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ARQUITECTURA FEOCLASICAS DE

PANAMÁ
(SIGNIFICADO DE LA
ARQUITECTURA PANAMEÑA)
Feo clásico es un portmanteau, una palabra
compuesta que designa la degeneración de la
arquitectura clásica grecorromana que de
pronto nos aqueja, y que culmina una trinidad
original-revival-decadencia: Clásico-
Neoclásico-Feoclásico.
Existen dos tipos de Feoclásico. El más
abundante es el Feoclásico Popular, generalmente anónimo y de pequeña escala, que se utiliza
en residencias y parques en todo el país para demostrar riqueza (“Aquí viven profesionales de
éxito”) o inspirar a la conmemoración (“I Am a Monument”).
Pero también existe un Alto Feoclásico, grandilocuente y particularmente ofensivo.
Es alto por sus pretensiones más refinadas y porque se aplica principalmente en torres de
apartamentos de lujo. A diferencia del Feoclásico Popular, este es un Feoclásico de autor, de
Arquitecto, así que necesariamente también se llama Alto por su precio.
Más que un fenómeno sin precedentes, la Arquitectura Feoclásica es parte de una secuencia
lineal y predecible de estilos arquitectónicos. La historia de la arquitectura occidental puede
diagramarse como una onda sinusoide entre rigor y relajo —entre estilos que se apegan a
normas estrictas y estilos que las quebrantan— y que se sustituyen en una serie de revoluciones
donde cada nuevo estilo rompe con el que lo precede. El Feoclásico, con su profusión de
decoración aplicada, sería la reacción natural al ascetismo abstracto del Neomodernismo de
años pasados, y está destinado a ser sustituido por rigores más extremos en el futuro.
Como América se conquistó a inicios del siglo xvi, la primera arquitectura con a mayúscula de
nuestro continente fue de estilo Barroco, rica pero
rigurosamente ornamentada. Este estilo, católico y de la
contrarreforma, usaba sus fachadas y retablos
profusamente decorados como herramientas
evangelizadoras que expresaban la gloria de Dios y de la
Iglesia. El Barroco de Indias es un estilo mestizo basado
en la imitación de modelos europeos usando mano de
obra local e inevitablemente influenciado por la estética
nativa. Estas características desembocan 500 años más
tarde en el Feoclásico, que es la apoteosis de lo híbrido,
lo imitativo y lo ornamentado.
El Feoclásico es la venganza de la Arquitectura Panameña. Es el regreso, después de 50 años
de modernismo, a la manera en que siempre hemos decorado nuestras construcciones:
cargándolas de ornamentos eclécticos aplicados sin mayores preocupaciones históricas o de
autenticidad. Recordemos el Teatro Nacional, joya incuestionada de nuestra arquitectura. Si
Gennaro Ruggieri estuviera vivo hoy, seguramente estaría haciendo cosas como el Hospital del
Niño. La Arquitectura Feoclásica Panameña es nuestra y debemos amarla, respetarla y
defenderla como símbolo sagrado de nuestra nación.

ESTILOS ARQUITECTÓNICOS EN CIUDAD DE PANAMÁ

Ciudad de Panamá, Nuestra Señora de la Asunción de Panamá o simplemente Panamá, como


también se le conoce, es la capital de la República de Panamá y, sin lugar a dudas, el centro
económico, cultural y arquitectónico del país por excelencia. Fundada nada menos que el 15 de
agosto de 1519, hace casi 500 años, pero ya habitada por los pueblos originarios durante siglos,
las tierras que hoy hacen a la capital panameña son un baluarte histórico de una inmensa y
exquisita diversidad.
LA CONSTRUCCIÓN PRECOLONIAL EN LO QUE HOY ES CIUDAD DE PANAMÁ
Previo a la invasión europea, los pueblos originarios desarrollaron una construcción elemental
que se ajustaba a su estilo de vida, en pleno contacto, respeto y armonía con la naturaleza, que
les otorgaba todo lo necesario para vivir a gusto. Así, las primeras civilizaciones conocidas que
habitaron las tierras en las que hoy es delimitada la República de Panamá, elaboraban edificios
ritualisticos para adorar a las diferentes divinidades, sus viviendas, cuarteles y espacios
públicos en barro, paja, caña, corteza y otros elementos que obtenían del medio.
Cada material empleado guardaba un significado especial y era un símbolo que otorgaba
información a las diferentes comunidades locales. La llegada de los conquistadores europeos y
la consiguiente matanza de esos pueblos incluyó el destrozo prácticamente absoluto de esas
construcciones, sin embargo, equipos de investigación han dado con diversos restos que han
hecho posible pequeñas reconstrucciones que permitieron conocer algunos de los materiales
empleados, como los recién mencionados, y algunas de sus estructuras edilicias.
Ciudad de Panamá, fundada por el colonizador español Pedro
Arias Dávila el 15 de agosto de 1519, con una población de apenas
cien habitantes, originalmente se encontraba en los territorios
ocupados por estas comunidades precolombinas, en lo que hoy es
conocido como «Panamá la Vieja». Allí se encontraron los restos
de lo poco que la conquista dejó, así como también los vestigios de
lo que fue el primer estilo arquitectónico de Ciudad de Panamá
antes de ser traslada unos 10 kilómetros al suroeste tras el ataque
del pirata inglés Henry Morgan y sus tropas, que nuevamente
habían destruido el lugar.
EL ESTILO COLONIAL DE LA PANAMÁ MÁS TEMPRANA
La nueva Ciudad de Panamá fue reconstruida en 1673, por orden del español Antonio
Fernández de Córdoba, a exactamente 8 km al suroeste de la primera ciudad y es allí donde
hoy se encuentra el llamado Casco Antiguo de Ciudad de Panamá. Esta ubicación es la que
guarda los mayores y mejores ejemplos de la arquitectura de estilo colonial en la Ciudad de
Panamá.
Entre los edificios de este estilo arquitectónico de Ciudad de Panamá, destacan especialmente
los del Casco Antiguo, como es de imaginarse. Así, algunas de las obras coloniales más
significativas son, por ejemplo, las iglesias y conventos, como la Iglesia de San José, la Iglesia
de San Felipe de Neri y la Iglesia de San Francisco o bien el Convento de Panamá y el Convento
de los Jesuitas.
También dentro de esta categoría encontramos a las fortificaciones coloniales conocidas como
Las Bóvedas y algunas de las plazas más pintorescas no solo del Casco histórico, sino de todo
Panamá, como la Plaza Mayor o la Plaza Herrera, ambas de un enorme valor cultural.
Como es sabido, la arquitectura colonial suele componerse siempre de los mismos tipos de
edificaciones, es decir aquellas que quienes colonizaron otras tierras necesitaban para sostener
el sometimiento de otros pueblos: conventos e iglesias con las que imponer su creencia religiosa
e ir eliminando la identidad cultural en forma progresiva, cuarteles donde formar soldados
capaces de llevar a cabo los ataques y escuelas, plazas y viviendas que generen un espacio
público en donde consolidar el nacionalismo. Así, el Casco Antiguo de Ciudad de Panamá
conserva un estilo arquitectónica típicamente colonial y bien conservado que en ásperas calles
de piedra y robustos muros con cañones refleja uno de los períodos más oscuros en la historia
de la humanidad.
EL TAN CARACTERÍSTICO ESTILO NEOCLÁSICO DE LA CAPITAL

