Lamarckismo
Lamarckismo
Lamarckismo
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Índice
1Contexto histórico
2Teoría de la evolución de Lamarck
o 2.1Concepto de evolución
o 2.2Sobre la forma en que se evoluciona
o 2.3Ciencia y religión
o 2.4La complejidad creciente de los organismos
o 2.5La herencia de los caracteres adquiridos
o 2.6Adaptación al medio
o 2.7Gradualismo y lamarckismo
o 2.8Los organismos, agentes de su propia evolución
3Recepción y alcance de la teoría
4Referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
Contexto histórico[editar]
A diferencia del pensamiento evolucionista de Darwin, al que se le puede atribuir una
influencia directa de su abuelo Erasmus y del propio Lamarck,6 y un ambiente en el que
la filosofía zoológica habría generado una cierta inquietud evolucionista,7 los antecedentes en
Lamarck son difusos y tuvo que elaborar su teoría en un contexto que la recepción de su obra
demostró hostil.
Es obvio que el pensamiento evolucionista solo fue posible tras establecerse el método
científico y su empeño por describir el mundo con explicaciones que el propio mundo pudiera
darnos, sin recurrir a causas externas a él. La Ilustración, el espíritu de L'Encyclopédie, y el
apoyo de Buffon harían posible que Lamarck desarrollase sus trabajos sobre Historia Natural,
botánica y acometiese el estudio de los invertebrados. También, habrían existido pequeños
destellos evolucionistas que cuestionarían el fijismo en Diderot y Maupertuis y, anteriormente,
en Leibniz;8 el avance en la geología habría posibilitado que Lamarck se plantease la
imposibilidad de que la Creación hubiese previsto todas las formas de vida que se observaban
en la naturaleza, perfectamente adaptadas a unos cambios que se habrían dado con
posterioridad a esa creación. En todo caso, el fijismo estaba perfectamente establecido y su
propuesta evolucionista tuvo que enfrentarse al dogma religioso de la Creación y al
pensamiento científico del muy influyente Cuvier que justificó los descubrimientos que los
fósiles proporcionaban sobre formas de vida diferentes a las actuales, como especies sin
conexión con éstas, extinguidas por los sucesivos cataclismos que se habrían producido a lo
largo de la historia geológica.910
Lamarck tuvo que esbozar su teoría en un tiempo en el que el estado de las ciencias naturales
era “caótico”, "formuladas en una época en que ni siquiera se podía entrever la posibilidad
lejana de fundarlas sobre hechos evidentes"11 Momentos en los que se admitía que la vida
surgía por generación espontánea y se desconocía todo sobre la herencia biológica.
La experiencia en la enseñanza me hizo sentir de qué modo una filosofía zoológica, es decir, un cuerpo
de preceptos y de principios relativo al estudio de los animales y hasta aplicables á las otras partes de
las ciencias naturales, nos sería útil en la actualidad, dados los progresos que se han realizado en estos
últimos años en nuestros conocimientos de los hechos zoológicos.
Filosofía zoológica, introducción.
El asunto relativo al examen de los animales no consiste únicamente en conocer las diferentes razas ni
determinar entre ellas todas las distinciones, fijando sus caracteres particulares, sino también el de
llegar a conocer, además, el origen de las facultades de que disfrutan, las causas que los hacen existir y
mantienen su vida., y por último, las de la progresión notable que presentan en el orden de su
organización, y en el funcionamiento lo mismo que el desarrollo de aquellas facultades.
Filosofía Zoológica.
Concepto de evolución[editar]
Dobzhansky, uno de los fundadores del neodarwinismo, 130 años después de que Lamarck
formulara la teoría de la evolución, sin otorgarle el debido reconocimiento, definiría la
evolución en estos términos:
El estudio científico de la diversidad orgánica y adaptación empieza por la necesidad de descripción y
clasificación. Al principio de su existencia como una ciencia, la biología obligadamente se redujo a
constituir un sistema racional sobre la variedad aparentemente ilimitada de las formas de vida. En el
décimo octavo y décimo noveno siglo, la sistemática y la morfología, dos disciplinas predominantemente
descriptivas, dominaron las ciencias biológicas. Pero la descripción es sólo el primer paso a la pregunta
científica. Sin embargo, grande puede ser la satisfacción en un investigador la observación y la fijación
exacta de los hechos, más pronto o más tarde sintió el deseo de inquirir en las conexiones causales
entre los fenómenos observados. La teoría de evolución se levantó en el décimo noveno siglo a través
de la generalización y inferencia de un cuerpo predominantemente sistemático y datos de morfología.
Construyendo un armazón racional para el pensamiento biológico.
La teoría de evolución afirma que:
1.— los seres que ahora viven han descendido de seres diferentes que vivieron en el
pasado;
2.— los cambios evolutivos son graduales, tanto que si pudiéramos reunir a todos los
organismos que han habitado en la Tierra, reconoceríamos una serie continua de
formas.
3.— los cambios han sido predominantemente divergentes, los antepasados de las
formas vivientes actuales eran en general menos diferentes de lo que hoy son;
4.— todos estos cambios se han levantado de causas que ahora continúan estando en
funcionamiento, y que por consiguiente puede estudiarse experimentalmente.
Lamarck formuló que los seres vivos evolucionan adaptándose a las condiciones,
circunstancias y ambientes en los que se desarrollan, y la diversidad de situaciones a la que
pueden estar sometidos habría propiciado la gran diversidad de formas de vida actuales.
Aportó como prueba la existencia de fósiles de formas de vida diferentes a las actuales,
razonando sobre la imposibilidad de que éstas no fuesen sino formas intermedias entre las
actuales y las primigenias. Basando, también, su afirmación en lo observado en la naturaleza:
sabemos positivamente en la actualidad que un cambio forzado y sostenido en las zonas de habitación y
en los hábitos y la manera de vivir de los animales, operan, después de un tiempo suficiente, una
mutación muy notable en los individuos que se encuentran sometidos a ellos.
Filosofía zoológica, p. 64.
1.- Todos los cuerpos organizados (organismos) de la Tierra han sido producidos por la
naturaleza sucesivamente y después de una enorme sucesión de tiempo.
2.- En su marcha constante, la Naturaleza ha comenzado, y recomienza aún todos los
días, por formar los cuerpos organizados más simples, y que no forma directamente más
que estos. Es decir, que estos primeros bosquejos de organismos son los que se ha
designado con el nombre de generaciones espontáneas.
3.- Estando formados los primeros bosquejos del animal y del vegetal han desarrollado
poco a poco los órganos y con el tiempo se han diversificado.
4.- La facultad de reproducción inherente en cada organismo ha dado lugar a los
diferentes modos de multiplicación y de regeneración de los individuos. Por ello los
progresos adquiridos se han conservado.
5.- Con la ayuda de un tiempo suficiente, de las circunstancias, de los cambios surgidos
en la Tierra, de los diferentes hábitos que ante nuevas situaciones los organismos han
tenido que mantener, surge la diversidad de estos.
6.- Los cambios en su organización y de sus partes, lo que se llama especie, han sido
sucesiva e insensiblemente formados. Por lo que la especie no tiene más que una
constancia relativa en su estado y no puede ser tan antigua como la Naturaleza.16
Formulando dos leyes, lo que hoy se conoce como “herencia de los caracteres adquiridos”:
Así, para llegar a conocer las verdaderas causas de tantas formas diversas y de tantos hábitos
diferentes como nos ofrecen los animales, es preciso considerar que las circunstancias infinitamente
diversificadas, en las cuales se han encontrado los seres de cada raza, han producido para cada uno de
ellos necesidades nuevas y cambios en sus hábitos necesariamente. Reconocida esta verdad, que
nadie podrá negar, será fácil percibir cómo las nuevas necesidades han podido ser satisfechas y los
nuevos hábitos adquiridos, si se presta alguna atención a las dos siguientes leyes de la Naturaleza, que
siempre ha comprobado la observación:
Primera ley: En todo animal que no ha traspasado el término de sus desarrollos, el uso frecuente y
sostenido de un órgano cualquiera lo fortifica poco a poco, dándole una potencia proporcional a la
duración de este uso, mientras que el desuso constante de tal órgano lo debilita y hasta le hace
desaparecer.
