Literaturas Indigenas PDF
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SECCIÓN DE LETRAS
CÁTEDRA:
GRAMÁTICA HISTÓRICA II
CATEDRÁTICO:
ESTUDIANTE:
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 3
1. PANORAMA DE LA LITERATURA MESOAMERICANA ....................................... 4
1.1 Los textos indígenas mesoamericanos y los estudios de la cultura .............................. 5
1.2 Valor literario de los textos indígenas mesoamericanos ............................................... 6
1.3 limites del territorio mesoamericano ............................................................................ 9
2. LITERATURAS INDÍGENAS MESOAMERICANAS .............................................. 10
2.1 Los códices.................................................................................................................. 12
2.2 Los Textos Mayas ....................................................................................................... 13
2.2.1 El Popol Vuh ........................................................................................................ 13
2.2.2 Los libros del Chilam Balam ................................................................................ 14
2.2.3 El Rabinal Achí .................................................................................................... 15
2.2.4 Los Cantares de Dzitbalché ................................................................................. 16
2.2.5 Anales de los Cakchiqueles .................................................................................. 17
3. TEXTOS HÍBRIDOS: EL GÜEGÜENSE .................................................................... 17
3.1 El Güegüense como texto de protesta colonial .......................................................... 18
1. LOS CHIBCHAS EN CENTROAMÉRICA ................................................................ 19
4.1 Mitología ..................................................................................................................... 20
4.1.1 El fuego ................................................................................................................ 20
4.1.2 El Sol y La Luna.................................................................................................. 21
4.1.3 Estratos del universo y el alma ............................................................................. 21
4.2 Tipología de los cantos chibchas ............................................................................. 22
CONCLUSIONES ................................................................................................................ 24
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 25
INTRODUCCIÓN
III
1. PANORAMA DE LA LITERATURA MESOAMERICANA
Entonces, no todo contenido que hable sobre lo indígena debe ser considerado como
parte de la literatura indígena. La idea que Zavala (1996) nos señala, está más enfocado en
los autores y el contenido de la literatura indígena, basada a su vez en la experiencia y
lengua del pueblo nativo. Por otro lado, Oviedo (1995), sostiene que lo llamado “literatura
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indígena” nace a partir del planteamiento de cuestiones religiosas y cosmogónicas.
Entonces, la literatura indígena prehispánica obedece en primer lugar al carácter
cosmogónico, es decir, entender el origen del mundo y el fin de la creación del hombre; con
esta última idea: la finalidad, nace de algún modo establecer reglas, ceremonias y rituales
que los indígenas celebran y se dejan regir por los escritos sacerdotales. Eso misma aborda
Oviedo (1995), al señalar que la literatura indígena pueda tener “una intensión
moralizadora o pedagógica para guiar la conducta de la masa” así pues, la literatura
indígena en un principio servirá para poder “guiar” el pensamiento prehispánico. No
obstante, actualmente se estudian las literaturas indígenas a partir de una perspectiva
descolonizadora que permita entender a los pueblos centroamericanos sus raíces y culturas
prehispánicas.
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abierto que ha privado a estos pueblos de su condición de sujetos históricos (p.
103).
Es innegable el valor literario que adquieren las muestras indígenas actuales para
poder interpretar las formas de vida de los indígenas prehispánicos. Además, nos sirven
para establecer vínculos con creencias actuales que se remontan a la época precolombina.
Sin embargo, hay entre los teóricos, una gran discusión sobre la validez de la literatura
indígena, es decir, si existen caracteres para denominarla literatura, protoliteratura o
mitopoesía. Por su parte Oviedo (1996), habla de “formas mitopoéticas” señalando la
ausencia de la escritura y enfatizando el carácter pictográfico o jeroglífico de los códices
prehispánicos.
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literatura indígena que pueda clasificarse en las categorías occidentales: épica, lírica,
dramática; pues el contenido de la literatura precolombina es una mezcla de varias
categorías literarias.
A este punto se ha dialogado sobre el valor que tienen los textos mesoamericanos,
sin embargo, es necesario plantearse cuales textos pueden entrar dentro de esta
clasificación. No todo texto que aborde un contenido relacionado a los indígenas puede
considerarse propiamente mesoamericano. El afán de conservar sus tradiciones, ritos y
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ceremonias hizo que los indígenas elaboraran nuevos libros en lengua de los españoles,
dejando de lado la utilización de su lengua y olvidando así los códices sagrados; esto último
ocasionó que los intérpretes de sus códice fueran disminuyendo hasta su total desaparición,
como consecuencia de la destrucción de la mayoría de los códices se perdieron los
conocimientos plasmados. Además, con la desaparición de los intérpretes nativos, se vuelve
imposible entender los códices mayas aun preservados: el Dresde, el Peresiano, y el
Trocortesiano (Madrid). Por otro lado, también resulta una difícil tarea poder designar
cuales textos entran dentro de la literatura indígena mesoamericana; por ello, De la Garza
(1992), brinda una serie de criterios a considerar para designar a un texto como indígena.
