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El Demandante de Menfis

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XIX JIDEH y VIII JICEIDIEIH Humanidades – UNSa nov.

2019

El Demandante de Menfis, un breve panorama del tratamiento del


cuento y algunas propuestas potenciales para investigación

Carlos Raúl Nazareno Paredes – Facultad de Humanidades, UNSa


crnparedes@hotmail.com

RESUMEN:
La egiptología en los tiempos reciente experimentó un crecimiento temático novedoso y
complejo, desde los nuevos descubrimientos en las misiones arqueológicas hasta nuevas
traducciones e interpretaciones de las fuentes clásicas. Y el trabajo de las fuentes literarias
no ha quedado al margen de este proceso. En el presente trabajo se resumirá el tratamiento
que tuvo el cuento “El Demandante de Menfis”, el cual se presenta de forma fragmentaria
en tres fuentes: la tabla de madera N° 13539 del Oriental Institut de la Universidad de
Chicago (Dinastía XVIII-XIX), el papiro E 25351 de Louvre, y el N° 1214 (Dinastía XX).
Las tres fuentes, en hierático. El mismo, que se inscribiría en la producción escrita del
Reino Medio relata una historia acontecida en las postrimeras de las Dinastía VI,
concretamente durante el reinado de Pepi II. En las interpretaciones/traducciones
presentadas por Emma Brunner-Traut se propone un carácter moral respecto al porqué
del mismo debido a la naturaleza particular del relato, en donde se lo posiciona al faraón
en situaciones “mal vistas” por el “pueblo” egipcio. A pesar de este carácter “novedoso”
dentro de la literatura egipcia, el cuento presenta puntos que se inscriben en los estudios
de género, principalmente en el campo de la homosexualidad en el Antiguo Egipto. El
potencial de la fuente, también, recae en los estudios políticos, sociales y culturales sobre
un periodo terminante como fue el final del Reino Antiguo, y respecto a su contexto de
circulación en el Reino Nuevo, es interesante plantear potenciales ejes de análisis.

BREVE INTRODUCCIÓN A LA CUESTIÓN LITERARIA:

El pueblo egipcio fue uno de los primeros en utilizar la escritura. Al principio


la empleaban sobre todo para contar, o más concretamente, para guardar
memoria de lo que habían contado: las medidas de trigo, las ovejas, las vacas,
las vasijas, las herramientas, la gente que vivía aquí o allá. Una vez plasmada
por escrito, esa cuenta era más fácil de comunicar al intendente que, a su vez,
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la transmitía al soberano. Muy pronto los usuarios de la escritura descubrieron


sus poderes mágicos. El poder de evocar objetos, decorados, acciones,
personajes, e, invocándolos, recrearlos, incluso crearlos. Así surgieron las
fórmulas mágicas que cubren las paredes de las tumbas y la literatura escrita
de los egipcios […] El papiro no tardó en sustituir las paredes: es un soporte
mucho más cómodo. La literatura fue perdiendo su función religiosa. La
intención de los escribas-escritores era divertir y seducir. Esta literatura muy
antigua, generalmente sofisticada y redactada en un estilo rebuscado, se
dirigía a un público culto ya que, en aquella época, muy poca gente sabía
leer.1
Con estas palabras Michel Laporte definió el origen y el papel de la literatura en la
civilización del Nilo. Sin embargo, el rol de la misma es mucho más complejo que lo
expuesto puesto que no fue homogénea y tuvo diferentes roles a lo largo de los periodos
históricos de la civilización egipcia2. Pero hacía principios del Reino Medio surgió una
literatura narrativa egipcia, que supuso una “revolución mediática” que, según Richard
Parkinson3, fue el resultado de la aparición de una clase intelectual de escribas, de una
nueva sensibilidad cultural sobre la individualidad, de unos niveles de alfabetización sin
precedentes y un mayor acceso al material escrito. Como explica Pablo Martín Rossel
(2013), el trabajo desde la egiptología, sobre la cuestión literaria:

Durante décadas los análisis y enfoques sobre la literatura egipcia se basaron


en la lectura e interpretación de estos textos literarios y se preocupaban más
por establecer las conexiones entre lo literario y lo histórico en dichas
narraciones antes que en brindar una definición apropiada -y desde las
peculiaridades de la propia disciplina- al término de literatura egipcia. En este
sentido, uno de los problemas recurrentes dentro de las investigaciones sobre
el mundo antiguo era el de comprender y estudiar a los textos literarios desde
dos perspectivas. La primera que analizaba la fuente literaria como un
discurso fiel a los hechos históricos que en ella se narraban y la segunda que
solía considerar a las fuentes como pura ficción, sin correlación alguna entre
lo contado y la realidad (Castañeda Reyes 2008: 342-343). Así, el estudio de
la literatura egipcia estuvo hasta la década del ´70 adherido a un modelo
“evemerístico” que apuntaba a establecer relaciones directas entre hechos
históricos y literatura y “aductivo”, esto es la tendencia a establecer el carácter
literario de un texto sobre la base de un análisis individual sin interés por sus
consideraciones teóricas (Loprieno 1996b: 40). De manera que se puede
afirmar cómo durante gran parte del siglo pasado la egiptología se mantuvo
al margen de las preocupaciones referidas a los problemas teóricos y

1
LAPONE, Michel (2008) – 11 cuentos del Antiguo Egipto. Editex, España, pp. 2-3 (120) pp.
2
Remitiéndome a los periodos de Reino Antiguo, Medio y Nuevo con sus respectivos periodos intermedios,
tal como plantea Nicolas Grimal (1989) – Historia del Antiguo Egipto, Ed. Akal, Madrid
3
PARKINSON, Richard (2002) – Poetry and Culture in Middle Kingdom Egypt: A Dark Side to Perfection,
Continuum, Londres, 393 pp.
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metodológicos que implicaba el uso de los conceptos de literatura y texto


literario para el antiguo Egipto (Zingarelli 2010: 210; Coletta 2011: 14).4
Dentro de esta búsqueda por un nuevo corpus conceptual propio, para los estudios
egiptológicos, los aportes de la segunda mitad del siglo XX han contribuido en gran
medida a las traducciones que disponemos actualmente, tanto en habla hispana como en
otros idiomas (principalmente inglés y alemán). Hoy la definición y conceptualización de
la Literatura egipcia recayó en la idea de que el contexto es lo que enmarca los límites y
las potencialidades de lo escrito, las ideas y valores que en ellos aparecen o están ausentes.
De esta forma, creemos que susodicha debe ser interpretada y definida en base al contexto
social y cultural de producción. (Rosell, 2013) En este aspecto se puede inscribir el cuento
del “Demandante de Menfis” como un producto literario que, rastreando su modelo de
motivación compositiva, retoma viejas experiencias de la corte real (Pepi II) para enseñar
“normas y valores” en el presente de producción (Reino Medio y, desde los soportes,
Reino Nuevo)

Suponemos que el cuento seleccionado tiene su raíz en el Reino Medio, a pesar de que su
soporte en la escritura hierática (lo que hace suponer que el contexto de circulación del
mismo se enmarcó dentro de los sectores escribas de la sociedad del Reino Nuevo), ya
que en palabras de Jan Assmann:

[…] más allá de esto cabe afirmar que si los reyes de la XII dinastía no crean
una literatura, desde luego sí que dieron el paso de ponerla a su servicio lo
que proporcionó a la misma un auge y desarrollo inéditos […] tenemos
literatura en épocas posteriores, pero a diferencia de la que nos ocupa ahora,
en ella ya no se advierte esta función política y propagandística que
caracteriza a las obras del Imperio Medio. La conexión íntima de literatura y
política es privativa Imperio Medio. En esta época asistimos a una
vinculación de política, retórica y literatura que no se repetirá en toda la
Historia de Egipto.5
Esto se puede connotar en el valor educativo de la literatura en el Reino Medio, y dentro
de este sentido, la impronta “moralizante” es el eje transversal de toda producción del
mismo. Dentro de esta idea se puede comprender el comentario de Emma Brunner-Traut
(1963) al referir sobre el fin del cuento seleccionado, y su intento de “sanear” las lagunas
en el mismo. Esto permite comprender el desarrollo del mismo, y ver sus potencialidades.

