Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Teoría Del Conflicto

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 13

TEORÍA DEL CONFLICTO: Ralf Dahrendorf, Lewis

Coser

TEORÍA DEL CONFLICTO

TEORÍA DEL CONFLICTO

La teoría del conflicto es una de las grandes escuelas de la teoría sociológica


moderna, es considerada como desarrollo que se produjo en reacción a la estática
del funcionalismo estructural. Durante las décadas de 1950 y 1960 la teoría del
conflicto proporcionó una alternativa al funcionalismo estructural, pero ha sido
superada recientemente por las teorías neomarxianas. La teoría del conflicto
está íntimamente vinculada a la teoría de los juegos y a los estudios y escuelas
sobre negociación.

Generalmente se ofrecen diferentes definiciones de "conflicto social", diferencias


que llaman nuestra atención a aspectos complementarios del concepto: Por
ejemplo, la de Stephen Robbins: “Un proceso que se inicia cuando una parte
percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de afectar
de manera negativa, alguno de sus intereses” y la de Lewis A. Coser para quien el
conflicto social es una lucha por los valores y por el estatus, el poder y los
recursos escasos, en el curso de la cual los oponentes desean neutralizar, dañar
o eliminar a sus rivales. Un conflicto será social cuando transciende lo individual
y proceda de la propia estructura de la sociedad.

Los antecedentes iniciales de la teoría del conflicto se remontan a las regiones


de China, Grecia y la India. Importantes autores como Sun Zu, Heráclito, Ibn
Khaldun, Miyamoto, y en la modernidad Maquiavelo, y Bodino, sentaron las
bases teóricas de esta importante perspectiva social.

Para su estudio, se puede considerar:


Primero, las raíces de la teoría del conflicto.
Segundo, las posturas clásicas: Kaldún, Nicolás Maquiavelo, Karl Marx,
Karl Von Clawsewitz, Thomas Hobbes, Georges Simmel, Lewis Coser y
Henry Kissinger.
Tercero, las posturas contemporáneas con las tesis de: Louis Kriesberg,
Lewis Coser, Herbert Marcuse, Erick Fromm, Randall Collins, Georges
Balandier y Elton McNeil.
Y cuarto, los más importantes temas que esta teoría ha generado como:
los costos de la violencia política, social, el terrorismo, la guerra, la
geopolítica y la globalización.

EL PENSAMIENTO GRIEGO
Remitiéndonos a los principios, en la filosofía griega se dedicó gran parte del
pensamiento al estudio de la naturaleza humana debido, entre otras cosas, a que existía
la tendencia a concebir al ser humano como el centro de la creación, capaz de actuar
racional y éticamente por naturaleza.

Esta interpretación fue, entonces, una de las causas del desarrollo de los
extraordinarios manuscritos de carácter antropológico de la época. Los filósofos
presocráticos, los sofistas, Sócrates, Platón, Aristóteles... y muchos más, todos
tuvieron alguna cosa que decirnos sobre el ser humano y, entre sus pensamientos,
encontramos hoy en día ciertas doctrinas que nos permiten fundamentar la relación
entre conflicto, complejidad y naturaleza humana que en estas páginas se plantea.

Heráclito es el presocrático por excelencia que no podemos dejar de mencionar por la


defensa a ultranza del conflicto que en su escuela proyecta, así como de la guerra que
llega a identificarla como el padre de todas las cosas.

Su filosofía se podría resumir con la famosa sentencia suya que aparece, por ejemplo,
en el Crátilo de Platón, 402, y que dice:
[...] que todo se mueve y nada permanece, y, comparando las cosas con
la corriente de un río, dice que en el mismo río no nos bañamos dos
veces».

Este juicio es el que le lleva, también, a afirmar que

[...] todas las cosas se hallan en perpetuo flujo y cambio; en ninguna


parte del universo se podrá encontrar en reposo eterno, la estabilidad
inmutable. Y no sólo hay en él perpetuo cambio; sino también perpetuo
conflicto.

