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Estudios e Historiografía Del Café en Colombia

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Estudios e historiografi ́a del café en Colombia, 1970-2008.

Una revisión cri ́tica

Hace casi treinta años, Bejarano (1980) publicó un ensayo crit́ ico sobre los estudios del café en
Colombia. Sin embargo, después de aquel año, con excepción de una revisión hecha por el mismo
Bejarano (1987) poco sabemos de los nuevos trabajos o tendencias en la historiografiá del café. La
intención de este artić ulo es hacer una revisión crit́ ica, nuevamente. Retomando algunos textos
pioneros, pero exceptuando otros publi- cados anteriormente y buscando identificar algunos de sus
presupuestos teóricos, propios del debate sobre la cuestión agraria y concepto de desarrollo de la
época.

Hasta el momento se han desarrollado temas desde diferentes perspectivas disciplinares, resaltando
de modo especial la historia económica y agraria.

Sin embargo, los presupuestos teóricos que guiaban estos estudios también cayeron en desuso por a)
las disciplinas del área humanista tienen un status de profesionalización de reciente factura; b) el
noviś imo quehacer disciplinar, tal vez obliga a la pluralidad y necesidad de abordar otros temas que
no han sido tratados y c) el marcado carácter profesionalizante de la universidad no necesariamente
fortalece el avance de la producción investigativa nacional.

Es en los años setenta y ochenta cuando existe una inclinación temática de la historiografiá
colombiana por la economiá cafetera. Hay interés por los procesos polit́ icos y sociales, por el uso
del concepto de clase para la comprensión del origen y constitución de los grupos relacionados con
el sector productivo; de igual modo, por las diferencias interregionales en el proceso de expansión y
consolidación de la industria y el papel gremial, estatal y polit́ ico en las realidades económicas de la
industria.

Bejarano (1987, pp. 85-86) señala tres preocupaciones que resaltan en los estudios de la época: 1)
La manera como la economiá colombiana se vincula al mercado internacional y las condiciones de
su consolidación en el proceso inter- no. En cierta medida explicable por la influencia del concepto
de desarrollo y las teorías de la dependencia. 2) El proceso interno de la economía cafetera, en
donde se toma en cuenta la conformación de las unidades productivas, las relaciones laborales, las
formas de comercialización y las condiciones de explotación, entre otras. Temas bien desarrollados
en la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional de Colombia. 3) El proceso social y
polit́ ico derivado del desarrollo ca- fetero, a partir de la formación y consolidación de las élites
cafeteras, las etapas de la vida polit́ ica, la intervención estatal y las luchas agrarias, entre otras.
Temas que responden al ambiente de sensibilidad social y concepción ideológica, propio del medio
universitario de entonces.

Bejarano (1987, p. 87) era un partidario de las teoriá s de la dependencia, con- sideraba que el
interés de los economistas por el café se debía a la necesidad de estudiar y articular “las leyes del
desarrollo” con la dinámicas propias de la econo- miá capitalista mundial. Era crit́ ico del enfoque
marxista de Nieto Arteta (1969). Partidario de renovar ciertas ideas del enfoque acerca del impacto
de la industria en la sociedad colombiana. Defensor de la hipótesis sobre la importancia decisiva del
café en la vinculación de la economiá nacional al mercado mundial.

La intención era lograr crear ciertas tipologías de estructuras agrarias y ofrecer visiones
generalizantes de orden regional. En términos de una teoriá meso pueden ser hipótesis interesantes;
sin embargo, cuando se trata de aplicar algunas técnicas históricas critica de fuentes y uso de
materiales primarios estas se hacen muy pe- ligrosas. Primero, porque un caso no necesariamente
por su extrapolación puede convertirse en una tendencia generalizante en el nivel medio de
observación; y segundo, porque a partir de un material primario escaso y limitado no es posible
hacer una verdadera critica contextual, Bejarano (1987, pp. 98-104) incide en este tipo de
construcción.

Es evidente también el aporte investigativo de colombianistas investigadores que han abordado el


caso colombiano desde el exterior, porque se centran en los aspectos polit́ ico-sociales del proceso
(Deas, 1976; Brew, 1977; Bergquist, 1981 y 1986; Jiménez, 1981 y 1985; Johnson, 1984; Parsons,
1961), a partir de la im- portancia del café y las polit́ icas bipartidistas en la zona andina
especialmente en Antioquia, Cundinamarca y Santander.

Ello sin desconocer el aporte, en especial de los investigadores nacionales, sobre casos regionales.
Resaltan Palacios (1979) y Samper (1988) para Antioquia, Zambrano (1977) para Cundinamarca y
Errazuriz (1986) para el Tolima. . Esta última analiza las transformaciones sufridas por el municipio
cafetero del Lib́ ano bajo el impacto de la acelerada modernización del cultivo. Los ejes de su
investigación lo constituyen el análisis sobre las condiciones ecológicas de un cultivo de ladera que
ha determinado, en buena parte, la evolución tecnológica y de mano de obra, la evolución de las
distintas categoriá s de productores sujetos a los vaivenes periódicos del mercado mundial, las
fuertes variaciones en la propiedad de la tierra y el papel tutelar de la Federación Nacional de
Cafeteros (FNCC). Este es uno de los estudios más técnicos sobre el café, desde una perspectiva
regional y local.