A partir de la clasificación que hace De la Garza (1992), se puede partir para una
investigación documental sobre algunos de los textos prehispánicos que actualmente
adquieren un valor para conocer e interpretar en pequeños rasgos la forma de vida de los
pueblos mesoamericanos. Dentro de la vastedad de pueblos que habitaron el territorio
centroamericano destacan a grandes rasgos los pueblos mayas, quichés, cakchiqueles,
Chibchas, Toltecas entre otros, y son a estos pueblos a quienes se les atribuyen algunos de
los textos coloniales de carácter indígena.
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1.3 limites del territorio mesoamericano
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Así pues, para la época de la conquista , las ultima tribus de la cultura
mesoamericana incluía: por la frontera del sur, a los grupos siguientes: los chol-chorti, los
lenca, los subtiaba, los nicarao y los chorotega-mongue; por otro lado, en la frontera
norte, se incluyen a los huaxteca, los mexicanos de Meztitlan, los otomí y mazahua, los
tarascos, los coca, parte de los zacateca, los tepehuanos, entre otros. Todos estos pueblos
son tan mesoamericanos tanto en su cultura y formas de vida; estas similitudes se
observan en el cultivo de chile, camote y árboles frutales, la domesticación de patos, la
metalurgia y el juego con pelotas de hule.
Desde un punto de vista formal, no todos los textos mayas pueden ser considerados
como obras literarias , pues mientras que algunos de ellos son verdaderas obras poéticas en
las que destaca la riqueza del lenguaje y los recursos estilísticos, la mayoría está formada
por documentos de carácter meramente legal, que tienen solo valor histórico. Fue
fundamentalmente en los escritos de carácter religioso, y en algunos textos históricos y
médicos, donde los mayas expresaron su sensibilidad poética, su capacidad imaginativa, y
su riqueza espiritual, por lo que son estos libros constituyen la aportación maya a la
literatura universal.
Los libros revelan una mentalidad y una concepción sui generis del mundo y de la
vida, de ahí que sea muy difícil hacer una clasificación de ellos basándose en los géneros
clásicos establecidos en la cultura occidental, pues, de acuerdo con este criterio, resultaría
que casi todas estas obras son a la vez épicas, liricas, dramáticas, didácticas e históricas. Sin
embargo, el contenido de los libros tienen diferencias estilísticas que permiten dividir la
literatura maya en cuatro grupo: literatura mítica y profética; literatura ritual; literatura
médica, astronómica y calendárica, y literatura histórica y legendaria (De la Garza, 1993).
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características físicas de ciertos animales (Popol Vuh); el origen del tiempo (Chilam Balam
de Chumayel); el origen de la oscuridad y de la noche (Anales de los Cakchiqueles).
Literatura ritual. Los textos rituales constituidos por himnos sagrados, oraciones,
cantos diversos y dramas. Todos ellos eran parte esencial de las fiestas religiosas. Estos
cantos son sencillos y emotivos, muy distintos de las oscuras y complejas obras míticas y
proféticas. Asimismo, los cantos rituales , los himnos y las oraciones usan metáforas más
simples, aunque presentan paralelismos y redundancias. Pero, además había rituales más
complejos que las danzas y los cantos, que consistían en la escenificación del
acontecimiento, sobre la base de un texto dialogado; este era aprendido de memoria por
actores que caracterizaban a los personajes mediante múltiples atavíos, máscaras y otros
recursos (De la Garza, 1996).
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días, más cinco días sobrantes, considerados fatales. En el Chilam Balam de Chumayel hay
también un pasaje sobre el calendario maya. Presenta los nombres de los meses, con su
equivalencia en el calendario gregoriano; menciona los equinoccios y los solsticios, y
explica la trayectoria del sol, y los eclipses de sol y de Luna (De la Garza, 1996).
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Paris; y finalmente el Códice Grolier, ubicado en el Museo Nacional de Antropología de
México.
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Ximénez quien transcribió y luego tradujo al castellano el texto” (p.52). por otro lado, el
mismo autor menciona que muchos atribuyen el texto a un indio quiché llamado Diego
Reynoso.
Como muchos críticos, Oviedo (1996), también cuestiona la pureza del texto y
menciona la intención evangelizadora del padre Ximénez “al traducirlo y comentarlo, el
padre Ximenez no desaprovechó ninguna oportunidad para acercar la teología quiché a la
revelación cristiana” (p. 53). No obstante, es innegable que la mayor parte del contenido del
libro sea de origen de la concepción quiché pues, la concepción divina del mundo es forma
dual, tal como el pensamiento mesoamericano: sol y luna, luz y tiniebla, hombre y mujer.
