Punto Gatillo
Punto Gatillo
Punto Gatillo
El dolor por puntos de gatillo miofaciales fue descrito por primera vez por travell y simons
en 1952. Según Han SC Harrison son más prevalentes en mujeres que en hombres
Punto Gatillo
Es una zona minúscula (con un diámetro entre 0.5 y 1 centímetro) altamente irritable
localizada en el interior de un músculo, que se presenta rígido a la palpación y que produce
dolor, limitación en la amplitud del estiramiento y debilidad sin atrofia ni déficit
neurológico. En ocasiones puede dar lugar a fenómenos autónomos (vegetativos) y
distorsión de la sensibilidad propioceptiva.
Los P.G. son haces de miofibrillas hiperirritables que se disponen anárquicamente como
anudadas, en el interior de la banda tensa, dentro del músculo. Este hecho provoca una
disminución de la elasticidad de ese músculo y de su fascia.
Los P.G. se pueden encontrar estratificados unos encima de otros, situados en músculos
superpuestos (en el momento del tratamiento deben ser liberados secuencialmente uno a
continuación de otro, comenzando por el más superficial, más activo y más reciente).
Características:
En la práctica clínica habitual nos podemos encontrar con tres tipos de P.G. miofasciales:
Son dolorosos sin estimulación. Siempre sensibles, el paciente los siente como un punto de
dolor constante. El dolor aumenta al palpar el músculo, al presionarlo, al movilizarlo y al
estirarlo.
B) PUNTOS GATILLO SECUNDARIOS.
Se desarrollan dentro de la zona de referencia del P.G. activo original. No ocasionan dolor
durante las actividades normales. Solo son dolorosos a la palpación. Son capaces de
provocar los mismos fenómenos motores, autónomos y sensoriales, como consecuencia de
un estímulo adecuado, comportándose de esta forma como los P.G. activos. Son activados
por frío, calor, cambios de la presión atmosférica, daño repetitivo, síndrome atlético del fin
de semana, etc.
Una vez realizada la localización de todos los P.G. (el mapeo) estaremos en condiciones de
comenzar el oportuno tratamiento. En general, cuanto más antigua sea la lesión más puntos
secundarios y satélites podrán generarse, por lo que más global será el patrón de dolor y
más prolongado deberá ser el tratamiento; por lo tanto, al enfocar el tratamiento, el
principal objetivo será localizar el patrón de dolor y definir de la forma más precisa la
localización de los P.G. que provocan dicho dolor o coexisten con el mismo.
TRATAMIENTO
El objetivo principal del tratamiento del S.D.M. consiste en la "Liberación Miofascial", con
la que pretendemos conseguir:
Mejorar la relajación.
Mejorar el control del movimiento.
Presión digital sobre el P.G., realizada con el dedo pulgar, mantenida durante más de 10
segundos, con descansos de 6-8 segundos y que se va incrementando 5 segundos cada vez
que se presiona, hasta alcanzar los 3 minutos o hasta que el paciente refiere que el dolor
en el área de referencia ha cesado.
Se realiza, según la tolerancia del paciente, durante 2 a 3 minutos. Despega la banda tensa
asociada a los P.G., colabora en la dispersión del foco del P.G., favorece la analgesia y la
vasodilatación, con el consiguiente aumento del aporte de oxígeno a la zona tratada.
A igual que la técnica del pulgar, esta es desagradable y dolorosa, por lo que debemos
contar con la colaboración y tolerancia del paciente.
3. CRIOMASAJE O CRIORREFRIGERACION.
5. MASAJE DE AMASAMIENTO.
Es una técnica que termina de elastificar las fibras musculares a la vez que favorece las tres
circulaciones: venosa, arterial y linfática. Esta revascularización por vasodilatación arterial
garantiza además la salida de productos tóxicos acumulados en el músculo -
fundamentalmente en el P.G. y en la banda tensa- por vía de capilares venosos y linfáticos.
