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El Simulacro Baudrillard

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El simulacro: pone en duda todo lo

que creemos real


Posted on 31 enero 2014 por marlayala

El simulacro no es lo que oculta la


verdad. Es la verdad la que oculta
que no hay verdad. El simulacro es
verdadero.
– Jean Baudrillard–
La frase de Baudrillard en un
principio puede ser confusa, pero al
mismo tiempo despierta la
curiosidad del lector debido al
contenido y significado de la misma.
Si este filósofo francés tiene la razón
en sus palabras, entonces nos damos
cuenta que todo lo que
consideramos como verdadero
actualmente en realidad, no lo es.
Este pensamiento es inquietante
para cualquiera que entienda la
magnitud de las palabras que
contiene esta frase, puesto que en un
instante nos pondría a dudar acerca
de absolutamente todo en nuestra
vida y tal vez después de entender
las palabras del filósofo podamos
entender mejor el funcionamiento
de nuestro sistema social y el
dominio y manipulación que en él
existe.
En este escrito se pretende explicar por qué vivimos inmersos en una era de la simulación a partir
de la perspectiva de Baudrillard en su texto Cultura y Simulacro, primero explicando que es y que
no es un simulacro y después haciendo énfasis en los simulacros con los que nos encontramos día
con día en la nuestra vida cotidiana.
Seguramente lo primero que se viene a nuestra cabeza cuando escuchamos el
término “simular” es la palabra “fingir” o “disimular”, sin embargo según Baudrillard (1978)
“disimular es fingir no tener lo que se tiene, mientras que simular es fingir tener lo que no se
tiene.” Por ejemplo, pongamos el caso de una mujer de clase media de unos 58 años que fue
modelo cuando era joven, que tiene una obsesión con seguir siendo joven, bella y además tiene
una fijación por pertenecer a una clase social alta. Esta mujer puede “disimular” no tener 58 años
si se somete a cirugías estéticas, si hace ejercicio y se mantiene en forma y si siempre cubre con
maquillaje los signos de la edad en su piel; la mujer finge no tener lo que en realidad si tiene. Por
otro lado esta mujer acostumbra vestir con ropa de diseñador, vive en una casa en una de las
colonias más caras de la ciudad y tiene por lo menos tres coches en su garaje. En este caso tenemos
evidencias tangibles de que esta mujer es de una clase alta, pero al principio se nos dijo que no lo
era en realidad, entonces ¿cuál es la verdad acerca de esta mujer? En este caso esta simulando
tener algo que en realidad no posee, pero si podemos tocar los coches, ver la casa y la ropa de
diseñador, ¿qué es lo que no lo hace real?
El principal problema con el cuál nos encontramos para detectar y saber identificar los simulacros
o las simulaciones es que todo lo que creemos saber, lo que consideramos como verdadero es un
simulacro y por lo tanto ya ha aprendido a engañar nuestros sentidos y pensamientos. Lo anterior
sucede porque lo que creemos que es la realidad, es una hiperrealidad y no nos hemos dado cuenta
que como dice Baudrillard (1978) “ya no hay verdad” es decir, la realidad ya no existe porque ya
nos encontramos en un mundo y una cultura en la que nosotros mismos hemos definido lo que se
considera como real, resultando así en el hiperrealismo. Esta construcción de la hiperrealidad la
hemos logrado mediante el proceso de asignar estímulos y signos reales a un concepto, es decir
nosotros mismos hemos decidido que elementos debe contener un objeto para ser considerado
como verdadero. Un ejemplo de lo anterior lo podremos ver en unos días, ya que se celebrará
el Día del amor y la amistad y aquí podemos darnos cuenta de la construcción que hemos hecho
acerca del amor y de la amistad, que se basa principalmente en el hecho de que “quien más te
quiere, te dará el regalo más grande o más costoso”. En un principio puede darnos risa este
pensamiento, pero si analizamos bien las construcciones de los términos amor y amistad que se
han creado y que nosotros mismos reproducimos por diversos medios dentro de la sociedad,
podemos darnos cuenta de que los regalos, los detalles y todos aquellos objetos físicos y
perceptibles a nuestros sentidos son lo que definen el amor y la amistad. Esto lo podemos ver
desde un ejemplo muy claro, el anillo de compromiso. Dentro de nuestra sociedad y nuestra
cultura cuando una pareja decide comprometerse a una relación más seria que sería el
matrimonio, debe haber un anillo con un diamante de por medio, porque para nosotros en nuestra
realidad, si no hay anillo es porque no hay compromiso.

