Arquitectura Religiosa
Arquitectura Religiosa
Arquitectura Religiosa
Arquitectura religiosa
moderna preconciliar
en América Latina
Pre-Conciliar modern religious architecture in Latin America
Abstract: Along with the modernization of society and architecture, some dynam-
ics took place since the 19th century, which demanded for theological and liturgical
renewal, looking for a greater articulation between the life of the Church and soci-
ety. In this process, the II Vatican Council, which was launched little more than half
a century ago (1962-1965), perhaps plays the most recognized role in such artic-
ulation. The technical evolution, on the one hand (with new materials and structural 9
forms), and the rethinking of liturgical forms, on the other (although circumscribed
to small religious communities initially), will lead to new forms in the construction
and the space in Catholic modern architecture. In the Latin American case, Cathol-
icism has been, in different ways, part of the construction of the complex identity of
their peoples and the Church has been an influential institution in social life. Con-
temporary forms of assuming Christianity have emerged here, in a context of social
commitment whose object has been the dignity of man.
This article makes a critical-historical tour around the process of modernization in ar-
chitecture for the Catholic worship, through some of the earliest examples of pre-con-
ciliar modern Latin American architecture, and the identification of the different sym-
bolic forms that embodied it in bold structural shapes and moving spatialities.
Todas las veces, pues, que se trata de explicar una cosa humana, tomada en un
momento determinado del tiempo –ya se trate de una creencia religiosa, de una re-
gla moral, de un precepto jurídico, de una técnica estética, de un régimen económi-
co–, hay que comenzar por remontarse hasta su forma más primitiva y más simple,
tratar de explicar los caracteres por los que se define en este período de su existen-
cia, luego mostrar cómo se ha desarrollado y complicado poco a poco, cómo se ha
transformado en lo que es en el momento considerado (Durkheim,1968, p. 9).
Introducción
El presente artículo explora la relación forma-función característica del Movimiento
Moderno en la arquitectura católica moderna en América Latina, anterior al Conci-
lio Vaticano II, del cual se cumple medio siglo de su finalización y a cuyos efectos
modernizadores suele atribuirse la modernización de las formas arquitectónicas en
los edificios de culto católicos. Sin embargo, en América Latina no solo habían apa-
recido formas arquitectónicas en este tipo de edificios, inequívocamente modernas,
sino que incluso algunos de ellos identificaban la rápida asimilación y madurez al-
canzada por la arquitectura moderna en el Nuevo Mundo. Teniendo como contexto
la evolución de la arquitectura moderna en sus orígenes, en lo que concierne a este
programa por un lado y las ideas sobre modernización de los ritos por otro, el texto
estudia las particularidades de algunos de los casos más relevantes de la arquitec-
tura católica latinoamericana moderna, identificando sus valores y trascendencia.
10
***
Prácticamente hasta el siglo XIX era posible hacer una historia de la arquitectura
con el recuento de las arquitecturas sagradas, explicable por el papel dominante de
la religión en la vida cultural y social de los distintos pueblos. Con el proceso de se-
cularización característico de la cultura moderna, el rol de la religión se desplazaría a
las márgenes. Los nuevos escenarios de la vida social dieron cuenta de ello al tiem-
po que acusaban los cambios técnicos y artísticos. Otros programas demandaron
el esfuerzo creativo: estaciones de tren, fábricas, galerías comerciales, edificios de
oficinas, viviendas sociales e incluso la casa de habitación fueron objeto de nuevas
formalizaciones, y el ejercicio crítico-historiográfico se concentró en ello, dejando en
segundo plano la arquitectura religiosa o solo haciendo referencia a ella en cuanto
ejemplificación del progreso técnico-constructivo en algunos pocos casos.
Aunque la relación sociedad moderna-secularización (Weber,1986) de-
bería haberse traducido en un repliegue efectivo de la importancia del arte y la
arquitectura religiosos, al examinar la arquitectura moderna sorprenden las múlti-
ples exploraciones formales que han tenido en la arquitectura religiosa un campo
propicio. Las iglesias unitarias de Oak Park y Madison de Frank Lloyd Wright, la
Capilla del Instituto Tecnológico de Illinois de Mies van der Rohe, Nuestra Señora
de Ronchamp y el Monasterio de La Tourette de Le Corbusier, la iglesia en Ima-
tra de Alvar Aalto o la de San Francisco en Pampulha de Oscar Niemeyer, son
referentes obligados no solo de la historia de la arquitectura moderna, sino de la
arquitectura universal, al lado de obras como el Partenón, el Panteón, la Catedral
de Chartres, Santa Sofía, la Mezquita de Córdoba, la Catedral de San Pedro (de
Miguel Angel y otros), San Giorgio Maggiore de Palladio, San Carlino de la Quatro
Fontane de Borromini, San Andrea del Quirinale de Bernini, todos ellos hitos en la
historia de la arquitectura.
