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PONTIFICIA UNIVERSITÀ GREGORIANA

FACOLTÀ DI STORIA E BENI CULTURALI DELLA CHIESA


_______________________________________________

LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN


LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA EN
COLOMBIA
A LA LUZ DE LOS ARCHIVOS VATICANOS
(1882-1916)

Disertación para el Doctorado en Historia de la Iglesia


presentada por

JOHN ALEXANDER AVELLANEDA TORRES

Roma 2016
Vidimus et approbamus ad normam Statutorum Universitatis

Roma, Pontificia Università Gregoriana

11/04/2016
(Rev. Jan MIKRUT)
(Rev. P. Martín MORALES)
INTRODUCCIÓN

A lo largo del siglo XIX se promovieron en Colombia tres


alternativas jurídicas como respuesta al problema de las relaciones
entre la Iglesia y el Estado, las cuales en su justo momento significaron
cambios en los diversos campos de acción en donde había participación
eclesiástica.
La primera de estas soluciones se presentó luego del proceso de
emancipación y de la obtención de la independencia de España (1810-
1853), en donde se buscaba prolongar el ejercicio tradicional del
Patronato eclesiástico con el cortejo consiguiente del presupuesto de
culto y clero, con la sujeción inevitable de la Iglesia al poder civil.
Después de la independencia, la Iglesia colombiana fue sometida al
régimen del Patronato, del cual la nueva República se declaró heredera,
aduciendo tener el derecho de ejercerlo como elemento inherente a la
soberanía lograda tras la emancipación de España. El llamado patronato
republicano se promulgó en 18241, y tuvo vigencia hasta 1853 cuando
se declaró la separación de la Iglesia y el Estado. Durante este espacio
de tiempo la aplicación del Patronato generó polémicas e
inconformidades por parte de la Iglesia2. Estas constantes tensiones

1
Esta norma declaraba que la República continuaba en el ejercicio del Patronato y
determinaba el modo en que debía ejercerse por el Gobierno. Se asumió este derecho
sin consultar con la Santa Sede ni celebrar ningún acuerdo. Cfr. Rafael GÓMEZ
HOYOS, La Iglesia en Colombia, Bogotá 1955, 77.
2
Por ejemplo, en 1840 se aprobó una ley que exigía el pase del Gobierno para
divulgar documentos pontificios, y en 1841 se encarga a los jefes de policía para que
vigilaran que los eclesiásticos no introdujeran novedades en la disciplina exterior de
6 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

entre la jerarquía y el Gobierno permanecieron hasta que en 1835 se


establecieron relaciones diplomáticas. Esto se dio gracias a que la Santa
Sede reconoció a la Nueva Granada como República independiente3.
La segunda etapa (1853-1877) buscó la separación absoluta de
ambos poderes que desembocó en una persecución hostil del Estado a
la Iglesia, obligando el destierro del Legado Pontificio. En 1853 fue
proclamado el principio de «Iglesia libre en Estado libre» y decretó la
total separación entre religión y Gobierno4. El 8 de mayo de 1863 fue
establecida una Constitución Federal. En un artículo de la misma se
prohíbe la entrada de un Representante Pontificio en los Estados
colombianos5. Entonces la Santa Sede encargó al Delegado Apostólico
en Quito el cuidado de los asuntos eclesiásticos de la Nueva Granada.
Durante este tiempo el vínculo principal entre el Episcopado y la Santa
Sede lo asumieron los Arzobispos Antonio Herrán y Vicente Arbeláez.
La guerra civil de 1876-1877 de manera similar fue funesta para la
Iglesia. Luego de la desamortización de los bienes eclesiásticos, se
confirmaron varias medidas cometidas por algunos Estados federados;
se prohibió a los Obispos de poder anunciar a los fieles las órdenes de
la Santa Sede, y al clero de ejercitar el ministerio sin pase gobernativo,
y reteniendo los Ordinarios de Popayán, Pasto, Antioquia, Medellín y
Nueva Pamplona como gestores de la rebelión, fueron enviados en
exilio por diez años, confiando este último en Barranquilla6.
La tercera etapa (1877-1887) se concreta en una posición media
concertando los derechos de ambas partes soberanas por medio de un
Concordato. En 1880 el poder ejecutivo envió a Roma ante la Santa
Sede un Agente Confidencial en la persona del General Sergio

la Iglesia. Cfr. Fernán GONZÁLEZ, Poderes enfrentados. Iglesia y Estado en


Colombia, Bogotá 1997, 146.
3
El reconocimiento se dio a través de la promulgación por parte de Gregorio XVI
de la Bula Sollicitudo Ecclesiarum, el 9 de agosto de 1831. Cfr. Acta Gregorii Papae
XVI, vol. I, Graz 1971, 38-40.
4
El gobierno Liberal de José María Obando decretó por ley de junio de 1853 la
separación Iglesia-Estado, constituyéndose así la Nueva Granada, pionera del
separasionismo entre las Repúblicas de América del Sur. Cfr. Rosa María MARTÍNEZ
DE CODES, La Iglesia en la América independiente. Siglo XIX, Madrid 1992, 94.
5
La ley 17 de mayo de 1864 sobre la Inspección de cultos, artículo 12 afirmaba:
«No será admitido en el país ningún agente de la Curia Romana, sea cual fuere el
título que se dé a la misión que traiga él». Cfr. J. RESTREPO POSADA, «Galería de
representantes», 211.
6
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. f. 46r.
INTRODUCCIÓN 7

Camargo, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de


Colombia en Inglaterra, Francia y Alemania, para poner a la aprobación
de la Santa Sede un proyecto de Convención preliminar para un
acuerdo definitivo con el Gobierno Colombiano.

1. Marco Teórico
Luego de diversos encuentros, el Agente del Gobierno llegó a
celebrar con el Cardenal Lorenzo Nina, Secretario de Estado de León
XIII, una convención preliminar para un lograr un acuerdo definitivo
que declaraba restablecidas las relaciones oficiales entre el gobierno de
Colombia y la Santa Sede, devolvía a la Iglesia la libertad de sus
atribuciones y le aseguraba la indemnización por los perjuicios
económicos que había sufrido debido a la desamortización de sus
bienes temporales. La Iglesia en cambio, permitía que los bienes
eclesiásticos vendidos por el gobierno permanecieran en poder de sus
poseedores, y levantaba las censuras fulminadas contra todos los que
habían intervenido en el despojo de sus bienes. De esta forma, el 17 de
mayo de 1882, se dirigió la Secretaría de Estado de la Santa Sede
(SESS) al agente confidencial para comunicarle que se restablecían de
nuevo las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y los Estados
Unidos de Colombia. Pero solo fue hasta 1887 cuando se firmó el
Concordato, luego de la Reforma Constitucional de 1886, en donde se
abrió la posibilidad de firmar acuerdos entre Colombia y la Santa Sede,
algo que no era posible según la Constitución anterior.
Nuestro trabajo de investigación pretende indagar acerca de la labor
de los Delegados Apostólicos en Colombia, quienes fueron nombrados
por la Santa Sede como consecuencia del restablecimiento de las
relaciones diplomáticas que habían sido rotas en el periodo del
Liberalismo Radical, en donde se dio una separación de hecho y no
derecho entre el Estado y la Iglesia.
La Delegación Apostólica como tal prestó sus servicios desde 1882
hasta 1916, año en el que pasó a ser Internunciatura. En este lapso de
tiempo la Iglesia se organizó en todos sus aspectos: administrativos,
jurisdiccionales y pastorales, se destaca asimismo su importante
desempeño en la vida de la sociedad.
El presente trabajo viene estructurado de la siguiente forma:
Introducción, cinco capítulos, conclusión, apéndices, las fuentes y
bibliografía.
Con excepción del primero, la Tesis conserva un mismo esquema en
los capítulos de esta manera: cada parte se desarrolla a partir del
8 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

periodo de labores de cada Delegado Apostólico, allí se presenta toda la


documentación correspondiente al tema tratado en cada capítulo. Para
ser más claros, iniciamos siempre con Giovanni Battista Agnozzi, quien
fue el primer delegado y terminamos con Enrico Gasparri quien fue el
último. En cuanto a la estructura de cada parte de la Tesis, tenemos:
Capítulo I: Contexto histórico. En esta parte nos dedicamos a los
acontecimientos ocurridos en Colombia a finales del siglo XIX e
inicios del XX. Hemos considerado fundamental hacer un recorrido
histórico para poder abarcar el tema de los Delegados Apostólicos,
señalando tanto los antecedentes como los eventos en los cuales se
vieron involucrados y definieron su actuar. Debido a los constantes
cambios de la política nacional y su relación con la Iglesia, vimos
conveniente hacer un contexto antes de ir directamente al tema de los
Delegados Apostólicos.
Capítulo II: Sobre los Delegados Apostólicos. Este capítulo tiene la
estructura más compleja de todo el trabajo debido a que como nos
hemos basado en la documentación hallada en los Archivos Vaticanos,
esta resultó estar muy dispersa en lo concerniente al tema de esta parte
de la disertación. Organizar las fuentes en modo lógico no fue algo
simple. El objetivo de este capítulo es el de presentar los documentos
de las acciones de los Delegados Apostólicos en su relación con el
Gobierno colombiano y su relación con la Iglesia. Presentamos un
breve perfil biográfico y nos basamos en las indicaciones dadas por la
Santa Sede al inicio de la misión de cada Representante Pontificio.
Luego del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la
Santa Sede, el Gobierno colombiano fue muy abierto y generoso con la
labor de la Iglesia, esto gracias a que sus representantes eran de línea
conservadora que se identificaba con la doctrina y jerarquía católica.
Sin embargo, los Delegados Apostólicos tuvieron que moverse con
mucha diplomacia para evitar crear un clima de tensión que pudiera
afectar el buen momento entre las dos instituciones.
En la documentación se puede percibir la gran preocupación de los
Delegados en las cuestiones políticas y sociales de la nación, ya que
este ha sido un periodo de guerras civiles en donde la Iglesia ha sufrido
y, a su vez, fue protagonista. Dos momentos fueron fundamentales en
este periodo: la Constitución política de 1886, en donde la nación se
adjudicó la fe católica, y el Concordato de 1887, que reguló la situación
jurídica de la Iglesia, ofreciéndole grandes beneficios.
La importancia de este capítulo radica en que ofrece una gran ayuda
para comprender mejor la temática sucesiva y la contextualización de
INTRODUCCIÓN 9

las decisiones tomadas por los Delegados Apostólicos en algunos


momentos precisos.
Capítulo III: Sobre las Jurisdicciones Eclesiásticas. Se trata de la
documentación acerca de la organización territorial de la Iglesia
colombiana durante este periodo, en donde pudieron establecerse por
todo el espacio nacional jurisdicciones eclesiásticas que ayudaron a su
mejor funcionamiento administrativo y pastoral.
El territorio colombiano presenta variedad en su geografía. Esta
difícil realidad no permitía una atención pastoral adecuada, ya que las
pocas Diócesis existentes constituían grandes extensiones, de igual
modo, los medios de transporte de la época eran limitados dada la
escasez de vías, puesto que prácticamente solo existían caminos
rústicos en los cuales solo se podía transitar usando animales de carga y
en la zonas con ríos el uso de las lanchas. Para un Obispo recorrer su
Diócesis significaba movilizarse por varios días, incluso semanas y
meses. Esta situación motivó a los Delegados Apostólicos a promover
la creación de nuevas Diócesis, Vicariatos Apostólicos y Prefecturas
Apostólicas, dividiendo así el país en diversas jurisdicciones
eclesiásticas congregadas en tres Provincias. En esta parte de nuestra
Tesis, presentamos el proceso de la organización territorial de la Iglesia
en Colombia. Aclaramos que no pretendemos hacer una historia
detallada de cada jurisdicción, sino centrarnos en la gestión de los
Delegados Apostólicos como impulsores de la promoción de la zona y
su posterior erección a partir del proceso canónico testimoniado en los
documentos.
Capítulo IV: Sobre el Episcopado. Una de las preocupaciones de los
Delegados Apostólicos fue la de aumentar el número de Obispos como
consecuencia de la erección de nuevas jurisdicciones eclesiásticas. A la
llegada del primer Delegado, el Episcopado estaba representado por
pocos Prelados, con el agravante de que casi nunca se reunían,
asimismo, algunos de ellos estaban regresando de sus respectivos
exilios sufridos durante el régimen Liberal.
En este capítulo presentamos toda la gestión hecha por los Delegados
Apostólicos en los nombramientos de los nuevos Obispos, en los
traslados, en las renuncias y sobre los decesos. Tras la llegada de los
Delegados Apostólicos, progresivamente el Episcopado se fue
incrementando, pero a pesar de haber un número significativo no
estaban organizados como Conferencia Episcopal. Se efectuaban
encuentros periódicos para debatir asuntos internos o de interés social y
político. Esta era una realidad de toda la Iglesia en América Latina. En
10 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1899 se celebró en Roma el I Concilio Plenario Latinoamericano, en


donde se trató de reorganizar y vitalizar la Iglesia en Latinoamérica y
para ello se sugirió que los Episcopados de cada país se reunieran
periódicamente en Conferencias Episcopales. Teniendo en cuenta las
directrices del Concilio Plenario, tras una serie de encuentros y de
organizar los objetivos, la Conferencia Episcopal de Colombia empezó
sus actividades el 14 de septiembre de 1908, siendo la segunda en
América Latina.
Cabe resaltar la gran importancia de las Conferencias Episcopales, y
la celebración del I Congreso Eucarístico que reunió a gran cantidad de
fieles de todo el país, promovidos por los Ordinarios en sus respectivas
sedes.
Capítulo V: Sobre las misiones. En este último capítulo, la
documentación presentada corresponde a toda la gestión realizada por
los Delegados Apostólicos en relación al trabajo misionero.
Colombia en aquel entonces, aún era considerada un territorio de
misión. A pesar de la gran religiosidad expresada por el pueblo,
existían regiones alejadas en donde no se había portado la
evangelización, y en otras se había detenido como consecuencia de los
conflictos sociales y políticos que obligaron a abandonar la labor
misionera. La particular geografía de Colombia se constituyó en uno de
los principales obstáculos para el progreso de las misiones. Como gran
parte de los misioneros fueron enviados desde Europa, fue muy difícil
para ellos adaptarse al clima tropical y al acceso a estos territorios, sin
excluir el arduo trabajo de evangelizar a las comunidades indígenas,
casi siempre celosas y violentas ante la presencia de personas ajenas a
su cultura, un comportamiento causado, en gran parte, al estado de
explotación del cual eran víctimas por parte de los colonos que
invadían su territorio.
Desde el momento en el cual llegó el primer Delegado, fue una
prioridad no escatimar esfuerzos para promover las misiones, esto a
través de la creación de Vicariatos y Prefecturas Apostólicas. Una
situación para destacar es que en aquel momento no había sacerdotes o
misioneros locales bien formados para tal trabajo, por lo tanto, fue
necesario acudir directamente a las Casas Generales de la principales
Órdenes Religiosas Misioneras para el envío de algunos de sus
miembros.
El Gobierno proporcionó su ayuda al desarrollo de las misiones con
la emisión de leyes y acuerdos, pero que en el fondo lo que buscaba era
penetrar más fácilmente a estos territorios para su dominio
INTRODUCCIÓN 11

aprovechando que el misionero sí era aceptado y tenía la capacidad de


organizar estas comunidades con gran éxito.

2. El problema de los archivos locales


El 9 de abril de 1948 fue asesinado en Bogotá el líder político Liberal
Jorge Eliecer Gaitán, provocando una revuelta de grandes magnitudes
que daría origen a un periodo de violencia que no ha cesado. La muerte
de Gaitán exaltó los ánimos de sus descontrolados seguidores, quienes
en su afán por hallar culpables del magnicidio, iniciaron una guerra sin
cuartel conocida como «el Bogotazo» y que partió en dos la historia
contemporánea de Colombia.
Dos fueron los blancos de los ataques. Por un lado el Gobierno
encabezado por el Presidente Mariano Ospina Pérez, Conservador, y
por otro lado, la Iglesia católica, señalada de apoyar al Gobierno y de
perseguir a los Liberales. De esta manera, los primeros objetivos fueron
los edificios que pertenecían tanto a una como a la otra institución. En
estos ataques fueron destruidas las sedes de los diferentes Ministerios,
los tranvías, los locales comerciales fueron saqueados, las Iglesias
fueron profanadas e incendiadas, los edificios eclesiásticos tales como
colegios, casas religiosas, etc., análogamente, fueron objeto de
agresión. Por otra parte, una de las consecuencias de la revuelta fue la
pérdida de gran parte de la memoria histórica del país al ser quemados
los principales Archivos que conservaban importante documentación de
varios siglos.
En cuanto a los Archivos eclesiásticos fueron destruidos el de la
Conferencia Episcopal, el de la Arquidiócesis y el de la Nunciatura
Apostólica. Por esta razón, no es posible acceder a las fuentes sobre la
historia de la Iglesia en Colombia anterior a 1948, solo se conservan
algunos escritos que citan estos documentos, o acudir a pocas copias
conservadas en otros Archivos. En cuanto a lo referente a la Nunciatura
Apostólica es aún más complicado, debido a que era información
oficial y confidencial, que solo se conservaba allí, y al ser destruido el
Archivo se perdieron para siempre. La única posibilidad de tener
conocimiento sobre esta documentación es acudir a los Archivos
Vaticanos, en donde existen los originales y las minutas, que
proporcionan la información carente en Colombia.
Con base en lo anterior, a través de un conjunto de documentos
recopilados en el Archivo Secreto Vaticano, en el Archivo de la
Secretaría de Estado de la Santa Sede, de diarios de la época y de otras
fuentes, la Tesis se aboca a presentar cómo fue el proceso de
12 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

organización de la Iglesia colombiana luego del restablecimiento de las


relaciones diplomáticas, desde la perspectiva de los Delegados
Apostólicos y su permanente contacto con la Santa Sede. Nuestro
objetivo es suministrar las fuentes documentales que no han sido
consultadas y que ofrecen valiosa información para comprender este
proceso por parte de los Representantes Pontificios en Colombia. Ante
el problema de la no existencia de fuentes sobre la historia de la Iglesia
en Colombia antes de 1948, pretendemos proporcionar una respuesta
poniendo a disposición las fuentes que tratan de este periodo específico
comprendido entre 1882 y 1916 cuando la Iglesia se pudo consolidar
como una institución fuerte e influyente luego de superar las
dificultades propias del Liberalismo Radical.
Es decir, ante el problema de la existencia de un hecho concreto,
pero sin soporte documental, respondemos poniendo en evidencia la
ausencia de este soporte, a partir de una reconstrucción historiográfica
correspondiente a un período y objeto específicos.

3. La originalidad y novedad
La decisión de afrontar este argumento está motivada por la ausencia
de una investigación detallada sobre la organización de la Iglesia
colombiana durante este periodo y el papel desempeñado por los
Delegados Apostólicos como representantes de la Santa Sede.
Por lo tanto, nuestro trabajo consiste en presentar en un estudio
sistemático el desarrollo y función de la Iglesia en Colombia a partir de
los documentos emitidos y recibidos por la Delegación Apostólica de
Bogotá, y exponer la influencia del fuero eclesiástico en la sociedad de
la época. Teniendo en cuenta lo anterior, la originalidad y novedad de
la investigación está, a nuestro parecer, en dos campos: el de la
temática y el de la historiografía.
En el campo temático la investigación es una novedad porque hasta
ahora ninguno ha tratado sistemáticamente la materia que deseamos
presentar. Los estudios de fondo de la historia eclesiástica colombiana
correspondientes a este periodo no se detienen a profundizar los temas
que afrontaremos. Individuaremos aspectos concretos respecto a la
organización de la Iglesia colombiana, pero siempre desde la
información que nos proporcionan los documentos de la Delegación
Apostólica. La razón de esta falta de estudios al respecto, radica
justamente en la ausencia de material documental por las razones ya
explicadas. En este aspecto, estamos ofreciendo las fuentes primarias
para profundizar aún más sobre esta temática.
INTRODUCCIÓN 13

En lo que se refiere al campo historiográfico, hemos ya hecho una


exposición sobre las interpretaciones que abarcan el estudio de la
historia de la Iglesia en Colombia, además, en cuanto al tema específico
que estamos tratando no hay una investigación profunda que se base en
documentos y otras fuentes pertinentes. De este modo, adicionalmente
a la minuciosidad con la que se han trabajado los diferentes
argumentos, se constituirá una fuente historiográfica por la cantidad de
documentos que se ha estudiado y citado, que son un aporte a la
investigación histórica.

4. Fuentes documentales y metodología


Como hicimos mención anteriormente, en 1948 fueron destruidos los
archivos eclesiásticos en Bogotá, perdiéndose toda la documentación de
la Conferencia Episcopal, la Arquidiócesis y la Nunciatura Apostólica,
archivos que conservaban todas las fuentes correspondientes a nuestro
objeto de estudio. De esta manera, al no contar con Archivos en
Colombia que proporcionasen fuentes, nos basamos en la
documentación conservada en los Archivos Vaticanos: el de la
Secretaría de Estado, en la sección para la Relación con los Estados,
Archivo histórico de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos
Extraordinarios (AA.EE.SS), y el Archivo Secreto Vaticano (ASV),
fondo Secretaría de Estado, Colombia.
El proceso para acceder a los documentos en lógico lo podemos
resumir en tres fases: la primera, de consultación en los libros de los
índices para identificar y organizar cronológicamente; la segunda, el
acceso a la documentación, hacer la selección y la transcripción;
tercera, el análisis, descripción temática y redacción final. Al final se
hizo la integración de la información proveniente de todas las fuentes,
clasificando la temática y la cronología.
Al tener el material a mano se aplicó como método de trabajo el
análisis histórico-crítico de las fuentes. Asimismo hemos utilizado el
método analítico sintético, procediendo heurísticamente al
conocimiento, a través de las fuentes, de aquellas ideas que sean
relevantes para nuestro tema. Por último, a través de una labor
hermenéutica, interpretamos el sentido de los documentos a disposición
a fin de establecer una síntesis que explicase debidamente el hecho
histórico.
Las fuentes primarias que tuvimos a disposición las podemos dividir
en tres grupos:
14 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Primer grupo, fuentes tomadas del Archivo Secreto Vaticano, del


Fondo de la Secretaría de Estado.
Segundo grupo, fuentes tomadas de la Secretaría de Estado, en la
sección para la Relación con los Estados, Archivo histórico de la
Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Colombia.
Tercer grupo, fuentes tomadas de la Secretaría de Estado, en la
sección para la Relación con los Estados, Archivo histórico de la
Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Rapporti
delle Sessioni. Aquí podemos incluir los documentos del Archivo
Histórico de Propaganda Fide (APF).
Podemos incluir algunas fuentes secundarias, tomadas de algunas
publicaciones de la época, principalmente periódicos, y tal vez la más
destacada conocida como el Diario Oficial, que es la publicación
institucional de la Imprenta Nacional que como documento histórico
recoge día a día el discurrir legal de la Nación siendo, con la aparición
de su primer número el 30 de abril de 1864, la pionera del periodismo
diario en Colombia. También incluimos algunos boletines emitidos por
el Episcopado, pastorales, y algo muy importante, como fueron los
informes dados por los encargados de las misiones y que enviaron a la
Junta de Misiones, de la cual hacía parte el Delegado Apostólico.
Debemos a la Pontificia Universidad Gregoriana una especial
gratitud, en particular a la Facultad de Historia y Bienes Culturales de
la Iglesia por habernos permitido un crecimiento integral durante estos
años de estudio. De la misma manera, expresamos palabras de
agradecimiento al Profesor Jan Mikrut, quien ha guiado con su
erudición y observaciones el desarrollo de esta disertación. También
deseamos hacer mención significativa al personal encargado del
Archivo Secreto Vaticano y del Archivo histórico de la Congregación
de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, quienes facilitaron
nuestra investigación permitiendo tener acceso a los documentos.
Finalmente, el mayor de todos los agradecimientos al Señor de la
Historia, Jesucristo nuestro Salvador, hacia quien fluye y de quien
mana cada don, capaz de hacer renacer la humanidad de los escombros
en los cuales, a veces, se sumerge.
CAPÍTULO I

Colombia a finales del siglo XIX e inicios del XX

La labor de los Delegados Apostólicos estuvo condicionada por los


constantes movimientos sociales y políticos de la nación. Por eso,
hemos visto conveniente antes de entrar directamente en el argumento
que nos ocupa hacer un capítulo a modo de contexto histórico, de esta
forma, se podrán comprender mejor las acciones de los Representantes
Pontificios en determinados momentos; también proporciona una ayuda
para clarificar las situaciones que giraron en torno a la organización de
la Iglesia.
Consideramos que son dos los momentos trascendentales que
merecen ser tenidos en cuenta. El primero, el final del Liberalismo
Radical que motivado por las ideas emanadas de la Revolución
Francesa, impuso de forma imperativa tales principios, ocasionando,
entre otros, un explícito distanciamiento con la Iglesia y con los valores
cristianos. El final de este periodo se dio con el surgir de la
Regeneración, una ideología que inspirada en los principios de la
Iglesia católica buscó un cambio y el control centralizado de los
poderes.
El segundo momento es efecto de la Regeneración, y es conocido
como la hegemonía Conservadora, que siguiendo en parte muchos sus
principios tuvo una mayor apertura.
Según esto, Colombia tuvo un gran salto político, pasó de un
Liberalismo intransigente a un dominio Conservador inspirado en los
16 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

ideales de la Iglesia. Pero entre uno y otro, sucedieron graves conflictos


que marcaron la historia de Colombia.

1. Periodo de la Regeneración
En la historiografía colombiana se ha interpretado que el movimiento
político-cultural de la Regeneración estuvo presente entre 1886 y 1903,
entendido como una tendencia del pensamiento conservador que se
originó en la Francia del Segundo Imperio1. De hecho, se le atribuye a
Napoleón III el haber creado una reacción de orden mundial que
pretendía eliminar los principios de las Revoluciones Francesas de
1789 y 1848. Estas ideas se fundamentaron, sobre todo, en la religión
católica, en el centralismo y el autoritarismo.
En el contexto latinoamericano, estas ideas fueron asimiladas por
importantes políticos, así tenemos a: Miguel Antonio Caro en
Colombia; Lucas Alamán en México; Gabriel García Moreno en
Ecuador; Carlos Walter Martínez en Chile. Estos pensadores políticos
basados en las encíclicas de Pío IX, Quanta Cura y el Syllabus, se
propusieron implantar una situación similar a la que se presentaba antes
de la independencia, con el fin de poder eliminar la influencia del
Liberalismo francés2.
Los regeneradores estaban convencidos de que la institución
eclesiástica, que entendían como un cuerpo de profesionales que
administran lo sagrado, y la religión católica, eran fundamentos
sociales que no se podían disociar y que había que aprovechar. Rafael

1
Mario AGUILERA PEÑA – Renán VEGA CANTOR, Ideal Democrático y Revolución
Popular, Bogotá 1998, 141-150.
2
Estos Conservadores eran conocidos como Ultramontanos, por oposición a
aquellos que en otra línea se caracterizaban por la aceptación de ciertos principios del
Liberalismo, condicionada por una tendencia a moderar lo que consideraba sus
excesos y, sobre todo, por la convicción de que sólo podrían ser traducidos en hechos
políticos o institucionales de una manera lenta y progresiva. De esta manera la línea
que podría llamarse del Conservadurismo Liberal entró en colisión con el
pensamiento constitutivamente Conservador, con el Ultramontano y de igual modo,
con el Liberal, lo cual lo obligó a defender su posición en varios frentes. En ambos
casos el pensamiento Conservador se mostró contradictorio. En el primero porque
pretendía ser restaurador y no defensor de la situación real en el estado en que se
hallaba, y en el segundo porque admitió el principio de cambio; y esta vez se
aproximó al ala Conservadora del Liberalismo, que realizó un proceso inverso. Cfr.
José Luis ROMERO, Situaciones e Ideologías en América Latina, Medellín 2001, 134.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 17

Núñez así lo expuso en su mensaje al Consejo de Delegatarios,


encargados de redactar la Constitución de 1886:
La tolerancia religiosa no excluye el reconocimiento del hecho evidente del
predominio de las creencias católicas en el pueblo colombiano. Toda
acción del gobierno que pretenda contradecir ese hecho elemental encallará
necesariamente como ha encallado en efecto entre nosotros y en todos los
países de condiciones semejantes3.
Es de notar, que desde el punto de vista ideológico, las similitudes
entre la Regeneración y los principios de la Iglesia eran notables, a
saber: ambos veían al Liberalismo como un enemigo que se debía
combatir; se estaba buscando reconquistar los viejos privilegios
perdidos; se quería de reafirmación a nivel de la sociedad. De esta
forma, la Iglesia, al lado de los Regeneracionistas, consiguió recuperar
su poder y prestigio a partir de una imagen de defensa y combate.
En este sentido, el Gobierno facilitó la llegada de nuevas Órdenes
religiosas, lo más significativo fue el retorno de la Compañía de Jesús,
asimismo, la reactivación de las misiones, principalmente en las zonas
de frontera4. El Concordato permitió que en Colombia se implantase el
régimen de cristiandad, donde el Estado facilitó la labor de la
institución eclesiástica e, incluso, le legó funciones que directamente le
competían a él, como la supervisión de la educación pública, el control
poblacional, el control del estado civil de los individuos, mediado por
las partidas bautismales que cumplían la función de registro civil, y los
libros parroquiales, indicando la relación directa entre nacionalidad y
religión, entre otros.
El proyecto político que presentaban los Regeneracionistas
básicamente era: nueva Constitución Política; garantizar el orden del
país; formación de un ejército; Iglesia católica; departamentalización de
los Estados; elección de Alcaldes y Gobernadores; periodo a seis años
con derecho a reelección; pena de muerte; legislación civil, comercial,
minera.
Sin embargo, la mala administración y la intolerancia frente a la
oposición, principalmente por parte de Miguel Antonio Caro, hizo que
se alzaran constantemente voces de protesta, así se dio la guerra civil de

3
Iván CADAVID, Los fueros de la Iglesia ante el liberalismo y el conservatismo en
Colombia, Medellín 1955, 131.
4
Gabriel CABRERA BECERRA, La iglesia en la frontera. Misiones católicas en el
Vaupés, 1850-1950, Bogotá 2002.
18 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1884, pero el hecho más trascendental, que marcó la historia nacional,


fue la guerra de los mil días, un conflicto bipartidista, con un trasfondo
político pero que en realidad fue un suicidio social, porque el país no se
recuperaría nunca de sus graves consecuencias. Por lo tanto, la
Regeneración, aunque fue un intento por rescatar los ideales cristianos
y otros principios de los del Liberalismo Radical, al final, terminó
siendo tanto o más intransigente que este, en lugar de crear un
equilibrio en donde se buscara una conciliación, lo que hizo fue generar
más rivalidad e inconformismo. En todo esto, sin duda alguna, la que
salió favorecida fue la Iglesia, que pudo recuperar su protagonismo en
la sociedad colombiana, retomar algunos de sus privilegios, y
establecerse como una institución fundamental para el desarrollo de la
nación.

2. Palabras del Arzobispo Vicente Arbeláez


El Arzobispo de Bogotá, Vicente Arbeláez, informó a la Santa Sede
sobre la situación política en Colombia con motivo de la toma de
posesión de nuevo Presidente, Francisco Javier Zaldúa, el 1 de abril de
18825. Tal acto tuvo lugar en la Catedral Metropolitana. En este
documento podemos apreciar los primeros intentos de acercamiento
entre las dos instituciones, civil y eclesiástica, en torno a un periodo de
grandes conflictos y de constantes manifestaciones. Así se expresó el
Arzobispo6:
Acompaño a Vuestra Eminencia los discursos pronunciados por el
Presidente del Senado y el de la Republica, Doctor Zaldúa7. Por su lectura
juzgará Vuestra Eminencia de las ideas del nuevo Presidente en lo que hace
relación a la grave cuestión religiosa que aquí nos agita. Como es de
costumbre, yo fui con mi Capitulo a felicitar al Presidente; y tanto en la
contestación a mi discurso como en el que dirigió al Presidente del Senado,
manifestó que desea la derogación de la ley de inspección de cultos en
cuanto sea contraria a la igualdad constitucional; mas al propio quiere
poner en vigor en una ley especial el principio de que los ministros de los

5
Fue elegido para que gobernara durante el bienio de 1882-1884, pero murió en
ejercicio del cargo solo 8 meses después, el 21 de diciembre del mismo año; su lugar
lo tomó Clímaco Calderón.
6
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 429. fasc. 23. ff. 2r-3v.
7
Se envió una página del periódico El Conservador del 1 de abril de 1882, en
donde fueron publicados estos discursos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 429.
fasc. 23. ff. 4r-v.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 19

cultos religiosos deben obediencia al poder civil. Si esta obediencia fuera la


que es común a todos los ciudadanos, dicha ley nada tendría de particular,
atendida nuestra Constitución que no reconoce fuero eclesiástico; pero si es
una obediencia especial de los ministros del culto al poder civil, que coarta
la libertad del sagrado ministerio, no se cómo se pueda entender este
principio de igualdad que quiere el nuevo Presidente. Del desarrollo que en
la práctica se dé a tales ideas, informaré a Vuestra Eminencia.
Cuanto a la política, el nuevo Presidente se ha manifestado contrario a la de
su antecesor, y ha llamado al ministerio miembros del Partido Radical.
Estos no han sido aceptados por el Congreso, lo que ha producido
antagonismo entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, que ha tenido los
ánimos en constante agitación. Sin embargo, tengo fundadas esperanzas de
que no se alterará el orden público debido al interés que la parte sensata de
la sociedad tiene por la conservación de la paz.

3. Grave enfermedad del Presidente Zaldúa


Al poco tiempo de su posesión como Presidente de la República,
Francisco Javier Zaldúa cayó enfermo, esto fue aprovechado por los
opositores para iniciar a fraguar movimientos que llevaran a una
revolución con el fin de retomar el poder que habían perdido desde
1880 con la llegada de Rafael Núñez. El Delegado Apostólico informó
a la Santa Sede sobre el asunto, hablando sobre su encuentro con el
Presidente Zaldúa y la impresión que le había dejado su situación de
salud y el fuerte enfrentamiento entre los Partidos Políticos8.
La grave enfermedad del Presidente de la República había hecho
perder las esperanzas de su reintegro al cargo, todavía, por su avanzada
edad era cada vez más difícil. Su muerte se dio el 21 de diciembre de
1882, por un infarto. El Delegado Apostólico lo comunicó a la Santa
Sede:
Ayer 21 del corriente, en la tarde murió el Presidente de esta República, el
Sr. Francisco Javier Zaldúa, a la edad de 74 años. Como primer suplente le
sucede Núñez, en segundo lugar Otálora, los dos Independientes. Ausente
actualmente Núñez de Bogotá, asume la dirección del Poder Ejecutivo el
Sr. Otálora. […]. Zaldúa nació católico, pero no practicante por mucho
tiempo, y Liberal Radical, hacía temer que moriría impenitente, sin tener
pensamiento de religión, y así hubiera sucedido, si en estos últimos días no
hubiese vivido con él su hijo sacerdote. Cuatro días antes de la muerte hizo

8
ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. f. 193r, despacho de Giovanni Battista
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 25 de junio de 1882.
20 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

su confesión a un canónigo de la Catedral y la repitió más veces hasta la


vigilia, yo fui a verlo pocas horas antes de su último respiro. Mañana 23 del
corriente, tendrá lugar el funeral en la Catedral y el transporte del cadáver
al cementerio con todos los honores que meritan tan alta dignidad del
difunto9.

4. Primeros movimientos de rebelión


Tras la muerte del Presidente Zaldúa, los miembros del Partido
Radical buscaron la manera de agitar los ánimos para desestabilizar el
Gobierno. Se inició a presagiar una posible guerra civil, y así el
Delegado Apostólico lo informó a la Santa Sede. El Representante
Pontificio manifestó su preocupación por los hechos que se estaban
generando en Colombia. Una observación que Monseñor Agnozzi hace,
es la poca voluntad que hay por parte de la población en general en
dejarse llevar por las intenciones de los Radicales, añade, de igual
modo, la posible intervención del clero en asuntos políticos:
Desde hace dos o tres meses el interés de los diversos Partidos que se
cuestionan el Poder Ejecutivo de la República ha comenzado a perturbar
frecuentemente el orden público, y en estos últimos días la agitación ha
llegado al punto de temer un movimiento armado y de la suma desgracia de
una guerra civil. La gran mayoría de los ciudadanos de toda la República
son contrarios y se resisten en cuanto pueden al Partido inquieto y
perturbador de los Radicales, y tal vez se evitará la guerra. Pero como he
recibido la noticia de que se tienta de comprometer al clero, he creído mi
deber de transmitir a los Obispos una Circular10.
Seguidamente, el 6 de agosto de 1883, de nuevo informó a la Santa
Sede sobre la evolución de la situación política, en vista de que se
aproximaban las elecciones para Presidente, aumentaba la tensión en el
país pues se sentía el inicio de una nueva guerra civil11. En este mismo
despacho, el Delegado Apostólico envió una copia de la Circular que
dirigió a todo el Episcopado acerca de la conducta del clero en

9
ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. ff. 224r-v despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 22 de diciembre de 1882.
10
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 44r-45r, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 30 de julio de 1883.
11
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 46r-v, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 6 de agosto de 1883.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 21

cuestiones políticas, debido a que algunos eclesiásticos se estaban


comprometiendo explícitamente en estos asuntos12.

5. Rafael Núñez nuevo Presidente de la República


Ya había sido Presidente entre el 8 de abril de 1880 y el 1 de abril de
1882, iniciando cambios sustanciales en la política nacional,
básicamente, fue el final del periodo de los Liberales Radicales y el
inicio de la Regeneración.
Fue elegido nuevamente Presidente para el periodo del 11 de agosto
de 1884 al 1 de abril de 1886. El país se debatía en un momento difícil
por causa de las revueltas iniciadas por los Radicales inconformes con
los Gobiernos de Zaldúa, muerto en ejercicio, y de Otálora. La elección
de Núñez no fue tomada de buena manera. Rafael Núñez tenía el apoyo
del Partido Conservador y para lograr su proyecto de la Regeneración
fundó el Partido Nacional con la colaboración de Miguel Antonio Caro.
Sin embargo, su salud no estaba bien, y no pudo tomar posesión del
cargo, dado que se encontraba en Curazao, así que en su lugar lo hizo
Ezequiel Hurtado13.

12
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 47r-v. El Delegado Apostólico
continuó enviando informes sobre la situación de Colombia, por ejemplo: ASV.
Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 50r-51v, despacho de Giovanni Battista
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 17 de agosto de 1883, en donde informó
acerca del inicio de las revueltas en la población de Zipaquirá, cerca de la Capital;
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 52r-53r, despacho de Giovanni Battista
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 30 de septiembre de 1883, sobre la victoria
de Rafael Núñez en las elecciones Presidenciales, y las constantes amenazas de una
guerra civil.
13
El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede con un despacho al Cardenal
Ludovico Jacobini, del 3 de abril de 1884, acerca de la toma de posesión de Ezequiel
Hurtado como Presidente Interino, pero agregó que Rafael Núñez tenía una situación
complicada desde el punto moral, ya que vivía en unión civil pues su primer
matrimonio realizado por la Iglesia, aún era válido, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub.
251. fasc. 2. ff. 137r-v. El Secretario de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos
de Colombia, Eustorgio Salgar, con un despacho del 7 de abril de 1884, comunicó a
León XIII, que por motivo de la ausencia del Presidente electo Rafael Núñez, desde el
1 de abril ejercía el Poder Ejecutivo el Señor General Ezequiel Hurtado, en su carácter
de Primer Designado, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 138r-139r. El
Delegado Apostólico envió un despacho al Cardenal Jacobini, el 3 de abril de 1884,
dando esta noticia, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 147r-148v. La
respuesta pontificia, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 141r-v.
22 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Giovanni Battista Agnozzi comunicó a la Santa Sede cuando Rafael


Núñez tomó posesión de su cargo, y remarcó que el camino para la
conciliación entre la Iglesia y el Estado colombiano no sería fácil14:
En el discurso del Presidente del Senado, y en la réplica hecha por Núñez,
se ha dado mucho valor a la necesidad de una reforma de la Ley
Constitucional de la República, y este tema será de suma importancia en la
reunión de las Cámaras Legislativas del próximo año 1885; esto me sería
de maravilla, que hubiera mucho por discutir sobre las relaciones del
Estado con la Iglesia.
La conducta por mi observada con este Gobierno y con la generalidad de
los Diputados de las dos Cámaras Legislativas me da más de esperar que de
temer, sin embargo, sobre este terreno mi misión no puede hacerse más
difícil de aquello que yo lo prevea15

6. La guerra civil de 1884-1885


Gran parte de la historia política de Colombia durante el siglo XIX e
inicios del XX, está escrita sobre las páginas de las guerras civiles y sus
consecuencias que influyeron directamente en la conformación del
Estado16.
La guerra civil de 1885 en Colombia fue el preámbulo de la
Constitución que tuvo vigencia hasta 1991. Fue el producto de un error
político del Partido Liberal Radical que buscaba hacerse de nuevo con
el poder después de que el presidente Rafael Núñez estaba inclinando la
balanza de fuerzas políticas hacia el independentismo y, suponían los
Liberales, hacia los Conservadores, enemigos históricos de los
Liberales.

6.1. La insurrección
El levantamiento se inició en una población del Estado de Santander
llamada La Florida, el 7 de agosto de 1884, promovida por Solón
Wilches, Comandante en Jefe del Ejército y Presidente del Estado

14
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 150r-151r, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de agosto de 1884.
15
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc .2. f. 150v.
16
Myriam JIMENO SANTOYO, «Identidad y experiencias cotidianas de la violencia»,
en: Revista Análisis Político, 33 (1998), 249.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 23

Soberano de Santander17. Durante su gestión hubo un debilitamiento


económico y abuso de poder, que lo llevó a sobrepasar y manipular la
política a su conveniencia, con decisiones tales como cambiar la
Constitución local para implantar la reelección o la manutención de un
ejército profesional y personal. Estos abusos generaron un
inconformismo general que los Radicales aprovecharon para buscar la
recuperación del poder, ya que estaban apartados y aislados.
Estos movimientos Radicales se convirtieron en una amenaza para
los intereses de Rafael Núñez, la estabilidad de la Unión y del proyecto
Regeneracionista. Lo que llevó al Gobierno central a poner su atención
en esta región.
Los Radicales Liberales marcharon hacia la ciudad del Socorro en
donde se encontraba Wilches con su ejército. El Presidente Rafael
Núñez decidió enviar tropas de la Unión al Estado de Santander, con el
fin de evitar que se turbara el orden público. Acompañados de dos
comisionados de paz, los señores Narciso González Lineros, Liberal
independiente, y Felipe Zapata, Liberal Radical. Los comisionados
lograron éxito en sus esfuerzos de paz, y el 20 de septiembre se firmó
entre el gobierno de Santander y los rebeldes el Convenio de Socorro:
se elegiría una convención que decidiría sobre los asuntos electorales
con perfecta autonomía.
Durante este tiempo se nombró un comisionado independiente para
que gobernara, como un acto de garantía hacia los Radicales, encima,
se nombró como Ministro de Guerra al General Santos Acosta, un viejo
caudillo Radical. Esto mejoró de forma temporal las relaciones entre
Núñez y los Radicales18.
Este acuerdo logró que se convocara a elecciones el 19 de octubre de
1884, en donde los Radicales ganaron, consiguiendo 19 de los 35
diputados a la Convención del Estado, esto les otorgaba el derecho de
elegir su presidente, nombrando a Sergio Camargo, un importante
militar y político Radical, quien asumió la misión de reorganizar a los
Liberales Radicales en Santander19.
El Presidente Rafael Núñez al tener conocimiento de los resultados
electorales dio la orden a las tropas que se dirigían hacia Bogotá de

17
Gonzalo ESPAÑA, La Guerra Civil de 1885: Núñez y la derrota del radicalismo,
Bogotá 1985, 83.
18
Jorge Orlando MELO, «Del federalismo a la constitución de 1886», en: Nueva
Historia de Colombia, vol 1, Bogotá 1989, 38.
19
G. ESPAÑA, La Guerra Civil de 1885, 99.
24 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

regresar a Santander, adicionalmente, los Conservadores, observadores


y neutrales, se pronunciaron deslegitimando las elecciones. La
situación se tornó tensa cuando Núñez decidió imponer un presidente
provisional, nombrando a Narciso González durante la posesión de
Camargo, desalojando del recinto a los delegados Radicales. Así Núñez
hizo su primer movimiento, evidenciando el peso e importancia política
del Estado de Santander.
Los radicales santandereanos asumieron la actitud de Rafael Núñez
como una agresión directa y decidieron declarar la guerra al Estado
Central. Esta situación tomó por sorpresa a los demás Liberales de toda
la Unión, tanto que no estaban preparados ni militar ni logísticamente.
Aun así, los Radicales se lanzaron a la revuelta en Santander, iniciando
una nueva guerra civil el 18 de noviembre de 188420.

6.2. La guerra
Para los excluidos Radicales de todas partes de la Unión la guerra era
una oportunidad para recuperar el espacio político que se había perdido
con el pasar de los años. Por eso, prontamente la revuelta se trasladó a
los Estados de Cundinamarca, Tolima, Boyacá, Antioquia y Cauca, con
el objetivo de reemplazar los gobiernos establecidos y desestabilizar el
poder central de la Unión.
El 24 de septiembre de 1884, se sublevaron los dos Radicales más
significativos del Estado de Cundinamarca, Manuel Navarrete y el
General Ricardo Gaitán Obeso. Los Estados de Tolima y Boyacá
decidieron apoyar la guerra con decisión, reuniendo un considerable
número de tropas, pero carecían de logística militar (armas, víveres,
ropa, etc.). Poco a poco se empezó a notar la debilidad Radical.
El Estado de Antioquia entró en guerra a inicios de 1885, realizando
movimientos de las guerrillas Conservadoras y el apoyo del Estado
Caucano a Núñez. Los antioqueños Radicales lograron reunir un
importante número de hombres, pero como en el resto del país la falta
de estrategia no creó una gran amenaza para el Gobierno Central. El fin
de la guerra se veía venir. Cauca había apaciguado la insurrección de
Antioquia en solo treinta días. Los Conservadores –recientes aliados de
Núñez– abatían los rezagos Radicales en los distintos estados. Solo
quedó el joven General Radical Gaitán Obeso que enfrentó

20
J. O. MELO, «Del federalismo a la constitución de 1886», 39.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 25

relativamente solo una campaña que en algún momento generó


esperanzas, pero al final fue infructuosa.
Al final, las fuerzas del Gobierno Central obtuvieron el triunfo, esto
le sirvió como pretexto al Presidente Rafael Núñez para declarar un
cambio de la Constitución de 1863, que estaba inspirada en el
Radicalismo Liberal, lanzando una nueva propuesta, esta reforma dará
origen a la Constitución de 188621.

7. La Constitución de 1886
El origen de este Frente Nacional conocido como la Regeneración se
dio en 1880, año en que asumió la presidencia el Liberal Rafael Núñez.
Político caribeño que inició los contactos entre las élites de los dos
Partidos tradicionales, estableciendo un acuerdo que restableció la
calma social, que evitó una revuelta a gran escala, y que por otro lado,
ayudó a salir de la quiebra económica. Núñez comandó un sector del
Partido Liberal, conocido como independiente que formó una liga
política con los Conservadores, liderados por Miguel Antonio Caro,
con el objetivo de implantar una Constitución Centralista que sirvió
para restablecer la situación anárquica del país. De este pacto se

21
Sobre el desarrollo de la guerra civil, el Delegado Apostólico estuvo
permanentemente informando a la Santa Sede. Se pueden consultar los siguientes
documentos: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff. 238r-239r, despacho del
29 de agosto de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 241r, despacho
del 1 de octubre de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff. 243r-244r,
despacho del 22 de diciembre de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. ff.
251r-252r, despacho del 29 de diciembre de 1884; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251.
fasc. 1. f. 246r, despacho del 29 de enero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251.
fasc. 1. f. 248r, despacho del 30 de enero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251.
fasc. 1. f. 250r, despacho del 21 de enero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251.
fasc. 1. ff. 254r-255v, despacho del 15 de febrero de 1885; ASV. Segre. Stato, 1885.
rub. 251. fasc. 1. ff. 256r-257r, despacho del 14 de marzo de 1885; ASV. Segre. Stato,
1885. rub. 251. fasc. 1. f. 258r, despacho del 16 de marzo de 1885; ASV. Segre. Stato,
1885. rub. 251. fasc. 1. f. 260r, despacho del 9 de junio de 1885; ASV. Segre. Stato,
1886. rub. 251. fasc. 1. ff. 75r-76r, despacho del 23 de junio de 1885; ASV. Segre.
Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. f. 264r, despacho del 3 de agosto de 1885; ASV. Segre.
Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. f. 266r, despacho del 6 de septiembre de 1885; ASV.
Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc. 1. ff. 267r-268r, despacho del 15 de octubre de
1885.
26 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

excluyó a los Liberales Radicales que seguían abanderando la idea


federal22.
Como consecuencia del enfrentamiento entre los Radicales y la
coalición, se presentó una guerra civil en el año de 1885. En ella
resultaron derrotados los Radicales y, entonces, los miembros de la
alianza convocaron un Consejo Nacional de Delegatarios para elaborar
un nuevo texto fundamental23.
Dentro del marco histórico de la Regeneración, la Constitución
Política de 1886 se constituye como el signo más importante y la
cúspide de este periodo. Esta Carta Política Nacional rigió la vida
Constitucional de Colombia hasta 1991. Hasta ese momento Colombia
se regía por la Constitución de 1863, nacida como fruto de la
dominación Liberal intransigente, lo que llevó a que existiesen fuertes
oposiciones entre los dos bandos políticos.
En el desarrollo de la preparación y posterior redacción tuvo un papel
importante la Iglesia católica, que era abiertamente aliada de los
Conservadores, y que con su fuerte influencia sobre la población
contribuyó en la derrota de los Liberales Radicales.
Al tomar el poder Rafael Núñez entabló acercamientos grandes con
la Iglesia y fue el gran promotor del restablecimiento de las relaciones
diplomáticas con la Santa Sede, ya que se consideraba a la Iglesia una
buena aliada para desarrollo de la sociedad colombiana y,
principalmente, una institución con la aceptación dentro de las
comunidades y regiones más apartadas en donde el Estado no hacía
presencia. El apoyo de la Iglesia al nuevo régimen fue absoluto, a la
vez, que se buscaba concesiones que le devolvieran, al menos en parte,
sus antiguos privilegios. Por ejemplo dispuso en su artículo 38 que la
Religión Católica, Apostólica, Romana, era la de la Nación; los poderes
públicos la protegerían y harían que fuese respetada como esencial
elemento del orden social24. A su vez el artículo 40 estableció que:
Es permitido el ejercicio de todos los cultos que no sean contrarios a la
moral cristiana ni a las leyes. Los actos contrarios a la moral cristiana o
subversivos del orden público, que se ejecuten con ocasión o pretexto del
ejercicio de un culto, quedan sometidos al derecho común.

22
David BUSHNELL, Colombia una Nación a pesar de sí misma. De los tiempos
precolombinos a nuestros días, Bogotá 2004, 198-199.
23
G. ESPAÑA, La guerra civil de 1885, 1085.
24
Carlos RESTREPO PIEDRAHITA, Constituciones Políticas Nacionales de
Colombia, Bogotá 2003, 396.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 27

En materia educativa, el artículo 41 reguló que:


La educación pública será organizada y dirigida en concordancia con la
Religión Católica. La instrucción primaria costeada con fondos públicos,
será gratuita y no obligatoria». El artículo 55 consagró las exenciones
fiscales sobre los bienes inmuebles de la Iglesia «Los edificios destinados
al culto católico, los seminarios conciliares y las casas episcopales y curales
no podrán ser gravados con contribuciones ni ocupados para aplicarlos a
otros servicios25.
En virtud del artículo 56 de la Constitución, que concedió la
competencia al gobierno colombiano para celebrar convenios con la
santa Sede, se celebró el concordato de 1887 en el gobierno del
cartagenero Rafael Núñez26. Allí se concertó que el Estado colombiano
debía pagar una indemnización a perpetuidad a la Iglesia Católica27.
Estas regulaciones confirieron a la Iglesia Católica el papel de ser el
principal elemento de cohesión del orden social. Este hecho ocasionó
que tanto el Estado como la misma Iglesia vieran que la crisis de la
sociedad colombiana se debía a un conflicto religioso y moral que
debía ser corregido con el progreso religioso. Este desarrollo se
alcanzaba por medio del orden, ya que la sociedad debía ser
reconstruida a imagen y semejanza del orden celestial. Si por alguna
razón se imponía el caos, la anarquía y en líneas generales el desorden,
era debido a elementos disociadores formados en las ideas Liberales-
burguesas. Por ello la religión católica se encontraba en la obligación
de formar nuevos ciudadanos que fueran buenos creyentes28.

25
C. RESTREPO PIEDRAHITA, Constituciones Políticas, 398.
26
«Para algunos autores el concordato sólo se firmó hasta la administración de
Rafael Núñez de 1887, porque anteriormente este político se había opuesto a la firma
de otro Convenio celebrado en 1880, debido a que la Santa Sede no le había
concedido, en ese momento, la anulación de su primer matrimonio. Razón por la cual
no podía contraer nupcias religiosas con su segunda esposa». Cfr. Alfonso ROMERO
AGUIRRE, Ayer, Hoy y Mañana del Liberalismo colombiano. Historia de La
Regeneración, vol. 1, Bogotá 1949, 75-77.
27
Fernando GUILLÉN MARTÍNEZ, La Regeneración. Primer Frente Nacional,
Bogotá 1986, 90.
28
Miguel Ángel URREGO ARDILA, La Crisis del Estado Nacional en Colombia.
Perspectiva Histórica, Michoacán 2005, 42-45.
28 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

8. El Concordato de 1887
La idea de establecer un Concordato produjo continuas reacciones
enfrentando a la Iglesia con los Gobiernos Liberales durante el siglo
XIX. Durante este periodo era evidente la oposición de la Iglesia frente
al desarrollo de las ideas modernistas emanadas de la Revolución
Francesa29.
El caso hispanoamericano era particular debido a la estrecha relación
entre la Corona y la Iglesia católica durante el dominio español. En
Colombia la situación no fue diferente, a mediados del siglo XIX se
presentaron formas sociales y económicas para insertar la sociedad
colombiana en el mercado mundial, afectando la situación de la Iglesia
y produciéndose la separación entre la Iglesia y el Estado30.
Hay que mencionar que el Gobierno del General Mosquera
estableció la vigilancia del Estado sobre la Iglesia, imponiendo la
necesidad del permiso gubernamental para desempeñar oficios
eclesiásticos y publicar cualquier documento pontificio, así como la
desamortización de los bienes inmuebles de la Iglesia31.
En 1870 un nuevo conflicto se produjo por la reforma educativa que
buscaba imponer una educación laica. En torno a esta reforma se
desencadenó la guerra civil de 1876, que en algunas situaciones
particulares adquirió un matiz religioso, complicando aún más las
relaciones.
Al finalizar la guerra de 1876, el General Julián Trujillo, Presidente
del grupo independiente, solicitó al Congreso la derogación de la ley de
inspección o tuición de cultos y el indulto de los Obispos desterrados,
de manera similar dio instrucciones al encargado de Negocios en Italia
para negociar un Modus Vivendi con la Santa Sede, aunque este
29
Darío PRECIADO AGUDELO, El Concordato, Bogotá 1989, 21.
30
Un ejemplo que afectó la Iglesia, fue el de intentar imponer la elección de curas
párrocos por el voto de los padres de familia, para intentar quebrar antidemocrático
principio jerárquico que llevaba al clero a alinearse con el Partido Conservador. Las
pugnas desencadenadas por este punto condujeron al destierro del Arzobispo de
Bogotá, Manuel José Mosquera; en 1853 se llegó a establecer la separación entre la
Iglesia y el Estado. En estos años fueron expulsados los Jesuitas y varios diplomáticos
de la Santa Sede. Cfr. Fernán GONZÁLES, «El Concordato de 1887: Los antecedentes,
las negociaciones y el contenido del tratado con la Santa Sede», en: Revista
Credencial Historia, 41 (1993), 5.
31
Estos bienes se llamaban de manos muertas por la dificultad de su enajenación,
que virtualmente los sustraía del mercado. Cfr. F. GONZÁLES, «El Concordato de
1887», 5.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 29

acuerdo debería aparecer como de carácter privado y concedido por


iniciativa del Papa, ya que la Constitución de 1863 no permitía celebrar
Concordatos con la Santa Sede32. El Congreso de 1881 se negó a
ratificar la Convención por razones políticas, ya que no se quería dar
triunfo a un Radical como Camargo33.
Sin duda alguna, el pensamiento político de Rafael Núñez fue
determinante en el cambio de las relaciones del Estado colombiano con
la Iglesia, llevándolas a una concepción más activa del papel del Estado
en la sociedad, reconociendo la importancia de las creencias religiosas
como un elemento de unidad en la vida del pueblo.
Este pensamiento e ideología política fue plasmada en la nueva
Constitución de 1886, reconociendo a la religión católica como la
religión de la casi totalidad de los colombianos, otorgándole la
personería jurídica, confiándole la dirección de la educación y la
posibilidad de celebrar convenios con la Santa Sede.
De esta manera, en el Título IV de la Constitución de 1886, está
consagrado a las relaciones entre la Iglesia y Estado, empezando por
reconocer la personería jurídica, junto con la libre administración de
sus asuntos internos y la libertad para ejercer la autoridad espiritual y
jurisdicción eclesiástica sin necesidad de autorización del poder civil.
El Concordato de 1887, podría decirse que es un agregado a la
Constitución, pues reflejó en todo el espíritu de esta. En el texto del
Concordato se reconocían los efectos civiles al matrimonio católico,
pero preservando la soberanía del gobierno en los demás. Por otra
parte, los Obispos señalarían los textos de religión para los colegios
32
Un convenio de esta naturaleza se logró entre el Cardenal Lorenzo Nina,
Secretario de Estado, y el General Sergio Camargo, nombrado Agente Confidencial
ante la Sede Apostólica. La Convención Nina-Camargo era un arreglo preliminar para
restablecer relaciones y prevenir conflictos futuros. El Gobierno colombiano se
comprometía a derogar la tuición de cultos, indemnizar por los perjuicios económicos,
restablecer la renta nominal que compensaba por la desamortización, levantar el
destierro a los Obispos e indultar a los sacerdotes que hubieran sido condenados. Por
su parte la Santa Sede permitía la posesión pacífica de los que hubieran comprado
bienes desamortizados y levantaba las censuras y penas eclesiásticas que había
impuesto a todos los implicados en la desamortización. Cfr. F. GONZÁLES, «El
Concordato de 1887», 5-6.
33
En su mensaje al Congreso Rafael Núñez anunció que había resuelto rechazar el
Convenio, ya que el Gobierno había ido tan lejos como era posible en el camino de la
tolerancia y del respeto a la religión, pero consideraba inconstitucional la exigencia de
la Santa Sede que pedía la sanción de las leyes canónicas por parte de la República.
Cfr. F. GONZÁLES, «El Concordato de 1887», 6.
30 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

nacionales con intervención del Gobierno para los textos de las demás
asignaturas no estuviesen en desacuerdo con la doctrina católica.
También se pidió la mayor intervención posible del Gobierno en el
nombramiento de los Obispos, y ofreciendo cien mil pesos anuales
como compensación por los bienes desamortizados, presentándose
dificultades porque los negociadores de la Santa Sede exigían el valor
total de las propiedades desamortizadas y que el valor de los censos
eclesiásticos redimidos se convirtiera en deuda consolidada a un interés
del 6% anual, cuando las instrucciones del Gobierno solo autorizaban
un 3%34.
Otra de las dificultades para celebrar el Convenio era lo relativo a los
efectos civiles del matrimonio católico, ya que la Santa Sede quería que
tuviesen efectos retrospectivos para que los matrimonios anteriormente
anulados por las leyes civiles recuperaran todos sus efectos.
Al final, el 31 de diciembre de 1887 se firmó el acuerdo. En su
artículo primero se reconoció que la religión católica era la de
Colombia, deduciéndose las respectivas obligaciones de los poderes
públicos, se reconoció la libertad de la Iglesia frente al poder civil, se
proclamó que la legislación canónica era independiente de la civil, se
reconoció la personería jurídica de la Iglesia y su libertad para poseer
bienes muebles e inmuebles. De la misma manera, se estableció la
educación e instrucción pública en universidades, colegios y escuelas,
que debían acogerse a los dogmas y a la moral de la religión católica.
Entre otras normas del Concordato, tuvo como consecuencia algunas
Convenciones adicionales como Convenio de Misiones, lo referente al
registro civil, los cementerios y al fuero eclesiástico y episcopal.
La Iglesia consiguió a través de estas concesiones sobre sus derechos
económicos el control del aparato educativo y de la institución
matrimonial, recuperando su autonomía interna.

34
Es así, como el Presidente Núñez resuelve escribir una carta personal a León
XIII, donde insistía que el Gobierno por él presidido consideraba uno de sus deberes
sagrados la regularización de las relaciones con la Santa Sede para eliminar los males
producidos por la separación y la desamortización. Cfr. F. GONZÁLES, «El
Concordato de 1887», 7.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 31

9. La guerra civil de 1895


El proceso de la Regeneración marcó la ruptura entre un periodo de
hegemonía Liberal y la apertura de un «nuevo orden» de línea
Conservadora controlado por el Partido Nacional.
La derrota de los Liberales Radicales tras la guerra de 188535 tuvo
como consecuencia la redacción de la Constitución de 1886, elaborada
bajo las ideas de Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, quienes
abiertamente expresaban su propósito de restablecer los valores
cristianos con el fin de enderezar los destinos de la Nación36. La
religión se constituyó a partir de ese momento un elemento de cohesión
social y unidad nacional, en donde la Iglesia volvió a ocupar un espacio
de primer orden37.
Los lineamientos ideológicos expresados por la Regeneración
estaban en gran medida relacionados con las propuestas de la Iglesia
lideradas por León XIII en su encíclica Rerum Novarum de 1891, en su
intento de combatir el avance del socialismo y los desequilibrios
generados por el capitalismo38.
Así pues, luego del avance de la protesta social, en especial el motín
de los artesanos de 1893, Rafael Núñez relacionó los efectos del
Liberalismo con el desarrollo del socialismo y el anarquismo39. Sin
más, para los ideólogos de la Regeneración había una relación directa
entre la doctrina moderna del Liberalismo y sus opiniones sobre el
Radicalismo, como un sistema político que desconocía el orden moral y
la ley divina.

35
El Liberalismo se dividió entre Radicales e Independientes, los primeros, un
círculo dirigente conocido como el «Olimpo» que durante el periodo de hegemonía
política habían liderado la mayoría de reformas de medio siglo de tipo económico y
social, renuentes a la participación de la Iglesia. En contrapunto, los independientes
liderados por Núñez, quien junto a los Conservadores ponían en cuestión las medidas
económicas entrada en crisis y procuraban un acercamiento con la Iglesia. En el
momento de la guerra de 1885, Núñez ostentaba la presidencia gracias al respaldo
Conservador en las elecciones de 1884, los mismos con quienes conformaría más
tarde el Partido Nacional.
36
Mario AGUILERA PEÑA, Insurgencia urbana en Bogotá, motín, conspiración y
guerra civil, 1893-1895, Bogotá 1996, 30.
37
Carlos VALDERRAMA ANDRADE, Un Capítulo en las relaciones entre el Estado y
la Iglesia en Colombia: Miguel Antonio Caro y Ezequiel Moreno, Bogotá 1986, 16.
38
M. AGUILERA PEÑA, Insurgencia urbana en Bogotá, 230.
39
M. AGUILERA PEÑA, Insurgencia urbana en Bogotá, 200.
32 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

9.1. Antecedentes: las elecciones de 1891


La mala administración económica de la Nación, la fuerte oposición
a la candidatura de Carlos Holguín como Designado a la Presidencia y
las discrepancias sobre la fórmula que acompañaría a Rafael Núñez en
las elecciones de 1891, generaron una división muy grande entre las
filas de los nacionalistas del Gobierno y la disidencia40. Disidencia que
en 1891, unida a otros Conservadores del país, entre ellos, Carlos
Martínez Silva, propusieron a Marceliano Vélez para vicepresidente en
la lista de Núñez. Este, finalmente inclinó su decisión por la lista
propuesta por los nacionalistas que designó a Miguel Antonio Caro
como su fórmula. De esta manera, en las elecciones se presentaron dos
candidaturas separadas. Sin embargo, no fue suficiente el apoyo de los
Liberales a la candidatura de Vélez pues no tuvo la aceptación ni los
votos, llevando a que Núñez y Caro vencieran por una amplia
mayoría41.
Miguel Antonio Caro asumió el poder en forma provisional a raíz de
la salud de Rafael Núñez, luego fue de manera definitiva tras la su
muerte en 1894. Con el fallecimiento de Núñez la crisis se agudizó, por
los constantes reclamos y acusaciones contra los dirigentes de la
Regeneración por sus malos manejos económicos, desencadenando
protestas en varios sectores de la población y la división de su Partido.

9.2. Inicio de la guerra


El director de la Policía el 22 de enero de 1895 frustró un complot
planeado desde Curazao por el General Avelino Rosas, quien estaba en
exilio, buscando arrestar al Presidente Caro. El 29 de enero de 1895 los
Liberales se alzaron bajo el mando del General Sarmiento Siervo, quien
fue derrotado por los partidarios de Rafael Reyes, en la batalla de La
Tribuna. El conflicto se extendió por todo el país.
El Gobierno logró controlar la guerra fácilmente en apenas 53 días.
Su corta duración se explica porque la facción Liberal que dirigió el

40
La disidencia Conservadora surgida en Antioquia más tarde se conocería con el
nombre de «históricos». La candidatura de Vélez guardó concordancia con los
intereses regionales y económicos de Antioquia de la minería del oro y el comercio, y
su creciente aumento en el negocio del café. Cfr. Charles BERGQUIST, Café y conflicto
en Colombia 1886- 1910. La Guerra de los Mil Días: sus antecedentes y
consecuencias, Bogotá 1981, 47- 48.
41
C. BERGQUIST, Café y conflicto, 48.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 33

alzamiento lo que preparó fue un complot contra el gobierno de


Bogotá, que sería apoyado por Liberales de Cundinamarca y de otros
departamentos. En ningún momento los alzados pretendieron sostener
un conflicto prolongado, porque no existían los recursos ni tampoco las
condiciones para hacerlo, por lo menos al interior del Partido Liberal.
El instrumento que halló el Gobierno para poner freno a la guerra fue
el de las capitulaciones, en donde se puntualizaron en general aspectos
como el compromiso de los capitulados en la entrega de armas y
elementos de guerra, y como acto seguido la expedición por parte del
Gobierno de pasaportes y salvoconductos que garantizaban la seguridad
personal y de sus familias. Esto significó algo más que una humillación
para los rebeldes que fueron sometidos a contribuciones.
La guerra civil finalizó el 15 de marzo de 1895 con la derrota de las
fuerzas Liberales en la batalla de El Enciso, en donde el General Ruiz
fue derrotado después de perder más de mil hombres.

10. La guerra de los mil días


10.1. Antecedentes
En las proximidades de la guerra la nación estaba dividida en
diversas corrientes políticas. Por un lado, los Conservadores, que
estaban en dos grupos, los nacionalistas, que conformaban el gobierno,
y se caracterizaban por ser intransigentes y excluyentes; y los
históricos, que aceptaban la posibilidad de tener acuerdos con los
Liberales. Por otro lado, los Liberales, análogamente, fraccionados en
dos grupos, aquellos que deseaban agotar las instancias políticas para
acceder al poder, y quienes estaban dispuestos a conquistar los espacios
que el gobierno cerraba mediante la confrontación armada42.

10.2. Causa de la guerra


En 1898 se realizaron las elecciones enmarcadas por la agitación de
una posible guerra, había mucha zozobra, y bastaba solo un hecho
aislado para que sirviera como detonante para que estallara43.
42
René DE LA PEDRAJA, Wars of Latin America, 1899-1941, Jefferson 2006, 6.
43
El Delegado Apostólico estuvo informando detalladamente sobre el avance de la
guerra civil, que se tornó muy fuerte y el descontrol político se hacía cada vez mayor.
Para mayor información acerca del contenido de la documentación acerca de la guerra
de los mil días dada por el Representante Pontificio, véase en: ASV. Segre. Stato,
1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 68r-69v, despacho del 10 de septiembre de 1899, la minuta
34 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Los Conservadores vencieron por medio de su representante, Manuel


Antonio Sanclemente, quien tenía 85 años, y como Vicepresidente se
eligió a José Manuel Marroquín. El Consejo Electoral declaró la
victoria de los dos candidatos el 4 de julio de 1898; de acuerdo con la
Constitución de 1886, el período presidencial era de seis años. Debido a
sus quebrantos de salud, no pudo hacerse presente el 7 de agosto de
1898, fecha en la cual fue encargado el vicepresidente Marroquín. Los
primeros actos de gobierno de Marroquín, en materia económica,
sorprendieron a todos: los Liberales lo aplaudieron y los Nacionalistas
se sintieron defraudados. Marroquín había comenzado a desmontar la
política proteccionista de la Regeneración y a darle vía al libre
cambio44. El 3 de noviembre de 1898 prestó el juramento como
presidente de la República ante la Corte Suprema de Justicia.
Con aproximadamente tres millones de habitantes, el país se
encontraba en una situación económica muy complicada, arruinado por
las continuas emisiones de papel moneda para pagar los gastos surgidos
por las guerras civiles. La consecuencia de esto fue una inflación que
encareció las importaciones y estimuló el encarecimiento de los
productos, factores que complicaron aún más el lamentable estado
nacional45.

de respuesta de la SESS con fecha del 4 de noviembre de 1899, en ASV. Segre. Stato,
1902. rub. 251. fasc. 2. f. 70r; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 71r-73r,
despacho del 24 de octubre de 1899, la minuta de respuesta de la SESS con fecha del
13 de diciembre de 1900, en ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. f. 74r; ASV.
Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 76r-81r, despacho del 24 de noviembre de
1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 82r-84r, despacho del 9 de
noviembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 86r-86v, despacho
del 12 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 87r-89v,
despacho del 22 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff.
95r-96r, despacho del 1 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251.
fasc. 2. ff. 98r-104v, despacho del 12 de octubre de 1898; ASV. Segre. Stato, 1902.
rub. 251. fasc. 2. ff. 106r-109r, despacho del 4 de marzo de 1900; ASV. Segre. Stato,
1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 115r-116v, despacho del 22 de marzo de 1900; ASV.
Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 117r-119v, despacho del 28 de enero de 1900;
ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 125r-128r, despacho del 21 de abril de
1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 130r-131v, despacho del 18 de
mayo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 132r-135r, despacho del
7 de junio de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 143r-145v,
despacho del 16 de julio de 1900.
44
Jorge VILLEGAS ARANGO, La guerra de los Mil días, Bogotá 1979, 37.
45
Marco PALACIOS, Entre la legitimidad y la violencia: Colombia 1865-1994.
Bogotá 1995, 102.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 35

En estas circunstancias el grupo Liberal llamado «Autonomista»,


encabezado por el general Rafael Uribe Uribe, promovió la guerra
contra el gobierno de Manuel Antonio Sanclemente, y en general contra
los Conservadores46.
La negativa del Senado en octubre de aprobar la ley de elecciones,
que los Liberales consideraban garantía indispensable para la pureza
del sufragio, fue una de las causas políticas principales del conflicto de
la guerra de los mil días. A partir de esta negativa los Liberales de
Uribe Uribe llegaron a la conclusión de que por el camino de las urnas
jamás tendrían acceso al poder.

