas que nosotros mismos
tenemos que encontrar, construir y aceptar, ellas deben servir para resolver
conflictos de manera pacífica y facilitar la consolidación de COMPETENCIAS
MINIMAS DE CIUDADANIA.

Nos ayudan a formar para la


ciudadanía en la perspectiva de
los derechos humanos, a
construir convivencia y a
participar democráticamente
Convivencia:

Para algunos de ustedes, convivir equivale aguantar, soportar al otro “no meterme
en la vida de los demás mientras no se metan en la mía”, para otros significara
respetar las diferencias, ser tolerantes, resolver conflictos, ser solidarios fraternos
y consecuentes, recuperar la confianza, la capacidad de dialogar, vivir en la
diversidad, el pluralismo.
Convivencia etimológicamente proviene de con-vivere que significa vivir en
compañía de otros, cohabitar. Es vivir con. La existencia humana se lleva a cabo
un espacio de convivencia. Somos seres vivos únicos y absolutamente singulares
en el universo.
No es posible, como lo señala Humberto Maturana, el despliegue de lo humano
sino es en la convivencia; donde surge el "lenguajear", es decir el acto inicial
constitutivo del lenguaje, mediante el cual comenzamos a transitar desde lo
puramente animal o instintivo hacia lo humano, volitivo e intencional, es decir
hacia grados crecientes de libertad. Convivencia; aprendiendo con otros y de otros
mayores grados de libertad tanto personal como colectiva. Vale decir, es la
existencia del límite Que nos acota, define, restringe la existencia y convivencia
junto al otro.

La convivencia se aprende, enseña. vive, construye; es una misión permanente


del individuo. Es frecuente escuchar el término asociado a convivencia escolar,
social, pacífica, manual de convivencia, siendo esta un término tan común
podemos asegurar que para hacer cualquier proyecto de convivencia se debe
considerar que el orden de la sociedad o de la comunidad lo creamos nosotros
mismos, usted en convivencia con otros hace el orden para la sociedad en la que
vive de tal manera que nos corresponde hacer las leyes y las normas a nosotros
que las vamos a vivir y a proteger. Cada sociedad le toca crear su orden social de
democracia.
Lectura recomendada Siete Aprendizajes Básicos
para la convivencia social. Para todos los días para
toda la vida.

Lectura Recomendada: Definición y Objetivos de la


Cultura de Paz. (Unesco).

La democracia:
Estanislao Zuleta, escribió algunas profundas reflexiones sobre la democracia que
quiero compartir con Uds.
Afirmó que la democracia implica la aceptación de la angustia de tener que
decidir por sí mismo, y el pensar por sí mismo es más angustioso que creer
ciegamente en alguien. De ahí entonces que la democracia es frágil. Su
fragilidad procede porque es difícil aceptar el grado de angustia que
significa pensar por sí mismo, decidir por sí mismo y reconocer el conflicto.

La democracia implica la modestia de reconocer que la pluralidad de


Pensamientos, opiniones, convicciones y visiones de mundo es más
enriquecedora y que la propia visión del mundo no es definitiva ni segura,
porque la confrontación con otras podría obligarme a cambiarla o a
enriquecerla. La verdad no es necesariamente la que yo propongo sino la
que resulta del debate, del conflicto; por tal razón el pluralismo no hay que
aceptarlo resignadamente sino como el resultado de reconocer el hecho de
que los seres humanos, no marchan el unísono como los relojes. Es la
existencia de diferentes puntos de vista, partidos o convicciones algo que
nos debe llevar a la aceptación del pluralismo con alegría, y la esperanza
de que la confrontación de opiniones mejorará nuestros puntos de vista.

Para Zuleta, la democracia es modestia, disposición a cambiar, a la


reflexión autocrítica, a oír al otro seriamente.
Afirmó asimismo que la democracia implica igualmente la exigencia del
respeto. El respeto significa tomar en serio el pensamiento del otro: discutir
con él sin agredirlo, sin violentarlo, sin ofenderlo, sin desacreditar su punto
de vista, sin aprovechar los errores que cometa o los malos ejemplos que
presente, tratando de saber qué grado de verdad tiene pero también al
mismo tiempo significa defender el pensamiento propio sin caer en el
pequeño pacto de respeto de nuestras diferencias. En un debate
seriamente llevado no hay perdedores: quien pierde gana, sostenía un error
y salió de él; quien gana no gana nada, sostenía una teoría que resultó
corroborada.