Arquitectura religiosa moderna preconciliar en América Latina
Los edificios religiosos reflejan este hecho, avanzando más allá de los as-
pectos utilitarios, conectando con lo sagrado. La dimensión trascendente dota así al
edificio religioso de carácter teofánico.
La religión, por otra parte, está ligada a las identidades sociales (Rosati,
2003). Los recursos para la construcción de iglesias o templos no están siempre 11
o simplemente asociados a la relación entre religión y poder, sino sobre todo al
carácter identitario que las arquitecturas religiosas tienen para las comunidades.
La construcción de las catedrales góticas que imponen aún hoy su volumen en
el paisaje de las ciudades, ejecutadas a lo largo del tiempo y con el trabajo de va-
rias generaciones de constructores, no difiere mucho, en su espíritu, del empeño
contemporáneo en no ahorrar esfuerzo humano y material en la construcción de
iglesias. De allí que como señala Robert Stern, históricamente, el edificio religioso
ha sido una temática privilegiada para la creación arquitectónica (Britton, 2011) y
la arquitectura moderna no obstante, las condiciones socio-culturales de la secula-
rización, no fue la excepción.
En el siglo XIX la práctica arquitectónica buscó refundarse revisando los
valores y por tanto las formas, lo que va a permitir las múltiples exploraciones de
la arquitectura religiosa moderna. En este siglo coinciden la revaloración del gótico
de autores como Eugene Viollet-le-Duc y los movimientos neo-católicos de los que
participa Augustus Pugin y del cual su libro The true principles of Christian Architec-
ture (1841) es el mejor testimonio. Tras el anticlasicismo, el racionalismo estructural
embebido del historicismo y el positivismo de Comte y Taine, reclamaba la corres-
pondencia de la arquitectura con la evolución técnica y las condiciones sociales en
las que se produce como «expresión de la verdad». (Watkin,1981). La técnica sería
la matriz de las nuevas formas, sin embargo el proceso fue relativamente lento,
incorporando poco a pocos los avances del concreto armado y las estructuras me-
tálicas. De hecho, tal como señala Montserrat Palmer:
la arquitectura moderna no exploró sus posibilidades a través de la construcción
de la iglesia, del templo, como había acontecido en otro tiempo. Fueron otros los
espacios públicos que la desafiaron y cuyos problemas procuró resolver, llevando
al fin y casi marginalmente las soluciones encontradas al terreno de la arquitec-
Iconofacto · Volumen 12 · Número 19 · Julio - diciembre de 2016
tura religiosa. Las primeras iglesias modernas le aplican al espacio sagrado los
descubrimientos que traen desde el terreno de la industria, o de espacios privados
donde primara la pura belleza, o de lugares destinados a la asamblea piadosa.
Pero al mismo tiempo, la arquitectura descubre que los materiales y los recursos
de construcción cotidianos -esa especie de alfabeto de la modernidad- pueden
adquirir un quantum de libertad en la estructura del templo, donde el tiempo y el
espacio pierden su condición homogénea y mensurable, y le dan lugar a otra forma
de existencia que había ido quedando marginada por la ciencia y por la técnica
(Palmer, 1997).
Fig. 1. Jules Astruc: Notre Dame du Travail, Parìs, 1897. Fachada, Planta y Corte.
Arquitectura religiosa moderna preconciliar en América Latina
13
15
damente presentes» (p. 129). Ante los anacronismos de las expresiones religiosas
se dieron procesos de revisión crítica que apuntaban a la renovación de las formas
religiosas desde el siglo XVIII (Abril González, 2015) como el Movimiento Litúrgico,
el cual tiene su origen en la refundación de la vida monástica en Solesmes (Francia,
1833) por el benedictino Prosper Guéranguer, y que iría cobrando cada vez más fuer-
za hasta el hecho de que la primera Constitución del Concilio Vaticano II (Sacrosanc-
tum Concilium, 4 de diciembre de 1963) fuese sobre la Liturgia.
