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I
COLECCIÓN

DE DOCUMENTOS INÉDITOS

PARA LA HISTORIA DE ESPAÑA,


I
COLECCIÓN
DB

DOCUMENTOS INÉDITOS
PARA LA HISTORIA DE ESPAÑA
POR

EL MARQUES DE LA FUENSANTA DKL VALLE,

D. JOSÉ SAKCHO RAKON \ ü. FRANCISCO DE ZABAIBÜRÍ.

TOMO LXXV.

MADRID
IMPRENTA DE MIGUEL GINESTA
Calle <lc Campomanes, núm. S

1880
f

3
Cé>S
t1S
ADVERTENCIA PRELIMINAR.

Habiéndose terminado la publicación de la importante


obra titulada Los Sucesos de Flandes y Francia por el
capitán Alonso Vázquez, ha llegado también el caso de
cumplir nuestra promesa de ilustrar este precioso tra-
bajo con la interesante y curiosa correspondencia
de varios Capitanes y soldados que combatieron en
aquellas guerras, y además con diversas cartas origina-
les del Príncipe de Parma y de otros famosos perso-
najes *.

Cuando hicimos la mencionada oferta, contábamos


con las copias de las referidas correspondencias, sacadas
del Archivo de Simancas y de la colección* de nuestro
colaborador el señordeZabalburu,é igualmente podiamos
disponer de las prometidas cartas que proceden de la
,

selecta y numerosa colección que llegó á reunir el señor


D. José Salva, de honrosa y grata memoria, y que con
tan singular acierto dirigió antes que nosotros la publi-
cación presente.
Pero después vino á favorecernos la fortuna aún más
allá de nuestras primitivas esperanzas, pues que hemos
tenido á nuestra disposición los más ricos y valiosos ma-

El deseo de comprobar un dato importante, es causa de que


*

no se publiquen en este tomo sej^un anunciamos varias cartas de


, ,

1). Juan de Austria, pero creemos que pronto podremos cumplir


nuestra promesa.
VI

nuscritos, y entre ellos, uno de singular mérito y estima,


en el que magistralmente se relatan los más interesantes
pormenores de la famosa Batalla de Rocroy.
En efecto, no satisfecho el Excmo. Sr. D. Antonio Cá-
novas del Castillo con que el Gobierno * dispense pro-
tección generosa y decidido apoyo á esta publicación tan
importante y útil para la Historia patria ni con haberse
,

dignado escribir para ella el erudito y concienzudo pró-


logo que precede á las Memorias de Matías de Novoa,
ayuda de Cámara del Rey D. Felipe IV, ha llevado su
amabilidad para con nosotros, y su interés y celo por la
Colección de Documentos inéditos, hasta el punto de fran-
quearnos su riquísima y selecta biblioteca, en la que fi-
gura la citada Relación, manuscrita, de la interesante y
célebre campaña de 1643, dirigida por el esforzado Don
Francisco de Meló, Marqués de Tordelaguna y Capitán
General de los Estados de Flandes.
Permítasenos, pues, el dar aquí público y solemne
testimonio de gratitud al Sr. Cánovas del Castillo
por su benevolencia para con nosotros, y por sus plau-
sibles y nobilísimas aficiones históricas y literarias, por-
que sin duda es admirable y digno de alabanza el que
tan eminente repúblico encuentre ocasión y coyuntura,
en medio de sus gravísimas ocupaciones, para consa-
grar con notable fruto y lucimiento algunas horas á la
investigación, siempre afortunada y provechosa de ar- ,

duos problemas de crítica ó de Historia, desvaneciendo


errores, exclareciendo hechos, compulsando códices, afi-
nando noticias, emitiendo nuevos y luminosos juicios,
y poniendo, al fin, la verdad en su punto, como lo hizo con
respecto al mencionado Matías de Novoa, á quien le res-

* Deber de justicia es, consignar también en este lugar nues-


Excmo. Sr. Conde de Toreno, que como Ministro de
tra gratitud al
Fomento, y como Presidente del Congreso, ha favorecido notable-
mente á nuestra publicación.
Vil

tituyó con indiscutible evidencia, el nombre y la g'loria


de autor estimable que la posteridad le habia usurpado,
atribuyendo á otros sus dos extensas obras sobre los rei-
nados oscurísimos de Felipe III y Felipe IV.
Cumplido este deber de gratitud, diremos que el pre-
sente volumen, además de la preciada relación ya refe-
rida, contiene varios apuntamientos del despacho para
Milán y Saboya, relativos á la jornada del Duque de Alba
á Flandes, en los que son muy de notar las minuciosas
prevenciones que exige el arte difícil del mando; algu-
nas minutas de cartas del Rey D. Felipe II al dicho Du-
que, y otras de éste al mencionado Monarca; diversas
relaciones de lo sucedido en los Estados Bajos en dife-
rentes datas ó períodos de tiempo; una curiosa colección
de artículos, que forman cierta especie de Ordenanza
militar para la infantería alemana al servicio de España;
las capitulaciones referentes á la restitución á' nuestro
ejército de la plaza de Mons; numerosas cartas de Don
Fadrique de Toledo á su padre el Duque de Alba sobre
varios asuntos, y especialmente respecto á las alterna-
tivas, apreturas, conflictos, zapas, minas, escaramuzas,
triunfos y desastres en el famoso sitio de Harlem, con
otras muy peregrinas y sabrosas noticias, llenas de co-
lorido local y de interés palpitante, relativas al expre-
sado asedio, y sacadas de la correspondencia que algu-
nos Capitanes y soldados particulares de aquellos ter-
cios mantenian coi^l sus amigos.
Fué el sitio de Harlem por demás costoso y porfiado;
las tropas escasas para el intento; los pertrechos insufi-
cientes; las escaramuzas repetidas y sangrientas; los
bastimentos pocos; las privaciones muchas, y los pade-
cimientos inauditos y grandes; pero fueron mayores
todavía el valor y la constancia del general sitiador, Don
Fadrique de Toledo, y de los incansables é invencibles
españoles, (¿ue tenian que suplir su corto número con
los más rudos trabajos, haciendo las guardias noche v
VIH

dia, con el agua hasta las rodillas, robando al sueño las


horas y llenando los dilatados ámbitos del bloqueo , no
con su presencia, sino con la vigilancia perpetua de los
ojos y los certeros disparos de los arcabuces.
Cuéntase que en uno de los más graves apuros del
prolongado cerco escribió D. Fadrique á su padre de-
,

mandándole algún socorro de tropas, y quizás manifes-


tando algún desaliento, y que entonces el duque de Alba
le mandó á decir con D. Bernardino de Mendoza * que
no le tendría por su hijo si jamás le hubiera pasado por
el pensamiento el apartarse de Harlem sin rendirla, y
que cuando él muriese en el asedio vendría el propio,

Duque en persona á mantenerle; y que faltando los dos,


la Duquesa, su mujer, iría desde España á lo mismo: pa-
labras memorables y dignas de la Historia, que revelan
en grado supremo la soberana fuerza del alma, la cual
principalmente consiste en la enérgica determinación
de la voluntad inquebrantable.
Además de las prometidas cartas del Duque de Parma,
Alejandro Farnesio, y de otros importantes documentos
que se refieren á la época en que aquel gobernó los
Países-Bajos, contiene este volumen la Relación de la
campaña del año de 1635, por el capitán D. Diego de
Luna y Mora, Gobernador del fuerte de Burque en la
ribera de Amberes; la de la campaña del año de 1650,
dirigida al Rey D. Felipe IV por Juan Antonio Vincart,
Secretario de los avisos secretos de guerra la Relación ;

de lo sucedido en Flandes desde 1648 hasta 1653, dic-


tada por el Conde de Fuensaldaña Capitán general de
,

aquel ejército durante este período, y las variantes entre


el relato de Vincart y el de Cardinael, con otras minutas,
instrucciones y documentos de diversa índole, prolijos

* Comentarios de D. Bernardino de Mendoza de lo sucedido en


las guerras de los Países-Bajos, desde el año de 1567 hasta el
de 15'77.—Madrid, por Pedro .Madrigal, 1592.-4.^
IX

de enumerar aquí bien que debidamente clasificados en


,

su lugar oportuno.
Ahora bien, la obra del capitán Vázquez empieza
en 1577 y acaba en los sucesos de 1592; resultando así
que la ilustración ofrecida por nuestra parte abarca
desde el año de 1567 hasta el de 1653, ó sea un período
de 86 años; y aun cuando en este espacio de tiempo se
interrumpa algunas veces la rigorosa serie cronológica,
siempre aparecerá que hemos hecho todo cuanto nos ha
I sido posible para cumplir conciejazudamente nuestra
promesa.
Tal vez nos haya faltado el acierto; mas no la buena
voluntad en corresponder con nuestros constantes des-
velos á la favorable acogida que el público nos dispensa,
comprendiendo sin duda que los Docitmentos inéditos
son, por decirlo así, la materia prima de la Historia, y
que sólo de ellos pueden sacar los eminentes historiado-
res sus narraciones ordenadas, tersas, interesantes, ve-
rídicas y de provechosas enseñanzas, al modo que de la
tosca é inerte cantera , sabe sacar el escultor inspirado
la estatua, radiante de verdad y de belleza.
APUNTAMIENTOS '

DEL DESPACHO PARA MILÁN Y SABOYA, TOCANTES Á LA JORNADA


DEL DUQUE DE ALVA Á FLANDES.

(Archivo general de Simancas.— Eslado.—Legajo núm. 535.)

Cabos de los des'pachos que se han de hacer para juntar en Lom'


hardia la infantería española y caballería ligera.

Al duque de Alburquerque.

Hay de número en las nueve compañías de caballos ligeros


que de ordinario se entretienen en Lombardía, con la guarda
de á caballo del General, sin los 30 arcabuceros della, 460
caballos ligeros; los 210 españoles
y los 250 restantes italianos
y albaneses ;
número es pequeño para el que
y porque este
conviene juntar, convendría se ha de (sic) escrevir al duque de
Alburquerque que S. M., por más brevedad, se ha resuelto
de servirse en esta ocasión para las cosas de Flandes de toda
aquella caballería, y entrella, de la compañía de su guardia,
teniendo por cierto que con la gente darmas y la demás guarní'
clon ordinaria quedará seguro for agora lo de aquel estado, y
como por ser el número della de más de 460 celadas, quiere que
losCapitanes acrecienten hasta 100 celadas cada uno; de ma-
nera que en las dichas nueve compañías haya el número de
900 caballos ligeros; y que conforme á esto mande que los Ca-

* La fecha de estos Apunlanaienlos debe ser la de i 567. que es cuando se


disponía la ida del duque de Alba á Flandes.

Tomo LXXV. 1
»

pitanes los levanten y hagan ^ luego que llegue el dinero que


se le enviará con otro, con toda la brevedad ^posible , señalán-
doles los alojamientos necesarios donde los puedan juntar como
es costumbre; y que para que con mayor facilidad los puedan
hacer, no embargante que en aquel Estado no se les suele dar
más que una paga anticipada siempre que ha sido menester

levantar caballería, hará dar cada (sic), se le remiten 4.840 escu-


dos para dos pagas, á las dichas 440 celadas que así se han de
juntar de nuevo, advirtiéndole que los Capitanes de las cuatro
compañías de españoles las han de crecer de españoles, y las de

italianos, de italianos, y las de albaneses, de albaneses, y en


falta de albaneses, de italianos.
Y porque se entiende que el marqués Malaespina, Capitán
de una de las dichas compañías ordinarias , de algunos años á
esta parte está inhábil y fuera de su entendimiento natural, y
conviene proveer aquella compañía en otro Capitán que la
rija y acreciente hasta el dicho número, teniendo respecto á lo

que el conde Curcio ^ Martinnego, natural de Bresa, ha servido


á S. M. en las guerras pasadas, le ha parecido hacer merced
della; y para que la estime y tenga en lo que es razón, que el
dicho Duque le haga llamar y le hable, dándole la carta-cre-
dencial de S. M. que para él se ha de enviar, y queriéndola
aceptar le haga dar la posesión della y los dineros y aloja-
miento para que la crezca número de las dichas 100 celadas,
al

y asimismo diga al dicho marqués Malaespina, la causa por la


cual se le manda suspender su compañía, y como en recom-
pensa dello y de lo que ha servido le hace S. M. merced de
de escudos de renta en cada un año, durante su vida 3.

Asimismo se ha de escrevir al dicho duque de Alburqu erque,


como S.' M. ha mandado á D. García de Toledo traiga allí al
Estado de Milán toda la infantería española de los tercios de

* Así en el original
« Al margen, de distinta letra: «En caso que este conde Curcio no acepte,
conviene mirar persona á quien se dé esta compañía.
5 Ídem, id.: «Ase de hazer juntamente el despacho del marqués de Mala-
espina, dexando en blanco la suma.»
Ñapóles y Lombardía, Sicilia y Cerdeña para el dicho efecto;
y que durante el tiempo que estuviere en el dicho Estado la
haga alojar y aprestar la dicha caballería, para que después
puedan caminar los unos con los otros, conforme á la orden que
para ello se dará, la qual se enviará luego; y que en lugar de
los 3.000 españoles del tercio de Lombardía se le enviarán de

aquí otros 3.000 que se han mandado levantar.


Será menester que se provea el dinero ^ para dos pagas á
toda la dicha infantería con que se armen
y pongan en orden
antes que partan de Lombardía, porque según vernán destro-
zados de la mar y el viaje que se les apareja en tan riguroso
tiempo, por lo menos ternán necesidad dellas las cuales poco ,

más menos montarán 72.000 escudos, presupuesto que el nú-


ó
mero de los dichos cuatro tercios no será menos de 8.000 hom-
bres, contando á razón de cuatro escudos y medio por cada uno
al mes inclusas en esta suma las pagas de los Maestres de
,

campo. Capitanes, Sargentos mayores, Barracheles y otros


Oficiales, y las ventajas de particulares.
Para dos pagas á los dichos 900 caballos ligeros que ha de
haber en nueve compañías con sus Capitanes y Ofi-
las dichas

ciales, de que asimismo ternán necesidad para su viaje, demás


de la suma que se hubiere dado á los que nuevamente se
levantaren, como arriba se contiene, será menester 11.340
escudos , contándolas al respecto que se les suelen pagar en
Lombardía, y sin tasas, porque habiendo de salir fuera de allí

no es justo que se las den tasadas , si no es por el tiempo que


allí se entretuvieren , especialmente habiéndoseles de crecer el

sueldo, como se ha hecho otras veces cuando han ido á servir


en Alemania y Flandes; pero es de advertir que se ha de escrevir
al dicho Duque, que antes que la dicha caballería ^ ordinaria
salga de aquel Estado, la envié paga de lo que hubiere servido
en él ; y si en Lombardía se h^n de levantar los 100 arcabuce-

* Al margen: «Este dinero se ha de remitir á letra vista, ó si no enviarlo


luego, porque esté á punto para la necesidad.»
< ídem «S. M. manda que sean españoles 200 y que se nombren buenos Ca-
:

pitanei.»
4
ros, á caballo también , será menester dalles por lo menos una
paga muerta y su alojamiento, como á los caballos ligeros, y
dos pagas para su viaje como á los demás para lo cual será ,

menester 2.055 escudos; y en tal caso se ha de advertir dello


al dicho duque de Alburquerque, y de acá han de ir señalados

los Capitanes.

Al duque de Urbino se ha de escrevir avisándole de la deli-

veracion de S. M., y pidiéndole las 100 celadas que S. M. le

paga en tiempo de paz para esta jornada; y porque se cree que


las enviará pagadas hasta Lombardía y de allí adelante tor-
,

nan la misma necesidad que los otros y se les podrán dar otras
dos pagas que montarán 1.420 escudos, y podráseles suspender
la consignación que tiene en Ñapóles para ella.

Al duque de Florencia se ha de escrevir avisándole de lo


mismo y rogándole sirva á S. M. durante esta jornada con 200
caballos ligeros, para los cuales no se provee aquí el dinero que
será menester, porque se cree que los enviará proveidos de todo
cual se ha de avisar, y de la misma manera al
lo necesario, al

duque de Urbino para qué tiempo han de ser en Lombardía, y


dello se ha de advertir al duque de Alburquerque para que
los recoja y aloje por el tiempo que allí se hubiere de estar.
Será menester que se lleven de respeto con la dicha infan-
tería hasta 500 i
arcabuces de Milán, con sus aparejos, y 1.000
palas, picosy azadones, y 1.000 lanzas para la caballería ligera,
y alguna cantidad de pólvora, plomo y mecha, y para ello y los
carruajes en que se ha de llevar, parece que bastarán 4.000
escudos, poco más ó menos.
Hacer election de la persona que ha de recoger y levantar
toda esta gente con la orden y disciplina que se requiere, pues
ha de pasar por tierras de otros Potentados y diferentes nacio-
nes, el cual ha de llevar cartas de S. M., en blanco, por todo
lo que se podria ofrecer en el viaje, é instrucción distinta y par-
ticular de todo loque hubiere de hacer, y cómo se ha de go-
bernar y hacer con los unos y los otros.

AI margen: «Al Duque que los haga comprar.»


Al duque de Saboya.
Que por causa de sus indisposiciones ha diferido S. M. hasta
ahora de darle parte desde el primer dia de las provisiones que
pensaba hacer para remedio de las desórdenes y desacato que
ha habido en los Estados de Flandes, y también por podello
hacer con la deliveracion que ahora tiene hecha, y pedille jun-
tamente su parescer como á tan amigo y deudo, y como por no
poder desembarazarse tan presto de las cosas y órdenes que ha
de dejar en el gobierno destos reinos, le ha parecido mandar
juntar un ejército este invierno en Flandes con que se puedan
refrescar, hasta tanto que S. M. vaya y con su presencia poner
elremedio y orden que se requiere, y acordándose de las veces
que le ha propuesto y ofrecido el paso por sus tierras, ha
querido valerse ahora del y mandado para ello venir á Lom-
bardía toda la infantería española que este verano ha andado
en el armada, que serán hasta número de 8.000 soldados, y
juntar con ella hasta 1.200 caballos, y rogalle los haga pasar
por su Estado y dé orden como puedan ir con toda la brevedad
posible , no obstante la dificultad que hay por estar el tiempo
tan adelantey saboreándole cuanto se pudiere, porque más
y mejor venga en ello sin mostralle en nin-
difícilmente (sic)
guna manera que acá se haya desconfiado jamás dello, antes
haciendo fáciles á su industria todas las dificultades que en el

paso podría haber.


1 También convendrá que esta gente lleve consigo 300 gas-
tadores, para hacer explanadas y otras cosas que se ofrezcan en
el camino, especialmente para la montaña, que para tres meses
montaría el sueldo, con el de los Capitanes y Cabos de escuadra,
4.000 escudos.

Lo que se ha de tratar con el duque de Saboya.

Dalle cuenta de lo de Flandes, con la disculpa de no habér-


selo comunicado antes como está puesta en el otro escrito.

* Al margen : « Al de Alburquerque.»
Dalle razón de la resolución de su ida y las causas por que
no ha podido ser con mayor brevedad.
Decille el peligro que aquello corre no poniéndolo luego
remedio para que este invierno no caiga, y cómo.
Como todos los remedios que allá se pueden dar con los mis-

mos subditos, son flacos y sin que se pueda esperar ningún


buen efecto dellos.
Decille resolutamente como por estas causas está determi-
nado de acudir con ejército grueso para quitalles el ánimo á
los inquietos é inobedientes de poder contrastar con sus fuer-
zas y animar á buenos, y por este camino venga á alla-
los

narse el país, porque, por no destruille, S. M. querria excusar,


en cuanto pudiese, venir á guerra y rompimiento con ellos; y
para que si por caso ellos se hallasen con algunas fuerzas-
S. M. las tenga tan gallardas como las piensa juntar, que-

riendo, como en efecto quiere y es razón, quedar Señor obede-


cido en el país.
Que habiendo de ser esto así , le es fuerza llevar una buena
bandado españoles y caballería ligera; y que le ruega quiera
dalle su parescer por dónde le parece se pueden encaminar
mejor y más brevemente por sus tierras, y que advierta á S. M.
muy particularmente del camino, jornadas é inconvenientes
que en el dicho viaje se hallarán ó se pueden ofrecer, y los que
él podrá allanar de los que hubiere , y si por parte de S. M.

será menester hacerse algunas diligencias él avise con quién


se deben hacer y en qué forma: lo cual todo quiere tener de
su mano, como de hombre que tan bien lo entiende y sabe, que
con tan grande amor se lo querrá decir y le querrá acomodar
en la presente necesidad; y si en el tiempo que dicha gente
podrá pasar, si se suelen cerrar los pasos ó en alguna sazón
del año y en qué tiempos, y si el cerrarse es de manera que
_con gastadores y diligencia se pueda abrir, y lo que para esto
será menester.
Asimismo, si S. M., desembarazado de las cosas de aquí,
podria con seguridad y comodidad hacer aquel mismo viaje,

que muy particularmente envié sobre esto su parecer; y si


»

armado ó desarmado y con qué gente y si paresciéndole ;

que vaya armado, qué fuerzas le paresce que deba de llevar


consigo.
Que después que haya hablado con el Duque y díchole
el Duque que concederá el paso, le pida se envié personas
particulares á reconoscer el país y los pasos, para que él le
pueda enviar, designando á S. M. y contentándose el Duque
de ello.

Escriba con correo propio al duque de Alburquerque le

envié luego el capitán Campano con uno que sepa designar el

país, al cual, después que llegue le ha de dar orden para que,


juntamente con la persona que el duque de Saboya enviare,
reconozca todos los pasos y las tierras que son del Duque, y
qué tanto á la una y otra mano se extiende su país á confín

con los vecinos , y qué país es el tal país que está en medio, si

es montuoso, si tiene valladas que vengan á dar sobrel mismo


camino que se ha de hacer, y si hay tierras, fuertes ó castillos
tan cerca que desde ellos puedan cortar la estrada, y qué nú-
mero de gente podria cargar y de qué calidad y naciones y ,

las jornadas y alojamientos que S. M. podria hacer, y si seria


país de caballería, y en qué partes se podrian aprouechar della;
por qué partes podrian ir carros y las vituallas , y si cerrados
los caminos con la nieve seria gran dificultad ó no el abrillos»,

tanto para pasar la gente como para venir la vitualla que hu-
biese de correr del país, y si en el país habria carruajes para lo
dicho ó si seria menester llevarlos de fuera.
Y en concluyendo con el duque de Saboya, despache luego
al duque de Alburquerque con la carta que lleva para él, para

que sin perder tiempo la envié al dicho capitán Campano allí á


Turin, ó donde el dicho Duque se hallare, para despachalle
desde allí , advirtiendo al dicho duque de Alburquerque que ,

asimismo envié con el dicho capitán Campano * alguno que


pinte el país, y proveídos de dineros para el gasto del viaje
que han de hacer de ida y vuelta.

1 Al margen: «tYa está dicho cómo ha de ir.


Carta para el duque de AUurquerque j^ara todo esto.

Como haya concluido con el duque de Saboya , despachará


lue'go con diligencia un correo á S. M., haciéndole saber lo que
hubiere tratado y acordado con el dicho Duque,
y enviando la
más particular razón de todo lo que antes que se haya enviado
á reconoscer, se pudiere haber y entender, pidiéndola al Duque
é informándose él propio buenamente dello; y vueltos los que
hubieren ido á reconoscer, recaudo que trujeren y
él con el

todo lo que más se hubiera entendido se venga en diligencia.


Y para en caso que los pasos estuviesen cerrados de las
nieves de aquí, ó que la dicha gente hubiese de pasar de ma-
nera que no se pudiesen abrir, informarse muy particular-
mente, del Duque, del camino por el cual pudiese pasar la
dicha infantería y caballería para los Estados de Lucemburg,
por Francia, pidiendo primero el paso al Rey, ó si seria me-
nester que hiciese el viaje por diferentes caminos hasta llegar
al llano de Francia , porque la infantería se podria llevar por
mar á desembarcalla en Fregus ó donde pareciese convenir.
Convendrá escribir á D. García que las galeras que truje-
ren la infantería que ha de venir en Lombardía no se partan
de Genova hasta que S. M. les envié orden de lo que hubieren
de hacer; y porque se cree que D. García no verná con ellas,
será menester enviar cédula con esta orden para el que Don
García hubiere enviado por cabo dellas.
Al embajador Figueroa, que tenga hecha provisión de biz-
cocho para las dichas galeras, porque como no pensarán dete-
nerse allí nada no vernán proveidas para todo lo que allí se
podrian detener, y que para ello tome el dinero que fuere me-
nester, remitiéndolo acá.
Háse de escrevir al duque de Alburquerque, que porque la
que ahora ha llegado allí de su tercio y la
infantería española
que se ha mandado traer, ha de salir toda, y entre la salida de
aquella y la llegada de la que de acá se ha de enviar ahora,
pasará algún intervalo de tiempo, él vea de proveerse de alema-
»

nes desde luego, reteniendo, si hubiere tiempo para ello, los

que vienen despedidos de Ñapóles, ó encomendando al conde


Alberico de Lodron que de nuevo levante el número que al
dicho Duque le paresciere.

Copia de la carta del Prior D. Antonio, de 17 de Octubre,

Al Duque mi señor.
limo. Sr.: El Rey ha visto los apuntamientos para los des-
pachos para el duque de Saboya y la gente que ha de ir á
Flandes, y hánle parecido muy bien; dice que en lo del mar-
qués de Malaespina haga V. E. hacer el despacho, y que la

cantidad venga en blanco; y que V. E. le avise qué es lo que


tiene el Marqués con la compañía, y si será bien dejárselo por
su vida 6 darle menos. Todo lo que toca al dinero que se ha de
proveer para las pagas y vituallas, dice que V. E. dé memoria
desto á Ruy Gómez para que se provea luego ; dice que los
arcabuceros á caballo, por lo menos sean 200, y españoles, y
que se nombren buenos Capitanes ; dice que el Cardenal de
Gran vela le escribió los dias pasados, que en Borgoña se haria
alguna caballería ligera, y que Chantone le escribe agora que
sospecha que hay en Borgoña algunos que no están mal con
los Gueses ;
que si le parece á V. E. que será bien que se escriba
al gobernador de Borgoña levante alguna gente que aprove-
chará para que los que no tienen buena intención estén que-
dos, y para tomar después della para el campo y los caballos

italianos y albaneses que se habían de hacer, se podrían suplir


con otros tantos borgoñones ^ También dice S. M., que en estos
apuntamientos está puesto que vayan el capitán Campano y
camino de Saboya y los pasos,
otros á reconocer el y que envié
la Duque y acá; que si la gente ha de aguardará
razón al

que venga y vuelva de acá la respuesta que tardará mucho en


partir: también dice que en la carta del duque de Saboya se le

dice que, por tener S. M. cosas en que entender y estar las de

1 Al margen : « Los borgoñones de D. Hernando de Lanoy.


10

Flandes de manera que no sufren dilación, S. M. manda ir

esta gente y juntar su campo hasta que él vaya, que será el


verano que viene; que no se ponga si no hasta que vaya, por-
que no parezca que es alargarlo mucho hasta el verano: que se
le diga que mande hacer gran diligencia en que el camino
esté bien proveído de vituallas.
Al duque de Florencia le parece que no hay para qué pedir
gente; á lo de la persona, para juntar esta gente y todo lo

demás, dice que V. E. le escriba lo que le parece.


Esta carta y este memorial del Pachote, dice que vea V. E.
y se informe, deste criado del Duque, del particular de Pa-
cho ^ y le avise V. E. de lo que le parece. También me
mand ^ enviase á V. E. esa carta del enibajador de Genova,
y dice que V. E. se informe del criado del Duque, de ese inge-
niero, y V. E. vea lo que le parece: ésta es toda la comisión
que me dié S. M.: plega á Dios la letra no haga sudar á V. E.

COPIA DE LA INSTRUCCIÓN
QUE S. M. EL REY DON FELIPE II DIO AL PAGADOR DEL EJÉRCITO
DE FLANDES, FRANCISCO DE LEXALDE PARA EL USO DE SU ,

oficio; su data en madrid, k 12 de marzo de 1567 años.

(Biblioteca nacional.—Sala de Ms.—J., 13.)

EL REY.
El orden que es nuestra voluntad y mandamos que tengáis
V08, Francisco de Lexalde, á quien habemos proveído de Paga-
dor de nuestro ejército que habemos mandado juntar, es el

siguiente:
Primeramente, habéis de tener libro particular en pliego
agujereado, en el cual os habéis de hacer cargo de todos los

1 (Está roto) será Pachote.


* (ídem) debe ser mandó.
11

dineros que recibiéredes y entraren en vuestro poder para la


paga del dicho ejército, y en otra cualquier manera, declaran-
do el precioy valor de las monedas en que recibiéredes cada
partida, tomando traslado de las cartas de pago que diéredes,
firmadas de las personas que os pagaren los tales dineros, para
poder después comprobar con ellas vuestro cargo, cargándoos
en vuestra cuenta el beneficio y aprovechamiento que hubiere
en las monedas, advirtiendo que los tales dineros los habéis de
recibir en presencia y con intervención de nuestro Veedor ge-
neral y Contadores del dicho ejército, so pena que lo que de
otra manera recibiéredes se os cargará con el cuatro tanto.
,

ítem, asimismo habéis de formar cuenta y data de todo el

dinero de vuestro cargo que diéredes y pagáredes y distribu-


yéredes, la cual ha de ser por libranzas y nóminas del duque
de Alba, nuestro Capitán general del ejército, fechas y asenta-
das por los dichos Contadores, y tomada la razón por nuestro
Veedor general, el cual ha de dar fe como se hizo la paga en

su presencia, y con los demás recaudos que conforme á las


dichas libranzas y nóminas hubiéredes de tomar; y lo que
fuera de esta orden .pagáredes, no os ha de ser recibido ni pa-
sado en cuenta.
Siempre que los dichos Veedor y Contador os pidieren
razón del dinero que hubiéredes recibido y pagado, se la habéis
de dar tan distinta y particular como ellos la quisieren.
No habéis de dar paga ni socorro á ningún soldado ni otra
persona del dicho ejército, por ninguna causa ni razón, si no
fuere por libranza del dicho nuestro Capitán general en la for-
ma susodicha, so pena que no se os pasará en cuenta ni dará
recaudo dello para vuestro descargo.
En caso que sea necesario comprar alguna cantidad de
vituallas ó municiones para provisión del dicho ejército, que
habrá de ser de los dineros de vuestro cargo, nombrareis un
Oficial vuestro que los pague conforme á la orden que se le
diere, que de ellos se os despacharán las libranzas por los
dichos nuestro Veedor general y Contadores.
Habéis de residir en el dicho ejército sin hacer ausencia del,
)

12

porque se pueda dar mejor despacho á los negocios de vuestro


cargo. Terneis toda buena correspondencia en el uso y ejercicio
de vuestro oficio Veedor general y Contadores y
con los dichos

Comisarios de muestras, para que en todo se haga lo que con-


viene á nuestro servicio.
Y porque á los dichos Veedor general y Contadores se da
aparte Instrucción de lo que han de hacer en el uso y ejercicio
de sus oficios, cumpliréis lo que en ellos os ordenamos y man-
damos, por lo que tocare al vuestro en las cosas que no se de-
claran ni expresan en ésta. Fecha en Madrid á 12 de Marzo
de 1567 años.
Y mandamos á vos el dicho Francisco de Lexalde, que ten-
gáis toda buena correspondencia con el dicho nuestro Veedor,
Contador y Comisarios en los negocios del sueldo, para que
mejor se haga lo que toca á nuestro servicio, y que asienten
esta nuestra Instrucción en los libros del sueldo de nuestro
ejército que han de tener el dicho nuestro Veedor y Contado-
res. —Yo el Rey. — Por mandado de S. M., Juan Vázquez de
Salazar.

COPIA DE CARTA
DEL DUQUE DE ALBA AL REY, FECHA EN BRUSELAS
Á 10 DE SETIEMBRE DE 1567.

(Archivo de Simancas.— Estado.— Legajo 535,

Propone el duque de Alba ir á socorrer al rey de Francia con


tropas del ejército de Flandes, heredero de los bienes del prin»
cipe de Orange. —Dice que enviará á Felipe II copia de lo que
resulta contra los procesados ,
para que en su vista mande
juntar los Caballeros del Toisón, y privando de los collares á
los presos pueda hacerse justicia más desembarazadamente.
,

Que también remitirá lo que resulta contra Montigni. —Pide
dinero con gran instancia, etc.

S. C. R. M.— Con ésta envío el triplicado del despacho que


envié con un correo de mercaderes, y otro por la vía de D. Fran-
13

cea, y según tenemos aviso de las cosas de Francia, hé


miedo que ninguno de aquellos ha de llegar allá y por esto ,

me ha parescido triplicar con este correo que viene, despachado


de la corte del Emperador. Escreví á V. M. lo que el Embajador
del rey de Francia, que reside en estos Estados, nos dijo á
Madama y á mí , y lo que se le respondió ; parescióme darle
aquella respuesta, porque en el caso que el Rey estuviese sitiado
en París, yo podria muy bien por veinte ó treinta dias irle á
socorrer.,y no por más luengo tiempo, llevando conmigo los
caballos que aquí tengo de las Bandas, hasta 5.000, y el regi-
miento del conde de Ebrestayn, y todos los españoles, ex-
cepto 400 que dejaré en el castillo de Gante; y desta manera yo
podria, como digo, salir á socorrerle por este tiempo, en caso
que estuviese sitiado en París, y no por más; porque aunque
lo de aquí está muy quieto , todavía las voluntades del pueblo
no pueden sanarse tan brevemente , y mi presencia haria falta
en estos Estados para las cosas que se han de hacer en ellos ; y
en caso que quiera socorro para más luengos dias, le en-
viaré 1.000 caballos de las Bandas, y los400 borgoñones, y el
regimiento del conde de Ebrestayn, y 2.000 valones más que
levantaré ^; por manera que se le crecerían de costa á V. M. en
este socorro los 2.000 valones que digo, y otros dos que forzo-
samente se habrian de levantar para meter en Mastrique, donde
está parte de la coronelía del dicho Conde ;
porque en Valen-
cianas, donde hay otras seis banderas, metería el tercio de
Cerdeña; y no 'pienso enviar españoles ningunos, porque aun
estando conmigo los veo en muy gran trabajo de tenerlos.
Anoche me envió el em'bajador de Francia una carta de su
amo, cuya copia será con ésta. * Ayer se determinó en Consejo
que se secuestrasen los bienes del príncipe de Orange, y lo
mismo se hará luego de todos los demás culpados, y enviaré á
V. M., antes de hacer justicia, la copia de las culpas destos
señores, para que, vistas, V. M., por excusar la grita destos

' Al margen, de mano de Felipe 11: «Todo esto está muy bien , así como se
le responde en las últimas.»
• No está la carta que cita.
14

Caballeros de la Orden i,
mande juntarlos que allá están, y en
su presencia prive á estos y los quite los collares para que des-
pués se haga con mayor satisfacción la justicia; y juntamente
enviaré también todo lo que aquí se hallare contra Montigni.
El strato de las cartas de Madama me ha aprovechado mucho;
pero dubdo me quieran dar las copias, ni aun decir cosa que
haga al caso. — Suplico á V. M. mande enviarme los origi-

nales 2, y juntamente con ellos todas las copias y cartas que se


han enviado de acá, y particularmente una carta del obispo de
Ypérboli 3^ que hace mucho al caso para declaración de algu-
nos puntos. El dinero suplico á V. M. mande proveer con toda
brevedad ,
porque en esto consiste el tener á estos enfrenados y
despachar brevemente los negocios, á los cuales yo me doy
toda la priesa que puedo , y espero en Dios ponellos en breve en
buen estado, á quien suplico guarde y acreciente la S. C. R. Per-
sona de V. M. De Bruselas 10 de Octubre. ,

Aunque V. M. particularmente no me ha mandado lo que


en ésta escribo sabiendo yo la voluntad que V. M. tiene y
,
,

entendiendo lo que para lo de acá conviene, me he resuelto, sin


esperar mandato de V. M., teniendo por cierto que V. M. me
lo mandará habiendo lugar de venir despacho suyo.

* Al margen, de mano de Felipe II: «Esto con lo del Tusón.»


* ídem, id.; ya gobernará lo de allí, bien habrá todas las copias
«Pues él

que quisiere, y con esto no creo que habrá menester los originales.»
8 ídem, id.: «Obispo de Ipérboli no sé que haya; y el Herbipolis, ques el de
Viezpurg, no se me acuerda (Añadimos acuerda para que tenga sentido la frase
omitida por Felipe II.) que me haya escrito carta. Otro creo que lo ha hecho y
que la debe de tener Tiznach, y quizá por ésta lo dice el Duque, y no se me
acuerda el nombre del Obispo.»
15

MINUTA DE CARTA
DE SU MAJESTAD AL DUQUE DE ALBA, FECHA EN MADRID
Á 11 DE OCTUBRE DE 1567.

(Archivo de Simancas.— Estado.— Legajo 535.)

Vuestras cartas de 8 y 30 de Agosto , y 9 10 y 13


, del pasado,

he recibido, y holgado tanto con todas ellas y con el aviso de


vuestra llegada con bien y salud á esos mis Estados cuanto lo ,

tenia deseado y convenia de los negocios y á mi servi-


al bien

cio; y aunque sé que entendiendo vos esto, terneis cuidado de


continuarlo y avisarme, muy en particular de vos y de todo lo

que se ofrece, no puedo dejar de encargaros que lo hagáis así


siempre, por lo mucho que yo holgaré dello. Y antes de res-
ponder á los puntos de vuestras cartas, quiero daros gracias,
como es razón , de lo bien y prudentemente que os habéis gober-
nado en vuestra llegada á esos Estados y en lo demás que se ,

ha ofrecido tratar con madama de Parma, mi hermana, y par-


ticularmente en aquel largo razonamiento que con ella pasastes,
de que he holgado que me hayáis enviado la relación particu-
lar que vino con vuestras cartas. Sobre el alojamiento y asiento
de la gente de guerra quedo tan contento y satisfecho deilo
,

cuanto se debe estar de todo lo que vos tratáis y de la volun- ,

tad y buenas maneras con que os gobernáis en las cosas de mi


servicio; y ha sido muy conveniente la templanza y cordura
con que os habéis habido en este principio , y así creo yo bien
que, guiado por vuestra mano, se habrá modado ^ lo de la
gente como conviene.
Asimismo he holgado de ver lo que pasastes con Madama
sobre lo de su licencia; y vista la grande instancia que me ha
hecho por ella para recogerse á su casa , me he resuelto en con-

t Así está en el ms. Será acomodado.


16

cedérsela , como lo veréis por la copia de la carta que yo le


escribo, que servirá para vos sólo, y por la que le escribe Ruy
Gómez, la merced y demostración que he querido usar con ella
en esta despedida, que para que estéis advertido dello os lo he
querido escribir.
Por la carta, 9 de Setiembre, quedo avisado de la prisión de
los condes Degmont y Home, y de los demás; y por la relación
que aparte me enviastes he visto la orden que se tuvo en
prenderlos ,
que fué tan acertada y conveniente para el buen
efecto dello, cuanto se podria desear y esperar de vuestra pru-
dencia; que aunque yo tengo bien probada ésta, no puedo dejar
de encareceros que me ha satisfecho en gran manera , y daros
gracias, como hago; y en lo demás que me escribís de los
lo

castillos en que pensábades poner á recaudo á estos presos no ,

tengo qué deciros, sino remitiros allá que hagáis lo que os


pareciere, pues esto será lo más acertado.
Háme parescido muy bien lo que habéis hecho para asegu-
raros del castillo de Gante con meter dentro españoles, y la
orden que habíades dado en poner en cobro los bienes que se
hallaron dentro del conde Degmont y la demás ropa de par-
ticulares.
La nominación que habéis hecho de personas para el tribu-
nal que habéis instituido, me ha contentado mucho, y mucho
más la determinación que en formar este tribunal habíades
tomado, para que mejor y con más confianza puedan entender
en los negocios. La elección para esto de Norcarmes y Barla-
mont, ha sido muy acertada, y he holgado que ya lo hubiesen
aceptado.
En lo que toca al ex-abad de San Bernardo , hubiera sido
harto bueno haberle echado la mano. Vos veréis lo que en ello

se debrá y podrá hacer, y avisarme héis de lo que en esto se


hiciere; y aunque vos tenéis allá bastante información de su
vida y acciones passadas, van con esta copia de las que madama
de Parma envió los dias pasados ,
para que os podáis valer
dellas y de las personas que las dieron, en la averiguación
desto. Yo conozco lo que me escribís del inconveniente que ha
17

sido haberse salido tanta gente destos Estados , y sacado dellos

la hacienda que deben de haber ausentado, y pues entendéis de


la consideración que esto es, no hay para qué encargaros que
estéis muy sobre aviso de lo que toca á esto para prevenir en ,

lo de adelante.
He visto lo que me escribís sobre vuestra ida á Amberes á ver
el sitio donde será bien hacer el castillo ; y aunque acá ha pare-
cido que el mejor puesto será el de San Miguel, vos haréis lo

que mejor os pareciere, pues lo entendéis tan bien, y veréis si

será de inconveniente lo que decis de la ruina de tantas casas


que en esta parte habrá de haber.
Cuanto á lomarqués de Vergues por el despa-
que toca al ,

cho en francés se os escribelo que acá ha parecido; y así no

habrá para qué repetirlo aquí sino agradesceros lo que sobrello,

rae escribís y el advertimiento que tocáis sobre el casar á la


,

heredera del dicho Marqués que me parece muy prudente- ,

mente considerado, por los inconvenientes que podrian suceder


dejando juntar una gran casa en estos Estados.
En lo que toca al presidente Viglius, no tengo que decir,
sino que vos miréis que más conviene y os gobernéis con él
lo

conforme á la manera de proceder que llevare en los negocios.


En lo de los navios que monseñor de Wacken tenia á cargo
de poner en orden , se os escribe en francés lo que ha parecido
que converná hacer, á lo cual me remito.
He visto lo que me escribís sobre la fortificación de Thiunvila

y Lucemburg, y cuan errada os paresció que iba la de Thiun-


vila y la mucha costa que seria hacerse por la forma que

estaba comenzada y pues vos lo tenéis tan bien visto y en-


;

tendido lo que en ello se debe hacer, os ruego que deis la


orden que mejor os paresciere ,
pues será la más acertada de
todas.
He holgado de ver lo que me escribís de la plática que
pasastes con la duquesa de Lorena, sobre las fuerzas que el rey
de Francia pedia al cardenal de Lorena, y lo que á este propó-
sito os dijo de las que queria tomar á su hijo ; y será bien que
me aviséis de todo lo que acerca desto entendiéredes y viéredes
Tomo LXXV. 8
18

que conviene, y de lo que os pareciere que en ello se dehe hacer ^.

Con ésta se os envía una Memoria y lista de algunas per-


sonas, criados nuestros, flamencos y borgoñones, que tienen
su asiento por los libros de Borgoña, por la cual veréis lo que
se les debe, para que os informéis de la manera que cada uno
ha procedido, y me aviséis de lo que os pareciere que será bien
hacer con todos ellos.

La carta de vuestro confesor recibí , y holgué mucho con


ella , y vos le daréis las gracias de mi parte por lo que en ella
me escribe de *.

COPIA DE MINUTA DE CARTA'


DEL REY AL DUQUE DE ALBA.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm. 1 .570, lib. II, fol. 18.)

Al Duque de Alba.

4 Aunque por carta de D. Francés, de 7 del presente, había


sabido sumariamente como el último del pasado quedábades en
Ambers designando
, que allí se ha de hacer, háme
el castillo

dado gran contentamiento entender esto en particular, junta-


mente con las otras cosas que contienen vuestros despachos de
primero deste, que llegaron ayer con el correo que vino por mar,
que los tenia tan deseados como vos los mios, que de razón ya
há dias que los habréis recibido, pues fueron duplicados por los

* Lo que va en bastardilla se añadió entre renglones, de mano de Felipe II.


* Así concluye el manuscrito de Simancas.
* Esta minuta sin fecha debe ser del 16
al 24 de Noviembre de 1567, pues

se dice en ellaque el duque de Alba quedaba en Amberes el último del pasado,


y ese pasado es Octubre de 1567, según consta por carta del Duque, de 1.* de
Noviembre, impresa en la pág. 71 del tomo XXXVII de esta Colección. Dice tam-
bién el Rey que envia la carta (cuya es esta minuta) á D. Francés, con el que
trajo de Francia el parabién por el parto de la Reina; y el parto á que alude
ocurrió el 10 de Octubre, en que nació la infanta Doña Catalina.
-* Al margen: t Cifra toda.»
19

mares de Poniente y Levante. Esta va á D. Francés con uno


del rey de Francia que vino de su parte á darnos el parabién
del parto de la Reina, y las gracias del socorro que le enviáis

en mi nombre, y á decirme que con él y la otra gente que


juntaba, pensaba castigar á sus rebeldes muy presto. Que
dubdo loejecuten, antes sospecho todavía lo que vos, que
al cabo han de venir en algún vergonzoso concierto, y por eso
escribo de mi mano al Rey y Reina disuadiéndoselo y á Don
,

Francés que los anime y esfuerce, como lo veréis por la copia


della que él os enviará con ésta; y volviendo á lo de hoy, doy
muchas gracias á Dios de verlo en tan buen camino, y á vos
las que merece un servicio tan relevado que no quiero decíroslo

con más palabras porque serian menester muchas: uno sola-


,

mente que podéis llevar adelante lo que vais haciendo con


seguridad, que para ponerlo en ejecución no os faltarán los
dineros necesarios, porque demás de los 200.000 escudos que os
llevó el correo pasado, se os enviará brevemente otra buena
cantidad y se os responderá á todas las particularidades que
estos dias nos habéis escripto.
El Comendador mayor de Castilla me ha hecho instancia
por licencia para venir á poner recaudo á sus cosas, porque
habia muerto su suegro
le convenia mucho, y así se la he dado
y mandado á D. Juan de Qúñiga, su hermano, que se vaya á
quedar allí en el entretanto, y partirá de aquí dentro de tres 6
cuatro dias para se embarcar juntamente.con el marqués de Cer-
ralvo, en la galera de
Jorge de Grimaldo, que hallándose aquí,
lehe mandado que los vaya á llevar en ella, que estaba inver-
nando en Mallorca con otras. He os querido avisar dello porque
sepáis el motivo que se hace en lo uno y en lo otro.

El duque de Aiburquerque me ha
que los de Casal
escrito
andan todavía alterados, y que como él no tiene noticia del
negocio no sabia cómo se ha de haber con ellos, mostrando
sentimiento de que no se le hubiese comunicado. Hele mandado
responder que se habia dejado de hacer porque se comenzó á
tratar acá, muchos dias antes que vos partiésedes de aquí, y
que en lo demás proceda con el duque de Mantua y con aque- ,
— .

20

líos sus vasallos, por el término que vos me advertistes con la


carta de 27 de Junio, desde Sant Juan de la Moriana, que es el

mejor y más acertado que se puede llevar en este negocio y ,

que entretenga buena amistad con Vesposiano Gonzaga, que


con su consulta aceptó el gobierno de Casal, de que yo he
holgado porque no le fid el negocio, y que si ocurriere algo en
que sea necesario vuestro parecer y advirtimiento, os lo pida.
De Francia me ha vuelto hoy á acordar lo de los españoles ^

Después que hube firmado la carta para D. Francés, me


volvió á hablar el Embajador de Francia acordándome lo de
los españoles con instancia yo le respondí que creia que ya
;

no serian menester, y que yo no podia mandar desde aquí cosa


cierta, no sabiendo en que te'rminos estaba lo de esos países,
porque las cartas que ayer habia tenido vuestras , eran viejas;
pero que yo os lo escribiría remitiéndooslo para que vos hicié-
redes en ello lo que los negocios de hay dieren lugar. He os
querido advertir este artículo para que lo sepáis solamente, que

en lo demás , las manos os quedan libres para no hacer en ello


sino lo que conviniere á mi servicio, aunque vos os lo tenéis
bien á cargo.
Particularmente digo, que he visto y me quedan en mano
las cartas del negocio que encomendastes á Esteban de Ibarra,
que por ser de tanto momento, habrá bien que mirar en él.

Vos lo gobernastes con el peso que lo demás, y yo os res-


ponderé presto lo que me pareciere. Escribiendo esto han
llegado cartas de mi visorey de Cataluña, en que dice que
habia tenido aviso que ya los herejes se habian apoderado del
fuerte de Mompeller, y que van creciendo por aquella parte, y
que pasasen adelante seria bien tener ojo á apoderarnos de
si

algunas fuerzas de la frontera, antes que los herejes las ocu-


pasen, siquiera por guardarlas para el Rey Christianísimo. Mi-
rareis en ello y avisareis de lo que os parece. —Yo el Rey.
Gabriel de gayas.

i A continuación hay otra minuta que contiene lo que la anterior, con la


siguiente variación.
21

capítulos '

DE DIVERSAS CARTAS DEL DUQUE DE ALBA i. SU MAJESTAD.

(Archivo general de Simancas.—Estado.— Legajo 633.)

En lo que V. M.t manda de la disciplina que quería se hi-

hiciese para esta gente, háme hablado V. M. en ello tantas

veces, que me paresce tiene gana que se haga, y, cierto, es


muy necesario, y más hoy que jamás yo me desocuparé algu-
:

nos ratos y haré en ello lo que pudiere *.

Lo que V. M. me escribe, si seria bueno ^ dar alguna orden


en estos Estados para juntarlos debajo una misma ley y cos-
tumbres yo procuraré de informarme en lo tocante á esta ma-
,

teria.Lo que hasta agora tengo hecho, es haber encomendado


á algunas personas que cada uno por sí miren de hacer una
orden de policía para estos Estados, la que á ellos les pareciere
más conveniente y la más aplicadera á los humores del país:
con que estos hicieren y de otros pudiere entender, iré refi-
lo ,

nando la materia. Si V. M. mira bien lo que hay que hacer,


verá que es plantar un nuevo mundo, y ¡ojalá fuera plantarle

de nuevo! porque quitar costumbres envejecidas en gente tan


libre como ésta ha sido siempre, es materia trabajosa; yo no
quiero ofrecer á V. M. que lo haré; pero ofrézcole que trabajaré
en ello cuanto en el mundo sea posible, sin que se me atra-
viese ni ponga otra cosa ninguna delante que el servicio de
Dios y de V. M.

* Estos capítulos deben ser del 10 al 28 de Febrero de Í568, pues el Rey


contesta en 31 de Marzo del mismo año á algunos puntos aquí contenidos. (Véase
la pág. 196 del lomo XXXVII de esta Colección.)

2 Do mano de Gonzalo Pérez, al margen: «Gracias y que así lo haga por ser
tan necesario, pues ninguno lo hará como él, y que sea la orden general para
lodas partes conforme á lo que con él platicó S. M.»
3 ídem id.: «Gracias, y está muy bien, y podrá ir mirando y avisando que
S. M. se lo advirtió por vía de recuerdo.^
22

El abad de Sanct Pedro de Gante es muerto; acá se harán


las informaciones, por la vía que se suele, para avisar á V. M.
de las personas que ocurrieren y las cualidades de cada uno;
yo no sé aun particularmente cómo se puede hacer, que ando
tan recatado, que no me
mismo, tanto más en esta
fio de raí

materia de Abbadías, donde ha habido grandes entradas y


salidas.

El obispo de Cambray me ha dicho la gran necesidad que


tiene,y que no puede pasar con su renta, por ser tan poca, que
suplica á V. M. le haga merced de alguna pensión sobre esta
Abbadía. Que demás de ha servido y piensa servir
lo que él

á V. M., se le mucho en la erección de


debe por haber perdido
los Obispados, á la cual él no solamente no ha contradicho,

pero ayudado á la voluntad de V. M.


Barlamont me ha hablado suplique á V. M. le haga merced
sobrestá dicha Abbadía de alguna pensión para dos hijos suyos,
muy buenos estudiantes, de edad de 26 y 28 años; V. M.
sabe lo que él ha servido y la necesidad que aquí se tiene de
su servicio; favorescerse há mucho de que V. M. se acuerde de
sus hijos, y terna V. M. comencado de hacer la parte de la
merced en cosa que ha de dar á otro; él lo escribe á V. M. más
particularmente.

De mano del Duque.

Aquí murió pocos dias há Francisco Alemán que ,


fué Uxer
de Cámara de V. M.; tenia seis placas de pensión; dejó i
á
su mujer que trujo de allá cargada de hijos, y tan enferma,
que no se levanta de una cama. V. M. hará gran limosna en
mandar que se le continúen, que ella lo gozará poco, según
está.

< De mano de Gonzalo Pérez: «Saber s¡ las tenia allá ó acá en la casa de
Su Majestad.»
23

CARTAS^
QUE SU MAJESTAD PODRÍA SCRIVIR k NORCARMES.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 539.)

Monseñor de Norcarmes Sobre : lo que mi primo el duque de


Alba me scrivió estos dias pasados de vuestra enfermedad, que
procedia (según os parescia) por falta de ejercicio corporal,
porque después que me servís en mis finanzas no lo habíades
podido hacer tan de ordinario como convenia á vuestra salud, y
que por esto habíades sido forcado de suplicarme que yo fuese
contento de me servir de vos en cargos que no fuesen tan de
asiento y sufriesen alguna vez que vos pudiésedes atender á
vuestra salud ; deseándome servir largamente de vos , como de
persona que ya me ha dado tantas muestras de su lealtad y
afición que tiene ámi servicio, quise responder al duque de Alba
que yo seria contento que vos en buen hora gozásedes de lo que
mejor os estaba: ó de quedar con el dicho cargo de ñnancas, ó
dejándole servir absolutamente el gobierno de Enas y otros
cargos que solia tener el Quondam, marqués de Vergas, que vos
habéis servido de seis años á esta parte por provisión y habién- ,*

dome advertido después el dicho Duque que vos le habíades


declarado, que por razón de vuestra indisj^osicion susodicha el
dicho gobierno y otros cargos del Quondam marqués
, de Vergas,
os serian más á ^propósito , he querido hacer desj^achar vuestras
comisiones con advertiros todavía que mi intención es que vos
continuéis en me servir también en mi Consejo de Estado, lo

cual yo no dubdo que haréis siempre con la diligencia y pron-


titud acostumbrada, y no dejaré también de tener la memoria
que vuestros servicios meresgen.

< No tiene fecha ni podemos fijarla; véase á este propósito lo que se dice en
la pág. 31 4 del tomo XXXVIl de esta Colección,
24

COPIA DE MINUTA DE CARTA

DEL REY AL DUQUE DE ALBA, DEL ESCURIAL


k 20 DE MARZO DE 1570.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 1570, lib. II, fol. 130.)

EL REY
al duque de Alba con el del cardenal de Quisa.

Duque primo Con Chatelerao que


:
,
partió á 2 del presente,
os escribí cuanto entonces ocurria. El que lleva ésta es uno del
cardenal de Guisa que le despacha desde Toledo y la ha de
tomar á pasada por Madrid ; y aunque hay poco que escribi-
la

ros de nuevo, no quiero dejar de hacerlo con todas las comodi-


dades que se ofrecen: por una de D. Francés, de 7 del presente,
que vino bien despacio por Bayona , entendí como no se
habiendo contentado en Inglaterra de lo que se habia hecho
con D. Gueran Delpes, mi Embajador, habian también detenido
en su posada al Consejero de Assondevile, sin haberle dado
lugar á que hablase á la Reina ,
que me ha parescido harto
nueva y atrevida demostración; pero con todo eso yo no podria
hacer provisión alguna hasta tener cartas vuestras con aviso
del apuntamiento que se habrá tomado con aquella Reina, que
sin falta la deben traer desvanecida las pláticas que D Gueran .

me ha que tiene en Alemania con algunos de su facción,


escrito

y como quiera que sea, es bien en prevenir con tiempo lo que


juzgáredes que conviene y se debe hacer.
El Archiduque, mi primo, partió de Aranjuez ayer para pro-
seguir su camino por Valencia, y dentro de dos dias partirá un
correo que yo despacho al Emperador, por Italia y por mar,
con la resolución de todos los negocios que trujo en comisión el

Archiduque y que después se han ofrescido y platicado ; y con


,

el mismo os escribo y envió por la vía de Augusta copias de lo


25

uno y de lo otro, por donde lo entenderéis de fundamento, que


por ir lo más en claro me paresció que no era bien aventurarlo
á pasar por Francia, y también porque no requiere más prisa;
yo, á Dios gracias, quedo bueno, y lo mismo deseo entender de
vos por la voluntad que os tengo y por lo que á mí me va en
,

que tengáis muy entera salud.


Al Archiduque vino sirviendo de Camarero mayor un caba-
llero de la Orden de Sanct Juan , llamado Bemer , vasallo del
archiduque Fernando , en cuyas tierras diz que tiene más
de 4.000 ducados de renta; y según me han dicho es muy cató-
lico y buen soldado y que como tal ha sido dos veces Coronel
,

en Hungría, y que desea tener plaga mia de lo mismo; y aun-


que concurriendo en di tales partes parece que se empleará bien
en su persona ,
yo no se la he querido dar sin advertiros desto

para que miréis en comuniquéis con Chantone y me


ello, y lo

aviséis de lo que os paresciere que conviene que también me le ,

anteponían para Teniente de mi guarda alemana , y en esto


me podia resolver mucho menos hasta ver lo que me respondéis
á lo que os scriví sobre lo que toca al conde de Schvarcemburg.
Del Escurial á 20 de Margo de 1570.
1 Ni tengo tiempo ni oso scriviros de mi mano por donde
ésta va: pienso presto quedar más desembarazado de los emba-
razos que estos dias he tenido por poderlo hacer como lo deseo,

que tengo muchas cartas vuestras á que responder. El mismo


Conde que aquí se dice nombraba á éste para su Teniente de
, :

todo os informareis y me avisareis de ello. — Yo el Rey.

1 De mano de S. M.
26

COPIA DE MINUTA DE CARTA '

DEL REY AL DUQUE DE ALBA, SIN FECHA.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm. 1 .570, lib. II , fol. 1 31 .)

EL REY
al dugue de Alba.

Duque, primo: En la que os escribí, á 2 del presente, con


Chatelerao , se os dio aviso de cómo tenia ya despachado al
Archiduque mi primo, habiendo tomado en todos los negocios
,

que trujo á cargo y trató conmigo en nombre del Emperador,


su hermano: así tocante á esos Estados y al Imperio, como á
casamientos, la resolución que sojuzgó que convenia al servi-
cio de Dios y al beneficio universal del público, y al particular
de mis cosas; teniendo mira y atención al remedio
la principal

y conservación de las que tocan á la religión en todas partes,


y llevando este intento, y habiéndome asimismo aprovechado
de vuestros recuerdos , se ordenó la respuesta satisfaciendo á
todos los artículos contenidos en la instrucción del Archiduque,
en forma y con la dignidad que convenia ; guardando al
la

Emperador el respeto que á la suya se debia, y quedando mi

autoridad y estimación en el grado que convenia como veréis, :

lo uno y lo otro bien entendida, y particularmente, por las


copias que de todo ello he mandado que se os envien junta- ,

mente con otra copia de una relación de advertimientos que se


envió á Chantone y Luis Venegas á manera de instrucción,
,

para que conforme á ella procedan en los negocios que bien ,

creo los tratará agora el Emperador muy de otra manera que


por lo pasado, y que procurará de aquietar y satisfacer á los

^ Debe ser de Marzo de 1570, pues se refíere á la que en 2 del mismo mes
envió Felipe II con Chatelerao.
27

Electores y Príncipes de suerte que no se muevan pues


;
lo

puede hacer con la pura verdad y razón que está tan de mi


parte, como se muestra en mi respuesta, de la cual, si él viere
que es menester, les comunicará lo qué le paresciere que yo
no tengo que cumplir con ellos, pues á mí ni me ha escrito ni
propuesto cosa alguna destas derechamente, aunque todavía
escribo á Chantone ,
que si paresciere otra cosa al Emperador,

y mismo Chantone juzgare ser necesario que en mi nombre


el

se haga algún género de oficio con los dichos Electores y Prín-


cipes , me y á vos también de lo mismo, para
avisareis dello,
que lo sepáis todo, como
y siendo vos de voto que se
es razón;
debe hacer esta diligencia y cumplimiento, me avisareis luego
en qué sustancia y con qué Príncipes, y si será menester que
vaya persona propia de aquí ó desos Estados y de qué cuali- ,

dad ó si bastarla escribirles yo y remitiros las cartas á vos,


,

para que las acompañéis con otras sendas vuestras, ó si bastará


enviarlas á Chantone, que se las haga dar: vos lo mirareis y
os resolvereis conforme á lo que entendiéredes que conviene y ,

me advertiréis dello, y, si en este medio fuese necesario que


vos escribiéredes á los dichos Príncipes ó á alguno dellos, lo
podréis hacer en la forma que os paresciere
aunque yo creo ;

que no Emperador cumplirá con ellos bas-


lo será, sino que el

tantemente con mi respuesta según me lo da á entender en ,

su última carta^ escrita después que entró en la esperanza de


lo que agora se le declara.
En lo de los casamientos, habréis también visto, en suma,
la tra^a que tengo dada, y agora lo entenderéis más larga-
mente por la copia de la dicha relación que se envia á Chan-
tone en que deseo tener vuestro voto y consejo; pues sé que
,

me buena gana y tan acertado como en las


la daréis de tan
otras cosas que me tocan; y, cierto, hablando con vos, como
puedo, si tuviera cuenta con sólo mi particular contentamien-
to, me quedara de buena gana en el estado en que me hallo;
pero como la primera y principal haya de ser de lo que cumple
al servicio de Dios, Nuestra Señor y bien universal , y satis-
facción de mis subditos , he venido en lo que en la dicha reía-
28

cion se apunta, como lo más conveniente para todo lo que de


semejantes negocios se pretende. Déste me he querido yo
hacer dueño, para que todas las partes me queden obligadas y
para trabarlo y concertarlo.

COPIA DE MINUTA DE DESPACHO


DEL KET AL PRIOR DON HERNANDO DE TOLEDO, DEL ESCÜRIAL
A 4 DE JULIO DE 1570.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm. 542.)

Alj^rior D. Hernando.

Prior, pariente: Por lo que el Duque, vuestro padre, os dirá


de mi parte , entenderéis la elección que he hecho de vuestra
persona para que vengáis por cabo y gobierno del armada en
que ha de venir la Serma. Reina, mi mujer: yo os ruego y
encargo mucho que, creyéndole como á mí mismo, en lo que
asios dijere, y guardando en el pasaje y navegación de la
Reina , hasta llegar á la costa y puerto de España donde se
hubiere de desembarcar, la orden que el Duque os diere, os
dispongáis á nos servir á ella y á mí en esto, como yo de vos
lo espero y confio, que por ser de tanta importancia terne en lo
que es razón el trabajo que en ello pusiéredes. Del Escurial,
á 4 de Julio de 1570.

COPIA DE CARTA ORIGINAL


DEL DUQUE DE ALBA AL DE ALBURQUERQUE, DE AMBERES
Á 3 DE ENERO DE 1571.
(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm. 542.)

limo. Sr.: Recibido hé la carta que V. S. me escribió á


los 6 del pasado, en respuesta de la mia, por la cual le beso

muchas veces las manos y muchas más por cuanto en


,
ella me
29

ofresce, que yo aseguro á V. S., de mi voluntad, que se lo tiene

bien merecido, y con ella serviré á V. S. donde quiera que


yo estuviere yo pensé que el señor duque de Medina viniera
:

en el retorno del armada en que fué la Reina, nuestra señora,


como S. M. me lo había escrito; y paréceme que por algu-
nos inconvenientes no se habia podido entender en su despa-
cho, estóile aguardando con muy gran alborozo, por lo que
deseo verme ya en parte donde pueda descansar. También me
escribió S. M. los otros dias, mandándome hiciese volver en Ita-

lia la caballería ordinaria dése Estado, que V. S. me entregó


el año de 67; para venir la jornada heles dado ya la orden
y saldrán de sus alojamientos hoy para ir á dar la muestra
á Marche á las fronteras de Lucembourg, y de allí seguir su
,

camino: no he querido mudar ninguna compañía, sino dejarlos


como de allá vinieron ,
porque siendo soldados de V. S. les he
yo de tener en lo que es razón, y remitir á V. S. el hacer
dellos lo que fuere su voluntad , que será lo que más convenga
al servicio de S. M.: á mi Señora la Duquesa beso las manos;
de S. S. el Señor la ilustrísima persona de V. S. guarde y Es-
tado acreciente. De Amberes, á 3 de Enero de 1571. Servidor
de vuestra Señoría. —El duque de Alba ^.

RELACIÓN
DE LA VICTORIA QUE TUVO LA ARMADA DE SU MAJESTAD,
QUE SALIÓ Á BUSCAR LOS CORSARIOS QUE ANDABAN X LA PARTE
DE FRISIA, VÍSPERA DE SAN JUAN, AÑO DE 1571.

( De la colección del Sr. D. FraDcisco de Zabalburu.)

Habiendo entendido el duque de Alba el armada que los

rebeldes de S. M. y estos y otros corsarios habian juntado en


daño de los Estados Bajos , mandó el conde de Bosu que con la

A En el sobre. «AI limo. Sr.-. el Sr. Duque de Alburquerque, Gobernador y


Capitán general, por S. M., eo el Estado de Miláo.»
30

mayor presteza que pudiera hiciera armar algún número de


navios en Holanda; y habiendo puesto 15 en orden, el dicho
Conde salió con ellos en busca de los dichos corsarios, los
cuales, por tener en el canal puertos á su voluntad donde aco-
gerse con las presas que hacian, era imposible poderlos hallar.
A los 18 de Junio tuvo aviso el Duque que los dichos corsa-

rios, habiendo hecho algunos robos, venian con su presa en


número de 16 navios gruesos, muy bien artillados, hacia
Embden á venderla y tomar más gente como la tomaron y ,
;

envió á mandar al Conde fuese la vuelta dellos, el cual,


hallándose ocupado en otros negocios envió al Vicealmirante ,

en su busca con 11 navios, y habiendo salido con viento


próspero, víspera de San Juan, en la tarde, los descubrió que
estaban ancorados á la boca del rio Enis. El coronel Robles,
que estaba á la guardia de Groeninghen, reconociendo nues-
tra armada que iba en seguimiento de los dichos corsa-
rios, y teniendo orden de S. E. de darles alguna arcabucería,
envió 400 arcabuceros en cuatro calaveras ^, con que fuesen á
meterse en nuestros navios. La armada de los corsarios, como
y púsose en batalla;
reconoció la de S. M., levantó las áncoras
el mismo, y estando los unos de los otros á
Almirante hizo lo

tiro de cañón, dispararon ambas armadas su artillería: la

de S. M. descargó dos rociadas: la de los enemigos, antes de


esperar la tercera, volvió las proas la vuelta de la dicha
Embden; Vicealmirante los siguió y echó tres á fondo y
el

tomó nueve: los otros se le escaparon, metiéndose debajo del


cañón de la villa y de otras naos inglesas y esterlinas que
estaban en el pasaje. El Vicealmirante, habiendo habido la
victoria , se ancoró en el mismo lugar donde estaban los corsa-
rios y envió á decir á los de la villa que le diesen luego loa
navios de aquellos rebeldes y los hombres todos que se hablan
acogido por el agua ; los de la villa enviaron luego sus diputa-
dos á tratar con él, y cuando partió el que trajo esta nueva aún
no sabia en lo que habian parado las demandas y respuestas

* Caravelas?
31

sobre el particular. Tenia el Vicealmirante tantos presos , que


habia enviado ^ á Robles gente para poderlos guardar; en
una de lasnaos sólo se hallaron 14 piezas de bronce, y en todas
ellas gran cantidad de vino , trigo paños y otras cosas que
,

traian robado; con este buen suceso mirarán los que quedan
cómo andan, y no se dejará de perseguirlos por todas partes.
S. E. envió luego á llamar al Vicealmirante que los ahorcase
á todos, de las antenas, delante de la villa de Embden , sin que
quedase ninguno vivo; sucedió esto á tiempo que el Emperador
habia enviado orden al Duque que juntase los círculos de la
Wesffalia y Baja Sajonia, para dar orden en lo que se haria
contra los piratas , á los cuales círculos tenia el Duque llama-
dos y señalados para la junta en Goeninghen el dia de San
Juan, y siendo llamados los comisarios del Emperador, halla-
ron este negocio en el tórmino que está dicho.

VIAJE
DE VIZCAYA a FLANDES Y DESCRIPCIÓN DE AQUELLOS ESTADOS.

(De la colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Desde el Laredo se navega al Nornorueste, cuarta al Norte,


hasta 40 leguas, que con buen viento que camina entre noche
y dia, á 50 leguas; desde este paraje, que es par de la isla de
Sain, isla poblada de pocas casas, que es de Francia, se
toma al Noroeste hasta traer á Ugente, al fuerte: Ugente es
isla despoblada que está á 18 leguas de Sain ; siete desde Sain
hasta Ugente, navegando por este rumbo, es una sonda de 60
bracas; desde Ugente se toma al Nordeste 100 leguas hasta
Dobla. Súrgese en Dobla, cuando son amigos, para tomar vien-
to bancos á Gelanda, y desde Dobla
hecho para entrar por los

á Fiexelinguas, que 24 leguas de Dobla se navega por el


mismo rumbo, excepto adonde es menester dar bordo para
huir los bancos y seguir por la sonda y marcas ; y esto lo han

1 Está roto el original.


32

de hacer los pilotos alemanes que toman en Dobla cuando sin


los amigos , ó de Flandes, pasados los bancos de Monge; y en
este paraje de Dobla á Fiexelinguas hay cinco bancos. 1.* Gu-
duria, déjase á babor que es mano izquierda. 2.° Las Motucas, á
estribor, casi á la pareja de Guduna, que están Noroeste, Sues-
te, los unos de los otros. 3.° Los de Monge hánse de pasar por
cima dellos, porque loshay de una y tres y de ocho de seis ,

á diez bracas , y á la banda del Norte hay mayor agua, y no


se muda la derrota al Norte para pasar á Nuestra Dama en
Holanda. 4.° Unquerque, es pueblo en tierra firme de Flandes.
El primero confina con Francia ; déjanle los alemanes y sardi-
neros; tiene de 60 más 5 bracas y en este banco y en
largas;
los pasados , la caja canal es de ancho media legua Norte Sur,
por donde más angosta, que es aquí; así que más adelante
va estrechando, b.^ Está en el pasaje de los Colchan de Bru-
jas. En las torres de las iglesias de aquella ciudad, éste es
más bajo y angosto que los pasados, y así más peligroso:
desde este banco á Fiexelinguas son tres leguas; este pue-
blo es pequeño. No tiene de i La fortaleza no es muy
buena; el puerto es malo, de mala tenecon; súrgese en él

.hasta venir marea ó flujo para subir hasta doblar el castillo


de Rimegun, que está á media legua grande, y la cabeza de
Mediemburque donde surgen los rios, que es allí junto á
cuarto de legua y á otro cuarto Rarauz, y hasta Ramequin
se va al Nordeste; y doblando Ramequin al Noreste hasta
Ramuz que es á media legua: en todo este de Ramequin
arriba es menester andar con las mareas ,
porque es bajío de
arenales: en Ramuz se toman alemanes para subir aún seis ú
ocho leguas del rio y bajo de mar, que acontesce andarlos en
tres horas con viento recio Oeste marea, y cinco leguas y la
más arriba de Enauest, Malinas adonde se va por el mismo ,

rio; desde Malinas á Bruselas son cuatro leguas ; se va por el

mismo desembarcando y tornando á embarcar encima de


rio,

los Países y desde ellos los Estados de Alemania la baja, que


,

No se entienden algunas palabras del original


33

'poT otro nombre vulgarmente decimos, los Estados de Flandes,


son 7 provicias, 4 ducados, 7 condados, un marquesado, 5 se-
ñoríos, 208 ciudades y 6.300 aldeas.
Ducados. —
Brabantie, Limburgi, Lutzenburgi, Geldrie.
CoMiTATus, sa'j^ol marcha, —Flandrie, Artesie, Haunonie,
Hollandie, Zelandie, Namurci, Zutphanie.
Marchionatus, Borgoña. — Sacri Imperyy.
Dominas, Malinas, Matric. — Fusie Mechhnie, Ultraiccten-
,

sis, Transylane, Groeninge.


Provincias marítimas y confines.
Flandes. — La Mar, Francia, Artesia, Cambrasi, Hanonia,
Brabantia, Zelandia.
Islas de Zelandia. —Flandes, Brabancia, Holanda.
Brabantia. — Flandes, Islas de Zelandia, Hanonia, Namur,
Obispado de Espanora, Refel , Geldra, Holanda.
Holanda. —Brabancia, Geldra, La Mar.
Rusia. — Querfil, Groeninga, La Mar sobre las dichas pro-
vincias.
Artesia. —Francia, Cambresi, Flandes.
Cambresi. — Francia, Hanonia, Flandes.
Hanonia. — Cambresi, Francia, Namur, Brabancia, Flandes.
Namuií. —Hanonia, Lucemburg, Obispado de Lieja, Bra-
bancia.

Lucemburg. Francia, Namur, Obispado de Lieja, Salm.
Obispado de Lieja. —
Brabancia, Namur, Lucemburg,
Salm, Limborg. ,

Salm. — Obispado de Lieja, Lucemburg, Limborg, Julia-


cens-duc.
LiMBORCH. — Obispado de Lieja, Salm, Latzemburg, Julia-
cens-duc, Talcremborg.
Valcremborq. — Obispado de Lieja, Salm, Juliacens-duc,
Geldria.
JuLiACENs-Duc. — Valcremborg, Limborch, Obispado de Co-
lonia, Geldria.

Obispado de Colonia. — Juliacens-duc, Berge, Oltaren,


Rekelinckausen , Muers, Clima, Geldria.
Tomo LXXV. S
34

Bebge Rekelinckausen.— Obispado de Colonia, Wesfalia,


Clima, Muers.
MuERs. — Obispado de Colonia, Berge, Clima.
Clima. — Obispado de Colonia, Berge, Wesfalia, Geldria,
Muers.
Wesfalia. — Clima, Berge, Fusia Ocidentalis, Weder,
Werisel, Geldria.
OuERissEL. —Wesfalia, Weder, Groeningen , Fusia Ociden-
talis, Geldria.
Geldria. —Holanda, Brabantia, Horn, Obispado de la Lie-
ja, Juliacens-duc, Obispado de Colonia, Clima, Wesfalia, Oue-
rissel. Mar de Zuyderzee, Obispado Tergetese.
Horn. —Brabancia, Obispado de Lieja, Geldria.
Obispado tergetese. —Holanda, Geldria, Mar de Zuyderzee.
ZuPHEN.— Geldria, Clima, Wesfalia, Ouerissel.
Groeninge. — Fusia Ocidentalis, Ouerissel, Wede, Frisia
Orientalis.
Chancillerías de
1 Bruselas en Brabante, á que acude Limburg.
2 Mos, á que acude Antuers.
3 Haya, en Holanda, á que acude Zelandia.
4 Groeningen, en Frisia.
5 Gante, en Flandes.
6 Luzemburg, ciudad y proyincia.
7 Dola, en Borgoña.
8 Gobierno Supremo en Malinas, adonde vienen las últi-
mas appellaciones de todas estas Chancillerías como antes iban
á Francia.
35

VIAJE

DE GALERAS PARA FL ANDES.

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Habiendo de ir galeras, las navegaciones que á Jaime de Zamo-


ra, 'piloto mayor de la armada, le ]parece que ^podrian hacer,
son las siguientes: remitiendo la resoUmon y el dónde sejun'
taran con las naos al estado que las cosas tuviesen y disig-
nios que con la dicha armada se llevasen, los enemigos que
oviere hallaren, y para todo será de mucho prO'
y dónde se

vecho el saber usar de las mareas, siendo, como es, presupuesto

fijo, que de 24 horas que tiene el dia y la noche, las 12 son


favorables, y dos no son contrarias y acomodarse á ellas.

El ir las galeras desde el puerto de Santa María á Santan-


der, ó al Pasaje , es cosa muy sabida y segura por tener en
toda ella puertos propios.
Desde Santander, ó del Pasaje á Bela-isla , hay dos derro-
tas ,
que son las siguientes:

Legs. Legs.

9 La una es ir por la vía de- La otra es más corta en


recha á Bela-isla, engolfán- esta manera:
dose, y para proponer ésta Desde Santander al Pasa-
se funda en que los vientos je,que hay muchos puertos
que son travesía, toman á á cortos trechos do no sa-,

las galeras desviadas de tier- biéndoles el tiempo, se po-


ra y en paraje que más á dían meter 30
su placer pueden tomar los Desde Pasaje que es el
el
puertos y sin peligro tan último puerto de España
grande de dar al través, en- donde podrían comenzar su
trando, como de verano sue- viaje, no tienen puerto has-
len entrar los vientos, de gol- ta la vía de Burdeos 45

9 75
36
Legs. Lega-

9 75
pe con turbiones, y que los -
De allí á la isla de Ayron,
vientos de tierra que las po- á un puerto que se llama
drian desviar y marear de- Mameison, tiene barra, y si
masiado en verano son ga- , no es bueno el tiempo to-
lernos y dulces que no les maráse con peligro 6
levantará mar, y que con esto De Mameison al fin de la
no siendo derechamente por dicha isla del Ayron que ,

proa con las velas latinas y llaman Pertus de España . . 6


ayudándose de los remos por De Pertus de España se
sotavento, no dejarán de ha- ha de ir á la Palisa, primer
cer camino. puerto de Isla de Rey, y en
ella y en otros islotes que
hay por allí menudos, hay
reparos de todos tiempos.. . 4
De la Palisa á Huyas, hay
reparos de todos tiempos, y
no puertos 15
Llegando en Huyas, por la una parte ó por la otra se
ha de proseguir el camino siguiente:
8 A Bela-isla, donde tiene muy buen reparo en toda la isla
de cualquier tiempo 8
7 A la isla de Groya no hay puertos, pero hay reparos
muy buenos 7
2 De la isla de Groya á Brouet, que es buen puerto 2
7 A Claran, pero si el tiempo no fuese ó la aguja no fal-
tase, puédese navegar derechamente de Groya á Claran,
sin entrar en Blauet; Claran es isla sin puerto, pero con
reparos suficientes 7
4 A Benaudete que es buen puerto
, 4
8 A Pesmare, que es buen puerto después de dentro, la
entrada con rocas.
difícil , 8
9 A Montanaote, no tiene puerto, tiene surgidero, y con
el viento travesía, puede entrar en Garadon y en Bieste,
que están á 2 y á 5 leguas 9
6 A Conquete, no tiene puerto; tiene surgidero, y con la
travesía puede volver á los puertos de sotavento 6
6 A Horno, no tiene puerto ni le hay hasta la isla de
Vas que hay 10 leguas y en ella hay reparos de todos
, ,

tiempos 6

6G 163
37
Legs. Legg.

66 163
Y sirviéndoles el tiempo, podrán abreviar el camino y
atajar leguas atravesando sin tocar en tantos puertos.
Puestos en el Horno las dicha galeras, tienen embocada
la canal,y habiendo por fuerza desde allí de dejar la costa
de Francia, en todo caso, por ser muy mala tienen una ,

de dos navegaciones :

21 De Horno á isla de Vas, El otro camino es atrave-


donde no hay puerto, pero sando derechamente del Hor-
muy buenos reparos de to- no á la costa de Inglaterra,
dos tiempos. á Cabo de Rama, que es
44 A Granasuil, que es una puerto 30
isla que está en medio de la De allí á Cabo de Buitre. . 8
canal, que la señorean ingle- A Godester 3
ses y tienen- en ella un cas- A Torres, que es buen
tillo; tiene reparos, pero con puerto, excepto del Este y
muchos bajos. Nordeste y Sueste 5
70 De Granasuil es menester A Artamua, que es buen
atravesar de un tirón hasta puerto 7
Bolonia, ó Cabo de Ames, y APorlán que es buen puer-
si los tiempos viniesen por to, excepto del Este, Sueste
proa, se ha de volver á di- y Oeste Nordeste, y tiene
cho Granasuil, y si fuese un castillo en la marina. . . 3
Sueste, que es travesía, se A la aguja de Pola, no es
habia de ir á dar en la cos- puerto ni tiene surgidero
ta de Inglaterra al puerto para más de una noche. ... 8
que de ella se pudiese to- A las agujas de Antona y
mar, y si fuesen Norueste y el puerto, que está media
que son travesías en la costa legua de allí al castillo de la
de Francia se habia de ir á Tora 6
ella con mucho riesgo de que Del castillo de la Tora
si se errase el puerto, la hasta la punta de Santa Ele-
costa es muy mala de pe- , na, que es al fin de la isla
ñas, con que por todas vías de Vique, todo es puerto. . . 7
en este tranco, que es muy De allí á Forsamua, que
largo, se corre riesgo, y es buen puerto 2
con todo ello no se deja to- Desde Forsamua, á Veo-
car en tierras de Inglaterra, chepe, que es surgidero 8
pues, como digimos, lo es A cabo de Romanes, que
201 250
38

201 250
la dicha isla de Granasuil. es puerto de marea y de mu-
3 Del dicho Cabo de Ames chos corsarios 2
á Calés, tres leguas, es De allí á Dobla, que es
puerto, aunque ruin. puerto de marea, y queda al
bajamar en seco 7
A Calés, que es puerto de
marea 7
2 De Cales á Gravelingas ,
puerto de marea ,
que sin ella

no se puede entrar 2
3 A Dunquerque, asimismo puerto de marea 3
4 A los Monjes, que también es puerte de marea 4
4 A Neuport, puerto asimismo de marea 4
3 A Ostenda, puerto de marea 3

220 282

Por ser este parecer ,áe sólo un piloto, por bueno que sea,
siendo el negocio de tanta importancia, se debe de consultar
desde luego con otros muchos pilotos de todas partes , demás
de que para ir en las dichas galeras sé han de buscar muy
escogidos.

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA


DE GASPAR DE ROBLES Á SU MAJESTAD, DE GRUNYNQEN
Á 2 DE FEBRERO DE 1572.

{Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 549.)

S. C. R. M. —Escribiendo particularmente al secretario gayas


lo que pasa de mis vecinos ,
por no ser prolijo con V. M. no
terne yo que decir más, remitiéndome á su relación, de que con-
viene tanto al servicio de V. M. resolverla empresa de Enden,
que no hay consecuencia, por muy grande que sea, que baste
á compararse al daño que recibe la religión y hacienda de estos
Estados.
De Francia, me dicen los que vienen, ^ue están algo altera-
dos , y no tanto como desearían algunos; para mí tengo que
39

harán poco efecto, principalmente con la buena orden que da


el duque de Alba.
Pasada la jurisdicción de estos Condes, toda esta parte do

Alemania está pacífica. En Colonia han hecho grandes alegrías


por la victoria que ha dado Dios á V. M. contra el turco; aquí
se le han dado las gracias lo mejor que se ha podido por tan
señalada batalla.
La demanda del diezmo desasosiega algunos destos mal
inclinados; á lo que me parece, el verdadero remedio para tener-
los en la obediencia de V. M., es quitarles la ocasión del pecado
que causa aún en ellos su riqueza.
Suplico muy humildemente á V. M., con todo el encareci-
miento que puede un su verdadero criado y vasallo, sea ser-
vido de recompensar en mis dias los muchos y notables servi-
cios que le he hecho há treinta y tres años, y hago cada dia.

El Obispo y Teniente me parece han escrito al duque de


Alba suplicándole me mande servir á V. M. en el cargo de
Frisa, vacante por muerte del conde de Mega (que Dios tenga
en su gloria); lo mesmo
entiendo que hacen agora y han hecho
toda la jurisdicción de Grunyngen y condado de la Drente,
de su propio motivo, como es buen testigo el presidente
Viglius, á quien se han encomendado. Si soy suficiente, V. M.
se acuerde de servirse de mí porque de voluntad no me hará
,

ventaja ninguno en el mundo. Teniendo yo tan puesto delante


mis ojos todo lo que á mi poco juicio me parece que conviene
al servicio de V. M., que no hay cosa que baste á hacerme salir

del camino derecho. Cuya S. C. R. M. Nuestro Señor guarde


los años que cumpla á la cristiandad y á sus vasallos. De Gru-

nyngen á 2 de Febrero de 1572.--S. C. R. M.— De V. M. su


muy humilde criado y vasallo, Gaspar de Robles Willi. (Tiene
su rubrica.)
En el sobre: A la I. C. R. M. el Rey. nuestro señor, en
mano de Qayas.
40

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA

DE GASPAR DE ROBLES Á SU MAJESTAD, DE GRUNYNGEN


k 27 DE MARZO DE 1572.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 549.)

S. C. R. M. — En la última que escribí á V. M., de 29 de

Enero, remitía lo que se ofrecia de mis vecinos á la relación

del secretario gayas, lo que ahora hay que avisar á V. M. dellos


es que persisten tanto en sus perversas intenciones ,
que clara-
mente se ve ser incurable su mal si no se ejecuta lo que
scrito há Y. M., y todo lo causa el provecho que les cabe de los
hurtos destos corsarios, á quien dan artillería, municiones de
guerra, vituallas y recogimiento en sus casas.
Por cosa cierta sabemos que han doblado la guarda de
Enden y que están muy recatados temiendo ahora más
,
,

que nunca á V. M., entendiendo que se han descubierto sus


vellaquerías. Los comisarios del Imperio que están en Breme
tratando en ellas , se gobiernan de manera que , á mi poco
juicio, harán poco fruto.

De la mano que han dado los capitanes Gantao y Monfio,


á 7 deste mes, con 150 arcabuceros de mi regimiento á los
corsarios que pensaban invernar en la isla de Ulilant, no me
alargaré en decir más á V. M., remitiéndome á la relación que
dará el duque de Alba, de que fué tal que murieron de aquellos
ladrones 46, y que me trajeron aquí 14 cabezas de Capitanes y
Oficiales dos banderas 34 presos , dos medios cañones siete
, , ,

serpentinas de nueve pies de largo y 17 piezas de campaña,


,

de hierro colado , con que se defendieron un dia entero y mano


á mano dos horas, sin conocerse la victoria por no tener los míos
sino mosquetes y arcabuces con que ofenderlos y con todo ;

esto no murió dellos más que un Sargento dos soldados parti- ,

culares y 27 heridos.
41

Seis dias há que se ha comenzado á hacer justicia de los

dichos presos ; tres dellos que dicen cosas de espantar de los


condes de Brende, quedan vivos con los demás que há seis meses
que tengo para que confiesen en presencia de los dichos Comi-
sarios, si fuere menester el daño increible que han recibido
,

los vasallos de V. M.
1 V. M. reciba este servicio en el número de los muchos que
le he hecho há tantos años ,
para hacerme merced cuando le

pareciere que la merezco, pues permite mi ventura que me


halle yo sólo, délos criados viejos de V. M., sin ella.

2 Y en lo que toca á lo que piden al Duque todos los de esta


jurisdicción, de proveerme en el cargo de Frisa que ha scrito á
V. M., suplicóle muy humildememente , si mis obras dan testi-

monio que le merezca, nos haga á ellas y á mí esta merced,


y confiándome que á la fin V. M. se acordará deste su verda-

dero criado: rogaré á Nuestro Señor guarde la S. C. R. persona


de V. M. por los años que conviene á toda la cristiandad. De
Grunyngen á 27 de Marzo de 1572.— S. C. R. M.—De V. M.
muy humilde criado y vasallo Gaspar de Robles Willi. ,

En el sobre: A S. C. R. M. del Rey, nuestro señor 3.

FLANDES.
EELACION DE LO SUCEDIDO EN LOS ESTADOS BAJOS, DESDE
PRINCIPIO DE ABRIL HASTA ÚLTIMO DE MAYO DE 1572 *.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 549.)

Habiendo entendido el duque de Alba, Gobernador y Capi-


tán general de S. M. en los dichos sus Estados que el conde ,

Ludovico ,
que estaba en Francia, y otros foragidos de Flandes,

' Al margen, de letra distinta: «Recompensa.»


* Al margen, de distinta letra: oCargo de Frisia.»
3 En el mismo tiene puesto el Rey de su mano: « Justo será responderle gra-
ciosamente.»
* Carpeta.
42
teníau inteligencia con algunos naturales de aquellos Estados,

y que en las fronteras se levantaba gente; que franceses apres-


taban armada de mar , ordenó que el conde de Bossu aprestase
asimismo la de S. M., y que se enviasen tres compañías de
españoles á las costas de Holanda, y que Monsieur de Beauvois
se metiese en la isla de Walchen, en que está Midelburg,
Frexelingas y la Vera, y otros pueblos de importancia, entre
tanto que se levantaba un regimiento de walones que á nom-
bre suyo mandó hacer el Duque.
No pasaron muchos dias que Monsieur de Lumey, rebelde
de S. M., que se intitula conde de la Marcha, llegó con 25
navios á Holanda, y echó golpe de gente en la isla de Woorn y
Be apoderó de la villa de Brila ,
que estaba flaca ,
quemándole
las puertas una noche, y metió sus navios en un canal cerca
de la dicha isla.

Teniendo aviso desto Monsieur de Bossu que se hallaba en


,

Holanda, le dio al Duque y pidió al Maestre de campo, D. Fer-


nando de Toledo, banderas de las de su cargo y dos del ter-
seis

cio de Ñapóles, que estaban alojadas en ütrecht. D. Fernando se


las envió luógo, y con esta gentey algunos gentiles-hombres
del país, pasó á la isla de Woorn, y al reconocer de la Brila
tuvieron algunas escaramuzas, y, en fin, vieron que era impo-
sible poderse tomar sin artillería por haber los rebeldes hen-

chido los fosos de agua y hecho algunos otros reparos.


En este medio, los rebeldes salieron de su armada y que-
maron parte de en que había pasado Bossu, y
los barcos
embarcaron 700 ú 800 hombres y pasaron con ellos en tierra
firme, apoderáronse de dos tierras llamadas Delftshaven y
Schedam. .

Viendo Bossu que no podia hacer efecto, se volvió, y


llegado á Dordrecht entendió la facción que los rebeldes hablan
hecho y pasó á Roterdam, y á los 21 de Abril, antes del dia, dio
sobre los que estaban en Delftshaven, degollólos y tomólos 25
pecezuelas de hierro que hablan sacado en tierra, y enviando á
reconocer á los de Schedam , como tenian un sitio fuerte se reti-
raron á la Brila, donde se fortificaron, y Bossu se volvió á
43

poner eu orden el armada, dejando las 10 banderas en la


costa.
Teniendo aviso desto el Duque, y temiendo, como después
sucedió, que los corsarios no se apoderaseis de Frexelingas ó de
otra plaza en la isla deWalchren, envió tres compañías de
españoles que se metiesen en Frexelingas , y estando los furrie-
les haciéndolas alojamiento , los obreros que trabajaban en el

castillo comenzaron á tocar arma, y algunos burgueses se jun-


taron con ellos de manera que no quisieron admitir la guarni-
,

ción y tiraron algunos cañonazos á las barcas donde estaban


las banderas, de suerte que los hicieron retirar á lo largo, sin
ser parte el Magistrado para estorbárselo.
Los villanos del país comenzaron también á alterarse por-
que los de Frexelingas los amenazaron que romperían los

diques y los anegarian si consentían tomar pié á la dicha


gente en la isla , y lo mismo enviaron á decir los de Ramua y
la Vera, y aun los barqueroles, marineros y gente ociosa de
Midelburg comenzaron á hacer alguna demostración de que-
rerse rebelar.
Monsieur de Beauvois, á quien, como está dicho, el Duque
habia enviado á Walchren, yendo á su casa á ponerse en
orden , á la pasada por Frexelingas , no sabiendo lo que habia
pasado, los de la villa le hicieron entrar dentro, y tratando
con él algunas pláticas de acordio vinieron en querer recibir
tres banderas de valones: mas, poco después se resolvieron en
no querer ninguna, y temiendo al Beauvois desarmaron
recibir

60 soldados walones que allí estaban y los echaron en la costa


de Flandes.
Viendo esto Beauvois, determinó retirarse á Midelburg,
que es la principal villa de Walchren y para hacerlo segura- ,

mente le dieron los de Frexelingas escolta, de lo cual, y de no


haberle tenido eu prisión se sabe que se arrepintieron mucho.
Llegado á Midelburg trató con Monsieur de Wacquen que ,

estaba dentro, del estado en que se hallaban las cosas ; y avi-


saron al Duque , el cual les ordenó que procurasen reducir á los
de Frexehngas á la obediencia de S. M., y que juntamente
44
persuadiesen á los de la Vera y Midelburg que tomasen guar-
nición de walones ó españoles , ó que á lo menos los burgeses
estuviesen sobre su guarda y conservasen las villas en servicio
de S. M.
Después de esto, los de la Brila enviaron á Frexelingas
700 hombres de socorro, con que comenzaron á dar muestras
de su ruin ánimo y hacer lo que en guerra abierta se acostum-
bra, enviando Embajadores á la Brila é Inglaterra á pedir
socorros.
Los de la Brila les enviaron otros 1.000 hombres, con los
cuales y con los que se les habian llegado , acometieron de
asaltar á Midelburg; los de dentro comenzaron á alterarse,
pero Beauvois y Vacquen y los buenos burgeses los aquietaron
y persuadieron á que enviasen á pedir guarnición de walones
al Duque, como lo hicieron; después vinieron á los de Frexe-

lingas 600 hombres rebeldes , naturales de los Estados Bajos,


que estaban en Inglaterra, y entre ellos algunos ingleses con
armas municiones y vituallas. Con este refresco los de Frexe-
,

lingas se comenzaron á enseuorear de la isla, tomando á


Ramua y más de 40 naves que en aquel puerto habia, y pusie-
ron cerco á Midelburg, sitiándola por una parte y asaltándola
por otras tres ; en la una de las cuales le quemaron una puerta
y hicieran mucho efecto si Beauvois no acudiera con los walo-
nes y que salieron en barcas y pelearon con los
otros burgeses
enemigos, hacie'nd oíos retirar de la villa con harta pérdida;
viendo esto los de la Vera, entraron en acuerdo de lo que habian
de hacer; y estando juntos en la Iglesia tratando desto, los

pescadores y otros marineros rompieron las puertas de la villa


y dejaron entrar en ella hasta 200 rebeldes, quedando en
emboscada otros 300 ;
pero saliendo los burgeses de su ayunta-
miento echaron fuera y armaron cinco bajeles para guardia
los

de su canal, y se apoderaron del Magazen de S. M., quedando


ambiguos en la parcialidad.
Entendido esto por el Duque, y que Midelburg estaba muy
apretada, se resolvió de enviar á D. Fadrique, su hijo, á
Ambers, de allí á Bergas para que la socorriese, y ordenó al
45

conde de Bossu que pusiese gran diligencia en aprestar el


armada, áfin de que el mismo dia que saliese el socorro de

Bergas se hallase con ella en el Vergat.


Llegado D. Fadrique á Ambers, tuvo aviso que la Vera se

habia declarado contra S. M., y recibió rebeldes, los cuales

solicitaban á Midelburg y Ramequin que se rindiesen ,


que
solas estas dos villas estaban por S. M., y Midelburg tan apre-
tada, que no podia esperar de cinco dias arriba por falta de
vituallas ,
por habérseles quitado las moliendas.
Entendiendo esto D. Fradique, salió de Ambers á 6 de Mayo,
llevando consigo á Monsieur de Norcarme y habiendo enviado
,

adelante á Monsieur de la Cressonera para que tuviese á punto


las cosas necesarias.

A una legua de Ambers tuvo aviso D. Fadrique que habian


salido de Incusen (villa y puerto principal en Holanda, á la
parte de Frisa) 11 navios del armada de S. M., y quedando sólo
el Vicealmirante, llamado Monsieur de Boscussen, habiendo
entrado á comer 25 soldados, al tiempo que se iban, dijeron
unos barqueroles que querían meter guarnición en la villa y ;

la canalla, sinmás mirar cargaron sobre ellos y quitaron las


,

armas, y diéronles muchos palos, y llevaron preso al Vicealmi-


rante y fueron á la marina y descargaron el artillería de un
navio y las municiones y vituallas de tres, forzando además
desto al dicho Vicealmirante para que revocase los 11 navios, lo
cual hubo de hacer sin pode'rselo excusar, y ellos escribieron á
los Capitanes, que los más eran naturales de Incusen , que si no
volvian les quemarian sus casas, mujeres é hijos, y con estas
amenazas los siete volvieron y los cuatro prosiguieron su viaje
áAmsterdam, nueva puso en nuevo cuidado á don
la cual
Fadrique, por la dificultad y dilación que con este embarazo
habria en el socorro que se habia de enviar á Midelburg.
Entendido esto por Monsieur de Bossu, que se hallaba
en Roterdan al oppósito de la Brila, que fué á meter en Ams-
,

terdan de donde despachó algunos Capitanes y cuatro naos á


,

Incusen, que aquietaron los de la villa con ciertas condiciones,


y dejaron salir los siete navios que habian vuelto, excepto
46

el Vicealmirante ,
que pidieron para guardia de la villa.

Las cosas de la villa de Walchren estaban en este estado


cuando llegó D. Fadrique á Bergas, donde usó de tal diligen-

cia que el mismo dia 6 de Mayo, á las doce de la noche , esta-


ban embarcados en 26 charrúas ordinarias y de armada y seis

un yergartin 410 arcabuceros, 50 mosqueteros, 50 piqueros,


30 alabarderos españoles y 200 valones, enviando por Cabos
dellos á Sancho de Avila y Monseñor de Briach.
El dia siguiente, 7 de Mayo, á las ocho de la tarde llegó ,

este socorro á la Poldre, que es el desembarcadero principal de


Midelburg , donde salió en tierra toda la gente á vista del ar-
mada de enemigos, sin pérdida de ninguna persona; y á
los

las diez de la noche estaba toda en tierra.


Sancho de Avila, echó luego bando que ninguno se des-
mandase; puso de vanguardia los valones, porque los de Mi-
delburgo no se alterasen con ver españoles, y al amanecer
llegaron á las puertas de Midelburg sin ser sentidos de los
enemigos que tenían sitiada la villa: salieron Beauvois y Wa-
guen, y admitieron dentro algunos valones; y con los demás y
alguna infantería española dieron sobre los enemigos tan á la
improvista , que los rompieron y tomaron el artillería y fueron
siguiéndolos hasta los reparos que tenian hechos en Ramua,
donde los rebeldes volvieron en sí, pensado que los que habían
hecho la facción eran solos de Midelburg , y salieron con
los

ocho banderas de la dicha Ramua, con las cuales recibieron en


sí los que venían rotos; y disparando el artillería toda que
tenian puesta en los reparos, hicieron rostro, de tal manera
pusieron en aprieto á los valones hasta que llegó la infantería
española,. que los cargó tan apriesa, que los rompieron; gana-
ron el artillería, cinco banderas, y entraron con ellas á las
vueltas de Ramua, donde degollaron mucha cantidad dellos;
otros se salvaron á nado, otros se ahogaron por echarse en las

naves ; cobraron armada y fueron siguiéndolos casi hasta las


el

puertas de la Vera donde se recogieron los que de allí se esca-


paron, y los soldados españoles á la dicha Ramua y los valones
á Midelburg, como les estaba ordenado.
47

Desta manera se iban encaminando las cosas de Zelanda


cuando el Duque tuvo aviso que la villa de Valencianas se
habia levantado; el Teniente del castillo, oyendo en ella gran
ruido, envió dos muchachos á saber lo que era, los cuales no
volvieron: así, envió al Mayordomo del artillería para que, como
hombre de la tierra, entendiese lo que pasaba y tampoco
,
vol-

vió; entonces, el Teniente disparó una pieza por cima de la


villa, y envió un cabo con 25 soldados para informarse particu-
larmente; y preguntando á los que topaban quien vivia, respon-
dieron que el príncipe Doranges, y porque no llevaban orden
para más , se volvieron al castillo y dispararon muchas piezas
hacia donde habia el ruido.

Demás de esto, el conde Ludovico, á los 24 de Mayo, por


lamañana, amaneció sobre Mons de Henaut, y ganando una
puerta entró con 300 caballos y dos compañías de infantería, y
se apoderó de la villa.
El Duque, sospechando que estos rebeldes eran asistidos
del rey de Francia, ó, que á lo menos estaría á la mira hasta
ver cómo se encaminaban estas cosas, escribió á D. Diego de
fúñiga, embajador de S. M., que pidiese al dicho Rey que, acor-
dándose de las buenas obras que habian recibido de S. M.,
quisiese corresponderle , no con socorro, que no lo habia me-
nester, sino con prohibir, so grandes penas, que ninguno de
sus vasallos fuese á ayudar los dichos rebeldes ; y que si algu-
nos habian ido, se volviesen ;
que en cumplimiento de lo quo
diversas veces habian prometido pusiesen tal orden en el ar-

mada que aprestan, que los dichos rebeldes no puedan por mar
dañinear aquellos Estados ni otros de S. M.
Lo mismo, en sustancia, se habia pedido á los dichos Reyes,
en nombre de S. M., á 26 de Mayo, y con haberlo ofrecido
muy liberalmente no se habia hecho nada á los 4 do Junio.
Antes de recibir D. Diego este despacho del Duque, por
sólo haber entendido lo del conde Ludovico, en último de
Mayo habló á la Reina Madre , y después de haberle represen-
tado las obligaciones que ella y su hijo tenian de corresponder

á la buena hermandad de S. M., les pidió mandasen hacer


48
ejemplar castigo en sus vasallos que habían ido á la dicha
facción en compañía de Ludovico, y que el mismo castigo se
diese á los demás que de nuevo se fuesen respondiéndole que ;

ya se habían enviado al duque de Longavila, Gobernador en


Picardía, y á todas las fronteras, las prohibiciones necesarias,
con penas de la vida y perdimiento de bienes, y que se tornarían
á escribir y ordenar, y que esto mismo habían enviado á decir
á S. M. por medio de su Embajador, como es verdad, asegu-
rando que se ejecutaría sin falta, mas la obra lo mostrará.
También le dijo la Reina madre, que en lo de la armada no
había que tratar, porque demás de haber ya certificado que no
iria á daño de los Estados ni de cosa de S. M., era de particu-

y que su hijo no había gastado un real en ella, ni era


lares,

más de 10 ó 12 y navios; pero desto se puede dudar mucho,


siendo diferente de lo que allí se ha dado á entender, diciendo
unas veces que era contra piratas y otras que iba á su aven-
tura.
A 1.** de Junio habló D. Diego al Rey, en conformidad
de que había dicho á su madre,* respondióle con mucha
lo

blandura y caricias, ofreciendo hacer gran castigo en los que


han ido ó fueren á asistir á los rebeldes de S. M., mostrando
pesarle del atrevimiento de Ludovico y desear de conservar la

paz; mas de esto ya se ve lo que hay que fiar.

A 4 de Junio tuvo D. Diego una carta de Albornoz, Secre-


tario del Duque de último de Mayo, en que le escribe que en
,

aquel punto había tenido aviso el Duque de que la caballería

é infantería que se había enviado al socorro del Castillo de Va-


lencianas había entrado por él en la villa , y degollados cuan-
tos rebeldes había en ella.

Por la parte de Alemania tuvo aviso el Duque como cru-


zaba gente de guerra y que tenían señaladas tres plazas de
_ muestra, y habían despachado 70 capitanías, y secretamente se
levantaba caballería debajo de caución : que la villa de Argen-
tina prometió á los reytres por el cumplimiento de sus pagas.
Descubrióse también en Nímega un tratado que el prínci-

pe Doranges manejaba por medio del conde de Vamburg, el


49

cual se habia de apoderar de la villa, entrando en ella por el

rio con cinco compañías; descubrióse por un burg-ués, que,


topando una legua de la villa un carretero, le preguntó qué
llevaba: respondió que paños; insistió el burgués hasta verlo,

y halló en unas balas 200 arcabuces de mecha y otros peque-


ños de pedernal; fué preso el carrero y puesto á tormento; confe-
só lo que era y que los traia para dos burgueses, los cuales se
escaparon; y el pueblo se indignó contra ellos de manera, que
si los pudieran haber los hicieran piezas, y luego enviaron á
decir al Duque que estarían firmes en el servicio y lealtad de
S. M. hasta morir.
Esto es lo que ha pasado y se entendía, en sustancia, de las
cosas de los Estados-Bajos hasta último de Mayo, lo que de
,

Francia se entiende por cartas de 1.° y 4 de Junio, es:

Que viniendo el dicho, de Orleans, habia topado algunos


soldados que iban á Burdeos, de 10 en 10 y de 20 en 20, y les

pareció que la gente por allí andaba con algún bullicio.


Que habia sabido por cosa cierta que la Reina Madre habia
estado con el Almirante en Fontanableau, que por orden del
duque Danju habian partido de París siete carros de pólvora,
con voz que se enviaban á San Quintin, y el dicho Anju habia
enviado en diligencia un ingeniero llamado Turqueto á Picar-
día, que se entendia que de Calés, que como se sabe la tiene
el rey de Francia, enviaban públicamente refresco á los de
Frexelingas.
Que ciertos particulares que llegaron á París y partieron
de Ambers, á 26 de Mayo, le certificaron que habian topado
mucha gente á la fila en aquel reino, que iban á Flandes, y no
caminaban de dia ni entraban en las villas.
Que en Peroua se habia publicado la prohibición de no ir á
juntarse con los rebeldes; pero los soldados que estaban en las
tabernas é iban al mismo efecto, se reian y mofaban dello.
Que se decia allí públicamente, que el hacerse la dicha
prohibición, era como si no se hiciera; y D. Diego tiene por
ciertoque todo se hace con sabiduría y consentimiento del rey
de Francia, aunque lo encubrían hasta ver cómo sale, y si fuere
Tomo LXXV. i
oO

á su modo, abrazarlo, y si no excusarse y mostrar que les ha


pesado; y demás de otras señales sobre que el Ludovico había
escripto cartas desde Mons al Rey y Reina Madre, duque de
Anju y duquesa de Vandoma, avisándoles del suceso y pidién-
doles asistencia.
Que se habia dado orden á todos los Capitanes de caballos é
infantería de hacia Marsella y Piamonte que refuercen sus
banderas, por el temor que de aquellas partes tienen, y envia-
ban ingenieros á Marsella y Tolón.
Que al duque de Saboya hablan librado 80.000 francos á
cuenta de sus pensiones por tenerle grato.
Que Phelippe Strozi habia comprado en París, en diversas
veces mucho cantidad de arcabuces y enviado parte dellos á
,

Bretaña para lo del armada y los demás se creian hablan ido


;

á Flandes, y aun le avisaban que muchos dellos se habían pa-


sado á Mons y Valencianas, so color de que eran mercancías.
Que andaban allí buscando ingenieros para fortificar á
Frexelingas, tan descubiertamente como si por orden expresa
de aquel Rey se hubieran levantado.
Cárpela. — Flandes, 1572. — Relación de lo sucedido en los
Estados-Bajos, desde principio de Abril hasta filtimo de Mayo
de 1572.

FLANDES.

EN 6 DE MAYO DE 1572.

¡Archivo general de Simanca?.— Estado.— Núm. 555.)

Envió el Sr. D. Fadrique de Toledo al castellano Sancho de


Avila, de la villa de Vergas Surlazon, martes, 6 de Mayo, entre
las diezy once de la noche, con cinco compañías de infantería
española y seis de infantería valona del regimiento de Mon-
sieur de Beavois, en seis charrúas de armada holandesas, y
una galeota de once bancos, y otras veinticuatro charrúas del
,

.51

país, con particular instrucción de lo que habia de hacer; y


teniendo muy buen tiempo llegó á desembarcar á las Dunas,
más abajo del cabo Dohac, una hora antes de anochecer del
dia siguiente, 7 de Mayo, y dióse tan buena diligencia en el
desembarcar la gente, que cuando los enemigos quisieron aco-
meterlos y estorbarles la desembarcacion , estaba en tierra tan
buen golpe de gente, que no osaron acometellos,- y así se des-
embarcaron* todos sin que les hiciesen ninguna resistencia:
duró la desembarcacion hasta las once de la noche ; serian de
ambas naciones 1.400 hombres, escogidos de todos los tercios y
regimientos.
Luego, como acabaron de saltar en tierra, se echó un bando
que ninguno se saliese de su orden á saquear ni hacer otra
cosa alguna; lo cual se observó muy cumplidamente; y habien-
do ordenado Sancho de Avila la forma que habian de tener en
el caminar, seempezó á marchar, entre las once y doce horas
de la noche, con la mayor orden y silencio posible, y cami-
nando toda aquella noche, á las seis de la mañana, que fueron
8 dol dicho mes, se hallaron á las puertas de Medelburg, donde
entendiendo Sancho de Avila el inconveniente que seria si los
enemigos viesen tanta gente, y que, por ventura, se apercibiriau
ordenó que se quedasen allí cerca emboscados todos los espa-
ñoles, y que Monsieur de Ligues con su compañía de valone??
se adelantase para ser el primero que entrase en la villa; y
habiendo reconocido las guardias la gente, dieron aviso al

Magistrado y á Monsieur de Beavois y Vaquenes, que estaban


dentro, los cuales, todos juntos, vinieron luógo á las puertas;
y habiendo platicado con Sancho de Avila, que llegó á las
puertas en hábito de valon , se acordó entro ellos que entrase
la dicha compañía de Monsieur de Ligues.
Habiendo entrado la dicha compañía en Medelburg, Sancho
de Avila, por no perder tiempo ni ocasión ninguna, mandó al

capitán Medinilla que con 80 soldados arcabuceros que teniíi

escondidos junto á la puerta de la villa para hacer espaldas á

lacompañía de Ligues, marchase la vuelta de los enemigos


que estaban batiendo á Medelburg. con tres piezas de la parte
52

de Ramua, muy bien atrincherados y fortificados , con harto


golpe de gente, en el entretanto que él aguardaba la demás"
infantería española que quedado emboscada para hacer
se había
espaldas al dicho capitán Medinilla; y viendo que no llegaba
tan presto como él deseaba, determinaron Monsieur de Beavois
y él de no aguardarlos; y tomando algunos valones que se jun-
taron con ellos, y con los 80 soldados y el dicho capitán Medi-
nilla y otras personas particulares, Gentiles-hombres de S. E.
que se hallaron allí, arremetieron á los enemigos; y dándoles
tan buena mano que les ganaron el artillería y degollaron á
,

la mayor parte dellos; los que se escaparon se fueron retra-


yendo á gran furia á los reparos y artillería que tenian junto á
Ramua, en el propio camino que va á Medelburg, donde había
el mayor cuerpo de gente.

Y siguiendo la victoria, llegaron á los dichos reparos junto


á Ramua, donde habiendo escaramuzado un buen rato, se juntó
allí con los nuestros el capitán Torres con la mayor parte de
su compañía de valones; con la venida del cual, todos juntos
tornaron segunda vez á acometellos , y desbaratándolos y ga-
nándoles el artillería, se entretuvieron muy bien con ellos,

hasta que llegaron las tres banderas de españoles , que con su


llegada se empezaron los enemigos á desbaratar y á huir, los
unos por de Canfor y otros se acogían á las charrúas,
la parte
de manera que entraron los nuestros á las vueltas en Ramua;
degolláronse grandísima cantidad de enemigos número de
, el
los cuales hasta agora no se sabe ,
porque fueron muchos los
que se echaron á la mar y se mataron en las charrúas, y nues-
tra gente quedaba, á los 8 de Mayo, dentro de la dicha Ramua,
habiendo ganado cinco banderas y gran cantidad de piezas de
grande y pequeña, y más de 150 naos que estaban
artillería,

en aquel puerto de Ramua, de que eran señores los ene-


migos.
Los del castillo de Ramequin á quien los enemigos tenian
,

sitiados, salieron y rompiéronlos, y tomaron cinco piezas de


artillería y las metieron en el castillo.
Por manera que hasta ahora, con el ayuda de Dios y buena
53

diligencia del Sr. D. Fadrique, la isla toda está por S. M.,


excepto las villas de Fregelingas y la Vera; para cobrarlas se
ponen en orden las cosas necesarias.

FLANDES.

RELACIÓN SUMARIA DE LO SUCEDIDO DESPUÉS DE LLEGADO


EN FLANDES EL DUQUE DE MEDlNACELI, SACADA
POR SUS CARTAS ESCRIPIAS AL DE ALVA, DESDE
10 HASTA 17 DE JUNIO DE 1572.

(Archivo general de Simancas.—-Estado. —Legajo núm. 550.)

Que en 10 de Junio, á las cinco horas de la tarde, llegó el


armada delante Blancaberga, y por no haber tenido lengua en
todo el canal dieron fondo que aunque algunos barcos hablan
,
,

salido á darles aviso, no pudieron llegar por la gran cerrazón


que hacian. Que aquella noche se levantó tan gran tormenta,
que no pudieron hacer allí la desembarcacion, como el Duque
lo habia pensado; y así, determinó de hacerla en la Exclusa
con cuatro zabras pequeñas que traía, y hacer traer en barcas

y charrúas y gente del armada para que las naos


la plata
grandes pudiesen mejor tomar puerto, pues á Frexelingas no
podían ir ni habia cosa segura hasta España, de lo cual dio

aviso al duque de Alva, para que enviase á la Exclusa la orden


que se habia de tener en el repartimiento de la gente, y man-
dato para que los labradores llevasen á vender vituallas.
Que en 11 del dicho, con las cuatro zabras, entró el Duque
en la Exclusa, haciendo levantar toda el armada, para (yendo
delante de los navios menores) meterla lo más adentro del
puerto que se pudiese; y entendiendo de los cónsules de Brujas
que los corsarios se hablan puesto en la entrada de aquel puerto,
viendo que no habia peligro, tomó algo la vuelta de Blanca-
berga, y entró en la Exclusa, quedando las naos grandes del
armada más afuera, y como los bajíos eran muy grandes y los
o4

corsarios do Frexeliugas habían quitado las ííeñales de los

bancos, encallaron cuatro ó cinco de los navios pequeños, y


.salió á tierra la gente que en ellos venia;, viendo esto los cor-

sarios, y que los navios menores habian ya entrado en el


puerto, y que las naves grandes estaban fuera y tan lejos que
no podian socorrer á los encallados se arrimaron á ellas, y no
,

hallándolas con gente, llevaron las dos á Frexelingas, y á las


otras pegaron fuego, sin que en manera alguna se pudiese re-
mediar, por no haber en toda la armada navios tan pequeños
ni tan descargados que con la baja mar pudiesen ir á socor-

rerlos.

Que en esta sazón el Duque estaba en la Exclusa dando


orden de meter el armada en el puerto , por evitar los inconve-
nientes que pudieran suceder, juntándose número de naves de
enemigos, y avisó al de Alva de su desembarcacion para que ,

le escribiese lo que se habia de hacer de la plata que traia, y

repartir y poner la gente donde habia de estar, de la cual mu-


cha habia muy maltratada.
Que también escribió al de Alva proveyese en mandar poner
en orden el castillo de la Exclusa, que no tenia más que 50 ó 60
soldados de socorro, y que para juntarlos era menester antes
pagarlos, y que toda aquella marina estaba muy desproveída
de caballería é infantería, y que convenia poner en tierra
algunas piezas gruesas de artilla (sic) i
, así para facilitar la

desembarcacion, como para que de noche no entrasen los


corsarios con navios pequeños á quemar los que estaban en el

puerto.
Que en 13 del mismo, llegó Monsieur de Gomicourt á la
Exclusa con cartas del de Alva, y luego el capitán Berdugo
con nueva que, de las naos grandes que estaban fuera, habia
visto pasar hasta 40 muy cargadas, y que de una que se acercó
se entendía venían de Portugal , con las cuales las del armada
pasaron á Remequin, tirándoles los de Frexelingas algunos
pocos cañonazos y despacio, y como entre ellas venían las ocho

í ÁrliUeria?
55

de Celauda, de que el de Alva le * dado (sic) aviso; el dicho


de Medina le dio lue'go á Monsieur de Champagni, Gobernador
de Amberes, y á Monsieur de Beavois ,
que está en Middeburg,
para que acudiesen á los nuestros en aquella coyuntura; y á
las dos, después de medio dia, se via de las torres del castillo

de la Exclusa que todas las naves eran pasadas por delante


de Frexelingas, y que llegaban á Ramequin con poco daño, y
aquel reparable.
Que Julián Romero estaba en tierra con el de Medina, asis-
tiendo en lo que con venia, aunque con un golpe en la pierna,
y el cargo quedaba á Juan Martínez de Recaído. Que el mismo
dia, á las siete horas de la tarde, llegaron los que hablan ido á
reconocer las naos de Portugal, sin saber si hablan pasado ó
dádose á los de Frexelingas.
Que escribió el Duque al de Alva diese orden que de la?
once naos españolas que hablan pasado á Ramequin se sacasen
50 marineros de cada una, y que armándolos, con ellos y con la
gente que habia en Middelburg, se diese un buen apretón á los
de Frexelingas.
Que partiendo el de Medina de la Exclusa para Brujas,
en 15, dejó muy encargada la guarda del puerto al Teniente del
castillo y al capitán Beltran de la Peña, los 110 soldados que
estaban en los cuatro navios, y orden para que hiciesen subir
los demás debajo del castillo, y á los soldados hacer sus guar-
das y plazas de las vituallas junto al dicho castillo.
Que llegado á Brujas, halló la gente de la villa de buen
ánimo, y quedó allí aquel dia por darles contento, y escri-
bió al de Alva le avisase lo que debia hacer de la plata que
llevaba.
Estando aUí, llegó Nicolás Bravo, con aviso que en el

puerto de Nieuhaven se habia entendido de los que venian de


Frexelingas, que las 21 naos de Portugal hablan llegado allí y
que descargaban y sacaban las velas y artillería, y que los
las

corsarios se apoderaron dellas; las cuales (según dicen) apor-

* Faltará habia.
56

taron á la dicha Frexelingas ,


pensando estaba allí el de
Medina.
A los 26 envió el dicho de Medina, de Brujas, al de Al va,
un mercader, llamado Sanct Vítores, que suele proveer de
vestidos á los soldados, para que en esto le ordenase lo que
con venia.
Que entendiendo que á la Exclusa habian llegado dos na-
y á los de la villa que
vios ingleses , escribic^ al capitán Beltran
les hiciesen buen tratamiento, y al Capitán del castillo y al
Bailío que los reconociesen y que no hallando cosa de sospe-
,

cha, les diese lugar para vender sus mercaderías, ó queriendo


venir á venderlas á Brujas.
Que los de Frexelingas tenían gran falta de agua fresca.
Que convenia mucho proveer de gente y vituallas al cas-
tillode la Exclusa y la marina de algunos cabales para ase-
, ,

gurarla, pues los enemigos habian tomado á Romers Walen.

RELACIÓN
DE LO SUBCEDIDO EN LA BATALLA QUE SE GAXÓ,
JUEVES 17 DE JULIO DE 1572.

(Archivo general de Simancas. —Estado.— Núm. 549.)

Estando el Sr. D. Fadrique sobre Mons, en Henao, para


tener cerrada la villa que no le entrase el socorro que los

hugonotes de Francia querían hacer conde Ludo vico, y para


al
quitarles otras comodidades (hasta que llegasen las fuerzas de
Alemania para poner la batería), con 10 banderas de españo-
les,25 de valones del regimiento de Reuxs, Capres y Ligues, y
algunas de las Bandas de ordenanza; las del Duque de Ariscot,
conde de Mansfelt Monsieur de Bossu
, , Varlaymont, Laleyn y
la caballería ligera de las ocho compañías que se entretienen
en estos Estados; las seis de lanzas, que son: D. Fernando de
Toledo, D.Bernardino de Mendoza, D. Juan Pacheco, D. Lope
Zapata, D. Antonio de Toledo y D. Pedro de Tassis, y las dos
57

de arcabuceros de Gonzalo Hernández Montero y García de


Valdés, iba por horas teniendo avisos que los dichos hugonotes
entraban por Chateo-Cambresi con el dicho socorro, con 40 ban-
deras de infantería, y 1.500 caballos, y apercibiendo luego su
gente, miércoles, á las seis de la tarde, retiró todo el bagaje en
la villa Binz, tres leguas de Mons, por ir más expedito á buscar
el enemigo. Jueves, al hacer el dia, levantó su campo, porque
siempre los avisos venian reforzando que los enemigos eran
pasados el Chateo en Cambresi, que venian entre el Canoe y
Baue, y caminando la vuelta dellos á tomar un sitio que los dias
atrás habia reconocido, los avisos crecían que los dichos enemi-
gos querían echar puente en el rio que va de San Guillen á
Conde, cerca de dos villajes que llaman Audreri y Quieveri, el
uno de los cuales es fuerte por el sitio que tiene ; y habiendo
enviado delante al capitán Francisco Hernández Dávila con el

capitán García de Valde's y 12 arcabuceros de á caballo á reco-


nocer el campo de los enemigos, pasó tan adelante, que topó su
vanguardia que venia con ocho banderas y 400 caballos, y
comenzó á escaramuzar con ellos por poder coger alguna pri-
sión de quien poder tomar lengua, como lo hizo, que tomando
dos, escapó el uno, no embargante que los enemigos le cargaron,
y D. Fadrique; y habiéndolo examinado, se en-
lo envió al Sr.

tendió particularmente su designio y la gente que tenian ; y


habiendo el dicho Sr. D. Fadrique reconocido diversas veces
todos aquellos pasos y sitios, y también por la relación que el

dicho Francisco Hernández le hizo, echó ludgo fuera 200 arca-


buceros españoles que comenzasen á trabar la escaramuza con
el Maestre de campo Julián Romero que los guiaba, y al coronel
Monsier de Ligues con 600 arcabuceros valones; y los enemigos
hicieron alto en el dicho villaje de Quieveri, y echaron fuera
toda su caballería y la mayor parte de su infantería, tomando
con arcabucería la ladera de un bosque, y poniendo á las espal-
das la mayor parte de su caballería, y la escaramuza se empezó
muy trabada, de manera que fué necesario que nuestra in-
fantería cargase, porque la suya hacia lo mismo; su caballería
se mejoró; la nuestra estaba con tan ^ran gana de combatir^
58

que fué meuester que el fc>r. D. Fadrique, en persona, hiciese


hacer alto dos veces á los hombres de armas; mandó luego á la

caballería ligera que cerrase con los caballos que hacían espal-
das á la infantería que estaba á la punta del bosque, tomaron
la carga retirándose al bosque, y allí volvieron á cerrarse;
nuestra caballería los volvió otra vez á cargar y los llevó de
hecho; á este mismo tiempo la gente de armas habia ya cerrado
con demás caballos de los enemigos, y los llevaron; la in-
los

fantería todo cerró y llevaron la de los enemigos, porque la ar-


cabucería que ellos tenian, á quien los caballos hacian espal-
das, los 800 arcabuceros españoles y valones los habian roto y
degollado: duró el alcance más de tres leguas: pelearon los
franceses como nunca jamás han peleado, porque venia entre
ellos toda la nobleza de los hugonotes, siendo rotos tres veces;
se volvieron á rehacer otras tantas: hánse prendido más de 600,
y entre muertos y heridos pasan de 3.000; queda preso Janlis, que
venia á la cabeza, con una herida en la frente. También dicen
que en Mons de Muij vánse prendiendo por horas muchos más,
porque como la batalla fué en medio del país, los villanos van
trayendo cuantos toman; y hánlo hecho tan bien, que se han jun-
tado pasados de 6.000; de ellos hánse tomado 25 banderas, ocho
cornetas de Caballos; hasta ahora no se saben otras particula-
ridades que se sabrán adelante, después que se hayan interro-

gado los prisioneros: esta victoria se debe á sólo Dios, porque


como en negocio suyo, ha querido poner su mano en ello; pero
sidespués della se puede atribuir algo á los hombres se debe ,

mucho á la diligencia del Sr. D. Fadrique, el cual tenia


tan vistos y reconocidos todos los pasos, que há muchos dias que
tenia pronosticado que, si entraban, que los degollarla: también
se debe mucho á la voluntad con que todos en general y en par-
ticular han peleado, tanto las cabezas como los soldados, y par-
ticularmente Monsieur de Noscarmes; Chapin Vitelly, con estar
herido de un arcabuzazo en una pierna, se hizo llevar en una
silla; los Tenientes de las Bandas, los Capitanes de caballos, el

Maestre de campo Julián Romero, los coroneles Ligues y Caprés,


de nuestra parte, murieron: Alonso de Lumbrales, capitán de
59

infantería española, y el Teniente de García de Valdés, Cerón:


1). Lope Zapata está herido pasado de un brazo de un arcabu-
zazo, peleó valerosísimamente y fué el primero que cerró con la

caballería de los enemigos: de otros soldados deben de haber


muerto muy pocos.
Dice Janlis que no ha salido de Francia jamás gente tan
lucida ni tan ganosa de pelear, y que pensaba él que con solas
ocho cornetas de caballos pudiera romper 2.000 de los de S. M.,
por ser todos nobles y gente de mucha calidad; y así, dicen
los soldados que se hallaron en esta batalla, que jamás han

visto á franceses pelear como estos han peleado: gracias á


Dios por ello.

ESTADO DE FLANDES.
COPIA DE CARTA ORIGINAL DE JULIÁN ROMERO AL SECRETARIO
ZAYAS, FECHA EN BRUSELAS, k 24 DE JUNIO DE 1572.

(Archivo general de Siinancas.--Estado.—Legajo núm. 552.)

limo. Sr.: Desde la Exclusa avisé á vuestra merced de nues-


Estados y de las fortunas que en el camino
tra llegada á estos
pasamos; y la noche propia que echamos áncora enfrente de
Blanc-que-berge, que, cierto, fué milagro no perdernos aquella
noche, porque estábamos rodeados de bancos, y no teníamos
pilotos de la tierra, ni hablan querido salir á nosotros, aunque
hicimos señal con la artillería que viniesen , de lo cual estu-
vimos muy espantados, porque no sabíamos qué podia ser, ni
cómo estaba Flandes, porque no teníamos nueva ninguna.
Otro dia, que fué el dia de San Bernabé, yo fui á ver al Duque
á su nao, y hállele que se queria desembarcar, y queria des-
embarcar el dinero en unas azabras; y mandóme que yo saliese
con él para saber qué orden habria para desembarcar la gente,
y fuimos á desembarcar en la Exclusa y en aquel instante se
,

levantaron todas las naos pequeñas y zabras de las que traian


lanas en la armada, v todas enderezaron á meterse en la Exclu'
60

sa, y en la boca tocaron cuatro en un banco que estaba allí, y

vinieron los enemigos aquella noche con charrúas, y quemaron


las dos, y las dos se llevaron ; aquella propia noche se levantó
una tormenta muy mayor que la primera, donde estuvieron más
á pique de perderse las once naos gruesas que quedaron fuera
de Exclusa; las seis eran de la armada y las cinco de lanas;
cuando vino el dia no habia nave que no hubiese perdido todas
las áncoras, excepto una, si no era el Almirante que los habia
perdido todas y habia ido á dar sobre un banco; á las seis horas
de la mañana acertó á venirse , sin que nadie supiese nada ; la
flota de Portugal, quiso echar áncora adonde estaban las
nuestras, y no pudo por la gran fortuna que habia, y así pasa-
ron adelante, y una hora después fueron forzadas nuestras
once naves de levantarse é ir tras de las de Portugal que iban
el camino derecho á Freguelingas , y como la de Portugal

llegó á la par de Freguelingas , comenzáronse á tirar los de


Freguelingas; y ellos luego animaron las nuestras que iban
detras, pasaron por entre Freguelingas y nota de Portugal, y
les tiraron 130 cañonazos, por cuenta, y ninguno acertó á nin-
guna nave, si no fue' uno que dio en las jarcias de la nao Des-

pila y mató á un artillero; ansí llegaron todas nuestras naos


en salvamento á Ramequin , y la Almirante, como no tenia
áncora ninguna, no pudo tenerse en Ramequin, y fué á dar en
un banco que estaba allí cerca adonde se perdió la nave sin
,

perderse ninguna gente ni nada de lo que en ella venia, si no


fueron algunas sacas de lanas que llevan en el lastre , que no
las pudieron sacar; de la nota de Portugal pasaron tres ó cuatro
naos la vuelta de Amberes cuando pasaron las nuestras; las
demás se quedaron allí; los de Freguelingas las han enviado á
Inglaterra , porque iban cargadas de muchas especería y mu-
chas cosas: en este punto dejo lo que sucedió hasta aquí, y
comenzaré á contar cómo hemos hallado la tierra. Es cierto,

cosa de espantar, las alegrías y regocijos que todas las tierras


han hecho con la venida del duque de Medina que les parece
que les ha venido su remedio; así lo dicen ellos todos los ca- :

minos por donde pasábamos y villas estaban tan llenas de


61

gente á vernos, que no se pudo creer; y esto lo hacían porque


no podían acabar de creer que el Duque había llegado. En
Brujas y en Gante fué tanta la gente que se juntó, y tanto el

contento que recibieron de ver al Duque, que no se podría


decir; después llegamos aquí, á Bruselas, adonde había gran
cantidad de gente esperando al Duque, y acertamos á entrar
después de anochecido; luego quisieron decir que el Duque no
había venido; sino aquella salida que había hecho el de Alba,
era para engañarlos; y sí no fuere porque todos los señores

habían salido hasta Alóos y los desengañaron , no lo querían


creer; ya con esto se aseguraron: luego vinieron los Burga-
maestres de Amberes y de Malinas que no había andado muy
,

buena, á besar las manos al Duque; de manera que todo este


país de Flandes y Brabante han demostrado, á lo que parece,
gran contentamiento con la venida del duque de Medina, por-
que es tan grande el aborrecimiento que tienen al nombre de
la casa de Alba, que no se puede creer, ni se podría decir ni en-
carescer; ya sabe vuestra merced qué gente es la desta tierra,
que como se les meta una cosa en la cabeza por allá se van

todos. El Sr. D. Fadrique y Chapín Vitello se partieron otro día


después que llegamos aquí la vuelta de Mons con diez bande-
ras de españoles y otras diez ó doce que dicen que hay allá de
,

valones; va á reconoscer la tierra y estorbar que no les entren


socorro, porque hasta ahora no les ha entrado; antes querrán
decir que dos ó tres días que salió el conde Ludovico y Janlin
para traer socorro, aunque otros dicen que Janlin fué el que
salió, y que al conde Ludovico no le dejaron salir: mediado el

mes que viene se estará sobre ella como conviene, porque


nuestra gente se da prisa á caminar, y se cree, con la ayuda de
Dios, en pocos días se tomará ,
porque hay poca gente de los
enemigos dentro, y de la tierra, muchos, aunque ruines, están
ya medio arrepentidos, y antes que salga el verano daremos
sobre Freguelíngas porque importa mucho y se tiene por
,

más dificultoso que no Mons y es muy importante, porque


,

tiene sitiado á Amberes; y á estos Estados ni viene barca ni


,

nao que no la tome; y dicen que no caben en las casas ni en


62

las iglesias las cosas y mercancías que han tomado. Hay


dentro 800 ingleses, pocos gascones; y los demás de la tierra y
foragidos de estos Estados, están fuertes y es dificultoso en
llegarlos con trinchera ;
pero á la fin se perderá, que tomadas
estas dos plazas que digo, la de Holanda, créese no durará mu-
cho, aunque su *, es muy
y hay mucha gente den- fuerte

tro, y á la villa la han hecho muy


y también hay mu- fuerte,

cha gente. A la Exclusa tiene Monsieur de Bousu muy apretada


por mar y por tierra y creen que saldrá con la empresa así
,
;

que por algunos dias tendremos que hacer, y se gastarán


hartos dineros antes que tornemos á cobrar lo perdido, mal
haya el diezmo y quien le inventó, que él es la causa de todo
esto, y lo dicen ellos á voces públicas ; y gran descuido fué

inventar este diezmo sin tener echas las fuerzas y todo seguro;
por las calles se dice que há seis meses que se sabia este levan-
tamiento, y los niños lo decían ; y algunos que tomaron presos
que lo descubrieron; y con todo esto no lo remediaron y no ,

lo tuvieron en nada; y respondían siempre, cuando los avisa-


ban: «no es nada, no es nada»; y esta propia letra traían ahora
los enemigos en sus banderas, que dicen: «no es nada», y abajo
dicen: «ahora 6 nunca». Vuestra merced me perdone la proli-
gidad de mi escrevir, que hay tanto de que avisar, que en diez
pliegos no se acabaría, si no fuese abreviando y dejando muchas
cosas como se dejan : lo que pasará de aquí adelante, tendré
cuidado de avisarlo á vuestra merced. —Nuestro Señor la ilus-

trepersona guarde y en mayor acrescentamiento de estado,


como sus servidores deseamos. De Bruselas, á 24 de Junio
de 1572. —Besa las manos de vuestra merced, su servidor,
Julián Romero.
Solare de la carta: Al limo, señor, mi señor, Gabriel de
fayas, Secretario de S. M. y de su Consejo, en corte.

t Hay una palabra que no se entiende.


fia

LO QUE ESCRIBEN
DE AMBEBES, BRUSELAS Y SPIRA Á 20, 23 Y 27 DE JULIO
DE 1572

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

El jueves de mañana, que fueron los 22, entendiendo el

Sr. D. Fadrique de Toledo ^, como Jianlys, france's, venia con


5.000 infantes y 1.500 caballos para socorrer á Mons, se le-
vantó con su campo para ir á encontrar los enemigos, y lle-
gando cerca de un lugar llamado San Gillen se hallaron los ,

dos campos en una hermosa campaña en orden de batalla,


poco lejos el uno del otro, por lo que los franceses, según su
costumbre, vinieron á asaltar á los nuestros con grandísima
furia; pero fueron manera rebatidos que en un punto se
de tal

metieron en rota y entrando después por un franco la caba-


,

llería ligera con dos compañías de gente de armas del país,

pusieron los enemigos en tal desorden, que de la infantería


fueron muertos los dos tercios, y preso el dicho Jianlys con
cerca de 400 gentiles-hombres franceses, y lo mismo sucedió
de la caballería.
El señor marqués Ohapin Viteli, con todo que se hallase he-
rido del arcabuzazo que hubo estos dias en una escaramuza, en-
tendiendo que venian los enemigos, se armó y subió á caballo,
para hallarse en esta facción, que la poca caballería é infante-
ría que se salvó se retiró en un bosque allí cerca; pero habien-
do sido seguida de nuestros soldados y de los villanos del país

que iban en arma, en gran número, se tiene por cierto que no


podria escapar ninguno por haber venido tan adentro en el

* Al margen y de la misma letra: «En 23 de Julio de 1572, D. Fadrique le-


vantó de Mons su campo, para encontrarse con de Jianlys, que era de 5.000
el

infantes y 1.500 caballos, que venia en «ocorro de Mons, y rompióle D. Fa-


driqup.ií
64

país, y por haberles roto los puentes que habían hecho para
pasar.
Ahora se espera que la empresa de Mons será tanto más
y más breve, aunque el conde Ludovico se ha fortificado
fácil,

mucho con haber hecho un fuerte en medio de la sierra, y


hecho fortificar un castillo viejo por último refugio.

La semana que viene, placiendo á Dios, se dará principio á


la espugnacion de dicho lugar, y ya comenzaba á llegar en el
campo la caballería é infantería que se esperaba de Alemania,
y los dos Duques saldrán en compañía.
S. M. á provehido aquí, de nuevo, de España, de otros

300.000 ducados para esta guerra, y la provisión que hasta


ahora ha hecho pasa de un millón de oro.

Nombres de los presos y muertos en la batalla.

Monsieur Juanlys, Lugar-teniente general, preso; Mon-


sieur de Faumel, Coronel de 16 compañías, muerto él y un hijo

suyo; Monsieur el barón de Rentino, Coronel de 12 compañías,


muerto él y su hijo Monsieur Mosaursale , Coronel de 10 com-
pañías, que es toda la infantería que venia de Francia, y cinco
cornetas de caballo, que son 1.200.

Franceses 'presos.

Monsieur Barlete Birles, Monsieur Jouan Chileroi, Mon-


sieur de Ardani, Monsieur Imel y su hijo, Monsieur Baltibao,
Monsieur Saune, Monsieur de Ansen, Monsieur Balbille, el

Ren grave.
Flamencos presos.

Monseñor de Tama, Monseñor el Baroné de Scartach; Mon-


señor Compres, Monseñor de Glan, Monseñor Fayela, hasta
4.000 presos.
Despira, á 27, dicho.
El príncipe de Orange se halla todavía con parte de su
65

gente, cerca de Colonia, á siete leguas, junto á una ciudad que


se llama Neis, esperando la otra caballería; pero antes que
llegue, llegará la de S. M., habiendo ya pasado el Rin el señor
de Elsmarsalcli , del Arzobispado de Treveres, con 1.500 caba-
llos para ir en Flandes.
En elsolre: La rota que huvieron los franceses que y van á
socorrer á Mons de Enao.

COPIA DE CARTA

BORNOZ, AL SECRETARIO ZA
BRUSELAS Á 30 DE JULIO DE 1572.

(Archivo general de Siraancas.—Estado.— Legajo núrn. 552.)

Ilustre Sr.: A dos cartas de vuestra merced debo respuesta,


la una de que vino con Antonio Muyting, y la otra de 15 con
8,
el correo del Emjierador, que me envió el Sr. D. Diego de Zú-
ñiga; por ambas beso á vuestra merced cien mil veces las ma-
nos; y al Duque, mi señor, di el que para S. E. venia en esta
última carta; y cierto, señor, si vuestra merced hubiera visto
los pálpeles des tos herejes todos i, dijera con más fundamento,

que ha sido permisión de Dios y muy permitida el haber que-


dado aquí el Duque; y aunque siendo causa suya se puede
tener por cierto que él volverá por ella, todavía vemos que
huelga más en dar las victorias por manos de unos hombres
que de otros, y que fuede mucho la industria y la ex'períencia.
Hay papeles extraños de tramas, ligas é inteligencias, parti-
ción de los Estados, todos fundados en herejías y sectas diabó-

licas^ encaminadas á dar libertad de conferencia d todos estos

sujetos como ahora ellos lo van publicando en sus escritos que


echan por todo el pais. El rey de Francia y la de Inglaterra,

* Todo lo que va de bastardilla en esta copia, se halla eu cifra en la caria


original y descifrado entre renglones, y al margen.
Tomo LXXV. 5
66

mirando tras la ventana para saltar cuando bien les 'pareciere^

y d este propósito quiero decir á vuestra merced ^ que cuantos


han sacado aqui en cifra (que han sido muchos), iodos
'papeles se

los ha sacado Jerónimo González , como si tuviera la contra-


cifra. Es de manera que pongo en conciencia d vuestra merced el
no decirlo á S. M. para que le haga mucha merced , y se entre-

tenga y sirva de él en este menester , porque así tiene en la cabeza


cua7itas cifras aqui hay con S. M. y sus Ministros-, y asiy es-

crive y lee por ellas como si fuesen en claro, y no es encareci-

miento y sino que no he visto cosa igual en mi vida. El Duque


está espantado de tal habilidad. Y volviendo á mi tema, digo,
señor, que he holgado mucho de ver estos papeles, porque se pueden
desengañar los que los vieren, que no ha sido de cisma estas alte-

raciones , sino una herejía muy fundada, ayudada también con


algunos descuidos que ha habido de parte de algunos personajes
que vuestra merced conoce; y algún dia, si place d Dios, diré yo
d vuestra merced quiénes son. Y aunque sea atrevimiento, le

diré que, sino se vapor otro camino , nos saldrá á los rostros;

y por un sólo Dios vuestra merced, pues tiene lugar, supli-


que á S. M. haga merced al Duque; y luego, por el consiguiente,
d los demás que aquí le sirven, que se desesperan los hombres
no viendo la cara de Dios y que de su mano les venga consolación.
Vuestra merced me perdone si hablo tan libremente, que como
estoy en este lugar, veo y oigo muchas cosas que aquí escrivo.
Vuestra merced, como tan señor mío, usará como le pareciere;

y si nos juntamos los pendolarios y soldados, asegúrese vuestra


merced que podremos más que Bartolo y Baldo, como vuestra
merced me escrive. Pero no es tiempo de hablar en esta mate-
ria, porque, cierto, hasta ahora no se puede quejar nadie del
gobierno destos Señores, antes veo que lo gobiernan con gran jus-
ticia y Dios adelante, y á mi me ponga en
rectitud; llévesela
parte qice pueda servirle con un sayo pardo y unos zapatos de
lazo, y ir á correr un par de liebres, que yo aseguro á vuestra
merced que yo he pasado aquí tres meses ó cuatro, sin los años
de atrás, que no sé hombre humano que hubiera podido sufrirlo.

Y con todo eso á algunos les parece que soy mal hombre; pero
67

yo espero en Dios que cuando á estos tales se les pregunte por


qué lo soy, que dirán que porque no los he ayudado en lo que
ellos querían , y habrá algunos que quizá dirán que no tenian
razón en lo que pedian.
A Plantino he enviado á decir lo que vuestra merced manda;
el pobre hombre no tiene culpa, porque há muchos dias que
no tiene salud. Diego González envia ahora dos pliegos grandes
que ha dado el dicho Plantino, y yo envió docena y media de
pergaminos, y iréenviando los demás que se pudieren hallar,
que fray Simón dice se hallan con dificultad.
Por la carta que será con Canónigo Gerardo Ubi-
ésta, del

guerslot, verá vuestra merced como quedan empacadas 12


cajas con 24 candeleros; enviarlos hé con la primera comodidad
segura; suplico á vuestra merced diga á mi Señora , Doña Isa-
bel Maldonado, que yo sirvo aquí á su hermano en lo que puedo,
por respeto de vuestra merced, cuya ilustre persona, Nuestro
Señor guarde y acreciente como yo deseo. De Bruselas á30de
Julio de 1572.— B. L. M. á vuestra merced su mayCr servidor.—
Sigue una rubrica.
Sobre: Al Ilustre Señor, mi señor, Gabriel de Zayas, Secre-
tario y del Consejo de Estado de S. M.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DE JULIÁN ROMERO Á SU MAJESTAD, DEL CAMPO SOBRE MONS,


k 31 DE JULIO DE 1572.

(Archivo general deSiraancas.— Estado.— Legajo 549.)

S. C. R. M.: D. Francisco de Vobadilla va de parte de Don


Fadrique de Toledo á hacer relación á V. M. de lo sucedido
sobre esta tierra, como hombre que se ha hallado en todo, y
por este respecto no haré yo á V. M., remitiéndome á él.
lo
Cuando tomé licencia de V. M. para volverme á serville, en
estos Estados, supliqué á V. M. me mandase entrar en el Con-
68

sejo de Guerra, si aquí la hubiese, porque acertaría mejor á


servir á V. M.;me dijo que lo miraria, y aunque algunas
veces estos señores me han admitido en él, holgaría que fuese
con cédula expresa de V. M. para ello, porque haciéndome V. M.
esta merced, podría yo decir en Consejo más ampliamente lo

que cumple al servicio de V. M.; pues otro no es mi intento, y


seríame admitido lo que tratase; pues há treinta y ocho años que
sirvo á V. M. en este oficio, y ahora últimamente , me manda
el duque de Alba salir de Bruselas á asistir con mi persona, á
cerca de la de su hijo, por estar solo, y estar herido Chapin
Vitelo; y así, dejé mi tercio y llegué un dia antes de la victoria
á este campo, donde D. Fadrique y Norcarme teniendo nueva
,

de los enemigos, me llamaron y yo di el parecer que


á consejo,
convino al servicio de V. M., como se puso luego en ejecución,

y se alcanzó la victoria que tanto ha importado al servicio de


Dios y de V. M. en estos Estados; y Nuestro Señor guarde
la católica y real persona de V. M. por los años que la cristian-

dad ha menester. Del campo sobre Mons, á postrero de Julio


de 1572.— S. C. R. M., vasallo de V. M., Julián Romero.
Soire: A la S. C. R. M.— El Rey, nuestro Señor.

ARTÍCULOS
HECHOS POR LA CATÓLICA REAL MAJESTAD DEL REY FELIPE DE
ESPAÑA, DE LAS DOS SIClLIAS,& ARCHIDUQUE DE AUSTRIA,
DUQUE DE BORGOÑA, BRABANTE, & CONDE DE ASPURG Y
DE TIROL <k NUESTRO SEÑOR, DE LO QUE HAN DE
GUARDAR, JURAR Y OBSERVAR LA INFANTERÍA
ALEMANA QUE HA DE SERVIR Á
SU MAJESTAD.

(Biblioteca Nacional. —Sala de manuscritos.-— J. \ 3.)

Articulo Briff de alemanes altos.

Primeramente, la Majestad del rey de España, nuestro se-

ñor, manda que la dicha infantería le sirva en todas las partes


69

necesarias que le fuera ordenado por el Capitán general y de su


Coronel, de la manera y conforme que es asiento y
al Vestalig,

órdenes y acuerdo que le sigue, y que hayan de servir seis me-


ses, los primeros siguientes, bien y fielmente, y remediar sus da-

ños honradamente, hallarse al juramento, y si después de pasa-


dos los seis meses los hubiere menester para adelante, hayan de
servir y seguir sobre los presentes artículos como son obligados;
pero si en caso que se despidieran antes de los seis meses, por
no haberlos menester en su servicio, les será dado medio mes
de sueldo de la buena andada para volver á sus casas.

2 Asimismo seréis obligados a vuestros Capitanes y Oficiales

que por el dicho vuestro Coronel serán nombrados por tales, y


os encargará que los conozcáis por tales, les obedeceréis en

todo aquello que os ordenaren tocante al servicio de S. M., así


nobles como de cualquier condición que sean ó calidad, sin re-
servar punto dello ni salir dello, ni hacer ni consentir que se
haga ningún motin, ni asistir á ello; os dejareis emplear en
todo lo que fuere de su servicio, así en campaña como en presi-

dios,por mar y por tierra, de noche y de dia, conforme á las


ocasiones que se ofrecieren y necesidades que hubiere; y si al-
guno lo contrario hiciere, y no fuere obediente á lo susodicho,

será castigado con su persona y vida.


3 ítem, que cada uno se guarde de blasfemar á Dios y á
Nuestra Señora ni á sus Santos, so pena que serán castigados
en la vida, sin remisión.

4 ítem, que cada compañía del dicho regimiento, así en com-


pañía como en escuadras, ó de la manera como se ofreciere y
la necesidad se requiere, así por mar como por tierra, se dejen

emplear y mandarse en guardias, marchar en guarniciones ó


en asedios, como fuere la voluntad y orden del General ó de su
Coronel.
5 ítem, que si algún Capitán ú Oficiales por suerte hubieren
menester ayuda ó favor por socorro de su compañía ó soldados
della, seayuden y favorezcan unos á otros, conforme á la necesi-
dad que hubiere, así unos Capitanes y Oficiales con otros, como
soldados, aunque los dichos sus Oficiales no estén presentes,
70

observen y guarden sus órdenes y mandados como los de sus


Oficiales mismos si fuesen presentes.
6 ítem, que ningún soldado sea osado hacer mal ni agravio
á ningún clérigo, fraile, monjas ni beatas, ni forzar doncellas
ni preñadas, ni mujeres recien paridas, ni á viudas, so pena
de la vida, sin que se le tenga misericordia.
7 ítem, que si se hiciere alto con el campo en algunas par-
tes, 6 pasare por donde hubiere monasterios de religiosos ó reli-

giosas, 6 iglesias, que no se hayan de alojar en ellas ni rompe-


llas niabrirlas, sino ayudarlas y defenderlas como es razón, y
en ninguna manera quemarlas ni hacerlas agravio, y tener
orden de cristianos en ellas como se ha hecho por lo pasado en
tiempo antiguo, y que en ninguna manera no se disputen sobre
la fe cristiana, so pena de castigo de sus personas.

8 ítem, que se cuente á razón de treinta dias por mes, como


es la costumbre, y ha de tener cada uno de los soldados cada mes
de sueldo 4 escudos de moneda de Alemania, á razón de 15
bacos por 70 cruces de las dichas monedas á 25 pla-
florin, ó

moneda de Brabante, 6 el valor del en cual


cas cada florin ,
quier moneda, conforme á como corriere adonde se le hiciere
el pagamento, y el dicho pagamento será ocho dias antes del

mes ú ocho después, conforme á como estuviere pronto el di-


nero para pagarles; y si en caso el dinero se tardare diez y seis
dias más, y no estuviere pronto, tendrán paciencia, y no por
esto dejarán de hacer sus guardias ni otras cosas que se les
ordenare, tocante al servicio de S. M., como conviene á buenos
y honrados soldados.
9 ítem, que si alguna villa, castillo 6 fortaleza se rindieren
por acuerdo, que ninguno sea osado á entrar en ella ni saquear
ni hacer contra ella, ni tratar sin noticia, sabiduría y licencia
del Coronel 6 de quien tuviere orden suya para ello, so pena de
castigo de su persona, sino dejarlo y no romper las órdenes y
pactos que se hubieren hecho, y ayudar para que los dichos
pactos no sean rotos.
10 ítem, cuando se diere alguna batalla ó asalto, que nin-
guno sea osado de tomar prisionero ni saquear, ni se detenga á
71

desbalijar muertos, si no fuere en caso que la batalla ó la plaza

de armas sea ganada y todo quitado, y en todo este tiempo se


esté en su buena orden como conviene, so pena de castigo en
su persona.
11 Ítem, que ninguno sea osado á salir fuera del cuartel,
campo ó donde estuvieren alojados, á la pecorea ó á otra parte,
sin dar noticia á su Capitán 6 con consentimiento suyo, ni de
noche quedar fuera de sus banderas, so pena de ser castigado
en su persona al arbitrio de su Coronel.
12 Ítem, que cada Capitán, Oficiales y soldados nobles y de
cualquiera calidad 6 condición que sean , hayan de ser obliga-
dos de tener todas sus armas y se dejen hallar con ellas á la
muestra que se les tomare, y se hayan de dejar tomar la

muestra todas las veces que se les pidiere , y que el que lo

contrario hiciere no se le hará bueno su sueldo ni se le me-


jorará.
13 Ítem, que cada uno esté vigilante de tener y traer á su
lado buenas armas y que haya de tener mucha cuenta con
,

ellas, para cuando se ofreciere ocasión de pelear con el enemi-


go, se pueda defender de ellos , y si en caso se le hallare que
no las tenga, como dicho es, pueda el Comisario de muestras
bajarle su plaza y sueldo, y su Capitán castigarle.
14 ítem ,
que cada arcabucero haya de tener su arcabuz
muy limpio y bien aderezado^ y sus frascos con pólvora y balas
y mecha, todo muy bien en orden, y si en caso se hallare
alguno que no tenga lo dicho y que no sepa pelear con sus
armas contra los enemigos, haya de ser castigado en su per-
sona.
15 ítem, si en caso hubiere uno ó más que en batallas , es-

caramuzas ó en otra cualquiera ocasión se pusiere ó quisiere


huir, queel que más cerca del estuviere, le pueda dar y ma-

tar, y que el que lo hiciere no caerá en pena, ni ninguno se

lo ha de tener ni tendrá á mal sino antes se lo hayan de tener


,

á mucho bien y merced ; y en caso que no se huyere, se haya


de dar noticia del al Capitán de la compañía donde fuere para
castigarle en su persona y vida; y si acaso no le hubieren
,

72

podido prender para castigarle, que sea publicado por traidor.