4
ROSELL, Pablo Martín (2013) – Tesis doctoral: Las Admoniciones de Ipuwer. Literatura política y
sociedad en el Reino Medio egipcio, Universidad Nacional de La Plata, pp. 93 (355) pp.
5
ASSMANN, Jan (1995) – Egipto a la luz de una teoría pluralista de la cultura, Akal, Madrid, pp. 31 (71)
pp.
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BREVE RESUMEN DEL CUENTO, Y SU CONTEXTO:

Un punto importante a señalar sobre el cuento es la propia estructura del mismo, el cual
fue en articulado por G. Posener6, y a partir de ello retomado en algunas compilaciones
de cuentos. El desarrollo del mismo tiene como punto de partida la presentación de los
cuatro personajes principales (Neferkare -Pepi II-, el general Sisene, el rey Teti y el conde
Iti), luego da un salto hacia el principal problema, la llegada del demandante de Menfis a
la corte real, la cual desoye los reclamos y se burlan del demandante, aparece Teti a
ayudarle, quien termina descubriendo que el faraón “salía por la noche sin acompañantes”
hasta llegar a la casa del general Sisene “en cuya casa no había ninguna mujer”, para
luego dar detalles sobre el tiempo que permaneció en la casa del general, el cierre del
cuento (por lo menos en la traducción de Brunner-Traut) cierra con el demandante
logrando su cometido al poder comprobar la corrupción de la Casa Real.

Una de las particularidades de este cuento es el soporte en tres fuentes de diferentes


tiempos: una tabla de madera de la dinastía XVIII y dos papiros datados entre la dinastía
XIX y XX. Esto lleva a suponer la existencia de una difusión constante del mismo a lo
largo del Reino Nuevo. Y a partir de ello es posible inferir en cuanto a los motivos de
dicha circulación. Puesto que el Reino Nuevo se caracterizó por un retorno al pasado en
busca de modelos arquetípicos, una especie de “volver a los tiempos gloriosos”, que no
solo se representó en la cuestión arquitectónica o en la cuestión funeraria, sino también
en la cuestión cultura, la búsqueda de explicaciones en el pasado (siempre atravesado por
la cuestión religiosa) llevó a la búsqueda de motivos para los periodos de caos (o donde
no reinó el Ma-at) y en ese punto, la corrupción de la casa real a fines de la Dinastía VI
emerge en el marco explicativo de la literatura egipcia.

Sin embargo, es posible rastrear, a través del ejemplo de otros cuentos de igual
intencionalidad moral (por ejemplo, la Historia de Sinuhé) el posible punto de origen del
cuento, y varios autores (Brunner-Traut, Posener, entre otros) concuerdan que tiene raíces
en tiempos anteriores al de los soportes. En concreto, lo sitúan en el Reino Medio. Y esto
se puede comprender si se sigue lo planteado por Luis Gonzalez Gonzalez:

6
POSENER, George (1957), Le conte de Néferkarè et du général Siséné en Revue d'Égyptologie, Vol. 11,
Ed. Société Française d'Égyptologie, Francia, pp. 119-137
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Con la llegada del Imperio Medio, la situación del escriba no varió, sino mas
bien lo contrario. Como hemos visto, gracias a las diferentes reformas
administrativas llevadas a cabo en los departamentos administrativos el
Imperio Medio destaca sobre todo por el impulso literario. Se redactaron
grandes obras que como ya hemos mencionado, se convertirán en absolutos
referentes para las distintas generaciones de escribas que todavía están por
llegar, donde no solo hallamos enseñanzas, como las Enseñanzas de Jeti. La
ficción también jugó un papel importante, si acaso, los temas escogidos igual
no fueron tan ficticios […]. Cabria destacar sobre todos […] obras
importantes […] donde vemos que el escriba y la sociedad en general buscaba
un nexo de unión entre el Imperio Medio y el Imperio Antiguo: […] Las
Lamentaciones de Ipu-Ur […]7
Esta búsqueda de relación entre el Reino Antiguo y el Medio permite suponer que la raíz
de varios relatos y cuentos de periodos posteriores (Reino Nuevo) tienen sus raíces reales
en el Medio debido al contexto propio de (esta) primera explosión literaria.

Un detalle que no se puede omitir es la propia lógica de las sociedades antiguas puesto
que, como es bien sabido, el numero de habitantes con acceso a los altos dispositivos
culturales (escritura) estaba restringidos no más del 1 o 2% de la población total. Lo que
significa que el contexto de circulación de las obras se reducía a la susodicha élite escriba
que manejaba, producía y renovaba dichos conocimientos. Esto no quita la posibilidad
que parte de estos relatos tengan raíces orales, las cuales podía tener un mayor contexto
de circulación. Pero es una posibilidad.

Por lo tanto, los indicios que subyacen en la historia del “Demandante de Menfis”
permiten, a grandes rasgos, inferir en una historia que, a pesar de poseer lagunas
importantes, tiene una función específica, que es la de operar cómo nexo ficticio-semi
ficticio entre el Reino Antiguo y Medio, a través la búsqueda de explicación del origen
del Primer Periodo Intermedio en la corrupción de la Casa Real en las últimas etapas de
la Dinastía VI, concretamente, durante el reinado de Pepi II y sus sucesores.

