Administracion Del Tiempo
Administracion Del Tiempo
Administracion Del Tiempo
INGENIERIA EN MECATRONICA
7A – 2019
PROFESOR:
RAFAEL PARTIDA
ALUMNO:
DIEGO ENRIQUE DELGADO
RODRIGUEZ
PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS
INDICE
Etimología
2. Concepto de Tiempo
Fuente: https://www.significados.com/tiempo
El mito del hombre equipo: "Cuanto más alto sea el nivel en que se
manejen los asuntos, tanto mejor". Se regatea la delegación, y se
pretende hacer las cosas uno mismo "para estar en todo": invadiendo
puestos, aplastando personalidades y matando motivaciones.
El mito de la decisión aplazada: "Hay que aplazar las decisiones hasta
haber recopilado todos los datos". Lo que sucede es que no se decide a
tiempo, o no se decide.
Todo el mundo pierde el tiempo. Es parte del ser humano. Cierto tiempo
perdido puede ser constructivo porque ayuda a relajarse o a reducir la
tensión; sin embargo, a veces esto puede ser algo frustrante,
especialmente cuando se pierde el tiempo por hacer algo menos
importante de lo que se podría estar haciendo.
5. La visión de futuro
Llamaremos visión de futuro a nuestra aptitud para ver más allá de la
realidad actual y convertirnos en algo que todavía no somos.
Nuestros hábitos nos resultan muy útiles, porque nos evitan tener que
empezar siempre "desde cero". El problema radica cuando el hábito se
transforma de "una manera" de hacer las cosas, en "la única" manera de
hacer las cosas.
La primera decisión que debemos tomar para cambiar un hábito es
evitar definirnos a nosotros mismos en términos de nuestros hábitos,
características y tendencias actuales. Los hábitos de la efectividad
pueden ser aprendidos, los de la inefectividad desaprenderse. Como el
éxito del cambio de hábitos deriva inicialmente de la relación que
establecemos con nosotros mismos, es vital mejorar nuestras
"conversaciones privadas".
Más allá del camino que nos lleve hasta él, llamaremos Ignorancia a esta
segunda fase. La declaración de ignorancia representa un avance en la
situación porque nos hace conscientes de nuestra incompetencia.
Perdemos el bienestar relativo del que disfrutábamos en la fase anterior
pero se abre ante nosotros la oportunidad de hacernos cargo de la
situación y manejarla productivamente. La ignorancia no nos hace aún
competentes, pero representa una mejora en nuestro estado de
consciencia. Es preciso aprender a tolerar cierto grado de ansiedad e
incomodidad para transitar este cuadrante. Sé, qué no sé, es el
enunciado que lo define.
Pero aún es indispensable adosarle competencia a este estado de
conciencia. Llamaremos a este cuadrante que maximiza tanto la
consciencia como la competencia como del Principiante (Sé, qué sé). Es
el cuadrante que requiere la mayor dosis de esfuerzo, porque para poder
instalar los nuevos hábitos, es preciso primero desinstalar los anteriores.
También es el espacio donde ejercitamos nuestra mayor dosis de
pensamiento creativo. La última fase del ciclo se alcanza con la
competencia inconciente o la Expertise (No sé, qué sé). Los nuevos
hábitos despliegan su efectividad, sin necesidad de darnos cuenta que lo
estamos haciendo. Así nuestra capacidad de aprendizaje queda en libre
disponibilidad para abarcar nuevas disciplinas o saberes.
Fuente: https://www.monografias.com/trabajos38/administracion-tiempo
4. Definición de Proceso
La palabra Proceso presenta origen latino, del vocablo processus, de
procedere, que viene de pro (para adelante) y cere (caer, caminar), lo
cual significa progreso, avance, marchar, ir adelante, ir hacia un fin
determinado. Por ende, proceso está definido como la sucesión de actos
o acciones realizados con cierto orden, que se dirigen a un punto o
finalidad, así como también al conjunto de fenómenos activos y
organizados en el tiempo.
Fuente: https://www.significados.com/proceso
Eficiencia y Eficacia
Del latín efficacĭa, la eficacia es la capacidad de alcanzar el efecto que
espera o se desea tras la realización de una acción. No debe confundirse
este concepto con el de eficiencia (del latín efficientĭa), que se refiere al
uso racional de los medios para alcanzar un objetivo predeterminado (es
decir, cumplir un objetivo con el mínimo de recursos disponibles y
tiempo).
Fórmula de la productividad
Teniendo esto en cuenta, la fórmula para calcular la productividad es el
cociente entre producción obtenida y recursos utilizados.
Productividad = Producción obtenida / Cantidad de factor utilizado
Tipos de productividad
Posibles soluciones
Agenda
Citas.
Proyectos.
Actividades por realizar.
Marcar actividades en (A) Urgentes e Importantes, (B) Importantes
No Urgentes o (C) Urgentes No Importantes.
Uso del teléfono
Antes de llamar, planifica la conversación.