16 ítem, que no sean osados por el juramento que tienen
hecho de no hacer ningún consejo aparte, sin orden y con-
sentimiento del Coronel, pena de la vida, sin remisión alguna,
y tenidos por infames.
17 ítem, que ninguno sea osado de con trompeta ni á tam-
bor, así en el campo, ó marchando ó estando de guarnición,
tener parlamentos ni inviar ni escribir ni recibir cartas de ellos
sin orden y mandado de su Coronel, so pena de ser castigado
en su persona.
18 ítem , si uno ó alguno de los dichos soldados , de cual-
quier grado ó condición que sea, sepa ó entienda, ó tuviere
mano de alguna traición que fuere contra el General, contra el

Consejo 6 contra el ejército en perjuicio, dé luego noticia y


aviso del malhechor al General ó á su Coronel ó Preboste y si ,

en caso, el que se hallare que lo tal y no diere aviso


supiere
dello será castigado en la misma pena que al mismo mal-
hechor.
19 ítem, que ninguno sea osado, el uno con el otro, cuan-
do fueren á reñir con armas invertidas ó prohibidas, como son
pistolete ó espadas largas , so pena de ser castigado en su per-
sona, sino que haya de reñir con espada ordinaria que trujerc
á su lado.
20 ítem, que si uno ó alguao tuviere enemistad vieja ó
malevolencia ,
que no haya de tener rencilla de palabra ni de
obra, marchando, si no fuere por justicia, y adonde uno ó
alguno saliere de esto y no lo cumpliere, serán castigados en
las personas y vida.
21 ítem, asimismo, que no vayan en cuadrilla, y adonde
se acuchillasen dos 6 tres; ó si se ofreciese alguna pendencia,
que los que más cerca y propincuos de ellos estuvieren sean ,

obligados á meter paz entre ellos , y no ponerse á la parte del


uno ni de lo otro á favorecer, sino amonestalles, por una, dos y
á la paz; y el que no lo quisiere hacer como se lo
tres veces

amonestaren, y en el ínterin por caso le matare, el que lo


hiciere , sea libre de la pena que mereciere y ;
si alguno dellos
73

después do haberlos puesto en paz y tomándoles las manos la ,

rompieren, serán castigados en la persona y vidas, sin haber-


les remisión.
22 ítem, que si algunos reciben dineros, demás de los

que se les debe de sueldo, haya de servir hasta cumplir su


tiempo, y que no se vaya sin licencia y pasaporte del Coronel
ó Capitán de su compañía; y el que se fuere sin la dicha licen-
cia, que en donde estuviere y le alcanzaren y prendie-
la parte

ron, sea desbalijado y castigado en la persona y vida; y, en


caso que no le puedan tomar, será deshonrado y tenido por
traidor é infame , y que no será libre en la parte donde estu-
viere , ni terna salvoconducto.
23 ítem, que si en caso el General 6 el Coronel, de parte
de S. M. hubiese alguna batalla ó asalto á murallas ó baterías,
ciudades, villas, lugares, castillos y fortalezas, ó se asentase
el campo sobre ellas , y que por la voluntad de Dios se tomase,
se acaba y empieza el mes de nuevo, y que S. M. no les sea
obligado á más, y en caso que no se le pagare sus sueldos por
no estar prontos los dineros, que no por eso dejen de seguir la

victoria, conforme á la ocasión que vieren, y sigan al enemigo,


como su Coronel es obligado á seguir, y que así lo hayan de
hacer ellos , sin contradecir á ello, y que si en caso alguno ó
algunos hicieren ó fueren contra ello, hayan de ser dados por
infames y castigados en sus personas y vida.
24 ítem, que si en caso, por orden de S. M., su Coronel
metiere algunos soldados, escuadras ó compañías en alguna
guarnición, en ciudad, villa, lugar ó castillo, fortalezas ó fuer-

tes, como se ofreciere, y si en caso fueren cercados de los


enemigos y les dieren uno ó más asaltos, que S. M. hade dalleí«
más de lo que se les diere de sueldo.
25 ítem que ninguno sea osado, si no fuere con orden de
,

su Coronel, de quemar ni rescatar, ni encender ningunos


cuarteles, sopena de castigo en su persona, y particularmente
no se haya de hacer caminando por causa de que las vituallas
y municiones no queden atrás.
26 ítem, que ninguno sea osado á tocar arma, si no fuere
74

en caso de necesidad, so pena de ser castigado en su persona;


y si en caso hubiese arma, que cada uno sea obligado de acu-
dir con sus armas á la plaza de armas que le fuere señalado, y
ninguno quede en casa, si no fuere por enfermedad ó necesidad
de su cuerpo, so pena de perder ia vida.
27 ítem, que ninguno sea osado de romper, deshacer ni
quemar molinos y casas, porque serán castigados en sus per-
sonas.
28 ítem, que hayan de dejar al verdugo, y no hacelle daño
alguno, y guardarle sus privilegios imperiales, y el que lo

contrario hiciere será castigado en su persona y vida.


29 ítem que ningún Capitán
,
, uno á otro se tomen los sol-

dados que se quisieren ir á otras compañías, que no los reciban


sin que primero den parte y aviso al Capitán, de cuyos solda-
dos es y asimismo que no hayan de recibir ningún mozo de
,

servicio que quisiere ser soldado y se partiere de su amo sin


su voluntad y en desgracia suya, que no
,
le hayan de recibir.

30 ítem, asimismo, que no hayan de recibir en su servicio


á ningún paje ó criado, sin primero dar noticia y aviso á su
amo y á quien sirve.
31 ítem, que ninguno sea osado á jugar más que el dinero
que tuviere de contado; y si en caso jugasen unos con otros
sobre su palabra señalando, no hayan de ser atenidos á más de
pagar lo que alcanzare su paga, aunque la deuda sea más.
32 ítem, que ninguno sea osado á beber unos con otros por
fuerza, y hacer otras cosas vergonzosas; y donde uno se acu-
chillarecon algunos extranjeros y sea del herido estando bor-
rachos unos con otros, ó tenga alguna rencilla 6 palabra, no le
será tenido por excusa, que el mal que hiciere y saliere fuera de
término, por estar borracho, será castigado; ni menos como si

hubiera estado en su juicio natural y no estuviese borracho, en


la persona y vida, como otros malhechores, y que en ello no
habrá excusa ninguna.
33 ítem, que ninguno sea osado, el dia que fuera de guardia
emborracharse ni ir á la dicha guardia borracho ; y si en caso
le hallare tal y que no pueda cumplir la dicha guardia, que
75

será metido en los hierros de la cárcel, y de su Coronel casti-

gado conforme á su voluntad y que en tal caso se requiere.


34 ítem, que ninguno sea osado de noche disparar arcabuz
en lugares peligrosos, particularmente de noche, así sea en el

cuartel, castillo, villas y lugares adonde estuvieren alojados,


porque dello podria venir mucho daño, y que por ello será

castigado.
35 ítem, que ninguno sea osado á salir fuera del cuartel sin
sus armas, so pena de ser castigado en su persona.
36 ítem, que si alguno fuere nombrado para la guardia y
no fuere á ella, será castigado conforme al parecer del Coronel;

y si acaso por enfermedad ó flaqueza de cuerpo no pudiere ir,


haya de avisar á los que fueren de su escuadra para que dello
avisen á su Capitán y pidan licencia: si alguno estuviere en la

guardia y se fuere della-, será castigado sin ninguna miseri-


cordia, y los Cabos de escuadra sean obligados á amonestarle
por el juramento que tiene hecho, y que ninguno meta otro
de guardia ó posta en su lugar, sin primero dar parte á su Ca-
pitán y que sea con consentimiento suyo.
37 ítem, que asimismo el nombre que le dieron, haya de
tener gran cuenta con él, y si alguno se olvidare y diere otro

nombre del que le han dado, será castigado en su persona y


vida, á parecer del Coronel.
38 ítem, que si se hallare alguno que estuviere durmiendo
estando puesto de centinela, ó se fuere antes que le muden, será
castigado en su misma persona y vida sin remisión.
39 ítem, que uno con otro no hayan de reñir estando puesta
la guardia en las calles ni en sus casas, ni delante de los cuer-
pos de guardia, so pena de que serán castigados con sus per-
sonas.
40 ítem, que teniendo S. M. en su ejército otras naciones,
que no hayan de alborotarse ni tener odios ni darse displaceres
unos con otros, ni jugar con ellos por ninguna ocasión, por evi-
tar los grandes escándalos é inconvenientes que podrían suce-
der, so pena de ser castigados en sus personas; y si acaso hu-
biere alguna cosa, los unos con los otros en disensiones, que
76

aconteciese, y no pudieren vengarse, acudieren á sus Capitanee


y Coronel, para que ellos, por ellos, tomen su demanda y les

ayuden en su razón y derecho que tuvieren, los cuales se ten-


drán la mano en ellos.
41 ítem, que ninguno sea osado, estando con extranjeros,
ó estando en países extranjeros marchando, ó estando en el

campo, no hayan de tomarles nada por fuerza, sin primero pa-


garles lo que les tomaren, ni por ello hacerles daño ni displa-
cer; y si acaso alguno hiciere lo contrario, y que por ello vi-
niese queja del, será castigado con su persona y vida irremi-
siblemente
42 ítem, que cuando trajeren municiones y vituallas al

campo y en su y yendo á él han de dejar ir los merca-


cuartel,
deres vivanderos, y no darles ningún fastidio ni tomarles ni to-
carles en sus mercancías, si no fuere primero puesto la tasa
dellas, ni tampoco hayan de salir del cuartel á encontrar los
dichos mercaderes y vivanderos y mercaderes que á ellos vi-
nieren, sino dejarlos venir á la plaza donde se haya de vender

y aguardar á que sea puesta la dicha tasa; y al que hallaren


que lo contrario hiciere, será castigado en la persona.
43 ítem, que si en caso el Preboste y sus Oficiales hallasen
unos ó algunos soldados desobedientes, y le hallaren en fla-
grante delito, no hayan de ser contra ellos, ni impedirlos, ni
hacer cuadrillas contra ellos ó tomar la parte del malhechor, sino
antes ayudarle y pena de ser castigado, el que
socorrerle, so
lo contrario hiciere, en su persona; y adonde uno ó más hiciere
al dicho Preboste y sus Oficiales huir ó esconder algún preso, y
por ello se salvase, que aquel ó aquellos sean culpantes á lo

hecho, hayan de ser culpados y castigados como si fuese el

mismo malhechor.
44 ítem, que si uno ó más matasen malamente uno, 6
públicamente , así siendo salteador de caminos, ladrón público
6 semejantes cosas en él se hallaren , y que si el Preboste ó
sus Oficiales no estuvieren allí á la mano para prendellos,
hayan los que más propincuos y cercanos que del malhechor
estuvieren , le hayan y tengan por vía del regimiento en pri-
77
sion, hasta tanto que llegue el dicho Preboste y sus Oficiales.
45 ítem, que ninguno sea osado á sentar su plaza, ni ha-
cerla asentar debajo de dos compañías, ó pasar dos veces la
muestra, ni pasar en nombre de otro la plaza, ni dar palabra
falsa unos á otros, ni tampoco emprestarse las armas unos á
otros para pasar la muestra, ni tampoco tomarlas de ningún
mercader para el mismo efecto para volverlas después á los
mismos mercaderes, ni después de la muestra venderlas, si no
fuere en caso que hubiere luego de tomar otras ó mejorarse de
armas para que se le mejore su sueldo, so pena que el que tal
hiciere, será tenido por traidor público, y castigado en su
persona y vida.
46 ítem, que si acaso alojaren en parte adonde asimismo
alojare caballería, se hayan de apretar de alojamiento, de ma-
nera que los soldados de á caballo puedan poner sus caballos de
manera que los unos y los otros estén acomodados sin darse
fastidio unos á otros.
47 ítem, que cada uno se haya de contentar del alojamiento
que el Furriel mayor, y los Furrieres y Cabos de escuadra de su
compañía le alojare, se contenten y tomen el tal alojamiento, y
que unos con otros se hayan de avenir bien, y no se hayan
los

de tomar unos con otros en los alojamientos; y el que lo con-


trario hiciere, será castigado al arbitrio del Coronel.

48 ítem, que todo lo que en una batalla, asalto ó fuerte,


fuere tomada alguna presa á los enemigos, que todo lo que se
tomare ha de quedar en beneficio, conforme á la razón y orden
militar, lo que le tocare á cada uno, si no fuere en caso que sea
artillería, arcabuces, armas, pólvora, cuerda, plomo, tablas y
lo que fuere á beneficio, y tocante alas casas, y en donde hubiere
casas de municiones y vituallas en la villa, que esto no lo hayan
de tocar ni hacer daño en ellas;y asimismo todo lo tocante á los
pertrechos, ala artillería, y todo lo cual ha de tener en sus manos
y poder el Capitán general; pero se entiende que todo lo que se
hallare fuera de las dichas casas de munición y vituallas, en ca-
sas de burgueses y otras en donde se hubiere hecho la provisión
de ellos y mercadurías se hubiere tomado al enemigo, haya de
78

tener cada uno lo que tomare á botín, y que lo hayan y puedan


vender todo lo que hallaren y tomaren libremente en el campo,
y no fuera del, y que lo hayan de vender por un razonable y
justo precio.
49 ítem, que haya cada Capitán, cada mes ó cuando hi-
ciereCabos de escuadra, y que todos los soldados debajo del ju-
ramento que tienen hecho, que si hubiere alguno que no haya
servido ni sirviera á S. M. debajo de una compañía, y se tuviere
en el regimiento, ó que la muestra que se le tomare no se haya
hecho buena, sea quien quiera, que luego sean obligados de dar
aviso dello al Coronel ó á sus Capitanes, y el que tal supiere y
lo tuviere encubierto, sea aquel ó aquellos que fueren, serán te-
nidos por infames, y serán castigados en su sus personas y
vidas.
50 Asimismo, donde uno ó alguno en la infantería y ejército

supieren ó entendieren de alguna espía ó espías que ande en


él ó entre ellos, que viniese á tratar en daño y perjuicio de la

hacienda y perdición del dicho ejército, ó de su Corona real, de


Reinos y Principados y tierras debajo de su dominio, y vinieren
alguna gente sospechosa ó tal supieren, han de dar luego aviso

y noticia á su Capitán dello , y que el dicho Capitán sea luego


obligado de dar noticia dello al General; y si uno ó algunos
tal supieren y no dieren dello aviso, y estuviere á noticia de

sus superiores, serán así castigados como si fueren las espías

mismas, y con mayor pena, sin remisión alguna.


51 ítem, que si viniere algún soldado nuevo á meterse debajo
de alguna bandera, sea obligado el Capitán de la compañía á
dar noticia al Coronel dello.
52 ítem, que ninguno, sea quien se quiera, hidalgo, noble,
no haya de ayudar ni favorecer ni tener secreto á ningún
homicida, sabiéndolo, so pena de castigo en su persona.
53 ítem ,
que ninguno sea obligado que marchando se meta
entre bagaje ni vaya entre él, si no fuere que esté enfermo ó
esté flaco de la enfermedad.
54 ítem, que asimismo haya de tener cada soldado una cruz
en sus vestidos, roja, y encima de sus armas una banda roja, y
79

los que no lo hicieren serán tenidos por extranjeros , y por no


soldados del ejército y del regimiento.
55 ítem, que el Coronel haya de dar orden á los Capitanes,
Oficiales y soldados particulares que fueren á caballo, hacellos
apear conforme á que son obligados, y conforme á la ocasión
lo

que se ofreciere en dar batalla, escaramuza ú otra cualquier


ocasión que haya, que hayan de dejar á tiempo sus caballos y
hayan de meter sus gentes en orden, y hayan de estar con
ellos en la dicha orden para que la haya buena y los guarde,

y que no hayan de mudarse de su puesto á ninguna escara-


muza ni otra cosa hasta que les venga orden para ello so pena ,

que serán ejemplarmente castigados.


56 ítem, si hubiese uno 6 algunos que no quisiesen observar
los capítulos contenidos, hayan de ser castigados como hombres
rompedores de las leyes, según reconociere su Coronel la pena ,

que mereciere; y si en caso se hubiese olvidado algo destos


puntos y artículos y no se hiciere aquí la mención que con-
,

viene á observar como buenos soldados, haya de tener el Coro-


nel la justicia civil, y por él ser castigado, y que todos los sol-
dados que estuvieren en el regimiento y en el servicio de S. M.,
hubieren estado al juramento , y cuando se leyeren los puntos

y presentes capítulos y algunos no se hubieren hallado pre-


,

sentes á ello, y y sean recibidos en el regi-


vinieren después
miento y sueldo de S. M., y recibieren dineros y se dejare
escribir y entrare de guardia, hayan de ser obligados á cumplir

el juramento y guardar todo lo sobredicho como si se hubieren

hallado al principio al dicho juramento, cuando se recibió al


sueldo y servicio de S. M. el dicho regimiento.
57 Asimismo se avisa á los dichos soldados, que si alguno
muriese y dejare sus bienes y pagas, y que algunos viniesen
á solicitarlos y procurarlos por vía de pleitos, y alguno los
tomare por yerro, que para ello S. M. deja su derecho á la
justiciay toda la razón honesta y razonable, siguiendo los ar-
tículos aquí nombrados y ordenados, para que se haga la justi-
cia bien y fielmente, según se contiene en los dichos artículos.
58 Asimismo, que ningún Capitán sea osado á tomar las
80

armas, como es coselete, arcabuz, ni espada, ni vestidos, ni cosa


de oro ni de plata de ningún soldado de su compañía que hubiere
muerto en ella, sino darlo á los herederos del dicho muerto
que más propincuos suyos allí estuvieren, ó si no, á alguno de
su tierra ó á su camarada , si no fuere comprándolas por el di-

nero, á justo precio, para el servicio de su compañía.


59 ítem, que asimismo, si alguno dejare alguna ropa ú otra
cosa de importancia, y dejare mujer é hijos, que aquel que
hubiere recibido y tomado los dichos bienes será obligado de ,

dar noticia de ello al Auditor de dicho regimiento ó algunos


principales Oficiales del dicho regimiento para la satisfacción

y seguridad de ello ,
para entregarlo á la mujer y hijos que
dejare el dicho difunto, ó á sus más propincuos herederos.
60 ítem, que lo que alcanzaren los muertos de sus sueldos de
su servicio,y que tuvieren mujer é hijos en el campo, cabe él,
se haya de dar y entregar y hacelle bueno el dicho sueldo á la
dicha su mujer y hijos, como el Comisario de muestras se lo
hiciere bueno y le librare el dicho sweldo, y que lo haya de dar

y entregar al dicho Capitán para que él lo entregue, como


dicho es, á su mujer é hijos, como es obligado.
61 Asimismo, quesi alguno muriere en el campo sin mujer
y
hijos, y en caso tuviere algunos parientes hermanos 6 herma- ,

nas los haya de entregar asimismo su Capitán su herencia


,
y
lo que alcanzare de sueldo á los tales, porque si tuviere mujer
6 hijo en su tierra , se lo hayan de dar y entregar conforme á
como son obligados, delante del Auditor del dicho regimiento,
dando fianzas de que ellos bien y fielmente lo darán y entre-
garán á la dicha su mujer é hijos.

62 ítem más, que si por suerte en el dicho campo no tuviese


ningún pariente, hermanos ni hermanas y se hallasen algunos
de su sangre ó paisanos suyos que viniesen de fuera para pedir
los bienes del muerto en nombre de su mujer ó hijos que hu-
biese dejado en su tierra, ó por parte de algunos de sus parien-
tes, y diese satisfacción y seguridad de ello, que todo lo cual
estará en la voluntad del Coronel á quererlo hacer, según la
persona que fuere y la seguridad que diere de las pagas que
81

hubiere de haber el dicho muerto; y los bienes que así hubiere

dejado en su tierra ó por parte de algunos de sus parientes, y


diese satisfacción y seguridad de ello, que todo lo cual estará en
la voluntad del Coronel á quererlo hacer, según la persona
que fuere y la seguridad que diere de las pagas que hubiere
de haber en dicho muerto, y los bienes que así hubiere dejado
para entregárselo, ó bien que los Capitanes hayan de ser
tenidos á prometer delante del Auditor y asegurar de cuanto
trujeren los que vinieren á pedir la herencia del dicho muerto,
los recaudos necesarios y bastantes de las dichas sus mujeres
é hijos ó parientes, serán obligados de entregarlos á los tales 6
á la de su mujer ó hijos ó parientes más cercanos que vinieren
á y trayendo los dichos recaudos firmados y sellados,
ello,

diputados de la villa de donde fuere, y darles toda satisfacción


del dicho muerto á los dichos herederos ante el dicho Auditor,
en escrito, de la manera que se les entregare, y que hayan asi-
mismo todos los Capitanes, en general, del dicho regimiento,
de dar la misma cuenta y razón de los dichos muertos que
hubieren recibido sus pagas, para darlas á las que quedaren
viudas yá los hijos huérfanos.

63 ítem, que si algún soldado tuviere alguna amiga consigo


y tuviere hijos de ella 6 fuere preñada, y habiéndose muerto él,
haya de quedar el dicho hijo ó hija ó ella heredera de todo lo
que se hallare consigo en la guerra, y su sueldo corrido, en
caso que no tuviese el dicho difunto en su tierra mujer é hijos.
64 ítem, que si muriere alguno sin mujer ó hijos, ó si viniese
ó pareciese algún pariente suyo más cercano de su sangre, y
si aquellos pidiesen á su Capitán la herencia y sueldo del dicho
muerto, y diere satisfacción bastante de ello, que ellos sean los
más cercanos y verdaderos herederos , hayan los dichos Capi-

tanes delante de la justicia, de entregarles todo lo que hubiere


dejado del dicho difunto, y acordarse con ellos con toda razón
y justicia.
65 ítem ,
que si uno ó algunos soldados en articulo mortis
hiciese testamento delante del Auditor, ó lo hiciese en presen-
cia de dos testigos, ó lo hubiere hecho ó hiciere de su propia
Tomo LXXV. 6

mano, ó lo dejare 6 declarare á boca , á las franquezas y liber-

haya de tener y cumplir como si efectiva-


tades imperiales, se
mente fuese hecho y dicho con todo el poder que conviene y se
requiere.
66 ítem, que si alguno ó algunos hubiesen olvidado los sobre-
dichos capítulos y artículos, puedan ir al Auditor del dicho
regimiento, en cuyo poder estarán los dichos artículos, á pedille
consejo y pedirle advertencia y traslado de ellos para tenérselos
consigo, lo cual está obligado el dicho Auditor á dárselos, y
hacellos todas las veces que se les pidieren.
Y por la verdad de todo lo sobredicho de los dichos artícu-
los, de S. C. R. M., del rey de España, nuestro señor, está
sellado con su Real sello , y despachado y firmado de su Real
mano, y de su Secretario refrendada. Fecha en Madrid á 1.° de
Agosto de 1572 años, después del nacimiento de Nuestro Señor
Jesucristo. Ad mandatwn Regia CathoUca Maiestatis pro*
priwn^ Gabriel de Zayas.

COPIA DE CARTA

SIN NOMBRE DE PERSONA QUE LA ESCRIBIÓ, NI EL DE LA A QUIEN


FUÉ DIRIGIDA, DE BRUSELAS, Á 22 DE AGOSTO DE 1572.

(Archivo general de Simancas.—Estado.— Legajo 655.)

limo, y Excmo.Cuando desembarqué, que fué un día


Sr.:

después que duque de Medina-Celi ya despachado


lo hizo el ,

por S. E. correo á S. M. con nueva de su llegada, no la pude


dar yo por esto á V. E., y decille, como por no tener aviso en
el camino que pudiera ser en Bolonia, Calés ó Dunquerque,
y
ptras partes, á vista de donde pasamos con casi 50 navios,
de quien de aquí, si quisiera, lo pudiera y debiera dar de la
manera que estaba esta tierra: como el secretario Qayas me
dijo antes de la partida de hay, que con carta de S. M. estaba
ya muy prevenido para lo que podia suceder al armada, de forr
83

tuna de mar, y aun no habiendo sospecha entonces de la que


liabemos hallado en tierra, saliéudonos á topar navios peque-
ños ; á la llegada de los bancos se perdieron ocho naves dellas,
y estuvieron cerca de lo mismo las demás y 23 portuguesas, ,

que llegaron dos dias después cargadas de mercancías que se ,

aprecia el daño en provecho de los enemigos en más de dos


millones y doscientos mil ducados ; demás del ánimo que co-
braron los traidores para todo lo sucedido hasta este punto,
que tampoco lo he escrito por haber estado fuera de aquí que :

ahora me hallo, al despachar del correo, con quien estaba en


este lugar, como debo, al servicio de S. M., siendo su vasallo f
criado, lo he queridor hacer, para que por medio de V. E.,
que por otro no lo osaría fiar, según los muchos y grandes
peligros que dello se suelen seguir,y poco remedio que S. M.
da, para que siendo sus criados bien tratados podamos adver-
tir de lo que conviene ; entienda bien lo que acá hay, ó á lo
menos, mejor que lo que aquí se cree, que es avisado; dándose
á entender algunos que se le tienen puestas cataratas en los
ojos , no haciéndole relación tan cumplida de todo lo sucedido
como deben los que tienen cargo dello, dorándolo á S. M., á
su modo, y no osándolo hacer los celosos de su servicio: por lo
que he dicho, que si S." M. fuere servido y V. E. de creer esta
breve relación, sacada de 1.000 pliegos de papel que se po-
drían scryvir , quedarian desengañados de lo que lo podrian
estar.

De poner brida tan recia, con riendas de lana, muy sutiles,

á caballo tan desenfrenado como se mostró Frexelingas sobre


la imposición de la décima, haciéndole castillo, sin tener para
su guarda más que cuatro gatos valones; dándose primero, por
algunos que se hallaron presentes, muchas veces avisos muy
ciertos de lo'que allí se trataba, que no fueron tenidos en nada;
diciendo no ser nada, que esto traen ahora los bellacos por
letra en sus banderas, y con tan flojos remedios, como des-
pués se han dado en todo, á todos notorio, no se podia esperar
menos que lo sucedido, que ha sido perder toda la mar de
Flandes, sin acabar de dar la orden que tienen comenzada
84

para que salgan á cobrarla, ó parte de ella, los navios peque-


ños que vinieron con el duque de Medina, y los que de nuevo
se han hecho y hacen para ello en algunas partes ; antes, lle-

vándose desde Malinas á la Exclusa 24 piezas de artillería en


algunos que han de salir de allí tan sin escolta y mal recaudo,
,

como si se llevaran de Madrid á Jetafe y no se supiera que ,

habian desembarcado ^.000 ingleses y franceses cerca de allí,


que alborotaron y robaron la tierra; y publicó que tomaron dos
dias antes á un Oficial del Pagador del ejército y 3.000 escu-
dos que llevaba para ello; hicieron lo mismo de la dicha arti-

llería entre Gante y Brujas, y se embarcaron con ella: juntán-


dose luego más de 40 navios y de 5.000 hombres, fueron sobre
la isla de Dargus y hallando resistencia de más de 600 espa-
,

ñoles, que aunque enfermos, casi todos los escarmentaron, de


manera que con robar la isla se tornaron á embarcar con el
,

que habian desembarcado, con intento de batir el


artillería

lugar donde estaban los nuestros, y matando al capitán Anto-


nio de Guzman, y dejando de los suyos muchos muertos y tres
vivos que confesaron traer por cabezas dos caballeros, el uno
francés y el otro inglés ; éste, primo hermano de la Reina de
Inglaterra: fueron luego sobre la isla de Zirquigea, donde
habia 400 valones de guarnición, y se habian hecho nueve
navios de los que arriba he dicho que habian costado hartos
dineros á S. M., mal aventurados se rindieron, luego per-
y los

diéndose la isla y artillería que allí habia que ha sido


, navios ,

gran pérdida, y dan por disculpa que habia cuatro meses que
estaban allí muriendo de hambre, sin habérseles dado más que
un tallar de socorro.

Y con haber sacado de Belduque el tercio de D. Gonzalo


de Bracamente, llamado de Flandes, metiendo en su lugar
1.000 alemanes y el de Lombardia de Holanda, donde habia
peleado en veces repartidamente más de treinta y hecho mara-
villas, matando más de 4.000 hombres, sin quedar muertos del
cuatro soldados para traerlos sobre Mons de Henao, donde ya
son llegados con 18 cañones de batir; ha quedado toda aque-
lla tierra perdida en poder de Monsieur de Lumel, que se ha
85
intitulado conde de Holanda, y puesto Chancillería , y batido
Moneda, y casi toda Güeldres; y sin casi, todo el Condado do
Zutfent, y ahora dos buenos lugares llamados Esbol y Cam-
penyum , castillo de Gemud , fuerte cerca de Deventer, que no
habian querido rescebir guarnición nuestra, como lo han hecho
Malinas, Brujas, Lobayna y otros lugares, con la misma inten-
ción que aquellos de darse á quien los quisiese, que ellos quie-
ran; con que D. Francisco de Vargas , Capitán de infantería
española, que está en Deventer, con cuatro compañías della y
alguna gente de otras naciones, está con harto trabajo, y lo
mismo el coronel Robles en Frisa ahora, con diez compañías
de valones; por esta razón, habiendo tenido con cinco antes
callada aquella tierra, que ya se le comienzan á desvergonzar,
y sin acabarse de tomar determinación en lo de Mons de He-
nao, al cabo de tanto tiempo que se perdió y está solamente
cercado, que se tiene por cierto aparejarse de venirle de Fran-
cia otro socorro más pujante que el pasado, que primero que
nos revolvamos, llegará y nos divertirá, de manera, que aun-
que por allí no haga otro efecto que el príncipe de Orange con
la caballería é infantería que tiene ,
que se dice no ser mucha,
se pueda llegar donde quisiere hacer levantar todo lo que
queda.
Yo quisiera enviar á V. E., para que la pudiera mostrar
á S. M., si de acá no se la ha enviado, relación particular y
verdadera de la gente que para el remedio desto hay y se

levanta, sacada de mis libros y del sueldo que gana al mes;


mas no verná á parar á ellos hasta atados los trapos, cosa en
tanto daño de la hacienda de S. M., como si no hubiese Veedor
ni Contadores de su Real ejército,de que ha sido avisado y no
ha sido servido de proveer sobre ello; que si se contenta que
sirva por todos Albornoz, secretario del Duque, no le despla-

cerá á el que ha ganado tanta, según pública voz y fama,


y dicho de todos, que podria sustentar otro ejército tan grande
como el príncipe Orange; y porque puedan S. M. y V. E.
saber poco más 6 menos lo uno y lo otro, envió la que va con
ésta, parte sacada de mis libras y parte habida á uña de caba-
lio, que á este andar muchas minas de Guadalcanal seria
menester, dejado aparte lo que se ha estorbado el grande,

poderoso é importante afecto de la Liga; y podria estorbarse


adelante la causa que, con tanta remisión, se ha dado para la
desvergüenza de la gente destos Estados; y de franceses, in-
gleses y otras naciones que vienen á inquietarlos, que les falta
poco para ser destruidos del todo, por lo dicho y por lo que han
sido vejados de la gente de guerra en tiempo y no della,
menos de paz que la desorden que ha tenido en este tiempo,
los ha indignado más al levantamiento, que á otros mejores
juicios que el mió, que de la consideración de todo, digna de
mirar bien en ella para entender lo pasado, que acá publican
todos, haberlo dejado llegar tan adelante los que los pudieran
atajar, por no salir de aquí sin el gran premio que les parecía

menester; que ha sido así, malicia y descuido, ó no, juzgúelo"


si

quien puede que las gentes dada tienen sentencia de conde-


,

nación dello. A lo menos, parece cierto en todo, estar todo en-


comendado á la estatua que está puesta en el castillo de Am-
beres; pues con la gran potestad del Rey, nuestro señor, no
nos podemos defender de dos andrajos, y lo peor de todo es que
á la gente de guerra españolase deben más de diez y siete pagas,
y á las guarniciones ordinarias de valones en cuyo poder están,

muchas más y muchas más á las


las fuerzas de las fronteras, ,

Bandas de ordenanza, que no será menos de temer al defraudar


al ejército por las pagas, que á los enemigos por lo de la dé-
cima, que no agradecen estos bellacos á S. M. haberlos librado
della, sino al de Orange que ha sido la causa, por la necesidad

en que lo ha puesto para que lo haga.


Dícenme personas que han venido del campo sobre Mons,
que de los españoles que allí hay están malaltos más de la mi-

tad, por la hambre y gran necesidad que pasan, y que por lo


mismo se van los valones á sus casas y de las seis compañías
;

que vinieron ahora de España y pasaron en Gelanda no ha ,

quedado ninguno sano y muchos muertos, según han sido


maltratados y remediados, como si no costasen cada uno á
S. M. más de 80 ducados haberse traido acá, y no fuesen menes-
87

ter, sin el daño hecho por ellos en Castilla á vasallos de S. M.


Los dos Duques se aparejan para salir juntos en campaña,
que dicen será el lunes primero y sobre Mons de Henao, y ,

que se batirá luego, si no se rindieren: otros, que primero á


toparse con el príncipe de Orange, que será así, si como se en-
tiende que el duque de Olystain y el conde Xamburch llega-
rían á Deven ter con que traen, á 17 deste, se
los caballos

supiese que lian pasado de aunque no sea sino una jor-


allí,

nada adelante; yo veo el tiempo tan entrado, que temo que el


de Orange se ha de retirar teniendo por hecho su negocio por
este año; pues para remediar lo de Holanda y Gelanda y
Frisa es tarde ; y que á bien librar, cuando se haga la empresa
de Mons, este invierno, será harto y nos quedaremos con todo el

ejército á cuestas hasta el verano, que será el gasto que por


esa relación se podrá ver. Remedíelo todo Dios, como más su
servicio sea y el de S. M. sea, y la ilustrísima y excelentísima
persona y estado de V. E. guarde y acreciente como sus cria-
dos deseamos. De Bruselas á 22 de Agosto de 1572. De V. E. —
humilde criado que sus ilustrísimas manos besa.
Suplico á V. E., que si en ésta hubiera alguna falta de in-
consideración por la priesa que me he dado para que el correo

no se vaya sin ella , mande que se queme y,


si llevare algo de
advertencia y provecho, que se copie.

COPIA DE CARTA ORIGINAL


DE JULIÁN ROMERO Á ZAYAS, FECHA EN EL CAMPO SOBRE MONS,
Á 23 DE AaosTO DE 1572, recibida k 6 de setiembre.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 66í.)

limo. Sr.: Con D. Francisco de Bovadilla avisé á vuestra


merced lo que por acá pasa, y ahora no tengo de que avisar,
sino de que todavía nos estamos sobre Mons sin batirla , , hasta
cantidad de 18 ó 20.000 hombres de á pié, tan buenos, como
yo no los he visto en mi vida, de todas naciones, y las Bandas
88

de Flandes y la caballería ligera española que no hemos me-


nestermás para tomar á Mons, si viniese esta pesada artillería,
que nunca acaba de llegar; los de dentro están con mucho
miedo, y son muy poca gente, según dicen los que de allá

salen, y según parece, porque hay hasta 400 franceses, y no


más, y 1.500 del país que están á sueldo. Tenemos por nueva
que el lunes parten los Duques de Bruselas para venir acá, y
que la artillería llegará la semana que viene; plugiera que
hubiera llegado 20 dias há la mitad de la artillería que ahora
vendrá que ya fuera nuestra Mons dias há. El duque Dolfos á
,

llegado á Gelderes con 5.000 caballos y 2.000 arcabuceros á


pié. Otros 6.000 llegarán dentro de pocos dias; de manera que
para mediado de Setiembre dicen que estarán aquí 16.000 ca-
ballos ristores que venian á buen tiempo para comer toda la

recolecta que se ha hecho deste año, que aunque ha sido buena,


la vendremos á tener en estos Estados harto trabajosa por res-

peto de tanta caballería sin ningún provecho, como lo son los


herreruelos.
El príncipe de Orange está todavía de aquella parte de
la Musa que no se acaba de terminar de entrar, porque no
debe de estar muy fuerte y espera á rehacerse, según dicen,
pero cuando viniere vendrá tarde, si valiese mi voto.
Holanda se está tan ruin como solia, y Frisa no está mejor,
y Gelanda muy peor; pero todo no lo tengo en nada con este
Mons, que le tengo atravesado en el corazón, porque si tapá-
semos este agujero á esta frontera, todo lo demás es aire, aun-

que hemos de sudar si hemos de campear este invierno por


allá, que habrá de ser con patines; no tengo otra cosa de que
poder avisar á vuestra merced al presente : como se ofrezca lo
haré; y así, suplico á vuestra merced me la haga de me mandar
avisar de su salud. Nuestro. Señor, la ilustre persona de vuestra
merced guarde, y en estos Estados acreciente como sus servi-
dores deseamos. Del campo á 23 de Agosto de 1572. Besa las —
manos de vuestra merced su muy servidor, Julián Romero.
Sobre: Al ilustre señor, mi señor, Gauriel de Qayas, Secre-
tario de S. M. y de su Consejo, Madrid.
FLANDES.

CINTIO CALBI, 2 DE SETIEMBRE DE 1572.

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Y lo de aquí, demás de lo que en la carta digo, que es en


efecto la verdad , es que todo va tan despacio y á la larga,

que hará larguísima la cura de estas llagas, porque quedando


se
tanto como queda por desenredar, si no se junta á las armas otra
forma y modo más acepto universalmente para que la pérdida se
vuelva á cobrar, tardará tanto y habrá de ser tan á fuerza de bra-
zos y de tantos gastos, que no sé dónde ni cómo puedan proceder
ni llegar acá, ni aun cuál será el fin, poniéndose ahora en cual-
quier buen suceso que Dios nos envié, que no obre en los hom-
bres para que no se acabe de perder todo; en taltérmino y condi-
ción estaba puesto el resto; y así, no me espanto que grandes
caudales hagan de que todo no se acabe de perder. Y de la pér-
dida de esta ocasión, que parece que Dios ha enviado, si ésta
tanta caballería levantada se juntara á tiempo, ó la mayor
parte, ó la mitad, cuando este príncipe de Orange llegó aquí de-
terminado y osado para hacerse un señalado hecho, se debe
doler; pero parece que basta que se retire, para que otras
veces renazca para hacer mal é inquietar; y aun no estuvo en
mucho si su gente de caballo osara proseguir sus primeros osa-

dos acometimientos contra unos propios nuestros, de salir él cen-


ia hazaña, causado en parte de esta tardanza de esta caballería
alemana y de la del duque Dolst, que há un mes que llegó agestas

fronteras, y que dicen viene aquí algunos dias, y nunca llega


ó llegará pasada la mayor necesidad; el modo de proceder con
ellos enviar unos Oficialejos tan entonados y de poco expe-
y el

diente,que demás del poco amor y voluntad que nos tienen, se la


disminuyen, porque no pueden sufrir que se les disminuya de su
decoro, que lo saben bien guardar y conocer la razón que corre;
90

pero confiase si Beus pronoHs qtUs contra nos; y en la santa


intención del Rey, nuestro señor, á la cual no faltará la Divina
bondad de acudir, como suele, con su divino socorro, siendo ya
también tiempo de saberse aprovechar del humano, con el cual
también acude tanto S. M., para que no sea inútil, porque des-
pués que escribílas postreras á mi hermano, y en su ausencia

al Sr.Regente Cifontes, supe que estaba también de partida el


dicho Sr. Regente y mi hermano ido como él, lo escribió, que-
dando yo dudoso, yendo el sobrescrito á ambos, á cuyo poder
habrá ido el dicho pliego, he querido avisarlo á vuestra merccjd
para que, s¡ en caso no hubiese llegado á sus manos, procure de
saber del Sr. Contador mayor qué se ha hecho del que fué con
el postrer correo que se despachó de Bruselas, creo que en 2 de
Agosto, en el cual iba una carta en
cifra, que no queria hubiese

mal recado; y procurando vuestra merced de cobrarla, y siendo


tan discreto, bien sabrá con quién se lo puede y debe comuni-
car lo que confidentemente se escribe, por lo que importa al
servicio de S. M. que se sepa la verdad de lo que pasa.
No ha sido mala ayuda de costa á los criados del señor du-
que de Alba y Sr. D. Fadrique desde el primero; el saco que dicen
pasa de 30.000 escudos la parte que han tenido en muchas de
lasmejores casas; y en bestiame que estaba en el campo, y
muchas charrúas cargadas de ropa, metida en el castillo de
Anuersa para venderla más despacio; y para que saliesen de
Malinas todas las charrúas que iban cargadas del saco á Bruse-
las y á Ambers: no ha mal expediente para el Secretario
salido
del Sr. D. Fadrique las licencias que S. E. daba para cada soldado

y persona que iba en ellas, que dicen pasan de 1.000 á 4 escu-


dos cada una; y, cierto, que muchos no les tienen envidia, ni
se han querido entrometer en semejante botin y ganancia, pues
á rio vuelto hay hacienda de muchos buenos y aun de eclesiás-
ticos.

Ahora pasan de 14.000 caballos herreruelos los que se han


de pagar, de los cuales, ninguno ha 'disparado un pistolete en
servicio de S. M.; han acabado ahora de llegar los que queda-
ban, y es bien que están divididos, que si hubiere necesidad de
91

ellos tarde llegaran; y Dios sabe lo que costarán á S. M. y á


este miserable país antes que se despidan y salgan del, aunque
el Sr. D. Fadrique entiende sólo en ello, haciéndose estas guer-
ras á aspaviento con grande número de gente y de dinero, y
Dios dé ayuda con todo esto.

COPIA DE LA CARTA

QUE DON FADKIQUE DE TOLEDO ESCRIBIÓ AL DUQUE, SOBRE


EL DIQUE DESPUÉS DE GANADO EL PASO DE ESPARANDAN ,

Á. LOS 11 DE SETIEMRRE DE 1572.

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

La noche antes que partiese de Amstredan, escribí á V. E.


1

como la mañana siguiente pensaba venir á reconocer este paso,


y ver la forma que habria para quitarle á los rebeldes; ayer
mañana partí con toda la infantería española sin bagaje, y vine
á alojar á unas casas que están aquí arrimadas al dique, que
en el villaje Desparuuao, que era donde pensaba alojarme, no
fue posible, porque está todo inundado, de arte, que si no es

con barcas no se puede ir á él ; luego se reconoció el fuerte

que estos tenian , y en efecto ,


pareció á todos que le hablan
fortificado de manera que era necesario hacer venir artillería

para echarles de aquí, y que sin ella era imposible llegar á


ellos por estar frente del dique, á causa de que con su artillería
y arcabucería limpiaban el dique de manera que no era posi-
ble asomarse un hombre que" no le hiciesen pedazos; así, or-
dené á Monsieur de la Mota que volviese á Amstredan por
cuatro piezas y las trújese aquí, y envié por parte de los sacos
que he mandado hacer, y por algunas sacas de lana para hacer
reparos, porque tierra no la hay en el dique para poder cubrir

* Al margen y de distinta letra-. «(Ganáronse tres banderas y el fuerte, y


matóse la más gente que en él habia.»
92

un hombre, y las traviesas que tenia hechas para reparo de la


guardia y para estorbarles que no ahondasen más lo que tenian
cortado del dique eran de turba: púsome el Cressonera tanta difi-
cultad en el traer de la artillería, aunque yo veia muy bien que
todavía estaba el dique tan helado que se podia traer, que me
pareció no estar atenido á esto sólo; y así, dije á Norcarmes
que tomase su caballo y buscásemos un villano que á él y á ,

Goni y á mí, por la parte de la mano izquierda, si se atreviese


á pasarnos por el agua, nos guiase á pasar hasta la iglesia
de Sparvao, porque desde allí se reconoscia muy bien el fuerte
y lo que tenian hecho los herejes á la parte de los prados, los
cuales todos están cubiertos de agua; y también me paresció
que desde aquel villaje por fuerza habia de haber algún camino
á Harlem, y que si lo hubiese habia de venir á dar á la ribera
de Asper, que es la que viene de Harlem á Esparandam. Halló
un paisano que se atrevió á guiarme, aunque me dijo que era
menester que fuese con tiento ,
porque el camino no tiene más
de dos pies de ancho y que á una mano ó á otra que echáse-
,

mos habia más de una pica de hondo, y que también aquel


dique por donde habíamos de ir estaba cubierto de agua y de
hielo, de arte, que fuera de no se ver, era trabajoso ir por ól,

porque se habia de ir rompiendo los hielos ; él me guió muy


bien, y me pasó hasta la iglesia, y vinieron conmigo, demás
de los dichos Bossu y Cressonera y los tres Maestres de campo, y
Luis de Ler y Martin Paez; llegados á la iglesia los dejé allí

á todos en unas casas, y Norcarme y D. Hernando y Julián y


yo nos metimos á pié un poco á ver si el hielo nos sufría, pero
no fué posible que estaba ya tan delgado, que luego se hacia
,

pedazos; con todo esto, agua á media pierna, nos mejoramos


el

un poco hasta tanto que pudimos reconocer el fuerte, y no


pasamos adelante porque un villano nos dijo que nos anega-
ríamos, y al fin volví á la iglesia ya que quería anochecer, y
aunque me quise informar en el villaje del camino que habia
desde allí á Harlem, no hubo hombre en todo él que me quisiese
decir nada, porque es cosa extraña el amor y temor que toda
esta gente tiene á estos ladrones ; pero desde la punta del vi-
93

llaje vi que se descubría un poco de tierra, que me pareció


que debia de ser algún camino; y así, mandé á Martin Paez
que tomase algún villano por fuerza y le hiciese caminar por
allí y pasar adelante cuanto pudiese; él tomó uno, y, mal que
le pesó, hizo que le guiase y le dijese la verdad del camino por
el dique hasta las puertas de Harlem. Luis Ler, que habia
porfiado con Bossu que un villano le habia dicho que habia
camino, y Bossu decia que no era posible, de picado destose fué
con Martin Paez. Yo digo á V. E., que fuera de ser Luis Ler un
muy buen hombre, tiene ánimo y sirve con gran voluntad:
Martin Paez y Luis Ler volvieron bien mojados á cuatro horas
de irse, y me trajeron dos villanos, los cuales me dijeron como
habian hallado camino, que ellos y aquellos villanos guiarian
la gente otro dia hasta Larmera, pero que era fuerza que fuesen
con el agua hasta la rodilla, y que el camino era trabajoso,
porque se habia de romper el hielo, y peligroso por ser muy
estrecho ; y porque me se habia parescido que desde unas casi-

llas que estaban cerca se podia hacer daño á los que ofendían
y también porque creí que lo de la artillería no
el fuerte, se
meneaba de manera que pudiese tener por cierto que me la
trujesen á tiempo, resolví intentar de ganarle sin ella, si posi-
ble fuese, confiado en que la gente que le defendía debia de
ser tan ruin, que si ponía mi arcabucería en parte donde les
pudiese ofender, por poco que fuese, se les haría desamparar; y
ordené para esto al Maestre de campo, Julián Romero, que con
400 arcabuceros fuese esta mañana á la alba del dia por el

camino que Martin Paez habia reconocido, y que él guiase para


ver si hallaban por donde poder pasar la ribera que va á Harlem

y ganar las espaldas á los que estaban en el fuerte, porque


juzgué que hecho esto, se les podia desde allí con el arcabu-
cería asaetear todo su fuerte, de manera que no pudiesen estar
á la defensa, y también para atajarles el socorro y vitualla que
desde Harlem se podría venir; y al Maestre de campo D. Gon-
zalo de Bracamente, envié á la misma hora con otro golpe de
arcabucería por la mano derecha, qué es la de la mar , á ver si

el hielo estaba todavía recio y si había paso por allí por donde
94

poder llegar á tomar la retaguardia al enemigo, por tentarlo


por todas partes para que por la una ó por la otra se viese lo
que se podría hacer. A D.
Hernando de Toledo mandé que es-
tuviese en el dique para que cuando se sintiese que mi gente
les daba por las espaldas, él por esta parte les acometiese ; Don
Gonzalo no halló el paso que se le habia dicho , y así se volvió,
habiendo enviado á su gente con 30 soldados á reconocer otro
paso que le dijeron que habia más adelante, aunque lejos, y le

mandé que se estuviese con D. Hernando en el dique hasta ver


lo que hacia Julián, el cual habia ganado las casillas que yo le
mostré la noche antes , las cuales le dije que ocupase en caso
que no pudiese pasar la ribera, y por no hallar paso al rio se
estaba metido en ellas; y en esto parecieron obra de 400 hom-
bres que venian por el luengo de la dicha ribera, desde Harlem
al dicho fuerte, los cuales, como llegaron al paraje de las casi-

llas donde estaba Julián y descubrieron alguna gente suya,


,

se vinieron para ellos; y como pláticos del país y que sabian el


paso de la ribera, la pasaron por encima del hielo para llegar á
mi gente: al principio mostraron gran determinación. Julián
salió á ellos y trabó escaramuza, la cual fue tan buena, que
nunca pensé yo que tenian estos herejes gente que así lo supie-
sen hacer; pero al fin, los mios les cargaron de manera que
volvieron las espaldas y comenzaron á huir hacia Harlem, y al

huir mostraron á mis soldados por dónde habian de pasar la


ribera: Julián la pasó y se vino derecho hasta el fuerte como
yo habia ordenado , y luego les ganó una iglesia que tenian
le

á las espaldas y desde allí con la arcabucería les comenzó á


,

que en breve tiempo no se descubría hombre


apretar, de suerte,
de y desde la iglesia, poco á poco, les fueron ganando
ellos;

unas casillas y acercándoseles de manera que ya les habia


reducido á que levantaran el puente levadizo y quedaran meti-
dos entre su fuerte y la ribera , que era la que les fortificaba
por las espaldas yo tengo por cierto que ni ellos ni hombre
:

del país pensó que mi gente, no estando el hielo tan fuerte


que sostuviese los hombres, fuese posible pasar los mios donde
pasaron, porque si lo pensaran ,
yo fiador, que hombres que se
95

fortificaron también por la frente, se repararan por las espaldas;

Julián les hacia tanto daño desde las casillas que les habia ga-
nado, que ya no podía estar hombre de ellos á la defensa; y
viéndoles que daban señal, arremetió con ellos, y al mismo
tiempo cerraron por el dique D. Hernando y D. Gonzalo: los

herejes, como se vieron acometer por ambas partes , se perdie-


ron de ánimo, y se echaron por la mano derecha sobre los
hielos,abandonando el fuerte, y mi gente les fué siguiendo y
degollando, y les ganaron tres banderas; hánse muerto muchos
dellos y ahogados tantos, que á lo que se entiende se deben
de haber escapado muy pocos: el fuerte estaba de manera, que
ahora, después de ganado, espanta y parece cosa imposible
haber entrado en él sin artillería, porque aun con ella es muy
dificultoso; asegúrese V. E. que los francesitos de Mons han
hecho esta fortificación, y no he visto cosa más bien entendida
en mi vida que lo que estos habían labrado.
Bartolomé está que se espanta de verlo, y me dice que él
pensó que teníamos guerra con bestias, y que ahora halla
que es con hombres ,
porque no ha visto sitio tan bien acomo-
dado en su vida. Lo que se habia dicho en Amstredan estos
días atrás de que habían desamparado este paso, fué burla,
porque nunca han dejado de tener gruesa guarnición en él, y
toda su esperanza tenían en este paso; doy muchas gracias á
Dios por tan buen subceso, el cual ha sido mucho más breve y
á menos costa de municiones y gente de lo que juzgaban algu-
nos ; hánme muerto cuatro soldados , y entre ellos ha sido uno
Juan de Ibarra, que me ha pesado en extremo, porque era uno
de los más valientes mozos que he visto en mi vida, y con el

tiempo fuera un soldado de mucho servicio; habíanme herido


otros cinco ó seis soldados, y entre ellos al Sargento de D. Ro-
drigo Zapata, que es un muy buen soldado ayer, al reconocer ;

el fuerte, hirieron el caballo á Norcarmes, y á un criado suyo

que estaba junto á él le llevaron una pierna, que no se con-


tenta con trabajar lo que trabaja, sino que también se pone
ordinariamente de los más delanteros; yo le he reñido sobre
ello muchas veces, pero conviene que V. E. se lo reprenda. El
96

Maestre de campo Julián, ha trabajado en esta facción como


siempre, y muestra bien la voluntad con que sirve á S. M. y
lo que su persona vale; suplico á V. E. se lo agradezca, porque,
cierto, lo muy bien y yo tengo obligación para supli-
merece ,

haga mucha mercé; pasó con los soldados cerca


car á V. E. le
de media legua con el agua hasta la rodilla, y desta misma
manera escaramuzó con los del fuerte antes que viniesen los
de Harlem; mire V. E. qué buen pié el suyo para andar de esta
manera; yo digo á V. E. que mejor soldado que él para ejecutar
no lo ha habido en mi nación : el que guiaba la gente que venia
de Harlem á acometer á nuestros soldados, era el capitán Michel,
que le habia enviado desde Delps el príncipe de Orange por la
posta á que entrase en un mozo suyo que se ha pren-
el fuerte;

dido dice que en la escaramuza le dieron un arcabuzazo, y que


se retiró al fuerte, y cree que le deben de haber acabado de ma-
tar: entre los que se han degollado hay algunos de buen talle,

y que no son tudescos.


Después de perdido han comenzado los de Harlem
el fuerte ,

á pegar fuegos á las casas y que están por allí alrede-


villajes

dor por incomodarnos de alojamientos, que me da harto que


pensar; y porque certifico á V. E. que hace el tiempo de ma-
nera, que aun teniendo la gente al cubierto padecen mucho y ,

hoy ha hecho tan grande viento que no sé yo cómo ha sido


,

posible que mi infantería se haya podido valer de los arcabuces.


Ahora vuelvo de reconocer lo cortado del dique, y las trincheas
y todo lo demás que se ha de esplanar y aderezar para que
pase nuestra artillería y carruaje; mañana al amanecer se pon-
drá mano en ello, y V. E. crea que se perderá tiempo, porque
si acaso acertase á deshelar antes que hubiese pasado, seria
imposible salir del dique; y así, hago todo el esfuerzo posible
por abreviar; pero tengo tan poca asistencia del país, que hasta
ahora no he podido hacer juntar veinte villanos para hacer un re-
paro ni otra cosa, ni se ha hallado hombre que nos haya querido
mostrar un paso ni ser guía aunque se les ha puesto el dinero

en mano. Bossu está muy blando con ellos; pero yo pienso,


la

pues no puedo tener asistencia del país por bien, hacerles venir
97

por mal, y así se lo he dicho á Bossu; á los que vinieren á ser-


vir de buena voluntad haré pagar muy bien para lo cual y ,

para todo suplico á V. E. mande proveer de dinero, porque con


é\ se vencen todas estas dificultades y si esto falta, faltará
j

todo, porque no hay diligencia humana que baste á allanar


lo que allana el dinero; y V. E. sabe mejor que nadie que la

guerra de invierno cuesta tres tantos de lo que hace en verano,


y en el país donde andamos es menester tener siempre los sol-

dados con dinero , y más haciendo el tiempo que hace ,* es cosa

extraña vernos en un dique dé veinte pies de ancho alojados, y


que allí sea nuestra plaza de armas: es tan recio el viento que
hace, que dos compañías de alemanes que hoy están en escua-
drón haciendo espaldas á D. Hernando, no pudieron estar en
pié en el dique ,
porque el aire los derribaba del abajo. Nuestro
Señor, etc.

COPIA DE CARTA

DE GASPAR DE ROBLES AL DUQUE DE ALBA, DE LOEVARDEN,


EFECTO QUE SE HIZO EN DEFENSA DEL CASTILLO DE STAVEREN,
Á 12 DE SETIEMBRE DE 1572.

(Archivo general de Simancas.— Eslado.— Legajo 549.)

A V. E. escribí por mis últimas, que los enemigos habia


quince dias que estaban sobre el castillo de Staveren, y habia
diez que le batian , á causa de lo cual yo determiné de juntar
todas mis fuerzas para socorrerle, lo cual yo he hecho con tal

diligencia, que á los 16 de este mes envié 1.600 arcabuceros


valones y 200 de los alemanes que aquí se han levantado por
parescer del Consejo. Los cuales, todos hicieron tan bien su
deber (llevándolos á cargo los capitanes Moncheau , Dopy y
Dequemá), que deshicieron 1.200 hombres que estaban fortifi-

cados dentro de la villa del dicho Staveren ,


que los esperaban
á pié quedo, y tomaron toda su artillería ,
que eran cinco
Tomo LXXV. 7
98

gruesas piezas de bronce ; es á saber: dos gruesas culebrinas, 'WS


dobles, un medio cañón reforzado y dos otras con que batian
las defensas, con muchos versos, y cuatro de sus banderas; y
proveyeron muy bien el dicho castillo de todo lo que tenian
necesidad.
Lo cual, entendido por los confederados de Oneech, Volse-
raerty Fraincher (pensando vengar sus compañeros), se deter-
minaron de ir á destapar la siguiente mañana tres trampas ó
reparos de agua, y esperarlos á la última cerca de Coldum; lo
cual hicieron en muy buena orden hasta 1.600 dellos y 50
raytres, muy determinados de combatir (si paresciese conve-

nir); lo cual, entendido por los susodichos Capitanes, desem-


barcaron toda su gente y los fueron á embestir tan gallarda-
mente, que los deshicieron todos y persiguieron una gran
legua; de manera, que en estas dos rotas han quedado tantos
tendidos, á montones, que no se puede juzgar; y de los nuestros

algunos heridos y muy pocos muertos ha sido obra de Dios :

más que de hombres; al cual ruego lo continúe y guarde á


V. E., etc. De Loevarden á 12 de Setiembre de 1572.
,

Posdata: Há seis dias que llegó á Sneech, el conde Foos


Des-Chaubemburg, que fué deshecho llegado á la Casa Roja,
cerca de Groeninghen, á vista de V. E., acompañado de tres
caballos y dos vajeles de muebles y alhajas, el cual se intitula
gobernador de Frisa, Ouerissen y Groeninghen por el prínci- ,

pe de Orange; de lo cual, Batemburg, que habia venido aquí


con este mismo cargo, está en tanta diferencia con é\, que el

uno se está en el castillo de Fraincher, y el otro en la dicha


Sneech, sin osar salir ninguno de los dos de los mismos lugares.
«

99

FLANDES '

CAPITULACIONES TOCANTE Á LA RESTITUCIÓN DE MONS, HECHAS


X 19 DE SETIEMBRE DE 1572 *.

{Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 550.)

3 Puntos y artículos tratados, capitulados y concertadoa


cerca de la restitución de la villa de Mons, á la obediencia de
S. M. C, entre Messire, Philipe de Sanct Aldegonde, señor
de Norcarmes y Comendador de la orden de Alcántara, Lugar-
teniente, Capitán General y gran Bailío de Henaot, como
Diputado con poder y autoridad del duque de Alba, etc.; Lu-
garteniente Gobernador y Capitán general por el Rey Católi-
,

co en estos Estados-Bajos, acompañado de los Señores de Vaus,


Gentil-hombre de la boca de S. M.; de Liques, Coronel de 15
compañías de infantería valona, y de Gomgmes, Gobernador y
Capitán de la villa de Quenoy, de una parte; y los Señores de
Soyecourt , Lanou Delcourt y Cormont Gentiles-hombres
, ,

franceses, que han entrado, y al presente están en la villa de


Mons, de otra parte:
Primeramente, que la dicha villa de Mons se poma en
manos del dicho Rey ó del dicho duque de Alba Lugartenien- ,

te general por S. M.
Que todo el golpe de gente francesa. Gentiles-hombres y
soldados , así de á pié como de á caballo, con sus criados y sé-
quito, saldrán con sus armas, caballos y bienes muebles é in-
muebles.
Que el conde Ludovico de Nassau y todos los Gentiles-

hombres de su séquito y casa, criados y familiares, ora sean

* Carpeta.
5» Al margen : « Traducida del francés.
* Dentro,
100

vasallos y subditos de S. M. C, ora sean vasallos ó nó, saldrán


con la dicha gente y con las mismas condiciones.
Que los Gentiles-hombres, vasallos ó subditos de su dicha
S. M. C, y otros no Gentiles-hombres, saldrán asimismo, es á
saber; con sus armas, caballos, vestidos y alhajas.

Que los Gentiles-hombres , vasallos ó subditos de su dicha


Majestad Católica, y otros no Gentiles-hombres, saldrán asi-
mismo, es á saber: con sus armas, caballos, vestidos y alhajas.
Que qualesquiera soldados valones flamencos y otros sub- ,

ditos de S. M. C, saldrán también, salvo que no podrán sacar


otras armas que espada y daga, ni otras alhajas que las que
la

pudieren llevar á cuestas ni caballos excepto los Capitanes,


, ,

los cuales podrán salir con sus armas.


Que todos los burgueses de la villa que han tomado armas
mientras ha estado en ella el conde Ludovico, así antes del
asedio como el tiempo que duró, saldrán sin armas ; bien que
podrán sacar sus muebles como está dicho en el artículo prece-
dente de los soldados, es á saber: á cuestas y á caballo.
Que los demás burgueses y el pueblo podrán quedar, si les

pareciere bien, en la villa, sin que sean inquietados ni moles-


tados en sus personas ni haciendas, salvo los Oficiales de S. M.
y los que se hubieren entretenido en ocupar la dicha villa 6
tomado armas ó los que voluntariamente hubieren hecho acto
de hostihdad.
Que los que son de otra religión que de la permitida en las
tierras subditas á S. M., con las condiciones susodichas, saldrán
de la villa sin poder quedar en ella.

Que los que salieren de la dicha villa de qualquier cali-


dad ó condición que' sean , no serán detenidos por cosa alguna
que se hubiere hecho durante la ocupación de la villa, antes
gozarán enteramente del hecho de este acordio; entendido que
puestos una vez en libertad y lugar seguro, conforme á lo tra-
tado, caen en manos de S. M. ó de sus Ministros, les podrán
si

ser demandadas sus acciones pasadas.


Que cualesquiera de los que salieren de la villa (como está
dicho), así Gentiles-hombres, soldados, burgueses, como cua-
101

lesquiera otros prometerán y jurarán de no tomar armas contra


losReyes Católico y Cristianísimo, si no fuere debajo de su Rey,
salvo y excepto el dicho conde Ludovico y otros alemanes é
ingleses, los cuales no serán obligados á hacer algún jura-
mento.
Todos los cuales juntos artículos, capitulaciones y conve-
niencias susodichas, los dichos personajes capitulantes, en la
cualidad que está dicha, de una parte y de otra, han prometido
y prometen por ésta sobre su fe y honra de observar y entrete-
ner inviolablemente y sin contravenir á ello ni sufrir que se
contravenga directa ó indirectamente en manera alguna, y
prometen asimismo que todos los que salieren de la dicha villa,

de cualquiera calidad ó condición que sean , no serán privados


de las cosas que se les permite sacar.
Y para mayor y más entera seguridad de la observación de
la dicha capitulación, de parte del dicho duque de Alba, el
dicho Duque hará guiar y conducir con bastante gente de
guerra, todos aquellos que salieren de la dicha villa de Mons,
y enviará con ellos cuatro Gen tiles-hombres , es á saber: Mon-
sieur de Vertain, el barón de Aubigni, Mansieur de Betincourt
y Monsieur de Potelles, los cuales marcharán y estarán en su
poder y alojarán con ellos hasta haberlos entregado al conde
Ludovico, todos los que le quisieren seguir, de cualquier cali-
dad y condición que sean, en Ruremonda, y puesto á los Genti-
les-hombres, franceses y valones, y cualesquier otros que qui-
sieren ir á Francia al Árbol de Guisa, ó en otro lugar de Fran-
cia más vecino de Avenas.
Y de otra parte, para que vuelvan seguros los dichos cuatro
Gentiles-hombres y la escolta, quedarán en poder del dicho
Monsieur de Norcarmes, en el lugar de su Gobierno, que qui-
siere nombrar cinco Gentiles-hombres, es á saber: los dichos
señores de Soyecourt, Lanorié, del Court, Cormont y Monsieur
de Mons , hasta que los otros cuatro y la escolta hayan vuelto
con seguridad , y entonces será lícito á los dichos Gentiles-
hombres franceses ir donde bien les pareciere, para donde
serán acompañados con mucha seguridad á su contento, en-
102

tendiéndose que , si que llevaren hiciere acto de hos-


la escolta

tilidad á los dichos cinco Gentiles-hombres, no se los echará


culpa.
En testimonio de verdad de todo lo susodicho, los dichos
señores capitulantes, de una parte y de otra, han firmado esta
presente capitulación , y el dicho Monsieur de Norcarmes , en
la cualidad ya dicha
ha prometido y promete por ésta que
,
,

asimismo lo hará aprobar, ratificar y firmar por los duques de


Alba y de Medinaceli, y D. Fadrique de Toledo, General de la
y Monsieur de Berlaymen. Fecho y concluido en
infantería, el

campo sobre Mons, á 19 de Setiembre de 1572.

FLANDES.

CINTIO CALUI, DEL CAMPO DE MONS, Á 21 DE SETIEMBRE DE 1572.

(ColeccioD del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Muy magnánimo señor: Después que á los 5 del pasado


avisé á vuestra merced lo que se ofrecía hasta entonces, se
creia á los 14 la llegada del príncipe de Orange con su campo,
que era menos de 12.000 hombres de guerra con 6.000 caba-
llos y buena gente, y los demás infantes; y no es tal, que fué

álos 8 del presente, acercándose al mismo poco menos de 1.500


pasos, en donde hizo alto, y quedando ambos á dos campos
puestos en escuadrón; se escaramuzó todo aquel dia aunque
no se hizo cosa de importancia; y como habiéndose organizado
losenemigos, mudado de sitio y tentado parte de su caballería
para pasar adelante , pues habia un paso á la parte del rio para
entrar en la ciudad, le hizo dar vuelta: mas de que pasó alguna
gente de nuestra caballería española, habiendo pasado muy
buenas escaramuzas y dádose y recibídose muy buenas cargas,
en la mayor furia de las cuales, bien fué necesario que sobre-
viniese, como sobrevino, al mejor tiempo, el Duque, mi señor,
porque aprovechó su presencia y valor que mostró; ^ero fué de
103

menos importancia la diligencia que usó en que se pusiese en


defensa un fuerte que se hizo en el mejor sitio, que los enemigo?
pensaban escoger, la misma noche que llegaron; habiendo sido
louno y lo otro no poca parte de haberse presto retirado, con
daño y vergüenza, juntándose otra buena facción, que hicie-
ron otros 400 ó pocos más arcabuceros españoles en la encami-
sada que guió el Maestre de campo Julián Romero, que se
hizo la noche de los 11, que comenzaron á retirarse, habiendo
quedado de ellos , entre muertos
y heridos, en estas facciones,
más de 800, y pocos menos de 200 caballos; y de nuestros es-
pañoles poco más de 50 ó 60, aunque estos pocos son de más
importancia que los muchos dellos pero no puede ser monos;
;

y después se continuó á batir muy de veras, no habiendo dejado


en los tres dias que estuve aquí el campo enemigo de tirar

algunos tiros, y los de dentro á los nuestros; los cuales, viendo


las esperanzas de los socorros esperados haber salido vanas, y
no poder esperar otros tan presto, y quedando con pocas fuer-
zas para hacer resistencia, y mas trincheas acercándose al
foso, comenzaron á tratar de rendirse; y habiendo durado el

trato y negociación casi ocho dias, al fin se concluyó ayer


saliendo los franceses de la ciudad y ella en poder de S. M.;
habiendo parecido esto lo más conveniente aunque no sea con
,

la priesa de los perturbadores , el castigo de los cuales terna

aparejado la Divina justicia para su tiempo, siendo el que corre


tal, y quedando tanto que remediar, que se ha de tener por lo

mejor, lo que puede más abreviar, que se remedió por ser la

cobranza de esta ciudad el principio de las otras , y por otras


razones que habrán movido al señor duque de Alba, y no ser
las cosas necesarias muy abundosas, y la batería no semejante
á la que solian hacer en estos países , en los cuales parece que
todo lo bueno á un tiempo ha faltado. El príncipe-de Orange, que
está con su gente, y no muy conforme, y que se va disminu-
yendo, robando por donde pasa ,
pareciendo que poco teme de
que irán á buscarle, hallándole aprestándose entre Lobayna y
Bruselas y Malinas, adonde dice que ha entrado para sacar
dineros de todas partes, de donde puede; y, cierto, parece que
104

Dios, Nuestro Señor, le va deteniendo y cegando para que


tenga el señor duque de Alba buena ocasión de hacerle una
buena burla, siendo superior en fuerzas y comodidades: ahora
veremos la diligencia que usará S. E. en partir é irle á buscar,

y no permitirá que salga de los Estados, dejándolos arruina-


dosy cargados de roberías. Este rebelde que tantos daños y tan
grandes gastos ha causado, esperando él princijialmente en la
Divina bondad que es lo que queda, dé la victoria á S. M. que su
santa intención merece, como lo ha mostrado en los sucesos de
todas partes hasta ahora ; y si tuviese más lugar recibiríamos
largo, y particularmente á vuestra merced dejádolo para otra
,

vez, cuya muy magnánima persona, etc. De este campo de


S. M., rendido Mons, etc.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DE JULIÁN ROMEHO A ZAYAS, FECHA DEL CAMPO SOBRE MONS,


Á 22 DE SETIEMBRE DE 1572 ^.

. (Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 552.)

Ilustre señor: Habia cuatro dias que partió de aquí un correo


para esa corte, y por estar ocupado en algunas cosas no tuve
lugar de escribir á vuestra merced, pero mandé un criado mió
que enviase á vuestra merced una relación de lo que habia
pasado en este campo sobre querer el príncipe de Oran ge so-
correr esta tierra; y de no haberlo socorrido redundó que á
los 18 deste comenzaron a tratar los más principales franceses
con Monsieur de Norcarmes de quererse rendir; y así, se vino
á concluir á los 20 deste, y á los 21 salieron de la tierra, con
sus armas, los franceses, y con ellos todos los que habian sido

i Ai raárgen y de distinta letra: «Guárdese con las del Duque, que contiene
la verdadera y parlicuiar relación de la rola de Jaulis.
105

traidores y rebeldes porque se habia capitulado así, con con-


dición que juraran que no serviria contra el Rey, nuestro señor,
y contra el rey de Francia; sólo Ludovico no juró, por ser ale-
mán y las leyes que allá tienen: salieron sin banderas y sin to-
car atambores, todos en orden, y saldrían 1.100 hombres con
armas, á pié y á caballo; más de 150 heridos y hasta 300 hom-
bres de la tierra sin armas; creo que se iban por ser herejes y
por haber ido á las predicas: detras de todos ellos salió el conde
Ludovico echado en un carro, enfermo de calenturas, con muy
poca vergüenza: tiénese por bueno el concierto que hizo con
ellos, porque después de vista la batería, estaban tan fuertes,
que en quince dias no la tomábamos y nos costara mucha gente,
y habia de ser española y tenemos muy pocos, harto menos de
la que allá piensan: un caballero francés me dijo en secreto
que se hablan rendido porque el príncipe de Orange les envió

á decir desde Nivela, cuando se retiraba de aquí, que hiciesen


lo mejor, porque él no los podia socorrer ni tenia pujanza para
ello, que no sabia cómo entretener su campo, que se deshacía
todo; y que estaba determinado de entregar á Frexelingas á la
reina de Inglatera; está entre Lobayna y Malinas con su campo,
y demanda á Malinas 70.000 florines; y á Lobayna y á Terra-
munda y á Audenarda, que le ayuden al respeto de la posibili-
dad de cada uno; ayer vino nueva que en Holanda se han le-
vantado dos tierras por S. M., por los malos tratamientos que
los hugonotes les hacían y que les han echado fuera; la una dicen

que es Delf y la otra no me ocuerdo cómo se llama; pero,


si es verdad, son villas principales: á los 23 partirá el campo de
aquí para Bruselas, y desde para Malinas y Terramunda y
allí

Audenarda, si esperasen; y luego se pasará á Holanda, aunque


es mal tiempo porque á Gelanda no se pueda ir hasta el verano;
creo que esta tierra ha de ser causa que todas las demás se rin-
dan ó se vayan los que se estuvieron dentro. Beso á vuestra mer-
ced las manos por el cuidado que tiene de lo que á mí toca, que
bien estoy, que en lo que se ofreciere, vuestra merced me lo
hará: Nuestro Señor la ilustre persona de vuestra merced guarde

y su estado acreciente como sus servidores deseamos. Del


106

campo á 22 de Setiembre de 1572. —Besa las manos á vuestra


merced su muy servidor, Julián Romero.
Sobre de la carta: Al ilustre señor, mi señor, Gabriel de Za-
yas, Secretario de S. M. y de su Consejo. Corte.

COPIA DE RELACIÓN

DE LO QUE SE ENTIENDE DE FLANDES HASTA LOS 3 DE


OCTUBKE DE 1572.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Núm. 549.)

Habiendo entendido el duque de Alba que los franceses que


estaban en Mons de Henao daban muestra de querer tratar de
acuerdo, tuvo por bien de oírlos ; y así envió cuatro caballeros

flamencos de su parte; y de los franceses salieron otros cuatro,^


entre los cuales se capituló, á 21 de Setiembre, que dejando la
villa libre, se saldrían de ella el conde Ludovíco y los suyos,

con la gente de guerra extranjera, así franceses como alemanes,


con sus armas y caballos, vestidos, alhajas; y de los vasallos de
S. M. católica los que quisisiesen, con sola su espada y daga,

sin otras armas ni alhajas; pero de los herejes y sectarios, que


ninguno había de quedar, jurando los unos y los otros de no
tomar armas contra los reyes Católico y Cristianísimo si no
fuere debajo de su Rey: aceptó el Duque este concierto por
muchas consideraciones; y, entre otras, por no destruir aquella
villa y por desembarazarse para seguir al de Orange; y así,
salió la dicha gente, dándoles escolta hasta las partes que se

habia concertado; y habiendo dejado el Duque en Mons cuatro


compañías de valones, se fué á Bruselas, con intención de pasar
lüégo á Malinas y seguir al de Orange; pero tuvo íiviso que,
á los 24 de Setiembre, se había salido de aquella villa, dejando
en cabo á un Dorfondal con 300 caballos y cuatro ban-
ella por

deras de infantería é ídose la vuelta de Güeldres; mas viendo el


dicho Dorfondal que el Duque se habia acercado una legua de
107

la villa, se salió della, á los 30 del dicho, con su gente; y así, la

entraron y saquearon los soldados de S. M., reservando las


iglesias, monasterios y todas las personas eclesiásticas, conse-

jeros y mujeres; y el Duque mandó que un golpe de la caba-

llería fuese en seguimiento del enemigo, cuya infantería, por


lo menos, tenia esperanza que no se le escaparía; y en fin, á
Dios gracias, aquello va de manera que, con su ayuda y la
buena diligencia del Duque, se acabará de poner muy presto en
el ser que conviene.
De París escriben, por carta de 15 de Octubre, que allí se
entendía que el conde Ludovico era muerto de enfermedad en
Roremunda, que si fuese cierto seria buena nueva, porque éste
es mucho más hereje y de más valor que su hermano el de
Orange, y no es vasallo de S. M., que por eso se capituló con
él en lo de Mons de la manera que se ha dicho.

RELACIÓN
DE LO SUCEDIDO DESPUÉS QUE SE RINDIÓ MONS, HASTA HOY
4 DE OCTUBRE DE 1572.

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Después que salieron los enemigos de Mons y se redujo á


la obediencia de S. M., quedando en la ciudad guarnición de
valones, partió nuestro campo á 23 del pasado, y tardó en llegar,
á poco más de dos leguas cerca desta villa de Malinas i, ocho
,

camino diez leguas; y hecho alto y enviádose á


dias, siendo el

reconocerla, y llegado alguna infantería nuestra, española, á


primero deste á los burgos, de una puerta se entendió, pasada
media noche ,
que la guarnición que habia dejado el príncipe

* Al margen y de distinta letra: «4 de Octubre de 1572, llegó al campo sobro


Malinas, y aunque se rindieron los que habían quedado dentro y cedieron á la

obediencia de S. M., no aceptó el Duque».


108

de Orange, después de haber salido algunos á escaramuzar ^

juntamente con los rebeldes inobedientes de la dicha villa, des-


confiados de poderse defender, se habia salido la misma noche
por otra puerta, poniéndose en la muralla un trompeta y algu;
nos religiosos con cruces pidiendo misericordia y diciendo es-
taba la villa por S. M. y duque de Alba, y que della eran sali-
dos los culpados, y que solos quedaban los inocentes; habiendo
algunas personas de crédito dos días antes significado al dicho
Duque que se le entregarla una puerta de la dicha villa, no
saliendo della los enemigos, salvándose los buenos, lo cual no
quiso aceptar; y entendido y reconocido por nuestros soldados
lo que de dentro gritaban y que ninguna resistencia habia,
los

gozando de la ocasión de la orden que debian tener algunos


Oficiales de quien se la podia dar, comenzaron á entrar en la

villa escalándolay pasando el foso algunos soldados, el agua á


los pechos, no habiendo quien los resistiese; no debiendo de
ignorar nada el Sr. D. Fadrique, el cual, después de entrada
la villa, se vino hacia el alojamiento de su padre y el duque de
Medina, al cual hablan alojado media legua atrás, ignorando
lo que pasaba, y yendo muy de mañana adonde alojaba el
de Alba, entendiendo en el camino que ya estaba entrada la
dicha villa, por saber la verdad, mostrandael de Alba no tener
dello noticia, diciendo que aguardaba á su hijo para saber la

certecidad, el cual sobrevino luego, y aunque, como se dice,


debia saber lo que pasaba, lo disimuló y mostró en público á
los Duques ignorarlo, diciendo que se lo hablan también dicho,
pero que no lo creia; y llegándose á hablar en secreto á su

padre , en el mismo instante acudieron personas que certificaron


de la dicha entrada y saco, lo cual, entendido por el de Medi-
na, fué aprisa á la dicha villa, entrando en ella por una esca-

lera que arrimaron á una torre; fué de mucho provecho su


presencia, porque como la libertad del saco fué muy grande,
fué necesario todo el remedio que dio para que los templos y

* Al márgea y de distinta letra: «Dióse saco en la tierra en mucha cantidad.

y atajóse con la diligencia del duque de Medina ».


109

cosas sagradas dcllos, y mujeres recogidas en


y en otras ellos

partes fuesen guardadas, estorbándolo cuanto podia, y asi-


mismo muchas desórdenes y cuestiones de entre soldados que
pudieran ser de grande inconveniente, especialmente entre las
naciones, y duró todavía el saco aprobándolo y consintién-
dolo muy de propósito quien lo puede hacer sin admitir otra
cosa en contrario, que no deja de hacer mucha lástima á mu-
chos, por ver que sólo padecen el daño y castigo tan riguroso
los más inocentes, y los no inocentes y culpados, puestos en
salvo como los de Mons, y multiplicándose más los enemigos y
el odio intrínseco, el cual saco pasan á Bruselas y Amberes y
á otras partes, no dejando cosa en la villa con la comodidad de
las muchas barcas que hay en la ribera, con la cual sacan la
ropa, y todas ellas asimismo dadas á botin, de que no se des-
ocuparan tan presto los soldados, que no se ocuparan algunos
dias en recogerlos , y no podrán ser todos ,
por poner en cobro
la ropa que han ganado. En resolución, todos los culpados y
rebeldes se han ido salvos mejor que tenian, y
y salvado con lo

como no se dio orden á la caballería ligera más de que se muda-


sen de alojamiento con dos compañías de hombres de armas, aun-
se toparon con los que salian de Malinas, no se atrevieron á
hacerles más daño que en
los desmandados, que dicen que
mataron hasta cien personas, que dicen allí, que si llevaran
orden de alguna arcabucería, que áim se iban arrimadas á un
bosque, se podia hacer mayor efecto y seguirlos más tiempo;
veremos ahora lo que el señor duque de Alba resolverá y el señor
D. Fadrique, su hijo, que Nuestro Señor harto ayuda y favo-
rece con el buen tiempo que hace. Y en lo que se ha hecho de
importancia para que por maestra parte no se pierda la coyun-
tura, y esta poca buena sazón que queda para que con presteza
y diligencia se atienda al remedio de todas partes, cómo se
podrá hacer y abreviar los grandes gastos y daños que recre-
cen de cualquier dilación y pérdida de tiempo.
lio

RELACIÓN
DE CINTIO CALBI QUE ENVIÓ DESDE MASTRIQUE, A 16 DE
OCTUBRE DE 1572.

(Colección del Sr, D. Francisco de Zabalburu.)

Muy magnifico Señor : Por estar incierto si las cartas que


escribí en 4 de Setiembre habían llegado, me ha parecido en-
viar duplicada la relación del gran saco de la desdicha de Ma-
linas ^,

remedio por
el cual duró cuatro dias, sin que se pusiese ningún
los que podian y lo tenian así trazado con disimu-
^
lación, pudiéndose añadir cuanto cada hora hace mayor com-
pasión y lástima ver tanta ruina, la cual se va descubriendo
mayor, y muchas insolencias usadas y sacrilegios y crueldades
y deshonestidades feas, y tanto perecer de inocentes,- y no
habiendo quedado salvos los buenos criados y consejeros del
Rey, nuestro señor, ni los sacerdotes, han perdido toda su ropa,
y rescatada hay recomprándola, y muchos dos veces, y pagado
rescate de sus personas, mujeres y hijos, quedando arruinados
por muchos años y sus herederos, y mucha multitud de los más
pobres y miserables, que vendrán á morir de hambre andando
esparcidos y desnudos, no habiendo aprovechado haberse en-
tendido ; creo que se podia dar á todo mejor remedio y orden,
llamando lo sucedido desorden, que los enemigos y rebeldes se
habian ido, y los inocentes, que no habían cometido el pecado
quedados, que les pedían clemencia y misericordia, la que no
pudieron alcanzar ni haber sido de ningún provecho. El res-
peto de aquel Magistrado de S. M. y de la provincia, cuya
casa no fué salva , ni las escrituras públicas y privadas de im-

* Al margen y de distinta letra : « 16 de Octubre de 1572. Dice que duró el


saco de Malinas cuatro dias sin lo poder resistir, y las insolencias que en él

pasaron; la riqueza del saco, que debió valer más de SOO.OOO escudos, que se
pudieran aprovechar en otra forma en servicio de S, M., excusándose el saco.»»
111

portancia que habia en ella, habiendo sido rotas y esparcidas


muchas con mucho daño público y privado, y algunas que
se hallan en poder de algunos particulares, soldados y Oficiales,
se las hacen muy bien pagar de quien las ha menester, y no es
mucho que pasen estos males y daños, pues que no pudo bastar
la diligencia que mi amo puso el dia primero del saco, para que

las iglesias y cosas sagradas dellas, y el honor de las mujeres


quedasen salvas, habiendo todos, sin hacer diferencia de buenos
y malos, padecido afrenta y daño habiendo sido
, el remedio de
todos estos males haber después mandado ahorcar á dos sacri-
legos el Sr. el Duqiíe mismo de
D. Fadrique, teniendo pesar
esta destruicion, como es justo, no habiendo sido en su mano
dar otro remedio, sino aquel que procuró, como he dicho, habién-
dole el padre y el hijo que lo podian dar en todo lo que convenia,
tenida encubierta su deliberación y parecer, porque entendían
que el de S. E. era diferente, pues que el castigo se podia y
debia hacer contra los malos y culpados, quedando más modo,
más lícito y conveniente, para poderlo hacer muy ejemplar,
como era muy necesario, y juntamente de contentar y cumplir
con los soldados, habiéndose podido saquear y poner á botín
todas las casas y ropas de los huidos que se conoscian y tam- ,

bién sacar de toda la villa, en general, demás de castigarlo en


los privilegios como ahora lo pensarán hacer sin
y libertades
totalmente destruirla, muy mayor cantidad de dineros y presto,
que no ha sido la que ha resultado de tanta hacienda y mal
vendida y desperdiciada, porque no pasará de 200.000 vasa-
llos (sic) más todo el dinero que habían sacado los
6 será poco
soldados y Oficiales, y otra mucha canalla, reputándose que el
daño hecho será muy poco menos de dos millones, porque como
á villa que tenían por segura, demás de su propia riqueza ha- ,

bían muchas personas enviado sus mejores muebles y alhajas de


Holanda y Gelanda, y de otras partes y contornos, quedando
totalmente arruinada é inútil para poder hacer ningún servicio
á S. M. para de aquí á muchos años no pudiendo dejar de ,

mover á compasión semejante destruycion y pérdida, y en


deservicio de Nuestro Señor, de que por lo que murmurará
112

mucha gente, por no se haber remediado ni puesto orden con


tiempo para que no se saquease, como se hizo, mucha hacienda
de eclesiásticos y de cosas sagradas que se han vendido en
algunas partes y la gran suma que se habria podido sacar en
,

la manera dicha, que pudiera llegar á 400 ó 500.000 escudos,


convertilla ó aplicalla mejor, pagándose más de la mitad de las
pagas debidas á la infantería española y aun hacerle un pre-
,

sente y á otros un socorro, y descargar en alguna parte á S. M»


de tan grandes deudas, pues se ve que el poderío ni riqueza no
bastará á suplir tan grandes y continuos gastos; y con este
saco y quizá con esperanza de otros, entretendría el señor duque
de Alba por algunos dias á los españoles sin que pidan pagas,
las cuales irán de-manera creciendo, que vendrá á hacerse muy
más difícil el remedio y satisfacción, la cual no han recibido
estos pueblos, antes, acrecentándoles la indignación y el odio,

quedando ahora también los buenos muy escandalizados por la


indiferencia del mal tratamiento, y los enemigos y rebeldes
yéndose á salvo con la mejor de su ropa ,
por las tardías pre-
venciones y orden que se da en encontrar y ir tras los que se
huyen y de nuestros soldados que han atendido y aun atien-
;

den á vender la ropa del saco, aun faltan, que no acaban de


llegar á sus banderas aunque el campo se ha ido deteniendo, y
faltarán muchos que se irán de los que han hecho mayor botin,
los valones á sus casas y los españoles fuera de los Estados , á
Italia óEspaña, y diez dias pasados y perdidos de muy lindo
tiempo, siendo pecado, habiéndolo tan mal gastado y lo queda ,

tanto este país y tan destruido; saqueándose desde Bruselas


hasta cerca de Amberes, los villajes y caserías, como Malinas;
á tanto se ha extendido la libertad del saco, que en muy pocas
partes hay seguridad, y en donde tocan y pasan estos herre-
ruelos alemanes dejan tal destruicion y ruina, que las iglesias
y cosas sagradas no quedan salvas y por ,
esta misma desorden
y licencia de la gente de guerra, la cual debe de causar el no
no deberse poder más, saqueóse también más
ser pasada, por
Terramunda, aunque no duró mucho el saco, por unos valones
que entraron en ella con voluntad de los de la villa ,
que es
113

también de las buenas, después de haber salido los enemigos


que estaban , á los cuales hicieron muy poco daño los dichos
valones que los encontraron, que aunque el señor duque de Alba
ha mostrado enojarse contra los que cometieron la desorden, y
que hará restituir parte de la ropa que habia sido llevada en
Amberes, no será g-rande la restitución y ninguna la del oro y
plata, y la riqueza que sacaron de todas las villas y lugares de
los enemigos y rebeldes que salen dellas por temor de nuestro

campo, son de manera que quedarán todos empobrecidos, y


plega á Dios que como la mucha prosperidad en parte los habia
hecho desviar y salir del derecho camino contra Dios y su
Príncipe natural, que así con ésta general adversidad, y para
hacello se reconozcan, y que guiadas y ordenadas
las cosas sean

de manera que lo sepan y lo puedan mejor hacer, y no volver


á desesperarse: el ejército partió de Malinas á los 7, y llegó á
esta ciudad de Mastriq á los 14 ,habiéndose entendido en el
camino, como el príncipe de Orange habia pasado la Mosa y el

Rin, y que su campo se le iba deshaciendo, y con mucha des-


orden y miedo, temiendo no fuesen algunos de los nuestros
en seguimiento, y los suyos muy indignados y descontentos
del; y porque antes de llegar á Malinas se habia entendido que
los nuestros, que estaban en la villa y isla de Ragrus, estaban
sitiadosy apretados de los enemigos, se proveyó que el caste-
llano de Amberes y el coronel Mondragon fuesen con el socorro
de gente, pólvora y mecha y plomo, teniendo falta destas mu-
niciones, y así partieron á los 11 en unas charrúas que tenian
armadas en aquella ciudad muchos dias há, y anteayer vino
aviso que se habian vuelto sin haber podido pasar adelante por
el estorbo que hallaron de los enemigos que tenian mayores
navios; y si nuestro socorro no se esfuerza y pasare adelante,
el cerco de aquel lugar, que dicen está muy rico y de grandí-
sima importancia para el paso, de lo poco que queda de las
islasde Gelanda, y 600 españoles dentro y con falta de pólvora,
da mayor cuidado el suceso, habiendo sido bien necesario en
todo el gran socorro divino, dando gran esperanza que no ha
de faltar en lo que queda acabar por acá. El gran suceso de la

Tomo LXXV. 8
114

segunda victoria que Nuestro Señor ha dado á la cristiandad y


á S. M. por mano del Sr. D. Juan contra el turco; el aviso de
la cual llegó á los Duques á los 11, esperándose con gran
deseo el segundo ,
por saber la particular.
La partida de aquí será mañana ó esotro dia hacia Zutfent,
que es pasado el Rin, para recobrar aquella villa de S. M., en
que tiene de Orange guarnición, y para seguir á el que dicen
el

va hacia Holanda, el cual solamente se ha quedado, como


dicen, con hasta 1.500 caballos banderas de infantería; y
y seis

así, por hallarse con tan poca gente, se trata ahora de despedir
nuestra caballería alemana en la mejor manera que se pueda,
por no haber todo el dinero de contado , siendo grandísimo el
gasto y daño que hace esta gente, y después se podrá dar
el

vuelta hacia Güeldres y Holanda, no dejando de hacer las cosas


de ellas algo dificultosas, haciendo la sazón y las aguas , favo-
resciendo Nuestro Señor con buen tiempo hasta ahora, que-
dando después las cosas de Gelanda y de la mar las postreras,
y no menos difíciles é importantes doliéndose mucho el poco
,

calor y dilación de la cura destos males, ó quizá debiéndolo


causar no se poder hacer más; y de lo que fuere sucediendo, iré

avisando á V. M.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DEL MARQUÉS CHAPÍN VITELLI A SU MAJESTAD, DE BRUSELAS


Á 23 DE OCTUBRE DE 1572 ^.

(Archivo general de SJmancas.--Estado.— Legajo 549).

S. C. R. M.: Con l'occasione di D. Lopes Zapata, Presentator


di questa, che darra particular contó á V. M. del stato inche mi
retrovo non hovoluto lassar di rreplicar alia V. M. el medesmo
che le scrissi otto giorni cono, et é, chehavera gia inteáo cherritro

* Al margen: «Con D. Lope Capata, respondida á 26 de Noviembre.»


115

vando mi all'asedio della villa di Mous Toccai un archibugiata


in una gamba passata d'nna parte all'altra, la quale ancorchemi
minacciase pericolo di morte; andai non dimeno ad incontrai
el socorro franzese, rechiostione istamtomente da molti cava-
lieri principali ch'crano nel esercito et enparticulare da D. Fe-
derico de Toledo che giuntamente ni affermauano, eser la pre-
senza mia molto necessaria per il servitio de V. M., resolutis-
simo di perder la vita prima che lasciar passar occasione di tanta
importanza, di serviré alia M. Y., alia gualesio credessi che con
l'auviso della vittoria ottenuta di detto socorro non fusse stata
data particular relation dell'attione mié et del mió servitio io

ardirei di scriverglelo particularmente si per non ricevere in


guesta parte fraude aleuna coni anco per che V. M. potesse
tanto maggiormente conoscer la voluntad con che la servo la
mia fede et el servitio mió mas timando che la V. M. per
relation dechiragione volmente, puo darla ne sera stata larga-

mente anuisata passaio in suplicarla humildemente á far hor-


mai conoscere al mondo che la lunga servitu mia la mia fede
et i miei servity le sieno stati accetti con il testimonio di quelle
honorate de mostrationi che sogliano uscir dalla grandeza de
V. M. veno guei soldati et servitor suoi che l'han servita con ho
íatto io. Spero presto esser in salute et di poter anco serviré á
V. M. nel fin di guesta guerra, il qual si prepara tanto felice

quanto si puo desidare con el qual fine le baso humilmente le

mani pregando el Sr. M. V. lunga et felice


Dio che conceda all

vita. Di Bruselas li 23 d'Octubre de 1572.— Di V. M. humildí-

simo y respetuoso, Chapino Vitelli.


Sobre: A la S. C. R. M. del Rí^, nuestro Signore.
116

COPIA DE CARTA

QUE EL SEÑOR DON FABRIQUE ESCRIBIÓ AL DUQUE, MI SEÑOR,


DE ZUTFENT Á 17 DE NOVIEMBRE DE 1572 ^

(Archivo general de Simancas.— Estado 952.)

limo, y Excmo.Con Marquina, y después con un cor-


Sr.:

reo, he recibido hoy V. E., de 16 y 17, y ya ha


las dos cartas de

partido Hierge con los valones de Rens, Molazn y los suyos, y


con los alemanes bajos del y de su hermano irá á alojar esta
noche cerca de Deventer, de la otra parte del rio, y mañana pa-
sarán por el puente de Deventer; irán á alojar legua y media
de Swol; Paulbilar y la caballería ligera partirán mañana y
pasarán de Deventer, alojarán algo más atrás que Hierge; yo
partiré por la mañana y iré á alojar á Advetecum; y esotro dia,
placiendo á Dios, seré en Harlem, que es sobre el paso del
Spuy, como lo tengo escrito á V. E., á quien suplico mande
proveer en lo de las barcas; que por no ser cosa que yo lo podia
proveer desde aquí y tan necesaria, envié á suplicallo á V. E.
tanto tiempo há; y menos lo puedo hacer ahora, pues yendo
á Seltem, memás de Harlem; y siendo ya partido
aparto
Hierge á su jornada de Swol y Campen, tampoco aprovecha-
rán las diligencias que yo pudiera hacer si le tuviera aquí
conmigo. Suplico á V. E. escriba á aquel Consejo, mandán-
doles que hagan venir al Espen todas las barcas que pudie-
ren haber, pues importan tanto.
En lo del alojamiento de la gente y caballería, hemos mi-
rado Norcarmesy yo; y siendo V. E. servido, nos ha parecido
que por ahora se alojen en el Platpaís, como se están; porque
harán espaldas y darán calor á Hierge; y si los metiésemos en
guarnición estarían tan largos, que si Hierge los hubiese me-

* Carpeta,
117

nester tardaría mucho juntarlos; demás de esto, no sé yo cómo


se podrían meter en las guarniciones sin dinero; en este medio,
que lo de Campen y Swol se acaba, yo seré, placiendo á Dios,

en Nimega, y V. E. será servido oír lo que se me ofrece sobre el


repartimiento desta gente, y después podrá mandarse resolver
en ello; y de aquí allá, antes se les hace buena obra en tener-
los por el Platpaís; y á las villas se las haría mala, metiéndoles
en ellas, para que les pidiesen luego el mantenimiento.
En este punto ha llegado aquí un Burgomaestre de Deven-
ter, de parte de aquel Magistrado, que los de Swol les han es-
crito rogándoles que como buenos vecinos y amigos, interce-
,

dan conmigo para que les dé seguridad y licencia para que


puedan enviarme Diputados á tratar de la reducción de aque-
lla villa á la obediencia de S. M.; y que no piden más gracias
que la que se ha hecho á los de Doesbugh, Doctecom, Lochcm,

Grol y otras villas de Güeldres, que se han reducido, la cual,


á lo que Norcarmes me dijo, es ninguna, porque no se les ha
prometido nada; yo he comunicado con Norcarmes y nos ha
lo

parecido buen negocio y que haría mucho al caso despacharlo


bien, para lo cual esperaré aquí mañana, pues no será perder
tiempo alargar la partida un día por ganar aquella villa y ahor-
rar las municiones que allí se gastarían, cuanto más que haré
caminar todo el ejército, excepto la infantería española y la ar-
tillería, que porque no se les pase á los de Swol el miedo, vién-
dome apartar, hago alto en esta parte del ejército, y la otra hago
marchar por no perder tiempo, para que pasen el puente de
Duetechon; que aunque partiéramos todos juntos, era fuerza
hacer otro alto para dar lugar á que pase toda la gente, por-
que todos los puentes que había hacía Ulfíl, por donde pasé á
lavenida parte del ejército, los han quemado los villanos; y
también he entendido que las barcas de Doesburgs no podrán
llegar á Spen tan presto, y que me fuera fuerza el detenerme
allí aguardándolas. Yo he vuelto á despachar este Burgomaes-
tre diciéndole que, como los de Swol vengan con poder abso-
luto y sean aquí, á más tardar el jueves que viene, á las 9 de
la mañana, sin falta, lo podrán liacer; y para esta seguridad
118

no le he despachado poder, pero he autorizado al Magistrado de


Deventer que haga en mi nombre, así por obligar á los de
lo

Deventer, como porque no me ha parecido cosa decente salirles


yo con la seguridad, no habiendo ellos derechamente venido á
mí, sino ido á la villa de Deventer. También me ha hablado este
Burgomaestre, de parte de Deventer, diciéndome como ellos

tienen allí los Burgomaestres de Campen que se hicieron cuando


la tomaron los rebeldes; que si yo doy licencia á los de Deven-
ter, que y también los Burgomaestres á Cam-
ellos escribirán

pen, diciéndoles que no sean locos, y que esperan reducirlos;

pero que no lo quiere hacer sin mi licencia; yo los he dicho que


ellos hacen muy buen oficio por sus vecinos, y que Swol acertó
en tomarles por terceros para sus negocios, porque ellos han
servido tan bien, que por su respeto á las villas rebeldes que se
redujeren por S. M., se usará con ellos más clemencia de la que
sus culpas merecían;y que así me parece que harán bien en acon-
sejar á los de Campen que vengan á dar la obediencia antes
que pase el tiempo de la misericordia, que no sean locos como
han sido los de Zutfent.
Hoy he hecho ajusticiar 150 destos bellacos; para mañana
tengo trescientos y tantos, entre ellos muchos burgueses de
Mons y franceses de los que allí juraron de no servir cuando se
rindió aquella villa. los que se han de justiciar mañana
Entre
un hermano de Mormao también le ma-
está el capitán Félix: ,

taron anteayer, y he hallado en la villa más muertos que los


que pensaba, porque dentro de las casas se han descubierto
gran cantidad; de Arteque yo creo que son bien pocos los que
se han escapado; yo prometo á V. E. que todos estos presos
tienen muy buen talle de hombres.
119

RELACIÓN
DE LO SUCEDIDO HASTA LOS 22 DE NOVIEMBRE DE 1572 ^.

(Archivo general de Simancas.— Estado.—Legajo 549.)

^ Desde el último consejo que se tuvo , á los 27 del pasado,


no se había ofrecido cosa para poderle juntar, no embargante
que han venido algunos avisos en que siempre se ha dado
cuenta al duque de Medina dellos y de las respuestas que se
han hecho y órdenes que se han enviado al campo y á otras par-
tes. Tomada á Zutphen á los 16 de Noviembre las villas de
, ,

Hamerfort, Campen, Swol, Anosuich y Delburg, y Hatem,


vinieron á la obediencia de S. M. pidiendo guarnición para
guardarse de los rebeldes; aceptáronse con muy buena volun-
tad, y paresciendo al Duque que por esta causa se debia mudar
de lo que en el último consejo se habia acordado por las causas
que propuso, envió en los 21, en la noche, á decir al duque de
Medina, con el secretario Albornoz, que suplicaba á su señoría
viese señalar hora para otro dia en que pudiesen juntarse á
tratar lo que convenia hiciese el ejército, pues habiéndose ten-
dido las villas dichas y sucedido otros casos, era menester
mudar lo que últimamente estaba acordado; respondió que
siempre que su señoría le llamase para el servicio del Rey ven-
dría de muy buena gana, que viniese á la hora que quisiese,
que estarla presto; otro dia, 22, á las diez de la mañana, vino
á la posada del Duque; y entendiendo qué estaba en la sala,
salió el Duque de su aposento á recibirle hasta la dicha sala, y
al entrar de la puerta de la cámara le rogó que entrase pri-
mero, porfiando gran rato con él sobre la entrada, de que pare-
ció que el duque de Medina se enfadó y dijo que su señoría no

* Carpeta.
3 Dentro.
J20

hiciese aquello con él que uo tenia para qué, que él venia allí

solamente por lo que tocaba al servicio del Rey; Duque, sin


el

responderle palabra ,
pasó adelante , y en la cámara donde se
tuvo el consejo le volvió á rogar con su silla, tampoco la

quiso aceptar; y habiéndose sentado en otra y Monsieur de


Varlaymont eii un banco, estaban presentes los secretarios

Werty y Albornoz ; el Duque mandó que llamasen á D. Sancho


de la Cerda; el de Medina dijo que no le hallarian vestido, que
era mozo y debia estar en la cama; con todo eso se entretuvie-
ron en pláticas hasta que el dicho D. Sancho vino; venido el

Duque, le hizo sentar á su lado en un hanco y comenzó á


hacer la proposición. Volviéndose hacia el Duque, en esta
manera: vuestra señoría se acordará que en el último consejo
que tuvo quedó resuelto que acabada la empresa de Zutpheu,
Monsieur de Hierge, con la parte del ejército que allí se declaró,
fuese á la conquista de las villas que ahora ,
por la gracia de
Dios, se han reducido al servicio de S. M. , y que la otra parte

viniese á la empresa de Bomel para, demás dé conquistar esta


villa, abrir el paso á las vituallas que vienen de Bravante,
Lieja, Namur, Mastriq, Nimega, Arnem y el Platpays, que
habian de acudir á la gente que entrase en Holanda. Visto
ahora el tiempo tan recio de hielos y que esta ribera y las otras
del Rin y el Isel si bien del todo no están cerradas como la
,

Mosa, se puede temer quo de hoy á mañana lo estén, y que


seria muy gran inconveniente hacer volver el ejército al paso
después, porque demás de no tener certidumbre si el tiempo
mudará, cuanto más que, según la oposición, antes se puede
esperar que dure y crezcan los hielos, y que seria de tan gran
inconveniente y manifiesto peligro tener el ejército al dicho
Spuy donde padecería de vituallas, demás de que el duque de
eleves lo sentiria como ya ha comenzado á quejarse y siendo ;

iiTi'd de las principales causas que movia á vuestra señoría


venir á la empresa de Bomel á abrir el paso para las dichas
vituallas que han de venir de dichas partes, no pudiendo pasar
estando las villas ahora reducidas, ocupadas, y menos del Plat-
pays, parece que para la brevedad del negocio de Holanda,
121

pues Dios nos ha abierto aquel camino, que la gente debe ir á


entrar por Utrech habiendo también sido Monsieur de Bossu
,

deste parecer, y que la artillería que se habia de dar á Mon-


sieur de Hierge para la empresa de las dichas villas reducidas

se queden en Zutphen ó en Deventer, y que la otra vaya en


ütrech, porque estando allí podrá, si el tiempo ablandase,
volver la gente que va á Bomel, trayendo el artillería de donde
hubiere ahora quedado; y también me parecia que la empresa
de Holanda se ha de hacer ahora como quien va de alojamiento,
y el tiempo que hiciere hielos acudir al país pantanoso; el que
hiciere blando al duro y arenoso , de manera que no se pierda
tiempo en lo uno ni en lo otro , y la caballería ligera y las Ban-
das me parecería quedasen alojados en este país, y que algunos
valones pasasen en Frisa á juntarse con Garpar de Robles para
acabar de allanar aquella provincia. Habiendo acabado la pro-
posición , dijo á Varlaymont que dijese su opinión , el cual dijo
que le parecia tan bien lo que sii excelencia habia discurrido,
que él no tenia que decir otra cosa más de que se debia tomar
aquello por resolución y luego escribir al Sr. D. Fadrique* tomase
el camino de Amersfort con la mayor diligencia que pudiese
para entrar en Utrech; y volviéndose el Duque á D. Sancho, le
pidió su parecer: él dijo que no tenia que decir más de lo que
S. E ordenase. Volviendo el Duque al de Medina le suplicó
tomase resolución : respondió que su señoría lo habia todo tan
bien dicho y entendido, que no le quedaba que decir en aquello
más de lo que en el otro consejo habia dicho, de pedir declaración
si pensaba ir con la gente ó nó, porque entonces ahora esto
punto quedaba indeciso, y que él lo queria saber para disponer
de sí; el Duque respondió que nunca jamás habia dejado de
poner su persona en todas las partes donde conviniese al ser-

vicio M., y que lo mismo pensaba hacer ahora, aunque


de S.
fuese arrastrando, y que no sabia de presente tomar otra reso-
lución más que aquella; el de Medina respondió que, según
aquello, él ponia en ejecución lo que en el otro consejo habia
dicho de irse á alguna villa, porque en las de paz no queria
estar con su señoría, y que desde luego tomaba licencia; y
122

levantándose 5
quitó su gorra y el Duque la suya, y salió con
él hasta la sala , y Varlaymont acompañándole, el cual, que-
riendo ir con el dicho Duque, no le dejó, y volviéndose á la
cámara del consejo preguntó el secretario Albornoz si era des-
pedirse aquello que el duque de Medina habia dicho el cual le ,

dijo que creia que sí, y admirándose Varlaymont de tal reso-

lución, dijo que cuando bien el Duque quisiese ir en Holanda,


le suplicaba que no lo hiciese, porque ya podria venir tiempo

que en dos meses no se pudiese llegar hombre á él con ningún


despacho ni saberlo que pasase en todos los demás Estados,

demás que convenia poner remedio en muchas cosas sin dejar-


las abandonadas; y llamándole el Duque le rogó fuese á hablar
al de Medina, de suyo, y le metiese en camino diciéndole las
dificultades que habia en la ida á Holanda tanto más que para ,

aquella iba recaudo bastante con llevar á su cargo el ejército


D. Fadrique, y que también quedaba ejército en Güeldres y en

Frisa sin otras cosas muchas que habria en qué entender,


generalmente en los Estados todos; el dicho Varlaymont fué á
buscarle, y no le hallando en casa, volvió á las tres, después
de comer, y preguntando que le dijese lo que habia pasado al
despedirse en el consejo porque no lo habia entendido le dijo ,

que habia tomado licencia para irse, porque no queria estar en


las tierras de paz con el Duque; el Varlaymont le suplicó no
hiciese tal, porque seria dar mucho que decir, demás que su
ausencia haria gran falta á los negocios; respondió que no
tenia nadie que decir, y que donde estaba el Duque nadie
podria hacer porque su experiencia y su autoridad y par-
falta,

tes eran tan grandes, que no habia que pensar que nadie pu-
diese hacer falta, y que por esto deseaba que se hallase con el

ejército; Varlaymont le respondió, que cómo se podia hallar con

el ejército habiendo de acudir generalmente á tantas cosas y ,

que podria venir tiempo que no se pudiese salir de Holanda en


tres meses ni saber de cosa de cuanto pasaban en todos los

Estados, demás que la edad del Duque no permitia andar en


campaña en este tiempo ; y que si él aquí quisiese ir , le supli-

carla que no lo hiciese, que también quedaba ejército en Güel-


123

dresy mucho mayor que el que estaba en Holanda; y que lo de Ho-


landa , si no fuera por la infantería española que iba á cargo
de D. Fadrique, que también se pudiera excusar su ida, encar-
gando aquella conquista á Bossu, como se habia encargado
á Hierge lo de Campen y Swol si no se hubiesen rendido; dijo

que era diferente cosa, y que estaba resuelto de irse, y aquella


misma tarde comenzó á partir parte de su casa, y el dicho
Duque partió otro dia, 23 de Noviembre; fué á dormir á Grave,
donde quedaba á los 27 de Noviembre, y desde los 27 está
avisado de la partida deste correo , el cual va por allí á tomar
sus cartas. Hay una rúbrica qm parece del secretario Albornoz.

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA

DEL SECRETARIO ESTEBAN PRATS, FECHA EN BRUSELAS Á ÚLTIMOS


DE NOVIEMBRE DE 1572, RECIBIDA k 29 DE DICIEMBRE,
DIRIGIDA AL REY.

(Archivo general de Siraancas.— Estado.— Legajo 549.)

S. C. R. M.: Como quiera que por otras mis cartas y rela-

ciones que de cuatro meses á esta parte, entre otras, he envia-


do, así al consejero Hopperus como al secretario Gayas, V. M.
habrá podido entender por menudo las ocurrencias y miserable
estado de los negocios propios de este su pobre país , el cual
va cada dia en mayor ruina y perdición , por las causas y ra-
zones por mí extensamente deducidas en las dichas relaciones,
á las cuales me refiero, por haber tocado en ellas, á mi parecer,
todo lo que entonces se ofrecía y podia representar á V. M.,
así para la inteligencia del dicho Estado, como para el remedio

de la calamidad presente; todavía, por la natural obligación


que tengo á su real servicio, y por continuar en mi oficio, que
he hecho desde mi mocedad, señaladamente de de acá y lo

Alemania, siguiendo la corte y ejércitos del Emperador, nues-


tro señor, que santa gloria haya, siendo aún V. M. Príncipe, y
124

habiendo quedado por Gobernador general en esos sus reinos,


y esto por la relación que siempre os hizo de mis cartas el
secretario Gonzalo Pérez, que Dios perdone, so humildísima
corrección de V. M., diré aquí: que ningún otro remedio veo,
ni se juzga haber para atajar la rebelión , revueltas é incendio
deste su pobre país, sino sola la real clemencia de V. M.,
usando della como Príncipe clementísimo con todo el pueblo
igualmente, así por las ofensas y revueltas de los años pasados,
como por la última rebelión ó, por mejor decir, insania deste
,

año, exceptuando, empero, de la gracia de V. M., como se hizo


en el perdón de Ñápeles y Gante, todos los autores y principa-
les promotores de las dichas revueltas y rebeliones y con ,

cláusula expresa que de aquí adelante todos vivan catcjlicamen-


te y en conformidad de los placartés y ordenanzas de V. M.
También hay algunos caballeros que firmaron la respuesta
de los confederados , los cuales se retiraron luego de su compa-
ñía, protestando no haberlo firmado en perjuicio ni ofensa de la
religión católica ni de V. M.; y se han estado hasta hoy quieta-
mente en Liege y otras partes católicas fuera de la jurisdicción
de V. M. por obediencia, y han sufrido y sufren con mucha pa-
ciencia gran pobreza y calamidad con sus mujeres é hijos , te-
niendo esperanza que un dia V. M., por su inmensa clemefncia,
les ha de perdonar á estos tales, por ser personas de cualidad,
respeto y servicio, no habiendo tomado jamás las armas ni adhe-
rido á los rebeldes, siendo dello V. M. servido, se podria impar-
tir la dicha gracia con mandarlos restituir las haciendas, y lo

mismo á la generalidad desterrada; aseguráreme yo que la ma-


yor parte dellos se quietarían y serian adelante muy buenos y
leales vasallos, como lo eran antes; y en lo que toca la religión,
si no se conformasen con los placartés, se podria mandar cas-
tigar rigurosamente, conforme á ellos; y cuanto á la restitución
de las haciendas en general, es cierto, que las más dellas están
cargadas ó deben que valen, ó poco menos, y hay un mundo
lo

de acreedores sobre ellos los cuales han padescido y padescen


,

aguardando ser despachados, .y con todo esto lo que ahora el

Fisco goza y se aprovecha es muy poco ó nada, descontados


los salarios y otras costas que se hacen con los Recibidores.

Pensar que por otra vía se podrá llegar al cabo de quietar


y sosegar este pueblo, principalmente los rebeldes
y lleván- ,

dolos en tan gran número y poder por mar y por tierra en


deservicio de Dios y de V. M., y ruina del país, no se ha de
creer, ni V. M. se lo deje persuadir, así por la mala vecindad
que hay de todas partes, como por la multitud de navios arma-
dos que tienen los dichos rebeldes con toda la artillería, muni-
ciones, pilotos y marineros de la mar, las cuales faltan para
las armadas de V. M., señaladamente parala navegación destos
bancos y riberas.
Y aunque se cubran todos los lugares que al presente ellos
tienen ocupados, como lo espero en breve, mediante el aj^uda
de Dios, no por eso será acabado el negocio ni estaremos acá
en paz, mas siempre quedaremos en sospecha, y de hecho
seremos continuamente trabajados y robados, por mar y por
tierra, mientras vivieren los desesperados y rebeldes, quedan-

do ellos siempre señores y superiores sus fuerzas por la mar,


como lo son hoy; y por tierra no les faltarán medios y favores
de bellacos vecinos que los ayudarán, como hasta ahora, para
robarnos el país. Últimamente, V. M. será forzado á mantener
muy grande armada por la mar y un grueso ejército por tierra,

el y donde
cual será necesario tener repartido por las fronteras
hay bosques, para impedir que no entren los enemigos y evitar
los daños y males que hacen, aun hoy, una infinidad de sicarios

y bellacos que andan por todo el país, sin haber quien los per-
íiiga como conviene y se solia hacer por lo pasado en todas

estas provincias.
Por otra parte , á causa de la guerra civil , no se cobra hoy
acá, ni por V. M. ni por particíular alguno, tributo, gabela,
censo ni renta , y así no se pueden pagar los salarios á los Ofi-

ciales, y los unos y los otros en general mueren de hambre, y


es aparente faltando la real clemencia de V. M. y no usando
della como dicho es, la tierra se despoblará sin falta, y V. M.
será forzado á proveer de dinero de los otros sus reinos y se-

ñoríos, no solamente para la paga de los salarios de los dichos


126

Oficiales ,
pero también para el entretenimiento de la armada
y ejército, que necesaria y perpetuamente han de quedar para
la guarda y defensa del país, el cual hasta ahora ha sido
comido enteramente por la gente de guerra ordinaria, allende
de los robos, contribuciones, agravios, concesiones, extorsiones,

violencias, raptos y otras maldades y bellaquerías que han


hecho en todas partes^ las cuales han dado principal ocasión, y
no la herejía como algunos lo quieren atribuir, á que el pue-
blo en general y particular haya venido en desesperación.
En los tiempos pasados, la gente de guerra solia estar

repartida y alojada en las fronteras , y nunca S.M. C, que está


en gloria, ni tampoco la reina de Hungría, el duque de Saboya
ni la duquesa de Parma, la quisieron alojar dentro del país por
no gastarle ni querer que por razón de los alojamientos se eva-

diesen los Estados de pagar los servicios y ayudas ni se per- ,

turbase la negociación y trato en que insistía la bondad dellos.


Y estando así alojada la gente de guerra en las fronteras,
pagando lo que comiese y vistiese ,
guardarla la entrada á los
enemigos, los cuales, no obstante, podrán entrar libremente en
el país y hacer otro tanto como las otras vías; empero, seria ne-
*
cesarlo para evitar todas ocasiones de hacer mal ni agravio á
nadie qoe se proveyese de ordinario para la paga del sueldo de
la dicl/a gente de guerra, á lo menos de tres en tres meses, sin
que en ello hubiese falta alguna, y desta suerte se podrían cas-
tigar los malhechores y desordenados; lo cual hasta ahora no se
ha podido hacer ni se hará mientras se les debiere tantas pagas.
Estas , muy fácil y seguramente se pudieran sacar de los de
i,
Malinas por la pena de su flema, si no se saqueara y arrui-
nara por los soldados, como se ha hecho, tres 6 cuatro dias

y en tierras de enemigos, que nunca


arreo, al contrario de Italia
se saquearon más de veinticuatro horas y acá no se ha tenido ,

jniramiento ni respeto á eclesiásticos, seculares ni religiosos,


ni á los del gran Consejo, Casa real. Consistorio, Gressa, ni ser-
vidores de V. M., y menos á la casa del cardenal de Gran vela,
* AI margen y de disUnla letra-. «Muy pocos hombres ó ninguno quedó en
Malinas. Las mujeres, por la mayor parte, van mendigando.»
127

ni de sus Ministros y Oficiales; sólo la casa de la condesa de


Hoechstratte fué reservada; en fin, ello pasó igualmente como
si fueran todos bárbaros, y que la villa, ó por mejor decir,
ciudad Metropolitana del país, fuera del turco , tan limpia y
asolada la han dejado, que á manera de decir, y no mentiría,
no han dejado clavo en pared, y robado todas las aldeas y
ganado hasta casi las puertas deste lugar, como si fuera ha-
cienda de los de Malinas, y so tal título y color corrian la cam-
paña y se lo llevaban todo al campo ú otra parte á vender sin
contradicion ni impedimento alguno, y aun hoy dia dura el
saco y rebusca que se hace, por algunos Comisarios y á prove-
cho particular, de las granjas y caserías, que no se deja nada á
la pobre gente que las tenian alquiladas de los malineses; y, lo
que peor fué de todo, los tormentos que dieron en Malinas á
muy muchos pobres, mujeres casadas, mozos y mozas, para
sacar por aquella vía el dinero, oro y plata que se habia escon-
dido, hasta acabarlos de matar, y sobre ello hicieron los solda-
dos otras cien mil crueldades y bellaquerías, que por acata-
miento de V. M. no se sufren escribir aquí, mas podránlo tes-
tiguar mejor los que lo vieron, y una infinidad de mujeres
casadas y doncellas que no se pudieron salvar de sus manos,
cuyos maridos y padres, con una niultitud de otra buena
gente que por miedo se han absentado, y lo mismo de Terra-
munda y antes de la villa de Mons, y no menos numeróse
habrá ahora retirado de Zutphen y de los otros lugares que se
han cobrado en Güeldres, y se absentarán muchos más de los
que se cobrarán en Holanda, placiendo áDios, pues nos da tan
buen tiempo para ello, los cuales andarán desesperados y se
juntarán con los otros rebeldes y vagabundos, y procurarán
juntamente por todas las vías que podrán, mientras vivieren,
de repartirse y volver á sus casas , y para ello se ayudarán de
todas las ocasiones y amistades que se les ofreciere cuando
vieren que V. M. no los quiere perdonar ni usar con ellos de su
real clemencia, como dicho es.

Para lo cual se ha de considerar que en Malinas, Mons,


Terramunda, y en los otros lugares habia muy muchos, digo,
128

infinitos católicos y buenos cristianos, y una infinidad de gente


eclesiástica, religiosos y veguinas , y los hay también en Ho-
landa y Zellanda; los cuales, por la mayor parte, de pusiláni-
mes han desamparado y desampararán sus casas y no osarán
mismo ha sido en las revueltas
volver á ellas de nuevo, y lo
pasadas, y á causa de las modernas, si se procediere en ellos
como en las otras, y según se ha comenzado muy mucha más
gente se absentará; y al último, faltando la negociación y
comercio como ya falta el país, se despoblará poco á poco, no
solamente de los naturales, que algo podrán, pero ningún ex-
tranjero quedará en él como lo vemos ya claramente por la
,

experiencia.
Los males y daños que han hecho los enemigos cuando vino
el malvado de Orange con su gente para socorrer á Mons, y
después, á la vuelta, no se pueden creer, tantos y tan execra-
bles fueron,y al último se llevaron más de ciento once mil car-
ros cargados de los robos , sin que nadie lo impidiese; empero,
no fué nada al respecto de las insolencias , sacrilegios, latroci-
nios y maldades que han hecho los caballos del duque Adolf
de Holstaim y conde de Xamburg, no solamente á la pobre
gente, mas aun han tratado peor á los eclesiásticos é iglesias,
no dejando cosa entera en ellas y despojándolas enteramente
de todas cosas, y abusando bestialmente del Santísimo Sacra-
mento del altar, de las fuentes del Bautismo y otros misterios;
y, á la fin, sin haber servido ni un sólo dia se han llevado un
tesoro de su sueldo y un mundo de carros cargados y ganado
robado, y se ha tenido todo por bien con sólo haberlos despedido

y sacado del país, tan diabólicos y mala gente era. Como quiera
que la que queda no es santa ni deja de hacer todo el mal que
puede, según la perversa costumbre de los raytres, quien se
pudiese excusar dellos y aun de la infantería tudesca, haria
muy acertadamente, porque los unos y los otros son muy cos-
tosos, más que todas las naciones, y sirven de muy poco ó nada
como lo he visto en todas las jornadas de mi tiempo : despojar
el país del dinero sin gastar en él una que
tarja, allende de lo
se llevan robado según su mala costumbre, y V. M. tiene en
129

estos sus Estados mucha y muy buena gente de guerra de sus


propios vasallos, valones, así de á caballo como infantería, la
cual en todo tiempo, señaladamente en esta jornada, se ha
señalado y combatido valentísimamente, como V. M. lo puede
haber entendido en particular.
Otrosi, considerando que ninguno se fia más en lo que se loa
dice 6 promete, por no guárdaselos la palabra, según ellos
dicen, y entre otros, los de Ulessinghes, los cuales quizá se
habrían ya rendido, ó se rendirian últimamente. Todavía se
podria remediar lo uno y lo otro, con la real presencia de V. M.,
si de la cristiandad y de los otros sus
los negocios públicos

reinos y Estados diesen lugar á ello por algún tiempo, ó con


mandarse resolver brevemente sobreel Gobierno, se juzga que
se podria esperar presto algún buen remedio en todo, por ser
esto deseado de todos en general, mayormente si se alzase ya
la mano del rigor, habiendo sido hasta ahora grande por ha-
berse judiciado, en cinco años y meses, pasadas de 3.000 per-
sonas y desterradas por sentencia otras 19.000.
Todo lo cual ,
por el gran celo y obligación que tengo al
real servicio de V. M., me he atrevido á se lo representar por
ésta, suplicándole muy humildemente sea servido de atribuirlo
mande tomar á buena parte, hacién-
á mi sana intención, y lo
dome merced de mandarme perdonar si en algo me hubiere
descuidado, alargado ó pasado los límites y términos de mi
profesión.
Nuestro Señor la Real persona de V. M. guarde por mu-
chos años, y en mayores reinos é imperio prospere y acreciente
con la felicidad que sus humildes vasallos y criados deseamos
y toda la cristiandad ha menester. De Bruselas, último de íS"o-
viembre de 1572. — —
M. Besa los reales pies y manos
S. C. R.

de V. M., su muy humilde criado y vasallo, Prats.


Posdata: Va aquí junto un nuevamente impreso en
librillo

Amberes, con un singular ejemplo


licencia, por el cual se ve
de clemencia del emperador Teodosio, que me ha parecido
digno de que V. M. lo mande visitar para el caso presente.
Sobre: A S. M.
Tomo LXXV. 9
130 I
FLANDES.

LO SUCEDIDO DESDE EL SACO DE MALINAS HASTA QUE SE


ASEDIÓ Á HARLEM ^.

(Biblioteca del Sr. Marqués de la Fuensanta del Valle.)

Relación de lo que se ha hecho designes que se tomó Malinas


con el ejército qtCe guia el Sr. D. Fadriqíie en Flandes^
•para entrar en Harlem ^.

3 Después que se tomó Malinas, como (sic) con la priesa de


aquella villa se rindieron luego Audenarda y Terramunda en
Flandes, con lo cual y con tener ya á Mons quedó llano todo
lo de Aynault, Flandes y Brabante , y restaba sólo por reducir
Holanda y Gelanda, y todo el país de Güeldres, Overissel y
gran parte de Frisa: hubo consejo á cuál de estas partes se
debia primero acudir, y en fin, se resolvió que todo el ejército

fuese á Mastriq, y de allí pasase á Güeldres, donde aun había


en pió parte del ejército del de Orange para acabar de deshacerle
ó combatir con ól si aguardase , y para cobrar aquel Estado y
el de Overissel ante todas cosas, porque como está pegado
con Alemania, es la puerta por donde el de Orange podrá
siempre aguardar socorro , y lo que convenia principalmente era
taparle. Tomada esta determinación, partimos de Malinas y
llegamos á Mastriq á 15 de Octubre, y allí se estuvo hasta
los 18 del, en el cual tiempo se entendió que toda la gente del

príncipe de Orange se habia deshecho del todo y entrado en


Alemania, y que habian ya desamparado las villas de Rorre-

* Carpeta.
« Dentro.
s Al margen: «Desde el saco de Malinas hasta que se sitió á Harlem.
131

monda, Güeldres, Duetecon, y Duesbourg-l y Berges, donde


tenían guarnición los rebeldes, y que el Príncipe se habia me-
tido con siete banderas de infantería, las mejores de su gente,

y 400 caballos escogidos en la villa de Zutphen ,


para hacer
allí su defensa, como la más fuerte é importante de Güeldres

y la llave para mantener á Overissel, por lo que con aquella


plaza señoreaba las riberas y cubria todas las que quedaban á
su devoción desde ella hasta la mar, que son las más ricas y
principales de toda Overissel, y las que tenia en Frisa; con
este aviso se tomó determinación que el ejército pasase por

aquella villa la ribera de la Mosa, y desde allí fuésemos, metidos


por el Estado del duque Cleves, á pasar el Rin entre la villa de
Nimega, que es de S. M., y Americh, que es del de Cleves, á
un paso que se llama el Spen, que es á cuatro leguas de Zutphen,
porque yendo por este camino se excusaba de pasar tres veces
la Mosa y el Rin lo cual fuera necesario hacer yendo á Nime-
,

ga, y también por llevar el ejército por el Estado de Cleves, y


no gastar el de S. M. más de lo que lo habian hecho los enemi-

gos; fuera que convenia que los del país de Cleves, que son los
que acogen á los rebeldes y donde ellos han hecho la masa siem-
pre que han venido contra estos Estados, conociesen una vez el

ejército de S. M., y supiesen á qué sabe tener ejércitos acuestas;


resuelto esto ansí, se resolvió también que, por más comodidad y
brevedad, se embarcase la artillería allí Mosa hasta Grave,
en la

y de allí se llevase por tierra á Nimega, que hay dos leguas


pequeñas , y en Nimega se tornase á embarcar para traerla á
aquel paso por donde habiamos de pasar el Rin, donde la
habiamos de aguardar; y esto se hizo porque hubo opiniones
que el camino de tierra que llevábamos con el ejército era malo
para artillería; pero sucedió la brevedad que por esta vía se
pensó hacer al revés, porque fué tanta la dilación que el artille-

ría tuvo por este camino del agua, que el ejército, después que
partió de Mastriq y marchó por Cleves hasta el paso del Rin
y pasó de la otra parte , estuvo ocho días aguardando que el

artillería llegase á nosotros.

A los 7 partió el ejército de Mastriq, y fué el Sr. D. Fa-


132

driqíie de Toledo con él, y la orden que llevó fué ir sobre Znt-
phen y combatir aquella villa, y de allí acudir á las demás de
aquella provincia; quedaron en Mastriq los duques de Alba
y Medina, que el siguiente se embarcaron en la Mosa, y por
agua fueron hasta Nimega, donde aguardarian el suceso que
tenian las cosas.
El príncipe de Orange, entendido la partida del eje'rcito de
Mastriq y el camino que llevaba, salió de Zutphen, dejando
allí toda la infantería y por Gobernador á un rebelde que se

llama Ilseistein, y él con la caballería y su persona se metió en


Swoll, y de allí pasó á Campen, desde donde, después que
entendió que ya estábamos en Güeldres, pasó por agua á Incu-
sen, y de allí se metió por tierra en Holanda. D. Fadrique llegó
al paso del rio, y le pasó con todo q1 ejército y su bagaje, á
los 7 de Octubre, y allí estuvo aguardando que llegase la
artillería hasta los 9 de Noviembre, que con su venida partió el
ejército; y á los 11 se puso sobre Zutphen, habiendo primero
mandado á Monsieur de Hierges , Gobernador del país de Güel-
dres, que con 800 caballos y 15 banderas de alemanes y 18 de
valones, pasase la ribera á ponerse sobre el puente que los de
Zutphen tienen sobre ella, y les procurase ganar un rebellin

con que ellos se hablan fortificado de la otra parte de la ribera


para defender el puente; y para esto se le dieron tres piezas de

batir,y con el mayor frió y nieve, y el más cruel tiempo que


se podia haber, se comenzó á batir, á los 14, con 17 pie-
zas; los de dentro se defendieron este dia mostrando gran
determinación de morir ó de defender la villa, lo cual, si hicie-

ran, dieran bien que entender, porque estaba fuerte y había en


ella más de 1.500 soldados, los 800 valones y franceses: un poco
antes que anocheciese mandó el Sr. D. Fadrique á D. Marcos
de Toledo que arremetiese con alguna arcabucería á ganar un
molino que está pegado con la puerta que se batia, por estorbar
desde allí á los de dentro, que desde allí no pudiesen de noche
reparar la batería; y lo hizo tan bien D. Marcos y los que con él

iban, que ganaron el molino y quedaron alojados dentro ; á la


mañana, al amanecer, se les tornó á batir y se dio orden á
133

Hierge que apretase á los del rebellín por la otra parte de la


puerta; y siguiendo la batería con gran furia, á las diez de la
mañana pareció que estaba ya para poder arremeter á ganarles
una braga y el rebellín, y teniendo ya asestadas las piezas
falsa

y dada orden que, en disparando ocho, arremetiesen las bande-


ras, quedando la demás artillería asestada para tirar á las par-

tes donde los enemigos podían dañar á nuestros soldados, vino


aviso que los de dentro desamparaban y luego S. E.
la batería,

mandó cerrar, y se hizo con tanta priesa, que alcanzaron la más


parte dellos dentro del lugar, y de los que habían salido ya del
se prendieron en los cuarteles de los alemanes y valones más
de la mitad dellos, y no se escapara ninguno si hicieran la
diligencia en seguirles que se les había ordenado; pero por
venir al saco de la villa dejaron escapar á muchos; todos los
que se prendieron se ahorcaron, que debieron de ser por lo

menos 350, y murieron en la tierra más de otros 400; fué ésta


una facción de mucha importancia, y es la villa tan fuerte, que
si los que la defendían fueran personas de ánimo, dudo yo que
se les pudiera entrar en un mes.
Tomada esta villa, dentro de dos dias se huyó de Campen el
conde de Vandebergs, que estaba en esta provincia por Gober-
nador en nombre del de Orange, y luego vinieron los de allá y
losde Swol, y de Arder, Vich y Deaten y todas las demás villas
de Güeldres y Overissel que tenían los rebeldes á echarse á los
pies del Sr. D. Fadrique á pedirle misericordia, de manera que á
los 20 de Noviembre los herejes no tenían ya en estas dos provin-
cias plazas ni reducto ninguno; y luego también vino aviso de
Robles que de Frisa se habían huido los que allí había, y aban-

donado las plazas que tenían: fué de tanta importancia la presa


desta villa , como se ve ,
pues della dependían todas las de Güel-
dres, Overissel y Frisa.
Acabado lo de Zutphen, y con ella todo lo demás que está
dicho, el Sr. D. Fadrique envió á dar relación de todo ello al

Duque, su padre, á Nimega, pidiéndole orden de lo que


había de hacer con el ejército, y suplicándole fuese servido
de mandar resolverse presto para que no se perdiese tiempo;
134

S. E. le envió á mandar que luego caminase á la conquista de


Holanda, y con esta determinación partió el ejército de Zut-
phen, y por el camino derecho se vino hacia Ameysfort, que
es villa del país de Utrech, comprendida en la provincia de
Holanda, y la primera con que hablamos de topar por el ca-
mino que habiamos de hacer desde Zutphen, la cual tenian los
rebeldes, y como supieron la venida del ejército suyo, la guar-
nición que estaba dentro y los de la villa vinieron á encontrar
ál Sr. D. Fadrique una jornada antes que llegásemos, con las
llaves; S. E. les admitió como á todos los demás, que era ab-
solverles de la pena que pasaran si se defendieran, dándoles
saco y dejando á arbitrio de S. M. lo que toca á la rebelión:

llegó el ejército á Amersfort á 27 de Noviembre, y allí se


detuvo S. E. dos dias á dar orden en lo de las vituallas
antes de entrar en los diques; y, dia de San Andrés, partió
de Amersfort y vino á alojar con toda la infantería española
y la artillería á un villaje que está cabe Naerden, que se
llama Varssem ; y porque los alemanes y valones que venian
siguiendo desde Zutphen no hablan llegado aun , que por dar
comodidad de alojamiento al ejército se traia ya dividido, envió
desde Amersfort á darles priesa que marchasen y hiciesen
diligencia por alcanzarle, y partió de allí sin aguardarles por
1f
ganar tiempo y no perder el que hacia de hielos que era el ,

que habiamos menester para pasar con el artillería y carruaje


los diques,y también por echar de Naerden los herejes que la
tenian ocupada para poder pasar á Amstradam, y de allí al
paso de Esparandam que es lo que más importaba para entrar
,

en Holanda, y le hablan dicho que los herejes lo tenian fortifi-


cado, y que querían poner allí todo su esfuerzo: también se
daba priesa por ver si Amstradam en tiempo que
podia llegar á
viese lo que podia hacer contra la armada de los enemigos, la
t;ual estaba en el lago Azutdersse, cerca de Amstradam; cuando

llegó á Bursen halló que Monsieur de Norcarmes que había ,

ido delante á reconocer el alojamiento que se había de hacer


aquella noche , había llegado á Narden y tenido pláticas desde
fuera con los que estaban en la muralla de la villa para que se
135

rindiesen á la misericordia de S. M., y también se llegó á ella


S. E. con 300 arcabuceros, dejando orden que se alojase toda
la demás gente en el dicho Varssen, que estaba distante de
Narden á tiro de canon los de Narden respondieron siempre á
:

Monsieur de Norcarmes que se querían defender y morir ó


guardar su villa, y el dicho Norcarmes dijo al Sr. D. Fadrique
qué habia sabido que los soldados que estaban dentro se que-
rian rendir ó salir de la villa, y que los burgueses no les habian
consentido ni lo uno ni lo otro; cuando llegó S. E. comen-
zaron á tirar mosquetazos y una piecezuela que tenian , y por-
que ya era noche mandó poner guarda de arcabucería á todas
las puertas por donde pareció que se podian salir, porque no se

le escapase aquella noche ninguno de los que estaban dentro; y


dio orden que á la mañana se plantase el artillería en la parte
que habia reconocido que con venia ponerse, con determina-
ción de batirles y entrarles el dia siguiente.
Aquella noche llegó el artillería, aunque tarde, y los de den-
tro, aunque habian braveado dando muestras de defenderse, á la

mañana blandearon de manera, que nuestra arcabucería, antes


que se plantase el artillería, se apegaron tanto á su muralla y á
una puerta, que por ambas partes, sin aguardar á la batería,
entraron dentro de la villa; y por enmendar lo que habian
hecho en Zutphen, antes que hombre dellos entrase en ninguna
casa á saquearla, degollaron todos los soldados y burgueses
que habia en el lugar, sin que se salvase sólo un hombre, si no
dos clérigos y las mujeres y niños que no se los hizo ningún
daño, ni á un monesterio, donde estaban no sé cuantas monjas,
á las cuales conservaron toda su ropa y dinero
que les fal- , sin
tase una placa;
mortandad fué grande, porque creo que pa-
la

saron de 1.000 hombres los muertos; pegóse fuego á toda la


villa, y demás desto mandó S. E. á los paisanos que derribasen

í las murallas por tierra para destruir del todo aquel lugar, por-
que demás que pareció que convenia esta crueldad para ejem-
plo de las otras villas de Holanda, y que éste era lugar á propó-
sito para hacerlo, por ser villa de poca importancia, supo que
todos los naturales della eran anabaptistas, y tan perversa y
136

endiablada gente, que creo fué permisión divina el castigo que


se les ha dado.
Otro día, 2 de Diciembre, pasó adelante con la gente hasta
Vesop, que es una villeta en medio del camino, desde la

de Narden á Amstradam , y el siguiente llegó á Amstradam;


este dia, viniendo marchando con la gente por el dique que
viene desde Muyden á Amstradam , se descubrió la armada
de los enemigos que estaba detenida por el hielo en la parte
que habian dicho, y en emparejando con ella la gente, nos
tiraron con su artillería. S. E. envió algunos soldados que por
cima del hielo llegasen á reconoscer los navios para ver si

del todo estaban helados, y llegaron de manera, que el sar-


gento Crasso, que fué con ellos, hizo relación que los navios

tenian cortado el hielo alrededor, de arte, que no se podia lle-

gar á ellos, porque estaba hecho un foso: al retirarse nuestros

soldados salieron de los navios algunos de los suyos, haciendo


muestra de venir á ellos y trabar escaramuza; y como los vio
venir S. E., mandó al mismo Sargento que volviese á ellos, y
al capitán Rodrigo Pérez que le entrase á hacer espaldas en el
hielo con alguna arcabucería; á pocos arcabuzazos que los sol-

dados les tiraron se volvieron á sus navios más que de paso,


que fue cosa bien nueva ver encima de la mar escaramuzar
y porque las balas de las piezas que nos tira-
infantería suelta;
ron pasaron por cima de nosotros, pareció á S. E. que desde
allí con nuestras piezas se les podia hacer daño, y el dia si-

guiente que la artillería pasaba por allí, salió de Amstradam


con arcabuceros, y hizo encabalgar tres piezas y que les tirasen
algunos tiros los cuales aunque en efecto hacian daño y con
, ,

ellas se les pudieran deshacer algunos navios que estaban más


cerca de tierra, pareció al Sr. D. Fadrique que se haria con
tanta costa de municiones, que fuera más la pérdida que la

-ganancia, y ansí mandó alzar mano dello. El hallar esta ar-


mada helada en aquel sitio y en terreno que para defensa della
tenian los herejes en el dique de Waterland 12 banderas de
infantería, hizo reparar á S. E. en Amstradam y poner en con-
sideración á los del consejo si convenia dejar atrás esta armada
137

y esta gente, y pasar, como tenia determinado, á ganar el paso


de Esparandam, que importaba tanto, ó si debia tentar el
deshacer aquella gente y quemar el armada, y después seguir
nuestro viaje las causas que habia para darse priesa á ganar á
:

Esparandam, eran-k importancia de aquel paso, y que no hay


más de un dique para poder ir desde la dicha Amstradam allá,
y que por esta banda no hay otra entrada á Holanda y si des- ,

helaba era imposible poder caminar por él; por otra parte, ir
á meterse en Holanda con este ejército dejando atrás aquella
gente era de muy grande inconveniente ,
porque cortaran toda
la vitualla que forzosamente habia de venir por aquel dique,
por no haber otro camino, y destruirian todo aquel país, demás
que parecía que se perdia reputación en pasar por allí sin ten-
tar si era posible darles una mano, y deshaciéndoles la gente
que tenian en tierra, se podia muy bien procurar de quemarles
el armada, porque por la parte de Waterland estaban sus navios
tan cerca del dique que se les podia con más facilidad llegar
á pegar fuego, porque desde tierra se podia defender la gente
que fuese á echarle y también por aquella parte de donde ellos
,

estaban guardados con su gente no tenian roto el hielo; y su-


cediendo esto bien, no hay duda sino que fuera parte para
facilitar mucho la empresa de Holanda, y de ninguna manera
convenia pasar adelante dejando aquellas banderas de rebeldes
sin deshacerlas ó reducirlas á meterse en sus presidios, porque
mientras estuviese junto tan grueso cuerpo , mal se podia com-
batir ninguna villa, y más siendo como son estas de Holanda,
por causa del agua de tal sitio, que es imposible cerrarlas; por
estas razones y porque no habia aún acabado S. E. de recoger
la gente del ejército, le pareció enviar el dia siguiente desde
allí orden á todos los regimientos que quedaban atrás que mar-
chasen á juntarse con los que hablan llegado á Amstradam y ,

que aquel mismo dia Monsieur de Gognies, con alguna arcabu-


cería española y alemana, porque aún no habia llegado la va-
lona, fuese á reconocer el sitio que tenian los rebeldes en Wa-
terlandy el camino que se habia de hacer desde la dicha
Amstradam adonde ellos estaban que era por cima del hielo,
,
138

para que conforme á la relación que trajese se tomase resolución,


ó de ir á hacer aquella empresa si las dificultades no la impe-
dían, ó seguir el viaje hacia Esparandam, porque no habiendo
gente con que acudir á todas dos partes, convenia tomar por
principal lo que más hacia al caso. Es de tanta importancia el

paso de Esparandam, que siéndolo de deshacer la armada y


estas banderas de tanto momento, daba bien qué pensar en
resolver á cuál de las dos partes se debia de acudir, y tanto
más habia que pensar en ello, cuanto el tiempo daba muestras
de deshelar, como ya comenzaba.
Despachó S. E. á dar priesa á los alemanes y valones, y
Gognies fué á su jornada conforme á laorden que se le dio,
el cual pasó del otro cabo, aunque con muy gran trabajo por-
que habia metido el viento que le hizo aquellos dias, el ma-
yor que he visto en mi vida, tanta mar sobre el hielo, que pasa-
ron con el agua á media pierna, y no se diera priesa á vol-
si

ver y lo defiriera dos horas más, creo que no pudiera, porque


con cuanta diligencia usó, que fué tornar el mismo dia, halló

ya el agua tan alta que les daba por cima de la rodilla; pero

siempre hallaron el hielo recio debajo del agua; lo único


que halló Gognies de los enemigos fué que las banderas
habian ya dejado dique y se habian ido á meter en las villas,
el

y que se habian quedado cuatro solas, las cuales se habian


trincheado en el villaje mismo donde el dicho Gognies llegó,

y que no fué á romperlas porque hacia tan recio viento que no


podia aprovecharse de su arcabucería, y también porque las
guías que llevó consigo le decían que , si no se daba priesa á
pasar antes que entrase la otra marea, 'podía tener por cierto
que se anegaría, y que volver por otra parte no era posible
sino caminando doce leguas, que en todas ellas no hallaba un
bocado de pan; dijo asimismo, que la armada de los rebeldes
estaba tan cerca del dique de Waterland ,
que desde tierra con
un mosquete se podia alcanzar á los navios, los cuales con la
blandura que habia comenzado á hacer y con el viento recio y
lo que ellos se ayudaban, habian podido romper tanto hielo,

que habian salido gran trecho más afuera de donde estaban


139

cuando llegamos á Amstradam y -viendo que ya el pasar de la


;

otra parte era imposible y que aquellas banderas que allí esta-
ban que eran las que podian dar impedimento dejándolas á nues-
tras espaldas, se habian dividido y metido en las villas, excepto
las cuatro que habian quedado para meterse en los navios, y
que por la parte donde estábamos no se podia hacer daño á su
armada, y también, viendo ya llegados los dos regimientos de
alemanes y las siete compañías de españoles que venian de
Deventer, cuatro que habian estado en aquella guarnición y
tres que se habian enviado allí á pedimiento de los de la villa para

que hiciesen salir á los raytres de Francisco de Saxa, que como


no veian más de cuatro banderas braveaban y decian que no
querían salir, se resolvió S. E. en seguir su primer intento y
ir de Esparandam, y pensando partir la mañana si-
la vuelta

guiente, envió á Monsieur de Norcarmes con 300 arcabuceros


españoles á hacer el alojamiento; y porque habia venido aviso
que los herejes querían cortar el dique á una legua de Amstra-
dam, hizo que Monsieur de Norcarmes partiese á la media
noche, pero fué tan recio el viento que la noche y todo el dia
siguiente hizo, que Norcarmes se hubo de volver, que no le fué
posible caminar, porque arrebataba el viento los hombres y
daba con ellos el dique abajo, en tanta manera, que fueron más
de 100 soldados los que el viento derribó, y algunos de ellos

corrieron peligro de ahogarse, y el propio Norcarmes pasó muy


gran trabajo en volver, y si no saliera de su carro y viniera á
pié asido de tres ó cuatro hombres , se hubiera hecho pedazos,
porque le trastornó el viento el carro dos ó tres veces ;
por esta
causa no se pudo caminar aquel dia, y lo dejó S. E. para el

siguiente. No se puede encarecer la aspereza del tiempo quo


nos hizo después que el ejército partió de Amersfort, es cierto,
verdad, que es para espantar cómo es vivo hombre de cuantos
acá estábamos, según lo que ha pasado por nosotros.
í La empresa de Holanda ha tenido grandes dificultades y las
y cuanto más nos llegamos á ellas tanto
tiene ahora terribles, ,

más se descubren; y fué muy grande en la que se vio aquí Don


Fadrique, porque comenzó á hacer blandura, y vio sospecha si
140

podría pasar el artillería por el dique , y si no pasaba dentro de


dos dias siguientes, decían los del país que ni aun á caballo no se
podrian pasar, porque el tiempo estaba tan inclinado á deshelar,
y ya lo hacia con tanta furia, que aun temian estaría el dique
en el dicho tiempo intratable; y aguardar que se pudiese navegar
para llevar por el agua el artillería, decían que-en quince dias
no podría ir por mar ni por los canales á Esparandam pues ,

estar aguardando allí todo este tiempo y consumiendo las vi-

tuallas, habiendo tan pocas, sin hacer ningún efecto, daría


mucho que pensar; y también pasar el dique para después que-
dar sin que pudiesen llevar por agua ni en carro las vituallas,
ni tampoco en caballos de carga, era negocio para temer; ésta,

cierto, es guerra de milagros , y así se ven en ella cosas ex-

trañas, como fué la escaramuza que se tuvo con los herejes del
armada sobre la mar con infantería suelta, y que en país donde
tanta cantidad y comodidad hay de barcas y carros para tragi-
nar nos forzase el tiempo á no poder gozar de lo uno ni de
lo otro.

Estando ya apercebida la gente para partir el día siguiente,

que eran 7 de Diciembre, á la media noche, vinieron dos hom-


bres que el conde de Bossu había enviado.á tener lengua de
los enemigos que estaban en el paso de Esparandam, porque en
Amstradam se había dicho que lo querían desamparar; los cua-
les refirieron que había venido allí una compañía de 400 hom-
bres demás deque primero tenían para aquella guardia, y
los

que se habían fortificado mucho y cortado el dique delante de


su fuerte, de arte, que desde él defendían lo roto del dique, y
que por la abertura pasaba ya la mar de una parte á otra; por
lo cual, viendo el impedimento que habia en el paso y que
podía ser de manera que nos detuviese todo el tiempo que tar-

dásemos, era fuerza tener el artillería y carruaje en el dique, lo


cual era de grandísimo inconveniente yendo el deshelar tan
aprisa, porque si la artillería se estaba queda se hundiría, de
arte que no la pudiésemos arrancar; pareció á S. E. no menear
de allí, por aquel día el ejército, sino enviar 300 arcabuceros
españoles con D. Rodrigo Zapata, y D. Marcos de Toledo, y
141

D. Diego de Carvajal, y que fuese con ellos Gognies, y que


elregimiento de Hebrestayn que estaba alojado á una legua
,

adelante , caminase haciendo espaldas, con orden que Gognies


unos y á los otros en el yiUaje de Asparvao, que es
alojase á los
pegado á la parte donde hablan dicho que los herejes habían
roto el dique, y que si el paso estuviese de manera que lo pu-
diesen ganar lo ganasen y mantuviesen, avisando á S. E. luego
dello ó de lo que hallasen para poder determinarse en lo que
habia de hacer conforme á la relación que le enviasen : Gognies
llegó á unas casas de la parroquia de Esparvao y allí alojó, que
al villaje no pudo pasar por haber los enemigos abierto los diques
y las exclusas , é inundado todo el contorno de Esparandam;
puesto allí, envió á decir como los herejes habian fortificado el

paso, de manera que tenian por cierto que seria menester arti-
llería para echarles de allí, y que habia mucha gente dentro y
algunas piezas, con las cuales habian llevado el brazo izquierdo
á D. Rodrigo Zapata y muerto otro soldado; la herida de Don
Rodrigo sintió mucho S. E., porque es un soldado de los de
más que habia, y muy afecto
servicio al Sr. D. Fadrique por
sus buenas partes;, con esta relación se resolvió S. E. ir en
persona á ver lo que los enemigos habian fortificado, para dar
forma en la expugnación, y partió el dia siguiente, que fue-
ron 9, y llevó consigo toda la infantería española sin bagaje,
dejando el resto del ejercito y el artillería y su tren en sus aloja-
mientos hasta que tuviesen orden suya para seguirle: fuó S. E.
á alojar aquel dia temprano á unas casas que están arrimadas
al dique, junto al fuerte, el cual reconoció aquel mismo dia, y
en efecto, pareció á todos que los enemigos estaban tan fuer-
tes que era necesario hacer venir artillería para ganarles el

fuerte, y que sin ella era imposible llegar á ellos por la frente
del dique, á causa que con su artillería y arcabucería lo lim-

piaban todo de manera que no era posible asomarse un hombre


que no le hiciesen pedazos; y así, ordenó lu^go á Monsieur de
la Mota que volviese á Amstradam por cuatro piezas, y que
usase diligencia en venir el dia siguiente temprano, y tam-
bién envió por algunos de los sacos de tela y balas de lana
142

que lia mandado hacer para reparos, porque en el dique no hay


tierra con que poder cubrir un hombre, y las traviesas que
hizo hacer para reparo de la guardia y para estorbarles que no
ahondasen más lo que tenían cortado del dique, eran de turba:
mientras venia el artillería, quiso S. E. ver si habia otro reme-
dio para asaltar los del fuerte, y dixo á Monsieur de Norcarmes
que tomase su caballo y buscase un villano que á él y Gognies
y S. E., por la parte de la mano izquierda, si se atreviese los
guiase por el agua hasta la iglesia del villaje de Esparvao,
porque desde allí parecia que se podia reconocer muy bien
todo el fuerte , y ver lo que los herejes tenian hecho á la parte
de los prados, los cuales estaban todos cubiertos de agua, como
dicho tengo; y también pareció que desde allí por fuerza habia
de haber algún camino á Harlem, y que si le habia, era nece-
sario que viniese á dar á la ribera de Esperen , que es la que
viene de Harlem á Esparandam; hallóse un paisano que se ofre-
ció á guiarlos, aunque dijo que era menester que fuesen con
tiento, porque el camino no tenia más de dos pies de ancho y ,

que á una mano y á otra que se echase habia más de una


pica de hondo, y que también aquel dique por donde ha-
bían de ir estaba cubierto de agua y de hielo, de arte, que
fuera de que no se veía, era trabajoso el ir por él, porque se
habia de ir rompiendo los hielos ; este villano guió muy bien, y
los pasó hasta la iglesia: fueron con S. E., demás de los dichos,
el conde de Bossu , la Cresoniera y los tres Maestres de campo
D. Hernando de Toledo, Julián Romero y D. Gonzalo de Bra-
camente: llegados á la iglesia, dejó S. E. á todos en unas ca-
sillasy Norcarmes y D. Hernando y Julián y Gogni y él se
metieron á pié un poco por ver si les sufría el hielo; pero no fué
posible, porque estaba ya tan delgado que luego se hacía
pedazos. Con todo esto, con el agua á medía pierna, se mojaron
un poco hasta tanto que pudieron reconocer el fuerte por
aquella parte, y no pasaron adelante porque un paisano les

dijo que se anegarían.