Segunda ley: Todo lo que la Naturaleza hizo adquirir o perder a los individuos por la influencia de las
circunstancias en que su raza se ha encontrado colocada durante largo tiempo, y consecuentemente por
la influencia del empleo predominante de tal órgano, o por la de su desuso, la Naturaleza lo conserva
por la generación en los nuevos individuos, con tal de que los cambios adquiridos sean comunes a los
dos sexos, o a los que han producido estos nuevos individuos.
Lamarck, Filosofía zoológica, pp. 175-176.
Lamarck, sin cuestionar la existencia de Dios, delimitó las creencias religiosas personales,
separándolas de lo que él consideró sería espacio reservado a la ciencia, afirmando poder
probar que “la Naturaleza posee los medios y las facultades que le son necesarios para
producir por sí misma lo que admiramos en ella”.19
La naturaleza, al no ser una mente, ni siquiera un ser, sino un orden de cosas que constituyen un poder
en todas partes sujeto a las leyes. La naturaleza, digo, por tanto, no es el mismo DIOS. Es el sublime
producto de su voluntad omnipotente, y para nosotros, es entre los objetos creados el mayor y más
admirable.
Así, la voluntad de DIOS se expresa en todas partes por la ejecución de las leyes de la naturaleza, ya
que estas leyes vienen de él.
Histoire naturelle des animaux sans vertèbres, pp. 325
Un problema para la correcta interpretación del lamarckismo consistiría en que los términos
utilizados por Lamarck pudieran tener un significado diferente en su época al que podríamos
asignarle en la actualidad. Así pasa con el término «filosofía», así podría pasar con otros
muchos términos usados por él y éste podría ser el caso de término «perfección»,
profusamente utilizado por Lamarck. Habla de «animales menos perfectos», de
«perfeccionamiento de órganos y especies»,... que en la naturaleza podemos observar «la
organización animal más simple hasta la del ser humano, que es la más compleja y la más
perfecta».
Desde la formulación de la teoría de la evolución por Lamarck, el término «perfección» ha sido
el principal caballo de batalla de las posiciones creacionistas, argumentando que la perfección
de la naturaleza únicamente podría se obra de un ser superior.20 Hoy se admite que la
evolución no es un proceso que tenga como fin la perfección, también se admite que el
término «perfección» es inadecuado para describir a organismos o tratar temas evolutivos. No
se considera a la especie humana la más «perfecta». Probablemente el término «complejo»
sea el más adecuado para referirnos a las diferencias entre organismos, podríamos hablar de
organismos simples, o menos complejos, y organismos complejos.21
«Si bien es cierto que todos los cuerpos vivos constituyen productos de la naturaleza, no puede negarse
que ésta los ha producido de manera sucesiva y no todos a la vez en un tiempo sin duración; pero si la
naturaleza los ha formado sucesivamente, cabe pensar que ha comenzado por los más simples,
dejando para el final las organizaciones más complejas.» En consecuencia, menos perfeccionado
significa también menos complejo y anterior. He aquí la relación que permite la transformación de la
serie de organizaciones en el espacio en una serie isomorfa de transformaciones en el tiempo. Recorrer
la cadena continua de los seres, del más simple al más complejo, equivale exactamente a seguir la
marcha de la naturaleza a través del tiempo, a reconstruir la sucesión de transformaciones que ha
originado las distintas formas de vida. En la escala de los seres, las formas más rudimentarias pasan
entonces a ocupar un lugar privilegiado, pues en ellas dio comienzo la organización. En consecuencia,
es en los organismos más simples, en los «animales sin vértebras», donde pueden discernirse con
mayor claridad las variaciones y analizarse más fácilmente las exigencias de la organización.
Jacob citando a Lamarck, Lógica de lo viviente, Cap. 3-El tiempo.
Lamarck, para recorrer la evolución de la vida efectúa un estudio inverso al que hoy es
costumbre.24 Hoy se estudia la Evolución desde su origen hasta nuestros días. En tiempos de
Llamarck, en los que no se reconocía la evolución de la vida, habría sido imposible realizar el
estudio desde su origen (origen que no se reconocía como tal). Lamarck parte del actual
estado de las especies y organismos, y desde ese estado postula que según vayamos
descendiendo hasta el origen de estas especies y organismos se observará una degradación
en sus órganos y sus facultades hasta su desaparición, momento que supondría el origen de
estos órganos y facultades:
En seguida observamos que, salvo las anomalías, cuya causa determinaremos, reina, de un extremo a
otro de esta cadena, una degradación sorprendente en la organización de los animales que la
componen y una disminución proporcionada en el número de las facultades de estos animales. De
suerte que si en una de las extremidades de la cadena de que se trata, se encuentran los más perfectos
de los seres, se ve necesariamente en la otra extremidad los más simples y los más imperfectos.
Por último, uno se convence por este examen de que todos los órganos especiales se simplifican
progresivamente de clase en clase, se alteran, se empobrecen y se atenúan poco a poco, hasta que
pierden su concentración local, si ellos resultan de primera importancia, y que acaban por aniquilarse
completa y definitivamente antes de haber alcanzado la extremidad opuesta de la cadena. […]
La progresión en la composición de la organización sufre aquí y allá, en la serie general de los seres,
anomalías operadas por la influencia de las circunstancias de habitación [hábitat] y por la de sus hábitos
adquiridos.
Filosofía zoológica, pp. 106-107.
«Es porque Lamarck sigue viendo una serie lineal en el mundo vivo por lo que puede ver en él
el resultado de una serie cronológica de eventos. Es porque la naturaleza no da saltos por lo
que las relaciones de vecindad pueden conectarse con las de descendencia. “La naturaleza
sigue un orden fácil de reconocer, porque es exactamente el inverso del que observamos al
recorrer los seres desde el más perfecto hasta el más simple”».26 Lamarck tuvo que
enfrentarse, no solo al fijismo religioso, sino también al fijismo científico. Cuvier, desde su
posición de autoridad como gran anatomista, formuló que la vida estaba constituida por
grandes grupos perfectamente diferenciados, sin posibilidad de que desde un grupo se
pudiese llegar a otro.27 Lamarck consideró fundamental "conectar" todas las especies entre sí.
Debía convencer a sus contemporáneos de la evolución de la vida auxiliado únicamente de la
observación de las especies entonces conocidas y muy escasos datos paleontológicos.
Desconociéndose todo sobre la herencia biológica y en ausencia de argumentos empíricos,
tuvo que articular reglas que refutaran el figismo de Cuvier. Debía «conectar» todas las
especies sin excepción, o justificar su falta de conexión. La constatación de una especie que
no pudiera conectarse con el resto cuestionaría el hecho de la evolución. De ahí su obsesión
en demostrar la gradación continua entre todas las especies y, esa gradación, trasladarla a su
evolución en el tiempo.
