Parque central Bajo Palacé Jamundí Estatua Cacique Xamundí

Imagen tomada del Diario de Occidente Imagen tomada de la Guía Turística del Valle

Jamundí, un territorio de guerreros.

Juliana Franco
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo.

Siempre de pie, en posición de lucha y empuñando su lanza, se mantiene el Cacique

Xamundí. Nunca dejó su lugar pues su cuerpo fornido, ahora de cobre y bronce, yace
inmortalizado sobre un pedestal de dos metros y medio en medio de la pileta del parque
central Bajo Palacé, donde parece todavía cuidar ese terruño por el cual peleó hasta el final
de sus días. También su espíritu tenaz y batallador, cual herencia genética, parece haberse
quedado y permanecido generación tras generación en cada jamundeño que ha resistido la
guerra, que surgió desde antes de la conquista y se ha convertido en una constante.

No se puede hablar de la historia de Jamundí, sin mencionar la significativa existencia de

este hombre. Todo se remonta al siglo XVI, en esta tierra habitaban los Lilies o Xamundies
bajo el mandato del Cacique Peté o Xamundí, se caracterizaban por tener un espíritu guerrero
y vivían en constantes conflictos con otros grupos indígenas como los Timbas, los Calocitos,
los Atuncelos.
Con el “descubrimiento “de América por parte de los españoles y desde la recién fundada
Quito, cabalgaban los subordinados de Sebastián de Benalcázar al mando del capitán Pedro
de Añasco con el fin de ir tras el Dorado1 y a su vez, emprender campañas de colonización.

Al finalizar la observación del territorio, dos subordinados partieron en retorno, con el

propósito de informar a Benalcázar sus ricos hallazgos. Con dicha información, el fundador
decide organizar una completa expedición a cargo del capitán Juan de Ampudia.

Cuenta la historiadora María Elena Restrepo2, que desde el peñasco, en la altura de la

montaña en la que se llevaban a cabo rituales de los Lilies, “Lo que vio Xamundí fue el
resplandor de las armas y los escudos del ejército conquistador que venía desde el sur, tras la
leyenda de ‘El Dorado”.

Al llegar el ejército a la tierra de los nativos Lilies, se originan unos enfrentamientos en los
que la fuerza y agresividad de los indígenas obliga a los europeos a encontrar un lugar para
guarecerse, a este sitio se le llamó el fuerte de Ampudia. Lo que viene en adelante, se resume
en una guerra desigual. El Cacique Peté fue quien dirigió a los Xamundies en esa guerra, en
la que instrumentos para la supervivencia como arcos y flechas se convirtieron en armas para
defender a su pueblo de la injuria por parte de los conquistadores.

Los combates poco a poco fueron diezmando al pueblo del Cacique y los europeos lograron
el dominio no solo de los indígenas, sino de sus tierras y sus riquezas. En últimas, los
indígenas fueron convertidos en esclavos y ayudaron a la ”fundación” de la Villa de
Ampudia en 1536, que luego pasó a llamarse Rosario, Rioclaro y actualmente Jamundí, en
nombre de aquel tenaz Cacique que se resistió a la conquista española.

Posterior a esto, se realiza una repartición de tierras con la que se buscaba gratificar a quienes
habían colaborado con la colonización y realizar un surgimiento de una nueva sociedad de
familias españolas.

1
El Dorado es una legendaria historia de un territorio ubicado en una zona donde se creía que existían
abundantes minas de oro. La leyenda decía que era en esta tierra donde un rey se cubría el cuerpo con
polvo de oro y realizaba ofrendas en una laguna sagrada en la que yacía su mujer muerta.
2
María Elena Restrepo, historiadora que se ha dedicado a estudiar la cultura indígena del Valle del
Cauca desde hace más de 25 años.
Con esto, en el siglo XVI y XVII empezaron a surgir las haciendas y por consecuente, los
españoles trajeron una gran cantidad de mano de obra negra a fin de utilizarlos para minería
y diferentes labores domésticas.

