Ava de Economia
Ava de Economia
Ava de Economia
DOCTRINAS ECONÓMICAS
EL MERCANTILISMO EN LA ACTUALIDAD
XVIII y que fue fundada por François Quesnay, Anne Robert Jacques Turgot y Pierre Samuel
económico sin la necesidad de tener una intervención por parte del estado. Su doctrina
el mundo venía de la tierra y que de todas las ramas de comercio la agricultura era la que
más producía ganancias. La fisiocracia se opone al mercantilismo y para ellos este tipo de
políticas que necesitan de la intervención del estado producen una baja en la actividad
ataque de frente ante el mercantilismo. Apoyaba los intereses de los terratenientes y tenían
un abundante capital.
Historia de la fisiocracia
fuente primara para crear muchas riquezas. Había muchos pensamientos sobre las leyes
naturales y cómo éstas podían fijarse a diferentes áreas desde las ciencias naturales hasta
las teorías de orden constitucional. Los fisiócratas fueron tuvieron un maestro conocido
como Quesnay,un grupo de discípulos como La Riviere, Le Trosne, Dupont de Nemours,
Baudeau, entre otros, quienes lograron llevar sus ideales a muchos países
realizando propagandas de sus nuevas ideas. La idea de bajar los precios durante los
Características de la fisiocracia
Dentro de sus principales principios podemos mencionar que el orden natural era lo más
importante para ellos, la actividad humana debía de estar siempre en armonía con la
naturaleza. Se basaban en el principio conocido como laissez passer que significa dejar hacer
dejar pasar. Su énfasis primordial era la agricultura por lo que uno de sus principios era el de
Los agricultores que eran capitalistas se volvieron claves para el adecuado desarrollo de la
economía francesa. Las industrias y los trabajadores crecían económicamente mientras que
Representantes de la fisiocracia
Jacques Turgot, Pierre Samuel du Pont de Nemours, Richard Chatillon, Pierre de Boisguilbert
y John Law.
¿Qué es un fisiócratas?
La Fisiocracia es un sistema económico que se basa en la existencia de una ley natural del
mercado, afirmando que si no hubiera intervención del gobierno, éste funcionaría a la perfección.
Fundada por François Quesnay en 1758, la EscuelaFisiócrata surge en Francia y se desarrolla
exclusivamente allí.5 ene. 2016
Economía clásica
Orígenes[editar]
Siempre se toma como comienzo de la economía clásica la publicación, en 1776, de la obra
de Adam Smith Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones —más conocido como La riqueza de las naciones–. La escuela estuvo activa hasta
mediados del siglo XIX. A pesar de su rechazo al mercado libre, la escuela de economía más
grande que todavía se adhiere a las formas clásicas es la escuela marxista. Sin embargo,
la Nueva economía clásica esta fuertemente influida por las percepciones generales de la
escuela.
Además de la obra de Smith, en la cual unas de sus teorías mas importantes eran la de la
filosofía es naturalista “la ley natural es superior a la ley humana” y que la economía esta
regida por una “mano invisible” en la cual, el estado no debe de intervenir, y que los seres
humanos actúan en su propio interés: el hombre de negocios invierte para obtener
beneficios,3 gracias a algunas de sus aplicaciones a la filosofía social, de John Stuart Mill
(1848).4 Ambas fueron obras de uso generalizado en las cátedras de “economía política” hasta
la introducción de los Principios de economía de Alfred Marshall (1890). Otro texto cuya
importancia no puede ser ignorada es El Capital, de Marx (1867).
Los economistas clásicos intentaron explicar el crecimiento y el desarrollo económico.
Elaboraron sus teorías acerca del “estado progresivo” de las naciones en una época en la que
el capitalismo se encontraba en pleno auge tras salir de una sociedad feudal y en la que
la revolución industrial provocaba enormes cambios sociales.
Los economistas clásicos reorientaron la economía, alejándose del análisis previo que se
centraba en los intereses personales del gobernante y/o las clases gobernantes.
El fisiócrata François Quesnay y Adam Smith, por ejemplo, identificaron la riqueza de la nación
con el producto nacional bruto, en lugar de con la tesorería del rey o del estado. Smith veía
este producto nacional como derivado del trabajo aplicado a la tierra y al capital. Ese producto
nacional se divide “naturalmente” entre trabajadores, terratenientes y capitalistas, en la forma
de salario, renta y beneficios.
La economía clásica fue desplazada en gran parte por escuelas de
pensamiento marginalistas, que derivaban su concepto de valor de la utilidad marginal que los
consumidores encontraron en un bien en lugar del costo de los gastos envueltos en producirlo.
Sin embargo, algunas de las percepciones clásicas fueron incorporadas en la escuela
neoclásica, que se inició en el Reino Unido a partir del trabajo de Alfred Marshall.
Características de la escuela clásica[editar]
Metodología de los clásicos[editar]
La metodología de los clásicos estaba fuertemente influida por los desarrollos científicos
tempranos,5 derivados de Newton y la tradición crítica o analítica trazable a Kant.6
Los clásicos buscaban fundar sus posiciones en el estudio empírico o de la realidad a fin de
formular, generalmente, modelos conceptuales que les permitieran enunciar leyes
naturales relevantes al área de estudio,7 consecuentemente utilizaban extensiva, pero no
exclusivamente, el razonamiento inductivo.8
Lo anterior parece sugerir, en general, una concepción “estática” de las relaciones
económicas, en el sentido que esas se basan o deben a leyes que, al igual que las leyes
físicas, se supone son eternas y universales. Pero eso no se debe interpretar como significado
de que se carezca de cualquier “flexibilidad” o “libertad” en relación a los procesos o
el sistema que implementan esas leyes sino más bien como una sugerencia de que, si las
leyes son conocidas y explotadas dan origen (en las palabras de Smith) a “... planes muy
diversos en la manera general de emplearlo, pero no todos estos planes conducen igualmente
a incrementar el producto. La política de unas naciones ha fomentado extraordinariamente las
actividades económicas rurales, y la de otras: las urbanas. Difícilmente se encontrará una
nación que haya tratado con la misma igualdad e imparcialidad esas distintas actividades.
