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Sentencia Comisión Mercantil

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Voces: ACTOS DE COMERCIO - ACTIVIDAD COMERCIAL - CONTRATO DE COMISIÓN -

APLICACIÓN DE LA LEY - LEY ESPECIAL - RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO -


RECHAZO DEL RECURSO

Partes: Contreras Medina, Raúl c/ Banco Sud Americano | Cobro de pesos - Recurso de
casación en el fondo

Tribunal: Corte Suprema

Fecha: 11-sep-2007

Cita: MJCH_MJJ15521 | ROL:6594-05, MJJ15521

Producto: MJ

Rechazo del recurso de casación en el fondo, por no configurarse los errores de derecho
alegados por el recurrente.

Doctrina:

1.- Considerando que el artículo 4 del Código Civil establece que las disposiciones contenidas
en el Código de Comercio se aplicarán con preferencia a las del Código Civil, es posible
concluir que el Código de Comercio es una legislación especial, que se aplica con preferencia
de la general o común, a los sujetos que denomina comerciantes; que el Código Civil es la
legislación común, que está llamada a ser considerada de no existir legislación especial que rija
la materia o existiendo, no regula un aspecto concreto, por lo que corresponde tenerla presente
de modo subsidiario y que el Código de Comercio regula directamente ciertos actos y sus
efectos.

2.- La determinación de la calidad del acto, esto es, la calificación de un acto como de
comercio o civil, se hace necesaria, entre otros motivos, para fijar la legislación de fondo
aplicable, cual es precisamente la discusión que se ha suscitado en el caso sublite, por lo que
corresponde atender al caso concreto.

3.- Toda actividad de los comisionistas será mercantil, aunque el encargo no lo sea, porque es
objeto del derecho comercial la vida de los comisionistas profesional.

4.- Lo que es mercantil es la comisión, que por definición legal versa siempre sobre
operaciones comerciales individualmente determinadas, en tanto actividad típicamente
mercantil; donde participe un comisionista en el desarrollo de esa actividad hay acto de
comercio. Cuando se observan las reglas comunes a los comisionistas se advierte que la
comisión mercantil se centra en el mandatario o comisionista.
Santiago, 11 de septiembre de 2007.-

Vistos:

En estos autos rol Nro. 1.720-1996, seguidos ante el Duodécimo Juzgado Civil de Santiago,
sobre juicio ordinario de cobro de pesos, caratulados "Contreras Medina, Raúl con Banco Sud
Americano", la jueza titular de dicho tribunal por sentencia escrita a fojas 167, de treinta y uno
de marzo de mil novecientos noventa y nueve, acogió la excepción de prescripción de la acción
y, en consecuencia negó lugar a la demanda deducida en lo principal de fojas 3, con costas.

El demandante interpuso recurso de apelación en contra de dicho fallo y una Sala de la Corte
de Apelaciones de Santiago por resolución de veinte de octubre de dos mil cinco, escrita a
fojas 393, confirmó la sentencia de primer grado.

En contra de esta última decisión, el actor deduce recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Y teniendo en consideración:

Primero: Que el actor denuncia en su libelo de casación la concurrencia de errores de derecho


en relación con tres conjuntos de normas, a saber:

a) Error de interpretación y aplicación del artículo 3 Nros. 4 y 11 del Código de Comercio , en