No obstante, sobre todo en el reino animal, muchas de estas divisiones parecen realmente formadas por
la propia Naturaleza, y es indudable que durante largo tiempo costará mucho trabajo el creer que los
mamíferos, que las aves, no resulten clases bien aisladas constituidas por la Naturaleza. Pues esto no
es más que una ilusión y a la vez un resultado de los límites de nuestros conocimientos acerca de los
animales que existen o han existido, porque a medida que avanzan nuestros conocimientos de
observación, más pruebas adquirimos de que los límites de las clases, hasta las de aquellas que
parecen más aisladas, resultan borrados por nuevos descubrimientos. Ya los ornitorincos y los equídeos
parecen indicar la existencia de animales intermedios entre las aves y los mamíferos.
Filosofía zoológica, p. 32.
Desde el Lamarckismo, una creciente complejidad de la vida podría entenderse como una
consecuencia mecánica de la adaptación de los organismos a las «circunstancias», no como
algún tipo de finalismo.31 El símil del desarrollo de sistemas y programas informáticos puede
servir para explicar cómo una tendencia a la complejidad puede ser meramente mecánica.
Existe una tendencia de estos sistemas y programas a «crecer»; parece inevitable que las
versiones que remplazan a otras anteriores se compongan de un código más extenso. Sin
embargo, no existe en estos sistemas la finalidad de crecer. En cierto modo, los programas se
adaptan constantemente a las nuevas «circunstancias» y su crecimiento en complejidad no es
un fin, ni siquiera es deseable, pero parece inevitable. Hæckel entendió así el pensamiento de
Lamarck:
Todos los fenómenos vitales [en su teoría] son debidos a causas mecánicas, ya físicas, ya químicas,
que tienen su razón de ser en la constitución de la materia orgánica. […] La obra de Lamarck es
verdaderamente, plenamente y estrictamente monística, es decir, mecánica.
Ernesto Hæckel, Prólogo de Filosofía zoológica.
Aunque autores han querido ver en el pensamiento de Lamarck una especie de vitalismo que
sería el que propiciaría ese aumento de la complejidad: «Esa fuerza innata postulada por él no
ha sido validada por la ciencia experimental y no constituye una contribución científica
empírica».32
La herencia de los caracteres adquiridos[editar]
Superficialmente, las generaciones sucesivas de los cuerpos de insectos-palo parecen constituir un
linaje de réplicas. Pero si se modifica experimentalmente a un miembro de dicho linaje (por ejemplo,
quitándole una pata), el cambio no pasa a la siguiente generación.
Dawkins, El gen egoísta.
Lamarck formuló, como mecanismo por el que las especies se adaptaban a las circunstancias,
la transferencia de las modificaciones experimentadas por los organismos en vida al conjunto
de la especie mediante un proceso lento y sostenido. Sostuvo que si una «raza» (esto es, un
grupo de organismos) estaba sometida a las mismas condiciones ambientales y estas
condiciones se prolongaran durante mucho tiempo, se transformarían adaptándose a ese
ambiente. Como mecanismo, propuso que las trasformaciones que los organismos
experimentamos en vida sometidos a los diferentes ambientes, con el tiempo se fijarían en su
descendencia, lo que hoy conocemos como transferencia horizontal. Advirtió que ese proceso
es un proceso tan lento que desde nuestra capacidad de observación pasaría inadvertido.
Según las dos leyes que formuló, los cambios se producen no en el individuo sino en la
población (no en uno o varios individuos, sino en el conjunto de individuos del grupo) y no son
cambios inmediatos sino que se fijarían a lo largo de un prolongado proceso.39
Las variaciones en las circunstancias para los seres vivientes, y sobre todo para los animales, producen
cambios en sus necesidades, en sus hábitos y en el modo de existir, y si estos cambios dan lugar a
modificaciones o desarrollos en los órganos o en la forma de sus partes, se debe inducir que
insensiblemente todo cuerpo viviente cualquiera debe variar en sus formas o sus caracteres exteriores,
aunque semejantes variaciones no llegasen a ser sensibles más que después de un tiempo
considerable. […] En cada lugar donde los seres pueden habitar, las circunstancias que establecen en él
un orden de cosas permanecen largo tiempo siendo las mismas y no cambian en realidad más que con
una lentitud tan grande, que el hombre no puede advertirlas directamente. Está obligado a consultar los
monumentos para reconocer que en cada uno de aquellos lugares el orden de cosas establecido no ha
sido siempre el mismo. Las razas de animales que viven en cada uno de ellos deben conservar en él
largo tiempo sus hábitos. De aquí para nosotros la aparente constancia de las razas que llamamos
especies, constancia que hizo nacer en nuestro pensamiento la idea de que las razas son tan antiguas
como la Naturaleza.
Lamarck, Filosofía zoológica, pp. 69, 174.
Lamarck, para explicar esa consolidación de las modificaciones que experimentaban los
organismos, habló de una especie de “fluido” presente en ellos. No existiendo en aquellos
momentos ningún tipo de conocimiento sobre los mecanismos de la herencia, sobre genética;
esta parte de la teoría carece de interés; y podría decirse que quedó inexplicado como podría
transferirse a la herencia tales caracteres adquiridos.
El problema para aceptar la herencia de los caracteres adquiridos sigue siendo el mismo,
ofreciendo aún más dificultades desde la genética de Mendel y desde el actual paradigma
genético, donde un carácter sería la expresión de un gen o un conjunto de genes. Esa
transferencia difusa que operaría durante largo tiempo, no se contempla. La herencia de los
caracteres de Lamarck supondría para las especies la respuesta que con el tiempo se daría
en la Amazonía como consecuencia de la combustión de miles y miles de automóviles
funcionando en Europa, simultáneamente y de forma sostenida en el tiempo. Estos
automóviles, por sí solos no modificarían sustancialmente las condiciones en la Amazonía,
pero el efecto conjunto y sostenido sí se haría sentir en ella. Desde nuestro actual paradigma
genético esto es imposible, no se contempla esta acción difusa. Habría que recurrir a
explicaciones holísticas como la esbozada por Casilda Rodrigáñez basándose en
la Simbiogénesis postulada por Lynn Margulis y que existiese la posibilidad de que en esas
interacciones participaran los mecanismos de la herencia, posibilidad no aceptada en la
actualidad desde el estamento académico:
El proceso evolutivo que dio lugar a los organismos vivos complejos se ha llamado simbiogénesis.40 Una
simbiosis quiere decir que dos formas de vida autónomas, con su capacidad de autorregulación y su
ecosistema propio, se unen promoviendo una autorregulación conjunta y un ecosistema común en el
que ambas quedan englobadas, manteniendo cada cual su propio funcionamiento autorregulador. Esto
explica que una célula no deja de ser una célula porque forme parte de un tejido. Es decir, la
simbiogénesis explica que en un organismo hipercomplejo cada sistema que lo forma tiene una
capacidad de autorregulación propia, y por eso se dice que es un ‘sistema cerrado’ en su organización,
y al mismo tiempo “abierto” en su relación ‘informacional’ con los otros sistemas. Tan importante es que
se mantenga el cierre organizativo de un sistema (su autorregulación), como su apertura informacional y
relación con los demás (autorregulación común). Los sistemas orgánicos están continuamente
enviándose señales entre sí y en todos los sentidos y direcciones, y cada vez se encuentran más
enzimas, fijadores, moduladores, etc. que forman parte de los procesos, así como los ‘receptores’ de las
señales…
Casilda Rodrigáñez, Sobre la función orgánica y social de la sexualidad.