Volvió el Sr. D. Fadrique á la iglesia, ya que quería
anochecer, y aunque se quiso informar en aquellas casas del
143

camino que habia desde allí á Harlem, no hubo hombre en


todas ellas que le quisiese decir nada ,
porque es cosa extraña
el amor y temor que toda la gente desta proyincia tiene á estos
rebeldes; y porque vio desde la puerta de la iglesia que se
descubría un poco de tierra que le pareció que debia de ser
algún camino, mandó á un soldado particular que se llama
Martin Paez, que tomase por fuerza un villano y le hiciese ca-
minar por allí y pasar cuan adelante pudiese; él tomó uno, y
mal que le pesó, hizo que le guiase y le dijese la verdad del

camino; y así llegó hasta la ribera, y no contento con esto, por


el dique llegó hasta las puertas de Harlem , y volvió bien mo-

jado á cuatro horas de noche, con dos villanos, los cuales dije-
ron á S. E. que habian hallado camino, y que otro dia él y
ellos guiarian hasta la ribera pero que era fuerza que fuesen
,

con el agua hasta la rodilla y rompiendo hielos; y porque habia


parescido á S. E. que desde unas casillas que estaban allí cerca
se podia hacer daño á los que defendian el fuerte, y también
porque el artillería no se menea por aquí de manera que pu-
diese tener por cierto que la traerían á tiempo, se resolvió in-
tentar de ganar el fuerte sin ella, si posible fuese , confiando que
la gente que le defendia debia de ser tan ruin que si ponia su
arcabucería en parte donde les pudiese ofender dentro de su
fuerte, porpoco que fuese, la desampararian; y ordenó al Maes-
tre de campo Julián Romero, que con 400 arcabuceros se fuese

el dia siguiente al amanecer, que fueron 10, por el camino que


se habia reconocido por Martin Paez y que
,
él le guiase para ver
si hallaban por donde pasar la ribera que viene de Harlem , y
ganar las espaldas á los del fuerte, porque juzgó S. E. que,
hecho esto, desde allí nuestra arcabucería les podia asaetear
dentro en sus reparos de manera que no podrian estar á la de-
fensa, y también para atajarles el socorro de vitualla que les

venia desde Harlem, porque consigo no tenian ninguna; y al


Maestre de campo D. Gonzalo de Bracamente envió á la misma
hora con otro buen golpe de arcabucería por la mano derecha,
que es la de la mar, para que fuese á tentar si el hielo estaba
todavía recio y si habia paso por allí para poder ganar la reta-
144

guardia al enemigo, por tentarlo por todas vías, para que por
la una 6 por la otra se viese lo
que era posible hacer. Al Maes-
tre de campo, D. Hernando de Toledo, ordenó que estuviese en
el dique, para que cuando sintiese que nuestra gente daba á
los enemigos por las espaldas, él por esta parte los acometiese.

D. Gonzalo no halló el paso que se le habia dicho, y así se


volvió, y S. E. le mandó que en el dique con Don
se pusiese
Hernando de Toledo hasta ver lo que Julián hacia, que habia ga-
nado las casillas que S. E. le mostró la noche antes, las cuales
le dijoque ocupase, en caso que no pudiese pasar la ribera, y
por no, hallar paso, se estaba con su gente en ellas; en esto

parecieron obra de 400 hombres que venian por el luengo de la


ribera desde Harlem al fuerte, los cuales, como emparejaron con
las casas donde Julián estaba, y descubrieron alguna gente
suya, se vinieron para ellos, y como era gente plática del país

y que sabian el paso de la ribera, la pasaron por cima del hielo,


porque de otra manera no pudieran llegarse á nuestra gente;
Julián salió de las casas y trabó escaramuza con ellos, la cual
por un poco sostuvieron tan bien, que no pensamos nosotros
que estos ladrones tenian gente que así lo supiese hacer; pero al
cabo les cargaron los nuestros de manera que volvieron las es-
paldas y comenzaron á huir hacia Harlem, de donde habían sa-
lido, y al huir mostraron á nuestra gente por dónde hablan de
pasar la ribera, y Julián la pasó tras ellosy les siguió un poco;
después revolvió sobre como se lo habia ordenado el
el fuerte

Sr. D. Fadrique, y luego les gano una iglesilla que tenian á las

espaldas, y desde allí con la arcabucería les comenzó á apretar


de suerte que en muy poco tiempo no se descubría hombre de
ellos en sus reparos, y de la iglesia poco á poco les fué ganando

unas casillas, y acercándoseles de manera que ya los habia


reducido á levantar el puente levadizo que tenian, y quedar
entre el fuerte y la ribera que era lo que leS fortificaba por las
espaldas, y hacíales tanto daño desde las casas que les habia
ganado, que ya no podia estar ninguno en la defensa;
y vién-
doles que braveaban, cerró con ellos, y al mismo tiempo Don
Hernando, por el dique donde estaba; los herejes como se vie-
145

ron acometidos por todas partes, perdieron ánimo y se echaron


á la mar sobre los hielos, abandonando el fuerte: nuestra gente
les fué siguiendo y degollando gran trecho, por lo cual les gana-
ron tres banderas que tenian; matáronse muchos y ahogáronse
tantos, que á lo que después se ha entendido, del número que
ha habido dentro se escaparon muy pocos. El fuerte era de ma-
nera, que después de ganado, espanta, y parece cosa imposible
haber entrado en él §in artillería, y aun con ella es muy

dificultosa ; matáronnos en este fuerte cuatro soldados de los ,

cuales fué uno Juan de Ibarra, que iba de los primeros con
Julián, y hirieron al Sargento de 1). Pedro y á otros cuatro el

dia antes al reconocer el fuerte,- hirieron á Monsieur de Norcar-


mes en el caballo y á un criado suyo le llevaron una pierna; el

Maestre de campo Julián Romero hizo este dia lo que siempre,


y muestra bien voluntad con que sirve y lo que su persona
la

vale, porque, cierto, es uno de los mejores soldados que el Rey


tiene para todo, y el Sr. D. Fadrique le tiene en grande esti-

mación.
Luego que se acabó de tomar el fuerte de Esparandam se ,

comenzó á adrezar el dique y á hacer pasar el ejército, y otro


dia, que fueron 11 , entretanto que se acababa de adrezar para
que pudiese pasar todo el ejército, mandó S. E. que Monsieur
de Norcarmes, con 150 arcabuceros españoles, fuese á recono-
cer el dique desde el fuerte adelante hasta entrar en tierra
firme; y él, habiendo llegado allí, porque vio que los de Harlem
comenzaban á quemar las casas de la campaña en que pensá-
bamos alojar el ejército, avisó de ello, enviando á decir al señor
D. Fadrique que le parecia que seria bien que con alguna ar-
cabucería se ocupase luego el alojamiento que otro dia habiamos
de tomar; este aviso tomó B. E. en el fuerte á tiempo que
estaba haciéndole adrezar y trazando la fortificación que allí se

habia de hacer j la cual será menester mudar de la que los re-

beldes tenian ,
por ser necesario dejar el paso del dique libre,

que es por donde ha de venir toda la vitualla á este ejército; y


desde allí, habiendo visto el fuego, mandó S. E. salir 300 ar-
cabuceros, y él con ellos siguió á Monsieur de Norcarmes, el
Tomo LXXV. 10
146

cual, con la arcabucería que llevaba delante , había reconocido


ya el lugar y llegado á las casas de San Lázaro, y las había
defendido á los de Harlem que salían á quemarlas, y tenido
una muy buena escaramuza con los de la villa. Reconocido que
hubo el Sr. D. Fadrique el alojamiento, y viendo que la guardia
podía quedar allí segura, dejó al Maestre de campo D. Her-
nando con hasta 450 arcabuceros para que g'uardasen la casa
de San Lázaro, que era la que estaba en una guardia de todo
el alojamiento, y por ser tarde y no poder pasar á reconocer
del otro cabo del lugar, volvió aquel día á el alojamiento del
dique con intención de venir el siguiente á alojar con los espa-
ñolesy regimiento de Hebrestayn sobre esta villa, y que los
el

regimientos de valones y el de Fransbergue viniesen con el


artillería á alojar al alojamiento que dejaría S. E., que era poco
más de una legua del que aquí ahora tenemos, con pensamiento
de otro día pasar á reconocer el lugar por la parte del bosqu em-
pero porque los herejes habían roto el dique y había entrado
tanta agua, y que el camino por donde el día antes habíamos
pasado estaba tan gastado,, que cuando vino á pasar la gente
les daba el agua hasta la cinta, tuvo el Sr. D. Fadrique que
detenerse allí para dar orden en adrezar el camino ó buscar otro
paso por donde los soldados pudiesen pasar; y por no perder
tiempo envió á Norcarmes que tomase de la arcabucería que
había quedado antes con el Maestre de campo D. Her-
el día

nando de Toledo y que con ella fuese á reconocer por la parte


,

del bosque y ver qué comodidad había de alojamiento, porque


con el tiempo que hace no es posible alojar en campaña: también
se quedó S. E. con la infantería, porque el día antes, volviendo
de reconocer á Harlem, se había dado un golpe en una pierna
y se le había hinchado mucho , y estando á caballo tenia gran
dolor en ella; después de haber pasado la gente vino S. E. á
alojar con ella, donde poco después de llegado á su alojamiento
vino Monsieur de Norcarmes y le dijo que él no había pasado
porque tuvo aviso que estaban 4.000 hombres de los enemigos
alojados en Norduyc, y que para haber de ir á reconocer lo que
le había ordenado era fuerza que pasase á una legua de los
147

enemigos, los cuales podían muy bien cortarles por tres ó cuatro

partes; que así por decir á S. E. esto como porque no llevaba


aun 100 arcabuceros, por haber dejado de los que lleyaba algu-
nos en guardia de unas casas donde habian de venir á alojar
los valones aquella noche, determinó de volverse porque le pa-

yendo con tan poca gente, y más


reció era locura pasar adelante
habiéndole dichos algunos villanos que aquel dia ó el siguiente
querian entrar en Harlem, y que para ello habian recogido mu-
chos carros. Entendido esto , S. E. determinó de ir otro dia

con 500 arcabuceros españoles, y que los regimientos de Frans-


bergue y Hebrestayn le viniesen haciendo espalda, porque to-
pando con los herejes les rompiese las cabezas, y también para
que teniendo aviso que se estaban allí ,
queria irlos á buscar, y
si hallase ocasión combatirlos en su alojamiento; llevó también
S. E. consigo los alemanes, porque eran los que habia de dejar
alojados en la parte del bosque, hallando comodidad para ello;
y como no tenia nueva de la determinación con que esta gente
habia venido á Norduyc, para entender su designio y para saber
lo que hacia , envió luego aquella noche hombres que se metie-
sen entre ellos y le viniesen á avisar.
En siendo de dia, á los 13, partió S. E. con la arcabucería^
dejando orden que los regimientos de valones de Capres y Li-
ques viniesen alojar á unas casas que están á las dunas, donde
la noche antes habian quedado el capitán Garci Juárez con 200
arcabuceros, al cual, pasando por allí, llevó también consigo, y
recogió hasta 60 arcabuceros á caballo de las cuatro compañías
de españoles, borgoñones y valones, y más no pudo porque
habian la noche antes llegado tantas de su alojamiento, que no
fué posible otro dia recoger más.
A poco más de una legua que hubo caminado , se descu-
brió alguna gente de los rebeldes que marchaba hacia la tier-
ra, y luego mandó S. E. al capitán Garci Juárez que con la
gente que él traia fuese á cortarles para que no entrasen en
y que fuese con él el capitán Montero con 30 caba-
la tierra,

y S. E., con los 30 arcabuceros do á caballo y con los


llos;

demás Gentiles-hombres y soldados que venían á caballo.


148

que serian por todos hasta 100, camina delante á* cortarles por
las espaldas, porque parecía muy
poca gente, y mandó á la
infantería que le siguiese, porque sospechó que aquella era
gente que salia de la villa á quemar , y como aun no habia
vuelto ninguno de los que habia enviado á que le trajesen aviso

de los que estaban en Norduyc, no pensó que podian ser de


ellos, aunque también le pasó por el pensamiento, acordándose
de lo que los villanos habian dicho el dia antes á Monsieur de
Norcarmes ,
que podia ser alguna gente desmandada que venia
desde dicho Norduyc á entrar en la tierra; y yendo de esta
el

manera se descubrió todo el golpe de los rebeldes , que estaban


en un escuadrón , en que habria 2.500 picas con sus mangas
de arcabucería, y á un lado una corneta de caballos amarilla,
y otra al otro negra ,
que después
el guión de se vio que era
Lumel, aunque ambas tenian pocos caballos; y porque el Señor
D. Fadrique se habia adelantado con los suyos á ver qué era
esto, como reconoció que su caballería se mejoraba hacia nos-
otros, se detuvo é hizo dar priesa á la arcabucería para que
llegase adonde S. E. estaba; y también la envió á dar á los
alemanes, aunque el sitio adonde se hallaba era tan aventajado
para con arcabucería, que no habia que temer, porque no le

podia suceder revés con ella.

Como llegó el arcabucería, luego la mandó poner en un


cuerpo de 200 arcabuceros de vanguardia, y los demás en
otro cuerpo, de retaguardia, y destos hizo salir hasta 62 Sar-
gentos , á los cuales ordenó que estuviesen entre la vanguar-
dia y la retaguardia, porque como no tenian picas, habia
de hacer cuerpo de misma arcabucería; de estos se mandó
la

que saliesen del medio á escaramuzar, y que allí mismo se


retirasen por dejar entera la vanguardia y retaguardia , y
también porque los enemigos no viesen disminuir aquellos dos
cuerpos; con esta orden se fué llegando hacia ellos, que tenian
su escuadrón muy bien formado, el cual era hermosísimo, por-
que estaba muy bien armado y guarnecido con su arcabucería,
y sacadas sus dos mangas y en un sitio que tenian por delante
un arroyuelo á su caballería habian puesto sobre la mano dé-
,
149

recha, un poco en vanguardia. A los 30 arcabuceros y. algunos


de los caballos que iban delante con S. E., les mandó comenzar
á trabar la escaramuza, é hiciéronlo y dieron una carga á su
caballería tan buena, que se retiró y mostró tanta flojedad, que
se les conoció muy bien la flaqueza que tenian; poco á poco,
como vinieron llegando las picas alemanas y hablan llegado
200 arcabuceros suyos donde estaba el Sr. D. Fadrique, el

cual, con ellos y con el favor de las picas, se fué mejorando


hacia el escuadrón de los enemigos ,
porque los vio que comen-
zaban á palotear con las picas y hacer remolinos , mandó
que se apretase más escaramuza; y S. E. con el cuerpo en-
la ,

tero de la arcabucería, se fué siempre llegando álos enemigos,


los cuales comenzaron á mostrar señales de huida; viendo esto
el Sr. D. Fadrique, con los pocos caballos que iban con S. E. y

con la arcabucería, cerró con todo su escuadrón, y sin hacer


ninguna resistencia lo trastornó y se pusieron todos en huida,
fuéseles ejecutando hasta un villaje que se llama Siligon , que
es más de legua y media adelante de donde los rompimos, en
la cual distancia debieron quedar degollados más de 2.000
hombres ; los que se escaparon dejaron todas sus armas, en las
cuales y los vestidos que tenian, los que murieron, se ha cono-
cido que era gente muy lucida aunque de ruin ánimo; habia
entre ellos franceses, ingleses y liegeses, los cuales fueron la
mayor parte de ellos que se mataron. Garci Juárez, que siguió
el camino que le mandó S. E. á cortar aquella gente que ha-
blamos descubierto primero, llegó á ellos y reconoció que eran
tres banderas que con espaldas de esta otra gente iban á entrar
de socorro en Harlem, con los cuales trabó escaramuza, y luego
cerró con ellos y los desbarató y degolló que ,
casi no se le es-

capó hombre; hánseles ganado diez banderas de infantería y el


guión que traia, Lumel, como General del príncipe de
Orange, y cuatro piezas de artillería de bronce, y todo su bagaje;
de un muchacho que se ha tomado á vida en la rota, se ha en-
tendido que estas eran quince banderas de infantería, las doce
de alemanes y las tres de liegeses, franceses é ingleses, que
venian todos con Lumel á meterse en Harlem , y que las tres
150

que rompió Garci Juárez iban de vanguardia, y estas otras les


venian siguiendo; nuestra gente, demás de haber combatido
valerosamente, se gobernaron tan biea, que no hubo soldado
ninguno, mientras se siguió la victoria, que llegase á bajarse de
los enemigos ni se bajase á desbalijar muertos, sino que todos
atendieron á lo que más convenia; que no ha sido poco conten-
tamiento verlos tan puestos en hacer el servicio sin acordarse
de su ganancia.
Queda S. E. ahora aquí aguardando el artillería para co-
menzar á batir esta tierra, haráse con grandísima dificultad el
traerla, porque es fuerza que venga por agua, y será necesario
romper los hielos para hacer canal por donde pase ; dase toda
cuanta priesa puede á despachar, y si los gastadores no estu-
vieran ocupados con el artillería, se atendiera desde luego á
hacer las trincheas; pero como ahora se menea todo á fuerza
de brazos, no se pueden quitar de allí los pocos que hay: espero
en Dios que nos dará victoria en la presa de esta plaza, él lo haga
como á su servicio conviene. Del campo sobre Harlem, 14 de
Diciembre de 1572.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DE POLO DEL ABADÍA, L 10 DE DICIEMBRE DB 1572, DE BRUSELAS,


Á SU MAJESTAD.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 549.)

S. C. R. M.: El secretario Gayas me ha escrito, por carta del


último de Octubre, en que me avisa como V. M. habia recebido
mi carta de 2 de Setiembre, y las otras dos que le tenia escrito en
Agosto no habian llegado á manos de V. M., que me he ma-
ravillado que haya tardado tanto, y mucho más porque haya
llegado la una y no las dos primeras, porque todas iban encami-
nadas por la vía del Comendador mayor de Castilla. Doy infini-
tas gracias á Dios que las cosas destos Estados han tomado tan
151

bueu principio, que van de cada dia de bien en mejor; y con la

presa de Zutfent se han dado y rendido más de doce villas del

Ducado de üüeldres; y con la toma de Nardent, que habrá como


ocho dias que se tomó, ó poco más, que los degollaron y que-
maron la tierra, luego se ha venido á dar Leynden y Harlem, que
son villas principales de Holanda: y el duque de Alba está en
Nimega, y el de Medinaceli en Grave, y D. Fadrique de Toledo
está con 30 banderas de españoles y 25 de valones en As-
tradam, donde los otros dias, con el gran frió que hizo, se heló

y donde habían venido 40 navios de los herejes y los


el rio,

nuestros los quemaron todos.


Con la prudencia del duque de Alba van tan bien encami-
nadas las cosas de estos Estados, que espero en Dios que antes
que salga el invierno, todo ó la mayor parte de Holanda y Ge-
landa, que es lo que más importa, lo cobraremos. Y los 12.000

infantes que yo pedia á V. M. con tanta meses pa-


eficacia los
aunque
sados, habiau de ser españoles é italianos;
y las cosas de
V. M. estén en tan bueu estado como arriba digo, y aunque lo
ganemos todo y que no quede enemigo, no embargante todo
esto, por ser estos Estados tan amigos de rebelarse, que á

mi poco juicio, estos deben de pensar que V. M. no tiene


otra cosa en esta vida que estos Estados, para castigarlos
muy bien y evitar todo esto conviene, para la conservación
dellos, que V. M. mande enviar, si no se pudiere todo, á lo

menos 4.000 españoles, y los demás los italianos que fuere ser-
vido, y tenga V. M. por bien de dar orden que de estos se ha-
gan hasta 1.500 caballos arcabuceros, con arcabuces largos y
que sean españoles; y los demás, hasta el cumplimiento de 2.000,
sean italianos, que cuestan menos que los herreruelos y pelean
con dinero y sin ello, lo que no hacen herreruelos, porque
donde han estado todo lo han destruido y abrasado; y doy mi fe y
palabra á V. M. en ver lo que me he visto con ellos, que me han
dejado muy escandalizado, porque no solamente no se contenta-
ban que los pobres donde estaban alojados les diesen toda la
cebada y heno, y pan, vino y cerveza, y todas las aves que te-
nian y ganado, robábanles las casas y tomábanles todo cuanto
— —

152

tenían; y después de todo esto los mataban; y á las Iglesias


han robado y hecho mil insolencias, quC no ha sido posible po-
derlo remediar de ninguna manera, sino con licenciarlos y des-
pedirlos; y así, todos los hemos despedido; y aunque á Y. M. no
le moviese otra causa que evitar que estos no tengamos necesi-
dad que vuelvan á estos Estados, si no fuese cosa forzosísima, me
parece que conviene, así al servicio de Dios como del de V. M.,
que esta gente que pido á V. M. la envié, la cual puede venir
muy bien de Lombardía por Saboya y Borgoña y Lorena, que
yo sé que el duque de Saboya y el de Lorena les darán paso de
muy entera voluntad, como lo han dado á dos compañías de
caballos de albaneses, la una de Jorge Múxica y Nicolo Basta,
que han venido de Milán á servir á V. M., en que me han dicho
que el de Saboya lo hizo muy bien con ellos, diciendo que esto
es cosa muy poca para lo que desea servir á V. M.; y el duque
de Lorena les dio su Capitán de la guardia para que los acom-
pañasen y mandó que les diesen de comer en todos sus Estados
de valde, diciendo que era muy gran servidor de V. M., y que
esto que hacia era cosa muy poca para lo que él deseaba ser-
virle; y teniendo esta gente acá, la cual no se puede excusar,
por lo que arriba digo, tendrá V. M. en ellos fuerza para castigar
á sus vecinos, los cuales temblarán, y Inglaterra y algunos de
Alemania; y demás de todo esto le saldrán á V. M. muy más
baratos que alemanes, y tendremos aparejo de poder conquistar
á Inglaterra y ganarla con el ayuda de Dios, pues han dado y
dan ocasión para ello. Todavía V. M. mandará proveer en esto
lo que más fuere servido y la S. C. R. persona de V. M., Nues-
tro Señor guarde de mal y en mayores reinos y señoríos acre-
ciente como se desea. De Bruselas á 10 de Diciembre de 1572.
S. C. R. M. —De V. M. muy humilde criado y vasallo, que sus
reales pies y manos beso. Polo del Abadía Tiene su rúbrica.
. En el sobre, demano del Rey. Véanla el Prior y Velasco.
153

RELACIÓN

DE LO QUE SE ENCIENDE DE FLANDES, SIN FECHA, ENTRE


PAPELES DE 1572.

(Archivo general de Simancas.— Estado— Legajo 550.)

Que habiendo entendido el coronel Mondragon i que estaba en


la Tola con alguna gente, que cinco banderas de enemigos que
tenian de 800 á 900 hombres, se fortificaban en un dique roto,

á la parte de Bergas, por donde el agua entra en el país, juntó


hasta 500 hombres y fué á ponerse en el dique, de donde envió
delante dos mangas de arcabuceros, por la una y otra parte del
dicho dique, quedando en él con el resto de la gente, con
que comenzó á hacer retirar dos compañías de los herejes
que estaban en un lugar llamado Polder, muy junto de la dicha
Tola, hasta meterlos tras el fuerte que tenian en el dicho
dique; y los soldados que Mondragon tenia se dieron tal maña,
que metiéndose hasta la cintura en el agua, se apoderaron del
dicho fuerte, el cual desampararon luego los rebeldes, echán-
dose á la mar para acogerse á un navio que con la bajamar
habia quedado en seco; pero los nuestros los apretaron de ma-
nera que los que no podian ganar el dicho navio se echaban á
la mar, que parecia laguna llena de cuervos marinos: viendo
que no podian pasar el brazo de mar que entra el país adentro,
volvieron á repararse en el navio y debajo de él; pero fueron
tan apretados por los nuestros los que estaban en dicho navio,
que desamparándole, se venian á que les matasen por no aho-
garse; y asi lo hacian los nuestros sin dejar ninguno á vida,
aunque los del navio ofrecieron de rendirse á misericordia; pero
los soldados se arrimaron á y matando más de 100 personas
él,

que en él habia, pegaron fuego al casco, de manera que de

Al márgüD, de letra de Zayas: «Este sea el segundó.»


164

los 900 rebeldes no se escaparon ni pasaron de la otra parte


del brazo de mar 60. Mondragon envió á Bergas dos banderas
de las cinco, porque las tres se perdieron en el agua, y quedaba
procurando de refrescar su gente para acometer el dia si-

g'uienteuna compañía de flamencos que estaba en Sante Mar-


tensdique y emprender aquel castillo, en cuya guarda quedaba
otra; murieron muchos hombres principales y otros fueron
presos: saHeron los soldados con el cieno hasta la cinta, carga-
dos de coseletes, arcabuces y otras armas; y así Tolvieron á
Bergas y fueron á la iglesia á dar gracias á Dios destas victo-
ria. Quedó con esta rota tan desbaratada el armada de los re-

beldes, que si la nuestra topa con ella, la acabara fácilmente


de romper.
Habiendo tenido el Sr. D. Fadrique ^ aviso que los rebeldes
se habían apoderado del dique entre Arastradam y Oudequer-
que, que es el derecho camino de Amstradam á Utrech, y que
se fortificaban en el que viene de Muyden á Amstradam,* y
viendo que tenian cerrados los caminos de manera que en nin-
guna suerte podian venir vituallas al campo de S. M., y enten-
diéndose que los dichos rebeldes habian ido á hacer esta ocupa-
ción con gran parte de la gente de su armada, y que era nece-
sario usaren esto de breve remedio, mandó apercebir y poner
en orden la de S. M. para acometer la de los rebeldes que es-
taba sin gente; pero en este medio tuvo nueva como de Ams-
tradam habian salido dos compañías de soldados, vecinos de
aquella y ganado á los rebeldes los dos sitios de que se habian
apoderado, para lo cual ayudó mucho el miedo que concibieron
de ver venir por el dique siete compañías de gastadores que
marchaban hacia el campo de S. M.; y fueron gran parte para
esta victoria, en que se degollaron más de 800 rebeldes, y entre
ellos á Antonio Olivier, el pintor de Mons, y se les tomaron siete
navios cargados de vituallas y materiales para acabar de hacer
sus fuertes; y los demás se pusieron en huida. Harlem quedaba

* De letra de Zayas: «Este sea el primero; póngase aquí el dia en que sucedió
cada una destas facciones.»
155

cercada por mar y por tierra y en térmiuos que esperaba caería


presto; y el conde de Bossu, ponií^ndose en orden para irá bus-
car la armada de los enemigos, que con estas pe'rdidas estaba
muy desproveída de gente.

RELACIÓN
DE LO SUCEDIDO EN LA BOTA DE MONSIEUR DE LÜMEC CON LA
GENTE QUE TRAJO PARA METERSE EN HARLEM, EN 13 DE

DICIEMBRE DE 1572. PARA ENVIAR A SU MAJESTAD ^.

(Archivo general de Simancas.— Eslado.—Legajo 97.)

Relación de lo sucedido en la rota y deshecha de Monsieur


de Lumec con la gente que traia 'para meterse en Harlem *.

Después de haberse tomado el fuerte de Esparandam , otro


dia, á los 12, ordenó el Sr. D. Fadrique que Monsieur de Nor-
carmes y el Maestre de campo Julián , con la compañía de ar-
cabuceros de D. Diego de Carvajal y otros 100 arcabuceros
más, fuesen á tomar el alojamiento sobre la villa de Harlem,
por la parte de Amstradam porque no
,
le quemasen los enemi-
gos. Hízose luego, dejando de guardia en é\ al Maestre de
campo D. Fernando de Toledo con la compañía de arcabuceros
de D. Diego de Carvajal y otros 200 soldados más que el señor
D. Fadrique llevó consigo: otro dia partió el ejército enviando
el Sr. D. Fadrique álos dichos de Norcarmes y Julián, con 100
arcabuceros para reconocer la villa por la parte del bosque;
no lo pudieron hacer á causa que tuvieron lue'go aviso que
Monsieur de Lumec, que por otro nombre se hace llamar
conde de Holanda, estaba alas espaldas de la villa en un lugar
que se llama Ardruich, en tierra á diferencia de otro Andruich,

* Cárpela.
« Dentro.
156

que está sobre la mar, con 4.500 infantes y alguna caballería,

y gran número de bagaje; teniendo este aviso, volvieron al


Sr. D. Fadrique, el que se determinó de ir en persona á reco-

nocer el sitio de los enemigos con 500 arcabuceros españoles


y 150 alemanes del regimiento del conde de Hebrestain , que
habia de alojar por aquella parte, con esta gente: sábado, dia
Santa Lucía,. 13 de Diciembre, salió de su alojamiento la
vuelta del enemigo, llevando asimismo algunos arcabuceros á
caballo, y dejando orden que la infantería española le siguiese,

y al capitán Garci Xuarez, que habia estado aquella noche de


guardia á unas casas, que fuese de vanguardia de esta gente.
A media legua del cuartel llegó un hombre, de seis que habia
enviado S. E. la noche antes á reconocer el paso, y dijo que
Lumec venia marchando con 1.000 infantes y algunos caballos,
la vuelta de Harlem, entre el bosque y la villa , y que le seguia
la otra parte de su gente ; visto esto y que Lumec venia con
determinación de meterse dentro de Harlem, resolvióse antes
pelear con él en la campaña que tras la muralla, adonde era
fuerza combatirle por hallarse en un paso tan estrecho con
todo el ejército, que de él abajo se habia de anegar la mayor
parte de la gente, ó no entrar por todo este invierno en Ho-
landa y con esta resolución ordenó al Maestre de campo Don
,

Hernando de Toledo que dijese á Garci Xuarez que con


los 200 arcabuceros que tenia y el capitán Montero con 40 ca-
ballos, fuesen la vuelta de la villa á encontrarse con el enemi-

go para entretenerle en él entretanto que llegaba nuestra ar-


cabucería, á que por el mesmo camino fué con los Gentiles-
hombres que le seguían á caballo, al galope, para darles priesa
que caminasen , sobre mano derecha, para descubrir la reta-
guardia del enemigo, la cual descubrieron luego, y hallóse el
Sr. D. Fadrique tan cerca della, que fué necesario hacer alto é

ir retirándose poco á poco la vuelta de la infantería; y no lo

podia hacer tan á su salvo, que no le era fuerza haber de cerrar


con hasta 70 caballos de los enemigos que se hablan pegado al

camino, si en este mismo tiempo no pareciera nuestra infantería,


la cual , como los enemigos la descubrieron , desampararon el
157

camino, retirándose á un escuadrón que les venia haciendo


espaldas, y ordenó el Sr. D. Fadrique á los Gentiles-hombres
que venian con él que hiciesen alto mientras él iba á ordenar
la infantería; y mandó á los capitanes D. Pedro Enriquez y
Lorenzo de Perea, que con 150 arcabuceros caminasen la vuel-
ta del enemigo, y el capitán Esteban Illán que fuese con ellos
de retaguardia para llevarlos recogidos, y tras esta gente al
Sargento de Gómez Pérez con 40 soldados para hacerles cuer-
po á veinte pasos dellos; luego ordenó que siguiese la demás
arcabucería, que serian hasta 400 soldados, sin los que iban
delante y los que llevaba Garci Xuarez , el cual se hallaba ya
escaramuzando con la vanguardia, y cargóles de manera que
les desbarató y degolló la mayor parte dellos, y los ganó tres
banderas, que trajo luego D. Marcos de Toledo al Sr. D. Fa-
drique, el cual iba saliendo con su gente en orden, á lo llano:
halló el enemigo en un alto con un gran escuadrón hecho, en
que tendría 2.500 picas con sus mangas de arcabuceros muy
en orden; nuestra gente se les iba llegando y mejorándose á
una casa que los enemigos tenian sobre mano derecha, llevando
á la izquierda al conde de Hebrestain con sus 150 arcabuceros;
y estando ya nuestra gente muy cerca del enemigo, ordenó el
Sr. D. Fadrique que los Gentiles-hombres que estaban hechos
alto se mejorasen, y hasta 20 ó 30 arcabuceros con ellos,

para que trabasen escaramuza, y él á la cola, mejorándose


siempre con toda la demás gente la escaramuza se trabó de :

buena manera, aunque los enemigos jamás dejaron su escua-


drón hasta que nuestra arcabucería cargó tan apretadamente
y con tanto ímpetu, que les hizo volver las caras con grandísi-
ma confusión, dejando las armag y los vestidos y todo lo que
más les impedia, para poder bien escaparse; degolláronse entre
estosy los de Garci Xuarez pasados de 2.000 hombres; los
demás se escaparon juntamente con el dicho de Lumec, en el
seguimiento de los cuales fué alguna gente nuestra gran tre-

cho:allí junto en un villaje llamado Elicur, donde ellos pensa-


ban hacer espaldas , habian dejado todo su carruaje y cuatro
piezas de artillería de bronce que se ganaron no pudieron :
158

retirar ninguna cosa: demás dello se ganaron 10 banderas y la


corneta de Monsieur de Lumec; el Sr. D: Fadrique mandó re-
coger toda la gente y que se alojase, por lo que podría suceder,
siseguían más á los enemigos, yendo tan esparcidos y habien-
do tantos pantanos y malos pasos: ha sido esta vitoria muy im-
portante para acabar de allanar todo lo de aquella provincia,
como se espera en Dios lo guiará y encaminará, como ha hecho
hasta aquí, con la brevedad que conviene á su servicio y á el

de S. M. Murieron en estas facciones, de los nuestros, el capí-


tan Gómez Pérez de Artiaga y otros seis ó siete soldados, cuyos
nombres no se saben, y heridos hasta 15 ó 20 españoles.

CAPITULO DE CARTA
SOBRE HARLEM, Á 13 DE DICIEMBRE DE 1572 ^

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 549.)

Capitulo ese-rito sohre Harlem, á 13 de Setiemdre de 1572,


por un amigo d Canales ^.

El Sr. D. Fadrique llegó aquí sobre Harlem, y determinó


de ir esta mañana á reconocer un casal donde pensaba alojar-

se, en pasando desta villa; y estando para partir para allá, le

vino aviso como Lumec venia hacia el mismo casal, con 4.000
hombres y dos cornetas de caballos, por cuyo respeto llevó
consigo 500 arcabuceros españoles, 200 valones y 300 alema-
nes, y 200 arcabuceros de á caballo,- y llegando á media legua
del casal, salieron 15 caballos nuestros desmandados, que iban
delante de una de las mangas de arcabucería española , la cual

llevaba el capitán Garci Xuarez de Berrio. y con la calor de los

arcabuceros cerraron con tres banderas que estaban en unas


casinas, y las ganaron y rompieron la gente, de manera que

1 Carpeta,
s Dentro.
159

yendo huyendo para los suyos, que estaban atrás, en dos es-
cuadrones, toparon con D. Marcos, que llevaba otra manga
de arcabuceros, y les mató muchos dellos; en esto sacó Julián
30 caballos, de los nuestros, y empezó á trabar escaramuza
con los de los escuadrones mientras llegaba D. Fadrique con
la demás arcabucería; y como llegó, envió 200 arcabuceros
por una parte y otros 100 por otra, y en saliendo, que salieron
estos arcabuceros, empezaron con Santiago, y sin orden cerra-
ron todos: que viendo los enemigos cómo iban hacia ellos tan
determinadamente, huyeron luógo, y D. Fadrique cerró con la
caballería que tenia, y dio el alcance de manera que los es-
parció en tres partes; y así los infantes tuvieron lugar de de-
gollarlos á su placer: la caballería no pudo pasar muy adelante
porque está este casal en las dunas de Holanda, que dicen que
son unos cerros de arena, todos llenos de madrigueras de cone-
jos,y se daban muchas caida's, y así se retiraron los caballos del
enemigo á su salvo: dicen que serán los muertos hasta 1.500
y más, y á mí no me han parecido tantos: mas era muy linda
gente y muy bien tratada traian cuatro piezas pequeñas de
:

bronce, con sus municiones. Hánse ganado 10 ú 11 banderas,


y un estandarte de caballos; traian muchos carros, y yo entré
con el de Monsieur de Lumec, y soy á la parte con unos sol-
dados y con el tio, de un cofre de vestidos de su persona cosa ,

que debe de valer 100 escudos ó poco más; la banda naran-


jada con una trenza de plata que él traia tengo guardada
para vuestra merced.
Después rae he informado que los caballos que rompieron
las tres banderas, los llevaba ü. Marcos sin orden , y así cerró
con ellos, y él mismo tomó la una de las tres banderas, y la

envió á D. Fadrique en señal de que iban rotos los enemigos,


hasta que llegó Montero con más caballos, y entonces tornó á
cerrar y se tornaron á romper; y visto que no venia infantería
nuestra, se redujeron y dieron carga buen rato. En esto
volvió D. Marcos á D. Fadrique á darle priesa , y como llegó,
cerraron Julián y él con los escuadrones, y en esto hirieron al

D. Marcos con una pica, mas no es nada.


160

Han muerto al capitán Gómez Pérez de Arteaga y á otro


soldado que se llamaba Bustamante que fué Sargento del y tio,

han herido 10 soldados. Vuestra merced no se maraville


de que vaya desvariada esta carta, porque yo no puedo ver todo,
y procuro de informarme de lo que hay, y hay muchos parece-
res; y así, lo sabrá vuestra merced de diferentes maneras, etc.

Hay una rúbrica.

RELACIÓN
DE LO SUCEDIBO ESTANDO EL EJÉRCITO DE SU MAJESTAD SOBRE
HARLEM, Á 20 DE DICIEMBRE DE 1572 ^

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Relación de lo sucedido estando el ejército de S. M. sobre Arlem ^.

Que habiéndose batido un rebellin tres ó cuatro dias, el


Sr. D. Fadrique mandó que llevasen un puente al foso del re-
bellin 20 soldados coseletes, sobre unas botillas pequeñas de
madera con sus ruedas , y que otros 20 arcabuceros sueltos
fuesen con el dicho puente,* el cual, puesto en el dicho foso,
arremetiese á ganarle D. Francisco de Vargas con 200 arcabu-
ceros del tercio de Lombardía, y D. Gaspar de Gurrea con una
manga de 100 arcabuceros y 100 mosqueteros, y el capitán Lú-
eas de Spila con las picas que pudiese; lo cual se hizo así el
dicho dia, á las once de medio dia: hubo tal resistencia en los de
dentro, y tan gran dificultad de subir al rebellin, por estar poco
batido, según se avisa, ayudando á esto haberse roto el

puente que llevaban sobre las botas, que fue necesario retirarse
con la mejor orden que pudieron: mataron al capitán 'Lúeas de
Spila, y hirieron en los dos muslos de un arcabuzazo que se

< Carpeta,
2 Dentro.
161

los pasó ambos al capitán D. Francisco de Vargas, y á los ca-

pitanes D. Hernando do Toledo y D. Diego de Caravajal;


murieron los Alféreces de D. Gaspar de Gurrea y el del Sar-
gento mayor Francisco de Valdds y el del capitán Garci Xua-
rez de Berrio y algunos otros soldados particulares, y hubo
muchos heridos, que el número de los unos y los otros, no se
sabe aún.
Hirieron al Maestre de campo Julián Romero de un arcabu-
zazo cabe un ojo, estando en una trinchea mirando el asalto.

Habíanse perdido las banderas de Valdés y Spila, á lo menos no


parecían; y creíase que habian salido algunos de la tierra y
llevándolas, metídolas dentro.
Murieron en el dicho asalto, Jerónimo de la Lama, Alférez
del Sargento mayor del tercio de Lombardía, D. Francisco de
Valdós y Gaspar de Govilla, Alférez del dicho D. Gaspar de
Gurrea, los cuales dichos Alféreces arremetieron muy valerosa
y animosamente, y fueron los primeros que llegaron al rebellin:
murió también de Garci Xuarez de Berrio y quedó he-
el Alférez

rido el de D. Diego de Caravajal; dícese que murieron más de


otros 50 soldados particulares, y que quedaron mal heridos 150,
poco más ó menos , etc.

D. Francisco de Vargas quedó de la otra parte del rebellin


por muerto; y al anochecer, un soldado valiente de su compa-
ñía, llamado Gonzalo de Santa María, de nación navarro, fué á
retirarle y al fin halló que no era muerto y le retiró.

FLANDES.
CAPÍTULOS DE CARTAS ESCRITAS POR UN CAPITÁN QUE ESTÁ EN
EL CAMPO SOBRE HARLEN k UN AMIGO SUYO, DE DIVERSAS DATAS.
DESDE 22 DE DICIEMBRE k 10 DE ENERO ^

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm. ()49.)

En 22 de Diciembre de 1572.
Pardeóme que acá vuelven á echar un virote tras otro, que

Círpela.

Tomo LXXV. Jl
162

es porfiar con el rebellín, al cual se acercan con trinchea al

mismo foso; y de la batería principal^ que eran 14 piezas, sacan


i.
cinco y lo baten por frente á setenta pasos Los enemi-
gos están más fuertes, digo de muralla y traveses, que cuando
llegamos.
A los 29 deste llegaron á Amstradam ocho galeotas enemi-
gas á romper el dique de Sparandam, que es por donde nos vie-
nen las vituallas; salieron á ellos algunos de Amstradam y otros
deste campo que por allí están alojados y hiciéronles retirar
matándoles alguna gente, que fueron más de 200, sin recibir
los nuestros daño; los cuales llegaron tan á tiempo ,
que no fal-

taba un pid de tierra para que la mar pasase, que fuera de gran-
dísimo inconveniente.
El haberse perdido las dos banderas de Valdés y Lúeas de
Espila, lo liemos sentido todos como es razón.
Hasta ahora no se ha.* ^ y la tierra se porta bizarramente;
y el que la gobierna, que se llama Riparda, natural de Groenin-
ghen, que tiene un regimiento de 12 banderas, tres de las cuales

tiene aquí y la demás en las villas levantadas, se há de muy


hombre de bien y de muy buen soldado; debióse pensar que
haria esta tierra como Nardent y Zutfent, y á fe que ha costado
tanto que es lástima, y aún no la tenemos.
El Maestre de campo Julián está fuera de peligro y queda
sin un ojo.
En último del mismo.
A los 30 del presente, á media noche, salieron los enemi-
gos por de Monsieur de Capres y tomaron una cen-
el cuartel

tinela y un Cabo de escuadra, cosa que se ha sentido harto, y


los borgoñones muy mucho.
Anoche salió el Capitán Jorge con tres compañías de arca-
buceros de á caballo á dar en la junta que los enemigos hacen
de gente entre Ley den y esta villa; no ha vuelto aún.
Hoy llegó aquí el hermano del príncipe de Pinol y otro con

* Hay unas cifras de aquella época no fáciles de traducir.


* ídem.
.

163

él, de parte de las tres Bandas de hombres de armas que Don


Fadrique habia enviado á llamar, á decir que no querian venir
si no les daban dinero. D. Fadrique le respondió que él no las
enviaba á llamar para matarlas de hambre, sino para darles di-

nero, mas que y que sin ellos se haria lo que


traerla á otros
fuese menester; y que aunque quisiesen venir que él no queria;

y así, ha enviado por la caballería ligera, cosa que él ha dife-


rido cuanto ha podido ^
Nuestra artillería, que se habia de plantar al rebellin, no se
ha hecho; mas dícese que se hará luego.
Acá, señor, andan las cosas, que plegué á Dios no. . . .
.* yo no
entiendo lo que quiere hacer el señor duque de Alba en no venir
aqui; porque aunque importase menos su persona que la mia,
importarla al presente y mucho, y tanto que, si Dios no lo pro-
vee, dejo al tiempo por testigo.
Yendo este otro dia Monsieur de Norcarmes á Nuran
por donde se habia de volver á batir, le dieron un arcabu-
zazo en las barbas; dicen que no es cosa de peligro, y aun
el cirujano está en que no era golpe de pelota, sino de alguna
piedra que saltaria del suelo.
El lunes pasado, 29 del presente, en la noche, por el cuar-
tel de los alemanes entraron de socorro en esta tierra tres ban-
deras de valones y 14 escuadras de alemanes, y un muy buen
Ingeniero con algunas municiones, con lo cual se sabe que
dellas y de vituallas hay en la tierra á discreción; no se
está mal el príncipe de Orange, pues tiene su plaza proveída de
la gente que ha querido; y él harto cerca con golpe de ellas y ,

que cada dia va juntando más. Yo, señor, aunque fuese Anní-
bal, no entiendo esta guerra ni creo que nadie la entiende; y
así, no hay y 3, cierto, no hay mayor verdad que esta
en las cosas humanas; y verá vuestra merced . . . .
'•

í Hay algunas cifras de aquella época no fáciles de traducir.


2 Ídem.
3 ídem.
4 Ídem.
164

En primero de Enero de 1573.


La noche pasada han salido de la tierra hasta 300 hombres
encamisados y dieron en nuestras trincheas, siendo de guar-
dia en aquella parte, del tercio de Lombardía, las compañías
de Don Rodrigo Zapata, Valdés y Artavena,* y del de Ñapó-
de Perea, Tordesillas y Montes de Oca: matáronnos
les, las

dos soldados y un Cabo de escuadra, y de ellos no quedó


ninguno; pero fueron heridos muchos; y aunque éste no ha sido
pequeño desmán, acaeció, poco antes, dar los enemigos desde
la muralla un arcabuzazo en la cabeza á Monsieur de la Crassio-
nera, que dicen morirá del, y es el que aquí podia hacer falta;

porque demás de ser muy importante para su cargo de Gene-


ral de la artillería , es muy buen soldado y cuando ,
se ofrecia
pelear lo hacia á esta medida ; háse sentido su desgracia lo que
es razón.
Norcarmes, Julián, D. Rodrigo Zapata y Monsieur de Goñi
todos están ya buenos, y Julián sin un ojo; los que lo pagan
son los pobre soldados que casi ninguno escapa.
En 2 de Enero.
Hoy ha llegado el capitán Jorge, que ya tengo avisado á lo
que fué; mató 30 enemigos y trajo cinco vivos; dice que la
gente que el de Orange hasta ahora tiene junta son 13 bande-
ras, todas de brabanteses y flamencos *, que si así fuese, no
seria pequeña.
Acá pasamos un trabajo increíble, por que demás de la ter-

ribilidad del tiempo y falta de vituallas; de cuarenta y ocho


horas somos de guardia las veintiocho , de manera que no nos
queda tiempo para sustentarnos: Dios nos ayude.
Monsieur de la Crassionera, dicen que se está muriendo,
que nos duele á todos infinito; y á fe que pierde con él S. M.
un muy buen vasallo y soldado.
A Gaspar de Robles dice que ha enviado á llamar D. Fadri-
que ,y que si le pareciere, traiga con sigo 1.000 hombres.
También dice que se esperan 14 banderas de valones.

i Hay unas cifras de aquella época nó fáciles de traducir.


165

En 5 de Enero.
Nuestras cosas de aquí se están como antes, y hasta ahora
no se bate, ni hay plantada pieza ninguna.
De los seis prisioneros que trajo el capitán Jorge, se ahor-

caron lue'go los cuatro ; y á los otros, con ser de A.mberes, se ha


dado luego libertad.
Parece que Nuestro Señor, por nuestros pecados, quiere
castigarnos,- pues teniendo ya nuestra trinchea dentro del foso

y pegada al rebellin, ha comenzado hoy, á los 5 deste , á deshe-


lar muy fuertemente, de manera que nuestra trinchea, que
iba fabricada sobre el hielo , podria ir ahora al fondo del agua;
y si estos dias atrás tuviéramos. . . . .^ se tomará, aunque fuera
mil veces más fuerte ,
porque estaba el hielo del foso tal ,
que el

artillería podia ir sobre él.

A 6 del mismo.
Hoy han entrado en en este campo la compañías de caballos
ligeros de D. Antonio de Toledo, D. Juan Pacheco y Aurelio
Palermo; y luego dice que vendrán 400 herreruelos y muchas
compañías de valones.
Los enemigos han metido hoy en la. tierra 60 sacos de trigo
con trineos por nuestras trincheas; íes ha entrado una espía,
que pensando que era amigo, no se echó de ver hasta que se
arrojó al foso.
El duque de Alba se dice por aquí que viene, y á fe que seria
mny á propósito, porque há menester bien este enfermo, que
casi está oleado, un soldadazo viejo como él.

En 9 del mismo.
Anteayer entraron los enemigos en Harlem 12 trineos de
trigo, y hoy lian ahorcado los de dentro dos hombres, el uno á
la frente de los borgoñpnes y el otro á la nuestra. Cre'ese que
son el Cabo de escuadra valon y el soldado que estos dias atrás
tomaron.
Las cinco piezas dicen que se plantan esta noche al
rebellin; y hace el más fuerte tiempo que de 600 años acá

1 Hay unas cifras de aquella época no fáciles do traducir.


166

se ha visto, que cada credo se sacan soldados de la trinchea

medio muertos, á lo me'nos, no para servir en muchos dias.


Los enemigos andan muy desvergonzados ,
porque nunca
hacen sino delante de nosotros cortar cabezas á Santos y ar-

rastrar crucifijos y otras bellaquerías á este tono.


En 10 de Enero.
Ayer, á las tres horas de la tarde, vinieron los herreruelos,
que son 300, y quedan á una legua de aquí.
A las 8 de la noche vinieron 150 carros de enemigos á dar
en nuestra caballería española, con intención de tomar las ca-

lles del canal; con ellos y la infantería dar en nuestra caballe-


una casina cerca de un casal y fueron sentidos.
ría; llegaron á

Tocóse arma con las trompetas y así, los enemigos cortaron ;

y se fueron á más andar, dejando allí los carros, y


las cuerdas

ayer mañana mandó ir D. Fadrique á hacerlos pedazos; y así,


no quedó carro sano.
A los herreruelos ha puesto do estaba nuestra caballería, y
la nuestra ha pasado más hacia los enemigos.
Hoy se ha ahorcado en este campo una espía de la tierra, y
dicen que ha dicho que en toda la batería han hecho los de
dentro un terrible terraplén.
Ayer se comenzó á tirar para que no se reparasen más de lo

hecho y hoy han amanecido plantadas por frente y por flanco


, ,

del rebellín, seis piezas muy buenas, y comienzan ellas y las


ocho de la batería vieja á batir nuevamente. Quiera Dios que ^

yo espero en Dios que se perderán presto estos bellacos.


Hoy han entrado en este campo 700 arcabuceros de la coro-
nelía de Mondragon muy escogida gente y mañana se
,
,
espe-
ran 1.200 alemanes y á Arrieta con 800 arcabuceros valones; y
de aquí á tres dias dicen que llegará Robles con otros 500
arcabuceros valones ; y cinco dias há que llegaron otras cuatro
compañías de valones harto buena gente y bien es menester
,
;

que nuestro campo se engrosé, según las manos que el tiempo


y los enemigos le dan.

1 Hay unas cifras de aquella época no fáciles de traducir.


167

Tres días há que estamos en el rebellín combatiendo con los

enemigos, muchas veces de dia y de noche, de manera que se


les toman algunas picas, tirando ellos picazos; y ayer les vi

tomar dos y una forchina, pero ellos nos matan muy gentiles
soldados, dos ó tres cada noche. Anteanoche mataron dos y un
Cabo de escuadra; y á su Alférez del Maestre de campo D. Ro-
drigo de Toledo, y anoche mataron otros dos soldados. Hoy sa-
lieron entre nuestra trinchea y el cuartel de Monsieur de Capres
con un trineo y 100 infantes cerca del, y se raparon delante de
nuestros ojos dos soldados valones.
Julián ha llegado esta noche á este campo con su ojo me-
nos, y D. Fadrique le ha hospedado.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA

Í)EL DUQUE DE ALBA Á ZAYAS, DE NIMEGA, A 23 DE DICIEMBRE


DE 1572, RESPONDIDA Á 4 DE FEBRERO.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm. 552.)

Después de firmado el despacho para S. M. , he entendido


mucho más largamente los bullicios de los rebeldes en Alema-
nia, y con más fundamento de lo que yo pensé. También agora
vienen aquí tres soldados del país, que yo traigo á que se
muestren hay quien les quiera dar dinero, á decirme que
si

otros soldados les han venido á decir que ellos los llevarán donde
los rebeldes dan luego cinco tallares en la mano; todas son

vísperas de otro verano como el pasado: haréisme, señor, merced


de poneros de rodillas delante de S. M. de mi parte, y decirle
que, por la pasión de Dios, mire cómo se mete en gastos volun-
tarios de la Liga, de donde no puede sacar de ninguna manera

otro provecho que faltarle la posibilidad para la defensa que


en estos Estados el verano que viene se ba de hacer y que ,

S. M. sea cierto que habrá menester gastar mucho más que en


el pasado; y más lo que de^aquí allá se gastará, que no so puede
168

aflojar porque se pelea contra los que son, los con quien se
come y se bebe; ninguna villeta, por pequeña que sea, en todo
Güeldres, Overissel y país de Utrech hay donde no me sea
forzoso tener guarnición, y así la tengo en todas, que con
tener 28 banderas de alemanes altosy bajos, en todo esto
que digo, no puedo sacar un hombre para remediar la más
triste junta de cuantas se ¡hicieren, porque sé que en sacán-
dole, los rebeldes la han de ocupar y comenzar el juego de
manera que sea menester salir con artillería para echarlos della,
y yo no estoy mucho para poderlo hacer, ni S. M. quiere
desengañarse de que tiene aquí un hombre muerto; pero (aun-
que muerto) sintiendo mucho el disfavor que se me hace en
calificar tan mal mis servicios, que se muestre al mundo en
cuan poco S. M. por cierto, señor, que cuando no
los estima; pues,

fuera otra cosa que haberme tenido aquí seis años, con los ma-
yores trabajos que nunca hombre en la tierra pasó y muriendo
de hambre, cuando no muriera de hierro ni trabajo, porque
son 300.000 ducados los que he gastado de mi casa, después
que salí de España, y ya ni acá ni allá tengo de qué vivir, que
eran cosas para mover el ánimo de un Príncipe, aun muy dife-

rente del nuestro, á quien siempre habemos visto hacer grandes


mercedes á los que bien le sirven. Heme metido en materia en
que no quisiera hablar, aunque el aercon vuestra merced y
dicho por un enfermo puede disculpar el haberme metido

en ella.

El duque Francisco de Saxa, como escribo á S. M., no


quiere aguardar por nada de lo que se debe á sus caballos; y le
habré de pagar enteramente, con que quedo arruinado del todo
y sin ningún dinero; conviene en todo caso que S. M. me
mande despachar con alguna provisión sin esperar á la gruesa,

que se ha de hacer; que para esto y para decir los avisos que
de nuevo tenia quise escribir á vuestra merced esta carta. De
Nímega á 28 de Diciembre de 1572.
169

capítulos

SACADOS DE CARTAS ESCRITAS POR UN CAPITÁN QUE ESTÁ EN EL


CAMPO SOBRE HARLEM 1 UN AMIGO SUYO, DE DIVERSAS DATAS,
DE 12 Á 24 DE ENERO DE 1573 ^.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo S55.)

Lo de la guerra de acá va de una manera extraña y nueva,


porque se zapa el rebellín cuarenta horas há y se bate, que pocas

veces se han visto las dos cosas juntas, á causa que el batir
hace mal á la zapa, porque como andan debajo de tierra, el es-

truendo de la artillería suele hundir cuanto hacen , y yo me


he hallado en tomar cuatro tierras con zapa harto más fuertes
que ésta, y á doce horas que entraba la zapa en ellas, se ren-
dían, y aquí, á las cuarenta que *digo no hay memoria dello;
y aunque estos señores los dan por perdidos, en efecto, ellos se
están como el primer día y les puede entrar la gente y muni-
ciones que quisieren.
El príncipe de Orange dice que tiene en prisión á Mon-
sieur de Lumel, porque habia entendido se le queria ir con
alguna cantidad de dinero que tenia para pagar su gente.
A los 11, estando D. Fadrique en la trinchea, echaron por
el rebellinuna gallina con un billete al pescuezo que decia en
el, á nombre délos franceses que allí estaban, que se fuesen los

nuestro á comer de aquellas que ellos se las aderezarian.


Han reparado estos el rebellin tan fuertemente ,
que no es
más echar en él pelotas que en la mar, con que lo batian siete
piezas por frente y siete por flanco, y así ha cesado
el batir, y

se entiende en lo ordinario que es en zapallo y llevar una trin-


chea hasta la muralla que parece el mejor camino para que esto
se acabe.

' CariJela,
170

En 18 de Enero.
Los enemigos quisieron volver á socorrer esta tierra á los 14
del presente, y así, de su campo, que tiene en Sasse, dos horas
de camino de aquí, sacaron 12 banderas de la mejor gente que
que son 18 banderas y 500 caballos. En las siete ban-
allí tiene,

deras venian 1.800 hombres, los cuales toparon con 400 que
guardaban aquél paso, y con ellos el capitán Verdugo y el ca-

pitán Rueda , los cuales se dieron tan buena maña que los
rompieron y les ganaron dos banderas sin entrar hombre en ,

la tierra, y por hacer á la sazón grandísima niebla, ellos y las

guías se perdieron, de manera que unos fueron á dar á una


partey otros á otra, á poder de los nuestros, á cuya causa se
lesmató un Capitán y prendió otro; los que se mataron de los
enemigos dicen que fueron 100, y los que se prendieron 800,
los cuales trabajan en el rebellin y mueren como chinches.
A los 17 salió gran golpe de gente desta tierra á dar en el

capitán Peñalosa, y le maltrataron su compañía y tomaron su


bandera, y hoy, por mandado de D. Fadrique, prendió el Sar-
gento mayor al dicho Peñalosa.
En habiéndose roto el dicho socorro por parecer del capitán
Guillen, natural de Middelburg, prisionero, envió D. Fadrique
aquella noche á Monsieur de Goñi con 1.500 arcabuceros valo-
nes, 200 herreruelos y 300 arcabuceros de á caballo, á dar en
el fuerte á do el enemigo tiene su masa, y así lo hizo; pero no
se pudo hacer efecto de importancia.
También hoy, á los 28, en amaneciendo, ha ido el conde de
Bossu con mayor golpe de gente y caballería española á lo
mismo mas ya es vuelto, y tampoco se dice haya hecho cosa
,

ninguna.
A los 15, hizo D. 'Fadrique quitar la cabeza al Capitán que
mataron los nuestros y echarla dentro de la tierra con un es-
crito que decia: «Toma hay la cabeza del capitán Cunic que
venia con vuestro socorro de 2.000 hombres;» y á los 16 nos
echaron ellos siete cabezas de prisioneros nuestros que tenían,
diciendo: «Toma estas en pago de la que nos echastes.»
Hoy han salido á escaramuzar con los tudescos, y ha andado
171

la escaramuza muy caliente; pero por su parte ó por la de los


valones, pocos dias dejan de salir.

También han hecho hoy otra salida y nos han quemado


una casa harto Idjos de la tierra, y, cierto, hacen cosas que les
parece á algunos que no pudo más hacer Antonio de Leiva en
Pavía; pero no hacen mucho, pues entran y salen siempre que
quieren en la tierra, de manera, que les rompimos su socorro
principal á los 14, y á los 15, á las doce de medio dia, socor-
rieron la tierra con 50 trineos y 200 soldados de más, que está
la tierra que no cabe de gente de guerra.
La noche pasada quedó casi ganado el rebellín , y siendo
esto, como en efecto es, toda la importancia del negocio, ¿quie'n
creerá que estamos poco más adelante que el primer dia? Por
y la mu-
respecto que á la gola del rebellin, que es entre él
ralla tienen alzada una plataforma que es como un castillo
con artillería, demás que han pegado fuego al maderamiento
y tablazón del reMlin á sobreviento, de manera que hasta
que se acabe, con dificultad podremos entrar en él aunque
nos le den dado, cuanto más que no le tenemos tan de valde,
sino que como le han dado fuego se entiende habeHo aban-
donado.
Las cosas están de manera, que dijo anoche Monsieur de
Navas, que tiene cargo de la vitualla, á cierto amigo mió, que
todos los valones estaban tan descontentos por la flojedad de
sus pagas, que tenia por cierto se irian, y que muchas compa-
ñías no habia ya casi 20 soldados y aun dice que
,
le señaló que
temia no se pasasen muchos al príncipe de Orange; y yo digo
á vuestra merced, cierto, que, á lo que entiendo, no pueden estar
las cosas en peor estado.
Estas prisiones dicen que ya casi está perdonado Monsieur
de Lumel del de Orange, aunque habia proveído su cargo en
el conde de Vatemburg.
garago está dentro de Harlcn y ayer se ahorcó su Mayor-
,

domo á vueltas de otros y entre los que han quedado por


,

ahorcar, se dice que está el Secretario del conde de Vatemburg;


pero no so sabe de cierto.
172

D. Fadrique ha mandado saquear un casar y quemar


otro, porque se hacían en ellos cosas en deservicio de S. M.
En 21 de Enero.
Ayer, á los 20 del presente , nos mataron los enemigos dos
soldados de la gola del rebellín;, que el rebellín ya le han
desamparado; mas hánse fortificado en la gola, que es en el

paso de la muralla al rebellín , y sobre la muralla , á la mano


izquierda de la gola, han hecho una plataforma harto buena con
su artillería, aunque no gruesa, sino esmeriles y una pecezue-
la como una naranja, de manera, que á opinión de algunos,

nos estamos casi como al principio.


Ayer salió de la tierra caballería é infantería, algunos tri-
neos la vuelta de Sparandam y según me acaban de decir,
, ;

tomaron siete trineos de vituallas que nos venían. Pocos días


dejan de hacer salidas, y casi ninguna yerran, y pierden en
ellas muy pocos hombres.
A los 19 hirieron de un arcabuzazo en la cara á Monsieur
de la Mota, que era Teniente de la Crassionera, y persona de
mucha importancia en este ejército; su herida no dicen que es
grande, mas á lo menos le estorbará que no pueda servir en
hartos días; queda la artillería harto desacomodada.
A los 21 , á media hora amanecido, siendo el capitán Don
Gaspar de Gurrea de guardia al artillería y á la cabeza de las
trincheas, salieron los enemigos á enclavar el artillería y á
degollar aquella guardia, y los que salieron serian 1.000 in-
fantes, aunque algunos juzgan fueron más, y se vinieron dere-
chos para el dicho D. Gaspar, el cual se halló con hasta 23 ar-
cabuceros de su compañía y con otros tantos de la compañía
de D. Jerónimo de Reinóse, porque los coseletes estaban en el
rebellín , los cuales entretuvieron la furia de la dicha gente
de manera que no les ganaron el artillería; si bien les mata-
ron dos hombres en medio de la artillería , y pasada ella , el

uno de los cuales mató al propio D. Gaspar; y como comenzó á


venir nuestra gente al arma, se retiraron.
Al mismo punto salieron por el molino 500 de los enemigos
á dar en D. Diego de Carvajal, que allí alojaba con otra compa-
173

nía del tercio de Flandes, que el nombre no se aun quién


es, y

les dieron una brava mano con ser elD. Diego muy hombre y
muy buen soldado, y así le hirieron en un muslo de un arcabu-
zazo, de que se entiende que no escapará.
Al mismo tiempo que hicieron los enemigos estas dos mues-
tras de gente , la hicieron también en la muralla , de manera
que entre todos se entiende que hay 4.000 hombres de guerra
dentro, sin los 1.000 tiradores de la villa, demás que cada hora
meten la que quieren.
Hoy han entrado en este campo dos compañías nuevas de
valones del regimiento de Monsieur de Liques, de Capitanes
que habian ido á traer gente.
Aunque sea cuento y de poca importancia, quiero, porque
me parece de alguna consecuencia, decir que anoche llegó el

capitán Esteban de Illán , de Amberes , por la posta , diciendo


que no habia dormido noche ni dia por el camino por llegar á
tiempo de dar el asalto á esta tierra, que todos le decian le

hallarla ya dado, y aun dijo que preguntando al secretario Al-

bornoz la verdad desto, como á hombre que habia de saberla


tan particularmente como era razón, y que se la diria por irle
al Illán su reputación en llegar á tiempo, le respondió el dicho
Albornoz : «vuestra merced no tiene para qué matarse , porque
yo tuve ayer carta de allá de un amigo mió, que entiende
aquellas cosas, y me ha escrito que no so podian detener más
de aquella noche.» Y en verdad, señor, que há veinte años que
soy Capitán y que entiendo tanto de la guerra, como quien pudo
y que á mi parecer, y aun al de otros Capitanes de
escribirlo,

nombre y de experiencia, no parece que llevándose las cosas


como se llevan se pueda tomar esta tierra á lo monos en al-
, ,

gunos dias plega á Dios que nos engañemos y que abra ca-
;

mino como se entre con brevedad, que, cierto, conviene mucho


al servicio de S. M. por muchos respetos que no digo, porque

allá se sabrán mejor.


D. Fadriquo anda muy triste, y algunos que le conocen
dicen que cuando él siente la espolada que se puede bien creer
que es grande y grandísima.
174

Los soldados españoles que dicen que han muerto hoy, son
cinco, y seis heridos, sin D. Diego de Carvajal; junto al artille-
ría se tomó un martillo de los que sacaban para enclavarla.
En 23 de Enero.
Esta mañana nos han muerto los de la tierra, de un arca-
buzazo por el ojo, al capitán Bartolomé, que era único Inge-
niero, y, cierto, muerto él, aunque no faltaran los que faltan se
pasara trabajo; matáronle plantando tres Qañones sobre el re-

bellin para batir la gola del, que es muy fuerte, y la plata-


forma que sobre ella han hecho, que es toda la fuerza que ellos
al presente tienen , y no es poca, cuando no hubiera dentro
tanta gente como hay.
En 24 del mismo.
Todo hoy se ha entendido en batir la plataforma con seis

piezas y la gola del rebellín , con las cuales las tenemos en su


rebellín dellos y parece donaire que nuestra artillería esté de
,

la otra banda del foso y no sea la tierra nuestra.


Esta mañana entraron en ella 12 trineos y esta tarde han ,

salido 90; mire vuestra merced cuan en su mano tienen el entrar


y el salir.

Eobles ha llegado hoy, y aunque no trae más que 100 arca-


buceros y 100 mosqueteros valones, su persona nos ha regoci-
jado tanto como si trajese 6.000 infantes.
D. Diego* de Carvajal está muy malo de su arcabuzazo.
Ayer hubo un fuego muy grande dentro de la tierra, que
parecía arderse en vivas llamas; cesó laégo, y así creemos que
eran algunas casas que se quemaban.
175

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DE JULIÁN ROMERO, FECHA EN ÁMSTRADAM, Á 13 DE ENERO


DE 1573, DIRIGIDA AL ILUSTRE SEÑOR, MI SEÑOR, JUAN DE
ALBORNOZ, SECRETARIO DE SU EXCELENCIA. —NIMEGA ^.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 552).

Ilustre señor: Yo he estado esperando á Este'ban Illán para


haberme de ir al campo, y como veo que se tarda, me he deter-
minado de irme mañana al campo, porque ya me parece que
el negocio comienza á andar de veras. Yo estoy bueno, aunque

no tal como quisiera para poder servir al Sr. D. Fadrique; ser-


virle hé con la voluntad y con mis pocas fuerzas, cayendo y
levantando. Háme enviado á decir que me vaya á posar á su
casa, y que hago que me ha de meter fuego á la mia;
si no lo

yo estoy determinado á obedecerle en todo y aunque no me ;

faltarán regalos no quiero perdonar á vuestra merced la otra


,

caja de mermelada que dijo que me enviaria, porque ésta otra


que me ya de medio abajo suplico
hizo merced de enviar va ;

á vuestra merced me
haga en dar á S. E. mis besa manos.
la

Nuestro Señor la ilustre persona de vuestra merced guarde y


acreciente, como por vuestra merced es deseado. De Amstradan

y Enero 13 de 1573. —Besa las manos de vuestra merced su


servidor, Julián Romero.
Esta carta envió á D. Antonio de la Cerda, en respuesta de
otra que me envió el otro dia : suplico á vuestra merced se la

mande enviar.

* Sobre,
176

FLANDES.
CAPÍTULOS DE CAUTAS ESCRITAS POR UN CAPITÁN, DEL CAMPO, k
UN AMIGO SUYO, DESDE 25 DE ENERO HASTA 10 DE FEBRERO
DE 1573 1. .

(Archivo general de Simancas.— Estado. —Legajo 555.)

En 25 de Enero.
En mi antecedente esereví como ayer habían entrado en esta
tierra 12 trineos , y salido 90 hoy han salido 150, mire
;

vuestra merced
hacen á placer esto y el matar gente
si lo

particular; y aunque casi estamos dentro de la tierra, no


puedo dejar de decir que temo que esto y otras cosas que
pasan no sean parte para que nos retiremos, principal-
mente habiendo en el ejército tan gran descontento como hay.
Hoy, alas nueve horas de la mañana, dieron un arcabuzazo
en la cabeza al Sargento mayor del tercio de Ñapóles^ el qual
no habla.
D. Diego de Carvajal dicen que anda muy cercano á la
muerte.
En 27 del mismo.
Ya tenemos el rebellin y la gola del £'anados, y están ya
los nuestros zapando la muralla; y demás de esto, se bate de
dia y de noche bravamente, aunque, por Dios, que creo que es-
tamos muy cerca de faltarnos municiones y de no poderlas haber
de ninguna parte los enemigos están en el estrecho que se
:

puede pensar; y tanto, que la ruin esperanza que puede haber del
buen suceso de esto es, que estando en tal aprieto no sea
perdida; y pelean hoy los de la tierra tan bien como nunca; y
al entrar ó comenzar á zapar en la muralla , nos mataron dos
soldados de los de Robles, y uno del tercio de Ñapóles, hijo-
de D. Francisco de Urríes . y tros gastadores.

í Carpeta.
177
Hay tan grau necesidad en este campo, que demás de irse
y adolescer mucha infantería valona y alemana, han saqueado
y quemado de tres dias á esta parte dos ó tres casares muy
buenos, que eran los que sustentaban y habian de sustentar
este campo.
Los que hasta ahora se han muerto en esta tierra , con los

que quedan heridos para no ser hombres, serán bien 300 sin un
mundo de gastadores.
En 3 de Febrero.
En illUmo del pasado escrevl á vuestra merced ^, avisándole lo
qui3 aquel dia habia sucedido en el asalto, y el dia antes en la
salida que los enemigos hicieron sobre el artillería; y aunque
después acá he estado mal dispuesto del trabajo de aquellos
dos dias, todavía diré lo que entiendo.
sin decir Jesús, de un arcabuzazo en
Antier mataron,
la cabeza, á D. Hernando de Velasco, su Alférez y her-
mano mayor del capitán D. Pedro de Velasco, del tercio de
Flandes.
Ayer salieron los de esta tierra á quemar un puente que se

les hace para quitarles el socorro ordinario que de cada dia


meten en y saliendo con muchos artificios de fuego, zapas
ella;

y picos para quemar la puente y deshacer el fuerte que en ella


está hecho y se hace más fuerte de cada hora, se tocó arma en este
cuartel, y á un escuadrón de alemanes que detras una abadía
que aquí está habia, y á otro de españoles los mandaron mar-
char la vuelta de la muralla, por la parte de la batería; y los de
la tierra, pensando que era asalto, tocaron el campanon; y así,

los que habian ido á quemar puente y derribar el fuerte que


la

en él estaba, volvieron la vuelta de la tierra á puto el postre,


y dejaron carros de zapas y palas, y fuegos artificiales, que las
zapas y palas no nos harán poco servicio , según aquí hay de
todo falta.

1 Al margen: «Por haber fallado esta caria, y por consiguiente la relación


de eslos dos succesos, se envía loque va aparte, sacada de otras carias, y así
no se asegura por tan verdadera como lo es lo que aquí se contiene.»

Tomo LXXV. 12
178

Hoy á las nueve salieron de la tierra 10 caballos y 50


Infantes , y fueron la vuelta de los valones ,
que es el

cuartel de aquella parte , á la puerta del Pescado , y acertó á se

aliar tras la abadía ,


que era en medio de la escaramuza, un
cuerpo de guardia de 30 herreruelos ,
que de ordinario hay tras
esta abadía ó en casa de D. Fadrique, salieron con gran valor;

y por haber los borgoñones, que eran de los de Monsieur de


Capri ,
portádose mal, mató la infantería un caballero principal
de ellos, y hirió dos, y una piecezuela de la tierra les mató un
caballo.
El dia que digo que fueron á quemar nuestra puente, venían
30 trineos con centeno para entrar de socorro en la tierra , y
los de la puente salieron á ellos, y tomaron los 10, huyendo los

demás sin poder entrar ninguno en la tierra.


Aquí se ha dicho hoy entre el vulgo, que los de Delfe han
prendido al príncipe de Oran ge, que, cierto, seria gran merced
que Dios nos haria, pues nuestro negocio nunca estuvo tan
gastado como ahora.
En 5 del mismo.
A los 3 de éste, escreví á vuestra merced: después hay poco
que decir, sino que me maravillo como
Robles, que era el refugio
que se aguardaba, no entiende en cosa ninguna, y Julián lo
gobierna todo absolutamente; y yo há veinticuatro años que lo
conozco y trato, y nunca le he visto tener por hombre de gobierno,
aunque de soldado, nadie mejor que ól, y pocos
ni, cierto, lo es;

tan buenos; perosi el príncipe de Orange está preso, como dicen,

poco importa; mas si no lo es, á fe que nos duela, y no poco,


si no más que guerra de muchos años á esta parte y se van ,

demás destos los borgoñones y alemanes de 100 en 100; y los

que quedan se mueren de hambre.


En 6 del mismo.
Dos correos 6 estafetas han muerto los enemigos i, con despa-
chos de D. Fadrique, y también creo que el uno de ellos llevaba

* Al margen y con distinta letra: «Fué así verdad, y por eso no se recibióla
carta de últinao de Enero, que arriba se habrá echado de menos.»
179

un pliego mió para vuestra merced, del último del pasado, en que
avisaba del suceso del asalto y de la salida que los enemig-os
hicieron al artillería el dia antes; en sabiendo que es así,
duplicaré lo que allí decia.

Ayer escreví á vuestra merced, y después acá no hay novedad,


sino que el descontentamiento que hay en este campo pasa muy
adelante, y aun se comienza á decir mucho de cómo nos reti-
ramos; yo no certifico qué se hará; pero un hombre de los de
la casa de estos señoresme lo ha apuntado hoy, principalmente,
como vemos que ha parado la prisión del príncipe de Orange,

en decir que se hace gran junta de gente por mar y por tierra
contra nosotros.
Teniendo escrito hasta aquí, me dicen que han llegado tres
hombres de Delfe, y avisan que Himel se quiso alzar con Delfe,
estando allí el príncipe de Orange como al presente está, y que
cada uno juntó sus amigos, y á la fin pudo más el de Orange,
y le envió en prisión al castillo de Torgao, y juntamente
embió á Saxa por dos compañías para poner en su guarda en
Delfe ;
pero llegadas , diz que los de la tierra no los consintieron
entrar; y él pidió que, piies no las dejaban entrar, le dejasen ir

y que tampoco han querido; ni en Leyden quisie-


á él con ellos,
ron, diz que tampoco aceptarlas y con todo no se trata si no de
;

retirarnos; pero ni yo afirmo por verdad lo primero, ni esto


otro tampoco.
En 7 del mismo.
Ayer escreví á vuestra merced: lo que ahora se ofrece es, que
zapamos la muralla por el asiento y no por la coronita , como
por lo pasado; pero con más diligencia de lo que de presente
se pone; no tengo mucha esperanza de la empresa de esta
tierra, ni tampoco creo que sea verdad lo que del Principo y
lo de Delfe se ha dicho ,
porque si lo fuera, hubiera muchos
más avisos dello.
Los de esta tierra han volado desde el último del pasado acá
cuatro minas , las tres han hecho daño ,
pero la de hoy, que
somos á los 7, ninguno; la de los 5 mató y hirió á 16 españoles.
Lo del retirarnos se ha callado, y el venir el duque de Alba
Í8Ó

también, que se decía muy de veras; y todo esto está cuan malo
se puede pensar, y de manera que ayer me dijo un muy
allegado de estos señores que se maravillaba que no hubiese
hombre que avisase á S. M. del fuerte estado en que las cosas
están de presente.
En 10 del mismo.
La postrera carta que á vuestra merced he escrito , es en 7
del presente,y aunque 'dicen que la zapa anda muy buena,
vuestra merced crea que anda todo como en la antecedente de
ésta dije; y al tiempo daré por testigo.
Gente y no poca matan los enemigos y el tiempo; D. Rodrigo
de Toledo dice que está mejor, y D. Diego de Carvajal peor.
Hoy sale caballería é infantería de este campo, á tomar un
casar cabe Alquemar que ,
se ha atrincheado y muerto no sé
,

qué herreruelos, de lo que sucediere avisaré.


En este punto, que somos á los 10, á las once horas de la
mañana, han quemado los de la villa, delante de nuestros ojos,
la imagen de Nuestra Señora, y toda la noche pasada han

estado cantando los salmos de Clement Marot.


En este punto, que es á las doce horas de medio dia, han
volado los enemigos una mina, y nos han muerto 40 ale-
manes y tres españoles, y todos los que combatimos esta tierra
seremos hasta 1.500 españoles, en cuantos somos.
Ayer entraron en esta tierra 100 y más trineos de socorro
con vituallas y municiones, y de ella salen á hacer fagina , y á
otras cosas, con barcas, siempre que quieren.

FLANDES.
RELACIÓN DE LO QUE SE ENTIENDE POR DIVERSAS VÍAS QUE
SUCEDIÓ EN EL CAMPO, Á 30 Y 31 DE ENERO DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 535.)

Que á los 30 salieron de la tierra 1.000 hombres, determi-


nados de enclavar nuestra artillería, trayendo delante de sí tres

Capitanes gascones; y adelantándose como 500 dellos , arreme-


181

tieron con grande ánimo á cerrar con el capitán D. Gaspar de


Gurrea i,
y los soldados que estaban en di en guarda della, los

cuales les resistieron animosamente, y fué bien menester que

lo hiciesen, porque de alemanes y borgoñones nuestros que


los

acudieron allí, quedaron solamente cuatro alemanes, que los


demás volvieron las espaldas huyendo, á cuya causa, y que los

enemigos por este respeto cobraron ánimo y revolvieron sobre


el artillería, fué menester que el dicho D. Gaspar y los soldados

que con él se hallaban mostrasen nuevo esfuerzo, como lo


hicieron, matando entre la misma artillería á un Capitán bor-
goñon de enemigos, y otros dos ó tres, con lo cual los
los

hicieron retirar, aunque todavía mataron alh' al dicho D. Gas-


par y á un sobrino suyo, llamado D. Jerónimo Cerdan, muy va-
liente soldado. El mismo dia hirieron en el rebellín á D. Fran-
cisco de Toledo, y este dia fueron , entre heridos y muertos 10 ,

6 12 de los nuestros.
El propio dia, á la noche, se dio orden á que el siguiente,

que era sábado , se diese el asalto por dos partesuna ;


por la
españoles y por la á una hora
otra valones, todos encamisados ,

amanecido, en la forma siguiente: que por la parte que hablan


de entrar los valones arremetiese Robles que los llevaba á su ,

cargo, con 800 dellos, como lo hizo por la puerta de San Juan,
y tras él 1.000 alemanes, los cuales no arremetieron porque no
tuvieron orden de hacello hasta la que se les dio de retirarse,
como lo hubieron de hacer. La infantería española tenia la
orden siguiente: en la vanguardia, cinco banderas de Lom-
bardía y cinco de Ñapóles, con el Maestre de campo D. Ro-
drigo de Toledo , los cuales arremetieron por la plataforma de
los enemigos; iban con las compañías de Lombardía los capita-

nes Artavona, Martin de Orcaez y Juan de Texeda, y con las


de Ñapóles, Perea, Rodrigo Pérez y D. Alonso de Sotomayor.
En la batalla, D. Gaspar de Gurrea, con cuatro banderas de
Lombardía y cinco de Ñapóles que llevava á su cargo, y le

i Al margen de letra del Roy : «Esto creo que debe ser lo que escribió el

otro dia D. Diego de Zúñiga, digo, esto primero.»


182

habían de seguir y había de acudir hacía la banda de Robles, y


tras él, en retaguardia, había de arremeter el capitán Garci
Xuarez con la resta de las banderas de Lombardía y Ñapóles, y
había de dar sobre la mano dicha de la plataforma, y á él había

de seguir D. Gonzalo de Bracamente, con sus bisónos; pero


aunque se había de seguir toda la dicha orden , no llegaron á
los enemigos sino las vanguardias de los españoles y valones,
porque así por la defensa que había por parte de los de dentro,
como porque llegados al parapeto de la muralla hallaron que
para arrojarse dentro había más de una pica de caída, de
manera que les fué fuerza hace alto ; en el propio parapeto,
hincando las rodillas sin mover paso atrás, donde estuvieron
peleando con ellos más de media hora, á picazos, arcabuzazos y
pedradas mataron al capitán Perea y le metieron dentro, y
hirieron al Maestre de campo D. Rodrigo de Toledo, de un
arcabuzazo, que le rompieron la canilla por encima de la rodilla;
y de dos picazos más hirieron asimismo á los capitanes Tejeda,

Orcaez y Rodrigo Pérez, y algunos otros y soldados.


Oficiales

Dieron en este tiempo los de dentro fuego á una mina que


tenían hecha en la gola, que está entre el rebellín y la muralla,
que voló hartos soldados, aunque no todos peligraron; con lo
cual se quitó totalmente el paso del rebellín á la muralla, y así
las vanguardias se retiraron lo mejor que pudieron , aunque
con algún daño; y el que hubo este día de muertos y heridos
no se sabe de cierto.
Una hora después de pasado lo sobredicho, entró de socorro
en la tierra 300 arcabuceros, y 40 ó 50 caballos; y según la
mucha gente que ha entrado y la que había de los forasteros
y naturales, se cree que hay dentro 5 ó 6.000 hombres de
guerra.
18a

COPIA DE CARTA

QUE ESTEBAN DE IBARRA ESCRIBIÓ AL SECRETARIO ALBORNOZ 1.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 552.)

Muy mag-nífico señor: Hoy es jueves, y Dios, y en hora


buena (sic) los de la villa, como ven que les apretamos de la
manera que ayer escreví á vuestra merced, á la media noche,
paréceme que ponen toda su esperanza en reforzar de gente, y
con la multitud ir defendiendo esta villa, y así les venian esta
mañana, á las dos, ocho banderas en que dicen que habia 2.000
hombres: fueron descubiertos de los nuestros, que con la gente
que ha venido se ha apretado más la villa y crecido en los yelos
dos cuerpos de guardia, demás de las que primero habia, y,
como descubrieron á los enemigos, tocaron arma, y luego acu-
dieron allí la gente que estaba en una emboscada que cada
noche se pone de seis dias á esta parte , hacia aquella banda,
y los herejes, sin aguardarles, se desbarataron luego y rompie-
ron: hánse muerto hasta ahora cerca de 1.000 dellos y toma»
doles dos banderas y hasta 80 ó 90 presos, y entre ellos un Ca-
pitán de Midelbourque ,
que se llama el capitán Guillen, y
muerto otro Capitán de Durducht, que se llamaba Quinich,
cuya cabeza se ha enviado ahora á que la echen los nuestros en
el rebellin, para en pago de la gallina que nos echaron el

otro dia: hace grandísima niebla y los herejes andan todos per-
didos por los yelos y por las dunas ; y muchos se vienen dere-
chos á nuestro alojamiento: andan á caza dellos los valones, que
son los que han hecho la facción, y van trayendo: espero en
Dios que se escaparán pocosy que de aquí á dos horas habré
,

de despachar otra estafeta con aviso que este suceso será


mayor del que se piensa: venia con esta gente el Teniente de

* Carpeta.
184

Batemburque; hay aviso que es muerto; pero no se sabe, ni


hasta ahora puedo decir á vuestra merced más particularidades
destas la niebla es como de noche, y ahora son las ocho horas
:

y media: de lo que hubiere, avisaré á vuestra merced. Dig*o á


vuestra merced en el principio desta carta, que es hoy jueves,
porque en este dia quiere Dios hacer merced á este buen Prín-
cipe, y así han sido sus facciones señaladas en estos dias : la
caballería ha cabalgado, y sin duda todos los que hubieren
tomado el camino de las dunas se perderán; ahora llegan 10
valones con otros 30 presos, y así irán viniendo: si estos villa-

nos fueran como los de Henault ninguno se escapara destos here-


jes. Guarde Nuestro Señor Duque, y á mí me dé gracia que
al

le pueda escrevir siempre nuevas de su hijo, el cual está ya


estas
en la trinchea del artillería, y allí creo que almorzará. Dios por
su misericordia le tenga de su mano, que, cierto, Sr. Albornoz,
16 que trabaja es cosa increíble; ya no hay hombre que pueda

resistirle, y así andamos todos como casas pajizas. Julián vino

ayer, y en su buena dicha se ha hecho lo que vuestra merced


ve. Nuestro Señor, etc.

COPIA DE CARTA AUTÓCxRAFA


DE DON RODRIGO DE TOLEDO AL MUY MAGNÍFICO SEÑOR, MI
SEÑOR, JUAN DE ALBORNOZ, SECRETARIO DEL CONSEJO 1,

DE LOS ESTADOS DE FLANDES, POR SU MAJESTAD ^, SOBRE


HARLEM i. 13 DE ENERO DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm. 552.)

Muy magnífico señor: Por no haber cosa nueva que hacer


saher á vuestra merced, no he hecho esto antes ; ahora lo hago
para hacer saber á vuestra merced que estamos tan cerca de
los enemigos, que no hay cuatro pies en medio del parapeto

* Falta una palabra ,


por estar roto el original.
« Sobre.
185

que está entre ellos y nosotros; y ni los de dentro ni los de


fuera podemos estar levantados sin descubrir las cabezas;
echan muchas guirnaldas de fuego y piedras y agua caliente;
pero hasta ahora, gracias á Dios, muy poco daño nos han
hecho; hémosle tomado hoy cuatro picas ;
pienso que mañana,
con ayuda de Dios, los descubrirá el artillería y se pondrán en
el parapeto las piezas de campaña que el Sr. D. Fadrique ganó
á Lumel y desta manera les será forzoso desamparar el rebe-
,

llín. Unos soldados valones, acaban de traer en este punto un

inglds que habia salido de la tierra, en un trineo, y dice que


la gente que hay dentro son 4.000 hombres, con los de dentro
y con la y que hay 14 banderas y que no
gente de guerra , ,

tienen otra ninguna fuerza dentro más del rebellín si no son ,

unos maderos que tienen puestos en la muralla. También se

acaban ahora de ahorcar cuatro villanos y dos mercaderes que


venian de Delfe.con cerveza para los enemigos; prendiólos un
Gentil-hombre de Utreque que estaba legua y media de aquí,
,

adonde están las cinco compañías de caballos ligeros que


hacian guardar á la marina. Han dicho que el príncipe de
Orange Lumel y á Bertelanz, porque tenian
tiene presos á
aparejado un batel para irse con mucho dinero; esto es lo que
hasta ahora ha pasado por acá. Yo tendré cuidado de avisar á
vuestra merced de lo que sucediere, aunque soy mal cronista;
lo que sabré decir á vuestra merced es que trabaja más el ,

Sr. D. Fadrique que todo el campo junto. Dios le guarde; está

bueno, aunque le ha tratado mal un catarro. Nuestro Señor,


8u muy magnífica persona de vuestra merced guarde y acre-
ciente como pude ^ Del campo á 13 de 1573 fííV^.— Besa la
mano de vuestra merced, D. Rodrigo de Toledo.
Nos han muerto los de dentro al Sargento de D. Jerónimo
de Reinóse, y á un Cabo de escuadra de D. Francisco de Toledo
y un soldado de Eraso bien desgraciadamente porque todos
,
,

estaban á la trinchea, y abra * lo han herido en una pierna.

Será puede.
Está roto el origíDal.
186

COPIA

DE ÜN CAPÍTULO DE UNA CARTA ESCRITA DE NIMEGA,


k 20 DE ENERO DE 1573.

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Conforme al aviso que tuvo los días pasados ,


que el prínci-

pe de Orange i, juntamente con otras villas de Holanda, ha-


bían enviado Embajadores á la reina de Inglaterra , con comi-
sión de ofrecerle la villa de Frexelingas y otras de las más
importantes de Holanda, con que enviase socorro, y principal-
mente de dineros contantes para hacer la debida provisión de
caballería en Alemania,* así se ha entendido ahora que los
dichos Embajadores se han vuelto sin que la Reina haya que-
rido hacer empréstito ninguno ni dar un solo real, y demás de
esto, ha hecho entender al Orange, que su Lugar-teniente
Lumay ha enviado en aquel reino dineros para comprar rentas
de 3.021 florines cada año, de que ella y los de su Consejo han
comprendido que al Orange no faltan dineros, 6 que no sabe
gobernar los suyos ; dejándose en cosas tan gruesas engañar,
la cual cosa publicada entre los rebeldes, ha sido la principal

causa de la presa del dicho de Lumay y de su Lugar-teniente,


y tanto más, que todas las villas murmurando contra el Orange,
no ha hallado otro remedio para pacificarlas que esto porque ,

ya le reprobaban públicamente al Orange, que en todo habia


faltado y que su proceder habia sido engañoso y pérfido, prin-

cipalmente cerca la religión y conservación de los ministerios


y lugares píos y personas eclesiásticas , los cuales habia prome-
tido dejar en su primitivo estado, y no hacer fuerza ni violen-

í Al margen: «El príncipe de Orange y otras villas enviaron á ofrecer á la

que les socorriese de dineros,


reina de Inglaterra la villa de Frexelingas, y y
que no se le proveyó nada.»
187

cia á nadie en lo tocante á la religión; en suma, gran con-


traste y discordia comienza á haber entre ellos, por la mise-
ricordia de Dios, que -no deja de volver los dichos á éste su
negocio, como lo ha hecho en los sucesos pasados , saliéndole

también vanas á estos rebeldes herejes las esperanzas que


tienen puestas en los socorros y ayudas extranjeras de donde ,

sepuede fácilmente considerar, que si no fuésemos conocidos y


reputados por hombres de muy poca clemencia, que nos halla-
ríamos en término de que se redujesen presto muchas villas,

ya que no todas, á lo menos, después de tomada á Harlem


con los soldados que hay dentro, porque se esperaría mayor
movimiento.

FLANDES.

CINTIO CALUI, Á 6 DE FEBRERO DE 1573.

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalburu.)

Pensando y teniendo por cosa cierta, porque por tal lo tenia


y Nimega del Campo, las cabezas^ del, antes que
escrevia á
escroví últimamente al mismo, en 20 del pasado que el primer ,

aviso seria la toma de Harlem llegó ayer el que va en las


:

copias de dos cartas que recebí el cual ha dado á la compañía


,

la pena, de la cual cabrá allá su parte; pues estos sucesos traen


consigo la consecuencia que se sabe, juntándose no ser abun-
dosas ni baratas las vituallas en estos países ni en el campo,
no siendo poca parte de la falta que en él hay, que de la pereza
y términos en que están reducidos los negocios : ya que los
enemigos se hallan señores de la mar y puertos y bocas della,
no habiendo querido ser los señores de la ribera de la Mosa;
pues que la empresa de la villa ypuerto de Encusa no ha
sido ó podido ser de las primeras, como tan necesaria é impor-
tante el servicio, de la cual ribera hasta Dordrich , se aseguraba
con ganar las villas de Bomel, Goeson; la toma de las cuales
era fácil y cierta , y aun sin resistencia si después del saco
,
188

de Malinas se caminara con el ejército á la vuelta dellas, de-


más de ser aquel su camino más corto y derecho desde la

dicha Malinas para pasar á Zutfent, se unieran luego sobre el

dicho Bomel, ya que se quiso ir á Mastrich,y escomenzar la


empresa por Dordrech, tomando la boca de la Mosa y quitan-
do á los enemigos las comodidades, de las cuales nos privan, y
la comunicación que por aquella parte tienen con Gelanda,
como se entiende que estaba así determinado en Nimega , aun-
que después lo mudaron todo, porque como para pasar el
campo al dicho Bomel era su camino por Nimega, adonde es-
taban los Duques, ó cerca parece se obligaba más el de Alba
,

y él en persona á la guerra ; el cual ,


yendo á ella le siguiera el

de Medina, como se lo dijo que lo haria cuando se vino á Gra-


ve y á Belduque , por no haber seguido el campo el de Alba,
habiéndole desde Mastrich gobernado el Sr. D. Fadrique como
lo debieron de encaminar de más atrás ,*
y así toma la derrota

de la villa de Narden ,
que se tomó y quemó con muerte de
todos los vecinos della, después de rendidos, dejando este paso
y ribera embarazada la comodidad, de la cual fuera mucho,
porque della se trajeran de muchas partes y se llevaran vitua-
llas y otras cosas necesarias á cualquier parte que fuera y

tuviera nuestro campo en Holanda, breve y cómodamente,


aprovechándose ahora del do están los enemigos y de hacer ,

á los nuestros grande rodeo, y llevando por la dicha ri-


bera gente de guerra y otras cosas á ellos convenientes, sin
los nuestros que prenden y matan los de Bomel salteando el ,

camino y paso de Belduque á Nimega, y de Nimega al Campo,


y tomando algunas estafetas y los despachos y especialmente, ;

como lo han hecho ahora, que han tomado dos, una que venia
del Campo, y otra que despachaba á él el señor duque de Alba;

y quiera Dios, que pensando que el camino estuviese seguro, no


hayan ido sin cifra los despachos; en el cual Bomel dicen han
entrado parte de los 2.000 hombres que dicen vinieron por
la misma ribera del país de Cleves y de Aemania á servir al
príncipe de Orange; y lo bueno es que con todos estos tra-
bajos y aflicciones que pasan, han publicado los dias pasados
189

los de la casa del señor duque de Alba y del Sr. B. Fadríque,


que el padre ó el hijo se perpetuaban en el gobierno, y que al
de Medina mandaba le S. M. ir á España, ó á servir el cargo
de Ñapóles, como si no estuviese tan bien proveido; la cual pu-
blicación dicen ha añadido poco contento y consuelo en gene-
ral , en estos países y se entiende que aun fuera mayor el des-
,

consuelo y más acabada la esperanza de los que están todavía


esperando algún remedio si vieran que se hallaba el de Medi-
na, aunque éste, como una persona y un consejero, ó, por mejor
decir, un pasajero privado, sin entrometerse ni poderse entro-
meter en nada, ni por orden ni por cortesía ajena; junto á los

consejos que después acá han salido de los que gobiernan,


habiendo causado su apartamiento del de Alba; solo albergue
no podia hallarse en la guerra y peligros della después que ,

no quiso hallarlo en ella el Gobernador y Capitán general de


S. M., á quien seguía y siguiera de buena gana, como arriba
digo; porqueya viéndolos juntos, aunque algunas órdenes que
han dado gran descontentamiento, salian desnudas del parecer
del de Medina, la gente de acá, pensando que consentía en
ellas y que era alma con el duque de Alba, encomenzaba á
perder la esperanza del remedio que de enviárselo S. M. espe-
raban, y también anteviendo parte de los inconvenientes que se
ven, por haberse querido apartar el dicho General de la dicha
guerra, especialmente, que dice el de Medina, que si él tu-
tuviera mando en ella, que por no causar discordia, en ninguna
manera dejará de continuar y asistir á la presencia del de Alba;

pero que no teniendo ninguno, y así no poder canjear bando


ni parcialidad, demás de que en ningún tiempo lo consintiera;
fué, no sólo sin inconveniente la determinación que tomó, pero
muy necesaria y provechosa y parece que por
,
nuestros peca-
dos que han deseado y publicado, según se sospecha por
, los

palabras que se sueltan á algunos.


Del Campo de Harlem, 2 de Febrero.
Estos días se dijo que los de Delf habían prendido al prín-
cipe de Orange : escriben ahora que no fué sino que él hizo
prender á Monsieur de Ltimey y llevarle preso al castillo de
190

Torgao, y con guardia ; todo es por el dinero que este verano


ha sacado el de Lumey de Holanda, y que están todos los de
aquella provincia tan al cabo de lo que pueden dar de su ha-
cienda, que no es posible, que si el Príncipe no tiene otra ayu-
da que pueda durar, aunque no sea sino por dar á comer á los
soldados, que de paga no se usa entre entre ellos sino que con ,

la licencia del hurtar los han entretenido; ellos por una parte

y nosotros por otra, hemos puesto el país en término, que no es


posible que pueda asistir á ayudar á la guerra; y si bien esta
tierra tomada, sin duda, habrá mucho mudamiento, y dudo que
se pueda tomar si no es por hambre, ó que se hagan dos bate-
rías para divertir su gente, que siendo como son 40.000 hom-

bres de defensa, y acometerles por parte estrecha , bien lo pue-


den defender, etc.

capítulos de carta

DEL DUQUE DE ALBA Á CAYAS DE NIMEGA Á 12 DE FEBEERO


,

'
DE 1573 K
«

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 556.)

Vuestra merced dará al Rey, nuestro señor, la carta en que


le escribo lo de la Liga con, el Papa y venecianos , y le diga
que suplico á S. M. mande atender á fortificar la Goleta y las
otras plazas donde el Turco puede hacer daño con su armada,

y que de lo demás no lo tenga en un clavo, porque en tierra

firme no puede damnificar á S. M., y M. á el menos; de S.

manera, que todo cuanto se gasta en la Liga es tiempo perdi-

do, y la armada en aventura. Vuestra merced crea que yo doy


con la cabeza por las paredes cuando oigo decir lo que aquí se
gasta, viendo que no son los turcos los que inquietan la cris-

* Al margen de distinta letra: «Sentimiento y desaprobación de que el Rey


continúe en la Liga. Pide se le socorra, por el amor de Dios.»
191

tiandad, sino los herejes, y estos están metidos dentro de nues-

tras casas, y los otros tan lejos dellas que nos pueden muy
bien dar tiempo á pensar en el remedio; podría á este propósito
decir tanto, que por no cansar no lo dird.
Vuestra merced, por amor de Dios, solicite la nueva provi-
sión conforme á la que escribo á S. M., porque no va menos
que la conservación de sus Estados ^; no dudo del extremo en
que debe estar de la hacienda, y por eso, señor, estoy para
lo

perder el juicio de ver encaminados los negocios de manera


que, si á S. M. le viniese un accidente, por pequeño que fuese,

que le hallase tan consumido que no tuviese fuerzas para resis-


tirle, le ponia en gran trabajo; para sólo estolas quisiera tener
y atravesar por la posta y echarme á los pies de S. M. y pedir-
le 2 mande mirar mucho en esto, por lo que en ello se atraviesa

del servicio de Dios y suyo.


En cuanto á lo de las personas de por acá , que podrían ir á
lo del Imperio, el conde de Aramberque me parece buen sujeto;

el de Arscot no por cierto; podria ir el conde de Hebrestain ú


otro destos vasallos de S. M., y llevar algún presente de cosas
de esos reinos tapicerías y otras y es necesario, que si ha de
,
;

ser se haga luego, aunque no sé si será bien enviar vasallo de


S. M., hombre principal, porque los condes de Nassaono echa-
sen mano del y se saliesen con ello, viendo la poca justicia que
hay en el Imperio.
Vuestra merced me la hará en decir á S. M. me mande en-
viar en todo caso á D. Alonso de Vargas, que es hombre de
mucho servicio, y aquí vánse acabando los de cabo, tan apriesa
como lo escribo á S. M.
He vuelto á recaer de mis indisposiciones, quedo asido de
ambos piós, con tan gran inquietud del pecho, que aun para
firmar ésta no rae da lugar: sírvase Dios dello.

* Aquí entra lo siguiente que está tachado: «Biea sé yo la merced que en


esto rae han do hacer los señores doctor Velasco y Francisco de Cárnica.»
2 Aquí hay tachado: «Que mire lo que hace.»
192

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA

DE GASPAK EOBLES k SU MAJESTAD, DEL CAMPO DE HAELEM


Á 1.** DE ABRIL DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 555).

S. C. R. M.: La carta de V. M., de 24 de Hebrero, recebí en


Nimega al allí á dar cuenta al duque de
punto que llegué
Alba del estado desta ciudad de Harlem y, cierto, puedo ase- ,

gurar á V. M., que á no llegar á aquel tiempo, sin duda me


tomara en el camino de Madrid , adonde me forzaba ir la pura
miseria que paso, y razón grande que tengo de que me haga
V. M., no solamente señalada merced, mas el título y gobier-
no que han solido dar sus antepasados á otros criados suyos,
que sus servicios no han llegado con gran parte á los muchos
mios , como lo probaré con suficientes testigos ; mas visto que
me asegura V. M. que se acordará presto de mí, y de la manera
que me lo promete, no puedo dejar de tornar á hacer en todo ex-
tremo lo que siempre, que es emplearme en lo que se ofreciere

de V. M.; y sabe Dios lo que holgara poder sacar de


al servicio

Frisa alguna gente de la mia, porque esperaba que hiciera


mayor efecto á una que ha llegado tarde, que ha hecho mi per-
sona sola ,
que no oso decir; lo que siento ver es tan larga que ,

tanto importa al servicio de V. M.: todavía espero que se aca-


bará esto presto agora que se ha comenzado á tomar otro ca-
mino, que es cerrar los pasos por donde los enemigos socorrian
este lugar.
En el principal fuerte andamos Julián Romero y yo enten-
diendo en la fortificación ;acabarse há esta semana sin falta;
dariamos ppr bien empleado el trabajo del con que hiciera el

efecto que se cree que hará; y mi venida aquí, aunque la puse


al Duque tres veces en consideración, por lo que podia suceder
en Frisa ausentándome della; escríbenme que está pacífica, y

193

que no lo está el conde de Obrende : sepa V. M. que lo estará

mucho más agora que ha sido Dios servido de darme gracia de


haber concertado y concluido aquel grandísimo pleito de los Be-
nen y Butendistres que há tantos años que dura, y no pudieron
acabar Jorge Jinque, condes de Burén, Aramberge y Mege
que han tenido cargo de negociarle como le he tenido yo por
vacancia : plega á Nuestro Señor que sea parte para que se re-
suelva V. M. y me haga merced en mis dias, porque si la pro-

longa, digo sin falta, que verná á tiempo que no la agradeceré


á V. M., cuya sacra católica Real persona Dios guarde por los
años que conviene á toda la cristiandad y á sus muy humildes
criados y vasallos. Del Campo sobre Harlem, primer dia de
Abril de 1573.— S. C. R. M.— De V. M. muy humilde criado y
vasallo, Gaspar de Robles. Tiene su rúbrica.
íSolre: A la S. C. R. M., el Rey, nuestro señor.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DE DON FADRIQUE k SU EXCELENCIA, FECHA DEL CAMPO SOBRE


HARLEM, Á 10 DE ABRIL DE 1573, PARA ENVIAR k SU MAJESTAD.

(Archivo general de Simancas.—Estado.— Legajo 556.)

limo, y Excmo. Sr.: De dos dias á esta parte he tenido aviso


por muchas vías que los rebeldes hacian gran fuerza en armar
navios para venir á socorrer esta villa, y combatir con nuestra
armada en caso que se lo quisiese estorbar; y la relación que to-
dos me han hecho era, que los herejes armaban hasta en número
de 140 bajeles, algunos bien en orden, y los demás no tanto;
y que la mayor parte de ellos iban llenos de gente que les man-
daban ir á servir por fuerza, por no tener otro género de solda-
dos para servirse ; y casi todas las personas que me referían esto
me han dicho que, sin falta, para mañana, que es viernes, 10
de éste, vernian los enemigos á acometernos; con esta nueva
hice dar gran priesa á levantar el fuerte para ponerle en defensa,

Tomo LXXV. V\
.

194

y meter en él artillería y municiones y su guarnición, porque

el armada quedase desembarazada de aquella guardia, y tuviese


toda su gente en los navios, para poder acudir también en orden,
como está, donde fuese más necesario; y díme también tan
buena priesa á esto que anoche quedó todo proveido aunque
,
,

con trabajo de la infantería española ,


que por no haber llegado
la borgoñona fué menester repartirla en tantas partes, que no
se ha podido mudar la guardia esta noche; y hoy muy tem-
prano me envió á decir el Conde, desde el armada, como se
habian descubierto desde sus navios hasta 50 velas de los
enemigos ,
que venian hacia él, que me advertia dé ello , y de
que se quedaba poniendo á punto para aguardarles y com-
batir con ellos aunque fuesen 200 navios, si le daban ocasión

ó tentaban de hacer el socorro


Entendido esto , mandé apercibir toda la gente , y ordené á
D. Pedro de Velasco y áD. Pedro Henriquez que con 250 arca-
buceros y 50 picas españolas se fuesen derechos al fuerte y á ,

Huyder que llevase allá 150 valones de los de Capres por un


camino que para este efecto he hecho hacer, después que se co-
menzó el fuerte ,
por el cual va la gente desde este cuartel allá
á pié enjuto; y porque desde el dia que tuve nueva que los
enemigos querían tentar de socorrer esta villa, me he persuadido
que su designio seria hacerlo por el cuartel de los alemanes,
valiéndose de la comodidad de la Spava, que es el mejor
camino que tienen , sospeché que lo habian de emprender por
allí, y que de la villa saldría gente á trabar escaramuza con la
nuestra, por dar inpedimento á nuestros soldados en las trin-
cheas, para mientras se ocupaban en aquello meter con bar-
quillas su vitualla por el rio ; envié luego á avisar á los Coro-
neles que tuviesen su'gente apercebida, y al capitán Craso que
con sus españoles y los valones de Mondragon estuviesen
^hve sí, para resistir á los que saliesen de la villa, y para acudir
al rio, si por viesen que los enemigos querían hacer entrada;
allí

y ni más menos ordené que luego viniesen á aquel cuartel


ni
las tres compañías de arcabuceros á caballo, valones, que están
alojadas en Amstradam; y la compañía de Aurelio que por esta
195

sospecha la habia hecho venir anteayer, desde JBenernick, donde


estala demás caballería, á alojar con estos arcabuceros, para que
toda esta caballería, en caso que los enemigos saliesen por allí,

hiciesen espaldas y diesen calor á los alemanes, y cerrasen con


los herejes si se alargaban de su muralla: después de haber
hecho estas provisiones porque á aquella hora no podia yo
,
ir

allá por convenir mi presencia aquí para ordenar otras muchas


cosas; por estar con el pecho más asosegado, mandé á Julián
que fuese allá, el cual llegó á tiempo que ya los enemigos sa-
lían de la villa por ambas partes de la ribera; y por la misma ,

ribera con 16 charrúas armadas, á lo que se puede entender,


con designio de romper el puente que tengo sobre la dicha
ribera, y salir con aquellos navios á juntarse con su armada,
y dejar aquel paso abierto para entrar por él.

Nuestros soldados salieron á recibir á los rebeldes, que serian


más de 1.500, sin los que venian en las barcas y trabaron con ,

ellos una muy buena escaramuza á la cual acudió nuestra ca-


,

y cargaron todos sóbrelos enemigos, siguiéndoles y


ballería
matando en ellos hasta el foso de la villa la infantería revolvió»
;

luego sobre la ribera, y dio tanta priesa á los que venian en las 16
charrúas que las hicieron retirar, dejando perdidas dos de ellas
que venian en vanguardia, en las cuales se mató y ahogó á
la

cuantos en ellas venian y se les ganaron las dos piezas de


,

bronce que ellos habian tomado á los alemanes cuando hicieron


la salida, y otras 10 de hierro. V. E. se asegure que llevaron
por esta parte una muy buena mano: yo llegué allá casi al
tiempo que se acababa, la facción, porque después de haber
enviado á Julián á los alemanes , y á Billi y Gogni al fuerte, y
dejando orden en las trincheas , hice dar tanta priesa á los
borgoñones que habian partido esta mañana de Esparamdam,
que llegaron á tiempo que pude enviar las dos banderas de ellas
al fuerte con Monsieur de la Mota, y yo con las otras tres me

encaminé en seguimiento de Julián, al cual hallé que ya reti-


raba la gente á nuestras trincheas.
La armada de los enemigos en este tiempo se vino siempre
mejorando y mostrando más número de navios, tanto que hubo
106

quien contó hasta 108, los cuales vinieron caminando hacia nues-
tra armada : el Conde , como los vio cerca, salió á ellos con toda
lasuya bien en orden; y como los enemigos le vieron venir con
determinación de combatir, le volvieron las espaldas; los núes
tros los siguieron buen rato tirándoles mucha artillería, y como
les vio huir paró un poco, y luego tomó la vuelta del fuerte

viendo que los herejes se iban; los cuales, como reconocieron


que nuestra armada se volvía, tornaron otra vez á revolver
sobre ella, y el Conde otra vez les acometió, y ellos volvieron á
huir; y con esto el Conde vino á surgir, ya que queria anoche-
cer, con todos sus navios debajo del fuerte, habiendo echado á
fondo un navio de pegar fuego; y demás
los herejes, al cual hizo

de esto es imposible que no hayan rescibido sus navios muy gran


daño porque nuestra armada
,
les siguió gran rato y les tiró

mucha artillería. Mientras esto pasaba en la mar, no contentos


los de dentro del suceso que habian tenido en el cuartel de los

alemanes, salieron hacia la parte del ñierte gran golpe de


gente por tierra y dos barcas con artillería por el canal dere-
,
,

chos á ponerse en un sitio que desde ayer tenia yo reconocido,


para hacer un fuerte que nos será de mucho servicio y gran
importancia y ;
mañana habia
esta encargado á la Mota que lo
hiciese, el cual, como vio á los enemigos apoderados del deter-
minó ganársele y sacando gente de nuestro fuerte se fué para
,

«illos y comenzó la escaramuza y luego cerró con los rebeldes y


,

les hizo- dejar el sitio, en el cual puso mano á labrar á la misma

hora, de manera que espero le terna mañana en defensa, que


nos hará harto provecho para acabar de sitiar del todo esta
plaza. En esta escaramuza recibieron también daño los enemi-
gos, y les siguieron los nuestros hasta sus puertas: dícenme que
se señalaron bien los borgoñones de las dos banderas que envió
al fuerte; y, cierto, á mí me parece gente de
servicio. También

tocaronarma de nuestras trincheas á los de dentro, de manera


que en un mismo tiempo se veia combatir esta villa por todas
cuatro partes; y las dos armadas en la mar, cierto, ha-sido uno
de los más lucidos dias que jamás se han visto, y tengo por
cierto, que con el suceso de hoy se quebrarán las esperanzas
197

que estos traidores tenían en su socorro y espero en Dios que ;

ha de durar esto menos dias de los que se pensó, porque demás


que las señales que se han visto muestran la necesidad que
tienen , lo que que no tienen que
se platica por todo el país es
comer, y aunque un muchacho que se tomó hoy en las charrúas
dice que tienen pan para tres semanas pero no puede ser por- ;

que el pan que hoy se tomó en las charrúas era muy chico,

negro y casi todo de avena.


Por lo que han emprendido hoy á hacer los enemigos^ me he
confirmado en mi opinión, que por ninguna parte tienen ellos
mejor comodidad para socorrer la villa que por la espalda; y
para estorbárselo del todo , he hecho comenzar un fuerte de la

otra parte de la ribera, enfrente de la trinchea de los alema-


nes, y pegado con el puente que está en la misma ribera: que'-

dase labrando en y él, trabajarse há toda esta noche, para que


mañana, placiendo á Dios, por todo el dia esté en defensa; meteré
en él dos piezas gruesas que no dejarán pasar en todo el rio
,

un pájaro así de los que probasen á salir de la villa, como de


,

los que quisiesen entrar en ella; y con esto quedará asegurado

aquel paso, y el cuartel de los alemanes mucho más fuerte.

La armada de los enemigos se tiró, á lo que pareció, á Ams-


teden, y esto me ha hecho pensar que por aquel camino podrían
tentar lo que dicen algunos avisos que tengo, que cuando estos
traidores se vean desesperados del socorro, tienen resuelto
desembarcar gente de su armada que acometa por las espaldas

al alojamiento de los alemanes, y á un mismo tiempo tener


concertado con los de la villa, que salgan á dar en ellos por la
frente , y caiga el que quisiese atravesar por allí y salirse del

lugar. Para esto he dejado toda la gente apercebida y con bue-


nas guardias, y he hecho enviar caballos que estén toda la

noche sobre su armada, para que en haciendo algún movimiento


de desembarcar gente avisen de ello, y acuda toda aquella
caballería á aquel cuartel; donde también acudirán tres bande-
ras dé Pouviler , con las cuales y con las tres banderas de bor-
goñones que hoy he alojado allí, me parece que queda aquello

bien proveído, y más con el ánimo que ha cobrado la gente con


198

el suceso de hoy; y si los herejes se atreven á tentar este


designo, confio en Dios que les saldrá al revés : al Maestre de
campo Julián he dejado noche, y yo me he venido á
allá esta

dar orden en lo que acá se ofreciese y para proveer á la armada


y fuerte de lo que hubieren menester; si mañana no me lo

estorban otros negocios, pienso volverme donde he estado hoy,


por que allí es donde me parece que es menester acudir ahora
con el mayor esfuerzo, no descuidándose con lo demás.
Los españoles tienen muy gran necesidad y ahora les cre-
,

cerá porque les crece el trabajo; también vienen los borgoñones


pidiendo dinero, y todo el resto del ejército me lo pide: suplico

á V. E. mande proveer en ello, porque de otra manera será


imposible tener á esta gente junta, como conviene tenerla,
ahora más que nunca, para lo que se trae entre manos.
El contador Mendíbil avisa de las cosas que son necesarias,
y no se pueden excusar de presente en la artillería; V. E. mande
que se provean luego porque acá hacen muy gran falta.

Ayer recibí la carta que V. E. fué servido responder al des-

pacho que llevó el Contralor del artillería: Francisco Hernández


será testigo del poco lugar que he tenido para despacharle des-
pués que vino: hacerlo hé en pudiendo tener una hora de tiempo.
Guarde Nuestro Señor y acreciente la lima, y Excma. persona
de V. E., como yo deseo. Del campo sobre de Harlem, á 9 de
Abril de 1573. — «El conde de Bossu se gobernó ayer muy pru-
dentemente y como hombre de mucho ánimo. ^Ilustrísimo y

Excmo. Sr. Besa la mano á V. E. su obediente hijo, D. Fadri-
que de Toledo. — Los de.la villa hicieron hacer todo lo que huma-
namente podian hacer los mejores soldados del mundo; esta carta
se escribió anoche, porque la ordené estando haciendo el fuerte,

y de cansado no la pude firmar hasta hoy ^.»

* Lo entrecomado es de mano de D. Fadriqíie.


199

COPIA
DE CAPÍTULO DE CARTA DEL DUQUE DE ALBA k ZATAS, FECHA
Á 16 DE ABRIL DE 1573.

(Archivo general deSimancas.— Estado.— Legajo 556.)

Yo M. en dos cartas lo que vuestra merced verá:


escribo á S.
quedo con muy grande escrúpulo de que no piense, quien
viere la una y la una, que doy descargo, que de S. M. yo estoy
satisfecho, porque me conoce y sabe de la manera que he ca-
minado desde que nací. A mí me ha escocido tanto ver el ca-
mino por donde estos quieren llevar á S. M., que como hombre
que les he mirado muy atentamente, sé muy bien el fin con
que lo yhacen; si más que el negocio del Rey,
no fuera en ello

yo me sufriera hasta poder hablar á S. M. pero va el de Dios, ;

y aunque Él sabe mejor que nadie los medios por donde lo ha


de guiar, yo sé, cierto, que me castigará muy duramente si no
dijera loque entiendo con que he cumplido con ambas obliga-
:

ciones. En aquel papel conviene poner tal recaudo, que en nin-


gún tiempo parezca ni pueda venir á noticia de los allí nombra-
dos que S. M. lo haya sabido sin haberles hecho cortar las cabe-
zas; pero diga vuestra merced á S. M. que sea cierto, que hasta

que aquellos, y aun otros que hay en sus Consejos, sean muer-
tos ó separados de su servicio , donde no tengan autoridad,
S. M. no tendrá aquí cosa de cuantas quisiera.

Otro capitulo de Albornoz^ de la misma data.

Por la cuenta que á Dios tengo de dar, juro á vuestra mer-


ced ,
que si no se mira muy bien mirado á las manos á algunos
Gentiles-hombres, que van procurando de dar con el negocio
de Dios y del Rey en las paredes , nos hemos de ver en trabajo.
Bien sé que no son ellos tan podorosos que puedan salir con
ello; pero, por nuestros pecados, podríales Dios dar el poder. El
200

consuegro de Hopperus se hizo prender, y ahora está sir-

viendo de consejero al de Orange; su yerno entregó el castillo

de la Gande á los rebeldes; y por hacer del buen vasallo, envió


á pedir socorro, y dentro de tres horas que le pidió llegó Val- ,

des con 300 arcabuceros españoles , y ya la tenia entregada,

porque á un mismo tiempo salió el mensajero á pedir el socorro

y entraron los rebeldes en el castillo, pudiéndolo defender tres-


cientos dias y aún años contra los que se le iban á tomar. Pero
entre los papeles que se tomaron al Secretario del príncipe de
Orange hay cartas del yerno por donde
, se ve bien que el ne-
gocio estaba ya acordado. Pues quien desta manera es intere-
sado, no deberia ser creido, y quizá algún dia hablaré yo á
vuestra merced más largo y ;
esto baste por ahora, y aun me
pesado haber dicho tanto, ó, á lo menos, de hallar tanto que
decir.

RELACIÓN
DE LO SUCEDIDO EN LOS ESTADOS DE FLANDES, DESDE LOS 24
DE MARZO HASTA LOS 26 DE ABRIL DE 1573.

(Colección del Sr*. D. Francisco de Zabalburu.)

1 Después de la mano y rota que dio el conde de Bossu en


mar y en tierra á los enemigos que hablan comenzado á hacer un
fuerte sobre el dique de Amstradam, por el cual se iba al cam-
po, vino aviso 2, por cartas escritas del en 27 de Marzo, como
habiendo ido los más Oficiales de los alemanes á negociar con
el Sr. D. Fadrique al cuartel de los españoles, desde el cual
hay al de alemanes y valones más de una legua de
los dichos

camino, salieron á los 25 más de 2.000 soldados de Harlem, y


llegaron tan determinadamente á las trincheas de los dichos
alemanes, que se las ganaron, desamparándolas ellos y aun los

i Al margen y de distinta letra: «27 Marzo 1573. Cómo salieron de Harlem


2.000 soldados á nuestro campo y le hicípron algún daño.»
2 Al margen y de distinta letra : «Otros avisos y nuevas.»
.

201

cuarteles, por los cuales pasaron los enemigos de parte á parte,


no hallando, como se dice, ninguna resistencia, matando dellos

más de 400, aunque otros dicen que fueron más de 600 los

muertos, sin los heridos, que fueron muchos, y algunos valones,


los cuales hicieron poca resistencia; y habiendo durado esta
borrasca más de una hora, se retiraron los enemigos sin recibir
ningún daño dentro de la villa, llevándose ocho 6 nueve ban-
deras, las cuales pusieron luego sobre la muralla, y cinco ó
seis pecezuelas de bronce de campaña que tenian los alemanes
por defensa de sus trincheas, habiendo pegado fuego en los
cuarteles y roto mucha botas de cerveza y algunas de vino
que habia en ellos, y llevándose algunos vivanderos, sin los
que los mataran
A los 2 de Abril vino aviso, por cartas de Nimega, como
á 31 de Marzo pasaron por aquella villa los 1.000 arcabuceros
borgoñones que ahora se han levantado, y que pasaban al
campo, y que del habian escrito que el conde de Bossu habia
acabado de romper el dique, y hecho camino por él y pasado
con poco menos de 40 bajeles á la mar y rias de Harlem , donde
tenian los enemigos sus bajeles , que eran menos en número á ,

los cuales iba dando caza, retirándose y huyéndose ellos, y que

iban en su alcance por el canal que va á la vuelta de Ley den,

y que hasta entonces no se sabia que hubiesen los nuestros


alcanzado ninguno, y que ochocientos pasos de Harlem comen-
zaban á hacer los nuestros, hacia un lugar llamado Gergeo, un
fuerte, en cuya fortificación y defensa asiste el Maestre de
campo Julián Romero con 400 españoles, el cual dicen que
aprovechará mucho para estorbar que no entren á los enemigos
vituallas aunque algunos dicen que no serviría éste sólo para
,

quitarlas totalmente, y que para conseguir este efecto habia


otros dos sitios mejores que el que se ha elegido para levantar
este fuerte, los cuales dicen que los habrán de fortificar también.
A los 3 se escribió de Nimega, como habia venido aviso que
los de la villa de Leyden no habian querido dejar entrar algu-
nos de los del príncipe de Orange, y que querían tratar con
S. M. y reducirse si supiesen cierto que no serian maltratados;
202 ^

y que comenzaba á tratar algún acordio con ellos, ha-


así se

ciendo más guerra la mala opinión y temor que todos los natu-
rales han concebido de los tratamientos pasados
y presentes,
que los mismos enemigos que tienen las armas en las manos,
el cual principal y grande inconveniente, como cesase el reme-
dio de los males que quedan, se haria mucho más y fácil breve.
A los mismos 3 se tuvo aviso como cinco compañías y 300
caballos de los enemigos, con dos ó tres piezas de artillería,
habian ido á tomar el fuerte que Monsieur de Hierges habia
hecho á Rancv^^ay sobre el Burén y Vich, en el cual
Rin, junto á
estaban 300 soldados alemanes y y luego el dicho de
valones,
Hierges partió con los 1.000 borgoñones altos que ya marchaban
haciael campo, los cuales habian llegado tres dias antes á Ni-

mega, como se dice arriba, y con 340 mosqueteros españoles; y


fué á tan buen tiempo la ida del socorro, que ya los enemigos ha-
bian tomado una iglesia que estaba delante del dicha fuerte, el

cual también se perdiera, porque no tenian vituallas los que le


guardaban; y entendiendo los enemigos la gente que iba á so-

y que se acercaban, no los quisieron aguardar, y


correrle, así
se retiraron y huyeron ; una muy buena obra,
lo cual ha sido
porque si los enemigos tomaran el dicho fuerte, nuestro campo
padeciera mucho por ser el paso más principal é importante
por donde va á él lo más necesario tocante á vituallas y otras
comodidades, y así se cree se pondrá mejor recaudo en la guar-
dia del dicho fuerte.
A los 6 vino aviso que el conde de Bossu habia tomado siete
ú ocho barcas grandes, cargadas de vituallas, que iban á entrar
en Harlem , y que quedaron sin hacer el paso de aquella mar,
por lo cual comenzaran presto á tener necesidad los soldados
que estaban dentro y así se entiende que comenzaran á tratar
;

de desamparar la villa y ponerse en salvo aunque se espera ,

que también se les cerrará el paso, que seria de grandísima im-


portancia privar al príncipe de Orange de esta gente, que es la
mejor que tiene. El cual aviso, después no se ha confirmado ni
tampoco el de Leyden antes, vino á los 8, que el príncipe de
;

Orange venia á socorrer á Harlem con 100 velas que juntaban


203

en Exclusa, Leyden y Delft, aunque se entendía que serian


la

de poco efecto por estar mal armadas y nuestra armada, aun- ;

que en menor número con mucha gente y bien artillada y


, ,

que para estar más segura aguardábanlos 1.000 borgoñones


altos para poner en ella 500, y que los de dentro de Harlem no
hacian ya las bravatas que solian, y que tiraban muy poco por
no gastar la pólvora de valde, aunque sabian que habían
muerto en las trincheas á dos Capitanes españoles, uno de los
viejos, que se llamaba D. Esteban de Quesada, y otro de los

nuevos, y que decían algunos que cuando menos catasen se


saldrían los de la guarnición y se pondrían en salvo; y que si
todos ellos acudiesen al cuartel de los alemanes ó de los valo-
nes ,
que ellos se harían camino por estar los cuarteles alojados
de manera que se pasaba alguna distancia de tiempo, por mu-
cha priesa que se diesen á querer los del un cuartel ayudar á los

otros, aunque dicen que ha dicho el Sr. D. Fadrique que no se


le ha de escapar hombre, lo cual plegué á Dios que así sea,

porque seria de mucha efecto para facilitar lo que queda; y que


los nuestros atendían con diligencia á trabajar en los fuertes que
se hacian á las bocas y pasos por donde solían entrar y salir

de Harlem, con los cuales estaría de veras cercada aquella vi-

lla, siendo estos fuertes los que dijeron algunos, que no fueron
creídos al principio , del cerco que convenía hacerse tarde ó
temprano, mayormente después que entró la mucha gente que
defendió los primeros asaltos.
A los 7 de Abril , en la noche , salieron de Bomel hasta 400
soldados y algunos caballos , y llegando al amanecer á un vi-

llaje grande que está tres leguas desta villa de Belduque que se
llama Longuestat, y á poco más de una legua del camino para
ir desde ella á Amberes, dieron sobre los soldados valones (que

eran hasta otros 400), y por cabeza dellos el capitán Haro, por
orden del señor duque de Alba, que había llegado aquella
noche de tomar dos castillos que tenían ocupados los enemigos,
los cuales habían venido allí antes al dicho efecto ; y por guarda
y seguridad de aquel paso y camino y contorno, y tomándolos
descuidados, habiéndose quitado las centinelas después que
204
amaneció, que no pudiendo los nuestros tomar á tiempo sus
armas y juntarse, llegando los unos y otros á las manos, que-

daron de ambas partes muchos heridos y muertos, y fueron


forzados algunos de los nuestros á retirarse, y parte dellos sin
armas á la iglesia, por no tener lugar de tomarlas, haciéndose
fuertes en ella, de la cual, saliendo el dicho capitán Haro con
algunos dellos para dar una carga á los enemigos, quedó él

herido de un arcabuzazo, del cual después han dicho que es


muerto, y habiendo acudido á la villa de Belduque á pedir so-
corro al Gobernador, les envió 400 alemanes de los que están
en ella de guarnición, los cuales, habiendo llegado, hallaron
que los enemigos se hablan retirado aquella mañana temiendo
el dicho socorro; y llevando algunos prisioneros que los nues-
tros hablantomado, quedando por muertos y heridos de los
enemigos más que de los nuestros; y es cosa de compasión el
daño y grande embarazo que ha hecho y hace este Bomel , por
correrías y presas que hacen en todos
las continuas salidas,
estos contornos los soldados que están en él , mayormente em-
barazando el paso desde Amberes á Nimega, y aun de Nimega
al campo, tanto, que no puede ir ni venir dinero, ni vituallas, ni
municiones que no sea con escolta, y grande, y á muchos pasa-
jeros cogen, y matan algunos; y todos los españoles, viéndose
cada dia más el grande inconveniente que ha sido haber deja-
do este tropiezo en parte y paso que convenia tenerle tan
llano y seguro, y que con grandísima facilidad se hubiera hecho
al principio, después del saco de Malinas, con sólo caminar el

ejército su camino, corto y derecho, la vuelta de Zutphen, bas-


tando sola la vista del dicho campo para que desamparasen
aquella villa los enemigos que estaban en ella, como se sabe
cierto que lo hablan de hacer.
Por cartas del campo se ha tenido aviso como á los 9 , la

armada que el príncipe de Orange ha hecho aderezar en Delft


y Leyden, de número de 100 velas, pero muy mal armadas de
artillería y gente vino para
, socorrer la villa de Harlem y ,
es-

tando Monsieur de Bossu con nuestra armada junto á los fuer-


tes, escaramuzaron y se cañonearon desde medio dia hasta el
205

anochecer sin hacerse efecto que importase, habiendo los nues-


tros echado á fondo una nave de los enemigos, los cuales,

viendo no poder socorrerla villa, se volvieron adonde habian


salido, y mientras duraba lo de arriba dicho, salieron de Har-
lem ocho bajeles armados con intención de venir á romper
cierto puente que los nuestros tienen hecho sobre otro rio que
va á la dicha villa de Harlem, junto al cuartel de los alemanes,
por donde pensaban tener el dicho socorro ; y habiendo sobre él

y al derredor buena guarda de arcabuceros españoles y valones,


se dieron tan buena maña, que tomaron dos bajeles de los
dichos ocho, matando todos los que iban en ellos, y recobrando
dos piezas de artiltería de las que se perdieron el otro dia en las
trincheas de los alemanes, que ha sido buena nueva, y se dice
que dentro de la tierra no hay vituallas para diez ó doce dias,

y que así, no pudiendo el enemigo meter en ella el socorro que


pretende, que la tierra será presto nuestra, lo cual plegué á
Dios que sea así como ya es menester , y se entiende que el

enemigo procuraba otra vez de venir para quererla socorrer,


pero que los nuestros están muy determinados para defenderles
el paso.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA

DEL DUQUE DE ALBA k SU MAJESTAD, FECHA EN NIMEGA


k 17 DE ABRIL DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 656).

Siendo la voluntad de V. M. pasar adelante este verano con


1

laarmada de la Liga, no temé que decir en ésta más de que,


pues V. M. lo hace, terna por cierto es lo que conviene á su
servicio; pero lo que me ocurre sobre la jornada, no dejaré de
decirlo á V. M.
Vistas las prevenciones que el Turco tiene hechas para salir

í Al margen : « Parecer de lo que debe hacer D. Juan.»


206
su armada, no se puede dudar que haya de ser fuerte, y se
puede tener por cierto, que asimismo terna hechas por tierra
las prevenciones necesarias, de manera que yo no me puedo
persuadir que el Sr. D. Juan pueda hacer empresa ninguna;
las causas para esto yo no las dird á V. M. ,
pues las tiene en-
tendidas mucho mejor que Que es imposible que un
nadie.
campo igual con otro, ni una armada igual con otra, puedan
liacer empresa otra que defender cada uno lo que le toca ó venir
á batalla. El defender lo que le toca á cada una de las partes,
esto tengo por cosa muy llana que ambas armadas lo harán.
El venir á batalla sobre esta defensa, podría ser que se viniese
á ello; lo cual seria de tan grandísima desventaja para V. M.,
como se ha visto por lo pasado. Que en ganalla no se gana
más que quitar al enemigo, por un verano, el no estar tan
fuerte como lo están V. M. y sus coligados, y V. M. aventura,
perdiendo (lo que Dios no permita), toda Italia: siendo tan des-
igual lo que se pone á la pérdida con lo que se gana en la
ganancia, es mucho de mirar cómo se procede en este negocio,

y por esto seria de 'parecer que V. M. enviase d mandar al Señor


D. Juan precisamente, que por ninguna cosa de la tierra no
combata voluntariamente. Si fuere menester alguna cosa de los

coligados, que pruebe todas las otras vías y formas que pudiere
haber en el mundo para socorrerlo y defenderlo sin venir á la
jornada, que para esto han de ser las buenas cabezas, para
buscar los expedientes á estas cosas, que ir á dar con la ca-
beza en el enemigo, no hay nadie que no lo sepa hacer. El
Sr. D. Juan es mozo, y su oficio y lo que debe hacer un hom-
bre de su edad es combatir, y si no lo hiciere, no cumpliria con
su edad. Es de V. M. el remediar esto, y así suplico yo á V. M.
que con grandísimo rigor vaya á la mano en
y le ponga ello

freno tal que no le deje salir de lo que V. M. manda.


. También he visto la instancia que V. M. hace para que el
Emperador condescienda á entrar en esta Liga: yo suplico
á V. M. mire mucho en esto lo que hace, y mire que al Empe-
rador le conviene muy mucho la tregua, si la puede pasar
adelante con el Turco, y que mire V. M. que esta Liga no puede
207
durar mucho, porque con venecianos es imposible, aunque ten-
gan buena voluntad, que puedan durar al gasto, y que al Em-
perador se le baria muy mal tiro en hacerle dejar lo que le con-

viene por cosa que no ha de durar; y también á V. M. quedaría á


cuestas la queja del Emperador, y atarse V. M. con un nudo
tan fuerte, como tener metido al Emperador en esta Liga, para
no poder salirse V. M. cuando le pareciere convenir á sus nego-
cios, y á V. M. le quedaría á cuestas la queja del" Emperador,

como tengo dicho, y el sostenerle forzosamente, y haberle de


ayudar con grandes sumas de dinero, que cuando hiciere esta
ayuda por S. M. será muy bien hecho, pero cargárselo por
obligación como sería esto, no sé si convendría á su servicio; y
nunca podría V. M. jamás socorrer con tan grandes sumas que
llegaren á la queja. A mí nunca me salen de la cabeza los ne-
gocios de V. M., á quien suplico perdone mis impertinencias,
pues la causa de decirlas es la que tengo dicha. —Nuestro Se-
ñor, etc. De Nímega á 16 de Abril de 1573.
En la carleta dice: De Nímega á S. M., 1573. Del duque de
Alba, á 17 de Abril. Recibida el 7 de Mayo.
De letra de Zayas: Contiene lo que le parece había de hacer
el Sr. D. Juan, pero aun no sabia que fuese rota la Liga, que
no sé cómo tardó tanto en llegar allá el aviso.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA

DE DON FADEIQUE DE TOLEDO AL DUQUE, MI SEÑOR, DEL CAMPO


DE SU MAJESTAD S03RE HARLEM Á 7 DE MAYO DE 1573,
,

PARA ENVIAR k SU MAJESTAD.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 556.)

limo, y Excmo. Sr.: Esta mañana tuve aviso que los rebel-
des se habían apoderado del dique ,
que está entre Amstradam
y Oudeckerke, que es el camino derecho desde Utrech á Ams-
tradam, y que se estaban fortificando allí á gran furia; y luego
208
le tuve así como desde el dicho dique habian pasado á ocupar

y se fortificaban en el que viene desde Muyden á Amstradam,


que es el camino que se hace de la dicha Amstradam á Nardem,
de manera que con esto venian á cerrar los dos caminos por
donde ^ «viene la victualla á este eje'rcito: dejo considerar á
V. E. en el aprieto que me pondría esta nueva, pues está claro
que no echando de allí los enemigos, fuera esfuerzo levantarme
de sobre esta villa por falta de mantenimientos»; y porque
entendí que los rebeldes que habian ido á hacer este efecto
eran de los desta armada, y que por el Harlemmar habian
pasado anoche con hasta 50 ó 60 navios de los que aquí tenian
á hacer la dicha facción, viendo las cosas en tal estado, y que
era necesario breve remedio , me estaba preparando para esta
noche tener mi armada apercibida y bien proveida de gente,
para con ella dar al amanecer sobre la parte de la suya que
aquí ha quedado, aunque parece que era imposible poder romper
los unos sin que fuesen ayudados de los otros, por no estar más
de legua y media distantes; pero la necesidad en que me via,
me hacia posponer todas estas dificultades por el remedio , el
cual pareció más cierto en esta manera que por ninguna otra
vía:andando tratando esto y juntando la gente que para ello
había de ir, me vino nueva como los de Amstradam (que habian
ido sobre los enemigos con las dos banderas que tienen de
burgueses de la villa) les habian ganado ambos sitios, de que
se habian apoderado en los dichos diques, y degollado más de
300 de los herejes, y tomádoles siete navios que en ellos habia;
lo cual dicen que les subcedió más fácilmente porque al tiempo
que los de Amstradam les acometieron , acertaron ^ «á asomar
por las espaldas las siete banderas de gastadores que vienen á
que sallan de Wesop y los rebeldes, entendiendo
este ejército, ,

que eran soldados y que los habian tomado en medio, perdie-


ron el ánimo y se pusieron en huida: ha sido obra de Dios, á
quien se deben las gracias dello. V. E. se asegure que este

* Todo lo que está entre cornado, se halla en cifra y descifrado al margen.


i ídem id.
negocio me tenia en tanto cuidado, que me habia puesto en
condición todo lo que aquí tengo entre manos. Mire V. E. qué
país es éste y qué cosa es tratar con diques, los cuales son tan-
tosy por tantas partes, que es imposible que yo los pueda
guardar y tener cerrada la villa con dos tantos de gente de la
que tengo; y así, suplico á V. E., que por un sólo Dios, que ó
del regimiento de Hierges ó del de su hermano, se me envíen
cuatro ó cinco banderas que poder ocupar en la guardia de los
diques, porque de otra manera cada dia me darán estos sobre-
saltos, y alguna vez de manera que me pongan en muy gran
aprieto: yo he enviado á Monsieur de Gogni á reconocerlo todo

y á ver en qué partes se podrán hacer algunos reductos ó fuer-


tes con que asegurar dichos diques: V. E. me haga merced de
esforzarse á proveerme de gente para meter en ellos, porque yo
no la tengo en ninguna manera , si no es abriendo el asedio á
esta villa.» Esta mañana recibí la carta de V. E., de 4 deste; si

algo hay que responder satisfaré mañana. —Nuestro Señor la


Ilm^. y Excma. persona de vuestra merced guarde como yo
deseo. Del campo 'de Harlem á 7 de Mayo de 1573.

FLANDES.
LO QUE HA SUCEDIDO DESDE 22 DE ABRIL HASTA 18 DE MATO.

(Colección del Sr. D. Francisco de Zabalbiiru.)

^ Por cartas de Nimega de 22, se entendió que de Harlem


saheron algún número de soldados y que acometieron uno de
,

nuestros fuertes que estaba cerca del agua, y que los que le
guardaban, debiendo ser pocos, desampararon, y así le ga-
le

naron enemigos y le
los hallaron razonablemente proveido de
lo y aunque pensaba que volverían los nuestros
necesario;
luego á recobrarlo, ha venido aviso del campo, por cartas de 28,
que los enemigos siempre le tenían por suyo, y que le habían

1 Al margen: «Avisos de lo que va sucediendo en lo de Harlem.»

Tomo LXXV. U
210

fortificado; y que á los 23 se apareció á nuestra armada la


enemiga, y que intentó de socorrer la tierra, mas que no hizo
efecto ninguno y se retiró á un cuarto de legua de la nuestra,
á vista, y que se estará allí por parescerle estorbará para poder
ganar y que habian comenzado la gente della, á la
la villa;
parte donde iban, á hacer un fuerte, y que sacaban artillería de
un bajel para ponerla en ól; y que la causa de hacer el dicho
fuerte es que, como los enemigos quieren estar con su armada
á vista de la nuestra, y tan cerca, que se temen que no vaya á
dar sobre ella; y así, para mejor asegurarse, quieren tener con
que la defender desde tierra, como la nuestra tiene sus fuertes
que y ofenden la enemiga.
la defienden

Por cartas de 26, 27 y 28 se escribe del campo y de Nimega,


que habiendo salido mucha cantidad de gente de Harlem con
tablones y otros aparejos para fortificar sus fuertes, dieron sobre
ellos los nuestros, y que se los hicieron dejar, y los hicieron
entrar en la tierra, y tomaron un prisionero, el cual dijo que
los de dentro no tenian falta de victuallas, sino de pólvora,
que se les va acabando; y que así, en c'onfirmacion desto,
dos días después se descubrió como los enemigos de fuera envia-
ban en la villa, por cierta parte, que los nuestros no guarda-
ban con una barca algunos saquillos de pólvora, y que se pro-
cura de remediarlo, y que se les dará algunos asaltos falsos
para que más presto acaben la pólvora; y que habiendo el

Sr. D. Fadrique mandado dar á los 25 un asalto falso por el

efecto dicho de disminuirles la munición, que los de dentro


respondieron á él con muchos arcabuzazos, y hicieron tres ó

cuatro escuadrones, y que se echó bien de ver la mucha gente


de pelea que hay dentro; y que así, en lo del tomar el lugar no
se dice ni se trata agora más dello, según escriben, que el

primer dia; y que la armada de los enemigos se está todavía á


vista de la nuestra, y que van haciendo ellos también sus
fuertes y que se habian de juntar con los bajeles enemigos
,

otros 15 ó 20 y cuatro galeras ó excusa galeras pero que nues- ;

tra armada no los estimaba, y que se estaba queda en su


puesto.
211

A los 24, en la noche, salieron los de Bqmel y tomaron en


una aldea que está á legua y media ó dos de Bolduch, á un
Comisario llamado Portillo, y á dos Capitanes de gastadores y
á tres ó cuatro españoles con 3 ó 4.000 tallares que traian de
Amberes para la paga de los dichos gastadores, los cuales

manda agora levantar de nuevo el señor duque de Alba, y


algún número de soldados valones; de manera que cuasi cada
dia hacen alguna presa los soldados de Bomel y Bura y Gorlon,

y andaban con gran solicitud para si pudieran coger este últi-


mo dinero que venia de Amberes para el campo; pero vino con
tan buena escolta, que pasó seguramente, sin la cual no queda
ni pasa cosa segura en todos estos caminos y contornos, con
todo que los soldados de aquellas guarniciones se han dismi-
nuido por haber sacado parte dellos, como dicen, el príncipe
de Orange para juntar más gente para el socorro que intenta
de fíarlem. Después se ha dicho que el dicho comisario Portillo
se concertó con los que le prendieron en cierta talla que hizo,
y diz que dicen los de Bomel ,
que los de Harlem matan y han
muerto harta gente, que ellos no quieren sino dinero.
A l.° y 2.° de Mayo vinieron cuasi los mismos avisos,
como los de arriba; y que para darse á entender los de Harlem
á los nuestros que no tienen falta de victuallas, hablan, álos 28,
echado fuera de la muralla más de 100 vacas y bueyes á pacer,
y que desde la tarde del dicho dia hasta la mañana siguiente
de los 28 no habian hecho otra cosa sino tirar, y que después
de haber cesado , habiendo salido de nuestras trincheas cinco
españoles á mirar si querían tornar á tirar, los mataron á todos;
de que queda espantado el campo de ver la muestra que dan
los de dentro para quitar la opinión que habia entre los nues-
tros de la falta de la pólvora, que se tenia muy por cierta, como
lo de las victuallas ,
pareciendo lo contrario de lo uno y de lo

á lo menos no tener los cercados tan estrecha necesidad de


otro,

ambas cosas, como se habia publicado, ó ser ardid dellos para


encubrirla y disimularla; y antes, á los 27 de Abril, en la noche,
salieron de la tierra mucha gente, unos con una encamisada y
otros con dos barcas cargadas de escalas y tablones para echar
212
puentes sobre los fosos, metiendo las escalas debajo y los tablo-
nes encima, y los ataban y tenian hecha ya mucha parte para
poder llegar á la armada y meter victuallas ; y no sabiendo que
á la propia hora habián puesto siete compañías de españoles en
aquel lugar, dieron en ellos, yá la primera rociada de arcabu-
ceros huyeron y dejaron las barcas y todo su aparejo, y lo que
habían puesto; y que á los 29, por la tarde, tuvieron los nuestros
escaramuza con los de la tierra que salieron, y que murieron
muchos de ambas partes, aunque más de los enemigos; y que
se decia que el príncipe de Orange andaba juntando toda la
gente que puede con designio de tentar de dar por tierra sobre
nuestro campo por una parte , y que los de Harlem salgan por
otra, y que la armada enemiga, que dicen pasa de 130 velas,
anda barloventeando á tiro de cañón de la nuestra los más dias,

y que quizá un dia se ha de atrever á perderse 6 meter en la


tierra socorro.
Por cartas de 3 y 4 de Mayo se entiende que habia llegado
á Nimega un Gentil-hombre del duque de Lorena á ofrecer al
de Alba que quiere su amo procurar de cerrar el paso por su
Estado á losenemigos y darle á los nuestros, y que se habia
escrito de Alemania, que en la feria de Francafort dieron al
conde Ludovico cantidad de dineros y crédito, y que levanta
gente; y que otros señores en Alemania hacen lo mismo, que no
se sabe para qué efecto; y que los de Harlem pusieron, el pri-
mer Mayo, un Mayo florido sobre la muralla; y que
dia de
habian hecho una gran salva, y que los nuestros respondieron
con otra mostrándoles una horca y que el primer dia de Mayo,
;

por la tarde, se descubrió en la mar alta una armada de hasta


100 velas, y que se pensaba que era la nuestra que volvia de
"Walchren, ó que era la de los enemigos que
le venia á cerrar el

paso; pero otros, más pláticos, han dicho que eran bajeles de
Osterlanda que venian cargados de trigo y que fueron á des-,

cargar á la Brila, que es la primer villa y puerto que se perdió


el año pasado en Gelanda, antes de Frexelingas;
y que por
orden del Sr. D. Fadrique habian llevado tres piezas de artille-
ría al cuartel de los alemanes, y las habian puesto frontero del
213

fuerte que los enemigos tomaron á los nuestros, el cual quieren


batir para volverle á g-anar y para estorbar que los enemigos
no saquen por allí su bestiaje á pascer, y que habian tomado
los nuestros dos barcas que venian con socorro á los enemigos,

en habia seis toneles del pólvora y algunos sacos de


las cuales

queso; y que por aquí ge entiende que los de la tierra no deben


tener todo lo necesario, y que así se espera que brevemente ha
de ser nuestro el lugar, y que son cinco los fuertes que los
nuestros han hecho y guardan, y que habian de hacer otros
dos ; los cuales , aunque sean necesarios para guardar todos los
pasos de las entradas y salidas , todavía no deja de ser incon-
veniente estar repartida la gente de nuestro campo (que no es
muy copioso) en tantas partes, por si quizá cargase golpe de
enemigos por diversas partes, por lo cual se desea que presto
llegue la gente que se espera y que se engrandezca más nues-
tro ejército.