Así pues, el popol vuh, es uno de los grandes libros indígenas que desarrollan una gran
mitología y visión cosmogónica, para explicar el origen del hombre de maíz, y los linajes
del hombre mismo.
Después del relato cosmogónico, el libro presenta la historia de los grupos quichés:
su origen; sus migraciones, fundación de ciudades, y las relaciones con otros pueblos, en
muchos casos relaciones conflictivas. Además, estas partes presentan la organización social
y política de los pueblo, así también las ceremonias religiosas y los rituales. Por otro lado,
también ofrece una visión sobre los dioses y el sentido de la vida humana y la influencia
que ejercieron los pueblos toltecas dentro de los pueblos mayas que habitaron en
Guatemala en el periodo Posclásico.
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Ixil, Tekax, Tusik y el ultimo Nah, que corresponde al apellido de los copistas (Oviedo,
1996).
El contenido de los libros del Chilam balam se han clasificado en una gran variedad
de temáticas, entre las cuales se incluyen asuntos religiosos; históricos y cronísticos;
cronológicos y astrológicos, los cuales incluyen el compendio calendárico según días y
katunes dispuestos en series de 13 números y 20 nombres hasta formar un ciclo de 260
katunes; medicina indígena; ritos y ceremonias entre otros asuntos aun no clasificados
(Oviedo, 1996).
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escrito en lengua maya-quiché y su titulo significa El Varón o Señor de Rabinal, además, es
conocida como el Baile del tun, que alude al sonido del tambor usado en ceremonias
sagradas. Así pues, este texto plantea el conflicto entre el Varón de Rabinal y su prisionero,
el Varón de los Quiché. En ese sentido, se presenta un texto de carácter histórico en el cual
se reflejan las constantes luchas entre los mismos pueblos mesoamericanos, por ello,
gracias a este texto se obtiene una visión más fiel acerca de los pueblos prehispánicos pues,
como Oviedo (1996) señala, es un texto con poca contaminación judeocristiana.
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2.2.5 Anales de los Cakchiqueles
Este texto nicaragüense conformado por letra y música, actores y bailes, pausas y
vestuarios, conforman un texto teatral con origen enraizado en la tradición indígena. Este
texto posee una hibridez, es decir, la obra presenta una esencia mestiza entre los pueblos
indígenas y el pensamiento colonizador. Eso mismo retoma Arellano (1985): “podemos
advertir la esencia mestiza del Güegüense, representado en la fiesta religiosa, el símbolo
más coloreado y concreto de la fusión del alma española con la indígena” (p. 30).
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simbólica de fecundación, tal actitud era expresada por aquellas explícitamente,
dado que sus intenciones eran provocar la procreación, la fertilidad de la
naturaleza (…) como vera la obra concluye con una ceremonia que autoriza la
procreación: la boda (p. 24).
Así mismo, Arellano (1985), retoma una serie de elementos comunes entre el teatro
aborigen, es decir, la concepción del teatro occidental, y el texto del Güegüense. Entre
algunos aspectos afines se encuentran: el ámbito escénico cerca de un templo o iglesia,
continuidad en las acciones, un viejo como protagonista, usos de recursos humorísticos para
provocar la risa, encarnación o personificación de animales, culminación con una festividad
colectiva. En ese sentido, todos esos elementos comunes en el teatro occidental y presentes
en el Güegüense, explica la herencia de la estructura teatral en la colonia y además, retoma
elementos del pensamiento mítico precolombino.
Arellano (1985), alude que el texto el Güegüense es en cierta forma un texto que
rivaliza con el pensamiento de la realidad colonial, “una lectura literal de la obra, o mejor
de sus parlamentos, nos indica que el protagonista habla por esos grupos en tono de
protesta” (p. 44). En ese sentido, puede verse que en el trasfondo la obra no solo se limita a
ser una obra de comedia o danza, sino también adquiere un valor social. Esto mismo indica
Miranda (1971), en Arellano (1985):
En ese sentido, podemos observar al Güegüense como uno de los textos que una
forma indirecta intuyó una protesta en América Hispánica contra la estructura de
gobernación y opresión, para posteriormente como puntualiza Miranda, es válido
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considerarla entre los testimonios que iniciaron el espíritu que culminó con la
independencia de las provincias españolas (Arellano, 1985).
Fonseca & Cooke (1993), ofrecen un estudio sobre la contribución de los chibchas
en la región centroamericana. Los autores ubican a este pueblo dentro de la región histórica
chibcha, que comprende los territorios de Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Colombia. Para
entender el fenómeno cultural de los chibchas es preciso ubicar las familias lingüísticas que
conformaron esta gran civilización. Por ello, Adolfo Constenla coloca los idiomas que
hablan en tres agrupaciones: el misquito y sumo pertenecen a la familia misumalpa; el
amberá y el waunáan a la familia chocó y los idiomas restantes a la estirpe chibcha. Así
mismo, estudios lingüísticos señalan que el territorio de las actuales Costa Rica y Panamá
es el mejor candidato para considerarse como el habitado originalmente por los chibchas.
