Derechos Humanos
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Derechos Humanos
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REFLEXIONES SOBRE
LOS DERECHOS HUMANOS
Eloy Soneyra El Teniente de Fragata (R) Eloy
Soneyra es Doctor en Psicología
de la Universidad de Belgrano
especializado en Calidad y Factor
Humano. Es también autor y editor
de libros como: Gerencia y Exce-
“El derecho es la ley de Dios y la ley es el derecho de los lencia, Calidad de la A a la Z (el
hombres. Dios, desde la Creación, no ha alterado aún primer diccionario enciclopédico de
la calidad y la gerencia en el
ni un solo ápice ninguno de sus derechos, mientras que mundo), Autodiagnóstico de la
Gestión empresaria (primer siste-
los hombres no han dejado de alterar ni una sola ma cuantificado con las bases del
de sus leyes desde el principio.” Premio Nacional a la Calidad).
Miembro fundador de la Fundación
Ramón de Campoamor. Extractado del diario La Prensa, Premio Nacional a la Calidad (Ley
año I, número 1, Buenos Aires 18 de octubre de 1869 24.127). Fue Evaluador Principal
del Premio Nacional a la Calidad
(Sector Público). Miembro funda-
dor de SAMECO (Sociedad Argenti-
na pro Mejoramiento Continuo)
E
siendo su Secretario General entre
l tema de los Derechos Humanos invita a reflexionar sobre: 1) su aspecto gramatical 1996 a abril de 2000. Profesor de
y epistemológico; 2) su origen; 3) su presencia en la Constitución desde el 1º de mayo distintas universidades e institutos
y fue Jefe de Psicología Aplicada
de 1853; 4) su existencia en declaraciones, convenciones y pactos internacionales; en Segba. Figura en diccionarios
5) observaciones a cada uno de los artículos de esos principios universales; 6) su uti- biográficos como: Quién es quién
lización ideológica, 7) los logros alcanzados por las personas en los 60 años de existencia y en América Latina; y en el Directo-
rio de empresas consultoras de la
por último, 8) ejemplos de empleo de los DD.HH. en beneficio de los gobernados. provincia de Mendoza. La beca
Pejuill y Menville jalonó su carrera.
Es autor e investigador de numero-
sos temas sobre la acción humana
1. Aspecto gramatical y epistemológico de los DD.HH. que plasmó en más de ciento
noventa trabajos, muchos de los
En metodología (1) de la ciencia se señala la necesidad de establecer precisión en los con- cuales expuso en distintos congre-
sos nacionales e internacionales,
ceptos a emplear en trabajos de investigación o ensayos, especialmente por cuanto esos como también otros fueron recogi-
términos deben ser “una abstracción obtenida de un acontecimiento observado” para que dos por la prensa general y espe-
al ser comunicado tenga idéntico significado para la persona emisora, como la receptora, cializada. Director Ejecutivo del
Estudio Soneyra, organismo desti-
pensamiento coincidente con muchos pensadores (2) como Confucio cuando expresó: Si el nado a la Psicología Aplicada y a
lenguaje no es correcto, entonces lo que se dice no es lo que se quiere decir, si no se asesorar a personas de empresas
quiere decir lo que se dice, entonces lo que se debe hacer queda sin hacerse. Si esto sobre Calidad y Factor Humano.
queda por hacerse, entonces se deterioran la moral y las artes. Si la moral y las artes se
deterioran se pierde la justicia y la gente cae en la más completa confusión. Por lo tanto
no debe existir arbitrariedad en lo que se dice. Esto es más importante que todo lo
demás. Postura que también sostiene Trostsky al decir: La corrección y precisión en el len- BOLETÍN DEL CENTRO NAVAL
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guaje es condición indispensable de un pensamiento recto y preciso. Por ello vayan las JUL / SEP DE 2008
aclaraciones que a continuación expresaremos.
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(1)
C. Selltiz, Método de investiga-
Hablar de Derechos Humanos arrastra un error gramatical y otro epistemológico.
ción en las ciencias sociales,
Editorial Rialp, Barcelona, Resulta un error gramatical porque es una expresión redundante, un verdadero pleonasmo
1965, página 58.
al emplear vocablos innecesarios en la formulación, pues derecho es la facultad innata del
(2) hombre para conducirse hacia los fines de su vida, por ende al decir derecho, decimos táci-
Alfonso X El Sabio, Cervantes, tamente humano, cuadra lo mismo cuando se expresa: lo vi con mis propios ojos, pues
Cicerón, Kempis, Pitágoras,
Pope, Raumsol, Salomón, Dr.
alguien no puede ver si no es con su propio órgano visual.
Tihamer Tash, Tagore, Yorito-
mo Tash y Silvia Watteau cita- Es un error epistemológico porque los Derechos Humanos son un ente de la inteligencia,
dos por Leopoldo M. Rufino en
Los bienes eternos, Editorial
fruto de la razón o utópica construcción mental, y no un ente de existencia observable,
Kraft, Buenos Aires, 1945. como ya dijimos y tan bien lo expresa Alexis Carrell (3):
(3)
Carrell, Alexis La incógnita del
Nuestros antepasados de la Revolución Francesa creían sinceramente en la existencia de
hombre, Joaquín Gil Editor, Bue- los Derechos (4) del hombre y del ciudadano. No sospechaban que tales Derechos nunca
nos Aires, 1962, página 351. han sido comprobados por la observación, son tan sólo construcciones del espíritu. En
(4)
verdad, el hombre no tiene Derechos pero tiene necesidades. Estas necesidades son
Los derechos humanos derivan observables y mensurables. Para el éxito en la vida es necesario que sean satisfechas. El
del Contrato Social de Rousseau, derecho es un principio filosófico; la necesidad, un concepto científico.
un verdadero ente de razón
mientras que los Derechos ina-
lienables o naturales son fruto Una aclaración más; en el lenguaje coloquial se usan frecuentemente hombre y persona,
de la cotidiana observación como sinónimos, cuando etimológicamente y en forma descriptiva no lo son. El hombre es
personal, por ende son un ver-
dadero ente de existencia.
