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Libro Mujeres en La Musica Chilena

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FACULTAD DE COMUNICACIONES Y ARTES

ESCUELA DE PERIODISMO

MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA


LA INVISIBILIZACIÓN DE UN LEGADO

YASNA RODRÍGUEZ SOTO


Todos los derechos reservados
©2018, Yasna Rodríguez Soto
Registro de propiedad intelectual: En trámite
ISBN: En trámite

Facultad de Comunicaciones y Artes de UDLA-Universidad de Las Américas


Manuel Montt 948, Providencia
Teléfono (56-2) 22531179
www.udla.cl

Decano: Mauro Lombardi Villalón.


Director Escuela de Periodismo: Ignacio Pérez Tuesta
Coordinadora de Vinculación con el Medio: Claudia Henriquez Salinas
Diseño e Ilustración: Bárbara Ríos Anabalón

Impreso en: Gráfica Andes

Este libro corresponde al trabajo ganador de la quinta versión del Concurso “Publica tu Tesis”, de la Escuela de
Periodismo de la Facultad de Comunicaciones y Artes de UDLA – Universidad de las Américas.

Primera Edición: Noviembre de 2018. 200 ejemplares.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta puede ser reproducida, almacenada o
transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación
o de fotocopia, sin permiso previo de la autora o los editores.
Agradecimientos

Es difícil poder pensar a quien agradecer. Hay tanta gente que escuchó sobre
este proyecto cuando entusiasmada hablaba de él.

Agradecer antes que todo a mi hermana Camila, por atender mis ideas y
guiarme. Por no abandonarme cuando en algún momento pensé en desistir
de todo.

A mi hermana Isabel, porque ella es la responsable de mi gusto por la música


chilena.

A mis padres, por escuchar mis historias, mis alegrías y tristeza en este pro-
ceso.

A mi amiga Karen Vera, porque siempre apoyó esta investigación cultural. Por
alentarme a seguir con mis ideales, por aclarar mis dudas. Por ayudarme y
darme palabras de aliento en este proceso.

A mis profesores Patricio Gutiérrez y Wilma Saavedra, por apoyarme cuando


dudé de continuar. Por darme ánimos y por abrir un espacio en el que podía
confiar.

A cada entrevistada/o que se dio el tiempo de aportar en este trabajo. Son la


base y pilar fundamental de esta investigación.

A todos los que han aportado directa o indirectamente en este proyecto. Gra-
cias a los que se dieron el tiempo de escuchar, de aportar y de criticar.

A mis amigas feministas que me alentaron a hacer esta investigación.

Y a ti Felipe, por llegar a darme fuerzas, por llegar a darme una luz en este
camino que fue tan difícil. Gracias por darte el tiempo de escucharme, de leer-
me. Gracias por estar junto a mí.

Yasna Rodríguez Soto


Índice

Introducción 7

Capítulo I. Mujer: su rol en la sociedad y en la música 11


Las mujeres en el mundo del rock 14
El Rock and Roll desembarca en Chile 15
Fenimismo, mujeres y música 17
La escasa participación femenina en festivales 20
Evolución de la mujer en la música chilena 22

Capítulo 2. Violeta Parra: la gran matriarca 27


Los inicios de Violeta 29
Violeta y su rol fundacional en la Nueva Canción Chilena 31
Violeta ¿la primera rockera? 32
El capitalismo, el poderoso 34
Violeta y su influencia 36
Violeta versus Jorge González: atormentados y talentosos 38

Capítulo 3. Mujeres: corazones rojos, corazones fuertes 41


Denise, la rupturista 43
El rock fusión en voz femenina 45
Las nuevas generaciones 47
#MeToo 49

Capítulo 4. Las mujeres en el escenario 57


Femfest, el primer festival hecho por y para las mujeres 60
Ruidosa Fest 62
Udara, Encuentro de Mujeres y Rock 65

Capítulo 5. Sexismo en los medios y en la música 69


La televisión, sexismo y cosificación de la mujer 73
Medios de comunicación para hombre y mujer 76
Medios de comunicación independientes 77

Bibliografía 85
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

INTRODUCCIÓN

La música chilena ha sufrido transformaciones al igual que lo hace un ser


humano a lo largo de su vida. Distintos han sido los estilos que han marcado
épocas. La música nacional ha muerto y ha vuelto a renacer, reinventándose
una y otra vez.

Es en el año 1960 cuando irrumpe en la escena musical folclórica una mujer


que fue la piedra inicial, para la investigación de las raíces musicales chilenas.
Violeta Parra fue una artista completa: compositora, intérprete, recopiladora,
artista plástica y poeta. Esta mujer es una de las voces que ha sido reconocida
a lo largo de la historia y cuyo legado, afortunadamente, ha sido reconocido a
nivel mundial. Además, sus letras han sido referentes para las generaciones
posteriores. Con su potente actitud, a esta cantautora se le considera la primera
rockera, así lo confirman los músicos y periodistas del medio, como Matilda
Svensson, única periodista de Radio Futuro. “Sí, por el sin filtro, porque el rock
es mucho más que esto, es una actitud. Ella tuvo una actitud tremendamente
trascendente, ella fue capaz de decir las cosas que nadie decía. Yo todavía me
sigo sorprendiendo de las letras de ella. Dicen cosas que hasta el día de hoy la
gente no se atreve a decir”.

Pero ¿qué pasa con las voces invisibilizadas? En cada época musical han
existido mujeres que han aportado con su voz, su contenido, con su trabajo y
estilo a la historia de la música chilena. Se puede destacar la Nueva Ola, con
voces como Cecilia, quien con su actitud sobre el escenario ocasionó más de
un malestar, o Nadia Milton quien fue la primera en grabar un disco de Rock
and Roll en Chile y que dio paso a este movimiento, o sencillamente la primera
mujer rupturista que se sacó una fotografía desnuda para la portada de uno de
los primeros discos de rock sicodélico, Denise de Aguaturbia o Sol Domínguez,
quien mezclaba ritmos de rock con folclore.

Recordar que en la década de los 70, la historia cultural chilena sufrió un


apagón. Con el régimen militar cualquier actividad artística se vio afectada, ya
que no estaban permitidas excepto las que el gobierno encontraba pertinentes.
Los cantantes debían hacer sus presentaciones de forma clandestina. En este
periodo existió un cese de artistas.

Cuando comenzó el surgimiento del pop en los 80, Los Prisioneros fueron
los pioneros en este periodo, sin embargo, existen también grupos que dentro
de su formación participaban mujeres, como por ejemplo Cleopatras, Nadie y
Fulano, entre otros.

Ya en la época de los 90, con la vuelta de la democracia, hubo un resur-

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gimiento de la música chilena, y con ello también las mujeres comenzaron a
darse a conocer. Sin embargo, como la sociedad chilena se considera machista,
la figura femenina queda opacada por la supremacía masculina. La música no
es la excepción.

Cuando se habla de bandas de música nacional generalmente se vienen a la


cabeza nombres de bandas integradas por hombres. Falta de literatura, falta
de investigación, son algunos de los factores que influyen para que esto suce-
da. Además, con la poca tribuna que los medios de comunicación le dan a los
espacios creados para la difusión del trabajo de la mujer en la música, más se
incrementa la ignorancia sobre este tema. Como explica Fabio Salas en su en-
sayo Mira, niñita. Creación y experiencia de rockeras chilenas “y así la historia de
las rockeras nacionales está jalonada de aportes que han sido omitidos o nunca
tomados en consideración por la crónica musical chilena. La importancia cre-
ciente de estas artistas ya no puede ser soslayada porque en esencia constituye
un aporte verdadero y sustancial a la existencia de música rock”.

Hoy en día existen tres festivales que fueron creados por y para mujeres,
para mostrar distintas áreas donde se desarrollan. Femfest, Udara Rock y Rui-
dosa Fest son los nombres de estos espacios. El primero lleva más de 10 años y
la autogestión es la protagonista del encuentro. Si bien el Ruidosa Fest, festival
creado por Francisca Valenzuela, es uno de los que más prensa ha acaparado,
esto se debe a que ella es una figura conocida.

Asimismo, estos espacios han sido invisibilizados por la industria de la


música, ya que como cuenta la organizadora de Femfest, Carola Ozaus, este
encuentro no tiene como fin generar ganancias, sino que mostrar a las mujeres
en el arte. “La industria desconoce la existencia de Femfest, es decir, en un libro
de la historia de la música oficial, o en estos premios de la música que se hacen,
jamás ha habido reconocimiento de la trayectoria del Femfest, y es porque so-
mos mujeres, porque si este fuera un festival de hombres desde hace 14 años,
seguro ya estaría premiado de alguna manera. No estoy diciendo, quiero que
se entienda bien, no hablo que odie a los hombres, estamos hablando de un
sistema que está hecho así, y de que la mujer es invisible, que la mujer es débil,
qué tiene que criar a los hijos y cuidar a la familia, proteger la familia y hablar
de amor, entonces es raro que veas a una mujer tocando la guitarra eléctrica y
salga de noche y esté hablando temas que son importantes para ellas, temas
como por ejemplo el aborto”, afirma.

Aquí es donde los medios independientes juegan un rol fundamental. Han


logrado ser un actor importante ya que ellos se encargan de difundir lo que
los demás medios no hacen. Le dan espacio a nuevas bandas, a nuevas voces
y a festivales como estos. Ilse Farías, coordinadora de Udara Rock cuenta su
experiencia con los medios de comunicación y la difusión del festival. “Creo

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

que Ruidosa es como aparte, porque Femfest tiene autogestión al 100%, Udara
auto gestión al 100%. En las dos fechas la mayoría del financiamiento ha salido
de mi bolsillo. Siento que es una siembra y que en unos años más Udara ya va
a estar consolidado, a diferencia de Ruidosa que ahí hay lucas, o sea, la Fran
Valenzuela por el puro nombre puede tener auspiciadores, le puede pagar a
las invitadas. Por ejemplo, para este Udara mandé la información y tuve una
muy buena acogida en varios medios, de hecho, cuando hice el primero invité
a Javiera Tapia, para una charla que se llamaba ‘El rol de la mujer en el rock’, y
ella fue la moderadora, y sacó una nota esa vez en el POTQ, y tuvo harta reper-
cusión, para esa instancia nos llamaron para el programa de la Valdebenito,
Café con Nata, en la radio. Entonces en los medios ha tenido buena aceptación”.

Con los movimientos sociales ha resurgido el rol de la mujer en la sociedad.


#NiUnaMenos ha cumplido un rol fundamental es este cambio de paradigma.
Si bien Chile está en pañales en temas de igualdad de género, son las mismas
mujeres quienes están luchando en la sociedad para tener el lugar que les
corresponde.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Capítulo I

Mujer: Su rol en la sociedad y en la música

“Creo que las mujeres siempre han tenido una presencia muy importante
en la música chilena, tanto en la popular como en la folclórica. Hay aportes
indiscutibles, y algunos de los más importantes referentes de la canción chilena,
en diversos géneros, son mujeres”

Marisol García, periodista y escritora

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Desde tiempos remotos las mujeres han estado presentes en la cultura del
mundo, en distintas ramas relacionadas con el arte. Sin embargo, su papel
ha vivido a la sombra del rol masculino. Un ejemplo de ello es la época de la
Ilustración, donde el mundo presentaba al hombre como el ser completo.
Pilar Ramos, profesora de la Universidad de La Rioja en España, licenciada
en Musicología e Historia del Arte, expuso en su artículo Luces y Sombras
en los estudios de las mujeres en la música que “la musicología apenas ha
reflexionado sobre la escasa presencia femenina en la música de vanguardia
europea y norteamericana entre 1950 y 1980”. Sin embargo, estudiosas de
las artes plásticas han afirmado que el paradigma del artista modernista es
“eminentemente masculino”. En este sentido, el modernismo no supuso
ninguna ruptura, sino una continuidad, pues ya la Ilustración había favorecido
una visión del mundo que, excluyendo a la mujer, presentaba al varón como el
modelo del ser humano neutro o universal.

Desde el inicio, el hombre ha salido al mundo a ocupar y desarrollarse en


distintas áreas, a diferencia de las mujeres, cuyo rol ha estado ligado al hogar,
al cuidado de los hijos, postergando su realización como artista. En el siglo
XIX, por dar un ejemplo, las mujeres eran el entretenimiento en salones dadas
sus habilidades en el canto o piano; puesto que poseer un talento musical las
hacía atraer la atención del sexo opuesto.

Como lo explica Guadalupe Becker, musicóloga y músico, en su texto Las


mujeres en la música chilena: diálogos entrecruzados con el poder “el rol femenino
en el ámbito del salón decimonónico de las élites intelectuales y las reuniones
sociales en torno a la cultura y el arte estaba estrechamente relacionado con
sus capacidades musicales. Estas capacidades reflejaban el resultado de ser
mujeres ‘bien educadas’, a lo que se sumaba la necesidad político social de
ser buenas anfitrionas en sus casas. Para ello, era indispensable que ellas
supieran ‘entretener’ al público tocando para ellos el piano, guitarra, canto,
arpa y algún que otro instrumento, por supuesto siempre en vigilancia de la
presencia masculina”.

Clara Schumann, fue un ejemplo de esto. Si bien ella fue una mujer
concertista, solo compuso cuatro obras. Después que se casó, nunca volvió a
componer. Otro nombre que resalta es Fanny Mendelssohn. A diferencia de
su hermano Félix Mendelssohn, compositor y pianista de música romántica,
quien terminó sus estudios en música, ella se tuvo que conformar, como le dijo
su padre, con que la música sería un mero “ornamento”.

Fanny en muchas de sus obras firmó con el nombre de su hermano. Una


de las anécdotas que se cuenta es que cuando la reina Victoria I de Inglaterra
escuchó la canción Italien, quiso felicitar al compositor de dicha obra. Fue in-
vitado al Buckingham Palace su hermano Félix, quien tuvo que confesar que

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esa canción la había compuesto su hermana.

Si bien su padre y su hermano eran admiradores de su trabajo, la pianista


tuvo que adecuarse y doblegarse por las normas machistas de la época.

Las mujeres en el mundo del rock

Si bien hay mujeres que incursionaron en distintos estilos, como lo fue


Bessie Smith conocida como la “Emperatriz del blues”, Ella FitzGerald en el
jazz y Roberta Flack en el soul, en la época de los 70 las mujeres decidieron
incursionar en el rock, este estilo musical que como dijo el escritor Fabio
Salas en su ensayo Mira Niñita: Creación y experiencia de rockeras chilenas
“ya es un hecho mundialmente asumido que el rock ha sido un estilo, un
negocio y una industria cultural donde la hegemonía de los hombres ha sido
contrarrestable”. Nombres como Janis Joplin, con su poderosa voz e ícono
del movimiento hippie; Joan Jett, quien a los 15 años formó su primer grupo
de rock The Runaways y está dentro de la lista de Los 100 Mejores Guitarristas
de la historia de la revista Rolling Stone, y Pat Benatar conocida por su actitud
dura. En una entrevista declaró que “muchos cantantes de hoy prefieren ir de
perdedores; cantan versos como ‘si me ama y me hace sufrir me muero’. Yo
canto ‘si me ama y me hace sufrir le doy una patada en el ‘culo’”. Todas ellas
y muchas más quebraron los estereotipos impuestos por la sociedad desde
tiempos inmemorables.

Chile no ha sido la excepción. Desde la época colonial que las mujeres han
cumplido el rol de entretenimiento para los hombres, el cual fue naturalmente
asignados a ellas, ya que se daba por entendido que estaban marginadas a
la figura de estos. Presentes en el área cultural, donde cumplieron un rol
fundamental en el traspaso de la tradiciones, Guadalupe Becker, musicóloga
y músico, en su texto Las Mujeres en la música chilena: diálogos entrecruzados
con el poder expuso que “al igual que en el ámbito social, la mujer fue la
protagonista en el ámbito cultural y musical del bajo pueblo. Las cantoras,
mujeres campesinas que cantaban acompañadas por la guitarra, fueron
las responsables de reproducir músicas, textos, símbolos e ideas propias
de la cultura rural chilena, aportando con ello a la sobrevivencia de muchas
tradiciones rurales antiquísimas hasta bien entrado el siglo XX”.

Se pueden destacar nombres como Isidora Zegers, quien participó en la


fundación del Primer Conservatorio Nacional de Música y además ayudó a la
creación de la Academia Superior de Música en 1852; María Luisa Sepúlveda,
quien fue una de las primeras mujeres licenciadas en composición en nuestro
país y Marta Canales Pizarro, compositora y directora coral, fue la primera di-
rectora que se presentó con un coro de 120 voces en el Teatro Colón de Buenos

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Aires. Violeta Parra también cumple una labor importante en la historia de las
mujeres en la música chilena, fue una de las primeras en atreverse a incur-
sionar en el arte en general o, Margot Loyola quien aportó en la difusión del
folclor chileno.

El Rock and Roll desembarca en Chile

Si bien no hay una fecha exacta del nacimiento del rock en Chile, el primer
acercamiento fue a mediados de los 50 con los discos del “Rey del Rock”, Elvis
Presley. Además, la exhibición de la película Semilla de Maldad, cinta pionera
en incluir un tema de Rock and Roll, donde Bill Haley y sus cometas interpreta-
ron Rock Around the Clock. Esto marcó un hito en nuestro país.

Los discos llegaban primero a Valparaíso, dado que los marinos traían
los LP de esta nueva música que nacía en Estados Unidos. Es por eso que los
primeros grupos de rock chileno nacieron en la ciudad puerto. Una de las
bandas pioneras fueron Los Mac’s. Si bien su sonido era más psicodélico, fue la
primera agrupación que dio paso al rock chileno.

Este hito es la influencia para que los jóvenes chilenos comenzaran a


“imitar” el cantar y bailar de los intérpretes anglosajones en la década de los
50. Ahí surge el movimiento de la Nueva Ola, uno de los propulsores fue Peter
Rock. Artistas como Cecilia, Fresia Soto, Buddy Richards, José Alfredo Fuentes,
entre otros se convirtieron en ídolos con el pasar de los años.

Sin embargo, este estilo musical recibió críticas ya que los jóvenes can-
tantes pertenecientes a este movimiento interpretaban canciones extranjeras
y con seudónimos gringos y no representaban de cierta forma los sonidos de
nuestro país.

En la década del 70, Los Jaivas, una de las bandas más importantes en la
historia del rock de nuestro país, graba su primer LP titulado El Volantín. Pro-
venientes de Valparaíso, son los pioneros en mezclar sonidos latinoamerica-
nos con escencia de rock. Ellos dieron paso al rock con identidad nacional.

Si bien La Nueva Canción Chilena comenzó en la década del 60, este


movimiento tuvo mayor consolidación para la década siguiente. De este
período musical, donde se mezclaban sonidos folclóricos con instrumentos
hispanoamericanos, se destacan nombres como Violeta Parra, Margot Loyola
y Víctor Jara. En ese momento de nuestra historia musical, la mayoría de
los temas eran de contenido político debido a los cambios sociales que vivía
nuestro país. Muchos de los cantautores apoyaban a la Unidad Popular.

En los años 70, con la dictadura militar, Chile sufrió un estancamiento en

15
el área cultural. Se prohibió cualquier tipo de manifestación de música rock
por ser considerada contestataria. La represión hizo que clandestinamente
se realizaran peñas, conciertos y reuniones para poder disfrutar un poco de
cultura. Todo esto hizo que la industria musical chilena sufriera una baja
significativa y llevara a la disolución de muchas bandas. Ya para mediados de
los 80 resurge el rock chileno con la aparición de Los Prisioneros, quienes serían
los líderes de esta nueva época.

Todo este contexto lleva a recordar distintos exponentes de cada época de la


música chilena. Todos ellos inconscientemente hacen pensar mayoritariamente
en hombres. Si bien no es algo que se haya hecho intencionalmente, pero con
el pasar de los años solo se ha destacado la labor y la escuela que han dejado los
hombres en el tema musical. Lamentablemente se vive en una sociedad donde
el machismo predomina.

La encuesta de opinión Plaza Pública Casem de marzo de 2017, arrojó como


resultado que seis de cada diez chilenos considera que nuestra sociedad es
muy o bastante machista y un 63% no cree que las mujeres tengan las mismas
oportunidades que los hombres para desarrollarse profesionalmente.

Estas cifras contextualizan la desigualdad de las mujeres frente a los hom-


bres, donde la sociedad ha normalizado la supuesta supremacía masculina en
todo ámbito. En el área de la música no hay excepción.

Fabio Salas en su ensayo Mira Niñita formuló que “(…) la cultura chilena
siempre ha asumido, bajo una especie de atavismo machista, una suerte de
predominio natural del varón, como si fuera algo natural e incuestionable la
supremacía de los hombres en el campo de las artes de la música, como si el
género masculino tuviese la responsabilidad rectora de tales espacios por un
mandato sobreentendido o aceptado socialmente sin previa revisión”.

Es raro que la sociedad asuma y normalice este papel masculino en las artes,
si la presencia de la mujer en ellas ha estado presente desde hace mucho tiempo.
María José Carreño, periodista de la Universidad de Chile, en su tesis Ser mujer:
ser rockera en Chile, una mirada a 60 años de rock femenino, explicó el fenómeno.
“Y aunque pudiera pensarse que el mundo de la cultura tiene las puertas más
abiertas a nivel de integración y de desarrollo de género, lo cierto es que el rock,
como muchas áreas, todavía es un territorio a conquistar. Lo paradójico de la
situación es que la presencia y por qué no decirlo, predominancia femenina en
la música proviene desde los más antiguos vestigios de nuestra historia, hasta
el más reciente siglo XIX, donde las chicas eran las que animaban las veladas
en casa con sus voces y talento para el piano o el arpa, siendo considerado un
valor agregado en sus posibilidades para casarse”, expuso.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

No es casualidad que mujeres intérpretes cuenten anécdotas sobre prejui-


cios o desprecios de sus pares masculinos en el escenario musical nacional.
Francisca Valenzuela, cantautora chilena, comentó en el diario El Mercurio en
enero de 2017 que “más de una vez me encontré en situaciones (algunas ex-
plícitas y otras sutiles) en donde jugar a ser mujer objeto, jugar a ser la mujer
obediente, hubiera sido más fácil y quizás más favorable para mi carrera en
algunos sentidos”.