A los 5, por la mañana, fueron los soldados de Bomel á una


aldea gruesa, que estaba una legua de Ostrat, y la saquearon
y quemaron, haciendo muy de ordinario otras correrías y robos
y quemas.
Por carta de Nimega, de 6, se entiende que á los 4 mandó
el Sr. D. Fadrique á seis arcabuceros valones que fuesen á re-
conocer un fuerte que los enemigos, cerca, del que tomaron, tie-

nen hecho ; lo cuales fueron, y los enemigos los dejaron llegar


y volver sin tirarlos ni hacer muestra ninguna de que los habian
visto; y visto esto, fueron otra vez 12 soldados, y tampoco los
enemigos tiraron ni hicieron más mudanza que á los seis pri-
meros y vueltos estos 12 soldados, determinóse de que fue-
;

sen 100 valones y arremetiesen, á los cuales,como los enemi-


gos los vieron, salieron á y mataron algunos, y a los demás
ellos

á arcabuzazos les hicieron retirar más que de paso; ellos, diz


que saben hacer bien su efecto, porque no quieren pelear con
poca gente ni tirar tiro en balde, sino todas las veces- que ven
tropa de gente de los [nuestros salen á escaramuzar con ellos;
que de los fuertes que tienen cerca de los nuestros y otros que

van haciendo cada momento, diz que lo hacen, y dice este cor-
214

reo que tienen tantos fuertes hechos como nosotros fuera de las
murallas; y que no se menean los nuestros á hacer la menor
cosa del mundo contra ellos, que ludgo no se previenen del
reparo ;
como agora van las cosas han de ir de aquí ade-
y si

lante, que hay Harlem para muchos dias; y dicen algunos plá-
ticos que han estado en Harlem, que no siendo de las villas

fuertes de aquella provincia de Holanda, por haber otras que lo

son más, aunque se tome en breve (lo cual se duda), que no


será sino por harhbre, y que así, no tan presto, porque no es-

taban tan desproveídos de victuallas como se piensa, y procura-


ban de entretenerse hasta que llegue la gente de Italia que se
espera y crezca más nuestro campo: como juntamente no se
pierdan los soldados que defienden la dicha Harlem será un
hecho de poca importancia, por que se irán á meter en Delft y en
más fuertes, para la expugnación de las cuales será
otras plazas
menester mayor ejército; y que así tornará á ser esta cura larga
y mucho más costosa aún de lo que ya lo ha sido hasta aquí.
Después del primer aviso que vino de Amberes que nuestra
armada, por cabeza de la cual iba Sancho de Ávila, castellano
de Amberes, como la otra vez partió de aquella ciudad á los 18

y que llegó á los 21 á la isla de Walchren, Medelburgy Rame-


quin, que son las plazas que iba á socorrer, habiendo pasado á
pesar de la armada enemiga, aunque escaramuzaron y se caño-
nearon ambas, habiéndose esperado con gran deseo hasta hoy, 7
de Mayo, algún aviso más cierto y verdadero de lo que pasó en-
tonces y de lo sucedido á la dicha nuestra armada; después acá
no se ha podido tener nueva cierta dello, sino lo que se enten-
dió por relación de un marinero y un muchacho que iban en
un bajel de la dicha nuestra armada, los cuales dijeron que, al

pasar peleó con la enemiga y que se perdieron cinco ó seis na-


ves de las nuestras, y que todos los demás bajeles tienen por
cierto llegaron á Medelburg, y que mataron á mucha gente de
los enemigos; y, pues (como arriba se dice), no ha venido nin-
gún otro aviso ni ha llegado carta del dicho Sancho de Ávila,
se duda que los enemigos hablan tomado en el paso las barcas

y bajeles que las traian, porque como tienen gran número de


215

navios y son tan pláticos de aquella mar y canales, lo podían


hacer; que asimismo procuraran de coger los demás que vinie-
sen con avisos hasta que vuelva el dicho Sancho de Ávila
con toda la armada y se haga camino, no dejando de tener á
todos con pena y cuidado esta incertinidad que hay en ella,
diciéndose varias cosas; y que habiéndose oido desde tierra
firme muchos tiros de artillería, se juzgaba que debian quizá
haber ido sobre Canfer el dicho Sancho de Ávila y que le batia,

echando á la buena parte los dichos tiros, cosa harto mala, y


que da gran cuidado haber veinte dias que partió de Amberes
la dicha nuestra armada sin tener nueva della que se pueda
llamar cierta, estando tres ó cuatro leguas de la tierra que po-
seemos.
Después se ha entendido, por cartas de Amberes ,
que los
enemigos fueron á saltear una isla y un lugar que está cerca
de Vergas, en el cual habia algunos soldados valones del coro-
nel Mondragon y que ,
le tomaron y mataron los dichos solda-
dos, el cual lugar se llama Tola; dicen que es de importancia,
porque es menester que las naves pasen cerca del, y así quiera
Dios que no sea verdad, ó que lo vuelvan los nuestros luego á
cobrar, porque no dejaria de causar empeño.
Por oirás cartas de Amberes y de Vergas, de 8, se entendió
como lo que arriba se dice de la presando la isla y lugar de Tola

que no fué verdad, sino que habiendo desembarcado hasta siete

enseñas de enemigos con designio de tomar la dicha isla y lu-


gar, tomaron primero un castillete que los nuestros guardaban;
y habiéndose atrincheado los contrarios para hacer la dicha
empresa que tenian trazada, habiendo después de desembarca-
dos escaramuzado con ellos el coronel Mondragon caminando
,

la noche de los 7 con 450 arcabuceros valones , volvió á dar


sobre ellos al amanecer, tan determinadamente, y tomólos tan
desapercibidos, que les ganó las trincheas y el fuerte que
tenian hecho, poniéndose en desorden y en huida para volverse
á embarcar en sus bajeles y escapar : fué tal la carga y priesa
que les dieron nuestros soldados, que mataron á los más, y los
otros se ahogaron, y muy poquitos, que dicen no pasaron de
216

50 6 60, so escaparon; de manera que pasaron de 1.000 los


enemigos que quedaron muertos y ahogados, y algunos pri-
sioneros, y entre ellos tres ó cuatro Capitanes, que ha sido muy
buena facción y de- importancia , y en ocasión muy buena.
Por las dichas cartas de 8, se ha entendido también como
hablan llegado otras de Medelburg, escritas á los 6 por Mon-
sieur de Beauvois y el castellano Sancho de Avila, en que
dicen que estaban aderezando y armando otros 10 ú 11 navios
para volver en breve con toda la armada, y que vendrían otros
bajeles de los detenidos en Medelburg cargados de mercaderías,

y que en Amberes se armaban otras cinco ó seis naves para


reforzar más la dicha nuestra armada, para que pueda ser
superior ala enemiga, como se espera que lo será, que será
cosa de grandísima importancia; y que los cinco ó seis bajeles

que se dijo se habian perdido de cuando pasó la


los nuestros

armada á Medelburg, que fue verdad, habie'ndose quemado dos


dellos y defendídose tan bien, que vendieron los nuestros bien
caras sus vidag á los enemigos, muchos de los cuales quedaron
muertos y heridos; y que quedan en Frexelingas y Canfor,
los

no dejarán de sentir mucha falta con la pérdida de 1.000 6 1.200


que arriba se dice, que era mucha parte dellos y de los mejores
que estaban en aquellas plazas.
Por cartas de Nimega, de 10 y 12 de Mayo, se entiende que
habian escrito del campo, que habiendo desembarcado algún
número de enemigos cerca de Amstradam, y comenzado á hacer
un fuerte en el paso de Utrech para estorbar las vrctuallas que
van al campo, salieron de la dicha villa de Amstradam dos
compañías de valones para estorbar á los enemigos su designio,
y que pasando por allí á la sazón 700 gastadores que iban al
campo, descubriendo los enemigos tanto número de gente, y
pensando que todos eran soldados que iban sobre ellos dieron ,

á huir y desampararon el dicho fuerte que habian comenzado á


hacer; y antes que se pudiesen embarcar todos, dieron los nues-
tros en ellos y mataron y prendieron hasta 150, y les tomaron

dos pecezuelas de artillería, y seis 6 siete barcas de victuallas, y


que hay grande esperanza que se tomará presto Harlem, por
217

tenerse cada día por más cierta la falta de pólvora que dicen
que tienen de dentro; y que
los les quería
el Sr. D. Fadrique
hacer batir la puerta por donde sacan los de Harlem su bes-
tiaje á pacer, y hacer volar una mina para más desasosegarlos

y hacerles gastar la poca munición que tienen.


Por cartas del campo, de 25, se entiende que es lo mismo
que arriba se dice.

Hasta hoy, 15 de Mayo, no se entiende ni sabe cosa cierta


de nuestra armada sino lo que en el capítulo antes deste se
,

dice, y que la semana pasada se oyeron muchos tiros de arti-

llería hacía Ramequin, y que duró el tirar dos días uno tras
otro, y se juzgó que se habían encontrado las armadas y com-
batido; y que la*nuestra había quedado vencedora, y
se dijo
ganado 15 ó 20 navios de los enemigos; y aunque se está con
esta buena esperanza, como no ha habido hasta ahora otra
nueva ni confirmación desta última que se dice , nos tiene con
cuidado esta suspensión y tardanza, esperándose siempre que
será bueno el primer aviso que viniere el cual se aguarda por ,

horas y momentos.

COPIA DE CARTA ORIGINAL


DE JULIÁN ROMERO AL DUQUE DE ALBA, DE HARLEM k 25 DE
MAYO DE 1573.

(Archivo general de Simancas— Estado.— Lpgajo núm. 556.)

limo, y Excmo. Sr. : V. E. me manda que yo le avise en el

estado que están las cosas de esta tierra, que para darlo á enten-
der es menester gran juicio y haberlo estudiado mucho, porque
son tantas las cosas que sobre esta tierra pasan, y las que cada
día se aparecen de nuevo, que no sabró comenzar á contarlas.
Este otro dia se determinó en Consejo, que pues que habían
venido los gastadores, que se comenzase á hacer alguna cosa,
y fuó que se camínase por entre el foso y la muralla, la vuelta
da los cuernos de su retirada, ganándoles dos ó tres cuerpos de
218
guardia que ellos tenían hechos debajo de tierra, fuera de la
muralla, con muy
buenos tablones, á prueba de mosquete, y
que todo á un tiempo se caminase con otros dos caminos, por la
batería vieja, la vuelta de la frente de su retirada,- y así se
comenzaron estos cuatro caminos que digo, todos á un tiempo,
haciendo tablados para defendernos de las piedras. Al cabo de
cuatro dias que se comenzó esta obra, hablamos entrado por los
dos caminos derechos, caminando muy bajo más de cuarenta
pasos dentro de su terrapleno, sacando gran cantidad de tierra,
y fué de manera que se sacó fuerza para cegar por cuatro partes
el foso,* ya que llegábamos al cabo de su terrapleno por los cami-
nos que digo, la vuelta de los cuernos se hablan ganado, por
cada uno de ellos dos cuerpos de guardia con harto trabajo y
peligro , porque los tenian debajo de tierra, que no se parecían
sino las troneras y era menester descubrirlos para echarles
,

fuego; y con dos bombas de agua que nos echaban por encima
de la muralla nos mataban los fuegos por ^-randes que eran, y
,

de alquitrán, que muchas veces andábamos el agua hasta la


rodilla, y mojados de manera que parecían que caian dos rios
sobre nosotros ; y viendo los enemigos que no les bastaba esto
para defenderse de nosotros, que no les fuésemos ganando tierra,

derribaron muchas cosas de dentro de la tierra, y hicieron gran


provisión de ladrillo cerca de su terrapleno; y un dia, á deshora,
comenzaron á tirar tanta cantidad de ladrillos por todos los
cuatro caminos, que dentro de una hora nos hablan echado
los tablados encima hechos pedazos; y juntamente con esto
venían echando gran cantidad de tierra con palas , de manera
•que dentro de cuatro ó cinco horas hablan echado tanto ladri-
llo y tierra, que hicieron una montaña por cada uno de los cami-
nos, másque pica y media y así vinieron cinco dias cami-
alta ;

nando de noche y de dia echando tanta


la vuelta de nosotros , ,

cantidad de tierra y de ladrillo como digo, que en breve tiempo


nos cegaron todo lo que habiamos hecho; y venían caminando
la vuelta de nosotros con cuatro montañas de tierra, sin tener re-

medio de poderlos resistir aunque nuestros gastadores no hacían


otra cosa de noche y de dia sino sacar tierra; pero no hacíamos
219

más mella que si no sacáramos ninguna. A este instante nos


hallamos tan desproveídos de leña y puntales para los tablados,
que nos ganaron mucha tierra; y luego con grandes diligencias
á proveer de tablas y puntales para fortificar los tablados que ,

no teniamos otro remedio para podernos defender de sus monta-


ñas , sino fortificar mucho los tablados ; y así como llegó la ma-
dera, los fortificamos de manera que ellos nos tienen las monta-
ñas encima, no cesando de echar tierra y piedra; y nosotros
vamos caminando por debajo de los tablados y de sus montañas
la vuelta de los cuernos que por la mano izquierda, hacia San
,

Ju.** *, estamos ya debajo del cuerno por la mano derecha no :

se ha llegado, porque es un poco más dificultoso; pero dentro


de tres ó cuatro dias, á lo más tarde, estaremos en él: los dos
caminos derechos no se camina por ellos ,
porque ahora seria
obra larga tornar á entrar por ellos. Creo, con el ayudado Dios,
que como hayamos llegado á los cuernos, dentro de pocos dias se
los habremos volado, y por allí les entraremos, porque es cierto
que les falta ya la pólvora; y de aquí á tres semanas les faltará
elcomer y esto se sabe por 18 prisioneros que se tomaron el
;

sábado, en la noche de los 23: de 60 que sallan para ir á su armada


á traer pólvora, matáronse 20, volviéronse á la tierra algunos,
y hasta 15 ó 16 pasaron á su armada, y algunos de ellos heridos:
es cosa de espanto pensar por donde salen y se escapan por medio
de nuestros fuertes , saltando fosos que es cierto que desde la
,

tierra hasta su armada que saltan más de cien fosos, y algunos


de ellos más anchos de pica y media; y con todo esto han salido
ya dos veces; pero entrar no ha entrado ninguno, ni se atreve
á ello por donde se entiende que los que salen hacen más dili-
;

gencia porque salen del fuego: la manera que tienen los que sa-
len para avisar, es llevar dos ó tres palomas, y como llegan á su
armada escriben lo que tienen que y átanlo á la paloma
escribir,

y suéltanla, y luego ella se viene á su querencia; y así tienen


los avisos. Tienen hecha gran cantidad de palos para saltar,
qoe son muy ligeros y gordos, y más largos que picas, y al

A\ niargeo: «Juao.a
220

cabo con un hierro como pica, y abajo un palo del grandor de


un platillo pequeño para que no se hunda en el lodo que hay
,

en los fosos: y de esta manera saltan. Viendo el Sr. D. Fadri-


que que ya dos veces habian salido de la tierra por aquel lugar,

fué ayer á verlo con propósito de remediarlo, y no hallamos


otro remedio sino hacer una triuchea desde el bosque hasta
el fuerte de la Estrella, y desde el fuerte de la Estrella hasta el

Romerillo otra; y habrá desde el bosque ala Estrella pasados


de mil pasos, y de la Estrella al Romerillo 300: hecha esta trin-
chea con un foso ancho por delante, no habrá hombre en la
lierra la salte y de esta manera se perderán todos los que
que ;

saliereny los que quisieren entrar. La trinchea se ha comenzado


esta mañana con dos compañías de gastadores, y no se alzará la
mano hasta que esté hecha; y en el entretanto proveyó el señor
D. Fadrique que se doblase la guardia por los dos caminos
con 100 picas más' de alemanes, y que las postas se espesasen
más, y las centinelas las hiciesen dos arcabuceros y un piquero;
y esté sin los cuerpos de guardia que hay de trecho á trecho,
de manera que por la vuelta de la mar y por la tierra está tan

cercada esta villa de guardias y de rondas, que es imposible


que entre hombre, ni saldrán más de los salidos. Todo el campo

podemos decir que cada noche somos de guardia y de ronda; y


todos lo toman en paciencia y lo dan por bien empleado por ,

dar fin á esta tierra que hacen la guardia y centinelas á la


: los

vuelta de la mar la hacen sin calzas y el agua por encima las


,

rodillas: prometo á V. E. que con 100.000 hombres no se pu-


diera cercar esta tierra como ahora está cercada, ni se hicieran
las guardias que ahora se hacen con esta poca gente que aquí
tenemos. Con ellas espero en Dios que tomaremos esta tierra
antes que lleguen los que vienen de Italia , aunque si llegaran
ahora no era malo ponerles otra batería á la otra parte del bosque,
porque los prisioneros dicen que están por allí muy descuidados
y no tienen ningún terraplén;
reconocer dos noches el foso ,
y el Sr. D. Fadrique
que en muchas partes no llega
lo ha hecho
^
más de á la rodilla, y adonde más un palmo más de encima de
la rodilla ; si se le hubiese de poner batería, habíasele de comen-
221

zar á batir en amaneciendo, y dar el asalto después de comer,


y no dejarlo para otro dia, porque en una noche la harian ellos
más fuerte questotra; esto se entiende si aquí tuviésemos gente
para darles el asalto y si no, la tomásemos por otra vía antes
;

que llegasen los de Italia, que llegados ellos, muchas cosas se


podrían hacer. Suplico á V. E. perdone mi poco entendimiento,
que yo no sabría dar á entender lo qua aquí pasa de otra
manera que lo que aquí pasa es más digno de venirlo á ver de
:

cien leguas que no escribirlo, porque ni lo habrán visto los


nacidos, ni se hallará escrito lo que aquí ha acaecido; y con sola
una palabra callarán todos los del mundo. Pregunto á V. E. ^^en
dónde se ha visto ú oído decir, que de una tierra cercada y
ganado el foso muchos días há, que salgan de la tierra con cuatro
montañas á la par, tan grande cada una como el mayor caba-
llero que tiene el castillo de Amberes, y más alta dos veces, y

que vengan caminando la vuelta de los de fuera, y que se vea


cada dia que ganan tierra? Y, en verdad, que la que traen en-
frente de nuestra plataforma, que con ser tan alta que la llama-
ban ellos la Torre de Babilonia, es la que ellos traen tan alta; y
como han sacado á la par, no parecen sino cuatro caballeros
las
que se flanquean el uno al otro y si tuvieran pólvora pudieran
;

poner artillería en ellos, y echar con ella y con mina de la trín-


chea; y con esto quiero acabar, esperando en Dios que en breve
tiempo enviaré á V. E. el buen suceso de esta tierra. —Nuestro
Señor la ilustrísíma y excelentísima persona, de V. E. guarde,
y en estados acreciente como yo su servidor deseo. Del campo
sobre Harlem, y de Mayo 25 de 1573.— limo, y Excmo. Sr.—
Besa las ilustrísímas y excelentísimas manos deV. E. su ser-
vidor, Julián Romero.
Sobre: Al limo, y Excmo. Señor el duque de Alba, mi señor,
Mayordomo i
del Consejo de Estado de su * nador y Ca-
pitán general 3 Estado» de Flandes.

* Falta una palabra en el oi igioal,


2 ídem.
5 ídem.
222

COPIA DE LA CARTA

QUE ESCRIBIÓ ESTEBAN DE IBARRA, DEL CAMPO Á 26 DE MATO


DE 1573, AL SECRETARIO ALBORNOZ ^,

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo núm.;556.)

* Muy magnífico señor : Antes de responder á las dos cartas

de vuestra merced de 24 , que he recibido hoy, quiero hacerle


relación de lo que aquí ha pasado desde anoche á las once
hasta esta mañana á las cuatro, que es una hora después de
amanecido.
Al amanecer vinieron nuestros centinelas ,
que la armada
de los rebeldes habia hecho fuego, y que de la tierra le hablan
respondido con la misma señal, y avisaron dello á D. Fadrique,
mi señor. S. E., entendiendo lo que podria ser según la rela-
ción de los presos, se puso luego á caballo, y después de haber
dejado en estos cuarteles la orden de lo que hablan de hacer la
gente , y los Oficiales dónde habian de acudir con ella envió á ,

avisar á nuestra armada y al tio que, como ayer escreví á vues-


tra merced, está en los fuertes, que estuviese toda su gente
apercebida y en buena guardia por los caminos y canales que
se guardan, y que le avisasen de mano en mano de todo lo que
hubiese de nuevo en el cuartel de los alemanes, para donde se
encaminó S. E. luego, tras haber hecho las diligencias que
digo: yaque S. E. llegaba al cuartel de Polvilar, que serian
como las once horas y media de la noche, comenzaron á tocar
arma nuestras centinelas en los fuertes, y de allí acudió el
arma á todo el ejército los rebeldes echaron en tierra de su
;

armada gente, la cual, por tres partes vino á tentar nuestras


centinelas y cuerpos de guardia que están entre fuerte y fuerte,

< Carpeta.
* Dentro.
223

j halláronlas tan bien apercebidas y tan fuerte y bien guar-


dado todo ,
que les salió su negocio vano ,
porque por todas las

tres partes donde los traidores acudieron les rompió nuestra


gente , y hizo volver huyendo con tan grande pérdida dellos

como adelante se dirá. Al tiempo que esto pasaba en los fuertes,

obra de 25 ó 30 navios de los suyos hicieron vela, y se vinieron


á poner enfrente de nuestra armada y del fuerte nuestro grande,
y comenzaron á tirar con su artillería y dar gritos, haciendo

muestras de querer combatir nuestros navios, y por otra parte


enviaron otros 20 de los suyos hacia Amestede, donde está
alojada parte de nuestra caballería, que es á espaldas del aloja-
miento de los alemanes, y allí echaron gente en tierra é hicie-
ron acometimiento por aquella parte, y algunos dellos fueron
á tocar arma á las guardias de caballo y de pié que están en
el camino de Hiligon ; y al capitán Autremon ,
que está en la

iglesia de aquel villaje, por orden de S. E. fortificado en la


iglesia del, le acometieron también dándole grandes voces; á
todo esto, S. E. estaba en el bosque proveyendo á todas partes
de gente y cabezas para socorro de los puestos por donde nos
tocaban arma, y estándolo haciendo así, salieron gran golpe
de enemigos de la villa, los cuales vinieron con el mayor
denuedo del mundo á pegarse con la triuchea de los alemanes,
de manera que ya ellos habian acometido por todas partes
y por todas se combatía, y no se veia sino fuego, porque
también por este cuartel, siguiendo la orden que S. E. habia
dejado, y viendo que en el bosque y en los fuertes y en las

armadas se combatía, tocaron los nuestros á la tierra por las


trincheas y por la Bresa una grandísima arma; yo aseguro á
vuestra merced que por hora y media no habia sino un fuego
alrededor de este lugar, que parecia que lo quemábamos por
todas partes. Hizo grandemente al caso la presencia de mi
amo en el cuartel de los alemanes, porque demás que desde
allí se halló en puesto muy acomodado para proveer y ordenar
lo que proveyó y ordenó, fué de tanta importancia su presencia
allí, que ios alemanes y valones y borgoñones que allí se halla-

ron á regate y competencia unos de otros, combatieron mila-


224
grosamente, y hubiéronlo bien menester, porque, cierto, estos
traidores lleg-aron á las trincheas tan resolutamente ,
que que-
daron dellos tendidos más de 30 pegados á las trincheas, y
muchos de nuestros soldados las saltaron y salieron á pelear
con los rebeldes fuera, en lo raso, y así les fueron siguiendo y
matando hasta meterlos en la villa; el conde de Hebrestangh
mató, en presencia de todos, de bueno á bueno, dos con la
espada; y todos los alemanes combatieron maravillosamente:
encerrados los enemigos por esta parte , llegó el aviso como á
los que se hablan desembarcado en Amestede, de los arcabuce-
ros á caballoy 200 borgoñones que allí mandó acudir S. E., les
habian hecho volver á embarcar, y más que de paso y que de ;

los que habian llegado á Hiligon, como estaban más lejos de la

mar, cortaron obra de 40, que todos quedaron muertos, excepto


dos; de manera que ya en todas partes estaba quieto el nego-
cio, excepto á los fuertes , que andaba una grita la mayor del
mundo, porque como los rebeldes que habian venido de la ar-
mada á querer pasar á la villa de la manera que he dicho, fue-
ron rotos y desbaratados de nuestra gente, pusiéronse en huida
por diferentes caminos , unos hacia la tierra , otros á la armada
de donde vinieron y á sus fuertes ; otros , desperdiciados y per-
didos, se escondían en el agua por aquellos canales, y la grita
que nuestra gente hacia andando á caza dellos, que duró hasta
más de una hora de dia ; prendiéronse hasta 21 , y han presen-
tado hasta ahora, de los muertos, 170 cabezas, sólo de la ar-
mada, sin los que se mataron en el alojamiento de los alemanes,
como está dicho, y los que quedaron en Amstende é Hiligon;
los presos dicen que salieron de su armada 800 hombres, que

venian á hacer espaldas á 80, que traian 80 saquillos de pólvora


de á 25 libras cada uno;los cuales se habian resuelto de morir

ó entrar en la villa, porque de dentro les han avisado que no


tienen un grano della; hasta ahora se han hallado 69 sacos
destos por aquellos prados y en los canales de manera que
,
,

cuando bien se hubiesen salvado y entrado en la villa todos los


demás, serian en todo 11 saquillos; y esto es cierto por muchas
Vías que en la villa no entraron de todos más de cinco hombres,
225

y estos fué menester que pasasen á nado los canales ,


porque
con el miedo perdieron que traian para saltar y los
los palos

tablones que traian para pasar, de manera que, en efecto, ya


que les haya entrado pólvora, es sola la que pudieron llevar estos
cinco; y, en verdad, se tiene por cierto que si la metieron fué
mojada, aunque lo más aparente es, que por escapar se dejasen
el peso, como lo dejaron todos los otros, porque ninguno se
halló con la pólvora á cuestas, sino tendidos los saquillos por
los prados, donde los iban dejando cuando huian: esta facción,
á mi parecer, es la que da ganada esta villa, y ha sido la más
importante que aquí se ha hecho después que S. E. se puso
sobre esta plaza; la cual, á mi juicio, está ya muy al verde,
como dicen en Italia; y yo aseguro á vuestra merced que por
vigilancia no se faltará, porque ya está resuelto todo este cam-

po, que hasta acabar esto no hay dormir de noche, y todos han
de ser de guardia; y si seis dias mantenemos que no les entre

pólvora y les hacemos, como haremos, gastar la que tienen, los


habemos de tomar, placiendo á Dios, como gallinas. Dios nos
ha mirado con los ojos de su misericordia, y así espero en su
Divina Majestad que ayudará á mi amo para acabar jornada
que tanto le cuesta, con el honor y reputación que merece lo

que aquí ha trabajado: vuestra merced crea que tan linda cosa
como la de anoche no se ha visto jamás , ni más de ver que la
arcabucería que anduvo de suerte que todos éramos fuego;
hoy ha estado la villa marchita, y estarálo más ahora, porque
acaba de llegar el Conde con los navios. Nuestro Señor se ha
servido darme gracia que despache otro correo á vuestra mer-
ced con las nuevas que se deben esperar de su mano. No he
despachado correo á vuestra merced esta mañana, porque mi
amo, aunque anoche no me hallé con él, porque me mandó
quedar aquí con Norcarmes, envió esta mañana por mí, y hasta
ahora que anochece no he podido venir.

Tomo LXXV. 15
226

COPIA DE CARTA

DÉ DON FADKIQUE DE TOLEDO AL DUQUE, MI SEÑOR, DEL CAMPO


SOBRE HARLEM, Á 8 Y 9 DE JUNIO DE 1573. —PARA ENVIAR Á
SU MAJESTAD ^.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 556.)

2 limo, y Excmo. Sr. : Con el contador Juan de Navarrete


que partió de este ejército, envié á decir á V. E. que luego des-
pacharía persona que fuese á hacer relación á V. E. del estado
en que está la espugnacion de esta plaza; y hallándose aquí
D. Bernardo de Ayala, he querido con él dar cuenta á V. E.
de todo lo que en esto se me ofrece, para que entendido lo que
acá pasa, mande V. E. lo que fuere servido, y se siga en todo

su orden ,
que es lo que tengo yo por mayor fundamento para
acertar en cuanto pusiere la mano.
A los 16 de Mayo escribí á V. E. como caminaba con mis
gastadores la vuelta de los cuernos de la retirada del enemigo,

y que los Iba echando de los cuerpos de guardia que tenian de-
bajo de su primer reparo , y el designio que llevaba después de
llegado á los cuernos; y también di á V. E. cuenta en esta
carta que con la venida de los gastadores me hallaba con tanta
gente, que demás de los dos caminos que se hacian para ir á
los cuernos, me iba metiendo con trincheas por dos partes,
dentro de su retirada, pasando al primer reparo: después de esto,
á los 25, di á V. E. aviso como habiendo caminado con las dos
trincheas que iban dentro , y con las otras dos que llevaba la

vuelta de los cuernos de la retirada , por la una y por la otra


mano, los de la villa, y que ya habian per-
viéndose apretados,
dido todos los cuerpos de guardia que por ambas partes tenian.

* Carpeta.
3 Dentro.
227
habían tomado una resolución del diablo, que fué deshacer
casas, y á furia de ladrillo y tierra henchir los caminos que
nuestros gastadores iban haciendo, y levantar montañas con
que venir sobre mis trincheas ; y que por hallar los tablados fla-
cos, me habian puesto en condición de hacerme dejar toda la
obra; pero que todavía habia defendido y tenia libres los cami-
nos que iban á los dos cuernos , aunque los rebeldes no cesaban
de venir con su obra adelante: yo he pasado con la mia hasta
los cuernos,y aun más adelante, no embargante que la tierra
que estos traidores nos echan, es en tanta cantidad y con
tanta fuerza, que dos ó tres veces me han cegado los caminos,
y se han tornado á abrir con gran dificultad ^ «de los dichos
cuernos , cada tres minas , las cuales se hacen de manera que
cada una de ellas saltará de por sí, porque mi intención es que
el dia que se hubiere de pegar fuego á las minas, esté mi
gente con orden , y hacer que se dé fuego á una de las otras
minas y en saliendo aquella hacer acometimiento de ir con mi
;

gente al asalto, mejorándome con ella un poco, para que el


enemigo acuda á la defensa sobre la muralla, y luego dar fuego
á la otra y hacer otro acometimiento, mejorándome más con mi
gente , y después dar fuego á la tercera * con lo cual tengo por
cierto que será tan grande el taque que los enemigos recibirán,

y tanto espanto, que atónitos y medrosos se han de perder for-

zosamente de ánimo, y esto podria ser de manera que las mi-


nas me hiciesen tal brecha, que asaltase por ella la villa, tanto
más que para el mismo tiempo he aparejado como acometerles
por esta banda, y por la del bosque con ciertas barcas que
tengo en orden con máquinas de madera, las cuales pienso llevar

por la Spava, y meterlas en el foso de la villa sin que me lo

puedan impedir y de ,
las dichas barcas echar sendos puentes
sobre su muralla, por donde pueda entrar golpe de gente, sin
ser ofendidos hasta llegar á combatir con los enemigos , dentro

* Todo lo que está entrecomado, se halla escrito en el original entre renglones

y al margen, y parece ser la traducción de unas cifras que tiene el manuscrito de


aquella época.
228
de su reparo , lo cual está tan bien hecho», que no me parece
es cosa de mucho fundamento y muy cierta; porque certifico
á V. E. que no creo que se ha hecho más linda machina que la
que ha de llegar por esta parte, desde que el mundo es mundo,
porque es un puente que desde mi trinchea subo sobre su muralla
de ellos con 25 hombres de frente , y con parapetos por los la-

dos , y la frente á prueba de mosquete ; y delante lleva dos pie-


zas de artillería, las cuáles se asientan sobre su muralla, y
juegan descortinando por dentro; y no parezca á V. E. que
esto es cosa embarazosa, porque no son menester más de tres hom-
bres para plantar toda esta machina; y no han de entrar los solda-
dos en ella hasta que esté asentado el puente y seguro; ésta es
mi intención, y en lo que ahora se entiende, si los enemigos
con la tierra y con otras diez mil diligencias que hacen no me
lo estorban, como se esfuerzan cuanto pueden á hacerlo.

Los avisos que tengo desta plaza son diferentes : unos han
dicho que tienen mantenimientos para muchos dias, otros acor-
tan el tiempo, de manera que dicen no se pueden sustentar
nueve dias: si los españoles de Zelanda hubieran llegado, yo
más resolutamente fuera d aunque para decir
lo del asalto ,

verdad, los que aquí están muestran tanta gana de acabar esta
empresa ellos, que se han dejado entender que lo tenían
ápundonorqueviniese otra gente á ayudarles. Suplico áV. E. sea
servido mandar avisar en ello, y enviarme á mandar lo que
fuese servido, que esto tendré yo por mejor, y lo procuraré
efectuar puntualmente. Nuestro Señor, etc. A 8 de Junio de 1573.
Al tiempo que me traen ésta para firmar, ha salido un hombre
de la villa, natural de ella, y muy conocido de los soldados es-

pañoles que han alojado en esta tierra , el cual asegura que no


hay en el lugar pan para más de toda esta semana; y que
cuando mucho le habrá á todo reventar para mediada la que

viene ; dice que antier se acabó el pan , y que no dieron á los


soldados otra cosa de comer sino buñuelos hechos de cebada y
avena, de la que tenian tostada para hacer cerveza, que en
francés se llama graynhrase ^ mezclado con cierta miel, que
ellos llaman citre^ y en francés com]^ote, que son tan negros
229

los buñuelos como tinta, y á los burgueses no les dan de esto


más de media libra para dos personas, y á los soldados lo mis-
mo; excepto que dice que los valones y franceses se han con-
certado y toman por fuerza lo que pueden; también certifica éste
que habrá tres dias que enviaron tres hombres los de la villa al
príncipe de Orange, avisándole que nosepodian mantener más
que por toda esta semana; y que "esto se lo decian por último
aviso porque no habia ya con qué esperar más ; y demás que
,

yo doy crédito á lo que este hombre dice, porque se ha venido


de su voluntad, se lo doy también porque conforma su aviso
con el del por la misma, y otros dos, los cuales han
que salió

dicho que duraria el pan de trigo hasta el tiempo que éste dice
que se acabó.
También me confirma lo que éste dice, un aviso que acabo
de tener agora de una espía que me suele decir verdad, el cual
me certifica que el príncipe de Orange entró ayer en Leyden, y
que le vio él, y que vendrían con él hasta 3.000 hombres, con
los cuales dice que era pública voz y fama que venia á socorrer
esta villa, y que lo habia de hacer mañana, ó este otro dia,
porque los de esta villa le hablan escrito una carta con su san-
gre misma, diciéndole que ellos no se podian mantener más de
por toda esta semana, y que si no les socorría, harian su
esfuerzo por salirse ; pero que en donde quiera que le hallasen
le harian mil pedazos, pues que les gratificaba tan mal lo bien
que le hablan servido en defender esta plaza: esta espía deja otras
dos que vernán de mano á avisarme; y yo desde ahora empiezo á
poner en orden mi gente para lo que se ofreciere: mañana tornaré

á reconocer las venidas que el enemigo tiene, y espero en Dios


que si viene le romperé la cabeza.
Anoche vi por una carta de Albornoz la llegada de Sancho de
Avila á Ternusca con 36 navios, de que he holgado en ex-
tremo, porque me tenia aquello con gran cuidado; y háme
dado maj^or contentamiento haber visto también, por lo que
escribió Isidro Pacheco á Juan Moreno, el socorro que habia
hecho el dia antes á los de Walcherem con la vitualla y pólvora:
por todo doy muchas gracias á Dios. Estos traidores hacen
230

cuanto esfuerzo pueden por socorrer esta villa, y demás de que


por esta parte juntan gente y dan fama de venir con ella á
hacer este efecto ,
por la del dique se han esforzado y hacen
grande esfuerzo en pasar á cortarme el camino deUtregty por

donde me venia la vitualla :hago cuanto puedo por defendér-


selo, porque como otras veces he escrito á V. E., si me toman
aquel camino serme há forzoso levantarme de aquí : suplico á
V. E. mande dar muy gran priesa á los españoles de Walcherem,
porque con la llegada de aquella gente se asegura este nego-
cio , y sin ella está en el peligro que V. E. vé, según la gente
que tengo y las partes donde he de acudir con ella. Cerrada á

las ocho horas de la mañana, á 9 de Junio de 1573.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA

DEL DUQUE DE ALBA Á SU MAJESTAD, DE NIMEGA Á 7 DE JULlO


DE 1573.

{Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajf) 555.)

Por haber escripto á Y. M. larga y particularmente á los 7


del pasado, no escribí á los 19 más que solas cuatro palabras,
suplicando á V. M. mandase proveerme, porque habia casi tres
meses que no tenia carta de V. M.: habiendo agora recibido el

despacho que digo, en la otra carta que va con esta me ha pa-


recido despachar en muy gran diligencia este correo, para decir
á V. M. dos cosas la primera, que acaesce, habiendo hecho una
:

provisión, quedar descuidados por algunos dias de atender á


otra, y podría ser así agora, teniéndola por suficiente para el
gasto que aquí se tiene; y es de manera que , como tengo es-

cripto á V. M., yo tenia sobre mi crédito anticipada mayor suma


que la que se envia, y no puedo dejar de pagarla por conser-
var el crédito, y es agora menester, más que nunca, la provi-
sión, porque se pasa el tiempo y es necesario hacer un grande
esfuerzo para acabar este verano con estos traidores : otra, que
231

V. M. sea cierto que el negocio durará muy luengamente, y


durando no osaria, como tengo escripto, asegurar cuál será el

fin: V. M.j con su mucha prudencia, lo entiende mejor que


nadie y sabe lo que aquí gastó y los trabajos en que se vio; y
pluguiera á Dios que la guerra que agora se trae fuera con otro
Príncipe, que el gasto fuera menos y el trabajo y cuidado tole-
rable; pero así, lo uno y lo otro es excesivo y de que depende ,

el servicio de Dios y la conservación de su Santa Fe Católica y


la autoridad de V. M., á quien suplico venda cuantos vasallos
tiene en el mundo y nos saque la sangre, si menester fuere,
para sustentar esto y llevar adelante un negocio tan importan-
te: yo quedo aquí sin un solo real, porque he menester con-

servar mi crédito y pagar con estas cédulas lo que sobre


él he tomado; y los 2.000 caballos no han venido aún á la
plaza de la muestra, por las causas que diré abajo: suplico á
V. M., con cuanto encarescimiento puedo, sea servido tomar
este negocio muy de veras y mandarme hacer muy gruesas
provisiones, porque del país no hay que aguardar, por
agora, por las causas que también tengo escriptas á V. M., y
sea V. M. cierto, que si no me provee, se verán mayores in-
convenientes que el año pasado, por estar el negocio en punto
que, faltándole en esta ocasión el dinero, caerá todo el edificio
de golpe.
La segunda es, suplicar á V. M. mande enviarme la ratifi-

cación de lo capitulado con Inglaterra, porque ningún provecho


hace á los negocios de V. M. tener el ánimo de aquella mujer
dudoso y con sospecha de que V. M. no quiere acordarse de
ella; de lo cual resulta disimular ella con los rebeldes y otros
que de allí vienen á hacer daño á estos Estados, de que yo
nunca dudé ni tuve por cierto dejara de hacerlo, porqué está
muy ofendida de V. M., sabiendo como sabe todas las cosas pa-
sadas; y así, han salido agora de allí con el hijo de Mongomeri
ocho banderas de franceses, valones é ingleses, y han pasado
en Holanda y juntádose con el príncipe de Orange en Leyden
con seis piezas de artillería; y no me maravillo, pues había
menos osasion para qne viniese Janlis como vino el año pasado
232

de Francia, y pasó estos Estados en condición que, si socorriera


á Mons V. M. se viera en muy gran trabajo en cobrarlos; y
yo, cuando se concluyó el abrir de los puertos y comercio, nunca
pensé que con aquello se remediaban todas las disimulaciones,
ni aun la mitad, que por cualquiera cosa que fuera, aunque
muy pequeña, suplicara á V. M. acordara lo que se ha tratado,
pues ni se ha perdido punto de reputación, ni de otra ninguna
cosa, antes hecho mucho beneficio á los subditos de V. M.; á
la cual queda siempre lugar para hacer lo que fuere servido;
pero no en tiempo que tiene el fuego dentro en su casa; y
cuando no se hubiera hecho más que desengañar los. Príncipes

del Imperio de lo que este rebelde les ha hecho entender que la


Reina rompería con V. M., me paresce que ya no puede dejar
de haber sacado mucho fruto para los negocios presentes: en
lo de adelante podrá V. M. (si Dios fuere servido) mirar lo ^<f
le cumple teniendo sus negocios en otro estado.
Yo aguardaba con mucho deseo respuesta sobre el asiento de
los 300.000 ducados que aquí hice con Baptista Lomelin y Tho-
má Fiesco, y hasta agora como ellos no han tenido aviso de es-
tar satisfechos sus comitentes ni yo, más de haberme escrito el

Tesorero desde la feria, como envió las letras á los del Consejo, y
que el precio habia sido tan moderado, cuanto él habia visto, como
en efecto lo es: asegurando á V. M. que el Fúcar, con todo su
crédito, ha tomado para la feria que se está haciendo, al mismo
precio que yo me concerté con estos, y que ha sido un asiento
tan aventajado cuanto en el mundo puede ser: es verdad que
de consignaciones caidas, dias há que yo les tenia dadas, en
este Estado de Güeldres y en el de Frisa, por asientos hechos
con he tomado en cuenta 60.000 florines, de los cua-
ellos, les

les, desde la hora que hice el asiento, he ido cobrando alguna


parte, y á esta hora tengo cobrados más de 30.000, y voy co-
brando cada dia, porque es lo mismo que si me lo diesen de
contado siendo sobre recibidores de V. M., con los cuales puedo
yo hacer más diligencia que los mercaderes, haciéndoles desem-
bolsar; y á V. M. está muy bien por la moderación grande con
que el asiento se hace y los mercaderes cobran su dinero y
233

V. M. conserva mucho su crédito y el Thomás Fiesco está


obligado á la paga de Erico Holstani y Manhfell, y recibe muy
mala obra y mi crédito no gana nada, antes quedaré con ellos
desacreditado y vernánme á protestar las letras, demás que no
los puedo levantar ni saldar, aunque lo haya menester, hasta
que los pague: suplico á V. M. sea servido mandarlo concluir
ó proveerme en grandísima diligencia de los dichos 300.000 es-
cudos para acabar de pagar estos reytres, los cuales, como
dije arriba, por no tenerlos pagados no han querido venir, y
particularmente los del duque Erico, que los del Arzobispo ya
comienzan á venir á la plaza de la muestra.
Viendo el príncipe de Orange el aprieto grande en que está
la villa de Harlem, procuró juntar la más gente que pudo sacar
de las villas que están por él, y echó 4 ó 5.000 hombres en los

diques de Utrecht y Nardem, haciendo fuertes en ambas á dos


partes para estorbar el paso de las victuallas que van al campo;
túvome este negocio tan apretado, que puedo asegurar á V. M.
que desde que nací no me he visto en mayor congoja,

porque era fuerza levantarse el campo de sobre la dicha


Harlem y rendirse cruzadas las manos, ó morir de hambre; y la
villa de Amsterdam comenzaba ya á sentir la necesidad de

manera que me tuvo en grandísimo aprieto. El conde de Bossu


procuró remediarlo, pero no pudo, porque los halló fortificados
cerca de Audequerque, habiendo hecho tres fuertes y puesto su
gente de manera que le rebutaron muy gallardamente. Don
Fadrique envió á Norcarmes desde el campo con 300 españo-

lesy 500 valones, y por parte de Utrecht envié á los capitanes


Valdes y D. Rodrigo Capata, que (aunque sin brazos) han
servido muy bien en esta ocasión como en todas las dpmas;
y dando priesa á cinco banderas de valones de las que tengo
en Amberes para la armada de Brabante, y á los españoles que
habian salido de Celanda, y llegándome á aquel tiempo 1.000 ar-
cabuceros de los de Italia, que hice adelantar de los demás, lle-
garon todos á buen tiempo; que si los rebeldes no fueran avisa-
dos y tomaran buena resolución de levantarse y dejar los pasos
libres, sin ninguna duda, se degollaran todos: en los dichos pa-
234

sos quedan agora de 3 á 4.000 hombres, porque ha convenido


meter guarnición y muy gruesa, en Audequerque, Niderdus,
,

Monfort y otros villajes al rededor del dique, como particular-


mente lo verá V. M. por la carta que le envié los dias pasados,
por donde se podrá entender las dificultades de aquella provin-
cia, pues en solas cinco leguas de camino de un dique desde
Amsterdam á Utrecht, es menester ocupar 4.000 hombres, y
otros tantos en el de Nardem, y con todo esto, son ya siete veces
las que estos traidores los han venido á ocupar: acabados de echar
de los pasos, tomaron la vuelta de Leyden para venir por aquella
parte á socorrer á Harlem, en cuya expugnación se ha conti-
nuado con todo el cuidado posible hasta el jueves pasado, que
(teniendo en orden todas las cosas) se comenzó á batir al ha-
cer del dia para darle el asalto; y habiéndose hecho una batería
que podian arremeter 100 hombres de frente (aunque con el

más recio tiempo de agua, granizo y viento que se ha visto


jamás), á las tres de la tarde, yendo los soldados á poner el
puente en el foso, se arrebató el aire un trozo y á 40 soldados
con él, y dio con ellos dentro del foso,* y la machina, con estar
para arrimarse encima de la muralla á 150 pasos de donde se
habia de arrimar, jamás la pudieron traer Robles y D. Gonzalo
de Bracamente, y los alemanes y caballos de artillería; antes
rompió los cables con que estaba amarrada, haciendo la mayor
tempestad que se ha oido jamás, de manera que no se pudo ar-
remeter, y se ha visto derechamente ser voluntad de Dios que
aquello haya durado hasta agora; y de la misma manera
va continuando el temporal de agua y viento, como si fuese por
Enero; ya por aquella parte era imposible arremeter, porque en
una noche que se les dé de tiempo se fortifican más que antes
por los muchos trabajos, fagina y gente que tienen para hacerlo;
con todo esto, han salido dos veces á parlamentar desde el jue-
ves acá; han pedido condiciones que no me han parecido acep-
tar, porque piden que les deje salir con armas, banderas, arti-

ría y las barcas que tienen en la villa, y que les dé escolta


hasta ponerlos en otra de las villas que están por el Príncipe;
si se rinden á la misericordia de V. M., los aceptaré, y aun de
235

manera que do puedan ir á metérseme en otra villa. El resto de


de Italia ha ya pasado por aquí; los mosqueteros
la infantería

y picas me han contentado mucho; la arcabucería no es tan


buena; espero dentro de tres dias el nuevo estado de la artille-
ría; con esto se atenderá á los negocios con la reputación que
conviene á la grandeza de V. M.; y tomada Harlem, veré si

converná dar la vuelta á Vaterland, 6 volver por hay y Hono-


ven Vourden, 6 dividir el campo, y procuraré persuadir las vi-
llas que vengan á la obediencia de V. M., que las aceptará y
recibirá en su gracia, donde nó, sera fuerza hacer lo que con-
viene. Si de Alemania dejan (de que hasta agora no tengo nue-
va) que junten estos rebeldes su gente, más de que á la re-

donda de Dilemburg corre su infantería, y que el Casimiro ha


de levantar 9.000 caballos, y otro Raitmaestre del rey de
Francia, 2.000; pero estos dicen que son para acompañar á
Monsieur de Anju, y toman esta cubierta de decir que los han de
levantar para acompañar á Monsieur de Anju en la jornada de
Polonia, sabiendo yo que es falsedad, porque Monsieur de Anju
no piensa ir tan presto á Polonia.
El estado en que están las cosas de Francia, D. Diego de
gúñiga lo debe escrevir á V. M.; temo mucho aquel acordio,
porque franceses (siguiendo su buena costumbre) han de dejar
correr aquí todos sus rebeldes como hicieron el año pasado,
aunque falta el Almirante; pero para esto el cardenal de Lorena
será el primero que dirá que es muy bien se haga así. En
efecto, son franceses los que nos tienen estos trabajos en que es-
tamos, pues si no hubiera tomado á Valencianas y á Mons, todo
lo demás se hubiera remediado sin dar lugar á que pasara el
negocio tan adelante.
Beauvois queda en Amberes aprestando su armada para vol-
ver de nuevo á Valchren; no sé si querrá quedar en el gobierno
de aquella isla por provisión, porque Vaquens murió yendo á
ganar un fuerte que los de Frexelingas han hecho sobre el

dique entre Ramequin y Frexelingas y tiraron de la mar un es-


meril que lo hizo pedazos. V. M. sea cierto que no se ha visto
ni oido jamás guerra tan sangrienta como ésta, porque estos
236

traidores, al principio (por desesperar las villas de la miseri-


cordia de V. M.), hánles hecho hacer crueldades nunca oidas;

y así, no se toma hombre de una parte ni de otra que no se


ejecute luego, y ha conyenido al servicio de Y. M. que se hi-
ciese esto por excusar muchos inconvenientes; y porque hay
pocos de los que se cogen que no sean herejes y traidores. Si
Beauvois no aceptare, encomendarélo á Mondragon, que á buen
seguro lo hará muy bien; no hay hombre en todos estos Esta-
dos de quien echar mano para nada: terne cuidado de dar
cuenta á V. M. de lo que fuere haciendo, pues agora no des-
pacho este correo para más de avisar á V. M. el estado en que
me hallo, tan sin dinero ni forma de haberlo, de manera que, si

V. M. en mucha diligencia no me provee, no puedo dejar de


decirle que caerá todo esto sin ningujia duda: yo suplico á
V. M. se sirva de remediarlo con una muy gruesa provisión, y
mandar se dé contentamiento á los mercaderes para que se pa-
guen los reytres, y yo pueda descargarme de aquel cuidado,
pues no me faltan otros en que traer la cabeza ocupada; y
aunque ella estuviera de otra manera, y fuera muy suficiente,
es menester que V. M. tome muy
de veras sus negocios y me
ayude para salir dellos como conviene al servicio de Dios y de
V. M, cuya etc. De Nimega á 7 de Julio de 1573.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA

DEL DUQUE DE ALBA k ZATAS, DE NIMEGA, Á 8 DE JULIO


DE 1573, RECIBIDA EN 22 DEL MISMO, Y RESPONDIDA X 30
DE ídem.

(Archivo general de Simancas.— Eslada".— Legajo 555).

Muy asegurado estoy que por parte de vuestra merced se


hacen todas las diligencias humanas para responder á mis des-
pachos, y así, no tiene necesidad de satisfacerme en esta parte,
como he visto en la carta de los 12 del pasado, que llegó aijuí
237

á los 28, con que recibí muy gran contentamiento y reg-alo; y


vuestra merced no me agradezca lo que escribí á S. M. de mi
mano, pues la verdad tiene tanta fuerza, que sin que yo diga
aquello, lo tiene S. M. y todo el mundo muy bien entendido
así; plegué á Dios lo recompense, que todos vuestros amigos
quedaríamos bien satisfechos; pero creo se usa poco en
este tiempo de la recompensa, y así, es menester aguardarla
de la mano de Dios, que es lo que hace al caso; y pasando á
responder d los puntos desta carta, digo, señor, que verdadera-
mente, muchos ratos del día que me pongo á imaginar de la
manera que de ahí me ayudan á estos negocios, me hacen dar
con cabeza por las paredes, y llegar á términos de tomar un
la

caballo y salirme de los Estados que no basta que me tengan


:

seis años contra toda mi voluntad, tratándome como me han


tratado , que les suplico para acomodar sua
sino que las cosas
negocios me
pongan en disputa, cono'ciendo yo, como co-
las
nozco, que no son más que hombres los que allá tratan destas
materias y que cuando yo me viere delante dellos satisfaré á
;

sus argumentos de manera que queden muy convencidos; pero


débeles parecer que los otros Príncipes en sus Estados han de
bajar la cabeza á sus resoluciones ; y si yo estuviese asentado
allá en una silla, diría que era muy justo; pero como traigo la
honra y vida aventurada debajo de dicha resolución, hácenme
perder el juicio que me hayan tenido aquí dos años ó tres des-
autorizado, para que estos se me desvengonzasen , y que se
hayan tratado las cosas que vuestra merced sabe en Inglaterra,
y que las sepa la Reina como vuestra merced y yo, y que se
escandalicen de que anden corsarios en el Estrecho, y que

disimule que vaya gente á Holanda ; no sé yo en qué cabeza


cabe que haya de pasar esta mujer en disimulación todas estas
cosas, no habiendo querido jamás creerme en lo de Rudolpho
Rudolphi, sino embarcádose con Chapintan adelante, como
vuestra merced sabe, haciendo por una parte desconfianza de
su amo y por otra poniéndole las armas en la mano, como sí

fuera ir desde su posada á Palacio; y agora parece se me hace


á raí mu}'- gran merced en decirme que se me enviará la ratifi-
238

cacion, y si place á Dios, verná á tiempo que sea pasado el


plazo y estos estén sospechosos de que se les quiera hacer tiro,
como lo están ya , de no estar publicado á la fin de Mayo el
comercio en las villas de la costa de Vizcaya.
Cuando hice el concierto, nunca pensé que se habia de
remediar el inconveniente de la disimulación, ni aun la mitad
ni aun el cuarto, que por solos dos dedos lo hiciera; y por disua-
dir á los alemanes lo que éste rebelde les habia hecho entender
de que queria romper la Reina con S. M. y darle dinero para
pagar sus rebeldes; muy ofendida de
ella está S. M., y no le

quiere bien^ y está el mundo en muy diferente estado del que


allá se imaginan; y pues no se ha perdido religión ni autoridad,
ni S. M. pone nada de su casa, antes, acomoda mucho sus va-
sallos, querria saber qué dificultad hay en este negocio, si no
es querer tener á los Príncipes vecinos sospechosos, y que con
máscara hagan á S. M. el daño que le hacen; yo, cierto, señor,

no puedo ya más, y tengo vanidad de haber podido sustentar


á S. M. aquí sus Estados hasta agora contra amigos y enemi-
gos; y desengáñese todo el mundo junto, que si S. M. quiere
sustentar estos Estados católicos , es menester que lo haga con
tan grandes gastos, que ha de desollar todos los otros que tiene
para verificarlo aquí, y aun con todo esto, lo ha de defender
con su propia persona, porque los pocos buenos tienen, tan per-
dida la esperanza de verle, que no se les da dos maravedís por
lo que viene, y dicen que quieren ver por de sí su Príncipe.
También me escriben de allá que me calumnian que traigo
levantados 60.000 hombres sin tener ejército al opósito; por
cierto, ellos tienen^razon, porque suficiente número de gente
es para conquistar muchos reinos ;
pero no lo es para allanar
tan grandes herejías y malas voluntades como hay en todas
las villas rebeladas, porque vuestra merced sea cierto, que,
si no es donde tengo guarnición ,
demás puedo
que de todo lo

hacer poca cuenta. A Antonio de Lada envió una relación de


donde está gente de guerra, y le escribo la muestre á
las villas

vuestra merced. Creo que me he alargado mucho, pero en


entrando en esta materia no sé salir della, como me tiene tan
239

lastimado. Vuestra merced verá lo que escribo á S. M. sobre la


provisión de aquí,y la extrema necesidad en que me hallo, y
asimismo que importa para la pag-a de los reytres y poderlos
lo

levantar, y cumplir con Thomás Fiesco y Lomelin, que no


cumpliendo, se puede hacer cuenta que se ha perdido el Yar-
guelt, y que no tengo caballería ninguna; la provisión y esto

me hace despachar este correo, volando : vuestra merced me la

haga de dar á entender á esos señores de la Hacienda el estado


en que quedo, y que por lo que desean el servicio de Dios y de
S. M. me provean y den á los dichos mercaderes contenta-

miento, que por no haberme enviado el recaudo, dejo de tener


la caballería levantada, y podríale costar á S. M. más que im-
porta cuatro asientos, si no cumple más á su servicio dejar caer
esto y darlo á quien se lo agradezca for un rato.
Antonio Meiting es muy necesario en Augusta: vuestra
merced puede decir á S. M. que le debe entretener allí para
sus negocios; yo mandaré buscar aquí el asiento de Hugo
Angelo, y remitiéndolo acá se hará con él lo que S. M. man-
dare por el menos entretenimiento que se pudiere yo sospecho ;

que á lo que él más atiende es á una deuda vieja de letras


de recibidores, á que no conviene abrir la puerta hasta que
yo bese las manos á S. M.: como haya tomado con Miladi
Hungerfort resolución, avisaré á vuestra merced cómo me lo

escribe.

El Fratin hiciera aquí mucho servicio, porque estoy sin


Ingeniero ninguno; pero remediarlo há Locadelo: que S. M.
me envía por una carta suya por el Consejo de Guerra, en que
me manda le asiente 600 ducados de salario, y para que quien
conoce su suficencia como yo, es bueno el sueldo y el servicio

que del se sacará. Vuestra merced me la haga en decir á S. M.


que ni me le envié ni le mande entretener^ que no sabe nada. —
Nuestro Señor, etc. De Nimega á 8 de Julio de 1573.
Lo hice quedar aqui al doctor Ouate con promesa que S. M.
le haria merced del asiento de su Médico; es tanto para ello,
que yo aseguro á vuestra merced que no tiene ninguno que lo

sea más. Vuestra merced ha de tomar muy de veras este negó-


,

240
cío , y suplicar á S. M. de mi parte me desempeñe la palabra
que le tengo dada, que, en verdad, él es hombre que lo merece,
y que antes he hecho á S. M. servicio en habérsele recogido.
Antonio de Lada acordará á vuestra merced este negocio.

COF^IA DE CARTA
DE DON FADRIQUE DE TOLEDO AL DUQUE DE ALBA, SU PADRE,
Á 8 DE JULIO DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 555.)

limo, y Excmo Sr.: Habiendo querido esta mañana, jueves,


el príncipe de Orange socorrer á Harlem, y asistir á los de
dentro para que se saliesen, vino con todas sus fuerzas de mar
y y fué Nuestro Señor servido de dar á V. E.
tierra á hacerlo,

la victoria y Hernando
castigo dellos, que dirá el secretario
Delgadillo, que como testigo de vista podrá decir todo lo que

en ello pasó: sólo quiero yo decir que fué gran golpe de gente
la que habemos muerto, y de la más principal que tenia, y que

quedan en mi poder, hasta agora, 10 piezas de artillería y ocho


banderas, y Y. E. debe dar muchas gracias á Dios por esta
victoria, porque en sí es grande, y muy mayor por la coyun-
tura en que se ha habido. Prospere Nuestro Señor y guarde la

y excelentísima persona de V. E., como yo deseo.


ilustrísima
Del Campo sobre Harlem, á 13 de Julio de 1573. limo, y Ex- —
celentísimo señor.— Besa las manos á V. E., su obediente hijo.

COPIA DE CARTA ORIGINAL


DEL DUQUE DE ALBA Á SU MAJESTAD, DE NIMÉGA
Á 10 DE JULIO DE 1573.

(archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 555.)

S. C. R. M.: Habiendo despachado á V. M. el correo que


lleva este despacho, ha llegado el secretario Delgadillo con
aviso que el miércoles pasado, en la tarde, 8 de este mes, pa-
241

sada media noche, el príncipe de Orange pareció delante del


campo de V. M. con su ejército, con determinación de socorrer
la villa de Harlem. Tocóse arma en todo el campo, y la gente
se puso en orden : el jueves por la mañana tentó socorrer la
villa. Fué Dios servido dar á V. M. la victoria, de manera, que
á la hora que partió el dicho Secretario, quedaban tendidos en
la plaza más de 3.000 hombres; ganadas banderas y el artille-
ría toda y 300 carros,y se iba siguiendo la victoria: no he que-
rido dejar con estos pocos renglones de dar á V. M. la enhora-
buena y suplicar á Nuestro Señor le dé otras muchas victorias,
como yo deseo: de las particularidades avisaré con el prime-
ro (sic)\ V. M. me ayude como se lo tengo suplicado á acabar
este negocio. —Nuestro Señor la S. C. R. persona de V. M. guar-
de por tantos años como la cristiandad lo ha menester. De Nieu-
meghen á 10 de JuHo de 1573.— S. C. R. M. — Las manos de
V. M. besa su basallo y criado, el duque de Alba.
Sobre: A la S. C. R. M., el Rey, nuestro señor.— En manos
del secretario Cavas.

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA

AN IBARRA. AL SECRETARIO ALBORNOZ, PAR


Á SU MAJESTAD, Á 12 DE JULIO DE 1573.

(Archivo general de Simancas.—Estado.— Logajo núm. 555.)

Muy magnífico señor: Gracias sean dadas á Dios por todo,


que yo selas quedo dando ahora de rodillas, y suplico á vues-

tramerced desta manera bese las manos al Duque y le diga


que Harlem es de S. E., rendida á la voluntad de su hijo, toda
generalmente; las particularidades irán con persona propia
después que estemos dentro: ahora acaba de contentarse, y
la orden que S. E. tiene dada mañana, es la que va con ésta:

despacho correo expreso con esto y pido á vuestra merced,


por un sólo Dios, que le dé muchas gracias, y diga al Du-
ToMo LXXV. U

242
que que huelgo haber sido adivino; diga vuestra merced al

Duque que mañana, á las ocho, entrará nuestra guardia; y que


cuanto al saco, creo que se compondrá la villa por los bienes
muebles con que dar contentamiento á la infantería. Todo lo
guia Dios, y yo le suplico guarde y acreciente la muy magm'-
fica persona de vuestra merced, como deseo. Del Campo, á 12

de Julio, domingo, á las ocho de la tarde, 1573. —Besa las


manos á vuestra merced su verdadero servidor, Esteban de
,

I barra. Tiene una rúbrica.


No he visto mejor gente en mi vida que la que aquí habia, y
no hay que tratar que no hay fuerza ya contra la del Reino.
Sobre: Al muy magnífico señor secretario Albornoz , mi
señor.

LA ORDEN
QUE DIO DON FADKIQUE DE TOLEDO AL CONDE DE BOSSU
PARA LA ENTRADA DE HARLEM.

(Archivo general de Siraancas.--Eslado.--Legajo 538).

El señor conde de Bossu irá al Bosque para que allí salgan


losde la villa y pongan por escrito y firmen de sus nombres la
forma en que se rinden, que es llanamente á mi voluntad, sin
condición ninguna.
Llevará consigo al Maestre de campo Julián y al señor de
Gogni y al señor de la Mota.
Ordenará que entren algunas personas las que á él le pare- ,

ciere á hacer que pongan todas las armas en la Casa de la


,

villa, y que se junten v^alones, franceses, ingleses y scoceses


en una iglesia, y en otra los alemanes altos y bajos, y los bur-
geses en otra; mujeres y niños se recog-erán en otra parte, y
los impedidos de vejez, de la villa, con ellos ; los heridos y enfer-
mos de las naciones se recogerán cada uno con la suya.
Advertirá á todos que nadie lleve sobre sí más de su vestido;
tomará la guardia de la puerta que ellos abrieren el Maestre de
243
campo Julián Romero, y por allí no entrará nadie si no fuera
con orden del Conde.
Esta guardia la pondrá él dicho Maestre de campo con las
diez banderas de infantería españolaque se hallaron con S. E. en
la batalla de Janlis.

El Maestre de campo, D. Hernando de Toledo, y el Maestre


de campo, D. Gonzalo, se pondrán en guardia de las baterías
con toda la demás infantería vieja de estos Estados, y no deja-
rán entrar por allí ninguno hasta tener orden de S. E. para
ello.

Estando y baterías guardadas S. E. mandará


las puertas ,

poner guardia á cada una de las dichas naciones en la parte


donde estuvieren recogidos, y serán las guardias de Oficiales
walones y españoles.
El Conde ha de llamar luego á todos los Oficiales y perso-
nas que van nombrados en la lista que se le ha dado , y dete-
nerlos en manos de los Barracheles para que los guarden, y
entregarse há de las llaves de la villa y banderas para enviarlas
á S. E. luego.
Toda la gente que quedare, fuera de la que estuviere de
guardia de las puertas y baterías, quedará de guardia del
campo; para el hablar con los de la villa llevará el Conde á
los Coroneles de alemanes, conde de Hebrestayn y barón
Franspergh.

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA

DK CASPAK DE ROBLES k SU MAJESTAD, Á 21 DE JULIO DE 1573.

(Archivo general deSimancas.— Estado.— Legajo 555.)

S. C. R. M.: Escribe el duque de Alba á V. M. tan particu-


larmente la reducción desta villa, que no tengo que decir más

á V. M., remitiéndome á su buena relación, de que parece que


ha querido Dios dar el castigo á los de Harlem que dio á Jeru-
244

salen; porque sabemos que han comido niños las tetas de sus
madres; muerto hombres á sus mujeres porque no se deses-
perasen de hambre. Otras muertes desesperadas que ha habido,
de espantar en tanta manera, que me ha dado mayor pena que
me diera verla tomada por fuerza há tres meses. V. M. puede
con gran razón dar gracias á Dios por este suceso y muerte de
tantos hombres que se habian hecho valientes por nuestra cul-
pa, porque no dudo sino que hicieran mayor daño que el pasa-
do si según andamos escarmentados.
se escaparan,
El dicho Duque me ha mandado hoy volver á Frisa, á rue-
gos de todos los de aquella provincia ,
para dar fin al pleito de
los Benen y Butendistres, que há más de 40 años que dura;
hele suplicado que en informe de lo que me he aprovechado el

tiempo há que estoy sirviendo á V. M. allí; las ayudas de costa


que me ha dado; socorros en dineros y quejas que ha tenido de
mi persona, y que vistos estos cabos y lo que se me debe de
mi sueldo, que pasa de 160 meses á la fin deste ordene que ,

me den alguna cosa para sustentarme en aquel gobierno, aten-


to lo que goza el Sr. Hierges, del sueldo del, sin haber entrado
en él; é interceda con V. M., de manera que acabe V. M. de
hacerme la merced que me ha prometido, 6 me desengañe, por-
que si tarda, por poco que sea, juro, en verdad, á V. M, que
seré forzado vender los vestidos de mi mujer, como vendí las

cadenas y oro que tenia para juntar las tres compañías de va-
lones que acabaron de reducir toda la dicha Frisa, y hacerlo
así V. M. sobre mi honra, y que no he entrado en Harlem
ni me he ayudado de cosa que toque al
en tierra saqueada, ni
menor vasallo de V. M., porque puedo justamente alabarme,
delante de Dios y el mundo, de que no hay en él dinero que
baste hacerme torcer paso del servicio de V. M y esto se ha- ,

más que haya querido mi desgracia encubrirlo


llará ser así, por

hasta agora que sé que ha escrito el Duque de Alba á V. M. en


mi favor. -

No me ha parecido poner en cuenta de mis servicios el ven-


turoso arcabuzazo que me dieron estos traidores por mitad del
cuerpo, guardando los fuertes que escribí á V. M., primer dia

245

de Abril que hacíamos Juliau y yo para defender la entrada


,

y salida desta villa que ha sido el remate della, por parecer-


,

mc que no merecía por él galardón al cabo de tanto tiempo.


Todavía, agora que se ha acabado este cerco, he querido dar
aviso á V. M.y que se hace aquí todo lo posible para sal-
del,

var esta ciudad del saco y la vecindad della, que no será poco
servicio do Y. M. si se sale con ello, cuya S. C. R. M., Nuestro
Señor guarde y prospere por los años que cumple á toda la
cristiandad y á sus muy humildes vasallos y criados. Del Cam-
po, cerca de Harlem, á 21 de Juho de 1573. S. C. R. M. —
De V. M. muy humilde criado y vasallo, Gaspar de Robles
Willi.
Sobre: A la fc?. C. R. M. del Rey, nuestro señor.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA

DEL DUQUE DE ALVA Á CAYAS , DE UTRECHT, Á 2 DE AGOSTO 1573.

(Archivo geneial de Simancas.—Estado.— Legajo 556.)

Vuestra merced verá cuanto escribo á S. M., y también


verá de la manera que quedo al cabo de tantos trabajos y pesa-
dumbres; cierto, quien viere mis cartas me ha de tener por

hombre de ruin ánimo; pero atraviésanme los negocios del Rey


de manera las entrañas, que pasaré, por remediarlos, por cuanto
digeren de mí: vuestra merced me la haga en solicitar con
grandísima diligencia la provisión, y que sea provisión que
pueda tapareste agujero y los demás que están aparentee de
dar señal, que yo voy á meterme entre aquellos galanes, si me
quieren por prenda de su deuda; mal me ayudan de allá á
estos negocios, y aquí no están en punto que convenga traerlos
de un carrillo á otro, porque se pierde el tiempo, el dinero, la
reputación, y, lo que peor es, el negocio de Diosr Él lo remedie
como puede, y guarde y prospere, etc. De ütrecht á 2 de Agosto
de 1573..
24G

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA

DEL SECRETARIO ALBORNOZ Á ZAYAS, DE UTRECHT Á 3 DE


AGOSTO DE 1573.

(Archivo general de Simapcas.—Eslado.— Legajo 555.)

Ilustre señor: Vuestra merced terna tanta lástima de lo que


verá por la última carta de mi amo, que por no doblársela no
le quiero decir de la manera que yo quedo: pero bien le diré

que, si en esta era pudiera renunciar la nación, que me hiciera


1 «flamenco, que no lo puedo más encarecer según la maldad que
estas banderas de españoles viejos han hecho, porque» en cual-
quiera tiempo que pidieran lo que se les debe, yo les dijera
que tenían razón; pero ahora hablan de comer hierba; S. E.
les ha una carta que bastarla á mover las piedras; pero
escrito
antes me atrevería á esto que á mover el corazón de un mos-
quetero; el remedio que tiene ^ «es dinero, y si S. M. no lo
provee, daremos con todo en la ceniza; suplico á vuestra mer-
ced, que pues ve la necesidad que hay, haga lo que suele.»
La compañía de D. Fernando de Anaseo ú otra, se dará á
Lope Alvarez de Inestrosa, que es la primera cosa que he po-
dido hacer por servir á vuestra merced ; y así quedó acordado
y con muy gran voluntad lo hizo el Sr. D. Fadrique.
El contador Castellanos me dijo muchos dias há, que á ins-

tancia de vuestra merced, se habia concertado de renunciar su


oñcio de contador de Cataluña en Cristóbal Ossorio ; y pregun-
tándole yo si estaba ya acabado, me ha dicho que no, por cierto
impedimento que se le ofreció al Ossorio; pero que le habia
nombrado para que le sirviese, como lo ha hecho, desde antes
que muriese el que dejó cuando partió para acá: desea mucho

» Lo entrecomado está en cifras en el original, traducidas al margen.


2 ídem.

247
verlo concluido,y tiene razón, por algunos respetos y por
poder pagar algunas deudas que sé yo no le faltan; y yo lo

deseo también por la amistad que le tengo y por verle con ,

algún descanso: suplico á vuestra merced procure de concluirlo


con toda la brevedad posible, que yo recibiré en ello tanta
merced como si me tocase; y al Duque hará vuestra merced
mucho placer en procurarlo , porque desea hacer toda merced
á Castellanos, que ha servido y sirve aquí de manera que
merece que S. M. se la haga; y sé yo que si hubiera querido
tratar este negocio con otros, estuviera ya concluido con más
aprovechamiento del que le da Ossorio, y sin que él pusiera
nada de su casa ni hiciera ninguna diligencia, porque el Prior
D. Fernando lo toma á su cargo; pero él no ha querido tratar
dello ni lo tratará hasta tener respuesta de vUestra merced,
cuya ilustre persona Nuestro Señor guarde y estado acreciente.
De Utrech á 3 de Agosto de 1573.
Por amor de Dios, señor, que venga el sucesor, si no se ha
de dejar esto al que vino, porque ya no está bien aquí mi amo;
y pluguiera á Dios tuviera yo autoridad para haber sido creido
desde que lo avisé á vuestra merced, que há más de dos años,
si no son tres, que no es buen instrumento la navaja para sacar

aradores; paciencia, pues Dios y S. M. lo han querido, y mi


amo ha padecido y padece lo que jamás hombre pasó.
B. L. M. á vuestra merced, su más verdadero servidor.
Hay una rubrica.
Sobre: Al ilustre señor, mi señor, el secretario Gabriel
de Zayas.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA


DEL DUQUE DE ALBA k ZAYAS, DE UTRECHT Á 3 DE AGOSTO
DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 555.)

Por la que va con ésta para S. M., verá vuestra merced lo

que le suplico: es el único remedio que este negocio tiene, y


248

tras la carta el dinero, que como edificio que quiere caer e$

menester apuntalarle: vuestra merced me ha de hacer en esto


la que en todas las otras cosas, asegurándole que en mi vida
he tenido negocio que más me haya acongojado; no sú si lo

hace ser la primera vez que españoles se me han desvergon-


zado; yo quedo contando las horas esperando este despacho, y
loencomiendo en las manos de vuestra merced.
Vuestra merced dirá á S. M. que he tenido hoy aviso que
las villas se rien de las admoniciones que les he hecho; doy
gracias á Dios que no iban firmadas de S. M. por aquí verán :

cuan engañados están los que dicen que se vaya por el camino
de blandura; á lo menos, no dejaré de usar cuantas pudiere por
satisfacer al parecer de los blandos.
También me han avisado hoy de Alemania que los Electores

se dejan entender que no quieren dar paso al de Anju , y que


el de Saja ha caido en que no le conviene la vecindad de fran-
ceses; y, á la verdad, con mucha razón, porque podria ser la
ruina de toda Alemania. — Nuestro Señor, etc. De IJtrecht á 3 de

Agosto de 1573.
1 La abundancia que me viene á la boca de lo que queria
decir, me hace que no diga nada á vuestra merced, que lo

entiende todo tan bien: sólo digo, que si se me hubiera pro-


veido en este mes y mediado el otro, S. M. no tuviera cosa en
sus Estados que no estuviera llana. Dios sea loado, que Él que
lo menea sabe lo que más conviene para su juicio.

COPIA DE CARTA DESCIFRADA


DEL DUQUE DE ALBA Á SU MAJESTAD, DE AMSTERDAM Á 13 DE
AGOSTO DE 1573.

{Archivo geiieral de Simancas.—-Estado.— Legajo 555.)

Con los correos que han partido á los 9, 11 y 14 de Julio y


á los 2 de éste, he avisado á V. M. el estado en que me halla-

i A) márgoD «De m^no


: del Duque.»
249

ba, y particularmente la desvergüeDza de estos soldados espa-


ñoles, y el remedio que para ello era menester: yo he venido
á esta villa pensando poderles reducir á que se contentasen
con salir á servir á V. M. debajo de mi palabra, ó, á lo menos,
quedar de guarnición en la villa de Harlem, admitiendo sus
Oficiales por no tener el ejército perdiendo el tiempo sin hacer
ningún servicio, dando lugar á que este rebelde haga empre-
sas sobre V. M.: hasta agora están duros; temo mucho poder
alcanzar ninguna cosa dellos; pero voy todavía procurando
allanarlos. V. M. sabe lo que le importa este negocio; repre-
sentádoselo hé muchas veces mandara sobre ello lo que fuere
su servicio, que yo todo lo que en el mundo tengo con que
servir á V. M. en el tablero lo traigo; y como el príncipe de
Orange ve el eje'rcito enclavado, tráeme la pluma por las
narices.
Luego como llegó Sancho de Avila á la isla de Valcherem,
mandé entregar la armada á Beavoir, y procuré con todas
cuantas fuerzas en el mundo me fué posible, que la dicha
armada no pasase hasta Amberes, sino que quedase en Saegtiu,
y que allí recogiese las victuallas para volver otra vez á la Isla,
no pude acabarlo háse detenido hasta los 4 deste que par-
:
,

tió á tiempo que , según los avisos que he tenido, me dicen ha-
berse perdido Ramequin; no sé la particularidad por ningunos
de la Isla, más que por algunas espías que traigo: en las villas

rebeladas dicen que se rindió, y que la mitad de los soldados

quedaron á servir al Príncipe , y la otra mitad se pasaron ñ


Ramua; y con haber tres meses que el dicho Beavoir salió della,
jamás pude acabar con él; volvióse á revictuallarla enviándolc
el secretario Berti , y aun asegurándole que si no iba él iria yo
á hacerlo : no pude darle más priesa porque no se ha conten-
tado con menos de 78 navios, y los 70 dellos armados; á las
nueve partió con muy buen tiempo, no sé lo que habrá hecho,
pero temo mucho á Ramua y Medelburg: lo que más entendiere
avisaré á V. M. cuya, etc. De Amsterdam á 13 de Agosto
,

de 1573.
250

COPIA DE CARTA
DEL DUQUE DE ALBA X ZÁYAS, DE NIMEGA i. 6 DE NOVIEMBRE
DE 15731.

(Archivo general de Simancas.— Estado.—Legajo 555.)

*Es así como vuestra merced dice que en los despachos


pasados no se ha hecho mención de la décima ,
porque es ne-
gocio que requiere no traer otro en la cabeza; y los que más
dificultany embarazan la conclusión del, son los mismos
Consejeros de S. M. y los Oficiales puestos de su mano en las
villas, los cuales quieren ser yasallados á su modo, y que la
pobre de España se desuelle para traer aquí con qué defen-
derlos, porque el dia que S. M. sacare de estos Estados la
hacienda que es menester para el sustento ordinario, por el ca-
mino que el Duque lo queria sacar, quítaseles á los Magistrados
el medio de chupar el pobre pueblo, y á los Consejeros el no
tener S. M. necesidad de ellos; y porque lo pueda vuestra mer-
ced ver más evidentemente, le envió esa carta original ^ que
me escribió el doctor del Rio. No podría vuestra merced creer
lo que el Duque ha pasado aquí con los mismos Ministros de
S, M.; y sobre mi alma y honra, que se pudiesen cortar
sobre ello algunas cabezas , tan bien como las que se han cor-
tado ; y como dice Antonio de Lebrixa pueblos son en Francia;
así puede vuestra merced creer que los Consejeros de S. M.
pueblos son en Flandes, y pagados por S. M. para que le
hagan la guerra: ésta es materia que, á boca, diría á vuestra
merced cosas que se espantase y aun se escandalizase. El
Duque no quiso tratar * de la décima antes que saliese de

í Carpeta.
2 Al margen y de distinta letra: « No es del duque de Alba sino de uno de ,

sus Secretarios, será tal vez de Albornoz.»


3 Al margen de letra del Rey « Debe de ser la que he visto.»
:

* Ídem id.: «Fué muy bien que no era tiempo ni coyuntura.»


251

Bruselas, por parecerle que el negocio de S. M. estaba muy


caído, y las villas tan insolentes, que fuera destruirlo para
siempre; y tratando yo en buena conversación con algunos
Diputados dellas sobre estas materias diciéudoles cómo no ,

cumplían lo que tenian consentido á S. M., decian que no


podían, pues, ¿por qué negáis el consentimiento? responden
que por la imposibilidad: pues acordaos con S. M.; ofrecerle
lo que há menester para el gasto ordinario por otros medios,
sí decís que estos no son buenos: no gustan de oírlo ni de que
se saque de los Estados cosa fuera de lo que á ellos les parece,

y que sea por su mano, para que se les quede en ellas las

dos partes como hacen ordinariamente en todos los


, servicios,

en los cuales ha venido S. M. á pagar por la cobranza casi


tanto como ellos le dan ; y hay lugar á quien toca á pagar
noventa que se gastarán sesenta en cobrarlos: son, señor, estos
negocios tan largos, y tienen tantas dependencias, que seria ir

con una gran prolígidad si dijese lo que pasa. El Duque piensa


volver á la materia como se haya acabado lo de Güeldres y
eucaminádose el ejército en Holanda q%e entonces seria tiempo
,

si el señor duque de Medina lo tiene jpor bien i,


el cual estuvo en
un consejo aquí, á los 27 ó 28 del pasado, tan fuera de término,
que en presencia de D. Fadrique y de D. Sancho, y de la Cerda,
y de Barlaymont, Norcarmes, Hierge y la Cressonera, y de tres
Secretarios que estábamos allí, se dejó decir, que si el Duque
no habia de ir d la guerra, que él no quería estar con él en las

villas de paz, y que S. M. no le habia mandado quedar aquí


sino por lo de la guerra que por lo demás, poca necesidad tenia
,

el Rey del; que le suplicaba le declarase luego si pensaba


ir á la empresa de Holanda ó no ,
porque él se resolvería en
irse á otra parte; y á la salida del consejo dijo á Norcarmes
si mandaba algo para Lieja ó Colonia: el Duque estuvo con su
templanza acostumbrada, y socabezaba oyendo todo lo que
el de Medina quiso decir; y habiendo acabado, dijo, que pues

< Al margen de letra del Rey: «Menester será mirarlo, aunque algún reme-
dio ha de haber para que no vaya lodo de acá.»
252

todos aquellos señores habían sido de parecer que D. Fadrique y


Norcarmes fuesen con el ejército á tomar á Zutphen , y que su
señoría y él no podían servir allí sino de embarazar, por el
mucho carruaje que les seguía, demás de la falta que tendrían
de víctuallas, por estar el país destruido de los enemigos, le
parecía bien la resolución que se había tomado de quedar aquí,
tanto más estando tan cerca del ejército; y volviéndose hacia
el de Medina le dijo, que lo que M. deseaba saber de Ho-
S.

landa, que acabado lo de Zutphen se trataría dello en su


presencia, y que se tomaría la resolución que su señoría man-
dase y más conviniese al servicio de S. M. ; y sin tocar en
otra ninguna cosa, pasó por alto lo que dicho Duque había
dicho, de que todos quedamos admirados, tanto de la cólera del
uno como de la paciencia del otro: y habiendo SS. EE. el día

de antes salido á recibir al duque de Holstaín, le trajeron hasta


su posada, adonde el de Alba le rogó viniese á comer un día con
él ; aceptó , y para regalarle más ,
pidió al de Medina le hiciese

merced de hallarse allá á la comida : envió á decir con Juan


Moreno (que fué el que llevó la embajada), que se hallaba de
mala gana en banquetes ;
pero por hacer lo que su señoría le

mandaba, vendría el día de la comida, que fué el otro después


del consejo : el Capitán de la guardia del de Alba le fué á decir
que S. E. le suplicaba viniese, porque Barlaimont había ido
por el de Holstaín : respondió que era verdad que había dicho
á Juan Moreno que vendría; ^ero qtie habiendo despees pensado
en ello y le 'parecía tenían á mal que estando el ejército de S. M. en
campaña estuviese él en banquetes ^, que su señoría hiciese buena
chera á su huésped y le agasajase; y teniendo el de Alba algún
inconveniente, ha llamado á D. Antonio de la Cerda, y pedí-
dole diga al de Medina que su señoría vea todas aquellas cosas
que él quiere que haga, que las hará de muy buena voluntad,
porque no los oigan ni vean que están aquí disconformes. El
dicho D. Antonio y yo hacemos los oficios que humanamente

t Todo lo que va en estas cartas de letra bastardilla está subrayado eu el

originjíl.
253

se puodeii : temo, señor, que no han de aprovechar: por amor


de Dios, que vuestra merced procure se ataje un negocio de tan
grande importancia, con que el Duque se va} a á descansar de

tantos trabajos, que el de Medina dará muy buen cobro átodo.


El inconveniente que se temió de que diese oidos á los que aquí le

hablasen en las cosas de la Hacienda, ha ya dado en él de nari-


ces, porque le traen á que' quieres boca; si no es el de Ariscóte
que le gobierna á vaqueta; y ambos á dos se saltan cada
mañana á picar los caballos en Bruselas, y á tirar los arcabuces
en la baja corte desde la capilla al foso; y antier, diciendo aquí

la Misa Mavor, mandó tañer tres ó cuatro mudanzas en el

Órgano, que diz que es mejor del mundo, y el Duque el


el

más buen caballero y más humano de todos cuantos he visto


en mi vida, porque ninguno le llega á hablar que no le haga el
mismo acatamiento, sin discrepar un cabello: guárdele Dios
muchos años que bien se hallarán aquí con ól y él creo que
,
,

no con el de Alba, porque los humores son muy diferentes,


aujique por última resolución de S. i?., dijo á D. Antonio de la
Cerda que dijese al de Medina, que quisiese ó nó, le juraba á
Dios de no darle ocasión de que estuviesen desavenidos; y así,

son tantos los cumplimientos y sumisiones que el de Alba hace


por su parte, que no haria más con la persona de S. M., tanto,
que \\é miedo que no dañe Guando llegó en estos Estados,
esto.

le regaló , hospedó y acogió casi dos meses á él y á todos los

suyos; después en el aposento ha mandado á sus Furrieles les

dejen escoger mejor cuartel y mejor casa; los despachos todos


el

que van y vienen de España y de todas las otras partes so le


muestran y se le da cuenta como á la misma persona del de Alba,
pero todo no basta ; y vuestra merced se asegure que no podrá
durar este negocio así,y que para los de S. M. será muy dañoso:
^n otros tres ó cuatro consejos ha azotado al de Alba terrible-
mente, sobre que se perdonen todos; luego, sin ver ni oir lo que
se perdona, tiene un Secretario italiano (que es un buen hom-
bre, á lo que todos dicen), por quien se gobierna; pero á éste
gobierna otro que dicen Juan Andrea Cigoña, muy gran
vellaco, á quien ol Duque ha querido castigar aquí, porque
254
siendo Comisario de el regimiento del conde de Mega, difunto,
pasaba en cada compañía del dicho regimiento no sé cuantas
plazas: largo ha sido el cuento, por ser tan necesario que vues-
tra merced entienda lo que pasa, y use dello como viere que
conviene.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DEL DUQUE DE ALBA Á SU MAJESTAD, CON PÁRRAFOS DE CIFRA,


DESCIFRADOS AL MARGEN, DE AMSTERDAM Á 23 DE OCTUBRE
DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 555.)

S. C. R. M.: Después que partió el correo que despaché á


V. M. á los 3 del pasado, le escribí á los 22 otra carta ^ con el

ordinario de los mercaderes, cuyo duplicado va con ésta, por-


que me han dicho haber ^ «los Ugonotes de Francia han ocupado
á Potiers, no lo tengo por carta de D. Diego de Cúñiga; pero
Gomicurt, viniendo de Inglaterra, dice habérselo dicho Gordain,
el gobernador de Calés, que es católico y muy hombre de bien;
y de aquel Reino están de manera, que se puede tener
las cosas

por cierto, según la poca obediencia que tienen al Rey, como


más particularmente lo debe escribir á V. M. D. Diego de gú-
ñiga.»
Después que escribí esta carta, llegó D. Fernando de To-
ledo con el duplicado del despacho que trujo el correo Scovar y
con otras dos cartas que V. M. fué servido mandarme escribir
sobre la averiguación de las azabras que se han detenido en
estos Estados, y la otra con las tres firmas en blanco: beso los
pies á V. M. por la merced que me ha hecho con ellas y por la
que me ofrece hacer á D. Fernando, que pues V. M. no fué

1 Al margen: «Ya se recibió y respondió.»


* (.0 enlrecomado está en cifras en el original, traducidas al margen.
255
servido tomar resolución en su negocio, agora espero será para
hacérnosla después mayor á sus deudos y á 6\.

La averiguación de las azabras se hará, como yo llegue en


Brabante; aunque habiéndolas detenido y puesto al sueldo de
V. M., no sé si tiene obligación V. M. á pagarles los daños que
han yo ordenaré á Juan Martinez de Recaído que me
recibido;
informe, y tomaré también información de otras personas; y de
lo que resultare, con mi parecer, avisaré á V. M.

Las seis firmas en blanco quedan en mi poder; ^ «no osé


enviarlas con este correo ,
por haber de pasar por casa de los
vecinos. Tenerías hé al recaudo que V. M. me manda, hasta mi
ida, para entregarlas á V. M.»
En la pasada avisé á V. M. lo que el conde de Bossu habia
hecho delante de esta villa con la armada de los rebeldes; desde
entonces, hasta los 2 deste, ha estado en el mismo lugar, por no
tener viento para seguir los enemigos y asegurar el paso á los
Ostliñes que hablan de venir en esta villa con sus granos. Par-
tió con tiempo hecho á los 7 deste; halló los rebeldes cerca de
Incusen con toda su armada; escribióme le ordenase lo que
debia de hacer , y que le enviase recaudo de algunas cosas que
le faltaban; envíesele, y á decir que lo que me parecía desde
aquí, era remitirle el negocio, que él viese de gobernarse con
parecer de sus Capitanes, conforme á lo que más conviniese al

servicio de V. M.: tuvo algunos reencuentros con los rebeldes,


en los cuales les descalabró muy bien descalabrados: á los 13,
los dichos rebeldes, teniendo el viento en su favor, alzaron velas
y vinieron á embestir con sus Almiranta y otras tres la del
conde de Bossu: el cual, como muy buen caballero, los embistió,

y aferrándose todos cinco navios, pelearon desde las tres de la


tarde hasta otro dia á las cuatro de la mañana que habiéndo- ,

los traido el viento en un banco quedaron en seco y el ,

Conde peleó allí hasta que no le quedó gente en su navio, y fué


de manera, que de las cuatro naos se desaferraron las dos, y
las otras dos jamás lo pudieron hacer aunque lo procuraron;

Ix) entrecomado está en cifras en el original, traducidas al margen.


256

estuvieron de esta manera dos días enteros, al cabo de los

cules lo fué fuerza rendirse con los españoles que le quedaron.


^ «A todos los han llevado á Hovn, donde está bueno, y aun
tengo esperanza que podria ser sacar de su prisión algún ser-

vicio, según lo que me ha dicho su secretario.»


Otra nao, llamada el Águila blanca, embistió con una de los

rebeldes; y estando peleando con ella, otra de sus naos la fué á


embestir por costado, y con el áncora la abrió por la quilla, de
manera que la echó á fondo; la Almiranta de y los rebeldes

otras fueron á fondo, las demás dieron fondo y volvieron hacia


Incusen, y las de V. M., con el Vice-almirante Basessem, hicie-
ron mismo, y se vinieron á esta villa, que aunque eran dobla-
lo

dos navios que los de V. M., tuvieron por bien de retirarse, y


los rebeldes han recibido tan gran daño, que si la persona del
Conde se salvara, yo aseguro á V. M. se hubiera ganado mu-
cho, porque pasan de 3.000 hombres los que han perdido; ha-
biendo peleado los soldados^de V. M. como suelen ellos hacer.
El negocio queda en este estado: de lo que más sucediere avi-

saré á V. M., cuya S. C. R. persona Nuestro Señor guarde por


tantos años como la cristiandad lo ha menester. De Amsterdam
á 22 de Octubre de 1573.— S. C. R. M.— Las manos de V. M.
besa su vasallo y criado, el duque de Alba.
^ohre: A la S. C. R. M. el Rey, nuestro señor, en manos del
secretario Qayas.

COPIA. DE CARTA ORIGINAL


DET, DUQUE DE ALBA Á SU MAJESTAD, DE BRUSELAS k 15 DE
DICIEMBRE DE 1573.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 535.)

S. C. R. M. : El Maestre de campo Julián Romero ^, ha ser-

vido déla manera que V. M. está informado: ha venido aquí

i Lo enlrecomado está en cifrasen el original, tradnada? ni margen.


- Al margen : « Recomienda á Julián Romero.»
257

de Holanda determinado de ir en esos reinos á besar á V. M.


las manos, y suplicarle sea servido de darle licencia para des-
cansar en su casa, atento que há que le sirve cuarenta años; y
habiendo recibido la carta que V. M. fué servido mandarle
escribir y díchole yo la falta que baria al servicio de V. M. su
persona en esta ocasión, se ha contentado de quedarse sirvien-
do, y envía á sus negocios al capitán Esteban lUán suplico á :

V. M. mande que se tenga con Julián la cuenta que merecen


sus muchos servicios, asegurando á V. M. que, por sólo los que
ha hecho en esta jornada, tiene V. M. obligación de hacerle
mucha merced, y que es uno de los hombres de más servicio
que yo conozco de su calidad y que por este respecto recibiré
,

yo por muy propia toda la merced que V. M. le mandare hacer,


cuya S. O. R. persona Nuestro Señor guarde como la cris-

tiandad lo ha menester. De Bruselas, á 15 de Setiembre


de 1573.— S. C. R. M.—Las manos de V. M. besa su vasallo

y criado ,duque de Alba.


el

Sobre: A la S. C. R. M. el Rey, nuestro señor.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DE JULIÁN ROMERO k SU MAJESTAD, DE AMBERES k 17 DE


DICIEMBRE DE 1573.

(Archivo general de Simancas.—Estado.-- Legajo 555.)

S. C. R. M. : Habiendo cuarenta años que há que sirvo á

V. M. haberme apartado un hora del, y


en este hábito, sin
habiendo trabajado tanto en esta jornada como V. M. estará
informado , y faltándome ya las piernas y los brazos y ojos,

demandé duque de Alba para llegarme á mi casa, y


licencia al
viendo la razón que tenia, me la dio; y estando ya en Bruselas
para partirme, me dieron una carta de V. M., por la cual me
manda que yo no haga por ahora movimiento destos Estados:
yo hago lo que V. M. me manda, aunque tenia mucha necesi-

TüMO LXXV. 17
258

dad de ir á mi casa , así para descansar como para otras cosas


que me ocurren en ella. El duque de Alba y el Comendador
mayor me han dado licencia para que envié al capitán Estdban
Illán á suplicar á V. M. me haga merced de mandarme dar
licencia para que pueda ir á ver mi casa, que pues que suplico
esto á V. M. en este tiempo, puédese creer que tengo necesidad
de hacello, que si no la tuviera, ni yo la demandara á V. M.,
ni en este tiempo me fuera yo aunque tuviera libertad para ello.

Nuestro Señor la sacra católica Real persona de V. M. guarde


con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos y victorias,
como los vasallos de V. M. deseamos. De Amberes y de Diciem-
bre 27 de 1573 años.-S. C. R. M.—De V. M. menor vasallo
que sus reales manos besa, Julián Romero.
Sobre: A la sacra católica Real Majestad el Rey, nuestro
señor.

COPIA DE CARTA

DEL MAESTRE DE CAMPO VALDÉS AL COMENDADOR MAYOR,


DE LA HAYA, k 18 DE MAYO DE 1574 1.

(Archivo general de Simancas.—Estado.— Legajo núm. 558.)

limo, y Excmo. Sr.: El dia que partí de Utrech, que fué


lunes, 24 deste ,• escribí á Y. E. como partia para Holanda con
toda la gente; pero después, el regimiento de Freunspergh
dijo que no quería salir si no daban más dinero de socorro;
le

buscáronse 3.000 talleres para les prestar, pero ellos no quisie-


ron contentarse menos de con cada cuatro talleres por soldado;
y no siendo posible hallarse tanta suma de dinero, yo deter-
miné de me partir con la infantería española y con 11 banderas
de valones , cuatro de las cuales envié por el camino de Har-
lem, como ya áV. E., y con las demás caminé, pasando
escribí
bien cerca de Worden, y vine á amanecer, hoy jueves, en

* Carpeta.
259

Soraerdaii , adonde tuve aviso como había en Goudesluys y en


el fuerte de Alsen algunas banderas de ingleses: camínela
vuelta dellos, los cuales, como tuvieron aviso de mi venida, que-
maron las casas que tenían junto á su fuerte, de donde les podía
hacer algún daño: yo repartí la gente en dos partes; la una fué
á pasar, á mano un molino y exclusa que está á
siniestra, por

tiro de arcabuz de la puente y la otra parte fué por el dique


;

que va derecho á su fuerte ellos se habían ya apoderado de la


:

casa y molino que digo para prohibirme el tránsito; pero á su


despacho (sic) pasaron más de 400 arcabuceros de la otra par-

te; trabóse una muy buena escaramuza y bien sangrienta; y


estando en este punto, llegaron en socorro de las tres banderas
que guardaban el fuerte otras tres que estaban en el fuerte

de Alsen; yo ordené que al mismo tiempo las banderas asalta-


sen el fuerte cuando los 400 arcabuceros empezaban á cerrar
con las compañías que habían venido de socorro; hízose así
con tanto valor, que aunque los enemigos hicieron gran resis-

tenciamás de una hora, se les entró por fuerza el fuerte, de-


gollando muchos dellos y siguiendo el alcance desde esta
puente hasta el casar de Alsen que está á media milla italia-
,

na al entrar del dicho villaje se rehicieron un poco, pero pres-


:

to las echaron de allí, y siguiéndolos entraron envueltos con


ellos en el fuerte principal duró después bien legua y medía
:

el seguirlos y matarlos, que á lo que se puede juzgar, son casi


300 los muertos, sin muchos que se ahogaron tomáronse cua- ;

tro banderas de seis que eran; no quedó hombre dellos con


armas, porque pasaron por los casares la vuelta de Goude,
muchos dellos en camisa, por poder mejor escaparse, pasando
los canales á nado: he holgado más que sabré decir de haber

visto cuan animosamente y con cuánto valor acometió el fuerte

esta infantería, que prometo á V. E., que después que soy


soldado, del tiempo que duró el combatir, que, como he
dicho, fué más de una hora, no he visto cosa más bien por-
fiada ni con más esfuerzo hecha; y así para darles ánimo
como para que no quede sin premio el que justamente lo mere-
ce, suplico á V. E. se sirva de hacer merced y aventajar á
260
Francisco de Zambrana, soldado del capitán Carrera, porque,
en juicio de todos , fué el primero que subió en el fuerte : tam-
bién la rescibiré muy grande de V. E. en que sea servido se
den algunas otras ventajas á soldados que muy bien lo mere-
cieron; y el primer Alférez que subió en el fuerte fué D. Luis
Pimentel, Alférez de Carrera, y el segundo Echavarría, Alférez
de Palma, criado de Y. E., que es mozo de harto valor: los
Capitanes lo hicieron muy bien, pero D. Manuel Cabeza de
Vaca se extremó, y tras del el capitán Carrera cumplió con su
obligación, y mejor que muchos. El daño que se rescibió de
nuestra parte, fué solamente de cinco á seis españoles que mu-
rieron , y otros tantos valones; y heridos, de ambas naciones,
menos de veinte yo acabo de llegar en este punto á la Haya
:

de donde partió esta mañana D. Luis Gaytan con algunas com-


pañías de infantería y caballería, la vuelta de Leyden, á bus-
car cuatro compañías de ingleses que estaban fortificando Val-
kemburch y como supieron la venida del campo se retiraron
,

á Leyden pero la villa no los quiso rescibir: está juntamente


;

con él Monsieur de Liques con tres compañías de alemanes y


cuatro de valones, yo creo, cierto, que los desharán. Estos re-
beldes han quemado todos cuantos molinos habia en el Plat-

pays, que será harto grande incomodidad estando estas villas


de Leyden y Delff sin ningún soldado. En el fuerte de Mes-
lanchuys está una compañía de burgueses de Harlem, foragi-
dos: mañana partiré á echallos de allí, y de todo lo demás que
se ofreciere daré aviso á V. E. cuya, etc. De la Haya, 18 de
Mayo de 1574.
261

COPIA DE CARTA

QUE EL MAESTRE DÉ CAMPO VALDÉS ESCRIBIÓ AL COMENDADOR


MAYOR, DE LA HAYA k 28 DE MAYO DE 1574 1.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 558.)

limo, y Excmo. Sr. : Ya escribí á V. E. lo que me subcedió


en mi entrada en Holanda , y asimismo como habia enviado á
D. Luis Gaitan con 300 arcabuceros españoles y una compañía
de caballos á se juntar con Monsieur de Liques y procurar de
deshacer las cuatro compañías de ingleses que habian salido
de Valkenburkc, y en Leyden no las habian querido recoger, y
subcedió que por la buena industria de Monsieur de Liques, y
principalmente por tener ya ellos aviso de la rota de las otras
seis banderas, vinieron á rendirse al dicho Monsieur de Liques
á la misericordia de S. M., y V. E. en su nombre, con palabra
que se les dio por el mismo Liques de que ternian seguras las
vidas; concluido esto, los llevaron á Valkenburkc, y en la

ygla (sic) que desarmaron y los lleva en prisión á


allí está, los

Harlem Monsieur de Liques hasta que V. E. mande lo quede


ha de hacer; y aunque yo con razón pudiera quejarme
ellos se

á V. E. del dicho Gobernador, pues estando en mi distrito


estos inglesesy siendo toda la gente que allí se halló de la que
está á mi cargo esto, no obstante, concluyó los pactos como le
,

pareció, y quiso llevárselos á Harlem en prisión, lo cual yo


pudiera muy bien impedírselo; pero no quise irritar más estos
borgoñones á odio contra la nación española, y sólo miré lo
que convenia al servicio de S. M. y de V. E.: mas en caso que
por no ser estos soldados vasallos de S. M., V. E. se servirá de
hacer gracia y merced dellos para que se puedan tallar: suplico

á V. E. no sea yo agraviado ni menos los Capitanes y soldados

1 Carpeta.
262
que á este efecto envié, aunque ternia por muy mejor, parecién-
dole á V. E., que se les diese libertad y tránsito libre á Ingla-
terra, porque me parece medio para ganar la voluntad de los
ingleses y obligar á la Reina, cuya amistad será al presente
menester, á causa del armada que viene. V. E. hará lo que
más fuere su servicio. Estos dos subcesoshan sido causa deque
se vea notable mudanza en las villas de Leyden y Delf pues ,

los de Leyden, llegándose Monsieur de Mathenes á la muralla,


no le tiraron, antes le hablaron amigablemente y le prometie-
ron que no dejarían entrar en la villa ningún soldado del Prín-

cipe; y poniéndoles por delante que se redujesen á la obediencia


de S. M., dijeron, que si no veian perdón firmado por S. M.
que no lo harian; y los de Delft asimismo hablaron de la mura-
lla con un soldado valon destas banderas; y después de largos

parlamentos, fué la conclusión la misma que los de Leyden: yo


procuro, por vía del dicho Mathenes y de Juan Hutes persua- ,

dilles á que conozcan su yerro y pidan perdón, pues no se les


negará la misericordia, ya por S. M. ,tan generalmente ofre-

cida; y de todo lo que se ofreciere daré siempre aviso á V. E.,


cuya, etc. De la Haya, 28 de Mayo de 1574.

COPIA J3E CARTA


DEL MAESTRE DE CAMPO JULIÁN ROMERO AL COMENDADOR
MAYOR DE CASTILLA, L 21 DE JULIO DE 1574 1.

(Archivo general de Simancas.— Estado.— Legajo 558.)

2 limo, y Excmo. Sr.: Después que V. E. haya hecho esta


reformación que tanto conviene al servicio de S. M., será bien
.que conforme al número de las compañías que dejare elija ca-

< Al margen: «Resolución de venirse á España, sus servicios y lo estropeado


de su persona en ellos.»
« Al margen: «La original de esta carta queda acá por ser necesaria por otros
capítulos que contiene.»
263
beza 6 cabezas que las gobiernen y sean Maestres de campo, y
á los que yo puedo señalar de los que hay en estos Estados,
soldados de experiencia, son Valdés, Antonio de Olivera, Mon-
tedoca, Pedro de Paz y Tordesillas; y porque yo tengo de
tratar con V. E. limpiamente y con la -verdad que siempre he
profesado, y así tengo de desengañar á V. E. de que ni pro-
mesas de S. M. ni otro inconveniente que la muerte no serán
parte para dejar de irme al Setiembre á mi casa, porque tengo
tan gran necesidad de hacerlo, cuanto está en ello el remedio
de mi alma y mujer é hijos y la menor de estas causas tiene
,

tanta fuerza que me lo hará hacer, y muchos dias há que


tengo esta necesidad, y helo dejado pasar por las ocasiones
tan urgentes que aquí ha habido en el servicio de S. M.; y
agora, últimamente, cuando se fué el duque de Alba, me quedé
y lo dejé de remediar todo sólo por servir á V. E. que venia
nuevamente á estos Estados, y he holgado sumamente de haber-
me quedado sólo por esto y por haber conocido á V. E., á quien
yo sirviera adelante con el amor que me obliga la merced que
me ha hecho: mas es llegado el plazo postrero á que no puedo
faltarde irme, y las razones que hay para ello, dejo juzgar
á V. E., pues que há que sirvo á S. M. cuarenta años la Na-
vidad que viene, sin apartarme en todo este tiempo de la guer-
ra y de los me han encomendado, y en ellos he
cargos que se
perdido tres hermanos, y un brazo, y una pierna, y un ojo, y
un oido, y lo demás de mi persona tan fatigado de heridas, que
me resiento mucho dellas; y agora, últimamente, un hijo en
quien yo tenia puestos los ojos; y si tenia razón para ello, in-
fórmese V. E. de todos deste ejército, y verá las muestras que
daba de sí. Todos estos trabajos juzgue V. E. si serán causa
de tenerme fatigado en mi persona y espíritu; y, por otra parte,
verme que há nueve años que me casé pensando poder descan-
sar, y después acá no he estado un año entero en mi casa, y
della hedado y gastado la mayor parte de lo que me dieron
con mi mujer; y tengo una hija en ella, y otra en estos Esta-
dos , de edad de casarla; y para la una ni para la otra no me
hallo con que poderlas remediar, si no es con lo poco que ha
.

204
quedado á mi mujer; y esto se lo voy comiendo con tanta priesa,
que me es forzoso recogerme desde luego, para que en vida
ella y yo no estemos en el hospital; y pues V. E. es Príncipe
tan justo y tan cristiano, tengo por cierto que no será parte
para estorbarme esta deliberación antes confio que me dará la
,

mano para que vaya á remediar todo; y esto crea V. E., que
lo

ni lo hago por venderme ni encarescerme á S. M. y á V. E.,


sino por la gran necesidad que me constriñe á ello; y si á S. M.
le pareciere llegado yo á mi casa que valgo para su servicio,
procuraré con toda la instancia sacar á mi mujer conmigo, si

el lugar donde me mandaren servir fuere para poder tener mi


casa, y sin ella no será parte todo el mundo para que yo me
mueva; pues me parece que tengo servida y merecida la mer-
ced que S. M. hasta agora me ha hecho al cabo de tanto tiem-
po y tantos trabajos como he padecido en su servicio. Borzon, 21
de Junio de 1574.

Lo que el Comendador mayor escribió al Maestre de campo


Julián Romero y en 24 de Junio en respuesta de la carta que
^

atrás va escrita sobre su particular

He visto lo que vuestra merced dice en una destas cartas,


en que toca á sus particulares, y es cierto que son cuatro ó
lo

cinco veces las que yo he escrito á S. M. sobre ellos después


que me encargué deste Gobierno; y teniendo algunas respues-
tas de manera que no me puedo persuadir que no se vea muy
presto el efecto, yo tornaré á hacer agora el oficio tan cuerda-
mente, que espero que antes del plazo que vuestra merced
pone tenga la respuesta que deseamos, y en tanto, y después

que vuestra merced se ocupará en el servicio de S. M.,


confio
como siempre lo ha hecho, tanto más, atravesándose en esta
guerra más que en otras el servicio de Dios.
265

Lo que el dicho Maestre de campo respondió al Comendador


mayor, al capitulo de arriba, en carta de 27 de Junio, hecha
en Worcum.

En lo que toca á la merced que V. E. me hace en solicitar

con S. M., que me la haga suplico á V. E., que en ello no se


trabaje agora tanto, porque los pocos días que me quedan, yo
los pasaré tan honradamente como pudiere; y si no se remedia-
ren muchas cosas, estoy ya tan consolado de dejarlo todo,,
como el que está con la candela en la mano, y Dios me es tes-
tigo si hasta hoy he servido á S. M. por interés ni he traba-
jado más á este blanco: es bien verdad que me pesa que S. M.
haga mercedes á otros que mamaban cuando yo comencé á
servir y á mí me olvide. Pero esto lo atribuyo á mi poca ven-
tura y á que quiere Dios tenerme necesitado; pero desnudo
nací y he vivido honradamente, y este consuelo me hace olvi-
dar todo lo demás. En mi particular, no hay para que V. E.
tome pena de ninguna cosa; que de aquí al término que trato
de mi ida, espero en Dios que pondrá las cosas de estos Estados
en buen puesto, y entonces es el tiempo que no suele haber
innovaciones, que después que yo haya dado á mi casa una
vuelta y haber remediado algunas cosas que me fuerzan á irme
y V. E. se viere en tanto trabajo como se ve agora, yo prometo
á V. E., como de venirle á servir y ayudar en lo que
cristiano,
pudiere, conforme á mis pocas fuerzas y pusiera (sic) á Dios
que yo me viera soltero y con las fuerzas que otras veces me
he visto, para que viera V. E. la voluntad que yo tengo de
servirle.

Carpeta: Copia de la carta de Julián Romero y de otros ca-


pítulos de carta.-— Para enviar á S. M.
CARTAS
DEL

3DTJQ.TJE 3DE FA.1E11S/LA,

ALEJANDRO FARNESIO

Y OTROS DOCUMENTOS QUE SE REFIEREN AL TIEMPO QUE GOBERNÓ


LOS PAÍSES BAJOS.

(Colección de la señora viuda de Salva.— Biblioteca Nacional, sala dems.;


269

COPIA DE CARTA AUTÓGRAFA

DEL DUQUE DE PARMA AL ILUSTRÍSlMO SEÑOR, EL SEÑOR DON


PEDRO DE TOLEDO OSSORIO MARQUÉS DE VILLAFRANCA, DUQUE
,

DE FERNANDINA, DE 12 DE NOVIEMBRE DE 1579.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

limo. Sr. : Responderé en ésta á la carta de V. S. de los 9,


y diré, que por otra mia, habrá entendido la orden que he
enviado á Cigoña para que acuda ahí y haga lo que V. S. le

ordenare, y lo que á mí me parecia sobre este particular, á lo

cual añadiré agora, que ya que no se puede tratar al presente


de tomar muestra, y es fuerza que, así al tercio de Valdés
como á los demás, se les dé la parte que les toca de las contri-
buciones, según el número de soldados que dieron en la última
muestra, holgaría, siendo cosa que se pudiese hacer, que lo
que toca á los soldados se les diese á ellos por la vía que me-
jor pareciese, de suerte que no entrase en poder de sus Capi-
tanes, por evitar las quejas é inconvenientes que podría haber:
V. S. lo tratará y ordenará lo que más viere convenir.
En lo que toca á las salvaguardias, mi intención no ha
sido ni es que por ellas sean reservados los que las tienen de
contribuir, sino que contribuyendo, no se les haga otro mal ni
daño; y así será bien que V. S. lo ordene.
Cuanto á la necesidad que hay de mudar de alojamiento,
me parece que V. S. procure entretenerse en los que agora
está todo lo que buenamente pueda, y si en este medio no fuere
otra orden mia, podrá V. S. ordenar que el ejército se aloje en
el paísque hay entre Grave y Breda, ó por allí donde mejor
lopuedan pasar los soldados, gobernándose en estos según la
información qne tuviese de cómo está la tierra y de lo demás que
en tales casos se debe saber; advirtiendo, que mi intención es,

por una parte, de que los soldados lo pasen bien , sin hacer
270

excesos, y por otra, de que no se destruya de todo punto ese


contorno de Tornaut, sino que se reparta el trabajo y costa lo
más que se pudiere: V. S. lo tratará con las personas que le
asisteny con Cigoña (á quien yo holgaré que honre y favorezca
mucho), y ordenará en todo lo que más convenga, llevando la
mira principalmente á la seguridad; que aunque yo creo, como
V. S. dice, que el enemigo no se arrojará todavía, es bienvivir
con recato.
Allá irán los tres Sargentos mayores que últimamente he
nombrado, que son: Peñuela para el tercio viejo; Solís para el
de D. Lope, y Campos para el de Valdés. V. S. les ordenará

respectivamente que tocare á sus respectivos cargos, y man-


lo

dará que á Salcedo y Herrera y á Pedro Coloma se les dé la


posesión de las compañías que les he proveido, qonforme á sus
Patentes. De aquí no hay cosa de que avisar á V. S., cuya ilus-
trísima personay estados guarde y prosperen, etc. De Mastricht

á 12 de Noviembre de 1579. Besa las manos á V. S. Aless.° ,

Farnesse ^.

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DEL DUQUE DE PARMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR, EL SEÑOR DON


PEDRO DE TOLEDO OSSORIO, MARQUÉS DE VILLAFRANCA, DUQUE
DE FERNANDINA, Á 17 DE NOVIEMBRE DE 1579.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

limo. Sr.: Con la carta de V. S., de los 12, holgué mucho


por la particular cuenta que en ella me da de lo que ahí se
ofrecía, y en ésta responderé lo que me ocurre.
A Cigoña he vuelto á dar priesa sobre su ida ahí; y así, creo
que habrá ya llegado, y que con su asistencia se excusará
V. S. de muchas pesadumbres, aunque si los soldados se pue-

Hay una rúbrica.


271

den acomodar donde seguramente puedan comer, yo lo tengo


por mucho mejor que no lo de las contribuciones, porque se me
representa que muchos deben de juzgar lo que se les da con
esperanza de hallar después de comer en la campaña, y que
de aquí nascen los excesos y desórdenes que se hacen; los
cuales se excusarian desotra manera, y aun, si no me engaño,
lo pasarían menos mal los unos y los otros, como en el hacerse

dar de comer hubiese moderación; y así será bien que V. S.


lo platique y trate allá y dé el orden que más juzgare convenir

para que la gente se entretenga sin que los naturales se acaben


de destruir, pues importa conservarlos lo que V. S. con su pru-
dencia puede considerar.
Sobre el particular de las salvaguardias, ya he respondido
á V. que el ejército estuviere por allá, no ha
S. que, entretanto
sido ni es mi intención que sirvan á los que la tienen sino de ,

evitar corredurías y desórdenes: lo mismo digo agora, porque,


aunque yo holgara reservarlos del todo, V. S, ve que la nece-
sidad no da lugar á ello: yo no he dado al capitán Iñiguez otra
orden más de la que él se tenia antes que viniese aquí y esa ,

se le dijo que siguiese entretanto que yo mandase otra cosa; y


si bien me pidió carta, no se la quise dar porque deseaba resol-
verme sobre la persona que habia de gobernar el tercio del
Sr. D. Fernando de manera que ninguno de los Capitanes viejos
del tuviesen justa causa de quejarse; y aunque yo he tenido y
tengo de Iñiguez mucha satisfacción y deseo honrarle, favore-
cerle y procurar su acrecentamiento, como lo he de hacer en
cuanto pudiere, todavía, habiendo entendido que el echar mano
del para esto parece habia de ser causa de mucho disgusto y
sentimiento á otros , y particularmente algunos que son tanto ó
más antiguos que él, me he resuelto, por evitar los dares y to-
mares que de aquí pudieran nacer, y principalmente por lo quo
toca al servicio de S. M., de encomendar el otro tercio á per-
sona de fuera del ; y sabiendo cuan á propósito es la de Pedro
de Paz, y cuan conocido y amigo de todos, le he nombrado para
este efecto y le envió orden para que lo obedezcan. V. S. me
haga merced de hacerse llamar á Iñiguez y darle de mi parte
272
la resolución que he tomado y las causas que á ello rae han
movido; y á Iñiguez, que no se altere, pues no tiene de qué
ni puede quejarse sino de sí mismo, si ha publicado otra cosa
de la que aquí se le dio á entender, asegurándole, que en lo
que yo pudiere hacer por y sus cosas, conocerá cuan de
él

veras deseo su acrecentamiento; y á V. S. beso las manos por


el término tan prudente y acertado con que en ésta se ha go-
bernado, que ha sido para mí de particular satisfacción.
Pésame de que á la partida se descubran tantos amigos
como V. S. me escribe de Alonsillo, pero placerá á Dios que él
y ellos hayan el galardón de sus obras conforme á ellas yo ;

daria cualquier cosa porque se les pudiese tomar alguna zan-


candilla: Y. S. lo verá; y así, en ésta como en la de aquellos
120 caballos que alojan á una legua de Amberes, y en lo
demás que seguramente se pudiera hacer daño al enemigo,
dará V. S. la orden que más viere convenir; que como no se
aventure á perder, muy bien es probar la mano; désela Dios
con muy y guarde la ilustrísima persona de
prósperos sucesos
V. como desea. De Mastricht, á 17 de Noviembre de 1579.—
S.

«Besa las manos á V. S., Aless." Farnesse.» ^

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DEL DUQUE DE ÍARMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR, EL SEÑOR DON


PEDRO DE TOLEDO, DUQUE DE FERNANDlNA, MARQUÉS DE VILLA-
FRANCA, Á 17 DE NOVIEMBRE DE 1579.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

limo. Sr.: Por estar el capitán Salcedo indispuesto, va Gas-


par Pérez, su Alférez, que dará ésta á V. S., á tomar la posesión
déla compañía que era deD. Diego de Gauna, que he proveído
en su persona por haber dado al dicho D. Diego la de arcabu-

4 Lo entrecomado es de letra de Alejandro.


273

oeros, que era de Baltasar Franco. Suplico á V. S. mande que


cada uno sea entregado de la que conforme á esto le toca, te-

niendo con todos la cuenta que merecen ,


que en ello recibiré

particular satisfacción de V. S., cuya ilustrísima persona Nues-


tro Señor guarde y estado acreciente como deseo. De Mastricht,
á 17 de Noviembre de 1579. —
«Besa las manos á V. S., Aless.^
^
Farnesse.»

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DEL DUQUE DE PARMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR, EL SEÑOR DON


PEDRO DE TOLEDO OSSORIO, MARQUES DE VILLAFRANCA Y DUQUE
DE FERNANDINA, Á 2 DE DICIEMBRE DE 1579.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

limo. Sr.: Por las cartas de V. S.


y de Pedro de Paz, y por lo
que el Juan García me ha dicho, he entendido la suerte
teniente
que se ha hecho en los de Herentales, que, cierto, ha sido para
mí de mucho contentamiento, y no podia suceder de otra ma-
nera habiéndose V. S. gobernado con tanta prudencia y valor;
mucho quisiera que Alonsillo cayera en el lazo, pero quizá le
guarda Dios para mayor castigo suyo.
La justicia que se hizo en un español que se tomó, fué muy
acertada, y así lo será todo lo que V. S. hiciere, cuyas manos
beso por el regalo de la haca, la cual tendré por memoria de
quien me la envia.

De Mos. de Alem y délos demás, remito yo á V. S. que haga


y disponga como más le pareciese convenir; y creo que conver-
tirlos en beneficio de los soldados será lo mejor; sólo acordaré
á V. S., que si entrevé que de algunos se pudiesen haber los
españoles que sirven á Alonsillo, ó, á lo menos, á estos que
agora se le han pasado, y asimismo á los italianos y albaneses,

* Lo enlrecomado es de letra de Alejandro.

Tomo LXXV. 18
274
holgaría yo infinito dello: V. S. verá lo que en esto se podrá íy
convendrá hacer, y ordenará lo que juzgare que conviene.
Mucho gusto me ha dado entender que los Capitanes del
tercio viejo se hayan aquietado, aunque nunca dudé dello, por
estar V. S. de por medio.
Los de Mol me han dado la petición que va con ésta, y por-
que entiendo que no pueden más, recibiré contentamiento en
que V. S. mande ver si se les podria dar algún alivio, ora sea
quitándole la gente que tiene y pasándola á los lugares de
Rhety, Gheel y Merhout, ó haciendo que estos ayuden á la
dicha Mol, sobre que ordenará Y. S. lo que más á propósito
será para que aquel lugar no se destruya del todo. Guarde y —
acreciente Nuestro Señor la ilustrísima persona y estado de
V. S., como deseo. De Mastricht, á 2 de Setiembre de 1579.—
«Besa lasmanos á V. S., Alexandro Farnesse.» ^

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DEL DUQUE DE PÁRMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR, EL SEÑOR DON


PEDRO DE TOLEDO OSSORIO, MARQUÉS DE VILLAFRANCA Y DUQUE
DE FERNANDINA , Á 10 DE DICIEMBRE DE 1579.

Colección de la señora viuda de Salva

limo. Sr.: A los 6 recibí la carta de V. S., de primero de


éstey he tardado en responder á ella por resolverme sobre la
, ,

mudanza del campo; y aunque no lo he hecho del todo, no he


querido dilatar más la respuesta; y lo que sobre este parti-

cular puedo decir á V". S. es, que ya la villa de Malinas se ha


contentado de recebir guarnición de caballos, y la recibirá tam-
-l)ien de infantes; pero porque estos no están tan á la mano,
cuales conviene que sean, he ordenado que la compañía de
lanzas de Mos. de Altapena, con 25 arcabuceros de la de

Lo eolrecomado es de Itílra de Alejandro.


27r>

Mos. (le Resbruch, ae vayan á meter dentro, como lo harán


sin perder hora de tiempo; y dentro de cuatro ó cinco dias entra-
rán, con lo cual parece que quedará aquella villa aseg-urada,
mediante buen ánimo y voluntad que muestran los burgeses
el

de conservarse en el servicio y obediencia de su Rey; y

cesando con esto la principal causa porque el campo se ha dete-


nido en esos contornos, no habrá ninguna que impida el mu-
darse; y yo quedo tratando de la parte y lugar donde habrá de
ir, para que se pueda entretener con comodidad; y luego que
me haya resuelto, despacharé á V. S. con el aviso y procuraré
que sea dentro de dos ó tres dias.

A la orden que V. S. dio para recoger las dos compañías de


infantería que estaban lejos, al villaje de Riter, no tengo que
decir sino que el Comisario g-eneral, Antonio de Olivera, se me
ha quejado mucho de ello, diciendo que aquel villaje era de la

caballería, y que si se le quita, tras caverle tan poca parte de


las contribuciones de la campiña, no se podrá de ninguna ma-
nera sustentar, y háme pedido con mucha instancia mande
deshacer el agravio que en esto se hace á la dicha caballería, ó
mudarle adonde pueda vivir; lo cual, cierto, me parece justo; y
así, recibiré particular satisfacción en que V. S. ordene que el
dicho villaje se deje á la caballería, y se le acuda con lo que
de él se saca, acomodando en otra parte la infantería que allí

está, pues es cosa razonable que cada uno goce de lo que le

toca. Pero si en esto se ofreciere algún inconveniente , holgaré


que V. S. me lo avise.

En lo que toca á los prisioneros de Herentales, remito de


nuevo á V. S. que ordene lo que más le pareciese convenir, tras
que todavía me parece que se debe intentar el trocarlos por los
nuestros que se han pasado allá: cuanto á lo que V. S. me
escribe de los de Affelt, me parece que será bien que les escriba
que hagan justicia de los delincuentes, satisfaciendo á los vivan-
deros lo que lea han tomado, diciéndoles la alteración que ha
causado á los soldados, los cuales, si ven que lo pasan en disi-

mulación, se vengarán sin que V. S. ni nadie sea parte para


estorbárselo; que para evitar el daño que de aquí les podria
276

nacer, hagan la demostración que deben , donde nó, que V. S.


quedará descargado de cualquier cosa que suceda con avisar-
les delremedio que pueden dar tan conforme á razón y justicia;
y según la respuesta que diesen, así se procederá; que en
cuanto á esto no puedo yo hacer mejor provisión que remitirlo
á V. S. y á los que le asisten , cuya ilustrísima persona guarde
Nuestro Señor y acreciente como desea. De Mastricht á 10
de Diciembre de 1579. — «Besa las manos de V. S., Alesa."
Farnesse.»^

COPIA DE CARTA ORIGINAL


DEL DUQUE DE PAEMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR, EL SEÑOR DON
PEDRO DE TOLEDO OSSORIO, MARQUÉS DE VILLAFRANCA Y DUQUE
DE FERNANDINA, Á 11 DE DICIEMBRE DE 1579.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

limo. Sr.: Mos. de Hautepena me ha scripto la carta que


va con e'sta, en que como V. S. verá, me pide le haga dar
algunos prisioneros de los que hay ahí de Herentales, para res-
catar por ellos un Mayordomo y un Page suyos, que han sido

presos y y porque yo le deseo dar toda


llevados á aquel lugar;
satisfacion, y es justo que se tenga mucha consideración con
los que tan lealmente han servido á S. M,, he querido scrivir

estos renglones para pedir á V. S., como lo hago muy de veras,


tenga la mano en que estos dos prisioneros sean rescatados con
los demás que allá tienen nuestros, de suerte que Hautepena
reciba esta gracia y favor, que demás de que S. M. será servido
de ello, para mí será de mucho contento.
Guarde Nuestro Se- —
ñor la ilustrísima persona y estado de V. S. como yo deseo. De

Mastricht á 11 de Diciembre de 1579. «Besa las manos á V. S.,
Aless." Farnesse» ^.

í Lo que va entrecomado es de letra de Alejandro.


« ídem.
277

CARTA
DEL DUQUE DE PARMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR, EL SEÑOR DON
PEDRO DE TOLEDO, DUQUE DE FERNANDINA, MARQUÉS DE
VILLAFRANCA, Á 11 DE DICIEMBRE DE 1579.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

Timo. Sr.: Por la copia de una carta que me han escripto los

de Bolduch, y la petición que va junto con ella, verá V. S. lo

que pretenden; y porque me consta que aquellos hombres que


iban á Amberés era por negocios particulares y no para hacer
ningún mal oficio, antes procurar de traer algunos á la devo-
ción y obediencia de S. M., con el ejemplo de los mismos de
Bolduch, me he contentado que se dé libertad y se les res-
les

tituya lo que se les hubiese tomado por vía de rescate ó en ,

otra cualquier manera, pagando solamente las costas que hu-


biesen hecho: V. S. dará orden que así se haga, y lo hará eje-

cutar sin réplica ni dilación; que demás de convenir así al ser-

vicio de S. M., recibiré yo en ello particular satisfacion. — Guarde


Nuestro Señor la ilustrísima persona de V. S. como desea. De
Mastricht á 11 de Diciembre de 1579.— «Besa las manos á V. S.,
Aless." Farnesse» *.

COPIA DE CARTA pRIGINAL


DEL DUQUE DE PARMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR, EL SEÑOR DON
PEDRO DE TOLEDO OSSORIO, MARQUÉS DE VILLAFRANCA, DUQUE
DE FERNANDINA, k 22 DE DICIEMBRE DE 1579.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

limo. Sr.: El portador me hadado la carta que truxo de


V. S., por la cual, y lo que de palabra me ha referido, he

i Todo lo que va entrecomado es de letra de Alejandro.


278

entendido cuan al cabo va la comodidad de poder vivir en esos


alojamientos, como también me lo representa V. S. en la que
me scrivió á los 16: yo hubiera ya dado orden en que la gente
se retirara dellos; pero como desta parte de la Mosa no habia
donde poderla alojar, y el Maestre de campo Valde's me repre-
sentó algunos inconvinientes de consideración, de hacer pasar
la ribera á los soldados sin tomarles la muestra, lia sido fuerza
dilatar la partida de ahí. El primer ó segundo dia de Pascua
se tomará, y acabada de dar, se dará orden que caminen; en-
tretanto, mande V. S. que se pase lo menos mal que se pueda:
tenga la mano en que en estos pocos dias, ni á la partida, se ha-
gan excesos en daño de esa miserable gente del país, pues
basta el que han recebido; y en lo que toca á que la muestra se
haga como conviene al servicio de S. M., no quiero decir nada á
V. S., porque acudirá del en esto con el amor y celo que lo
ha hecho en lo demás.— Guarde y acresciente Nuestro Señoría
ilustrísima persona y estados de V. S. como desea. De Mas-
tricht á 22 de Diciembre de 1579.
^ «No acordaré á V. S. que procure que esta muestra se tome
con la diligencia que conviene, pues me aseguro procura el ser-

vicio de S. M. con el celo que lo ha hecho hasta aquí; sólo


diré á V. S que será bien que la gente, cuando habrá de enca-
minarse á esta vuelta, se reparta en mejor forma y manera
la
que V. S. juzgase convenir; y aunque he mandado á Olivera
que de mi parte trate sobre esto, todavía me ha parecido adver-
tirle della para que lo pueda platicar y resolver. Y Dios dé á
V. S. las más buenas fiestas de Pascua, como yo se las deseo.
Besa las manos de V. S., Aless.*" Farnesse» ^.

' Posdata.
2 Todo lo que va entrecomado es de letra de Alejandro.
279

COPIA DE CARTA ORIGINAL

DEL DUQUE DE PARMA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR. EL SEÑOR DOX


PEDRO DE TOLEDO OSSORIO, MARQUÉS DE VILLLAFRANCA, DUQUE
DE FERNANDINA, Á 18 DE PERRERO DE 1580.

(Colección de la señora viuda de Salva.)

limo. Sr.: Por las cartas y avisos que V. S. me ha enviado,


he visto la diligencia que ha usado, y cuan mal lo han hecho
los de Bcfl en rendirse con tanta facilidad, y temo no hagan lo

mismo los de Blienbek: he tratado hoy en consejo de lo que


convendrá hacer, y ha parecido, que pues la infantería y caba-
ya encaminada, pase adelante y procure socor-
llería se halla

rer á Blienbek; dando, si la ocasión se presentase, alguna buena


mano al enemigo, lo cual podria ser fácil si estuviese acampa-
do con artillería. También he resuelto que se reconozca cómo
está Bel de gente y provisiones, y si es cosa con que se podrá
salir en pocos dias, porque en tal caso se puede dar en ello el

orden que convenga: de todo van particularmente informados


Mos. de Turlon, que va por cabeza, y Pedro de Paz, y el Comi-
sario general Olivera, de quien lo entenderá V. S., cuyas ma-
nos beso por el cuidado que ha tenido de avisarme tan puntual-
mente de lo que se ha ofrecido,*, y aunque por demás dejaré de
suplicarle tenga la rienda al ánimo, pues lo quiere la razón, y la

ocasión no obliga á otra cosa,— Guarde y acresciente Nuestro


Señor la ilustrísima persona y estado de V. S. como desea. De
Mastricht á 18 de Febrero de 1580. —
«Besa las manos á V. S.,
Aless.'* Farnesse» ^

1 Todo lo que va entrecomado es de letra de Alejandro.


,

2S0

INSTRUCCIÓN
POR EL PRÍNCIPE DE PARMA Á PEDRO DE SOMARRIVA
MAYORDOMO DEL ARTILLERÍA, SU .DATA EN TORNA Y,
Á 20 DE ABRIL DE 1583.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.~J. Í3).

El príncipe de Parma, etc.:

La orden que vos, Pedro de Somarriva, Mayordomo de la


artillería y municiones de guerra del ejército de S. M., con-
viene á su Real servicio que tengáis y observéis en vuestro «!
oficio para la buena guardia y conservación de la dicha artille-

ría y municiones en la distribución y gasto dellas, es la

siguiente:
Primeramente , como la Patente que os habernos mandado
dar el dia de la fecha, de ésta, ordenamos á Francisco de la
Maza, Contador de la artillería y municiones del dicho ejército,
y á las demás personas á quien toca y tocare, que os entreguen
y hagan entregar toda la artillería, así grande como pequeña,
de bronce ó de fierro, y las cajas, ruedas, ejes y carrosmatos
en que estuvieren encabalgadas, y los cargadores, balas y toda

la pólvora y salitre, azufre, carbón y otros materiales é inge-


nios para fuegos artificiales , y el maderamen y fierro labrado y

pólvora, bronce, plomo y estaño, y todas las demás municio-


nes, pertrechos y jarcias tocantes y pertenecientes á la dicha
artillería, así en la que al presente hubiere como en lo porve-
nir. Tocante al dicho ejercicio es necesario que lo recibáis por
cuenta y razón, cada cosa en su género, en cualesquiera villas

y partes que la dicha artillería y municiones estuvieren; lo cual,


-así como lo fuéredes recibiendo, lo iréis poniendo en los maga-
cenes, bóvedas ó torreones que para ello fueren más á propósito
en los dichos lugares; y porque por descuido las dichas municio-
nes no se extraguen, habéis de tener mucha cuenta en mirarlas
y visitarlas de ordinario, como dando cada suerte de munición
281

en la parte que conforme á su calidad se pueda mejor conser-


var y si os pareciere que para el provecho y servicio de ellas
;

es necesarioque en algunos tiempos se muden de unos maga-


cenes á otros, por respecto de la humidad, lo haréis hacer,
precediendo orden nuestra ó del Capitán general ó Teniente
general de la dicha artillería, con intervención del dicho Fran-
cisco de la Maza.
y por el peligro que se podría seguir si no se tiene el cui-

dado que conviene en la guarda y conservación de la pólvora,


la tendréis con lo que tuviéredes á vuestro cargo, cual convenga,

advirtiendo, que ninguno ha de entrar en almagacen ó bóveda


donde estuviere sin que vos os halléis presente ,
para excusar
los inconvenientesque se podrían ofrecer con meter candela; y
que cuando hubióredes de dar alguna pólvora á soldados de
cualquier nación dejen fuera las cuerdas de sus arcabuces de
, ,

manera que se quite toda ocasión.


Tendréis libro en que os habéis de hacer cargo de toda la
artillería, pólvora, plomo, cuerda, picas, bronce, fierro, metal,
cordaje y los demás pertrechos y municiones que recibiéredes
y entraren en vuestro poder, y en qué géneros y en qué dias,
con su calidad y peso de cada cosa y de dónde vino ó se hizo ,

ó se compró, ó si se tomó á los enemigos, teniendo pliego par-


ticular en cada género de municiones; y asimismo otro libro de
lo que distribuyéredes y gastáredes, conforme y de la manera
que el dicho Contador lo terna, para que al dar de vuestras
cuentas, se compruebe el cargo y data dellas por los dichos
libros.

En lo que toca á la distribución de las dichas municiones,

se ha de hacer lo más moderadamente que ser pudiere , distri-

buyéndolas por orden y libranzas nuestras ó del Capitán gene-


ral de la dicha artillería ó Teniente general della, fechas por el

dicho contador Francisco de la Maza; y tomada la razón en


los libros de su oficio, haciendo la dicha distribución con su
intervención ,
para que haga cargo á las personas que los re-

quieren, y os descarguen á vos de lo que así diéredes en virtud


de las dichas libranzas, así para las armadas de S. M. como
282

para los soldados de todas naciones , so pena que lo que diere-

des de otra manera no se os recibirá ni pasará en cuenta, y


demás y ,
allende que se procederá contra vos haciendo lo con-
trario cuando
: se aprestare y pusiere en orden alguna artille-
ría y municiones para sacalla en campaña, queremos y es
nuestra voluntad que os halléis presente en el lugar donde la
dicha artillería se aprestare, para ayudar en todo lo necesario á
ello, y para haceros cargo de las piezas y municiones que se
sacaren en campaña, tomándolo todo por inventario, cada gé-
nero de cosa por sí, asentándolo en vuestros libros conforme
á la orden que tuviereis de nos ó del Capitán general ó Teniente
general de ella.

De las municiones que así se sacaren con la dicha artillería,

habéis de dar particular cuenta de distribuirlas á toda la buena


orden y moderación posible, por orden ó libranzas nuestras ó
por las del Capitán general de la dicha artillería ó Teniente
general de ella, hechas por el dicho Contador y con su inter-
vención; y particularmente habéis de tener gran cuidado y
advertencia cuando se batiere alguna tierra, de la pólvora que
cada dia entregáredes para las baterías que se hicieren , y pre-
sentalla al dicho Contador para que se sepa lo que hubiere gas-
tado, y tome la razón della, á tal que nos la pueda dar, y con
más facilidad hacer vuestros descargos , lo cual cumpliréis así

sin faltar en ello.

De la misma manera os gobernareis en la distribución de


la pólvora que diéredes para la arcabucería que estuviere de
guardia en las trincheas y ninguna librareis sin orden nuestra
,

ó de los Ministros de la dicha artillería, toma^ndo carta de pago


de las personas á quien entregáredes, advirtieüdo que han de
ser Oficiales de los tercios y regimientos que hubiere en el

ejército, y nombrando las compañías de que son para que se


les pueda hacer cargo y no haya confusión como podria haber ,

si no se nombrase como dicho es ; y la misma cuenta y razón


,

habéis de tener con distribuir coseletes, arcabuces, picas, plomo


y cuerda, y todos los otros géneros de municiones de cualquier
calidad que sean.
283

De la municiou que hubiere de palos, zapas, picas, marazas,


cestos para echar tierra y otros diversos para instrumentos de

gastadores, habéis de tener mucha cuenta y razón para que se

conserven y no se desperdicien, y las habéis de distribuir por


orden y libranzas como la pólvora y otras municiones, tomando
los recaudos como arriba se contiene. Y porque suele acontecer
en algunas ocasiones urgentes dar alguna cantidad para hacer
fuertes, trincheas y otros reparos, habéis de tener gran cuenta
en hacerlas recoger después que hayan hecho con los dichos

instrumentos su efecto, para que no se desperdicien.


Y por cuanto andando el ejército en campaña, tanto la ca-
ballería como la infantería de todas naciones han de ser pro-
veidas de armas, picas, cuerdas, plomo y de todas las otras

cosas necesarias de la munición de S. M., por no poderse pro-


veer de otra parte, habéis de advertir que cuando el ejército

anduviere en campaña, digo, pagando lo que se le diere de las

dichas municiones á los soldados, ha de ser pagándolo de sus


dineros al precio que cuestan á S. M. cada género de las mu-
niciones que se le diere, y no á más; y del dinero que proce-
diere de lo que
así se venderá, teniendo cuenta dello y razón en

vuestro libro, como también la tendrá el dicho Contador, para


que se compren otras municiones de la misma calidad, lo cual
se habrá de hacer con nuestra expresa orden y comunicación,
6 del General ó Teniente general de la dicha artillería.
Cuando por asalto ó composición se ganase alguna tierra,

habéis de entrar en ella con los Ministros de la dicha artillería,


y con orden suya é intervención del dicho Contador, tomar á
vuestro cargo toda la artillería de bronce ó de fierro, pólvora,
balas, armas y todas las demás cosas de munición de guerra
que se hallaren, haciendo inventario particular de ello, como
también lo hará y tendrá el dicho Contador en los libros de su
oficio, mismo hará en lo que se ganare en campaña, de
y lo

cualquier manera que sea.


Habéis de tener mucho cuidado de mirar los tiempos en que
He ha de refinar la pólvora que estuviere á nuestro cargo, así
la de cañón como la de arcabuz, y dar noticia dello á los dichos
284

Ministros de la artillería, para que nos informen de lo que será


menester hacerse, y buscando para esto los mejores polvoristas
que se pudieren hallar, tomando su orden, y no de otra ninguna
lo haréis.

En caso que se hubiere de fundir alguna artillería, así de


bronce como de fierro, ha de ser haciendo primero pesar el tal
metal, para que después de fundida cada pieza, sepáis lo que
antes pesó, y lo que se consumió en la fundición, descargando
en vuestro libro de las piezas que entregáredes para fundir con
el peso y razón de ellas, tornándoos á cargar de las que salieron
después de fundidas con su peso y medida, y notar lo que en
cada pieza se consumió en la fundición, haciéndolo todo por

nuestra orden ó del Capitán general de la artillería ó Teniente


general de ella, tomando la razón el dicho Contador, y con su
intervención.
Todas las veces y en cualquier tiempo que el dicho Conta-
dor os pidiere alguna cuenta y razón de vuestro cargo y data
en cualquier manera, se la habéis de dar en la forma que os la
pidiere, sin poner ninguna dificultad, con
el cual, y con todos

los Ministrosy Oficiales de la dicha artillería habéis de tener ,

toda la buena correspondencia que fuere posible, de manera


que entre todos la haya cual convenga al servicio de S. M.
Y de las otras máquinas, pertrechos y aparejos de guerra,
tiendas para los dichos Oficiales de la artillería y para las mu-
niciones, hospital y otras cosas, que por ser diversas no se pue-

den especificar , á que habéis de tener particular cuidado para


que se conserven y se tenga en ellas el buen recaudo que al

beneficio de la hacienda de S. M. conviene.


Habéis de tener peso para recebir y distribuir por cuenta y
razón la pólvora, cuerda y plomo y otras cosas que se recibie-
ren , consumieren y gastaren en el servicio de la dicha artille-
ría, de manera que no pueda haber yerro ni fraude contra la
hacienda de S. M.: todo lo cual guardereis según se ordena, y
mandamos al dicho Francisco de la Maza que tome la razón y
la asiente en sus libros.
285

COPIA DE LA INSTRUCCIÓN

QUE SU MAJESTAD DiÓ X PEDRO DE COLOMA Y ALONSO CARNERO,


CONTADORES DEL SUELDO DEL EJÉRCITO DE FLANDES, PARA EL
USO DE SUS OFICIOS, SU DATA EN SAN LORENZO, Á 29 DE
MAYO DE 1584.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—J. i 3.)

EL REY.

La orden que es Nuestra voluntad y Mandamos que tenga


Pedro de Coloma y Alonso Carnero, á quien habernos proveído
por Contadores del sueldo y gente de guerra del nuestro ejér-
cito de nuestros Estados Bajos de Flandes, de quien es nuestro

Capitán general el príncipe de Parma, nuestro muy caro y muy


amado sobrino, en lo tocante á la cuenta y razoh que han de
tener con el sueldo de la gente, así caballería como infantería de
todas naciones que nos ha de servir en el ejército, es la siguiente:
Primeramente: Mandamos á los dichos Contadores que, no
embargante lo contenido en los títulos que se les ha dado para el
ejercicio de los dichos sus oficios, hagan guardar y cumpla cada
uno, por lo que le tocare, lo contenido en esta Nuestra Instruc-
ción en todo y por todo, sin exceder de ella, porque así conviene
á nuestro servicio y expedición de los negocios, y buen recaudo
de Nuestra hacienda.
Que los dichos Contadores, y cada uno de ellos hayan de
tener y tengan en su poder las listas de toda la dicha gente,
firmadas las que tuviere un Contador del otro, y las del otro del
otro, y asimismo tengan razón y cuenta particular con el sueldo
de la gente del dicho ejército, en pliego agujereado, teniendo
mucho cuidado de tratar los negocios y la expedición de ellos
por su mano, sin remitirlo á sus Oficiales.
ítem, que los dichos Contadores asienten en las listas las pía-
286

zas de los soldados que se hubieren de recibir de nuevo, tomán-


doles particularmente las señales de cada uno, y los nombres
suyos y de sus padres y donde son naturales y la edad quo
, ,

tienen, para que no puedan pasar otros en su lugar; y que las


armas con que se presentaren sean suyas propias , y no presta-
das; y Mandamos, que primero que se asienten las dichas plazas,
vea D. Pedro de Tassis, Veedor general del dicho nuestro ejér-
cito si los tales soldados que las piden son útiles para servir,
,

y que no se reciban muchachos ni hombres tan viejos que sean


inútiles, ni mozos de otros, ni extranjeros, teniendo vigilancia

de examinarlos primero bien; y que se pongan en las listas que


han de tener entrambos los dichos Contadores, los nombres v
señales de los soldados que se recibieren y asentaren de nuevo,
dándose el uno al otro aviso de esto, luego que se asentaren
las tales plazas, para que entrambas listas vayan conformes, y

se puedan comprobar siempre que sea necesario.


ítem que no se asiente ni corra sueldo á ningún soldado,
,

sino desde el dia mismo que se asentare y fuere escripto en la


lista por los dichos Contadores, aunque diga y alegue que sirve

y fué recibido antes.


Las plazas de caballos y arcabuceros que se dieren y asen-
taren, sean en personas útiles y bien armadas, y que tengan
buenos caballos; de los cuales se tomarán las señales, y se hará
la diligencia necesaria para esto en entrambas las listas que
han de tener los dichos Contadores.
ítem, que no se pueda asentar ni asiente de ápié ni de á caba-
llo soldado ninguno extranjero entre la infantería ni caballería
española ni alemana, por los inconvenientes que la experiencia
ha mostrado que de esto se sigue.
Que los dichos Contadores no puedan asentar ni asienten en
las listas, ni dar ni señalar sueldo á criado ni Oficial suyo, do
ningún Oficial nuestro, ni otra persona que no sea soldado que
sirva y resida con la bandera.
Y porque muchos soldados suelen hacer ausencia de sus
banderas, sin causa ni necesidad, y no sirven en ellas como
son obligados, y tenian ocasión, de estar ausentes dellas y
287

cargar el trabajo de las guardas y y otras cosas en


escoltas,

los que quedan ; es Nuestra voluntad y Mandamos que no so


libre su paga al que no residiere y sirviere de ordinario en su
bandera; y si se hallare ausente de ella al tiempo de la muestra,
si no fuere con causa suficiente de enfermedad y con licencia
de su Maestre de campo , firmada de su nombre ,
por término
limitado ,
que no pase de treinta dias la primera vez ; y asen-
tándose luego que se concediere por los dichos Contadores. Y
porque las suelen presentar después de las pagas ,
que se sigue
que en las muestras pasan otros en su lugar, porque en esto
escarmienten otros, y que la dicha licencia que se diere por
más tiempo de los dichos treinta dias no se asiente ni libre
lo que más corriere , si no fuere con algunos que constare clara
y ciertamente que se están curando ,
por no lo poder acabar de
hacer en los dichos treinta, que en tal caso se les podria proro-
gar por otros veinte, á cumplimiento de cincuenta, y no más; y
si después de pasado
á los tales no se les librarán sus pagas ,
el término de los dichos cincuenta dias no parecieren y pasa-
ren ^n la muestra con las armas que deben.
Las ventajas que se pagan á los soldados que han sido Alfé-
rez y otros particulares á quien se han acrecentado extraordi-
nariamente para algunas cosas particulares, se consumirán
como fueren vacando y aunque ;
estas se provean de nuevo á
otros soldados , no se asienten en los libros ni se les libre.

Y enque toca á las ventajas ordinarias que hay en la in-


lo

fantería, los dichos Contadores guardarán lo contenido en hi


Instrucción que se da al dicho nuestro Capitán general del
ejército.

ítem, que las ventajas ordinarias que vacaren y se proveyeren


á soldados, no se libren ni corran, sino desde el dia que se
asentaren en los libros aunque hayan estado antes vacas y sin
,

r proveer; y por
clare
mandato de las tales ventajas se diga y de-
el

que han de correr desde que vacaren ó desde el dia que ,

se hiciere la provisión ,
porque el tiempo que las dichas venta-
jas estubieren vacas ha de ser en nuestro beneficio.

Y la misma orden mandamos que se tenga y guarde en lo


288

que toca á las compañías de infantería y caballería que estuvie-


ren vacas, y se hubieren de proveer en lo de las ventajas de los
Alférez, y ventajas que vacaren, para que no sean librados,
si los que señalare y proveyere en los mismos cargos
no faere
y fuere asentado en las listas, como arriba se contiene.
ítem Mandamos que no se libre ni haga buena entre la
,

dicha infantería ni caballería ninguna plaza muerta, ni de sol-

dado que no esté asentado en la lista, ni tampoco se permita


que ningún mozo, aunque sea español, pase por soldado.
ítem ,
que los Capitanes sean obligados á dar muestras de
los Capellanes Cirujanos Furrieres pifaros y atambores de
, ,
,

cada compañía, teniéndose gran vigilancia en que sean ellos


mismos, porque no pasen otros en sus plazas, ni ellos en las de
los soldados, como lo podrían hacer si no se tiene mucha

cuenta con ello; y no dando muestra de todas estas personas,


no hará buena ni librará la plaza del que no pareciere en ella.
ítem, que no se pase en la muestra en la caballería ni in-
fantería extranjeros en plazas de soldados, ni ninguna persona
en plaza y nombre de otra, mirando muy bien las señas conforme
á las listas, y que vayan armados como deben, y la caballería
en la orden y con los caballos que son obligados, advirtiendo
dello y de lo que más conviniere á los Comisarios de las mues-
tras cuando se hubieren de tomar.
y porque algunas veces los soldados no sirven con sus ar-

mas cumplidas, como son obligados es Nues-


ni tales caballos ,

tra voluntad y Mandamos, que á los tales no se les paguen las


ventajas de sus coseletes, ni al caballo ligero su paga, si no
estuviere y pasare bien armado y á caballo, y en la orden que
conviene , si no fuere habiéndolo perdido peleando, ó habiendo
sido preso de los enemigos, en tal caso es justo se les dé tér-
mino conveniente para que se provean, y lo mismo se haga con
los arcabuces é infantes, á quien se da ventaja del término,
pues son obligados á estar en orden.
ítem, que las pagas que se quedaren debiendo á los solda-
dos que parecieren haber fallecido en el hospital del ejército, se

libren para los gastos del, y las de los que fallecieren en otra
289
cualquiera parte se libren á los testamentarios para que se
cumplan sus ánimas y deudas, y con lo restante se ha de acu-
dir á sus herederos cada y cuando que lo pidieren y vinieren

por ello.

ítem, Mandamos, que algunos dias antes que se haya de


tomar muestra al ejército, traten y comuniquen al dicho Veedor

general y Contadores las cosas que deben advertir y mirar en


ella, conforme á lo que tienen entendido, así para que no se hagan

buenas plazas muertas, ni de mozos ni extranjeros, como para


que no pasen soldados en otras algunas, y que examinen bien las
señas conforme á la gente, y que yaya la lista y la gente
armada y en que debe , qí se haga bueno á ningún
la orden
soldado que no estuviere asentado en ellas, aunque diga ha
servido;y que tenga cuenta con los Capitanes, Cirujanos, Fur-
y atambores de las compañías, y hayan de todo
rier, pifaros

apuntamiento y lo digan á los Comisarios que tomaren las


muestras para que la tengan en todo, y se lo den por escripto; y
que no pase por soldado ninguno que sea inhábil, proveyéndole
en otras cosas y particularidades que se deben apercibir.
Y, Mandamos, que ningún criado del dicho Veedor, ni Con-
tador, ni Pagador, ni otra persona, si no fueren mismos
los

Veedor y los de los Contadores y Comisarios ordinarios, no


puedan entender ni entiendan, ni ayuden á tomar las dichas
muestras, que en caso que ellas no bastaren y fuere necesario que
vayan algunas veces más personas, mandaremos nombrar. Nos
6 nuestro Capitán general, las que parecieren convenientes y de
habilidad, y se les señalará el sueldo que para esto se les debiere
dar por cada uno de los dias que en ello se ocuparen; y cuando
se hubiere de tomar muestra, se aperciban con tiempo los di-
chos Comisarios para que se hallen todos los que hubiere y lle-

varen entretenimiento para esto, sin exceptar ninguno.