El carácter permanente que Heráclito otorga al conflicto es el que nos


lleva a interpretarlo en su pensamiento como un aspecto inherente de las
relaciones sociales y de la naturaleza humana, pues él mismo es quien
señala al choque de los opuestos como la verdadera condición de la vida,
siendo este contraste, este choque de opuestos y, con ello, decimos,
evidentemente, el conflicto la única armonía posible.

Así mismo, aparece en la Ética Nicomaquea de Aristóteles, VIII 2,


1155b, donde se escribe
“[...] lo opuesto concuerda y que de las cosas discordantes surge la más
bella armonía”, “y que todo sucede según discordia”.

Sin embargo, hay que decir, al mismo tiempo, que Heráclito ideó un
principio inmanente de orden y medida para gobernar ese mundo de caos,
complejidad y conflicto, y que no fuese, por el contrario, un simple caos.

Esta misma presencia del conflicto y de la complejidad en la naturaleza


humana se encuentra en otros pensadores clásicos de la época como, por
ejemplo, Platón, quien ya hace patente el carácter conflictivo de la
naturaleza humana desde la misma división que plantea del alma humana
en tres partes.

En el diálogo el Fedro nos habla de la parte racional del alma ligada a la


racionalidad, de la parte irascible en la que se da la valentía y de la parte
apetitiva donde se hallan los deseos corporales. A partir de esta división,
Platón caracteriza al ser hu-mano justo como aquel en el que tiene lugar
un equilibrio entre las tres partes del alma, como aquel en el que de forma
armónica se dan los deseos corporales y la valentía, aunque siempre
supervisados por la racionalidad, que seguirá teniendo una cierta
superioridad respecto a las otras dos partes

Esta partición en tres puede ser una buena muestra de los conflictos
internos que vivimos las personas, pues ni que decir tiene que son muchas
las ocasiones en las que, por ejemplo, no coincide lo que nos dice nuestra
racionalidad y nuestra apeten-cia, y es ahí donde surge el conflicto, donde
mana el no saber qué hacer.

Platón es muy lúcido al diseñar esta teoría porque dejó entrever esos
conflictos más internos que diariamente sacuden a las personas y que no
sólo son muestra de la estrecha relación entre conflicto y naturaleza
humana, sino también de la compleji-dad de esa misma naturaleza.

La misma justicia en armonía que Platón piensa respecto a la naturaleza


humana la extrapola al plano social donde nos habla de tres estamentos
sociales que vendrían a equivaler a las tres partes del alma. En la
República caracteriza a los filósofos, a los guardianes y a los trabajadores,
de tal manera que, nuevamente, se hace patente los posibles conflictos
entre estas tres clases sociales.

Sin embargo, Platón no sólo nos señala en su doctrina a los conflictos


internos y a los conflictos dentro de un estado, sino también a los
conflictos entre estados. Tanto es así que en Las Leyes afirma que todas
las ciudades están en un estado de guerra por naturaleza, que todos los
hombres son enemigos de todos los hombres y que una misma persona
es enemiga de sí misma.

De ahí, la necesidad de crear estados que enseñen a los y las ciudadanas


a convivir, aunque y a pesar de esta creación, dice Platón que la guerra
sucederá inevitablemen-te.

Una interpretación bien diferente a la platónica se encuentra en


Aristóteles quien define al ser humano como un ser naturalmente social y
como un animal político, que viene a decir que el ser humano no se basta
a sí mismo, sino que necesita de un semejante para vivir.

Tanto es así que


“[...] la ciudad es el marco dentro del cual se puede realizar, gracias a la
independencia que ella asegura, el ideal de una vida humana perfecta; es
ella el ambiente en que el hombre puede alcanzar su felicidad mediante
el ejercicio de la virtud, en el respeto a la justicia”.

Por lo tanto, la guerra no se convierte en el ideal de ningún estado, sino


que sólo se justifica por su finalidad que no es otra más que la paz.

Esta necesidad que los seres humanos tienen de sus semejantes


según Aristóteles se encuentra, también, a nivel interno, cuando analiza
la dualidad alma-cuerpo y afirma que no existe tal dualidad, sino más bien
una fuerte solidaridad entre las dos que las hace comprenderse y
reconocerse.