El propósito de Gueránguer era volver a las fuentes centrado en La Biblia,
la Iglesia y la liturgia. Gracias a la refundación de Solesmes se restauraron y fun-
daron otros monasterios. En ese momento aún no se habían estudiado los textos
cristianos más antiguos y poco se conocía de las formas litúrgicas en los primeros
siglos; habría que esperar hasta comienzos del siglo XX para conocer los resultados
de las investigaciones históricas sobre la liturgia que lideraría Ildefons Herwegen
de la abadía de María Laach (Alemania), quien consideraba que dado que la «forma 17
antigua (…) aún está próxima a la fuente», esta debería ser «considerada siempre
por la Iglesia como norma y modelo» (Herwegen,1957, p. 25).
Lo que podría considerarse como un segundo paso en la renovación de
la Liturgia, se daría con el ya mencionado Herwegen, Odo Casel (también de la
Abadía de María Laach), Anselmo Schott (Beuron, Alemania), Lamberto Beauduin
(Mont-César, Bélgica) y Pius Parsch (Klosterneuburg, Austria) (Shepperd,1970),
entre otros benedictinos. Hasta ese momento el movimiento se había restringido
casi exclusivamente a algunas abadías donde sus monjes poseían formación bí-
blica, teológica y litúrgica. Con Beauduin el movimiento saldría de ese marco, al
reclamar la participación consciente de los laicos en la liturgia con el objetivo de
revitalizar la vida cristiana parroquial (Rousseau, 1951, p. 221). La publicación del
Messebuch der heiligen Kirche (1884, primer misal en alemán y latín) y el Vesper-
buch (1893) por Schott, había hecho accesible la misa a los fieles. Ya no se trataba
de la restauración de la liturgia antigua, sino de su renovación para la vida cristiana
contemporánea, como señaló en su presentación (La oración auténtica de la Iglesia)
en el Congreso Católico de Mechlin (1909). Sus ideas recogidas en el libro La piété
de l’ Eglise (1914) ha sido considerado como el «Manifiesto» del movimiento litúrgi-
co. (Funk,1990; Quitsland,1973). El movimiento litúrgico apuntaba a lo que la evi-
dencia fenomenológica le había permitido concluir a Durkheim (1982): «cualquiera
que haya realmente practicado una religión sabe bien que el culto es el que suscita
esas impresiones de alegría, de paz interior, de serenidad, de entusiasmo que son,
para el fiel, como la prueba experimental de sus creencias» (p. 429).
A pesar de la oposición del ultraconservador integrismo francés -opues-
to a las nuevas ideas, los desarrollos teológicos y los estudios bíblicos-, el ideal
de la renovación de la liturgia ganó cada vez más espacio al interior de la Iglesia.
Pío X (1903-1914) ya había reconocido la necesidad de «renovar todas las cosas
Iconofacto · Volumen 12 · Número 19 · Julio - diciembre de 2016
No obstante estos avances, hasta la primera mitad del siglo XX, en la ma-
yoría de las parroquias, el sacerdote seguía celebrando la misa frente al altar dando
la espalda a los fieles, salvo casos excepcionales, como el de Romano Guardini en
18 la misa para estudiantes en la capilla de St. Benedikt, en Berlín, y en los encuentros
con jóvenes en Burg Rothenfels am Main. Guardini había entrado en concacto con
el movimiento litúrgico cuando vivió la experiencia de la oración comunitaria hacia
1906 en una visita a la Abadía de Beuron. El conflicto con la forma en que se prac-
ticaba la liturgia lo dejó consignado Guardini en Vom Geist der Liturgie (1918), rei-
vindicando la eucaristía como acción comunitaria. El éxito inmediato del libro (doce
reediciones en cinco años) contribuyó a la difusión de las nuevas ideas. Guardini
siguió desarrollando su pensamiento en distintos artículos y libros donde reflexionó
sobre el culto, la oración y el sentido de la iglesia (como Vom Sinn der Kirche, 1922),
pero también en la práctica como sacerdote diocesano. Para Hans Maier:
Lo que Guardini quería, y lo que logró realizar en el curso de su vida, fueron dos co-
sas: llevar al movimiento litúrgico fuera de los ambientes monásticos y académicos
a las parroquias, con la gente, y mano a mano con este esfuerzo, preparar a los fie-
les en la liturgia por medio de la teología y de la dirección pastoral (1983, p.150).
