VictimologAa 13 - Programas Asis - Lima Malvido, MarAa de La Luz (A
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Victimología
Serie
Victimología, 13
Victimología
Colaboradores:
César Fortete
Judith Biodo
Verónica Bouvier
ISBN 978-987-1925-02-5
1. Victimología. I. Reeves, Helen II. Spezia, Stella III. Hilda Marchiori, dir. IV. Título
CDD 362.88
© Editorial Encuentro
1° Edición.
Impreso en Argentina
ISBN: 978-987-1925-02-5
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser re-
producida, almacenada o transmitida por ningún medio, ya sea electrónico,
químico, mecánico, óptico, de grabación o por fotocopia sin autorización
previa.
Miembros de la CÁMARA
ARGENTINA DEL LIBRO
www.editorialbrujas.com.ar publicaciones@editorialbrujas.com.ar
Tel/fax: (0351) 4606044 / 4609261- Pasaje España 1485 Córdoba - Argentina.
Victimología
Comité Científico Consultor
John Dussich, ex Presidente The World Society of Victimology.
Irene Melup, Experta de Naciones Unidas.
Luis Rodríguez Manzanera, Presidente Sociedad Mexicana de
Criminología, México.
Helmut Kury, Universidad de Freiburg, Alemania.
Elías Escaff Silva, Director General Víctimas del Delito, Ministerio
Público, Chile.
Emilio Viano, American University, Washington, USA.
Fely González Vidosa, Fundadora y Directora de la Primer Oficina
de Ayuda a Víctima, España.
Irvin Waller, Director International Centre for the Prevention of
Crime, Montreal, Canadá.
María de la Luz Lima, Vicepresidenta The World Society of
Victimology.
Yael Danieli, Directora Group Project for Holocaust Survivors and
their Children, New York, USA.
Marlene Young. Presidente de National Organization for Victim
Assistance. USA
Zulita Fellini, Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires.
Aida Tarditti, Profesora de Derecho Penal de la Universidad Nacional
de Córdoba, Vocal del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba,
Argentina.
Pedro David, Juez Ad Litem del Tribunal Penal Internacional para
la Ex Yugoslavia. Juez de la Cámara Nacional de Casación Penal de
Argentina.
Ester Kosovski, Presidente Sociedad de Victimología de Brasil.
Antonio Sánchez Galindo, Miembro de Número de la Academia de
Ciencias Penales, México.
María Josefina Ferrer, Instituto de Ciencias Penales de la Universidad
Central, Venezuela.
Gabriela Fulco, Fundadora y Directora del Centro de Asistencia a la
Víctima de Violencia Familiar. Uruguay.
German Aller, Profesor de Derecho Penal y Criminología de la
Universidad de la República, Uruguay.
María Inés Cuadros, Asociación Colombiana en Defensa del Menor
Maltratado, Colombia.
María Cristina Barberá de Riso, Facultad de Derecho, Universidad
Nacional de Córdoba, Argentina.
Eva Giberti, Coordinadora del Programa Las Víctimas contra la
violencia, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Argentina.
Caridad Navarrete Calderón, Profesora de Criminología, Universidad
de la Habana, Cuba.
Rebeca Gonzalez Leche, Centro Victimológico, Guatemala.
Susana Medina de Rizzo, Vocal de Tribunal Superior de Justicia de
la Provincia de Entre Rios. Presidente Asociación de Mujeres Jueces
de Argentina
Rosa del Socorro Lescano, Juez de Cámara Nacional en lo Criminal.
Buenos Aires.
Jorge Trinidade, Presidente de la Sociedad Brasileña de Psicología
Jurídica. Brasil.
Contenidos
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Estándares Internacionales de calidad en la atención de la
Víctima de delito:
1
Dra. María de la Luz Lima Malvido, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Victimología,
Miembro Fundador de la Sociedad Mexicana de Criminología, Miembro de Número de
Academia Mexicana de Ciencias Penales y Presidenta de la Red Social de Victimología,
2012.
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El concepto de calidad
Los criterios de calidad no pueden ser producto de una valoración
apriorística, sino producto de la investigación científica que dé base
2
Demos con ejemplo la Ley para la Protección a Víctimas de Delitos del Estado de Puebla,
de México, que es claramente asistencial, cuyo fundamento es una Constitución Estatal
la cual fue redactada antes de la Declaración de los Principios Fundamentales de Justicia
para las Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder de la ONU, y en su Capítulo Cuarto
otorga “protección a la víctima”, a través de servicios asistenciales en su Artículo 12:
“La protección a víctimas por la comisión de conductas consideradas delictivas, comprenderá: I.
La gestión para la atención médica de emergencia, atención psicológica y traslado de lesionados
a instituciones hospitalarias; II. El pago de gastos médicos, de atención psicológica, gastos de
hospitalización y suministro de los medicamentos prescritos, prótesis, aparatos ortopédicos y
similares que resulten indispensables para la recuperación del lesionado; III. La provisión de
víveres hasta por el término de tres meses al lesionado y a sus dependientes económicos, así
como a los de aquellos que pierdan la vida; IV. El otorgamiento de los servicios funerarios,
consistentes en: traslado del cuerpo, ataúd, equipo de velación, gastos de inhumación y trámites
inherentes a la expedición del certificado de defunción correspondiente; y V. La canalización
en su caso de las víctimas, a instituciones de asistencia que operen en el Estado.”
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Donabedian quien creó el procedimiento para el mejoramiento de la Calidad de la
Atención Médica. http://fundaciondonabedian.org.ar/
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Las Convenciones de Ginebra han sido:
• La Primera Convención de Ginebra, 1864, que comprende el Convenio de Ginebra
para el mejoramiento de la suerte que corren los militares heridos en los ejércitos
en campaña de 1864.
• La Segunda Convención de Ginebra, 1906, que comprende el Convenio de Ginebra
para el mejoramiento de la suerte de los militares heridos, enfermos o náufragos
en las fuerzas armadas en el mar de 1906.
• La Tercera Convención de Ginebra, 1929, que comprende: Convenio de Ginebra
para mejorar la suerte de los heridos y enfermos de los ejércitos en campaña y
el Convenio de Ginebra relativo al trato de los prisioneros de guerra del 27 de
julio de 1929.
• La Cuarta Convención de Ginebra, 1949, que comprende 4 convenios aprobados
por la Conferencia Diplomática destinada a Elaborar Convenios Internacionales
a proteger a las víctimas de la guerra en 1949. Entró en vigor el 21 de octubre
de 1950 y contiene Convenio de Ginebra para Aliviar la Suerte que Corren los
Heridos y Enfermos de las Fuerzas Armadas en Campaña; II Convenio de Ginebra
para Aliviar la Suerte que Corren los Heridos, los Enfermos y los Náufragos de las
Fuerzas Armadas en el Mar; III Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los
prisioneros de guerra; y IV Convenio de Ginebra relativo a la protección debida
a las personas civiles en tiempo de guerra.
Se incluyen en la Cuarta Convención los protocolos de adiciones en 1977:
• Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra relativo a la protección de las
víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y el Protocolo
adicional a los Convenios de Ginebra relativo a la protección de las víctimas de
los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo II).
6
Escola de Cultura de Pau, “Afganistán” en Base de Datos sobre Conflictos y Construc-
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Informe de Médicos sin frontera. Sobrevivientes de Violencia Sexual: Derecho a la atención
médica y psicológica. Guatemala, Julio de 2009.
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Manual de justicia sobre el uso y aplicación de la declaración de Principios Básicos de
Justicia para Víctimas del Delito y Abuso de Poder.
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•
Los niños tienen Derecho a la protección contra el trabajo
infantil
• Los niños tienen Derecho a la información adecuada
• Los niños tienen Derecho a la protección contra la trata y el
secuestro
• Los niños tienen Derecho a la protección contra las minas
terrestres
• Los niños tienen Derecho a la protección contra todas las
formas de explotación
• Los niños tienen Derecho a crecer en una familia que les dé
afecto y amor
• Los niños tienen Derecho a la libertad
• Los niños tienen Derecho a la paz mundial
• Los niños tienen Derecho a no ser discriminados por sexo,
credo, etnia o ideología.
En ocasiones, en algunos países que firmaron esta Convención han
ido desarrollando diversas políticas públicas pero bajo un esquema
asistencial sin ningún estándar de calidad, como por ejemplo oficinas
de atención a menores víctimas del delito en las que incluso se violan
Derechos Humanos, es por ello que se elaboraron directrices y pro-
tocolos que más tarde mencionaremos.
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Resolución 1997/24 del Consejo Económico y Social
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Anexo
Estrategias y Medidas Prácticas Modelo para la eliminación de la
violencia contra la mujer en el campo de la prevención del delito y la
justicia penal.
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Este proyecto ha sido financiado con el apoyo del Fondo de Contribuciones Volun-
tarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura; la División de Derechos
Humanos y Política Humanitaria del Departamento Federal de Asuntos Exteriores,
Suiza; la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la Organización
para la Seguridad y la Cooperación en Europa; la Cruz Roja Sueca; la Fundación de
Derechos Humanos de Turquía y Physicians for Human Rights. Se ha obtenido apoyo
suplementario del Centro para las Víctimas de la Tortura; la Asociación Médica Turca;
el Consejo Internacional para la Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura; Amnistía
Internacional Suiza y la Asociación Cristiana para la Prohibición de la Tortura, Suiza.
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Cada Estado Parte permitirá, con sujeción a su derecho interno, que se presenten y
examinen las opiniones y preocupaciones de las víctimas en las etapas apropiadas de
las actuaciones penales contra los delincuentes sin que ello menoscabe los derechos
de la defensa.
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Establece la convención en su artículo 24 que se tomarán las medidas apropiadas
dentro de sus posibilidades, para proteger de manera eficaz contra eventuales actos de
represalia o intimidación a los testigos que participen actuaciones penales y que presten
testimonio sobre delitos comprendidos en la presente Convención, así como, cuando
proceda, a sus familiares y demás personas cercanas.
Asimismo establece que se deben establecer procedimientos para la protección física
de esas personas, incluida, en la medida de lo necesario y lo posible, su reubicación, y
permitir, cuando proceda, la prohibición total o parcial de revelar información relativa a
su identidad y paradero; que se deben establecer normas probatorias que permitan que
el testimonio de los testigos se preste de modo que no se ponga en peligro su seguridad,
por ejemplo aceptando el testimonio por conducto de tecnologías de comunicación
como videoconferencias u otros medios adecuados. Y que si pueden los Estados Parte
considerarán la posibilidad de celebrar acuerdos o arreglos con otros Estados para la
reubicación de las personas mencionadas en el párrafo 1 del artículo 25.
15
Debe garantizarse el derecho de la víctima a la asistencia y a que la autoridad examine
las opiniones y preocupaciones que tiene, es así como el artículo 25 establece que:
Cada Estado Parte adoptará medidas apropiadas dentro de sus posibilidades para pres-
tar asistencia y protección a las víctimas de los delitos comprendidos en la presente
Convención, en particular en casos de amenaza de represalia o intimidación.
16
Cada Estado Parte establecerá procedimientos adecuados que permitan a las vícti-
mas de los delitos comprendidos en la presente Convención obtener indemnización
y restitución.
17
Aun cuando todo el Protocolo es un documento garantista para la atención y protec-
ción para las víctimas de trata, mencionamos a continuación aquellos capítulos, artículos
e incisos donde expresamente se refieren a ella. Capítulos II, Protección de las víctimas
de trata de personas, art. 6, art. 7 art. 8, I, 4, Capítulo III, Medidas de prevención, co-
operación y otras medidas. Art 9, 1, 3, Capítulo IV, Disposiciones Finales, Art. 14, 2.
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9. Cláusulas de protección.
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Allen, Ernie, Modelo de legislación y revisión global, Centro Internacional para Menores
Desaparecidos y Explotados, Quinta edición.
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Proyecto realizado con financiamiento del Departamento de Estado de los Estados
Unidos para el desarrollo la Legislación Modelo en el campo de la pornografía infantil
en todos los países miembros de la Interpol, proyecto iniciado desde el 2006.
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VI. Conclusión
Es necesario promover la calidad en la atención de la víctima que
brindan los organismos públicos y entidades privadas, mediante una
estrategia para la implementación de los Estándares de Calidad de los
Servicios a Víctimas (ECSV) con alcance Latino Americano.