Desde la caída del Imperio Romano la política de Europa ha favorecido más las artes, las
manufacturas y el comercio (actividades económicas propias de las ciudades) que la
agricultura; actividad económica rural. En el Libro tercero se explican las circunstancias que
dieron origen a esa política, y aconsejaron aplicarla.”. Dado un plan exitoso se obtiene: “La
gran multiplicación de producciones en todas las artes, originadas en la división del trabajo, da
lugar, en una sociedad bien gobernada, a esa opulencia universal que se derrama hasta las
clases inferiores del pueblo. Todo obrero dispone de una cantidad mayor de su propia obra,
en exceso de sus necesidades, y como cualquier otro artesano, se halla en la misma
situación, se encuentra en condiciones de cambiar una gran cantidad de sus propios bienes
por una gran cantidad de los creados por otros; o lo que es lo mismo, por el precio de una
gran cantidad de los suyos. El uno provee al otro de lo que necesita, y recíprocamente, con lo
cual se difunde una general abundancia en todos los rangos de la sociedad.” 9
El asunto de si es posible o no considerar las “leyes económicas” como leyes naturales
permanece en la actualidad (principios de segunda década del siglo XXI, y a partir del análisis
de Alfred Marshall10) debatido.1112
Asunciones generales[editar]
Doctrina del interés propio o Egoísmo psicológico. Los clásicos asumen que la motivación
básica y natural de los individuos es el interés propio. Los productores producen no porque
deseen hacer el bien, sino porque les conviene. Los consumidores compran no porque les
interese el bienestar de los productores, sino porque consideran que lo que compran les es
útil, etc. (ver, por ejemplo: Ética en David Hume ).
Doctrina de la racionalidad de los individuos. La característica principal de los seres
humanos es que son animales racionales. Las personas actúan —o consiguen sus objetivos—
más efectivamente cuando lo hacen de acuerdo a la razón (ver Racionalismo y Empirismo).
(Estas cuatro leyes se pueden ver como justificando el optimismo de muchos clásicos, a
partir de Smith, en el sentido de creer que el progreso conduce a la “opulencia general”,
creencia que sus críticos —por ejemplo, Veblen, Schumacher; etc — llaman “teoría del más
es mejor”- ver también Economía del estado estacionario).
Teoría del valor-trabajo: El valor de un bien o servicio está dado por la cantidad de trabajo
empleado en la producción de ese bien o servicio.
Ley de hierro de los sueldos : los salarios reales tienden “de forma natural” hacia un nivel
mínimo, que corresponde a las necesidades mínimas de subsistencia de los trabajadores.
Cualquier incremento en los salarios por encima de este nivel provoca que las familias
tengan un mayor número de hijos y por tanto un incremento de la población, y el
consiguiente aumento de la competencia por obtener un empleo hará que los salarios se
reduzcan de nuevo a ese mínimo.
Teoría marxista
Marx trata del problema de empleo a partir del análisis del proceso de acumulación capitalista. La
acumulación capitalista genera un proceso de exclusión de mano de obra que tiende a formar una
reserva permanente de personas, a través de una progresiva sustitución de mano de obra por
maquinaria, lo que coincide con las ideas de Ricardo sobre la introducción de nuevas maquinarias.
Ello posibilita frenar la tendencia alcista de los salarios, promotora de una demanda de mano de
obra que creciera al mismo ritmo que la acumulación.
Dicha reserva de mano de obra sirve como reserva en sí misma para los períodos de expansión
capitalista y a la vez como mecanismo de presión para la baja de los salarios. La acumulación
genera un excedente de mano de obra, pero a la vez, precisa de él para continuar la acumulación:
es causa y condición de la acumulación capitalista.
Dice Marx en El Capital: “el incremento del capital lleva consigo el incremento de su parte variable,
es decir, de la parte invertida en fuerza de trabajo. Una parte de la plusvalía invertida en fuerza de
trabajo. Una parte de la plusvalía invertida necesariamente tiene que volver a convertirse en capital
variable o en fondo adicional de trabajo. Si suponemos que, sin alterar las demás circunstancias, la
composición del capital permanece invariable (...) es evidente que la demanda de trabajo y el fondo
de subsistencia de los obreros crecerá en proporción al capital y con la misma rapidez con que
este aumente (...) la acumulación del capital supone, por tanto, un aumento del proletariado.”(Marx,
1973, Pág. 557).
Sobre las consecuencias de este crecimiento constante de la demanda de fuerza de trabajo tiene
sobre los salarios, el autor señala: “como todos los años entran a trabajar más obreros que el año
anterior, llega forzosamente, más temprano que tarde, un momento en que las necesidades de la
acumulación comienzan a exceder la oferta normal de trabajo y en que, por lo tanto, suben los
salarios” (Marx, 1973, Pág. 574)Este tipo de proceso se dio efectivamente, durante los períodos de
gran expansión del capitalismo.
