Michael Doyle
Michael Doyle
Michael Doyle
I
La importancia del liberalismo en las RRII no está suficientemente valorada. La visión liberal es
aquella que, en contraposición a las visiones tradicionales, permite superar el problema del
equilibrio de poder, ya que la “práctica liberal” reduce la posibilidad de que algunas naciones
busquen ejercer la coacción sobre otras. Puede esperarse la construcción de áreas de estados
liberales donde se construya una paz extensiva y duradera entre las naciones pertenecientes.
II
El liberalismo se funda sobre el principio fundamental de la importancia de la libertad
individual, a partir de la cual derivan otros derechos e instituciones. La base del liberalismo es,
entonces, una gama de derechos que hacen a la libertad negativa (protege de la autoridad
arbitraria. Derechos de conciencia, prensa, expresión, isonomia, propiedad) y libertad positiva
(derechos económicos y sociales para el desarrollo individual). Sin embargo, la garantía de los
dos tipos de libertad es una tercera condición: la participación democrática y representativa. La
autonomía moral del individuo está garantizada en las leyes producidas por la comunidad,
expresando la voluntad de la ciudadanía.
En ese marco, las tendencias conservadora/laissez-faire y radical/”liberal” se reconcilian bajo la
construcción de un orden político que las reúne. Ese orden está sustentado por 4 principios
fundamentales.
1. Los ciudadanos son iguales ante la ley y poseen otros derechos civiles.
2. La soberanía del estado está representada por las legislaturas representativas cuya autoridad deriva del
consentimiento del electorado. El ejercicio de su autoridad es libre de toda restricción más allá de la
preservación de los derechos civiles básicos. El estado no es sujeto de una autoridad externa u otros
estados, ni de individuos del orden interno que estén sostenidos por prerrogativas especiales.
3. La economía descansa sobre el reconocimiento de la propiedad privada, incluida la posesión de los
medios de producción.
4. Las decisiones económicas están orientadas por las leyes de oferta y demanda, interna y externamente,
libre del control burocrático.
III
En los asuntos internacionales, el liberalismo ha demostrado serias debilidades. El principio
liberal fundamental en RRII es que los estados tienen el derecho de permanecer libres de la
intervención externa. En tanto los ciudadanos que lo componen son libres, los estados también
lo son. Ésta es la base del liberalismo en RRII. Sin embargo, y a pesar de esto, muchos estados
liberales han estado involucrados en gran cantidad de guerras con estados no liberales, aunque
no ha habido enfrentamientos de estados liberales entre sí. [Doyle presenta una tabla donde se
especifican los estados liberales y en qué medida han participado en conflictos sólo con estados
no liberales]. La ausencia de guerras entre estados liberales durante casi dos siglos es una
evidencia empírica imbatible. Incluso cuando han participado, los estados liberales han tendido
a agruparse entre sí.
Crítica al realismo: el modelo realista que propone una base explicativa para la inseguridad
general de los estados, ofrece poca información para desentrañar las causas de la paz en el
mundo liberal. El realismo sostiene que cada estado debe ser formalmente soberano, capaz de
determinar sus propios objetivos en un contexto de anarquía e independencia. En ese sentido,
todos los estados [incluyendo los liberales] participan en guerras, los regímenes domésticos no
son importantes en tanto son superados por los problemas de la anarquía del sistema
internacional que exige sus respuestas “más allá de las ideologías”. Doyle cuestiona que el
realismo declare que la “paz liberal” sería un mero resultado de la “prudencia” de los decisores
y diplomáticos. Si la guerra defensiva es prudente, el principio realista de la prudencia [que en
Hobbes no contradice el respeto por la paz] no puede ser considerado universal ni válido para el
último siglo y medio. Doyle busca mostrar como los principios fundamentales del realismo (la
prudencia, el problema de la seguridad en el medio anárquico, el equilibrio de poder, la
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definición de interés en términos de poder, algunos elementos del poder nacional como las
condiciones geográficas) no son válidos.
Doyle desmiente que la paz liberal puede ser justificada en términos de: 1.- teorías de los juegos
mostrando como el recurso de la violencia y la no cooperación terminan teniendo costos más
altos que el sostenimiento de la paz, reduciendo los costos del no estar preparado, reduciendo
los beneficios del ataque sorpresivo y aumentando las ganancias de la cooperación. La
diferencia entre armas defensivas/ofensivas y la posibilidad de distinguirlas.
