El poema narra la historia de una potra salvaje llamada Zaina que vive libre en la llanura y no desea ser domada. Un día es capturada en una trampa cerca de un palmar y pierde su libertad. El narrador dice que va a domar a Zaina para enseñarle a aceptar el freno y la montura, y luego le devolverá su libertad.
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El poema narra la historia de una potra salvaje llamada Zaina que vive libre en la llanura y no desea ser domada. Un día es capturada en una trampa cerca de un palmar y pierde su libertad. El narrador dice que va a domar a Zaina para enseñarle a aceptar el freno y la montura, y luego le devolverá su libertad.
El poema narra la historia de una potra salvaje llamada Zaina que vive libre en la llanura y no desea ser domada. Un día es capturada en una trampa cerca de un palmar y pierde su libertad. El narrador dice que va a domar a Zaina para enseñarle a aceptar el freno y la montura, y luego le devolverá su libertad.
El poema narra la historia de una potra salvaje llamada Zaina que vive libre en la llanura y no desea ser domada. Un día es capturada en una trampa cerca de un palmar y pierde su libertad. El narrador dice que va a domar a Zaina para enseñarle a aceptar el freno y la montura, y luego le devolverá su libertad.
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La Potra Zaina riendas no quiere sentir,
Juan Vicente Torrealba ni que le pongan bozal,
y cuando está en el potrero se oye silbar al gavilán, se escucha a la potranquita Les contaré señores triste llorar. la historia muy bonita de linda potranquita A esa potra la voy a domar, con ojos soñadores, la enseñare a querer, colita de caballo le enseñare a llevar andar pasi trotero, el freno y el bozal, de crines muy hermosas, y luego le daré corría por los esteros. su libertad. Era una potra muy singular, No quiere el freno morder, no conocía el amor, ni la montura llevar, no conocía corral, riendas no quiere sentir no conocía bozal, ni que le pongan bozal solo quería vivir y cuando está en el potrero por el palmar. se oye silbar al gavilán, se escucha a la potranquita Era la potra zaina triste llorar. la flor de la llanura, caballos y potrones A esa potra la voy a domar, sufrían por su hermosura; la enseñare a querer, coqueta se miraba le enseñare a llevar su sombra en la laguna, el freno y el bozal, paseando en las sabanas y luego le daré en las noches de luna. su libertad. La potranca al fin se descuidó y un día primaveral, a orillas del palmar en mi lazo cayó, la zaina así perdió su libertad. No quiere el freno morder, ni la montura llevar,