Codigo Penal Peruano Arts 130 132
Codigo Penal Peruano Arts 130 132
Codigo Penal Peruano Arts 130 132
TITULO II
CAPITULO UNICO
EL DELITO DE INJURIA
Artículo 130.- El que ofende o ultraja a una persona con palabras, gestos o vías de hecho, será
reprimido con prestación de servicio comunitario de diez a cuarenta jornadas o con sesenta a
noventa días-multa.
Concordancias
D.U.D. H.: Art. 12; Constitución: Arts. 1, 2 inc. 7 y 22; 3; Código Civil: Arts. 317, 333 inc. 4), 337,
355, 667 inc. 3), 747, 783 y 1982. Código Penal: Arts. 31 (Clases de Penas Limitativas de
Derechos); 34 (Prestación de Servicios a la Comunidad); 45 (Fundamentación y Determinación
de la Pena); 55 (Conversión de la Pena); 68 (Exención de Pena); y 92 (Reparación Civil); Código
Procesal Penal: Arts. 376 al 385 y 400 inc. 4; Ley Orgánica del Ministerio Público: Art. 23, inc.
6); Ley Orgánica del Poder Judicial: Art. 41.
Nota:
La Constitución Política del Estado, en su artículo segundo, inciso sétimo, establece que:
“…todas las personas tienen derecho al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal
y familiar así como a la voz y a la imagen propia...". El bien jurídico objeto de protección, por
las normas que contiene el Título II del Libro Segundo del Código Penal, es, esencialmente,
este derecho constitucional al honor y a la buena reputación de las personas naturales.
Dentro de los delitos contra el honor, el delito de injuria es el tipo básico, en el cual el sujeto
activo del delito de injuria, puede ser cualquier persona que formule imputaciones falsas
contra otra de manera dolosa, es decir, con el ánimo de ofender o atacar al sujeto pasivo en
sus cualidades y aptitudes personales, así como de lesionar seriamente su autoestima y/o
amor propio.
Desde el punto de vista objetivo, el honor de una persona esta dado por la valoración que el
resto de la comunidad tiene sobre ella misma, este conocimiento esta basado en nuestros
antecedentes personales y familiares, esto es lo que se conoce comúnmente como la
“reputación o fama”.
Para que se configure este tipo penal, deberá haber una relación directa, dentro del espacio de
comunicación, entre el sujeto pasivo y el sujeto activo del delito.
El ejercicio de la acción en los delitos contra el honor es privado, por lo que al ser un bien
jurídico disponible el consentimiento excluye la responsabilidad, no existiendo infracción
cuando el titular del derecho hubiese otorgado al efecto su consentimiento; siendo así, y no
entrando al estudio de los animus que excluyen el injusto típico estamos ante una causa
excluyente de la antijuricidad, pues el titular al consentir los ataques los legitima; estando
recogida esta causa de justificación en el Art. 20.10 del Código Penal"151
El procedimiento penal que se sigue en estos delitos, es el regulado por las normas procesales
que corresponden a las querellas, las que están legisladas en el Libro IV, Títulos I y II del Código
de Procedimientos Penales, que se ocupa de los llamados Procedimientos Especiales. En estos
casos sólo cabe iniciar el proceso penal por acción privada, es decir por denuncia de parte del
propio agraviado, la carga de la prueba y el que ésta sea idónea o no será de entera
responsabilidad del querellante. En estos procesos el querellante, como titular de la acción
penal, no tiene necesidad de constituirse en parte civil.
La ley penal considera que las personas jurídicas no poseen capacidad de conducta criminal,
recayendo en todo caso dicho atributo sólo en las personas naturales, para lo cual deberá
identificarse, en todo caso, a la persona física que actuó en representación o como socio
representante de la persona jurídica. Las personas jurídicas se encuentran protegidas en su
prestigio y/o reputación económica o comercial, por la norma contenida en el inciso 2 del
artículo 240 del Código Penal.
En los delitos contra el honor el daño moral irrogado a la víctima es irreparable, por cuya razón
la reparación civil debe tender a compensar de alguna manera dicho agravio, y debe fijarse
prudencialmente de acuerdo a la magnitud del mismo.
“…Los artículos 130 al 132 del Código Penal instituyen los delitos de injuria, difamación y
calumnia como figuras penales que protegen el bien jurídico honor. El honor es un concepto
jurídico ciertamente indeterminado y variable, cuya delimitación depende de las normas,
valores e ideas sociales vigentes en cada momento histórico, pero que en todo caso, desde una
perspectiva objetiva, aluden a la suma de cualidades que se atribuyen a la persona y que son
necesarias para el cumplimiento de los roles específicos que se el encomiendan. Desde un
sentido objetivo el honor importa la conciencia y el sentimiento que tiene la persona de su
propia valía y prestigio; reputación y la propia estimación son sus dos elementos constitutivos
(en igual sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional. Sentencia 0018-1996-AI/TC del
29/04/1997, que hace mención al honor interno y al honor externo, y llega a decir que la
injuria, a diferencia de la difamación y la calumnia, sólo inciden el honor interno, que es muy
subjetivo). Este bien jurídico está reconocido por el artículo 2, numeral 7), de la Constitución, y
constituye un derecho fundamental que ella protege, y que se deriva de la dignidad de la
persona –constituye la esencia misma del honor y determina su contenido-, en cuya virtud los
ataques al honor son ataques inmediatos a la dignidad de la persona. Su objeto, tiene
expuesto el Tribunal Constitucional en la sentencia Número 2790-2002-AA/TC, del
30/01/2003, es proteger al titular contra el escarnecimiento o la humillación, ante si o ante los
demás, e incluso frente al ejercicio arbitrario de las libertades de expresión e información,
puesto que la información que se comunique, en ningún caso, puede resultar injuriosa o
despectiva. 7. Paralelamente, la Constitución, en su artículo 2, numeral 4), también reconoce y
considera un derecho fundamental común a todas las personas las libertades de información,
opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen,
por cualquier medio de comunicación social. Son sujetos de este derecho la colectividad y cada
uno de sus miembros, no son sólo los titulares del órgano o medio de comunicación social o
los profesionales del periodismo. Desde luego, el ejercicio de este derecho fundamenta –dado
el carácter o fundamento esencial que ostenta en una sociedad democrática- modifica el
tratamiento de los delitos contra el honor en aquellos supuestos en los que las conductas
objeto de imputación en sede penal han sido realizadas en el ejercicio de dichas libertades.