un ser de la especie humana con necesidades comunes a los restantes hombres; pues
todos poseen el mismo modo de adaptación, de andar, de vivir; en esta perspectiva el hom-
(5) bre es igual a los demás. En cambio la persona es un ser sin especie con necesidades per-
Como todos se sentían distin-
tos en sus habilidades, el con-
sonales que le dan a cada una un modo único de adaptación, de pensar, sentir y actuar, por
cepto de igualdad no se per- ende cada persona es distinta a las demás. De estas dos afirmaciones surge que las nece-
cibía, pero sí el de unidad en sidades de todas las personas sólo podrán ser satisfechas por sí, o por los allegados en el
el grupo.
caso de los menores y los de la tercera edad, siendo en cambio imposible para los jefes de
(6) Estado, de provincias y municipales satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos de
Phillip Lersh llama impulso de su ejido gubernamental. En este trabajo se habla de humano u hombre desde la óptica del
asociación al instinto básico e
incólume de buscar a los
ser persona con un modo único de adaptación a una determinada situación. De estas con-
demás, en un tipo de asocia- cepciones de hombre y persona, fluyen dos maneras de ver y hacer la forma de gobierno: a)
ción. Para el autor este impul- Gobierno de hombres y para hombres, b) Gobierno de personas y para personas.
so social es una derivación de
los primeros instintos de suc-
ción del neonato, que lo mueve
primero a buscar el pezón para 2. Origen de los derechos humanos
alimentarse y luego a la prove-
edora (madre), que a su vez lo
lleva a sentir que la presencia 2. 1 En la prehistoria
del otro (madre) le da seguri- En las etapas iniciales de la prehistoria, las comunidades humanas vivían en pequeños gru-
dad y protección, que cubre su
ser “incompleto”. Esa búsque-
pos que se bastaban entre sí, pues sus miembros habían concurrido a la convivencia con
da de asociarse para sentirse otros, movidos no por un sentimiento de igualdad (5) sino por el impulso a la asociación (6)
completo fue recogida por el y el sentimiento de complementariedad para satisfacción segura de sus necesidades de
refranero popular como
“encontró su media naranja”.
vivir (7), de poder optar, de poseer y de buscar la felicidad (8).
(7) Resulta interesante ver que desde la más temprana historia hasta el presente la persona
Necesidad antropológica
desconocida por los tiranos
ha buscado “seguridad para vivir”, por ello los ciudadanos requerimos de los gobiernos
y los déspotas. seguridad para sí y para terceros, seguridad para la vida, la propiedad, para la libertad y
para emprender la búsqueda de la felicidad.
(8)
Pasar del displacer al placer, de
una situación a otra mejor, sin- Esos propósitos vivenciados en forma individual eran como otras necesidades (fisiológicas,
tiendo contento con ese logro. de seguridad, de relaciones sociales, de prestigio, de valores), vistas y sentidas no sola-
mente como propias de su individualidad, sino que el hombre sentía, percibía y veía que los
demás también las tenían, aun los más chicos, pues los pequeños con sus acciones mos-
traban deseos de vivir, de querer hacer lo que ansiaban, de poseer determinadas cosas y
procuraban realizar aquello que los hacía dichosos. Concepción surgida de interpretar las
pinturas rupestres, los utensilios neolíticos, las marcas en huesos de los períodos lunares
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y de ver los trabajos de antropología cultural, como los Margaret Mead en las sociedades
primitivas (manús, samoeses, balineses en las islas del Almirantazgo). Profundizando un
poco más aquella acción humana, vemos que cada integrante la concretaba como ahora,
para mejorar su situación, con medios limitados y con posibilidad de equivocarse, triada
donde estaban implícitos los inalienables derechos a la vida, libertad, propiedad y a la bús-
queda de la felicidad. La confirmación de mutuo apoyo entre los integrantes del grupo
determinaba la generación tácita de unas normas de convivencia y la designación de un
juez para que arbitrara en las diferencias de posiciones encontradas, para que no hubiera
avances de un miembro sobre los derechos de los otros, ni sobre sus cosas. En términos
modernos diríamos que en la prehistoria del Estado el jefe velaba por el cuidado de las per-
sonas y sus normas de convivencia, pero intervenía en el reparto de los bienes tomados a
tribus cercanas o enemigas vencidas (9). (9)
Cuando el líder pacífico se
transforma en el líder guerrero.
Esas normas (10) grupales eran las bases para una relación efectiva y una comunicación
con probables notas afectivas (por ejemplo acercarse sin armas o en posición de no lucha); (10)
Theodore M. Newcomb, Manual
pautas que creaban a cada participante una vivencia y una actitud de pertenencia. Además de Psicología social, Editorial
emergía por parte del grupo el sentimiento de que esas simples pautas (11) implicaban res- Eudeba, Buenos Aires, 1964,
peto a aquellos derechos naturales. páginas 326 / 68.
(11)
De esta etapa de prehistoria del Estado, apreciamos que desde temprano los hombres sin- Pauta tan humana que en los
tieron los inalienables derechos a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la búsqueda de niños es común que se fijen
normas para sus juegos, pues
la felicidad, que para ratificarlas elaboraron pautas donde también constaban que las des- esas pautas servirán para
viaciones no serían toleradas y que en las disputas intervendría el jefe de la tribu para determinar el ganador, a la par
resolver sobre esas conductas. Códigos que desconocemos pues eran orales. que cada participante cuando
le toca jugar sabe qué tiene
que hacer para ganar y qué no
Por ende antes que Locke los primitivos aceptaban el poder como algo que ellos otorgaban para evitar perder. La norma
al jefe, así desde un principio los derechos inalienables de las personas fueron anteriores no es un signo autoritario sino
de orden, es autoritaria cuando
al Estado y éste posterior. Por otra parte si Estado es el concepto que define el poder, no lo que se busca es dominar al
puede existir ese concepto antes que su creador, el hombre concreto; ver lo contrario es otro, muchos animales, bus-
poner el caballo atrás del carro o sostener sin fundamento que los derechos del hombre cando el orden natural, marcan
su territorio para poder defen-
derivan de los derechos políticos del Estado. Esta idea procede del reemplazo de los hom- derlo ante el intruso.
bres árbitro por el hombre guerrero, líder de los grupos que haciendo la guerra conquista-
ban tierras y personas; en esa circunstancia los derechos de los vencidos, como los de la
soldadesca toda, eran fijados por el garrote, la honda o el hacha de piedra que establecían
además el reparto de los botines de la conquista, los tributos a los conquistados, los
impuestos a sus súbditos y el destino de los subyugados, los hombres generalmente escla-
vos y las mujeres mancebas o esclavas.
