El Síndrome Del Intestino y La Psicología GAPS
El Síndrome Del Intestino y La Psicología GAPS
El Síndrome Del Intestino y La Psicología GAPS
¿Sufre usted de cistitis crónica, cambios de humor, ansiedad, mala memoria, dificultades para
concentrarse? ¿Tiene su hijo un peso por debajo del promedio? ¿Le cuesta ganar peso?
¿Sufre usted de la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa o cualquier otro trastorno digestivo?
Si cualquiera de estas situaciones se aplican a usted o a su familia, entonces usted ha venido al lugar
correcto! Tiene que aprender acerca de El síndrome del intestino y la psicología”® es una condición
que establece una conexión entre las funciones del sistema digestivo y el cerebro. Este término fue
creado por la Dra. Natasha Campbell-McBride, MD, MmedSci (neurología), MmedSci (nutrición
humana) en el año 2004, después de trabajar con cientos de niños y adultos con enfermedades
neurológicas y psiquiátricas, como trastornos del espectro autista, el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (ADHD / ADD), la esquizofrenia, la dislexia, la dispraxia, la depresión, el
trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno bipolar y otros problemas neuro-psicológicos y
psiquiátricos.
Para obtener información sobre la psicología del síndrome, cómo se desarrolla y cómo tratar con
eficacia con un protocolo nutricional, lea el libro de la Dra. Campbell-McBride "El síndrome del
intestino y la psicologíá”. El tratamiento natural para el autismo, el TDAH/ADD, dislexia, la
dispraxia, la depresión y la esquizofrenia.
Para obtener una comprensión inicial del GAPS, por favor, lea el artículo ¿Qué es el GAPS, escrito
por la doctora Campbell-McBride.
Para información actualisada: http://twitter.com/sindromeGAPS
Dr Natasha Campbell-McBride has been listed in draxe.com Top 50 Integrative Medical Doctors -
https://draxe.com/top-50-functional-integrative-medical-doctors/
¿Que es GAPS?
El síndrome del intestino y la psicología (GAPS), es una condición que establece una conexión
entre las funciones del sistema digestivo y las del cerebro. El término fue creado por la doctora
Natasha Cambpbell-Mc-Bride, (máster en nutrición humana y máster en neurología) en 2004
después de trabajar con cientos de niños con problemas psiquiátricos y neurológicos, como
trastornos del espectro autista, déficit de atención de hiperactividad (TDA/TDAH), esquizofrenia,
dislexia, dispraxia, depresión, trastorno compulsivo obsesivo, trastorno bipolar, otras condiciones
psiquiátricas y trastornos neuro-psicológicos.
Para aprender acerca del síndrome del Intestino y la Psicología, de cómo se desarrolla y cómo
tratarlo eficientemente con un adecuado protocolo nuricional, por favor lea: El síndrome del
intestino y la psicología. Tratamiento natural para autismo, TDA/TDAH, dislexia, dispraxia,
depresión y esquizofrenia.
Para tener un mejor entendimiento de lo que es el GAPS, por favor lea el siguiente artículo escrito
por la Dra. Natasha Campbell-McBride.
El síndrome del intestino y la psicología (GAPS) escrito por la Dra. Natasha
Campbell-McBride.
Primera fase:
Introduzca los caldos de carne y pescado preparados en casa. Estos proporcionan los nutrientes
necesarios para las células de crecimiento rápido de la mucosa intestinal y ejercen un efecto
calmante en cualquier área de inflamación del intestino. De esta manera ayudan a la digestión.
