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Ensayo 1 Inf. UNICEF Yanett Leiva

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Ensayo Capítulo I: Educadores y otras autoridades educativas, y la

violencia contra niños, niñas y adolescentes

Informe de Violencia escolar en América Latina y el Caribe: Superficie y fondo (Plan y UNICEF)

Yanett Leiva Gutiérrez [1]


Región de Coquimbo-La Serena, Chile
Febrero, 2019
correo:yanett.leiva@gmail.com

Resumen

Este texto presenta un análisis general, acerca de los antecedentes entregados en el Capítulo 1 del
Informe de Violencia escolar en América Latina y el Caribe: Superficie y fondo, publicado en
noviembre del año 2011 por Plan y UNICEF, a fin de evidenciar la realidad de violencia contra
niños, niñas y adolescentes desde los educadores y autoridades que se viven en muchas escuelas
de estos países, y que se tergiversa con la función social que se espera cumpla la escuela “Educar,
enriquecer y proteger a sus estudiantes, en un ámbito de respeto y ejercicio de los derechos de
todos”.

Palabras clave

UNICEF-Violencia-Derechos de los Niños y Niñas-Respeto-Dignidad-Función de la Escuela.

[1] Profesora de Educación Media Técnico Profesional, Licenciada en Educación, Magister en Desarrollo Curricular y Proyectos Educativos. Se
desempeña como Diseñadora Curricular en Campus Digital y como Académica del Departamento de Educación de la Universidad de La Serena.
Introducción.

“La Letra con sangre entra”

Un refrán cuyo origen deriva de un cuadro pintado por Goya hacia el año 1780[2], que visibiliza la
violencia que se manejaba en las escuelas de la época; un maestro castigador, estudiantes agredidos,
reprimidos y amenazados para que trabajaran en la clase.

Luego de haber investigado sobre el origen de esta frase y el tema de que trata este Ensayo:
“Educadores y otras autoridades educativas, y la violencia contra niños, niñas y adolescentes”,
temática que deriva de investigaciones de hace unos pocos años atrás, nace la siguiente inquietud;
¿Por qué aún seguimos siendo testigos de datos, que dan cuenta de situaciones de violencia en
los establecimientos educacionales?, será que a pesar del resguardo a través de instrumentos
jurídicos internacionales, y de una serie de acciones que forman parte de este gran engranaje que
se llama Protección y Resguardo de la Dignidad y Derechos de los Niños y Niñas de nuestro
planeta, no han sido tan eficaces como se cree. Si bien, la Convención de los Derechos del Niño
(1989), ha buscado asegurar explícitamente la obligación de los Estados de velar porque la
disciplina escolar se aplique, respetando la dignidad humana (Art. 28), continuamos
encontrándonos con antecedentes como los entregados en el Informe publicado en noviembre del
2011, que dan cuenta de una realidad macabra sobre violencia en muchos establecimientos
educacionales, y que parecieran ser conductas institucionalizadas culturalmente.

Cuando se decide plantear el Ensayo, tomando como punto de partida la frase “la letra con sangre
entra”, es porque ella representa en gran parte la situación que viven aún niños, niñas y adolescentes
en escuelas de América Latina y el Caribe. No deja de sorprender de sobremanera, la forma cómo
se aborda la disciplina en establecimientos educacionales de República Dominicana, donde a través
de normativas legales se determina la incorporación de efectivos policiales en los colegios.
Los relatos que se muestran en este Informe, nos transportan imaginariamente a cuadros de
esclavitud e incluso a relacionar inmediatamente la imagen de la obra de Goya, donde un maestro
azota a uno de sus estudiantes como castigo ejemplar para mejorar la disciplina en el aula -un
mismo cuadro, con expresiones distintas de violencia, en un mismo contexto y personajes comunes:
sala de clases, profesor y estudiantes-.

A continuación, les invito a reflexionar sobre cómo se vive la violencia en las escuelas de hoy en
día, pero desde los educadores y autoridades educativas hacia los niños, niñas y adolescentes. Para
ello, revisaremos como temas principales lo siguiente: Maltrato físico y emocional, Violencia por
discriminación racial y étnica y violencia sexual en los establecimientos educacionales.

2] https://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/printer-105555.html
Diferentes aristas de maltrato en Educación, por maestros y autoridades hacia niños, niñas
y adolescentes.

Garantizar el Derecho a la Educación, como un derecho humano fundamental que está resguardado
en el Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no sólo implica asegurar
el acceso a través de la obligatoriedad, cobertura, permanencia y calidad, entre otros; sino también,
la protección y seguridad de niños, niñas y adolescentes que estén insertos en el Sistema Escolar.
Ello implica, establecer normas para trabajar en la Convivencia Escolar que permita la
“construcción de un modo de relación entre las personas de una comunidad, sustentada en el
respeto mutuo y en la solidaridad recíproca, expresada en la interrelación armoniosa y sin
violencia entre los diferentes actores y estamentos de la comunidad educativa”, tal y como se
declara en la Ley sobre Violencia Escolar en Chile.

“Todos los actores de la Comunidad Educativa, son sujetos de derecho y de responsabilidades”,


plantea uno de los 3 ejes esenciales de la Política de Convivencia Escolar editada el año 2011 en
Chile. En este marco, la prevención de la violencia y el maltrato en todas sus aristas es
responsabilidad de todos quienes conforman una comunidad educativa; y principalmente, de
aquellos quienes fueron formados profesionalmente (profesores) para aportar al desarrollo integral
de personas (estudiantes), que se espera sean futuros ciudadanos de bien. Es por ello, que el
maltrato desde los educadores es difícil de concebir como una alternativa para mejorar la disciplina
en el aula. Sin embargo, el informe emitido por Plan y UNICEF, da a conocer la existencia aún de
maltrato físico y emocional (psicológico) en establecimientos educacionales.

