Derecho Civil VII Illanes
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Alejandra Illanes
DERECHO CIVIL VII
Es un modo derivativo, pues el derecho deriva del antecesor jurídico, lo que tiene
importancia para la adquisición y prueba del dominio, ya que nadie puede transmitir más
derechos de los que tiene. Además, es mortis causa, pues el hecho del cual depende la
sucesión por causa de muerte, es precisamente la muerte.
Heredero universal: “es aquel que está llamado a suceder al causante sin
designación de cuota, puede haber uno o más herederos universales”.
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Los legatarios no son continuadores legales del causante, no tiene más derechos y
obligaciones que los que estrictamente se le impongan. Tiene una posición jurídica
totalmente distinta del heredero. Es importante establecer que lo que el heredero adquiere
por sucesión por causa de muerte es una herencia, su naturaleza es un derecho real, en
tanto que lo que adquiere el legatario es un legado, su naturaleza dependerá de si es un
legatario de especie o cuerpo cierto, pues aquí hay un derecho real, mientras que adquiere
un derecho personal en el caso de que sea un legatario de género.
La figura del derecho real de herencia, está en relación con el dominio, es la ante
sala del dominio, pero el límite del paso entre uno u otro es difícil de definir. Es universal,
es importante la acción de petición de herencia la que depende de la naturaleza del
conflicto.
Sucesión por causa de muerte como modo de adquirir (art. 588, CC)
El estatuto principal está en el Libro III del CC. Resulta cuestionable que en este
libro se regule la sucesión por causa de muerte y las donaciones entre vivos, pues este
último es un contrato. Pero se puede justificar, pues ambas importan una adquisición a
título gratuito.
Pese a ser un libro destinado a regular la sucesión por causa de muerte, no existe
una definición legal de lo que ésta es, esto a diferencia de los restantes modos de adquirir.
Solo se encuentran definiciones doctrinales formuladas principalmente a partir del art. 951
del CC. Sobre la base de esta disposición que identifica los tipos de asignaciones, la
doctrina define la sucesión por causa de muerte, como “el modo de adquirir el patrimonio
de una persona difunta – esto es, el conjunto de sus bienes, derechos y obligaciones
transmisibles – de una cuota de él, de especies o cuerpos ciertos o de cosas indeterminadas
pertenecientes a un cierto género”. La sucesión por causa de muerte, es un modo de
adquirir que sirve para la adquisición de distintas clases de derechos:
Por la vía de la sucesión por causa de muerte, también pueden adquirirse cosas
singulares, en términos del art. 951 se habla de una asignación a título singular, o sea,
hablamos de una asignación que tiene por objeto una o más cosas determinadas, sea en
forma genérica o específica. A la asignación a título singular, la denominamos legado,
pudiendo ser de especie o cuerpo cierto, en cuyo caso se adquiere por el legatario
directamente el dominio o bien ser de un determinado género siendo lo que se adquiere
un derecho personal o crédito.
1. Derivativo: el derecho no nace en los asignatarios, sino que deriva del causante, lo
que trae como consecuencia que la extensión y límite de los derechos que se
adquieren por la sucesión por causa de muerte viene determinado por los derechos
del causante. Esto importa en materia de prueba, siendo la forma normal de probar
el dominio, tratándose de la sucesión por causa de muerte, el recurrir a la figura de
la prescripción adquisitiva.
2. Por causa de muerte: el hecho que hace operar este modo de adquirir es,
precisamente, la muerte del causante, sea real o presunta.
3. Puede operar a título universal o singular: esto se vincula directamente con el art.
951.
4. A título gratuito: no supone de parte del asignatario una contraprestación
pecuniaria para adquirir por esta vía.
El art. 953 del CC se llaman asignaciones por causa de muerte las que hace la ley
o el testamento de una persona difunta para suceder en sus bienes. Con la palabra
asignación se significan las asignaciones por causa de muerte, ya las haga el hombre o la
ley. Asignatario es la persona a quien se hace la asignación.
El art. 954 señala que las asignaciones a título universal se llaman herencias y el
asignatario de la herencia se llama heredero. Las asignaciones a título singular se
denominan legados y su asignatario se denomina legatario.
Teniendo presente lo que dispone el art. 951, podemos decir que el heredero o
asignatario a título universal, es “aquel llamado a suceder al causante en todos sus bienes,
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Heredero universal
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Heredero de cuota
Heredero de remanente
Esta clasificación tiene importancia para los efectos de la aplicación de la figura del
derecho de acrecimiento. El derecho de acrecer consiste en el derecho de aumentar la
porción que se posee sumando la cuota del asignatario que falta. Los herederos de cuota
no tienen derecho a acrecer, salvo dentro de los asignatarios llamados dentro de una
misma cuota.
Hay que tener presente que las dos importantes categorías de herederos son las de
heredero universal y de cuota, la importancia de la distinción es para efectos de aplicar el
derecho de acrecimiento, derecho que tienen los herederos universales pero no los de
cuota, salvo que se trate de herederos de una misma cuota.
1. Apertura
2. Delación
3. Aceptación de la herencia
1) Apertura de la sucesión
herederos para tomar posesión de los bienes hereditarios y se los trasmite en propiedad”.
Otra que no dice mucho, señala que es “el momento en el cual se inicia la transmisión del
patrimonio del causante a sus asignatarios”.
- ¿Lugar en que se produce?: el art. 955 señala que la sucesión se abre en el último
domicilio del causante. Esta regla importa porque esto va a determinar, en el caso
de la sucesión testada, la competencia del tribunal para conocer de la posesión
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Se refiere a la delación de las asignaciones el art. 956 del CC, conforme al cual la
delación de la asignación es el “actual llamamiento que hace la ley a aceptarla o
repudiarla”, la regla general es que la delación se produce al momento de la muerte. El art.
956 señala que la herencia o legado se defiere al heredero o legatario al momento de
fallecer la persona de cuya sucesión se trata, la excepción es para el caso del asignatario
llamado condicionalmente, esta excepción tiene una contraexcepción, esto es, si la
condición es de no hacer algo que dependa de la sola voluntad del asignatario, en cuyo
caso la asignación se defiere en el momento de la muerte dando el asignatario caución
suficiente de que si no se cumple con la condición se restituirá lo asignado.
Art. 956, CC: “La delación de una asignación es el actual llamamiento de la ley a aceptarla o
repudiarla.
Salvo si la condición es de no hacer algo que dependa de la sola voluntad del asignatario,
pues en este caso la asignación se defiere en el momento de la muerte del testador, dándose
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por el asignatario caución suficiente de restituir la cosa asignada con sus accesiones y frutos,
en caso de contravenirse a la condición.
