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Trabajo Civil II

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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD”

FACULDAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO

CATEDRÁTICO: Henry Soto Pérez

INTEGRANTES:

- BARRERA GAMEZ, Naomy


- HUAMANÍ QUILCAHUANCA, Kevin Arnol’d
- MAS SIMON, Jharumi

TINGO MARÍA – PERÚ

2019
DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

INTRODUCCIÓN

El acto jurídico se asienta sobre la base de tres pilares fundamentales que van a influir
directamente en su existencia jurídica, en un acto en particular, e incluso, sobre los
efectos del mismo. Éstos son los denominados elementos de! acto jurídico, pudiendo
ser en consideración a aquél: esenciales, naturales y accidentales, respectivamente.

Los elementos esenciales, o essentiala negotii, son aquellos que no pueden faltar en
el acto jurídico, importan a su existencia jurídica y eficacia; no pudiendo las partes, por
su sola voluntad, prescindir de ellos.

Estos elementos, si bien interesan al acto jurídico en general, lo son también para cada
acto en particular; requiriendo de ellos para alcanzar independencia respecto a los
demás actos jurídicos, con la finalidad de adquirir, en suma, individualidad y
denominación concretas (compraventa, mutuo, permuta, etc.). Éstos son los
comprendidos en el artículo 140 del Código Civil, cuya inobservancia producirá
inevitablemente su nulidad.

Existen otros elementos que si bien no actúan dentro de la esfera del acto jurídico en
general, lo hacen en el de uno en particular; es decir, son inherentes a ellos. Estos
elementos denominados naturales o naturalia negotii; no obstante ser considerados
por la ley como propios del acto en concreto, a diferencia de los esenciales, pueden
ser obviados por voluntad de ías partes celebrantes, sin que esto importe en lo
absoluto afectar su validez, como sucede con las obligaciones de saneamiento, en los
supuestos de transferencia de propiedad, posesión o uso de un bien (1489 y 1484,
respectivamente).

Conjuntamente con aquellos que determinan la existencia y configuración jurídica del


acto, existen otros que le son ajenos, por cuanto ni son requisitos exigidos para su
validez ni mucho menos corresponden a su naturaleza, pero que una vez incorporados
a ellos por expresa decisión de sus partes, los efectos derivados de los mismos estarán
subordinados a su realización. Son los denominados elementos accidentales o
accidentalía negotii; que el Código Civil regula expresamente en el Título V del Libro II
como Modalidades del Acto Jurídico, y dentro de los cuales se encuentran la condición,
plazo y cargo.

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO

Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales que modifican
los efectos normales del acto, ya tornando incierta la existencia de dichos efectos
(condición), ya limitando en el tiempo esos efectos (plazo), ya limitando la ventaja
económica del beneficiario de un acto de liberalidad (cargo).

Se les denomina accidental porque pueden existir o no; su existencia depende de que
las partes, sin estar obligadas, las hayan añadido al acto jurídico, estos elementos
vienen a ser los que el código civil denomina modalidades, considerando como tales a
la condición plazo y cargo, también llamado modo.

Tan bien se les conoce como elementos accesorios. La condición y el plazo son
accidentales o accesorios, en cuanto son extraños a la estructura del acto, pero una
vez que las partes, los añaden al acto que celebran, dejan de ser extraños, para
devenir en elementos que tienen una importancia análoga a la de los elementos
esenciales, puesto que de ellos se hace depender la eficacia del acto; por otro lado no
sucede lo mismo con el modo o cargo, que una vez incorporado en el acto no pierde
su naturaleza de accesorio; no es requisito de eficacia del acto.

Ejemplos: A trasfiere gratuitamente a B la propiedad de un bien; este es un contrato


de donación pura. A se obliga a donar a B si es que este opta su título profesional el
próximo mes de diciembre; este es un contrato de donación bajo condición. A dona a
B cincuenta cabezas de ganado, obligándose a entregar diez cabezas de ganado por
mes; este es un contrato de donación sujeto a plazo. A dona B una casa, con la
obligación del donatario B de pagar una pensión mensual a C por un año; esta es una
donación de cargo.

Las modalidades no se pueden añadir a todo tipo de acto jurídico, pues hay actos que
por razones de intereses superiores, de estabilidad, seguridad, o morales, son
esencialmente puros, y de eficacia inmediata y definitiva; ejemplo, el matrimonio, la
adopción, el reconocimiento de un hijo, etc.

I. LA CONDICIÓN:

La condición como vocablo jurídico deriva del latín condiction, que es indicativo de
cualidad, índole, situación y hasta de cláusula de un contrato.

Debido a la gran diversidad de acepciones que se tienen sobre la condición, es


necesario precisar el concepto de la condición como modalidad del acto jurídico, o
simplemente como condición-modalidad; esto es delimitar su concepto para darle un
sentido estricto, como modalidad del acto jurídico, a fin de que se entienda como lo
señala Fernando Vidal Ramírez citando a Coviell:

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

“Como la cláusula por la cual las partes del negocio


jurídico hacen depender su eficacia o resolución de
una acontecimiento futuro e incierto. De este modo la
condición viene a ser el mismo hecho, acontecimiento
o suceso futuro e incierto del que se hace depender la
eficacia del acto jurídico para que empiece a
desplegarse o para que cese”.

Por su parte Aníbal Torres Vásquez manifiesta de la condición que:

“Es el evento futuro e incierto (natural o humano),


establecido arbitrariamente por la voluntad del agente
(conditio facti), de cuya verificación se hace depender
el surgimiento (condición suspensiva) o la cesación
(condición resolutoria) de la eficacia de un acto
jurídico, o de una o alguna de sus cláusulas o
estipulaciones”.

1. Requisitos o caracteres de la condición:

a) La incertidumbre: Es requisito de la condición que el hecho del cual se hace


depender la eficacia del acto sea incierto, de realización insegura; el hecho ha
de ser incierto, eventual, en el sentido de que puede o no realizarse.

La incertidumbre puede ser objetiva o subjetiva. En su acepción objetiva, no


depende col conocimiento o desconocimiento del agente, sino de la misma
naturaleza del evento puesto como condición; el evento es de realización
insegura para todos. En su noción subjetiva el cumplimiento de la condición es
inseguro solamente para los otorgantes del acto; se admite que los hechos
pasados cuya existencia ignoren las partes pueden ser condición.

b) La futuridad: Esta es una característica de la condición que está en estrecha


vinculación con la incertidumbre. El hecho puesto como condición para que sea
incierto debe ser futuro.

El hecho presente o pasado pude ser desconocido, pero no es incierto. Aunque


las partes ignoren que el hecho ya ocurrió (incertidumbre subjetiva), el acto
produce sus efectos desde su celebración. Hay incertidumbre objetiva de la
condición solamente cuando se trate de un evento futuro.

Hay que concluir que la condición consiste en un evento que al momento que
se celebra el acto todavía no ha sucedido o en la verificación futura de un hecho
de un hecho pasado que se ignora o no se tiene certidumbre que haya
sucedido.

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

c) Es establecida arbitrariamente: La condición como modalidad del acto


jurídico tiene su origen en la autonomía de la voluntad y, por eso, el hecho de
que la condición consiste debe ser necesariamente pactado por las partes, sin
más limitaciones que aquellas a las que está sometida la autonomía de
voluntad

2. Clases de condiciones

2.1. Condición Legal (“Condicio Iuris”) Y Condición Voluntaria (“Condicio


Facti”)

La condición legal o condicio iuris, esta preestablecida por el ordenamiento jurídico,


independientemente de la voluntad de las partes, como dato necesario para la eficacia
del acto, ya sea por juzgarla necesaria por la naturaleza de las cosas, o por presumirla
en la intención de las partes.

Aquí se habla de condición en sentido impropio, pues no tiene la calidad de modalidad


del acto jurídico en sentido técnico jurídico, porque no es establecida arbitraria mente
por el sujeto sino que es impuesta por la ley.

La condición voluntaria, denominada también condicio facti o condición propia, es la


expresión de la autonomía de las partes que la establecen arbitrariamente. Esta es la
condición propia en sentido técnico jurídico. Son los sujetos (agentes o partes) y no es
la ley, los que supeditan los efectos del acto al cumplimiento de un evento incierto y
futuro.

“Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos de eficacia del acto ambas
dan lugar a la pendencia de los efectos del acto. Pero la condicio iuris proviene de la
ley, es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del acto; y la condicio facti
es establecida por la voluntad del sujeto, está contenida en la declaración de voluntad,
por eso es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario, accidental. La condición legal
puede consistir en un evento cierto o incierta, y la voluntaria consiste en un evento
necesariamente incierto. La legal es expresa y la voluntaria puede ser expresa o
tácita”.