PARA USTED:

QUE ES Y QUE
DEBERIA SER LA
DEMOCRACIA?
COLOMBIA ES UN ESTADO SOCIAL DE DERECHO.

pluralista

República

En el preámbulo y en los principios fundamentales de nuestra constitución se erigen los


cimientos de nuestra Nación.

LEALOS Y COMÉNTELOS.
Que Colombia sea un Estado Social de Derecho. Significa que somos una
sociedad organizada con un gobierno que nos dirige de acuerdo a las leyes
establecidas.

Que Colombia sea una república unitaria, infiere. Que seamos un País Unido,
con intereses comunes, donde el poder reside en el pueblo; es decir que aquí
todos los ciudadanos podemos tomar parte activa en las grandes decisiones.

Que Colombia Es democrática, Supone, Que todos podemos participar en


actividades políticas, económicas y sociales con igualdad de oportunidades
además elegimos y podemos ser elegidos.

Que Colombia sea Soberana: significa, Que todos los colombianos tenemos
derecho de gobernarnos por nuestra propia cuenta; nuestras decisiones deber ser
respetadas por los demás Países, así como Colombia debe respetar las
decisiones de estos. LA SOBERANÍA RESIDE EN EL PUEBLO; o sea que el
pueblo es el que decide y nos corresponde buscar la unidad de todos los Países
Latino Americanos y del Caribe.

Que Colombia es descentralizada significa: Que cada Provincia, cada región,


Departamento, Distrito o Municipio puede administrarse por su propia cuenta, le
otorga un cierto nivel de autonomía.

Que Colombia tiene fundamentos propios. Significa, que lo que nos da la vida
en nuestra nación es la dignidad humana, el trabajo y la solidaridad.

Que en Colombia prevalece el interés general: significa que por encima del
individuo está la colectividad, El interés o la necesidad de todos es más importante
que el interés de unos pocos.
El territorio Colombiano.
Está formado por La parte
Continental, El suelo, el subsuelo,
el mar territorial, la Plataforma
continental, el espacio aéreo y La
órbita Geoestacionaria.

MECANISMOS DE PARTICIPACION CIUDADANA.


PREGUNTAS PREVIAS:

1. ¿Por qué y para que hablamos de participación ciudadana?


2. ¿Qué dice la Constitución Política de Colombia acerca de
la Participación Ciudadana?
3. ¿Cuáles son los Mecanismos de Participación ciudadana?
4. ¿Cómo hacemos efectivos los Mecanismos de Participación
Ciudadana?

¿Por qué es importante la Participación


Ciudadana?
Permite una convivencia democrática y sana de los Ciudadanos y la construcción de
opciones aceptadas por la mayoría conocida como la legitimidad se logra si a Usted lo
tienen en cuenta
Permite la consolidación y cohesión del tejido social.
Permite las llamadas democracias participativas, la opinión, el voto, las acciones y sus
posiciones si valen
Permite que no nos limitemos a elegir a nuestros representantes, sino también
a participar en las decisiones que afectan nuestras condiciones de vida, de
trabajo y otros aspectos individuales y colectivos.

¿Qué dice nuestra Constitución sobre


Participación?

La carta política en su
artículo 29 proporciona los
instrumentos y mecanismos
para la participación.

