Marco Teorico
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EPIDEMIOLOGIA
La incidencia mundial del SN en pediatría es de 2 a 7 x 100.000 en la población
general, y la prevalencia en niños menores de 18 años de esas es de 15 x
100.000 habitantes con una prevalencia acumulativa de 15,6 por 100.000 niños.
Suele aparecer principalmente en niños de 2 a 8 años con una máxima de
incidencia de los 3 a los 5 años, los varones son afectados más frecuentes que
las niñas.
En Argentina, la incidencia es de 1,7 a 1,9 casos nuevos por cada 100 000
niños menores de 14 años.
CLASIFICACIÓN ETIOLÓGICA
El SN se divide en primario y secundario dependiendo del origen de la patología.
Dentro de los primarios, el idiopático es la glomerulopatía más frecuente en la
edad pediátrica. Su causa es desconocida, y la histología en un 90% de los casos
corresponde a la enfermedad por cambios mínimos. El del primer año de vida se
clasifica, a su vez, en el congénito (aparición en los primeros 3 meses) y el infantil
(entre los 3 y los 12 meses). En su mayoría, este es causado por anomalías
genéticas que provocan daño y pérdida de efectividad de la barrera filtradora del
glomérulo.
El SN secundario es aquel que se produce en un inicio por alteraciones debidas
a otras enfermedades, como la diabetes, que causa la nefropatía diabética,
amiloidosis, lupus; cánceres como mieloma y linfoma; causas genéticas como el
Síndrome de Alport, el de Pierson; o distintas medicaciones y drogas que
desencadenan patología glomerular como el litio, agentes antimicrobianos,
AINEs, etc.
CLASIFICACIÓN SEGÚN LA RESPUESTA A CORTICOIDES Y EL CURSO
EVOLUTIVO
Según la respuesta a corticoides, se clasifica en SN corticosensible, en el que
con el tratamiento consistente en el uso de corticoides se normaliza la albúmina
del plasma y se elimina la proteinuria, y en el SN corticorresistente, en el que
persiste tras 8 semanas de tratamiento. Así mismo, según su curso evolutivo se
clasifica en SN corticosensible con brote único (en 6 meses no más de 2 recaídas
tras la primera manifestación, o en un año menos de 3), SN de recaídas
frecuentes (>2 recaídas en 6 meses o >3 en un año), SN corticodependiente (≥
2 recaídas al rebajar dosis de prednisona a días alternos o recaída en las 2
semanas siguientes tras haberse suspendido) y SN corticorresistente tardío (tras
una recaída no hay remisión).
FISIOPATOLOGIA
Proteinuria
La proteinuria propia del SN es la sintomática, producida a nivel del glomérulo
por un fallo en la realización del filtrado. En un glomérulo sano la barrera de
filtración está formada por la membrana basal glomerular y el diafragma de
filtración. Cuando este último junto con los podocitos (células epiteliales
viscerales) presentes en la parte externa de la basal se ven afectados, bien por
factores inmunológicos o bien por genéticos, se produce lo que conocemos como
proteinuria.
En niños se considera normal una excreción de proteínas en orina 1 g/m2 /día o
>40 mg/ m2 /hora y siempre es indicativa de enfermedad renal. El test más
utilizado para buscar proteinuria es la tira reactiva que mide la concentración de
albúmina por un método colorimétrico. No detecta proteínas de bajo peso
molecular ni bajas concentraciones de albúmina.
Edemas
el diagnóstico clínico del SNP se basa en la presencia de edema generalizado
sin embargo la proteinuria masiva es una condición indispensable para el
diagnóstico. El edema se manifiesta clínicamente cuando hay un incremento en
el peso corporal de más del 10% y ocurre por alteración del equilibrio de Starling
en los capilares, dada la disminución de la presión oncótica intravascular cuando
la albumina sérica es menor a 2.5 mg/dl. Además de este mecanismo, la
activación del sistema renino-angiotensina-aldosterona secundaria a
hipovolemia aumenta la reabsorción de sodio y agua en el túbulo distal
empeorando el edema clínico. Es la razón predominante de consulta. Aparece
como edema palpebral en la mañana y se distribuye en las zonas de declive
como las piernas o el sacro a lo largo del día.