Las condiciones desde una perspectiva lata pueden ser legales o voluntarias, pero
desde una perspectiva estricta, son solo las voluntarias, por eso en adelante nos
ocuparemos de esta última.

2.2. Condición Suspensiva Y Condición Resolutoria

La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del acto; en


otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización del hecho
previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes de abogado.

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

La condición resolutoria es cuando el acto produce los efectos que normalmente le son
propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición. Ejemplo, te concedo el
uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.

Aníbal Torres Vásquez citando a Pastori señala que:

“El Derecho Romano Clásico reconoció sin reservas


la condición suspensiva que tiene el efecto de diferir
la entrada en vigor del reglamento negocial hasta
cuando la condición se verifique. No se reconoció la
condición resolutoria cuya verificación determina el fin
de la regulación de intereses”.

Entonces ¿Cómo surge la condición resolutoria?

Para alcanzar los fines prácticos de la condición resolutoria admitida por la dogmática
moderna, se recurrió al pacto de resolución, como en el caso de la lex commisoria, por
ejemplo, se pacta que la compraventa deviene ineficaz si el comprador no paga el
precio en el plazo establecido. Juliano considero que este negocio es puro, pero junto
a él se estipula un pacto de resolución con condición suspensiva contraria, así, al
verificarse el evento puesto como condición devenía en operante el pacto de
resolución y cesaban los efectos del negocio (D.18, 2, 1). Pero en la hipótesis de la lex
commisoria, el pacto de resolución opera solamente si el vendedor declara valerse de
él, en cambio, la condición resolutoria opera ipso iure. Otra figura con la cual se lograba
los efectos de la condición resolutoria, mediante el recurso al pacto de resolución, era
la in diem addictio, es decir, el caso de la compraventa sujeta a la condición

De que el vendedor dentro de un cierto tiempo obtenga una oferta más ventajosa (D.
18, 2, 1), y el pactum displicentiae, que era la venta a prueba, en cuanto sus efectos
están condicionados a que el comprador dentro de un cierto tiempo declare que son
de su agrado (D. 19, 5, 20).

Tenemos que la doctrina moderna, respecto a ellas mantiene el mismo contenido


conceptual que adquirieron desde su origen; así lo manifiesta Fernando Vidal Ramírez
citando a Coviello, quien:

“Conceptúa la condición suspensiva como el


acontecimiento futuro e incierto del que se hace
depender el negocio jurídico, esto es el negocio
existente aun antes de que la condición se cumpla,
pero permanece en suspenso su eficacia; y, la
condición resolutoria como el acontecimiento futuro e
incierto del cual se hace depender la eficacia ya
nacida del negocio, esto es, el negocio existe y
produce todos los efectos de que es capaz hasta que
la condición se realice”.

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

Por otro lado en el derecho moderno hay autores que consideran que solamente existe
la condición suspensiva; que la división de la condición en suspensiva y resolutoria no
tiene, en el fondo, nada de real. Afirman que la condición resolutoria también es
suspensiva, porque lo que está en suspenso en la condición resolutoria, es la
resolución de la obligación; en otras palabras está en suspenso la ineficacia del acto.

La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es


suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del evento
previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, el acto pierde eficacia. En la
suspensiva está pendiente la eficacia del acto y en la resolutoria está pendiente la
ineficacia del acto.

2.3. Condiciones Propias y Condiciones Impropias

Las condicione propias consisten en eventos inciertos, futuros, posibles y lícitos. En


cambio las condiciones impropias son eventos o secesos necesarios, imposibles,
ilícitos, presentes o pasados. También son impropias las condiciones legales.

La denominada condición necesaria no es condición sino plazo, por cuanto se


establece una limitación en el tiempo en cuanto al momento en que comienza o
terminan los efectos del acto. Ejemplo, te doy cien si después del día viene la noche,
no hay condición porque falta la incertidumbre.

La condición es imposible cuando el evento puesto como condición no se puede


comprobar por motivos de índole natural. Ejemplo, si mi caballo canta.

La condición es lícita o ilícita según sea conforme o contraria a normas imperativas, al


orden público o las buenas costumbres; son ilícitas cuando la condición consiste en
ciertas conductas que no pueden llevarse a cabo por estar prohibida por el
ordenamiento jurídico. Ejemplo, si te dedicas al contrabando, si robas a Ticio; también
son ilícitas por atentar contra el orden público, puesto que lesionan libertades
irrenunciables d la persona. Ejemplo, si te cambias a determinada fe religiosa.

Las condiciones consistentes en eventos presentes o pasados que el sujeto no sabe


aún que están acaeciendo o que han acaecido, no son verdaderas condiciones, porque
no hay pendencia sino ignorancia de la realidad, por lo que el acto es eficaz si ellas. El
suceso presente o pasado no es incierto, lo que es incierto es si se llega o no a ser
conocido. Si se pone como condición este segundo supuesto si estamos ante una
condición propia, por ejemplo, se pone como condición la verificación futura de la
suerte que ha corrido un bien dado por perdido. Aquí se trata de la verificación futura
de un evento que ya puede haber sucedido en el momento del acto, pero del cual
todavía no se tiene certidumbre si se ha verificado o no.

Las condiciones suspensivas imposibles o ilícitas invalidan el acto, y las condiciones


resolutorias imposibles o ilícitas se consideran no puestas.

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

2.4. Condiciones Potestativas, Causales y Mixtas

Esta clasificación se hace en base a tipo de evento que sirve como causa eficiente de
la condición.

Las condiciones pueden ser potestativas, causales o mixtas, según que su realización
se dependiente de la voluntad de una de las partes; que su realización sea
independiente de la voluntad de las partes y que dependa solo de la casualidad,
llamándoseles también, por eso fortuitas, o que su realización dependa a la vez de la
voluntad de una de las partes y de la casualidad.

La condición potestativa o facultativa depende de la voluntad de una de las partes de


la relación jurídica. Ejemplo, te presto mil si quiero; te doy cien si haces testamento a
favor de Ticio; te vendo mi casa si decido trasladarme a otra ciudad.

El maestro Aníbal Torres Vásquez manifiesta que: “Hay que distinguir la condición
potestativa propia, o condición potestativa ordinaria o condición potestativa simple, de
la condición meramente potestativa (o arbitraria o puramente potestativa). La primera
hace referencia un hecho voluntario, cuyo cumplimiento, sin poder considerarse como
una condición casual, presente algún interés apreciable para el agente que incline su
voluntad en un sentido u otro; hay una voluntad actual, aunque condicionada, de
adquirir el derecho o de asumir la obligación (ejemplo, te compro el vino si me gusta;
te compro el bien si asumes el préstamo como hipoteca sobre el mismo bien, te vendo
mi casa bajo condición suspensiva de que decida trasladarme a otra ciudad; tomo en
arrendamiento tu negocio bajo la condición de que decida dedicarme al comercio).la
condición meramente potestativa consiste en la pura voluntad del sujeto, en su mero
arbitrio, más allá de cualquier juego de intereses y de conveniencia; no hay una
voluntad actual de adquirir el derecho o de asumir la obligación(ejemplo, si me animo
a vender mi casa; si considero que es justo y razonable) o de un evento voluntario del
todo irrelevante que pueda ejecutar u omitir sin ninguna consecuencia para él, por
ejemplo, si doy un paseo por el parque; te vendo mi casa a condición que decida
venderla. Aquí declaro que “quiero si querré”, que equivale a decir que “por ahora no
quiero”. El deudor no está obligado sino cuando lo quiera, quedando el acreedor a
merced del arbitrio de aquel, razón por la que el acto jurídico sujeto a condición
meramente potestativa es nulo”.

Al respecto el tratadista Leon Barandiaran, citado por Fernando Vidal Ramírez;


sostiene de las condiciones potestativas:

“Que pueden diferenciarse, según se trate de condiciones potestativas de pendientes


de la voluntad de la parte acreedora o de la voluntad de la parte deudora. Enfatizo que
esta diferenciación era imprescindible y en sus comentarios al código civil de 1936
explico que si la condición potestativa dependía de la voluntad del deudores acto era
nulo en cuanto a su obligación concierne, porque uno no puede obligarse y al mismo
tiempo desobligarse al quedar a su arbitrio comprometerse o no por esa obligación,

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

mientras que, en cambio, podía pactar validamente una obligación sujeta a condición
potestativa dependiente de la voluntad del acreedor, quien puede exigir el
cumplimiento o condonar la obligación, lo que ha servido para que el código civil
vigente se declare nula la condición potestativa parti debitoris (art.172)”.

La condición causal es cuando la verificación del evento depende de la pura casualidad


o de la voluntad de un tercero (si no hay sequía; si tu abuelo vive hasta cien años; si
tu hijo llega a ser abogado).

