Citas La Herencia Del Dios Perdido
Citas La Herencia Del Dios Perdido
Citas La Herencia Del Dios Perdido
85 Subrayados
Todas dichas estructuras poseen, en tanto en cuanto su eficacia está demostrada, la cualidad de herencia o de
legado, que ya no presupone la presencia del artífice vivo.
aceleración de la evolución, aceleración debida a los efectos unidos de escritura, escuela, técnica, arte,
configuraciones estatales, archivo y ascesis.
¿Hemos de contemplar realmente la sugerencia de que los inventores de la inteligencia artificial hayan tomado el
puesto que dejó libre el Dios-hacedor? Y, entonces, ¿habrán de contar ellos, como este, con la rebelión de sus
criaturas? ¿Hay un pecado original de las máquinas? ¿Han de creer las máquinas en sus seres humanos, o habrá
un humanismo de los robots?
Las consecuencias del vaciado cada vez más rápido de las deliberaciones humanas en deliberaciones de
máquinas son imprevisibles.
Realmente fatal es la extinción de los dioses por la muerte de lenguas a nivel mundial. Los conocedores de la
materia afirman que en el curso del siglo XXI desaparecerán más de mil pequeñas lenguas. Con cada lengua
muerta se pierden a la vez una mitología, un sistema ritual y un léxico de nombres de dioses.
Subrayado (Amarillo) | Posición 385
Si Nietzsche había definido al ser humano como el «animal no asentado en firme», él osó dar el paso a la tesis de
que el ser humano es el ser vivo «asentado» junto a sí.
Así, aunque permanezca en un lugar, el ser humano va más allá del efecto de cerco del horizonte. No está aquí
sin estar allí. Siempre huyendo ya de los límites del entorno inmediato, en el intento de llegar a sí mismo, tiene
que descubrir que es un ser que esencialmente se mueve a su propio lado. Como herido por un más allá
inevitable, está distanciado de sí mismo en la cercanía más próxima a sí mismo.
El descanso en la imagen de lo propio solo puede surgir del antagonismo entre percepción ajena y
autoasentamiento. En el mejor de los casos, se trata de un sosiego en el desasosiego.
«lo edificante que hay en la idea de que nunca tenemos razón ante Dios»
La reducción procede de la evidencia firmemente interiorizada ahora de que a lo supremo incorruptible no puede
cambiársele de ánimo mediante ofrendas y amabilidades.
los amantes, originariamente afines, por algún motivo incomprensible se desencuentran y distancian.
Subrayado (Amarillo) | Posición 760
Europa adquirió un rango de preeminencia en la historia del surrealismo cuando comenzó a sacrificar
innumerables vidas por diferencias inapreciables.
puede ponerse aún en relación con el estado de ánimo básico de los sentimientos de hoy respecto al mundo y a la
vida. El resultado es casi siempre, prácticamente sin excepción, el mismo: no.
tarea y como camino de una interioridad entretejida con el mundo, que atraviesa al ente, sí, que pasa
rápidamente por él.
«... hay que mostrar la constitución ontológica de la interioridad misma... ¿Qué significa “ser-en”?... Ser-en...
significa una condición ontológica del ser-ahí...». MARTIN HEIDEGGER, Ser y tiempo
él es la Antigüedad en tanto que genio impío y en tanto que agente de una sociedad desespiritualizada,
disgregada en átomos de ambición y codicia;
Subrayado (Amarillo) | Posición 1821
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y he ahí que tú estabas dentro de mí y yo
fuera... Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo...
Solo ocasionalmente, sobre todo en procesos de herejía, se alzó ese telón, dejando a la vista del público las
luchas en lo invisible.
Pensamos en una teoría de esa fuerte relación que solo puede entenderse como bisubjetividad o cosubjetividad,
o, en nuestra terminología, como dúo microesférico o como burbuja elíptica.
humano se expone precisamente en la Modernidad, y no en último lugar allí donde esta pretende ser profunda o
radical, tan triunfalmente como casi nunca fue presentada antes. No es solo casualidad que hoy, según el uso
popular del lenguaje, se designe como una relación lo que tiene lugar entre individuos que se han conocido
casualmente y que, mientras se frecuentan, ya se ejercitan en volver a prescindir el uno del otro un día.
calienta tu propia vida hasta sobrepasar el punto de congelación, y haz lo que quieras. Cuando el alma se
deshiela, ¿quién dudaría de su inclinación y capacidad de trabajar y celebrar con otras?
los pensamientos propios más estimulantes son pensamientos ajenos que utilizan nuestras cabezas.
todos los que no observen las mismas creencias son expulsados de la communio.