2.- La compatibilidad de estructuras sociales similares. 3.- Atributos regionales o alianzas
históricas. 4.- La hegemonía liberal y su liderazgo también es importante, pero tampoco es
suficiente para explicar la paz liberal, así como tampoco sirve la herramienta del equilibrio de
poder. 5.- El argumento realista de la baja cantidad de conflictos de intereses entre estados
liberales.
IV
Immanuel Kant ofrece la mejor guía para comprender la paz liberal en “La Paz Perpetua”
[1795]. Kant sostiene que la paz perpetua será garantizada a partir de la aceptación de los tres
“artículos definitivos” para la paz. Cuando todas las naciones los hayan aceptado, se generará un
“acuerdo” metafórico de establecimiento de la paz permanente.
1º Artículo definitivo: la constitución del estado debe ser republicana. Lo cual significa resolver
el problema del orden político mediante la combinación de autonomía moral, individualismo y
orden social. Propiedad privada y economía de mercado. Gobierno representativo con
separación de poderes, representación como participación en la elaboración de las leyes
comunes, pero que no administra sino el cuerpo representativo electo.
2º Artículo definitivo: las repúblicas liberales establecerán la paz entre ellas a partir de una
“unión pacífica” limitada a un acuerdo de las naciones entre ellas que se sostiene evitando
guerras y expandiéndose. La paz perpetua no será inmediata sino que será fruto de un largo
proceso mediante el cual la “unión pacífica” entre los estados se expandirá progresivamente
incluyendo cada vez más repúblicas. La unión entre estados no tiene una autoridad superior, ya
que Kant no la considera necesaria.
3º Artículo definitivo: la ley cosmopolita que funcionara en conjunto con la unión pacífica,
referida a “las condiciones de la hospitalidad universal”, el reconocimiento del derecho del
extranjero a no ser tratado hostilmente en suelo de otra nación. Ley que inhabilita cualquier
motivo de conquista, expoliación o saqueo. La idea de hospitalidad además sostiene la
posibilidad del intercambio de ideas y bienes, sin la imposición del comercio.
Kant sostiene que la evolución natural, según los designios de “la providencia” tenderá a
producir la armonía a partir de la desarmonía de los hombres, en contra de su voluntad.
La primera fuente proviene del derecho constitucional. La insociable sociabilidad junta a los
hombres para satisfacer sus necesidades de seguridad y supervivencia materia, así como los
conduce a conflictos por la distribución y el control de la producción social. Esta violenta
evolución natural los conduce a la paz liberal ya que la insociable sociabilidad inevitablemente
conduce hacia el gobierno republicano, fuente de la paz liberal. El gobierno republicano
funciona simultáneamente como organización que protege frente a las amenazas externas, así
como modera las ambiciones egoístas y la agresión individual. Argumento central que liga
lógicamente conflicto, interno y externo, inherente a las sociedades humanas, con el
republicanismo como solución y camino inevitable hacia la paz perpetua.
Las repúblicas, una vez establecidas, conducen necesariamente a relaciones pacíficas. “Como el
consentimiento de los ciudadanos es necesario para declarar la guerra, es natural que busquen
evitar la guerra, sus riesgos y sus costos. La constitución no republicana, donde los ciudadanos
no pueden participar en la decisión, facilita la declaración de guerra en tanto el decisor no corre
con los costos y los sacrificios.” Sin embargo, esta clausula doméstica no impide la guerra. Las
guerras liberales solo se producen por motivos liberales/populares.
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Derecho internacional, la segunda fuente y complemento de la garantía constitucional
doméstica. A medida que el orden republicano se extiende (1º fuente) y las culturas
diferenciadas progresan, se produce el entendimiento de los derechos legítimos de todos los
ciudadanos y de todas las repúblicas, un base sobre la cual se construyen las políticas y una base
moral sobre la cual se basa la paz liberal. Además, la experiencia de la cooperación se expande
generando la conciencia sobre los beneficios mutuos de la paz.