Lo cual, sin embargo, no tendrá lugar cuando el testador hubiere dispuesto que mientras
penda la condición de no hacer algo, pertenezca a otro asignatario la cosa asignada”.
El derecho de transmisión está regulado en el art. 957 del CC. Para poder ejercer
el derecho de opción, previamente los herederos deben aceptar la herencia de su
transmisión. El beneficiario puede aceptar lo que le corresponde por derecho propio y
repudiar su derecho de opción, pero no puede repudiar lo que le corresponde por derecho
propio y aceptar su derecho de opción. Según se aprecia de la lectura del art. 957, no hay
una definición del derecho de transmisión, por lo que la doctrina lo define como “un
mecanismo de sucesión indirecta, en virtud del cual los herederos de un asignatario que ha
fallecido, cuyos derechos en la sucesión no han prescrito adquieren el derecho de aceptar o
repudiar la asignación que le ha sido deferida en la sucesión del primer causante”.
herederos. ¿Puede transferir su derecho a opción vía legado? La lógica indica que no, pues
da a entender que la aceptó.
Esta materia se encuentra regulada en el Título VII del Libro III, en los arts. 1222 y
Ss. del CC. Se define la aceptación como “el acto jurídico unilateral mediante el cual el
heredero o legatario manifiesta su voluntad de asumir la calidad de tal, con los derechos y
las obligaciones que ello conlleva”, en tanto que la repudiación se define como “el acto
jurídico unilateral mediante el cual el sujeto llamado a suceder, rechaza la calidad de
heredero o legatario y con ello los derechos y las obligaciones que le hubieren correspondido
en tal carácter”.
Como regla general, todo asignatario es libre para aceptar o repudiar una
asignación. Dice el art. 1225 del CC que “todo asignatario puede aceptar o repudiar
libremente”, pero esta regla tiene excepciones:
- Incapaces
Art. 1225 inc. II, CC: “exceptúense las personas que no tuvieren la libre
administración de sus bienes, las cuales no pudieren aceptar o repudiar sino
por medio o con el consentimiento de sus representantes legales”.
Art. 1250, CC: establece que en el caso de las herencias deferidas a personas
incapaces, debe siempre además hacerse con beneficio de inventario, pero
si el representante legal no acepta la herencia con beneficio de inventario,
el representado no será obligado por las deudas y cargas de la sucesión,
sino hasta la concurrencia de lo que existiere de la herencia al tiempo de la
demanda o se probare haberse empleado efectivamente en beneficio de
ella.
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Art. 1236, CC: “los que no tienen la libre administración de sus bienes no
pueden repudiar una asignación a título universal o una asignación de
bienes raíces o de bienes muebles que valgan más de un centavo, sin
autorización judicial con conocimiento de causa”.
- Mujer casada en sociedad conyugal: el art. 1225 inciso final, dispone que “el
marido requerirá el consentimiento de la mujer casada en sociedad conyugal para
aceptar o repudiar una asignación deferida a ella”. La forma de prestar el
consentimiento se remite al art. 1749 del CC. Pese a esto, en la práctica no hay
impedimento para la mujer casada en sociedad conyugal para pedir la posesión
efectiva de los causantes, sin embargo, al ser incorporados dichos bienes al
patrimonio propio de la mujer, éstos son administrados y dispuestos con la
comparecencia del marido, con autorización de la mujer.
- Substracción de efectos pertenecientes a la sucesión: el art. 1231 es una
excepción a la libertad para aceptar las herencias, ya que dispone que “el heredero
que ha sustraído efectos pertenecientes a una sucesión, pierde la facultad de repudiar
la herencia y pierde su derecho sobre dichos objetos substraídos”, el legatario debe
hacer una restitución doblada.
Aquí hay que precisar desde cuándo y hasta cuándo se puede manifestar la
voluntad:
a) Expresa: el art. 1241 dispone que “La aceptación de una herencia puede ser
expresa o tácita. Es expresa cuando se toma el título de heredero”, agrega el
art. 1242 que “Se entiende que alguien toma el título de heredero, cuando lo
hace en escritura pública o privada, obligándose como tal heredero, o en un
acto de tramitación judicial”.
b) Tácita: el art. 1241 dispone que la manifestación de voluntad “es tácita
cuando el heredero ejecuta un acto que supone necesariamente su intención
de aceptar, y que no hubiera tenido derecho de ejecutar, sino en su calidad de
heredero”, agrega el art. 1243 que “Los actos puramente conservativos, los de
inspección y administración provisoria urgente, no son actos que suponen por
sí solos la aceptación”. Finalmente, el art. 1244 dispone que “La enajenación
de cualquier efecto hereditario, aun para objetos de administración urgente,
es un acto de heredero, si no ha sido autorizada por el juez a petición del
heredero, protestando éste que no es su ánimo obligarse en calidad de tal”.
- Es un acto jurídico puro y simple, el art. 1227 señala que no se puede aceptar o
repudiar condicionalmente ni hasta o desde cierto día.
- Es indivisible, no se puede aceptar una parte y repudiar el resto. Hay dos
situaciones especiales:
- Es irrevocable (arts. 1234 inc. I y 1237, CC), una vez que el asignatario manifiesta su
voluntad y acepta, no podría revocar su decisión, pero sí podría solicitar la
declaración de nulidad fundado en un vicio en la manifestación de voluntad, tal
como fuerza, dolo o lesión grave. El legislador señala que se entiende por lesión
grave la que disminuye el valor total de la asignación en más de la mitad. En el art.
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El art. 1239 señala que los efectos de la aceptación o repudiación de una herencia
se retrotraen al momento en que ésta ha sido deferida. Este efecto retroactivo es aplicable
a la herencia y a los legados de especie o cuerpo cierto, sin embargo, no se aplica al
legatario de género, quien adquiere solo un derecho personal o crédito que ha de ejercer
en contra del asignatario a quien se le haya impuesto la carga de pagar el legado, o en su
defecto, en contra de los herederos en calidad de continuadores legales de la persona del
causante.
Luego, está el beneficio de inventario, entendido a partir del art. 1247 como
“aquel que limita la responsabilidad de los herederos por las deudas hereditarias y
testamentarias al valor de los bienes que reciben a título de herencia”. El legislador se refiere
a esta figura en los arts. 1247 y Ss. del CC, pero además hay que tener presentes las
disposiciones de la ley Nº 19.903 que regula la posesión efectiva de herencias intestadas
abiertas en Chile, que son aquellas tramitadas ante el Registro Civil, las que contienen
disposiciones bastante más simples para efectos de impetrar este beneficio.
