Teoría Del Conflicto
Teoría Del Conflicto
Teoría Del Conflicto
Coser
EL PENSAMIENTO GRIEGO
Remitiéndonos a los principios, en la filosofía griega se dedicó gran parte del
pensamiento al estudio de la naturaleza humana debido, entre otras cosas, a que existía
la tendencia a concebir al ser humano como el centro de la creación, capaz de actuar
racional y éticamente por naturaleza.
Esta interpretación fue, entonces, una de las causas del desarrollo de los
extraordinarios manuscritos de carácter antropológico de la época. Los filósofos
presocráticos, los sofistas, Sócrates, Platón, Aristóteles... y muchos más, todos
tuvieron alguna cosa que decirnos sobre el ser humano y, entre sus pensamientos,
encontramos hoy en día ciertas doctrinas que nos permiten fundamentar la relación
entre conflicto, complejidad y naturaleza humana que en estas páginas se plantea.
Su filosofía se podría resumir con la famosa sentencia suya que aparece, por ejemplo,
en el Crátilo de Platón, 402, y que dice:
[...] que todo se mueve y nada permanece, y, comparando las cosas con
la corriente de un río, dice que en el mismo río no nos bañamos dos
veces».
Sin embargo, hay que decir, al mismo tiempo, que Heráclito ideó un
principio inmanente de orden y medida para gobernar ese mundo de caos,
complejidad y conflicto, y que no fuese, por el contrario, un simple caos.
Esta partición en tres puede ser una buena muestra de los conflictos
internos que vivimos las personas, pues ni que decir tiene que son muchas
las ocasiones en las que, por ejemplo, no coincide lo que nos dice nuestra
racionalidad y nuestra apeten-cia, y es ahí donde surge el conflicto, donde
mana el no saber qué hacer.
Platón es muy lúcido al diseñar esta teoría porque dejó entrever esos
conflictos más internos que diariamente sacuden a las personas y que no
sólo son muestra de la estrecha relación entre conflicto y naturaleza
humana, sino también de la compleji-dad de esa misma naturaleza.
Cuando Aristóteles nos dice que el ser humano es un ser social o cuando
habla de la solidaridad alma-cuerpo no creo que esté negando la
existencia de los conflictos, sino, más bien, que da muestra de las
alternativas más solidarias que el ser humano tiene para afrontarlos, ya
sea referido a los conflictos más internos o a los de un ca-rácter social.
PENSAMIENTO CONTEMPORANEO
En cuanto a la Teoría el diccionario la define como: “Conocimiento especulativo
considerado con independencia de toda aplicación; Hipótesis cuyas
consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ella”.
Coser señala que el conflicto es: “Una lucha con respecto a valores y derechos sobre
Estados, poderes y recursos escasos, lucha en la cual el propósito es neutralizar, dañar
o eliminar a los rivales”, puede decirse entonces que el autor busca analizar las funcio-
nes del conflicto social no solamente desde el punto de vista disociador, sino también
integrador (o desintegrador) de la sociedad.
Dahrendorf señala que el conflicto es el motor de la historia, es lo que mantiene el
desarrollo de la sociedad. Este conflicto, para ser socialmente relevante se manifiesta
más allá de las relaciones individuales. Encuentra su ámbito de desarrollo entre los
roles sociales, entre grupos sociales, entre sectores de la sociedad, entre sociedades y
entre organizaciones supranacionales.
Para Bobbio el conflicto es una forma de interacción entre individuos, grupos, orga-
nizaciones y colectividades que implica enfrentamientos por el acceso a recursos
escasos y su distribución. Sostiene que, sin embargo, una vez admitido lo anterior,
surgen de inmediato diferencias y divergencias respecto a la mayor parte de pro-
blemas vinculados al concepto de conflicto y su utilización.