Filtra y agrupa las llamadas por hacer, trata de apartar un tiempo
específico para llamadas.
Trata de acortar la parte social de la conversación, ve directo al
grano y permanece en él.
Si la conversación se extiende innecesariamente, busca excusas
para cortarla.
Establece periodos de tiempo donde no recibirás llamadas sino
sólo en casos de emergencia.
Mirar la televisión
Falta de prioridades.
Falta de planes.
Objetivos no claros.
Dejar cosas para después.
Intentar hacer muchas cosas a la vez.
Falta de autodisciplina.
Falta de habilidad y conocimientos.
Ganas de terminar lo que comenzaste.
Falta de motivacion
Soluciones
Reflexión
Decisión
Disciplina
Motivación
No rendirse hasta haber desarrollado nuevos hábitos
Enfocarte
Persistir
Insistir
Alcanzar esos hábitos que queremos
Fuente:https://es.wikibooks.org/wiki/Administración_de_tiempo/Desperdiciadores_de_tiempo
4. PIRAMIDE DE MASLOW
La Pirámide de Maslow
Tipos de necesidades
https://psicologiaymente.com/psicologia/piramide-de-maslow
5. GRID GERENCIAL
6. USO DE LA AGENDA
Pasos a seguir:
6. En caso de que sientas que no tienes gran cosa que escribir, también
puedes usar la agenda como si fuera un diario personal. Apunta la
anécdota del día, frases o citas, o redacta brevemente en qué ha
consistido tu día. De este modo, siempre tendrás controladas las
fechas más importantes.
1. Antes de la reunión:
Introducción
Desde que en 1982 se publicara The One Minute Manager (El Ejecutivo
al Minuto), se han vendido de este libro más de 10 millones de
ejemplares y ha sido traducido a más de 20 idiomas. El Ejecutivo al
Minuto es una breve novela en la que se revelan tres sencillas técnicas
de gestión que han ayudado a miles de ejecutivos a aumentar su
productividad, a apreciar el trabajo bien hecho y a crecer como
personas.
La búsqueda
Había una vez un joven despierto e inteligente en busca de un director
ejecutivo eficaz para quien trabajar y, a largo plazo, poder emular en su
sabiduría.
Su búsqueda le había llevado a lo largo de los años por todos los
rincones del planeta. Se había entrevistado con altos cargos de la
administración, generales de muchos ejércitos, ejecutivos de grandes
corporaciones y decanos de universidades. Empezaba a vislumbrar todo
el abanico de métodos existente para dirigir a las personas. Sin embargo,
a pesar de todo lo que había conocido, no estaba satisfecho con nada de
ello.
A lo largo de su periplo había encontrado dos tipos de ejecutivos: los
autocráticos “duros” y los democráticos “bondadosos”. Pero ambos
estilos de liderazgo le parecían sólo parcialmente eficientes. “Es tan solo
como ser medio ejecutivo”, pensaba, y con esa conclusión regresó por
fin a casa cansado y descorazonado. Hacía ya bastante tiempo que
habría podido desistir de su empeño, pero contaba con una gran
ventaja: sabía claramente lo que estaba buscando.
Al poco tiempo de volver a su hogar llegaron a sus oídos noticias de un
ejecutivo peculiar que, casualmente, vivía en una ciudad cercana a la
suya. Oyó decir que a la gente le encantaba trabajar con aquel hombre y
que colaborando entre todos obtenían unos resultados muy meritorios.
Lleno de curiosidad, llamó a la secretaria de tan singular ejecutivo para
intentar conseguir una entrevista con él. La secretaria le pasó
inmediatamente con su jefe y el joven le preguntó cuándo sería posible
visitarlo.
“En cualquier momento de la semana, excepto el miércoles por la
mañana. Escoja usted el día y la hora que mejor le convengan”.
El joven sonrió para sus adentros al oír la respuesta de aquel ejecutivo
del que había oído contar maravillas; sin duda, debía de estar un poco
chalado. Pues ¿qué gran ejecutivo podría disponer de tantísimo tiempo
libre? En cualquier caso, ya había sucumbido a la fascinación y se
presentaría para hablar con él.
El Ejecutivo al Minuto
Cuando el joven llegó al despacho del ejecutivo, después de las
presentaciones de rigor, lo primero por lo que se interesó fue por si
mantenía encuentros regulares con sus subordinados.
- Sí, los tengo: el miércoles de cada semana, entre las nueve y las once
de la mañana. Por eso le dije que no podríamos vernos en ese momento.
- ¿Qué se hace en esas reuniones? –preguntó el joven.
- Presto atención a cómo mis empleados examinan y analizan lo que han
realizado durante la semana anterior, los problemas que encuentran y lo
que aún les queda pendiente de llevar a término. Luego evaluamos los
planes y estrategias para la semana siguiente.
- Las decisiones que toman en esas reuniones, ¿les responsabilizan tanto
a usted como a su personal?
- Por supuesto –asintió el ejecutivo-. ¿Qué sentido tendrían esos
encuentros si no fuera así?