La declaración de la cantante pone de manifiesto la asimétrica relación de


la mujer en la música, y de paso respalda la tesis que la participación y legado
de las mujeres se ha invisibilizado por la supremacía de los hombres.

La prensa también ha contribuido a promover y generar un estereotipo


machista. Prueba de lo anterior, como lo expuso Salas en su libro Mira Niñi-
ta, fue lo que ocurrió en 1997, cuando Felipe Rodríguez, periodista del diario
Las Últimas Noticias, alabó a Carlos Cabezas, fundador y vocalista del grupo
Electrodomésticos, por su reciente disco El Resplandor. En la nota de prensa,
el profesional aseguró que “en los últimos 20 años la historia del rock nacional
había estado bajo el alero de tres músicos: Jorge González, Álvaro Henríquez
y Carlos Cabezas”. Agregó que “eran los únicos capaces de generar escuela e
identidad musical con sus respectivos talentos”.

Decir que estuvo bajo estos tres intérpretes es muy irresponsable, ya que
el periodista omite el aporte de otros músicos de la época como lo fue La Ley
que ha sido la única banda en ganar dos Grammy (Mejor Álbum Rock Latino
de 2001; Mejor Álbum Vocal Rock Dúo o Grupo de 2002 y Mejor Álbum Rock
Latino de 2004). No se trata de desmerecer el trabajo de nadie, pero la poca
evidencia y comentarios como estos cada vez marginan más la participación
de otras bandas.

Feminismo, mujeres y música

Si bien el feminismo está desde la época de la independencia de nuestro


país, el movimiento en sí se hizo más público desde que comenzaron a es-
cucharse términos como femicidio. Esto ha llevado a que se hablen temas que
antes ni se imaginaban posibles de tocar, como por ejemplo, la desigualdad
de las mujeres en los sueldos o que se empezara a hablar sobre el trabajo de la
mujer en diferentes áreas. Una de esas es la música.

Se ha planteado el tema de la invisibilización del trabajo y legado de la


mujer en la música nacional, pero no se ha desarrollado. Hoy se vive en una
sociedad en que cada día se plantea el tema de igualdad de género, existen
voces que proclaman el reconocimiento a la mujer.

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En los Premios Pulsar de 2017, el destacado artista Alex Anwandter,
intérprete que más premios ganó en la tercera versión, dio las siguientes
declaraciones sobre la poca participación y reconocimiento a sus pares
femeninas: “Mi comentario tiene que ver con lo mucho que me gusta el pop
como género que no se autoimpone límites de masculinidad ni de reglas cómo
vestirse, cómo presentarse. Me encanta la estética revolucionaria que pueden
tener desde ídolos que se han ido como Juan Gabriel o David Bowie o ídolos
locales como Jorge González, que ya en el Corazones hizo una canción que
a mí me inspiró muchísimo que se llama Corazones Rojos que es una fábula
feminista; estamos hablando del año 1991. Y hoy en el 2017 aún veo que esa
discriminación, ese machismo y el sexismo aún están presentes en todos los
ámbitos de la vida, incluso en la música”.

Otra de las artistas que hace un llamado de atención es Javiera Mena. Ella
hace referencia al trabajo de la mujer en la producción musical, que si bien
no es el tema en sí, pero va de la mano con la invisibilización del trabajo de la
mujer y de los temas que hoy se ponen en la palestra. En entrevista con el sitio
web Mujeres y Música la intérprete contó que “yo creo que en todos los lugares
de liderazgo siempre van a haber menos mujeres. Poco a poco está cambiando,
muy lentamente. Desde que empecé en los estudios, si yo agarraba una perilla
[regulador de sonido] era como ‘cuidado’, o gente que sabía mucho te decía
‘¡pero cómo!, ¡si a las chicas no les interesan los sintes!’. Creo que hay como
un inconsciente colectivo de que la mujer no tenía que tocar esos lugares, y
por eso a mí me daban más ganas de tocarlos, porque era como ‘¿por qué hay
solamente chicos en un estudio?’ y ‘¿por qué cuando yo digo que produje mi
disco no se me da el mérito y se habla todo el rato del productor que está detrás
de mí?’ (…) Pero yo tenía que hacer algo, tenía que armar la producción porque
quería ir en contra de eso y liderar una obra musical, una estrategia de sonido,
esos lugares en donde hay muy, muy pocas mujeres, poquísimas… pero cada
vez más”.

Con el hecho de violencia denunciado por Valentina Henríquez, ex polola


del vocalista de la banda funk Los Tetas, Camilo Castaldi, la intérprete nacional
Camila Moreno escribió una carta relatando diferentes situaciones de violen-
cia de género que ella había sufrido. Expuso que “cuando empecé a trabajar
en mi proyecto solista me recomendaron que me agrandara las tetas y que me
tiñera rubia, que debía depilarme las cejas, que no era femenino tenerlas así.
Recientemente, dos hombres con los que trabajé por un par años -aparte de
robarme, mentirme, creer que yo les debía mi carrera a ellos y tratarme de mal
agradecida- me dijeron que yo al estar embarazada no podía tener conversa-
ciones civilizadas porque andaba hormonal e irracional”.

En 2017 se conmemoró el natalicio número 100 de Violeta Parra, pionera en


incursionar en terreno liderado por hombres. Fue en el año 2015 que se modi-

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

ficó la Ley 19.280 que habla sobre el fomento de la música chilena. Uno de los
cambios fue que el día 4 de octubre (día del nacimiento de Violeta) se decretara
como el “día de la música y de los músicos chilenos”. La popular cantautora
ha sido una de las privilegiadas en poder ser rescatada por la sociedad y por los
medios de comunicación.

Existe una lista de mujeres que han marcado un hito en nuestra historia
musical como: Nadia Milton, la primera intérprete en grabar un disco de Rock
and Roll o Nicole, la primera en ser fichada por un sello de selección (Maverick
marca perteneciente a la cantante Madonna). Podemos nombrar a bandas
que sin la presencia de las féminas no hubiesen alcanzado la notoriedad que
tuvieron como: Denise en Aguaturbia, Javiera Parra y los Imposibles, Denise
Malebrán en Saiko, Cathy Lean en Malcorazón y un sinfín de otras bandas.

Fue en la época de los 90 cuando el espacio musical dio pie para que
las mujeres participaran más en bandas nacionales, sobre todo en el pop.
Comenzaría la era en que las mujeres tomarían puestos que generalmente
estaban ocupados por los hombres. Aquí aparecen las primeras bandas
compuestas exclusivamente de féminas. La primera en aparecer fue Venus
y posteriormente Mamma Soul. Esto da claras señales de que se quería
reivindicar la presencia femenina en la música.

Otra carga que se suma a la experiencia de las mujeres cuando quieren


incursionar en la música es esta especie de cosificación. Los ojos están puestos
doblemente sobre ellas cuando pisan un escenario. Aparte de tocar bien deben
estar “presentables” cuando realizan un show. No basta con que sean virtuosas
en el instrumento que tocan o que tengan buena voz, sino que además su forma
de vestir o si está o no maquillada es un factor importante dentro de escena.

Yorka Pastene, cantante nacional, vocalista del grupo chileno pop Yorka,
reflexiona sobre este punto: “Lamentablemente creo que con las mujeres
existe ese prejuicio, todo el tiempo es como un amor-odio constante de que
hace una música popera, que es vendida y que si no son ricas es difícil que les
vaya bien. Nosotras deberíamos cantar con la cara y una flor, para que nos
miraran más y nos diesen la oportunidad. Al final es brígido como tienes que
ser de atractiva en todos los aspectos, porque el más importante que es el
musical no es suficiente”.

Además, se suma al otro prejuicio instaurado: que realizan música para


mujeres. Como si la invención de alguna pieza musical estuviera dirigida solo
para un estereotipo, para un target, para una orientación sexual. Porque tam-
bién es un factor determinante la sexualidad. En los años 80 Madonna fue
cuestionada sobre su manera de reivindicar la sexualidad sobre el escenario,
pero nadie cuestionaba que los líderes rockeros invitaran a tres jóvenes a pasar

19
la noche en el hotel. Yorka recalca este estereotipo sobre la mujer “después
del Rock and Roll igual las mujeres vuelven a tomar este rol sexy o este rol de
ser atractivas visualmente, para poder llamar la atención. Pero tienes que ser
bonita, pero no tan sexual, tienes que cantar bien, pero ojo con lo que estás
cantando, como que siempre tiene que pasar todo por un filtro”.

Otro caso es el de Whitney Houston. Cuando la intérprete de I will Always


Love You estaba en el peak de su carrera, comenzaron los rumores de que tenía
una relación con su asistente Robyn Crawford. Lo más insólito es que tuvo que
ir a la televisión a desmentir este hecho.

Un caso más reciente en nuestro país fue lo que dejó al descubierto la


cantante argentina María Jimena Pereyra. En entrevista con la revista digital
Sarah habló abiertamente de su sexualidad, confirmando que era lesbiana, dato
que debería ser de menor importancia en la carrera musical de un artista. Sin
embargo, otra revelación la hizo en el programa de La Red, Mentiras Verdaderas,
donde comentó que le cerraron puertas en los medios por ser homosexual: “Yo
sé que se me han cerrado puertas por el hecho de ser lesbiana, en algunas radios.
Muchos de los sellos discográficos tienen sus promotores y ellos distribuyen
los singles en las radios y siempre la respuesta era no y no”.

La escasa participación femenina en festivales

Ya en la década de 2000 surgían los primeros festivales que buscaban dar


espacios solo a las mujeres. En 2004 nace el Femfest, una agrupación auto-
gestionada que busca “abrir espacios para mujeres dentro del mundo musical
que históricamente ha sido un espacio de hombres” (www.femfest.cl). Este
encuentro se realiza hasta el día de hoy. Llama la atención que después de 13
años aún no se destaquen actividades como esta.

Otro de los eventos recordados fue el de 2009. El Teatro Caupolicán sería


el encargado de recibir el festival Hechas en Chile. Concierto que congregaba a
las más destacadas intérpretes nacionales, desde Denise de Aguaturbia has-
ta una muy joven Javiera Mena. La periodista María José Carreño expuso en
su tesis que “aunque el entusiasmo y la calidad musical desbordaban sobre el
escenario, bajo él, la audiencia no era la que se esperaba y fue disminuyendo a
medida que avanzaba la noche, a pesar que faltaban todavía los números más
destacados de la parrilla, como Javiera Parra y Nicole. De hecho, nunca estuvo
completamente lleno, y según reseñó la prensa al día siguiente, las primeras
artistas que tocaron ese día, prácticamente desconocidas, debieron iniciar su
show con pocas personas”. ¿Será la falta de interés hacía la música chilena?
¿Será que es menos valorada la música hecha por mujeres? Surgen variadas
preguntas sobre este fenómeno.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Pero las ganas de seguir buscando espacios para las mujeres no descansaron.
Era marzo de 2016 cuando la cantante nacional Francisca Valenzuela, daba a
conocer su propuesta del Ruidosa Fest, el primer festival musical feminista
que promueve la participación de las mujeres en la industria musical. La
idea era quebrar el discurso patriarcal y escuchar las experiencias desde otra
perspectiva. A este evento, en comparación con el de siete años atrás, le fue
muy bien, llegando a realizar una versión en México y Las Vegas. En 2017 fue
Matucana 100 el lugar escogido para la segunda versión en Chile.

A pesar de los espacios que se han generado en nuestro país y en diferentes


partes del mundo, la participación de la mujer sigue siendo menor a la de los
hombres. Ruidosa Fest realizó un estudio sobre este tema y las cifras son muy
diferentes.

Este estudio se aplicó a más de 60 festivales que se realizaron en


Latinoamérica entre el 2016 y la primera mitad de 2017. Clasificaron por
género a más de 2 mil bandas y artistas. La periodista Martina Piña y la
cantante nacional Natalia Suazo -“Natisú”- demostraron en este análisis
que “un 78,1% de los artistas que han ocupado los escenarios de la región en
2017 son hombres o bandas compuestas sólo por hombres. Esto significa que
casi un 80% de los números artísticos no contemplan a ninguna mujer como
protagonista”. Además, explican que “la situación no cambia mucho mirando
lo que pasó en el año 2016. En los 25 festivales que analizamos, hubo un 76,9%
de participación exclusivamente masculina, 14% de participación mixta y
9,1% de participación exclusivamente femenina (es decir, bandas compuestas
sólo por mujeres o solistas mujeres)”.

Los resultados desglosados son: en Argentina el porcentaje de hombres es


de 86,8% y mujeres un 13,2%; México, hombres 78,3% y mujeres un 21,7%;
Colombia, hombres 75,2% y mujeres 24,8%; Chile, hombres 70,8% y mujeres
29,2%; EE.UU, hombres 66,7% y mujeres 33,3%.

Este año, el festival NRMAL de México logró la participación más elevada


de mujeres. La cifra asciende a un 47,5%. Este resultado se acerca a la propor-
ción que representan las mujeres en el mundo. En 2016, el festival con más
presencia femenina fue Primavera Fauna, de Chile, con un 41,4%.

El mundo va avanzando, los pensamientos y la aceptación de los cambios


en la sociedad se están haciendo notar. Como lo expuso Fabio Salas en su libro
“la historia de las rockeras nacionales está jalonada de aportes que han sido
omitidos o nunca tomados en consideración por la crónica musical chilena”.
Además, concluye que “la importancia creciente de estas artistas ya no puede
ser soslayada, porque en esencia constituye un aporte verdadero y sustancial a
la existencia de nuestra música rock”.

21
Por su parte, María José Carreño explicó en su tesis que “ahora, más de un
siglo después, con todos los avances en derechos femeninos, en presencia de
mujeres que ocupan prácticamente todo el espectro de las profesiones a nivel
mundial, llegando incluso a la Presidencia como ocurrió en Chile. Es paradó-
jico en el espacio del Rock and Roll, pues desde sus comienzos marcó el deseo
de ser una tendencia que rompiese con los marcos establecidos para dar más
libertades a sectores reprimidos, donde aún existe una intensa lucha de sus
exponentes femeninas por ser escuchadas y no solamente miradas”.

Como comenta Becker sobre estos nuevos espacios y la aceptación de este


nuevo resurgir de los espacios musicales “hay un boom. Creo que en el 2000
empezaron a marcar una tendencia los festivales punk que están consolidados,
son clásicos, y acogen a mucha gente no solo mujeres, acogen a todo el mundo
homosexual, a todos. Acogen muchas ideas que tienen que ver con el cuestio-
namiento de las formas, de cómo está alineado el planeta. El propósito ahora
es el encasillamiento de las personas con mayor libertad de desarrollase y la
música es una opción. La música está anclada con la identidad, me identifica
y también varía, y creo que el surgimiento de las nuevas masculinidades está
pasando ahora y más que las mujeres siempre han hecho lo mismo”.

Evolución de la mujer en la música chilena

Claramente la presencia femenina ha estado en todos los pasajes de la his-


toria. Con el paso de los años ellas han tenido una evolución que hoy, en el
siglo XXI, se ha hecho notar más que nunca. Los movimientos sociales que han
surgido han ayudado mucho, el feminismo ha sido uno de ellos. Yorka Pastene
comenta cómo ve este movimiento: “Hace uno o dos años atrás el tema del
feminismo está muy presente y las mujeres están buscando sus derechos, su
igualdad, sus espacios, y por eso creo que se ha generado también una alianza
entre nosotras mismas que permitió también visibilizarnos más, pero a pesar
de eso yo creo que antes del Ruidosa Fest todavía no existía una consciencia de
que en verdad nosotras no estamos contadas”.

Al consultarle a la intérprete pop si cree que el femicidio tiene que ver con
la visibilidad que ha tomado la mujer en la sociedad, es clara al responder que
“creo que el tema de la música es una pelea que pasa con cualquier trabajo, que
es como una discriminación ya como de capacidades o de habilidades, como
que lo otro es ver a la mujer como un objeto. El femicidio, siento que es como
enfocado en eso y tiene relación. Tiene que ver con las letras y en las actitudes,
yo creo que sí existe una conciencia mayor, pero también creo que es como una
consciencia que viene con la evolución social que estamos teniendo”.

Agrega que, “como que la evolución social de la mujer ha obligado a que


tomemos consciencia y ha hecho que visibilicemos lo más terrible que es que nos

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

matan, que al final es la cima del problema. Nos matan si no hacemos tal cosa,
nos matan si no nos comportamos de tal forma, nos matan si no actuamos de la
forma en que la gente quiere que actuemos y al final nos sentimos rechazadas
como mujeres. A veces no nos matan, pero sí nos enjuician, nos discriminan y
nos rechazan tanto dentro de nuestro círculo familiar como de afuera, como
que es una pirámide, que la punta es la muerte, que es el femicidio. Creo que se
ve visibilizado por eso, por la evolución social que estamos teniendo. De aquí a
10 años más, 20 años más no sé qué pasará con nosotras”.

Lorena Guerra (Lou) guitarrista y sintetizadores de la banda nacional


Amanitas, habla sobre la evolución de la mujer en la música chilena. “Creo
que ha evolucionado mucho y para bien, esto es un problema de sociedad
completa, entonces creo que en todas las áreas está como revolucionando
para bien. La mujer está tomando una posición que siempre tuvo que haber
tenido, somos todos seres humanos con distintos cuerpos que pueden tener
la misma energía y lo van a hacer igual de bien con distintas perspectivas que
pueden complementar con lo que hace un hombre también. Pero en la música
chilena hay hartas intérpretes que están sacando la voz, que están siendo
más escuchadas, porque también en épocas anteriores había muchas, pero la
atención no estaba hacia la mujer”.

Marisol García, periodista y escritora también comenta sobre esta


evolución. “Creo que siempre han sido importantes. El folclor chileno, en lo
más arraigado, es femenino, si atendemos la tradición de las cantoras y las
tonadas, así como del más importante esfuerzo de recopilación e investigación
en música de raíz, cuyas grandes impulsoras fueron Violeta Parra, Margot
Loyola, Gabriela Pizarro y otras. No veo una evolución, porque siempre las
he visto como muy importantes. Se notan cambios, por supuesto, sobre todo
hacia una mayor autonomía y fuerza expresiva”.

Fabio Salas, en su ensayo Mira, niñita. Creación y experiencia de rockeras chi-


lenas explica el rock chileno y desde donde viene esta invisibilidad de la figura
femenina en la música nacional.

Acá un extracto de su libro:

En efecto, entendemos que el rock chileno es a todas luces un espacio secundario


en la macro historia del rock iberoamericano y que invariablemente se manifiesta
en sus propuestas sonoras un discurso imitativo, cuando no calcario y clonador, de
los estilos hegemónicos que cada cierto tiempo promueve el rock anglosajón (britá-
nico y norteamericano). De ahí su dependencia estilística, tecnológica y estética y su
rotunda marginalidad, idiomática e ideológica, dentro del imaginario audiovisual
frente al mainstream anglo. Por otra parte, el rock chileno tampoco ocupa un sitial
de privilegio al lado de otros referentes del rock iberoamericano, como el rock na-

23
cional argentino, el rock brasilero o el español. Nunca ha sido capaz de abrir cuñas
para su difusión y consumo allende nuestras fronteras, y al menos hasta comienzos
de la presente década, tampoco señalaba un alto consumo discográfico en el mer-
cado nacional ni una alta emisión en las radioemisoras chilenas.

De ahí que se explique lo señalado en segundo término: la oscilación entre suce-


sivas etapas de florecimiento y reactivación musical y fonográfica, al mismo tiempo
que alterna con otros lapsos de marasmo y marcado decaimiento público en lo que
es casi un elemento estructurante de su economía. De modo que es normal que en su
historia se inscriban etapas de mayor expansión comercial y convocatoria con otras
etapas de duro entrampamiento e inercia cultural.

Estos detalles aludidos inciden en la notoria condición de marginalidad y


arrinconamiento en que han vivido las rockeras chilenas, al punto de que todos los
trabajos existentes en la literatura de las mujeres como un asunto que exige una
precisión por sí sola y diferenciada del análisis general. La pregunta entonces que
se debe formular es: ¿Ha habido mujeres artistas importantes en la historia del rock
nacional? Y de ser así, ¿qué es lo que demanda una pauta de diferenciación frente a
su condición de mujeres creadoras?

Respuesta a la primera pregunta: sí. A todas luces que sí. Afirmación que se pue-
de sustentar en numerosos ejemplos de bandas y agrupaciones que no hubiesen
logrado la relevancia que tuvieron en algún minuto sin el aporte de tales artistas.
Los ejemplos son abundantes: ¿Hubiese sido posible la relevancia que tuvo a fines
de los sesenta un grupo como Aguaturbia sin el peso protagónico, vocal e icónico de
su cantante Denise? ¿La música de Fulano en plenos años ochenta habría logrado
su estatus de culto que hoy posee sin los aportes vocales, instrumentales y escénicos
específicos de Arlette Jequier? ¿Es pensable el folk rock de los años ochenta sin la
aparición señera de Sol Domínguez y su grupo Sol y Medianoche? ¿Se puede omitir
el aporte silencioso y sustantivo de María José Levine en el pop electrónico de los
años noventa? ¿ No fue determinante para la resurrección musical y pública de Los
Jaivas la participación de la baterista Juanita Parra? Y en fin, ¿no resulta justo men-
cionar que bandas como Saiko, Mal Corazón, Sónica, Christianes lograron impactar
el medio local gracias a la presencia de sus integrantes femeninas? ¿Acaso Nicole no
es la única personalidad del rock chileno que logró fichar en un sello discográfico de
selección (Maverick, propiedad de la cantante italoamericana Madonna) fuera de
todos los malos augurios y dudas que se vertieron sobre su talento?