Continuando con el orden cronológico e histórico que fue dando paso a los diferentes estilos
arquitectónicos que hoy se pueden apreciar en Ciudad de Panamá, luego de establecidas y
consolidadas las colonias, tras la independencia de la república, llega el apogeo del estilo
neoclásico panameño, el estilo arquitectónico oficial del país.
Tal como referimos en nuestro artículo sobre la historia de la arquitectura de Panamá, este estilo
es introducido especialmente por el arquitecto italiano Genaro Ruggieri, a quien el gobierno le
encargó algunos de los edificios neoclásicos más interesantes de toda Panamá, como, por
ejemplo, el Teatro Nacional —emblema cultural de la república que también se encuentra en el
Casco Antiguo—, el Palacio de Las Garzas (la sede del Presidente de la República de Panamá),
el Palacio de Justicia (donde se encuentra la actual Corte Suprema de Justicia de Panamá), El
Cabildo y el Instituto Nacional de Panamá, entre otros.
Estos son apenas algunos de los más importantes edificios en estilo neoclásico que se pueden
apreciar en Ciudad de Panamá, pero también hay muchas viviendas y construcciones civiles en
estilo neoclásico a lo largo de toda la capital panameña, así como también diversas plazas,
como, por ejemplo, la icónica Plaza de Francia (que también es una obra de Genaro Ruggieri)
o la Plaza Catedral, frente a la Catedral Basílica Santa María la Antigua de Panamá.
ESTILO DE ARQUITECTURA CANALERA EN LA CIUDAD DE PANAMÁ DE PRINCIPIOS
DEL SIGLO XX
Continuando el legado neoclásico del italiano Ruggeri, el arquitecto peruano Leonardo
Villanueva Meyer destacó en un singular estilo de arquitectura canalera que marcó la
construcción a principios del siglo XX.
Buenos ejemplos de este estilo de arquitectura en Ciudad de Panamá son, por ejemplo, las
avenidas y paseos de la capital, los diseños americanos de la ciudad jardín, las arcadas
continuas y los balcones salidos, acompañando el trazado regular de la trama urbana, las
grandes cubiertas y las ventanas rítmicas.

El edificio de los Archivos Nacionales, la antigua Casa Arias Feraud (Casa de la Municipalidad),
las remodelaciones que se le hicieron al Palacio de las Garzas o algunos aspectos en torno al
Hotel Colombia.
EL LUJO DE LA CONTEMPORANEIDAD: CIUDAD DE PANAMÁ Y SUS RASCACIELOS
Ya adentrada la modernidad, construido el Canal de Panamá y transcurrida la segunda mitad
del siglo XX, la República de Panamá gradualmente empieza a protagonizar un acelerado
desarrollo económico, social y multicultural que convierte a Ciudad de Panamá en la gran capital
del Caribe y todo eso se ve claramente reflejado en su estilo arquitectónico: la arquitectura de
una ciudad cosmopolita e hipermoderna.

Los paseos y caminos se han convertido en amplias y veloces avenidas y carreteras, el


concreto, el metal y los espejos se elevan hasta donde se pierde la vista, con algunos de los
rascacielos más imponentes de la región y el mundo entero, y la historia arquitectónica del
antiguo casco viejo convive con el exuberante lujo de los lofts y los hoteles 5 estrellas.
Panamá hoy es la gran potencia del Caribe y su capital, Ciudad de Panamá, da cuenta de un
futuro aún más prometedor, testigo del avance y el crecimiento económico, sociocultural y, por
su puesto, arquitectónico.