vinculación con los artículos 822 del mismo cuerpo legal y del 2515 del Código Civil . Al
respecto esgrime el demandante que en la sentencia impugnada se estableció que entre
Pesquera Iber Chile S.A. y el Banco Sud Americano se celebró un acto de comisión mercantil,
el cual tenía por objeto el retorno de dinero de una exportación efectuada por la empresa
señalada.Agrega que la naturaleza mercantil de la operación bancaria que genera esta
demanda, constituye entonces un mandato comercial para el Banco, reglado en el título VI del
libro II del Código de Comercio , y en su defecto por las normas relativas al mandato
establecidas en el Código Civil ; sin embargo tal operación tiene el carácter de civil respecto de
Pesquera Iber Chile S.A. en razón de acceder a una actividad de esta naturaleza, como lo que
es el caso de la actividad de pesca, mismo régimen que debe entenderse aplicado al crédito.
Por lo que es posible afirmar que la operación realizada por las partes señaladas es un acto de
doble carácter, mercantil para el Banco y civil para la demandante de acuerdo al principio de lo
accesorio que opera en materia comercial, razón por la cual el sentenciador ha incurrido en un
evidente error en la interpretación del sentido y alcance de la normativa contenida en el artículo
3 del Código de Comercio al estimar que es un acto formal de comercio, confundiendo este
tipo de operación con actos tratados en el número 10 del artículo 3 del mismo cuerpo legal ,
desconociendo la clasificación que hace la doctrina de los actos de comercio y atendiendo al
criterio de mercantil empleado. Agrega el recurrente que al razonar los sentenciadores a partir
de una errada interpretación del precepto indicado, aplicaron a la Pesquera Iber Chile S.A.y al
cesionario del crédito la norma de prescripción contenida en el artículo 822 del Código de
Comercio que establece un plazo de prescripción de cuatro años -acogiendo la excepción
opuesta- en circunstancias que debió aplicarse, por ser un acto civil, el artículo 2515 del
Código Civil que señala que la prescripción para las acciones ordinarias es de cinco años,
razón por la cual la sentencia definitiva debió haber arribado a la conclusión que no transcurrió
el plazo establecido en la ley para la declaración de tal prescripción, por haberse interrumpido
dicho término mediante la notificación legal de la demanda de autos, toda vez, que la comisión
concluyó el día 28 de junio de 1991 y la acción de autos fue notificada el día 31 de mayo de
1996.

b) Vulneración a los artículos 233 , 235 y 268 del Código de Comercio en armonía con los
artículos 2131 , 2132 , 2133 , 2155 y 2160 del Código Civil , normas relativas a la ejecución
del mandato y obligación de rendir cuenta. Al respecto menciona el actor que en el fallo se
estableció la existencia de una comisión mercantil de transferencia de dinero a favor de la
Pesquera Iber Chile S.A. resultando aplicable a este respecto aquellas disposiciones
atingentes contenidas en los artículos 233 y siguientes del Código de Comercio y los preceptos
dispuestos para el contrato de mandato del Código Civil , por expresa reconducción de lo
señalado en el artículo 2 del cuerpo normativo indicado . Añade el recurrente que el
comisionista debe sujetarse estrictamente a las órdenes del comitente y al ser la Pesquera Iber
Chile S.A.una sociedad anónima, su administración la ejerce el directorio, el gerente general y
la junta de accionistas, pudiendo actuar en su representación otros mandatarios legalmente
facultados para ellos. Sin embargo, los actos de disposición de la sociedad anónima realizados
por personas no facultadas son inoponibles al mandante, lo que se encuentra corroborado por
los artículos 2 del Código de Comercio , 2160 y 2131 del Código Civil ; en consecuencia, el
tribunal debe calificar si la actuación del Banco se ajusta a las obligaciones que recaían en él
como comisionista de la Pesquera Iber Chile S.A. Agrega el actor que al respecto la sentencia
impugnada en los considerandos 9º y 10º vulnera la interpretación de las normas referidas al
contrato de mandato, incurriendo en un yerro de derecho por cuanto da por cumplido el
mandato y la obligación de rendir cuenta por parte del Banco, no considerando los argumentos
del recurrente relativos a que el Banco con su actuar negligente excedió el límite de sus
atribuciones, disponiendo del patrimonio de la Pesquera Iber Chile S.A., actuación que al tenor
del artículo 2160 del Código Civil resulta inoponible a la empresa por falta de consentimiento,
no habiendo ratificado o convalidado dichos actos el comitente, luego de efectuada la
disposición patrimonial. Estima asimismo el actor, que el fallo incurre en otro error al
considerar que el Banco cumplió con la obligación de rendir cuenta al liquidar la operación y
entregar el vale vista, toda vez que de conformidad con lo que dispone el artículo 2155 inciso
primero del Código Civil , la obligación de rendir cuenta tiene por objeto poner en conocimiento
del mandante la forma en que se ha llevado a efecto la gestión del negocio, los resultados del
mismo y la restitución de todo lo recibido en virtud del mandato y, mientras no se hace
rendición, se incumple el contrato de mandato.Explica el demandante que el Banco no ha
cumplido con esta obligación y sólo con el documento acompañado al juicio informó a la
Pesquera Iber Chile S.A. sobre la marcha del negocio, sin verificar el traspaso efectivo de los
dineros que forman parte del patrimonio de Iber con ocasión de ventas a extranjeros. Añade
que el traspaso de dinero no se verificó desde que el Banco, excediéndose en sus atribuciones
y en razón de la actuación de una persona no facultada, canceló el vale vista y emitió dos
nuevos documentos. Concluye que este yerro influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo
por cuanto los sentenciadores debieron concluir que no se acreditó por la institución financiera
el pago de los dineros procedentes de la operación bancaria realizada, no habiéndose cumplido
la obligación de rendir cuenta y que el deber aludido sólo es posible verificarlo con la
comunicación al mandante de los resultados del negocio a partir de la carta de 4 de diciembre
de 1992 dirigida por el Banco a la Pesquera Iber Chile S.A., argumento éste que estima
suficiente para rechazar la prescripción opuesta.