(…) En relación con la segunda pregunta formulada más arriba, hay que precisar
lo siguiente: la cultura chilena siempre ha asumido, bajo una especie de atavismo
machista, una suerte de predominio natural del varón, como si fuera algo natural e
incuestionable la supremacía de los hombres en el campo de las artes y de la músi-
ca, como si el género masculino tuviese la responsabilidad rectora de tales espacios
por un mandato sobreentendido o aceptado socialmente sin previa revisión.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Supremacía que es vista como abierta superioridad en algunos casos, pero


que siempre se ha percibido de ahí la mención de atavismo cultural, como algo
preestablecido donde los varones debemos dirigir el curso de las cosas. Tratar de
precisar de dónde viene el origen de esta situación es algo que escapa a los límites
de este documento. No estamos en condiciones de asumir que esta situación de
exclusión cultural se haya debido a una estrategia deliberada del poder macho,
como asimismo tampoco a una estrategia deliberada de ocultamiento malicioso
y pernicioso causado por alguna instancia de poder exclusivamente masculina, ya
que a simple vista pareciera que no es así, pero ¿ cómo explicar entonces que la
flagrante contradicción entre la grandeza humana y artística de nuestro mayor
genio musical, Violeta Parra, y el silenciamiento e incomprensión que su obra
tuvo en vida? ¿Cómo justificar su relegación a una esfera todavía no protagónica
camuflada bajo el oportunismo de los homenajes mediáticos y nunca validada
desde el ámbito gubernamental o educativo?

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Capítulo II

Violeta Parra: La gran matriarca

“Yo siempre he pensado en Violeta Parra como una madre musical y de todos, de
los que hacemos arte en Chile”

Alex Anwandter, músico

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Dentro de la historia musical chilena la presencia femenina viene desde


tiempos remotos. Como se ha comentado anteriormente, las mujeres han
cumplido una labor fundamental en traspasar la cultura de generación en
generación. Han logrado trabajar y luchar contra el machismo predominante
en la sociedad. Un estudio del año 2015 realizado por www.trabajando.com,
consultó a 2 mil encuestados si Chile es un país machista, el 96% de las mujeres
considera que sí lo es y el 80% de los hombres considera que hay un machismo
muy marcado en nuestra sociedad.

Esto ha interferido en las carreras musicales de las mujeres, siendo en


tiempos antiguos un factor determinante en su continuidad. Es el caso del gru-
po folclórico Las Hermanas Loyola, dúo musical integrado por Estela y Mar-
got Loyola. Fernando Sáez, escritor chileno, autor del libro La vida Intranquila,
biografía esencial de Violeta Parra, contó un episodio de la separación de esta
agrupación “(…) En la culminación de la carrera –años cincuenta-, el dúo de
las hermanas Loyola se deshizo porque Estela se casó con un hombre que no
aceptaba su vida artística y triunfó el machismo”.

A pesar de esta opacidad por parte de la figura masculina, las mujeres han
logrado hacer carrera siendo vistas como la excepción a la regla. Muchas de
ellas no han recibido el reconocimiento necesario. Sin embargo, la figura de
Violeta Parra se eleva como una de las más reconocidas, por su trabajo en
diferentes áreas de las artes y por ser una fuente de inspiración para las nuevas
generaciones, tanto de mujeres como de hombres. También por ser una mujer
con decisión, que supo plasmar el malestar de la sociedad en sus letras y por
sobre todo, ser una de las figuras más reconocidas en nuestro país y el mundo,
por su perseverancia y sus ganas de mostrar al mundo su arte.

Guadalupe Becker, musicóloga, comenta el valor que tiene Violeta en las


generaciones actuales. “Ella es inspiradora de los rockeros. No es rockera, es
una artista como todos. Es genial para esta cosa de la identidad, pero después,
cuando pasa el tiempo y deja su identidad y pasa a ser un bien comunitario,
ahí esa etiqueta da un poco lo mismo, por ejemplo, Gracias a la Vida, que tiene
ese nivel de transcendencia, no es porque sea folclor, ni rock, ni pop, ni porque
tocaba la guitarra lindo o porque canta, no sé qué es, porque realmente es una
canción que toca a la humanidad. Por ahí va un poco la discusión sobre la po-
tencia de su texto”, asegura.

Los inicios de Violeta

Es imposible contar la historia de las mujeres en la música chilena sin


nombrar a esta figura matriarcal. Viajó por nuestro país rescatando la esencia
misma de la historia, de la personalidad campesina, buscando el reflejo de la
sociedad que quedaron plasmados en sus letras, que después de 60 años son

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contingentes al igual que en 1953, año que se embarcó al rescate de las tra-
diciones chilenas provincianas. Fue figura de inspiración para muchos en la
década del 60 y también, para las generaciones actuales, no solo abarcando los
músicos de nuestro país, sino que el reconocimiento que expande por todo el
mundo.

Violeta no solo incursionó en la música, ella fue una artista completa. Quiso
mostrar su creación a través del arte en general, participando y creando en
teatro, poesía, en sus trabajos con arpillera, esculturas de alambre, pintura,
máscaras de arroz, lentejas y semillas, que la llevarían a exponer en el museo
de Louvre en París en 1964. Fue ella misma quien diseñó el afiche promocional
de su exposición.

Desde pequeña estuvo relacionada con la música. A los nueve años aprendió
a tocar guitarra y a los 12 escribió su primera canción. Vivió parte de su infancia
en Chillán, en la casa de su abuelo paterno, donde los días domingo su padre,
Nicanor Parra, su tía Isaura y su tío Adrián, realizaban unas entretenidas ter-
tulias, que dieron paso al dúo que lo componía doña Clarisa y don Nicanor,
ambos padres de Violeta, quienes interpretaban cantos campesinos.

Esta mujer, considerada la madre la Nueva Canción Chilena, la primera roc-


kera de nuestro país, desde muy temprana edad tuvo presentaciones en bares
con su hermana Hilda y su hermano Eduardo. Sus primeras composiciones las
hizo cuando estudiaba para profesora en la Escuela Normal de Santiago.

Cuando llegó a la capital, tras la muerte de su padre, la compositora de


Gracias a la Vida conoció a Luis Cereceda, con quien se casó. Sin embargo, diez
años más tarde tomarían la decisión de separarse. Las peleas en esta relación
comenzaron cuando el marido de Violeta se oponía a su faceta artística.
Sáez, en el libro, contó que “entre los horarios de los boliches y los turnos de
ferrocarriles que debía cumplir su marido, las relaciones del matrimonio se
deterioraron a un punto que decidieron la separación. Nicanor era el testigo
de las quejas de ambos: él, de la actividad artística de Violeta y su mal genio;
ella, de la afición de don Pepe por el vino, de sus celos, de la incomprensión
de sus intereses. Finalmente, él quería a la mujer en su casa y Violeta ya había
probado sobradamente que no tenía carácter ni interés para cumplir con esa
tarea exclusiva”.

Uno de los investigadores de la Nueva Canción Chilena, Víctor Vergara, en


su tesis La Nueva Canción Chilena. Creación cultural y el avance de los acordes
hacia lo social y político, 1960-1973 comenta que “cuando Violeta Parra llegó a
la ciudad de Santiago, el escenario de la música local se encontraba atiborra-
do de sonidos extranjeros que, bajo la forma de boleros, rancheras, canciones
españolas y tonadas, daban vida a las fiestas populares. Sus primeros años en

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

la urbe transcurren en los locales y cantinas del Barrio Estación, en los cuales
comienza su carrera musical interpretando los ritmos que la clientela del sec-
tor demandaba por aquellos años”.

El aporte que esta mujer realizó al folclor chileno tiene un valor incalcu-
lable. En 1953 comenzó la tarea de recopilar, rescatar las tradiciones y las ri-
quezas de este género musical. Promovida por su hermano Nicanor, Violeta
comienza el periplo por Chile recolectando historias, canciones y rescatando
lo puro de la tradición popular, de la cultura y de la música folclórica. Estas
experiencias las recogía de los campesinos ya mayores, quienes le transmitían
a Violeta todo el conocimiento y saber de la música tradicional.

Tras este trabajo, la figura de la intérprete se convierte en un punto de


referencia y parte del folclor chileno hasta el día de hoy, siendo fuente de
inspiración para la época.

Violeta y su rol fundacional en la Nueva Canción Chilena

Otro hito que se enlista en la vida de la artista es su figura en la Nueva Can-


ción Chilena. Si bien este movimiento comenzó en la década del 60, el trabajo
que realizó la intérprete fue clave para este movimiento. Sus letras exponían el
descontento social que se vivía en ese tiempo.

Víctor Vergara, en su tesis La Nueva Canción Chilena. Creación cultural y el


avance de los acordes hacia lo social y político, 1960-1973 expone que “Antonio
Larrea define a Violeta como la Madrina y hermana mayor de la Nueva Canción
Chilena, además expone: La inspiración autentica- el antecedente directo-
que irrumpe a comienzos de los 60, está en la obra de Violeta Parra. En su
investigación folklórica y, principalmente en su creación propia, en su actitud
integradora, con sensibilidad social, de las diversas expresiones artísticas”.

A comienzos de la década del 60, Chile sufría cambios al igual que lo hacía
América Latina. Como explicó J. Patrice McSherry, doctora en ciencias políticas
The Graduate School, City University of New York, en su libro La Nueva Canción
chilena. El poder político de la música, 1960-1973 el contexto de la época “sur-
gieron movimientos políticos y sociales de estudiantes, trabajadores, campesinos,
pobladores y otros grupos que se movilizaban para exigir sus derechos e inclusión
política, cambios estructurales en los sistemas elitistas y mayor democratización”.

Este movimiento sirvió para unir a las personas en un mismo fin. Como
explicó la doctora “la música ayudó a motivar y a sostener la participación po-
lítica y cultural de cientos y miles de personas, dándoles voz a las crecientes
demandas sociales en Chile”.

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Violeta fue inspiración para los músicos que comenzarían con este movi-
miento. Su expresión se caracterizaba por entonar canciones con nuevos aires
de folclor, retratando el acontecer del país.

Como expuso Víctor Vergara, una de las personas investigadoras del tema,
en su tesis La Nueva Canción Chilena: Creación cultural y el avance de los acordes
hacia lo social y político, 1960-1973, el valor de Violeta en este movimiento “en
cuanto a la importancia de su obra musical, hay que señalar que el valor intrín-
seco de ésta es que sus versos fueron los de una mujer atrevida en denunciar
los abusos a su alrededor, y con ciertos enemigos que fueron cruzando toda su
obra: los burócratas, la injusticia, la estupidez, la insensibilidad de la gente,
la mediocridad y el abuso al más débil. Una de sus primeras composiciones,
por ejemplo, fue una canción de título elocuente: ‘¿Por qué los pobres no tie-
nen?’”.

Así, Violeta comenzaría a expresar su malestar por lo que veía en la socie-


dad. Cantaría esta nueva forma de folclore, adaptó este estilo a la modernidad
de ese entonces. Comenzaría a pavimentar el camino para los siguientes intér-
pretes que tomarían el arte como forma de protesta.

María José Carreño, periodista de la Universidad de Chile, en su tesis Ser


mujer: ser rockera en Chile, una mirada a 60 años de rock femenino, confirmó y
destacó la labor de Violeta en ser la primera mujer en mostrar su arte en un
círculo y sociedad machista “y aunque la discusión al respecto es difícil que
tenga una solución concreta, sí todos reconocen que Violeta Parra fue pionera
en abrir puertas para sacar a la mujer adelante desde el ámbito del hogar hacia
el mundo cultural, abriendo las primeras posibilidades reales para hacer cono-
cido el trabajo de una mujer en esta área”.

Violeta ¿la primera rockera?



Lo primero que se viene a la cabeza cuando se habla de rock son guitarras
eléctricas rasgueadas, tatuajes y melenas largas. Sin embargo, no siempre este
estilo se expresa en interpretar alguna melodía con ese instrumento o vestirse
de esa manera, sino más bien es actitud.

Como se ha visto anteriormente, la música, de alguna manera, siempre ha


estado ligada a la política. Es una forma de arte que traspasa barreras sociales,
culturales y educacionales. Uno de los movimientos que nace en la década del
50 es el rock. Corriente que atraía principalmente a jóvenes. En un contexto
donde hubo cambios políticos importantes en esta época, el rock nace como
forma de expresión con una visión rupturista para las costumbres sociales.
Con temáticas sensuales, rebeldía y amor, esta tendencia conquistó a los más
jóvenes. Más adelante, con nuevos intérpretes y derivados, tomaría un sentido

32
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

más social.

Es en este contexto donde surge una idea alrededor de Violeta: considerarla


como la primera rockera. Las letras que interpretaba tenían tanto contenido
social, su actitud frente a la vida, sus ganas de expresar todo a través del arte,
hace que crezca esta incertidumbre sobre su figura. En palabras de su hija Isabel
Parra, en conversación con el programa Dulce Patria de radio Cooperativa,
expresó: “yo he escuchado por ahí que la primera rockera de Chile fue Violeta
Parra y yo estoy de acuerdo con eso”.

La periodista Matilda Svensson, mujer que lleva 18 años trabajando en


radio y sumergida en el rock, habla acerca de cómo ve ella la figura de Parra en
este estilo. “Sí, por el sin filtro, porque el rock es mucho más que esto, es una
actitud. Ella tuvo una actitud tremendamente trascendente, ella fue capaz de
decir las cosas que nadie decía. Yo todavía me sigo sorprendiendo de las letras
de ella. Dicen cosas que hasta el día de hoy la gente no se atreve a decir”.

Graciela Morales, baterista de la banda Rosanegra/Matriarchaos, comenta


qué significa para ella y cómo ve a Violeta. “Yo saqué por deducción que era la
primera rockera chilena, de tanto escucharla. Es increíble que cuando uno dice
eso la gente te dice ‘si, así es’”, asegura.

Algo parecido opinan las hermanas Pastenes, Yorka y Daniela, quienes son
parte de la banda de pop nacional Yorka. Las intérpretes pertenecen a la nue-
va camada de artistas chilenas, mujeres que lideran un proyecto musical, que
decidieron incursionar en este mundo, donde como ya se ha mencionado en el
capítulo anterior, predomina la presencia masculina.

Al consultarles a las cantantes sobre esta idea que hay alrededor de Violeta,
Yorka comenta “es que el término rockero es tan gringo. Si nos vamos a lo que
significa el rock mismo como rebeldía social que era el rock, yo creo que ella
tiene mucho más de rock que un hombre con pelo largo con púas y tocando la
guitarra metalera. No sé si el término rockera es, porque para mí el rock fue
eso, algo que rompió en un momento de la historia lo que se estaba haciendo y
ella rompió en un momento de la historia lo que se estaba haciendo”.

Iván Valenzuela, periodista de Tele 13 Radio, da su visión de Violeta: “no


sé si por el contenido, más bien por la actitud podría haber sido. Canciones de
protesta o canciones de la izquierda hay 400 más comprometidas, pero más
malas que las de Violeta Parra. Yo creo que lo que tenía ella, al juzgar por sus
biógrafos, por la gente que la conoció y por la gente que aún está viva, era que
tenía una actitud media punk o rockera, rockera en el sentido de que era una
actitud de no transaccional, en ese sentido sí es rockera, pero es llevar un poco
lejos la metáfora a mi gusto tomando en consideración que yo no creo que haya

33
odiado el Rock and Roll, y es bien probable que haya apreciado harto los discos
de los Beatles, pero sus intereses estaban en otro lugar, en una dimensión tan
profunda que es difícil pensarla como una rockera en el sentido más frívolo de
la palabra. O sea, si la Violeta no se hubiese suicidado, yo no sé si hubiese elec-
trificado con la guitarra como Bob Dylan, no lo tengo tan claro, a lo mejor sí,
pero le hubieran tocado los años 90 con 80 años y a lo mejor aún podría haber
hecho un disco y agregado algo electrónico, quién sabe, pero bueno, eso nunca
lo vamos a saber, lo que sí sabemos, es que es de tal profundidad que yo creo
que tiene poco que ver con la búsqueda cercana al Rock and Roll salvo por la
actitud que tenía ella”.

El capitalismo, el poderoso

Uno de los temas que representa esta actitud en esta mujer es El Gavilán,
canción que fue escrita para un ballet. En una entrevista realizada en 1960 para
la Radio Universidad de Chile de Concepción, junto al locutor Mario Céspedes,
le consultaron sobre su nueva creación, que en palabras del entrevistador, era
una composición de “música culta, música para un ballet”. Esta canción es
considerada la obra maestra de Parra.

En la voz de la propia intérprete “el tema de fondo es el amor. El amor que


destruye casi siempre, no siempre construye. El Gavilán representa el hombre,
que es el personaje masculino y principal del ballet. La gallina representa a la
mujer y que es el personaje, también de primer orden, pero el personaje sufrido,
el que resiste todas las consecuencias de este gavilán con garras y con malos
sentimientos, que también sería el poder, como dijiste tú, y el capitalismo, el
poderoso”.

De esta obra solo existen tres grabaciones: una de ellas fue la “primicia”
que realizó Violeta en esa entrevista; la segunda es a fines de los años 50, no
existe fecha exacta del hecho. Miguel Letelier, compositor, realizó una gra-
bación en la casa de la folclorista ubicada en La Reina; y en París, en 1964 el
director de Los Calchakis, grupo de fusión latinoamericana, grabó un registro.
Sin embargo, Violeta nunca realizó una versión de estudio de esta canción.

Si bien es una obra considerada en la música docta, Violeta la compuso


en clave folclórica. Además, agrega que esta música llevará voces, pero que
será ella misma quien la interprete, porque “este canto tiene que ser cantado
incluso por mí misma. Porque el dolor no puede estar cantado por una voz
académica, una voz de conservatorio. Tiene que ser una voz sufrida como lo
es la mía, que lleva 40 años sufriendo. Entonces, hay que hacerlo lo más real
posible. Entonces voy a tener que cantar, esperar a que mi garganta esté en
condiciones y cantar yo este ballet. Pero secundada, afirmada por coros, coros
masculinos y femeninos”.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

El profesor de educación musical y músico Sebastián Ríos, da su visión so-


bre la obra maestra de la folclorista “El Gavilán se acerca al rock progresivo,
por anclarlo a algo, pero sin guitarra eléctrica. En sí es algo único”.

Manuela Reyes, bajista de la banda Amanitas apoya la noción de que Violeta,


en sus composiciones y música, tiene la esencia del rock. “Yo encuentro que sí,
pero he escuchado más que es la primera punk. Ella iba con sus propias reglas,
era anarka. Igual si uno escucha El Gavilán es más rockero que la cresta, como
una banda de metal progresivo”.

La baterista de la banda Rosanegra/Matriarchaos expone sobre lo que se


puede encontrar en las letras de la intérprete: “La Violeta tampoco estaba
consciente de lo que estaba haciendo, ella no sabía que iba a marcar un antes y
un después de su vida gracias a su arte, ella simboliza muchas cosas: el poder
femenino, toda la sensibilidad, toda la fuerza, la oscuridad también, y se pue-
den encontrar hartas cosas en la música de Violeta”.

Todos esos sentimientos y fuerza que contenía Violeta quedan demostra-


dos, por dar un ejemplo, en la canción El Gavilán, una de las composiciones
más rockeras según los entendidos. A continuación un extracto de esta pieza
musical:

Mi vida, yo te qui, yo te quise, veleidoso,


Mi vida, creyendó, creyéndose, lisonjero.
Mi vida, se me par, se me parte el corazón
Mi vida del verte, del verte tan embustero.
Mi vida yo te qui yo te quise yo te quise
Sí ay, ay ay sí ay ay ay.
Mi vida, mi vida, yo te quise
Mi vida, mi vida, yo te quise
Veleido, veleido, veleidoso,
Veleido, veleido, veleidoso
Mi vida yo te qui, yo te qui, yo te quise.

Diferente es la visión que tiene de Violeta la periodista y escritora Marisol


García, quien ha escrito y ha aportado en la literatura de la música chilena
y que recientemente ha lanzado el libro Violeta Parra en sus palabras. García
comenta que no considera a la folclorista como la primera rockera “me parece
que su arte es mucho más interesante y complejo que el rock convencional”.

Otro de los temas que se convirtió en himno, para el mundo y los artistas es
la canción Gracias a la vida, parte de su último trabajo discográfico Las últimas
composiciones de 1966. Considerada como himno de la humanidad, ha tenido
varias interpretaciones de distintos artistas, entre ellos Los Bunkers, Camilla

35
Gallardo y la argentina Mercedes Sosa.

Víctor Vergara, una de las personas investigadoras del tema, en su tesis an-
tes citada, expone que “Volver a los diecisiete y Gracias a la vida, otras dos obras
fundamentales que retratan, como lo expone Torres Alvarado, la tensión vi-
da-muerte, y en todo el espectro de su cruda contingencia, es donde instalará
radicales preguntas por lo humano y su sentido, que adquieren plena resonan-
cia en su canto Gracias a la vida, despedida y testamento existencial”.

Acá un extracto del tema que abre el disco Las últimas composiciones, su
último trabajo discográfico, Gracias a la vida

Gracias a la vida que me ha dado tanto


Me dio dos luceros que cuando los abro
Perfecto distingo lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con él las palabras que pienso y declaro
Madre amigo hermano y luz alumbrando,
La ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playas y desiertos montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Violeta y su influencia

Como se ha revisado a lo largo de este capítulo, Violeta no puede quedar


excluida si se habla de la música chilena, si se habla del trabajo y legado de las
mujeres. Es por eso que en el año 2015 se hace la modificación a la Ley que ha-
bla sobre el fomento de la música chilena. Se especifica que el día 4 de octubre
quedará como “el día de la música y de los músicos chilenos”, fecha del nata-
licio de la cantautora. En octubre de 2017, se conmemoraron los 100 años del
nacimiento de la intérprete. Durante el año, se realizaron distintos homenajes
para esta celebración. La idea de realizar estas actividades es sin duda mostrar
su legado en las distintas aristas en las que participó.

Si bien hace 50 años “la Viola” decidió quitarse la vida, su influencia


musical ha dejado huellas a través del tiempo. Músicos actuales han comentado
la influencia de la folclorista en su trabajo, no solo por su lírica, sino que
también por su proceso de composición. Uno de ellos es Alex Anwandter,

36
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

quien además participó del disco tributo Las Últimas Composiciones, declaró a
radio Cooperativa en marzo de 2017 que “por mi lado no es tanto un referente
estético, quiero decir: si bien me encanta su música, no se parece mucho al
tipo de música que hago yo, pero sí es un referente en cuanto a las letras y la
manera en la que ella se conectó con sí misma y con su contexto y profundizó
en ella y en los temas sociales de la época, que son los mismos que tenemos
hoy”.

