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Debora 31 Enero 2020

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Estudio del personaje Débora para reunión de mujeres IBB Hatillo

Viernes 31 enero 2020

Débora:
Muy buenas noches y bienvenidas a ésta primer reunión de
mujeres del 2020.
Hoy es el último día de enero y teníamos que cerrarlo con
broche de miel (porque acá está lleno de abejas, panales y
flores).
El lema de esta reunión es “listas para impactar” y en el cierre
“del mes de crecimiento” en nuestra Iglesia esto viene a dar
un reto espiritual para cada una de las que Dios nos trajo
aquí.
Primero me gustaría desmenuzar este lema “listas para
impactar”. La palabra “listas” quiere decir preparadas-
encontrarnos- hallarnos listas y la palabra “impactar” quiere
decir “conmover”, Impresionar, deslumbrar, sorprender,
maravillar.
Hoy vamos a hablar de una mujer en la palabra de Dios que
estaba “lista para impactar” en el tiempo y el momento que
Dios tenía destinado para ella.
Saben ese tiempo en que ésta mujer vivió era un tiempo
difícil en el pueblo de Israel, un tiempo oscuro “el tiempo de
los jueces”.
El nombre de ésta mujer es Débora que significa abeja. Ya
con esa introducción de lo que significa su nombre podríamos
pensar que ella era trabajadora, inteligente, esforzada,
valiente, que era dedicada. Y es que las abejas trabajan
unidas, en equipo, construyen un panal como el que está en
sus mesas y trabajan para producir algo “miel”, le cera que se
usa para depilar, nutritiva para el pelo y la piel, la jalea real.
Ellas son productivas. Y si nosotras pudiéramos ver nuestra
vida como un panal podríamos nutrirlo con algunas cosas que
la palabra de Dios nos va a enseñar de la vida de Débora.
 Vamos a ir al libro de Jueces. Capítulo 4.
 1. Antes de empezar a leer la palabra vamos a
ubicarnos en el contexto. Estamos en el tiempo de los
jueces, el pueblo de Israel tenía un ciclo en su
comportamiento “pecaban contra Dios” luego Dios “les
envía castigo reyes de otras naciones que los dominen”
ellos “claman a Dios”, Dios les envía un “libertador” (ese
libertador es un juez) luego se arrepentían y al tiempo
volvían a pecar. Antes del capítulo 4 ya habían pasado 3
jueces: Otoniel-Aod-Samgar y ahora tocaba el turno a
Débora.

Les haré un pequeño resumen Débora era jueza y profetiza


del pueblo de Israel, el pueblo de Israel estaba oprimido por
20 años por el Rey Jabín rey de Canaán y el jefe militar de
Canaán era Sisara. Débora llama a Barac que es un líder
militar de Israel y le dice ¿no es que Jehová te ha dicho que
vayas a pelear contra Sisara? Barac le dice si tú vas conmigo
yo voy y si no va conmigo yo no voy, ella le responde si voy,
ah pero la batalla no la ganarás tu sino que será por mano de
una mujer. Entonces se van a pelear con 10000 hombres y en
el arroyo de Cisón ahí Jehová lleva a Sisara y su ejército y es
vencido el ejército pero Sísara huye y se mete a un pueblo,
en ese pueblo estaba Jael una mujer que le invita a su tienda
y él le pide agua ella le da leche y cuando él se duerme Jael le
mete una estaca en la cien y lo mata. Luego Débora y Barac
elevan un cántico hermoso a Jehová alabándole de todo
corazón y terminándolo con este versículo “mas los que te
aman sean como el sol cuando sale en su fuerza”
Vamos a orar
Ahora sí empezamos 4:1 al 4…
 Profetisa ¿qué es eso?: no es ser adivina o la persona
que hace los horóscopos (ella no consulta las estrellas ni
los horóscopos como muchas cristianas que no pueden
empezar el día si no lo leen), ser profetisa no es ser
médium, ser profetisa era alguien “inspirado por Dios
para comunicar Su voluntad para su pueblo y revelar a
éste el futuro”… de todo esto podemos rescatar la
comunión con Dios que Débora tenía una comunión
constante: oraba- espera la respuesta de Dios,
obediencia, santidad, seguir a Jehová y sus instrucciones
y comunicarlas. En nuestro tiempo no hay profetisas (por
ya tenemos lo perfecto) pero sí hay mujeres que tienen
una excelente relación con Dios. Apartan un tiempo para
la lectura de la Biblia (no una lectura rápida sino
planeada, oran, meditan, esperan que Dios les hable, la
memorizan, la ponen por práctica en su vida personal y
la comparten)
 Mujer de Lapidot, Una mujer casada, no tenemos
detalle de su descendencia o si tenía hijos pero sí que
era casada. Esposa de Lapidot: no cabe la menor duda
que Débora fue una buena esposa que era fiel a las
instrucciones de Dios y le glorificaba siendo ayuda
idónea, respetándolo, amándolo, siendo piadosa, siendo
corona de su marido, virtuosa. Dándole el lugar a su
familia por encima del ministerio.
 V5.acostumbraba sentarse bajo la palmera de
Débora: Se sienta a aconsejar y guiar bajo esa palmera
que tenía su nombre a ella subía el pueblo: de acá
podemos rescatar que ella es una Sierva de Dios. Acá
es bueno reflexionar si somos siervas de Dios listas para
impactar y es que el detalle aquí es que no hay que
esperar hermanas a que se nos diga que sirvamos al
Señor. Ahí es donde tenemos que tener agudizado el
entendimiento espiritual unas dicen que son muy
jóvenes y que no tienen la experiencia para hacer la obra
de Dios, otras dicen estoy ya muy mayor para hacer lo
que hacen las que están jóvenes y las que están en el
medio dicen es tiempo para mí, para mi familia mejor
cuando tenga tiempo. Si nosotros esperamos a tener
tiempo para estar listas para impactar nunca lo vamos a
hacer, jóvenes Dios nos capacita para las cosas que
debemos hacer en la obra pero tenemos que empezar
por algo me alegra que muchas ya están en rutas, que
están en las clases de escuelita dominical, que están en
la decoración, que planean actividades, coros, todo lo
que tiene que ver con la comida, ventas, limpieza del
templo, en el ministerio de oración, visitación y
evangelismo. Mi corazón se llena de gozo cuando veo a
las muchachas de 12 a 14 dando el plan de salvación en
la Socie ¡Dios las capacita! Pero también entre nosotras
pueden estar hermanas que están inactivas o talvez
desalentadas que antes servían pero han dejado de
hacerlo. Es tiempo de levantarnos del sueño y las
rodillas paralizadas, es tiempo de dejar de pensar en el
“voluntariado” ah dicen algunas “voy a ayudar en esto”
eso no es servir, la obra de Dios no es un voluntariado
como ir a salvar a los perritos, limpiar los ríos o recoger
ropa en las emergencias; el servir a Cristo es servir a los
hermanos con entrega y compromiso. Usted diga con su
corazón “sirvo al Señor” “sirvo a mi redentor que se dio
todo por mí, por eso yo le sirvo porque estoy agradecida
por todo lo que El ha hecho por mí”, comprométase,
métase de cabeza, póngalo en las manos de Dios y El la
va a capacitar, seamos fieles en lo poco, tengamos
siempre presente estaremos delante de ese rey de Reyes
y Señor de señores delante del cual un día todas nos
arrodillaremos a darle gloria por los siglos. Si usted tiene
un resentimiento con alguien en la obra de Dios ore por
eso porque en ese sentimiento que usted tiene “Dios no
tiene nada que ver” Dios sólo tiene pensamientos de paz
hacia nosotros y nosotros debemos de pensar en lo
bueno, en lo puro en lo que es de buen nombre.
 Hasta acá un resumen de lo que hemos aprendido
de Debora. Era profetiza tenia buena comunión con
Dios, era esposa y buena esposa, era jueza y una
buena sierva de Dios
v.6-7 En estos versículo ocurre lo que les explique que ella le
dice a Barac que vaya a la batalla
v.8 algunas al leer este versículo dicen “que romántico” pero
noooo Debora era casada. Lo que el hombre de Dios le dice es
que si ella no va él no va. Porque él sabe que ella tiene
comunión con Dios, porque sabe que ella con su sabiduría le
va a guiar, le va a dar esa seguridad de poder dar pasos de
fe. Nosotros muchas veces necesitamos de un hermano o una
hermana que nos anime que nos motive, que sea nuestra
compañera de milicia. Yo lo he visto en la clase de
discipulado: Yamileth y Lorena las de sagrada son
hermanillas, Doreida y Mayra son hermanillas, Sonia- Bruni-
Imelda, Ceci y Kattia, Ceci y Yerlin, Bry y Keren, Katherine-
Sharon-Mafe, Camila-Marypaz y asi podemos seguir diciendo
parejas, tríos, grupitos y es necesario. En la iglesia no solo se
trata de mí y que todo gire a mi alrededor, no somos islas,
somos hermanas!!!Y que bueno lo que Débora le contesta y
en el V. 9 le Débora le profetiza vamos a leerlo al final que se
levantó y se fue con él a la batalla. ¿quién va con usted a la
batalla? Si usted tiene una hermana que le apoya en su vida
espiritual dele gracias a Dios! Y si aún no la tiene pídale a
Dios que le dé una.
v. 10 al 14 vemos el detalle de la batalla
v. 15 lo leemos v.17-24 acá nosotros vemos como Dios
cumple lo que había dicho por medio de Débora que la gloria
de la batalla iba a ser otorgada a una mujer “Jael”, vemos la
intervención de Dios para ayudar en la batalla a sus hijos
cosas inesperadas y maravillosas, gloriosas que sólo Él puede
hacer. Y si El hace eso con su pueblo igual puede hacer cosas
impensables por nosotras sus hijas. El problema de Israel no
era que Sísara tuviera carros herrados y 100.000 hombres -el
problema era “la falta de fe viva en Jehová”.
 El capítulo 5 es un Canto que Débora y Barac llevan a
Jehová: el pueblo de Israel tenía 20 años de estar
sirviendo a Dios bajo la opresión del enemigo en ese
pueblo oprimido estaba Débora incluida, pero vemos que
en ningún momento dejó ella dejó de creer en Aquel que
es todopoderoso, esperó en El, en el tiempo perfecto, en
Su misericordia, obedeció a Su llamado, hizo lo que tenía
que hacer. Le alabó y atravesó con gozo esos momentos
difíciles.
 En ese capítulo 5. Ahí se describe lo que Dios hizo por su
pueblo, lo que hizo Jael con más detalle. El pueblo de
Israel oprimido por 20 años puedes vivir oprimida por 20
años pero nunca abandonar tu llamado a servir a Dios y
hacerlo con dominio propio, responsabilidad, bien hecho
y para la gloria de Dios. Esperando el tiempo de Dios con
fe. “Dios no tiene caminos más elevados para quienes
son infieles en sus caminos”
Usted dice yo no tengo porque cantar, ni porqué tener
gozo, hermana si usted es una hija de Dios tiene porque
cantar ruegue a Dios que llene su vida del Espíritu Santo
y que esa manifestación del Espíritu que es el gozo
inunde su vida. Ese capítulo 5 da honor al único que
podía darles la victoria y es el Señor, Débora fue valiente
pero el punto principal acá para nosotras es ¿cómo
enfrentamos nosotras nuestras batallas, para algunas
son de salud, para otras es lo financiero, para otras es
su familia, para otras es hasta su propia vida espiritual
que parece un subi-baja, cuál es su batalla? ¿cómo
enfrentamos nosotros los desafíos que nos envía Dios?
¿perseveramos?¿es usted una hija de Dios que
persevera hasta el final? ¿es usted alguien que alienta,
que ayuda a otros en sus luchas? Va a permanecer firme
y confiar en el Señor?

 Ha pasado usted una prueba por años o por meses o por


días…la palabra nos enseña que puedes vivir oprimida
por 20 años pero nunca abandonar tu llamado a servir a
Dios y hacerlo con dominio propio, responsabilidad, bien
hecho y para la gloria de Dios. Ayuda a mis hermanas a
que están en su batalla a seguir esperando el tiempo de
Dios con fe, con una fe viva en el Señor. “Dios no tiene
caminos más elevados para quienes son infieles en sus
caminos”, danos la fuerza Dios para serte fieles.
Usted dice yo no tengo porque cantar, ni porqué tener
gozo -si somos hijas de Dios ¡claro que sí tenemos
porque cantar! ruegue a Dios que llene su vida del
Espíritu Santo y que esa manifestación del Espíritu que
es el gozo inunde su vida. Ese capítulo 5 da honor al
único que podía darles la victoria y es el Señor, Débora
fue valiente pero el punto principal acá para nosotras es
¿cómo enfrentamos nosotras nuestras batallas, para
algunas son de salud, para otras es lo financiero, para
otras es su familia, para otras es hasta su propia vida
espiritual que parece un subi-baja, cuál es su batalla?
¿cómo enfrentamos nosotros los desafíos que nos envía
Dios? ¿perseveramos?¿es usted una hija de Dios que
persevera hasta el final? ¿es usted alguien que alienta,
que ayuda a otros en sus luchas? Va a permanecer firme
y confiar en el Señor?
Hay que perseverar en el Señor, en Sus fuerzas no en
las nuestras, en Su poder no en nuestras capacidades y
métodos humanos porque somos dadas a buscar
soluciones a nuestra mejor conveniencia y no para
cumplir la voluntad de Dios que es agradable y perfecta.
Para finalizar leamos en el Capitulo 5:31 mas los que te
aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra
reposó 40 años.
Ama usted a Dios, es usted una hija de Dios, sea como el sol
del mediodía que es el más resplandeciente sus rayos son
directos no hay sombra en el punto más alto irradie a Cristo.
Jesús dijo yo soy la luz del mundo (es la luz de Jesús que
debemos irradiar es su amor es su misericordia es a El que
debemos reflejar) y tendremos reposo para nuestra vida en
Cristo.
Oremos:
 Te agradecemos Padre Celestial por tus bendiciones, por
tu amor, por enseñarnos en ésta noche que hay que
perseverar en el Señor, en Sus fuerzas no en las
nuestras, en Su poder no en nuestras capacidades y
métodos humanos porque somos dadas a buscar
soluciones a nuestra mejor conveniencia.
 Hoy hemos aprendido que es tiempo de gozo hermanas,
tiempo de alabar a Dios, tiempo de renuevo y tiempo de
refrigerio espiritual, tiempo de estar listas para impactar,
para impactar en nuestras familias, no te canses de orar
y velar por tus hijos, no te canses de levantar el
estandarte de estudiar la palabra en tu casa, no te
canses de servir a Dios, listas para impactar en el
trabajo, en el Colegio, con los amigos, con los vecinos.
La palabra de Dios ha sido clara y busca de nosotras que
reflejemos esa luz de Cristo en nuestro hogar como hijas,
como madres, como esposas, como abuelas, listas para
impactar consagradas, obedientes a la palabra, como linaje
escogido de Dios, embajadoras del Rey de reyes y Señor de
señores. listas! Cuantas de las que están acá dicen
humildemente necesito la ayuda de Dios para librar mis
batallas, necesito la ayuda de Dios para tener una vida más
consagrada a El, necesito del Señor para que me llene de Su
Espíritu y así poder brillar aún más que hasta hoy…. Eso es
humildad hermanas eso es dependencia de Dios descansamos
en tus promesas Dios de que tu das fuerzas al débil y
multiplicas las fuerzas al que no tiene ningunas, gracias Señor
porque nunca nos dejas ni nos abandonas, te entregamos
nuestras cargas, los ministerios, nuestras familias, nuestro
futuro para que nos hagas idóneas para servirte. Gracias por
tu presencia aquí con nosotras te damos las gracias Señor
Jesús amén.
 Débora una mujer dedicada a Dios lo vemos en el
versículo 4:4 Jueza del pueblo de Israel: dotada de
sabiduría e influencia excepcionales. La única mujer
dentro de un grupo de jueces hombres, ella gobernó
Israel con equidad (dar a cada uno lo que se merece), e
impartió justicia y rectitud ¿qué cualidades le gustaría
imitar de la vida de Débora y cómo podemos empezar a
cultivarlas?
Pidámosle al Señor que nos enseñe a contar de tal modo
nuestros días que traigamos al corazón sabiduría,
● de todos los enemigos que israel había tenido ninguno era
tan extenso en su dominio como el de ahora en el tiempo de
Debora se llamaba Jabín y tenía un general del ejército que se
llamaba Sísara. Jabin y Sisara dominaban ya por 20 años a
Israel ellos tenían 900 carros herrados israel no tenía ningún
carro en cuanto a soldados israel llevaba 10000 y los
historiadores apuntan a que jabin podía llevar cerca de los
100000.
Debora describe la situación en jueces 5:8