c) Infracción a las normas reguladoras de la prueba, citando al efecto el artículo 1698 del
Código Civil , por considerar que se habría invertido en la especie el onus probandi.Estima el
recurrente que ha existido un error por parte de los sentenciadores al ponderar la prueba
rendida, por cuanto no se encuentra acreditado que el vale vista haya sido retirado por Fabiola
Silva; sin embargo, el fallo lo da por establecido, toda vez que no sólo no existe documento que
lo acredite sino que, por el contrario, la instrumental aportada establece que no fue retirado
sino cambiado por otros dos y entregado a personas jurídicas distintas, documentos estos
últimos que no fueron objetados y se encuentran reconocidos tácitamente y, en consecuencia,
tienen valor de escritura pública de acuerdo con el artículo 1702 del Código Civil ; sin embargo
la sentencia no se refiere al valor de ellos, sin que tampoco se haya acreditado el retiro del vale
vista con prueba testimonial, en tal sentido.

Añade que además el fundamento noveno del fallo elabora una reflexión a partir de un
supuesto falso, al señalar que de los hechos consignados emanan presunciones de
cumplimiento del mandato por la demandada, dándole calidad de hecho acreditado a uno que
no lo es, esto es, el retiro del vale vista por parte de la pesquera Iber Chile S.A. En
consecuencia, postula el recurrente, que no existen hechos acreditados de los cuales pueda
inferirse presunciones que concluyan en el cumplimiento del mandato por parte del Banco.
Agrega que además no se cumple con la exigencia del artículo 1712 inciso tercero del Código
Civil porque ni siquiera explica en qué consistirían tales presunciones.

Segundo: Que en el fallo que se impugna se han dejado establecidos los siguientes hechos:

a.- Que la comisión mercantil encomendada al Banco Sud Americano tenía por objeto el
retorno de dineros de una exportación efectuada por la Pesquera Iber Chile S.A.b.- Que con
fecha 28 de junio de 1991 el Banco Sud Americano emitió a nombr e de su comitente,
Pesquera Iber Chile S.A., el vale vista Nº 124881, en moneda nacional, por la suma de
$27.727.007, correspondiente al monto retornado menos la comisión.

c.- Que el vale a la vista Nº 124881 fue retirado con igual fecha desde el Banco, por doña
Fabiola Silva Saavedra, C.I. Nº 10.763.983-9, a quien se había facultado para estos efectos
mediante poder simple que le fuera otorgado con fecha 17 de junio de 1991, por el Sr. Jesús
González Pérez, representante legal a esa época de Pesquera Iber Chile S.A.

