Las Historias Ocultas de Amparo de Avila
Las Historias Ocultas de Amparo de Avila
Las Historias Ocultas de Amparo de Avila
de Amparo Dávila
León Guillermo Gutiérrez
En 1969, la gran poeta argentina, Alejandra Pizarnik le (1959) de Carlos Fuentes; Balún Canán (1955) de Rosario
escribió en una carta a su amiga Monique Altschul, quien Castellanos; El libro vacío (1958) de Josefina Vicéns; Un
venía a México: “Y si te aburres por no conocer gente grata y hogar sólido (1958) de Elena Garro; Tiempo cercado (1959)
amable, andá a ver a mi amiga la cuentista Amparo Dávila.” de Sergio Pitol; La justicia de enero (1959) de Sergio Ga-
Muy lejos estaba Pizarnik de saber que su querida amiga lindo; La creación (1959) de Agustín Yáñez; La sangre de
sería considerada como una de las más grandes cuentistas Medusa y otros cuentos marginales (1959) de José Emilio
de nuestros tiempos. Pacheco; El laberinto de la soledad (1950), Águila o sol
Antes de referirme a la obra de Amparo Dávila, consi- (1951); El arco y la lira (1956); La peras del olmo (1957)
dero pertinente ubicarla en la historiografía de la literatura y La estación violenta (1958) de Octavio Paz, y La Iliada
mexicana. El año en que nace, 1928, México se encuentra de Homero (1951) traducida por Alfonso Reyes. Es decir,
convulsionado por la Guerra Cristera y por el asesinato de obras y autores fundamentales en las letras nacionales.
Álvaro Obregón. Para las letras de nuestro país es un año Este breve panorama no admite lugar a dudas del linaje
afortunado, ya que en él ven la luz, junto con Amparo Dá- al que pertenece la escritura de Amparo Dávila; se le rela-
vila, Carlos Fuentes, Inés Arredondo, Jorge Ibargüengoitia, ciona con Guadalupe Dueñas, Julieta Campos, Francisco
Enriqueta Ochoa y Carlos Valdés, entre otros. Tario, así como con Juan Vicente Melo, Salvador Elizondo
Amparo Dávila publica en 1959 su primer libro de y Juan García Ponce; se habla de sus afinidades literarias
cuentos, Tiempo destrozado. Es la década del surgimiento con Arreola, Borges y Cortázar, de la influencia de Franz
de una nueva narrativa en México que signará no sólo un Kafka. No obstante la genealogía a la que todos pertenece-
rompimiento sino el derrotero y consolidación de una mos, también lo es que cada uno tiene sus propias y únicas
verdadera literatura que se proyectará en el ámbito inter- señas particulares, y este es el caso de Amparo Dávila. La
nacional. La mayoría de estos escritores, que construyen lo escritora zacatecana no necesita de emparentamientos
que podemos llamar “literatura del medio siglo”, gozarán para el reconocimiento a su originalidad y perfección en
de amplia fama y serán objeto de las más altas distincio- el dominio del cuento, la estética de su narrativa sólo le
nes literarias dentro y fuera de nuestro país. Durante este corresponde a ella.
periodo aparecen Confabulario (1952) y Bestiario (1959) Entrando en terreno, es lugar común hablar de las obse-
de Juan José Arreola; El llano en llamas (1953) y Pedro Pá- siones que ciñen la escritura de los autores, pero más bien
ramo (1955) de Juan Rulfo; Los días enmascarados (1954), se trata de lo que señaló Jorge Luis Borges: “…un hombre
La región más transparente (1958) y Las buenas conciencias se propone la tarea de dibujar al mundo. A lo largo de los
* Texto leído en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en el homenaje a Amparo Dávila, el 17 de febrero de 2008.