Y
al tiempo de tomar la dicha muestra, reparta el dicho

Veedor general, con comunicación de los dichos Contadores,


entre ellos y los dichos Comisarios, las listas de la gente, para
que se tome como más convenga, y en parte cómoda, la cual
reconocerá el dicho Veedor; y si la dicha infantería y caballe-

ToMO LXXV. 19
290

ría á quien se hubiere de tomar la dicha muestra, estuviere divi-


dida en dos partes ó más, podrá ir á la una el dicho Veedor con
parte de los Comisarios, y á la otra los dichos Contadores, ó el
que fuera de ellos, repartirá las listas á los dichos Comisarios
que fueren en sus compañías, y entenderá en lo que convenga,
como si el dicho Veedor fuese presente.
ítem, que acabada la dicha muestra, liste cada uno con las
compañías á quien la hubiere tomado y no con otras, porque
ternán entendido la causa y razón porque se borraron y deja-
ron de hacer buenas algunas plazas, lo cual no podia ser si

listasen los Comisarioscon otras compañías; y que el listar


cuando se hubiere tomado muestra, se haga en la casa ó tienda
del dicho Veedor general, en presencia de los dichos Contado-
res, y todos tres, con los Contadores , resuelvan las dudas que
alistando se ofrecieren.
ítem, que después que hayan listado, se hagan los pies de
las listas, declarando el dia, mes y año en que se tomó lo mues-
tra, y el número de los soldados y coseletes que hubieren he-
cho buenos en ella, y lo que montare el tercio de arcabuceros,
y paga; y en los alemanes se dirá las plazas que pasaren, y
la

con cuántas sobrepagas, y hasta qué tiempo quedaron pagados


los unos y los otros; lo cual firmarán de sus nombres los dichos
Veedor general y Contadores y Comisario que hubiere tomado
la dicha muestra y listado, y el Capitán, y su Oficial en su

ausencia, con quien se listare; de manera que no se pueda aña-


dir otro ninguno después de cerrada la lista, y que, acabadas
de cerrar las listas se den á los dichos Contadores para que las
tengan cada uno las suyas, y que vaya puesto y se ponga en
cada lista , al pié della, la razón contenida en este capítulo, para
que entrambos Contadores lo tengan de una misma manera
para mayor comprobación.
. ítem ,
Veedores y Contadores no puedan ha-
que los dichos
cer ni hagan ninguna plaza buena de soldado ni de á caballo
que hubieren borrado los Comisarios en la muestra en campaña,
hospital y otra cualquiera parte, sin estar presente el tal Comi-
sario, ó con su información, si estuviere ausente, porque él toma
291

noticia y clara razón por qué la borró , y que los dichos Comi-
sarios sean obligados á llevar y entregar al dicho Veedor las
listas de las compañías á quien hubieren tomado muestra, luego
que la hayan acabado.
ítem, que las dichas plazas que se hicieren buenas, según
dicho es , se asienten y pongan al pié de las listas de la niisma
compañía donde fuere el soldado que han de tener cada uno de
los dichos Contadores. Y para que queden cerradas y haya
más claridad y certicidad , la firme el dicho Veedor y Contador,
ó cualquiera dellos, con el Comisario que tomó la dicha muestra,
y elCapitán ó su Oficial y que no se libre de otra manera.
,

ítem, que acabado de listar, los dichos Contadores ordenen


y hagan las nóminas de lo que montare el sueldo de cada com-
pañía , conforme á los pies de listas , con el pagador Pedro de
Olave, ó con el que adelante fuere, al cual Mandamos cumpla
y pague de cualesquier dineros nuestros que hubiere recibido
y recibiere para este efecto, yendo firmadas las dichas nóminas
del dicho Capitán general y señaladas del dicho Veedor, y to-
mando la razón de ellas los dichos dos Contadores en los libros
del sueldo del ejército que han de tener para que siempre que
hubiéremos de mandar librar dinero para la paga del, sepamos
cómo está de cuenta el dicho Pedro de Olave; y que así se
ponga en las dichas nóminas, y que de otra manera no las
pague el dicho Pagador ni las despachen el dicho Veedor y Con-
tadores, diciendo, demás desto, en ellas que el dicho Pagador
haya de tomar carta de pago de las partes, las cuales dichas
nóminas hagan luego los dichos Contadores aunque falten por ,

librar algunas pagas, porque aquellas se podrán meter en las


nóminas de adelante, declarando en ellas lo que montaren los
socorros que se hubieren dado por orden á la dicha gente, y lo

que más se pagare sobre ellos á cumplimiento de las dichas


pagas y especificado la suma de lo uno y de lo otro pero si
,
,*

conviniere, según el tiempo y la necesidad del breve despacho,


que se hagan las libranzas sumariamente, de lo que montare
el sueldo del ejército, señaladas del Veedor general y firmadas
do los Contadores , y asentadas en sus libros , como otras veces
292

se ha acostumbrado, tenemos por bien que se haga, y que el

dicho Pagador las pague tomando los recaudos que conforme á


ella se debieren tomar ; y después se harán y formarán por las

dichas libranzas las nóminas de todo, y se firmarán del dicho


nuestro Capitán general para el descargo del dicho Pagador,
como se suele hacer ; y esta orden Mandamos tenga y guarde
en el librar del sueldo de dicho ejército, y que la paga del se
haga en presencia y con intervención del dicho Veedor general,
el cual dé fe y certificación dello demás de las cartas de pago
,

que se han de tomar.


ítem que los Barracheles de campaña den muestra de los
,

Oficiales que tuvieren para ejecución de la justicia, y dellos


tengan los dichos Contadores listas aparte con sus señas, y que
el dicho Barrachel no los pueda despedir ni recibir otros en su
lugar sin dar noticia dello al dicho Veedor y Contadores ,
para
que losepan y se borren y se asienten otros, los que convi-
niere, que sean españoles, si fuere posible, y si no, hombres que
sirvan bien, y que no sean sus mozos ú otros buscados para el
dia de la muestra solamente.
Cuando se hubiere de dar paga ó socorro á la gente de
guerra , sea con orden Mia 6 del dicho Capitán general; y si

fuere posible , tenga el parecer de los Maestres de campo , si

estuviere en parte donde se pueda hacer sin que haya dilación,


porque se acierte mejor, y que esta orden del socorro vaya fir-
mada de los dichos Veedor y Contadores, conforme á lo que se
acordare ;y convendría mucho que se diese á cada soldado lo
que hubiese de haber en mano no por escondidas lo cual se
, ,

ha de proveer como más pareciere convenir.


Mandamos á los dichos Contadores que no hagan buenos ni
den recaudos al Pagador de ningunos socorros que hubiere dado
á la gente de guerra sin tener orden del Capitán general, fir-

mada de su mano y señalada del dicho Veedor, expresa para


ello, ni semeta en las municiones que se hicieren.
ítemque en todas las nóminas y libranzas que los dichos
,

Contadores hicieren en el pagar, que toque al sueldo, diga y


declare en ellas que vayan señaladas dei dicho Veedor general,
293

que no las puedan hacer ni hagan sin poner esta particulari-


dad, ni el Pagadorlas cumpla ni pague de otra manera.

ítem, que todos los Capitanes, Alférez y Sargentos de las


compañías presenten en las muestras sus armas , y estén ellos
,

presentes al darlas, y no se aparten ni ausenten hasta que se


acaben de tomar; y asimismo Mandamos que pasen armados
como deben los soldados aventajados y particulares y los que ,

no fueren , y que no baste que traigan y presenten las armas,


si no fuere que por estar enfermos no puedan ellos ir armados.
ítem ,
que señalen en las listas los Cabos de escuadra de las

compañías, á razón de veinticinco soldados cada uno, y que las


ventajas de Cabos se libren á los mismos Capitanes como lo te-
nemos proveido y se ha de hacer.
Y porque somos informados que ha habido por lo pasado al-

gunos fraudes en lo de soldados enfermos, Mandamos que, á los


que estuvieren en la parte donde se tomare la muestra vayan ,

á pasar en ella si no fuere algunos que por tener notable y


,

justo impedimento no lo pueden hacer, y que estos tales sean


visitados donde estuvieren antes que se comience á tomar
muestra á la gente , después que estuviere recogida, y no antes
ni después.
ítem , demás desto, se envié uno de los Comisarios á visitar
y tomar muestra á los otros soldados enfermos que estuvieren
fuera del campo en los hospitales y lugares del contorno, to-
mando relación de los Capitanes , de sus noníbres , y sacando
por ellos de las listas las señales para comprobar si son ellos
mismos, porque de otra manera no se podrá hacer sin recibir
engaño, y que esta visita y muestra se tome, si fuere posible,
el dia que se tomare á la otra gente y á la misma hora, pues se

podrá saber y avisar de ello al dicho Comisario.


Y porque muchos soldados pretenden haber licencia para
irse de las dichas compañías con esperanza de cobrar por esta
vía sus pagas. Mandamos que, de aquí adelante, aunque
tengan Ucencia , no se pueda librar ni libre á ningún soldado
sueldo extraordinariamente , si no fuero al tiempo y cuando se
tomare muestra y pagare la otra gente, y que tampoco se den
294
libranzas sobre el Pagador, como hasta aquí se ha hecho, di-
ciendo que si acomodare al soldado de tanta suma , se hará
buena al tiempo de la paga, y que si los dichos Contadores
dieren alguna libranza de esta forma, no la señale el dicho
Veedor ni la cumpla ni pague el dicho Pagador, ni tampoco se
librará extraordinariamente socorro así á ningún soldado, si

no fuere cuando se diere á la otra parte, porque de lo pasado


se ha entendido el inconveniente que- desto se ha seguido, sin
que se dispense en esto, si no fuere con algunos que tuvieren
cierto y justo impedimento de enfermedad, y que fueren des-
pedidos de sus banderas por no poder servir en ellas ,
que se
les han de borrar las plazas para adelante, si no fuere por li-

branza del Capitán general.


ítem, que no se dé plaza entre la caballería ni infante-
ría alemana á ningún soldado, fuera del número que cada
compañía ha de tener, ni tampoco se acrecienten ni crezcan
sobrepagas, demás de las que conforme á la orden se debie-
ren librar á cada compañía , en lo cual se ha de mirar mucho,
y asimismo en que no se libre entre la dicha infantería ale-
mana más ventajas de arcabuceros de las que se pudieren dar
por orden.
ítem, que los dichos Contadores hayan de tomar y tomen
razón y tener cuenta de todo el dinero que se librare y entrare
en poder del dicho Pagador por la paga del ejército, y le hagan
cargo dello y del beneficio y aprovechamiento que hubiere para
Nos en la distribución de las monedas , conforme al precio que
las recibiere y gastare, de que teman cuidado de informarse y
de llevar siempre formado el cargo que se le ha de hacer de
esto; y para mejor lo poder entender. Mandamos que pidan al
dicho Pagador, de mes á mes , razón de todo el dinero que hu-
biere recibido, y de las especies de moneda en que se le entre-
gare, y que el dicho Pagador sea obligado á dársela; y asi-
mismo ternán cuenta con la dacta que se librare en él y pa-
gare tocante el sueldo, para que siempre que queramos saber
si tiene el dicho Pagador dinero en su poder, nos den los dichos
Contadores relación dello clara y distinta.
295

ítem ,
que Contadores hayan de estar y residir
los dichos

de ordinario entre la dicha gente de guerra, y terna consigo


las listas y libros del sueldo de ella , para que si se ofreciere
sobre lo tocante á él algunas dudas ó pretensiones de los
soldados, se puedan resolver y determinar entre el dicho
Veedor y ellos, sin darles ocasión ni necesitarles á que con
este color dejen sus banderas y vengan á buscar los dichos
Oficiales.

Mandamos al Contador que tenga toda buena correspon-


dencia con el dicho Pagador general y Comisarios en los nego-
cios del sueldo, para que mejor se haga lo que toca á Nuestro
servicio.
ítem ,
que los dichos Contadores ni Veedor no hagan , ni
asienten, ni señalen libranza fuera del sueldo ordinario de la
dicha infantería y caballería, como está puesto en la Instruc-
ción que se dio al dicho Veedor, porque cuando se hubiere de.
hacer alguna gracia, merced ó gasto extraordinario. Nos lo

mandaremos proveer como convenga.


Y porque todos los entretenimientos y salarios que manda-
mos dar á personas particulares y otros Oficiales, por cualquier
causa y razón y título que sea, para que solamente gocen de
ellos por el tiempo que durare este ejército, y han de cesar

cuando se despidiere el golpe de la gente del. Y Mandamos,


que dende en adelante no se libre sin nuestro mandado y orden
especial los dichos entretenimientos ni salarios , ni el dicho
nuestro Veedor general señale las nóminas y libranzas que se
hicieren de esto después del dicho tiempo, ni los dichos Conta-
dores los pongan en ellos.

Y porque conviene á Nuestro servicio, los Comisarios ordi-


narios que se entretienen para tomar las muestras residan en
el ejército y estén en él como lo han de hacer los dichos Veedor
general y Contadores, Mandamos que á los dichos Comisarios
que no lo hicieren no se les libren y paguen los dias que estu-
vieren ausentes del dicho ejército, y que tenga cuenta con ellos
Veedor y Contadores.
los dichos

Y, Mandamos que se asiente esta Nuestra Instrucción en los


296

libros del sueldo de nuestro ejército que han de tener el dicho


nuestro Veedor y Contadores.
Fecha en San Lorenzo á 29 de Mayo de 1584 años. —Yo el
Rey. — Por mandado de S. M., D. Juan Idiaquez.

COPIA DE LA ORDEN

QUE EL PRÍNCIPE DE PARMA DiÓ AL TESORERO GENERAL, JUAN


DE LASTUR, PARA EL EJERCICIO DE SU OFICIO DE PAGADOR
GENERAL DEL EJÉRCITO, SU DATA EN BREVE k PRIMERO
DE MAYO DE 1585.

(BibliotiBca Nacional— Sala de A/s.—J. 13).

El príncipe de Parma y Plasencia, etc.: Porque habiendo


llegado aquí Juan de Lastur, Tesorero general del Rey, mi
señor, por orden de S. M., á ejercer el oficio de Pagador de
este su Real ejército, conviene que se declare la orden y forma
que ha de tener en los pagamentos que se hicieren; del precio
á como ha de contar los escudos de oro y las demás monedas,
tanto á la gente de guerra é infantería y caballería de todas
las naciones que sirven en este dicho ejército, como á las otras

personas que tienen sueldo y entretenimiento fuera de las com-


pañías, y asimismo á los á quien se libraren dinerospara gastos
y costas extraordinarios de viajes que se hacen del servicio de
S. M., y ayuda de costas que se dan; conformándonos con lo

que hasta aquí se ha hecho, é innovando que algunas cosas


parecen de conciencia y provecho de su Real hacienda, ordena-
mos y mandamos al dicho Tesorero genera?, Juan de Lastur,
que todas las libranzas que de aquí adelante se hicieren sobre
él, y las que se le ordenaren pagar de las que están hechas
sobre el pagador Pedro de Olave, las pague en las monedas que
entraren en su poder á los precios en la forma siguiente:
A la infantería y caballería española, italiana , albanesa y
borgoñona, y hombres de armas, caballos ligeros y arcabuceros
297

á caballo del país, y asimismo á todos los Oficiales del ejército y


caballeros, Gentiles-hombres y otras diferentes personas que
tienen sueldo y entretenimiento, tanto entre las compañías de
caballería é infantería como fuera della:
Piafas.

El sueldo de oro del cuño y estampa de Francia, del


Emperador, está valuado por el placarte de estos Es-
tados, á 60 placas. Se ha de contar á la dicha gente en

cosas de sueldo á 51 placas 51


El escudo del cuño y estampa de España, que está va-
valuado por 59 placas, se le ha de descontar á 50
placas 50
El escudo de Italia, de cualquier estampa que sea, está
valuado á 57 placas, y se ha de dar á 48 placas. ....'. 48
Escudo de Portugal, de cruz corta, valuado á 62 placas,
por 54 placas 54
El millares sencillo de Portugal, valuado á 66, por 62

placas 62
Escudo de Hungría, valuado á 64 placas, por 62 placas. 62
El medio real de oro, Philipus, de plata, valuado á 50
placas, por 45 45
Los escudos que llaman de los Estados, valuados á 47,
por 42 plagas 42
Philipus de oro, valuados á 41 placas y media, por 38. . . 38
El reder de Güeldres, valuado por 36 placas, por 33. . . . 33
El Carolus de oro y plata, tasado á 33 placas, á 30 30
El angelote de Inglaterra, valuado en 96, por 88 88
El florin de San Andrés, valuado en 49 patacones, á44. 44
El florin de Rin, valuado á 48 placas, por 43 43
El florin de Deventer, valuado por 34 placas, por 29 29
El doble ducado de España, de dos caras, valuado en 132
plagas, por 124 124
Los tallares de plata de Borgoña y del Imperio, valuados
por 45 placas, á 41 plagas 41
Los tallares de los Estados, tasados en 37, por 32 32
.

298
El precio á que se han de contar las dichas monedas á toda
la infantería valona, tanto de las guarniciones ordinarias y ex-
traordinarias como de las compañías de los regimientos y fuera
dellos:
Piafas.

Los escudos de Francia y del Emperador, á 57 placas . 57


Los escudos de España, á 56 plagas 56
Los escudos de Italia, á 54 placas , 54
Los escudos de Portugal, con cruz larga, á 58 58
Los escudos de Portugal, con cruz corta, á 59 59
Los millares de Portugal, á 63 placas » 63
Escudo de Hungría, á 62 plagas 62
El medio real de oro y Philipo, tallar de plata, á 47
plagas 47
Los escudos de los Estados, á 44 44
El Philipus de oro, á 39 placas 39
El reder de Güeldres, á 34 plagas 34
El Carolus de oro y plata, á 31
, 31
El angelote de Inglaterra, á 90 plagas 90
El florin de San Andrés, á 46 46
El florin del Rin , á 45 plagas 45
El florin de Deventer, á 33 plagas , 33
El ducado de dos caras, á 127 plagas 127
El de Borgoña y del Imperio, á 42 plagas
tallar 42
El tallar de los Estados, á 35 plagas 35

A lainfantería alemana alta y baja y caballería herreruela,


se la han de pagar las monedas al precio que corrieren en la
parte donde se les pagaren. Nos remitimos á la orden que en
las libranzas que para los pagamentos della se hicieren se dará,

donde se porná el precio como hubiere de ser.

- Todo el y pagare al Pagador del arti-


dinero que se librare
llería y recibidor de las vituallas y mayordomo del Hospital

Real de este ejército, se ha de pagar y contalles las monedas al


precio de la valuación, porque del aprovechamiento en la dis-
tribución que en ellas hubiere, el Contador de la artillería y el
299

Comisario general de vituallas, y el Administrador del dicho


Hospital, tendrán la cuenta que es razón para hacerles cargo
del. La cual valuación es la siguiente; ,

Placas.

El escudo de oro, del cuño y estampa de Francia, del


Emperador, á 60 placas 60
El escudo de oro, del cuño y estampa de España, á 59
plagas 59
El escudo de oro, del cuño de Italia, de cualquier es-

tampa, á 57 placas 57
Escudo de Portugal, con la cruz corta, á 62 placas 62
El escudo de Portugal, con la cruz larga, 62 62
El millares sencillo de Portugal, á 66 plagas 66
El ducado de Hungría, 64 placas 64
El medio real de oro y Philipus de plata, á 50 plagas ... 50
Los escudos que llaman de los Estados, á 47 placas .... 47
Philipus de oro, á 41 placas 42 */^

El redre de Güeldres, en 36 placas 36


El Carolus de oro y plata, á 33 placas 33
El angelote de Inglaterra, á 96 placas 96
El florin de San Andrés, á 49 plagas 49
Pl florin del Rin, á 48 48
El ñorin de Deventer, á 34 34
El doble ducado de España, de dos cabezas, á 132 plagas. 132
Los tallares de plata de Borgoña y los del Imperio, á 45
plagas 45
Los tallares de los Estados, á 37 37

Todas las libranzas que se hicieren de gastos extraordinarios,


ayudas de costa y otras diferentes cosas que suelen librarse
fuera del sueldo ordinario, se han de pagar como corrieren
donde se hubieren hecho los tales gastos, como se declarará en
las libranzas que se darán.
Y en caso que recibáis otra suerte de monedas , demás de
las que arriba se declaran, os ordenamos que las contéis á la
gente de guerra, según la valuación del último placarte que se
300

hizo los años pasados, reduciéndolas á escudos de Italia, á la


misma valuación, y estos, reducirlos al precio que se han de
dar á cada nacion[en la forma que se ha dicho en la dicha orden,
que habéis de tener y observar desde hoy en adelante hasta que
se dé otra en contrario; que así conviene al servicio de S. M. y
oeneficio de su Real hacienda; y para claridad dello hemos
mandado despachar la presente, firmada de nuestra mano, se-
llada con nuestro sello, y firmada del infrascrito Secretario, de
que mandamos tomen la razón en los libros del sueldo del dicho
ejército Alonso Carnero y Pedro Coloma. Que es
los contadores

fecha en elcampo de Breve, á 1.° de Mayo de 1585. Alessan- —



dro Farnese. Por mandado de S. A., Cosme Massi.-^Tomó
la razón, Pedro Coloma. — Tomó la razón, Alonso Carnero.

COPIA DE LA INSTRUCCIÓN

QUE SU MAJESTAD DIÓ Á JUAN DE LASTUR, PAGADOR GENERAL


DEL EJÉRCITO DE FL ANDES, PARA EL EJERCICIO DE SU OFICIO,
su DATA EN BARCELONA, k 12 DE JUNIO DE 1585.

(Bibliteca Nacional— Sala de Ms.— J. 1 3.)

El REY.

La (5rden que es Nuestra voluntad y Mandamos que tengáis


y guardéis vos, Juan de Lastur, nuestro Tesorero general á ,

quien habemos proveído el oficio de Pagador general del ejér-


cito de Flandes, es la siguiente:
Llegado que seáis donde estuviere el ilustrísimo príncipe de
Parma, nuestro muy caro y muy amado sobrino, nuestro Ca-
pitán del dicho ejército, le daréis la carta que para él lleváis,
y le hemos dado del dicho oficio, y
mostrareis el Título que os
esta mi Instrucción para que ordene y mande que luego seáis
,

admitido al uso y ejercicio del, y que el Veedor general y Con-


tadores dal dicho ejército hagan con toda brevedad tanteo de
301

cuenta, el más cierto y verdadero que sea posible, del dinero

que hubiere recibido, y justa y debidamente pagado Pedro de


Ola ve que al presente sirve dicho oficio; y liquidado el alcan-
,

ce , os entregue á vos lo que montare , haciéndoos cargo de


ello y de lo que adelante recibiéredes, despachando para ello y
para el descargo de la tal persona las órdenes y recaudos que
fueren necesarios.
Habéis de tener libro y razón particular, en pliego aguje-

reado, en el cual os habéis de hacer cargo de todos los dineros


que recibiéredes y entraren en vuestro poder para la paga y
gastos del dicho ejército, declarando el precio y valor de las
monedas en que recibiéredes cada partida , y en qué partes y
lugares , y los dias en que se os entregaren , tomando traslado
de las cartas de pago que diéredes, firmadas de las personas
que os pagaren los tales dineros, para poder mejor después
comprobar con ellas vuestro cargo, cargándoos en vuestra
cuenta el beneficio y aprovechamiento que hubiere en las mo-
nedas; demás de lo cual queremos que todo el dinero que se os
entregare , deis aviso como lo recibiéredes y os fuéredes ha-
ciendo cargo de cada partida á los dichos nuestros Veedor ge-
neral y Contadores del , declarando particularmente de quién,
cuándo, por qué razón y en qué monedas los recibisteis para ,

que, conforme á ello, os hagan cargo de lo que fuere en los li-


bros de sus oficios, á tal que haya en ellos la claridad, cuenta
y razón que conviene de nuestra hacienda.
Del dinero que así recibiéredes daréis y pagareis lo que por
'el dicho nuestro Capitán general os fuere mandado, así del
sueldo de la gente de á pié , de á caballo, artillería y Oficiales,

victuallasy municiones del dicho ejército, Gentiles-hombres y


entretenidos, y otras cualesquier personas que sirven ó sirvie-
ren por nuestra orden 6 del dicho nuestro Capitán general,
como de otros cualesquier gastos ordinarios y extraordinarios
que se hubieren hecho ó se hicieren en él y esto por nóminas ,

y libranzas firmadas de su mano, siendo asentadas en los nues-


tros libros del sueldo por los Contadores del dicho ejército, y
tomada razón por nuestro Veedor general recibiendo , las cartas
302

de pago y otros recaudos que en ella se acusaren; y Mandamos


que lo que de esta manera pagáredes, se os pase en cuenta sin

otro recaudo alguno.


Y porque muchas veces ,
por las priesas y otras ocasiones
que ocurren y se ofrecen, suele faltar tiempo para despachar
las dichas libranzas, nóminas y recaudos en la forma que

deben ir, y seria mucho inconveniente á nuestro servicio espe-


rar á que se despachasen para la paga y cumplimiento de ellas,
en tal caso es Nuestra voluntad que se hagan sumariamente
por los dichos nuestros Contadores; y que siendo firmadas
dellos, asentadas en sus libros, y tomada la razón por el dicho
nuestro Veedor general , las paguéis bien así como si en am-
,

plia forma fuesen despachadas: advirtiendo que, para darlas


tales priesas y ocupaciones, habéis de tener cuidado de pedir á
nuestro Veedor general y Contadores que despachen y os en-
treguen las dichas libranzas nóminas y recaudos firmados del
,

dicho nuestro Capitán general, al cual ocurriréis si en ello

fueren descuidados ó negligentes, que provea lo que convenga,


sin dar lugar á que el descuido y negligencia pase adelante;
pero si con todo esto no se os dieren ni entregaren los dichos
recaudos , Mandamos que la virtud de los primeros , aunque no
estén firmados por nuestro Capitán general , os sea recibido y
pasado en cuenta de los dineros de vuestro cargo, sin poner en
ello obstáculo ni dificultad alguna.
Y, habiendo considerado que por hallarse una parte de la
gente que está á nuestro sueldo en los dichos Estados ocupada
en guarniciones y presidios de plazas', y también que muchas
veces acaece haberse de dividir el dicho ejército, según las oca-
siones que se ofrecen, no será posible que vos, ni los Oficiales
que de ordinario hubiéredes de tener, hagáis los pagamentos
de toda la dicha gente , mayormente habiendo vos de asistir,

como queremos que asistáis, siempre cerca de la persona de


nuestro Capitán general , y los dichos vuestros Oficiales cerca
de la vuestra, es Nuestra voluntad que. con orden suya enviéis
á todas las partes donde fuere necesario personas de habilidad
y confianza con el dinero, para que en vuestro nombre hagan
303

los pagamentos, á los cuales pagareis el salario que hubieren

de haber, conforme á lo que el dicho nuestro Capitán general


ordenare, después de haberlo comunicado y tratado con los
dichos nuestros Veedor general y Contadores, y con vos, y de
lo que montaren los dichos salarios y las costas que hubiere en

llevar el dinero, os darán los recaudos necesarios en forma para


vuestro descargo.
Y porque mucha parte del dinero que mandamos proveer
para la paga y gastos del dicho ejército se suelen pagar en
Milán y en otras partes fuera de aquellas donde el dicho nues-
tro Capitán general reside, y es necesario enviar personas plá-
ticas de mucho recaudo, confianza y habilidad que lo cobren y
conduzcan al ejército, en lo cual tampoco os podéis vos ni
vuestros Oficiales ordinarios ocupar, queremos que, siempre que
tales ocasiones se ofrezcan, nombréis las personas que para
este efecto fueren necesarias para ello, y si algunas fueren me-
nester del dicho nuestro Capitán general , así para las cobran-
zas como para las escoltas y lo demás conveniente para que el

dicho dinero se llevey conduzca con seguridad y presteza, acu-


diréis á él para que lo mande dar y en señalar y pagar á las

tales personas sus salarios, y en lo que montaren las costas se


guardará el mismo estilo y orden que se declara en el capítulo
antes de éste.
La falta del dinero que suele haber en el dicho ejército, por
ser tan grandes los gastos del y haber de acudir á otras cosas
no menos necesarias y forzosas es causa de mucho inconve-
,

niente, y, entre otros, de que los Contadores no pueden tener


tan particular cuenta y razón como convenia del cargo y data
del Pagador, porque acaece que despachan diversas libranzas,
las cuales quedan asentadas en sus libros, y deSpues por no
haber dinero se dejan de pagar todas ó parte; y no pudiendo
los dichos Contadores tener de esto más inteligencia de la que
el Pagador les puede dar, quedan incapaces de poder saber el

estado en que está nuestra hacienda, si no es por medio del


dicho Pagador, siendo necesario que estén siempre mu}^ al
cabo de lo que á esto toca, es Nuestra voluntad y os Manda-
304
mos que, todas las veces que nuestro Capitán general os orde-
nare que deis á los dichos nuestro Contadores rázon del dinero
que liubiéredes recibido y pagado, se la deis muy distinta y
particular.
Tendréis toda buena correspondencia en el uso y ejercicio
del dicho vuestro oficio con los dichos nuestro Veedor general

y Contadores, y con los Comisarios de muestras, para que en


todo se haga lo que conviene á nuestro servicio.
En todo lo susodicho y en lo demás, tocante al uso y ejerci-
cio del dicho oficio, os empleareis con el cuidado y diligencia
que lo habéis hecho, en lo que por lo pasado os ha sido enco-
mendado; demás de lo cual, por la satisfacción que tenemos
de vuestra persona y servicios , y por la práctica que tenéis de
materia de Hacienda, holgaré yo mucho que advirtáis al Prín-
cipe, mi sobrino, de todo lo que os pareciere convenir el bene-
ficio della.

Fecha en Barcelona á 12 de Junio de 1585 años. — Yo el


Rey. D. Juan Idiaquez.

COPIA DE LA INSTRUCCIÓN

QUE S. M. EL REY, DON FELIPE II, ENVIÓ Á JUAN BAUTISTA


DE TASSIS, VEEDOR GENERAL DEL EJÉRCITO DE FLANDES,
PARA EL USO Y EJERCICIO DEL DICHO OFICIO, SU DATA
EN BARCELONA k 12 DE JUNlO DE 1585.

(Biblioteca Nacional.— Sala A/5.— J. í 3.)

EL REY.

La orden que vos, Juan Bautista de Tassis, Comendador de


Bienvenida, de la orden de Santiago, á quien habemos nom-
brado por Veedor general de nuestro ejército en los Estados de
Flandes, habéis de tener y guardar en el ejercicio del, es la

siguiente:
305

Capítulo Salido que hayáis de Francia, donde habéis


1.**

residido por mi orden cerca del Rey Cristianísimo, mi hermano,


y llegado á mis Estados Bajos, donde estuviere mi ejército, da-
réis la carta que lleváis para el limo. Príncipe de Parma, mi

sobrino nuestro Gobernador y Capitán general de los dichos


,

Estados y ejército, y pediréis que para que os podáis mejor in-


troducir en los negocios y estar más capaz é informado de ellos,
os haga dar luego todas las listas originales de la gente de
guerra del y una relación particular y distinta del
ejército,

número della de cada nación por sí, así de infantería como de


caballería, los Oficiales y personas que se entretienen
y de todos
en el y desde cuándo fueron recibidos los unos
dicho ejército ,

y los otros y comenzaron á servir, y lo que monté el sueldo


del primer mes por la muestra que se les tomó entonces y las
,

que después han dado, y las pagas y socorros que se les han
dado,- todo ello muy en particular, sacado de los libros de los
Contadores del ejército, á los cuales, por la presente, Mando que
así lo hagan y cumplan luego.
2.° Y porque Pedro de Olave ha servido el oficio de nuestro
Pagador del dicho ejército desde el mes de Abril del año de 1580

acá , le habemos de pedir relación particular y distinta de cómo


está de cuenta hasta el dia la diere á quien Mandamos
que os ,

ós la dé, así de todo su cargocomo de la data, que sea cierta


y verdadera, y firmada de su nombre y á nuestros Contadores
,

del ejército las comprueben por los libros que ellos tienen para
que sepáis el estado en que está, y qué partidas son las que ha
recibido y pagado y ,
el que tiene en su poder para la paga que

se hubiere de hacer adelante al dicho ejército; y teméis cuidado


saber si tiene por cobrar algún dinero del que para él hubiére-
mos proveido de nuestros reinos de Italia, ó que haya procedido
de alguna cosa de los dichos Estados, y que los cobre y se haga
cargo dello adelante para los tiempos en que los debiere reci-
bir; y para que con ella se cumpla y fuere necesario en el dicho
ejército, y á los Contadores del. Mandamos que os den la razón

que tuvieren cerca dello, y se junten á ella con vos todas las
veces que fuere necesario y se lo pidiéredes.
TüMo LXXV. 2ü
306
3.° Habiéndoseos dado las dichas listas y relaciones, habéis
de formar libro en pliego agujereado, que esté conforme al que
tienen los Contadores de la cuenta y razón del sueldo de la
gente de guerra, y el número della, así infantería como caba-
llería; y de los entretenidos que tienen sueldo, en cualquier
manera, y en el dicho ejército, y de los otros gastos del; y de
lo que monta el sueldo de todo ello cada mes particular y dis- ,

tintamente ; y
para la cuenta que habéis de tener , otro libro en
que le hagáis cargo de todo lo que debiere recibir, y ponerle
en data lo que se librare en él, para que de todo tengáis la
cuenta que conviene para servir y ejercer bien vuestro oficio,

como la tienen los Contadores, y no sea necesario acudir de


vuestra parte á sus libros para ninguna cosa dello; y procurad
tener para esto Oficial cual conviene, que sea de confianza,
habilidad y experiencia, como es necesario para semejantes
casos, y que asista á ello con mucho cuidado.
4.° Y para que la gente del dicho ejército sea bien pagada
de su sueldo, he mandado que del Estado de Milán, ó de Es-
paña, se envié á los de Flandes, á poder del Pagador del dicho
ejército, 150.000 ducados cada mes, con los cuales se hará
la paga á los tiempos y por la forma y orden que pare-
ciere al dicho Príncipe de manera que se dé satisfacción á la
,

gente , de que teméis particular cuidado , y que se haga en la

misma especie y moneda en que se proveyere , teniendo cuenta


con el aprovechamiento que pudiere haber en ella, en beneficio
de Nuestra hacienda.
5.° Y porque una de las cosas más importantes y en que
conviene haya mayor cuidado y precauciones, en lo que toca á
las muestras que se han de tomar al ejército, tratareis siempre

que se hubiere de ir á ella con el dicho príncipe de Parma,cómo


se habia de hacer y mirar, si se debe enviar á todos en un dia,
porque no haciéndose así no pueden los Coroneles y Capitanes
prevenir los soldados, buscándolos de unas coronelías y compa-
ñías para otras, gente, armas ni caballos, que parece que para
los alemanes y valones y otras naciones, fuera de españoles, se
hiciese en un dia, asistiendo el Príncipe á las muestras yendo ,
307

discurriendo de unas partes en otras donde se tomaren por vos


y los Contadores , Pagadores y sus Oficiales y Comisarios, y las
otras personas que parecieren que puedan ayudar á ellas, repar-
ti(5ndolas como mejor parecieren y procurando que en cada
,

muestra haya de nuestra parte dos personas prácticas y de con-


fianza para tomarla, y que si no fueren tales, no se envien ni
se ocupen de ninguna manera en ellas, en que teméis particular
cuidado y os repartiréis entre todos
,* listas de la dicha gente á
quien se hubiere de tomar la dicha muestra; y acabada que sea,
á la misma hora las tornéis á tomar y recoger en vos, y las
teméis en muy buen recaudo y guardia, de que teméis la llave
hasta que se haya listado toda la dicha gente y hecho la cuenta
de las plazas que se hubieren hecho buenas por aquella mues-
tra en cada compañía; lo cual se ha de hacer en vuestra posada
y hallándoos presente á ella con los dichos Contadores, Comi-
sarios y otras personas que hubieren ayudado y entendido en
ello, repartiendo las listas para que esto se haga con más recato

y prevención como mejor pareciere y habiendo acabado el


,
;

listar en cada compañía, se ha de poner al pié de la lista, por


letra y no en suma,número de plazas que se hubieren hecho
el

buenas en ellas por la muestra que se tomó tal dia y lo que ,

monta la paga de un mes de la dicha gente, y firmado de sus


nombres Contador y Comisarios, ú otras personas que hubie-
el

ren listado, y el Capitán, Alférez, Teniente de la compañía que


interviniere en ellos, de manera que quede al pié de cada
lista razón clara y distinta de todo, para que por allí se haga la
cuenta de lo que montare el sueldo de cada compañía, y aquello
se libre y pague por lo que toca á aquella muestra. Y porque
en esto de las muestras y y contar con la dicha gente
el listar

consiste lamayor confianza é importancia de este negocio se ,

ha de mirar mucho que todo ello se haga ordene y prevenga ,

de tal manera que no se pueda recibir fraude ni engaño por


,

ninguna vía, como lo confío de vos y de los Contadores y Co-


misarios, y otras personas que en ello han de intervenir y con-
currir.
6.° Y para que las muestras se puedan tomar mejor y las
308
listas estén más claras y como conviene á nuestro servicio, vos

y los dichos nuestros Contadores, terneis particular cuidado de

que de unas listas no se sirvan mucho tiempo, y que siempre


que os pareciere que se deben renovar y escribir de nuevo se
haga para todo tres, que cada uno tenga la suya. Y porque vos
y los dichos Contadores y vuestro Oficial y los suyos, terneis

continua ocupación por esto no se deje de acudir á lo que más


,

hay que hacer. Mandamos que los dichos Comisarios de mues-


tras que fuera del tiempo en que se ocupan en ellas no tienen
ejercicio ni ocupación y las demás personas que entendieren
,

en ellas y tuvieren sueldo ordinario ó entretenimiento , ó á los


que de ellos ordenáredes que entiendan en esto, lo hagan y
cumplan siempre que fuere necesario, 6 se lo dijéredes; y que
acabado cada uno de tomar la muestra que se le encomendare y
de listar, ponga las señales de las plazas que en ella se hicieren
buenos y ,
los pies en todas las tres listas ,
para que anden en
todos tres oficios iguales, que sin que esto se haga no se les
libre ni pague su sueldo.
7.^ También llevareis entendido lo mucho que importa que
en las muestras, ni al tiempo del listar, no se pasen ni hagan
buenos ningunos que no pasen personalmenee en la tal muestra
con sus armas y en la orden que deben; y que tampoco se
hagan buenas plazas muertas, ni que ninguno pase en la plaza
en nombre de otro, ni se admitan soldados estropeados é inúti-
les que no puedan servir y pelear, y que se examinen todos
bien por los nombres y señas conformen las listas, mirando que
I)asen armados como son obligados; y previniendo que si
hubiere soldados enfermos en los hospitales, ó en otras partes,
sean allí y se les tome muestra por sus nombres y
visitados
señas, mismo tiempo que se tomare á la otra gente,
en el

cometiéndolo á personas de mucha confianza que lo hagan. Y


habéis de advertir que cuanto más amenudo se tomaren las
muestras, habrá menos lugar para hacerse fraudes y preven-
ciones en ellas; y así, terneis en esto muy particular cuidado. Y
cuando se tomare muestra á los herreruelos alemanes , la han
de dar en el mismo tiempo de los carros, y otros que son obli-
3C9

gados á traer, sin que puedan pasar por soldados los que no lo

fueren y tomar por esto los hombres y caballos de los dichos


carros. Y si al tiempo del listar con toda la gente del dicho ejér-

cito se ofreciere alguna dificultad de alguna plaza de soldado


que se pretende que se haya de hacer buena, os hallareis pre-
sente á ella con los Contadores, para resolverla juntamente con
el que tomó la muestra de aquella compañía, y listare con ella,

y no hizo buena la tal plaza, para que habiendo platicado todos


sobre ella, se resuelva aquella duda y las demás, como se
ajustó,- y cada uno ha de listar con las compañías á quien

hubiere tomado muestra, y no con otras, porque terna mejor


entendido la causa por que se borraron y dejaron de hacer
buenas algunas plazas, lo cual no podria ser si listare con otra
compañía.
8.° Háse de tener especial cuidado, como cosa que tanto
importa , de lo que toca al beneficio y mayor aprovechamiento
nuestro que fuere posible, de las monedas en que la dicha
gente ha de ser pagada, teniéndose cuenta con el curso ordi-

nario que tienen en los dichos Estados y en el ejército, advir-


tiendo mucho, que las que se cobraren en virtud de letras de
cambio , sean de la calidad , bondad y valor, ley, peso que con-
forme á las dichas letras de cambio son obligadas las personas
que las pagaren, sin que en esto reciba ningún engaño ni
fraude. Y que en el cargo que se hiciere al Pagador del ejército

de todo este dinero, se diga y declare en las especies de


moneda en que los recibe y cobre y las plazas que valía y á
, ,

cómo pasare y cada moneda; y que asimismo en las


corriere
nóminas y libranzas que se hicieren de lo que el dicho Paga- ,

dor ha de pagar á la dicha gente se le ordene y mande que ,

haga pagas en vuestra presencia y con vuestra in-


las dichas

tervención; y que las cartas de pago que tomare, de lo que así


pagare se declare y especifique particularmente en las monedas
en que se hiciere la paga, y á qué precios la recibe y tomare
lagente de guerra, para que en todo haya y se tenga el buen
recaudo, cuenta y razón que conviene.
9.** Y porque tenemos entendido que el dar dinero á los Ofi-
310

cíales de las compañías para socorrer la gente, y sin tomar lá


muestra es muy
dañoso para Nuestra hacienda y la gente,
porque no es socorrida dello generalmente como se desea hacer,
y se pueden quedar los Oficiales con parte dello, con la muerte
de algunos soldados, y al tiempo que hacen ausencia de
sus compañías y del ejército, y al tiempo que se rematan y se
fenecen las cuentas, de lo que se les debe a la gente de sueldo,
los Oficiales se descargan de los socorros, con decir que los
dieron á todos los soldados conforme á la muestra antecedente,
aunque se hayan muerto después de ella muchos con, las oca-
siones de guerra y enfermedades y ausentándose antes de los ,

dichos socorros; tratareis desto con el Príncipe, para que se


vea si en lugar de socorrer deben dar pagas siempre que se
pudiere , y tomando por ello muestra se hará en
, ello adelante

loque conviniere á nuestro servicio y bien de la gente, de que


teméis mucha cuenta.
10. Y pues Nuestra voluntad es, que la dicha gente sea bien
pagada de lo que hubieren de haber, y se librare y diere de su
sueldo, para que esto se haga así, parece que converná fuese
pagada en mano propia, y que no se les librase á los Oficiales
para que ellos se lo diesen después, porque muchas veces los
dilatan y dejan de pagar, y no lo pueden cobrar los soldados.
Para evitar esto y dar mayor satisfacción á la gente veréis ,

cómo se debe hacer, y lo platicareis con los Contadores, y des-


pués lo tratareis con el Príncipe para que mande en ello lo que
más conviniere ; y aquello se hará.
11. Y porque al tiempo que entra la gente se reparten
coseletes ,
picas , mosquetes y otras armas que proveemos , se
les dan por vuestra cuenta á la de su sueldo y para ello ;
, se
entregan por compañías, tanto por cada una, que los repartan
los Capitanes y sus Oficiales entre sus soldados , y después á
losremates y fenecimientos de la cuenta de su sueldo se des-
carguen dello los Oficiales con decir que lo dieron á los solda-
dos ,
que no lo recibieron por haberse muerto aquellos , y que á
ellos se les carguen á su cuenta, en que recibe Nuestra hacienda
notable daño , os Mandamos que de aquí adelante no se entre-
311

guen armas á los dichos Oficiales sin que cada uno


las dichas

dellos dé deque toca á su compañía relación de cómo y á


lo

qué soldados los reparten, para que se asiente en vuestros libros


y en los de los Contadores, y que conforme á ella se haga des-
pués la cuenta al tiempo de los remates; y esto ha de ser ha-
biendo acabado de tomar la muestra á la gente, y que sea á
soldados que en ella hayan pasado; y si por alguna causa no
se pudieren repartir en tiempo de muestra se ha de prevenir,

á los Oficiales lo hagan entre soldados que pasen la primera


muestra, por excusar el fraude que en esto podría haber contra
Nuestra hacienda.
12. Y vos, los dichos Contadores y Comisarios de muestras,
cada uno por su parte tenga particular cuenta y cuidado de
inquirir y saber, por todas las vías que pudieren, la gente que
de una muestra á otra mueren en en asaltos y otras
el ejército,

facciones de guerra y hospitales, para que se borren luego de


las listas y no pasen otros soldados en su lugar.

13. Y para que en vuestros libros y en los de los Contadores


haya buena cuenta y razón y claridad de todo
,
lo que se librare
y pagare á la gente del dicho ejército á cuenta de su sueldo, y
que el Pagador la dé del dinero que se lé entregare, teméis vos
y los dichos Contadores muy particular cuidado de despacharle
sus nóminas y recaudo luego que se hiciere el pagamento, sin
diferirlo en ninguna manera, porque así conviene á nuestro
servicio; y de no haberse esto hecho así en los tiempos pasados,
se ha recibido notable daño en Mi hacienda.
14. Y porque soy informado que los dichos jContadores, eu
lo pasado, no han tenido en el ejercicio de sus oficios, todo el

cuidado que pudieran en sus libros, así en haber dejado de car-


gar muchas partidas que se asentaban en los dichos libros, con
que sus Oficiales podian poner en ellos lo que quisieran, y lo
mismo en las listas. Mandamos que de aquí adelante los dichos
Contadores y vuestro Oficial, cada uno de su oficio, señale de
su rúbrica en sus libros y listas todo lo que en ellos se asen-
tare, por quitar los inconvenientes
que de no hacer esto se
han seguido antes, y puedan suceder adelante; y que tengan
312

particular cuidado de lo que toca al ejercicio de sus oficios.


15. Y pues algunas ciudades y villas que en los dichos Es-
tados últimamente se han reducido á nuestro servicio y obedien-
cia nos han servido con dineros, os informareis de lo que en
esto hay, y en cuyo poder han entrado, de que le haréis cargo
vos y los dichos Contadores para que áé cuenta dellos, para que,
si no se hubiere distribuido, se conviertan y gasten en la paga
déla dicha gente. Y si alguno de estos estuviere por cobrar, se
hará y entregará al Pagador del ejército, tratando primero con
el Príncipe,y mandándolo él; y lo mismo se hará en el demás
dinero que de la misma calidad hubiere adelante.
16. Y por que, como sabéis, en el ejército, es miembro se-
parado la artilleria, por cuya cuenta se entretienen cerca de la
persona del Capitán general della muchos Gentiles-hombres,
artilleros, gastadores y caballos para conducir la artillería á las
partes donde es necesario, en que hay sueldos muy crecidos y
se pagan por libranzas del dicho Capitán general, conviene que
se tome, por vos y el nuestro Contador della, la muestra á todos
ellos, teniendo mucha advertencia de que no pase ninguno
plaza por otro, y se excusen cuanto se pudieren los fraudes y
engaños que suele haber en daño de Nuestra hacienda. Y veréis
los tiempos en que se les hubieren de tomar muestras, y si ha
de ser en el mismo que á la demás gente del ejército, ó en otro,
y si dello puede resultar algún daño en Nuestra hacienda, de
lo que tratareis con el Príncipe,y del dicho Capitán general,
para que en todo se provea y haga lo que conviene á nuestro
servicio.

17. No habéis vos, el dicho Veedor general, ni los Contado-


res, hacer ni hagáis buena ninguna plaza de soldado entre la
caballería ni infantería que hubieren borrado los Comisarios y
otras personas que tomaren las muestras en campaña, hospital
ú otra cualquiera parte, sin estar presente el tal Comisario que
la borró, 6 con su información, si estuviere ausente, porque él
terna noticia y dará razón por qué lo hizo.

18. Si algunas plazas se hicieren buenas por la forma so-

bredicha, después de cerradas las listas, se han de asentar y


313

poner al pié dellas; y para que queden cerradas y haya más


claridad y Veedor
certicidad, los firmareis vos. el dicho nuestro
ó el Contador que se hubiere hallado presente con el Comisario
que tomó la dicha muestra, y el Capitán ó su Oficial, y que no
se libre de otra manera.
19. haya de listar, los dichos Contadores
Acabado que se

ordenen y hagan luego las nóminas y libranzas de lo que mon-


tare el sueldo de la dicha gente , conforme á los dichos pies de
lista, en el Pagador del dicho nuestro ejército, al cual Mandamos
las cumpla y pague de cualesquier dineros nuestros que hu-
biere recibido y recibiere para este efecto; yendo firmadas las
dichas nóminas y libranzas del nuestro Capitán general del, y
tomándose la razón dellas por los dichos Contadores en sus libros
del sueldo del dicho ejército, y que así se ponga en las dichas

nóminas y libranzas; y que de otra manera no las pague el

dicho nuestro Pagador, ni las despachéis vos, el dicho nuestro


Veedor general, ni los Contadores, diciendo, además de esto, en
ellas que el dicho Pagador haya de tomar carta-de pago de las
partes de lo que así pagare, las cuales dichas nóminas harán
luego los Contadores, declarando en ellas lo que montaren los
socorros que hubieren dado por orden á la dicha gente, y lo que
más se pagare sobre ellos á cumplimiento de las dichas pagas,
especificando la suma de lo uno y lo otro; pero si conviniere,
según el tiempo y la necesidad del breve despacho, que se hagan
las libranzas sumariamente de lo que montare el sueldo del

ejército, señaladas de vos, el dicho nuestro Veedor general, y


firmadas de los Contadores y asentadas en sus* libros como
otras veces se ha acostumbrado, tenemos por bien que se haga,
habiéndose dado primero razón para ello al dicho Capitán gene-
ral; y que el dicho Pagador, yendo despachadas de esta ma-
nera, las pague, tomando los recaudos que conforme á ellas debe
tomar, con que después se hagan y formen por las dichas li-
branzas originales las nóminas de todos, y las firme el dicho
Capitán general para el descargo del dicho Pagador, como se
suele hacer; y esta orden Mandamos que tenga y guarde en el
librar el sueldo de la dicha gente de guerra,
y que la paga della
314

se haga en vuestra presencia y con vuestra intervención, de


que habéis de dar fe y certificación, demás de las cartas de

pago que se han de tomar.


20. ítem, que los Barracheles de campaña hayan de dar y
den muestra de los Oficiales que tuvieren para la ejecución de
su justicia, por sus y señas que ha de haber de esto
listas

aparte, mirando que sean ellos mismos y no sus mozos ú otras


personas buscadas para la dicha muestra solamente.
21. Mandamos que no se haga bueno ni dé recaudo al

dicho Pagador en las nóminas que se hubiere dado á la gente


de guerra, sin tener orden expresa para ello, y firmada de
nuestro Capitán general, y asentada en los libros del sueldo del

ejército por los Contadores del.

22. ítem, que todas las nóminas y libranzas que los dichos
Contadores hicieren en el dicho Pagador, que toquen al sueldo

y gasto del ejército, digan y declaren en ellas que vayan se-

ñaladas de vos, el dicho Veedor general, y que se paguen en


vuestra presencia ó con vuestra intervención, y que no las puedan
hacer ni hagan sin poner estas particularidades, ni el dicho
pagador cumpla ni pague de otra manera. Y vos, el dicho
las

nuestro Veedor general, no habéis de hacer ninguna de las di-


chas libranzas, porque esto ha de estar á cargo de los dichos
Contadores, y al vuestro, señalar y ver las tales libranzas y nó-
minas, é intervenir á la pagadellas.
23. Que todos los Capitanes, Aférez y Sargentos de las
dichas compañías presenten en la muestra sus armas, y estén
ellos presentes á dalla, y no se aparten ni ausenten hasta que
se acaben de tomar. Y asimismo Mandamos que pasen armados
como deben los soldados aventajados y particulares, y los que
no lo fueren, que no baste que presenten las armas si no deja-
ren de y pasar armados en la muestra por estar enfermos.
ir

.24. Teméis cuidado de que no corra ni se haga bueno


sueldo á ningún soldado entre dicha infantería y caballería,
si no fuere desde el mismo dia que fuere escripto y asentado en

la lista de su compañía, aunque diga y pretenda que sirve y


fué recibido antes.
315

25. No se ha de pasar ni hacer bueno por soldado ningún


extranjero entre infantería y caballería española ni alemana,

por los inconvenientes que la experiencia ha mostrado que de


esto se siguen.
26. Mandamos que no se libre sueldo de soldado á ningunos
criados ni Oficiales de ningún Ministro , ni Oficial nuestro, ni á
otra ninguna persona que no sea verdaderamente soldado cono-
cido ,
que sirva j resida con su bandera.
27. Y porque muchos soldados suelen hacer ausencia de sus
banderas sin causa ni justa necesidad, y no sirven en ella como
son obligados, y toman ocasión de estar ausentes , y carga el

trabajo de las guardias y escoltas y otras cosas sobre los que


quedan, es Nuestra voluntad y Mandamos que no se libre su
paga al que no hubiere residido y servido ordinariamente en
su bandera y se hallase ausente della al tiempo de la muestra,
sino fuere con causa suficiente de enfermedad y con licencia
que para ello tengan por término limitado , que no pase de
treinta dias la primera vez ; y habiéndose asentado luego que ,

se le concedió, por los Contadores en sus libros, porque las


suelen presentar después de las pagas, de que se sigue que en
las muestras pasan otros en su lugar, y que la dicha licencia
que se hubiere dado por más tiempo de los dichos treinta dias
no se asiente ni tampoco se libre lo que más corriere, si no fuere
algunos que constare clara y ciertamente que se están curando,
por no lo poder acabar de hacer en los dichos treinta dias ;
que
en tal caso , se le podrá prorogar otros veinte , á cumplimiento
de cincuenta, y no más. Y á los tales no se librarán sus pagas,
si después de pasado el término de los dichos cincuenta dias no

parecieren y pasaren en la muestra con sus armas y como de-


ben hacer y pasar.
28. Las ventajas que hubiere entre la infantería española,
dadas á soldados que han sido Alféreces , y otros particulares á
quien se han acrecentado extraordinariamente, y por algunas
cosas particulares, se han de consumir como fueren vacando,
sin que estas se provean ni puedan proveer de nuevo.
29. No se han de librar ni socorrer las otras ventajas ordi-
316

Darías que, habiendo vacado, se hubieren proveído á soldados,


sino desde el día que se hubieren asentado en los libros la pro-
visión della por los dichos Contadores, aunque hayan estado
antes vacas y y por el mandato de las tales ven-
sin proveerse,
tajas se diga y declare que han de correr desde que vacaron, ó

desde el día que se hiciere la tal prisión, porque lo que las

dichas ventajas hubieren estado vacas ha de ser en nuestro


beneficio.
30. La misma drden Mandamos que se guarde y tenga en

lo que toca á compañías de infantería y caballería que hu-


las

bieren estado vacas por el tiempo que se hayan dejado ó dejaren


de proveerse, y también en lo de las ventajas de los Alféreces y
Sargentos vacas, porque no se libren ni corran si no fuere desde
que se señalaron y proveyeron en los dichos cargos y fueron
asentados en los dichos libros, como arriba se contiene.
31. Mandamos que no haga buena, entre la di-
se libre ni
cha infantería y caballería, ninguna plaza de soldado que no
esté asentado en la lista, ni tampoco que ningún mozo, aunque
sea español, pase por soldado.
32. ítem, que los Capitanes sean obligados á dar muestra
de los Capellanes, Cirujanos, pifaros y atambores de cada
compañía, teniendo gran vigilancia que sean ellos mismos,
ellos en
porque no pasen otros en sus plazas ni , las de los sol-

dados , como lo podrían hacer sin tener mucha cuenta en esto,

y no dando muestras de todas estas personas, no se harán bue-


nas ni librará la plaza del que no pareciere en ellas.

33. Y porque en lo que toca á las plazas de la primera plana


somos informados que hay mucho abuso, y que el día de la
muestra se buscan personas que pasen en ellas, y dicen que
son plazas muertas, tornéis cuenta con que no se hagan buenas,
si no fuere pasando enla muestra las mismas personas, y com-

probando y examinando sus nombres y señas como los demás


soldados y que gocen del sueldo desde el día que se asentaren
,

en las listas y no antes; pues sabéis cuan necesario es haber en


cada compañía Capellán que diga Misa y confiese, lo mismo
barbero para cualquier cosa de heridas; y estando muchas veces
317

las compañías divididas unas de otras, y apartadas del ejercito,


como lo suelen estar, haria notable falta, habéis de tener par-
ticular cuidado de que cada compañía, así de caballería como
de infantería , no falten estos dos ; y decidlo al Príncipe para
que lo mande
General de la caballería y Capitanes della,
así al

y Maestres de campo. Coroneles y Capitanes de infantería; y


en las muestras no los habéis de pasar si no fueren los mismos
Capellanes y barberos que estubieren asentados en las listas. Y
los barberos han de estar aprobados por los Médicos
y Cirujanos
del dicho ejército, y que ellos den sus nombres y señas y digan
como son cuales conviene para su oficio y de otra manera no ,

se han de pag-ar en ninguna manera.


34. ítem, que no pasen en la muestra entre caballería é in-
fantería extranjera en plaza de soldado ninguna persona en
plaza ni nombre de otro, y mirando que vayan armados como
deben , y la caballería en la orden y con los caballos que son
obligados, advirtiendo dello y de lo que más conviene á los

Comisarios de muestras cuando se hayan de tomar, para que lo


esté en todo.
35. Y porque algunas veces los soldados no sirven con sus
armas cumplidas ni tales como son obligados es nuestra vo- ,

luntad, y mandamos que á los tales no se les paguen las ven-


tajas de sus coseletes, ni al caballo ligero su paga, si no estuviere
y pasare bien armado á caballo en la orden que conviene , si no
fuere habiéndolo perdido peleando en orden, 6 sido preso délos
enemigos; que en tal caso es justo se les dé término conve-
niente para que se provea , y lo mismo se haga con los arcabu-
ceros infantes á quienes se da ventaja del tercio, pues son obli-
gados á estar y pasar con orden.
36. ítem, que las pagas que se quedaren debiendo á los
soldados que fallecieren en el hospital del ejército, se libren
para los gastos del , y los de los que fallecieren en otra cual-
quiera parte, se libren á sus testamentarios para que se cumpla
con sus ánimas y deudos, y con lo restante acudan á &us here-
deros cada y cuando que lo pidieren y vinieren por ello.
37. *
ítem, advertiréis que han de estar señaladas en las lis-
318

tas de la infantería española los Cabos de escuadra, á razón


de 25 escudos cada uno, y que las ventajas de los Cabos se han
de librar á los mismos Caporales, como se suele hacer, y que
también han de estar señalados en las dichas listas de los sol-
dados á quien se pagan las ventajas del tercio de arcabuceros,
para que se les libre á ellos mismos y para que se mire que
sirvany pasen en las muestras con la orden que deben.
38. Y porque muchos soldados pretenden haber licencia
para irse de las compañías con esperanza de cobrar por esta
vía sus pagas, Mandamos, que, aunque los tales tengan licen-

cia, no se les pueda librar ni libre su soldada extraordina-


riamente , ni á otro ningún soldado , si no fuere al tiempo y
cuando tomare muestra y pagare la otra gente, y que tam-
se
poco se den libranzas sobre el dicho Pagador, como se han
hecho por lo pasado , diciendo que si acomodare á tal soldado
dé tanta suma á cuenta de su sueldo, se le hará buena al tiem-

po de la paga, y que vos, el dicho nuestro Veedor general ni


los Contadores, no libréis ni podáis librar ningún sueldo ordi-
nario ni extraordinario, por cuanto la orden que se ha de dar
en esto toca á nuestro Capitán general, y á vos, el Veedor, seña-
lary tomar razón de las libranzas, y á los Contadores asentallas
en los libros, si no fuere en el caso que arriba está referido,- y
que esto se cumpla y guarde no embargante lo contenido en
,

la Instrucción que tienen los dichos Contadores, á los cuales


Mandamos que tomen la razón de este capítulo, para que lo

contenido en él se cumpla y efectúe sin alteración en manera


alguna.
39. ítem, que no se haga bueno entre la caballería é infan-
teríaalemana ninguna plaza de soldado, fuera del número que
cada compañía ha de tener, ni tampoco se acrecienten ni crez-
can sobrepagas, demás de las que conforme á la orden se
debieran de library hacer buena en cada compañía, en lo cual
se ha de mirar mucho y asimismo, en que no se libren en la
;

infantería alemana más ventajas de arcabuceros de la que se


debiere dar por orden.
40. Y, Mandamos que el sueldo que se hubiere de librar y
319

librare á la infantería española y caballería ligera y arcabuce-


ros á caballo , y á sus Capitanes y Oficiales , sea el que hasta
aquí lian ganado y se les suele y acostumbra librar y ha librado
por lo pasado, sin que se exceda en esto ni haga ninguna
novedad.
41. Mandamos á vos, el dicho nuestro Veedor general, que
no señaléis, ni paséis, ni concurráis en que se haga ninguna
libranza fuera del sueldo ordinario de la dicha infantería y
caballería, porque cuando se hubiere de hacer alguna gracia,
merced 6 gasto extraordinario, se mandará por Nos proveer
como convenga.
42. Habéis de mirar y tener especial cuidado que la infan-
tería y caballería española esté bien armada, y que los cosele-

testengan todas sus piezas y anden limpios, y que sean de


buen garbo y talle, y asimismo los arcabuceros francos y picas.
43. Demás de esto, os habéis de informar y entender si
algunos Capitanes ú Oficiales de las compañías toman á los
soldados alguna parte de sus pagas, ventajas, socorros, y se

les quedan con ellos contra su voluntad , para que si alguno lo

hiciere, restituya lo suya á su dueño, ycuyo es, ellos sean


castigados; y lo mismo habéis de entender de cualesquier otros
agravios que los Capitanes hicieren á sus soldados.
44. Otrosí, Mandamos al dicho nuestro Veedor general
que, demás de guardar vos por vuestra parte lo contenido en
esta nuestra Instrucción, miréis que los Contadores, Pagadores

y Comisarios guarden y cumplan las que ellos tienen; y si


alguno excediere de ellas, deis noticia dello para que se mande
proveer lo que convenga.
45. ítem, que si tomándose muestra de la gente del ejército,

vos , el dicho nuestro Veedor general, entendiéredes que algún


soldado pasó en plaza y nombre ageno, ó que mozos ú otras
personas que no sean soldados intentan de pasar, los manda-
reis prender y hacer información en forma , y deis noticia dello
al dicho nuestro Capitán general para que sean castigados,
haciéndolo así publicar.
46. Al tiempo que se hubieren de tomar las nuestras, se
320

echará bando general que ninguno sea osado de pasar en ellas


con armas y caballo prestado, y que el que se hallare y que
incurriere en esto ó prestare á otro armas ó caballo, se dé aviso
dello á nuestro Capitán general para que se castigue, como
el caso lo requiere.
47. Vos , el dicho nuestro Veedor general , teméis cuidado
de mirar que ningún Oficial ni soldado se descomida contra
vuestros Oficiales ó Comisarios de las muestras estándose-
las tomando, en otra manera; y si alguno hiciere lo con-
ni
trario, daréis noticia dello á nuestro Capitán general, para
que se haga en esto el castigo y demostración que el caso
requiere, sin que se pase en disimulación.
48. ítem, mirareis si todos los Capitanes, Alférez y otros
Oficiales, así de los que sirven en la caballería como de la in-
fantería y gente de guerra del ejército han residido y residen
en sus compañías, ó hecho 6 hacen ausencia dellas sin tener
licencia para ello, de lo cual daréis noticia á nuestro Capitán
general para que mande proveer en ello lo que convenga ; y á
los tales que estuvieren ausentes sin tener orden 6 licencia para
ello no se les ha de librar sus pagas por el tiempo que no
hubieren estado en sus compañías.
49. Informaréisos si en la dicha caballería ó infantería son
reservados de serviry hacer guardias sin causa de necesidad
algunos soldados, por favor de oficios ú otros respectos parti-
culares , y si los Capitanes y Oficiales disimulan con ellos ,
por
do viene á cargar el trabajo de las guardias y servicios sobre
los demás, y á los tales no se librarán ni harán buenas sus
plazas, antes se borrarán de las listas.
50. Y como quiera que los Contadores del ejército han teni-
do y han de tener razón y cuenta particular con el dicho Pa-
gador, y hacerle cargo en sus libros de todo el dinero que se
librare y entrare en su poder para la paga de la dicha gente,
y en qué monedas, y del beneficiamiento y aprovechamiento
que hubiere para Nos en las recibir y gastar, llevando siempre
formado el cargo que se le ha de hacer de esto, todavía para
que haya más recaudo y computación, Mandamos á vos, el

321

dicho nuestro Veedor general, que tengáis por vuestra parte


cuidado de informaros y saber los precios á que se reciben y
distribuyeren porel dicho Pagador las monedas en que pagare

la dicha gente, y si es conforme á como pasaren en las partes


donde se hiciere, y el beneficio que de esto podia resultar
para Nos.
51. Y porque importa que vos, el dicho nuestro Veedor
general, sepáis las órdenes é instrucciones que tenemos dadas á
los dichos Contadores, Pagador y Comisarios del dicho ejército,
les Mandamos que os den copia de
ellas, para que tengáis en-

tendido lo que cada uno de ellos está obligado á hacer.


52. Y juntamente con esto. Mandamos á vos, el dicho
nuestro Veedor general, que tengáis toda buena corresponden-
cia con los dichos Contadores, Pagador y Comisario para que
mejor se haga lo que toca á Nuestro servicio, y que se asiente
esta Nuestra Instrucción en los libros del sueldo del dicho nues-
tro ejército por los Contadores del, y que todo lo en ella conte-
nido se observe, cumpla y guarde, sin exceder dello en manera
alguna, porque esta es Nuestra voluntad. Data en Barcelona
á 12 de Junio de 1585. —Yo el —D.
Rey. Juan Idiaquez.
Tomó la razón, Alonso Carnero. — Tomó la razón, Pedro
Coloma.

COPIA DE CARTA

DEL DUQUE DE PARMA Á ^ DESDE BEVEREN Á 25 DE


AGOSTO DE 1585.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.— Ce. 58.)

limo, y Excmo. Sr.: Después de lo que se le escribió á


V. E., á los 30 del pasado, en el particular de la plática que se
traia con Amberes sobre su reducción, sucedió que á los 12
deste, San Aldegonda, y los tres que se dijo le hablan acompa-

* Falta en el original el nombre de la persona á quien va dirigida esta cartii.

Tomo LXXV. 21
322

fiado primero, tornaron aquí con otros 17 diputados de dife-

rentes suertes y oficios de la villa, á quien mandé hacer be-


nigna y grata acogida y tratamiento, para que con este medio
y otros que se iban interponiendo, por vía de suavidad y blan-
dura, se facilitase tanto más la negociación presente y se dis-
pusiesen las que hay evidente apariencia de trabarse adelante.
Quise luego otro dia verlos y oírlos á todos juntos como lo ,

hice,y habiéndome el Aldegonda con un largo y bien pensado


razonamiento declarado su intención, á que repliqué lo que me
ocurrió entonces , y recibido la carta de creencia que enviaba
la villa y miembros della, con los puntos de sus pretensiones,
los dejé y pareciéndome que todos eran esencialísimos, y el
ir;

negocio en sí de la cualidad y consecuencia que se sabe re- ,

mití á los presidentes Richardot Pamel y Vandemburg que lo,

viesen considerasen y me hiciesen relación particular dellos,


,

como lo cumplieron y discurriendo yo con ellos del caso para


,•

venir á tratar de la esencia del sin largas , y en efecto, concluir


con brevedad, que es lo que más importaba, les cometí lo
fuesen y puntualmente discutiendo con el mismo
singular
Aldegonda, como tan platico letrado y político, y con los demás
diputados. Hiciéronlo así, no cesando yo en el ínterin de verme
á solas algunas veces con él , otras con dos ó tres de los otros,
y cuándo con todos juntos, procurando lo que me era posible
reducirlos al verdadero conocimiento de sus yerros, inducién-
doles y persuadiéndoles Tiva y eficazmente á que se pusiesen
en manos de S. M., confiando en su benignidad y clemencia,
que la usaria con ellos y les perdonaría sin acordarse de lo
pasado, dando ellos la demostración que se requiere en lo to-
cante al punto de la Religión Católicay seguridad de la villa;
alargando la plática á que con mismo ejemplo podrian atraer
el

las provincias de Holanda y Gelanda, y las demás rebeldes á

entrar en comunicación y trato como todos muestran desear en


extremo.
Han me oido lo que les he dicho en este propósito sin exas-
perarse ni reparar demasiado en nada, excepto en lo de la Re-
ligión ;
pero mucho más en lo de meter gente de guerra ni
323
tener castillo, sobre que el Aldegonda con largas pláticas y
persuasiones ha trabajado darme á entender que en un pueblo
tan caudaloso, opulento y rico, de tanto trabajo, comercio y
concurso marítimo era de inconveniente irreparable meter
guarnición con cualquier pretexto que fuese, y que, dado caso
que por la necesidad presente la viniesen á permitir en algún
tiempo, ella misma les forzaria después á desmamparar la tierra
y á dejar asolada la mejor y más poderosa del mundo, pues''
herejes y católicos, en esto unánimes y conformes, temian el
daño que podria resultar dello, como quien tenia fresco y cor-
riendo sangre el que habian padescido cuando el saco, aña-
diendo á esto, en respuesta de lo que yo repliqué á ello, que bas-
tará mudar el Magistrado, Coroneles, Capitanes y Oficiales,
desarmar los mal intencionados y ocupar el fuerte de Flandes
que está dentro de la muralla, rio en medio, y que á lo que me
quiso dar á entender supedita gran parte della y todo el puer-
to, que lo uno y lo otro es de poquísimo movimiento, siendo lo

primero imposible por gran trato que hay de todas cosas y


el ,

el que puede haber de armas en las boticas públicas que no ha ,

de defendérseles y lo segundo falso, pues en una obstinación


;

y desvergüenza, hallándose el ejército de S. M. lejos y empe-


ñado en alguna empresa, como se presupone, y ellos avictua-
llados por algún tiempo, podrian intentar cualquiera novedad
y salir con ella. Finalmente, vino á concluir que en ninguna
manera se tratase de guarnición ni de castillo, porque no sólo
no se saldría con ello, pero ni aun lo arrostrarian , como cosa
tan perniciosa y para ellos tan abominable.
Vista, pues, por mí tanta perfidia y dureza, por abrir cami-
no donde parescia que estaba antes cerrado y deshacer difi-
cultades, le apunté que, si bien por la turbulencia de los tiem-
pos y por los demás respetos que él propio, como discreto y
sagaz, podia tocar con la mano, era fuerza asegurarse S. M.
por uno de los dos modos dichos de la villa, les ofrecía, cada y
cuando que lo estuviese de las islas, deshonorarla del; pero
que en el ínterin era fuerza valerse deste medio, sin que hu-
biese otro para tratar de paz y concierto.
324

No se desanimó por esto, ni se desvió de su intento, ni aun


desconfió de salir con di, porque, ora por no dejar cosa sin
probar, ora por persuadirse, acabarla con otros lo que no podía
conmigo, ó, por lo menos, daria á entender había hecho sus
diligencias posibles: me pidió con instancia le oyese y á otros
tres diputados en presencia deConsejo de Estado y
los del

Guerra. Parescióme que se aventuraba poco en darle esta satis-


facción, y así los hice juntar ante quien le oí otra larga y muy
elegante oración, directiva, en suma, á desviarme de mi pre-
supuesto, sobre que, después de acabada, y ellos salidos fuera,
se discurrió entre nosotros distinta y menudamente; y porque
se advirtió que el mismo Áldegonda había propuesto, caso que
yo quisiese entrar en la villa, se persuadía á poder acabar se
me permitiese meter la infantería y caballería suficiente para
la guardia de mi persona, con que fuese de naciones aceptas,
apuntando la alemana y valona, y que en sustancia ésta ven-
dría á ser guarnición, aunque con diferente sobreescripto, y á
quedar la villa segura; Les concedí, en suma, quedando lo de
la Religión Católica Romana en su lugar, si bien se les dan
cuatro años para retirarse los que no quisieren profesarla, vi-
viendo, pero sin escándalo y pagando 400.000 florines de do-
nativo en reconocimiento del beneficio que resciben, y para
ayuda al sustento de la gente de guerra que ha de venir allí,

que me entraré dentro con la que me paresciere conveniente


para asegurarme del pueblo, con presupuesto que renovado el

Magistrado y dispuestos los negocios por la vía que Dios nos


encaminará, permitirán, no sólo que persevere la guarnición,
pero que aun se reedifique el castillo pasando por los otros

puntos tocantes á la liberalidad y grandeza de S. M., sin repa-


rar en ellos, como no perjudiciales al principal, antes muy pro-
picios á ello.
Habiendo venido en esta resolución forzadísimo de muchas
y muy grandes consideraciones no siendo la menor conservar
,

la villa entera, como no lo quedara si llegáramos á desespe-


íarla, saber que tienen de comer en ella para cuatro meses, y,
queriéndose apretar y descargar de mujeres, niños, viejos y
325

gente inútil, para ocho; la nuestra cansadísima y fatigada; el

invierno á la puerta, cuyos temporales y borrascas he temido


siempre , de manera , que si bien me esforzaba á resistir otros
inconvenientes , no lo hacia á estos como irreparables , pues se
ha visto echar la furia del viento navios por cima los diques.

Júntasela todo esto ver la armada de rebeldes en el mismo


puesto que ocupó ahora cuatro meses, aumentada de navios
de guerra, de gente , y en particular inglesa , de muchas má-
quinas y nuevos ingenios de fuegos, resueltos, por lo que se
entiende, aunque temerariamente, de acometernos; y si lo in-

tentaran , con todo cuanto se está muy alerta y á recaudo, no


puedo asegurar que nos sucederá prósperamente, si bien lo
espero en el favor divino; y ultra de todo esto, por procurar
este año pasar algo más adelante las cosas, aunque el tiempo
lo está tanto que no me aseguro de tenerle para desempeñar
la gente de donde la tengo, descomponer lo hecho y disponer
lo necesario para la ejecución de mi designio, que todo junto y

cada cosa de por sí da harto cuidado, y no menor ver lo que.


importa poner gente en Güeldres para abreviar la reducción de
aquellas provincias y otras circunvecinas, estrechar más la
comunicación con las de Holanda y Gelanda, que deben de
estar á la mira de lo que traemos entre manos , para con este
ejemplo resolverse á postrarse á los pies de S. M., confiándose
de su bondad y clemencia, y pues de la que se usare con este
pueblo como cabeza, ha de resultar bien y tranquilidad á los
miembros que restan, juzgué haber sido más que conveniente
resolverme en lo dicho y despedir los diputados después de ha-
berme con Aldegonda y con muchos dellos; y luego, aque-
visto

lla tarde, quedando aquí algunos, por no levantar mano do la


obra, se volvieron á Amberes, poco seguros de que en ella no
habia de arrostrar debajo de ningún título á rescibir gente de
guerra dentro, pero muy resolutos de hacer su último esfuerzo
en ello.

En conclusión, otro dia después de su llegada, habiendo


referido al Magistrado mi última resolución , la hicieron ellos,
dia de San Lorenzo, de aceptar la paz como se ha dicho, vol-
326

viendo lunes, á los 12, los propios que habían ido á los 17,
después de haber pretendido se les concediese nuevas preten-
siones sobre que hubo demandas y respuestas se vino á con-
, ,

cluir y á firmar de mí y de ellos, dando, si bien no cuales y


cuantas se deben , infinitas gracias á Nuestro Señor por la gran
y singular misericordia que ha usado conmigo en tenerme
de su divina mano, y encaminarme por haber acabado próspe-
ramente negocio tan importante, trabajoso y dudoso, y gozara
S. M. de victoria tan señalada y digna de su felicidad y gran-
deza: gócela con las demás que restan y espero conseguir
á presto largos y dichosos años.
Hánse vuelto con esto á su villa y comenzarse ha tratar
luego de poner en debida ejecución el acuerdo por el camino
que pareciere más conveniente , habiendo enviado con ellos al
presidente Richardot y Vandemburg (para dar orden en lo de
la policía y buen gobierno), que lo irán haciendo con destreza,
y yo valiéndome de las ocasiones y tiempo, aunque el ser meues-
ier tanto para salir de aquí me tiene con no pequeña congoja.
Entraréme, pues, lunes ó martes, en la villa, y desde allí

acudiré á todas partes , y en particular á dar principio á las


nuevas pláticas de las islas, en que me esforzaré de hacer todo
mi posible, valiéndome de los medios que juzgare más á pro-
pósito, y sobre todo del de Nuestro Señor, á quien suplico me
asista y dé su santa gracia y que guarde la ilustrísima y ex-
,

celentísima persona y estado de V. E. con el acrescentamiento


que puede. De Beveren á 25 de Agosto de 1585.
Posdata: Acábame de llegar aviso de que D. Francisco de
Bobadilla ha entrado con la gente de su cargo en Luzemburg,
que aunque es poca, es buena. Esperóla con deseo para em-
plearla en lo que ocurriere.
En carta aparte, significo á V. E. la grande obligación que
tengo á D. Juan de Albarado, y forzado della vuelvo aquí á
suplicarlo cuan encarescidamente puedo, sea servido favores-
cerle y ayudarle con presupuesto que es criado desta casa y
cosa propia mia, y por esto, de V. E. — Servidor de V. E.,
Alexandro Farne'sse.
327

COPIA DE LOS CAPÍTULOS

QUE LOS CONTADORES PEDRO DE COLOMA Y ALONSO CARNERO


DIERON AL DUQUE DÉ PARMA OPONIÉNDOSE Á LA ORDEN
,

É INSTRUCCIÓN DEL VEEDOR GENERAL JUAN BAUTISTA


DE TASSIS, CUANDO COMENZÓ Á EJERCER EL OFICIO,
AÑO DE 1586.

(Biblioteca Nacional.—Sala de A/s.— J. 13.)

Los Contadores del sueldo de este ejército de S. M. en estos


Estados, decimos: Que habiendo yisto el Título é Instrucción
que S. M. ha mandado despachar del cargo del Veedor gene-
ral en la persona de Juan Bautista de Tassis, hemos hallado
ciertos casos y puntos de importancia al servicio de S. M., que
se repugnan á los Títulos é Instrucciones que nosotros tenemos
para el uso y ejercicio de nuestros oficios, de lo cuales nos ha
parecido deber dar noticia á V. A. para que sobre ello mande
y provea lo que más conviniere al servicio de S. M.
Lo primero: en el capítulo primero de la Instrucción del
dicho Veedor, dice que pida á V. A. le haga dar lue'go las
listas originales de la gente de guerra del ejército, de cuyo
cumplimiento parece redundan algunos inconvenientes contra
el servicio de S. M. y de su Real hacienda dignos de conside-
ración, y porque deba V. A. mandar sobreseer en ello hasta
haber informado á S. M. y tener nueva orden suya.

Lo segundo que siendo como es lo que más importa á la


:

hacienda de S. M. la guarda y custodia de las listas por tra-


tarse en ellas toda la mayor parte del dinero del ejército, de
cuyo cumplimiento parece redundan algunos inconvenientes,
conviene que estas las tengamos los Contadores, como S. M.
lo manda expresamente por nuestras Instrucciones, y como las

han tenido siempre nuestros antecesores, y en España las tie-


nen los del sueldo y que no estén en poder de un Oficial del
;
328

Veedor general , como parece que suena y apunta dicha Ins-


trucción, pues siendo esto nuestra propia facultad y ejercicio
para poder cargar á la gente de guerra los socorros, pagas,
municiones de vituallas y guerra, y vestidos, y los tránsitos que
hacen de una parte á otra, á lo que reciben en las villas y lu-

gares donde están alojados, y otras muchas cosas, y, en suma,


casi todo lo que depende de este ejército, tenemos ^ plática y
experiencia para saberlo hacer que el vellos ^, pues no es su
profesión ni facultad, por no ser hombre de papeles ni tener
noticia del libro del pliego agujereado,
y las dichas listas tene-
mos en nuestro poder debajo de llave, y nosotros mismos los
tratamos y manejamos como cosa de tanta sustancia y con-
fianza, y que habiéndola hecho S. M. de sólo nosotros, como
Ministros de su Real hacienda, no ser decente concurrir en
esta parte con nosotros en la preeminencia de nuestros oficios
un Oficial del dicho Veedor, que es movible y lo puede quitar
y poner á su voluntad.
ítem, que considerando cuanto importa en la guerra la
facilidad y brevedad en los despachos de las ocurrencias del

ejército, y que por la tardanza de una hora de tiempo suelen


suceder gravísimos inconvenientes, como muchas veces se ha
visto por la experiencia, parece que habiendo de haber listas

triplicadas , y tratándose como en este ejército se hace con


tantas diferencias de naciones , se deja bien considerar que en
lugar de abreviar se alargarían y dificultarían en ^ran manera
los negocios, que es lo que más se ha de excusar en la guerra,

y que esto sea verdad se puede muy bien ver, pues en tiempo
del Emperador, nuestro señor, y de S. M., cuando tenian sus
ejércitos en estos Estados contra el rey de Francia, habia sólo
un Veedor y un Contador, que fueron Juan Zapata de Cárde-
nas y Nicolás Cid, y el Contador tenia las listas y papeles
del sueldo de la gente de guerra , para no caer en el incon-
veniente que aquí se apunta.

1 Más?
3 Veedor ?
329

Y porque M. nos manda y ordena por nuestras Instruc-


S.

ciones expresamente que tengamos en nuestro poder las dichas


listas, y que al tiempo de tomar las muestras las reparta el

Veedor general con comunicación nuestra entre nosotros y los


Comisarios y que después de tomada la dicha muestra y cer-
,

radas las dichas listas, se nos vuelvan y den para que tenga
cada uno las suyas, y que en la misma Instrucción del Veedor,
capítulo 43, le manda S. M. que.los dichos Contadores. guarden
y cumplan la que se les ha dado, para la gran contradicion y
contrariedad que destas cláusulas resultan, conviene que S. M.
mande declarar su Real voluntad , derogando los capítulos de
la Instrucción del dicho Veedor que sobre esto tratan , ó los de
la nuestra, que no pretendemos otra cosa que obedecer pun-
tualmente las órdenes y mandatos de S. M., con claridad y de
manera que nos sirva de descargo, pues consta de derecho que
el mandato no se revoca ni deroga sino con expresa revocación

y derogación del mandato; y que como S. M., en el capítulo 37


de la Instrucción del Veedor general con la cláusula deroga-
,

tiva expresa, deroga solamente un artículo de la Instrucción


nuestra, también lo hiciera en este punto de tanta importancia
á su servicio, si su Real intención fuera tal; y así, conviene la
consulta de S. M. y declaración de lo que fuere servido de
hacer para su descargo, allende de que tener el Veedor gene-
ral libros y listas triplicadas seria , demás de las dificultades
alegadas, una novedad nunca vista ni usada donde hay dos
Contadores, pues los Veedores pasados jamás las tuvieron,
como tampoco las tuvo D. Juan de Acuña Vela, en Mastriq, ni
los que ha habido antes del, y que en ningunas partes de los

reinos de S. M. haya ni ha habido libros triplicados, estando


muy de asiento, por lo cual se sufre tanto menos en las guerras
por las causas dichas, y en novedad tan extraordinaria y nunca
vista, ser necesario precisa, mera y expresa voluntad de S. M.,

y mandato suyo derogativo á todos los que nos tiene dados en


contrario.
ítem, en el dicho primer capítulo manda S. M. al dicho Vee-
dor general que se haga dar una relación particular y distinta,
330

sacada de los libros de nuestros oficios, del número de la gente


de guerra de cada nación de por sí; que arguye no haber de
tenerlos el dicho Veedor; pero cuanto al darle relación y cla-

ridad del estado del ejército , y lo que monta un mes de sueldo


del, decimos que desde ahora y todas las veces que nos la pi-

diere , estamos y estaremos prontos á dársela cuando se tomare


muestra al ejército, ni más ni menos, porque entonces se podia
dar más cierta y verdadera.
ítem , en el capítulo 5.° de la Instrucción del dicho Veedor,
manda S. M. que el Pagador del ejército y sus Oficiales ayuden
á las muestras, lo cual también contradice y contraría á la
nuestra, por la cual S. M. nos manda expresamente que no se
empleen en ellas otros que el Veedor y Contadores y Comisarios;
y esto será más en su servicio, porque el oficio del Pagador ni
su Oficial, que ha de dar el dinero, no se compadece con el

tomar muestra, que son Oficiales incompatibles y exdiáme-


la

tros contrarios al beneficio de la Real hacienda de S. M., estando

evidente la presunción que se puede tener contra el que junta-


mente cuenta y paga; por donde no conviene en ninguna ma-
nera permita esto.
ítem, en el capítulo 6.° manda S. M. que de unas listas no se
sirva mucho tiempo, y que se renueven. Por la experiencia se
sabe y se vé muy claro , cuanto más duraren menos fraude
puede haber. Esto , se entiende , estando las listas en menos
manos y teniendo en
,
ellas la cuenta que conviene , y la ,que
se tiene ahora.
ítem , en el capítulo 40 de la Instrucción del Veedor, manda
S. M. que las partidas de los libros las señale cada Contador en
su oficio , y en el del Veedor general su Oficial ; á que ultra de
lo alegado arriba en este caso, se representa de nuevo que el

tal Oficial puede ser que no sea tan conocido como se requiere,

de las partes, suficiencia, calidad y confianza que es razón; y


que los que tienen los libros de la hacienda de S. M. , han de
ser personas aprobadas por su nombramiento y conocidos en su
Real Consejo de Hacienda, como lo son las que aquí le tratan de
presente con Títulos é Instrucciones despachadas por él ; y que
331

los libros de la hacienda de S. M. han de tenerlos en su poder,


y señalar de sus rúbricas los propietarios de ellos como S. M. ,

nos lo manda lo hagamos, sin remitirlo á nuestros Oficiales,

como lo hacemos, y no suelen ni deben hacer fe libros que son


autorizados y tratados por solos los Oficiales, pues estos los

mueve y quita y pone el dueño del oficio todas las veces que
bien visto le es.
ítem, en el título de Veedor general manda S. M. que en su
ausencia se paguen las libranzas en presencia de las personas

que su poder tuvieren, siendo de confianza; mucho más se debe


hacer de los Contadores de quien S. M. la ha hecho en lo más
esencial mayormente mándanos en nuestros Títulos que
; tanto
en ausencia del Veedor general se hagan los pagamentos con
intervención de uno de nosotros, y en esto se contradice el dicho
título del Veedor á su intención, en la cual no admite sustituto;
y así parece que se debe guardar lo que S. M. manda en los

dichos nuestros Títulos é Instrucciones del dicho Veedor ,


que
la paga es muy bien que se haga en presencia del Veedor ge-
neral ó de uno de los dichos Contadores , pues faltando el Vee-
dor, es más justo que los Contadores intervengan en ésto que
el Oficial del Veedor, ó la persona que nombrare.
ítem, manda S. M. que los dichos Contadores no hagan
ninguna libranza sin orden del Capitán general , y que al Vee-
dor le toca solamente señalar la tal libranza,
y á los Contadores
hacerlas y asentarlas en sus libros; por donde se colige que
los libros principales y que han de hacer fe son los de los Con-

tadores Veedor general no habiendo de asentar las


, y que el ,

dichas libranzas, no tiene necesidad de tener libros del ejército,


ni de la gente de guerra del, pues consiste el oficio de los

Contadores, principalmente, en tenerlos en su poder duplicados;


y el señalar que se le manda al dicho Veedor, es para que sepa
el dinero que entra y salo en poder del Pagador, y tenga cuenta
con él, como también la tienen los dichos Contadores en su
oficio.

En el capítulo 36 manda S. M. que señalen en las listas los


Cabos de escuadra y tercio de arcabuceros, y por la. experiencia
.

332

se veque seria en daño de la Real hacienda de S. M. porque ,.

lascompañías se van cada dia disminuyendo , y por aquel ca-


mino quedarian las ventajas vivas y ahora no se pagan en las
,

muestras sino al respecto de la gente que hay, de lo cual se


tiene mucho cuidado.
Todo lo cual nos ha' parecido de tanta importancia al servi-

cio de S. M., como se deja entender, en cuya consideración


S. A. lo mandará proveer como más le pareciere que convenga
á su Real servicio, como quien podrá conocer y entender mejor
lo uno y lo otro.

COPIA DE CARTA

QUE S. M. ESCRIBIÓ AL PRÍNCIPE DE PARMA EN DECLARACIÓN ,

DE LAS ADICIONES PUESTAS POR LOS CONTADORES DEL SUELDO


DE su REAL EJÉRCITO DE FLANDES, k LA INSTRUCCIÓN QUE DIÓ
AL VEEDOR GENERAL DEL PARA EL EJERCICIO DE SU OFICIO,
SU DATA EN EL ESCURIAL Á 22 DE JULIO DE 1586.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.— J. 13.)

Don Felipe, por la gracia de Dios, Rey de España y de las

dos gcQilias (sic)^ de Hierusalem, etc.

limo. Príncipe de Parma, mi muy caro y muy amado so-

brino: Vuestra carta de 30 de Marzo, sobre lo que toca al des-

pacho de la Veeduría general, se recibió, y quedo muy cierto


del celo y deseo que se advierte en mi servicio; con que me
advertistes todo lo que allí se refiere, como también lo estoy de
que agora, que por esta entenderéis mi voluntad, la haréis
cumplir y ejecutar con mucha puntualidad.
Las oposiciones que os dieron contra el dicho despacho los

Contadores del sueldo de ese ejército, se han visto y conside^


rado; y lo primero, parece que los debéis de reprender mucho
el haberse atrevido á, pedir que se suspendiese el efecto de cosa
que yo mandaba, pues sin tocar en ese punto, pudieran infor-
333'

maros de lo que se les ofrecía, para que avisándomelo vos, se


ordenase lo que convenia.
Y venido á los otros puntos: cuanto á la oposición primera,
conviene que se entreguen una vez las listas originales al Vee-
dor general, y la relación particular que en su Instrucción se
dice, paraque cotege lo uno y lo otro, y quede enterado de
todo,y haga sacar copia de las listas, y tenga su libro aparte,
no obstante lo que allí se contradice, y les vuelva las listas
originales.
En la segunda está claro que lo que dice la Instrucción
de Pagador y sus Oficiales á la muestra, se ha de en-
asistir el

tender para lo que toca á su oficio, como los otros Oficiales que
allí se nombran, ha de antender cada uno al suyo.

La tampoco se admite; y así ha de pasar adelante lo


tercia
del renovar las listas cuando al Veedor general pareciere que
conviene, y el confrontar para esto las listas que hubiere en los
tres oficios, servirá de averiguar si en algunas hay diferencia,
y de qué puede proceder.
En la cuarta, pues, el libro que tendrá el Veedor general
ha de servir puntualmente para que él tenga entera noticia de
lo que pasa en las cosas de la Hacienda; no es de inconve-
niente que se señale en él su Oficial, y los Contadores podían
seguir en los suyos su costumbre.
La quinta oposición se suelta, con decir que lo que allí se
duda se ha de entender desta manera que si el Veedor gene- :

ral se hallare en la villa 6 lugar donde se tomare la muestra,


haj^a de asistir en persona, y si acertare á estar ausente de aquel
lugar, asista en su lugar el que tuviere su poder, y también
uno de los Contadores, como pretenden, y así no se quita su
asistencia.
De la sexta no hay que hacer caso, pues el libro que tuviere
elVeedor general no impide á los Contadores el hacer como ,

acostumbran las libranzas, y asentarlas en los suyos.


En lo que contiene la sétima, no parece que estaba mal lo
del señalar en las listas los aventajados del tercio, como lo dice

la Instrucción, y así se podia hacer, si no hubiere en ello incon-


334
veniente; y si habiéndolo comunicado con el Veedor general y
oido su parecer, halláredes que le tiene por donde se deba ha-
cer, me avisareis el que fuere.

Aclarado desta manera las dudas, que no habia para qué


ponerlas, se deja entender como no hay en qué reparar, y que
no se contradicen los títulos é Instrucciones del Veedor gene-
ral y Contadores; y así, es mi voluntad que puntualmente se
guarde lo contenido en el Título é Instrucción del dicho Veedor
general; y en estas declaraciones, no obstante cualquier difi-

cultad ú oposición que por otros se pudiese hacer en contrario;


y os encargo que, si al recibir esta no ejerciere Juan Bautista
de Tassis su ministerio, le ordenéis que luego lo vaya á servir,
y le hagáis poner en posesión de su oficio, poniendo silencio á
los Contadores,y ordenándole á él y á ellos que cumplan lo

contenido en sus despachos y en esta carta, de la cual les


daréis copia á todos, con orden que no excedan della, sino que
la cumplan y guarden como lo demás de sus Instrucciones,
porque tal es mi voluntad y vos me avisareis de todo como se
;

habrá hecho; y sea, limo. Príncipe, mi muy caro y muy amado


sobrino, Nuestro Señor en vuestra continua guardia. De San
Lorenzo á 22 de Julio de 1586. Yo el Rey. D Juan de — —
Idiaquez.

INSTRUCCIÓN
POR EL DUQUE DE PARMA AL CONDE CARLOS DE MANSFELT,
GENERAL DE LA ARTILLERÍA, SU DATA EN BRUSELAS POR EL MES
DE DICIEMBRE DE 1586 AÑOS.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—J. i3.)

Instrucción para el conde Carlos de Mansfelt, General de la


artillería del Rey, nuestro señor, en estos sus Estados de Flan-
des, en lo que habrá de hacer en el ejercicio del cargo de la
artilería, M. entretendría ordina-
que durante estos tubles S.

riamente en campaña, y hará pagar de los dineros que ven-


:

335

drán de España á la infantería de los Oficiales españoles:

Considerando que ellos tienen sus instruciones de todo diferen-


tes á aquellas que de antes de agora han sido hechas por el

caso de la artillería del tiempo que ella ha sido entretenida de


los dineros de por acá; y dependiendo de los de finanzas de
S. M., y de lo cual le habernos hecho despachar esta nueva

Instrucción, siguiendo cuanto más cerca á la de los Oficiales


españoles, en la forma y manera siguiente
Primeramente: tendrá toda muy buena cuenta y adverten-
cia que en todos los precios y compras de artillería y municio-*
nes que sirvieren á ella, sean hechos al mejor y menos precio
que ser se pudiere, y Uanar (sic) que haya de intervenir el

Contador de la artillería por tomar nota y razón para hacer


cargo al Mayordomo y á otros Oficiales de la dicha artillería que
las tomaran en guardia, porque en todo y por todo el provecho
de S. M. se haga, y las dichas municiones sean bien guardadas
y conservadas.
Tendrá también particular cuidado que los gastos y gajes
de los Gentiles-hombres, conductores, cañoneros, arnacures,
carpinteros, mariscales, toneleros, manderos y semejantes
Oficialesy personas que sirven en la dicha artillería, sean re-
cogidos y moderados lo más que ser pudiere, teniendo cuenta á
los méritos y calidades de cada uno en hacerles solamente pa-
gados por el tiempo que estarán en servicio, así como hallare
más convenir al servicio de S. M.
De todo lo que se habia de pagar en la artillería, sea á
causa de gajes que de compras de municiones y otra cosas se
incurrieren, convendrá ordene al Contador de la artillería haga
las libranzas en forma, las cuales firmará dichg Conde para el

descargo del Pagador de la artillería; y en caso que no haya


esta firma, el dicho pagamento no le será valido ni pasado en
cuenta; y porque somos informados que muchas veces se han
cometido grandes fraudes y cautelas en el tomar de muestras,
tanto de caballos limoneros como de carros y gastadores, caño-
neros y semejantes personas, nuestra voluntad es, y se lo en-
cargamos usen expresamente, de tener toda y muy buena
336

cuenta que las dichas muestras se hag-an en su tiempo, con


toda lealtad y diligencia que se requiere, con la intervención
del Veedor general, si pudiere ó quisiere hallarse presente, y del
Contador del artillería, empleando en el efecto de dichas mues-
tras los más hombres de bien y de conciecia que pudiere ha-
ber, á fin de que S. M. no sea engañado.

Así, procurará que los dineros que de un tiempo á otro se


pondrán en manos del Pagador del artillería sean distribuidos
según la necesidad más lo requiere, á fin de evitar las quejas y
* lamentaciones de los que sirven en la dicha defen-
artillería, y
derá al Mayordomo de la artillería y á todos otros cualesquiera

^
que tuvieren en guardia las municiones de guerra de cual-
quier suerte que fueren, de no hacer ninguna distribución |sin

su noticia y orden expresa, 6 nuestra; y tendrá la mano que no


dé la distribución sin su noticia , el Contador de la artillería

sea también advertido, á fin que dello pueda tener cuenta y


nota, según que está encargado por su Instrucción.
Asimismo habrá particular cuidado en todo tiempo, y prin-
cipalmente siendo el artillería en campaña, que cada uno haga

el deber que es obligado al servicio de S. M., y que haga casti-

gar rigurosamente los que cayeren en falta de hacer de dicho


servicio.

Generalmente, hará todo lo que al dicho cargo de General


del artillería compete y pertenece , según S. M. y nos en su,

nombre, de su persona tenemos entera y cumplida confianza,


avisándonos de un dia á otro de todo lo que ocurriere, á fin que
podamos tratar y dar el remedio que por el avanzamiento del
servicio de S. M. halláremos convenir.
Habrá dicho Conde, de gajes y emolumentos extraordinarios,
tanto por su persona que por su estado, el mismo que entenda-
mos haber tenido sus antepasados, á saber:
Florines.

Por SU plato, 12 fiorines por dia, que hacen por mes 360
Por seis Alabarderos, una paga y media por mes, hacen. 125
Por un Capellán, 15 florines al mes 15
Por un cocinero, lo mismo. 15 florines al mes 15
337
Florines.

Por una lavandera, 10 florines al mes 10


Por un maestro tendero, con cuatro ayudas, el maestro
para que haga las dichas tiendas; por su persona. ... 12
Y 8 á cada ayudante, que hacen 32
Ítem, tendrá seis carros, cada uno atalado con cuatro
caballos para poder transportar dichas tiendas y su me-
naje y ardas 40
Y una plaza de Gentiles-hombres, á 40 florines por mes,
que servirá junto á su persona para en lo que le qui-

siere emplear por el servicio de S. M 40

Que montan 649

Y así, por el tiempo que la artillería estuviere en campaña,


tendrá las necesarias candelas que fueren menester para su
casa, y cuatro antorchas por semana, de todo, ultra el sueldo
ordinario de 1.200 florines alano, que le serán pagados por la
vía de ñnanzas en la manera acostumbrada, que se les pagan
en virtud de su Patente. Fecha en Bruselas, por Diciembre
de 1586 años.

COPIA DE UNA INSTRUCCIÓN


QUE EL DUQUE DE PABMA DIO EL AÑO DE 1587 AL CAPITÁN
LEONARDO RÓTULO CARRILLO PARA CIERTO APRESTO DE CARROS
Y MUNICIONES.

{Biblioteca Nacional.— Sala ch; i»/s.— J. 13.)

El duque de Parma, etc.: La orden é. Instrucción que vos el


capitán Leonardo Rótulo Carrillo, entretenido por S. M. cerca de
nuestra persona, habéis de observar en el viaje que por nuestro
mandado vais á hacer á Lorena y Borgoña en el pasaje de la
gente de guerra que viene del reino de Ñapóles, Estado de
Milán y España, íi servir á S. M. á estos Estados de Flandes:
Tomo LXXV. 22
338

Partiréis de este campo por la posta, en diligencia, la vuelta


de Nancy, donde os veréis con conde Salma y con Jorge
el

Chatendyt, Secretario del señor duque de Lorena, si estuviere


allí, dándoles las cartas .que lleváis más para ellos de creencia,
y á cualquiera de ellos dos que se hallare presente pediréis os
introduzca con S. A. , á quien , después de besarle las manos
de mi parte, se la daréis muy particular de lo que quisiere en-
tender de las cosas de acá, á satisfacción de casta (sicj obliga-
ción con el cumplimiento y demostración que se requiere , y
confia á vuestra prudencia, valiéndoos en cuanto se ofreciere
allí de los medios y asistencia del Conde, que, como tan bien
intencionado y celoso del servicio de S. M. , se empleará en lo

que tocare á él con las veras que suele.


Tratareis luego con los Ministros del señor Duque lo tocante
á vuestra comisión, que, en sustancia, es la provisión de las
vituallas , municiones y carros para el tránsito de la infantería
italiana , que en breve Ñápeles y del Es-
se espera del reino de
tado de Milán, y de la española que se seguirá después; con
presupuesto, aunque no se puede saber de presente, que el
número de toda la italiana será de 18.000 personas y 3.000 ca-
ballos, poco más ó menos, y á este respecto los carros que fue-
ren necesarios para conducir su bagaje; y el de la española
de 14.000 personas y 3 á 4.000 caballos, y asimismo de los
carros á la venante.
Hecho tanto de lo uno y de lo otro , concertareis los precios
de las raciones de personas y caballos, lo más barato que se
os permitieren en el tiempo y ocasiones que corren; y para
que lo podáis hacer con alguna claridad y satisfacción de que
no salgan excesivos, os informareis, al pasar por las plazas

circunvecinas, con mucha disimulación, del valor que tienen,


en cuya conformidad haréis el asiento: bien entendido que una
parte del pagamento del ha de ser de contado
y las otras á ,
,

los plazos que concertárades puntualmente en que procurareis ,

tomar la más larga que pudiéredes, gobernándoos en todo se-


gún el dinero que mandaremos proveer de presente.
Pero porque el tránsito de la gente vendrá á durar mucho
^39

Y vendrá á caer después de la cosecha de este año, lo pondréis


en consideración para que en los precios haya diferencia, que
no podrá dejar de ser mucha, yendo á decir tanto de una sazón
á otra.
Hecho y cumplido con lo de arriba, pasareis en la misma
diligencia á Borg'oña, hasta donde se hallare el conde de Cham-
plit, Gobernador della, á quien asimismo daréis mi carta y
particular cuenta de vuestra comisión pidiéndole que como ,
,

tan importante y del servicio de S. M. , os asista y dé el favor


necesario en ella para que tanto más se facilite el tránsito de
la dicha gente, advirtiéndole del número de ella, de las racio-
nes y carros que serán menester , de cuándo hacéis cuenta que
podrán comenzar á pasar, de los precios que dejais hechos en
Lorena, para que en aquella conformidad vea de moderarlos en
aquel Estado ,y de asentar los plazos del pagamento, en que os
gobernareis, como está dicho, advirtiéndole lo de la diferencia
de este tiempo al de después de la cosecha, como cosa en que
va á decir tanto.
Asentado y acordado todo como conviene y se espera, tra-
tareis con el dicho conde de Champlit las partes donde le parece
más á propósito para constituir las estaplas trayéndole en
consideración lo de las levas que por partes de protestantes de
Alemania y uguenotes de Francia bajan allá, y seria muy
contingente fuese en tiempo que nuestra gente hiciese lo mismo
acá, para que por todo lo que podria suceder y se remite á
vuestra experiencia y discreción, lo provea y encamine como
más conveniente y para que ;
los soldados no tengan trabajo de
ir á tomar las municiones lejos , ni ocasión de hacer algunos
desórdenes ,
procurareis que los alojamientos de la gente sean
en los mismos lugares donde se constituyeren las dichas esta-
plas, fueren capaces dello;
si y si no, en los más cercanos del
contorno. •

En cada una de las dichas estaplas pondréis una persona de


recaudo y confianza, con el sueldo acostumbrado, que asista al
que repartiere las municiones, para que los Oficiales y soldados
no le molesten ni hagan agravio á tiempo de recibillas , sino
340

que en tomando lo que les toca se contenten ; y asimismo soli-


cite que las vituallas estén á punto para el dia que la gente
hubiere de llegar, y que sean de la bondad, calidad, peso y
medida que se concertaren, en cuya distribución y repartimiento
os gobernareis por la memoria que se os da de lo que se ha he-
cho otras veces, y señaladamente esta última.
Antes que la gente haya de entrar en Borgoña, despachareis
á encontrarla en Saboya una persona para saber de lo que
trujere á su cargo, las listas, el n amero cierto de personas y
caballos que vienen ,
para añadir , si fuere necesario , municio-
nes, y saber puntualmente el han de entrar en Borgo-
dia que
ña, en lo cual vos hallareis vos mismo en persona en la primera
estapla , de donde saldréis á encontraros con el que viniere por
Cabo y Gobernador de la dicha gente , y le advertiréis de las
dificultades que se le podrían ofrecer en el camino, habiéndola
vos considerado primero, al pasar, muy distintamente, para que
se remedien y prevengan los inconvenientes que podrían suce-
der, declarando las compañías que han de pasar en cada tropa,
dónde han de venir después á juntar toda la gente, y la dis-
se
tancia de una estapla á otra, para que conforme á la relación
que le hiciéredes se acomodase tanto mejor el tránsito sin que ,

sucedan inconvenientes ni desórdenes.


Según el aviso que tuviéredes de la gente que hubiere , lo

iréis dando á los Comisarios que hubiéredes señalado en las es-


taplas ,
para que lo sepan , estén advertidos y las provean pun-
tualmente de lo necesario ,
para que no haya falta ni confusión
en ninguna cosa enviando una persona
, , dos ó tres dias antes
que llegare la gente á las estaplas, á visitarlas y reparar las fal-
tas si las hubiere prevenillo y disponerlo todo de manera que
,

no se impidan ni difieran las jornadas por esto , ni se altere la


orden qué se hubiere dado en ello una vez.
Procurareis que los caminos por donde hubiere de pasar la
dicha gente estén abiertos , señalados y marcados al sólito , y
de manera que puedan colar los carros y bagajes, sin que por
esto se impidan ni difieran las jornadas, enviando, si fuere ne-
cesario, persona que lo visite.
341

En entrando la dicha gente en el lugar de las estaplas, ha-


béis de echar bando de los precios, peso y medida de las vitua-

llas; y que ningún soldado haga desorden ni maltrate de obra


ó de palabra al municionero ni partes donde alojare; con noti-
cia del que viniere por cabeza de la tropa, para que el que con-
traviniere sea castigado ejemplar y rigurosamente; en que
procurareis con toda diligencia y cuidado haya gran obser-
vación.
Al último alojamiento de Borgoña haréis juntar los merca-
deres y municioneros que hubieren distribuido las dichas vitua-
llas, y visitareis todas las pólizas que tuvieren, para saber lo

que montan, en conformidad de los precios del concierto,


y de
lo que fuere daréis certificación, firmada de vuestra mano,
poniendo particularmente las de cada compañía.
Antes que la primera tropa salga de Borgoña y entre en
Lorena, advertiréis á los Comisarios y diputados que tuvieren á
cargo las provisiones, para que sepan el diaque han de llegar
y tengan prevenido todo lo necesario; y antes que la gente
salga do la dicha Lorena, en la última estapla visitareis las
pólizas, y haréis lo demás por el pié que está apuntado en lo de
Borgoña, para que después, en virtud dello, se les dó el despa-
cho necesario como á los demás.
Porque el comisario Trincuarte tiene cargo de proveer las
municiones en el país de Lucemburque, no tendréis que hacer
allí, sino procurar despachen los municioneros, y asistir des-

pués en el lugar que os pareciere más á propósito, hasta que


toda la gente italiana y española haya pasado, de que os avi-
saremos para que os vengáis á darme cuenta de todo lo quq
hubióredeis hecho en vuestra comisión.
Para que vais alumbrado en parte de la gente que han de
venir, serán un tercio de infantería italiana del reino de Ñápe-
les, de 4.000 hombres; 13 compañías de las que fué á levantar
Brasio Caprecuca, en que habrá otros tantos, y 6.000 españoles,
á cargo los unos y los otros do quien entenderéis por allá, ó se
os advertirá de acá.
Iréisnos muy de ordinario y con todas ocasiones dando aviso

I
342

de lo que fuéredes haciendo y os sucediere, para que, si sobre-


vinieren algunas dificultades, las vamos allanando y dándoos
la mano, para que en negocio de tanta importancia y puntua-
lidad haya la que se requiere y el buen expediente que con-
viene.
Y porque podria suceder que, por la gran carestía y este-
rilidad que corre en todas partes, no hubiese forma de hacer
las dichas provisiones en Lorena ni en Borgoña, sin el dinero
en mano, daréisles que pudidredes de presente, y por el res-
el

tante les asegurareis y prometeréis que no saldréis de allí sin


satisfacerles de todo, como se cumplirá sin falta; y en caso que
habiendo hecho sobre ello todas las dihgencias posible^, no bas-
taren para que se efectúe, nos avisareis con la mayor que se
pudiere, para que se procure remediar este inconveniente, y no
se deje por este respecto de hacer el aparato y prevenciones
que convienen.
Si llegado á Borgoña no hallárades nueva de la gente, ni
la tuviéredes cierta que marcha ya, parece muy necesario que
despachéis un correo en busca della, con orden que no pare
hasta encontrarla, y si no diere con ella, que pase hasta donde

estuviere el señorduque de Terranova, á quien escribiréis, ad-


virtiéndole de cómo y dónde la estáis esperando, para que lo
sepa; y que se han hecho
las provisiones, por nuestra parte, qu^

nos ha permitido tiempo y necesidades que corren, cor-


el

respondiéndoos sin esto con S. E. y con las personas que hu-


biere diputado en Saboya para ello, para que seáis advertido
de lo que conviene al bien del negocio.

Y para que con tanta más facilidad podáis dar en todo el


buen recaudo y expediente que conviene, he ordenado á Ma-
tías de Contreras, Comisario ordinario de S. M,, que por nues-

tro mandado, y en nombre de Juan Bautista de Tassis, Veedor

general de nuestro ejército, y Pedro Coloma, y Alonso Carnero,


Contadores del sueldo del, vaya á recibir las listas de los que las
trajeren y á tomar muestras á la dicha gente, intervenga con
vos á hacer los precios de las dichas vituallas y de todo lo

demás tocante á ello, para que en esta conformidad, y por el


343

pié de las pólizas que hubie'redes dado ambos, haga y averigüe


las cuentas y se les pague lo que pareciere debérseles, ó se les
dé el recaudo bastante de ello.

Y porque desde luego podáis comenzar á poner en ejecu-


ción todo lo dicho, y cumplir con lo más forzoso y necesario, se
envia con vos un Oficial del Tesorero general, Juan de Lastur,
con alguna suma de dineros, á quien se le proveerán después
los que avisáredes son menester, para que gasten los unos y
los otrosen pagar las dichas vituallas y lo demás que se ofre^
ciere, en que podréis meter el gasto de vuestra persona por
billetes firmados de vuestra mano, y de la del dicho Comisario
ordinario, Matías de Contreras.
Parece que, habiéndose de tomar muestra á la dicha gente,
como se ordena, conferiréis y tratareis con el dicho comisario
Matías de Contreras del dia y lugar en que se habrá de poner
en ejecución, y al dar della, os halléis presente, y se haga con
vuestra intervención y noticia, para que tanto más se acierte y
se consiga el fin que se pretende, y el servicio de S. M.; y, así
lo cumpliréis en conformidad de lo que al dicho Comisario se le
ordena por su Instrucción.
Todo lo demás que no se os dice ni apunta en ésta, se deja

á vuestra prudencia, confiando della, de vuestra intención y


buen celo os gobernareis en ello como más conviene al servi-

cio de S. M.; bien entendido, que oa habéis de comunicar y


aconsejar con conde de Champlit y con los otros Ministros que
el

os pareciere, para que cada uno por su parte ayude á facilitar


esta negociación, como se espera de todos y de vos, etc. Datis
en el campo á la Exclusa, á 22 do Julio de 1587. —Alexandro
Farnesse. — Por mandado de S. A., Cosme Massi.
344

COPIA DE UNOS capítulos

QUE EL CONTADOR PEDRO COLOMA ESCRIBIÓ AL CONSEJO DE


HACIENDA EN RESPUESTA DE 30 PLIEGOS QUE SE ENVIARON
AL DUQUE DE PARMA SORRE LO QUE MONTABA EL GASTO
ORDINARIO DEL EJÉRCITO.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—Í. 13.)

El contador Pedro Coloma, habiendo visto, leidoy conside-


rado los 30 pliegos de relaciones que S. M. ha mandado hacer
como en forma de discurso, y enviado al señor duque de Parma,
en 2 de Agosto de 1587, sobre los gastos ordinarios y extraor-
dinarios que hace cuenta serian necesarios hacer en el entrete-
nimiento y sustento de la gente de guerra que se entretiene en
este su ejército; y la cuenta que se hace del dinero que
Real
para ha proveido desde el año de 1587 hasta fin del, y
ello

asimismo la carta que S. M. ha mandado escribir al señor duque


de Parma, juntamente con las dichas relaciones, dice lo si-

guiente:
Para cumplir con lo que S. M. manda, y responder con la

puntualidad que desea á, todos los dichos pliegos, ante todas


cosas, conviene que el Tesorero general, Juan de Lastur, de
tanteo y ha recibido y en-
relación particular del dinero que
trado en su poder, y de otras personas á parte de los de este
año, y lo que en cada uno de ellos ha gastado, y lo que queda
en ser, y en qué partes, á causa que por los libros de los Con-
tadores no se puede hacer por no tener razón del dinero que
recibe ni paga, ni él se la da, no obstante que está obligado á
híicerlo cada mes; y si esto no lo puede dar con la brevedad
que S. M. manda, convendrá que dé el dicho tanteo general
desde el principio de este año de lo que habrá recibido y habrá
de cobrar, y lo que ha pagado hasta fin de este mes de Setiem-
bre, porque sin él, do ninguna manera se puede satisfacer á
345

los dichos pliegos, poniéndolo con géneros y naciones, como


S. M. manda.
Y en caso que Juan de Lastur no dé dicho tanteo, y el

quiera dar S. A. alguna satisfacción al deseo de S. M. al pre-


sente, parece que debria mandarle que luego diese una rela-

ción muy
puntual y justa del dinero que al presente hay en ser
en Amberes é Italia, tanto de las letras que se han de cobrar
hasta fin de Mayo, 1588, como de los asientos tomados en
Amberes.
Que se saque una relación de lo que montare cada mes de
sueldo desde primero de Octubre en adelante, de todo el ejér-
cito, particularizando cada nación, y para ello será menester
pedir á los Oficiales de la artillería, armada , vituallas y hospi-
tal, relación de lo que montarán los gastos cada mes, poniendo
aparte lo que agora monta y lo que montará más, á causa del
acrecentamiento que se hace de nuevo, en la cual relación se
pondrá la gente que se paga y socorre en cada nación, por
tercios y regimientos.
M. hace cuenta que del dinero que ha proveido esle di-
S.

cho año de 1587, no se debian pagar algunos recaudos del


año de 1586 y los de más de atrás, lo cual, según las necesida-
des y ocasiones, no se ha podido excusar tanto en cumplir con
lofi alemanes los conciertos que con ellos se habian hecho por
sus servicios.
Atrasado el pagar parte de lo que se debía á las compañías
de caballos borgoñones y del país, que se despidió después de
la presa de Amberes, que se debe en Borgoña y Lorena de
lo

resto de las vituallas que han dado á la gente de guerra que


por han pasado hasta ahora, y pagar algunas libranzas á
allí

personas particulares de sueldo atrasado, por haberse ido y des-


pachado con licencia como otras diferentes personas á quien so
les ha pagado su sueldo y otras partidas que se han pagado

por vituallas y municiones de guerra á personas que las habian


dado fiadas á todas ellas, han sido cosas forzosas y necesarias,
las cuales todas se sacarán puntualmente del tanteo que el Pa-
gador debe dar.
346
Parece que S. M. presupone que este ejército se paga cada
mes, y que se toma muestra amenudo, y que de una á otra hay
bajas, en respuesta de lo cual, se dice, que esta cuenta no se
puede hacer acá porque este año no se ha tomado muestra al
ejército, á causa que después que ha salido la gente que habia

en alojamientos, en campaña, se entretiene y paga con socor-


ros de quince en quince dias; y en cuanto á las vituallas que

S. M. pone que se descuenta, pero es cuando se fenece cuenta


con la dicha gente, y no de los socorros y pagas que se les dan,
porque si dellos se les descontasen no podrian vivir, particu-
,

larmente el año pasado y éste, que han sido las vituallas cua-
tro veces más caras que lo ordinario.
Los tercios de infantería española, y algunas compa-
ñías de caballos, han estado el invierno pasado en aloja-
mientos sustentándose de contribuciones del país, ]as cuales se
descontarán asimismo en los fenecimientos de cuentas cuando
se hiciere, de manera que no se puede poner por bajas de cada
mes, ni hacer cuenta que por lo pasado se haya dado paga cada
mes, sino que dando el Pagador el tanteo particular, se verá
cada mes el dinero que se ha dado á cada nación, particular-
mente por vía de pagas y socorros, y lo que queda en ser.
También, en la cuenta que se hace en las dichas relaciones,
presupone S. M. que ha de haber 30 infantes nuevos y 500 ca-
ballos desde primero de Mayo
pasado, y para ellos y los gas-
tos extraordinarios que á causa del acrecentamiento del ejér-
cito se pueden recrecer, pone 200 escudos cada mes por todo
este año. Estamos en fin de Setiembre, y no ha llegado nin-
guna de la dicha gente, por manera que tanto por esta razón
como por las arriba dichas, no puede ser á propósito la cuenta
que se hace del sueldo della, de los meses de Mayo, Junio y
Julio, Agosto y Setiembre. Bien lo es lo de la provisión que
S. M. ha mandado hacer en los dichos meses, se ha de advertir,
que aunque la dicha gente no ha llegado, se han hecho algu-
nos gastos con ella, como el aufguelt de los alemanes, lo que se
habia gastado con los italianos en levantallos, y las vituallas
que se aprestan en Borgoña, Lorena y Lucemburque para el
347

paso de la gente, y lo que se ha dado para levantar los hombres


de armas, los valones, y algunas sumas para provisiones de vi-

tuallas y municiones de guerra.


En la dicha relación, en el pliego 14 y los demás hasta el 23,
se pone forma y dias que S. M. haproveido el dinero, que son
la

los plazos de las- letras de cambio, .á que se responde, que por


haber habido grandísima estrecheza y necesidad de dineros, y
ser los plazos de las letras algunos dias y meses después que
se recibian, y á pagar en Italia y Alemania la mayor parte, se
han tomado asientos en /^mberes de algunas sumas de las di-
chas letras, proveyéndolo allí; y en Colonia hay, porque se ha
suplido á las necesidades que habia, porque si se hubiera
aguardado á que los plazos cayeran y á traerlos de Italia y
Alemania aquí, pudiera haber sucedido algún gran inconve-
niente, por la mucha necesidad que pasaba la gente de guerra
que está en el puente sobre y Deventer, y las
el Rin, Zutfent
de las guarniciones de Amberes y sus contornos y otras villas,
y la que estaba cerca de Brujas contra los de Ostende, las cua-
les era forzosísimo sustentar con socorro y vituallas, sin que se
hiciese falta,demás de la provisión de las vituallas y municio-
nes que se ha hecho, porque- ha servido una buena parte de lo
que así se ha anticipado en Amberes.
En cuanto á lo que dice en los dichos pliegos, desde 14 á 23,
y desde el pliego 24 hasta el 30, de la relación donde se ponen las

obras que ha habido y las que habrá hasta fin de Mayo de 1588,
no se puede responder con puntualidad, sino á ojo, según lo

que será menester gastar, queriendo pagar cada mes el ejér-


cito; y habiéndose de pagar para los socorros ó en la forma que

á S. A. pareciere, que mandándolo declarar se podia hacer la


cuenta más justamente que se pudiere; pero, ante todas cosas,
conviene que Lastur declaroel dinero que queda en ser en fin

deste mes, y lo que ha de cobrar adelante.


En lo que toca á lo que dice en el pliego 29, que desea S. M.
saber lo que pasa en el aprovechamiento de las monedas de
dicho Juan de Lastur, le dará el que hace en ellas, porque no tie-

nen claridad dello los Contadores ni él lo ha dado; pero para


348

que se entienda el aprovechamiento tan grande que por orden


del Sr. Duque se ha hecho en ellas, desde el año de 1580 acá,
se debe enviar copias de las órdenes que dio al pagador Pedro
de Olave y el dicho Juan de Lastur de los precios á que se ha
dado á la gente de guerra, porque, no obstante que hasta que
salió la infantería española de estos Estados el año de 80, siem-
pre se dio á la infantería alemana y valona vituallas, artillería

y todas las demás naciones en general á todos los del ejército,


como á la española, que era el escudo de Italia y España,
por 48 placas, valiendo 56 por la valuación, pareciendo hacer
un gran servicio á S. M., como lo es, se procuró que recibiesen
la dicha infantería alemana, alta y baja, y herreruelos, los in-
gleses y escoceses los dichos escudos á como valian, que eran:
los de Italia á 57 placas, los de España á 59, los de Francia

á 60 placas, y no solamente se pagó á los regimientos de ale-


manes que ahora sirven, sino también se ha pagado de esta
manera á los alemanes viejos de Fransperghe y Fúcar el año
de 81 todo que alcanzaron de sus fenecimientos; y todo lo que
lo

se paga de deudas viejas de alemanes -y herreruelos, se les da


á las 57 placas: las demás monedas como valen, no obstante
que, cuando se despidieron se les daba por 48, y que á este

respecto se les dieron sus obligaciones, que son 9 placas en


cada escudo; que todo esto vendrá á ser grandísima suma,
como se verá en las cuentas del Pagador. Mas cuando S. M.
se ha servido de resolverse en pagar lo que se debe en Alema-
nia, conviene que no lo pague allá, sino que se traiga el dinero

aquí y que se pague, porque está esto ya tan introducido que


no hay dificultad.

A la infantería valona se ha dado y pagado, y se paga tanto


á los viejos como á los nuevos y guarniciones y deudas atrasa-
das, á razón de 54 plagas el escudo de Italia, 56 el de España

y 57 el de Francia, que son 6 placas de aprovechamiento en


cada escudo, que también importa muy mucho, como se verá en
lo que dichos Pagadores han pagado, sin lo que montará de aquí
adelante. En lo que toca al aprovechamiento que se hace en
esto con la infantería valona, es algo, pero no de mucho mo-
349

mentó, como estotro; y á estos mismos precios se pag*an á to-


dos los que sirven en las vituallas, artillería, entretenimientos
y sueldo del ejército; habiendo sido instrumento de todo ello el

dicho Pedro Coloma, habiéndose tenido en la ejecución de todo


ello tanto trabajo y dificultad como es notorio; y se advierte
que, después de vuelta la infantería española é italiana, se ha
dado á los entretenidos las monedas como allá, por dignas con-
sideraciones.
Y porque según lo que gana la infantería española é ita-

liana, y caballería y entretenidos en el escudo de España,


Francia é Italia, que son 9 placas en cada escudo, haciendo la
computación al precio que recibe los tallares y Phihpus tallares,
se hallará que hay de aprovechamiento á la hacienda de S. M.,
en todo lo que se ha pagado en estas monedas y otras seme-
jantes á la dicha gente,como se verá por las dichas órdenes,
más de á 8 y 9 por 100; lo cual se hizo en consideración, que
siendo nesario como ha sido y forzoso tomar asiento con merca-
deres que proveyesen dineros en estos Estados, los cuales se
sabe que no dan escudos de oro, sino la mayor parte en los di-
chos tallares y florines tallares y las demás monedas en que se
hace el dicho aprovechamiento, por ser las que más corren en
estos Estados, como se podrá ver por las cartas de pago que
dan los Pagadores, porque los escudos de oro no les vienen á
cuenta, que tomándose los dichos asientos no perdiere S. M.
tanto, como baria si los dichos mercaderes pagasen en escudos
de oro de España, Francia é Italia, la cual consideración ha
sido hasta aquí muy en provecho de la hacienda de S. M., por-
que con vienen á ser los asientos menos dañosos y algo
ella
más provechosos que si se trajesen á estos Estados de contado
de España ó de Italia los dichos escudos de oro, de que tam-
bién fué instrumento el dicho Pedro Coloma; y en cuanto á lo

que de aquí adelante pasare en este negocio, se advierte que por


haber la dicha gente de guerra española é italiana visto cuánto
menos ganan en los dichos tallares y Philipus, y las demás
monedas que en los escudos, han pedido á S. ^(. que mande
que se dé orden al Pagador, de manera que en ellas tenga el
350

mismo aprovechamiento que en los escudos, lo cual S. A. hasta


ahora ha disimulado; pero le parece "que se habrá de dar esta
y así se ha comenzado á tratar dello.
satisñiccion á la gente,
Dando Juan de Lastur el tanteo particular por meses, se
podia responder á cada uno de los pliegos de la relación
de S. M., donde no, la respuesta que se puede dar en todos
en general, la claridad de que arriba se dice en lo que toca á
lo pasado y lo porvenir, se podrá poner en cada uno lo que
montará los gastos, y el dinero que se recibirá, aunque será
diferente de lo que S. M. presupone, á causa de los asientos

que se han tomado en Amberes, en que se han consumido mu-


chas de las letras de que S. M. ha hecho provisión, tanto de
los meses pasados como de los porvenir, el cual dinero está

ya consumido en el sustento del ejército, no obstante que los


plazos no han llegado de algunas de ellas.

COPIA DE UNA ORDEN


QUE EL PRÍNCIPE DE PARMA DlÓ AL PAGADOR GENERAL, GABRIEL
DE SANTISTÉBAN, DE LA MANERA QUE HABÍA DE HACER LOS
PAGAMENTOS k LA GENTE DEL EJÉRCITO DE FLANDES, SU DATA
EN BRUSELAS Á 1.° DE AGOSTO DE 1590.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—h 13.)

El duque de Parma y Plasencia, etc.; Señor Gabriel de


Santistéban, Pagador general del ejército del Rey, mi señor,
que por estar informado que el precio y curso que tenian las
monedas de oro y plata en estos Estados habia mucha diferen-
cia, y que al respecto del precio de las monedas de plata, los es-

cudos y otras monedas de oro estaban bajos de precio, y cono-


ciendo que ésta era la causa principal porque no concurrian ni
venian á estos Estados escudos ni monedas de oro, antes, las que
habia, cada dia se iban disminuyendo, sacándolas dellos para los
reinos vecinos, donde valian más, y habiendo sobre ello tratado

en los Consejos de Estado privado y finanzas de S. M.; y ellos.


351

confiriéndolo con los maestros de moneda y personas pláticas en


esta materia, después de muchas "diferencias y disputas sobre
ello, se ha concluido que se habia de subir el precio de los dichos
escudos y todas las demás monedas de oro, dejando todas las de
plata en el precio que hasta aquí han corrido y están valuadas
por el placarte pasado, de 4 de Octubre del año de 1585 , y or-
denanza de 23 de Diciembre de 1588, y defender y prohibir el
curso y valuación de algunas monedas que hasta aquí se usa-
ban, por no ser de la ley y peso conveniente; y así, en confor-
midad de su resolución, hemos mandado que un
se hiciese
placarte y ordenanza nueva, la cual se hizo y despachó en
forma debida en fin del mes pasado de Abril, y por ella se pone
precio al escudo de oro de la forja de estos quq, llaman del
Emperador, y los del cuño y forja de Francia, que hasta aquí
estaban valuados á 60 placas, que valgan y tengan curso de
aquí adelante á 63 placas,* y el escudo de oro del cuño de Cas-
tilla, que hasta aquí valia á 59 placas, que de aquí adelante
valga á 62 placas,* y los escudos de todas estampas de Italia,

de buen peso, que han valido hasta aquí á 57 placas, que ade-
lante irán valuadas á 60 placas. El real de oro que ha valido
5 florines, valga adelante 5 ñoriries y 6 placas; los Philipus de
plata, á 50 placas; talleres del Imperioy Borgoña, á 45 placas;
reales de estos Estados y de España, á 5 placas, que es al
mismo precio que antes están valuadas; y todas las demás
monedas de oro y plata, á los precios y de la manera que en el
dicho placarte y ordenanza se contiene, á que me remito. Y
para que esto tuviese su debida ejecución, se ha hecho publi-
cación del en las principales villas de las provincias de estos
Estados en 24 de Junio pasado, y mandado imprimir para que
venga á noticia de todos, y desde el dia de San Juan adelante
se han pasado y tenido curso las dichas monedas de oro y
plata á los precios en el dicho placarte contenidos.
Y porque por razón de esta subida del precio en valor de
las monedas deoro, y que también en la alteración última de
Cutra y del tercio que fué de D. Juan Manrique de Lara, entre
otros capítulos, prometimos que en lugar que hasta aquí se les
352
contaba 39 placas por cada escudo de su paga, que de aquí
adelante se les darán por él y se les contarán 10 reales de plata
castellanos ; es necesario que se haga con la demás infantería
española y caballería lo mismo, que tanto con ella como con la

demás gente de guerra del ejército se tome forma y mude el

estilo y poner precio en cómo se han de contar los escudos y


,

las demás monedas, declaramos que de hoy dia de la fecha de


ésta en adelante, toda la infantería y caballería española, y
asimismo toda la infantería italiana, borgoñona y caballería
italiana y albanesa, y la demás gente de guerra que por lo
pasado ha sido pagada al dicho precio de escudos de á 39 pla-
cas, y tratada en conformidad de la dicha infantería y caballe-
ría española, todos los escudos que hasta aquí han contado por 39
placas, se cuenten y hagan buenos á la dicha gente de guerra,
infantería y caballería, al dicho precio de 10 reales,
y que dándo-
les 10 reales ó su valor, hayan de recibir los escudos
y cualquier
otras monedas de oro 6 plata al precio que corrieren y valieren
en estos Estados, tanto por este placarte nuevo, como adelante,
sin que se les hayan de dar á menos precio ni reducción como
hasta aquí se ha hecho cuando se les han contado los escudos
de su paga por 39 placas, que se les han pagado los escudos de
oro de Italia á 48 placas, no obstante que valian, por orden y
curso, á 57 placas,* y los demás escudos de Castilla y Francia
al respecto, y las otras monedas de oro y plata á más bajo
precio del que tenían curso, por algunas consideraciones y
respetos.
A los hombres de armas de estos Estados, caballos ligeros y
arcabuceros á caballo dellos, á quien asimismo se les han dado
y contado hasta aquí los dichos escudos de oro y las demás
monedas al mismo precio que á la infantería española declara- ,

mos que de aquí adelante se les hayan de dar y pagar por cada
florín de su paga, que hasta aquí se ha contado por 20 placas,

á razón de 5 reales de plata ó su valor, dándoles ó pagándoles


los escudos de oro y demás monedas al precio que por el dicho
placarte están valuados.
A la infantería valona, á la cual hasta aquí se les ha dado
353

los escudos de oro por 50 placas, no obstante que valían por los
placarte^ pasados á 57 placas, en que tenían de aprovecha-
miento tres placas, mandamos que de aquí adelante se les
cuente por cada florín de á 20 placas de su paga, á razón de 21
placas por cada florín , contándoles los escudos y las demás mo-
nedas al precio que se han valuado por el dicho nuevo placarte,
y esto en consideración de lo susodicho, hasta tanto que se orde-
ne otra cosa, porque bajándose las monedas adelante, se entien-
da que no se les dan á más que el dicho florín de á 20 placas
para su paga, y lo mismo se entiende con cualesquier otras per-
sonas que tengan sueldo entre esta nación ó conforme á ella.

A la infanteríaalemana, alta y baja, y caballería herreruela,


se les ha de contar de aquí adelante á razón de 25 placas por
cada florín, y se les ha de pagar los escudos de oro y las demás
monedas al precio que corren.
A la infantería irlandesa , inglesa y escocesa , se les ha de
pagar las monedas al precio que corren por el dicho placarte
nuevo.
A todos los Ministros y Oficiales del ejército, entretenidos
cerca de nuestra persona y cualesquier otras personas que
tienen sueldos ó entretenimientos por vía de escudos de á 39
placas, de cualquiera nación que sean, se les han de contar y
pagar á 10 reales por escudo de su paga, de la misma manera
que á la dicha infantería española.

Todo lo que se pagare por ayuda de costa, gastos extraor-


dinarios y secretos, gastos de vituallas, armada, artillería y
hospital, y cualesquier otros gastos, habéis de contar las mone-
das al precio que se declara en el dicho placarte, ó á lo que cor-
rieren adelante.
Y porque en el dicho placarte y ordenanza nueva se han
puesto y valuado los dichos reales de 5 placas cada uno, decla-
ramos que á gente de guerra y todos los demás suel-
la dicha

dos y entretenimientos, les habéis de contar los 10 reales de su


paga á razón de las dichas 5 placas cada uno, que son 50 pla-
cas, y esto solamente por el tiempo que el dicho placarte y
ordenanza durare, no obstante que en las libranzas que se
Tomo LXXV. 23
354

hicieren de aquí adelante no se declare el precio y valor dellos;

en no se pondrá por dignos y justos respetos, y en


las cuales

particular, porque se cree que con el tiempo se podrá mudar


esta ordenanza, donde se podrian bajar los escudos y todas las

demás monedas de y precio, y que


entre ellos los dichos reales,
la dicha gente de guerra no puedan argüir consecuencia de

que si se bajan se les hayan de dar las dichas 5 placas por cada
real, sino que se entiende que se les hayan de dar 10 reales
por su paga , que se pusiere y valuare el real.
al precio

Y así, en esta conformidad, os ordenamos y mandamos que


desde hoy día de la fecha, de ésta en adelante , todo lo que pa-
gáredes á la dicha gente de guerra y que se gastare en el ejér-
contareis los escudos de oro y todas las demás monedas
cito, les

de oro y plata á los precios que en el dicho placarte y orde-


,

nanza última se contiene, de que tomareis copia autenticada


por el audiencier Berresquien; y asimismo, á los mismos precios
os haréis cargo de todo el dinero que recibiéredes y entrare en
vuestro poder; y así lo curíiplid, sin que en ello haya falta ni
dilación, porque así conviene al servicio de S. M., beneficio y
aprovechamiento de su Real hacienda; y á vos os descargamos
de cualquier cargo ó culpa que por ello os pueda ser imputada,
para el cual efecto hemos mandado despachar la presente, fir-

mada de nuestra mano y sellada con nuestro sello, y firmada


del nuestro infrascripto Secretario, que irá señalada de Juan
Bautista de Tassis, Veedor general del ejército, y tomada la

razón por Juan Coloma, que hace el oficio de Contador del


sueldo del, y Antonio Carnero, que por ausencia del contador
Alonso Carnero hace su oficio, á quien mandamos que tome
copia de ésta nuestra orden y del dicho placarte y ordenanza,
y que conforme á lo en ello contenido hagan las libranzas y los
demás despachos que de aquí adelante se hicieren para el
sueldo de la dicha gente de guerra, y cualesquier otros gastos
que se ofrecieren en el dicho ejército, y tengan la razón del
cargo y data del dinero que recibiéredes y distribuyéredes.
Fecha en Bruselas á 1." de Agosto de 1590 años. —Alessandro
Farnesse. —Por mandado de S. A., Cosme Massi.
356

COPIA DE CUATRO INSTRUCCIONES

QUE EL DUQUE DE PARMÁ DiÓ AL CONDE MANSFELT EL AÑO


DE 1590, DEJÁNDOLE POR SU LUGARTENIENTE EN LOS ESTADOS
DE FLANDES. .

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—3. i 3.)

Orden 'para que el conde Mansfelt 'pudiese buscar dineros 'por via

de asiento 'para los gastos del ejército.

El duque de Parma y Plasencia, etc.: Habiéndome mandado


S. M.
le vaya á servir personalmente en la jornada que se sabe,

y siendo necesario que en nuestra ausencia quede una persona


en lugar de la nuestra, de gran experiencia y calidad, y auto-
ridad en toda la que yo tengo de S. M. , con 'la administración
y superintendencia de estos Estados y ejército , y elegido para
ello por su mandado la del conde de Mansfelt, caballero de su
Orden del Tusón de Oro, de los sus Consejos de Estado y Guerra,
su Maestre de campo general, Gobernador del su Ducado de
Lucemburque y Condado de Champlit, y para la administración
el mismo poder, mando, preeminencias
de su cargo, dándole
y dominio que tenemos de S. M. por la Patente y recaudos que
mandamos despachar, y de nuevo le liabemos aquí por referidos
y ratificados como si de verbo ad verbum lo estuvieran consi- :

derando, que si bien, se deja dada orden en lo de las provisiones


del dinero para el sustento del ejército y gente de guerra del,
y de todo demás que le queda encomendado y esperamos
lo ;

que S. M. las mandará continuar puntualmente, por acudir, por


nuestra parte, á lo que su Real servicio demanda, y prevenir á
las necesidades que en cualquier caso 6 accidentes podrian
ocurrir, por tenor de la ])resenie damos, concedemos y traspa-
samos al dicho conde de Mansfelt toda la autoridad y poder que
tenemos de S. M. particular y señaladamente, para que ultra
356

de que por libranzas y órdenes suyas se haya de gastar y dis-


tribuir, gaste y distribuya todo el dinero que se fuere prove-
yendo para el sustento y entretenimiento del dicho ejército, y
de lo demás pueda asimismo en los casos urgentes y de necesi-
dades, que bien visto le fuere, buscar y tomar á cambio ó por
vía de asientos con mercaderes ó prestados de las villas Ma- ,

g^istradosy Comunidades de estos Estados, ó de cualquier otras


personas, las sumas y cantidades con las condiciones, pactos y
capitulaciones que le pareciere, obligando á S. M. al sanea-
miento y cumplimiento dello y á los daños intereses y costas
,
,

que de no tenerle se podrán recrecer; y, finalmente, haciendo


y representando en esta parte mi misma persona, pues en tal
lugar queda durante mi ausencia, de orden de S. M. Comuni- ,

dades y otras personas , en virtud de los asientos ,


pactos y ca-

pitulaciones que respectivamente se tomarán con ellos , caso


que no se cumpliesen en todo ó en parte muy á su satisfacion,
pueda entretener mismo recurso á mí que si personalmente
el

lo hubiera asentado conmigo; que tal es mi voluntad y la de

S. M. en su Real nombre, para cuyo cumplimiento y de lo en

esta orden contenido, habemos mandado despachar, firmada de


nuestra mano, sellada con nuestro sello, refrendada del infras-
cripto nuestro Secretario , de que tomará la nota el que que-
dare por Veedor general, y la razón los que por los Contadores,
y se le dará copia al Pagador general. Dada en Bruselas á 2 de
Agosto de 1690. —Alessandro Farnesse. —Por mandado de S. A.,

Cosme Massi.

Orden para que los Quezales reales guarden las que diere
el conde Mansfelt.

El duque de Parmay Plasencia, etc., Lugarteniente, Gober-


nador y Capitán general de estos Estados de Flandes, País-Bajo
y Borgoña, por el Rey, mi señor: Por cuanto habiendo yó de ha-
cer ausencia de estos Estados por cosas concernientes al servi-
cio de S. M. , y conviniendo y siendo necesario á la buena
dirección de dejar en nuestro lugar durante nuestra ausencia
357
una persona con la misma autoridad, mando y dominio que nos
ha dado S. M., y hecho elección por su mandado para esto de
la del señorconde Mansfelt, caballero de su Orden del Tusón
de Oro, de los sus Consejos de Estado y Guerra, su Maestre de
campo general y Gobernador de Lucemburque y Condado de
Champlit, por concurrir en ella la mucha calidad, experiencia,
serviciosy grandes partes que se sabe para la administración
de su cargo, mandándole despachar Patente y dádole facultad
no sólo de librar y distribuir todo el dinero que le mandere ir

distribuyendo y proveyendo S. M'. para los gastos de este ejér-


cito y gente de guerra que queda á su cargo, pero que en casos

forzosos y de necesidad tome á cambio, ó por vía de asientos ó


prestados de las villas. Magistrados, Comunidades, ó de otras
personas, las cantidades que le pareciere, y obligue á S. M. al
cumplimiento dellos; y mandado que para la buena adminis-
tración cuenta y razón
, ande cerca de su persona alguna á
,

cuyo cargo queden los libros, listas y papeles del Veedor gene-
ral Juan Bautista de Tassis, y por el contador Alonso Carnero,
otro; y Juan Coloma, que ejerce el otro oficio de Contador; y
Gabriel de Santistéban, Pagador general del ejército, para que
todos y cada uno de ellos sepan cómo se han de gobernar por
orden de la presente, en nombre de S. M. y nuestro, ordenamos
y mandamos á todos y á cada uno de los que agora quedan y
adelante sucedieren en nombre de los dichos Veedor general
y
Contadores, Alonso Carnero y á Juan Coloma, que ejerció el
dicho oficio de Contador^ y á Gabriel de Santistéban, Pagador
general, que la administración , uso y ejercicio de sus oficios,

cumpliendo con las Instrucciones y Títulos que tienen de ellos


de S. M., sigan y obedezcan durante nuestra ausencia las órde-
nes que el dicho conde Mansfelt les diere, como lo hicieran las

mismas nuestras, guardando en el hacer notar y guardar de


sus libranzas el mismo estilo que con las mismas nuestras,
sin innovarle ni alterarle en nada, tomando los asientos con
mercaderes que él ordenare, las muestras á la gente de guerra,
guarniciones y castillos como lo mandare; y, finalmente, obede-
ciendo, respetando y acatando su persona como la mia pro-
358

pía, declarando que, si la necesidad d accidentes forzaren como


acaece que anden divididos en campaña ó fuera de ella los
oficios de Veedor y Contadores, las libranzas que por el uno de
los dos fueren firmadas y despachadas como lo estén asimismo
por el Oficial del Veedor general, y del otro oficio del Contador,
tengan la misma fuerza y vigor que si lo estuvieran firmadas
por todos, y esté obligado á pagarlas el Pagador general, á
quien tal caso relevamos de cualquier culpa ó cargo que por
ellos se le podria imponer, que así conviene al servicio de S. M.,
y que ninguno dellos por cuanto aneara (sicj su real gracia
vaya ni contravenga á lo que les ordeno y mando por virtud
de la presente, firmada de nuestro nombre, sellada con nuestro
sello y refrendada del infrascripto nuestro Secretario , de que
tomará la nota el dicho Veedor general , y la razón los Conta-
dores , y se le dará copia al Pagador general para que venga á
noticia de todos,y sepan que tal es la voluntad de S. M., y
nuestra en su Real nombre. Data en Bruselas á 2 de Agosto
— —
de 1590. Alessandro Farnesse. Por mandado de S. A., Cosme
Massi.

Orden para que el conde Mansfelt pudiese sacar gente, artillería,


municiones y vituallas de donde le pareciere, llamar los Caste-
llanos, Maestres de cam'po, Cfobernadores y otras personas.

El duque de Parma y Plasencia, etc.: Habiéndome mandado


S. M. que le vaya á servir personalmente fuera de estos Esta-
dos, y que durante mi ausencia deje en ellos en mi lugar al
limo. Conde Mansfelt, su caballero del Tusón de Oro, de los sus
Consejos de Estado y Guerra, Maestre de campo general y Go-
bernador de Lucemburque y Condado de Champlit, y dádole
para la administración de su cargo Patente ; y en ella , durante
nuestra ausencia, toda la autoridad, poder y jurisdicion que
tenemos de S. M., para mayor abundancia, por tenor de la pre-
sente , confirmando y ratificando lo hecho , se la concedemos y
otorgamos especial y señaladamente, para que, como yo mismo
fuese, pueda sacar de las villas, castillos, fuertes y casas de
359

estos Estados la gente de á pié ó de á caballo , de cualquier


nación, calidad ó condición que sean, el artillería, municiones
della y vituallas que bien y poner otros en su lu-
visto le fuere,

gar si le pareciere. Y para que asimismo pueda mandar venir


donde su persona se hallare ó á la parte que quisiere, los Cas-
tellanos, Maestres de campo. Coroneles, Cabos de tercios, Go-
bernadores de plazas, Capitanes, Alféreces, ó cualesquiera otras,
para encargarles, ordenarles y mandarles á todos, ó á cada uno
dellos, lo que bien visto le fuere; á los cuales ordenamos y
mandamos de parte de S. M. , obedezcan , cumplan y observen
las órdenes que el dicho conde de Mansfelt les diere , como las

mias propias, durante nuestra ausencia, sin ir ni contravenir

en todo ni en parte á ellas, pena de la desgracia de S. M. y de


las demás en que «incurren los que no guardan ni cumplen las

de sus superiores, en que desde agora damos por incurridos,


les

para cuyo cumplimiento habemos mandado despachar la pre-


sente, firmada de nuestra mano, sellada con nuestro sello, y
refrendada del infrascripto nuestro Secretario, de que tomará
nota el que quedare por el Veedor general, y la razón los que
por los Contadores, y se le dará copia al Pagador general para
que venga á noticia de todos, y sepan que tal es la voluntad de
S. M. y nuestra en su Real nombre. Data en Bruselas á 2 de

Agosto de 1590. — Alessandro Farnesse. —Por mandado de S. A.,


Cosme Massi.
Nota: En 14 de Noviembre de 1591, proveyó el duque de
Parma segunda orden para que los Ministros de la hacienda
Real guardasen las que die.se el conde Mansfelt.
360

JORNADA DE FRANCIA
EN 1590.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—C. 3, número 21 ».)

Después de haber salido el Duque como está dicho, de Bru-


selas , llegado á Valencianas y detenídose allí ocho dias á dar
las ordenes necesarias en lo que traia entre manos, partió,
sábado, ,á los 11 de Agosto, dejando la mejor que le fué
posible, así para que marchase la gente que estaba alojada en
aquellos contornos, como para que le siguiesen en diligencia
la que quedaba atrás despachando expresos á todas partes , y
dándoles priesa.
Este dia se volvió el conde Mansfelt á Bruselas, bien
instruido del Duque de lo que habia de hacer durante su
ausencia en la administración del gobierno de los Estados de
Flandes, en las cosas déla guerra y policía.
La misma mañana se partió el conde Carlos de Mansfelt,
su hijo , sin despedirse del Duque ni hablar palabra á su padre,
la vuelta de Bruselas; y, á lo que dicen, mal satisfecho por
alguna presunción que se imaginó, que vino poco á propósito
para lo de la artillería, de que era General, dejando escrita
una carta al Duque, por la cual lo renunciaba, de quien le fuó
respondido, lo que á la reputación de S. M. y de su cargo con-
venia.
Despachóse poco antes de la partida de Valencianas, con
aviso dellay de las diligencias que se hablan hecho, hacian y
harian, para juntarse el Duque cuanto antes con el de Umena,
-y socorrer á París, á Rolam primer esclauvino della, de donde
habia venido á solicitar el socorro.

* Doce hojas en folio de letra, al parecer, de fines del siglo xvi, pero lleno
de incorrecciones.
361

Con esto, vino el Duque aquel dia á Quesnoy, y teniendo


nueva que la llegada del poco dinero que habia mendicado
entre mercaderes se iba dilatando; y que no se sabia dónde se
hallaban las recuytras de la gente de guerra, ni menos la pól-
vora y otras municiones della, que se habian de venir de Ham-
beres y Bieja fsic), como asimismo para esperar las tropas que
conducia el Comisario general de la caballería , se detuvo allí
hasta los 14, no cesando de apresurarlo, expidiendo personas
particulares por todas partes á dar priesa á lo uno y á lo otro,

habiendo acabado, no sin diligencias y oficios extraordinarios,

que pues el conde Carlos de Mansfelt habia dejado el artillería

en ocasión que tanto era menester, y si ha de cobrarse encar- ,

garse della Monsieur de la Mota, en quien concurren las par-


tes , valor y experiencia que se sabe y es notorio.
Este dia , teniendo aviso que el Comisario general se acer-
caba con la gente de su cargo, habiendo mandado mejorar la
que estaba adelante y que tomase al suyo la una y la otra el
,

marqués de Reutin, para que la gobernase, viviese y alojase,


partió de Quesnoy, y pasando por Landressy vino á dormir á
Guisa, en cuyos contornos se resolvió el dicho marque's de
Rentin alojarse con su gente.
En Guisa, demás de las compañías de infantería y arcabu-
ceros á caballo que salieron á encontrar al Duque, y la salva

del castillo, fué recibido antes de entrar en la villa del Bailío,

y Magistrado della con grande aplauso y demostración de ale-


gría como se pareció en una larga y elegante oración que le
,

hicieron , y en otra que en la puerta della le fué dicha por el


clero de la iglesia, donde después de que S. M., como tan cató-
lico, hubiese abrazado su causa, y cosas con tanto calor que
pospuestas las suyas propias, le hubiese mandado venir en

persona en su socorro y ayuda. Fué á la iglesia á dar gracias á


Nuestro Señor, acompañado de todos; y de allí á su casa,
donde le visitaron y regalaron con frutas y otras cosas de diver-
sas personas.
El dia siguiente, miércoles á los 15, por ser solemnísimo de
la Asumpciou de Nuestra Señora glorioso; y por refrescar la
362
gente que el día atrás había padecido grandemente con el

excesivo calor y polvo y dar lugar á que la que quedaba atrás


,

se viniese acercando, resolvió quedar allí, confesando y comul-


gándose con la devoción que suele , y pensando poder partir á
los 16, no pudo hacerlo, porque habiendo llegado Monsieur de
la Mota y referido que la pólvora, armas y otras municiones
y acídentes no podian partir de allá hasta los 17, ni llegar á
la Buchera junto á Mons hasta los 23, y, por consiguiente,
para arrancarlas de con carros y hacer que nos alcanzasen,
allí

se perdia gran tiempo por avanzarla. El Duque, á solicitar su


partida y abreviar cuanto le fuese posible, volvió á despachar
al mismo de París por poder con más fundamento resolver en
,

lo que se habia de hacer; y este dia acabó de llegar á los cuar-

teles el bagaje de Meaux.

El miércoles, á los 12, se resolvió el Duque, por mayor segu-


ridad, ir en persona á reconocer del otro cabo del rio hasta Pon-
tesmor, y á su vuelta fué resuelto que por la comodidad de
vituallas que se hallaban en el país de él, habria que i
por
uno de los buenos y fértiles de Francia y bastante á sustentar
,

algunos dias este ejército, y avecinarse más á París, trabajando


de cobrar los puentes y lugares de Sant Mort, Charreton y (Jon-
flan ,
que el enemigo tenia fortificados sobre esta ribera , y con
nuestro abrigo, así por ella como por otras vías, procurar que
se revituallase por tanto tiempo que se pudiese atender á los

demás que por beneficio suyo y desta santa causa pa-


efectos,
reciesen más convenientes; y para hacerlo mejor y más funda-
damente que Monsieur de Roñe, uno de los Maestres de campo
generales del ejército, del de Umena, fuese á reconocer de más
cerca al dicho puente de Sant Mort, y ver si los que lo guarda-
ban tenian intención de dejarle ó defenderle, y que Monsieur
de la Chatre fuese de la otra parte del rio á reconocer ciertos
y casas fuertes por asegurar que dellos se proveyese
-villajes

elcampo de vituallas, como lo hicieron el jueves 13; y dándose


orden el mismo dia que pasasen por el puente de barcas que

1 Faltan algunas palabras en el original.


363

estaba hecho junto á Lagin, algunos regimientos y bagajes


nuestros, para que el viernes siguiente, á los 14, pasase más
cómodamente todo el eje'rcito, no se pudo poner en ejecución
por haberse roto ; y así fué resuelto de volverse á fabricar
con las mismas barcas más abajo , en el villaje de Guernay,
para que por el pasase la infantería y pólvora en el mismo
tiempo que lo hacia la artillería, caballería, carruaje y bagaje
por un lado allí cerca, paresciendo más á propósito, ya que.se
habia de volver á renovar el puente, hacerlo donde se ha dicho
por algunos respectos.
Siendo, pues, todo aprestado y en punto, partieron el Duque
y el de Umena con sus campos repartidos en vanguardia, bata-
lla y retaguardia la mañana del viernes á buena hora, y ha-
llándose en persona el uno y el otro, ora al puente, ora al vado
para evitar desórdenes, pasó sin ella todo el ejército, llegando
aquella noche á alojar el Duque muy temprano al villaje de
Norsi-le-grau con su infantería y caballería, y el de Umena á
Championi con la suya, y la que no cupo dentro en los con-
tornos.
En llegando, se supo como el enemigo la noche antes ha-
bia dejado los puentes y lugares de Sant Mort, Charrenton, que
están sobre esta ribera de Marne, y el de Conflan sobre la Seña,
y por consecuencia, libre la navegación hasta París, sin oca-
sión de baterías y muertes de hombres, de que se alegraron
estos Príncipes y la misma villa de París, lo que se deja consi-
derar. Confirmóse también la opinión de que el enemigo desha-
cia su campo, licenciando su caballería, por ser la mayor parte

della voluntaria, y que como se viene se va, y que por esta


causa reforzando sus tierras de guarnición, y en particular las
de Cobrel, Melun, Sant Denis, Sant Lis, Compiene y otras que
tiene más vecinas á París, daba muestras de tomar con el resto
del ejército el camino de Mantta, que cae hacia la Picardía y
Normandía.
S. A. fué de opinión, que el mismo tiempo que se habia de
andar con el ejército por estos contornos de París con la inten-
ción de revitualla como está dicho, y se hacia, se podría tratar
. 364

de intentar algún progreso; de que discurriendo S. A. con el

de ümena, el día siguiente, sábado, 15, se determinó que se


procurase por todas vías el asegurar las vituallas para el cam-
po, de que por caer lejos Meaux donde hay la molienda, comen-
zaba á padecerse; y valiéndose de Sant Mort y Charrenton, se
comodidad de artillería, pólvora y balas que
fuese á visitar la
habia en París para poder mejor resolverse en lo que se habia
de hacer y acometer, haciendo en este ínterin reconocer los lu-

gares de Corbel y Melun, para que hallándose la empresa de-


llos tangibles, y habiendo los pertrechos necesarios para ello,

ponello en ejecución, consiguiéndose en un mismo tiempo esto


y el proveer á París, sin estar descansado ni perder un punto.
Con qué otro dia, á los 16, partió la gente de sus alojamien-
tos, viniendo la persona del de Parma á esta villeta de Bric con
Trerolert y el de ümena á los burgos della, donde y en sus
contornos alojó el ejército; y aquí se ha ido entendiendo hasta
hoy, los 20, en lo que se dice arriba, y en ver si se puede eje-

cutar \o de Corbel, juntamente con penetrar el estado y desig-


nios del enemigo y de otros negocios concernientes al fin que se
tenia de librar á París y hacer algún progreso sobre el rio llamado
Marne: para conseguirlo más fácilmente, como lo hicieron, y
el Duque con la gente conforme la resolución tomada, vino el

miércoles la vuelta de Lisi, si bien por la longueza del camino


no pudo llegar toda, quedándose á Graudalis y otros villajes

dos leguas más atrás.