Los salarios tienen una relación inversa con las ganancias de los capitalistas o empresarios, pues
el aumento de los salarios genera una baja de la tasa de ganancias. Esta situación trae como
consecuencia que los empresarios tengan que decidirse entre invertir más o no. Si toma la primera
opción el volumen global de ganancias obtenidas puede compensar la disminución porcentual de la
tasa de ganancia y, la disminución de la inversión capitalista inicia un ciclo descendente de la
economía, un excedente de trabajadores y, finalmente, una baja de los salarios y una recuperación
de la tasa de ganancias.
Propiedad pública
Carlos Marx
Fue el fundador de esta doctrina junto a Federico Engels, cuando hizo una
revisión crítica de la historia del capitalismo y planteó.
Nicolás Bujarin
James P. Cannon
Por muchos años sirvió como el Secretario Nacional del Socialist Workers
Party (SWP), del que fue fundador.
Herman Gorter
Antonio Gramsci
También fue del grupo de los intelectuales del marxismo. Su interés lo llevó
a teorizar en las nociones de: hegemonía, base y superestructura y
también sobre la guerra de posiciones.
Alejandra Kollontai
Vladimir Lenin
Theodor Adorno
Louis Althusser
Max Horkheimer
Ho Chi Minh
Herbert Marcuse
Mao Zedong
Fue un político y filósofo chino que logró adaptar los postulados del
marxismo a la realidad de China, otorgando un papel principal a los
campesinos.
2. Mercancía
3. Explotación
5. Lucha de clases
6. Religión
7. Competencia en la producción capitalista
8. Crisis periódicas del capitalismo
9. Sociedad ideal
10. Planificación económica centralizada
Clase trabajadora o proletariado . Son quienes venden su mano de obra y no son propietarios
de los medios de producción. Crean la riqueza de una sociedad. Un fragmento del
proletariado, que vive en extrema pobreza, es llamado lumpenproletariado.
Burguesía. Son quienes poseen los medios de producción y emplean al proletariado a cambio
de un salario. Parte de la burguesía no necesita trabajar a causa de la riqueza que obtienen
simplemente extrayendo la plusvalía del trabajo del proletariado. Otra parte de la burguesía sí
trabaja, pero es dueña de los medios de producción y se denomina pequeña burguesía
(pequeños propietarios, campesinos terratenientes, comerciantes).
5. Lucha de clases
La lucha entre oprimidos y opresores es un elemento invariable en la historia
de la humanidad. A partir del desarrollo del capitalismo esta lucha se da entre
proletarios y capitalistas.
6. Religión
En el marxismo, la religión es estudiada como una expresión de las
necesidades de un pueblo oprimido y explotado. Marx hace un análisis crítico
de la religión no como una defensa del ateísmo sino para mostrarla como
síntoma de una sociedad que hace necesaria la creación de una religión como
analgésico.
9. Sociedad ideal
En un sentido político, el marxismo propone dar al Estado la función de
satisfacer las necesidades del pueblo trabajador. Por eso se elimina la clase
gobernante y se designa a una clase administradora de la estructura del
estado. Si el estado es un proveedor que satisface las necesidades del pueblo,
la lucha de clases llega a su fin y de esta manera se construye la sociedad
ideal.
Fuente: https://www.caracteristicas.co/marxismo/#ixzz5J7ajS9q9
Qué implica el marxismo?
Los Fundamentos del Marxismo. ... Éste es un principio inherente al verdaderomarxismo, que
implica la democracia y la autoemancipación; así como que la democracia es elemento fundador
indispensable para una nueva sociedad (a la que se denomina socialismo o comunismo).
¿Qué es el pensamiento marxista?
El marxismo es el modelo teórico explicativo de la realidad compuesto principalmente por
el pensamiento desarrollado en la obra de Karl Marx, filósofo, sociólogo y Periodista
revolucionario alemán de origen judío, quien contribuyó en campos como la sociología, la
economía, el derecho, y la historia; así como también ...
¿Qué es ser un marxista?
Comunista es el que actúa en pro de una humanidad sin clases y sin Estados, sin explotación ni
opresión. Marxista es el que comparte en lo fundamental las teorías o la metodología de Marx.
Por ello, para ser marxista hay que haber estudiado en alguna medida la obra de Marx.
¿Qué implica el marxismo?
Los Fundamentos del Marxismo. ... Éste es un principio inherente al verdaderomarxismo, que
implica la democracia y la autoemancipación; así como que la democracia es elemento fundador
indispensable para una nueva sociedad (a la que se denomina socialismo o comunismo).
Entre las ventajas y desventajas del marxismo podemos mencionar las siguientes:
Ventajas
No existe la propiedad privada de los medios de producción.
Busca la distribución equitativa del ingreso.
No genera desempleo.
Busca el bienestar social.
Desventajas
El Estado puede limitar el desarrollo creativo de los trabajadores.
La empresas tienden a migrar de los países con Estados marxistas.
Los empleados pueden estar mal pagados.
El Estado genera su burocracia que produce déficit.
Los dirigentes políticos se convierten en los grupos privilegiados.
Existe poco poder de iniciativa para la innovación.