TIPOS DE ARQUITECTURA EN PANAMÁ

Desde las tradicionales chozas, villas y molas indígenas al neoclasicismo, los modernos
balcones del art nouveau caribeño o incluso algunos de los rascacielos más altos e imponentes
del mundo. La República de Panamá es tierra de joyas arquitectónicas que hacen un patrimonio
histórico, sociocultural y económico en constante desarrollo y digno de la más profunda
admiración.
Tan significativo lugar en la arquitectura, no solo de la región del Caribe y América Latina, sino
en el mundo entero, solo es posible por la tradición de esta república: la diversidad étnica y
cultural. De este modo, Panamá no solo es el itsmo que une y comunica la gran parte del globo
a nivel físico o geográfico, de un tiempo a esta parte, Panamá se ha convertido en un país
cosmopolita y diverso, albergando, entre otras tantas cosas, una amplia variedad de tipos de
arquitectura… sencillamente, hoy Panamá es en sí misma toda una obra de arte.
Y tal como ocurre en cualquier expresión del arte, las generaciones pasadas han dejado su
marca, han narrado sus historias, han construido el presente y han apostado por mantener viva
la llama en su producción. Hoy, las pintorescas y antiguas casas del interior de Panamá nos
recuerdan la importancia de la naturaleza y la madre tierra, conviven con la historia y las
hermosas calles de adoquines del Casco Viejo, ven pasar a miles y miles de personas de todas
partes del mundo a través del canal y también dan cobijo a quien así lo necesite en sus lujosos
hoteles y rascacielos en la hipermoderna y lujosa capital. Todo eso (y más) es Panamá, y a su
vez, todo se refleja en sus diferentes tipos de arquitectura.
ARQUITECTURA VERNÁCULA: LAS CONSTRUCCIONES DE LOS PUEBLOS
ORIGINARIOS
Si bien hoy ya es prácticamente imposible recuperar lo que haya sido el istmo antes de ser
saqueado y destruido por la colonización europea, las tierras que se ocuparon, y que luego
dieron en llamar Panamá, fueron de las que menos impacto recibieron por parte de la brutalidad
de los reinados de la Europa en expansión. En este sentido, y gracias al intenso y comprometido
trabajo de diversos grupos de investigación científica, ciertas estructuras, conocimientos y parte
de la arquitectura precolonial se pudo restaurar.
Tal es así que aún hoy se pueden ver ejemplos de
arquitectura de tipo vernácula en Panamá, con
construcciones a base de materias primas
naturales y con diseños simples, utilitarios y
amigables con el medioambiente. Materiales como
la paja, tejidos de caña, barro, arcilla y arena, entre
otros, son algunos de los más predominantes en
este estilo arquitectónico, manifestado sobre todo
en chozas y viviendas similares, como es el caso
típico del sistema constructivo de Quincha.
ARQUITECTURA COLONIAL: LA IMPOSICIÓN EUROPEA

La colonización europea destruyó gran parte del arte, la cultura y la arquitectura local para luego
empezar a construir una nueva forma de civilización y, con ella, un nuevo tipo de arquitectura.
Las colonias introdujeron un estilo característico, incluyendo materiales como concretos de
cementos naturales, madera, azulejos, techos tejados y demás. Algunas de las construcciones
de tipo colonial más significativas fueron los templos e iglesias, plazas y edificios
gubernamentales en el clásico estilo europeo.
Las antiguas casonas y los palacios, mayoritariamente en un barroco mediterráneo, con
pintorescos techos y balcones, columnas robustas, galerías y amplios patios interiores,
marcaron el inicio de la arquitectura moderna más temprana y muchos de estos edificios aún
se pueden visitar. Dentro de esta categoría podemos incluir, por ejemplo, obras arquitectónicas
como la Iglesia y Convento de Santo Domingo, la Torre de la Catedral, el Puente del Rey, las
Ruinas del Convento de la Concepción o la Plaza Mayor, conjunto que fue declarado Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco en 2003.
ARQUITECTURA NEOCLÁSICA: LAS IGLESIAS, LOS PALACIOS Y LAS PLAZAS DE
PANAMÁ
A lo largo de toda la extensión de las tierras panameñas, un tipo de arquitectura que también
sobresale es el del estilo neoclasicista del periodo independentista. Sin embargo, los más
destacados se encuentran sobre la capital, Ciudad de Panamá, entre cuya producción podemos
mencionar el Teatro Nacional, los ornamentales palacios, como el Palacio de Las Garzas o el
Palacio de Justicia, el Cabildo o el Instituto Nacional de Panamá.

La arquitectura neoclásica en Panamá, que tuvo su apogeo con la obra del arquitecto italiano
Genaro Ruggieri, se manifiesta en sus altos techos, su estilo sobrio y casi pedagógico, sus tan
cuidados jardines y sus amplios e inmaculados espacios, como sucede, por ejemplo, con el
Hospital Santo Tómas, la Plaza de Francia o la Plaza Catedral.
ARQUITECTURA DE LA PRIMERA MODERNIDAD: ART NOUVEAU Y ART DECÓ EN
PANAMÁ
Los estilos art nouveau y art decó, que caracterizaron el modernismo y el cierre del siglo XIX
especialmente en Europa, tuvieron su máxima expresión en la arquitectura panameña entre la
década del 20 y el 30 del siglo XX. Así, el arte de la belle époque y el fin de siècle dejó su marca
en el Caribe como uno de los más icónicos estilos de arquitectura en Panamá, con edificios
tales como el edificio La Pollera (ubicado entre la avenida Central y Salsipuedes), la Lotería, la
casa 50-1 o algunas viviendas que se pueden ver en el Casco Viejo y la Avenida Central de la
capital, Ciudad de Panamá