10.3. Inicio de la guerra


Ante la posición en el Congreso de reformar la ley de elecciones que
negaba a los Liberales la posibilidad de acceder al poder por medio del
voto, se inició una movilización contra el gobierno del presidente
Conservador oriundo de Buga, Manuel Antonio Sanclemente47.
El inicio de la guerra se dio el 17 de octubre de 1899 con la toma de
la población del Socorro por parte del general Juan Francisco Gómez
Pinzón, y camino a San Gil derrotó a las tropas del Gobierno
comandadas por el capitán Sanmiguel. Al día siguiente, el gobierno
central declaró turbado el orden público en todo el territorio nacional48.
Para los Liberales la batalla más importante se libró en el río
Peralonso, sobre el puente colgante el Caimito, en donde el general
Rafael Uribe derrotó las tropas antioqueñas que lo defendían49. La
batalla de Palonegro (actual aeropuerto de Bucaramanga), se considera
la más sangrienta de todas las libradas en el territorio colombiano. Se
llevó a cabo del 11 al 26 de mayo de 1900. Se enfrentaron quince mil
Conservadores al mando del general Pinzón contra catorce mil
Liberales. Murieron más de mil quinientos Liberales50. Después de esta
derrota a los Liberales sólo les quedó la opción de continuar la guerra
en la modalidad de guerrillas51.

46
M. PALACIOS, Entre la legitimidad y la violencia, 67-68.
47
J. VILLEGAS ARANGO, La guerra de los Mil días, 51-52.
48
Aida MARTÍNEZ CARREÑO, La guerra de los mil días, Bogotá 1999, 48-54.
49
Guillermo PLAZAS OLARTE, La Guerra Civil de los Mil Días, Tunja 1985, 240-
242.
50
J. OCAMPO LÓPEZ, Historia ilustrada de Colombia, 164.
51
R. DE LA PEDRAJA, Wars of Latin America, 9-10.
36 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El conflicto tomó un interés internacional, de hecho, países como


Venezuela, Ecuador y Nicaragua, se unieron a los intereses de los
Liberales, mientras que Estados Unidos, influyó de manera decisiva
para la culminación de la guerra, expresando su apoyo al gobierno
Conservador, con miras de lograr acuerdos para su interés en la
construcción del canal de Panamá.

10.4. Fin de la guerra


Con el pasar del tiempo el número de combates disminuyó,
evidentemente las motivaciones no eran las mismas, y el país se
encontraba en el peor momento de su historia reciente. Los
combatientes estaban cansados. En 1902 el gobierno lanzó una nueva
ofensiva militar, y ofreció la posibilidad de indulto para los
revolucionarios que pensaran en desmovilizarse y entregaran sus armas.
Esta oportunidad abrió la posibilidad de tener diálogos con los
Liberales, resultando de esto varios tratados de paz. El primer acuerdo
es conocido como el Tratado de Neerlandia, fue firmado el 24 de
octubre de 1902 por Rafael Uribe Uribe. Se dio luego de un armisticio
pactado en donde se reconoció a los revolucionarios como beligerantes
y se les ofreció garantías para la paz. El gobierno se comprometió a
liberar a los presos políticos, a garantizar su seguridad y a cesar el
cobro de la contribución a la guerra52. El segundo acuerdo, derivado
del anterior, fue conocido como el Tratado de Wisconsin, firmado el 21
de noviembre de 1902, por los Liberales, representados por Lucas
Caballero, Eusebio Morales y Benjamín Herrera, y por parte del
Gobierno, los generales Víctor Manuel Salazar y Alfredo Vázquez
Cobo53. Panamá, en ese entonces todavía un departamento de
Colombia, era un fuerte bastión Liberal, en donde contaban aún con un
cuerpo armado de más de 10.000 hombres y suficiente material bélico.
Los puntos más significativos de este tratado fueron: la libertad de
todos los prisioneros de guerra y políticos; amnistía y garantías para las
personas y los bienes involucrados en la revolución, y la convocatoria a
una nueva elección del Congreso, con el propósito de estudiar las
negociaciones concernientes a la construcción del canal de Panamá,
realizar una reforma política, la búsqueda del equilibrio en las finanzas

52
J. OCAMPO LÓPEZ, Historia ilustrada de Colombia, 165.
53
Gregorio SELSER, Cronología de las intervenciones extranjeras en América
Latina: 1899-1945, México 2001, 56.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 37

públicas y el control de la inflación y la devaluación. El tercer acuerdo,


conocido como el Tratado de Chinácota, una población del
departamento de norte de Santander, se llevó a cabo el 3 de diciembre
de 1902, fue firmado por Ramón González Valencia, por parte del
gobierno, y por los Liberales representados por Foción Soto. Con este
acuerdo se acogió a todos los revolucionarios que permanecían en un
número reducido en esta región54.

10.5. Consecuencias de la guerra


La guerra de los mil días no solo fue el resultado de una gran crisis
económica que sumergió al país en una ruina casi absoluta, sino
además, la crisis y el fracaso del sistema político de la Regeneración.
Un factor trascendental para la finalización del conflicto, fue el
interés de la sociedad civil por acabar la guerra. En este sentido la
Iglesia jugó un papel primario, ya que desde los púlpitos se motivó a la
población para que se encontraran prontas soluciones y no se derramara
más sangre. Un signo visible que quedó como garante de la mediación
de la Iglesia, se dio con la propuesta hecha por el Arzobispo de Bogotá,
Bernardo Herrera Restrepo, quien solicitó al Presidente Marroquín de
realizar un Voto o Promesa nacional por la paz, que incluiría la
edificación de un templo como eje simbólico del clamor de la nación
consagrándola al corazón de Jesús. La propuesta fue bien acogida. La
primera piedra se puso el 22 de junio de 1902, y fue consagrado por el
Arzobispo Herrera, el 24 de septiembre de 1916. Hoy se conoce como
parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, Basílica Menor del Voto
Nacional.
Evidentemente la guerra dejó al país empobrecido, la industria estaba
destruida, la deuda externa e interna muy elevada, y la infraestructura
en general en condiciones lamentables. El nuevo Presidente Rafael
Reyes inició un proceso de recuperación, de hecho, su lema fue «mucha
administración y poca política», buscando incentivar a la unión y la
concordia de la población.
Los Liberales cesaron las hostilidades aferrados a la idea de
promover en el Congreso la posibilidad de permitir la intervención de
los Estado Unidos en el caso de Panamá. Este interés no tuvo impacto
entre los dirigentes, quienes inexplicablemente actuaron con gran
pasividad y poco tacto, de tal forma que el de noviembre de 1903, el
54
G. PLAZAS OLARTE, La Guerra Civil de los Mil Días, 210.
38 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

departamento de Panamá declaró su independencia. Colombia perdería


75.000 kilómetros cuadrados de territorio Patrio.
En conclusión, las consecuencias de esta guerra, que aún hoy sigue
afectando al país, fueron: miles de hombres muertos, la pérdida del
canal de Panamá, la honda deuda externa por la emisión del papel
moneda, la crisis de las exportaciones del café, el desplazamiento y la
colonización a ultranza sin planificación, la crisis institucional, el
quiebre de la Administración Pública, una guerra de guerrillas que
implicaba, bandolerismo, saqueos, ultraje a la población, violaciones, el
desgaste de las prácticas políticas centradas en la exclusión y la
persecución55

11. La Separación de Panamá


El suceso de la separación de Panamá es considerado como uno de
los grandes fracasos en la política colombiana que provocó un nuevo
rumbo en la historia no solo nacional sino internacional, por las
consecuencias que trajo para el mundo Occidental, en especial la
posterior construcción y apertura del canal interoceánico con la
intervención de potencias extranjeras que marcó un cambio en la
economía de América Latina.
A pesar de la envergadura del hecho como tal, de la separación de
Panamá la historiografía colombiana sigue limitando el tema como el
hecho consecuente de la intervención de los Estados Unidos en
Colombia así que cierto vacío testimonial y de interpretación oscurece
el más trascendente desastre de nuestra historia, el cual marca la actitud
mental de los colombianos durante el siglo XX y define nuestro
menguado peso geopolítico en la región56.
El contexto dentro del cual se dio la separación de Panamá se puede
enmarcar en lo que se conoce historiográficamente con imperialismo,
en donde Europa y Estados Unidos habían iniciado una fase de
expansión territorial, ideológica y política, que buscaba básicamente el
fortalecimiento y crecimiento por medio de la creación de una
economía global que uniera centros productores de materias primas con
centros procesadores o de orden industriales.

55
Gonzalo SÁNCHEZ – Mario AGUILERA, Memoria de un país en guerra: los Mil
Días, 1899-1902, Bogotá 2001, 19-20.
56
Alberto ABELLO, «Panamá el último año», en: Revista credencial de historia,
174 (1994), 10.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 39

Panamá fue el resultado de este fenómeno, un cúmulo de


circunstancias que se iniciaron en el siglo XIX cuando se consolidó la
creación de una economía global que trajo grandes novedades y generó
movimientos que conectaron al mundo, el propósito del canal fue ese,
reducir las distancias y unir las economías.

11.1. Antecedentes
Si bien la separación definitiva de Panamá se dio en 1903, hubo un
proceso complejo que se desarrolló principalmente después de la mitad
del siglo XIX.
La idea de comunicar los Océanos Atlántico y Pacífico no era nueva,
ya en tiempos del dominio español se había considerado la
eventualidad. Pero fue solo hasta el siglo XIX tras la emancipación de
los territorios de España cuando se abrió de nuevo la posibilidad, sería
el mismo Simón Bolívar quien iniciara este proceso57.
Antes de la separación definitiva de Panamá en 1903 ya se habían
registrado cuatro intentos previos de este territorio por independizarse,
los cuales se caracterizaron por desembarcos norteamericanos,
revueltas y revoluciones. La descripción de uno de estos hechos
permite observar el inicio de unas relaciones prácticamente obligadas
entre Colombia y Estados Unidos, pues las negociaciones con
Inglaterra para apoyar financieramente la obra de excavación, se
encontraban tirantes después de que el pro- cónsul británico Joseph
Russel, resultara herido en un incidente callejero, e Inglaterra envió
toda una flota que bloqueó y amenazó con bombardear el puerto de
Cartagena58.
Este acontecimiento llevó a que Colombia firmase un Tratado con
Estados Unidos de tal forma que le permitiera mantener su soberanía
sobre el territorio del istmo, debido a que Inglaterra ya había invadido
parte de la costa de Nicaragua. Colombia y Estados Unidos firmaron el
tratado conocido como Mallarino-Bidlack en 1846, que a largo plazo
sería el inicio de la pérdida de la soberanía colombiana, es decir, las
consecuencias fueron justamente lo que no se pretendía que pasara, ya
que en sus cláusulas se estableció que los ciudadanos, buques y
mercancías de Estados Unidos, disfrutarían en todos los puertos de la

57
Eduardo LEMAITRE, «Panamá se separa», en: Nueva Historia de Colombia, vol.
1, Bogotá 2003, 115-116.
58
Eduardo LEMAITRE, Panamá y su separación de Colombia, Bogotá 2003, 116.
40 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Nueva Granada de todos los privilegios que gozasen los ciudadanos y


mercancías locales59. Se inició un periodo de firmas constantes de
Tratados que paulatinamente fueron haciendo que Colombia debilitara
su control sobre Panamá.
Con la llegada al poder de los Liberales y el fenómeno creciente de la
industria hizo que la producción se debilitara y se estancara en las
fronteras, por lo que se vio en la necesidad de hacer inversiones fuera
de las fronteras para hacer circular el capital. Por otro lado, América
del Sur era un territorio ideal para la inversión pues no contaba con el
potencial industrial característico de una supernación, fue por ello que
Estados Unidos comenzó a establecer influencias en las esferas
políticas para formalizar tratados comerciales y establecer monopolios.
Por eso el canal de Panamá se convirtió en una oportunidad de
inversión y de beneficios económicos a gran escala, pero antes era
necesario establecer un acuerdo con el Gobierno colombiano, ya que no
manifestaba un interés lo suficientemente grande por el proyecto por un
temor de soberanía.
Panamá durante la segunda mitad del siglo XIX era un lugar en que
los intereses comerciales británicos, norteamericanos y franceses
convergían, y en el que los cónsules y representantes comerciales de
dichas potencias y sus ejércitos, tenían un peso específico, jugando un
papel activo en los acontecimientos locales, que ha quedado expresado
incluso en las guerras civiles colombianas.
Panamá debido a su posición geográfica estaba separada del resto de
Colombia, si se tiene en cuenta la zona del Darién, una región selvática
impenetrable, lo que generaba una división marcada, incluso en lo
cultural. Bogotá la Capital del país, por su ubicación en los Andes tenía
unas características sociales muy particulares, se podría decir que aún
permanecían muchas costumbres del periodo español, mientras que
Panamá al ser un centro de tránsito comercial y su doble entrada al mar,
había entrado en relación con culturas internacionales y con una visión
mucho más abierta, por eso, se inició a crear dentro de la población
panameña un deseo de soberanía y de autonomía, algo que cada vez se
afianzaba más al conocerse los conflictos políticos que vivía Colombia,
guerras civiles e inestabilidad política, que de una u otra forma
afectaban a Panamá. La inversión extranjera, de manera similar, alentó

59
E. LEMAITRE, Panamá y su separación de Colombia, 117.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 41

este deseo de separación al ver que era mejor negociar directamente


con los panameños.
El punto más alto de la situación se originó tras la guerra de los mil
días, que dejó a Colombia en un terrible estado de pobreza y de
división. El 21 de noviembre de 1902 en la bahía de Panamá, Liberales
y Conservadores ratificaron el fin del conflicto a bordo del acorazado
Wisconsin de la Armada estadounidense, en donde se redactó y
finalmente fue firmado el tratado del mismo nombre que puso fin a la
guerra. La guerra de los mil días dejó devastado al departamento de
Panamá, en donde entre octubre de 1899 y mayo de 1902 hubo más de
sesenta combates.
Los movimientos de separación más fuertes se iniciaron justamente
durante de la guerra de los mil días, cuando en mayo de 1901 los
Estados Unidos e Inglaterra firmaron el tratado Hay-Pauncefote con el
que se desconoció la soberanía colombiana en el istmo, al cual se le dio
el estatus de zona de importancia internacional.
El presidente de la República José Manuel Marroquín intentó salvar
la soberanía sobre el istmo de Panamá, y nombró un representante del
Gobierno para que fuese a Washington a entablar negociaciones; el
elegido fue Carlos Martínez, pero al poco tiempo renunció al ver la
gravedad de la situación. En su reemplazo fue designado José Vicente
Concha, quien se enfrentó a la hostilidad del Congreso estadounidense.
Ese mismo año, el Senado de los Estados Unidos aprobó que la ruta
del canal sería por Panamá, descartando las alternativas de Nicaragua o
México, y se autorizó indemnizar a la compañía francesa dueña de los
derechos por 40 millones de dólares, y a obtener a perpetuidad una
franja de tierra de 8 km de ancho a cada lado del canal.
José Vicente Concha rechazó la propuesta poniendo de manifiesto
que la soberanía de Colombia sobre el istmo no estaba en negociación,
y solicitó un aumento de la suma ofrecida para ceder a Estados Unidos
la concesión del canal. José Vicente Concha al final decidió renunciar
debido a que el Presidente Marroquín aceptó las condiciones de
Estados Unidos. En su lugar fue nombrado Tomás Herrán, quien
aprovechó la ratificación de Alemania de construir el canal para firmar
el Tratado Herrán-Hay, el 22 de enero de 1903, con el que Colombia
recibió de Estados Unidos lo había solicitado Concha en el Congreso
estadounidense.
El Tratado Herrán-Hay fue duramente criticado y atacado en el
Senado de Colombia por el expresidente Miguel Antonio Caro,
principal opositor de Marroquín. Caro logró convencer al Congreso de
42 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

que el Tratado era peligroso para los intereses y la soberanía de


Colombia, de tal forma que se votó por no aprobar dicho Tratado el 18
de agosto, lo que originó un grave escándalo internacional.
Esto desencadenó que los banqueros estadounidenses, liderados por
J. Pierpont Morgan, se decidieran apoyar la independencia de Panamá,
de tal forma que el 27 de octubre se llevó a cabo la invasión armada por
Penonomé, ciudad ubicada al oeste de Panamá. Los directores de la
compañía del ferrocarril de Panamá sobornaron a varios líderes y al
General Esteban Huertas, jefe de la Guardia colombiana.
En julio de 1903 se dio un golpe en el istmo y se depuso al
Gobernador, este fue dirigido por José Vásquez, hermano del Ministro
de Guerra de Colombia. El Presidente Marroquín en lugar de tomar
medidas drásticas contra los golpistas, nombró como Gobernador a uno
de los líderes separatistas panameños, José Domingo de Obaldía.
El Gobierno colombiano no le dio la importancia a los rumores de
separación de Panamá, incluso se daban partes de normalidad en el
istmo. El 3 de noviembre de 1903 un movimiento de dirigentes
panameños apoyados por un sector amplio de la población proclamó la
independencia y constituyó la República de Panamá, la cual fue
reconocida por Estados Unidos al día siguiente y el 6 de noviembre
establecieron relaciones, ese día llegó la noticia a Bogotá.

11.2. El nacimiento de una nueva República


Por representar a la autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el
gobernador José Domingo de Obaldía. El Gobierno colombiano envió
un contingente para recuperar el orden, pero tuvieron muchos
problemas para poder desplazarse porque hubo resistencia por parte de
los funcionarios del ferrocarril, de manera similar, la presión de
Estados Unidos alegando la protección de sus intereses60. Al final las
fuerzas colombianas fueron obligadas a rendirse sin oponer resistencia.
El Concejo Municipal se reunió bajo la Presidencia de Demetrio H.
Brid, quien asumió la autoridad ante el surgimiento de un Gobierno61de
facto, y se proclamó en un acta de voluntad del pueblo de ser libre y

60
El gobierno colombiano no estaba en condiciones de iniciar un nuevo conflicto.
61
Algunos documentos que ofrecen más información sobre la tensión entre
Colombia, Panamá y USA, son: ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280. fasc. 1. ff. 5r-24r,
despacho de Fr. Diomede Falconio, Delegado Apostólico en USA, al Cardenal
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 43

de establecer un Gobierno propio, independiente y soberano bajo el


nombre de República de Panamá.
De esta forma, Demetrio H. Brid se consolidó como el primer
Presidente de facto de la nueva República, y fue nombrada el 4 de
noviembre de 1903 una Junta de Gobierno Provisional para que se
encargara de la administración del Estado hasta que la Convención
Nacional Constituyente designara un Presidente Constitucional. Fue
nombrado en febrero de 1904 Manuel Amador Guerrero62.
El Delegado Apostólico Informó sobre las posibles estrategias que
estaba pensando el Gobierno colombiano para recuperar su soberanía,
en donde basándose en el derecho se buscaba anular tal separación,
alegando una intervención de los Estados Unidos en asuntos internos,
violando un acuerdo establecido entre las dos naciones en 1846 en
donde Estados Unidos se comprometió a tutelar sin restitución la
propiedad y soberanía de Colombia sobre el Istmo. Existía un temor de
más separaciones de algunos departamentos importantes.

11.3. Consecuencias de la separación de Panamá


El 13 de noviembre de 1903 Estados Unidos reconoció formalmente
a la República de Panamá (después de haberla reconocido
extraoficialmente del 6 al 7 de noviembre), Francia lo haría al día
siguiente y antes de finalizar noviembre, otros quince países de
América, Europa y Asia lo harían después.

Raffaele Merry del val, del 5 de enero de 1904, en donde anexa el mensaje del
Presidente Theodore Roosevelt dado al Congreso de USA, el 4 de enero de 1904.
62
Para consultar más documentos al respecto, véase en: ASV. Segre. Stato, 1904.
rub. 280. fasc. 1. f. 140r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico en Washington,
Monseñor Falconio, del 27 de noviembre de 1903, sobre la solicitud del gobierno de
Estados Unidos para una medicación, en este conflicto; ASV. Segre. Stato, 1904. rub.
280. fasc. 1. ff. 141r, telegrama del gobierno panameño a la SESS, del 20 de
noviembre de 1903, en donde comunican que se han declarado República
independiente, y la solicitan al Santo Padre, que reconozca esta independencia, como
lo han hecho ya varias potencias de primera clase; ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280.
fasc. 1. ff. 167r-173v; despacho de Monseñor Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val,
del 12 de noviembre de 1903, en donde hace un amplio recorrido por la situación
entre Colombia y Panamá; ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 280. fasc. 1. ff. 177r-183v,
despacho de Monseñor Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val, del 24 de noviembre
de 1903, en donde informa acerca de la separación oficial de Panamá.
44 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Para el 18 de noviembre de ese mismo año, el secretario de Estado


norteamericano, John Milton Hay, firmó en unión de Phillipe Bunau-
Varilla un tratado para la construcción del Canal de Panamá, aunque
fue muy controvertido por la celeridad con que fue aprobado y porque
Bunau-Varilla se había propuesto a sí mismo como representante del
gobierno panameño. El tratado fue ratificado después por la Junta
Provisional de Gobierno de Panamá y por el Senado de Estados
Unidos.
El Embajador de Colombia en Ecuador Emiliano Isaza fue informado
de la situación en Panamá, pero no lo comunicó a su gobierno para
evitar una revuelta en Bogotá. El Gobierno colombiano envió una
misión diplomática a Panamá en un esfuerzo por hacer que fuese
reconsiderada la decisión, lo que requería la derogación del Tratado
Herrán-Hay, rechazado por el Senado de Colombia y, análogamente, se
propuso a la Ciudad de Panamá como capital de Colombia.
La misión se reunió a bordo del USS Mayflower con la delegación
panameña formada por Constantino Arosemena, Tomás Arias y
Eusebio A. Morales, quien rechazó todas las ofertas. Colombia
reconoció la soberanía de Panamá en 1921, sólo después de que
Estados Unidos compensara a Colombia con US $25 millones y las
disculpas oficiales del Congreso de Estados Unidos para la intervención
en el conflicto de Panamá-Colombia.
De esta forma, Colombia sufrió su mayor golpe en la historia, una
situación de la cual el país no se repondrá, y más aún dentro del
contexto de la guerra de los mil días, estos dos hechos marcarán
profundamente el futuro del país.

12. Conflicto entre Colombia y Perú, 1911


Esta contienda será conocida en la historiografía como el Conflicto
de la Pedrera. Se trató de una serie de enfrentamientos por la posición
territorial de una amplia zona del Amazonas.
Los límites de las naciones latinoamericanas luego de los
movimientos de independencia quedaron indefinidos principalmente en
las regiones de difícil acceso, como lo era la zona amazónica. La
situación empezó mientras en Colombia se estaba enfrentando la guerra
de los mil días, pues algunas empresas peruanas comenzaron a
adentrarse en la selva, en los territorios que por derecho correspondían
a Perú, y se dedicaron a la explotación de árbol del caucho. Estos
hechos comenzaron a ser denunciados por Rafael Uribe Uribe en el
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 45

Congreso, principalmente se acusaba al Gobierno peruano de estar


militarizando los ríos Putumayo, Napo y Caquetá.
La Real Cédula de 1802 daba respaldo al derecho que ostentaba
Perú, se venía ejerciendo desde 1900 por los militares peruanos quienes
estaban abriendo guarniciones.
La Casa Arana era la principal empresa comercializadora del caucho,
y tenía un gran poder e influencia, lo que llevó a que desplazara a todos
los propietarios colombianos instalados en el área, todo esto con la
ayuda de las fuerzas militares. Se había convertido en productor y
exportador monopolístico de caucho en toda la región, esclavizando a
los indígenas para obtener el preciado producto y asesinado a
cualquiera que se interpusiera en el camino. El Putumayo se había ido
convirtiendo lentamente en territorio custodiado por tropas y
autoridades peruanas sin que el gobierno de Colombia hiciera reclamo.
En febrero de 1911, el Presidente de Perú, Augusto B. Leguía, envió
un batallón a la frontera amazónica con Colombia para reforzar la
guarnición del puerto de Iquitos. Las denuncias sobre los atropellos se
hicieron manifiestas, y lograron ser escuchadas por el Gobierno en
Bogotá.
El Presidente de Colombia, Carlos Eugenio Restrepo, presionado por
las denuncias y por temor que se produjera otro desenlace
desafortunado como en Panamá, envió el 27 de enero de 1911, una
tropa para que hiciera presencia en la margen del río Caquetá. Que en
número inferior a las fuerzas peruanas fue fácilmente derrotado.
Mientras tanto el Gobierno empezó una batalla diplomática con su
canciller Enrique Olaya Herrera. Por otro lado las fuerzas peruanas
sufrieron una feroz epidemia de Beri-Beri y Fiebre amarilla que les
hizo perder hasta 30 hombres al día. Esto a su vez, dio lugar a una
reacción de la opinión pública peruana que exigió la retirada de sus
hombres de territorio colombiano. El 16 de octubre las tropas peruanas
se retiraron de La Pedrera y el 6 de noviembre se declaró terminado el
incidente y se normalizaron las relaciones entre Colombia y Perú. Con
el tratado de Salomón-Lozano, Colombia reafirmó su soberanía del
Caquetá, Putumayo y Leticia63.

63
La Santa Sede tuvo un papel importante en la mediación del conflicto, el
Delegado Apostólico estuvo en permanente contacto. Para más información se puede
consultar los siguientes documentos: ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. f. 3r,
telegramas de Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, del 11 y del 16
de septiembre de 1905, solicitando la mediación de Pío X; ASV. Segre. Stato, 1908.
46 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

13. La hegemonía Conservadora


Aunque se puede afirmar claramente que el control del Gobierno
inició con la Regeneración, fue a partir de 1903 cuando concretamente
el Partido Conservador asumió las riendas de la política nacional. Es
verdad que líderes como Miguel Antonio Caro tuvieron una gran
influencia, pues los ideales que desarrolló junto a Rafael Núñez
buscaban una especie de Unidad Nacional, sin embargo, no fue posible,
dada la intransigencia de los líderes como el mismo Caro. Los
conflictos bélicos que hemos mencionado fueron motivados siempre
por el inconformismo de los opositores quienes se vieron relegados, y
muchas veces oprimidos.
Al fracasar la política de la Regeneración, los Conservadores
continuaron llevando el control, si bien, en muchos aspectos sobre los
mismos principios, pero menos intransigentes, dando la oportunidad de
participación a la oposición.
Cabe resaltar, que los acontecimientos como la guerra de los mil días
y la posterior separación de Panamá, hicieron eco en el colectivo de la
sociedad y calmaron los ánimos de una política más llevada por las
emociones que por ideales claros. El país inició un periodo de
reestructuración, sobre todo en el aspecto económico. Se podría decir
que se inició un periodo de relativa calma y paz, en donde la Iglesia
avanzó tanto en sus proyectos, y la sociedad en general pudo

rub. 251. fasc. 2. ff. 6r-8r, despacho del 26 de agosto de 1905, en donde el Delegado
comunicó que las dos Repúblicas solicitaban la mediación del Papa; ASV. Segre.
Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff 58r-73r, despacho al Cardenal Merry del Val, 12 de
julio de 1906. Con anexos; ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff. 102r-112r,
memorando Confidencial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, al
Cardenal Merry del Val, del 15 de mayo de 1908, con todo el proceso de los
acuerdos; ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff. 114r-124v, despacho al
Cardenal Merry del Val, 14 de mayo de 1908, con el recuento de los acuerdos; ASV.
Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 2. ff. 129r-135r, despacho de la Legación de
Colombia en Lima al Ministro de Relaciones Exteriores de Perú, del 9 de octubre de
1907; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-41v, despacho al Cardenal
Merry del Val, 16 de octubre de 1911; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. f.
44r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico, 12 de diciembre de 1911; ASV.
Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. ff. 45r-47v, despacho al Cardenal Merry del Val,
7 de noviembre de 1911; ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 1. ff. 59r-65r,
despacho al Cardenal Merry del Val, 29 de octubre de 1911; ASV. Segre. Stato, 1912.
rub. 251. fasc. 1. f. 66r, minuta de la SESS al Delegado Apostólico de Lima, del 21 de
diciembre de 1911.
COLOMBIA SIGLO XIX E INICIOS DEL XX 47

estabilizarse, al menos desde el punto de vista político. Esta hegemonía


Conservadora durará hasta 1930, cuando los Liberales nuevamente
llegan al poder, y a partir de ahí se inicia una nueva etapa en la historia
de Colombia, tristemente retomando viejas pasiones que se habían
olvidado con el paso de los años, y que nuevamente llevarían al país a
una inestabilidad.

14. Presidentes de Colombia durante el periodo 1882-1916


1. Rafael Núñez, 1880-1882; 1884-1888; 1887-1888.
2 .Clímaco Calderón, 1882.
3. Francisco Javier Zaldúa 1882.
4. José Eusebio Otálora, 1882-1884.
5 Ezequiel Hurtado, 1884.
6. José María Campo Serrano, 1886-1887.
7. Eliseo Payán, 1887.
8. Carlos Holguín, 1888-1892.
9. Miguel Antonio Caro, 1892-1898.
10. José Manuel Marroquín, 1898.
11. Manuel Antonio Sanclemente, 1898-1900.
12. José Manuel Marroquín, 1900-1904.
13. Rafael Reyes Prieto, 1904-1909.
14. Jorge Holguín, 1909.
15. Carlos Emilio Restrepo, 1910-1914.
16. José Vicente Concha, 1914-1918.
48 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA
CAPÍTULO II

Sobre los Delegados Apostólicos

En el capítulo I nos detuvimos a describir la parte correspondiente al


contexto histórico, algo muy necesario para comprender el desarrollo
de la temática y tener claridad sobre la actitud de los Delegados
Apostólicos en ciertos momentos cruciales.
Toda la información que presentamos está fundamentada en lo que
los documentos nos dicen y, como anotamos anteriormente, presenta el
problema de estar dispersa y sin un orden continuo. Precisamente esa
fue una de las tareas previas a la redacción de este trabajo: la
organización archivística de todo el material documentario, para poder
identificar y dar una forma lógica al desarrollo de nuestro argumento.
Esta ha sido una labor muy delicada y, por qué no, agotante, ya que son
cantidades de fascículos que se han explorado para lograr tener de ellos
los documentos que nos interesaban.
Como consecuencia de esta dispersión documentaria, en algunos
casos no existe una conexión cronológica inmediata, y como podremos
ver se hallarán saltos de meses, incluso de años entre un asunto y otro.
Hemos determinado que para iniciar propiamente con la temática de los
Delegados Apostólicos, era indispensable tomar como punto de partida
la gestión hecha por ellos ante los diversos gobiernos buscando el
mejoramiento de la situación de la Iglesia en el país. Adicionalmente,
presentaremos una especie de relación de las actividades hechas en
conjunto con el Episcopado. Y como lo hemos ya mencionado, nuestro
propósito en esta parte del trabajo no es el de centrarnos en asuntos
50 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

políticos, aunque en algunas ocasiones estos estaban muy ligados a la


vida religiosa de la población, por lo tanto, se han incluido aquellos que
proporcionan una información útil.
En algunos momentos al tocar ciertos asuntos consideramos
conveniente hacer un reagrupamiento de documentos, porque
constantemente se tornan repetitivos al tratar un acontecimiento de
forma muy detallada con elementos que se retoman una y otra vez, pero
para aprovechar el hecho de haberlos encontrado, los citamos todos,
por si llegase haber algún interés particular para acudir a ellos, con este
método ya están identificados para facilitar su consulta.

1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1886


1.1. Aspectos biográficos
Giovanni Battista Agnozzi nació en Mogliano, Provincia de Ancona,
el 2 de agosto de 1821. Se formó académicamente en la Universidad
Romana, luego se desempeñó como ayudante en la Sagrada Rota.
Ocupó cargos en la Sagrada Congregación del Concilio y como
Secretario del Colegio Urbano de Propaganda Fide, Secretario de la
Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, Secretario de las
Nunciaturas de Suiza y Nápoles; fue nombrado Encargado de Negocios
en Suiza del 26 de marzo de 1866 hasta mayo de 1874, cuando se
rompieron las relaciones diplomáticas con la Sede. Se dirigió a Roma, y
laboró en la SESS.
Fue nombrado como Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario
en Colombia el 24 de marzo de 18821. Partió el 6 de abril de 1882, y
llegó a Bogotá el 11 de mayo, pero solo fue recibido por el Presidente
de la República hasta el 7 de junio. Dentro de los asuntos que le habían
sido confiados, traía la misión de estudiar la conducta del Arzobispo de
Santafé en Nueva Granada (después Bogotá)2, Vicente Arbeláez contra

1
Giuseppe DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche dal 1800 al 1956, Roma 1957,
97.
2
Aunque este era el nombre verdadero, comúnmente era llamada como
Arquidiócesis de Bogotá, y así se encuentra en muchos documentos, pero siendo
fieles al nombre real, la llamaremos Santafé en Nueva Granada hasta llegar a la fecha
en que se le cambiará oficialmente el nombre por Arquidiócesis de Bogotá, es decir el
8 de junio de 1898.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 51

quien se habían recibido reiteradas acusaciones en Roma, y del cual


hacía tiempo no se tenía noticia directa3.
En cuanto al tema religioso, su prioridad se dirigió en fomentar una
mejor atención a los extensos territorios en donde aún existían tribus
indígenas4. Para este fin, dirigió una Circular al Episcopado el 17 de
octubre de 1882, y en ella manifestó la idea de crear en esos lugares
Vicariatos Apostólicos, por otra parte, le solicitó a los obispos que le
indicaran los lugares y las condiciones en que podría hacerse el envío
de los misioneros. Con otra Circular dirigida a los obispos en abril de
1883, pidió que se erigiera de nuevo «Propagación de la Fe» extinguida
en Bogotá desde 1861, haciéndose nuevamente realidad el 25 de junio
por Decreto del Arzobispado. Otro de sus grandes propósitos, fue el de
mejorar la calidad de la educación, por lo que apoyó la fundación de
una Universidad Católica, la cual inició labores académicas el 1 de
marzo de 1884, con las Facultades de Filosofía y Letras, Jurisprudencia
e Ingeniería y Ciencias Naturales.
Fundó la revista Anales religiosos de Colombia de la que salieron 36
números (3 años) con noticias de las Diócesis, del movimiento de la
universidad y noticias de la Santa Sede. En su tiempo se restablecieron
las relaciones oficiales entre la Santa Sede y el Gobierno Colombiano y
se inició el arreglo concordatario que culminó 31 de diciembre de 1887.
El 14 de junio de 1887 comunicó al Episcopado que había sido
llamado a Roma, pero una grave enfermedad no lo dejó regresar y
falleció en Bogotá el 4 de febrero de 1888. Está sepultado en la Capilla
de Santa Isabel de Hungría de la Basílica Primada.

1.2. Instrucciones para el Delegado Apostólico


En el mensaje realizado por el Presidente constitucional de los
Estados Unidos de Colombia al Congreso de 1882, hay un apartado que
habla sobre las relaciones con la Santa Sede y el deseo de un Delegado:

3
Luego de las respectivas investigaciones, se pudo constatar que se trataban de
calumnias que se interceptaban las cartas del Arzobispo al Papa. Cuando el Delegado
Apostólico llevó el Viático al Arzobispo (junio de 1884) manifestó públicamente su
entera satisfacción por la apostólica conducta del Prelado. Cfr. J. RESTREPO POSADA,
«Galería de representantes», 214-215.
4
A partir de este momento no referiremos hacia estas tribus indígenas utilizando el
término que se halla en todos los documentos, este es el de «infieles salvajes».
52 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La próxima llegada de un Delegado de León XIII, me permite esperar que,


mediante un satisfactorio compromiso, podrá prescindirse en adelante, sin
objeción de ninguna especie, de la forma actual del ejercicio de la suprema
inspección de cultos, porque esta forma podrá ser reemplazada por una que
no hiera, bajo ningún aspecto, el sentimiento religioso que prepondera entre
nosotros5.
Giovanni Battista Agnozzi se acreditó como primer Delegado
Apostólico el 24 de marzo de 1882, siendo Canónigo de la Basílica
Vaticana. El nuevo Representante Pontificio no fue recibido por el
Presidente de la República Francisco Javier Zaldúa y Racines, quien no
deseaba solucionar la cuestión religiosa por esa vía; solo hasta el 2 de
junio de 1882 fue acogido en el Capitolio pero sin entablar alguna
posibilidad de diálogo6.
La Santa Sede al no haber tenido un Representante Oficial en
territorio colombiano por un largo periodo, necesitaba retomar el
camino que había sido obstaculizado por la intensa situación política
vivida en Colombia durante este tiempo. De esta manera, y para
ponerlo en contexto, la SESS preparó un extenso documento dividido
en dos partes7. La primera parte, se trata de una reseña histórica de las
relaciones entre la Iglesia y el Estado colombiano, desde 1849 hasta
1882. La segunda parte, corresponde a las instrucciones específicas que
la Santa Sede dio a Monseñor Agnozzi en su labor como Delegado
Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia. A saber:
La misión del Delegado es principalmente eclesiástica, es decir, dirigida a
la reorganización y mejoramiento de aquellas iglesias. Su acción
diplomática ha de ejercitarse por ahora por las vías oficiosas y
confidenciales ante la autoridad gobernativa que está guiada por la
comunicación hecha el 17 de mayo de 1881 al señor Baena, es decir, es
enviado no para estipular un Concordato, ni para promover negociaciones,
sino más bien para cultivar recíprocamente la buena inteligencia entre la
autoridad civil y eclesiástica, prevenir los malos entendidos y los
conflictos, promover la armonía y así preparar el camino hacia una sólida

5
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 423. fasc. 21, es un cuaderno que lleva
por título «Mensaje del Presidente de la Unión al Congreso Federal de 1882», en la
página 25 hace referencia a este asunto.
6
ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. f. 181r, despacho de Giovanni Battista
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de junio de 1882.
7
Este documento ha sido citado en la introducción de este trabajo como Appunti
preliminari alle istruzioni che si daranno a Mgr. Agnozzi Delegato Apostolico.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 53

concordia. Hará apreciar éste su propósito al mismo Gobierno solicitando,


como condición necesaria, que sea dada verdaderamente la plena libertad y
justicia a la Iglesia correspondientemente a los principios de libertad
sancionados por la Constitución del país y a la exigencia del sentimiento
religioso de la población. Para este fin, insista en la abrogación de la ley
hostil a la misma Iglesia. De estas, algunas han sido abrogadas, como
aquella del exilio de los obispos y de muchos eclesiásticos, pero otras
existen todavía, aunque no siempre aplicadas8.
Una cuestión particular que la Santa Sede consideraba digna de
especial atención era la llamada «ley sobre la inspección civil en
materia de cultos»9, pero le recomendó al Delegado Apostólico que
actuara con prudencia para que no fuese a afectar los derechos de la
comunidad católica.
La enseñanza pública, por otro lado, era un punto de vital
importancia, y hacía parte de la agenda de Monseñor Agnozzi en las
negociaciones que debía iniciar con el Gobierno; sobre esto el
documento expresa:
Otro objeto de especial cuidado de Monseñor Delegado, será el de
mantener, posiblemente, buenas relaciones entre la potestad eclesiástica y
civil sobre el campo de la enseñanza pública. Por ley general está
establecido que en la universidad nacional se enseñe filosofía y derecho
según las obras de los más notables materialistas y utilitaristas. El pasado
Presidente comenzó a divulgar alguna intención para mejorar los textos
adoptados en la universidad y hacer penetrar la influencia de la religión
católica. […]. Esto servirá de norma a Monseñor Delegado para moverse
ante el Gobierno, de modo que, la enseñanza pública de la universidad no
sea más una oposición a las creencias religiosas del pueblo colombiano, por
nueve décimas católico10.
En lo referente al nombramiento de los Obispos para las Sedes
vacantes existía un vacío jurídico, ya que al no haber un convenio
establecido el Gobierno se quería tomar derechos sobre este particular,
razón por la cual la Santa Sede dio indicaciones precisas al nuevo
Delegado Apostólico, en donde aclaró que solamente el Papa tenía la
potestad, y que el Gobierno no podría intervenir con ningún acto
legislativo:
8
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. ff. 48v-54r.
9
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. f. 50r. Al margen agrega que en
septiembre de 1882 fue abrogada la ley sobre la inspección civil en materia de culto.
10
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. ff. 50r-v.
54 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Efectuada la separación de la Iglesia con el Estado, viniendo a quedar


vacante alguna Diócesis, el nombramiento del nuevo Obispo se hará
libremente y exclusivamente por el Santo Padre sin ninguna injerencia
gobernativa. En tanto Monseñor Delegado recogerá y transmitirá
preventivamente a la Santa Sede un elenco de sujetos los cuales puedan un
día ser destinados a las sede Episcopales, enviando todos los documentos
que le será posible de tener sobre las cualidades de los mismos, con la
advertencia especial que no sean estos comprometidos con algún Partido
Político y gocen de la general estima tanto de la población como del
Gobierno11.
Para concluir, en el documento se encuentra una recomendación dada
al Delegado Apostólico, en donde se le solicitó que se esforzara por
mantener la unidad de los Obispos, pues existían algunas diferencias,
concretamente se le puso en conocimiento sobre la situación de Bogotá
sumida en una división del clero en dos grupos identificados como
clero joven y clero viejo. Una posible solución para evitar un escenario
similar fue el de fomentar la creación de seminarios y de organizar
debidamente los ya existentes.
Anexo al documento anterior, la SESS elaboró una guía a modo de
itinerario; en él se hace una detallada descripción de la ruta que habría
de seguir Giovanni Battista Agnozzi desde su llegada a Barranquilla
hasta su destino final en Bogotá. Tiene en cuenta todo aspecto que
pudiese presentarse durante este viaje, los horarios del transporte que
ha de utilizar, los costos de los hoteles, restaurantes, nombres de
algunos contactos que le pueden colaborar; incluso, va describiendo la
geografía y el clima que se va encontrando a lo largo del camino12.

1.3. Primeras acciones de Giovanni Battista Agnozzi.


Una de las primeras cosas que Monseñor Agnozzi solicitó a la Santa
Sede fue la facultad de iniciar negociaciones con los compradores de
los bienes eclesiásticos para que todo estuviese en regla, pues había
algunos casos particulares que necesitaban concesiones especiales13.
León XIII respondió que los casos particulares debían ser remitidos

11
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. f. 52v.
12
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 427. fasc. 22. ff. 58r-59r. Este itinerario lleva
por nombre memorie pel viaggio di Mgr. Agnozzi a Colombia.
13
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 434. fasc. 23. ff. 50r-v, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 3 de junio de 1882.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 55

directamente a la Santa Sede, por lo que no vio necesario concederle tal


facultad14.
El Gobierno y la Iglesia adelantaron diálogos con el fin de encontrar
soluciones para los asuntos que aún causaban distanciamiento entre las
partes. Justamente uno de los primeros pasos por parte del Gobierno,
fue el nombramiento de un secretario para las Relaciones Exteriores en
la persona de José María Quijano Wallis, con quien se esperaba iniciar
los acercamientos y buscar la posibilidad de establecer un Modus
vivendi15. Durante una alocución ante el Congreso en 1883, Quijano
Wallis así se expresó sobre el asunto con la Santa Sede:
Con excepción de las relaciones de obligada cortesía diplomática y las
personales entre el Excelentísimo Señor Agnozzi y el Jefe de este
Departamento, que el Señor Delegado ha cultivado con perfecta cultura, y a
que he procurado corresponder dignamente, tanto por cumplir este grato
deber como por impulsarme a ello las relevantes prendas personales del
Enviado de Su Santidad y su eminente cargo, la Delegación Apostólica no
ha tenido ninguna otra con este Departamento. En conferencias privadas he
manifestado a Monseñor Agnozzi que el Gobierno estaba dispuesto a oír
las proposiciones que tuviera a bien hacerle el Excelentísimo Señor
Delegado, y a discutir las bases del proyectado modus vivendi. Monseñor
Agnozzi me ha contestado que espera nuevas instrucciones de la Santa
Sede después de que ésta haya tenido conocimiento de la derogatoria de la
Ley colombiana sobre inspección de cultos16.
El Presidente Zaldúa se oponía a la derogatoria de la Ley de
inspección de cultos, que era justamente la última de las leyes
antirreligiosas, mientras que el Senado sí mostró una actitud favorable.
Precisamente el Congreso de 1882 aprobó la ley 56 del 6 de septiembre
de ese año, cuyo primer artículo derogó la ley 45 del 9 de mayo de
1877, sobre la inspección civil en materia de cultos. En el Segundo
artículo se resolvió que tal inspección por parte de los gobiernos de los
Estados, debería ser aplicada por ellos solamente bajo los términos que
establecía la ley nacional, pero en contraste con lo anterior, no existía

14
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 434. fasc. 23. f. 52r, minuta de la SESS al
Delegado Apostólico en Colombia, Giovanni Battista Agnozzi, 3 de agosto de 1882.
15
ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. ff. 197r-v, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 24 de julio de 1882.
16
Germán CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, vol. 1,
Bogotá 1988, 511-512.
56 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

dicha ley, razón por la cual, se eliminaba cualquier intromisión por


parte de los Estados en los asuntos religiosos.

1.4. Avances con el Gobierno sobre un Modus vivendi


En el mes de noviembre de 1883, el Legado Pontificio informó que
en Colombia desde hacía tiempo se vivía en el temor de una guerra
civil y que por lo tanto sus conversaciones con el Gobierno habían sido
interrumpidas17. El Ministro de Colombia ante la Santa Sede, Joaquín
Vélez, había escrito al Presidente Otálora que sobre el tema del
nombramiento de los Obispos la Santa Sede estaba dispuesta a acordar
con el Gobierno la presentación de los candidatos18.
El Delegado Agnozzi envió una parte del mensaje del Presidente ante
la reapertura de las Cámaras, en donde hizo alusión a concretar un
Modus vivendi con la Santa Sede19:
La misión confidencial encargada en Roma a un ilustrado patriota de
Cartagena, empieza a producir saludables resultados debido a la cordial
inteligencia que ha comenzado a establecerse entre Su Santidad León XIII
y nuestro inteligente diplomático Sr. Joaquín Vélez, pues en lo sucesivo se
harán los nombramientos de Arzobispo y Obispos, serán resueltas las
dificultades que ocurran entre la Iglesia y el Estado, de acuerdo con este
Gobierno. Se ha retardado, sin embargo, el arreglo definitivo sobre el
Modus Vivendi de las dos entidades que ponga en armonía los derechos del
catolicismo con los deberes que ha impuesto al gobierno nacional el
artículo 23 de la Constitución; pero es de esperarse que desaparezcan
próximamente los escrúpulos que han motivado ese retardo. De otro modo,
la Nación, y en su representación el Congreso, debe asumir nuevamente el
derecho de su plena soberanía para resolver, a ese respecto, lo que sea más
conforme con nuestras necesidades políticas y sociales, sin la intervención
de fuerzas extrañas o inútiles al movimiento de adelanto impulsado por
estas mismas necesidades20.

17
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. ff. 13r-14r.
18
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. f. 13v, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de noviembre de 1883.
La propuesta concreta del gobierno, dice: nei casi di vacanza delle Sedi sia accordato
al Governo di poter fare le sue osservazioni sulle persone a promuoversi, salvo
sempre al S. Padre di valutarle nel loro merito, e di ammetterle nell’interesse di una
comune intelligenza.
19
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. ff. 15r-29r, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de febrero de 1884.
20
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 460. fasc. 31. ff. 17r-v.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 57

1.5. Informe del primer año de misión en Colombia


Durante el primer año de labores de Monseñor Agnozzi, se
adelantaron asuntos de vital relevancia, pero principalmente, se
garantizó la presencia de un Representante Pontificio en el territorio
colombiano luego de tantos años.
Ante este panorama elaboró un informe sobre su gestión durante este
tiempo21. Al hacer lectura de este documento, en primer lugar el
Delgado Apostólico inicia compartiendo su experiencia como el primer
Representante de la Santa Sede luego de una ausencia de más de veinte
años. Durante este periodo, luego de tantos acontecimientos políticos y
sociales, prácticamente todo debía iniciarse de nuevo, ni siquiera existía
un archivo.
Como punto de partida, envió diversas Circulares a los Obispos, para
que estos le informaran acerca de las extensiones, límites y la situación
de sus Diócesis, las condiciones de los Capítulos, de los seminarios y
escuelas, sobre las rentas y demás ingresos, la existencia de religiosos y
religiosas de clausura, luego de la supresión realizada por el Gobierno.
Además, se hace evidente la preocupación especial por la
evangelización de las tribus salvajes e infieles, para que estos territorios
pudieran ser atendidos con miras a su conversión y civilización. Este
documento ofrece unos datos importantes acerca de la situación de la
Iglesia en Colombia en este periodo, ya que el Delegado Apostólico
informó a la Santa Sede con estadísticas sobre las jurisdicciones
eclesiásticas y el Episcopado. Por ejemplo:
Existen en Colombia diez Diócesis, un Arzobispo en Bogotá y nueve
Obispos en las respectivas ciudades residenciales de Santa Marta,
Cartagena, Panamá, Popayán, Antioquia, Medellín, Pamplona, Pasto y
Tunja. Pasto y Antioquia están aún vacantes, pero pronto serán provistas de
nuevos prelados con los nombramientos de Monseñor Velasco para la
primera, y Monseñor Rodríguez para la segunda.
Debido a la inmensa extensión del territorio colombiano, con las grandes
dificultades para una fácil comunicación entre un Estado y otro, la falta de
una correspondencia postal diaria, el mal estado de las vías provinciales,
los Obispos colombianos apenas si se conocen entre ellos a través de

21
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 22r-26r, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de mayo de 1883. En la minuta
de respuesta de la SESS del 14 de agosto de 1883 se recomienda continuar con los
buenos oficios, y se felicita por la labor realizada, en: ASV. Segre. Stato, 1883. rub.
251. fasc. 3. ff. 27r-28r. Ver el texto en el Apéndice Documental, pag. 385-389.
58 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

alguna carta de oficio. Es extraño que puedan seguir las visitas pastorales
según lo prescrito en las leyes canónicas, y aún más extraño, el que se
puedan reunir como Conferencia. Con excepción del Arzobispo, no he visto
ni siquiera un Obispo en Bogotá. Todo aquí son grandes distancias, tanto
así, que sería más fácil y cómodo acercarse de Bogotá a Roma que a
Pasto22.
Esta descripción era el común denominador en la Iglesia de
Latinoamérica. Sin embargo, Monseñor Agnozzi pensó en la
posibilidad de iniciar el fomento para la promoción y creación de
nuevas Diócesis, de esta manera se podría atender a la población
creyente, que en su inmensa mayoría era católica, de igual modo,
muchas comunidades manifestaron su deseo de tener una sede
Episcopal. Algo que favoreció en gran medida la realización de estos
proyectos fue el ánimo de la población católica que tenía una formación
muy conservadora. Continuó el Delegado Apostólico:
Por esta razón surge la evidente necesidad de que en Colombia se erijan lo
más pronto nuevas Diócesis, una especialmente en el Tolima para 250 mil
católicos de ese Estado y otra en Santander que cuenta con 300 mil
católicos, todos hacen ya esta petición. Los del Tolima están ya en
contactos con el Arzobispo y dentro de poco expondré a Su Excelencia las
causas canónicas y las circunstancias especiales que favorecen esta
providencia.
En Santander habrá dificultades por parte del Obispo de Tunja, pero no
estamos en Europa en donde se puede decir que se tienen cortas distancias,
porque los 500 mil diocesanos del solo Estado de Boyacá forman una grey
bien respetable y numerosa para el Ordinario de Tunja para no poder
razonablemente impedir que la solicitud de los santandereanos sea tenida
en cuenta favorablemente por parte de la Santa Sede23.
Como se ha mencionado anteriormente, Monseñor Agnozzi
consideró como una de sus prioridades la evangelización de las tribus
salvajes. Pero como no existían en Colombia los misioneros ni el clero
suficientemente formado para tal encargo, creyó que la mejor manera
de llevar a cabo su propósito era confiando estas misiones a algunas
Órdenes Religiosas, y promover ante el Gobierno algunas ayudas:
He concebido el proyecto de crear misiones para las tribus salvajes, y con
un constante trabajo he ya reunido noticias de suma importancia sobre

22
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 23v.
23
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 23v.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 59

todos los territorios de la República que aún no han visto un verdadero


misionero católico o lo conocieron hace tiempo y conservan apenas un
recuerdo. Me he ocupado por buscar los medios para lograr esta empresa
que gustará al Santo Padre bendecir mis fatigas y ayudar potentemente la
obra con la erección de distintos Vicariatos Apostólicos en el Casanare, en
donde ya reside Monseñor Higuera con feliz resultado, en San Martín
donde hay un párroco, un padre dominico, en la Guajira, Darién, Chocó y
Caquetá, se propagará el Evangelio en una inmensa extensión de territorio
desierto y salvaje. El poder civil no me negará su apoyo, como he dicho, la
Santa Sede tendrá honor y gloria, además reconocimiento, que le
profesarán a la Iglesia los pobres infieles que serán civilizados y
convertidos24.
Finalmente, el Representante Pontificio expresó su satisfacción por
los avances realizados en las relaciones con el Gobierno, y que a su
juicio se mantendrían como señal de la buena disposición de las dos
partes, civil y eclesiástica.

1.6. Agente Confidencial de Colombia ante la Santa Sede


Tras la muerte de Francisco Javier Zaldúa, Presidente en ejercicio de
Colombia, fue designado para sustituirlo José Eusebio Otálora, quien
nombró al hasta entonces Secretario de Relaciones Exteriores, Joaquín
Fernando Vélez, como Agente Confidencial ante la Santa Sede, el 6 de
abril de 1883. Básicamente el objeto de la misión era el de cultivar las
mejores relaciones con la Silla Apostólica y de que negociara con la
Santa Sede un arreglo abarcando los puntos más importantes de las
diferencias pendientes en el menor tiempo posible, arreglos que
satisficiesen a ambas partes. Las instrucciones precisaban:
El Poder Ejecutivo se ha impuesto con satisfacción del recibimiento que ha
hecho a usted Su Santidad León XIII […]. Esa buena inteligencia y
disposiciones benévolas deben ser aprovechadas por usted para estudiar los
términos en que, a su juicio, podrá llegar el Gobierno de Colombia a un
avenimiento mutuamente satisfactorio con Su Santidad en punto al arreglo
definitivo de la desamortización, la enseñanza religiosa en las escuelas y el
reconocimiento del matrimonio civil. El Presidente, como lo dije a usted en
otra parte, tiene iniciados arreglos con Monseñor Agnozzi en esta capital y

24
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 25r.
60 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

no desespera de alcanzar alguna solución, por lo cual no ha dado a usted


instrucciones precisas en el particular25.
A partir de ese momento se iniciaron a elaborar las bases para un
arreglo con la Santa Sede, teniendo como resultado una primera
propuesta que Monseñor Agnozzi envió al Cardenal Secretario de
Estado el 9 de julio de 1883, y que había sido preparada por el
Secretario de Relaciones Exteriores, Antonio Roldán el 10 de febrero
anterior26. Este primer intento de negociación no lo pudo continuar el
Delegado Apostólico en vista de que no recibió ninguna facultad por
parte de la Santa Sede para ello. Aunque se estaban logrando buenos
acercamientos y la perspectiva hacia la concretización de un Tratado
Oficial poco a poco se estaba gestando.

1.7. Informa segundo año de misión


El informe fue enviado al Cardenal Jacobini, con fecha del 1 de
mayo de 188427. El Delegado Apostólico conocía mejor la realidad del
país, tanto eclesiástica como social, de manera que, con base en este
conocimiento, pudo en primera medida hacer una exposición de sus
acciones como Representante Pontificio y, en segundo lugar, elaborar
un proyecto para ser ejecutado a partir de ese momento:
En estos días se cumple el segundo año de mi misión en Colombia. Ahora
que conozco qué cosa es esta República, cuán amplio es su territorio, más
grande de Francia, España y Austria juntas, cuántos episcopados,
Capítulos, seminarios y parroquias, cuáles son los intereses generales de la
población, el carácter, las costumbres y las exigencias de los diversos
pueblos, la instrucción y la disposición del clero, sería de suma utilidad y
necesario, que yo me dirigiera personalmente a cada Diócesis para tratar en
el lugar con los Obispos, otros eclesiásticos y laicos sobre aquello que se
tiene que proveer para regular la disciplina religiosa, moralidad de la
población y expedir la correspondencia de la autoridad y de los fieles con
esta Delegación Apostólica y por consecuencia con la Santa Sede28.
Desde su llegada Monseñor Agnozzi tuvo preocupación
especialmente por dos cosas: la fundación de una Universidad Católica
y la evangelización de los «infieles salvajes» que poblaban el territorio
25
G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 515-516.
26
G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 517-518.
27
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 169r-171r.
28
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. f. 169v.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 61

nacional. Para el primer caso, buscaba la mejor formación e instrucción


para la población, basado en la enseñanza a partir de la doctrina y
moral católica. Para el segundo caso, mucho más complejo, esperaba
buscar la participación del Estado para la promoción de las misiones,
así como la creación de nuevas jurisdicciones eclesiásticas en estos
territorios:
Por medio del periódico Anales Religiosos de Colombia he provisto gran
parte de las instrucciones al clero y también al laicado, con la fundación de
la Universidad Católica y espero eficaz, a la instrucción pública, con las
misiones diocesanas estoy procurando la reforma de las costumbres,
especialmente por medio de la celebración de matrimonios entre individuos
de todas clases, máximo de aquella de los públicos y secretos concubinatos,
con el proyecto de misiones católicas para salvajes recomendado y bien
acogido por todos los gobiernos, generales y regionales, confío de poder
preparar la vía a la conversión y civilización de las muchas tribus de
infieles, incluso antropófagos de los territorios que están ahora desiertos y
bosques, están finalmente a buen término las providencias para la erección
de nuevas Diócesis de suma necesidad para las respectivas poblaciones
superiores a 600 mil habitantes que vivamente le imploran a la bondad del
Supremo Pastor de la Iglesia el Santo Padre. Arrojando una mirada sobre el
resultado de las cotidianas y solícitas fatigas de este segundo año de mi
permanencia en Colombia diré que he conseguido ya mucho, pero debo
atender con más urgencia las visitas a las Diócesis29.
Finalmente el Delegado Apostólico solicitó el envío desde Roma de
un eclesiástico para que cumpliese las funciones de Secretario,
encargándose de la correspondencia y del manejo de la documentación
que poco a poco iba aumentando, esto para que él pudiese alejarse de la
capital con tranquilidad sin dejar abandonada la Delegación Apostólica.

1.8. Restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas


Monseñor Agnozzi escribió con ocasión del cumplimiento del cuarto
año de su misión en Colombia30, en donde hizo mención sobre el feliz
suceso del restablecimiento de las relaciones oficiales de Colombia con
la Santa Sede, asunto prioritario en las instrucciones dadas a él por la
Santa Sede al inicio de su labor. De igual modo, hizo la petición del
envío de un Ministro Plenipotenciario ante la Santa Sede:

29
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. f. 170r.
30
El informe sobre el tercer año no fue encontrado.
62 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El feliz suceso que tengo que notar es el restablecimiento de las Relaciones


Oficiales de Colombia con la Santa Sede. Este era el punto principal del
mandato comisionado por el Santo Padre, y por efecto de las buenas
inteligencias por mí practicadas con tres distintos gobiernos, que por
diferentes vías han dirigido las suertes de la República, del Radicalismo a
la actual Reforma Constitucional; he podido anunciar a Vuestra Eminencia
Reverendísima que el Gobierno del 1 de abril de 1884 enviaba al Santo
Padre un Ministro Residente, con el nombre de Ministro Plenipotenciario.
No es cierto el intento de hacerme un mérito de este próspero
advenimiento, lo recuerdo solamente por la justa satisfacción que de ella
pruebo por haber podido con esto concluir una época de infeliz desacuerdo
del Poder Civil con el Eclesiástico en Colombia, y causar por tal modo una
santa complacencia a la Santidad de Nuestro Señor y a la Eminencia
Vuestra. El Presidente soberano de Colombia no es inferior a los potentes
de otras Repúblicas y Reinos y si gravísima fue la injuria de la violenta
expulsión de mi predecesor, no menos grande es la reparación que después
de 24 años da el actual Gobierno colombiano a la Santa Sede.
Será objeto de otro folio de reporte que debo informar a Vuestra Eminencia
para darle cuenta más circunstanciado de mi gestión en el mencionado
periodo, e implorando ahora la bendición del Santo Padre por medio de la
Eminencia Vuestra31.

1.9. Nueva Constitución de Colombia, 1886


Monseñor Agnozzi informó que fue aprobada la nueva Constitución
y que en el artículo 53 de la misma contenía la positiva autorización al
Poder Ejecutivo de establecer un Convenio con la Santa Sede sobre
cuestiones pendientes y sobre las relaciones de la autoridad Civil con la
Eclesiástica32. Monseñor Agnozzi mantuvo informando a la Santa Sede
sobre el proceso de formación y ejecución de la nueva Constitución ya
que se iba a dar un giro completo en lo referente a los asuntos
religiosos y a la situación de la Iglesia en el país33.

31
AA.EE.SS. Colombia, 1886. pos. 503. fasc. 42. ff. 14r-15r, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 24 de abril de 1886.
32
AA.EE.SS. Colombia, 1886. pos. 505. fasc. 42. ff. 24r-v. Luego envió otro
despacho el 21 de septiembre de 1885, informando acerca de la posibilidad de
establecer un Modus vivendi con el gobierno colombiano, en: AA.EE.SS. Colombia,
1886. pos. 505. fasc. 42. ff. 26r-30v.
33
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. ff. 26r-28r, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 21 de septiembre de 1885.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 63

El Presidente de la República expresó su disposición para establecer


un Acuerdo estable con la Santa Sede, emitiendo algunas bases para
elaborar un documento definitivo. Tan pronto tuvo conocimiento sobre
esto, el Delegado Apostólico lo transmitió al Secretario de Estado de la
Santa Sede34.
La Constitución fue sancionada el 5 de agosto de 1886 y entró en
vigencia para la nación el 7 de agosto de 1886. El Presidente del
Consejo Nacional de Delegatarios, dijo en su alocución sobre su
contenido, entre otras cosas, haciendo alusión a la relación con la
Iglesia:
El Estado y la Iglesia reconocen y deslindan amigablemente los títulos de la
autoridad que en sus respectivas esferas recibieron de Dios para el bien
temporal y espiritual de los pueblos, y las dos espadas místicas
resplandecen como símbolos inseparables de justicia35.
Monseñor Agnozzi envió el texto definitivo de la Nueva
Constitución publicado oficialmente el 7 de agosto de 188636. Muy
importante fue el reconocimiento de la personería jurídica de la Iglesia,
esto principalmente para el asunto de los bienes y de los
nombramientos de las sedes vacantes:
La Iglesia Católica podrá libremente en Colombia administrar sus asuntos
interiores, y ejercer actos de autoridad espiritual y de jurisdicción
eclesiástica sin necesidad de autorización del Poder Civil; y como persona
jurídica representada en cada Diócesis por el respectivo legítimo prelado,
podrá igualmente ejercer actos civiles, por derecho propio que la presente
Constitución le reconoce37.

34
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. ff. 30r-31r, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de diciembre de 1885.
Contiene copia de las bases de la reforma constitucional publicadas en el Diario
Oficial el 2 de diciembre de 1885.
35
G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede y Colombia, 560.
36
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. ff. 61r-65v, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de agosto de 1886, en
donde envió copia del texto completo de la nueva Constitución Política de la
Republica, que fue declarada el 7 de agosto de 1886, publicado por el Diario Oficial
el mismo día. El Delegado aclaró que los artículos que se refieren a las Relaciones
entre Iglesia y Estado han sido supervisados por él mismo, además, en ningún artículo
se hace referencia a la libertad y reconocimiento del matrimonio eclesiástico, ni sobre
la exención del clero del servicio militar, pero que estos temas serían debatidos.
37
Artículo 50 de la Constitución política de Colombia de 1886.
64 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El Presidente Rafael Núñez escribió una carta a León XIII, con fecha
del 16 de junio de 1887, en donde explicó que de acuerdo a la nueva
Constitución, había sido elegido para desempeñar la primera
Magistratura nacional por un periodo de seis años, que iniciaron el 7 de
agosto de 1886. De igual manera, informó, que de acuerdo a la nueva
Carta Magna, el país se constituyó con el nombre de República de
Colombia, en lugar de Estados Unidos de Colombia. Le manifestó al
Santo Padre el firme propósito de avanzar con las buenas relaciones
entre Colombia y la Santa Sede38.
Respecto a la cuestión religiosa, las disposiciones finales de la
Constitución fueron, primeramente, aquellas que interpretan el
sentimiento de la nación en cuanto a la tolerancia religiosa y libre
circulación de la riqueza, que eran necesarias para asegurar la paz en el
país; en segundo lugar las que restablecen a la religión e Iglesia católica
en el goce de sus derechos civiles; luego las que tratan de la educación
católica; y finalmente, la que autoriza al Estado a celebrar concordatos
con la Santa Sede39.

1.10. Incomprensiones con el Gobierno


Monseñor Agnozzi informó al Cardenal Ludovico Jacobini acerca de
sus actividades como Delegado Apostólico, entre las que incluyó la
fundación de un periódico para instrucción del clero. En cuanto a las
misiones de los «salvajes», comunicó que todo estaba listo para la
erección de dos Diócesis, en Santander y en el Tolima.
En lo referente a las dificultades con el Gobierno, expresó su
satisfacción de haber logrado el restablecimiento de las relaciones
oficiales entre Colombia y la Santa Sede: el proyecto del convenio de

38
ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 279. ff. 97r-v. La minuta de respuesta enviada por
la SESS al Delegado Apostólico, con fecha del 9 de agosto de 1887, en: ASV. Segre.
Stato, 1887. rub. 279. fasc. unico. ff. 99r-100r.
39
Estos artículos son: artículo 38, declara la religión católica como la del Estado;
los artículos 39 y 40, sobre la libertad religiosa y ejercicio de esta; el artículo 41 sobre
la educación dirigida por la Iglesia católica; artículo 54, sobre la prohibición a los
sacerdotes de ejercer cargos públicos; artículo 53 otorgó la plena personería jurídica a
la Iglesia católica con independencia del poder civil; el artículo 54 declaró la exención
de contribuciones a ciertos bienes eclesiásticos, tales como, edificios destinados al
culto, seminarios, casas curales. Cfr. G. CAVELIER, Las relaciones entre la Santa Sede
y Colombia, 560-564.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 65

recíproco acuerdo entre dos poderes él mismo lo preparó y transmitió


en su momento a la Santa Sede.
Otro de sus objetivos conseguidos fue el de la fundación de la
Universidad Católica, que para ese entonces ya llevaba tres años de
funcionamiento, sostenida con la generosidad de los fieles.
Al final del documento expresó que desde su llegada a Colombia
había trabajo tranquilamente llevando una excelente relación y
entendimiento con todos los gobiernos, sin embargo, manifestó su
malestar, ya que justamente con el último Gobierno no había sido así,
no comprendía la oposición que se había generado en su contra,
obstaculizando que su misión fuese llevada diligentemente40.

1.11. Consecución de algunos asuntos importantes


Ante la inminente posibilidad de su traslado, y la llegada de un nuevo
Representante Pontificio, Monseñor Agnozzi envió un Despacho a la
Santa Sede, el 31 de diciembre de 1886, allí explicó sobre la necesidad
de terminar algunos asuntos relevantes, y de nuevo expresó su regular
situación ante el Gobierno:
El 15 de noviembre del año pasado transmití al Sr. Vélez un cablegrama,
con el cual indicaba a tal Ministro de Relaciones Exteriores que vendría a
Colombia otro Delegado Apostólico, y que indicara el día de mi partida de
Bogotá. Suprimido el Ministro como también el Presidente de la República,
el Señor Campo Serrano, de tal noticia no me enteré sino a principios del
corriente mes. Y para mí es difícil comprender cómo el mencionado
Ministro debiera desde noviembre dar aviso de mi partida de Bogotá, y
también como el Sr. Vélez tuviese el empeño de hacerme partir de aquí
como un malhechor que abandona sus asuntos y se salva con la fuga.
Yo tengo la conciencia de haber cumplido fielmente los deberes de la
misión confiada, será una desgracia que no pueda llevarla a término, pero
no con culpa, por cuanto sea agradable a los calumniadores el acusarme, no
sé de qué, ante Su Santidad y Vuestra Eminencia. Es mi vivo deseo poder
justificar mi conducta, y por eso ruego cálidamente a Vuestra Eminencia de
quererse complacer de darme a conocer que debo responder41.
Poco tiempo después, el 2 de enero de 1887, sin ocultar sus
sentimientos, y recordando sus buenos oficios durante su misión, a

40
ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. ff. 24r-25r, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 31 de diciembre de 1886.
41
ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. ff. 28r-30v.
66 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

pesar de las polémicas suscitadas con el Gobierno en curso, Monseñor


Agnozzi solicitó una pronta manifestación por parte de la Santa Sede,
principalmente en lo referente a su situación económica:
He transmitido a Vuestra Eminencia Reverendísima otros folios míos para
indicarle cuál es mi situación con el Gobierno, con el Cuerpo Diplomático
y con el clero, por la noticia que se ha dado sobre mi imprevisto retiro de
esta Delegación reabierta por mí, y cómo me parece sostenida con decoro y
con el feliz resultado que se esperaba el Santo Padre. Ahora con la presente
debo expresarle que gastados mis recursos, especialmente por el empeño de
sostener la Universidad Católica en el año de la desastrosa guerra civil y
por las pocas subvenciones por parte de los fieles por consecuencia de tal
guerra, me encuentro desprovisto de medios para emprender cualquier viaje
lejano, y vivir muchos meses en países de suma exigencia, como son
aquellos de la América española. No le agradará a la Santa Sede que yo
vaya a pedir alojo, sostenimiento y auxilio a gente extraña, que
permanecería admirada de mi apariencia no diferente a aquella de un
viajero de placer.

