Catequesis Vocacionales
Catequesis Vocacionales
Catequesis Vocacionales
Objetivo
Acercar a los jóvenes a vivir una experiencia vocacional en su proceso de
preparación al sacramento con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones.
Desarrollo
Ver
Los obstáculos, que deben pasar los ciegos, pueden contemplar varios momentos:
- paso por baldes de agua, para lo cual es preciso que se quiten los zapatos,
- paso por un camino pedregoso,
- paso por un camino arenoso,
- paso por un zic zac de velas encendidas,
- paso por el prado gateando
- pasar un limón con cucharas en la boca al lugar donde finaliza el recorrido.
De forma ágil se organiza el grupo en tríos. Cada trío debe escoger un ciego al cual
le deben vendar los ojos; un lazarillo, el cual va a guiar y orientar el ciego y un
observador, quien anota las correcciones que pudieran haber realizado mejor tanto
el ciego como el lazarillo.
Enseguida los tríos, según las intuiciones del observador, analiza lo que sucedió e
influyó durante el recorrido.
"Mientras caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos -Simón llamado
Pedro, y Andrés, su hermano- que estaban echando una red al lago, pues eran
pescadores. Les dijo: Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres. De
inmediato dejando las redes le siguieron. Un trecho más adelante vio a otros dos
hermanos -Santiago de Zebedeo y Juan, su hermano- en la barca con su padre
Zebedeo, arreglando las redes. Los llamó, y ellos inmediatamente, dejando la barca
y su padre, lo siguieron".
"La llamada del Señor nos hace portadores de una promesa. (...) Como en la
historia de toda llamada, también en este caso se produce un encuentro. Jesús
camina, ve a esos pescadores y se acerca... Así sucedió con la persona con la que
elegimos compartir la vida en el matrimonio, o cuando sentimos la fascinación de
la vida consagrada: experimentamos la sorpresa de un encuentro y, en aquel
momento, percibimos la promesa de una alegría capaz de llenar nuestras vidas. Así,
aquel día, junto al lago de Galilea, Jesús fue al encuentro de aquellos pescadores,
rompiendo la «parálisis de la normalidad» (Homilía en la 22ª Jornada Mundial de
la Vida Consagrada, 2 febrero 2018). E inmediatamente les hizo una promesa: «Os
haré pescadores de hombres» (Mc 1,17).
La llamada del Señor, por tanto, no es una intromisión de Dios en nuestra libertad;
no es una “jaula” o un peso que se nos carga encima. Por el contrario, es la
iniciativa amorosa con la que Dios viene a nuestro encuentro y nos invita a entrar
en un gran proyecto, del que quiere que participemos, mostrándonos en el
horizonte un mar más amplio y una pesca sobreabundante. (...) En definitiva, la
vocación es una invitación a no quedarnos en la orilla con las redes en la mano,
sino a seguir a Jesús por el camino que ha pensado para nosotros, para nuestra
felicidad y para el bien de los que nos rodean".
"La llamada nos pide la valentía de arriesgarnos con él y por él". (...) Por supuesto,
abrazar esta promesa requiere el valor de arriesgarse a decidir. Los primeros
discípulos, sintiéndose llamados por él a participar en un sueño más grande,
«inmediatamente dejaron sus redes y lo siguieron» (Mc 1,18). Esto significa que
para seguir la llamada del Señor debemos implicarnos con todo nuestro ser y correr
el riesgo de enfrentarnos a un desafío desconocido; debemos dejar todo lo que nos
puede mantener amarrados a nuestra pequeña barca, impidiéndonos tomar una
decisión definitiva; se nos pide esa audacia que nos impulse con fuerza a descubrir
el proyecto que Dios tiene para nuestra vida. En definitiva, cuando estamos ante el
vasto mar de la vocación, no podemos quedarnos a reparar nuestras redes, en la
barca que nos da seguridad, sino que debemos fiarnos de la promesa del Señor.
Después del compartir, el grupo se dirige a otro escenario o el mismo del inicio
donde se realizó la primera dinámica.
Actuar
En los tríos que se han conformado anteriormente cada joven dibuja la huella de su
propio pie.
Cada integrante de los tríos comparten las decisiones que han asumido en su vida
joven y las van pegando sobre un muro.
Al final del encuentro, el grupo toma la selfie sobre el muro de sus decisiones para
que la suban a sus redes sociales.
Celebrar