d.- Que el Banco Sud Americano cumplió oportunamente con el mandato comercial
encomendado por la Pesquera Iber Chile S.A., toda vez que liquidó las divisas que había
retornado, emitiendo a requerimiento del comitente, un instrumento representativo de dinero
como es el vale a la vista Nº 124881 por la suma de $27.727.007, el que fue entregado a
Fabiola Silva Saavedra, habilitada para estos efectos, cumpliendo de esta forma el
comisionista con su obligación de rendir cuenta al liquidar la operación y entrega r al comitente
a través de un vale vista, el dinero recibido.

e.- Que el acto realizado el 4 de julio de 1991 por doña Fabiola Silva Saavedra consistente en
la solicitud al Banco Sud Americano de tomar dos vales a la vista a nombre de terceras
personas distintas a Pesquera Iber Chile Se.- Que el acto realizado el 4 de julio de 1991 por
doña Fabiola Silva Saavedra consistente en la solicitud al Banco Sud Americano de tomar dos
vales a la vista a nombre de terceras personas distintas a Pesquera Iber Chile S.A. en una
operación bancaria independiente y distinta de la comisión mercantil.

f.- Que la comisión en cuestión concluyó el 28 de junio de 1991 y la acción de autos se notificó
el 31 de mayo de 1996.

Tercero:Que, asimismo, los jueces del fondo señalaron como fundamento de su decisión, por
la que acogen la excepción de prescripción, que la comisión mercantil en comento es un acto
de comercio, conforme lo disponen los Nros. 4 y 11 del artículo 3 del Código de Comercio y en
consecuencia, a un acto formal de tal naturaleza, sea el acto mercantil para ambos
contratantes o sólo para uno de ellos, no le es aplicable la teoría de la accesoriedad
argumentada por el demandante.

Han considerado además, que el artículo 822 del Código de Comercio señala que las
obligaciones de que trata el Libro II "en el cual se halla reglada la comisión o mandato
comercial "y que no tengan señalado un plazo especial de prescripción, durarán cuatro años;
en consecuencia, al haber concluido la comisión en cuestión el día 28 de junio de 1991 y
haberse notificado la acción de autos el 31 de mayo de 1996, ha transcurrido el tiempo
necesario para declarar prescrita la acción emanada del mandato comercial ejercitada en la
especie.

Cuarto: Que para determinar si se configuran las infracciones de ley que denuncia el
recurrente procede analizar primeramente si se ha producido una vulneración al artículo 3
Nros. 4 y 11 del Código de Comercio y éste en relación con los artículos 822 del mismo cuerpo
legal y 2515 del Código Civil .

Al efecto, el referido artículo tercero señala que "Son actos de comercio, ya de parte de ambos
contratantes, ya de parte de uno de ellos:Nº 4º la comisión o mandato comercial" y "Nº 11º las
operaciones de banco, las de cambio y corretaje."

Por su parte el artículo 822 del Código de Comercio expone que "las acciones que procedan de
las obligaciones de que trata el presente libro y que no tengan señalado un plazo especial de
prescripción, durarán cuatro años. Las prescripciones establecidas en este código corren
contra toda clase de personas."

A su vez el artículo 2515 del Código Civil indica, refiriéndose a la prescripción de la acción
ordinaria, que este tiempo es cinco años.

Quinto: Que el artículo primero del Código de Comercio establece, al señalar el ámbito de
aplicación de dicho cuerpo legal, tres reglas diferentes:

a) Rige las obligaciones de los comerciantes que se refieran a operaciones mercantiles. En


virtud de esta regla el referido texto legal regula los actos ejecutados por comerciantes, que
dicen relación con obligaciones mercantiles.

b) Rige las obligaciones que contraigan personas no comerciantes para asegurar el


cumplimiento de obligaciones comerciales. Esta disposición se refiere especialmente a los
contratos accesorios, como por ejemplo la fianza, celebrados por una persona no comerciante
para garantizar una obligación mercantil, otorgándosele, en consecuencia, la calidad de acto de
comercio.

c) Y, finalmente, rige aquellas obligaciones que resulten de contratos exclusivamente


mercantiles.Debiendo reconocer que, sin embargo, hay casos en que el Código de Comercio
rige contratos civiles junto con otros calificados de exclusivamente mercantiles, existiendo así
contratos regidos tanto por el Código Civil como por el Código de Comercio ; asimismo, y por
otra parte, existen actos que se conocen con el nombre de "actos mixtos o de doble carácter",
que son aquellos que pueden ser mercantiles para uno de los contratantes y civil para el otro,
es decir, no son exclusivamente civiles ni mercantiles sino que lo son sólo para una de las
partes, de manera que en su aspecto mercantil deben ser regidos por el Código de Comercio .