1.12. El Concordato
La figura del Patronato español fue un gran obstáculo para que en los
países latinoamericanos avanzasen los acuerdos concordatarios, ya que
los diversos gobiernos pretendían continuar con el Privilegio de
intervenir en el nombramiento de los Obispos.
El primer país en firmar un Concordato fue Bolivia, en 1851; luego
lo hicieron Guatemala y Costa Rica, en 1852; Haití, en 1860; Honduras
y Nicaragua, en 1861; San Salvador, Venezuela y Ecuador, en 1862, en
ese mismo año, Brasil suscribe un acuerdo sobre misiones. En el caso
de Colombia se puede considerar que, el Concordato fue un suplemento
de la Constitución Política de 1886, ya que ponía en práctica los
principios religiosos en ella establecidos.
Desde el punto de vista político fue un gran logro de la Iglesia pues
pocos años antes se había visto envuelta en una constante persecución
por parte del régimen Liberal, quienes aún participaban de alguna
manera en la vida política del país, pero habían perdido fuerza,
situación que se aprovechó para mejorar las condiciones de la Iglesia
pero a partir de un acto judicial con todos sus efectos legales, de tal
forma que se garantizaran los derechos y el cumplimiento de los
compromisos ofrecidos por el Estado.
Este convenio, fue un hecho extraordinario de acuerdo al contexto
político y social en Latinoamérica, y se convirtió en un modelo de los
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 67

documentos concordatarios42. Monseñor Agnozzi redactó las materias y


puntos de discusión, que constituían un proyecto de acuerdo. Pero estas
bases no se llegaron a discutir. Las materias y puntos de discusión eran:
42
El Concordato ha sido objeto de gran estudio e investigación, principalmente en
materia de Derecho, Civil y Canónico, por lo tanto existe una bibliografía abundante.
Sobre el Concordato entre Colombia y la Santa Sede, de 1887, se puede consultar,
entre otras, la siguiente bibliografía: Manuel ANGARITA, Constitución de la República
de Colombia sancionada el 5 de agosto de 1886. Concordada y comentados algunos
de sus artículos, Bogotá 1890; María Eugenia ARRAZOLA DE PAREDES, El concordato
de 1887 a la luz del pensamiento y acción de Rafael Núñez, Tesis (Historiadora), PUJ,
Facultad de Ciencias Sociales, Bogotá 1980; Guillermo CAMACHO MONTOYA, El
Concordato ante la conciencia católica de Colombia. Texto del nuevo Concordato y
compilación de documentos de la Jerarquía Eclesiástica. Estudios jurídicos de los
doctores Laureano Gómez y Alfonso Uribe Misas. Declaración colectiva de la
Representación Conservadora al Congreso y otros documentos pertinentes al
problema religioso, Bogotá 1942; Pedro Pablo CAMARGO, El régimen concordatario
colombiano, Bogotá 1974; Judith CÁRDENAS GUERRERO, El concordato de 1887 entre
Colombia y la santa sede como respuesta a una situación de conflicto, Tesis Derecho,
PUJ, Bogotá 1995; Germán CAVELIER, Tratados de Colombia (1811-1910), vol. 1,
Bogotá 1982; Gabriel DE IBARRA, El Concordato de Colombia en algunos puntos
principales: (estudio histórico-jurídico), Bogotá 1941; José Manuel DÍAZ, El
problema del Concordato, Bogotá 1935; Juan Antonio EGUREN, El Derecho
Concordatario Colombiano: ensayo de interpretación a la luz de documentos
oficiales, Bogotá 1960; Juan Antonio EGUREN, Derecho concordatario colombiano,
Bogotá 1974; Juan Antonio, EGUREN «El Estado colombiano frente a la Iglesia
católica, visión histórica del Régimen concordatario en Colombia», en: Revista de la
Academia Colombiana de Historia Eclesiástica, 17/18 (1970), 81-108; Roberto
EMILIANI VÉLEZ, Comentarios a los concordatos celebrados entre su Santidad León
XIII y el Gobierno de Colombia en los años de 1887-1892 y reforma de 1924, Bogotá
s.f.; Gustavo FLÓREZ GARCÍA, Estado e Iglesia en Colombia análisis histórico-
jurídico a los Concordatos de 1887 y 1973, Tesis Derecho Canónico, PUL, Roma
1975; John GARZÓN BARRETO Alexander, El Concordato desde una perspectiva
histórico política de los dos Partidos tradicionales en Colombia, PUJ, Bogotá 2011;
Fernán GONZÁLEZ, «El Concordato de 1887. Los Antecedentes, las Negociaciones y
el Contenido del Tratado con la Sede», en: Revista Credencial Historia, 41 (1993), 5-
11; José Joaquín GUERRA, Estudio sobre los Concordatos celebrados entre su
Santidad León XIII y el Gobierno de Colombia, en los años de 1887 y 1892, Bogotá
1895; Gabriel IBARRA DE, El Concordato de Colombia en algunos puntos principales:
(estudio histórico-jurídico), Bogotá 1941; Alfonso LÓPEZ TRUJILLO, El Concordato
Colombiano, Roma 1987; José Tomas MARTÍN DE AGAR, El matrimonio canónico en
el Derecho español civiles, Pamplona, 1985; Juan G. NAVARRO FLORIA Acuerdos y
Concordatos entre la Santa Sede y los países americanos, Buenos Aires 2011;
Laureano PÉREZ MIER, Iglesia y Estado Nuevo, los Concordatos ante el moderno
derecho público, Madrid 1940; Liborio RESTREPO URIBE, El concordato ayer-hoy
1887-1973, Bogotá 1973; Liborio RESTREPO URIBE, Naturaleza del Concordato,
68 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1. Conveniencia de hacer un arreglo entre el Gobierno y la Santa Sede. 2.


Forma del mismo, garantías de derecho público en que pueda fundarse el
convenio. 3. Nombramiento de los Obispos, ¿conviene que intervenga el
Gobierno? ¿Dentro de qué límites? 4. Instrucción pública. 5. Bienes
desamortizados. Rematadores, actuales poseedores de bienes eclesiásticos.
Dotación, obispos, seminarios, instrucción pública, misiones, garantía para
las actuales monjas. 6. Matrimonio civil. Registro de estado civil. 7.
Personería jurídica de la Iglesia y de las entidades religiosas. 8. Exención
militar del clero y de los alumnos aspirantes al estado eclesiástico43.
Las negociaciones entre la Santa Sede y el Gobierno para un
Concordato se llevaron entre el Cardenal Mariano Rampolla, Secretario
de Estado y el General Joaquín Vélez, Ministro Plenipotenciario de
Colombia. Algunos documentos vienen examinados en la Sesión 630
del 27 de noviembre de 1887. La documentación consta de las
propuestas hechas, tanto por el Gobierno como por la Santa Sede, para
la elaboración de los diferentes artículos que harían parte del
Concordato44.

Bogotá 2003; Jaime SERNA GÓMEZ, «Rafael Núñez y el Concordato», en: Revista de
la Academia Colombiana de Historia Eclesiástica, 17/18 (1970), 62-79; Aurelio
TOBÓN MEJÍA, La situación concordataria colombiana, Salamanca 1971; Leopoldo
UPRIMNY, El Concordato es un diálogo entre la Iglesia y Estado, Bogotá 2003.
43
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 491. fasc. 39. f. 28r.
44
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1887, n. 630, stampa 408, s.n.f. La
documentación consta de las propuestas hechas, tanto por el gobierno como por la
Santa Sede, en la elaboración de los diferentes artículos que harán parte del
Concordato. Una primera propuesta del gobierno en donde se destaca que la Santa
Sede debía conceder al Encargado del Poder Ejecutivo en la Republica, las facultades
de presentar una terna para la provisión de Arzobispos, Obispos o Vicarios
Apostólicos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 8r-9v. El 21
de julio de 1887, el General Vélez envió el resto del proyecto de Convenio entre la
Santa Sede y Colombia, que contenía trece artículos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-
1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 12r-15r. El 28 de julio de 1887, Joaquín Vélez envió al
card. Secretario de Estado, un nuevo artículo que había redactado de acuerdo a las
instrucciones recibidas del gobierno. Trata acerca de la indemnización a la Iglesia por
los bienes expropiados después de 1861, a través de un impuesto, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 16-17r. El 20 de agosto de 1887, El
Ministro Vélez, envió las modificaciones hechas a los quince artículos para que
fueran examinados por la Santa Sede, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516.
fasc. 45. ff. 26r-31r. El 22 de agosto de 1887, nuevamente se enviaron los artículos
con nuevas modificaciones, según las últimas indicaciones, en: AA.EE.SS. Colombia,
1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 44r-59r. El 31 de agosto de 1887, el Ministro de
Colombia envió la primera parte del Convenio, advirtiendo que solo respecto a los
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 69

Después de algunas modificaciones, el 19 de diciembre de 1887 fue


aprobado por el Santo Padre. El Concordato viene subscrito por los dos
Plenipotenciarios con fecha del 31 de diciembre de 1887 en Roma.
Sancionado con Decreto del 24 de febrero de 1888 en Bogotá, el 27 de
diciembre de 1888 el Concordato fue promulgado y firmado por el
Presidente Carlos Holguín como ley del Estado. Entre los elementos
pactados por el Concordato se pueden enumerar:
A. El reconocimiento de la religión católica como la propia de la
nación; esto, porque en ese momento todos los habitantes, exceptuados
los indígenas no convertidos, eran católicos. El reconocimiento,
además, de la misma religión como esencial elemento del orden social,
por lo cual los poderes públicos se comprometían a protegerla y a
hacerla respetar.
B. El reconocimiento de la plena libertad e independencia de la
Iglesia para ejercer su autoridad espiritual y su jurisdicción de acuerdo
con sus propias leyes y, en consecuencia, el reconocimiento de la
legislación canónica por las autoridades de la República.
C. Reconocimiento de la personería jurídica de la Iglesia
representada por la legítima autoridad jerárquica (Papa, obispos,
párrocos) con todas las consecuencias jurídicas inherentes a tal
personalidad.
D. Reconocimiento de los llamados privilegios de los clérigos.
E. Reconocimiento de todos los efectos al matrimonio sacramental
contraído por quienes profesan la religión católica.
F. Admisión de la exclusiva competencia de la autoridad eclesiástica
en las causas matrimoniales que afectan el vínculo del matrimonio y la
cohabitación de los cónyuges.
G. Condonación por parte de la Santa Sede al Gobierno colombiano
del valor de los bienes pertenecientes a conventos o asociaciones
religiosas, y de sus réditos e intereses vencidos; el Gobierno daría a
perpetuidad y en compensación una suma anual líquida,
desproporcionada indudablemente con relación a la deuda.
H. Reconocimiento de la Iglesia de nombrar libremente a los
Obispos, permitiendo, sin embargo, que se den a conocer al Presidente

artículos III y VII tenía que hacer algunas modificaciones, en: AA.EE.SS. Colombia,
1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 62r- 65r. El 3 de septiembre, el Ministro Vélez
envió algunos puntos sobre los bienes desamortizados contenidos en los artículos VI,
VIII, X y XV, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887-1888. pos. 516. fasc. 45. ff. 66r-67r.
70 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

los nombres de los candidatos por si al caso él tiene motivos de carácter


civil o político que los constituya en personas no gratas al Gobierno.
I. Concesión a los tribunales civiles de poder juzgar a los
eclesiásticos aun en causas criminales ajenas a los delitos de religión y
con exclusión de las llamadas causas mayores.
J. Convenio especial sobre cementerios y registro civil de
nacimientos, matrimonios y defunciones.
K. Admisión de la intervención de la Iglesia en la educación y
formación cristiana a nivel primario, secundario y universitario,
especialmente en las regiones de misión.

1.13. Últimas noticias de Giovanni Battista Agnozzi


La situación de Monseñor Agnozzi en el último periodo no fue fácil,
tanto por sus relaciones con el Gobierno como por su salud. Era de
conocimiento general que cada vez se debilitaba más y, por lo tanto, lo
más conveniente era solicitar el envío de un nuevo Representante de la
Santa Sede.
El Gobierno por medio de la Legación de Colombia ante la Santa
Sede envió una carta a la SESS, firmada por el Encargado de Negocios,
Emiliano Isaza, con fecha del 8 de abril de 1887, en donde comunicó
que había recibido un telegrama del presidente Núñez solicitándole sus
oficios diplomáticos para conseguir el retiro inmediato del Delegado45.
Una de las cuestiones en las que fue muy estricto Monseñor Agnozzi,
y que empeoró las cosas, fue el hecho de acusar constantemente al
Presidente Núñez por su situación de vivir en concubinato, ya que su
anterior matrimonio realizado por la Iglesia aún estaba vigente. El
Delegado consideraba esto un escándalo en virtud de la posición de
Núñez, y así lo hizo saber a la Santa Sede46. El problema se tornó muy
incómodo debido a que el Delegado Apostólico públicamente
manifestó su desacuerdo basándose en el criterio de que por su función
como Presidente, su conducta moral debía ser intachable. Así se
expresó el Representante Pontificio a la Santa Sede sobre la situación
del Presidente Núñez:
[…] tengo el deber de dar a conocer a la Eminencia Vuestra
Reverendísima, que Núñez ha conducido desde Cartagena hasta Bogotá a la

45
ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. f. 38r.
46
ASV. Segre. Stato, 1887. rub. 251. fasc. 2. f. 44r, despacho de Giovanni Battista
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 27 de febrero de 1887.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 71

mujer con la cual vive en público adúltero concubinato. No se sabe qué


cosa tenga fija en mente el Presidente con la presencia en el Palacio de
dicha mujer, el hecho está pero que su posición para esta deplorable
circunstancia es muy perjudicial, obligando a las principales familias y
también al Cuerpo Diplomático a una reserva impuesta de la pública
moral47.
Esta situación frenó por un tiempo las conversaciones para el
Concordato, debido a que al hacerse las reformas correspondientes al
matrimonio, el Presidente quedaba en una condición social muy
cuestionada, pues sería declarada nula su unión civil. Como el
Representante Pontificio estaba en una posición intransigente frente a
esto, fue el Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, José Telésforo
Paúl, quien de forma muy diplomática logró calmar los ánimos;
posteriormente, tras la muerte de su primera esposa, Núñez contrajo
matrimonio sacramental en la ciudad de Cartagena en 1892.
Hay que mencionar que Monseñor Agnozzi no dejó su trabajo hasta
el último momento, siempre estuvo atento al buen desempeño de su
misión, aun cuando ya era noticia pública su traslado. Así por ejemplo,
encontramos que una de sus últimas acciones fue su preocupación por
el nombramiento de un Obispo para sede de Popayán, que se
encontraba vacante:
Aunque mi misión haya cesado en Colombia me permito remitirle este
respetuoso folio sobre la Sede vacante de Popayán. Se propone al sacerdote
Buenaventura Ortiz, eclesiástico ciertamente instruido pero ridículo en alto
grado y agravado con su padre de una numerosa familia de 14 a 15
individuos que se lo devoran vivo. Ruego a Vuestra Eminencia y por su
medio al Santo Padre de destinar a aquella Sede al canónico de esta
Metropolitana Joaquín Pardo48.

1.14. Un caso particular: La Universidad Católica


1.14.1. La fundación
En el proceso de organización de la educación en Colombia, y en
concreto en lo referente a la enseñanza superior, el propósito de fundar
una Universidad Católica se convirtió en una idea innovadora en virtud
de su origen, ya que no se trataba de una Institución Oficial o Estatal, o
47
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 152r-152v.
48
ASV. Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. f. 90r, despacho de Giovanni Battista
Agnozzi al Cardenal Mariano Rampolla, 2 de agosto de 1887.
72 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Pontificia Católica, sino de una Universidad laica-católica, creada y


apoyada por opositores al Partido Liberal Radical y defensores de la
doctrina católica49.
El Delegado Apostólico había detectado el bajo nivel de educación
en la sociedad colombiana, solo los miembros de las familias
económicamente acomodadas tenían acceso a instituciones con alta
calidad de enseñanza y, en no pocos casos, eran enviados a estudiar al
exterior, mientras que el ciudadano común carecía de cualquier
posibilidad de formarse adecuadamente. De esta manera, Monseñor
Agnozzi inició a transmitir su interés recibiendo un fuerte apoyo para
sacar adelante tal proyecto. El 6 de noviembre de 1883, envió un oficio
al Cardenal Secretario de Estado Ludovico Jacobini, en donde propuso
la fundación de una Universidad Católica. Suplicó la bendición del
Santo Padre para poder abrir tal universidad el mes de febrero
siguiente, al inicio del nuevo año escolar50. El 18 de enero de 1884,
nuevamente envió un oficio al Cardenal Jacobini, en donde se
solicitaba ayuda económica para poder iniciar la obra; allí le expuso la
propuesta hecha por algunas personas con las que se reunió, entre ellas
tres obispos, quienes aconsejaron pedir una ayuda al Santo Padre, a los
ordinarios diocesanos, al clero y a los fieles51.
El proyecto tuvo el patrocinio de algunos laicos ejemplares, quienes
motivaron y ayudaron a promocionar la idea de Monseñor Agnozzi.
Estos laicos que su mayoría fueron Ministros de Instrucción Pública,
eran personas destacadas de la sociedad y con arraigados valores
cristianos, entre ellos se puede nombrar a Miguel Antonio Caro, Jesús
Casas Rojas, José Manuel Marroquín y Liborio Zerda. La fundación de
la Universidad Católica fue un medio eficaz para controlar la avanzada
de los Liberales Radicales que tanto se oponían a esta clase de
proyectos52.
El 1 de marzo de 1884, inició labores la Universidad Católica con el
lema Nihil sine Lumine53, con 230 alumnos y las Facultades de

49
Jorge Enrique DUARTE ACERO, «La Universidad Católica de Bogotá y la
formación de profesionales durante la Regeneración 1884-1890», en: Heurística:
revista digital de historia de la educación, 9 (2008), 9.
50
ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1, ff. 5r-6r.
51
ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 8r-9v.
52
Vladimir ZAPATA VILLEGAS, La Reforma Núñez en Bogotá. Historia de la
Educación en Bogotá, 258.
53
Nada sin inspiración divina.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 73

Filosofía y Letras, Ciencias Naturales e Ingeniería y Jurisprudencia54.


Ante esto, el Delegado Apostólico Agnozzi informa acerca de los
progresos de la Universidad con un oficio del 24 de marzo de 188455.
El 4 de abril de 1884, Monseñor Agnozzi dirigió un oficio al Cardenal
Jacobini, solicitando una carta o una Circular enviada por el Papa, para
motivar a los Obispos, clero y fieles en el apoyo a la Universidad
Católica. Por su parte, Agnozzi expone los principios de tal institución:
La Universidad Católica es un Instituto de estudio, de moralidad, y de plena
garantía de sana doctrina a los padres de la actual y de las futuras
generaciones, por tanto privada de intereses y cualquier espíritu de Partido
Político, la Iglesia tiene derecho de conseguirse una juventud moral y
religiosa, y la Patria fieles e instruidos ciudadanos. Sobre estas bases, Su
Santidad se complace de la erección de este Instituto Universitario, lo
recomienda al celo de los obispos y del clero, al empeño de todos los
colombianos y al estudio de los distintos rectores y profesores que tan
honorablemente le expanden luces de moralidad y ciencia56.
El país se encontraba en un grave conflicto social en el año 1885, una
nueva guerra civil, que ocasionó el cierre temporal de las instituciones
educativas. Solo la Universidad Católica continuó dando las clases57.
Monseñor Agnozzi informó constantemente a la Santa Sede sobre el
progreso de la Universidad, envió varios oficios dando detalles de todos
los aspectos considerados importantes para ser tenidos en cuenta58.

54
Antonio CACUA PRADA, Historia de la Educación en Colombia, Santafé de
Bogotá 1997, 202. Con un despacho del 5 de marzo de 1884, dirigido al Cardenal
Ludovico Jacobini, Secretario de Estado de Su Santidad, Giovanni Battista Agnozzi
informó sobre los primeros alumnos de la Universidad, en: ASV. Segre. Stato, 1886.
rub. 251. fasc.1. ff. 10r-v.
55
ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 16r-17r.
56
ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 13v-14r. El 25 de julio de 1884 el
Delegado Apostólico envió una carta de agradecimiento dirigida al Cardenal
Ludovico Jacobini en donde agradeció por la Bendición Apostólica recibida para
todos aquellos que habían cooperado a fundar la Universidad Católica, a los alumnos
y a sus padres, en: ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 25r-v. El 2 de
septiembre de 1884, el Delegado Apostólico, nuevamente envió una carta
agradeciendo por esta Bendición Apostólica, que había llegado por medio del
Arzobispo de Bogotá en: ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 27r-v.
57
ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251. fasc.1. ff. 32r-33v.
58
Estos oficios fueron: e16 de noviembre de 1884, con motivo del primer año de la
Universidad, da un informe acerca de los logros a pesar de las dificultades. El
Delegado expresa que se va por buen camino, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1886.
pos. 489. fasc. 39. ff. 3r-4r. El 15 de octubre de 1885, se envió el informe
74 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1.14.2. Apertura de la Universidad Católica


El deseo de Monseñor Agnozzi fue el de ver terminada la obra de la
Universidad Católica, pero debido a los problemas de salud y otras
circunstancias que generaron su sustitución, no pudo ver realizado tal
deseo. Fue su sucesor, Monseñor Luigi Mattera, quien hizo un análisis
de la situación e inició a considerar la viabilidad del proyecto.
Luigi Mattera informó con un oficio del 17 de junio de 1888, sobre la
Universidad Católica. El Delegado Apostólico, ciertamente reconoció
la buena voluntad de su antecesor en la fundación de la Universidad,
que al inicio cumplió con las expectativas, pero que progresivamente
fue cayendo en serios problemas tanto administrativos como
económicos, pues necesitaba de fondos para sostenerse, los cuales no
poseía59. En el oficio antes mencionado, Monseñor Mattera adjuntó una
copia del reglamento de la Universidad Católica60. En cuanto al número
de alumnos el nuevo Delegado Apostólico informó que para 1888
estaban matriculados 70 externos y 41 internos.

1.14.3. Fracaso de la Universidad


El Delegado Luigi Mattera se lamentó de que el patronato de la
Universidad había sido sustraído de la Iglesia por el mismo fundador
(Agnozzi) confiándola a personas que tenían inclinaciones políticas
definidas, y con cuestionada moral, lo que había llevado a que no fuese
apoyada por la autoridad eclesiástica ni por el clero en general. A su

correspondiente al segundo año. Las dificultades habían sido mayores, dado que las
consecuencias de la guerra civil fueron graves, al punto que, la Universidad Católica
había sido la única institución educativa que se mantuvo en actividad, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. ff. 6r-v. El 25 de julio de 1886, envió un
oficio en donde informó que el Gobierno había decretado el reconocimiento de los
cursos de literarios y científicos de la Universidad Católica y, por tanto, los grados
correspondientes, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. ff. 9r-v. El
informe del tercer año, con un oficio del 28 de octubre de 1886, continuó exaltando la
gran labor que se estaba haciendo, la calidad de los profesores, y la constante
problemática que se debía sortear para poder sostener la Universidad, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1884-1886. pos. 489. fasc. 39. ff. 13r-v.
59
AA.EE.SS. Colombia, 1888. pos. 522. fasc. 48. ff. 57r-61v. Envió como
documento adjunto un ejemplar del reglamento de la Universidad Católica.
60
Una edición estampada en Bogotá en 1887 por la imprenta de vapor Zalamea,
contiene 29 páginas.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 75

vez, el Gobierno no podía cumplir con la promesa hecha a Monseñor


Agnozzi de otorgar una ayuda económica, lo que hacía casi imposible
su continuidad, por lo tanto, lo más probable, es que debía ser cerrada.
Una propuesta fue la de darle la categoría de Colegio Católico, pero
tenía que ser asumida directamente por la Iglesia, alejando de la
administración la autoridad laica. Todos los obispos consideraban
insostenible la Universidad, ya que al no tener un ingreso definido,
debía hacerse con limosnas, lo cual no ayudaba en nada61. Finalmente,
la Universidad Católica, fundada por Monseñor Agnozzi, fue cerrada
en 189162.

2. Luigi Mattera, 1887-1889


2.1. Aspectos biográficos
Nació en Roma el 11 de febrero de 1820. Trabajó en la carrera
diplomática y fue Auditor y Abreviador en la Nunciatura de Lisboa.
El 19 de septiembre de 1879 fue nombrado Delegado Apostólico en
Argentina, Paraguay y Uruguay, fue recibido en Buenos Aires en abril
de 1880. Luego pasó a Rio de Janeiro.
Fue nombrado Arzobispo de Irenópolis y Delegado Apostólico en el
30 de marzo de 1882. Fue consagrado en la Catedral de Buenos Aires
el 16 de agosto de 1882 por M. León Federico Anerios, Arzobispo de
Buenos Aires, como asistentes estuvieron Mamerto Esquiú O.F.M.,
Obispo de Córdoba, y Wenceslao Ochaval O.F.M., Obispo de Cuyo63.
El 17 de mayo de 1887 fue nombrado Delegado Apostólico y
Enviado Extraordinario en Colombia64, llegó a Bogotá el 9 de agosto y
presentó sus Credenciales el 17 del mismo mes.
Su salud, muy quebrantada, no le permitió trabajar y pidió licencia
para ausentarse, le fue concedida y salió de Bogotá el 23 de mayo de
1889. Falleció en Roma el 29 de noviembre 1891.

2.2. Llegada de Luigi Mattera


El nuevo Representante Pontificio llegó a Bogotá el 9 de agosto de
1887, y al siguiente día envió una comunicación a la Santa Sede. Tal y

61
AA.EE.SS. Colombia, 1888. pos. 522. fasc. 48. ff. 57r-61v.
62
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 8r-10r.
63
J. RESTREPO POSADA, « Galería de representantes», 217.
64
G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche dal 1800 al 1956, 97.
76 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

como ocurrió con Monseñor Agnozzi, tuvo que realizar un largo viaje
desde el norte, en la Costa Atlántica, hasta el centro del país. Un
recorrido que de por sí era muy difícil y, más aún, para un europeo que
se enfrentaba a la inclemencia del clima tropical. La navegación por río
Magdalena constituía la mayor parte del recorrido, para luego llegar a
un punto en donde se debía iniciar el ascenso hacia la capital en lomo
de mula, encontrándose con el problema da la altura.
En la comunicación de Monseñor Mattera, justamente narra detalles
sobre el viaje, y la llegada a las diferentes poblaciones en donde fue
recibido con honores. Al final, informó sobre la salud de su antecesor,
Monseñor Agnozzi, que se encontraba gravemente enfermo, con
úlceras gangrenosas en el estómago65.
La llegada de Monseñor Mattera constituyó un paso grande para los
intereses del mejoramiento de la situación de la Iglesia en el país, ya
que confirmaba el buen momento y proseguía con los diálogos
buscando llegar a un acuerdo definitivo.
De un momento a otro se encontraron en el país los dos
Representantes Pontificios, el saliente y el entrante, algo poco común
de por sí. La cuestión era complicada, dado que Giovanni Battista
Agnozzi se encontraba muy débil y no presentaba grandes signos de
mejoría, al menos algo que permitiese la posibilidad de abandonar el
país.
La salud del Delegado saliente se convirtió en un tema delicado, sin
embargo, siempre estuvo muy bien atendido y acompañado, incluso, el
mismo Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, José Telésforo Paul,
acudía frecuentemente a su casa para tener noticias sobre él, y como
máxima autoridad eclesiástica, se comunicó con la Santa Sede para
informar sobre la llegada de Luigi Mattera como nuevo Delegado
Apostólico y sobre la salud de su antecesor:
Tengo el honor de avisar a V.E. que Monseñor Mattera llegó después de su
largo viaje y en no mala salud a esta ciudad antes de ayer, y que fue
recibido con todos los honores debidos a su puesto. También aviso a V.E.
que Monseñor Agnozzi se ha mejorado un poco, aunque todavía no ha
salido de peligro. Dudan todavía los médicos de su complicada reposición;

65
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 33r-v, despacho de Luigi Mattera
al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de agosto de 1887. La minuta de respuesta emitida
por la Secretaria de Estado con fecha del 24 de septiembre de 1887, en: ASV. Segre.
Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 34r.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 77

se ha hecho cuanto se ha podido para salvarlo de esta grave enfermedad.


Por todos los correos escribiré a V.E. la marcha que ella siga66.

2.3. Enfermedad y muerte de Giovanni Battista Agnozzi


Luigi Mattera inició sus funciones tras su llegada, pero de igual
modo, tuvo que estar atento de la situación de su predecesor, pues sus
condiciones de salud eran cada vez más complicadas, al punto que
finalmente no pudo abandonar el país. Aunque los médicos en principio
dieron esperanzas, paulatinamente éstas se fueron diluyendo, dada la
gravedad de la enfermedad. Permaneció en Bogotá, el lugar más
indicado para poder suministrarle una atención adecuada. El
Episcopado, y principalmente el Arzobispo José Telésforo Paul,
siempre estuvieron al tanto de las cosas comunicándose con
permanentemente la Santa Sede sobre el asunto67.
El mismo afectado escribió a la Santa Sede para comunicar que no
podría viajar tal como estaba previsto. En el texto se puede apreciar el
fuerte sentido de obediencia y de disposición de Monseñor Agnozzi,
quien desearía fuertemente poder acercarse de nuevo a Roma y estar en
Italia cerca de los suyos68.

66
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 36r. La minuta de respuesta,
emitida por la Secretaria de Estado con fecha del 24 de septiembre de 1887, agradece
la información dada, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 37r. También
sobre la salud de Agnozzi, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 44r-46r.
67
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 27r, carta del Arzobispo de Bogotá
José Telésforo Paul al Cardenal Rampolla, con fecha del 17 de julio de 1887. La
minuta de respuesta con fecha del 27 de agosto de 1887, lamentando las noticias sobre
Monseñor Agnozzi, en: ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 28r. De manera
semejante, existe una carta con fecha del 5 de septiembre de 1887, escrita por Enrico
Angelini, no se identifica quién es o su relación con Monseñor Agnozzi, y enviada a
la SESS. En esta carta se cuenta la forma en la cual Monseñor Agnozzi cayó enfermo,
con detalles y su situación actual, en: ASV. Segre. Stato, 1888, Rub 251. fasc. 1 ff.
31r-v.
68
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-v, carta de Giovanni Battista
Agnozzi al Cardenal Mariano Rampolla, 2 de agosto de 1887. De igual manera se
encontró una carta enviada por Enrico Angelini al Cardenal Rampolla, con fecha del
14 de noviembre de 1887, en donde le transmite noticias detalladas sobre el estado de
salud de Monseñor Agnozzi. Según esta carta, le ha sido comunicado por medio de
una nota del Arzobispo de Bogotá, Monseñor Paul, con fecha del 30 de septiembre de
1887 que a Monseñor Agnozzi, le han sido intervenidos dos tumores, uno en el
estómago y otro en la frente, aunque ha venido evolucionando positivamente, no se le
recomienda emprender un viaje tan fatigante como aquel hacia Roma, pues sus
78 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Luego de una penosa enfermedad Giovanni Battista Agnozzi falleció


el 4 de febrero de 1888. El Delegado Apostólico, Luigi Mattera, ese
mismo día envió un telegrama a la Santa Sede comunicando el deceso
de su predecesor69.
Días después remitió un documento en donde hizo un recuento
detallado del proceso de la enfermedad de Monseñor Agnozzi y sobre
su funeral. En él se narra la angustiosa situación causada por las úlceras
gangrenosas que iniciaron en el estómago pero que se esparcieron por
todo el cuerpo. Informó que fue asistido espiritualmente hasta el último
momento por el mismo Arzobispo. Las solemnes exequias fueron
celebradas en la Catedral Metropolitana, con la asistencia del Capítulo,
numeroso clero y fieles, que unieron sus plegarias para sufragar su
alma. Intervino, de manera similar, el Presidente de la República,
General Payán, con los Ministros y otros funcionarios del Estado. La
Guardia de Honor fue hecha por un batallón de soldados en línea70.

2.4. Las buenas relaciones con el Gobierno colombiano


No obstante a los inconvenientes tenidos por Monseñor Agnozzi al
final de su misión, la relación entre la Iglesia con el Gobierno se
mantuvo en buen camino. De hecho, la llegada de un nuevo
Representante Pontificio agradó a todas las partes. El 21 de julio de
1888, Luigi Mattera envió un despacho a la Santa Sede71, anexando una
copia del mensaje dado por el Presidente Rafael Núñez al Congreso

condiciones no le permitirían resistirlo. Transmite el deseo de Monseñor Agnozzi de


hacer saber a la Santa Sede sus problemas y el deseo de obedecer la voluntad del
Santo Padre en regresar a Roma y abandonar el país, en: ASV. Segre. Stato, 1888.
rub. 251. fasc. 1. f. 41r. Más sobre el estado de Agnozzi en: ASV. Segre. Stato, 1888.
rub. 251. fasc. 1. ff. 47r-v.
69
Monsignore Agnozzi morto alle due questa mattina sabato quattro;- Mattera, en:
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 62r.
70
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. ff. 63r-64r, despacho de Luigi
Mattera, al Cardenal Mariano Rampolla, 11 de febrero de 1887. Se anexa a este
documento un artículo publicado en el periódico católico El Orden, del 7 de febrero
de 1888, en donde se hace una biografía y el reconocimiento por las obras
desempeñadas en su labor como Delegado Apostólico, en: ASV. Segre. Stato, 1888.
rub. 251. fasc. 1. f. 68r.
71
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 2. ff. 28r-v. Este documento incluye un
anexo con el mensaje, que es un cuaderno de 15 páginas, junto a este, dos recortes del
periódico La Nación del 20 de julio y del 7 de agosto de 1888, con artículos referentes
a este mensaje.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 79

Constitucional instalado el 20 de julio de 1885, en donde hizo


referencia a la Iglesia:
El Concordato ha sido, pues, el complemento obligado de la Constitución,
por no decir su alma, y debemos reverente gratitud al Egregio Soberano del
Mundo Católico, por habernos generosamente proporcionado la
colaboración incomparable de cuanto allí se determina y estipula en
beneficio de la Nación, desde el fomento de las misiones y los seminarios
hasta la movilización de la riqueza de manos muertas; siendo base de todo
la estrecha alianza –que nunca debió interrumpirse– de las dos grandes
potestades civilizadoras del mundo72.
El 23 de mayo de 1888, el Gobierno escribió a la Santa Sede, a través
de su Secretario de la Legación en Roma, Joaquín Vélez, manifestando
la gran alegría de haber llegado a una conciliación, y que sin duda esto
favorecería la unidad y la concordia de todos los colombianos. El
Presidente Núñez extendía este saludo y manifestó que el Concordato
había sido un gran acontecimiento73.

2.5. Enfermedad de Luigi Mattera


No había pasado mucho tiempo desde la convalecencia y muerte de
Giovanni Battista Agnozzi, cuando se manifestó en Luigi Mattera un
problema de salud serio. Evidentemente las condiciones del largo viaje
desde Europa afectaban notablemente las fuerzas, y el clima de la
montaña complicaba aún más las cosas.
Nuevamente se vio la necesidad de informar a la Santa Sede sobre el
asunto, aclarando que el Delegado Apostólico era una persona muy
diligente, pero que su salud le impedía ejercer su misión con mayor
eficiencia. Se necesitaba solucionar pronto el problema ya que la
presencia del Representante de la Santa Sede era de vital importancia
para continuar con las buenas relaciones con el Gobierno. Ante esto el
Arzobispo José Telésforo se dirigió a la Santa Sede con una carta del
25 de septiembre de 1888 al Cardenal Mariano Rampolla:
Escribo a V.E. con el objeto de informarle acerca del estado de salud de
nuestro estimado Monseñor Mattera. Lo hago porque los médicos juzgan
que aquí marcha rápidamente a una muerte no lejana, mientras que creen
que se le prolongaría la vida restituyéndolo a su aire natal. Como lo dije a

72
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 2. f. 29r.
73
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 279. s.f. ff. 42r-v.
80 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

V.E. desde que estuvo tan grave de la otra enfermedad, la principal en él y


que trajo, es del corazón. Esa ha hecho que no convalezca, que la vida que
lleva causa lástima, pues no pudo levantarse antes de la una del día, y a las
siete y a las cinco de la tarde tiene que volverse a la cama. Es muy grande
su debilidad, tanto que no puede recibir ni el movimiento del coche,
levantarse del asiento le cuesta mucho trabajo, y mucho le cansa el trabajo
mental. Virtuoso como es y devotísimo de la Santa Sede, no cesa de
ocuparse de lo que es de su deber. Lo que le hace más grave su mal, es por
una parte, lo frio de esta temperatura, y por otra principalmente la grande
altura sobre el nivel del mar, la que disminuyendo considerablemente la
presión atmosférica, hace que trabaje mucho el corazón, y que por eso sean
tan frecuentes y tan graves aquí las enfermedades de ese órgano74.
Uno de los factores que más debilitó a Monseñor Mattera fue la
altura de la Capital, situada a 2.630 metros sobre el nivel del mar. El
Delegado tenía problemas coronarios, y evidentemente esto aumentaba
con su permanencia en Bogotá. Consciente de la situación, pero sin
perder su responsabilidad, creyó que lo más conveniente era alejarse un
tiempo a un clima más benévolo. Tal vez así podría tener una
recuperación más rápida. Así que solicitó a la Santa Sede este
permiso75.
Finalmente por recomendación médica, Monseñor Mattera se dirigió
a Cartagena. La altura de Bogotá le estaba causando muchos
problemas, y una breve permanencia en una ciudad del Caribe le
vendría bien, además, en Cartagena tenía constante información sobre
lo que ocurría en la Capital. Procuró antes de viajar dejar todos los
asuntos pendientes resueltos, ya que debería estar un tiempo
considerable mientras su salud se estabilizaba. Sobre este viaje, y el
hecho de abandonar la Delegación por un periodo lo comunicó a la
Santa Sede, solicitando el respectivo permiso del Papa, respaldado por
el consejo de los médicos76. Al final tomó la decisión de regresar a
Roma, en donde falleció el 29 de noviembre 1891.

74
ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251 s.f. ff. 94r-95r. De la misma manera, se
encontró una carta del sacerdote Giacomo Giella al Cardenal Lucido Maria Parocchi,
Camarlengo del Sacro Colegio Cardenalicio, del 19 de agosto de 1888, en donde
informa acerca del estado de salud de Luigi Mattera, en: ASV. Segre. Stato, 1889.
rub. 251. fasc. unico. ff. 91r-v.
75
ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251 s.f. ff. 97r-98r, despacho de Luigi Mattera al
Cardenal Mariano Rampolla, 29 de noviembre de 1888.
76
ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251 s.f. ff. 116r-v, despacho de Luigi Mattera al
Cardenal Mariano Rampolla, 29 de abril de 1889.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 81

3. Antonio Sabatucci, 1890-1895


3.1. Aspectos biográficos
Nació en Ascoli Piceno el 23 de marzo de 1835. Estudió en el
Seminario de su ciudad natal y de allí pasó a Roma, a la Sapienza, en
donde recibió los doctorados en Teología y Derecho Canónico.
Ordenado sacerdote trabajó algún tiempo en la Sagrada
Congregación del Concilio. Pasó luego a la SESS; fue auditor de la
Delegación Apostólica en Paraguay y hacia 1881-1882 Auditor de la
Internunciatura de Brasil. Fue nombrado Delegado Apostólico y
Enviado Extraordinario en Colombia el 21 de septiembre de 189077.
El 1 de octubre de 1890 fue nombrado Obispo titular de Tebas siendo
consagrado el 26 del mismo mes en la Capilla del Colegio Pío
Latinoamericano, por el Cardenal Mariano Rampolla, Secretario de
Estado de León XIII, y asistieron Domingo Ferrata, Arzobispo de
Tesalónica, y Antonio de Macedo Costa, Arzobispo de Bahía78. Llegó a
Bogotá en febrero de 1891 y trajo como secretario a Enrico Sibilia.
Presentó sus Credenciales ante el Presidente Carlos Holguín, el 28 de
febrero.
Estando en Bogotá fue nombrado Arzobispo titular de Antinoe, el 14
de marzo de 1892. Permaneció en esta ciudad hasta junio de 1895 y su
partida quedó al mando de la Delegación Apostólica como Encargado
de Negocios Enrico Sibilia. El 2 de marzo de 1900 fue nombrado
Internuncio en Argentina, y el 24 de octubre Delegado Apostólico en
Paraguay y Uruguay.
Pio X lo nombró Auditor de la Reverenda Cámara Apostólica el 8 de
noviembre de 1906, desempeñando tal oficio hasta que falleció en
Roma el 31 de diciembre de 192079.

3.2. Instrucciones para Antonio Sabatucci


La SESS preparó para el nuevo Representante Pontificio un
documento denominado: «Instrucciones para Monseñor Antonio
Sabatucci, Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario», en donde
se hace una reseña histórica de las relaciones entre la Santa Sede y el

77
G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche dal 1800 al 1956, 97.
78
J.RESTREPO POSADA, «Galería de representantes», 218.
79
J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes». 219.
82 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Gobierno colombiano80. La primera parte es la misma que se le envió a


Monseñor Agnozzi81. La segunda parte inicia a partir del año 188282, en
ella se hace un recuento del proceso iniciado por el Gobierno
colombiano con el fin de llevar a cabo el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas a través de un gesto de buena voluntad, en
donde se pensó en nombrar a un Representante de la República con
residencia en Roma ante la Santa Sede83. En respuesta de esto, la Santa
Sede envió a un Delegado Apostólico84. Luego que se aprobó la Nueva
Constitución Política de Colombia, en 1886, se abrieron las puertas
para realizar, finalmente, un Concordato con la Santa Sede, que se
concretó en 188785.
En cuanto a las instrucciones propiamente dichas, se recomendó al
Delegado Apostólico principalmente: procurar mantener buenas
relaciones y unido al Episcopado; motivar a los Obispos para enviar a
Roma al Colegio Pío Latinoamericano clérigos para que fuesen
instruidos86; impulsar la creación de seminarios diocesanos; promover
la llegada de Órdenes Religiosas con el propósito de incrementar la
predicación entre los fieles y el desarrollo de las misiones a los
salvajes; aprovechar el privilegio dado por la nueva Constitución de
otorgarle a la Iglesia el manejo de la educación, estableciendo con el

80
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. ff. 2r-18r, minuta de la SESS a
Antonio Sabatucci, 22 de octubre de 1890.
81
El documento aparece como: Appunti preliminari alle istruzioni che si daranno
a Mgr. Agnozzi Delegato Apostolico. Hace un detallado recorrido por la situación de
la Iglesia en Colombia desde 1849 hasta 1882, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos.
427. fasc. 22. ff. 43r-54r.
82
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. ff. 6r-18r.
83
El Gobierno colombiano, encabezado por el Presidente Rafael Núñez, nombró
como Agente Confidencial ante la Santa Sede a don Eugenio Baena y Blonda, Liberal
Radical. Las instrucciones que se dieron a don Eugenio Baena fueron las de que
obtuviera de la Santa Sede el reconocimiento del hecho cumplido de la
desamortización a cambio de lo cual el Estado derogaría la ley de inspección de
cultos, y que ello se hiciera por medio de un canje o convenio. Luego el nuevo
Gobierno del Presidente Designado José Eusebio Otálora, nombró el 6 de abril de
1883 para este cargo a don Joaquín Vélez. Cfr. G. Cavelier, Las relaciones entre la
Santa Sede y Colombia, 504-516.
84
La Santa Sede envió a Monseñor Giovanni Battista Agnozzi, como Delegado
Apostólico y Enviado Extraordinario, en: AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc.
55. f. 7r.
85
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 7v.
86
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 10r.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 83

Episcopado propuestas para la instrucción de la juventud87; definir la


situación de la Universidad Católica, fundada por Monseñor Agnozzi,
ya que se encontraba con graves problemas administrativos y con serios
cuestionamientos de orden moral88; continuar con el interés de
evangelizar las zonas selváticas en donde habitaban tribus indígenas
que aún no habían recibido el mensaje evangélico, y no descuidar
aquellas que ya lo tenían89.
El Gobierno había manifestado su total interés en ayudar al
establecimiento de nuevas misiones, y de la creación tanto de
Prefecturas como Vicariatos Apostólicos con sus respectivos prelados,
ojalá con investidura Episcopal90.
Finalmente, se le sugirió establecer acuerdos con el Gobierno para
solucionar algunas cuestiones aún pendientes sobre los bienes
eclesiásticos y sobre las rentas en general.

3.3. El caso de Enrico Sibilia


Antonio Sabatuci dejó su cargo como Delegado Apostólico y a su
partida quedó como encargado de Negocios Enrico Sibilia, quien se vio
en dificultades con el Gobierno de la República. Fue acusado de
intervenir en asuntos políticos, apoyando abiertamente la candidatura
de Miguel Antonio Caro, quien se proponía ser reelegido. El Gobierno,
y la sociedad en general, consideraron que el comportamiento del
Representante de la Santa Sede ponía en riesgo las buenas relaciones,
que hasta ese momento se desarrollaban entre las Autoridades Civiles y
Eclesiásticas. De hecho, Enrico Sibilia había enviado un informe a la
Santa Sede sobre estos asuntos políticos, anexando algunos artículos de
periódico que trataban sobre el asunto en cuestión91.
87
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 10v.
88
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 11v.
89
Aquí se hace referencia a la labor desempeñada por la Compañía de Jesús, que
con su eficiente trabajo evangelizador logró grandes resultados pero que
lastimosamente se perdieron en gran parte, como consecuencia de las políticas
intransigentes de los gobiernos Liberales, quienes impidieron la permanencia de la
Orden Religiosa en este territorio, y su posterior expulsión del país, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. ff. 12r-v.
90
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 547. fasc. 55. f. 13r.
91
ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 16r-25r, despacho de Enrico
Sibilia al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de mayo de 1897. Son ocho documentos
adjuntos: el primero y segundo, son una manifestación pública de algunos sacerdotes
que se oponían a la reelección de Caro y se adhierían a Reyes, en: ASV. Segre. Stato,
84 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Las acusaciones llegaron hasta la Santa Sede a través de una carta


firmada por varios ciudadanos, en donde notificaron las circunstancias
y las graves consecuencias que podría traer esta situación92. De
inmediato la Santa Sede envió una nota al Monseñor Sibilia, en donde
se le transmitió que por voluntad del Santo Padre, se abstuviera de
intervenir en asuntos políticos93.
Como estos hechos hicieron que la atmósfera se tornase bastante
incómoda y estaba generando confusiones, la Santa Sede instó a
Monseñor Sibilia pronunciar con claridad que el único deseo era el de
la concordia entre los católicos, y que esta era la posición de la Santa

1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 27r-28r. El tercer documento adjunto es una
publicación del periódico El Progreso de una carta de Miguel Antonio Caro,
Vicepresidente de la Republica, del 19 de marzo de 1897, al director de dicho
periódico, Carlos Tanco, y publicada enteramente el 24 de marzo de 1897. La
cuestión es, que según el Delegado Apostólico, el Señor Carlos Tanco, de acuerdo a la
pública opinión, era masón y tesorero de esa secta, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub.
251. fasc. unico. f. 29r. El cuarto documento, es copia de un telegrama de tres
sacerdotes de Socorro, con fecha del 5 de mayo de 1897, en protesta por las injurias
contra el Señor Caro, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 30r. El
quinto documento, es la copia del telegrama de respuesta de Miguel Antonio Caro,
felicitando a los sacerdotes por su iniciativa, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251.
fasc. unico. f. 30r. El sexto documento, es una publicación del periódico Nacionalista
del 14 de mayo de 1897, de una carta dirigida a Miguel Antonio Caro, por el
sacerdote R.M. Carrasquilla, Ministro de Pública Instrucción, fechada el 10 de mayo
de 1897, y que fue duramente criticada por los opositores de Caro, en: ASV. Segre.
Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f 31r. El séptimo documento, es un telegrama del 2
de mayo de 1897 enviado por Miguel Antonio Caro al Delegado Apostólico,
recomendando a Monseñor Brioschi para Obispo de Cartagena, en: ASV. Segre.
Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 32r. El octavo documento es la respuesta del
Delegado Apostólico a Miguel Antonio Caro, con un Despacho del 12 de mayo de
1897, en donde lo exaltaba como gran gobernante católico, y que sus palabras
tendrían consideración por parte de la Santa Sede, en: ASV. Segre. Stato, 1898. rub.
251. fasc. unico. f. 33r.
92
ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 10r-14r, carta de Antonio
María Silvestre, Gerardo Pulecio y Marniano Groot, 11 de junio de 1897.
93
ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 9r, minuta de la SESS a Enrico
Sibilia, 26 de julio de 1897. Afirma el documento: Si è appreso con dispiacere che la
Signoria Vostra Reverendissima siasi compromessa riguardo alla candidatura del
nuovo Presidente. È volontà del Santo Padre che si astenga assolutamente
dall’intervenire in tali questioni.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 85

Sede frente a las elecciones presidenciales, pues algunos diarios


estaban afirmando que existía una abierta toma de partido94.

3.4. Informe sobre el estado de las Comunidades Religiosas


Enrico Sibilia, Pro-Auditor de la Delegación Apostólica, elaboró un
informe sobre las Comunidades Religiosas en Colombia. Hizo una
exposición de los acontecimientos en los cuales se habían visto
envueltas las diversas Órdenes en la historia de Colombia. Para tal fin,
dividió en tres periodos el informe: un primer periodo bajo el dominio
español; un segundo periodo, bajo el Gobierno Republicano, tanto
durante la unión del Estado con la Iglesia como durante su separación;
y un tercer periodo que corresponde desde el momento del
restablecimiento de la relaciones con la Santa Sede. Según este
informe, para la época de 1891 en Colombia hacían presencia las
siguientes Comunidades Religiosas:
Órdenes Mendicantes: Dominicos, Franciscanos, Menores
Capuchinos, Agustinos Descalzos, Romitani de San Agustín.
Clérigos Regulares: Compañía de Jesús, Clérigos Regulares de las
Escuelas Pías.
Congregaciones Eclesiásticas: Sacerdotes de la Misión, Eudistas,
Sacerdotes del Santísimo Redentor, Congregación del Oratorio de San
Felipe Neri, Salesianos de don Bosco.
Institutos Religiosos: Hermanos de las Escuelas Cristianas, Pequeños
hermanos Maristas.
Monjas: Religiosas de la Concepción, Carmelitas Descalzas, Monjas
Dominicas, Religiosas Clarisas, Hijas de Nuestra Señora del Pilar de
Enseñanza, Hermanas de la Presentación de Tours, Hijas de la caridad
de San Vicente de Paul, Hermanas del Buen Pastor, Betlemitas,
Terciarias de Santo Domingo95.

3.5. Traslado de Enrico Sibilia


La tensión que se había formado por la explícita intervención de
Monseñor Sibilia en asuntos políticos generó alarma en la Santa Sede.
Por lo tanto, se consideró que lo más prudente era trasladar a su
94
ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 42r, minuta de la SESS a
Enrico Sibilia, 8 de septiembre de 1897.
95
AA.EE.SS. Colombia, 1892. pos. 565. fasc. 59. ff. 18r-47v, informe de Enrico
Sibilia para la SESS, 26 de diciembre de 1892.
86 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Representante, aunque la justificación oficial que se dio fue la de sus


problemas de salud.
Las relaciones hubiesen podido verse afectadas de manera grave de
no haberse hecho este cambio. Los esfuerzos fueron grandes y mucho
se había logrado, por tal razón no se podía poner en riesgo nada. En
gran parte del Gobierno existía resistencia, y se escuchaban voces para
que se hiciera un cambio de Delegado Apostólico.
Fue tal la satisfacción de su traslado, que algunos líderes políticos y
miembros del Gobierno enviaron una carta de agradecimiento a la
Santa Sede por haber tomado en cuenta la posición de ellos y de
transferir a Monseñor Sibilia96.
No obstante, la comunicación oficial del Gobierno colombiano ante
el traslado del Representante Pontificio tuvo toda la diplomacia que
requería el asunto. El Gobierno le transmitió su gratitud a la Santa Sede
por su representante y por sus servicios prestados, y lamentando sus
problemas de salud que le obligaron a dejar su misión en Colombia97.

4. Antonio Vico, 1897-1903


4.1. Aspectos biográficos
Nació en Agugliano (Ancona) el 9 de enero de 1847. Hizo sus
estudios en el Colegio Capránica de Roma y en la Universidad
Gregoriana obtuvo la laurea en tres facultades. En 1877 fue nombrado
Secretario de la Nunciatura en Madrid; en 1880, Secretario en
Constantinopla, luego Auditor en Madrid y Lisboa.
Fue nombrado el 24 de noviembre de 1897 Delegado Apostólico y
Enviado Extraordinario en Colombia. El 22 de diciembre de 1897 fue
nombrado Arzobispo titular de Filipos98. Fue consagrado en la capilla

96
ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. f. 53r, carta de Jorge Vela,
Mariano Espina y Sixto Cruz al Cardenal Mariano Rampolla, 23 de enero de 1898,
agradecen la decisión de haber trasladado al Delegado Apostólico, Enrico Sibilia,
expresan que su conducta moral, civil y política no había sido buena.
97
ASV. Segre. Stato, 1898. rub. 251. fasc. unico. ff. 111r-112v, despacho de
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de
agosto de 1895, firmada por Marco Fidel Suarez y Augusto Borda, encargado de
Negocios ante la Santa Sede, en donde a raíz de la licencia concedida a Monseñor
Sibilia, por causa de su salud, el Gobierno expresó su satisfacción por la forma en
como ha manejado las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia, cumpliendo un papel
importante.
98
G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 98.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 87

del Colegio Capranica, el 9 de enero de 1898, por el Cardenal Mariano


Rampolla del Tíndaro, y como asistentes Cesare Sambuecetti,
Arzobispo de Corinto y Antonio Sardi, Obispo de Anagni99.
Llegó a Bogotá el 17 de mayo de ese año y presentó Credenciales el
26 siguiente. Vino como su secretario Alessandro Solari. Durante su
labor en Colombia se vivió la llamada guerra de los mil días (17 de
octubre de 1899 - 21 de noviembre de 1902), que produjo grandes
estragos en todo el país y dificultó las actividades eclesiásticas en
general. Sin embargo, la Iglesia ocupó un papel muy importante en el
desenlace del conflicto, y motivó, incluso, al Gobierno a hacer un Voto
por la paz con la construcción de una Basílica en honor del Sagrado
Corazón de Jesús consagrando a Él toda la nación. El 18 de mayo de
1902 el Gobierno mediante un Decreto aceptó la propuesta.
A pesar de esto, hubo algunos logros importantes, por ejemplo, la
creación de la Diócesis de Manizales el 11 de abril de 1900, la
supresión (20 de mayo de 1900) por León XIII de la Diócesis del
Tolima que abarcaba la región conocida como Tolima Grande
fundando las Diócesis de Garzón e Ibagué. Se erigieron otras dos
provincias eclesiásticas, las de Cartagena y Popayán, sumándose a la de
Bogotá ya existente. El 27 de diciembre de 1902 se firmó el Convenio
sobre las misiones entre la Santa Sede y el Gobierno de Colombia,
valedero por veinticinco años. A raíz de esto se creó la Prefectura
Apostólica de la Intendencia Oriental el 23 de junio de 1903, y el 18 de
enero siguiente la de los Llanos de San Martín. Se tuvo lugar la llegada
de diferentes órdenes religiosas misioneras.
Se concedió al Arzobispo de Bogotá el título honorífico de Primado
de Colombia. El 4 de febrero de 1904100 fue trasladado a la Nunciatura
de Bruselas y el 21 de octubre de 1907 a la de Madrid.
Pío X lo creó Cardenal en el Consistorio del 27 de noviembre de
1911. Quedó algún tiempo de Nuncio en Madrid y el 2 de diciembre de
1912 en Roma se le asignó el título presbiteral de San Calixto. En el
Consistorio del 6 de diciembre de 1915 optó por la sede suburbicaria de
Porto y Santa Rufina. En 1915 Pro-Prefecto y luego en 1918 Prefecto
de la Sagrada Congregación de Ritos. Falleció en Roma el 25 de
febrero de 1929.

99
J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes», 219.
100
G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 98.
88 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

4.2. Instrucciones para Antonio Vico


Luego de su designación como Delegado Apostólico y Enviado
Extraordinario ante el Gobierno de la República de Colombia, la Santa
Sede preparó para Antonio Vico, como lo había hecho con sus
predecesores, unas instrucciones precisas para lo que sería su misión
como Representante Pontificio. Es un documento que describe la
situación de la Iglesia en Colombia, y tal como a los Delegados
anteriores, se hace un contexto histórico de las relaciones entre el
Gobierno de Colombia y la Santa Sede. Tiene un índice con 10
títulos101. A saber: I. Negociaciones para la ejecución del artículo XXV
del Concordato. II. Episcopado. III. Enseñanza. IV. Órdenes religiosas.
V. Foro mixto. VI. Bienes Eclesiásticos. VII. Artículo LIV de la
Constitución. VIII. Partidos Políticos. IX. Facultades y uso de estas. X.
Advertencias. En la parte correspondiente al Episcopado se precisa:
A pesar de las recientes desmembraciones y las consecuentes erecciones de
nuevas sedes Episcopales, las actuales diócesis de Colombia tienen una
extensión muy vasta. El Santo Padre ha visto siempre con buenos ojos y las
ha seguido en el mejor modo posible, los esfuerzos loables del Gobierno
colombiano en el interesarse sobre el aumento del número de Diócesis y de
los vicariatos apostólicos. Sobre este propósito, Monseñor Vico, tendrá
cuidado de estudiar sobre el lugar y las necesidades de la población, y se
referirá a la Santa Sede. Estudiará así mismo y se esforzará por el mayor
bien de los fieles y por el incremento de la fe, no sea el caso de dividir la
actual Provincia Eclesiástica, tal vez muy extensa, en dos incluso más
Provincias, erigiendo después en Arquidiócesis algunas de las actuales
Diócesis. En todo esto, Monseñor Arzobispo de Filippi, no faltará de tener
presente notificación al Gobierno y el parecer del episcopado. Este en
general está compuesto de óptimos elementos de personas devotas
íntimamente de la Santa Sede102.
Sobre la situación política del país la Santa Sede advirtió la tensión
que se vivía dada la división en la que se encentraban los Partidos
Políticos. En este documento se evidencia la preocupación por parte de
la Iglesia ante la eventualidad de una guerra (como evidentemente se
dio) que causaría graves daños para el bien común y de la religión. El

101
AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 639. fasc. 90. ff. 13r-39v.
102
AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 639. fasc. 90. ff. 18r-20v.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 89

nuevo Representante Pontificio llegó en un momento de altísima


tensión política103.

4.3. Una situación política difícil


En el primer capítulo, correspondiente al contexto histórico,
resaltamos el problema de la guerra de los mil días, sus antecedentes,
inicio, y consecuencias. Justamente, en este momento, a la llegada de
Monseñor Vico, se estaba gestando tal conflicto bélico. Este marco es
clave en la historia de Colombia, no obstante, al ser nuestro objeto de
estudio la labor de los Delegados Apostólicos en la organización de la
Iglesia, no nos detenemos a llevar el aspecto político a profundidad,
ofrecemos una información básica con los elementos necesarios para
poder movernos en el ambiente de aquel momento en particular, no
obstante, proporcionamos la documentación emitida durante este
periodo, esto para facilitar un eventual interés en ahondar el asunto de
la guerra en la correspondencia del Delegado Apostólico.
La tensión política era grande y el descontento con el Gobierno era
difundido. El Representante Pontificio inició a prevenir a la Santa Sede
de la posibilidad de una guerra civil, pero que aún existían los medios
pacíficos para evitarla104. El tema de la guerra es muy complejo y la
correspondencia enviada por el Delegado Apostólico es numerosa105.

103
AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 639. fasc. 90. ff. 27r-v.
104
ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 6r-9r, despacho de Antonio Vico
al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de junio de 1898. Luego, el 12 de noviembre de
1898, de nuevo escribe al Cardenal Rampolla con un extenso despacho dando los
pormenores de la situación política y social del país. El documento da detalles muy
precisos sobre los movimientos de los protagonistas del conflicto, sobre sus
respectivos encuentros y conjeturas. Básicamente lo que intenta exponer es que
existía una discordia entre Partidos Políticos por el plan de Gobierno y una serie de
intrigas tanto de unos como de otros, en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2.
ff. 32r-36v.
105
Sobre este asunto véase de igual modo, en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251.
fasc. 2. ff. 39r-40v, un despacho del 25 de noviembre de 1898; ASV. Segre. Stato,
1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 41r-42r, un despacho del 12 de diciembre de 1898; ASV.
Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 43r-44v, despacho del 12 de diciembre de
1898; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 45r-47v, despacho del 21 de
enero de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 52r-53v, despacho del
25 de marzo de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 57r-58v,
despacho del 25 de julio de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 59r-v,
despacho del 24 de julio de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 62r-
90 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Estuvo informando minuciosamente sobre la evolución de la situación.


Se percibe su preocupación e impotencia al ver el descontrol de la
guerra y la cantidad de injusticias y calamidades que se estaban
dando106. Uno de los acontecimientos que más significado tuvo fue el
del golpe de Estado contra el Gobierno Conservador, que llevó al poder
a José Manuel Marroquín. Monseñor Vico narra cada detalle
analizando las consecuencias políticas del asunto107.

4.4. Informe sobre loss tres primeros años de misión


Prácticamente la guerra ocupó la gran parte de la documentación
enviada por Monseñor Vico en sus primeros años de servicio en
Colombia. Sobre otros asuntos no se emitieron correos, pues la guerra
paralizó todo, eran pocas las actividades que se pudieron realizar. Por

63r, despacho del 1 de agosto de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff.
64r-65r, despacho del 12 de agosto de 1899.
106
Sobre la información enviada por el Delegado Apostólico a la Santa Sede acerca
de la guerra civil en Colombia, se puede consultar en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub.
251. fasc. 2. ff. 68r-69v, despacho del 10 de septiembre de 1899, la minuta de
respuesta de la SESS con fecha del 4 de noviembre de 1899, en: ASV. Segre. Stato,
1902. rub. 251. fasc. 2. f. 70r; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 71r-73r,
despacho del 24 de octubre de 1899, la minuta de respuesta de la SESS con fecha del
13 de diciembre de 1900, en: ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. f. 74r; ASV.
Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 76r-81r, despacho del 24 de noviembre de
1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 82r-84r, despacho del 9 de
noviembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 86r-86v, despacho
del 12 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 87r-89v,
despacho del 22 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff.
95r-96r, despacho del 1 de diciembre de 1899; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251.
fasc. 2. ff. 98r-104v, despacho del 12 de octubre de 1898; ASV. Segre. Stato, 1902.
rub. 251. fasc. 2. ff. 106r-109r, despacho del 4 de marzo de 1900; ASV. Segre. Stato,
1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 115r-116v, despacho del 22 de marzo de 1900; ASV.
Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 117r-119v, despacho del 28 de enero de 1900;
ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 125r-128r, despacho del 21 de abril de
1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 130r-131v, despacho del 18 de
mayo de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 132r-135r, despacho del
7 de junio de 1900; ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 143r-145v,
despacho del 16 de julio de 1900.
107
Al respecto el Delegado Apostólico envió la siguiente documentación: ASV.
Segre. Stato, 1902. rub. 251. fasc. 2. ff. 154r-158v, despacho de Antonio Vico al
Cardenal Mariano Rampolla, 7 de agosto de 1900. ASV. Segre. Stato, 1902. rub. 251.
fasc. 2. ff. 161r-164r, despacho del 3 de agosto de 1900 con un documento adjunto, la
protesta de Marco Fidel Suarez hecha el 1 de agosto de 1900.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 91

lo tanto, durante este tiempo fue muy limitado el campo de acción del
Delegado Apostólico. Sin embargo, se preparó un informe en donde
expuso su labor durante los tres primeros años. Este documento está
dividido en diez partes108.
A modo de introducción inicia dando un informe político. Colombia
había vivido durante este periodo una serie de conflictos armados que
afectaron terriblemente a la nación. El Delegado expresó que la
Masonería internacional había estado motivando para que se cambiasen
los acuerdos hechos entre el Gobierno y la Iglesia109. Parte I: Sobre la
Convención de 1888 sobre la ejecución del art. XXV del
Concordato110. Parte II: Sobre el Episcopado, Seminarios y misiones.
Resalta la creación de nuevas Diócesis (Manizales, Ibagué, Garzón),
nuevas Provincias Eclesiásticas, quedando tres en el país (Bogotá,
Cartagena y Popayán)111. Acerca del nombramiento de nuevos obispos,
manifestó la disponibilidad, tanto del Gobierno como del Episcopado
en acoger las sugerencias de la Santa Sede. Destacó que el Episcopado
Colombiano estaba totalmente sujeto en obediencia a la Santa Sede112.
Los Seminarios estaban habitados, había un buen numero en las
diversas diócesis, pero sus resultados no eran óptimos, solo un 2 o 3%
llegaba al sacerdocio. De las misiones113 recalcó el interés del Gobierno
en realizar un Convenio para favorecerlas114. Parte III: La enseñanza.
La guerra obligó a cerrar muchas de las escuelas e instituciones
educativas. La Constitución de 1886 favoreció la enseñanza de la
religión basada en los principios católicos. La Universidad Católica,
fundada por Monseñor Agnozzi, fue cerrada en 1891115. Parte IV: Los
Religiosos. El Concordato promocionó la presencia de religiosos en

108
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2r-15r, informe de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de noviembre de 1901.
109
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2v-4r.
110
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. f. 4r.
111
Luego se agregará Medellín como Sede Metropolitana, a raíz de que el
Gobierno manifestó su desacuerdo con la erección de las otras Provincias, y solicitó
que fuese elevada Medellín por su importancia tanto económica como religiosa, esto
para evitar algún tipo de división en momentos de alta tensión vividos en Colombia
en aquel momento.
112
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 4v-7r.
113
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 7v-8r.
114
El Convenio se firmó el 27 de diciembre de 1902, en: AA.EE.SS. Colombia,
1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 34r-61r.
115
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 8r-10r.
92 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Colombia, quienes en su mayoría habían sido expulsados. En ese


momento eran 15 las Órdenes Religiosas establecidas, con 65 casas, 12
parroquias116. Parte V: Foro Mixto: No había habido juicios contra
clérigos ni ante el tribunal civil ni el eclesiástico117. Parte VI: Bienes
Eclesiásticos. Siempre hubo dificultades con la restitución de algunos
bienes por parte del Gobierno, tanto central como regional, esto según
lo acordado en el artículo XXVIII del Concordato118. Parte VII:
Artículo LIV de la Constitución. Sobre la imposibilidad de un clérigo
ejercer cargos públicos. No había sido respetado totalmente119. Parte
VIII: Partidos Políticos: sobre algunas intrigas entre Conservadores y
Liberales, y la participación de los laicos y sacerdotes en política120.
Partes IX y X: Sobre el conflicto con Italia y las Relaciones
Diplomáticas121.
La Santa Sede respondió agradeciendo la precisión de los temas
tratado y le exhortó a continuar con su misión122.

4.5. Informe de Antonio Vico al final de su Misión


Al final de su misión, Monseñor Vico preparó un informe sobre su
gestión en Colombia. Tomó como base el informe anterior123,

116
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 10r-11v.
117
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 11v-12r.
118
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 12r-v.
119
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 12v-13r.
120
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 13r-14r.
121
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 14r-v. Conocida como
la «cuestión Cerruti». Se inició al finalizar la guerra civil de 1885, cuando Ernesto
Cerruti, ciudadano italiano, demandó al Gobierno colombiano por la expropiación
ilegal de todos sus bienes en el Estado Soberano del Cauca. La demanda fue
entregada al arbitraje del Gobierno español, cuyo fallo no aceptó Colombia, por lo
que en 1890 el Gobierno estadounidense ofreció mediar en el problema. Las medidas
de las autoridades caucanas y la consiguiente reclamación de Cerruti por la
indemnización fueron la causa de los veintiséis años de crisis diplomática entre
Colombia e Italia. Al respecto el Delegado Apostólico Giovanni Battista Agnozzi
había enviado un despacho al Cardenal Ludovico Jacobini, el 15 de octubre de 1885,
en donde informó detalladamente sobre el asunto, y anexó un copia de un fascículo
que le fue entregado a todas las Legaciones residentes en Bogotá, que contenía toda la
documentación correspondiente a este caso, en: ASV. Segre. Stato, 1886. rub. 251.
fasc. 1. ff. 276r-277r.
122
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 16r-v, minuta de la
SESS a Antonio Vico, 22 de enero de 1902.
123
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2r-15r.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 93

respetando el orden de los puntos tratados allí, por su parte, la Santa


Sede lo usaría para dar las instrucciones al siguiente Delegado
Apostólico124.
Al leer este informe, se puede entender que ya se habían manifestado
las consecuencias de la guerra civil. La gravísima inestabilidad social
junto con la fuerte crisis económica, fueron causa de detrimento en la
sociedad colombiana. El desarrollo de la guerra creó en la población
fuertes sentimientos de rencor y se permitieron graves desórdenes
morales y políticos. El Delegado Apostólico transmitió su pesar al ver
al país en un momento de tanta penumbra que lo llevó prácticamente a
la miseria. Y para aumentar aún la problemática, debió asumir la
pérdida de Panamá, desde el punto de vista de soberanía, su mayor
desgracia125. Parte II: Episcopado: sobre la erección de la Arquidiócesis
de Medellín, la concesión del Título de Primada a Bogotá. El
Episcopado colombiano estaba en 1903 organizado así: Provincia de
Bogotá: Metropolitana y Primada de Colombia. Sufragáneas: Ibagué,
Pamplona, Socorro, Tunja; Provincia de Cartagena: Metropolitana
Cartagena. Sufragáneas: Panamá, Santa Marta; Provincia de Medellín:
Metropolitana Medellín. Sufragáneas: Antioquia, Manizales; Provincia
de Popayán: Metropolitana Popayán. Sufragáneas: Garzón, Pasto. El
Representante Pontificio hizo notar el movimiento continuo en favor de
la multiplicación de las Diócesis. Informa sobre el estado de algunas
sedes vacantes y la labor de los Obispos en general. Dio un buen
concepto del Episcopado, el cual describió como muy obediente a las
recomendaciones de la Santa Sede126. Sobre las misiones resaltó el
Convenio del 29 de diciembre de 1902. Parte III: La enseñanza: la
guerra había provocado una crisis en la esfera educativa. Se preveía
crear nuevos centros educativos. Debido a una creciente relación con
América del Norte, las escuelas protestantes se habían ido
multiplicando. El Delegado consideró importante retomar el proyecto
de una Universidad Católica127. Parte IV: Religiosos: el criterio era que
hacían mucho bien al país. Tenían diversos encargos. Se destacaban en
especial: Capuchinos: la misión entre los indios salvajes; Agustinos
Descalzos: Casas en Manizales, Pamplona; Rominitani de San Agustín:

124
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 17r-26r, informe de
Antonio Vico al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de diciembre de 1903.
125
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 17r-19r.
126
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 19r-23r.
127
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 24r-v.
94 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

dos colegios, Barranquilla y Ocaña; Jesuitas: Colegios en el Cauca,


Boyacá; Redentoristas: se preparaban para abrir casa en Antioquia;
Franciscanos: Casa en Antioquia. Hermanos de la Escuela Cristiana:
Diversas escuelas en el país; La Corporación Franciscana: era la única a
la se le hizo un llamado de atención, ante la poca preparación de sus
miembros. Se sugirió organizarla mejor; Salesianos: educación128.