Las hermanas Pastenes realizaron un cover de la canción Que he sacado


con quererte para Tímida Productora, siendo parte también de los distintos
homenajes a la cantautora. El dúo, además, ha sentido la influencia de la
folclorista en sus canciones y recalcan que hay una deuda constante con ella.
Daniela comenta que “yo creo que hace dos años la admiro. Creo que en este
momento ella es como casi una religión, son demasiados los aspectos que
abarca como para poder enfocarse solo en la música que de por sí es la música
que se ha hecho en este país, no sé si hay otra persona que haya logrado plasmar
de forma tan hermosa, critica, poética registrando nuestras raíces y a la vez
haciendo las suyas como la Violeta, es un icono femenino, es un icono social,
es como una especie de che Guevara cultural (…) Como que al final, era una
creadora, era alguien único, yo solo tengo mucha admiración, es una persona
que me causa mucha admiración y quizás podríamos hablar una hora y media
más de Violeta. Yo creo que ella es la creadora de la música chilena”.

Además, con el paso de los años, la figura de lo que fue Violeta se ha tratado
de resignificar, buscando y destacando sus aportes a la cultura chilena. Porque
a esta mujer no solo hay que encasillarla en la música, su trabajo traspasa esa
barrera, va más allá. Violeta expuso su pensamiento en distintas expresiones
artísticas.

Iván Valenzuela comenta esta resignificación. “Era una Violeta Parra híper
restringida, súper encapsulada y me da la impresión que las generaciones más
jóvenes, los que ahora están entre los 20 y los 30 tienen una visión de ella mucho
más certera, mucho más completa. Yo tengo la impresión que todo lo que se
hizo con la Violeta Parra en este centenario no habría sido posible en los años
80, no solo por la dictadura sino porque no había la suficiente distancia con
lo que Violeta Parra significa, y Violeta Parra ha sido resignificada de muchas
maneras, muy valiosa. Luis Advis la resignificó en un canto por la semilla, lo
hizo el propio Pato Manns en la Exiliada del Sur, la propia Isabel musicalizando
muchas de sus décimas, o sea tuvo muchos trabajos alrededor de Violeta que
pudo resignificarla”.

37
Violeta versus Jorge González: atormentados y talentosos

Es tal el nivel de influencia que ella ha tenido en los músicos posteriores,


que han llegado a comparar a Jorge González con esta artista. En el documental
El viaje de vuelta, dirigido por Alejandra Artigas, dedicado al vocalista de Los
Prisioneros, músicos, productores y periodistas comparan la obra, vida y
carrera artística de ambos músicos. El periodista Julio Osses comentó en este
reportaje que “ambos fueron atormentados y talentosos, incomprendidos
como vilipendiados”.

Jorge González ha demostrado su admiración a Violeta a través de los


cover que ha realizado, entre ellos Arauco tiene una pena y Gracias a la vida.
Ambos artistas miraron a Chile con ojo crítico, tomando esta perspectiva y
plasmándola en la lírica de sus canciones.

Jorge González representó una voz y expuso el descontento social y la


desigualdad que veía en su entorno. Letras como El baile de los que sobran o
Exijo ser un héroe son representativas de la época. Al igual que lo que pasa con
las letras de Parra, el contenido del mensaje de las letras de González no ha
cambiado el valor entregado en estas a través del tiempo.

A continuación, un ejemplo claro de su discurso en la canción Exijo ser un


héroe

Las calles vistas desde las ventanas altas son tan iguales
Pateando piedras y juntando monedas soy un simple auditor
Lunes, martes, miércoles, jueves en las paredes del metro
El metro cada día, ese soy yo
No salgo, me voy a acostar, estoy aburrido de caminar
La vida es tan cara, tan aburrida.
No estoy dispuesto a seguir mis días de oscuridad
De ser uno más de entre el público está bueno ya.
Tantos tipos posando en las revistas y yo no brillo ni en mi familia
La vida es cara y aburrida para darla por perdida.
Es cierto no tengo como ser un galán
Tampoco un aire solemne de intelectual.
Vivo con mi familia y no me drogo como ves no soy muy artista
Pero estar en los escenarios y en las fotos de los diarios.
Exijo ser un héroe
Exijo, exijo ser un héroe.

Chalo González, ingeniero y productor musical argumentó en el documen-


tal que “yo creo que Jorge está a la altura creativa y significativa a nivel popular
de artistas como Víctor Jara, Violeta Parra. Creo que es el único vivo que llega a

38
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

esa candidatura”.

Sin embargo, hay quienes difieren de esta comparación. La periodista


y conductora de radio, Matilda Svensson habla acerca de esta comparación:
“ella fue mostrada al mundo como una artista de carácter mundial, y yo dudo
que Jorge González lo sea, con todo respeto, la verdad es que yo admiro mucho
todo el legado de Jorge González, creo que representó a una generación, era
la generación que no tenía voz y él le dio esa voz, en palabras simples, porque
un gran músico no es, y aquí muchos me van a rebatir, pero yo no estoy de
acuerdo que sea un gran músico. Tiene súper buenas ideas, y es bien loco. Hay
veinte mil músicos mejores que él en Chile, de verdad está lleno de músicos
excelentísimos en nuestro país, tenemos academias, cada vez los músicos
son más profesionales, Jorge González es un auto didacta, tuvo buenas ideas,
creció en una época difícil y fue capaz de brillar con luz propia. Yo estuve en
el concierto del 2001 cuando volvieron con Los Prisioneros, fueron dos noches
a Estadio Nacional completo, ningún otro grupo lo ha hecho es cierto, pero
es porque representan la nostalgia de una generación, y que eso es, y que
sigue viva. Pero te aseguro que cuando termine esa generación, cuando crezca
la nueva generación que no creció con González deje de sentir esa nostalgia
porque no la tiene, yo creo que va a dejar de considerarse tan importante como
se considera hoy”.

Asimismo, Carola Ozaus, profesora de música, integrante del grupo nacional


Vaso de Leche e integrante coordinadora de Femfest apoya esta compleja
comparación: “yo creo que Jorge González fue un músico muy popular, que
hizo muy buenas canciones y en algún momento dijo verdades, pero cualquiera
puede decir una verdad. Pero no cualquiera se va al campo a investigar y
rescatar la música chilena, entonces yo creo que están sobrevalorando a una
persona que no digo que sea mal músico ni nada, es un excelente músico, ha
escrito las mejores canciones del desamor, románticas, cebolleras, pero de ahí
a compararlo con la Violeta, yo encuentro que está sobre dimensionado”.

El legado de esta mujer es tan grande que traspasa fronteras. La banda


irlandesa U2 visitó el país en octubre de 2017, en medio de su concierto, cuando
interpretaban su canción Bad, comenzaron a entonar uno de los temas íconos
de la folclorista: Gracias a la vida.

Esta mujer, que es referente en la música chilena, pionera en incursionar


en el arte, dejó un legado extenso, las letras de sus canciones es uno de ellos.
A pesar de que fueron escritos hace ya más de 50 años suenan más actuales
que nunca. Como lo expresó la periodista y escritora Marisol García en su
libro Canción Valiente: 1960- 1989 Tres décadas de canto social y político en Chile
“se impuso cantar en representación de otros más débiles o abusados que
ella: mapuches, en Arauco tiene una pena; mineros, en Y arriba quemando el

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sol; agitadores universitarios, en Me gustan los estudiantes. La motivaba una
incontenible indignación ante la persistente pobreza y malas condiciones de
vida en las que veía a la mayoría de sus compatriotas”.

Violeta tomó partido por denunciar las injusticias que ella observaba en
su entorno. La canción Arauco tiene una pena, al igual que otras letras de la
folclorista, siguen representando situaciones sociales actuales del país y
confirma lo que la periodista Marisol García comentó en su libro. Esta letra fue
grabada en París entre los años 1961-1963, no hay una fecha exacta. Se supo de
esta canción en Chile cuando en 1971 se editó el disco Canciones reencontradas
en París, a través del sello DICAP. Debe ser la mejor representación musical del
conflicto que aqueja a la comunidad mapuche.

Referente a lo anterior, un extracto de la composición de Parra, Arauco tie-


ne una pena

Arauco tiene una pena


Que no la puedo callar:
Son injusticias de siglos
Que todos ven aplicar.
Nadie le pone remedio,
Pudiéndolo remediar.
¡Levántate, Huenchullán!

Violeta fue una de las privilegiadas, ya que su trabajo fue reconocido y


destacado en el mundo mientras estuvo con vida. Tras su muerte su legado
ha traspasado en el tiempo y crece exponencialmente, considerándola por
muchos como una leyenda en la música chilena.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Capítulo III

Mujeres: Corazones Rojos, Corazones


Fuertes

“Lo que está pasando es que las mujeres están cumpliendo con ciertas condiciones
de carácter y personalidades. Están logrando el objetivo. Como que gracias a
esa personalidad potente que tienen se les ha permitido hacerles el peso a los
hombres. Ellos por la testosterona tienen peso por sí solos, entonces las mujeres
tienen que hacer el triple de pega, que en este caso les favoreció su personalidad”

Matilda Svensson, periodista

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Si se realiza un repaso por la historia musical chilena buscando bandas


lideradas por mujeres o sencillamente intérpretes, se puede encontrar una
variedad de voces que han estado presentes. Comenzando, como se vio en el
capítulo anterior, con Violeta Parra, considerada por muchos de sus pares como
la matriarca de la música nacional, y desde ahí una seguidilla de féminas han
incursionado en este mundo liderado principalmente por la figura masculina,
rol que la misma sociedad le ha otorgado y se ha familiarizado como muchos
otros términos. Como se ha mencionado anteriormente, por instinto, cada vez
que se habla de rock se asocia a la figura masculina. Como expuso Fabio Salas
en su ensayo Mira, niñita, creación y experiencia de rockeras chilenas, sobre el
rock que “ya es un hecho mundialmente asumido que el rock ha sido un estilo,
un negocio y una industria cultural donde la hegemonía de los hombres ha sido
incontrarrestable”.

Cabe destacar que el género rock alberga una variada rama de subgéneros:
blues rock, folk rock, psicodelia, entre otros.

Una de las corrientes donde se puede encontrar variada presencia femenina


es en la Nueva Ola. Pionera en este fenómeno fue Nadia Milton, quien grabó el
primer disco de Rock and Roll en Chile. Otra de las representantes es Cecilia. La
intérprete de Baño de mar a medianoche fue una de las figuras más destacadas
de este corriente. Es considerada como única en su generación, de ahí el nom-
bre de su segundo long play La Incomparable, seudónimo que la acompañaría
por el resto de su carrera. Esta mujer rompió los esquemas sociales de la época
con sus presentaciones provocativas para esos años. Fue una especie de libe-
ración sexual.

Esta actitud en el escenario le traería más de un problema, uno por ejemplo,


fue en su participación del Festival de Viña del Mar de 1965, se vio envuelta en
una polémica: las autoridades de la época le habían recomendado no realizar
su característico paso de beso de taco, inspirado en la técnica de fútbol, consi-
derado en esos años inapropiado que una señorita lo hiciera.

Denise, la rupturista

Mientras los cantantes de la Nueva Ola la rompían con sus éxitos, aparece
en la escena nacional una chica de 15 años que lideraba un cuarteto de rock
psicodélico. Climene Solís Puleghini, el verdadero nombre de Denise, irrumpe
en la escena musical nacional después de ganar un concurso de voz en una
radio. Con su desplante y buen vozarrón ganó. De ahí que Denise nunca más se
alejó de los escenarios. “Entré al mundo de la música popular por un concurso
de radio al que fui con mi abuelo y gané. De ahí ya inmediatamente quería que
esa fuera mi vida”, asegura la cantante.

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En 1969, la intérprete se une a Aguaturbia, grupo nacional que incursionaba
en los sonidos de la psicodelia, con fuertes influencias tanto musicales como
estéticas de músicos como Jimi Hendrix y Janis Joplin. La duración de la banda
no pasó los cinco años, sin embargo, aun sigue en la memoria colectiva. Estuvo
compuesta por la suave y psicodélica voz de Denise, por el destacado, ya para
ese entonces, guitarrista Carlos Corales, quien ya contaba con distintas cola-
boraciones en grupos como Los Jockers, Los Tickets; Willy Cabada en batería y
Ricardo Briones en bajo.

Si bien el cuarteto no llegó a una audiencia masiva, daría de qué hablar,


pero no precisamente por su música. En un momento en que el país tenía
cambios políticos importantes, estos jóvenes causaron revuelo en los medios
de comunicación. Su primer disco titulado Aguaturbia (1970) causó un malestar
en la gente conservadora de la época. La carátula de este mostraba a los cuatro
integrantes sentados desnudos, formando un círculo. La protagonista de esta
historia comenta que “mi mamá y mi padre nunca supieron que íbamos a
hacer una banda de rock, nunca, hasta que salió la foto, mis suegros tampoco,
¡nadie! Y es que nosotros tampoco, porque lo decidimos una vez que grabamos
y nos preguntamos ¿la portada cómo va a ser? Había el gran escándalo de John
Lennon y la Yoko Ono por el disco Two Virgins. Los echaron de Estados Unidos y
yo dije ¿cómo tanto? Yo también me saco una foto así y los cabros: ¡yo también!
El manager de ese minuto era fotógrafo, él tenía unas cámaras y nos dijo que
nos tomaba la foto y en la noche en las piezas que vivíamos nos la sacamos.
No estaba preocupada, nunca lo hice, porque éramos amigos, como hermanos.
Primero estaba parada, así como la foto de Lennon, pero después el fotógrafo
nos guió para sacarla sentada. Así fue, los cabros se reían, se pintaban cosas en
el cuerpo”.

Era el colmo. Presentar a una banda hippie, con una vocalista femenina y
mostrando una portada de desnudos. El álbum los llevó a ser portada del diario
La Segunda el 13 de marzo de 1970. Mostraba en página principal esta carátula
con el título “la carrera promocional para la venta de discos ha producido casos
extremos” (Jorge Leiva. Aguaturbia. www.musicapopular.cl/grupo/aguaturbia/).
Además, se ganaron los calificativos de “sucios” e “inmorales”.

Meses después editaron bajo el sello RCA Víctor su segundo álbum,


Aguaturbia Volumen II (1970), el que trajo consigo una nueva polémica. En esta
oportunidad la portada del disco mostraba a Denise crucificada. Se inspiraron
para realizar esta performance en la obra de Salvador Dalí “Cristo San Juan de
la Cruz”.

Con los cambios imponentes que sufría Chile, decidieron encontrar un


nuevo rumbo en el extranjero. Viajaron en 1970 a Estados Unidos. Ahí estuvie-
ron un tiempo hasta que en 1973 decidieron volver con nueva formación.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Más allá de lo que causaron estas polémicas portadas, Denise marcó un


precedente en el rock liderado por mujeres. Como comentó el escritor Fabio
Salas en su ensayo Mira, niñita. Creación y experiencia de rockeras chilenas, sobre
esta intérprete que rompió esquemas. “Esta artista conjugó muchas cosas que
hasta ese minuto, 1970, no se conocían en la música popular chilena: una pre-
sencia erotizada y exótica, desparpajo y extraversión y una altanería escénica
que nunca se había manifestado en los escenarios locales”.

Denise al ser consultada cómo ve el rol de la mujer en la música rock


comenta que “Hoy en día siento que la mujer está bastante integrada, pero
sigue el machismo. Hoy, en nuestro país maravilloso es bien difícil a veces el
público. Si sale un hombre lindo precioso, lo hace ídolo, si sale una chica linda,
preciosa no le hace el peso al hombre, cuando una mujer, sintiéndome madre
de todas las rockeras en Chile, cantan para un público transversal, todo tipo de
canciones. En Latinoamérica es difícil para una mujer proyectarse, pero es una
cosa de estilo, las mujeres no pueden competir sobre eso”.

La intérprete de Erótica, canción que simula orgasmos femeninos, tenía 17


años cuando se casó con Carlos Corales, guitarrista de la banda, y posó en la
polémica foto del primer disco. Al preguntarle sobre la cosificación de la mu-
jer en la música nacional, la cantante es enfática al decir “no, no bonita. Uno
debe tener talento y demostrarlo, pero eso de bonita no. Flaca, tetas, un pelo
divino, eso no. Además, yo nunca me preocupé de eso, yo lo único de lo que
me preocupaba era de mi voz, y creo que las mujeres de lo único que se deben
preocupar es de ser artistas no más. Porque hay tres definiciones: cantantes,
músicos y artistas. Yo prefiero que sean artistas”.

El rock fusión en voz femenina

La cantante Sol Domínguez es una pieza importante dentro de la música


chilena. Su trayectoria comenzó en 1971 con la banda nacional En busca del
Tiempo Perdido, agrupación que mezclaba nuevos sonidos orientados a la
psicodelia con sonidos latinoamericanos. Además, fue parte y solista de la ópera
que presentaron: Señor. Ninguno cualquiera. En palabras de la protagonista,
para el ensayo de Fabio Salas Mira, niñita. Creación y experiencia de rockeras
chilenas “la temática era interesante porque planteaba a un típico gallo que lo
tiene todo y que no tiene nada, un hijito de mamá que no tenía consistencia en
su pensamiento en esa época. Siempre ese tipo de personas ha estado, en todo
caso. Un gallo vacío, que compra amor, que compra amistad, que compra todo,
pero que nunca termina de llenarse porque no tiene nada en el fondo”.

Posterior a la disolución de la primera banda, la cantante, corista y escri-


tora pasa a ser parte de la banda Sol y Medianoche, cuarteto que mezcló soni-
dos folclóricos con rock. Serían la banda pionera en esta mezcla. Una de sus

45
grandes guías musicales fue Violeta Parra. Integrada por Jorge Soto en guita-
rra, teclados y bajo; Tito Pezoa en guitarra y Nelson Olguín en batería. En su
primer trabajo discográfico Madre Tierra (1983), incorporaron versiones de la
folclorista, pero con nuevos sonidos orientados al rock fusión. Los temas que
incluyeron fueron: Corazón Maldito, Casamiento de Negros y Gracias a la Vida.

El sello que dio Sol a esta banda fue su presentación sobre el escenario.
Como buscaban rescatar los sonidos del folclor, la cultura mapuche y la figura
de Violeta, la intérprete de Turrón de Amor se inmiscuyó en el corazón de la
cultura mapuche. Viajó a comunidades indígenas, para aprender e impregnarse
de las tradiciones, costumbres y poder ganar la confianza de esta etnia.
Recibió la venia espiritual de las autoridades de estas comunidades. Así, en sus
presentaciones, aparecía a pies descalzos, con vestimenta y joyas mapuches: un
trarilonco (es una joya de plata que se utiliza en la cabeza en forma de cintillo,
específicamente en la frente. Representa la claridad de un buen pensamiento,
sabiduría y reflexión) y trapelacucha (es un adorno femenino. Su función es
adornar el pecho de la mujer. Es una de las joyas más antiguas. Se representa la
esencia de la vida).

Sol Domínguez contó la historia de cómo nace la idea de esta representación


en el ensayo del escritor Fabio Salas, aportando además, de cómo por ser
mujer no podía opinar en una banda masculina: “Yo recuerdo haber entrado
a un restaurante con los chiquillos, que era del papá del otro bajista, que
no recuerdo en este minuto cómo se llama, pero que fue bien conocido en
su tiempo. Este restaurante estaba en San Diego, muy inspirado en la cosa
campesina y de repente yo le digo a los cabros: ‘¿Saben qué? Aquí falta una
identidad en el escenario, no podemos seguir tocando con cualquier vestidito,
yo no puedo seguir así’. Ya estaba cantando a pie pelado. Entonces empiezo a
mirar, a pensar y les dije: ‘La identidad tiene que ser propia, nuestra, no de
afuera’ y ahí se me ocurrió el trarilonco y el trapelacucha, porque tenían que
ser joyas femeninas. Les digo: ‘Ya lo tengo, necesito que alguien me ayude a
hacer un cintillo’. La cosa es que el hermano de Poncho Vergara era artesano y
él me hizo el primer trarilonco, a martillo, con unas monedas del año 70 donde
sale Lautaro. Y un trapelacucha que me hizo como mejor se pudo no más en
ese tiempo. Y bueno, obviamente que me cuestionaron ene, porque ‘¡Cómo se
te ocurre! ¡Qué tiene que ver esto con lo que hacemos!’. O sea, no, ya a pata
pelada era suficiente, porque verdaderamente en el grupo no había ningún
interés porque me destacara, porque primero que nada, irrumpí en un grupo
que estaba haciendo otro proyecto y donde no había mujeres. Entonces casi
no tenía derecho a opinar. Si no fuera por el amor que me tenía esta pareja
(Jorge Soto) y que a través de ese amor yo podía decir: ‘Me gustaría hacer esto,
¿puedo?’. Pero a ese nivel”.

Los jóvenes tomaron a esta banda como una voz. Encontraron en ella ras-

46
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

gos de la Nueva Canción Chilena. Inclusive estuvieron censurados en algunos


lugares para la época de dictadura por agitar a las masas.

Las nuevas generaciones

Durante la dictadura, la cultura tuvo un quiebre importante y significativo.


Se prohibió cualquier tipo de manifestación artística. Hubo un estancamiento
importante de artistas.

Sin embargo, esta época aportó y ayudó a la reactivación del pop y a


demostrar que las mujeres podían ocupar otro puesto dentro de las bandas, no
solo de coristas. Algunas de las voces que irrumpieron en esa época son Arlette
Jequier, vocalista de Fulano quien impondría el estilo Jequier, por su estilo y su
sello al cantar. Esta mujer sería inspiración para muchas otras posteriores. El
grupo Nadie, integrado por Isolina Soli, Lucía Shia y Francisco Chachi Arbulú,
hermanos españoles que fueron parte de este boom pop que crecía en Chile.
Hay que destacar que Shia fue la primera vocalista del grupo La Ley, y así se
puede encontrar una variedad de nombres de mujeres que comenzaron a
incursionar en la música pop.

Luego llegarían los 90’, época que vio un reflorecimiento en la música


nacional con la vuelta de la democracia. Si bien los sellos buscaban invertir
poco y ganar mucho, nacen bandas lideradas por mujeres o sencillamente los
nombres de estas comenzaron a rodar en el circuito. Nombres como Javiera
Parra y los Imposibles, Nicole, Venus, Mamma Soul y las poperas Supernova son
algunos que dan inicio a este nuevo ciclo. Como comentó Salas en su ensayo “se
podría afirmar que no hubo espacio donde no aparecieran artistas mujeres en
roles de instrumentistas o cantantes, pero este derrame de artistas femeninas
revelaba también el comienzo de una etapa donde ellas ocuparon lugares
tradicionalmente reservados a los hombres”.

