Espectro Continuo
Espectro Continuo
Espectro Continuo
Con una fuente de luz incandescente el espectro es continuo, es decir, contiene todas las
longitudes de onda de forma similar a un arco iris.
Espectro de líneas
Si la fuente de luz proviene de un gas calentado a baja presión, el espectro de la luz emitida
consiste en una serie de franjas brillantes separadas por regiones oscuras. Dicho espectro
se denomina espectro de líneas de emisión.
donde:
λ = longitud de onda de la línea espectral en centímetros (cm)
1
ṽ = = número de onda que representa el número de ondas por centímetro.
𝜆
R = constante de Rydberg para el hidrógeno = 109 678 cm-1
n1 = número entero que puede ser 1, 2, 3, etc., según el nivel de energía menor al que
pasa el electrón
n2 = (n1 + 1), (n1 + 2), (n1 + 3), ... etc., según el nivel mayor de energía del electrón
Para el espectro de emisión del hidrógeno se han observado distintas series espectrales
que van desde el ultravioleta hasta el infrarrojo. La única serie observable a simple vista es
la de Balmer, las otras se determinan mediante espectrofotómetros.
Números cuánticos
Los experimentos realizados con los espectros de emisión de los átomos de sodio e
hidrógeno indicaban que las líneas del espectro de emisión se podían separar aplicando un
campo magnético externo. Los físicos sólo pudieron explicar estos resultados suponiendo
que los electrones se comportan como pequeños imanes. Si nos imaginamos que los
electrones giran sobre su propio eje, como lo hace la Tierra, es factible explicar sus
propiedades magnéticas.
Según la teoría electromagnética, cuando gira una carga se genera un campo magnético,
y este movimiento es el responsable de que el electrón se comporte como un imán. La
figura 7.16 muestra los dos posibles giros de un electrón, uno en el sentido de las manecillas
del reloj y el otro en sentido contrario. Para tomar en cuenta el espín del electrón es preciso
añadir un cuarto número cuántico, conocido como número cuántico de espín del electrón
1 1
(ms), que toma valores de + o – .
2 2
Orbitales atómicos
La relación entre los números cuánticos y los orbitales atómicos se muestra en la tabla 7.2.
Cuando ℓ = 0, (2ℓ + 1) = 1 y sólo hay un valor para mℓ, por lo cual tenemos un orbital s.
Cuando ℓ = 1, (2ℓ + 1) = 3, de modo que existen tres valores para mℓ o tres orbitales p,
representados como px, py y pz. Cuando ℓ = 2, (2ℓ + 1) = 5, y existen cinco valores para mℓ;
los respectivos cinco orbitales d se expresan con subíndices más complejos.
Orbitales s.
Aunque, en principio, se puede encontrar un electrón en cualquier lugar, ya se sabe que la
mayor parte del tiempo está muy cerca del núcleo. El gráfico de la figura 7.18a) muestra la
relación de la densidad electrónica de un orbital 1s de un átomo de hidrógeno en función
de la longitud al núcleo. Observemos que la densidad electrónica decae muy rápido con el
aumento de esta longitud. En términos poco estrictos, existe probabilidad de 90% de
encontrar al electrón dentro de una esfera de 100 pm de radio (1 pm = 1 × 10-12 m) alrededor
del núcleo. De esta forma, es posible representar el orbital 1s con un diagrama de contorno
de superficie que abarque alrededor de 90% de la densidad electrónica total en un orbital,
similar al que se muestra en la figura 7.18b). El orbital 1s representado en esta forma es
prácticamente una esfera.
Los diagramas de contorno de superficie para los orbitales atómicos 1s, 2s y 3s del átomo
de hidrógeno se muestran en la figura 7.19. Todos los orbitales s son esféricos, pero varían
de tamaño; éste aumenta con el incremento del número cuántico principal. Aunque en el
diagrama de contorno se pierden los detalles de las variaciones de densidad electrónica,
esto no significa una desventaja importante. Después de todo, las características más
notables de los orbitales atómicos son su forma y tamaño relativos, y se representan
adecuadamente con estos diagramas de contorno de superficie.
Orbitales p.
Debe quedar claro que los orbitales p comienzan con el número cuántico principal n = 2. Si
n = 1, el número cuántico ℓ del momento angular, sólo puede tomar un valor de cero; en
consecuencia, sólo existe un orbital 1s. Como vimos antes, cuando ℓ = 1, el número cuántico
magnético mℓ puede tomar valores de –1, 0 y 1. Si comenzamos con n = 2 y ℓ = 1, tenemos
tres orbitales 2p: 2px, 2py y 2pz (figura 7.20). Las letras del subíndice señalan los ejes sobre
los que se orientan los orbitales. Estos tres orbitales p tienen el mismo tamaño, forma y
energía; sólo difieren en su orientación. Note, sin embargo, que no hay una simple relación
entre los valores de mℓ y las direcciones x, y y z.
En los diagramas de contorno de superficie de la figura 7.20 se aprecia que cada orbital p
puede imaginarse como dos lóbulos situados en lados opuestos del núcleo. Como sucede
con los orbitales s, el tamaño de los orbitales p aumenta desde 2p hasta 3p, 4p y así
sucesivamente.