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Daniel Goleman

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DANIEL GOLEMAN Y SU TEORÍA SOBRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

De poco nos sirve un cerebro brillante y un elevado cociente intelectual si no


entendemos de empatía, si no sabemos leer emociones propias y ajenas. Ser
extranjeros del propio corazón y de esa conciencia social donde aprender a
conectar, a gestionar el miedo y a ser asertivos es dejar a un lado valiosas
capacidades. Porque la inteligencia emocional es, lo queramos o no un pilar
esencial para ser felices.
Daniel Goleman y la Inteligencia emocional
Cuenta siempre que su pasión por la psicología le vino por su madre, una
trabajadora social especializada en psiquiatría que acumulaba libros sobre
neurociencia, sobre la mente humana y las ciencias del comportamiento. Todos
aquellos volúmenes decoraron su infancia y su día a día.
¿Qué es realmente la inteligencia emocional?
Esta dimensión responde a otro modo de entender la inteligencia más allá de los
aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad para resolver
problemas. Hablamos ante todo de nuestra capacidad para dirigirnos con
efectividad a los demás y a nosotros mismos, de conectar con nuestras
emociones, de gestionarlas, de automotivarnos, de frenar los impulsos, de
vencer las frustraciones…
 La inteligencia emocional empieza con la conciencia de uno mismo y
también con la conciencia social. Es decir, cuando somos capaces de
reconocer las emociones (y su impacto) en todo lo que nos rodea.
 Asimismo, supone entender que gran parte de nuestros comportamientos
y decisiones se basan en emociones. El ser humano es una criatura
emocional que un buen día aprendió a pensar y a razonar. Este puede
parecer un aspecto algo polémico, pero no está exento de verdad.
Entenderlo, asumirlo nos permitirá tener un mayor control sobre nuestro
comportamiento.
Las dimensiones que conforman la Inteligencia Emocional según Daniel
Goleman
Daniel Goleman define que dentro de su enfoque sobre la inteligencia
emocional hay cuatro dimensiones básicas que la vertebran. Son las siguientes.
1. Autoconciencia emocional
Hace referencia a nuestra capacidad para entender lo que sentimos y de estar
siempre conectados a nuestros valores, a nuestra esencia. Algo así supone
tener una especie de brújula personal bien calibrada que nos permitirá guiarnos
en todo momento por el camino más acertado. Siempre que tengamos en cuenta
esas realidades internas, ese mundo emocional, sabremos y actuar en
consecuencia.
2. Automotivación
La automotivación destaca la habilidad por orientarnos hacia nuestras metas. De
recuperarnos de los contratiempos y focalizar todos nuestros recursos
personales en una meta, en un objetivo. Si aunamos optimismo, constancia,
creatividad y confianza sobrellevaremos cualquier dificultad para seguir
conquistando triunfos y logros.
3. Empatía
En nuestra forma de relacionarnos e interaccionar hay un aspecto que va más
allá de las palabras. Hablamos de la realidad emocional de cada uno. Esa que
se expresa con gestos, con un tono de voz particular, con determinadas
posturas, miradas, expresiones… Descifrar todo ese lenguaje, ponernos en el
lugar del otro y descubrir aquello por lo que está pasando es la empatía.
Esa capacidad nos permite no solo obtener información sobre aquellos que
tenemos en frente. Sino que además, nos ayuda a establecer vínculos más
fuertes, lazos sociales y afectivos más profundos.
Además, reconocer las emociones y los sentimientos de los demás es el primer
paso para comprender e identificarnos con las personas que los expresan.
Las personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y
competencias relacionadas con la IE.
4. Habilidades sociales
Y tú ¿cómo te relacionas con los demás? ¿Te comunicas con efectividad y de
modo asertivo? ¿Sabes manejar los conflictos o las diferencias? Todas esas
dinámicas comportamentales potencian o limitan nuestra capacidad para
disfrutar o no de nuestras relaciones. De construir entornos laborales sanos,
cómodos y productivos. De dar forma a relaciones de pareja, familiares o de
amistad más satisfactorias.

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