Con esta base, ya en el nuevo milenio, y con los nuevos actores sociales como
el feminismo, la presencia femenina se ha hecho notar más. Iván Valenzuela,
periodista, comenta que “lo que veo es que hay muchas mujeres en situación
de privilegio. O sea, donde está Gepe, Manuel García, Francisca Valenzuela y
Camila Moreno. Sí existen Pedro Piedra, Javiera Mena. Hay una cosa mucho
más equiparada, pero es porque las mujeres también desarrollaron algunas
herramientas que no estaban en los grupos anteriores, por ejemplo: en los 80
había un grupo que se llamaba Las Cleopatras que era un grupo producido por
Jorge González, pero donde entiendo que Jorge hacía todo. Yo no me acuerdo
muy bien, yo las vi actuar una vez y no me gustaron, pero entiendo que Jorge
hacía todo, era el compositor de las canciones, era el motor creativo. Francisca
Valenzuela es su propio motor creativo y la Javiera Mena también, y la Camila
Moreno ni que hablar, se entiende. Ahí me da la impresión de que en toda la

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música popular, a través de toda la historia siempre ha sido, como dice el dicho,
‘el que pone la música baila con las minas’. Porque el que crea la canción, el
motor creativo, siempre es el que manda, y dispone quién va a ser la figura, y
así es desde Paul McCartney hasta Javiera Mena y Camila Moreno”.

Sin embargo, si bien se ha mostrado más interés por descubrir nombres fe-
meninos en la música chilena, siguen existiendo tratos diferenciadores o sim-
plemente discriminatorios por ser mujer en un mundo liderado por los hom-
bres. Son ellas, las protagonistas, las que comentan las situaciones vividas en
su carrera.

Yorka Pastene, vocalista y guitarrista del grupo pop Yorka, hace la reflexión
de cómo ve a las mujeres actualmente en la música nacional. “Actualmente
existe como una especie de primera o segunda generación de mujeres traba-
jando constantemente en la música. Encuentro que recién hace muy pocos
años, me arriesgaría a decir que desde el 2009 en adelante, de a poco han ido
saliendo pequeñas agrupaciones o pequeñas mujeres libres que están hacien-
do música. Ahora, hace uno o dos años atrás el tema del feminismo está muy
presente y las mujeres están buscando sus derechos, su igualdad, sus espacios.
Por eso yo creo que se ha generado también una alianza entre nosotras mismas
que permitió también visibilizarnos más, pero a pesar de eso, yo creo que antes
del Ruidosa todavía no existía una consciencia de que en verdad nosotras no
estamos contadas”.

Además, cuenta algunos casos de machismo que le ha tocado vivir. “Yo


siempre estaba a cargo del proyecto, del trabajo de oficina. Cuando partimos,
hace como tres años atrás, empecé a mandar correos buscando prensa, bus-
cando que me pescaran y mandaba siempre los correos firmados por mí misma
y un día como que te empieza a llegar el rumor de que no es tan bueno que
uno se haga propaganda sola. Entonces yo dije ‘ya, voy a cambiar mi nombre
para que me pesquen’ y no sé por qué me puse nombre de hombre, porque a
todo esto llegó el Pancho al grupo (guitarrista de la banda) y yo firmaba como
Francisco. Cualquier cosa este hombre existía, entonces mandaba los mismos
correos, a las mismas partes, pero firmado por Francisco y me los respondían.
Me respondieron más correos que cuando los firmaba con mi nombre. El mis-
mo correo, el mismo contenido, pero firmado por Francisco”.

Otra banda de la nueva generación de mujeres en la música es Amanitas,


quinteto que mezcla sonidos del rock alternativo y dreampop. Compuesta por
cinco mujeres: Lorena Guerra, en guitarra y sintetizador; Josefa Hidalgo, en
guitarra y voz; Natalia Pérez, en batería y voz; Manuela Reyes, bajo y Paula
Rojas en teclados.

Lorena (Lou) explica cómo fue para la banda enfrentar el mundo musical.

48
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

“Para la gente llamaba más la atención porque éramos un grupo de mujeres,


pero querían saber si realmente tocábamos, o ese tipo de mirada, como que
nos van a ver no porque ‘que bacán la música’, sino que van a ver qué hace-
mos. Eso siempre estuvo, de un principio, y creo que va a seguir estando por
un tiempo más, porque el cambio del machismo en la sociedad completa está
recién empezando y va a ser un proceso largo. Todavía hay gente que vive ma-
chista. Eso fue al principio, eso sentíamos, pero todo lo hicimos de forma muy
natural y no nos importaba mucho esa mirada de la gente. Después cambiaba
harto la opinión”.

La intérprete opina sobre la segregación en el ambiente musical entre sus


pares: “sí, un poco todavía, nos ha pasado, pero yo creo que es algo de que son
seres humanos y el tema del machismo y de discriminar un poco a la mujer
todavía está latente. Pero no todos los hombres son así, tengo compañeros y
colegas músicos que no piensan así, te ven como un par. Pero hay también mu-
chos que no y que de repente las felicitaciones son como ‘oh, qué tocan bien,
tocan como hombres’, ese fue un comentario que nos hicieron una vez y fue
cómo ¿me tengo que sentir alagada por eso?, y ese tipo de cosas o, por ejemplo,
cuando sacamos el primer disco nos preguntaban por las baterías, por la técni-
ca de la Naty, o por cómo suenan los deditos de la Manu que son bien potentes,
que suenan bien bacanes, es una mujer con cojones en el bajo, pero eso no lo
pueden entender”.

Manuela, bajista de la banda recuerda un comentario: “Buena, tocas como


hombre’, pero igual siento que sobre todo con el tipo de música que hacemos
como que ya casi que es obligación de las bandas tener una bajista mujer si es
una banda de hombres, así como The Smashing Pumpkins. Como que en el bajo
no es tan cuático, yo siento que en la batería es más raro, sobre todo porque hay
que pegarle fuerte. Como que dicen que todos piensan que para ser baterista
hay que ser como musculoso y gigante, para pegarle con fuerza y en verdad
como que la energía que uno tiene sale del cuerpo que sea. Puede salir fuerte,
aunque sea un cuerpo pequeño de mujer, como que no tiene nada que ver”.

#MeToo

Tras conocerse en los últimos años los hechos de violencia en contra de


la mujer que se han dado en el mundo, han surgido distintos movimientos
sociales en contra de estos actos. En Chile, se formó la corriente #niunamenos,
tendencia que lucha por los derechos e igualdad de la mujer.

Dentro de este contexto, cada día salen a la luz nuevos casos de diferen-
tes tipos de agresión hacia el género femenino. En el último tiempo fueron los
casos de abuso sexual dados a conocer por distintas actrices de Hollywood,
quienes habían sido agredidas sexualmente por el productor Harvey Weins-

49
tein. Como una forma de apoyar a las víctimas, la actriz Alyssa Milano viralizó
el hashtag #MeToo (#AmiTambién), alentando a que las mujeres contarán sus
episodios de acoso o violencia.

Este movimiento tiene existencia desde hace 10 años y fue impulsado por
la activista Tarana Burke en 1996. Esta corriente nace cuando Burke trabajaba
en un campamento de niñas y se enteró de un testimonio de abuso por parte
de un familiar. De esta forma nace Me too Movement (Movimiento yo también)
orientado para mujeres y niñas que han sido víctimas de abuso o de explotación
sexual.

En 2006, Tarana organizó una iniciativa en conjunto con la organización


donde ella es fundadora, Just Be Inc. Si bien esta se centra en el empoderamiento
de las mujeres jóvenes de color, la misión de esta idea era abarcar a todos los
que se identifiquen como personas y a los que no se consideran tener un género
establecido.

Una de las artistas nacionales más importantes dentro de la escena pop


también se sumó a esta campaña. Francisca Valenzuela, en octubre de 2017,
fue una de las mujeres que comentó en su cuenta de Facebook los episodios de
violencia y cosificación que le ha tocado vivir en el mundo de la música:

“YO TAMBIÉN”. #METOO

“Cuando me dijeron mejor sácate la ropa y haz un calendario en vez de cantar


y hablar tanto; cuando me toquetearon en conciertos, tanto como artista pasando
por el público como espectador asistente; cuando me dicen qué esperas si usas esas
calzas tan apretadas; cuando me pidieron matrimonio en una reunión, al frente de
una mesa de ejecutivos, en una situación ‘chistosa’ como para convencerme frente a
una decisión; cuando, de paso en un hotel durante una gira, me dieron de regalo un
masaje y el masajista trató de aprovecharse de mí; cuando me sobaron la espalda o
hicieron masajes sin que lo pidiera o sin que fueran mis amigos/familiares durante
reuniones laborales; cuando me preguntaron si hice ‘favores’ para conseguir ciertas
cosas en mi carrera y cuestionaron mi talento y capacidad de trabajo; cuando me
han gritado ‘mueve la colita y sácate la ropa’ en el escenario (rara vez he visto que
se lo griten a mis contrapartes masculinos); cuando me han dicho personas des-
conocidas, de manera irrespetuosa y sin preguntar, dame un besito, yapo, que te
cuesta, pero déjame abrazarte y darte un beso, tironeando mi cuerpo; cuando un
colega o profesional de mi industria me ofreció una oportunidad laboral importante
pero a la hora de yo decirle que tenía pareja, me des-invitó y quitó la oportunidad,
tratándome totalmente diferente al saber que no estaba ‘disponible’; cuando en la
prensa me han preguntado ‘¿no eres el producto de un manager o un sello?’ asu-
miendo que no compongo, creo, controlo propia carrera; o ‘¿no será que tu frivolizas
la música? ya que veo que te gusta la ropa o sacarte fotos y que haces esos pasitos

50
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

como mírenme, mírenme con el hombrito pa’ acá y pa’ allá’ sin haber conocido mi
cuerpo de trabajo ni ver que eso es un tremendo doble estándar; cuando me dijeron
una y otra vez, cálmate, a nadie le gustan las niñas enojonas o difíciles y no quieres
caer mal; o hazte la lesa no más, mira para el otro lado, si así son las cosas; cuando
te infantilizan o objetivizan; cuando nos siguen en la calle y/o te gritan cosas que no
hemos pedido; cuando te dicen ‘ay si total se juntan a quejarse nada más’ a la hora
de alzar la voz y visibilizar historias y testimonios de mujeres en mi industria de la
música (por ejemplo, cuando comento sobre mi intención y raciocinio tras Ruidosa
Fest)”.

“Yo creo -agrega- que desde el hoy, con mayor madurez, edad y experiencia
-y seguridad en mí misma- miro para atrás y puedo darme cuenta de cosas que
han pasado. Cosas que siguen pasando. Y yo he tenido mucha suerte y he tenido
a mi alrededor a familia, amigos, seres queridos y colegas que me han apoyado,
enseñado y protegido”.

“Pero hoy sí puedo identificar, ponerle nombre, decirlo con palabras. Muchas
veces pasaban cosas y me sentía confundida, incómoda y paralizada. No sabía qué
hacer. No sabía cómo decir, ‘no haga eso, etc.’ y defenderme y seguir adelante con
la reu/entrevista/conversación/concierto/etc. Y creo que esto pasaba porque sentía
que el problema era YO. Que la inadecuada era yo. Que la insuficiente era yo. Que
yo, la niña, la mujer, la debilucha, la miedosa, era la que no sabía y que tenía que
saberlo todo. Hacerlo todo. Y nunca equivocarse. Internalicé la cultura patriarcal
y justificaba la incomodidad, lo inapropiado, la sensación inseguridad e incerti-
dumbre con: esto lo hacen porque soy débil, porque soy un fraude, porque pueden
manipularme, porque me dejo manipular”.

Continúa Francisca Valenzuela: “Además muchas de estas instancias suce-


den en una dinámica de poder -las personas que hacen estas cosas y exhiben este
comportamiento -ya sea una pareja, o personas con que trabajas- las admiras, te
pueden ayudar u ofrecer cosas, los miras hacia arriba y están en una posición de
importancia. Y cuando sucede algo que te deja confundida e incómoda, paralizada,
en alerta, siempre es como: para qué armar problema, no estoy ni segura de esto, si
esta persona tiene experiencia, él sabe, entonces ¿yo qué sé? Y si digo algo, si hago
algo, pongo en jaque esta relación, pongo en riesgo esta reunión, oportunidad, etc.
Básicamente, pa’ qué hacer problema y cagarla más y darle a esta persona/institu-
ción más razón para no darme esa oportunidad/escucharme/no caerle bien/etc.”

“En fin. Estos son algunos ejemplos que se vienen a la cabeza mientras tipeo
esto en el compu después de ver los testimonios y comentarios de múltiples
mujeres alrededor del mundo -incluyendo mis familiares, amigas, y colegas. No
me sorprenden los testimonios. Me horrorizan, me dan rabia, me dan tristeza.
Pero no me sorprenden. Porque para nosotras, lamentablemente, es obvio que
esto pasa. Hemos aprendido a esquivar miradas, toquetones, gritos. A estar

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exigidas, ‘disponibles’ y desechables. Hemos aprendido a navegar conversaciones
inapropiadas. Muchas mujeres están en riesgo -por sus vidas y seguridad- día
tras día alrededor del mundo entero. No podemos dejar de escuchar y mirarlas y
AYUDARLAS. #niunamenos #vivasnosqueremos. Pero HOY, al ver el mundo digital
rebalsar con #MeToo y #Yotambién, soy recordada de cuánto me enorgullece,
emociona e inspira la valentía y fuerza de las mujeres. De las que conozco y las
de mi comunidad; las que no conozco y admiro de lejos; las que están todos los
días luchando y haciendo algo por sus familias, vidas, carreras, países y planeta.
Cuántas historias y realidades son aún invisibles. Esto es la punta del iceberg y de
lo que tenemos al alcance. Tenemos que ir cambiando y transformando la cultura
patriarcal, una historia a la vez”.

Francisca Valenzuela ha tomado un rol importante dentro de la escena


nacional. Aparte de ser una defensora de los derechos de la mujer, ha creado el
espacio para visibilizar y enseñar el trabajo de esta en la música, la compositora
es la creadora del Ruidosa Fest.

Otra intérprete nacional que se unió a este hashtag fue Denisse Malebrán,
vocalista del grupo pop Saiko, quien también a través de Facebook contó su
historia relacionada a acoso cuando adolescente y en su carrera como músico:

“He leído con mucho respeto y admiración cada uno de los relatos de destacadas
mujeres que han expuesto sus vivencias para personificar lo que significa ser mujer
en un espacio de constantes abusos y vulneraciones. Pues acá va el mío:

A mí también me esperaba un tipo escondido tras un poste de alumbrado público


en mi calle para salir de improviso y tocarme los pechos, cuando todavía no cumplía
los 12 años.

También se paraba un tipo en la micro para frotar sus genitales en mi hombro,


a vista y paciencia de otros adultos que parecían no inmutarse, cuando iba en la
media. De mi también intentó aprovecharse un ‘colectivero’, que ponía seguro en las
puertas y trataba de seducirme con música romántica (de muy mal gusto además).
También se subió un hombre a un ascensor y apago las luces cuando nos quedamos
solos, solo con el objetivo de asustarme y ver mi reacción. También me ofrecieron
grabar discos señores mayores, coqueteando con la idea de acompañarlos a un
viaje, cuando aún yo era una menor de edad.

También me agarraron el poto, no una, decenas de veces y hasta un policía tuvo


la mala idea de acosarme en mi trayecto al colegio, como si el uniforme no fuera
suficiente limitante para desatar sus pasiones.

Pero no sólo la violencia física me acompañó en mi sexualidad desde que era


una niña. También me trataron de ‘fácil’, ‘puta’, ‘callejera’ o ‘suelta’ cuando le

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

gusté a un niño que era objeto de seducción de otra vecina. También me inventa-
ron historias, en las que el final siempre era el mismo: todos habían tenido acceso
‘carnal’ desde muy temprana edad con una Denisse adolescente. Ya perdí la cuenta
de cuantos pololos, supuestamente, tuve. Cifra escandalosa en esos años, que sería
objeto de risa para cualquiera de esta generación.

A mí también me juzgaron por quedar embarazada a los 19 años. También


desahuciaron mi futuro por ser mujer y sencillamente pusieron ‘dueña de casa’
en la inscripción del matrimonio a la fuerza, respetando el título de estudiante
universitario sólo para el padre de la criatura.

Cuando comencé a trabajar de manera profesional también me pusieron a dieta


y me mandaron a ver un doctor que daba pastillas para adelgazar. También se me
insinuaron innumerables ‘productores’ y era unánime que mi lugar dentro del
grupo me lo había ganado por mi físico, no por mi talento.

He escuchado tantas veces que las canciones ‘me’ las hacía un otro de sexo
masculino. Primero fue uno (que por cierto sigue diciendo que es así JAJA), después
otro y a medida que ya no están dentro de mis proyectos, y sigo componiendo, van
asomando nuevas teorías de como llegué hasta donde llegué. ¡Por supuesto que la
explicación de SIEMPRE es que algo tuvieron conmigo! Y que embobados bajo mi
seducción, terminaron pasándome sus obras en agradecimiento a mis capacidades
amatorias. Tan simple que suena ;)

#AmiTambien me juzgaron por emparejarme con un compañero de banda (y


corrieron a acusarme al sello y manager).

Sólo a mí eso sí, porque nunca he escuchado que hablen mal de mi compañero
por haberse involucrado con una chica 11 años menor y ver el ‘aprovechamiento’
que sí supieron detectar en mí. No. Sólo yo he sido la maraca, que no tuvo un hijo con
esa pareja de 5 años, no, tuve con todos (jajajaja) y es frecuente leer comentarios
que asocian mi carrera al éxito de otros (hombres) como si mi trayecto sólo depen-
diera de ese hecho puntual.

A mí también me condenaron por acusar un pedófilo. Aunque lo hice a puertas


cerradas frente a un importante director que ya no vive para contarlo, lo hice en la
más absoluta de las reservas por la gravedad que tenían los hechos e involucraba a
un menor de edad. Sin embargo a mí se me persiguió y denigró de manera despectiva
(una vez más la: puta, aprovechadora, despechada, loca, trepadora, sin vergüenza
etc, etc) discurso con el cual hasta el día de hoy re-aparece algún amigo/a desde
su lugar de poder (director de TV, asesora de moda, productor/a) que se siente con
el derecho a desprestigiarme por el solo hecho de haberle creído a un niño y no al
adulto. A mí también me cerraron las puertas y terminé siendo el objeto de juicio,
y no el victimario. Claro, porque es obvio que una mujer se busca eso. De calientes

53
y también de despreocupadas. Y vamos dándole patadas en el suelo, porque una
mujer que saca la voz es un peligro, si el grito menciona a uno de los suyos. Más aún
si es un varón.

#Amitambien me destrozaron cuando subí de peso. Y en estos 20 años de


carrera en los que tuve 2 embarazos, no se me perdonó el que no me ‘preocupara’ de
regresar a mi forma original, como si la fuerza interpretativa o capacidad creativa
provinieran de la figura que tuve a los 22 años, momento en que me vieron debutar
en Saiko.

También me han maltratado por tener posturas de cualquier índole y ocupando


el mismo cargo que han ocupado otros (Señores muy respetables) me he llevado
los más gruesos insultos acusándome de falta de méritos propios para estar donde
esté, que lógicamente tiene la misma explicación sobre mi participación: respuesta
a favores sexuales que yo realizaría.

#AmiTambien me han hecho sentir un envase y he ligado con la condena de


cumplir años arriba de un escenario, pero no es el impacto del juicio lo que duele,
sino lo acostumbrados que estamos a ver que se nos trate así, como si lo natural
fuera ser medidas bajo tallas establecidas y formas que no se pueden modificar, a
salirse de regla, de decir lo inapropiado o mostrar más de la cuenta, o simplemente
ser como uno es, enfrentando el castigo de un tribunal cruel y cómplice de cada
una de estas torturas. #AmiTambién me cansa y por eso he dedicado estos párrafos
esta tarde, para que nuevas generaciones no repitan el engranaje de esta cadena
torcida, en la que la valorización femenina está totalmente equivocada y dejemos
de sufrir el acoso de ‘machos alfa’, que no representan la masculinidad del resto,
que sí respeta nuestro libre derecho a ser la mujer que queremos ser.

#Metoo”

Otro de los hashtag que se generó a raíz de este mismo es el #MenoMore,


donde trabajadores relacionados a la música australiana relataron en una carta
los distintos tipos de abusos que habían sufrido. Quien viralizó esta nueva eti-
queta fue la cantante y compositora australiana Courtney Barnett. La carta fue
publicada por el sitio The Industry Observer.

A continuación un extracto de la carta original con su interpretación:

#meNOmore: An Open Letter to the Australian Music Industry

TRIGGER WARNING: This Open Letter contains stories involving mental health,
trauma, sexual assault and/or violence which may be distressing to readers.

In recent weeks, as Hollywood carried the torch of Tarana Burke’s #MeToo mo-

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

vement and stories started breaking around the world, we found ourselves offering
strength to our friends and colleagues who had their own stories to share – both
publicly and in whispered circles. It’s become clear that the magnitude of #MeToo
extends to our own shores and to our own industry.

We are women who work in the Australian music industry. We are artists, mu-
sicians, managers, lawyers, booking agents, record label employees, publicists and
more.

We all have our own stories, or know someone who does. We are not whingers
or vibe-killers. We are passionate people dedicating our lives to music. In the face
of uncountable discrimination, harassment, violence, and the general menace of
sexist jargon, we have gritted our teeth and gotten on with the job. But today we
say, no more.

Here are just some of the stories we’ve been able to share. They range from the
tragic, to the horrific, to the every-day norm.

-After winning awards at a national high school music competition I was


recruited by an Australian musician to study with him. It turned out that I was to be
groomed and sexually abused over many months. He told me that he selected girls
for awards at the competition on the basis of their looks. The abuse triggered years
of struggles with my mental health. I quit music years ago.

***

-My head has been pushed towards a colleague’s crotch and held there despite
me saying no.