La jirafa es prisionera de su historia evolutiva. Su morfología, según Lamarck, sería testimonio de esa
historia. Descendiente de un gran antílope, hereda la conformación de sus extremidades,
comprometiendo su evolución en altura. Sin un potente y especializado sistema de bombeo del riego
sanguíneo no habría podido alcanzar sus actuales desarrollos.46
El lamarckismo ofrece una única explicación para todos estos fenómenos: desde el cuello de
la jirafa, pasando por los cambios en su sistema vascular, la fortaleza de su corazón, su propia
estructura,... cambios sin los que sería imposible adquirir un largo cuello, o el rabo, su forma y
su tamaño, o aquella parte de su comportamiento que estuviera fijada genéticamente,... todo
sería producto de la adaptación paulatina de los organismos a los diferentes ambientes. En
nuestro caso, las líneas de expresión, las líneas de la palma de las manos,47 en general todo
en nosotros, según la teoría de Lamarck, sería testimonio del "uso" que le hemos dado a
nuestro cuerpo a lo largo de nuestra historia evolutiva.
Gradualismo y lamarckismo[editar]
Darwin llegó a decir que la validez de su teoría sobre la selección natural dependía de que los
cambios fuesen graduales.48 Este hecho se entiende puesto que para el darwinismo estos
cambios son aleatorios. Desde el darwinismo, la variabilidad sobre la que actuaría la selección
natural debe generarse por pequeños cambios, únicos verosímiles si son considerados
cambios aleatorios.
«Goldschmidt (1878-1958) publicó en 1940 un libro, titulado The Material Basis of Evolution,
en el que ponía de relieve que las numerosas variaciones pequeñas de Darwin planteaban
inmensas dificultades. En primer lugar, existe una tendencia a volver a una población
promedio, aunque hayan aparecido mutaciones. En segundo lugar, en todos los experimentos
de selección, nos encontramos con la gran dificultad de corregir cambios más allá de ciertos
límites definidos: los intentos de ir más allá llevan casi invariablemente a la esterilidad y la
extinción».49 No obstante esas dificultades, las dificultades planteadas por los «monstruos
esperanzados» postulados por Goldschmidt50 son aún mayores: la posibilidad de que
reordenaciones o cambios complejos y aleatorios en el ya complejo ADN sean cambios
viables para los organismos, es despreciable. Tales cambios podrían explicar un
acontecimiento único e insólito, pero no un proceso guiado por acontecimientos de este tipo;
motivo por el que tal teoría fue desechada, incluso ridiculizada.
Así, el gradualismo para el darwinismo es un requisito indispensable y la apreciación de
Darwin puede considerarse vigente. La resistencia desde el neodarwinismo a aceptar
el equilibrio puntuado sería la constatación de su vigencia.
Lamarck, para describir el modo en el que se habían formado las especies, postuló «que con
la ayuda de un tiempo suficiente, de las circunstancias que han sido necesariamente
favorables, de los cambios que todos los puntos del globo han sufrido en su estado; en una
palabra, del poder que tienen las nuevas situaciones y lo nuevos hábitos para modificar los
órganos de los cuerpos dotados de vida, todos los que existen en la actualidad fueron
insensiblemente formados tal como los vemos». Y también, que el que «sigan un orden
semejante de cosas, los cuerpos vivientes, experimentando cambios más ó menos grandes en
el estado de su organización y de sus partes» demostraría que «lo que se llama especie entre
ellos ha sido sucesiva e insensiblemente así formada, no teniendo, por lo tanto, más que una
constancia relativa en su estado, y no puede ser tan antigua como la Naturaleza».51 De modo
que para Lamarck el gradualismo es una observación de cómo habría trascurrido la evolución
de la vida y su constatación serviría para refutar el fijismo de las especies.52
Para Lamarck, el gradualismo es un hecho constatado en la Naturaleza, desde nuestra visión
antropocéntrica la evolución pasaría inadvertida, produciéndose los cambios cuando los
organismos se ven sometidos a nuevas circunstancias, siendo esas circunstancias las que
determinarían el ritmo y la característica de estos cambios.
Entre las consideraciones que interesan a la filosofía zoológica, una de las más importantes es aquella
que concierne a la degradación y a la simplificación que se observa en la organización de los animales,
recorriendo de un extremo a otro la cadena de los seres, desde los más perfectos hasta los que resultan
más simplemente organizados. Pues se trata de saber si este hecho puede ser realmente comprobado.
En tal caso nos aclarará mucho respecto del plan que ha seguido la Naturaleza, poniéndonos sobre el
camino de descubrir muchas de sus leyes que importa conocer.
Filosofía zoológica, p 105.
La degradación de que hablo no es siempre matizada ni regular en su progresión. Con frecuencia tal
órgano falta o cambia súbitamente, y en sus cambios adquiere algunas veces formas singulares que no
se ligan con ninguna otra por grados perceptibles. […] Si la causa que tiende sin cesar a componer la
organización fuese la única que tuviera influencia sobre la forma y los órganos de los animales, la
composición creciente de la organización estaría en progresión muy regular por todas partes. Pero no
hay nada de esto; la Naturaleza se encuentra obligada a someter sus operaciones a las influencias de
las circunstancias que obran sobre ellas, y en todas partes estas circunstancias hacen variar los
productos. He aquí la causa particular que ocasiona acá y allá, en el curso de la degradación que vamos
a comprobar, las desviaciones muchas veces insólitas que nos ofrecen en su progresión.
Filosofía zoologica, p 106.
No obstante, se objeta todavía que todo lo que se ve anuncia, relativamente al estado de los cuerpos
vivientes, una constancia inalterable en la conservación de su forma, y se piensa que todos los animales
cuyo recuerdo nos ha transmitido la historia resaltan siempre los mismos y no han peerdido ni adquirido
nada en el perfeccionamiento de sus órganos y en la forma de sus partes. […]
«No se puede por menos —dicen los autores— de contener los vuelos de la imaginación, cuando
todavía se ve conservado con sus menores huesos, sus menores pelos y sus menores detalles tal
animal que antes tenía en Tobas ó en Menfis sacerdotes y altares. Pero sin extraviarnos en todas las
ideas que hacen nacer semejantes aproximaciones, limiténse a exponer que estos animales son
perfectamente semejantes á los actuales» (Anales del Museo de Historia Natural.) […]
Nada existe, por tanto, en la observación que acaba de ser citada que resulte contrario a las
consideraciones que llevo expuestas sobre este asunto, ni que pruebe que los animales de que se trata
hayan existido en todo tiempo en la Naturaleza, pues demuestra solamente que vivían en Egipto hace
dos ó tres mil años. Y todo hombre que posee el hábito de reflexionar y de observar al propio tiempo los
documentos de la enorme antigüedad que muestra la Naturaleza, aprecia en su verdadero valor la
insignificante cifra de tres mil años con relación a las épocas geológicas.
Lamarck, Filosofía zoológica.
Referencias[editar]
1. ↑ Entrevista con Lynn Margulis, Muchas de las cosas que nadie sabe de Darwin han pasado en
Chile, SINC, 27/11/2009
2. ↑
La primera teoría integral de la evolución fue presentada a comienzos del siglo XIX por Jean-
Baptiste de Monet de Lamarck, quien, en buena medida, era un producto de la Ilustración,
tanto por su determinación de ofrecer una explicación naturalista de la evolución como por su
enfoque sistémico. Dominó acabadamente la física, la química y la geología antes de
embarcarse en la búsqueda de evidencia de que la evolución biológica había ocurrido
realmente. También sugirió un mecanismo de la evolución, por el cual podían surgir nuevas
especies a través de cambios en la relación entre el organismo y su ambiente durante la
búsqueda del primero por satisfacer sus necesidades básicas, y la producción en
consecuencia de nuevas modificaciones en sus características, las que se vuelven
hereditarias luego de muchas generaciones.