Se trata de una figura muy importante, dado que la responsabilidad que tienen los
herederos en cuanto continuadores legales de la persona del causante es, en principio,
ilimitada, responden ilimitadamente por las deudas hereditarias y testamentarias del
causante, de ahí que el legislador les permita impetrar este beneficio. ¿Por qué esto no
existe respecto de los legatarios? Porque éstos tienen limitada legalmente su
responsabilidad, además, en principio, son irresponsables y las hipótesis en que
extraordinariamente deben responder, es hasta la concurrencia de su asignación. Distinto
es el caso de los herederos que, en su condición de continuadores legales del causante
tienen una responsabilidad que en principio es ilimitada.
El único requisito en el contexto del CC para que pueda impetrarse este beneficio,
es que previo a la aceptación se proceda a efectuar un inventario solemne de los bienes
del causante, dicho inventario solemne es aquel a que se refiere el art. 858 del CC.
De acuerdo al art. 1252 del CC, se conserva esta facultad mientras no se haya hecho
acto de heredero. Son legitimados para ejercer esta facultad los herederos, siendo libres de
aceptar o no con beneficio de inventario, sin embargo, hay hipótesis en que la ley obliga a
aceptar con este beneficio:
1. Pluralidad de herederos (art. 1248, CC): si unos quieren aceptar con beneficio de
inventarios y otros no, todos serán obligados a aceptar con beneficio de inventario.
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2. Heredero fiduciario (art. 1251, CC): el heredero fiduciario es aquel que recibe la
asignación pero con cargo de pasar a otra persona en el evento de cumplirse la
condición. Siempre debe aceptar con beneficio de inventario.
3. Fisco y otras personas jurídicas de derecho público (art. 1250 inc. I, CC).
4. Incapaces (art. 1250 inc. II, CC).
1. El que haya hecho acto de heredero sin que haya precedido inventario solemne
(art. 1252, CC): aquel que haya aceptado la herencia expresa o tácitamente sin que
haya precedido a la aceptación inventario solemne.
2. Heredero que en la confección del inventario omite de mala fe hacer mención de
cualquier parte de los bienes (art. 1256, CC).
acción judicial para que el juez declare su libertad o bien, puede hacerlo vía
excepción.
2) En virtud de lo dispuesto en el art. 1261 relativo al abandono de los bienes a los
acreedores. No es transferencia de dominio de los bienes, sino que el heredero
pone a los bienes a disposición de los acreedores con el fin de que sean
liquidados y con su producto se paguen las deudas.
Se define el derecho real de herencia como “el derecho real que recae en la
universalidad jurídica consistente en la totalidad el patrimonio de una persona difunta o en
una cuota de él”. Cabe señalar que no se encuentra definido en el CC, sino que es más bien
una definición elaborada por la doctrina.
1. Es un derecho real (art. 577, CC): está protegido por una acción real, que es
distinta de la ordinaria reivindicatoria. El derecho real está protegido por la acción
de petición de herencia que, de acuerdo al art. 1264, se ejerce ante un supuesto
determinado, tal es la existencia de un conflicto entre herederos. Cabe señalar que
esta acción no protege el legado. Hay que determinar en qué supuestos el
heredero ejercerá la acción de petición de herencia y en cuáles la reivindicatoria.
2. Es un derecho real distinto del dominio: esto es importante dada la particular
relación entre el derecho real de herencia y el dominio. Hay una relación muy
particular, lo que hace difícil establecer un límite acerca de cuándo termina el
derecho real de herencia y comienza el dominio. El art. 577 en su inciso II los
diferencia.
3. Recae sobre una universalidad jurídica. Se le aplica el estatuto de los bienes
muebles, por ser éste la regla general, sin perjuicio de reglas especiales.
4. Tiene vida efímera, opera como antesala al derecho de dominio.
El art. 1910 es una norma que, en definitiva, no hace sino aplicar la idea de que en
virtud de esta cesión, los cesionarios pasarán a ocupar el lugar jurídico de los
herederos.
Pero, ¿qué va a ocurrir con las deudas que corresponden al cedente con calidad de
heredero? ¿Qué pasa con los acreedores? ¿Es oponible esta cesión a ellos? Esto no
tiene fácil solución, hay que recordar que el legislador no permite la cesión de
deudas, la que solo puede manifestarse por una novación por cambio de deudor y
para que se produzca es necesaria la aceptación del acreedor. Entonces, para esta
solución, lo más lógico es entender que salvo que el acreedor hubiere aceptado
esta cesión, en dar por libre al heredero primitivo deudor, el acreedor tendrá un
derecho de opción y podrá dirigirse en contra del heredero cedente o en contra del
cesionario, siendo lo que sostienen algunos. Si el acreedor va contra el heredero
primitivo, éste luego podrá ir en contra del cesionario (repetir).
Ante la ausencia de una norma especial, hay que acudir a las normas generales que
el legislador ha señalado en esta materia y tener presente que el legislador para
resolver la mejor manera de tramitar la tradición, atiende al objeto sobre el cual se
va a dar la tradición, si es mueble o inmueble.
Esto es un derecho que no tiene por objeto en estricto rigor ninguna cosa mueble
o inmueble, sino una universalidad jurídica, independiente de los objetos
particulares que la componen. A la herencia se le considera un continente distinto
del contenido. Esta universalidad no puede ser considerada mueble ni inmueble en
estricto rigor, pero la doctrina ha señalado que correspondería aplicar el estatuto
de los muebles por ser el estatuto general. Esto implica que la tradición del derecho
real de herencia habrá que hacerla considerando el estatuto de tradición de los
bienes muebles, contenido en el art. 684 del CC.
El art. 688 regula los requisitos que deben reunir los herederos para disponer los
bienes raíces hereditarios. El propósito es mantener la historia del bien raíz, y por
eso establece dichos requisitos anteriores a la tradición.
Posesión de la herencia
1. Legal
2. Real o material
3. Efectiva
1) Posesión legal de la herencia La posesión real está consagrada en el art. 722 del
CC, a partir del cual la doctrina define normalmente la posesión legal de la
herencia como “aquella que se confiere por el solo ministerio de la ley al
heredero, aunque éste lo ignore”. A pesar de que no fue objeto de estudio en su
momento, es una figura que busca evitar que exista un espacio de tiempo sin
posesión entre el momento en que la herencia es deferida al heredero y el
momento en que éste acepta, esto porque si no existiera esta figura, el
heredero nunca estaría legitimado para utilizar la figura de la accesión de
posesiones, que exige que las posesiones que se suman sean continuas. En el
fondo, el legislador presume los elementos propios de la posesión, esto es,
corpus y animus.