Como todos aquellos edificios en cuyo diseño hubo adhesión al estilo arquitectónico del art déco
por parte de sus arquitectos, estas edificaciones se caracterizan por sus amplios balcones con
ángulos de 45 grados, detalles en hierro forjado y azulejos en el exterior, con detalles
decorativos y el desarrollo de la simplificación geométrica en esquinas redondeadas.
ARQUITECTURA MODERNA: LA INGENIERÍA DEL CANAL DE PANAMÁ
Pero la modernidad no se vio tan marcada por el art decó o el propio modernismo en términos
artísticos y arquitectónicos como lo hizo con una construcción en particular, asimismo moderna,
como lo hizo con el Canal de Panamá, una obra maestra de la ingeniería semicontemporánea
que marcó la historia del país y la región caribeña en múltiples dimensiones.
Así, la construcción del Canal de Panamá, con un estilo funcional y moderno de un elevado
desarrollo a nivel de ingeniería, cruza la sección más angosta del istmo de Panamá conecta al
Mar Caribe con el océano Atlántico y el Pacífico. Aún hoy es de las vías interoceánicas más
importantes en todo el mundo, extendiéndose a lo largo de 65 kilómetros y permitiendo el pasaje
de barcos y toda clase de navíos a través de un sofisticado sistema de esclusas.
ARQUITECTURA HIPERMODERNA: RASCACIELOS, EXTRAVAGANCIAS Y CENTROS
COMERCIALES
Con el Canal de Panamá terminado y puesto en funcionamiento, el desarrollo a nivel económico,
social y cultural, dio lugar a numerosas inversiones de capitales en múltiples sectores,
incluyendo, por supuesto, el arquitectónico. De este modo, Panamá no solo abrió paso entre
los océanos Atlántico y Pacífico, sino en la economía y el desarrollo de toda la región.
Muestra de esa apertura, desarrollo y expansión son los numerosos y exitosos proyectos que
en la contemporaneidad pusieron a Panamá en el mapa. Rascacielos de máximo lujo, como,
por ejemplo, la F & F Tower (mejor conocida como «El Tornillo»), la Torre de Vitri, las O1 y O2
o la Trump Ocean Club International Hotel and Tower; centros comerciales como Albrook Mall,
el más grande de Panamá (con más de 450 tiendas, 350 quioscos y al menos unos 40
restaurantes); la increíble Cinta Costera o bien el extravagante y vanguardista Museo de la
Biodiversidad o Biomuseo del arquitecto y artista canadiense Frank Gehry.

Entre muchas otras construcciones de nuestro tiempo, estas son un claro ejemplo del constante
y sostenido avance económico, oportunista y arquitectónico de la República de Panamá, un
referente mundial en términos del arte de la construcción, la historia viva de una arquitectura
diversa y sustancial, de un referente mundial.
ARQUITECTURA HISTÓRICA EN PANAMÁ

La República de Panamá goza de un prestigio mundial en términos de arquitectura, ingeniería


y construcción verdaderamente envidiable. Ya sea por sus inmensos rascacielos, su
posmoderna y vanguardista capital o por sus edificios históricos, de enorme valor cultural.
Precisamente en estos últimos términos, entre otras cosas, este país del Caribe tiene en su
haber una amplia gama de edificios muy antiguos y bien conservados que hacen de la
arquitectura histórica en Panamá algo sencillamente excepcional.
LAS RUINAS DE «PANAMÁ VIEJO» O «PANAMÁ LA VIEJA»
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2003, las ruinas de la zona que
popularmente es conocida como «Panamá la Vieja» o «Panamá Viejo» son un conjunto de
edificaciones de un enorme valor arqueológico y cultural. Se trata del espacio en que, en 1519,
fue fundada la ciudad de Panamá. Un dato muy importante a destacar en este sentido es que
Panamá Viejo es ampliamente considerado como el primer asentamiento europeo en la costa
del océano Pacífico de todo el continente americano.
Asimismo, durante el período colonial,
este importante sitio histórico de Panamá
fue atacado por el popular pirata galés Sir
Henry Morgan, quedando en absoluta
destrucción y debiendo ser trasladada a
una nueva ubicación. Así fue que en el
año 1670 Ciudad de Panamá se movió
aproximadamente unos 10 kilómetros en
dirección suroeste, estableciéndose en lo
que hoy en día conocemos como el
Casco Antiguo de Panamá.
Después de exterminar a la población
local, Pedrarias Dávila fundó allí la ciudad y aún hoy se pueden encontrar restos arqueológicos
de tal época. Actualmente, en esta zona se pueden visitar excelentes ejemplos de la
arquitectura histórica de Panamá, tales como la Torre de la Catedral, las Ruinas del Convento
de la Concepción, el Puente del Rey o la Plaza Mayor, entre otros.
SAN FELIPE, EL CASCO VIEJO DE PANAMÁ
Este elegante distrito de la capital, Ciudad de Panamá, es más conocido como el «Casco Viejo»