4.6. Partida de Antonio Vico


Alessandro Solari informó sobre la partida Monseñor Vico, dada el
17 de diciembre de 1903. Según comunicó a la SESS, muchas personas
fueron a despedirlo en su partida, representantes del Gobierno, de la
Iglesia y todo el Cuerpo Diplomático presente en Bogotá. Alessandro
Solari recibió el nombramiento de Encargado de Asuntos, quien
notificó que había sido presentado por el mismo Delegado Apostólico
antes de su partida, al Ministro de Relaciones Exteriores. Alessandro
Solari agradeció por su nombramiento, aclarando que ya se había
puesto a disposición del Gobierno. Solicitó a la Santa Sede que le
proporcionase las instrucciones y consejos necesarios para llevar a cabo
eficientemente su misión129.
No existe más documentación sobre este particular, ya que tuvo una
gestión principalmente administrativa y de custiodia mientras era
elegido el nuevo Delegado Apostólico.

5. Francisco Ragonesi, 1904-1912


5.1. Aspectos biográficos
Nació en Bagnaia, Viterbo, el 21 de diciembre de 1850. Trabajó en
su diócesis y llegó a ser Vicario General. Pasó a Roma y en San
Apolinar obtuvo laureas en Teología y Derecho.
El 7 de septiembre fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado
Extraordinario en Colombia130, el 14 de septiembre de 1904 fue
nombrado Obispo titular de Mira. Fue consagrado en la Capilla del
Colegio Pío Latinoamericano por el Cardenal Rafael Merry del Val,
Secretario de Estado de Pio X, y fueron asistentes Antonio María

128
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 25r-26r.
129
ASV. Segre. Stato, 1904. rub. 255. fasc. unico, despacho de Alessandro Solari
al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de diciembre de 1903.
130
G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 98.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 95

Graselli O.F.M., Obispo de Viterbo y Domingo Rinaldi, Obispo de


Montefiasconi.
Llegó a Bogotá en noviembre de 1904 y presentó Credenciales el 19
de ese mes al General Reyes. Trajo como secretario a Filippo Cortesi.
En su tiempo se hizo a la Delegación Apostólica la entrega por parte
del Gobierno de una casa para residencia de los Delegados. Dicha casa
quedaba en la calle 12 con la carrera cuarta, fue habitada por los
Representantes Pontificios hasta el 9 de abril de 1948131. Se reunió la
primera Conferencia Episcopal (1908). Viajó a los más extremos
lugares de la República.
Durante su permanencia en Colombia fueron creadas la Prefectura
Apostólica del Putumayo confiada a los padres Capuchinos Catalanes
con residencia en Mocoa el 20 de diciembre de 1904; el Vicariato
Apostólico de la Goagira, confiado a los Capuchinos de la Provincia de
Valencia el 17 de diciembre de 1905; la Prefectura Apostólica del
Chocó confiada a los Misioneros Claretianos el 28 de abril de 1908 y la
creación de los Vicariatos de San Martín (fundiendo en una sola
jurisdicción las dos Prefecturas), el 16 de marzo de 1906 bajo el
cuidado de los Monfortianos132.
En 1911 Colombia tuvo un conflicto con Perú conocido como «el
ataque a la Pedrera», un conjunto de escaramuzas fronterizas
presentadas por la posesión territorial de una amplísima zona de la
selva del Amazonas Debido a esto, se vio la necesidad de aumentar la
evangelización de estas regiones fronterizas y se creó la llamada Junta
Arquidiocesana Nacional de Misiones.
Fue nombrado Nuncio Apostólico en España el 9 de febrero de 1913.
El 7 de marzo de 1921 Benedicto XV lo elevó a Cardenal. Cuando
llegó a Roma se le asignó el título presbiteral de San Marcelo. Fue
Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica en 1926.

131
Esa fue la residencia de los Delegados y posteriormente de los Nuncios
Apostólicos. Fue destruida el 9 de abril de 1948, en el llamado «Bogotazo», cuando
los revoltosos incendiaron los principales edificios de Bogotá llevados por la euforia
tras el asesinato del caudillo Jorge Eliecer Gaitán. En este acto se perdieron muchos
de los archivos, entre ellos el de la Nunciatura Apostólica. Por eso los únicos
documentos que existen sobre los acontecimientos anteriores a 1948 referentes a los
Representantes Pontificios en Colombia, solo se hallan en el Archivo Secreto
Vaticano, pero se están aún sin organizar.
132
J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes». 222.
96 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Murió en Poggio a Caiano (Pistoia) el 14 de septiembre de 1931. En el


hospital San José de Bogotá existe el «pabellón Ragonesi».

5.2. Instrucciones para Francesco Ragonesi


La base de este documento fue el informe dejado por Antonio
Vico133. La Secretaría de la Santa Sede preparó estas instrucciones para
Francesco Ragonesi, Arzobispo titular de Mira, Delegado Apostólico y
Enviado Extraordinario ante el Gobierno de Colombia, para que
pudiese continuar con la misión diplomática y, ante todo, con la
organización de la Iglesia en Colombia. Estas instrucciones retoman los
acontecimientos ocurridos en el país a partir de 1885134.
De manera especial se le recomendó que tuviese mucha atención en
los siguientes asuntos: Sobre el artículo XXV del Concordato, que
trataba sobre el compromiso del Gobierno de fijar a perpetuidad una
suma de $100.000, que progresivamente se irían aumentando de
acuerdo al desarrollo del Tesoro Nacional135. En lo referente al
Episcopado y las misiones se le insinuó organizar todas las
jurisdicciones y provincias eclesiásticas. Para la elección de los nuevos
Obispos, a norma del artículo XV del Concordato, estaba reservado a la
Santa Sede el derecho de nombrar a las Sedes vacantes, pero para
favorecer las buenas relaciones con el Estado, se había consentido que
al nombramiento de los nuevos obispos fuese precedido el beneplácito
del Presidente de la Republica136.
En aquel momento la sede de Tunja se encontraba vacante, por lo
tanto se le pidió solucionar rápidamente esta cuestión.

5.3. Nuevo Decano del Cuerpo Diplomático


El Delegado Apostólico informó que fue invitado para asumir como
Decano del Cuerpo Diplomático en Colombia137. La Santa Sede
133
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 690. fasc. 113. ff. 2r-15r, informe de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de noviembre de 1901.
134
El documento titula: «Instrucciones para Monseñor Francesco Ragonesi,
Arzobispo titular de Mira, Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario ante el
Gobierno de Colombia», en: AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 712. fasc. 117. ff. 41r-
69v.
135
AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 712. fasc. 117. ff. 45r-v.
136
AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 712. fasc. 117. ff. 47v-54v.
137
ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 27r-v, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de diciembre de 1904.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 97

respondió considerando este anuncio como un hecho muy significativo


en los avances con las buenas relaciones, creó un nuevo precedente
superando los lamentables acontecimientos del pasado138.

5.4. Informe sobre el estado de Colombia


Tras la última, y más sangrienta guerra civil, el país quedó
fraccionado políticamente, así como muy debilitado en todos los
aspectos. El panorama no presagiaba un progreso inmediato, y la única
institución que transmitía algún mensaje de esperanza era la Iglesia,
quien se vio directamente involucrada en la solución del conflicto al
ejercer como mediadora en la búsqueda de la paz definitiva.
Aunque Francesco Ragonesi asumió como Delegado Apostólico
cuando ya la guerra se había superado, tuvo que ser testigo de las
consecuencias nefastas que se dieron, principalmente fue la población
de las clases sociales más bajas quienes debieron sufrir más, fueron
ellos quienes combatieron, fueron ellos los que pusieron los muertos,
por lo tanto, el número de familias incompletas, de viudas y huérfanos
se convirtió en un grave problema social que el Gobierno no estaba en
condiciones de asumir, o al menos de forma total. Fue justamente la
Iglesia que como institución inició a través de sus obras a brindar ayuda
en la medida de sus posibilidades.
En este orden de acontecimientos que conforman el contexto en el
cual ha debido moverse el Delegado Apostólico, elaboró un documento
en donde puso en conocimiento a la Santa Sede acerca del estado de
Colombia, principalmente en el orden político139. Este informe está
estructurado de la siguiente manera: I. Política interna: el Delegado
explicó cómo estaban representados los Partidos Políticos y su papel en
la sociedad colombiana140. II. Política externa: el Delegado trata sobre
el asunto de la separación de Panamá que provocó una grave crisis
diplomática con los Estados Unidos debido a su directa intervención en
apoyo de los panameños con el interés de la construcción del Canal
interoceánico. El gobierno colombiano inició buscar acuerdo con los
138
ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. f. 29r, minuta de la SESS al
Cardenal Francesco Ragonesi, 8 de febrero de 1905.
139
ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 42r-55r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 21 de enero de 1905. La minuta de
respuesta de la SESS, 11 de marzo de 1905, en: ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251.
fasc. 3. ff. 56r-v.
140
ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 42r-43r.
98 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Estados Unidos141. III. Acción del Delegado: es esta parte del


documento Francesco Ragonesi destacó que había iniciado de propia
iniciativa el acercamiento entre los diferentes líderes políticos para
mantener la paz y la concordia, que se había fraguado luego de la
penosa guerra. Para apoyarse en esto, envió una Circular al Episcopado
en donde exhortó para que todos cooperaran juntamente con la
autoridad civil para encontrar la pacificación de los ánimos142.
Posteriormente elaboró otro informe sobre la situación política en
Colombia. Comunicó que el 15 de marzo de 1905 se reunió la
Convención bajo el nombre de Asamblea Nacional. Dio algunos
detalles sobre la convocación de ésta, sobre los proyectos que se
pondrían en consideración y sobre los probables resultados. Hizo
énfasis sobre las prácticas hechas por él para restablecer la concordia
entre los Conservadores, que no consideró como una intromisión en
materia política, sino una obra evidentemente conciliadora143.

5.5. Instrucciones sobre el Liberalismo


Monseñor Francesco Ragonesi envió las instrucciones hechas por el
Arzobispo de Bogotá, sobre la forma en que el clero debía tratar el
asunto del Liberalismo desde el púlpito144.
Estas instrucciones estaban desarrolladas en tres grandes partes, de
esta manera:
1. El desarrollo histórico de la lucha de los católicos contra el
Liberalismo en Colombia145.
2. La actual forma de combatirlo: en este punto el Delegado
Apostólico puso de manifiesto la opinión del Arzobispo de Bogotá,
quien afirmaba que partiendo del principio de la Iglesia en condenar al
Liberalismo, se debía contrarrestar un sistema de doctrinas erróneas y

141
ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff.45v-46r.
142
ASV. Segre. Stato, 1905. rub. 251. fasc. 3. ff. 47r-48r.
143
AA.EE.SS. Colombia, 1905. pos. 719. fasc. 121. ff. 8r-15v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de marzo de 1905.
144
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. ff. 9r-26r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 12 de enero de 1906, en donde
se enviaron las instrucciones hechas por al Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera
Restrepo remitidas al Delegado Apostólico el 3 de julio de 1905.
145
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. ff. 9r-10v, es un recorrido
histórico desde 1822, poniendo de relieve el papel de los obispos en defensa de la
Iglesia contra las doctrinas Liberales.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 99

no partidos meramente políticos, distinguía en estos varias clases, que


redujo a tres: Doctrinarios o Radicales, Moderados y de simple nombre.
Otros obispos, como el de Garzón, consideraron que todos los Liberales
eran anticlericales. Los Obispos tenían posiciones diversas para
combatir el Liberalismo, unos de una forma serena y sin ataques
directos, otros en cambio, deseaban mayor actitud y un discurso
explícitamente antiliberal146.
3. El medio para establecer la concordia sobre una regla uniforme147.
Se propuso la celebración de un Concilio Nacional como el medio más
oportuno, en él se deberían tratar otras cuestiones que afligen a la
Republica.
La Santa Sede le respondió al Delegado que no se consideraba
oportuno por el momento un Concilio Nacional, se aprobó una simple
reunión del Episcopado bajo su presidencia148.

5.6. Visita del Delegado Apostólico al norte y sur del país


Francesco Ragonesi informó sobre su visita al norte de Colombia. En
el informe se encuentran breves menciones de las Diócesis de Tunja y
Socorro y, de forma más detallada, sobre la de Nueva Pamplona.
Comentó que en la ciudad de Cúcuta encontró malestar por el cierre
del puerto Villamizar por orden del Gobierno Venezolano. Ante esta
situación destacó que se realizaron algunos acercamientos para entablar
las respectivas prácticas entre las dos Repúblicas para hacer las
relaciones más cordiales149.
Tan pronto finalizó su visita por el norte del país informó a la SESS
que había sido invitado por los Padres Lazaristas a la ciudad de Buga
para consagrar una iglesia, de esta manera buscaría la forma de
acercarse a las Diócesis de Ibagué, Manizales y Popayán150.

146
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. ff. 10v-11v.
147
A través de un Concilio Nacional.
148
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 731. fasc. 123. f. 28r, minuta de la SESS a
Francesco Ragonesi, 24 de julio de 1907.
149
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 745. fasc. 124. ff. 76r-79v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 21 de marzo de 1907.
150
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 745. fasc. 124. f. 22r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 2 de julio de 1907.
100 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Al finalizar este recorrido, regresó el 16 de octubre de 1907. Estuvo


por casi tres meses visitando el sur del país, en donde pudo tener
encuentros con 47 centros de población151.
La primera Diócesis que visitó acompañado del Arzobispo de
Popayán, fue la de Ibagué, que solo tenía cinco años de creada. El
joven Obispo, Ismael Perdomo, había hecho una gran labor. Se lamentó
por la escasez de clero lo que obligaba a que algunas poblaciones no
tuviesen párroco. El Obispo llamó a los Padres Lazaristas para que
asumieran el Seminario, tal como lo hacían en las Diócesis de Tunja y
Popayán152. Luego visitó la Arquidiócesis de Popayán con el principal
objetivo de consagrar el templo de Buga que los Redentoristas habían
construido con gran magnificencia. Fue consagrado el 2 de agosto de
1907 en la fiesta de San Alfonso María de Ligorio. Seguidamente, el 9
de agosto se dirigió a la ciudad Cali, la más poblada de la
Arquidiócesis, allí se celebró un Te deum con la presencia del clero y la
autoridad civil, con motivo del aniversario de coronación de Pío X153.
De ahí visitó Popayán capital de la Arquidiócesis. Se solucionaron
algunas cuestiones sobre el clero y los Liberales publicados en algunos
periódicos locales. El Delegado resaltó la labor del Arzobispo por la
manera en como administraba diligentemente la Arquidiócesis, y
resaltó que el clero era joven y estaba bien formado por los
Lazaristas154.
De regreso a Bogotá visitó gran parte de la Diócesis de Manizales,
que había sido creada recientemente, en donde encontró una población
muy devota. Tuvo encuentros con todas las escuelas y ayudó a la
fundación de la sociedad de la juventud católica.155
Este recorrido ayudó mucho al Delegado Apostólico para conocer la
realidad del país y de la acción concreta de la Iglesia, pues
anteriormente solo le había sido posible a través de los informes que le
llegaban a través de los documentos emitidos por los Obispos.

151
ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 5r-8r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 26 de octubre de 1907.
152
ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 5v-6r.
153
ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. f. 6r.
154
ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. f. 7r.
155
ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 7v-8r.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 101

5.7. Informe sobre los primeros cuatro años de misión


Este informe correspondía a los cuatro años y ocho meses que habían
transcurrido desde su llegada a Colombia en noviembre de 1904 como
Delegado Apostólico156. El documento conserva en parte la estructura
de los anteriores informes enviados por los otros Delegados, y respeta
el orden temático de las instrucciones de la Santa Sede. El informe está
estructurado de la siguiente manera:
Observaciones generales: es una contextualización sobre los aspectos
políticos y sociales ocurridos durante este tiempo. Se resalta que las
consecuencias de la guerra y la pérdida de Panamá fueron nefastas para
la economía del país, la autoridad civil había perdido credibilidad entre
la población157.
Parte I: Artículo XXV del Concordato: el monto inicial de $100.000
que el Gobierno debía pagar a perpetuidad a la Iglesia, se había ido
progresivamente aumentando158.
Parte II: Episcopado: el Delegado Apostólico recomendó aumentar el
número de Diócesis. El Episcopado cumplía con observancia las
normas canónicas y las indicaciones planteadas en el Concilio Plenario
Latinoamericano. Sobre el clero, Monseñor Ragonesi afirmó que era
obediente a sus Ordinarios, y los seminarios habían mejorado
notablemente en su calidad de formación, algunos de estos eran
dirigidos por religiosos, otros por el mismo clero diocesano159. En este
punto también habló sobre las misiones en donde destaca el Convenio
del 27 de diciembre de 1902, que sin duda era un gran apoyo para el
fomento de la evangelización de los indígenas y su protección ante los
constantes abusos a los eran expuestos por parte de los colonos.
Parte III: Enseñanza: en este campo, el Delegado lamentó el poco
avance que había tenido la educación en Colombia. Eran evidentes los
grandes vacíos debido a que no existían las condiciones adecuadas,
tampoco las instituciones suficientes, un gran porcentaje de la
población no tenía acceso a la educación ya que se carecía de las
estructuras y de los medios suficientes. Cabe destacar que la Iglesia era

156
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 13r-44v, informe de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 1 de junio de 1909.
157
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 13r-17v.
158
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 17v.18r.
159
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 18r-26v.
102 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

la Institución que más hacia por procurar las posibilidades para


disminuir este problema160.
Parte IV: Órdenes Religiosas: habían hecho una gran labor, en todos
los campos: misionero, educativo, parroquial. Gradualmente
aumentaban su presencia y sus residencias. Gozaban de la admiración y
de la estima de la población. En ese momento tenían presencia las
siguientes casas: Dominicos, en Chiquinquirá, Tunja y Bogotá;
Franciscanos, Cali, Medellín, Ubaté y Bogotá; Rominitani de San
Agustín, Bogotá; Agustinos Descalzos, Cartagena, Bogotá:
Capuchinos, Barranquilla y Pasto. Otras comunidades prestaban
servicios en parroquias, y las anteriormente mencionadas que se
encargaban de las misiones tanto en Vicariatos como Prefecturas
Apostólicas. De modo análogo la presencia de Salesianos de don
Bosco, Compañía de Jesús, y diversas Ordenes Femeninas161.
Parte V: Foro Mixto: sobre algunos casos particulares de orden
jurídico y canónico, principalmente de párrocos.162
Parte VI: Bienes Eclesiásticos: Según lo previsto en el artículo XXIX
del Concordato, hasta ese momento ninguno de los bienes
desamortizados habían sido presentados ante la Delegación para
consultar sobre las obligaciones de conciencia ante la Iglesia. Tampoco
había tenido efecto el artículo XXVIII por el cual el Gobierno se
obligaba a restituir a los entes Eclesiásticos los bienes de los cuales se
había apoderado y que no estaban destinados para uso público163.
Parte VII: Artículo LIV de la Constitución.
Parte VIII: Partidos Políticos: sobre la posición de la Iglesia en
algunos momentos, principalmente en lo referente a los Liberales. En
este apartado se hace una reseña sobre las relaciones del Delegado con
el Presidente de la Republica. Una relación tranquila, amable, y con
todos los elementos de uso Diplomático164.
Francesco Ragonesi tuvo a su favor el largo periodo de misión, ya
que pudo desarrollar un programa y ejecutar varios proyectos. Fue
evidente su preocupación y se valoró mucho su interés por conocer
personalmente las comunidades y el gran esfuerzo por desplazarse por

160
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 28r-32v.
161
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 33r.-37r.
162
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 37r-38r.
163
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 38r-v.
164
AA.EE.SS. Colombia, 1909. pos. 767. fasc. 129. ff. 42v-44v.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 103

varias zonas del país que jamás habían tenido la presencia de un


Representante Pontificio.

6. Carlo Montagnini, 1913


6.1. Aspectos biográficos
Nació en Casale Monferrato el 2 de junio de 1863. Desempeñó
diversos cargos tales como Secretario de la Nunciatura de Austria-
Hungría y la de Francia. Rotas las relaciones entre la Santa Sede y
Francia, se quedó en París como canciller de la Nunciatura y custodio
de los archivos.
Recibió orden del Gobierno Francés para salir de Francia y estuvo
sometido al más completo aislamiento. Los papeles y documentos que
formaban el Archivo de la Nunciatura fueron incautados por el
Gobierno, y custodiado por un alguacil, fue conducido a la oficina de
seguridad. La Santa Sede lo nombró Protonotario Apostólico el 4 de
mayo de 1907. Desempeñó un puesto en la India y fue Canónigo de
San Juan de Letrán.
El 10 de febrero de 1913 fue nombrado Delegado Apostólico y
Enviado Extraordinario en Colombia165. Presentó sus Credenciales el
22 de abril de 1913, fue nombrado Arzobispo titular de Larisa, recibió
la consagración Episcopal en la Catedral de Bogotá, el 23 de junio.166.
Acometido por una aguda y grave enfermedad se vio obligado a
emprender viaje a Europa el 15 de agosto. Falleció en Berlín el 24 de
octubre de 1913.

6.2. Instrucciones para Carlo Montagnini


Ya se había hecho un gran recorrido en las buenas relaciones con el
Gobierno colombiano, la presencia y la acción de los Delegados
Apostólicos fue determinante para conseguir este propósito, de igual
modo, se logró que la Iglesia asumiera un papel fundamental en la
sociedad. Estos avances hicieron que la Santa Sede elaborara con
mucha atención las instrucciones para el nuevo Representante
Pontificio que venía reemplazar a Francesco Ragonesi, quien durante
su largo periodo logró la consecución de grandes cosas y
principalmente su buena gestión en la organización eclesiástica fue

165
G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 98.
166
J. RESTREPO POSADA, «Galería de representantes», 224.
104 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

notable. Con base en esto, la SESS entregó a Carlo Montagnini un


documento con las instrucciones respectivas para lo que sería su misión
en Colombia167.
En la primera parte de las instrucciones se presentó un amplio
contexto de los principales acontecimientos ocurridos en el país durante
los últimos años, y como había sido la constante en los informes
anteriores, la situación política ocupó gran parte del contenido. En la
segunda parte se trató específicamente de los asuntos eclesiásticos,
dando una descripción de la Iglesia colombiana, el Episcopado y las
jurisdicciones. Sin embargo, las misiones tuvieron una mención
especial ya que, aunque se habían hecho notables avances, todavía el
trabajo era grande, de esta forma la Santa Sede recomendó al Delegado
Apostólico:
I. Que los Superiores de Ordenes y de Institutos Religiosos atiendan con
verdadero celo la formación de sus miembros, deben ser muy cautos en la
admisión de los candidatos, para que las casas estén bien formadas, y se
observen todas las prescripciones de la Santa Sede para la educación de los
jóvenes novicios en la vía del espíritu y de la profesión religiosa.
II. Que en las familias religiosas los estudios cumplan los recientes
prescritos de la Santa Sede, y si hubiese alguna inobservancia, el Delegado
Apostólico debe informar a la Sagrada Congregación de los Religiosos.
III. Que las comunidades, en cuanto sea posible, sean numerosas y
compuestas no solo de elementos indígenas, sino también europeo.
IV. Que los religiosos procuren de no inmiscuirse en cuestiones meramente
políticas, sino que se mantengan al margen de estas, y si en cualquier caso
el bien de la religión y de las almas exigiese su intervención, no lo hagan
sin la dirección de la Autoridad eclesiástica, sin mostrar pasión, con
sabiduría y calma, como su dignidad de sacerdotes requiere.
V. Que el acuerdo y la armonía reine entre el clero secular y regular,
teniendo entre ellos el mismo objetivo, la salvación de las almas, porque las
distancias entre ellos causan gravísimo daño a la causa común, y ofrecen al
enemigo un medio muy eficaz para dañar los superiores interesen de
nuestra Santa Religión.
VI. El Delegado Apostólico en el conceder la secularización, especialmente
perpetuas, sea muy cauteloso, y se atenga en todo a las instrucciones de la
Secretaria de Estado168.

167
AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 779. fasc. 139. ff. 53r-73r, minuta de la SESS
a Carlo Montagnini, abril de 1913.
168
AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 779. fasc. 139. ff. 72r-73r.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 105

6.3. Sobre algunos casos eclesiásticos particulares


La Sagrada Congregación Consistorial (SCC) preparó un documento
con instrucciones precisas para Carlo Montagnini, en donde se le
solicitó que elaborara informes sobre la gestión realizada por el
Episcopado colombiano, debido a que se tenían noticias de la falta de
celo pastoral por parte de algunos, y el descuido en las visitas
pastorales por parte de todos169. Esto, según anota el documento, estaba
causando daños para la salud de las almas, la disciplina eclesiástica y el
futuro de la Iglesia170. Similar a lo anterior, se le solicitó iniciar las
prácticas para la erección de la diócesis de Barranquilla, perteneciente a
la Arquidiócesis de Cartagena, debido a la importancia de la ciudad.
En lo concerniente a los seminarios se hace alusión al caso de los
padres Eudistas, quienes habían estado dirigiendo los de la Diócesis de
Antioquia, Nueva Pamplona y el de la Arquidiócesis de Cartagena
desde 1883, pero que por causa de la deficiencia de estos religiosos y la
escasez del número de clérigos surgieron malestares e inconformismos
por parte de los Obispos, de hecho, para Cartagena se sugirió crear un
seminario regional171.
Hay una mención especial sobre la situación de la Arquidiócesis de
Cartagena, que para 1911 estaba pasando por graves problemas.
Primero, sufría de una escasez de clero, esto unido a la crisis
vocacional y la mala administración del seminario como se explicó
anteriormente. Segundo, el territorio de la jurisdicción era extenso y,
aparte de Cartagena y Barranquilla, que eran ciudades, la mayor parte
de la Arquidiócesis estaba conformada por pequeños caseríos, con
presencia de tribus indígenas en las zonas alejadas que estaban
prácticamente abandonadas. La crisis era tal, que algunos sacerdotes
debían atender hasta cinco poblaciones que solo podían visitar una o
dos veces año. El Arzobispo había hecho la petición para la presencia
de algunos religiosos que ya prestaban sus servicios y se iniciaron a
organizar misiones172.

169
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 72r-75v. El documento fue
preparado el 24 de mayo de 1913 y enviado por la SESS al Delegado Apostólico el 29
de mayo de 1913.
170
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 73r.
171
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 73v-74r.
172
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 74r-v.
106 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Otras Diócesis, a su vez, presentaban algunos problemas y se le


recomendó al Delegado buscar pronta solución, a saber: Garzón,
surgieron algunos conflictos a raíz de unas deudas adquiridas por la
compra de unos objetos religiosos; Medellín, existían malos entendidos
por el comportamiento de algunos sacerdotes que se inmiscuyeron en
política causando divisiones y otras acciones catalogadas como
peligrosas; Panamá, con la construcción del Canal hubo un cambio
radical en la sociedad de aquella zona, pues la población aumentó y
surgieron nuevas poblaciones que se edificaron en torno, comunidades
que estaban abandonadas y debían ser atendidas espiritualmente.

6.4. Informe sobre el Gobierno y el Episcopado


Carlo Montagnini, nuevo Delegado Apostólico, tan pronto llegó a
Bogotá informó sobre la situación política y sobre las elecciones
departamentales. Expresó su satisfacción por la forma en que fue
recibido, de manera cordial, por el Presidente de la Republica, quien se
manifestó católico practicante, sin embargo, había en el país una
presencia de grupos masónicos, que si bien, no eran numerosos, tenían
bastante influencia en el ámbito político. Envió copia de una nota que
los Obispos, reunidos en Conferencia habían dirigido al Presidente de
la Republica, y las Reglas para el clero formuladas por los mismos
Obispos173.
Con otros despachos informó sobre los reclamos del Presidente por
la injerencia del clero en las últimas elecciones. Respecto a este tema,
la Conferencia dio algunas recomendaciones al Clero sobre la presencia
de Liberales en la Iglesia. Las más importantes fueron:
En el Confesionario: Se deben hacer preguntas con tino y prudencia, ante la
duda de si es Liberal o no. Si profesa algunos de los errores condenados por
la Iglesia por ignorancia, se le debe orientar, si lo hace con pleno
conocimiento y obstinación, se le debe negar la absolución. Si no profesa
ningún error entonces inducirlo a que no se proclame Liberal.
Con otros sacramentos: no se deben rechazar como padrinos, ni negarles el
matrimonio. No se les debe excluir de las ceremonias eclesiásticas.

173
AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 778. fasc. 138. ff. 31r-42r, despacho de Carlo
Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 4 de febrero de 1913.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 107

Intervención del clero en política: absténgase prudentemente de tocar temas


políticos y civiles. Prohibido llevar estos temas en la predicación. De
ninguna manera se deben formar comités de carácter político174.
Esta situación vendría luego analizada por la Santa Sede en la Sesión
1183, del 11 de enero de 1914, en donde luego de examinar una larga
documentación presentada sobre algunos casos particulares, se
corroboraron las instrucciones dadas por el Episcopado175.

6.5. Primer Congreso Eucarístico


El 15 de agosto de 1913 el Delegado Apostólico, Carlo Montagnini,
debió abandonar el país por graves problemas de salud, de hecho murió
en Berlín el 24 de octubre siguiente. Como encargado de la Delegación
permaneció Filippo Cortesi, quien debió acompañar la Celebración del
Primer Congreso Eucarístico Nacional, que se llevó a cabo del 8 al 14
de septiembre de 1913 en Bogotá, con la participación numerosa de
fieles de diversas partes del país. Fue un gran acontecimiento que
centró la atención de todos, que incluyó, la prensa, las instituciones
educativas, privadas y públicas, los diferentes grupos y asociaciones
tanto eclesiásticas como civiles, y de manera muy activa el Gobierno se
hizo presente176.
Como Encargado de la Delegación Apostólica, Filippo Cortesi, dio a
conocer a la SESS sobre todo el proceso y celebración del Congreso177.
La idea nació por la iniciativa de un grupo de jóvenes católicos, quienes
en octubre del año anterior (1912) lanzaron la propuesta a la
Conferencia Episcopal, en donde fue acogida gratamente. El Arzobispo
de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, con carta a Pio X, anunció la
próxima celebración del Congreso, y suplicó para esta ocasión algunas

174
AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 778. fasc. 138. f. 42r, es un folleto titulado
«Reglas para el clero» incluido en el despacho de Carlo Montagnini al Cardenal
Rafael Merry del Val, 4 de febrero de 1913.
175
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1914, n. 1183, stampa 1023, s.n.f.
176
El Gobierno emitió una ley por el Congreso de la Republica nombrada como:
ley 1 de 1913 (agosto 6), por la cual se rinde Homenaje a Jesucristo Redentor en el
augusto misterio de la Eucaristía, en: ASV. Segre. Stato, 1915. rub. 12 . fasc. 3. f. 29r.
177
ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 3r-26r, despacho de Filippo Cortesi
al Cardenal Rafael Merry del Val, 21 de septiembre de 1913. Envió un completo y
detallado informe que dividió por títulos de la siguiente forma: Labores preparatorias,
el concurso de los fieles, la Celebración y la Procesión final.
108 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

facultades e indulgencias178. El Papa respondió al Arzobispo


concediéndole las gracias y la facultad de impartir al pueblo la solemne
Bendición papal el último día del Congreso179.
A partir de ese momento se organizó un Comité Nacional constituido
en Bogotá, de igual manera, se conformaron comités diocesanos y
parroquiales. Cada grupo estaba integrado por laicos bajo la dirección
de algún sacerdote. Todo se coordinó procurando uniformidad de
criterios y la integración de todos los participantes, la idea era crear un
precedente en la sociedad y fomentar la devoción hacia el Sacramento
Eucarístico.
Participaron en el Congreso: el Arzobispo de Medellín, Manuel José
de Caicedo; los Obispos de Garzón, Esteban Rojas; Socorro, Francisco
Cristóbal Toro; Tunja, Eduardo Maldonado Calvo; Manizales, Gregorio
Nacianceno Hoyos; Ibagué, Ismael Perdomo; el Vicario Apostólico de
los Llanos de San Martin, José María Guiot, y más de 400
sacerdotes180.
Durante los ocho días del Congreso en todas las Iglesias de la ciudad
estuvo expuesto el Santísimo para las cuarenta horas, se celebraron
Pontificales y Misas Solemnes, se predicó la Palabra de Dios a los
fieles, se calculó unas 15.000 comuniones diarias. Más de 4.000 niños
recibieron la primera comunión en la Catedral en la mañana del día 10
de manos del Arzobispo de Bogotá.
Las fiestas religiosas culminaron el domingo con dos actos finales: el
Pontifical celebrado en la Iglesia Catedral por el Arzobispo y por
Centenario Constantiniano; seguida por una docta y elocuente oración
del Canónico R. M. Carrasquilla y concluida con la lectura de la Carta
del Santo Padre a Monseñor Herrera con ocasión del Congreso y con la
Bendición Papal181. La procesión estuvo organizada de esta forma:
Precedían cuatro bandas musicales y carros alegóricos, las escuelas, los
colegios públicos y privados, las Universidades, las academias, las
asociaciones con sus respectivos estandartes y las imagines de sus Patrones,
luego los Representantes de los Departamentos, de los Municipios y de las
Diócesis, el Alcalde y el Consejo de Bogotá, el Gobernador y los
Secretarios de Cundinamarca, los Tribunales, la Corte de los Condes, la

178
Carta del 12 de marzo de 1913, en AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 777. fasc.
138. ff. 22r-v.
179
AAS, vol. 5 (1913), n. 10, 270.
180
ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 4r-v.
181
AAS, vol. 5 (1913), n. 10, 269-270.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 109

Suprema Corte de Justicia, las dos Cámaras del Parlamento y finalmente, el


clero, el Capítulos de los Obispos, y tirada por seis caballos blancos y
custodiada por seis Generales en grande uniforme, una carroza construida
exclusivamente, en donde el Arzobispo de Bogotá en el centro de dos
obispos adoraban el Santísimo apoyado bajo un riquísimo baldaquino,
seguía el Presidente de la Republica circundado de los Ministros de Estado,
un grupo de Caballería cerraba el espléndido cortejo.
La Procesión duró cinco horas, bajo una lluvia, leve al inicio pero al final
densa y continua. Ninguno abandonó su puesto. Al final el arzobispo
bendijo el pueblo182.

7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914


7.1. Aspectos biográficos
Nació en San Cataldo, Diócesis de Caltanisetta (Sicilia), el 28 de
diciembre de 1865. Ordenado presbítero el 22 de septiembre de 1888.
Trabajó en la SESS y el 21 de febrero de 1896 fue nombrado Camarero
Secreto Supernumerario. En 1898 fue Secretario de la Nunciatura de
Baviera; en 1902 Auditor en Bruselas, pasó de nuevo a Múnich como
Auditor. Vivió algún tiempo en su Diócesis y el 3 de diciembre de 1913
fue nombrado arzobispo titular de Emesa. El 25 de noviembre de 1913
fue nombrado Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en
Colombia. Fue consagrado en la capilla del Colegio Pio
Latinoamericano el 18 de enero de 1914 por el cardenal Merry del Val,
Secretario de Estado de Pio X, y como asistentes monseñor Francesco
Rego Maia, arzobispo de titular de Nicópolis, y Monseñor Augusto
Intrecciagati, Obispo de Caltanisseta.
Llegó a Bogotá el 8 de abril de 1914 y presentó sus credenciales el
15 siguiente. Terminó su misión en 1915 y partió para Roma el 8 de
octubre de ese año. Fue después Nuncio en Argentina entre el 2 de
mayo de 1916 y julio de 1922, y el 8 de junio de 1925 Nuncio
Apostólico en Baviera. Suprimida esta Nunciatura, se retiró a vivir a
Cotaldo en donde falleció el 7 de septiembre de 1959183.

182
ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 7r-v.
183
J. RESTREPO POSADA, José, «Galería de representantes», 225.
110 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

8. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917)


8.1. Aspectos biográficos
Nació en Ussita (Diócesis de Norcia, Umbria) el 25 de julio de 1871.
Comenzó sus estudios en el seminario de Nepi y los continuó en Roma
en el seminario Romano; recibió la ordenación sacerdotal el 15 de
agosto de 1894. Poco después, recibió los grados de doctor en Teología
y en ambos derechos. Comenzó su carrera diplomática como secretario
de monseñor Pietro Gasparri, su tío, Delegado Apostólico en Perú. Fue
luego Secretario de las Nunciaturas de Bruselas, Lisboa y Madrid; pasó
de Auditor a Brasil.
El 9 de diciembre de 1915 fue nombrado arzobispo titular de
Sebaste y fue consagrado en Roma el 12 de diciembre de 1915 por
monseñor Víctor Amadeo Ranuzzi de Bianchi, arzobispo titular de Tiro
y Mayordomo de Su Santidad, y como asistentes monseñor Donato
Sbarretti, arzobispo titular de Éfeso, y monseñor Luigi Ermini, obispo
de Cajazzo. El 13 de noviembre de 1915 fue nombrado Delegado
Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia184.
El 6 de enero de 1916 emprendió su viaje a Colombia, el 15 de
febrero llegó a Barranquilla y el 26 a Bogotá. Presentó sus Credenciales
el 6 de marzo a José Vicente Concha. El 8 de mayo de 1916 Su
Santidad Benedicto XV ordenó que la hasta entonces Delegación
Apostólica se llamara en adelante Internunciatura Apostólica. El 20 de
julio de 1917 el mismo Pontífice elevó la Internunciatura a Nunciatura
de segunda clase.
En 1919 se reunió en Bogotá el Primer Congreso Mariano Nacional.
El 2 de mayo de 1920 monseñor Gasparri fue nombrado Nuncio
Apostólico en Brasil y salió de Bogotá el 5 de julio.
Pio XI lo creó cardenal en el Consistorio del 14 de diciembre de
1925 y le asignaron la Sede de presbítero de San Bartolomé in Insula.
En 1933 fue nombrado Prefecto del Supremo Tribunal de la
Signatura Apostólica y en el Consistorio del 16 de diciembre del año
optó por la Sede Suburbicaria de Velletri. Falleció en Roma el 20 de
mayo de 1946.

184
G. DE MARCHI, Le Nunziature Apostoliche, 99.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 111

8.2. Instrucciones para Enrico Gasparri


Luego de la presencia de Francesco Ragonesi, quien tuvo un largo
periodo como Delegado Apostólico, sus sucesores por diversas razones
no lograron establecerse por mucho tiempo. Esto no favoreció la
realización de algunos proyectos ya que debían ser estudiados y se
habían retrasado por los continuos cambios, así como por la falta de
acompañamiento en las actividades de la Iglesia y del Episcopado.
Con base en esta realidad, al ser nombrado Enrico Gasparri como
nuevo Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario en Colombia, la
Santa preparó un documento muy amplio y detallado con las
instrucciones para su misión como Representante Pontificio185.
Evidentemente a este punto las relaciones con el Estado marchaban
muy bien y, paulatinamente, la Iglesia se estaba organizando de una
manera adecuada. Las misiones avanzaban según lo proyectado y el
Episcopado adquiría un papel relevante dentro de la sociedad.
El nuevo Delegado Apostólico tenía un panorama mucho más
favorable que sus predecesores, incluso, la cuestión social estaba en
relativa calma, a pesar de que aún se vivían las consecuencias de los
conflictos del pasado y la nación no se reponía del golpe económico
fruto de la guerra de los mil días y la separación de Panamá.
De acuerdo a lo anterior, el documento preparado por la Santa Sede
estaba estructurado de la siguiente manera: Parte I: Partidos Políticos;
Parte II: Artículo LIV de código civil; Parte III: Actual situación
política; Parte IV: Acción católica; Parte V: Erección de Diócesis; Parte
V: Erección de Diócesis; Parte VI: Nombramiento en las sedes
vacantes; Parte VII: Formación del clero y Colegio Pio
Latinoamericano; Parte VIII: Enseñanza y escuelas; Parte IX: Artículo
XXIII del Concordato y los Certificados de renta nominal; Parte X:
Misiones; Parte XI: Condiciones político-religiosas en la República de
Panamá; Parte XII: Facultades y uso de estas; Parte XIII:
Correspondencia con la Santa Sede; Parte XIV: Actitud de monseñor
Delegado Apostólico y del personal de la Representación Pontificia;
Parte XV: Situación de la Santa Sede en Roma. Podemos destacar los
siguientes aspectos:
Parte VI: Nombramiento en las sedes vacantes: este punto era muy
importante, y el Delegado Apostólico lo debía tener claro, para evitar

185
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 31r-60r, es un informe
preparado y enviado por la Santa Sede a Enrico Gasparri, enero de 1916.
112 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

malos entendidos con el Gobierno. La Santa Sede hizo un recuento de


los acuerdos hechos a partir del Concordato en esta materia.
Básicamente según el Concordato, en el artículo XVI en orden a la
erección y a la circunscripción de las Diócesis, el artículo XV de la
misma convención, concedía al Presidente de la Republica la facultad
de recomendar al Santo Padre, idóneos candidatos para la provisión de
las sedes Arzobispales y Episcopales; y establecía que la Santa Sede
debía en cada caso consultar previamente al Presidente mismo, sobre
los sujetos que se pretendían promover a las sedes vacantes para
conocer si habían motivos de orden civil o político, que lo hicieran
persona no grata al Gobierno186.
Parte VII: Formación del clero y Colegio Pio Latinoamericano: era
fundamental promover la mejor preparación del clero diocesano,
aprovechando las directrices dadas en el Concilio Plenario
Latinoamericano. Se recomendó a Monseñor Gasparri, motivar al
Episcopado para que fomentaran la promoción vocacional, dada la
escasez de clero, y que reforzara la preparación de los seminarios y de
los sacerdotes, por tanto, el Delegado Apostólico debía invitar a los
Obispos para que escogieran de entre sus sacerdotes, aquellos con
cualidades académicas suficientes para emprender una experiencia en
Roma. Para eso había sido creado el Colegio Pio Latinoamericano, para
acoger y proporcionar la formación de estos sacerdotes. La Santa Sede
en este informe retomó las palabras de Monseñor Vasallo di Torregrosa
quién sobre este aspecto afirmó:
El clero secular es insuficiente tanto en relación a la población, cuanto, y
más, a la extensión del territorio. En general faltan las vocaciones
eclesiásticas y faltas la perseverancia en estas. Se verifica esto
especialmente en las Diócesis de la Costa, a causa del clima caliente,
contrario al estudio y la disciplina, por tanto, a pesar del esfuerzo de los
Obispos, los seminarios no dan los frutos que debieran y que serían
necesarios. Respecto a lo dicho en el Concilio Plenario Latinoamericano,
se debe promover: la observancia de dicho Concilio en las Diócesis. La
celebración de Concilios Provinciales y la frecuencia de las conferencias
Episcopales en las Provincias, para que los ordinarios colombianos puedan
así más fácilmente entenderse sobre las necesidades de sus fieles, sobre los
medios más aptos para proveerles187.

186
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 45r-46v.
187
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 46v-48r.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 113

Parte X: Misiones: la Convención realizada con el Gobierno, fue de


gran beneficio para las regiones en donde por su posición geográfica
era difícil realizar un trabajo de evangelización. Desde la llegada de
Monseñor Agnozzi, en 1882, la Santa Sede se preocupó por la
evangelización de las tribus indígenas, esto con un doble propósito, el
de darles a conocer la fe en Jesucristo, pero a su vez, para favorecerlos
de los abusos cometidos contra ellos. El Gobierno apoyó las misiones y
subsidió regularmente a norma del Convenio concluido en 1898 la
distribución de estos subsidios siempre a norma del mismo Convenio.
Otras ayudas venían de la Junta Nacional de Misiones, precedida por el
Arzobispo de Bogotá. Se le solicitó al Delegado que para los asuntos
religiosos los encargados de las zonas se dirigieran directamente a la
Santa Sede, esto para evitar la injerencia de la Autoridad civil en los
asuntos netamente Eclesiásticos188.
Parte XIV: Actitud de monseñor Delegado Apostólico y del personal
de la Representación Pontificia: En alguna ocasión se tuvieron
dificultades con algunos Delegados, principalmente por su intervención
en asuntos de carácter político, lo que indispuso al Gobierno, y pudo
haber causado graves distanciamientos, provocando una ruptura de
nuevo con las relaciones. Por eso la Santa Sede fue muy precisa en este
punto:
El Santo Padre exige para aquellos que tienen el alto honor de representarlo
en el exterior, una conducta no solamente moral sino ejemplarmente
eclesiástica. Quiere su Santidad que los mismos, además de los deberes de
carácter diplomático, observen un modo de actuar conforme al carácter
sacerdotal. Exige el Santo Padre, que en general la conducta de los adeptos
a las Nunciaturas no sea contradictoria a la sana disciplina eclesiástica y el
prescrito de los santos cánones. De modo que, los obispos, los cuales
inculcan la observancia de tales normas a su clero, no deban deplorar que
los primeros en violarlas son las personas establecidas por la Santa Sede en
sus Representantes. Habiendo irregularidades o desordenes de este género,
monseñor Gasparri acuda de inmediato a la Santa Sede189.

8.3. Recepción de Enrico Gasparri


El nuevo Delegado Apostólico fue recibido por el Presidente de la
Republica, José Vicente Concha, en el Palacio de la Carrera. Se

188
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 51v-53r.
189
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 792. fasc. 148. ff. 57v-58v.
114 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

organizó una recepción para tal evento con la presencia de


personalidades importantes en el medio político, militar y eclesiástico.
Esto se llevó a cabo el 6 de marzo de 1916. El Discurso que dio el
Delegado Apostólico dirigiéndose al Presidente fue el siguiente:
Tengo la alta honra de poner en manos de V. E. las cartas credenciales con
que el Sumo Pontífice Benedicto XV me acredita en calidad de Delegado
Apostólico y Enviado Extraordinario ante el Gobierno de V. E.
[…] Por lo que a mi hace sintiéndome sobremanera honrado y dichoso de
tener que representar al Soberano Pontífice en una nación que se ufana
especialmente de su no desmentida adhesión a la Silla Apostólica, trabajaré
con todas mis fuerzas para lograr el fin deseado por el Padre Santo, que es
el de consolidar y estrechar aún más si cabe la unión y concordia que existe
felizmente entre la Santa Sede y el Gobierno Colombiano.
[…] El acuerdo perfecto entre la Iglesia y el Estado, la unión de los
esfuerzos patrióticos, esfuerzos del Gobierno civil con las saludables
influencias de la religión, fueron siempre para los pueblos prenda segura de
bienestar y de progreso190.
El Presidente José Vicente Concha seguidamente intervino con otras
palabras, dándole la bienvenida al país y expresándole la buena
voluntad por parte del Gobierno en mantener fortalecidos los vínculos y
las excelentes relaciones, esto para favorecer la promoción de la
comunidad. Estas fueron las palabras del Presidente Concha:
Es para mí motivo de singular complacencia el recibir la Carta que os
acredita como Delegado Apostólico y Enviado Extraordinario de la Santa
Sede ante el Gobierno de Colombia. El Augusto Pontífice reinante ha dado
desde su Exaltación al Silla apostólica, expresivas y reiteradas muestras de
paternal afecto a Colombia y a su Gobierno, las cuales han sido recibidas
con toda gratitud como respeto. Las palabras que acabáis de pronunciar son
testimonio de que el Sumo Pontífice sigue honrando con su soberana
solicitud a esta católica nación; y que en medio de los horrores del conflicto
europeo, que tanto afligen su corazón de Padre, tiene una mirada de interés
para este país que desde hace años goza del bien inestimable de la paz, a
cuya sombra arraigan la civilización y la cultura, y los intereses religiosos
de la sociedad adquieren benéfico incremento. Al elegiros a vos para su
representante, ha probado el Sumo Pontífice, una vez más, la importancia
que concede al esmerado cultivo de las relaciones entre las dos potestades
en Colombia; y podéis contar, Monseñor, con la leal cooperación del

190
ASV. Segre. Stato, 1916. rub. 279. fasc. unico. f. 106r, copia de la publicación
de El Nuevo Tiempo, periódico de Bogotá, 7 de marzo de 1916, n. 4735.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 115

Gobierno para el mejor éxito de nuestra misión, pues por mi parte siempre
he hallado fácil y grato el cumplimiento de los deberes que tiene el Poder
Ejecutivo para con la Iglesia, considerada por la Constitución que hoy rige
como esencial elemento del orden social. Os ruego que hagáis llegar mi
respetuoso saludo hasta el trono del Sumo Pontífice, para quien pido a Dios
largos años de pacifico reinado, que compensen con su próspera
bienandanza las amarguras de la hora presente; y aceptad los votos que
hago por vuestra personal ventura y por vuestra feliz permanencia en el
suelo amigo de Colombia191.

8.4. Informe sobre la llegada y la acogida en Colombia


Una vez ubicado en la Delegación Apostólica, Enrico Gasparri se
comunicó con la Santa Sede enviando un informe acerca de su viaje
hecho desde Europa a Colombia hasta su llegada a Bogotá, y su
encuentro con las autoridades, especialmente la presentación de las
Cartas Credenciales al Presidente de la Republica, José Vicente
Concha.
El Delegado Apostólico informó que llegó el 14 de febrero de 1916
al puerto de Sabanilla, en donde fue recibido por el Gobernador de
Barranquilla en representación del Gobierno colombiano, de la misma
forma, estuvieron presentes otras autoridades civiles y eclesiásticas que
lo acogieron con entusiasmo.
Luego del viaje por el río Magdalena, llegó al Puerto de Girardot, en
donde se encontraba el secretario de la Delegación, Filippo Cortesi y un
enviado del arzobispo de Bogotá:
Luego de pasar la cordillera, en la estación de Facatativá, vinieron a
recibirme, además del encargado del ceremonial diplomático, la comisión
del Capítulo de la Catedral y del clero secular y regular. El Presidente de la
Republica y el Arzobispo, enviaron sus respectivos secretarios y pusieron a
mi disposición sus carrozas. Luego de saludar los personajes y diversas
corporaciones que me esperaban en la estación de Bogotá, tomé puesto en
la carroza del Presidente, y me trasladé al Palacio de la Delegación, donde
monseñor Cortesi había hecho preparar un suntuoso banquete, tomaron
parte el arzobispo y los miembros del Capitulo Metropolitano192.

191
ASV. Segre. Stato, 1916. rub. 279. fasc. unico. f. 106r, copia de la publicación
de El Nuevo Tiempo, periódico de Bogotá, 7 de marzo de 1916, n. 4735.
192
AA.EE.SS. Colombia, 1916. pos. 793. fasc. 148. ff. 62r-63r, despacho de Enrico
Gasparri al Cardenal Pietro Gasparri, 7 de marzo de 1916.
116 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

8.5. Elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura


El señor José Manuel Goenaga, Ministro de Colombia ante la Santa
Sede, solicitó, a nombre del Gobierno, la elevación de la Delegación
Apostólica al grado de Internunciatura:
Con profundo respeto me permito recordar a Su Eminencia el ofrecimiento
que me hizo de que la Santa Sede elevaría a la categoría de Internuncio al
Delegado Apostólico en Colombia, porque el Gobierno a quien yo había,
de acuerdo con Su Eminencia, comunicado tan agradable noticia
constantemente me encarece para ver de cumplir la pronta realización de
los deseos, no solo del Gobierno mismo, sino del pueblo colombiano, que
en todos los tiempos ha demostrado su amor y sumisión a la Santa Sede y a
la sagrada persona de Su Santidad y que aspira a conservar la hegemonía
católica entre todas las repúblicas suramericanas.
Es Colombia una nación defensora desinteresada de la Iglesia, de
arraigadísimas creencias religiosas, que va en rápida vía de desarrollo y que
con justicia merece la especial benevolencia de Su Santidad de elevar a
Internuncio su Delegado Apostólico.
En nombre de mi Gobierno, y en el mío propio, suplico nuevamente a su
Eminencia se digne manifestar al Santo Padre con cuánto júbilo será
recibida en Colombia esta nueva distinción que hace a la Republica la
Santa Sede, como premio de su incondicional adhesión a la Silla
Apostólica.
Aprovecho esta ocasión para renovar a Su Eminencia las seguridades de mi
más elevada consideración193.
La Santa Sede a través de la Secretaría de Estado respondió
informando que el Santo Padre había acogido la solicitud y que se
emitió el Decreto correspondiente para la elevación de la Delegación
Apostólica a Internunciatura, emitido del 8 de mayo de 1916, y que el
actual Representante Pontificio, Enrico Gasparri, asumiría esta nueva
condición de Internuncio:
El suscrito cardenal Secretario de Estado de Su Santidad, en respuesta a la
preciada nota de Vuestra Excelencia del 25 de marzo pasado, tiene el honor
de enviarle el fascículo de la Acta Apostolicae Sedis, donde, a pagina 213,

193
AA.EE.SS. Colombia, 1916. pos. 794. fasc. 148. ff. 67r-v, despacho de José
Manuel Goenaga, Representante de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, al
Cardenal Pietro Gasparri, 25 de marzo de 1916.
SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS 117

ha sido promulgado el Decreto, en virtud del cual la Delegación Apostólica


de Colombia, viene elevada al grado de Internunciatura Apostólica194.
Con la elevación a Internunciatura se terminó el ciclo de los
Delegados Apostólicos, quienes como hemos podido captar, tuvieron
un gran papel en el desarrollo de la Iglesia colombiana a finales del
siglo XIX e inicios del XX. Fueron 34 años, desde 1882 a 1916,
marcados por una serie de agitados eventos que dieron un nuevo rumbo
a la historia del país, y que de una u otra manera, se vio involucrada la
Iglesia. El papel de los Delegados Apostólicos fue determinante para
consolidar la Iglesia como una Institución relevante, organizada y
estable en Colombia, convirtiéndose en muchos casos como pionera y
modelo para otros países latinoamericanos. Este periodo al que
dedicamos nuestra investigación divide en dos la historia de la Iglesia
contemporánea colombiana: un antes, marcado por la presión Liberal y
sus efectos en contra de los intereses eclesiásticos, y un después,
caracterizado por la libertad y la consolidación de la Iglesia como una
fuerza importante para el desarrollo de Colombia en todos sus
respectivos frentes: religioso, social, educativo, cultural y político.

194
AA.EE.SS. Colombia, 1916. pos. 794. fasc. 148. f. 68r, minuta de la SESS a la
Legación de Colombia ante la Santa Sede, 21 de junio de 1916.
118 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA
CAPÍTULO III

Sobre las Jurisdicciones Eclesiásticas

A la llegada de Giovanni Batista Agnozzi en 1882, la Iglesia


colombiana estaba organizada en nueve Diócesis (Tunja, Nueva
Pamplona, Santa Marta, Cartagena, Antioquia, Medellín, Popayán,
Pasto y Panamá) y una Arquidiócesis (Santafé en Nueva Granada, en la
ciudad de Bogotá). Estas jurisdicciones estaban dispersas en un extenso
territorio, con muchas dificultades para la comunicación, debido a su
irregular geografía. La mayor parte del país era rural, las parroquias
estaban constituidas en su gran mayoría por campesinos. Adicional a
esto, existían territorios muy apartados, en donde prácticamente había
poca o ninguna presencia del Estado, estas zonas eran selváticas,
habitadas por tribus indígenas que no habían sido evangelizadas o no
habían tenido contacto con la modernidad.
El proceso de esta organización fue un proceso lento dadas las
condiciones en las cuales se encontraban las comunidades. Hemos de
recordar el contexto histórico, el país se encontraba en una transición
del Liberalismo Radical al llamado periodo de la Regeneración, y la
Iglesia fue protagonista importante en todo esto, por un lado, al ser
atacada y perseguida, incluso, la gran mayoría de Obispos no residían
en sus sedes, algunos estaban en el exilio; pero por otro lado, después
adquirió una relevante presencia en las decisiones políticas y sociales,
teniendo como principal logro la Constitución de 1886 y el Concordato
de 1887.
120 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

De esta manera, en este capítulo presentaremos lo referente a la


erección de nuevas Diócesis, Arquidiócesis, Vicariatos y Prefecturas
Apostólicas, paralelamente a la creación de nuevas Provincias
Eclesiásticas. Llevar a cabo esta organización tuvo algunos tropiezos,
en algunos casos la resistencia de los Obispos al no estar de acuerdo en
la división de sus territorios.

1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887


1.1. Proyecto de erigir un nuevo Episcopado en el Tolima
Uno de los territorios en donde el Delegado Apostólico consideró
que se podía crear una nueva Diócesis era la región conocida como
«Tolima Grande», que estaba dentro de las jurisdicciones de la
Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada y la Diócesis de Popayán.
Esta zona se ubica entre las cordilleras central y oriental, separadas por
el río Magdalena que nace en lo que hoy es el Departamento del Huila.
Tenía una vasta extensión con una notable variedad de relieve y clima,
de la misma manera, una diversidad cultural respecto a sus respectivas
Sedes episcopales. De igual modo, la distancia para poder acceder a las
capitales hacían que prácticamente los Obispos no pudieran hacer una
diligente atención pastoral. Ante esta situación el Delegado Apostólico
envió a la Santa Sede la petición oficial para tal propósito:
Como las tres cuartas partes del territorio colombiano tienen necesidad de
misiones y de Vicariatos Apostólicos para la civilización de las tribus
salvajes, así como en la parte civilizada, es de suma importancia la erección
de nuevas Diócesis. El Tolima es uno de los nueve Estados Soberanos de
esta República, cuenta con no menos de 230 mil habitantes, con pocas
excepciones, todos católicos, de difícil comunicación con los otros Estados
[…] sujeto por una tercera parte al Obispo de Popayán en el Cauca y para
las otras dos al Metropolitano, de penosa y difícil administración tanto por
la escasez de clero indígena, las distancias de los lugares y las otras no
pocas dificultades comunes al todo el territorio de la República1.
La SESS respondió favorablemente autorizándolo a proseguir las
negociaciones. Ante esta perspectiva, Giovanni B. Agnozzi comunicó
que luego de dar a conocer la propuesta, el Obispo de Popayán, cuya
Diócesis estaba sujeta a una parte del territorio tolimense, dio su total

1
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 48r-49v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 12 de mayo de 1883.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 121

aprobación, no así el Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, Vicente


Arbeláez, quien no consideró positiva la propuesta2. De modo similar,
el Delegado Apostólico se puso en contacto con la correspondiente
Autoridad Civil. En primer lugar con el Presidente de la República,
quien expresó estar a favor, incluso, sugirió la creación de una Diócesis
en el Departamento de Santander3. Luego se comunicó con el
Presidente del Estado del Tolima, quien inmediatamente acogió con
beneplácito la propuesta4. La noticia se empezó a difundir, creando
entre la población un gran interés motivado por el gran entusiasmo del
clero, pues la vieron como una gran solución para sus limitaciones
pastorales5. Uno de los argumentos que mayor peso tuvo para presentar
la propuesta fue la del abandono en el cual se encontraban los fieles en
aquel territorio. Las causas las hemos mencionado: la distancia de las
Sedes Episcopales, la dificultad y extensión del territorio, y la escasez
de clero6.

2
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 50r-v, minuta de la SESS
a Giovanni B. Agnozzi, 23 de julio de 1883.
3
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 54r-55v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de diciembre de 1883. Luego
con otro despacho, del 15 de noviembre de 1884, el Delegado informó acerca de la
difícil situación de orden público en el país, especialmente en la zona del Tolima.
Expresó que a pesar de esto, la población estaba motivada por el proyecto de la
creación de la Diócesis, a esto se unían los gobernantes locales y el Presidente Rafael
Núñez, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 63r-v.
4
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 56r-57v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 20 de febrero de 1884.
5
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 59r-60r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 24 de mayo de 1884, el
Delegado manifestó que había recibido insistentemente la petición de la creación de la
Diócesis, con argumentos justos.
6
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 61-62v, despacho al
Cardenal Jacobini, 23 de julio de 1884, expuso la situación religiosa y moral
lamentable en la que se encontraba el Estado del Tolima, debido a la poca atención
por parte del Obispo de Popayán. Después con un despacho del 5 de diciembre de
1884, expresó nuevamente las principales dificultades de esta región que la habían
llevado a un abandono espiritual, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487.
fasc. 37. ff.65r-66v. El 25 de octubre de 1885, el Delegado envió otro despacho en
donde insistía en la urgente creación de la Diócesis y planteó nuevamente los
problemas que padecía la región, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487.
fasc. 37. ff. 67r-68v.
122 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1.2. La intención de crear una nueva Provincia Eclesiástica


Pese a ser el territorio colombiano muy extenso sólo contaba con una
Provincia Eclesiástica, pues solamente Bogotá7 era Arquidiócesis, es
decir, la única Sede Metropolitana, todas las demás Diócesis eran
sufragáneas de esta. Esto generaba no pocos problemas, ya que para el
desplazamiento desde las sedes más distantes (Panamá, Pasto, Santa
Marta) era necesario atravesar el país de extremo a extremo con todas
las dificultades que esto significaba. Por tal razón, la comunicación
entre los Obispos era muy poca, y aún mayor era la dificultad para los
fieles para poder viajar. Es por esto que el Delegado Apostólico
expresó ante la Santa Sede la conveniencia de dividir la Provincia
Eclesiástica de Colombia en dos distintas provincias:
La inmensa extensión de territorio, la situación topográfica (del Atlántico a
Bogotá se sube a más de 8 mil pies sobre el nivel del mar) la diversidad de
caracteres, costumbres e intereses, el abandono en el cual se encuentra la
población de la costa Atlántica, el número de las sedes episcopales,
especialmente se pueden erigir la Diócesis del Tolima y la de Santander,
son a mi parecer causas canónicas, que aconsejan la división de la actual
Provincia Eclesiástica de Colombia en dos distintas Provincias, la Sede
Metropolitana de la ya existente en Bogotá, y de la nueva en Santa Marta.
Sufragáneas de esta última deberían ser Cartagena, Panamá y Pamplona,
con la nueva de Santander permanecerían Bogotá, Tunja, Popayán, Pasto,
Medellín, Antioquia y estas se agregaría la nueva Diócesis del Tolima. He
dicho que nueva sede Metropolitana debería ser en Santa Marta, porque es
una de las primeras Diócesis fundadas después de la conquista y porque
esto sería honrar aquella sede y animarla a surgir del estado poco próspero
en el cual ahora se encuentra8.
Algunos Obispos ya consideraban la urgencia de crear, al menos, una
nueva Provincia Eclesiástica. Justamente, el Obispo de Santa Marta,
José Romero, dirigió una carta a la Santa Sede en donde manifestó la
problemática de la Iglesia colombiana al tener sólo una Provincia,
aspectos que coincidían con los expresados por Giovanni B. Agnozzi.
El Obispo de Santa Marta ratificó su total acuerdo ante la intención del
Delegado Apostólico9.
7
Llamada en aquel momento Santafé en Nueva Granada.
8
AA.EE.SS. Colombia, 1883. pos. 459. fasc. 30. ff. 84r-85v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 1 de diciembre de 1883.
9
AA.EE.SS. Colombia, 1883. pos. 459. fasc. 30. ff. 89r-90v, carta del Obispo de
Santa Marta, José Romero, al Cardenal Ludovico Jacobini, 3 de diciembre de 1883.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 123

1.3. Erección de un Episcopado en Santander


Continuando con su intención de promover la erección de nuevas
Diócesis, el Delegado Apostólico previa investigación y atendiendo al
clamor de los fieles y del clero de esta zona, expresó a la Santa Sede la
urgencia de separar de la Diócesis de Tunja una porción de territorio
ubicado en el Departamento de Santander. Giovanni B. Agnozzi sugirió
que como sede de la nueva Diócesis fuese la capital del Estado de
Santander, la ciudad de Socorro, cuyo templo meritaba ser elevado a
Catedral. De la misma manera, en San Gil había un colegio que se
podía adecuar para seminario. El territorio era amplio y tenía una
población de casi 300 mil habitantes, quienes deseaban la erección de
la Diócesis10
Sin embargo, pese a la objetividad de la petición, el Obispo de Tunja,
Severo García, a quien pertenecía este territorio, no estaba de acuerdo.
De hecho, se iniciaron a ver ciertas actitudes fomentadas por el Obispo
para obstaculizar el avance de las cosas. Así lo manifestó el Delegado
Apostólico informando acerca de una nota realizada por el periódico
oficial de la Diócesis de Tunja, en donde se publicó un artículo sobre el
estado financiero de la región que deseaba ser erigida Diócesis,
expresando su desacuerdo, en vista de que no poseía la suficiente
solidez económica, por el contrario la población sí tenía el deseo y no
acogió de buena forma esta publicación11.
Este comportamiento generó desconcierto, pues el Obispo alentó a
algunos de sus colaboradores de la Curia para crear estrategias que
obstaculizaran la creación de la nueva diócesis, todo esto, según el
Delegado Apostólico, tenía un fondo, y no era más que por los diezmos
10
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 2r-5v., despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de julio de 1883.
11
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 6r-7r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de septiembre de 1883. El 12
de octubre de 1883, Monseñor Agnozzi, envió al Cardenal Ludovico Jacobini una
copia de una carta que había recibido del Obispo de Tunja, el 10 de agosto de 1883,
en donde recalcó la incapacidad de la posible Diócesis de sostenerse por sí misma al
no tener unos ingresos económicos suficientes y, si era ya algo decidido, pedía un
tiempo de dos años para poder organizar la Diócesis de Tunja y terminar algunas
obras que se estaban llevando a cabo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488.
fasc. 38. ff. 8r-11v. Seguidamente, el Delegado Apostólico de nuevo con un despacho
del 24 de octubre de 1883, informó que el Obispo de Tunja, Severo García, desaprobó
el proyecto y puso muchas objeciones, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos.
488. fasc. 38. ff. 12r-14v.
124 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

que se dejarían de recibir12. Para buscar un apoyo mayor, dado que el


Delegado Apostólico estaba convencido de la necesidad de la nueva
Diócesis, el Obispo de Tunja escribió directamente a León XIII
presentando las razones para estar en oposición y expuso la situación de
sus Diócesis, en donde juzgó que tal erección era inoportuna y contraria
al bien de la Iglesia13.
La Santa Sede solicitó a Monseñor García su parecer sobre el
propósito14, quien respondió el 3 de mayo del mismo año manteniendo
su posición, repitió sus argumentos, según él, no era el momento
indicado para desmembrar la nueva Diócesis de Tunja15. A partir de ese
momento se estancó un poco el proyecto, pues al no tener el apoyo del
propio Obispo no podía avanzar tranquilamente. Entonces el Delegado
Apostólico inició a comunicarse con la Santa Sede de manera
periódica, buscando justificar la creación de la Diócesis y presentando
nuevas razones.16

12
De hecho, el Delegado Apostólico, el 29 de enero de 1884, envió un despacho
con un documento adjunto. Se trata de una nota que se publicó con la firma de un tal
Juan N. Ruiz T., pero que en realidad fue hecha por dos gobernadores del Obispo,
Miguel Arias e Inocencio Torres. En esta nota pretendían poner al conocimiento de la
Santa Sede las razones por las cuales no sería conveniente la nueva diócesis,
criticaban la gestión del Delegado Apostólico en este asunto. Monseñor Agnozzi se
lamentó de que el Obispo de Tunja recurriese a tales medios para crear intrigas, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 21r-23r.
13
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 26r-28r, carta del 4 de
enero de 1884.
14
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 32r-34r, minuta de la
SESS al Obispo de Tunja, Severo García, 20 de febrero de 1884.
15
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 50r-55r. El 31 de mayo
de 1884 el Obispo envió otra carta ratificando su posición, en: AA.EE.SS. Colombia,
1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 40r-42v.
16
El Delegado Apostólico insistió de forma permanente para que la Santa Sede
agilizara la creación de la Diócesis en el Estado de Santander, pero a esta petición se
adjuntó, de igual modo, la de crear una Diócesis en el Estado del Tolima y un
Vicariato Apostólico en el Casanare. Sobre este asunto se puede encontrar
información complementaria, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc.
38. ff. 44r-45r, despacho al Cardenal Jacobini , 28 de abril de 1884; AA.EE.SS.
Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 46r-48v, despacho al Cardenal Ludovico
Jacobini, 20 de mayo de 1884; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38.
ff. 64r-65r, despacho al Cardenal Jacobini, 20 de septiembre de 1884; AA.EE.SS.
Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 68r-v, despacho al Cardenal Jacobini, 29
de abril de 1885; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 72r-73r,
despacho al Cardenal Jacobini, 21 de octubre de 1885; AA.EE.SS. Colombia, 1883-
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 125

1.4. La desorganización de la Provincia Eclesiástica


La Provincia Eclesiástica existente en Colombia en aquel momento
aparte de su extensión, y demás dificultades mencionadas
anteriormente, tenía un grave desorden en lo referente al asunto de las
parroquias vacantes.
El Delegado Apostólico aprovechó la ocasión para dirigirse a la
Santa Sede poniendo en evidencia la situación, esto como un refuerzo a
sus motivos de crear una nueva Provincia.
El problema se generó porque un gran número de parroquias no
tenían párroco, en algunos casos por la falta de clero, otros porque eran
confiadas interinamente desde hacía mucho tiempo, y apenas por dos o
tres años. El Delegado Apostólico utilizó el término de «mercenarios»
para referirse a estos sacerdotes que no se interesaban por el bien de las
parroquias y se alejaban varias veces al año, incluso las intercambiaban
ante la admiración de los feligreses.
El modo en como operaba este sistema era así: cada dos o tres años
se hacía un concurso durante 90 días entre 30 o 40 parroquias.
Terminado este periodo eran examinados a viva voz los concursantes
sobre algunas materias de moral, casi nunca de teología dogmática;
sobre la materia litúrgica el Delegado Apostólico expresó no tener
conocimiento si había algún tipo de evaluación. Era común que casi
todos los participantes fuesen aprobados, y a continuación el Obispo
asignaba la parroquia según su parecer17.
Para evitar abusos y escándalos, así como someterse a las prácticas
de la Iglesia, el Delegado Apostólico elaboró unas sugerencias para que
fuesen consideradas y aprobadas para después hacerlas poner en
práctica, a saber:
1. Debería sugerirse a los Obispos, que salvo cualquier otro sistema, en
cada parroquia vacante, la misma sea puesta al concurso, como se prescribe
en el Concilio de Trento, y en las subsiguientes Constituciones Apostólicas,

1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 74r-75r, despacho al Cardenal Jacobini, 11 de mayo de
1886; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 79r-80r, despacho al
Cardenal Jacobini, 23 de agosto de 1886; AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 488.
fasc. 38. ff. 81r-v, despacho al Cardenal Jacobini, 29 de octubre de 1886; AA.EE.SS.
Colombia, 1883-1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 83r-84r, despacho al Cardenal Jacobini,
30 de octubre de 1886.
17
AA.EE.SS. Colombia, 1885. pos. 481. fasc. 35. ff. 10r-11v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de julio de 1885, registrado
como collazione delle parrocchie vacanti.
126 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

salvo la dificultad de diferir al concurso por un periodo más extenso del


ordinario (por ejemplo dos meses) proporcionando a la gran extensión de
los territorios diocesanos.
2. Que el concurso, además del examen oral, tenga lugar con preguntas para
resolverse por escrito.
3. Que los examinadores sinodales, den su voto escrito para conservarse en
el archivo de la curia.
4. Por disposición, transitoria, si bien, como muchos eclesiásticos ancianos,
meritorios de una especial consideración, no podrían superar o exponerse al
concurso, podría concederse la facultad de admitirlos a un discreto examen
y a tenor de sus méritos en el ejercicio del ministerio parroquial, y acordar
el voto con los examinadores, para el ascenso a una de las mejores
parroquias de la Diócesis18.