2) Posesión real o material de la herencia , el legislador no da una disposición legal
que se refiera específicamente a esta figura, pero los derechos reales sí pueden
poseerse. Podemos entender que la posesión real de la herencia es “aquella
respecto de la cual concurren los elementos de corpus y animus”. La posesión
real de la herencia podría radicarse tanto en un verdadero heredero como en
un falso heredero y la importancia que tiene respecto de este último es que, en
virtud de esta posesión, el heredero podría llegar a adquirir por la vía de la
prescripción adquisitiva.
3) Posesión efectiva. La posesión efectiva de la herencia es “aquella que se
confiere por resolución judicial o administrativa a quien tiene la apariencia de
heredero”. Por resolución judicial o administrativa, dependiendo del tipo de
sucesión de que se trate, así tratándose de sucesiones intestadas abiertas en
Chile la posesión efectiva se va a conferir por resolución administrativa
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Posesión efectiva
A propósito de la letra d), cuando vimos el art. 688, dijimos de los requisitos que
debía cumplir el heredero para disponer de bienes raíces hereditarios, sin embargo, el CC
nada dice respecto de los requisitos que tiene que reunir el heredero para disponer de
bienes muebles hereditarios. Aquí lo que cabe tener presente, es lo dispuesto por el art. 25
de la ley Nº 16.271 que señala que “Para los efectos de esta ley, el heredero no podrá
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disponer de los bienes de la herencia sin que previamente se haya inscrito la resolución que
da la posesión efectiva de la herencia, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 688 del
Código Civil”.
impuesto a las asignaciones hereditarias, y recién acá puede realizarse la inscripción ante el
conservador de bienes raíces competente.
El art. 688 del CC es una disposición muy mal ubicada, ya que esta norma se ubica
en las normas relativas a la tradición y las inscripciones previstas en el mismo nada tienen
que ver con tradición, sino que se trata de inscripciones requeridas con el objeto de
mantener la historia de la propiedad raíz.
El art. 688 señala que la posesión efectiva de la herencia se confiere al heredero por
el solo ministerio de la ley, siendo erróneo en atención a que se refiere a la posesión legal
de la herencia. Agrega que esta posesión legal no habilita al heredero para disponer de los
inmuebles mientras no proceda:
Esto es, cuando un heredero dispone de un bien hereditario sin haber practicado
las inscripciones del art. 688:
El acto por el cual el heredero dispuso del bien sin haber practicado las
inscripciones del art. 688, adolecería de nulidad absoluta, por cuanto la norma del
art. 688 sería de carácter prohibitivo, debiendo relacionarlo con el art. 10 del CC.
Además, hay que considerar que las normas relativas a la propiedad raíz son de
orden público, por lo que son indisponibles por la sola voluntad de las partes.
o Críticas:
Los requisitos para suceder por causa de muerte, pueden ser objetivos y subjetivos.
En este sentido, se entiende que la persona debe ser apta para suceder y debe tener el
mérito suficiente para ello (dignidad para suceder).
1. Capacidad
- El caso del asignatario condicional (arts. 962 y 1078, CC), quien debe existir
al tiempo de cumplirse la condición.
- Las asignaciones hechas a personas que no existan pero que se espera que
existan (art. 962) dentro del plazo máximo de 10 años desde la apertura de
la sucesión.
- Las asignaciones hechas en premio.
e) Notario, testigos del testamento y sus familiares y dependientes (art. 1061, CC)
Para suceder, es necesario tener mérito suficiente para ello, lo que se refiere a la
dignidad para suceder por causa de muerte. En este sentido, se entiende por indignidades
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para suceder “la falta de méritos de una persona para suceder”. La regla general en materia
de sucesión, es la dignidad de la persona, ya que las indignidades deben ser expresamente
establecidas por ley (art. 961, CC).
Las causales de indignidad más importantes están contenidas en el art. 968 del CC:
No obstante, hay otras causales de indignidad para suceder y están previstas en los
arts. 969 y Ss. del CC:
Hay que considerar que existen ciertas situaciones que, si bien no son causales de
indignidad para suceder, se pueden asemejar a esta figura, tales como:
- El caso del menor que se casa sin el consentimiento de un ascendiente (art. 114,
CC). A él solo corresponderá la mitad de los derechos que hubiera podido adquirir,
en caso de que se abintestato. Pero si es a través de un testamento, podría incluso
ser desheredado.
- El que se casa teniendo el impedimento de segundas nupcias (art. 124, CC). Busca
evitar una confusión de patrimonios.
- El cónyuge que hubiere dado lugar a la separación judicial por culpa (art. 994, CC).
- Los padres cuya filiación se determina judicialmente en su oposición (art. 203, CC).
1. No privan del derecho de alimentos (art. 979, CC): la excepción está en el art. 968,
ya que respecto de esas causales de indignidad, el afectado se ve privado del
derecho de alimentos. El art. 324 en materia de alimentos, señala que en caso de
injuria atroz cesará la obligación de prestar alimentos (supuestos del art. 968).
2. Los deudores hereditarios no pueden oponer como excepción la incapacidad o
indignidad (art. 978, CC). ¿Cómo se entiende?
De la sucesión intestada
Las reglas sobre sucesión intestada son las que reciben mayor aplicación en nuestro
país. Desde el punto de vista de su ubicación, se encuentra en los arts. 980 y Ss. del CC. El
art. 980 es la norma que nos indica el ámbito de aplicación de las reglas sobre sucesión
intestada:
Herederos abintestato
Los arts. 981 y 982 no pueden llamarse disposiciones, ya que no ordenan nada, solo
aclaran una situación a efectos de dar cuenta de que el legislador chileno cuando regula la
sucesión, no considera los factores allí señalados.
La representación “es una ficción legal en que se supone que una persona tiene el
lugar y, por consiguiente, el grado de parentesco y los derechos hereditarios que tendría su
padre o madre, si éste o ésta no quisiese o no pudiese suceder”.
1. Causante
2. Representado
3. Representante
Órdenes sucesorios
El art. 983 del CC indica los posibles herederos abintestato de una persona, pero
quiénes tendrán derecho a suceder al causante serán determinados por los órdenes
sucesorios.
unos de los otros, conforme a los cuales, se determina la concurrencia de los herederos en la
sucesión intestada”. Estos órdenes sucesorios están fijados en los arts. 988 y Ss. del CC.
Se denomina “de los descendientes” y tienen derecho a concurrir en este orden los
hijos, sea personalmente o representados y, el cónyuge sobreviviente. El art. 988 señala
que los hijos excluyen a todos los otros herederos, a menos que hubiere también cónyuge
sobreviviente, caso en el cual éste concurrirá con aquellos. Hay que dejar pendiente el
tema del adoptado, ya que cuando se habla de hijo, en el actual sistema filiativo se
comprende al hijo matrimonial y no matrimonial (art. 33, CC), los hijos conforme a las
reglas de la representación, pueden concurrir tanto personalmente o debidamente
representados. Teniendo presente lo dispuesto en la ley Nº 19.620, actual ley de filiación,
bajo la expresión hijo es necesario reconocer al adoptado como aquel a quien se aplica
esta ley, porque tiene el estado civil de hijo de los adoptantes.