Así la declaración de los derechos humanos reconoce en nuestra cultura occidental ante-
cedentes que se remontan al tercer milenio a.C., como el Ur namu (2050 a.C.) en Caldea;
el de Lipit Istar (1850 a.C.) en Asiria y en Babilonia el de Esnunna (1800 a.C.) y el de Hamu-
rabi (1700 a.C.) siendo éste tal vez el cuerpo de leyes más importante del antiguo Cercano
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más de 48 horas, dentro de cuyo término deberá remitirlo al juez competente, con el
que se hubiese obrado.
2- En el Estatuto Provisional de 1815 está expresado que: Todo hombre tiene derecho
para resistir hasta con la fuerza la prisión y embargo de sus bienes, que se intenten
hacer fuera de orden y formalidades prescriptas […]; el ayudar a esta resistencia no
podrá reputarse un crimen.
(16) h. que la poca claridad (16) de su articulado obedece a que la mayoría de sus miem-
Todo hombre se debe mucho bros no eran constitucionalistas, ni hombres idóneos o entendidos de ese derecho, por
guardar en su palabra, de
manera que sea acertada y pen-
ende desconocían los textos incorporados y si los habían leído no los tenían memoriza-
sada antes que la diga. dos ni comprendidos.
Alfonso X el Sabio (1221-
1284).
Cuadro de declaraciones, convenciones y pactos incorporados a la Constitución
1 Declaración Universal de los Derechos Humanos ONU, aprobada por Asamblea Por el artículo 14 bis se incor- 30
General, París 10-12-1948 poran derechos del trabajador
3 Convención Americana sobre Derechos Humanos Pacto de San José de Costa Ley 23.054 82
Rica, 1969
4 Pacto Internacional de derechos económicos, ONU, Nueva York, 16-12-66 Ley 23.313 31
sociales y culturales
7 Convención para la prevención y la sanción del ONU, Nueva York, 9-12-48 Decreto-Ley 6286 / 56 19
delito de genocidio
8 Convención internacional sobre eliminación de ONU, Nueva York, 21-12-65 Ley 17.722 25
todas las formas de discriminación racial
9 Convención internacional sobre eliminación de ONU, Nueva York, 21-12-65 Ley 17.722 30
todas las formas de discriminación contra la mujer
10 Convención contra la tortura y otros tratos o ONU, Nueva York, 10-12-84 Ley 23.338 33
penas crueles inhumanos o degradantes
11 Convención sobre los derechos del niño ONU, Nueva York, 20-12-89 Ley 23.849 54
(17)
No figuran tampoco el “derecho 5. Análisis de los 30 artículos de los Principios Universales
a no saber” que más adelante
se explicará, ni el “derecho de 5. 1 Análisis general de los 30 Principios Universales
resistencia” al autoritarismo
que propugnaban: Francisco de
Vitoria, dominico, jurista y teólo- La lectura de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 muestra una amplia
go español nacido en Vitoria variedad de derechos (17) para los gobernados del mundo, pero una carencia total de obli-
(Álava) (1486-1480), fundador
del Derecho internacional. En su gaciones para los gobernantes; por ejemplo: 1) límites al poder político e independencia
obra principal Relectiones De entre los poderes, 2) prohibir el nepotismo en las elecciones especialmente en la sucesión
indis, condena el aspecto beli- de presidentes y gobernadores, 3) permitir la libertad para censurar al absolutismo, 4) bre-
coso de la conquista de Améri-
ca y en Relelectiones De Jure gar por el orden y seguridad de los Estados, 5) prohibir la perpetuación en el poder o ejerci-
belli defiende la guerra justa. cio del mismo sin plazo determinado, como la elección indefinida de mandatarios, legisla-
Juan de Mariana, nacido en dores y jueces, 6) cumplir obligatoriamente con los mandatos temporales asumidos, no
Talavera (1536-1624), su obra
principal De rege et regis institu- pudiendo renunciar a ellos para acceder a cargos en otros poderes o entes gubernamenta-
tione (Del rey y de la institución les, 7) prohibir el cambio de partido durante el ejercicio del mandato electoral, 8) mantener
real), sobre el origen del poder obligatoriamente un régimen de libertad individual de los gobernados, 9) respetar los dere-
real donde afirma la licitud de
matar al tirano. Francisco Suá- chos inalienables de la persona humana, 10) prohibir la proscripción política, 11) prohibir la
rez, jesuita, teólogo y filósofo producción de moneda feble, base de la inflación, 12) prohibir la determinación de impues-
español nacido en Granada tos, 13) dejar fuera del gobernante los cambios sociales, técnicos y científicos de la socie-
(1548 – 1617), llamado Doctor
Eximius, su obra principal Trata- dad, 14) impedir suplantar la responsabilidad personal por la responsabilidad social, 15)
do de la ley y de Dios legislador. prohibir la intervención en nacionalizaciones, reglamentaciones y subvenciones de organi-
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Esa misma lectura nos muestra para los gobernados un amplio articulado con enunciados
de derechos a la igualdad, a la de defensa; de ejercer industria lícita; de enseñar; de tran-
sitar, entrar, salir y permanecer en el territorio; de huelga; de libre emisión del pensamien-
to, de navegar; de peticionar; de publicar ideas; de trabajar, como también derechos a la
libertad de agremiación y de asociación; de comercio; de enseñanza; de imprenta; de pro-
fesar el culto; de uso y disposición de la propiedad, pero sin señalar la obligatoriedad de los
gobernantes de tenerlos en cuenta. Un verdadero listado de predominantes ideas europe-
as, deseosas de dar a los ciudadanos un régimen de libertad individual fundado en el res-
peto a las necesidades de su persona humana, olvidada por los regímenes autoritarios que
habían sumergido a Europa en el nazismo, fascismo y comunismo, fruto de ideologías de
los propios europeos, especialmente en la creencia que el derecho emerge de la ley, cuan-
do hemos mostrado cómo el Derecho natural es anterior a toda ley escrita; además los hoy
múltiples voceros de los derechos humanos en adhesión de la Declaración Universal de los
derechos Humanos de 1948 ignoran o han olvidado que todos ellos están explícita o implí-
citamente señalados por la Constitución de la Nación Argentina de 1853, o establecen ver-
daderos Gulag siberianos, destinados a muchos ciudadanos discriminados jurídicamente
por aplicación de leyes posteriores a sus supuestos delitos o por acciones contrarias al
Derecho Internacional como la Convención de Roma.