y con razones más que justificadas, por su riqueza cultural, histórica y arquitectónica,
ampliamente considerado como un tesoro nacional panameño. San Felipe fue erguida en 1673
por parte de los conquistadores de la corona española en América y la Iglesia Católica justo
después de que el pirata Henry Morgan y sus filas saquearon el sitio original de Panamá Viejo,
como habíamos referido. Algún tiempo después, la región acogió a un gran número de
franceses que llegaron para trabajar en un intento de canal y esa instancia se materializó en
muchos edificios y espacios arquitectónicos en los que aún hoy se puede disfrutar de ese
momento histórico, reflejado en pintorescos paisajes citadinos.
En el año 1997 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad y otorgó una amplia serie de
incentivos económicos para ejecutar los proyectos de restauración que han hecho del Casco
Viejo una exótica y diversa joya de la arquitectura histórica en Panamá. En San Felipe hay
edificios de tanto valor histórico como el Casco Antiguo, la Iglesia de San Francisco y la Iglesia
de San Felipe de Neri, el Teatro Nacional de Panamá, el Palacio Bolívar (al que referiremos en
breve) o el Palacio de Justicia, entre otros tantos ejemplos.
SALONES Y PALACIOS
Y, justamente, hablando de palacios y salones de lujo y gran valor histórico, sí o sí es necesario
referir al Palacio de Las Garzas, en el propio Corregimiento de San Felipe. Esta no es otra que
la sede del Presidente de la República de Panamá, además de albergar al Ministerio de la
Presidencia y el Servicio de Protección Institucional, siendo, además, un edificio con una
importantísima historia y un valioso patrimonio cultural.
Entre los más bellos e interesantes palacios históricos de Panamá se encuentran el Palacio
Nacional y Palacio Municipal y el Palacio Bolívar, obra ampliamente considerada como la más
hermosa de todo el Casco Antiguo de Panamá. Esta obra arquitectónica se fundó originalmente
como un convento, pero actualmente funciona como la Cancillería de Panamá y hospeda un
museo muy completo, como lo es el Salón Bolívar.
PLAZAS HISTÓRICAS DE PANAMÁ
En términos de arquitectura histórica, las plazas son construcciones sumamente importantes y,
aunque 11|pocas personas saben escuchar, tienen muchísimo para susurrarnos acerca de
nuestra historia, nuestras raíces y nuestro pasado. En este sentido, la Plaza Tomás Herrera,
mejor conocida simplemente como Plaza Herrera, es considerada una de las plazas más bellas
de todo Panamá, destacando tanto por su elevado desarrollo arquitectónico y su estilo colonial
como por su excelencia a nivel paisajístico.
La Plaza Bolívar, sobre el Casco Antiguo de Ciudad de Panamá, con su glorioso monumento a
la figura del Libertador Simón Bolívar, es otra de las plazas más relevantes y de mayor
importancia histórica.
Finalmente, entre varias otras, la Plaza 5 de Mayo sobresale por lo importante de su existir: la
conmemoración de los bomberos que sacrificaron sus vidas en el nombre de la solidaridad del
pueblo panameño en el trágico incendio del Polvorín.
CONJUNTO MONUMENTAL DE LAS BÓVEDAS
Este sitio, mejor conocido simplemente como Las Bóvedas
y también en el Casco Antiguo de Panamá, es un conjunto
de obras arquitectónicas de gran valor histórico en
Panamá. Estas edificaciones fueron erguidas en pleno
siglo XVIII con finalidades bélicas, más precisamente para
defenderse en batalla y proteger a la ciudadanía, como
depósitos e incluso dormitorios.
Su valor histórico y cultural aún sigue atrayendo a miles de
turistas en forma constante.
EL CANAL DE PANAMÁ, LA HISTORIA VIVA
Y no podíamos cerrar nuestro itinerario en relación con la arquitectura histórica en Panamá de
otra forma que no sea con el Canal de Panamá, una joya de la ingeniería panameña e
internacional. El Canal de Panamá cruza la zona más angosta del istmo de Panamá, lo que le
permite unificar las aguas del Mar Caribe con las del océano Atlántico y el Pacífico.
Actualmente, el canal continúa siendo una de las rutas interoceánicas más importantes y
transitadas del mundo, extendiéndose a lo largo de
65 kilómetros y haciendo posible el pasaje de
diversos tipos de navíos a través de su complejo
sistema de esclusas. El Canal de Panamá se
construyó entre 1880 y 1914, abriendo paso a una
nueva era en la arquitectura de Panamá, la historia
más viva que nunca.
Como hemos podido observar, más allá del lujo y la
exuberancia de sus rascacielos posmodernos,
Panamá cuenta con toda clase de edificios y
construcciones de un valor histórico y cultural digno
de la más profunda admiración.