21
23
Fig. 7. Hernán Larraín, Catedral de Chillán, Corte, Alzado, Planta y foto interior
(Fotografía: Archivo Observatorio Arquitectura y Urbanismo
Contemporáneos, Universidad del Valle).
Iconofacto · Volumen 12 · Número 19 · Julio - diciembre de 2016
24
27
Fig. 10. Juvenal Moya, Capilla Gimnasio Moderno, Bogotá. Alzado y Planta.
Iconofacto · Volumen 12 · Número 19 · Julio - diciembre de 2016
28
Fig. 11. Enrique de la Mora, Félix Candela. Nuestra Señora de la Soledad, Coyoacán,
México. 1956. Fotografías del interior, fotógrafo sin identificar, planta.
Arquitectura religiosa moderna preconciliar en América Latina
30
Fig. 12. Luis Barragán, Capilla Capuchinas de Tlalpan. Foto: F. Ramírez, planta.
Arquitectura religiosa moderna preconciliar en América Latina
32
34
Arquitectura religiosa moderna preconciliar en América Latina
35
obstante la aprobación del papa Juan XXIII (Espino Armendáriz, 2015, pp.16-17).
Tras el Concilio Vaticano II sería visto como un anticipo al espíritu litúrgico reforma-
dor y su intervención técnica como referente en las ideas contemporáneas sobre
conservación patrimonial.
Iconofacto · Volumen 12 · Número 19 · Julio - diciembre de 2016
36
Arquitectura religiosa moderna preconciliar en América Latina
37
Fig. 15. Gabriel Guarda y Jaime Correa. Capilla Abadía de Las Condes, Santiago de
Chile.
39
Fig. 16. Claudio Caveri y Eduardo Ellis. Nuestra Señora de Fátima, Martínez-
Buenos Aires. Fotografía exterior (Archivo Observatorio arquitectura y urbanismo
contemporáneos). Axonometría y planimetrías.
Iconofacto · Volumen 12 · Número 19 · Julio - diciembre de 2016
Conclusión
Al tiempo con la modernización de la sociedad y de la arquitectura, dentro de la Igle-
sia Católica también se gestaron, desde el siglo XIX, dinámicas modernizadoras que
demandaron la renovación teológica y litúrgica, buscando mayor articulación de la
vida de la Iglesia con la sociedad moderna. Si bien este tiene en el Concilio Vaticano
II, realizado entre 1962 y 1966, su hecho más reconocido, desde antes del mismo,
en el siglo XX en América Latina las demandas de modernización se pueden con-
trastar en los cambios en la arquitectura de las iglesias.
La refundación a partir del origen como causa de la forma estará de diver-
sas formas en las arquitecturas religiosas más significativas contemporáneas, tanto
en su ruptura con las tradiciones historicistas como en la exploración técnica y es-
pacial, pues el partir de los orígenes provocó la simplificación de la forma construida,
con lo que las relaciones espaciales adquirieron mayor importancia.
En los casos estudiados se evidencia que los monasterios y noviciados
favorecieron inicialmente la renovación del espacio arquitectónico en función de
la renovación litúrgica, y si bien estas capillas tienen formas cultuales distintas de
las catedrales e iglesias parroquiales influyeron muy rápidamente en estas, pues
la renovación de la liturgia favoreció la modernización de la arquitectura y que los
valores compartidos (entre las ideas litúrgicas y la arquitectura) de autenticidad,
Arquitectura religiosa moderna preconciliar en América Latina
Referencias
Abril-González, J .C. (2015). El espíritu de la reforma litúrgica. Cuestiones Teológicas, (97), 101-132
Borromeo, C. (2000). Instructionum fabricae et supellectilis ecclesiasticae libri duo. El Vaticano: Librería
Editricie vaticana.
Borsi, F. y Godoli, E. (1978). París 1900. Nueva York: Rizzoli.
Britton, K. (Ed.) (2011). Constructing the Ineffable: Contemporary Sacred Architecture. Boston: The Yale
School of Architecture.
