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Prácticas Parentales y Agresividad

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PERCEPCIÓN DE LAS PRÁCTICAS PARENTALES Y LA CONDUCTA

AGRESIVA EN NIÑOS DE PRIMARIA.

JIMÉNEZ OSORIO YARETH


LÓPEZ VILLEGAS MITZI
ROJAS MUÑOZ BALAM URIEL
VERDUZCO SANCHEZ LORENA ISABEL

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

GRUPO: 301

CICLO ESCOLAR 2017- 2018

ÍNDICE
Introducción 2

1.- Infancia. 4
1.1.- Niñez intermedia. 4
1.2. Desarrollo socioemocional en la infancia (niñez intermedia). 5

2.- Problemas de conducta en la niñez intermedia. 6

3.- Conducta agresiva en la niñez intermedia. 8

4.- Prácticas parentales. 9


4.1.- Componentes 10
4.2.- Prácticas parentales y estilos de crianza 10

5.- Prácticas parentales y conducta agresiva en niños. 11

6-. Planteamiento del problema 15


6.1.- Objetivos 15
6.2.- Pregunta de investigación 15
6.3.- Hipótesis 15
6.4.- Definición de variables 16

7.- Método 17

8-. Referencias 19

9-. Apéndices 22

Introducción
En los últimos años la investigación de la influencia de la paternidad en el desarrollo
del comportamiento infantil ha sido centro de diversos estudios, la incidencia de las
conductas agresivas en los niños va en aumento y además se encuentra mayormente
cada vez en edades más tempranas.

1
La conducta agresiva se entiende como las acciones realizadas por el infante, que
agrede en forma física o verbal a los demás.
El primer entorno de los niños es la familia, por lo que el desarrollo socio afectivo de
estos depende de la forma en que se eduque, por lo que la relación entre los patrones
de conducta ya sea agresiva o positiva están íntimamente relacionados con las
prácticas parentales que son usadas para su regulación.
Un estudio epidemiológico realizado en 2008 analizó la prevalencia en niños
de primaria de problemas relacionados con la violencia (problemas de atención e
hiperactividad, conductas agresivas y delincuentes) y las creencias y estilos
educativos de los padres que correlacionan con este tipo de problemas. Se comprobó
que algunas prácticas de crianza (repetir las normas insistentemente,castigar
frecuentemente o reforzar permitiendo a los niños realizar actividades que
normalmente le son prohibidas) son factores de riesgo para la aparición de este tipo
de problemas. ( Hernández L. M., Gómez I, Martín M. & González C. 2008).
Para explicar las variables que influyen en los problemas de comportamiento se han
realizado investigaciones para determinar si existe relación entre la percepción de las
prácticas de parentales y la conducta agresiva en infantes.
Apoyando esto existe evidencia que favorece el que los padres utilicen una
práctica parental basada en apoyar a los niños y reforzarlos por sus logros es eficaz
para la prevención de la violencia (OMS, 2014). Boardman (1962) (como se citó en
Morales, C. S. & Vázquez P. F. 2014) sugirió la necesidad de cambiar la conducta de
los padres como una forma efectiva para cambiar la conducta de los niños. El
entrenamiento conductual se ha dirigido, principalmente, a las conductas de
oposición, desobediencia y agresión infantil (Forgatch & Patterson, 2010).
De acuerdo a lo anterior y para entender los factores que influyen en este tema, se
abordarán temas como la infancia y el desarrollo emocional del niño, así como los
problemas de conducta que pueden aparecer durante esta etapa, y las prácticas
parentales con el propósito de responder; ¿Existe relación entre la percepción de las
prácticas parentales y la conducta agresiva en niños de primaria?. Y con el objetivo
de evaluar si existe relación entre la percepción de las prácticas parentales y la
conducta agresiva en niños de primaria,

2
Por tanto la hipótesis de investigación que rige esta investigación será: Existe relación
entre la percepción de las prácticas parentales y la conducta agresiva en niños de
primaria.
Todo lo anterior se evaluará con los siguientes instrumentos, Escala de Prácticas
Parentales de Andrade y Betancourt (2010) y el El Inventario de Conducta Infantil ICI
de Morales & Martínez (2013) con el propósito de encontrar una correlación y también
dar opciones que sean de utilidad para mejorar el problema que se aborda.

1. Infancia
La Infancia es una etapa del desarrollo humano caracterizada por un número
de acontecimientos que conforman una base importante para la edad adulta, así como
el desarrollo de habilidades que permiten al ser humano integrarse de forma correcta
en la sociedad, según la UNICEF (2014) es el periodo del desarrollo humano durante
el cual se tiene la clave para consolidar las capacidades físicas e intelectuales, para
la socialización con las demás personas, y para formar la identidad y la autoestima.
Santrok (2006) divide la infancia en 3 diferentes etapas:
● Primera infancia: Estadío evolutivo que va desde el nacimiento hasta los
18 o 24 meses de edad; es un período en el cual se tiene una total

3
dependencia de los padres y actividades psicológicas como el lenguaje,
pensamiento simbólico y aprendizaje social van comenzando.
● Niñez temprana: Estadío que va desde el final de la primera infancia
hasta los 5-6 años; en este tiempo los niños son más autosuficientes e
interactúan más tiempo con sus iguales.
● Niñez intermedia y tardía: Estadío que comprende de los 6-11 años, en
este período los niños dominan las habilidades lectoras, aritméticas y
de escritura.

1.1 Niñez intermedia

Durante la niñez intermedia se produce un progreso en la estructura


morfológica que afecta el crecimiento de las extremidades inferiores, a diferenciación
del tórax y el abdomen, a una mayor robustez (González y Bueno, 2007); en cuanto
al desarrollo cognitivo los niños son capaces de aplicar sus habilidades de
pensamiento y razonamiento a planteamientos cognitivos encontrando rápidamente
la respuesta. A medida que el niño va desarrollándose a nivel físico y cognitivo puede
lograr ciertos logros en su desarrollo social ya que se hacen más independientes y
toman sus propias decisiones, además de la interacción con otros niños y los adultos.
Rice, 1997 (cómo se citó en González y Bueno, 2007), dice que un desarrollo
psicosocial normal, pasa por las siguientes 4 etapas:
● Autosocialidad (lactante y prenatal)
● Heterosocialidad infantil (2-7 años)
● Homosocialidad infantil (8-12 años)
● Heterosocialidad adolescente y adulta (13 años en adelante).

Además en este estadío hay un incremento de la comprensión emocional que


le permite al niño una mejor apreciación de las causas de las emociones, una mejor
reorientación de las mismas y mejor autocontrol. ( Thompson, 1994; cómo se citó en
González y Bueno, 2007).

1.2 Desarrollo socioemocional en la infancia (niñez intermedia)

4
Durante la niñez intermedia se producen cambios en el desarrollo
socioemocional de distintas maneras; comienzan transformaciones en las relaciones
que tienen con sus padres y con sus iguales, además la escuela se torna a un ámbito
más académico.
El desarrollo del juicio moral es un proceso cognitivo que es estimulado por las
relaciones sociales que los niños experimentan según crecen (Piaget, 1969; cita en
González y Bueno, 2007).
Durante esta etapa evolutiva, los niños deben de aprender a relacionarse fuera
del contexto familiar e interactuar con sus iguales. Entre los 8 y 12 años el grupo de
compañeros es de gran importancia ya que las interacciones entre pares influyen el
fortalecimiento de las normas y roles sociales; brinda un ámbito en el cual los niños
aprenden los valores morales, donde adquieren la habilidad de negociar y pactar
soluciones, además del establecimiento de justicia con sus compañeros. (González y
Bueno, 2007).
Por lo general en este estadío del desarrollo a los padres les resulta más fácil
imponer normas de disciplina que en la niñez temprana y que en la adolescencia
(Santrok, 2006); además de que permite a los niños lleven a cabo una autorregulación
en su comportamiento.
La familia en esta etapa es de gran importancia ya que será donde se
desarrollen la mayor parte de las experiencias del niño; además de las conductas,
pensamientos y actitudes parentales influyen en la de los hijos (Trianes y Gallardo,
2004).

2. Problemas de la conducta en la niñez intermedia

Según López y Romero (2013) La niñez se reconoce en psicología como un


período de vulnerabilidad y plasticidad en el desarrollo progresivo hacia la
personalidad adulta. Durante esta etapa el desarrollo emocional del niño varía en
relación al entorno que lo rodea. Por ello, los niños pueden presentar diversos
problemas de conducta, tales como:
● Aislamiento. el niños tiene problemas para establecer relaciones
interpersonales ocasionando que evite el contacto con las personas, el menor
puede experimentar angustia cuando intenta tener acercamiento con quienes
lo rodean.( Rodríguez, 2006).

5
● Timidez. en este caso el menor puede experimentar vergüenza o pena antes
de socializar con personas nuevas. ( Rodríguez, 2006).
● Hiperactividad. El niño hiperactivo es aquel que tiene un nivel de inquietud
motora mayor de lo que se espera para su edad, física o mental, y que por lo
general su capacidad de mantener la atención hacia un estímulo, lección o
tarea está disminuida (Cardoze, 2007).
● TOI, Trastorno oposicionista infantil Los niños con este trastorno muestran una
conducta conflictiva, desobediente y desafiante sin violaciones graves de los
derechos de las otras personas. Es importante enmarcar aquí que los padres
y profesores son los primeros en notar este problema, ya que la desobediencia
es mostrada hacia ellos.
● TND trastorno negativista-desafiantes se caracteriza, por un enfrentamiento
continuo con los adultos y con todas las personas que representen algún tipo
de autoridad de autoridad, en especial dentro de la familia y de la escuela. Los
criterios diagnósticos del Trastorno negativista desafiante se presentan
agrupados en tres categorías (enfado/irritabilidad, discusiones/actitud
desafiante, y vengativo), pero no se exige un número mínimo de criterios de
cada categoría, por lo que esta agrupación no afecta al diagnóstico. Este
trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en
otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de
amigos, compañeros de trabajo) o tiene un impacto negativo en las áreas
social, educativa, profesional u otras importantes.(Parrado, 2009).
● TDHA Trastorno de Deficit de atencion con Hiperactividad. Según el DSM-V en
este trastorno los niños presentan dificultad para controlar su conducta,
presenta problemas de atención y déficit en el control de sus impulsos así como
también dificultad para seguir normas e instrucciones a la edad a partir de la
cual se exige que estén presentes algunos síntomas de inatención o
hiperactivo-impulsivos, es a los 12 años. Algunas características de dicho
trastorno son con frecuencia, falla en prestar la debida atención a detalles o
por descuido, se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o
durante otras actividades, también tiene dificultades para mantener la atención
en tareas o actividades recreativas, en otros casos parece no escuchar cuando
se le habla directamente y pierde cosas necesarias para tareas o actividades.
(Trujillo y Martín 2010).
● TD Trastorno Disocial o Trastorno de conducta según el DSM-V en este
trastorno el niño presenta comportamientos que violentan los derechos básicos
de los demás o las normas o reglas principales que van a corde a su edad. Se
ofrece en el mismo manual una diferenciación en función el trastorno este se
da con los siguientes especificadores: emociones prosociales limitadas; falta
de remordimientos o culpabilidad; insensible, carente de empatía;
despreocupado por su rendimiento; o afecto superficial o deficiente. En este
trastorno el niño debe mostrar por lo menos unos de los síntomas (López y
Romero, 2013).

6
● Trastorno explosivo intermitente, este trastorno se caracteriza por arrebatos
recurrentes en el comportamiento que reflejan una falta de control de los
impulsos de agresividad, Agresión verbal tales como berrinches, diatribas,
disputas verbales o peleas y agresión física ya sea contra la propiedad, los
animales u otros individuos, en promedio dos veces por semana, durante un
periodo de tres meses. La agresión física no provoca daños ni destrucción de
la propiedad, ni provoca lesiones físicas a los animales ni a otros individuos.
La magnitud de la agresividad expresada durante los arrebatos recurrentes es
bastante desproporcionada con respecto a la provocación o cualquier factor
estresante psicosocial desencadenante.

La detección de estos trastornos de la conducta en los infantes de acuerdo con


Alda, Arango, Castro, Petitbó, Soutullo, San (2009) tiene ciertos requisitos, de
acuerdo con los criterios del DSM-IV para diagnosticar este trastorno el niños debe
presentar un mínimo de síntomas que dicho manual otorga a cada trastorno. (como
se citó en Parrado y Sais, 2009).
Según Casera, Fullana y Torrubia (2002) la preocupación de padres y profesores por
el aparente crecimiento de estos problemas, tiene su confirmación en el ámbito
científico con la ayuda de estudios epidemiológicos y ensayos clínicos donde se ha
comprobado el aumento en la incidencia de estos tipos de desórdenes psicológicos
además de que es cada vez más temprana. SIendo la conducta Agresiva la más
frecuente en los niños. (como se citó en López, Gómez, Martín y González, 2008).

3. Conducta agresiva en la niñez intermedia


Los trastornos negativistas comienzan por lo general entre los 6 y 7 años y se
dan en entre el 5% y 6% de los varones y entre el 0% y 2& en el caso de las chicas
según Jean Dumas (citado en: Bourcier, 2012)
Existe una agresividad normal dentro del comportamiento infantil derivada de
no saber regular sus emociones, no contar con herramientas de solución de conflictos,
no tener comportamientos adaptativos que puedan sustituir la agresividad además de
que los niños aún no adquieren la suficiente soltura social para interactuar de forma
positiva con su entorno. Lo que distingue la agresividad normal de una agresividad
atípica es la frecuencia y la gravedad de los actos. La agresividad atípica se
manifiesta en niños que intimidan o usan objetos para herir a otras personas, son
incapaces de mantener una relación positiva con sus compañeros y en algunas
ocasiones llegan a atacar a los padres, la intencionalidad de sus acciones y el
potencial peligro de las mismas no deben pasarse por alto (Bourcier, 2012). La
conducta agresiva puede ser impulsada por la frustración del hijo, así como las
tensiones familiares o violencia conyugal.
Según Arriaga (2009) la causa real y profunda de la agresividad, la rebeldía y
la violencia en los niños y posteriormente en los adolescentes es la mala educación
emocional que que enseñan los padres desde el hogar. Todos nacen con las
emociones pertinentes y adecuadas para vivir y ser felices, sin embargo, la mala

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educación en casa ocasiona que aparezcan emociones aprendidas y sustituyen a las
verdaderas: El amor genuino motiva a estar cerca de los seres queridos, aceptarlos y
respetarlos demostrando que son importantes, la mala educación puede provocar que
se convierta en un amor condicionado donde se usa como un instrumento de dominio,
se da y expresa cuando se quiere algo y en el caso de no satisfacerlo se deja de dar.
El miedo solo aparece en los momentos de peligro real, en él se encuentra la
seguridad y confianza en uno mismo y da las herramientas para reaccionar con el fin
de mantener a salvo la integridad, el miedo tergiversado se convierte en temor que
produce miedos fantásticos y fatalistas, los hace fracasar y sentir que no son capaces
de nada. La alegría y el gusto se considera una emoción muy fuerte, incluso más
importante que el amor, los niños felices no tienen la base emocional para lastimar,
una mala educación lo convierte en gusto maligno y orgullo, estos niños sienten gusto
al lastimar a los demás, dan la base para las burlas de forma cínica, sarcástica o
sinvergüenza.
Si un niño intenta tener un juguete o busca atención mediante el uso de enojos,
berrinches o chantaje y consigue salirse con la suya es seguro que volverá a usar la
misma táctica en situaciones posteriores
El niño suele usar ciertas palabras o expresiones para poder desahogarse de
distintas situaciones frustrantes pero se convierte en agresión cuando se insulta o
daña a otra persona, en las primeras manifestaciones a veces el objetivo no es
precisamente el ofender a alguien más sin embargo a lo largo de su crecimiento si
debe tomarse en cuenta la intencionalidad con la que dice las cosas. La expresión de
malas palabras suele aprenderse dentro del contexto familiar o social, ya sean
palabrotas o palabras con connotación sexual como “pene” o “teta” que llegan a
parecer divertidos a los adultos y fomentan su uso. Es importante parar las malas
palabras y enseñarles que pueden causar daño para evitar que evolucionen a formas
más severas como las intimidaciones, chantajes o amenazas (Bourcier, 2012)
Murphy 2002 (citado en: Bourcier, 2012) señala que la cólera es una emoción
muy intensa, se expresa en reacciones inmediatas como alaridos, insultos, amenazas
a otros niños o acciones agresivas dirigidas a una fuente de frustración sin embargo
tales acciones no deben confundirse con conducta violenta ya que suele preceder
situaciones de hambre, tristeza, rechazo, decepción o humillación, en muchas
ocasiones el niño siente impotencia de no poder controlar situación. De igual forma
las familias irascibles, indulgentes o que no están muy presentes en la vida del niño
los predispone ante las explosiones de cólera.

4. Prácticas parentales.
Andrade y Betancourt (2008) definen las prácticas parentales como las
conductas específicas que utilizan los padres par educar a sus hijos.
Algunos autores sugieren que las prácticas parentales pueden agruparse en tres
componentes: apoyo, control conductual y control psicológico, los cuales afectan de

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manera diferencial el desarrollo de los niños.(Steinberg, Lamborn, Dornbusch y
Darling, 1992; en Andrade y Betancourt, 2008)

4.1 Componentes.

En primera instancia el apoyo se refiere a la cantidad de soporte y cariño que


el padre o la madre muestran hacia su hijo. En diversas investigaciones de Andrade
y Betancourt, han encontrado como resultado que el apoyo parental afecta, tanto
como a la sintomatología depresiva en niños como a las conductas externalizadas e
internalizadas.
Por su parte, el control conductual se define como el conjunto de límites, reglas,
restricciones y regulaciones que los padres tienen para sus hijos y el conocimiento de
las actividades de los mismos (Barber, Olsen y Shagle, 1994; Smetana y Daddis,
2002). Referente al control psicológico se define como los intentos de los padres por
controlar las actividades del niño o el adolescente de una manera que afecta
negativamente su mundo psíquico y socava su desarrollo (Barber y Harmon, 2002).
Andrade y Betancourt (2011) mencionan que el control psicológico es nocivo
debido a que, como anteriormente se estipuló, se asocia con problemas emocionales
y de conducta de los hijos; los padres intentan controlar el desarrollo psicológico y
emocional del niño: sus pensamientos, expresiones y emociones. Sobre el control
conductual, comentan que puede ser positivo cuando se utiliza el razonamiento por
parte de los papás y mamás en el manejo de los niños.

4.2 Prácticas parentales y estilos de crianza.


Los estilos de crianza se refieren al clima emocional en el que los padres
forman a sus hijos. (Darling y Steinberg, 1993; cita en Andrade y Betancourt, 2008)
De acuerdo con Baumrind 1966 (como se citó en Sierra y Pérez, 2014) los estilos de
crianza se dividen en: padres autoritarios, autoritativos y permisivos.
Los padres autoritarios intentan formar, controlar y evaluar la conducta y actitudes del
niño de acuerdo a un conjunto estandarizado de conductas, usualmente un estándar

9
absoluto y, formados por una gran autoridad, favorecen las medidas de castigo o de
fuerza y están de acuerdo en mantener a los niños en un papel subordinado y en
restringir su autonomía.
Mientras que los padres autoritativos intentan dirigir la actividad del niño
imponiéndole roles y conductas maduras, pero utilizan el razonamiento y la
negociación. Los padres de este estilo educativo tienden a dirigir las actividades del
niño de forma racional.
Parten de una aceptación de los derechos y deberes propios, así como de los
derechos y deberes de los niños, lo que la autora consideraba como una “reciprocidad
jerárquica”, es decir, cada miembro tiene derechos y responsabilidades con respecto
al otro.
Por su parte, los padres permisivos proporcionan gran autonomía al hijo,
siempre que no se ponga en peligro su supervivencia física. El prototipo de adulto
permisivo requiere que se comporte de una forma afirmativa, aceptadora y benigna
hacia los impulsos y las acciones del niño. Su objetivo fundamental es liberarlo del
control y evitar el recurso a la autoridad, el uso de las restricciones y castigos.
La relación entre estilos de crianza y prácticas parentales radica en que el estilo
de crianza marcará el carácter emocional de las conductas específicas que utilizará
el padre para educar a su hijo, llamesele a estas conductas específicas, prácticas
parentales. Por ejemplo, un padre con un estilo de crianza autoritativo, en el que como
ya se ha mencionado, anteriormente, se busca el razonamiento y la negociación;
utilizaría el control conductual como práctica de crianza, y de esta manera fomentar
el razonamiento en su hijo. Situación diferente con un padre de estilo autoritario que
utilizando una práctica de control psicológico, busca controlar sentimientos,
pensamientos y emociones de su hijo, provocando con ello problemas emocionales y
conductuales, como lo marca la literatura.

5. Prácticas parentales y conducta agresiva en niños.

Diversos estudios confirman que los padres funcionan de manera más o menos
planificada como modelos, transfiriendo ciertas normas y atribuciones, y dando así
oportunidades para que el niño entienda diversas situaciones y circunstancias y así
finalmente puedan reaccionan de manera que fomente o debilite los comportamientos

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de los niños en dirección a ciertos valores y actitudes, que vayan de acuerdo a la
normativa de la sociedad.
Morales, Félix, Rosas, López y Nieto (2015) realizaron un estudio con el fin de
describir los estilos de crianza que se relacionan con el comportamiento negativista
desafiante o agresivo en niños, fueron evaluados 300 padres mexicanos; se encontró
que el porcentaje de niños con comportamiento negativista desafiante fue mayor que
el de los niños con conducta agresiva, las prácticas de crianza reportadas con
mayores porcentajes fueron las de baja efectividad (Castigo, ganancias materiales.
establecimiento de normas y límites poco claros) y bajos promedios en las prácticas
efectivas (Ignorar conducta no deseada, corrección simple del comportamiento, elogio
de la obediencia y de la actividad académica); además de que estas últimas técnicas
se asociaron con un menor porcentaje de reportes de conducta agresiva como
negativista y desafiante.
Por su parte en el estudio realizado por Vite y Vázquez (2014) describe la
correlación entre la frecuencia de problemas de comportamiento infantil y la
percepción de la conducta como un problema. La percepción de la conducta como
problema para los padres tiene una asociación moderada con la frecuencia de
problemas de comportamiento. Los factores de los estilos educativos parentales que
más se asocian con los problemas de comportamiento infantil fueron: Crítica-
Rechazo, Forma Indulgente y Afecto-Comunicación, y los que menos se asocian
fueron los correspondientes a la Forma Inductiva y Rígida.
Es decir, los padres señalan que tienen dificultad en poner normas o límites a
la conducta de sus hijos y, si lo hacen, no exigen su cumplimiento. Así mismo, no
explican reglas de comportamiento, utilizan técnicas de distracción en lugar de
abordar el problema razonando directamente con el niño, lo que a su vez genera la
ocurrencia de conductas tales como gritar, pelear, desobedecer, y berrinches. Por
otra parte, los padres muestran un estilo parental caracterizado por niveles
inadecuados de afecto, apoyo y un predominio de rechazo hacia los hijos. En
resumen, los resultados pueden interpretarse como un apoyo para la detección de
variables moderadoras en la relación crianza y problemas de comportamiento infantil.
Morales y Vázquez (2014) realizaron un estudio con 84 padres de 8 entidades
de la República Mexicana donde encontraron, según los resultados, que la estrategia
de ignorar, el elogio, el seguimiento de instrucciones, el establecimiento de reglas, la

11
interacción social y académica y la corrección simple del comportamiento se
asociaron con la reducción del comportamiento negativista desafiante, la agresión,
inatención, y la hiperactividad.
Por otro lado, un estudio realizado por Sierra y Pérez en 2014 con una muestra de 18
progenitores de niños referidos por el equipo psicopedagógico de sus respectivas
escuelas por presentar problemas de comportamiento, tomados de nueve escuelas
primarias públicas del sur de la ciudad de México, encontraron que los progenitores
de los niños con problemas de comportamiento ejercen el castigo para corregir el
comportamiento por medio de gritos, regaños y obligan a que se cumplan las reglas,
a la vez que retiran la atención. Ambos estudios, arrojan la incidencia significativa del
comportamiento parental sobre las conductas infantiles, específicamente con qué
elementos lo fecta, ya se de manera positiva que sería la corrección, o bien, de
manera negativa que significaria el aumento.
En un estudio realizado por García, García y Casanova (2012) se encontró que
las prácticas educativas positivas como el afecto y el uso de la disciplina inductiva
tienen menor incidencia en el comportamiento agresivo de los hijos, por otra parte las
prácticas negativas como el rechazo o la disciplina rígida e indulgente predicen la
aparición de conductas agresivas. Sin embargo la disciplina inductiva predice la
agresión verbal en niñas por la experimentación de culpa a causa de la madre.
Se ha encontrado que el uso del monitoreo como factor protector donde los
padres están al pendiente de las actividades de sus hijos fuera del hogar, por medio
de una buena relación de confianza y comunicación previene la aparición de la
conducta agresiva, el monitoreo es realizado en mayor medida por las madres que
obtuvieron un puntaje significativamente más alto que los padres (Cabrera, Gonzalez
y Guevara, 2012).
Andrade y Betancout (2012) realizaron un estudio con el fin de comprar el nivel
de predicción de las prácticas parentales en los problemas emocionales y
conductuales de los hijos desde la perspectiva de la madre, el padre y el hijo (a),
utilizaron un muestra de 552 niños (as) mexicanos y 395 mamás y 349 papás de los
niños; se encontró que la percepción del control psicológico materno y paterno
contribuyen significativamente a los problemas conductuales en niños y a los
emocionales en las niñas; mientras que la falta de control conductual materno y
control psicológico paterno influyen en los problemas conductuales de las niñas, y la

12
imposición y falta de autonomía de la madre y el control psicológico del padre en los
problemas emocionales de los niños.
En un estudio realizado por López, Gómez, Martín y González (2008), se
demostró que El 55,4% de los padres definía a su hijo/a como nervioso , el 52,3%
señalaba que no estaba quieto nunca y el 42,7% destaca que no puede estar atento
mucho rato. Así mismo, casi un 40% señala que su hijo actúa sin pensar y que se
comporta de manera infantil. Por edades, la puntuación más alta corresponde a los
niños de 3º y 4º de primaria (puntuación media= 4,01; dt=3,733). En relación con la
conducta agresiva. Un 69,2% de los padres señala que su hijo discute mucho, por
encima del 50% están los padres que dicen que su hijo reclama mucha atención,
habla demasiado o no obedece en casa. Alrededor del 40% están los que afirman
que su hijo se pelea mucho, grita y chilla mucho, hace payasadas o es irritable o
testarudo. Un 32,5% destaca que su hijo tiene muchas rabietas. Algo más del 25%
señala que su hijo tiene celos, es demasiado alborotador o fanfarronea mucho. El
factor conducta agresiva es el que muestra una mayor prevalencia en toda la CBCL,
con una media de 6,55 (dt= 5,416).
En cuanto a los estilos educativos de los padres que correlacionan
significativamente con estos problemas en los niños, con las conductas agresivas se
comprobó que repetir insistentemente las instrucciones correlaciona positivamente
con este tipo de comportamientos (r= 0,208;p< 0.01). También correlaciona de
manera positiva utilizar estrategias de castigo positivo (r= 0,265; p< 0.01) y negativo
(r= 0,179; p< 0.01) o ponerlos a estudiar como forma de castigo (r= 0,099; p< 0.05).
También en este caso utilizar como recompensa el permitir que los niños realicen
actividades que normalmente le están prohibidas correlaciona positivamente con
estos problemas (r= 0,099; p< 0.05).

Planteamiento del problema


Con base en todo lo descrito anteriormente y debido al aumento en la incidencia de
conductas agresivas en niños en los últimos años, se pretende conocer si existe
correlación entre las prácticas parentales y la conducta agresiva en los niños.
Objetivos
- Evaluar si existe relación entre la percepción de las prácticas parentales y la
conducta agresiva en niños de primaria.

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Objetivos específicos
-Comparar si existen diferencias en la percepción de las prácticas parentales en niños
de primaria de acuerdo al sexo.
-Comparar si existen diferencias en la conducta agresiva de niños de primaria de
acuerdo al sexo.
Pregunta de investigación.
¿Existe relación entre la percepción de las prácticas parentales y la conducta
agresiva en niños de primaria?.
Hipótesis de investigación
Existe relación entre la percepción de las prácticas parentales y la conducta agresiva
en niños de primaria.
Ho: No existe relación entre la percepción de las prácticas parentales y la conducta
agresiva en niños de primaria.
Ha: 1. Existen diferencias entre la percepción de prácticas parentales de niños de
primaria de acuerdo al sexo.
2. Existen diferencias en la conducta agresiva de los niños de primaria de acuerdo al
sexo.
Ho: 1. No existen diferencias entre la percepción de prácticas parentales de niños de
primaria de acuerdo al sexo.
2. No existen diferencias en la conducta agresiva de los niños de primaria de acuerdo
al sexo.
Definición de variables
Prácticas parentales: Son aquellas conductas específicas (comunicación, control
conductual, control psicológico, autonomía e imposición) que utilizan los padres para
educar a sus hijos Andrade y Betancourt (2010).
Definición operacional: Serán aquellas conductas que los niños perciben sobre sus
padres a través del cuestionario de prácticas parentales de Andrade y Betancourt
(2010) que consta de 80 reactivos en escala tipo likert con una confiabilidad de .80.
Conducta agresiva: Son conductas antisociales que consisten en agredir a otras
personas de manera física o verbal.
Definición operacional: Serán aquellos niños que dañen o lastimen a otra persona de
forma intencionada por medio de golpes, empujones o con el uso de palabras. Serán
evaluados con El Inventario de Conducta Infantil (ICI; Morales & Martínez, 2013) es

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un instrumento de 30 reactivos, escala tipo likert con una confiabilidad de .93 (por alfa
de Cronbach).

MÉTODO

Participantes
Se trabajará con una muestra de 100 niños y niñas de la escuela primaria Razón y
Fuerza de la Revolución Mexicana ubicada en la Ciudad de México, del cuarto y
quinto grado del turno matutino, los cuales se obtendrán de un muestreo no
probabilístico por cuota.

Instrumentos
Para medir la percepción de prácticas parentales se utilizará la escala de Andrade y
Betancourt (2010) que mide en 5 dimensiones para mamá: comunicación, autonomía,
control conductual, control psicológico e imposición y cuatro en el caso del papá:
comunicación-control conductual, autonomía, imposición y control psicológico. Es un
instrumento autoaplicable de lápiz y papel que consta de 80 reactivos en una escala
tipo Likert con 4 opciones de respuesta que va de nunca a siempre, este instrumento
fue validado con población mexicana y se obtuvo una confiabilidad de .80 (alfa de
Cronbach).
Para evaluar la conducta agresiva de los niños se utilizará el Inventario de Conducta
Infantil (ICI; Morales y Martínez, 2013), es un instrumento auto aplicable de lápiz y

15
papel de 30 reactivos que puede resolverse aproximadamente en 30 minutos. La
confiabilidad del instrumento fue de .93 (por alfa de Cronbach) con cuatro factores:
comportamiento oposicionista desafiante, comportamiento agresivo, inatención y la
dimensión de hiperactividad. Cada pregunta se responde empleando una escala tipo
Likert de cinco puntos (0 = nunca; 4 = siempre).

Diseño de investigación.
Se realizará un estudio no experimental, correlacional y transversal.

Procedimiento
Las dos escalas se aplicarán a los niños de manera grupal en sus salones de clase.
Se contará con la autorización de los directivos del plantel y de los padres de familia
(firmarán el consentimiento informado), el cuestionario será anónimo.

Análisis de resultados.
Los datos obtenidos se analizarán con el programa estadístico SPSS 20. Se aplicará
estadística descriptiva para cada una de las variables (Prácticas parentales y
conducta agresiva) con el fin de ver el comportamiento de éstos en la muestra de
niños estudiada. Por otro lado también se correrá una correlación con el fin de evaluar
si las variables de estudio se correlacionan o no.

16
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Apéndice A: Escala de Prácticas Parentales

19
Escala Prácticas Parentales para adolescentes: PP-A
Hola, somos personas que trabajamos en la Universidad, queremos que por favor nos
ayudes respondiendo este cuestionario acerca de la forma en la que piensan y sienten
los jóvenes de tu edad y la forma en la que las mamás y papás tratan a sus hijos(as).
Si tienes alguna duda por favor ten confianza y pregúntanos lo que quieras saber. Te
recordamos que nadie se va a enterar de lo que contestes.
GRACIAS POR TU AYUDA
¿Eres? Hombre ( ) Mujer ( ) ¿Cuántos años tienes?

__________________

¿Con quién

vives?____________________________________________________________

A continuación hay oraciones sobre la forma en la que TU MAMÁ se porta contigo,


escoge la respuesta que más se parezca a lo que ella hace contigo.

Poca Mucha
Nunc s s Siempr
a vece veces e
MI MAMÁ: s

Sabe en dónde estoy cuando salgo de


mi casa

Le digo lo que hice, cuando salgo y


regreso a casa

Me hace sentir que soy un(a) inútil

Sabe en dónde estoy después de la


escuela

Me dice que soy un(a) “burro(a)”

Habla conmigo sobre mis problemas

20
Me deja tomar mis propias decisiones

Me impone las cosas que ella piensa

Me grita por cualquier cosa

Conoce a mis amigos (as)

Respeta las decisiones que tomó

Cuando me castiga me hace sentir


culpable

Cree que todos debemos pensar como


ella

Se enoja conmigo por cualquier cosa

Le platico sobre los planes que tengo


con mis amigos

Todo lo que hago le parece mal

Platica conmigo como buenos(as)


amigos (as)

Cuando estoy triste me consuela

Apoya mis decisiones

Me dice que soy un(a) mal(a) hijo(a)

Ella cree que tiene la razón en todo

Respeta mis ideas, sin criticarme

Me dice groserías o insulta, si me porto


mal

Conoce lo que hago por las tardes


después de la escuela

Me pregunta qué hago con mis amigos

21
Platica conmigo de cómo me va en la
escuela

Me ayuda en mis problemas

Me deja hacer mis propios planes


acerca de las cosas que quiero

Quiere que sea como ella es

Me da confianza para platicarle algo


muy personal de mí mismo (a)

Respeta mi punto de vista, aunque sea


diferente del que ella dice

Quiere que haga todo lo que ella dice

Me da confianza para que me acerque


a ella

Me dedica tiempo para platicar

Quiere que piense como ella piensa

Entiende las razones que le digo

Respeta mis decisiones aunque no


sean las mejores

Platica conmigo de las cosas que me


suceden

Piensa que todo lo que dice está bien

En la casa se hace lo que ella dice

A continuación hay oraciones sobre la forma en la que TU PAPÁ se porta contigo,


escoge la respuesta que más se parezca a lo que él hace contigo.

22
MI PAPÁ: Poca
s Mucha
Nunc vece s Siempr
a s veces e
Habla conmigo sobre mis problemas

Me trata injustamente

Platica conmigo como buenos amigos

Me impone su manera de ser

Me consuela cuando estoy triste

Quiere que sea como él es

Me culpa por todo lo que sucede

Me escucha de forma paciente cuando


le platico mis problemas
Me amenaza, si me porto mal

Me dedica tiempo para platicar

Me ayuda en mis problemas

Respeta mis gustos

Cree que todos debemos pensar igual


que él
Pienso que me tiene mala voluntad

Me da confianza para que me acerque


a él
Me culpa por cualquier cosa

Le platico las cosas que me suceden

Respeta mi punto de vista, aunque sea


diferente del que él dice

Platica conmigo de lo que hago en mi


tiempo libre

23
Respeta las decisiones que tomo

Él cree que tiene la razón en todo

Me deja tomar mis propias decisiones

Entiende mi manera de ser

Me pregunta sobre las cosas que me


pasan durante un día normal en la
escuela

En la casa se hace lo que él dice

Acepta mi forma de expresarme

Me deja hacer mis propios planes


acerca de las cosas que quiero

Me pregunta sobre las cosas que hago


en mi tiempo libre

Me hace sentir que soy un(a) inútil

Me grita por cualquier cosa

Se enoja conmigo por cualquier cosa

Apoya mis decisiones

Platica conmigo sobre los planes que


tengo con mis amigos(as)
Quiere que haga lo que él dice

Platica conmigo sobre todo lo que hago

24
Me pregunta qué hago con mis
amigos(as)

Me dice que sus ideas son las correctas


y que no debo de dudarlo
Platica conmigo sobre cómo me va en
la escuela

Cuando salgo y regreso a casa, le digo


lo que hice
Quiere que piense como él piensa

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