Consecuencias
Antes de hablar de las consecuencias del marxismo, es importante aclarar que existe una
un proyecto para mejorar el bienestar social que era pertinente y valido para su época y
para las futuras. Por esta razón, se puede afirmar que la tesis marxista trajo como
consecuencia una revisión y análisis de los problemas que generaba el capitalismo en las
naciones y como éste podía afectar significativamente a los pueblos, sobre todo a la clase
trabajadora.
lo que debería ser el futuro para crear una sola clase social que representara la
humanidad, por eso el marxismo se expandió por muchos países, hasta llegar a ser aplicado
en algunos, bajo el sistema comunista. El caso más conocido es el de Rusia en Europa, Cuba
Actualmente, los marxistas y comunistas siguen en la lucha contra la explotación del obrero
poder por décadas generando una burguesía gubernamental (donde solo los gobernantes
tienen acceso a las riquezas y el pueblo se hace cada vez más pobre). Además, por
tener que volver a abrirse al libre mercado para poder mantenerse. Estos son los ejemplos de
los gobiernos como el de Rusa (antes de la Perestroika), China (antes de abrirse al libre
Por otro lado encontramos la teoría keynesiana, que se aplicó durante varias
décadas del siglo XX. Sus seguidores defienden que la existencia de
desempleo se debe a la baja demanda de trabajo por parte de las empresas y
localizan su solución en la intervención del Estado, mediante la aplicación
de políticas fiscales expansivas, lo que conlleva un aumento del gasto
público.
La teoría keynesiana utilizó durante muchos años lo que se conoce como “la
curva de Phillips”, en la que quedaba patente que era posible la realización
de un intercambio entre desempleo e inflación y el “juego” con estas
cantidades.
Desempleo keynesiano
Concepto
I. CONCEPTO
Se dice que una economía presenta paro keynesiano cuando las
empresas, aunque los salarios sean bajos, no contratan trabajadores si
no hay demanda suficiente para su producción.
Este tipo de desempleo se corresponde con el enfoque teórico
keynesiano del funcionamiento del mercado de trabajo, que se
caracteriza porque viene determinado por el de bienes. Esto hace que la
economía pueda estar en equilibrio con desempleo, ya que el desempleo
aparece si hay rigidez en el salario nominal.
Como el desempleo, según este enfoque, viene dado por la escasez de
demanda agregada, las medidas de política económica a emplear son
políticas de demanda expansivas.
II. LA TEORIA KEYNESIANA
La teoría económica keynesiana aborda el análisis del mercado de
trabajo de forma distinta al clásico, donde el equilibrio se alcanza por la
intersección entre la demanda y oferta de trabajo que dependen de una
misma variable.
Los salarios, entonces, no sirven para igualar oferta y demanda de
trabajo, por lo que dejan de funcionar como mecanismo para eliminar el
desempleo.
El enfoque keynesiano se apoya, básicamente, sobre supuestos como
que la producción de bienes y servicios depende de la demanda
agregada, de forma que si ésta es insuficiente, en el corto plazo puede
haber equilibrio en este mercado y paro. Además no hay flexibilidad
salarial que permita volver a la situación de pleno empleo
inmediatamente.
Por tanto, dada la demanda de bienes, las empresas fijan su demanda
de trabajo en función de la productividad del trabajo:
KEYNES Y EL EMPLEO
Resumen: Keynes, al igual que Marx y la escuela ortodoxa (clásica y neoclásica), supone
libre concurrencia en el mercado de productos, pero a diferencia de todos ellos, asume un
mercado de trabajo imperfecto, en el cual los salarios se negocian en términos nominales y
no reales, evidenciando así un desempleo involuntario. Igualmente, Keynes postula una
rigidez en el mercado de capitales que limita la expansión del empleo, no solo en el corto
plazo, sino también en el largo plazo, aun cuando el beneficio sea todavía positivo.
Mientras los clásicos sostenían la idea de precios y salarios flexibles, Keynes señalaba lo
contrario, es decir, rígidos e inflexibles. Para Keynes, la causa del desempleo era la
insuficiente demanda agregada y que el desempleo no se corregía con una reducción de
salarios, sino con una mayor demanda. Este fue su postulado básico para explicar el
empleo.
El formador de la corriente
El iniciador de esta corriente de pensamiento económico es el inglés John Maynard Keynes (1883-
1946), cuyas ideas, plasmadas en su obra inmortal “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el
Dinero” (1936) han venido a tener una gran influencia en el diseño e instrumentación de políticas
económicas.
Nace un 5 de junio de 1883 en Cambridge, Inglaterra y muere en el mismo país, en Tilton, Sussex,
en 1946. En 1902 ingresa en el King´s College donde se forma en el campo de las matemáticas, la
filosofía y la lógica. Estudia en la Universidad de Cambridge, donde su padre, también economista,
fue profesor. Su entrada al mundo de la economía se da por dos vías, la académica y la
profesional, ya que inicia el aprendizaje de la ciencia económica bajo la tutela de Alfred Marshall y
Pigou y adicionalmente ingresa en el Servicio Civil, como funcionario de la Oficina de la India
(González, 2012).
El nacimiento de Keynes, fue “diez años después de la muerte de Mill y siete años antes de que
Alfred Marshall publicase sus Principios de economía” (Ekelund & Hébert, 2008, pág. 545).
Coincidentemente también es el hecho de que nace el mismo año en que muere Carlos Marx
(1883).
Keynes fue un asesor sin remuneración, y sin cartera, durante el periodo de 1940-1946, de los
ministros de Hacienda de la Gran Bretaña, Kingsle y Wood, John Anderson y Hugh Dalton,
elaborando sobre todo presupuestos de tiempos de guerra (Chandavarkar, 2001).
Desde que egresó de la universidad y hasta su muerte, se mantuvo en constante actividad, como
economista, como pensador, como escritor, como maestro, como funcionario público y como
estadista (Roll, 1978).
En su obra sobre la teoría general de la ocupación aporta interpretaciones y herramientas para
combatir el desempleo, a la vez que con ella nace la macroeconomía.