El origen del silencio sobre los deberes de los gobernantes para con los gobernados y el lis-
tado de derechos casi ideales en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de
1948 obedece a que sus redactores eran empleados representantes de los gobiernos de
las naciones y no representantes de los habitantes de esos países, por ende eran funcio-
narios funcionales a los poderes que los eligieron, cuyos buenos propósitos de proteger al
hombre en su calidad de persona de los abusos del poder se cristalizaron con esa óptica,
en el escrito que fue adoptado y proclamado por la Asamblea General de las Naciones Uni-
das en su resolución 217 A (III) del día 10 de diciembre de 1948.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos pretendió impulsar una utópica trans-
formación brusca y profunda basada, como dice Le Bon, en la manía de las grandes refor-
mas es siempre funesta para un pueblo, por excelentes que puedan parecer tales refor-
mas en el terreno teórico (18) La verdad de este aserto se evidencia en haber querido algu- (18)
Le Bon, obra citada, página 8.
nas repúblicas democráticas impulsar desde afuera modos republicanos y democráticos, a
pueblos que en su creencia, cultura y costumbre no tenían incorporado ni el límite al poder,
ni el derecho a elegir, ni la igualdad como personas del hombre y la mujer, recordemos el fra-
caso de la imposición de un gobierno republicano en Haití, Afganistán, Irán, Irak o en la
misma Arabia Saudita —como en otros estados musulmanes—, donde la mujer; no tiene los
mismos derechos que los hombres, o en la India donde se mantiene el sistema de castas,
en muchos de sus Estados constituyentes, recordando además la existencia de falsas demo-
cracias en la mayoría de los países africanos, a pesar de haber recibido recursos equivalen-
tes a tres planes Marshall. Pues las sociedades democráticas republicanas nacen cuando
sus socios ciudadanos sienten para sí y el prójimo los derechos inalienables de la persona.
Alejandro Soljenitsin premio Nobel de Literatura 1970, señaló que hay un derecho del que
nadie habla y que considera tanto o más importante que los conocidos, es el derecho de
no saber, pues la abundancia de información distrae y la vulgaridad que se publica sobre
distintas personas atenta contra la privacidad de los lectores. El novelista ruso estuvo en
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lo cierto pues los gobiernos autoritarios con sus consignas y propagandas obnubilan a las
masas con información que de nada les sirven, a la par que no comunican aquello que los
tornaría personas más autónomas, formulan mentiras, actitudes a las que adhieren
muchos medios dando basura o mensajes gramscianos para destrucción de las institucio-
nes, u hombres prebendarios buscadores de favores para sus empresas no competitivas
por ser proveedoras de elementos de baja calidad o de costos superiores a los del merca-
do globalizado. Tampoco obra el derecho de resistencia a la opresión señalado en Ensayo
sobre el gobierno civil por John Locke cuando el Poder Legislativo por ambición, miedo,
insensatez o corrupción, intenta apoderarse para sí, o colocar en manos de otra persona,
un poder absoluto sobre las vidas, libertades y propiedades del pueblo.
Por último la Declaración de los DD.HH., es muy difusa en la determinación de los deberes
de los habitantes ante su comunidad permanente (país de residencia) o transitoria (país de
tránsito por beca, viaje, trabajo temporario, turismo), como también los deberes y respon-
sabilidades de los adultos hacia su descendencia y hacia sus ancestros, como hacia los bie-
nes técnicos y culturales, como en proveer a sus prójimos de alimentación, vestido, vivien-
da, asistencia médica, servicios sociales, salud, bienestar y de sentido de trascendencia.
Nuestra Constitución establece en forma más amplia y breve que no hay fueros perso-
nales, ni títulos de noblezas (Art. 16) como ya se expuso en el apartado 4. a
Observaciones al artículo 12: Se emplea dos veces la preposición disyuntiva “o” en lugar
de la preposición copulativa “y”. Resulta interesante recordar que el Código de Hamurabi
en sus leyes 195 – 240 atendía el tema de agresión y el 8º mandamiento sanciona el men-
tir, como es el ataque a la honra y reputación de las personas al que incurren frecuente-
mente algunos gobernantes o sus adláteres.
Nuestra Constitución establece que las acciones privadas de los hombres que de ningún
modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reser-
vadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados (Art. 19) y ningún habitante
de la Nación puede ser sacado de los jueces designados por ley antes del hecho de la
causa (Art. 18).
Observaciones al artículo 17: No señala que la propiedad es uno de los cuatro derechos
naturales o inalienables.
Implica el dominio, derecho o facultad que se tiene sobre las cosas materiales, intelectua-
les, artísticas o monetarias que nos pertenecen, tanto para usarlas y disponer de ellas
libremente, como para reclamar su devolución si están en poder de otro.