La carta política nos permite intervenir directamente en el proceso social y en el


encuentro de diversas fuerzas sociales con finalidad e intereses contrapuestos,
para facilitar la construcción de la vida colectiva buscando mejores condiciones de
vida de los habitantes, contrarrestando pobreza, la violencia y la corrupción,
posesionada por fallas estructurales.
La Constitución de 1991 trajo nuevas formas de Participación Comunitaria en los
campos político, económico, social, cultural, ecológico, de control y de co-gestión
del desarrollo integral.
Frente a las quejas sobre falta de posibilidades de participar, propias de un estado
cerrado a sus ciudadanos, la constitución trajo cambios para construir una
verdadera democracia participativa, tal como está en su artículo primero. El
principio general sobre participación está en el artículo segundo de nuestra
constitución, donde se toma como un fin fundamental del estado. Las autoridades
promueven que los colombianos tomemos parte activa en la toma de las
decisiones que nos afectan o interesan; y somos nosotros los responsables de
que la intervención sea una realidad.

CONCEPTOS:
El Voto:
Es el derecho de todo ciudadano de participar en la designación de sus
representantes.
Los demás mecanismos son definidos por la ley, La Constitución los ha creado
nos falta aprender a utilizar los instrumentos y los mecanismos de participación.

El principio general sobre participación está en el artículo segundo de


nuestra constitución, donde se toma como un fin fundamental del estado.

Las autoridades promueven que los colombianos tomemos parte activa en la toma
de las decisiones que nos afectan o interesan; y somos nosotros los responsables
de que la intervención sea una realidad.

Formas de participación ciudadana.

En el título cuatro, capitulo


uno, artículo ciento tres de
la constitución Política de
Colombia se señalan los
mecanismos
CONCEPTOS:

Iniciativa Popular Legislativa y Normativa: Es el derecho que tiene un grupo de


ciudadanos de presentar proyectos de: leyes, ordenanzas, acuerdos y
resoluciones.

Referendo: Es la convocatoria, al pueblo para que apruebe o rechace un proyecto


de norma o derogue una norma vigente. Puede ser nacional, regional,
departamental, distrital, municipal o local.

Revocatoria del Mandato: Es el derecho que tienen los ciudadanos de dar por
terminado el mandato que le han conferido a unos gobernados o a un alcalde.

Plebiscito: Es el pronunciamiento del pueblo apoyando o rechazando una


determinada decisión del ejecutivo, por convocatoria del presidente de la
república.

Consulta Popular: Es la Pregunta que se le hace al pueblo sobre un asunto de


trascendencia nacional, departamental, municipal, distrital o local, por parte del
presidente de la república, el gobernador o el alcalde según el caso.

Cabildo Abierto: Es una reunión pública de los concejos distritales, municipales o


de las juntas administradoras locales, en la que los habitantes pueden participar
directamente, para discutir asuntos de interés para la comunidad.

Referendo:
Inscripción:
Los promotores deben tener un Respaldo de 5 por cada 1000 Ciudadanos
inscritos en el caso Electoral de la región.
Pueden ser:
Ciudadanos comunes, De una organización cívica, De una organización sindical
de una organización gremial. De una organización indígena, De una organización
comunal, De un partido o movimiento político, Concejales o diputados. Debe
formar un COMITÉ de 9 ciudadanos, encabezado por un VOCERO.

Trámite:
Un primer formulario elaborado por la registraduría del estado civil de la región,
para inscribir la iniciativa legislativa o normativa o la solicitud de referendo, que lo
facilita gratuitamente la registraduría, Un segundo formulario con las firmas de las
personas que apoyan la iniciativa legislativa o normativa o la solicitud de
referendo, antes de vencerse al plazo de 6 meses, por parte de los promotores.
Para terminar la recolección de firmas se conoce un plazo adicional de un mes. En
el término de un mes, contado a partir de la entrega de los formularios y hechas
las verificaciones de autenticidad de los respaldos, el registrador debe certificar el
número total de firmas válidas y si se ha cumplido con los requisitos de la ley.

