El Backlash y El Abuso Sexual Infantil. Desafíos Actuales PDF
El Backlash y El Abuso Sexual Infantil. Desafíos Actuales PDF
El Backlash y El Abuso Sexual Infantil. Desafíos Actuales PDF
Virginia Berlinerblau
vbblau@gmail.com
Médica, Especialista en Psiquiatría Infanto Juvenil y en Medicina Legal.
Médica Forense de la Justicia Nacional.
El ASI ha sido un problema tanto a través del tiempo y de las diferentes culturas. Su
complejidad psicosocial, cultural y procesos políticos de reconocimiento están involucrados
en la respuesta social hacia el mismo. La negación, la minimización y la racionalización
han jugado siempre un rol central en la respuesta social al ASI.
El backlash en ASI está caracterizado por posiciones extremas, falta de datos de
investigación que la respalde y casi rechazo total del conocimiento y experiencias del abuso
sexual en la infancia.
El proceso pericial debe abordarse con una mentalidad abierta, intentando obtener las
particularidades del caso. Habrá que considerar en algunos casos la posibilidad de
influencia para fabricación y si esta es la hipótesis más firme, chequear las motivaciones
que la fundamentan. En el análisis final, no debemos perder de vista que, normalmente los
niños y adolescentes callan el abuso para evitar problemas, más que para tenerlos y que es
común es que los niños callen las experiencias de abuso sexual y es poco frecuente que
inventen, fabulen o que, inducidos, expresen experiencias creíbles sobre abuso sexual.
Si bien es cierto que el niño tiene una capacidad de fantasear mayor que la del adulto y
que, en determinadas áreas, los niños pueden adornar los hechos reales con producciones de
sus fantasías, esto no ha sido encontrado correlacionado con abuso sexual. Un niño no puede
fantasear sobre algo que está fuera de su campo de experiencias; por lo tanto, no hay evidencia
empírica que pueda sostener que, cuando un niño relata detalles de experiencias de
victimización sexual, esto pueda atribuirse a su imaginación.
Respecto de la preocupación acerca de la sugestionabilidad de los niños, debemos
tener en cuenta que tanto los niños como los adultos son sugestionables; esto quiere decir que
alguna experiencia externa puede alterar el contenido de su memoria, y así producir recuerdos
distorsionados. Los estudios realizados indican más una tendencia en los niños a negar
experiencias que han ocurrido y que han sido percibidas como traumáticas, que a hacer
aseveraciones falsas sobre hechos que no han ocurrido. La vulnerabilidad a la sugestión está
asociada en niños pequeños (hasta 5 años) a eventos que no tienen una importancia central, o
que no han supuesto una participación activa personal. La sugestión está más ligada a la
interpretación de los hechos, que al recuerdo de si la situación ocurrió o no. Una vez que la
sugestión se instaló y produjo una distorsión de la memoria, esta tiende a mantenerse, tanto en
niños como en adultos.
Por otra parte, a partir de los 3 a 4 años, un niño está en condiciones de distinguir la
verdad de la mentira, puede internalizar el sentido de que mentir está mal. Los niños pequeños
no pueden sostener por mucho tiempo una mentira. Tampoco está probado que los niños
mientan más que los adultos.
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Nadie duda que estos casos evocan sentimientos encontrados. Tocan la fantasmática
de cada sujeto que interviene, se ponen en escena la paidofilia y el incesto, las fantasías más
temidas, y ya sea que nos identifiquemos con los niños o con sus padres, están en juego la
relación padres niños, la función paterna, la relación adulto niño y la historia personal de
cada uno.
En nuestro país, alrededor del año 2000 un ex juez civil, usó al prestigioso diario
judicial ¨La Ley¨ para desplegar con su artículo ¨El abuso de la denuncia de abuso¨ una
dura ofensiva mediática contra determinados profesionales –mencionados con nombre y
apellido- que intervenían en casos de presunto abuso sexual infantil. El ex juez se dedicó
especialmente a descalificar a las profesionales mujeres, pertenecientes al campo de la
salud mental, y especialistas en niños.-
El ex juez expresa, en el segundo párrafo de su artículo: ¨ Las reflexiones que
siguen tienen como único objetivo defender la validez y utilidad de la denuncia de abuso
sexual intrafamiliar¨. Sin embargo, ya desde el inicio se advertía que este objetivo no era
único ni verdadero. El incremento de las denuncias de ASI y las intervenciones de las
mujeres profesionales inquietaron al ex juez, pero no en el sentido esperado. Quizás no
estaba habituado a la interdisciplina, quizás no coincidía con las intervenciones de las
profesionales mujeres, o porque contradecía sus preconceptos y prejuicios, quizás se
tomaba muy en serio aquello de que ´el juez es perito de peritos´.