La condición mixta es cuando su cumplimiento depende en parte de la voluntad de uno


de los interesados y en parte de factores extraños (te dono cien si viajas a Roma, cosa
que no depende solamente de tu deseo de viajar; si obtengo ganancias de tal negocio,
lo que no depende solamente de mi deseo de realizar el negocio).

2.5. Condición Positiva y Condición Negativa

Esta clasificación como la anterior se hace en base al tipo de evento puesto como
condición.

La condición puede ser positiva o negativa según que el evento puesto como condición
comporte o no una modificación de la realidad existente.

La condición positiva consiste en que se verifique un hecho que modifique el estado


actual de la realidad (ejemplo, te doy cien si apruebas todos los cursos, te doy cien si
contraes matrimonio). La condición negativa consiste en que no se verifique un hecho,
de tal modo que no cambie el estado actual de la realidad (ejemplo, te doy cien si te
quedas soltero; te doy cien si te quedas con el único hijo que tienes).

2.6. Condiciones Simples y Condiciones Complejas

La condición simple consiste en un suceso único (ejemplo, si te dan la beca).la


condición compleja está integrada por varios sucesos (ejemplo, te doy el préstamo si
te quedas a vivir en lima, reconoces a tu hijo y aceptas el trabajo que te ofrezco)

Cuando la condición es compleja, los efectos del acto jurídico se producirán (condición
suspensiva) o cesaran (condición resolutoria) cuando se han realizado todos los
sucesos puestos como condición.

Si varios sucesos se ponen alternativamente como condición, no hay condición


compuesta sino simple, basta que se verifique uno de ellos (te vendo el fundo si optas
el título de ingeniero agrónomo o veterinario).

2.7. Condición Perpleja

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

La condición perpleja es la que tiene una contradicción interna que no permite


establecer lo que quiere el declarante. Hace ininteligible y contradictoria consigo
misma la declaración de voluntad al extremo de privar al acto de un apreciable
contenido volitivo. Si no se puede establecer con una interpretación razonable, cual
fue la voluntad del sujeto se invalida. (Por ejemplo, te instituyo mi heredero si mueres
antes que yo).

2.8. Condiciones Expresas y Tacitas

La incorporación de la condición en el acto jurídico puede ser expresa o tácita. No es


necesario que la condición se declare expresamente, siempre que se infiera
indubitablemente de la actitud o circunstancias del comportamiento de los agentes que
se quiso al acto sub condición (art. 141). De allí que la existencia de la condición no se
presume sino que debe ser aprobada por quien la invoca

3. Eficacia de la condición:

Pactada la condición, si para tener eficacia debe ser propia el acto jurídico
queda válidamente celebrado, pero subordinado a la condición pactada y a la eficacia
que esta despliegue: si es suspensiva, la eficacia del acto está en suspenso hasta que
la condición se realice y despliega la suya, si es resolutoria, el acto despliega su
eficacia hasta que la condición se realice y por efecto de ella, la haga cesar.

La "condición legal", o está preestablecida por el ordenamiento jurídico,


independientemente de la voluntad de las partes, como dato necesario para la eficacia
del acto, "sea por juzgarla necesaria por la naturaleza de las cosas, o por presumirla
en la intención de partes. Integra el presupuesto normativo complejo para que se
produzca el efecto jurídico. Aquí se habla de condición en sentido impropio, pues no
tienen la calidad de modalidad del acto jurídico en sentido técnico jurídico, porque no
es establecida arbitrariamente por el sujeto sino que es impuesta por la ley, no como
un elemento accesorio sino como un dato inseparable del acto para que produzca sus
efectos. Constituye una condición objetiva de eficacia del acto jurídico, y es casi
siempre suspensiva. Por ejemplo, la muerte del testador es el dato necesario para que
el testamento produzca sus efectos (art. 686); el tercero beneficiario de un contrato en
el cual no es parte, para poder exigir el derecho estipulado en su favor, debe hacer
conocer a las partes contratantes su voluntad de hacer uso de ese derecho; la
donación hecha por razón de matrimonio está sujeta a que el casamiento se realice;
la compraventa a prueba se considera hecha bajo la condición suspensiva de que el
bien tenga las cualidades pactadas o sea idóneo para la finalidad a que está destinado
; la compraventa de bien futuro está sujeta a condición suspensiva de que el bien llegue
a existir.

Las "condición voluntaria" (denominada también condicio facti", "condición de


hecho" o "condición propia") es la expresión de la autonomía privada de los
particulares que lo establecen arbitrariamente. Esta es la condición propia en sentido

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

técnico jurídico. Son los sujetos (agentes o partes), y no es la ley, los que supeditan
los efectos del acto al cumplimiento de un evento incierto y futuro.

Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos de eficacia del acto,
ambas dan lugar a la pendencia de los efectos del acto. Pero la condicio iuris proviene
de la ley, es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del acto; y la condicio
facti es establecida por la voluntad del sujeto, está contenida en la declaración de
voluntad, por eso, es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario, accidental. La
condición legal puede consistir en un evento cierto o incierto, y la voluntaria consiste
en un evento necesariamente incierto. La legal es expresa y la voluntaria puede ser
expresa o tácita.

La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual depende la eficacia del


acto; en otras palabras, los efectos del acto quedan supeditados a la realización del
hecho previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si te recibes de
abogado.

Se habla de condición resolutoria cuando el acto produce normalmente los


efectos que le son propios, pero cesa de producirlos si se verifica la condición. Ejemplo,
te concedo el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.

La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es clara. La condición es


suspensiva cuando la eficacia del acto queda supeditada a la realización del evento
previsto, y es resolutoria si al verificarse el evento, al acto pierde eficacia. En la
suspensiva está pendiente la eficacia y la resolutoria está pendiente la ineficacia del
acto. No se puede confundir la situación del acreedor bajo condición suspensiva con
la del deudor bajo condición resolutoria.

4. La etapa de pendencia de la condición:

La condición pasa por dos períodos de tiempo: el primero es el que sigue


inmediatamente a la celebración del acto y se extiende por el tiempo que sea incierta
la verificación del evento (candido pendet: condición pendiente); mientras perdure la
incertidumbre sobre la verificación o no de la condición se dice que estupendo,
encontrándose las partes en una situación de expectativa. El segundo es el momento
en que se produce una situación de certeza, o porque el evento se ha verificado
(candido exist: condición cumplida) o porque el evento no se ha verificado, falta la
condición, (candido deest: condición fallida).

En la fase de la pendencia de la condición, el derecho del acreedor queda en


Suspenso, su nacimiento está supeditado a que se verifique la condición,

Si la condición es suspensiva, el adquirente bajo condición no es titular de un


derecho que no sabe si llegará o no a existir, sino que se encuentra en un estado de
expectativa; es titular de una expectativa o esperanza. La expectativa es un derecho
preliminar, o prodrómico, o instrumental, que está tutelado por la ley. Esta expectativa
se convertirá en-derecho si se verifica el evento puesto como condición. La tutela de
la expectativa consiste en que se faculta al sujeto a realizar actos conservatorios en

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

vista a que no se vea disminuido el derecho que se le ha atribuido en caso de que se


verifique la condición.

Si la condición es resolutoria, pendiente la condición el acto es eficaz, el titular


del derecho puede ejercitarlo, el derecho le pertenece, pero el transferente bajo
condición se encuentra en una situación expectante de poder readquirir ese derecho
si es que se verifica el evento; tiene la expectativa o esperanza de poder readquirir ese
derecho (ejemplo, te cedo mi oficina, pero si no obtienes tu título profesional el próximo
diciembre me la devuelves), por lo que también puede realizar actos conservatorios en
vista a la realización del evento puesto como condición.

5. El cumplimiento de la condición:

La etapa de cumplimiento de la condición, es la que sobreviene si la condición


se realiza del hecho en que la condición consistía, si era suspensiva, el acto comienza
a desplegar su eficacia, y si era resolutoria, cesa en sus efectos, Los derechos tornan
en firmes, constituidos o adquiridos y , las obligaciones en exigibles.

6. El defecto de la condición:

Como hemos ya indicado la condición puede pasar por etapas de las que no
hemos ya ocupado; el de pendencia de la condición y la de cumplimiento de la
condición. Sin embargo, como también lo hemos indicado, puede presentarse una
tercera etapa que es la de la falta de cumplimiento de la condición o déficit.

Esta última, es excluyente con la del cumplimiento, pues cesando la etapa de


la pendencia la condición o se cumple o defecciona, Esta situación constituye el
defecto de la condición.

7. El cumplimiento de la condición como sanción de mala fe:

El código Civil ha considerado un modo de realización de la condición, dándola


por cumplida, como sanción a la mala fe y que nosotros tratamos separadamente en
razón de que no corresponde propiamente a la manera como debe operar la condición,
aunque desde luego, si estamos de acuerda con la solución planteada.