El plazo para la recolección de apoyos funciona así:


Una vez hecha la inscripción ante la registraduría, el registrador tiene 15 días para
elaborar y entregar los segundos formularios a los promotores.
Los promotores cuentan con 6 meses desde la entrega para recoger las firmas de
quienes apoyan la propuesta. Para apoyar una propuesta, el ciudadano debe
escribir en el segundo formulario, de su puño y letra, la fecha en que firma, su
nombre, su documento de identidad y el lugar de dirección de su residencia en
forma legible y luego firmar. La recolección de apoyos puede hacerse por correo.
Recomendaciones:
El número de firmantes debe ser el 5% de los ciudadanos inscritos en el censo
electoral correspondiente. Cuando la iniciativa sea promovida por concejales o
diputados, el apoyo debe ser el 30% de los concejales o diputados del país.
Los temas deben ser de competencia de la corporación pública ante la cual se va
a presentar la iniciativa. Siempre que una reforma constitucional aprobada por el
congreso se refiera a los derechos fundamentales o a los procedimientos de
participación democrática, se debe convocar a referendo.
No pueden tratar los siguientes temas: Las que sean de iniciativa exclusiva del
gobierno, los gobernadores o los alcaldes. Presupuéstales, fiscales o tributarios.
Relaciones internacionales. Concesión de amnistías o indultos. Preservación y
restablecimiento del orden público.

Procedimiento:
Convocatoria:
Expedida la certificación por la registraduría sobre el número de apoyos requerido,
así como el fallo de la corte constitucional, el gobierno nacional, departamental,
distrital, municipal o local convoca a referendo por decreto, en término de 8 días.

La campaña del Referendo:


Inscrita la solicitud de Referendo, se fija un plazo de un mes para inscribir
cualquier otra iniciativa sobre el mismo tema.

Votación y Adopción de la decisión:


El registrador elabora la tarjeta electoral para votar el referendo.

Resultados: debe obtenerse el voto afirmativo de la mitad más uno de los


votantes y que haya participado en la votación por lo menos una cuarta parte de
los ciudadanos del censo electoral respectivo. La decisión adoptada se convertirá
en acto legislativo, ley, ordenanza, acuerdo o resolución local.
Aprobación del Referendo, el presidente, gobernador o alcalde, según el caso,
sancionará la norma y ordenará su promulgación dentro de los ocho días
siguientes a los resultados del Referendo.

Publicación en el diario oficial de la corporación dentro de los ocho días


siguientes a su promulgación; en ese momento empieza a tener plena vigencia.

Consulta Popular:
Trámite:
A nivel Nacional: el presidente, con la firma de todos los ministros y previo
concepto favorable del senado sobre su conveniencia, consulta al pueblo una
decisión de trascendencia nacional.

A nivel Departamental, Distrital, Municipal y Local:


Los gobernadores y alcaldes pueden consultar al pueblo una decisión sobre
asuntos departamentales, municipales, distritales o locales. Se requiere concepto
favorable de la asamblea, el concejo o la Junta Administradora Local, sobre su
conveniencia.
Debe realizase dentro de los 4 meses siguientes a la fecha en que se pronuncie
el senado y dos meses en las consultas regionales, debe realizarse la consulta.
Es obligatoria, siempre y cuando sea de la mitad más uno de los votos y haya
participado en la votación no menos de una tercera parte de los ciudadanos del
censo electoral.
Consulta para convocar una asamblea constituyente: el congreso mediante ley
puede disponer que el pueblo en votación popular decida si convoca a una
asamblea constituyente para reformar parcial totalmente la constitución nacional.
Revocatoria del Mandato:
Iniciativa:
Un número de ciudadanos no inferior al 40% del total de votos que eligieron al
mandatario respectivo, pueden solicitar ante la registraduría correspondiente, la
convocatoria a la votación para revocatoria del mandato de un gobernador o un
alcalde que haya cumplido un año de posesión.
Se diligencia un formulario de solicitud de convocatoria que debe contener las
razones que fundamentan la revocatoria: 1) Por insatisfacción general de los
ciudadanos o 2) Por incumplimiento del programa de gobierno.

Votación:
La Registraduría hace la convocatoria dentro de los dos meses contados a partir
de la certificación. Solo pueden participar en la votación quienes votaron en las
elecciones en que se eligió al funcionario cuyo mandato se pretende revocar.