TRATAMIENTO DEL CUENTO (I): GÉNERO Y AGENTES SUBALTERNOS:

Como plantea el autor marxista Antonio Gramsci:

La historia de los grupos subalternos es necesariamente disgregada y


episódica […] sufren siempre la iniciativa de los grupos dominantes, incluso
cuando se rebelan y se levantan. En realidad, incluso cuando parecen

7
GONZALEZ GONZALEZ, Luis (2011) – Todo lo que debes saber sobre el Antiguo Egipto. Nowtilus,
Madrid, pp. 256-257 (545 pp.)
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victoriosos […] se encuentran en una situación de alarma defensiva […] Por


eso todo indicio de iniciativa autónoma de los grupos subalternos tiene que
ser de inestimable valor para el historiador integral.8
Y en este sentido el cuento, a partir de la década de los ochenta, salió del mero circulo de
las compilaciones y los corpus literarios, y comenzó a ser tratado en cuestiones y
problemáticas históricas más concretas: los estudios sobre la Homosexualidad en el
Antiguo Egipto fue el primer escenario del cuento.

Los susodichos trabajos se enmarcaron en los estudios de género que florecieron en la


década de los setenta. Sin embargo, no será hasta entrado los años noventa donde el
cuento empiece a ser analizado, desde este enfoque. Por ejemplo, en el trabajo de Wayne
Dynes y Stephen Donaldson (1992) el propio Posener da un análisis de su trabajo
rescatando la primera parte del cuento donde se señala que el fragmento donde cuenta del
general Sisene “en cuya casa no había ninguna mujer” y la parte de las salidas nocturnas
del faraón a la casa del general. Con estos indicios se esbozó la idea de que, en el antiguo
Egipto, si bien la homosexualidad estaba aceptada como una realidad, en el discurso
canónico sobre los comportamientos del dinasta y su entorno, no era una práctica bien
vista. Sin embargo, otro ejemplo de análisis rescatado desde este enfoque es el planteado
por Richard Parkinson (1995) quien plantea el rol del “deseo homosexual” como una
marca literaria que, a diferencia del discurso oficial (entendido como el expresando en la
escritura monumental) era tomado como una agresión (Parkinson, 1995).

Si bien el cuento es tomado como una fuente para los estudios de género, atendiendo a
rol subalterno de los homosexuales en la sociedad del antiguo Egipto, no deja de ser
interesante el planteamiento potencial hacía otros enfoques.

TRATAMIENTO DEL CUENTO (II): LA CASA REAL ¿CUESTIONADA?

Un punto interesante que plantea Brunner-Traut en su comentario sobre este cuento es el


potencial análisis sobre su “enfoque” acerca de la casa real y el faraón en concreto. Puesto
que es un contenido no muy frecuente dentro de la literatura del Reino Medio. Ya que las
acciones de los mismos, dentro de la narración, no son bien vistas por el “pueblo” en
general. Y en este punto es interesante plantear la potencialidad sobre hasta que punto las

8
GRAMSCI, Antonio (2017) – Antología. Selec. y Trad.: Manuel Sacristán, Biblioteca del Pensamiento
Socialista, Siglo Veintiuno editores, Buenos Aires, pp. 493 (544 pp.)
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elites escribas tenían contacto con los sectores mas bajos y medios de la sociedad egipcia.
Puesto que, si bien no estaba bien visto el desprestigio de la figura del faraón y de la corte
dentro del discurso oficial canónico, dentro de los ámbitos literarios (como lo ejemplifica
el cuento) estaba más flexibilizado este punto.

Y aquí se puede entrar en la cuestión de la Memoria cultural, que planteaba Assmann


sobre de los tipos de textos que circularon en el Antiguo Egipto. Esta caracterización se
basa en la “función que cumple cada uno dentro de la sociedad egipcia”. Mientras el texto
literario cumple las reglas del sistema literario, el texto cultural es aquel que, por su
especial significación, se selecciona de un conjunto de textos y se le otorga un estatus
canónico (cultural) y pasan a formar parte de la memoria cultural.9 En este punto es
importante plantear que los textos culturales conforman el conocimiento relevante y
tradicional de una sociedad, en el que la memoria juega un papel esencial permitiendo la
reproducción de tal identidad cultural.