Keynes logra integrar la teoría monetaria a la macroeconomía, la que a su vez se integra por su
visión de dos grandes agregados: consumo e inversión.
Fue tal la importancia de la teoría keynesiana, que “durante décadas, especialmente, en los años
cincuenta y sesenta, el pensamiento keynesiano, que ponía el énfasis en la política fiscal, dominó
la política económica de los Estados Unidos y de muchas otras naciones occidentales” (Ekelund &
Hébert, 2008, pág. 543). “No ha habido gobierno que haya ignorado sus argumentaciones, sea
para aceptarlas o sea para rechazarlas, ni economista que haya ignorado su pensamiento”
(Herrerías, 2000, pág. 281).
La Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado, vino a acabar con la concepción
económica de los economistas anteriores, los clásicos y neoclásicos, ya que nunca vislumbraron ni
en sus peores escenarios un fuerte desequilibrio del sistema económico, acompañado con
importantísimos volúmenes de desempleados.
El economista más creativo e influyente del siglo pasado, fue sin lugar a dudas Keynes
(Chandavarkar, 2001), al igual que en el siglo XIX, lo fue Carlos Marx y en el XVIII, Adam Smith.
Comienza en su obra “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, haciendo una crítica
a los postulados básicos de la economía clásica1 , según la cual el salario era igual al producto
marginal del trabajo; y la utilidad del salario, cuando se usaba determinado volumen de trabajo, era
igual a la desutilidad marginal de ese mismo volumen de ocupación.
Keynes inicia su obra de esta manera debido a que las escuelas clásica y neoclásica, es decir,
desde Smith hasta Pigou, señalaban que el sistema económico tiende siempre, de manera
automática y espontanea hacia el pleno empleo. Esta afirmación la basaban en tres puntos básicos
(Clement & Pool, 1972):
- Aseguraban que debido a que la oferta crea su propia demanda (Ley de Say), la ocupación
plena estaba dada, al presuponerse que todo el dinero se gastaba.
- En el caso de que todo el dinero no se gastara, sino que parte se ahorrara, los ajustes
automáticos de las tasas de interés provocarían que el dinero regresara a la circulación como
inversión, por lo que se continuaría gastando el dinero, provocando con ello el pleno empleo.
- En cuanto a las etapas de depresión de la economía, suponían que los trabajadores aceptarían
salarios con niveles deprimidos, con lo cual el empleo aumentaría. Sin embargo, la Gran Depresión
de 1930 vino a refutar en la práctica este supuesto.
Los clásicos suponían una economía de pleno empleo de todos los factores de la producción, por
lo que el desempleo solamente era momentáneo, ya que la tendencia era la de alcanzar en el corto
plazo el equilibrio.
La economía clásica mantenía el supuesto implícito de que el sistema económico tendía
espontáneamente hacia una situación de ocupación plena de los recursos de que disponía (Roll,
1978), con lo cual no habría desempleo.
Uno de los pilares de la economía clásica, era la conocida “Ley de Say”, que en esencia señalaba
que la oferta creaba su propia demanda. En este contexto, nunca habría problemas derivados de la
sobreproducción, ya que bajo este supuesto, los recursos disponibles siempre iban a estar
plenamente ocupados.
La ruptura fundamental de Keynes con los clásicos, se produce precisamente con relación a la Ley
de Say, que suponía, que al menos en el largo plazo, el desempleo no era posible (Ekelund &
Hébert, 2008).
Para Keynes, la Ley de Say no era cierta, debido a que el equilibrio entre ahorro e inversión, no era
tan simple como lo señalaban los economistas clásicos, ya que ambas variables venían
determinadas por una multitud de factores, además de la tasa de interés y no existía garantía
alguna, de que fuesen iguales en un nivel de actividad que produjese el pleno empleo. De manera
adicional, las rigideces de la economía, expresadas por ejemplo, a través de monopolios y
sindicatos, podían ser el obstáculo que impediría un ajuste de la economía al pleno empleo.
(Ekelund & Hébert, 2008).
Los clásicos señalaban que había un equilibrio automático en la economía, entre la oferta y
demanda, al igualarse vía el precio. Por lo que debido a este equilibrio, no había posibilidades de
desempleo, debido a que el salario (precio) permitía el equilibrio en el mercado de trabajo. En caso
de presentarse una situación de desempleo, los salarios bajarían, volviéndose a equilibrar oferta y
demanda de mano de obra.
“Es importante recordar que de acuerdo a Say, bajo los supuestos de competencia perfecta, de
libre mercado, era imposible la existencia de una crisis general, ya que de manera automática el
sistema económico tiende al equilibrio entre la oferta y la demanda, por lo que el traslado de este
principio a los mercados laborales, llevaría al sistema a una situación permanente de pleno
empleo, debido a que ante la presencia de desempleo, los salarios se ajustarían a la baja, con lo
que nuevamente se tendería al pleno empleo” (Ruiz, 2012b, págs. 4-5).
Mientras los clásicos sostenían la idea de precios y salarios flexibles, Keynes señalaba lo contrario,
es decir, rígidos e inflexibles.
De acuerdo a la visión clásica la oferta de trabajo estaba determinada por la elección de ocio-
trabajo, mientras que los keynesianos señalaban que dependía de la ilusión monetaria por parte de
los trabajadores, dependiendo del salario nominal y no del real.