Se ha expresado que el objetivo del conflicto es el control de los escasos recursos, los
cuales se presentan bajo formas de poder, riqueza y prestigio; por lo tanto, según los
tipos de conflictos se podrán establecer otros recursos o especificarlos mejor. Por
ejemplo, en los casos de conflictos internacionales, un recurso importante es el
territorio; en los casos de conflictos políticos un recurso codiciado es el control de los
cargos en competencia; y en el caso de conflictos industriales, los recursos en juego son
las relaciones de autoridad y de mando.
Los conflictos son de diversos tipos y pueden situarse en diversos niveles, situación que
aconseja a no centrar la atención en algunos tipos de conflictos, olvidando los conflictos
étnicos, internacionales políticos, etc. Algunos tratadistas revelan que los conflictos
pueden distinguirse entre sí por algunas características objetivas, entre las que
sugieren a:
ANTECEDENTES.
Muchos de los primeros conflictos violentos de los que se tiene noticia en la historia de
la humanidad, han sido por los motivos que hoy se conocen como económicos: posesión
de recursos (tierras, ganados, agua) apropiación de bienes y personas (es-clavos,
mujeres) y satisfacción de otras necesidades de subsistencia de las socieda-des. Las
guerras comerciales y coloniales, que a fines del siglo XIX llegaron a abarcar todo el
planeta, son la genuina expresión de máximo nivel de violencia al que se llegó por
motivos económicos.
Algunos siglos antes, esa violencia era ya perceptible en los conflictos originados sobre
las rutas comerciales que unían a Europa con el oriente asiático e incluso las guerras
púnicas, que afectaron a España. Estos conflictos fueron una clara expresión del
antagonismo comercial que enfrentó a Roma con Cartago.
Los conflictos étnicos son también tan antiguos como la humanidad. En esos tiempos
era frecuente que unos grupos sometieran a otros a la esclavitud, para utilizar su fuerza
de trabajo o incluso para combatir a su servicio. En la actualidad este tipo de conflicto
se extiende sobre todo el mundo y se expresa en el rechazo de unos pueblos a ser
dominados por otros que consideran ajenos a su identidad.
Cedeño nos advierte que el problema trascendental no radica en el análisis del rol de
la serpiente, sino en el dilema de obedecer o desobedecer el mandato de la prohibición
puesta en boca de Dios. La obediencia inevitablemente nos hubiera sentenciado a la
igno-rancia, mientras que la desobediencia nos condujo al conocimiento de la
diversidad de la creación.
Un relato de un primer estallido social, que ahora es leyenda, sucedió en Roma en el año
494 AC. Se reseña que un Cónsul se encontraba reclutando hombres para luchar contra
los Volscos, cuando un fornido hombre se sube a una tarima y relata sobre su vida
dedicada a Roma por más de 30 batallas que, al volver de la guerra, sus propiedades
habían sido arrebatadas, por lo que terminaba abandonado y como esclavo. La
población que escuchaba sintió un gran rencor por lo sucedido y, tras varias revueltas
y levantamientos decide hacer una seccesio (una especie de retiro pacífico) y refugiarse
en una colina cercana a la ciudad de Roma.
Se cree que la historia no sea cierta, pero se afirma que por esas fechas ocurrió un
estallido social que llevó a Roma a una gran crisis y levantamiento social. Lo más
probable es que el estallido se diera a manera de una huelga social masiva que obli-gó
a los Patricios a negociar, para lo cual enviaron a Menenio Agripa, embajador de mucho
carisma, quien no tuvo éxitos.
Antes de la aparición de la Teoría, el conflicto era visto básicamente como una patología
social, o como el síntoma de una patología social. La sociedad perfecta era vista como
una sociedad sin conflictos y todas las utopías sociales sostenían la necesidad de
constituir un modelo de sociedad sin conflictos, de pura cooperación. Con la Teoría del
Conflicto se reevalúa la connotación negativa tradicional y se postula el con-flicto social
como un mecanismo de innovación y cambio social
Cuando los sociólogos han querido delimitar este tipo de fenómenos sociales con
respecto a otros, no siempre han recurrido a la palabra conflicto, aunque luego se
impuso como tecnicismo sociológico. Max Weber utilizó la palabra alemana Streit que
sus traductores han determinado como “lucha” en la siguiente definición:
Algunos sociólogos han pretendido estudiar los conflictos en general, como forma de
interacción social, con independencia de su contenido, habiendo sido importante la
obra de Georg Simmel, para quien el objeto de la sociología es el estudio de las for-mas
según las cuales se asocian los hombres que, para él, son las mismas aunque varíen las
actividades o los contenidos.
