Reseña Ricardo Arias
Reseña Ricardo Arias
Reseña Ricardo Arias
Arias Trujillo, Ricardo. “Los Leopardos”: Una historia intelectual de los años 1920.
Bogotá D. C: Ediciones Uniandes, 2007. Impreso. 411 páginas.
Ricardo Arias Trujillo estudió pregrado en filosofía, maestría en Historia y Doctorado en Historia
en la Universidad de Aix-en-Provence. Fue profesor de la Escuela Colombiana De Ingeniería
Julio Garavito en 1995 y en la Universidad de Los Andes desde 1990 hasta 2002. Obtuvo el
Premio al mejor docente del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes, Facultad
de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes en 1998 y en el 2000. 1
La obra “Los Leopardos”: Una historia intelectual de los años 1920, quiere demostrar que “El
papel de “Los Leopardos” en los debates de la época nos permite ver las continuidades y
evoluciones que se dieron en torno a la figura del intelectual.”2 Hace uso de fuentes como
revistas, diarios y periódicos estudiantiles además de memorias, autobiografías, novelas,
ensayos, críticas literarias y discursos políticos. También se basa en el texto de Gilberto Loaiza
y el de Renán Silva principalmente. El texto cuenta con una Introducción y cinco partes que le
siguen. La primera parte “El escenario y los actores”, (4 capítulos). La segunda parte “Los
Centenaristas y los jóvenes letrados frente a los nuevos debates” (2 capítulos). La tercera parte
“La militancia del campo católico” (1 capítulo). La cuarta parte “‘Los Leopardos’ y el fin de la
Hegemonía Conservadora” (2 capítulos). La quinta y última parte “¿Un nuevo intelectual?” (2
capítulos). Para finalizar, el libro tiene conclusiones, fuentes, bibliografía y anexos.
En la primera parte, el autor busca explicar el origen de las nuevas generaciones de 1920. Para
ello, en el primer capítulo, inicia con el panorama intelectual de la época a finales de los años
10, mostrando que fue en el año 1921 en el cual un grupo de cinco jóvenes universitarios
formaron el grupo “Los Leopardos”. Seguido a esto el autor expone el panorama bogotano y
nacional de la época; la importancia que éste grupo le dio a la literatura, tanto en la búsqueda
de sus lecturas como en sus propias publicaciones, siendo los cafés y asociaciones literarias
sus lugares de reunión para discutir de ello-y también de política-, así pues “Se habían reunidos
por el afán y la necesidad de renovar la política y las letras colombianas. Ése era el objetivo
explícito que los había convocado.”4 También expone el cómo la cultura y la retórica que
poseían los llevó a alardear y entrever el carácter elitista de la misma además de la bohemia
como un elemento que le proporcionó a la nueva generación un pequeño grado de identidad
común. Continuando con lo anterior, en el segundo capítulo, el autor habla de la Universidad
1
Hoja de vida. Colciencias. Web. Visitado el 9 Jun. 2019. Recuperado de:
http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000032778
2
Arias Trujillo, Ricardo. “Los Leopardos”: Una historia intelectual de los años 1920.Bogotá D. C:
Ediciones Uniandes, 2007. p. xx
3
Ibid, p.p xiv-xv
4
Ibid, p. 44
colombiana debido al enorme apoyo que fue para la nueva generación; pasando por una
contextualización de la educación en general de la época, la importancia del movimiento
estudiantil que “sirvió para reforzar la idea según la cual la juventud estaba revestida, de
manera “natural”, de una misión especial en la sociedad.”5, los esfuerzos de Arciniegas para
reformar la educación que estaba siendo obstaculizada por la Iglesia y el papel de Universidad,
como exponente del Republicanismo, respecto al mismo tema. En el tercer capítulo el profesor
Trujillo habla de la Prensa como un aspecto fundamental en la carrera de “Los Leopardos”
puesto que, al igual que muchos otros jóvenes, fueron los primeros pasos para darse a
conocer; exalta a La República, diario que estimuló las actividades intelectuales de los
estudiantes. Para finalizar esta primera parte el autor habla de la actividad política que
ejercieron tempranamente las nuevas generaciones señalando la “pluriactividad” (“incursión
simultánea en diferentes actividades (...) la mayoría combinaba la abogacía, el periodismo, la
política y las “letras”6).
