Bioelementos
Bioelementos
Bioelementos
1. INTRODUCCIÓN
Debemos de tener en cuenta que el cuerpo humano es materia orgánica, por tanto a éste le
harán falta los mismos elementos de los que está compuesta la materia, que son,
mayoritariamente, carbono, hidrogeno, oxígeno y nitrógeno. Pero también existen elementos
que componen partes esenciales de ciertas moléculas orgánicas, como el azufre que forma el
radical del aminoácido metionina o el fosforo que une las unidades de ADN. Además también
existen una serie de elementos de los cuales se necesita muy poca cantidad de ellos pero que
no obstante, sin esa pequeña cantidad no podría funcionar nuestro organismo llamados
oligoelementos.
En el presente ensayo, se enumera una pequeña lista de los más claros y algunas de sus
funciones, así como su importancia para la vida.
2. BIOLELEMENTOS
BIOELEMENTOS: Son los componentes orgánicos que forman parte de los seres vivos. El 99% de
la masa de la mayoría de las células está constituida por cuatro elementos, carbono (C),
hidrógeno (H), oxígeno (O) y nitrógeno (N), que son mucho más abundantes en la materia viva
que en la corteza terrestre. Se agrupan en tres categorías: primarios, secundarios y
oligoelementos.
3. TIPOS DE BIOELEMENTOS
3.1. BIOELEMENTOS PRIMARIOS. Son los elementos mayoritarios de la materia viva (glúcidos,
lípidos, proteínas y ácidos nucleicos), constituyen el 95% de la masa total y son indispensables
para formar las biomoléculas. Son cuatro; carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno (CHON).
Forman parte de la materia viva debido a sus propiedades físico-químicas.
HIDROGENO: Forman grupos funcionales con otros elementos químicos. Es uno de los
elementos que conforman el agua. Se encuentra en la atmósfera pero en menor cantidad. Es
esencial en los hidrocarburos y los ácidos.
OXIGENO: Forma parte de las biomoléculas y es un elemento importante para la respiración.
También es un elemento en la formación del agua, causante de la combustión y produce la
energía del cuerpo. El oxígeno, es el elemento químico más abundante en los seres vivos. Forma
parte del agua y de todo tipo de moléculas orgánicas. Como molécula, en forma de O2, su
presencia en la atmósfera se debe a la actividad fotosintética de primitivos organismos. Al
principio debió ser una sustancia tóxica para la vida, por su gran poder oxidante. Todavía ahora,
una atmósfera de oxígeno puro produce daños irreparables en las células.
Pero el metabolismo celular, se adaptó a usar la molécula de oxígeno como agente oxidante de
los alimentos abriendo así, una nueva vía de obtención de energía mucho más eficiente que la
anaeróbica.
La reserva fundamental de oxígeno utilizable por los seres vivos, está en la atmósfera. Su ciclo
está estrechamente vinculado al del carbono, pues el proceso por el que el carbono es asimilado
por las plantas (fotosíntesis), supone también devolución del oxígeno a la atmósfera, mientras
que el proceso de respiración ocasiona el efecto contrario.
Otra parte del ciclo del oxígeno que tiene un notable interés indirecto para los seres vivos de la
superficie de la Tierra es su conversión en ozono. Las moléculas de O2, activadas por las
radiaciones muy energéticas de onda corta, se rompen en átomos libres de oxígeno que
reaccionan con otras moléculas de O2, formando O3 (ozono). Esta reacción es reversible, de
forma que el ozono, absorbiendo radiaciones ultravioletas vuelve a convertirse en O2.
CARBONO: Tiene una función estructural y aparece en todas las moléculas orgánicas. Es un
elemento escaso de la naturaleza. Es la sucesión de transformaciones que sufre el carbono a lo
largo del tiempo. Es un ciclo biogeoquímico de gran importancia para la regulación del clima de
la Tierra, y en él se ven implicadas actividades básicas para el sostenimiento de la vida. El ciclo
comprende dos ciclos que se suceden a distintas velocidades.
Ciclo biológico: comprende los intercambios de carbono (CO2) entre los seres vivos y la
atmósfera, es decir, la fotosíntesis, proceso mediante el cual el carbono queda retenido en las
plantas y la respiración que lo devuelve a la atmósfera.
Ciclo biogeoquímico: regula la transferencia de carbono entre la atmósfera y la litosfera
(océanos y suelo). El CO2 atmosférico se disuelve con facilidad en agua, formando ácido
carbónico que ataca los silicatos que constituyen las rocas, resultando iones bicarbonato. Estos
iones disueltos en agua alcanzan el mar, son asimilados por los animales para formar sus tejidos,
y tras su muerte se depositan en los sedimentos. El retorno a la atmósfera se produce en las
erupciones volcánicas tras la fusión de las rocas que lo contienen. Este último ciclo es de larga
duración, al verse implicados los mecanismos geológicos. Además, hay ocasiones en las que la
materia orgánica queda sepultada sin contacto con el oxígeno que la descomponga,
produciéndose así la fermentación que lo transforma en carbón, petróleo y gas natural.
