La Eucaristia Como Centro de La Familia
La Eucaristia Como Centro de La Familia
La Eucaristia Como Centro de La Familia
“Jesús celebró la Pascua en casa, con su familia, con sus apóstoles, que se
habían convertido en su nueva familia” (El Camino Pascual). De este modo, la
familia cristiana se convierte también en la familia de Jesús. Así expresa Ap 3,
20: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la
puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo”; y se cumple cuando
Jesús entra a formar parte de la unión conyugal y ofrece esta cena Eucarística,
que tiene el significado de una nueva alianza donde la fuente de la gracia
matrimonial es Cristo.
El Espíritu del Señor da a los esposos un corazón nuevo y los capacita para
amarse. Es imprescindible la presencia del Señor en el seno familiar, y sin Él
los esposos ceden ante las propuestas de la actualidad que les invitan a
“unirse” excluyendo todo vínculo que introduzca un compromiso definitivo. Y
esta alianza familiar, alianza en su acepción de “sacramento”, perdura y crece
en función del amor de Cristo hacia su familia, manifestado en el misterio
admirable de la Eucaristía.
Podemos afirmar que la familia vive de la Eucaristía, así como la Iglesia vive
de ella. De este modo, esta comunidad conyugal fundada en el sacramento del
Matrimonio y alimentada en la Eucaristía, recobrará su importancia, no sólo
en lo religioso, sino también en el mantenimiento de la humanidad en cuanto
tal.