Por su parte el artículo tercero del Código de Comercio está destinado a determinar cuáles son
los actos mercantiles, cuya definición no ha sido tratada en dicho cuerpo normativo ni en otro,
limitándose éste a realizar una enumeración de aquellos actos a los cuales se les atribuye tal
naturaleza. Situación por la cual, para poder determinar si el acto de que se trata es mercantil
o no, necesariamente se debe recurrir a estudiar tal enumeración y los requisitos exigidos para
que cada uno de los actos allí citados sea considerado como acto mercantil.El mencionado
artículo 3 , no obstante enunciar lo que denomina actos de comercio, ya para una o ambas
partes, hace referencia específicamente a actos jurídicos en los numerales 1, 2, 3, 4 y 10; en
los ordinales 11 y 12 alude a un conjunto de actos de carácter complejo, que les une un
propósito y que se denominan operaciones; quedan bajo los números 15, 16 y 19 los contratos
de comercio marítimo, siendo discutible que actualmente el Nº 18 se una a dicho comercio, por
su actual naturaleza laboral; el Nº 17 consigna obligaciones legales en caso de averías,
naufragios y salvamentos, y los demás números se refieren a actividades económicas o
empresas de determinado giro económico (Nº s 5, 6, 7, 8, 9, 13, 14 y 20).

Una teoría general del acto de comercio es difícil de fundar en las diferentes disposiciones
aludidas; por esta carencia legislativa, la doctrina y parte de la jurisprudencia, recurren
tradicionalmente a distintas interpretaciones para definir el acto de comercio,
específicamente:a) Teoría de los actos jurídicos de comercio de carácter típicos u objetivos;

b) Teoría de lo accesorio o funcional, considerando la actividad o función que se desarrolla


para determinar la naturaleza del acto, ampliando la mercantilización a actos que no lo son o
excluir de ella cuando no concurren comerciantes, o concurriendo no se realizan para una
actividad mercantil;

c) Teoría de los actos de doble carácter, mixtos o unilaterales de comercio, conforme a la cual
un mismo acto puede ser mercantil para una de las partes, pero no para la otra, la que
generalmente se rige por el derecho civil, y

d) Teoría de la legalidad, en que sólo la ley puede crear actos de comercio y no las partes
(Juan Esteban Puga Vial, El Acto de Comercio, Editorial Jurídica).

De lo dicho y considerando además que el artículo 4 del Código Civil establece que las
disposiciones contenidas en el Código de Comercio se aplicarán con preferencia a las del
Código Civil , es posible concluir que el Código de Comercio es una legislación especial, que
se aplica con preferencia de la general o común, a los sujetos que denomina comerciantes;
que el Código Civil es la legislación común, que está llamada a ser considerada de no existir
legislación especial que rija la materia o existiendo, no regula un aspecto concreto, por lo que
corresponde tenerla presente de modo subsidiario y que el Código de Comercio regula
directamente ciertos actos y sus efectos.

Sexto: Que la determinación de la calidad del acto, esto es, la calificación de un acto como de
comercio o civil, se hace necesaria, entre otros motivos, para fijar la legislación de fondo
aplicable, cual es precisamente la discusión que se ha suscitado en el caso sublite, por lo que
corresponde atender al caso concreto.