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Observaciones al artículo 21: La vía de una democracia centrada solo en el voto, olvidan-
do que el autoritarismo está sentando sus bases para iniciar la fabricación de pobreza y la
robotización ciudadana. De ahí que la limitación del poder es un principio esencial que
debe contener a un gobierno constitucional en un Estado de Derecho para salvaguardar así
los derechos de las personas, como desde 1786 sostuvieron Madison y Jefferson, en el
“Estatuto de libertad religiosa de Virginia” y también los antifederalistas en sus publicacio-
nes entre 1787 y 1788, como Robert Yates, que lo hacía con el seudónimo de Brutus (23). (23)
Alberto Benegas Lynch (h), y
Sin limitación del poder la existencia de la personas en un país pasa a ser la vida en un Carlota Jackisch, Límites al
ghetto de vida anónima y esclava, donde desaparece la creatividad en las relaciones per- poder (Los papeles antifedera-
sonales y las artísticas, estéticas, estilísticas de valor universal. Para Robert Moss (24), listas), Fundación Friedrich A.
von Hayek, Buenos Aires 2004,
Democracia no significa gobierno del pueblo. Significa gobierno del político y en todas las página 151.
democracias contemporáneas eso equivale a gobierno de partido. El pueblo puede decidir
en elecciones celebradas periódicamente qué grupo de políticos de partido lo van a gober- (24)
Robert Moss, El colapaso de
nar, pero sería ridículo suponer que el pueblo tiene alguna influencia decisiva sobre lo que la democracia, Editorial Atlánti-
se hace entre una y otra elección. da S.A., Buenos Aires, 1977,
Nuestra Constitución establece que el pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de página 9.
sus representantes (Art. 22) y garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos y el
voto secreto y obligatorio (Art. 37) y fija como única condición para la admisión en los
empleos la idoneidad (Art. 16).
Observaciones al artículo 22: Es falso que toda persona como miembro de la sociedad
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tiene derecho a la seguridad social, porque primero no es miembro de ella sino socio. Y
por ese carácter de socio debe aportar para poder recibir; pues la seguridad social se
presta por medio de ciudadanos que trabajan en ella, con derecho a una remuneración
en un lugar técnicamente idóneo, logrados ambos con dinero que deviene de los miem-
bros de la sociedad, por ejemplo del IVA que tributan también los jubilados de mínima, los
dueños de pensiones magras, los que viven de changas y los mismos cartoneros (ningún
almuerzo es gratis dice un aforismo sajón), seguridad social que también se presta con
equipos cuya adquisición no es gratis. Y para aquilatar su dislate el artículo deja el cum-
(25) plimiento de este derecho a la seguridad social al esfuerzo nacional (25) y la cooperación
Henry Hazlitt expresó: “Cuanto internacional; recordemos que un senador estadounidense señalaba que él estaba dis-
más rica es una comunidad,
menos servicios benéficos nece-
puesto a defender que los impuestos de los carpinteros no fueran a parar a los bolsillos
sita, pero más puede proporcio- de los que no hacen por la sociedad.
nar, cuanto más pobre, más Nuestra Constitución establece que el Estado otorgará los beneficios de la seguridad
ayuda necesitan sus habitantes,
pero menos puede dales”.
social (Art. 14 bis).
Observaciones al artículo 23: Este artículo más que una expresión de derechos es un lis-
tado utópico de buenos deseos que no se conjugan con la realidad de las sociedades,
(26) pues toda persona en ejercicio de su libertad y la coyuntura social opta por un trabajo (26)
Definimos trabajo como una en las condiciones que para sí estime como satisfactorias y equitativas, aun cuando para
acción ejercida para satisfacer
la necesidad de otro que paga
un tercero no lo sean, así ni el cartonero ni las gatas desean permanecer en esa activi-
por esa realización. dad, pero la realizan dando lo mejor de si. La protección contra el desempleo no es dis-
tinta al seguro de un auto o de una casa, dado que necesita una previa inversión o aho-
rro. Es también utópico hablar de igual salario por igual trabajo, porque las personas no
son seres iguales en sus habilidades y aptitudes, así los artistas del espectáculo, como
los de las artes o los deportistas muestran que la igualdad de remuneraciones por igual
trabajo es una falacia. Finalmente en todos los estratos sociales hay muchos que no dese-
an trabajar, seres que en las historietas cobran vida, así un Inodoro Pereyra en la clase
baja, un Fiaquini en las clases medias y en las altas Isidoro Cañones. Hecho que también
refleja la parábola de los talentos (NT Mateos 25, 14-30 y Lucas 19, 12-27). Por ultimo la
defensa del trabajador no está en las leyes, sino en el respeto de sus Derechos Natura-
les, que la Justicia debe atender.
Nuestra Constitución establece que el trabajador gozará de la protección de las leyes ase-
gurando condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacacio-
(27) nes pagas; retribución justa; salario mínimo (27) vital, y móvil; igual remuneración por igual
Releamos a Arthur Sheffield:
“Las leyes sobre salaries míni-
tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y
mos constituyen uno de los colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del
engaños más crueles del débil empleado público; organización sindical libre y democrática; reconocida por la simple ins-
y el pobre. No elevan sus sala-
rios: simplemente los excluyen
cripción en un registro especial (Art. 14 bis). Este artículo constitucional merece las mis-
del mercado”. Así excluyen al mas observaciones expresadas precedentemente. Tampoco señala la Constitución cómo
adolescente y al discapacitado. participa el trabajador en los casos de las pérdidas que pudieran aparecer en un determi-
nado momento. Este artículo 23 de la Declaración y 14 bis de la Constitución es utópico,
pues, como lo señaló Gustavo Lazzari de la Fundación Atlas, los seis millones de inmigran-
tes que vinieron al país entre 1871 y 1930 estaban tan protegidos por sólo seis artículos
del Código Civil de 1871, que no había desempleo y los trabajadores construían sus casas
en terrenos comprados en cuotas a rematadores.
Observaciones al artículo 24: La necesidad de descanso deviene del derecho a la vida, por
ello el tiempo razonable de duración del trabajo depende no de la legislación sino de las
circunstancias; durante las catástrofes muchísimas personas se sobreponen al cansancio
en agotadoras jornadas para salvar vidas o atemperar estragos, como tampoco los equipos
de cirugía en esas emergencias u otras no declinan en su labor. Por otra parte el descan-
(28) so laboral esta previsto desde muy antiguo (28).