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años puebla un espacio con imágenes de provincias, de impregnados de la ternura del amor, parten de las minucias
reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de la vida cotidiana. Amparo Dávila explora y expone la
de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos, y soledad de los individuos confinados a un destino no pre-
de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente visto, en cuyo diccionario no existen las palabras felicidad
laberinto de líneas traza la imagen de su cara”. Lo mismo y esperanza. Se puede afirmar que son cuentos del sentido
sucede con Amparo Dávila, la cara que ha dibujado en sus trágico de la vida, como diría don Miguel de Unamuno.
cuentos es primordialmente la de la infancia, la que ella En cada uno de ellos se cierne el drama como un destino
misma recuerda en Pinos, su pueblo natal: “El espectáculo inapelable. El investigador y crítico imprescindible, Luis
en que me divertía era ver pasar la muerte tras el cristal Mario Schneider escribió: “Los cuentos de Amparo Dávila
de la ventana. Mi mamá padecía un insomnio crónico a no son sólo literatura, sino una profunda investigación en
causa de su estado nervioso y las pasiones de mi papá eran el campo de la ética, del comportamiento humano.”
los negocios y las mujeres.” Está afirmación no requiere de Con acierto se ha dicho que en los cuentos de Amparo
mayores especulaciones para saber el origen de la presencia Dávila se cuentan dos historias, conforme al postulado de
de mujeres vencidas por el desquiciamiento; la muerte silen- Ricardo Piglia, mismas que son paralelas, la oculta y la
ciosa, premeditada o violenta, a veces siniestra, y hombres evidente; la secreta se construye con lo no dicho, con lo
que protagonizan la tragedia a causa de su adulterio. que permanece oculto. De ahí que el miedo, el proceso de
En los cuentos que integran los tres libros de Amparo locura, la paranoia y el delirio de persecución entretejen
Dávila, la acción transcurre en espacios cerrados, oscuros, en lo soterrado la otra historia, la verdadera historia.
o si son abiertos se convierten en escenografías lúgubres, En el libro Árboles petrificados (1977) el tono cambia, es
pequeños microcosmos donde el horror agazapado lanza diferente, aunque persista la presencia de seres que provocan
de repente el zarpazo, y sin misericordia alcanza a seres el desquiciamiento. La sexualidad es más evidente, el sueño
propensos a la indefensión. Amparo Dávila apela a la acción anticipa la realidad, lugares de la ciudad de México son
rápida, los diálogos, en más de las veces, son mínimos o nombrados: el Sanborns de la calle Niza, la colonia Juárez,
integrados al movimiento de la trama. Muy lejos de la lla- el pasaje de Catedral. En estos cuentos los personajes son
mada literatura feminista, con la misma maestría construye seres que en búsqueda del amor salen con los brazos abiertos
personajes femeninos y masculinos. Los cuentos de Amparo y chocan contra muros vacíos, seres que de improvisto les
Dávila están escritos con la precisión del mecanismo de un da un vuelco la vida, de un momento a otro la enfermedad,
reloj. la locura, mundos alucinantes los conducen a la tragedia.
Mucho se ha insistido en que su obra pertenece al gé- En el cuento “El patio cuadrado” se escribe la sentencia de
nero fantástico, es más pertinente decir que ha hecho uso todos los personajes de Amparo Dávila: “no hay escapato-
de seres fantasmales para reforzar la realidad, como señala ria posible al huir de nosotros mismos; el caos de adentro
Cecilia Eudave. “Por ello el discurso de lo fantástico, no se proyecta siempre hacia fuera.” Lo que confirma lo que
evade lo real, lo exterior, sino busca reafirmarlo.” Muerte en decíamos al principio, lo fantástico es un recurso para reafir-
el bosque (1985), que reúne Tiempo destrozado (1959) y Mú- mar la realidad, es parte de la historia que se construye con
sica concreta (1964), está poblado de seres extraordinarios, lo no dicho. José Saramago escribió: “Dentro de nosotros
producto de la imaginación o reales de naturaleza siniestra, hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos.”
que invaden y se apropian de la fragilidad de hombres y De igual manera, los personajes de Amparo Dávila son en
mujeres de vidas contenidas, donde el tedio y el vacío son verdad lo no nombrado, o en palabras de ellos mismos:
enmascarados en la violencia interna de cada uno de ellos, “Vivimos una noche que no nos pertenece, hemos robado
en quienes el ejercicio cotidiano es el dolor, el insomnio, manzanas y nos persiguen.”•
la locura, el suicidio y el desdoblamiento que los hace vivir
en un mundo alucinante, enajenado, en el umbral de lo
insólito y de la fatalidad. Fantasía y realidad se convierten León Guillermo Gutiérrez. Escritor y crítico literario. Correo
en una sola cara de la moneda. Pero también son cuentos electrónico: leongg@prodigy.net.mx
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Espiral, acuarela y carbón sobre papel de algodón, 90 x 80 cm, 2006