Efectos:
Se considera revocado el mandato cuando se apruebe por el 60% de los votos
totales, siempre que haya participado en la votación por lo neos un 60% de los
votos registrados el día en que se eligió al mandatario. Se convoca entonces a
elecciones dentro de los treinta días siguientes a los resultados de la votación

Plebiscito:
a) Convocatoria: La convocatoria la hace el presidente de la república, con la firma
de todos los ministros, para que el pueblo se pronuncie sobre las políticas del
ejecutivo. El presidente debe informar al congreso y recibir su concepto previo
favorable.
b) Materias: No puede tratar: 1) asuntos que requieran aprobación del congreso y
2) la duración del periodo presidencial.
c) Votación: El pueblo decide por la mayoría de los votantes
Cabildo Abierto:
Los concejos municipales o distritales o las Juntas Administradoras Locales,
deben celebrarse por lo menos dos sesiones en las que se estudien los asuntos
que los ciudadanos residentes.
Solicitud:
Mínimo 5 de cada mil ciudadanos que forman el censo electoral de la región,
pueden presentar ante la secretaría de la corporación la solicitud razonada para
que sea discutido un asunto en cabildo abierto, con no menos de 5 días de
anticipación a la fecha de iniciación de sesiones.
Difusión:
La respectiva corporación debe difundir ampliamente la fecha, el lugar y los temas que
se tratarán en el Cabildo Abierto.
Asistencia y vocería:
Pueden asistir todas las personas que tengan interés en el asunto a tratar,
además del vocero de quienes solicitan el Cabildo, tendrán voz quienes se
inscriban mínimo tres días antes de la realización del Cabildo, en la secretaría
respectiva, presentando para eso un resumen escrito de su intervención.
Citación a personas:
Los promotores o el vocero del Cabildo pueden citar a funcionarios municipales o
distritales con 5 días de anticipación, para que concurran al Cabildo y para que
respondan sobre hechos relacionados con el tema del cabildo.
Obligatoriedad de Respuesta:
Terminado el Cabildo, dentro de la semana siguiente, en audiencia pública el
presidente de la respectiva corporación debe dar respuesta escrita a los
planteamientos y solicitudes que hubieran hecho los ciudadanos.

Mecanismos de participación ciudadana,


Gobernabilidad y participación Ciudadana,
liderazgo para la transformación, ESAP_CAF.
TALLERES PARTICIPACIÓN:

TALLER UNO: Construir por cipas un concepto de participación.


1. Cada miembro del grupo debe anotar en una hoja, individualmente, lo que
supone es el término PARTICIPACIÓN, a modo de asociación de ideas, sin
elaborarlo como definición.
2. Formar equipos, los cuales intercambiarán las ideas escritas para llegar a un
consenso.
3. Analizar el material de Juan Díaz Bordenave, enriqueciendo las ideas
individuales y grupales.
4. Reconsiderar lo que se entiende por participación a partir de los nuevos
referentes.
5. Elaborar un concepto por equipo, presentándolo al grupo.
6. Discusión colectiva, reflexión acerca de los diferentes conceptos y construcción
de una definición común para todo el grupo.

TALLER DOS: Como Serían las cosas si no participamos:


1. Responda en Cipas:
2. ¿Quiénes elegirían nuestras autoridades?
3. ¿Quiénes reclamarían por la búsqueda de la solución a los conflictos del sector
social y geográfico al cual pertenecemos?
4. ¿Cómo iría el mundo, el Barrio, el País, La empresa, La vereda?
5. ¿Tendríamos las mismas escuelas, hospitales, acueductos, ingresos y
libertades?
6. ¿Usted, su grupo, su comunidad se sentiría satisfecha de sí misma, tendrían
mayor o menor sentido de su propia dignidad?
7. ¿Habrían acumulado más o menos conocimientos, habilidades y
experiencias?
8. Habrían dado mejor o peor ejemplo a sus hijos, sus vecinos o sus
conciudadanos.
PAUTAS DE TRABAJO:

1. DESPUÉS DE ABORDAR METODOLÓGICAMENTE UNOS SONDEOS DEL


ESTADO DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA REGIÓN, SE
DESARROLLARARÁ.
2. TALLERES PRÁCTICOS DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y FORMAS DE
PARTICIPACIÓN.
3. SIMULACROS DE FORMAS DE PARTICIPACIÓN.
4. MESAS REDONDAS ANALISIS Y PROPUESTA A LAS NUEVAS FORMAS DE
PARTICIPACIÓN.
5. CONVOCATORIA A LA SOCIEDAD CIVIL A MINI FOROS DE
PARTICIPACIÓN CIUDADANA, COMO PREPARATORIO AL GRAN FORO DE
GOBERNABILIDAD Y PARTICIPACIÓN CIUDADADANA.
BIBLIOGRAFIA:
 ÁLVAREZ, castillo y Villar. Organización y participación de la sociedad civil,
en municipios y regiones de Colombia, una mirada desde la sociedad civil,
fundación social 1998.

 Constitución Política de la república de Colombia. Año 1991.

 RINCON. Módulo de programas de gobernabilidad: planeación y


participación y liderazgo para la transformación. Bogotá, septiembre-
Octubre de 2003.

 ROSS Marc Howard., La cultura del conflicto

 ROSERO Edmundo Efraín., Gobernabilidad democrática, desarrollo


institucional y participación ciudadana. 2007

 CANO, Angélica María. Formación Ciudadana Fundación compartamos,


Bogotá Colombia 2.005.

 REVISTA EDUCACION Y CULTURA No 67. FECODE, Competencias


Ciudadanas Si es Posible, Bogotá Colombia Abril de 2.006

 GONZALES Luis José, Valores éticos para la convivencia, Editorial El


Buho, Bogotá 2.002

 GOMEZ Jairo Hernando., Aprendizaje ciudadano y formación ético-política.,


Universidad Distrital Francisco José de Caldas. 2005

 SALAZAR Luis Eduardo., Gobernabilidad democrática, desarrollo


institucional y participación ciudadana. 2007
GLOSARIO
Ciudadanía:
La ciudadanía tiene una definición de carácter técnica y una política, la primera se
asemeja a tener una nacionalidad, condición que se obtiene cuando alguno de
nuestro padres ha nacido en un territorio nacional (por ejemplo un país) o cuando
un extranjero en cumplimiento de ciertas reglas, se naturaliza, esta se adopta la
nacionalidad del lugar donde reside, la cara política significa que al nacer además
de adquirir un vínculo formal con un territorio nos convierte en miembros de una
comunidad nacional (como la colombiana) en cuyo territorio compartimos una
historia, un idioma y ciertas costumbres.
Democracia Participativa:
A diferencia de lo que es solamente la democracia representativa, es el régimen
en la decisión de ciertos asuntos, Colombia es una democracia participativa por lo
cual además del voto para elegir autoridades que nos representan, contamos con
varias formas reguladas de participación como la consulta popular.
Ética Comunitaria:
Consiste en hacer tan comprensible lo que se dice que cualquiera o al menos la
mayoría de nuestro pueda entenderlo.
Organización:
Asociación de personas identificadas por intereses comunes que deciden actuar
juntas y se regulan por un conjunto de normas en función de determinados fines.
La organización da poder a los grupos, pues ordena su trabajo y hacen que las
habilidades de los individuos se aprovechen racionalmente y se complementen.
Conceso: Consentimiento, Pacto, acuerdo conseguido por diferentes grupos
Sociales según sean sus intereses.
Autonomía: Es la facultad de gobernarse por sus propias leyes. Condición del
individuo o entidad.
Pluralismo: Aceptación y reconocimiento de los contrastes, diversidades y
diferencias que necesariamente deben darse en un sociedad libre pacífica y
tolerante. El, pluralismo es praxis de trascendental valor en cualquier teoría
política, inspirada en las doctrinas liberales de la limitación del poder y el equilibrio
entre las competencias públicas a cargo de cada una de las ramas. Toda
comunidad que responda a las premisas del pluralismo, parte de los
reconocimientos del múltiple centro de poder constituidos por las diversas
formaciones sociales donde se desarrolla la vida del hombre.

Respeto:
Conjunto de actitudes y manifestaciones de consideración, cortesía y tolerancia
hacia algo o alguien que se considere digno.

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