2. Antonio Sabatucci, 1890-1895


2.1. Límites para las Diócesis de Medellín, Antioquia y Bogotá
Los Obispos de estas tres jurisdicciones acordaron reelaborar sus
límites, pues estos databan de mucho tiempo cuando las condiciones de
comunicación eran diversas y el desarrollo de algunas poblaciones no
se había generado. El caso más significativo era el de la ciudad de
Medellín, que rápidamente había tomado gran importancia en la región
y la población estaba aumentando considerablemente. Esto obligó a
construir nuevas vías de comunicación que afectaron positivamente a
otras poblaciones que antes estaban aisladas. De modo análogo,
existían algunas poblaciones que no tenían certeza a qué jurisdicción
pertenecían ya que los límites trazados no eran claros.
Una vez que los Obispos discutieron y acordaron establecer nuevos
límites, el Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo elaboró un documento
que envió al Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci, quien a su vez lo
remitió a la Santa Sede. Por cuestiones sujetas al Concordato firmado
en 1887, el Gobierno debía ser notificado y consultado sobre el asunto.
Evidentemente los beneficios que traerían estos nuevos límites eran
grandes, por lo tanto el Gobierno colombiano apoyó la propuesta y
manifestó su criterio a la Santa Sede19.

18
AA.EE.SS. Colombia, 1885. pos. 481. fasc. 35. ff. 11r-v.
19
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 59r-60r, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, firmada por
Joaquín Vélez, 24 de marzo de 1892.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 127

Finalmente, León XIII aprobó los nuevos límites el 11 de marzo de


189320. De esta manera se le notificó a la SCC el 22 de marzo del
mismo año, para que elaborara el correspondiente Decreto21. Una vez
emitido el Decreto la Santa Sede lo envió al Delegado Apostólico para
que le diera ejecución22.

2.2. Erección de un Vicariato Apostólico en el Casanare


El territorio del Casanare ubicado en el oriente del país en la región
llamada de la Orinoquía, tiene una diversidad de clima y una geografía
que va desde montañas y un bosque tropical, de la misma forma, está
unido a los llanos orientales con sus particularidades climáticas y
topográficas. Tiene gran cantidad de ríos que eran utilizados como
medios de comunicación. Casanare como territorio pertenecía a la
Diócesis de Tunja, aunque con unas características muy diferentes. El
primer Obispo de Tunja, Severo García, había solicitado un auxiliar
para que se encargara de asistir las poblaciones de esta región.
La presentación de los documentos relativos a la desmembración del
territorio del Casanare de la Diócesis de Tunja, fueron compilados y
redactados por el sacerdote Adolfo Gil asignado por parte de Monseñor
Moisés Higuera23.
En estos documentos se expresó la necesidad de atender de una
manera más cercana a los pobladores de esta región, quienes esperaban
que se les fuese asignado un Prelado para que iniciara un proceso de
evangelización programado a través de la presencia de misioneros.
Todas las poblaciones del territorio tenían sus iglesias y capillas
decentemente paramentadas con el Santísimo Sacramento siempre
reservado, buenas rentas de fábricas, diezmos y primicias que pagaban
los fieles, casi sin excepción, y todos recaudados por una junta que se

20
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 81r-83r.
21
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 84r-85v, el Decreto se
titula: Dismembrationis et unionis Medellinensis ac Antioquiensis Parocciarum in
Republica Columbiana.
22
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1893. pos. 566. fasc. 59. ff. 89r-v, la ejecución del
Decreto Consistorial por parte del Delegado Apostólico, viene dada el 25 de octubre
de 1893.
23
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff.27r-32r, se expusieron
las razones por las cuales conviene la creación del Vicariato, el documento viene con
el título de «Vicariato Apostólico del Corazón de María en Casanare», con fecha del
12 de julio de 1891.
128 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

denominaba de fábrica24, se resaltaba la falta de sacerdotes y de


catequistas; los pocos que había trabajaban con esmero. No existía otro
Instituto regular fuera del de los padres franciscanos de Monguí,
quienes desempeñaban el ministerio y ayudaban en la instrucción del
pueblo fiel25. Ante la escasez de vocaciones, se propuso crear un
seminario, en donde se procurase la educación de los jóvenes.
El Delegado Apostólico sugirió que el nuevo Vicariato Apostólico se
podría confiar a los Agustinos, conocidos como «Candelarios», y
propuso al sacerdote Ezequiel Moreno, para que fuese nombrado
Vicario Apostólico, con dignidad Episcopal26.
El nuevo Obispo de Tunja, Benigno Perilla, estuvo de acuerdo con la
erección del Vicariato, ya que él no tenía los medios para poder asistir
adecuadamente este territorio, por otro lado, carecía de clero para
satisfacer la gran demanda que requería este territorio27. De igual
manera, el Comisario Apostólico de los Agustinos Descalzos dio un
informe muy favorable sobre el sacerdote Ezequiel Moreno, propuesto
como candidato para ser nombrado Vicario Apostólico con carácter
episcopal28.
El Gobierno colombiano a través del Ministro ante la Santa Sede,
Joaquín Vélez, expresó que facilitaría todo lo necesario para que la
erección del Vicariato fuese llevada a cabo, se consideraba un paso
muy importante para el desarrollo de ese territorio, pues ya no
dependería de Tunja sino que sería autónomo, esto impulsaría el
progreso. De la misma manera, tenían un buen concepto del sacerdote
Ezequiel Moreno, a quien recomendaron como Vicario Apostólico29.

24
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. f. 30v.
25
AA.EE.SS. Colombia, 1891- 1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 31r-32v.
26
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 47r-50r, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de mayo de 1892.
27
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 53r-55v, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 13 de septiembre de 1892, envió
como documento adjunto la respuesta dada por el Obispo de Tunja, sobre el proyecto
de la separación del territorio de Casanare de la Diócesis de Tunja.
28
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 60r-61v, carta de la
Comisaría Apostólica de Agustinos Recoletos de España e Indias al Cardenal Mariano
Rampolla, 14 de diciembre de 1892.
29
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. ff. 62r-63v, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rampolla, 17 de junio de 1893.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 129

El Delegado Apostólico envió los documentos y la información


necesaria para la redacción de la Bula Pontificia30. Una vez hechos
todos los trámites canónicos, la Santa Sede hizo el estudio y consideró
justos los argumentos presentados; así que León XIII aprobó la
erección del Vicariato Apostólico del Casanare por medio de un Breve
del 17 de julio de 189331. También fueron aceptadas las diferentes
solicitudes, apoyadas en los buenos informes que sostenían la
candidatura de Ezequiel Moreno, quien fue nombrado como Vicario
Apostólico32.

2.3. Erección de la Diócesis del Tolima


El Delegado Apostólico Giovanni B. Agnozzi había ya planteado la
necesidad de crear una Diócesis en el territorio conocido como «Tolima
Grande» (hoy Departamentos de Tolima y Huila)33, y había hecho
todos los acercamientos posibles, tanto ante la Autoridad Eclesiástica
como la Civil. Sin embargo, la erección se había demorado y los
problemas cada vez se hacían más notables.
A la SESS llegó una carta firmada por Julio E. Villegas y Eusebio
Cárdenas, dos ciudadanos tolimenses quienes detallaron las tristes
condiciones en las cuales se encontraban por la falta de asistencia
religiosa y solicitaron que fuese erigida prontamente la Diócesis
desmembrándose de la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada34.

30
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 66. ff. 4r-12r, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 2 de mayo de 1893, fueron
anexados, entre otros documentos, un mapa con los límites, poblaciones y
características geográficas de la zona de Casanare.
31
Véase el texto completo de la Copia del Breve Pontificio de León XIII, del 17 de
julio de 1893, firmado por el Cardenal Serafini, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894.
pos. 580. fasc. 66. ff. 22r-23r. También sobre el Vicariato Apostólico del Casanare,
en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580 (conclusione). fasc. 66. f. 35r.
32
Con una carta del 12 de mayo de 1894, Monseñor Ezequiel Moreno informó que
fue consagrado el 1 de mayo de 1894 por medio del Arzobispo de Bogotá, en
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580 (conclusione). fasc. 66. ff. 36r-v.
33
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 422. fasc. 21. ff. 29r-32r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 31 de octubre de 1882.
34
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 26r-27r, carta firmada
por Julio E. Villegas y Eusebio Cárdenas, 1 de abril de 1893.
130 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La Santa Sede se comunicó con el Delegado Apostólico para que


juntara nuevas informaciones y expresara su parecer para este
propósito35.
Antonio Sabatucci luego de estudiar la situación y verificar los
fundamentos de la solicitud, arguyó que la erección de la Diócesis era
una prioridad, dado que era un territorio importante y que requería
fuese atendido dignamente, por otra parte, contaba con los elementos
para constituirse en una jurisdicción, y agregó la urgencia de crear otra
Diócesis en el Departamento de Santander36.
Una vez la Santa Sede hizo los respetivos análisis y estudios frente a
la propuesta, Monseñor Sabatucci recibió autorización para iniciar las
prácticas para la pronta erección de las dos Diócesis, en Tolima y
Santander37. Ese mismo año, el 25 de junio, el Delegado Apostólico
envió un informe sobre el proceso que estaba realizando adjuntando
diversos documentos resultados de sus encuentros con el Gobierno
colombiano, con el Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo y con el
Obispo de Popayán Juan Buenaventura. Simultáneamente, siguiendo
las recomendaciones de los Obispos y del Gobierno, sugirió como
primer Obispo al sacerdote Esteban Rojas38.
León XIII aprobó finalmente la erección de la Diócesis del Tolima el
30 de agosto de 1894, estableciendo la sede Episcopal en la ciudad de
Neiva, asimismo, fue aceptado el candidato, Esteban Rojas, propuesto
como primer Obispo39. La SESS informó a la SCC, al Delegado

35
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 30r-v, minuta de la
SESS a Antonio Sabatucci, 6 de julio de 1893.
36
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 31r-33v, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de diciembre de 1893.
37
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 35r-36r, minuta de la
SESS a Antonio Sabatucci, 14 de febrero de 1894.
38
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69.37r-50r, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de junio de 1894, los
documentos adjuntos son: una nota oficial del Gobierno Colombiano con fecha del 8
de junio de 1894 apoyando la creación de las Diócesis; la respuesta afirmativa del
Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, con fecha del 8 de junio de 1894; la
respuesta afirmativa del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura, con fecha del 23 de
mayo de 1894; indicación de los límites de la nueva Diócesis del Tolima, con mapa
incluido.
39
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 57r, minuta de telegrama
de la SESS a Antonio Sabatucci, 3 de agosto de 1894.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 131

Apostólico en Colombia y al Ministro de Colombia, Sr. Vélez40 quien


presentó algunas dificultades sobre la elección de Neiva como Sede
episcopal, y solicitó a nombre del Gobierno suspender por el momento
el decreto de erección ya listo41.
Tras este inconveniente la Santa Sede se comunicó con el Delegado
Apostólico avisándole sobre este retardo42, y le solicitó de nombrar a
un Administrador Apostólico hasta que el Obispo electo pudiera tomar
posesión de la Diócesis.
Superado este percance luego de los acercamientos entre Delegado
Apostólico y el Gobierno colombiano, la AA.EE.SS. decretó la
erección de la Diócesis del Tolima43, y envió a la SCC el proceso
canónico en favor del sacerdote Esteban Rojas para que fuesen
preparados los actos correspondientes para preconización como primer
Obispo de aquella diócesis. El Delegado Apostólico envió
seguidamente los documentos sobre la compilación de la Bula y el
Breve44.

2.4. Nueva Diócesis en Santander: Socorro


La erección de esta nueva Diócesis había sido precedida por diversas
peticiones, las cuales el Delegado Apostólico había visto pertinente
tener en cuenta. Pero hubo una solicitud muy particular, ya que fue
enviada directamente a la Santa Sede, y fue elaborada cuidadosamente
por un grupo de laicos de Santander quienes, dirigiéndose al Cardenal
Mariano Rampolla, expusieron los motivos por los que ellos veían
necesaria la creación, no solo de esta Diócesis, sino otras más en el

40
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 56r-v, minuta de la
SESS a la Legación de Colombia, 1 de agosto de 1894.
41
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 58r-60r, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 4 de agosto
de 1894, en donde el Ministro Joaquín Vélez haciendo uso del Concordato, solicitó
que se aplazara la erección de la Diócesis hasta que el Gobierno no hubiese ejercido el
derecho de pronunciarse, pues había sido el Delegado Apostólico quien había hecho
todo, y él no representaba los intereses del Gobierno.
42
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 62r, minuta de telegrama
de la SESS a Antonio Sabatucci, 7 de agosto de 1894.
43
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 67r, despacho de la
AA.EE.SS., a la SESS, 14 de septiembre de 1894. El texto sobre la erección de la
Diócesis del Tolima, en: ASS, vol. 27 (1894-1895), 521.
44
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. ff. 74r-75v, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de septiembre de 1894.
132 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

territorio colombiano. Aunque haciendo una lectura atenta del


documento, los motivos son los mismos que se presentaban siempre, es
decir, las largas distancias para llegar a la Capital del obispado, el
aumento gradual de la población, por la gran extensión de territorio el
Obispo debe alejarse mucho tiempo, la precariedad de las vías, los
fieles estaban interesados y se comprometían con el sostenimiento45.
La urgencia de crear la Diócesis era evidente, por lo que el Delegado
Apostólico inició a proceder los medios y acercamientos buscando
agilizar tal erección. Al ser informado el Gobierno colombiano por
cuestiones del Concordato, estuvo de acuerdo y expresó su apoyo
estimando justas las razones46.
Seguidamente, el Delegado Apostólico se comunicó con la Santa
Sede dando información sobre la nueva Diócesis47, y adjuntó sus
razones para la erección de la misma: la gran extensión de la Diócesis
de Tunja no permitía al Obispo asistir espiritualmente a la población; la
región contaba con un gran número de fieles católicos, que por lo
demás eran muy practicantes y deseaban su propia Diócesis; en el
territorio se encontraban dos pequeñas ciudades que podrían oficiar
como sede episcopal, Socorro y San Gil48. El Delegado Apostólico
anexó los posibles límites que podrían establecerse49.
Tras los respectivos estudios y consideraciones, León XIII en la
Audiencia del 5 de febrero de 1895, aprobó la erección de la nueva
Diócesis del Socorro50. Luego se le comunicó a la SCC para la
elaboración del respectivo Decreto51, adicionalmente se le puso en
conocimiento al Gobierno colombiano por medio del Encargado de
Negocios, Joaquín Borda. Al Delegado Apostólico se le autorizó a

45
El documento está incluido en este fascículo pero está catalogado como un solo
folio, no obstante, es un cuadernillo compuesto por 20 páginas; está titulado como
«Obispados Nuevos», está firmado por «Unos Santandereanos», y tiene fecha de julio
de 1891, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580. fasc. 65. f. 41r.
46
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 2r-v, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 14 de
octubre de 1894, firmada por Joaquín Vélez.
47
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 10r-19v, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 18 de diciembre de 1894.
48
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 11v-13v.
49
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 19r-v.
50
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 28r-29r.
51
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 30r-v, minuta de la
SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 8 de febrero de 1895.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 133

nombrar un Administrador Apostólico tan pronto llegase la Bula de


erección52. Fue erigida oficialmente el 20 de marzo 189553.
El Delegado Apostólico se dirigió a la Santa Sede solicitando las
respectivas instrucciones para la ejecución del Decreto Consistorial de
la erección de la nueva Diócesis54; la SESS le respondió que dicha
ejecución fuese confiada al Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo55.
El día 3 de agosto de 1897, el Arzobispo de Bogotá dio ejecución al
Decreto Consistorial, datado el 20 de marzo de 1895, y envió la copia
de los documentos relativos56. La Santa Sede informó al Delegado
Apostólico del recibimiento de los límites e inmediatamente fueron
transmitidos a la SCC57. Como primer Obispo fue nombrado Evaristo
Blanco, quien comunicó sobre su consagración episcopal dada el 8 de
septiembre de 1897.

3. Antonio Vico, 1897-1903


3.1. Nuevo nombre para la Arquidiócesis de Nueva Granada
La única Sede Metropolitana en Colombia hacia el año 1898 era la
Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada, que había sido erigida,
primero como Diócesis el 11 de septiembre de 1562 con territorio
desmembrado de la Diócesis de Santa Marta. En sus inicios fue
sufragánea de la Arquidiócesis de Santo Domingo. El 11 de septiembre
de 1562, Santafé fue erigida en Ciudad Episcopal, en vez de Santa
Marta, y elevada a la dignidad de Arquidiócesis por Pío IV, el 22 de
marzo de 1564 con la Bula Suprema dignitatis apostolicae, y se le
dieron como sufragáneas Cartagena y Popayán. Durante los siglos
venideros fueron creadas otras Diócesis a partir de su territorio. El 16

52
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 33r-v, minuta de la
SESS a Antonio Sabatucci, 22 de febrero de 1895.
53
El texto sobre la erección, véase en: ASS, vol. 29 (1896-1897), 579.
54
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 41r-42r, despacho de
Enrico Sibilia al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de enero de 1897.
55
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 49r, minuta de telegrama
de la Secretaría de la Santa Sede a Enrico Sibilia, 28 de julio de 1897.
56
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 54r-59v, Decreto:
Eretionis dioecesis de Socorro in Columbiana Republica, Tunquensis
Dismembrationis et Erectionis novi Episcopatus in Civitate de Socorro in Republica
Columbiana.
57
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 61r, minuta SESS a la
SCC, del 23 de septiembre de 1897.
134 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

de febrero de 1778 fue creada la Diócesis de Mérida (hoy Arquidiócesis


en Venezuela); el 31 de agosto de 1804 se creó la Diócesis de
Antioquia (hoy Arquidiócesis de Santafé de Antioquia); el 25 de
septiembre de 1835 se creó la Diócesis de Nueva Pamplona (hoy
Arquidiócesis); y el 29 de julio de 1880 la Diócesis de Tunja (hoy
Arquidiócesis).
El nombre de Santafé en Nueva Granada provenía de la época del
dominio español, cuando el territorio colombiano era el Virreinato de
Nueva Granada, siendo Santafé su capital. Pero luego de la
independencia, el nombre de la ciudad cambió y pasó a llamarse
Bogotá, nombre de origen indígena. Por lo tanto, el hecho de que la
Arquidiócesis aún tuviese el nombre antiguo no creaba simpatía,
principalmente en las esferas de los Partidos nacionalistas y del propio
Gobierno. Consolidándose el país como República de Colombia y su
Capital como Bogotá, hubo necesidad de actualizar el nombre de la
Arquidiócesis.
De esta forma, la SCC comunicó que con Decreto del 8 de junio de
1898 la Arquidiócesis de Bogotá, llamada hasta ahora «Santae Fidei
Neogranatensis» cambiaba el nombre en «Bogotensis in Columbia»58.
Por lo tanto la Provincia Eclesiástica asumió a su vez, el nombre de
Bogotá.

3.2. Proyecto de erección de tres Vicariatos o Prefecturas


En la medida en que se fueron erigiendo nuevas jurisdicciones
eclesiásticas, caso concreto las Diócesis del Tolima y del Socorro, y el
Vicariato Apostólico del Casanare, Antonio Sabatucci en su función de
Delegado Apostólico continuó promoviendo nuevas erecciones.
Todavía la extensión de la mayoría de Diócesis era grande, y el
Episcopado no era suficiente, a su vez, gracias a las políticas de la
nueva Constitución colombiana la religión católica se había constituido
en la del Estado que apoyaba de manera continua los proyectos de la
Iglesia.
Para las zonas más distantes, que eran literalmente territorios de
misión, se pensó en otorgarles un título más alto, de tal forma que no
estuviesen solamente orientados por una comunidad religiosa misionera
sino que se organizase como una jurisdicción eclesiástica propiamente
dicha, con un Prelado como Superior. Razón por la cual el Delegado
58
AA.EE.SS. Colombia, 1898. pos. 640. fasc. 90. f. 43r.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 135

Apostólico solicitó a la Santa Sede el 10 de septiembre de 1899, que


elevaran como Vicariatos Apostólicos o al menos en Prefecturas
Apostólicas los siguientes territorios: Caquetá, perteneciente a la
Diócesis de Pasto, Chocó, de la Diócesis de Popayán, y la Guajira en la
Diócesis de Santa Marta59. Se expresaba el Delegado Apostólico de
esta manera:
Las misiones que desde hace algunos años se encuentran en manos de
Religiosos cuyas condiciones son conocidas, como la cualidad de los
misioneros, deberían erigirse hasta ahora en Vicariatos Apostólicos, justo el
principio mismo de Monseñor Herrera, y tales misiones son en la Guajira,
Chocó y el Caquetá, las cuales se desarrollan regularmente y a satisfacción
común y de los Obispos respectivos bajo la dirección de los padres
Capuchinos. A esta se podría también unir el Darién porque a tenor de un
contrato celebrado entre monseñor Peralta con los religiosos Agustinos
Descalzos de las Filipinas, estos en números de diez trabajan desde
principio del año, poseen dos establecimientos y un tercero está en
construcción. En los territorios en los cuales los misioneros no han aún
penetrado si puede conceder que preceda la erección de una Prefectura
Apostólica60.
La Santa Sede analizó la solicitud hecha por el Delegado Apostólico
en la V Sesión 863, II del 13 noviembre 1899, en donde se decidió que
al menos por el momento se consideraba suficiente elevar estos
territorios solamente como Prefecturas Apostólicas, mientras se
iniciaba un trabajo permanente y se iba fortaleciendo más en cuanto a
los administrativo como en lo religioso61.

3.3. Nueva Diócesis en Manizales


El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, envió un correo
al Obispo de Medellín, Joaquín Pardo Vergara, en donde le manifestó
el deseo de algunos fieles de crear una nueva Diócesis, correspondiente
al territorio comprendido en el sur de Antioquia, parte del norte del
Cauca y otra parte del norte del Tolima, con Manizales como capital.

59
El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, solicitó asimismo, que
fuera atendida la petición del Obispo de Pasto, con carta del 19 de junio de 1899, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 68r-69r.
60
AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 72r-75v.
61
AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 81r-v, minuta de la SESS a
Antonio Vico, 22 de noviembre de 1899.
136 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Este proyecto contaba con el apoyo tanto del Gobierno como el de los
pobladores de dicha zona62. El Obispo de Medellín escribió al respecto:
V.E. me comunica el proyecto que se le ha sometido, de la creación de una
Diócesis con parte del sur de Antioquia, parte del norte del Cauca y otra
parte del norte del Tolima, con Manizales por Capital. En respuesta, tengo
la honra de decir a V.E.R. que por mi parte no deseo sino lo que la Santa
Sede juzgue resolver en ese asunto, ni me opondré a que de mi Diócesis se
segregue la Parroquia de Manizales para que la ciudad de ese nombre sea
capital de la nueva diócesis63.
Notificado el Delegado Apostólico, se comunicó con la Santa Sede
exponiendo los motivos que justificaban la creación de una Diócesis
con sede en Manizales64. El documento inicia haciendo un recuento de
los diálogos hechos con las autoridades civiles de la región,
básicamente con los de la ciudad, quienes desde el principio habían
manifestado su interés. La población en general de la misma manera
expresó su alegría. Luego en el documento se hace una posible
delimitación de la Diócesis, tomando la parte sur de Antioquia, en zona
de la Diócesis de Medellín, la parte norte del Cauca, de la Diócesis de
Popayán, y la extrema parte norte del Tolima de la Diócesis del mismo
nombre65. Continúa haciendo justificación de los ingresos que podría
manejar la nueva Diócesis, y la construcción de los edificios
correspondientes a la Casa Episcopal, el Seminario, y el mejoramiento
de la parroquia que su estructura le permitía ser elevada a Catedral.
Finalmente, da las razones para crearla; a saber: El aumento constante
de la población; la gran distancia que separa esta región sea de
Medellín como de Popayán; y la dificultad de las comunicaciones y la
deficiencia del clero.
La Santa Sede respondió afirmativamente y autorizó al Delegado
Apostólico para que iniciara las prácticas para la erección de la

62
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 7r-v, carta del 12 de
mayo de 1899.
63
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 11r, carta enviada por
Obispo de Medellín, Joaquín Pardo Vergara al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de
junio de 1899.
64
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 42r-45v, el documento
está titulado como: Proposta di erezione di una nuova Diocesi con parte dei
Dipartimenti di Antioquia e Cauca e la città di Manizales per Capitale, dirigido al
Cardenal Mariano Rampolla, con fecha del 12 de julio de 1899.
65
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 42v-43r.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 137

Diócesis66. El Gobierno Colombiano, a través de la Legación ante la


Santa Sede representada por el Sr. Joaquín Vélez, manifestó su
beneplácito para con el proyecto de la creación de las Diócesis, en el
Tolima y en Manizales, de manera semejante, abogó por la creación de
un Vicariato Apostólico en el Chocó67
Monseñor Antonio Vico se reunió con los Obispos de Medellín y de
Popayán quienes estuvieron de acuerdo con realizar la desmembración
de sus respectivas Diócesis en favor de la nueva de Manizales68. La
SESS comunicó a la Sagrada Congregación Consistorial que el Santo
Padre había aprobado la erección de Diócesis de Manizales69.
El Delegado Apostólico recibió de la Santa Sede el Decreto de
erección de la nueva Diócesis de Manizales, del 11 de abril de 1900 y
que debía hacer parte de la Provincia Eclesiástica de Popayán70.
Inmediatamente respondió, primero, informando de la llegada del
Decreto Consistorial, luego, sugirió que la nueva Diócesis no fuese
sufragánea de Popayán sino que en vista de la posible creación de la
Metropolitana de Medellín se agregase a esta Provincia Eclesiástica71.
El Gobierno colombiano a través de la Legación ante la Santa Sede
envió los límites definitivos de la Diócesis de Manizales72.

66
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 47r, minuta de
telegrama de la SESS a Antonio Vico, 23 de agosto de 1899.
67
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 48r-49v, despacho
enviado por la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano
Rampolla, firmado por Joaquín Vélez, 30 de agosto de 1899. Luego con otro
despacho de la Legación de Colombia con fecha del 31 de octubre de 1899, reiteró su
apoyo e insistió en la creación de las Diócesis e incluyó un documento con los
posibles límites, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 60r-
62r.
68
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 72r-73v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de octubre de 1899.
69
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 88r-89r, minuta de la
SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 6 de marzo de 1900.
70
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 93r, minuta de la SESS
a Antonio Vico, 19 de mayo de 1900.
71
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 6r-v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 22 de septiembre de 1900.
72
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 36r-39r, despacho de
la Legación de Colombia ante la Santa Sede, firmada por Joaquín Vélez y enviada al
Cardenal Rampolla, 15 de abril de 1901, informando sobre la puesta en práctica del
Decreto de erección de la Diócesis de Manizales, adjuntó una publicación del Diario
Oficial, n.11, 415, con el proceso de la creación y sus límites.
138 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

3.4. División de la Diócesis del Tolima: Ibagué y Garzón


No obstante a su reciente erección, la Diócesis del Tolima con Sede
en Neiva, aún estaba dentro de un territorio muy extenso y,
principalmente, con dos realidades culturales diversas. De ahí surgió la
posibilidad de dividirla creando una nueva. Análogamente, la creación
de la Diócesis de Manizales había motivado este proyecto. El
Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, estaba muy
interesado y era el principal promotor. Precisamente el Prelado se
comunicó con la Santa Sede enviando los documentos relativos a la
Diócesis del Tolima73.
De la misma forma, el Delegado Apostólico envió a la Santa Sede,
en un documento extenso, la propuesta de la erección de una nueva
jurisdicción en el Tolima, mediante la división de la Diócesis actual.
Explicó que dada la extensión de territorio, convenía hacer esta división
para la mejor administración y atención espiritual de los habitantes.
Resaltó que a su vez era un deseo de la población en general y contaban
con el apoyo de la autoridad civil. Las razones que expuso fueron: 1. El
territorio era muy extenso, en donde habitaban cerca de 320 mil
personas. La geografía muy variada, pasando de la nieve perpetua al
calor asfixiante del Magdalena, lo que hacía, no solo difícil sino
peligrosa la visita pastoral; 2. Los habitantes eran difíciles de gobernar,
por otro lado, existía una diferencia grande entre aquellos del norte con
los del sur, lo que llevaba a que tuvieran comportamientos antagónicos;
3. La capital, Neiva, por su clima insalubre no permitía avanzar en la
organización y construcción de los diversos edificios; 4. Mientras que
las otras ciudades, Ibagué y Garzón, con climas mucho más benévolos
favorecían el avance de las obran mucho más rápido74.
73
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 13r-22v, carta del
Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo al Cardenal Mariano Rampolla, 15
de julio de 1899. El Arzobispo de Bogotá, había enviado un correo al Obispo del
Tolima, Esteban Rojas, el 12 de mayo de 1899, en donde le informó que se estaban
realizando las gestiones para que este territorio no fuera anexado a la nueva Diócesis
de Manizales. Por lo tanto, le sugirió que buscara la forma de proveer recursos
necesarios para que pudiera ser independiente, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903.
pos. 686. fasc. 106. ff. 8r-9r.
74
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 24r-29r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de julio de 1899. La SESS
respondió el 22 de agosto de 1899 autorizando el proyecto, en: AA.EE.SS. Colombia,
1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 30v. Por otro lado, el Obispo del Tolima, Esteban
Rojas, escribió a León XIII el 19 de febrero de 1899, solicitando la división de su
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 139

Una de las sedes propuestas fue la de la ciudad de Ibagué, ubicada en


la parte norte del Departamento. Su importancia en la región le
otorgaban los méritos para poderse constituir como sede episcopal. El
Obispo del Tolima manifestó que la nueva Diócesis tuviese como
Titular a la Santísima Virgen Inmaculada. Como primer Obispo fue
propuesto el sacerdote Ismael Perdomo, quien pese a su juventud
gozaba de buen prestigio. Fue justamente este el argumento que tuvo en
cuenta el Delegado Apostólico para descartar en primera estancia al
sacerdote, a quien le reconocía sus virtudes pero que consideraba tener
poca experiencia para asumir tal responsabilidad, así que se sugirió que
el Obispo Esteban Rojas asumiera como Administrador Apostólico de
la nueva Diócesis, pues conocía muy bien el territorio, el clero y las
situaciones particulares, esto mientras se decidía quién podría ser
nombrado75.
En cuanto a la otra sede, el Delegado Apostólico sugirió que la actual
ubicada en la ciudad de Neiva fuese trasladada a Garzón, allí esta
población tenía una mejor organización, tenía un tempo que podría
asumir el rango de Catedral, un Seminario y una casa episcopal, de
manera similar, su posición era ideal ya que se encontraba en el centro
mientras que Neiva estaba en un extremo76.
La SESS comunicó a la SCC que León XIII había aprobado la
división de la Diócesis del Tolima, resultando de esta la Diócesis de
Ibagué y trasladando la sede de Neiva a Garzón77.
De esta manera, el 20 de mayo de 1900 fue suprimida la Diócesis del
Tolima en favor de la creación de las de Ibagué y Garzón. El Delegado
Apostólico recibió la notificación de la Santa Sede en donde se aprobó
la erección de las Diócesis de Manizales e Ibagué y el traslado de la

Diócesis, y presentó las mismas razones expuestas por el Delegado Apostólico, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 31r-32v. El clero hizo lo
propio, enviando una carta al Delegado Apostólico el 1 de mayo de 1899, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 39r-40r.
75
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 72v-73r.
76
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 73r. El Delegado envió
otro Despacho el 12 de diciembre de 1899, ratificando la solicitud hecha por el
Obispo Rojas de constituir a la población de Garzón como la sede de la nueva
Diócesis en la parte meridional del Tolima, y que tanto la Catedral de Ibagué como la
de Garzón, tuvieran como Titular a la Virgen Inmaculada, en: AA.EE.SS. Colombia,
1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 84r-v.
77
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 86r-87r, minuta de la
SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 6 de marzo de 1900.
140 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

sede de Neiva a Garzón. Del mismo modo, se informó que se había


aprobado la definitiva constitución sobre la tres Prefecturas Apostólicas
del Caquetá, Chocó y la Guajira, reservando de elevarlas a Vicariatos
Apostólicos hasta que tuviesen condiciones más favorables y una
administración organizada, de tal forma que pudiesen acoger a un
Prelado78.

3.5. División de la Provincia Eclesiástica de Bogotá


Tras la erección de las nuevas jurisdicciones eclesiásticas, es decir,
las Diócesis de Socorro, Ibagué y Garzón, junto con el Vicariato del
Casanare y las Prefecturas Apostólicas de Caquetá, Chocó y Guajira,
era urgente dividir la Provincia Eclesiástica de Bogotá; un proyecto que
había sido ya planteado por el Delegado Apostólico Giovanni B.
Agnozzi79. El Delegado Antonio Vico informó a la Santa Sede que
había llegado el momento para hacer esta división, a su vez, agregó que
el Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz, propuso que su
Diócesis fuese elevada a Sede Metropolitana, de igual manera, el
Gobierno colombiano dio su aprobación para este fin80. Monseñor
Vico, informó que luego de consultar con el Arzobispo de Bogotá, y
haber enviado una Circular a todo el Episcopado81, consideraba que las
razones para que fuese dividida la Provincia Eclesiástica de Bogotá
eran:

78
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 69r-70v, minuta de la
SESS a Antonio Vico, 21 de noviembre de 1899. Las tres Prefecturas Apostólicas
fueron aprobadas en la Sesión 863, el 13 de noviembre de 1899, en: AA.EE.SS.
Rapporti delle Sessioni, 1899, n. 50, stampa 650, s.n.f.
79
AA.EE.SS. Colombia, 1883. pos. 459. fasc. 30. ff. 84r-85v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 1 de diciembre de 1883.
80
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 64r-65r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de septiembre de 1899, tiene como
objeto: Antecedenti alla divisione dell’arcivescovado di Bogotá in più Provincie
Ecclesiastiche.
81
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 74r-78v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 26 de noviembre de 1899. El Delegado
Apostólico, nuevamente envió un Despacho al Cardenal Rampolla el 20 de mayo de
1900, allí hizo una exposición profunda sobre el asunto, basándose en
acontecimientos históricos, como el de los Concilios Provinciales. Luego remitió el
parecer del Episcopado, quienes se unieron a la petición, pues creían que era lo más
conveniente para una mejor labor de la Iglesia, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903.
pos. 686. fasc. 106. ff. 94r-105v.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 141

1. Ninguna Arquidiócesis tiene en América un número tan elevado de


sufragáneas, son once, y dentro de poco serán trece. 2. La extensión del
territorio, que es tres veces Francia, con una topografía difícil y con climas
diversos. La comunicación es muy complicada, y transportarse requiere
mucho tiempo. 3. Las costumbres de la población son diversas, la cultura
de la costa es opuesta a la del interior. 4. Facilitar a los fieles los trámites
cuando tengan necesidad de dirigirse para solucionar alguna cuestión, sobre
todo para las causas matrimoniales. Además, durante las revoluciones
Bogotá queda incomunicada del resto del país82.
El Delegado Apostólico destacó que esta propuesta se estaba
haciendo desde tiempos de Monseñor Agnozzi, quien fue el primero en
reconocer esta necesidad. Luego describió la manera en cómo podría
dividirse la Provincia Eclesiástica, buscando una mejor distribución y
ante todo la facilidad para los fieles de poder acercarse a sus Sedes
Metropolitanas, evitando las graves dificultades que se presentaban en
ese momento. La propuesta era que las sedes Metropolitanas fueran
Bogotá, Cartagena y Popayán83.
El Delegado Apostólico puso en conocimiento a la Santa Sede que
luego de consultar y discutir con los Obispos de Medellín y Popayán,
estos aceptaron la propuesta de los nuevos límites84. La Santa Sede
aceptó la propuesta y envió el Decreto de la creación de las nuevas
Provincias Eclesiásticas de Cartagena y Popayán85. De la misma
manera la SESS comunicó a la SCC que León XIII había aprobado la
erección de las nuevas Sedes Metropolitanas:
Siempre ha sido un vivo deseo de la Santa Sede de ver aumentado el
número de las Diócesis en la República de Colombia, donde mejor sean
provistas las necesidades espirituales de los fieles de esta nación, donde hay
una extensión vastísima de los territorios, la dificultad de las
comunicaciones, también el progresivo aumento de la población, requieren
numerosos centros de vida religiosa. La Santa Sede, por lo tanto, no ha
escatimado en aprovechar las ocasiones favorables para instituir nuevas
diócesis, en estos días dos nuevas sedes episcopales fueron erigidas, en

82
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 75r-v.
83
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 78r.
84
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f.66r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 4 de noviembre de 1899. La propuesta
de los límites había sido enviada con un Despacho del 12 de julio de 1899, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 42r-45v.
85
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 108r, minuta de la
SESS a Antonio Vico, 6 de julio de 1900.
142 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Manizales y en Ibagué. El número por tanto de las Diócesis en Colombia es


ahora de trece, sujetas todas a la Metropolitana de Bogotá. Tal número
relevante de iglesias sufragáneas, hace necesario el aumentar también el
número de las Metropolitanas, para que sea más fácil a los Obispos expedir
la definición de las causas eclesiásticas, especialmente de matrimonio, en
las cuales el largo retraso puede ser perjudicial para las buenas costumbres.
Por esta razón, luego de haber escuchado al Arzobispo de Bogotá, el cual
reconoció la ventaja de la división de su Provincia […] declaró de aceptar
gustosamente tal división, y luego de compilar las prácticas, fue informado
de todo al Santo Padre, […] declara oportuno realizar tal división de la
Provincia Eclesiástica de Bogotá, disponiendo que vengan otras dos
Metropolitanas, y elevando a esta dignidad la sedes episcopales de Popayán
y de Cartagena, ilustres por su antigüedad e importancia religiosa y civil,
[…] a la primera vengan por sufragáneas las Diócesis de Pasto, Garzón, la
nueva de Manizales; a la segunda aquellas de Panamá y Santa Marta,
permaneciendo sujetas a la de Bogotá las sedes de Tunja, Socorro,
Pamplona, Medellín, Antioquia y la nueva Diócesis de Ibagué86.
Seguidamente se llevaron a cabo los actos de ejecución de los
Decretos Consistoriales correspondientes a la supresión de la Diócesis
del Tolima y de la erección de la nuevas Diócesis de Garzón y de
Ibagué, así como el Decreto de desmembración del Arzobispado de
Bogotá y la erección de los Arzobispados de Popayán y de Cartagena87.
Una vez notificado el Gobierno colombiano, hizo la publicación en el
Diario Oficial88.

3.6. Sede Metropolitana de Medellín


Una vez se crearon las Provincias Eclesiásticas de Cartagena y
Popayán, surgió de inmediato la propuesta de hacer lo mismo con la
Diócesis de Medellín. Si bien las razones pastorales eran evidentes, el
Gobierno insistió para evitar cualquier tipo de resentimiento, ya que
hacía poco tiempo se había sufrido una guerra civil, y existía una fuerte
rivalidad entre las regiones que buscarían cualquier pretexto para

86
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 91r-92r, minuta de la
SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 20 de marzo de 1900.
87
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. f. 54r, minuta de la SESS
al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 26 de junio de 1901.
88
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 30r-v, Diario Oficial,
n. 11, 581, del 2 de noviembre de 1901.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 143

desencadenar nuevamente un conflicto, esto conllevó a que el Gobierno


colombiano fuese uno de los promotores.
Cabe resaltar que Medellín evidentemente era una ciudad que estaba
logrando un gran desarrollo, por su posición geográfica y sus
facilidades de acceso, había trasladado a Santafé de Antioquia como la
ciudad más importante del Departamento. De esta forma, aunque se
presentase como un motivo social y político, la petición era justa, y así
se consideró, buscando más de darle una motivación pastoral. El
Delegado Apostólico presentó a la Santa Sede las razones para elevar a
la Diócesis de Medellín como sede Metropolitana:
Antioquia es el Departamento más importante de Colombia por población,
por industria y comercio, por riqueza de los habitantes; es el Departamento
que se ha mostrado menos accesible a las ideas y errores modernos. La
ciudad de Medellín es la más importante después de la Capital. Las
fundaciones religiosas prosperan grandemente, poseyendo un colegio de
educación tenido por los Jesuitas, colegios llevados por los Hermanos de la
Escuela Cristiana, un colegio para jovencitas llevado por las hermanas de la
Compañía de María, están los Franciscanos, las hermanas del Buen Pastor
y las hermanas de la Caridad. El clero es más que suficiente. El seminario
es numeroso y tiene buenas rentas89.
La Santa Sede informó al Delegado Apostólico, que ante las
peticiones constantes del Gobierno para que la ciudad de Medellín
fuera elevada a Metropolitana, esto para evitar divisiones internas dada
la situación de orden público vivida en esta República, el Santo Padre
había visto conveniente agregar a la de Popayán y Cartagena, la sede de
Medellín como Metropolitana, de tal forma, que según esta disposición,
las Provincias Eclesiásticas en Colombia quedarían: 1. Arquidiócesis de
Bogotá: Diócesis sufragáneas: Pamplona, Tunja, Socorro e Ibagué; 2.
Arquidiócesis de Medellín: Diócesis sufragáneas: Antioquia y
Manizales; 3. Arquidiócesis de Popayán: Diócesis sufragáneas: Pasto y
Garzón; 4. Arquidiócesis de Cartagena: Diócesis sufragáneas: Panamá
y Santa Marta90.

89
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 2r-5v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 5 de julio de 1900.
90
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 57r-58v, minuta de la
SESS a Antonio Vico, 17 de julio de 1901. El Gobierno agradeció a la Santa Sede por
tener en cuenta su petición con un telegrama del 6 de agosto de 1901, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. f. 59r.
144 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico que había sido


aceptada la solicitud del Gobierno para elevar a Medellín como sede
Metropolitana, y que su actual Obispo, Joaquín Pardo Vergara, sería
elevado a Arzobispo91; de inmediato se le informó al Gobierno
colombiano92. Luego la SESS comunicó y solicitó Monseñor Nocella,
Secretario de la Sagrada Congregación Consistorial, para que se
emitiera el respectivo Decreto Consistorial, en donde se estableciese
que la nueva Provincia Eclesiástica de Medellín, tendría como Diócesis
sufragáneas a Manizales y Antioquia93.
La nueva sede Metropolitana de Medellín fue creada el 24 de febrero
de 1902. El Delegado Apostólico informó que el Decreto Consistorial
de erección de la Arquidiócesis de Medellín tuvo efecto definitivo el 29
de septiembre de 190294.

3.7. Bogotá recibe el Título de Primada


Con la creación de las nuevas Provincias Eclesiásticas, primero de
Popayán y Cartagena, luego la de Medellín, había generado un gran
alivio al Episcopado y a los fieles en general, pues sin duda alguna, con
esta nueva organización, las Diócesis se podrían administrar mucho
mejor y, principalmente, la atención pastoral de las comunidades se
ejercería de una forma más eficiente.

91
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 14r-v, minuta de la
SESS a Antonio Vico, 7 de enero de 1902.
92
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 18r-18v, minuta de la
SESS a la Legación de Colombia, 8 de enero de 1902. La respuesta de agradecimiento
de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 14 de
enero de 1902, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 19r-v.
93
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 15r-v, minuta de la
SESS a la SCC, 8 de enero de 1902. La AA.EE.SS, emitió un documento con fecha
del 24 de octubre de 1901, en donde envió una propuesta para crear un Proyecto de
Convención sobre las Misiones. Pero en este se incluyó la petición de elevar a
Medellín como sede Metropolitana, Se trata de un legajo compuesto por 55 páginas,
titulado Sacra Congregazione degli Affari Ecclesiastici Straorinari, Colombia, I.
Progetto di elevare la Chiesa Vescovile di Medellin a sede Metropolitana. II Progetto
di una stabile Convenzione tra la Santa Sede ed il Governo di Colombia
relativamente alle Missioni fra gl’Indiani, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos.
686. fasc. 108. ff. 7r-8r.
94
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 76r-v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 7 de diciembre de 1902.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 145

Claro está, que desde el punto de vista eclesiástico este acto generó
una impresión muy diversa respecto al político, concretamente, a la
percepción del Gobierno colombiano, que a toda costa buscaba evitar
cualquier malestar entre las regiones que desencadenase nuevamente un
conflicto, ya que estos se habían repetido con frecuencia y con
facilidad, y Colombia era un pueblo con una tendencia alta a la
violencia. Y justamente como se hizo la anotación anteriormente, las
diferencias políticas entre regiones habían presionado para que
Medellín fuese elevada como Sede Metropolitana.
El Gobierno había dado su aprobación, según lo manifestó más por
respeto a la Autoridad eclesiástica que por sus propias impresiones. Sin
embargo, hizo la petición, a través del Sr. José M. González Encargado
Extraordinario de Colombia ante la Santa Sede, de que Bogotá recibiera
una distinción especial sobre las otras Arquidiócesis, habida cuenta de
su condición de Capital de la República. Era conveniente concederle a
esta Arquidiócesis un Privilegio que la distinguiese de las otras, con
esto, según el Gobierno, se buscaba que no fueran alteradas la unidad y
la cohesión de la República95.
La Santa Sede luego del respectivo análisis de la petición del
Gobierno colombiano, respondió que León XIII había atendido tal
solicitud, que consideró oportuna y justa, y había ordenado la
expedición del Decreto Consistorial para la elevación de la Sede
Arzobispal de Bogotá, al grado de Primada ad honorem, y como efecto
de esto, el Arzobispo debería ser elevado al grado de Primado de
Colombia96. Una vez aprobada la solicitud, la SESS se comunicó con la
SCC para que emitiese el correspondiente Decreto97. El Decreto fue
expedido el 7 de noviembre de 190298, fue enviado al Delegado

95
Son una serie de Despachos enviados por la Legación de Colombia ante la Santa
Sede al Cardenal Mariano Rampolla: del 11 de noviembre de 1901, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. ff. 3r-v; del 14 de marzo de 1902, en
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 5r; del 7 de abril de 1902;
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 8r; del 2 de noviembre de
1902, AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. ff. 12r-13v.
96
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 14r, minuta de la SESS
a la Legación de Colombia, 14 de noviembre de 1902.
97
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 15r, minuta de la SESS
a la SCC, 5 de noviembre de 1902.
98
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. f. 19r.
146 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Apostólico para que procediera a su ejecución, y finalmente se llevó a


cabo el 2 de marzo de 190399.

3.8. Nueva Prefectura Apostólica de Los Llanos Orientales


Hemos visto cómo el territorio colombiano desde el punto de vista
eclesiástico había iniciado una fase de organización, pues sus
jurisdicciones eran muy extensas, con graves problemas
administrativos y pastorales, así como un Episcopado limitado para
atender adecuadamente sus comunidades.
Con la erección de nuevas Diócesis y, principalmente, la creación de
las nuevas Provincias Eclesiásticas, se había dado un gran paso, de la
misma forma, se estaba creando conciencia frente a una realidad que
para muchos no era grave, como el caso de algunos Obispos que
inicialmente se opusieron a la desmembración de sus Diócesis100, lo
cual retardó en algunas ocasiones este propósito.
Pero gracias a la insistencia de los Delegados Apostólicos,
paulatinamente se fueron erigiendo nuevas jurisdicciones eclesiásticas,
que produjeron gran bienestar, dando como resultado la disponibilidad
del Episcopado en general, que vieron cómo la labor evangelizadora se
hacía mejor. Era evidente que los motivos que movieron a plantear
oposición eran más de carácter económico que pastoral.
Otro de los grandes intereses del Delegado Apostólico, era el definir
las delimitaciones de los territorios calificados como misiones, pues el
objetivo era elevarlos de esta categoría para que se les pudiese nombrar
un Prelado, preferiblemente con rango episcopal.
Un gran acontecimiento que facilitó mucho la creación de nuevas
jurisdicciones fue el Convenio de Misiones firmado entre el Gobierno
colombiano y la Santa Sede, el 27 de diciembre de 1902. Cuando fue

99
El Arzobispo envió una carta de agradecimiento al Cardenal Mariano Rampolla,
el 3 de marzo de 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 687. fasc. 109. ff.
19r-20r. El Delegado Apostólico informó todo sobre el asunto, con un Despacho al
Cardenal Rampolla el 12 de marzo 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos.
687. fasc. 109. ff. 21r-22r.
100
Se ha hablado anteriormente del Obispo de Tunja, Severo García, en su fuerte
oposición con la creación de la Diócesis del Socorro en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-
1886. pos. 488. fasc. 38. ff. 12r-14v, despacho de Giovanni B. Agnozzi al Cardenal
Ludovico Jacobini, 24 de octubre de 1883. También del de Arzobispo de Santafé en
Nueva Granada, Vicente Arbeláez, respecto a la creación de la Diócesis del Tolima,
en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 487. fasc. 37. ff. 50r-v.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 147

aprobado este Convenio, se establecieron los límites de los territorios


en Misión101
Junto a la definición de los límites, la AA.EE.SS. informó que fue
erigida la nueva Prefectura Apostólica llamada La Intendencia Oriental,
el 23 de junio de 1903102. Atendiendo a la recomendación del Delegado
Apostólico de confiar este territorio a una Orden Religiosa, fueron
designados los religiosos de la Compañía de María, y como Prefecto
Apostólico se nombró al sacerdote Eugenio Morón. Las Prefecturas
Apostólicas nunca estuvieron bajo la guía de un Obispo103.

4. Francesco Ragonesi, 1904-1912


4.1. Erección de tres Prefecturas Apostólicas
Pese a que en la Convención de Misiones del 27 de diciembre de
1902 se estableció que la Misión del Caquetá debía ser elevada a

101
Es un apéndice enviado dentro de la copia del Convenio. Estos límites fueron
aprobados el 27 de diciembre de 1902, firmados por el Delegado Apostólico, Antonio
Vico, y por el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Felipe F. Paul, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 55v-57v. Estos territorios
eran la Guajira, el Chocó, el Caquetá, el Darién, la Intendencia Oriental, los Llanos de
San Martín, Antioquia, Tierra-adentro y Pamplona. El Delegado Apostólico, Antonio
Vico, había solicitado a la Santa Sede el 10 de septiembre de 1899, que fuesen
erigidos como Vicariatos Apostólicos o al menos en Prefecturas Apostólicas los
territorios del Caquetá, perteneciente a la Diócesis de Pasto, Chocó, de la Diócesis de
Popayán, y la Guajira en la Diócesis de Santa Marta, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899.
pos. 667. fasc. 93. ff. 72r-75v. Sobre la Prefectura Apostólica de los Llanos de San
Martín, véase en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. f. 29v.
102
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 85r-86v, minuta de la
SESS a Secretaría de la Sagrada Congregación de Asuntos Eclesiásticos
Extraordinarios, con la aprobación del Decretum Erectionis de la Intendencia
Oriental. La SESS comunicó al Delegado Apostólico, Antonio Vico, del 15 de julio
de 1903, que había sido redactado el respectivo Decreto de Erección Canónica de la
Prefectura Apostólica, siendo nombrado el padre Eugenio Moron de la Compañía de
María como Prefecto Apostólico; minuta, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos.
689. fasc. 112. ff. 92r-v.
103
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 89r-89v, minuta de la
SESS a la SCPF, 25 de junio de 1903, informando sobre el nombramiento de Eugenio
Morón como Prefecto Apostólico dándole todas las facultades. Se le comunicó al
Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau. Minuta de la SESS,
del 26 de junio de 1903, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f.
90r.
148 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Vicariato Apostólico104 y confiada a los Capuchinos, el Ministro


General de dicha Orden Religiosa, Bernardo Christen da Andermatt,
apoyando una solicitud del Provincial de Cataluña, del cual dependía la
Misión, solicitó a la Santa Sede que esta fuera erigida en Prefectura
Apostólica y no en un Vicariato.
Las razones que presentó fueron enviadas a él por el Provincial de la
Orden en una carta dirigida al Ministro General el 25 de febrero de
1904, en donde expresó que, en primer lugar, no se tenía a la persona
indicada para ocupar el cargo de Vicario Apostólico, era más fácil un
Prefecto; segundo, la indiferencia por parte del Gobierno y de la
Delegación Apostólica en que fuera o Vicariato o Prefectura; tercero, la
promesa por parte del Gobierno de elevar a Intendencia esta región;
cuarto, la promesa del Gobierno de exonerar cualquier contribución;
quinto, el visto bueno del Obispo de Pasto de quien dependía la
Misión105.
La Santa Sede se comunicó con el Encargado de Negocios,
Alessandro Solari, dado que en ese momento no había presencia de un
Delegado Apostólico, y le confió la tarea de ponerse en contacto con el
Gobierno colombiano para tratar este asunto, ya que había sido el
mismo Gobierno quien había promovido la elevación de la Misión a
Vicariato Apostólico. La Santa Sede deseaba conocer el parecer del
Gobierno y evitar alguna dificultad por este cambio106. La respuesta del
Gobierno fue afirmativa, teniendo como justas las razones ofrecidas por
los Capuchinos107.

104
Aunque el Delegado Apostólico Antonio Vico había hecho la solicitud de que
fuera Prelatura Apostólica, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 68r-
69r.
105
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 35r-37r, despacho del
Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, al Cardenal
Secretario de Estado, Mariano Rampolla, 15 de marzo de 1904.
106
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 38r-v, minuta de la
SESS al Encargado de Negocios en Colombia, Alessandro Solari, 30 de mayo de
1904.
107
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 40r-42v, despacho del
Encargado de Negocios de la Santa Sede, Alessandro Solari, al Cardenal Rafael
Merry del Val, 10 de octubre 1904, anexó la correspondencia recibida por parte del
Gobierno.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 149

De esta manera, la SESS dio la autorización, y la AA.EE.SS. emitió


el Decreto en donde vino erigida la Prefectura Apostólica del Caquetá,
el 20 de diciembre de 1904108.
Para el caso de las Prefecturas de la Intendencia Oriental y la de los
Llanos de San Martín no hubo ninguna situación especial, ya que desde
el inicio se había definido no elevarlas a Vicariatos hasta que no
adquiriesen las condiciones adecuadas. Los Decretos fueron emitidos el
18 de enero de 1904109. Las dos Prefecturas Apostólicas fueron
confiadas a los sacerdotes de la Compañía de María (Montfortianos),
siendo nombrado como Prefecto Apostólico el sacerdote Eugenio
Morón.

4.2. Erección del Vicariato Apostólico de la Guajira


Cuando fue erigida la misión de la Guajira en Vicariato Apostólico,
el Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da
Andermatt, envió una carta a la Santa Sede agradeciendo por esta
decisión en favor de las misiones, y por ratificarles la confianza en la
dirección espiritual de dicho territorio. En esta carta, el Ministro
General informó que para la elección del candidato más idóneo para
que fuese nombrado como Vicario Apostólico se dirigió directamente
al Provincial de Valencia, quienes eran los responsables de la misión,
para que escogiera el más apropiado. En lo referente al territorio,
explicó que el nuevo Vicariato estaba dividido en tres partes,
totalmente separadas, de tal forma que para ir de una lado a otro, era
necesario atravesar el territorio de otro Ordinario, situación que podría
causar malestar, también era muy difícil la comunicación. Por otra
parte, no existía una ciudad principal que asumiera el título de sede del
Vicariato. En estas condiciones la labor del Vicario sería muy
agotadora y poco eficiente. Propuso una solución, que consistía en
juntar las tres partes dispersas del Vicariato en una sola, y para llevar a
cabo esto era necesario anexar algunos territorios que pertenecían a la
Diócesis de Santa Marta, principalmente la ciudad de Riohacha. El

108
Decretus erectionis Novae Praefecturae Apostolicae cui nomem est Caquetá,
en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 46r-48v.
109
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 23r-29v, despacho de
Alessandro Solari al Cardenal Rafael Merry del Val, 23 de febrero de 1904. Se envía
un documento adjunto con la copia de los Decretos publicados en el Diario Oficial el
19 de febrero de 1904. Texto en latín en: ASS, vol. 35, (1902-1903).
150 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Ministro General afirmó que al ser Capuchino el Obispo de Santa


Marta, las cosas serían mucho más fáciles110.
La Santa Sede teniendo en cuenta las recomendaciones del Ministro
General de los Capuchinos, escribió al Delegado Apostólico, Francesco
Ragonesi, para que iniciase las prácticas correspondientes111. El Obispo
de Santa Marta, Fr. Francisco Simón y Rodenas, escribió a la Santa
Sede manifestando su voluntad de ceder la ciudad de Riohacha para
que fuese delimitado mejor el Vicariato de la Guajira112
La SESS comunicó a la AA.EE.SS. para que emitiera el Decreto de
erección del nuevo Vicariato Apostólico, que fue confiado a la Orden
de los Capuchinos. El Decreto fue promulgado el 17 de enero de
1905113 y se envió al Delegado Apostólico para que lo ejecutara114. Así
mismo, se envió una copia del Decreto al Ministro General de los
Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, solicitándole que
propusiera una persono idónea para asumir el cargo de Vicario
Apostólico115.
Finalmente, la Santa Sede autorizó al Delegado Apostólico para que
iniciase todas las prácticas necesarias para la reorganización del
Vicariato, juntando las tres partes en las cuales estaba dividido. El
Delegado Apostólico informó que luego de haber hecho de acuerdo a
las indicaciones recibidas por parte de la Santa Sede, emitió el Decreto
de ampliación del Vicariato emitido por la Delegación Apostólica116.

110
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 4r-5r, despacho del Ministro
General de los Capuchinos, Bernardo de Andermatt al Cardenal Secretario de Estado,
Rafael Merry del Val, del 27 de mayo de 1905.
111
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 8r-v, minuta de la SESS al
Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, 1 de abril de 1905.
112
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 9r, carta del Obispo de Santa
Marta, Fr. Francisco María Simón y Rodenas, al Cardenal Secretario de Estado,
Rafael Merry del Val, del 25 de junio de 1905.
113
Decretus erectionis Novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Guajira, in
Columbiana Republica, die 17 Januarii 1905, en: AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906.
pos. 729. fasc. 122. ff. 52r-55v.
114
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 58r-v, minuta de la
SESS a Francesco Ragonesi, del 20 de enero de 1905.
115
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 57r-v, minuta de la
SESS al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, del 19
de enero de 1905.
116
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 23r-28r, despacho del Delegado
Apostólico, Francesco Ragonesi, al Cardenal Rafael Merry del Val, 14 de noviembre
de 1905, en donde informó que emitió el Decreto de ampliación del Vicariato
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 151

4.3. Erección de la Prefectura Apostólica del Chocó


El territorio del Chocó había sido constituido como Misión en la
Convención hecha el 27 de diciembre de 1902 en donde quedaron
fijados sus límites117. La Misión no obstante hacía parte de la Diócesis
de Popayán de quien dependía canónicamente.
Había tenido graves problemas con los misioneros, ya que hacia
1900 los Capuchinos y los Hermanos de María habían sido expulsados
por revolucionarios, y no fue posible encontrar una Orden Religiosa
que quisiera tomar la Misión. Fue hasta abril de 1908, cuando el Padre
General de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María
(Claretianos) aceptó la Misión del Chocó y propuso como Superior al
padre Juan Gil y García118.
Seguidamente, Pío X aprobó la erección Prefectura Apostólica del
Chocó y el nombramiento del Prefecto Apostólico en la Persona del
padre Gil y García119. El Decreto fue expedido el 28 de abril de 1908 y
enviado al Delegado Apostólico para su ejecución120.
En los primeros días del mes de enero de 1909, llegaron los
Misioneros del Corazón Inmaculado de María, seis sacerdotes y cuatro
laicos. El Prefecto llegó con el General y se entrevistaron con el
Delegado Apostólico y el Presidente121.

4.4. Propuesta para las islas de San Andrés y Providencia


El territorio insular de Colombia en el Mar Caribe por su distancia y
sus características era totalmente diferente a cualquier otro lugar del

siguiendo las instrucciones de la Santa Sede. Envió copia del mismo, que fue emitido
el 11de noviembre de 1905, y titula Decretum quo Provinciae Padilla et Valledupar a
Diocesi S. Marthae dismebrantur et Vicariatui Apostolico Goajirae aggregantur.
117
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 56r-v.
118
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 55r-56r, despacho de
la Dirección General de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón
Inmaculado de María al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de abril de 1908.
119
Primera solicitud hecha por Antonio Vico, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos.
667. fasc. 93. ff. 72r-75v.
120
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 57r-58v, Decretum
eretionis Prefeturae Apostolicae cui nomen est Chocó, in Republica Columbiana. La
copia viene enviada al Delegado Apostólico el 2 de mayo de 1908, minuta de la
SESS, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 59r-v.
121
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 49r-v, despacho del Delgado
Apostólico, Francesco Ragonesi, al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de enero de
1909.
152 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

país, esto hacía difícil su atención tanto en lo gubernamental como en


lo eclesiástico. El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa
Catalina, pertenecían a la Arquidiócesis de Cartagena, pero era evidente
su abandono pastoral. Justamente, el Arzobispo Pietro Adamo Brioschi
se comunicó con Pío X expresándole las condiciones difíciles en las
cuales se hallaba este territorio y le solicitó que fuese separado de su
Arquidiócesis para ser elevado a Prefectura Apostólica, incluso podría
unirse la isla de Corn, perteneciente a la Diócesis de Nicaragua.122
Los argumentos que presentó el Arzobispo Brioschi fueron: la falta
de clero, dificultad de las comunicaciones y la diversidad del idioma,
ya que por la presencia de comerciantes anglosajones se hablaba inglés,
además, debido a esta presencia continua de extranjeros el territorio
estaba siendo dominado por los protestantes, y esto hacía que se
buscara una pronta solución.
La Santa Sede transmitió al Delegado Apostólico estas inquietudes y
le solicitó que iniciara los respectivos acercamientos para llevar a cabo
este proyecto, un diálogo fundamental era el que debía darse con el
Gobierno colombiano123.
La SESS hizo la propuesta a los padres de las misiones de África en
Lyon para que se encargaran de dirigir la Misión, pero no aceptaron124.
Dado que era un territorio insular, con unas características propias,
totalmente diversas a cualquier otra de las presentes en Colombia, el
Arzobispo de Cartagena solicitó que dichas islas fuesen puestas bajo la
jurisdicción de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide (SCPF),
así les concedía mayor autonomía frente a las otras jurisdicciones
eclesiásticas125. La Congregación solicitó la firma del Obispo de
Nicaragua, debido a que parte de su jurisdicción debía hacer parte de la
nueva Misión126, y el 14 de noviembre de 1908 fue transmitida la firma
a la Santa Sede127.
122
La carta fue enviada el 1 de mayo de 1905, en: AA.EE.SS. Colombia, 1905-
1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 68r-69r.
123
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 67r-v, minuta de la
SESS a Francesco Ragonesi, 11 de julio de 1905.
124
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 74r-v.
125
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 76r-v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 12 de noviembre de 1907.
126
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. ff. 80r-v, protocolo de la
SCPF, al Cardenal Rafael Merry del Val, 18 de enero de 1908.
127
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1908. pos. 757. fasc. 126. f. 86r, minuta de la SESS
al Prefecto de la SCPF, G.M. Gotti, 14 de noviembre de 1908. La erección de la
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 153

4.5. Nuevo Vicariato Apostólico de Los Llanos de San Martín


Las Prefecturas Apostólicas de La Intendencia Oriental y de los
Llanos de San Martín estaban bajo el cuidado de los sacerdotes de la
Compañía de María desde su erección el 18 de febrero de 1904.
Existía, empero, la dificultad de poder administrar adecuadamente
los dos territorios que tenía el mismo Prefecto Apostólico, pues estaban
jurisdiccionalmente separados pero unidos en la atención pastoral. Por
tal razón, el Superior General de la Compañía de María, Antonino
Lhoumeau, propuso a Pío X de fundar una sola Misión y constituir las
dos Prefecturas en un Vicariato Apostólico teniendo como sede la
ciudad de Villavicencio, y que el sacerdote José María Guiot fuese
nombrado como Vicario Apostólico128.
La Santa Sede se comunicó con el Delegado Apostólico, Francesco
Ragonesi, para interpelarlo sobre el asunto y solicitarle que iniciara los
respectivos acercamientos para considerar si la propuesta era viable o
no129. Francesco Ragonesi, luego de acatar las indicaciones recibidas,
se dirigió a la Santa Sede declarándose favorable a la propuesta, ya que
las razones eran más que suficientes y justas, análogamente, consultado
el Gobierno colombiano expresó su beneplácito. De la misma manera,
envió un informe positivo sobre el sacerdote José María Guiot,
candidato para ser nombrado como Vicario Apostólico130.
La cuestión fue examinada en la Sesión 1102, I, del 27 de febrero de
1908131, y con Decreto del 16 marzo de 1908 fue erigido el nuevo
Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín132, de la misma
forma, fue nombrado como Vicario Apostólico José María Guiot133.

Misión se dio hasta el 20 de junio de 1912, en: AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913.


pos. 772. fasc. 134. f. 44r.
128
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 9r-10r, instancia del
Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau a Pio X, 15 de junio
de 1907.
129
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 18r, minuta de la SESS
a Francesco Ragonesi, 14 de octubre de 1907.
130
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 19r-20r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de diciembre de 1907.
131
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1908, n. 1102, stampa 942, s.n.f.
132
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 34r-35v, Decretum
eretionis novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Planorum Sancti Martini, in
Columbiana Republica.
133
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 36r-v, minuta de la
SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, 31 de marzo de 1908.
154 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La Santa Sede comunicó la decisión al Delegado Apostólico para que


diera ejecución al Decreto134. Una vez realizado este procedimiento
Francesco Ragonesi dio aviso a la SESS de que todo estaba en orden y
el nuevo Vicariato era una realidad135.

4.6. Nueva Diócesis de Cali


La creación de la Diócesis de Cali fue fruto de un movimiento
liderado por varios sacerdotes residentes en Cali y de miembros del
Concejo Municipal. Hubo de similar modo, factores de desarrollo y
conciencia social colectiva: aumento demográfico, construcción del
ferrocarril, bienestar después de la terminación de la guerra de los mil
días, y la dificultad para pastorear adecuadamente lugares tan
apartados, fueron causas inmediatas que motivaron las gestiones ante la
Santa Sede para la creación de una nueva Diócesis.
Francisco Ragonesi en su labor como Delegado Apostólico había
emprendido un viaje para visitar el sur del país en donde tuvo
encuentros con las comunidades de las Diócesis de Ibagué, Manizales y
Popayán136. Estando en Popayán visitó la ciudad de Cali perteneciente a
esta Arquidiócesis. Allí recibió por parte de la comunidad la petición de
que esta ciudad fuese la sede de una nueva Diócesis, dividiendo a
Popayán ya que seguía siendo un territorio muy extenso. La comunidad
de Cali garantizó al Delegado que ofrecían todo lo necesario para tal
erección, así que una vez recibida la solicitud de manera oficial el
Delegado Apostólico se comunicó con la Santa Sede para informar
sobre el particular137.
El Delegado afirmó que había recibido una buena disposición por
parte del Arzobispo de Popayán así como del Gobierno colombiano138.
134
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 38r-39r, minuta de la
SESS a Francesco Ragonesi, 4 de abril de 1908.
135
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 44r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de octubre de 1908.
136
ASV. Segre. Stato, 1908. rub. 251. fasc. 1. ff. 5r-8r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 26 de octubre de 1907.
137
ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 70r-81r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de junio de 1908.
138
Anexó algunos documentos: una carta del Ministro de Relaciones Exteriores,
Alfredo Vásquez Cobo, del 13 de febrero de 1908, en donde como ciudadano de Cali,
deseaba abiertamente la creación de la Diócesis. Esta carta, aclaró la posición del
gobierno, en: ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 70r-71r. De la misma
forma, una carta del Arzobispo de Popayán, de 5 de mayo de 1908, en donde expresó
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 155

Los motivos para la creación de la Diócesis, según el Delegado,


apoyado en la petición hecha por el Ministro de Relaciones Exteriores,
eran139: primero, la vasta extensión de la Arquidiócesis de Popayán,
que comprendía 84.400 km², casi la tercera parte de Italia; segundo, la
gran distancia que separaba los principales centros de la población de la
sede episcopal; tercero, la imposibilidad de cumplir la visita pastoral
conforme a las disposiciones canónicas; cuarto, el número de los
habitantes; quinto, la importancia de Cali, capital de la Provincia, con
casi 35.000 habitantes, centro importante agrícola, comercial,
industrial; sexto, el movimiento étnico, por ser un lugar en donde
llegaban personas de diversas nacionalidades y religiones140.La Santa
Sede elaboró un fascículo en donde agrupó la correspondencia que trata
sobre el asunto141. En primer lugar, hay un reporte de Monseñor
Ragonesi al Cardenal Secretario de Estado sobre la erección de la
Diócesis de Cali. Expone que le había sido pedido por parte de los
mismos ciudadanos, a su vez, ratificó que el Arzobispo de Popayán
daba su beneplácito142. El Gobierno apoyaba la propuesta, mientras que
el Capítulo de Popayán se oponía.
El Delegado Apostólico se reunió con el Arzobispo de Popayán,
Manuel Antonio Arboleda, para definir los límites de la nueva Diócesis
de Cali, los cuales fueron enviados a la SESS.
La Santa Sede examinó la solicitud en la Sesión 1135 de mayo de
1910143. Finalmente la Diócesis de Cali viene erigida el 7 de junio de
1910. La Santa Sede comunicó al Delegado que el Papa había aprobado
la erección de la nueva jurisdicción144.

que si es la Voluntad de Dios para la salvación de las almas, él no se opondría, al


contrario, sería el primero en solicitarla, en: ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc.
8. ff. 72r-73r.
139
ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 74r-75r.
140
Páginas 11 y 12 del fascículo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1908-1910. pos. 768.
fasc. 129. ff. 49r.
141
Es un fascículo de la SESS, titulado: Proposta di erigere una diocesi in Cali,
maggio 1910. Dividido en cuatro partes, y contiene 31 páginas, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1908-1910. pos. 768. fasc. 129. f. 49r.
142
Así lo manifestó con una carta enviada al Delegado Apostólico el 10 de junio de
1908.
143
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1910, n. 1135, stampa 980, s.n.f.
144
ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. f. 111r, minuta de la SESS a
Francesco Ragonesi, 27 de junio de 1910. Sobre la erección de la Diócesis de Cali,
véase también, en: AAS, vol. 2 (1910), n. 1, 514.
156 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

4.7. Petición de erección de la Diócesis de Barranquilla


La ciudad de Barranquilla ubicada en la Costa Caribe de Colombia,
perteneció al territorio de la Arquidiócesis de Cartagena desde 1534,
por Decreto de Clemente VII. El establecimiento de la ciudad data de la
tercera década del siglo XVII, cuando las zonas cercanas al río
Magdalena se iniciaron a poblar. Durante el proceso de la
Independencia, Barranquilla se destacó por el apoyo de sus habitantes a
la causa libertadora, esto le valió ser erigida en Villa en 1813.
Progresivamente, la ciudad fue adquiriendo una gran importancia
debido a su estratégica posición, pues es la única que cuenta con la
doble posibilidad de navegación, sea por el Mar Caribe como por el río
Magdalena, el más importante de Colombia, que por la época era el
único medio para venir del norte al centro del país, por medio de los
barcos a vapor. Es por esta razón que en la segunda mitad del siglo XIX
la ciudad de Barranquilla se convirtió en el principal centro exportador
del país, lo que le significó un progreso económico muy alto.
Sin embargo, por ser un puerto tan importante le generó desde el
punto de vista religioso una serie de dificultades, y en no poco tiempo
se convirtió en un centro afamado de la Masonería, y en el campo
moral eran conocidos sus desórdenes. Como jurisdicción eclesiástica
dependía de Cartagena, algo que evidentemente no era muy bien
aceptado, máxime, cuando ya habían logrado un desarrollo superior al
de todas las ciudades de la región norte de Colombia.
Con base en lo anterior, la población se manifestó solicitando que
fuese erigida la una Sede Episcopal en Barranquilla. El Delegado
Apostólico informó a la Santa Sede que la Asamblea Departamental del
Atlántico había emitido una Resolución en donde hacía dicha petición.
Dicha resolución fue emitida el 12 de abril de 1911, en donde se
expusieron los motivos que sustentaban la petición de crear la Diócesis,
estos eran: primero, la ciudad de Barranquilla había progresado y
continuaba haciéndolo rápidamente, no solo en el campo material y
étnico, sino en el aspecto religioso y moral, lo que la constituía en una
de las principales ciudades de la República; segundo, la ciudad tenía los
recursos y población suficientes para el sostenimiento de un Obispo.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 157

Resaltó el Delegado en su comunicado la importancia de la ciudad, y


lo ya mencionado sobre el problema religioso, moral y la influencia de
la Masonería145.

