Leccionario I A
Leccionario I A
Leccionario I A
I
LECTURAS PARA LOS DOMINGOS
Y FIESTAS DEL SEÑOR
Año A
OCTAVA EDICIÓN
DOMINGO I DE ADVIENTO
PRIMERA LECTURA
El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: Cf.1)
SEGUNDA LECTURA
Nuestra salvación está cerca
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13, 11-14a
Hermanos:
Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque
ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está
avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos
con las armas de la luz.
Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras,
nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Aleluya.
EVANGELIO
Estad en vela para estar preparados
DOMINGO II DE ADVIENTO
PRIMERA LECTURA
Juzgará a los pobres con justicia
Aquel día:
Brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de prudencia y sabiduría,
espíritu de consejo y valentía,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados.
Herirá al violento con la vara de su boca,
y al malvado con el aliento de sus labios.
La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos:
un muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león comerá paja con el buey.
El niño jugará en la hura del áspid,
la criatura meterá la mano
en el escondrijo de la serpiente.
No hará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país
de ciencia del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
se erguirá como enseña de los pueblos:
la buscarán los gentiles,
y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7)
SEGUNDA LECTURA
Cristo salva a todos los hombres
Hermanos:
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que
entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre
vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios.
Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fídelidad de
Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los
gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así, dice la Escritura:
«Te alabaré en medio de los gentiles
y cantaré a tu nombre.»
Palabra de Dios.
Aleluya Lc 3, 4. 6
Aleluya, aleluya.
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.
Aleluya.
EVANGELIO
Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban
sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
—«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que
Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y
echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede
más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
El os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
El tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y
quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»
PRIMERA LECTURA
Dios viene en persona y os salvará
Palabra de Dios.
O bien:
Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca
Palabra de Dios.
Aleluya Lc 4, 18
Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí;
me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.
Aleluya.
EVANGELIO
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a
preguntar por medio de sus discípulos:
—«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»
Jesús les respondió:
—«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
los ciegos ven, y los inválidos andan;
los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!»
Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque
el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»
DOMINGO IV DE ADVIENTO
PRIMERA LECTURA
Mirad: la virgen está encinta
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 7c y 10b)
R. Va entrar el Señor,
él es el Rey de la gloria.
SEGUNDA LECTURA
Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el
Evangelio de Dios.
Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su
Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo,
Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor.
Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a
la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo
Jesús.
A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os
deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
Aleluya Mt 1, 23
Aleluya, aleluya.
Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel,
Dios-con-nosotros.
Aleluya.
EVANGELIO
Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a
casa a su mujer.
Palabra de Dios
NAVIDAD
DÍA 25 DE DICIEMBRE
NATIVIDAD DEL
SEÑOR MISA DE LA
VIGILIA
Estas lecturas se emplean en la Misa vespertina del 24 de diciembre, ya sea antes o después de las primeras
Vísperas de Navidad.
PRIMERA LECTURA
El Señor te prefiere a ti
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Pablo da testimonio de Cristo, Hijo de David
Palabra de Dios.
Aleluya
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Mañana quedará borrada la maldad de la tierra,
y será nuestro rey el Salvador del mundo.
Aleluya.
EVANGELIO
Genealogía de Jesucristo, Hijo de David
MISA DE MEDIANOCHE
En las misas que se celebren en el día de Navidad se utilizarán los formularios aquí señalados; se
permite elegir las lecturas más aptas de una de las tres misas, teniendo en cuenta la oportunidad pastoral de
cada asamblea.
PRIMERA LECTURA
Un hijo se nos ha dado
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Ha aparecido la gracia de Dios para todos los hombres
Palabra de Dios.
Aleluya Lc 2, 10-14
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Os traigo la buena noticia:
nos ha nacido un Salvador:
el Mesías, el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO
Hoy os ha nacido un Salvador
En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo
del mundo entero.
Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a
inscribirse, cada cual a su ciudad.
También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret
en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa María,
que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la
posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por
turno su rebaño.
Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se
llenaron de gran temor.
El ángel les dijo:
—No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la
ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal:
encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a
Dios, diciendo:
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que Dios ama.
MISA DE LA AURORA
PRIMERA LECTURA
Mira a tu salvador que llega
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Según su misericordia nos ha salvado
Palabra de Dios.
Aleluya Lc 2, 14
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor
Aleluya.
EVANGELIO
Los pastores encontraron a María y José y al niño
PRIMERA LECTURA
Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA:
Dios nos ha hablado por su Hijo
Palabra de Dios.
Aleluya
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Nos ha amanecido un día sagrado:
venid, naciones, adorad al Señor,
porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra.
Aleluya.
EVANGELIO
La Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros
LA SAGRADA FAMILIA
PRIMERA LECTURA
El que teme al Señor honra a sus padres
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
La vida de familia vivida en el Señor
Hermanos:
Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme: la
misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido
convocados, en un solo cuerpo.
Y sed agradecidos: la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza;
enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la
Acción de Gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor.
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Palabra de Dios.
Aleluya, aleluya.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro
en vuestro corazón;
que la Palabra de Cristo habite entre vosotros
en toda su riqueza.
Aleluya.
EVANGELIO
Coge al niño y a su madre y huye a Egipto
Cuando se marcharon los Magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le
dijo:
—Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te
avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
José se levantó, cogió al niño y a su madre de noche; se fue a Egipto y se quedó hasta
la muerte de Herodes; así se cumplió lo que dijo el Señor por el Profeta:
«Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto.»
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en
Egipto y le dijo:
—Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que
atentaban contra la vida del niño.
Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel.
Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes
tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo
llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría nazareno.
DÍA 1 DE ENERO
PRIMERA LECTURA
Invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Dios envió su Hijo, nacido de una mujer
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo
la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por
adopción.
Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama:
¡Abbá! (Padre). Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero
por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
Aleluya Hb 1, 1 -2
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones habló Dios antiguamente
a nuestros padres por los Profetas;
ahora, en esta etapa final, nos ha hablado
por el Hijo.
Aleluya.
EVANGELIO
Encontraron a María y a José y al niño. Al cumplirse los ocho días, le pusieron por
nombre Jesús
En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño
acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba
todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y
oído; todo como les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús,
como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
PRIMERA LECTURA
La sabiduría habita en medio del pueblo elegido
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos por Jesucristo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6. 15-18
Palabra de Dios.
Aleluya 1 Tm 3, 16
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Gloria a ti, Cristo, proclamado a los gentiles.
Gloria a ti, Cristo, creído en el mundo.
Aleluya.
EVANGELIO
La Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros
DÍA 6 DE ENERO
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 3, 2-3a. 5-6
Hermanos:
Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor
vuestro.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a
los hombres en otros tiempos,
como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas:
que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de
la Promesa en Jesucristo,
por el Evangelio.
Palabra de Dios.
Aleluya Mt 2, 2
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Hemos visto salir su estrella,
y venimos a adorarlo.
Aleluya.
EVANGELIO
Venimos de Oriente para adorar al Rey
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo
Palabra de Dios.
Aleluya Mc 9, 6
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Los cielos se abrieron
y se oyó la voz del Padre:
Este es mi Hijo, el amado; escuchadle.
Aleluya.
EVANGELIO
Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él
En. aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo
bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
—Soy yo el que necesito que tu me bautices, ¿y tú acudes a mí?
Jesús le contesto:
—Déjalo ahora. Esta bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y
vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz
del cielo que decía:
—Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto.
El próximo domingo comienzan las lecturas de los Domingos «per annum», pag. 185
CUARESMA
PRIMERA LECTURA
Creación y pecado de los primeros padres
El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de
vida y el hombre se convirtió en ser vivo.
El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que
había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de
comer; además el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien
y el mal.
La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había
hecho. Y dijo a la mujer:
—¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín?
La mujer respondió a la serpiente:
—Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol
que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: «No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena
de muerte.»
La serpiente replicó a la mujer:
—No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis
como Dios en el conocimiento del bien y el mal.
La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable porque daba inteligencia;
tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió.
Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos;
entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
Hermanos:
Lo mismo que por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la
muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...
[ Pero, aunque antes de la ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba
porque no había ley.
Pues a pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que
no habían pecado con un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, no hay proporción entre la culpa y el don: si por la culpa de uno
murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don
de Dios desbordaron sobre todos.
Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del
pecado de uno: la sentencia contra uno acabó en condena total; la gracia, ante una
multitud de pecados, en indulto. ]
Si por la culpa de aquél, que era uno sólo, la muerte inauguró su reino, mucho más los
que reciben a raudales el don gratuito de la amnistía vivirán y reinarán gracias a uno sólo,
Jesucristo.
En resumen, una sola culpa resultó condena de todos, y un acto de justicia resultó
indulto y vida para todos.
En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.
EVANGELIO
Jesús ayuna durante cuarenta días y es tentado
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el
diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre.
Y el tentador se le acercó y le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.
Pero él le contestó diciendo:
—Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios.
Entonces el diablo lo lleva a la Ciudad Santa, lo pone en el alero del templo y le dice:
—Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Encargará a los ángeles que
cuiden de ti y te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece con las piedras.
Jesús le dijo:
—También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios.
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y mostrándole todos los reinos del
mundo y su esplendor le dijo:
—Todo esto te daré si te postras y me adoras.
Entonces le dijo Jesús:
—Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto.
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
PRIMERA LECTURA
Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos llama y nos ilumina
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 1, 8b-10
Querido hermano:
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio,
según las fuerzas que Dios te dé.
El nos salvó y nos llamó a una vida santa
no por nuestros méritos,
sino porque antes de la creación,
desde tiempo inmemorial,
Dios dispuso darnos su gracia,
por medio de Jesucristo;
y ahora, esa gracia se ha manifestado
por medio del Evangelio,
al aparecer nuestro Salvador Jesucristo,
que destruyó la muerte
y sacó a la luz la vida inmortal.
EVANGELIO
Su rostro resplandeció como el sol
En aquel tiempo, Jesús tomo consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los
llevó aparte a una montaña alta.
Se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se
volvieron blancos como la luz.
Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces tomó la palabra y dijo a Jesús:
—Señor, ¡qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías.
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una
voz desde la nube decía:
—Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadle.
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y tocándolos les dijo:
—Levantaos, no temáis.
Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
—No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los
muertos.
TERCER DOMINGO DE CUARESMA
PRIMERA LECTURA
Danos agua para beber
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5, 1-2. 5-8
Hermanos:
Ya que hemos recibido la justificación por la fe,
estamos en paz con Dios,
por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Por él hemos obtenido con la fe
el acceso a esta gracia en que estamos;
y nos gloriamos apoyados en la esperanza
de la gloria de los Hijos de Dios.
La esperanza no defrauda,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerzas,
en el tiempo señalado,
Cristo murió por los impíos;
—en verdad, apenas habrá quien muera por un justo;
por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir—;
mas la prueba de que Dios nos ama
es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores,
murió por nosotros.
EVANGELIO
Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado Sicar, cerca del campo
que dio Jacob a su hijo José: allí estaba el manantial de Jacob.
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial.
Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice:
—Dame de beber.
(Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida).
La Samaritana le dice:
—¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (porque los
judíos no se tratan con los samaritanos).
Jesús le contesto:
—Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te
daría agua viva.
La mujer le dice:
—Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú
más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo y de él bebieron él y sus hijos y sus
ganados?
Jesús le contesta:
—El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le
daré, nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un
surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.
La mujer le dice:
—Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla.
[ El le dice:
—Anda, llama a tu marido y vuelve.
La mujer le contesta:
—No tengo marido.
Jesús le dice:
—Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco y el de ahora no es tu
marido. En eso has dicho la verdad.
La mujer le dice: ]
—Señor, veo que tu eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y
vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.
Jesús le dice:
—Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto
al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que
conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero
adoraran al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es
espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.
La mujer le dice:
—Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga él nos lo dirá todo.
Jesús le dice:
—Soy yo: el que habla contigo.
[ En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una
mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué le hablas?.»
La mujer, entonces, dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente:
—Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿será éste el Mesías?
Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él.
Mientras tanto sus discípulos le insistían:
—Maestro, come.
El les dijo:
—Yo tengo por comida un alimento que vosotros no conocéis
Los discípulos comentaban entre ellos:
—¿Le habrá traído alguien de comer?:
Jesús les dijo:
—Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra.
¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto:
Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador
ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así se alegran lo
mismo sembrador y segador.
Con todo, tiene razón el proverbio «Uno siembra y otro siega.»
Yo os envié a segar lo que no habéis sudado. Otros sudaron y vosotros recogéis el
fruto de sus sudores. ]
En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él [por el testimonio que había dado
la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»]
Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se
quedó dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer:
—Ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él
es de verdad el Salvador del mundo.
PRIMERA LECTURA
David es ungido rey de Israel
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz
Hermanos:
En otro tiempo érais tinieblas, ahora sois luz en el Señor.
Caminad como hijos de la luz,
(toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz)
buscando lo que agrada al Señor,
sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien poniéndolas en
evidencia.
Pues hasta ahora da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas.
Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz.
Por eso dice: «despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será
tu luz».
Versículo antes del Evangelio Jn 8, 12b
Si no se canta, puede omitirse
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; quien me sigue tendrá la luz de la vida.
EVANGELIO
Fue, se lavó, y volvió con vista
Palabra de Dios.
V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz: estén tus oídos atentos a la
voz de mi súplica.
V/. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más
que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora.
V/. Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
SEGUNDA LECTURA
El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros
Hermanos :
Los que están en la carne no pueden agradar a Dios.
Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita
en vosotros.
El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.
Si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive
por la justicia.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que
resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales,
por el mismo Espíritu que habita en vosotros.
EVANGELIO
Yo soy la resurrección y la vida
El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.
EVANGELIO
Bendito el que viene en nombre del Señor
MISA
La Misa de este Domingo consta de tres lecturas, las cuales se recomiendan
encarecidamente, a no ser que alguna razón pastoral aconseje lo contrario.
Teniendo en cuenta la importancia de la lectura de la Historia de la Pasión del Señor,
le está permitido al sacerdote, que conoce la naturaleza de cada asamblea de fieles, leer
una sola lectura antes del Evangelio, o, si es necesario, leer solamente la Pasión del Señor,
incluso en su forma más breve. Todo esto únicamente se puede hacer en las Misas con
pueblo.
PRIMERA LECTURA
No me tapé el rostro ante los ultrajes,
Sabiendo que no quedaría defraudado
Palabra de Dios.
Se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.
SEGUNDA LECTURA
Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Palabra de Dios.
Cristo por nosotros se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso, Dios
lo levantó sobre todo, y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre».
EVANGELIO
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 26, 14; 27, 66.
C. En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos
sacerdotes y les propuso:
S. “¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?”
C. Ellos acordaron darle treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba
buscando ocasión propicia para entregarlo.
C. Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo:
— “Siéntense aquí, mientras voy allá a orar.
C. Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a
entristecerse y a angustiarse.
Entonces dijo:
— Me muero de tristeza: quédense aquí y velen conmigo.
C. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
— “Padre mío, si es posible que pase y se aleje de mí este cáliz. Pero no se haga
lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.
C. Y se acercó a los discípulos y los encontró
dormidos. Dijo a Pedro:
— ¿No han podido velar una hora conmigo? Velen y oren para no caer en
la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil.
C. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
— Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu
voluntad.
C. Y viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque estaban muertos de sueño.
Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba repitiendo las mismas palabras.
Luego se acercó a sus discípulos y les dijo:
-Ya podéis dormir y descansar. Mira, está cerca la hora y el Hijo del Hombre va a ser
entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.
C. Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los doce, acompañado de
un tropel de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los
senadores del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña:
S. Al que yo bese, ése es: detenedlo.
C. Después se acercó a Jesús y le dijo:
S. ¡Salve, Maestro!
C. Y lo besó. Pero Jesús le contestó:
—Amigo, ¿a qué vienes?
C. Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los que
estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del
sumo sacerdote.
Jesús le dijo:
—Envaina la espada: quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo
acudir a mi Padre? El me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles. Pero
entonces no se cumpliría la Escritura que dice que esto tiene que pasar.
C. Entonces dijo Jesús a la gente:
—¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos como a un bandido? A diario me
sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvisteis.
C. Todo esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel
momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.
Los que detuvieron a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se
habían reunido los letrados y los senadores. Pedro lo seguía de lejos hasta el palacio del
sumo sacerdote y entrando dentro, se sentó con los criados para ver en qué paraba
aquello.
Los sumos sacerdotes y el consejo en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús
para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que
comparecían. Finalmente, comparecieron dos que declararon:
S. —Este ha dicho: «Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días.»
C. El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo:
S. —¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?
C. Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo:
S. —Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
C. Jesús le respondió:
—Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis que el Hijo del Hombre
está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo.
C. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo:
S. —Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la
blasfemia. ¿Qué decidís?
C. Y ellos contestaron:
S. —Es reo de muerte.
C. Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon diciendo:
S. —Haz de profeta, Mesías; dinos quién te ha pegado.
C. Pedro estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada y le dijo:
S. —También tu andabas con Jesús el Galileo.
C. El lo negó delante de todos diciendo:
S. —No sé qué quieres decir.
C. Y al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
S. —Este andaba con Jesús el Nazareno.
C. Otra vez negó él con juramento:
S. —No conozco a ese hombre.
C. Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron:
S. —Seguro; tú también eres de ellos, se te nota en el acento.
C. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo:
S. —No conozco a ese hombre.
C. Y en seguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes
de que cante el gallo me negarás tres veces.» Y saliendo afuera, lloró amargamente.
Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo se reunieron
para preparar la condena a muerte de Jesús. Y atándolo lo llevaron y lo entregaron a
Pilato, el gobernador.
Entonces el traidor sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los
sumos sacerdotes y senadores diciendo:
S. —He pecado, he entregado a la muerte a un inocente.
C. Pero ellos dijeron:
S. —¿A nosotros qué? ¡Allá tú!
C. Él, arrojando las monedas en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los
sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron:
S. —No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas porque son precio de sangre.
C. Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para
cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía «Campo de Sangre.»Así se
cumplió lo escrito por Jeremías el profeta:
«Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la
tasa de los hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había
ordenado el Señor.»]
Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:
S. —¿Eres tu el rey de los judíos?
C. Jesús respondió:
—Tú lo dices.
C. Y mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los senadores no contestaba nada.
Entonces Pilato le preguntó:
S. —¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?
C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por
la fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un
preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, dijo Pilato:
S. —¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?
C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y mientras estaba sentado en el
tribunal, su mujer le mandó a decir:
S. —No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.
C. Pero los sumos sacerdotes y los senadores convencieron a la gente que pidieran el
indulto de Barrabás y la muerte de Jesús.
El gobernador preguntó:
S. —¿A cuál de los dos queréis que os suelte?
C. Ellos dijeron:
S. —A Barrabás.
C. —Pilato les preguntó:
S. —¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?
C. —Contestaron todos:
S. —Que lo crucifiquen.
C. —Pilato insistió:
S. —Pues, ¿qué mal ha hecho?
C. —Pero ellos gritaban más fuerte:
S. —¡Que lo crucifiquen!
C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto,
tomó agua y se lavó las manos en presencia del pueblo, diciendo:
S. —Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!
C. Y el pueblo entero contestó:
S. —¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo
crucificaran.
Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él
a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando
una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha.
Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo:
S. —¡Salve, rey de los judíos!
C. Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y
terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que
llevara la cruz.
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), le dieron
a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de
crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo.
Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: ESTE ES JESÚS, EL REY DE
LOS JUDÍOS. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Los que pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza:
S. —Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres
Hijo de Dios, baja de la cruz.
C. Los sumos sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también
diciendo:
S. —A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¿No es el Rey de Israel? Que baje
ahora de la cruz y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo
libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?
C. Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.
Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A
media tarde, Jesús gritó:
—Elí, Elí, lamá sabaktaní.
C. (Es decir:
—Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?).
C. Al oírlo algunos de los que estaban por allí dijeron:
S. —A Elías llama éste.
C. Uno de ellos fue corriendo; en seguida cogió una esponja empapada en vinagre y,
sujetándola en una caña, le dio de beber.
Los demás decían:
S. —Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
C. Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu.
Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas
se rajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto
resucitaron. Después que él resucitó salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad Santa y
se aparecieron a muchos.
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que
pasaba dijeron aterrorizados:
S. —Realmente este era Hijo de Dios.
[C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a
Jesús desde Galilea para atenderle; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de
Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.
Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también
discípulo de Jesús. Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se
lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso
en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la
entrada del sepulcro y se marchó.
María Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro.
A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos
sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
S. —Señor, nos hemos acordado que aquel impostor estando en vida anunció: «A los
tres días resucitaré.» Por eso da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea
que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo y digan al pueblo: «Ha resucitado de entre
los muertos.» La última impostura sería peor que la primera.
Pilato contestó:
S. —Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis.
C. Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia del
sepulcro. ]
TRIDUO PASCUAL
y
DOMINGOS DE PASCUA
JUEVES SANTO
MISA CRISMAL
PRIMERA
LECTURA
El Señor me ha ungido y me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren y
para derramar sobre ellos perfume de fiesta
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Cristo nos ha convertido en su reino y nos ha hecho sacerdotes de Dios, su Padre
EVANGELIO
El Espíritu del Señor esté sobre mi, porque él me ha ungido
En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga,
como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el
Libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la
libertad, y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba, y se sentó.
Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
—Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.
MISA DE LA CENA DEL SEÑOR
PRIMERA LECTURA
Prescripciones sobre la cena pascual
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Cada vez que coméis del pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 11, 23-26.
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la
Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis,
en memoria mía.»
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del
Señor, hasta que vuelva.
Os doy el mandato
nuevo: que os améis
mutuamente como yo os
he amado, dice el Señor.
EVANGELIO
Los amó hasta el extremo
Antes de la Fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de
este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta
el extremo.
Estaban cenando (ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de
Simón, que lo entregara) y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos,
que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una
toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos,
secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro y este le dijo:
—Señor, ¿lavarme los pies tu a mí?
Jesús le replico:
—Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.
Pedro le dijo:
—No me lavarás los pies jamás.
Jesús le contestó:
—Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.
Simón Pedro le dijo:
—Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo:
—Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está
limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos. (Porque sabía quién lo iba a
entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»)
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
—¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis «El Maestro» y
«El Señor», y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los
pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo
que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.
VIERNES SANTO
PRIMERA
LECTURA
Él fue traspasado por nuestras rebeliones
(cuarto cántico del Siervo del Señor)
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Experimentó la obediencia, y se convirtió en causa de salvación eterna para todos
los que le obedecen
Hermanos:
Tenemos un Sumo Sacerdote que penetró los cielos —Jesús,
el Hijo de Dios—. Mantengamos firmes la fe que profesamos.
Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
flaquezas, sino probado en todo, igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos,
por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia
para ser socorridos en el tiempo oportuno.
Cristo, en los días de su vida mortal,
a gritos y con lágrimas,
presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte,
y fue escuchado por su actitud reverente.
El, a pesar de ser Hijo,
aprendió, sufriendo, a
obedecer. Y, llevado a la
consumación,
se ha convertido para todos los que obedecen
en autor de salvación eterna.
Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso
Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre».
EVANGELIO
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 18, 1-19, 42.
C. En aquel tiempo Jesús salió con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón,
donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía
también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces,
tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá
con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les
dijo:
—¿A quién buscáis?
C. Le contestaron:
S. —A Jesús el Nazareno.
C. Les dijo Jesús:
—Yo soy.
C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles «Yo soy», retrocedieron y
cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:
—¿A quién buscáis?
C. Ellos dijeron:
S. —A Jesús el Nazareno.
C. Jesús contestó:
—Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos.
C. Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me
diste.»
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo
sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a
Pedro:
—Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?
C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo
llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año, el que
había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo.»
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Ese discípulo era conocido del sumo
sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó
fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera
e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
S. —¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?
C. Él dijo:
S. —No lo soy.
C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se
calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina.
Jesús le contestó:
—Yo he hablado abiertamente al mundo: yo he enseñado continuamente en la
sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a
escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de qué les he
hablado. Ellos saben lo que he dicho yo.
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús,
diciendo:
S. —¿Así contestas al sumo sacerdote?
C. Jesús respondió:
—Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se
debe, ¿por qué me pegas?
C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote.
Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron:
S. —¿No eres tú también de sus discípulos?
C. El lo negó diciendo:
S. —No lo soy.
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la
oreja, le dijo:
S. —¿No te he visto yo con él en el huerto?
C. Pedro volvió a negar, y en seguida cantó un gallo.
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al Pretorio. Era el amanecer y ellos no entraron en el
Pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera,
adonde estaban ellos y dijo:
S. —¿Qué acusación presentáis contra este hombre?
C. Le contestaron:
S. —Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.
C. Pilato les dijo:
S. —Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.
C. Los judíos le dijeron:
S. —No estamos autorizados para dar muerte a nadie.
C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el Pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S. —¿Eres tú el rey de los judíos?
C. Jesús le contestó:
—¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
C. Pilato replicó:
S. —¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué
has hecho?
C. Jesús le contestó:
—Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría
luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
C. Pilato le dijo:
S. —Conque, ¿tu eres rey ?
C. Jesús le contestó:
—Tu lo dices: Soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para
ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.
C. Pilato le dijo:
S. —Y, ¿qué es la verdad?
C. Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
S. —Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua
ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?
C. Volvieron a gritar:
S. —A ése no, a Barrabás.
C. (El tal Barrabás era un bandido.)
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona
de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y,
acercándose a él, le decían:
S. —¡Salve, rey de los judíos!
C. Y le daban bofetadas.
Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. —Mirad, os lo saco afuera, para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa.
C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato
les dijo:
S. —Aquí lo tenéis.
C. Cuando lo vieron los sacerdotes y los guardias gritaron:
S. —¡Crucifícalo, crucifícalo!
C. Pilato les dijo:
S. —Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él.
C. Los judíos le contestaron:
S. —Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha
declarado Hijo de Dios.
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más y, entrando otra vez en el
Pretorio, dijo a Jesús:
S. —¿De dónde eres tú?
C. Pero Jesús no le dio respuesta.
Y Pilato le dijo:
S. —¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad
para crucificarte?
C. Jesús le contestó:
—No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no te la hubieran dado de lo alto. Por
eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.
C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S. —Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey está contra el
César.
C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en
el sitio que llaman «El Enlosado» (en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la
Pascua, hacia el mediodía.
Y dijo Pilato a los judíos:
S —Aquí tenéis a vuestro Rey.
C. Ellos gritaron:
S. —¡Fuera, fuera; crucifícalo!
C. Pilato les dijo:
S. —¿A vuestro rey voy a crucificar?
C. Contestaron los sumos sacerdotes:
S. —No tenemos más rey que al César.
C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y él, cargando con
la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo
crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un
letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: JESÚS EL NAZARENO, EL REY
DE LOS JUDÍOS.
Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a
Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S. —No escribas «El rey de los judíos» sino «Este ha dicho:
Soy rey de los judíos».
C. Pilato les contestó:
S. —Lo escrito, escrito está.
C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes,
una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de
una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
S. —No la rasguemos, sino echemos a suertes a ver a quien le toca.
C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica.»
Esto hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre María la de
Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto
quería, dijo a su madre:
—Mujer, ahí tienes a tu hijo.
C. Luego dijo al discípulo:
—Ahí tienes a tu madre.
C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se
cumpliera la Escritura dijo:
—Tengo sed.
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre
a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre dijo:
—Está cumplido.
C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los
cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato
que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las
piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús,
viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados con
la lanza le traspasó el costado y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio y
su testimonio es verdadero y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.
Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro
lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.»
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a
los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. El
fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de
noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra
a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto
un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era
el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
VIGILIA PASCUAL
Para la Vigilia Pascual se proponen nueve lecciones: siete del Antiguo Testamento y
dos del Nuevo. Si lo exigen las circunstancias y por causas particulares se puede disminuir
el número de las lecturas asignadas. Ténganse al menos tres lecturas del Antiguo
Testamento, y, en casos más urgentes, por lo menos dos, antes de la Epístola y el
Evangelio. Nunca se omita la lectura del Éxodo sobre el paso del mar Rojo (lectura 3ª)
PRIMERA LECTURA
Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era un caos informe; sobre la faz del
Abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó
Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «Día»; a la tiniebla «Noche».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero—
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. E hizo
Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima
de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo—
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio,
y que aparezcan los continentes.
Y así fue.
Y llamó Dios a los continentes «Tierra».
y a la masa de las aguas la llamó
«Mar». Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde,
que engendre semilla
y árboles frutales
que den fruto según su especie,
y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde
que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto
y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero—
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo,
para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra.
Y así fue.
E hizo Dios dos lumbreras grandes:
la lumbrera mayor para regir el día,
la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas.
Y las puso Dios en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra;
para regir el día y la noche,
para separar la luz de la tiniebla.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto—
Y dijo Dios: Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra
frente a la bóveda del cielo. Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el
agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que
era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que
las aves se multipliquen en la tierra.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto—
Y dijo Dios:
Produzca la tierra vivientes según sus especies:
animales domésticos,
reptiles y fieras según sus especies.
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies,
los animales domésticos según sus especies
y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los
peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra. Y creó
Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;
dominad los peces del mar,
las aves del cielo,
los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas
que engendran semilla sobre la faz de la tierra;
y todos los árboles frutales que engendran semilla
os servirán de alimento;
y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo,
a todos los reptiles de la tierra
—a todo ser que respira—
la hierba verde les servirá de alimento.
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
[—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto—
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día
séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que
había hecho.]
Palabra de Dios.
V/. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el manto
del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas.
V/. De los manantiales sacas los ríos para que fluyan entre los montes, junto a ellos
habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto.
V/. Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda; haces
brotar hierba para los ganados y forraje para los que sirven al hombre.
V/. ¡Cuántas son tus obras, Señor!, y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena
de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía al Señor!
V/. La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales.
Él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.
V/. La palabra del Señor hizo el cielo, el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas, mete en un depósito el océano.
V/. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que El se escogió como heredad.
SEGUNDA LECTURA
Sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Palabra de Dios.
V/. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
TERCERA LECTURA
Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6. 17-18
V/. Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible;
tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
V/. Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu
trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.
CUARTA LECTURA
Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor
Palabra de Dios.
V/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se
rían de mí.
Sacaste mi vida del abismo, y me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
V/. Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante, su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto, por la mañana, el júbilo.
QUINTA LECTURA
Venid a mí, y viviréis; sellaré con vosotros alianza perpetua
Palabra de Dios.
V/. Tañed para el Señor que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»
Palabra de Dios.
SEPTIMA LECTURA
Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 41, 3. 5bcd; 42, 3. 4
V/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
V/. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
V/. Desahogo mi alma conmigo: cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de
Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.
R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
EPISTOLA
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con El en la muerte, para que, así como Cristo fue
despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará
también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando
destruida nuestra personalidad de pecadores y nosotros libres de la esclavitud del pecado;
porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con El; pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte
ya no tiene dominio sobre Él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para
siempre; y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor Nuestro.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Ha resucitado y va por delante de vosotros a Galilea
PRIMERA LECTURA
Nosotros hemos comido y bebido con él, después de su resurrección
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 117, 1- 2. 16ab-17. 22-23
V/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. (o, Aleluya)
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
SEGUNDA LECTURA
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo
Hermanos :
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está
Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando
aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él,
en gloria.
Secuencia
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la
Pascua.
Palabra de Dios
Aleluya Aleluya.
Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebremos la Pascua.
Aleluya.
EVANGELIO
El había de resucitar de entre los muertos
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún
estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús,
y les dijo:
—Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el
otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y,
asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el
suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino
enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio
y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de
entre los muertos.
En lugar de este Evangelio puede leerse el de la Vigilia Pascual. Cuando se celebra la misa por la tarde, también
puede leerse en ella el Evangelio Lc 24, 13-35, como en el III Domino de Pascua.
Palabra de Dios.
V/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. (o,
Aleluya)
SEGUNDA LECTURA
Por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos nos ha hecho nacer de nuevo
para una esperanza viva
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por
la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una
esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está
reservada en el cielo.
La fuerza de Dios os custodia en la fe
para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento
final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un
poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe
—de más precio que el oro que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego
— llegará a ser alabanza y gloria y honor
cuando se manifieste Jesucristo nuestro Señor.
No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis;
no lo veis, y creéis en él ;
y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado,
alcanzando así la meta de vuestra fe:
vuestra propia salvación.
Palabra de Dios
Aleluya Jn 20, 29
Si no se canta, puede
EVANGELIO
A los ocho días llegó Jesús
El día de Pentecostés, se presentó Pedro con los once, levantó la voz y dirigió la
palabra:
Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante
vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme
al plan previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de
paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la
muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice:
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.
Palabra de Dios.
V/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano.
SEGUNDA LECTURA
Habéis sido redimidos con la sangre de Cristo, el cordero sin defecto
Queridos hermanos:
Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en
serio vuestro proceder en esta vida.
Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no
con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el cordero sin
defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los
tiempos por nuestro bien.
Por Cristo vosotros creéis en Dios,
que lo resucitó y le dio gloria,
y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.
Palabra de Dios
Aleluya Lc 24, 32
Si no se canta, puede
EVANGELIO
Le reconocieron al partir el pan
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una
aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que
había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a
caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
El les dijo:
—¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:
—¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?
El les preguntó:
—¿Qué?
Ellos le contestaron:
—Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios
y todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo
condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro
liberador de Israel. Y ya ves, hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas
mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues fueron muy de mañana al sepulcro,
no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de
ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al
sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no le vieron.
Entonces Jesús les dijo:
—¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era
necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?
Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas les explicó lo que se refería a él
en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le
apremiaron diciendo:
—Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída.
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos tomó el pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él
desapareció.
Ellos comentaron:
—¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las
Escrituras?
Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a
los once con sus compañeros, que estaban diciendo:
Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón. Y ellos contaron lo que
les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas
Queridos hermanos:
Si obrando el bien soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios, pues
para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por vosotros,
dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.
El no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca;
cuando lo insultaban, no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos
para la justicia.
Sus heridas os han curado.
Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de
vuestras vidas.
Palabra de Dios
Aleluya Jn 10, 14
Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen Pastor dice el Señor,
conozco a mis ovejas
y las mías me conocen.
Aleluya.
EVANGELIO
Yo soy la puerta de las ovejas
Palabra de Dios.
V/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. (o,
Aleluya).
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como esperamos de ti.
V/. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos; dad gracias al
Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
V/. La palabra del Señor es sincera y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y
el derecho, y su misericordia llena la tierra.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
V/. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su
misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
SEGUNDA LECTURA
Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real
Queridos hermanos:
Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y
preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del
templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado para ofrecer sacrificios espirituales
que Dios acepta por Jesucristo.
Dice la Escritura:
«Yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no
quedará defraudado.»
Para vosotros los creyentes es de gran precio, pero para los incrédulos es la piedra que
desecharon los constructores: ésta se ha convertido en piedra angular, en piedra de
tropezar y en roca de estrellarse.
Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino.
Vosotros, en cambio, sois , una raza elegida, un sacerdocio real, una nación
consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que nos llamó a
salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.
Palabra de Dios
Aleluya Jn 14, 5
Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino y la verdad y la vida
—dice el Señor.
Nadie va al Padre, sino por mí.
Aleluya.
EVANGELIO
Yo soy el camino y la verdad y la vida
PRIMERA LECTURA
Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo
En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaría y predicaba allí a Cristo. El gentío
escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que
hacía y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando
gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.
Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaría había
recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por
los fieles, para que recibieran el Espíritu Santo; aún no había bajado sobre ninguno,
estaban solo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y
recibían el Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu
Hermanos:
Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar
razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere; pero con mansedumbre y respeto y
en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados queden
confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo; que mejor es padecer
haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal.
Porque también Cristo murió una vez por los pecados, el justo por los injustos, para
llevarnos a Dios. Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu.
Palabra de Dios
Aleluya Jn 14, 23
Aleluya, aleluya.
Si alguno me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—, y mi Padre lo amará y vendremos a él.
Aleluya.
EVANGELIO
Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor
SOLEMNIDAD DE LA ASCENSION
PRIMERA LECTURA
Se elevó a la vista de ellos
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo, y:
enseñando hasta el día, en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido
movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión,
dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y, apareciéndoseles durante cuarenta
días, les habló del reino de Dios.
Una vez que comían juntos les recomendó:
—No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la
que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis
bautizados con Espíritu Santo.
Ellos lo rodearon preguntándole:
—Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar la soberanía de Israel?
Jesús contestó:
—No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido
con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza
para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines del
mundo.
Dicho esto, lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras
miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco,
que les dijeron:
—Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha
dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9
V/. Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas. (o, Aleluya).
V/. Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es
sublime y terrible, emperador de toda la tierra.
V/. Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas; tocad para Dios,
tocad, tocad para nuestro Rey, tocad.
V/. Porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
SEGUNDA LECTURA
Lo sentó a su derecha en el cielo
Hermanos :
Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de
sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón para que
comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en
herencia a los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que
creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de
entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado,
potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este
mundo, sino en el futuro.
Y todo lo puso bajo sus pies y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su
cuerpo, plenitud del que lo acaba todo, en todos.
Palabra de Dios
Aleluya Mt 28, 19 y 20
Aleluya, aleluya.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, dice el Señor.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Aleluya.
EVANGELIO
Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra
Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte
que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado.
Llegados a casa subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés,
Felipe, Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes, y Judas el de
Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas
María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Palabra de Dios.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. (o, Aleluya).
SEGUNDA LECTURA
Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros
Queridos hermanos:
Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que cuando se
manifieste su gloria, reboséis de gozo.
Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros, porque el Espíritu de la
gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por homicida, ladrón, malhechor o
entrometido.
Pero si sufre por ser cristiano que no se avergüence, que dé gloria a Dios por este
nombre.
Palabra de Dios
Aleluya Jn 14, 18
Si no se canta, puede
EVANGELIO
Padre, glorifica a tu Hijo
DOMINGO DE PENTECOSTES
MISA VESPERTINA DE LA
VIGILIA
Estas lecturas se emplearán en la misa que se celebra en la tarde del sábado, ya sea
antes o después de las primeras Vísperas del Domingo de Pentecostés.
PRIMERA LECTURA
Se llamó Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra
Toda la tierra hablaba una sola lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el
hombre) de Oriente, encontraron una llanura en el país de Sinaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros.
—Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos (emplearon ladrillos en vez de piedras, y
alquitrán en vez de cemento).
Y dijeron:
—Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos
famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres y se
dijo:
—Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su
actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir
su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.
Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y
desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Puede escogerse también como primera lectura cualquiera de las que siguen.
En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y con su Espíritu el Señor me
sacó y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas
en torno a ellos: eran innumerables sobre la superficie del valle y estaban completamente
secos.
Me preguntó:
—Hombre mortal, ¿podrán revivir estos huesos ?
Yo respondí:
—Señor, tú lo sabes.
El me dijo:
—Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: ¡Huesos secos, escuchad la Palabra
del Señor! Así dice el Señor a estos huesos: «Yo mismo traeré sobre vosotros espíritu y
viviréis. Pondré sobre vosotros tendones, haré crecer sobre vosotros carne, extenderé
sobre vosotros piel, os infundiré espíritu y viviréis. Y sabréis que yo soy el Señor.»
Y profeticé como me había ordenado, y a la voz de mi oráculo, hubo un estrépito, y los
huesos se juntaron hueso con hueso. Me fijé en ellos: tenían encima tendones, la carne
había crecido y la piel los recubría; pero no tenían espíritu.
Entonces me dijo:
—Conjura al espíritu, conjura, hombre mortal, y di al espíritu: Así dice el Señor: «De
los cuatro vientos ven, espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan.»
Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu y revivieron y se
pusieron en pie. Era una multitud innumerable.
Y me dijo:
—Hombre mortal, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: «Nuestros
huesos están secos, nuestra esperanza ha perecido, estamos destrozados.» Por eso
profetiza y diles:
Así dice el Señor:
«Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo
mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de
vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu y
viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Oráculo
del Señor.
Palabra de Dios.
V/. Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena
de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía, al Señor!
V/. Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo; se la echas y la atrapan,
abres tu mano y se sacian de bienes.
V/. Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu aliento y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.
EPISTOLA
El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables
Hermanos :
Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de
parto.
Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en
nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve, ya no es esperanza.
¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve?
Cuando esperamos lo que no vemos, esperamos con perseverancia.
Así también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no
sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos inefables.
El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión
por los santos es según Dios.
Palabra de Dios
Aleluya
Aleluya, aleluya.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu
amor.
Aleluya.
EVANGELIO
Manarán torrentes de agua viva
PRIMERA
LECTURA
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar
Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del
cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron
aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno.
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno
en la lengua que el Espíritu le sugería.
Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra.
Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía
hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban:
—¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿como es que cada uno
los oímos hablar en nuestra lengua nativa?
Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea,
Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia
que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos;
también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en
nuestra propia lengua.
Palabra de Dios.
V/. Bendice, alma mía, al Señor. ¡Dios mío que grande eres !
Cuántas son tus obras, Señor; la tierra está llena de tus criaturas.
V/. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor.
SEGUNDA LECTURA
Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 3b-7. 12-13
Hermanos :
Nadie puede decir «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu;
hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor;
y hay diversidad de funciones,
pero un mismo Dios que obra todo en todos.
En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros,
y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un
solo cuerpo, así es también Cristo.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un
mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Secuencia
Palabra de Dios
Aleluya
Aleluya, aleluya.
Ven, Espíritu
Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos la llama de tu amor.
Aleluya.
EVANGELIO
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una
casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
—Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
—Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
—Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
En los lugares en que el lunes y martes después de Pentecostés son días en que los fieles deben o suelen participar
en la misa, puede tomarse la misa del Domingo de Pentecostés, o decirse la misa del Espíritu Santo.
PRIMERA LECTURA
Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso
Lectura del Libro del Éxodo 34, 4b-6. 8-9
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado
el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra.
El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del
Señor.
El Señor pasó ante él proclamando:
Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y
lealtad.
Moisés al momento se inclinó y se echó por tierra.
Y le dijo:
—Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de
cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.
Palabra de Dios.
V/. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres; a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre santo y glorioso; a él gloria y alabanza por los siglos.
V/. Bendito eres tú, que, sentado sobre querubines, sondeas los abismos.
SEGUNDA LECTURA
La gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 13, 11-13
Hermanos :
Alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un
mismo sentir y vivir en paz.
Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso
santo.
Os saludan todos los fieles.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu
Santo esté siempre con vosotros.
Palabra de Dios
Aleluya Apoc. 1, 8
Si no se canta, puede
EVANGELIO
Dios mandó su Hijo al mundo, para que se salve por él
PRIMERA LECTURA
Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 10, 16-17
Hermanos:
El cáliz de nuestra Acción de Gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo?
Y el pan que partimos,
¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo,
porque comemos todos del mismo pan.
Palabra de Dios
Aleluya Jn 6, 51-52
Si no se canta, puede
EVANGELIO.
PRIMERA LECTURA
El Señor se enamoró de vosotros y os eligió
Palabra de Dios.
V/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus
mandatos. R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus
mandatos. V/. Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.
V/. El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la
fosa y te colma de gracia y de ternura.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.
SEGUNDA LECTURA
El nos amó
Queridos hermanos:
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios,
y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene:
en que Dios mandó al mundo a su Hijo único,
para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su
Hijo como propiciación por nuestros pecados.
Queridos hermanos:
Si Dios nos amó de esta manera,
también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si
nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a
su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de
su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y damos testimonio
de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
Palabra de Dios
Si no se canta, puede
EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón
SEGUNDO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Te hago luz de las naciones para que seas mi salvación
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Gracias y paz os dé Dios nuestro Padre y Jesucristo nuestro Señor
Comienzo de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 1-3
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo, por voluntad de Dios, y Sóstenes,
nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por
Jesucristo, al pueblo santo que el llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan
el nombre de Jesucristo Señor nuestro y de ellos.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con
vosotros.
Palabra de Dios
Aleluya
EVANGELIO
Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: —Este es el Cordero
de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo dije: «Tras de mí viene
un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo.» Yo no lo conocía,
pero ha salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.
Y Juan dio testimonio diciendo:
—He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre
él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar
con Espíritu Santo.
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.
TERCER DOMINGO
PRIMERA
LECTURA
En la Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande
Palabra de Dios.
salvación.
SEGUNDA LECTURA
Poneos de acuerdo y no andéis divididos.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 10-13. 17
Hermanos:
Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis
divididos.
Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir.
Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros.
Y por eso os hablo así,
porque andáis divididos diciendo:
«Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo,
yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.»
¿Está dividido Cristo?
¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros?
¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo?
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de
palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios
Aleluya Mt 4, 23
Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino, curando las enfermedades del pueblo. Aleluya.
EVANGELIO
Vino a Cafarnaún para que se cumpliese lo que había dicho el Profeta Isaías
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret
se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se
cumplió lo que había dicho el Profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de
los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban
en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
—Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos.
[Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y
a Andrés, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
—Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan,
que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamo
también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del
Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.]
CUARTO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde
Lectura del Profeta Sofonías 2, 3; 3, 12-13
Palabra de Dios.
V/. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.
SEGUNDA LECTURA
Dios ha escogido lo débil del mundo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 26-31
Hermanos:
Fijaos en vuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos
poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido
Dios para humillar a los sabios.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para
anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.
Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros
sabiduría, justicia, santificación y redención.
Y así—como dice la Escritura—el que se gloríe que se gloríe en el Señor.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Dichosos los pobres de espíritu
En aquel tiempo, al ver Jesús al gentío subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus
discípulos, y el se puso a hablar enseñándoles:
Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos los sufridos,
porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de 1a justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamarán «los Hijos de Dios.»
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier
modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en
el cielo.
QUINTO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Entonces nacerá tu luz como la aurora
Palabra de Dios.
V/. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso
el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.
V/. Su corazón está seguro, sin temor, reparte limosna a los pobres,
su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad.
SEGUNDA LECTURA
Os he anunciado a Cristo crucificado
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 2, 1-5
Hermanos:
Cuando vine a vosotros a anunciaros el testimonio de Dios, no lo hice con sublime
elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a
Jesucristo, y éste crucificado.
Me presenté a vosotros débil y temeroso; mi palabra y mi predicación no fue con
persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que
vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Vosotros sois la luz del mundo
SEXTO DOMINGO
PRIMERA
LECTURA
No mandó pecar al hombre
Palabra de Dios.
V/. Dichoso el que con vida intachable camina en la voluntad del Señor; dichoso el que
guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.
SEGUNDA LECTURA
Dios predestinó la sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 2, 6-10
Hermanos:
Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo ni de los
príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría
divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos, para nuestra
gloria.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido, pues si la hubiesen conocido,
nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Sino como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que
Dios ha preparado para los que lo aman.»
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu, y el Espíritu todo lo penetra, hasta la
profundidad de Dios.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Se dijo a los antiguos, pero yo os digo
El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.
SEPTIMO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Amarás a tu prójimo como a ti mismo
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13
V/. Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos; como un
padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.
SEGUNDA LECTURA
Todo es vuestro, vosotros de Cristo, Cristo de Dios
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3, 16-23
Hermanos :
¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios
es santo: ese templo sois vosotros.
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga
necio para llegar a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «El caza a
los sabios en su astucia.» Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y
conoce que son vanos.»
Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo,
Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de
Cristo y Cristo de Dios.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Amad a vuestros enemigos
OCTAVO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Yo no te olvidaré
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
El Señor manifestará los designios del corazón
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 4, 1-5
Hermanos :
Que la gente sólo vea en vosotros servidores de Cristo y administradores de los
misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel. Para mí lo de
menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido
cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto:
mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. El iluminará lo que
esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada
uno recibirá de Dios lo que merece.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
No os angustiéis por el mañana
NOVENO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Mirad: os pongo delante maldición y bendición
Palabra de Dios.
V/. A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú que eres justo, ponme a
salvo; inclina tu oído hacia mí, ven aprisa a librarme.
Hermanos:
Ahora, la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas, se ha manifestado
independientemente de la Ley.
Por la fe en Jesucristo viene la justicia de Dios a todos los que creen, sin distinción
alguna. Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien constituyó
sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre.
Sostenemos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena
DECIMO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Quiero misericordia y no sacrificios
Palabra de Dios.
V/. El Dios de los dioses, el Señor habla: convoca la tierra de Oriente a Occidente.
No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí
V/. Si tuviera hambre no te lo diría, pues el orbe y cuanto lo llena es mío. ¿Comeré yo
carne de toros, beberé sangre de cabritos?
V/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo e invócame el
día del peligro, yo te libraré y tú me darás gloria.
SEGUNDA LECTURA
Fue confortado en la fe por la gloria dada a Dios
Hermanos :
Abrahán, apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser
padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia.»
No vaciló en la fe, aun dándose cuenta de que su cuerpo estaba medio muerto—tenía
unos cien años—y estéril el seno de Sara.
Ante la promesa no fue incrédulo, sino que se hizo fuerte en la fe por la gloria dada a
Dios al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete, por lo cual le fue
computado como justicia.
Y no sólo por él está escrito: «le fue computado», sino también por nosotros a quienes
se computará si creemos en el que resucitó de entre los muertos, nuestro Señor Jesús, que
fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse.
EVANGELIO
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores
En aquel tiempo, vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los
impuestos, y le dijo:
—Sígueme.
El se levantó y lo siguió.
Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían
acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
—¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?
Jesús lo oyó y dijo:
—No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo
que significa «misericordia quiero y no sacrificios»: que no he venido a llamar a los justos,
sino a los pecadores.
UNDECIMO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa
Palabra de Dios.
V/. Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de
su rebaño.
V/. El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.
SEGUNDA LECTURA
Si fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, con cuánta más razón
seremos salvos por su vida
Hermanos :
Cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió
por los impíos—en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de
bien tal vez se atrevería uno a morir—; más la prueba de que Dios nos ama es que Cristo,
siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.
¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos
de la cólera!
Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!
Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo,
por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Llamó a sus doce discípulos y los envió
En aquel tiempo, al ver Jesús a las gentes se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor.» Entonces dijo a sus
discípulos:
—La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la
mies que mande trabajadores a su mies.
Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y
curar toda enfermedad y dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, el llamado Pedro, y su
hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y
Mateo el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el fanático, y Judas Iscariote, el que
lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
—No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las
ovejas descarriadas de Israel.
Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad
muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis.
DUODECIMO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Libró la vida del pobre de manos de los impíos
Dijo Jeremías:
Oía el cuchicheo de la gente: «pavor en torno.»
Delatadlo, vamos a delatarlo, mis amigos acechaban mi traspiés.
A ver si se deja seducir y lo violaremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él.
Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado;
mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo.
Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará.
Señor de los Ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón,
que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa.
Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.
Palabra de Dios.
V/. Miradlo los humildes y alegraos, buscad al Señor y vivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra, las aguas y cuanto bulle en ellas.
SEGUNDA LECTURA
El don no se puede comparar con la caída
Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte,
y así la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron...
Pero, aunque antes de la ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba
porque no había ley.
Pues a pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que
no habían pecado con un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, no hay proporción entre la culpa y el don: si por la culpa de uno
murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don
de Dios desbordaron sobre todos.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse.
EVANGELIO
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo
DECIMOTERCER DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Ese hombre de Dios es un santo, se quedará aquí
Un día pasaba Eliseo por Sunem y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y
siempre que pasaba por allí iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido:
—Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa.
Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí
una cama, una mesa, una silla y un candil y así cuando venga a visitarnos se quedará aquí.
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó.
Dijo a su criado Guiezi:
—¿Qué podemos hacer por ella?
Contestó Guiezi:
—No tiene hijos y su marido ya es viejo.
El le dijo:
—Llama a la Sunamita.
La llamó y ella se presentó a él.
Eliseo dijo:
—El año que viene, por estas mismas fechas abrazarás a un hijo.
Palabra de Dios.
V/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas
las edades.
Porque dije: «tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu
fidelidad.»
V/. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminaré, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu
nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo.
V/. Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder. Porque
el Señor es nuestro escudo, y el santo de Israel, nuestro rey.
R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.
SEGUNDA LECTURA
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que andemos en una
vida nueva
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 6, 3-4. 8-11
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue
despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
una vida nueva.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte
ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para
siempre, y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor Nuestro.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
El que no toma su cruz, no es digno de mí. El que os recibe
a vosotros, me recibe a mí
DECIMOCUARTO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Tu rey viene pobre a ti
Lectura del Profeta Zacarías 9, 9-10
Palabra de Dios.
V/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás. (o,
Aleluya).
R/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás.
V/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.
R/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás.
R/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás.
V/. Que todas las criaturas te den gracias, Señor. Que te bendigan tus fieles,
que proclamen la gloria de tu reino, que hablen de tus hazañas.
R/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás.
R/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás.
SEGUNDA LECTURA
Si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis
Hermanos :
Vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en
vosotros.
El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que
resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales
por el mismo Espíritu que habita en vosotros.
Por tanto, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís
según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo,
viviréis.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón
DECIMOQUINTO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
La lluvia hace germinar la tierra
V/. Tú preparas los trigales: riegas los surcos, igualas los terrenos, tu llovizna los deja
mullidos, bendices sus brotes.
V/. Coronas el año con tus bienes, tus carriles rezuman abundancia; rezuman los
pastos del páramo, y las colinas se orlan de alegría.
V/. Las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de mieses que aclaman y
cantan.
SEGUNDA LECTURA
La creación expectante está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios
Hermanos:
Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos
descubrirá. Porque la creación expectante está aguardando la plena manifestación de los
hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración no por su voluntad, sino por uno que la
sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la
esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores
de parto.
Y no sólo eso; también nosotros que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en
nuestro interior aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Salió el sembrador a sembrar
Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que
tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
—Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino;
vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como la tierra no
era profunda brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se
secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga.
[Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
—¿Por qué les hablas en parábolas?
El les contestó:
—A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos
no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo
que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni
entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
«Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los
ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure.»
Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. Os aseguro que
muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís
y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo
sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida
con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o
persecución por la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los afanes de la vida
y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena
significa el que escucha la Palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o setenta
o treinta por uno.]
DECIMOSEXTO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
En el pecado das lugar al arrepentimiento
No hay más Dios que tú, que cuidas de todo, para demostrar que no juzgas
injustamente.
Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a
todos.
Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total y reprimes la audacia de los
que no lo conocen.
Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia,
porque puedes hacer cuanto quieres.
Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la
dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables
Hermanos :
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque nosotros no sabemos pedir lo
que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión
por los santos es según Dios.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Dejadlos crecer juntos hasta la siega
DECIMOSEPTIMO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Pediste discernimiento
Palabra de Dios.
V/. Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.
SEGUNDA LECTURA
Nos predestinó a ser imagen de su Hijo
Hermanos :
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado
conforme a su designio.
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo para que él fuera
el primogénito de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los
glorificó.
Palabra de Dios
Aleluya
EVANGELIO
Vende todo lo que tiene y compra el campo
DECIMOCTAVO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Daos prisa y comed
Palabra de Dios.
V/. Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la
mano, y sacias de favores a todo viviente.
V/. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca
está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
SEGUNDA LECTURA
Ninguna criatura podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 35. 37-39
Hermanos :
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la
persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro ?, ¿la espada ?
Pero en todo esto vencemos fácilmente por Aquél que nos ha amado. Pues estoy
convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni
potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios
manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Comieron todos hasta quedar satisfechos
DECIMONOVENO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Aguarda al Señor en el monte
En aquellos días, al llegar Elías al monte de Dios, al Horeb, se refugió en una gruta. El
Señor le dijo:
—Sal y aguarda al Señor en el monte, que el Señor va a pasar.
Pasó antes del Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los
peñascos: en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto, y en el terremoto no
estaba el Señor. Después vino un fuego, y en el fuego no estaba el Señor. Después se
escuchó un susurro.
Elías, al oírlo, se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la gruta.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Quisiera ser un proscrito por el bien de mis hermanos
Hermanos:
Como cristiano que soy, voy a ser sincero; mi conciencia, iluminada por el Espíritu
Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, pues por el
bien de mis hermanos, los de mi raza y sangre, quisiera incluso ser un proscrito lejos de
Cristo.
Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la
alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según lo
humano, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos.
Amén.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Mándame ir hacia ti andando sobre el agua
Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca
y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche
estaba allí solo.
Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el
viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los
discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que
era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida:
—¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!
Pedro le contestó:
—Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua. El le dijo:
—Ven.
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir
la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
—Señor, sálvame.
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
—¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?
En cuanto subieron a la barca amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él diciendo:
—Realmente eres Hijo de Dios.
VIGESIMO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
A los extranjeros los traeré a mi Monte Santo
Palabra de Dios.
R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
V/. El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros: conozca la
tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
V/. Que canten de alegría las naciones, porque riges la tierra con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
SEGUNDA LECTURA
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32
Hermanos :
A vosotros, gentiles, os digo:
Mientras sea vuestro apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto
emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos.
Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un
volver de la muerte a la vida?
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
Vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios; pero ahora, al desobedecer ellos,
habéis obtenido misericordia.
Así también ellos que ahora no obedecen, con ocasión de la misericordia obtenida por
vosotros, alcanzarán misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Mujer, qué grande es tu fe
Palabra de Dios.
V/. Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti.
Me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre.
SEGUNDA LECTURA
El es origen, guía y meta del universo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 11, 33-36
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Tu eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los cielos
Palabra de Dios.
V/. Oh Dios, tu eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne
tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
SEGUNDA LECTURA
Ofreceos vosotros mismos como sacrificio vivo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 12, 1-2
Hermanos:
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia
viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable.
Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo
En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén
y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados y que tenía
que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:
—¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.
Jesús se volvió y dijo a Pedro:
—Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres,
no como Dios.
Entonces dijo a los discípulos:
—El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y
me siga.
Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si malogra su vida?
¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y
entonces pagará a cada uno según su conducta.
Palabra de Dios.
V/. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
V/. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él
es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
V/. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el
día de Masá en el desierto: cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras.»
SEGUNDA LECTURA
La plenitud de la ley es el amor
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13, 8-10
Hermanos :
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama tiene cumplido el resto de la
ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás», y los
demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: «Amarás a tu prójimo como a ti
mismo.»
Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Si te hace caso, has salvado a tu hermano
Palabra de Dios.
V/. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.
SEGUNDA LECTURA
En la vida y en la muerte somos del Señor
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 14, 7-9
Hermanos:
Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo.
Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor. En la vida y en
la muerte somos del Señor.
Para esto murió y resucitó Cristo, para ser Señor de vivos y muertos.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
No te digo que le perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete
Palabra de Dios.
V/. Día tras día te bendeciré, Dios mío, y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza, es incalculable su grandeza.
V/. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca
está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
SEGUNDA LECTURA
Para mí la vida es Cristo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 1, 20c-24. 27a
Hermanos :
Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida
es Cristo, y una ganancia el morir. Pero si el vivir esta vida mortal me supone trabajo
fructífero no sé qué escoger.
Me encuentro en esta alternativa: por un lado deseo partir para estar con Cristo, que es
con mucho lo mejor; pero por otro, quedarme en esta vida, veo que es más necesario para
vosotros.
Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294 Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?
VIGESIMO SEXTO
DOMINGO PRIMERA
LECTURA
Cuando el malvado se convierta de su maldad, salvará su vida
Palabra de Dios.
V/. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con
lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando.
V/. El Señor es bueno y es recto y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los
humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.
SEGUNDA LECTURA
Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús
Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo
y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas
compasivas, dadme esta gran alegría:
manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por envidia ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad
siempre superiores a los demás.
No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.
[El, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno
de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la
muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre», de
modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble —en el Cielo, en la Tierra, en el
Abismo— y toda lengua proclame: «¡Jesucristo es Señor!» para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de
Dios
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
—¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve
hoy a trabajar en la viña.»
El le contestó:
— «No quiero.» Pero después se arrepintió y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo.
El le contestó:
— «Voy, señor.» Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?
Contestaron:
—El primero.
Jesús les dijo:
—Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino
del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no
le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y aun después de ver
esto vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis.
Palabra de Dios.
V/. Sacaste, Señor, una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes hasta el Gran Río.
V/. ¿Por qué has derribado su cerca, para que la saqueen los viandantes, la pisoteen los
jabalíes y se la coman las alimañas?
SEGUNDA LECTURA
El Dios de la paz estará con vosotros
Hermanos:
Nada os preocupe; sino que en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de
gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable;
todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Arrendará la viña a otros labradores
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:
—Escuchad otra parábola:
Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un
lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores para percibir los
frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno,
mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
Por último, les mandó a su hijo diciéndose: «Tendrán respeto a mi hijo.»
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: «Este es el heredero: venid, lo matamos y
nos quedamos con su herencia.»
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
Le contestaron:
—Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores
que le entreguen los frutos a sus tiempos.
Y Jesús les dice:
—¿No habéis leído nunca en la Escritura: «La piedra que desecharon los arquitectos es
ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el Reino de los Cielos y se dará a un
pueblo que produzca sus frutos.
Preparará el Señor de los Ejércitos para todos los pueblos, en este monte, un festín de
manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos.
Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas
las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de
todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país —lo ha dicho el Señor
—. Aquel día se dirá: Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara:
celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte
Palabra de Dios.
Hermanos:
Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el
hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo
caso hicisteis bien en compartir mi tribulación.
En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme
a su riqueza en Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
A todos los que encontréis convidadlos a la boda
En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los
senadores del pueblo, diciendo:
—El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó
criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados
encargándoles que les dijeran: tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses
cebadas y todo está a punto. Venid a la boda.
Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los
demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en
cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la
ciudad. Luego dijo a sus criados:
—La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces
de los caminos y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda. Los criados salieron a
los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete
se llenó de comensales. [Cuando el rey entró a saludar a los comensales reparó en uno que
no llevaba traje de fiesta y le dijo:
—Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros:
—Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.]
Palabra de Dios.
V/. Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los
dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo.
V/. Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor, entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
V/. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «el Señor es rey, él gobierna a los pueblos rectamente».
SEGUNDA LECTURA
Recordamos vuestra fe, esperanza y caridad
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5b
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor
Jesucristo. A vosotros, gracia y paz.
Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras
oraciones.
Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo
de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor.
Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que cuando se
proclamó el Evangelio entre vosotros no hubo sólo palabras, sino además fuerza del
Espíritu Santo y convicción profunda, como muy bien sabéis.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
TRIGESIMO DOMINGO
PRIMERA LECTURA
Si explotáis a viudas y huérfanos se encenderá mi ira contra vosotros
Palabra de Dios.
V/. Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.
V/. Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tu diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu ungido.
SEGUNDA LECTURA
Abandonasteis los ídolos para servir a Dios y esperar
la vuelta de su Hijo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10
Hermanos:
Sabéis cual fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros
seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra entre tanta lucha con la
alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de
Macedonia y de Acaya.
Desde vuestra comunidad, la Palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y
en Acaya, sino en todas partes; vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo
que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los
detalles de la visita que os hicimos: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios,
para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde
el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os libra del castigo futuro.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron
a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba:
—Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
El le dijo:
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.»
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.
Yo soy el Rey soberano, dice el Señor de los Ejércitos; mi nombre es temido entre las
naciones.
Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes:
Si no obedecéis y no os proponéis dar la gloria a mi nombre, —dice el Señor de los
Ejércitos—
os enviaré mi maldición. Os apartasteis del camino,
habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis invalidado mi alianza con Leví —dice
el Señor de los Ejércitos.
Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo,
por no haber guardado mis caminos y porque os fijáis en las personas al aplicar la ley.
¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó el mismo Señor?
¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo
profanando la alianza de nuestros padres?
Palabra de Dios.
V/. Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
SEGUNDA LECTURA
Deseábamos no sólo entregaros el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias
personas
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 7b-9. 13
Hermanos:
Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos.
Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios,
sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Recordad, si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para
no serle gravoso a nadie proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.
También, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios porque al recibir la
Palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es
en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
No hacen lo que dicen
Palabra de Dios.
V/. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agotada, sin agua.
SEGUNDA LECTURA
A los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con él
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 12-17
Hermanos:
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los
hombres sin esperanza.
Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han
muerto en Jesús, Dios los llevará con él.
[Esto es lo que os decimos como Palabra del Señor:
Nosotros, los que vivimos y quedamos para su venida, no aventajaremos a los
difuntos.
Pues él mismo, el Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina,
descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar.
Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al
encuentro del Señor, en el aire.
Y así estaremos siempre con el Señor.
Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.]
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Que llega el esposo, salid a recibirlo
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: —El Reino de los Cielos se
parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se
llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
«¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!»
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus
lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
—«Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.»
Pero las sensatas contestaron:
—«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la
tienda y os lo compréis.»
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él
al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Mas tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:
«Señor, señor, ábrenos.»
Pero él respondió:
«Os lo aseguro: no os conozco.»
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.
Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?, vale mucho más que las perlas.
Su marido se fía de ella y no le faltan riquezas.
Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida.
Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos.
Extiende la mano hacia el huso y sostiene con la palma la rueca.
Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre.
Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza.
Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
El día del Señor llegará como un ladrón en la noche
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6
Hermanos:
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba.
Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche.
Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la
ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas para que ese día no os sorprenda como
un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las
tinieblas.
Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y vivamos
sobriamente.
Palabra de Dios
Aleluya
Ver pags. 292-294. Si no se canta, puede omitirse
EVANGELIO
Como has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor
PRIMERA LECTURA
A vosotras, ovejas mías, os voy a juzgar
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Devolverá el Reino de Dios Padre para que Dios sea todo en todo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 20-26a. 28
Hermanos:
Cristo ha resucitado, primicia de todos los que han muerto.
Si por un hombre vino la muerte,
por un hombre ha venido la resurrección.
Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida.
Pero cada uno en su puesto:
primero Cristo como primicia;
después, cuando él vuelva, todos los cristianos;
después los últimos,
cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino,
una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza.
Cristo tiene que reinar
hasta que Dios «haga de sus enemigos estrado de sus pies».
—El último enemigo aniquilado será la muerte.
Al final, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al
que se lo había sometido todo.
Y así Dios lo será todo para todos.
Palabra de Dios
Aleluya Mc 11, 10
Aleluya, aleluya.
Bendito el que viene en nombre del Señor:
Bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.
EVANGELIO
Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros
Palabra de Dios
Aleluya
PARA LOS DOMINGOS «PER ANNUM»
1º. Sal 50, 12a. 14a Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Devuélveme la alegría de tu salvación.
13. Jn 6, 64b. 69b Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes
palabras de vida eterna.