***Por lo anterior, cuando el legislador dice en el art. 983 que los derechos
hereditarios del adoptado se rigen por la ley respectiva, no estamos pensando en la ley Nº
19.620, sino que el problema del adoptado se presenta en relación con quienes fueron
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adoptados bajo los antiguos estatutos de adopción. La ley Nº 19.620, en su art. 45 derogó
expresamente las leyes 7.613 y 18.703, estatutos de adopción que regían en la época en el
país, sin embargo, en su inciso segundo estableció que las personas que habían sido
adoptadas bajo esos estatutos iban a continuar sujetos a ellos “incluso en materia
sucesoria”, salvo que se acogieran al procedimiento contemplado en la misma ley que les
permitía quedar amparados por las disposiciones de la ley Nº 19.620.
Si bien es cierto que dicho art. 45 se refiere solo a los estatutos de las leyes 7.613 y
18.703, necesitamos saber en qué situación jurídica quedan, en materia sucesoria, los
adoptados bajo los otros estatutos jurídicos en materia de filiación:
Le Nº 7.613 NO SI
Ley Nº 16.346 SI SI
Ley Nº 19.620 SI SI
De este esquema, la figura que genera problemas, desde la perspectiva del derecho
sucesorio, es la situación de los adoptados bajo la figura de la ley Nº 7.613, porque esta
ley, que se refiere a los derechos sucesorios reconocidos al adoptado (que no es hijo), en
su art. 74 establecía que los adoptados, por regla general, tenían los derechos sucesorios
que les correspondían a los hijos naturales. ¿Problema? La ley Nº 19.585 eliminó la
categoría de hijos naturales y el problema está en determinar cómo determinamos la cuota
o porción del adoptado conforme a la ley Nº 7.613, se eliminó la unidad de medida de la
porción hereditaria. Aquí, la solución debió otorgarse por vía legislativa, lo que no ha
ocurrido hasta ahora, por lo que hay distintas posibilidades:
segundo orden sucesorio. En el esquema fijado por la ley Nº 7.613 en caso de no haber
hijos, sino solo adoptados, solo se podía aplicar el segundo orden sucesorio, distinguiendo
un orden de prelación consistente en el cónyuge, ascendientes y adoptados, distinta de la
distribución que, actualmente, fija el legislador. Aquí hay que leer al profesor Fabián
Elorriaga en “Derecho Sucesorio”. ***
La ley, en el primer orden sucesorio, señala que no solo concurren los hijos, sino
que también el cónyuge sobreviviente. En relación al separado judicialmente, es menester
considerar lo dispuesto en el art. 35 de la LMC en relación con el art. 994, este último
señala que “el cónyuge separado judicialmente que hubiere dado motivo a la separación por
su culpa, no tendrá parte alguna en la herencia abintestato de su mujer o marido” , a
contrario sensu, hay que sostener que la separación judicial no extingue los derechos
hereditarios, ya que lo dispuesto en dicho artículo es una situación de excepción. En el
caso del divorcio y nulidad es simple, ya que ambas figuras extinguen los derechos
hereditarios y no podrán concurrir en la sucesión abintestato del causante.
Hay que hace presentes las ventajas que tiene el cónyuge sobreviviente a partir de
la ley Nº 19.585, porque en el contexto de esta ley al cónyuge no se le hacen imputaciones
que las que el CC anterior a dicha ley ordenaba a efectuar, por ejemplo, que lo liquidara.
En esta ley no hay imputaciones, lo que le toca por derecho sucesorio es independiente de
lo que le pudiere tocar por una liquidación de régimen matrimonial.
Se denomina “De los ascendientes y del cónyuge sobreviviente”. El art. 989 señala
que “En este caso, la herencia se dividirá en tres partes, dos para el cónyuge y una para los
ascendientes. A falta de éstos, llevará todos los bienes el cónyuge y, a falta del cónyuge, los
ascendientes”. Es decir, si ambos concurren la división será de 2/3 para el cónyuge y 1/3
para los ascendientes y solo concurre uno de ellos, suceden en el 100% si es el caso.
Asimismo, el inciso tercero, consagra explícitamente el principio de exclusión en el grado,
porque aquí no hay representación en la línea ascendiente.
La norma en materia de sucesión intestada sanciona a los padres, ¿qué ocurre con
los otros ascendientes? Esto, porque en materia de legítimas en donde existe la misma
inhabilidad, el legislador habla de los ascendientes.
Se denomina “De los hermanos”, siendo necesario señalar que los hermanos
pueden concurrir personalmente o representados. Opera este orden cuando el causante
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A falta de todos los herederos anteriores, concurre como heredero el fisco en virtud
de la herencia vacante, esto es “la herencia a que concurre el fisco en carácter de heredero
abintestato del difunto, por aplicación del último orden de sucesión intestada”. La herencia
yacente puede ser la antesala de la herencia vacante o no, dependiendo de lo que ocurra
en el caso concreta, ya que la herencia yacente tiene por objeto designar un representante
de la herencia mientras ésta no sea aceptada. Por lo tanto, no toda herencia yacente va a
devenir en herencia vacante, solo lo será aquella que, en definitiva, no sea aceptada.
Hay que hacer presente que, en esta materia, el legislador en el DL 1.939 establece
una suerte de premio o recompensa al que denuncie una herencia yacente que, en
definitiva, deviene en herencia vacante.
De la sucesión testamentaria
El testamento debe ser válido, es decir, debe cumplirse con los requisitos internos
y externos y, además debe ser eficaz, en el sentido de que sus disposiciones produzcan
efecto.
El 980 del CC se refiere a que, por regla general, es la ley la que se hace cargo de
los bienes, salvo disposición del difunto. En este sentido, si no se dijo nada o lo que se dijo
no produce efecto, se pasa a la sucesión intestada.
El testamento está definido en el art. 999 al señalar que es “un acto más o menos
solemne, en que una persona dispone del todo o de una parte de sus bienes para que tenga
pleno efecto después de sus días, conservando la facultad de revocar las disposiciones
contenidas en él, mientras viva”. No obstante, es posible hacer críticas a este concepto:
- “Más o menos solemne”: Puede ser más o menos solemne, pero siempre solemne.