4.8. La cuestión de la erección de la Diócesis de Somondoco.


Somondoco es un municipio ubicado en la provincia del oriente del
Departamento de Boyacá, dista 131 km de la ciudad de Tunja. El
Delegado Apostólico propuso el proyecto de crear una nueva Diócesis
con sede en este lugar. Esta nueva jurisdicción sería creada a partir de
la desmembración de territorios tomados de la Arquidiócesis de
Bogotá, de la Diócesis de Tunja y del Vicariato Apostólico de los
Llanos de San Martín, y mientras que el Vicariato Apostólico de
Casanare sería suprimido para formar parte de la nueva Diócesis.
Francesco Ragonesi, quien había tenido la oportunidad de viajar
mucho por el territorio colombiano, conociendo las diversas realidades,
consideró que esta región tenía las condiciones apropiadas para
constituirse en una Diócesis, por otro lado, poseía todo lo necesario
con rentas estables, para sostenerse y acoger a un Obispo. Sin embargo,
aún no había sido hecha la propuesta a los Ordinarios involucrados para
este fin, principalmente el Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera
Restrepo, y el Obispo de Tunja, Eduardo Maldonado Calvo146.
La SESS acogió la propuesta del Delegado Apostólico y la remitió a
la SCC, advirtiendo que dicho proyecto sin las respectivas
autorizaciones de los Monseñores Herrera Restrepo y Maldonado
Calvo no se podría llevar a cabo147. Pero aun teniendo esta
particularidad, la Sagrada Congregación informó que el Santo Padre
había aprobado el proyecto148.

145
ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. ff. 54r-55r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 9 de mayo de 1911.
146
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 72r-73r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Secretario de Estado, Rafael Merry del Val, del 4 de abril de
1912.
147
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. f. 71r, minuta de la SESS al
Secretario de la SCC, del 15 de mayo de 1912.
148
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 74r-v, despacho de la SCC a la
Secretaria de Estado, del 11 de junio de 1912.
158 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El Delegado Apostólico fue notificado y se le recomendó que frente


a las posibles dificultades que esta decisión pudiese producir, expresar
abiertamente que esa había sido la voluntad del Papa149.
Tan pronto se tuvo conocimiento de esto, el Arzobispo de Bogotá se
comunicó con la Santa Sede poniendo en tela de juicio la decisión de
crear la Diócesis de Somondoco, en su carta el Arzobispo expresó estas
razones: primera, el gravísimo perjuicio que resultaría para el Vicariato
Apostólico de Casanare, cuyo territorio era sumamente extenso, y se
hallaba casi completamente separado del resto de la Diócesis
proyectada, quedaría abandonado como lo estuvo en otros tiempos, sin
sacerdotes que evangelizasen a sus moradores indígenas. Esta situación
habría de durar muchos años, porque la nueva Diócesis apenas tendría
clero para atender a las nuevas parroquias ya existentes y porque los
sacerdotes no estaban formados para las misiones; segunda, las
parroquias que se pretendían segregar de Tunja, formaban una de las
partes más importantes de aquella Diócesis, la cual sufriría notable
detrimento, particularmente en las actuales circunstancias del país y
cuando, por la pobreza de los pueblos, era dificultoso conseguir aun lo
indispensable para el sostenimiento del clero y culto150.
La Santa Sede hizo un segundo estudio, ya teniendo todo junto, no
solo la opinión del Delegado Apostólico, y ante la férrea oposición de
los Obispos de Bogotá, Tunja y del Vicario Apostólico de los Llanos de
San Martin, se consideró que los motivos expresados eras objetivos,
por lo tanto el proyecto no fue aprobado151.

5. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917)


5.1. Nueva Diócesis de Jericó
El Obispo de la Diócesis de Antioquia, Maximiliano Crespo Rivera,
inició la promoción de la creación de una nueva Diócesis desmembrada

149
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 77r-v, minuta de la SESS a
Francesco Ragonesi, 18 de junio de 1912.
150
ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 3. ff. 107r-108v, carta del Arzobispo de
Bogotá, Bernardo Herrera, al Cardenal Rafael Merry del Val, 11 de septiembre de
1912.
151
El Arzobispo escribió el 11 de septiembre de 1912 a la Santa Sede, expresando
que las actuales circunstancias no favorecen la erección de la Diócesis, la minuta de la
respuesta de la SESS al Arzobispo, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff.
85r.
SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS 159

de su propia jurisdicción, debido a que ésta constituía un extenso


territorio el cual no podía atender adecuadamente, a su vez, estaba
ubicado en una zona altamente montañosa que no permitía desplazarse
con facilidad para hacer la visita pastoral.
La zona elegida para erigir la nueva Diócesis fue la parte suroeste,
escogiendo la población de Jericó como la Sede Episcopal. Jericó era
un municipio relativamente nuevo, ya que había sido fundado en 1849
por don Santiago Santamaría, un hombre rico que siendo el propietario
de esas tierras se encargó de poblarlas trayendo gente de otros lugares.
Inicialmente fue llamado Aldea de Piedras, luego se llamó Felicina y
finalmente Jericó. Situado en las estribaciones de la cordillera
occidental de los Andes. Posee una topografía quebrada y montañosa y
en él se encuentran alturas que alcanzan más de 2.500 metros sobre el
nivel del mar.
La Santa Sede acogió la petición del Obispo de Antioquia y aprobó
la erección de la nueva Diócesis de Jericó mediante la Bula Universi
Dominici Gregis, el 29 de enero de 1915152.
La Catedral fue dedicada a Nuestra Señora de las Mercedes. El
Obispo de Antioquia, Maximiliano Crespo Rivera, continuó como
Administrador Apostólico hasta el 10 de agosto de 1917 cuando
nuevamente fue unida asumiendo el nombre de Antioquia-Jericó, y
siendo nombrado como Obispo Francisco Cristóbal Toro.

5.2. Nueva Prefectura Apostólica de Arauca


La región del Arauca es una zona limítrofe con Venezuela, se
encuentra situada en el extremo nordeste del territorio nacional, en el
norte de la región de la Orinoquía colombiana. Su capital lleva el
mismo nombre, y esta era un caserío indígena arawak hasta antes de
1780. Eclesiásticamente pertenecía al Vicariato Apostólico del
Casanare que había sido creado el 17 de julio de 1893 y estaba bajo la
atención de los Agustinos Recoletos. Pero la extensión del territorio
hizo que se pensara en dividir el Vicariato y crear una Prefectura
Apostólica, y la zona más adecuada para ello era Arauca. Por lo tanto,
se iniciaron las prácticas correspondientes para hacer la solicitud a la
Santa Sede.

152
La SCC informó al Secretario de la AA.EE.SS, Monseñor Pacelli, el 16 de
enero de 1915, y le solicitó que informara al Delegado Apostólico en Colombia,
Monseñor Vasallo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. f. 23r.
160 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Existe poca documentación sobre el papel del Delegado Apostólico


en este proceso. Se encontró que la Santa Sede con Decreto del 26 de
mayo de 1915 aprobó la erección de la Prefectura Apostólica de
Arauca, pero antes de darle ejecución consideró necesario reformar los
límites descritos en el Decreto. Luego informó al respecto a Filippo
Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica, con despacho del 12
de diciembre de 1915153, del mismo modo, la SESS se comunicó con la
SCPF, de quien dependería directamente la nueva Prefectura154. La
nueva jurisdicción quedó bajo la atención de los Sacerdotes de la
Misión, y fue nombrado como Prefecto Apostólico el sacerdote Enrique
Larquère.

5.3. Última consideración


Finalmente, podemos afirmar que la gestión realizada por los
Delegados Apostólicos para la promoción de las nuevas jurisdicciones
eclesiásticas tuvo una gran importancia, ya que se convirtió en la base
de la actual organización de la Iglesia colombiana, es decir, el gran
punto de inicio para el mejoramiento y crecimiento, lo podemos
encontrar en este periodo.
Tras la elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura y
posteriormente a Nunciatura, fue evidente el creciente mejoramiento en
la organización de las jurisdicciones eclesiásticas, ya que el Episcopado
logró unificarse y proyectarse de manera eficiente. Además, el hecho
de tener como Representante Pontificio a un Internuncio, y al siguiente
año, a un Nuncio Apostólico, fue un claro signo de la confianza
depositada por parte de la Santa Sede.

153
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 2r-3r, despacho de
Filippo Cortesi al Cardenal Pietro Gasparri, 12 de diciembre de 1915.
154
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 5-v, minuta de la
SESS a la SCPF, 9 de febrero de 1916. Véase sobre la Prefectura del Arauca, en:
AAS, vol. 7 (1915), n. 11, 288.
CAPÍTULO IV

Sobre el Episcopado

En este capítulo nos ocuparemos de presentar la documentación


emitida por la Delegación Apostólica de Bogotá acerca de los Obispos
en general. Ya hemos hecho alusión a la situación dramática que vivió
el Episcopado durante el Gobierno Liberal Radical, y cómo con la
promulgación de la Constitución de 1863 la Iglesia quedó sin mayores
posibilidades de tener una labor pacífica y estable, algo que se vio
reflejado aún más con el destierro de algunos Obispos.
De ahí, que tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas,
los Delegados Apostólicos se preocuparon por constituir una
Conferencia Episcopal, conformada por Prelados bien formados y
diligentes en su obrar, algo que al inicio tuvo un proceso difícil debido
a las pocas alternativas que ofrecía el clero en Colombia, básicamente
los Obispos eran elegidos de las Órdenes Religiosas por la falta de
idoneidad por parte del clero secular.
Al iniciar la organización de las jurisdicciones eclesiásticas fue
necesario a su vez fortalecer el Episcopado con nuevos Ordinarios, pero
también la de unificar criterios y de establecer una comunicación entre
todos, pues mientras no hubo un Representante Pontificio en el país, la
Iglesia quedó en manos de los propios Obispos, que se preocuparon
más por sus propias jurisdicciones que por tratar de llevar un plan
organizado a nivel nacional. Es entendible esto, ya que no se tenían los
medios para estar en contacto permanente, y se suma al mismo tiempo
la gran extensión de los territorios. A pesar de todo, es de destacar que
162 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

los pocos Obispos que había en ese entonces, pudieron sostener de


acuerdo a sus posibilidades la fe y la tradición de la Iglesia.
Veremos entonces este proceso de crecimiento; este periodo que
investigamos es justamente el inicio de la estructura de la Iglesia
colombiana actual, es decir, presentaremos las bases de la constitución
de la Conferencia Episcopal de Colombia.

1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887


1.1. Renuncia del Obispo Joaquín Guillermo González
Joaquín Guillermo González había sido el Ordinario de Antioquia
desde el 21 de marzo de 1873, cuando fue restablecida la Diócesis.
Pero por motivos graves de salud presentó su renuncia a León XIII el
30 de septiembre de 18811.
Su situación de salud le había obligado a retirarse frecuentemente de
su sede descuidando notoriamente la atención pastoral. Fue así como
los miembros del Cabildo eclesiástico solicitaron a León XIII que se
dignara aceptar la renuncia o dimisión del Prelado, ya que consideraban
que la Diócesis estaba acéfala2. El Capítulo de la Catedral, de igual
forma, se comunicó con la Santa Sede para que fuese aceptada la
renuncia del Obispo González, y solicitó que fuese nombrado como su
sucesor al Vicario general de la Diócesis, el Canónico Jesús María
Rodríguez, quien desde 1877 había sido el administrador ante la
ausencia del Obispo que estaba radicado en la población de Yarumal
debido a la persecución de la cual fue objeto por parte de los Liberales

1
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 10r-12v. Se anexó un
certificado del médico Fabio Villamizar, del 4 de agosto de 1881, en donde ratificó el
mal estado de salud del Mitrado, en: AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc.
20. f. 14r. De la misma forma, el certificado del médico Pedro D. Estrada, del 22 de
octubre de 1881, confirmando en diagnostico anterior, en: AA.EE.SS. Colombia,
1881-1882. pos. 420. fasc. 2. f. 16r. En ambos casos le fue diagnosticada una litiasis
vesicular.
2
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882, pos. 420. fasc. 20. ff. 18r-19r, documento con
fecha del 7 de noviembre de 1881, firmado por varios eclesiásticos, entre ellos, el
presidente del Capítulo, Valerio Martínez; los Canónigos de la Catedral, Jesús Ma.
Rodríguez, Emigdio Ramírez, Pedro Valenzuela; y el Secretario del Capítulo Román
Lara.
SOBRE EL EPISCOPADO 163

Radicales3. Por su parte, la municipalidad de Antioquia presentó al


Santo Padre la misma solicitud4.
La Santa Sede respondió a Monseñor González que León XIII había
aceptado su renuncia, sin embargo, le instó para que permaneciera
como Administrador hasta que fuese nombrado un sucesor. Por otro
lado, el Delegado Apostólico, Giovanni B. Agnozzi, fue notificado de
la situación, y se le solicitó información sobre el candidato, el Canónico
Rodríguez. El Delegado Apostólico propuso que si Monseñor González
no aceptaba ser Administrador, se autorizase al Capítulo de nombrar un
Vicario capitular5. La Santa Sede respondió que no era necesario hacer
esta autorización6.

1.2. Llegada del nuevo Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi


El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede sobre la llegada del
nuevo Ordinario de Cartagena, sede que se encontraba vacante desde el
9 de mayo de 1880 tras la muerte de Monseñor Manuel Cerón. Eugenio
Biffi llegó a Cartagena el 1 de junio de 1882 procedente de Italia.
Nacido en Milán el 22 de diciembre de 1829. Estaba trabajando como
misionero en Birmania Oriental cuando fue llamado por el mismo Papa
a Roma para dirigirse a la sede diocesana de Cartagena. Fue
consagrado en Milán el 19 de febrero de 18827.
3
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 20r-21v, documento con
fecha del 1 de noviembre de 1881.
4
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 24r-25v, documento con
fecha del 10 de octubre de 1881.
5
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 31r-v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de agosto de 1882, en donde
informó que había entregado la carta enviada a Monseñor González, Obispo de
Antioquia, en la cual se transmitió la voluntad del Santo Padre, para que dicho
Prelado permaneciera en la Diócesis hasta la llegada del sucesor.
6
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 33r, minuta de la SESS
para Giovanni B. Agnozzi, 14 de septiembre de 1883. Los primeros documentos
vienen transmitidos y recomendados por el Caballero Francesco Mansella, quien
apoyaba el proyecto de reunir la Diócesis de Antioquia con la de Medellín, y si no
fuese posible, sugirió la rectificación de los actuales límites, en AA.EE.SS. Colombia,
1881-1882. pos. 420. fasc. 20. ff. 4r-7r.
7
En las Actas del Consistorio del 27 de marzo de 1882 sobre el nombramiento del
Ordianio de Cartagena se registra: Cathedralem Ecclesiam De Carthagena. in
Statibus foederatis Columbiae in America Meridionali, favore R. D. Eugenii Biffi,
presbyteri Mediolanensis, en: ASS, vol. 14 (1881), 391. Sobre el Episcopado de
Eugenio Biffi, véase en: HC, vol. 8 (1968), 186.
164 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

En su comunicado Giovanni B. Agnozzi resaltó la acogida de la cual


fue objeto el nuevo Obispo, teniendo en cuenta que era extranjero. De
igual manera hizo una descripción de la Diócesis en donde sobresale la
situación económica paupérrima en la que se hallaba, al punto de no
tener cómo ofrecer una renta fija al nuevo Prelado. El clero, de la
misma manera, era poco para atender las más de 80 parroquias, contaba
con 42 sacerdotes y en palabras textuales del Delegado, muchos no
correspondían a la propia vocación. Por esta razón, el nuevo Prelado
solicitó el envío de misioneros, aclarando que no contaba con el
presupuesto para su sostenimiento8.

1.3. Situación del Episcopado colombiano


El número de jurisdicciones eclesiásticas no era suficiente de acuerdo
a la extensión del territorio colombiano. Por tal razón el Delegado
Apostólico inició a promover la creación de nuevas diócesis, pero antes
era necesario organizar la situación de los obispos, debido a que
existían algunos aspectos que debían cambiarse. Así lo expuso el
Delegado:
Diez son las Diócesis en esta República y con la excepción de Pasto, todas
las otras tienen actualmente su Obispo residencial. […]. El territorio
inmenso de Colombia, el número de fieles, casi todos católicos, la lejanía
de los centros poblados, la falta de vías, y el defecto de un viaje cómodo
requerirían la erección de otras Diócesis; pero aquí en cambio de Diócesis
se multiplican los Obispos en reposo u ocupados en oficinas, que para
mayor conveniencia del carácter Episcopal deberían confiarse a simples
sacerdotes. […]. Le rogaría de hacer aplazar, si así gustara al Santo Padre,
sobre el nombramiento de Obispos sin Diócesis en todo el territorio de esta
Delegación Apostólica9.
Esta fue la primera manifestación de un Delegado Apostólico frente
al número pequeño de jurisdicciones eclesiásticas en Colombia y al
nombramiento de los Prelados; esta inquietud tuvo sus efectos
positivos, ya que los siguientes Delegados continuaron con esta
preocupación, ciertamente encontrándose algunas veces con la

8
ASV. Segre. Stato, 1882. rub. 251. fasc. 1. f. 189r, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 27 de junio de 1882.
9
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 431. fasc. 23. ff. 15r-16r, despacho de Giovanni
B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 28 de junio de 1882.
SOBRE EL EPISCOPADO 165

oposición de algunos Ordinarios que se negaban a dejar dividir sus


sedes, otros por el contrario expresaron su total disposición.

1.4. Nuevo Obispo para Pasto, Ignacio Velasco


Tras la renuncia de Manuel Canuto Restrepo como Obispo de
Pasto10, se inició el proceso de búsqueda de los candidatos. Debemos
tener presente que la situación política del país había hecho muy difícil
para la Iglesia sus labores, y el número de sacerdotes era limitado y
poco formado, por eso era común que los Obispos fuesen elegidos de
los miembros de las Órdenes religiosas.
El Arzobispo de Santafé en Nueva Granada, Vicente Arbeláez,
propuso a Moisés Higuera quien era Auxiliar de Tunja. El Delegado
Apostólico en Quito, Mario Mocenni, propuso a tres de los doce
jesuitas colombianos residentes en Quito, Guillermo Castro, Ramón
Posada y Vicente Ramírez11. Algunos católicos de Pasto solicitaron que
fuese nombrado el sacerdote italiano Leone Sardi12. Otro grupo de
ciudadanos de Pasto solicitó que fuese elegido entre los sacerdotes
jesuitas Mario Valenzuela e Ignacio Velasco o Eulogio Tamayo13. El
Delegado Apostólico en Quito envió informes en favor de estos
últimos14.

10
Estuvo en la sede de Pasto desde el 21 de marzo de 1870, en 1881 dimitió.
11
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. f. 6r, según el Delegado
Apostólico, estos tenían ventaja sobre los demás en no pertenecer a ningún Partido
Político. De igual forma, aclaró que tres Partidos Políticos de Pasto se apresuraron en
presentar sus candidatos: los Liberales a Federico Aquila quien había sido expulsado
de la Compañía de Jesús, y León Sardi expulsado de la orden franciscana, los dos con
una vida muy cuestionable. El segundo Partido sugería la reelección de Restrepo, y el
tercer Partido propuso a Ignacio Velasco, Mario Valenzuela, jesuitas, y a Eulogio
Tamayo, canónicos de Bogotá. Según el criterio de Monseñor Mocenni, los más
virtuosos eran Monseñor Higuera y el Canónico Tamayo. Por otro lado, se propuso al
sacerdote Nepomuceno Rueda, en: AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc.
27. ff. 6v-7r.
12
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 8r-11v.
13
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 12r-17v.
14
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 20r-22v, despacho con
anexo, de la Delegación Apostólica de Quito al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de
febrero de 1881. La Santa Sede solicitó mayores informaciones sobre ellos, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 26r-27r, minuta de la SESS,
6 de mayo de 1881.
166 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

León XIII finalmente acogió la sugerencia del Delegado Apostólico


en Quito, y nombró a Mario Valenzuela como nuevo Obispo de Pasto15.
Se le encomendó al Delegado en Quito, Mario Mocenni, realizar el
relativo proceso canónico16.
En contraste con lo anterior, esta noticia no fue bien recibida por el
General de la Compañía de Jesús, Pietro Becx17, debido a que sus
mejores sacerdotes estaban siendo nombrados Obispos y estaba
teniendo grave dificultad para sustituirlos, igualmente, el trabajo que
estaba realizando el padre Valenzuela requería de su presencia, además,
el propio Mario Valenzuela se opuso a su nombramiento18.
El 16 de marzo de 1882 León XIII aceptó las razones dadas y
dispuso que fuese exonerado el sacerdote Valenzuela y en su lugar se
nombrara al también jesuita Ignacio León Velasco. Se le informó al
Delegado Apostólico, Giovanni B. Agnozzi, para que iniciara el
proceso canónico19. El nombramiento se hizo el 15 de marzo de 188320.
El Delegado Apostólico comunicó que el nuevo Ordinario de Pasto
tomó posesión el 11 de julio de 1883, siendo consagrado el 3 de julio
del mismo mes por en Quito por el Arzobispo de esa sede José Ignacio
Ordóñez21. Monseñor Ignacio Velasco, participó a León XIII de haber
15
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 36r-v.
16
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 38r-39r, minuta de la
SESS al Delegado Apostólico en Quito, Mario Mocenni, 12 de diciembre de 1881. La
profesión de fe de Mario Valenzuela se hizo el 12 de marzo de 1882, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 28. ff. 2r-3v.
17
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 40r-44v, carta con un
adjunto del sacerdote jesuita Juan José de la Torre, visitador enviado a América, al
Cardenal Jacobini, 21 de diciembre de 1881.
18
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 27. ff. 57r-63v, carta del 5 de
abril de 1882.
19
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 448. fasc. 28. ff. 33r-v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de noviembre de 1882, allí se
comunicó que el proceso canónico de Ignacio Velasco había sido realizado por el
Ordinario de Panamá, José Telésforo Paul.
20
En las actas del Consistorio del 15 de marzo de 1883 sobre el nombramiento del
nuevo Ordianario de Pasto se registra: Cathedralem Ecclesiam Pastopolitan in
Confoederatione Columbiae, Americae meridionalis, vacan, per dimissionem a R. P.
D. Emmanuele Canuto Restrepo, ultro libenterque in manibus Sanctitatis Suae per
actam et ab eadem admissam, favore R. P. Ignatii Velasco e Societate Iesu, Presbyteri
Popayanensis, en: ASS, vol. 15 (1883), 405. Sobre el Episcopado de Ignacio Velasco
véase en: HC, vol. 8 (1968), 271.
21
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 38r-39v, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de agosto de 1883. La minuta de respuesta
SOBRE EL EPISCOPADO 167

recibido la consagración episcopal en Quito el 13 de junio de 1883 y de


haber tomado posesión de la Diócesis el 19 de junio22.

1.5. Nuevo Obispo de Antioquia, Jesús María Rodríguez Balbín


Joaquín Guillermo González había presentado su renuncia a la sede
de Antioquia el 30 de septiembre de 1881, pero permaneció como
Administrador Apostólico hasta el nombramiento de su sucesor.
Sobre el asunto, el Delegado Apostólico Agnozzi envió algunos
reportes a la SESS. Se destaca la oposición del Obispo dimisionario en
el nombramiento de un eclesiástico de la misma Diócesis23,
similarmente, era partidario de suprimir esta Sede en favor de la de
Medellín. Sin embargo, el Delegado Apostólico se unió a la solicitud
hecha por el Capítulo Catedral, considerando como el más apropiado
para ser nombrado al Canónico Jesús María Rodríguez, de la misma
manera pensaba José Ignacio Montoya, Ordinario de Medellín. Junto a
este candidato surgieron, el sacerdote Juan Buenaventura Ortiz y el
Canónico Jesús María Rodríguez Balbín24.
La Santa Sede hizo los pertinentes estudios, y luego de leer el
respectivo informe dado por el Delegado Apostólico, León XIII
designó a Jesús María Rodríguez para la Sede de Antioquia. Se le
notificó a Giovanni B. Agnozzi para que compilara el proceso
canónico25. Una vez enviado este proceso26 fue transmitido a la SCC 27.
Finalmente fue nombrado Obispo de Antioquia el 9 de agosto de
188328. El nuevo Mitrado informó a la Santa Sede que recibió su

de la SESS, 5 de noviembre de 1883, en: ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f.
39r.
22
AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 466. fasc. 33. ff. 2r-3v, carta del 26 de
diciembre de 1883.
23
Hemos hecho mención cómo el Capítulo de la Catedral solicitó que fuese
nombrado el Vicario general de la Diócesis, el Canónico Jesús María Rodríguez.
24
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 49r-v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de noviembre de 1882.
25
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 54r- v, minuta de la
SESS para Giovanni B. Agnozzi, 29 de enero de 1883.
26
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 57r-v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de junio de 1883.
27
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. Pos. 450. fasc. 28. f. 60r. Minuta de la
Secretaria de Estado de la Santa Sede para el Secretario de la SCC, 1 de agosto 1883.
28
En las actas del Consistorio del 9 de agosto de 1883 se registra: Cathedralem
Ecclesiam Antioquesis in Confoederatione Columbiana Americae Meridionalis
168 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Consagración en Bogotá por imposición de manos de Manuel Canuto


Restrepo en Bogotá el 21 de octubre de 1883 y sucesivamente tomó
posesión de su jurisdicción. Agradeció por la confianza demostrada en
su nombramiento29.

1.6. Enfermedad y muerte del Arzobispo Vicente Arbeláez


El tema de la salud del Arzobispo de Bogotá fue motivo de gran
preocupación, tanto en el ámbito eclesiástico como en el civil. Dada la
importancia de la sede, que ese momento aún conservaba el nombre de
Santafé en Nueva Granada, la situación se tornó preocupante, a tal
punto, que el Delegado Apostólico inició a comunicarse con la Santa
Sede, primero informando sobre el estado de salud del Prelado, pero a
su vez, solicitando el nombramiento de un sucesor. De acuerdo al
criterio de Monseñor Agnozzi, el más indicado para asumir esta
responsabilidad era el Ordinario de Panamá, José Telésforo Paul30.
El Gobierno a su vez, expresó su preocupación y se comunicó con la
Santa Sede para que fuese nombrado un sucesor de Vicente Arbeláez,
que de la misma manera que el Delegado Apostólico, se pensó en el
Ordinario de Panamá como el más indicado31.
Por otro lado, Giovanni B. Agnozzi informó a la Santa Sede sobre
una controversia que se suscitó promovida por el Obispo de Tunja,

vacan, per dimissionem a R. P. D. Ioachimo Guilelmo Gonzalez, libere ac sponte


factam et a Sanctitate Sua admissam, favore R. D. Iesu Mariae Rodríguez Presbyteri
Antioquiensis, en: ASS, vol. 16 (1883), 67. Sobre el Episcopado de Jesús María
Rodríguez véase en: HC, vol. 8 (1968), 110, 186.
29
AA.EE.SS. Colombia, 1880-1883. pos. 450. fasc. 28. ff. 61r-62r, carta del 20 de
noviembre de 1883. Luego el Delegado Apostólico envió un despacho al Cardenal
Ludovico Jacobini, el 15 de abril de 1884, en donde comunicó que el recién
nombrado Obispo de Antioquia, Monseñor Rodríguez había hecho el respectivo
juramento y profesión de fe, en: ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 23r-v.
30
ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 28r-29v, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de junio de 1883. El Delegado insiste en
el nombramiento de Monseñor Paul con un despacho del 6 de agosto de 1883, en:
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc .2. ff. 34r-35r.
31
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 39r-40v, despacho del Secretario
de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos de Colombia, Tulio Pérez, con fecha
del 19 de agosto de 1883, se informa sobre la salud del Arzobispo y se sugiere a
Monseñor Paul como su sucesor. El 18 de agosto de 1883, el mismo Presidente José
E. Otálora, envió una carta al Papa, lamentando la enfermedad e inminente muerte del
Arzobispo Arbeláez y solicitando, a la vez, fuese nombrado para sustituirlo a
Monseñor Paul, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 41r-44v.
SOBRE EL EPISCOPADO 169

Severo García, quien había propuesto al Ordinario de Santa Marta, José


Romero como sucesor del Arzobispo, pero a juicio del Delegado, esto
no era más que una estrategia de Severo García para estar a disposición
de un Partido Político y gobernar la Iglesia a modo suyo, apoyado de su
buena relación con el Presidente Otálora quien a través del Agente del
gobierno en Roma, el Sr. Vélez, ya estaba haciendo acercamientos en
favor de Monseñor Romero. Incluso el Delegado advirtió, que no era de
extrañarse que el Prelado García escribiera directamente en favor de
Monseñor Romero, pero indirectamente en favor de su propio traslado
a la Sede Metropolitana, y aquel para la sede de Tunja32.
La Santa Sede respondió al Delegado Apostólico que León XIII
había tenido en consideración la solicitud de nombrar como Auxiliar de
Vicente Arbeláez con dignidad de sucesión a José Telésforo Paul, quien
debería trasladarse de Panamá a dicha Sede33.
El Delegado Apostólico notificó que en más de un año de la
enfermedad del Arzobispo Arbeláez su salud era inestable, al punto que
se preveía una inminente muerte. Por tal razón, el Capítulo de la
Catedral procedería al nombramiento del Vicario Capitular34.
A pesar de que ya se había aprobado el traslado de José Telésforo
Paul de Panamá a Bogotá, no se había llevado a cabo porque el viaje
significaba un gran esfuerzo, de manera similar, debía dejar en orden
la Diócesis antes de abandonarla. Vicente Arbeláez falleció el 29 de
junio de 1884, y de inmediato el Delegado Apostólico informó a la
Santa Sede35, enseguida puso en conocimiento que tras su deceso,

32
ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 31r-v, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de junio de 1883.
33
ASV. Segre. Stato. 1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 32r-v, minuta de la SESS a
Giovanni B. Agnozzi, 15 de agosto de 1883. El 18 de septiembre de 1883 se le
notificó al Delegado Apostólico que se había aprobado oficialmente el traslado y que
este debería ejecutarse lo más pronto posible, en: ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251.
fasc .2. ff. 36r-v.
34
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 75r-76v, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de junio de 1884.
35
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 77r-78r, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de junio de 1884, en donde el Delegado
Apostólico afirmó que Vicente Arbeláez murió a las tres de la tarde, y que el 8 de
mayo había cumplido 68 años.
170 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

asumió la administración de la Arquidiócesis el Vicario Capitular


Patricio Plata36.
El Gobierno colombiano se manifestó expresando sus condolencias y
se comunicó con la Santa Sede transmitiendo que se había declarado un
duelo nacional por la muerte del Prelado37.

1.7. Nuevo Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl


La muerte de Vicente Arbeláez había hecho cambiar el proyecto
inicial de que fuese nombrado como su Auxiliar con derecho de
sucesión al Ordinario de Panamá, José Telésforo Paul. Con el
fallecimiento del Arzobispo hubo necesidad de hacerse efectivo el
traslado de Monseñor Paul, quien había hecho una gran labor en
Panamá, siendo el primer Obispo consagrado allí, el 25 marzo 1876.
Desde el inicio se consideró que el Ordinario de Panamá era el más
indicado para asumir la Sede Arzobispal, por su gran desempeño y su
formación académica recibida como miembro de la Compañía de Jesús.
Por otro lado, en la etapa del Arzobispo Arbeláez se había suscitado un
fuerte litigio con el Ordinario de Tunja, Severo García, conocido como
«la cuestión tunjana», debido a las rentas de algunas parroquias que
antes pertenecían a la Arquidiócesis y que no hacían contribución
alguna con su nueva Sede, y de la misma forma, Severo García acogió
en su Diócesis algunos seminaristas que habían sido excluídos de
Bogotá y les otorgó la ordenación sacerdotal. Este conflicto había
afectado considerablemente a las respectivas jurisdicciones tocando la
sensibilidad, tanto del clero como de los fieles. El Delegado Apostólico
así como los Entes civiles consideraron que Telésforo Paul era el único
capaz de lograr una conciliación.

36
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 90r-v, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de julio de 1884.
37
ASV. Segre. Stato, 1884. rub. 251. fasc.2. ff. 80r-81r. Hay una carta enviada al
Delegado Apostólico Agnozzi de parte del Gobierno expresando sus condolencias por
la muerte del Arzobispo, con fecha del 30 de junio de 1884, en: ASV. Segre. Stato,
1884. rub. 251. fasc. 2. ff. 94r-v. El Delegado Apostólico notificó con Despacho del
18 de agosto de 1884, que recibió una carta del Ministro Secretario de Relaciones
Exteriores, con la cual el presidente Hurtado y todo el personal del Poder Ejecutivo
expresaron sus condolencias del por la muerte del Prelado, en: ASV. Segre. Stato,
1884. rub. 251. fasc.2. ff. 92r-93r. Sobre Vicente Arbeláez, véase en: HC, vol. 8
(1968), 271, 370, 374.
SOBRE EL EPISCOPADO 171

Giovanni B. Agnozzi solicitó que tras la muerte de Monseñor


Arbeláez, su sucesor no se trasladase a Bogotá hasta el arribo del nuevo
Ordinario. Para dicha sede de Panamá recomendó al sacerdote
Bernardo Herrera Retrepo, doctor en Sacra teología, laureado en Roma,
canónico de la Metropolitana y rector del seminario arquidiocesano38.
Al poco tiempo informó sobre la llegada de la notificación con la que
se anunció el envío del Breve Apostólico del 28 de marzo de 1884 del
nombramiento de José Telésforo Paul para la sede Metropolitana de
Santafé en Nueva Granada39. Tomó posesión canónica el 6 de agosto de
1884, pero el Delegado Apostólico informó que hizo su entrada
solemne el 11 de febrero de 188540.

1.8. Nuevo Auxiliar de Tunja, Moisés Higuera


El Obispo de Tunja Severo García, había solicitado un Auxiliar para
que atendiera la región del Casanare con la proyección de que fuese
elevado como Vicariato Apostólico. La Diócesis de Tunja fue erigida el
29 de julio de 1880 desmembrándose de la Arquidiócesis de Santafé en
Nueva Granada, pero aun así, seguía constituyéndose como una gran
extensión de territorio.
Tras la petición de Severo García, la Santa Sede le comunicó al
Delegado Apostólico que León XIII había designado a Moisés
Higuera41 como Vicario de Tunja en Casanare42.

38
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 139r, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de junio de 1884.
39
AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 472. fasc. 33. ff. 68r-69v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 15 de octubre de 1884. En las
actas del Consistorio del 10 de noviembre de 1884 se registra: Metropolitana Ecclesia
Sanctae Fidei De Bogota in Confoederatione Statuum Reipublicae Columbianae,
Americae Meridionalis, vacan, per obitum bo. me. Vincentii Arbelaez, ultimi illius
Archiepiscopi, extra romanam curiam defuncti, R. P.D. Telesphoro Paul e Societate
Iesu, Antistiti de Panama, en: ASS, vol. 17 (1884), 223.
Sobre el Episcopado de José Telésforo Paul véase en: HC, vol. 8 (1968), 186. 271.
437.
40
AA.EE.SS. Colombia, 1885. pos. 473. fasc. 33. ff. 74r-75r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 12 de febrero 1885.
41
Moisés Higuera ejercía en ese momento como Auxiliar de Bogotá, había sido
consagrado el 19 de mayo de 1878 y era titular de Maximianopolis en Arabia. Véase
en: HC, vol. 8 (1968), 186, 271, 874.
42
AA.EE.SS. Colombia, 1882-1884. pos. 452. fasc. 30. ff. 18r-19v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de abril de 1883. El anuncio
172 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Giovanni B. Agnozzi puso en conocimiento a la Santa Sede la grave


situación de Tunja; en primer lugar, la pobre labor de Severo García
debido a su avanzada edad y enfermedad, así como por las constantes
discordias con el Arzobispo Arbeláez. De la misma manera, se le
acusaba de recibir sujetos que habían sido descartados o reprobados en
otras jurisdicciones y conferirles las órdenes sagradas, produciendo un
prejuicio contra el clero. A pesar de tener las mejores rentas de la
región la administración era deficiente, muchos párrocos se lucraban y
abusaban sin el menor escrúpulo43. La Santa Sede respondió al informe
del Delegado Apostólico transmitiendo que lo mejor no era trasladar al
Obispo sino designándole un Auxiliar adecuado44.
Monseñor Agnozzi con varios despachos continuó informando sobre
Monseñor García, gravemente enfermo, y sobre la Diócesis de Tunja45.
Menciona sobre la conveniencia de dividirla en otras dos y de erigir en
Vicariato Apostólico la misión del Casanare46. Algunos fieles de Tunja
solicitaron a Moisés Higuera para suceder a Monseñor García47.

de este nombramiento: minuta de la Secretaria de Estado a Giovanni B. Agnozzi, 7 de


febrero de 1883, en AA.EE.SS. Colombia, 1882-1884. pos. 452. fasc. 30. f. 12r.
43
AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 12r-16r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 14 de mayo de 1884.
44
AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. f. 19r, minuta de la SESS a
Giovanni B. Agnozzi, 25 de julio de 1884.
45
AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 47r-48r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 22 de noviembre de 1884. Se
encuentran otros informes enviados por el Delegado Apostólico sobre la Diócesis de
Tunja: despacho del 18 de febrero de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885.
pos. 478. fasc. 35. ff. 53r-54r; despacho del 23 de junio de 1885, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 57r-58r; despacho del 26 de junio de
1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 59r-v; despacho del
3 de septiembre de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff.
61r-62r.
46
AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 49r-51v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 2 de enero de 1885, sobre la
necesidad de crear en el Casanare un Vicariato Apostólico. De igual manera, envió un
despacho el 30 de abril de 1885, sobre el mismo asunto, en: AA.EE.SS. Colombia,
1884-1885. pos. 478. fasc. 35. ff. 55r-56v.
47
Carta del 12 de diciembre de 1885, en: AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos.
478. fasc. 35. ff. 63r-64v.
SOBRE EL EPISCOPADO 173

1.9. Enfermedad del Obispo de Medellín


El Ordinario de Medellín José Ignacio Montoya, había solicitado un
Auxiliar y recomendó especialmente al sacerdote Francisco Xavier
Zaldúa, hijo del Presidente de la República48. León XIII en la
Audiencia del 16 de mayo de 1882 aceptó la solicitud y designó a este
sacerdote para tal cargo49. Sin embargo, el sacerdote Zaldúa renunció a
su nombramiento debido al estado de gravedad en la que se encontraba
su padre, de hecho, el mismo Presidente de la República apoyó la
decisión de su hijo50. El Obispo de Medellín expresó su malestar por
esta decisión y solicitó nuevamente la designación de un Auxiliar51.
Giovanni B. Agnozzi escribió a la Santa Sede exponiendo sus
criterios para la elección del Auxiliar de Medellín, considerando el
estado de salud de José Ignacio Montoya y de la importancia de esta
sede en el Departamento de Antioquia.
José Ignacio Montoya solicitó a la Santa Sede que fuese nombrado
como su Auxiliar a Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis, y
que había sido Auxiliar de Bogotá y de Tunja52. Ante esta petición, el
48
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 28r-30v.
49
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. f. 39r, minuta de la SESS para
Giovanni B. Agnozzi, 29 de mayo de 1882, en donde se le solicitó iniciar el
respectivo proceso canónico. Adicionalmente, se le informó al Gobierno colombiano,
el 31 de mayo de 1882, acerca el nombramiento de Francisco Javier Zaldúa, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. f. 40r. La respuesta de la Legación de
los Estados Unidos de Colombia, firmada por el Sr. Eugenio Baena, con fecha del 2
de junio de 1882, en: AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 43r-v.
50
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 52r-53r, carta de Francisco
Zaldúa al Cardenal Ludovico Jacobini, 30 de octubre de 1882. La Santa Sede notificó
al Delegado Apostólico sobre la renuncia del candidato, el 13 de enero de 1883, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. f. 59r.
51
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 444. fasc. 26. ff. 57r-v, carta del Obispo de
Medellín, José Ignacio Montoya, al Cardenal Ludovico Jacobini, 14 de diciembre de
1882.
52
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 14r-v, carta de José
Ignacio Montoya a León XIII, 24 de septiembre de 1883, hizo esta solicitud,
recordando que desde hacía dos años venía manifestando la necesidad de una auxiliar,
que le fue concedido en la persona del sacerdote Francisco Zaldúa, pero que éste
rechazo por razones familiares. Justamente, respecto al nombramiento del sacerdote
Zaldúa, Monseñor Agnozzi, con un despacho del 10 de diciembre de 1883 al Cardenal
Jacobini, informó que aunque ya había renunciado al nombramiento episcopal, estaba
buscando la forma de ser nombrado nuevamente. El Delegado Apostólico, emitió su
criterio, afirmando que si bien desempeñaba con celo su ministerio, no sería lo mismo
como Obispo, pues no poseía la madurez ni prudencia necesarias debido a su edad.
174 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Delegado Apostólico se opuso argumentando que Moisés Higuera no


era un eclesiástico suficientemente preparado ni el más adecuado para
ese cargo, provenía de una familia poco elevada, no era muy instruido,
que dejaba una lamentable impresión a la gente culta, no era una
persona presentable para ser el Auxiliar de Medellín. El Delegado
sugirió que en lugar de nombrar a un Auxiliar lo más indicado era que
el Obispo presentase su renuncia o que eligiese un buen Vicario53.
Finalmente, León XIII acogió la petición del Ordinario de Medellín
en la Audiencia del 12 de febrero de 1884. Se le notificó a la Secretaría
de los Breves para la expedición del relativo Breve del nombramiento
para que fuese enviado al Delegado Apostólico54. Moisés Higuera era
el Decano de la Metropolitana, por lo tanto al ser nombrado como
Auxiliar de Medellín quedó vacante el decanato, la Santa Sede
comunicó esto a Monseñor Agnozzi55.

1.10. Muerte del Obispo de Medellín, José Ignacio Montoya


El Delegado Apostólico participó a la Santa Sede que el 15 de julio
de 1884 había fallecido José Ignacio Montoya. Conjuntamente, notificó
que después de tres meses de habérsele informado a Moisés Higuera de
su nombramiento como Auxiliar, este no se había trasladado desde
Bogotá56. El Gobierno colombiano por su parte se comunicó con la
Santa Sede para expresar sus condolencias por la muerte del Prelado
Montoya57.
Tras la muerte de Monseñor Montoya, Giovanni B. Agnozzi expresó
su opinión sobre el asunto de Moisés Higuera nombrado como Auxiliar

Por otro lado, su nombramiento, el cual rechazó, produjo gran malestar en el clero,
en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 17r-18r.
53
El Delegado insistía en la poca preparación de Higuera para ser el sucesor de
Montoya, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc.1 f. 104r. Con un despacho del
7 de junio de 1884 de Monseñor Agnozzi al Cardenal Jacobini, se informó sobre el
grave estado de salud de Monseñor Montoya, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251.
fasc. 1. f. 106r.
54
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. f. 16r, minuta de la SESS
al Cardenal Mestel, Secretario de los Breves, 15 de febrero de 1884.
55
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. f. 21r, minuta de la SESS
para Giovanni B. Agnozzi, 27 de febrero de 1884.
56
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 108r, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 16 de julio de 1884
57
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 121, despacho de la Legación de
Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Ludovico Jacobini, 5 de septiembre de 1884.
SOBRE EL EPISCOPADO 175

de esa sede. Dado que ya no era necesaria su presencia, el Delegado


recomendó que no se trasladase sino que se le asignara un nuevo
nombramiento, por otra parte, respecto al Decanato de la Metropolitana
que estaba bajo el cargo de Higuera, luego de su nombramiento para
Medellín le fue dado al sacerdote Patricio Plata. Por lo tanto, dadas las
circunstancias que surgieron por la muerte de Monseñor Montoya, el
Delegado sugirió que Moisés Higuera fuese nombrado como Vicario
Apostólico del Casanare, en donde ya había estado siendo Vicario de
Tunja en 1882, y en ese entonces ya había sido postulado para tal
función58.
El Delegado Apostólico consideró que ya no era necesario nombrar
un Auxiliar para la Sede de Medellín, pues la justificación que se tenía
era para dar una ayuda al Obispo Montoya que se encontraba en grave
estado de salud, pero al morir este lo mejor era designar un nuevo
Prelado, joven y saludable, de tal forma que pudiera él solo hacerse
cargo de la atención pastoral de la entera Diócesis59.

1.11. Nuevo Obispo de Medellín, Bernardo Herrera Restrepo


La sede de Medellín era muy importante y no convenía dejarla
mucho tiempo sin Ordinario, de tal forma que se inició un complejo
proceso de selección de los candidatos. El Capítulo de Medellín
propuso tres: a Monseñor Moisés Higuera, quien había sido nombrado
como Auxiliar del difunto Obispo, al sacerdote jesuita Mario
Valenzuela y al sacerdote Juan Buenaventura Ortiz. El Delegado
Apostólico informó sobre este asunto a la Santa Sede remitiendo la
propuesta del Capítulo, a su vez, advirtió sobre las intrigas que se
estaban creando por culpa del Canónico Sebastián Emigdio Restrepo,
quien se estaba autopostulando para la sede de Medellín recogiendo
firmas para lograr este propósito. Por su parte, el Delegado recomendó

58
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 57r-58r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 27 de agosto de 1884. Pero la
SESS le informó a Monseñor Agnozzi, que el Prelado Higuera, había hecho
directamente la solicitud de permanecer como Decano de la Metropolitana, lo cual le
fue concedido. Minuta del 18 de octubre de 1884, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-
1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 59r-v.
59
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1884. pos. 463. fasc. 32. ff. 61r-v.
176 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

dando un informe favorable a los Canónicos Bernardo Herrera


Restrepo, Joaquín Pardo y José María Plata60.
La Santa Sede comunicó que León XIII había nombrado al sacerdote
Mario Valenzuela s.j. como nuevo Obispo de Medellín y le solicitó al
Delegado Apostólico que compilara el relativo proceso canónico61.
Pero el sacerdote no aceptó el nombramiento. El gobierno de los
Estados Unidos de Colombia, solicitó que fuese nombrado para la sede
de Medellín el sacerdote Sebastián Emigdio Restrepo, quien conocía
muy bien la situación porque ya había gobernado la Diócesis62.
León XIII decidió finalmente nombrar a Bernardo Herrera Restrepo,
por lo tanto, le solicitó al Delegado Apostólico un informe más
completo. Monseñor Agnozzi se expresó favorablemente sobre el
sacerdote Herrera Restrepo y envió el proceso canónico63. Luego de
nuevo se comunicó agradeciendo el nombramiento, y sugirió insertar
una cláusula en la Bula para el nuevo Obispo de Medellín por si se
llegaba a erigir una nueva sede en este territorio, como era el deseo de
algunas poblaciones64.
Una vez organizado todo, el 25 de marzo de 1885 fue nombrado
oficialmente Bernardo Herrera Restrepo para la sede de Medellín65.
Monseñor Herrera Restrepo se comunicó con la Santa Sede poniendo
en conocimiento que por no haber llegado antes la Bula de
nombramiento por causa de la guerra que se desarrollaba en ese

60
AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 469. fasc. 33. ff. 45r-47v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 16 de agosto de 1884.
61
AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 469. fasc. 33. ff. 50r-v, minuta de la SESS para
Giovanni B. Agnozzi, 8 de octubre de 1884.
62
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 173r.
63
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 205r, despacho de Giovanni B.
Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de noviembre de 1884, en donde se
notificó sobre el envío del proceso canónico para la promoción de Monseñor
Bernardo Herrera.
64
AA.EE.SS. Colombia, 1884. pos. 470. fasc. 33. ff. 56r-56v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 17 de noviembre de 1884. Sobre
el nombramiento de Bernardo Herrera, se encuentra la minuta de la SCC del 24 de
diciembre de 1884, en: ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 202r.
65
En las actas del Consistorio del 27 de marzo de 1885 se registra: Cathedralem
Ecclesiam Medellen, ditionis Statuum foederatorum Columbiae in America
Meridionali, vacan, per obitum bo. me. Iosephi Ignatii Montoya, ultimi illius
Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. D. Bernardi Herrera Restrepo, S.
Fidei de Bogota, seu Neogranatensis, en: ASS, vol. 17 (1884), 424. Sobre el
Episcopado de Bernardo Herrera Restrepo véase en: HC, vol. 8 (1968), 186, 271, 375.
SOBRE EL EPISCOPADO 177

momento en el país, solamente había recibido la consagración el 27 de


diciembre de 1885 por la imposición de manos del Arzobispo José
Telésforo Paul, y que tomó posesión de esta sede el 21 de enero de
1886. Agradeció al Santo Padre y junto al clero y al pueblo, profesó su
obediencia y sumisión66.

1.12. Nuevo Obispo de Panamá, José Alejandro Peralta


La Diócesis de Panamá había quedado vacante luego del
nombramiento de Telésforo Paul para la sede Metropolitana de Bogotá
en 1884. A raíz de esto, se empezó con el proceso de selección de los
posibles candidatos para esta sede. El Gobierno colombiano propuso
como candidato al sacerdote Rafael Celedón, destacando sus cualidades
tanto académicas como morales67.
León XIII designó al sacerdote jesuita Mario Valenzuela68, quien ya
había rechazado la sede de Medellín. Pero el Delegado Apostólico
notificó a la Santa Sede que había recibido una carta del sacerdote en
donde nuevamente renunciaba a la destinación de la sede vacante de
Panamá, indicando los motivos, los cuales fueron apoyados por el
Delegado69.

66
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 498. fasc. 41. ff. 57r-59r, carta al
Cardenal Ludovico Jacobini, 1 de febrero de 1886, se anexó una copia de la carta
enviada a León XIII el 30 de enero de 1886, en donde se le informó sobre el asunto.
La Minuta de respuesta de la SESS, del 19 de mayo de 1886, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1885-1886. pos. 498. fasc. 41. f. 61r.
67
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 129r, despacho de la Legación de
los Estados Unidos de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Ludovico Jacobini, 4
de septiembre de 1884. El Delegado Apostólico con un Despacho del 16 de
septiembre de 1884 al Cardenal Jacobini, expuso que le había sido transmitido por
Monseñor Biffi, Obispo de Cartagena, el propósito de nombrarlo como Vicario
Apostólico de la misión de la Guajira, territorio de la Diócesis de Santa Marta, en:
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 187r.
68
ASV. Segre. Stato, 1885. rub. 251. fasc. 1. f. 191r, minuta de la SESS para
General de la Compañía de Jesús, solicitando el proceso para la dispensa de votos del
padre Mario Valenzuela, para su promoción a la Sede de Panamá, 16 de noviembre de
1884. La respuesta del General de la Compañía de Jesús, en: ASV. Segre. Stato, 1885.
rub. 251. fasc. 1. f. 192r.
69
AA.EE.SS. Colombia, 1884-1885. pos. 479. fasc. 35. ff. 67r-70v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de noviembre de 1884, en
donde se adjuntó la carta del padre Valenzuela. El Delegado afirmó que el sacerdote
Valenzuela ya había renunciado al nombramiento como obispo de Pasto tres años
antes, y nombrarlo ahora como Ordinario de Panamá no convenía, ya que esta
178 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El 5 de enero de 1885 se comunicó telegráficamente a Monseñor


Agnozzi que León XIII había nombrado al sacerdote José Alejandro
Peralta, recomendado por el Delegado Apostólico70. Tres meses más
tarde, el Delegado Apostólico solicitó que la promoción del nuevo
Obispo viniese por medio de un Breve y prometió enviar lo más rápido
posible el proceso canónico71.
Alejandro Peralta envió una carta al Papa en donde le manifestó su
renuncia al Obispado de Panamá, su principal razón era una
enfermedad que lo acogía desde hacía más de diez años, con fiebre que
lo debilitaba bastante72. No obstante, el Papa no consideró las razones
lo suficientemente fuertes y no aceptó la renuncia, y así lo puso en
conocimiento al Delegado Apostólico73. León XIII ordenó el 1 de junio
de 1886 que fuese expedido el Breve para la promoción de Alejandro
Peralta en el siguiente Consistorio. Una vez llegó el proceso canónico
enviado por el Delegado Apostólico74 fue remitido a la SCC 75.
El 24 de octubre de 1886, Monseñor Ignacio Antonio Parra, Obispo
de Pamplona, consagró en la iglesia de Girón a José Alejandro Peralta.

Diócesis por su posición geográfica era más difícil de gobernar, principalmente por su
clima. Agregó, que otra razón de peso por la cual no sería prudente este
nombramiento, era que el padre Valenzuela pertenecía a la Compañía de Jesús, y ya
había dos obispos de esta comunidad en Colombia, un tercero generaría malestar, ya
que el número total de Prelados en el país era de 10.
70
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. f. 2r, minuta de la SESS
para Giovanni B. Agnozzi. Aunque en la respuesta dice que el Delegado Apostólico
había recomendado a este sacerdote, no se encontró el documento en donde se afirma
esto, sin embargo, la minuta da a entender que hubo un despacho que contenía la
información del candidato.
71
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. ff. 3r-4r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 15 de marzo de 1885.
72
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. ff. 5r-6r, carta del 12 de
abril de 1885.
73
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. ff. 7r-8r, minuta de la
SESS para Giovanni B. Agnozzi, 4 de septiembre de 1885.
74
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 493. fasc. 41. f. 19r, despacho de la
Delegación Apostólica, 17 de junio de 1886.
75
Minuta de la SESS, con fecha del 17 de enero de 1887, en AA.EE.SS. Colombia,
1885-1886. pos. 493. fasc. 41. f. 21r. En las actas del Consistorio del 10 de junio de
1886 se registra: Cathedrali Panamensi vacan, per translationem ad Metropolitanam
s. Fidei de Bogota R. P. D. Iosephi Thelesphori Paul e Societate Iesu, praetulit R. D.
Iosephum Alexandrum Peralta, S. Andreae in dioecesi Neo-Pampilonensi Parochum,
en: ASS, vol. 18 (1885), 568. Sobre el Episcopado de José Alejandro Peralta véase
en: HC, vol. 8 (1968), 437.
SOBRE EL EPISCOPADO 179

Asistentes: los sacerdotes José Antonio Fernández y Antonio María


Colmenares76.

1.13. Renuncia de Severo García, Obispo de Tunja


Severo García fue designado como primer Ordinario de Tunja el 18
de noviembre de 1881, pero fue consagrado hasta el 12 de marzo de
1882 por Bonifacio Antonio Toscano, Obispo in partibus77 de Centuria
en la Catedral de Tunja78.
Durante su gestión en la Diócesis, Severo García estuvo
constantemente en polémicas, tanto con sus Auxiliares como con el
Arzobispo Vicente Arbeláez. Su mala administración hizo eco hasta el
punto de que el Delegado Apostólico sugirió en octubre de 1885 que se
le pidiera la renuncia para que la sede fuese administrada
temporalmente por una comisión compuesta por Juan Nepomuceno
Rueda, Obispo in partibus de Sebastópolis en Armenia, Bonifacio
Antonio Toscano, Obispo in partibus de Centuria y el Canónico
Reyes79.
Giovanni B. Agnozzi trató sobre el asunto con la Santa Sede a través
de constantes despachos debido a su complejidad y, en consonancia con
esto, el Prelado se mostró disponible para presentar su renuncia, tan
pronto organizara mejor algunos asuntos80. De esta manera, el 15 de
76
Gonzalo URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos desde el
tiempo de la Colonia hasta nuestros días, 589-600.
77
(Del lat. in partibus [infidelium], en países [de infieles]). El término fue utilizado
hasta el 10 de junio de 1882 cuando León XIII en su carta In suprema decidió que
esas Diócesis ya no se llamarían sedes in partibus infidelium sino sedes titulares,
término que se conserva actualmente.
78
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 217-223.
79
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 3r-v, el Delegado
Apostólico, sugiere que se le otorgue a Monseñor García el grado Arzobispal y se le
provea de una pensión.
80
El Delegado Apostólico continuamente estuvo comunicando acerca del proceso
de la renuncia de Severo García. Fueron hallados los siguientes documentos:
despacho del 18 de octubre de 1885, acerca de su encuentro con el Arzobispo de
Bogotá para tratar sobre el asunto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492.
fasc. 40. ff. 5r-6r. El 10 de noviembre de 1885, informó que el secretario de Severo
García, de apellido Torres, se había acercado a la Delegación Apostólica en nombre
del Ordinario de Tunja para comunicar que este estaba en disposición para presentar
su renuncia, al término de solucionar algunas cuestiones sobre las rentas de la
Diócesis, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff.7r-v. El 15 de
diciembre de 1885, el Delegado Apostólico expuso la actitud del Obispo de Tunja,
180 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

diciembre de 1885 presentó su renuncia ante León XIII por medio del
Arzobispo José Telésforo Paul quien la envió a la Santa Sede el 4 de
enero de 188681. Este modo de actuar incomodó al Delegado
Apostólico quien se lamentó por la intromisión de José Telésforo Paul
en este asunto, no obstante, solicitó a la Santa Sede que fuese aceptada
la renuncia de Severo García y que se le diera la autorización para
nombrar un Administrador Apostólico mientras se designaba un nuevo
Ordinario, el Delegado recomendó al Canónico Patricio Plata.
En la audiencia del 13 de abril de 1886 el Santo Padre aceptó la
dimisión de Severo García y nombró al sacerdote José Benigno Perilla
Obispo de Tunja y ordenó que en la Bula se expresara la reserva futura,
cuando se tuviese oportuno, de la desmembración de esa jurisdicción.
Se le notificó a Monseñor Agnozzi, interesándolo a hacer el relativo
proceso canónico82.
Severo García recibió la respuesta de la Santa Sede aceptando su
renuncia y en donde se le anunció el nombramiento de una sede
Arzobispal titular y la asignación de una pensión anual de 20.00
francos, mientras tanto debería proseguir a regir la Diócesis de Tunja
hasta la posesión de nuevo Ordinario83.
Monseñor Juan Nepomuceno Rueda, Obispo titular de Sebastópolis y
Auxiliar de Monseñor Severo García, ante la noticia renuncia de este

quien, aunque deseaba presentar su renuncia, esperaba que su remplazo fuera una
persona de su agrado, por lo tanto se estaba tomando un tiempo para tomar su
decisión, algo que no le era beneficioso ni a él ni a la Diócesis, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 9r-10r. El 5 de febrero de 1886, informó
que el Secretario de la Legación de Colombia ante la Santa Sede, el Sr. Vélez, quien
retornaría a Roma luego de una estancia en el país, portaría como prioridad la petición
de la provista de un nuevo Mitrado para la Diócesis de Tunja, dada la inminente
renuncia del actual. El Delegado Apostólica solicitó tener en cuenta este asunto como
algo prioritario, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 17r-v.
81
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 21r-24v.
82
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 31r-v, minuta de la
SESS para Giovanni B. Agnozzi, 15 de abril de 1886. En las actas del Consistorio se
registra: Cathedralem Ecclesiam Tunquen, in Republica Columbiana Americae
meridionalis vacan, per dimissionem a R. P. D. Severo Garcia in manibus Sanctitatis
Suae ultro libenterque emissam, et ab Eadem acceptam, favore R. D. Iosephi Benigni
Perilla, Presbyteri Tunquensis dioeceseos, en: ASS, vol. 19 (1886), 424. Sobre el
Episcopado de José Benigno Perilla véase en: HC, vol. 8 (1968), 572.
83
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 30r-v. El 4 de febrero
de 1888 fue nombrado como Arzobispo titular de Chalcis en Siria, minuta de la SESS
para Severo García, 18 de mayo de 1886.
SOBRE EL EPISCOPADO 181

último y el relativo nombramiento del sucesor en la persona del


sacerdote J. Benigno Perilla, solicitó una parroquia para proveer su
sustento. Monseñor Agnozzi lo recomendó, en vista de que se tenía
inmediata la erección de una nueva sede en Santander, lo propuso como
Ordinario de la misma84.
El canónigo José Benigno Perilla solicitó al Santo Padre de aceptar
su renuncia a la sede de Tunja, las razones que dio para no aceptar el
episcopado fueron: primera, su estado de salud, ya que frecuentemente
sufría de ataques que impedían realizar adecuadamente el ejercicio
sacerdotal; segunda, carecía de estudios de doctorado, solo poseía los
requeridos para la recibir las sagradas órdenes; tercera, su carácter y
temperamentos susceptibles lo llevaban a actuar con imprudencia en
algunas situaciones; cuarta, manifestó no tener ni las aptitudes ni la
voluntad para ejercer tal puesto85. No obstante estas razones, su
petición no fue aceptada por León XIII86. Seguidamente le Delegado
Apostólico continuó tratando algunos asuntos pendientes en la Diócesis
de Tunja en torno a la renuncia de Severo García87.

84
AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 509. fasc. 42. ff. 56r-57v, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de abril de 1886.
85
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 42r-44v, carta dirigida
al Cardenal Ludovico Jacobini, 9 de mayo de 1886.
86
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 46r-47r, minuta de la
SESS al Canónigo José Benigno Perilla, con copia al Delegado Apostólico, 14 de
septiembre de 1886.
87
AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 54r-55r, despacho de
Giovanni B. Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 11 de junio de 1886. El
Delegado Apostólico aprovechando la renuncia de Monseñor García, solicitó que le
fuese tenida en cuenta la causa para el nombramiento de un Ordinario para la nueva
sede en Santander y la elevación de Casanare a Vicariato Apostólico; el 17 de junio,
nuevamente escribió sobre los mismos asuntos, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886.
pos. 492. fasc. 40. ff. 56r-v. El 8 de julio de 1886, informó que el Arzobispo de
Bogotá, José Telésforo Paul, se estaba inmiscuyendo en el asunto de la Diócesis de
Tunja, solicitó una intervención de la Santa Sede, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-
1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 58r-59r. El 12 de agosto de 1886, sobre el asunto de los
diezmos, según el acuerdo realizado luego de la llamada «cuestión tunjana», el
desacuerdo entre Severo García y Vicente Arbeláez, afirmó el Delegado Apostólico
que se debería revisar tal acuerdo, ya que el nuevo Mitrado no estaría en disposición
de continuar tal asunto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff.
62r-63r. El 24 de agosto de 1886, el Delegado Apostólico comunicó que finalmente el
Canónigo Perilla se dispondría a hacer la profesión de fe, concluyendo así, los actos
de su proceso canónico, en: AA.EE.SS. Colombia, 1885-1886. pos. 492. fasc. 40. ff.
66r-v. El 17 de septiembre, el Delegado Apostólico remitió el proceso canónico del
182 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El 28 de agosto de 1887, José Telésforo Paúl, Arzobispo de Bogotá,


consagró en la Catedral a José Benigno Perilla, Obispo de Tunja.
Asistentes los Obispos: Manuel Canuto Restrepo, dimisionario de Pasto
y Moisés Higuera, titular de Maximópolis88.

2. Luigi Mattera, 1887-1889


2.1. Nuevo Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz
El Delegado Apostólico participó a la Santa Sede de la muerte del
Ordinario de Popayán, Carlos Bermúdez, el 6 de diciembre de 1886, y
sugirió como su sucesor al Canónigo Joaquín Pardo89.
Contemporáneamente, el Capítulo catedral envió una carta a León XIII
proponiendo una terna de candidatos conformada por los sacerdotes
Gustavo Foing, Juan Buenaventura Ortiz y Aquilino Niño90. El
Gobierno, en cabeza del Presidente de la República, propuso al
sacerdote José Ignacio Soto; el Delegado Apostólico, de la misma
manera, lo recomendó91.
Surgió la posibilidad de trasladar a Ignacio Velasco de la sede de
Pasto a la de Popayán, algo que el mismo candidato refutó,
argumentando que no sería buena idea ser Obispo en su propia tierra92.

Canónigo Perilla, y solicitó pronta solución para la erección de la nueva jurisdicción


en Santander y el Vicariato Apostólico de Casanare, en AA.EE.SS. Colombia, 1885-
1886. pos. 492. fasc. 40. ff. 68r-69v.
88
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 619-621. Se dio la
noticia de la consagración episcopal de Benigno Perilla, realizada el 28 de agosto de
1887, en: AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 515. fasc. 44. ff. 54r-54v. La minuta de
respuesta de la SESS, del 18 de octubre de 1887, en donde se destacaron las buenas
gestiones y la disposición del gobierno hacia la Iglesia, en: AA.EE.SS. Colombia,
1887. pos. 515. fasc. 44. f. 56r.
89
AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 2r-3r, despacho del 10
de diciembre de 1886.
90
AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 4r-7r, carta del 12 de
diciembre de 1886, a León XIII, firmada por los miembros del Capítulo de la
Catedral.
91
AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 16r-17r, despacho de
Luigi Mattera al Cardenal Ludovico Jacobini, 19 de enero de 1887. El Delegado dio
un informe detallado del sacerdote, quien era originario del Cauca, hijo de un
distinguido militar, de buena conducta e instrucción, de 37 o 38 años, gozaba de la
estima tanto del Presidente de la República como del gobernador del Departamento.
92
AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 18r-19v, despacho de
Luigi Mattera al Cardenal Ludovico Jacobini, 6 de febrero de 1887, se anexó la carta
SOBRE EL EPISCOPADO 183

Al hacerse pública esta propuesta, un grupo de personas de la Diócesis


de Pasto envió un documento al Santo Padre para solicitar que se
impidiese el traslado de monseñor Velasco a Popayán93. En otro
documento dirigido a León XIII con la firma de un gran número de
personas se pidió al sacerdote Gustavo Foing como Ordinario de
Popayán94.
El Arzobispo José Telésforo Paul inicialmente sugirió al párroco de
la Catedral de Bogotá, Juan Buenaventura Ortiz, quien a su juicio, era
docto, piadoso, orador, de inmaculada vida y mucho celo. Se había
comunicado al Presidente de la Republica, y este aprobó tal decisión95,
pero luego propuso a Monseñor Ignacio Velasco, Obispo de Pasto
quien era natal de esa ciudad, de muy buena familia, educado en
Europa, ajeno a los Partidos Políticos, piadoso, prudente y activo. Para
sucederle en Pasto, se proponía al Miguel Higuera, Obispo de
Maxinópolis y Decano de la Catedral de Bogotá96. Monseñor Mattera
informó favorablemente sobre el sacerdote Ortiz97. Viene encargado de
compilar el Proceso Canónico.
Finalmente León XIII el 1 de junio de 1888 designó a Juan
Buenaventura Ortiz como nuevo Ordinario de Popayán98. El sacerdote

de Ignacio Velasco, dirigida a la Delegación Apostólica el 6 de enero de 1887, en


donde expuso sus argumentos.
93
AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 511. fasc. 42. ff. 51r-77v.
94
Gustavo Foing, asistente del Superior General de la Congregación de la Misión,
fue visitador de esa Provincia, y rector del Seminario Conciliar de Popayán. Se envió
una gran cantidad de documentos con firmas, para respaldar el nombramiento de este
sacerdote, en: AA.EE.SS. Colombia, 1886-1887. pos. 510. fasc. 42. ff. 21r-47v.
95
ASV. Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. ff. 83r-v.
96
ASV. Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. ff. 86r-v. Hay una carta anterior del 29
de marzo de 1887 en donde prácticamente se tocan los mismos asuntos, en: ASV.
Segre. Stato, 1887. rub 251. fasc. 2. ff. 88r-89v. Luego, José Telésforo Paúl, al
Cardenal Mario Mocenni, Sustituto del Secretario de Estado de Su Santidad, con
fecha del 23 de julio de 1887, sobre lo mismo.
97
AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 515. fasc. 44. ff. 4r-4v, despacho de Luigi
Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 30 de octubre de 1887. El 23 de abril de
1888, se envió un Despacho con el proceso canónico del sacerdote Juan
Buenaventura, quien había sido nombrado como Obispo para la Sede de Popayán, en:
ASV. Segre. Stato, 1888. rub. 251. fasc. 1. f. 73.
98
En las actas del Consistorio del 1 de junio de 1888 se registra: Cathedralem
Ecclesiam Popayanen. in Neogranatensi diti on Americae meridionalis vacan, per
obitum bo. me. Caroli Bermudez, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam
defuncti, favore R. D. Ioannis Bonaventurae Ortiz, Presbyteri s. Fidei Bogotensis. R.
184 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Ortiz agradeció al Santo Padre por su nombramiento para la sede de


Popayán99. El 27 de diciembre de 1888, fue Consagrado en la Catedral
de Bogotá por Bonifacio Antonio Toscano, Obispo titular de
Centuria100.

2.2. Muerte del Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl


José Telésforo Paul había sido promovido de la sede de Panamá a la
Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada el 6 de agosto de 1884.
Durante su pontificado en Bogotá vivió los momentos difíciles de
guerra civil de 1884-1885, así como la reanudación de las relaciones
diplomáticas entre Colombia y la Santa Sede. Tomó parte en la
redacción de la Constitución política de 1886, en influyó en la firma del
Concordato de 1887101.
El Delegado Apostólico Luigi Mattera informó al Cardenal
Secretario de Estado acerca de la repentina enfermedad del Arzobispo,
quien, luego de estar bien de salud le había llegado un problema al
corazón y a los riñones, por tal razón, los médicos le sugirieron cambiar
de aire, y se había trasladado a Anapoima102.
A pesar de que el Prelado tuvo unos días de reposo, la muerte le
sorprendió en su regreso a Bogotá, en la población de la Mesa, a unos
54 Km del sureste de la capital, el 8 de abril de 1889. La misa de
exequias fue celebrada el 10 de abril en la Catedral Metropolitana, con

D. Ioannes Bonaventura Ortiz, en: ASS, vol. 21 (1888), 627. Sobre el Episcopado de
Juan Buenaventura Ortiz véase en: HC, vol. 8 (1968), 463.
99
AA.EE.SS. Colombia, 1887. pos. 515. fasc. 44. ff. 8r-v, carta del 15 de octubre
de 1888.
100
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 511-517. Con un
despacho de Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla del 21 de marzo de 1889,
se comunicó que la celebración tuvo lugar en la Catedral Metropolitana de Bogotá,
con la asistencia, entre otros, del Presidente de la Republica, Carlos Holguín. Por la
ausencia del Arzobispo, la consagración la realizó Monseñor Toscano, Obispo titular
de Centuria, quien vino expresamente desde Tunja, en: ASV. Segre. Stato, 1889 rub
251. fasc. unico. ff. 71r-v.
101
Juan Manuel PACHECO, «José Telésforo Paul», en: Charles E. O'NEILL –
Joaquín María DOMÍNGUEZ, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús,
biográfico-temático, Madrid 2001, 2063.
102
ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251. fasc. unico. ff. 113r-114r, despacho de Luigi
Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 27 de marzo de 1889. Anapoima es una
población ubicada a 87 Km de Bogotá, se caracteriza por tener un clima ideal para las
personas que tienen problemas de salud respiratorios o cardiacos.
SOBRE EL EPISCOPADO 185

la presencia de las principales autoridades, incluido el Presidente de la


República103.