El artículo 176 establece que “Si se impidiese de mala fe el cumplimiento de la


condición por la parte en cuyo detrimento habría de realizarse, se considerara
cumplida. Al contrario, se considerara no cumplida, si se ha llevado a efecto de mala
fe por la parte a quien aprovecha tal cumplimiento”. La norma fue tomada del Proyecto
de la comisión Reformadora y registra como antecedente el artículo 1111 del Código
civil de 1936.

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

II. PLAZO:

El plazo esta indesligablemente vinculado al transcurso de tiempo, que es el


hecho jurídico de mayor relevancia y al que el ordenamiento legal le atribuye las más
importantes consecuencias jurídicas, pues está vinculada a la existencia humana
misma y de él depende, por ejemplo, alcanzar la mayoría de edad y con ella la
capacidad de ejercicio, así como la vigencia de los contratos. Sustenta instituciones
jurídicas tales como la prescripción adquisitiva y extintiva y la caducidad. El plazo,
entonces, como transcurso del tiempo, adquiere una trascendencia fundamental en
relación a los actos jurídicos.

El tiempo deviene, pues, en una relación jurídica en cuanto que el derecho


objetivo lo reconoce un factor de las relaciones jurídicas y lo aprehende mediante las
normas para el cómputo de su transcurso.

El plazo, que es transcurso del tiempo, considerado como modalidad, viene a


ser, al igual que la condición, una limitación puesta por las partes a la eficacia del acto
jurídico que han celebrado.

1. Concepto:

El plazo tiene como finalidad indicar el momento desde el cual se inicia o finaliza
la eficacia del acto jurídico.

Entre algunas definiciones que podemos citar tenemos:

El jurista Aníbal Torres Vásquez refiere:

“El plazo como modalidad es el evento futuro y cierto


de cuyo acaecimiento se hace depender el
nacimiento, la exigibilidad o la finalización de los
efectos del acto jurídico”.

El maestro León Barandiarán consigna el siguiente concepto:

“El plazo es una modalidad de los actos jurídicos por


la cual se fija una fecha para que el acto produzca sus
efectos o para que ellos cesen”.

Por otra parte Fernando Vidal Ramírez señala:

“El plazo, como elemento accidental o modalidad del


acto jurídico viene a ser, entonces, un hecho,
acontecimiento o evento futuro y cierto, que
necesariamente, fatalmente, tiene que producirse”.

De estos conceptos inferimos que el plazo es una modalidad de los actos


jurídicos, que las partes estipulan un acontecimiento o un hecho futuro y cierto que

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

debe realizarse necesariamente y con posterioridad, del cual depende el ejercicio o la


extinción de un derecho. Por ejemplo: A vende a B un inmueble pactándose que el
contrato quedará perfeccionado el día 30 de diciembre próximo, fecha en que el
vendedor A entregará el bien al comprobador B. Otro ejemplo sería si A arrienda a B
un bien hasta el día 5 de agosto próximo. Aquí vencido el plazo, el contrato de
arrendamiento cesa de producir sus efectos, debiendo el arrendatario devolver el bien.

2. Diferencias con otras expresiones:

Se suele utilizar plazo y término como sinónimos, aunque la diferencia radica


en que el término es el día inicial y final del plazo; y el plazo es el lapso desde el cual
comienza la existencia o el ejercicio de las consecuencias del acto y hasta el cual
duran esas consecuencias.

La condición y el plazo presentan analogías por cuanto ambos son elementos


accidentales, consisten en eventos futuros, y permiten que el acreedor condicional o a
plazo pueda realizar actos conservatorios. Pero entre la condición y el plazo existen
diferencias. Mientras la condición hay incertidumbre en el inicio o el fin de la eficacia
del acto. Por ejemplo te pagó el día en que Juan contraiga matrimonio (Juan puede o
no casarse y si se casa no se sabe cuándo será el casamiento). En el plazo hay
certidumbre en el nacimiento o la extinción de la eficacia del acto. Por ejemplo te
pagaré el 25 de diciembre del año 2011.

Existen algunos actos que no admiten plazos, al igual de lo que sucede con la
condición, por razones de orden moral, público o de interés general, algunos actos no
toleran ser supeditados en cuanto a su plena eficacia a plazo alguno. Por ejemplo, no
pueden estar sujetos a plazo el matrimonio, la adopción (art. 381), el reconocimiento
de hijo (art, 395), la aceptación y renuncia de la herencia (art. 677), el giro de cheques
(art. 136, me. 2 de la Ley 16587), etc.

3. Requisitos:

Son requisitos del plazo: la futuridad, la certidumbre y el establecimiento arbitrario por


las partes.

a) La futuridad: El plazo se refiere siempre a un hecho futuro que necesaria y


fatalmente debe ocurrir, por oposición a la condición en la que el hecho futuro
es esencialmente contingente.

b) La certidumbre: El plazo se caracteriza porque existe la total y absoluta


certeza de que el evento futuro acaecerá, aun cuando en algunos casos se
ignore el momento preciso en que tendrá lugar.

10
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

c) El establecimiento arbitrario por las partes: La partes libremente, en


ejercicio de la autonomía de su voluntad privada, pueden incorporar el plazo
en el acto jurídico que celebran con el fin de diferir o limitar en el tiempo sus
efectos o el ejercicio de los mismos.

4. Clasificación:

4.1. Plazo expreso y plazo tácito

El plazo puede ser expreso o tácito. La existencia de un plazo, como de la


condición, no se presupone; ha de surgir de la manifestación de voluntad, sea que se
haya producido de manera expresa o manera tácita, conforme a las reglas del artículo
141.

4.2. El plazo puede ser de duración determinada o de duración indeterminada

Según pueda determinarse o no su duración al momento de celebrarse el acto


jurídico. El primero es un dies certus an et quando y, el segundo, un dies certus an
incerius quando. Uno y otro pueden ser expresos o tácitos.

Para el plazo de duración determinada, el Código Civil contiene normas para


su cómputo, pues su determinación es sobre la base de una fecha. Por eso, es posible
que por anticipado se fije el día del vencimiento.

El plazo de duración indeterminada depende de un hecho de necesaria


realización, pero que no puede preverse la oportunidad o fecha de su realización. El
plazo existe, porque existe la certidumbre de que el acontecimiento se producirá, pero
no puede conocerse anticipadamente la fecha de su ocurrencia, cuando, como en el
ejemplo anterior, se constituye una renta para un interdicto, pero a partir de la muerte
de sus padres.

4.3. Plazo suspensivo y plazo resolutorio

Es la distinción más importante por cuanto, conceptuado el plazo como un


hecho, suceso, acontecimiento o evento del cual se hace depender la eficacia del acto
jurídico, la idea del plazo suspensivo o del plazo resolutorio está Ínsito en el concepto.
Así, el plazo es suspensivo, dies a quo, cuando se suspende el nacimiento o la
exigencia de todos o algunos de los efectos del acto jurídico hasta la llegada de un
determinado momento o fecha. Por ejemplo: Se celebra un contrato de arrendamiento
el 6 de junio, precisándose que el contrato tendrá efecto a partir del 28 de julio. En este
caso el contrato se perfeccionó el 6 de junio, pero su eficacia se retardo hasta el 28 de
julio.

15
DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

El plazo es resolutorio, dies ad quem, consiste en una fecha a partir de la cual


los efectos del acto cesan de producirse. Limita en el tiempo la eficacia del acto. Por
ejemplo un contrato de arrendamiento celebrado por el plazo de 2 años, dejará de
tener eficacia al vencimiento del segundo año desde su perfeccionamiento.

Los derechos y las obligaciones nacidas de un acto jurídico sometido a un plazo


son derechos firmes, constituidos o adquiridos, porque dependen de un hecho de
necesaria realización. En el plazo suspensivo los derechos y las obligaciones han
nacido, existen, pero no son exigibles hasta el vencimiento del plazo, como cuando se
celebra un contrato de compraventa y se pacta que la entrega del bien y el pago del
precio se efectuarán el primero de enero del año siguiente. Por el contrario, en el plazo
resolutorio, los derechos y las obligaciones han nacido, existen, son exigibles, pero
hasta el vencimiento del plazo, como cuando se constituye una renta en favor de un
menor hasta que cumpla la mayoría de edad.

El Código Civil distingue con toda claridad el plazo suspensivo del plazo
resolutorio en su artículo 178: "Cuando el plazo es suspensivo, el acto no surte efecto
mientras se encuentre pendiente. Cuando el plazo es resolutorio, los efectos del acto
cesan a su vencimiento (...)".

