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Historia Del Teatro en México

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Historia del teatro en México

Antecedentes históricos

El teatro en nuestro país comenzó antes de la llegada de los españoles a nuestra tierra. Aunque es
en Grecia donde surge 550 años a. c., en otras culturas ya se practicaba algo similar. En la época
prehispánica se llevaban a cabo lecturas de poemas que eran acompañados por danzas y música;
los actores usaban máscaras que representaban a los personajes. Era común la representación de
estos eventos, pero a la llegada de los españoles, se detiene esta costumbre. Se dice que sólo
sobrevivieron por la tradición oral dos obras de este tipo, el Rabinal Achí y La danza de concheros.
Posteriormente, se comenzaron a representar obras en náhuatl y otras lenguas nativas, que tenían
como objetivo la evangelización de los indígenas. Las obras que se presentaban contaban pasajes
de la vida de Cristo. Se dice que la primera representación teatral se llevó a cabo en el siglo XVI, en
el atrio de la iglesia de Santiago Tlatelolco, misma que está ubicada dentro de la Plaza de las Tres
Culturas, en la unidad Tlatelolco.

Los montajes teatrales se van a diversificar, pero por los diversos conflictos bélicos y
revueltas ocurridas, serán pocas las obras que se registran, no obstante, algunos escritores como
Juan Ruiz de Alarcón y Sor Juana Inés de la Cruz, crearán textos que rivalizarían con los de los
grandes autores españoles, como Lópe de Vega o Calderón de la Barca.

Para finales del siglo XIX, lo que más se consume son las obras del llamado “Género chico”,
es decir, comedias vulgares, espectáculos de revista o tandas (que intercalaban números musicales
con scketchs cómicos, o números de baile). Esto se presentaba en teatros grandes, de tipo francés
(como el teatro de la Ciudad) para público de recursos medianos y altos, y en carpas y carretas
para el populacho. Después de la revolución mexicana hay un repunte muy importante, entre
otras cosas, porque existe un interés de parte de los “gobiernos revolucionarios” de legitimizarse y
comienzan a realizarse obras de carácter nacionalista, que reflejan los ideales de la revolución y a
su vez, analizan lo que es el México moderno.

A principios de los años setenta, surge un movimiento de autores jóvenes que rompen con
todo lo hecho en el país anteriormente. El que encabeza esta generación es el ya para entonces
veterano Emilio Carballido, quien al percatarse durante un taller de dramaturgia que muchos
jóvenes escritores necesitan difusión de sus obras, decide publicar algunos libros recopilatorios
con trabajos de muchos que hoy son considerados de los mejores escritores del país: Tomás
Urtusástegui, Alejandro Licona, Victor Hugo Rascón Banda, Pilar Campesino, Teresa Valenzuela,
Oscar Liera, entre otros.

Hoy en día, el teatro de nuestro país es considerado uno de los mejores del mundo, y la
Ciudad de México está entre las cinco capitales de teatrales del mundo, debido a lo extenso de su
cartelera y a su diversidad temática, así como por la calidad de los trabajos que se realizan, que
están a la altura de los mejores del planeta.
Los principales géneros y corrientes del teatro mexicano.

Las primeras representaciones teatrales tenían por objeto la evangelización de los nativos,
por lo que todas ellas contaban pasajes bíblicos o historias moralizantes. La Pastorela es quizá el
más arraigado género teatral en nuestro país. Se dice que la primera vez que se presentó una fue
en la iglesia de Santiago Tlatelolco, cerca de 1533. Las obras de este tipo, cuentan la lucha entre el
bien y el mal, así como el nacimiento de Jesucristo. Hay diversas variaciones de las mismas, pero
no pueden faltar los personajes del diablo y el ángel, así como otros personajes constantes, como
los pastores que van a adorar al “niños Dios”. A la fecha, se ha vuelto una tradición el ver alguna
de estas obras en el mes de diciembre.