A la llegada del Duque á Lisi, paresció el de ümena, acom-
pañado de gran nobleza de la que le sigue, y de una buena
tropa de caballería, viniendo á encontrar al de Parma en un
llano fuera del villaje, donde se saludaron y recibieron corte-
sísimamente á caballo, y vinieron á Lisi, llevando siempre el
de ümena al de Parma á la mano derecha á su posada, donde
se encerraron en una cámara los dos por un gran rato á tratar
del negocio que traian entre manos, y de lo que sobre él se de-

bia hacer.
Estando en esto, llegó el arzobispo de León de vuelta del
príncipe de Bearne, con negociación de paz y acuerdo, y en-
365
trado donde estaban ambos, se detuYO con ellos hasta que el
de Umena se despidió para volverse al campo, con resolución
de reconocer ciertos puestos para alojar la gente la más ve-
cina á la del enemigo que se pudiese, y hacer otras diligencias
necesarias; y que el de Parma se viniese el dia siguiente, jue-
ves, 23, con la gente á Meaux, como lo hizo, siendo recibido
al entrar del Magistrado y clero con la solícita demostra-

ción, y se retiró en las casas del Obispo, señaladas para su alo-


jamiento.
Acudieron luego los Maestres de campo, D. Antonio de Zú-
ñiga, Camilo Capiguca y algunos Capitanes,y en particular el
capitán Propercio, que de orden del Duque eran idos con el de
Umena á reconocer el alojamiento que se habia propuesto, y con-
cluyeron no convenir, por ser tal que si el enemigo se resol-
vía de venir á combatir no se podria excusar de hacerlo con
gran desventaja nuestra, pues con el artillería que tenia y
eminencias que ocupaba, y nosotros poco tiempo y como-
didad de atrincherarnos la tenia él muy grande para probar
,

ventura.
Oida por el Duque esta relación, y sabido que los de París
estaban tan animados con habérseles acercado tanto, que no cor-
rían riesgo de perderse en tan breve tiempo, resolvió entre sí

mismo de no moverse del alojamiento de Meaux hasta que lle-


gase el príncipe de Chimay con los hombres de armas, y Mon-
sieur de la Mota con la poca artillería, pólvora, balas, cuerdas y
otras municiones que trae consigo con la tropa de valones de
Monsieur de Valanzon y Norcarmes que le acompañaban; y en-
tonces, pues que la necesidad de París lo demandaba, ir de pro-
pósito con algún refresco á aquella vuelta, con firme resolución
de verse con el enemigo y combatir con él por elección y no
por necesidad, como fácilmente podria suceder tomando él

el puesto que se pretendía, tratando de andarse excusando con


el Duque de Umena, ora con una dificultad ora con otra, hasta

y esperaba por horas. Vino


tanto que llegase lo que faltaba
después de comer duque de Umena, y se encerró con el de
el

Parma, haciéndole hablar á un hombre suyo que salía de París,


366

el cual exajeraba tanto el negocio de la miseria que allí se pa-


saba y el riesgo que corria de perderse por cualquier pequeña
dilación del socorro, apretándolo de manera, y procurando que
el dia siguiente se fuese á tomar aquel puesto ú otro mejor, más
sobre la mano izquierda; que el Duque, por darle satisfacción y
no disgustarle, fué forzado á decirle que, no obstante las dificul-
tades que se han representado y se veian, baria mover la gente,
aunque sin la que esperaba y sin la pólvora no le parecia cor-
dura irse á meter en lugar donde no convenia estar preparado
y forzado á pelear, no sólo sin las fuerzas que se esperaban, mas
sin pólvora, cuerda, balas de arcabuz y los demás aparatos del
artillería, tanto más sabiendo por otras vías que París esperaria
al socorro por algunos dias.
Sucedió también que la mayor parte de la infantería con el

bagaje, de orden del Gobernador de Meaux, á quien el Duque


habia cometido el alojamiento, habia pasado el burgo de la otra
parte del rio, y que para volverlo á pasar y encaminarse al
puesto que pretendia el de Umena era menester un dia entero;
que fué parte con las demás razones que se le representaron á
que no persistiese en la partida del dia siguiente, y que por
consecuencia, viniese á dar más fácilmente en la opinión del de
Parma, y en esperar el refuerzo y municiones, conforme á ra-
zón de guerra.
Este mismo dia vino el cardenal de Gondí á Meaux por tra-

tar con el duque de Umena de acuerdo; y el siguiente, vier-


nes, 24, el mismo Duque á comer á Meaux, así para discurrir

con el Cardenal y arzobispo de León, que aun .no era vuelto,

como por resolver con el de Parma lo que deberia de hacer y


apresurar la partida; y, luego que se apeó en su posada, lo fué

á visitar el Duque, en que por ser hora de comer se detuvo


.poco, volviéndose á casa, donde á la tarde vino el Cardenal á
ye ríe, y entre ambos se trató en la plática de la paz.
Vino poco después el de Umena á verse con el de Parma,
así por consultarle la respuesta que habia de dar al Cardenal,
como por el negocio principal del socorro de París, volviendo á
dar prisa y apretar el Duque á la partida, de quien no le fué
367
deputada, antes bien respondida que, habiendo pan por cuatro 6
cinco dias para la gente, y pronto el refresco gue se había de
conducir á París, pólvora, balas y cuerda para los soldados, que
era dispuesto á darle satisfacción, no obstante que aun no eran
llegados los hombres que traia el príncipe de Chimay, ni las tro-
pas valonas, artillería y municiones de Monsieur de la Mota: pi-
diendo al dicho Duque reconociese la substancia que habia, para
que sabida la verdad, pudiese dar mejor la orden que convi-
niese,y habiéndolo hecho, y hallado tan poca cantidad de pól-
vora que no se podría conseguir efecto ninguno, y visto que ni
el refresco para París ni aun las municiones para el sustento
del campo podían aprestarse tan presto, se aquietó, y de nuevo
se confirmó en que necesariamente convenia esperar lo que fal-

taba, que, á mas tardar, no podía diferirse un par de dias.


Con esto se volvió el de Umena á despachar al cardenal
Gondí, con decirle que para tratar del acuerdo se diputarían
personas, cuando el príncipe de Bearne, el día siguiente, sába-
do, 25, dejase entrar en París cincuenta muedres de grano, y
subseguidamente y sustento necesario; y que de otra
los refrescos

manera no entendía dar oído á la plática de paz, ni aun con-


firmar esta resolución sin noticia y consentimiento del de Parma,
pues le obligaba á hacerlo el beneficio que desta parte recibía
la causa católica y convenia al respeto que se le debía. Apro-
bóselo el duque de Parma metiéndole en consideración que era
bien entretener la plática en pié sin desbaratarla, por ganar
tiempo y descuidarle, aunque convenia también mostrar ánimo,
vigor y valor, y que ningún género de recelo le mueva á ello,
sino las circunstancias y depencias del negocio que se dejan
considerar.
La mañana del sábado, 25, vino nueva que el príncipe de
Chimay y Monsieur de la Mota serían aquella noche á Ferte
Millón, y el domingo á Meaux con el resto del ejército y cosas
que se esperaban, con que se aquietaron todos sin tratar de
moverse sin estas fuerzas y comodidades tan necesarias para
nuestro caso.
Este dia se tuvo consejo general, habiendo venido á ello el
368

Duque y el de Umena; con el de Umena el conde de Cha-


lleni, conde de Brisach, Monsieur de la Chatre, Monsieur de
Sampol, Monsieur de Roñe, Monsieur de Tábanos, que hacen
oficio de Maestres de campo generales de su ejército; Mon-
sieur de Labordesiera , y otros, y con el Duque, el príncipe de
Asculi, el de Castelbeltrano, los condes de Aremberg* y Bellay-
mont, el Veedor general, el presidente Richardote, Pedro Cas-
taño, los Maestres decampo D. Antonio de Zúñiga, Camilo
Capecuca, D. Alonso de Idiaquez, D. Sancho de Leiva, Mon-
sieur de Balanzón y el Comisario general de la caballería
Giorge Basta, y en él se confirmó la resolución hecha de ir á
llevar algún refresco á París, para que con él se pudiese susten-
tar hasta que se hiciesen otros progresos, y de pelear con el

enemigo sise encontrase, como se presuponia; y sobre que el

camino que para hacerlo se habia de tomar, después de muchas


demandas y respuestas, concluyeron que, dejando á D. Martin
enemigo le tiene á la mano derecha, se fuesen cos-
Ules, que el
teando al rio Marne, llevándolo á la mano izquierda como el

mejor, más conveniente y apropiado al fin que se tenia, y para


pelear si se ofreciese la ocasión.
Volvió este dia el arzobispo de León y uno del príncipe de
Bearne con respuestas y nuevas propuestas de acuerdo, á que
respondió el de Umena, rompiendo la plática. El dia siguien-
te 27, en el cual acabaron de llegar á buena hora el príncipe de
Chimay con hombres de armas, y Monsieur de la Mota con la
los

infantería y artillería que se ha dicho, porque no pudiendo ar-


ribar á Meaux, como se ha dicho, el domingo fueron forzados á
quedarse aquella noche en Lisi, entre el cual y Meaux les fué

tocada una arma, que aunque liviana, llegó á Meaux, de cuyos


burgos, por todo buen respeto hizo salir luego el de Parma la
infantería y caballería y formar sus escuadrones con suma dili-

gencia, orden y presteza, y no menor admiración de los france-


ses. Acudió asimismo al rumor el de Umena, y visto que no era

cosa de fundamento, mandaron volver la gente á sus alojamien-


tos, y que á la tarde la infantería que estaba alojada de la otra
parte del rio, pasase desta otra, por estar á la venida del ene-
369

migo, y por donde se había de tomar el camino, alojando de la


misma y por el mismo respeto á los hombres de armas y la in-
fantería que venia con ellos.
Este dia y el pasado se liabian gastado en juntar con gran
diligencia los granos que se habian de llevar, y en preparar
los carros en que se habia de cargar, pensando de partir el

martes, 28, no quedando ya más que esperar; pero por la difi-

cultad de juntarlos, y porque el de Umena deseaba le llegase


la caballería que esperaba del duque de Lorena el dia siguiente,
se resolvieron en declarar la partida para el miércoles 29; ha-
biendo el Duque dado orden y mandado publicar bandos que
se dejasen los bagajes, mujeres y otra gente inútil, y que no
se pudiese llevar carro ni bagaje que no fuese cargado de vitua-
llas,y por ir más á la ligera para lo que se pudiese ofrecer.
Con esta resolución se resolvió en pleno consejo, así de los
que asisten al Duque como al de Umena, del viaje que se habia
de hacer, y se confirmaron en lo dicho, y particularmente que
se fuese al primer alojamiento y gobernase de allí adelante, en
conformidad del motivo que hiciese el enemigo, como más pare-
ciese convenir, dándose orden que acabase de salir de Meaux
y sus burgos toda la gente de guerra que habia, quedando sola-
mente el bagaje, como está dicho y resuelto.
Pretendíase que en un mispio tiempo saliesen de Meaux los

carros con la munición destinada para París, pero no habiendo


dinero pronto para pagar á los particulares que la habian dado,
y no quererla dejar salir sin él los dueños, ni el duque de Umena
hacerles violencia, no se pudo remediar, por no haber acabado
de llegar el poco que de Flandes se esperaba , habiendo hecho
alto en Soyson los que le traian , á causa de una arma que se
les tocó, y no atreverse sin nueva orden y escolta á pasar ade-
lante, lo que se les proveyó luego por diversas vías, y con per-
sonas de recaudo y expediente.
En conclusión ,
por no perder más tiempo y por dignas con-
sideraciones, presuponiéndose que el dinero llegaba aquella
noche, partió el duque de Meaux con toda la gente de á pié y
de á caballo, dejando orden y personas particulares que tuvie-
'

TüMO LXXV. 24
370

3en cuidadp de cargar los carros y conducirlos cuanto antes al


puesto designado j tomando la vanguardia el duque de Umena

con sus franceses de á pié y de á caballo y con el regimiento de


alemanes altos del conde de Colalto.
Salió el bagaje con la gente necesaria para ello, y el arti-

llería , así del cuartel del de Umena como del de Parma con ,

buena orden y con la misma se formaron los escuadrones, po-


,

niendo cada cosa en su lugar, andando el Duque á torno por


espacio de dos horas , visitando y hablándoles á todos con par-
ticular contentamiento suyo y general de la soldadesca de todas
las naciones; y pareciéndole que en esta ocasión no podia más la

caballería estar sin cabeza le dio el cargo della al marqués de


,

Rentin, para que como soldado de experiencia y valor la go-

bernase, con mucha satisfacción del ejército, y en particular de


la misma caballería.
Marchó después el de Umena con la vanguardia hasta su
alojamiento, que fué en el villaje de Cíes, de donde y de su
castillo poco antes habia salido el enemigo con la infantería y
caballería que lo ocupaba, retirándose á D. Martin allí cerca,
donde con mayor tropa estaban el duque de Lon gavilla y la

Nava.
Lo mismo hicieron los del villaje y castillo de Fren donde ,

se alojó el Duque habiendo primero con el de Umena visitado,


,

reconocido y establecido la plaza de armas y alojado la infan-

tería y caballería entre los dichos dos villajes en la campaña,


por tenerla más vecina y á la mano dando , su puesto al artille-

ría, y pudiendo gozar gente y caballos déla comodidad del


la

forraje que habia por aquel contorno, y del agua de unos arro-

yos que pasan por el un villaje y el otro.


Aquí entendió el Duque, por voz salida del enemigo, que el
poco dinero con la escolta que con él venia, habiendo ya salido de
Laferte Millón aquella mañana, se volvía atrás; y considerando
el inconveniente que seria cualquier mínima dilación, les envió
orden que en todas maneras caminasen con el recato que con-
venia y no parasen hasta llegar á Meaux; y dejando allí los

dineros necesarios para el grano y los bagajes de nuestra gente,


371

pasasen con toda brevedad campo; y porque asimismo fué


al

avisado que en los carros que habia de llevar el grano á París

había algunos faltos, no obstante la buena orden ya dada, para


mayor abundancia, resolvió de enviar sus acémilas y buen nú-
mero de carros para acabar de allanar dificultades, ni se hu-
biese de entretener la partida por esperarlos más que hasta el
dia siguiente, jueves, 30, lo cual se puso así en ejecución la
misma mañana del jueves, habiendo tenido aviso que la noche
antes habia llegado el dinero á Meaux y cumpliendo
,
allí con
lo que se le habia ordenado para salir adelante.

Esta misma mañana, después de Misa, salió el Duque á vi-

sitar el campo , y dejando en todos los cuarteles la orden que


con venia, después de comer, con 600 caballos y 1.000 infantes,
fué en persona con el de Umena á reconocer el camino y aloja-
miento del villaje de Schelle, que pensaba hacer el dia siguien-
te, viernes , 30 (sic)^ pareciéndole que convenia sanearse desde
punto, como tan importante y esencial, ocularmente por no ser
las relaciones que le daban dello los del país á satisfacción y
cuales conven ian.
Habiendo, pues, el Duque caminado con la gente que se dice
dos leguas del alojamiento de la suya, descubrió escuadrones
gruesos de infantería y caballería del enemino; y habiendo
hecho alto y mandado reconocerlo se halló que, si bien podria ,

ser que él hubiese venido á ocupar aquel paso y puesto con el


mismo designio que nosotros, por ser llano de bosques y otras
ventajas para quien está en su casa y comodidad y que ya le ,

habia tomado con su ejército, sacándolo de los burgos de París,


que es lo que se pretendía para descansarla y dar lugar á que
le entrase algún refresco, se volvió al alojamiento.

Este dia acabó de llegar á manos del el poco dinero que se


esperaba, y una compañía de hombres de armas, y la infantería
valona ,
que le hacia escolta, con la caballería del duque de Lo-

rena, que desde Soyson se le habia juntado de orden del de


Parma para mayor seguridad.
Vino á la noche, propuesto al Duque departe del de Umena
y de los suyos ,
que pues el enemigo habia ocupado el villaje
372

de Schelle y no podia pasar adelante nuestro ejército sin com-


batir con gran ventaja suya seria acertado se torciese el ca-
,

mino hacia la villa de Leñi, que tenia el enemigo sobre el rio

Mame, y con sumo contentamiento del Duque, viendo que esta


resolución era la que él antes habia propuesto y más con venia,
por tener ocasión de ponerse sobre aquel lugar, y tomándole,
ganar aquel paso y puente en el rio y asegurar con esto las ,

que por él podrian venir, y entreteniendo con esto al


vituallas
enemigo en su puesto, dar espacio y comodidad á los de París
para proveerse y avituallarsemucho más abundantemente de
lo que les podíamos llevar; y si bien no quedó del todo resuelto
por haber asegurado el de ümena que otro dia muy de mañana
seria con el de Parma para ver lo que al fin se habia de hacer,
habiéndole esperado hasta las nueve de la mañana á que sa-

liese del Consejo que tenia con los suyos, fué allá en persona á
tratar del negocio , resuelto , por ser tarde , á hacer poquísimo
camino, ó quedarse en el mismo alojamiento; pero después de
juntos y discurrido en la misma, vinieron en que se ejecutase
la resolución hecha de alojar junto á Leñi: reconociéndolo
primero muy bien el puesto, y hallándolo, como decian, Tortí-

simo, en el villaje que Pompón fundó en un valle pequeño que


hace dos collados de viñas, y lo que es en el rio Marne, á la
mano izquierda; marchó con esto la vanguardia, y en llegando
al burgo, que está desta parte del agua, ledesmamparó al mo-
mento el enemigo, pegando fuego á las casas más vecinas al
puente , retirándose á la villa , ocupando el resto della los nues-
tros, y aun pasando algunos á nado; retiraron tres barcas gran-
des de feno , que vino harto á propósito por la caballería , y no
menos los vasos para otros negocios.
Esta noche, por haberse acabado de alojar tarde el ejército

por haberlo sido la partida, y grande multitud la del bagaje,

no obstante el que habia quedado pasaron ,


la gente y caballos
un poco de fastidio; pero al fin todos se acomodaron, tratando
luego el Duque con el de Umena de proveerse de barcas para
hacer puentes y poder pasar el rio caso que se presentase la ,

ocasión de acometer á Leñi, como se deseaba, por las razones


373

dichas ser poco fuerte y tan útil á nuestro negocio;


por
andando Duque toda la noche, visitando en pié y recono-
el

ciendo cuanto habia, como lo hace casi todas; hallándose el


campo del enemigo una legua pequeña lejos del nuestro, de
Llumira en el mismo villaje de Schelle, de donde, después fue
reconocido del Duque no se habia mando con su ejército, y está
puesto en un vallecico que hace una eminencia pequeña de vi-
ñas á la mano derecha, y otra algo mayor á la izquierda. Asi-
mismo hay viñas y bosques, y por frente un pantano largo,
escogido del por aventajadísimo y cómodo, por estar en el
mismo camino de París y tener cerca un vado con el rio para
poder dar calor y socorrer á la dicha villa de I^ñi.
A nueve horas del dia siguiente, sábado, primero de
las
Setiembre, vino el duque de Umena á dar aviso al de Parma
como el enemigo con buen número de caballería é infantería se
comenzaba á descubrir y caminar hacia nosotros, por lo cual
resolvieron entrambos de dar orden que el ejército estuviese
alerta armado, junto en sus cuarteles, para poder formar con
facilidad los escuadrones y ponerse en batalla al primer man-
dato, y que cierto número de infantería y caballería saliese á^
reconocer y ver el designio del enemigo y caso que fuese de
;

pelear, procurasen tirallo á la llanura, porque lo hiciese con


más ventaja de la que tenia en su puesto, y debajo de su
artillería.

Pusiéronlo en ejecución los nuestros, y visto por los contra-


rios que se les acercaban y mejoraban , hicieron alto trabando
nuestra caballería y suya una escaramuza que duró gran
la

rato;y cada uno se retiro á su puesto, habiéndose mostrado los


nuestros harto más animosos y deseosos de pelear que los ene-
migos aunque publican de su parte al contrario.
,

Súpose esta tarde por diferentes avisos, y en particular por


el que envió el duque Nemurs, gobernador de París, la confir-
mación y particularidad de la partida del enemigo y su gente
de los burgos de París, y de las comodidades y refrescos que
le entraban que fué el mismo miércoles, 29 del pasado, que el
,

de Parma y Umena con su gente partió de Meaux, habiéndolo


374

hecho tan aprisa y confusamente, que dejaron buena cantidad


de vituallas conducidas de algunos mercaderes para vendellas
cuando elenemigo entrase en París, y ganar en ellas con que
y con la recolta que los de dentro hicieron en los lugares circun-
vecinos, y lo que les iba entrando, podrían entretenerse por
quince y aun por veinte dias; advirtiendo que no habia necesi-
dad de aventurar estas fuerzas por llevarles el grano, y reme-
diar su necesidad, pues por entonces se hallaban sin ella; y
que estos dos Príncipes atendiesen á encaminar estas cosas
como más juzgasen convenir al buen fin que se pretendía.
Con esta nueva se confirmaron más en su opinión de tomar
á Lagni por cualquier vía, pues que no sólo por el negocio par-
ticular de París, pero por el general del sustento de todo el
campo, que ya comenzaba á padecer falta de vituallas y for-
raje, se veia claro ser más que necesario, y para poderlo hacer
con la seguridad que convenia de un ejército enemigo, siendo
necesario dividir el nuestro desta y de la otra parte del rio,
donde, como se ha dicho, es situado el lugar, se concluyó de
estrechar algo más el alojamiento y atrincherar las partes del
que fuese necesario; y que si el enemigo viniese el dia siguiente,
domingo á los dos ápresentar la batalla, se pudiera por vía de
,

escaramuza ó de cualquier otra manera retirar en parte venta-


josa y dársela, atendiéndose en este ínterin á hacer el puente
y demás prevenciones resueltas por la empresa de Lagni.
las

Sucedió que el domingo, á las dos horas después de medio


dia, descubriéndose que el enemigo con buen número de caba-
llería é infantería caminaba en escuadrón, la vuelta de nuestra
plaza de armas, el de Parma y Umena dieron orden que luego
se metiese nuestra gente en batalla, en conformidad de lo por
antes acordado y establecido; en semejante ocasión, resueltos
de pelear si el enemigo pasase algo adelante, aunque no fuese
-tanto cuanto para nuestra comodidad se deseaba, empujando
adelante un poco de infantería y caballería para reconocer y
trabar la escaramuza, aunque la hora no parecía ser á propó-
sito de que el enemigo hubiese dejado verse con intento de pe-
lear, por ser tarde; y así, después de un poco de escaramuza,
375

en que se couoció alguna ventaja en los nuestros, habiendo


sobrevenido una borrasqueta de vientos y agua, se retiró cada
uno á sus alojamientos.
Algunos presos que se tomaron esta tarde dijeron por cosa
cierta, que el enemigo se retiraba de su alojamiento, y que
volveria al de los burgos de París, pues veia que con habernos
presentado tantas veces la batalla, á lo que él publicaba uo se
la queriamos dar; braveando más que nunca, pero también
confesaron que ninguna vez de las que se dejó ver habia sido
con intento de pelear de poder á poder, por no haber sacado
toda su gente de los cuarteles, ni hecho más que las demostra-
ciones dichas, para ver de tirarnos con ellas, que le fuésemos á
buscar en su puesto y gozar en él de sus comodidades y venta-
jas, concluyendo todos en que habia sentido grandemente la
resolución que tomamos en acercarnos á Lagni, conociendo que
le habia de ser dañosa, y provechosa á nosotros.
De nuevo se tuvo consejo esta noche, y en él se concluyó,
que siendo tan necesaria la presa de Lagni, así para nuestra
comodidad como para la gran reputación que se nos seguirla
de habérsela ganado al enemigo á su vista , se pusiese en eje-

cución,y para poderlo hacer con el fundamento y seguridad


que convenia, se gastase el dia lunes, 3, en atrincherar la
frente de los cuarteles y ponella de manera que la mitad de la
gente bastase á guardallos y á defenderse y en esta conformi- ;

dad, los dos Príncipes, con los más principales del ejército,
tomaron á su cargo la obra, y al alba del dia se hallaron al

pié della, tomándola los soldados del ejército de S. M. con tan


buen coraje, que á la noche quedó en tal perfección y de ma-
nera, que los franceses se asombraban dello: el poco espacio
que caia hacia la ribera, por no ser tan necesario y no poder
la gente abrazar tanto, lo dejaron para otro dia.
Fué preso esta mañana un Coronel de gascones del ejército
del príncipe de Bearne, que andaba con otros á visitar, recono-
cer y meter ciertas guardias, por un Teniente de caballos que
por orden del Duque se habia emboscado con alguna caballería
para hacer buen efecto, y asimismo se prendieron otros de di-
376

ferente calidad , de quien se entendió que elenemigo estaba


todavía en su puesto y que no trataba de
como algunasdejalle,
lenguas habían dicho, concluyendo todos en que padecían gran
falta de vituallas y de dinero.
En este medio, habiendo el vizconde de Turena, que con
refuerzo de infantería y caballería habia llegado de refresco al
campo del enemigo, como lo habia hecho el duque de Nivers,
aunque no en tanto número como él escribió el dia antes al
marqués de Rentin, cuyo prisionero fué cuando se perdió Cam- i

bray, diciendo que holgaria de discurrir con él un rato, y di- \

chole el Marqués al de Parma y Umena, concluyeron que, pues


no se aventuraba, lo hiciese como siguió, viniendo cada uno
desarmado entre las primeras centinelas de los dos ejércitos,
donde se hablaron y detuvieron por espacio de una hora, an-
dando ambos en toda la plática muy recatados.
La mañana siguiente del martes, á 4, atendió el Duque á
dar priesa al puente y á las otras cosas necesarias á la presa de
Lagni, y á la conclusión de la trinchera que faltaba, en que se
gastó el dia, si bien á las nueve de la mañana volvió á compa-
rescer el enemigo con más tropa de caballería é infantería
adelantándose poco más de lo acostumbrado hacia nuestra plaza
de armas, á que los Duques correspondieron luego con mandar
lo que otras veces, y en particular que nuestra gente se tra-
base tanto con la suya que la obligase á pelear fuera de su
abrigo; pero por más 'que se procuró, y la escaramuza an-
duvo muy
en orden y bien caliente, no se salió con ello, y así

cada uno se retiró á su puesto por la orden que estaba.


Y porque no pudieron acabarse las puentes este dia, ni por
consecuencia, por esta falta, y por ser tarde batirse la villa y
procurar de tomalla, se dio orden que la gente que habia pa-
sado el rio volviese á pasallo, así porque no estando las puentes
acabadas no quedase opuesta á la venida del enemigo , como
por desmentirle nuestros designios.
Miércoles , á los 5 , se entendió en acabar las puentes , aco-
modar y perfeccionar lo que faltaba, poniéndolo como convenia,
así por salir con su intento de ganar á Lagni, como para resis-
377

tir al enemigo , si por defendellos quisiese algo intentar en los


nuestros cuarteles, como en razón de guerra se presuponia lo
debiera hacer; y así, ultra de las trincheras que ya estaban
acabadas, se resolvieron de enviar 1.000 infantes de todas na-
ciones aun villaje cerca de nuestro cuartel, que cae á la mano
derecha del y está sobre una eminencia, y en la misma que
habia de hacer al enemigo si pretendiese darnos por las espal-
das, aunque es poco cómodo ni capaz para un ejército, y orde-
nándoles que se atrincherasen en él, como lo hicieron, envián-
doles también otros 100 de guardia á otra torre medio caida,
que está á la misma mano delante los cuarteles, con que por
todas las dos venian á quedar cubiertos.
En este tiempo se tuvo aviso por diversas vías que el ene-
migo hacia un puente sobre el rio para pasar de la parte de
Lagni, aunque después se halló no ser verdad, y por asegurarse
mejor y descubrir por algún camino la intención del enemigo,
dio el Duque orden al marqués de Rentin que enviase por
todas partes caballería á visitar los caminos y á reconocellos,
pues la empresa de Lagni estaba resuelta para eVdia siguiente
y preparado para ella todo lo necesario; y puesta en su lugar
la gente que páresela bastante de todas naciones, excepto de la

francesa, por no tener picas, si bien della pasaron de la otra


parte del rio 1.000 arcabuceros, con cuatro compañías de caba-
llos á la venida del enemigo.
La mañana del jueves, 6, en cumpUraiento de la orden y
lo acordado, se comenzó la batería de los cuatro cañones fran-
ceses y dos medios nuestros que teníamos valiéndonos de dos ,

medias culebrinas que pusieron sobre una eminencia desde


donde se descubría la villa, tirando en diferentes partes della á
grande inquietud y daño suyo, y prosiguiendo la batería con
buen efecto; los de dentro, luego que la vieron, y que se llevaba
el negocio de veras, pegaron fuego á la puente y molinos que
estaban junto, con que se vinieron á quemar, que no nos ha
sido de poco daño por la necesidad que hay dellos.
El Duque fué á la batería, y vino á los cuarteles dando las
órdenes que convenían, y procurando abreviar el negocio como
378

la razón pedia; y que cada uno, por todo buen respeto estu-
viese en su puesto, siendo de acuerdo con el de Umena que el

de Parma se entregase de los cuarteles y de lo que ocurriese en


la plaza de armas, y que se atendiese á lo de la tierra.
Estando, pues, la batería con bonísimo término, y ocupados
los nuestros en gozar de la ocasión , entraron de refresco hasta
ochenta soldados del enemigo con su Cabo en la villa, cubiertos

de la arboleda que hay por aquella parte y hasta casi los muros
della, y en el mismo tiempo se tocó arma en nuestro alojamien-
to, por descubrir escuadrones de la caballería é infantería ene-
miga que se mejoraban la vuelta del; lo cual, entendido por el
Duque, que se hallaba camino de la villa, se volvió en diligen-
cia á la plaza de armas donde con la misma acudieron todos,
,

en conformidad y cumplimiento de las órdenes dadas.


En este ínterin, no perdiendo punto los nuestros, viendo
que ya se podia arremeter y la señal lo hicieron tan valerosa-
,

mente que entrando por fuerza con pérdida de poquísimos á


,
, ,

vista y con gran satisfacción del de Umena ganaron


,
la villa
degollando á los que se la defendían y metiéndola á saco, que
si bien no fué rico , los soldados se remediaron con él y con los

rescates que han hecho. Los prisioneros, los que saltaron de la


muralla, dieron en manos de los nuestros, á que les degollaron

y prendieron. Procuróse con toda diligencia salvar las iglesias


y cosas sagradas, mujeres y niños, y evitar que entre las na-
ciones no hubiese, como suele, alguna diferencia.
Media hora después de ganada la villa , comenzaron á pa-
recer de la otra parte del rio hasta 3.000 caballos y otros
tantos infantes , con sus escuadrones ,
que parecía venian á so-

correrla, é impedir la empresa, pero como la vieron acabada y


la noche venia, se retiraron.
En la villa habia veintidós compañías y Gobernador
,
della,

eon dos Coroneles de infantería, que llegaban en todos á 1.000


infantes , de los cuales escaparon bien pocos ; y las banderas,
por orden del Duque, se dieron al de Umena; y el dia siguien-
te, viernes, á los 7, salió fuera la nuestra y entró guarnición de
franceses. de los del de Umena, con presupuesto que se hubiese
379

de desmantelar, y que se atendiese á limpiar aquel rio, que casi


era vuelto innavegable por las ruinas que habian caido en él
del puente y molinos que, como se ha dicho, quemaron los

enemigos.
Sábado , á los 8 , se trató entre el de Umena y los suyos
de lo que se debia hacer y camino que se podria tomar , sobre
que hubo diversos pareceres, y á la fin , discurriendo y dispu-
tándose dello en presencia del de Parma y de los que le asisten

en pleno consejo, y oidas las opiniones, aunque algo diferentes


las unas de las otras, se resolvió que, pues se juzgaba que el

príncipe de Bearne no podria entretenerse mucho en el puesto


que estaba, se esperarla á ver la resolución que tomarla Gizard,
en este ínterin del de forraje y otras comodidades que se halla-
ban de la otra parte del agua, ordenando asimismo que se hi-
ciese puente suficiente para pasar el artillería y las demás pre-
venciones que paresciesen necesarias.
La tarde deste dia se entendió, de prisioneros y de otras
lenguas, que el enemigo intentaba de dar una escalada á Lagni
aquella noche por la otra parte del rio, acometiendo juntamente
por ésta el villaje de Torini, que, como se ha dicho, ocupan los
nuestros; y así, se ordenó que por todas partes se estuviese aler-
ta, y particularmente de la de Lagni y del puente que hicimos,
estando por esta ocasión y por las que nos dio el enemigo la
misma noche, la más della, en arma; pero venido la mañana del
domingo, 9, se entendió que el dia antes se habia comenzado
á moverse de su alojamiento y acabando de arrancar de la
,

retaguardia de noche, sin rumor y con la confusión que suele


haber en semejantes retiradas, y enviando á reconocerlo, se
halló ser verdad, y tomando muchos presos de los que habian
quedado atrás , se ordenó que buen golpe de caballería le fuese

á la calza y viese el camino que tomaba; pero aunque no se


les pudo dar alcance ni hacerles daño, se supo y entendió habia

tomado la derrota de Sant Dionis y París; y á medio dia se supo

que habia intentado de darle una escalada por la parte de las


escuelas y l'niversidad, aunque no le habia salido á propósito,
antes retirádose con algún daño de los suyos, si bien no de con-
380

sideración ; de donde no se infiere que hubiese venido en esta


alguna inteligencia que hubiese dentro, de que
resolución, 6 por
se duda, pues hasta agora no se habia descubierto cosa, ó por
dar calor con esta facción á su retirada, que tiene más verosímil,
y también que hubiese querido sustentar de ver si le salia esto
antes que le fuesen á disminuir sus fuerzas, por las dificultades
que se le podrian ir atravesando, y particularmente por no poder
ya muchos nobles de su séquito entretenerse ni resistir al gasto,
y por falta de su gente.
Lunes y martes, 10 y 11, estuvo atendiendo á lo que el
enemigo baria, y procurando traer á estos cuarteles el bagaje
que se dejó en Meaux de que se padecia y habiéndose sabido
,
;

que después de haber intentado la escalada en París, se habia


retirado á Bordo y sus contornos, villaje tres leguas de nuestro
alojamiento, y tres de París; fueron los dos Duques, el martes
á las once, á reconocer los caminos y puestos con buena tropa
de caballería, tres leguas en la vuelta. Monsieur de la Mota, con
orden que sacase de Quesnoy, Landerch y Avesne, fronteras
de Francia, toda la .pólvora que hallase en ellas, y con ella la
retaguardia viniese en su regimiento , mandando asimismo que
la que estaba pronta en Amberes ,
que tampoco parecía, sin sa-
ber la causa de su tardanza, caminase á furia con todas estas
dificultades que no se dicen , y que cada una de por sí
y otras
bastarla á detener la entrada elDuque hasta hacerla con el
fundamento necesario: viendo al marqués de Rentin con sus
tropas tan adelante este dia, y que el siguiente, 17, podría lle-

gar á Laon , y lo mismo el Comisario general del puesto de


donde habia partido por dar satisfacción y calor á los franceses

y animar á los de París, determinó hacer lo mismo, donde llegó


á muy buena hora, después de haber sido encontrado y visitado
en el camino del conde de Challin, enviado del duque de lime-
ña para recibir ley de otros caballeros burgueses armados, ar-

cabuceros de á caballo, y del Gobernador que, á la puerta de la


ciudad, le hizo la sólita oración, como en Guisa, de donde le

llevaron á la iglesia, y fué recibido del Obispo y clero con no


menos demostración que los otros, y después á las casas obis-
381

pales que le señalaron de aposento y vuelto á ser visitado del


;

Obispo, Gobernador y y regalado de frutas, se descansó.


otros,
1 Halló en Laon el Duque á Monsieur de Basompierres con
cartas del de Umena, apresurando el socorro, y aun poniendo
en duda que llegaría tarde por prisa que se diese, según la que
daban los extremo en que se hallaban ; y si bien
de París y el

no se habia perdido punto viendo que ni conviene precipitar


,

negocio de tanta importancia, ni dejar de esperar la gente, ar-


mas y municiones y ,
el poco dinero que se trae para animar á
los de aquella villa, resolvió á escribirles; y juntamente halle-
gado D. Bernardino de Mendoza su llegada á Laon, y que el
dia segundo seria á Soysons; y que sin perder una hora de
tiempo trabajaba juntarse con el duque de Umena y remediar
su opresión, no fué posible, aunque lo deseó el Duque partir el

sábado, á 18, por quedar muy atrás el Comisario general con


la gente que traia consigo , y otros embarazos que por momen-
tos sobrevenian y se representan en casa ajena ; y así se dife-
rió para el domingo, 19, llegando la noche antes el capitán La
Planche, de parte del duque de Umenacon cartas y avisos que
los de París no podian más ,
protestando su pérdida si por todo
el lunes primero no eran socorridos, á que, con la vuelta del.

marqués de Malaspina, no se halló que responder más, sino


representar las dificultades que se atravesaban , y las diligen-
cias que se hacian para veücellas, que en suma era cuanto
consistía en fuerzas humanas; y que el dia siguiente se halla-
ría en Soysons, y el otro en la Ferté Milon, si la gente pudiese
llegary hacer tan largas jornadas.
Con esto partió el Duque, y el ejército de Laon á Soysons,
donde fué recibido con los acostumbrados acompañamientos,
visitas y demostraciones que en y llevado á la
las otras partes ;

iglesia, y de allí á las casas obispales por el Obispo y clero,


donde le festejaron y regalaron extraordinariamente. Aquí se
halló Monsieur de Roseau, enviado del duque de Umena, con
aviso que el cardenal Gondí, arzobispo de París y el de León

Parpcft que este párrafo dobia estar on olro lugar ó qtin falta algo antes.
382

eran venidos á él con licencia del príncipe de Bearne, á tratar


de un acuerdo general; y que si no se daba priesa, tenia por
sin duda la pérdida de París. En esta ocasión escribió el Duque
á los dichos Cardenal y Arzobispo, y al mismo Duque avisando
que él iba el dia siguiente á la Ferté Milon , haciendo pasar la

gente lo más adelante que se pudiese, y proseguiria en el viaje

para juntarse con él, martes, si fuese posible, dando orden que
todos marchasen hacia allá ; y que el ejército alojase en aquel
contorno; donde le propusieron Basonpierre, Montelimar y otros
pláticos del país, con que partió el duque de Soysons, lunes,
á 20, y llegó á la Ferté Milon, donde fué recibido y acariciado
como en las demás
y porque supo que la gente quedaba
villas;

alojada tres leguas y que mal se podria pasar de


más atrás,
allí adelante, como lo habia resuelto, sin marchar en forma de

ejército por acercarse al enemigo y convenir reconocer y

visitar los alojamientos, determinó de quedarse allí el dia si-

guiente, 21, á esperar la gente y hacerla parar, y juntarse, por


lasrazones que se apuntan, y porque aun no habia podido lle-
gar donde decian que vino muy á propósito para refrescarla
del trabajo que le hicieron tomar en nueve leguas que caminó
aquel dia; y el siguiente, miércoles, 22, ir el Duque en compa-
ñía de la dicha gente á alojar á Lissi y sus contornos.
El mismo dia 22, partieron de la Ferté Milon el Veedor ge-
neral Juan Bautista de Tassis, y Monsieur de Basompierre para
verse con el duque de Umena y tratar con él de los alojamien-
tos que se habian de hacer.
En lo primero se ofrecen dificultades que se procuran ven-
cer, y lo que en lo segundo se ha entendido es confirmarse por
todas vías que al príncipe de Bearne se le ha deshecho su cam-
po, y asimismo al de Umena el suyo, habiéndose vuelto á sus
casas la caballería ,
quedando para el sustento desta máquina
«ólo las fuerzas de Flandes, que Dios conserve. Las que el
enemigo tuvo juntas por impedirnos el socorro de París y con ,

que hizo las apariencias que se ha dicho, fueron más de 20.000


infantes, entre esguízaros, gascones y franceses, y poco menos
de 7.000 caballos. Las de la Union, computados, 13.000 infan-
383

tes, entre españoles, italianos, alemanes y valones, y 3.500


caballos que trajo el de Parma de Flandes, no pasaban de
18.000 infantes y 5.000 caballos; pero los del país, soldados
viejos y de gran experiencia, bastantes, mediante la justicia

de la causa y su valor á emparejar esta desigualdad.

Relación de la gente que va d Francia con la Alteza del Duque


de Parma para el socorro de París, de todas naciones^
asi caballería como infantería.

Españoles.
Compañías CompalTíaa

El tercio de D. Antonio de Zúñiga, con 24


El tercio de D. Alonso de Idiaqaez , con 16
40
Alemanes.

El regimiento del conde de Arambergue, tie-

ne 12 compañías, y cada compañía á 300


hombres 12
El del conde de Barlaymout , otro tanto 12
24
Valones.

El regimiento de Monsieur de Barlancon, tiene 16


El regimiento del duque de Parma .... 20
El del conde de Agamon, difunto 20
El del conde Octavio Mansfelt 20
El del marqués de Rentin 20
El de Monsieur de Norquermes - 20
116
Italianos.

El tercio de Ñapóles , tiene 20


El tercio de CapiQuca, de romanos 15
35

215
Monsieur de La Mota tiene allá 4.000 hombres, poco más
ó mdnos.
384
Con la gente de armas de ordenanzas, van otros 3.000
raytres.
El duque de Lorena envía 1.500 caballos buenos.
Van de las compañías de caballos lanzas, que hay en estos
ejércitos, 30 compañías, con otras seis de arcabuceros á caballo
en ellas. Dios les guie.

COPIA DE LA INSTRUCCIÓN
QUE EL DUQUE DE PARMA DIÓ EL ANO DE 91 A LOS COMI-
SARIOS JUAN GAI Y ANTONIO AKIAS PARA QUE FUESEN ,

Á TOMAR MUESTRA DE INFANTERÍA Y RECIBIR AL SUELDO DEL


REY SIETE COMPAÑÍAS DE INFANTERÍA VALONA PARA ENTRAR
EN FRANCIA, k CUYA CAUSA, POR HABER DE SALIR DEL PAÍS,
HIZO PIÉ NUEVO CON ELLOS, Y LES CRECIÓ EL SUELDO,
COMO CONSTA DE LA RELACIÓN DEL DICHO PIÉ QUE
ESTÁ EN EL LIBRO DE PATENTES Y SUELDOS,
k FOLIO 52.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—Í. 13.)

El duque de Parma y Plasencia, etc.: La orden é Instrucción


que han de observar y guardar los Comisarios Juan Gay y
Antonio Arias, que por mi orden van á tomar la primera mues-
tra y reducir al sueldo las siete compañías de infantería va-
lona que se levanta de nuevo en la provincia de Lucemburque,
á cumplimiento á 12 que ha de tener el regimiento del coronel
Claudio de la Barlota, y se han nombrado para ir al reino de
Francia para juntarse con el ejército de S. M. que allá está en
ayuda de la Union de los católicos del, es la siguiente.
Lo primero: irán con diligencia á la dicha provincia, y da-
Tán la carta que llevan mia al dicho Coronel, donde se le or-
dena que dé la dicha muestra y otro al Gobernador en Ballu, y
después de haberse informado de los lugares donde estuviere la
gente alojada, con su parecer, escogerá el que más á propósito
pareciere para tomar la muestra, y le señalará el día que hu-
385

biere de ser, para que entonces se hallen las banderas con toda
la gente, y no tengan ocasión de andar de unas partes á otras;

y habie'ndoles señalado el lugar y día preciso, los dichos Comi-


sarios se hallarán en un dia antes para escoger la iglesia adonde
se les hubiere de tomar la muestra, y hacer los preparamentos
que necesarios fueren.
Lleven asimismo los dichos Comisarios el articulo Bref y
juramento que han de hacer, en la forma que se acostumbra con
esta nación; y estando juntos todos en la iglesia, se los leerán,

para que sepan las condiciones con que entran á servir á S. M.


yá lo que están obligados; y acabado de leer, les harán jurar,
levantando el dedo en señal.

Y luego les declararán de nuestra parte, que atento á que


esta leva se hace para ir á Francia, y por ser fuera de los Esta-
dos de S. M., en consideración de la carestía de las vituallas,
hemos resuelto, que por esta vez, y durante el tiempo que es-
tuvieren fuera de estos Estados, de aumentalles el sueldo más
del que hasta aquí han tenido los soldados, juntamente con ha-
cer declaración de la paga que cada uno de los dichos Oficiales

y soldados han de tener y gozar de aquí adelante, en conformi-


dad de lo contenido en las Patentes que se han dado á sus
Capitanes.
Hecha la dicha declaración, tomarán la muestra en la

forma ordinaria, haciendo lista y asentando primero los Oficia-


les y luego los soldados, poniéndolos los nombres del padre y
lugar do nacieron, edad y las demás 'señales que le pareciere á

propósito, para que en las muestras que adelante se tomaren, se


conozca si alguno quisiere pasar en plaza que no fuere suya,
notando en el asiento de cada uno, el coselete, mosquete arca-
buz con que pasare y hubiere de servir, y que conforme á ello
se haga al pié de la lista, en el cual se ha de poner el número
de Oficiales y soldados que se presentaren é hicieren buenos,
y el número de los coseletes, mosquetes y arcabuces que hubiere;
lo que les tocare por los Cabos de escuadra, y de los 20 escudos
que se dan al Capitán por cada 100 escudos para repartir entre
los aventajados y arcabuceros que le pareciere merecerlos.

Tomo LXXV. 25
Y echo el dicho pié de lista en relación, según lo que mon-
tare la paga, harán libranza de ella en la forma que se acos-
tumbra sobre el Pagador general, Gabriel de Sautistéban, la

cual le será pagada lue'go por el Oficial suyo que llevare el

dinero.
Tomada la dicha muestra y dada la paga, se volverán á
donde estuviere nuestra persona, para hacernos relación de lo

que en ello hubiere pasado, el número de gente y armas que


tuvieren.
Todo lo demás que en esta Instrucción se les podrá decir y
advertir, allende de lo referido, se deja á su discreción, que se
gobernarán como más convenga al servicio de S. M. —Alessan-
dro Farnesse.— Por mandado de S. A , Cosme Massi.
RELACIÓN
DE LA CAMPAÑA DEL AÑO DE 1635 '

POR

EL CAPITÁN DON DIEGO DE LUNA Y MORA

(Biblioteca Nacional.— Sala de JUs.—H. 6.)


389

RELACIÓN
DE LA CAMPAÑA DEL AÑO DE 1635, QUE FUÉ LA PRIMERA QUE
EL SERENÍSIMO CARDENAL INFANTE DON FERNANDO TUVO
EN FLANDES, ESCRITA POR EL CAPITÁN DON DIEGO DE LUNA
Y MORA, NATURAL DE PORCUNA, GOBERNADOR DEL FUERTE
DE BURQUE EN LA RIBERA DE AMBERES.

Han sido tantos y tan "varios los sucesos de la guerra del


año 35 en estos Estados, que en setenta años que há que se
comenzó y dura la guerra en ellos, no se ha visto tan á riesgo
de perderse como él, ni, por el contrario, en breves dias mejo-
rarse las cosas de S. M., en que se lia conocido que la Divinidad
evidentemente vuelve por su causa cuando en mayores peli-

gros está, que si en el que este año han estado estos países no
se hubiera hallado en ellos el infante D. Fernando, que tan
victorioso y felizmente llegó á ellos por el mes de Noviembre
pasado, es cierto que las provincias obedientes hubieran venido
á poder de los rebeldes de Holanda y del rey de Francia, según
las Ligas y Confederaciones que habian hecho, y los gruesos
ejércitos con que entraron en ellos: mas con su valor y
S. A.,

prudencia, las conservó y echó los enemigos dellas, entrando


con su ejército tras ellos hasta pasar el Val, rio que habia mu-
chos años que no habia visto las armas españolas. Lo que en
esto pasó escribiré en esta relación con la brevedad y verdad
posible.
El primer movimiento de armas que hubo, fué la in-

terpresa de Tréveris y prisión del Elector, que se ejecutó á


los 26 de Marzo por orden del Emperador y del Infante, que
viendo que el Elector, siendo Príncipe y miembro tan principal
del Imperio se habia unido y puesto debajo de la protección
del rey de Francia, enemigo declarado do la casa de Austria,

y primer móvil de la venida del rey de Suecia y guerra de


Alemania, metiendo en Tréveris y en Iphsburgue, guarnición
300

francesa, plaza la más fuerte de su Estado, que pocos dias antes


la habia ganado por interpresa el duque de Lorena, determi-
naron castig-ar su rebeldía, y para esto dieron orden al conde

de Henden, Gobernador del país de Lucemburgue, para que


procurase ganar aquella ciudad: el Conde lo encargó á su
Teniente coronel Henoist y al señor de Ser Fontana, que lo eje-
cutaron con felicidad, llevando Henoist alguna infantería en
barcas por el rio Mosela, que entrando de noche ganaron una
puerta por donde entró Ser Fontana con la caballería que
estaba prevenida, mayor parte de la guarni-
y degollaron la

ción, aunque se defendió muy bien, matando á muchos de los


nuestros, y entre ellos á D. Alonso de Luna, Sargento mayor
del conde de Hostrate: prendieron al Elector y saquearon su
palacio y muy pocas casas, porque la burguesía no quiso tomar
las armas. El marqués de Aytona, en teniendo aviso del buen
suceso, partió luego de Bruselas para allá, dando orden mar-
chasen los tercios de Alonso Ladrón de Guevara, de españoles,
y del marqués Sfrondato, de italianos, y los del conde de Fresi
y de Monsieur de Rivacourt, de valones, y del conde de Hos-
trate, de alemanes, y de Monsieur Brount, de lorenenses, y el

de Presten, de irlandeses, y 2.000 caballos á cargo del conde


de Bucoy. Puso guarnición en la ciudad y en orden las cosas del
país, dejándolo todo á cargo del conde de Henden, y la gente
que llevó alojada en los contornos de Anamur. Volvió á Bruse-
las llevando consigo al Elector,- fuéle á visitar el Infante á
Tribur, de allí le llevaron á Gante, donde al presente está,
tratándole con gran regalo.
Intentó luego tomar por interpresa el fuerte dePhipina, que
le ganó el enemigo el año de 33,- fué á ello Cristóbal Alvarez,
Sargento mayor del tercio de D. Francisco Zapata, con seis

compañías de su tercio y marqués de Celada, y 200


tres del

hombres del castillo de Amberes; llegaron de noche y tomaron


puesto en el dique junto al fuerte; el dia siguiente llegó el
conde de Fontana con los tercios de Mons, de Agustín y de
Crequi, de valones, y el de D. Eugenio Onel, de irlandeses, y
el artillería; pero hallándose más dificultad de lo que se pensó.
391

y que no se le podia quitar el socorro por agua al fuerte, que


le metia el euemig'o cada hora lo que quería; avisaron á S. A.
dello, que envió luego al conde de la Fera, Maestre de campo
general y castellano de Amberes, para que viese el estado que
aquello tenia, y según di, ordenase lo que conviniese: el Conde
lo vio todo, y vuelto á Bruselas se envió orden para que se reti-

rasen. Hízose con alguna pérdida de gente, que en la retirada y


algunas salidas que el enemigo hizo mataron más de 200 hom-
bres, y entre ellos al Sargento mayor Cristóbal Alvarez y al capi-

tán D. Gaspar de Borja, á U. Antonio de Tassis, á D. Francisco


de Vericuela, paje de S. A., y á Manuel de Miranda, Alférez del
marqués de Celada: hubo también muchos heridos, y entre ellos el
capitán D. Antonio de Isasi, y el cíipitan Marcos de Lima y
D. José del Pulgar.
Grande fué el sentimiento que el rey de Francia mostró por
la interpresade Tréveris y prisión del Elector: prendió al conde
de Salazar que pasaba por París por la posta á España, y mandó
salir de su corte á D. Cristóbal de Benavente, Embajador
que era en ella, y se vino luego á Bruselas y asistió toda la
campaña cerca de la persona de S. A. Y publicada la guerra
contra España y toda la casa de Austria, envió con ejército á
los Mariscales de Castillon y de Bresse al país de Lucembur-
guo. Partió luego con esta nueva el príncipe Tomás y el conde
de la Fera, su Maestre de campo general, á los 17 de Mayo,
para que con la gente que el marqués de Aytona dejó alojada
en los contornos de Anamur, se opusiese al enemigo, que entró
quemando todo el país. Y, habiéndola juntado, que serian
hasta 7.000 infantes y 2.500 caballos, marcharon hacia un
villaje llamado Abeu, cinco leguas de Anamur, donde ya había
llegado el francés: no creyó el príncipe Tomás que el enemigo
traía tanta gente, que había de Holanda no
porque los avisos

decían sino que el Orange no había pedido más al


príncipe de
rey de Francia de 10.000 infantes y 2.000 caballos; y, aunque
á las dos de la mañana le dijeron como traía 30.000 infantes

y 5.000 caballos, no les dio crédito, y mandó marchar hacia


ellos, formando un escuadrón volante de todas naciones, que
392

se encargó á D. Antonio de la Rúa, Sargento mayor de Alonpo


Ladrón: cuando descubrieron gran número de los enemigos.
el

y que nuestra caballería, á la primera carga, había vuelto las


espaldas, aunque el conde de Bucoy y su Teniente coronel, el
conde de Bilerval, hicieron todo lo posible por detenerlos, mandó
el Príncipe se metiesen nuestros escuadrones en unos setos que
estaban al lado izquierdo, y se comenzaron á desordenar, y
luego cargó la caballería 'é infantería francesa, como era tanto
número, por todas partes, que los desbarató con facilidad, aun-
que hicieron más de lo que parecia posible, dando cinco cargas
con la pica y espada, vendiendo las vidas hasta el último fin

dellas, dejando al enemigo bien en la memoria el valor de los

dos tercios españoles é italianos, que los otros tercios de nacio-


nes se retiraron sin dar ni recibir daño, que como estaban en
la retaguardia lo pudieron hacer con facilidad. Y de personas de
cuenta murieron, del de Alonso Ladrón, los capitanes D. Fran-
cisco de Velvis, hermano del marqués de Benavides; D. Juan
Ramírez de Arellano, D. Diego de Abales y Toledo, D. Diego
de Guipúzcoa, D. Gabriel Cobos de Cueva, Diego de Char-
cas, Pedro de Ayala, Grao de Rivas, Diego López de Contre-
ras: Capitanes reformados murieron, D. Miguel de Riaño, Don
Albar de Pérez de Navia, D. Juan de Ayerbe, D. Pedro de Sala-
zar, D. Pedro Suarez, Sebastian Sana: Capitanes vivos fueron
prisioneros, D. José de Saavedra, Caballero del hábito de San-
tiago, Señor de la villa de Rivas, hermano del conde de Caste-
llar, que en defensa de su puesto recibió trece heridas y quedó
en camisa; D. Diego López de Zúñiga, D. Luis del Barrio,
B. Diego de Contreras, Hernando de Santiago, Sebastian Juan,
D. Juan Asensio: Capitanes reformados fueron presos, Hernán
Darlas de Saavedra y D. Diego de Goñi: del tercio de Sfrou-
dato mataron dos Capitanes, y más herido el capitán Juan
Francisco de Negro, y todos los demás asimismo prisioneros,
sin quedar destos dos tercios de españoles é italianos ninguna
persona de cuenta que no lo fuese: quedaron también presos
tres Capitanes del regimiento del conde de Hostrate: mataron
también al Teniente de Maestre de campo general Cristóbal de
393

Medina, y á D. Diego de Castro, nieto del conde de Basto, y á


Monsieur de Hem, y al caballero Montier, Capitanes de caba-
llos,y de los dos tercios 1.300 hombres, los más gente particu-
lar;y Oficiales reformados, el conde de la Fera, pudiendo ha-
ber escapado como los otros que no cuento aquí por presos, no
quiso, sino que se apeó, y con la espada en la mano se puso
delante del escuadrón volante, y herido y atropellado cayó en
un zanjón entre muchos heridos y muertos, donde le acabaran
de matar si no fuera por el alférez D. Diego de Villagomez

que le dio á conocer á un Sargento francés, que le ayudó á


levantar y le llevó preso: también fueron presos los Maestres
de campo Ladrón y Sfrondato, y Bruns, y el conde de Bilerval
muy mal herido, y á D. Crisanto Soler, Capitán de caballos,
que iba en busca de su compañía al país de Troves, y no tenién-
dola allí, peleó con una pica;
y á Lorenzo Pirris y á Francisco
de Tavora, hijos del conde de San Julián, y hasta 700 soldados
y Oficiales reformados y vivos, y al ayudante Gabriel de León,
á quien S. A. dio compañía, y á Lorenzo Pirris de Tavora, y á
Fernán Darlas de Saavedra, de los Capitanes que mataron del
tercio de Alonso Ladrón, y los demás reformaron: perdiéronse

las banderas, artillería y bagaje. Mostráronse en esta ocasión


los del país de Líeja piadosos con los españoles, ayudando á
escaparse á muchos prisioneros, y curando con gran caridad á
muchos heridos que dejaron en el campo por muertos. Este

reencuentro, que los franceses llaman batalla, sucedió á los 20


de Mayo, dia señalado para los que escaparon de tantos peli-
gros, ganando con él tanta reputación. Estaba S. A. á la sazón
en Lovaina, y al punto que supo la rota, fué á Terlimont con
la poca gente que tenia, dando orden marchasen allá todos los

tercios y cuanta gente se pudiese juntar; y envió al conde de


Fuenclara á Alemania á solicitar y dar priesa al socorro que se
esperaba; comenzóse á fortificar para detener al francés, que
después de la rota fué á Mastriq á juntarse con el príncipe de

Orange, que habia salido de Holanda con 20.000 infantes y 6.00P


caballos, con que S. A. tuvo tiempo de juntarse; y habiéndose
j untadlo franceses y holandeses, marcharon hacia Terlimont con
394
tan grande ejército, que pasaban de 60.000 hombres. S. A., vie'n-

dose con tan poca gente para resistir atan gran número, volvió
con su campo á Lovaina, dejando alguna guarnición en Terli-
mont con el capitán Martin de los Arcos; el enemigo la entró, y
ejecutó en la miserable villa enormes crueldades, quemándolas
iglesias y la mayor parte dellas, matando frailes y violando mon-
jas. En Lovaina se fortificó S. A. á un lado de la villa para es-
torbar el paso de la ribera que pasa por allí al enemigo, que sa-
queada y quemada la de Terlimont, marchó con todo su campo
hacia allá, y se acuarteló dos leguas del de S. A., y se estuvo
así ocho dias sin hacer cosa de consideración.
Las crueldades de Terlimont, y ver al enemigo l;an pujante,
causaron al país gran temor en todo él, particularmente en Bru-

selas, dedonde comenzaron á ausentarse muchos y llevar sus


mercaderías y muebles á Amberes y á otras partes y hasta fa- ,•

milias de personas que estaban con cargo en el ejército hacian


lo mismo, que causaba mayor confusión en el pueblo: mas S. A.
los envió áanimar y pidió á las provincias obedientes ayuda, á
que todos acudieron con gran voluntad y amor, por el grande
que tienen á este Príncipe ;
particularmente de los de Heuao y Ar-
tues vino mucha nobleza, aunque hubo de volverse presto, por-
que el francés entró por aquellas fronteras con otro ejército, que
por todas partes intentaba el rey de Francia hacer todo el daño
posible, hasta atreverse á tentar al Maestre de campo D. Luis
de Beuavides, caballero tan conocido y soldado de tanto valor
y experiencia como es notorio, gobernador de Cambray, por
medio de un religioso le entregase aquella fuerza, ofreciéndole
grandes estados y cargos: mas D. Luis con buena mafia le hizo
y luego le envió preso
firmar al religioso cuanto le habia dicho,
á S. A. ,
que le mandó llevar preso al castillo de Amberes;
envió S. A. al país de Artues al conde de Fressi con 3.000 hom-
bres, porque el enemigo hacia mucho daño y se habia puesto
sobre Cateo en Cambrasi; y el conde de Fontana quedó en el

país de Vas con 4.000, por si el holandés intentaba por las


marinas de Flandes.
A los 20 de Junio levantó el enemigo su campo, y se enea-
395

minó hacia la ribera de Lovaina, el marqués de Aytona fué


luego hacia allá con el tercio del marqués áe Celada y otros de
naciones, y la caballería con el conde Juan de Nasao hasta un
y le guardaban alemanes: el
puentecillo que estaba fortificado
enemigo venia marchando con todo su ejército tendido por unas
colinas de la otra parte de la ribera; y nuestra gente desta, á
vista el uno del otro en llegando ambos á emparejar con el
:

puentecillo hicieron alto, y estuvieron así más de dos horas,


hasta que se descubrió que más arriba, cosa de una legua peque-
ña, pasaba gente el enemigo á esta otra parte, por otro puen-
tecillo que habia hallado sin defensa: habia ido allá el duque de

Lerma con alguna caballería, á cargo del Comisario general


della, D. Juan de Vivero, y 300 bocas de fuego del tercio de
Celada, á cargo del capitán D. Antonio de Velandia. Mas
cuando llegó el Duque, ya el enemigo habia pasado más
de 4.000 hombres, porque desde el amanecer habia comenzado
á pasar; y como no halló resistencia sé hablan puesto en escua-
drones en sitios fuertes, con que no les podia acometer: viendo
el Marqués que pasaba más gente del enemigo , envió orden al

Duque para retirarse, mandando al capitán D. Diego de Luna,


que llevó la orden, le dijese que no podia socorrelle, porque el

conde Juan estaba muy atrás con la caballería: retiróse el Du-


que y el Marqués hizomismo con toda su gente dejando de
lo

retaguardia alguna caballería, y el tercio del marqués de Ce-


lada que estuvo en escuadrón toda la noche, por si el enemigo
intentaba algo más; no trató sino de pasar más gente aquella
noche. Marchó todo el bagaje y toda la artillería la vuelta de
Bruselas, y á la mañana S. A., con todo el campo, dejando en
Lovaina á Monsieur de Grabcndone con los tercios del barón
de Besmal su hijo, y Ribacourt de valones, y el de irlandeses
de Presten, en que habia 4.500 hombres y alguna caballería,
acuartelóse junto á las murallas, y á otro dia pasó el ejército de
de la villa, é hizo frente de banderas entre ella y
la otra parte

Nuestra Señora, de la que con toda el artillería el enemigo


acabó de pasar todo su campo la ribera, y entró destruyendo y
quemando el país: saqueó á Tribur, casa de placer de los du-
:;96

ques de Brabante, de grande recreación y muy adornada, y


llegó con la caballería á la vista de Bruselas, que puso en gran
confasíon y miedo á la burguesía, que temían ser saqueados y ,

qae S. A. se retiraría á Amberes ó áDunquerque: mas S. A. lla-


mó al Magistrado y los animó asegurándoles no les desampa-
raría, y guarneció la puerta y medias lunas de españoles é
italianos, y la burguesía cubrió la muralla, y se dieron á acabar
las fortificaciones que estaban imperfectas, acudiendo al trabajo

los de la villa y todas las religiones con muy grande volun-


tad: S. A. rondaba en persona todas las noches la muralla, con
que soldados y burgueses cobraban grande ánimo y consuelo.
El enemigo dio la vuelta á Lovaina y la sitió, comenzando á
batirla y abrir trinchera, mas Grabendone se defendió muy
bien, ayudándole la burguesía, religiones y estudiantes de aque-
lla Universidad : enviósele socorro de pólvora con 500 caballos,
á cargo de D. Pedro Villamor, que entró felizmente el barón de
Vesmal y el Maestre de campo Preston : estando las cosas en
este estado llegó el conde de Picolominí de Alemania, con 8.000
caballos y los tercios de Alonso Ladrón y Sfrondato, que esta-
ban en Anamur muy deshechos de la rota del príncipe Tomás,
dejando airas otros 3.000 caballos y la infantería, con que
comenzaron á mejorar nuestras cosas, y las del enemigo á em-
peorarse, porque en su campo habia ya falta de pan, iban y se
venían á rendir muchos franceses cada dia; y nuestra caballe-
ría que corría la campaña hacia gran daño en los que salían
á pecorea, y los villanos del país mataron gran número, sin
quererlos tomar á prisión, aunque se rendían, en venganza de
las crueldades que con ellos habían usado , tanto, que hubo vi-

llano que llenó un saco de orejas dellos, y le trajo á mostrar á


Bruselas: S. A. que habia estado estos días indispuesto, y no
obstante que estaba dos veces sangrado se levantó á ver el
socorro de Alemania, y salió á recibir á Picolomíni; viéndose
con 22.000 infantes y 14.000 caballos, aunque el enemigo tenia
mucho mayor numero de gente, y la infantería de Alemania no
había llegado, determinó de ir á buscarle y socorrer á Lovaina.
Salió el marqués de Aytona, álos 4 de Julio, de Bruselas, la
397
Tuetta de ¥>limw, eim d tjhd^ j se acnajieió j«iiloáaq[«dbL
TÜla, T negaran 1.500 españoles ^ne pocos días istes Ubim
desembarcado &k Danqoerque, á cargo del capituí D.
de Co^^ja;; t se indojenm en los tenaos tí^ob j los
de AlooBo Ladron t SfirondaiOy j las oompaSíai de sa
de que es Gi^ítaii el marque de Oíani, llegó S. A. á los 7 : el
enonigo, no atreviéndose á esperar i S. A., Ievaiit6 d sitid de
Loiaina j se returó, pasando el Domer por Aiftoote, t de allí
toé á IMsIe, j dejando guarnición ea ella tomó la Torita de
Ramonda por la campiña, marcbando de día t de nocheátoda
priesa, t se acoartelé en el condado de Homo, fortificando
mnT bien sos coartdes^ tomando por espalda la Mnasa: á los 8
partid S. A. de Malinas con todo el ej^ifo; purtió «n tres tro>
108, 7 «itíó al conde Joan de KasM con la caballeta de este
Betedos, j al conde Piodomíni «m la de AlMDania;j 3.000 bo-
cas de fuego á cargo de D. Andrea Cuitebno, qne fnesen de-
lante picando al enemigo, qne se retiraba tan apriesa , en la
retegnardia: Uegd ¿ Disle á 10^ y aqneüa nocbe se le abriS
trinchera por cuatro partes : los españoles por la mes peli<sra;«^
T In^o Uegaron donde murieron algonos é hirieron al
al foso,
capitán D. Josefa de Tergara de^nn mosqnetaio ea los pedns;
el Maestre de campo, Carlos Guaseo, ganó con su temo ana
media lona qne estaba delante de la puerta de Siqu^n , con que
el dia siguiente se rindió la Tilla, saliendo la guarnición, que

eran 2.000 hombres, toda la gente escogida, con banderas, ar-


mas T bagaje , y se le dio coutot para Boldaque.
La caballería que fué en seguimiento del enem^, Tohrió
habiéndole hecho poco daño, y partió el duque de Leiua con
iin troao á Sst^ban Verte: detÚTOse S. A. en Diste quince d¡a$,

alojando el ej(^<cito en los contomos, aguardando la inftuateria


de Alemania, y enrió al baran de Balanzón, General de la
artillería, con 900 instes y 3.000 caballos, á las firontoas de
Artues, por haber aTisado el de Fre$i que cargaban más flraa»

ceses por aquella parte: publicóse en Diste la guerra contra


Francñi por un manifiesto de S. A. i^harto mes modesto y rer-
dadero que el del rey de Francia), t se supo que una par-
39S

tida de Breda rompió una partida de caballería francesa, que á


la nueva de la rota del príncipe Thomás, y que su ejército

estaba en Bruselas, como en toda Francia se publicaba, vinie-


ron por mar á Bergas, y iban á juntarse con su ejército, y
nuestra gente los esperó en un paso estrecho, y prendió 200,
toda gente escogida, tan particular, que el despojo y rescate
importó gran suma.
El socorro de la infantería de Alemania llegó, con que partió
S. A. con el ejército á la vuelta de Esteban Yerte: el segundo
dia, que fué á los 29, llegó la ni^eva de la interpresa del Es-
quenque, fuerte el más importante de los Estados, que estaba
en la punta de la Betua, donde el Rin se divide en dos brazos,
paso principal de Alemania á Holanda y Celanda : sucedió la
interpresa á los ^7, saliendo de Güeldres en diferentes partidas
1.300 hombres á cargo del Teniente coronel Henoslt, el que
hizo la de Tréveris, que se juntaron en la riberilla de Cleves, y
se metieron en diez barcas que tenian prevenidas; salieron al

Rin, y se desembarcaron cerca del fuerte: fueron sobre él, y


aunque fueron vistos del enemigo, por ser ya de dia, y se puso
en defensa, los nuestros acometieron con tanta bizarría, que
le ganaron, matando al Gobernador y la mayor parte de la

guarnición : con tan alegre nueva se marchó apriesa , y el dia


siguiente se pasó la Mosa por Esteban Vert, de donde habia
partido yaduque de Lerma con su trozo á meter gente y
el

guarnición en el Esquenque y metió en él 12 compañías del


,

tercio de Celada en Ordi, villa neutral del Ducado de Cleves,

que está dos leguas de y tres del fuerte, habiendo


la capital

enviado primero al barón de Vesmal con 3.000 infantes sobre


Herquelens, que la ganó con facilidad. A los 3 de Agosto envió
S. A. con otros 3.000 infantes de españoles é italianos y nacio-
nes al marqués de Leide, á ganar á Estralem, villa pequeña

del Ducado de Güeldres plantó la batería y fuese arrimando


:

la gente al foso; y aunque se comenzó á defender disparando

ameuudo su artillería, se rindió el mismo dia; y el siguiente


salió la guarnición, que eran 300 hombres de naciones. Volvió
el de Leide al campo donde estaba con su trozo el de Lerma, y
399

todo junto fué la vuelta do Güeldres, donde estuvo dos días,


y fué el Maestre de campo Carlos Guaseo con alguna gente á
ocupar á Arsen, castillo puesto sobre laMosa: S. A. fué á Goch,
y se acuarteló junto á la villa; estuvo aquí diez y siete dias
enviando convoyes de lo que era menester alEsquenque que ,

el enemigo comenzaba á apretarle; que así como el de Orange


tuvo nuevas de la pérdida, se alteró notablemente, y á toda
Holanda causó tan gran miedo, que hasta cerca del Gaya vi-
nieron á pedir salvaguardias: partió Orange con gran priesa de
cerca de Ramunda á Nimega; allí pasó el Val y se metió en
la Betua con su ejército y el del rey de Francia, y se fué acer-
cando al fuerte. Nuestra gente había ocupado un puesto im-
portante , donde se comenzaba a ensanchar aquella lengua de
tierra Rin y el Val, y estaba en él un Capitán
que hacen el

alemán con gente de su nación el enemigo se lo ganó, no sin


:

nota del Capitán, que so retiró al fuerte y le prendieron por


ello. Comenzóse á fortificar el enemigo y hacer un fuerte alas
espaldas y reductos á las orillas de ambas riberas, para estor-

bar á los nuestros la entrada en Holanda, que por allí era tan
fácil, yá Rin plantó una batería de seis piezas,
la otra parte del

que con ella y muchas bombas que disparaban amenudo


hacian mucho daño en las casas del fuerte y en la gente poco:
fué allá D. Andrea Cantelmo con su tercio y el de Sfrondato,
para que con los españoles que allá habia gobernasen las trin-

cheras: fueron contraías del enemigo, y


caminando con ellos

ganando terreno hasta tenelle para hacer una cortadura, en


que se se comenzó á trabajar luego para juntar el Rin con el

Val y dejar aislado el fuerte.


Al tercero dia que llegó á Goch, dia dol gran San Lorenzo,
que fué á 10, fue el marqués de Aytona á ver el Esquenque;., y
habiéndole reconocido todas las fortificaciones y trincheras, y
dado las órdenes convenientes, se volvió el mismo dia al campo,
y el siguiente se sintió malo, y aunque acudieron con los re-

medios posibles, murió á los 17, con gran sentimiento de S. A.


y de todo el ejército y países, así por sus grandes partes como
por la falta que hacia en semejante ocasión; lleváronle á Bru-
400
selas con pasaporte del príncipe de Oran ge, con sola la compa-
ñía de su guardia y los criados de su casa.
De Goch envió S. A. al país de Artues 2.000 crovatos, gente
á propósito para correrías, que con la que tenia allá el barón de
Balancon hicieron grandes entradas en Francia; quemaron los
burgos de la Cápela y muchos casares, corriendo hasta Bolonia
y cerca de Amiens, robando inumerable ganado mayor y me-
nor, haciendo muchos prisioneros, trayóndolo todo á nuestras
fronteras, con que se satisfacieron bastantemente del daño que
habían recibido de los franceses.

A los 23 salió S. A. de Goch y fué legua y media de allí á


Uden; hizo la infantería frente de banderas junto á la villa, y
la caballería se alojó en Calcar y los contornos: estuvo aquí el

y tres dias. En todo este tiempo apretaba el


ejército treinta

enemigo Esquenque con artillería y bombas en tanta canti-


al

dad que hubo dia que echó 60 ; echaba también muchas gra-
,

nadas y los barriles llenos dellas los Estados sentian agria-


,
:

mente que hubiese tomado S. A. puesto tan importante en


Holanda, y más en tiempo que se vieron poderosos en nuestros
países, que pensaron ser señores dellos, y se veian ahora de
suerte que tenian harto que hacer en conservar los suyos:
apretaban al príncipe de Oran ge le recuperase sin reparar en
costa ni riesgo de su ejército, y las ciudades del Rin sentian
también mucho que se les hubiese cerrado el paso á Holanda.
El de Orange daba á todos muy buenas esperanzas que saldría
con la empresa, asegurándoles que para principio de Octubre
ganaría el fuerte, sobre que había grandísimas apuestas en
Alemania y Holanda: plantó otra batería á la parte del Rin,
más arriba de la primera, con que franqueaba el paso del Val
al fuerte que hacia algún daño en las barcas que pasaban : en
las trincheras se trabajaba de ambas partes, ellos á cavar los
fuertes y nosotros hacían algunas salidas, y de
las cortaduras:
todas fueron rechazados, y en una mataron á D. Antonio
Trexo, del hábito de Santiago, hijo mayor del marqués de la
Rosa, y al capitán Truillos, cuya compañía dio S. A. á D. Juan
de Somoza, caballero del mismo hábito, é hirieron de tin mos-
401

quetazo al caballero Melei, Sargento mayor de Sfrondato,


que aquel dia gobernaba las trincheras; envióse para que\
asistiese en ellas á Damián de Lara, Sargento mayor de Don
Francisco Zapata con dos compañías de áu tercio y otras del
,

de Celada, cuyo Sargento mayor era Pedro de la Gotera, y fué


á Goch con cinco compañías de su tercio que le quedaban y
todas las banderas ddl.
Aunque S. A. se vio con tantos cuidados en Brabante, no
dejó de tener el que con venia de las cosas de Flandes, y de
ordenar se hiciese el daño posible á los holandeses ; para esto
mandó se aprestase en Dunquerque con gran secreto una
armada de catorce galeones y seis fragatas , con que salió del
puerto Monsieur de Graveli, Superintendente de la armada de
Flandes, por ausencia del marqués de Fuentes, General della:
á los 15 de Agosto, fué la vuelta del Norte en busca de las pes-
querías; á los 25 dio sobre ellas, y echó á fondo, peleando, tres
navios armados, y rindió otro que estaba en guardia de las
barcas de la pesquería, que eran 400, desbaratándolas, y las

redes, tomando 160 con más de 1.000 prisioneros; destos se


enviaron en un navio de Amburgo 500 viejos y muchachos y ,

con 721 volvieron victoriosos á Dunquerque. Vino esta nueva


á S. A. estando en Uden, que le causó gran contento, cuanto
pesar á las islas, porque el trato más grueso y en lo que más
interesa el común dellas es en las pesquerías.
También vino aquí nueva que Galasso había hecho retirar
á Francia al duque de Veimar y al cardenal de la Baleta, de-
gollándoles mucha gente y ganándoles la artillería y bagaje,
y que el conde Juan de Verta, que estaba con duque de el

Lorena habia cogido con emboscadas 3.000 caballos y rotólos


todos, degollándoles la mayor parte, que en todas les castigaba
Dios el haber alterado tanto la cristiandad que es cierto que ,

en esta ocasión, que tanto número como entró en estos países


no habian quedado sino 6.000 infantes y 1.000 caballos con
el Mariscal de Brese que el de Catillon "dias habia que* era
,

ido á Francia por mar.


A los 27 de Setiembre mudó S. A. el ejército á Jenape,
Tomo LXXV. 2G
402
villa también neutral del Ducado de Cleves, cuatro leguas de
Uden y tres del Esquenque; acuartelóse entre la villa y el

castillo, tomando por espaldas la Musa y por frente al rio Niers;


echóse puente en la Musa y pasó la caballería á alojarse en la

campiña, que estaba abundantísima de forrajes , de que habia


algunos dias se carecia.
A los 28 fué el conde Picolomini con una tropa de su caba-
llería hacia Nimega, que está cuatro leguas de Jenape, y es-
caramuzando con la que salió de la villa, degolló hasta 40, si-

guiéndolos hasta dentro de sus fortificaciones. La gente que


tenia D. Andrea Cantelmo acuartelada junto al dique que va de
eleves al Val, se alojó en aquella villa y en el castillo della, y
de allí mudaron las guardias á las trincheras del Esquenque,
que el enemigo no le apretaba ya tanto como iba entrando el
invierno esperanza de recuperarle; y teniendo á S. A.
y perdia la

cerca de Nimega y de Grave, metió en aquellas gruesas guarni-


ciones, comenzando á deshacer su campo. Viendo S. A. de
cuánta importancia era conservar el castillo de Jenape, así para
cortar el paso de Holanda á Ramunda y Venió, como para
abreviar el de nuestros países al Esquenque, sin tener que ro-
dear por Esteban Vert, determinó fortificarle, y se comenzó á
trabajar con mucha priesa , haciendo una fortificación real ca-
paz de más de dos mil hombres y una exclusa en el rio Niers,
,

que por allí se desagua en la Musa para llenar los fosos de agua.
A los 29 de Setiembre llegó D. José de Saavedra de Mas-
que se habia puesto en ejecución el canje que habia ajustado
triq,

elduque de Lerma con el Mariscal de Brese por orden de S. A.,


por un deudo suyo y Capitán del regimiento de su hijo el mar-
qués de Brese, que habiéndose quedado atrás le cogieron los
villanos y le llevaron preso á Anamur, al conde de la Montería,
llamábase Monsieur de Tudier, natural del Puetu. Vino también
con D. José, el capitán Fernán Darias de Saavedra, trocado
por un corneta de caballería francés; los dos franceses pasaron
á Nimega, y D. José besó la mano á S. A. y se dolió mucho de
ver lo maltratado que venia, pues el vestido que traia acues-
tas se lo habia dado un burgués de Mastriq por amor de Dios,
403

apiadándose de verlo entrar desnudo y descalzo de pié y pierna,


en una silla de paja en brazos de dos Alféreces, que el uno so
llamaba Jaime Ponce y el otro D. Simón de Castañiza, su ca-
marada y mayordomo, que por ser muchas las heridas y peli-
grosas no podia ir de otro modo; y estando en este tiempo vacó
una compañía de caballos corazas españolas, por muerte de Don
Alberto Vaca de Benavides, le hizo merced S. A. della á Don
José, con requisitos de mucha estimación, como fué el pasar el
Infante con su coche y topar á D. José, y enviarle á decir con
D. Antonio de la Cueva, su paje de guión, que estuviese con
el príncipe Tomás, porque como se habia perdido con él, quiso
S. A. que del recibiese la nueva, excusando á D. Martin de
Aspe, su Secretario, que escribiese billete como se hace con
todos; aunque viéndose D. José con el Príncipe aquella noche,
delante la mayor parte de los Cabos del ejército, le dijo como
S. A. R. le habia hecho merced de la compañía de caballos de
D. Alberto Vaca, no teniendo atención á su ilustre sangre ni á
la fineza que hacia en venir á consumir su mayorazgo, pudiendo
estar tan descansado con él en su casa , lo gastaba en su luci-
miento y en ayudar á pobres soldados, si no meramente por lo que
se habia señalado en aquella ocasión, perdiéndose en su puesto
peleando con los enemigos hasta romper la pica y espada en
ellos,y quedar en camisa y dejado por muerto; y que respeto
de que no habia otra cosa mayor vaca le daba sola esta com-
,

pañía en competencia de todos los Capitanes de caballos refor-


mados, y otros hijos de señores que se hablan hallado en la ba-
tallade Norlinguen con el Infante que la pretendian y que le ,

daba la palabra de escribir al Rey para que le hiciese una muy


particular merced.
Digno es de toda ponderación, y que no me lleva el cariño
de ser andaluz y conocer á D. José desde que vino á estos Es-
tados bien muchacho, al fin del año de 1629, con el marqués de
Leganés, cuñado de la marquesa de la Puebla, su madre, sa-
liendo deMenino á su costa, como que salia voluntario á ser
soldado, de indignación el ver un caballero, señor de una casa
tan cómoda, Imber pasado tantos trabajos y tan grandes, que rara
404
vez en un sujeto se han visto, y en esta ocasión ninguno, por-
que si fueron heridos no fueron desnudos, y si fueron presos to-
paron con personas que tenían posible y valor para regalarlos,
y si perdieron su bagaje, que muchos le escaparon con el abrigo
del besco que estaba á como el de Don
las espaldas , no era tal

José el cual acababa de venir á toda diligencia á Amberes de


,

cobrar de Andrea Piquenote 2.500 patacones; y á no haber te-


nido tanto deseo de hallarse en la oclision, bien pudiera haber
tardado, y no que hizo diligencia á reventar de ida y vuelta en
dos dias desde Landeu, donde estaba alojado cerca de Anamur
y de las orillas de la Musa, como D. Juan Alonso de Sosa y
Pedro Cuche, Capitanes del mismo tercio, que tardaron de

modo que no se hallaron en el reencuentro; y él como tenia tanto


porte de camaradas y criados , y supo como aquel ejército había
de ir á Alemania , temió no le faltase dinero para mantener el

lucimiento con que había salido á la campaña, apresuró este


viaje para presentarse al peligro, con que conferida esta materia
se halla como en D. José concurrieron todas las desgracias

dignas de ponderación, porque habiéndose quejado de que


aunque no le tocase por las guardias no le hubiese el Maestre
de campo nombrado para el escuadrón volante le sucedió tam- ,

bién que nuestra caballería, huyendo, rompió el dicho escua-


drón , el cual , retirándose , rompió parte del tercio que estaba
dentro de una pradera con setos, y saliendo D. José solocon
^una nianga de arcabucería suelta á recibir al enemigo, le

rompieron la pica de un mosquetazo con que tomó , la rodela

que tenia su paje de gineta, Francisco Palomino, el cual quedó


tan maltratado, que murió dello después en Bruselas, y con
ellay su espada se defendió, de modo que le dejaron en el suelo
entre muchos cuerpos muertos, y pasaron por encima de él los
regimientos de Campaña y Píamente; y comenzando á pasar el
regimiento del conde de Socur, Teniente general de la Picardía,
habiéndose muy de veras D. José encomendado á la Virgen de
Atocha, su patrona, llegó un soldado á quitarle las medias, y
estandóselas quitando llegó Monsieur deBacombal, Teniente
del capitán Depon , del dicho regimiento de Socur , y le dijo al
405

soldado: «llevaos vuestras medias, mas no le hagáis mal, que yo


no he ganado nada hasta ahora y queria llevarme este prisio-
nero, que me he aficionado de él por haberle visto defenderse
le cogió de la mano á D. José y le dijo que si
con tanto valor»; y
se hallaba conánimo de levantarse, y él le dijo que sí y se puso
en pié como si no hubiera nada que le embarazara; y le pre-
guntó Bacombal si era Alférez ó Capitán él le respondió. Ca- ;

pitán y persona que os dará muy buena satisfacción de la cor-

tesía que me hiciereis; y él, tomándole de la mano le dijo, venid


hijo conmigo, que yo os salvaré la vida; y así fué, porque como
toro á quien ninguna gallina después de desjarretado niega cu-
chillada, así fué de gran cantidad de picas, espadas y pistolas
acosado D. José, el cual no tenia más de vivo que el corazón,
que nunca se rindió á este infortunio, y si no fuera por Bacombal
le hubieran muerto; mas él le defendió deteniendo á todos con
que era su prisionero y que le habia de valer una gran ración:
salvóle del tumulto que iba siguiendo el alcance codicioso del
despojo , apartándose con él á un lado hasta que mandasen los
Mariscales recoger su ejército para tomar un buen puesto en
que acuartelase aquella noche: metió Bacombal á D. José, y le
encargó que fuese con él, dentro de su regimiento de Socur, á
un Sargento, y deste modo, dando admiración á todos los Cabos
del enemigo, marchó media legua á pié, su cara, camisa y pier-
nas teñidas en sangre de las trece heridas, que necesitaban más
de cura y regalo que de tal camino; en llegando al cuartel hizo

venir un cirujano á que le curase .que estaba tan desangrado


,

que estaba ya como mortal; hízole echar en una pajada consigo,


y mandó á un Caporal de infans ]^erd^s, de su compañía, que le
prestase un gabán que era verde á la gascona llámase el Ca-
, ;

Bacombal á Don
poral Monsieur de la Violeta; aquella noche dio
José una manzana con pan de munición podrido que dijo no ,

tener otra cosa ; á la mañana el caporal la Violeta se llegó á él


no estando allí el Teniente, y le dijo: Monsieur rúndeme mon
capot queje me mort de froi tout la nuit. Con que quedó Don
José con su camisa sola, que se pasaron en marchar y en estar
hechos altos en el país de Lieja, y junto á la misma ciudad, de
406

donde viéndose D. José tan malo de sus heridas, concertó con


Bacombal que por el cuartel de Holanda que son 600 fruines,
fiando su Maestre decampo Alonso Ladrón, le enviase á Lieja,
y envió Fernán Darlas de Saavedra á decirlo al dicho
al capitán

Maestre de campo, el cual respondió que harto haria cada uno


en responder por sí; acción que á los nuestros y á los enemigos
pareció muy ruin. Bien diferentemente lo hizo el marqués
Sfrondato, que á los más Capitanes y personas particulares de su
tercio les envió á gozar de libertad ,
quedando él por su resca-
te. Estando un dia destos medio durmiendo D. José, oyó plati-
car á Baconbal con el barbero que le curaba , de que era impo-
sible que sanase de las heridas, porque á la primera calenturica
que le diese morirla ; con que se determinó Bacombal á dejarle
en unos setos para que allí se muriese ó le acabasen de matar,
diciendo por gran cosa que habia gastado en dia palma y en
lienzo y en darle de comer mucho lo cual nunca pasó de pan
,

y queso, y por grande agasajo le decia que era menester para


calentar el estómago tomar un bullón, el cual era una poca de
agua caliente en un tiesto, con un hueso de tocino que habia
servido en más de veinte caldos y más parecia zancarrón de
,

Mahoma que otra cosa; y que pues no tenm prqfit que no queria
hacer más gastos; disimulando que habia oido esta resolución
D. José,dijo le llamasen á D. Simón de Castañiza, que habia

andado como tan hombre de bien que habia negociado le deja-


sen venir á asistir á su Capitán, y si no fuera por él muriera,
porque con la materia las hiBridas no le dejaban mover pies ni
cabeza, conque le llevaba á cualquiera necesidad en brazos
Castañiza, al cual envió D. José á quejarse á los Mariscales de
la resolución de Bacombal , sin darse con él por entendido de
que lahabia oido, pues imaginaba que dormia; y pareciéndoles
muy mal llamaron al Mayor de su regimiento que como dicho ,

os, era de Socur, y le dijeron que si no daba cuenta de todos los


prisioneros le hablan de cortar la cabeza; sabido por Bacombal,
quedó rabioso, mostrando grande arrepentimiento de haber
salvado la vida á D. José, y no quiso darle más lienzo para
curarle , con que el barbero le cortó las faldas de la camisa para
407

eilo y le quitó la poca comida que le daba, que si no fuera por


otro Teniente del mismo regimiento que se llamaba la Motta,
y era por su madre aragonés, de la casa de Lanuza, muriera
de hambre, y e'ste no se atrevia á darle nada de comer si no era
á escondidas del otro.
Marchaba D. José hasta que se hizo alto entre La Varia y
Mastriq, en la carreta de Bacombal, la cual era de un caballo
y descubierta, que lo principal para que la llevaba era para lle-
var armas para pasar muestras, que como tenia su Capitán
ausente tenia la ganancia para sí. En ella le quisieron matar un
dia que se tocó arma, diciendo que el conde Juan de Nassao ve-
nia; y llegando un soldado diciendo que era menester primero
matar los prisioneros, y que él comenzaria por este herido, dio
á D. José un mochazo que lo reparó con el brazo derecho, de
que estuvo bien malo algunos dias, y á no habelle detenido un
Capitán, le acabara de matar, que era grande el miedo con que
estaban de la venida del conde Juan, no le pasando por el pen-
samiento; aumentóse la rabia en Monsieur de Bacombal cuando
supo que habian resuelto los Mariscales de quedarse con todos
los prisioneros para su ley y dejallos en Mastriq en manos del
duque de Bullón, Gobernador de aquella villa, dejando decir
])alabras descontentas contra sus Cabos y contra los prisio-

neros, por lo cual no quiso dar su carreta para que llevasen á


D. José; y así, por la piedad de aquellos Alféreces que he dicho
en su entrada, le valió por triunfo do sus trabajos. BacombaJ
perdió para con todos la acción primera de haber salvado la
vida á D. José con la segunda de haber usado con él tan malos
términos; metiéronle en casa del Preboste, y á D. Crisanto Soler
y á Fernán Darias de Saavedra, de los cuales supe tan por
menor todo lo que voy refiriendo, porque la modestia de D. José
no le ha permitido hablar en ello. A los demás prisioneros repar-
tieron en las hosterías
y dellos oí mil alabanzas de la constancia
y ánimo con que había llevado D. José tan excesivos trabajos.
La duquesa de Bullón envió con gran caridad á visitar los pri-
sioneros, y á su cirujano para que curase á D. José, que le co-

nocía de Bruselas, estando ella con la señora infanta Doña Isa-


408

bel; es esta Señora hija del conde Federico de Bergas, raro ejem-
plo de valor, virtud y hermosura y discreccion, tanto, que volvió
aquí á su marido católico y le hizo bien afecto á España, porque
en todo ha parecido duquesa de Bullón á su padre, y en nada
la

á su tio el conde Enrique de Bergas. El Padre guardián de los


Capuchinos fué quien buscó, de limosna, vestido para D. José, el

cual, en dineros, caballosy menaje, perdió en esta ocasión pasa-


dos de 5.000 ducados, siendo éste el menor de los trabajos que
padeció, pues los referidos fueron mucho mayores. Anduvo An-
drea Piquinote tan galante con D. José, que escribió á un mer-
cader de Mastriq le ayudase, y llegando esta nueva al tiempo
que le habia traido la deseada libertad Juanes, el trompeta del.

Mariscal de Bresse, le dio una linda banda roja, é hizo un


banquete en la hostería del Molinete, que es junto al convento
de Santo Domingo, en que comieron todos los Oficiales prisione-
ros y los del enemigo, en que serian 60 personas de mesa. Tam-
bién socorrió á muchos necesitados, y no tuvo tiempo para ha-
cerse de vestir, porque el dia siguiente partió, llevando á su costa
hasta el ejército á los dos franceses y Fernán Darias, con que
luego que lo tuvo, mostró su liberalidad.
A los 5 de Octubre partió el marqués de Leide de Jenape
con 1.000 infantes y 400 caballos y dos piezas de artillería, y
habiendo llegado á Juliers, dio la vuelta sobre Limburque,
donde llegó á los 16, el dia siguiente, y tomó los puestos, y lle-

garon 1.000 hombres de Tréveris con D. Marcos de San Martin,


Teniente coronel de Ser Fontana, y 1.000 de Lucemburque y
y otros 1.000 que envió el barón de Balanzón que volvió de
el campo y artillería de la Varia y de
Artues á juntarse con
Anamur, que con tanta orden guió S. A. esta empresa. Comen-
zóse á cercar la villa del enemigo, y el enemigo hizo salida, en
que perdió alguna gente que mataron los nuestros; á los 21 se

ganaron las fortificaciones de afuera y se fué apretando la vi-

lla con baterías y bombas; á los 31, que se ganó de noche por
asalto, degollando hasta 30, que los demás se retiraron al cas-
tillo; de los nuestros murieron pocos; saqueóse el lugar en que se
halló poca hacienda por haberla retirado con tiempo al castillo,
409

arrimóse á él nuestra gente, y al otro día se le plantó batería,


con que á los 2 de Noviembre, á las 10 de la noche, se rindió,
y á la mañana salió gran guarnición, que eran 300 hombres,
con las mismas condiciones que los de Diste y Estrallen: ha-
llóse en gran cantidad de pólvora y cuerda y otros
el castillo

pertrecho^ de guerra, y abundancia de víveres. Fué luego el


Marqués á Facmon, que se rindió luego en plantándoles la ar-
tilleríay batería, y las demás villas de aquel Ducado, con que
todo él quedó por S. M., y Mastriq muy cercado.
El tiempo que S. A. estuvo en Uden y Jenape, hubo algu-
nos encuentros con el enemigo en que hubo varios sucesos: el
capitán D. Francisco Pardo rompió con 40 caballos de su com-
pañía á 50 del enemigo, que no esperaron sino 10. Yendo el
Teniente coronel del barón de Sabac á correr la campaña
con 200 caballos de su regimiento, los cogió el enemigo descui-
dados en un casar, degolló la mayor parte, y á dos Capitanes
y al Teniente coronel. Estaba Isolani, General de los crovatos,
acuartelado con su gente hacia Grave; el enemigo, con intento
de rompelle, de aquella villa con 70 cornetas y gran golpe
salió

da infantería; aquella noche, á caso, se puso fuego en una casa


que mandó montar toda su gente, y
del cuartel de Isolani, con
envió 200 caballos á correr la campaña, que toparon con el
enemigo, el cual, pareciéndole que le habian sentido, pues los
nuestros estaban en armas, se comenzó á retirar y los crovatos

á cargarle, matándole algunos y haciendo prisioneros á otros.


El capitán D. Alonso Berdugo iba de Jenape á Cíe ves con 140
soldados, convoyando á dos Comisarios que iban á pasar mues-
tra, y algunos carros, y una tropa del enemigo, bien pequeña,
los rompió en el bosque de Cleves por ir con poca orden; lleva-
ron preso al dicho Capitán, muy mal herido, y á un Comisario,
y lleváronse todos los caballos de los carros; envióse allá al
capitán D. Matías de Ligaracu con su compañía á recoger las
listas del Rey, que las trajo todas al siguiente dia al campo.
Asistió S. A. con tanto cuidado á las fortificaciones de Je-
nape, yendo cada dia dos veces á ver y animar á los que tra-

bajaban, que aunque eran tan grandes, para fin de Octubre es-
410

taba en defensa, con sus parapetos levantados y puestas las es-


tacadas altay baja; y así, viendo que el enemigo habia retirado
lamayor parte de su gente, dejando en las fortificaciones del
Esquenque 4 ó 5.000 hombres, y que el invierno iba entrando,
determinó retirarse, y dejó en el Esquenque 1.500 hombres, y
por Gobernador al coronel Henolst, y en Cleves 1.000 hombres
con el Sargento mayor de Cantelmo, D. Francisco Toralto, con
patento de Maestre de campo. En Jenape quedó por Gobernador
el Maestre de campo de irlandeses, llamado Presten, con 1.500
hombres. A Güeldres se enviaron seis compañías de españoles
de los tres tercios, y quedó allí por Gobernador y General de
Ultramusa el barón de Valanzon, con que S. A. partió de Je-
nape y pasó la Musa á los 30 de Octubre, y fué la vuelta de
Berta.
El duque de Lerma andaba enfermo, y con el trabajo
del camino y rigor del tiempo se le agravó la enfermedad, de
suerte que no pudo atender á su cargo de Maestre de campo,
por lo que se despachó orden que obedecieren todos al príncipe
Tomás. Se tomó la vuelta de Diste y se reformó la caballería
que S. A. habia traido de Italia, y también se reformaron algu-
nos regimientos de alemanes: á los 19 de Noviembre par-
tió S. A. y el príncipe Tomás á Nuestra Señora de Monte-
agudo, y de allí, por Malinas, fué á Amberes, donde entró á
los 11: el ejército quedó alojado en los contornos de Diste á
cargo del conde Juan de Nassao, donde estuvo algunos dias
aguardando las órdenes para entrar en guarniciones.
La enfermedad del duque de Lerma fué siempre en aumento
y le obligó á quedarse en Anu, villeta neutral del país de Lieja,
donde murió á los 12, y causó gran lástima ver morir á un tan
gran señor en lo mejor de su edad, en un pobre lugar, ausente
de su mujer é hijas: llevaron su cuerpo á Bruselas, acompañán-
dole el conde de Sant Amur, Capitán de su guardia, y sus ca-

maradas y criados: depositáronle en los Jesuítas, donde tam-


bién está el del marqués de Aytona.
Envióse la orden para que se retirase el ejército , el tercio

de Alonso Ladrón y otros de naciones, y 500 caballos , habien-


411

do ido al país de Limburque y se alojaron en las villetas y casa-


res de aquel Ducado; los demás y la caballería en sus guarni-
ciones antiguas ; la infantería y caballería de Alemania en el
país de Juliers y en el de Lieja, contribuyendo el país de Lieja
para el sustento y el conde Picolomini en su corte en la que
;
,

es granada, con S. A. R., que victorioso y triunfante entró en Bru-


selas á los 13, donde fué recibido con gran aplauso y regocijo de
los países obedientes, habiendo echado dellos tan pujantes ejér-

citos del enemigo ; y ganándole tantas plazas importantes ; y

por remate y fin de tan feliz campaña, á los 14, se libró el


conde de la Fera milagrosamente de la prisión en que estaba en
Mastriq, desde la rota del príncipe Tomás, rompiendo una
pared que salia á un convento de frailes, por donde se salieron
á la iglesia, y de allí, atravesando toda la villa y escapando
toda la ribera, llegaron á nuestro fuerte de la Vana, 14 perso-
nas, que fueron el Conde y los tres Maestres de campo Alonso

Ladrón, el marqués Sfrondato y Brunz, D. Carlos de Aus-


tria,Lorenzo Pérez y Francisco de Tavera, D. Bernavé de
Galazar, que fué el que más trabajó en esta ocasión; y también
se dio dineros á Octavio Guaseo, hermano de Carlos Guaseo,
Capitán de su tercio, para levantar un regimiento de alemanes
en Bolonia, Tréveris y Aquisgrana, y así se hizo. Doy fin á la
campaña de 35 é invierno de 36 dejando esta campaña veni-
, ,

dera para mejor pluma que la mia. Finís.


'
RELACIÓN
DE LA CAMPAÑA DEL AÑO DE 1643

DIRIGIDA

Á SU MAJESTAD EL REY DON FELIPE IV

POR

JUAN ANTONIO VINCART


Secretario de los avisos secretos de guerra.

(Biblioteca del Excmo. Sr. D. Antonio Cánovas del CaBtiHo.)


415

Á SU MAJESTAD CATÓLICA

EL REY DON FELIPE IV, NUESTRO SEÑOR.

Sacra Majestad : Continuando á enviar á V. M. la relación

de los sucesos de sus felicísimas armas en sus Estados-Bajos,


ofrezco ahora á sus Reales pies, con toda humildad, la relación
del año pasado de 1643, en el cual, el señor marqués de Tor-
delaguna, Capitán general de V. M., viendo que el rey de Fran-
cia habia juntado todas sus fuerzas para hacer aun este año un
gran esfuerzo contra la Monarquía de V. M., y su mayor
esfuerzo en España y en el Condado de Borgoña, el cual no

podia socorrer, ha hallado ser el servicio de S. M. activar sobre


sí todas aquellas fuerzas de Francia en parte donde podia resis-
tirles, donde hallándose obligado á una batalla, y la fortuna

de la guerra volviéndose por los enemigos, quedó procurando


á restaurar el combate hasta el último trance en el campo de
la batalla, prodigando su vida y su sangre por el servicio

de S. M.
Y poco después habíanse los enemigos holandeses con otro
grande ejército desembarcado en Flandes; considerando que
sobre todo importaba defender aquella provincia, ha venido
marchando desde de Francia á socorrerla, y se ha
la frontera

opuesto á sus designios de tal manera, que los dichos holan-


deses quedaron todo el verano infructuosamente junto al puerto
donde se habian desembarcado, sin haber podido hacer nada.
De allí, habiendo la armada francesa entrado más adentro,
en el país de Luxemburque con designio de sitiar aquella villa
ó de ir á sitiar la de Tréveris, ha vuelto á la dicha frontera de

Francia, y con las diversiones y estratagemas de guerra que


ha hecho á la dicha armada, la ha obligado á retirarse de los
dichos países y de volver á Francia, sin haber podido hacer
ulteriores progresos.
416

Y, esperando que también ésta, mi pequeña obra y rela-


ción, será agradada á V. M., pues son las señales del celo y
afición que tantos años he mostrado á su servicio, ruego á
Dios que continúe á proteger las armas de V. M. en sus países
patrimoniales de Flandes, y conserve á V. M. con la salud

y larga vida que la cristiandad tiene menester; y quedo


deV. M.:
Su humilde vasallo,

Juan Antonio Vincabt.


417

RELACIÓN
DE LOS SUCESOS DE LAS ARMAS DE S. M. C. EL REY D. FELIPE IV,

NUESTRO SEÑOR, GOBERNADAS POR EL EXCMO. SR. D. FRANCISCO


DE MELÓ, MARQUÉS DE TORDELAGUNA, CONDE DE ASSUMAR, DEL
CONSEJO DE ESTADO DE S. M., GOBERNADOR, LUGARTENIENTE
Y CAPITÁN GENERAL DE LOS ESTADOS DE FLANDES Y DE
BORGOÑA, DE LA CAMPAÑA DEL AÑO DE 1643,
DIRIGIDA Á S. M. POR JUAN ANTONIO VINCART,
SECRETARIO DE LOS AVISOS SECRETOS
DE GUERRA.

El Sr. D. Francisco Meló, marqués de Tordelaguna, Gober-


nador y Capitán general de los Estados de Flandes, estando
vuelto en Bruselas, después de haber estado en campaña siete
meses, y en ella recuperado á S. M., su Rey, las villas de la
Bassé y de Lens, ganándole una batalla contra los franceses, y
estorbado á los Hessos y Weymaros el entrar en sus Estados,
con aclamación de todo el país que les habia este año defendido
y conservado de sus enemigos, y rendido las armas de S. M.
victoriosas.

Se metió lue'go á poner orden en los negocios de Estado del


país, porque estaban muy atrasados por la larga campaña quo
habia hecho, hallándose en persona en las Juntas de Estado,
en las cuales introdujo D. Francisco Hinfchot, Tesorero gene-
ral de Finanzas, declarando que S. M. le habia hecho merced
de Consejero de Estado por sus grandes calidades y su celo al
servicio de su Rey.
Después se metió á tratar y disponer también de las cosas
de guerra y de la restauración del ejército para la campaña ve-
nidera; dio dineros para hacer reclutas de infantería á los Maes-
tres do campo y Coroneles, y Patentes á caballeros del país para
levantar regimientos nuevos y compañías de caballos á los quo
mereciau por sus servicios y sus acciones de valor, y tam-
ToMO LXXV. 27
418

bien dio grandes sumas de dinero para la remonta de la caba-

llería.

Mandó venir en Bruselas los Gobernadores y Comandantes


de las plazas fronteras, para que cada uno le diese cuenta en
qué estado estaba que tenia á su cargo, y proveyó á
la plaza

todo lo que cada plaza necesitaba para su defensa.


Estando así las cosas de la guerra puestas en buen estado,
y los del Consejo de Finanzas, habiendo, por su celo, suminis-
trado medios por el país y los Estados de las provincias de
Flandes, Brabante, Henao, Namur y las otras provincias obe-
dientes, dado con mucha voluntad y afición subsidios extraor-
dinarios de dinero y otras asistencias, fué el Sr. Marqués á
Amberes á negociar y á ajustar con los hombres de negocios
otros más dineros para poder sacar la gente en campaña y pro-
veer lo que la salida requería, donde negoció con los dichos
hombres de negocios portugueses, que, sobre su palabra y cré-

dito, le dieron 300.000 escudos.


Con el cual fundamento de dineros, volvió el Sr. Marqués
de Bruselas, y resultó salir de campaña; luego dio orden á
que saliesen de sus guarniciones y cuarteles de invierno la ca-

ballería é infantería de Brabante y Flandes, y la misma orden


dio al conde de Isemburque, Maestre de campo general del
ejército de Alsacia á que sacase también la del dicho ejército,

y también mandó de alemanes y las compa-


los regimientos

ñías de caballos de Ultra-Mossa, con orden al conde Juan de


Ostfriza y de Ritberga de traerlos á su cargo hasta entregarlos
al dicho General, el conde Isemburque; y otra orden dio al

príncipe de Ligue, General de los hombres de armas, de tener


sus compañías de hombres de armas en orden y aprovechadas.
Ordenando diferentes plazas de armas, una en el país de
Artoes, entre Duay y Betuna, donde mandaría el duque de
Alburquerque, General de la caballería; otra en el país de
Henao, entre Mons y Valencianas, á la cual mandaría el conde
de Buqoy; otra entre la Sambra y la Mosa, donde mandaría el
conde de Isemburque, y otra en el país de Luxemburque,
donde mandaría el barón de Bec, y otra en Lens en dicho
419
Isfana, donde mandaría el príncipe de Ligne, General de los
dichos hombres de armas, con orden á los dichos Generales
que cada uno tuviese sus tropas en su ordenada plaza de armas
para los 25 de Abril, excepto al príncipe de Ligne, al cual
dio orden de tener sus dichas compañías de hombres de armas
juntas y en orden para los 20 de Mayo.
Luego envió el Maestre de campo D. Esteban de Gamarra,
al barón de Bec á juntar con él lo que con su cuerpo de ejér-

cito habia de obrar á la parte del país de Luxemburque, y al

conde de Isemburque lo que él habia de intentar con su cuerpo


de ejército, que era compuesto de los regimientos de alemanes
del ejército de Alsacia y de los dichos regimientos de alemanes
de Ultra-Mossa.
El rey de Francia habia resuelto de juntar aun este año las
mayores fuerzas que le seria posible, y hacer gran esfuerzo
contra la Monarquía de España, para quitar al mundo la opi-
nión que haya estado sujeta á las voluntades del cardenal
Richeheu, con resolución de hacer este dicho año su mayor
esfuerzo contra el Condado de Borgoña, habiendo á este fin
mandado hacer muchas provisiones de municiones y granos en
las villas de Monpelgart y Dijeon, vecinas al dicho Condado.
Y así, teniendo aviso de esta disposición que el General del
ejército católico habia hecho para su salida en campaña, mandó
disponer también sus ejércitos franceses, para á lo más presto
salir en campaña también.
Declaró por General del uno de sus ejércitos, que llamó el

ejército de Picardía, al duque de Enguien, hijo del príncipe


de Conde; al conde de Guicha declaró por General de otro de
sus ejércitos, que llamó el ejército de Champagna, y al Mares-
chai de la Milleraye declaró por General del ejército que habia
de entrar en el Condado de Borgoña, y por ser dicho duque de
Enguien caballero mozo, le dio por Teniente general el Mon-
sieur du Gallier, Mareschal de Francia, y por sus Mareschales
de campo el marqués de Guesure el Gassion y el marqués de
,

la Ferté-Senesterre, todos soldados experimentados.


Y otra parte de los rebeldes holandeses empezaron también
420

á hacer prevenciones para su salida en campaña : embarcaron


su artillería y la enviaron por la Mossa y el Rin hacia Nimega,
con intento de hacer su plaza de armas al casar Littoy, junto
á Grave.
El Sr. Marqués, entendiendo que los enemigos, tanto
franceses que holandeses se disponian también para salir en
campaña, determinó de salir luego y de sorprender al enemigo
francés con anticiparse el tiempo y la sazón ordinaria para
salir, y de procurar de estar primero en campaña y de atirarle

en parte que estaría bien á él, y de hacerle guerra ofensiva.


Antes de salir, declaró que S. M. habia hecho merced del
puesto de General de la caballería de estos Estados de Flandes
al duque de Alburquerque , Grande de España, y al príncipe

de Ligne, también Grande de España: S. M. habia hecho mer-


ced de General de hombres de armas, queriendo promover á
mayor puesto al conde de Buquoy, que habia servido este
cargo algunos años; á ü. Alvaro de Meló, declaro que S. M.
habia hecho merced de General de la artillería del ejército de
Francia, y al marqués de Sfrondato de General de la artillería

del ejército de Brabante.


Y habiendo el Sr. Marqués declarado estos puestos y car-
gos, en conformidad de la orden que tenia de S. M., partió
de Bruselas el 15 de Abril , con rogativas á Dios , del pueblo

y del país, que fuese servido continuarle la felicidad con las


armas de S. M. que le habia dado la campaña pasada.
Fué á visitar primero las plazas marítimas de Flandes,
Brujas, Ostende, Neoporte y Dunquerque, y de allí vino á Lila,
villa á propósito para de allí disponer á todas las dichas plazas
de armas, y allí paró mientras la infantería y caballería iba
llegando, tomando sus medidas de los designios que tenia in-
tento de obrar.
- Mandóal conde de Fontana servir su oficio de Maestre de

campo general cerca de su persona en el ejército de Francia,


y á D. Andrea Cantelmo, General de la artillería, dio orden de
mandar el ejército de Brabante contra los enemigos de Holanda.
Las primeras tropas que llegaron á las plazas de armas á
421

Fetuberghe, en Artois, para estar á cargo del duque de Albur-


querque, fueron seis tercios de españoles de los Maestres de cam-
po, el dicho Duque, D. Alonso de Avila, D. Antonio de Belandia,
el conde de Villalva, el conde deGarcies y D. Jorge Castel vi;

tres tercios de italianos del marqués de Visconti, D. Alonso


Stroffi y de Juan de Liponti ; tres tercios de valones , del prín-
cipe de Ligne, del Maestre de campo Ribaucour y del Maestre
de campo de Granges.
Los que llegaron á la plaza de armas de Queurain para ,

estar á cargo del conde de Buquoy, eran 70 compañías de


caballos, con su regimiento de caballería de 12 compañías,
mandado por su Teniente coronel, Monsieurde Valence, y por
su Sargento mayor. Remare, y cuatro regimientos de infantería.
Las que llegaron á la Sambra, para estar á cargo del conde
de Isemburque, eran las tropas del ejército de la Alsacia, que
consistían en cinco regimientos de infantería y seis de caballe-
ría, con un regimiento de croatos y algunas compañías libres.
Y en este mismo tiempo partió de Bruselas al marqués de
Este con el cuerpo del serenísimo infante cardenal D. Fer-
nando de Austria, de alta y gloriosa memoria, acompañado de
todos los que fueron sus criados, pasando por Francia.
El rey de Francia, estando en San Germain disponiendo él
mismo de la guerra que queria hacer este año contra estos
países, entendiendo que el General del ejército católico juntaria
ya sus tropas en diferentes plazas de armas, mandó á los Ge-
nerales franceses que habia nombrado para mandar los ejércitos
que habia destinado para pelear contra estos Estados, de juntar
sus tropas también en diferentes plazas de armas.
Con la cual orden , el duque de Enguien fué á juntar las
tropas de su cuerpo de ejército, llamado el ejército de Picardía,
en plaza de armas, entre Amiens y Abveuilla; el conde de Guichc
fué á juntar las de su cuerpo de ejército, llamado el ejército do
Champagne, en plaza de armas á Marles, y el Mareschal Millc-
raye fué á juntar las tropas de su cargo de ejército para contra
el Condado de Borgoña, en plaza de armas entre Langres y
Chaumont, frontera del dicho Condado de Borgoña.
422

Entretanto, el Rey Cristianísimo cayó malo, y su enferme-


dad se iba aumentando de día en dia, de tal manera, que en
pocos dias se halló tan al cabo, que hizo su testamento, por
el cual declaró é instituyó la Reina regente de Francia; el

duque de Orleans, Teniente general de la regencia y de las


armas y Chef del Consejo, y el príncipe de Conde, Chef del
dicho Consejo en su ausencia, y Ministros del mismo Consejo,
el cardenal Masarini, el Chanciller, el Superintendente de Fi-
nancas, Boutelier, y el Secretario de Estado Chavigny, sin los

cuales la dicha Reina regente no podia resolver nada.


El Sr. Marqués, Gobernador y Capitán general del ejér-

cito de S. M. C. estaba con impaciencia en la villa de Lila,


que no podia empezar á obrar sus designios por amor de las
continuas lluvias y el tiempo frió que hacia contra la sazón del
principio de la primavera, en la cual se entraba.
Al cual tiempo, mejorándose un poco el Sr. Marqués,
partió de Lila y se fué á la Bassé; la cual plaza, dejando bien
proveída , se vino á Carnin , donde halló al Maestre de campo
general el conde de Fontana , el cual le dio cuenta como todas
las tropas estaban ya juntas , con que el Sr. Marqués marchó
con todas las dichas tropas hacia Duay y el dia siguiente á
,

Valencianas , donde al otro dia mandó hacer plaza de armas


entre dicho Valencianas y Quenoy, y de incorporarse con las
tropas del conde de Buquoy.
Mientras esto, el Sr. Marqués fué á hacer un cumplimiento á
Madama la duquesa de Orleans, la cual, por aquel camino,
pasaba á Francia, haciéndola acompañar con algunos escua-
drones de caballería hasta la frontera donde vinieron á reci- ,

birla muchos caballeros franceses á acompañarla hasta París;


donde la dicha Duquesa publicó á todos cuánto estaba obligada
á agradecer á S. M. C. el haberla tantos años y con tanta afi-
eion entretenido, y hecho servir todo el tiempo que ha tenido
su refugio y protección en sus Estados de Flandes , alabándose
mucho de todos la generosidad de la Monarquía de España, y
de haber hecho tanto bien con dicha Princesa.
El Sr. Marqués, habiendo hecho este cumplimiento á la
423

dicha Duquesa, volvit5 á su campo, donde considerando que el

dicho rey de Francia, enviaba un ejército al Condado de Bor-


goña á cargo del Mariscal Lamilleraye con designio de embes-
tir laBorgoña, sitiar las villas de Gre y Dola, con esperanza
que aquel año se podría hacer dueño de aquella provincia, la
cual es el antiguo patrimonio de S. M. C, y que otros 10.000
hombres enviaba á Cataluña para hacer también un grande
esfuerzo en España; y viendo que no podria socorrer dicho
Condado de Borgoña, y que de otra parte estos 10.000 hom-
mucho las armas francesas en España, deter-
bres reforzarían
minó de seguir la orden que tenia de S. M. y entrar en Francia
para tirar sobre sí todas aquellas fuerzas y ejércitos de Francia,
en parte don(íe le estaría bien, y donde más cómodamente
podria resistirles y pelear con ellos; y para esto escogió el
paraje de Rocroi, donde tendría la ribera Mossa para los ví-
veres , y por donde más fácilmente podria entrar en Francia y
abrirse camino para mayores aprestos, sabiendo que en esta
plaza no habia más que 400 soldados y 150 villanos.

El rey de Francia, estando muy enfermo en la cama, los


Generales de sus ejércitos que estaban cerca del, queriendo estar
presentes hasta ver lo uno ó lo otro de la enfermedad de su Rey,
tuvieron orden de ir luego cada uno á sus rendevous y plazas de
armas. El Mariscal Lamilleraye fué el primero que fué mandado

ir al rendevous de su armada, á la frontera de Borgoña; el duque


de Enguien partió el día siguiente para ir á la plaza de armas
de su armada , á la parte de Amíens y Abveuila ; el conde de
Guiche partió el mismo día para ir á Marles, donde se juntaba
su cuerpo de ejército, y al marqués de Gesure fué entregado un
cuerpo de ejército separado, con orden de quedar dentro de la
Francia para si el Rey venia á morir, detener los que querían
hacer algún partido ó alteración en la Francia.
Pero habiéndose tenido aviso de Francia que el dicho Gene-
ral del ejército católico trataba ejecutar el sobredicho designio,
fué enviado orden al Mariscal Lamilleraye de hacer alto con el
cuerpo de ejército destinado para entrar en el Condado de Bor-
goña, y que también hiciesen alto los regimientos de caballería
424

é infantería que habían empezado á marchar hacia España, para


oponer estos cuerpos de ejércitos á los dichos desig;uios del Ge-
neral del ejército católico. .

Pocos dias después, el Rey Cristianísimo , Ludovico XIII,


murió en 14 de Mayo de 1643, habiendo dejado el cargo de su
Reino y de sus hijos con mucha confidencia á la Reina; y á los 15
del dicho mes la Reina vino á París con el nuevo Rey , Ludo-
vico XIV, y fué abonada y declarada del Parlamento de París
por Reina regente de Francia.
Entretanto, el Sr. Marqués, Capitán general del ejército

de S. M. C, envió orden al conde de Isemburque, el cual

habia ya juntado las tropas del ejército de Alsacia, entre Sambra


y la Mossa, de marchar con su cuerpo de ejército la vuelta de
Mariemburque, y de procurar de estar á los 10 de Mayo entre
dicho Mariemburque y Phelipevilla y de allí ir á embestir la ,

villa de Rocroi.
Y al barón de Berg envió orden de embestir en un mismo
tiempo el castillo de Chasteau Renart, situado sobre la Mossa.
El conde de Isemburque, para no dar á conocer á los ene-

migos la orden que tenia, dio á entender que iba á juntarse con
el ejército del Sr. Marqués á la parte de Valencianas y que ,

pasaria laSambra á la Bussiera.


A 11 de Mayo, dicho Conde hizo alto; y haciendo cuenta de
querer pasar la Sambra el dia siguiente, marchó hacia Mariem-
burque, y se fué á alojar en el casar Bossuyt, entre dicho Ma-
riemburque y Rocroi; y marchando toda la noche se adelantó
con toda su caballería y 1.200 infantes, con tal diligencia, que
llegó al apuntar el dia á la vista de la plaza, la cual fué luego
á reconocer de cerca con el Sargento mayor D. Jacinto de Vera,
y los Gobernadores de Phelipevilla y Mariemburque, y aunque
se halló la plaza más fuerte de lo que se habia creido, tanto por
su situación que por sus fortificaciones, estando el país alrede-
dor todo más raso, mandó al dicho Sargento mayor de batalla
tomar los puestos con la caballería , mientras marchaba la resta
de su cuerpo de ejército.

Los de la villa fueron de tal manera sorprendidos do esta


425

inopinada llegada de este ejército español, que los que estaban


fuera en los campos, no teniendo tiempo para volver á entrar
en la villa, fueron tomados presos, de los cuales se supo que no
habia entrado en la villa más gente, demás de la guarnición

ordinaria, que eran 400 soldados y 100 fusileros que hablan


entrado poco antes; y no embargante que estaba harto fácil

de entrar gente al favor de los bosques que tocan casi á la villa,

y de marrazos , el Conde hizo también guardar los puestos y


las avenidas tres dias de tiempo, hallándose á caballo en per-

sona todas las noches, que diferentes partidas y una tropa de 300
hombres que se pensaron echar en la plaza fueron forzados
volver sin haber podido entrar en ella.
El Sr. Marqués, teniendo aviso del conde de Isemburque
que tenia así tomados
de Rocroi, y estorbado que,
los puestos

no habia podido entrar socorro, dejó un cuerpo de ejército á


cargo del conde de Fuensaldaña para la defensa del país de
Artois, y en oposición de los dichos ejércitos franceses que es-
taban á aquella frontera, en el Amieus y Abveuila, y
paraje de
con el grueso de su ejército pasó la Sambra; enderezó su mar-
cha hacia Avenas, y se fué á alojar al casar Dompiere, á una
legua del dicho Avenas ; y para hacer sentir al pueblo de la
Francia de más á más las calamidades de la guerra y hacerle
pedir las paces entró por allí en Francia y marchó por dentro
,

della á la vuelta de la Cápela, en tirarse, donde se acuarteló una


noche, y al otro dia marchó hasta llegar á los puestos de Ro-
croi ; algunos soldados desmandados se metieron á pegar fuego
algunas casas de algunos villajes, pero el Sr. Marqués mandó
luego, so pena de la vida, que no se quemasen.
La corona de Francia, entendiendo las armas de S. M. C.
haber entrado en Francia por el camino de la Cápela, sin

saber el designio que podia tener el General dellos, dio orden


que todos los cuerpos de ejércitos que estaban divisos, el

uno á la frontera de Borgoña, el otro sobre el camino de


España y el otro en el centro de la Francia , se juntasen todos

con el cuerpo de ejército del Duque ; de juntar todos los dichos


cuerpos de ejércitos en uno , y de acudir al peligro á la parte
426

doude dicho General del ejército católico quería intentar.


Llegó así el Sr. Marqués, á los 15 de Mayo, á cerca de la
villa de Rocroi, y hallando ya los puestos tomados por el conde
de Isemburque, fué con el dicho Conde y el conde de Fontana,
Maestre de campo general; el duque de Alburquerque, General
de la caballería, y D. Alvaro de Meló, General de la artillería,
á reconocer la plaza, y luego mandó repartir los cuarteles,
tomando su cuartel á la parte de la villa que mira á Glimey,
cuartel de la corte ; al conde de Fontana dio un cuartel á la

parte que mira á Mezieres; al duque de Alburquerque á la pla-


nura con la caballería; á D. Alvaro de Meló ordenó su cuartel
al lado del cuartel de la corte, cuartel de la artillería, y al

conde de Isemburque dejó el cuartel que tenia ya ocupado, al

otro lado de la villa , con su ejército de la Alsacia.


Estando así ordenados los cuarteles, el Sr. Marqués
mandó al dicho Maestre de campo general, conde de Fontana,
ordenar la frente de banderas y distribuir los ataques, y al
conde de Isemburque de hacer su ataque con sus tropas al otro
lado de la villa.
No tratando de fortificarse , por cuanto todos los avisos de
Francia decian que los sobredichos cuerpos de ejércitos france-
ses estaban tan divisos y separados, y tan lejos que en muchos
dias no se podrían juntar, que el del duque de Enguien estaba
aun á la parte de Amiens, sólo fuerte de 12.000 hombres; el

del Mareschal de LamiUeral á la frontera del Condado de Bor-


goña á la parte de Langrés y ,
el del marqués de Gesure en el

centro de la Francia, ninguno pudiendo creer que todos estos


cuerpos de ejércitos podrían juntarse en tan poco tiempo, y de
tan lejos llegar á tiempo para socorrer la plaza, confiándose
que con su fuerte ejército y el valor de los soldados de S. M.,
él tomaría la plaza en tres ó cuatro dias, como en efecto hubiera

hecho sí hubiera podido estar veinticuatro horas más al sitio,

porque el día siguiente se hubiera rendido la plaza.


Así, el dicho Maestre de campo general, habiendo ordenado
y dispuesto la frente de banderas de modo que vendría á ser
opuesta al paraje por donde podría venir el enemigo , yá cubrir
427

los que estarían en las trincheras y á los ataques de la plaza,


mandó á los españoles atacasen el ballenardo de la Catena;
á los italianosmandó atacasen el ballenardo del fuerte perdido;
á mandó atacasen el ballenardo del pequeño fuerte,
los valones

y el conde de Isemburque mandó á sus alemanes atacasen los


otros dos ballenardos el del Delfín y el de la Citadela, dando
,

la honra al conde de Ritberghe de comenzar el primero á abrir


trincheras.
Con esta orden , aun aquella misma noche de 15 de Mayo,
fué á tomar el puesto de los españoles el Sargento mayor Juan
Pérez de Peralta, con el tercio del Maestre de campo D. Balta-
sar de Mercader; el de los italianos fué á tomar el Maestre de
campo de Liponti con su tercio el puesto de valones fué á tomar
;

el conde de Meghean con su tercio, y al cuartel del conde de

Isemburque fue á tomar el puesto de los alemanes el dicho


conde de Ritberghe.
Luego, sin perder un momento de tiempo, todos empezaron
á hacer sus ataques y abrir sus trincheras contra la villa, con
tal diligencia y priesa, que llegaron hasta las contre-charpas

de las medias lunas y murallas de la plaza.


A los 16 de Mayo entró de guardia al ataque español el

tercio de D. Jorge de Castelvy; al de los italianos, el del caba-


llero Vizconti ; al de los valones, el Maestre de campo de Gran-
ges, y al costado del conde de Isemburque, al ataque de los
alemanes, mandó dicho Conde entrar de guardia el coronel

Frangipani.
Pocas horas después, habiéndose así mudado las guardias,
llegó una orden Marqués á cada Maestre de campo y
del Sr.
Coronel de los dichos ataques, que convenia al servicio de S. M.
que cada uno tuviese apercibida la gente que les pareciese fuese
bastante para poder ganar las medias lunas de la dicha villa
por asalto, y que esto habian de intentar todos en un mismo
tiempo; y para señalar la hora, el General de la artillería habia
hecho traer tres piezas al cuartel de los italianos, con orden
que habiendo oido estos tres cañonazos , cada uno habia de
embestir su media luna, como lo hicieron, con tanto valor,
428

que se los llevaron, y al instante cada uno se fortificó en la

que habia ganado, alojando gente en ella.


El duque de Enguien, entendiendo que el General del
ejército católico habia cercado la villa de Rocroi, plaza de
mucha importancia á la Francia, y que no habia gente bastante
para defenderla, metióse á marchar con grandísima diligencia,
desde el paraje de Amiens hacia dicho Rocroi, enviando por
momentos correos á los Generales de los otros cuerpos de ejér-
citos misma diligencia en marchar, y procurasen
que hiciesen la

de incorporarse con él en su camino, y envió delante el Ma-


reschal de campo Gassion con 500 caballos á intentar de meter
socorro en la plaza , y lo hubiera hecho si no hubiera sido des-
cubierto de las centinelas de la compañía del Comisario general
D. Antonio de Ulloa, que habiendo dicho Gassion enviado un
Ayudante suyo con otro Gentil-hombre á intentar de tomar
presos á los centinelas, y llegando á preguntar «¡quién vive!»
de una y otra parte, fué muerto dicho Ayudante por el uno de
los dichos centinelas, y el Gentil-hombre se escapó, con que se

tocó arma á la caballería de S. M.


No obstante á lo cual, 150 soldados carabinas que se apea-
ron de sus caballos , con la oscuridad de la noche pasaron y
entraron en la estrada encubierta de la plaza, los cuales, el

Gobernador dejó entrarla noche, y como por la mañana los


hubo reconocido y visto las medias lunas perdidas y que en la ,

que ocupaban los italianos habia menos fuerza mandó á los ,

dichos carabinas fuesen á regañar aquella media luna, como


lo hicieron , degollando todos los que estaban en ella.

El caballero Visconti, viendo esta inopinada salida del ene-


migo, y haber vuelto á ganar el puesto que habia ganado,
salió él en persona con dos Capitanes y 300 hombres en rasa ,

campaña, y fué á pura fuerza á rochar el enemigo y hacerse


dueño de la dicha media luna, retirándose los dichos carabinas
por el foso en la villa.

Entretanto, dicho duque de Enguien, continuando su


marcha con esa grandísima diligencia con todos los cuerpos de
ejército que habia en Francia juntos, y en su camino tomando
429
aun consigo casi todos los soldados de los presidios de las plazas
fronteras, llegó en 18 del dicho mes de Mayo hasta muy cerca
del campo de S. M.
Y así, habiéndose ganado todas las dichas medias lunas , y
cada Maestre de campo, á su ataque, empezado á desembocar
el foso, y procurado de darse la mano el uno ataque con el otro,

y el General de la artillería, D. Alvaro, habiendo mandado


aquella misma noche á todos los ataques acabar las baterías y
plantar las piezas, y ido él en persona á reconocerlas, y man-
dado tener prevenidas las faginas para la noche siguiente, con
los gaviones y todo lo necesario para pasar el foso y arrimarse á
la muralla, y al cuartel del conde de Isemburque, estando ya
casi los fosos henchidos y sus soldados alemanes llegados ya
al pié de la muralla.
Tuvo el Sr. Marqués aviso que el duque de Enguien venia
marchando con todos los ejércitos franceses que habia en Fran-
cia á socorrer la villa, y que marchaba con tanta diligencia,
que en su postrera marcha habia marchado doce leguas,
trayendo consigo por Cabos de sus ejércitos el Mariscal de
Francia du Hallier, el campo el marqués de la Ferté-
Mariscal de
Seneterre, y el Gassion, Mariscal de campo y Teniente general
de la caballería; y poco después, á cerca del medio día vinieron
los croatos á decir que algunos gruesos de la caballería del

enemigo habian aparecido más allá del bosque.


Con esta nueva, el Sr. Marqués envió orden al barón de Bec
de venir luego con la gente que tenia, enviándole por momentos
correos para apresurar su venida, y, como él habia de hacer su
mayor fundamento de la resolución que habia de tomar sobre
elparecer del dicho barón de Bec, aguardó tener Consejo de
Guerra hasta que dicho barón de Bec hubiese llegado.
Pero el enemigo, sabiendo que el dicho barón de Bec venia
marchando con tal priesa, que en poco tiempo podria llegar
con un refuerzo de caballería é infantería, y que su persona
era de alguna importancia, se adelantó, con tal diligencia, que
no dio tiempo al dicho barón de Bec de llegar, ni al Sr. Mar-
qués de tener Consejo de Guer^^a.
430

El Sr. Marqués, viendo que el enemigo francés venia avan-


zándose con tan grandes fuerzas, y que estaba ya tan vecino,
envió orden al conde de Isemburque de venir á juntarse con él

en la plaza de armas, y otra orden envió al General de la arti-

llería, D. Alvaro de Meló, de hacer atalar la artillería que estaba


á las baterías de la villa y hacerla traer á la dicha plaza de
armas.
Con que dicho conde de Isemburque se vino luego, dejando
las líneas y aprochas guarnecidas con alguna infantería y un

regimiento de caballería delante de la puerta de la villa , al


costado del bosque, á cargo del coronel Suarez, para impedir
que no entrase socorro en la plaza.

Y luego Marqués fué con el dicho Conde y los dichos


el Sr.

conde de Fontana, el duque de Alburquerque y D. Alvaro á


reconocer los puestos más ventajosos para esperar el enemigo,

y considerando que quedaba á esta parte del marrazo no


si

tenia harto franco ó terreno para poderse menear los batallo-


nes y escuadrones de infantería y caballería, y que desampa-
raba el sitio y daba lugar á socorrer la plaza, lo que se creia
que era sólo el intento del enemigo, y que el valor de un Gene-
ral de un Monarca de España no debia permitir de mostrar
tener miedo con meterse detras deun marrazo, pero de salir en
campaña rasa, y allí aguardar su enemigo y querer mantener
un sitio comenzado.
Resolvió salir á encontrar el ejército enemigo, pasar el mar-
razo y ir á ganar una eminencia que habia sobre la campaña;
pero no habiendo tiempo para ello, resolvió acudir á la disposi-
ción de la batalla, dando para ello toda la facultad al conde de
Fontana, como Maestre de campo general, y mandándole la
dispusiese en la más fuerte y mejor forma que juzgara conve-
nir; al General de la caballería ordenase sus escuadrones de
caballería, y al General de la artillería dispusiese sus piezas

conforme el sitio del terreno.


Con esto, dispuso el Maestre de campo general, conde de
Fontana la batalla, en cinco batallones de españoles á la van-
guardia con dos piezas de artillería entre cada batallón, otros
431

tres batallones, uno de italianos y uno de borg'oñeses á la


batalla, cinco de valones á la retaguardia y cinco de alemanes
para la reserva, y la caballería á la derecha y á la izquierda de
los dichos batallones de infantería, disponiendo una frente*muy
grande, en cuanto todos creían que el intento del enemigo era
sólo de intentar de socorrer la plaza y no de aventurar una
batalla en la conyuntura que estaba la Francia por la muerte
de su Rey.
D. Alvaro de Meló, General de la artillería, dispuso la arti-
llería en tal forma, que vendria á cruzar los batallones y escua-
drones del enemigo, animando á los artilleros y Gentiles-hom-
bres de su tren, de hacer sus deberes, prometiendo' de premiar-
los á todoscon dar á cada uno una buena suma de dinero; y
como enemigo habia de pasar por cerca de ciertas hayas y
el

bosques para pasar al puesto donde se queria' meter, fué dado


orden al Maestre de campo, D. Baltasar de Mercader, de meterse
con buen golpe de mosquetería en emboscada á estas hayas,
para cargar por el flanco.

El duqu« de Enguien, habiendo dado la facultad para dispo-


ner el ejército campo y Teniente
francés en batalla al Mariscal de
general de la caballería el Gassion, y otro Mariscal de campo el
marqués de la Ferté-Senesterre, dispusiéronla en forma que
entre cada batallón de infantería habia un escuadrón de caba-
llería, de modo que la caballería venia mezclada con la infan-

tería, tan conjuntamente, que las cabezas de los caballos no


pasaban de los hombres, teniendo dispuesto á la vanguardia
cuatro batallones de infantería y cinco escuadrones de caballe-
ría; á la batalla siete batallones de infantería y nueve escua-
drones de caballería; á la retaguardia cuatro batallones de in-
fantería y cinco de caballería con una reserva de 6.000 hom-
bres, caballería é infantería, y un grueso de 500
detrás de todo
caballos, para algunos se retiraban ó huian embestir con
si

ellos y matarlos ó ahorcarlos, 6 incorporarse con este grueso, de

modo que la batalla ó segunda hilera estaba más gruesa y más


fuerte de batallones y escuadrones de infantería y caballería que
la vanguardia, y más gruesa y más fuerte que todo.
la reserva
432

Mientras estaban así los dos ejércitos dispuestos en batalla,


acaüoneándose los unos á los otros, el enemigo envió parte de
su caballería con algunos batallones de infantería por el costado
del bosque, á la mano derecha de la armada de S. M., para por
allí intentar meter socorro en la villa, la cual caballería d infan-
tería pasó el marrazo, y por junto al dicho bosque se iba dere-
cho á atacar el dicho coronel Suarez, el cual tenia orden de
guardar el pasaje.

El conde de Isemburque, viendo que el dicho coronel Suarez


estaba repujado, envió con diligencia al Sargento mayor de ba-
talla, D. Jacinto- de Vera, con todos los demás regimientos de
caballería, á socorrer dicho coronel Suarez y hacer cara al ene-

migo y procurar de ocupar el puesto por donde ellos querian


meter el socorro.

Con los cuales, el dicho Sargento mayor de batalla volvió á


repasar el marrazo y fué á encontrar el enemigo, el cual hizo
alto; y viendo con la cual la iban á atacar y el re-
la resolución

gimiento del conde de Buquoy á avanzarse para cargarle, co-


menzó á retirarse más que de paso, sin que le pudiese ofender,
por cuanto al repasar del marrazo tuvo la infantería que le

abrigó, la cual no tenia la caballería de S. M.; y con esto, las

dichas tropas francesas, hallando este obstáculo, volvieron á


incorporarse con el grueso del ejército francés.
Aquella misma tarde, á cosa de las cinco horas, todo el

ejército francés se adelantó y vino á juntarse en batalla á vista


del ejército de S. M., en parte donde tenia un bosque á las es-
paldas, y el Sr. Marqués mandó adelantar el ejército de S. M. á
hacerle cara, pasando el marrazo para ganar la eminencia que
había más allá del dicho marrazo en la campaña,* y así, los dos
ejércitos, acercándose á tiro de mosquete á vista el uno del otro,

la artillería comenzó á jugar de una parte y otra, haciendo el

general D. Alvaro de Meló con sus cañoneros gran daño en los


escuadrones y batallones del enemigo.
Y
empezándose á hacer noche, la sobredichas tropas france-
sas, que habían poco antes intentado de meter el socorro, vol-
vieron otra vez con fuegos á adelantarse hacia la villa, tomando
433

otra vez el camino del bosque, con que obligaron al dicho Sar-
gento mayor de batalla de quedar á su puesto.
Se estuvo dos veces sobre el punto de cargar al enemigo
aun aquella misma tarde; pero como el Sr. Marqués tuvo aviso
que el barón de Bec se avanzaba con sus regimientos de caba-
llería é infantería, y que presto se podria juntar con la armada

de S. M., fud hallado por bueno de entretener el enemigo hasta


la mañana.
Entretanto, el enemigo, habiendo intentado por dos veces
echar un socorro en la villa por el lado del bosque, y no lo ha-
biendo podido efectuar, le hizo resolver á una batalla; y así,

siendo ya de todo noche, retiró todas aquellas tropas, con las

cuales habia intentado de meter el socorro, y juntó todas sus


fuerzas en una, quedando el dicho D. Jacinto de Vera con las
tropas, con las cuales, el conde de Isemburque le habia enviado
á estorbar meter dicho socorro áün en sus puestos y posturas;
el

y el enemigo, armándose parala batallla, la cual tenia dis-


puesta como arriba está dicho, en forma que cada batallón de
infantería tenia á su lado un escuadrón de caballería.
Y el ejército de S. M. quedaba toda la noche en su postura
como habia estado la tarde antes, dispuesto por el Maestre de
campo general, el conde de Fontana; los batallones de infante-
ría, con la artillería en medio, y á las alas la caballería.
El Sr. Marqués estaba toda la noche á caballo corriendo por

delante de todos los escuadrones y batallones de infantería y


caballería, disponiéndolos y animándolos á estar firmes con las
armas en las manos y en sus puestos, sin espantarse de los ca-
ñonazos que llegaban á matar muchos soldados; y como
echaba de ver que el enemigo habia retirado sus tropas de la
villay juntado todas en una, envió orden al conde de Isembur-
que hiciese retirar también D. Jacinto de Vera con la gente que
habia dejado durante la noche para impedir el entrar el socor-
ro, con que el dicho Conde mandó venir la dicha gente á jun-
tarse con el grueso del ejército, y para apresurar su llegada
fué él mismo á buscar los regimientos de caballería.
Empezándose á separar la noche del dia vino Gassion á re-
ToMo I.XXV. 28
434
conocer el ejército de S. M.; y viendo que la dicha caballería
de Alsacia estaba aún en su puesto junto á la villa, y teniendo
<íspiado por el barón de Bec se acercaba con sus tropas, fué
á dar cuenta dello al duque de Enguien persuadiéndole el

aventurar la batalla, con que dicho Duque se puso en postura


de querer embestir.
Entonces, el Sr. Marqués, viendo los enemigos tener esta
resolución, animó á los Cabos que estaban delante sus bata-

^ llenes y escuadrones, á querer en esta hora vivir y morir por su


Rey, y á demostrar su acostumbrado valor; y re-
los soldados

tirándose á su puesto, de donde podia ver y disponer á todas


partes, mandó dar la señal de la batalla.

Y en este instante, adelantándose el enemigo con sus bata-


llones y escuadrones hacia los de S. M., el duque de Albur-
querque, habiéndose puesto al costado izquierdo de la batalla
al opósito donde estaba el mayor ñervo de la caballería fran-
cesa, él á la frente de la caballería de S. M. con sus Tenien-
tes generales D. Juan de Vivero y D. Pedro de Villamor, di-

ciendo: «Agora es tiempo de hacer como quien somos.»


Cerró con tan grandísimo valor con la dicha caballería é in-
fantería francesa, que rompió la vanguardia de la dicha caballe-
ría y también dos regimientos de infantería, que eran esguíza-
ros, haciendo abertura en los escuadrones enemigos hasta lle-

gar á su y hacerse maestre della, dejando muchísimos


artillería

franceses caer por muertos,y muchos dellos pidiendo cuartel.


En este mismo tiempo llegó el conde de Isemburque á todo
golpe con la caballería de Alsacia, y hallando ya la batalla
comenzada y la caballería de S. M. al cuerno izquierdo pe-
leando, cargó muy á propósito también con su caballería al

cuerno derecho; y llevando él mismo sus regimientos de caba-


llería á la carga, tomando primero el regimiento del conde de
Buquoy y luego los otros regimientos, cerró tan dichosamente
con la caballería enemiga, que estaba á su opósito, que la
rompió y empujó también á su costado hasta muy adelante en su
infantería, y desbaratando otro regimiento de infantería, y ha-
ciéndole abandonar sus piezas.
435

Estando así los escuadrones y batallones de la vanguardia


del ejército del enemigo, rota la caballería, empujando la infan-
tería hecha pedazos, y ganada la artillería; y los soldados
de S. M. echando sus sombreros en lo alto, dando señal de la
victoria.

Se adelantaron los escuadrones y batallones de la batalla,


que eran mucho más numerosos y fuertes que los de la van-
guardia, y embistieron la caballería de S. M. con muchas ma-
yores fuerzas cada batallón, viniendo acompañado con dos es-
cuadrones de caballería á sus alas; y los de la vanguardia que
habian estado rotos, tomaron ánimo y resolución sus escuadro-
nes, tras de los escuadrones de la batalla, y juntamente dobla-
ron la carga.
La caballería de S. M. , viéndose cargada de caballería é
infantería francesa, y echando de ver que la infantería de S. M.
no se adelantaba, algunos escuadrones tomaron el espanto y
empezaron á desordenarse.
Y los enemigos, viendo que la caballería de S. M. estaba
desabrigada de infantería, cerraron con su caballería é infante-
ría mezclada, con tal fuerza, que después de muchos choques,
donde así el General de la caballería como los Tenientes
generales se portaron valerosamente, hicieron abertura en la

caballería de S. M. y pasaron hasta la infantería, la cual, ha-


llando sin caballería, embistieron con los cinco batallones de es-
pañoles que estaban á la vanguardia, cerrando con cada bata-
llón español con escuadrón de caballería y batallón de infante-
ría, los cuales batallones españoles resistieron con tan gran va-
lor,y el ataque y la defensa fué tan sangrienta, que de los ene-
migos quedaron muchísimos muertos, tanto Cabos como soldados;
y de los de S. M. quedaron muertos, el Maestre de campo general,
el conde de Fontana, y los Maestres de campo el conde de
Villalva y D. Antoniode Belandia, con muchos Capitanes y
mucha gente particular quedando los dichos batallones espa-
,

como una muralla, sin que los pudiesen romper 6


ñoles firmes
descomponer de un paso.
Ent(5nces el Sr. Capitán general, viendo que los enemigos
436

habían vuelto á cargar con mayores fuerzas, y reposada la


y que la infantería no se había adelantado
caballería de S. M.,
por no estar allí el Maestre de campo general, el conde de Fon-
tana, para mandarla avanzar, con que habían hecho abertura
en la caballería, y pasado á atacar la infantería en su puesto, y
que dicho conde de Fontana estaba muerto^ á la primera carga,
¿K^
corría á hacer él mismo oficio de Maestre de campo general,
acudió por su persona á los escuadrones de caballería procu-
rando poner remedio á la desorden; y animando á los Capitanes
y soldados á hacer resistencia, y á los batallones de infantería
defenderse y estar firmes, gobernando él mismo con mucho
valor la batalla.
Con la cual presencia del dicho Capitán general, y el deber
del General de la caballería, y de los Tenientes generales, mu-
chos escuadrones de la caballería de S. M. tomaron nuevo
ánimo y volvieron á hacer cara al enemigo.
D. Gaspar Bonifacio, Capitán de las guardias, habiendo
juntado su grueso, cerró á la vanguardia con dos gruesos de
caballería enemiga que estaban en su aposito, con tal brío que
los deshizo: D. Juan de Borja con su grueso, que era sólo de
sus dos compañías, embistió con un batallón de infantería y lo

hizo pedazos: D. César Toralto cerró con un escuadrón de


caballería de más 300 caballos y lo rompió ; y otro escuadrón
francés deshizo D. Virgilio Ursini.
Y lo mismo el conde de Isemburque, á su ala derecha, juntó
sus escuadrones y regimientos alemanes, y los forzó á hacer
cara, y llevándoles él mismo á pelear detuvo también los grue-
sos de la caballería enemiga, que estaban á su opósito é hizo
gran extrago en ella.

Pero luego se adelantaron los escuadrones y batallones de


la retaguardia, con toda la reserva, con tantos escuadrones de
caballería acompañados de. infante ría, que no obstante el valor
con que les resistieron D. Juan de Vivero y D. Pedro de Villa-
raor, con los dichos escuadrones y los gruesos de D. Antonio
de Butrón, D. Antonio de Ulloa, barón de Geamont, D. Anto-
nio de Rojas y D. Juan de Mascareñas, fueron rotos todos, sin
437

que fuese posible al General y los Tenientes generales hacer-


les quedat firmes.
Y acercándose con todas sus fuerzas juntas otra vez á la

infantería,y viendo que los batallones de los españoles queda-


ban tan firmes y les daban tan furiosas cargas, dejándoles á

la mano izquierda, fueron á cargar la infantería valona y ale-

mana.
El Sr. Marque's, viendo este desaire, se metió entre la caba-
llería é infantería, corriendo de un escuadrón á otro, para juntar
los que se desordenaban y hacer cargar de nuevo al enemigo
para socorrer la infantería; y corriendo i brida abatida tras un
gueso que pensaba era de los suyos, para hacerle volver cara,
el capitán Francisco Duque, que lo es de una compañía de su
guardia, se opuso á socorrer diciendo que las tropas tras las
cuales corría eran franceses, con que mandando al Capitán
darles una carga, se fué corriendo á los alemanes, donde lle-

gando á la frente del conde de Riberghe le amonestó mostrase


en este dia el valor de los alemanes para Rey y
el servicio del ;

el dicho Conde y sus soldados respondieron que querian todos


morir por la fe de su juramento. _^

En esto, los enemigos, llegando á los dichos batallones de va-


lones y alemanes y hallándolos
,
descubiertos de caballería , los

cargaron por el flanco con infantería y caballería , donde esta


infantería, habiendo grande rato hecho maravillas en defen-
derse, la rompieron y deshicieron los batallones uno á uno.
Los Maestres de campo de los tercios de valones pelearon
con tal valor, y se defendieron tan porfiadamente, que del tercio

del Maestre de campo de Granjes quedaron muertos seis Capi-

tanes , y los demás heridos ; del tercio del conde Basigny que-
daron cuatro Capitanes; del tercio del conde de Meghen tres, y
el dicho Conde herido ; y de los otros dos tercios del príncipe
de Ligni ^u Sargento mayor muerto; y del tercio del Maestre
de campo Ribancourt, un Capitán con muchísimos soldados de
los regimientos alemanes; el conde de Ritberghe fué echado por
tierra y herido de dos grandes cuchilladas en la cabeza, otra en
su lado izquierdo y otras dos en el brazo, y fud tomado preso,
438

y de sus Capitanes fueron muertos cuatro en la plaza y los de-


mas heridos; y entre ellos el capitán Andrés de Altuna, mostrando
muchísimo valor peleando entre los muertos, hasta que fué he-
rido de cinco heridas mortales, y aunque tan mal herido, quedó
en pié el postrero de su regimiento; y lo mismo los otros Coro-
neles y Capitanes de los otros regimientos alemanes , fueron
todos tan maltratados que pocos se retiraron vivos.
El Sr. Marqués, viendo este mal suceso á la infantería
valona y alemana, volvió ala caballería, donde hallando el
duque de Alburquerque y sus Tenientes generales procurando
juntar los escuadrones,y amonestando los Capitanes y soldados
desordenados á hacer grueso, mandó avanzar unas tropas de re-
serva, que no estaban aun deshechas; pero vinieron tantos
escuadrones y batallones de caballería é infantería francesa á
embestirles, que rompieron .otra vez todos los escuadrones de
caballería de S. M. y ,
los dichos Capitanes, D. Juan de Borja,
D. Cesar Toralto y D. Virgilio Ursini, con todos los sobredichos
Capitanes que con sus gruesos se habian adelantado mucho en
los enemigos, volvieron muy maltratados dicho D. César To-
ralto, el marqués Hermes de Bentivogho, D. Virgilio Ursini,
D. Francisco Morón y D. Antonio Barraquin, heridos, y D. Juan
de Borja con pérdida de 40 caballos de su grueso.
Entre los cuales los más mal heridos fueron : el dicho Don..
César Toralto, el mucho valor á la frente
cual, peleando con
del enemigo, fué herido de un mozquetazo en la pierna, y su
caballo muerto; y D. Virgilio Ursini, pasado su cuerpo de un
arcabuzazo de parte á parte , el cual murió después de su he-
rida en la villa de Bruselas.
Retirándose en este estado los dichos gruesos, toparon al
duque de Alburquerque con la espada en la mano con sus Te-
nientes generales D. Ignacio de Vivero y D. Pedro de Villamor,
queriendo juntar estos escuadrones que tampoco estaban aun del
todo deshechos, y amonestando los Capitanes hiciesen grueso,

los cuales bien se animaron á hacerlo, pero no hallaron sino


Capitanes y Oficiales sin soldados.
D. Pedro de Villamor, queriendo embestir con ellos con un
439

regimiento francés que estaba al opósito del dicho duque do


Alburquerque fué empujado.
,

El Duque, habiendo mandado al capitán Carrillo, que estaba


más cerca del, que hiciese grueso para socorrerles, no hallando
tampoco sino Capitanes y Oficiales fué rechazado y herido de
,

un mosquetazo en la pierna, y todos fueron forzados á retirarse


al puesto donde estaba el barón de Andre, con la resta de cuatro
gruesos de reserva que él liabia mandado, donde toda la caba-
llería francesa les vino á cargar también con tal fuerza y furia,
que fueron también forzados á retirarse; y el dicho duque de
Alburquerque, que habiendo estado presente en esta acción, y
postrero esfuerzo de estas tropas, compuestas de sólo Capitanes

y Oficiales, sin soldados, Tiendo que no habia ya más caballería


en pié, fué forzado guarnecerse de la infantería española; ha-
biendo quedado tan tarde con su caballería en esta postrera
acción, y también fueron forzados retirarse á la dicha infantería
sus Tenientes generales D. Juan de Vivero y D. Pedro de Vi-
llamor con los demás Capitanes. - ^^

El Sr. Marqués, habiendo visto este postrero esfuerzo de^

la caballería con tal suceso, tomó aun ánimo de poder restaurar


el combate con la infantería, corriendo á todas partes por ver

si atrás de los batallones de infantería que estaban aun tiesos y


firmes, podrían juntar alguna caballería, tanto, que habiendo
pasado tres veces por delante de los batallones de italianos, si-

guiéndole una tropa de caballería francesa, le fué forzado salvarse


en el batallón del Maestre de campo, el caballero Vizconti, por
la mano izquierda de la manga del capitán Francisco Porta, di-
ciendo: «Tiren á estos, que es el enemigo, aquí quiero morir con
los señores italianos»; á que respondió dicho caballero Vizconti:
«Nosotros queremos aquí morir todos por el servicio del Rey,
nuestro señor, y de V. E.» Y en esto les dieron una carga tan
furiosay les detuvieron con sus picas con tal vigor, que mu-
chos, cayendo muertos de sus caballos, fueron forzados á re-
tirarse.