Séptimo:Que, habiéndole atribuido los sentenciadores a la comisión mercantil "cuya existencia


se ha tenido por establecida en autos y no ha sido materia de discordia "la calidad de acto de
comercio de conformidad con lo que disponen los Nros. 4 y 11 del artículo 3 del Código de
Comercio , procede que se haga una revisión a dichos numerales a fin de examinar la
naturaleza asignada al acto, atendiendo, de esta forma el caso específico.

Octavo: Que, en efecto, el número 4 precitado le asigna el carácter de mercantil a "la comisión
o mandato comercial", debiendo entenderse por mandato comercial, según lo prevé el artículo
233 del Código de Comercio "un contrato por el cual una persona encarga la ejecución de uno
o más negocios lícitos de comercio a otra que se obliga a administrarlos gratuitamente o
mediante una retribución y a dar cuenta de su desempeño". De acuerdo con el artículo 235 del
mismo cuerpo legal el mandato comercial toma el nombre de comisión cua ndo versa sobre
una o más operaciones mercantiles individualmente determinadas, constituyendo la comisión
entonces, una especie de mandato comercial.

El mandato se encuentra regulado tanto en el Código Civil como en el Código de Comercio ;


por ende, la medida para distinguir un mandato comercial de uno civil la encontramos en la
propia definición y ella consiste en atender simplemente a la naturaleza del acto encomendado,
es decir, si se encomienda la ejecución de un acto mercantil el mandato será comercial.

Así toda actividad de los comisionistas será mercantil, aunque el encargo no lo sea, porque es
objeto del derecho comercial la vida de los comisionistas profesional. Lo que es mercantil es la
comisión, que por definición legal versa siempre sobre operaciones comerciales
individualmente determinadas, en tanto actividad típicamente mercantil; donde participe un
comisionista en el desarrollo de esa actividad hay acto de comercio.Cuando se observan las
reglas comunes a los comisionistas se advierte que la comisión mercantil se centra en el
mandatario o comisionista.

Noveno: Que, a su vez el número 11 del precepto en análisis, se refiere a "las operaciones de
banco, las de cambio y corretaje".

En cuanto a las operaciones de banco -que interesa para el caso sub lite- éstas no se
encuentran definidas por el Código de Comercio , pero se entiende por operaciones a un
conjunto complejo e innominado de actos, generalmente atípicos, asociados a un objeto y
unidos en su finalidad.

Y el objetivo o finalidad de la operación bancaria puede concluirse a partir de la definición que


de "Banco" otorga el artículo 40 de la Ley General de Bancos , a saber, "Banco es toda
sociedad anónima especial, que autorizaba en la forma descrita por esta ley y con sujeción a la
misma, se dedique a captar o recibir en forma habitual dinero o fondos del público, con el
objeto de darlos en préstamo, descontar documentos, realizar inversiones, proceder a la
intermediación financiera, hacer rentar estos dineros y, en general, realizar toda operación que
le permita". Asimismo las operaciones de banco están expresamente definidas y establecidas
en el artículo 69 del DFL Nº 3 que fija el texto refundido de la Ley General de Bancos .

Esas operaciones de bancos son actividades mercantiles en sí mismas y todos los actos y
contratos que el banco celebre para el desarrollo de tales operaciones constituyen actos de
comercio, en el sentido de actividad mercantil, toda vez que la ley ha considerado las
operaciones de banco, miradas en conjunto, unas con otras, en relación con la función que
desempeña económicamente una empresa bancaria y, es así como para las empresas
bancarias todas sus operaciones serán siempre y necesariamente mercantiles y siempre habrá
una verdadera empresa puesto que se necesitará un negocio organizado.Además y en todo
caso, la actividad bancaria sólo puede ejercerse, por expresa disposición legal, por sociedades
anónimas, las cuales, de acuerdo con el inciso segundo del artículo 1º de la Ley 18.046 , son
siempre mercantiles, y ello atendido su objeto, esto es, que ha sido formada para negocios que
la ley califica de actos de comercio.

En consecuencia, el ámbito objetivo de la mercantilidad ya está determinado desde sus inicios


por la naturaleza de la actividad en razón de la cual se despliega el tráfico jurídico.