En el siglo XVII se vivía en una sociedad permeada por la discriminación en la que existía
una organización piramidal en la que los blancos nobles acaparaban los cargos públicos y
constantemente eran demandados por abusos y maltratos a los demás pobladores que se
encontraban bajo su escala social, estos eran los blancos pobres, libres de varios colores,
indios y esclavos.

Según afirma María Elena Restrepo en un artículo publicado por la revista Jamundí, en 1538
Jamundí fue elegido como Distrito Parroquial y en 1885 se crea como Municipio. La
población tenía la oportunidad de participar democráticamente eligiendo a sus alcaldes,
concejales, entre otros.
Comienza a tener un desarrollo lento y para este momento Jamundí empieza a ser un receptor
de todos los cambios que sucedían en Cali relacionados con la industria, la política, el
comercio, entre otros, dado a que muchas familias de la élite caleña, tenían viviendas en el
municipio que visitaban esporádicamente.

Como cuenta el historiador Rafael Salazar, a partir de los años 50 se presenta una multitud
de inmigrantes de distintas regiones del norte del Valle del Cauca y otras zonas, en busca de
mejorar su condición de vida. Se abren tiendas, se establecen relaciones comerciales con
otras veredas, especialmente con la ciudad de Cali, cosa que trae progreso al pueblo.

Para los 80, se empieza a dar un crecimiento económico fuerte para Jamundí, el cual se da
gracias a dos factores determinantes, primero al auge de la construcción en la que se iniciaron
una vasta cantidad de planes de vivienda, que hasta hoy en día, se viene apropiando de la
zona tan importante verde y agreste del pueblo.
Segundo, a trabajos por fuera de la ley, como el narcotráfico3 que promovió “fuentes de
empleo” para las cuales se reclutaron hombres a ejercer la labor de escoltas y sicarios y

3
Organizaciones al margen de la ley como las de los Urdinola, los Ochoa y los pachos, entre otros.
también para la operación en las cocinas4. De igual manera, en lugares que se contrataba
personas de manera ilegal,

La población también fue en incremento, esto se vio reflejado en la iniciativa de los

habitantes para conseguir el sustento e ingresos económicos por sus mismos medios, con lo
cual se vio un considerable aumento de los vendedores informales y el trabajo informal.

En los años venideros, después de los 85 hasta los 99, la población jamundeña en su ubicación
urbana y rural, se empezó a ver afectada por las acciones5 ejecutadas por grupos guerrilleros,
FARC-EP y ELN, el último en su mayoría.
A partir de aquí, los medios toman a Jamundí como un foco de noticia, por ser considerado
como el “refugio de la guerrilla”6, “el triángulo de las Bermudas de la guerrilla”7, debido a
los constantes y repetidos ataques y apariciones que hacían estos grupos en el pueblo.

Los hechos demuestran que para este entonces, los ataques de los grupos revolucionarios no
estaban relacionados ni involucraban a la población civil, sino con el poder público. Se dice
esto, ya que los atentados que se dieron en esa época, no dejaron como resultado muertos de
la población civil, la pérdida más importante que se dio por estos hechos, se alude a 200
millones de pesos por la quema y destrucción de la Alcaldía, la Registraduría y la Secretaría
de Tránsito y Transporte en el año 1998. Las pérdidas se refieren en adecuaciones y
sistematización de las oficinas.

4
Laboratorios improvisados para el procesamiento del cultivo de cocaína y marihuana sembrados
de manera ilícita e ilegal en las zonas rurales del municipio.

5
Entre 1985 y 1994 se registraron 37 acciones guerrilleras, dato de Reseña de Prensa de los
principales acontecimientos del desplazamiento forzoso en Jamundí.