El pensamiento aristotélico es una buena muestra de esa visión más


positiva de los conflictos.

Cuando Aristóteles nos dice que el ser humano es un ser social o cuando
habla de la solidaridad alma-cuerpo no creo que esté negando la
existencia de los conflictos, sino, más bien, que da muestra de las
alternativas más solidarias que el ser humano tiene para afrontarlos, ya
sea referido a los conflictos más internos o a los de un ca-rácter social.
PENSAMIENTO CONTEMPORANEO
En cuanto a la Teoría el diccionario la define como: “Conocimiento especulativo
considerado con independencia de toda aplicación; Hipótesis cuyas
consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ella”.

Freund define al conflicto como: “Un enfrentamiento, choque o desacuerdo intencional


entre dos grupos o entes de la misma especie que manifiestan, uno respecto de los otros,
una intención hostil, en general a propósito de un derecho y quienes, por mantener,
afirmar o restablecer el derecho intentar quebrar la resistencia del otro, eventual-
mente recurriendo a la violencia”.

Coser señala que el conflicto es: “Una lucha con respecto a valores y derechos sobre
Estados, poderes y recursos escasos, lucha en la cual el propósito es neutralizar, dañar
o eliminar a los rivales”, puede decirse entonces que el autor busca analizar las funcio-
nes del conflicto social no solamente desde el punto de vista disociador, sino también
integrador (o desintegrador) de la sociedad.
Dahrendorf señala que el conflicto es el motor de la historia, es lo que mantiene el
desarrollo de la sociedad. Este conflicto, para ser socialmente relevante se manifiesta
más allá de las relaciones individuales. Encuentra su ámbito de desarrollo entre los
roles sociales, entre grupos sociales, entre sectores de la sociedad, entre sociedades y
entre organizaciones supranacionales.

Al revisar la obra de Marx, Dahrendorf centra su preocupación en el estudio de las


fuentes estructurales de los conflictos y, en contra de lo que afirmaba Marx, descu-bre
que la fuente estructural primera de los mismos no se halla en la desigual distri-bución
de la propiedad, sino en la desigual distribución del poder entre personas y entre
grupos. A ello lo denomina “distribución dicotómica de la autoridad”.
En esta dicotomía el conflicto es inevitable entre quienes pretenden mantener el orden
(dominadores) y quienes desean subvertirlo (dominados), consecuentemente, la
afirmación de que la autoridad es el elemento estructural, esencial de la organización
social, permite al sociólogo alemán asegurar que ésta es la que provoca el conflicto
persistente que, a su vez, reestructura la misma sociedad de la que surgen nuevos
conflictos.

Para Bobbio el conflicto es una forma de interacción entre individuos, grupos, orga-
nizaciones y colectividades que implica enfrentamientos por el acceso a recursos
escasos y su distribución. Sostiene que, sin embargo, una vez admitido lo anterior,
surgen de inmediato diferencias y divergencias respecto a la mayor parte de pro-
blemas vinculados al concepto de conflicto y su utilización.

Se ha expresado que el objetivo del conflicto es el control de los escasos recursos, los
cuales se presentan bajo formas de poder, riqueza y prestigio; por lo tanto, según los
tipos de conflictos se podrán establecer otros recursos o especificarlos mejor. Por
ejemplo, en los casos de conflictos internacionales, un recurso importante es el
territorio; en los casos de conflictos políticos un recurso codiciado es el control de los
cargos en competencia; y en el caso de conflictos industriales, los recursos en juego son
las relaciones de autoridad y de mando.
Los conflictos son de diversos tipos y pueden situarse en diversos niveles, situación que
aconseja a no centrar la atención en algunos tipos de conflictos, olvidando los conflictos
étnicos, internacionales políticos, etc. Algunos tratadistas revelan que los conflictos
pueden distinguirse entre sí por algunas características objetivas, entre las que
sugieren a:

• Dimensión.- Cuando el indicador utilizado está constituido por el número de


participantes, ya sea de manera absoluta o relativamente a la representación de
participantes potenciales.
• Intensidad.- Puede medirse por el grado de compromiso de los participan-tes,
según su disposición a mantenerse firme a ultranza o a entrar en tratos en cuanto
sea posible.
• Objetivos.- No es fácil distinguir los conflictos sobre la base de sus objetivos si
no se cuenta con una verdadera y propia teoría que, según se sabe, no exis-te. Lo
que se puede hacer es comprender y analizar los conflictos de los obje-tivos sólo
gracias a una profundización en el conocimiento de la sociedad concreta en la que
surgen y se manifiestan los diversos conflictos.