Debora
¿Conoces la historia de Débora? Si no la conoces en detalle, estoy segura de que por lo menos
has escuchado algunas frases que tienen que ver con ella: “Levántate como Débora la
guerrera”; “Déboras al frente de la batalla”, “Fuimos creadas para ser mujeres guerreras”. Frases
como estas son el producto de una distorsión de las Escrituras, y una incorrecta interpretación
de la historia de esta mujer. Es por esto que quisiera que me acompañes a conocer la historia
de Débora de manera correcta.

Un poco de su historia y contexto


Débora fue una mujer casada (Jueces 4:4), profetisa, y también jueza (Jueces 4:5).
Su posición en aquel entonces tendría cierta equivalencia con la de una mujer
casada y profesional en el día de hoy.

En el Israel antiguo, como su religión estaba directamente relacionada con su


política, los líderes –como los reyes y los sacerdotes– siempre fueron hombres. La
única excepción fue la reina Atalía, hija de Jezabel y Acab, y ella no fue nombrada
como reina sino que robó el reino cuando su esposo, que era el rey, murió ¡y luego
ella mató a todos los hijos de su esposo para que nadie le quitara del reino!

Este fue un tiempo oscuro en la historia de Israel, como también lo fue el tiempo
de Débora. Israel había estado 200 años sin líder después de la caída de Jericó.

Débora y el diseño de Dios para la mujer


En la medida en la que vamos avanzando en la historia de Débora, quisiera que
tuviéramos en mente el rol dado de parte de Dios a la mujer porque, como vimos
al principio, muchos han distorsionado la historia de Débora haciendo de ella una
guerrera. Si no conoces acerca del complementarianismo, te recomiendo algunos
artículos como “¿Qué es eso del complementarianismo?”, “El rol de la mujer en la
iglesia”, y este conversatorio, “Mi esposo es pastor: ¿por qué no soy pastora?”.

Entonces, ¿cuál es el rol que nos fue dado? Complementar a los hombres para que
ellos pueden cumplir la labor que el Señor les ha asignado. Ser ayuda
y columnas para ellos. Teniendo esto en mente, veamos lo que Débora hace
en Jueces 4:6-7: “Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí,
y le dijo: “Esto ha ordenado el Señor, Dios de Israel: ‘Ve, marcha al Monte Tabor y
lleva contigo a 10,000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. Y
yo atraeré hacia ti a Sísara, comandante del ejército de Jabín, con sus carros y sus
muchas tropas hacia el torrente Cisón, y lo entregaré en tus manos”.

Débora fue profetiza, mientras que Barac fue el guerrero. Baruc era conocedor de
la guerra, y él no tenía duda de que el enemigo al que se estaba enfrentando era
grande. A menos que él caminara paso a paso con Dios, le sería imposible ganar y
sería un masacre para los judíos. Esta historia nos recuerda la suficiencia de Dios.

Por ser profetiza, Débora tuvo una mayor intimidad con Dios que Barac, y sabemos
que él así lo reconoció: “Barac le respondió: “Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no
vas conmigo, no iré”, Jueces 4:8.

Recordemos que Israel había sido oprimido por los Cananitas durante 20 años, y el
comandante de su ejército, Sisara, tenía 900 carros de hierro. Los Israelitas no
tenían nada, sin embargo esta historia confirma una vez más que Dios es todo lo
que necesitamos.

Los tiempos eran tan malos que esta frase era repetida varias veces a través del
libro de los Jueces: “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que
a sus ojos le parecía bien”. Ellos no tenían un líder para animarlos, para dirigirlos o
para guiarlos; y los carros de hierro del enemigo eran la última tecnología de
aquellos tiempos. Los judíos, que no tenían una fuerza armada, sabían que sin la
intervención de Dios esto era una fuerza invencible. Barac no quería ir sin la
profetiza. Él sabía que la única forma de ganar esta batalla era a la manera de
Dios.