También esta historia encierra posiblemente un núcleo anecdótico, que, a pesar de la evidente exageración
edificante, contiene la huella de un recuerdo real. Ello querría decir que el joven Jesús habría vivido con su
madre carnal y su compañero de vida posterior, el misterioso «carpintero», que realmente era un trabajador de la
construcción (tekton), más bien como un niño acogido, que no veía motivo alguno para involucrarse más de
cerca con sus padres, apenas presentables. En aquella época él mismo se habría inventado un padre adecuado, un
padre representativo, aunque invisible, que tenía la ventaja de estar por encima de cualquier difamación. Por
añadidura al brillante progenitor del más allá, más tarde habría dado vida a todo un sistema de parentesco suyo,
compuesto de hermanos y hermanas con los mismos sueños, que le asistieran en sus esfuerzos por poner fin de
una vez por todas a los bochornos producidos por la oscuridad real de su origen.
La materia de las transmisiones filiárquicas está hecha de autoridad antiautoritaria y antiautoridad autoritaria.
Los estilos neuróticos de existencia son compromisos en los que los individuos presentan sus ajustes de cuentas
acerca de las ventajas y desventajas de haber nacido. Por eso podemos interpretar las neurosis como balances
negativos de la experiencia del mundo131. De la segunda presuposición se sigue que los seres humanos, como
criaturas de riesgo, cambiantes de elemento, pueden fracasar en el cambio, ya sea porque no aprenden
correctamente ningún lenguaje, y en consecuencia son incapaces de simbolizar con suficiente viveza sus
penalidades, ya sea porque no alcanzan la orilla del mundo real, la terra ferma de acciones adultas, y se quedan
anegados y varados constantemente.
Subrayado (Amarillo) | Posición 3731
todos los aspirantes al chamanismo en todas las culturas tienen que entrenar la libertad de movimiento de sus
almas para estar en disposición de seguir, en sus solitarios exilios, a las almas extraviadas y perdidas de sus
compañeros de tribu y moverlas al retorno a la casa de almas de la comunidad.
la gran mayoría de las poblaciones modernas se mueve hacia una amplia individualización de las formas de vida
y se acomoda a manifestaciones informales y privadas de religiosidad residual.
Por utilizar una imagen del filósofo japonés Nishida, está obligado a construir en mar abierto la balsa con la que
quiere atravesarlo.
«en el mundo»; donde estoy resulta claro que el acontecimiento del mundo persiste inacabado.
El tener-que-ir-a-tierra desde la fluidez infantil se convierte típicamente, para los adolescentes de tiempos
altoculturales, en una escuela de dureza. «Existir significa jugar un papel»; el «papel» es el de sujetos
cualificados para conflictos, cum grano salis heroicos, en sus «grandes trabajos» y en sus luchas inevitables por
oportunidades de vida. En la mente de tales individuos se instaura un estado caracterizado por una presencia
permanente del escenario de conflictos y de la propia posición de uno en él. Para los seres humanos en la arena,
la imagen interior del puesto del conflicto vale como el mundo mismo; para ellos sería una novedad inaudita si
apareciera alguien que defendiera la tesis de que el mapa no es el terreno —la imagen del mundo, no el mundo,
y la imagen de sí mismo, no el sí mismo—. Tal message equivaldría al requerimiento de abandonar la arena y
acabar la guerra de los portadores-de-yo en lucha.
Definir la mística como mera «regresión» del sujeto a estados preyoicos sería de por sí regresivo, una
capitulación ante tendencias culturales que reducen y cierran el espacio interior182. Lo que da que pensar de la
mística, precisamente en una sociedad que cada vez más viene a menos, es el realce progresivo del «recuerdo»
extremo en la conciencia con un sentido de la realidad desarrollado. Quizá esto ofrezca una idea de lo que podría
significar educar en un mundo de seres apenas todavía educables.
es obligación absoluta de cualquier ser humano abolir todas las condiciones en las que el ser humano sea un ser
pobre, necesitado, despreciado, abandonado.