La traducción de esta carta al español es la siguiente:

#meNOmore: Una carta abierta a la industria musical australiana.

ADVERTENCIA: Esta carta abierta contiene historias que involucran salud


mental, trauma, agresión sexual y/o violencia que pueden ser angustiosas para los
lectores.

En las últimas semanas, mientras Hollywood llevaba la antorcha del movimiento


#MeToo de Tarana Burke, y las historias comenzaron a dar la vuelta al mundo,
nos encontramos dando apoyo a nuestras amigas y colegas que tenían sus propias
historias para compartir, tanto en público como en círculos cerrados. Está claro que
la magnitud de #MeToo se extiende a nuestras propias costas y a nuestra propia
industria.

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Somos mujeres que trabajamos en la industria musical australiana. Somos
artistas, músicos, gerentes, abogados, agentes de reservas, empleados de disqueras,
publicistas y más.

Todos tenemos nuestras propias historias, o conocemos a alguien que sí las


tiene. No somos melodramáticas ni aguafiestas. Somos personas apasionadas,
que dedicamos nuestras vidas a la música. Frente a la discriminación imparable,
el acoso, la violencia y la amenaza general de la jerga sexista, hemos apretado los
dientes y hemos seguido con el trabajo. Pero hoy decimos, no más.

Estas son solo algunas de las historias que hemos podido compartir. Van desde lo
trágico, a lo horroroso y a lo “cotidiano”.

***

-Después de ganar varios premios en una competencia nacional de música, de


la escuela secundaria, fui reclutada por un músico australiano para estudiar con
él. Resultó que fue arreglado, y fui abusada sexualmente durante muchos meses.
Me dijo que seleccionó a las chicas ganadoras de la competencia en función de
su aspecto. El abuso desencadenó años de problemas de mi salud mental. Dejé la
música hace años.

***

-Mi cabeza fue empujada hacia la entrepierna de un colega y fue mantenida ahí
a pesar de que dije incontables veces que no.

Estas experiencias de mujeres reflejan parte de lo que viven en la escena


musical, sin generalizar, al enfrentarse a un mundo masculino. Además, las
cartas escritas con el #MeToo y #meNOmore reflejan parte de la violencia que
viven las mujeres a diario. ¿Cómo no cuestionar la supremacía masculina en la
sociedad cuando se dan a conocer estos hechos?

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Capítulo IV

Las mujeres en el escenario

“Ahora se está hablando recién de cuando faltan las mujeres, que recién está
empezando ese diálogo de que faltan mujeres, ya estamos generando, estamos
perpetuando. Es un fenómeno no solamente de la música, sin duda, sino que
mundial y se ve reflejado aún más en otras áreas. Nosotras probablemente ya
estemos hablando desde un lugar de privilegio, porque somos personas que ya
nos estamos desempeñando en áreas creativas, pero sí creo que es un fenómeno
histórico desde siempre y Chile ha sido parte de eso igual que todas las otras
culturas del mundo también”

Francisca Valenzuela, cantante

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

La desigualdad que sufre la mujer en la sociedad se viene conociendo desde


hace algunos años. En distintas áreas se ven discriminadas solo por el hecho
de ser mujeres, un ejemplo de esto es la diferencia en el área laboral. La brecha
que existe en los sueldos o la diferenciación de ocupación de ellas en puestos
importantes dentro de una empresa, son un claro ejemplo de lo anterior.

El diario El Mostrador, en un artículo de febrero de 2017, muestra una


encuesta realizada en 2016 por Page Executive a 100 empresas que facturan en
promedio anualmente entre 20 a 200 millones de dólares. El estudio arrojó
como resultado que tan solo el 16% de los puestos ejecutivos son ocupados
por mujeres. Esto se ve más representado en los rubros como la minería,
construcción, metalurgia y productivo o industrial. Los cargos de gerencia,
comerciales, producción y operación son los que tienen mayor representación.

Esto se debe a que los cargos más ocupados por mujeres en estas áreas se
remiten a: secretaria, compras o atención al cliente. Y en términos de sueldos,
la diferencia puede llegar a un 15% cuando se habla de la misma ocupación e
industria, incluso puede llegar a un 25% cuando son cargos de gerencia.

Las últimas cifras dadas a conocer por International Business Report en 2016,
realizado por la consultora Grant Thornton, arrojó a nivel mundial que la ocu-
pación de la mujer en cargos de alta dirección bordea el 24%, mientras que en
América Latina, la cifra cae a un 18%, y en Chile llega a un 15%.

Nathália Molteni, Directora Asociada de Page Executive señaló que “algunas


de las causales de la baja participación femenina en el mundo laboral, princi-
palmente en cargos ejecutivos, corresponde a temas relacionados con la ma-
ternidad y los desafíos que implica culturalmente cumplir con ambos roles: ser
madre y ser profesional, y que muchas veces incluye dificultades relacionadas
a sus dependientes, tanto en términos de logística, horarios, distancias, entre
otros. En Chile se ha hablado e incentivado cada vez más estructuras de trabajo
con horarios flexibles, teletrabajo, medias jornadas, pero son pocas las em-
presas que lo implementan”.

En nuestro país, la situación no varía. Las mujeres solo ocupan el 38%


del total de la fuerza laboral. En industrias como metalurgia, minería y
constructoras, las mujeres en puestos de gerencia están en áreas como
Recursos Humanos y Finanzas.

Este estudio demuestra el rol que la sociedad ha asignado a la mujer, otor-


gándole el cuidado de los hijos y familia, restringiéndoles oportunidades para
desempeñarse.

En el mundo de la música las cosas no son tan diferentes. En junio de 2016,

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Jessica Sobhraj, presidenta de Women in Music (organización sin fines de lucro
que se encarga de promover la conciencia, igualdad, diversidad de la mujer en
distintas áreas) declaró a la Agencia AFP, en Miden, el salón internacional de la
industria celebrado en Cannes, que “la desigualdad entre hombres y mujeres,
tanto en términos de presencia, como a nivel de los salarios, sigue siendo un
problema en todos los sectores, incluyendo el de la música”. Además, agregó
que “estadísticamente, hay muchas menos mujeres presentes en los festivales
y al frente de las compañías de discos”.

En Chile, un estudio realizado en 2017 por Natalia Suazo (Natisú) y Martina


Piña, para Ruidosa Fest, festival organizado por la cantante nacional Francisca
Valenzuela, sondeo que se publicó en la plataforma digital Somos Ruidosa,
espacio creado para visibilizar el trabajo de las mujeres en distintos artes,
demostró la desigualdad en la música.

Tras la pregunta ¿Cuántas mujeres tocan en festivales latinoamericanos


hoy? La respuesta es que cerca del 80% de las presentaciones en festivales
latinos son masculinos. Por ejemplo, en Chile, el festival Fauna Otoño de 2017
no tuvo ninguna banda o solista femenina, lo mismo ocurrió el año anterior
con Rock en Conce.

La periodista Marisol García, al ser consultada sobre la poca participación


de las mujeres en distintos festivales expone que “creo que basta mirar el cartel
de los festivales para reconocer un predominio masculino. Falta conciencia
de una creatividad distinta a la convencional, por donde suelen circular las
cantautoras y las bandas de mujeres más interesantes”.

Femfest, el primer festival hecho por y para las mujeres

El trabajo de la mujer en el mundo de la música viene desde tiempos


antiguos, desde los salones decimonónicos. Este trabajo se ha intensificado
con el paso de los años, no solo en la composición y en la interpretación, sino
que también buscando espacios para difundir la música creada por mujeres.

Sin embargo, existen instancias de las que poco se habla y que vienen desde
hace más de diez años abriendo espacios y visibilizando el trabajo de la mujer
en la música, uno de ellos es Femfest, festival autogestionado en un principio
y que hoy ha postulado a crowdfunding para su realización. Su primera versión
se realizó en el ex cine Montecarlo de Santiago, en el año 2004.

Cuando decidieron reunirse las participantes de Femfest coincidieron en que


todas habían sufrido algún tipo de discriminación. Carola Ozaus, coordinadora
de este festival explica que el evento se creó para satisfacer una importante
necesidad “Femfest se crea en 2004 y nace más que nada de un malestar, de

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

una necesidad de poder tener un espacio amable, seguro e independiente


donde nosotras pudiésemos expresar nuestra forma de hacer música sin
necesidad de depender de ninguna banda y donde no hubiera discriminación,
ni violencia ni abajo ni arriba del escenario (…) fue una forma súper espontanea
de agruparnos. No es que hayamos dicho ‘oye, vamos a hacer el festival por
más de diez años. Vamos a hacer el primer festival de mujeres, hecho por y
para mujeres’”.

Este festival ya lleva 13 años y hoy existe la Coordinadora Femfest, que se


encarga de organizar este encuentro. Además, esta agrupación ha realizado
otras exposiciones en otras ciudades de Chile, como en Temuco y Concepción.

En un comienzo, solo se podía encontrar mujeres haciendo rock, hoy


participan de distintas áreas, como el teatro; ciencias políticas o la filosofía.
La coordinadora rescata que “algunas llegan acá a ejercer el feminismo, otras
a ejercer el anarquismo, otras llegan a buscar un espacio seguro para usar sus
expresiones, y distintas posturas políticas. Obviamente no te vas a encontrar
en Femfest con alguna fascista, homofóbica ni racista, aquí convergen distintas
miradas”.

Femfest ha participado en distintas instancias, como en las manifestaciones


de los estudiantes en el 2011, o en el liceo Carmela Carvajal. Una de las inter-
venciones más significativas que ha tenido el festival, fue poder realizar un
ciclo de tocatas en la cárcel de San Miguel, donde posterior a su presentación
salieron algunos proyectos de música, como por ejemplo de rap. Además, en
2016 incluyeron un bloque inclusivo, trabajando así con la comunidad sorda.
Las bandas, mientras tocaban, eran interpretadas por dos personas que hacían
el lenguaje de señas. Este año decidieron que todo el festival fuese así: conver-
satorios, las tocatas, talleres, anfitriones, incluso toda la información estaba
también escrita en sistema braille.

Carola Ozaus, además, recalca lo poco que se conoce y se habla de este


festival, ya que está fuera de la industria musical, no buscan generar ganancias
a través de esto y del estigma que la sociedad ha impuesto al rol de la mujer. “La
industria desconoce la existencia de Femfest, es decir, en un libro de la historia
de la música oficial, o en estos premios de la música que se hacen jamás ha
habido reconocimiento a la trayectoria del Femfest, y es porque somos mujeres,
porque si este fuera un festival de hombres desde hace 14 años, seguro ya
estaría premiado de alguna manera. No estoy diciendo, quiero que se entienda
bien, no hablo que odie a los hombres, estamos hablando de un sistema que
está hecho así, y de que la mujer es invisible, que la mujer es débil, que tiene
que criar a los hijos y cuidar a la familia, proteger la familia y hablar de amor,
entonces es raro que veas a una mujer tocando la guitarra eléctrica y salga de
noche y esté hablando temas que son importantes para ellas, temas como por

61
ejemplo el aborto”, afirma.

Con las cifras dadas a conocer por Ruidosa Fest y por las experiencias de
ellas mismas siendo músicos, la coordinadora explica cómo ve el escenario de
la participación de las mujeres en festivales y cuál es el aporte de este “no-
sotras no solamente mostramos el trabajo de las bandas. El festival no es un
show, no es una productora, no buscamos ganar dinero, estamos intentando
mostrar música independiente y que no va a haber nadie que nos pague por lo
que tenemos, por lo que no tenemos que decir y trabajamos desde la autono-
mía, esta es nuestra moneda de cambio, creo que es posible. Yo he viajado a
otros festivales en el extranjero y se sabe del Femfest, y así es como se amplía
el circuito, ahora no es necesario ser de sello discográfico famoso para sonar
en las radios, hay otras formas de hacer música, obviamente no a la altura de
la industria masiva y explotada. El aporte es que no trabajamos con los este-
reotipos, aquí no te vas a encontrar con las mujeres de dos metros, así como la
Femme Fatale o la superhéroe, somos mujeres comunes y corrientes que hacen
música y eso yo creo que ha sido el aporte del Femfest, es crear otro camino,
otra ruta para la autonomía, y no depender de la lógica del mercado”, sostiene
Ozaus.

Carola Ozaus también cuenta que el festival ha sido referente para la creación
de otros espacios, como el Ruidosa Fest, pero que también han desconocido
su trabajo en la realización de otros espacios para la difusión. “En el primer
Ruidosa Fest, Francisca Valenzuela nos escribió y nos invitó. En el momento
en que nos reunimos, nos dejó súper en claro que éramos un referente. Se le
agradece que lo diga públicamente, porque tuvimos una experiencia, hace
mucho tiempo atrás, cuando se hizo el festival que se llamaba Sólo Ellas, en
realidad no lo realizaban ellas, sino que los sellos discográficos, y dijeron
que era el primer festival de mujeres. En ese tiempo teníamos un programa
en la radio Tierra y la directora manda un comunicado, nosotras no sabíamos
nada, pero después nos comentó que ‘cómo es posible que estos tipos se auto
denominen el primer festival de mujeres, cuando podrían investigar un poco
y saber que ustedes llevan siete años haciendo este encuentro’. Entonces se le
agradece a la Francisca Valenzuela”.

Ruidosa Fest

En 2016 se anunciaba la primera versión de Ruidosa. Este encuentro nace


tras la iniciativa de la cantante nacional Francisca Valenzuela, de visibilizar el
trabajo de las mujeres en la música chilena. Su primera reunión se centró en
la Fundación Cultural de Providencia. Algunos de los nombres que aparecían
en el cartel fueron: Camila Moreno, Denise Rosenthal, Javiera Mena, Fakuta,
entre otras.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

La intérprete de Buen Soldado, señala cómo nace la idea de Ruidosa Fest.


“Ruidosa nace de una inquietud mía desde dos lados, desde la actitud profe-
sional de decir que exista una posibilidad para contribuir y crear un espacio
de conversación donde podamos realmente traer el tema de los géneros y los
culturales creativos de manera crítica y así poder ser parte de un cambio. Creo
que todas las mujeres que han venido a los paneles y a los escenarios tienen
un valor increíble o transformador. Al escuchar a mujeres que uno admira, en
escuchar su historia, en aprender de ellas, en ver una variedad y diversidad
de mujeres, yo siempre decía ¿por qué no aprovechar a mis fans de todas esas
mujeres para cubrir los espacios en que trabajan? Crear la infraestructura que
puedo tener con las redes, y así poder tener un espacio formal, de manera pú-
blica. Y por otra parte, también, decir desde mi inquietud personal qué puedo
hacer para desarrollar un trabajo independiente y eso como músico es muy
interesante”.

Este festival ya cuenta con dos versiones en Chile, pero también ha llegado
a México y Estados Unidos. Al consultarle a la compositora sobre el protago-
nismo de la mujer en la música, comenta que “yo siento que siempre ha tenido
protagonismo y siempre ha habido oportunidad para que tengan protagonis-
mo, me refiero a que siempre ha habido canciones y artistas importantes para
tener ese protagonismo. Creo que por abc motivo, por no tener esa posibilidad
de estar en el espacio público no hay artistas tan conocidos, y yo creo que ha
habido referentes icónicos como Violeta Parra, sin duda siempre son contados
con una mano. Creo que hoy en día, en general, hay muchísima más visibili-
zación y democratización del espacio público en ese sentido, hay mucho más
acceso a demostrar las cosas que hacen”.

Ruidosa Fest, al igual que Femfest, buscan mostrar el trabajo de la mujer


en distintas áreas dentro de la industria musical. Según el sitio web Mujeres
y Música, uno de los puntos que se le ha otorgado al género masculino en este
contexto, es atribuirle al hombre el monopolio de la creatividad. Una de las
participantes del primer festival Ruidosa fue Javiera Mena, quien criticó esta
asignación “me encantó tu director de arte. ¿Quién te hizo estas secuencias?
Todo el mundo asumiendo que una mujer no tiene creatividad, que simple-
mente es un instrumento”.

Las jornadas de Ruidosa Fest cuentan con charlas, talleres, conciertos y


debates. Estas instancias buscan visibilizar el trabajo de la mujer, crear espacios
de conversación y reflexión y por sobre todo, contribuir en la industria musical.
Francisca Valenzuela declaró para el sitio web Pousta que “hay barreras de
acceso a la música como industria en general y hay que preguntarse por qué
pasa eso. O por qué hay menos mujeres compositoras, ingenieras en sonido
o managers o bookers. Ahí hay un tema de baja participación y necesitamos
conversar e identificar por qué pasa, qué se puede hacer. Necesitamos más

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perspectivas y visiones diversas en la industria musical, en especial en aquellas
posiciones de poder que toman las decisiones y manejan las oportunidades.

Por otra parte, yo diría que otros problemas son: los estereotipos y el ‘deber
ser’ impuestos a las mujeres, las expectativas puestas en nosotras, el doble
estándar que existe al criticarlas en la esfera pública.

Tercero, existen códigos de conducta que son sexistas o discriminatorias


que se perpetúan y consideran normalizadas. Y otra cosa es también la omi-
sión, el no darse cuenta de que faltan mujeres, que no están siendo invitadas o
participando, ya sea en paneles de conversación, en carteles de festivales, en
directorios”.

Nuevas voces siguen apareciendo en la escena musical, voces con un fuerte


discurso. Esto es lo que ha ayudado a crear instancias de conversación. Matilda
Svensson, periodista, habla sobre estas nuevas voces: “Ana Tijoux y Fran
Valenzuela están marcando pauta en contenido, porque eso es lo que importa
principalmente, no basta con ser una cantante súper virtuosa. Entonces, para
que se visibilice una mujer tiene que atreverse a hablar, decir las cosas tal cual
son, sin filtro, y las que lo están haciendo pueden ser secas en lo musical, pero
eso es secundario porque eso se puede adquirir (…) el discurso es una cuestión
de actitud, es una cosa del alma, que si llegas con esa alma al mundo y dices lo
que quieres decir, ya sea por la forma, porque de pronto faltan estilos de decir
cosas, si alguien te lo dice de una forma que te representa, tú vas a empatizar”.

¿Es Ruidosa un referente para otras instancias? La organizadora y directora


del festival, Francisca Valenzuela, explica que “creo que Ruidosa ha sido
importante, pero creo que también hay muchas iniciativas aparte que hacen
cosas muy valiosas en todos los aspectos y eso es una de muchísimas. Hay
mujeres que hacen cosas valiosas en sectores que quizás hasta yo no conozco,
fuera de Santiago, en otros barrios, hay muchísimas plataformas e instituciones
que pueden tener una fuerza comunitaria y cultural muy relevante, pero
quizás ellas todavía no tienen esa exhibición, la visibilidad pública. En este
caso, estaba hablando de música, entonces es muy atractivo, es muy pop, pero
sí creo que hay muchas otras instancias con mujeres, mujeres y hombres que
están liderando un cambio importante. Me enorgullece aprender y admirarlos,
creer que Ruidosa ha sido parte de una alianza entre instituciones, el sentido de
que se puede aportar en algo yo creo que sí, y eso es súper bueno”.

Para el futuro, Valenzuela tiene muchos proyectos con el festival. Declaró al


mismo sitio, Pousta que “sí. Ya en un año tuvimos festival en Santiago y Ciu-
dad de México y un panel de conversación, el primero en su tipo, en los Latin
Grammy, en Las Vegas. Hay varios proyectos en carpeta, incluyendo activa-
ciones de Ruidosa en regiones en Chile, y ahora, por ejemplo, nos invitaron a

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

realizar un proyecto en conjunto con GIRLSCHOOL, en Los Ángeles. Mucho que


aprender, hacer y conocer aún, pero muy motivada y agradecida con las expe-
riencias, colaboradoras y proyectos realizados y los que vienen.

Udara, Encuentro de Mujeres y Rock

En idioma sanscrito (lengua clásica de India) Udara significa vientre,


cavidad, matriz, útero. Este encuentro multidisciplinario nace en la quinta
región, donde existe historia musical, un semillero de músicos: Aurora Voraz de
la localidad de Quilpué, al igual que Congreso; La Floripondio de Villa Alemana;
Los Jaivas de Viña del Mar. La idea era identificar a este espacio con un nombre
que tuviera relación con la figura femenina. En la primera oportunidad, que se
realizó en octubre de 2016, participaron 30 mujeres en distintas áreas: tocatas,
fotografía, ilustración, charlas y exposiciones. Al igual que los otros espacios,
Femfest y Ruidosa, Udara Rock nace por la necesidad de buscar lugares para
visibilizar, difundir y promover el trabajo de la mujer, pero especialmente en
relación al rock. Todo esto darlo a conocer a través de la voz de las propias
protagonistas.

Si bien existen los otros dos festivales de música hechos por y para mujeres,
estaba la necesidad de mostrar a las féminas en un estilo más pesado, el rock.
Ilse Farías, coordinadora y guitarrista de la banda Aurora Voraz explica en qué
se diferencian unos de otros. “Femfest, por ejemplo, hablando netamente de lo
musical, abarca estilos punk o un rock punk. La Fran Valenzuela con Ruidosa
abarca a las mujeres más pop, faltaba un espacio. Udara nace antes que Ruidosa,
o sea, lo tenía en mente de antes y cuando lo vi dije que esto quería hacer.
Cuando lo vi en marzo por streaming me gustó, además porque era mediático,
por la Fran. Entonces Udara viene a tomar el espacio que queda huérfano, de
mujeres que son más rockeras y metaleras, que es un estilo musical más duro
con riff, más pesados. No es como el punk que es algo más desordenado. Udara
llega para acoger a las chiquillas más duras”.

La idea de esta exposición es poder trabajar con personas de Santiago y de


todo el país. También esperan poder hacerlo con todo Latinoamérica.

Udara busca dar espacios donde la mujer sea la protagonista. Ante esto, la
coordinadora del festival es enfática al comentar si existe invisibilización de
la mujer en el rock y pop. Además, cuenta su experiencia en esta área. “Creo
que ahora es otra cosa, con todo lo del feminismo en los dos últimos años ha
cambiado en un 50%. Todavía hay cosas que cambiar, pero hay más espacios,
cada vez hay más mujeres, aunque siempre las ha habido, desde los 60, 70
como Denise, por ejemplo. Para eso también se trabaja, por eso también nace
Femfest y Udara. Nació por falta de espacio. Yo por tener bandas de mujeres de
repente nos marginaban de ciertas tocatas, porque éramos mujeres. De una u

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otra forma siempre ha habido una discriminación, una competencia, demos-
trar que eres muy buena, para poder estar en los escenarios, y no pasa eso con
las bandas de hombres. O cuando iba a tocar a algún lado siempre me decían
‘tocas bien para ser mujer’, o ‘sabes prender el amplificador’, o ‘tocas como
hombre’”, asegura.