3. ↑
Mención aparte merece el naturalista francés Jean Baptiste Antoine Pierre de Monet, conde
de Lamarck (1744-1829). Aunque denostado por el darwinismo por su teoría de los rasgos
adquiridos, fue uno de los mayores defensores y divulgadores de las ideas evolucionistas
antes de Darwin. Fue de los primeros que explicó la variedad y cambios morfológicos en los
organismos: la función crea el órgano, a través del tiempo y las condiciones oportunas. Acuñó
el término Biología y estableció la diferencia básica entre vertebrados e invertebrados.
9. ↑
Desgraciadamente, el contexto social que rodeaba a Lamarck no era el adecuado para que
su teoría tuviera una gran acogida. A principios del siglo XIX las Ciencias Naturales estaban
lideradas en Francia por Georges Cuvier, quien había elaborado, sobre un enorme volumen
de concienzudos datos, su teoría de los cataclismos y sucesivas creaciones para explicar los
cambios observados en las faunas fósiles. Lamarek, anciano y solo, fue vapuleado
científicamente por un joven y brillante Cuvier, catedrático de Historia Natural, de Anatomía
Comparada y secretario de la Academia de Ciencias de París.
10. ↑
La idea de que los seres vivos actuales son el resultado de un proceso evolutivo de
transformación en el tiempo, en oposición al concepto de inmutabilidad o fijismo de las
especies, no es totalmente intuitiva y ha tenido que ser descubierta.
11. ↑
Las opiniones expresadas por Lamarck, en 1809, en estas teorías, son asombrosamente
atrevidas; son, además, amplias, grandiosas, y fueron formuladas en una época en que ni
siquiera se podía entrever la posibilidad lejana de fundarlas sobre hechos evidentes, como
podemos hacer hoy. Ya lo veis; la obra de Lamarck es verdaderamente, plenamente y
estrictamente monística, es decir, mecánica; así la unidad de las causas eficientes en la
naturaleza orgánica y anorgánica, la base fundamental de estas causas atribuida á las
propiedades físicas y químicas de la materia; la ausencia de una fuerza vital especial ó de
una causa final orgánica; la procedencia de todos los organismos de un corto número de
formas antepasadas, salidas por generación espontánea de la materia; la perpetuidad no
interrumpida de la evolución geológica; la ausencia de revoluciones y especialmente la
inadmisibilidad de todo milagro; en una palabra, todas las proposiciones más importantes de
la biología monística están ya formuladas en la FILOSOFÍA ZOOLÓGICA. Ernesto
Hæckel. Filosofía zoológica, (prólogo).
12. ↑
Si no se obstinasen en no ver en los objetos observados más que su forma, su dimensión,
sus partes externas, su color, etc., y si los que se entregan a semejante tarea no desdeñasen
elevarse a consideraciones superiores, como indagar cuál es la naturaleza de los objetos de
que se ocupan, cuáles son las causas de las modificaciones o de las variaciones a las cuales
estos objetos están sujetos, cuáles son las analogías entre sí y con los otros que se conocen,
etc., etc. […] Porque aquellos que no se han consagrado más que al estudio de las especies
no perciben sino muy confusamente las conexiones generales entre los objetos, ni perciben
de ningún modo el verdadero plan de la Naturaleza ni ninguna de sus leyes.
Filosofía zoológica, Introducción, p. XXII
13. ↑ Dobzhansky, Genética y el origen de las especies, 1937, (3ª edición, 1951).
14. ↑ Filosofía zoológica, p. 175.
15. ↑ "Con relación a los cuerpos vivientes, la Naturaleza ha procedido por tanteos y
sucesivamente". Filosofía zoológica, introducción, p. XVIII
16. ↑ Lamarck, Filosofía Zoológica.
17. ↑ Jacob, Lógica de lo viviente.
18. ↑ Filosofía zoológica, pp. 83-84.
19. ↑ Filosofía zoológica, p. 61.
20. ↑ Las posiciones de Chambers no pueden considerare creacionistas, pero aunque admitía la
evolución de la vida propuesta por Lamarck, achacaba esa evolución a la intervención de un
ser superior.
A principios de este siglo, M. Lamarck, un naturalista del más alto carácter, sugirió la hipótesis
de progresos orgánicos que merecidamente recibió burlas, a pesar de que contenía un atisbo
de la verdad. Él conjeturó, y se esforzó, con una gran cantidad de ingenio, para demostrar
que uno ha avanzado en el curso de las generaciones, de otro; en consecuencia, sólo su
experiencia y el ejercicio de sus facultades en una dirección particular, por la que se llevó a
cabo los nuevos desarrollos de los órganos, proponiendo que estas variaciones son
suficientes para constituir una nueva especie.
Así, pensaba que un pájaro sería impulsado por la necesidad de buscar su alimento en el
agua, y que, en sus esfuerzos para nadar, habría desplegando sus garras y daría lugar a la
expansión de la sustancia intermedia de membranas, y se convertirá así en palmípedas. Es
posible que la voluntad y el ejercicio de las facultades han entrado de alguna manera en la
producción de los fenómenos que hemos estado considerando, pero sin duda no en la
manera propuesta por Lamarck, cuya noción es obviamente insuficiente para dar cuenta de la
aparición de los reinos orgánicos, que solo se puede colocar con piedad entre las locuras de
los sabios.
Si se hubieran conocido las leyes del desarrollo orgánico en su tiempo, su teoría podría haber
sido de naturaleza más importante. Hipótesis actualmente establecida. Aprovechando los
medios naturales existentes, es posible producir todos los organismos existentes con la ayuda
simple y fácil de una ley superior, que quizás todavía esté operando en una escala limitada.
También va más allá del filósofo francés en un punto muy importante, la concepción divina
original de todas las formas de la vida, que esta ley natural era único instrumento en su
elaboración y realización. La realidad de tal concepción está demostrada con los
descubrimientos de Macleay, Vigors, y Swainson, con respecto a las afinidades y las
analogías de los animales (y por implicación, de los vegetales) y los organismos. Esta
regularidad en la estructura, como podemos llamarla, de la clasificación de los animales,
como se muestra en los sistemas, es totalmente incompatible con la idea de que sea
meramente consecuencia de las necesidades y deseo de los propios animales. Si tal hubiese
sido el caso, todo habría sido irregular, como las cosas arbitrarias necesariamente lo son.
Pero, he aquí, todo el plan de la vida es como simétrico como el plano de una casa, o el
trazado de un antiguo jardín. Esto debe necesariamente haber sido diseñado y preparado de
antemano. Y lo que observamos es una previsión antes de la concepción. Observemos solo
por un momento cómo las diferentes condiciones físicas en que viven los animales de clima,
suelo, temperatura, tierra, agua, aire, las peculiaridades de los alimentos, y las diversas
formas en las que se que se pretende; las peculiares circunstancias en las que el negocio de
la reproducción y el cuidado de con el que los jóvenes tienen que ser atendidos, todas estas
deben de tenerse en cuenta, y miles de animales que se han formado adecuados en la
organización y carácter mental de las preocupaciones de que éstos tengan con sus distintas
condiciones y circunstancias –este es el caso de un diente preparado para aplastar frutos de
cáscara, una garra equipada para servir como un gancho para la suspensión;… […]- Todos
estos animales serían producto de un plan llevado a cabo. Cada uno como cada una de las
partes de esa gran variedad, en su conjunto rigurosamente regular, solo debe considerarse
estas cosas para decretar que las leyes que implican tal grado de la sabiduría solo puede
atribuir a la grandeza eterna. ¿Cómo una tímida reflexión filosófica puede hacernos retroceder
ante la investigación de las obras de Dios, hacernos infravalorar su grandeza y olvidar su
carácter paternal? ¿No les parece que nuestras ideas de la Divinidad sólo pueden ser dignas
de él avanzando en el conocimiento de sus obras y las formas, y que la adquisición de este
conocimiento es por consiguiente, un medio a disposición nuestro cada vez más en un
respeto genuino por él?