4.4. Plazo legal

Es el que está estipulado expresamente en la ley; tal como en el caso de que


no se haya fijado plazo para la devolución ni ésta resulta de las circunstancia, se
entiende que es de treinta días contados desde la entrega (art. 1656), los plazos
establecidos para la prescripción extintiva de las acciones (art. 2001), el plazo del
compromiso de contratar será no mayor de un año y cualquier exceso se reducirá a
este límite. A falta de convencional rige el máximo fijado por este artículo (art. 1416),
etc., (Revisar los arts. 921, 950,951.1 1596, entre otros del

4.5. Plazo judicial

Es aquél que señala el Juez observando lo dispuesto en el Código en art 182,


cuyo tenor literal es el siguiente: Si el acto no señala plazo, pero de la naturaleza y
circunstancias se dedujere que ha querido concederse al deudor, el Juez fija su
duración.

También fija el Juez la duración del plazo cuya determinación haya quedado a
voluntad del deudor o un tercero y éstos no lo señalaren.

La demanda se tramita como proceso sumarísimo.

El primer párrafo se refiere al plazo tácito. Pues, no es el Juez el que sustituye


a las partes, señalando un plazo cierto, sino que tiene que tomar en cuenta la
naturaleza y circunstancias para determinar su extensión, cuando las partes no han
señalado un plazo.

10
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

El art. 1115 del C.C. derogado es antecedente de la norma en comentario, este


dispositivo establecía que el plazo judicial es el que señala el juez en vista de las
circunstancias y de la naturaleza, y a falta de estipulación entre las partes
convencionalmente.

La segunda parte del art. 182 tiene mayor alcance que el art, 1115 del C.C. de
1936, porque faculta al juez a fijar la duración del plazo, cuando éste ha quedado a
voluntad solamente del deudor sino también del tercero y éstos no lo señalasen. El
legislador ha querido señalar que hay plazo judicial cuando ha quedado a voluntad del
deudor, el que puede hacerlo cumpliendo la obligación por su propia voluntad o cuando
disponga de los recursos suficientes para cumplir con la obligación que contiene el
acto jurídico.

Por su parte el jurista Lohmann, sostiene en relación a este último aspecto:

"El segundo párrafo pretende regular los casos en los


que el acreedor ha permitido que el deudor cumpla su
obligación cuando quiera o cuando pueda o se ha
encomienda tercero la determinación del elemento, y
no ha cumplido con hacerlo. Está claro que ante estas
situaciones no puede quedar indefinidamente
propuesto el plazo y resultar ilusorio el crédito. De aquí
que el legislador haya permitido que el acreedor se
interese en que el juez señale término, cuando éste es
potestativo para el deudor o no lo ha fijado el tercero".

4.6. Plazo convencional:

Es el que estipulan las partes declarantes de común acuerdo. Según Teófilo


Idrogo Delgado citando al jurista Bejarano:

"Es convencional el plazo que ha sido fijado por la


voluntad de las partes en un contrato, o por el autor de
una declaración unilateral de la voluntad; se origina en
la decisión libremente asumida del creador o los
creadores de un acto jurídico".

5. Beneficio del plazo:

17
DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

Según lo prescrito por el art. 179 del C.C.; "El plazo suspensivo se presume
establecido en beneficio del deudor, a no ser que del tenor del instrumento o de otras
circunstancias resultase haberse puesto en favor del acreedor o de ambos".

Este dispositivo tiene una presunción juris tantum en favor del deudor, a no ser
que las partes hayan estipulado otra cosa y que conste en documento a favor del
acreedor, o que ello resulte de las circunstancias. Por ejemplo, Pedro conviene con
Pablo en el pago de una deuda de cincuenta mil nuevos soles el diez de agosto de
2005. Esto no quiere decir que el deudor no tenga la facultad de pagar antes del 10 de
agosto; este pued 114’

e hacerlo antes de que se cumpla el plazo pactado en cualquier fecha. De lo


que se concluye que el plazo se presume en beneficio del deudor. Sin embargo, las
partes pueden pactar que el plazo opere en beneficio del acreedor. En el caso anterior
si Pablo es deudor de una suma de dinero a Pedro, y se estipula como plazo para
cancelar la deuda dos años y con la facultad de demandar la devolución del dinero
mutuado en cualquier fecha después de la suscripción del documento, que contiene el
acto jurídico del mutuo. El plazo puede estipularse también en favor de ambos, es decir
que ni el acreedor pueda exigir el cumplimiento de la obligación ni el deudor pueda
pagar antes de la fecha, estando pendiente el plazo.

La presunción que contempla el art. 179 admite prueba en contrario; puesto


que siendo el deudor el beneficiado la carga de la prueba recae sobre el acreedor. Él
está obligado a probar que el plazo está pactado a su favor, o en favor de ambos. Esto
significa que el acreedor en cualquier momento puede exigir el cumplimiento de plazo
y el deudor no puede rehusar; pero si el deudor quien cumplir antes del plazo al
acreedor se le puede obligar a recibir eI pago antes del vencimiento del plazo.

Al respecto, el distinguido jurista Torres Vásquez acota: "En las obligaciones


con intereses, si las partes convienen el pago anticipado, el deudor debe tener derecho
a los descuentos de los intereses proporcionales en relación con el tiempo anticipado,
porque en caso contrario el acreedor recibe un interés compensatorio (interés que se
paga como retribución por el uso del capital) al que no tiene derecho, lo que sucede
con mucha frecuencia en la práctica contraviniendo lo dispuesto en el art. 1954"

6. Repetición del pago:

El art. 180 del C.C., dispone lo siguiente: "El deudor que paga antes del
vencimiento del plazo suspensivo no puede repetir lo pagado. Pero si pagó por
ignorancia del plazo, tiene derecho a la repetición".

En el primer caso, cuando el deudor cumple con su obligación sujeta a plazo,


cumple con lo que debe, y aun cuando lo efectúe antes de tiempo, se trata de una
obligación existente. Se debe considerar que con ese pago anticipado el deudor está
renunciando al beneficio del plazo.

10
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

Cuando el plazo se estableció en beneficio del deudor y paga lo que todavía no


adeudaba, tiene derecho a la acción de repetición.

Cuando el deudor ha pagado indebidamente por ignorancia del plazo, tiene


derecho a hacer uso de la acción de repetición o restitución. Aquí el deudor hizo un
pago indebido, no en cuanto a la ausencia del mismo sino en cuanto a la oportunidad
del pago; y puede repetir porque el pago le ha perjudicado, toda vez que ha dejado de
gozar del capital y de sus intereses. Pero si el deudor sabe que el plazo le favorece y
no lo aprovecha, no hay lugar a la acción de repetición. Por ejemplo Julio a la muerte
de su padre se encuentra con su testamento que le manda pagar a Pablo
inmediatamente 20 mil soles y después de haberle pagado descubre un segundo
testamento que le concede dos años para pagar dichos 20 mil soles, el deudor tiene
derecho a repetición o restitución.

7. Cómputo del plazo

En el cómputo del plazo debe observarse las siguientes prescripciones


señaladas en el art. 183 del C.C.

El plazo civil se computa de acuerdo al calendario gregoriano, es decir sin tomar


en cuenta los días hábiles, inhábiles (feriados, festivos, etc.), computándose
indiscriminadamente. Así el plazo para la inscripción de partida de nacimiento es de
30 días, el último día es el vencimiento.

El plazo señalado por días se computa por días naturales, de media noche a
media noche y no se cuenta el día de la realización del acto, pero si el día de su
vencimiento; de esta manera, si se celebra el acto jurídico el primero de enero, con el
plazo de cinco días, la obligación será exigible el día seis de enero, de tal modo que
hayan transcurrido cinco días enteros.

En el inciso 1° del art. 183, deja a salvo que la ley o el acto jurídico establezcan
que el plazo se compute por días hábiles, como sucede con los plazos procesales,
cuyo cómputo por mandato expreso del C. de P. C. es por días hábiles. El mismo inciso
deja también a salvo que las partes puedan pactar el plazo en días hábiles. Pero en
todos los actos jurídicos se observan los plazos civiles y no los plazos procesales.

Cuando el plazo se señala por meses, se cumple en el mes de vencimiento y


en el día de éste correspondiente a la fecha del mes inicial a la concertación del acto
jurídico; así por ejemplo, si el acto jurídico se celebra el dos de junio con el plazo de
un mes, el vencimiento tendrá lugar el dos de julio.

Si en el mes de vencimiento falta tal día, el plazo se cumple el último día de


dicho mes, como sucede en los meses que tienen 31 días o en el mes de febrero que
solo tiene 28 días, salvo que sea un año bisiesto de 29 días.

19
DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

Igual sucede con el plazo señalado por años: si la fecha de celebración del acto
jurídico es el dos de junio de 2004, por el plazo de tres años, la exigibilidad de la
obligación será a partir del dos de junio de 2007.