Experiencias y testimonios que se repiten, experiencias que se quieren dejar


atrás. Es por eso que ellas son las que han generado un espacio de conversación
y de oportunidades. Estos festivales se han unido y han trabado hacia un mismo
fin. Farías cuenta cómo nace la relación con Femfest: “Yo conozco Femfest de
muchos años, siempre me llamó la atención y tengo amigas que tienen gente
en común ahí. Entonces cuando empecé con Udara me dijeron ‘tienes que ver
el Femfest, mira a estas personas’ y siempre estuvo presente por gente que
lo nombraba. A pesar que ellas tienen una visión más política, más extrema,
nosotros somos algo más musical todavía, no sé si en algún momento se vaya
a transformar en algo más feminista, social o político. Cuando fue el primer
Udara participaron chicas de Femfest, me escribieron cuando empezó a salir
en la prensa sobre este encuentro. Fue el primer lazo. Después me dieron el
contacto de la Carola Ozaus, y nos pusimos a hablar y me invitaron a una
reunión en febrero, ahí las conocí y vi cómo trabajaban”.

Ilse es clara en ver la proyección de este proyecto. Cada versión ha ido me-
jorando y espera que en cinco años más ya pueda consolidarse y cumplir sus
metas. Comenta que es un tiempo prudente, para proyectarse. Además, habla
como ve el escenario para las mujeres en la sociedad. “Las cosas están cam-
biando, se vio reflejado cuando llegó Michelle Bachelet. El gabinete cambió,
trató de equiparar un poco, tal vez sería una buena forma para igualarlo en
todo lo demás, hasta en los grandes festivales. Pero además, se pasó a que todo
lo que dice las mujeres es más criticado, porque se han ido un poco los extre-
mos, un poco separatistas más que integradores. A muchos hombres les mo-
lestan por ejemplo que las chiquillas estén diciendo todas las cosas que le han
pasado en cuanto a los abusos, entonces yo siento que hay muchos hombres
que se sobresaltan muy rápido hablando de género, entonces si uno pide equi-
dad de los festivales puede pasar eso, puede quedar la cagá, pero puede ser una
buena forma para equiparar”.

En 2017 la presencia femenina en el Festival de la Canción de Viña del Mar


tuvo solo tres números musicales con presencia femenina: Mon Laferte, Isabel
Pantoja y Olivia Newton-John. Estas tres cantantes representan tan solo el
25% de la parrilla programática del evento.

En enero 2018 se realizó el Festival del Huaso de Olmué que contó con una sola
mujer, la artista nacional Camila Gallardo. Y en febrero se celebró el Festival
de Viña, que tuvo un dúo de mujeres como Ha*Ash y otro que cuenta con una

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

mujer: los mexicanos Jessy & Joy.

Por otro lado, existen también los abusos que han tenido que sufrir las
mujeres en los festivales. En 2017, el festival sueco Bravalla se suspendió para
su próxima versión debido a denuncias de cuatro violaciones y 23 agresiones
sexuales. Este encuentro que se celebraba desde el año 2013, recibió en 2017
cerca de 45 mil jóvenes.

Es tal el nivel de impacto que causó el hecho, que el Primer Ministro del
país, Stefan Löfven, salió a dar declaraciones en el diario El País: “Es asqueroso.
Son actos repugnantes de hombres deplorables. Es terrible. Me afecta mucho.
Chicas jóvenes que van a escuchar música y pasarlo bien y que se encuentran
con esto”.

Tras este hecho, es que en Twitter la locutora y comediante sueca Emma


Knyckare, propuso realizar un festival solo para público femenino, el State-
ment Festival. La idea comenzó a tomar forma, por lo que Knyckare inició una
campaña de crowdfunding (aportes monetarios a través de internet a cambio de
privilegios) todo esto para costear la producción del evento. Logró recaudar 50
mil euros.

La propulsora declaró al diario El País que “es razonable excluir a los


hombres durante tres días cuando las mujeres son discriminadas todo el
tiempo (…) Habrá una alternativa el próximo año en Suecia, un festival de rock
donde las mujeres puedan sentirse completamente seguras”. Este festival
recibió cerca de 10 mil personas, entre el 31 de agosto y el 1 de septiembre de
2018, en la ciudad de Gotemburgo.

Otros festivales que poseen espacios solo para mujeres son:

El festival Electric Forest de Estados Unidos. Este encuentro posee un espacio


que se llama HerForest. La idea de este espacio es que las mujeres y todo aquel
que se identifique como tal se sienta segura. Se realizan paneles de conversa-
ción con los artistas. Además, cuenta con un camping exclusivo para ellas.

Sambhala Music Festival de Canadá. Este encuentro también cuenta con una
zona exclusiva de descanso para mujeres para las que no se sientan seguras de
dormir en el camping del festival.

Sin duda, todos estos espacios que se han creado para la difusión y ense-
ñanza del trabajo que realiza la mujer en la industria musical han sido prece-
dentes para que nuevas voces se reúnan, sigan creando y, a la vez, eliminando
las barreras que sufren al querer participar de esta.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Capítulo V

Sexismo en los medios y en la música

“Hay gente que está tratando de sumar y que está haciendo cosas, pero siento que
hay algo muy pajero y quizás falta de interés. Quizás solamente se cumple con que
corra por este canal la información. Yo tengo un pequeño rencor con los medios de
comunicación, siento que podrían ser mucho más jugados, ellos tienen la opción
de hacer que lleguemos a la gente”

Yorka Pastenes, cantante

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Los medios de comunicación cumplen un rol fundamental en la sociedad.


Son los encargados de informar a las personas sobre los hechos noticiosos y de
interés. El consumo de estos (radio, televisión, diarios) ha ido en aumento en
los últimos años.

Según la Encuesta Nacional UDP 2009, en su ítem La relación de los chilenos


con la televisión y el internet, arrojó como resultado que el 68% de los chilenos
ve televisión todos los días y que el 98, 1% tiene televisión en sus casas.

Mindshare Chile (agencia global de medios) en su estudio Los medios en Chile


2011, graficó que en promedio se consume 3.46 horas diarias de televisión por
persona y que para esa fecha existían 11 mil televisores en el país. La televisión
pública obtenía el 70% de consumo.

En la IX Encuesta Nacional de Televisión realizada por el Consejo Nacional


de Televisión en 2017, se mostró un aumento de satisfacción con la tv abierta:
en el año 2014, el estudio arrojó que tan solo el 35% estaba satisfecho con la
televisión; en 2017 aumentó a un 41%.

La prensa escrita por su lado, se adjudicaba cerca de 2 millones de lectores


semanales. En relación al consumo de internet, las páginas de noticias obte-
nían el 57% de alcances de visitas a nivel nacional, considerando que el 38% de
los hogares poseía acceso a internet.

Y por último, el medio más creíble, la radio, en este mismo estudio obtenía
una audiencia del 72% en 2011.

Sin embargo, a través de estos, el machismo impuesto y normalizado en la


sociedad también se hace presente en conjunto con el sexismo. Pero, ¿existe
claridad frente a la palabra sexismo? Según el Diccionario de la Real Academia
Española, sexismo hace referencia a “discriminación de las personas por ra-
zón de sexo”.

El Instituto Nacional de las Mujeres de México señala que “el sexismo se


refiere a todas aquellas prácticas y actitudes que promueven el trato diferen-
ciado de las personas en razón de su sexo biológico, del cual se asumen carac-
terísticas y comportamientos que se espera, las mujeres y los hombres, actúen
cotidianamente. Las prácticas sexistas afectan principalmente a las mujeres
dada la vigencia de creencias culturales que las consideran inferiores o des-
iguales a los hombres por naturaleza. Por ejemplo, nuestra sociedad asume
que las mujeres tienen menos capacidad para tomar decisiones, participar en
la política, ser líderes empresariales o profesionales competentes por méri-
tos propios. La forma cómo dichas creencias se reflejan en el lenguaje y en las
prácticas cotidianas da lugar al sexismo”.

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En Chile, la prensa ha dejado en evidencia el machismo y sexismo exis-
tente en la sociedad y en el medio. El 22 de agosto del año 2011, el diario Las
Últimas Noticias sacó como portada el siguiente titular: Camila Vallejo no quiso
mover la colita, siendo que para ese entonces la actual diputada era parte del
movimiento estudiantil. Tras la marcha realizada, el diario no encontró mejor
noticia que destacar la negativa de la ex dirigente estudiantil de bailar sobre el
escenario.

Tras este hecho, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile


(FECh) repudió el actuar del diario destacando que “agrede al movimiento:
habiendo tantas cosas lindas que mostrar sobre el acto familiar, político, social
y artístico saca una portada de carácter sexista, con cero relación con lo vivido
ayer (domingo) (…) Agrede a Camila Vallejo: ella es una de las dirigentes del
movimiento, no es una modelito de discotheque”. Además, la organización
estudiantil destacó que “agrede a las mujeres: todas las mujeres, estén de
acuerdo o no con el movimiento, nos vemos ofendidas, porque con esta portada
reducen a la mujer a un objeto”.

Además, este hecho fue llevado al Tribunal de Ética del Consejo


Metropolitano del Colegio de Periodistas, tras la denuncia de 19 académicos
del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (ICEI)
donde fundamentaban que “el titular objeto de esta denuncia, de innegable
inspiración sexista, plantea una evidente discriminación de género, que de
por sí viola derechos humanos fundamentales y apunta al menoscabo de la
persona de la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de
Chile, cuya condición de dirigente estudiantil queda distorsionada ante los
lectores del diario Las Ultimas Noticias mediante las connotaciones de frivolidad
y farandulización de la portada que comentamos”.

Sin embargo, el tribunal se declaró inhábil, ya que ni la periodista autora de


la noticia, Andrea Navarro, ni el director del diario, Agustín Edwards del Río, se
presentaron a la invitación de comparecer voluntariamente frente a este caso.

Otro hecho que causó repudio en la opinión pública fue una nota hecha por
el diario The Clinic. En 2011 mostraba un artículo con el siguiente titular: Cinco
lugares la raja para mirar culos en Santiago. Lo grave de esto es que aparecían
fotografías de distintos tipos de traseros femeninos tomados sin consenti-
mientos de las personas. Cabe recalcar que además este diario posee un bar
que en su carta aparecen distintos nombres de tragos donde se denosta la fi-
gura femenina: Maraca Negra, Maraca Flayte, Maraca Culiada, Maraca Gozadora,
entre otras.

Otro de los diarios que se caracterizaba por su contenido machista y sexista


es La Cuarta. Este diario fue criticado varias veces por sus portadas machistas,

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

homofóbicas y que incitaban a la violencia. Una de ellas fue el titular del 10 de


marzo de 2016, donde hacía referencia al femicidio de una mujer colombiana
en manos de su pareja. El texto decía lo siguiente “El amor y los celos la ma-
taron”, dejando entrever que la violencia puede ser justificada bajo la palabra
amor.

Distintas organizaciones salieron a declarar su repudio frente a hechos


como estos en la prensa. El Observatorio Contra el Acoso Callejero y el Servicio
Nacional de la Mujer fueron algunos de ellos, comentando en Twitter lo si-
guiente “el amor no mata. El machismo mata. Estas publicaciones también” o
“condenamos titulares de la prensa que confunden a la ciudadanía y justifican
la Violencia Contra las Mujeres #NiUnaMenos”; “los medios de comunicación
tienen una responsabilidad social que no pueden eludir: la violencia no puede
ser banalizada #NiUnaMenos”.

Otra de sus portadas que dio que hablar fue la del caso de un femicidio en
Arica. El 14 de septiembre de 2015 el diario popular titulaba “Hizo anticucho con
la polola”.

Sin embargo, tras los cambios de paradigma que está sufriendo nuestra
sociedad es que este diario, La Cuarta, le dio fin a una de las secciones más
sexista y machista de la prensa chilena, la Bomba 4. El mismo director del
matutino declaró en su sitio web que “fue una humorada sensual que duró por
muchos años, pero que no corresponde a los nuevos tiempos. Estamos felices
de despedir a la Bomba 4 como se merece”. Su última edición fue el jueves 16 de
noviembre de 2017.

La televisión, sexismo y cosificación de la mujer

En la televisión las cosas no varían. En el año 2014 el Consejo Nacional


de Televisión analizó la figura femenina en los programas mundialeros, tras
recibir denuncias de televidentes y de la ministra del Ministerio de la Mujer y
Equidad de Género, Claudia Pascual.

Tras la emisión de los programas relacionados al fútbol Locos por el Mundial


y La Movida del Mundial, la entidad recibió reclamos por el papel que les habían
dado a las mujeres participantes de estos programas.

En ese entonces, el presidente (s) del Consejo, Oscar Reyes, declaró al diario
La Tercera que “en nuestros estudios aparece una fuerte crítica a los programas
de farándula y entretención principalmente, donde la mujer tiene una imagen
sobre-sexualizada, como objeto de atracción sexual (…) Nos preocupa que se
aproveche un acontecimiento masivo como lo es el Mundial de Fútbol -en el
que hay mucha gente expectante para ver televisión- para utilizar la imagen

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de la mujer”.

Un claro ejemplo de sexismo en la televisión es el programa de entretención


de Mega, Morandé con Compañía, quien desde su inicio en el año 2001 ha
sexualizado la figura femenina. Con bailes, sketch e imitaciones ha ganado
fama y rating, lo que ha significado que perdure en la pantalla por 16 años.

Las críticas hacia su programa siempre han existido, lo acusan de sexista y


homofóbico. Sin embargo, él niega esta acusación. En una entrevista al diario
El Mercurio, Kike Morandé se defendió. “Fíjate que todas las mujeres que hoy
tienen algo de fama en la televisión han salido de mi programa, cero sexista. Y
respecto de lo de homofóbico, ¡lo menos que hay! (…) en la medida en que no
se anden besuqueando delante de mí, me da lo mismo“, aseguró el animador.

Otro de los programas que fue criticado por sexismo fue el conducido por
Juan Carlos Pollo Valdivia, Nessun Dorma. Según el diario La Cuarta, el diario
alemán se escandalizó por el contenido del programa, además, del alto con-
tenido erótico. El sitio web del semanario alemán, publicó un vídeo de un mi-
nuto, donde se resume el contenido del programa. Junto a este hay un texto
que lo acompaña “lo que suena como un escándalo, en ‘Nessun Dorma: Nadie se
duerma’ se encuentra casi normal”.

Asimismo, el sitio web critica el actuar del conductor, comentando que


“presentador utiliza a sus colegas deliberadamente”. Agrega, además, que
“es un espectáculo con las mujeres con poca ropa y amplio como conversación
libre”.

Como consigna el diario El Mostrador, el sitio del diario alemán “muestra


un video donde realizan la recreación de una jugada clásica del fútbol mundial:
el toqueteo de Míchel a Carlos Valderrama en la liga española en los ‘90. La
modelo argentina Rocío Marengo debió revivir la escena, dándole un agarrón a
Giancarlo Petaccia”.

Hasta la expresidenta de la República, Michelle Bachelet, se ha visto envuelta


en algún acto de sexismo contra su persona. En una entrevista realizada en el
Woodrow Wilson Center (monumento al presidente del mismo nombre. En este
centro se realizan investigaciones de relevancia nacional e internacional) en
Washington, Estados Unidos, la mandataria hizo referencia al sexismo dentro
de la política y en los medios. “No hay progreso cuando las mujeres no tienen
un rol activo en la toma de decisiones (…) imposible hablar de sociedades
realmente democráticas, cuando no se tiene una alta representación femenina
tanto en lo privado como en lo público”, aseguró la Presidenta.

Además, comentó el sexismo en los medios de comunicación. Habló de

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

cómo en plena campaña presidencial a uno de los candidatos, que era un


hombre corpulento y grande, lo trataban de “el hombre poderoso”, mientras
que a ella la nombraban como “la gorda”. Recalcó además que en los medios
siempre destacaban la figura de la persona que le daba las ideas a ella, en pleno
proceso de elección o incluso cuando presidía el país. “Aun ahora hay mucho
sexismo y machismo”, aseguró.

Esta situación, existente desde hace mucho tiempo, ha dado pie para la
creación de canciones irónicas frente al tema del sexismo y cosificación de la
mujer. Ejemplo de esto es la canción creada por Jorge González en los años 90,
Corazones Rojos. Donde explícitamente el ex vocalista de Los Prisioneros habla
del machismo y de la diferenciación en términos salariales entre hombre y
mujer, sin importar los estudios adquiridos por esta.

Acá un extracto del cuarto track del disco Corazones, titulado Corazones
Rojos

Eres ciudadana de segunda clase,


Sin privilegios y sin honor.
Porque yo doy la plata
Estas forzada a rendirme honores
Y seguir mi humor.
Búscate un trabajo,
Estudia algo,
La mitad del sueldo
Y doble labor.
Y si te quejas ahí está la puerta
No estás autorizada para dar tu opinión.

Otro tema que hace referencia e irónicamente visualiza la cosificación de la


mujer es la canción Eligiendo una Reina del grupo funk Chancho en Piedra. Esta
letra aborda los concursos de belleza y cómo la mujer solo debe ser bonita sin
importar los méritos propios de esta, para resaltar en la sociedad.

Acá un extracto de la canción perteneciente al disco La Dieta del Lagarto:

Queremos ver las reinas del mañana


Con bikini toda la semana
Debe tener carita de muñeca
Desde niña hacer dieta para su silueta
Debe tener desplante al hablar
Y si es que gana se debe emocionar
Ser nuestra cara en el extranjero
Dejando bien en claro que en Chile hay buen cuero.

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(…)No importa baby, no importa
Que todos piensen que eres tonta
Con tu belleza les vas a demostrar
Que solo la imagen sirve para triunfar.

Medios de comunicación para hombre y mujer

El machismo de la sociedad se puede ver representado de diferentes


formas, ejemplos que se han dado a lo largo de este reportaje. En la música
existe la diferenciación de las radios. Hay algunas que solo tocan música para
mujeres, música que es más melosa, como si un hombre no tuviera el derecho
de presentar o escuchar este estilo. La periodista Matilda Svensson explica que
“dentro de las radios, por ejemplo hay distintos tipos. Obviamente si hablamos
de radios femeninas como Imagina, Play, Paula, incluso Concierto, que la verdad
estadísticamente tiene una audiencia 50 y 50, pero que igual se considera
más femenina actualmente. La verdad que uno nota que hay una ‘repartija’
bastante buena en ese sentido hablando de género. Por lo menos en Paula y en
Play se escuchan casi solo mujeres, pero siendo una suerte de estigma también
¿por qué un hombre no puede presentar canciones más románticas, o más
supuestamente femeninas? entonces a mí no me deja de sorprender que aun
haya tanto machismo”.

Esto demuestra la estigmatización de la mujer tanto en los medios como


en su trabajo musical. El hecho de la poca presencia de los actos realizados por
ellas en los medios de comunicación también es otra forma de invisibilización.
La periodista y escritora Marisol García hace referencia de la cobertura de los
medios a las presentaciones o actividades de las mujeres en la música a lo largo
de la historia. “No puedo generalizar entre décadas, cada una ha sido dife-
rente. En la actual, lamento el sesgo que sigue dándose a favor de figuras con
atractivo físico y juventud. También sesgos de clase, que son comunes a todo
el periodismo, en general”.

Sin embargo, ante este tema aparecen discrepancias. El periodista Iván


Valenzuela cree que no existió y que no existe el machismo al cubrir temas
relacionados con la producción musical. “Lo que me pasa es que yo creo que
nunca hubo en la cobertura de los medios en este tema, no hubo machismo
realmente. Durante todos estos años lo que probablemente hubo fue falta
de mujeres que consiguieran ese espacio, o sea, no hubo una equivalente
mujer a Jorge González. La competencia de Jorge fue La Ley ¿puede ser? Hubo
pocas mujeres y claro dónde está la Javiera Parra es porque canta como pocas
mujeres, ahora tu puedes decir es que Jorge González no necesitaba cantar tan
bien como la Javiera para destacarse, pero Jorge hacía las canciones”.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Medios de comunicación independientes

Si bien en Chile lidera el mercado de la prensa escrita el duopolio (Copesa


y El Mercurio) hace algunos años han aparecido medios independientes, que
destacan noticias que no salen en los medios tradicionales.

Uno de esos temas que poco se aborda son las actividades de las mujeres
en la música. Un claro ejemplo de eso es la poca o nula cobertura que tienen
los festivales y espacios creados por y para mujeres. Al buscar en internet
información sobre Femfest, es muy escasa. Solo son medios independientes los
que abordan esta temática, así lo confirma su coordinadora, Carola Ozaus. “No
tenía muy buena relación con los medios de comunicación. Una vez el The Clinic,
que nosotros pensamos que podía hacer una entrevista buena por su discurso,
vinieron a hacernos una entrevista. Fue la entrevista más horrible que hemos
tenido en la historia del Femfest, porque al final puso puras tonteras. Desvirtuó
el contexto y el contenido del tema. Puso cuando llegamos, cuando llegó una
de las músicas con su pareja, y ella colocó que llegaron unas mujeres lesbianas,
que prefieren la marihuana ante la cocaína. Desvirtuó completamente la
entrevista y ni siquiera puso atención a lo que nosotros estábamos diciendo
que era importante. De hecho hemos tenido muy poca participación en los
medios. En el 2004 creo que fue, nos hicieron una breve reseña del diario La
Cuarta que fue muy decente, habló del primer festival feminista y nombró las
bandas. Hace poco El Mercurio nos llamó para preguntarnos sobre el festival,
pero ellos cubren lo más famoso, como nosotros hablamos de contracultura a
ellos no le interesa eso, por eso salió más Ruidosa que Femfest, era una nota de
festivales. Salió mucho de Ruidosa y de Femfest salieron como 3 líneas, igual
lo logramos entender porque era El Mercurio, no nos iban a poner en grande
Femfest. Pero bueno, los medios de comunicación en los cuales confiamos son
los independientes, los alternativos, los online. En su momento El Ciudadano
fue un gran medio para poder difundir nuestro festival”.