Las maniobras de amasamiento profundo, en "esponja", también tienen un efecto
drenante.
6. CALOR HUMEDO.
Por medio de bolsas, toallas o hidrocollator calientes, que se colocarán sobre la zona tratada
y cuyo objetivo es garantizar una mejor circulación a la vez que se relaja y elastifica la zona
donde se realizó el tratamiento manual.
7. NUEVO ESTIRAMIENTO.
Se realiza para liberar la tensión residual que pudiera haber quedado tras el anterior
tratamiento. Es un estiramiento pasivo y mantenido, completo y de más corta duración que
se realiza de 6 a 10 veces en 3 minutos. Se estiran grupos musculares e incluso grandes
segmentos (miembro superior o inferior), de esta manera se liberan las tensiones
mioaponeuróticas residuales, generalmente situadas en los músculos más profundos y que
no había sido posible liberar inicialmente.
8. SILENCIO PERIFERICO.
Consiste en mantener en reposo relativo el área tratada durante 24-48 horas, evitando toda
actividad estresante. Solo deben realizar las actividades más elementales de la vida diaria,
por lo tanto se evitarán las actividades profesionales y deportivas.
Este punto suele descuidarse por la mayoría de los pacientes. Por ello consideramos que es
muy importante que el terapeuta puntualice y reitere esta recomendación.
El dolor residual "del día siguiente" a la liberación miofascial es habitual como consecuencia
del trauma mecánico que se provoca al aplicar las técnicas de liberación.
El nódulo doloroso de los puntos gatillo se encuentra en una banda tensa palpable de fibras
musculares, entre los factores que producen y desencadenan los puntos gatillo se destacan
los siguientes: sobreuso de la musculatura, repetición de un ejercicio con un inadecuado
gesto técnico, dormir en mala posición, hipertensión arterial, producción de acetilcolina (un
neurotransmisor encargado de la contracción muscular), una alteración del metabolismo
del calcio (una liberación en exceso del calcio en la célula), estrés o hiperestimulación
neurológica.
SÍNTOMAS
Algunos de los signos y síntomas más característicos son dolor espontáneo pero activación
ocasional recurrente (puntos gatillo latentes), dolor crónico que genera rigidez y disfunción,
alteraciones propioceptivas (mareos, desequilibrios), desestructuración en la coordinación
motora, lagrimeo, sudoración y vasoconstricción localizada, limitación dolorosa el
movimiento e hipersensibilidad en zonas alejadas.
No existe ningún estudio que permita detectar los puntos gatillo, la única manera de
establecer un diagnóstico aproximado de punto de gatillo consistiría en la realización de un
examen manual de la musculatura. Un músculo con punto gatillo se encontrará acortado,
será sensible al tacto y tendrá menor fuerza que antes.
Manteniendo el estrés a raya, llevando un estilo de vida activo y manteniendo una postura
corporal correcta puesto que las incorrectas favorecen la aparición de estos puntos gatillo
por la solicitación extra de unos músculos más que otros. Por otro lado, también ayudan los
estiramientos después de realizar ejercicio físico.
TRATAMIENTO
El dolor vinculado a puntos gatillo tiene una respuesta más bien nula a los fármacos
antiinflamatorios, sedantes, antidepresivos o analgésicos.
Es una técnica inocua e higiénica, que aunque esté mal aplicada no provoca
efectos indeseables.
Mejorar la circulación.
Contraindicaciones:
Procesos crónicos
Heridas aciertas o cicatriz
Enfermedades dérmicas como psoriasis
Umbral disminuido
Lesión musculo esquelética
Lesión nerviosa
Mujeres embarazadas
En zonas genitales
En problemas linfáticos
Precauciones:
Habrá que valorar y el uso de otras técnicas, como puede ser el tratamiento
conservador, mediante métodos manuales o electroterapia, para aliviar los puntos
gatillo sin necesidad de utilizar las agujas.