Como es evidente, por lo general se presenta un problema entre la protección constitucional
de dichas libertades y el derecho al honor, dada su relación conflictiva que se concreta en que
el derecho al honor no sólo es un derecho fundamental sino que está configurado como un
límite especial a las libertades antes mencionadas –tiene una naturaleza de libertad negativa,
que en el Derecho penal nacional se aborda mediante la creación de los tres delitos
inicialmente mencionados- (“Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás
medios de comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común”,
segundo párrafo del numeral 4) del artículo 2 Constitucional). La Corte Interamericana de
derechos Humanos en la sentencia Herrera Ulloa vs. Costa Rica, del 2 de julio de 2004, precisó
que el derecho a la libertad de expresión y de pensamiento no es absoluto, cuyas restricciones
deben cumplir tres requisitos, a saber: 1) deben estar expresamente fijadas por ley; 2) deben
estar destinadas a proteger ya sea los derechos o la reputación de los demás, o la protección
de la seguridad nacional, el orden público o la salud moral o pública; y 3) deben ser necesarias
en una sociedad democrática. 8. La solución del conflicto pasa por la formulación de un juicio
ponderativo que tenga en cuenta las circunstancias de cada caso en particular y permita
determinar que la conducta atentatoria contra el honor está justificada por ampararse en el
ejercicio de las libertades de expresión o de información. La base de esta posición estriba en
que, en principio, los dos derechos en conflicto: honor y libertades de expresión –
manifestación de opiniones o juicio de valor- y de información –imputación o narración de
hechos concretos-, gozan de igual rango constitucional, por lo que ninguno tiene carácter
absoluto respecto del otro (ambos tienen naturaleza de derecho –principio). A este efecto, uno
de los métodos posibles, que es del caso utilizar para el juicio ponderativo, exige fijar el ámbito
propio de cada derecho, luego verificar la concurrencia de los presupuestos formales de la
limitación, a continuación valorar bajo el principio de proporcionalidad el carácter justificado o
injustificado de al injerencia y, finalmente, comprobar que el límite que se trate respeta el
contenido esencial del derecho limitado. ). Una vez determinados legalmente la concurrencia
de los presupuestos típicos del delito en cuestión –paso preliminar e indispensable-,
corresponde analizar si se está ante una causa de justificación –si la conducta sujeta a la
valoración penal constituye o no un ejercicio de las libertades de expresión e información-. Es
insuficiente para la resolución del conflicto entre el delito contra el honor y las libertades de
información y de expresión el análisis del elemento subjetivo del indicado delito, en atención a
la dimensión pública e institucional que caracteriza a estas últimas y que excede el ámbito
personal que distingue al primero. En nuestro Código Penal la causa de justificación que en
estos casos es de invocar es la prevista en el inciso 89) del artículo 20, que reconoce como
causa de exención de responsabilidad penal “El que obra (…) en el ejercicio legítimo de un
derecho…”, es decir, de los derechos de información y de expresión. Estos derechos o
libertades, pueden justificar injerencias en el honor ajeno, a cuyo efecto es de analizar el
ámbito sobre el que recaen las frases consideradas ofensivas, los requisitos del ejercicio de
ambos derechos y la calidad –falsedad o no- de las aludidas expresiones. 10. Un primer
criterio, como se ha expuesto, está referido al ámbito sobre el que recaen las expresiones
calificadas de ofensivas al honor de las personas. La naturaleza pública de las libertades de
información y expresión, vinculadas a la formación de la opinión ciudadana, exige que las
expresiones incidan en la esfera pública –no en al intimidad de las personas y de quienes
guarden con ella una personal y estrecha vinculación familiar, que es materia de otro análisis,
centrado en el interés público del asunto sobre el que se informa o en el interés legítimo del
público para su conocimiento-. Obviamente, la protección del afectado se relativizará –en
función al máximo nivel de su eficacia justificadora- cuando las expresiones cuestionadas
incidan en personajes públicos o de relevancia pública, quienes, en aras del interés general en
juego, deben soportar cierto riesgo a que sus derechos subjetivos resulten afectados por
expresiones o informaciones de este calibre – más aún si las expresiones importan una crítica
política, en tanto éstas se perciben como instrumento de los derechos de participación
política, en tanto éstas se perciben como instrumento de los derechos de participación
política-; así lo ha reconocido la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia
Herrera Ulloa, que tratándose de funcionarios públicos ha expresado que su honor debe ser
protegido de manera acorde con los principios de pluralismo democrático. En todos estos
casos, en unos más que otros, los límites al ejercicio de esas libertades son amplios. 11. El otro
criterio está circunscrito a los requisitos del ejercicio de las libertades de información y
expresión. Se ha de respetar el contenido esencial de la dignidad de la persona. En primer
lugar, no están amparadas las frases objetiva o formalmente injuriosas, los insultos o las
insinuaciones insidiosas y vejaciones –con independencia de la verdad de lo que se vierta o de
la corrección de los juicios de valor que contienen-, pues resultan impertinentes –
desconectadas de su finalidad crítica o informativa- e innecesarias al pensamiento o idea que
se exprese y materializan un desprecio por la personalidad ajena. Es claro que está permitido
en el ejercicio de las libertades de información y expresión que se realice una evaluación
personal, por desfavorable que sea, de una conducta, pero no lo está emplear calificativos que,
apreciados en su significado usual y en su contexto, evidencian menosprecio o animosidad. 12.