- Énfasis en el aspecto positivo (art. 187 Nº 4, CC): la definición no incluye otros
aspectos, solo es enfática en la disposición de bienes.
2. Es un acto jurídico solemne (arts. 999, 1008, 1000 y 1002, CC), tenemos dos tipos
de testamentos:
3. Es un acto jurídico dispositivo que siempre tiene por objeto disponer de los bienes
del causante, no obstante ello, en el testamento igualmente se podrán hacer
declaraciones. En los testamentos hay distintos tipos de cláusulas, hay clausulas
testamentales propiamente tales, que son las de disposición de bienes y otras
cláusulas que contienen meras declaraciones. Al respecto había un problema, que
pasaba si se revocaba el testamento, que pasaba con las declaraciones contenidas
en él, como por ejemplo el reconocimiento de un hijo. Actualmente no hay
problema porque aunque se revoque el testamento, el acto de reconocimiento de
un hijo (de filiación) es irrevocable.
4. Es un acto jurídico por causa de muerte. Esta es la regla general, pero hay que
distinguir entre el testamento desde el punto de vista de su perfeccionamiento,
siendo un acto entre vivos, pero en relación a sus efectos, éstos se producen a la
muerte del causante. Lo anterior, salvo el caso de las excepciones revocables, el
bien donado se va a entregar en vida, quedando ratificado una vez muerto el
causante. los bienes hereditarios, en general, se adquieren cuando el causante
fallezca, pero en este caso, no.
5. Es un acto jurídico esencialmente revocable: el acto testamentario se puede
revocar tantas veces como se quiera hacer (art. 1001, CC), siempre va a valer la
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última manifestación de voluntad. Excepción a esta norma hace el art. 189 inc. II
referida al reconocimiento del hijo, ya que si se reconoce a un hijo y en el siguiente
testamento se desdice, el reconocimiento no se revoca.
6. Es un acto jurídico gratuito: la celebración del mismo no implica una
contraprestación económica, los herederos no tienen una contraprestación como
beneficiarios. La gratuidad no afecta a que el testamento sea beneficioso.
En esta materia hay que distinguir entre requisitos internos y externos. Los
requisitos internos dicen relación con la formación misma del acto testamento, haciendo
alusión a la capacidad y la voluntad por la existencia de reglas especiales. Como requisitos
externos, encontramos las solemnidades.
La capacidad es la regla general, siendo incapaz para testar aquel que se encuentra
en alguna de las causales que señala expresamente la ley, por lo que se debe relacionar el
art. 1005 con el art. 1446 en materia de acto jurídico. Son mas laxos, menos incapaces que
la regla general.
- Impúberes
A esto hay que agregar que la incapacidad debe estar presente al momento de
otorgar el testamento (art. 1006, CC).
Finalmente, hay una presunción legal de capacidad, por lo que la carga probatoria
recae sobre quien alega la existencia de la incapacidad.
Se trata de la última voluntad del causante y debe reunir las siguientes condiciones:
- Ánimo de testar: que el que va a otorgar un testamento, tenga una real voluntad de
disponer de sus bienes para después de sus días.
- Esta voluntad debe estar exenta de vicios:
o Fuerza (art. 1007 en relación con el art. 968 Nº 4, CC): el testamento en que
de cualquier modo haya intervenido la fuerza será nulo en todas sus partes,
por lo que la fuerza es un elemento del consentimiento en materia
testamentaria. Además, el uso de la fuerza en el testamento es una causal
de indignidad, asimismo hay que recurrir a los arts. 1456 y 1457 en materia
de requisitos generales de la fuerza, esto es, debe ser grave, injusta y
determinante.
o Error (arts. 1057 y 1058, CC)
En la persona del asignatario (art. 1455, CC): hay que recordar que el
error en la identidad de la persona está regulado en el art. 1455 que
señala que éste no vicia el consentimiento, salvo que la
consideración de la persona sea la condición principal del contrato.
Habrá nulidad total si este error termina por afectar todas las
cláusulas o, meramente parcial eliminándose dicha cláusula,
teniendo validez el resto del testamento.
Error en los motivos de la disposición testamentaria (por no escrita):
se realizará un acto de disposición en favor de otra persona
pensando que ella hizo algo que en realidad no realizó. Este error
debe ser determinante, debe expresarse el motivo y éste debe ser
erróneo y de hecho.
1. En cuanto a su solemnidad
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a) Más solemne o solemne propiamente tal (art. 1008, inc. III, CC): “es aquel
en que se han observado todas las solemnidades que la ley ordinariamente
requiere”.
I. Abierto
II. Cerrado
b) Menos solemne o privilegiado (art. 1008 inc. II, CC): “es aquel en que
pueden omitirse algunas de estas solemnidades, por consideración a
circunstancias particulares, determinadas expresamente por ley”.
I. Verbal
II. Marítimo
III. Militar
a) Otorgados en Chile
b) Otorgados en el extranjero
***Hay que referirse al testamento ológrafo, esto es, aquel escrito de puño y letra
por el testador y que lleva además su firma. No se acepta en Chile, salvo la excepción del
art. 1027 del CC que dispone que “Valdrá en Chile el testamento escrito, otorgado en país
extranjero, si por lo tocante a las solemnidades se hiciere constar su conformidad a las leyes
del país en que se otorgó, y si además se probare la autenticidad del instrumento respectivo
en la forma ordinaria”.
Hay que referirnos a los requisitos que deben cumplir estos testamentos:
Si se omite alguno de estos requisitos, el art. 1026 señala que sea abierto o cerrado,
el testamento no tendrá valor alguno. Aplicando los arts. 1681 y 1682 estamos ante la
omisión de una formalidad que atiende a la naturaleza del acto, por lo que conllevarán a
su nulidad.
El mismo art. 1026 en su inc. II señala que con todo, cuando se omite la
individualización o firma de los intervinientes, no habría nulidad del testamento porque
existe claridad acerca de los intervinientes. Respecto de los demás requisitos, claramente
estaremos ante un caso de nulidad absoluta.
A. Testamentos abiertos
Hay dos formas de otorgarlo, esto es, ante tres testigos y un funcionario o ante
cinco testigos (art. 1020, CC), en este último caso se establece como necesario el trámite
de la publicación, trámite que se realiza ante los tribunales de justicia y será el juez
competente quien encabezará el procedimiento de publicación.
Los arts. 1017 y 1018 se refieren al otorgamiento. El art. 1017 señala que hay dos
posibilidades de otorgamiento, a saber, redactándolo en el acto en la oficina del notario o
que se lleve escrito previamente por el testador. En uno u otro caso lo que se hace luego
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es lo mismo, esto es, el notario leerá íntegramente el testamento ante el testador y los
testigos y el acto terminará con la firma de todos los intervinientes. La sanción ante la
omisión de cualquiera de estos requisitos, por disposición del art. 1026, será la nulidad
absoluta.