“Ahora bien, la experiencia diaria nos dice, sin lugar a duda, que, lejos de ser una mera posibilidad
aquella situación en que los trabajadores estipulan (dentro de ciertos límites) un salario nominal y
no real, es el caso normal. Si bien, los trabajadores suelen resistirse a una reducción de su salario
nominal, no acostumbran abandonar el trabajo cuando suben los precios de las mercancías para
asalariados. Se dice algunas veces que sería ilógico por parte de la mano de obra asistir a una
rebaja del salario nominal y no a otra del salario real” (Keynes, 1974, pág. 20).
Los clásicos consideraban el dinero como medio de cambio y Keynes como depósito de valor, por
lo que podía generar riqueza. Con ello introduce el término de liquidez, con el que explica que las
personas, en situaciones de incertidumbre, prefieren la liquidez en lugar de invertir el dinero, con lo
cual de destruía la teoría de que la oferta creaba su propia demanda
Para la postura clásica no existe un nivel de producto menor que el producto potencial, debido a
que quienes no trabajan, no lo hacen porque simplemente no están dispuestos, por alguna razón a
trabajar, mientras que para los keynesianos es importante analizar cuál sería el nivel del producto
potencial, si quienes desean trabajar pudieran hacerlo.
Los supuestos de la economía clásica descansaban, como ya se ha señalado, en el pleno empleo
de todos los factores de la producción, por lo que solo podría haber desequilibrios de corto plazo
debido sobre todo a la intervención gubernamental, o a fuerzas como los monopolios que impedían
la libre concurrencia de la oferta y la demanda y con ello la competencia.
Keynes criticó a la economía clásica, ya que señalaba que el mundo que había construido, no era
en el que se vivía realmente, a partir de lo cual introduce su gran innovación, el concepto de
incertidumbre, que desplaza al de riesgo, lo que explica por qué las personas mantienen ahorro en
forma líquida, debido a que la inversión es inestable. La incertidumbre explicaba la forma en que se
producían las recesiones y su probable larga duración (Skidelsky, 2009).
Keynes consideraba que el instrumental aportado por los clásicos y neoclásicos era insuficiente
para explicar los graves problemas por los que atravesaba la economía mundial y en especial la de
Estados Unidos.
Importancia de la Demanda Agregada
Las referencias que hace Keynes, tienen que ver con la demanda total de la economía y con la
oferta (capacidad de producción), a partir de lo cual, cuando la demanda efectiva se encuentra por
debajo de la oferta, provoca desempleo, que puede llevar a la depresión económica. En el caso
contrario de que esté por arriba de la oferta, provocaría inflación.
La oferta agregada la definió como el valor total de los bienes y servicios producidos, teniendo una
fuerte dependencia de la tecnología y de los precios, pudiendo ser representada gráficamente por
una línea de 45º (gráfica 1), debido al supuesto de que la demanda de bienes, es igual a su oferta.
Los keynesianos señalan que las variaciones del producto pueden deberse a la forma en que son
utilizados los factores de la producción, por lo que puede haber una subutilización; y en virtud de
que en el corto plazo, la oferta es constante, entonces las modificaciones o el impulso debe venir
por parte de la demanda agregada.
Para Keynes, la causa del desempleo era la insuficiente demanda agregada, señalando que el
desempleo no se corregía con una reducción de salarios, sino con una mayor demanda. Este fue
su postulado básico para explicar el empleo.
Los principales componentes de la demanda agregada, de acuerdo a los fundamentos
keynesianos, son el consumo y la inversión. Cuando una persona ahorra en lugar de consumir,
provoca una menor demanda, por lo que ello generará desempleo al no gastarse todo el ingreso en
la misma forma en que se incrementa.
El consumo depende de aspectos psicológicos enmarcados en la propensión al consumo, y del
ingreso o renta. A su vez la inversión va a depender de la tasa de interés (que depende a su vez de
la preferencia por la liquidez y de la masa monetaria) y de la eficiencia marginal del capital (que
depende de la previsión de beneficios y del costo de reposición de los bienes de capital).
Siendo tal vez demasiado esquemáticos, se puede decir que la ocupación está determinada por el
monto de las inversiones y la propensión a consumir. La tasa de interés y la eficiencia marginal de
capital determinan a su vez el nivel de inversiones. La tasa de interés está condicionada por el
volumen de dinero, lo cual es consecuencia del tipo de política monetaria que se decida y de la
preferencia de liquidez de los agentes económicos.
La propensión marginal a consumir se refiere a la relación que existe entre el incremento del
ingreso y el incremento del consumo o igualmente se puede explicar cómo el cociente entre una
variación relativa del consumo y una variación relativa del ingreso o renta.
El desempleo se originaba debido a que en una etapa de recesión, hay una sensible disminución
de demanda, con lo que la producción disminuye y por ende, el empleo. La demanda insuficiente
tiene su origen a su vez en una inversión insuficiente y en la caída de la propensión marginal a
consumir, por lo que bajo este supuesto, incrementando la inversión, se incrementará la producción
y la demanda de mano de obra.
Si al consumo que considerábamos en la gráfica 1, se le agrega la inversión, habrá un
desplazamiento de la demanda agregada hacia la izquierda, lo que provocará mayor demanda,
mayor producción o ingreso y por lo tanto, mayores niveles de empleo.
De acuerdo a Keynes, en un sistema capitalista es insuficiente la demanda debido a tres razones
básicas (Herrerías, 2000):
Según Keynes, los precios y salarios son inflexibles, por lo que si la demanda agregada muestra un
nivel bajo, no habrá incentivos para producir, lo que afectará a los niveles de empleo, debido a que
la producción disminuirá; y al estar ausente el mecanismo auto regulador que señalaban los
clásicos, la crisis podría ser de largo plazo.