Esta visión del mundo explica que los indígenas bribris de Costa Rica se relacionen
y comuniquen con la naturaleza como si esta fuera una vecina sociedad humana. Este
mismo fenómeno se observa en la concepción literaria de estos pueblos, pues en su mayoría
la poesía y cantos de estos pueblos están ligados a la naturaleza. No obstante, parte
substancial de la literatura es la visión cosmogónica y la herencia mitológica de los
pueblos, por ello, es necesario los elementos comunes dentro de las muestras literarias de
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los pueblos chibchas en la región sur de Centroamérica. En ese sentido, Constenla (1996),
observa la idea de la creación del universo con origen en el pueblo cágada, por ello Reichel
Dolmatoff (1951), brinda un pequeño esbozo de la cosmovisión chibcha:
En el caso del pueblo bribri el autor recoge una visión cosmogónica muy diferente,
los primeros acontecimientos de los que se tienen noticia se dieron cuando ya existían los
cuatro primeros inframundos, que se hallaban poblados por ciertos seres, entre los cuales se
contaba el personaje llamado Sibókámó , el primer dios al que se hace referencia, quien,
partiendo del cuarto inframundo, donde residía comenzó a viajar hacia arriba creando
nuevos mundos con piedras que traía de los ya existentes.
4.1 Mitología
4.1.1 El fuego
Se han observado mitos muy semejantes de tres pueblos: guatusos, cunas y chimilas
sobre la obtención del fuego. En los tres casos el fuego es poseído por un individuo o un
grupo que no quiere compartirlo con los demás y que se pasan al lado del fuego cocinando,
calentándose y cuidándolo. Los otros logran obtenerlo por medio de un animal que se roba
una brasita. Para los guatusos es una diosa la dueña del fuego y otro dios, que desea que los
humanos tengan fuego, envía el sapo a cometer el robo; para los chimilas, otro grupo de
indígenas posee el fuego y un "brujo" chimila se convierte en sapo para ir a apoderarse de
él. Entre los cunas, el dueño es el jaguar y la gente envía una iguana que, además de robarle
la brasa, lo priva del fuego dejándoselo apagado. Los mitos cuna y chimila comparten un
motivo ausente en el guatuso: en ellos, el dueño del fuego y quienes desean robárselo viven
en orillas opuestas de un gran río (Constenla, 1996).
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4.1.2 El Sol y La Luna
La concepción del Sol y la Luna como hermanos estaba muy difundida; en el caso
de bribris, cabécares se trata de un varón y una mujer que cometen incesto. A causa de esto,
la mujer (la Luna), pierde calor y brillo (que antes tenía tanto como su hermano). Para los
cágabas se trata de dos niños, varón y hembra, a los cuales Sintána, el hijo de Haba que
cumple las principales funciones de transformador, convierte en Sol y Luna. La niña, a
pesar de su edad, había tenido muchos amantes. Uno de ellos, por odio, cuando fue elevada
al cielo, le echó ceniza en la cara, de ahí sus manchas.
El caso de los bíntucuas son los hijos de una mujer muy pobre, Atij' uíriva. Ambos
eran muy hermosos y resplandecientes y su madre no quería que otras personas los vieran,
por lo que los mantenía ocultos. Su resplandor atrajo sin embargo a la gente que intentó
apoderarse de ellos, que se vieron obligados a huir al cielo. A la Luna le lanzaron ceniza
para cegarla e impedir así que huyera, pero sólo lograron mancharle el rostro. Los moveres
de la época colonial tenían un mito en que los hermanos eran varón y hembra, ambos hijos
de Noncomala, el dios principal, quien, al llegar ellos a la adolescencia, se los arrebató a la
madre para ponerlos en el cielo como Sol y Luna.
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4.2 Tipología de los cantos chibchas
Tomando en cuenta las situaciones en las que se emplean y su finalidad, estos textos
se pueden subdividir en varios tipos. Por ello Constenla (1996), presenta un estudio
analítico en el que a través de autores como, Reichel Dolmatoff (1950), Sherzer (1983),
Rochereau (1959), establece una serie de categorías en las que pueden clasificarse los
cantos de los pueblos que conforman la civilización chibcha. Estos tipos de cantos son:
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que proteja al niño , cuando éste ya ha aprendido a gatear, los muiscas, finalmente, hacían
súplicas en las que pedían el triunfo en la guerra y buenas cosechas.
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
Constenla, A. (1996). Poesía tradicional indígena costarricense. San josé, Costa Rica :
Editorial de la Universidad de Costa Rica.
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