Informe de Economia Agricola - El Campesino y La Industria
Informe de Economia Agricola - El Campesino y La Industria
Informe de Economia Agricola - El Campesino y La Industria
Presentado por:
Cindy Lanza 20091010019
Ogla E. Guzmán 20151600023
INTRODUCCION
METODOLOGIA
FASE I
Somos dos personas en el grupo y para hacer el presente trabajo empezamos por sacar
una copia para del material a brindado por el catedrático. Cada quien leyó el material
para tratar de entenderle un poco más a los términos utilizados, así mismo obtener las
ideas más importantes del tema.
FASE II
Primero lo leímos, analizamos el tema que se nos presento para exponer y luego
sacamos las ideas principales para interpretar de una manera entendible el tema.
FASE III
Resultado final: Se expuso en el informe la importancia que se le debe de dar al
campesinado estudiando mejor la situación tanto económica, política y social.
Nos dimos cuenta del modo actual y el desarrollo que ha tenido al pasar de los años,
también los orígenes de las relaciones de propiedad en el campo.
HALLASGOS
El campesino y la industria
Un campesino es aquella persona que desempeña sus labores en el ámbito rural,
normalmente en actividades agrícolas o ganaderas que tienen como principal objetivo
la producción de diversos tipos de alimentos o sus derivados. Por lo general el
campesino puede producir estos elementos tanto para subsistencia o para
comercializarlos en el mercado y obtener a partir de ello alguna ganancia.
La familia campesina medieval era una comunidad económica total o casi totalmente
autosuficiente. El campesino iba al mercado pero no vendía más que el sobrante de su
producción. Esta sociedad autosuficiente era indestructible.
Comparando esta situación con la de los actuales campesinos de toda Europa, sin
exceptuar los de suiza, habremos de convenir que desde entonces se ha operado una
poderosa revolución económica. El punto inicial de esta revolución ha sido la
disolución que la industria esencialmente urbana y el comercio determinaron en el
artesanado campesino. En el seno de la familia campesina solo era posible una escasa
división del trabajo, que no pasaba de la división entre hombres y mujeres.
ciudad y el campo eran más activas; necesidades que la industria campesina no podía
satisfacer.
Solo que la industria capitalista tiene tanta superioridad que logra eliminar
rápidamente la industria domestica rural, y que el sistema de comunicaciones
capitalista con sus ferrocarriles, correos y periódicos, difunde las ideas y los productos
de la ciudad hasta los rincones más apartados del mundo, logrando subordinar a este
proceso a toda la población campesina.
Cuanto más avanza este proceso, la primitiva industria domestica campesina, mas
aumenta la necesidad del dinero del campesino, no solo para comprar cosas que no les
son indispensables, sino también para proveerse de lo necesario. No puede seguir
explotando la tierra sin dinero, ni adquirir lo necesario a su sustento.
El único método mediante el cual podía conseguir dinero era convertir en mercancías
sus productos, llevarlas al mercado y venderlas. Pero esto no podía hacerlo con
productos de su atrasada industria, de los que se convirtió en comprador, sino con
aquellos que no producía la industria urbana.
En los años malos los ingresos en dinero del agricultor no cubren su necesidad de
metálico; no le queda otro recurso que apelar al crédito e hipotecar su terreno y con
esto empieza para él una nueva servidumbre, una nueva explotación. La peor de todas:
la del capital usurero de la que se libra difícilmente.
Pero conforme el agricultor iba cayendo bajo la dependencia del mercado, mas
necesidad tenia de dinero, mas era, por lo tanto, el exceso de géneros a producir y
vender, y más tierra necesitaba en proporción del número de miembros de su familia,
permaneciendo iguales las condiciones de producción para cubrir sus necesidades.
La agricultura no es una forma de actividad que exija siempre la misma fuerza humana
de trabajo; temporalmente, en tiempo de labranza y sobre todo durante la recolección
es cuando reclama muchos brazos, que apenas utiliza en otras épocas.
Fue a partir del siglo IX cuando se comenzó a manifestar una mejora en el rendimiento
agrícola, gracias a los avances técnicos en herramientas (como el arado con ruedas),
mejoras en la sujeción de los yugos en los animales de tiro, etc.