- Entonces es usted un ejecutivo que participa en el trabajo de sus
empleados, ¿verdad? –preguntó el joven.
- En absoluto. No creo en mi participación en ninguna de las decisiones
que mi personal toma de manera autónoma.
- Entonces, ¿cuál es el sentido de las reuniones?
- Ya se lo he dicho –replicó el ejecutivo algo molesto. Por favor, joven,
no me haga repetir. Es una pérdida de tiempo para mí y para usted...
Estamos aquí para obtener resultados –prosiguió-. Nuestro objetivo
primordial es la eficiencia.
- Bien, entonces es usted consciente de lo importante que es la
productividad. Podríamos decir que está usted más orientado hacia los
resultados que hacia el personal –sugirió el joven.
- ¡No! –gritó el ejecutivo, sorprendiendo a su visitante-. Oigo decir esas
cosas demasiado a menudo. ¿Cómo podría obtener resultados si no
fuera gracias a mis colaboradores? Me preocupo por mi personal y por
los resultados. Ambos caminan juntos.
Al cabo de unos instantes, prosiguió:
- Ahora, joven, mire esto –el ejecutivo señaló un rótulo-. Lo tengo sobre
mi mesa para que me recuerde una gran verdad.
Las personas que se sienten
satisfechas de sí mismas
obtienen buenos resultados
Mientras el joven leía estas palabras, el ejecutivo aseveró:
- El mejor modo de conseguir una productividad de los empleados, es
decir, lograr de ellos un fruto excepcional, tanto en cantidad como en
calidad, es contar con su colaboración.
El interés del joven iba in crescendo, así que le preguntó:
- Bueno, ya me ha dicho que no es usted un ejecutivo participativo.
¿Cómo se definiría entonces?
- De manera muy fácil –respondió sin vacilación-. Soy un Ejecutivo al
Minuto.
- Dice que es usted... ¿un qué? –preguntó asombrado el joven.
- Soy un Ejecutivo al Minuto. Me llamo a mí mismo de esta forma
porque necesito poco tiempo para conseguir un trabajo excelente de mi
personal. No me cree, ¿verdad? –deduciéndolo por la cara de sorpresa
del joven-. Le voy a decir una cosa: si quiere saber realmente qué tipo de
ejecutivo soy, lo mejor será que hable con mis colaboradores.
Se inclinó entonces sobre la mesa y llamó por el interfono a su
secretaria, que al momento entró en el despacho y le entregó un papel.
- Estos son los nombres, cargos y números de teléfono de las personas
que podrán informarle sobre mí –explicó el Ejecutivo al Minuto.
- ¿Con cuáles de ellos debo hablar? –preguntó el joven.
- Eso depende de usted. Hable con todos o solo con algunos, si así lo
desea.
- Bien, pero querría saber por cuál sería mejor empezar.
- Joven, ya le he dicho que no tomo decisiones por los demás –dijo con
firmeza el ejecutivo. Quiere usted aprender a liderar a la gente, y eso me
parece admirable. Si le queda alguna duda después de hablar con mi
personal –añadió afablemente-, vuelva a verme. Me agradaría regalarle
mi concepto de Ejecutivo al Minuto. Alguien me obsequió con él una vez
y debo confesarle que me transformó por completo.
9. Las Cuatro formas para Motivar a la gente de Acuerdo
al Libro de Fish
EMPATIA
Cuando hablamos de empatía nos referimos a la capacidad humana de
conectarnos emocionalmente con los demás, pudiendo percibir,
reconocer, compartir y comprender el sufrimiento, la felicidad o las
emociones de otro. Es decir, se trata de una reacción inmediata e
inconsciente, que no pasa por la razón y el intelecto, y que nos lleva a
participar afectivamente en la situación de otro ser humano.
La motivación es la clave para entender por qué los seres humanos nos
mantenemos tenaces persiguiendo ciertos logros que no dan ningún
fruto a corto plazo. Es la condición necesaria para llegar a lograr nuestras
metas, para mejorarnos. Pero, ¿cómo conseguir motivarnos? La
motivación es, en síntesis, lo que hace que un individuo actúe y se
comporte de una determinada manera.
Es un término genérico que se aplica a una amplia serie de impulsos,
deseos, necesidades y anhelos.
Autores como Bernard Weiner suelen distinguir entre dos tipos
principales de motivación: la intrínseca y la extrínseca. La conducta
intrínsecamente motivada tiene como objetivo el interés personal en
realizarla. Esto quiere decir que no necesitamos ningún incentivo externo
como el dinero o el prestigio para realizarla.
La motivación extrínseca otorga un papel preponderante a aquellos
motivadores de la conducta que provienen del exterior y que no
habitualmente no son correlativos de manera natural a la conducta que
premian. Por lo tanto, la motivación intrínseca es la que nos guía.
Además, en este tipo de motivación, la recompensa es inmanente a la
propia acción, al propio disfrute de la misma.