EL TRATAMIENTO DEL CUENTO (III): POTENCIALIDADES Y LIMITES

Un claro límite para el análisis del Demandante de Menfis es el propio estado de las
fuentes que, además de poseer importantes lagunas entre los distintos fragmentos del
corpus propio de la narración, la conexión de los distintos soportes nació de una inferencia
de las primeras traducciones. Sin embargo, el hecho mismo de esta condición también es
una ventana a la posibilidad de poder rastrear otros fragmentos que pudiesen estar en otros
soportes de los tiempos del Reino Nuevo. Es una posibilidad limitada, pero ante el
descubrimiento de nuevas fuentes, excavaciones y misiones arqueológicas mas
avanzadas, la idea de poder completar el cuento entra en el marco de las potencialidades
posibles a tener en cuenta.

Por otro lado, el rol de los estudios sociales en cuanto a las percepciones sobre las elites
gobernantes estaría en este aspecto particular que señala Brunner-Traut, aunque, dentro
de los círculos y grupos egiptológicos, mas que un aporte a una nueva visión, sería un
punto de apoyo para estudios que requiriesen de un repertorio de fuentes más amplio. Y
en este punto el cuento operaría como parte de dichos soportes, ya que la misma condición
de la fuente no permite un mayor análisis profundo dado el problema de las lagunas.

9
ASSMANN, Jan (1999) – Cultural and Literary Texts, Lingua Aegyptia, St. Monographica 2
XIX JIDEH y VIII JICEIDIEIH Humanidades – UNSa nov. 2019

En lo que respecta a los estudios políticos, el cuento puede sumar un nuevo aporte a los
trabajos que tratasen el rol de la Dinastía VI en la construcción discursiva de los Reinos
Medio y Nuevo, como parte de esta búsqueda de explicación y causa de la primera gran
crisis (Primer Periodo Intermedio).

Dentro de los estudios literarios egipcios, el tratamiento del cuento se remitió a los
abordados desde los enfoque de género, por lo que en lo que respecta al análisis de sus
particularidades literarias, el rol de la ficcionalidad, la estructura narrativa, se ven como
potencialidades, pero el limite también recae en las lagunas de la propia fuente, pero en
estudios comparativos, este limite puede suplirse en parte puesto que otros cuentos,
también críticos o directos sobre el accionar de la Casa Real, emergieron a lo largo del
Antiguo Egipto, principalmente en el Reino Nuevo.

BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA:

 ASSMANN, Jan (1999) – Cultural and Literary Texts, Lingua Aegyptia, St.
Monographica 2
 ASSMANN, Jan (1995) – Egipto a la luz de una teoría pluralista de la cultura, Akal,
Madrid, 71 pp.
 BAINES, John (1983) - Literacy and Ancient Egyptian Society, en Man, New Series,
Vol. 18, No. 3, University of Oxford.
 BRUNNER-TRAUT Emma (2000) – Cuentos del Antiguo Egipto, EDAF, Arca de
Sabiduría, Buenos Aires
 DYNES Wayne y DONALDSON Stephen (1992) – Homosexuality in the Ancient
World, Taylor & Francis, 520 pp.
 GONZALEZ GONZALEZ, Luis (2011) – Todo lo que debes saber sobre el Antiguo
Egipto. Nowtilus, Madrid, 545 pp
 GRAMSCI, Antonio (2017) – Antología. Selec. y Trad.: Manuel Sacristán, Biblioteca
del Pensamiento Socialista, Siglo Veintiuno editores, Buenos Aires, 544 pp
 GRIMAL, Nicolás (1988) – Historia de Antiguo Egipto. Akal, Madrid
 LAPONE, Michel (2008) – 11 cuentos del Antiguo Egipto. Editex, España, 120 pp.
 PARKINSON, Richard (1995), 'Homosexual' Desire and Middle Kingdom Literature,
en The Journal of Egyptian Archaeology, 81, pp. 57–76
 PARKINSON, Richard (2002) – Poetry and Culture in Middle Kingdom Egypt: A
Dark Side to Perfection, Continuum, Londres, 393 pp.
 POSENER, George (1957), Le conte de Néferkarè et du général Siséné en Revue
d'Égyptologie, Vol. 11, Ed. Société Française d'Égyptologie, Francia, pp. 119-137
XIX JIDEH y VIII JICEIDIEIH Humanidades – UNSa nov. 2019

 ROSELL, Pablo Martín (2013) – Tesis doctoral: Las Admoniciones de Ipuwer.


Literatura política y sociedad en el Reino Medio egipcio, Universidad Nacional de
La Plata, 355 pp.

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