En segundo lugar, el ejercicio legítimo de la libertad de información requiere la concurrencia
de la veracidad de los hechos y de la información que se profiera. Debe ejercerse de modo
subjetivamente veraz (el Tribunal Constitucional, en la Sentencia 0905-2001-AI/TC. Del
14/08/2002, ha precisado al respecto que el objeto protegido de ambas libertades es la
comunicación libre, tanto la de los hechos como la de las opiniones –incluye apreciaciones y
juicios de valor-; y, tratándose de hechos difundidos, para merecer protección constitucional,
requieren ser veraces, lo que supone la asunción de ciertos deberes y responsabilidades
delicadísimos por quienes tienen la misión de sujetos informantes). Ello significa que la
protección constitucional no alcanza cuando el autor es consciente de que no dice o escribe la
verdad cuando atribuye a otro una determinada conducta –dolo directo- o cuando, siendo
falsa la información en cuestión, no mostró interés o diligencia mínima en la comprobación de
la verdad –dolo eventual-. En este último caso, el actor actúa sin observar los deberes
subjetivos de comprobación razonable de la fiabilidad o viabilidad de la información o de la
fuente de la misma, delimitación que debe hacerse desde parámetros subjetivos: se requiere
que la información haya sido diligentemente contrastada con datos objetivos e imparciales (El
Tribunal Constitucional en la Sentencia 6712-2005-HC/TC del 17/10/2005, precisó que la
información veraz como contenido esencial del derecho no se refiere explícitamente a una
verdad inobjetable e incontrastable, sino más bien a una actitud adecuada de quien informa
en la búsqueda de la verdad, respetando lo que se conoce como el deber de diligencia, y a
contextualizarla de manera conveniente; es decir, se busca amparar la verosimilitud de la
información). No se protege, por tanto, a quienes, defraudando el derecho de todos a recibir
información veraz, actúen con menosprecio de la verdad o falsedad de lo comunicado,
comportándose irresponsablemente al trasmitir como hechos verdaderos simples rumores
carentes de toda constatación o meras invenciones o insinuaciones insidiosas; las noticias,
para gozar de protección constitucional, deben ser diligencias comprobadas y sustentadas en
hechos objetivos, debiendo acreditarse en todo caso la malicia del informador. Es de destacar,
en este punto, la doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional (…)- que ha puntualizado
que el específico deber de diligencia es exigible con diferente grado de intensidad en función
de que la noticia se presente como una comunicación neutra, en cuanto procedente de
originaria información de otro medio de comunicación o fuente informativa, de la que
simplemente se da traslado, o bien de que se trate de una información asumida por un medio
periodístico y su autor como propia, en cuyo caso el deber de diligencia para contrastar la
veracidad de los hechos comunicados no admite atenuación o flexibilidad alguno, sino que su
cumplimiento debe ser requerido en todo su rigor. Para los supuestos de reportaje neutral el
deber de diligencia se satisface con la constatación de la verdad del hecho de la declaración,
pero no se extiende en principio a la necesidad de acreditar la verdad de lo declarado, aún
cuando se exige la indicación de la persona –debidamente identificada – que lo proporciona (a
éste se le exige la veracidad de lo expresado), siempre que no se trate de una fuente genérica
o no se determino quién hizo las declaraciones, sin incluir opiniones personales de ninguna
clase. Por lo demás, no se excluye la protección constitucional cuando media un error
informativo recaído sobre cuestiones de relevancia secundaria en el contexto de un reportaje
periodístico. 13. Otra ponderación se ha de realizar cuando se está ante el ejercicio de la
libertad de expresión u opinión. Como es evidente, las opiniones y los juicios de valor – que
comprende a la crítica a la conducta de otro – son imposibles de probar (el Tribunal
Constitucional ha dejado expuesto que, por su propia naturaleza, los juicios de valor, las
opiniones, los pensamientos o las ideas que cada persona pueda tener son de naturaleza
estrictamente subjetivas y, por tanto, no pueden ser sometidas a un test de veracidad.
Sentencia del Tribunal Constitucional número 0905-2001-AA/TC, del 14/08/2002). Por tanto, el
elemento ponderativo que corresponde está vinculado al principio de proporcionalidad, en
cuya virtud el análisis está centrado en determinar el interés público de las frases cuestionadas
–deben desbordar la esfera privada de las personas, única posibilidad que permite advertir la
necesidad y relevancia para lo que constituye el interés público de la opinión – y la presencia o
no de expresiones que están desprovistas de fundamento y o formuladas de mala fe –sin
relación con las ideas u opiniones que se expongan y, por tanto, innecesarias a ese propósito, a
la que por cierto son ajenas expresiones duras o desabridas y que puedan molestar, inquietar
o disgustar a quien se dirige.
Jurisprudencia:
660.- "Que, para efectos que se configure el delito de Injuria nuestro ordenamiento penal
establece que éste se produce cuando el agente, actuando con dolo y conciencia de voluntad,
ofende o ultraja a otra persona con palabras, gestos o vías de hecho; Segundo: Que, de autos
se advierte que los querellantes aducen que mediante un escrito presentado ante el Décimo
Sexto Juzgado Civil de Lima, los querellados le imputan que éste, en complicidad con los
directivos de la Cooperativa Santa Elisa, han fraguado la compra de un terreno; Tercero: Que,
estos hechos, según lo establecido en el inciso primero del artículo ciento treinta y tres del
Código Sustantivo no constituyen delito, por cuanto no se comete injuria si la ofensa es
proferida con ánimo de defensa por los litigantes, en este caso se realizó en la contestación de
la demanda de otorgamiento de escritura pública planteada por el querellante contra los
querellados... "660;
664.-"El bien jurídico protegido en el delito de injuria esta dado por el honor y la dignidad,
atributo inherente a la persona, de la cual no puede ser despojada, pero sí es susceptible de
menoscabada con una manifestación ofensiva, cuya impresión exteriorizada produzca y
exprese menos precio, es decir que se haya menoscabado el honor a través de la personalidad,
la misma que es valorada no sólo por la persona, sino también por la comunidad. Que, en el
actuar de la querellada ha existido la intención de causar un daño moral a la querellante,
mediante la vía del hecho, es decir se ha probado el "animus injuriandi", que es el elemento
constitutivo del ilícito penal que nos ocupa previsto y sancionado en el artículo ciento treinta
del Código Penal."664;
665.-“animo de injuriar”, es decir, que actúe de manera consciente y con voluntad de ultrajar
y/u ofender al sujeto pasivo del delito”665;
667.-“...La injuria se comete cuando fuera de los casos de difamación se ofende o ultraja el
honor de una persona, sea con palabras, por escrito o por vías de hecho, pero con la condición
fundamental de la publicidad y en presencia de la persona ofendida.”667;
668.-"El delito de injuria se configura cuando el sujeto activo ofende o ultraja a una persona
con palabras, gestos o vías de hecho, lo que significa que el medio empleado es la palabra
dicha, lo que implica que se requiere la realización de un acto en sí ultrajante. La ofensa,
llamada en doctrina "injuria real", puede manifestarse mediante gestos o a través de cualquier
otro signo representativo de un concepto o idea ultrajante. Las vías de hecho son las
conductas que se exteriorizan por movimientos corporales."668;
669.-“el delito se perfecciona con los hechos que el agente activo, en sentido propio o especial
dice, hace o escribe con la intención de deshonrar, afrentar, enardecer, hacer odiosa,
despreciable o sospechosa, mofar o poner en ridículo a otra persona. Circunstancia que se
presentará si de autos se advierte la existencia del “animus injuriandi” del querellado hacia el
querellante.”669;
671.-“No existiendo animus injuriandi, requisito básico para configurar el delito previsto (...)
merece absolverlo.”671;
672.-"en los procesos por querella la prueba del delito se ofrece con la denuncia de parte y se
actúa durante el comparendo, pudiendo ser éstas testimoniales o documentales; por tales
razones…"672;
673.- "...en atención a que el titular del ejercicio de la acción en los procesos sujetos a querella
corresponden a la parte afectada, hacen que esta exigencia procesal de constitución en parte
civil para fines impugnatorios, resulte ser una excepción a dicha exigencia; además, con dicha
denegatoria se estaría recortando el Derecho Constitucional que toda parte tiene a la Doble
Instancia, consagrado Constitucionalmente; fundamentos por los que debe de declararse
fundada la Queja interpuesta y concederse la Apelación interpuesta…"673.