Décimo: Que en cuanto a la alegación formulada por el recurrente, referida a que el acto de
que se trata es mixto o de doble carácter, es decir, en la especie, mercantil para el Banco
demandado pero civil para el actor, de acuerdo a lo expuesto precedentemente no puede
prosperar y, aún cuando se le asignara la calidad que el recurrente pretende, esto es, de acto
comercial únicamente para el demandado, de todos modos correspondería regular este
conflicto de relevancia jurídica, que ha motivado la litis, de acuerdo con la ley mercantil, desde
que, como se ha dicho, tal normativa constituye la ley a aplicar al Banco, por ser éste el
obligado comercialmente.

Undécimo: Que de acuerdo con lo expuesto y razonado en los motivos que anteceden se
puede concluir que no ha existido en el fallo atacado infracción a las disposiciones legales
mencionadas, al determinar los sentenciadores la naturaleza asignada al acto en cuestión,
como comercial y no civil y, por lo mismo, tampoco puede estimarse que tal vulneración exista
al aplicar las normas contenidas en el Código de Comercio de la forma como se ha
dispuesto.De tal suerte que el plazo de prescripción que debe aplicarse en la especie es aquel
que se encuentra dispuesto en el artículo 822 del Código de Comercio , esto es de cuatro
años, término que ha de computarse desde que la obligación se hizo exigible, oportunidad que,
según se dejó establecido en el fallo, ocurrió el 28 de junio de 1991 y, considerándose que la
acción de autos fue notificada el 31 de mayo de 1996, procede sostener, como lo han hecho
los jueces del fondo, que ésta se encuentra prescrita por haber transcurrido en exceso el plazo
indicado. Sin que haya mediado yerro de derecho alguno al dejar de aplicar, en cambio, el
artículo 2515 del Código Civil que regla el plazo de prescripción extintiva de las acciones y
derechos que se originan en contratos regidos por el derecho común.

Duodécimo: Que, sentada la premisa señalada en la motivación precedente, resulta axiomático


concluir que las demás infracciones denunciadas por el actor, sobre las cuales se construye el
recurso de nulidad en estudio, también deben ser desestimadas, toda vez que parten de un
supuesto errado, este es, que la acción entablada no se encuentra prescrita. En efecto, como
se ha dicho, la sentencia impugnada rechazó la demanda por estimar que el plazo asignado
por la ley para entablar la acción de autos había transcurrido en exceso y, por lo mismo, que
aquélla se encuentra prescrita.En consecuencia y, refiriéndose las demás alegaciones vertidas
por el recurrente al fondo de la acción deducida, esto es - a una supuesta vulneración de las
normas relativas a la ejecución del mandato y a la obligación de rendir cuenta por el banco,
como asimismo, a las normas reguladoras de la prueba, por no acreditarse el pago ni tampoco
el retiro del vale vista ni, en definitiva, que el demandado haya cumplido oportunamente el
mandato- tales argumentaciones no pueden ser consideradas, por cuanto aunque el recurrente
demostrara que los errores que enuncia son efectivos, ellos no permitirían anular la sentencia
porque carecerían de influencia substancial en lo dispositivo del fallo, desde que no dicen
relación con una equivocada aplicación, interpretación o falta de aplicación de aquellas normas
destinadas a decidir la cuestión controvertida.
Décimo tercero: Que, en virtud de los razonamientos precedentes, y no habiéndose producido
las vulneraciones de ley ni los errores de derecho denunciados, el recurso de nulidad de fondo
no puede prosperar y debe necesariamente ser desestimado.

De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764 y 767 del Código de
Procedimiento Civil , se rechaza el recurso de casación en el fondo interpuesto por el abogado
Raúl Contreras Medina, en lo principal de fojas 394, en contra de la sentencia de la Corte de
Apelaciones de Santiago, de fecha veinte de octubre de dos mil cinco, que se lee de fojas 393.

Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Peralta.

Rol Nº 6594-05.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Milton Juica A.,
Sergio Muñoz G. y Sra. Margarita Herreros M. y Abogados Integrantes Sres. Carlos
Kunsemüller L. y Ricardo Peralta V.

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