Bibliografía
Allen, Ernie, Modelo de legislación y revisión global, Centro Internacional para
Menores Desaparecidos y Explotados, Quinta edición, 2008
Beristain Ipiña, Antonio, Nueva Criminología desde el derecho penal y la Victi-
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María de la Luz Lima Malvido
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sobre Prevención del delito y tratamiento al delincuente, Milán, Italia, 1985.
ONU.- Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a los niños víctimas
y testigos de delitos. Resolución 2005/20 del Consejo Económico y Social de
las Naciones Unidas, de 22 de julio de 2005.
ONU.- Medidas de prevención del delito y de justicia penal para la eliminación
de la violencia contra la mujer. Resolución 52/86 de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, de 2 de febrero de 1998.
ONU.- Naciones Unidas. Directrices sobre la Justicia en Asuntos Concernien-
tes a los Niños Víctimas y Testigos de Delitos, Resolución 2005/20, Consejo
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ONU.- Principios básicos para la aplicación de programas de justicia restaurativa
en materia penal. Resolución 2002/12 del Consejo Económico y Social de las
Naciones Unidas, de 24 julio de 2002.
ONU.- Principios y directrices básicos sobre al derecho de las víctimas de
violaciones manifiestas de las normas internacionales de Derechos Humanos y
violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos
y obtener reparaciones. Resolución 2005/30, del Consejo Económico y Social
de las Naciones Unidas, de 25 de julio de 2005.
Parlamento Europeo.- Resolución de 19 de septiembre de 1995, sobre los
menores víctimas de violencia.
Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo
a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la por-
nografía, hecho en Nueva York el 25 de mayo de 2000. Ratificado por España
el 5 de diciembre de 2001.
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Programas de Apoyo a las Víctimas: El modelo del Reino Unido
1
Asociación Nacional de Programas de Apoyo a las Víctimas (Nacional Association of
Victims Support Schemes). Reino Unido.
2
Trabajo publicado en Victimology: an International Jornal, volumen 10, 1985, Director:
Emilio Viano este valioso trabajo se incluyó por su importancia en las estructuras de
los Programas Asistenciales Victimológicos.
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Helen Reeves
Reconocimiento
Muchas víctimas reportan que se han visto sorprendidas por el
grado de miedo, angustia o ira que han experimentado como resultado
de delitos como el robo o el vandalismo. Ha sido escaso el reconoci-
miento público respecto del impacto del delito, y el grado en el que se
lo considera como serio está generalmente determinado por el monto
del daño y la pérdida. Las víctimas que creen que sus reacciones son un
signo de debilidad, parecen apreciar cuando se los tranquiliza diciéndoles
que sus reacciones pueden ser vistas como normales. Los Programas
de Apoyo a las Víctimas reciben un gran número de cartas que indican
que las víctimas pueden ser profundamente reconfortadas por el simple
conocimiento que el delito que han sufrido le importa a otra gente y que
la asistencia está disponible cuando sea necesaria. Esta es una indicación
más, respecto a que todas las víctimas de delito podrían beneficiarse
simplemente por ser reconocidas y contactadas.
Práctica
Muchos aspectos deben ser reparados o reemplazados, las cartas
tienen que escribirse, y las llamadas telefónicas tienen que hacerse.
La capacidad individual varía de acuerdo a cuantos de estos objetivos
puedan alcanzarse, y aún para la persona más competente, la capacidad
para enfrentar y sobrellevar determinadas situaciones puede ser seria-
mente dañada luego de un delito. Alguna gente puede beneficiarse a
través de la información y la guía, para lograr estos objetivos, mientras
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Alienación
Otro aspecto detectado por los profesionales del Programa de
Apoyo a las Víctimas y respaldado por la investigación, es que las vícti-
mas experimentan frecuentemente consecuencias secundarias del delito
que resultan en sentimientos de aislamiento y falta de reconocimiento
provenientes tanto de la comunidad en general como del sistema de
justicia penal en particular. Cuando las víctimas sienten que han sido
dejadas solas para abordar las consecuencias del amplio problema so-
cial del delito, algo de su ira y resentimiento puede ser desviado hacia
otros miembros de la comunidad, la policía y otros organismos públicos.
Resulta de particular incumbencia, la inseguridad y la alienación conco-
mitantes, porque son enteramente prevenibles.
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para visitar a todas las víctimas, se envían cartas y folletos a través del
correo de primera clase. El coordinador es responsable de supervisar
a los voluntarios y debe asegurarse de que hayan brindado el mejor
servicio disponible.
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Oficina de Asistencia Jurídica de Violencia contra Mujeres
1
Secretaria Relatora de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Mendoza.
Coordinadora del Programa.
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2. Diagnóstico de situación.
2.1. Según informe de Naciones Unidas, “se estima que 6 de cada 10
mujeres del mundo sufren violencia física o sexual a lo largo de su vida
(ONU Mujeres, 2011)”. Estudios realizados en diez (10) países por la
Organización Mundial de la Salud indican “que la tasa de mujeres víctimas
de alguna forma de violencia sexual o física por parte de sus parejas
oscila entre el 15 % y el 71 %, revelando que 1 de cada 6 mujeres es
víctima de violencia en el hogar” (13). Y el primer Relatórico Nacional
Brasileiro para la CEDAW publica que, “en el mundo, de cada cinco
días que la mujer falta al trabajo, uno es consecuencia de la violencia
sufrida en el hogar”. (14).
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1.854 son varones (43 %). La distribución por cargo y sexo según año
2009 proporcionó estos datos: (i) ministros: una mujer y seis varones;
(ii) camaristas: 64 varones y 25 mujeres; (iii) jueces: 56 varones y 71
mujeres; (iv) secretarías: 139 mujeres y 55 varones; (v) máxima catego-
ría administrativa: 77 mujeres y 39 varones. (16) De la observación de
estos datos, se aprecia que a medida que se asciende por la pirámide
hacia los cargos de mayor jerarquía, las probabilidades de acceder de las
mujeres en términos equivalentes es desigual en relación a los varones.
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3. Fundamento normativo.
La protección a la igualdad de derechos y libertades entre todas las
personas, sin distinciones de edad, sexo, etnia, condición social o de
otra índole, data del año 1948 cuando la Asamblea General de Naciones
Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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4. Objetivo General.
Garantizar y facilitar a las mujeres que padecen cualquier tipo de
violencia de género, el ejercicio nominal y sustantivo de sus Derechos
Humanos establecidos en Tratados y Convenciones internacionales y
legislación nacional y provincial, mediante el acceso real, oportuno y
efectivo a los servicios y recursos del Poder Judicial de Mendoza, para
avanzar hacia el Estado igualitario, democrático, inclusivo.
5. Objetivos específicos.
a) Elaborar el protocolo de recepción de la exposición de los dis-
tintos tipos de violencia contra las mujeres, certificado por autoridad
competente para su validez probatoria en procesos judiciales y admi-
nistrativos, (cfr artículo 11.5.1.e), ley n° 26.485).
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6. Población beneficiaria.
En forma directa la población beneficiaria es el grupo de mujeres de
cualquier edad, que padezca cualquier tipo de violencia de género, sean
nacionales o extranjeras. E indirectamente, también incluye a varones
que sufran violencia de género.
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Bibliografía.
(1) “Los Derechos Humanos de las mujeres: Fortaleciendo su promoción y
protección internacional”, DH-CEJIL, p. 74
(2) “La perspectiva de género”, Mujeres y Derechos Humanos-APT, Módulo
2, ps 2/3.
(3) “Los Derechos Humanos...”, ob. cit., p. 92
(4) VARGAS, Graciela, “El escenario de las desigualdades”, Desgravación de la
video-Conferencia, Curso “Mujeres y Derechos Humanos”, año 2011.
(5) Violencias contra las Mujeres. Genealogía de las violencias: desigualdad,
minoridad y discriminación”, Mujeres y Derechos Humanos- APT, Módulo 4.
(6) SEGATO, Rita, “La argamasa jerárquica: violencia moral, reproducción del
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La violencia y el abuso sexual contra el niño
Introducción
La violencia puede suceder en diversos contextos: en la escuela, en
el local de trabajo, en el club, en el tránsito, en los lugares públicos, y
también dentro del ambiente familiar (violencia intrafamiliar). Además
de eso, la violencia puede afectar a cualquier tipo de persona, de manera
aún más preocupante cuando las víctimas son niños, porque debido a la
fragilidad física y emocional, poseen menos recursos para defenderse. En
cuanto a las consecuencias, éstas pueden ser más o menos transitorias
o perdurar a lo largo de la vida. Por ello, el actuar violento merece una
atención especial del Derecho y de la Psicología (Sani, 2002).2
En efecto, la violencia es excepcionalmente dramática en contra
de aquellos que poseen menos recursos para resistir, oponerse o huir,
como es el caso de los niños, naturalmente con menos estrategias de
coping.
Por razones físicas y de desarrollo emocional, los niños de bajo grupo
etario presentan menos recursos cognitivos y menos experiencia en
la confrontación con eventos estresantes. Tales circunstancias pueden
aumentar el impacto negativo del acto violento.
Los efectos más perjudiciales de la violencia acostumbran ser aque-
llos de naturaleza psicológica, incluyendo secuelas en el funcionamiento
comportamental, social, cognitivo y físico.
Este artículo intenta discutir la violencia contra el niño, en especial
el abuso sexual infantil.
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Modelo de la no continuidad.
Con base en ese modelo, no existe una línea de continuidad entre
los comportamientos sufridos en la infancia y los comportamientos
posteriormente seguidos en la vida adulta. Esa idea presupone que
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3
LAMBERT, K.; KINSLEY, C. H. Neurociência clínica – as bases neurobiológicas da saúde
mental. Porto Alegre: Artmed, 2006.
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62
Jorge Trindade
6
ALBERTO, Isabel Maria Marques. Maltrato e trauma na infância. Coimbra: Almedina,
2010, p. 58.
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FURNISS, T. Abuso sexual da criança – uma abordagem multidisciplinar. Porto Alegre:
Artes Médicas, 1993.
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Consideraciones Finales
Las dificultades para la constatación del abuso infantil no involucran
sólo el diagnóstico, sino también las repercusiones sociales oriundas de
la violencia sufrida. El sufrimiento como consecuencia del abuso también
es social. Los indicadores consistentes de una elevada cifra oscura de
casos de abusados sexuales muestran la dimensión de esa fragilidad. La
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MARCELLI, D. Manual de Psicopatologia da Infância de Ajuriaguerra. 5ª ed. Porto Alegre:
Artmed, 2004.
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Referencias
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Ariès; P. (1960). L` anfant et la vie familial sous l`Ancien Régime. Paris: Plon.
Furniss, T. (1993). Abuso sexual da criança – uma abordagem multidisciplinar.
Porto Alegre: Artes Médicas.
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da saúde mental. Porto Alegre: Artmed.
Marcelli, D. (2004). Manual de Psicopatologia da Infância de Ajuriaguerra. 5ª ed.
Porto Alegre: Artmed.
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Brasil S. A.
Sani, A. I. (2002). As crianças e a violência. Coimbra: Quarteto.
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Alternativas a la pena en el Sistema Penal Alemán
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5
El Derecho Penal no es orden de normas neutro, es político. Y tan es así que la
dogmatica no es mas que la muleta que utiliza el juez para fundamentar una decisión
político-criminal. Ver Muñoz Conde, Francisco, Edmund Mezger y el derecho penal de su
tiempo. Los origines ideológicos de la polémica entre causalismo y finalismo, Valencia, Tirant
lo Blanch, 2000, pp. 47 y s. De alguna forma la política criminal esta en sintonía con la
concepción política del Estado, con la constitución y su interpretación. Y como dice
Muñoz Conde, en un estado de derecho la dogmática está ligada a un principio político
criminal ineludible: el principio de legalidad de los delitos y de las penas que vincula a
todos los poderes del Estado. Ibídem, p. 58.
6
Vide Prittwitz, Cornelius, “El derecho penal alemán: ¿fragmentario? ¿subsidiario?
¿ultima ratio? Reflexiones sobre la razón y límites de los principios limitadores del De-
recho penal”, trad. Castiñeira Palou, La insostenible situación del derecho penal, Comares,
Granada, 2000, pp. 427 y ss.
7
Muñoz Conde, sin embargo, sostiene que la concepción de von Liszt debe de enten-
derse en un doble sentido, como “un Derecho penal con todas sus garantías derivadas
del Estado de Derecho, válido como «Derecho penal del ciudadano» que alguna vez
en su vida u ocasionalmente comete un delito o que, en su calidad de sospechoso por
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penales (Dencker, ”Die Bagatelldelikte im Entwurf eines EGStGB, JZ, 5-6, 1973, p. 144;
Lackner/Kühl, Strafgeszbuch Kommentar, 25. Auflage, Beck, München, p. 343) o sustitutos
de la pena encubiertos (Schmidhäuser, Eberhard, ”Freikaufverfahren mit Strafcharakter im
Strafprozeß?”, JZ, 28, 1973, pp. 529 y ss) no conllevan una declaración de culpabilidad.
Fácticamente, sin embargo, estas condiciones o instrucciones cumplen con los mismos
fines y funciones que las penas, a tal punto que pueden ser considerados equivalentes
funcionales de las penas. Vide Galain Palermo, Pablo, La reparación del daño a la víctima
del delito, cit, pp. 250 y ss
16
Vide Chaves, Gastón, “El Derecho Constitucional y el Derecho Penal”, Preza, Estudios
de la parte especial del derecho penal uruguayo, Tomo II, Ingranussi, Montevideo, 2000,
pp. 127 y ss.
17
Vide Galain Palermo, Pablo, La reparación del daño a la victima del delito, cit, pp. 438 y s.
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Pablo Galain Palermo
79
Victimolog í a
JZ, 1989, p. 670; Eser, Albin, “Rechtsgut und Opfer: zur Überhöhung des einen auf
Kosten des anderen“, Festschrift für Ernst-Joachim Mestmäcker zum siebzigsten Geburtstag.
Nomos, Baden-Baden, 1996, p. 105.
��
Vide Baumann, Jürgen, “Zur Repersonalisierung des Strafrechts”, Küper/Welp (Ed),
Beiträge zur Rechtswissenschaft. Festschrift für Walther Stree und Johannes Wessels
zum 70. Geburtstag, Heidelberg, 1993, p. 44; Walther, Susanne, Vom Rechtsbruch zum
Realkonflikt. Grundlagen und Grundzüge einer Wiedergutmachung und Strafe verbindenden
Neuordnung des kriminalrechtlichen Sanktionensystems, Duncker & Humblot, Berlin, 2000,
p. 279 y ss; Frehsee, Detlev, Wiedergutmachung als Instrument strafrechtlicher Sozialkon-
trolle. Ein kriminalpolitischer Beitrag zur Suche nach alternativen Sanktionsformen, Duncker
&Humblot, Berlin, 1987.
��
Vide Rice, Paul, “Mediation and arbitration as a Civil Alternative to the Criminal Justice
System- An overview and legal analysis”, AULR, 1979, 29, pp. 17 y ss; Dispute Resolution
Resource Directory, National Institute for Dispute Resolution, Washington, 1984, p. ii.
��
Vide Galain Palermo, Pablo, “Mediação penal: Hacia uma justiça penal sem jueces”,
cit, pp. 835 y ss.
80
Pablo Galain Palermo
81
Victimolog í a
82
Pablo Galain Palermo
��
Vide Albrecht et al (Hrsgs), Conflicts and Conflict Resolution in Middle Eastern Societies-
Between Tradition and Modernity, Duncker & Humblot, Berlin, 2006.
32
Vide Borja Giménez, Emiliano, Introducción a los fundamentos del derecho penal indígena,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2001; “El derecho consuetudinario indígena como mecanismo
de reducción de la violencia en los pueblos originarios de Latinoamérica”, Simon, Jan-
Michael/Galain Palermo, Pablo, Conflicto y Sanción en América Latina. Retaliación, Mediación
y Punición (REMEP), en prensa.
��
Vide Baumann, Jürgen, Alternativ-Entwurf Wiedergutmachung. Arbeitskreis Deutscher,
Österreicher und Schweizerischer Strafrechtslehrer, Beck, München, 1992; Schöch, Heinz,
“Wege und Irrwege der Wiedergutmachung im Strafrecht” Festschrift für Claus Roxin
zum 70. Geburtstag am 15. Mai 2001, de Gruyter, 2001, pp. 1048 y ss.
34
Como la norma no es clara, según interpreta la doctrina esto puede suceder con
83
Victimolog í a
delitos castigados hasta con un año de pena de prisión. Vide Roxin, Claus, “Sobre o
desenvolvimento do direito procesual penal alemão”, Ferreira Monte/Calheiros/Conde
Monteiro/Noversa Loureiro (Coords), Que futuro para o direito processual penal?, cit, p.
389; con más detalles Galain Palermo, Pablo, “Mediação penal: Hacia uma justiça penal
sem jueces”, cit, pp. 843 y s (nota 92).
��
En profundidad, Galain Palermo, Pablo, La reparación del daño a la víctima del delito,
cit, pp. 261 y ss.
��
Vide Jung, Cornelia, Der Täter –Opfer-Ausgleich als Weisung. Verfahrensrechtliche Ein-
wände und Auswege im Hinblick auf § 153 a Abs. 1 StPO, Dr. Kovac, Hamburg, 2008, p.
270; Kondiziela, Andreas, “Täter-Opfer-Ausgleich und Unschuldvermutung“, MschKrim,
1989, pp. 187 y ss. Sobre el tema, Kühl, Kristian, Unschuldsvermutung, Freispruch und
Einstellung, Carl Heymanns Verlag, Köln, 1983.
37
Vide Galain Palermo, Pablo, La reparación del daño a la víctima del delito, cit, p. 270
(nota 92).
38
Ibídem, pp. 422 y s.
39
Ibídem, pp. 390 y s.
84
Pablo Galain Palermo
85
Victimolog í a
hay que desviarse del proceso formal hacia una instancia menos formal
en tanto en Alemania estos procesos son dirigidos por trabajadores
sociales o pedagogos. Sin embargo, el sistema penal no renuncia a la
función de control social porque es el juez quien tiene que homologar
los acuerdos alcanzados.45
Conclusión.
16. El sistema penal tiene que contar con alternativas a la pena en-
tre las herramientas disponibles para prevenir y solucionar el conflicto
jurídico y social causado por el delito. En ese contexto, una política
criminal racional y respetuosa de los individuos debe orientarse según
la revaloración de la posición de la víctima y la posibilidad de que ella
obtenga la reparación del daño sufrido como consecuencia del delito.
Ello, sin embargo, no significa que el Estado esté dispuesto a devolver
a los particulares la resolución del conflicto, o que acepte una resolu-
ción horizontal del conflicto. Véase que en la mediación o conciliación
entre autor y víctima hay una actuación previa y posterior de control
y homologación por parte del juez, y por otra parte, si se considera la
suspensión condicional del proceso aquí la víctima ni siquiera participa
de un acuerdo entre el ministerio público y el defensor. Esto indica
que aun en el grupo de alternativas a la pena que siguen la lógica de la
negociación el Estado no cede ni delega funciones sino que permanece
con la concentración del poder y que continúa ejerciendo las sanciones
en un contexto vertical.
45
Otros sistemas penales muy cercanos al alemán -como es el caso de Portugal- acep-
tan a la mediación como alternativa de la pena. El sistema penal portugués también
admite la desviación del proceso, pero -a diferencia del sistema alemán- quien decide
la desviación y posteriormente homologa el acuerdo de reparación que surge de la
mediación no es el juez, sino el ministerio público. De esta forma, el sistema penal
portugués deja en manos del fiscal toda la política criminal futura de delitos castigados
hasta con penas de hasta 5 años, en lo que he denominado como el camino hacia una
justicia penal sin jueces. Vide Galain Palermo, Pablo, “Mediação penal: Hacia uma justiça
penal sem juízes”, cit, pp. 851 y ss.
86
Pablo Galain Palermo
46
Vide Galain Palermo, Pablo, Reparación del daño a la víctima del delito, cit, p. 422. En
este trabajo se sugiere que para sistemas penales como el español, la reparación puede
abarcar en su seno también a la responsabilidad civil ex delicto, constituyéndose en una
solución global del conflicto ocasionado por el delito. Ibídem, pp. 437.
87
Violencia emocional en la niñez.
1
Presidenta de la Asociación Argentina de Victimología. Miembro del equipo de Salud
Mental, Sanidad Policial, Ministerio de Seguridad, Mendoza. Fundadora del Programa
de Asistencia a Víctimas de Delitos de la Provincia de Mendoza.
89
Victimolog í a
Antecedentes históricos.
Martínez Roig y Ochotorena describieron la evolución histórica del
maltrato infantil que es tan antiguo como el hombre y está presente en
todas las culturas, aunque solo recientemente fue reconocido como tal.
Si bien se desarrollaron algunas formas de cuidado del niño, no fueron
menos dañinas. Así, en los siglos XVII y XVIII se protegía al menor
internándolo en instituciones, sistema que fracasó, demostrando que
solo era otra forma de atentar contra la niñez. “En París, entre 1771 y
1777, habían muerto el 80% de los 31.000 niños acogidos en hospicios;
en Dublín, entre 1775 y 1796, sólo sobrevivieron 45 de los 10.000 que
pasaron por instituciones”2.
Sin embargo, debió pasar casi un siglo para que la sociedad reaccio-
nara frente al fenómeno del maltrato infantil. En 1962, el Dr. H. Kempe
y su equipo, publicaron un artículo sobre 302 casos de niños maltrata-
dos, 33 de los cuales habían muerto, designándolo como “síndrome del
niño apaleado”, descubiertos a través del estudio de radiografías que
mostraban huesos soldados sin intervención médica. A partir de estos
estudios, el tema se fue instalando en los ámbitos científicos, aunque
pocos países llevan estadísticas confiables.
2
Martínez Roig y J. de Paul Ochotorena, Maltrato y abandono en la infancia, Ed. Martínez
Roca, Barcelona, 1993, pag. 17
90
Susana Montoza de Lanza
Generalidades
El análisis histórico muestra la evolución del tema y cómo, a través
del tiempo, situaciones que se aceptaban como normales fueron incor-
poradas a la temática del maltrato. Investigaciones y estudios realizados
mostraron que distintas pautas de crianza y métodos educativos co-
rrientemente utilizados, producían daños irreparables. En consecuen-
cia, se llamó la atención sobre situaciones específicas, tales como los
castigos físicos, las rotulaciones, o la institucionalización, entre otros,
con el objeto de difundir sus efectos nocivos y modificar conductas. No
obstante, cambiar pautas culturales que se trasmitieron de generación
en generación, no resulta sencillo y la sociedad evoluciona con gran
disparidad para incorporar nuevos modelos. Por ello, aún hoy, pueden
verse brutales castigos físicos aplicados como medidas educativas.
91
Victimolog í a
Un problema aún mayor está dado por las distintas formas de abuso
y abandono emocional. Existen múltiples maneras de intimidar a un niño,
asustarlo o humillarlo, sin necesidad de llegar a la violencia física. La
forma en que los adultos se comunican con el niño puede tener efectos
adversos, aunque verbalmente se le exprese que es querido, con lo que
se emiten mensajes contradictorios que lo confunden y determinarán
consecuencias negativas en su desarrollo psíquico. Los ejemplos abun-
dan: a menudo los niños son los últimos en ser considerados cuando
se establecen necesidades y prioridades del grupo familiar; cuando se
debe delegar su cuidado en terceras personas, utilizando criterios que
suelen depender de costos, distancias, horarios, sin tener en cuenta
lo que resulta más adecuado para el niño. Cuántas veces se los ve
deambulando por vecinos, clubes, plazas o calles, con conocimiento o
no de los padres, tal vez buscando un lugar donde le brinden un poco
de atención. O los bebés y niños que pasan horas sentados frente a un
televisor como entretenimiento. Las reiteradas, prolongadas y a veces
hasta sádicas penitencias, como enviarlos a la cama sin comer, privarlos
de juegos o encuentros con sus mejores amigos. Niños y adolescentes
mal alimentados, en hogares en los que no hay carencias económicas,
sino que se da prioridad a la facilidad de la comida “chatarra”. Bulimia,
anorexia, alcoholismo, drogadicción, etc., que pasan inadvertidos para
los padres… A veces hasta se oyen comentarios acusadores o culpa-
bilizantes hacia los menores por su conducta, sin tener en cuenta que
han sido víctimas de abandono emocional y es el único recurso que
poseen para reclamar atención. Y la permisividad, ¿no es acaso una
forma solapada de expresar indiferencia afectiva? Como así también la
sobreprotección, otro tipo de abuso que impide que el hijo desarrolle
potencialidades y tenga sus propias experiencias, por la actitud de los
padres que esperan poco de él, una manera indirecta de rotularlos como
“inútiles”, que les impide lograr independencia, el ejercicio de la libertad
y la posibilidad de tomar decisiones sobre su vida.
92
Susana Montoza de Lanza
Tipología.
Existen diferentes tipos de maltrato infantil, de acuerdo al enfoque
desde el que se lo aborde.
93
Victimolog í a
Definiciones
Hay una gran diversidad de marcos teóricos para definir el maltrato,
utilizándose también a veces criterios ambiguos y diversos. En ocasiones
se habla de “trato inadecuado”, “ambiente inapropiado”, que permiten
una amplia variedad de criterios en el momento de tomar decisiones,
por lo que la subjetividad de quienes evalúan la situación va a jugar un
papel muy importante. El maltrato psicológico responde a un conjunto
de conductas, que contienen alguna forma de agresión, la que puede
tratarse de un acto, situaciones en las que se da un trato degradante y
persistente a través del tiempo, que ataca la autoestima del niño. Cuando
el maltrato es pasivo, obedece a omisiones, que consisten en la falta de
atención y afecto al niño, quien depende del agresor por tratarse de su
cuidador y no tiene un lugar en la vida de ese adulto.
El abuso y el abandono emocional pueden detectarse en la medida
en que se sepa con antelación qué es lo que hay que buscar, aquí no
hay marcas, como en el maltrato físico, que puede ocasionar graves
consecuencias que aparecen en forma inmediata, tales como la muerte,
el traumatismo, la fractura, la quemadura o cualquier otro tipo de le-
sión, aunque la mayoría de sus víctimas sobreviven a los golpes y, luego
de un tiempo, los moretones desaparecen, las heridas se curan y los
94
Susana Montoza de Lanza
4
Garrido Genovés, Vicente y Redondo Illescas, Santiago; Manual de Criminología Apli-
cada; Ediciones Jurídicas Cuyo; Mendoza (Argentina); Capítulo 14.
95
Victimolog í a
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Susana Montoza de Lanza
97
Victimolog í a
Factores de riesgo.
Para Danya Glaser existen tres factores de riesgo en lo padres:
1. enfermedad mental
2. abuso de drogas
3. violencia doméstica
Vicente Garrido y Santiago Redondo consideran, además de los fac-
tores psiquiátricos, los socioculturales (pobreza, aislamiento, desempleo,
paternidad prematura, hacinamiento, etc.) y los socio-interaccionales,
es decir, los procesos psicológicos que condicionan la interacción entre
padres e hijos (percepciones, atribuciones, manejo del estrés, expresión
del afecto y de la ira, etc.)
En el maltrato infantil en todas sus manifestaciones, intervienen una
amplia gama de factores en continua interacción. En 1980, Jay Belsky
afirmó: “el maltrato infantil está determinado de manera múltiple por
fuerzas que actúan en la familia, en el individuo, en la comunidad y en la
cultura en la que ese individuo y esa familia están implicados”. Asimismo,
adaptó el Modelo Ecológico – ecosistémico propuesto por Bronfen-
brenner, que responde a esos lineamientos y permite una mirada más
amplia y abarcativa de los diversos problemas humanos. Se distinguen:
1. Macrosistema: la cultura o subcultura que determina un sistema
de creencias, valores, organización social, roles familiares, dere-
chos y responsabilidades, conceptos sobre poder, obediencia,
aceptación de modos violentos para resolver conflictos o del
castigo corporal para controlar la conducta infantil, entender
al niño como propiedad de los padres, etc.
2. Exosistema: las instituciones sociales que son las mediadoras
entre la cultura y el individuo y pueden favorecer la aparición de
fenómenos violentos. Esto ocurre cuando no existe una legisla-
ción adecuada, no se brinda apoyo a las víctimas, los perpetrado-
res gozan de impunidad, se brindan modelos violentos a través
de los medios de comunicación, etc. Todo ello se favorece con
otros factores de riesgo tales como el desempleo, aislamiento
social, sistema de salud deficiente, situación socioeconómica
estresante, etc.
3. Microsistema: hace referencia al círculo más íntimo de la perso-
na: baja autoestima, autoritarismo, aislamiento, modos violentos
de resolver conflictos, alcoholismo, psicopatologías, conflictos
de pareja, etc. También el abuso de poder ya que la jerarquía
98
Susana Montoza de Lanza
Consecuencias
Las consecuencias del abuso emocional pueden ser diversas. Como
es un problema considerado como tal en forma relativamente reciente,
también está en investigación y los estudios al respecto son muy dispares.
Debido a que son hechos persistentes a través del tiempo, las conse-
cuencias pueden aparecer a largo plazo, cuando el niño se ha expuesto a
otras formas de maltrato, propias de las circunstancias vitales, ya que por
sus características, tenderá a entablar relaciones similares en el ámbito
laboral o en la elección de pareja, que lo someterán en el futuro a otras
formas de abuso de poder, eternizando a lo largo de su vida elecciones
que lo ubiquen en los estratos inferiores de las pirámides de poder.
Otra limitación está dada porque, al investigar estos casos, es
necesario trabajar con los recuerdos de la víctima, que pueden estar
notoriamente desdibujados por el paso del tiempo o no ser tenidos en
cuenta por la naturaleza sutil e insidiosa del maltrato emocional sufrido
en las primeras etapas de la vida, que no permiten considerarlas como
tales por no ser evidentes para la víctima y, muchas veces, para el pro-
fesional interviniente.
También por responder a una forma de crianza, suelen ser na-
turalizadas y, en el futuro, aplicadas a nuevos ámbitos de relación y,
especialmente, a la crianza de los propios hijos, con lo que se perpetúa
una forma de relación violenta en la esfera emocional.
De todos modos, si bien en el ámbito de la conducta humana no
existe una relación directa causa – efecto, debe contemplarse un aba-
nico bastante amplio de posibilidades en cuanto a las consecuencias
del abuso emocional. En un extremo se ubicarían conductas suicidas,
que pueden ocurrir a edades tempranas, también estados depresivos,
psicóticos, conductas adictivas, violentas o en conflicto con la ley. En el
otro extremo se ubicarían las personas que logran un funcionamiento
más o menos “adaptado” a la vida social actual que, debe reconocerse,
99
Victimolog í a
5
Jornadas internacionales de violencia y abuso en niños y adolescentes, Buenos Aires,
13,14 y 15 de agosto de 1997.
100
Susana Montoza de Lanza
Bibliografía
Bonaldi, Pablo; ¿Estamos frente a una nueva forma de violencia?, Vertex, Rev. Arg.
de Psiquiatría 2.000, Vol. XI.
Garrido Genovés, Vicente y Redondo Illescas, Santiago; Manual de Criminología
Aplicada; Ediciones Jurídicas Cuyo; Mendoza (Argentina.
Garrido, Vicente; Amores que matan. Acoso y violencia contra las mujeres;
Algar Editorial; España; 2001.
Glaser, Danya y Frosh, Stephen; Abuso sexual de niños; Paidós, Argentina, 1997
Hirigoyen, Marie – France; El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida
cotidiana; Ed. Paidós; España; 1999.
Jaim Etcheverry, Guillermo; La tragedia educativa, Fondo de Cultura Económica;
Argentina; 2000.
Jornadas internacionales de violencia y abuso en niños y adolescentes, Buenos
Aires, 13,14 y 15 de agosto de 1997.
101
Victimolog í a
102
Muerte en custodia. Muertes en las prisiones.
1. Introducción y Justificación
Los temas carcelarios resultan siempre inquietantes y en especial
si nos acercamos a buscar los índices y a tratar de encontrar las expli-
caciones de las llamadas muertes en custodia.
La idea de desarrollar el tema se deriva del interés personal de
relacionarlo directamente con los Derechos Humanos que frecuente-
mente son violados dentro de las prisiones y cuyas violaciones no se
analizan con el suficiente cuidado, al considerar que se trata de personas
(los afectados) que no merecen ninguna consideración, por haber sido
ellos mismos violadores de Derechos e integridad de sus víctimas, por
lo que llegaron a la prisión, lo cual es una idea incorrecta y equivocada.
La idea que autoridades y algunos sectores sociales tienen en cuan-
to al maltrato de los internos, algo como que “ellos se lo buscaron”,
es absolutamente desocializante, ya que una persona con una cultura
mediana debe de saber que la consecuencia penal de los delitos es la
aplicación de las penas previstas en las leyes, mediante un procedimiento
igualmente regulado y en ninguna de estas leyes se contempla el mal-
trato y abuso ni físico ni psicológico en contra de ellos, menos aún la
violación permanente de sus Derechos, aunque de hecho así es como
se ejecutan las sentencias actualmente.
La publicidad denigrante dada con fines diferentes, por ejemplo,
de la llegada de un procesado exgobernador de Quintana Roo a una
institución de máxima seguridad, prácticamente introducido a rastras
entre perros de aspecto feroz y ladrando amenazadoramente casi en
la cara del reo, significó quizá en la mente enferma de quien lo ordenó,
una advertencia para otros funcionarios mezclados con la delincuencia
organizada, pero en realidad fue un espectáculo vergonzoso para las
autoridades mexicanas, de falta de respeto a la dignidad humana y muchas
otras cosas válidas solo para pueblos primitivos y estimulantes de las
1
Catedrática por oposición en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Au-
tónoma de México, cofundadora de la Sociedad Mexicana de Criminología y Miembro
del Sistema Nacional de Investigadores.
103
Victimolog í a
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Emma Mendoza Bremauntz
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Victimolog í a
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Emma Mendoza Bremauntz
2
Concha, Miguel, prevención y sancióncontra la tortura, en La jornada, opinión, México,
internet, 24/II/12.
3
Mora, Wilfredo, La muerte del duro motor. http://www.elsoldelasamericas.com/colum-
nistas/wilfredo-mora, 28/VII/11.
107
Victimolog í a
2. Conceptos.
La muerte se define como la cesación definitiva de la vida, y es
en este sentido como podemos deducir que la muerte es un evento
natural o inducido que está presente en cualquier espacio y tiempo de
toda sociedad.
Los factores que predisponen y/o provocan la muerte así como los
agentes que conllevan a la misma son incontables, pues se puede perder
la vida en un fuego cruzado entre dos grupos delictivos, caer a las vías
del metro o perecer electrocutado al tratar de conectar la cafetera,
padecer una enfermedad crónico degenerativa o tomar la decisión de
terminar con la vida mediante el suicidio.
Este trabajo se relaciona especialmente con el origen de la muerte en
personas sujetas a custodia estatal, en prisión o por causas muy cercanas
como la detención, sea con fines de arresto administrativo o judicial,
o simplemente para investigación o arraigo, dos causas autorizadas por
las leyes y que son generalmente arbitrarias y peligrosas, medio ideal
para la comisión de abusos.
En general, las muertes en estas condiciones siempre plantean la
posibilidad de que haya habido un abuso de autoridad, un maltrato, in-
clusive una tortura, por lo que se hace indispensable, ante la sospecha
de una violación a Derechos Humanos, en especial al mas importante
como resulta el Derecho a la vida, cometido arbitrariamente, sin res-
paldo legal, sin ningún procedimiento autorizado, a pesar de que aún
con la autorización legal, mediante la aplicación de la pena de muerte,
puede considerarse por los opositores a esta pena, incluyéndome a mí,
como una violación a este Derecho a la vida.
Son de observarse con todo cuidado, ya que si consideramos a los
“Derechos Humanos como el conjunto de prerrogativas inherentes a
la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispen-
sable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad
jurídicamente organizada4” cualquier violación a estos Derechos le
impide alcanzar la plenitud como ser humano y lo reduce a una condi-
ción animal, condición inaceptable por sus propias características. Es al
gobierno al cual compete su reconocimiento y garantía, como ha sido
en México claramente aplicable a todos sus habitantes, a partir de la
vigencia de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
4
Mijares, Jesús, Ponencia para su ingreso en la Sociedad Nacional de Geografía y Es-
tadística Mexicana.
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Emma Mendoza Bremauntz
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Victimolog í a
110
Emma Mendoza Bremauntz
111
Victimolog í a
112
Emma Mendoza Bremauntz
3. Clasificaciones.
Hablamos de diferentes clases de muertes y de diferentes tipos
de custodias o salvaguardas porque si existe una diferenciación en la
realidad. Aunque podemos afirmar que todas las muertes ocurridas en
custodia o en privación de la libertad, (MPL) deben ser consideradas
“sospechosas” aún cuando no se omita la posibilidad de que sucedan
muertes de origen natural, la seguridad exige y así lo hacen las leyes de
muchos países, al disponer que siempre que ocurran muertes relaciona-
das con el arresto o la privación de la libertad, aunque aparentemente
sean de origen natural, el patólogo forense ha de verificar su autopsia
con especial cuidado, porque será siempre su dictamen revisado por
familiares y medios de comunicación, con detalle, incluyendo hallazgos
positivos y negativos.
Así por ejemplo, se habla, respecto a las muertes acaecidas en
detención que aunque como ya mencioné, han ocurrido siempre, en
los años finales del siglo XX y los iniciales del actual se ha puesto mas
atención en su análisis, según la opinión de los médicos forenses, por
tres causas fundamentales, relacionadas entre sí.
La creación de los Protocolos Forenses de Minnesota (1991) y
Estambul (1999) significaron un avance importante teórico y técnico;
teórico porque implicó el reconocimiento de la gravedad del uso de la
tortura en todo tipo de detenciones, desde luego verificadas por funcio-
narios públicos con el pretexto de investigar delitos considerados graves
y alarmantes para el poder público y la sociedad en general. Ambos sur-
gen con la idea de crear buenas prácticas forenses para las investigaciones
sobre ejecuciones extrajudiciales y tortura respectivamente, basados en
el interés manifiesto por la ONU en la Resolución1 992/24 que señala
que se “observaba que en varios informes que se habían presentado se
hacía referencia a la exhumación e identificación de victimas probables
de violaciones de Derechos Humanos y de infracciones conexas, así
como las dificultades técnicas y prácticas con que se tropezaba en esa
actividad”10 -Se dice que ambos Protocolos comparten también los
9
Veloso de França, Muerte Bajo… idem p.2.
10
Informe del Secretario General de la ONU sobre Derechos Humanos y Ciencias
Forenses presentado a la Comisión de Derechos Humanos. Resolución 1992/24.E/
113
Victimolog í a
114
Emma Mendoza Bremauntz
adulta de ese país, pertenecían mas del 25% de las muertes en prisión
y detención policial. Las investigaciones se habían iniciado en los años
ochenta por una Comisión Real, creada al efecto, que calificó dichas
cifras como totalmente inaceptables que no serían toleradas si ocurrieran
en otra comunidad.
Muchas otras experiencias de muertes de presos y detenidos con
sospecha de maltrato, tortura o falta de atención, han sido ampliamente
estudiadas y publicadas. Una buena investigación que incluya la autopsia
judicial es, en estos casos, de gran importancia como garantía social
de que la autoridad es ejercida correctamente y que nada se trata de
encubrir. Además, el estudio de estos problemas puede ser de utilidad
para prevenir que estos hechos se repitan en el futuro. Como lo seña-
laba Churchill, una Sociedad puede ser valorada por la forma en que
trata a sus presos.
2. El descubrimiento y publicación de nuevos conocimientos médico-
legales del tema.
Además del caso de los aborígenes australianos, la publicación de los
Protocolos de Minnesota y Estambul sobre la Tortura. Los casos de
palestinos detenidos en la franja de Gaza durante los años de la primera
Intifada, los detenidos por la policía en África del Sur, los numerosos
casos de muertes por Delirium relacionados con el abuso de cocaína en
Estados Unidos, en Canadá e Inglaterra y Gales también han aportado
nuevos conocimientos en los últimos años
3. Una preocupación creciente por la comunidad científica medico legal
por este problema.
Aunque los médicos forenses siempre han sido profesionales com-
prometidos con la defensa de los Derechos Humanos y de valores como
la justicia, la igualdad etc. también su compromiso ha incrementado en
años recientes, lo que se ve reflejado en la importancia que se le da
al tema en los textos de Medicina Forense y en su propia formación,
buscando en la especialización de los médicos que sepan manejar bien
este tipo de muertes en sus autopsias.
4. La trascendencia de los incidentes en prisión, la aplicación de la pena
de muerte y la recuperación de ésta en países que la habían suprimido.
Existe una frecuente aplicación de la pena de muerte que aparece
paralela con la ligereza respecto a la apreciación del valor de la vida,
pese a la casi unánime aprobación de los Derechos Humanos como
fundamentales, desde los años cuarenta en todo el mundo.
115
Victimolog í a
4. La visión internacional.
Toda la comunidad mundial se conmueve con casos como el ocu-
rrido en nuestro país en días pasados y encontramos comentarios al
respecto en todos los comunicados de los Organismos Internacionales
que tienen que ver con la materia como el emitido el 31 de julio por
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,(CIDH) en el cual
expresa su preocupación por los hechos ocurridos, y subraya que el
Estado como garante de los derechos de las personas privadas de libertad
tiene el deber de adoptar medidas concretas para asegurar la seguridad
interna en los establecimientos penitenciarios. Entre estas medidas se
encuentran la prevención efectiva del ingreso de armas y drogas, y el
control de la actividad de las organizaciones criminales presentes en las
cárceles rompiendo la posibilidad de su reunión en una misma institución.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos observa con
preocupación que, de acuerdo con la información recibida, durante la
riña también perdió la vida una reclusa que en ese momento se en-
contraba inexplicablemente en el área de reclusión masculina. A este
116
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13
Comunicado de prensa. Organización de Estados Americanos. No. 79/11. Internet
31 de julio 2011.
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16
Ibídem. p. 46 y 47.
119
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17
Veloso de França, Genival, op. cit. p.3.
120
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121
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18
Veloso de França, op.cit. p4.
19
Idem.
123
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124
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20
Resumen de conferencia presentada en el 2º Congreso Internacional en Ciencias
Forenses y Jornadas de la Sociedad Boliviano-Peruana de Medicina Legal y Ciencias
Forenses, La Paz – Bolivia, 1° de marzo de 2008. Internet, 1 de agosto 2011
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Conclusiones
1. El hecho de reconocer la existencia de problemas en las prisio-
nes que pueden ocasionar la muerte de internos y detenidos, no
implica siempre responsabilidad de las autoridades encargadas
del manejo de instituciones y establecimientos de clausura, pero
exige siempre la averiguación de los hechos y la especialización
del personal de servicios médicos forenses y peritos en la ma-
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Propuesta de Auto-Cuidado para Trabajo en Violencia
Introducción
Está suficientemente discutido en el ámbito científico que las per-
sonas que realizan trabajos de prestación de servicios, especialmente
aquellas que intervienen en situaciones de Violencia Intrafamiliar y de
Género, se ven afectadas en su salud integral.
Velázquez (2003) ha nombrado efectos de ser testigo2 al impacto de
las experiencias de las y los profesionales que son testigos de hechos de
violencia narrados sobre su subjetividad, y ha señalado que este impacto
puede inscribirse en el psiquismo en forma traumática manifestándose
1
Licenciada en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, Magíster en Violencia
Intrafamiliar y de Género del Posgrado Regional en Estudios de la Mujer de la Univer-
sidad de Costa Rica y la Universidad Nacional. Profesora Asistente en la Cátedra de
Criminología. Universidad Nacional de Córdoba.
2
VELAZQUEZ, S. (2003). Violencias Cotidianas, Violencia de género. Escuchar, comprender,
ayudar. Buenos Aires: Paidós.
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3
MASLACH, C. (1982). Understanding burnout: Definitional issues in analyzing a complex
phenomenon. Job stress and burnout. Sage: Beverly Hills.
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El contexto Institucional.
La institución
El INAMU4 (Ley de la República N° 7801) funciona bajo ese nom-
bre desde abril de 1998 y es el ente rector de las políticas públicas en
materia de género.
Tiene una amplitud de funciones y atribuciones, siendo la más impor-
tante, la promoción y tutela de los Derechos Humanos de las mujeres
para contribuir con la construcción de una sociedad justa e igualitaria
que garantice la equidad de género. Cuenta con servicios de atención
legal, psicológica y social a mujeres víctimas de Violencia de Género
y supervisa la creación y puesta en marcha de legislación en el tema.
Entre sus valores institucionales se encuentran el ejercicio de un
poder democrático, horizontal y participativo, excelencia técnica, trabajo
en equipo, respeto a los derechos de las y los trabajadores, relaciones
interpersonales basadas en el respeto mutuo y la comunicación asertiva,
compromiso con las mujeres, compromiso y cumplimiento del mandato
institucional. etc.
4
En http://www.inamu.go.cr
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Inés Rebullida Carrique
Metodología
El proceso de sistematización se centró en la experiencia obtenida
de los procesos grupales e individuales con las funcionarias de la Delega-
ción de la Mujer del INAMU, de las percepciones, opiniones y acciones
surgidas en las participantes durante esta vivencia.
El objetivo centró en organizar, analizar y exponer el resultado de
aquellos procesos, los cuales permitieron realizar colectivamente una
propuesta de auto-cuidado que resultara adecuada para ese contexto
particular y para otros espacios institucionales.
El objeto (apunta a las experiencias que se pretendieron sistematizar)
se inscribió en las experiencias de las funcionarias en torno al trabajo
de asistencia a personas en situaciones de Violencia Intrafamiliar y de
Género, a los efectos que sobre la salud integral tiene el trabajo que
realizan (tarea y condiciones laborales-institucionales), a las estrategias
individuales y grupales de auto-cuidado, al apoyo/responsabilidad ins-
titucional en el cuidado del personal y a sus necesidades individuales y
de equipo respecto al auto-cuidado.
Los ejes de la sistematización, es decir, aquellos que permitieron orga-
nizar el proceso de obtención y análisis crítico de la información, fueron:
• Estrategias de auto-cuidado.
• Apoyo/responsabilidad institucional en el cuidado de las fun-
cionarias.
• Necesidades de auto-cuidado.
A través de la metodología cualitativa, no se buscó cuantificar sino
profundizar en las expectativas, conocimientos, opiniones expresa-
das por las personas directamente implicadas en la realidad social en
cuestión. Esta metodología está asociada con el paradigma naturalista
interpretativo5 y en el paradigma crítico o liberador6, insumo teórico
5
Este paradigma supone que la realidad es subjetiva en vez de objetiva, que ésta existe
en las opiniones, sentimientos e interpretaciones de las personas, incluido el investiga-
dor o investigadora. Según esta perspectiva, muchas versiones diferentes e igualmente
válidas de la realidad pueden existir al mismo tiempo, y algunas de ellas pueden de hecho
crearse mediante la interacción de los investigadores y sujetos (OMS- PATH, 2007:59).
6
Este enfoque tiene como propósito último empoderar a las personas que participan en
el proceso para que se conviertan en agentes activas de la transformación de la realidad.
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¿Cómo se hizo?
El proceso de sistematización se realizó a través de conversacio-
nes informales realizadas en la etapa preliminar a dos funcionarias de
la Delegación que luego participaron del proceso grupal y entrevistas
individuales semi-estructuradas a dos ex funcionarias de la Delegación,
las cuales se construyeron de acuerdo a los objetivos y ejes de siste-
matización.
Además, se realizaron cinco sesiones de grupo focal con siete
funcionarias activas de la Delegación de la Mujer, quienes decidieron
participar de manera voluntaria en el ámbito de un primer encuentro de
presentación y acuerdo respecto al encuadre de trabajo. Las sesiones
se hicieron de acuerdo al objeto y a los ejes de sistematización con
técnicas cualitativas específicas (Sociodrama, Estudio de casos, Test de
frases incompletas, etc.).
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Los efectos
Ya se mencionó que los efectos del trabajo con la Violencia Intra-
familiar y de Género sobre la salud y la vida cotidiana se han descrito
de diversas maneras.
Para las funcionarias, el desempeño de la tarea ha traído aparejado
sentimientos de impotencia, frustración y vulnerabilización, todo lo
cual podría revelar el proceso a través del cual las experiencias de
las personas que asisten (afectos, identificaciones, fantasías, etc.) son
transformadas negativamente a través de un compromiso empático con
el material de trauma de las personas asistidas (Cornille y Meyers, en
Santana y Farkas, 2007), es decir la contratransferencia que existe en
la traumatización vicaria.
También se señalaron la presencia de actitudes que estarían ponien-
do en evidencia algunos procesos defensivos vivenciados para enfrentar
o reducir las emociones, sensaciones o cogniciones experimentadas
durante la asistencia, tales como un negativismo (con el consecuente
alejamiento de la situación de entrevista) o, por el contrario, un so-
breinvolucramiento con las personas usuarias marcado, en este caso,
por un elevado altruismo de características mesiánicas7.
Al ser presentados dos casos, la mayoría de las participantes se
identificó con aquél cuyos elementos particulares de aparición pau-
latina -más característicos del síndrome de desgaste profesional o
burnout- eran: pérdida de idealización por el trabajo, sentimientos de
desesperanza, impotencia y frustración en las expectativas e ideales;
relaciones interpersonales tensas y conflictivas en el trabajo8; cambios
a nivel físico: cansancio físico y mental, trastornos del sueño, dolores
musculares, resfríos; frecuentes incapacidades; cambios en el estado de
ánimo: sentimientos de enojo, de tristeza y llanto; temor y preocupación
por su seguridad. Además, se mencionaron en la discusión la vivencia
de cambios en los patrones de la alimentación, migrañas y trastornos
7
Actuar con fuertes fantasías mesiánicas también es una manifestación de la ansiedad
y la tensión sostenida que provoca la atención de hechos violentos. Las características
de urgencia de la demanda, en la que los pedidos de ayuda superan las posibilidades de
acción del equipo, derivan en la dispersión del equipo y en la compulsión de actuar de
alguno de sus miembros pretendiendo dar o solucionar todo lo que plantea la demanda,
aunque concretamente ésta no pueda ser satisfecha (Velázquez, 2003).
8
Ya se aludió, a la luz de los elementos de la dinámica grupal, cómo el impacto del
trabajo con personas en situaciones de Violencia Intrafamiliar y de Género también
ocurre al interior del equipo, en este caso a través de competencia y lucha de poder.
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3. Objetivos de la propuesta.
• Brindar herramientas teóricas y operativas para el cuidado de
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4. Consideraciones éticas.
Principios que fundamentan la propuesta:
• Las personas que trabajan asistiendo a personas en situaciones
de Violencia Intrafamiliar y de Género tienen derecho a preser-
var su salud integral (física y mental) y a trabajar en condiciones
laborales adecuadas para ello.
• Las personas que trabajan con esta problemática tienen derecho
a contar con un apoyo institucional a través de herramientas
conceptuales y operativas para el desempeño adecuado de la
tarea y espacios de apoyo y auto-cuidado.
• Las instituciones que trabajan con la problemática de la Vio-
lencia Intrafamiliar y de Género, tienen la responsabilidad de
brindar todas las condiciones (ambientales y de apoyo) para
que su personal desarrolle una labor efectiva en un ámbito de
trabajo saludable.
• Las personas que estén a cargo de los espacios de auto-cuidado
institucionales deben tener conocimiento y experticia suficiente
en atención directa a personas en situaciones de Violencia In-
trafamiliar y de Género, en el tema de los efectos asociados a
esta tarea y los mecanismos de reconocimiento, prevención y
asistencia de los mismos (estrategias de auto-cuidado), así como
experticia para trabajar los procesos grupales.
5. Marco institucional.
El departamento de Recursos Humanos y las áreas de salud ocupa-
cional de la institución deben poder llevar adelante tanto las actividades
de diagnóstico como la implementación de algunas de las estrategias de
auto-cuidado a nivel institucional y grupal. Asimismo, será necesario para
ello contar con instancias externas de consultoría, acompañamiento,
orientación, capacitación y de apoyo terapéutico en las áreas de auto-
cuidado individual como de equipo.
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7. Medidas de acción
En este apartado se detallan las propuestas concretas sobre cómo
implementar el auto-cuidado, a través de la descripción de diversas
estrategias en diferentes niveles de aplicación:
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A modo de cierre
La experiencia de sistematización dio cuenta de la importancia de los
espacios grupales para movilizar necesidades y recoger prioridades para
el cambio, esto es, para la transformación social. No obstante, como
los diferentes grupos de trabajo -así como las distintas instituciones-
difieren en sus características, las estrategias de cambio que en ellos
surjan deben apuntar, en primer lugar, a reconocer esas diferencias y
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Inés Rebullida Carrique
Bibliografía9
Arón, Ana María y Llanos, María Teresa (2004). Cuidar a los que cuidan: Des-
gaste profesional y cuidado de los equipos que trabajan con violencia. Sistemas
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for understanding the psychological effects of working with victims. Journal of
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Morales, Germán; Pérez, Janet y Menares María A. (2003). Procesos emo-
cionales de cuidado y riesgo en profesionales que trabajan con el sufrimiento
9
Se menciona sólo aquella que fue citada en la síntesis. Para ver trabajo y bibliografía com-
pleta consultar http://www.sep.ucr.ac.cr/MaestriasProfesionales/mpestmujer/index.html
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La Victimología en Bolivia
1
Profesora de Psicología Jurídica. Facultad de Derecho. Universidad Mayor de San
Simón. Cochabamba, Bolivia.
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Asesoría de Psicología
• Coordinará con las diferentes Secciones del Nivel Operativo,
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ingrese sola y que la abuela espere afuera, puesto que la niña se sentía
angustiada porque tenía miedo a ser abandonada. Pedía un lugar en el-
que podía ser escuchada. Todos los días hacia un dibujo, o una cartita,
quería que yo tuviera algo de ella y así no la abandonará. A la niña se
le pudo brindar un espacio donde pudiera hablar de sus verdaderas
impresiones, a elaborar la situación traumática por la que atravesó; a
darle el tiempo que ella necesitaba para hablar de lo que ella quisiera.
De esta manera Camila podía disminuir la carga afectiva de las imáge-
nes traumatizantes que recordaba; la vivencia displacentera y dolorosa
disminuía lentamente, Pudo modificar la conducta en el colegio, ya no
necesitaba fingir, porque podía expresar su dolor y sufrimiento y no se
sentía abandonada.
Como hemos podido demostrar a partir de los tres casos, el trau-
ma es un acontecimiento externo que sorprende al sujeto y produce
efectos de terror, mortificación y desengaño. Es un acontecimiento
traumático en el que la víctima no puede captar el peligro en el que se
encuentra, por la situación queda paralizada, no puede reaccionar, no
puede defenderse durante el delito no puede mitigar todo el sufrimiento
y se mantiene tal cual en el recuerdo, produciendo de esta manera una
re victimización. El delito establece un antes y un después radical en el
sujeto. Es decir en la víctima, algo se rompe, algo irrumpe en su vida,
produciendo un intenso sufrimiento que muchas veces lo envuelve en
una depresión profunda, presentando ideas suicidas. Razón por la que
la víctima necesita espacios donde pueda ser escuchada, donde pueda
liberar la impresión, sus miedos y angustias, sin ser censurada, culpabi-
lizada ni intimidada.
A pesar de que la sociedad, el Estado a través de la creación y mo-
dificación de leyes a favor de las víctimas de delitos, de la creación de
instituciones que permitan respetar sus derechos y garantías las víctimas
se encuentran en estado de vulnerabilidad y pasan por re-victimización
institucionalizada, es decir aquella provocada por los mismos profesio-
nales que trabajan en instituciones públicas y privadas que obedecen
al sistema y que en realidad no se encuentran al servicio de la víctima
sino del sistema judicial. Las prácticas tanto en la declaración como en
la elaboración de informes se han convertido en una re victimización
institucionalizada a la que se debe empezar a cuestionar, e incorporar en
las instituciones prácticas que estén al servicio de la víctima, prestando
los mecanismos adecuados para su defensa en el juicio y que cuente
en la práctica, con terapias que le permitan sobrellevar su sufrimiento.
181
Victimolog í a
Bibliografía
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agosto de 1973.
Código Penal, “Código Banzer”; Vigente de 6 de agosto de 1973, Ley Nº 10426
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FITCHTER, J. 1982 Sociología la persona social, Herder , Barcelona,
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Anuario de Psicología Jurídica ISSN 1133-0740, Nª 4. 101-110
MARCHIORI, Hilda. 1990, Víctima del delito, Córdoba, Marcos Lerner Ed.
MARCHIORI, Hilda (coord.) 2006 Serie Victimología, No 2, Córdoba, En-
cuentro Grupo Editorial
Serie Victimología, No 12, Encuentro Grupo Editorial, Córdoba.
182
Maltrato Infantil: trabajo preventivo en red
1
Docente de la Universidad Nacional de Córdoba. Cátedra de Psicología Criminológi-
ca. Docente de la Universidad Católica de Córdoba. Seminario de Psicología Jurídica.
Miembro del Gabinete de Psicología en la Unidad Judicial de la Mujer y el Niño Víctimas
de Delitos contra la Integridad Sexual. Córdoba.
2
Giberti, Eva. “La Familia a pesar de todo”. Año 2005.
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acto de furia hasta el acto que, por negligencia u omisión, expone al niño
a accidentes que lo lastiman o ponen en peligro su vida, lo cual manifies-
ta una hostilidad encubierta y rechazo por parte de sus progenitores.
Lo que da la característica de maltrato a una conducta agresiva es
la frecuencia y la intensidad de las agresiones. Además, el maltrato es
sostenido, sistemático e intencional, se cronifica y agrava con el trans-
currir del tiempo y las consecuencias tanto físicas como psicológicas y
sociales son gravísimas y pueden terminar en la muerte.
Al ser dichas conductas dirigidas por un adulto, que en general
es el cuidador, progenitor o persona a cargo del niño, la paradoja es
clara: hablamos que quien maltrata al niño es quien debería cuidarlo
y procurarle todos los cuidados básicos a los fines de su desarrollo
integral saludable.
Estas consideraciones son las que nos incitan a pensar inevitable-
mente al niño como vulnerable, pues “…dentro del género humano, el
niño es el ser más vulnerable, como lo es cualquier ser vivo en los primeros
días o años de la vida (…) el niño está expuesto y de hecho así sucede, a
sufrir abusos de diversa índole (…) que pueden dejar huella en su vida.”8
El aporte que realizan González Perrett y Tuana Nageli9 nos sirve
para explicar lo mismo, pues afirman que los niños han sido ubicados
a lo largo de la historia en un lugar de sumisión y dominación frente
al mundo de los adultos, perdiendo así, la posibilidad de tener voz,
protagonismo y opinión. Los autores expresan que “la alta dependencia
emocional y material en la que se encuentran los niños y las niñas en el seno de
sus familias los hace vulnerables a todo tipo de arbitrariedades y crueldades.”
Desde una perspectiva criminológica-victimológica el niño, por sus
características físicas o psicológicas, también es visto como una víctima
vulnerable. Aquí “el concepto de vulnerable comprende a la persona
que por sus características no puede defenderse, no tiene posibilidades
de percibir el peligro, la agresión, ni tiene posibilidades de reaccionar.
Son víctimas absolutamente inocentes del hecho delictivo y padecen
los mayores sufrimientos y consecuencias del delito”10. En esta misma
8
Monera Olmos, C.; Pastor Bravo, M.; Rodes Lloret, F. “Vulnerabilidad infantil. Un
enfoque multidisciplinar”. Ed. Díaz de Santos. Madrid – Buenos Aires - México, D.F.
– Bogotá. 2010
9
González Perrett, D. y Tuana Nageli, A. “El género, la edad y los escenarios de violencia
sexual”. Montevideo: Ed. Avina. 2009 (p.27).
10
Marchiori, Hilda: Criminología, victimas vulnerables y maltrato infantil. Victimología
7 Cba. 1993
185
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línea, Yocco11 expresa que los niños son la víctima más fácil de violencia,
en tanto, además de ser dependientes naturalmente, “son los que tienen
menos posibilidades de buscar ayuda fuera del núcleo familiar.” La relación
asimétrica entre el niño y sus cuidadores, en los casos de maltrato, se
enrarece, se contamina y al lugar de indefensión del niño se le opone
el de Impunidad del agresor, porque no solamente el niño no puede
defenderse ni reaccionar sino además, está silenciado. El agresor, me-
diante distintos mecanismos tales como las amenazas, la manipulación,
la mentira y el engaño, la inducción de la culpa, la seducción sostiene al
niño en esta posición de indefensión, le obstruye todas las posibilidades
de pedir ayuda y denunciar los hechos. Yocco12 puntualiza lo mismo
al referir que ante la imposición del poder y autoridad del adulto, “el
niño no puede hablar ni resistirse, ni siquiera mentalmente. No está aún
consolidado para protestar…”
Es fundamental entender estas ataduras psicológicas, mordazas invisi-
bles que mantienen velada la realidad que el niño vive dentro de su casa.
Prevención y Compromiso Social.
Todos podemos tener una idea respecto al concepto de preven-
ción. En general se asocia a: prever, ver, conocer de antemano o con
anticipación un daño o perjuicio; precaver, evitar, estorbar o impedir
algo, disponer con anticipación lo necesario para un fin.
El hecho que intento puntualizar y sobre el cual quiero llamar la
atención es que en el imaginario social se piensa la prevención de
manera reduccionista, o sea, sólo en relación al primer nivel, antes de
que suceda el hecho, un hecho de violencia en nuestro caso puntual.
Desde esta perspectiva, y considerando las características sociales
e ideológicas epocales que nos caracterizan, que no explayaré, pues
es harto conocida las adjudicaciones que nos hemos ganado como
sociedad, como personas, que realmente no enorgullecen. El hecho
es que, si consideramos que cada uno de nosotros está inmerso en
su individualismo, a lo que se suma entender prevención sólo como
anticipación; si nos referimos al maltrato infantil, entonces cada quien,
en el mejor de los casos, intentará proteger a los suyos, evitando que
“algo malo” les suceda. Esto no es poca cosa, pero el problema es más
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Victimolog í a
Prevenir es comprometerse?
Hoy nos encontramos frente a la obligación de denunciar aquellas
13
Rozas (2008, p. 2) “Redes Sociales como Herramienta de Apoyo para Víctimas de
Delitos contra la Integridad Sexual” Trabajo final para la obtención del título de Licen-
ciado en Psicología. Facultad de Psicología. UNC. Córdoba, Argentina. 2011.
14
Puente de Camaño, O. “El problema de la violencia en el ámbito escolar. Bases para
su prevención”. En serie Victimología 4. Córdoba. Encuentro Grupo Editor. Argentina.
2008.
15
Real Academia Española. “Diccionario de la Lengua Española” Vigésima Segunda
Edición. 2001. Disponible en: http://buscon.rae.es
188
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24
Dabas, E. Ob. Cit. (p. 3)
25
Dabas, E. (Comp.) Viviendo redes. Experiencias y estrategias para fortalecer la trama
social. Buenos Aires: Ed. Ciccuec. 2010.
26
Dabas, E. y Perrone, N. Redes en salud. En Dabas, E. (Comp.) Viviendo redes. Expe-
riencias y estrategias para fortalecer la trama social. Buenos Aires: Ed. Ciccuec. 2010.
27
Bronfman, M. Ob. Cit. (p. 110)
28
Barrón, A. “Apoyo Social: aspectos técnicos y aplicaciones”. Madrid: Siglo XXI España
191
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Claudia Mabel Sala
31
Bronfman, M. Ob. Cit.
32
Bronfman, M. Ob. Cit.
33
Hooper, C. “Madres sobrevivientes al abuso sexual de sus niños”. Buenos Aires: Ed.
Nueva Visión. SAIC. 1994.
34
Hooper, C. Ob Cit.
193
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35
Hooper, C. Ob Cit.
36
Hooper, C. Ob Cit.
194
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Concluyendo.
Estoy apelando al humanismo, entendido como relativo al respeto, a
la empatía, condición básica que debe guiar nuestro actuar. Si partimos
por entender la importancia y singularidad de aquel momento en el
que tomamos noticia de un hecho de maltrato (ya sea porque nos lo
consultan, derivan, lo detectamos, lo sospechamos o nos lo devela el
niño), cualquier acto que implique un compromiso asumido, puede ser
considerado un primer paso positivo en el camino hacia la transforma-
ción de la vida de ese niño.
Si justamente pensar en Red alude a no pensarse solo en estas
cuestiones, entonces por allí empezar: No estamos solos frente a esto.
No nos dejemos apabullar por el miedo. Podemos empezar por intentar
dilucidar quién más puede ayudarnos, qué otra persona es significativa
para ese niño y puede servir de sostén. Así tendríamos una idea respecto
a si el niño cuenta con alguna red familiar-personal . Luego están las
redes comunitarias y las Institucionales. Llamar por teléfono, acercarse
a consultar a un dispensario, un hospital, una O.N.G relacionada, un
profesional pertinente, instituciones que asisten y su razón de ser son
la protección del niño.
195
Victimolog í a
Bibliografía
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Bronfman, M. “Como se vive se muere. Familia, redes sociales y muerte Infantil”.
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196
Claudia Mabel Sala
197
Protocolo interinstitucional de intervención para la atención de
mujeres en situación de riesgo alto de muerte por violencia
Indicadores:
1
Comisión Permanente para el Seguimiento de la Atención y Prevención de la Violencia
Intrafamiliar. Poder Judicial de Costa Rica.
199
Victimolog í a
o en otros lugares.
• La víctima considera que el agresor es capaz de matarla
• La víctima está aislada o retenida por el agresor contra su vo-
luntad en el momento o lo ha estado previamente
• Abuso sexual del agresor contra los hijos o hijas u otras perso-
nas menores de edad de la familia cercana, así como tentativa
de realizarlo
• Hay abuso físico contra los hijos e hijas
• La víctima está recientemente separada, ha anunciado al agresor
que piensa separarse o abandonarlo, o ha puesto una denuncia
penal o ha solicitado medidas de protección por agresiones
contra ella o sus hijas e hijos o ha existido amenaza por parte
del agresor de llevarse a sus hijos o hijas más pequeños si decide
separarse.
• Abuso de alcohol o drogas por el agresor
• Aumento de la frecuencia y gravedad de la violencia
• La víctima ha recibido atención en salud como consecuencia de
las agresiones o ha recibido atención psiquiátrica producto de
las agresiones vividas.
• Se han impuesto medidas legales y de otro tipo
• El agresor tiene antecedentes psiquiátricos (internamiento
psiquiátrico, medicación por depresión)
• El agresor es una persona con acceso, y tiene conocimiento en
el uso de armas de fuego y/o que trabaja con ellas o porta armas
• Resistencia violenta a la intervención policial o a la intervención
de otras figuras de autoridad
• Acoso, control y amedrentamiento sistemático de la víctima
• Que haya matado mascotas.
• Indica por sí sola un riesgo alto
Tres o más de estos indicadores afirmativos = riesgo alto
La situación es de mayor riesgo e implica una mayor urgencia en la
intervención si:
• La víctima está embarazada, en período de post parto o de
lactancia
• La víctima tiene algún grado de discapacidad o está enferma
• La víctima es una adulta mayor
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Poder Judicial de Costa Rica
Fuerza Pública:
Las situaciones de alto riego pueden ser conocidas por la Fuerza
Pública por tres medios: a) por una solicitud de intervención (llamada
o personal) a través de la cual se recopilan datos que indican que hay
alto riesgo; b) por una solicitud de intervención en casos en que hay
antecedentes que indican que hay alto riesgo; c) cuando los(as) oficiales
están presentes durante la situación de violencia y valoran que hay alto
riesgo; d) por información brindada por una institución que detecta una
situación de alto riesgo.
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Poder Judicial de Costa Rica
Poder Judicial
Ministerio Público
Actuación:
1. En la valoración de prisión preventiva, tener especialmente en
cuenta los casos de desobediencia de medidas de protección,
de delitos o de evaluación de alto riesgo.
2. Brindar información a la víctima y coordinar de inmediato con
el INAMU mediante el sistema 911 dónde puede contar con
recursos de apoyo y protección personal.
3. Informar a la Fuerza Pública y a la afectada si el juez(a) penal ha
hecho efectiva o no la prisión preventiva y si se ordenaron o
no medidas cautelares.
4. Si no existiera prisión preventiva contra el agresor, ofrecer a
la afectada la posibilidad de un albergue y comunicarse con el
Área Violencia de Género del INAMU para ello, manteniendo
la confidencialidad sobre el lugar donde se encuentra la mujer
y efectuar el traslado. Verificar que la víctima cuente con un
plan de seguridad de emergencia.
5. Informar a la mujer de sus derechos y recursos en el proceso
penal (constituirse como querellante, acción civil resarcitoria)
6. En los casos de agresión que no constituyan delito, trasladar de
oficio al Juzgado de Familia o de Violencia Doméstica para las
Medidas de Protección que correspondan.
7. Informar al Área Violencia de Género del INAMU todos los
casos de alto riesgo atendidos, a través del 9-1-1, para efectos
de atención y seguimiento de la víctima.
8. Llevar un registro de agresores en cada Fiscalía, que deberá
contener la siguiente información: nombre, cédula, dirección,
profesión u oficio, lugar de trabajo, tipos de agresiones y grave-
dad de las mismas, indicadores de riesgo, irrespeto de medidas
de protección, número de eventos de que se tiene conocimiento
y número de eventos en que ha intervenido el Ministerio Público.
Juzgados penales
1. En caso que el agresor se encontrara detenido o en prisión
preventiva, informar a la Fuerza Pública y a la víctima cuando
queda en libertad.
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Ministerio de Justicia
1. En los casos en que la autoridad judicial ordene la libertad de
un agresor que está en prisión preventiva, informar a la Fuerza
Pública y a la afectada el momento en que el agresor queda en
libertad.
Sector Salud
1. Ofrecer atención integral inmediata en caso de riesgo de muerte.
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Poder Judicial de Costa Rica
PANI
Actuación:
1. Evaluar situación de riesgo.
2. Informar a la mujer que puede dirigirse al Juzgado Especializado
de Violencia Doméstica, Juzgado de Familia o Juzgado Contra-
vencional para medidas de protección o al Ministerio Público
para denuncia de delitos.
3. Ofrecer a la afectada la posibilidad de un albergue y comunicarse
con el Área Violencia de Género del INAMU para ello, mante-
niendo la confidencialidad sobre el lugar donde se encuentra la
mujer y trasladar a la mujer.
4. Llevar un registro de agresores en cada Oficina, que deberá
contener la siguiente información: nombre, cédula, dirección,
profesión u oficio, lugar de trabajo, tipos de agresiones y grave-
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OFIM
Actuación:
1. Evaluar situación de riesgo.
2. Informar a la mujer que puede dirigirse al Juzgado Especializado
de Violencia Doméstica, Juzgado de Familia o Juzgado Contra-
vencional para medidas de protección o al Ministerio Público
para denuncia de delitos. Orientar a la víctima si del hecho
ocurrido se deriva otras acciones que pueden constituir delitos
por ejemplo el delito de violación, lesiones, robo, daños a bienes.
3. Ofrecer a la afectada la posibilidad de un albergue y comunicarse
con el Área Violencia de Género del INAMU para ello, mante-
niendo la confidencialidad sobre el lugar donde se encuentra la
mujer y coordinar con otras instituciones el traslado de la mujer.
4. Si la mujer no se traslada a un albergue, establecer con ella un
plan de seguimiento y diseñar con ella un plan de apoyo de
emergencia.
5. Dar seguimiento y acompañamiento en los procesos judiciales en
la medida en que tengan el recurso profesional correspondiente
6. Llevar un registro de agresores en cada OFIM, que deberá con-
tener la siguiente información: nombre, cédula, dirección, pro-
fesión u oficio, lugar de trabajo, tipos de agresiones y gravedad
de las mismas, indicadores de riesgo, irrespeto de medidas de
protección, número de eventos de que se tiene conocimiento
y número de eventos en que se ha intervenido.
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Poder Judicial de Costa Rica
Recomendaciones complementarias:
Secretaría Técnica de Género del Poder Judicial.
1. Informar a las autoridades judiciales sobre este protocolo.
2. Coordinar capacitación en manejo de situaciones de alto riesgo
a funcionarios(as) del Poder Judicial.
3. Publicar y divulgar materiales informativos dirigidos sobre los
servicios brindados por la institución a las mujeres en alto riesgo
y a las personas e instituciones que las apoyan.
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Acerca de ONU Mujeres
Naciones Unidas
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Programa de Asistencia y Prevención de la Trata de Personas
Provincia de Córdoba
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Provincia de Córdoba
Capitulo I
Titulo 1:
Artículo 1º.- Créanse los Programas que se desarrollarán de confor-
midad a lo establecido en la presente resolución.
Artículo 2º.- Con la finalidad de abordar dicha problemática como
política pública desde una perspectiva integral, articulando recursos,
capacidad y acciones mediante la movilización de todos los sectores
sociales, contribuyendo al fortalecimiento institucional para la protec-
ción de la población.
Los objetivos:
En lo referente a la Prevención y Asistencia a Víctimas de La Trata
de Personas.
a) Sensibilizar, procurar la comprensión y difusión de la problemática
de la trata, a fin de concientizar a la población, medios de comunicación,
instituciones públicas y privadas, con perspectiva de género y Derechos
Humanos.-
b) Capacitar a quienes integren servicios asistenciales, equipos de
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Provincia de Córdoba
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Provincia de Córdoba
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Capitulo II
Del financiamiento y la autoridad de aplicación
Artículo 11º.-El Programa se ejecutará en jurisdicción de la Provincia
con recursos provenientes del Presupuesto Provincial.
Artículo 12°.- El Ministerio de Finanzas fijará las adecuaciones presu-
puestarias correspondientes a fin de efectuar las erogaciones del Programa.
Artículo 13°.- El Programa se desarrollará en el marco de las dispo-
siciones de la Ley Provincial Nº 10.060 y su reglamentación (582/12),
y de las competencias de la Secretaría de Asistencia y Prevención de
la Trata de Personas creada mediante el decreto del Poder Ejecutivo
Provincial nª 581/12.
Artículo 14°.- Protocolicese, Comuníquese al Ministerio de Finanzas
demás que correspondan, publíquese, y archívese.
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Informe III Congreso Latinoamericano de Niñez Adolescencia y
Familia1
Conclusiones:
Comision 1: Politicas Publicas y Legislativas en Niñez
Adolescencia y Familia Conclusiones y Propuestas
Se recomienda
1. Contemplar la figura del defensor del niño y garantizar el Derecho
de defensa de todas las niñas, niños y adolescentes.
2. Generar a) Coordinación interministerial, con nuevas estrategias
de integralidad, territorialidad y articulación en los distintos niveles gu-
bernamentales, para obtener mayor eficiencia en materia de derechos y
restitución de derechos vulnerados en el grupo familiar de las personas
privadas de libertad. b) Sancionar una ley que establezca la prisión do-
miciliaria de las mujeres embarazadas, madres con hijos menores de 14
años o personas discapacitadas, siempre que esto no implique presunción
de inseguridad física, moral o desarrollo psicológico de las mencionadas
personas. c) Favorecer el vínculo de los hijos con las madres privadas
de libertad teniendo presente lo más conveniente para el mismo
3. Implementar un modelo de gestión integral para la prevención,
sanción y asistencia a víctimas de trata de personas, considerando este
delito como delito complejo por su conexión con otros delitos, por lo
que se debe intervenir articuladamente y con protocolos de actuación
conocidos y reconocidos por los distintos actores.
4. Considerar como delito de lesa humanidad la trata o tráfico de
niños. Incrementar las sanciones penales y civiles para los infractores
pedófilos y abusadores sexuales cuyas victimas sean niños y niñas.
5. Reformar los Códigos Procesales en lo pertinente a la prueba,
a los fines de habilitar el uso de escuchas telefónicas en las redes de
1
Realizado en el Centro de Eventos y Convenciones Iguazú. 10 al 12 de Noviembre
de 2011
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Victimología
do que los países de América Latina están llevando a cabo sobre esta
problemática.
Por ello se recomienda
1) Apoyar los proyectos de ley tendientes a tipificar los delitos de
robo de identidad digital y de grooming.
2) Apoyar la constitución de organismos no estatales para investigar
y concienciar sobre la “ciber violencia”.
3) Elaborar una estrategia y un protocolo uniforme de acción, tanto
público como privado, para enfrentar y solucionar los casos de ciber
acoso, y prevenir los de acoso sexual.
4) Urgir al Estado en la modificación del régimen penal de niños
niñas y adolescentes menores de edad a fin de dar cabida al flagelo del
uso violento de la tecnología.
Con propuesta de proyecto de ley, para:
1.- Acoso cibernético – Por Internet en Niños, Niñas y Adolescentes
menores de edad - Child grooning -
2.- Ley contra la pornografía infantil y la pedofilia en Internet
3.- Ley que penaliza las actividades de turismo sexual infantil.
4.- Creación del Consejo interdisciplinario consultivo para la pre-
vención de la violencia sexual y asistencia integral de niños, niñas y
adolescentes víctimas de abuso sexual.
La sociedad civil (ONG), en concordancia con el gobierno nacional
y provinciales deberán abordar el tratamiento del tema en forma co-
ordinada, además de lograr un adecuado financiamiento que permita
realizar campañas de prevención en todo el territorio nacional.
Otras medidas de prevención deben ser contempladas como he-
rramientas válidas, estas son: el fortalecimiento de capacitación con
los líderes comunitarios, charlas y material de difusión para docentes y
alumnos, incorporación de la temática en los medios de comunicación
comunitarios.
Crear mecanismos e instrumentos integrados en el ámbito de los
países de América Latina, tal como fundar un banco de datos de usuarios
que se inscriban en los proveedores de Internet para la publicación de
fotos y videos, lo que debería constituir un requisito previo de registro
como condición para que el material sea divulgado en Internet.
Compromiso con los medios de comunicación basados en valores
con fines educativos para acompañar en la prevención para no revicti-
mizar y/o estigmatizar a las víctimas.
Debe existir un concepto uniforme del delito de trata de personas
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14 Symposium Internacional de Victimología
World Society of Victimology
La Haya (Holanda) 20–24 mayo 2012
Informe general: Derechos de las víctimas
Discusiones conceptuales
Cuando los investigadores se reúnen podemos esperar discusiones
conceptuales. También esto ha sido cierto en el 14 Symposium Inter-
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Victimología
tado en el juzgado.
Al mismo tiempo, otros artículos facilitaron otras indicaciones a la
Victimologia, marcos distintos al marco legal que es el más utilizado. La
referencia en esos artículos fueron los derechos morales y los derechos
consuetudinarios. Y más aún, varios de esos artículos parecían insinuar
que esas víctimas tenían derecho a que se les satisfaga esos derechos
morales y consuetudinarios. Un derecho, que el sistema legal no les
reconoce de momento.
Cuando nosotros hablamos acerca de los Derechos de las víctimas,
a que clase de derechos nos estamos refiriendo.
En la ceremonia de apertura, en el imponente Salón de los Caba-
lleros, el Ministro F. Teeven nos dio una respuesta cuando afirmó que
nosotros deberíamos poner la mirada en tres cuestiones cruciales:
reconocimiento, la percepción de que las autoridades están trabajando
(esto incluye que las autoridades traten con respeto a las víctimas, las
informen y las ayuden) y que las víctimas puedan influir para que se
haga justicia con ellas.
Un análisis más extenso fue dado por Irving Waller quien miró
hacía los Derechos de las víctimas en varias legislaciones nacionales
e internacionales. El habló ampliamente de las siguientes categorías:
reconocimiento y apoyo emocional, información, asistencia con atención
médica y servicios sociales para cubrir sus necesidades, seguridad per-
sonal, restitución, participación y representación en el sistema de justicia,
prevención del delito – y la puesta en práctica de esos derechos.
Como dijo Katheleen Daly en su presentación en el plenario, mu-
chos de esos derechos pueden ser satisfechos mediante mecanismos
convencionales que están relacionados con la investigación, la acusación
y el juicio: el impacto de la declaración de la víctima, la demanda civil,
compensación por el Estado y así sucesivamente. (Debo señalar que Daly
prefiere utilizar el término “justicia” que “derechos de las víctimas”)
Estos mecanismos convencionales no son los únicos hay otros a
los que Daly se refiere como mecanismos innovadores, los cuales no
necesariamente tienen que estar integrados en la justicia penal, civil o
administrativa. Ejemplos de ello son la mediación, los mecanismos infor-
males de justicia, y ofertas de reparación con elementos materiales y/o
simbólicos. También estos mecanismos innovadores peden fortalecer
los Derechos de las víctimas, por ejemplo, permitiendo la participación
de la víctima.
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Victimología
Últimas consideraciones
Permítanme terminar mirando a un contexto final: la Victimología.
En la ceremonia de apertura, la comisaria Reding en sus declaraciones
por video expresaba su deseo de que el “14 Symposium Internacional
de Victimologia” nos facilitara inspiración e ideas.
Hemos aprendido de la importancia que tiene distinguir entre los
derechos a los que aspiramos y aquellos otros que se puedan hacer
cumplir.
Hemos visto, una vez más, la importancia que tienen las víctimas
por ellas mismas, la de los profesionales que las atienden reconociendo
esos derechos, la necesidad que existe de que aumente la preparación
de esos profesionales, la de estimular un cambio en sus actitudes –un
punto enfatizado también por la comisaria Reding.
Como victimólogos, hemos visto la necesidad de las “4 C” iden-
tificadas por Marlene Young: entrega, compasión, coraje y convicción.
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In Memoriam Profesor Dr.Tony Peters
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Victimología
Hilda Marchiori.
247
Publicaciones anteriores de Victimología
Victimología 1
La víctima del delito y Programas Preventivos.
Irene Melup - Naciones Unidas.
El Derecho Victimal.
María de la Luz Lima Malvido - México.
Abuso Emocional.
Danya Glaser - Inglaterra.
Violencia y víctimas.
María Josefina Ferrer - Venezuela.
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Publicaciones anteriores de Victimología
Victimología 2
Cómo son vistas las víctimas del delito en Alemania? Sobre
cuestiones de una estigmatización.
Helmut Kury - Alemania.
Victimología 3
Declaración de Naciones Unidas sobre Los Principios de Justicia
para las Víctimas del delito y abuso del poder.
Irene Melup - Naciones Unidas.
251
Victimolog í a
Victimología 4.
Justicia postergada igual a Memoria herida
Armando S. Andruet - Argentina.
252
Publicaciones anteriores de Victimología
Víctimas y Periodismo
Alejandra Hillman - Argentina
Victimología 5
La globalización, el delito transnacional y sus víctimas: una reflexión
Emilio C. Viano - USA
253
Victimolog í a
La Victimización de la Mujer
Antonio Sánchez Galindo – México
254
Publicaciones anteriores de Victimología
Victimología 6
Stephen Schafer : su vida y su tipología.
John Dussich -USA
255
Victimolog í a
Victimología 7.
Stress, Trauma y Crisis: El marco teórico de la Victimización.
Marlene Young - USA
Victimología Forense
Emilio José García Mercader – España.
Volverse “Amok”
Eduardo Padilla - Argentina
256
Publicaciones anteriores de Victimología
Victimología 8
Cuando la mujer golpeada se convierte en acusada
Lenore E. Walker - USA
257
Victimolog í a
Victimología 9
La contratransferencia del evaluador en las evaluaciones
por la custodia de los niños
Dr. Michael R. Freedman, Ph.D., Dr. Samuel J Rosenberg. Ph.D.,Dr.
Dawn Gettman - Felzien, L.C.S.W., y Dra. Susan Van Scoyk, M.D. USA
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Publicaciones anteriores de Victimología
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Publicaciones anteriores de Victimología
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Publicaciones anteriores de Victimología
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Impreso por Editorial Brujas • octubre de 2012 • Córdoba–Argentina