Y si se preguntan cómo es que hemos perdido entonces la noción de realidad y cómo es que
estamos sumergidos en simulacros sin habernos percatado de ello, es porque éstos tienen un
poderoso aliado, que son los medios de comunicación. Los medios de comunicación también han
influido en la hiperrealidad en la que ahora creemos, ya que muchas veces se hacen construcciones
de un concepto basados en los intereses políticos o de algunas industrias y es en este punto en el
que se manipula nuestra percepción. Un claro ejemplo de cómo los medios de comunicación
reafirman la hiperrealidad, son los estereotipos de belleza de la mujer que estos establecen, es
decir una mujer para ser bella debe tener los signos que los medios de comunicación le asignan,
como un cuerpo delgado, pero con glúteos y senos grandes, un cabello sedoso y brillante, una piel
perfecta, nariz pequeña y pómulos marcados. Pero ¿quién dijo que estas características son las
que construyen o las que equivalen a la belleza en una mujer? Fácil, este estereotipo de belleza lo
promueven las industrias que se benefician al hacer que todas las mujeres quieran encajar en este
prototipo. Desde la industria de las cirugía estética, la industria del maquillaje o cualquiera que
se encargue del cuidado personal de la mujer, todas estas promueven una imagen de belleza para
crear consumismo y de esta forma volverse industrias multimillonarias a base de vender un
concepto de belleza creado por las industrias y reproducido por los medios de comunicación.

El poder de los medios de comunicación va más allá de presentarnos conceptos de nuestra


hiperrealidad, sino que su verdadero poder reside en el establecimiento de los simulacros como
la verdad, como lo único real. Y como si no fuera poco ya ser manipulados y estar a la merced de
los deseos de quién controla los medios de comunicación, este grupo cada vez es más reducido
debido a la aparición de los grandes conglomerados mediáticos que cada vez cobran más y más
fuerza. Ocampo (2004) establece que estos conglomerados “determinan sus propias reglas y que
han descubierto que la explotación comercial de los mensajes es una de las industrias más
florecientes del tercer milenio” y es por lo tanto que conglomerados como The Walt Disney
Company siendo dueño de parques de diversiones, productoras, canales de televisión, estaciones
de radio, cadena de noticieros, entro otros reproducen los contenidos de la hiperrealidad en la
que nos encontramos, logrando que como dice el simulacro se convierta en lo verdadero porque
es en lo que creemos y en lo que nos basamos para actuar. Baudrillard (1978) dice que
“Disenylandia es un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros entremezclados” ya que
no solamente muestra el ideal del “american way of life” y los “valores americanos”, sino que ese
tipo de simulacros existen para hacer olvidar que lo que creemos que es la vida real, es ya un
simulacro. Debord (1967) habla de este tipo de espectáculos y lo explica como una representación
de la sociedad misma y como un instrumento de unificación ya que el espectáculo concentra las
miradas y las conciencias de los espectadores en un solo punto, es por esto que estos dos autores
expresan la idea de cómo una simulación presentada a los individuos como un espectáculo logra
primero captar la atención de los espectadores y después por medio del poder de los medios de
comunicación hace que las personas pierdan la noción de que actualmente vivimos un simulacro.

En conclusión, después de explicar el enfoque de Baudrillard acerca de que vivimos en un


simulacro y que la hiperrealidad ya es ahora nuestra realidad, podemos entender de manera más
clara el por qué de la frase con la que empezamos el escrito y como sin habernos dado cuenta
hemos estado viviendo un simulacro y hemos sido manipulados de muchas formas por los medios
de comunicación. Entonces por medio del análisis de los textos de los autores mencionados en el
desarrollo del tema, tal vez podamos ser más conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor y
en la sociedad. Y a pesar de darnos cuenta de muchas cosas, también nos despierta algunos
cuestionamientos como ¿en que podemos creer como verdadero? ¿existe algo que sea realmente
verdadero? ¿todo lo que creemos que es real en realidad es producto de la manipulación? Tal vez
nunca seamos capaces de explicar el mundo tan complejo en el que nos hemos sumergido y en el
cual estamos condenados a vivir, pero si aprendemos y estudiamos más las formas de
manipulación y la construcción de los simulacros, podemos llegar a librarnos de los discursos a
los cuales estamos sometidos.
Referencias
Alonso, A. (2013). Hiperrealidad y simulaciones en la comunicación política. Enero 29, 2014, de
Sociedad sin red. Sitio
web: http://blog.elcomercio.es/sociedadsinred/2013/03/01/hiperrealidad-y-simulaciones-en-
la-comunicacion-politica/
Baudrillard, J. (1978). Cultura y simulacro. Barcelona : Editorial Kairós.
Debord, G. (1967). La sociedad del espectáculo. París: Buchet-Chastel.
Dopazo, A.. (2005, octubre). Baudrillard Vs. Matrix: Las Ilusiones Simuladas. Konvergencias,
Filosofía y Culturas en Diálogo, Número 10 Año III, p. 55.
García L. (2009). Jean Baudrillard: cultura y simulacro. Enero 30, 2014, de Portal de series Sitio
web: http://luisgarciafanlo.blogspot.mx/2009/11/baudrillard-disimular-simular.html
Mayos, G. (2010). Baudrillard y la sociedad simulacro. enero, 30, 2014, de Barcelona Metrópolis
Sitio web: http://www.13t.org/decondicionamiento/forum/viewtopic.php?t=46
Ocampo C. (2004, junio 09). Conglomerados multimedia: la nueva tendencia empresarial de los
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Ruiz M.. (2011, abril). Reseña de “Cultura y Simulacro” de Jean Baudrillard. Razón y Palabre,
Núm 75., p. 75. 2014, enero 30, De Redalyc Base de datos.
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https://mediosfera.wordpress.com/2014/01/31/el-simulacro-pone-en-duda-todo-lo-que-
creemos-real/