Cingria, A. (1930). La décadence de l’art sacré, Paris: l’Art catholique. Fragmento citado, traducción del
autor.
Compagnon, A. (1991). Las cinco paradojas de la modernidad. Caracas: Monte Ávila. 41
Durkheim, E. (1982). Las formas elementales de la vida religiosa. Madrid: Akal.
Durkheim, E. (1996). Sobre la definición de los fenómenos religiosos. En Clasificaciones primitivas (y
otros ensayos de antropología positiva), Barcelona: Ariel.
Espino, S. (2015). Vandalismo embellecedor. El reacondicionamiento de la catedral de Cuernavaca. Qui-
roga, (7), 10-21.
Evans, R. (1990). Mies van der Rohe’s Paradoxical Symmetries. AA Files, 19, 56-68.
Frampton, K. (1999). Estudios sobre cultura tectónica. Madrid: Akal.
Funk, V. (1990). The Liturgical Movement (1830-1969). En The New Dictionary of Sacramental Worship.
Collegeville: The Liturgical Press.
Guardini, R. (1918). Vom Geist der Liturgie. Freiburg: Herder.
Guardini, R. (1957). Cartas del Lago de Como. San Sebastián: Dinor. Ed. original: 1927. Briefe vom Com-
er See. Mainz: Matthias-Grünewald-Verlag.
Herwegen, I. (1957). Iglesia, arte, misterio. Madrid: Guadarrama.
Hitchcock, H. R. y Johnson, P. (1932). The International Style. Modern Architecture since 1922. Nueva
York: MoMA.
Maier, H. (1983). Nachwort. En Guardini, R. Vom Geist der Liturgie. Mainz: Mathías Grünewald.
Palmer, P. (1997). Iglesias de la Modernidad en Chile. Recuperado de https://repositorio.uc.cl/bits-
tream/handle/11534/2070/Presentacion_libro_Sra_Montserrat_Palmer.pdf?sequen-
ce=1&isAllowed=y
Plazaola, J. (2001). Arte e Iglesia: veinte siglos de arquitectura y pintura cristiana. San Sebastián: Nerea.
Pío XII (1947). Mediator Dei et Hominum (1997). Madrid: Edice.
Pugin, A. (1841). The true principles of Christian Architecture. Edición original digitalizada, recuperada de:
https://archive.org/details/trueprinciplesp00pugigoog
Quitsland, S. (1973). Beauduin. New York: Newman.
Ratzinger, J. (1985). Informe sobre la Fe. Madrid: BAC.
Iconofacto · Volumen 12 · Número 19 · Julio - diciembre de 2016
Riegl, A. (1980). Problemas de estilo. Fundamentos para una historia de la ornamentación. Barcelona: G.
Gili. Ed. Original: 1893.
Rosati, M. (2003). The Marking and Representing of Society: Religion, the Sacred and Solidarity among
Strangers in a Durkheimian Perspective. Journal of Classical Sociology, 3(2),173-196.
Rousseau, O. (2011). The Progress of Liturgy: An Historical Sketch. Whitefisch MT: Literary Lincensing.
Ed. Original: 1951. The Progress of Liturgy: An Historical Sketch from the Beginning of the
Nineteenth Century to the Ponfificate of Pius X. Westminster, MD: Newman Press.
Schwarz, R. (1960). Kirchenbau. Welt vor der Schwelle. Heidelberg: Kerle.
Seazoltz, R. K. (ed.) (1966). The New Liturgy: A Documentation, 1903 to 1965. New York: Herder and
Herder.
Schmarsow, A, (1893). La esencia de la creación arquitectónica. Conferencia de habilitación, Uni-
versidad de Lipzig el 8 de noviembre de 1893. https://historiadelarte2008.wordpress.
com/2008/09/26/la-esencia-de-la-creacion-arquitectonica/
42 Shepperd, La. C. (1970). The new Liturgy. Londres: DLT.
Vattimo, G. (1990). La sociedad transparente. Barcelona: Paidós Ibérica.
Watkin, D. (1981). Moral y Arquitectura. Barcelona: Tusquets.
Weber, M. (1986). El político y el científico. Madrid: Alianza.
Worringer, W. (1953). Abstracción y naturaleza. México: Fondo de Cultura Económica. Ed. original: 1908.
Abstraktion und Einfühlung. Múnich: R. Riper & Co.