En la segunda parte, el profesor Trujillo se refiere a los debates de la época en los que los
Centenaristas y “Los Nuevos” definieron sus posiciones. Primeramente el autor rescata las
relaciones entre ambos grupos que no siempre fueron conflictivas: las reuniones en espacios
comunes donde participaban de las conversaciones, las colaboraciones entre ellos, los aportes
de los jóvenes a diferentes ámbitos de la academia y el respeto intelectual de los jóvenes por
sus mayores. Sin embargo, la mayor parte de las relaciones eran de beligerancia en gran
medida por la actitud “rebelde” de los jóvenes que veían a los Centenaristas como un obstáculo
para su obra renovadora. También, dentro de la misma generación, se presentó una fisura
dividiéndolos en “Nueva Izquierda” y “Nueva Derecha”, a ésta última pertenecían los miembros
de “Los Leopardos”. Así mismo, el autor comienza a explicar las temáticas de los debates de la
época en los que participaron Centenaristas y “Los Nuevos”. Las temáticas eran sobre las
letras, la mujer, el nacionalismo criollo, la cuestión social, la raza, la iglesia y la religión
específicamente, el autoritarismo o “establecer un gobierno fuerte”, el movimiento de la Acción
Francesa, la concepción de la historia y el enfrentamiento generacional. Temas expuestos en
diferentes periódicos y revistas; sobre esto, el autor afirma que “El origen del distanciamiento
entre uno y otro bando puede rastrearse a través de El Nuevo Tiempo y La República, y, luego
en las páginas de Los Nuevos, una revista que sacó varios números en 1925, suficientes para
apreciar en toda su dimensión el abismo que separaba a la “nueva derecha” de la “nueva
izquierda”.”7
En la tercera parte, el autor se enfoca en la defensa del “orden cristiano” por parte de los
intelectuales católicos que respondían a la preocupación que los cambios en la sociedad y la
influencia de la izquierda les provocaron. Silvio Villegas, perteneciente a “Los Leopardos”, fue
uno de los mayores exponentes de este colectivo; al fundar el periódico católico El debate
como resultado de una estrategia de la iglesia en la que “Se trataba de utilizar los medios de
comunicación disponibles para afianzar el catolicismo en una sociedad que daba muestras de
una mayor secularización y expuesta, por consiguiente, a los numerosos males de la
modernidad.”8 Siguiendo las publicaciones de este diario, el autor realiza un examen de las
acciones y motivaciones de los intelectuales católicos, pasando por su identidad, proyectos de
leyes “heroicas” represivos y la oposición a los mismos, el Congreso de la juventud católica
como estrategia para el enfrentamiento del clero y la izquierda, una mayor polarización y
agudizamiento de los conflictos sociales con eventos como la huelga de las bananeras; además
de la influencia de países como México e Italia en la prensa católica. Aspectos que
5
Ibid, p. 59
6
Ibid, p. 112
7
Ibid, p. 141
8
Ibid, p. 232
contribuyeron a la división de la sociedad en general en las dos tendencias radicales del
momento “nueva izquierda” y “nueva derecha”.
En la cuarta parte, el profesor Trujillo trabaja las acciones que “Los Leopardos” tomaron frente
al fin de la Hegemonía conservadora con el posicionamiento de Olaya Herrera en el poder. En
primer lugar, analiza la revista Universidad que a cargo de Arciniegas dio paso a una nueva
etapa, “con el fin de promover la reflexión de la juventud en torno a los problemas nacionales”9.