Las culturas y los pueblos solo pueden afirmarse en el flujo del tiempo si consiguen que los individuos
comprendan que su inmunidad privada solo puede ganarse en el marco de una coinmunidad social efectiva.
«Coinmunidad» es por ello la palabra clave para la comprensión de todas las historias políticas y sociales con
éxito. Con su ayuda resulta comprensible cómo los humanos pueden cooperar incluso en grandes grupos. El
cálculo coinmunitario explica por qué hay que sacrificar algo a un nivel bajo si se quiere conseguir algo a un
nivel superior.
Sobre esto se basan todas las donaciones e impuestos, todos los buenos modales y servicios, todas las ascesis y
virtudes.
El catastrófico flujo de los procesos globales hace hoy necesario reflexionar sobre la creación de una amplia
unidad de solidaridad que fuera lo suficientemente fuerte como para servir de sistema de inmunidad al todo
indefenso, a ese todo desprotegido que llamamos naturaleza, tierra, atmósfera, biosfera o antroposfera. Por eso el
imperativo categórico actualizado por Hans Jonas tiene que ser afinado una vez más.
Tienen que plantear contrapreguntas del tipo de: ¿por qué se quiere saber esto? O también: ¿en qué supuestos e
hipótesis se basa la formulación de la pregunta? Y finalmente: ¿a qué sociedad se llega si se opta por el pro, el
contra o el empate?
Comienzo mis consideraciones de contenido con la tesis según la cual vivimos en una «sociedad»
completamente histérica, significando la expresión «histérica» la capacidad de experimentar metáforas en propia
carne, para somatizar rumores y para operar con grandes narraciones sugestivas como si se tratara de
convicciones propias. La histeria es la inevitable constitución psicopolítica de las poblaciones plenamente
mediatizadas. Debido a las formas de vida nacionalestatales la histeria se ha impuesto por doquier allí donde los
seres humanos han tenido que aprender a vivir en la corriente de comunicación constante medialmente
construida y a acomodarse al cambio rítmico de temas de los espíritus del tiempo. Si la histeria —el paradigma
de la neurosis en el siglo XIX— ha desaparecido ampliamente hoy de las praxis de los psicoterapeutas, no es en
última instancia porque su motivo —la generación de histeria más o menos inauténtica a ojos de un observador
poderoso inductor— se haya convertido en normalidad en el mundo mediatizado. La sugestionabilidad es ahora
la primera obligación del ciudadano. Las mismas disposiciones que hace cien años contaban entre las
peculiaridades clínicas se cargan hoy en la cuenta de la competencia mediática.
Surge por un juicio equivocado sobre lo lento»187. El autor continúa: «Lento es un movimiento que dura más
que una generación.
Una tercera trascendencia proviene de la mala comprensión de lo que quiero llamar aquí la autonomía del otro.
Se produce por la circunstancia de que los otros, en principio y casi siempre, son independientes de nosotros y
por ello permanecen inaccesibles la mayoría de las veces para nosotros.
Por ese motivo quedan fuera de las fantasías de simetría que caracterizan nuestras tradicionales ideas de
respuesta, comprensión, represalias y cosas parecidas. Este descubrimiento conduce, si se le recibe como es
debido, al nacimiento de relaciones razonables, caracterizadas por la higiene de la distancia, entre personas
concretas.
Subrayado (Amarillo) | Posición 4886
Finalmente, el surgimiento de la trascendencia hay que remitirlo a la mala comprensión de las funciones de
inmunidad. Los sistemas de inmunidad representan, en general, encarnaciones de expectativas de lesiones. A
nivel biológico se muestran en la capacidad de formación de anticuerpos, en el jurista en forma de
procedimientos para la compensación de las injusticias, en el religioso en la figura de rituales superadores del
caos, que muestran a los seres humanos cómo proceder cuando ya no hay más camino según el juicio humano.
un quinto aspecto de la trascendencia para el que creo que no hace falta aducir nuevas descripciones críticas
concluyentes. Muchos autores han advertido de que la inteligencia humana posee la capacidad de imaginarse
una inteligencia que la supera.