En el Caribe y algunos países de América Latina, el maltrato sigue presente en hogares y en


instituciones educacionales. Un claro ejemplo de ello, es la experiencia de Trinidad y Tobago, en
el que se retrata como una necesidad manifiesta desde miembros de una comunidad educativa
(maestros, padres-madres y estudiantes), la restauración desde el Parlamento del castigo corporal
como un mecanismo lícito para abordar la disciplina en el aula. En el caso de Barbados, si bien
sanciona el sufrimiento innecesario, permite el “castigo moderado”.
La violencia física desde los educadores es legitimada en Bolivia, lo que se deja en evidencia en
datos recogidos que indican que 5 de 10 docentes señalan que “es necesario corregir algunas faltas
de indisciplina utilizando violencia física”.

Cabe destacar el caso de Perú, que si bien la ambigüedad en su legislación deja espacio para ejercer
violencia (Art. 74 del Código de Niños y Adolescentes); el cambio cultural prevalece por sobre la
legislación, generando líneas de acción que rechazan la violencia en todas sus formas que se han
materializado en Campañas de Comunicación y un Sistema Estatal de quejas y denuncias, para
maestros y autoridades educativas que ejerzan violencia.

Un caso que llamó mucho la atención fue República Dominicana, que como se explica en la
introducción del Ensayo, tienen un Sistema de Seguridad para la comunidad educativa liderada por
efectivos policiales, resguardado en el Decreto Nro. 220 del Poder Ejecutivo, emitido el año 2003.

En los párrafos anteriores, hemos mencionado casos de países en que se ejerce la violencia o
maltrato físico, pero también se considera relevante enfatizar el maltrato emocional o psicológico
como otra forma de maltrato, y que en gravedad es igual o peor que la violencia física.

Siendo el maltrato emocional una “descalificación de la persona o de sus atributos, y no de una


determinada conducta”, según se declara en el Informe de UNICEF, es una problemática difícil de
identificar por la forma como se expresa. Por ejemplo; el relato de una situación en República
Dominicana, donde separan niños y niñas en filas destinadas a los que saben y los que no saben.
Niños que son llamados a leer en voz alta en una fila, y en la otra los que no leen porque no saben.

De acuerdo a lo planteado en el texto, la humillación, descalificación, burla, ridiculización,


negligencia y abandono emocional, son algunas formas de maltrato, y que por su invisibilidad son
muy complejas de tratar.
En los últimos años en América Latina, se ha producido una baja en el maltrato físico, buscando
otra forma de canalizar, el maltrato psicológico: Según información relatada, Ecuador sería un claro
ejemplo de este cambio, donde un 7,6 % representa formas de maltrato físico, y un 92,4% se asigna
a maltrato psicológico.

Es una tendencia que se da no sólo a nivel escolar, sino también en la familia; según se plantea en
un estudio de UNICEF en Chile; donde las cifras declaradas son muy considerables (75,3%), ya
que un gran porcentaje de niños y niñas son víctimas de algún tipo de maltrato.

Entre las distintas categorizaciones de maltrato presentadas en el Informe de la UNICEF, nos


encontramos con datos referidos al maltrato por discriminación étnica y racial; situación que si
bien, se da con mayor tendencia entre pares, también es una problemática que se produce desde
educadores. Como ejemplo, estudios realizados en Brasil y República Dominicana, resaltan
denuncias en Brasil de estudiantes afrodescendientes, indígenas, japoneses y otros, que dicen sufrir
de discriminación racial y étnica, desde sus pares, pero también de profesores. Por otra parte, un
estudio de República Dominicana da cuenta de esta problemática a través de la violencia verbal
que ejercen los educadores sobre estudiantes Haitianos, Haitianos-Dominicanos y Dominicanos de
piel negra.

Sorprende cómo a pesar de los avances tecnológicos, sociales, culturales y económicos, sigan
instaladas en el Sistema Educacional prácticas formativas tan subdesarrolladas, como si
estuviésemos en la época de la esclavitud.

Un tema no menor, pero que por distintos motivos se maneja poca información, es el maltrato o
violencia sexual en la escuela, y según este informe UNICEF existe mayor información de esta
forma de maltrato más entre pares, que de adultos a niños, niñas y adolescentes. Esto último, se da
en las escuelas poniendo como factor motivador “las calificaciones”; como es el caso de Brasil,
donde existe la coacción entre maestros y niñas o adolescentes para cambiar o mejorar notas por
relaciones sexuales.
Casos como el de Bolivia, donde se dan a conocer denuncias contra educadores que utilizan las
notas como mecanismo de control, para lograr abusar sexualmente de las niñas.

Particularmente Ecuador, muestra una disminución en los casos de abuso en términos generales
(casa y escuela), y una preocupación por crear políticas públicas que ayuden a combatir esta
problemática; por ejemplo, la implementación de un Plan Nacional de Erradicación de los delitos
sexuales en el ámbito escolar. Sin embargo, estas acciones no son suficientes sino se educa a la
población; lo que se transforma en un peligro latente por falta de conocimiento y aplicación.

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