B. Testamentos cerrados
Respecto de quién puede otorgarlo, el CC señala que podrá otorgarlo quien sepa
leer y escribir (arts. 1022 y 1023 inc. II, CC), lo que es legítimo en orden a evitar que aquel
que no sabe leer ni escribir pueda ser objeto de manipulaciones. Respecto a quien está
obligado a testar de este modo, el CC establece que serán obligados aquellos que no
puedan ser entendidos a viva voz (art. 1024 inc. I, CC).
Podrá ser otorgado conforme a la ley chilena (arts. 1028 y 1029, CC) o conforme a
la ley extranjera (arts. 1027 y 17 inc. II, CC).
La sanción ante la omisión de los requisitos del art. 1028 será la nulidad absoluta.
En el caso de la omisión de requisitos señalados en el art. 1029, será sancionada con la
falta de autenticidad del acto testamentario, lo que podría revertirse de alguna forma.
Testamentos privilegiados
1. Testigos hábiles
2. Formalidades coetáneas:
A. Testamento verbal
B. Testamento militar
C. Testamento marítimo
1. Nulidad: por la omisión de alguna de las solemnidades establecidas para cada caso.
2. Revocación: el testamento es un acto jurídico esencialmente revocable, a menos
que se trate de una disposición relativa al reconocimiento de un hijo.
3. Caducidad: en el caso de los testamentos privilegiados. ***
Asignaciones forzosas
Cuando vimos las formas de sucesión, dijimos que la sucesión podía ser testada,
intestada o mixta. En el caso de la sucesión intestada, el legislador señala quiénes son
asignatarios y establece los órdenes sucesorios. En tanto que, en el caso de la sucesión
testada, el testador dispone de las asignaciones por medio del testamento.
El art. 1167 del CC define las asignaciones forzosas como “aquellas que el testador
es obligado a hacer, y que se suplen cuando no las ha hecho, aun con perjuicio de sus
disposiciones testamentarias expresas”, asimismo señala que son asignaciones forzosas las
siguientes:
Mecanismos de protección
a. Acervos imaginarios
Hay que considerar el art. 1168 en relación con el art. 959 Nº 4 del CC, ya que los
alimentos forzosos son bajas generales de la herencia, es decir, se descuentan antes de
llegar al acervo o líquido partible.
a. Título legal, es decir, “aquellos que por ley se los debía el causante”, pero no son
todos los contenidos en el art. 321 del CC, sino que es necesario precisar quiénes
se encuentran comprendidos:
El art. 11811 define las legítimas como “aquella cuota de los bienes de un difunto
que la ley asigna a ciertas personas llamadas legitimarios”. Los legitimarios son:
Se debe tener presente la condición del art. 1182, en virtud de la cual no tendrá la
calidad de asignatario el cónyuge que por su culpa haya dado lugar a la separación
judicial.
o Legítima rigorosa (art. 1184, CC): “es la que le corresponde a cada legitimario
dentro de la mitad legitimaria”.
o Legítima efectiva: “es la legítima rigorosa aumentada por toda aquella porción de
bienes provenientes, ya sea de la cuarta de mejoras o de la cuarta de libre
disposición, de las cuales el testador no ha dispuesto o no han tenido efecto sus
disposiciones”.
La regla general es que el cálculo se haga sobre el acervo líquido, la mitad de los
bienes al cual se llega deduciendo las bajas generales de la herencia.
El art. 1184 inc. II dispone que “No habiendo descendientes con derecho a suceder,
cónyuge sobreviviente ni ascendientes, la mitad restante es la porción de bienes que el
difunto ha podido disponer a su arbitrio”. Esto está errado, ya que no si tiene descendientes,
ascendientes o cónyuge sobreviviente, el testador puede disponer de todo el patrimonio.
i. Las dos primeras pertenecen a la mitad legitimaria y en ellas rigen las reglas de la
sucesión intestada.
ii. El tercer cuarto corresponde a la cuarta de mejoras, el testador podrá distribuirla
entre su cónyuge, ascendientes y descendientes, sean éstos o no legitimarios.
iii. Cuarta de libre disposición: libertad absoluta para testar.
Art. 1195 inc. II, CC: admite la posibilidad de establecer gravámenes siempre
y cuando ceda en favor de otros mejoreros.
Art. 86, Ley General de Bancos: puede dejarse bajo la modalidad de
administración por parte de un banco. Esto solo respecto de beneficiarios
incapaces.
Art. 1337 Nº 10, CC.
En esta materia, hay que recordar el estudio acerca de actos y contratos que
adolecen de objeto ilícito, importando a este respecto los pactos de sucesión futura del
art. 1463 del CC, habiendo distintas clases:
Estos últimos son los únicos que se admiten en Chile y, a propósito de ellos,
encontramos el pacto de no mejorar. El art. 1463 proscribe en términos generales los
pactos de sucesión futura, la ley dice que los acuerdos del causante y del legitimario deben
observar las normas del art. 1204, regulando el pacto de no mejorar.
No obstante lo dispuesto en el art. 1204 del CC, el profesor Galván considera que sí
existen otros pactos de sucesión futura válidos, toda vez que por la vía de las donaciones
revocables o irrevocables hechas a quien tenía a la sazón el carácter de legitimario, estaría
anticipando legítimas (art. 1148, CC).
Escritura pública.
Partes: debe celebrarlo el futuro causante con una o más personas que al momento
del pacto sean legitimarios.
Deben tener por objeto no mejorar.
En cuanto a sus efectos, en el caso de que el testador infringiere el pacto, aquel que
celebró el pacto puede exigir que los beneficiarios de la cuarta de mejoras le enteren lo
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¿Cuál es el patrimonio sobre cuya base se harán efectivas las asignaciones? Esto lo
responde la teoría de los acervos.
Acervos
En este sentido, hay que recordar lo dispuesto en el art. 1185, que señala que “Para
computar las cuartas de que habla el artículo precedente, se acumularán imaginariamente
al acervo líquido todas las donaciones revocables e irrevocables, hechas en razón de
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legítimas o mejoras, según el estado en que se hayan encontrado las cosas donadas al
tiempo de la entrega, pero cuidando de actualizar prudencialmente su valor a la época de la
apertura de la sucesión. // Las cuartas antedichas se refieren a este acervo imaginario”, esto,
en relación al art. 1198 del CC, que señala “Todos los legados, todas las donaciones, sean
revocables o irrevocables, hechas a un legitimario, que tenía entonces la calidad de tal, se
imputarán a su legítima, a menos que en el testamento o en la respectiva escritura o en acto
posterior auténtico aparezca que el legado o donación ha sido a título de mejora. // Sin
embargo, los gastos hechos para la educación de un descendiente no se tomarán en cuenta
para la computación de las legítimas, ni de la cuarta de mejoras, ni de la cuarta de libre
disposición, aunque se hayan hecho con la calidad de imputables. // Tampoco se tomarán en
cuenta para dichas imputaciones los presentes hechos a un descendiente con ocasión de su
matrimonio, ni otros regalos de costumbre”.