Derecho cosmopolita, otorga incentivos materiales para el compromiso moral entre las
repúblicas. El derecho cosmopolita a la hospitalidad permite que el espíritu de comercio se vaya
estableciendo entre las naciones, pugnando por la promoción de la paz y la búsqueda por evitar
la guerra. La organización cosmopolita deriva, en lo económico, de la división internacional del
trabajo y el comercio libre de acuerdo a los principios de las ventajas comparativas. La ausencia
de conflictos entre estados liberales está seguida necesariamente de su interdependencia
comercial, asegurando beneficios mayores que el estado de autarquía.
Otro beneficio económico del orden cosmopolita como base de la paz liberal es que el mercado
internacional remueve de la esfera política las decisiones respecto de la producción y la
distribución, entonces los estados no participan en conflictos económicos ni en rivalidades
comerciales que pueden confluir en una potencial ruptura de relaciones.
Ninguna de estas tres fuentes de derecho [constitucional, internacional o cosmopolita]
garantiza por sí mismas la paz liberal. Sin embargo, su acción conjunta y complementaria
permite comprender la conexión del liberalismo político y económico con una paz liberal
sustentable y duradera. Es posible una paz liberal [separada] entre estados liberales.
V
Tras la IIGM, los EEUU han sido la garantía del sostenimiento de las bases del liberalismo
económico y político. Sin embargo, la declinación de su hegemonía puede desestabilizar al
mundo liberal, ya que peligra la posibilidad de cooperación económica internacional que
permite sostener los órdenes liberales hacia adentro de cada estado. Los riesgos son militares y
económicos.
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“Three pillars of the liberal peace” [2005] - The American Political Science
Review.
Los mecanismos que permiten explicar la actitud de los estados liberales frente a la guerra son
tres: la representación republicana, el compromiso ideológico a los derechos fundamentales y la
interdependencia transnacional, núcleo de los tres artículos definitivos de Kant: el derecho
constitucional, internacional y cosmopolita estructurados bajo la premisa que ninguno de ellos
es suficiente por sí solo, sino que en conjunto ligan los regímenes liberales en lo económico y lo
político con las posibilidades de una paz duradera. En solitario, ninguno permite explicar la paz
ni la guerra liberal. Por otro lado, las sociedades que comparten los principios liberales delinean
las políticas en tanto están incluidas en regímenes democráticos y con acceso a la información.
Por último, el comercio internacional y la interdependencia comercial no son garantías para la
cooperación entre los estados.
Las tres fuentes de derecho combinadas permiten explicar porque los estados liberales
mantienen relaciones pacíficas con sus pares, mientras que pueden participar de un conflicto
armado con naciones no liberales.
Primero, el gobierno democrático, representativo y republicano tiende a crear una relación entre
el estado y los votantes, por lo cual las decisiones en torno a política internacional pasan a ser
responsabilidad de los decisores, y posiblemente de sus resultados dependan futuras elecciones.
La representación entonces debería asegurar que las guerras liberales estuviesen motivadas solo
por motivos liberales/populares [promover la libertad, proteger la propiedad privada y sostener a
aliados liberales frente a enemigos no liberales]
Segundo, los principios liberales permiten pensar en el respeto internacional. Estos principios y
normas, incluyen el problema de la legitimidad de todos los individuos, garantizando, en el
marco internacional, el entendimiento y el respeto entre las naciones que se siguen de acuerdo a
ellos. Son estos principios los que guían la acción a realizarse con respecto a un estado
liberal y a un estado no liberal. En tanto las repúblicas liberales comprenden que los estados
no liberales no respetan las libertades fundamentales, los consideran estados injustos, siendo
justificado el uso de la fuerza.
Tercero, los incentivos materiales sostienen los compromisos normativos interliberales. El
“espíritu del comercio” crea incentivos para que los estados promuevan la paz y eviten la
guerra, sobre los principios de la cooperación y la división internacional del trabajo. Los
beneficios sobre todos los participantes de la interrelación son mayores que aquellos recibidos
de haber permanecido autárquicos. Además, el comercio internacional quita a los estados la
capacidad de decisión sobre cuestiones de producción y distribución, evadiendo esa dimensión
de un potencial conflicto de intereses.
En vistas a la protección de los principios liberales, Doyle consiente la intervención externa para
“proteger los derechos de los nativos de sus opresores, y protegiendo los derechos universales
de la propiedad”. Más allá del funcionamiento de los tres órdenes legales propuestos por Kant,
al relacionarse con estados no liberales, las repúblicas liberales están sumergidas en el orden de
anarquía e inseguridad proclamada por el realismo.