Durante seis días trabajarás y
harás todas tus tareas; pero el
Nuestra Constitución establece que el trabajador gozará de la protección de las leyes
séptimo es día de descanso en asegurando condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y
honor del Señor, tu Dios… (AT: vacaciones pagas (Art. 14 bis). Este artículo constitucional merece las mismas observa-
Éxodo 20, 9-10)
ciones ya expresadas.
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Observaciones al artículo 25: Su texto es también una utopía pues asegura a toda perso-
na derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así (29) como a su familia, la salud (29)
y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica En lugar de “así”, estaría
mejor “para sí”. (¿Errata de la
y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de Declaración?).
desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios
de subsistencia por circunstancia independientes de su voluntad: propósito que ha lleva-
do a los Estados a crear impuestos para cumplir estos preceptos, pero que en la práctica
achican la riqueza creada, con lo cual los que la producen reducen las reinversiones y el
mantenimiento, por ende se acota la torta a repartir, no se cristalizan los planes sociales,
y el resultado son grandes emigraciones a los centros urbanos del exterior, como lo mues-
tra en nuestro país el 1,2 millón de argentinos en el exterior, en Cuba el millón de cubanos
en Miami y en Europa la ola de africanos pugnado por entrar. La mejora del bienestar social
se alcanza con políticas tributarias que hagan crecer la riqueza; China lo ha comprendido,
su desarrollo está impulsado por una clase media creciente de 200 millones de personas.
Nuestra Constitución establece que el trabajador gozará de la protección de las leyes ase-
gurando los beneficios de la seguridad social, la protección del bien de familia; la com-
pensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna (Art. 14 bis). Este artículo
constitucional, merece las mismas observaciones ya expresadas.
Observaciones al artículo 28: Resulta utópico que toda persona tenga derecho a un orden
social e internacional que establezca sus derechos y libertades.
Un texto mejor hubiera sido: Sería de desear que el orden social e internacional establez-
ca, defienda y haga plenamente efectivos a las personas los derechos y libertades procla-
mados en esta Declaración.
Nuestra Constitución establece en su primera parte, capítulo primero, los derechos y
garantías de todos los habitantes de la Nación y si bien en los artículos 14 y 14 bis seña-
la los derechos que gozan, el artículo 33 expresa que las declaraciones, derechos y
garantías que enumera la Constitución no serán entendidos como negación de otros dere-
chos y garantías no enumerados; pero que nacen del principio de la soberanía del pue-
blo y de la forma republicana de gobierno.
Observaciones al artículo 29: Todo derecho debe ser ejercido de manera tal que no afec-
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te los derechos de los otros ni de la comunidad, por ejemplo si bien Toda persona tiene
derecho a la libertad de pensamiento ello no permite expresar mentiras, injurias o calum-
nias a un tercero.
(30) Existe desde hace tres décadas (30) una utilización ideológica de los DD.HH. en el campo
En parte impulsada por el pre- político, para denostar la acción de los gobernantes contra el terrorismo, especialmente en
sidente de los Estados Unidos
Jimmy Carter (1973-1978)
estas tierras argentinas, donde desde 1983 se habla de su violación por aquellos que
que por una visión equivocada tuvieron alguna participación en gobiernos de jure o de facto en la defensa de actos con-
impulsó los derechos huma- tra la integridad de la Nación.
nos, sin advertir que éstos no
eran los impulsados por Jef-
ferson, sino unos inspirados El presidente Carter comenzó a utilizarlos en beneficio de su imagen de estadista, no pensan-
en Rousseau. do que los mismos serían rápidamente empleados por ideólogos gramscianos para destruir y
socavar las instituciones republicanas igualando los derechos de los trabajadores y los deso-
cupados, de las víctimas y de los victimarios, de los homosexuales y sus adláteres. Así en nom-
bre de ellos soportamos el lenguaje burdo y soez en los medios, la pornografía y la obscenidad,
se habla de justicia para el delincuente pero se la niega a la víctima, las partes negras de la
sociedad se expresan con eufemismos, “recolectores urbanos” por cartoneros. En otras pala-
bras una corta enumeración de una larga lista de falacias y virus de los valores humanos.
Es un término falsario cuando por mala política se toman los DD.HH. en forma ambigua, ora
como divisa descalificadora ora reivindicadora. La primera para censurar acciones políticas
de quienes reprimen el terrorismo o el estrago y la segunda para ensalzar acciones políticas
propias o ajenas que en realidad ocultan una ideología avasalladora de los derechos a la
(31) vida, la libertad, la propiedad, la búsqueda de la felicidad, y además son negadoras de la
“Hemos derrotado a la frivoli- trascendencia de la persona humana; accionar al que suman la creación de una nomencla-
dad y la hipocresía de los inte-
lectuales progresistas […] Nos tura sin sustancia para atacar como termitas las instituciones democráticas y republicanas
hicieron creer que la víctima siguiendo la ruta que trazaran el comunismo, leninismo, stalinismo, nazismo, fascismo, cas-
cuenta menos que el delincuen- trismo, maoísmo, el khmer rojo y actualmente la socialdemocracia europea; con el fin de pre-
te […] el relativismo de que
todo es igual lo verdadero y lo sentarse como solución ante problemas sociales generalmente existentes por la aplicación de
falso; lo bello y lo feo; que el políticas “tercermundistas”, populistas revolucionarios o progresistas buscan tergiversar los
alumno vale tanto como el términos o imponer el relativismo donde todo es igual como lo expresó al asumir el poder (31)
maestro […]”.
el actual presidente de Francia, Nicolás Sarkozy. Pues los términos que agitan como palancas
(32) de cambio para los estratos empobrecidos por el grupo de fabricantes de miseria (32) que ellos
Mendoza, Montaner y Vargas mismos integran, pero que no cambian la situación de las personas.
Llosa, Fabricantes de Miseria,
Plaza & Janés Editores, S.A.