El autor examina las distintas publicaciones de ésta revista frente a la situación del país y la
participación tanto de Centenaristas como de Los Nuevos en la misma. También, en la revista
se lanzó un encuesta respecto a la posición de la mujer, tratando la educación femenina,
divorcio y su participación en la política con opiniones muy variadas y mal recibimiento de otros
intelectuales como resultado. En segundo lugar, el autor pone sobre la mesa la campaña
conservadora para las elecciones de 1930 y el papel de “Los Leopardos” que ya se veían
consolidados como actores de primer plano tanto dentro de su partido como en la política
nacional en general. Seguido a esto, sigue sus pasos durante el golpe que significó para ellos
la victoria liberal en las elecciones y el cierre del periódico El Debate, y también durante el
gobierno de Olaya Herrera como foco de severas críticas por parte del grupo.
En la quinta parte, se reflexiona sobre el intelectual de los años 20 que, de la mano del
seguimiento a “Los Leopardos”, se logra entrever la evolución de las transformaciones que se
dieron entorno a esta figura. Haciendo un esquema de sus características, el autor enuncia la
imagen que tenían del intelectual antes de los años veinte como “un personaje desinteresado
de su entorno, “aislado” del mundo real”10. La relación entre la gramática y la política se
empezó a reemplazar por la visión de la educación como “el ideal de lo práctico”, la nueva
generación pretendía sustituir la figura del gramático por un nuevo tipo de intelectual, sin
embargo, el autor también rescata las profundas semejanzas entre los intelectuales de los
años 20 y sus antecesores. Para finalizar, el profesor rescata los testimonios y opiniones de los
críticos y de los mismos integrantes de Los Nuevos respecto a sus acciones, terminando con
los balances del efecto que “Los Leopardos” lograron y los juicios que ellos se atribuyeron.
El autor concluye en cuanto a la juventud intelectual, que ellos dieron muestra de su enorme
activismo, su deseo de multiplicar contactos internacionales y la función crítica como su
principal aporte. Todo lo anterior dio un nuevo estatus a los debates sobre el intelectual,
además de lograr diferentes tipos de legitimidad y capitales, junto con los cambios en la
jerarquía de las ciencias y la consolidación del radicalismo partidista, cuestión en la que “Los
Leopardos” tuvieron gran responsabilidad, generando una fisura dentro del mundo intelectual y
político.
La obra de Ricardo Trujillo tiene un lenguaje sencillo y de fácil comprensión, sin duda es un
texto que logra mantener la atención del lector sin una lectura densa y complicada. Logra
cumplir con sus objetivos propuestos trazando un panorama del mundo intelectual, analizando
los debates de la década de los veinte. Sin embargo, la conclusión en la que plantea el origen
de La Violencia remontándose a los conflictos internos de Los Nuevos es una afirmación un
tanto forzada y simplificada.
“La rivalidad entre las dos corrientes en cuestión dominaría la vida política del país
durante varios años, polarizaría a la sociedad en dos bandos enemigos y daría origen,
junto con otros factores, a uno de los conflictos más traumáticos de la historia
colombiana: “La Violencia”.”11
9
Ibid, p. 308
10
Ibid, p. 351
11
Ibid, p.127
La insinuación de una responsabilidad directa de Los Nuevos por lo eventos posteriores carece
de bases suficientes. A pesar del análisis de los debates de la época como los “otros factores”,
el autor siempre trata de direccionarlo al radicalismo de los jóvenes intelectuales como
protagonistas del origen del conflicto, aún más al mencionar las acciones de “Los Leopardos”
con “una alta cuota de responsabilidad” en todo el proceso, que ellos “jugaron con candela”.
Hay que rescatar su interés en proporcionar una solución definitiva al problema del origen de La
Violencia, no descarto por completo su punto, sin embargo, es una idea que quedó en el aire a
lo largo del texto y que desentona con el objetivo principal del texto. Pudo desarrollarse mejor.