Robert Chambers, Vestiges of the Natural History of Creation (1844)
21. ↑
Lamarck proclamó a los cuatro vientos que era mecanicista estricto y que se proponía
explicarlo todo en términos de causas y fuerzas mecánicas; y sin embargo, el lector moderno
no puede evitar interpretar su teoría de que el cambio evolutivo lleva inevitablemente a la
perfección como una adhesión subconsciente al principio (no mecanicista) del
perfeccionamiento.
22. ↑ p. 25.
23. ↑
Sin embargo, los hechos siguen siendo tozudos. A pesar de que el argumento básico para
explicar la aparición de las especies hijas es el azar, las tendencias evolutivas hacia una
mayor complejidad, eficacia o diversidad, son evidentes en las secuencias de sucesión
24. ↑
Recorrer la cadena continua de los seres, del más simple al más complejo, equivale
exactamente a seguir la marcha de la naturaleza a través del tiempo, a reconstruir la sucesión
de transformaciones que ha originado las distintas formas de vida.
25. ↑
Desde que en nuestras distribuciones de las producciones de la Naturaleza hemos
experimentado la necesidad de tomar en cuenta las conexiones, no somos ya dueños de
disponer la serie general como nos plazca, y el conocimiento que adquirimos de día en día de
la marcha de la Naturaleza nos fuerza y nos arrastra a conformarnos con su orden. El primer
resultado obtenido por el empleo de las conexiones en la colocación de las masas para
formar una distribución general es que las dos extremidades del orden deben ofrecer los
seres más desemejantes, porque son los más alejados.
28. ↑
Esta interferencia, que se produce constantemente entre las facultades mismas de lo viviente
y las circunstancias exteriores, deriva de lo que Lamarck considera una de las propiedades
más indiscutibles de los seres: la adaptación a sus condiciones de vida, la concordancia entre
el organismo y su entorno.
29. ↑
Después asciende una escala de complejidad, motivada por «una fuerza que tiende
incesantemente a complicar la organización». Esta opera a través de la respuesta creativa de
los organismos a «necesidades sentidas».
30. ↑
El ojo posee una finalidad de hecho, su función consiste en ver, pero ignoramos si se ha sudo
construido o si se ha formado él mismo para ver. La distinción es clara, sin ambages.[…]
Comprobar que en el mundo viviente la presencia de una finalidad inmanente no conduce
obligatóriamente a reconocer la existencia de causas finales. […] Pero en el fondo, la
finalidad, por lo que se refiere al orden de la Naturaleza, es un problema secundario, porque
la existencia de un orden no impone ipso facto la de un fin.
31. ↑
Negándose en redondo a ver en el mundo vivo el resultado de una intención, la realización de
una meta por una potencia suprema, Lamarck atribuye a la vida animal una «causa primera y
predominante» que le otorga el poder de complicar y perfeccionar gradualmente la
organización.
38. ↑
De diez mil años acá el hombre empezó a producir su propio alimento, cultivando vegetales y
criando animales.[…] durante las 400 o 500 generaciones que se han sucedido en este
período, la población mundial ha aumentado mil veces o más.
39. ↑
Para que esta serie de transformaciones haya podido efectuarse, tiene que haberse
desarrollado a lo largo de períodos muy largos. Todo lo que se encuentra sobre la superficie
del globo cambia progresivamente de forma y estado. Todos los cuerpos de este planeta
sufren «mutaciones» más o menos rápidas de acuerdo con su naturaleza y según las fuerzas
ejercidas sobre ellos. La estabilidad que ve el hombre en la naturaleza es sólo aparente. La
razón de esto es que el ser humano tiende a referir todos los eventos a la duración de su
propia vida, de manera que unos cuantos miles de años le parecen un periodo inmenso,
cuando en realidad no permiten contemplar más que estados estacionarios, intervalos entre
los cambios que afectan al mundo vivo. Sin embargo, aunque las modificaciones que sufren
los seres nos resulten imperceptibles, aunque las formas que encontrarnos en el Egipto de
hoy no se diferencien en nada de las que vivían hace tres mil años, la lentitud del proceso de
transformación es compensada por su enorme duración. Para que pueda nacer toda la
diversidad del mundo vivo a partir de eventos tan lentos, es necesario y suficiente que se
acumule el tiempo. «En comparación con las duraciones que se nos antojan grandes en
nuestros cálculos ordinarios, sin duda fue necesario un tiempo enorme y una variación
considerable de las circunstancias que se han sucedido, para que la naturaleza haya podido
llevar la organización animal al grado de complicación y desarrollo que observamos.»
42. ↑
Las culebras americanas recién nacidas muestran marcadas diferencias específicas en sus
respuestas a diversos alimentos que están en línea con las preferencias de los adultos.
Incluso en el Seno de una misma especie, las poblaciones pueden diferir. Las poblaciones
de Thamnophis elegans que viven cerca del mar en California se especializan en comer
babosas, mientras que las de tierra adentro comen ranas y peces. Es posible probar las
preferencias alimentadas en las serpientes recién nacidas comprobando cuantos movimientos
de la lengua se producen ante extractos impregnados en algodón.
43. ↑
Efecto Baldwin / Waddington propuesto por primera vez por Spalding en 1873. Proceso
evolutivo en gran medida hipotético (también llamado asimilación genética) por el cual la
selección natural puede crear una ilusión de la herencia de características adquiridas.
Selección en favor de una tendencia genética a adquirir una característica en respuesta a
estímulos ambientales conduce a la evolución de la mayor sensibilidad a los propios
estímulos del medio ambiente, y la emancipación de la eventual necesidad de ellos.
44. ↑
El psicólogo James Mark Baldwin había propuesto que el aprendizaje podía guiar la evolución
precisamente del modo en que Hinton y Nowlan proponían, y crear así una ilusión de
evolución lamarckiana sin que realmente fuera una evolución de tipo lamarckiano. Con todo,
nadie había demostrado que esa idea, conocida como efecto Baldwin, en realidad funcionara.
Hinton y Nowlan demostraron por qué podía funcionar. La aptitud para aprender altera el
problema evolutivo al punto que, de buscar una aguja en un pajar, se pasa a buscar la misma
aguja con alguien que nos dice cuándo estamos más cerca de encontrarla.
45. ↑
Otro fenómeno que lleva toda una serie de nombres incluido el de «efecto Baldwin» y el de
«asimilación genética», parece ostentar un carácter más lamarckista, pero encaja igualmente
bien en una perspectiva darwinista. Por elegir la ilustración clásica: los avestruces tienen
callosidades en las patas donde suelen arrodillarse sobre un suelo duro; pero las callosidades
se desarrollan ya dentro del huevo, antes de que puedan ser usadas. ¿Acaso no requiere
esto un escenario lamarckista? Unos antepasados de patas lisas empezaron a arrodillarse y a
adquirir callosidades como adaptación no genética, del mismo modo que nosotros, según
nuestra profesión, desarrollamos callosidades de escritor, o plantares. Estas callosidades
fueron seguidamente heredadas como adaptaciones genéticas, formándose mucho tiempo
antes de ser utilizadas.
46. ↑ En este punto coinciden lamarckismo y darvinismo. Gould llamó a estas limitaciones que
impone la constitución de los organismos «constricciones históricas». Gould, 2004, Cap.: 10.