3. Antonio Sabatucci, 1890-1895


3.1. El caso de Joaquín Pardo Vergara
Tras la muerte del Arzobispo de Santafé en Nueva Granada,
Telésforo Paúl, fue nombrado para sucederle Ignacio Velasco, quien
había sido el Ordinario de Pasto desde el 15 de marzo de 1883. Al
quedar la sede Pasto vacante se iniciaron las prácticas para elegir el
nuevo Prelado.
El Gobierno colombiano propuso al sacerdote jesuita Rafael Cáceres
para la sede de Pasto104. El Obispo de Quito no estuvo de acuerdo, pues
si se elevaban los jesuitas más capaces a la dignidad Episcopal, se
corría el riesgo de que los superiores no enviasen más105.
El General de la Compañía de Jesús, Anton Anderledy, expresó su
desacuerdo con este nombramiento, ya que podía crear el precedente de
que los sacerdotes enviados a América terminasen siendo Obispos. Por
otro lado, el padre Cáceres era fundamental para la labor que
desempeñaba106. El sacerdote Rafael Cáceres envió una carta a

103
La primera comunicación fue hecha por Monseñor Moisés Higuera, Obispo
titular de Maximópolis y decano de la Metropolitana de Bogotá, con una carta
dirigida a León XIII, el 14 de abril de 1889, en: AA.EE.SS. Colombia, 1888. pos.
527. fasc. 49. ff. 50r-v. Luego el Delegado Apostólico, hizo el anuncio oficial, con un
despacho del 15 de abril de 1889, en: ASV. Segre. Stato, 1889 rub 251. fasc. único. ff.
118r-119r. Debido a la muerte del arzobispo, el Capitulo Metropolitano se reunió y
nombró como Vicario Capitular durante la Sede Vacante a Patricio Plata, quien
comunicó su nombramiento a la Santa Sede, con fecha del 25 de abril de 1889,
enviando dos cartas a la Santa Sede, una para la Secretaria de Estado y otra para el
Papa: en: ASV. Segre. Stato, 1889 rub. 251 fas. unico. ff. 120r-122r.
104
AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 48r-50r, despacho de
Legación de Colombia ante la Santa Sede, firmada por Joaquín Vélez, al Cardenal
Mariano Rampolla, 21 de enero de 1890.
105
AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 45r-v, carta del 1 de
junio de 1889 al Cardenal Mariano Rampolla.
106
AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 52r-53r, carta del
Prepósito General de la Compañía de Jesús, Anton Anderledy a León XIII, 27 de
marzo de 1890.
186 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Monseñor Mario Mocenni, Subsecretario de Estado de Su Santidad,


expresando su renuncia al nombramiento107.
La Santa Sede respondió al Gobierno colombiano que el Papa no
podía aceptar al sacerdote Cáceres108. El Arzobispo de Bogotá, Ignacio
Velasco, propuso una terna conformada por el Canónigo Joaquín Pardo
Vergara, Monseñor Moisés Higuera y el sacerdote agustino Pedro
Salazar109.
León XIII nombró finalmente para la sede de Pasto al Canónigo
Joaquín Pardo Vergara110. Se le notificó al Delegado Apostólico, al
Arzobispo de Bogotá y a la SCC donde se prepararon los actos para la
preconización del nuevo Mitrado111.
Sin embargo, el nuevo Prelado nunca tomó posesión de la sede de
Pasto, ya que a última hora hubo un cambio debido a que el Obispo de
Medellín Bernardo Herrera Restrepo fue trasladado para Bogotá.

3.2. Enfermedad y muerte del Arzobispo Ignacio Velasco


Monseñor Antonio Sabatucci informó al Cardenal Mariano
Rampolla112, que después de una penosa enfermedad y larga agonía, el

107
AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 54r-v, carta del 3 de
enero de 1890.
108
AA.EE.SS. Colombia, 1889-18980. pos. 550. fasc. 55. ff. 59r-60v, minuta de la
SESS, 31 de marzo de 1890.
109
AA.EE.SS. Colombia, 1889-18980. pos. 550. fasc. 55. f. 61r, carta del
Arzobispo de Bogotá enviada a León XIII, 19 de marzo de 1890.
110
En las actas del Consistorio del 4 de junio de 1891 se registra: Cathedralem
Ecclesiam Pastopolitan, in Confoederatione Columbiae Americae meridionalis,
vacan, per translationem R. P. D. Ignatii Telasco e Societate Iesu ad Sedem
Metropolitanam S. Fidei de Bogota, favore R. D. Ioachimi Pardo Vergara Presbyteri
S. Fidei de Bogota, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 710. Sobre el Episcopado de Juan
Buenaventura Ortiz véase en: HC, vol. 8 (1968), 375, 443.
111
AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. f. 65r, minuta de la SESS
para Antonio Sabatucci, 15 de noviembre de 1890. Se envió copia al Arzobispo de
Bogotá, Ignacio Velasco, con fecha del 17 de noviembre de 1890, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1889-18980. pos. 550. fasc. 55. f. 66r. El Delegado Apostólico, Antonio
Sabatucci, envió el Proceso Canónico con un despacho del 12 de febrero de 1891, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1889-1890. pos. 550. fasc. 55. ff. 68r-v.
112
ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 71r-72v, despacho de Monseñor
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 11 de abril de 1891.
SOBRE EL EPISCOPADO 187

Arzobispo de Bogotá, Ignacio Velasco murió el 10 de abril de 1891113.


El propio Delegado le administró la unción, y estuvo acompañado por
un gran número de personas, entre clérigos y laicos114.

3.3. Nuevo Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo


Luego de la muerte de Ignacio Velasco, Monseñor Antonio
Sabatucci propuso para aquella sede al Obispo de Medellín, Bernardo
Herrera115. La Santa Sede respondió que fue acogida positivamente la
solicitud y León XIII nombró a Bernardo Herrera Restrepo Arzobispo
de Bogotá, y se le pidió al Delegado Apostólico que compilara el
respectivo proceso canónico116.El Gobierno comunicó su plena
satisfacción por el nombramiento117.

113
Antes de esta comunicación, tan pronto falleció el Arzobispo, se envió un
telegrama a la Secretaria de Estado, con fecha del 10 de abril de 1891, en: ASV.
Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 74r.
114
ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 71r-72v. Ya el Delegado había
enviado un telegrama el 4 de abril de 1891, informando acerca de la intervención
quirúrgica que tendría el Arzobispo el siguiente día, 5 de abril, en: ASV. Segre. Stato,
1891. rub. 251. fasc. 1. f. 73r. El Delegado apostólico solicitó a la Santa Sede que tras
la muerte del Arzobispo se nombrara un sucesor con urgencia; telegrama del 14 de
abril de 1891, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. f. 31r.
115
AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. ff. 33r-34r, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 13 de abril de 1891.
116
AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. f. 32r, minuta de la SESS para
Antonio Sabatucci, 24 de abril de 1891. Monseñor Antonio Sabatucci envió un
Despacho al Cardenal Mariano Rampolla, con fecha del 13 de mayo de 1891, en
donde comunicó que había compilado el proceso canónico de Bernardo Herrera,
Obispo de Medellín, para ser promovido a la Arquidiócesis de Bogotá. De la misma
forma, afirmó que desde su llegada le había sido hecha con insistencia la sugerencia
de erigir dos nuevas sedes, una en el Tolima y otra en Santander. La primera separada
de la Arquidiócesis de Bogotá, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 68r-
v. La minuta de respuesta de la Secretaria de Estado, con fecha del 16 de junio de
1891, en donde se comunicó que en el Consistorio del 4 de junio se había hecho el
traslado de Medellín a Bogotá del Monseñor Herrera, pero que mientras llegaba el
nuevo Obispo contunuara como administrador, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251.
fasc. 1. f. 69r. En las actas del Consistorio del 4 de junio de 1891 se registra:
Metropolitanam Ecclesiam S. Fidei de Bogota in Columbia, pro R. P. D. Bernardo
Herrera Reslrepo, promoto a Sede Medellensi, quam in administrationem precariam
retinet, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 708.
117
ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 76r-v, despacho de Antonio
Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 1 de mayo de 1891, en donde informó que
se había iniciado el proceso canónico para el traslado de Bernardo Herrera, Obispo de
188 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La SESS dio noticia al Auditor de Su Santidad del traslado de


Bernardo Herrera Restrepo de Medellín a Bogotá para que fuese
preparada la proposición consistorial, en donde se declarase que
Monseñor Herrera retenía la administración temporal de Medellín.118
Antonio Sabatucci participó que Herrera Restrepo fue preconizado el
4 de junio de 1891, y que apenas recibiese la Bula y el Palio asumiría la
administración de la Arquidiócesis119. Finalmente Bernardo Herrera
Restrepo tomó posesión el 27 de septiembre de 1891120.

3.4. Nuevo Obispo de Medellín, Joaquín Pardo


La muerte del Arzobispo de Bogotá, Ignacio Velasco, hizo cambiar
algunos nombramientos, ya que al quedar la sede Metropolitana
vacante fue necesario hacer rápido un traslado, y le correspondió al
Ordinario de Medellín Bernardo Herrera ser nombrado como nuevo
Arzobispo, dejando su sede vacante.
En virtud de esto, tanto el Delegado Apostólico como el Gobierno
colombiano, hicieron sus respectivas propuestas para las sedes
vacantes121. Teniendo en cuenta estos criterios, León XIII hizo un

Medellín para la Sede Metropolitana de Bogotá. Añadió, que el gobierno estaba


complacido por este nombramiento, manifestado por el Presidente Rafael Núñez. El
25 de abril de 1891, el Delegado Apostólico comunicó al Gobierno colombiano el
nombramiento de Monseñor Herrera para la Sede de Bogotá, cumpliendo la norma del
artículo 15 del Concordato, en: ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 77r. El
gobierno respondió por medio del Ministro de Relaciones Exteriores, Sr. Marco Fidel
Suarez, con fecha del 27 de abril de 1891, expresando su satisfacción, en: ASV.
Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 78r.
118
AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. f. 45r, minuta del 30 de mayo
de 1891.
119
AA.EE.SS. Colombia, 1891. pos. 554. fasc. 56. ff. 46r-v, despacho de Antonio
Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de junio de 1891.
120
ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 141r, despacho de Antonio
Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 1 de octubre de 1891.
121
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 34r-35v, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 23 de junio de 1891, allí se
proponía, para la Sede de Medellín a Monseñor Pardo Vergara, quien había sido
nombrado para Pasto, y para la Sede de Pasto Monseñor Higuera, Obispo titular de
Maximópolis y actual decano del Capitulo Metropolitano. El gobierno, a través de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede, con despacho del 31 de agosto de 1891,
proponía a Joaquín Pardo Vergara, actual Obispo de Pasto, para la Sede de Medellín,
en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 39r-v. De forma paralela,
el 20 de octubre de 1891, por medio de la Legación de Colombia, el gobierno,
SOBRE EL EPISCOPADO 189

cambio en el nombramiento de Joaquín Pardo Vergara que en lugar de


ser designado para Pasto fue nombrado para la jurisdicción de Medellín
en sustitución de Bernardo Herrera Restrepo122.
Fue consagrado en la Catedral de Bogotá por Bernardo Herrera
Restrepo, el 24 de abril de 1892, siendo asistentes Moisés Higuera,
Obispo titular de Maximópolis y Juan Nepomuceno Rueda, Obispo
electo de Antioquia123. Joaquín Pardo Vergara informó a la Santa Sede
sobre su Consagración124.

3.5. Nuevo Vicario Apostólico del Guaviare, Ezequiel Moreno


León XIII aprobó la erección del Vicariato Apostólico del Casanare
por medio de un Breve del 17 de julio de 1893125, y como Vicario
Apostólico fue nombrado Ezequiel Moreno y Díaz. Nació en Alfaro
(La Rioja-España) el 9 de abril de 1848. En 1865 profesó en la Orden
de Agustinos Recoletos en Monteagudo (Navarra). Fue ordenado
sacerdote en 1871 en Manila, trabajó durante 15 años como misionero
en Filipinas. Prior de Monteagudo en 1885. Nombrado jefe de una
expedición, partió de España a finales de 1888 con otros seis religiosos
voluntarios, llegando a Bogotá el 2 de enero de 1889. Su primer
objetivo fue restablecer la observancia religiosa en las comunidades y
reactivar sus antiguas misiones.
Por su gran compromiso y por el trabajo realizado en las misiones,
fue tenido como el candidato más idóneo para ser el primer Vicario
Apostólico del Casanare. El 23 de octubre de 1893 fue nombrado
Obispo titular de Pinara y el 1 de mayo de 1894, Monseñor Bernardo
Herrera Restrepo, lo consagró en la Catedral Metropolitana, fueron

propuso para la Sede de Medellín a Joaquín Pardo, y para Pasto al sacerdote Severo
Gonzáles, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 56r-v.
122
En las actas del Consistorio de julio de 1892 se registra: Cathedralem Ecclesiam
Medellen. in ditione Statuum Foederatorum Columbiae in America Meridionali vacat,
per translationem R. P. D. Bernardi Herrera Restrepo ad metropolitanam Sedem S.
Fidei de Bogota, favore R. P. D. Ioachimi Pardo Vergara Electi Episcopi
Pastopolitani, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 27. Sobre el Episcopado de Joaquín
Pardo Vergara, véase en: HC, vol. 8 (1968), 375.
123
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 518-537.
124
ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 18. fasc. 2. ff. 3r-v, carta del 7 de mayo de 1892.
125
El texto completo de la Copia del Breve Pontificio de León XIII, del 17 de julio
de 1893, firmado por el Cardenal Serafini, en: AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos.
580. fasc. 66. ff. 22r-23r.
190 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

asistentes: el Arcediano Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando


Piñeros126.

3.6. Nuevo Obispo del Socorro, Evaristo Blanco


León XIII erigió la sede del Socorro el 20 de marzo de 1895,
separándola de la de Tunja127. Para el nombramiento del primer Obispo
se tuvo el siguiente proceso: inicialmente el Gobierno colombiano
recomendó al sacerdote José Antonio Fernández128. El Delegado
Apostólico Luigi Mattera informó a la Santa Sede favorablemente
sobre este candidato129, y el Papa aceptó y se le comunicó al
Delegado130. Pero el sacerdote solicitó ser dispensado de aceptar el
Episcopado131, debido a esto se propuso transferir a la nueva Diócesis
al Ordinario de Panamá, José Alejandro Peralta132. León XIII dispensó
al sacerdote Fernández de aceptar dicha sede y aprobó el traslado del
Obispo de Panamá, pero hasta cuando fuese encontrado un sucesor133.
Se le dio noticia al Encargado de los negocios de la Delegación
Apostólica, Enrico Sibilia, el 6 de noviembre de 1895134.
En noviembre de 1896, el Gobierno recomendó al sacerdote Evaristo
Blanco, párroco de Málaga en el Departamento de Santander, para la

126
Con una carta del 12 de mayo de 1894, Monseñor Ezequiel Moreno informó
que fue consagrado el 1 de mayo de 1894 por medio del Arzobispo de Bogotá, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1894. pos. 580 (conclusione). fasc. 66. ff. 36r-v. Sobre el
Episcopado de Ezequiel Moreno y Díaz véase en: HC, vol. 8 (1968), 443, 454.
127
ASS, vol. 29 (1896-1897), 579.
128
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. f. 35r, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de junio
de 1895, firmada por Augusto Borda.
129
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 37r-v, despacho de
Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de mayo de 1895.
130
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. f. 39r, minuta de
telegrama de la Santa Sede al Delegado Apostólico, 2 de julio de 1895.
131
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 42r-45v, carta del 10
de julio de 1895, alegaba problemas de salud y edad avanzada.
132
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 72r-73v, despacho de
Luigi Mattera al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de agosto de 1895.
133
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. ff. 74r- 75r, minuta de la
SESS para Luigi Mattera, 20 octubre de 1895.
134
AA.EE.SS. Colombia, 1894-1895. pos. 595. fasc. 70. f. 80r, minuta de la SESS
para Enrico Sibilia.
SOBRE EL EPISCOPADO 191

sede de Socorro135, el cual viene nombrado por el Santo Padre en la


Audiencia del 24 de noviembre de 1896136. Monseñor Sibilia solicitó
instrucciones sobre la ejecución del Decreto Consistorial de erección de
la nueva jurisdicción137. Se le respondió que dicha ejecución viniera
confiada al Arzobispo de Bogotá138.
Monseñor Sibilia envió el proceso canónico de Evaristo Blanco,
quien en el momento de su nombramiento era Rector del Colegio León
XIII de Bucaramanga, nació en San Miguel en el territorio de Nueva
Pamplona el 25 de octubre de 1855, hizo sus estudios en el seminario
de Bogotá, y asimismo era Vicario Foráneo y párroco de Málaga. No
tenía ningún grado académico, pero según los testimonios, gozaba de
gran piedad e instrucción, se creía que tenía las condiciones para ser un
buen Prelado.
León XIII aceptó al candidato y lo nombró primer Obispo del
Socorro139. El 8 de septiembre de 1897, Monseñor Ignacio Antonio
Parra, Ordinario de Pamplona, lo consagró en la iglesia de San
Laureano de Bucaramanga, fueron asistentes: los sacerdotes Numa
Pompilio Calderón, Canónigo de Pamplona, y José María Villalba,
párroco de San Laureano140.

135
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 33r-34v, despacho de
la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de
noviembre de 1896.
136
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 40r, minuta de
telegrama del 24 de noviembre de 1896, en donde la Santa Sede comunicó al
Delegado Apostólico el nombramiento.
137
Despacho de Monseñor Sibilia al Cardenal Rampolla, del 12 de enero de 1897,
en AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. ff. 41r-42r.
138
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1897. pos. 621. fasc. 78. f. 49r, minuta de
telegrama de la SESS a la Delegación Apostólica, 28 de julio de 1987.
139
En las actas del Consistorio del 19 de abril de 1897 se registra: Ecclesiam de
Socorro in Columbiana Republica Americae Meridionalis, per Decretum S.
Congregationis Consistorialis Iamdudum ad Apostolicam Sedem datum die 20 Martii
1895 ad cathedralis honorem evectam, a primaeva sua erectione vacantem, favore R.
D. Evaristi Blanco, presbyteri dioeceseos Neo-Pampilonen, en: ASS, vol. 29 (1896-
1897), 579. Sobre el Episcopado de Juan Buenaventura Ortiz véase en: HC, vol. 8
(1968), 523.
140
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 107-118.
192 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

3.7. Decesos de los Obispos de Antioquia, Santa Marta y Pasto


El Delegado Apostólico comunicó a la Santa Sede sobre la muerte de
Monseñor Jesús María Rodríguez, Obispo de Antioquia, ocurrida el 31
de julio de 1891, mientras visitaba la parroquia de Concordia141. Estuvo
en esta sede desde el 9 de agosto de 1883.
Poco tiempo después, Antonio Sabatucci tuvo que transmitir la
noticia del fallecimiento del Ordinario de Santa Marta, José Romero,
dada el 22 de septiembre de 1891. Había permanecido desde el 6 de
diciembre de 1864. El Delegado Apostólico resaltó que, a pesar de ser
octogenario recorrió su Diócesis en visita pastoral sin manifestar
problemas de salud hasta pocos días antes de su muerte142.
Adicionalmente, se dio la muerte de otro Prelado en un espacio de
tiempo muy corto, esta vez se trató de Canuto Restrepo, Obispo
renunciatario de Pasto, quien falleció en la población de Guaduas el 14
de octubre de 1891 a los 66 años, estuvo en esta sede desde el 21 de
marzo de 1870, pero había renunciado en 1881.143

3.8. Nuevos Ordinarios para Antioquia, Pasto y Santa Marta


La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci,
que León XIII había hecho el nombramiento de nuevos Obispos144.
Para la sede de Antioquia Juan Nepomuceno Rueda145, para Pasto
Manuel José Caicedo146 y para Santa Marta a Rafael Celedón147.

141
ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. f. 127r, despacho de Antonio
Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 31 de julio de 1891.
142
ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 139r-v, despacho de Antonio
Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 30 de septiembre de 1891.
143
ASV. Segre. Stato, 1891. rub. 251. fasc. 1. ff. 160r-v, despacho de Antonio
Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 31 de octubre de 1891.
144
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. f. 71r, minuta de la SESS
a la Delegación Apostólica, 14 de noviembre de 1891.
145
En las actas del Consistorio de julio de 1892 se registra: Cathedralem Ecclesiam
Antioquien in confoederatione Columbiana Americae Meridionalis vacat, per obitum
bo. me. Iesu Mariae Rodríguez, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam
defuncti, favore R. P. D. Francisci Mariae Ioannis Nepomuceni Rueda, Episcopi
titularis Sebastopolitani, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 27. Sobre el Episcopado de
Juan Nepomuceno Rueda véase en: HC, vol. 8 (1968), 507.
146
En las actas del Consistorio de julio de 1892 se registra, haciendo la aclaración
sobre el primer nombramiento a la sede de Pasto de Joaquín Pardo Vergara que no se
realizó: Cathedralem Ecclesiam Pastopolitan. in Confoederatione Columbiana
Americae meridionalis adhuc ut prius vacat, per translationem R. P. D. Ignatii
SOBRE EL EPISCOPADO 193

Juan Nepomuceno Rueda ya había sido consagrado el 15 de octubre


de 1882 y era titular de Sebastópolis en Armenia, había sido Auxiliar
de Severo García en la sede de Tunja.
Respecto a los documentos que hacen referencia al proceso canónico
de los otros dos nuevos Obispos, solo se hemos encontrado los
correspondientes a Rafael Celedón148. Una vez fueron notificados
Monseñor Rueda y de Monseñor Celedón, que agradecieron por sus
respectivos nombramientos para las sedes de Antioquia y Santa
Marta149.
El 22 de mayo de 1892, Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena,
consagró en la iglesia de San Juan de Dios (ya San Pedro Claver) de
Cartagena, a Rafael Celedón, fueron asistentes: José Alejandro Peralta,
Ordinario de Panamá y el sacerdote Teodoro Hamón, rector del
Seminario de Cartagena150.
El 29 de mayo de 1892, Bernardo Herrera Restrepo, consagró en la
Catedral de Bogotá a Manuel José Caicedo, fueron asistentes los
Obispos, José Benigno Perilla, de Tunja y Joaquín Pardo Vergara, de
Medellín151.

Velasco e Societate Iesu ad Sedem Metropolitanam S- Fidei de Rogota, nam R. P. D.


Ioachim Pardo Vergara Presbyter S. Fidei de Bogota eidem suffectus in Consistorio
Secreto diei 4 Iunii 1891 nec munus consecrationis suscepit nec illius possessionem
nactus fuit. R. D. Emmanuel Iosephus de Cayzedo et Cuero ex legitimis, catholicis,
honestisque parentibus in urbe S. Fidei de Bogota progenitus et quadragesimum
primum aetatis suae annum supergressus, en: ASS, vol. 23 (1890-1891), 27. Sobre el
Episcopado de Manuel José Caicedo véase en: HC, vol. 8 (1968), 443, 463.
147
Sobre el Episcopado de Rafael Celedón véase en: HC, vol. 8 (1968), 370.
148
ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc. 2. f. 3r, despacho de Antonio Sabatucci
al Cardenal Mariano Rampolla, 7 de diciembre de 1891, en donde informó acerca del
proceso canónico del párroco de Ocaña, el sacerdote Rafael Celedón, promovido
como Obispo de la Sede de Santa Marta. La minuta de respuesta de la SESS, con
fecha del 21 de enero de 1892, en: ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc. 2. ff. 7r-v.
La minuta de la SESS, con fecha del 21 de enero de 1892 para la Congregación
Consistorial enviado el proceso canónico, en: ASV. Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc.
2. ff. 5r-v. El 25 de diciembre de 1891, Antonio Sabatucci envió a la SESS un
despacho informando que Rafael Celedón ya había hecho la Profesión de fe, en: ASV.
Segre. Stato, 1892. rub. 251. fasc. 2. ff. 9r-v.
149
Juan Nepomuceno Rueda, envió la carta de agradecimiento al Papa el 19 de
abril de 1892, en AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 80r-v.
Rafael Celedón, envió la carta de agradecimiento al Papa, el 30 de mayo de 1892, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1891-1892. pos. 558. fasc. 57. ff. 82r-v.
150
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 172-178.
151
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 133-153.
194 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

3.9. Muerte del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz


El Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci, comunicó a la Santa
Sede el fallecimiento del Ordinario de Popayán, Juan Buenaventura
Ortiz, ocurrida el 15 de agosto de 1894. Estuvo en esta sede desde el 1
de junio de 1888. El Delegado informó que estaba ocupándose por
encontrar un candidato para ser presentado como sucesor. Mientras
tanto, el Capítulo de la Catedral había elegido al Canónigo Aristides
Salcedo como Vicario Capitular, para el cual se solicitaron las
respectivas facultades152. De la Sagrada Congregación de Propaganda,
vienen expedidos los rescriptos que contienen las facultades necesarias
y oportunas en favor del Vicario Capitular153.

3.10. Nuevo Obispo del Tolima, Esteban Rojas


El Delegado Apostólico cuando envió los documentos
correspondientes al proceso de la erección de la nueva Diócesis anexó
los informes que recomendaban a Esteban Rojas como candidato para
ser el primer Obispo154.
León XIII aprobó la erección de la sede del Tolima el 30 de agosto
de 1894, estableciendo la sede Episcopal en la ciudad de Neiva y se
aceptó a Esteban Rojas155, quien fue nombrado el 18 de marzo de
1895156.

152
AA.EE.SS. Colombia, 1894. pos. 587. fasc. 68. ff. 43r-44r, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 22 de agosto de 1894.
153
La Facultad viene emitida por la la SCPF, el 6 de octubre de 1894, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1894. pos. 587. fasc. 68. f. 47r.
154
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69.37r-50r, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de junio de 1894, los
documentos adjuntos son: una nota oficial del Gobierno Colombiano con fecha del 8
de junio de 1894 apoyando la creación de las diócesis; la respuesta afirmativa del
Arzobispo de Bogotá, Monseñor. Bernardo, con fecha del 8 de junio de 1894; la
respuesta afirmativa del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura, con fecha del 23 de
mayo de 1894; indicación de los límites de la nueva Diócesis del Tolima, con mapa
incluido.
155
AA.EE.SS. Colombia, 1893-1895. pos. 593. fasc. 69. f. 57r, minuta de
telegrama de la SESS a Antonio Sabatucci, 3 de agosto de 1894.
156
En las actas del Consistorio del 18 de marzo de 1895 se registra: Ecclesiali
Tolimen Cathedralis titulo honestatam, et a sua nova erectione vacantem, favore R.
D. Stephani Rojas, Presbyteri Popayanensis dioeceseos, en: ASS, vol. 27 (1894-
1895), 521. Sobre el Episcopado de Esteban Rojas véase en: HC, vol. 8 (1968), 283,
558.
SOBRE EL EPISCOPADO 195

El 21 de abril de 1895, el Cardenal Serafín Vannutelli, Obispo de


Frascati, consagró en la capilla del Colegio Pio Latinoamericano, a
Monseñor Esteban Rojas.157.
El Ordinario del Tolima, Monseñor Esteban Rojas, informó de haber
tomado posesión de su sede, el 21 de julio de 1895, y de su proyecto de
fundar una Casa de Misioneros Franciscanos para la evangelización de
los salvajes indígenas de una vasta zona del territorio adyacente a su
jurisdicción158. Se escribe al padre Luigi de Parma, Ministro General de
los menores observantes sobre este propósito159.

3.11. Cambio en las sedes de Popayán y Pasto, y nuevo Vicario


Apostólico del Casanare
Debido a la muerte del Obispo Juan Buenaventura Ortiz, la sede de
Popayán se encontraba vacante, pero para poder nombrar un nuevo
Ordinario, según el criterio del Delegado Apostólico, se deberían hacer
algunos movimientos. La propuesta era que el Ordinario de Pasto,
Manuel José Caicedo fuese trasladado a Popayán, a pesar de que solo
llevaba en su sede desde el 1 de febrero de 1892. Para la sede de Pasto,
se propuso a Ezequiel Moreno, Vicario Apostólico del Casanare,
igualmente con poco tiempo pues había sido nombrado el 17 de julio de
1893. Para el Vicariato del Casanare se propuso al sacerdote agustino
Nicolás Casas160. El Gobierno colombiano por su parte, se acogió a la
propuesta del Delegado Apostólico y se comunicó a la Santa Sede
haciendo la misma petición161.
León XIII aprobó dichos nombramientos e informó al Delegado
Apostólico al respecto encargándole iniciar las prácticas para los

157
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 672-683.
158
AA.EE.SS. Colombia, 1895. pos. 605. fasc. 71. ff. 96r-97r, carta del 12 de
septiembre de 1895.
159
AA.EE.SS. Colombia, 1895. pos. 605. fasc. 71. ff. 98r-v, minuta de la SESS, 2
de noviembre de 1895.
160
AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 2r-3v, despacho de
Antonio Sabatucci al Cardenal Mariano Rampolla, 17 de diciembre de 1894.
161
AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. f. 4r, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede, firmada por Augusto Borda, con fecha del
31 de enero de 1895.
196 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

relativos procesos canónicos162. Asimismo, La Santa Sede informó al


Gobierno colombiano sobre los nuevos nombramientos163.
El Delegado Apostólico envió los respectivos procesos canónicos a
la Santa Sede, el 1 de mayo de 1895164, y estos fueron remitidos por la
SESS a la SCC el 20 de junio de 1895165.
Los nombramientos fueron pronunciados por León XIII en la
Alocución del 29 de noviembre de 1895, y se hicieron efectivos el 2 de
diciembre de 1895, quedando definidos de la siguiente manera: para la
sede de Popayán, Manuel José Caicedo166; para la sede de Pasto,
Ezequiel Moreno y Díaz167; y para el Vicariato del Casanare, Nicolás
Casas y Conde168.
Nicolás Casas fue consagrado el 12 de abril de 1896 por Bernardo
Herrera Restrepo en la Catedral Metropolitana, fueron asistentes,
Ezequiel Moreno, recién nombrado Obispo de Pasto, y el Arcediano
Patricio Plata Azuero. Se le concedió a su vez, la sede de Tito de
Adrianópolis. El mismo día envió la comunicación de su consagración

162
AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. f. 9r, minuta de telegrama
de la SESS al Delegado Apostólico, del 7 de marzo de 1895.
163
AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 10r-v, minuta de la
SESS al Encargado de los Asuntos de la República de Colombia, Augusto Borda, con
fecha del 18 de marzo de 1895.
164
AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 13r-15r.
165
AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. f. 17r.
166
En las actas de la Alocución de León XIII del 29 de noviembre de 1895 se
registra: Cathedralem Ecclesiam Popayanen in Neogranatensi ditione, Americae
Meridionalis, vacan, per obitum bo. me. Ioannis Bonaventurae Oritz, ultimi illius
Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. P. D. Emmanuelis Iosephi de
Cayzedo Episcopi Pastopolitani, en: ASS, vol. 28 (1895-1896), 331.
167
En las actas de la Alocución de León XIII del 29 de noviembre de 1895 se
registra: Cathedralem Ecclesiam Pastopolitan in Confoederatione Columbiana
Americae Meridionalis, vacan, per translationem R. P. D. Emmanuelis Iosephi de
Cayzedo ad Sedem Popayanensem, favore R. P. D. Ezechielis Moreno, ex Ordine
Fratrum Excalceatorum S. Augustini, Episcopi titularis Pinarensis ei Vicarii
Apostolici Casanarensis, en; ASS, vol. 28 (1895-1896), 331.
168
En las actas de la Alocución de León XIII del 29 de noviembre de 1895 se
registra: Titularem Ecclesiam Episcopalem Adrianopolitanam, vacan, per obitum bo.
me. Aloisii Gabrielis de la Plata, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam
defuncti, favore R. P. Fr. Nicolai Casas ex Ordine discalceatorum S. Augustini,
presbyteri Tirasonensis in Hispania. Qui etiam deputatus fuit ad Vicariatum
apostolicum Casanatensem in Columbiana Republica, en: ASS, vol. 28 (1895-1896),
332. Sobre el Episcopado de Nicolás Casas véase en: HC, vol. 8 (1968), 77.
SOBRE EL EPISCOPADO 197

a la Santa Sede y expresó su agradecimiento por el nombramiento


recibido169.

3.12. Muerte del Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi


Eugenio Biffi imploró a León XIII un Auxiliar en la persona de su
vicario general, Pietro Adamo Brioschi, por motivo de su salud170. El
Papa aprobó la propuesta171, pero llegó la noticia de la muerte de
Monseñor Biffi, ocurrida el 8 de noviembre de 1896, comunicada por
Enrico Sibilia, encargado de los Asuntos de la Santa Sede.

3.13. Nuevo Ordinario de Cartagena, Pietro Adamo Brioschi


Tras la muerte de Eugenio Biffi, se propuso como su sucesor a Pietro
Adamo Brioschi, sacerdote italiano que había llegado junto al difunto
Obispo el 1 de junio de 1882. Gozaba de buena imagen y al darse la
muerte de Monseñor Biffi la misma población hizo la petición al Papa a
través del Delegado Apostólico172. El Gobierno colombiano al conocer
la simpatía del pueblo cartagenero y la posición del Delegado
Apostólico, por su parte, lo recomendó a la Santa Sede173.
León XIII aprobó al candidato y le fue notificado a Enrico Sibilia,
Encargado de Negocios de la Santa Sede en Colombia, para que

169
AA.EE.SS. Colombia, 1895-1896. pos. 608. fasc. 73. ff. 20r-21r, carta del 12 de
abril de 1896.
170
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 3r-4r, carta del 20 de
agosto de 1896.
171
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 5r-v, minuta de la
SESS a Enrico Sibilia, 18 de septiembre de 1896.
172
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 6r-7r, despacho de
Enrico Sibilia, Encargado de Negocios de la Santa Sede al Cardenal Mariano
Rampolla, 10 de noviembre de 1986. El 15 de noviembre se envió otro despacho
anexando la súplica de varios habitantes de la Diócesis de Cartagena para que se
tuviera presente a Monseñor Brioschi, en: AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos.
635. fasc. 87. ff. 8r-16r.
173
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. f. 18r, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede, 22 de mayo de 1897, firmada por Joaquín
Vélez.
198 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

iniciara las prácticas del respectivo proceso canónico174, el cual fue


remitido el 2 de julio de 1897175.
Pietro Adamo Brioschi suplicó al Papa que lo dispensase de asumir
la carga de Obispo de Cartagena, la cual fue negada luego de sentir el
parecer del Delegado Apostólico, Antonio Sabatucci176.
El 4 de enero de 1898 León XIII ordenó que el nombramiento de
Monseñor Brioschi como Ordinario de Cartagena fuera hecho por
Breve177. El nombramiento se hizo oficial el 15 de febrero de 1898178.
Fue consagrado el 9 de mayo de 1898 en la Catedral de Bogotá, por
el Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo, fueron asistentes el Arcediano
Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando Piñeros. Fue esta la última
consagración hecha en Bogotá en la sacerdotes sirvieron de asistentes.
Con carta del 30 de junio de 1898, Pietro Adamo Brioschi informó de
haber hecho su solemne ingreso en la ciudad de Cartagena el 23 de
aquel mismo mes179.

4. Antonio Vico, 1897-1903


4.1. Nuevo Obispo de Panamá, Francisco Javier Junguito
Ocurrida la muerte del Ordinario de Panamá, José Alejandro Peralta,
el 8 de julio de 1899, se propusieron varias opciones para sucederlo. El

174
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. f. 21r, minuta de
telegrama de la SESS a Enrico Sibilia, 24 de mayo de 1897.
175
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 22r-27r, despacho de
Enrico Sibilia al Cardenal Mariano Rampolla, l2 de julio de 1897. Monseñor Brioschi,
Cameriere Segreto Sopranumerario de Su Santidad, y actualmente Vicario Capitular
de Cartagena, nació en Tradate, Arquidiócesis de Milán e, 7 de abril de 1860, fue
alumno del Seminario de las Misiones Exteriores. No tenía ningún grado académico
ni el Teología ni en Derecho Canónico. Fue secretario de Monseñor Biffi quien lo
ordenó sacerdote.
176
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 29r-30r, minuta de la
SESS, del 18 de agosto de 1897.
177
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. f. 46r, minuta de
telegrama de la SESS a Enrico Sibilia, 4 de enero de 1898.
178
En las actas del Consistorio del 24 de marzo de 1898 se registra: Cathedralem
Ecclesiam de Garthagena in Republica Columbiana Americae Meridionalis, vacan,
per obitum bo. m. Eugenii Biffi, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam
defuncti, favore R. D. Petri Brioschi, Presbyteri archidioeceseos Mediolanensis, en:
ASS, vol. 30 (1897-1898), 580. Sobre el Episcopado de Pietro Adamo Brioschi véase
en: HC, vol. 8 (1968), 186.
179
AA.EE.SS. Colombia, 1896-1898. pos. 635. fasc. 87. ff. 50r-51r.
SOBRE EL EPISCOPADO 199

Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, postuló a Lucas Toledo de la


Compañía de Jesús, a José María Villalba párroco en Bucaramanga y a
Rudesindo M. Castillo, párroco de San Victorino en Bogotá180. Por su
parte el Delegado Apostólico propuso a Francisco Javier Junguito, de la
Compañía de Jesús181. El padre Luis Martin, General de la Compañía
de Jesús, solicitó al Santo Padre de desistir de la proyectada
candidatura del padre Junguito.
Vienen presentados otros candidatos, pero según el Gobierno,
ninguno, excepto el padre Junguito, podría ocupar la Sede de Panamá.
En la Sesión 877, III del 1 de marzo de 1900, se examinó y se dispuso
nombrar al padre Junguito para la sede de Panamá. Se comunicó al Sr.
Vélez representante del Gobierno colombiano la resolución del Santo
Padre182. Mientras tanto, el padre Luis Martín remitió a la Santa Sede la
renuncia del padre Junguito183. Se les dio noticia al Sr. Vélez y a
Monseñor Vico, para que presentasen otros candidatos.
Se hizo saber al padre Junguito que el Papa lo hacía libre de
cualquier empeño hacia la Compañía, si bien no lo obligaba a aceptar el
Episcopado184. La Santa Sede escribió al padre Martín que el Santo
Padre quería que el padre Junguito aceptara por obediencia la Sede de
Panamá185. Encontrándose dicho padre en España, la Santa Sede
escribió al Nuncio Apostólico en Madrid para que le hiciera conocer
esta Pontificia decisión186.
Francisco Javier Junguito fue nombrado el 15 de abril de 1901187. El
14 de julio de 1901, Pietro Adamo Brioschi, Ordinario de Cartagena, lo
180
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 99. ff. 46r-v, despacho de
Bernardo Herrera Restrepo al Cardenal Mariano Rampolla, 17 de julio de 1899.
181
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 99. ff. 51r-53v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, del 13 de julio de 1899.
182
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. f. 4r, minuta de la SESS
a la Legación de Colombia ante la Santa Sede, del 17 de marzo de 1900.
183
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. ff. 11r-12r, carta del 13
de junio de 1900; adjunta la renuncia de Junguito hecha el 3 de marzo de 1900.
184
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. ff. 48r-50r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 30 de noviembre de 1900.
185
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. f. 52r, minuta de la SESS
al General de Compañía de Jesús, 6 de febrero de 1901.
186
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. f. 55r, minuta de la SESS
al Nuncio Apostólico en Madrid, 12 de febrero de 1901.
187
En las actas del Consistorio del 16 de abril de 1901 se registra: Cathedralem
Ecclesiam Panamensem in Republica Columbiana, vacan, per obitum bo. me. Iosephi
Alexandri Peralta, ultimi illius Episcopi, extra romanam curiam defuncti, favore R. P.
200 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

consagró en su Catedral. Asistentes: los sacerdotes José Claudio


Garnier, Rector del Seminario de Cartagena, y Nicolás Cáceres, S.J188.
Con un Despacho del 9 de octubre de 1901 Antonio Vico informó la
toma de posesión de la Diócesis de Panamá de Monseñor Junguito, el
11 de agosto de 1901189.

4.2. Nuevo Obispo de Antioquia, Manuel Antonio López de Mesa


La sede de Antioquia tuvo dos situaciones particulares. Primero, la
renuncia de Juan Nepomuceno Rueda en 1900 por problemas de salud.
Luego, para sucederle fue nombrado José María Villalba, párroco de
San Lorenzo en Nueva Pamplona el 25 de septiembre de 1900, pero
falleció antes de ser consagrado.
De esta manera, se hizo una nueva búsqueda de candidatos. El
Delegado Apostólico, Antonio Vico, informó favorablemente sobre
Manuel Antonio López de Mesa, Decano del Capítulo de la Catedral de
Antioquia, quien había sido Vicario General y Gobernador de dicha
jurisdicción cuando esta estuvo vacante190.
La Santa Sede solicitó al Delegado Apostólico la información sobre
la postura del Gobierno sobre la Sede de Antioquia191. El Delegado
notificó a la Santa Sede que tuvo que intervenir cautelosamente frente
al interés del Gobierno sobre la Sede de Antioquia, ya que tenían como
candidato al secretario del Arzobispo, un tal Gómez Riaño192; el
Delegado se opuso ya que las intenciones de este sacerdote eran las de
buscar el Episcopado con ansiedad, pero no contaba con las cualidades
para ello193.

D. Xaverii Junguito, e Societate Iesu, Presbyteri Bogotensis, en: ASS, vol. 33 (1900-
1901), 518. Sobre el Episcopado de Javier Junguito véase en: HC, vol. 8 (1968), 437.
188
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 361-364.
189
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1901. pos. 674. fasc. 101. ff. 76r-77r.
190
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 2r-4v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 8 de marzo de 1901. De nuevo pide sea
tenida en cuenta su petición el 17 de mayo de 1901, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-
1902. pos. 682. fasc. 105. f. 7r.
191
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. f. 8r, minuta de la SESS
para Antonio Vico, 24 de mayo de 1901.
192
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 9r-11v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de mayo de 1901.
193
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 9r-10v.
SOBRE EL EPISCOPADO 201

León XIII acogió las sugerencias del Delegado Apostólico y aceptó a


Manuel Antonio López de Mesa como nuevo Obispo de Antioquia194.
Fue nombrado por medio de Breve el 30 de mayo de 1902195.
Su consagración tuvo lugar el 9 de noviembre de 1902 en la Catedral
de Medellín, por el Arzobispo de dicha sede, Joaquín Pardo Vergara,
fueron asistentes, los sacerdotes, Juan de Dios Uribe, Deán de
Medellín, y Jesús M. Marulanda, Canónigo penitenciario196. El nuevo
Prelado agradeció por su nombramiento, y notificó el haber recibido el
Breve del 30 de mayo de 1902 y su Consagración episcopal197.

4.3. Nuevo Obispo de Ibagué, Ismael Perdomo


La SESS comunicó a la SCC que León XIII había aprobado la
división de la Diócesis del Tolima, resultando de esta la de Ibagué y
trasladando la sede de Neiva a Garzón198. La sede de Ibagué fue creada
el 20 de mayo de 1900.
Para la nueva sede el Ordinario de Garzón, Esteban Rojas, propuso al
sacerdote Ismael Perdomo, quien pese a su juventud gozaba de buen
prestigio. Pero fue justamente este el argumento que tuvo en cuenta el
Delegado Apostólico para descartar en primera estancia al sacerdote, a
quien le reconocía sus virtudes pero que consideraba tener poca
experiencia para asumir tal responsabilidad, así que se sugirió que el
Obispo Esteban Rojas, asumiera como Administrador Apostólico de la
nueva sede, pues conocía muy bien el territorio, el clero y las
situaciones particulares, esto mientras se decidía quién podría ser

194
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. f. 14r, minuta de la SESS
para Antonio Vico, 18 de junio de 1901. El Delegado Apostólico informó sobre el
inicio del proceso canónico con un despacho del 21 de noviembre de 1901, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 15r-v. La minuta al
Secretario de AA.EE.SS enviando en proceso canónico, del 11 de enero de 1902, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. f. 17r.
195
En las actas del Consistorio del 9 de junio de 1902 se registra: Cathedralem
Ecclesiam Antioquien in Columbiana Republica, vacat, per renuntiationem R. P. D.
Francisci Mariae Ioannis Nepomueeni Rueda ac per obitum bo. me. Iosephi Mariae
Villalba postremi electi Episcopi extra romanam curiam defuncti, favore R. D.
Emmanuelis Antonii Lopez de Mesa, en: ASS, vol. 34 (1901-1902), 657. Sobre el
Episcopado de Manuel Antonio López de Mesa véase en: HC, vol. 8 (1968), 110.
196
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 374-376.
197
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1902. pos. 682. fasc. 105. ff. 19r-20r.
198
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 86r-87r, minuta de la
SESS al Secretario de la SCC, Carlo Nocella, 6 de marzo de 1900.
202 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

nombrado199. Monseñor Rojas, entonces propuso a Leopoldo Blanco,


su párroco, y a Rudesindo Castillo, párroco de San Victorino, en
Neiva200.
El Delegado Apostólico informó que para la sede de Ibagué, el
Gobierno colombiano a través del Ministro de Relaciones Exteriores
Antonio José Uribe, propuso trasladar al Ordinario de Pasto, Ezequiel
Moreno201. Sin embargo, luego de consultar a diversos Prelados se
desestimó la idea. Monseñor Vico, agregó que el único candidato que
había estado permanente, de manera similar, gozaba de un gran
prestigio, era el sacerdote Ismael Perdomo, vice-rector del seminario de
Garzón, quien contaba con el apoyo de un amplio sector, incluso el
mismo Gobierno se había inclinado hacia él, todo esto no obstante su
edad de 30 años202.
La Santa Sede informó al Delegado Apostólico que León XIII había
nombrado al sacerdote Ismael Perdomo como primer Obispo de Ibagué,
y le solicitó que iniciara el respectivo Proceso Canónico203, el cual fue
remitido el 3 de febrero de 1903204.

199
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. ff. 72v-73r.
200
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 48r-49v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 15 de marzo de 1901.
201
Tan pronto se supo esto, los fieles de la Diócesis de Pasto y la autoridad civil se
pronunciaron en favor de su Obispo, enviando memoriales en donde expresaron su
temor por el traslado de Monseñor Moreno, resaltaron la gran labor que desempeñaba
y lo perjudicial que sería para esta zona del país su traslado. Monseñor Vico anexó
estos documentos al despacho enviado al Cardenal Rampolla del 27 de marzo de
1902, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 45r-54v.
202
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 42r-43v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 21 de febrero de 1902. Luego el
Delegado Apostólico con otro despacho al Cardenal Rampolla del 24 de mayo de
1902, confirmó al sacerdote Ismael Perdomo, como el más idóneo para ocupar la sede
de Ibagué, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 57r-58r.
203
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. f. 60r, minuta de la SESS
a Antonio Vico, 13 de agosto de 1902.
204
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 79r-v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, de febrero de 1903. En las actas del
Consistorio secreto del 25 de junio de 1903 se registra: Cathedralem Ecclesiam
Ibaguen in Columbiana Republica, per Decretum Consisto ríale incipiens « Cum
legitimae causae » die 20 maii 1900 editum, ad Cathedralis honor em evectam et a
primaeva sua erectione vacan; favore R. D. Ismaelis Perdomo, en: ASS, vol. 35
(1902-1903), 656. Sobre el Episcopado de Ismael Perdomo véase en: HC, vol. 8
(1968), 317.
SOBRE EL EPISCOPADO 203

Ismael Perdomo fue consagrado el 19 de junio de 1903 por el


Cardenal Fr. Girolamo Maria Gotti, C.D., en la capilla del colegio Pío
Latinoamericano en Roma, fueron asistentes, Giuseppe Maria
Constantini, Arzobispo titular de Patraso y Limosnero de S.S. y
Esteban Rojas, Ordinario de Garzón205.

4.4. Nuevo Obispo de Manizales, Gregorio Nacianceno Hoyos


El Delegado Apostólico recibió de la Santa Sede el Decreto de
erección de la nueva Diócesis de Manizales, del 11 de abril de 1900 y
que debía hacer parte de la Provincia Eclesiástica de Popayán206.
Como primer Obispo fue propuesto el Canónico Gregorio
Nacianceno Hoyos207. La Santa Sede solicitó al Delegado Apostólico
las prácticas para el proceso canónico, que fueron remitidas a la SCC
208
.
Fue nombrado finalmente por León XIII como Ordinario de
Manizales, el 16 de diciembre de 1901209. El Delegado Apostólico
informó que Monseñor Gregorio Nacianceno Hoyos, recibió el Breve
de nombramiento el 28 de mayo de 1902, fue consagrado en su Iglesia
Catedral por Esteban Rojas, Ordinario de Garzón, el 29 de junio de
1902, y el mismo día tomó posesión210. Gregorio Nacianceno escribió a
León XIII expresando su gratitud por el nombramiento e informó haber
recibido el Breve del 16 de diciembre de 1901211.

205
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 601-612.
206
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 106. f. 93r, minuta de la SESS
a Antonio Vico, 19 de mayo de 1900.
207
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. ff. 46r-v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 10 de marzo de 1901, informó que
había iniciado la compilación del Proceso Canónico para la Preconización del futuro
Obispo de Manizales, Monseñor Hoyos.
208
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 107. f. 50r, minuta de la SESS
a Monseñor Nocella, Secretario de la SCC, 4 de mayo de 1901.
209
En las actas del Consistorio del 16 de diciembre de 1901 se registra: Ecclesiam
de Manizales in Columbiana Republica, per Decretum Sacrae Congregationis
Consistorialis incipiens «Apostolicae Sedi» die 11 aprilis 1900 ad Cathedralis
honorem evectam et a primaeva sua erectione iam vacantem favore R. D. Gregorii
Nazianzeni Hoyos, en: ASS, vol. 34 (1901-1902), 265. Sobre el Episcopado de
Gregorio Nacianceno Hoyos, véase en: HC, vol. 8 (1968), 363.
210
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. f. 69r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 21 de febrero de 1902.
211
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 59r-v.
204 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

4.5. Joaquín Pardo Vergara, primer Arzobispo de Medellín


Medellín era sufragánea del Arzobispado de Bogotá, pero ya se
estaba en el proceso de crear nuevas Provincias Eclesiásticas, dado que
Bogotá era la única Arquidiócesis en América con más de once
sufragáneas y el territorio era extenso. Fueron creadas entonces las
Metropolitanas de Cartagena y Popayán en un primer momento, pero el
Gobierno colombiano argumentando motivos políticos principalmente,
solicitó que Medellín igualmente fuese elevada a tal rango212. En el año
1899 se inició el Concilio Plenario Latinoamericano celebrado en
Roma, en el cual se discutió la conveniencia de la división en más
Arquidiócesis. Finalmente, el 24 de febrero de 1902 Medellín fue
erigida como sede Metropolitana, tomando como sufragáneas a
Antioquia y Manizales.
El Delegado Apostólico, Antonio Vico, comunicó a la Santa Sede
que Joaquín Pardo Vergara fue elevado a la dignidad Arzobispal.
Recibió el Palio en la Fiesta de Todos los Santos por manos de
Monseñor López de Meza, Obispo en posesión de la sede de
Antioquia213.

4.6. Muerte de los Ordinarios de Santa Marta y de Tunja


El Delegado Apostólico notificó a la Santa Sede sobre la muerte del
Obispo de Santa Marta, Rafael Celedón, ocurrida el 12 de diciembre de
1902, durante la visita pastoral en una población llamada La Cruz,
cerca de Ocaña, en el Departamento de Santander214. Era Ordinario de
esta sede desde el 17 de diciembre de 1891.
Posteriormente sobrevino de la misma manera, la muerte del Obispo
de Tunja, José Benigno Perilla. Antonio Vico informó que su muerte se

212
Hay que tener presente que la situación del país estaba en un momento crítico
con el estallido de la guerra de los mil días, el conflicto bélico más grave en la historia
de Colombia. El Gobierno buscaba que con la elevación de la sede de Medellín a
Metropolitana se evitara la exaltación de los sentimientos regionalistas, muy definidos
en ese entonces, y se ahondara aun más la crisis de orden público.
213
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 76r-v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 7 de diciembre de 1902.
214
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 43r-v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 24 de diciembre de 1902. La minuta de
respuesta de la SESS manifestando sus condolencias, 30 de diciembre de 1902, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 45r-v.
SOBRE EL EPISCOPADO 205

dio el 13 de marzo de 1903 producto de un infarto215. Estuvo en la sede


de Tunja desde el 17 de marzo de 1887.

4.7. Controversia por los candidatos para la sede de Tunja


El Delegado Apostólico expresó a la Santa Sede la necesidad de
poner mucha atención en el sucesor del fallecido Prelado José Benigno
Perilla. Monseñor Vico afirmó que Tunja por su posición, población,
clima y geografía, era, tal vez, la mejor Diócesis de Colombia.
Igualmente, era la que poseía mayor número de clero, y con seis o siete
casas de religiosos216.
El Gobierno propuso al Canónico Francisco Javier Zaldúa para la
sede de Tunja, pero Monseñor Vico recordó que este sacerdote, quien
pertenecía a una de las familias más prestigiosas, hijo de un
expresidente, en septiembre de 1882 había rechazado su nombramiento
como Auxiliar de Medellín, de igual forma se presentaron graves
denuncias en su contra217. La Santa Sede al recibir estas informaciones
lo descartó, argumentando su falta de idoneidad218.
La Santa Sede informó al Delegado Apostólico que Pío X había
nombrado para la Diócesis de Tunja al Canónico Jacinto Mesa219. Hubo

215
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 46r.
216
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 46r-57v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de abril de 1903.
217
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 50r-45v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de marzo de 1903. El Delegado
Apostólico envió una serie de despachos al Cardenal Rampolla, con diversas
informaciones sobre el canónigo Javier Zaldúa: el 24 de abril de 1903, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 58r-59v; 10 de mayo de 1903, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 60r-61v. Hay una denuncia
grave sobre el comportamiento de Zaldúa, quien había sido acusado de sostener
relaciones con mujeres, incluso, tenía una denuncia ante el Arzobispo de Bogotá
sobre su presunta paternidad de un hijo, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos.
688. fasc. 109. ff. 67r-v.
218
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. ff. 32r-35r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de septiembre de 1903, en este
informe se expresaba la realidad de la situación del canónigo Zaldúa, quien había sido
elogiado en anteriores correspondencias, tanto del Gobierno, como del clero y de los
fieles, pero el Delegado Apostólico hizo la aclaración que todo esto no estaba
comprobado y que existía una alta probabilidad de que todo fuese falso, ya que este
clérigo, en realidad era poco estimado en todas estas esferas.
219
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. f. 40r, minuta de la SESS
a Antonio Vico, 25 de noviembre de 1903.
206 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

una gran oposición frente este nombramiento, tanto el Capitulo como el


Clero informaron al Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, que la
manera en como este canónico administró esta jurisdicción, en su
función de Vicario Capitular, había demostrado no tener las cualidades
para desempeñar eficientemente la labor Episcopal; Bernardo Herrera
recomendó como candidato más digno al Canónico y Vicario General
de la Arquidiócesis de Bogotá, Salustiano Gómez Riaño220. El
Delegado Apostólico se abstuvo de realizar el Proceso Canónico.
No obstante la oposición y lo poco prudente en hacer su postulación,
el Gobierno colombiano a través del Encargado de Negocios, Nicolás J.
Casas, con nota al Cardenal Secretario de Estado, presentó como su
candidato al Canónico Francisco Javier Zaldúa, enumerando
largamente sus cualidades221. La Santa Sede respondió aclarando que el
Gobierno no tenía el Privilegio de Presentación, aunque sí procedía en
el nombramiento de Obispos a norma del Concordato. Se aclaró que el
nombramiento ya se había efectuado en la persona del Canónico
Jacinto Mesa. Respecto a Zaldúa, no creía oportuno por el momento
concederle la dignidad Episcopal222. Pero el Gobierno insistió, esta vez
con una nota del 13 de abril, demostrando que las disposiciones
concordatarias no fueron observadas por el Delegado Apostólico en el
caso del nombramiento del canónico Mesa, sobre el cual se afirmaba
que le faltaba actitud para gobernar, se reafirmó en la candidatura de
Zaldúa223.
Examinada la situación en la sesión 1036, I, del 29 de mayo de 1904,
la Santa Sede desistió de la candidatura del canónico Mesa para la Sede

220
El Arzobispo envió una carta al Cardenal Secretario de Estado, el 29 de
diciembre de 1903, dando informe sobre este asunto, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-
1904. pos. 704. fasc. 115. ff. 54r-55v.
221
AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 2r-4v, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry del Val, 28 de
febrero de 1904, en donde eran exaltadas las cualidades de Zaldúa, provisto de dotes
eminentes de organización y dirección en asuntos importantísimos, su celo de caridad
cristiana.
222
AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 9r-10v, minuta de la SESS a
la Legación de Colombia ante la Santa Sede, 31 de marzo de 1904.
223
AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 23r-27r, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry del Val, 13 de
abril de 1904. Se insistió con la promoción de Zaldúa, con un despacho del 29 de abril
de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 28r-29r.
SOBRE EL EPISCOPADO 207

de Tunja224. La Santa Sede se reservó de tomar ulteriores y más amplias


informaciones, con el fin de elegir la persona adecuada225. Se le
comunicó asimismo esta decisión al Gobierno colombiano226.

4.8. Nuevo Obispo de Santa Marta, Francisco M. Simón y Ródenas


Como en el caso de Tunja, el Delegado Apostólico inició las
prácticas para elegir los candidatos para la sede de Santa Marta.
Antonio Vico escribió a la Santa Sede especificando que había siete
candidatos, todos diocesanos, pero según su parecer, esta Diócesis
poseía un territorio de misión extenso y la presencia concurrida de
religiosos, por lo tanto, lo ideal sería nombrar un Prelado capaz de
ofrecer un aliento de vida religiosa, para tal fin, sugirió elegirlo de una
Orden Religiosa, preferiblemente Eudista o Capuchino227. El Gobierno
propuso a los sacerdotes Carlos Valiente, Pedro M. Rebollo y Nicolás
F. Cáceres s.j.228.
Poco después, de nuevo el Delegado informó a la Santa Sede que
ninguno de los candidatos mencionados antes fue ratificado, y que por
lo tanto se recomendaba al sacerdote capuchino Francisco de Orihuela,
Pro-vicario Capitular, quien tenía el apoyo del Arzobispo de Cartagena
y de la autoridad civil229. La Santa Sede comunicó al Delegado
Apostólico que Pio X había aceptado este último candidato230. El
Delegado envió el Proceso Canónico desde Barranquilla, ya que en
Bogotá no podía reunir la información pertinente al nuevo Prelado231.

224
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1904, n.1036, stampa 776, s.n.f.
225
La Santa Sede elaboró un Documento denso llegando a esta conclusión y
comunicándole al Delegado Apostólico que se cumplan estas disposiciones, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 67r-78v.
226
AA.EE.SS. Colombia, 1904. pos. 706. fasc. 116. ff. 80r-81v, minuta de la SESS
a la Legación de Colombia ante la Sede, 10 de junio de 1904.
227
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 46r-57v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 16 de abril de 1903.
228
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 688. fasc. 109. ff. 50r-45v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 25 de marzo de 1903.
229
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. ff. 30r-31v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 12 de septiembre de 1903.
230
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. f. 40r, minuta de la SESS
a Antonio Vico, 25 de noviembre de 1903.
231
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1904. pos. 704. fasc. 115. ff. 57r-58r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Rafal Merry del Val, 4 de enero de 1904. La SESS
comunicó sobre esto a la SCC, el 28 de enero de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia,
208 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Sin embargo, finalmente fue elegido como Obispo Fr. Francisco M.


Simón y Ródenas, O.F.M232. Las razones del cambio no se han
encontrado en los documentos, como tampoco el proceso de
postulación, podemos decir que fue nombrado el 5 de julio de 1904, y
fue consagrado por el Delegado Apostólico Francesco Ragonesi, en la
iglesia del Rosario de Barranquilla, el 30 de octubre de 1904, siendo
asistentes Pietro Adamo Brioschi, Arzobispo de Cartagena, y Carlos
Valiente, Protonotario Apostólico.

5. Francisco Ragonesi, 1904-1912


5.1. Nuevo Obispo de Tunja: Eduardo Maldonado Calvo
Vimos anteriormente la fuerte polémica suscitada por el
nombramiento del nuevo Ordinario de Tunja. El nuevo Presidente de la
Republica, General Rafael Reyes, poco después de su elección,
manifestó al Cardenal Secretario de Estado a través de un telegrama,
que el Canónico Jacinto Mesa no era aceptado por el clero de Tunja, y
que el Gobierno no insistía por el nombramiento del Canónico
Francisco Javier Zaldúa. Recomendó algunos candidatos: Aquilino
Niño, Salustiano Gómez Riaño, Manuel María Camargo, Rafael María
Carrasquilla y Carlos Cortes233. La Santa Sede le solicitó informaciones
al Encargado de los Asuntos de la Santa Sede, Alessandro Solari, sobre
los candidatos propuestos234.
El Presidente envió un Despacho Confidencial al Cardenal Merry, en
donde expresó que a los candidatos anteriormente propuestos, el

1903-1904. pos. 704. fasc. 115. f. 59r. Luego se solicitó que el nombramiento fuese
hecho por Breve, minuta del 10 de junio de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-
1904. pos. 704. fasc. 115. f. 62r.
232
En las actas del Consistorio secreto del 14 de noviembre de 1904 se registra:
Ecclesiam Cathedrilem S. Marthae in Columbiana republica pro R. P. Francisco
Simon y Rodenas, ex Ordine Minorum Capulatorum, dioecesis Oriolensis, Custode
Provinciali Ordinis in Columbiana ditione atque Provicaiio Capitulari dioeceseos S.
Marthae, en: ASS, vol. 37 (1904-1905), 316.
233
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 48r, telegrama del
Presidente de la República, Rafael Reyes, al Cardenal Rafael Merry del Val, 26 de
agosto de 1904.
234
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. ff. 50r-51v, minuta de la
SESS a Alessandro Solari, 15 de septiembre de 1904.
SOBRE EL EPISCOPADO 209

Gobierno agregaba, con especial preferencia, a sacerdote Rafael D.


Aguilera235.
Monseñor Solari, luego de hacer las respectivas investigaciones,
concluyó que la Diócesis de Tunja tenía una situación particular y
necesitaba de un Prelado docto, enérgico y al mismo tiempo afable en
los modos y educado, recomendó para esto al sacerdote Eduardo
Maldonado Calvo, párroco de la Catedral de Bogotá, profesor de
Sagrada Escritura del Seminario, de 45 años, y formado en el Colegio
Pio Latinoamericano de Roma236.
En la Sesión 1048 (a), II, del 22 diciembre 1904 se decidió de
rechazar los candidatos propuestos por el Presidente y de solicitar a
Monseñor Antonio Vico y al nuevo Delegado Apostólico, Francesco
Ragonesi, informaciones más precisas sobre el sacerdote Maldonado237.
Tanto el Gobierno como el Delegado Apostólico coincidieron que el
más apto para la sede de Tunja era Maldonado. La Santa Sede solicitó
que se iniciaran las prácticas para el respectivo proceso canónico, que
fue enviado el 30 de marzo de 1905238, seguidamente fue transmitido a
la SCC el 10 de junio de 1905 para la expedición de los actos
relativos239.
Eduardo Maldonado fue nombrado como nuevo Ordinario de Tunja
el 5 de noviembre de 1905240. El 5 de noviembre de 1905, Bernardo

235
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. ff. 54r-57r, despacho del
Presidente de la Republica, General Rafael Reyes, al Cardenal Rafael Merry del Val,
13 de septiembre de 1904. La Santa Sede le informó sobre este asunto al Encargado
de Negocios, Alessandro Solari, minuta del 26 de octubre de 1904, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 62r.
236
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. ff. 63r-66r, despacho del
Encargado de Negocios de la Santa Sede, Alessandro Solari, al Cardenal Rafael
Merry del Val, 31 de octubre de 1904.
237
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1904, n. 1048, stampa 78408, s.n.f. La
petición de las informaciones, en una minuta de la SESS a la Delegación Apostólica,
del 31 de diciembre de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc.
119. f. 3r.
238
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 23r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry el Val, 30 de marzo de 1905.
239
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 714. fasc. 118. f. 28r, minuta de la SESS
a la SCC, 10 de junio de 1905.
240
En las actas del Consistorio secreto del 5 de diciembre de 1905 se registra:
Ecclesiae cathedralis Tunquen, per R. D. Eduardum Maldonado Calvo,
archidioeceseos Bogotensis, prolytam in philosophia ac doctorem in sacra theologia,
210 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Herrera Restrepo lo consagró en la Catedral de Bogotá, fueron


asistentes: Manuel José de Caicedo, Arzobispo de Medellín, y Moisés
Higuera, Obispo titular de Maximópolis241. Eduardo Maldonado,
Obispo de Tunja, informó al Cardenal Merry, de haber tomado
posesión de la Diócesis el mismo día de su consagración242.

5.2. Nuevo Prefecto Apostólico del Caquetá, Fedele da Montclar


El territorio del Caquetá era muy extenso, en su mayor parte habitado
por tribus indígenas, por lo que se le consideraba una Misión, sin
embargo, con la Convención de Misiones del 27 de diciembre de 1902
se estableció que debía ser elevada a Vicariato Apostólico243, pero
luego de escuchar la opinión del Superior de los Capuchinos, quienes
estaban encargados de este territorio, se consideró más adecuado que
fuese primero una Prefectura Apostólica. De esta forma, la AA.EE.SS.
emitió el Decreto en donde vino erigida la Prefectura Apostólica del
Caquetá, el 20 de diciembre de 1904244.
La Santa Sede se comunicó con el General de los Capuchinos,
Bernardo Christen da Andermatt, solicitándole de proponer la persona
idónea para el oficio de Prefecto. Este respondió proponiendo al padre
Fedele da Montclar, Superior de los Capuchinos en Costa Rica245.
Acogiendo la opinión del General de los Capuchinos, Pio X nombró
Prefecto Apostólico el 24 de enero de 1905 al sacerdote mencionado.
Se le da noticia al Padre General246, al interesado y al Delegado

professorem sacrae scripturae in Seminario Bogotensi, examinatorem prosynodalem


atque canonicum parochum metropolitanae, en: ASS, vol. 38 (1905-1906), 333.
241
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 380-387.
242
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 732. fasc. 123. ff. 31r-35r, carta del 20 de
enero de 1906.
243
Aunque el Delegado Apostólico Antonio Vico había hecho la solicitud de que
fuera Prelatura Apostólica, en: AA.EE.SS. Colombia, 1899. pos. 667. fasc. 93. ff. 68r-
69r.
244
Decretus erectionis Novae Praefecturae Apostolicae cui nomem est Caquetá,
en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 46r-48v.
245
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 51r-v, despacho del
Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, al Cardenal
Pietro Gasparri, Secretario de la AA.EE.SS, del 19 de enero de 1905.
246
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. f. 53r, minuta de la SESS
al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, del 23 de
enero de 1905.
SOBRE EL EPISCOPADO 211

Apostólico247. Cabe recordar que los Prefectos Apostólicos no tenían


dignidad Episcopal.

5.3. Nuevo Arzobispo de Medellín, Manuel José Caicedo


Debido a la muerte de Joaquín Pardo Vergara, el 14 de noviembre de
1904, fue necesario comenzar a buscar candidatos para esta sede
Metropolitana. El Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, indicó a
la Santa Sede como posibles candidatos, al sacerdote Marulanda,
Vicario Capitular en ese momento, a Víctor Escobar y a Rafael M.
Carrasquilla, rector del Colegio del Rosario248.
Pero luego de consultar, principalmente el criterio del Arzobispo de
Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, se propuso el traslado de José
Manuel Caicedo, Arzobispo de Popayán, a la sede de Medellín. El
Presidente de la República, de su parte, expresó su aceptación249.
La Santa Sede respondió al Delegado Apostólico que no se podía
tomar una decisión hasta que no se tuviesen mayores informaciones
respecto al candidato y a la conveniencia de hacer el traslado250.
Francesco Ragonesi envió a la Santa Sede las informaciones pertinentes
para que fuesen examinadas251. Luego del correspondiente estudio, en
la Sesión 1055, II, del 9 de marzo de 1905, se aceptó y el Santo Padre
Pio X aprobó el traslado de Monseñor Caicedo a la Sede de
Medellín252.

247
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 715. fasc. 119. ff. 54r-v, minuta de la
SESS para Francesco Ragonesi, 31 de enero de 1905.
248
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 2r-3r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de noviembre de 1904.
249
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. f. 11r, telegrama de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 1 de diciembre de 1904.
250
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. f. 12r, minuta de la SESS
para Francesco Ragonesi, 6 de diciembre de 1904.
251
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 17r-18v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 12 de enero de 1905. De forma
similiar, se anexó un telegrama del Presidente Reyes a Francesco Ragonesi, el 11 de
enero de 1905, dice: «estamos conformes preconícese Medellín Arzobispo Caicedo,
Tunja Maldonado», en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. f. 15r.
252
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1905, n. 1055, stampa 793, s.n.f. La Santa
Sede informó al Delegado Apostólico y le solicitó que comunicara al Gobierno e
iniciara el respectivo Proceso Canónico, en: AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos.
716. fasc. 120. f. 20r.
212 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Se le comunicó al Delegado Apostólico para que iniciara las


prácticas del proceso canónico, el cual viene enviado el 22 de
septiembre de 1905253, que a su vez fue remitido a la SCC para que
para la expedición de la Bula de nombramiento254. El 14 de diciembre
de 1905 fue trasladado a la Arquidiócesis de Medellín. Llegó a la
capital antioqueña el 12 de agosto de 1906 y tomo posesión de la
sede255.