EXCLUSION DEL DELITO
1.-Ofensas proferidas con ánimo de defensa por los litigantes, apoderados o abogados en sus
intervenciones orales o escritas ante el Juez.
Concordancias:
Constitución: Art. 2 incs. 7, 8 y 23; 3; Código Penal: Arts. 20 inc. 8 (Inimputabilidad - Exención -
Obrar por disposición de la Ley) y 9 (Inimputabilidad - Exención; Obrar por Orden Obligatoria
de Autoridad Competente expedida en Ejercicio de sus Funciones); 374 (Desacato).
Nota:
Este artículo del Código Penal contiene diversos supuestos de justificación en los delitos de
difamación e injuria, los cuales eliminan la antijurídicidad del acto considerado injuriante o
difamante, estos casos están desarrollados en el artículo 133. Estas se refieren a las ofensas
hechas en juicio, a las críticas artísticas o científicas y a la llamada “apreciaciones o
informaciones que contengan conceptos desfavorables cuando sean realizados por un
funcionario público en cumplimiento de sus obligaciones”. Por mandato expreso de la ley,
estas conductas están excluidas, como comportamientos típicos en éstos ilícitos contra el
honor, ya que la ley penal considera "a priori" que no hay un ánimo doloso en la conducta del
sujeto activo del delito:
El inciso primero, del artículo sub-examine se refiere al simple ánimo o intención del sujeto de
defenderse mediante determinadas alegaciones dentro de un litigio judicial, estas conductas
que pueden ser consideradas "ofensivas", para estar excluidas del tipo penal, deberán
producirse dentro de las mismas actuaciones judiciales.
El inciso segundo, excluye del tipo penal de la injuria o de la difamación, a aquellas conductas
que tienen que ver con conceptos o expresiones, emitidos por el agente, respecto a actos
derivados de la actividad artística o científica del sujeto considerado como agraviado. La ley
penal considera que las críticas y el ejercicio de la libertad de expresión (artículo 2 inciso 4 de
la Constitución) no son pasibles de afectar el honor o la buena reputación del autor de la obra,
al no aparecer el principal elemento de este tipo penal, cual es el dolo o la intención marcada,
conciente y deliberada del sujeto activo del delito de injuriar. Si se acredita este último ánimo,
con el que obro la persona que hace la crítica, el delito de injuria se habrá perfeccionado.
El inciso tercero, del artículo 133, se ocupa de la calificación de aquellas conductas que
consisten en las apreciaciones o informaciones desfavorables, hechas a una tercera persona
por un funcionario público en el ejercicio de sus funciones. En este supuesto, la causa de
exclusión penal, esta dada por el ánimo que llevó al agente, en este caso un funcionario
público dispuesto a cumplir a cabalidad sus funciones administrativas, para verter las
expresiones consideradas injuriosas.
Jurisprudencia:
Ánimo de Defensa
750.- “…según lo establecido en el inciso primero del artículo ciento treinta y tres del Código
Sustantivo no se comete injuria si la ofensa es proferida con ánimo de defensa por los
litigantes.”750;
751.- "No infiriéndose que haya habido por parte del querellado el animus difamandi sino el
ánimo de ejercer el derecho a la información o a la crítica, no se halla acreditado el delito"751;
752.- "Lo expresado por el imputado está dirigido a una función, por lo que no hay intención
de lesionar el honor. Que en autos no existe pruebas suficientes que acrediten la autoría del
ilícito imputado al acusado, pues el volante de que se ocupa la denuncia es un impreso sin
forma alguna, no habiéndose determinado que haya sido confeccionado y distribuido por el
denunciado"752;
Ánimo de Información
753.-"Del examen de las cintas de vídeo y las actas de trascripción citadas, se llega a la
conclusión: que las expresiones vertidas en el mencionado programa, por los querellados (…),
en donde se menciona de una u otra forma al querellante, no ha resultado posible determinar
que éstos hubieren actuado con animo doloso de dañar el honor y la reputación del agraviado,
presupuesto necesario para que se configuren los delitos denunciados; que de las referidas
instrumentales se advierte que la conducta de los querellados recurrentes tan sólo se han
limitado a informar, relatando hechos que son de dominio público y que han sido debidamente
sustentados, información propalada con el sólo ánimo de ilustrar a su tele audiencia y
ejerciendo su profesión de periodistas dentro de los derechos que acuerda nuestra
Constitución Política."753
LA EXCEPCION DE VERACIDAD
Artículo 134.- El autor del delito previsto en el artículo 132 puede probar la veracidad de las
imputaciones solo en los casos siguientes:
1.- Cuando la persona ofendida es un funcionario público y los hechos, cualidades o conductas
que se le hubieran atribuido se refieren al ejercicio de sus funciones.
2.- Cuando por los hechos imputados está aún abierto un proceso penal contra la persona
ofendida.
3.- Cuando es evidente que el autor del delito ha actuado en interés de causa pública o en
defensa propia.
4.- Cuando el querellante pide formalmente que el proceso se siga hasta establecer la verdad o
falsedad de los hechos o de la cualidad o conducta que se le haya atribuido.
Concordancias:
Constitución: Arts. 2 incs. 4, 7 y 22; 3; Código Penal: Art. 20 inc. 3 (Exención de Responsabilidad
- Legítima Defensa); 132 (Difamación); y 425 (Funcionarios Públicos Definición); Código de
Procedimientos Penales: Art. 302 y 314; Código Procesal Penal: Art. 376 al 385 y 400.
Nota:
Estas causales de exclusión de la responsabilidad sólo puede darse en los cuatro supuestos que
prevé el artículo sub-examine: en el primero el supuesto agraviado debe ser un funcionario
público, y la conducta o cualidad impropia que se le atribuye, se refiere a determinados
aspectos relativos a su actividad al servicio del estado. En este caso, el fundamento de la
exención de la pena esta dado por un interés social superior, cual es el derecho de todo
ciudadano de controlar y censurar los actos, que en el ejercicio de sus funciones, puedan
realizan las autoridades y funcionarios públicos.