47. ↑ Darwin ya habló de las líneas de expresión que son producto de la expresión de nuestras
emociones. «dejó bien sentado» que se debían a tres principios: «Habitos útiles asociados […],
princípio de antítesis, […] acciones debidas al sistema nervioso con independencia de su
voluntad y en cierta medida independientes también del hábito». Charles Darwin, La expresión
de las emociones en los animales y en el hombre, Alianza Editorial, 1984, 1998, edición de
bolsillo Nº 1011.
48. ↑ La simbiogénesis es la fuente de innovación en la evolución, entrevista de Xavier Pujol
Gebellí a Lynn Margulis (junio de 2009)
49. ↑ Popper, 1972, p. 257.
50. ↑
La explicación ortodoxa consiste en decir que, si tomamos períodos muy grandes, entonces,
es posible acumular variaciones pequeñas y que, sobre todo, la separación geográfica suele
impedir el restablecimiento de una población media. Goldschmidt consideraba que estas
ideas eran insuficientes y, sin romper con la idea de la selección natural, abandonó la idea de
que todo cambio revolucionado hubiese de ser explicado en términos de un número ingente
de variaciones muy pequeñas. Supuso que, de vez en cuando, aparecen mutaciones grandes
que, aunque en su mayoría sean letales, por lo que se ven eliminadas, algunas veces
sobreviven. De este modo, explicaba tanto el carácter genuino de las diferencias como
también el carácter obvio de parentesco entre las diversas formas vivas. Consideraba esas
grandes mutaciones como «monstruos prometedores».
53. ↑
Esta regularidad en la estructura, como podemos llamarla, de la clasificación de los animales,
como se muestra en los sistemas, es totalmente incompatible con la idea de que sea
meramente consecuencia de las necesidades y deseo de los propios animales
54. ↑
¿Es pura retórica o de verdad puede creerse que las amebas, los hongos, las bacterias o las
plantas (por no hablar de las esponjas o de los corales), por medio de sus «elecciones» son
responsables de su evolución? ¿O la teoría de la «presión de mutación» se aplica sólo a los
animales «superiores», a los que tienen un sistema nervioso central bien desarrollado?; y si
sólo se refiere a éstos, ¿que «presión de mutación» ha producido ese sistema nervioso?
55. ↑
El requerimiento lamarckista de que los caracteres han de ser adquiridos con fines
adaptativos, porque el lamarckismo es una teoría de la variación dirigida. Yo no tengo noticia
de que ninguno de estos mecanismos bioquímicos lleve a la incorporación preferencial de
información genética favorable.[…] Pero, hasta el momento, no hemos hallado nada en el
funcionamiento del mendelismo o en la bioquímica del ADN que nos anime a creer que los
ambientes o las adaptaciones requeridas sean capaces de hacer mutar las células sexuales
en direcciones específicas. ¿Cómo podría un clima más frío «decirle» a los cromosomas de
un óvulo o un espermatozoide que produzcan mutaciones para una mayor longitud del pelo?
58. ↑
Todos los fenómenos vitales [en su teoría] son debidos a causas mecánicas, ya físicas, ya
químicas, que tienen su razón de ser en la constitución de la materia orgánica. […] La obra de
Lamarck es verdaderamente, plenamente y estrictamente monística, es decir, mecánica.
59. ↑
El dogma central parece ser una justificación directa de la teoría del germoplasma de
Weismann, que desde entonces se conoce como la «barrera de Weismann». Se supone que
esta barrera prohíbe estrictamente que las influencias ambientales, o cualquier experiencia
durante la vida del organismo, afecte en forma directa (es decir, predeciblemente) sus genes,
en especial en las células germinales, por lo que las «características adquiridas» no se
heredan.
60. ↑
Recientemente se han realizado descubrimientos en las bacterias que han provocado cierta
inquietud porque pueden «despertar los viejos fantasmas de la evolución lamarckiana»: las
mutaciones dirigidas y la herencia de caracteres adquiridos. Se ha podido comprobar cómo
determinadas bacterias, ante una fuente de alimento que no podían utilizar, sufrían
mutaciones (en este caso dos independientes que por sí solas no conferían ningún beneficio)
que hacían posible esta asimilación. La probabilidad de que se produjeran conjuntamente
(simultáneamente) de forma espontánea sería prácticamente nula. Es decir, con toda
probabilidad, es una respuesta a las condiciones del medio, es decir, una mutación
postadaptativa.
61. ↑
En definitiva, se trata de un modelo en el que los procesos más trascendentales tienen un
claro contenido lamarckiano, tanto en los aspectos concretos de la herencia de caracteres
adquiridos (mediante virus como vehículo) y de mutaciones como respuesta a estímulos
ambientales (sólo constatables experimentalmente en bacterias y, al parecer, también en
levaduras), como en la interpretación que el conjunto sugiere, de una tendencia en la
evolución hacia una mayor complejidad biológica, en la que el cerebro humano (cuyas
capacidades son inexplicables como resultado de la Selección Natural) sería, por el momento,
el punto culminante.
64. ↑
La teoría de Lamarck fue ampliamente malinterpretada como tan sólo la herencia de
caracteres adquiridos, o caricaturizada como cambios resultantes de la voluntad de
realización de los organismos. Medio siglo más tarde, sin embargo, Charles Darwin incluiría
algunas de las ideas de Lamarck en su propia teoría de la evolución por selección natural, sin
el correspondiente reconocimiento.
Mae-Wan Ho 1988.
65. ↑
Una idea bastante simplista que veremos planteada por “otro autor” mas adelante, sino a los
efectos, a largo plazo, de las circunstancias ambientales naturales que produzcan una
respuesta del organismo (y cortar la cola a cientos de ratones, la supuesta demostración de
Weissman de la falsedad del lamarckismo, no sólo no es una influencia ambiental, sino que
es una simpleza cruel e inútil).
Sandin, 2006, Cap. Una nueva biología para una nueva sociedad.
Pinker, 1995
68. ↑
¿Y qué decir de otra notoria herejía, el lamarckismo, es decir, la creencia en el carácter
hereditario de las características adquiridas. Aquí la situación es bastante más
interesante.[…] Veamos un ejemplo. La violinista desarrolla con asiduidad un magnífico
vibrato, gracias fundamentalmente a los ajustes conseguidos en los tendones y ligamentos de
su muñeca izquierda completamente diferentes de los que poseen su muñeca derecha, la de
la mano que coge el arco. La receta para hacer una muñeca en el ADN humano produce
ambas muñecas a partir de un solo conjunto de instrucciones que se aprovecha de la
reflexión especular (a ello se debe que las muñecas sean tan parecidas) así que no habría un
modo simple de cambiar la receta de la muñeca izquierda sin hacer el mismo cambio (no
deseado) en la muñeca derecha.
69. ↑
En este sentido, el lamarckismo siguió siendo una teoría popular hasta bien entrado nuestro
siglo. Darwin ganó la batalla en favor del hecho de la evolución, pero su teoría acerca del
mecanismo (la selección natural) no obtuvo una popularidad amplia hasta la fusión de las
tradiciones de la historia natural y la genética mendeliana en los años de la década de 1930.
Más aún, el propio Darwin jamás rechazó el lamarckismo, aunque lo consideraba subsidiario
a la selección natural como mecanismo evolutivo. Incluso ya en 1938, por ejemplo, el
paleontólogo de Harvard Percy Raymond, escribiendo (sospecho) sobre esta misma mesa
que estoy utilizando ahora, dijo acerca de sus colegas: «Probablemente la mayor parte de
ellos sean lamarckistas de alguna manera; al crítico poco caritativo le podría parecer que hay
muchos que son más lamarckistas que Lamarck». Hemos de reconocer la continuada
influencia del lamarckismo para comprender una buena parte de las teorías sociales.