Y pasnndo el Sr. Capitán general por el otro lado, otra


tropa del enemigo, á la cual este batallón era menester dar otra
440
carga, estando su persona entre el dicho batallón y la dicha

tropa enemiga, pasaron muchos mosquetazos alrededor y tan


cerca del, que corrió gran peligro de ser matado de su propia
gente; y que á su Secretario de Estado, D. Gerónimo de Almeida,
siguiéndole sólo con su caballerizo, le fue matado su caballo de
un mosquetazo; y uno de sus Gentiles-hombres de cámara,
D. Pedro Poras, fué muerto de un arcabuzazo cerca de su
persona.
El conde de Isemburque viendo á su costado del cuerno
derecho también la caballería de la Alsacia rechazada y la in- ,

fantería en tal extremidad, corrió á todas partes para juntar


algunos gruesos de su caballería, sin que pudo hacerles vol-
ver cara, aunque dio é hirió algunos Capitanes diciendoles
mil injurias; con todo esto, acompañado de algunas de sus tro-
pas que habia juntado, intentó de. socorrerla ;
pero la multitud
de los enemigos, habiendo disipado los suyos, fue cercado de
todas partes, donde peleando y defendiéndose valerosamente
fué derribado de su caballo y echado por -tierra su caballe-
rizo,y algunos criados suyos fueron matados á sus pies; su
trompeta y otros criados fueron heridos , y el Conde recibió dos

golpes de espada en la cabeza que le abrieron el hueso hasta


los sesos , con otro golpe que le cortó la nariz hasta la boca, no
queriéndose aun rendir ni dar su espada hasta que con el grueso
de una carabina le rompieron el brazo derecho , con que cayó
en el suelo, y fué preso por un soldado del regimiento de
Gassion; y también fué tomado preso el conde de Beamont, el

cual habia quedado peleando á su lado, sin haberle querido


quitar, con que toda la caballería del costado derecho se retiró
también, excepto algunas tropas que se hallaban aun en pié con
el Sargento mayor de batalla, D. Jacinto de Yera.
Lo que viendo el Teniente general, D. Juan de Vivero, que
á aquel costado del cuerno derecho algunas tropas de la caba-

llería de la Alsacia estaban en pié, que eran los regimientos de


los coroneles Sanary y Donequel , con muchos Oficiales de la
caballería, que por haberse ya deshecho sus tropas se habian
allegado por sus personas á estos regimientos, corriendo allá
441

mandó al otro Sarg*ento mayor de batalla embistiese con dos


batallones de infantería francesa que se avanzaban á ellos sin
caballería, dicie'ndole, que si podria romper esta infantería
baria gran servicio á S. M. y quizá seria la restauración de
,

todo; con que el dicho Sargento mayor mandó al coronel


Sanary de cargarla, el cual, retirándose herido con alguna pér-
dida, dicho D. Juan de Vivero, mandó al dicho D. Jacinto de
Vera hiciese embestir con el otro regimiento; pero como venia
avanzando la caballería enemiga á gran trote, á la cual era

menester hacer cara , no se hizo.

El Sr. Marqués, viendo así la caballería de S. M. retirada de


todas partes, no perdió aun ánimo, pues los batallones de los
españoles é italianos quedaban aun firmes ;
pero presto vio los
batallones italianos atacados de tanta caballería é infantería
francesa, que comenzaron afligir el ánimo; y aunque asistidos

de la presencia de su General, estuvieron forzados ceder á la


siniestra fortuna Jé" Ta guerra, y hacer su retirada, la cual
hicieron en escuadrones con sus banderas hasta el bosque,

aunque con gran peligro, por cuanto tenian siempre la caballe-


ría francesa á su cola.
'El Sr. Marqués, no dejando aun el campo de la batalla, se

vio en tal aprieto ,


que corriendo peligro su vida , el Sargento
mayor, Juan Pérez de Peralta, del tercio de D. Baltasar
Mercader, abrió el batallón y le metió dentro, uniendo su
persona en las banderas, admitiendo sólo su caballerizo con
él, quedando solo los dichos tercios españoles con sus batallo-
nes firmes.
Luego todo el eje'rcito francés, cargando sobre estos bizarros
españoles, embistió cada batallón español con batallón de
infantería y escuadrón de caballería, á los cuales, los dichos
bizarros españoles dieron tan furiosas cargas , y les detuvieron
con sus picas tan cerradas y tan firmes, que no les pudieron
abrir ni romper; lo que viendo los enemigos, acercáronles con
su caballería é infantería por tres partes, con que fueron forza-
dos á hacer frente á tres costados, y aun entonces les dieron tan
furiosas cargas, y las picas detuvieron la caballería que les
'
. 442

venia cargando con tanto valor, que ni aun entonces les pudie-
ron romper.
Lo que viendo el duque de Enguien que le mataban muchí-
sima gente, y que sus Mariscales de campo, el Gassion y el de
la Fertd-Senestcrre, le decianque estos batallones de españo-
les eran una muralla invencible, y que deshacian toda su
caballería antes de pedir cuartel, de rendirse, les envió á decir

que se rindiesen que les daria buen cuartel, y donde no, que
haría traer artillería cargada con balas de mosquetes para ma-
tarlos á cañonazos á todos, y que le pesaría mucho matar tan
buenos y valerosos soldados; con que aceptaron el cuartel que
les presentó, tomando presos al conde de Garcies y D. Jorge de

Casteluy, los Sargentos mayores D. Juan de Rocafoul y Juan


Pérez de Peralta, con los pocos Capitanes que restaban envida
y todos los soldados.

El Sr. Marqués, habiendo estado dos ó tres veces en medio


de las tropas francesas, y los batallones italianos y españoles
sido forzados á abrirse para salvarle, y quedado hasta el último
trance en el campo de la batalla, y hasta que el último tercio
de españoles se rindió con patos, fué forzado retirarse taml^ien.
La armada francesa se metió á perseguir con mucho calor
los que se fueron retirando; lo que viendo de lejos el barón de
Bec, fué adelantando las tropas de su cargo hasta mostrarse
en campaña rasa á vista de los enemigos, con que trataron de
retirarse, dando lugar á que el resto del ejército se retirase.

El conde de Isemburque, estando tomado preso por el dicho


soldado del regimiento de Gassion, el cual le queria llevar á su
grueso, pasando por cerca de una tropa de caballería de S. M.
que se retiraba, se echó en ella, agarrando el soldado que le

llevaba preso, al cual, queriéndole el alférez Maraso matar, el

Conde se lo defendió, no queriendo que le matase por haberle


dado cuartel y hecho cortesía; con que el Conde se retiró hasta
las tropas del barón de Bec, las cuales hablan ya llegado á la

colina cerca de la villa, y de allí dicho Conde se retiró á Charle-


mont, siendo cosa espantosa, que no obstante sus grandes he-
ridas y la grande pérdida de su sangre, tuvo aún la fuerza y
443

y el ánimo de hacer siete leguas á caballo hasta dicho Charle-

mont antes que fuese curado.


De los caballeros voluntarios que asistían cerca de la per-

sona del Sr. Marqués como sus camaradas, que eran el conde
Carlos de Reux, D. Juan de Monroy y el barón de Sanenthem,
los dos dellos fueron también presos , habiendo el Sr. Capitán

general enviado todos los Tenientes de Maestres de campo


generales á llevar órdenes á diferentes partes: D. Pedro Rojo,
fué enviado á hacer avanzar y embestir algunos escuadrones de
caballería que estaban de reserva, D. Baltasar Mercader, estando
ya preso, D. Antonio de Quevedo su caballo herido de un mos-
quetazo, no teniendo otros Tenientes de Maestres de campo
generales y Ayudantes á la mano.
Mandó el conde Carlos de Reux llevar una orden á un es-

cuadrón de la caballería de S. M. para que se avanzase á car-


gar otro escuadrón del enemigo que tenia á su lado un batallón
de infantería, al cual fué de un mosquetazo de la infantería ma-
tado su caballo, y él echado por tierra y cogido preso y llevado
á Perona. Al barón de Sanenthem, hijo del Cbancillier, envió
á llevar otra orden á otros escuadrones, el cual fué matado su
caballo de un cañonazo; y estando en el suelo, un grueso de
caballería le pasó por el cuerpo, de donde levantándose, corrió
á pié, y en el caniino le cogieron cuatro croatos, que le tiraron
un pistoletazo que le quemó el jubón; y desnudándole en ca-
misa, le tomaron preso, llevándole al cuartel de los croatos,
donde habiendo estado algunos dias entre ellos sin ser conocido,

se dio á conocer al conde de Quinse, gobernador de Guisa, el

Enguien á Vernin, y de
cual le llevó al duque de allí le llevó á
Guisa, de donde pudo avisar á su padre que estaba vivo, el

cual hizo diligencias para que lo supiese la reina de Francia,


la cual le declaró libre; y entendiendo que estaba desnudo, le

envió cien pistolas para vestirle.


El Capellán mayor del Sr. Marqués, D. Carlos Laudriano,
viniendo á llamarle un Ayudante para confesar al conde de Vi-
llalva, que estaba muriendo, estando ya vecino á los batallones
españoles, un grueso de la caballería croata del enemigo, alie-
444

gaudo á embestirlos, y ellos, dándoles una carga de mosqueta-


zos, hallándose entre las balas de una y otra parte, fué herido
de cinco balazos, tomado preso y llevado al cuartel de los croa-
tos, donde estuvo haciéndose curar hasta que lo supo el duque
de Enguien, el cual, sabiendo que era el Capellán del Sr. Mar-
qués, le mandó quedar algunos dias en su casa, y le hizo com'er
á su mesa, donde oyó que discurrian la batalla, y que el Duque
decia que tenia lástima al Sr. Marqués, que la caballería le ha-
bia así abandonado, y que si la infantería se hubiese avanzado ¡ -^ I
con la caballería, corria peligro de perder él la batalla; y el / l^
Mariscal de campo la Ferté-Senesterre , soldado viejo, dijo que/
jamás habia visto tal valor, en un Generalísimo, hacer el oficio

de Maestre de campo general, y sin acordarse que él era Go-


bernador del país, empeñarse en los escuadrones de los enemi-
gos, estarse en medio de los cañonazos y mosquetazos, llevando
él mismo sus escuadrones á pelear, y él y su hermano quedado
hasta los últimos en el campo de la batalla, y sido los postreros
que se retiraron,- y estuvo dicho Duque dos dias en el creer
que tenia preso Generalísimo del ejército católico, y que su
al

hermano D. Alvaro era muerto, habiéndole dado los soldados


franceses las señales de haber visto un caballero de su estatura
y forma entre los muertos.
Lo que dio tanta ventaja á la caballería francesa fué, en
primero, que los escuadrones venian mezclados con los batallo-
nes de infantería, y estando un escuadrón de caballería roto se
retiró tras del batallón de infantería que estaba á su lado, y allí

se rehizo y volvió á pelear.


En segundo, los muchos Cabos y Oficiales que tenia la di-
cha caballería, que demás del General, de los Tenientes gene-

rales y de los Mariscales de campo, que son como los Sargen-


tos mayores de batalla en Alemania, está la caballería francesa

reducida en regimientos, y cada regimiento no hace que un


grueso de corazas y un pequeño grueso de carabinas, de ma-
nera que cada grueso de corazas tiene su Coronel, su Teniente
coronel y su Sargento mayor, y cada compañía su Capitán, los

cuales tan muchos Oficiales hacen fácilmente quedar su escua-


445

dron cerrado y rehacerse estando roto, y los gruesos escuadro-


nes vienen á ser mucho más grandes que los gruesos y escua-
drones de la caballería de S. M.
Habiendo la armada francesa tenido esta yentaja, se retiró
en Francia para refrescarse y rehacerse de la mucha pérdida
de gente que habia perdido en la batalla, tanto de muertos
como heridos, á mayor número que la armada de S. M.
Y el Sr. Marqués se fué á juntar su gente á Fontana Lenes-
quc, donde haciendo alto tres dias, hizo publicar un bando que,
sub pena de la vida, cada uno se hallase en su compañía; mandó
venir allí la tropa del barón de Bec y las del conde de Fuen-
saldaña; sacó algunas compañías de los presidios, y se metió á

formar y componer de nuevo su ejército para oponerse á todo


lo que el enemigo podria querer intentar más.

Habiéndose refrescado y rehecho el ejército enemigo algu-


nos dias en Francia, entró en el país de Henao, se apoderó de
los castillos de Emery y Barlamont, y de allí fué á embestir la

villa de Binst, la cual, después de haberla defendido los bur-


geses dos dias y matado de los enemigos más de quinientos
hombres, se rindió.
Lo que visto por el Sr. Marqués , envió orden al conde de
Fuensaldaña, que con la gente que tenia á su cargo se mejo-
rase á la Busiera y en Nivela de las Damas; echó con diligen-
cia infantería española á cargo del Sargento mayor D. Antonio
Cantudo, la cual diligencia fué hecha del Sr. Marqués muy á
propósito, en cuanto que habiendo los enemigos ganado el

dicho Binst, el Mareschal Gassion se adelantó con parte de la


caballería francesa hacia dicha villa de Nivela; y visto la de-

fensa que dicha infantería española hacia, se volvió á su campo


junto á Binst, sin intentar nada, parando el duque de Enguien
en dicho Binst algunos dias.

El Sr. Marqués, habiendo restaurado su ejército cou la gente


que habia juntado y la que habia sacado de los presidios y las
tropas del conde Fuensaldaña y barón de Bec, se fué á hacer
frente de banderas junto á Mons, á las praderías del monasterio

de Espiulieu con nuevo ánimo de hacer ulteriores progresos.


446

El duque de Eiig'uien, vista esta resolución del Sr. Marqués,


dejó Biust y las dichas plazas de Ermey y Barlamont, y mo-
viéndose de aquel paraje, se metió á marchar otra vez hacia la
frontera de Francia; lo que entendiendo el Sr. Marqués, dio
orden al conde de Fuensaldaña fuese con su cuerpo de ejército
á oponerse á lo que dicho duque de Enguien quisiese intentar
á aquellas partes.
Lo que dicho Conde hizo con tal prontitud, que siendo cosa
cierta que el duque de Enguien tenia intento de poner sitio á
Cambray, al ver que el dicho Conde con tal presteza habia
hecho entrar en la plaza el tercFo de D. Alonso de Avila con
algunas compañías de caballos, hízole mudar de intención, y
así, deflectiendo del paraje de Cambray, se acercó á la villa

de Avenas, mandando á las Mareschales de campo, el conde de


Quince y el marqués de Aumont, se adelantasen con la van-
guardia á tomar los puestos, los cuales fueron acercándose
hasta las puertas de la villa.

El Gobernador, barón de Creveceur, les tiró muchos caño-


nazos, resuelto de si le atacaban defender bien la plaza, anima-
do tanto más que el dia antes el Gobernador de la provincia,

el conde de Buquoy, habia hecho entrar en la villa 500 hom-


bres, y que el conde de Fuensaldaña venia marchando con
gran diligencia á socorrerle con más gente ; el duque de En-
guien, viendo que el General del ejército católico habia pro-

veído así á todas las plazas á aquella parte, dejó también la


villa de Avenas, y enderezó su marcha con toda la armada
francesa la vuelta de Marienburque.
De que teniendo aviso el Sr. Marqués, se movió luego del
paraje de Mons, y marchó con el ejército de S. M. á Marimonte,
y de allí á Gemblours, donde dio orden al barón de Bec vol-

viese con sus tropas hacia el país de Luxemburque para acudir


á. aquella parte , y el Sr. Capitán general quedó parando al

dicho Gemblours dos dias, alojándose su persona con la corte


en la villa, y el duque de Alburquerque con la gente á Wal-
seim, casaros vecinos, hasta ver en qué pararla la marcha del
enemigo;
447

Y teniendo aviso que el ejército enemigo marchaba hacia el

país de Luxemburque, con intención de irá sitiar áThionuilla,


marchó con el ejército á Namur, donde halló el conde de Isem-

burque, el cual se habia hecho transportar con sus heridas de


Charlemont, el cual dio cuenta al Sr. Marqués, como por los

avisos que habia tenido también ,


que los enemigos franceses
tenian intención de sitiar dicho Thionuilla, habia ya enviado
allá al sargento mayor Dorso con un pronto socorro sacado de
,

los tercios de los Maestres de campo, Ribacourt y la Motarie,

con que el Sr. Marqués envió luego correo al barón de Bec,


advirtiéndole del designio del enemigo sobre Thionuilla, y man-
dándole luego reforzar el presidio con todo lo que podía juntar,
mientras camina este socorro.
Entretanto, el duque de Enguien mandó al marqués de
Gevres, Mariscal de campo, adelantarse con 4.000 hombres de
pié y 3.000 caballos, á tomar los puestos de Thionuilla, siguién-
dole luego con todo el ejército francés, con la cual orden el
dicho marqués de Gevres llegó con la vanguardia del ejército
francés, á lo 16 de Junio , acerca de Thionuilla.
Y á 17 de Junio llegó á Luxemburque el Sargento mayor
Dorso, con el socorro que habia enviado el conde de Isembur-
que; y llegaron dos compañías de caballos que el barón de
Beca gran priesa habia enviado delante; y á los 18 llegó el
mismo Barón con sus regimientos de infantería y caballería,

donde ordenó para entrar en la plaza otros 600 hombres, esco-


gidos de los regimientos de los coroneles Beer y Maternieque,
con los Sargentos mayores Rodríguez y Boleim, y cuatro com-
pañías de caballos de los capitanes Navarra, Bridmus, Waure
y Leongeval, con cuatro compañías de croatos, mandando
marchar todas estas tropas juntas, y procurar de entrar en la
plaza ó de perderse, con una orden particular al dicho Sargento
mayor Dorso de mandar en la plaza, caso que viniese á faltar el
Gobernador, el coronel Martue;y al coronel de caballos, Don
Carlos de Padilla, mandó convoyarlos hasta que fuesen en vista
de los de la villa; con la cual orden y los guías que les habia
prevenido el coronel Beer, marcharon con mucha resolución
448

Mcia la villa de Sirieg-, donde con los pontones que les dio el

Gobernador pasaron la Mossela; y de allí, guiados por otros


muy buenos guías por bosques y hayas, pasando á media
legua cerca de los cuarteles de los enemigos, entraron en la
plaza con pérdida sólo de cuatro hombres; y el dicho coronel
Padilla, habie'ndoles convoyado hasta de donde podrian entrar
seguros en la plaza, volvió con la nueva que este socorro había
entrado.
En el mismo dia que el dicho socorro hubo entrado en Thion-
uilla , llegó el duque de Enguien con todo el grueso del ejér-
cito francés, que se estimó á 20.000 hombres, y al instante re-
partió su ejército en cuatro cuarteles, y mandó empezar la línea
de circunvalación.
En el mismo tiempo el barón de Bec recibió correo del se-

ñor Marqués, con el cual le mandó que,^ estando el enemigo


declarado sobre Thionuilla, le enviase el coronel Beer con la
relación de la disposición del sitio y de las fuerzas del ejército

francés, la cual, tan presto que hubo recibido, resolviéndose á


socorrer la plaza , despachó á los serenísimos duques de Lorena
y Babiera á representarles la importancia de la plaza para todos,
y como estaba resuelto de socorrerla , pidiéndole socorro y asis-

tencia para poder conseguir la empresa ;


pero como el duque de
Babiera tenia á su opósito el ejército de Gebrian con los Wey-
maros, se excusó, ofreciendo sólo de venir el duque de Lorena.
Estando el Sr. Marqués en esta resolución de ir á socorrer
á Thionuilla, las armas de los enemigos holandeses le llamaron
á ir á socorrer á Flandes; viniéronle avisos que el príncipe de
Orange habia hecho movimiento de su plaza de armas, de junto
á Belduque, que la infantería y artillería estaba embarcada y
caminaba la vuelta de Dorte, y que la caballería marchaba por
tierra la vuelta de Bergas para embarcar é ir á desembarcar en
riandes , con designio de sitiar á Hulst ó al Sasso , ó de pasar
la ribera de Brujas ; y de pasar por tierra á sitiar la villa de
Dunquerque, para quitar á S. M. aquella plaza tan importante.
El Sr. Marqués viéndose acometido de dos ejércitos ene-
,

migos en un mismo tiempo, del uno en la provincia de Lucem-


449
burque, y del otro en la provincia de Flandes, considerando
que sobre todo importaria el defender y conservar la dicha pro-
vincia de Flandes, y que los generales D. Andrea Cantelmo y
el marques Sfrondato, que habia dejado para la defensa de
Brabante y Flandes, no tenían gente bastante para oponerse
al ejército de los dichos holandeses, se halló forzado de tomar

una resolución necesaria de ir á defender la provincia de Flan-


des,y de marchar luego la parte donde el ejército holandés le
llamaría; envió delante, con algunas compañías de caballos,
D. Juan de Borja, al cual, el Sr. Marqués, habia declarado
que S. M. le habia hecho merced de Teniente general de la ca-
ballería de estos Estados de Flandes , en propiedad.
Y luego mandó seguir los tercios de españoles del conde
Garciesy de D. Baltasar de Mercader, de italianos, del caballero
Vizconti, y de valones del Maestre de campo Ribancourt, con
otro número de compañías de caballos á cargo del Comisario
general D. Antonio de la Cueva.
Y luego, siguiendo el Sr. Capitán general con todo el ejér-
cito de S. M. , dio orden al duque de Alburquerque, General de
la caballería, de marchar por el camino más cómodo para los

cuarteles y alojamientos de la gente , y su persona marchó por


el camino derecho de Bruselas.
Entretanto D. Andrea Cantelmo, Maestre de campo gene-
ral, con la gente que estaba ya allí á su cargo, y la que el
Sr. Marqués le habia enviado delante, y el marqués Sfrondato,
General de la artillería, y D. Juan de Borja, Teniente general
de la caballería , con sus tropas de caballos, habiendo hecho
plaza de armas en Dufel, junto á Liera, pasaron por el puente
de Amberes al país de Vas , de donde marcharon con mucha
diligencia á Hulst, y guarnecieron luego los diques del Cleyn-
Ihat Chinge, y los puestos de San Juan de Esteen, Moervaert y
Quildrect, tomando el dicho Maestre de campo general su cuar-
telá San Juan de Esteen; y el dicho General de la artillería ocu-
pando los puestos de Moervaert y Santberge; y el dicho D. Juan
de Borja con la caballería los de Hildrecht y Chinge.
No hubieron tan presto llegado á Hulst los dichos Genera-
Tono LXXV. 29
450

leB, y lio teiiiau tan presto guarnecidos los puestos y los diques,
que el príncipe de Orange llegó á desembarcarse en el poldre
de Namur, acuartelándose con su gente en el país de Hulste-
rambacht de donde mandó
, el dia siguiente adelantar algunas
tropas al fuerte de Moervaert con intento de apoderarse de este
puesto de San Juan de Esteen y á los otros puestos, y sitiar la
villa de Hulst.
Pero como dicho príncipe de Orange habia reconocido que
el dicho D. Andrea Cantelmo tenia dispuesto algunas piezas de
artillería sobre el dique entre dicho Moervaert y Santberghe,

y que tenia guarnecido con infantería y caballería los demás


puestosy diques, mandó retirarse la dicha gente que habia
mandado embestir dicho fuerte de Moervaert,* y después de ha-
ber quedado en el dicho poldre de Namur algunos dias, yoIyíó
á embarcarse con todo su ejercito, y se fué á desembarcar á la
Phelipina.
Entretanto, el duque de Alburquerque habiendo venido ,

marchando con el ejército de S. M. por los contornos de Lovaina


y Vilvorde, y el Sr. Capitán general por el camino derecho de
Bruselas, se encontró con el Duque en Terramunda; el Duque
se fué á alojar con la gente en Loqueren , y el Sr. Marqués con
la corte á Exarden, de donde el dia siguiente vino á alojar á
Loochristi; donde teniendo aviso que el príncipe de Orange se
habia desembarcado con todo el ejército holandés á la Phelipina,
y se iba á campear á Assenede, lugar situado á media legua de
la ribera, y que allí se fortificaba, partió luego de Loochristi, y
se fué al Sasso de Gante, donde dispuso el ejército de S. M.
sobre las riberas del Sasso y de Brujas , y á todos los puestos

y pasajes , de manera que á cualquier parte que el príncipe de


Orange intentara de pasar hallarla caballería é infantería á su
opósito.
- Con orden distinta, al duque de Alburquerque, ocupase y
guarneciese con su caballería y alguna infantería los puestos
de Mocerbeque y Waberg; al marqués Sfrondato, ocupase y
guarneciese el puesto de Selsate y la ribera que va del Sasso á
Gante; al Maestre de campo general D. Andrea Cantelmo, con
451

el Teniente g-eneral de la caballería D. Juan de Borja, qífedase


en el distrito de Hulst, y de acuartelarse en el poldre de Na-

mur, donde habla estado acuartelado el enemigo; al príncipe


de Lig-ne, de alojarse con sus hombres de armas á la otra parte
de Gante, en los casares Petegem y Deniese, y el resto de la
caballería infantería mandó ocupase y guarneciese la ribera
e'

de entre Gante y Brujas, alojándose su persona con la corte en


la villa, para de allí poder disponer á todas partes.

Y viendo el Sr. Marqués que cada dia se aumentaba el ejér-

cito holandés, llegándole cada dia más gente con más artillería

y municiones, tal, que nunca antes los enemigos holandeses se


habian desembarcado en Flandes con tanta caballería, y que
todos sus designios eran de pasar con su ejército, ó la ribera
del Sasso para sitiar el dicho SassO;, ó de pasar la ribera de
Brujas y de marchar por tierra para ir á sitiar á Dunquerque.
Trató de hace.r al enemigo una diversión; llamó en Consejo
de Guerra álos Generales, duque de Alburquerque, D. Andrea
Cantelmo, D. Alonso de Meló, el marqués de Sfrondato, el

marqués de Lede, el príncipe de Ligne, D. Juan de Borja,


D. Carlos Guaseo y el marqués de Rivacourt, y allí resolvió de
hacer la diversión luego, para ver si podia sacal» el enemigo
de Flandes.
Dio orden al Maestre de campo general D. Andrea Can-
telmo de entrar en la campiña con parte de su cuerpo de ejér-
cito, dando á entender que iba á tomar algún puesto ó á sitiar

alguna plaza.
Con esta orden, el dicho D. Andrea partió del paraje de
Flandes, pasó por el puente de Amberes, y entrando en la
campiña fué á tomar la villa de Eynthonen y el castillo de
Hescioyc, las cuales plazas habiendo guarnecido con presi-
dio, marchó hacia Lit y Littoy, donde el príncipe de Orange
habia tenido su plaza de armas antes que marchase hacia
Flandes, y de allí marchó la vuelta de Venló; donde en-
tendiendo que 180 caballos y 200 infantes del presidio de
Mastriq habian entrado en el Valon Brabante, y tomado
por interpresa el castillo de lausse, dio orden al Comisario
452

general D. Francisco Pardo fuese con parte de la caballe-


ría á cortarles el paso, y que le vendría siguiendo con la demás
gente; donde en el camino tuvo aviso del dicho Comisario gene-
ral que les habia acometido y deshecho á todos, parte muertos y
parte tomados presos, con la cual nueva, marchando con dili-
gencia hacia allá, envió delante el barón do Andre con algu-
nas compañías de caballos, con orden de volver á embestir el

dicho castillo de lausse; y al Maestre de campo D. Enrique


Gase mandó seguirle, los cuales Cabos embistieron el dicho
castillo con tal -vigor, que los soldados holandeses que estaban
en la plaza, al número de 200 hombres, fueron forzados á ren-
dirse, con que el dicho Maestre de campo general, D. Andrea
Cantelmo, volvió á marchar otra vez la vuelta de Belduque.
El príncipe de Orange, teniendo aviso que D. Andrea Can-
telmo habia así con un trozo de ejército ^entrado en la campiña
y tomado la villa de Enthoneu, deshecho parte de la caballería
é infantería del presidio de Mastriq y marchado la vuelta de
Belduque, desatacó de su ejército algunas tropas de caballería
é infantería y las envió apriesa, debajo del cargo del coronel
Alardt, hacia la campiña á oponerse á lo que el dicho 1). Andrea
Cantelmo querria intentar, quedando con el grueso del ejército
holandés en Flandes, en su puesto á Assenede, continuando á
intentar de pasar por alguna parte á la ribera del Sasso ó la de
Brujas; y el Sr. Capitán general del ejército católico estorbán-
dole su designio.
Y los franceses de otra parte, continuando el sitio de Thion-
uila, teniendo ya acabada la línea de circunvalación en el

tiempo de tres semanas, comenzaron á abrir trincheras y á ata-


car la plaza por viva fuerza por dos partes y con dos distintos
ataques, el uno hacia el bollewarde de San Miguel, que llama-
ronel ataque del duque de Enguien, y el otro hacia el bollewarde

déla campaña, que llamaron el ataque del marqués de Gesu-


res, abriendo sus trincheras á cada ataque y adelantándose con
sus fortificaciones, enterradas con gran trabajo, sin ahorrar san-
gre de soldados, sin que los sitiados pudiesen abrir trincheras
y hacer fortificaciones enterradas contra las del enemigo, en
453

cuanto entraban cada día 3.000 hombres de guardia en las trin-


cheras de cada ataque, de manera que, no obstante la grande
y valerosa defensa que hacían los sitiados, fueron acercando á
los dichos bollewardes y á la media luna que cubre la colina

que hay entre dos, y llegaron en pocos dias á trescientos pasos


de la contraescarpa de los dichos bollewardes, donde hicieron
luego á cada ataque una batería, y en cada una plantaron diez
piezas y comenzaron á batir los dichos bollewardes.

Y para atacar la plaza aun con más fuerzas y reemplazar


la mucha gente que los soldados mataban cada dia con su vale-
rosa defensa y las valientes salidas el duque de
que hacian,
Enguien envió á llamar el duque de Angoulesme, el cual estaba
con 10.000 hombres á los contornos de Guisa para la defensa
de la Francia y en oposición de lo que pudiese intentar el conde
de Fuensaldaña á su frontera.
De que teniendo el Sr. Marqués aviso, y que este ejército
del duque de Angoulesme reforzaria el ejército del duque de
Enguien, de suerte que podria apretar demasiado á los sitiados,

determinó de hacerle una fuerte diversión, dando orden al dicho


conde de Fuensaldaña de entrar con su cuerpo de ejército en
el país de Bclonois.
Y viendo el Sr. Marqués que de otra parte el príncipe de
Orange, por la diversión que le procuraba hacer con el anda-
miento que D. Andrea Cantelmo hacia ala parte de Belduque,
no dejaba su puesto de Assenade ni trataba de salir de Flandes,

y que ya se habia pasado el tiempo y la ocasión de poder dicho


Príncipe pasar la ribera del Sasso para sitiarlo, ni apoderarse

de los de Moerwaert y de San Juan de Estén para sitiar á


Hulst, ni pasar la ribera de Brujas para ir á sitiar á Dunquer-
que, por haber prevenido y proveido á todos los dichos puestos
y todos los pasajes de las dichas riberas; envió orden á D. An-
drea Cantelmo de retirarse con sus tropas de la campiña y
venir á ocupar y defender los dichos puestos y pasajes, y al
príncipe de Ligne, General de los hombres de armas, dio orden
de marchar con sus tropas hacia la dicha campiña á oponerse
á las sobredichas tropas holandesas que habiau ido allá á cargo
454

del dicho coronel Alardt, y defender y amparar aquel país de


Brabante en lug-ar del dicho general D. Andrea Cantelmo.
Y el Sr. Marqués, habiendo socorrido á la provincia de
Flandes, volvió con el grueso del ejército de S. M. á Namur,
con intento de que con la asistencia de las tropas del duque
de Lorena y del conde de Hatsuelt, intentar de socorrer á
Thionuilla.
Entretanto, el conde de Fuensaldaña, metiendo en ejecución
la orden que el Sr. Capitán general le habia dado, entró con su
trozo de ejército en el país de Bolonois, embistió los castillos de
Caussie y Fouxoles, los cuales, habiéndose rendido después de
una buena defensa, los hizo volar por amor de las incursiones
que los franceses de aquellos castillos hacian en el país de Ar-
tois, y se metió á hacer mucho destrozo y rebaje y muchas
presas en el país de Francia, con que obligó al duque de En-
guien á separar sus fuerzas, y enviar ál duque de Angoulesme
con ellos á socorrer el dicho país de Bolonois y estorbar al
conde de Fuensaldaña hacer mayor entrada en aquellas fron-
teras de Francia.
El Sr. Marqués , visto que habia conseguido su intento de
haber llamado aquella gente del sitio de Thionuilla, envió orden
al dicho Conde de retirarse, el dicho Conde
con la cual orden
tomando sus cuarteles álos
volvió á entrar en el país de S. M.,
contornos de Betuna, donde se quedó con gran cuidado, echando
diferentes partidas para tomar lengua de la marcha del dicho
duque de Angoulesme, haciendo muchas presas sobre los ene-
migos y deshaciendo una vez toda la caballería que habia de
guarnición en Dourlans , y de allí fué tomando cuarteles tem-
porizados, hasta que el Sr. Marqués, en Namur, determinó se
juntasen todos los cuerpos de ejércitos, para con todas las fuer-
zas juntas ir á socorrer á Thionuilla.
-Entretanto, los enemigos al sitio de Thionuilla se acercaban
mucho á la plaza ,
y mucho valor
lo* sitiados la defendian con
con mosquetazos y cañonazos, y con echar bombas y fuegos en
sus trabajos, y con hacer salidas.
Una hicieron sobre los regimientos del cardenal Masarini y
455

del conde de Harcourt, que estaban de guardia á las trincheras,


donde el combate, habiendo sido porfiado algunas horas, los

sitiados fueron rechazados.


El otro dia, los enemigos, llegados á treinta pasos de la con-
trecharpa, con tres regimientos de infantería y
la atacaron

muchos voluntarios, donde, después de un combate muy san-


griento de una parte y otra, se hicieron señores de la palizada,
aunque con gran pérdida de muertos y heridos, y llegaron hasta
el foso de la muralla. fA_Á^
Lo que viendo los sitiados, levantaron un caballero en medio
de la villa con una batería, de ella incomodaron mucho los
enemigos á fuerza de tirar y echar granadas, matando é hiriendo
mucha gente; entre otros, fué muerto de un mosquetazo el
marqués de Senoncourt, gobernador de Lorena, venido de Nanci
al campo para ver los trabajos y ataques.
De que animados los enemigos , atacaron con tantas fuerzas
la media luna, que no obstante la grande resistencia de los si-
tiados, la ganaron; y de allí hicieron su puente y empezaron
sus minas , la una de las cuales voló tan grande parte de la

muralla del un bollevardo, que 25 hombres podian subir de


frente al asalto.
En esto el duque d-e Enguien hizo representar al Gober-
nador de la villa, el coronel Martue que habia aquistado harta
,

gloria con la defensa que habia hecho, que si queria rendir la


plaza le concederla buenos pactos; pero el Gobernador le res-
pondió no querer entender á ningún acuerdo ; y aquel dia los
sitiados incomodaron mucho á los minadores con echar fuegos
y bombas á los sitiantes con su mosquetería y artillería mata-
;

ban muchos de los sitiados, y entre otros el Gobernador, el


coronel Martue, fué muerto de un mosquetazo, y el Sargento
mayor, Rodríguez, de un cañonazo.
Y en su lugar fué proclamado de todos los soldados y cabos
por Gobernador de la plaza, al dicho sargento Dorso; el cual,
tomando la misma resolución de querer defender la plaza hasta
el postrero hombro, y los enemigos, habiendo hecho volar otra
mina al bollevardo del ataque del duque de Enguien , é inten-
456

tado el asalto, la defendió con tanto valor, que los atacantes


fueron forzados á retirarse.
Por la otra mañana, el duque de Enguien mandó hacer volar
otras dos minas al bollevardo, al cual hacia su ataque el marqués
de Geures , donde los minadores habian dejado mechas de un
mismo tamaño, para que todas dos operasen en un mismo
tiempo; pero no hubo más que una que hizo su efecto; lo que
viendo el marqués de Geures que estaba ardiendo de impa-
,

ciencia por llevar los soldados al asalto ,


preguntó á los mina-
dores la causa del faltar de la otra mina, á que le respondieron
que de esa otra mina podia ser la mecha pasada , sobre la cual
opinión, bajándose al foso para mirar la brecha de la otra mina
para subir al asalto, esa mina, haciendo su efecto, voló al di-
cho Marqués con otros 30 voluntarios y algunos soldados de
los más valientes.
En el mismo tiempo el Mariscal de campo Gassion , llevando
los sujos al asalto al bollevardo del duque de Enguien, recibió
un mosquetazo en la cabeza; los cuales dos accidentes, habiendo
causado j^rande alteración en la armada francesa, defirieron el

ir al asalto hasta el otro dia , el cual dieron un asalto general,


pero perdieron más de 1.500 hombres con 25 Capitanes, y de
los sitiados quedaron también siete Capitanes muertos ; y como
tenian aparejadas otras dos minas para hacerlas volar en un
mismo tiempo y dar otro asalto general , y que los soldados,

habiendo al asalto precedente ido de mala gana á defenderlo,


y visto los muchos Capitanes y soldados quedados muertos , se
declaraban no querer defender más asaltos , fué el gobernador
Dorso forzado á rendir la plaza.
La cual rindió en. 10 de Agosto, con acuerdo, y entraron en
ella los soldados franceses; y entrando en ella también el duque

de Enguien , y viendo las obras de los sitiados, tomó subjecto


de maravillarse de la grande capacidad de los soldados de
S. M. una plaza.
C. á bien defender
Así como el Sr. Marqués estábaáe disponiendo para ir á so-
correr Thionuilla, y que ya habia hecho venir el conde de
Fuensaldaña con su cuerpo de ejército, y juntado todas lo^ tro-
457

pas del ejército de S. M., tanto de caballería como de infantería,

y ordenado los cuarteles para marchar hacia el país de Luxem-


burque, para con todas sus fuerzas juntas y las del señor duque
de Lorena intentar el dicho socorro, habiendo ya llegado el
marqués de Villa á dar cuenta al Sr. Marqués como dicho

Duque habia pasado el Rin con sus tropas, y fuese servido avi-
sarle dónde y en qué modo se hablan de dar la mano y que el ,

duque de Angoulesme, de otra parte, salido del país de Artois,


venia marchando con su cuerpo de ejército francés la vuelta de
Mouson, para estar tan presto cerca de Thionuilla, como dicho
Sr. Marqués para rechazar el ejército del duque de Enguien.
Vino al Sr. Marqués la nueva que Thionuilla se habia ren-
dido,y le envió el barón de Bec las capitulaciones; con la cual
mala nueva, el Sr. Marqués, dudando que el duque de Enguien
de Thionuilla y reforzado con el cuerpo del ejér-
libre del sitio

cito del duque de Angoulesme, podia tener designio de acer-


carse á alguna otra plaza en el país de Luxemburque, ó en el de
Heuau, ó de Namur, ó en el país de Tréveris, mandó luego
marchar hacia el país de Luxemburque el tercio de españoles de
I).Alonso de Avila, y otro de naciones, y el regimiento de
caballos del conde de Bucquoy, para con esta infantería y
caballería reforzar el cuerpo de ejército que tenia allí el barón
de Bec, con orden al Maestre de campo D. Alonso de Avila
de gobernarla hasta entregarla al dicho barón de Bec, mandán-
dole marchar con mucha diligencia y cautela.
Al señor duque de Lorena envió el coronel Beer á decir á S. A.
que baria gran servicio á S. M. si fuese servido marchar con
sus tropas hacia Tréveris para cubrir aquella villa y juntarlas
con las armas de S. M. , según fuese menester, para ofender ó
defender: al barón de Bec, envió orden que, con la gente que le
enviaba, reforzase su cuerpo de ejército y asegurase las villas
de Luxemburque y de Arlon, quedando el Sr. Marqués con el
grueso del ejército de S. M. en Namur; la infantería y caballería
alojada en los casares vecinos , á cargo del duque de Albur-
querque, y en su ausencia á cargo de D. Alvaro de Meló, Ge-
neral de la artillería, y su persona en la villa, situada en el
458
centro del país , para de allí disponer y obrar lo que necesitaría
á la parte donde estaba señor duque de Lorena, y el barón de
el

Bec en oposición del duque de Euguien, y á la parte donde es-


taba D. Andrea Cantelmo en oposición de los holandeses.
En esto llegó el Sargento mayor, Dorso, el cual, después de
muerto el Gobernador, habia mandado en la villa de Thionuilla
y sustentado todos los asaltos, á dar cuenta al Sr. Marqués de
todo lo que habia pasado en y como
duque de En-
el sitio; el
giiien quedaba aun junto á dicho Thionuilla, deshaciendo las
fortificaciones de la línea, restaurando las brechas y rehaciendo
su ejército, tan consumido en el sitio de la plaza, de más
de 3.000 muertos y 6.000 heridos; y cómo habia llegado el
duque de Angoulesme de refuerzo al ejército del duque de En-
guien, y habia tomado sus cuarteles á los contornos de Longuy
plaza del duque de Lorena.
Con este aviso, el Sr. Marques envió orden al conde de
Fuensaldaña, que con las tropas con las cuales habia defendido
la frontera, y se opuesto á los designios del duque de Angou-
lesme, viniese á juntarse también al dicho Namur.
Y considerando el Sr. Gobernador y Capitán general cuánto
importaba la conservación de la villa de Namur, y las necesi-
dades que le exponia el conde de Isemburque, Gobernador de
la provincia, fué con el dicho Conde á visitar cierto puesto en
el castillo que necesitaba ser fortificado, donde llamando en
consejo de guerra el dicho Conde y los otros Generales, resolvió
mandar hacer dicha fortificación, tan necesaria al dicho castillo:

al otro dia envió al marqués de Lede y al Maestre de campo


Ribaucourt, á visitar las fortalezas de Charlemont, Mariembur-
que y Phelipevilla con los Gobernadores de las dichas plazas,
y según la relación que le trajeron, proveyó á todo lo que en
las dichas plazas necesitaba para su defensa; y el Sr. Marqués

fué él mismo á visitar la fortaleza de Sansón y la villa de Bro-


nigne, con los otros puestos vecinos á la villa de Namur; y de
allí envió á D. Diego de Torre, Secretario de la guerra de S. M.
al barón de Bec, á comunicar sus intentos y ajustar con él lo

que habia de hacer.


459

En esto, el duque de Eii^uien, habiendo acabado de des-*

hacer las trincheras y fortificaciones de alrededor de Thion-


uilla, restaurado las brechas y proveido la plaza de gente |y

municiones para su defensa, dejó el paraje de Thionuilla y mar-


chó la vuelta de Tréveris; y antes de marchar, destacó parte
de su infantería y caballería, y la envió á cargo del Mariscal
de campo Manecam á guardar la frontera de Francia, el cual
fué á acuartelarse con su trozo de ejército entre Landresi y
Guisa y allí empezó á fortificarse.
al casar Eschelle,

Dejó así el duque de Enguien el paraje de Thionuilla, y se


metió á marchar la vuelta de Tréveris, dejando al duque de
Angoulesme con un cuerpo de ejército sobre Longui y Verdun,
para dar calor á su ejército y cubrir Thionuilla, y al Mariscal
de campo, Manecam, con otro cuerpo de ejército entre Landresi
y Guisa para la defensa de la Francia.
El Sr. Marqués, teniendo aviso que el duque de Enguien
marchaba hacia Tréveris, envió correo al duque de Lorenay al
conde de Hatsfeld, para que se avanzasen con sus tropas auxi-
liares hacia dicho Tréveris y habiendo tenido otro aviso que
;

el duque de Enguien habia ya tomado Siric, villa del dnque


de Lorena, y tenia designio de intentar mayores progresos en
aquel distrito, considerando que mal podia con su ejército

pasar por el país de Luxemburque , donde no haliaria que


comer para gente y para los caballos, y dejaria tras de sí
la

dos cuerpos de ejércitos franceses, el uno del duque de An-


goulesme, á la frontera del dicho Luxemburque , y el otro del

Mariscal de campo Manecam , á la frontera de Henaut, y el

ejército holandés desembarcado en Flandes, con que tenia so-


demás del ejército
bre sus brazos tres otros ejércitos enemigos
delduque de Enguien trató de hacer al ejército del duque
,

de Enguien una fuerte diversión; resolvió de acometer el


cuerpo de ejército del Mariscal de Manecam, que estaba á
la frontera de Henaut, y si lo podia romper entrar por allí en
Francia.
Dio orden de marchar al ejército hacia Mons, y de incorpo-
rarse allí el cuerpo de ejército del conde de Fuensaldaüa, orde-
460

nando el rendevous y plaza de armas entre Mons y Valencia-


nas al casar Queurain, donde habiendo mandado tomar mues-
tra y visto la gente que tenia en escuadrón, entregó el ejército

9,1 General de la caballería , el duque de Alburquerque , con la


asistencia del General de la artillería, D. Alvaro de Meló,
dándole orden al dicho Duque de marchar hacia la frontera y
de intentar de deshacer aquel cuerpo de ejército del Mariscal
Mauecan.
Y el conde de Fuensaldaua volvió apriesa á su gobierno de
Cambray para lo que por allí se pudiese ofrecer, con grandísima
satisfacción del Sr. Marqués, de haber con un ejército tan poco
numeroso,- con su gran vigilancia y cuidado y sin perder un
hombre, defendido los países de Artois, Henaut y Cambray;
hecho aquella diversión al ejército del duque de Enguien , con
entrar en Francia en el país de Bolonois , y el ganar de los
castillos de Caussie y Fouxoles, y estorbado que el duque de
Angoulesme, con su ejército que tenia á su opósito, no intentase
cosa alguna en los países de S. M., todo sin haber perdido un
hombre, y sin algunas quejas del país por el cual ha hecho su»
marchas y pasado y repasado tantas veces con su cuerpo de
ejército.

Con esta orden, el duque de Alburquerque marchó con todo


el ejército hacia Landresi, y de allí hacia el paraje donde es-

taba con su ejército francés el dicho Mariscal Manecam, re-

suelto de embestirle y de pelear con él.

El duque de Enguien, teniendo aviso por muchos correos


que le habia enviado dicho Maestre de campo, de esta marcha
del duque de Alburquerque con el ejército de S. M. hacia la
frontera de Francia, y el paraje donde estaba dicho Manecam
con su cuerpo de ejército, trató de dejar los países de
Luxemburque y de Tréveris, y de marchar con diligencia á
socorrer aquella frontera de Francia, en la cual estaba en
grande aprieto dicho Mariscal Manecam.
Y el Sr. Marqués, 'entendiendo que con esta estratagema
habia conseguido su designio, sacado al duque de Enguien del
país de Luxemburque, y divertídole de su interpresa sobre la
461

villa y país de Tréveris, envió orden al duque de Alburquer-


que que y volviese al cuartel de donde habia salido,
se retirase

y al dia siguiente mandó acuartelar la gente, parte hacia el


paraje de Cambray y la otra parte hacia el paraje de Namur,
para si el dicho duque de Euguien viniese á cargar con todas
sus fuerzas á una de aquellas partes, tirar toda la gente junta
y hacerle cara.
Pero el duque de Enguien, entendiendo que el ejército de
S. M. se habia retirado de aquella frontera y se habia acuarte-
lado adentro del país de Tréveris, mandó retirar el ejército
francés hacia la Francia, y dejándolo á cargo del duque de
Angoulesme, se fué á París á hablar á S. M. la Reina.

Y en el mismo tiempo, el príncipe de Orange se retiró tam-


bién de Flandes; volvió á embarcarse á la Phelipina, y se fué á
desembarcar á Bergas, donde acuarteló su ejército en el casar
Wan •
y
los otros casares vecinos.

De la cual retirada de los enemigos holandeses, teniendo


aviso el Sr. Capitán general, envió orden al Maestre de campo
general, D. Andrea Gantelmo, de salir también de Flandes y de
volver también á pasar el puente de Amberes y de acuarte-
larse con su cuerpo de ejército junto á Amberes. Con la cual
orden, el general D. Andrea Cantelmo, habiendo retirado su
gente' de Flandes y vuelto á pasar el puente de Amberes, se fué
á acuartelarse su persona con la infantería á Beurgerhante;
el marqués Sfrondato, con la artillería, á Quiel, y D. Juan
de Borja, con la caballería, á Berchem.
Mientras el príncipe de Orange estaba así con el ejército ho-
landés acuartelado junto á Bergas, y D. Andrea Cantelmo,
Maestre de campo general, con su cuerpo de ejército junto á
Amberes, el dicho príncipe de Orange, habiendo mandado á su
hijo á empezar á servir su oficio de General de la caballería

holandesa, sus Tenientes generales Estanquenbroncq, y el


el

conde de Stirum, le incitaron á que por su primera interpresa


fuese con su caballería á visitar los enemigos en sus cuarteles.
Con esto, el dicho General de la caballería holandesa, dio
orden á uno de sus Capitanes, llamado Croocq, que es la guía
462

de Holanda, que con 400 caballos fuese á atacar el cuerpo de


ejército español, en su cuartel, junto á Amberes, ponerle una
emboscada y atirar su caballería fuera del cuartel, que le se-

guiría con toda la caballería holandesa para sustentarle.


De que teniendo aviso el Maestre de campo g'eneral, Don
Andrea Cantelmo, dio orden al Teniente general de la caballe-
ría, D. Juan de Borja, mandase juntar su caballería en la plaza
de armas, y al Teniente de Maestre de campo general, D. Luis
Martinez, saliese con 200 infantes españoles del tercio de Don
Esteban de Gamarra, á emboscarse á las hayas que hallaría en
el camino, por el cual el enemigo habia de yenir.
Mientras el dicho D. Andrea Cantelmo estaba esto así dispo-
niendo, y que D. Alberto de Coloma, que estaba de guardia al
cuartel con cinco compañías de caballos, á las cuales él man-
daba, aguardaba á que le mudasen, vino el dicho capitán
Croocq, á cosa* de las cinco de la mañana, con una tropa
de 100 caballos, corriendo con tal presteza hacia el cuartel,
que llegó tan presto como las centinelas al puente, donde
habia una barrera y un cuerpo de guardia de infantería
de avanzada tirando pistoletazos sobre el dicho cuerpo de
guardia, sin que pudiese pasar el dicho puente en cuanto un
soldado, el cual, poniéndose en medio del puente, le detuvo
con su pica y cerró la barrera.
Con que tocándose arma, el dicho D. Alberto acudió con las
dichas compañías, con las cuales estaba de guardia , y se apo-
deró del puente y lo mantuvo, retirándose los dichos 100 caba-
llos á sus gruesos, que hablan quedado un tiro de mosquete
atrás; y enviado el dicho D. Alberto á reconocer fuera del cuar-
tel, le trajeron aviso que el enemigo estaba allí cerca con otros
gruesos de caballería.
Envió dicho D. Alberto á avisarlo al general D. Andrea Can-
telmo que ya el enemigo estaba mucha caballería, y
allí con
en mismo tiempo llegó el capitán Kerquen con otras seis
el

compañías á mudar dicho D. Alberto; y acudiendo luego dicho


General por su persona, mandó á los dichos Capitanes fuesen
siguiendo el enemigo, que toda la caballería les iria siguiendo
463

para sustentarlos, dando orden en primero al barón de Wan-


geu de seguirles con las tropas que estaban más á la mano, y
luego dio otra orden al Teniente general de la caballería, Don
Juan de Borja, de seguir con toda la caballería.
Con que dicho D. Alberto con sus tropas y el capitán Ker-
quen con las que traia para mudarle, fueron á trote y galope á
seguir el enemigo, llevando con ellos los sobredichos 200 infan-
tes, los cuales el dicho Luis Antonio Martinez dispuso en em-
boscada á media hora más acá de la Brungera, donde se tuvo
aviso por un Ayudante que el enemigo estaba cortado y que no
podía escapar.
Con esto, yendo dichos capitanes D. Alberto Coloma, Ker-
quen, coraginosamente siguiendo á dicho capitán Croocq, y lle-
gando á descubrir la Brugera, vieron que las tropas se iban
deteniendo, dando sospechas que allí debia haber la emboscada,
y luego les vino otro aviso por el furriel del dicho D. Alberto,
que el General mismo, el hijo del príncipe de Orange, con los
Tenientes genenerales el Estanquenbroncq y el conde de Sti-

rum venian con y con sus estan-


toda la caballería holandesa
y sustentar dicho capitán Croocq, y adelan-
dartes á socorrer
tándose un poco más á la Brugera, vieron amanecer más
de 3.000 caballos corriendo á toda brida para cortar á dichos
capitanes D. Alberto y Kerquen fuera; lo que viendo, trataron
de retirar su caballería lo mejor que pudieron.
En esto llegó el barón de Wangeu con las tropas más avan-
zadas de las que el Maestre de campo general D. Andrea Can-
telmo habia enviado para sustentarlos, al cual dijeron que toda
la caballería del enemigo estaba allí y les venia á cortar,* y
como con el llegar del dicho barón de "Wangeu cesaba el

mandar del dicho D. Alberto, dijo el dicho barón de Wangeu


que queria también ver enemigo, y llegando también el
el

Teniente general D. Juan de Borja con el grueso de su caba-


llería holandesa, trabándose una muy furiosa escaramuza, y
viendo dicho Teniente general, estando á la frente de su caba-
llería, que unas tropas enemigas corrían hacía el puente, mandó
al Comisario general, D. Francisco Pardo, corriese á ocupar dicho
464

puente, á que el enemigo no pasase á cortarlos, las cuales tro-

pas, hallando esta resistencia, no intentaron de pasar.


Luego vino toda la caballería holandesa, en número de 86
compañías con sus estandartes, á cargar tan furiosamente la

poca caballería de S. M., que no pudiendo resistir á tantas


fuerzas, fué forzado á retirarse el dicho Teniente general Don
Juan de Borja, haciendo cara con las tropas de su retaguardia

y escaramuzando con las de la vanguardia del enemigo, dando


siempre lugar á que las otras tropas ganasen camino hasta lle-

gar á una campanola, donde dispuso algunas tropas en haya;


las cuales, cargando el enemigo por el flanco, facilitaron el

pasar el primer puente, y el llegar al segundo puente, donde


detuvo otra vez el enemigo, dando también lugar á los que
estaban mal montados de alcanzar sus compañías y de incor-
porarse con ellas.
Pero el enemigo volvió á cargar otra vez con toda su caballe-
ría, con tanto esfuerzo, que la caballería de S. M. fué obligada á

retirarse de todo; y el dicho Teniente general, queriendo siem-


pre juntar sus tropas y hacer cara y detener el enemigo mien-
tras los otros se retiraban, fué la pelea tan porfiada, que el

enemigo perdió un estandarte, el cual deciau que era el de Es-


tanquenbroncq, y que el dicho Teniente general, D. Juan de
Borja, fué tomado preso con otros siete de sus Capitanes, entre
ellos el conde de Ferrara.
El resto de la caballería de S. M. se retiró debajo el calor
de los dichos 200 infantes emboscados, los cuales, dando muy
furiosas cargas en los que los siguieron, dando lugar á reti-

rarse al cuartel, mala fortuna quiso que parte de la


aunque la
caballería de S. M. se retirase por otro camino que por el donde
estaban los dichos 200 infantes; y así, no pasando los que les
seguían por delante de la emboscada, estos fueron siguiendo
los nuestros hasta media legua del cuartel, donde el Maestre
de campo general, D. Andrea Cantelmo, tenia dispuesta toda su
infantería á ciertos puestos y ciertas hayas, para si el enemigo
se acercaba al cuartel, de más cerca recibirles con buenas sal-
vas de mosquetería y cortarle, que olvidaria de volver á Bargas.
465

Pero el enemigo trató de no amansarse y de retirarse á su


cuartel, de donde había salido, con grande pc^rdida también de
hombres y de caballos y de un estandarte, y volviéndose otra
vez á la Brugera, fué con todas sus tropas juntas á cargar la
sobredicha española; la cual, se retirando á una iglesia, les dio

tan furiosas cargas, que los enemigos fuerun forzados darles


cuartel y de retirarse hacia Bergas.
Y, entendiendo dicho General que los enemigos pasaban
entre ellos la palabra que no habían perdido estandarte, mandó
buscarlo entre la caballería, y lo muestro allí por toda la armada,
y después lo envió al Sr. Marqués.
Mientras esto se pasaba así, entre el ejército holandés y el

cuerpo de ejército que el Sr. Marqués habia dejado en Brabante,


á cargo del Maestre de campo general, D. Andrea Cantelmo,
estaba el duque de Enguien en París, y el ejército francés á
cargo del duque de Angoulesme, acuartelado en cuarteles di-

visos en la Francia;
y el Sr. Marqués con el ejército de S. M. á
Fontana Lenesque, su persona alojada en la villa; y el ejército

del duque de Alburquerque al derredor de dicho Fontana Lenes-


que, también acuartelado en cuarteles divisos: cuando la reina
de Francia dio orden al dicho duque de í]nguien de volver á su

armada y de sacar de su ejército los mejores regimientos de


caballería é infantería, y de marchar con estas tropas la vuelta
de Alemania, á reforzar el conde de Gibrian con alguna provi-
sión de dinero á distribuir sólo á los soldados que estarían
pasados el Rin.
El Sr. Capitán general de S. M. C, teniendo aviso de
esta resolución que habia tomado la reina de Francia en
enviar sus mejores tropas fuera del Reino para reforzar el ejér-
cito que entretenía y pagaba en Alemania, con orden al duque
de Enguien de marchar con las dichas tropas francesas hasta
que fuesen pasados el Rin. y allí dejarles á cargo del conde de
Ransau, con orden de juntarse con el conde de Gibrian, y jun-
tos embestir los ejércitos de los duques de Ba viera y Lorena, y
de intentar de tomar sus cuarteles de invierno en el país del
dicho duque de Baviera.
Tumo LXXV. HO
466

El Sr. Marquds resolvió también de enviar parte de sus tro-

pas á socorrer y reforzar los diclios ejércitos de Baviera y


Lorena; dio orden al Teniente general de la caballería de S. M.,
D. Juan de Vivero, de tomar los siete regimientos de la caba-
llería de Alsacia, que eran los de D. Jacinto de Vera, del conde
de Linares , de Donequel , de Broucq , de Sanari , del barón de
Eniet y de D. Carlos de Padilla; y de infantería, los regimien-
tos de Rouroy, de Fragipane Gerardin, y de marchar con estas
tropas en gran diligencia hacia Luxemburque, y de allí fuese
á pasar el Rin á Spira, y allí entregarles al duque de Lorena
para estar á su orden.
Estando marchadas estas tropas á socorrer y reforzar los
ejércitos imperiales de Lorena y Baviera, el Capitán general,

viendo que no habia más ejército francés á la frontera, parte

enviado á Alemania y la otra parte retirada adentro en la


Francia, resolvió retirarse también y de enviar la gente en
sus guarniciones y cuarteles de invierno,* mandó juntar todo el
ejército en la plaza de armas, al casar de Busiera, donde antes
lo hizo pasar nuestro General, y pasada la muestra, disponer
todo el ejército en batalla ,
para ver con qué número de gente
se retiraba de la campaña; y de allí se fué á Binso, donde
habiendo despedido los tercios y regimientos para que se fuesen
en las guarniciones, dio orden al duque de Alburquerque, de
que con 40 compañías de caballos y tres regimientos de
infantería y cinco piezas de artillería, convoyar y remeter la
gente en las villas de Rurmonde Güeldres Venló y Estevan-
, ,

wert, el cualvolvió por la campiña, m^archando por Tornante


y dejando allí algo refrescar su caballería hasta meterse en
las guarniciones.

Y como el ejército holandés se habia retirado también de su


puesto junto á Bergas, y reparado su ejército, alojada la caba-
llería en Langhestrate y en el país de Raneseyn, y la infantería,
por regimientos, las villas fronteras; el Sr. Marqués dio orden
á D. Andrea Cantelmo de mudar de cuartel, también de dejar
el paraje de Amberes, acuartelarse entre Malinas, Lovaina y
Arifeste, á los casares de Verchteu y Bonai, donde dicho
467

D. Andrea Cantolmo, Maestre de campo general, quedó hasta


que el Sr. Marqués le envió las órdenes para retirarse la gente

en sus guarniciones también.


Y el Sr. Marquós, habiendo estado en dicho Bins hasta
los 18 de Octubre, y estado en compañía siete meses, vino de
dicho Bins á Loigny y á los 20 de Octubre entró en Bruselas,
;

donde fué recibido de los caballeros del país con mucha


afición; diciendo todos que el rey de Francia habia juntado todas

las mayores fuerzas que le aun este


fuese posible para hacer
año un gran esfuerzo contra la Monarquía de España y hacer ,

su mayor esfuerzo en el Condado de Borgoña y en Cataluña,


donde queria enviar un refuerzo de 10.000 hombres: que el
Sr. Marqués, viendo que no podia socorrer dicho Condado de
Borgoña, y que de otra parte este refuerzo de ejército refor-
zarla mucho las armas francesas en España, habia entrado en
Francia y sitiado la villa de Rocroi, para tirar sobre sí todas
aquellas fuerzas de Francia en parte donde podria más cómo-
,

damente resistirles y pelear con ellos.


Donde hallándose obligado á una y la fortuna de la
batalla,

guerra volviéndose por los franceses, quedó corriendo por los


escuadrones procurando juntarlos y hacerles volver la cara; y
llevándolos él mismo á pelear en medio de los cañonazos y mos-
quetazos con tanto valor, que hallándose diferentes veces en
medio de los escuadrones de los enemigos, y cortado, fuera los
batallones italianos y españoles fueron obligados abrirse para
salvarse, quedando hasta el último trance en el campo de la
batalla, exponiendo su vida y su sangre por el servicio de

su Rey y la defensa del país.

Que luego después los enemigos holandeses, habiéndose


desembarcado en Flandes , considerando que sobre todo impor-
taba la defensa de esta provincia, habia venido marchando con
tanta diligencia desde aquella frontera de Francia á socorrerla,
y se opuesto á su designios, que aunque mucho inferior en
fuerzas dicho enemigo holandés, ha quedado todo el verano
infructuosamente junto al puesto donde se habia desembarcado
sin haber podido hacer nada.
468

Y que era gran cosa, que no habiendo venido dineros de


España en mucho tiempo para poder dar al ejército las pagas y
medias pagas , con el poco dinero con el cual le han asistido los
Finanzas, y las asistencias que con tanta afición han dado los
Estados de las provincias obedientes, particularmente los cuatro

miembros de Flandes, y los Estados de Henaut y Namur; con el


cual poco dinero el Sr. Marqués ha socorrido á los soldados con
tanto celo y benignidad todo el tiempo de la campaña, por vía
de gastos secretos , socorriendo á los tercios y regimientos en-
teros , á veces con 500 florines por cada semana y á la caba-
;

llería,á cada caballo ligero, con seis plazas cada dia, y par-
ticularmente álos soldados heridos, á los vueltos de la prisión
y á los desnudos, dando cuatro 6 cinco audiencias al dia para
oir á todos y animarlos y despacharlos; y no pudiendo tampoco
dar dineros al Proveedor general con que pudiese proveer el
pan de munición, con su crédito y el crédito de algunos, sus
servidores y amigos, ha hallado tal cuantía de granos, que los
soldados han tenido su pan de munición, y con éste socorrer
á los soldados y proveerles su pan de munición él ha sustentado ,

el ejército de S. M. y defendido el país, que los enemigos, ni

holandeses ni franceses, no han hecho mayores progresos; y los


soldados, viendo la afición y benignidad con la cual el Sr. Ca-

pitán general les daba lo poco que les podia dar , y sabiendo
que no les podia dar más, tuvieron paciencia é hicieron el ser-

vicio de S. M. como si hubieran tenido muchas pagas y medias


pagas.
Estando así el Sr. Gobernador y Capitán general , llegado
en Bruselas con este predicamento, agradeció primero á los del

consejo de Financas de la sobredicha asistencia de dineros que


le habian hecho esta campaña, y con tanto celo y trabajo bus-
cado y hallado el medio para los dichos dineros, hasta algunos

del los haber empeñado sus bienes y haciendas para hacer este
servicio á S. M. en esta coyuntura y necesidad, con que el
;

Sr. Marqués ha podido defender y conservar el país, con intento


de escribir á S. M. el servicio que en ello le han hecho, agra^
deciendo particularmente al conde de Noveilles Chef, de Fi-
469

nangas; á D. Francisco Kischot, Tesorero general y del Con-


sejo deEstado; y á los comisarios D. Juan Bautista Maes, Don
Gaspar Cuockart, D. Juan Yander Bequen, D. Felipe de Ursel
y D. Carlos Grisper.
Y lue'go se metió el Sr. Marqués á tratar y poner orden en
las cosas de Estado del país, que estaban muy atrasadas por la
larg'a campaña que habia hecho , hallándose por su persona en
las juntas con el Chef, Presidente, el arzobispo de Malinas, el
Canciller, el Tesorero general y los demás del dicho Consejo de
Estado, queriendo estar presente, oir y entender, y concluyó
todo él mismo, para mejor acertar en todo en hacer al servicio
de S. M. , su Rey.
Y habiendo estado así el Gobernador y Capitán general el ,

Sr. Marqués, en Bruselas algunos dias, le vino la grande nueva

que el duque de Lorena, con su ejército y el del duque de Ba-


biera, y las tropas imperiales del conde de Hansfelt, y las de
S. M. C. que habia enviado allá, hablan roto enteramente los
ejércitos enemigos, weymaros y franceses, entrado al improvisto

en sus cuarteles, deshecha y degollada toda la infantería y la


mayor parte de la caballería, y muerto el Generalísimo, el conde
de Gibrian, y todos los otros Generales tomados presos, con
pérdida de toda la artillería, municiones y bagaje, sin haber
perdido 40 hombres; no pudiéndose creer sino que haya sido
Dios que haya dado esta victoria á la augusta casa de Austria;
por la cual victoria el Gobernador y Capitán general, el señor
Marqués, hizo cantar el Te Deum latidamus en la iglesia mayor
de Bruselas, donde le acompañaron y asistieron todos los caba-
lleros de la corte y del país.
VARIANTES

LA. RELACIÓN DE JUAN ANTONIO VINCART Y LA DE G. CARDINAEL,

ÜE L4 QUE KL GENEHAL D. EDUAUDO FKItNANDEZ DE SAN UOMAN POSEE COPIA, SACADA

D\: UN MANUSCUITO QUE EXISTE EN LA BIBLIOTECA IMPEIUAL UE PAlu's.


473

1 Sü MAJESTAD LA REINA, REGENTE DE FRANCIA.

Sacra Majestad: Considerando el celo que tengo al servicio

de V. M., yo no he podido dejar de enviar la relación de los


sucesos de las armas del Rey Católico, mi señor, como hermano
de V. M., en sus Estados-Bajos. Ofrezc(T ahora á S. R. P. con
toda humildad, la relación del año pasado de 1643, en el cual,

el Sr. Marqués de Tordelag-una, Capitán general de S. M.,


viendo que el rey de Francia habia juntado todas sus fuerzas
para hacer aun este año un grande esfuerzo contra la monar-
quía de España, y su mayor esfuerzo en Cataluña y en el

Condado de Borgoña, el cual no podia socorrer, ha hallado ser


el servicio de S. M. C. de atirar sobre sí todas aquellas fuerzas
de V. M. en parte donde podia resistirles, y pelear con ellos,

donde hallándose obligado á una batalla, y la fortuna de la


guerra volviendo por V. M., quedó procurando á restaurar el

combate hasta el último trance, posponiendo su vida y su san-


gre por el servicio de S. M. C.
Y poco después, habiendo los enemigos holandeses con otro
grande eje'rcito desembarcado en Flandes, y considerando que
sobre todo importaba defender aquella provincia, ha venido
marchando desde la frontera de Francia á socorrerla, se ha
opuesto á sus designios de tal manera, que los dichos holande-
ses quedaron todo el verano infructuosamente junto al puesto
donde se habian desembarcado, sin haber podido hacer nada.
De allí, habiendo la armada francesa entrado más adentro
en el país de Luxemburque, con designio de sitiar aquella villa
ó de ir á sitiar la de Tróveris; pero con las diversiones y estra-
tagemas que ha hecho á la dicha armada, la ha obligado á reti-
474

rarse de los dichos países y de \olver á Francia, sin haber


podido hacer ulteriores progresos.
Y, esperando que esta pequeña obra y relación será agra-
dada de V. M., pues son las señales del celo que tengo á su
servicio, ruego á Dios que conserve á V. M. con la salud y
larga vida que la cristiandad tiene menester, y quedo de V. M.
el menor de sus criados y vasallos. — —
G. Cardinael. 1644.
475

VARIANTES

ENTRE LA RELACIÓN DE JUAN ANTONIO VINCART


Y LA DE G. CARDINAEL.

Texto.
Páginas.

417 Dice Vincart. — De la Bassé y de Leus, ganándole una


batalla contra los franceses y estorbado d los Ees sos
Weymaros.
Dice Cardinael. — De la Basse y de Leus y Veymaros.
417 V. — á los que merecían.
C. — á los que merecian.
lo

418 V. — los Gobernadores y Comandantes de las plazas fron-



teras.

C. — los Gobernadores de las plazas fronteras.


418 V. — su celo suministrado medios por país. el

O. — su celo al servicio de S. M. suministrado medios


por el país.

418 V.— 300.000 escudos.


C. — 300.000 escudos, y ofrecieron dar más, si los hubiera
querido tomar.
418 V. —Isemburque, Maestre de campo.
C. — Isemburque, Mariscal de campo.

418 V. —sacase también la del dicho ejército.

C. — sacase también la gente del dicho ejército.


418 V. — conde Juan de Oostfriza y de Ritberya.
C. — conde Juan de Cosfrisa y de llathergcn,
418 V. — y otra orden dio príncipe de Ligne, General
al df»

los hombres de armas, de tener sus compañías de hom-


bres de armas en orden y aprovechaihis.

^
C. —y otra orden particular di(3 al príncipe de Liíi,iie, de
476
Páginas).

tener aj^arejadas sus compañías de hombres de armas.


418 Dice Vincart. — conde de Bucquoy.
Dice Cardinael. — duque de Buquoy.
419 Y. —excepto al príncipe de Lig-ne.
C. — excepto al dicho príncipe de Lig-ne.
419 V. — Maestre de campo D. Esteban de Gamarra.
C. — Mariscal de campo Don E. G. d.

419 V. — del ejército de Alsacia y de los dichos regimientos


de alemanes de Ultra-Mossa.
C. — del ejército de Alsacia.
419 V.— Montpelgart.
C. —Monpelgazo.
419 V.— du Gallier.
C—du Hallier.
419 Y.— Mareschales de campo el marqués de Cfuesure, el

(orassion marqués de la Ferté-Senesterre.


y el

C. -^Mariscales de campo el marqués de la Ferte Senes-


terre.

420 Y. —y Rin hacia Nimega.


el

C. —y Rin arriba hacia Nimega.


el

420 Y. — su plaza de armas al casar Littoy.


C. — su plaza de armas otra vez al casar Littoy.
420 Y. — sazón ordinaria para salir.

C. — sazón ordinaria ^avdi poder salir.

420 Y. —partió de Bruselas el 15 de Abril.


C. —partió de Bruselas once de Abril.
el

420 Y. — contra los enemigos de Holanda.


C. — contra los enemigos de Holanda, cualidad cojí de
Maestre de campo general.
420 Y. — plaza de armas á Fefuberghe.
C. —plaza de armas á Qetuierge.
421 Y. — conde de Villalva,
C. — conde de Villaluz.
421 Y. — eran setenta compañías de.
C. — eran sesenta compañías de.

I

477
Páginas.

421 —
Dice Vincart. cond^e de Isemburque.

Dice Cardinael. duque de Isemburque.
421 V. — criados, pasando por Francia.
C. — criados pasando por Francia ^am España.
422 V. —por amor de las continuas lluvias.
C. — por temor de las continuas lluvias.

422 V. — mejorándose un poco 8r. Marqués, partió


el de
Lila. .

C. — mejorándose un poco partió de Lila.


422 V. — á recibirla muchos caballeros.
C. — á recibirla nuevos caballeros.
423 V. — ribera Mossa para los víveres.
C. — ribera Mousa á las espaldas para los víveres.
424 V. —haciendo cuenta de querer pasar.
C. h.Qh\Qnáofeintado de pasar.
424 y.— 1.200 infantes.
C— 1.200 hombres.
425 V. — Borgoña, otro sobre el el camino de España y el otro

en el centro de.
—Borgoña, y otro en centro de.
C. el el

428 V. — se en la que halia ganado^ alojando gente


fortificó

en ella.

C. —se fortificó alojando gente en ella.

428 V. — pura fuerza á r echar q\ enemigo.


C. — pura fuerza á rechazar el enemigo.
428 V. — carabinas por el foso en la villa,
C. — carabinas por el foso.

429 V.— llegó en 18 de Mayo.


C— llegó en 16 de Mayo.
429 V. — fosos henchidos.
C. — fosos llenos.
429 V. — su persona era de alguna importancia.
C. — su persona era de gran importancia.
430 V. — de hacer atalar la artillería que.
C. — de hacer atalar las piezas que.
478
í'áginap.

431 Dice Vincabt. —y la caballería á la dcreclia y á la iz-

quierda de los dichos batallones.


Dice Cardilael. —y la caballería á la ala derecha y á
la ala izquierda de los dichos batallones.
432 V. — Suarez estaba reimjado.
C. — Savary/zíí^ rechazado.
434 V. — espiado por barón de Bec.
el

C. — espiado barón de Becq.


qtie el

434 V. — mayor ñervo de la caballería.


el

C. — mayor mtmero de la caballería.


el

434 V.— Pedro Vülamor.


C. — Pedro Villamayor.
434 Y. — á todo golpe con la caballería
C. — á todo galope con la caballería,
435 V. — Y los enemigos viendo que la.

C. — Y luego los enemigos viendo que.


435 Y. — como los Tenientes generales se portaron valero-
samente,
escomo los Tenientes generales y Capitanes se por-
taron, etc.
43G Y. —y otro escuadrón francés deshizo Yirgijio Ursini.
I).

C.^ —y otro escuadrón francés deshizo con su grueso Don


Yirgilio Orsini.
436 Y. —Y mismo Conde de.
lo el

C. — Y asi mismo Conde de. el

436 Y. — barón de GeamonL


C. — barón de Gramont.
437 Y. — y corriendo á brida abatida.
C. — y corriendo á brida suelta.
437 Y. — se fué corriendo á los alemanes.
C. — se fué luego con diligencia á los alemanes.
tod.a

438 Y. — y mismo los otros Coroneles y Capitanes de


lo los

otros regimientos.
C. —y de mismo los otros regimientos.
438 Y. —después de su herida en la villa de Bruselas.

470
Piíírinns,

DíCE Cardinael. — después en la villa do Bruselas.


438 Dice Vixcart.—juntar estos escuadrones.
C. — á juntar otros escuadrones.
440 Y.—D. Pedro ?oras.
C. —D. Pedro Pozas.
440 V. — sin que hacerles volver cara.
^íuíío

C. — sin qMG pudiese hacerles volver cara.


440 V. — peleando á su lado, sin haberle querido quitar.
C. — á su lado sin haberle querido dejar,
440 V. — con que toda la caballería.
C. — con que toda lá dicJia caballería.
441 V. — mandó otro Sargento mayor.
al

C. — mandó dicho Sargento mayor.


al

442 V. — tan luenos y valerosos soldados.


C. —tan bravos y valerosos soldados.
442 V. — tomando presos conde de Garcies.
el

C. — tomando presos los Maestres de camjpo conde de el

Garcies.
442 Y. — que restaban en vida y todos los soldados.
C. — que restaban en vida.
442 Y. — se rindió con j)atos, fue forzado.
C. — pe rindió con j)acios fué forzado. ^

442 Y. — forzado retirarse también.


C. — forzado retirarse también, Imhiendo siempre sido //

asistido de sus secretarios de Estado y de Ctimara Don


,

Gerónimo de Almeyda y D. Francisco de TIuraca, y de


su calallerizo, D. Frederique de Mendoza, los cuales no
le dejaron jamás.
442 Y. — lo que viendo de lejos el barón de Bec.
C. — lo que viendo el barón de Becq.
442 Y. VA conde de Isemburque estando tomado preso.
C. — Kl conde de Isemburque en tanto tomado preso.
442 Y. — alférez Maraso matar.
el

C. — alfórez Mazaso matar.


el

443 Y. — qno
Hnte<3 curado.
fufase

480
Páginas.

Dice Cahdimael. —antes que fuese curado, con reclama-


ción de todos los caballeros del país^ que viendo tan
gran señor como Príncijpe y Conde soberano de Imi^erio,
y Señor de tan gran país, en dicho Imperio ha servido
S. M. C. tantos arios, mandado ejércitos en su servicio,

y por su gran celo y afición d su dicha Majestad,


derramando asi su sangre por su servicio en esta
ocasión.

443 Dice Vincart. —cien pistolas para vestirle.

C.— cien pistolas para vestirse.

444 V. — empeñarse en los escuadrones de los enemigos,


estarse en medio de los cañonazos y mosquetazos, lle-
vando él mismo sus escíiadrones á pelear y él y su
hermano.
C. — empeñarse en los escuadrones á pelear él y su her-
mano.
444 V. —los cuales tan muchos Oficiales.
C. — cuales ser tantos
los joor Oficiales.

445 V. — D. Antonio Cantudo.


C. — D. Antonio Cantado.
446 V. — D. Alonso de Avila.
C. — D. Alonso Davilla y D avila
446 V. — Marimonte y de á Gemblours.
allí

C. Marimote y de allí á Gemblour.


446 V. — Walsein, casaros vecinos.
C. — Walsen, casares vecinos.
449 V. — Marqués Sfrondato.
C. — Marqués Fonderato.
449 V. — los diques del Cleynlaht Chinge.
C. — los diques del Ayulant Cenige.
450 V. — D. Andrea Cantelmo.
C. — D. Andrea Santelmo.
453 V. — Duque de Angoulesme.
C— duque de Anguleme y Angulema.
455 V. — una hatería de ella incomodaron.

481
Páginas.

Dice Cardinakl. — una batería de la cual incomodaron.


455 —
Dice Yincaet. que 25 hombres podían subir.

C. —que 250 hombres podían subir.


457 V. — para ofenden' 6 defender; al Barón de.
C. — para defender al Barón de.
4G0 V. — Landresy, y de hacia allí el.

C. Landrey y de allí hacia el.

460 V. —dicho Mariscal Manecam.


C. — dicho mariscal Manecan y Manecamp.
461 V. — acuartelado adentro del país de Tréverís.
C. — acuartelado adentro país dejando su emjpresa en
el el

faís de Tréveris.
461 V. — á pasar el puente de Amberes y de acuartelarse con
su cuerpo de ejército junto á Amberes. Con la cual
orden ^ el general D. Andrea Cantelmo^ haUendo reti-

rado su gente de Flandes y vuelto á 'pasar el 'puente de

A'mberes , se fué á acuartelarse su persona con la in-


fantería.

C. — á pasar el puente de Amberes se fué á acuartelarse


su persona con la infantería.
461 V. —Mientras el príncipe de Orange estaba así con el
ejército holandés acuartelado junto á Bergas.
C. —Mientras el príncipe de Orange así acuartelado con
el ejército holandés junto á Bergas.
461 V. — Estanquenbroncq y el conde de Stirmn.
C. Estaquembronecq y el conde de Stircem.
463 V. — que quería también ver el enemigo, y llegando tara-
bien el.

C.— que quería también ver y llegando también él el.

464 Y. — con sus estandartes, á cargar tan furiosamente la

poca caballería.
C.-T-con sus estandartes cargaron tan furiosamente la
poca caballería.
465 Y. — á cargar la sobredicha española.
C. — á cargar la sobredicha infantería española.
Tomo LXXV. 31

482
Páginas.

465 Dice Vincart. —y lo muestro allí por toda la armada


y después le envió al Sr. Marqués.

Dice Cardinael. y lo muestro allí por toda la armada.
466 V. — El Sr. Marqués resolvió también enviar parte de sus
tropas, etc., etc., hasta duque de Lorena fara estar
á su arden. (Todo este párrafo lo omite la copia de
G. Cardinael.)
466 V. —y de allí se fué á Binso.
C. — y de allí se fué á Bints.
466 V. —Rurmonde Estevanwert.
C. Burmonde Estevenvert.
467 V. — diciendo todos que el Rey de Francia habia juntado
todas las mayores fuerzas que le fuese posible, para ha-
cer aun este año un gran esfuerzo contra la Monarquía
de España, y hacer su mayor esfuerzo en el Condado
de Borgoña, y en Cataluña, donde quería enviar un
refuerzo de IG.OOO^om^r^^; que el Sr. Marqués, viendo
que no podia socorrer ¿?¿(?/¿o Condado de Borgoña, y que
mucho
de otra parte este refuerzo de ejército reforzaría
las armas francesas en España, habia entrado en Fran-
cia y sitiado la villa de Rocroi ,
para atirar sobre sí

todas aquellas fuerzas de Francia en parte donde po-


dría más cómodamente resistirles y pelear con ellos.

C. — diciendo todos que el rey de Francia habia juntado


todas sus fuerzas para hacer aun este año un gran es-
fuerzo contra la Monarquía de España, y trataba hacer
su mayor esfuerzo contra España y contra el Condado
de Borgoña, el cual no podia socorrer, habia entrado
en Francia y puesto sitio á la villa de Rocroix, para
atirar sobre sí todas aquellas fuerzas de Francia donde
podia más cómodamente resistirles y pelear con ellos.
467 V. — y cortado fuera los batallones italianos y españoles
fueron obligados abrirse para salvarse.
C— y cortado fuera los batallones enemigos y españoles
fueron obligados abrirse para salvarlo.
483
Páginas.

468 Dice Vincart. —


su crédito y el crédito de algunos, sus
y amigos, ha hallado tal cuantía.
servidores

Dice Cardinael. su crédito y el crédito de algunos de
sus servidores y amigos como de PMHppe, Le Roy
G-refier^ de Finanzas, y Louys Vanderhazen Buengue-

maistre del Franco de Brujas, ha hallado tal cantía.


469 V. —Francisco Kischoi D. Juan Bautista Maes,
Cuockart Vander Bequen y D. Carlos Grisper.
C— Francisco Kinschot, D. Juan Bautista Mes,
Enochart Vender Bagaen y D. Carlos Crisper.
469 V. —Y luego se metió Sr. Marqués.
el

C. — Y luego se metió Marqués.


el

469 V. — El conde de Gihrian.


C. — El conde de Gebrian.

Anne d'Autriche, Royne Regente de Franco et de Navarre.


B. Moncornet excudit cum privilegio.

Franciscusde Meló, Comes d'Azumar, Prorex Siciliae, Belgii,

Burgundise Gubernator, et ad Pacem Plenipotentiarius Regis


Catholici. Louis de Borbon, Duc d'Enguien, Prince du San-
gent (?), Pair de Franco,
Excellentissimus Dominus Paulus Bernardus, Comes de
Fontaine, etc.— Cathol. Magest. per Religión, generalis Prse-
fectus. —P. de lode ex. — Frederic Henri, P. d'Orange.
RELACIÓN
DE LA CAMPAÑA DEL AÑO DE 1650,

DIKIGIDA

A SU MAJESTAD EL, REY DON FELIPE IV

POR

JUAN ANTONIO VINCART


Secretario de los avisos secretos de guerra.

(Biblioteca Nacional. — Sala de A/s.—-H. 121.)


487

RELACIÓN

DE LOS SUCESOS DE LAS AKMAS DE S. M. EL REY D. FELIPE IV,


NUESTRO SEÑOR, MANDADAS POR EL SERMO. SR. ARCHIDUQUE
LEOPOLDO GUILLERMO, GOBERNADOR, LUGARTENIENTE Y CAPITÁN
GENERAL EN LOS ESTADOS DE FLANDES Y DE BORGOÑA,
Y DEL ^SEÑOR CONDE DE FUENSALDAÑA GOBERNADOR ,

GENERAL DELLAS, DEL AÑO Y CAMPAÑA DE 1650,


DIRIGIDA Á SU MAJESTAD POR JUAN ANTONIO
VINCART, SECRETARIO DE LOS AVISOS
SECRETOS DE GUERRA.

No estaba tan presto acabada la campaña del año de 1649,


como S. A. Serenísima, por su gran celo á hacer servicio á
S. M., su sobrino, comenzó á tratar con el Sr. Conde de Fuen-

saldaña, Gobernador general de las armas, de la campaña ve-


nidera; y el Sr. Conde, movido del mismo celo, á buscar medios

y expedientes, para mientras la sazón de invierno no permitía de


acometer alguna plaza por sitio , de acometer alguna por en-
trepresa; y después de muchos avisos y arbitrios, resolvió S. A.,

con el dicho Sr. Conde, de intentar una sobre la villa de Dun-


querque, puerto de mar de mucha importancia.
Tomada esta resolución, el Sr. Gobernador de las armas,
para encaminar este designio, hizo alojar algunos tercios y re-

gimientos de infantería con alguna caballería en el país de


Belleul, Cassel y otros lugares vecinos á la dicha villa, para
tener esta gente á la mano para cuando la tendría menester.

Hechas las prevenciones para la entrepresa, de petardos,


puentes, escalas, granadas y otros pertrechos necesarios, por
la diligencia de D. Antonio Pimentel, Gobernador de Neoporte,
S. A. Serenísima mandó al Sr. Gobernador de las armas poner
la entrepresa en ejecución.
Con el cual mando y orden de S. A. -partió el Gobernador

de las armas de Bruselas en 12 de Febrero, y para encubrir su


488

intento se fué á Amberes, dando á entender que iba á. tratar


con los hombres de negocios materia de dineros, de donde
marchó con mucho secreto á Flandes, llevando consigo el
Sargento mayor de batalla D. Baltasar Mercader.
Y habiendo llegado el Sr. Gobernador de las armas á Neo-
porte, envió orden al conde Basigni, gobernador de Artois, de
en conformidad de las órdenes que le habia enviado desde Bru-
selas, viniese marchando con gente de Sant Omer y Aire, y
la
procurase de estar á tal dia y á tal hora de la noche cerca de
la villa, de Dunquerque.
Otra orden envió al Sargento mayor de batalla, Juan de Li-
ponti, de en la misma conformidad de la orden que tenia ya,
viniese marchando de Balleul con la gente que estaba allí en
cuartel de invierno, pasase la ribera Colma á la parte que le

habia designado, y de hacer diligencia para poder llegar al


puesto que se le habia señalado cerca de la villa de Dunquer-
que misma noche que habia ordenado al conde de Basigni.
la

Hecha esta disposición, el Gobernador de las armas salió de


Neoporte con la gente que habia mandado salir de Ostende,
Brujas, Dama y de dicho Neoporte, acompañado deD. Baltasar
Mercader y D. Antonio Pimentel, y llegó cerca de Dunquer-
que á la hora que habia mandado llegar la gente de Balleul,
Cassel, Sant Omer y Aire.
Luego, arrimándose el Sr. Gobernador de las armas hasta
muy cerca de la villa, se metió detras de cierto terreno pegado
á las fortificaciones de afuera de la plaza, y allí quedó su per-
sona con gente de Neoporte y Ostende, con mucho silencio,
la

aguardando qué el conde de Basigni tocase arma por su parte


y Juan de Liponti por la suya, para, en oyendo la señal, empe-
zar también á embestir por la suya con la gente que tenia.
Pero quiso la mala suerte que Juan de Liponti no pudo pa-
sar la ribera Colma al esguazo que la guía le habia mostrado,
por las grandes lluvias y malos caminos, que le obligaron á no
poder llegar al puesto que se le habia ordenado á la hora seña-
lada, ni asimismo pudo llegar á tiempo el conde de Basigni con
la gente de Sant Omer y Aire, á causa de los pantanos y arro-
489

yos que había de pasar de noche, y los mismos malos caminos


que habían causado las lluvias.
De suerte que, habiendo estado el Sr. Gobernador de las

armas detras de las fortificaciones- de afuera de Dunquerque


conlos Jefes y gente dicha más de tres horas, hasta que co-

menzó á apuntar el día, y no oyendo la señal de que se em-


bestía por las otras partes, fué forzado á retirarse con su gente
sin intentar nada, con muy gran sentimiento de este accidente
tan siniestro.
Así que la entrepresa sobre dicho Dunquerque no tuvo efecto,
como sin duda le hubiera tenido si la dich^ gente hubieran lle-

gado á tiempo, en cuanto los de la villa no estaban avisados de


nada, ni sabian que el Sr. Conde les estabatan cerca, antes es-

taban bien descuidados del caso.


Quedó el Sr. Conde muy afligido de este mal suceso, y aun
más S. A. cuando tuvo la nueva, por cuanto la entrepresa era
dispuesta y ordenada tan bien, que no pudiera faltar, si no hu-
biera sido este acidente causado por las lluvias, que Juan de
Liponti no pudo pasar la ribera por el esguazo que la guía le
llevaba, ni el conde de Basigni por los pantanos y arroyos que
estaban tan crecidos de agua; aunque por el dicho mal suceso
no se estimó menos el valor y celo del Sr. Gobernador de las

armas, que se habia puesto al mismo peligro que los soldados


detras de las fortificaciones de Dunquerque, con intento de
lle\arles al mismo asalto, con mucha satisfacion de S. M. y de
S. A. de su valor y fervor á su servicio.
S. A. viendo que no habia podido conseguir su intento con
esta entrepresa, volvió todos sus pensamientos á disponer con
el Sr. Gobernador de las armas para salir lo más presto en
campaña con el ejército de S. M., y de intentar de ganar por
sitio lo que no habia podido hacer por entrepresa; y S. M., cor-
respondiendo al buen celo ó intento de S. A. y del Sr. Gobernador

de las armas, no teniendo otra cosa en su corazón que la defensa


de estos sus Estados, los cuales, por ser su primer patrimonio,
ha procurado siempre amparar con tanto amor, y en su de-
fensa consumido tantos años los tesoros do sus otros reinos y
490

estados con tantos millones de oro y plata de sus Indias.


Y para g-obernarlos, habiendo antes desto enviado á su tan
querido hermano, el Sermo. Infante D. Fernando, de gloriosa
memoria, y ahora rogado á su tan amado tio y primo el Se-
renísimo Sr. Archiduque Leopoldo de venir de Alemania á
gobernarlos, y debajo de su mando y gobierno Dios haya
algunos años favorecido la justicia de las armas de S. M. y la

de su causa, que es la de Dios y la de la Religión Católica,


habiendo su Serenísima Alteza recuperado á S. M. tantas villas
y plazas que los enemigos tenian usurpadas , envió S. M. á
S. A. provisiones de dinero, más liberales que antes para el

sustento de sus ejércitos, con firme esperanza que S. A. Serení-


sima, la buena ayuda del Sr. Conde de Fuensaldaña,
con
obrarla lacampaña próxima buenos efectos; y los Estados del
país, sus buenos vasallos, prosiguiendo con recíproco amor á

su buen Rey, dieron con tanta afición muy liberales subsidios


porel servicio de S. M. y la defensa de sus Estados, confiando

que Dios continuarla á favorecer también esta campaña las


armas de su dicha Majestad.
Con este fundamento, S. A., comenzando á disponer luego
para su salida en campaña, mandó al Sr. Gobernador de las ar-

mas diese orden de remontar la caballería y de proveer de ca-


ballos á los que los hablan perdido en las ocasiones de la cam-
paña antecedente, ordenando á los Tenientes generales, Don
Antonio de Cueva y D. Francisco Pardo, de hacer las dili-
la

gencias para tener la remonta hecha á lo más presto; y otra


orden á los Maestres de campo y Coroneles, de hacer reclutar
y de tener sus tercios y regimientos llenos para fin del mes de
Abril; y como habia al gunos tercios y regimientos muy peque-
ños, mandó S. A. reformar algunos é incorporarlos en los que
estaban más fuertes.
Al conde de Nassau dio S. A. el regimiento viejo del conde
de Ritberghe y mandó reformar en éste el que tenia antes; al

conde de Gameraig^ dio el regimiento viejo del conde de


Grovendoncq, con orden de reformar en él el regimiento que
habia levantado de nuevo, y en el del coronel Alemani el del
491

conde Octavio Guaseo, dejando los tercios viejos de valones de


los condes de Meg-hen y del conde de Bruay, que estaban harto

fuertes, en el estado que estaban.


Y para reforzar más el ejército de S. M., y particularmente
de caballería, S. A. Serenísima envió al marqués de Palavecini
y al coronel Lanán á hacer levas de naciones extranjeras en
Alemania y tomar en servicio de vS. M. caballería licenciada del
ejército del Emperador, y de traerla lo más presto á Flandes.

Y el Sermo. Sr. Duque de Lorena, continuando en el amor


y afición que siempre ha tenido" á S. M. y á S. A. Archiducal,
ofreció de nuevo de juntar su ejército con el de S. M. para el

mayor beneficio de la augustísima casa de Austria y causa


común, y efectuándolo luego, transportó á S. M. 4.000 de sus
soldados, así caballería como infantería, y para mandarlos, el
barón de Clinchamp, uno de los mejores Jefes de su ejército, y
en su particular muy aficionado al servicio de S. M. y de S. A.
el Sermo. Sr. Archiduque.
Y más entregó su dicha Alteza de Lorena á S. A. Archiducal
otro trozo de ejército de caballería é infantería para incorpo-
rarlo Con el ejército de S. M., á su entera disposición y orden,
para pelear contra sus enemigos los franceses, con entera facul-
tad de disponer de estas sus tropas en todas y qualesquier
facciones de guerra que S. A. seria servido de emplearlos,

sacrificando de nuevo las vidasy la sangre de sus soldados


á S.M. y á S. A.; dando el mando de este cuerpo de ejército al
barón de Fauge, su teniente Veltmareschalcq. Otro trozo de
ejército mandó el Sermo. Sr.Duque entrar en la Lorena, su
país hereditario, dando el mando de este cuerpo de ejército á
su General, el conde do Ligneville, para obligar al rey de Fran-
cia de tener allí un ejército francés en su oposición y hacer
esta diversión á las fuerzas del rey de Francia, dando orden al
dicho Conde de sitiar villas y plazas usurpadas injustamente
por el dicho rey de Francia.
Estando así dispuesto para reforzar el ejército de S. M. con
el de S. A. de Lorena, y con la caballería licenciada del ejér-
cito del Emperador, que habia de venir á Alemania, dio S. A.
492

orden al marqués Sfrondato, General de la artillería, de tomar


en servicio el número de carros de municiones y víveres que
eran necesarios para lá campaña, y de tener prevenida la arti-

llería y su tren con los demás pertrechos que eran menester


para sitiar plazas.

Estando hecha toda la píevencion para salir en cam-


paña, S. A. el Sermo. Sr. Archiduque deliberó con el Sere-

nísimo Duque de Lorena y el Sr. Conde de Fuensaldaña sobre


lo que en esta campaña seria más conveniente para el servicio
de S. M. de emprender é intentar contra Francia; y ofrecién-
dose que el rey de Francia ó su Ministro, el cardenal Masarini,
habia mandado prender al príncipe de Conde, al príncipe de
Conti y al duque de Longueville, Príncipe de la sangre de
Francia, y meter presos en el Bois de Yinteunes i,
y otros mu-
chos Príncipes, Duques y Grandes señores, amigos de los dichos
Príncipes presos, queriendo vengar esta afrenta por instigación
del dicho Cardenal, y entre ellos el duque de Bouillon, el viz-

conde de Toureina, su hermano, el duque de Rochefoucault, el

príncipe de Marsillac, el duque de la Tremoulle y otros muchos;


y que el duque de Bouillon , en la provincia de Guiena,
habia hecho rebelar la villa de Bordeaux, y con otros sus adhe-
rentesy la autoridad de la princesa de Conde, y del duque de
Anguien, su hijo, habia formado un cuerpo de ejército de
caballería é infantería, y hecho levantar contra el rey de Fran-
cia todo aquel país, é inducido á su devoción toda la nobleza,

y que á esta frontera el vizconde de Toureina, Mareschal de


Francia, habia entrado en la fuerte villa de Estenay, y asistido

del marqués de la Mousaye se habia apoderado de la cindadela,

y que la duquesa de Longhevilla habia entrado en ella y héchose


señora de todo pidiendo la asistencia y ayuda de S. M. y de
,

S. A. Serenísima para poder mantenerse en la dicha plaza y


Tesistir á la tiranía del dicho Cardenal, usada en las personas de

los príncipes de Conde , Conti y de su marido el duque de Lon-


,

ghevilla, y S. A., acordándose que la Francia ha tantos añosayu-

1 Vinceimcs?
493

dado á sus vasallos que se habían levantado contra S. M. en Es-


paña, fomentado la rebelión de los de la provincia de Cataluña
y á la del reino de Portugal, y asistídoles con soldados y dine-
ros; en Italia, hecho rebelar el reino de Ñápeles contra su le-
gítimo Rey, y socorrido sus vasallos rebeldes con un ejército
francés, mandado por el duque de Guisa; inducido al duque de
Módena, pariente de S. M., á hacer la guerra á S. M., y dádole
soldados y dineros para sitiar la villa de Carmena, y dado pro-
tección á los turcos, cossarios y bandidos, en sus puertos de
mar en la Provenza, y lo que es prodigioso, que el Rey Cristia-

nísimo ha incitado los suedeses herejes á entrar en el Imperio,


asistídole con un ejército francés á usurpar tantas villas y tanto
país, y quitarles la fe católica y plantar en ellas la herejía, y
ayudádoles á quemar y destruir tantas iglesias en Alemania,
no habiendo querido S. M. C. jamás hacer lo mismo, mien-
tras eran herejes rebeldes á su Rey, como se ha visto en la oca-

sión de la rebelión de la Rochela, y de los que tenian el partido


huguenote, que era entonces tan pujante, que si S. M. de
España les hubiera querido socorrer y asistir , era capaz
de revolver todo el reino de Francia y hacerlo hereje; y S. M.
y S. A., considerando que no era cosa que pudiese perju-
dicar á la fe católica, pero que era para ayudar á los dichos
señores, duque de Bouillon y vizconde de Toureine, con
el

sus adherentes, á resistir á la injusta detención de unos Prín-


cipes católicos , viendo que con esta ocasión y ayuda de los di-

chos señores, las armas de S. M. podiau entrar en la Francia y


hacerla sentir la guerra y pedir la paz, resolvió S. A. con el
Sr. Duque de Lorena y el Sr. Gobernador de las armas, des-
pués de haberlo avisado á S. M. , y recibido sobre ello su in-
tento y voluntad, de dar asistencia y socorro al dicho vizconde de
Toureine, á su justo intento de querer resistir á la injusta de-
tención de los dichos Príncipes presos, en la esperanza de por
ese medio y camino se podria llegar á una paz entre las

dos Coronas, que la Francia tanto deseaba y tenia menester.


Mandó S. M. al Sr. Gobernador de las armas fuese á abo-
carse con el dicho vizconde de Toureina, entender su intención
494

y designio, ajustar con él, en nombre de S. M. y de S. A.,


y
el modo y manera y con qué fuerzas se hallaba y qué ase-
la ,

guranza podia dar de que su proceder y trato con S. M. era


sincero y el fundamento que se podia echar sobre su resolu-
,

ción y la de la duquesa de Longhevilla, y de los otros señores,


sus adherentes, de la cual su resolución del vizconde de Tou-
reina y de la duquesa de Longhevilla, habiendo S. A. Serení-
sima tenido relación, y como dicho Vizconde habia emprendido
defender la justa causa de los Príncipes presos, y que á este
designio habia ya tomado en «u servicio y juntado 2.000 hom-
bres, y hacia otras levas nuevas para formar un buen cuerpo de
ejército, pidiendo la asistencia délas armas de S. M., con con-
dición que por seguridad de su fidelidad metería en manos y
poder de S. M. la villa de Estenay, y la duquesa de Longhe-
villa, por su justo sentimiento de la injuria y afrenta que
se hacia á su marido en la injusta detención de su persona,
empeñó su palabra y fe que tendría la cindadela de dicho
Estenay por el servicio de S. M., y que ambos, el vizconde
de Toureina y la Duquesa no quitarían las armas hasta tener
la libertad de los dichos Príncipes y la paz entre las dos Coro-
nas, en lamisma forma que fué la paz de Vervin, S. A. Serení-
sima determinó, en nombre de S. M., con el Sermo. Sr. Duque
de Lorena y el Sr. Gobernador de las armas, de juntar con el
trozo del vizconde de Toureina otro de 6.000 hombres, y de
darlo en cargo á D. Esteban de Gamarra, con restricción
que dicho Vizconde seria superior ó igual de este cuerpo de
ejército junto con el suyo, sólo que las órdenes que dicho
Vizconde daria deberían ser con comunicación del dicho Don
Esteban.
Habiendo S. A. hecho esta disposición de la asistencia de
gente y dinero, conforme á la orden é intención de S. M., al
vizconde de Toureina, confiado que seria para su mayor servi-
cio y abriría camino y medio para venir á la paz se metió ,

S. A., para salir en campaña con el grueso del ejército y á


deliberar con el Sr. Duque de Lorena y el Sr. Gobernador de
las armas lo que mayor servicio de
seria el S. M. de intentar,
495

y más conveniente en esta coyuntura de esta división y guerra


civil en tantas partes de la Francia.
Y habiéndolo puesto en deliberación con los dichos señores,
si seria hacer maj^or servicio á S. M. de sitiar y procurar de
recuperar algunas de las villas y plazas que el enemigo francés
tiene aun en este país en la provincia de Flandes y la de Artois,
ó de entrar con el dicho ejército de S. M. en Francia, y de in-

tentar de ganar plazas y villas á la frontera, y hacer la guerra


en ella, y con cuál empresa de las dos se conseguiria más presto
la paz,después de haberlo todo bien considerado y ponderado, y
hallado que el enemigo francés ha hecho tantos años la guerra
en este país, y sido menester que haya sustentado su ejército y el

de S. M. de España, con que la Francia no sentia la guerra, y


quitádonos los años antecedentes, antes de la llegada de S. A.
Serenísima en estos Estados con la del Sr. Conde de Fuensal-
daña, tantas plazas y villas, y que si esta campaña el ejército de
S. M. intentaba otra vez de recuperar en este país otras plazas
más, como ha hecho las dichas campañas antecedentes entra- ,

ria también otra vez en este dicho país el ejército francés,

y seria menester que las dichas dos provincias de Flandes y


Artois sustentasen otra vez los dos ejércitos, y este país ven-
dría á ser arruinado enteramente, S. A. Serenísima, después
de haber oido el parecer del Sermo. Sr. Duque de Lorena y
el del Sr. Gobernador de las armas, y enviado á S. M. para
saber cuál era absolutamente su voluntad y su orden, con-
cluyó de enj;rar en Francia á hacer la guerra en ella y obligarla
á sustentar su ejército y el de S. M., y hacerla sentir la guerra
y aliviar este país de sus males y miserias, y procurar de ga-
nar también alguna do sus plazas fronteras, para que en el

tratado de la paz S. M. tenga que volverles también plazas y


villas, y conseguir las mismas condiciones de la paz de Vervin,

que era todo el fin de S. M. y de S. A.


Teniendo S. A. esta orden y voluntad de S. M., y queriendo
principiar la campaña con la imploración de la asistencia de
Dios, se halló en la procesión de Nuestra Señora del Buen Su-
ceso, que cada nño se solemniza en la iglesia de los Padres
496

Agustinos, para rogar á Dios fuese servido de otorgarle su ben-


dición á las armas de S. M., y darle á di muchos buenos suce-
sos y muchas victorias.
Echado este fundamento sobre la imploración de la asis-
tencia de Dios, mandó S. A. al Sr. Gobernador de las armas
diese orden de marchar la gente de todas partes hacia la plaza
de armas que tenia designada en el país de Henau, junto á la
abadía de Aumont.
Con este mando de S. A. partió el Sr. Gobernador de las

armas, el primero, de Bruselas y llegó á Valencianas, de donde


llegó á la dicha abadía de Aumont, donde estaba ya el Maes-
tre de campo general, marqués de Molenguien, disponiendo el

juntarse al ejército y el pasar la ribera Sambre, para lo cual


se echaron puentes para pasar la infantería, y hallándose* que
el puente de la Abadía no era suficiente para pasar la artille-

ría, reconoció un vado por el cual pasó.


Luego que pasó el ejército la ribera Sambre, se alojó á lo
largo della, de donde dispuso el Sr. Gobernador de las armas
la marcha hacia Francia, de la Cápela; y S. A. Sere-
la vuelta

nísima, queriendo seguir luego, partió de Bruselas, á los 25 de


Mayo: fué primero á la iglesia de Santa Goula á oir misa en la
capilla del Santísimo Sacramento del Milagro, de donde fué á
visitar al Sermo. Sr. Duque de Lorena, en su casa, y á las cinco
de la tarde salió de la villa con infinitas aclamaciones del pue-

blo y suplicaciones á Dios fuese servido de darle buena cam-


paña y buenos sucesos en ella.
Llegó S. A. aquella tarde á Nuestra Señora de Hau, acom-
pañado del conde de Swartsemberch, su camarero mayor, vuelto
poco habia de su viaje de España, donde habia recibido mu-
chas honras y mercedes de S. M.; y acompañaron también á
S. A. los Gentiles-hombres de su cámara, el conde de Attamus,

P. Juan de Borja, el conde de Salazar, el marqués de Lede,


el marqués de Trelon, Capitán de su guardia de los archeros,

el marqués Desseaux y el barón de Tramble, sus mayordomos,

quedando en Bruselas por algunos dias el conde de Isemburque,


por algunos negocios graves de Estado y de Finanzas.
497

Y S. A. llegó el dia siguiente á Mons, donde fué hospedado


del conde de Bucquoy y ,
el otro dia prosiguió su marcha con
tanta diligencia que á los 27 de Mayo llegó á Mabeuge, y de
allí á Avenas, donde entre estas dos plazas encontró al Sr. Go-
bernador de las armas con el ejército, con el cual marchó, ha-
biéndose ya incorporado con los 4.000 hombres que el Señor
Duque de Lorena habia transportado á S. M. con uno de sus me-
jores Jefes, el barón de Clinchamp, para mandarlos, y también
el cuerpo de ejército de S. A. de Lorena, á cargo del barón de
Fauge, su Maestre de campo general.
Y el vizconde Toureina, á quien ni las amenazas ni los
ofrecimientos de la reina de Francia ni del cardenal Masarini,
no habian podido hacer mudar de resolución á quedar cons-
tante en su Liga y confederación con S. M. y S. A. Serenísima,
después de haberle llegado las tropas de Alemania y visto las
que le enviaba S. A. de las de S. M., debajo el mando de Don
Esteban de Gamarra; habiendo hecho salir de Estenay los fran-
ceses que habia en la ciudadela y la villa, y metido en ella otra
guarnición, y el marqués de la Mosaye por Gobernador, y en
tregado la villa á S. A. Serenísima, y metido en ella guarnición
de soldados de S. M. y el coronel Beer por Gobernador, tomando
la duquesa de Longuevilla la superioridad de la ciudadela,
dicho vizconde de Toureina, comenzando á mostrar su fide-
lidad á S. A. y su verdadero ánimo contra el cardenal Masarini,
fundado en causa tan justa delos príncipes de Conde, Conti y

duque de Longuevilla, injustamente detenidos presos, se metió


á marchar con mucha dihgencia á juntarse con el ejército
de S.M.
Con esto, S. A. Serenísima, dejando el cargo y cuidado de
la defensa de la frontera y de las plazas vecinas á ella al

conde de Bucquoy, Gobernador del país de Haynau, y al conde


Garcies, Gobernador del país de Cambray y Cambresis, en-
tró S. A. con el ejército de S. M. en la Francia, con intento de
hacerla sentir la guerra y hacerla arrepentir de haber rehusado
la paz que habia podido conseguir en la campaña precedeute.
Entrando S. A. con el dicho ejército en Francia, se acuarteló
Tomo UXV. 32
498

la primera noche, que fué la de 26 de Mayo, á Flamen grí, á tiro

de cañón de la Cápela, donde en la marcha salieron los de la


villa á escaramuzar; pero fueron rechazados, y el marqués de
Molenguien reconoció avenidas y metió las guardias necesa-
las

rias para que no inquietasen de noche el ejército, con orden del

Sr. Gobernador de las armas que ningún soldado pasase de las

centinelas.
El dia siguiente llegó S. A. con el ejército á Martiní, donde
fueron desarmados los villanos, sin en alguna manera tratarlos
mal, conforme S. A. hahia mandado. De allí dispuso el Sr. Go-
bernador de las armas la marcha hacia Rumiguies, donde tam-
bién se les quitaron las armas, y de allí volvió por dicho Mar-
tiní á Neufmaison, donde estuvo S. A. hecho alto para darse la
mano con el vizconde de Toureina y D. Esteban de Gamarra.
En la cual marcha, vizconde de Toureina y D. Esteban
el

de Gamarra , teniendo aviso que el marqués de La Ferté había


enviado regimiento de Masarini á Mouson, y que los de
el

aquella villa, no habiéndolos querido dejar entrar, habia sido


obligado á quedar de noche en el burgo, resolvieron de ir á
acometerlo, marchando hacia allá, con tal diligencia, que lle-

garon al apuntar del dia cerca del dicho Mouson,- y aunque lo

hallaron alojado en una pequeña isla y fortificado, lo acometie-

ron con tal valor, que en una media hora el puesto fué forzado,
y el dicho regimiento enteramente batido y deshecho, que-
dando 130 muertos en la plaza y 80 heridos.
y viendo que dicho vizconde de Toureina no venia, mandó
al Sr. Gobernador de las armas expugnar el castillo de Irson,
con el cual mando, se le dio vista en 30 de Mayo, y el marquen
de Molenguien ordenó al Sargento mayor de batalla, Juan de
Liponti, que con su brigada, con la cual venia marchando
aquel dia de vanguardia, se arrimase á la dicha plaza, mar-
chando el resto del ejército á acuartelarse á Neufmaison.
El marqués de Molenguien fué á reconocer por qué parte
se habia de reconocer, por qué parte se habia de atacar, y ha-
biéndolo designado al dicho de Liponti, ordenó se avanzasen
dos medios cañones, para que con mayor brevedad se ejecutase
499

y no se detuviera el ejército demasiado tiempo en e?,perar el


suceso. El Gobernador quiso opiñatarse en defender la plaza,
matando mucha gente de S. M., y entre ella fué herido de un
mosquetazo el Maestre de campo D. Jusepe Guaseo, de la cual
herida murió poco después, con mucho sentimiento de todo el

ejército de la pérdida de este caballero; pero dicho General de


batalla la atacó con tanto valor, que el dia siguiente se rindió,
á composición que saliesen los soldados sin armas, dándoles su
bagaje, cuya magnanimidad de S. A. no era para ir escandali-
zando el país; y S. A., por su misma piedad, mandó prohibir en

todo el ejército el quemar y saquear y el violar mujeres, sopeña


de la vida; y como cuatro soldados, después de publicado el
bando pegaron fuego á una casa, el Sr. Gobernador de las armas
les mandó echar suerte, para que uno, con su muerte, pagase
por los otros; y el sobre el cual cayó fué arcabuceado á la cara
de todo el ejército, el cual ejemplo causó tan buena orden, que
todas las iglesias , castillos y casas que tenian salvaguardias
fueron preservadas del saqueo y fuego.
Y mandó S. A. al Sr. Gobernador de las armas diese orden
de minar el castillo de Irson y hacerlo volar, para librar toda
aquella frontera de las correrías del enemigo y de las contribu-
ciones que esta plaza hacia pagar.
Y mientras S. A. estaba en dicho cuartel de Neufmaison,
llegó, en 3 de Junio, el cuerpo de ejército del vizconde de Tou-
reina y de D. Esteban de Gamarra á incorporarse con el ejército

de S. M., habiendo tardado tanto á juntarse, por cuanto no


pudo pasar á darse la mano más presto, conforme estaba ajus-
tado, por causa de oponerse los enemigos á querer estorbarle el

juntarse.
Salió el Sr. Conde de Fuensaldaña á encontrar el vizconde
de Toureina y le trujo al cuartel de S. A., que estaba todavía
acuartelado en dicho Neufmaison, donde recibió el dicho Viz-
conde con mucha benignidad á él y á todos los caballeros fran-
ceses que venian con él.
Estando así incorporado también con el ejército de S. M. el

cuerpo de ejército del vizconde de Toureina y de D. Esteban


500

(le Gamarra, resolvió S. A., con el dicho Gobernador de las armas


y el dicho vizconde de Toureina, de entrar más adentro en la
Francia , mandando al dicho Sr. Gobernador de las armas dar
las órdenes para la marcha, y de enderezarla la vuelta de Guisa.
Estando S. A. Serenísima aún en el dicho cuartel de Neuf-

maison, cayó malo, y luego los médicos le persuadieron á que


saliesen de aquel cuartel, donde estaba muy mal acomodado en
casa de un villano, el cual aviso de los módicos siguiendo,
aunque de mala gana, porque no queria apartarse de su ejército,

partió con toda su corte y 2.000 caballos para su escolta, y se


fué á Avenas, y de allí, por consejo délos mismos médicos, se
hizo transportar á Mons, para de allí poder más cómodamente
remediar á su indisposición.
El conde de Bucquoy tuvo honra y dicha de hospedar á
la
S. A. en su casa, donde fué muy bien servido y regalado, que
hallándose algo mejor, queriendo estar más vecino á su ejér-
cito, se hizo llevar á Valencianas.
Entretanto, el Sr. Gobernador de las armas, metiendo en
ejecución lo que S. A. le habia dejado encargado, prosiguiendo
su marcha en Francia, llegó en 4 de Junio con todo el ejército
junto á Estrein Aupont.
El dia siguiente S. A. se acuarteló á la vista de Guisa, á
tiro de cañón de la villa, esperando un convoy general que
venia al campo, al cual salió á recibir el caballero de Villanueva
con la caballería, y el Sargento general de batalla, D. Fer-
nando Solís, con su brigada, todo á orden de D. Fernando;
el cual convoy, habiendo sido reconocido del enemigo desde
la villa, echó 1.500 caballos fuera con alguna infantería para
romperlo.
Lo que viendo D. Fernando Solís, marchó con tan buena or-

den con la gente que llevaba y dos mansfeltas que se habian


avanzado, se opuso á los enemigos, y el marqués de Molen-
guien, no habiéndose descuidado con tener otra más caballería
pronta p'ara que podía sobrevenir, ordenó á D. Luis Cayro, Co-
lo

misario general, que con sus tropas pasase la ribera Oyse y to-
case arma al enemigo por aquella parte; y el enemigo, visto la
501

resolución de la caballería é infantería de S. M., se mejoró con


sus tropas más cerca de la villa, dando lugar á que el convoy
entrase en el campo.
Y habiendo pasado todo, el Teniente de Maestre de campo ge-
neral, Mateo de Torres, al cual el Sr. Gobernador de las armas
había mandado asistiese cerca de la persona del Maestre de
campo general, marqués de Molenguien, toda la campaña, fué
enviado del dicho Marqués á llevar orden al dicho D. Fernando
Solís se retirase con toda la gente.

Con la cual orden, dicho D. Fernando tomó un bosque con


su infantería y algunos caminos hondos, emboscándose en ellos
á dar lugar á que la caballería se retirase primero, dejando sólo
dos gruesos al albergue de la infantería, para que el enemigo
no juzgase que habia confusión en la retirada, lo que dicho Don
Fernando hizo con tan buena disposición, que aunque el ene-
migo estaba á su vista, la hizo sin perder ninguno.
Y habiendo entrado este convoy en el campo, mandó el Señor
Gobernador de las armas marchar el ejército adelante, y se fué

á acuartelar á Cresi, y de Cresi se fué á acuartelar á Leden,


cerca de San Quintin.
El mismo dia, 10 de Junio, llegó el marqués Sfrondato, Ge-
neral de la artillería, con su cuerpo de ejército, y el Sr. Gober-
nador de las armas le ordenó fuese á sitiar la fortaleza de Chas-
telet, y mandó S. E. á D. Fernando Solís fuese á incorporarse
con su brigada con dicho marqués Sfrondato , y obedeciese á
sus órdenes, quedando entretanto el Sr. Gobernador de las ar-
mas á la vista del dicho San Quintin.
Con esta orden del Sr. Gobernador de las armas, el mar-
qués Sfrondato llegó á tomar los puestos de dicho Chastelet, sin
poner tiempo en hacer línea de circunvalación, acometió la
baja villa y se apoderó della con todas las fortificaciones de
afuera; luego abrió trinchera é hizo sus aprochas con tal vigor,
que á los 11 de Junio alojó al pié de la muralla interior.
Luego mandó comenzar la mina, en la cual hizo trabajar con
tal diligencia, que estando aparejado para hacerla volar, y su
infantería para ir al asalto, los enemigos, viendo los batallones
502

en marcha para subir á la brecha, y la resolución con la cual


venian, á los 13 de Junio, por la tarde, hicieron llamada para
capitular, y concediéndoles el Marqués las condiciones que pe-
dían, rindieron la plaza, y salieron, en 15 de Junio, alas nueve
de la mañana, con armas y bagaje, en número de 350 soldados y
otros tantos villanos con armas, sin los heridos y enfermos.
Así que en el tiempo de cuatro dias, el marqués Sfrondato,
con su valor acostumbrado y experiencia á expugnar plazas,
expugnó ésta, la cual se estimaba una de las más fuertes é im-
portantes de la frontera, y su expugnación fué tanto más esti-

mada, que, pasado algunos años, cuando la sitiaron los enemi-


gos, que emplearon seis semanas de tiempo en ganarla, y más
de 3.000 de los enemigos quedaron muertos durante el sitio, y
en el ataque de una sola tenacilla que se habia hecho mientras
estaba en poder de S. M., 1.200. Lo que D. Juan de la Torre,
Capitán español que la defendía entonces, rindió tan difícil á los
franceses, fué tan fácil al valor del dicho Marqués.
Mientras el Sr. Gobernador de las armas hacia expugnar
esta fortaleza de Chastelet, la cual importaba tanto de ganar,
por cuanto cubria Cambray y abria camino á otros mayores de-
signios, enviaba S. E.mucha caballería á hacer incursiones en la
Francia, D. Antonio de la Cueva que la gobernaba, nombrando
amenudo tropas, y cuando unas volvían mandaba ir otras, las
cuales traian cada dia mucho botin y muchos prisioneros.
El Sermo. Sr. Duque de Lorena, demás de los 4.000 hom-
bres dados á S. M. para incorporarlos con su ejército con el
barón de Clinchamp para mandarlos , y el cuerpo de ejército
que habia mandado juntar con dicho ejército de S. M. con el
barón de Fauge, á cuyo cargo estaban, habiendo formado un
tercer cuerpo de ejército 'de 5.000 hombres, lo dio en cargo al
conde Ligneville, mandándole de entrar en la Lorena alemana,
y de procurar de recuperar algunas plazas que ocupaban los
franceses y volverlas á su legítimo Príncipe.
Con la cual orden de S. A. de Lorena, dicho conde de Li-
gneville , habiendo dichosamente entrado en la Lorena ,
puso
luego sitio á la villa de Walderfanghen , la cual, habiendo to-
503

mado en pocos dias , metió también sitio y ganó las villas


y
plazas de Cilperieq, Sant Avan, Bonley y Becquingen, qui-
tándolas del poder de los franceses que las habian algunos años
injustamente ocupado, y habiendo en todas ellas metido buena
guarnición , marchó más adentro en la Lorena á expugnar otras
plazas más.
La reina de Francia tuvo estas dos malas nuevas en un
tiempo, la de haber el ejército de S. M. entrado en la Francia
con la pérdida de la fortaleza de Chastelet, y la de haber el ejér-

cito del Sr. Duque de Lorena entrado en la Lorena y apode-


rádose de tantas villas y plazas.
Habiéndose el Sr. Gobernador de las armas apoderado de la

fortaleza de Chastelet,y metido en ella de guarnición el tercio


del conde de Falais con su Sargento mayor Botembourch Go- ,

bernador de y muchas municiones y víveres, se movió


la plaza,

su ejército del paraje de dicho San Quintín y mandó marchar ,

hacia la vuelta de Guisa; y á los 16 de Junio llegó el ejército


de S. M. á dar vista á la dicha plaza y á tomar los puestos,
donde se acuarteló á tiro de mosquete con la caballería é infan-
tería, hasta que hubiese llegado el marqués Sfrondato de la otra
parte de la ribera.
Luego el Sr. Gobernador de las armas fué con el marqués
de Molenguien y el marqués Sfrondato á reconocer la plaza, la
cual vieron que era muy difícil á sitiar por su situación, siendo
la villa separada en dos con la ribera Oise ,
que pasa por el

medio, teniendo muralla interior cuatro baluartes y una


la

torre muy alta en medio de la villa , que descubría todo alrede-

dor; la muralla muy


gruesa, ^ contraminas á todas partes,
con muy buenas fortificaciones de afuera que el Gobernador de
la plaza, Bridedien, habia mandado hacer, que eran un grande
hornabeque á la parte de Riblemont, y una media luna de la
parte de Chantereine; su contraescarpa y estrada encubierta
con sus palizadas, con 2.000 hombres para defenderla, de
naciones, poloneses, franceses y esguízaros, y más de 1.200
burgueses y villanos con armas.
No obstante todas estas dificultades que se presentaron al
504

Sr. Gobernador de las armas, confiado que el valor de los sol-

dados de S. M. las superarían y harían los mismos efectos como


habían hecho en la expugnación de Chastelet, mandó proceder
adelante el sitio, ordenando á cada uno su cuartel y puesto en
esta manera : el Sr. Gobernador de las armas ocupó desde el
molino hacia la mano izquierda de la villa, cuartel de la corte;
al vizconde de Toureína, con D. Esteban de Gamarra, fué or-
denado su puesto y cuartel desde la punta del bosque hasta pe-
gado á la ribera, á la cual se avanzaron luego las barcas para
hacer puente y darse la mano con el marqués Sfrondato por
aquella parte ; sobre el costado izquierdo del vizconde de Tou-
reína estaba la brigada de Juan de Liponti, con el regimiento
de caballería del duque de Wírtemberch, que gobernaba este
cuartel; seguía la brigada del Sargento general de batalla, Don
Baltasar Mercader, y luego la de D. Fernando Solís; cada una
con algunos gruesos de caballería.
Y para que el terreno se viniese á ocupar todo hasta la ribe-
ra, donde estaba el puente de barcas que se comunicaba y daba
la mano con
el marqués Sfrondato, estaban los batallones, mez-

clados los de la infantería con la caballería á distancia capaz ,

para poder entrar y salir á las armas que los enemigos les po-
dían tocar, tanto de la campaña como de la villa; y las tropas
del Sr. Duque de Lorena ocupaban toda la campaña que hay
desde donde tenían el puente el vizconde 'de Toureína y Don
Esteban de Gamarra hasta donde estaba el Sr. Gobernador de
las armas, dicho cuartel de la corte.
Estando ordenados los puestos y cuarteles se comenzó
así ,

á levantar la línea de comunicación, trabajando todas las na-


ciones , así de infantería como de caballería , admirablemente,
para que este suceso viniese á tener el fin que se deseaba.
Después de haberse levantado la línea, mandó el Sr. Gober-
nador de las armas abrir trínchea, hacer las aprochas y co-
menzará hacer los ataques, designando á cada nación su ataque.
El marqués de Molenguien fué á reconocer el ataque que
habían de hacer los españoles y el de las otras naciones, y otro
ataque llevaba el barón de Fauge con sus loreneses y ,
otro
505

el vizconde de Toureiua con D. Este'ban de Gamarra, á la mano


izquierda de la villa, y el marqués Sfrondato atacó por el burgo,
aunque habia grande dificultad en hacerlo, por cuanto estaba
la ribera de por medio, el cual burgo el Gobernador de la
plaza hizo quemar para señorear más bien y ver quién se le
arrimaba por aquella parte.
Con esta reparación, á los 21 de Junio á la noche se co- , ,

menzó á atacar por todas partes y á hacer plazas de armas;


D. Baltasar Mercader hizo -su plaza de armas hacia la cinda-
dela; Juan de Liponti, con los italianos, alemanes y valones, á
la estrada encubierta; el vizconde de Toureina con D. Esteban
de Gamarra al hornabeque. Luego se comenzaron á hacer las
baterías y á poner las piezas.

El Sr. Gobernador de las armas y el marqués de Molen-


guien hicieron su habitación de noche en las plazas de armas
y sobre el cordón, corriendo de una parte á otra, teniendo la
gente prevenida por que pudiese acaescer, por nuevas que
lo

tenian que los enemigos se juntaban para intentar de socorrer


la plaza.

A los 26 de Junio comenzó á jugar la artillería de las bate-


rías, y se empezó á batir la plaza, de las cuales, el primer efecto
que hizo fué que el General della, marqués Sfrondato, hizo
el

derribar la sobredicha torre que habia en medio de la villa, y


los sitiados no se descuidaban en sus defensas; por esto, el
Sr. Gobernador de las armas, con su acostumbrado valor
y pru-
dencia, no dejaba de procurar por todos modos y caminos el

divertir á los enemigos, mandando hacer otro ataque por el


burgo con la gente que marqués Sfrondato tenia á su cargo.
el

Y S. A., que se hallaba aun con poca salud en Valencianas,


que deseaba tanto la expugnación de esta plaza, no dejaba de
cuidar de remitir los convoyes, y ofreciéndose grandísimas di-
ficultades en traer víveres al campo, por estar
los tiempos tan
de agua y los caminos tan condenados, mandó que los mismos
carros de su tren y bagaje fuesen con los carros de S. M, á
cargar en Avenas víveres y provisiones y llevarlos al campo,
y el conde de Garcies, gobernador de Cambray y Cambre-
506

sis, iba asistiendo y enviando partidas que divirtiesen los ene-


migos, las cuales les hacian mucho daño y les quitaban el enviar
tropas por los caminos donde la gente de S. M. habia de pasar
con bastimentos y otras cosas necesarias al dicho sitio.

Entretanto se iba continuando el suceso del sitio, y para


que más se lograse, mandó el Sr. Gobernador de las armas al

marqués de Bentiuoglio, que con 200 italianos, 100 españoles,


100 alemanes y otros tantos valones, todo á su cargo, se arri-
mase con dos petardos á la puerta de la villa y procurase de
derribarla y de entrar, que al mismo tiempo el marqués de
Sfrondato se daria la mano con él, y entrados, se fortificasen
en las bocascalles della á lo más vecino de la cindadela que
pudiesen.
Marchó á ejecutar la orden dicho marqués de Bentiuoglio,
llevando los dos españoles con dos Capitanes de vanguar-
dia con los petarderos, siguiéndole las demás naciones, y lle-
gando á la ejecución, obró tan valerosamente que aunque los
,

enemigos le tiraban gran cantidad de granadas y otros artifi-


cios de fuego que le ofendian mucho, no dejó de conseguir la
empresa, avanzándose con tanto valor, que aunque el enemigo
le cargaba, se hizo abertura, entró dentro de la villa é hizo en-
trar la caballería, con la cual estaba de guardia el capitán
D. Jusepe de la Ratigui, y obligó al enemigo á retirarse en la
cindadela; luego fué á abrir la puerta y á dar calor para que
entrase el marqués de Sfrondato; dio la disposición para fortifi-

carse contra la cindadela.


Y quedándose el marqués de Sfrondato con la infantería
alemana y valona en la dicha villa, y el marqués Bentiuoglio
volvió con sus españoles é italianos al cordón, agradeciéndole
el Sr. Gobernador de las armas el haber conseguido con tanto

valor esta empresa, aunque dejó en el combate muertos dos


Capitanes y otros dos heridos, el capitán Guarino y otro , con
número de soldados.
Ganada la villa y sustentádola el marqués Sfrondato
contra los de la cindadela, mandó el Sr. Gobernador de las

armas de atacar con todo vigor la cindadela y comenzar á mi-


507

nar para hacer volar la muralla, hacer brecha y dar asalto.


Y como la muralla era toda roca viva y terrácea, el vizconde
de Toureina, dudando del efecto de la mina de su ataque, quiso
ir á visitarla, mandando al barón de Clinchamp que estaba con
sus tropas incorporado en el cuartel del dicho Vizconde, y acom-
pañándole, considerando y juzgando de la dicha mina, recibió
un mosquetazo en el brazo derecho que le rompió el hueso y ,

fué así herido llevado á su cuartel con gran peligro de perder la


vida, habiendo sido herido al pié de la contraescarpa de la mu-
ralla, de la cual tiraron más de mil mosquetazos á él y al Vizcon-
de, sin que otro fuese herido que dicho Barón, habiendo otros
muchos que le seguían. A la fin se hizo una mina real, y las opi-

niones de los consejeros é ingenieros era que volaría la mitad


de la muralla, por cuanto la hacian quince pies dentro del
monte, y habían topado una cantinilla que les podria servir; y
estaba nombrado el General de batalla, D. Baltasar Mercader,
con 1.500 infantes de todas naciones para ir al asalto; pero no
sólo no voló la mitad de la muralla, pero no levantó una piedra.
Visto esta imposibilidad de ganar la ciudadela con volar mi-
nas, hacer brecha, y menos con artillería, por ser la muralla de
la dicha calidad, tomó resolución de atacar la estrada encu-
bierta de la dicha ciudadela, y se apoderó della; pero duró poco,
porque enemigo, como de noche habia llovido mucho y que
el

era de tal calidad que los soldados de S. M. no se pudieron


fortificar antes que fuese de dia, los enemigos hicieron una
salida y obligaron á los de S. M. á desampararla, sin que des-
pués se pudiese volver á recuperar.
Y en efecto , el ejército francés, con los generales Pralin,
Villequiere y Hocquincourt, de 12 á 13.000 hombres, llegó
á dar vista al campo acercándose á los cuarteles pero viendo ;

la buena disposición que habia en todos, no los osaron acome-


ter contentándose de verlos y de hacer algunas correrías alre-
dedor del campo, con que se retiraron el vizconde de Toureina
y el duque de Wirtembergue, y el Sargento general de batalla
Broucq, que llevaba vanguardia, y los pujaron tan viva-
la
mente, que muchos se echaron en la ribera y se ahogaron, y de
508

los de S. M., el coronel la Wastine, que iba ala vanguardia de


todo, embistiendo con mucho valor, fué herido de un mosque-
tazo en el brazo, dos Capitanes muertos y algún número de
soldados.
Habie'ndose retirado los enemigos sin haber intentado el

socorrer la plaza, el Sr. Gobernador de las armas, viéndola


necesidad que habia en el campo de pan y de víveres, dio or-
den al Comisario general, Luis Cayro, que con alguna caba-
llería del Rey y tropas que le mandó dar de las del Sr. Duque
de Lorena y de alemanes, que en todo fueron 1.200 caballos á
la ligera, con alg-un número de caballos del tren de los víve-

res, fuese á cargar en Avenas pan, pólvora y otros bastimentos


para traerlos en la armada, encargándole el venir con gran
cuidado y diligencia, por lo que importaba el llegar este
convoy.
No pasaron cuatro dias que vino el aviso al Sr. Gobernador
de las armas, como al dicho Comisario general, Luis Cayro le
habian derrotado la caballería de la guarnición de la Cápela,
donde se puede considerar el sentimiento que tuvo S. E. y los

demás Generales de este suceso ,


por cuanto consistía el poder
tomar esta plaza en el entrar este convoy en el campo.
Y los enemigos, teniendo aviso de este suceso, hicieron
avanzar 1.000 infantes y 1.000 caballos para ponerse en medio
de entre el ejército de S. M. y el pasaje de la Cápela, por el
cual necesariamente debian pasar los convoyes, si se intentaba

pasar otros más; con que, y los malos caminos y pasajes, por las
continuas lluvias, imposibilitando de venir víveres ningunos, y
las minas que se hablan hecho volar no haber hecho notable
efecto, por ser la muralla de roca viva y terrácea, perdiéndose la
esperanza de poder ganarla cindadela, fué juzgado de los Ge-
nerales no convenir quedar más tiempo en esta dificultad de
víveres delante esta plaza; y así, fué resuelto retirar el ejército

y dar á la gente un refresco más adentro en el país, esperando


la vuelta de S. A. Serenísima al campo para emprender mayo-
res designios.
Y así, á los 11 de Julio, dio el Sr. Gobernador de las armas
509
drden para que estuviese pronto todo el eje'rcito para marchar,
y á las nueve de la noche comenzó á marchar bagaje y pasar
el

el puente, é hizo alto en el cuartel del marqués Sfrondato; y ha-


biendo pasado la artillería, comenzaron á pasar tropas de caba-
llería é infantería ; y cuando hubo lamayor parte del ejército
pasado, así del Rey como del Sr. Duque de Lorena y del viz-
conde de Toureina, S. E. envió orden á los Sargentos generales
de batalla, que tenian golpe de gente á los ataques , se viniesen
retirando también.
El Sr. Gobernador de las armas corría de una parte á otra
por ver el modo que cada uno observaba las órdenes que le ha-
bla dado el marqués de Molenguien; acudiapor su parte acosas
pertenecientes á su cargo, de manera que la retirada no fué de
confusión ninguna, aunque la armada francesa estaba tan cir-
cunvecina de la de S. M.

Cuando todo fué pasado y que ya no habia nadie de la otra


parte de la ribera, el marqués de Molenguien mandó que se
quitase el puente; luego pasó el Sr. Gobernador de las armas
al cuartel del marqués Sfrondato, dando orden que el ejército

marchase adelante, á lo que ejecutando el marqués de Molen-


guien, se comenzó á marchar con tal disposición, que era
cosa agradable en ver los batallones, así de infantería como
de caballería, tan buenos ,
que no parecía que hablan pasado
necesidad.
Las tropas del duque de Wirtemberghe venían marchando
de retaguardia, seguían los batallones de españoles, el marqués
Sfrondato venia en batalla; las de S. A. de Lorena y el viz-
conde de Toureina iban de vanguardia de todo el ejército; Don
Antonio de la Cueva con las tropas de su cargo cubria el cuerno

izquierdo y derecho á la infantería y bagaje; el Sr. Gobernador,


de las armas iba delante, y se hallaba en todas partes para que
no hubiese dilación en la marcha.
Y como el ejército de los enemigos iba costeando la marcha
del ejército de S. M., el vizconde de Toureina se avanzó con
sus tropas hacia donde se dejaban ver, y los cargó de tal modo,
que los obligó á pasar una ribera, con que se aseguraron, y el
510

Vizconde, viendo que no podia conseguir su designio se volyid


á incorporar con el ejército.

Y así, á los 2 de Julio, día de la Visitación de Nuestra Se-


ñora , llegó el ejército á acuartelarse á Villeneuve Torrent,
hacia el paraje de Landresi, donde , y en los villajes, estuvo

el ejército refrescándose de los trabajos que habia tenido al


sitio de Guisa, acudiéndose con víveres y bastimentos nece-
sarios.

Y lo que hizo pasar mejor esta mala fortuna al Sr. Gober-


nador de las armas de haber sido obligado á dejar el sitio de
Guisa, por las lluvias y malos pasajes que imposibilitaban el
pasar los convoyes al campo con víveres, fué, que las mismas
lluvias, incomodando también los convoyes que venian al ejér-

cito francés, sucedió que el coronel Garnier, con su regimiento


y el de los croatos, rompió, á una legua de San Quintín , un
convoy del enemigo, que con 100 carretas cargadas con pan y
vino iba á su campo; tomaron las carretas y todo lo que lleva-
ban, con muchos prisioneros, entre los cuales era Monsieur de
Vandier, Gobernador que fué de Chastelet, un Sargento ma-
yor, dos Capitanes y 250 soldados, la cual pérdida incomodó
también el ejército francés, de suerte que fué obligado á reti-

rarse también más adentro en la Francia.


Mientras está así refrescándose el ejército de S. M., S. A.,
cobrando poco á poco salud y estando convaleciente, se fué por
Quenoy á Landresi, para dar una vista á su ejército, donde
sus médicos le rogaron que, para más asegurar su salud, fuese
servido de irse á Bruselas á mudar de aire, á lo cual S. A.
concedió, tanto más que su presencia necesitaba en la villa de
Amberes para ajustar con los hombres de negocios una suma
de dineros para dar una paga al ejército, y que, avecinándose
el dia delSantísimo Sacramento del Milagro, deseaba hallarse
en su santa procesión, según la costumbre de los Príncipes de
la casa de Austria, y quedar otros dias más en la villa de Bru-
selas para disponer de algunos negocios graves del país, mien-
tras su ejército se refrescaba y la gente restauraba sus fuerzas
para volver á obrar.
511

Entretanto, el conde de Ligneville, General del cuerpo de


ejército del Sermo. Sr. Duque de Lorena, que habia entrado en
ella, habiendo reforzado su dicho ejército con mucha nobleza y
gente de guerra de las plazas y villas que habia ganado, la
cual se holgaba mucho de volver á la obediencia de Su Prínci-
pe y ser librados del duro é insolente dominio de los franceses,
teniendo aviso que grandes tropas suedesas venian marchando
de Alemania, y habiendo ya pasado el Rin á Brisaque é iban á
,

juntarse con el ejército francés, se fué á campear con su armada


sobre el camino por el cual hablan de pasar, con orden del Se-
renísimo Sr. Duque de Lorena de procurar de estorbar el jun-
tarse con el dicho ejército francés.
Y como las dichas tropas venian marchando en dos trozos,
y que con el primero, que era de 1.500 hombres, entré caballe-
ría, venia por Cabo el general Ros Worm, dicho conde de Ligne-
ville, teniendo lengua del camino por el cual marchaban, hizo
una tan diligente marcha, que los alcanzó junto á la villa de
Chaste , donde el dicho general Ros Worm , viendo venir dicho
conde de Ligneville á acometer, tuvo tiempo de formar sus es-

cuadrones y batallones en orden para pelear, y no embargante


la resolución que mostraba dicho General suedés, dicho conde de

Ligneville, aunque no tenia consigo la mitad de sus tropas, y


era de mucho inferior en número de soldados á los suedeses , y
que estaban ya puestos en batalla, embistió con ellos con tal

valor, que, después de un duro combate, los rompió, quedando


gran número dellos en la plaza y los demás prisioneros con el

mismo General suedés Ros Worm, y en su poder el artillería y


bagaje que traian, con todos sus estandartes, de los cuales, el

Conde envió algunos á S. A. de Lorena, su Príncipe, el cual,

por su piedad ordinaria y reverencia á las iglesias de Dios, envió


algunos á la beatísima Virgen María, para ser puestos en su
nueva capilla en la iglesia de Santa Goula.
Y el general Duglas, que llevaba á Francia otro refuerzo
de 2.000 caballos que la reina de Suecia hacia presente á la
de Francia, teniendo aviso de la referida derrota del general
Ros Worm , se quedó en Alemania sin osar pasar más adelante
512

hacia la Francia; tal, que si dicho conde de Ligneville no se


hubiera metido sobre el pasaje con la armada del Serenísimo
Sr. Duque de Lorena, más de 6.000 suedeses hubieran pasado al
ejército francés, y hubiera sido fuerte de toda esta gente más.

En esto, habiéndose el ejército de S. M. refrescado algunos


dias en los contornos de Landresi , y respirado de los trabajos
sufridos al sitio de Guisa, por la incomodidad de los víveres,
causada por las continuas lluvias que habian gastado mucho
los caminos y pasajes, el Sr. Gobernador de las armas avisó
á S. A. que ya el ejército estaba en estado de poder volver á
sitiar plaza del enemigo, con gana de sitiar la Cápela; lo
que sospechando los enemigos, y que en la plaza podia haber
necesidad de pan, intentaron hacer entrar 200 caballos, cada
uno con un saco de harina en grupa, los cuales en su marcha
fueron descubiertos por una partida del General de batalla.
Lañan, que les cargaron de modo que, si no fueron tres ó
cuatro, todos fueron muertos ó presos.
Así, el Sr. Gobernador de las armas, conforme la orden que
le habia enviado S. A., emprendió el sitio de la Cápela; mandó
alduque Wirtemberch embestir la plaza con su caballería y
tomar los puestos; luego llegó el Teniente general, D. Antonio
de la Cueua, con la caballería de S. M.; el barón de Fauge con
la de S. A. deLorena, y D. Esteban de Gamarra con la del
Vizconde de Toureina; luego llegó la infantería.
El enemigo viéndose embestido hizo una salida y trabó
, ,

una escaramuza en el tomar de los puestos, donde se señaló


Arias Gonzalo, que, enviado de D. Antonio de la Cueua, que
gobernaba la dicha caballería, á embestir con el enemigo, lo
hizo con tanto vigor, que le rechazó hasta su estrada encu-
bierta.

Tomados los puestos, S. E., repartiendo los cuarteles, tomó


su cuartel á Lersi cuartel de
, ; marqués Sfondrato,
la corte al

General de la artillería, ordenó su cuartel á Flamengu; al viz-


conde de Toureina y á la armada del Sr. Duque de Lorena
señaló su cuartel de la otra parte de la ribera, donde venian á
darse la mano con el dicho marqués Sfondrato; luego mandó
513

Comenzar la línea de circunvalación, y fortificarse contra el

socorro.
S. A. Serenísima, hallándosecon entera salud, no sintiendo
ya mal que una indecible impaciencia de yolver á su ejér-
otro
cito, consintiendo en ello, aunque de mala gana, sus médicos,

partió S. A. de Bruselas para volver á su campo y llegó á ,

Mons, donde fué otra vez hospedado del conde de Bucquoy y ,

el dia siguiente llegó á Mabeuje , de allí fué á Avenas, y el otro

dia al campo, con indecible contento de todo el ejército de ver


á S. A. en él, no sintiendo ya más los soldados los trabajos

pasados con su presencia.


El Sr. Gobernador de las armas salió con parte de la caba-
llería á recibir á S. A. hasta Avenas, y hacer él mismo escolta
á su persona hasta llegar en el campo, donde primero alojó
en el cuartel del marqués Sfrondato, que era en Flamengue,

y de allí fué al cuartel del Sr. Gobernador de las armas, de


donde fué S. A. á tomar el suyo al lado que mira la Francia,
junto á un bosque y una riberilla. No habia en todo el cuartel
casas ningunas , así que toda la corte se alojó debajo de tien-
das; y mientras se armaban, hubo S. A. menester de comer en
su carroza: el sitio era bueno, llano y de linda vista después
que se armaron las tiendas.

Después de haber comido S. A., fué con el Sr. Goberna-


dor de las armas, el marqués de Molenguien, el marqués
Sfondrato y el vizconde de Toureina, á ver la línea de circun-
valación, espantándose S. A. mucho en verla ya en defensa y
tan bien fortificada.
La noche de la vigilia de Santiago Patrón de España
, , se
celebró su fiesta por todo el ejército con muchas salvas de arti-

llería y mosquetería, con mucho regocijo en el cuartel de S. A.


y en el del Sr. Gobernador de las armas, y el dia de la fiesta

todos la pasaron con gran devoción y reverencia al Santo.


El dia siguiente, siendo ya acabada la línea, se comenzó á
abrir trinchea hacia la villa, á hacer las baterías y plantar las

piezas , y se hicieron las plazas de armas para los ataques ; los

españoles atacaron el baluarte sobre la mano derecha, que mira


Tomo LXXV. 33
514

á Guisa; la armada del vizconde de Toureina, gobernada por


D. Esteban de Gamarra , atacó á la media lana de entre los dos
baluartes.
La primera noche atacó D. Fernando Solís-, con el Sargento
mayor de batalla Gerardini, de las tropas de D. Esteban de
Gamarra; y cada uno de por sí procuraba de obrar, y con ga-
biones y costillas se iban arrimando á la plaza; y con la arti-

llería que el Marqués tenia puesta en sus baterías tiraba tan


abundantemente, que no le daba lugar al enemigo á tener un
hombre en los parapetos, y á todos los ataques todas las nacio-
nes se avanzaban igualmente y con igual vigor. La plaza se

conoció muy fuerte, con cuatro bastiones, sus hornabeques,


tenazas, falsas breas, estradas encubiertas y palizadas, repu-
tada más fuerte que Guisa , y los sitiados resueltos á defenderse
bien.
Hicieron dos salidas los sitiados , la una de ellas sobre la
plaza de armas de los valones , pero fueron rechazados con pér-
dida de algunos muertos y heridos, continuando todos á abrir
sus trincheas con mucho valor. La frecuente presencia del Señor
Conde , del marqués de Molenguien , del marqués Sfrondato y
vizconde de Toureina, les hacia trabajar con tanto vigor, que,
aunque estaban hasta las rodillas en el agua, se adelantaron en
una noche piás de cien pasos.
Un regimiento de loreneses que mandaba el coronel Gron-
deur, entrando de guardia en una de las aprochas, se adelantó
de tal manera, que á la media noche se apoderó de un molino
de agua, muy cerca de la contraescarpa , retirándose en la
plaza los que estaban de guardia en este puesto, con poca re-
sistencia; pero los enemigos, considerando la importancia del

puesto, por cuanto por allí se podia sangrar el foso, hicieron el


dia siguiente una salida muy furiosa al improviso; y como dicho
Coronel no habia tenido tiempo para fortificarse en dicho puesto,

y que no tenia comunicaciqn con las dichas aprochas , después


de una escaramuza de más de una hora, echaron los loreneses

quedando dicho co-


del dicho molino, volviéndolo á recuperar,
ronel Grondeur mal herido y preso con su Sargento mayor y
515
un Capitán; y el otro día, otro Coronel de S. A. de Lorena,
llamado Joaquín, volvió á ganarlo y lo mantuvo.
S. A. Serenísima no reservó su persona en este sitio, visi-

tando cada dia los cuarteles y las aprochas , lo que aumentó


mucho el ánimo de los soldados, no pasando hora que no se
hallasen en los trabajos los Generales, el Sr. Gobernador de las
armas, marqués de Molenguien y el marqués Sfrondato, ó, á lo
menos, uno de ellos.