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Baudrillard: teoría de la hiperrealidad
Gustavo Leyton

junio 25, 2018

Filosofía

Hiperrealidad y simulacro
El concepto de hiperrealidad de Jean Baudrillard está estrechamente relacionado con su idea
de simulacro. El mundo contemporáneo es un simulacro, donde la realidad ha sido
reemplazada por imágenes falsas, a tal punto que no se puede distinguir entre lo real y lo
irreal. La hiperrealidad difiere de otras realidades en que la división entre realidad e
imaginario desaparece. La representación es más importante que lo que se está
representando.

En la hiperrealidad, los simuladores buscan hacer que toda la realidad coincida con sus
modelos de simulación. El resultado es que lo real ya no es real. Los ejemplos de la vida
contemporánea incluyen la creación y el cambio de personalidad en las salas de chat y los
canales de noticias que nos bombardean con información. Baudrillard señala que la “realidad”
de la Guerra del Golfo (1990-91) se presentó al mundo en términos de representaciones de
los medios.

Para Baudrillard, este conflicto bélico está enmarcado dentro del contexto teórico de lo
hiperreal y sostiene que la guerra fue un evento mediático cuidadosamente escrito. El
sistema está obsesionado por una constante sensación de crisis. El sistema presenta -en
dosis homeopáticas- la crisis como espectáculo. Por lo tanto, no explota.
Cultura de masas y medios
La cultura de masas, según Baudrillard, es un conjunto de signos ritualizados de cultura, sin
contenido real. Las cosas se presentan de tal manera que la superficie borra y cubre cualquier
profundidad posible. El sistema resultante depende del mantenimiento duradero de un
régimen de control. La información devora sus propios contenidos, transformando lo real en
lo hiperreal. El sistema no produce nada más que vértigo y fascinación. Valores como
responsabilidad, justicia y violencia continúan circulando solo como simulaciones impuestas
por el Estado.

Los medios tienen un lugar especial en la implosión del significado. En particular, crea una
presión de información excesiva. Esto lleva a la desestructuración de lo social. Pero al mismo
tiempo, los medios alientan una sensación de seguridad. Incluso cuando presenta violencia
o desastre, el hecho de no “estar allí” mientras se observa, refuerza la seguridad. A través
de los medios, nunca alcanzamos el evento real, sino solo su suplente informativo, que está
abierto a una interminable interpretación.

En la era de lo hiperreal, la imagen/simulación domina. El simulacro impregna todos los


niveles de existencia. El significado ya no puede ser anclado en lugares específicos. Circula
a mayor velocidad, sin ningún referente o garantía. Para Baudrillard, el sistema ha llegado a
su culminación. La creciente densidad de simulaciones lo está destruyendo. La implosión
surge de la destrucción del significado y el efecto de la realidad debido a la precesión de los
simulacros.

La función principal de los cambios es actualizar y preservar el sistema. En última instancia,


el sistema solo busca preservarse a sí mismo. El fin último de la política, oculto por el discurso
democrático, es mantener el control de la población por todos los medios necesarios, incluido
el terror. En el régimen actual de simulación, las realidades sociales se generan a partir de
los signos y modelos que las preceden.

Baudrillard argumenta que el poder ya no produce más que los signos de su parecido, la
aparición del poder. Esta crisis de la ley es la condición para una transición particular. La ley
es reemplazada por la norma. El poder intenta defenderse contra el colapso del significado
reinyectando lo real y lo referencial en todas partes.

Las personas son “retroalimentadas” a través de una totalidad simulada, que surge de los
signos que demandan complicidad cultural en lugar de transmitir un contenido de significado.
Los programas de noticias tratan toda la información como intercambiable, reduciendo todo
a un espectáculo. Como resultado, los medios hablan principalmente de sí mismos. La
función real de los medios es transmitir la perspectiva general de reducir todo a los signos.

Los desastres pasados y presentes se neutralizan en una simple respuesta emocional. Todos
los criterios humanistas de valor, desde la moralidad hasta la verdad y la estética,
desaparecen, porque el código descansa en la indiferencia y la neutralización. Estamos
viviendo un colapso de significado. Por lo tanto, el sujeto responsable se encuentra en una
situación similar de crisis.

https://aion.mx/filosofia/baudrillard-teoria-de-la-hiperrealidad

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