El documento describe las características de un fiel mayordomo según la Biblia. Un buen mayordomo es escogido y nombrado por el dueño, es digno de confianza, es responsable del cuidado y crecimiento de la propiedad que se le ha encomendado, y debe dar cuenta de su mayordomía.
El documento describe las características de un fiel mayordomo según la Biblia. Un buen mayordomo es escogido y nombrado por el dueño, es digno de confianza, es responsable del cuidado y crecimiento de la propiedad que se le ha encomendado, y debe dar cuenta de su mayordomía.
El documento describe las características de un fiel mayordomo según la Biblia. Un buen mayordomo es escogido y nombrado por el dueño, es digno de confianza, es responsable del cuidado y crecimiento de la propiedad que se le ha encomendado, y debe dar cuenta de su mayordomía.
El documento describe las características de un fiel mayordomo según la Biblia. Un buen mayordomo es escogido y nombrado por el dueño, es digno de confianza, es responsable del cuidado y crecimiento de la propiedad que se le ha encomendado, y debe dar cuenta de su mayordomía.
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TEMA V
CARACTERÍSTICAS DE UN FIEL MAYORDOMO
Pr. Diego D. Doria Introducción
Según el Diccionario Bíblico Adventista, Mayordomo significa: “Hombre
empleado para administrar una propiedad o negocios de otra persona, y responsable por ellos. El ministro cristiano actúa como mayordomo de Dios (Tito 1:7), y es un administrador de los “misterios de Dios” 1Cor4:1,2; y de la” multiforme gracia de Cristo” 1Ped. 4:10. Es responsable ante él por la forma en que trata a quienes están en oscuridad”. Diccionario bíblico Adventista pág. 762-763.
Destaquemos algunas características sobresalientes en un buen
mayordomo.
I- ES NOMBRADO O ESCOGIDO POR EL DUEÑO
- El mayordomo no se elige así mismo; es el dueño de la propiedad quien toma la iniciativa de elegirlo de acuerdo a sus características. - Si por alguna razón resulta ser un mal mayordomo, el dueño tiene la posibilidad y la suficiente autoridad para reemplazarlo por otro. - Dios nos ha escogido a nosotros como mayordomos de todas sus riquezas. - No fuimos nosotros quienes nos elegimos como mayordomos; fue Dios el que en su infinita gracia decidió concedernos ese privilegio. - “Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí y no te deseché”. Isaías 41:9. - Un buen mayordomo tendrá siempre buenas relaciones con su jefe y recibirá de este todo el apoyo necesario para que cumpla con éxito sus funciones. - Eso mismo nos promete el Señor: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Isaías 41:10.
“El Señor nos ha hecho sus mayordomos. Ha colocado sus recursos en
nuestras manos para que los distribuyamos fielmente. Nos pide que le devolvamos lo que le pertenece”. Testimonios para la Iglesia tomo 9 pág. 42.
- Si llegamos a fallar como mayordomos, no será por culpa de nuestro
Dios, ya que él está siempre dispuesto a ayudarnos en el cumplimiento de nuestra responsabilidad. II- EL MAYORDOMO ES UN HOMBRE DIGNO DE CONFIANZA - Indudablemente que la confianza es un requisito indispensable en la vida de un buen mayordomo. - Si el dueño de la propiedad se la encarga es porque confía plenamente en esa persona. - Mientras el mayordomo haga buen uso de esa confianza, las cosas marcharán bien. - Cuando el mayordomo, por algún motivo, defraude la confianza otorgada, difícilmente el dueño lo siga teniendo como mayordomo. - La biblia habla de un mayordomo fiel y prudente al cual su señor pone sobre su casa. Lucas 12:42. - A ese mayordomo fiel, que gana la confianza de su señor, la biblia lo llama bienaventurado. Lucas 12:43. - Pero el Mayordomo infiel, no solo es retirado de su trabajo sino que además es castigado y declarado: infiel. Lucas 12:45-47. III- ES REPONSABLE DEL CUIDADO DE LA PROPIEDAD - Cuando el dueño o señor de la propiedad, deja al frente de la misma al mayordomo, es con el convencimiento de que este cuidará de la propiedad a él encomendada. - Si en vez de cuidar de la propiedad, la despilfarra o destruye, será considerado infiel, y por lo tanto, se le quitará el privilegio de seguir siendo mayordomo. - “Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y este fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo”. Lucas 16:1,2. REFLEXIONES - Debemos dar cuenta de nuestra mayordomía del tiempo. - Debemos dar cuenta de nuestra mayordomía de los talentos. - Debemos dar cuenta de nuestra mayordomía de la vida. - Debemos dar cuenta de nuestra influencia. - Debemos dar cuenta de nuestra mayordomía del dinero. En fin Dios nos ha colocado como mayordomos de muchas cosas y nosotros debemos preocuparnos por hacer lo mejor con la ayuda de Dios. IV- ES RESPONSABLE DEL CRECIMIENTO DE LA PROPIEDAD - No solo es responsable por cuidar lo que se le entregue, sino que debe hacer muchos esfuerzos para multiplicar lo que se le dio en custodia. - Recordemos la parábola de los talentos a) A uno de sus ciervos le entregó cinco talentos. Mateo 25: 15. - Este se esforzó por duplicar los cinco talentos y devolvió otros cinco talentos Vs. 16.
b) Al segundo le entregó dos talentos. Vs. 15.
-Este se esforzó y devolvió duplicado lo que se le entregó. Vs. 17.
c) Al tercero le entregó un talento. Vs. 15 up.
-Este no quiso esforzarse y solo devolvió un talento. Vs. 18.
d) Cuando el amo volvió calificó a cada uno de ellos así: al primero lo
llamó siervo fiel, lo mismo que al segundo. Pero al tercero lo denominó: siervo malo y negligente. Vs. 24-30. CONCLUSIÓN
Tenemos el privilegio de ser mayordomos del señor, y es nuestro deber no
solo cuidar de la propiedad que se nos ha entregado, sino que también debemos luchar para que esta crezca cada día. Solo así podríamos dar buena cuenta de nuestra mayordomía el día cuando el Señor venga y nos llame a responder por nuestro trabajo.
“Un mayordomo se identifica con su señor. Acepta las responsabilidades de
un mayordomo y debe actuar en lugar de su señor y hacer lo que haría su señor si estuviera a cargo de la situación. Los intereses de su señor se convierten en los suyos. La posición de un mayordomo está revestida de dignidad porque su señor confía en él. Si en alguna cosa actúa egoístamente y se aprovecha de las ventajas obtenidas al negociar con los recursos de su señor, ha pervertido la confianza con que se le ha investido. Testimonios para la iglesia tomo 9 pág. 198