A los 28 se comenzó el tercer ataque por un terreno más


seco y alto, donde el agua y lluvia no embarazaba, teniendo á
los tres ataques el lado derecho los españoles ; los alemanes y
valones el del medio, y los loreneses y tureneses el izquierdo,

todos adelantándose igualmente; y la artillería de la villa tiraba


tan continuamente y tan furiosa, que no se podia mudar la
guardia, matando á muchos de noche, y entre otros, un caño-
nazo le hizo pedazos el hueso de una pierna al Sargento ma^'or
de batalla Gerardini, como iba á reconocer para adelantar las
aprochas; y el marqués Sfrondato, General de la artillería, fué

herido de un mosquetazo en un brazo, arrimándose demasiado


cerca para hacer tirar las piezas de las baterías.
Este dia se adelantaron las aprochas otros treinta pasos , de
suerte que no restaban más de cien pasos para llegar á la contra-
escarpa, y de las baterías el General de la artillería hizo -tirar
sin cesary echar bombas con dos morteros.
S. misma noche á reconocer la plaza desde una
A. fué la
eminencia, acompañado de todos los Generales, y el dia si-
guiente, desde las cinco horas de la mañana, fué á pié á todas
las aprochas y á los ataques, y fué obligado á andar hasta media
pierna en el agua para animar á los soldados, y dio á los que
estaban de guardia cuarenta doblas.
Poco después que S. A. habia vuelto de las trincheas, mandó
al Sr. Gobernador de las armas hiciese hacer llamada para pe-
dir el Coronel lorenés que habia sido preso cuando los enemigos
volvieron á ganar el moHno, al cual, con unaisuspension de ar-
mas de dos horas, enviaron en una carroza con mucha cortesía,
estando muy mal herido. Más de 300 mujeres quisieron salir de
¿¡16

la villa con dicho Coronel ,


pero no se les concedió de salir, ex-
cepto 30 ó 40 que se dejaron salir con sus niños por compasión.
Acabada la dicha cesión de armas, se continuó el tirar
muy furiosamente de todas las baterías , y á la noche se ade-
lantaron las aprochas hasta veinte pasos de la contraescarpa,
que se creia se podia ganar el dia siguiente ,
que seria el do-

mingo y ,
el vizconde de Toureina fué á ver las trincheas y los
ataques, y dio algunas doblas á los soldados.
El mismo dia fué ganada la contraescarpa á todos los ata-

ques , aunque con pérdida de muchos y muy valientes soldados


de S. M. Estaba S. A. en una campaña, á tiro de mosquete de
las fortificaciones, esperando el suceso: el Sr. Gobernador de las
armas se halló en todas partes con su indecible prontitud, y
lo mismo hacia el marqués de Molenguien , el marqués Sfron-
dato y el vizconde de Toureina.
El dia siguiente fueron ganadas las fortificaciones de afuera,

y D. Esteban de Gamarra ganó la media luna con sus alema-


nes y tureneses con que los enemigos fueron obligados á reti-
,

rarse en la villa.
A la tarde del mismo dia, los minadores comenzaron á mi-
nar dos baluartes, y se comenzó á sangrar el foso, y el Sr. Go-
bernador de las armas á disponer para dar el asalto general; lo
que viendo los sitiados y que no habia ninguna esperanza de
socorro, hicieron llamada para parlamentar, enviando dos Ca-
pitanes fuera para ajustar las condiciones , y otros dos Capita-
nes de S. M. entraron en la plaza por rehenes.
Así, en 2 de Agosto, se rindió la fortaleza de la Cápela, y
S. A. les concedió las condiciones siguientes, á saber : que el

Gobernador de la plaza, Monsieur de Roquepine, entregaría á


S. A,, aún la misma noche, una puerta, y el dia siguiente sal-
dría la guarnición con armas y bagaje, y serian* conducidos á
"Marle, donde estaba su ejército; como se ejecutó, yéndoles con-
voyando Arias Gonzalo con su regimiento de caballería; y
S. A. metió por Gobernador de la plaza el Maestre de campo

Du Molin.
Asimismo, el conde de Garcies, en todo el tiempo que duró
617

este sitio de la Cápela, acudió con mucha vigilancia y cuidado


á echar partidas fuera de Cambray para estorbar á los enemi-
gos el hacer incursiones cerca de nuestro campo y del país, y
enviando también villanos con víveres; donde se conoce bien el
gran celo y amor que siempre ha mostrado en el acierto del ser-
vicio de su Rey, como lo ha hecho en otras muchas ocasiones.
Este sitio más tiempo de lo que se habia
de la Cápela duró
pensado, de que fué causa mal tiempo, con las continuas
el

lluvias que fueron en el sitio de Guisa, donde la injuria del


tiempo, á la cual la prudencia é industria humana, la más fina,
no se pudo oponer, obligó al ejército de S. M. á retirarse á la
vista del de el enemigo, sin que se osase dejar ver; habiéndose
en la expugnación de esta plaza hecho pérdida de algunos jefes

y soldados, entre los cuales el General de la artillería, marqués


Sfrondato, herido en un brazo, aunque muy favorablemente ; el

Sargento general de batalla , Gerardini , n^uerto , y el coronel


Alemani herido en una pierna. '

Acabada la expugnación de la Cápela, S. A. Serenísima de-


terminó, con el Sr. Gobernador de las armas, de entrar más
adentro en la Francia, y de quitar al cardenal Masarini este
punto de Estado que decia siempre cuando le improperaban
que queria continuar la guerra y rehusaba la paz, que él hacia
la guerra en el país del rey de España , y le obligaba á susten-
tar el ejército francés en su país , con que la Francia no sentia
la guerra; lo que ahora hacia S. A. Serenísima, haciendo la
guerra en el país del rey de Francia, obligándole á sustentar
su ejército francés y el de S. M. en la Francia, hacia á la
Francia sentir la guerra y le quitaba al dicho Rey plazas y
villas.

Con esta determinación, S. A. mandó al Sr. Gobernador de


las armas diese las órdenes de marchar efectivamente en la
Francia, y para saber con qué gente entraba en ella, hiciese
una revista de todo el ejército y pasar muestra general, con la
cual se halló ser fuerte el do S. M. con el del Sermo. Señor
Duque de Lorena, y el cuerpo de ejército del vizconde de Tou-
reina, y las tropas de S. M., añadidas á su dicho ejército,
518

á cargo de D. Estdban de Gamarra, todo junto 16.000 infantes


y 13 á 14.000 caballos.
Mandó S. A. al marqués Sfrondato, General de la artillería,

que con 4.000 hombres, caballería é infantería, fuese á apode-


rarse del puesto de Estreu au Pónt, donde los franceses se

habian y guarnecido con cuatro compañías, el cual


fortificado

puesto, habiéndolo tomado el Marque's, hizo reacomodar los


molinos, y se fortificó á las avenidas, por ser un puesto muy
importante sobre la ribera Oyse. para asegurar los convoyes.
Estando esto así prevenido, mandó S. A. al Sr. Conde de
Fuensaldaña enderezar la marcha hacia Vervin , la cual plaza
se rindió sin resistencia; lue'go S. A. se movió de dicho Vervin,
dejando al marqués Sfrondato con dicho cuerpo de ejército,
á Estreu au Pont , después de dado pan de munición á los sol-

dados para cuatro dias, y á cada regimiento dos molinos á mano;


entrando aun más adentro en la Francia, se fué S. A. con el

ejército á Bomon, y de allí á Aguicourt, junto á Moncornet.


A los 13 de Agosto, mandó S. A. al marqués de Molen-
guien ,
que con siete regimientos de infantería y alguna caba-
llería y algunas piezas, embistiese la villa de Marle; y haciendo
el Marqués insinuar á de la villa que se rindiesen, y respon-
los

diendo el Gobernador que queria ver artillería, hizo el Marqués


avanzar algunas piezas, con que le hizo tomar breve resolución
rindiéndose luego, hallándose en la villa tanto grano , que con
él se proveyó la Cápela para mucho tiempo.
En Marle dio el Sr. Gobernador de las armas las órdenes
para marchar hacia la villa de Moncornet, la cual fué forzada
á acordarse también y á recibir la guarnición de S. M.; de allí

marchó hacia la villa de Abenton, la cual hizo lo mismo, en


donde se halló también mucho bastimento para el ejército.
En este mismo tiempo, el vizconde de Toureina se apoderó
de la villa y castillo Porsin, la cual, rindiéndose luego, y los
burgueses retirándose en el castillo , el Vizconde , amenazándo-
les que les habia de quemar la villa si no se rendían luego, los
burgueses, hallándose sin soldados, se rindieron por no per-
der sus casas.
519

S. A., teniendo la nueva de la rendición del fuerte castillo

de Chasteau Porsin, mandó al Sr. Gobernador de las armas


diese las órdenes para marchar: mandó al marqués Sfrondato
que con su cuerpo de ejército fuese á meterse á Irson para la co-
municación del ejército que estaba en la Francia y las plazas
conquistadas,y para asegurar los convoyes.
Con mando de S. A., se movió con todo el ejército y
el cual
marchó en batalla por unos campos llenos de granos hasta el
villaje de Reneville, y los soldados saquearon en su camino el

lugar d'Izí, por haber los villanos querido ponerse en defensa.


A los 16 de Agosto, desde las cinco horas de la mañana, con-
tinuó S. A. á marchar con el ejército en batalla con todo el

bagaje, y á la tarde llegó á Enaumont, muy buen lugar, dis-


tante no más de una legua de la villa de Retel, donde el dia

siguiente, 17 de Agosto, vinieron los esclavines de la villa de


Retel á ofrecer á S. A. la villa, pidiendo buena composición, y
presentaron á S. A. un carro con vino, cubierto con un paño
amarillo con las armas de la villa, y se ajustaron con él que
recibirian la guarnición que quisiese, S. A. les pidió que por
redimirse del fuego y desbalijo diesen para los soldados 100.000
raciones de pan y 100 piezas de vino, con 4.000 pares de me-
dias y otros tantos de zapatos; pero suplicándole fuese servido

de moderarlo, lo hizo á 80.000 raciones de pan y 50 piezas


de vino.
El Gobernador se .retiró en el castillo, y con algunos tiros

de artillería y mosquetería hizo demostración de quererse man-


tener en él; pero las amenazas que se le hicieron de que le ha-
bian de hacer ahorcar por castigo de su temeridad, le obligaron
á desamparar el puesto y huirse al favor de la noche. No dejó
por esto de herir á muchos con sus mosquetazos y cañonazos,"^

porque al marqués de Confian un cañonazo le llevó una pierna,


como entraba de guardia á la frente de su compañía, de que
murió poco después, y también fué herido el marqués de Lis-
tene, y al barón de Lembeque le mataron su caballo debajo del.
El dia siguiente, 18 de Agosto, S. A. entró en la villa de Re-
tel acompañado de todos los Generales del ejército, y con ellos
520

fué á visitar y reconocer


la situación y los puestos, y halló la

villa muy linda y muy populosa y que le pasa la ribera Aisne


de por medio; pero poco cómoda para fortificar; y S. A. se vol-
vió luego á su cuartel á Enaumont; pero el Sr. Conde de Fuen-
saldaña, con el vizconde de Toureina, pasó á Tuny, donde se
vio y comió con el príncipe de Ligne, que tenia permisión del
rey de Francia de tener dicho castillo por su prisión, sobre su
palabra, en casa de su tio el marqués de Mony, y S. E. volvió
el mismo dia á dicho Enaumont.
El mismo dia fueron desarmados los burgueses y mandadas
llevar sus armas en el castillo, recibiendo mucho gusto en
verse tratar tan bien, conociendo que una guerra tan poco
rigurosa se hacia para venir á una paz, y llevando al ejército
de S. M. muchos víveres y bastimentos.
Y todo esto obró S. A. á la vista del ejército francés, el
el cual estaba allí vecino repartido en diferentes trozos: el mar-
qués de Plesis Pralin con 4.000 hombres, acuartelado á un lado
de la villa de Reins; el marqués de la Ferte en la villa, y el

general Rosa pon otros 3.000 hombres entre Soissons y Reins,


y los Mareschales Villequiere y Hocquincourt con otros 4.000
hombres, hacia donde estaba S. A. con el ejército de S. M.
Habiendo S. A. en tan pocos dias héchose dueño de Yervin,
Moncornet, Marle, Abenton, Chasteau Porsin y Retel, mandó
fortificar dicho Retel, y metido por Gobernador á Juan de

Liponti con su tercio de italianos y el regimiento de alemanes


del barón de Wanghen.
Partió S. A. de Enaumont á 23 de Agosto, y marchó con
todo el ejército y bagaje á Yilens, y el dia siguiente se apo-
deró de Neufchastel sobre la ribera Aisne, y el Marqués se me-
joró con su cuerpo de ejército á Moncornet; de allí pasó S. A.
por Varicourt, de Varicourt por Provilli, y de allí enderezó
la marcha hacia la villa de Fismes.

Y habiéndose adelantado el vizconde de Toureina con su


caballería y parte de la de S. M. y de la de S. A. de Lorena, y
hallado el Mareschal Hocquincourt con su cuerpo de ejército
haber ocupado el pasaje de la ribera, dicho Vizconde resolvió
521

de acometerle en su puesto: mandó al Sargento general de


batalla, Broucq, tomar la vanguardia con su brigada de caballe-
ría y el regimiento de dragones, y de intentar de ganar el
pasaje; el cual Broucq, aunque halló al Mareschal Hocquin-

court en batalla y parte de su caballería á pió, para jun-


tamente con la infantería defender dicho pasaje, mandó al Coro-
nel vizconde de la Vastine que con su regimiento y el de dra-
,

gones que iba á la vanguardia de todo, atacar el puesto que


era fortificado y sustentado de la dicha caballería é infantería;

loque intentando dicho coronel la Yastine, y no pudiendo con


su caballería empujar la infantería que estaba detras de la
dicha trinchea, después de una dura escaramuza, en la cual
fué ól herido de un mosquetazo en una pierna, uno de sus
Capitanes muerto y casi todos sus soldados heridos , fué recha-
zado.
El dicho l^roucq se avanzó conel regimiento de Mormal y

todos los demás regimientos de su brigada, y atacó dicho


puesto con tanto valor, que le forzó y obligó la dicha infantería
y caballería francesa á desampararlo y retirarse.

Y como dicho Hocquincourt hizo cara á un otro puente con


todo el grueso de su caballería é infantería al lado de la villa
,

de Fismes, el vizconde de Toureina á la frente de su caballería,


D. Antonio de la Cueva á la de S. M., y el barón de Fauge á
la de S. A. de-Lorena, le embistieron con nuevo valor.
Duró el combate más de media hora muy furiosamente, pica
á pica y mano á mano; Hocquincourt estuvo preso dos veces,
y desempeñándose, rejuntó sus soldados tres veces, y volvió á
pelear; Toureina y los otros Generales, la Cueva y
á la fin

Fauge, rompieron enteramente dicho Hocquincourt, que fué


forzado á ceder al valor de los soldados de S. M., y de huirse,
dejando de los suyos 400 muertos y 300 presos, entre ellos mu-
chas personas particulares, entre las cuales era el coronel
Miche, que fué tomado preso del coronel Jehay de los de S. A.
de Lorena, y otro francés de condición, que fué tomado preso
de Monsieur Ricourt, Teniente coronel del caballero de Gra-
mont, con perdida de tres estandartes, artillería y bagaje, con
.

522
que luego se rindió la villa de Fismes, tomando la infantería
servicio en las tropas de S. A. de Lorena; y S. A. Serenísima
se fué á alojar con su corte á Badoche, y el ejército á cam-
pearse allí alrededor.
muy considerable, por haberse ganado
Este rencuentro fué
un pasaje tan ventajoso, que era defendido y sustentado del
más valiente soldado de la Francia, como el Mareschal Hoc-
quincourt con su cuerpo de ejército, después de haber tan gran
rato peleado y contrastado la victoria.

La caballería francesa que se escapó de la derrota, huyó


hasta la Ferté Milon , donde le siguieron los soldados victorio-
sos, y muchos se huyeron hasta París; y con esta derrota hicie-

ron los soldados de S. M. incursiones á todas partes que qui-


sieron.
Lo cual puso tan grande espanto en el país de la Francia, que
toda la nobleza se salvó hasta París donde era tal la confusión
,

de la gente que se salvaba y retiraba dentro de dicha villa,


que no habia como andar por las calles ni salir por las puertas;
y las mismas tropas de caballería é infantería , levantadas para
defender su villa, hacian alrededor de ella más grandes inso-
lencias que podian temer de sus enemigos; y las cosas se deja-

ban ver en tal estado, que hallaban ser menester fortificar San
Dionis y transportar los tesoros de su iglesia en la villa de
París, y los de París se espantaban mucho de ver entrar tan
adentro en la Francia un ejército tan pujante, sin quemar y
sin violar mujeres, ó profanar iglesias ó saquear casas, vi- ,

niendo todo aunque compuesto de tantas naciones


el ejército,

extranjeras, con más quietud, mejor orden y diciplina que


sus propios soldados franceses. De tal manera estaban respe-
tadas y obedecidas las órdenes de S. A. y del Sr. Conde de
Fuensaldaña.
Conociendo en esto el Parlamento y pueblo de París que era
cosa vergonzosa á la Francia en ver que, habiendo los ejér-
citos franceses siempre hecho toda suerte de excesos y barbari-
dades en el país de S. M. de España, como se ha visto la cam-
paña antecedente ,
que quemaron tantos villajes , saquearon y
523

profanaron tantas iglesias y tantos monasterios, violaron tantas


mujeres , y asimismo las que estaban refugiadas en las mismas
iglesias; mataron tantos hombres sin reservar sacerdotes, y
derramaron tanta sangre inocente; conociendo más que S. A.
el Sermo. Sr. Archiduque con el ejército de S. M. no había
venido más que para procurar la paz entre los dos Monarcas,
ambos á dos cristianísimos y católicos, y librar la Francia de
las miserias de la guerra que no tiene menester, en la flaqueza
que el mal gobierno del Estado les habia reducido; viendo más
que, después de haber hecho la Francia tantos esfuerzos tanto
tiempo para hacer daño á S. M. de España y á sus países, lo
que le ha costado toda la sustancia de su pueblo y la sangre de
su nobleza, ha hecho tan poco provecho , y que el Serenísimo
Sr. Archiduque , hallándose ahora en el corazón de la Francia,

el mal que ha tenido designio de hacer al país de S. M. , no


ser éste su intento ;
pero sólo obligar á la Francia á querer la
paz para alivio de su pueblo y la quietud de la cristiandad;
en estas consideraciones, el Parlamento de París se juntaba
cada dia, con tanto ardor y celo del reposo de la Francia, que
se esperaba tomarian resolución de forzar á la Reina y al Car-
denal á tratar la paz, enviando de ésta su resolución secretas
advertencias á S. A. el Sermo. Sr. Archiduque, con asegu-
ranza que también era tal la del Sermo. Sr. Duque de Orleans,
suplicándola ser servido cooperar á ésta su resolución del Par-
lamento y del duque de Orleans.
A la cual resolución del Parlamento de París, que era tam-
bién la del Sr. Duque de Orleans, S. A. Serenísima, que estaba
aun con su ejército á Badoche, queriendo corresponder con
todo ánimo, ofreciéndose la ocasión y que el dicho Sr. Duque
de Orleans, por un trompeta suyo, pedia á S. A. Serenísima
algunas salvaguardias para las casas reales de alrededor de
París, S. A. Serenísima se las envió con otro trompeta suyo, con
carta al dicho Sr. Duque de Orleans, de fecha de 30 de Agosto,
en la cual le exhortaba á la dicha paz, avisándole que tenia
facultad y plenipotencia para tratarla y concluirla, conteniendo
la carta las palabras siguientes:

524

« Sabiendo que S. A. R. tiene en el reino de Francia la


autoridad debida á su persona y á su nacimiento, y habiendo
sido servido S. M., mi señor, darme también todo poder de
hacer la guerra ó la paz, deseo de emplearlo más presto á la
paz que á la guerra, particularmente habiéndola de tratar
con V. A., de la cual la cristiandad espera de obtenerla, y yo
de contribuir con toda suerte de celo y sinceridad conforme al

deseo de S. M., mi señor, de que, esperando la resolución y


respuesta, tomo de buena gana esta ocasión de ofrecerle mi
servicio;y ruego á Dios conserve á su Serenísima persona. Del
campo de Badoche á 30 de Agosto.»
A esta carta del Sr. Archiduque respondió el Sr. Duque de
Orleans:
«Primo, yo creo que todos los intentos de V. A. son tan
sinceros, que yo no los sabré bastantemente alabar la buena
intención é inclinación que V. A. tiene á la paz; y así, empiezo
á bien esperar del efecto, pues que S. M. C. desea que V. A.
la trate,y que todo el mundo sabe que el Rey, mi señor y
sobrino, y la Reina, mi señora, su madre, la han siempre de-
seado mucho; pero como es una obra por la cual ha mucho
tiempo que toda la cristiandad hace votos al cielo, he creido que,
para adelantar el efecto, seria bien á propósito, que teniendo
el mismo poder para tratarla que tiene V. A., yo le enviase el

barón de Verderone, el cual presentará á V. A. esta carta para


saber el lugar, el tiempo y las personas que será servido em-
plear, asegurándola del dia prefijo enviar el mismo número, lo

que tendrá por un exceso de dicha, y que el suceso de esta


negociación no sirva sólo de una liga y entera é indisolu-
ble amistad entre las dos Coronas; pero que me dará también
sujeto de ofrecer mis servicios á Y. A. y de mostrarle el celo y
amor, con el cual soy, mi señor primo, su aficionado servidor.
Gastón.»
A esta carta del Sr. Duque de Orleans, respondió S. A.
Serenísima en 8 de Setiembre, estando aun campeado con su
ejército á dicho Badoche:
«He conocido por la carta de V. A. y por lo que de su parte
525

me ha dicho el barón de Verderoiic, como las buenas intencio-


nes de Y. A. corresponden á las esperanzas que yo habia
tenido, de una firme amistad entre las dos Coronas y un reposo
durable entre sus vasallos; y como me parece que el cielo haya
destinado la prudencia de V. A. al cumplimiento de una obra
tan grande y tan deseada, he contribuido á ello, comenzando
á escribir á V. A., como he hecho por mi primera carta; y con-
tinuando con ésta á hacer lo mismo, envió á V. A. á D. Ga-
briel de Toledo para asegurarla con qué exceso yo espero esta
dicha, y para dar á V. A., en la cual le escribo, lo demás y lo

que me permite por la suya, de que aguardo con impaciencia


la aprobación y la ocasión de s^^vi^ á V. A., para dejarla ver la

afición, con la cual deseo la puntualidad que observaré en eje-

cutarlo. —Ruego á Diosconserve la persona Serenísima de V. k.»


Tercera carta del Sermo. Sr. Archiduque al Sr. Duque
de Orleans.
«V. A. me muestra, por su carta de 8 de Setiembre, la pasión
que tiene por el reposo de la cristiandad, permitiéndome de
nombrar las personas, el lugar y el dia para tratar la paz, y
usando con la misma afición de esta permisión, digo á V. A.,
por la carta que el barón de Verderone le dará de mi parte, lo

que juzgo lo más factible. Tocando al primer punto, habiéndose


visto tantas 'inconveniencias á las formalidades que se han
usado de observar hasta agora, que han más embarazado el

negocio que facilitado, me parece que el lugar podria ser entre


Rens y Retel, y las personas las de V. A* y la mia, y el dia 18
de Setiembre; y no habiendo de decir á V. A. otra cosa, sino
que la palabra recíproca de Príncipes servirá de salvoconducto
á todos, y que envió á D. Gabriel de Toledo para asegurar
á V. A. de la sinceridad de mis intentos y de la estimación que
que hago de la carta de V. A. Y con esto ruego á Dios con-'

serve la Serenísima persona de V. A.»


Partió D. Gabriel de Toledo con el barón de Verderone, que
habia enviado á S. A. el Sr. Duque de Orleans, y por orden del
Sr. Conde de Fuensaldaña, D. Román Montero; y llegaron
en los dias quiso el que lo llevó fsicj, distante una legua del
526

burgo de Sant Germain y allí le hospedaron en una casa de


,

mucha recreación, con grandísimo regalo: el dia siguiente vi-


nieron dos carrozas por D. Gabriel, que le llevaron á París, al
Palacio de Luxemburque, donde fué recibido como Embajador
con notable agasajo de S. A. de Orleans y una extraordinaria
aclamación del pueblo; y acabada esta facción, volvió al dicho
honrado retiro, acomodada prisión, donde el dia siguiente vi-
nieron algunos Ministros á visitar á D. Gabriel; y al tercer dia

volvieron por él las carrozas, con que fué despedido, si bien no


recibió los despachos hasta que por la mañana se los dieron , y
dos horas después se puso en camino para la armada, conte-
^niendo la respuesta á las proposiciones del Sr. Archiduque,
que el término para la junta era muy breve, estando S. M.
el rey de Francia tan lejos de su corte y los negocios ,
para
no ausentarse de París y que aguardando que con más con-
,

veniencia de todos podría abocarse con S. A. para que no


cesase la intervención de la paz , enviarla á Soissons para que
viniesen á tratarla con pasaporte de S. A. el Nuncio del Papa,
elembajador de Venecia y Monsieur de Auaux; y si S. A. se
aprestaba á los medios que dispusiesen el tratar, les seguiría
el Sr. Duque de Orleans para la confirmación del tratado de
la paz.
Con la cual respuesta manifestó harto el Sr. Duque de Or-
leans su mala versación, y que todo no era sino para entrete-
ner y engañar á S. A. Serenísima, y hacerle perder tiempo, no
pensando en nada, sino sólo en tratar la paz, según el proceder
ordinario de la Francia.
S. A. Serenísima, que estaba aún con su ejército áBadoche,
viendo esta mala versión y engaño del Sr. Duque de Orleans y
de los Ministros de la Francia , envió al Sr. Nuncio y al emba-
jador de Venecia á agradecerles de su diligencia y trabajo de
haberse metido en el camino para venir; y luego determinó de
continuar á hacer la guerra en la Francia con
antes.
más rigor que 1
S. A. se holgó mucho de haber oido la nueva de España que
las armas de S. M. habian recuperado la villa de Flix, puesto
527

de grandísima importancia sobre la ribera Ebro, en la provin-


cia de Cataluña, que el marqués de Mortara, Capitán general
de aquel ejército, aunque muy fortificado, habia ganado en tan
^pocos dias,- y asimismo mucho gusto S. A en haber en-
recibió
tendido los progresos que Duque de Lorena continúa á
el Sr.

hacer en ella con el cuerpo de ejército que mandaba el conde de


Ligneville el cual, después de haber tomado las villas de Wal-
,

deifanghen, Saint Auan Cilperick y Bolley y batido el general


,
,

Ros "Worm con sus tropas alemanas y tomado preso el mismo ,

Ros Worm, el dicho conde de Ligneville habia entrado en la


Francia en [el país de Bassigni y tomado la fuerte plaza de
Egermont, reputada no menos fuerte é importante que la Mota,
y vuelto en la Lorena, se habia apoderado de las villas de Neuf-
chastel sobre la Musela, Espinal, Remiramont, Granville,
Ligni y Baar, con que tenia reconquistado bien la tercera parte
de la Lorena, y con esto continuaba á hacer las grandes diver-
siones á las fuerzas de Francia.
Con estas nuevas, S. A., muy animado contra los franceses
y sus malas versiones y engaños, se movió con su ejército de
Badoche y fué á alojar á San Pineut, junto á Comercy, y de allí
á Briebe y Alincourt, de donde pasó por Retel á visitar las obras,
y de allí se fué á campear á Vandi donde determinó de volver ,

á sitiar plazas y villas de las más importantes que el rey de


Francia tiene en la frontera.
Y habiendo S. A. entendido que habia poca guarnición en
la villa de Mouson , plaza de mucha importancia sobre la ribera
Mosa, tomó resolución con el Sr. Gobernador de las armas de
sitiar aquella plaza; y comenzando luego á disponer para eje-
cutar este designio, envió S. A. orden al marqués Sfrondato do
dejar guarnición en Moncornet y de venir á incorporarse con
su cuerpo de ejército en y á el Maestre de campo ge-
el grueso;
neral, marqués de Moleuguien, mandó S. A. marchar con parto
del ejército que el Sr. Gobernador de las armas le señalaria, hacia
Mouson, y poner sitio á aquella villa, que tanto importaba al
servicio de S. M. el tomarla; y para asegurar la frontera, dio or-
den el Sr. Gobernador de las armas al Maestre de campo, Arias
528
Gonzalo, de, con su regimiento de caballería y el de el barón de
Boulers, marchar hacia Avenas , y allí juntar todas las guarni-
ciones vecinas , formar un cuerpo de caballería para hacer oposi-
ción á la caballería francesa, que hacia incursiones en el país de
Hanau, en la cual marcha hubo un suceso memorable de valor de
la caballería de S. M., y fué, que dicho Maestre de campo, Arias
Gonzalo salido del campo con sus tropas después de haberle
,

D. Antonio de la Cueva encomendado la reputación de la caballe-


ría de S. M., encontró los enemigos cercado Abenton con 1.500
caballos y 1 .000 infantes, conducidos por el marqués de Yillequie-
re, llevando esta gente á meterla en Missieres y Charleville, mandó
á su alférez, D. José de los Arcos, fuese á reconocer, el cual
trajo aviso que eran muchos escuadrones de caballería y dos
batallones de infantería á que respondió Arias Gonzalo: «po-
;

cos son; si Dios nos ayuda yo los derrotaré ó perderé la vida.»


Y como por la grande cantidad de las tropas que iban viniendo,
muchos persuadían el retirarse, y que empezando á tomar la
marcha era menester pasar una riberilla viendo que el ene- ,

migo, que estaba ya muy cerca, venia cargando ala retaguar-


dia con todas sus fuerzas, dijo á los Capitanes y soldados: «Se-
ñores , volvamos las caras ,
que, mediante la voluntad de Dios,
hemos de vencer los enemigos. Está la caballería de S. M. en
muy mala reputación no es menester aumentarla con huir: hoy
;

es menester ganar honra y fama.» Y los Lapitanes , animados


con esta generosa resolución y habla del dicho Arias Gonzalo,
el barón de Arquien , hermano del conde de Grimberghe el ,

primero, comenzó á animar los soldados de su compañía, y luego


hicieron lo mismo D. Cristóbal de Ariano, y los otros Capitanes,

y todos los soldados se animaron á pelear.


Con esta resolución, el dicho Arias Gonzalo con sus Capita*
nes embistió con los enemigos con tal valor ,
que del primer
. choque rompieron tomando dos estandartes y
los enemigos ,

muchos prisioneros y cantidad de personas de calidad como ,

uno de ellos fué Monsieur de Montecler, Mareschal de campo, y


quedaron tres Capitanes y algunos 30 muertos en la plaza; pero
vino un regimiento de reserva, que era el de Gramont, el cual
529
les cogió por y fué Arias Gonzalo deshecho con los
el flanco,

suyos, y su persona herida, y no le acabaron de matar porque


su dicho Alférez dio voces que era el que mandaba las tropas;

y quedaron también heridos y presos el Sargento mayor Egre,


y los Capitanes barón de Arquien, D. Cristóbal de Ariano, Mon-
sieur de Crespin, sobrino del obispo de Gante, y el capitán
Bastenrode, que fueron todos tomados presos, yendo ala frente
de sus gruesos y delante de sus compañías : Bastenrode murió
después, de sus heridas; el Alférez de Arias Gonzalo tuvo cinco
lieridas , defendiendo la persona del Maestre de campo para que
no le matasen.
Y aunque los enemigos se hallaban muy enojosos de verse
deshechos de tan poco número de caballería de S. M., siendo
ellos tantos, Arias Gonzalo fué llevado en la carroza del mar-
qués de Villequiere pero murió en ,
camino y llevaron su
el ,

cuerpo á Misieres, donde le embalsamaron; y por orden del


Sr. Gobernador de armas fué llevado á Namur, donde fué
las

depositado en los Jesuitas el cual marqués de Villequiere en-


; ,

viando cuerpo con un trompeta, escribió á S. A. y al Señor


el

Conde de Fuensaldaña, cómo este caballero, con tan poca caba-


llería ,
que no eran más de 150 caballos , habia roto toda su ca-
balleríay y muerto muchos de los suyos S. M. perdió
herido :

aquel dia un valeroso soldado: él no se quiso retirar sin saber


la caballería que tenia el enemigo y ver quién
,
le obligaba á
retirarse, y en hacer algunos altos y deliberaciones, el enemigo
fué ganando tiempo, y cuando quiso retirarse, no le tuvo. Aquel
dia mostró tener gran gana de ganar reputación á la caballería
de S. M. , como lo hizo con tan gran valor, que del primer
abordo rompió el enemigo, seis veces más fuerte que él, y todos
sus Capitanes pelearon también con gran valor, cada uno á la

frente de sus gruesos y de sus compañías. Su muerte fué muy sen-


tida de todo el ejército, tanto por sus buenas partes y calida-
,
des como por su gran valor ' de que ha dado tantas pruebas
el tiempo que ha servido á su Rey en estos Estados, particular-
mente en esta ocasión, en la cual ha muerto más franceses que
él tenia soldados, á la gran honra de los dichos Capitanes barón
*

Tomo LXXV. 34
530

de Arquien, D. Cristóbal Ariaño, Bastenrode y los demás Ca-


pitanes que pelearon con él.

En esto, el marqués de Molenguien, habiéndose separado del

ejército con la brigada de D. Baltasar Mercader, los regimientos

de caballería del príncipe de Homburch, del príncipe de Guel-


deleeu, de Monsieur de Custines, y parte del regimiento del
barón de Lañan , de la caballería de S. M. y las tropas de in-

fantería y caballería del Sr. Duque de Lorena, que tenia á


cargo el barón de Fauge
con tres medios cañones y tres cuar-
,

tos y gran número de carros comenzó á hacer sus marchas


hacia la villa de MouQon.
Dio orden al dicho General del Sr. Duque de Lorena el

barón de Fauge de adelantarse con toda diligencia y presteza


,

posible á tomar los puestos con su caballería y alguna infan-


tería de los presidios de Monmedí y Estenay, que tenian orden
del Sr. Gobernador de las armas de juntarse con él. Tomados
los puestos por el dicho barón de Fauge, llegó el marqués de
Molenguien á la otra parte de la Mosa con su cuerpo de ejército
á sitiar á la villa de Mouson, quedando S. A. Serenísima y el

Sr. Conde de Fuensaldaña con el grueso del ejército cam-


peado á Vandy, en el distrito de la villa de Retel.
Y hallándose grandes dificultades á pasar de la otra parte
de la ribera por haber crecido las aguas en gran manera, el

Marqués determinó de fortificar el burgo de la villa, que habia


mandado apoderarse la gente venida de Estenay antes que lle-
gase el ejército; y como las aguas se fueron bajando, aunque
no tenia barcas suficientes para echar el puente , porque la ri-

bera necesitaba diez y y no habia más de seis ó siete con


seis ,

que parecía ser imposible pasar la gente de la otra parte, el Mar-

qués lo desimposibilitó con su industria, usando de otros medios


para formar otro modo de puente que se pudiese pasar sin riesgo.
Habiendo acabado con el puente, sin perder tiempo dio
orden al Marqués para que todas las tropas estuviesen prontas

para pasar, y que cada brigada pasase separadamente con su


bagaje, para que no hubiese confusión y el puente no se rom-
piese; no obstante toda esta diligencia, hallándose el Marqués
531
presente, se rompió, con que al instante lo hizo reacomodar, y
se consiguió el pasaje para la infantería y caballería, pero la
artillería hizo que pasase por Estenay, por temer que el puente
no fuese suficiente.

Después que pasó la caballería é infantería, puso guardia al


puente para sustentarlo y poder darse la mano con los del
burgo, para cualquier arma ó otros accidentes que pudiesen
acaecer. Luego ordenó los cuarteles y puestos de esta manera:
á loe tercios de españoles dio el Marqués su cuartel sobre la
montaña; á los walones á la orilla de la ribera Mousa, y á los

loreneses al otro lado de la plaza, con orden de guardar también


por aquella parte la ribera; á la artillería ordenó su cuartel
sobre la retaguardia de los españoles, y á la caballería á las
ayenidas de aquellos puestos, mandando á los chefes de estar
muy vigilantes.
El Marqués no perdia tiempo en ir á reconocer por qué
parte seriamás conveniente de atacar la plaza; y como se ha-
llaban muchas dificultades, por ser el terreno tan malo de pie-
dras y vinas, y los caminos tan condenados, el Marqués pidió
el parecer de los ingenieros para saber por qué parte era más
á propósito de hacer los ataques é ir los soldados más cubiertos:
respondieron que era de irse á la puerta derecho ,
para ganar
aquellas montañas de fortificaciones, las cuales ganadas, seria
fácil arrimarse á la muralla de la villa; y siendo resuelto que
seria aquel el mejor ataque, y que no se hallaba igual en toda
la circunvalaciou de la villa, el Marqués, sin perder tiempo, dio
orden aquella noche, 8 de Octubre, á D. Baltasar Mercader, de
tomar puesto con los españolesy walones á la parte que le de-
signaba, y á los loreneses mandó tomar puesto para su ataque,
donde se fuesen arrimando hacia un baluarte de las fortificacio-
nes de afuera.
En esto, el Mareschal de campo Fabri, gobernador de la
villade Esdan, habiendo sacado de Misieres, Charleville, y de
dicho Esdan parte de la gente que habia de presidio en dichas
plazas, los hizo embarcar en ocho barcas grandes y caminar
contra la corriente hacia la villa, á fuerza de remos, al favor de
532

la noche y de las aguas grandes que habían causado las conti-


,
nuas lluvias •intentó de meter este socorro en la plaza, y reme-
diar al poco número de soldados que tenia dentro della. Llegado
este socorro á media legua de la villa, fueron los enemigos des-
cubiertos de la guardia del barón de Fauge; con su mosquete-
ría y dos piezas de artillería que se le enviaron, fueron tan du-
ramente recibidos, entrando los soldados loreneses hasta la
cintura en el agua , les acometieron con tanto valor, que fueron
forzados á retirarse con muerte del Cabo que los habia traido á
su cargo.
El dia siguiente, el mismo gobernador de Sedan intentó
otra vez meter un refuerzo de gente en la plaza por otro
camino, pero sucedióle lo de antes.
El Marqués , viendo esta determinación de los enemigos de
querer socorrer la villa, las prevenciones que hacian para eje-
cutarlo, y sabiendo que los puestos de la otra parte de la ribera
eran muy fáciles á los enemigos de meter socorro, no se des-

cuidó en avisarlo al Gobernador de las armas , viviendo entre


tanto con el cuidado posible; pero no bastó todo su cuidado y
diligencia; los enemigos metieron un socorro de 300 infantes

y 500 que habia en la plaza, y con los burgueses y villanos


eran más de 1.500 hombres, y todos peleaban.
No obstante haber entrado este socorro dio el Marqués or- ,

den de plantar y comenzó á jugar una de tres


las baterías ,

medios cañones y el mortero á enviar sus bombas. Luego mandó


el Marqués se atacasen las fortificaciones de afuera, todas las

naciones á un tiempo ordenando á qué parte habia de ir cada


,

una á fortificarse y que en disparando dos cañonazos y una


,

bomba, se comenzase y para que fuese más bien se halló el


;
,

Marqués delante de los tercios de españoles, que aquella noche


se hallaba D. Gaspar Bonifacio con su tercio, y el Sargento
juayor de batalla, Bernabé de Bargas, á llevarles él mismo al
asalto; con la cual su presencia todas las dichas naciones gene-
ralmente, y en un mismo tiempo, atacaron con tan gran valor,
que se hicieron dueños de la contraescarpa y de todas las fortifi-

caciones, echando de ellas los enemigos, y forzándolos á entrarse


533

en la villa con pérdida de muchos, y de los de S. M. hubo


algunos heridos, y uno de ellos fué el capitán Lázaro de Aguirre.
Comenzóse á fortificar la gente en el parapeto exterior
de la plaza, y dando orden el Marqués que los ingenieros fue-

ran á reconocer por qué parte se habia de arrimar á la muralla


para echar los minadores, hallaron grandes dificultades, y cada
uno dio parecer diferente: lo que visto por el Marqués y la poca
maña de los dichos ingenieros, quiso hacer este oficio él mismo,
yendo á reconocer el foso, y mostrándoles donde seria lo mejor
y menos díficil; pero eran tantos los artificios de fuego que
echaban de la muralla, que habiendo echado los minadores
para que comenzasen á trabajar, no tardaron media hora, que
viendo muertos algunos dellos, los demás se volvieron huyendo;
y aunque el Marqués les ofrecia dádivas de dineros y guardias
para asegurarlos, no bastaba por el gran temor que tenian,-

defendiéndose los sitiados con las piezas de su muralla, bom-


bas, fuegos de artificio, matando muchos y muy valientes sol-
dados de S. M., y entre ellos fué muerto de un mosquetazo el

Teniente general de la artillería, Bruneti, y herido el conde de


Bruay; y no sólo hicieron tal daño con sus defensas desde su
muralla, pero también con sus salidas; entre otras, hicieron
una después de medio dia, muy furiosa, con 300 hombres, sol-

dados y burgueses con picas, arcabuces y piedras sobre el puesto


de los valones, donde está de guardia el conde de Gamaraige.
El cual Conde, con su tercio de walones recibió estos france-
ses con tal valor, peleando gran rato pica á pica, que les re-

chazó y mantuvo su puesto. El Conde fué herido con una piedra


en la cabeza, que cayó en tierra, y levantándose volvió á pelear
y les siguió hasta la puerta de la villa, dejando el enemigo
muertos dos Capitanes y muchos soldados; el Conde perdió tam-
bién un Capitán y un Alférez y algunos de sus soldados; y se
opiñataban los sitiados en su defensa con tan indecible modo,
que mataban muchos y muy bravos soldados de S. M., que con
la poca gente que el Marqués tenia era imposible conseguir el

minar la muralla, y por mina ó brecha poder llegar á dar asalto


á la plaza.
534

En esto llegó S. A., habiendo quedado algún tiempo á


Vandi con el grueso del ejército dando calor á la gente sobre
Mouson y al Sargento general de Liponti de fortificar á Retel,
teniendo aviso que los enemigos habian pasado junto á Este-
nay el esguazo de la Mousa para ir á socorrer a Mouson. S. A.
semovió de dicho Vandi y se fuó á Briegensi, de donde mar-
chó toda la noche con su ejército para estorbar á los enemigos
sus designios, y llegado á Tailly, teniendo aviso que no era
nada y que bastantemente era fortificado Retel, y que su pre-
sencia necesitaba en Bruselas, por los muchos negocios de estado
del país que estaban muy atrasados por la larga campaña que
habia hecho, resolvió de dejar el ejército al Gobernador de las

armas y de volver por su persona á Bruselas. Con esta resolu-


ción, S. A., dejando el ejército á cargo del Sr. Conde deFuen-
saldaña, con orden de continuar el sitio de Mouson, se fué S. A.
á Estenay, donde se vio con la duquesa de Longuevilla, de
donde fué á Momedí, de allí á Tuntini y á Berceu, de donde á
los 22.de Octubre fué á Bastogna. El marqués de Strozi, gober-
nador del país de Luxemburque , vino á recibir á S. A. en su
pasaje de Bastogne; prosiguió su viaje y se alojó á Artuin, y de
allí á Marcha, de aquí á Namur, de donde entró en Bruselas, y
según su acostumbrada piedad se fué á la iglesia de Santa
'Goula, donde habiendo hecho su devoción y recibido la bendi-
ción del Santísimo Sacramento del Milagro, fué á su palacio,
donde recibió muchas bendiciones del pueblo con grandísimas
demostraciones de alegría pública, de que Dios le habia conser-
vado, dándole la norabuena de los buenos sucesos que habia
tenido después de pasados tantos trabajos de la campaña.
Y mientras S. A. hacia su viaje hacia Bruselas, el Sr. Go-
bernador de las armas, siendo advertido del marqués de Molen-
guien, que por la gran defensa que hacian los de Mouson^ su
cuerpo de ejército se disminuia muchísimo, y que venian avisos
que el marqués de la Ferté venia de la parte de Estenay á ata-
car un cuartel y meter un socorro en la villa, resolvió de dejar
el paraje de Retel, que estaba ya en estado de defensa, y de
venir con el grueso del ejército á estorbar al dicho marqués de
'

535

la Ferté el ejecutar su designio y acabar con el sitio de Mou-


sou que duraba mucho.
Entretanto envió elMarqués á D. Juan de Monroy con su
brig-ada á ocupar el puente que se había hecho de barcas, lla-
mó á todos los chefes y dióles á entender de la marcha del ene-
migo y los designios que tenia de socorrer la plaza, exhortándo-
les de meterse á la defensa: dejó en las trincheas las guardias or-
dinarias, metió su gente en batalla en punto donde tenia á las
espaldas dicho puente y un bosque, en tal forma, que parecia que
tenia un ejército de 20.000 hombres. En esto llegó elSr. Goberna-
dor de la armas al sitio de Mouson con el grueso del ejército, en 18
de Octubre, y hallando que aunque el marqués de Molenguien
habia ya ganado la contraescarpa con todas las fortificaciones
de afuera, se habia arrimado á la muralla interior, alojado sus
soldados en ella, ganada una media luna y rechazado los ene-

migos que con una salida la querian recuperar, y arruinado


casi todas sus casas con las bombas ; los enemigos se opiñata-
ban aun en defenderse, y que hablan cortado la villa en dos
para hacer resistencia hasta toda extremidad : mandó luego,
con él refuerzo de gente que habia traido, reforzar los puestos,

redoblarlos ataques, hacer volarlas minas y disponer para ganar


la villa por asalto; y como
mina que estaba hecha á la torre
la

junto á la puerta, estando los regimientos que estaban manda-


dos con las armas y el mosquete á la mano para ir al asalto,
hizo efecto contrario, volando por de fuera, donde algunos salie-
ron heridos, y entre otros el Sargento mayor del conde de
Gameraige, Coló.
El Sr. Gobernador de las armas, habiendo hecho aprestar
otra mina, y dado orden de hacerla volar, y mandado á toda la
infantería estar en escuadrón para dar asalto general, los si-
tiados, temiendo ser forzados y ser degollados todos, hicieron
llamada, en 5 de Noviembre; enviaron á S. E. diputados para
parlamentar y para acabar con este largo sitio: les concedió las
condiciones que pedian, con las cuales, los franceses, dejando
la plaza en poder de las armas de S. M. , salieron de la villa de

Mouson, en 6 de Noviembre , 800 soldados franceses con armas


536

y cerca de 300 heridos y enfermos, dos piezas de artillería, ban-


deras desplegadas con armas y bagaje.
Luég'O, S. E. mandó restaurar las brechas, deshacer las
fortificaciones y proveer la plaza de las municiones necesarias;

y por orden de S. A. metió por Gobernador el coronel Recque-


lincq, plaza que se habia defendido de tal modo, que jamás los

franceses hicieron en todas sus guerras contra estos países , y


muy importante y necesaria para mantener las otras plazas que
S. A. habia ganado en Francia aqueste año.
sitio de Mouson
Mientras duró este largo y que las armas ,

de M. tuvieron esta dicha de la expugnación de esta plaza,


S.

el conde de Ligneville continuó á hacer sus progresos en la


Lorena con aquel cuerpo de ejército que S. A. de Lorena le

habia dado en cargo; y de otra parte el conde de Bassigni, go--

bernador de la provincia de Artois, por su celo al servicio de su


Rey y su inclinación á emprender é intentar empresas y entre-
presas^ sabiendo que los franceses habían sacado de todas las pla-
zas fronteras de esa provincia gran parte de sus soldados para
reforzar el ejército del marqués de Pralin , determinó de hacer
un incursión en la Francia, y valerse de la ocasión de los pocos
soldados que habia en las plazas fronteras de su comarca.
Teniendo los Gobernadores de las plazas vecinas orden del
Sr. Gobernador de las armas de darle la infantería y caballería
de sus presidios, que les pedirla todas las veces que las tendría
menester para hacer algún servicio á S. M. , dieron al Conde
•los Gobernadores de Duay, Aire, "Warneton y San Venant parte
de su caballería é infantería, con la cual y la que sacó de

Sant Omer, con las compañías de caballos de su hijo, D. Euge-


nio, de caballería, y la de su otro hijo D. Felipe, de infantería,
hallándose con 300 caballos y 500 infantes ,
que eran en todo
800 hombres, entró en Francia, pasó dos riberas y se adelantó
más de 3.000 car-
hasta cerca de Abevilla; cogieron sus soldados
neros, 600 vacas, 100 caballos y 80 prisioneros, y trajeron todo
el botin en la villa de Sant Omer sin alguna pérdida, y con esta
acción metió debajo de contribución más de cien villajes que no
la pagaban antes.
537

D. Juan de Almaráz, gobernador de Ostende, teniendo


Dunquerque gran cantidad
aviso que de Cales habían traido á
de puentes , escalas y otros pertrechos para sorprender una
plaza por escalada, con aviso particular que el designio era so-
bre Ostende y que habia 400 hombres expertos á nadar para
,

pasar el foso, hizo estar los soldados cuatro dias en arma


con 300 hombres que le habia enviado el Sargento mayor do
batalla, Beruoets , aguardó el enemigo con tan buena resolu-

ción, que no osó alargarse de su puesto.


Con estos buenos sucesos, añadidos á la expugnación de
Mouson, el Sr. Gobernador de las armas, habiendo bien pro-
veído la plaza con buen presidio de infantería y caballería y
municiones necesarias confiándose mucho en
, el coronel Ric-
quelinc, que por orden de S. A. habia puesto por Gobernador,
volvió S. E. áBruselas, donde fué muy bien recibido de S. A. y
de toda la corte , y muy agradecido por lo mucho que habia
trabajado la campaña con tanto celo y tanta dicha , añadida á
su valor, de que han nacido tantos buenos sucesos.
S. A. hizo cantar el Te Deum laudamns en la iglesia mayor
de Santa Goula, para |dar gracias á Dios de los buenos sucesos
de la campaña, acabada con la presa de dicho Mouson; el arzo-

bispo de Malinas celebró la misa con mucha solemnidad y mú-


sica, asistiendo S. A. y toda su corte con infinito número de
pueblo.
Y en contrario, todos los progresos que las armas de S. M.
habian hecho en esta frontera de Francia y en Cataluña, causa-
ron tanta tristeza en la corte de París
y particularmente por lo ,

de Mouson ,
que la Reina cayó mala, y el cardenal Masarini no
sabia á qud parte volverse, tanto por lo dicho como por las con-
tribuciones que hacia pagar la villa de Retel ,
que eran hasta
cerca de París.
Y el Cardenal, viendo las grandes quejas que veniau cada dia
de más á más, de gran número de villas y lugares de la pro-
vincia de la Champagne tomó resolución de salir en campaña
,

por su persona y de sitiar á dicho Retel, de que teniendo aviso


el Sr. Gobernador de las armas, en lugar de tomar descanso do
538

sus dichos trabajos, volvió á salir en campaña otra vez, y se fue'


á Mabeuge, y allí hizo venir las tropas que estaban ya en el
camino para ir á sus guarniciones y cuarteles de invierno, para
observarel movimiento y la marcha que dicho Cardenal queria

hacer con las fuerzas francesas que juntaba de todas partes, y


hacer oposición á sus designios. Quedó el Sr. Conde á Mabeuge
muchos dias á ver lo que el dicho cardenal Masarini emprende-
ria, pero como la Reina quedaba enferma, dicho Cardenal iba
siempre dilatando de partir.
S. A., viendo que no habia apariencia ninguna de la partida
de dicho Cardenal, y que la presencia del Sr. Conde era muy
necesaria en Bruselas, le envió orden de volverse y dejar á
cargo del vizconde de Toureina, con D. Esteban de Gamarray
el barón de Fauge, el oponerse al designio que dicho Cardenal
podia tener.
A la fin, hallándose la Reina mejor y convaleciéndose de su
enfermedad, el Cardenal, después de haber tomado consigo todo
el dinero que pudo hallar , mandó juntarse cerca de Soisons los
cuerpos de ejército franceses del marqués de Pralin , del mar-
qués de Villequiere ,y del Mareschal de Hocquincourt, todos los
cuerpos de ejército menos el del marqués de la Ferté, que que-
daba en oposición del conde de Ligneville, junto á Baar.
Partió el cardenal Masarini de París, en 1.** de Diciembre,
y marchó derecho hacia Soisons, hacia Chalons, y de Cha-
lons á Reins, donde se debían hallar al dia que habia señalado
con las tropas que habían llegado de Burdeaux, sin que se pu-
diese aun descubrir su designio, si era de sitiar á Retel ó si

era de ir á meter municiones y víveres én la villa de Esdan , y


sacar de aquella plaza el dinero que allí tenia refugído; todos
los cuales cuerpos de ejércitos juntos se estimaban en 16.000 hom-
bres, y con la gente venida de Burdeaux, 20.000, entre caballe-
ría é infantería. Con estas fuerzas el cardenal Masarini con los
dichos Mareschales se acercó á la villa de Retel, donde se tomaron
los puestos; el marqués de Villequiere pasó la ribera Aisne por
más abajo de Tuni, á un puente que estaba roto que hizo rcaco-
modar.
539

Y para estorbar al dicho Villequíere el pasarla, fué mandado


Louvigni, Sargento mayor del regimiento de caballería del
Sargento mayor de batalla Broucq, con alguna caballería, y
con ella reconocer los enemigos y romper el puente pero halló ;

que ya le habian ocupado. Con esto, á los 9 de Diciembre, llegó


toda la armada, y se acuarteló en los lugares circunvecinos;
salió el coronel Druot con el dicho Sargento mayor, Lovigni , á
escaramuzar con la caballería francesa pero no pndiendo rom- ;

perla por ser mucha, fueron forzados á retirarse.


Luógo los enemigos, sin hacer línea de circunvalación, fue-
ron á atacar el primer burgo ,
que era el de Reins, por los jar-
dines del convento de los Mínimos, enseñándoles los Padres dól
donde la habian de pasar la segunda ribera que ya habian pa-
sado, y dándoles tablas y otras invenciones para facilitarles el
pasar, con que la pasaron por de fuera del burgo, donde se alo-
jaron en todo el; y habiendo hecho baterías, pusieron la artillería

y batieron á la puerta y á la muralla , dende la otra parte de la


ribera, é hicieron brecha. Luógo pasaron los enemigos aquella
ribera, unos á nado, otros con barcas, puentes y tablas, y á las
tres de la mañana, haciendo mención de querer embestir por otras
partes, y llamándola gente hacia ellas, asaltaron por aquella bre-
cha y por la parte donde el Gobernador no les esperaba, no
creyendo que pudiesen ir al asalto por allí por estar la ribera
entre la muralla y la parte por la cual la batian.

Fueron los enemigos echados de la brecha por cuatro veces,


con pérdida de muchos franceses ahogados y muertos; y en
estos combates llegó el dia; y el Gobernador, viendo que se
aparejaban para dar un asalto general, después de haber jun-
tado todos los chefes, así de la infanteríacomo de la caballe-
ría, y hallando que habiendo tan furiosamente asaltado la
plaza la noche pasada, no sabiendo si la podrian defender la
siguiente, y que así convenia más al servicio de S. M. ahorrar
aquella gente, hizo llamada para parlamentar, ó hizo capitula-
ción, con la cual salieron con armas y bagaje 900 infantes
y 300 caballos , conducidos á Avenas.
En esto mismo tiempo, el vizconde de Toureina, habiendo
540

enviado á saber del gobernador Juan de Liponti cuánto tiem-


po podria defender la villa de Retel, j tenido su respuesta, el
dicho Vizconde, confiado que en ese tiempo la podria socorrer,
resolvió absolutamente de intentar de romper nn cuartel del
enemig-o, llevando la mira á que fuese el del cardenal Masarini,
que tenia á Tuni, y socorrer la villa.
Y como el vizconde de Toureina no tenia más que su trozo de
ejército francés, y el de D. Esteban de Gamarra se hallaba con
pocas fuerzas para ejecutar su empresa, advirtiendo dello á
S. A. Serenísima y al Sr. Gobernador de las armas, pidió S. A.
al Sr. Duque de Lorena, que aunque estaba cumplido su tér-
mino de los meses que se habia obligado á tener su armada in-

corporada con la de S. M. , fuese servido permitir que su dicho


ejército asistiese y ayudase al vizconde de Toureina en esta su
empresa de socorrer la villa de Retel; a la cual demanda de S. A.
Serenísima, consintiendo S. A. de Lorena de buena gana, aun-
que no estaba obligado por su acostumbrado celo é inclinación
,

á asistir á aumentar á S. M. sus victorias y buenos sucesos


céntralos franceses, dio orden de juntar con el vizconde de
Toureina, no sólo el barón de Fauge, su cuerpo de ejército con
todas sus tropas de caballería é infantería que habian sido incor-
poradas con el ejército de S. M. toda la campaña, pero también
el cuerpo de ejército del conde de Ligneville, con el cual habia
recuperado á S. á., su Príncipe, tantas villas en la Lorena para
socorrer la villa de Retel.
Con y mandó al
esto, S. A. Serenísima envió luego orden
vizconde de Toureina de en todo modo procurar de socorrer
la villa de Retel, fuese con romper un cuartel ó con otro cual-
quier modo que hallaria convenir; con el cual mando de S. A.,
el vizconde de Toureina juntó los dichos tres cuerpos de ejército
y marchó la vuelta de la villa con absoluta resolución de aco-
-
meter el sobredicho cuartel donde estaba Masarini, y todos los
otros Generales, D. Esteban de Gamarra, conde de Ligneville
y barón de Fauge, se animaron con el dicho Vizconde á eje-
cutarlo.
Con esta resolución, el vizconde de Toureina hizo tan diii-
541

gente marcha, que en dos dias llegó hasta dos leguas de los
cuarteles de los enemigos, de donde hizo tirar tres cañonazos
para advertir al Gobernador que venia marchando para socor-
rerle y que estaba ya tan cerca; y no sintiendo la respuesta de
otros tantos cañonazos que debia tirar el Gobernador, hizo tirar

otros tres , á los cuales no respondió tampoco; entró en duda de


que la plaza se hubiese rendido, y luego vinieron los corredores á
avisar al Vizconde que era así, que la villa de Retel se habia ya
rendido; de que dicho Vizconde y los otros Generales, espan-

tándose mucho, resolvieron de retirarse, y, en efecto, ya se ha-


bian retirado con su ejército tres leguas atrás y acuarteládose lo
más juntos que pudieron; y el cardenal Masarini y los otros Ge-
nerales franceses, habiéndole servido de advertencia los dichos
tres cañonazos que el Vizconde venia marchando hacia ellos para
socorrer la villa, y que habiendo entendido que ya se habia
rendido se retiraba, y sabiendo que las fuerzas que tenia eran
muy inferiores en número de las que tenian, hallándose con
un ejército de 20.000 hombres, y teniendo aviso que dicho
Vizconde no tenia más de 8 á 9.000, resolvieron de seguirle y
de darle batalla.
Con esta resolución marcharon los enemigos con tal dili-

gencia, que alcanzaron el ejército del dicho Vizconde áseis le-

guas de Retel, alojado en cuarteles divisos, para descansarse


algo de la grande marcha que habia hecho para llegar cerca
del ejército enemigo , y la que habia hecho antes donde ha- ;

biendo estado aquella noche refrescándose los soldados, ama-


neció la vanguardia del ejército francés en batalla; de que
habiendo los antecorredores y batidores traido aviso que dicho
ejército francés se aprochaba , el Vizconde envió luego á todos
los cuarteles orden de venir á juntarse en plaza de armas,
como lo hicieron también el conde de Ligneville y el barou
de Fauge con las tropas de S. A. de Lorena, y D. Esteban de
Gamarra con la infantería.
Luego dicho Vizconde y los otros Generales formaron sus
escuadrones y batallones, y los dispusieron en orden de batalla,
y aunque toda la infantería no pudo llegar á tiempo , particu-
642
larmente la lorenesa, resolvieron de embestir con el enemigo
y principiar la batalla antes que hubiese llegado su infantería
francesa que había de pelear á los lados de su caballería.
Dispuso el Vizconde sus escuadrones y batallones en dos
alas, y cada una en dos líneas, con una reserva á la izquierda
que habia de pelear contra la derecha del enemigo: era com-
puesta de 12 regimientos de la caballería del Sermo. Sr. Duque
de Loréna; la primera línea, de seis regimientos de los Corone-
les, barón de Fauge , príncipe Palatino , barón de Chastelet,
Jegher Mitry y Gelhay; la segunda de otros seis regimientos de
los Coroneles, conde de Ligneville, Valentín Montauban, Bra-

chi Smit y Grots: esta ala izquierda, con dichas. dos líneas, go-
bernada y mandada por el conde de Ligneville y barón de

Fauge.
La ala derecha que habia de pelear contra la izquierda del

enemigo, era compuesta de la caballería del vizconde de Tou-


reina y de la caballería mandada y gobernada
alemana de S. M.,
por el barón de Lañan: vizconde de Tou reina, hallándose
el

en medio y á la frente de las dos alas de la caballería mandán-


dolo y gobernándolo todo: la infantería de S. M. gobernada
por D. Esteban de Gamarra en medio, entre las dos alas de la
caballería, que consistía en siete regimientos de alemanes altos
de los coroneles, el Sargento mayor de batalla D. Juan de
Monroy, el conde Juan de Nassau, el barón de Berló, el coronel
Wolf, el coronel Colbrant y el conde de Berlin, y de tres re-
gimientos loreneses de los coroneles Touvenin Mitry y la
Tur; la demás infantería lorenesa no pudo llegar á tiempo por
haber estado alojada más lejos.

Con esta disposición, el vizconde de Toureina y los otros


Generales, viendo que los enemigos se aprestaban para venir
á ellos, fueron ellos mismos á cargarlos : la primea línea del
ala izquierda , compuesta de los dichos regimientos loreneses,

embistieron la primera línea del ala derecha de los enemigos


con tal valor, llevándolos á la carga sus generales Ligneville y
Fauge, que la rompieron enteramente. En esto, la segunda
línea, compuesta de log otros regimientos loreneses, viendo su
543
primera línea deshacer la primera de los franceses, se adelan-
taron antes de tener orden; el vizconde de Toureina, queriendo
ir por la segunda línea para llevarlos al combate, también los
halló ya á la grupa de su caballo, y no pudiendo impedir el

ímpetu con el cual venian á embestir, descompusieron la pri-


mera línea. Entonces, el Mareschal de Praliu, habiendo man-
dado hacer alto á su segunda línea, con orden que aunque
yeian romper su primera línea no se moviesen hasta que le

daria orden, vino con grande ímpetu á acometer estas dos


líneas, las cuales, siendo ya descompuestas, los escuadrones en
desorden los unos con los otros, y viniendo sus escuadrones de
reserva, opiñataron tanto el combate y su infantería, que era
de 10.000 hombres, dio una tal ruciada en la caballería
lorenesa, que después de un largo contraste, habiendo la vic-
toria gran rato balanceado de la parte de Toureina y de los

Generales loreneses, los escuadrones de reserva hicieron tan


grande esfuerzo, que las dos líneas fueron deshechas y los ene-
migos gozaron enteramente de la victoria, quedando muertos
de los dichos loreneses el príncipe -Palatino, el coronel Mitry,
el conde de Ligneville muy mal herido, el barón de Fauge
preso, el coronel Gelay preso, su Teniente coronel muerto, de
Roauay preso con todos los demás Capitanes y Oficiales lore-
neses.
En el mi^mo tiempo que peleaba el ala izquierda, peleó
también la derecha, compuesta de las tropas de Toureina, de
las de S. M. de alemanes; la dicha ala derecha, gobernada por
el barón de Laban, su primera línea no hizo menos que la pri-
mera de la izquierda, llevando la primera línea del ala
izquierda de los enemigos muy adelante; pero lu(5go vino el
Mareschal Hocquincourt con la segunda línea y reservas á car-
garla con tal vigor, tomándolos por el flanco, que le deshicie-
ron también, sin que hubiese modo para rejuntarse.
La infantería,- siendo de tan inigual número como de 10.000
de los enemigos á 2.000, por no haber llegado la de S. A. de
Lorena á tiempo, viendo deshecha la caballería, no embargante
que D. Esteban Gamarra y su Sargento mayor de batalla,
544

D. Juan de Monroy, les animaban á pelear y morir con honra,


y que queria morir con ellos, aflojó también, y fué forzada á
pedir cuartel, quedando dicho D. Este'ban y D. Juan de Monroy
presos con todos sus Oficiales y soldados, y la infantería de S. A.
de Lorena, que no pudo llegar á tiempo, habiéndose retirado á
un marrazo, se hizo dar cuartel también.
Siendo así ganada la batalla por los enemigos, fué fuerza
retirarse el vizconde de Toureina, habiéndose hallado entre las
dos alas á la frente dellas y á todas partes; su caballo fué
muerto debajo del, y él tenido muchos balazos en sus armas,
se retiró hacia Baar y los otros Generales, chefes y soldados
donde pudieron. Fué indecible el valor y la grande determina-
ción del vizconde de Toureina y de los otros Generales; el conde
de Ligneville, el barón de Fauge, D. Esteban de Gamarra,
D. Juan de Monroy y barón de la Nanque, hallándose con 8 ó
9.000 soldados, osasen pelear contra 20.000 de los franceses, y
contrastado el combate de tal manera, que quedaron muer-
tos cuatro Mareschales de campo, cinco Coroneles, 400 Oficiales

y más de 4.000 soldados, y entre ellos mucha nobleza, gente


particular y voluntarios. Llegada esta mala nueva á Bruselas,
fué muy sentida de S. A. y del Sr. Conde de Fuensaldaña;
pero consoláronse luego con la consideración que habian que-
dado muchos más muertos de los enemigos que de los del viz-

conde de Toureina, y la reputación de haber 8.000 osado pelear


contra 20.000, y en el primer conflicto haber batido y deshecho
los enemigos.
Y que poco después, el general Rosa, habiendo con sus
tropas alemanas, que estaban en servicio del rey de Francia, en-
trado en el país de Hainau para hacer pagar contribución á los
villajes de la frontera que la habian rehusado de pagar, des-
pués de haber S. A. ganado las villas y plazas de la Francia
que cubrían los dichos villajes, S. A. Serenísima, siendo adver-
tido de este intento del general Rosa, mandó al conde de Buc-
quoy. Gobernador de la dicha provincia, hiciese tomar las armas
á los villanos de la frontera de su gobierno para oponerse á su
entrada en dicho país , y á D. Antonio de la Cueva mandó el
545

Sr. Gobernador de las armas dar orden de ir á juntar la caballe-


ría de S. M. que tenia cuartel de invierno en las villas y plazas
de aquella frontera, y oponerse á su designio.
Con esta orden , dicho D. Antonio de la Cueva, teniendo
aviso de los batidores que habia enviado á tomar lengua de los
enemigos que dicho general Rosa habia enviado á entrar en
,
el

país de Hainau , y adelantádose hasta Chimay sobre le Chas-


teau, mandó al Sargento mayor, Frederique, del regimiento del
barón de Palant, de con su compañía y la del conde de Bucquoy,
mandada por su Capitán teniente, y la del capitán Malineus, y
alguna infantería y buen número de villanos con sus armas, de
ir á acometer dicho general Rosa en su marcha; el cual Sar-
gento mayor, Frederique, con estas tropas de caballería y la di-
cha infantería y villanos y muchos Oficiales que habia enviado
,

dicho conde de Bucquoy de las compañías que le siguieron para


hallarse en esta ocasión, marchó con tal priesa, que halló dicho
Rosa con sus tropas en un bosque donde la vanguardia no po-
dia socorrer la retaguardia , y atacó tan vivamente la dicha re-
taguardia, fuerte de 1.500 hombres, que la rompieron, que-
dando todos los soldados franceses muertos ó presos al número
de 400 muertos en la plaza y otros tantos prisioneros con mu-
chos caballos y mucho botin, con grandísima reputación de la
caballería de S. M., de haber 300 caballos, con otros tantos in-
fantes, batidoy deshecho 1.500.
S. A. j Conde de Fuensaldaña se holgaron mucho
el Sr.

de este tan buen suceso, y dieron las gracias al conde de Buc-


quoy y á D. Antonio de la Cueva de haber dispuesto la defensa
del dicho país de Hainau,* también S. A. dio al dicho Sargento
mayor, Frederique, una cadena de oro, é hizo también merced
al dicho Capitán teniente de la Veine , y al capitán Malineus.
Y con esta acción de valor de la caballería de S. M. acabó
la campaña, en la cual, S. A., siguiendo los buenos consejos
del Sr. Conde de Fuensaldaña, ha hecho la guerra en el país
del rey de Francia, y sido menester que la Francia haya sus-
tentado su ejército francés y el de S. M.
y héchola sentir la
,

guerra y quitádole las más importantes y más fuertes plazas


Tomo LXXV. 35
646
de la frontera , como Mouson, la Cápela, Chastelete é Irson,
puesto las armas de S. M. donde jamás se pensara, pues las ha
puesto en villas y plazas suyas, aunque las influencias é inju-

rias del tiempo fueron tan contrarias, que parecía imposible po-
der conseguir una dellas, quedando las dichas armas de S. M.
más gloriosas que han sido en muchos años, á gran gloria
de S. M-.'—Fims.
RELACIÓN
DE LO SUCEDIDO EN FLANDES DESDE 1648 HASTA 1653

SIENDO GENERAL DEL EJÉRCITO DE Sü MAJESTAD CATÓLICA

EL CONDE DE FUENSALDAÑA.

(Biblioteca Nacional.— Sala de Ms.—T. 116.)


649

RELACIÓN
DÉ LO SUCEDIDO EN FLANDES DESDE 1648 HASTA 1653, SIENDO
GENERAL DEL EJÉRCITO DE SU MAJESTAD CATÓLICA
EL CONDE DE FUENSALDAÑA.

Año de 1648. A 8 de Marzo llegó á Ostende el conde de Fuen-


saldaña á gobernar las armas de Flandes, á ser primer Ministro
en aquellos Estados y tener la Superintendencia de la Hacien-
da, todo debajo de las órdenes del señor archiduque Leopoldo:
halló en poder de los enemigos , en la provincia de Flandes, á

Gravelingas, Borburque, Linguen, Mardique, Dunquerque,


Bergas, Fuñios, Cortray , San Venant, y me- otros puestos de
nor importancia: en la de Artues, Arras, Betuna, Bapama,
Edin, Lens y Lilers: en la de Lila, á la Basse: en Luxemburg,
á Tionvile y á Danvilers no halló hecha ninguna prevención
:

parala campaña; dispúsolas de suerte que habiendo salido aellas


el príncipe de Conde, el primer dia de Mayo, con un ejército

de 34.000 hombres, le siguió luego de suerte, que si el duque


de Lorena hubiera permitido á sus tropas marcharan cuando se
le pidió, se hubiera llegado á embarazar al Príncipe su designio:
mas hallándose fortificado, se juzgó conveniente lograr aquel
tiempo , intentando la recuperación de Cortrai ,
que tanto inco-
modaba el país y era de más consecuencia que Ypre; hízose to-
mando la villa por asalto, y en siete dias la citadela, al mismo
tiempo que el Príncipe acabó con el sitio de Ypre, con que se
trocó la una por la otra, y se pusieron los ejércitos el uno en-
y con continuas partidas y escaramuzas se des-
frente del otro,
hizo considerablemente el enemigo, tomándole más de 4.000
caballos, hasta que deseando sacar de Flandes al ejército fran-
cés, por aliviar aquella provincia, y con intento de sitiar áFur-
nos, se formó de algunas tropas nuevas y guarniciones un trozo
de ejército al conde de Garcies , entonces gobernador de Cam-
bray, y se le ordenó tomase los puestos á Guisa; y al mismo
550

tiempo marchó el ejército católico, dejando á la guardia de la


marina marqués de Esfonderato, y á lo demás del país al
al

príncipe de Liñi, con un pequeño cuerpo de gente. El ejército


francés marchó á cubrir su frontera en seguimiento del católico,
que á grandes marchas se encaminaba hacia Guisa; y habiendo
apartado á los enemigos de la provincia de Flandes , se envió

orden al marqués de Esfonderato tomase puestos á Furnos, y


los

volvió el ejército á marchar hacia aquella parte, adelantándose

el conde de Fuensaldaña con alguna gente á dirigir el sitio ; y


la demás del ejército con la persona del Sr. Archiduque, que-
dándose á observar la marcha de los enemigos. Tomóse á Fur-
nos antes que el socorro llegase: el ejército hizo alto cerca de
Lila, y el de los enemigos junto a Betuna. Deseábase tomar el

castillo de Eterre, situado sobre la Lisa, para ir cubriendo la


provincia de Flandes, que es la que más contribuye. El estar el
ejército del príncipe de Conde una legua de este puesto hacia
difícil su expugnación , aunque su fortaleza no es mucha ; to-

davía se resolvió marchar una hora antes de la noche, con que al


dia nos hallamos sobre el castillo; comenzósele á batir: al ruido
de la artillería vino el Príncipe con su ejército, porque hasta
entonces no habia tenido nueva de nuestra marcha: halló los
caminos cortados y defendidos, y no pudiendo marchar sino por
ellos en aquella provincia trató de forzar nuestras guardias;
,

acudió el ejército á mantenerlas, con que se trabó una gruesa


escaramuza que duró todo el dia; pero habiendo continuado las
baterías, antes de la noche se rindió el castillo y el ejército
enemigo se retiró, poniéndose entre Betuna y Mervila: el de
S. M. se encaminó otra vez hacia Francia, tomando la mar-
cha, y en el camino sitió á Lens: vino el príncipe de Conde á so-
correrla, hallóla perdida, resolvió retirarse, cargóselela retaguar-
dia con la mayor parte de la caballería, y con tan buena dicha
que estuvo en desorden; y viendo que el nuestro iba marchando
á ocupar la colina que él habia dejado , y que entonces sólo
habia en ella la caballería, considerando cuan difícilmente se
podria á nuestra vista retirarse,^y que allí no podia parar por la

falta de forrajes y víveres, resolvió pelear, logrando la ocasión


651

que le daba el no estar nuestro eje'rcito en batalla, embistie'u-


dole á tiempo que la caballería se abria hacia los dos costados
para meter la infantería en el medio ; y cogiéndola movida, la
rompió fácilmente, cercó la infantería, y la que no pudo esca-
parse á Lens y de allá á Duay, que fué mucha, tomó prisione-
ra. Con esta victoria se temió que el Príncipe se aplicase á
una grande empresa; pero contentóse con volver á sitiar á Fur-
nos, y en el tiempo que se defendió, con la gente que se habia
retirado, y con algunas levas que llegaron de Alemania, se
volvió á formar el ejército, de suerte que no sacaron los ene-
migos de este suceso otro fruto que volver á tomar á Furnos.
Retíranse los ejércitos al descanso del invierno.
'Año de 1649. Comenzó por
de París, y hallándose el
el sitio

Parlamento sin fuerzas, envió á Monsieur de Elegle á Bruselas


á tratar que se le socorriese, asegurando que hallándose el

ejército en la frontera vendrian dos Presidentes del Parlamento


á firmar el tratado, y que desde luego se comenzasen á estipu-
lar sus condiciones: llegó al mismo tiempo Madame de Chebrosa,
que se hallaba retirada en Capen por los disgustos tenidos en la
corte con la misma comisión del Parlamento: dispúsose la mar-
cha del ejército á la frontera, con resolución de no pasar de allá
si no se ajustaba el tratado, temiendo ser la intención del Parla-
mento concertarse con su Rey con más ventajas, con la vecindad
de nuestro ejército,- pero como siempre es útil al rey de España

cuanta autoridad perdiese el de Francia con sus subditos ,


pa-
reció que se debia aventurar la incomodidad de la marcha, por-
que, si se acomodaban, se acomodasen con ventajas. Confirmó,
esta opinión el ver que, habiendo llegado á la frontera donde
habia asegurado el marqués de Normontier (que habia nueva-
mente llegado) estarian los diputados del Parlamento que no ha-
bian llegado, y que con cartas y expresos aseguraban que sin
falta estarian sobre la ribera de la Ena, que hasta allí llegase el

ejército: pareció, siguiendo su primer dictamen, que el ejército


no marchase, sino que el conde de Fuensaldaña, con 4.000 caba-
llos y 1.000 dragonea, se adelantase á Pontaber, y que viniendo
allí los Diputados y ajustando con él el tratado, se adelantaría
552

el ejército Declarósele así al marqués de Normontier y á los

demás que y habiéndolo avisado á París, tampoco


le asistían;

vinieron los Diputados á la ribera de la Ena; pero llegó un po-


der del Parlamento y demás coligados al marqués de Normon-
tier para ajustar el tratado, como lo hizo con el conde de Fuen-
saldaña; y habiendo avisado al Sr. Archiduque y comenzado á
moverse el ejército, vino aviso que el mismo dia que el Marqués
habia ajustado con el Conde, habian los Diputados, en Fonte-
nebló, ajustádose con la corte, porque habiendo sabido el Rey
que habian enviado el poder á Normontier , les concedió tales
condiciones que no las pudieron rehusar; con que el ejército
catóhco hizo alto, creyendo que habia hecho un muy gran ser-
vicio á su Rey, obligando al de Francia tratase con sus subdi-
tos, como si fueran sus iguales, y que de aquella causa habian
de salir tales efectos que abriesen camino á mayores ventajas,
como se ha visto.

Viendo el ejército de los enemigos fatigado y deshecho en


el cerco de París, y el nuestro fuera de la comodidad de los
cuarteles, pareció lograr aquella ocasión, recuperando alguna
de las plazas perdidas en Flandes , y que convenia fuese Ypre;

y porque para hacerse dueños enteramente de la ribera de la


Lisa y asegurarse con cubrirse de allá esta empresa, que por
la grandeza de la plaza y la guarnición que habia dentro la

hacia muy dificultosa, era menester comenzar tomando á San


Venant, plaza fuerte por su situación y su fortificación que la
habian hecho los enemigos; y así se resolvió el marqués Esfon-

derato, General de la artillería, con una parte del ejército á

ocupar los puestos de Ypre y comenzar la línea con la gente


del país; y el conde de Fuensaldaña se encaminó con la resta
del ejército á sitiar á San Venant, y el Sr. Archiduque á Comi-
nos , lugar situado en la misma ribera de la Lisa , tres leguas

de Ypre y seis de San Venant, 'donde tuvo su corte hasta fin de


ambas empresas. Llegó el Conde á San Venant, y habiendo ocu-
pado las principales avenidas, comenzó luego el ataque sin
haber línea de comunicación; y después de ocho noches de trin-
cheras, se rindió el Gobernador, pudiendo esperar aun algunos
553

dias, porque siendo situada la plaza en medio de unos grandes


marragos, y siendo por Marzo continuas las aguas, y mucho lo

que padecía el ejército, y lo que por estas razones se dificultaba


la empresa; acabada, pasó el Con,de á juntarse con el Marqués
sobre Ypre, cuya línea de circunvalación estaba ya acabada, y
así se comenzaron luego los ataques; y después de veinte dias
de trinchera, se rindió, y salieron rendidos 3.000 infantes y 400
caballos, habiéndose peleado, no sólo con los enemigos, sino con
la inclemencia del tiempo, que siendo á los fines de Abril, eran
grandísimas las lluvias. Quedó el ejército muy deshecho, ha-
biendo al fin de la campaña pasada recibido una rota como la
de Lens; comenzado ésta en el mes de Febrero, con rigurosos
fríos, y expugnado dos plazas Reales y bien guarnecidas, y
así pareció 'conveniente refrescalle aquel poco tiempo que habia
hasta la campaña. Alojóse en todo el país , diéronse priesa á los
reclutasy levas forasteras, y á la remonta. Los enemigos, que
aunque habían visto perder dos plazas tan importantes no habían
movido su ejército, tratando, no sólo de componerle y hacer ve-
nir Arlaque cotí las tropas que habían quedado del ejército de
Veimar, juzgando que con esta diligencia en mejor sazón
habría con más facilidad y menos pérdida recuperado lo que
entonces perdían, ó tomando otras plazas de mayores conse-
cuencias, resolvieron no perder esta ocasión, y á 19 de Junio,
con una marcha acelerada, se pusieron sobre Cambray , plaza
de tales consecuencias como se sabe. Luego comenzaron á tra-
bajar en la línea de circunvalación, siendo en 14.000 caballos
que tenia el embarazar el socorro hasta que estuviese hecha, en
que tardaron once dias. Teniendo noticia que estaban los fran-

ceses, salió el conde de Fuensaldaña á juntar Rey, y vino


el del

á Santaman y el Sr. Archiduque á Tornay. Aun no se habia jun-


tado el ejército cuando recibió el Conde el aviso del sitio de
Cambray: envióle á S. A. y con la gente que tuvo más á mano
marchó aquel mismo día áBuchain, y aquella noche intentó
meter gente en Cambray, aunque no lo consiguió, porque ha-
biendo destinado seis tercios para que entrasen en aquella plaza,
el Gobernador de ella, con el pretexto de hacerlos cuartel, los
554

hizo hacer alto junto á Buchain la misma noche que el ene-


migo le tomó los puestos , y de los seis no pudieron entrar más
que tres. Acabóse de juntar el ejército; vino el Sr. Archiduque á
Valencianas ,
pidió al señor duque de Lorena viniese á aquella
villaá ajustar la forma del socorro, y que hiciese marchar sus
tropas: vino su persona, pero las tropas no; y después de haber
conferido y no resuelto nada, se volvió á su cuartel,
y en ésta,
conferencias, idas y venidas se pasaron ocho dias, sacando en
ellos sus conveniencias, como hacia siempre en los lances apre-
tados que llamaba su cosecha: al fin las juntó al ejército del
Rey, y su persona se fué á Bruselas, sin haber podido S. A.

persuadirle que en una ocasión de tanta importancia se quisiese


hallar presente. Marchó el ejército y pasó la ribera de lo Cense,
entre Buchain y Arleux, una hora del campo del cuartel del
conde de Arcourt que conducia la empresa: acabó de pasar el

ejército al anochecer; y habiendo caballería é infantería cargá-


dose de fagina, se comenzó á marchar una hora después de ano-
checido , y se fué á fortificar tomando la Esquelda á su costado
izquierdo en un punto ventajoso, á menos de tiro de cañón del
enemigo porque siendo la situación de Cambray en una cam-
,

paña muy rasa inferiores de caballería al enemigo en más de


,

la mitad, pareció necesario suplir con el arte lo que faltó en la


fuerza; resolvióse intentar el socorro la noche de ^ divir-

tiendo con diferentes ataques al enemigo y procurando intro-


,

ducir por la parte de Chateo en Cambressi un golpe de 1.500 in-


fantes y otros tantos caballos, por tener aviso que aquella
parte, como la que miraba á sus plazas, la tenian menos fortifi-
cada y menos guarnecida, por ser la opuesta á nuestro ejér-
cito: habia de hacer la gente una gran marcha, y así comenzó

á marchar dos horas antes del dia de la noche que se habia de


intentar, con pretexto de ir por un convoy de municiones; fué
por cabo de ella el Sargento general de batalla Bruque , , sol-

dado de mucha experiencia y muy platico del país; diósele


orden que llegase á intentar el socorro una hora antes del dia;

1 Fallan palabras en el original.


555

en llegando la noche se hicieron tres cuerpos del ejército: con


el uno quedó S. A. en el puesto fortificado; con el otro marchó
el conde de Fuensaldaña á la parte donde habia de hacer la
diversión ; y sobre su mano derecha el barón de Clinchan , con
el otro cuerpo compuesto de las tropas de Lorena, y á la dere-

cha de este cuerpo 1.000 corvatos que venian casi á darse la


mano con la parte donde habia de intentar entrar Bruque. Eje-
cutóse todo con muy buena orden, y tan buena dicha, que no
habiendo podido Bruque llegar antes del dia, se levantó una
tan espesa niebla, que cubrió su marcha hasta llegar al puesto,

donde halló muy poca resistencia, por haber acudido á los ata-

ques que en dos partes se hacian toda la defensa: entró sin


perder un hombre ; y al punto se bajó la niebla, quedando el

sol claro, de manera que desde el ejército donde estaba S. A., se

vio cerca del castillo las tropas en batalla; los otros cuerpos se
retiraron á su cuartel con poca pérdida , y el enemigo á las
ocho de la mañana pasó luego á sus cuarteles y comenzó á
marchar, pasando la ribera de la Esqueida hacia Catelete ; no
pareció posible el atacarle, así por la desproporción de las fuer-
zas, como porque habia dejado muy bien guarnecida su línea
con la mayor parte de su ejército, que no comenzó á marchar

hasta la noche; retiróse á Catelete, y el ejército de S. M. entre


Buchain y Valencianas. Luego que hubo desembarazádose de
los pertrechos del sitio, se vino el conde de Ancourt á alojar en
Chateo Cambresy; de allí resolvió venir á pasar la ribera de la
Esqueida, en que no halló resistencia, porque nunca fué la inten-
ción defendella: guarnecióse (sic) las plazas de Duay y Bouchain,
y retirarse con lo demás á Valencianas, como se hizo: fuese á
alojar el conde de Ancourt á Conde; el ejército del Rey á
Tornay intentó
: fortificar á Conde, pero reconociendo la dificul-

tad y que el ejército se le deshacia y los medios le faltaban, la

desamparó; y habiendo recibido los españoles un refuerzo de


caballería alemana, conducida por el duque de Wirtembergue,
juntando toda gente que habían puesto en las plazas, se
la

juntó y marchó hacia el de los enemigos, que se ha-


el ejército

llaba á Catillon y se envió orden al marqués de Esfonderato


,
556

tomase los puestos á la Mota del bosque, llamada así por estar
situada en medio de la plaza, aunque chica, muy fuerte por na-
turaleza, á que habían añadido la arte los franceses. Hízolo así, y
teniendo el aviso el conde de Arcourt, marchó en toda diligen-
cia al socorro; pero los españoles se dieron más priesa y ocupa-
ron la ribera de la Lisa, que cubria el sitio, con que los france-

ses no pudieron pasar y perdieron aquella plaza sin haber


hecho nada esta campaña con tan desiguales fuerzas como
, las

que ténian, y los españoles dieron fin á ella con esta empresa,
siendo, á mi ver, una de las más gloriosas que han hecho aque-
llas armas.
Año de 1650. Comenzó este año con la prisión del príncipe
de Condóy el de Conti, y duque de Longuevila, y la fuga de
Madama de Longavila á Diepe, y la del Mariscal de Turena á
Estenay, donde luógo que llegó le despachó el conde de Fuen-
saldaña una persona á condolerse de la prisión del Príncipe, y á
ofrecelle la asistencia de su Rey: lo mismo hizo á Madama de
Longavila, habiendo sabido que no pudiendo mantenerse en
Diepe habia pasado á Holanda y deseaba pasar á Esteney, para
que se la invió todo lo necesario para el regale y seguridad del
camino. Comenzóse por parte de Madama y del Mariscal á hacer
proposiciones, y después de algunas diferencias, así entre las
dos partes como entre los Ministros españoles, se ajustó un
tratado, dándoles 5.000 hombres del ejército del Rey, y dinero
para hacer 10.000, y 50.000 escudos al mes para los gastos del
partido y ellos la villa de Esteney en prenda de su fidelidad,
,

prometiendo por los Príncipes presos, y si cobran libertad, se


aseguró el partido hasta una paz justa y razonable y de parte ,*

de los españoles, asistilles hasta la libertad de los Príncipes


y paz general. Ajustado esto, vino el conde de Fuensaldaña á
verse con el Mariscal de Turena, á Marcha, en el país de Lu-
.zemburque para ajustar las disposiciones y empresas de la cam-
paña: hicióronse estas vistas con toda confidencia y cortesía, y
el conde regaló al Mariscal con aquellas cosas que parecia nece-

sitaba quien tan de improviso habia dejado su casa y la patria por


seguir los intereses de un amigo: llegó el tiempo de salir en cam-
557

paña; formóse el cuerpo de ejército del mariscal de Turena, que


llamaban los franceses de la libertad de los Príncipes^ en el país

de Luzemburque, y el del Rey en el de Henao. Los enemigos for-

maron á la oposición otros dos cuerpos y pareciendo al Conde


;

y al Mariscal que era menester juntarse para entrar más fuertes


en Francia, se hizo junto á la Cápela, y juntos marcharon ha-
Soma, ocupando en cuatro dias á Catelete
cia la ribera de la
para asegurar los víveres. Tuvieron intento de sitiar á San Quin-
tin ,
pero habiendo el Mariscal de Plesis , que mandaba el ejér-

cito de Francia , introducido un golpe de gente, y siendo la

plaza grande y difícil de quitalle el socorro, pasaron á sitiar


á Guisa, y habiendo hecho la línea de circunvalación, y traido
á Landresi todos los víveres y pertrechos necesarios para la em-
presa, fueron tantas las aguas, que creciendo los rios, inun»
dando los caminos , fué imposible traer las provisiones á la lí-

nea que habian traido á Landresi, como plaza más vecina, y


se
apenas se podia conducir lo necesario para la consumación de
cada dia. En este tiempo se juntaron los enemigos y vinieron á
ponerse entre Guisa y Landresi, con que impidieron la conduc-
ción , y fué fuerza valerse de convoyes muy arriesgados y pe-
queños, de los cuales fueron rotos algunos; y creciendo las
lluvias y no teniendo forma de subsistir en el sitio, fué fuerza
,

levantarle, como se hizo, presentándose delante del cuartel


del enemigo, que no quiso salir de sus fortificaciones. Llegóse el
ejército á recibir sus víveres, y habiendo refrescado ocho dias,
fue á sitiar la Cápela, que tomó en quince el rey de Francia con
algunas tropas ; dejando al duque de Orliens en París gober-
nando, marchó la vuelta de Burdeos, que habiéndose retirado á
aquella la princesa de Conde con el conde de Inguien, su hijo, el
duque de Bullón, el principe de la Rochefocon y otras personas
de consideración, se habia declarado aquella villa por el partido
de los Príncipes que estaban presos en el bosque de Vincenas.
Los amigos que tenian en París ofrecían al Mariscal de Turena
que, si el ejército católico se acercaba á aquella corte , dispon-
drían un tumulto en ella y que á lo menos saldrían en número
,

bastante á sitiar á Vincenas y sacar á los Príncipes, trayéndolos


558

al ejército, cuando no pudiesen conseguir el levantar el pueblo.


Con estas ofertas se resolvió marchar á la ribera de la Ena,
donde, para seguridad de la retirada, se ocupó Chateo, por fin,

y á Retel, y dejándolas guarnecidas y con orden de forti-


ficarse , se pasó á Basoche; y enviando desde allí diversas per-

sonas para que avisasen los confederados el dia que se habia de

hacer la expedición, el marcha del


duque de Orliens, viendo la

ejército y lo. que se tramaba en París, después de machos con-

sejos, resolvió mudar á los Principes de prisión llevándolos á ,

Ave de Gracia, y lo ejecutó con solos 200 caballos, sin que nin-
guno de los que prometian sacallos del bosque de Vincenas fue-
se á quitarlos á M. de Naballes, que los conduela. Perdida esta
esperanza, solicitaron que el Sr. Archiduque enviase una persona
á proponer la paz al duque de Orliens, por medio de un aboca-
miento: hízose así, y aunque el Duque aceptó, fué debajo de con-
dición de dar cuenta á la corte, y esta dihgencia movió tan poco
al pueblo, como la de mudanza de los Príncipes: con que viendo
la

frustradas estas proposiciones se resolvió de ir á sitiar á Mu-


,

son, plaza situada sobre la ribera de la Mosa, tres leguas de


Esteney. Inviose con 6.000 hombres á tomar los puestos al
marqués de Molenguien, y tuvo dicha de cogerla desproveída
de gente de suerte que de á bordo tomó un hornabeque que
,

todos juzgaban la mayor fortaleza de la plaza; pero la noche si-


guiente la introdujeron de Sedan 500 hombres, con que co-
menzó á dificultarse la empresa y á cargar las aguas con que ,

fué forzado ir el conde de Fuensaldaña con la resta del ejército


al ataque de la plaza , dejando al Mariscal de Turena á la opo-
sición de Plesi y pasando el Sr. Archiduque á Bruselas para
;

disponer el pagamento de las tropas que llegaran de Alemania,


en número de 4.000 caballos y alguna infantería, llegó el Conde
al sitio y reconociendo que los ataques no se hablan encami-
,

nado bien , los hizo mudar; y aunque el tiempo le era muy con-
trario , estándose ya á medio Noviembre , en pocos dias dio fin

á la empresa, ocupando aquella plaza tan importante que daba


paso en la Mosa y sostenía la de Esteney, que era el funda-
mento del partido: hecho esto, encaminó el ejército veterano de
559

Flandes á los cuarteles de invierno , y di se quedó á formar el

ejército del Mariscal de Turena de las tropas que tenia consigo


y las de Lorena, y de lasque venian de Alemania y de otros
regimientos que no habían estado en campana, con designio
de mantenerse en Francia el invierno en los contornos de Retel
y Esteney y mantener la plaza de Retel, hasta que estando
acabada la fortificación y adelantado el tiempo, quedase asegu-
rada. Dispúsose, y comenzó su marcha el Mariscal acuartelando
en el Barois; el Conde pasó al País-Bajo á dar cuarteles al
ejército; ajustóse Burdeos y volvió el Rey á París, y el Carde-
nal vino con aquellas tropas á juntarse con las del Mariscal
Duplesi, con intención de sitiar á Retel: tuvo aviso de este
designio el Mariscal de Turena y comenzó á irse llegando por
allá. Champaña hacia Retel: llegó el ejército de los enemigos á
sitiar esta plaza, y atacóla por donde nunca se debió pensar,
que fué por la parte del burgo que la divide la En a, y ha-
biendo con una pieza sola derribado alguna muralla, pasó por
el mismo puente que comunica al burgo con la villa, ponién-

le unas tablas con poca resistencia, y dio un asalto, ni bien


dado, ni bien resistido, con que, como queda dicho, se alojó al
pié de la muralla, y se rindió la plaza á tiempo que ya el ejér-
cito del Mariscal de Turena comenzaba á mostrarse á los ene-
migos: extrañaron el no oir tirar, hicieron alto hasta enviar á
reconocer, fué Mons. de Duras, sobrino del Mariscal, trujo
algunos prisioneros que aseguraban que la plaza se habia ren-
dido y debian salir esotro dia por la mañana, con que resolvie-
ron hacer alto, y por el rigor del tiempo, que era por Navidad,
buscar el cubierto para la gente, dividiéndose en cuatro casa-
res. Los enemigos, habiendo visto la marcha del ejército, hallán-
dose sin ninguna fortificación y con la mayor parte del ejército
del otro lado de la ribera de la Ena, y con sola una muy mala
puente con la comunicación, diéronse mucha priesa á pasar,

y á los rendidos que saliesen aquel mismo dia, do suerte que


al comenzar la noche, el ejército habia todo pasado de este lado

de la ribera, y los rendidos habian salido de la plaza; con que,


y salbiendo que el ejército del Mariscal de Turena se habia
560

dividido en cuarteles, se resolvieron á marchar á su plaza de

armas y hacerse dueños della; hiciéronlo así, y aunque el Ma-


riscal de Turena fué avisado antes del dia, envió las órdenes á

todos los cuarteles: la infantería lorenesa y parte de la cahalle-


ría, que no les habia parecido bastante el cuartel que se les

habia señalado, se fueron á otro, con que no llegaron á tiempo:


llegó el enemigo muy temprano á la plaza de armas, donde el

Mariscal de Turena se hallaba ya con sus pocas tropas que le

habian llegado; y viendo que los enemigos se iban formando,


le pareció no darles tiempo, y cerró con ellos; y aunque este

primer choque fué en favor del Mariscal, cargando sobreseí todo


el ejército, fué roto; retiróse su persona á Esteney y mucha de
la gente por diferentes partes: acudió luego el conde de Fuen-
saldaña á consolar al Mariscal á Namur, donde vino, y allí

trataron de alojar las tropas, que ajustó con harta dificultad.


Volvióse el Mariscal á Esteney y el Conde á Bruselas, á traba-

jar en las prevenciones de la campaña venidera; y el cardenal


Mazarin, lleno de gloria con la reducción de Burdeos, recupe-
ración de Retel y ganada una batalla, con que todos le creyeron
más fijamente establecido que nunca; y siendo así, que toda
esta prosperidad habia dado ocasión que se uniesen los ami-

gos de los Príncipes con el partido de los frondares ,


que así

llamaron á los que siguieron al Parlamento en la guerra de


París, y fué en esta forma. El Coadjutor del arzobispo de París,
hoy cardenal de Res, era quien más mano tenia en esta fac-
ción, así por el crédito del pueblo, como por su gran talento.
Era estrechísimo amigo de Madama de Chebrosa, con quien
desde la prisión, no obstante ser enemiga irreconciliable
de Madama de Longavila, entabló correspondencia, prome-
tiéndola casar su hermano, el príncipe de Conti, con su hija,
que era hermosa dama, y para seguridad de esto, la envió una
cédula del de Conti, firmada también del Príncipe, de poner este
casamiento en ejecución luego que estuviese en libertad. La
Duquesa ganó al Coadjutor y él al duque de Orliens, á cuya som-
bra se habian arrimado \oñ frondores , y todos al Parlamento,
con que cuando el Cardenal pensó hallar aplausos, halló hecha
561

esta lig-a para sacar al Príncipe de la prisión, echar al Car-


denal del reino, poner en manos del Coadjutor el Gobierno y
quitar á la Reina la tutela de su hijo, y la Reg-eucia si resistia, y
hacerla salir de Francia. Comenzóse á poner en ejecución, ha-
ciendo el Parlamento 1 comisión (?) ala Reina, instancias para
libertad del Príncipe y salida del reino de Mazarin, que juntas
á las del duque de Orliens y de todos los coligados y pueblo
de París, que aunque aborrecia al Príncipe, como aborrecia
más al Cardenal, olvidaba aquel odio por fomentar éste. Vióse la
Reina obligada á apartar de Cardenal y á sacar al Príncipe
sí al

de la prisión, y por último remedio, resolvieron que el mismo


Cardenal fuese al Habré de Grace á dar la libertad al Príncipe
y procurarse allí ajustarse con él y volver juntos á París. El Prín-
cipe, viendo el odio que el pueblo le tenia, vuelto en amor, por
juzgarle enemigo irreconciliable del Cardenal, no le pareció vol-
ver * acomodándose con él; y así, con menosprecio del Carde-
nal, rehusó de ajustarse con él; con que los Príncipes se encami-
naron á París y el Cardenal á las fronteras de Picardía, á esperar
lo que la Reina pudiese ajustar con el Príncipe, que llegado á

París y haciendo semblante en querer efectuar el casamiento,


y de estar unido con los frondores , hizo tales instancias á la
Reina para que el cardenal Mazarin saliese de Francia, que la
Reina, harto contra su voluntad, fué forzada á despacharle di-
ferentes personas, mandando se saliese luego, porque de no
hacerlo, ella y sus hijos y el reino eran perdidos. Obedeció el

Cardenal: Madama de Longavila, luego que supo la llegada


del Príncipe á París, pidió licencia á los españoles para ir á
París á disponer, como decia, el tratado de la paz; diósele luego

y toda la asistencia necesaria para hacer su viaje, que puso


luego en ejecución ,
quedando á Esteney el Mariscal de
Turena, con intento de hacer lo mismo, no con tan buena
gracia : dentro de pocos dias, |el Príncipe, que se creia dueño de
la corte, de las armas y del reino, trató de desempeñarse con

* Hay un claro en el original.

* Faltan palabras en el originaL

Tomo LXXV. S6
562

el Rey, proponiendo un Congreso para la paz, como estaba obli-


gado por el tratado hecho con los españoles ; y con instancias
para ello á la Reina, hablaron al Nuncio Bagny, como media-
nero; escribió al de España, y juntos él y el embajador de Ve-
necia hablaron al Rey y al Sr. D. Luis: al mismo tiempo habia
avisado el conde de Fuensaldaña, que habiendo el cardenal
Mazarin pedido pasaporte para pasar á Alemania y de allí á
Italia, se le habia enviado, y á D. Antonio Pimentel para

que le acompañase con orden de disuadille de apartarse tanto


,

de Francia, donde dejaba á la Reina que se habia perdido por


mantenerle, y que no era acción generosa dejarla en aquel
aprieto é huirse á Italia; que mirase en qué se le podia asistir,
que se haría con todas veras. Obligaban al Conde á hacer estas
instancias al Cardenal, el juzgar que, siendo su adversión la que
ocasionaba las revoluciones de Francia, si él se apartaba della,
el Príncipe seria dueño y no seria menor enemigo para España,
porque siendo su inclinación la guerra, difícilmente vendría
en un tratado de paz que tanto se deseaba. Respondió el Carde-
nal conocer lo mismo que y que aunque no
se le representaba ,

le faltaban medios, amigos y plazas para hacer la guerra, su

profesión y la obligación que confesaba al rey de Francia no


se lo permitían; que el camino que le parecía más proporcionado
y más útil á todos, era tratar la paz ,
que él tenia autoridad de
hacerlo. Admitió la proposición el Conde, y dijo daria cuenta á
su Rey, como lo hizo al tiempo que queda dicho; y así, delibe-
rando sobre ambas proposiciones el Consejo de Estado, pareció

enviar al Conde poder para que en secreto tratase con el Carde-


nal,y nombrarle por primer Plenipotenciario para el Congreso,
que á instancia de los medianeros por las que habia hecho el,

Príncipe, habia aceptado se hiciese en las fronteras del País


Bajo, con la declaración preliminar de algunos puntos que los,
medianeros ^ escribían de París que estaban ajustados, no
quisieron tomar sobre sí; y así concluyeron con remitirlo todo
á Flandes, para que se fuesen gobernando según el estado que

Fallan palabras en el original


563

fuese tomando todo. Halláronse en Flandes sumamente emba-


razados con esta remisión, y en particular el conde de Fuensal-
daña, porque aunque en lo público la remisión era al Sr. Archi-
duque, la confianza de primer Ministro y el haber de correr
todo por su mano y dirección, le daba mucho que pensar, consi-
derando que ninguna de las dos proposiciones venia hecha por
quien tuviese mano para cumplirla,* particularmente siendo
fuerza que en este tratado, para llegar á la ejecución, se resti-
tuyesen muchas plazas de las ocupadas por las armas de Fran-
cia, con que habria mucha dificultad, porque la proposición
hecha por el Cardenal en nombre de la Reina Regente no pa-
recia podria cumplir loque prometía, faltando la edad al Rey
para aprobarlo, y estando divididos en la Regencia los Príncipes
de la sangre, que por las del reino están llamados á ella durante
la menoridad , y el Parlamento, en cuyo tribunal se verifican
las resoluciones de esta calidad, aunque sean hechas por Rey
reinante, libre de la tutela, tanto más necesitarían della las
hechas por un pupilo de menor edad. También tenían la misma
dificultad las hechas por los Príncipes de la sangre, porque
aunque unidos entre sí y con el Parlamento, faltaba la volun-
tad y aprobación de la Reina, que por este título y por el ^

no se podía hacer nada sin su conocimiento y aprobación, de


suerte que el estado en que se hallaba la Francia era tan cala-
mitoso, que no se hallaba en ella con quien tratar, ni que
tuviese arbitrio en ningún negocio,* además de esto, los Gober-
nadores, particularmente los de las plazas conquistadas, con el
pretexto de esta misma desunión, no obedecían ningunas órde-
nes y aguardaban la mayor edad del Rey, soberanos de lo que
poseían, parecidndoles que hacían harto servicio á la Corona
en no venderlo á quien les diese más. Ponderadas todas estas
razones, resolvió en su ánimo el Conde de ir tratando con
todos sin concluir con ninguno, hasta ver lo que con la mayor
edad del Rey, que seguiría al mes de Setiembre, se disponía.

í Hay un (Maro an el original.


564
Fácilmente piulo el Conde seguir este dictamen, porque era el

mismo que seguía laReina y los demás Ministros, deseando


que el tratado de la paz no se rompiese hasta la mayoridad del
Rey; y teniendo pendientes á los Príncipes con embarazarles
cualquiera determinación , hasta que, creciendo su autoridad
con la mayoridad, los pudiesen castigar. Los Príncipes, aunque
conocian el intento de la corte, no podian remediarle, faltándo-
les autoridad para concluir la paz, con que les fué fuerza no
romper con los españoles , ni sacar la guarnición de Esteney,
como la corte los apretaba hiciesen; antes, vencidos de estas ins-
tancias, fingieron enviar á Flandes al marqués de la Sillerie
á pedir se sacase esta guarnición , dándole instrucción secreta
que no sólo apretase en ello, sino que volviese á unir al Prín-

cipe y sus intereses del Rey, asegurando no se apartaría de


ellos hasta la conclusión de la paz.
Año de 1651. Este estado tenían los tratados cuando se co-
menzó la campaña, entrando el Mariscal de Beliquier en el país
de Artois, y de allí en Flandes, con un ejército de 30.000 hom-
bres; y quedando sobre la frontera de Champaña el conde de
Tábanos , Teniente general y gran confidente del Príncipe,
gobernando sus tropas y sus regimientos de su hijo, hermanos
y amigos, que llegarían al número de 6.000 hombres. Salió el
Sr. Archiduque á oponerse á estas fuerzas con las del Rey, con-
siderablemente inferiores por el suceso de Retel y por la falta
de medios, y quedó el conde de Fuensaldaña en Bruselas, con
pretexto de estar convaleciente de una enfermedad, para despa-
char dos enviados que á un mismo tiempo tenia del Cardenal y
del Príncipe, cada uno procurando adelantar su proposición, y
él, siguiendo la máxima dellos, despachó á todos con iguales
esperanzas, y pasó al ejército. Había el Mariscal de Omon
pasado la ribera de la Lisa á Eterres y corrido la provincia de
Flandes, con gran espanto de aquellos habitantes, creyendo,
según la marcha que había hecho, que su designio era sitiar á
Itome: aplicóse el Conde á juntar el ejército que el querer

cubrir todas las plazas le había hecho dividir en ellas ; pero el


Conde, sabiendo el estado de las cosas de Francia^ no creía
665
había que temer ninguna; y así, dejando la guarnición ordina-
ria en ellas, se puso con el ejército á la cara del enemigo, su-
pliendo con la ventaja de los puestos y con la zapa y pala la
superioridad de los enemigos: de allí, ^dejando el Maestre de
campo general, el marqués de Molenguien, á la oposición del
Omon, pasó á juntarse con alguna gente al mar-
Mariscal de
qués de Sfronderato, General do la artillería, que se hallaba con
un cuerpo de ejército en la provincia de Flaudes, y sitió á For-
nos, luego á Bergas Saint Vinoy, luego á Linquen y á Borbur-
que, todas plazas de mucha importancia, por ellas y por la dispo-

sición que daban á la recuperación de Gravelingas y Dunquer-


que. Estando el Conde ocupado en estas expugnaciones, se llegó
el mes de Setiembre, en que el rey de Francia salia de la
menoridad, en que previniendo el príncipe de Conde de su
reino, no habiendo podido antes establecer sus cosas por medio
de la paz, creia hacerse dueño de la principal autoridad del

reino en la corte, y en las armas, trató de asegurarse coligán-


dose con rey de España, y para hacer esto resolvió salirse
el

de París, con que se excusaba de hallarse en la coronación del


Rey, en cuya ceremonia sabia, por cartas é instrucciones que se
habian interceptado, se estaba con resolución de prenderle ó
matarle; y así para asegurarse como para poder con más liber-

tad ajustar sus cosas, se fué á Samiur, y de allí despachó ádar


cuenta al Conde de su resolución y ajustar el tratado hecho
con Madama de Longuevila, rectificando las mismas condicio-
nes, por lo que tocaba á sus intereses de la Champaña; y por los
de Burdeos, resolvió enviar á Monsieur de Senet á España, que
hizo un tratado general, en que se concluyó todo; ordenó á
Monsieur de Tábanos que con sus tropas se fuese á Estenay, y
él partió para Burdeos con todos los que le siguieron: ajustóse

el tratadocon Monsieur de la Roca, y envióse orden á D. Este-


ban de Gamarra, que mandaba las tropas de Luzembourg, que
se juntase con Monsieur de Tábanos, asistiéndolo de cuanto
hubiese menester para la seguridad y comodidad de las tropas:

hízosc así, y pasaron los principales Oficiales dellos á verse con


ol Conde y ajustar los cuarteles, no permitiendo la sazón hacer
566

otra cosa Kl Príncipe pasó á Burdeos, y allí, con las asisten-


^

cias de España y con las suyas, fué formando su ejército, y á

su oposición envió la corte al conde de Arcourt; y saliendo de


París, donde no se creia seguro, se fué acercando hacia Poi-
tiers: entonces el Príncipe hizo instancias al duque de Orliens
para que se declarase en su partido, como tenian ajustado; y
habiendo el Duque comenzado á hacer esta declaración, y con
él el Parlamento de París, juzgaron necesario que el Príncipe
enviase al duque de Nemeurs á Flandes á conducir estas tropas
á París, y las que conforme al tratado se tenia obligación en
Flandes de juntar á ellas, que eran 3.000 caballos y 3.000 in-
fantes. Llegó el Duque á Bruselas; salióle á recibir el conde de
Fuensaldaña con toda la nobleza de aquel país; hospedóle en su
casa, y después de haberle regalado y festejado mucho, en el
ínterin que marchaban las tropas, partieron juntos á Cambray,
donde se hizo plaza de armas de las unas y otras tropas, y jun-
tas, tomaron la marcha la vuelta de París; para asegurársela y
divertir las pocas fuerzas que franceses »tenian en las fronte-

ras, se ordenó al príncipe de Ligni, que con 3.000 caballos


y 2.000 infantes entrase en el Bolones, y penetrando, le tomase
la marcha hacia la villa; así lo ejecutó el Príncipe, teniéndose

en aquel paraje, hasta que el Conde, viendo las tropas del duque
de Nemeurs del otro lado de la Luera, le envió orden que se
retirase, y él se volvió á Bruselas. Llegó elduque de Nemeurs á
París, con cuyo refuerzo, junto á las tropas del duque de Or-
liens, que mandaba el duque de Beaufort, se declaró, y con él

el Parlamento, enviando á decir á la Reina, que según los


edictos hechos con acuerdo de S. M. para que ninguno que no
fuese francés tuviese mano en los negocios, no podian sufrir

que el Cardenal tuviese dirección de todo; y que así, le pedian


le mandase salir del reino, y no tuviese á mal que por su segu-

ridad se armasen.
Llegando el Conde á Bruselas, trató de lograr el tiempo que
le daban las disensiones de la Francia en alguna empresa

Faltan palabras en el original.


567

graude, y como de la plaza de Graveliugas pendía la seguridad


de Flandes, había sido siempre su designio el abrirse camino á
esta empresa, por cuya razón había el año antecedente tomado
las plazas que tomó, porque, estando situadas sobre la ribera de
la Colma, le aseguraban los víveres ^ de una ribera por
donde le podían venir todas las asistencias de aquella fértilí-

sima provincia. Está situada Gravelingas sobre la ribera de A,


en la parte que desagua en el mar Océano, tan cercana del
que las mareas entran en el foso, inundan la mayor parte de su

circuito: tiene á la parte de la marina el fuerte de San Felipe,


de cuatro baluartes ,
que se comunica con la plaza con otros
pequeños reductos , que están sobre un canal que se hizo con
designio de abrir un puerto ; su fortificación es la más regular y
lamás bien hecha de cuantas la arte ha podido hacer; y, en fin, la

plaza más fuerte de Europa; con su aquisto se cerraba la puerta

á los enemigos á la conquista de Flandes, y se cortaba Dun-


qu erque y Mardiquc, que eran poseídas por ellos; cuanto esta
plaza era más fuerte, era más difícil su empresa, sí le metían
los enemigos gente, porque aunque tenia 1.200 hombres, eran
pocos para tantas fortificaciones; y así, convino mucho el dis-

ponerlo con secreto, como se hizo, de suerte que no sólo los ene-
migos, pero ni los amigos, siendo la plaza de armas del ejér-
cito los ataques de la villa, sin que al llegar á estar sobre ella

supiese una tropa de la marcha de la otra, llegando á tomar


los puestos á un tiempo por diferentes partes.

Año de 1652. A ^ de Abril, tomando el Conde su cuartel

sobre la ribera de A, y el Sr. Archiduque á Borburque, villa dis-


tante legua y medía del ejército, hízose la línea; y aunque Mon-
sieur de Estrada, gobernador de Dunquerque y Mardique, se
resolvió á abandonar esta última, que era el puerto más impor-

tante de Flandes, y el que Julio César llamó por tus Mrcius, y


metió la gente dentro de Gravelingas, por descuido de un Capi-
tán que mandaba en la surtida; so ocupó á Mardique, y en vein-
tiún noches de ataque se ocupó esta plaza, que á los enemigos les

< Fallan palabras en ol origmal.


t Fáltala fecha on elonginal.
568

había costado tanto tiempo y tantos medios y tan grandes ejérci-


tos el ocuparla : antes que el Conde saliese á tomar los puestos,
dejó ajustado con el señor duque de Lorena, que en conformidad
de lo que el duque de Orliens le pedia y tenia ajustado con el Rey,
fuese á socorrer con su ejército , y por esto se le dieron 200.000

escudos. Marchó el Duque en conformidad de este concierto, la


vuelta de París, sin hallar ninguna oposición, porque las tropas
del rey de Francia tenían sitiada una plaza de las del Rey y
del Príncipe , en Estampes en teniendo nueva
: el Mariscal de
Turena, que era quien conducía el ataque con poca esperanza
de conseguirle, la llegada del Duque á París, y que se le hacia
puente sobre la Sena, se levantó del sitio y le vino á buscar,
aunque inferior en fuerzas , haciéndose primero por la corte al-

gunas negociaciones con el Duque, que se terminaron en que


el Duque, viendo que el Mariscal de Turena marchaba derecho
á él, se concertó en salir de Francia y encaminarse á Lorena,
faltando á lo que habia prometido al duque de Orliens , su cu-
ñado, y había capitulado con Rey; y recibiendo su recom-
el

pensa por servir todo aquel año. Luego que el Mariscal de Tu-
rena levantó el sitio de Estampes , envió el Principe orden al
barón de Clinchant y al conde de Tabanes que mandaran que ,

viniesen á París á juntarse con las tropas del duque de Orliens;


y como el Mariscal de Turena se vio desembarazado del Duque,
y se opuso á esta función se comenzó á dificultar y á ser más
,

necesaria por la flaqueza con que quedaba París, y la falta de


víveres que comenzaba á sentir, por haberle tomado los puestos

que mandan las riberas. Viendo el Duque y el Príncipe el


peligro en que se hallaban sus tropas, divididas de sus personas,

y ellos también en medio de la murmuración del pueblo, cau-


sada de la falta de víveres, despacharon al conde de Fuensal-
daña pidiéndole les viniese á socorrer con todo el ejército, que de
otra suerte protestaban que les seria fuerza acomodarse. Llegó
esta nueva á tiempo que ganado á Gravelingas, y que
se habia
se deliberaba si se habia de ir á sitiar á Dunquerque ó á Arras; la
oposición del Conde fué Arras, porque le parecía que Dunquer-
que, con la toma de Gravelingas y Mardique, y con ponerle la
569

armada naval á la boca del puerto, y hacerle algunos fuertes


por la da tierra, estando en medio de sus plazas, habia precisa-
mente de caer. Estaba resuelto así, cuando esta nueva hizo
trocar la resolución, tomando la de dejar trocada en esta forma
á Dunquerque, é ir á socorrer con todo el ejército al Príncipe, al

duque de Orliens y á París y procurando reducir al duque de


,

Lorena á su deber: esta facción debia de ejecutar el Conde,


quedándose el Sr. Archiduque al gobierno y guardia del país.
Aplicóse ludgo á disponer todo lo necesario para una marcha
tan largay para una facción tan grande, pasando á Amberes á
negociar algún dinero, con que, y con lo que en el camino
negoció con la provincia de Flandes, se dio un mes de socorro
al ejército, se previnieron gran cantidad de carros y molinos á
mano para que, no pudiéndose llevar víveres para tan largo
viaje, se prevaliesen los soldados del beneficio de la campaña
con la asistencia de los molinos : encaminóse el ejército hacia
Cambray, y el Conde, después haber hecho las prevenciones
tomó desde Bruselas el mismo camino. Iban en su
necesarias,
compañía muchos caballeros del país, y el Capitán de la guardia
del Príncipe, que habia venido á solicitar la marcha pasó el :

Conde con el ejército á Castelet, y entre Han y San Quintin,


laSoma, tomando en diligencia el camino de Choñi, con
intento de apoderarse de aquella plaza para asegurar el paso
de la Luese, donde está situada. El duque del Beuf, gobernador
de la Picardía, que habia ido observando la marcha del ejército,
con 1.000 caballos y otros tantos infantes, se opuso al paso do
la ribera do la Luese, cerca de Choñi , donde se quería echar el

puente para circunvalarle; y no habiendo llegado más que una


parte del ejército pudo resistir el Duque, hasta que un soldado
,

alemán halló un esguazo por donde comenzó á pasar la caba-


llería: quiso el duque del Beuf retirarse, y no lo pudiendo hacer

á la Fera, como era su opinión, por haberle cortado el camino,


so vio obligado á meterse en Choñi con la caballería é infante-
ría; dispuso sí convenia atacarlo ó no, pareciendo á los france-

ses que eran ya muchos los que seguían el ejército, que aquel
ataque causaria mucha dilación al socorro que el Príncipe cspe-
570

raba : otros decían que más que esto les obligaba para contra-
decirle , el desear que no se perdiesen sus amigos y parientes,

y no obstante esto, se resolvió el Conde atacarlos, y en dos dias


los redujo á rendirse, quedando prisioneros de guerra. Remon-
tóse con los caballos los en nuestras tropas, y
que estaban á pió

continuóse la marcha hacia la ribera de la Ena, donde el duque


de Lorena se hallaba con su ejército : habiendo el Conde supli-

cado que viniese á juntar con el ejército del Rey, y datido


esperanzas de hacerlo, habia venido desde Bar-le-duc hasta
Chateo Porsy. El rey de Francia, viendo que el ejército español
se adelantaba, resolvió dejar los puestos que tenia ocupados
sobre las riberas de la Luese y Marne, para impedir los víveres

á París, y que el Mariscal de Turena marchase á campaña.


Esta marcha puso en mucho cuidado al Conde, aunque se holg(')
por el alivio de París y desembarazo de los Príncipes ,
porque
no estando aun asegurado duque de Lorena, y viendo que se
el

venia acercando Turena y que él no se movia, creyó que esta-


ban de acuerdo, como de muchas partes le avisaban; no obstante
esto, el Conde iba siempre procurando sincerarse con el Duque y
pidiéndole que se viniese á juntar con él,* pero el Duque, aunque

siempre decia que lo haria, no lo ponia en ejecución, con que le

pareció al Conde que convenia acercársele más con el ejército,

enviándole á decir que lo hacia, por parecerle que para el

intento que tenian de socorrer á los Príncipes con algunas tro-


pas ya que el sitio de París se habia levantado, era mejor camino
el de la Champaña, y que así marchaba á juntarse con él:
luego que el Duque supo esta marcha, pasó la ribera de Ta Ena,
poniéndola entre el ejército del Rey y el suyo, como antes la

tenia entre el del rey de Francia: esta marcha acabó de acre-


ditar los avisos y las sospechas que de que el Duque
se tenian

se entendía con el Mariscal de Turena: todavía pareció al Conde


hacer la última prueba para salir de aquella suspensión y tomar
sus medidas; y aunque su resolución era aventurada, pareció
forzosa: envió al marqués de Molenguien, Maestre de campo ge-
neral del ejército, á decir al Duque le dijese su última resolución,

que esperaría deste lado de la ribera de la Ena porque


,
si se
571

quería juntar cou él, uo se hallaba bastantemente fuerte para


socorrer á los Príncipes; y así, se retiraría á Flandes con mucho
sentimiento del que el Rey tendría de lo poco que el Duque aten-
día á los intereses de su casa y suyos: el Marqués me-
partió á
dio día del cuartel, y llegó á la noche al del Duque, y habién-
dole hablado y procurado reducir, remitió su respuesta á la ma-
ñana: el Conde, dos horas antes de la noche, juntó su ejército,

y sin tocar cajas, marchó toda la noche, pasó el puente en


la ribera y pasó con todo el ejército, poniéndose entre el de
Turena y el del Duque, y comenzó á encaminarse al cuartel del
Duque: avisáronle desta marcha los batidores y sus criados, á
quien preguntó si el ejército estaba desta parte de la ribera; res-
pondiéndole que y máscerca del cuartel. Respondió: «no hay
sí,

remedio, es menester ser buen español.» Marcharon juntos los


dos ejércitos la vuelta del del enemigo, y habiéndose retirado
hacia París, se ajustó con el Duque, que con sus tropas y 2.000
caballos del Príncipe, 1.000 del Rey y 3.000 infantes, se jun-
tase con el Príncipe, no obstante las promesas que la corte de
Francia hizo al Duque de volverle á Wio y Mosembíq, y al

Conde, Arras, Betuna y la Base, porque se retirasen sin dar


socorro á los Príncipes, que es bien contrarío á lo que escriben
en las historias do las guerras de Francia, que por materia de
Estado no se quiso hacer nada en utilidad y socorro del partido.
Con este socorro salió el Príncipe de París con sus tropas, síí
libró aquella ciudad, y se puso tan fuerte en campaña, que no
sólo pudo hacer frente al Mariscal de Turena, sino tenerle tan
apretado cerca de París, habiéndole tomado tres puestos, que
nadie creyó que se pudiera escapar; pero el hallarse los Cabos
en París y él atento á tomar su tiempo, se le dio de salir libre do
donde estuvo perdido: hecho este socorro, partió el Conde para
Flandes con el ejército á acabar el sitio de Dunqucrque, que
quedó, como se ha dicho, abrocado, porque habiendo sabido que
el duque de Bandoma había hecho una grande ^ para irle á
socorrer, y siendo la que se había dispuesto en Flandes, más

< FaltA una palabra en el original.


572

de apariencia que de efecto, corría riesgo de ser socorrido si no


se procuraba acabar su empresa cuanto antes, con que se resol- |

vi(5 atacar la plaza y hacer negociación en Inglaterra para


que se diese orden á Blaque de pelear con la armada francesa,
si -viniese al socorro, como sucedió, y Dunquerque se tomó en

ocho noches de ataque, porque los sitiados estaban tan ham-


brientos y mal parados con el continuo trabajo, que no pudie-
ron resistir: habiendo el Mariscal de Turena salido del aprieto,
comenzaron sus negociaciones de la corte con el Parlamento de
París y con el pueblo y eclesiásticos, y la mala inteligencia de
los del partido, hasta ser uno do los más considerables los que
solicitaban los tumultos del pueblo y el ajustamiento con la corte,
como siguió. Viéndose el Príncipe y el duque de Lorena obli-

gados á salir de París y retirarse á las fronteras de Flandes,


para poderlo hacer y alojar las tropas, volvieron á hacer instan-
cias al Conde para que volviese á entrar en Francia y juntarse
con ellos, y no obstante el salir de una enfermedad en que estuvo
desahuciado, io hizo así, viniendo sobre la Ena á juntarse con
el Príncipe, y de allí fueron tomando todas las plazas situadas
sobre ella, como Chateo Porsy, Retel, Santemeneu, Bemon y
Bar-le-duc, y otras situadas entre la Ena y la Mosa, hasta
que llegándose el tiempo de alojar y dejando al Prín-
el ejército,

cipe reforzado de algunas tropas junto á'Estenay, pasó el Conde


con los españoles, valones é italianos al País-Bajo. El Cardenal,
que estaba esperando la división de los ejércitos, que le parecia
inexcusable, por la dificultad que conocía tenían en los víve-
res, y porque no le parecia que los españoles dejarían tanto
tiempo descubiertas sus fronteras, ni aventurarla al rigor del

tiempo y de la miseria, los españoles é italianos difíciles de


traer de España y de Italia, y con inseguridad de las invasio-

nes de los enemigos y de los malos humores de país, luego


-que vio puesta en ejecución la marcha, comenzó á juntar todas
las tropas de Francia y pasó al ejército en persona con las que
pudo juntar en Lieja; marchó luego en busce. del Príncipe, que
hallándose Inferior, se retiró á Dambllers, y el Cardenal se puso
sobre Bar, plaza de poca resistencia; pero los loreneses que es-
573

taban dentro la hicierou tan grande, que lo que pensó tomar


en veinticuatro horas le detuvo ocho dias; en ellos se fortificó y
guarneció Santemeneu de suerte, que se perdió la aprensión de
que pudiese ser atacada en un tiempo tan riguroso como el que
iba entrando, y mucho menos lo podian ser Cleremont, Danvilers
ni Estenay; con que todo el cuidado se reducía á conservar á Re-
porque Chateo Porsy, por su flaqueza y la poca comodidad
tcil,

que daba para alojar en él no se hacia mucho caso ddl, pareció


al Príncipe que la conservación de "Retel pendia de que la armada
de Flandes no se dividiese en cuarteles, sino que se pusiese en la
frontera de Francia; y teniendo el mismo parecer el Conde, se
encaminó con ella á la parte de Abenas, esperando el suceso
de Bar-le-duc, que acabado, marchó el Cardenal con el ejér-

cito hacia Retel, y el Príncipe hacia Obanton con el suyo,


donde el Conde se habia adelantado con el de Flandes: en el

tiempo que se tardó en hacer esta junta, ocupó el Cardenal á


Chateo Porsy para tener paso sobre la Ena, y pasó con todo el
ejército á tomar los puestos á Retel, no pudiéndose persua-

dir que los españoles aventurasen sus tropas á un combate


en aquel tiempo; pero sabiendo que se habían juntado y que
venían derechos á él, con resolución de socorrer la plaza,
se levantó, y con toda priesa fué á pasar la ribera á Chateo
Porsy. El Príncipe, deseoso de hacer algo en la retaguardia,
tomó 3.000 caballos escogidos y 1.000 mosqueteros y marchó
en toda diligencia á ellos, y el Conde con la resta de los dos
ejércitos so fué á tomar á Vervin: llegó el Príncipe después que
el ejército había pasado, y deseoso de hacer algo, resolvió de
atacar la baja villa de Chateo Porsy, y haciendo salir 1.000 in-
fantes de Retel, lo ejecutó aquella noche, con tan buena dicha,
que la entró y degolló cuatro regimientos que habían los ene-
migos dejado para guardia del puente; la quemó y se retiró la

vuelta del ejército: volviendo la guarnición á Retel, halló que


Vervin, no obstante los malos temporales, que fueron aquellos
dias terribles de aguas que deshicieron las nubes (?) y crecieron
las riberas de suerte que se hacían ímpasablos, la habia el

Conde ocupado, que sirvió de mucho, así para dejar un preei-


574

dio como para valerse el ejército de los víveres que se hallaron


dentro, porque habiendo crecido la Luese, que divide al País-
Bajo de Francia, no podian pasar los ejércitos ni los convoyes
de víveres venir al ejército; esta incomodidad duró tres dias y
al fin de ellos pasaron, y el Príncipe tomó el camino del país de
Luzembourg y de Estenay para alojar sus tropas, y el Conde
dividió y envió á sus cuarteles las demás, de que necesitaban
mucho por haber estado desde el mes de Febrero en cam-
paña, retirándose al mismo mes.
Año de 1653. El haberse retirado el ejército tan tarde, y
retardádose las existencias de España, ocasionó en el principio
desta campaña, que saliendo franceses temprano ocupasen á
Retel antes que nuestro ejército estuviese en estado de socorrella,
así por no estar acabadas las levas, como por no haber forma de
subsistir en campaña tan adentro del reino de Francia, que
fué lo que facilitó á los enemigos la empresa y la poca resisten-
cia de la plaza, que no duró más de tres dias: saliendo el mar-
qués de Persan con la guarnición , con las capitulaciones ordi-

narias en la guerra: con toda la priesa posible se puso el

ejército en campaña, en el número de 24.000 hombres, encami-


nóse luego á la frontera de Francia por la parte de Guisa,
donde acudió á oponerse el Mariscal de Turena, que gobernaba
el de Francia: el nuestro marchó en su busca; Turena rehusó el

venir á las manos, y abandonando su ribera de la Soma se puso


en la de la Luesa tomando siempre puestos fuertes y procu-
,

rando no ser cortado, de suerte que no se le imposibilitase


acudir á París: fuese adelantando el ejército español y ocupando
algunas villetas de poca resistencia, para valerse de los víveres:

los caballeros franceses que seguían al Príncipe, engañados de

las esperanzas que les daban sus correspondientes, de que


París no aguardaba otra cosa para levantarse que la venida de
-nuestro ejército, y que convenia adelantarse con toda priesa,
con que el Príncipe apretaba al Conde para que se adelantase:
el Coüde, viendo el poco fundamento de estas promesas, porque
el Rey se hallaba dentro de París con un ejército , acudir á él;

los de París escarmentados de los daños que habían sufrido de


575
la guerra la campaña pasada; el Parlamento sin autoridad ni
crédito, habiéndolo visto los subditos de la Francia pasar tan
apriesa de poner una talla sobre la cabeza del Cardenal á reci-
birle con aplausos en aquella corte y obedecerle con temor y
sin réplica el duque de Orliens, de quien dependia el partido
;

de la Fronda, retirado á Orliens, habiendo hecho un acomoda-


miento poco honesto ; no muy satisfecho el Príncipe por lo que
habia sentido y mostrado en las palabras , y con su acostum-
brada irresolución y poca firmeza , todas estas cosas hacian al
Conde que instase al Príncipe á que se aplicasen á una empresa,
no consumiendo el tiempo y el ejército inútilmente: venia el
Príncipe en que se pusiese, pero queria que la ^ fuese diez
leguas apartada de la frontera, con que, consiguiéndose, era
fuerza, según lo capitulado, que se entregase al Príncipe. Á esto
respondió el Conde, que intentar un sitio tan apartado del país
tenia* mucho riesgo de conseguirlo, por la dificultad de condu-
cir los víveres y municiones , así por hallarse el enemigo con
un ejército bastante á estorbarlos, como por largo camino y
falta de carruaje; además de que siendo los medios pocos, y
habiéndose de valer de las asistencias del país , no las darían
para hacer empresa en Francia cuando tenian tantas plazas los
enemigos en el mismo país que los incomodaban tanto, que se
aplicasen á sitiar á Arras, que tanto importaba al país .
y que
porque el Príncipe lo hiciese con sus tropas , le ofrecía á Muson
que los años antes se habia ganado, y que por su situación
sobre la Mosa , dos leguas de Esteney, que era la plaza capital
del partido, le estaba tan bien. Nunca quiso el Príncipe venir en
esta proposición, con que fueron muchos los disgustos que entre
los dos pasaron y el tiempo que se perdió y las marchas inúti-
,

les que se hicieron en busca de Turena, que siempre tomaba


sus ventajas de modo que era imposible embestirle sin perder,
de conocido, el ejército y la batalla ;
pero como los franceses no
perdían lo que era suyo é iban á ganar lo que lo habia do ser,
era fácil para ellos lo que para los españoles era difícil: en fin,

Faltan palabras en el original.


576

por dar gusto al Príncipe, aunque contrato de bajar, se resolvió

el sitio de Rocrue y se puso en ejecución, y al mismo tiempo el

enemigo se puso sobre Muson, que ganó como nosotros á Rocrue,


en que fué tan terrible la sazón, que padeció mucho el ejército;
y teniendo en él el duque de Lorena sus tropas que ocupaban
la tercera parte de la línea de circunvalación, vino al sitio, y el
mismo dia que el Mariscal de Turena habiendo acabado antes
,

el sitio do Muson se acercaba á nuestras líneas, sin hablar pala-

bra ni ^al Archiduque ni al Conde, marchó el duque de Lorena


con sus tropas, dejando toda aquella parte de línea sola: súpolo

el Conde después de anochecido, y remediando por entonces

como se pudo, esotro dia partió en busca del Duque, que le


halló en Mariemburque donde le hizo instancias para que las
,

tropas volviesen al sitio; y al fin, con mucha dificultad, lo consi-


guió; rindióse la plaza y púsose en manos del jDríncipe de
Conde; aunque no estaba fuera de las diez leguas que expre-
saba el contrato, aprobólo el Rey: los enemigos se pusieron á
cubrir su país, y nosotros á descansar nuestro ejército de lo
mucho que habia padecido; y siendo ya el mes de Octubre, no
parecía que ni los unos ni los otros podian hacer gran cosa;
pero ellos , refrescando su ejército y cubriendo su país, sitiaron
á Santemeneu, plaza de poca fortaleza, situada en la ribera de Ik
Ena, que con la duración de la incomodidad y un pequeño
ataque vinieron á tomar, porque aunque el duque de Lorena
con sus tropas, las del Príncipe y algunas del Rey se ofreció á
socorrerla, no lo hizo; con que se trató de poner los ejércitos
en cuartejes de invierno, de que por la cantidad de los Oficia-

les y primeras plazas, y Generales de tres ejércitos, era impo-


sible poderles acomodar con el País-Bajo como se trató.

^stos apuntamientos copié del original que dictó el Excelen-


tísimo Conde de Fuensaldaña,

FIN DEL TOMO SETENTA Y CINCO.


índice.
Páginag .

Advertencia preliminar v
Apuntamientos del despacho para Milán y Saboya tocantes
,

á la jornada del duque de Alba á Flandes 1


Copia de la instrucción que S. M. el Rey, D. Felipe II, dio al
Pagador del ejército de Flandes, Francisco de Lexalde,
para el uso de su oficio su data en Madrid á 12 de Marzo
;

de 1567 años 10
Copia de carta del duque de Alba al Rey fecha en Bruselas
,

á 10 de Setiembre de 1567 12
Minuta de carta de S. M. al duque de Alba, fecha en Ma-
drid á 11 de Octubre de 1567 15
Copia de minuta de carta del Rey al duque de Alba 18
Capítulos de diversas cartas del duque de Alba á S. M 21
Cartas que S. M. podria scrivir á Norcarmes 23
Copia de minuta de carta del Rey al duque de Alba del Es-
,

curial á 20 de Marzo de 1570 24


Copia de minuta de carta del Rey al duque de Alba, sin
fecha. 26
Copia de minuta de despacho del Rey al prior D. Hernando
de Toledo del Escurial á 4 de Julio de 1570
, 28
Copia de carta original del duque de Alba al de Alburquer-
que de Amberes á 3 de Enero de 1571
, 28
Relación de la victoria que tuvo la armada de S. M. que sa-
lió á buscar los corsarios que andaban á la parte de Frisia,

víspera de San Juan año de 1571


, 29
Viaje de Vizcaya á Flandes y descripción de aquellos Es-
tados 31
Viaje de galeras para Flandes 35
(yopia de carta autógrafa de Gaspar de Robles á S. M., de
Grunyngen á 2 de Febrero de 1572 38
Copia de carta autógrafa de Gaspar de Robles á S. M., de Gru-
nyngen á 27 de Marzo de 1572 40

Flandes. Relación de lo sucedido en los Estados Bajos desde
principio de Abril hasta último de Mayo de 1572 41
Tomo LXXV. 37
578
Pílginas.

Flandes. —
Relación de lo sucedido en Valchrem por Sancho
de Avila, en 6 de Mayo de 1572 50

Flandes. Relación sumaria de lo sucedido después de llegado
en Flandes el duque de Medinaceli sacada por sus cartas
,

escripias al de Alba, desde 10 hasta 17 de Junio de 1572. . 53


Relación de lo subcedido en la batalla que se ganó, jueves 17
de Julio de 1572 56
Estado de Flandes. — Copia de carta original de Julián Ro-
mero al secretario Zayas, fecha en Bruselas á 24 de Junio
de 1572 59
Lo que escriben de Amberes Bruselas y Spira á 20 23 y 27
, ,

de Julio de 1572. 63
Copia de carta de Juan de Albornoz al secretario Zayas, fe-
cha en Bruselas á 30 de Julio de 1572 65
Copia de carta original de Julián Romero á S. M., del campo
sobre Mons á 31 de Julio de 1572 67
Artículos hechos por la Católica Real Majestad del Rey, Fe-
lipe, de España, de las dos Sicilias & archiduque de Austria,
duque de Borgoña, Brabante & conde de Aspurg y de Tirol &
nuestro señor, de lo que han de guardar, jurar y observar
la infantería alemana que ha de servir á S. M 68
Copia de carta, sin nombre de persona que la escribió ni el
de la á quien fué dirigida de Bruselas á 22 de Agosto
,

del572 82
Copia de carta original de Julián Romero á Zayas, fecha en
el campo sobre Mons á 23 de Agosto de 1572 recibida á 6
,

de Setiembre 87
Flandes.— Cintio Calbi 2 de Setiembre de 1572
, 89
Copia de la carta que D. Fadrique de Toledo escribió al Du-
que, sobre el Dique, después de ganado el paso de Espa-
randan á los 11 de Setiembre de 1572
, 91
Copia de carta de Gaspar de Robles al duque de Alba, de
Loevarden efecto que se hizo en defensa del castillo de
:

Staveren á 12 de Setiembre de 1572


, 97

Flandes. Capitulaciones tocante á la restitución de Mons,
hechas á 19 de Setiembre de 1572 99

Flandes. Cintio Calui, del campo de Mons á 21 de Setiembre
del572 102
Copia de carta original de Julián Romero á Zayas, fecha del
campo sobre Mons á 22 de Setiembre de 1572 104
Copia de relación de lo que se entiende de Flandes hasta
los 3 de Octubre de 1572 106
579
Págints.

Relación de lo sucedido después que se rindió Mons hasta


,

hoj 4 de Octubre de 1572 107


Relación de Cintio Calbi, que envió desde "Mastrique á 16 de
Octubre de 1572 110
Copia de carta original del marqués Chapin Vitelli á*S. M., de
Bruselas á 23 de Octubre de 1572 / 114
Copia de carta que el Sr. D. Fadrique escribió al Duque, mi
señor, de Zutfent á 17 de Noviembre de 1572 116
Relación de lo sucedido hasta los 22 de Noviembre de 1572. . 119
Copia de carta autógrafa del secretario Esteban Prats, fecha
en Bruselas á últimos de Noviembre de 1572, recibida á 29
de Diciembre, dirigida al Rey 123
Flandes. —
Lo sucedido desde el saco de Malinas hasta que se
asedió á Harlem 130
Copia de carta original de Polo del Abadía, á 10 de Diciem-
bre de 1572, de Bruselas, á S. M 150
Relación de lo que se entiende de Flandes, sin fecha, entre
papeles de 1572 153
Relación de lo sucedido en la rota de Monsieur de Lumec con
la gente que trajo para meterse en Harlem, en 13 de Di-
ciembre de 1572, para enviar á S. M 155
Capítulo de carta sobre Harlem, á 13 de Diciembre de 1572.. 158
Relación de lo sucedido estando el ejército de S. M. sobre
Harlem á 20 de Diciembre de 1572
, 160
Flandes.—Capítulos de cartas escritas por un Capitán que
está en el campo sobre Harlem, á un amigo suyo, de diver-
sas datas, desde 22 de Diciembre á 10 de Enero 161
Copia de carta descifrada, del duque de Alba á Zayas, de Ni-
mega á 23 de Diciembre de 1572, respondida á 4 de Febrero. 167
Capítulos sacados de cartas escritas por un Capitán que está
^n el campo sobre Harlem á un amigo suyo, de diversas
,

datas, de 12 á 24 de Enero de 1573 169


Copia de carta original de Julián Romero, fecha en Amstra-
dam á 13 de Enero de 1573, dirigida al ilustre señor, mi
señor, Juan de Albornoz, Secretario de S. E., Nimega 175

Flandes. Capítulos de cartas escritas por un Capitán del
campo á un amigo suyo desde 25 de Enero Iiasta 10 de
, ,

Febrero de 1573 176



Flandes. Relación de lo que se entiende por diversas vías
que sucedió en el campo, á 30 y 31 de Enero de 1573 180
Copia de carta t^ue Esteban de Ibarra escribió al secretario
Albornoz 183
580
Páginas.

Copia de carta autógrafa de D. Rodrigo de Toledo al muy


magníflco señor mi ^eñor Juan de Albornoz Secretario
, , ,

del Consejo de los Estados de Flandes, por S. M., sobre


Harlen á 13 de Enero de 1573 184
Copia de un capítulo de una carta escrita de Nimega á 20
de Enero de 1573 186

Flandes. Cintio Calui á 6 de Febrero de 1573
, 187
Capítulos de carta del duque de Alba á Qayas de Nimega á
.

12 de Febrero de 1573! 190


Copia de carta autógrafa de Gaspar Robles á S. M., del
campo de Harlen á 1." de Abril de 1573 192
Copia de carta original de D. Fadrique á S. E., fecha del cam-
po sobre Harlen á 10 de Abril de 1573 para enviar á S.
,
M . 193
Copia de capítulo de carta del duque de Alba á Zayas fecha ,

á 16 de Abril de 1573 199


Relación de lo sucedido en los Estados de Flandes, desde los
24 de Marzo hasta los 26 de Abril de 1573 200
Copia de carta descifrada, del duque de Alba á S. M., fecha
en Nimega á 17 de Abril de 1573 205
Copia de carta descifrada, de D. Fadrique de Toledo al Du-
que, mi señor, del campo de S. M. sobre Harlen, á 7 de
Mayo de 1573 para enviar á S. M
, 207

Flandes. Lo que ha sucedido desde 22 de Abril hasta 18 de
Mayo 209
Copia de carta original de Julián Romero al duque de Alba,
de Harlen á 25 de Mayo de 1573 217
Copia de la carta que escribió Esteban de Ibarra del campo,
á 26 de Mayo de 1573, al secretario Albornoz 222
Copia de carta de D. Fadrique de Toledo al Duque mi señor,
,

del campo sobre Harlen á 8 y 9 de ¡Junio de 1573, para


enviarás. M 226
Copia de carta descifrada, del duque de Alba á S. M., de Ni-
mega á 7 de Julio de 1573. .... 230
Copia de carta descifrada, del duque de Alba á Zayas de ,

Nimega á 8 de Julio de de 1573, recibida en 22 del mismo


y respondida á 30 de idem 236
Copia de carta de D. Fadrique de Toledo al duque de Alba,
su padre á 8 de Julio de 1573
, 240
Copia de carta original del duque de Alba á S. M., de Ni- •

mega á 10 de Julio de 1573 240


Copia de de carta autógrafa de Esteban Ibarra al secretario
Albornoz para enviar á S. M., á 12 de Julio de 1573
, 241
581
Piginas.

La orden que dio D. Fadrique de Toledo al conde de Bossu


para la entrada de Harlen 2i2
Copia de carta autógrafa de Gaspar de Robles á S. M., á 21
de Julio de 1573 243
Copia de carta descifrada, del Duque de AlbaáQayas, de
Utrecht á 2 de Agosto de 1573. * 245
Copia de carta autógrafa del secretario Albornoz á QB,\&a,
de Utrecht á 3 de Agostó de 1573 246
Copia de carta descifrada, del duque de Alba á Qayas, de
Utrecht á 3 de Agosto de 1573 \ 247
Copia de carta descifrada, del duque de Alba á S. M., de Ams-
terdam á 13 de Agosto de 1573 248
Copia de carta del duque de Alba á Zayas de Nimega á 6 de ,

Noviembre de 1573 250


Copia de carta original del duque de Alba á S. M. con pár- ,

rafos de cifra descifrados al margen de Amsterdam á 23


, ,

de Octubre de 1573 254


Copia de carta original del duque de Alba á S. M., de Bruse-
las á 15 de Diciembre de 1573. . , 256
Copia de carta original de Julián Romero á S. M., de Ambe-
res á 17 de Diciembre de 1573 '
257
Copia de carta del Maestre de campo Valdés al Comendador
mayor, de La Haya á 18 de Mayo de 1574 258
Copia de carta que el Maestre de campo Valdés escribió al
Comendador mayor, de La Haya á 28 de Mayo de 1574 261
Copia de carta del Maestre de campo Julián Romero al Co-
mendador mayor de Castilla á 21 de Julio de 1574
, 262
Copia de carta autógrafa del duque de Parma al limo. Sr. el
Sr. D. Pedro de Toledo Ossorio marqués de Villafranca,
,

duque de Fernandina, de 12 de Noviembre de 1579 269


Copia de carta original del duque de Parma al limo. Sr. el
Sr. D. Pedro de Toledo Ossorio, marqués de Villafranca,
duque de Fernandina, á 17 de Noviembre de 1579 270
Copia de carta original del duque de Parma al limo. Sr. el
Sr. D. Pedro de Toledo, duque de Fernandina, marqués
de Villafranca á 17 de Noviembre de 1579
, 272
Copia de carta original del duque de Parma al limo. Sr. el
Sr. D. Pedro de Toledo Ossorio marqués de Villafranca y
,

duque de Fernandina á 2 de Diciembre de 1579


, 273
Copia de carta original del duque de Parma al limo. Sr. el
Sr. D. Pedro de Toledo Ossorio, mangues de Villafranca y
duque do Fernandina, á 10 de Diciembre de 1579 274
582
JPá^inas.

Copia de carta original del duque de Parma al limo Sr. el


Sr. D. Pedro de Toledo Ossorio marqués de Villafranca
,
y
duque de Fernandina, á 11 de Diciembre de 1579. 276
Carta del duque de Parma al limo Sr. el Sr. D. Pedro de
Toledo, duque de Fernandina, marqués^ de Villafranca,
á 11 de Diciembre de 1579 ,
• 277
Copia de carta original del duque de Parma al limo. Sr. el
Sr. D. Pedro de Toledo Ossorio, marqués de Villafranca,
duque de Fernandina, á 22 de Diciembre de 1579, 277
Copia de carta original del duque de Parma al limo Sr. el
Sr. D. Pedro de Toledo Ossorio, marqués de Villafranca,
duque de Fernandina, á 18 de Febrero de 1580 279
Instrucción por el príncipe de Parma á Pedro de Somarriva,
Mayordomo del artillería, su data en Tornay á 20 de Abril
de 1583 280
Copia de la instrucción que S. M. dio á Pedro de Coloma y
Alonso Carnero, Contadores del sueldo del ejército de Flan-
des, para el uso de sus oficios, su data en San Lorenzo á 29
de Mayo de 1584 285
Copia de la orden que el príncipe de Parma dio al Tesororo
general, Juan de Lastur, para el ejercicio de su oficio de
Pagador general del ejército, su data en Breve á 1.^ de
Mayo de 1585 296
Copia de la instrucción que S. M. dio á Juan de Lastur, Pa-
gador general del ejército de Flandes, para el ejercicio de
su oficio su data en Barcelona á 12 de Junio de 1585
, 300
Copia de la instrucción que S. M. el Rey, D. Felipe II, en-
vió á Juan Bautista de Tassis, Veedor general del ejér-
cito de Flandes, para el uso y ejercicio del dicho oficio,
su data en Barcelona á 12 de Junio de 1585 304
Copia de carta del duque de Parma á , desde Beveren á 25
de Agosto de 1585 321
Copia de los capítulos que los .Contadores, Pedro de Coloma
y Alonso Carnero, dieron |al duque de Parma, oponién-
dose á la orden é instrucción del Veedor general Juan,

Bautista de Tassis, cuando comenzó á ejercer el oficio: año


de 1586 327
"Copia de carta que S. M. escribió al príncipe de Parma, en
declaración de las adiciones puestas por los Contadores del
sueldo de su Real ejército de Flandes, á la instrucción que
dio al Veedor general del para el ejercicio de su oficio, su
data en el Escurial á 22 de Julio de 1586 332
583
Páginu.

Instrucción por el duque de Parma conde Carlos de Mans-


al
felt
, General de la artillería su data en Bruselas por el
,

mes de Diciembre de 1586 años 3^


Copia de una instrucción que el duque de Parma dio el año de
1587 al capitán Leonardo Rótulo Carrillo para cierto apres-
to de carros y municiones 337
Copia de unos capítulos que el contador Pedro Coloma es-
cribió al Consejo de Hacienda en respuesta de 30 pliegos
que se enviaron al duque de Parma sobre lo que montaba
el gasto ordinario del ejército 344
Copia de una orden que el príncipe de Parma dio al Pagador
general, Gabriel de Santistéban, de la manera que había
de hacer los pagamentos á la gente del ejército de Flan-
des, su data en Bruselas á 1." de Agosto de 1590 350
Copia de cuatro instrucciones que el duque de Parma dio al
conde Mansfelt el año de 1590, dejándole por su Lugarte-
niente en los Estados de Flandes 355
Jornada de Francia en 1590 360
Copia de la instrucción que el duque de Parma dio el año
de 91 á los Comisarios, Juan Gai y Antonio Arias para ,

que fuesen á tomar muestra de infantería y recibir al suel-


do del Rey siete compañías de infantería valona para entrar
en Francia, á cuya causa, por haber de salir del país, hizo
pié nuevo con ellos y les creció el sueldo como consta de
,
,

la relación del dicho pié que está en el libro de Patentes y


sueldos, á folio 52 384
Relación de la campaña del año de 1635 que fué la primera
,

que el Sermo. Cardenal Infante D. Fernando", tuvo en


,

Flandes, escrita por el capitán D. Diego de Luna y Mora,


natural de Porcuna, Gobernador del fuerte de Burque en la
ribera de Amberes 389
A S. M. C. el rey D. Felipe IV, nuestro señor 415
Relación de los sucesos de las armas de S. M. C. el Rey D. Fe-
lipe IV, nuestro señor, gobernadas por el Exmo. Sr. Don
Francisco de Meló marques de Tordelaguna conde de
, ,

Assumar, del Consejo de Estado de S. M., Gobernador, Lu-


garteniente y Capitán general de los Estados de Flandes
y de Borgoña de la campaña del año de 1643 dirigida
, ,

á S. M. por Juan Antonio Vincart, Secretario de los avisos


secretos de Guerra 417
A S. M. la Reina, Regente de Francia 473
584
Pá-ii

Variantes entre la relación de Juan Antonio Vincart y la de


G. Cardinael 475
Relación de los 'sucesos de las armas de S. M. el Rey Ü, Fe-
IV, nuestro señor, mandadas por el Sermo. Sr. Archi-
lipe
duque Leopoldo Guillermo, Gobernador, Lugarteniente y
Capitán general en los Estados de Flandes y de Borgoña, y
del Sr.Conde de Fuensaldaña, Gobernador general dellas,
del año y campaña de 1650 , dirigida á S. M. por Juan
Antonio Vincart, Secretario de los avisos secretos de
guerra 487
Relación de lo sucedido en Flandes desde 1648 hasta 1653,
siendo General del ejército de S. M. C. el conde de Fuen-
saldaña. .'
549
DP Colección de documentos
3 inéditos para la historia
C65 de España
t.75

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