ANTECEDENTES.
Muchos de los primeros conflictos violentos de los que se tiene noticia en la historia de
la humanidad, han sido por los motivos que hoy se conocen como económicos: posesión
de recursos (tierras, ganados, agua) apropiación de bienes y personas (es-clavos,
mujeres) y satisfacción de otras necesidades de subsistencia de las socieda-des. Las
guerras comerciales y coloniales, que a fines del siglo XIX llegaron a abarcar todo el
planeta, son la genuina expresión de máximo nivel de violencia al que se llegó por
motivos económicos.

Algunos siglos antes, esa violencia era ya perceptible en los conflictos originados sobre
las rutas comerciales que unían a Europa con el oriente asiático e incluso las guerras
púnicas, que afectaron a España. Estos conflictos fueron una clara expresión del
antagonismo comercial que enfrentó a Roma con Cartago.

Los conflictos étnicos son también tan antiguos como la humanidad. En esos tiempos
era frecuente que unos grupos sometieran a otros a la esclavitud, para utilizar su fuerza
de trabajo o incluso para combatir a su servicio. En la actualidad este tipo de conflicto
se extiende sobre todo el mundo y se expresa en el rechazo de unos pueblos a ser
dominados por otros que consideran ajenos a su identidad.

Cedeño nos refiere que en la doctrina cristiana hay un antecedente


remoto que po-dría ser el primer conflicto: “En el principio de la creación
Dios hizo a los ángeles y arcángeles, llenos de belleza y perfección
espiritual, entre ellos, el más bello -como su nombre lo indica- fue Luzbel
(Luz bella o lucero del amanecer). Este se envaneció de su belleza y
perfección y se creyó superior a los demás y con igual perfección que su
creador, rebelándose contra Él y pretendiendo disputar la supremacía
espiritual. Dios encomen-dó, entonces al Arcángel San Miguel para que
luchase con este rebelde en nombre de Él concediéndole todos Sus
poderes. Y hubo un combate en los cielos en el cual salió victo-rioso el
Arcángel San Miguel, desterrando a los “infiernos eternos” al Arcángel
caído Luzbel que más tarde fue conocido como Satanás (adversario) o el
Diablo (ser malo)”.Este “conflicto de la igualdad de los derechos” es a no
dudarlo, el que más problemas sociales ha causado en la historia de la humanidad.

Otro antecedente antiguo es aquel que supuestamente aconteció en el llamado paraíso


terrenal a breves estadas de la creación, cuando la serpiente tentó a los primeros
humanos, Adán y Eva, a que comieran la fruta del “árbol prohibido”.

Cedeño nos advierte que el problema trascendental no radica en el análisis del rol de
la serpiente, sino en el dilema de obedecer o desobedecer el mandato de la prohibición
puesta en boca de Dios. La obediencia inevitablemente nos hubiera sentenciado a la
igno-rancia, mientras que la desobediencia nos condujo al conocimiento de la
diversidad de la creación.

Un relato de un primer estallido social, que ahora es leyenda, sucedió en Roma en el año
494 AC. Se reseña que un Cónsul se encontraba reclutando hombres para luchar contra
los Volscos, cuando un fornido hombre se sube a una tarima y relata sobre su vida
dedicada a Roma por más de 30 batallas que, al volver de la guerra, sus propiedades
habían sido arrebatadas, por lo que terminaba abandonado y como esclavo. La
población que escuchaba sintió un gran rencor por lo sucedido y, tras varias revueltas
y levantamientos decide hacer una seccesio (una especie de retiro pacífico) y refugiarse
en una colina cercana a la ciudad de Roma.