NITRÓGENO: Forma parte de las biomoléculas pero destaca su presencia en proteínas y lípidos
y ácidos nucleicos (bases nitrogenadas). No entra directamente al cuerpo y es consumido en
alimentos. Mediante las bacterias nitrificantes, las plantas se proporcionan de este compuesto.
La reserva principal de nitrógeno es la atmósfera (el nitrógeno representa el 78 % de los gases
atmosféricos). La mayoría de los seres vivos no pueden utilizar el nitrógeno elemental de la
atmósfera para elaborar aminoácidos ni otros compuestos nitrogenados, de modo que
dependen del nitrógeno que existe en las sales minerales del suelo.
Por lo tanto, a pesar de la abundancia de nitrógeno en la biosfera, muchas veces el factor
principal que limita el crecimiento vegetal es la escasez de nitrógeno en el suelo. El proceso por
el cual esta cantidad limitada de nitrógeno circula sin cesar por el mundo de los organismos vivos
se conoce como ciclo del nitrógeno.
AMONIFICACION
Gran parte del nitrógeno del suelo proviene de la descomposición de la materia orgánica. Estos
compuestos suelen ser degradados a compuestos simples por los organismos que viven en el
suelo (bacterias y hongos). Estos microorganismos utilizan las proteínas y aminoácidos para
formar las proteínas que necesitan y liberar el exceso de nitrógeno como amoníaco (NH3) o
amonio (NH+4).
Nitrificación
Algunas bacterias comunes en los suelos oxidan el amoníaco o el amonio. En ella se libera
energía, que es utilizada por las bacterias como fuente energética. Un grupo de bacterias oxida
el amoníaco (o amonio) a nitrito(NO-2). Otras bacterias oxidan el nitrito a nitrato, que es la forma
en que la mayor parte del nitrógeno pasa del suelo a las raíces.
Asimilación
Una vez que el nitrato está dentro de la célula de la planta, se reduce de nuevo a amonio. Este
proceso se denomina asimilación y requiere energía. Los iones de amonio así formados se
transfieren a compuestos que contienen carbono para producir aminoácidos y otras moléculas
orgánicas nitrogenadas que la planta necesita. Los compuestos nitrogenados de las plantas
terrestres vuelven al suelo cuando mueren las plantas o los animales que las han consumido;
así, de nuevo, vuelven a ser captados por las raíces como nitrato disuelto en el agua del suelo y
se vuelven a convertir en compuestos orgánicos.
3.1. BIOELEMENTOS SECUNDARIOS. Forman parte de todos los seres vivos y en una proporción
del 4,5%. Desempeñan funciones vitales para el funcionamiento correcto del organismo. Son el
azufre, fósforo, magnesio, calcio, sodio, potasio y cloro.
El AZUFRE es uno de los más destacados constituyentes de los aminoácidos. El azufre es captado
en forma de sustratos desde las raíces (en superficies terrestres) y por medio de la pared celular
(en medios acuáticos) por las plantas (terrestres y acuáticas), las que pasan a ser alimentos de
los animales. Tras la muerte de estos, el azufre retorna al suelo induciendo un nuevo ciclo del
azufre. En la atmósfera los óxidos de nitrógeno y azufre son convertidos en ácido nítrico y
sulfúrico que vuelven a la tierra con las precipitaciones de lluvia o nieve (lluvia ácida). Otras
veces, aunque no llueva, van cayendo partículas sólidas con moléculas de ácido adheridas
(deposición seca).
El FOSFORO participa activamente en las relaciones energéticas que ocurren al interior de los
organismos, forma parte de los fosfolípidos de las membranas celulares e integra las materias
primas de huesos y dientes de los seres vivos. La principal reserva de este elemento está en la
corteza terrestre. Por medio de los procesos de meteorización de las rocas o por la expulsión
de cenizas volcánicas se libera, pudiendo ser utilizado por las plantas. Con facilidad es arrastrado
por las aguas y llega al mar, donde una porción importante se sedimenta en el fondo y forma
rocas. Todas ellas tardarán millones de años en volver a emerger y liberar, paulatinamente, sales
de fósforo.
4. LOS OLIGOELEMENTOS
Están presentes en los organismos en forma vestigial, pero que son indispensables para el
desarrollo armónico del organismo. Son 14 y constituyen el 0,5%: hierro, manganeso, cobre,
zinc, flúor, iodo, boro, silicio, vanadio, cromo, cobalto, selenio, molibdeno y estaño.