ARQUITECTURA VERNÁCULA PANAMÁ.

¿Alguna vez escuchaste hablar de la arquitectura vernácula y de las tantas maravillas que
tiene para ofrecer? Pues bien, si bien se trata de un tipo de arquitectura y construcción
sumamente antigua, te sorprenderá lo útil y necesaria que resulta hoy no solo para la República
de Panamá, sino para el mundo entero. Por estas y muchas otras razones es que hoy queremos
contarte en detalle absolutamente todo lo que necesitas saber sobre la arquitectura vernácula
en Panamá y todas las posibilidades que nos brinda.
QUÉ ES LA ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE
La arquitectura vernácula, también referida como arquitectura vernacular, es un fiel testimonio
de las culturas populares más esenciales alrededor del mundo, utilizando y conservando
materiales y estilos constructivos regionales que se caracterizan especialmente por su gran
adecuación al medio, constituyendo así un enorme patrimonio mundial de una vital importancia
que merece respeto, protección y conservación.
A su vez, la arquitectura vernácula, sinónimo de cultura e historia, refleja las tradiciones más
ancestrales, transmitidas de generación en generación mediante relatos escritos y orales
primitivos que, a menudo, han sido producidas por las diferentes poblaciones humanas sin la
intervención de especialistas, respondiendo siempre a las condiciones particulares de los más
diversos contextos buscando, mediante la sabiduría popular y la transmisión más antigua del
conocimiento, lograr sacar el mayor provecho posible de los recursos naturales disponibles en
el entorno para maximizar la calidad y el bienestar de las personas de una comunidad. Todo
esto, por supuesto, sin perder el respeto por la madre naturaleza, cuidando el medioambiente
y los recursos con los que las nuevas generaciones van a contar.
De este modo, para poder ponernos a hablar de la arquitectura vernacular con propiedad,
necesariamente hay que tratar una serie de temáticas de suma relevancia para su
entendimiento y desarrollo pues esta tradición arquitectónica está intrínsecamente relacionada
con estos, como, por ejemplo, los materiales, el entorno, la historia, antropología, cultura y arte.
Y es que, después de todo, cuando hablamos de la arquitectura vernácula nos referimos a una
de las primeras formas del arte y la vida en comunidad nada menos que de las primeras formas
de las civilizaciones humanas.
Esta clase de construcción, la madre de todas las arquitecturas, fue proyectada por los
habitantes de una región o un período histórico determinado mediante el conocimiento empírico
de una forma de realidad, la experiencia de generaciones y generaciones previas y el ensayo o
la experimentación, basadas en el desarrollo de las construcciones más diversas y catalogadas
mediante valores enriquecedores que en la contemporaneidad permiten conocer su
interesantísimo patrimonio cultural con el desarrollo de nuevas tecnologías y materiales.
Así es que las obras arquitectónicas vernaculares constituyen parte esencial de toda forma de
tradición constructiva en cada una de las épocas humanas con su marcado carácter popular.
La arquitectura vernacular surge entre los habitantes de las primeras formas organizadas de
vida comunitaria entre los pueblos autóctonos de cada región a modo de respuesta a las
diferentes necesidades y desafíos de cada hábitat en particular. La distintiva marca que
determina el factor diferencial dentro de estas edificaciones es que su propia naturaleza las
convierte en un perfecto ejemplo de cómo la humanidad aprendió a adaptarse a los diversos
medios y ecosistemas de la Tierra a lo largo de miles y miles de años. Es decir, historia y
antropología en su estado más puro.
También nos gustaría recomendarte leer: «Grandes sitios históricos de la Ciudad de Panamá»
De hecho, tanto es así que, si echamos un vistazo a las raíces etimológicas de su nomenclatura,
encontraremos que el propio término «vernacular» proviene del latín «vernaculus», relacionado
con el campo semántico de lo indígena y nativo. En nuestros días, el nombre ha ampliado su
significados, siendo utilizado para referir a todo aquello que se relaciona con las raíces
identitarias y populares, la cotidianidad y los rasgos esenciales que caracterizan la historia de
una cultura.
La arquitectura vernacular, además, también es sumamente importante en la actualidad pues
brinda el más sólido conocimiento en relación con la adaptación de una obra de construcción
arquitectónica a un medio. Por esta razón, una gran cantidad de profesionales en arquitectura
y construcción de la contemporaneidad se preocupa por estudiar la arquitectura vernácula antes
de empezar a trabajar en una obra, encontrando así las mejores bases para una edificación en
su medio particular, ajustándose a las condiciones climáticas, el terreno y los materiales
disponibles.
A modo de compendio, entre otras razones por las que la arquitectura vernácula es tan
importante podemos decir que se trata de una excelente forma de definir la tradición auténtica
de una cultura y de seguir desarrollando la arquitectura propia de un lugar.
De este modo, esta clase de arquitectura, que además siempre está en continua adaptación,
brinda las respuestas más honestas y elocuentes a los requerimientos específicos que plantea
cada cultura, región del mundo y sus habitantes, con diferencias en cuanto al territorio, paisaje,
recursos, climas, organización social, formas de vivir, adaptación y relación con la naturaleza.
La arquitectura vernacular es, entonces, una arquitectura inteligente y sostenible, que contesta
la pregunta más importante que alguien que va a construir se debe formular: ¿cómo y con qué
vamos a construir un edificio en un lugar si no es con lo que el propio espacio nos provee?
Ahora bien, vamos a conocer cuáles son sus características en particular.
CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA VERNÁCULA
Como características generales de la arquitectura vernácula podemos mencionar entonces su
carácter testimonial de la cultura popular en la que la utilización de materiales y sistemas
constructivos resultan de una perfecta y sostenible adaptación al medio, la creación de
microclimas en función de una producción inteligente de espacios funcionales y confortables,
incidiendo en el diseño a partir del análisis de la temperatura, la iluminación, los niveles de
humedad y demás formas esenciales en las que la arquitectura vernácula da validez y
preponderancia a los conocimientos adquiridos en la antigüedad.
De este modo, la arquitectura vernácula es una arquitectura que habla de la cultura y la
acumulación del conocimiento de una sociedad, es el relato de una civilización que se
materializa en edificaciones, resultando en una tradición constructiva, reproducida y conservada
activamente por nuevas generaciones.
Asimismo, sus particularidades a nivel estético y estructural brinda una originalidad extrema,
cambiando así entre un lugar y otro, entre una cultura y otra, pero sus características más
básicas parten todas de una misma raíz que no es otra que la de crear un refugio adecuado a
las necesidades propias de cada pueblo en cada espacio. Además, finalmente resta mencionar