Simmel formuló las siguientes proposiciones como válidas para todos los conflictos:
• El conflicto es una forma esencial y universal de sociedad, complementaria de la
integración o la armonía. Las sociedades requieren una cierta proporción de atracción
y repulsión, de armonía y desarmonía, de cooperación y de com-petencia. Un grupo
completamente armonioso no sólo sería imposible desde el punto de vista empírico,
sino que carecería de vida y estructura.
• Podemos clasificar los grupos por el grado de conflicto en ellos. Hay relacio-nes
que son puros conflictos, en la que se carece por completo de cual-quier factor de
unidad.
• El tercer miembro de una triada puede adoptar tres funciones posibles cuando
los otros dos entran en conflicto: mediador, tertium gaudens y divide et impera.
• Los conflictos por causas impersonales son más agudos que los conflictos por
intereses personales, pues quien está dispuesto a sacrificar sus intereses por un
ideal se encuentra justificado para sacrificar cualquier otra cosa.
• El conflicto modifica la estructura de los grupos que participan en él, provo-
cando en muchas ocasiones, una mayor unidad y cohesión y favoreciendo la
centralización de los medios y el poder del gobierno
• Los conflictos suelen terminar de tres formas principales: victoria, compromiso y
conciliación. Los dos primeros son objetivos, la conciliación, subjetiva.
Mientras Simmel había hablado del conflicto por el conflicto, Coser prolonga su re-
flexión distinguiendo entre conflictos auténticos y conflictos inauténticos. Los conflic-
tos que se plantean como único objeto la descarga agresiva, cuyo ejemplo extremo es el
juego, no deben considerarse auténticos conflictos. Estos tienen objetos externos a
ellos, son conflictos por el poder, la riqueza, el estatus, etc., y se caracterizan porque se
les puede encontrar alternativas funcionales en los medios, esto es, porque hay
procedimientos distintos del conflicto para lograr los mismos fines.
En donde coinciden en que las luchas por causas nobles (ciencia, patria, religión) suelen
ser más agudas y enconadas que las luchas por simples intereses personales. Coser
también profundiza y prolonga los análisis de Simmel en sus estudios de las funciones
sociales de la violencia, siendo una la de servir de señal de peligro a los ciudadanos y a
los gobiernos.
• Los conflictos de escasez, que surgen porque los actores (individuos o gru-pos) se
disputan la posesión o uso de un valor escaso o compartido.
• Los conflictos por desacuerdo, en lo que los actores (que suelen pertenecer a un
mismo grupo) disputan acerca de la manera de hacer las cosas, es decir, acerca de cómo
y para qué usar los medios del grupo.
• Los conflictos por injusticia, en los que una de las partes piensa que la otra le debe
algo que es suyo.
Zipper anota que Coser en su obra “Las funciones del conflicto social”, comienza
analizando a varios sociólogos contemporáneos señalando que su preocupación se ha
orientado fundamentalmente a probar su negatividad, siendo por tanto una visión
reduccionista. En esa obra y en “Nuevos aportes a la Teoría del Conflicto Social” dedica
su atención a elaborar acerca de las funciones positivas del conflicto para la sociedad.
Reconoce la existencia de un impulso de hostilidad primaria de los hom-bres entre sí,
pero ese sólo sentimiento es incapaz de explicar por sí el conflicto social.
http://percyacunnavigil.blogspot.com/2016/07/teoria-del-conflicto-ralf-dahrendorf.html