Barcelona 1998. Para comprender aún más el uso político que de los Derechos Humanos hacen muchos
políticos y sindicalistas, no pocos empresarios, hombres del periodismo, profesionales libe-
(33)
Gustavo Le Bon en su libro Psi- rales e intelectuales, y una gran masa ciudadana no suficientemente ilustrada (33), recuér-
cología de las multitudes, seña- dese que al expresidente Fujimori se le hace juicio por “Violación a los DD.HH.”, sin indicar
la como características básicas específicamente a cuál de ellos se hace referencia, por cuanto aquellos “Treinta principios
la pobreza en razonar, la falta
de espíritu crítico, la irritabili- universales” tratan sintéticamente de los siguientes: Derecho a la vida (a no ser discrimi-
dad, la credibilidad y la inocen- nado, a la seguridad personal, al buen trato –ni torturas, tratos crueles, o degradantes–; al
cia, que en sus resoluciones reconocimiento de su persona jurídica, no injerencia en su vida privada, su familia, o
obra por influjo de mangonea-
dores (Editorial Divulgación, correspondencia; a la protección de la familia por la sociedad y el Estado; a obtener la satis-
México, 1973, página 125). facción de los derechos económicos, sociales y culturales mediante el esfuerzo nacional y
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En primer lugar está bien que se busque sancionar el avasallamiento de los derechos
humanos en nuestro país o en otros, pero debe hacerse con juicios que deriven en conde-
nas por acciones u omisiones que en el momento de cometerse fueran delictivos según el (34)
derecho aplicable (34) pero no empleando leyes posteriores a los hechos. Olvidando que Artículo 9º del Pacto de San
José de Costa Rica y Ley
actualmente en nuestro país se puede decir que los gobernantes nacionales, provinciales Nacional 23.054.
y municipales, junto a la burocracia gubernamental, no cumplen con la totalidad (35) de
derechos declarados por la ONU en 1948. (35)
Es tan amplio el abanico de
derechos proclamados en sus
En segundo lugar puede hablarse de una utilización ideológica de los DD.HH., cuando esas 30 artículos, que esta afirma-
mismas voces callan ante la violación de los Derechos Humanos en Rusia con 20 millones ción debe tomarse como una
exacta descripción, emanada
de muertos en el gulag siberiano o en centros psiquiátricos, 11,4 millones por la Alemania de la real relación de los gober-
nazi, el 1,7 millón de muertos en Camboya por el régimen de los Khmer Rojo; 10 millones nantes con sus ciudadanos,
en los campos de concentración del Japón Imperial; los 10 mil asesinados en Cuba por el pues por ejemplo no se ha
satisfecho todos esos años, a
“Che”, llamado por eso “Carnicero de la Cabaña”; los 21.655 atentados en nuestra Repú- todos los habitantes de la
blica Argentina por el terrorismo vernáculo (36); los 30 millones de muertos en China y los Nación Argentina, el artículo 25
20 mil en el Tibet por el régimen de Mao Tse-Tung (37). Y en Francia su socialdemocracia de la Declaración de los
DD.HH. que establece un nivel
olvide los 30 mil muertos en Argelia por tropas galas, con una metodología que luego de vida que asegure, a él y su
exportó a distintos países de América. familia, la salud y el bienestar,
la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica,
Por otra parte tampoco hablan del millón y medio de armenios aniquilados por los turcos los servicios sociales, como
entre 1915 y 1923; los 100 mil kurdos asesinados por el partido Bath de Saddam Hussein; seguros al desempleo, enferme-
de 800 mil tutsis muertos por las turbas humus en Rwanda en 1995, los 2,85 millones dad, invalidez, viudez y vejez, y
además para todas las madres
masacrados en Sudán entre 1987 y 1998. y la infancia la asistencia espe-
cial de su estado.
(36)
7. Logros para las personas en los 60 años de DD.HH. La Cámara Federal que en
1985 juzgó a la junta militar
Llevamos 60 años de Derechos Humanos por cuanto el 10 de diciembre de 1948 se pro- en la causa 13 determinó
esa cifra.
clamó en Francia la Declaración de los Derechos Humanos, con fundamentos de la Revo-
lución Francesa de 1789, labrada en consonancia con las ideas de Rousseau i) de igual- (37)
dad, libertad y solidaridad de las personas, ii) que la voluntad de la mayoría era la “volun- Datos de Bárbara Harfff,
Strassler family center for holo-
tad general”, representante además de la verdad ante la cual las minorías debían inclinar- caust and genocidio studies,
se, iii) y que los derechos de los ciudadanos derivaban del “contrato social”, ideas con las Clark University.
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cuales Kant coincidió al señalar que los Derechos no anteceden sino que derivan de la
constitución del Estado. En otras palabras, en este pensamiento franco-alemán, los Dere-
chos del hombre devienen de los Derechos del Estado o Razón de Estado.
Desde aquella fecha, pese a lo especificado en los treinta artículos de la Declaración de los
Derechos Humanos, millones de personas han sufrido persecución, tormento, muerte por
raza, color, sexo, idioma, religión, condición política, estado económico, posesión de bie-
nes; como también no respeto a la vida, la libertad, la seguridad, no reconocimiento
además del derecho de presunción de inocencia, condenas por actos u omisiones no con-
templados por el derecho nacional o internacional en el momento de su realización; o
sufren impedimento para salir o regresar a su país, o privación de expresar ideas o pade-
cen la obligación a pertenecer al partido del gobierno o mandante de turno, o una única
organización sindical.
Es más, esos millones de seres tampoco tienen la propiedad, ni la seguridad social, ni aten-
ción a su salud, al bienestar para sí y la familia, ni alimentación, vestido, vivienda, asisten-
cia médica, servicios sociales. Por más que esos “Derechos” figuren también en distintos
artículos de esa mal llamada “Carta Magna de la Humanidad”. Articulado que es necesa-
rio señalar, que por momentos en forma equivocada se sostuvo incompleto porque no
hablaba de la mujer, y como tampoco de los párvulos, por ello por resolución de la Nacio-
nes Unidas 1386 (XIV) del 20 de noviembre de 1959, se declararon los Derechos del Niño.