Puede darse el caso, en que se estipule un plazo por meses o años en que no
haya correlación con el día del respectivo mes o año del vencimiento del plazo; en este
caso algunos autores sostienen que la exigibilidad de la obligación será el día siguiente
al día de la celebración del acto jurídico. Así, si celebramos un contrato de promesa
de venta el 29 de febrero de un año bisiesto, por el plazo de un año, en este caso el
vencimiento del plazo será el primero de marzo; o si se celebra un contrato el 31 de
octubre por el plazo de un mes, el vencimiento del plazo será el primero de diciembre.

Cuando el vencimiento del plazo es un día festivo, dicho vencimiento tendrá


lugar el primer día siguiente que no sea festivo; sí el vencimiento del plazo es el 1° de
enero, que es feriado, el ven cimiento correrá al día dos que no es feriado, si el dos
también es festivo (domingo), correrá al tres y así sucesivamente. El art. 184 del C.C.
establece: "Las reglas del art, 183 son aplicadas a todos los plazos legales o
convencionales, salvo disposición o acuerdo diferente" que por ser muy claro nos
releva de realizar comentario alguno.

8. Efectos del plazo

El plazo suspensivo comienza a surtir sus efectos desde que se cumple y deja
de producirlos cuando el cumplimiento corresponde a un plazo resolutorio (art. 178).
Sin embargo, vamos a tratar lo relativo a la exigibilidad de los derechos y obligaciones
que emanan del acto jurídico practicado. Por lo general, mientras el plazo esté
pendiente el titular del derecho o acreedor no puede exigir el cumplimiento de la
obligación, salvo que la ley le autorice expresamente.

Entre los efectos más importantes del plazo podemos señalar los siguientes:

 El acreedor a plazo fijo no puede ejercer ninguna acción civil, porque para que
la acción proceda, es indispensable que la obligación sea exigible en razón de
tiempo, lugar y modo.

 El acreedor tiene derecho a ejercer todas las acciones conducentes a la


conservación de su derecho, como por ejemplo pedir en prueba anticipada el
reconocimiento de un documento privado donde consta la obligación, solicitar
la inscripción del crédito sí importa un derecho real, etc.

 El acreedor tiene derecho a hacer uso de la acción revocatoria contra los actos
fraudulentos que realiza el deudor en perjuicio de su crédito.

10
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

9. La Caducidad del plazo:

Consistiendo el plazo en un hecho de necesaria realización el simple transcurso


del tiempo da lugar a su cumplimiento. Pero, como acabamos de ver, la regla general
es que e! plazo se pacte en beneficio del deudor, puede ocurrir que se produzca un
hecho que determine la caducidad del plazo, esto es, que antes de su vencimiento se
le pueda dar por cumplido.

Partiendo, pues, de la premisa de que el plazo se establece en beneficio del


deudor, su caducidad lo es en su detrimento, por las causales previstas en el Código
Civil en su artículo 181: El deudor pierde el derecho a utilizar el plazo:

 Cuando resulta insolvente después de contraída la obligación, salvo que


garantice la deuda. Se presume la insolvencia del deudor si dentro de los
quince días de su emplazamiento judicial, no garantiza la deuda o rio señala
bienes libres de gravamen por valor suficiente para el cumplimiento de su
prestación.

 Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese


comprometido.

 Cuando las garantías disminuyeren por acto propio del deudor, o


desaparecieren por causa no imputable a este, a menos que sean
inmediatamente sustituidas por otras equivalentes, a satisfacción del
acreedor. La pérdida del derecho al plazo por las causales indicadas en los
incisos precedentes, se declara a petición del interesado y se tramita como
proceso sumarísimo. Son especialmente procedentes las medidas
cautelares destinadas a asegurar la satisfacción del crédito.

Como puede apreciarse, las tres causales, si bien están interrelacionadas, son
diferenciables, pues la primera se basa en la insolvencia sobreviniente del deudor, la
segunda en el incumplimiento en cuanto a la constitución de las garantías ofrecidas y,
la tercera, en la disminución del valor de las garantías que ha constituido.

a) La insolvencia sobreviniente del deudor:

El acreedor, quien le ha otorgado plazo a su deudor para que cumpla con la


prestación, tiene el derecho a ser pagado y por eso la insolvencia que le sobreviene al
deudor, luego de contraída la obligación, le hace perder el beneficio del plazo. Es la
causal prevista en el inciso 1 del artículo 181. Sin embargo, puede recuperarlo si
constituye garantías o señala bienes libres que aseguren a su acreedor la
efectivización de su derecho.

La insolvencia debe entenderse como la imposibilidad de poder responder


frente a las obligaciones contraídas, porque el deudor ya no cuenta con patrimonio
suficiente.

21
DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

Con relación a esto León Barandiarán explica:

“Simplemente, como la imposibilidad económica del


deudor de responder por sus obligaciones, lo que
hace desaparecer la razón de la concesión del plazo
al deudor”.

Con la modificación introducida por el Código Procesal Civil se establece una


presunción para determinar la insolvencia del deudor. Ella requiere de un
emplazamiento judicial para que dentro de los 15 días siguientes el deudor constituya
garantías o señale bienes libres que pueda embargarle el acreedor, por valor
suficiente. Si transcurren los 15 días, la presunción de su insolvencia opera y el
acreedor puede pedir que se den por vencidos los plazos tramitando su demanda
como proceso sumarísimo y hacer uso de las medidas cautelares que le aseguren la
satisfacción del crédito. Pero si el deudor garantiza la deuda, entendiéndose la
garantía como una en sentido estricto, o le señala al acreedor bienes libres de
gravamen por valor suficiente para asegurar el cumplimiento de sus obligaciones,
desaparece la inseguridad del acreedor en cuanto a poder hacerse pago y, en este
caso, el deudor recupera el derecho a utilizar el plazo.

b) El incumplimiento en cuanto a la constitución de las garantías ofrecidas:

El acreedor que ha concedido el plazo puede haber otorgado el crédito


confiando en el ofrecimiento de su deudor en cuanto a la constitución de garantías. La
falta de cumplimiento del deudor es, entonces, causa suficiente para que pierda el
derecho a utilizar el plazo. Es la causal prevista por el inciso 2 del artículo 181.

Debe tratarse de garantías convenidas en la celebración del acto jurídico que


origina el crédito y, por eso, la pérdida del derecho al beneficio del plazo se justifica,
por cuanto la concesión de! crédito por el acreedor se dio en mérito de las garantías
que para asegurar el cumplimiento ofreció el deudor. La causal no distingue la
naturaleza de las garantías, por lo que puede tratarse de garantías reales, como la
prenda, la anticresis y la hipoteca, o de garantías personales como la fianza.

Al igual que en el caso del inciso 1, la caducidad del plazo debe ser materia de
pronunciamiento judicial debiendo el deudor, para tal fin, tramitar su demanda como
proceso sumarísimo y haciendo uso de las medidas cautelares que estime
convenientes a su derecho.

No obstante que el inciso 2 del artículo 181 no lo ha previsto, consideramos


que si el deudor constituye las garantías y estas las acepta el acreedor, el plazo puede
ser restablecido.

c) La disminución del valor de las garantías:

10
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

Las garantías a que se viene haciendo referencia, como lo hemos indicado,


pueden ser reales o personales, y ofrecer seguridades al acreedor en cuanto a la
efectivización de su crédito, pues su valor debe ser suficiente para cubrir el monto del
crédito que debe ser solventado en el plazo pactado, por lo que la disminución de ese
valor acarrea la pérdida del beneficio del plazo. Esta es la causal prevista por el inciso
3 del artículo 181.

La causal se ha puesto en las hipótesis de que las garantías disminuyen por


acto propio del deudor o desaparecieren por causa no imputable al mismo deudor.

La disminución del valor de las garantías debe entenderse, en el caso de las


garantías reales, la disminución del valor de los bienes afectados en prenda, anticresis
o hipoteca. SI se trata de garantías personales, la disminución del valor debe
entenderse referida a la situación patrimonial del garante o fiador, quien puede devenir
o estar deviniendo en la insolvencia.

El fundamento de la caducidad es el mismo que en los casos anteriores. El


acreedor en ejercicio de su derecho a ser pagado puede exigir el cumplimiento
inmediato de la obligación frente a la inseguridad devenida por la disminución o
desaparición de las garantías. El tenor de la norma sub examine Induce a inferir que
las garantías a que se refiere son solo las garantías reales, pero, como ya hemos
advertido, están también comprendidas las garantías personales, como sería el caso
de que al fiador le sobrevenga una situación de insolvencia que incluso lo conduzca a
ser sometido a un concurso de acreedores y, eventualrnente, a una declaración de
quiebra.

