El Aroma Filosofico de Santayana, Manuel Garrido
El Aroma Filosofico de Santayana, Manuel Garrido
El Aroma Filosofico de Santayana, Manuel Garrido
Manuel Garrido
Uno de esos textos figura en el ensayo sobre Goethe que escribió San-
tayana en su libro Tres poetas filósofos1. En ese ensayo se elogia una escena
del Fausto de Goethe que nos muestra al personaje recostado pacíficamente
en la ladera de una colina. El cuerpo de Fausto descansa sobre una alfombra
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2. La historia de Autologos
II. COMENTARIO
siéndolo hoy para nosotros, muy difícil de responder. Por una parte, la armo-
nía entre ambos factores durante largo tiempo predicada por la concepción
tradicional cristiana había perdido desde la Revolución francesa casi toda su
credibilidad. Por otra las principales filosofías en las que ellos se educaron, el
positivismo y el pensamiento de Nietzsche, eran demasiado parciales. Los
positivistas, siguiendo el modelo ilustrado, tomaron muy en serio la investi-
gación de los hechos científicos pero apenas concedieron importancia a la
discusión de los ideales de la vida. Y Nietzsche emprendió el camino contra-
rio; dio de lado a la ciencia y se dedicó al análisis de ideales.
Por eso es denominador común de muchos contemporáneos de Santa-
yana, de los grandes hombres que han configurado el pensamiento occidental
del siglo XX, el deseo de superar esa parcialidad, subrayando enérgicamente,
por un lado, la distancia entre hechos e ideales, y acometiendo por otro el
desesperado intento de conciliar ambos factores, aunque sea de lejos. El re-
sultado es una tensión insoportable, como puede comprobarse, por ejemplo,
en dos de las principales figuras de esa generación: Sigmund Freud y Max
Weber. En ambos encontramos el mismo rigor en el análisis de los hechos
científicos de que hacían gala los positivistas. Pero ambos se diferencian de
ellos por albergar en su interior una sombra o simulacro de concepción meta-
física relativa a los ideales de la vida. Por detrás del cientifismo de Freud está
la metafísica de Schopenhauer. Por detrás del cientifismo de Max Weber está
la metafísica de Nietzsche. La teoría freudiana del malestar de la cultura y la
teoría weberiana del desencanto por la secularización del mundo son ejem-
plos indicativos de la tensión a que acabo de aludir.
1. El naturalismo de Santayana
Creo que podemos sospechar que el verdadero nombre de esta diosa debe haber sido
Diké, la misma a la que el sabio Demócrito ha llamado Castigo; y el nombre del bo-
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tánico debe haber sido Nómos, al que él llamaba Acuerdo; y no cabe duda que el ni-
ño Autologos era esa inocente ilusión que ha sido el tema de todo su discurso.
2. El humanismo de Santayana
NOTAS
1
JORGE SANTAYANA, Tres poetas filósofos. Lucrecio, Dante, Goethe, traducción de
José Ferrater Mora, Tecnos, Madrid, 1995.
2
JORGE SANTAYANA, Diálogos en el limbo, traducción de Carmen García Trevijano,
Tecnos, Madrid, 1996.