Se cree que la historia no sea cierta, pero se afirma que por esas fechas ocurrió un
estallido social que llevó a Roma a una gran crisis y levantamiento social. Lo más
probable es que el estallido se diera a manera de una huelga social masiva que obli-gó
a los Patricios a negociar, para lo cual enviaron a Menenio Agripa, embajador de mucho
carisma, quien no tuvo éxitos.

Frente a ello, el Senado toma la decisión de cancelar las deudas contraídas


por los plebeyos y libera a los esclavos, concediéndo-se a la plebe el
derecho de elegir a sus propios magistrados: Los Tribunos de la Plebe,
cuya misión sería la de proteger a los plebeyos y velar por sus derechos.

TEORIA DEL CONFLICTO.


En épocas más recientes (1950), surgen una serie de estudios y teorías centrados en el
conflicto social, como fenómeno genérico. Para los especialistas, la Teoría del Conflicto
está referida a una serie de estudios e investigaciones diversas, no siste-matizadas. Esta
corriente se inicia con la publicación en 1954 de “The Functions of Social Conflict” del
norteamericano Lewis Coser, quien es generalmente considera-do como el iniciador
moderno del estudio del conflicto.
A partir de esa fecha, se pu-blican algunas obras y estudios concernientes a los
conflictos:

• 1956: Max Gluckman, “Custom and conflict in Africa”.


• 1959: Ralf Dahrendorf, “Class and class conflict in industrial society”.
• 1960: Thomas Schelling, “Strategy of Conflict”.
• 1962: Kenneth Boulding, “Conflict and Defense: a general theory”.
• 1975: Randall Collins, “Conflict Sociology: towards an explanatory science”.
• 1975: Louis Kriesberg, “Sociología de los conflictos sociales”.
• 1983: Julien Freund, “Sociologie du Conflit”.

Antes de la aparición de la Teoría, el conflicto era visto básicamente como una patología
social, o como el síntoma de una patología social. La sociedad perfecta era vista como
una sociedad sin conflictos y todas las utopías sociales sostenían la necesidad de
constituir un modelo de sociedad sin conflictos, de pura cooperación. Con la Teoría del
Conflicto se reevalúa la connotación negativa tradicional y se postula el con-flicto social
como un mecanismo de innovación y cambio social

Cuando los sociólogos han querido delimitar este tipo de fenómenos sociales con
respecto a otros, no siempre han recurrido a la palabra conflicto, aunque luego se
impuso como tecnicismo sociológico. Max Weber utilizó la palabra alemana Streit que
sus traductores han determinado como “lucha” en la siguiente definición:

“Debe entenderse que una relación social es de lucha cuando la acción se


orienta por el propósito de imponer la propia voluntad contra la resistencia
de la otra u otras partes. Se denominan pacíficos aquellos medios de lucha
en los que no hay una violencia física efectiva. La lucha pacífica llamase
competencia cuando trata de la adquisición formal-mente pacífica de un
poder de disposición propio sobre probabilidades deseadas también por
otros”

Algunos sociólogos han pretendido estudiar los conflictos en general, como forma de
interacción social, con independencia de su contenido, habiendo sido importante la
obra de Georg Simmel, para quien el objeto de la sociología es el estudio de las for-mas
según las cuales se asocian los hombres que, para él, son las mismas aunque varíen las
actividades o los contenidos.

Simmel formuló las siguientes proposiciones como válidas para todos los conflictos:
• El conflicto es una forma esencial y universal de sociedad, complementaria de la
integración o la armonía. Las sociedades requieren una cierta proporción de atracción
y repulsión, de armonía y desarmonía, de cooperación y de com-petencia. Un grupo
completamente armonioso no sólo sería imposible desde el punto de vista empírico,
sino que carecería de vida y estructura.