que esta arquitectura también responde a la protección en sintonía con al clima particular de
una localidad y aplica el uso de materiales en forma inteligente y eficaz , según cuáles sean los
recursos existentes en el entorno en el que se va a construir.
Así es que, por ejemplo, en aquellas áreas con abundancia de árboles se desarrollan viviendas
de madera, mientras que en áreas con poca madera se utiliza barro y piedra. En ciertas regiones
asiáticas como China, por ejemplo, es muy común el uso del bambú para construir viviendas,
mientras que en zonas próximas a los polos de la Tierra, abunda la arquitectura vernácula a
base de nieve y hielo, tales como los bien conocidos iglúes de las regiones árticas.
En este sentido, como es posible vislumbrar, el término vernáculo es un claro sinónimo de
sostenible y no agotar los recursos locales es una característica definitiva de esta arquitectura,
por lo que podemos decir que si una construcción no es sostenible, entonces no es adecuado
para el contexto local en el que se proyecta construir y, por ende, jamás podrá ser una
arquitectura vernácula.
EJEMPLOS DE ARQUITECTURA VERNÁCULA EN PANAMÁ
Tal como lo hemos conversado en otras publicaciones de nuestro sitio, la existencia humana
en las tierras que hoy se dan en llamar como la República de Panamá se remonta muy pero
muy atrás en el tiempo, más precisamente, se estima que aquí vivieron seres humanos desde
hace al menos 11 000 años (durante la fase final de las glaciaciones del pleistoceno), siendo,
además, una de las primeras regiones de toda América en donde la invasión de las colonias de
Europa empezó a construir sus asentamientos sobre el Pacífico.
Por esta razón, abundan construcciones de arquitectura vernácula en Panamá, pero también
hay mucha hibridez como resultado de las imposiciones europeas, además de la pérdida total
o parcial de un vasto desarrollo de conocimientos indígenas, por ejemplo, en términos de
arquitectura y construcción, ámbitos en los que, como es sabido, los pueblos originarios de
América poseían enormes desarrollos científicos e intelectuales que fueron arrasados por el
lamentable choque cultural y la avaricia de las coronas colonizadoras.
Sin embargo y como decíamos, agraciadamente, muchas construcciones vernáculas en
Panamá tuvieron la suficiente suerte de mantenerse en pie y su destilado conocimiento aún
lucha por sobrevivir entre las comunidades indígenas de Panamá, de hecho, en ciertas regiones
del país todavía se construye a partir de métodos tradicionales y haciendo uso únicamente de
los recursos con que se cuenta en el entorno.
La más temprana presencia del ser humano en Panamá se ha ubicado en las riberas de la
laguna de La Yeguada, las primeras personas en habitar el istmo panameño, durante el
horizonte paleoindio, creando chozas con paja y barro con resistentes techos y en las alturas,
procurando sobrevivir a las intensas lluvias. Formas muy funcionales de bohíos o palafitos sobre
río, mar y suelos semihúmedos muy ligadas al estilo de vida natural, directamente relacionado
con la pesca y la caza se pueden encontrar desde allí hasta las regiones costeras, destacado
sobre todo regiones como las de Bocas del Toro, con una característica arquitectura caribeña
y de influencia afroantillana, cuyos distintivos son una respuesta arquitectónica que responde a
las inclemencias del clima, construidas a base de madera y troncos, sobre pilotes, con sus
celosías elaboradas y balcones tallados. No obstante, sobre la región de las provincias centrales
observamos los vestigios de la ecológica casa de quincha tan tradicional en la arquitectura de
Panamá, con sus frescos materiales de tejas y arcilla, también adecuados al caluroso clima
caribeño.
La fibra vegetal de la paja toquilla, que desde tiempos inmemoriales se ha utilizado en la
elaboración de artesanías y sombreros, también ha constituido un importante material en la
construcción vernácula de Panamá, junto con otras fibras vegetales de paja, caña, barro, arena
y piedra. En todos los casos, respetando al medioambiente y a partir de la sustentabilidad. En
la actualidad hay tres grandes grupos indígenas en Panamá que tienen distintos estilos de
viviendas vernáculas con características únicas entre sí, con excepción de techos de palma,
muy similares los unos de los otros.
Los Guaymi (Ngobe-Bugle) viven en viviendas rústicas de estilo circular y vernacular, con
paredes de madera cubiertas de barro y estiércol de ganado tratado para tener una solidez y
una consistencia increíblemente resistente. Los Kuna, por su parte, construyen unas casas
vernáculas con una estructura de una característica forma rectangular con paredes de caña
blanca, paja y caña de azúcar. Los Choco (Embere-Wounaan), por último, habitan viviendas
cuadradas sin paredes, construidas sobre pilotes a lo largo de las riberas de los ríos, lagos y
otros cuerpos de agua en Panamá.
Como podemos ver, la arquitectura vernácula tiene múltiples beneficios y una intencionalidad
realmente admirable.
ARQUITECTURA AFROANTILLANA.
La arquitectura afroantillana en Panamá, como un antiguo protagonista en la rica historia
constructiva del istmo, nunca ha dejado de fascinar. Con sus características propias y la
combinación entre su tinte vernacular con la exquisita decoración en estilo art nouveau, es un
tipo de arquitectura digno de admiración que no debe pasarse por alto. Por estas razones es
que hoy queremos invitarte a conocer la historia y las principales características de la
arquitectura afroantillana en Panamá.
BREVE MIRADA A LA PROFUNDA HISTORIA DE LA CULTURA PANAMEÑA Y SU
POBLACIÓN ANTILLANA
La República de Panamá, que debe su nombre a la «diversidad y abundancia de peces y
mariposas» con la que se caracterizaron sus primeras formas de civilización, es sinónimo de
desarrollo multiétnico y cultural prácticamente desde siempre, un factor decisivo en la
producción artística, cultural y, por supuesto, edilicia, del mayor referente arquitectónico de
América Central y el Caribe. Y es que, a lo largo de la historia, el glorioso y colorido istmo de
Panamá ha conectado al continente americano y a las aguas del mar Caribe con las de los
océanos Atlántico y Pacífico, hospedando al unísono a una inmensa y muy variada cantidad de
grupos étnicos, factor que no solo aún caracteriza a la sociedad panameña de hoy, sino que
también la fortalece y enriquece a un nivel sencillamente extraordinario.
En Panamá han habitado diversos grupos indígenas que llegaron del noroeste y, en menor
medida, del sur del continente americano, entre las que se pueden mencionar, por ejemplo,
Nahuas y Mayas (que habrían llegado migrando desde México) y Caribes, desde las Antillas y
del Golfo de Urabá. Luego, la lamentable llegada de las ambiciosas fuerzas coloniales europeas
(españolas, inglesas y francesas), significaron el erguimiento de lo que especialistas en
antropología e historia consideran el primer asentamiento europeo en las costas del océano
Pacífico. Poco tiempo después, las tierras panameñas también se convirtieron en el forzoso
hospedaje de cientos de miles y miles de pobladores africanos que fueron arrebatados de sus
pueblos para ser explotados en las colonias europeas.
De tan compleja combinación de raíces compositivas se ha constituido la sociedad, cultura y
