El Silencio de Una Inocente PDF
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Se trataba de una joven mal humorada y de malos sentimientos. Un día, llevaba a su hermana de
la mano, tirándola y haciéndola tropezar con cuanto encontraba de camino, al pasar un rio piso
una piedra lisa, cayo sobre el hacha y se corto totalmente el pie. Con furia se levanto y mato a su
hermanita a la que acuso de culpable.
Al regresar a la casa su abuela muy preocupada le pregunto qué había pasado y donde estaba la
pequeña. La mate fue la repuesta, y a usted también (levanto el hacha y mato también a la
abuela). Ella luego con la herida infectada también murió.
El espíritu de esta malvada mujer es el que ronda las montañas y montes. Se le aparece a los
leñadores. De ella miran su rostro en sentido contrario, de tal manera que se va hacia el centro su
pie indica hacia fuera. Los leñadores le temen y huyen, cuando la escuchan gritan porque si los
encuentra, les figura la muerte.
Se dice que este personaje fue inventado por los hombres celosos para asustar a sus esposas
infieles, infundirles terror y al mismo tiempo, reconocer las bondades de la selva. Cuentan que en
cierta región del Tolima Grande, un arrendatario tenía como esposa una mujer muy linda y con
ella tuvo tres hijos.
El dueño de la hacienda deseaba conseguirse una esposa, y llamó a uno de los vaqueros de más
confianza para decirle: "...vete a la quebrada y escoge entre las lavanderas la mejor; luego me
dices quién es y cómo es...". El hombre se fue, las observó a todas detenidamente, al instante
distinguió a la esposa de un vaquero compañero y amigo, que fuera de ser la más joven, era la más
hermosa. El vaquero regresó a darle al patrón la información y todos los datos sobre la mujer.
Dicen que cuando llegó el tiempo de las "vaquerías", el esposo de la bella relató al vaquero que
traía sus tristezas, se quejó de su esposa, pues la notaba fría, menos cariñosa y ya no le arreglaba
la ropa con el mismo cuidado de antes; vivía de mal genio, era déspota desde hacía algunos días
hasta la fecha. Le confesó que le provocaba irse lejos, pero le daba pesar con sus hijos.
Se montó a su caballo y a prisa salió por diversos lugares para matar el tiempo. Llegó a la cantina y
bebió unos tragos de aguardiente. A eso de las nueve de la noche se fue a pie por entre el monte a
espiar a su mujer.
Serían ya como las diez de la noche, cuando la mujer, viendo que el marido no llegaba, se fue para
la hacienda en busca de su patrón. El marido, cuando vio que la mujer se dirigía por el camino que
va al hato, salió del escondite, llegó a la casa, encontró a los niños dormidos y se acostó. Como a la
madrugada llegó la infiel muy tranquila y serena. El esposo le dijo: "¿De dónde vienes?". Ella con
naturalidad le contestó: "De lavar unas ropitas". "¿De noche?", dijo su marido.
A los pocos días, el burlado esposo inventó un nuevo viaje. Montó en su caballo, dio varias vueltas
por un potrero y luego lo guardó en una pesebrera vecina. Ya de noche, se vino a pie para
esconderse en la platanera que quedaba frente a su casa. Esa noche la mujer no salió, pero llegó el
patrón a visitarla. Cuando el rico hacendado llegó a la puerta, la mujer salió a recibirlo y se arrojó
en sus brazos besándolo y acariciándolo.
El enfurecido esposo que estaba viendo todo, brincó con el machete en alto y sin dar tiempo al
enamorado de librarse del abrazo, le quitó la vida con un solo machetazo. La mujer, entre
sorprendida y horrorizada, quiso salir huyendo, pero el furioso marido le dio tremendo machetazo
a la cadera que la dejó sin una pierna, como si fuera la rama de un árbol. Ambos murieron casi a la
misma hora. Al vaquero lo enviaron a la cárcel, pero cuando salió al poco tiempo, volvió por sus
tres hijos y le prendió fuego a la casa.
Dicen que esta mujer deambula por fincas, bosques y selvas solitarias desde aquella terrible
noche. Las personas aseguran haberla visto saltando en una sola pata, por sierras, cañadas y
caminos, lanzando gritos lastimeros. Es el alma en pena de la mujer infiel que vaga por montes,
valles y llanuras, que deshonró a sus hijos y no supo respetar a su esposo.
Cuenta la leyenda que la Pata sola vive entre los matorrales de la selva, en las cumbres de la
llanura. Algunos dicen que es una mujer bellísima que llama a los hombres solitarios que están en
el bosque o sus alrededores y los atrae para enamorarlos, pero avanza hacia la oscuridad del
bosque, a donde los va conduciendo con sus miradas cautivantes, hasta transformarse en una
mujer horrible con ojos de fuego, boca desproporcionada de donde asoman unos dientes felinos y
una cabellera corta y despeinada que cae sobre el rostro para ocultar su fealdad.
Además dicen que ha habido ocasiones, en las que oyen los lamentos de una mujer extraviada;
gritan para auxiliarla, pero los quejidos van tornándose más tristes a medida que avanza hacia la
víctima y cuando ya está muy cerca, se convierte en una fiera que se lanza sobre la persona, le
chupa la sangre y termina triturándola con sus agudos colmillos.