Jurisprudencia:
Prueba de la Verdad
754.-“...si el querellado acepta ser el autor de los hechos difamatorios o injuriantes, pero
sostiene que no se le puede reprimir con pena, ya que él dijo la verdad. Se le llama también
prueba de la verdad, pues si el querellado logra probar la verdad de sus imputaciones, resulta
exento de pena. (…). Conforme al texto de la norma solamente procede la excepción de verdad
cuando al autor o querellado se le atribuye el delito de difamación. El inciso 1 exige que el
querellante sea un funcionario público y sus conductas estén referidas al ejercicio de sus
funciones, pues en el caso de otras conductas no prospera dicha excepción. Otra circunstancia
importante se consigna en el inciso 3, es decir cuando el autor de la difamación ha actuado en
interés público o para defenderse; excluyéndose entonces la circunstancia de haber actuado
por el puro deseo de ofender o por espíritu de maledicencia (conforme prevé textualmente el
artículo 149 del Código Penal de Costa Rica, aplicable a nuestra legislación). Estas cuatro
circunstancias o casos, tienen un limite, que son las contenidas en el artículo 135.”754;
755.-"El autor del delito de difamación puede probar la veracidad de sus imputaciones solo en
los casos en que la persona ofendida sea funcionario público y los hechos que se le hubiesen
atribuido se refieran al ejercicio de sus funciones. La ausencia del animus difamando al
propalar la información a través de un medio masivo de comunicación da lugar"755;
757.-"Si bien es cierto las frases que aparecen en el recorte periodístico afectan el honor de los
querellantes, también lo es que es procedente la exceptio veritatis que argumenta el
querellado, pues ha actuado en interés de una causa pública, por lo mismo se halla exento de
pena"757;
758.- "Todos los tipos penales que tutelan el bien jurídico y el honor previstos y sancionados
en el Título Segundo del Libro II del Código Penal y entre estos el artículo 132, tiene como
titular de dicho bien jurídico a la persona humana en su individualidad; por lo que si en un
comunicado publicado por los querellados no se individualiza, como exige el ordenamiento
penal, a persona alguna y los términos de su contenido constituyen una noticia, en tanto y en
cuanto, exponen un acontecimiento actual y de interés referido a la situación de la institución
a la que pertenecen los querellados, no sólo para éstos, sino también para los demás
integrantes y la comunidad en general, pues como Institución de la Sociedad Civil tiene como
propósito hacer conocer a ésta, aspectos importantes, lo que motiva su comunicabilidad,
como expresión legítima del ejercicio regular del derecho a la información, para sí y para la
comunidad en el sentido de causa pública, entendida ésta como interés diferente a la del
Estado o meramente público-funcional, resultando de aplicación el inciso 3 del artículo 134 del
Código Penal, que opera como excusa absolutoria en vía de exceptio veritatis".758
INADMISIBILIDAD DE LA EXCEPTIO VERITATIS
1.- Sobre imputación de cualquier hecho punible que hubiese sido materia de absolución
definitiva en el Perú o en el extranjero.
2.- Sobre cualquier imputación que se refiera a la intimidad personal y familiar, o a un delito de
violación de la libertad sexual o proxenetismo comprendido en los Capítulos IX y X, del Título
IV, Libro Segundo.
Concordancias:
Constitución: Arts. 2 inc. 7 y 139 inc. 13; Código Penal: Arts. 4 inc. 3 (Excepciones al Principio
de Extraterritorialidad - Absolución en el extranjero o pena cumplida o prescrita o remitida);
154 (Violación de la Intimidad); 156 (Revelación de la Intimidad Personal Familiar); 170 a 178 A
(Violación de la Libertad Sexual); Código de Procedimientos Penales: Art. 458; Código Procesal
Penal: Arts. 231, 303 y 376; Código Civil: Art. 14; Ley 27115 del 17-05-99.
Antecedentes:
Este es el texto vigente del artículo 135 del Código Penal, de acuerdo a la modificación hecha
al inciso segundo del texto original, por el artículo 1 de la Ley 27480 del 13 de junio del 2001,
haciendo extensiva la inadmisibilidad de la prueba en los delitos de proxenetismo.
El texto original señalaba en su inciso segundo: "Artículo 135.- (...) 2. Sobre cualquier
imputación que se refiera a la intimidad personal y familiar, o a un delito de violación de la
libertad sexual que requiere acción privada".
Nota:
El artículo 135 del Código Penal señala en forma precisa, cuales son aquellos casos en los
cuales no es admisible la excepción de verdad o “exceptio veritatis”, es decir, aquellos casos en
los cuales no es admitida prueba alguna sobre la veracidad de las noticias o informaciones
consideradas injuriantes por el querellante.
El primero se refiere a lo no admisibilidad de la prueba de una imputación formulada por un
hecho punible materia de un proceso penal en el Perú o en el extranjero, en el cual se debe
haber absuelto de forma definitiva al querellante. En caso que se haya condenado al
querellante, si es factible admitir la prueba de la verdad, supuesto en el cual nos encontramos
frente a una absolución que tiene el carácter de cosa juzgada o definitiva.
El tercer y último supuesto, ha sido derogado de manera expresa por la Ley 27115 del 17 de
mayo de 1,999, ley que establece que todos los delitos de violación sexual son ilícitos penales
perseguibles por acción pública.
Artículo 136.- El acusado de difamación o injuria encubierta o equivoca que rehúsa dar en
juicio explicaciones satisfactorias, será considerado como agente de difamación o injuria
manifiesta.
Concordancias:
Constitución: Arts. 1, 2 incs. 7 y 22; y 3; Código Penal: Arts. 41 (Pena de Multa); 56 (Conversión
de la Pena de Multa); 68 (Exención de Pena); 131 (Calumnia); y 133 (Conductas Atípicas);
Código Procesal Penal: Arts. 376 al 385.
Nota:
La ley penal establece que las difamaciones o injurias "encubiertas o equívocas", se presentan
cuando el agente del delito, al injuriar o difamar, emplea expresiones vagas o imprecisas,
pretendiendo ocultar con estas formas, sus verdaderas intenciones y su ánimo de injuriar o de
difamar.
Si el querellante se sienta ofendido por las expresiones vertidas por el querellado, deberá
solicitar de manera formal, que dentro del proceso, éste le de una explicación satisfactoria o
razonable del verdadero ánimo y sentido de las frases consideradas injuriantes o difamantes,
sino lo logra, la ley establece que el sujeto "será considerado como agente de difamación o
injuria manifiesta."