El legislador señala que cada vez que se deja una donación revocable o irrevocable
a un legitimario, se entiende que se acumula al acervo, salvo que se deje con cargo de
mejora.
1. Se van a cumular las donaciones revocables (art. 1136, CC): donación revocable es
“aquella que el donante puede revocar a su arbitrio”. Para el legislador son lo mismo
que las donaciones por causa de muerte, pues, son aquellas que se pueden revocar
al arbitrio del donante y solo quedarán firmes tras la muerte del mismo. Las
donaciones revocables solo se van a acumular imaginariamente para la formación
del primer acervo imaginario, en la medida que las cosas donadas hayan sido
efectivamente entregadas al donatario.
2. Se acumularán todas las donaciones irrevocables.
3. Por aplicación de lo dispuesto en el art. 1198 del CC, se acumulan los legados que
hayan sido entregados en vida al testador.
4. Se acumulan los desembolsos hechos para el pago de una deuda de un
descendiente (art. 1203, CC). El art. 1185 no menciona esto, pero el art. 1203
ordena la imputación, se señala que se descontarán al legitimario estos
desembolsos, por lo tanto, previamente se debieron acumular. Aquí encontramos la
mejora tácita, cuando el testador o futuro causante señala que no quiere que el
pago se impute a la legítima el legislador presume que es a título de mejoras.
No se acumulan los regalos moderados (art. 1188 inc. II, CC) ni los gastos de
educación de los descendientes (art. 1198 inc. II, CC).
Hay que tener presente que las acumulaciones que dan origen al primer acervo
imaginario solo aprovechan para el cálculo de la legítima o la mejora, no así para el cálculo
de la cuarta de libre disposición (art. 1199, CC).
El art. 1186 dispone “Si el que tenía a la sazón legitimarios hubiere hecho
donaciones entre vivos a extraños, y el valor de todas ellas juntas excediere a la cuarta parte
de la suma formada por este valor y el del acervo imaginario, tendrán derecho los
legitimarios para que este exceso se agregue también imaginariamente al acervo, para la
computación de las legítimas y mejoras”.
Se define el segundo acervo imaginario como “el acervo líquido o primer acervo
imaginario, aumentado con el exceso de o donado irrevocablemente a terceros extraños”
(arts. 1186, 1187 y 1188, CC). Son sus requisitos:
¿Cuándo hay exceso? Para determinarlo hay que sumar el acervo líquido o primer
acervo imaginario con las donaciones. Si el valor de las donaciones excede la cuarta parte
de la suma, hay exceso. Las posibilidades son las siguientes:
Aquí surge la acción de inoficiosa donación que protege las asignaciones forzosas.
Tienen derecho los legitimarios para la restitución de lo excesivamente donado,
procediendo en contra de los donatarios en un orden inverso al de las donaciones,
es decir, principiando las donaciones más recientes.
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Hay que tener presente la idea de que cuando se acumula, en algún momento hay
que hacer la imputación, de lo contrario, no cuadraría para enterar las asignaciones. Ahora,
¿qué cosas corresponde imputar al pago de las legítimas?
Sucesión mixta
Cuando comenzamos a hablar de la sucesión por causa de muerte, vimos el art. 952
que señalaba en el inciso segundo que la sucesión en los bienes de una persona podrá ser
parte testada y parte intestada.
En esta materia, hay que tener presente la norma del art. 996 y lo dispuesto por el
art. 1191 del CC.
El problema del art. 996 es el orden de las reglas que están contenidas en esta
disposición. ¿Qué es necesario hacer para aplicar las normas sobre sucesión mixta? Lo
primero, es reordenar las reglas del art. 996, pero, además, hay que tener presente lo
dispuesto en el art. 1191, ya que en este artículo hay también una hipótesis de sucesión
mixta.
Pero no nos podemos olvidar del art. 1191, ya que, si lo tenemos presente, el tercer
paso se debe leer vinculado a dicho artículo, lo que implica que la regla general debiera
ser el acrecimiento, es decir, la transformación de la legítima rigorosa y efectiva. Se
presenta un problema derivado de lo dispuesto en el inciso segundo del art. 996, en la
medida que el legislador da una regla particular para aquellos que tengan derecho a
concurrir en la sucesión del causante a la vez por testamento y ab intestato, señalando que
“Pero los que suceden a la vez por testamento y ab intestato, imputaran a la porción que les
corresponda ab intestato lo que recibieren por testamento, sin perjuicio de retener toda la
porción testamentaria, si correspondiere. // Prevalecerá sobre todo ello la voluntad expresa
del testador en lo que de derecho corresponda”. El testador debe dejar constancia expresa
de que lo que se deja por testamento, es además de lo que se recibe ab intestato, de lo
contrario, la ley ordena hacer una imputación.
Este artículo solo se aplica en el caso de sucesión mixta sin legitimarios, por
ejemplo, en el caso del orden de los hermanos. Así, a modo ejemplar, sobreviven al
causante dos hermanos, los bienes a repartir son $100.000.000 y se asigna por testamento
a un hermano el 20% de dichos bienes.
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Preterición
El art. 1218 se refiere a esta figura señalando que “El haber sido pasado en silencio
un legitimario deberá entenderse como institución de heredero en su legítima”, la preterición
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es haber sido pasado en silencio un legitimario, frente a lo cual el legislador dispone que
se entenderá igualmente instituido como legitimario en su legítima. Lo que ocurre es que
se produce una reforma de testamento por la sola disposición de la ley, sin necesidad del
ejercicio de una acción de reforma de testamento.
Desheredamiento
El desheredamiento se regula en los arts. 1207 y Ss. del CC, es posible definirlo
como “una disposición testamentaria en que se ordena que un legitimario sea privado del
todo o parte de su legítima”.
1. Debe hacerse por testamento. La ley no admite otra forma de revocación, sino que
solo sea a través del testamento.
2. Debe existir una causa legal (art. 1208, CC).
3. Debe expresarse la causa en el testamento de manera específica (art. 1209, CC), es
decir, que se precise la causa que autoriza el desheredamiento.
4. Deben probarse los hechos constitutivos de la causal en juicio (art. 1209, CC).