Durante siglos se han utilizado como remedios caseros para la curación del tracto digestivo. No
utilice los sobres o las pastillas de caldo concentrado disponibles en el mercado. Estos no curan el
intestino, están altamente procesados y llenos de ingredientes perjudiciales. El caldo de pollo es
especialmente suave para el estómago y es muy bueno para empezar. Para preparar el caldo de
carne correctamente, se necesitan las articulaciones, los huesos, una pieza de carne con hueso, un
pollo entero, menudillos de pollo, ganso, palomas, faisanes u otras aves. El uso de los huesos y las
articulaciones es esencial ya que proporciona sustancias curativas que la carne magra no aporta de
igual manera. Pida al carnicero que parta por la mitad los huesos tubulares grandes, para que pueda
sacar la médula ósea después de la cocción. Agregue los huesos, las articulaciones y la carne en una
cacerola grande y cúbralo con agua; agregue al gusto sal natural sin procesar y algunos granos de
pimienta negra un poco machacados. Llevar a ebullición, tapar y cocinar a fuego lento durante 2,5-
3,5 horas (si se utiliza una olla lenta, puede prepararlo durante la noche). Se puede elaborar caldo de
pescado de la misma manera con un pescado entero y con las aletas, las espinas y las cabezas. El
caldo de pescado estará listo en 1-1,5 horas. Después de cocinar, retire los huesos y la carne y
páselo por un tamiz para eliminar los huesos pequeños y los granos de pimienta. Desprenda los
tejidos blandos de los huesos lo más que pueda para añadirlo más tarde a la sopa. Es importante
comerse esos tejidos blandos. Extraiga la médula ósea de los huesos tubulares mientras aún estén
calientes: golpee la zona del hueso en una tabla gruesa de madera. Los tejidos blandos y gelatinosos
que rodean los huesos y la médula ósea proporcionan uno de los mejores remedios para la curación
del revestimiento del intestino y el sistema inmune. El paciente necesita consumirlos con cada
comida. Quite también todos los tejidos blandos de las espinas y las cabezas de pescado para
agregarlos más tarde a la sopas. La carne o el caldo de pescado se mantendrán en la nevera durante
varios días y también se pueden congelar. El paciente debe continuar bebiendo caldo de carne
caliente todo el día, con las comidas y entre las comidas. No utilice microondas para calentar el
caldo (estos aparatos destruyen la comida), utilice mejor la cocina convencional de gas o eléctrica.
Es también importante consumir toda la grasa del caldo y de los huesos, ya que es esencial en el
proceso de curación. Agregue algún alimento probiótico en cada taza de consomé (a continuación
verá detalles sobre cómo introducir los alimentos probióticos).
Para preparar estas sopas caseras a base de carne o de pescado, por favor, busque algunas ideas en
la sección de recetas. Aquí vemos de momento detalles específicos para la dieta de introducción.
Lleve el caldo de carne a ebullición, agregue las verduras picadas o cortadas en rodajas: cebolla,
zanahoria, brócoli, puerro, coliflor, calabacín, calabaza, etc., y cocine a fuego lento durante 25-35
minutos. Puede elegirse cualquier combinación de verduras frescas a excepción de las fibrosas,
como todas las variedades de la col y el apio. También se deberán eliminar todas las partes fibrosas
de las verduras, como la piel y las semillas de los calabacines y las calabazas, los tallos del brócoli y
la coliflor, así como otras partes que parezcan demasiado fibrosas. Se deben cocer bien las verduras,
hasta que estén suaves. Cuando las verduras estén bien cocidas, añadir 1-2 cucharadas de ajo
picado, llevar a ebullición y apagar el fuego. Haga que su paciente coma esta sopa incluyendo la
médula ósea, la carne y los otros tejidos blandos que le quitó a los huesos. La sopa se puede licuar o
se puede dejar tal y como está. Hay que añadir un poco de probiótico en cada plato de sopa (más
adelante encontrará detalles sobre los alimentos probióticos). Su paciente deberá tomar estas sopas
con carne cocida y otros tejidos blandos de los huesos tantas veces al día como le apetezca. Una vez
que haya hecho una gran olla de sopa, la podrá mantener en la nevera durante 5-8 días, por lo que
puede calentar las raciones que necesite en cualquier momento.
Es esencial introducir los alimentos probióticos desde el principio. Estos pueden estar basados en
productos lácteos o en productos vegetales. Para evitar cualquier reacción introdúzcalos
gradualmente, empezando por 1-2 cucharaditas al día durante 1-5 días y luego 3-4 cucharaditas al
día durante 1-5 días y así sucesivamente hasta que pueda añadir unas cucharaditas en cada taza de
caldo de carne y cada plato de sopa. Comience agregando el jugo de col fermentada preparado en
casa, las verduras fermentadas o la combinación de verduras en tazas de caldo de carne o cuencos
de sopa. No añada las verduras aún, ya que son demasiado fibrosas. Por favor, consulte la sección
de recetas para ver cómo fermentar las verduras. Además de las bacterias probióticas, esos jugos de
vegetales probióticos le ayudarán a restaurar la producción de jugos gástricos en el estómago.
Asegúrese de que la comida no esté muy caliente cuando se agreguen los alimentos probióticos, ya
que el calor puede destruir las bacterias probióticas beneficiosas. Los jugos de verdura son bien
tolerados por las personas con GAPS, con algunas excepciones. Los alimentos fermentados basados
en productos lácteos son un asunto muy diferente. Según mi experiencia, un gran porcentaje de
niños y adultos con GAPS pueden tolerar desde el principio el suero, el yogur o la crema ácida bien
fermentados en casa; otros, sin embargo, no los toleran. Así que, antes de introducir los productos
lácteos, realice una prueba de sensibilidad. Para aquellos casos en los que haya reacción, por favor
consulte el capítulo de los productos lácteos. Agregar el suero de leche, la leche agria, el yogur y el
kéfir produce milagros para aquellos pacientes propensos a tener diarrea. Las diferentes sustancias
en los productos de la leche agria, en particular el ácido láctico, calman y fortalecen el
recubrimiento del intestino, disminuyen la velocidad del tránsito de los alimentos y logran que las
heces se vuelvan consistentes con bastante rapidez. Por lo tanto, si su paciente es propenso a la
diarrea, introduzca los productos lácteos fermentados desde el inicio (en paralelo con los jugos de
col agria y otras verduras fermentadas), comenzando por el suero de leche y la crema ácida. Sin
embargo, el estreñimiento es un asunto diferente. Si el paciente es propenso al estreñimiento
crónico grave, introduzca desde el principio los jugos de col fermentada y verduras fermentadas,
pero tenga cuidado con los productos lácteos. Según mi experiencia, las personas con estreñimiento
reaccionan bien a los productos lácteos ricos en grasa, tales como la crema ácida, la mantequilla
clarificada, la mantequilla y la crema ácida, pero no reaccionan bien a los lácteos de alto valor
proteico, como el suero de leche, el yogur, el kéfir y el queso: los productos lácteos de alto valor
proteico pueden agravar el estreñimiento. Esto no puede generalizarse como válido para todos, ya
que cada uno de nosotros tenemos una flora intestinal única, pero según mi experiencia sucede en
más de la mitad de los casos. Así que, para las personas propensas a tener diarrea, introduzca el
suero que resulta de dejar gotear el yogur casero (el goteo elimina muchas proteínas en los lácteos)
y, paralelamente, introduzca el jugo de col agria fermentada y otras verduras fermentadas. Realice
primero la prueba de alergias con el suero de la leche. Si no hay reacción, agregue una cucharadita
de suero al caldo de carne o a la sopa. Después de 1-5 días agregue una cucharadita diaria y así
sucesivamente, hasta que el paciente pueda tomar entre media taza y una taza de suero de leche en
sus comidas. Puede introducirse la crema ácida (fermentada con cultivo de yogur) paralelamente
con el suero de leche, ya que contiene ácidos grasos beneficiosos para el sistema inmune y el
recubrimiento del intestino. Cuando sienta que su paciente está listo para tolerar el suero y la crema
ácida, trate de agregar una cucharadita diaria de yogur casero (sin dejarlo gotear) e incremente
gradualmente las cantidades diarias. Después del yogur, introduzca el kéfir casero. El kéfir es más
agresivo que el yogur y por lo general crea una reacción de extinción más pronunciada. Por esta
razón recomiendo introducir el yogur antes de comenzar con el kéfir. Al mismo tiempo que se
introduce el kéfir, puede introducirse la crema ácida elaborada con el cultivo del kéfir.
En casos de diarrea severa y crónica, puede empezar con el zumo de col agria y otras verduras
fermentadas. Incremente las cantidades diarias poco a poco. Cuando comience a defecar con menos
frecuencia y más o menos lo haga una vez al día, trate de introducir la crema ácida (fermentada con
el cultivo del yogur), comenzando con una cucharadita diaria e incrementándolo poco a poco. Una
vez que su paciente pueda tomar una taza diaria de crema ácida fermentada con el cultivo del yogur,
trate de introducir la crema agria fermentada con el cultivo del kéfir.
El té de jengibre, té de menta o manzanilla con un poco de miel puede beberse entre las comidas.
Para hacer el té de jengibre, agregue raíz de jengibre rallada fresca o congelada (aproximadamente
una cucharadita) en una tetera. Agregue agua hirviendo, tápela y deje reposar entre 3 y 5 minutos.
Páselo luego por un filtro.
Para casos extremos de diarrea acuosa y profusa se deberán excluir las verduras. Haga que su
paciente beba caldo caliente de carne con alimentos probióticos cada hora (preferentemente suero
de leche, crema agria y yogur; si aún no se toleran los lácteos, puede recurrirse al jugo de verduras
fermentadas). La carne y el pescado deberán comerse bien cocidos y gelatinosos (los que utilizó
para elaborar el caldo) y pueden añadirse las yemas de huevo crudo poco a poco. No introduzca las
verduras hasta que la diarrea comience a normalizarse. Cuando la pared intestinal está severamente
inflamada, no se puede tolerar ningún tipo de fibra. Por eso no debe apresurarse a introducir las
verduras (ni siquiera bien cocidas) en la dieta.
Segunda fase:
Siga dando a su paciente sopa con médula ósea, carne o pescado hervidos u otros tejidos blandos de
los huesos. También deberá seguir bebiendo caldo de carne y té de jengibre. Se pueden añadir
alimentos probióticos en cada taza de caldo de carne y cada plato de sopa: productos lácteos hechos
en casa, jugos de col agria, verduras fermentadas o verduras.
Añada las yemas de huevo ecológico cuidadosamente separadas de las claras. Es mejor comer los
huevos crudos añadidos a cada ración de sopa o caldo. Empiece con una yema de huevo al día e
incremente la cantidad gradualmente hasta que el paciente pueda tomar una yema en cada plato de
sopa. Cuando las yemas de huevo sean bien toleradas añada a las sopas un huevo hervido
ligeramente (la clara cocida y la yema todavía líquida). Si aún cree que puede tener alergia al huevo,
primero haga la prueba de sensibilidad. No hay un límite para el número de yemas que pueden
comerse cada día, ya que se absorben rápidamente casi sin necesidad de ser digeridas y le
proporcionará a su paciente una nutrición maravillosa. Trate de adquirir los huevos de una fuente de
su confianza: huevos de gallinas de corral, frescos y ecológicos.
Añada guisos de carnes y verduras. Evite las especias en esta etapa, haga el guiso solamente con sal
y hierbas frescas (consulte la receta de la cazuela de carne italiana en la sección de recetas). El
contenido de grasa en estas comidas debe ser muy alto: cuantas más grasas animales consuma el
paciente, más rápida será la recuperación. Agregue algún probiótico en cada ración.