Un feudo típico constaba de un amplio terreno de entre 350 y 800 hectáreas formado
por bosques, pastos y tierras agrícolas; jardín con hortalizas y hierbas aromáticas,
colmenas para la obtención de miel, lago o estanque para peces, molino para la
molienda del cereal, horno para el pan, establos, fragua, telares, y en muchas
ocasiones una prensa o lagar para vino o aceite. Si el feudo alcanzaba toda una
parroquia incluía también una iglesia. Todo el conjunto de instalaciones permitía a sus
moradores ser autosuficientes.
El feudo estaba formado por tierras de labor que rodeaban la mansión o castillo.
El feudo estaba formado por tierras de labor, generalmente muy extensas, que
rodeaban la mansión o castillo en que residía el señor feudal. Ilustración de Las muy
bellas horas del duque de Berry.
La otra parte del feudo eran los mansos, que consistían en parcelas de terreno que el
señor entregaba a los villanos o colonos para su cultivo. No tenían una extensión
determinada, sino que ésta venía dada por la capacidad del suelo y el rendimiento
obtenido para alimentar un colono y toda la familia asentada en la parcela.
Existían además numerosos trabajos de carácter obligatorio para los campesinos, por
ejemplo pago de cánones por la utilización de servicios de la reserva (horno, molino,
pastos, bosques, aguas, etc.); o pago de la denominada talla, consistente en un tributo
arbitrario que el señor podía decidir argumentando necesidad.
La justicia solía ser potestad absoluta del señor feudal dentro de sus dominios, y
afectaba incluso a los transeúntes. Dependiendo del tipo de feudo, por ejemplo en los
grandes señoríos, se podía incluso condenar a muerte y ejecutar la sentencia. En los
feudos donde se disponía de la llamada inmunidad, el rey cedía y perdía todo el
derecho sobre los feudos en favor del señor beneficiario, que adquiría no sólo el
derecho soberano de ejercer justicia, sino de disfrutar de las rentas públicas.
Los avances técnicos y las mejoras en las herramientas y aperos, como la introducción
del arado con ruedas, supuso un mayor rendimiento de las tierras feudales,
permitiendo que todos los habitantes de un feudo fueran autosuficientes.
A partir del siglo XI el molino de mano queda apartado por el molino de agua, que
además de suponer una ventaja en términos de rendimiento, favoreció los intereses
impositivos de los señores feudales, que obligaron a los colones a utilizar los molinos
de la reserva que empezaban a proliferar en todos los feudos, previo pago de una tasa.
La fuerza del agua se demostró igualmente muy importante para otras tareas, como la
de mover telares o accionar las fraguas. En esta época comienzan también a
especializarse determinados oficios artesanos, tales como alfareros, herreros,
carboneros, curtidores, etc.
La economía cerrada del feudo empieza a cambiar sustancialmente durante el siglo XI,
dependiendo menos de la agricultura y pasando a una importante diversificación,
donde el comercio toma forma y da paso a las ciudades, quedando el feudo relegado a
un segundo lugar. Nace así un periodo conocido como Baja Edad Media. En este
periodos surgieron acontecimientos importantes que afectaron al comercio y la
agricultura feudal de la Europa continental, tal como el desarrollo del imperio
bizantino, y el poder de los musulmanes en el sur de Europa y Oriente Próximo.
En el siglo XII, con las cruzadas se consiguió aumentar el contacto y familiarizar a los
europeos con determinados productos de los países islámicos, tales como los tejidos
de algodón y los cítricos. Por otro lado, determinadas regiones prósperas en su día
como Mesopotamia, retrocedieron hasta el extremo de la subsistencia cuando los
mongoles destruyeron sus avanzados sistemas de irrigación.
Sobre el año 1.300 las áreas que rodeaban a las ciudades medievales comenzaron a
especializarse en productos hortícolas y lácteos; muchas industrias textiles hicieron
aparición y la cría de la oveja comenzó a resultar rentable, especialmente en
Inglaterra, Lombardía, Augsburgo (Alemania), Flandes, Toscana y Champagne. Las
tierras comunales empezaron a cercarse con objeto de criar ovejas para el
aprovechamiento de la lana. Muchos feudos, sin embargo, desaparecieron durante el
siglo XIV por las grandes epidemias de peste y las guerras que se libraban en Europa;
grandes extensiones de tierras de cultivo quedaron abandonadas. Durante esta época
gran cantidad de mano de obra se pierde, comienza a expresarse el descontento de los
campesinos supervivientes de los feudos, y a materializarse la búsqueda de mejores
condiciones de vida.
CONCLUSIONES
La casi totalidad de las agroindustrias no están bajo control del campesinado, siendo
algunas excepciones la confirmación de esta regla.