La demanda insuficiente se debía a que en el momento en que los ingresos de las personas se
incrementaban, estos no se destinaban al consumo de manera total (propensión a consumir),
debido a que una parte la ahorraban y no lo invertían, por lo cual no se generaba demanda,
llevando a una situación de desequilibrio y de desempleo.
Keynes mantuvo la idea de que no sólo los mercados no se autocorregían, sino que en una crisis
profunda, la política monetaria probablemente resultara ineficiente, por lo que se necesitaría del
auxilio de la política fiscal (Stiglitz, 2009), por lo que debido a que no existía ésta auto regulación,
quien debería impulsar a la economía debería ser el Estado, mediante el gasto público.
En lo referente a la demanda efectiva, Keynes afirma que la demanda de mano de obra solo puede
incrementarse cuando exista un aumento de bienes y servicios, que puede darse por un aumento
en las inversiones o por un decremento de la capacidad instalada ociosa, siempre y cuando se
tenga una oferta flexible. Es decir, el aumento de la demanda de bienes y servicios, provocará un
aumento de la demanda de mano de obra y contrariamente la insuficiencia de la demanda efectiva
provocará desocupación. Esta insuficiencia se debe en principio, al ahorro.
Igualmente, Keynes postula una rigidez en el mercado de capitales que limita la expansión del
empleo, no solo en el corto plazo, aun cuando el beneficio sea todavía positivo. Este límite inferior
de la tasa de ganancia, dado por la tasa de interés, refleja la utilidad marginal constante del dinero
como unidad de valor y medio de pago.
Puesto que en periodos recesivos, el equilibrio ahorro-inversión, no puede lograrse con
disminuciones de la tasa de interés por debajo de la utilidad marginal del dinero, éste se establece
por debajo del pleno empleo a una determinada tasa negociada de salarios nominales.
Una expansión de la demanda y del empleo “ceteris paribus”, incrementa el costo marginal por el
rendimiento decreciente de la mano de obra, pero abate el costo promedio. Keynes supone que
una expansión de la demanda producirá un aumento de precios igual solo al decremento en la
productividad marginal del trabajo (por ejemplo un mercado de productos con libre concurrencia),
por lo que un aumento en el empleo en el corto plazo llevará a una reducción en la tasa real de
salarios y a un aumento en la tasa de ganancia.
Contrariamente, si a una tasa negociada de salarios la demanda disminuye, el costo marginal y los
precios bajan, los salarios reales suben y la tasa de ganancia disminuye.
De aquí se asume, que una política de empleo basada en una reducción en la tasa de salarios
nominales, al reducir la demanda efectiva, tenderá a incrementar los salarios reales y a deprimir
paradójicamente, la tasa de ganancia.
Una reducción en los salarios nominales al incrementar el ahorro proveniente de los ingresos de
capital, no reducirá la tasa de interés por debajo del mínimo correspondiente a la utilidad marginal
del dinero. La reducción en la demanda de mano de obra, por lo tanto, tampoco conduciría a un
incremento compensatorio en la demanda de inversión, a través del mecanismo de la tasa de
interés, una vez que esta hubiera llegado a su límite mínimo.
En condiciones de depresión, por lo tanto, una política de crecimiento y empleo, imprimirá
estímulos al gasto y no al ahorro.
La teoría keynesiana nos dice que si al consumo le agregamos las inversiones y los gastos del
gobierno, y esto equivale a un nivel de ingreso nacional que sea compatible con la utilización total
de todos los recursos con que cuenta una economía, se alcanzará el pleno empleo. El problema es
que Keynes no nos señaló como mantener ese pleno empleo en el largo plazo, ya que como él
mismo señalaba, que en el largo plazo, todos estaríamos muertos.
Vale la pena recordar que para Keynes el gasto tiene un efecto multiplicador, que hace referencia a
la proporción del incremento en el ingreso, debido al incremento de una nueva inversión.
A diferencia de los clásicos, que veían un equilibrio entre la oferta y demanda, Keynes señalaba
que la demanda efectiva podía ser igual, superior o inferior a la oferta, o capacidad productiva de
un país.
Mientras que la curva de la oferta agregada manifestara en el corto plazo una pendiente positiva, la
demanda agregada registraría una pendiente negativa, por lo que a mayor demanda agregada, la
oferta también se incrementaría, con mayores niveles de precios y de empleo.
Keynes señala que en equilibrio, el volumen de ocupación depende de la función de la oferta
global, de la propensión a consumir y del volumen de inversión, siendo esta la esencia de la teoría
general de la ocupación (Keynes, 1974, pág. 36).
En una economía abierta se debe agregar a la demanda agregada, las exportaciones netas
(exportaciones menos importaciones), con lo que se tendría la ecuación de DA=C+I+G+E-I.
Desempleo involuntario
Keynes, al igual que Marx y la escuela ortodoxa (clásica y neoclásica), supone libre concurrencia
en el mercado de productos (Ruiz 2012ª), pero a diferencia de todos ellos, asume un mercado de
trabajo imperfecto, en el cual los salarios se negocian en términos nominales y no reales,
evidenciando así un desempleo involuntario.
Mientras que para los clásicos el desempleo era voluntario, para Keynes, este es involuntario,
debido a que está compuesto por personas que están dispuestas a trabajar al salario vigente, pero
no encuentran donde laborar. Este es el punto de partida de la diferencia entre clásicos y
keynesianos, es decir, el desempleo voluntario y el involuntario.