Luego vemos que Barac convocó a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subieron con él
diez mil hombres. Débora también subió con él. “Entonces Débora dijo a Barac:
“¡Levántate! Porque éste es el día en que el Señor ha entregado a Sísara en tus
manos. Ya que el Señor ha salido delante de ti.” Bajó, pues, Barac del Monte Tabor
seguido de 10,000 hombres”, Jueces 4:14. Entonces, ¿quién fue al área de
combate?, Barac y diez mil hombres no Débora. Ella estaba comportándose como
su ayuda, ayudándole oír la voz del Señor.

Madre en Israel, no guerrera


Para poder entender los tiempos tan difíciles que Israel estaba viviendo,
escuchemos lo que Débora dice en Jueces 5:6-7 “En los días de Samgar, hijo de
Anat, en los días de Jael, quedaron desiertos los caminos, y los viajeros andaban
por sendas tortuosas. Cesaron los campesinos, cesaron en Israel, hasta que yo,
Débora, me levanté, hasta que me levanté, como madre en Israel”.

Obviamente las calles eran tan peligrosas que la gente tenía miedo de salir de su
casa. Y ¿cómo es que Débora se llama a sí misma? ¿La guerrera? ¿La jefa?  “…
madre en Israel”. Ella conocía muy bien su rol. Aunque fue el Señor que la eligió a
ella como profetiza, y Él la llamó para decirle a Barac lo que Él debería hacer, no se
nota en ella un espíritu de burla por el temor que él sintió, tampoco un espíritu de
mandar como jefa, o de intimidar, sino de guianza, servicio y protección, como una
buena madre hace con su familia.
Viviendo en sumisión
Viendo la sumisión y el rol de ayuda de Débora para con Barac, pudieras estarte
preguntándote si ella era su esposa y la respuesta es no, ella estaba casada con
Lapidot (Jueces 4:4). En ella tenemos el ejemplo de que el rol de la mujer es
también en sumisión a los líderes, no solamente a sus esposos, aunque el grado de
sumisión será diferente según el tipo de relación.

La sumisión a tu esposo no es igual a la sumisión a tu jefe o al vecino, pero nuestra


actitud debe ser de sumisión y de respeto. Ahora bien la sumisión no es solamente
para las mujeres: en la Palabra también encontramos sumisión de esclavo a amo
(1 Ped. 2:18) que sería el equivalente a la sumisión a nuestros jefes; hacia las
autoridades (Rom. 13:1), de los creyentes entre sí (Efe. 5:21) y la más importante,
de los creyentes hacia a Dios (Stg. 4:7). Si el deseo de Dios es que seamos sumisas
en nuestro caminar entonces, cuando no lo soy, a quien no estoy siendo sumisa es
a Dios, y entonces estoy caminado en pecado. La sumisión puede resultar difícil en
ocasiones, pero en Jesús tenemos el ejemplo perfecto de sumisión al Padre, y su
muerte en la cruz nos ha capacitado para que podamos seguir su ejemplo.

¿Quieres ser como Débora? Procura tener una actitud y una vida de sumisión a
Dios. Sé una mujer sometida a las autoridades que Dios puso en tu vida.

De hecho, resulta muy interesante que Dios había dicho que la victoria iba ser a
través de una mujer, pero esa mujer no fue Débora. Fue una mujer llamada Jael
quien terminó con la vida de Sísara (Jueces 4:17-21). Pero la realidad es que la
batalla no fue ganada por Jael, ni Débora, ni Barac, sino por Dios, quien orquestó a
estos personajes y luego envió una fuerte lluvia para que los carros del enemigo no
pudieran avanzar (Jueces 5:21).

Esa es la historia de Débora: no como nosotras queremos interpretarla sino como


la Palabra nos las está mostrando. Necesitamos ser mujeres que se acerquen a las
Escrituras de manera correcta, no sacando de ella lo que nosotras queremos que
diga, sino lo que Él quiere decirnos.

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