Jurisprudencia:
Difamación Encubierta
Concordancias:
Nota:
Las injurias recíprocas se presentan cuando hay dos ofensas independientes, una de otra, que
son producto de un fuerte altercado entre dos personas o de una discusión de similar
intensidad. Es esta situación tan particular la que genera una excusa absolutoria y, por tanto,
esta conducta se encuentra exenta de pena al ser consecuencia de un particular de ánimo.
El último párrafo, de artículo sub-examine, establece que las injurias verbales, provocadas por
ofensas de carácter personal, no son punibles. Es decir, si la conducta injuriosa, es una
respuesta a una provocación o a una ofensa física contra el autor de la injuria, su
comportamiento no será punible, al considerarse que esta actuando en legítima defensa de su
integridad personal.
Jurisprudencia
761.- “Cuando se trata de injurias reciprocas de acuerdo al Art. 137 del Código Penal resulta de
aplicación la figura de la exención a favor del querellado"761;
Insultos Mutuos
762.- “Se encuentra arreglada a ley la sentencia absolutoria al verificarse que tanto el
querellante como el querellado se han proferido insultos motivados en rencillas de carácter
personal, lo cual se ha probado con el medio de prueba testimonial requerido por el propio
querellante"762
Artículo 138.- En los delitos previstos en este título sólo se procederá por acción privada.
Concordancias:
Constitución: Art. 2 incs. 7 y 5; Código Civil: Arts. 47, 49, 63, 65 y 66; Código de Procedimientos
Penales: Art. 2 y 302; Código Procesal Penal: Arts. 376 al 385; Ley Orgánica del Ministerio
Público: Art. 11; Ley 26353 del 15/09/94
Nota:
El segundo párrafo, del artículo bajo estudio, se ocupa de la representación judicial, en los
casos que la persona ofendida en su honor haya fallecido, esta presuntamente muerta, o haya
sido declarada judicialmente ausente o desaparecida, supuestos en los que les corresponderá
ejercer o continuar la querella a sus parientes más cercanos.
La Ley 26353 precisa que los Jueces Penales emitirán sentencia en todos aquellos procesos
penales que están sujetos a querella, siempre y cuando no hayan sido cometidos por la prensa
u otros medios de comunicación sociales masivos.
Acuerdo Plenario:
"Primero: Por mayoría de 36 votos contra 2. Procede declarar en abandono los procedimientos
iniciados por querella del agraviado una vez cumplido un año desde la última diligencia
realizada.
Segundo: Por mayoría de 32 votos contra 16. Procede citar a una diligencia preliminar de
conciliación, por una sola vez, antes de iniciar las diligencias de sumaria investigación, inclusive
en los procedimientos por delitos cometidos por la imprenta u otros medios de publicidad.
Tercero: Por aclamación. En caso de procedimientos sumarios, procede notificar las sentencias
absolutorias y leer en audiencia publica las condenatorias o las que reservan el fallo
condenatorio.
Cuarto: Por aclamación. En los procedimientos iniciados por querella del agraviado, o por
delitos cometidos por la imprenta u otro medio de publicidad, no es necesario que el
agraviado se constituya en parte civil. El agraviado debe ser tratado como parte del proceso,
con todos los derechos y obligaciones correspondientes, desde el momento que se inicia el
procedimiento.
Quinto: Por aclamación. En los procedimientos iniciados por querella del agraviado o por delito
cometido por la imprenta u otro medio de publicidad no procede ordenar la detención del
imputado. Sin embargo, puede ordenarse su conducción por grado o fuerza si no concurre a la
segunda citación, emitida bajo apercibimiento de procederse de tal forma."
Jurisprudencia:
763.-"El ejercicio de la acción, en los delitos Contra el Honor, es privado; por lo que al ser un
bien jurídico disponible, el consentimiento excluye la responsabilidad, no existiendo infracción
cuando el titular del derecho hubiese otorgado al efecto su consentimiento; siendo así, y no
entrando al estudio de los animus que excluyen el injusto típico estamos ante una causa
excluyente de la antijurídicidad, pues el titular al consentir los ataques los legitima; estando
recogida esta causa de justificación en el inciso décimo del artículo veinte del Código Penal;
mientras que en el caso sub examine se aprecia que tal consentimiento se produjo desde el
momento que el querellante sabía el tema que se iba a tratar y el papel que cumpliría durante
el programa, reafirmándose tal consentimiento cuando al reiniciarse el programa, luego de la
pausa comercial, no manifestó su desagrado por los calificativos o preguntas que se le hacían
ni protestó el hecho de que la habían sorprendido teniendo la oportunidad de hacerlo no sólo
en el desarrollo del programa, sino en las pausas que se realizaban para programar los
comerciales."763;
764.- "Los delitos contra el honor, como injuria, calumnia y difamación, sancionados por los
artículos 130, 131 y 132 del C. P. son de naturaleza privada y por lo tanto de acción privada,
susceptibles de desistimiento, transacción en cualquier estado del juicio antes de la sentencia
final, que termina por vía de conciliación en el acto de comparendo en instancia única, a
excepción de la comisión de dichos delitos por medios de comunicación escrita o hablada,
como diarios, revistas, radio y televisión, que de no mediar conciliación y rectificación son
elevados a la Corte Suprema en recurso de nulidad."764
151 Exp. 378-98 del 31/03/98. En Caro Coria, Dino. Ob. Cit. Pág. 162.
652 Sentencia del Tribunal Constitucional. Exp. 0905-2001-AA/TC del
14/08/02.
653 Exp. 378-98 del 31/03/98. En Caro Coria, Dino. Ob. Cit. Pág. 162.
654 Exp. 3295-98(2C) del 11/09/98 SAPSRL
655 Exp.5388-98 del 31/11/98. SAPSRL.
656 Exp. 703-98 del 08/05/98 SAPSRL.
657 Exp. 2081-98 del 31/07/98 SAPSRL.
658 Exp. 3895-98 del 03/11/98. SAPSRL.
659 Exp. 2783-98 del 31/07/98. SAPSRL.
660 Exp. 6475-97 del 23/12/97 SAPSRL.
661 Exp.5344-98 del 17/08/98 SAPSRL.
662 Exp. 8515-97 del 08/06/98 SAPSRL
663 Exp. 3910-98A del 23/09/98.SAPSRL.
664 Ejec. Supr. Exp. 133-92 del 18/11/92. Exp. 133-92. Normas Legales, T.
227, Pág. J-44. Gac. Jurídica, Ob. Cit. Pág. 81.