Incremente la cantidad diaria de suero casero, leche agria, yogur o kéfir, si es el caso, y siga
incrementando la cantidad de jugo de col agria, verduras fermentados o mezcla de verduras.
Introduzca el pescado fermentado o el salmón marinado al estilo sueco-escandinavo, empezando
como siempre por una pequeña cantidad y aumentándola gradualmente. Puede encontrar la receta
en la sección de recetas.
Introduzca también gradualmente la mantequilla clarificada hecha en casa, empezando por una
cucharadita al día. La mayoría de las personas con GAPS toleran la mantequilla clarificada,
independientemente de la diarrea, el estreñimiento o las reacciones a los productos lácteos. Por lo
tanto, recomiendo a todas las personas con GAPS que traten de introducirla en su dieta aunque
todavía no se hayan añadido otros productos lácteos.
Tercera fase:
Continúe con los alimentos anteriores. Agregue puré de aguacate maduro en las sopas desde 1-3
cucharaditas al día e incremente gradualmente la cantidad.
Añada panqueques, empezando por uno al día, e incremente gradualmente la cantidad. Prepárelos
con los siguientes ingredientes: mantequilla de nuez ecológica (almendra, nuez, cacahuete, etc.),
huevos, un pequeño trozo de calabaza de invierno o calabacín. Fría cantidades pequeñas y finas de
panqueques utilizando mantequilla clarificada, grasa de ganso o pato, y asegúrese de no quemarlos.
Prepare huevos revueltos con abundante manteca, grasa de gallina, grasa de cerdo o de pato.
Sírvalos con aguacate (si se tolera) y con verduras cocidas. La cebolla cocida es particularmente
buena para el sistema digestivo y para el sistema inmunológico: derrita en un sartén 4-5 cucharadas
de cualquier grasa animal (ganso, pato, cerdo, etc.) o mantequilla clarificada. Agregue una cebolla
blanca en rodajas, tápelo y cocine durante 20-30 minutos a fuego lento hasta que esté suave, dulce y
transparente.
Introduzca la col agria y las verduras fermentadas (el paciente ya ha estado bebiendo su jugo
durante un tiempo). Empiece con una pequeña cantidad, aumentando gradualmente a 1-4
cucharaditas de col agria o de verduras fermentadas en cada comida.
Cuarta fase:
Continúe con los alimentos anteriores. Añada gradualmente las carnes cocidas asadas en el horno o
a la parrilla (pero todavía no al grill o fritas). Evite las partes que estén quemadas o muy doradas.
Haga que el paciente coma la carne con verduras cocidas y col agria (u otras verduras fermentadas).
Empiece añadiendo aceite de oliva prensado en frío a las comidas, empezando por unas cuantas
gotas en cada comida e incrementando gradualmente la cantidad hasta 1-2 cucharadas por comida.
Introduzca los zumos recién exprimidos, empezando por unas cucharadas de zumo de zanahoria.
Asegúrese de que el zumo esté claro, fíltrelo bien. Déselo a su paciente para que lo beba así, diluido
con agua tibia o mezclado con yogur o suero de leche hechos en casa. Estos zumos se deben beber
despacio, casi “masticando” cada trago. Si se tolera bien, aumente gradualmente a una taza diaria.
Cuando el paciente pueda tolerar una taza, trate de añadir el zumo de apio, col, lechuga y hojas de
menta. Su paciente deberá beber el zumo con el estómago vacío, a primera hora de la mañana, o a
media tarde.
Trate de hornear pan con almendras molidas u otros frutos secos o semillas molidas en forma de
harina. La receta (por favor, consulte la sección de recetas) requiere solamente cuatro ingredientes:
harina de frutos secos, huevos, un trozo de calabaza de invierno o calabacín (sin piel, sin semillas y
en rodajas finas o rallada), un poco de grasa natural (mantequilla clarificada, aceite de coco, grasa
de ganso o de pato) y sal al gusto. Su paciente debe comenzar por un trozo pequeño de pan al día e
ir incrementando la cantidad gradualmente.