También se representaban Actos Sacramentales. Son montajes teatrales que buscan


adoctrinar la religión católica o dar lecciones de moral, siempre apegadas a los principios de esta.
Se presentaban también en iglesias y plazuelas. A esta costumbre, se puede anexar como ejemplo,
el Viacrucis o La pasión, que cuenta los últimos días de la vida y obra de Jesucristo, desde su
llegada a Jerusalem, la traición de Judas Iscariote, su crucifixión y resurrección. La más famosa de
estas presentaciones es la que ocurre año con año en semana santa en Iztapalapa. Se dice que en
1843 hubo una epidemia en la zona, por lo que los lugareños prometieron a Dios realizar el evento
como “manda”. Desde entonces se celebra año tras año, volviéndose un atractivo turístico muy
importante.

A partir de la Época Colonial (1521) el teatro se vuelve una diversión muy importante para
el pueblo. Se montan comedias y “sainetes” cómicos (obras breves que hacen reír a la gente). Se
dice que es Miguel Hidalgo quien trae por primera vez a México las obras de Moliere, pero lo que
más se consume son las Tragicomedias, obras que mezclan elementos de comedia y drama, de tal
manera que permiten al público experimentar algo similar a la realidad, aunque en verdad sean
historias inverosímiles. En 1844 se estrena en México la obra Don Juan Tenorio, de José de Zorrilla,
caso curioso hasta la fecha, ya que fue publicada y estrenada en España ese mismo año. La obra
fue un éxito sin precedentes, al grado que hasta la fecha es todavía una tradición de muchas
familias el ir a ver “el Don Juan” en la temporada de día de muertos.

Durante el llamado “porfiriato” (1876 a 1911) comienza a gestarse una tradición teatral
muy fuerte, y lo que se ve son obras cortas (sketchs) cómicas, que critican al sistema político
imperante, los cuales se presentan en pequeños teatros ambulantes llamados “carpas”, como las
de los circos. Se muestran las escenas cómicas, mezcladas con números diversos, en espectáculos
realizados para la gente más pobre. Lo mismo ocurre en teatros grandes y majestuosos,
destinados a la alta sociedad, pero quitando el factor de crítica o escondiéndolo dentro de los
contenidos. A este tipo de espectáculos se les llama “tandas” o Teatro de Revista. Con diversos
nombres (teatro de variedad, teatro pelado, teatro pícaro, teatro de pelos, etc.) se seguirá
ejerciendo este género, hasta que con las crisis económicas de los años ochenta, muchos teatros
cerrarán y es hasta hace algunos años que empezó de nuevo este tipo de eventos, ahora en
recintos muy pequeños, llamados Cabarets o Foros, recuperando el aspecto crítico que tenía al
principio.
Al término de la revolución, los teatreros se dedican a ejercer su oficio centrados en dos
vertientes: Los que siguen los movimientos de vanguardia (cubismo, dadaísmo, surrealismo, etc.) y
los que se sumarán a la corriente Nacionalista. El Nacionalismo buscaba exaltar los valores propios
de la revolución. Es la primera corriente artística cien por ciento mexicana, y las obras de este
estilo, serán, generalmente, dramas y tragedias, como El gesticulador, de Rodolfo Usigli,
considerada la mejor obra escrita en nuestro país.

El Teatro Musical se empezó a representar en nuestra región a partir de los años


cincuenta. Desde entonces hasta hoy, se ha vuelto cada vez más un género muy arraigado, al
grado que a partir de mediados de los años noventa, se empezaron a importar Comedias
musicales que tuvieron éxito en Broadway. La primera fue La bella y la bestia, y a partir de esa, se
han traído muchas más. Debido a que parte del convenio para poder traer estos trabajos es que se
conserve tanto el montaje original (con el mismo vestuario y escenografía, y a veces con los
mismos director y coreógrafo) y el costo del boleto (si cuesta $100.00 USD, en México la localidad
sale en $2,000.00 MN), se ha optado por mejor realizar musicales locales, de bajo presupuesto y
sostenidos en la utilización de canciones populares.
Los protagonistas del teatro en México

Sor Juana Inés de la Cruz (1651 - 1695)

Su nombre real fue Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana y se dedicó a escribir poesía y
teatro. Sus obras eran, generalmente, comedias en las que analizaban la condición de la mujer y
las relaciones amorosas. También realizó dramas y autos sacramentales. Sus principales textos
fueron: Los empeños de una casa, Amor es más laberinto y El divino Narciso.