6
Titular de Iván Noguera, corresponsal del tiempo. 1 de junio de 1999.
7
“Ya hasta de Triángulo de las Bermudas de la guerrilla se habla al referirse a esa zona montañosa
en los límites de Cali y Jamundí, y que atraviesa la Cordillera Occidental casi hasta Dagua y el
Pacífico. Hace cinco años fue una joven estudiante la que desapareció y ahora se ruega por la suerte
de 59 personas.”
El frente José María Becerra del ELN se atribuyó el hecho, mediante panfletos, el grupo
subversivo informó que el ataque se debió a los estudios que se el municipio se encontraba
realizando para la construcción del terminal de transportes en un lote junto a la compañía
Tecnoquímicas y adicionó que esto implicaría mayores gastos para los campesinos al tener
que desplazarse hasta el lugar, localizado en las afueras de la población.

A pesar pues, de que la población no tuvo que poner muertos a esta guerra, al ser Jamundí
un escenario de alta conflictividad Estado-guerrilla, la tranquilidad de los jamundeños se ve
alterada y el imaginario colectivo sobre el territorio cambia, indiscutiblemente para los
mismos habitantes por vivir con el miedo y el peligro latente y para los foráneos, gracias a
los medios masivos.
En la zona rural, la gente decía vivir al amparo de Dios cuando no contaba con la presencia
permanente de un equipo del ejército, pues los individuos se sentían desprotegidos y
amenazados por la guerrilla, lo que no es fortuito, ya que en muchas ocasiones, como lo
indican los habitantes de Villa Colombia, corregimiento de Jamundí, se ha llegado hasta el
punto de que los grupos al margen de la ley hacían llegar volantes ordenando “no darles ni
el saludo al ejército”.

Sin embargo, afirman y reiteran los algunos habitantes del pueblo, como un personaje “sin
rostro y sin nombre”8, que el conflicto es entre la guerrilla y el ejército, que por su parte, los
demás siguen trabajando para darle de comer a sus hijos y menciona que mucha gente se
refiere a la zona, como una zona roja, pero, argumenta que eso se debe a que simplemente
las personas repiten lo que dicen los medios, que no hacen sino dañar la imagen de Villa
Colombia, pues al utilizar estos calificativos, logran que “los turistas dejan de venir, los
ciclistas dejan de subir, los familiares no vuelven…los médicos no vinieron y los pacientes
hipertensos y diabéticos están sin sus medicamentos”.

De modo que, vemos aquí como una vez más como la labor del periodista se ha hecho a
medias, pues haciendo referencia a lo mencionado anteriormente, éste responde a una idea
de que va brincando por donde va estallando la sangre, pues solo se ha enfocado en contar

8
Término utilizado por Alda Mera para referirse a su entrevistado en su escrito para El País.
los enfrentamientos, que solo son entre el ejército en la guerrilla, y ha logrado invisibilizar a
los demás habitantes y a la cotidianidad del pueblos que precisamente es cautivadora y puede
contribuir con la imagen, la percepción de un lugar como un sitio turístico, un escenario de
patrimonio cultural, más que una “zona roja”

Ahora bien, en adelante se puede presenciar una guerrilla mucho más violenta que logró
manchar el pueblo de sangre, especialmente en la zona rural. Fue el municipio con el mayor
crecimiento de homicidios en el año 2000, pasando de 45 a 125 homicidios, con una
proporción de 178.0% más. Se cree que como consecuencia de esto, se incrementó el
desplazamiento de personas pues entre Enero y Junio del 2000, Jamundí expulsó
a 1563 personas y recibió a 539.

Se pudo observar una guerrilla inhumana a la que no le importaba pasar por encima del
pueblo, con tal de demostrarle al Estado que tenía poder, y en eso, los atentados fueron
muchos, las muertes de los civiles incrementaron de manera considerable y por ende, la
percepción de seguridad de los mismos habitantes también. Se puede decir que esta situación
se había aplacado con la implementación del Proceso de Paz, sin embargo el pasado 15 de
Agosto se dio un enfrentamiento entre un grupo disidente de las FARC y el ejército, en la
vereda la Liberia.
Se cree que esto logró alterar no solo a la comunidad jamundeña, sino a todos quienes
conocieron el hecho, pues son actos que generan desconfianza en plena construcción y re
conciliación de la sociedad con los excombatientes.
Además, como es bien sabido, son situaciones que aprovechan los medios que se nutren y
nos nutren de la espectacularización en busca de sus intereses privados.