Quinta fase:
Si todos los alimentos anteriores son bien tolerados, intente agregar el puré de manzana cocida: pele
las manzanas maduras y quíteles el corazón para cocerlas en una olla con un poco de agua hasta que
estén bien blandas. Cuando estén cocidas, agregue una cantidad generosa de mantequilla
clarificada. Hágalas puré con un pasapurés. Si aún no ha introducido la mantequilla clarificada,
añada grasas animales (pato, cerdo, res, cordero o ganso). Si las manzanas son muy ácidas, agregue
un poco de miel al gusto. Empiece con un par de cucharadas por día. Esté atento a cualquier
reacción. Si no hay ninguna, aumente la cantidad gradualmente.
Añada las verduras crudas empezando por las partes suaves de la lechuga y el pepino sin cáscara.
Cuando esas dos hortalizas se toleren bien, agregue gradualmente otras verduras crudas: zanahoria,
tomate (si no hay reacción a solanáceas), cebolla, col, etc. Asegúrese de que su paciente las mastica
bien y observe sus heces. Si la diarrea vuelve a aparecer, entonces no está listo para este paso.
Si se tolera el zumo de zanahoria, apio, col, lechuga y menta, empiece a añadir fruta: manzana, piña
y mango. Evite los cítricos en esta fase.
Sexta fase:
Si todos los alimentos introducidos se toleran adecuadamente, intente dar al paciente un poco de
manzana sin piel y rallada. Asegúrese de que la manzana esté madura. Introduzca gradualmente
fruta cruda y más miel.
Introduzca también gradualmente bizcochos horneados y otros dulces permitidos en la dieta. Utilice
fruta deshidratada como edulcorante en la cocción.
Su paciente puede avanzar en la dieta de introducción de manera más lenta o más rápida en función
de sus síntomas individuales; algunas personas completan la dieta de introducción en pocas
semanas, para otros será necesario un año o más para completar las diferentes etapas. Los
indicativos principales son el dolor abdominal y los cambios en las heces: deje que el dolor y la
diarrea desaparezcan antes de avanzar a la siguiente fase. Puede que tenga que introducir algunos
alimentos más tarde de lo que se indica en este programa, dependiendo de la sensibilidad personal
del paciente. Asegúrese de que el paciente continúe con las sopas y el caldo de carne al menos una
vez al día después de completar la dieta de introducción.
Al eliminar la fibra de la dieta, algunas personas pasan por una etapa de estreñimiento. El uso de
enemas y la irrigación del colon no sólo solventarán la situación, sino que permitirán que el cuerpo
del paciente se desintoxique más rápido al eliminar viejos desechos del intestino. Por favor,
consulte a este respecto el capítulo sobre el estreñimiento.
Después de completar la dieta de introducción, y cuando la mayoría de los principales problemas
digestivos hayan desaparecido, continúe con la dieta GAPS completa.
En conclusión:
En conclusión: a primera vista, seguir la dieta GAPS parece una tarea muy dura. Sin embargo, es
una dieta muy sana y saludable y permitirá curar el recubrimiento intestinal del paciente para
siempre. Esto significa que la mayoría de las personas con GAPS no tendrán que someterse a una
dieta especial por el resto de su vida: una vez que el sistema digestivo empiece a funcionar con
normalidad, poco a poco se podrán introducir los alimentos más sanos que se consumen
habitualmente en todo el mundo. Algunas personas consiguen ese objetivo en dos años, otras tardan
más tiempo, depende de la gravedad de la afección y de la edad de la persona: los niños
normalmente se recuperan más rápido que los adultos.
Una vez introducida la dieta GAPS, no es más difícil que cualquier otro método culinario. Y la
compra es muy sencilla, basta con comprar todo fresco y sin procesar.
¡Buena suerte!