Miguel Hidalgo y Costilla (1753 - 1811)

Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, fue su nombre
verdadero. Conocido por haber sido el principal héroe de la Independencia, fue amante del teatro
y director amateur. Montó obras de varios autores, muchos de ellos inéditos o poco conocidos en
nuestro país. Su principal aportación al arte dramático fue que representó por primera vez un
texto de Molière, el principal escritor de comedia francesa de esa época y considerado uno de los
diez dramaturgos más importantes de la historia. La obra que presentó "el padre de la Patria" fue
Tartufo o el impostor, misma que fue traducida y adaptada por el mismo Hidalgo.

María Tereza Montoya (1900 - 1970)

Es reconocida por ser una importante actriz, así como bailaria y cantante. Además de por su
talento histriónico, fue famosa por haber sido de las fundadoras de la Asociación Nacional de
Actores (ANDA) y por ser una incansable luchadora por los derechos de los actores.

Virginia Fábregas (1871 - 1970)

Además de ser cionsideradas una de las mejores actrices de la historia nacional, es conocida por
ser empresaria y fundadora de diversos espacios teatrales, entre ellos el San Rafael, Manolo
Fábregas, entre otros, ubicados en la Colonia San Rafael. Debido a estos espacios, muchos
empresarios fundaron otros en la zona, al grado que aún hoy se le llama "el Broadway Mexicano".

Salvador Novo (1904 - 1975)

Fue un reconocido dramaturgo, periodista y poeta, cuya principal aportación fue la creación de
concepto de "teatro Escolar". Fue el primero en reconocer la importancia de la educación teatral
en la formación del niño y el adolescente. Sus obras más conocidas son Yocasta o casi, La guerra
de las gordas y el texto de formación teatral, 10 lecciones de técnica de actuación teatral.
Rodolfo Usigli (1905 - 1975)

El mayor de los dramaturgos mexicanos, Usigli se dedicó a analizar la naturaleza del mexicano, en
obras que hasta la fecha son consideradas de las mejores hechas en la lengua española, tales
como, El gesticulador, El niño y la niebla y la trilogía de las coronas: Corona de sombra, Corona de
fuego y Corona de luz.

Manolo Fábregas (1921 - 1996)

Uno de los mejores actores y conocido por tener una de las mejores voces del medio, Fábregas,
hijo de Virginia, fue un incansable promotor y productor teatral. Continuó con sus hermanas y sus
hijos la labor heredada por su madre, y generó nuevos y más modernos espacios teatrales, todos
ellos en la Colonia San Rafael. Fue, también, uno de los pioneros de la comedia musical en México.

Héctor Azar (1930 - 2000)

Maestro, investigador, director y dramaturgo, se caracterizó por generar una de las mejores
técnicas de actuación teatral, la técnica CADAC. Como escritor de teatro, es reconocido por
Olímpica, Inmaculada y Los muros vacíos.

Emilio Carballido (1925 – 2008)

Fue famoso por varias cosas, la primera por ser uno de los mejores y más prolíficos escritores
teatrales mexicanos, y por fundar el movimiento del "Teatro joven", del que fueron miembros casi
todos los dramaturgos más importantes de los años setenta y ochenta (Tomas Urtusástegui,
Alejandro Licona, Dante del Castillo, Pilar Campesino, etc.). La segunda cosa por la que fue
reconocido fue por ser partre de la primera pareja gay que se casó en la CDMX. Sus obras más
conocidas son: Rosaura y los llaveros, Escrito en el cuerpo de la noche, Fotografía en la playa,
entre muchas otras.

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