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Lectura 7° Plan Lector

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Supongo que los hobbits necesitan hoy que se los describa de algún modo, ya que se volvieron

bastante raros y tímidos con la Gente Grande, como nos llaman. Son (o fueron) gente menuda de
la mitad de nuestra talla, y más pequeños que los enanos barbados. Los hobbits no tienen barba.
Hay poca o ninguna magia en ellos, excepto esa común y cotidiana que los ayuda a desaparecer en
silencio y rápidamente, cuando gente grande y estúpida como vosotros o yo se acerca sin mirar
por dónde va, con un ruido de elefantes que puede oírse a una milla de distancia. Tienden a ser
gruesos de vientre; visten de colores brillantes (sobre todo verde y amarillo); no usan zapatos,
porque en los pies tienen suelas naturales de piel y un pelo espeso y tibio de color castaño, como
el que les crece en las cabezas (que es rizado); los dedos son largos, mañosos y morenos, los
rostros afables, y se ríen con profundas y jugosas risas (especialmente después de cenar, lo que
hacen dos veces al día, cuando pueden). Ahora sabéis lo suficiente como para continuar el relato.

(Fragmento: J.R.R Tolkien, El Hobbit)

Supongo que los hobbits necesitan hoy que se los describa de algún modo, ya que se volvieron
bastante raros y tímidos con la Gente Grande, como nos llaman. Son (o fueron) gente menuda de
la mitad de nuestra talla, y más pequeños que los enanos barbados. Los hobbits no tienen barba.
Hay poca o ninguna magia en ellos, excepto esa común y cotidiana que los ayuda a desaparecer en
silencio y rápidamente, cuando gente grande y estúpida como vosotros o yo se acerca sin mirar
por dónde va, con un ruido de elefantes que puede oírse a una milla de distancia. Tienden a ser
gruesos de vientre; visten de colores brillantes (sobre todo verde y amarillo); no usan zapatos,
porque en los pies tienen suelas naturales de piel y un pelo espeso y tibio de color castaño, como
el que les crece en las cabezas (que es rizado); los dedos son largos, mañosos y morenos, los
rostros afables, y se ríen con profundas y jugosas risas (especialmente después de cenar, lo que
hacen dos veces al día, cuando pueden). Ahora sabéis lo suficiente como para continuar el relato.

(Fragmento: J.R.R Tolkien, El Hobbit)

Supongo que los hobbits necesitan hoy que se los describa de algún modo, ya que se volvieron
bastante raros y tímidos con la Gente Grande, como nos llaman. Son (o fueron) gente menuda de
la mitad de nuestra talla, y más pequeños que los enanos barbados. Los hobbits no tienen barba.
Hay poca o ninguna magia en ellos, excepto esa común y cotidiana que los ayuda a desaparecer en
silencio y rápidamente, cuando gente grande y estúpida como vosotros o yo se acerca sin mirar
por dónde va, con un ruido de elefantes que puede oírse a una milla de distancia. Tienden a ser
gruesos de vientre; visten de colores brillantes (sobre todo verde y amarillo); no usan zapatos,
porque en los pies tienen suelas naturales de piel y un pelo espeso y tibio de color castaño, como
el que les crece en las cabezas (que es rizado); los dedos son largos, mañosos y morenos, los
rostros afables, y se ríen con profundas y jugosas risas (especialmente después de cenar, lo que
hacen dos veces al día, cuando pueden). Ahora sabéis lo suficiente como para continuar el relato.

(Fragmento: J.R.R Tolkien, El Hobbit)

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