665 Exp. 5388-98 del 30/11/98/SAPSRL.
666 Exp. 703-98 del 08705/98/SAPSRL.
667 En Villavicencio T., Felipe. Ob. Cit. Pág. 328.
668 Exp. 4465-98. Lima. En Villavicencio T., Felipe Ob. Cit. Pág. 320.
669 Exp. 2081-98 del 31/07/98/SAPSRL.
670 Exp. 3895-98 del 03/11/98 y 2783-98 del 31/07/98/SAPSRL.
671 Villavicencio Terreros, Felipe. Ob. Cit. Pág. 328.
672 Exp. 3328-98 A del 05/08/98 SAPSRL.
673 Exp. 3185-98 del 31/07/98- SAPSRL
674 Exp. 3691-97 del 29/09/97 SAPSRL.
675 Exp. 3826-98 del 29/09/98.SAPSRL.
676 Exp. 3691-97 del 29/09/97. En Caro Coria, Dino. Ob. Cit. Pág. 314.
677 Exp. 3439-98 del 11/09/98.SAPSRL.
678 Exp. 4578-98 del 19/10/98. SAPSRL.
679 Exp.1219-98, del 23/04/98. SAPSRL.
680 Exp.7124-97 del 31/03/98. SAPSRL.-
681 Exp. 5344-98 del 17/08/98. SAPSRL.
682 Exp. 4697-98 del 27/08/98. SAPSRL.
683 Espino Pérez, Julio. Ob. Cit. Pág.224.
684 Espino Pérez, Julio. Ob. Cit. Pág.225.
685 Baca Cabrera, Denysse y otros. Ob.Cit. Pág.161.
686 Exp. 8515-98 del 08/06/98/SAPSRL.
687 Exp. 358-88, 1 T.C.L., 1988. En Villavicencio Terreros, F. Ob. Cit. Pág.
323.
688 Exp. 5553-98 del 24/11/98/SAPSRL.
689 Baca Cabrera, Denysse y Otros. Ob. Cit. Págs.163 y 164.
690 Exp. 7124-98 del 31/03/98/SAPSRL.
691 Exps. 1219-98 del 23/04/98, Exp. 3826-98 del 29/09/98; Exp. 3439-
98 del 11/09/98 y Exp. 4578-98 del 19/10/98/SAPSRL.
692 Espino Pérez, Julio. Ob. Cit. Págs. 225-226...
693 Ejec. Supr. del 02/09/92. Exp. 12-91. Normas Legales, T. 227, Pág. J-
41. En Gaceta Jurídica, Ob. Cit. Pág. 81.
694 Exp. 97-264-24255-OI-JP02. En Villavicencio Terreros, F. Ob. Cit. Pág.
321.
695 Exp. Nº 1410-97del 05/05/98.SAPSRL.
696 Exp. 944-98 del 14/05/98. SAPSRL.
697 Exp. 153-97 del 15/08/97. SAPSRL.
698 Exp. 378-98 del 31/03798.SAPSRL.
699 Exp. 8843-97 del 05/06/98. SAPSRL.
700 Exp. 7567-97 del 16/03/98. SAPSRL.
701 Exp. 2343-98 del 09/12/98. SAPSRL.
702 Exp. 6129-97-del 14/12/98. SAPSRL.
703 Exp. 2678-97 del 25/05/98. SAPSRL.
704 Exp. 6562-97-A-SAPSRL del 18/06/98
705 Exp.2163-97-B. SAPSRL del 30/10/97.
706 Exp. 1791-97-SAPSRL del 22/007/98.
707 Exp. 1134-98-A-SAPSRL del 02/07/98.
708 Exp. 400-98 del 04/05/98. SAPSRL.
709 Exp. 8033-97-A del 13/01/98 SAPSRL.
710 Exp. 1976-98 del 19/06/98 -SAPSRL.
711 Exp.3185-98 del 13/01/98. SAPSRL.
712 Exp. 2941-98 del 06/04/99-SAPSRL.
713 Exp. 585-97 del 21/10/97-SAPSRL.
714 Exp. 6114-98 del 07/12/98-SAPSRL
715 Exp.3465-97 2/07/98 SAPSRL
716 Exp. 2731-98 del 31/07/98- SAPSRL.
717 Exp. 654-98 del 06/10/98-SAPSRL.
718 Exp.1155-98 "A"del 21/06/98-SAPSRL.
719 Exp. 8169-97 del 30/03/98-SAPSRL.
720 Exps. 3295-98 del 11-09-98 y Exp. 6859-97 del 12/01798/SAPSRL.
721 Exps. 3295-98 del 11-09-98 y Exp. 3328-98 del 05/08/99/SAPSRL.
722 Exp. 192-98 del 23/7/99. Tacna. Rev. Per. de Jurisp. N. Legales, Año II
n. 3, p. 318. En Rojas V., Fidel y Otro. Ob. Cit. p. 218.
723 Exps. 3185-98 del 31/07/98, Exp. 1812-98 del 21/07/98 y Exp. 4790-
98-A del 20/10/98 /SAPSRL.
724 Exp. 3045-97-SAPSRL.
725 Exp. 200-98 del 08/04/98. SAPSRL.
726 Exp. 5553-98 del 24/11/98. SAPSRL.
727 Exp. 5931-98 del 04/12/98 SAPSRL.
728 Exp.5344-98. SAPSRL del 17/08/98.
729 Exp. Nº 6859-97del 12/01/98- SAPSRL.
730 Exps. 200-98 del 08/04/98, Exp. 3910 del 23/09/98, Exp. 1410-97 del
05/05/98 y Exp. 944-98 del 14/05/98/SAPSRL.
731 Ejec. Suprema del 29/01/98. Exp. 6148-97- Lima. Normas Legales, T.
264, p. A-3. En G. Jurídica, Ob. Cit. Pág. 82.
732 Baca Cabrera, Denysse. Ob.Cit. Pág.176.
733 Exp. 345-97. Pucallpa. En Villavicencio Terreros, F. Ob. Cit. Pág. 325.
734 Exp. 378-98 del 31/03/98 / SAPSRL.
735 Exps. 7567-16/03/98 y Exp. 8843-98 del 05/06/98/SAPSRL.
736 Exp. 6562-97-A-Lima. En Villavicencio Terreros, F. Ob. Cit. Pág. 325.
737 Exp. 2343-98 del 09/12/98/SAPSRL.
738 Ejec. Supr. del 03/08/92. Exp. 1161-91. Normas Legales, tomo 225,
Pág. J-43
739 Espino Pérez, Julio. Ob. Cit. Págs. 232-233.
740 Villavicencio Terreros, Felipe. “Código Penal”. Págs. 330 y 332. Edit.
Grijley 1997, Lima.