El hecho es que ¨El abuso de la denuncia de abuso¨ en realidad fue una pantalla,
una mera excusa para desacreditar a profesionales que le molestaban, bajo la supuesta
defensa de los padres y los niños. Es el ex juez quién hizo un uso abusivo de la denuncia,
porque su escrito revela el verdadero objetivo: el de perjudicar la reputación de
determinadas personas, además con información falsa. El ex juez tomó las denuncias de
incesto paterno filial como una amenaza a la figura paterna e, identificado con los
abusadores se convirtió en un abusador. Desde su visión, es mejor tener a un padre violador
que no tener ninguno. Se niega de esta manera el terrible drama subjetivo de la niña
victimizada por quién tiene el deber de cuidado, ignorándose además que no hay retorno
en la caída simbólica del rol paterno que el acto incestuoso conlleva, acto perverso que deja
a la hija desamparada, en estado de duelo.
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Esta postura abrió por ello serios interrogantes éticos sobre el profesionalismo del
ex juez en estos casos y pareciera responder también a la necesidad de reafirmar su
autoridad como juez, y la del pater, posiblemente por su percepción del poder patriarcal
disminuido ante el incremento de las denuncias.
Puede advertirse hasta qué punto la negación es un mecanismo de defensa que lleva
al desconocimiento y a una ignorancia con rasgos pasionales, perdiéndose la objetividad y
la racionalidad. Tenemos un ejemplo muy lamentable y reciente además con la reacción
social que provocó una denuncia de abuso sexual por parte de una adolescente en la ciudad
de General Villegas.
La reacción negativa violenta o backlash en ASI, surgió también por entonces con
un fuerte movimiento de oposición por parte de grupos de padres contra los profesionales
dedicados al campo del Maltrato Infantil.-
Las estadísticas a nivel internacional señalan que estos casos son minoritarios,
aunque pueden hacer mucho daño. Por ello cada caso debe ser evaluado con prudencia, y
creo fundamental enfatizar que el hecho que los niños sean influenciados por los adultos
que los cuidan no los convierte en ventrílocuos. Una cuestión es decir que los niños
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aprenden la lengua materna y muy otra es afirmar que el niño es un mero objeto repetidor
de las expresiones parentales. Muchos casos de ASI son ambiguos y no siempre es posible
arribar a una conclusión certera. Pero realmente no es ético ni necesaria una etiqueta
seudocientífica -´el síndrome de alienación parental´- en la Justicia, para ayudarnos a
entender que está pasando.
También debemos tener precaución a la hora de etiquetar una denuncia como falsa
(que habitualmente es interpretada como deliberadamente maliciosa), ya que suele incluir a
los casos insustanciados/infundados, aquellos donde puede ocurrir que la evidencia sea
insuficiente para clasificar el caso en la categoría positiva; sin embargo, estos casos no
necesariamente reflejan “denuncias falsas” porque muchas de ellas pueden incluir reclamos
válidos de abuso que simplemente no alcanzan el nivel de evidencia requerido para seguir
un proceso de investigación o para inclusive denunciarlo. Esto es especialmente
problemático en los casos de niños de edad preescolar que no presentan lesiones físicas, ya
que sus testimonios, -cuando los pueden brindar-, son típicamente incompletos y breves y
teniendo en cuenta que no existe el síndrome del ASI ni test que per se distingan denuncias
verdaderas de falsas, se plantean verdaderos dilemas, principalmente en los casos
intrafamiliares y si hay convivencia entre el niño y el presunto abusador.
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La literatura del backlash contiene numerosos artículos que exageran las faltas del
sistema de protección infantil y minan los esfuerzos por proteger a los niños. Es necesario
un trabajo más efectivo para responder a la literatura del backlash y para llamar la atención
del público sobre las muchas faltas de la literatura del backlash que incluyen.
1. falta de objetividad
2. Dependencia en ¨expertos¨ no confiables o tendenciosos
3. El uso cuestionable de las estadísticas.
Ningún elemento debe ser tomado en forma aislada, sino que debe ser considerado
en el contexto global de la evaluación y de todos los antecedentes del caso o sea del
expediente. También debemos tratar de evitar prejuicios y resistir el identificarnos con una
parte o con la otra. Nuestra objetividad será analizada y podemos sentirnos agredidos por
las demandas polarizadas de las partes involucradas. Quizás el principio más crucial es
mantener una mente abierta y humilde acerca de cuánto no sabemos, más que una
confianza rígida.
Finalmente, es fundamental trabajar en equipo, en forma multi e interdisciplinaria
para lograr la articulación y no la competencia de saberes para una óptima aproximación al
ASI.-