• Podemos clasificar los grupos por el grado de conflicto en ellos. Hay relacio-nes
que son puros conflictos, en la que se carece por completo de cual-quier factor de
unidad.
• El tercer miembro de una triada puede adoptar tres funciones posibles cuando
los otros dos entran en conflicto: mediador, tertium gaudens y divide et impera.
• Los conflictos por causas impersonales son más agudos que los conflictos por
intereses personales, pues quien está dispuesto a sacrificar sus intereses por un
ideal se encuentra justificado para sacrificar cualquier otra cosa.
• El conflicto modifica la estructura de los grupos que participan en él, provo-
cando en muchas ocasiones, una mayor unidad y cohesión y favoreciendo la
centralización de los medios y el poder del gobierno
• Los conflictos suelen terminar de tres formas principales: victoria, compromiso y
conciliación. Los dos primeros son objetivos, la conciliación, subjetiva.

Coser, continuando con la obra de Simmel, puso de relieve la importancia


del conflicto para el funcionamiento de las sociedades. A diferencia de
Simmel, quien veía la vida social como una dialéctica de conflictos, Coser
se esfuerza por distinguir y sub-rayar las consecuencias positivas –
funciones- del conflicto para la vida de los grupos.

Mientras Simmel había hablado del conflicto por el conflicto, Coser prolonga su re-
flexión distinguiendo entre conflictos auténticos y conflictos inauténticos. Los conflic-
tos que se plantean como único objeto la descarga agresiva, cuyo ejemplo extremo es el
juego, no deben considerarse auténticos conflictos. Estos tienen objetos externos a
ellos, son conflictos por el poder, la riqueza, el estatus, etc., y se caracterizan porque se
les puede encontrar alternativas funcionales en los medios, esto es, porque hay
procedimientos distintos del conflicto para lograr los mismos fines.

En donde coinciden en que las luchas por causas nobles (ciencia, patria, religión) suelen
ser más agudas y enconadas que las luchas por simples intereses personales. Coser
también profundiza y prolonga los análisis de Simmel en sus estudios de las funciones
sociales de la violencia, siendo una la de servir de señal de peligro a los ciudadanos y a
los gobiernos.

De acuerdo a la dinámica de los conflictos se observa que existen muchos rasgos


comunes entre los teóricos formales del conflicto, entre los que se puede señalar que
los orígenes de los conflictos son variados, distinguiendo tres tipos principales:

• Los conflictos de escasez, que surgen porque los actores (individuos o gru-pos) se
disputan la posesión o uso de un valor escaso o compartido.
• Los conflictos por desacuerdo, en lo que los actores (que suelen pertenecer a un
mismo grupo) disputan acerca de la manera de hacer las cosas, es decir, acerca de cómo
y para qué usar los medios del grupo.
• Los conflictos por injusticia, en los que una de las partes piensa que la otra le debe
algo que es suyo.

Zipper anota que Coser en su obra “Las funciones del conflicto social”, comienza
analizando a varios sociólogos contemporáneos señalando que su preocupación se ha
orientado fundamentalmente a probar su negatividad, siendo por tanto una visión
reduccionista. En esa obra y en “Nuevos aportes a la Teoría del Conflicto Social” dedica
su atención a elaborar acerca de las funciones positivas del conflicto para la sociedad.
Reconoce la existencia de un impulso de hostilidad primaria de los hom-bres entre sí,
pero ese sólo sentimiento es incapaz de explicar por sí el conflicto social.

Sostiene que el conflicto social pertenece a la dimensión sociológica antes que a la


psicológica y que por lo tanto es un fenómeno objetivo: “Las actitudes hostiles son
predisposiciones a desplegar formas conflictivas de una conducta; por el contrario, el
conflicto es siempre una transacción”.
Uno de los sociólogos que se encargó de reformular la Teoría de los
Conflictos Sociales fue Dahrendorf , quien elaboró un modelo teórico que
explica la formación de grupos de conflicto y su acción social para la
integración mediante los necesarios cambios de estructura en la sociedad.

Teoría del conflicto


Publicado por percy Acuña Vigil en 4:43
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con
FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Coser Lewis, Dahrendorf Ralf, Teoría del conflicto

http://percyacunnavigil.blogspot.com/2016/07/teoria-del-conflicto-ralf-dahrendorf.html

También podría gustarte