Es claro que esta gran corriente de estudios sobre el café viene acompañada del interés por estudiar
las estructuras agrarias andinas, cuyos antecedentes, bien pueden relacionarse con el intento de
trazar distintas perspectivas de análisis sobre el sector rural latinoamericano, tendencia iniciada en
la década de los años sesenta. Así que, por el contexto de la época, son claros los intentos teóricos e
ideológicos para analizar el sistema de hacienda andino. La clasificación de la hacienda variaba
entre una institución feudal, precapitalista y capitalista.4 Y los enfoques utilizados se enmarcaban en
el debate originado en torno al concepto de desarrollo y las teoriá s de la dependencia.

En el ámbito colombiano, las investigaciones pioneras sobre el sistema de hacienda cafetera son de
Absalón Machado (1977) y Mariano Arango (1977a).8 Ellos enfatizan en la organización interna del
sistema de hacienda, particularmente en la utilización de la fuerza de trabajo.

Por ejemplo, Machado señala a mediados de los años setenta, desde una pers- pectiva marxista, que
las relaciones laborales de la hacienda incluyen un sistema de relaciones “precapitalistas”. Este
postulado se sustenta en el concepto que tiene Karl Marx sobre la aparceriá , considerándola como
“[una] forma de transición de la forma primitiva de la renta a la renta capitalista”.

Arango, en cambio, define a las estructuras en algunos casos como del tipo de ‘haciendas de
aparceriá pero a diferencia del anterior, la hacienda es considerada no como una unidad de
producción sino como un conjunto de pequeñas parcelas, explotadas individualmente por familias
de aparceros, cuya propiedad pertenece a un dueño común.

Existe otro tipo de problemáticas tratadas sobre casos relacionados con estructuras agrarias
cafetaleras. Este es el ejemplo de Darío Fajardo (1979, pp. 35-48; 1983), quien trata a la hacienda
como una evidencia de tipo regional y la utiliza en sus estudios para tratar la problemática de
violencia y desarrollo. É l señala la importancia de la regionalidad como marco de estudio para
profundizar sobre los conflictos socio-políticos, resaltando el caso del Tolima.
Errazuriz (1986, pp. 66-68), en su ya mencionado estudio, nos ofrece un cuadro regional de los
tipos de contrato laboral, con la caracterización de las obligaciones de arrendatarios y propietarios
vigentes entre 1900 y 1940.

El sustento de estos enfoques se da en una década en la que también se inicia la profesionalización


de los programas de historia, la cual, finalmente permite una proyección muy importante de
estudios regionales.

El impacto social que produce el rompimiento del Pacto Internacional de Café en 1989 en el sector
rural, hubiera sido, de igual modo, un determinante importante para los investigadores del tema y
del área social y humanística, la pro- blemática social de la industria ante la crisis fue prácticamente
desapercibida en el medio universitario.

La problemática de la mujer y su condición social desde una perspectiva de género parece despertar
el interés en algunos investigadores, El vació se debe, en parte, a la carencia de fuentes primarias,
que permitan trabajar el tema desde una perspectiva histórica. Así mismo, por la falta de
investigaciones sistemáticas sobre los núcleos familiares campesinos y su relación laboral en es-
tructuras agrarias.

Los estudios comparados o con una perspectiva internacional, que en su orden, tienen como
referencia los casos de Guatemala, Brasil y México.

Existen más de 500 municipios cafeteros y cerca de 16 departamentos que podrían no solo ayudar a
profundizar en la historia agraria y del café, sino también en su propia historia e identidad local.

A propósito, esta diversidad geográfica, su paisaje y producción ha sido bien utilizada por Guhl
(2008) para explicarnos los cambios en el mapa y paisaje cafetero colombiano en los últimos
decenios.

La caficultura contemporánea, pero en especial el énfasis sobre el sistema de hacienda, sus formas
de organización y régimen laboral en el siglo xix y xx son desarrollados por Ramírez (2008a y b),
Suárez (1994) y Acevedo (1989). Los aná- lisis locales y regionales apoyados en estudios de caso
son una variable necesaria para profundizar en estos temas.

Finalmente, la problemática del patrimonio cultural y arquitectónico en las zonas cafetaleras tratado
por Restrepo y Villegas (1999, 2000a y b), son otra perspectiva de trabajo relevante, en un
momento en que no pocas casa-haciendas, poblados y fincas realmente constituyen un referente de
identidad local y cuando se vive una transfiguración del componente social y cultural en las zonas
cafeteras tradicionales del país.

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