Con la visión clásica del desempleo voluntario, con una disminución de los salarios nominales,
desaparecería. Con Keynes el desempleo no es voluntario, ni transitorio, por lo que puede ser de
larga duración, dependiendo del comportamiento de la demanda agregada, ya que el origen del
desempleo está en el mercado de bienes y no en el mercado de trabajo.
Respecto al desempleo involuntario, Keynes lo define de la siguiente manera:
“Los hombres se encuentran involuntariamente sin empleo, cuando, en el caso de que se produzca
una pequeña alza en el precio de los artículos para asalariados, en relación con el salario nominal,
tanto la oferta total de mano de obra dispuesta a trabajar por el salario nominal corriente como la
demanda total de la misma a dicho salario son mayores que el volumen de ocupación existente”
(Keynes, 1974, pág. 25).
En la gráfica 4 se puede observar que existe un volumen de trabajadores (T2-T0) que desean
laborar con el nivel de salario vigente (So), pero por el lado de la oferta, no existen unidades
productivas que les puedan ofrecer esas plazas laborales.
“Para Keynes, la disminución de la desocupación no se produce en forma tan automática; de un
lado porque hay desocupación involuntaria, incluso en una situación de equilibrio; del otro, porque
hay rigideces en los salarios reales ante variaciones en los nominales y finalmente, porque el
volumen de ocupación influye sobre el nivel de demanda efectiva” (Sunkel & Paz, 1975, pág.
236).
Con las medidas keynesianas se logra combatir el desempleo cíclico o el voluntario, pero no el
estructural, ya que este se da sobre todo por problemas de mano de obra calificada.
Keynes señaló que para que la economía funcionara eficientemente, debería haber una mayor
participación del gobierno, a través de la política fiscal, la crediticia y la presupuestal, para con ello
estimular el gasto privado, recomendando en etapas de recesión, el incremento del gasto público,
debido a lo cual, el gobierno no debía temer al desequilibrio presupuestal, ya que ello llevaba a
generar demanda agregada, evitando el desempleo (Herrerías, 2000).
Cuando se quiere alcanzar un mayor nivel de empleo se podrá instrumentar una política económica
tendiente a combinar el gasto, el endeudamiento público interno y la tributación. El combinar el
endeudamiento con el gasto no provoca una alteración de la propensión al consumo, sino que
transfiere ahorros al estado para que este los destine a la inversión, incrementándola.
El incremento en la demanda se puede estimular a través de la política monetaria y de la política
fiscal. Mediante la política monetaria se puede incrementar la masa monetaria y disminuir la tasa
de interés y mediante la política fiscal, se puede incrementar el gasto público y disminuir los
impuestos.
Ante una economía global que se encuentra en recesión, Keynes vuelve a estar de moda, debido a
que los paquetes de medidas de estímulo, están jugando un papel muy importante en la
elaboración de la política económica (Skidelsky, 2009).
La Economía Neoclásica
Ellos son Carl Menger, que trabajó en Austria, Stanley Jevons, que trabajó en Inglaterra, y
Léon Walras, que trabajó en Francia. Un gran contribuyente a la economía
neoclásica fue Alfred Marshall, que elaboró una elaborada síntesis y excelente
representación del pensamiento de estos autores.
¿Qué es la escuela neoclásica?
La economía neoclásica es una escuela de pensamiento económico que se basa en la idea de que
el valor de los bienes es una función de la utilidad o satisfacción que le asignan los consumidores.
La escuela neoclásica surge en la década de 1870.8 ene. 2017
¿Qué es la teoría neoclásica?
La teoría neoclásica es una teoría de acción, que se define generalmente como microeconomía.
Concretamente apunta a cuestiones fundamentales, tales como la asignación de los recursos
escasos y su utilización bajo formas alternativas.
¿Qué es el modelo neoclásico?
El modelo neoclásico de crecimiento utiliza una función de producción donde el factor es el capital
por unidad de trabajo. El producto viene también medido en términos de trabajo. De acuerdo con
los neoclásicos este trabajo se consideraba “unidades de eficiencia”.
Teorías
económica
s
La teoría neoclásica
TEORÍA NEOCLÁSICA
Es una continuación de la teoría clásica, aparece durante la gran depresión económica y la
segunda guerra mundial, su enfoque se centró en lo formal, tratando de encontrar la eficiencia y
complementándola con las técnicas de sus precursores, la segunda guerra mundial, la expansión
económica y la evolución en el ámbito tecnológico se demostraron en los siguientes cambios:
· Mayor automatización en los procesos productivos.
· Menor utilización de la mano de obra en trabajos de producción, transporte y carga.
· Mayor cantidad de miembros por el crecimiento de las horas.
· Mayor cantidad de objetivos a alcanzar en la organización.
Para los neoclásicos, la administración consiste en orientar, dirigir y controlar los esfuerzos de un
grupo de individuos para lograr un fin común con un mínimo de recursos y de esfuerzos y con la
menor interferencia, con otras actividades útiles.
CARACTERISTICAS PRINCIPALES
Énfasis en la práctica de la administración:
Los neoclásicos pretenden colocar las cosas en su debido lugar. Por lo tanto, retoman gran
parte del material desarrollado por la teoría clásica, precisando nuevas dimensiones y
reestructurándolo de acuerdo con las contingencias de la época actual, dándole una configuración
más amplia y flexible.
Toda organización existe, no para sí misma, sino para alcanzar objetivos y producir resultados.
Es en función de los objetivos y resultados que la organización debe estar enfocada, estructurada y
orientada.
Los objetivos son valores visualizados o resultados deseados por la organización, la
organización espera alcanzarlos a través de su operación eficiente.
Eclecticismo: