VIDA DE SAN JOSE DIMAS ANTUÑA RESEÑA Prof. Eilhard Schlesinger
VIDA DE SAN JOSE DIMAS ANTUÑA RESEÑA Prof. Eilhard Schlesinger
VIDA DE SAN JOSE DIMAS ANTUÑA RESEÑA Prof. Eilhard Schlesinger
Eilhard Schlesinger
Sección: Bibliografía
LA VIDA DE SAN JOSÉ, por Dimas Antuña. Ediciones San Rafael, Buenos Aires 1941
Esta conferencia sobre san José, pronunciada por el autor en La Fraternidad de la Asunción, el
día 9 de junio de 1940, difiere mucho de las cosas que comúnmente se leen sobre el Patriarca.
La vida de un santo no puede ser un simple tema del género literario de la biografía, pues
semejante biografía, que puede escribir hasta un ateo, vendría a presentarnos esa vida
precisamente en los aspectos que menos interesan. La biografía de un santo debe ser la
ilustración de la palabra del Salmo: Mirabilis Deus in sanctis suis, es decir que debe mostrar los
misterios de Dios que se revelan en el santo, y vistos con los ojos de la fe. Así en la vida de San
José, un biógrafo común, por ejemplo, y aunque sea creyente, llega pronto a la conclusión de
que es muy escaso el material aprovechable, y falto de datos positivos y a fin de dar entero
cumplimiento a las reglas del género, llena los vacíos con inducciones de su imaginación o con
afirmaciones más o menos plausibles o edificantes. En el libo de Dimas Antuña que comentamos,
el pensamiento va por otro camino; no se trata de una biografía precisamente, sino de la
inteligencia que procura a un cristiano contemplar los misterios de la vida del Patriarca en
función de la parte importantísima que tuvo san José en la economía de la Encarnación.
Anteriores escritos del autor atestiguan en él esta preocupación espiritual; de éstos debemos
señalar especialmente su libro El que crece (París, 1929) porque él constituye en cierto modo la
base de la presente obra.
En El que crece Antuña consideraba el misterio del patrocinio de San José sobre la Iglesia
universal, guiado principalmente por el oficio divino de la festividad, y allí al comparar a san
José con san Juan Bautista y estudiar paralelamente a estos dos grandes santos, que en su
relación íntima y directa con el misterio de la Encarnación no se oponen, pero no coinciden,
descubrió la esencia de la santidad del Patriarca. Ambos santos son el cumplimiento de
diferentes figuras de la Antigua Alianza, ambos tienen un ministerio propio en la Encarnación y
en la vida del Verbo Encarnado, y a ambos finalmente, y como consecuencia de lo anterior, les
corresponde una misión peculiar en la Iglesia, es decir, en el Cuerpo místico, continuación y
complemento de la Encarnación. San Juan Bautista, voz del Verbo, como lo llama san Agustín,
es la plenitud de los profetas y más que profeta, porque no anuncia solamente lo que ha de
venir, sino que lo señala con el dedo; manifiesta al Verbo públicamente y sufre luego el
martirio. San José, en cambio, es la plenitud de los patriarcas y el Patriarca por excelencia, pues
no trasmite la esperanza de Israel, sino que la lleva en sus brazos y la guarda. Así, san Juan
Bautista viene a ser la figura del apostolado de la Iglesia y le corresponden, en la historia de la
Iglesia, los siete años de grande hartura; mientras que san José es la más perfecta expresión de
la vida oculta, de la vida de negación espiritual contemplativa y, en su silencio, guarda el pan
para los siete años de hambre.
Esta inteligencia, ahondada y llevada a mayor madurez en el transcurso de los años (El que
crece es un libro de juventud), le ha permitido a Antuña darnos en La Vida de san José un croquis
– dice él – que manifiesta al santo con una claridad y una sencillez maravillosas. En él aparece
san José como el prototipo de la vida espiritual cristiana, tal como la describen, por ejemplo,
santa Teresa o san Juan de la Cruz. La firmeza del dibujo y la armonía de sus partes revelan una
gran unidad de concepción. Los datos positivos, es decir, lo que la fe nos enseña sobre la vida de
san José, permiten distinguir dos partes principales en ella: una es su vida hasta la Encarnación;
la otra su ministerio como Patriarca y cabeza de la Sagrada Familia. Cada una de estas partes se
compone de tres elementos; la primera comprende, 40 años de apartamiento en Nazareth, el
día de los Desposorios y su noche, es decir, la agonía del santo cuando creyó que debía dejar a
la Virgen; la segunda está formada por tres viajes. Y en efecto, el Evangelio atestigua tres viajes
de San José: el primero de Nazareth a Belén, para empadronarse, y de allí a Jerusalén, para la
presentación del (p. 163) Niño. Es el viaje real; el autor expone luminosamente ahí una cosa que
está a la vista de todos pero que generalmente no se ve: queremos decir, la realeza, la condición
davídica de San José. El segundo viaje es la huida a Egipto, llamado el viaje profético, por los
misterios que en él se cumplen y en él a su vez se prefiguran. Y, el tercero, la subida a Jerusalén
para inmolar la Pascua, viaje que el dolor de los tres días, por la pérdida del Niño y las palabras
del Niño a la Madre al hallarlo en el Templo, hacen que sea llamado el viaje sacerdotal, por la
inmolación y perfecta unión con Dios que estos actos se descubre. Estos viajes presentan los
estados del camino espiritual en sus tres vías purgativa, iluminativa y unitiva. Pero es interesante
advertir que también los tres elementos de que se compone la primera parte de la vida del santo
(el apartamiento de Nazareth, los Desposorios y la agonía) tienen relación con estos tres estados
espirituales y con los tres viajes, de manera que todo este libro está concebido algo así como una
espiral que va desenvolviéndose y reitera, en diferentes alturas y cada vez con mayor amplitud,
un mismo ritmo ternario.
De las dos afirmaciones de la Escritura que atestiguan para siempre la grandeza de san
José: varón de la casa y familia de David y justo, se ve que el autor concede prioridad a la
primera, al Nombre, a lo que el santo es. San José es Hijo de David. Pero lo es plenamente, sin
restricciones. Por el nombre y la sangre en espíritu y en verdad. Es Hijo de David como nosotros
somos cristianos, es decir, que está en el misterio espiritual de David y espera, como nosotros
esperamos las promesas de Cristo. La justicia viene luego, y expresa su perfección moral, pero
es perfección moral de un hombre que tiene conciencia davídica, es decir, que es una
participación del vituperio de Cristo. Finalmente estos dos conceptos llevan al autor a una
lectura del Evangelio en la cual la determinación del santo de apartarse de la Virgen, lo que se
llama comúnmente la tentación del Patriarca, es un acto específicamente espiritual, ajeno a
sugestiones bajas, y determinado a la vez por su justicia y por su conciencia davídica. No es
una duda, dice, es una agonía.
La precisión y sencillez de expresión que el autor ha logrado en esta obra, ponen La vida
de San José al alcance de todos. Si su contenido invita a meditar los admirables juicios y
profundos misterios de Dios en sus santos, la claridad de su prosa (realzada por una impresión
muy nítida) y el equilibrio de la composición, hacen que esa meditación se produzca sin
esfuerzo y dentro del deleite4 que proporciona el comercio de toda obra de arte.
EILHARD SCHLESINGER
Profesor alemán de Filología clásica. Hijo del Prof. de Matemáticas Ludwig Schlesinger (1864–
1933), Creció hasta 1911 en Gießen. Allí cursó el Landgraf-Ludwigs-Gymnasium. Estudió desde
1928 Filosofía e Historia Clásica en la Ludwigs-Universität. Durante tres semestres en la Univ. de
Berlín frecuentó las cátedras de Werner Jaeger, Ludwig Deubner y Eduard Norden. En Gießen se
formó en particular con Karl Kalbfleisch y Rudolf Herzog, con el que fue promovido en 1933. Poco
después rindió su examen y fue a Marburg, donde ingresó en el Gymnasium Philippinum.
En la época del Nacionalsocialismo fue clasificado como no ario y excluido del acceso a la
enseñanza superior debido a su origen judío. Hacia el final de la década de 1930 emigró a
Argentina. Desde 1938 fue Prof. adjunto de Filología Clásica en la Univ. de Buenos Aires. En 1944
pasó a la Univ. de Tucumán, desde allí a la de La Plata, y volvió a Buenos Aires en 1960. Volvió a
Alemania y en 1966 obtuvo una cátedra honoraria en la Univ. de Mainz, donde se radicó con su
familia. En 1968 falleció con toda su familia en accidente de auto cerca de Elz (Westerwald).
SEÑORES:
Un simple fiel,
sin entrar en la santidad misma de ellos, sin entrar en el secreto de sus almas, que,
hasta el día de su manifestación a Israel, sus ideas, sus actos, sus luchas,
ni en el orden político
y nuestra vida,
buscar el sustento
Ni de nuestros estudios
aunque la tengamos,
de la confirmación, de la eucaristía,
de la penitencia:
Y lo mismo aquí:
y como cristianos
6
Y el esquema que os propongo de la vida de san José
es éste:
Cuarenta años,
y tres viajes.
y su noche:
Y tres viajes:
sacerdotal.
y sobre todo
CUARENTA AÑOS
En aquel tiempo
Nació el niño, y,
la inmundicia de la carne
y le pusieron José,
José, pues, quiere decir: Quitó, añadió, y por eso este nombre se traduce por
aumento o crecimiento,
exterior e interior,
No sería él quién es
Ya lo sabéis.
y a su descendencia,
y todos los misterios que estaban figurados en la Ley,
El Mesías Señor.
no solamente políticas -
era considerada,
permanecerá eternamente,
el Mesías Señor.
Llamado en Abraham a la fe
y escogido en David
como varón de su linaje,
era príncipe
pero, desconocido,
En la Sagrada Escritura
es un artesano:
es un obrero:
un carpintero.
tenido en nada,
vive en Nazareth
10
no en Bethleem
ni en Jerusalem
sino en Nazareth.
San José es
11
En esto de Nazareth,
para inteligencia,
y de la vida nueva
y Nazareno, apartado,
es apartado, y
¿para qué?
Para Dios.
12
su nombre y su sobrenombre:
y solamente artesano,
son contrarias,
y no sería nada.
y crece:
Artesano es el de Nazareth,
-Crece apartado, y,
desempeña su nombre.
13
14
y nacida de la carne,
o casi nada.
Le queda el nombre,
extendido a su nombre,
15
Guarda tu fe,
guarda tu nombre.
se ve a sí mismo
Añádame el Señor.
16
sobre la fe y la fidelidad,
afanes y desprecio.
lo aparta
y hace de él un pobre.
17
el nombre y el sobrenombre,
la conciencia davídica
y el corazón nazareno.
la condición de obrero,
18
19
No es una privación,
20
y no llega a la perfección
es decir, su santidad,
UN DIA
En el pueblo de Dios
Artesano, su pobreza,
no se oponen
y guardado.
es su nombre.
Y no sólo su nombre
herrero o carpintero,
el de N azareth ...
un incentivo carnal:
y la pureza de su alma,
y en esta ciudad,
de nada (o de estorbo).
desde el principio,
un juramento de Dios:
10
El ser obrero
es decir:
la purificación de su alma,
habían profanado.
un objeto de contemplación,
o, mejor,
Pero si consideramos,
UNA NOCHE
comienza con el
y dice:
14 generaciones:
14 generaciones:
14 generaciones.
os da una señal:
y la señal es ésta:
San José,
maravillado de admiración
y sobrecogido de terror.
Mirábase a sí mismo, y,
se determinó a dejarla.
le obligaba a retirarse,
y su deseo de Dios
una agonía,
de la concepción virginal,
Es cierto,
la virgen ha concebido,
ni temas recibirla
lo en ella engendrado:
en este misterio
Recibir a la Virgen
en el misterio de la Encarnación.
antes, lo confirma,
ahora es Patriarca,
Y ¡qué oficios!
el nombre de Jesús.
y así,
10
Casa y riquezas
pero, esposa,
el Señor solamente.
Y si tal es la esposa
la prueba de su humildad,
11
Y, naturalmente, que
nos parecen,
el sagrado Evangelio,
de tentación y sospechas,
Creedme,
y como justo
hubo dolor.
es decir, en la fe y la obediencia
de la santidad de su alma,
un acto espiritual,
12
Y TRES VIAJES
no está en su itinerario,
El primer viaje
es de Nazareth a Bethleem;
del Hijo de David o del justo solamente, sino viajes (o gracias, o crecimientos)
manifestaciones sobre todo,
del Patriarca.
Y así en el primero,
y va con todos;
y en el segundo,
obedece al ángel del Señor
y sale de noche;
y sube a Jerusalem.
y así el primero
y el segundo
y el tercero
y probado en la muerte
y le da nueva vida.
en la posada.
Ni en su pueblo, ni en su patria
y ni en su propia casa.
y el nacimiento de Cristo
gloria et dioitiae,
no está en Bethleem
revelan públicamente
y de Bethleem al Templo
de su perfecta obediencia
y de su completa humillación,
la paz,
y se levanta de noche,
y se retira a Egipto.
y huye a Egipto:
y estaba allí
jactancioso y piloso)
obra en figura del hombre bestial y soberbio,
de la primera pascua,
y le dice: -Levántate,
advertido José
no fué a la Judea
y significa la fe obscura.
Va el alma de noche y con peligro de muerte porque buscan la vida del Niño nacido.
Va por el desierto
inmola el Cordero.
es decir, en la revelación,
y se avecina en Nazareth -
ya que en él se cumplen
anunciaron.
El primero da el señorío;
el segundo, la visión.
de Nazareth a Jerusalem
ya no es recién nacido.
y asisten al Templo,
10
es decir,
es el viaje sacerdotal.
y él y la Virgen y el Niño
Va,
11
no habiéndolo hallado,
sentado,
a mí me corresponde estar?
Enorme revelación.
Es la primera -
y la última, y la única.
de su sacrificio,
de doce años.
no entendieron la palabra:
y vino a Nazareth,
Revelado el Padre,
mi alimento es Cristo
Yo en Cristo
y Cristo en mí:
y el Padre en Cristo.
y guardada en el corazón.
y vino a Nazareth.
Callar, obedecer,
y a san Pablo
aquéllos luchan,
éste crece.
12
su vida es un abismo,
es un inmenso océano.
como desenvolviéndose,