741 Exp. 6129-98 del 14/12/98/SAPSRL.
742 Exp. 2678-98 del 25/05/98/SAPSRL.
743 Exp.35-97 en “Serie de Jurisprudencia N.1”. p. 550.Academia de la
Magistratura. Lima, 1999.
744 Exp. 6971-97 del 10/12/97/SAPSRL.
745 Exp. Q-98-084. 27 Juzgado Especializado en lo Penal. del 31/03/99.
En Rojas Vargas, Fidel. Ob. Cit. Pág. 461 y 462.
746 Exp. 6562- 98 del 18/06/98/SAPSRL.
747 Exp. 3330-98 del 04/08/98/SAPSRL.
748 Exp. 2163-97-B del 30/10/97 y 3330-98 del 04/08/98/SAPSRL.
749 Ejec. Supr. del 23/03/93. Exp. 994-91-B. Carmen Rojjasi, Ejecutorias
Supremas, Pág. 168).
750 Exp. 6475-98 del 23/12/97/SAPSRL.
751 Exp. Lima 4549-98 del 29/12/98. En Baca Cabrera, D. y Otros. Ob. Cit. Pág. 174.
752 Exp. Ancash 157-92-B. En Caro Coria, Dino. Ob. Cit. Pág. 322.
755 Exp. Lambayeque 130-94. En Villavicencio Terreros, F. Ob. Cit. Pág. 326.
756 Exp. Chiclayo 98-5229-5 JEPCH. En Villavicencio Terreros, F. Ob. Cit. Pág. 326.
757 Exp. Lambayeque 3173-97 "C". En Villavicencio Terreros, F. Ob. Cit. Pág. 326.
759 Exp. Lima 944-98 del 14/05/98. En Rojassi Pella, Ob. Cit. Pág. 169.
760 Exp.944-98 del 14/05/98. SAPSRL. En González Rodríguez, R. Ob. Cit. Págs. 200 y 201.
762 Exp. 4282-98 del 03/11/98. En Rojas Vargas. Cit. por Caro Coria, Dino. Ob. Cit. Pág. 325.
764 Exp. 192-98, SP "C" - Tacna. R. P. J., Ed. Normas Legales, T. 1, Pág. 318. En Chirinos Soto, F.
Ob. Cit. Pág. 293.
Juris difamcion:
9 JURISPRUDENCIA:
1. “La imputación a los querellados por delito de difamación, radica en el
hecho de haber referido en un noticiero radial conceptos y frases que afectan el
honor del agraviado, tales como “cobran los autovalúos a través de una empresa
fantasma”, “hasta donde llega la corrupción”, “un robo abierto a la comunidad”,
“realiza actos delincuenciales ante la comunidad”, “símbolo de la corrupción”,
“inmoralidad”, “nepotismo”, entre otros, apareciendo que se ha afectado el
derecho constitucional al honor y la dignidad de las personas, porque las
expresiones vertidas dañan el honor e imagen de la persona; si bien los propios
querellados, quienes admiten haber utilizado las frases antes mencionadas,
señalan que lo han hecho en virtud de las irregularidades en las que ha incurrido
el querellante durante su gestión como Alcalde, refiriendo que dichas
declaraciones fueron circunstanciales y que no fueron dirigidas al agraviado
como persona sino a su gestión como Alcalde, han debido empelar los medios
que la Constitución Política del Estado les faculta sin tener que ingresar al campo
del delito”.
R. N. No. 4184 – 98 – San Martín; En: Rojas Vargas Fidel, “Jurisprudencia Penal
y Procesal Penal (1999 – 2000)”, Idemsa, 2002, p 459.
2. “En el marco constitucional de un Estado de Derecho y de plena garantías
fundamentales, se produce un conflicto permanente de Bienes Jurídicos
plenamente protegidos, es decir entre el derecho a la libertad de expresión y el
derecho el derecho al Honor; la situación conflictual se resuelve mediante la
Ponderación de Bienes Jurídicos, partiendo de una presunción favorable a la
Libertad de Expresión, por tratarse de un derecho colectivo en comparación con
el Honor que es un derecho eminentemente personal”.
En: Exp. No. 1456-95 Cono Norte.
3. ”Al ser el querellante un personaje público, su vida y conducta participan
del interés general con una mayor intensidad que la de aquellas personas
privadas; en consecuencia se encuentra permanentemente sujeto al riesgo de
que sus derechos subjetivos de personalidad se vean afectados por críticas,
opiniones o revelaciones adversas”.
En: Exp. No. 7567-97-Lima; rojas Vargas Fidel, Jurisprudencia Penal
Comentada, Tomo I, Gaceta Jurídica, p. 675.
4. “No configuran delitos de difamación e injuria grave y menos la autoría de
estos, en el caso de quien cumpliendo con la obligación periodística de informar
a la ciudadanía y a las autoridades sobre hechos denunciados por terceros, se
ha dedicado sólo a actuar al amparo de su profesión periodística”.
En: Exp. No. 2678-97; Revista Peruana de Jurisprudencia, Normas Legales, Año
II, No. 3, p. 306.
5. “La comprobación de la veracidad y objetividad de la información vertida
debe ser realizada ex - ante, es decir antes de proferir las afirmaciones
lesionantes al honor de los agraviados; tal omisión puede ser atendido como un
temerario desprecio hacia la verdad”.
En: Exp. No. 2961 – 98.
6. “La doctrina penal es unánime en afirmar que el honor es el bien jurídico
tutelado en el ilícito penal de difamación, el mismo que es valorado como uno de
los bienes jurídicos más importantes, por significar las relaciones de
reconocimiento fundadas en los valores sociales de dignidad de la persona y
libre desarrollo de la personalidad”.
En: Exp. No. 6129-97; Denyse Baca Cabrera, Fidel Rojas Vargas y Marlene
Neira Huamán, Jurisprudencia Penal, Procesos Sumarios, Tomo II, Gaceta
Jurídica, p. 169-
7. “De las publicaciones no aparece que se hubiera hecho alusión al
accionante y el comentario no perjudica su honor”.
En: Exp. No. 58-93; Gonzalo Gómez Mendoza, Jurisprudencia Penal, Tomo IV.
Rhodas, p. 365.
8. “Que siendo esto así, no habiéndose constituido los elementos objetivos
del tipo previstos en el artículo 132 del Código Penal, es decir, el atribuir un hecho
o una conducta que pueda perjudicar el honor o la reputación del agraviado, los
cuales se estatuyen como elementos constitutivos del tipo penal previsto en el
artículo 132 del Código Penal, no habiéndose acreditado tal concurrencia en la
conducta desplegada por el acusado es de proceder absolverlo”.
En: Exp. No. 384-97-Pucallpa.