Situación que tampoco sirvió para que millones de infantes salieran de la pobreza, la indi-
gencia o fueran parte de la prostitución infantil o integrantes del narcotráfico, o encarga-
dos de la búsqueda de minas.
En esos mismos 60 años, muchos países siguieron otra línea, la del pensamiento “anglo-
norteamericano” iniciado con la Revolución Gloriosa de 1688 en Inglaterra, cuando la
nobleza y la burguesía derrocaron al rey para poner límites a su absolutismo, obrando en
consonancia con las ideas de Locke que señalaba que los gobiernos nacen con el fin de
proteger los Derechos inalienables y preexistentes de las personas a la vida, la libertad, la
propiedad y la búsqueda de la felicidad; no debiendo contradecir los gobiernos esa ley natu-
ral, ideas con las que coinciden Hume y Ferguson, que en otras palabras señalan: que los
Derechos del hombre son anteriores a los del Estado y por ende son los ciudadanos los que
le ponen límites al poder. Doctrina seguida en la Declaración de la Independencia de los
EE.UU. en 1776, con ella todos los estados integrantes de las Trece Colonias habían tam-
bién incorporado la declaración de derechos conocida como Bill of Rights y que fuera san-
cionada por el Parlamento inglés de 1689. Valores que figuran en nuestra Constitución de
1853/60, los cuales mientras no se avasallaron llevaron a nuestra Nación a estar entre
séptima y décima en el mundo, y al no cumplirlos obtuvimos altos niveles de pobreza y la
indigencia, desconocidos en la República Argentina de 1880 a 1912.
Estos 60 años de Derechos Humanos nos muestran que en naciones que no se preocupa-
ron por ellos, pero sí por respetar los Derechos inalienables a la vida, la propiedad, la liber-
tad y la búsqueda de la felicidad, era reducida la burocracia, buena la moneda, bajo el
desempleo y la pobreza, alta la tasa de ahorro por habitante, alta la distribución de la rique-
za, alta la atención a la educación y la salud, óptima la estructura productiva de bienes y
servicios, alta la tecnología y hay creación de riqueza, que lleva a alta calidad de vida de
sus ciudadanos.
En las góndolas de los mercados, en los anaqueles de las farmacias, en las páginas de los
catálogos y en las hojas amarillas de las guías telefónicas, no encontramos un solo artícu-
lo que haya sido creado para los ciudadanos siguiendo la Declaración de los Derechos
Humanos, mientras en las facturas de los servicios encontramos que por intervención del
Estado existen tasas y porcentajes de impuestos que pagan aun todos los pobres, los indi-
gentes, los cartoneros y los miles de personas que viven de sus changas, y en el régimen
de impuestos encontramos muchos no sancionados por el Congreso.
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Para no sumarnos al “Yo argentino”, dicho con el cual muchos conciudadanos expresan su
no compromiso ante una situación dada y para Héctor Zimmerman (38) es la mejor de las (38)
visas para el desentendimiento, creemos que debemos usar los DD.HH. como mandobles Héctor Zimmerman, Tres mil
historias, Ed. Aguilar, Buenos
para los gobernantes autoritarios, así a nivel internacional debemos remitir a distintos Aires, 1999, página 344.
gobiernos nuestro “Yo acuso” señalando todos los casos que conozcamos de incumpli-
miento de esos derechos por parte de los distintos poderes de la Nación o casos donde los
jueces no encuadren los delitos de terroristas como crímenes de lesa humanidad como lo
establece el Tratado de Roma. Por ejemplo hacerlo ante el Alto Comisionado de la Secre-
taría (39) de los Derechos Humanos de la ONU, Ginebra, máxime que en Europa no hay en (39)
sus gobiernos terroristas condenados en funciones gubernamentales, como tampoco en el La delegación de la ONU en
Buenos Aires facilita los datos
gobierno de los EE.UU. hay hombres ligados al atentado de las Torres Gemelas. no transcriptos aquí, pues suele
haber cambios en las direccio-
Los amantes de los derechos a la vida, la libertad, la propiedad y la búsqueda de la feli- nes postales o de Internet.
cidad debemos aprender a usar la Declaración de los Derechos Humanos para el bien
común. Pongo como ejemplo una carta del autor sobre “Derechos conculcados”, publi-
cada este año 2008 en el diario La Prensa el día 7 de mayo.
Derechos conculcados
Generalmente quienes hablan de incumplimiento de los derechos humanos omiten seña-
lar a cuál de ellos se refieren, pues es amplio el espectro de esos 30 Derechos Universa-
les de 1948, a saber: no ser discriminado; seguridad; respeto a la igualdad jurídica, a su
vida privada y correspondencia; protección de la familia; satisfacción económica y social; a
trabajar con descanso y vacaciones pagas; a un nivel de vida que asegure para sí y la fami-
lia todo tipo de servicios sociales; a educación elemental, técnica y profesional; a la pro-
piedad; a la libertad de pensamiento y creencia; al recurso efectivo ante los tribunales; a la
presunción de inocencia; a no ser condenado por actos no delictivos en el momento de
cometerse; a entrar, salir o permanecer en su territorio; a elegir residencia; a asilo; a una
nacionalidad y a no ser privado de ella; a contraer matrimonio; a reunirse y asociarse; a par-
ticipar en el gobierno y a elegir. También esos voceros ignoran que todos esos derechos
están explícita o implícitamente señalados por la Constitución de la Nación Argentina de
1853 / 60. Además se mantiene a ciudadanos detenidos sin proceso, contrariando el artí-
culo 9º del mismo documento. n
BIBLIOGRAFÍA
La Constitución de la Nación Argentina 1994,
las declaraciones, convenciones y pactos internacionales
a ella incorporadas y las obras citadas en las notas del
presente trabajo.
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PROCLAMACIÓN Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos
La Asamblea General proclama la presente Declara- crueles, inhumanos o degradantes.
ción Universal de Derechos Humanos como ideal
común por el que todos los pueblos y naciones Artículo 6
deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al
como las instituciones, inspirándose constantemente reconocimiento de su personalidad jurídica.
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