Sombras de Lamarck de un pasado inmediato, ideas que se vuelven incomprensibles si las
encajamos a la fuerza dentro del marco darwinista que a menudo damos por supuesto que
tienen.
70. ↑
A veces, la distancia en los juicios aporta más claridad. El rechazo del darwinismo y el apoyo
al lamarckismo por parte de pensadores como el físico Arthur Kostler, el psicólogo Jean
Piaget, el escritor G. Bernard Shaw o el filósofo Henri Bergson, depende muy probablemente
más de una actitud filosófica o moral basada en los valores implicados en estas teorías
(competición frente a coexistencia) que de sus conocimientos en genética. Pero también
biólogos prestigiosos, como Waddington o M.F. Burnet, han sido partidarios, desde un punto
de vista estrictamente científico, de la idea lamarckiana de la evolución. En la actualidad
parece existir entre algunos biólogos una sensación creciente de que no sólo es posible
aceptar las ideas de una tendencia en la evolución hacia la complejidad y de que ésta es, al
menos en parte, una respuesta a los estímulos ambientales, sino de que la transmisión
genética de caracteres adquiridos es mucho más que probable.
71. ↑
Otro fenómeno que lleva toda una serie de nombres incluido el de «efecto Baldwin» y el de
«asimilación genética», parece ostentar un carácter más lamarckista, pero encaja igualmente
bien en una perspectiva darwinista. Por elegir la ilustración clásica: los avestruces tienen
callosidades en las patas donde suelen arrodillarse sobre un suelo duro; pero las callosidades
se desarrollan ya dentro del huevo, antes de que puedan ser usadas. ¿Acaso no requiere
esto un escenario lamarckista? Unos antepasados de patas lisas empezaron a arrodillarse y a
adquirir callosidades como adaptación no genética, del mismo modo que nosotros, según
nuestra profesión, desarrollamos callosidades de escritor, o plantares. Estas callosidades
fueron seguidamente heredadas como adaptaciones genéticas, formándose mucho tiempo
antes de ser utilizadas.
72. ↑
De modo similar podemos decir que el lamarekismo, especialmente la doctrina según la cual
los órganos evolucionan bajo la influencia de su uso y degeneran bajo el influjo de su desuso,
se ha visto explicado, en cierto sentido, en términos de selección natural gracias a J. M.
Baldwin (un filósofo de Princeton), a Waddigton, a Simpsom y a Frwin Schródinger. […] Han
mostrado de qué modo la evolución lamarckista, mediante la instrucción, puede ser simulada
por la evolución darwinista mediante selección natural. […] La dificultad real del darwinismo
es el problema, de sobra conocido, de explicar los desarrollos evolucionistas que
aparentemente están dirigidos a un fin, como nuestros ojos, recurriendo a un número de
pasos muy pequeños, pues, según el darwinismo, cada uno de estos pasos es el resultado de
una mutación puramente accidental. Es difícil explicar que todas esas mutaciones
accidentales e independientes hayan tenido un valor de supervivencia. Es, especialmente, el
caso de la conducta heredada de Lorena. El “efecto-Baldwin” —es decir, la teoría de un
desarrollo puramente darwinista que simula el lamarckismo— me parece un paso importante
hacia la explicación de tales desarrollos.
73. ↑ "El reverso de la moneda es que tampoco hay ninguna prueba genética fehaciente de la
imposibilidad de la herencia de los caracteres adquiridos. Adriá Casinos, prologo de Filosofía
zoológica.
74. ↑ "No es posible probar que las características adquiridas no se hereden Por la misma razón,
no podemos probar que no existen las hadas". Dawkins, El relojero ciego.
75. ↑
Las teorías lamarckistas perdieron aceptación cuando los genetistas demostraron que la
herencia de caracteres adquiridos («herencia blanda») era imposible, ya que las
características adquiridas por el fenotipo no se pueden transmitir a la siguiente generación. La
caída definitiva de la herencia blanda en el siglo XX la provocó la biología molecular, al
demostrar que la información contenida en las proteínas (fenotipo) no se puede transmitir a
los ácidos nucleicos (genotipo). El llamado dogma central de la biología molecular privó a los
lamarckistas de sus últimos restos de credibilidad. Existe una cierta posibilidad de que
algunos microorganismos (puede que incluso protistas) tengan la capacidad de mutar en
respuesta a condiciones externas, pero incluso si se confirmara, nunca podría ocurrir en
organismos complejos, donde el ADN del genotipo está muy separado del fenotipo.
Mayr, 1995.
76. ↑
¿Cómo se traspasó la creatividad microbiana a las formas de vida de mayor tamaño? Una
sugerencia principal para el nuevo siglo en biología es que el difamado eslogan del
lamarckismo, “la herencia de los caracteres adquiridos” no debe ser todavía abandonado: tan
sólo debe ser refinado cuidadosamente. Nadie, animal o planta, adquiere nuevos caracteres
heredables creciendo, comiendo, ejercitándose, apareándose y demás. Por el contrario, bajo
condiciones de estrés, distintos tipos de individuos se asocian físicamente. Más adelante,
algunos se incorporarán a los otros y algunos de éstos incluso llegarán a fusionar sus
sistemas genéticos. Hay muchos modos de fusión, incluyendo las infecciones víricas.
77. ↑
La microbióloga Lynn Margulis es una de los muchos que considera el concepto darwiniano
de la adaptación demasiado restringido para poder explicar todas las características de la
evolución.
Gianfranco Spavieri, Los Fragmentos del arco iris. El mito de la física, Universidad de Los
Andes – Consejo de Publicaciones, Mérida-Venezuela 2005, ISBN 980-11-0166-0 Vista parcial
en Libros Google
Bibliografía[editar]
Margulis, Lynn (2002). Planeta Simbiótico. Un nuevo punto de vista sobre la evolución.
Victoria Laporta Gonzalo (trad.). Madrid: Editorial Debate. Texto « URL
» ignorado (ayuda)
Margulis, Lynn; Dorion Sagan (2003). Captando Genomas. Una teoría sobre el origen de
las especies. Ernst Mayr (prólogo). David Sempau (trad.) (1ª edición). Barcelona: Editorial
Kairós. ISBN 84-7245-551-3. Texto « URL
» ignorado (ayuda)
Margulis, Lynn; Dorion Sagan (1995). Microcosmos: Cuatro mil millones de años de
evolución desde nuestros ancestros microbianos. Lewis Thomas, Ricard Guerrero (trad.)
(2ª ed. edición). Tusquets Editores. pp. 317 páginas. ISBN 9788472238428. Texto « URL
» ignorado (ayuda)
Enlaces externos[editar]
Emilio Cervantes, Cien años malinterpretando a Lamarck, 5/02/2008
El estudio de los seres vivos evoluciona, UAB 10/2007
Vuelve Lamarck
Tiempo y autoorganización en la filosofía zoológica de Lamarck
J.B.Lamarck (en francés)
Categorías:
Teorías evolucionistas
Historia de la biología
Teorías científicas obsoletas
Lamarckismo
1 de octubre de 2013 Publicado por Ramón Contreras
El lamarkismo es una corriente de pensamiento evolucionista que si bien en la
actualidad se considera mayoritariamente no acertada ayudó en gran medida a que la
evolución calara en las mentes de la sociedad. Actualmente se revisan ciertas formas
de lamarckismo derivadas de la epigenética, en la que el ambiente modula los
genes.
Según el lamarckismo las jirafas adquirieron un cuello largo debido a tanto estirarlo para
alimentarse.
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De tal palo tal astilla… ¿Lamarck tenía razón? - Tomates con genes
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