La inteligencia vive siempre por encima o por debajo de sí misma, y orientarse al polo superior es un gesto con
el que reconoce su peculiar trascendencia.
Los mortales —por designarlos con su título griego— están desde antiguo bajo la presión de tener que hacerse
representaciones del lugar al que los muertos han «ido» y al que también ellos mismos serán «trasladados» post
mortem.
Finalmente, quiero referirme todavía brevemente a un séptimo significado de trascendencia, que normalmente va
acompañado de la idea de que una instancia ultramundana, normalmente Dios, se dirige en momentos
extraordinarios, por compasión o gracia, a los seres humanos y hace de ellos receptores de misivas que se
interpretan como revelaciones.
Lo que efectivamente pudiera extinguirse ahora, y merece acabar, es el periodo en el que un cierto escepticismo
racionalista consiguió entrar en escena como fuerza dogmática. Bajo su dominio se multiplicaron en demasía los
seres humanos metafísicamente inmusicales y religiosamente analfabetos, apostados en esas construcciones de
placas de hormigón armado de la desespiritualización, entre las que desdichadamente se encuentran hoy
también, a menudo, las universidades, hasta el interior mismo de las facultades de filosofía.
Subrayado (Amarillo) | Posición 4973
¿qué pensamos del compromiso con aquello que entretanto hemos aprendido fuera de las religiones, como
herederos de la Ilustración y como actores de la civilización contemporánea en sus aspectos técnicos, políticos,
psicológicos y artísticos?
participamos en una progresiva clarificación del mundo, más acá y más allá de los temas religiosos.
Más aún, la gran mayoría vivimos ya como si el Nuevo Testamento hubiera sido sustituido por un Testamento
Más Nuevo. Pertenece a la esencia de este Testamento el que permanezca religiosamente encubierto y en todo
caso hable de derechos humanos, ciencias, artes, sin querer constituir una Iglesia, a no ser la comunidad de los
dispuestos a aprender.
Si tuviera que resumir en una única frase el contenido del Testamento Más Nuevo, diría: Comprende el archivo
de todo lo que no puede ser olvidado por la humanidad fragmentada en culturas si quiere colocar sus destinos
futuros bajo un concepto enfático de civilización.
Las altas culturas aparecieron en escena hace 3.000 años más o menos como nuevos complejos evolutivos de
configuración política de poder e interpretación metafísica del mundo. En perspectiva lógica, como mejor se las
comprende es como experimentos gigantescos sobre la diferencia de alma y cosa, o bien de subjetividad y
objetividad. De esta diferencia primordial, con la que el pensamiento bivalente se convirtió en potencia histórico-
universal, se han derivado numerosas oposiciones que con acentos distintos fueron determinantes para la
organización de la vida espiritual-anímica en las diferentes altas culturas: lo animado o lo no animado, lo vivo y
lo no vivo, el fin y el instrumento, el alma y el mecanismo, la sustancia pensante y la extensa, el espíritu y la
materia, lo indisponible y lo disponible.
La imperialidad moderna aparece policéntrica, tecnocrática, medial y difusa; se basa en el pluralismo de los
deseos y en su medio económico, el mercado; supera el principio babilónico de torre por el principio
posbabilónico de red.
finalmente también seres como nosotros, entonces nuestro lugar en el mundo no puede entenderse por más
tiempo como trascendente.
Subrayado (Amarillo) | Posición 5162
Heidegger tiene razón en que la ciencia no piensa, en el caso de que fuera legítimo, naturalmente, no entender
por pensamiento otra cosa que la reflexión extática sobre nuestra exposición a lo abierto.
la nueva creencia sirve, como la antigua, para hacer seguro el mundo para los seres humanos.
Aunque el «alma» solo fuera una tramoya mecánica, es, sin embargo, el escenario en el que se produce el
estreno del mundo ante todo individuo que viene a él.
«Constituyente» se viene utilizando como dador de una constitución, sometedor a una ordenación