La disminución per acto propio del deudor puede producirse, por ejemplo,
tratándose de una prenda con entrega jurídica (art. 1059) y, por lo tanto, los bienes
prendados están en posesión del deudor, por lo que este tiene la obligación de
prestarles la debida atención y diligencia para su mantenimiento y conservación. La
disminución por acto propio puede ser el caso del industrial que adquiere nuevos
equipos constituyéndolos en prenda ante la entidad financiera que lo dotó de los
recursos, pero no los confía a personal debidamente capacitado para su operación ni
les presta los servicios técnicos requeridos ni utiliza repuestos legítimos.

La disminución o desaparición de las garantías por acto no imputable al deudor,


como ya hemos advertido, puede deberse acaso fortuito o fuerza mayor (art. 1315), no
obstante lo cual e! deudor pierde el derecho al plazo porque el acreedor no tiene ya la
seguridad de hacer efectivo su crédito con los bienes afectados en prenda, anticresis
o hipoteca. La misma idea resulta de) garante o fiador que va deviniendo en
insolvencia.

Pero en cualquiera de las dos hipótesis, el deudor puede recuperar el plazo si


sustituye de inmediato las garantías por oirás equivalentes a satisfacción del acreedor,
conforme lo establece el mismo inciso 3 del artículo 181.

Al igual que en los dos casos anteriores, la caducidad del plazo deberá ser
materia de pronunciamiento judicial para cuyo efecto el acreedor deberá tramitar su
23
DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

demanda como proceso sumarísimo y hacer uso de las medidas cautelares que estime
convenientes a su derecho.

III. EL CARGO

1. Concepto
El modo (del latín modus = medida), cargo, carga o encargo, consiste en una
obligación accesoria que, sólo en los actos gratuitos de liberalidad Ínter vivos o mortis
causa, puede ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de la liberalidad,
consistente en dar hacer o no hacer algo en favor del disponente o de un tercero o del
beneficiario mismo, o de emplear de una determinada manera el bien objeto de la
disposición.
La palabra "carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico
jurídico, la carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de determinados
bienes (ejemplo la servidumbre).
El cargo tiene un carácter doble, por su naturaleza constituye una obligación y,
como tal, su cumplimiento puede ser exigido, incluso coercitivamente, y al mismo
tiempo es una obligación accesoria al derecho que adquiere el destinatario de una
liberalidad; éste no puede adquirir la liberalidad sin asumir la obligación en que
consiste el cargo.
Los actos gratuitos pueden o no ser de liberalidad. En los actos gratuitos de
liberalidad hay una atribución patrimonial (como la donación, la renta vitalicia gratuita,
el testamento, la renuncia, la cesión gratuita del rango hipotecario, etc.), en cambio,
en los actos gratuitos que no son de liberalidad falta la atribución patrimonial (ejemplo
el mandato, el depósito gratuito). Todo acto de liberalidad es gratuito, pero no todo
acto gratuito es una liberalidad; hay aquí una relación de género a especie, el género
lo constituyen los actos gratuitos y la especie, los actos de liberalidad. El modo
solamente puede ser impuesto en los actos gratuitos de liberalidad, no así en los actos
gratuitos que no impliquen una atribución patrimonial.

Los sujetos vinculados al acto modal son:


a) El autor de la liberalidad (o disponente), o sea, el que realiza el acto de
disposición a título gratuito (donante, testador);
b) El beneficiario de la liberalidad (donatario, heredero, legatario), obligado a
cumplir el cargo; y
c) El beneficiario del cargo.
A su vez, el beneficiario del cargo puede ser:
El propio disponente (ejemplo, A dona una casa a B con el cargo de que éste
construya un monumento que recuerde al donante).

10
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

Un tercero determinado o determinable (ejemplo, A instituye como su heredero a B,


con el cargo de B de pasar una pensión alimenticia a C por un año; A dona un lote
de terreno a la Municipalidad de Lima para que la destine a un parque público).
El propio beneficiario de la liberalidad (ejemplo la donación hecha con el fin de que
el donatario se costee sus estudios profesionales; se dona un capital a un instituto
científico, con el cargo de destinarlo a una particular investigación).
Es esencial que el modo sea impuesto por el disponente y que grave al
beneficiario de la liberalidad, sea en favor de aquél, del propio beneficiario o de un
tercero, o en general, que el beneficiario emplee de una determinada manera el objeto
de la disposición. Como dice Barbero, constituye "para el beneficiario, ya un límite a
su libertad de iniciativa en la disposición del objeto de la liberalidad recibida, ya una
obligación de hacer o de dar, y en general, siempre, un gravamen que reduce el
beneficio de la atribución patrimonial, por lo cual se le denomina también "carga" (que
no hay que confundir con la "carga" como relación jurídica distinta del "deber")".
La relación entre la liberalidad y el modo es de subordinación: el modo es
accesorio respecto de la liberalidad, por lo que el incumplimiento del modo no impide
la adquisición del derecho ni determina su extinción. Como sostiene Albaladejo, el
cargo es algo accidental en el negocio, en cuanto que el tipo abstracto de éste no lo
requiere para existir; pero también en el negocio particular en el que se inserta, es una
parte accesoria que depende de la parte principal. La parte principal puede ser válida
y eficaz, aun en defecto del modo, mientras que éste no puede subsistir sin aquella.
Así, cuando el modo es inválido el negocio deviene puro, o el incumplimiento del modo
no deja necesariamente sin efecto el negocio modal.
El modo solamente deriva de la voluntad del disponente no puede derivar de la
voluntad de otras personas ni de la ley. Siempre es expreso, no puede ser tácito.
La condición y el plazo pueden ser puestos a los actos jurídicos onerosos o
gratuitos; por el contrario, el modo solamente puede ser puesto en los actos jurídicos
gratuitos que impliquen una liberalidad. El modo tiene un campo de aplicación mucho
más restringido que la condición y el plazo.
El acto sub modus no es de prestaciones recíprocas, porque la obligación que tiene
que cumplir el beneficiario no tiene la calidad de contraprestación de la prestación
objeto de la obligación del disponente. En los actos con prestaciones recíprocas
(ejemplo, una compraventa), la una se hace en la vista de la otra, la prestación se
realiza pensando en el beneficiario que se va a recibir con la contraprestación, la
prestación es causa de la contraprestación y el contrario, ninguna es accesoria de la
otra sino que todas están en un mismo plano, ambas son interdependientes mientras
que la obligación asumida como modo es una obligación accesoria respecto a la
liberalidad de la cual constituye un límite, no hay una relación de interdependencia
entre la obligación del disponente de entregar el bien objeto de la liberalidad y la
obligación del beneficiario de ejecutar el modo, sino una relación de accesoriedad de
ésta frente a aquélla. El derecho del beneficiario a la liberalidad que le ha sido
concedida no depende del cumplimiento del cargo o modo. La prestación del
disponente a título de liberalidad y la prestación del beneficiario título de modo no son
interdependientes; la prestación del disponente no se subordina a la prestación del
beneficiario, sino sólo ésta a aquella. El modo tiene su causa en la liberalidad pero no
al contrario.
En los actos onerosos no cabe el modo, porque las obligaciones impuestas a
una de las partes no son cargos sino contra prestaciones.

25
DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

El modo no cambia la naturaleza del acto al cual se añade. Por ejemplo, una
donación modal sigue siendo donación, no se convierte en un acto jurídico oneroso a
causa del cargo impuesto al donatario, aunque el cargo sea igual o superior al valor
de bien donado, no estando el obligado con el cargo a cumplirlo en la medida en que
exceda a la liberalidad.

2. Función
El modo o cargo se distingue de la condición por la función que cumple en el
acto jurídico,
La condición suspende la eficacia del acto y el modo obliga. La condición pone
en contingencia los efectos del acto jurídico, mientras que el modo limita la ventaja
económica del beneficio de una atribución patrimonial gratuita. La condición no
comporta obligación alguna ("condicio non est in obligatione"); el modo es fuente de
obligaciones que pueden tener por objeto prestaciones de dar, hacer o no hacer algo
(modus est in obligatione).
La condición, el plazo y el modo son elementos accidentales del acto jurídico,
pero mientras los dos primeros una vez añadidos al acto dejan de ser accesorios para
devenir en requisitos de eficacia del acto (así, convirtiendo a esa eficacia en precaria
al suspender su existencia o ejercicio, o limitándola en el tiempo), el modo no afecta la
eficacia del acto, no pierde su carácter de accesorio para convertirse en requisito de
eficacia, sino que se resuelve en una obligación a cargo del beneficiario de la
liberalidad, quien debe efectuar una cierta prestación. Dentro de las estipulaciones que
integran el contenido del acto jurídico, el cargo es una estipulación (accesoria y como
tal no impide la adquisición del derecho ni su ejercicio por parte del beneficiario de la
liberalidad.
Si se pacta que el cargo impuesto debe ser cumplido antes como un requisito
para que el destinatario de la disposición a título gratuito adquiera el derecho, no
estamos frente a un acto sub modo, sino sub condicione.
En caso de duda, se juzgará que existe cargo y no condición, en vista a que
cuando se celebra un acto jurídico es para que produzca efectos y no para que no los
produzca (cuando el acto es condicionado, no se sabe si el derecho va a nacer o no).