Ilse Farías, coordinadora de Udara Rock, cuenta su experiencia con los


medios de comunicación y la difusión del festival. “Creo que Ruidosa es como
aparte, porque Femfest tiene autogestión al 100%, Udara auto gestión al 100%.
En las dos fechas la mayoría de financiamiento ha salido de mi bolsillo. Siento
que es una siembra y que en unos años más Udara ya va a estar consolidado, a
diferencia de Ruidosa que ahí hay lucas, o sea, la Fran Valenzuela por el puro
nombre puede tener auspiciadores, le puede pagar a las invitadas. Por ejemplo,
para este Udara mandé la información y tuve una muy buena acogida en varios
medios, de hecho, cuando hice el primero invité a Javiera Tapia, para una
charla que se llamaba El rol de la mujer en el rock, y ella fue la moderadora, y
sacó una nota esa vez en el POTQ, y tuvo harta repercusión, para esa instancia
nos llamaron para el programa de la Valdebenito, Café con Nata, en la radio.
Entonces en los medios ha tenido buena aceptación”.

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Como bien nombra Ilse, Javiera Tapia es una de las pocas periodistas que
escribe sobre el rol de la mujer en la música chilena. Redacta en distintos
medios independientes como Es mi fiesta, POTQ. En estos blogs destaca
actividades musicales y de otra índole relacionado con las mujeres. En uno de
sus artículos, Tapia expresó su malestar frente al sexismo e invisibilidad de la
mujer en la industria musical. En la reseña habla sobre la poca participación
de mujeres en el área de producción, como si por inercia este puesto estuviera
destinado a los hombres.

Acá un extracto del artículo publicado el 8 de marzo de 2016, por Javiera


Tapia en el sitio web POTQ, titulado Mujeres y música: roles obsoletos, sexismo e
invisibilidad:

La colita

En la edición anterior del Festival Ruidosa hubo un panel de mujeres músicas.


En él estuvieron Francisca Valenzuela, Denise Rosenthal, Camila Moreno y Javiera
Mena. En esa conversación aparecieron diferentes testimonios de sexismo que ellas
han tenido que sobrellevar para desarrollar sus carreras bajo sus perspectivas.
Algunos en los que más coincidían tenían que ver con la adjudicación de créditos de
su trabajo. Al parecer, seguimos viviendo en un mundo que cree que las mujeres no
componen y siguen relegadas sólo a ser intérpretes (algo que no tiene menor valor,
pero no es un lugar exclusivo de ellas). Si algo cuenta con una mayor producción
o destaca por sobre las demás canciones de un disco, inevitablemente nace la
pregunta ¿quién lo produjo?

Otra forma de sexismo tiene que ver con la prensa. Denise Rosenthal mueve la
colita en Instagram, publicado por El Dínamo, en abril del 2014. “Mientras inter-
preta una canción, baila y menea su trasero de tal manera que hizo a muchos suspi-
rar”. El infartante meneo de la colita de Denise Rosenthal, publicado el 21 de marzo
del 2014 por The Clinic Online. El sexy regalo que le entregó Denise Rosenthal a
todos sus seguidores, publicado por El Dínamo el 26 de diciembre del 2015. “Más
delgada y mina que cuando apenas cruzaba la veintena”, decía Marcelo Contreras
sobre Javiera Mena, el 11 de octubre del 2015. Analizar todas estas frases sería dar
vueltas en círculos, pues se entienden de inmediato por sí mismas.

¿Existen diferencias para que hombres y mujeres se desarrollen en la música?


Sí. Muchas. Pero lo bueno es que cada día existen más músicas que reflexionan en
público sobre lo que significa desarrollarse en este ámbito y a su vez, motivan a
otras más jóvenes a querer perseguir el mismo camino.

El hecho de enumerar algunas de las barreras a las que se enfrentan músicas


de todo el mundo, en un día como hoy, no tiene que ver con victimizarlas. Es todo
lo contrario. Es un homenaje. Un homenaje a aquellas que siguen haciendo lo que

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

quieren a pesar de todas las dificultades que existen, a todas las compositoras que
trabajan en su arte sin dejarse amedrentar por la violencia y la discriminación. Una
manera de reconocimiento a todas ellas, las que además de entregar testimonios a
través de sus canciones, instan a otras para que las acompañen. Este 8 de marzo es
también de ellas. Es de todas.

Otro de sus artículos publicados en este sitio donde Tapia es editora, habla
sobre la última versión del festival Glastonbury (festival inglés que reúne
distintos tipos de artes escénicas) donde por primera vez este año se hizo un
escenario por y para mujeres, el The Sisterhood. La idea de este espacio fue
concentrar a todos quienes se identificaran como mujeres: artistas, público,
equipo técnico.

Al conocerse la idea las críticas no se hicieron esperar. Como nombra


Javiera Tapia en su artículo, la organización declaró que “los espacios sólo
para mujeres son necesarios en un mundo que sigue siendo liderado y diseñado
para beneficiar mayoritariamente a los hombres”.

En relación a lo anterior, POTQ señaló que Camille Barton declaró a The


Telegraph que “entendemos la necesidad de que todos trabajemos juntos por
un cambio positivo. Pero también pensamos que es necesario un lugar seguro,
en el que las mujeres puedan reunirse y decidir qué contribución pueden
realizar, sin la presencia de hombres”.

En el enunciado titulado The Sisterhood: el escenario hecho por y para mujeres


de Glastonbury, la periodista narra hechos de mujeres acosadas en festivales.

“Hace algunos días, dos universitarias me contaban de un hecho asqueroso.


Mientras Florence and the Machine cerraba Lollapalooza en Santiago, en las
primeras filas una joven lloraba sin consuelo. No era de emoción, era de asco y
horror, porque el hombre que tenía atrás la estaba tocando.

Hace dos semanas, otra joven de no más de 25 años me contaba que en


Primavera Fauna un hombre borracho encontraba gracioso tirarle una botella con
agua porque ella se negó a ser abrazada en medio de una multitud de desconocidos.
Gracioso, porque luego de tirarle la botella y gritarle “maraca culiá”, se rió.

Hace un mes un inglés que podría ser mi padre, encargado de una de las marcas
que patrocinaban el evento, intentaba obligarme a tomar algo con él en medio de
la barra de un festival. Detrás de mí otros tres hombres que lo acompañaban me
tocaban el hombro y me decían “pero por qué no, toma esto, ¿te da miedo?”. “Sí,
miedo y asco” le dije en inglés. No oí su respuesta completa, pero incluía un “cunt”.
“Viejo culiao”, le grité en chileno”.

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En relación con la iniciativa del encuentro, la periodista comenta que “la
industria musical, al igual que todas las demás, está hecha por y para hombres,
algo natural si pensamos que los puestos de poder y representación están
utilizados por varones mayores y heterosexuales. Dentro de este panorama
es muy importante el desarrollo de espacios en el que las mujeres puedan
congregarse, conocerse, compartir experiencias y planear líneas de acción.
Frente a la pregunta de ¿Qué hacer en caso de?, siempre será mucho más
enriquecedor y efectivo para una mujer poder encontrar soluciones rodeadas
de otras, con diferentes experiencias”.

“Por otra parte -agrega- el hecho de que las organizadoras, artistas y téc-
nicas sean mujeres, también ayuda en otro nivel: la representación. Guardias
de seguridad, roadies e ingenieras de sonido no son imágenes que estamos
acostumbradas a ver. De hecho, hace algunos días Chini Ayarza (Chini and the
Technicians) me decía en una entrevista (disponible en los próximos días) que
ella seguía sorprendiéndose cuando veía a una mujer en ese tipo de posición,
precisamente, porque sigue siendo algo excepcional. Vivimos en un mundo al
que se le olvida que Javiera Mena es productora, además de música y composi-
tora, por dar un ejemplo. ¿Qué más valioso para una mujer joven que ver a otra
con más experiencia cubrir campos en los que jamás pudo verse representada?
Eso pasó en The Sisterhood”.

Otro de los medios independientes y que solo difunde música nacional es


el blog Solo Artistas Chilenos. Este medio nace en 2011 con el fin de destacar y
promover música chilena.

Cristóbal Galleguillos, editor y creador de este blog, comenta que los medios
de comunicación le dan más espacio a las actividades masculinas: “No creo que
los medios den cobertura a materiales que son hechos por hombres solo por
ser hombres, va más allá. Simplemente que los medios les da flojera investigar
o es cosa de la línea editorial. No creo que digan ‘este material es de una mujer,
no publiquemos’, no creo que esa sea la idea, espero. Pasa lo mismo con los
festivales, no se dan el tiempo para buscar lo que están haciendo las mujeres
acá en Chile en la música, que no vean más allá. Es investigar y buscar”.

Además, Galleguillos habla de la importancia que tienen hoy los medios


independientes en la prensa chilena. “Los medios alternativos son súper im-
portantes porque pluralizan la información, no solo en la música, sino que en
todos los ámbitos. Es un derecho, tenemos la libertad de recibir información
y también de hacer nuestro medio. Los que deciden crear un medio indepen-
diente es para hacer lo que los otros medios tradicionales no hacen, publicar
lo que los otros medios no publican y darle cobertura a un nicho que para los
medios grandes está olvidado, está totalmente marginado. Pluralizamos toda
la información”, asegura el editor.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Y ante la pregunta qué es lo que aportan los medios independientes,


Cristóbal Galleguillos comentó que “aportan diversidad, pluralidad, nuevos
contenidos, novedad. Los medios tradicionales en cuanto a música, siguen
publicando artistas que ya están más que trillados, no les dan espacio a
músicos emergentes, entonces ahí están los medios independientes. Dejar en
claro que no recibimos ningún aporte monetario, hacemos esto por amor y
porque simplemente es un compromiso que se hace con la música de difundir,
de dar espacio a músicos que están buscando una vitrina”.

La diversidad que hoy existe en los medios de comunicación es sin duda


una ventana, para explorar los distintos espectros de noticias. Por lo menos,
los medios independientes se dan la labor de investigar y abrir nuevas vitrinas,
para los distintos trabajos que se están realizando en la música chilena.

En noviembre de 2017, la periodista Javiera Tapia denunciaba “diferentes


violencias y vulneraciones sufridas por mujeres relacionadas al mundo de
la música” en su reportaje “Cuando ella habla, escucho la revolución”. Esta
denuncia hecha en cuatro partes a través de su medio digital POTQ, estremeció
el medio de la música indie nacional.

Tras las denuncias de este reportaje, la autora fue notificada sobre un


recurso de protección a la honra en contra del medio y de ella. Quien realizó
esto, como explica el reportaje de POTQ, “fue Jimmy Valenzuela, director de
la Compañía de Teatro Pandora y director del festival de Teatro de Rancagua
(que se realiza en conjunto con la Corporación Cultural de la ciudad)”, quien
fue pareja de la cantante Daniela González (Dulce y Agraz). Este hombre sale
mencionado en dicho reportaje, tras la confesión de la intérprete sobre los
abusos y malos tratos que le daba.

Tras la audiencia en febrero de 2018, la Corte Suprema dictó un fallo


inédito: el recurso de protección en contra de Tapia y de POTQ fue rechazado. El
motivo, como consigna el diario El Mostrador, “la violencia hacia las mujeres
es información de interés público, que no es del ámbito privado”.

Luego de la publicación de estos reportajes, mujeres que trabajan en el


medio musical y que dieron su testimonio comenzaron a organizarse. Es así
como nace en febrero de 2018 la red “MUCHACHA”, organización que acoge
a trabajadoras de la música: fotógrafas, músicas, periodistas, productoras,
sonidistas, etc. El fin de esta red es ayudar a encontrar trabajo, orientarlas y
apoyarlas en caso de abuso.

Actualmente la red cuenta con 350 mujeres inscritas. La idea es poder


generar una plataforma de apoyo; por el momento, cuentan con un grupo
privado de Facebook, donde se dan a conocer distintas oportunidades laborales

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y necesidades de mujeres relacionadas a la música. Constanza Rifo, directora
y conductora de Picnic TV, y una de las cinco cabecillas de esta organización
comenta que “nuestra idea es poder agruparnos como mujeres que trabajamos
en la música. Hablar de lo que pasa en nuestro contexto y colaborar con otras
redes y organizaciones. Cualquier cosa que apunte a la colaboración y a la
sororidad entre nosotras mismas como un acto político”. Además, esperan
poder constituirse legalmente y así poder realizar talleres, conversatorios, etc.
Dentro de sus proyectos se encuentra la formación y capacitación de guardias
de discotecas y bares nocturnos para crear un ambiente seguro. Porque como
asegura la periodista al diario online El Desconcierto “de repente en un bar
eres acosada y nadie es capaz de ayudarte. Los guardias son incompetentes y
las mismas organizaciones no te dan respuesta”.

Otro hito importante para destacar para 2018 es la convocatoria que realizó
el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su programa
“Escuela de Rock y Música Popular”. De manera inédita, hizo un llamado a
todas aquellas agrupaciones y/o solistas que participen en la creación de
composiciones originales dentro del género “música popular”. Lo particular
de esta instancia es que solo fue para mujeres. Es la primera vez de “Escuelas
de Música Popular Mujeres”.

Este proceso formativo se basó en el aprendizaje de producción técnica


y musical, además de contenidos de difusión. Estas clases y talleres fueron
dictados por destacadas mujeres activas en el área musical nacional: Denise de
Aguaturbia, Camila Moreno y Atenea Galarce.

Tras la finalización de las clases, las bandas participaron de un proceso de


audición. De este proceso seleccionaron a una banda o solista que participará
en la versión del año 2019 del Festival Rockódromo, además de dos cupos para
la Red Nacional de Festivales que realiza las Escuelas de Rock y Música Popular
a lo largo del país. En Santiago corresponde al festival “MASA”. Más aún,
por un convenio con la Fundación Lotus, se le dio la oportunidad a una de las
bandas ganadoras para participar de la primera versión del Festival Cosquín
Rock Chile que se realizó en octubre de 2018.

Una de las bandas seleccionadas para participar del festival que se realizará
en la Región Metropolitana y en Cosquín Rock fue “Sin Lencería”. Esta
agrupación de punk rock está compuesta por Adelen, guitarra y voz; Paulina,
batería y voz; Kenia, bajo y voz. Estas mujeres a pesar de su corta edad, el
promedio es de 23 años, ya han sufrido discriminación dentro de su ambiente
musical. Cuentan que “ha habido situaciones donde hay hombres que no creen
que nosotras hacemos música o que tenemos un setlist completo de temas
propios. Nos han tratado de cabras chicas o ‘y a estas quién las invitó’, pero
nosotras nos miramos y decimos, ‘esperen que nos vean tocar, ya van a ver’ y

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

eso ha pasado. Nos subimos al escenario, tocamos con todas nuestras ganas y
power. Cuando nos bajamos los tipos se nos acercan y nos dicen ‘chicas tocan
bacán, me gustaron mucho, me taparon la boca’”.

Y como ya se ha dejado en claro en páginas anteriores de esta investigación,


hay situaciones que son repetitivas en el ambiente musical, que invisibilizan
y que además discriminan las capacidades de las mujeres. Así lo confirma este
trío, “una anécdota que nos pasó, fue que a nuestra baterista le dijeron que
tocaba como hombre por tocar bien. El chico que dijo eso en verdad intentaba
decirlo como un alago, pero no se daba cuenta de que a la vez estaba diciendo
de manera no intencional que en general la mujer toca mal y una que toque
bien es una ‘excepción’ asemejada a las habilidades masculinas”.

Sin embargo, poco a poco las cosas van cambiando. Poco a poco las voces
se han comenzado a escuchar y más espacios se están abriendo para equiparar
la participación femenina en los escenarios. Uno de ellos es el festival “La
Cumbre”, que para el 2019 promete ser el primer festival nacional que tendrá
la misma cuota de participación femenina y masculina. La versión de 2018
contó con un 38% de participación de agrupaciones o solistas femeninas,
siendo así, según las propias palabras de la organización, uno de los festivales
a nivel mundial con la cuota más alta en participación de mujeres de ese año.

Según las declaraciones al diario online, El Mostrador, del director general


del festival, Juan Manuel Ossandón, “llegar a un cartel paritario no es solo una
evolución natural, sino que algo relativamente sencillo”.

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Entrevistas realizadas por la autora

Guadalupe Becker. Musicóloga y músico.

Ilse Farías. Coordinadora Udara Rock y músico.

Cristóbal Galleguillos. Editor Blog Solo Artistas Chilenos.

Marisol García. Periodista y escritora.

Lorena Guerra. Músico banda Amanitas.

Graciela Morales. Baterista Rosanegra/Matriarchaos.

Carola Ozaus. Coordinadora Femfest y músico.

Yorka Pastene. Vocalista en Yorka.

Daniela Pastene. Vocalista en Yorka.

Manuela Reyes. Músico banda Amanitas.

Constanza Rifo. Periodista y directora de Picnic TV

Sebastián Ríos. Profesor de educación musical.

Sin Lencería. Banda de punk rock.

Climene Solís (Denise). Vocalista Aguaturbia

Matilda Svensson. Periodista, radio Futuro.

Francisca Valenzuela. Directora Ruidosa Fest y músico.

Iván Valenzuela. Periodista Tele13 Radio.

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dos con el poder. Revista Transcultural de música. Septiembre 2011.

Becker, Guadalupe. Rockeras en Chile: negación de la reivindicación. Revis-


ta musical chilena. 2010.

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dismo Universidad de Chile. Chile. 2010.

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y político en Chile. Ediciones B. Chile. Septiembre 2013

Sáez, Fernando. La vida intranquila. Biografía esencial de Violeta Parra.


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Vergara, Víctor. La Nueva Canción Chilena. Creación cultural y el avance de


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86
MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

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Tapia, Javiera, junio 2016, “Sisterhood: el escenario hecho por y para mu-
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Tele 13, septiembre 2016, Presidenta Bachelet: “Hay mucho sexismo, pese
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www.t13.cl/noticia/politica/presidenta-bachelet-hay-mucho-sexismo-pe-
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El Mostrador, febrero 2017, “Ocupación femenina alcanza solo el 38% del


total de la fuerza laboral en Chile”.
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za-solo-el-38-del-total-de-la-fuerza-laboral-en-chile/

Berckhoff, Tatiana, marzo 2017, Francisca Valenzuela: “Si crees en la


igualdad entre hombres y mujeres, ya eres feminista”. Emol.
www.emol.com/noticias/Espectaculos/2017/03/08/848462/Francisca-Valen-
zuela-Si-crees-en-la-igualdad-entre-hombres-y-mujeres-ya-eres-feminista.
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Valls, L, mayo 2017, Javiera Mena: “Se habla todo el rato del productor que
está detrás de mí”. Mujeres y música.
http://mujeresymusica.com/javiera-mena-se-habla-del-productor-que-es-
ta-detras/

El Desconcierto, mayo 2017, “Kike Morandé responde: “Todas las mujeres


que tienen fama en TV salieron en mi programa, cero sexista”.
www.eldesconcierto.cl/2017/05/28/kike-morande-responde-todas-las-muje-
res-que-tienen-fama-en-tv-salieron-en-mi-programa-cero-sexista/

El Mostrador, mayo 2017, “Diario alemán cuestionó machismo de progra-


ma de UCV ¿Por qué nadie lo vio?”.
www.elmostrador.cl/braga/2017/05/28/diario-aleman-cuestiono-machismo-
de-programa-de-ucv-por-que-nadie-lo-vio/

Garces I, Junio 2017, Alex Anwandter, el ganador de los Pulsar: “Me ha


anonadado la falta de mujeres en este escenario”. El Mostrador.
www.elmostrador.cl/braga/2017/06/01/alex-anwandter-el-ganador-de-los-

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pulsar-me-ha-anonadado-la-falta-de-mujeres-en-este-escenario/

POTQ Magazine, julio 2017, Camila Moreno: “justicia para Valentina Hen-
ríquez, Nabila Riffo y todas nuestras mujeres maltratadas”.
www.potq.net/noticias/camila-moreno-justicia-valentina-henriquez-nabi-
la-riffo-todas-nuestras-mujeres-maltratadas/

Castaño, Daniel, julio 2017, “Un festival de música sueco cancela su próxi-
ma edición por violación y abusos”. El País.
https://elpais.com/cultura/2017/07/04/actualidad/1499159365_270309.html

Somos Ruidosas, Septiembre 2017 ¿Cuántas mujeres tocan en festivales la-


tinoamericanos?
http://somosruidosa.com/lee/cuantas-mujeres-tocan-en-festivales-latinoame-
ricanos-hoy/

POTQ Magazine, septiembre 2017, “Casi el 80% de los actos en festivales


latinos son hombres en lo que va del 2017”.
www.potq.net/noticias/casi-80-los-actos-festivales-latinos-hombres-lo-va-
del-2017/

EFE, OCTUBRE 2017, “‘Me too’ (Yo también): el movimiento de una década
que creció con el escándalo Weinstein”.
www.theclinic.cl/2017/10/23/me-too-tambien-movimiento-una-decada-cre-
cio-escandalo-weinstein/

Mujeres y Música, noviembre 2017, Francisca Valenzuela: “Como mujer,


hay barreras de acceso a la industria musical”.
http://mujeresymusica.com/

MQLTV, 2017. “Abajo el machismo: La peor portada de La Cuarta (y otras 4


por el estilo)”.
www.mqltv.com/nos-aburre-el-machismo-la-peor-portada-de-la-cuarta-y-
otras-4-por-el-estilo/

https://www.theindustryobserver.com.au/me-no-more/

Entrevista a Violeta Parra en Radio Universidad de Concepción (1960)


www.youtube.com/watch?v=NAPmZNdd2tg

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MUJERES EN LA MÚSICA CHILENA: La invisibilización de un legado

Yasna Rodríguez Soto (Santiago, 1987)


Periodista de la Universidad de Las Américas
y locutora del Instituto profesional AIEP. Ha
desarrollado su carrera principalmente en el
periodismo musical.

Realizó su práctica profesional en T13 Radio


y actualmente colabora en el sitio web de
música nacional Solo Artistas Chilenos y en
la Facultad de Comunicaciones y Artes de
UDLA.

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