arquitectura de Panamá y es justamente a partir de este tipo de factores que nacieron algunas
de las estéticas y estilos arquitectónicos más importantes y representativos de Panamá, entre
los que destaca la arquitectura afroantillana.
Lógicamente, como las raíces etimológicas de esta nomenclatura compuesta sugieren, se trata
de un singular tipo de diseño y construcción que combina elementos de la arquitectura y cultura
africana con la de las Antillas. Por eso es muy importante tener presente el hecho de la
diversidad étnica del istmo y su historia, fundamental para entender qué es la arquitectura
afroantillana y de qué se trata.
LA POBLACIÓN AFROANTILLANA EN PANAMÁ
Comencemos entonces por tener en cuenta a la población afroantillana en Panamá, compuesta
fundamentalmente por todas aquellas personas que descienden de trabajadores que llegaron
desde las Antillas o las islas del Caribe insular. Esta es, en muy amplia medida, la descendencia
de personas de habla francesa e inglesa (traídos por franceses y estadounidenses) que a
principios del siglo XIX llegaron al país para trabajar en el primer proyecto del Canal de Panamá.
De este modo, la población antillana en Panamá se estableció principalmente en las áreas
comerciales y de gran tránsito marítimo y vial, primero en las inmediaciones del Canal de
Panamá, y luego en las grandes ciudades panameñas, como en la Provincia de Colón, al norte
del país; Bocas del Toro, en el límite oeste con Costa Rica; y en la ciudad más importante de la
región, Ciudad de Panamá.
La otra fuente significativa de población afropanameña, es decir descendientes de poblaciones
africanas por generaciones viviendo en Panamá, surgió esencialmente en la época de la
esclavitud, cuando los colonizadores de la corona española trajeron diversos grupos étnicos de
África para esclavizarlos durante el saqueo de América.
Con el paso del tiempo, esta hibridez étnica y cultural ha recibido el nombre de población
afroantillana y, como toda manifestación identitaria de un pueblo, desarrolló la llamada
arquitectura afroantillana, estrechamente relacionada con el pasado y la historia de estas
comunidades panameñas.
CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA AFROANTILLANA
El establecimiento de la comunidad afroantillana en Panamá se fue dando en forma gradual,
pues, a grandes rasgos, había una fuerte tendencia a considerar al pueblo afroantillano como
una suerte de migrante temporal que en realidad no se establecería por completo en la
República de Panamá, sino que era considerada como de paso, incluso hasta por la propia
población afroantillana.
Este factor, sin embargo, sirvió para que la comunidad afroantillana en Panamá procurara
entonces mantener sus tradiciones, cultura y características propias intactas a como diese
lugar, de cierto modo, aislándose en algunas regiones del país y resistiendo toda contaminación
cultural, es decir, toda forma de dominio europeo.
Si bien con la llegada de la modernidad esta empresa terminó siendo un imposible, aún hoy hay
muchas características y tradiciones propias del pueblo afroantillano panameño que no solo no
se dejaron comprar, sino que marcaron una estética auténtica (plasmada en el lenguaje, la
vestimenta, la danza, la música y muchas otras expresiones culturales, como la arquitectura) y
dejaron su huella en la arquitectura de Panamá.
En este sentido, la arquitectura afroantillana guarda ciertos paralelismos con la de algunas
regiones del continente africano, por ejemplo en cuanto al uso de materiales y el
aprovechamiento del espacio, vinculandose con la arquitectura vernacular, aunque con una
marcada tendencia hacia las estéticas francesas que determinaron las construcciones de la
época colonial en las Antillas. De este modo, la arquitectura antillana, que es definida por la
arquitectura colonial y neoclásica francesa, se filtró en la arquitectura afroantillana de Panamá.
Estas características se pueden observar sobre todo en las típicas viviendas de la primera
modernidad, con casas de dos plantas simples y pragmáticas pero con elegantes detalles de
acabado, sistemas constructivos funcionales basados en el diseño de balcones corridos y
herrajes, estructuras de madera sobre pilotes y otras características clásicas que figuran sobre
todo en las antiguas mansiones antillanas de las colonias francesas, muy comunes también,
por ejemplo, en ciudades tan icónicas como Nueva Orleans, en los Estados Unidos de América.
ARQUITECTURA ANTILLANA EN PANAMÁ
Como referíamos, para la construcción del ferrocarril y el Canal de Panamá, entre los años 1800
y 1889, se dio un gran aumento en las inmigraciones a Panamá en búsqueda de empleo y
nuevas oportunidades.
Cuando el Canal de Panamá empezó a construirse por los franceses, este grupo dejó marcado
en el país lo que aún se suele llamar arquitectura colonial francesa, que hoy perfectamente
podríamos referir como arquitectura antillana o afroantillana.
Se le conoce con este nombre debido a la influencia que los grupos étnicos mencionados,
provenientes de áfrica, islas caribeñas y Jamaica que llegaron a Panamá para poder trabajar,
sobre todo en el sector de la construcción. Como consecuencia de este flujo migratorio, la primer
gran área habitada por estos grupos migrantes fue la región de Marañón, aunque luego, entre
el 1905 y el 1920, empezaron a surgir algunos de los principales barrios que conforman el área
de San Felipe, Santa Ana, Chorrillo y Calidonia.
Las características fundamentales en las viviendas de estas zonas, que podemos considerar
enmarcadas en la arquitectura antillana, incluyen grandes casas unifamiliares de dos y tres
plantas con amplios espacios, comúnmente construidas en robusta madera y con tejados y
techos de dos a cuatro aguas, más que nada elaboradas a base de zinc y tejas marsellesas.
Otras de las principales características de la arquitectura afroantillana incluyen anchos balcones
que se proyectan hacia las aceras, otorgando refugio del sol y la lluvia. A su vez, y en relación
con las construcciones inteligentes desarrolladas en sintonía con la arquitectura vernacular,
como referíamos, las casas eran construidas sobre grandes pilotes de madera y macizos grupos
de tronco y caña para proteger el recinto de la humedad. Pero además, estos pilotes formaban
amplios portales en la planta baja, una delicia de ver.
Las viviendas afroantillanas también solían construirse con muy pintorescos balcones con
herrajes, tanto en hierro como en madera, sobresaliendo especialmente aquellas con exquisitos
decoradas modernistas, siguiendo de cerca la explosión del art noveau. La simetría de sus
ventanas, de gran tamaño para aprovechar al máximo el viento en ventilación y el sol para
mantener a raya la humedad, es otra de sus características más excepcionales.
La Casa Müller, ubicada en Calidonia, fue construida en el año de 1910 y en ella residían
trabajadores antillanos que laboraban en la Zona del Canal de Panamá. Era un inmueble de
madera de tres pisos donde llegaron a vivir hasta 800 personas y, sin lugar a dudas, un símbolo
del distrito. Esta construcción, a pesar de ser demolida, aún es considerada un perfecto ejemplo
de la arquitectura afroantillana en Panamá.

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