3. Cumplimiento del cargo


Artículo 185.- El cumplimiento del cargo puede ser exigido por el imponente o
por el beneficiario. Cuando el cumplimiento del cargo sea de interés social, su
ejecución puede ser exigida por la entidad a la que concierna.
El modo, llamado también cargo, carga o encargo, consiste en una obligación
accesoria impuesta al beneficiario de una liberalidad por el disponente de ésta
(ejemplo se dona un predio, imponiendo al donatario la carga de pagar una pequeña
pensión a favor de una persona del afecto del donante). La palabra "carga" es utilizada
aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico jurídico, la carga consiste en una
obligación vinculada a la titularidad de determinados bienes (ejemplo, la servidumbre).
La imposición del modo no afecta ni suspende la atribución patrimonial
realizada con carácter gratuito, ni la convierte en onerosa. La relación entre la
liberalidad y el modo es de subordinación: el modo es accesorio respecto de la
liberalidad, por lo que el incumplimiento del modo no impide la adquisición del derecho

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ni determina su extinción. El modo no es una contraprestación a cargo del beneficiario


de la liberalidad, de la cual es accesorio; en el acto sub modus no es de prestaciones
reciprocas, porque la obligación que tiene que cumplir el beneficiario no tiene la calidad
de contraprestación de la prestación objeto de la obligación del disponente, en los
actos con prestaciones reciprocas la prestación es causa de la contraprestación y al
contrario; en el acto modal no hay una relación de interdependencia entre la obligación
del disponente y la del beneficiario, sino una relación de accesoriedad de ésta frente
a aquélla.
Si el modo es obligatorio para el beneficiario de la liberalidad, quien habrá de
cumplirlo, surge la pregunta acerca de ¿quién puede exigir el cumplimiento de Ia
obligación en que consiste el cargo? Al respecto, el art. 185 es terminante, la
legitimación activa para exigir el cumplimiento del modo corresponde al imponente o
al beneficiario. Si el modo es de interés social puede exigirlo también la autoridad
competente.
Tanto el beneficiario como el imponente del cargo tienen la calidad de
acreedores y, por tanto, pueden exigir su cumplimiento. El deudor del cargo es el
beneficiario de la liberalidad. La obligación en que consiste el cargo, si bien accesoria,
autoriza al acreedor para: a) emplear las medidas legales a fin de que el deudor le
procure aquello a que está obligado; b) procurarse la prestación o hacérsela procurar
por otro, a costa del deudor; c) obtener del deudor la indemnización de los daños
causados con el incumplimiento; d) hacer uso de la acción oblicua (art. 1219.4); e)
hacer uso de la acción pauliana (art. 195).
El modo es obligatorio para el beneficiario de la liberalidad, quien habrá de
cumplirlo. La legitimación activa para exigir el cumplimiento del modo corresponde al
imponerse del cargo o al beneficiario. Si el modo es de interés social puede exigirlo
también la autoridad competente.

4. Plazo para el cumplimiento del cargo.


Art. 186.- si no hubiese plazo para la ejecución del cargo, éste debe cumplirse
en el que el juez señale.
La demanda se tramita como proceso sumarísimo.
El cargo será ejecutado en el plazo por el imponente; a falta de este plazo, si
acreedor y deudor no se ponen de acuerdo, el cargo se cumplirá en el plazo que señale
el juez en un proceso sumarísimo, atendiendo a las circunstancias del caso (ejemplo,
la facilidad o dificultad para realizarlo).

5. Intensidad de la limitación modal


Art. 187.- el gravado con el cargo no está obligado a cumplirlo en la medida en
que exceda el valor de la liberalidad
Puede suceder que la limitación modal impuesta sea excesiva al extremo que
reabsorba enteramente el beneficio patrimonial atribuido, o incluso superarlo, de
manera que el destinatario de la liberalidad para poder ejecutar el modo tuviera que
utilizar no solamente lo recibido sino también lo suyo propio pero esto no implica que
el beneficiario de la liberalidad esté obligado a ejecutar el cargo en lo que excede al
valor de la liberalidad; en la parte que el cargo excede a la liberalidad deja de ser una

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURIDICO)

obligación jurídica, para devenir en una obligación puramente moral (obligación


natural) que si el deudor quiere la cumple sino no.
Como la finalidad del acto de liberalidad es enriquecer al beneficiario, el cargo
debe ser de una entidad inferior o, a lo más, igual a la liberalidad. Por esta razón, el
art. 187 dispone que el beneficiario de la liberalidad no está obligado a cumplir el cargo
que exceda a la liberalidad.
El destinatario de la liberalidad no está obligado a ejecutar el cargo más que
dentro de los límites del valor de los bienes recibidos, aunque haya aceptado la
liberalidad con cargo sin reservas.

6. Transmisibilidad del cargo


Artículo 188.- La obligación de cumplir los cargos impuestos para la adquisición
de un derecho pasa a los herederos del que fue gravado con ellos, a no ser que sólo
pudiesen ser cumplidos por él, como inherentes a su persona.
En este caso, si el gravado muere sin cumplir los cargos, la adquisición del
derecho queda sin efecto, volviendo los bienes al imponente de los cargos o a sus
herederos.
La obligación de cumplir el cargo, como toda obligación, se trasmite a los
herederos, excepto cuando se trata de una obligación inherente a la persona del
deudor (intuito personae), lo prohíbe la ley, o se ha pactado lo contrario (art. 188,660
y 218).
Conforme al art. 188, si el beneficiario de la liberalidad fallece antes de haber
cumplido el cargo, sus herederos deben satisfacer la obligación si ella no es inherente
a la persona. Si el cargo consiste en una obligación intuito personae y el beneficiario
muere sin cumplirla, los bienes objeto de la liberalidad revierten al imponente del cargo
o sus herederos. Por ejemplo, se dona un bien a un abogado con el cargo de que él
personalmente defienda al donante en un proceso judicial; el abogado muere sin haber
cumplido el encargo; sus herederos deben devolver al donante o a sus herederos el
bien materia de la donación.

7. Cargo ilícito o imposible


Artículo 189.- Si el hecho que constituye el cargo es ilícito o imposible, o llega
a serlo, el acto jurídico subsiste sin cargo alguno.
Como sabemos, la relación entre la liberalidad y el modo es de subordinación:
el modo es accesorio respecto de la liberalidad. Aquí es de aplicación el principio que
dice que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, pero no al contrario, por lo que si
la estipulación que contiene el cargo o modo se invalida, esto no afecta para nada al
acto jurídico que permanece como un acto puro. La imposibilidad o ilicitud del cargo
puede ser inicial o sobrevenida, pero en ambos supuestos la nulidad del cargo no
afecta la validez del acto. Por ello, el art. 189 establece que en caso de que el modo
impuesto sea ilícito o imposible, o llegara a serlo, el acto jurídico subsite sin cargo
alguno.
No se pueden poner cargos ilícitos o imposibles, pero su presencia no invalida
el acto, sino que se los tiene por no puestos (yitiatur sed non vitiat), subsistiendo el
acto jurídico sin cargo alguno.

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DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

CONCLUSIONES

Estructuralmente y de forma necesaria no tiene por qué ser sometido a modalidades


ningún acto jurídico, pero las partes en ejercicio de su autonomía privada pueden
incorporar en el acto estos elementos complementarios.
Las modalidades tradicionales (la condición, el plazo y el modo o cargo) no son los
únicos elementos (accidentales negotii) del acto jurídico, pues hay otros como las
arras, la cláusula penal, la cláusula de exclusividad, etc. Sin embargo, por tradición, la
doctrina y la legislación, con la expresión "modalidades del acto o negocio jurídico", se
refieren solamente a la condición, al plazo y al modo.

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ANEXOS

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BIBLIOGRAFIA:

TORRES VÁSQUEZ, Aníbal; “Acto Jurídico”. Segunda Edición. Editorial IDEMSA.


Lima Perú 2001 Págs. 731.

LEÓN BARANDIARÁN, José; “Acto Jurídico”. Tercera Edición. Editorial Gaceta


Jurídica. Lima Perú. Págs.366.

VIDAL RAMÍREZ, Fernando. “El Acto Jurídico”. Sexta Edición. Editorial Gaceta
Jurídica. Mayo 2005 Lima Perú. Págs. 574.

LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. “El Negocio Jurídico”. Editorial Grijley
E.I.R.L. Lima Perú 1994.

IDROGO DELGADO, Teófilo. “Teoría del Acto Jurídico”. Segunda Edición. Editorial
IDEMSA. Setiembre 2004 Lima Perú. Págs. 292.

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