Ahora bien, por otro lado, Jamundí más que territorio de conflicto y guerrilla, es un municipio
que que atrae al turismo y la sana diversión porque su territorio presenta una magia reflejada
en su flora y fauna y además, promueve la realización de actos culturales, los cuales llevan
a un fin el de socializar un buen ambiente a propios y extraños.

9
Cifras del "Sistema de Información en Salud Publica y Vigilancia Epidemiológica de Población
Desplazada". Secretaria Departamental de Salud del Valle 2001.
Estos actos de sano esparcimiento se ven reflejados el parque “Héctor Samuel Bonilla” más
conocido como Parque del Cholado, en el que además de poder disfrutar una deliciosa comida
típica de esta tierra, en el que se junta el hielo raspao con una gran variedad de frutas y la
dulce lechera, se puede conocer algo mucho más sabroso y dulce, la compañía y carisma de
esas personas que te reciben cálidamente para que puedas disfrutar de una tarde jamundeña.

También, en la Casa de la cultura ubicada en el Parque “Palacé o Central”, se gestan una

gran variedad de actos culturales, estos eventos suelen ser encuentros de grupos de danza. En
este evento “Jamundí Canta, Cuenta y Baila al compás de la Cultura”, se hace notar la
participación de niños y jóvenes que se lanzan a demostrar su talento y se compite con
participantes de otros municipios.

Por parte de la Secretaría de Turismo también se ha contribuido a estos hábitos de

esparcimiento sano, dando la creación de cinco rutas turísticas, con las que se quiere
involucrar a todo el público visitante y a los mismos jamundeños, en paseos turísticos que
tienen el fin de demostrar todo el paisaje, la flora y fauna del municipio de una manera sana
y divertida. Estas salidas se dividen en cinco rutas diferentes, las cuales van por los distintos
corregimientos y veredas del municipio de Jamundí mostrando a los turistas lo mejor y más
agradable de estas tierras y la amabilidad de sus pobladores.

Estas son pequeñas muestras de lo bueno y valioso que se puede gestar en un municipio que
ha tenido una relación con el conflicto que aún continúa con el crimen no organizado, que es
una constante que nos afecta a todos en gran o menor medida.

Jamundí es un territorio de guerreros porque desde su génesis, sus pobladores han tenido LA
VALENTÍA DE LUCHAR. No solo luchar en batallas como lo hicieron los Xamundies, sino
luchar a diario, luchar contra esa carga y herencia histórica de guerra y conflicto para hacer
parte de esa mayoría que si existe, que es buena, que a diario se levanta a trabajar para sacar
su familia y sus proyectos adelante, a construir sus propias maneras de rebuscarse el sustento
sin hacerle daño a los demás, a luchar contra ese estigma tan grande que se ha posesionado
sobre su tierra como zona caliente donde el peligro hace parte del paisaje, construyendo paz
con sus actos que reflejan a Jamundí como un municipio preciado donde existen muchas
personas que si creen en los demás, que creen que esto se puede salvar y que este cuento hay
que luchárselo por la gente.

Poco a poco, Jamundí va dando pasos hacia una apuesta por la paz con gestos como el apoyo
por parte desde los entes estatales a comunidades vulnerables como la LGTBI,
conmemorando el día a la no homofobia en espacios públicos del pueblo, y brindando ayuda
jurídica para evitar que violen sus derechos, también marchas sustentadas en injusticias
cometidas contra la población, como la del rechazo a asesinato de 180 indígenas tras acuerdos
de paz, la movilización por parte de la situación de los maestros de escuelas públicas, entre
otros.

Esperemos que ese espíritu luchador sea el que siga moviendo a los jamundeños, para que se
pueda cambiar esa historia de guerra, a propósito de la construcción del posconflicto.
Bibliografía
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