Hiperlipemia
Es característico un aumento del nivel de triglicéridos y del colesterol libre en
todas sus fracciones. Algunos estudios sugieren que este incremento se debe a
la actividad hepática que sintetiza albúmina y en consecuencia lipoproteínas en
exceso por el descenso de los niveles de albúmina sérica. Sin embargo, la
realidad es que la patogenia de este proceso es incierta y que estudios recientes
reniegan de esta información previa, poniendo en el cambio en las presiones
oncóticas la razón del desbalance
COMPLICACIONES
Pueden venir derivadas del propio proceso, por los cambios proteicos ocurridos
en el cuerpo, o del tratamiento farmacológico. Las más conocidas derivadas de
la enfermedad son las siguientes:
• Infecciones: Se deben a una depresión del sistema inmune por niveles bajos
de inmunoglobulina G a través de la eliminación urinaria, el tratamiento
inmunosupresor y esteroidal, además de otras causas físicas producidas
secundariamente. La infección más común es la neumocócica, por lo que se
recomienda la vacunación como prevención. Si existe tratamiento farmacológico
con citotóxicos o ciclosporinas, se recomienda que no se vacune hasta 2 o 3
semanas tras la finalización de esta terapia, ya que existe el riesgo de producir
una infección por varicela, aunque mientras que no se traten de inyecciones con
microrganismos vivos están indicadas.
• Tromboembolismo: La incapacidad de los glomérulos de filtrar la sangre
correctamente puede llevar a la pérdida de proteínas sanguíneas que ayudan a
prevenir la coagulación. Esto aumenta el riesgo de formación de un coágulo
sanguíneo (trombo) en las venas. Es por ello por lo que deberemos fijarnos en
signos de alarma como hematuria para una trombosis venosa renal o disnea en
caso de tromboembolismo pulmonar. También se han dado casos de trombos
cerebrales, e incluso arteriales, pero son casos más raros. El tratamiento
anticoagulante no siempre será necesario y deberá analizarse por un equipo
médico especializado.
• Problemas cardiovasculares: Directamente relacionados con los altos niveles
de colesterol y triglicéridos en sangre.
Otras complicaciones vienen determinadas por la pérdida de volumen, el
desbalance en las proteínas del cuerpo y variación de electrolitos que se produce
por las alteraciones en la eliminación urinaria, dando lugar a anemias,
disminución de niveles de vitamina D, edemas, e incluso fallo renal, empeorando
así el pronóstico y pudiendo llegar a necesitar diálisis.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
El objetivo de tratar este síndrome es la remisión de esta y de su sintomatología,
así como evitar la aparición de complicaciones y efectos secundarios derivados
de las drogas utilizadas. Pero el curso es muy variable en función del paciente y
será necesario realizar un seguimiento estricto por parte de todo el equipo
sanitario para asegurar un buen pronóstico. El tratamiento de elección en toda
primera manifestación de SN (exceptuando los casos congénitos o familiares)
serán los corticoides. Si se desarrollan resistencias, dependencias, u otro tipo de
peculiaridades están indicados los inmunosupresores, entre los que destacan la
ciclofosfamida, la ciclosporina y el tacrolimus (ambos anticalceneurínicos), y el
micofenolato.
La función de este tipo de medicación es principalmente antiinflamatoria e
inmunosupresora de los linfocitos T.
TRATAMIENTO SINTOMÁTICO
Edemas
• Dieta hiposódica.
• Líquidos medidos para lograr un balance negativo de agua.
• En pacientes con anasarca y con signos clínicos de hipovolemia, infundir
albumina 0,5-1g/ kg EV en 2 horas, asociada a furosemida 1mg/ kg/dosis en la
mitad y al final de la infusión.
• El uso de diuréticos requiriere internación para un cuidadoso control del
paciente ya que podrían producir contracción del volumen intravascular,
alteraciones del medio interno y fallo renal.
La primera indicación para el tratamiento del síndrome nefrótico es la dieta
hiposódica, que debe ser lo más estricta posible, ya que para estos pacientes
es lo más importante, debido a la retención de sodio.
Es necesario medir diariamente el balance de ingresos y egresos de líquidos.
Proteinuria
Se trata del marcador más importante de lesión renal, y por lo tanto su desarrollo
nos indicará el pronóstico de la enfermedad. Sin embargo, no existe un
tratamiento específico y su control se basa en el manejo de la patología que la
desencadena.
Hiperlipidemia
Se administrarán estatinas para reducir los niveles de colesterol y triglicéridos,
elevados durante la enfermedad.
Tratamiento complementario
• Calcio: 500-1000 mg/d.
• Vitamina D: 1000 UI/d.
• Protector gástrico.