5.4. Candidatos para la Sede de Popayán


Al darse el traslado de Manuel José Caicedo a la sede Metropolitana
de Medellín, la de Popayán quedó vacante. El Gobierno a través del
Ministro ante la Santa Sede, Julio Betancourt, había indicado como
candidato al sacerdote Carlos Cortés Lée256. Hecha la comunicación al
Delegado Apostólico257, este respondió que no se podía tener en cuenta
al candidato porque no era lo suficientemente docto, ni buen orador, en
su lugar propuso a Evaristo Blanco, Obispo del Socorro, buen
candidato y grato al Presidente de la Republica258.
La Santa Sede creyó conveniente la propuesta del Delegado
Apostólico y se le comunicó que Pío X había nombrado a Evaristo
Blanco Arzobispo de Popayán, y le encargó de informar al susodicho,
al Gobierno colombiano y de hacer el proceso canónico respectivo259.
Pero el Delegado Apostólico informó que Evaristo Blanco se opuso a
su nombramiento y solicitó que se le aceptara la renuncia. Su motivo

253
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 21r-v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 22 de septiembre de 1905.
254
AA.EE.SS. Colombia, 1904-1905. pos. 716. fasc. 120. ff. 22r-v, minuta de la
SESS a la SCC, 8 de noviembre de 1905.
255
En las actas del Consistorio secreto del 5 de diciembre de 1905 se registra:
Ecclesiam metropolitanam Medellen. favore R. P. D. Emmanuelis Iosephi Cayzedo y
Cuero, translati ab ecclesia archiepiscopali Popayanensi, en: ASS, vol. 38 (1905-
1906), 334.
256
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 27r-v, despacho de la
Legación de Colombia ante la Santa Sede, al Cardenal Rafael Merry del Val, 2 de
junio de 1905.
257
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 30r-v, minuta de la
SESS a Francesco Ragonesi, 16 de junio de 1905.
258
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 31r-33r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 23 de septiembre de 1905.
259
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 35r, minuta de
telegrama de la SESS a Francesco Ragonesi, del 10 de noviembre de 1905.
SOBRE EL EPISCOPADO 213

principal era que siendo el primer Ordinario del Socorro debía aún
organizar la Diócesis, la cual encontró en un estado lamentable,
simultáneamente, se debía organizar el seminario y la Catedral, por su
parte, agregó que siempre había vivido en esta región totalmente
diversa a Popayán, que tenía otra cultura260. La Santa Sede aceptó los
argumentos y le escribió al Delegado para que no insistiera y buscara
un nuevo candidato261.

5.5. Renuncia denegada del Obispo de Garzón


Esteban Rojas presentó su renuncia argumentando que luego de once
años en la Diócesis declaraba su ineptitud para el cargo y cuyos
resultados eran nefastos para la jurisdicción y para las almas. No
encontramos la respuesta de la Santa Sede ni tampoco alguna
intervención por parte del Delegado Apostólico, pero podemos
constatar que no fue aceptada su renuncia, o al menos en este momento
en particular, ya que esta sería aceptada solo hasta el 21 de julio de
1922262.

5.6. Vicario Apostólico de La Guajira: Atanasio M. Vicente Soler


El Vicariato Apostólico de la Guajira fue creado con Decreto del 17
de enero de 1905, y confiado a los padres Capuchinos263. Pero para la
elección del Vicario la Santa Sede recurrió directamente al Ministro
General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, para que
eligiese una persona idónea264; quien le respondió a la Santa Sede que
el más indicado era el sacerdote Atanasio María Vicente Soler y Royo,
nacido en Manises (España) el 27 de enero de 1870, pertenecía a la

260
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 36r-37r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de noviembre de 1905.
261
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 727. fasc. 122. ff. 38r-39r, minuta de la
SESS a Francesco Ragonesi, 23de enero de 1906.
262
ASV. Segre. Stato, 1906. rub. 251. fasc. 1. ff. 82r-83r, carta del Obispo de
Garzón, Esteban Rojas, al Cardenal Rafael Merry del Val, del 12 de julio de 1906, en
donde le solicita presentar su renuncia a Pio X que viene adjunta a la carta.
263
Decretus erectionis Novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Guajira, in
Columbiana Republica, die 17 Januarii 1905, en AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906.
pos. 729. fasc. 122. ff. 52r-55v.
264
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 57r-v, minuta de la
SESS al Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, 19 de
enero de 1905.
214 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Provincia monástica de Valencia, a la cual estaba confiado el Vicariato


Apostólico, en el cual se hallaba desde hacía cinco años; había
mostrado piedad en lo espiritual y diligencia en lo administrativo y
gozaba de gran estima265.
Pio X lo nombró Vicario Apostólico el 14 de julio de 1905, pero sin
dignidad Episcopal, sin embargo, se pidió el criterio del Delegado y del
Gobierno266. El Delegado respondió que el Gobierno se complacía con
la creación del Vicariato y que consideraba que el Vicario sí debería
tener el carácter Episcopal267.
Se le notificó al Ministro General268, al interesado269 y a los
Dicasterios competentes para la concesión de las relativas facultades.
La Santa Sede comunicó que el Delegado podía proceder a reunir los
documentos para el proceso canónico del sacerdote Soler y Royo, de
forma paralela, había sido aprobada la desmembración de la Diócesis
de Santa Marta la ciudad de Riohacha junto a la provincia de Padilla y
Valledupar270. El Delegado envió el proceso canónico271.
Después de casi un año, el 15 de octubre de 1906, el Ordinario de
Santa Marta, escribió al Cardenal J. Vives y Tutó, sobre la mala
impresión producida por la tardanza de la consagración Episcopal del
Vicario elegido272. El 4 de diciembre de 1906 Pío X le concedió la

265
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 59r-v, despacho del
Ministro General de los Capuchinos, Bernardo Christen da Andermatt, al Secretario
de la Congregación de los AA.EE.SS, Pietro Gasparri, del 12 de julio de 1905.
266
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 13r-14r, minuta de la SESS a
Francesco Ragonesi, 21 de julio de 1905.
267
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 15r-18r, despacho de Francesco
Ragonesi, al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de octubre de 1905. Anexó una carta
que recibió del Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Clímaco Calderón, el
20 de octubre de 1905, en donde se manifiesta el beneplácito del Gobierno.
268
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. f. 61r, minuta del
Secretario de la AA.EE.SS., Pietro Gasparri, al Ministro General de los Capuchinos,
Bernardo Christen da Andermatt, 22 de julio de 1905.
269
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 62r-v, minuta del
Secretario de la AA.EE.SS., Pietro Gasparri, al sacerdote Atanasio da Manises, julio
de 1905.
270
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 19r-v, minuta de la SESS a
Francesco Ragonesi, 12 de diciembre de 1905.
271
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 21r-v, despacho del Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de abril de 1906.
272
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 729. fasc. 122. ff. 71r-72r, carta del 15
de octubre de 1906.
SOBRE EL EPISCOPADO 215

dignidad Episcopal concediéndole la sede titular de Citarizo en


Armenia, el 13 de diciembre de 1906273. Finalmente, el 19 de mayo de
1907, el Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, lo consagró en la
Catedral Metropolitana de Bogotá; fueron asistentes, Moisés Higuera,
Obispo titular de Maximópolis y Fr. Francisco Simón y Ródenas,
O.F.M. Cap., Obispo de Santa Marta.

5.7. Nuevo Vicario Apostólico del Casanare, Santos Ballesteros


El Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, dio noticia sobre la
muerte de Monseñor Nicolás Casas, Vicario Apostólico del Casanare,
ocurrida el 5 de abril de 1906 en Bogotá274. De la misma manera,
informó que el padre Manuel Fernández, Provincial de los Agustinos
Descalzos, le había solicitado que al nuevo Vicario Apostólico no le
fuese otorgado el carácter Episcopal, y que en tal caso viniese elevado a
esta dignidad el padre Santos Ballesteros275.
El mismo padre Manuel Fernández, en un memorial dirigido al
Cardenal Merry, luego de exponer los inicios y el actual estado del
Vicariato Apostólico, dando un informe sobre las condiciones
geográficas, hidrográficas, higiénicas, número de habitantes y pueblos,
costumbres, auxilios pecuniarios con los que cuenta el Vicariato
confiado a la Provincia de la Candelaria de los Agustinos Descalzos,
solicitó que el nuevo Vicario Apostólico fuese nombrado sin carácter
Episcopal, indicando que dadas las grandes dificultades, tanto
geográficas como económicas, el Vicariato no se encontraba con la
capacidad de ofrecer la decencia y el decoro que merecen el carácter y
la dignidad Episcopal276.

273
En las actas del Consistorio del 15 de abril de 1907 se registra: Ecclesiae
titularis episcopalis Citharien. per R. P. Fr. Athanasium Mariam Vincentium Soler-
Royo, ex Ordine Minorum Capulatorum, deputatum in Vicarium Apostolicum de
Goajira, en: ASS, vol. 40 (1907), 265. Sobre el Episcopado de Atanasio María
Vicente Soler y Royo véase en: HC, vol. 9 (2002), 128.
274
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 52r-v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de abril de 1906.
275
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 54r-v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de septiembre de 1906.
276
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 57r-63r, memorial del
Provincial de los Agustinos Descalzos, Manuel Fernández, al Cardenal Rafael Merry
del Val, 1 de agosto de 1906.
216 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La Santa Sede transmitió al Delegado Apostólico que Pío X confiaba


al oficio de Vicario Apostólico sin dignidad Episcopal al padre Santos
Ballesteros, y lo autorizó a nombrar al susodicho religioso y a indicarle
cuáles facultades serían necesarias277.

5.8. Nuevo Obispo de Popayán, Manuel Antonio Arboleda


Como el Ordinario del Socorro, Evaristo Blanco, había renunciado a
su nombramiento como Arzobispo de Popayán, hubo necesidad de
buscar un candidato apropiado para esta importantísima sede
Metropolitana.
El Gobierno colombiano a través de su Ministro ante la Santa Sede
postuló al sacerdote Manuel Antonio Arboleda, de la Congregación de
la Misión278. La SESS escribió sobre el asunto al Delegado Apostólico
para que se informara bien acerca del candidato279. La respuesta del
Delegado fue positiva y muy favorable280.
En marzo de 1907 viene aceptado por Pío X, y se le comunicó al
Delegado para que preparara el Proceso Canónico281, se le informó a la
SCC para que viniese preconizado en el primer Consistorio282. Fue
nombrado el 18 abril de 1907283. El nuevo Prelado agradeció a Pío X

277
AA.EE.SS. Colombia, 1906. pos. 735. fasc. 123. ff. 65r-v, minuta de la SESS a
Francesco Ragonesi, sin fecha.
278
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 34r-v, despacho del
Ministro de Colombia ante la Santa Sede, Enrique Restrepo, al Cardenal Rafael Merry
del Val, 3 de noviembre de 1906.
279
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 36r, minuta de
telegrama de la SESS para Francesco Ragonesi, 8 de octubre de 1906.
280
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 38r-40v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 6 de noviembre de 1906.
281
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 46r, minuta de
Telegrama de la SESS a Francesco Ragonesi, 25 de marzo de 1907. El Proceso
canónico fue enviado con un despacho el 15 de abril de 1907, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 50r.
282
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 48r-49v, minuta de la
SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, del 5 de abril de 1907.
283
En las actas del Consistorio del 15 de abril de 1907 se registra: Ecclesiam
metropolitanam Popayanen. favore R. D. Raphaelis Mariae Arboleda, eiusdem
archidioecesis, e congregatione xMissionis, rectoris parvi Seminarii Popayanensis,
en: ASS, vol. 40 (1907), 263.
SOBRE EL EPISCOPADO 217

por su nombramiento284. El 29 de junio de 1907, Francesco Ragonesi,


Delegado Apostólico, lo consagró en la Catedral de Bogotá. Fueron
asistentes los Obispos, Moisés Higuera, titular de Maximópolis, y
Eduardo Maldonado Calvo, de Tunja285.

5.9. Nuevo Obispo de Pasto, Adolfo Perea


Ezequiel Moreno, Ordinario de Pasto, falleció el 29 de noviembre de
1895 en Monteagudo, Navarra286. Para elegir al sucesor el Gobierno
colombiano por medio del Ministro ante la Santa Sede recomendó a
Rafael D. Aguilera287. La SESS se comunicó con el Delegado
Apostólico para que iniciara las respectivas investigaciones sobre la
idoneidad del candidato propuesto por el Gobierno288.
Francesco Ragonesi, luego de indagar, respondió a la Santa Sede que
la propuesta del Gobierno no era aceptable, debido a que el candidato,
no obstante sus grandes cualidades, tanto espirituales, como pastorales
y académicas, tenía el problema de ser muy apasionado en la
política289. En su lugar, el Delegado indicó como más apropiado a
Carlos Arboleda, sacerdote de la Congregación de la Misión, hermano
del recién elegido Arzobispo de Popayán290.
Teniendo buenas informaciones sobre el mismo, fue nombrado por
Pío X para la sede de Pasto, en julio de 1907291, pero el interesado no

284
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 52r-53r, la carta es del
19 de mayo de 1907, y fue enviada por el Delegado Apostólico como un anexo al
despacho del 12 de junio de 1907.
285
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 40-46.
286
Juan Pablo II lo proclamó santo en 1992, durante la celebración de la IV
Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo, República
Dominicana, y en el marco del V Centenario de la Evangelización del Continente
Americano.
287
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 34r-v, despacho del
Ministro de Colombia ante la Santa Sede, Enrique Restrepo, al Cardenal Rafael Merry
del Val, 3 de noviembre de 1906.
288
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 36r, minuta de
Telegrama de la SESS para Francesco Ragonesi, 8 de noviembre de 1906.
289
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 37r-v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 2 de julio de 1907.
290
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 37r-v,
291
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. f. 63r, minuta de
telegrama de la SESS al Delegado Apostólico, del 30 de julio de 1907.
218 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

aceptó por motivos de salud292. El Delegado propuso entonces al


sacerdote Adolfo Perea, de 54 años, quien había sido secretario de
Monseñor Perilla, y era el Vicario General de la Arquidiócesis de
Popayán, gozaba del aprecio de todos, y era persona grata al
Presidente293. Se le comunicó a la SCC el nombramiento hecho por el
Santo Padre a Adolfo Perea, para que fuese preconizado en el
Consistorio del 16 de diciembre de 1907294. Fue consagrado en la
Catedral de Popayán por el Arzobispo de esa sede, Manuel Antonio
Arboleda, el 29 de junio de 1908, y fueron asistentes, los Canónigos
Aristides Salcedo, Deán y Avelino Pérez Z., Maestrescuela295.

5.10. Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín


Las Prefecturas Apostólicas de La Intendencia Oriental y de los
Llanos de San Martín estaban bajo el cuidado de los sacerdotes de la
Compañía de María desde su erección, el 18 de febrero de 1904.
Existía, empero, la dificultad de poder administrar adecuadamente
los dos territorios, que tenían el mismo Prefecto Apostólico, pues
estaban jurisdiccionalmente separados, pero unidos en la atención
pastoral. Por tal razón, el Superior General de la Compañía de María,
Antonino Lhoumeau, propuso a Pío X de fundar una sola Misión y
constituir las dos Prefecturas en un Vicariato Apostólico, teniendo

292
El Gobierno comunicó a la Santa Sede la renuncia del candidato con un
despacho de la Legación de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry
del Val, 24 de octubre de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc.
125. f. 64r. El Gobierno informó a la Santa Sede la renuncia del candidato con un
despacho del 24 de octubre de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753.
fasc. 125. f. 65r.
293
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 66r-v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de agosto de 1907.
294
AA.EE.SS. Colombia, 1906-1907. pos. 753. fasc. 125. ff. 72r-73r, minuta de la
SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, 4 de diciembre de 1907. En las actas del
Consistorio del 16 de diciembre de 1907 se registra: Ecclesiam cathedralem
Pastopalitan. favore R. D. Adulphi Perea, archidioecesis Popayanensis, ibique
Vicarii generalis, en: ASS, vol. 41 (1908), 25. Sobre el Episcopado de Adolfo Perea
véase en: HC, vol. 9 (2002), 290.
295
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 613-618.
SOBRE EL EPISCOPADO 219

como sede la ciudad de Villavicencio, y que el sacerdote José María


Guiot fuese nombrado como Vicario Apostólico296.
Interpelado el Delegado Apostólico297, Francesco Ragonesi, este se
declaró favorable a la propuesta, subrayando que sería bien vista por el
Gobierno, por lo tanto, informó favorablemente sobre el padre Guiot298.
La cuestión vino examinada en la Sesión 1102, I, del 27 de febrero de
1908299.
Con Decreto del 16 de marzo fue erigido el nuevo Vicariato
Apostólico de los Llanos de San Martin300, y viene nombrado como
Vicario Apostólico el padre Guiot301. Se le envió el Decreto al
Delegado Apostólico302, quien informó tiempo después el dado
ejecución303. El 3 de abril de 1908 se le concedió la sede Titular de
Augustópolis de Frigia. Fue consagrado el 28 de mayo de 1908 por el
Cardenal Vincenzo Vanutelli, Obispo de Palestrina, en la iglesia de
Maria Regina dei cuori en Roma. Fueron asistentes los Obispos:
Livinchac de los Misioneros de Argel, titular de Pacandio y antiguo
Vicario Apostólico de Victoria Nyanza y Carlos de Ligonnes, de
Rodez.

296
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 9r-10r, instancia del
Superior General de la Compañía de María, Antonino Lhoumeau a Pio X, 15 de junio
de 1907.
297
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 18r, minuta de la SESS
para Francesco Ragonesi, 14 de octubre de 1907.
298
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 19r-20r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de diciembre de 1907.
299
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1908, n. 1102, stampa 942, s.n.f.
300
Decretum eretionis novi Vicariatus Apostolici, cui nomen est Planorum Sancti
Martini, in Columbiana Republica, en: AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758.
fasc. 127. ff. 34r-35v.
301
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 36r-v, minuta de la
SESS al Sustituto de la SCC, Giulio Grazioli, 31 de marzo de 1908. Después del
Consistorio de Diciembre de 1907 fue publicado el nombramiento que quedó
registrado en el Diarium Romanae Curiae así: Chiesa titolare vescovile di
Augustopoli, per il R. P. Giuseppe Guiot, della Compagnia di Maria, diocesano di
Nantes, deputato Vicario apostolico dei Piani di S. Martino in Colombia, en: AAS,
vol. 1 (1909), n. 1, 439. Sobre el Episcopado de José María Guiot véase en: HC, vol.
9 (2002), 73.
302
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. ff. 38r-39r, minuta de la
SESS para Francesco Ragonesi, 4 de abril de 1908.
303
AA.EE.SS. Colombia, 1907-1908. pos. 758. fasc. 127. f. 44r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de octubre de 1908.
220 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

5.11. Nuevol Obispo de Nueva Pamplona, Evaristo Blanco


Francesco Ragonesi comunicó a la Santa Sede acerca de la muerte
del Ordinario de Nueva Pamplona, Ignacio Antonio Parra, ocurrida el
22 de febrero de 1908, quien era el Decano del episcopado colombiano.
Tenía 84 años.304.
El Gobierno colombiano propuso al Delegado Apostólico como
candidatos a: Darío Galindo y a Honorio Ángel, sin embargo, al
notificarle a la Santa Sede sobre el asunto, el Delegado desestimó su
idoneidad, y propuso al sacerdote Joselyn Parada, párroco de
Sogamoso305. Por lo tanto, se enviaron las informaciones
correspondientes a este último candidato306, que fueron examinadas en
la Sesión 1111, I, del 23 de julio de 1908307. La Santa Sede notificó a
Francesco Ragonesi que Pío X había nombrado al sacerdote Parada
para la Sede de Nueva Pamplona308. Pero el Delegado Apostólico con
un telegrama, el 24 de septiembre de 1908, comunicó a la Santa Sede
que una enfermedad había obligado a Joselyn Parada a renunciar a su
nombramiento, razón por la cual se debería buscar otra propuesta309.
El Delegado sugirió entonces que fuera transferido a la Sede de
Nueva Pamplona, Evaristo Blanco, Obispo de Socorro desde enero de
1895. Las razones: el clima del Socorro resultaba desfavorable para su
salud; Monseñor Blanco conocía muy bien las necesidades de esta
Diócesis; en alguna oportunidad había sido nombrado para la sede de
Popayán pero no aceptó310. Francesco Ragonesi, hizo saber a la Santa
Sede que el Episcopado colombiano estaba de acuerdo con este

304
AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. f. 3r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de febrero de 1908.
305
AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. ff. 5r-6v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de marzo de 1908.
306
AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. ff. 8r-17v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de mayo de 1908.
307
AA.EE.SS. Rapporti delle Sessioni, 1908, n. 1111, stampa 952, s.n.f.
308
AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. ff. 21r, minuta de telegrama de
la SESS para Francesco Ragonesi, 25 de julio de 1908.
309
AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 760. fasc. 128. f. 23r, telegrama de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de septiembre de 1908.
310
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 22r-23r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val. 25 de septiembre de 1908.
SOBRE EL EPISCOPADO 221

nombramiento311. La Santa Sede hizo el nombramiento el 27 de marzo


de 1909312, y se le comunicó al Delegado Apostólico313.

5.12. Nuevos Obispos para el Socorro y Antioquia


La sede del Socorro estaba vacante por el traslado de Evaristo
Blanco, quien había sido nombrado para Nueva Pamplona el 27 de
marzo de 1909. En cuanto a la sede de Antioquia la situación era por el
fallecimiento de Manuel Antonio López de Mesa, el 15 de mayo de
1908, y quien ocupaba esa sede desde el 30 de mayo de 1902314.
Por lo tanto, el Delegado Apostólico envió a la Santa Sede una
propuesta con los candidatos: para el Socorro, a Salustiano Gómez
Riaño, Canónigo de la Catedral y Vicario General de Bogotá, quien con
licencia del Arzobispo José Telésforo Paúl se había trasladado para
Medellín en compañía de Bernardo Herrera Restrepo en 1886, siendo
rector del seminario, pero regresó a Bogotá en 1891; para la sede de
Antioquia, José Eusebio Díaz, de manera similar Canónigo de la
Catedral de Bogotá, con grado en teología obtenido en Roma315.
La Santa Sede solicitó mayores informaciones acerca de los
candidatos316. El Delegado reunió los correspondientes documentos
requeridos y los envió el 13 de octubre de 1909317. Los candidatos
fueron aceptados y se le notificó al Delegado Apostólico para que
iniciara las prácticas de los procesos canónicos318. Pero ninguno de los

311
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 25r-v, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 5 de diciembre de 1908.
312
En el Diarium Romanae Curiae correspondiente a los decretos de la SCC del 27
de marzo de 1909, se registra: Con decreto concistoriale, da spedirsi per Bolla
pontificia, Mons. Evaristo Blanco, Vescovo di Socorro, è stato trasferito alla sede
cattedrale di Nuova-Pamplona, en: AAS, vol. 2 (1910), n. 1, 330.
313
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 34r, minuta de telegrama de la S.E.
al Delegado Apostólico, del 31 de marzo de 1909.
314
AA.EE.SS. Colombia, 1908. pos. 761. fasc. 128. ff. 26r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de mayo de 1908.
315
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 37r-38v, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de agosto de 1909.
316
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 39r, minuta de telegrama de la
SESS para Francesco Ragonesi, 27 de septiembre de 1909.
317
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 48r-52v, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 13 de octubre de 1909.
318
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 56r, minuta de telegrama de la S.E.
al Delegado Apostólico, 24 de diciembre de 1909.
222 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

dos aceptó el nombramiento y renunciaron a él, argumentando


problemas de salud319.
Los nuevos candidatos fueron: Maximiliano Crespo, Canónico de la
Catedral de Popayán, para la sede de Antioquia; y Francisco Cristóbal
Toro, Vicario Capitular de Antioquia, para la sede del Socorro320. La
Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico que los candidatos
habían sido aceptados y que procediera a iniciar las prácticas de los
procesos canónicos321. Estos fueron enviados el 12 de septiembre de
1910. Finalmente, fueron nombrados el 18 de octubre de 1910,
Maximiliano Crespo Rivera, para la sede de Antioquia322, y Francisco
Cristóbal Toro, para la sede del Socorro323.
El 24 de febrero de 1911, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de
Popayán, consagró en la iglesia del Señor de los Milagros de Buga, a
Maximiliano Crespo. Asistentes: los sacerdotes, Víctor Saavedra,
Vicario Foráneo de Buga, y Jorge Salcedo, cura de Buga324. El 4 de
junio de 1911, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá,
consagró en su Catedral, a Francisco Cristóbal Toro. Fueron asistentes
los Obispos: Moisés Higuera, titular de Maximópolis, y Ismael
Perdomo, de Ibagué325.

319
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 57r-59v, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 28 de abril de 1910. Anexó las cartas
presentadas por Salustiano Gómez Riaño del 4 de enero de 1910 y por José Eusebio
Díaz, del 4 de enero de 1910.
320
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. ff. 62r-63v.
321
ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 64r, minuta de la SESS a
Francesco Ragonesi, 9 de junio de 1910. Los procesos fueron enviados con Despacho
del 12 de septiembre de 1910. ASV. Segre. Stato, 1910. rub. 251. fasc. 9. f. 70r.
322
En las Actas de Pío X, respecto a los decretos de la SCC del 18 de octubre de
1901, se regrista: R. D. Maximilianum Crespo, presbyterum archidioecesis
Popayanensis, in Episcopum cathedralis ecclesiae Antioquiensis in republica
Columbiana, en: AAS, vol. 2 (1910), n. 1, 858. Sobre el Espiscopado de Maximiliano
Crespo Rivera véase en: HC, vol. 9 (2002), 59.
323
En las Actas de Pío X, respecto a los decretos de la SCC del 18 de octubre de
1901, se regrista: R. D. Franciscum Christophorum Toro, presbyterum dioecesis
Antioquiensis, in Episcopum cathedralis ecclesiae de Socorro, en: AAS, vol. 2
(1910), n. 1, 858. Sobre el Episcopado de Francisco Cristóbal Toro, véase en: HC,
vol. 9 (2002), 59, 347.
324
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 181-186.
325
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 713-732.
SOBRE EL EPISCOPADO 223

5.13. Primera Conferencia Episcopal de Colombia


La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) inició su proceso de
organización en el año 1908. El Primer Concilio Plenario de América
Latina, reunido en Roma en 1899, había ya dispuesto que los
Episcopados de cada país se reunieran periódicamente como medio
para lograr la reorganización de la Iglesia Latinoamericana.
En cumplimiento de esta sugerencia, el Episcopado Mexicano fue el
primero en reunirse como Conferencia Episcopal en el año 1900. El
Episcopado Colombiano celebró su primera Asamblea del 14 de
septiembre al 14 de octubre de 1908.
El Delegado Apostólico informó a la Santa Sede sobre este
importante evento de la Iglesia colombiana, y envió varios documentos
sobre el asunto, a saber326: A. La Circular del 12 de abril de 1908 sobre
la convocatoria de todo el Episcopado a la Conferencia, enviada por el
Delegado Apostólico a todas la sedes explicando la razón de este
encuentro, que estaba basado en las disposiciones del Concilio Plenario
Latinoamericano y en sus diálogos con Pío X, quien había dado su
aprobación; B. Telegrama firmado por los Prelados participantes al
Santo Padre, con motivo del inicio de la Conferencia, del 8 de agosto
de 1908327; C. Una declaración de adhesión del Episcopado a la
Encíclica Pascendi contra los errores del modernismo328; D. Un saludo
de los Obispos al Presidente de la Republica, y la respuesta del
mismo329; E. Un saludo a la Asamblea Nacional330. De la misma
manera, fueron enviados los documentos conclusivos del encuentro; se
trata de dos pastorales colectivas de los Obispos al clero y los fieles, y
el discurso del Arzobispo de Bogotá en la clausura de la
Conferencia331. La primera pastoral es una defensa del clero regular y
especialmente de los religiosos provenientes del extranjero, contra los
constantes ataques del Partido Liberal y de la Masonería, atendían en

326
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 4r-12r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 11 de agosto de 1908.
327
Prelados reunidos en Conferencia Presentan a V.S. humildes felicitaciones.
Profundos homenajes de amor, obediencia; implorando bendición, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 8r.
328
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 9r-10v.
329
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 12r.
330
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 12r.
331
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 13r-20v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 19 de octubre de 1908.
224 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

esta forma las instrucciones del Cardenal Mariano Rampolla dadas en


carta al Arzobispo de Cartagena. Firmada por todo el Episcopado, el 14
de septiembre de 1908332. En la segunda Pastoral colectiva, los prelados
dan público agradecimiento al Santo Padre por los beneficios recibidos,
renuevan el público homenaje de filial obediencia y de adhesión al
Sumo Pontífice, a la Autoridad civil y a los fieles de Colombia,
exhortan a todos a la piedad y a la concordia social, Firmada por todos
el Episcopado, el 15 de octubre de 1908333.
En el discurso del Arzobispo Primado de Colombia al término de la
Primera Conferencia Episcopal se agradeció al Delegado Apostólico
por su gran interés en convocar este encuentro, adicionalmente, por la
importancia que esta primera Conferencia Episcopal generaría en la
futura organización de la Iglesia334.
Fueron asistentes a la Primera Asamblea: Francesco Ragonesi,
Delegado Apostólico; Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá; Manuel José Caicedo, Arzobispo de Medellín; Pietro Adamo
Brioschi, Arzobispo de Cartagena; Manuel Antonio Arboleda,
Arzobispo de Popayán; Evaristo Blanco, Obispo de Socorro; Eduardo
Maldonado Calvo, Obispo de Tunja; Gregorio Nacianceno Hoyos,
Obispo de Manizales; Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué; Esteban
Rojas Tovar, Obispo de Garzón; Francisco María Rodens, Obispo de
Santa Marta; Adolfo Perea, Obispo de Pasto; Atanasio Vicente Soler,
Vicario Apostólico de la Guajira; Pbro. Antonio María Colmenares,
Vicario Capitular de Pamplona; Pbro. Francisco Cristóbal Toro,
Vicario Capitular de Antioquia.
Cuando fue organizado todo el material documentario usado en los
encuentros, se envió a la Santa Sede; se trata de las Resoluciones,
Postulados y Actas de las discusiones335. Los documentos fueron

332
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 18r. «Es preciso que
los Obispos de Colombia estén perfectamente uniformes en combatir a los adversarios
de la Iglesia que se propone a todo trance el predominio de la nación», en:
CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, 1908-2008, 100 años de evangelización y
promoción humana, 15.
333
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 18r.
334
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 19r-20v.
335
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 35r-36r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 febrero de 1909. El
Delegado Apostólico agregó que el tema tratado con mayor insistencia fue el del
Liberalismo.
SOBRE EL EPISCOPADO 225

enviados a la Sagrada Congregación del Concilio el 30 de octubre de


1909 para un oportuno examen336.
Pío X envió una carta, el 19 de diciembre de 1908, al Arzobispo de
Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo y a todos los Obispos con motivo
de la Primera Conferencia Episcopal337. Después, el mismo Pontífice
envió otra carta 6 de enero de 1910, nuevamente para destacar el éxito
de la Conferencia Episcopal y sobre la acción social de la Iglesia
colombiana338. Finalmente, la SESS, el 30 de junio de 1911, envió al
Delegado Apostólico las Instrucciones y decisiones tomadas por la
Sagrada Congregación del Concilio, luego de ser examinados los actos
de la Conferencia Episcopal339.

5.14. Nuevo Obispo de Pasto, Leonidas Medina


El Delegado notificó que el 17 de febrero de 1911 había fallecido el
Ordinario de Pasto, luego de una penosa enfermedad, y quien se
encontraba en esa sede desde el 16 de diciembre 1907340.
El Delegado informó que de esta ciudad le presentaron como
candidatos a: Maurilio Detrouse, Antonio Pérez Díaz y Eliseo Villota,
todos de la Compañía de María, pero según el parecer suyo, ninguno
era idóneo. En su lugar presentó a Leonidas Medina, quien había sido
Vicario General de Bogotá y de quien poseía muy buenas
referencias341.
La Santa Sede comunicó al Delegado Apostólico que Pío X había
aceptado al candidato, y le solicitó iniciar las prácticas del proceso

336
AA.EE.SS. Colombia, 1908-19011. pos. 769. fasc. 130. f. 41r, minuta de la
SESS al Secretario de la Sagrada Congregación del Concilio, Basilio Pompili, 30 de
octubre de 1909.
337
AAS, vol. 1 (1909), n. 1, 141.
338
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 44r-47v.
339
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 51r-63r. Las prácticas
examinadas corresponden: A. De actione catholica; B. De instructione catechetica; C.
De secta massonica; D. De usura; F. De educatione in scholis; G. De concubinatu et
alcoholismo extirpandis; H. De missionibus ad promovendiam indigenorum
infidelium conversionem; I. De ephemeridibus bonis propagandis, pravis vero
impediendis.
340
ASV. Segre. Stato, 1911. rub. 251. fasc. 8. f. 122r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de febrero de 1911.
341
ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 283. fasc. 1. ff. 169r-170r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de octubre de 1911.
226 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

canónico342, que fue enviado el 31 de diciembre de 1911343. Leonidas


Medina fue nombrado para la sede de Pasto el 22 de enero de 1912344.
Fue consagrado el 29 de julio de 1912 por el Arzobispo de Bogotá
Bernardo Herrera Restrepo en su Catedral; fueron asistentes los
Ordinarios: Ismael Perdomo, de Ibagué, y Eduardo Maldonado Calvo,
de Tunja345.

6. Carlo Montagnini, 1913


6.1. Segunda Conferencia Episcopal
La Segunda Conferencia Episcopal se dio bajo la presencia de dos
Delegados Apostólicos, el saliente Francesco Ragonesi, a quien el
Arzobispo de Bogotá le transmitió el deseo de organizarla346, y con
Carlo Montagnini quien fue el encargado de clausurarla. Por esta razón,
para no tener que separar la documentación de este tema tan
importante, hemos creído conveniente dejarla en un solo bloque, en el
apartado correspondiente al segundo Delegado, así no se corta de
manera brusca el hilo conductor.
Este segundo encuentro del Episcopado colombiano se realizó del 8
de diciembre de 1912 al 20 de enero de 1913. Asistieron trece Prelados.
Se dispuso efectuar las siguientes Asambleas cada tres años y se pidió a
la Santa Sede que no fuera considerada como Provincial sino como
Asamblea Nacional, lo cual fue concedido. El 13 de enero de 1913 se
dio el Decreto de convocación para el Primer Congreso Eucarístico
Nacional que habría de reunirse en la ciudad de Bogotá y que, a juicio
de los historiadores, fue la más grande celebración que se haya
realizado en Colombia a Jesucristo Salvador y Redentor.

342
ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 283. fasc. 1. f. 177r, minuta de telegrama de la
SESS a Francesco Ragonesi, 23 de noviembre de 1911.
343
ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 283. fasc. 1. f. 178r, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 31 de diciembre de 1911.
344
En el Diarium Romanae Curiae correspondiente a los decretos de la SCC del 23
de enero de 1912, se registra: Cathedrali ecclesiae Pastopolitanae sac. Leonidam
Medina, canonicum ecclesiae metropolitanae Bogotensis in Columbia, en: AAS, vol.
6 (1912), n. 1, 54. Sobre el Pontificado de Leonidas Medina, véase en: HC, vol. 9
(2002), 105.
345
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 403-415.
346
ASV. Segre. Stato, 1912. rub. 251. fasc. 3. f. 97r, despacho de Francesco
Ragonesi al Rafael Merry del Val, 13 de agosto de 1912.
SOBRE EL EPISCOPADO 227

El Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Bernardo Herrera


Restrepo, el 9 de diciembre de 1912, envió un saludo al Presidente de la
República comunicándole acerca del encuentro del Episcopado
colombiano347. El Presidente respondió al mensaje del Arzobispo de
Bogotá, el 10 de diciembre de 1912, agradeciendo por la participación
en tal evento348. De la misma forma, con fecha del 9 de diciembre de
1912, se le envió una nota al Delegado Apostólico, Francesco
Ragonesi349. La respuesta de Francesco Ragonesi a la nota emitida por
el Arzobispo de Bogotá, fue transmitida el 10 de diciembre de 1912350.
El Delegado Apostólico, el 14 de diciembre de 1912, notificó a la
Santa Sede sobre el inicio de la segunda Conferencia Episcopal. Allí
señaló que con excepción del Arzobispo de Cartagena, Pietro Adamo
Brioschi, y el Obispo de Pasto, Leonidas Medina, todo el Episcopado
había llegado351.
Los Prelados colombianos con un documento dirigido a Pio X,
expusieron su profunda impresión causada por la Encíclica Lacrimabili
statu sobre la infeliz situación de los salvajes en América Latina, y el
deseo de cumplir los deseos del Santo Padre, y le rogaron de disponer
para que fuese incrementado el número de las misiones para la
evangelización de los salvajes352. Los Superiores Mayores de las
Órdenes Religiosas que tenían misiones en Colombia, de igual manera,
basados en la misma Encíclica, rogaron al Papa el aumento de los
misioneros y de las Misiones para la atención de los «infieles salvajes»
que aún estaban sin evangelizar en un vasto territorio353.
Una vez concluida la Conferencia Episcopal, la Legación de
Colombia ante la Santa Sede dio la notificación354. El Delegado
Apostólico, Carlo Montagnini, informó sobre las resoluciones y normas
de la segunda Conferencia Episcopal. Entre estas tiene relevancia el
Decreto con el cual viene autorizada la celebración de un Congreso

347
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r.
348
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r. Texto la sobre la convocatoria
de la segunda Conferencia Episcopal, en: AAS, vol. 8 (1916), n. 1, 308.
349
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r.
350
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r.
351
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-v.
352
El texto completo de la Encíclica en: AAS, vol. 4 (1912), n. 15, 521-525.
353
AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 775. fasc. 138. ff. 2r-v.
354
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 37r-38r, despacho de la Legación
de Colombia ante la Santa Sede al Cardenal Rafael Merry del Val, del 4 de febrero de
1913.
228 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Eucarístico Nacional en Bogotá, el cual se había fijado para el 14 de


septiembre de 1913355. Pío X envió una Carta Autógrafa al Episcopado
con motivo del encuentro356.

6.2. Nuevo Obispo del Socorro, Antonio Vicente Arenas


La sede del Socorro quedó vacante luego del traslado de Francisco
Cristóbal Toro a la de Santa Marta, el 16 de diciembre de 1913. Por lo
tanto, fue necesario comenzar la búsqueda de un sucesor. El Secretario
de la Delegación Apostólica, Filippo Cortesi, postuló a Antonio
Vicente Arenas, Vicario General del Socorro; los Arzobispos de
Bogotá y Medellín lo consideraron idóneo357.
La Santa Sede informó la aprobación del nombramiento del
candidato propuesto por la Delegación Apostólica a la SCC 358. Antonio
Vicente Arenas fue nombrado el 28 de mayo de 1914359, y el 2 de
agosto de 1914, el Cardenal Antonio Vico, Obispo de Porto y Santa
Rufina, lo consagró en la iglesia de San Ignacio en Roma; fueron
asistentes: los Obispos, Esteban Rojas, de Garzón y Francisco Cristóbal
Toro, de Santa Marta360.

355
AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 777. fasc. 138. ff. 16r-17r, despacho de Carlo
Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 4 de marzo de 1913.
356
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 36r, minuta de la SESS para Carlo
Montagnini, 26 de marzo de 1913. El texto en: AAS, vol. 5 (1913), n. 1, 178-179.
357
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 283. fasc. 8. ff. 123r-125r, despacho de Filippo
Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica al Cardenal Rafael Merry del Val, 6
de enero de 1914. La Santa Sede respondió el 16 de febrero de 1914, iniciar las
prácticas para el proceso canónico; minuta, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 283.
fasc. 8. f. 131r.
358
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 283. fasc. 8. f. 135r, minuta de la SESS al
Secretario de la SCC, cardenal de Lai, 19 de mayo de 1914.
359
En las actas de la Congregación Consistorial del 28 de mayo de 1914, se
registra: Chiesa Cattedrale di Socorro, pel Rmo Mons, Antonio Vincenzo Arenas,
Vicario Generale della stessa diocesi, en: AAS, vol. 6 (1914), n. 1, 273. Sobre el
Pontificado de Antonio Vincenzo Arenas, véase en: HC, vol. 9 (2002), 59, 347.
360
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 47-54.
SOBRE EL EPISCOPADO 229

7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914


7.1. Candidatos para la nueva Sede de Jericó
En enero de 1915 viene erigida la nueva Diócesis de Jericó,
desmembrada de la de Antioquia361. Alberto Vasallo, Delegado
Apostólico, propuso a la Santa Sede los candidatos para la nueva sede,
de manera similar, solicitó un eventual nombramiento para la
Metropolitana de Popayán debido a la enfermedad del Arzobispo
Manuel Antonio Arboleda, así como en el caso de la sede de Ibagué en
la eventualidad del traslado de Ismael Perdomo a Popayán. Los
candidatos para la de Jericó eran: Pedro Rodríguez, de la jurisdicción
de Garzón; Lubin Gómez y Ulpiano Ramírez, Canónigos de Medellín;
Emanuel Suárez, secretario del Ordinario de Ibagué y Rafael Plaza de
la Arquidiócesis de Popayán362.
La Santa Sede respondió al Delegado Apostólico que existía la
disposición de trasladar a Ismael Perdomo de Ibagué a Popayán, pero
cuando esta quedase vacante. En lo referente a los candidatos para
Jericó e Ibagué, se solicitaron mayores informaciones de los
candidatos363.
La respuesta a esta solicitud estuvo a cargo de Filippo Cortesi,
Secretario de la Delegación Apostólica, quien luego de informarse
acerca de los candidatos propuestos por Alberto Vasallo, consideró que
ninguno poseía las cualidades para ser elevado a la dignidad Episcopal.
En su lugar hizo nuevas propuestas, a saber: Tiberio Salazar, de
Medellín, quien contaba con muy buenas recomendaciones, y a José
Joaquín Ramírez, de la misma jurisdicción364. Al ser nombrado como

361
La SCC se comunicó con el Secretario de la AA.EE.SS, monseñor Pacelli, el 16
de enero de 1915, y le solicitó que informase al Delegado Apostólico en Colombia,
Alberto Vasallo di Torregrosa, en: AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc.
146. f. 23r.
362
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 24r-26v, despacho de
Alberto Vasallo di Torregrosa al Cardenal Pietro Gasparri, 16 de abril de 1915.
363
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. f. 27r, minuta de la SESS
a Alberto Vasallo di Torregrosa, 29 de mayo de 1915.
364
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 28r-32v, despacho del
Secretario de la Delegación Apostólica, Filippo Cortesi al Cardenal Pietro Gasparri, 5
de febrero de 1916.
230 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Delegado Apostólico Enrico Gasparri, revisó las propuestas y dio su


aprobación, comunicándose a la Santa Sede365.
No obstante esta delicada búsqueda, no se hizo ningún
nombramiento, el 5 de febrero de 1917 Benedicto XV decidió unir dos
sedes, tomando el nombre de Diócesis de Antioquia-Jericó.

8. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917)


8.1. Nuevo Obispo de Nueva Pamplona, Rafael Afanador
Ocurrida la muerte de Evaristo Blanco, Obispo de Nueva Pamplona,
el 15 de septiembre de 1915, Filippo Cortesi, Secretario de la
Delegación Apostólica, propuso como candidato para sucederlo al
sacerdote Rafael Afanador, de la Diócesis de Socorro, del cual dio
buenas informaciones366.
Al tomar posesión del cargo como Delegado Apostólico Enrico
Gasparri, escribió a la Santa Sede confirmando la candidatura del
sacerdote Afanador367. Benedicto XV acogió la propuesta y se le
comunicó a la SCC para que viniesen preparados los actos relativos368.
Rafael Afanador una vez notificado, escribió al Cardenal Secretario
de Estado agradeciendo por su nombramiento369. El 5 de junio de 1916
fue nombrado como Obispo de Nueva Pamplona370. El 3 de septiembre
de 1916, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, lo consagró
en su Catedral; fueron asistentes los Obispos: Francisco Cristóbal Toro,
de Santa Marta, y Antonio Vicente Arenas, del Socorro371.

365
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 787. fasc. 146. ff. 39r-40v, despacho de
Enrico Gasparri al Cardenal Pietro Gasparri, 30 de abril de 1916.
366
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 8r-14v, despacho de
Filippo Cortesi, Secretario de la Delegación Apostólica, al Cardenal Pietro Gasparri,
11 de noviembre de 1915.
367
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 15r-v, despacho de
Enrico Gasparri al Cardenal Pietro Gasparri, 12 de marzo de 1916.
368
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 15r-v, minuta de la
SESS, a la SCC, del 3 de junio de 1916.
369
AA.EE.SS. Colombia, 1915-1916. pos. 791. fasc. 148. ff. 26r-27r, carta del 2 de
junio de 1916, a Pietro Gasparri agradeciendo por el nombramiento.
370
En las actas de la Congregación Consistorial del 5 de junio de 1916, se registra:
Cathedrali ecclesiae Neo-Pampilonensi R. D. Raphaelem Afanador, vicarium
generalem dioecesis de Socorro, en: AAS, vol. 6 (1914), n. 1, 225. Sobre el
Pontificado de Rafael Afanador, véase en: HC, vol. 9 (2002), 59.
371
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 7-15.
SOBRE EL EPISCOPADO 231

9. Estadísticas sobre el Episcopado correspondientes al periodo de


1882-1916
9.1. Cardenales Secretarios de Estado 1882-1916
Ludovico Jacobini 16 de diciembre de 1880- 28 de febrero de1887.
Mariano Rampolla 2 de junio de 1887-1903
Rafael Merry del Val 12 de noviembre de 1903-20 de agosto de
1914.
Pietro Gasparri 13 de octubre de 1914-1930.

9.2. Delegados Apostólicos 1882-1916


Giovanni Battista Agnozzi, 24 de marzo de 1882-14 de junio de
1887.
Luigi Mattera, 17 de mayo de 1887-1 de agosto de 1889.
Antonio Sabatucci 21 de septiembre de 1890-31 de diciembre de
1895.
Antonio Vico. 24 de noviembre de 1897-4 de febrero de 1904.
Francesco Ragonesi. 7 de octubre de 1904-finales de 1912.
Carlo Montagnini 10 de febrero de 1913-15 de agosto 1913.
Alberto Vasallo di Torregrosa, 8 de abril de 1914-29 de agosto de
1915.
Enrico Gasparri, 9 de diciembre de 1915. El 8 de mayo de 1916
Benedicto XV ordenó que la Delegación Apostólica se denominara en
adelante Internunciatura Apostólica.

9.3. Consagraciones de los Representantes de la Santa Sede


1. El 16 de julio de 1882 Monseñor León Federico Anerios,
Arzobispo de Buenos Aires, consagró en su Catedral a Monseñor Luigi
Mattera, Arzobispo titular de Irenópolis y Delegado Apostólico en
Argentina. Asistentes: Mamerto Esquiú, Obispo de Córdoba de
Tucumán y Wenceslao Achaval, Obispo de San Juan de Cuyo.
2. El 26 de octubre de 1890 el Cardenal Mariano Rampolla del
Tíndaro, Secretario de Estado de Su Santidad León XIII, consagró en la
capilla del Colegio Pío Latinoamericano a Antonio Sabatucci, Obispo
titular de Tebas y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes:
Antonio de Macedo Costa, Arzobispo de Bahía y Domingo Ferrata,
Arzobispo titular de Tesalónica.
232 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

3. El 9 de enero de 1898 el Cardenal Mariano Rampolla del Tíndaro,


consagró en la capilla del Almo Colegio Capránica a Antonio Vico,
Arzobispo titular de Filipos y Delegado Apostólico en Colombia.
4. El 25 de septiembre de 1904 el Cardenal Raffaele Merry del Val,
Secretario de Estado de Su Santidad Pío X, consagró en la capilla del
Colegio Pío Latinoamericano a Francesco Ragonesi, Arzobispo titular
de Myra y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes: Antonio
María Graselli, Obispo de Viterbo y Domingo Rinaldini, Obispo de
Montefiscone.
5. El 22 de junio de 1913 Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá, consagró en su Catedral a Carlo Montagnini, Arzobispo de
Larissa y Delegado Apostólico en Colombia. Asistentes: Ismael
Perdomo, Obispo de Ibagué y Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de
Tunja.
6. El 18 de enero de 1914 el Cardenal Raffaele Merry del Val,
consagró en la capilla del Colegio Pío Latinoamericano a Alberto
Vasallo di Torregrossa, Arzobispo titular de Emessa y Delegado
Apostólico en Colombia. Asistentes: Francisco de Rego Maiha,
Arzobispo titular de Nicópolis y Augusto Intreccialagli, Obispo de
Caltanisseta.
7. El 12 de diciembre de 1915 Víctor Amadeo Ranuzzi de Bianchi,
Arzobispo titular de Tiro y Mayordomo de S.S. Benedicto XV,
consagró en la capilla del colegio Pío Latinoamericano a Enrico
Gasparri, Arzobispo titular de Sebaste y Delegado Apostólico en
Colombia. Asistentes: Donato Sbarretti, Arzobispo titular de Éfeso y
Asesor del Santo Oficio, y Luigi Ermini, Obispo de Cajazzo.

9.4. Auditores y Secretarios de la Representación Pontificia en Bogotá


El 11 de octubre de 1908 el Cardenal Rafael Merry del Val, consagró
en la capilla del colegio Pío Latinoamericano a Enrico Sibilia,
Arzobispo titular de Side. Asistentes: Enrique Almaraz y Santos,
Arzobispo de Sevilla y Ángel Jara, Obispo de San Carlos de Ancud.

9.5. Consagraciones en Colombia


1. El 12 de marzo de 1882, Don Bonifacio A. Toscano, Obispo in
partibus de Centuria, consagró en la Catedral de Tunja a Severo García,
SOBRE EL EPISCOPADO 233

Obispo de Tunja. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo in partibus de


Maximópolis372.
2. El 21 de octubre de 1883, Manuel Canuto Restrepo, Obispo
dimisionario de Pasto, consagró en la iglesia de Santo Domingo de
Bogotá a Jesús María Rodríguez, Obispo de Antioquia. Asistentes:
Bonifacio Toscano, Obispo titular de Centuria y Juan Nepomuceno
Rueda, Obispo titular de Sebastópolis373.
3. El 27 de diciembre de 1885, José Telésforo Paúl, Arzobispo de
Bogotá, consagró en la Catedral a Bernardo Herrera Restrepo, Obispo
de Medellín. Asistentes: Manuel Canuto Restrepo, Obispo dimisionario
de Pasto, y Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis374.
4. El 24 de octubre de 1886, Ignacio Antonio Parra, Obispo de
Pamplona, consagró en la iglesia de Girón a José Alejandro Peralta,
Obispo de Panamá. Asistentes: los Pbros. José Antonio Fernández y
Antonio María Colmenares375.
5. El 28 de agosto de 1887, José Telésforo Paúl, Arzobispo de
Bogotá, consagró en la Catedral a José Benigno Perilla, Obispo de
Tunja. Asistentes: Manuel Canuto Restrepo, Obispo dimisionario de
Pasto y Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis376.
6. El 27 de diciembre de 1888, Bonifacio Antonio Toscano, Obispo
titular de Centuria, consagró en la Catedral de Bogotá, a Juan
Buenaventura Ortiz, Obispo de Popayán377.
7. El 24 de abril de1892, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá, consagró en su Catedral a Joaquín Pardo Vergara, Obispo de
Medellín. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis y
Juan Nepomuceno Rueda, Obispo electo de Antioquia378.
8. El 22 de mayo de 1892, Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena,
consagró en la iglesia de San Juan de Dios (ya San Pedro Claver) de
Cartagena, a Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta. Asistentes: José
Alejandro Peralta, Obispo de Panamá y el Pbro. Teodoro Hamón, rector
del Seminario de Cartagena379.

372
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 217-223.
373
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 664-667.
374
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 290-320.
375
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 589-600.
376
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 619-621.
377
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 511-517.
378
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 518-537.
379
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 172-178.
234 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

9. El 29 de mayo de 1892, Monseñor Bernardo Herrera Restrepo,


Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral a Monseñor Manuel
José Caicedo, Obispo de Pasto. Asistentes: Monseñor José Benigno
Perilla, Obispo de Tunja y Monseñor Joaquín Pardo Vergara, Obispo
de Medellín380.
10. El 1 de mayo de 1894, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá, consagró en la Catedral a Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo
titular de Pinara y Vicario Apostólico de Casanare. Asistentes: el
Arcediano Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando Piñeros.
11. El 12 de abril de 1896, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá, consagró en su Catedral a Nicolás Casas y Conde, Obispo
titular de Adrianópolis y Vicario Apostólico de Casanare. Asistentes:
Ezequiel Moreno, Obispo de Pasto, y el Arcediano Patricio Plata
Azuero.
12. El 8 de septiembre de 1897, Ignacio Antonio Parra, Obispo de
Pamplona, consagró en la iglesia de San Laureano de Bucaramanga, a
Evaristo Blanco, Obispo de Socorro. Asistentes: los Pbros. Numa
Pompilio Calderón, Canónigo de Pamplona, y José María Villalba,
párroco de San Laureano381.
13. El 9 de mayo de 1898, Bernardo Herrera Restrepo, consagró en
su Catedral, a Pietro Adamo Brioschi, Obispo de Cartagena. Asistentes:
el Arcediano Patricio Plata Azuero y el Chantre Fernando Piñeros. Fue
esta la última consagración hecha en Bogotá en la que sirvieron de
asistentes simples sacerdotes.
14. El 14 de julio de 1901, Pietro Adamo Brioschi, Obispo de
Cartagena, consagró en su Catedral a Francisco Javier Junguito, Obispo
de Panamá. Asistentes: el Pbro. José Claudio Garnier, Rector del
Seminario de Cartagena, y el Pbro. Nicolás Cáceres382.
15. El 29 de junio de 1902, Esteban Rojas, Obispo del Tolima,
consagró en la Catedral de Manizales a Gregorio Nacianceno Hoyos,
Obispo de Manizales. Asistentes: los Pbros. José Antonio Restrepo y
José Joaquín Barco383.
16. El 9 de noviembre de 1902, Joaquín Pardo Vergara, Arzobispo de
Medellín, consagró en su Catedral a, Manuel Antonio López de Mesa,

380
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 133-153.
381
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 107-118.
382
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 361-364.
383
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 326-351.
SOBRE EL EPISCOPADO 235

Obispo de Antioquia. Asistentes: los Pbros. Juan de Dios Uribe, Deán


de Medellín, y Jesús M. Marulanda, Canónigo penitenciario384.
17. El 30 de octubre de 1904, Francesco Ragonesi, Arzobispo titular
de Mira y Delegado Apostólico, consagró en la iglesia del Rosario de
Barranquilla, a Francisco M. Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta.
Asistentes: Pietro Adamo Brioschi, Arzobispo de Cartagena, y Carlos
Valiente, Protonotario Apostólico.
18. El 5 de noviembre de 1905, Bernardo Herrera Restrepo,
Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral a Eduardo Maldonado
Calvo, Obispo de Tunja. Asistentes: Manuel José de Caicedo,
Arzobispo de Medellín, y Moisés Higuera, Obispo titular de
Maximópolis385.
19. El 19 de mayo de 1907, Francesco Ragonesi, Arzobispo titular de
Mira y Delegado Apostólico, consagró en la Catedral de Bogotá, a
Atanasio Vicente Soler y Royo, Obispo titular de Citarizo y Vicariato
Apostólico de la Goagira. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo titular de
Maximópolis y Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta.
20. El 29 de junio de 1907, Francesco Ragonesi, Delegado
Apostólico, consagró en la Catedral de Bogotá, a Manuel Antonio
Arboleda, Arzobispo de Popayán. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo
titular de Maximópolis, y Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de
Tunja386.
21. El 29 de junio de 1908, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de
Popayán, consagró en su Catedral a Adolfo Perea, Obispo de Pasto.
Asistentes: los Canónigos Aristides Salcedo, Deán y Avelino Pérez Z.,
Maestrescuela387.
22. El 24 de febrero de 1911, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo
de Popayán, consagró en la iglesia del Señor de los Milagros de Buga, a
Maximiliano Crespo, Obispo de Antioquia. Asistentes: los Pbros.
Víctor Saavedra, Vicario Foráneo de Buga, y Jorge Salcedo, cura de
Buga388.
23. El 4 de junio de 1911, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá, consagró en su Catedral, a Francisco Cristóbal Toro, Obispo de

384
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 374-376.
385
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 380-387.
386
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 40-46.
387
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 613-618.
388
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 181-186.
236 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Socorro. Asistentes: Moisés Higuera, Obispo titular de Maximópolis, e


Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué389.
24. El 29 de julio de 1912, Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá, consagró en su Catedral, a Leonidas Medina, Obispo de Pasto.
Asistentes: Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué, y Eduardo Maldonado
Calvo, Obispo de Tunja390.
25. El 24 de agosto de 1912, Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo
de Popayán, consagró en la Catedral de Cali, a Heladio Perlaza, Obispo
de Cali. Asistentes: Leonidas Medina, Obispo de Pasto y el Pbro.
Víctor Saavedra391.
26. El 22 de junio de 1913 Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá, consagró en la Catedral a Carlo Montagnini.
27. El 3 de septiembre de 1916, Bernardo Herrera Restrepo,
Arzobispo de Bogotá, consagró en su Catedral, a Rafael Afanador y
Cadena, Obispo de Nueva Pamplona. Asistentes: Francisco Cristóbal
Toro, Obispo de Santa Marta, y Antonio Vicente Arenas, Obispo del
Socorro392.

9.6. Consagraciones fuera del país


1. El 19 de febrero de 1882, Paolo Ballerini, Patriarca de Alejandría,
consagró en la iglesia del Carmen de Milán, a Eugenio Biffi, Obispo de
Cartagena. Asistentes: Agustín Riboldi, Obispo de Pavia y Pietro
Carsana, Obispo de Como.
2. El 3 de junio de 1883, Ignacio Ordóñez, Arzobispo de Quito,
consagró en la iglesia de la Compañía de Quito, a Ignacio León
Velasco, Obispo de Pasto.
3. El 21 de abril de 1895, el Cardenal Serafín Vannutelli, Obispo de
Frascati, consagró en la capilla del Colegio Pio Latinoamericano, a
Esteban Rojas, Obispo de Tolima393.
4. El 19 de junio de 1903, el Cardenal Girolamo Maria Gotti,
consagró en la capilla del colegio Pío Latinoamericano, a Ismael
Perdomo, Obispo de Ibagué. Asistentes: Giuseppe Maria Constantini,

389
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 713-732.
390
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 403-415.
391
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 622-627.
392
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos,7-15.
393
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 672-683.
SOBRE EL EPISCOPADO 237

Arzobispo titular de Patraso y Limosnero de S.S. y Esteban Rojas,


Obispo de Garzón394.
5. El 28 de mayo de 1908, el Cardenal Vincenzo Vanutelli, Obispo
de Palestrina, consagró en la iglesia de Maria Regina dei cuori en
Roma, a José María Gulot, Obispo titular de Augustópolis y Vicario
Apostólico de los Llanos de San Martín. Asistentes: Livinchac de los
Misioneros de Argel, Obispo titular de Pacandio y antiguo Vicario
Apostólico de Victoria Nyanza y Carlos de Ligonnes, Obispo de
Rodez.
6. El 2 de agosto de 1914, el Cardenal Antonio Vico, Obispo de
Porto y Santa Rufina, consagró en la iglesia de San Ignacio en Roma, a
Antonio Vicente Arenas, Obispo del Socorro. Asistentes: Esteban
Rojas, Obispo de Garzón y Francisco Cristóbal Toro, Obispo de Santa
Marta395.

9.7. Nómina de Prelados


9.7.1. Arzobispos
Bogotá: Sede Primada el 7 de noviembre de 1902
Vicente Arbeláez 1868-1884.
José Telésforo Paúl, 1884-1889.
Ignacio León Velasco, 1889-1891.
Bernardo Herrera Restrepo, 1891-1928.
Cartagena: arquidiócesis el 20 de junio de 1900
Eugenio Biffi 1882-1896.
Pietro Adamo Brioschi 1898-1943.
Popayán: arquidiócesis el 20 de junio de 1900
Carlos Bermúdez 1868-1886.
Juan Buenaventura Ortiz 1888-1894.
Manuel José de Caicedo 1895-1905.
Manuel Antonio Arboleda, 1907-1923.

9.7.2. Obispos
Medellín: Arquidiócesis el 24 de febrero de 1902
José Ignacio Montoya 1876-1884.

394
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 601-612.
395
G. URIBE VILLEGAS, Los arzobispos y obispos colombianos, 47-54.
238 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Bernardo Herrera Restrepo 1886-1891.


Joaquín Pardo Vergara 1892-1904.
Manuel José de Caicedo 1905-1937.
Manizales: diócesis 11 de abril de 1900
Gregorio Nacianceno Hoyos 1901-1921.
Nueva Pamplona:
Ignacio Antonio Parra 1876-1908.
Tunja: Diócesis 29 de julio de 1880.
Severo García 1881-1886.
José Benigno Perilla 1888-1903.
Eduardo Maldonado Calvo 1905-1932.
Cali: diócesis 7 de julio de 1910.
Heladio Perlaza 1912-1926.
Santa Marta:
José Romero 1866-1891.
Rafael Celedón 1892-1902.
Francisco Simón y Ródenas, 1904-1912.
Francisco Cristóbal Toro 1914-1917.
Antioquia
Joaquín Guillermo González 1873-1883.
Jesús María Rodríguez 1883-1891.
Juan Nepomuceno Rueda 1892-1900.
Manuel Antonio López de Mesa 1901-1908.
Maximiliano Crespo 1911-1917.
Pasto
Ignacio León Velasco, 1883-1889.
Manuel José de Caicedo 1892-1895.
Ezequiel Moreno y Díaz, 1896-1906.
Adolfo Perea 1908-1911.
Leonidas Medina 1912-1916.
Tolima creada el 30 de agosto de 1894. Luego Garzón el 20 de mayo
de 1900:
Esteban Rojas 1895-1922.
Socorro: 20 de marzo de 1895
Evaristo Blanco 1897-1909
Francisco Cristóbal Toro 1910-1914.
SOBRE EL EPISCOPADO 239

Antonio Vicente Arenas 1914-1922.


Ibagué: 20 de mayo de 1900
Ismael Perdomo 1903-1923.
Jericó: 20 de enero de 1915
Maximiliano Crespo Rivera 1915-1917.
Francisco Cristóbal Toro 1917-1942.

9.7.3. Vicariatos Apostólicos


1. Casanare: 17 de julio de 1893, encomendado a los Padres
Agustinos Recoletos.
2. El 29 de octubre de 1887, y por insinuación del Delegado
Apostólico, el Obispo de Tunja ordenó que su Obispo Auxiliar fuera a
residir en Casanare, así lo hizo y permaneció hasta 1889.
3. El 17 de julio de 1893 fue creado el Vicariato, con residencia en
Támara.
4. Como Obispo Auxiliar de Tunja: Juan Nepomuceno Rueda 1887-
1889.
9.7.4. Vicarios Apostólicos
Casanare: 17 de julio de 1893, Agustinos Recoletos.
Ezequiel Moreno y Díaz 1894-1896.
Nicolás Casas y Conde 1896-1906.
Santos Ballesteros y Martínez 1920-1933.
Goagira: 17 de diciembre de 1905, Padres Capuchinos.
Atanasio Vicente Soler y Royo 1907-1930.
Llanos de San Martín: 16 de marzo de 1908. Religiosos de la
Compañía de María, Montfortianos.
José María Guiot 1908-1939.
9.6.5. Prefecturas Apostólicas
Los Prefectos no han sido obispos
Intendencia Oriental: 23 de junio de 1903. Padres de la Compañía de
María.
Eugenio Morón 1904-1908.
Fue suprimido el 16 de marzo de 1908 para crear el Vicariato
Apostólico de los Llanos de San Martín.
Caquetá: 20 de diciembre de 1904. Padres Capuchinos
Fr. Fidel de Montclear 1905-1930.
240 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Chocó: 28 de abril de 1908. Misioneros Hijos de Inmaculado


Corazón de María. Claretianos
Juan Gil y García 1908-1912.
Francisco Gutiérrez 1912-1930.
Putumayo: 4 de octubre de 1912. Residencia en la Chorrera. Padres
Franciscanos Ingleses.
León Sanbrook 1912-1918.
Arauca: 26 de mayo de 1915. Sacerdotes de la Misión.
Enrique Larquere 1915-1923.
Misión sui juris de San Andrés y Providencia: 20 de junio de 1912.
Padres del Colegio de San José de Mill-Hill de Londres.
J. Fispatri 1912…

9.8. Nombramientos durante 1882-1916


1. Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena, 28 de febrero de 1882.
2. Juan N. Rueda, Obispo de Sebastópolis y Auxiliar de Tunja, 3 de
julio de 1882.
3. Francisco Javier Zaldúa, Obispo de Gortina, 25 de septiembre de
1882. No aceptó.
4. Ignacio León Velasco, Obispo de Pasto, 15 de marzo de 1883.
5. Jesús M. Rodríguez, Obispo de Antioquia, 9 de septiembre de
1883.
6. José Telésforo Paúl, Arzobispo de Bogotá, 6 de agosto de 1884.
7. Bernardo Herrera Restrepo, Obispo de Medellín, 27 de marzo de
1885.
8. José Alejandro Peralta, Obispo de Panamá, 1 de junio de 1886.
9. José Benigno Perilla, Obispo de Tunja, 17 de marzo de 1887.
10. Severo García, Arzobispo de Calcide, 1 de junio de 1888.
11. Juan B. Ortiz, Obispo de Popayán, 1 de junio de 1888.
12. Ignacio León Velasco, Arzobispo de Bogotá, 24 de mayo de
1889.
13. Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá, 4 de junio de
1891.
14. Joaquín Pardo Vergara, Obispo de Pasto, 4 de junio de 1891.
15. Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta, 17 de diciembre de
1891.
16. Juan Nepomuceno Rueda, Obispo de Antioquia, 22 de enero de
1892.
SOBRE EL EPISCOPADO 241

17. Joaquín Pardo Vergara, Obispo de Medellín, 22 de enero de


1892.
18. Manuel José de Caicedo, Obispo de Pasto, 11 de febrero de 1892.
19. Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo de Pinara y Vicario Apostólico
de Casanare, 23 de octubre de 1893.
20. Esteban Rojas, Obispo del Tolima, 18 de marzo de 1895.
21. Manuel José de Caicedo, Obispo de Popayán, 2 de diciembre de
1895.
22. Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo de Pasto, 2 de diciembre de
1895.
23. Nicolás Casas y Conde, Obispo de Adrianópolis y Vicario
Apostólico de Casanare, 2 de diciembre de 1895.
24. Evaristo Blanco, Obispo de Garzón, 20 de mayo de 1900.
25. Pietro Adamo Brioschi, Obispo de Cartagena, 15 de febrero de
1898.
26. Esteban Roja, Obispo de Garzón, 20 de mayo de 1900.
27. Javier Junguito, Obispo de Panamá, 15 de abril de 1901.
28. Gregorio Nacianceno Hoyos, Obispo de Manizales, 11 de mayo
de 1901.
29. Pietro Adamo Brioschi, Arzobispo de Cartagena, 27 de julio de
1901.
30. Manuel José de Caicedo, Arzobispo de Popayán, 14 de diciembre
de 1901.
31. Manuel Antonio López de Mesa, Obispo de Antioquia, 14 de
enero de 1902.
32. Joaquín Pardo Vergara, Arzobispo de Medellín, 10 de marzo de
1902.
33. Ismael Perdomo, Obispo de Ibagué, 29 de abril de 1903.
34. Eugenio Morón, Prefecto Apostólico de la Intendencia Oriental,
23 de junio de 1903.
35. Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta, 11 de junio
de 1904.
36. Eugenio Morón, Prefecto Apostólico de los Llanos de San
Martín, 20 de diciembre de 1904.
37. Fidel de Montclar, Prefecto Apostólico del Caquetá, 25 de enero
de 1905.
38. Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja, 24 de junio de
1905.
39. Manuel José de Caicedo, Arzobispo de Medellín, 14 de
diciembre de 1905.
242 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

40. Atanasio Vicente Soler y Royo, Obispo de Citarizo y Vicario


Apostólico de la Goajira, 22 de diciembre de 1906.
41. Santos Ballesteros, Vicario Apostólico de Casanare, marzo de
1907.
42. Manuel Antonio Arboleda, Arzobispo de Popayán, Arzobispo de
Popayán, 18 de abril de 1907.
43. Adolfo Perea, Obispo de Pasto, 19 de diciembre de 1907.
44. José María Guiot, Obispo de Augustópolis y Vicario Apostólico
de los Llanos de San Martín, 4 de abril de 1908.
45. Juan Gil y García, Prefecto Apostólico del Chocó, 28 de abril de
1908.
46. Evaristo Blanco, Obispo de Nueva Pamplona, 27 de marzo de
1909.
47. Francisco Cristóbal Toro, Obispo de Socorro, 18 de octubre de
1910.
48. Maximiliano Crespo, Obispo de Antioquia, 18 de octubre de
1910.
49. Heladio Perlaza, Obispo de Cali, 11 de agosto de 1911.
50. Leonidas Medina, Obispo de Pasto, 23 de enero de 1912.
51. Guillermo Rojas Arrieta, Obispo de Panamá, 21 de marzo de
1912.
52. Francisco Gutiérrez, Prefecto Apostólico del Chocó, 11 de abril
de 1912.
53. Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Equino, 2 de diciembre
de 1912.
54. Francisco Cristóbal Toro, Obispo de Santa Marta, 16 de
diciembre de 1913.
55. Antonio Vicente Arenas, Obispo de Socorro, 28 de mayo de
1914.
56. Leonidas Medina, Obispo de Camaco y Auxiliar de Bogotá, 27
de marzo de 1916.
57. Rafael Afanador y Cadena, Obispo de Pamplona, 5 de junio de
1916.

9.9. Defunciones
1. Vicente Arbeláez, Obispo de Maximópolis y Arzobispo de
Bogotá. Bogotá, 29 de junio de 1884.
2. José Ignacio Montoya, Obispo de Medellín. Medellín, 15 de julio
de 1884.
SOBRE EL EPISCOPADO 243

3. Carlos Bermúdez, Obispo de Popayán. Mesa de Elías, 6 de


diciembre de 1886.
4. Joaquín Guillermo Gonzáles, antiguo Obispo de Antioquia.
Yarumal, 4 de enero de 1888.
5. José Telésforo Paúl, Obispo de Panamá y Arzobispo de Bogotá.
La Mesa, 8 de abril de 1889.
6. Severo García, Obispo de Tunja y Arzobispo de Cálcide. Tunja, 16
de marzo de 1890.
7. Ignacio León Velasco, Obispo de Pasto y Arzobispo de Bogotá.
Chapinero, 10 de abril de 1891.
8. Jesús María Rodríguez, Obispo de Antioquia. Concordia, 30 de
julio de 1891.
9. José Romero, Obispo de Dibona y Santa Marta. Santa Marta, 22
de septiembre de 1891.
10. Manuel Canuto Restrepo, antiguo Obispo de Pasto. Guaduas, 23
de octubre de 1891.
11. Valerio Antonio Jiménez, antiguo Obispo de Medellín. Marinilla,
6 de diciembre de 1891.
12. Juan Buenaventura Ortiz, Obispo de Popayán. Cartago, 15 de
agosto de 1894.
13. Bonifacio Antonio Toscano, Obispo de Pamplona y de Centuria.
Villa de Leiva, 13 de agosto de 1896.
14. Eugenio Biffi, Obispo de Cartagena. Barranquilla, 8 de
noviembre de 1896.
15. Alejandro Peralta, Obispo de Panamá. Panamá, 8 de julio de
1899.
16. Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta. La Cruz, 10 de
diciembre de 1902.
17. José Benigno Perilla, Obispo de Tunja. Tunja 13 de marzo de
1903.
18. Juan Nepomuceno Rueda, Obispo de Sebastópolis y Antioquia.
Bogotá, 5 de agosto de 1903.
19. Joaquín Pardo Vergara, Obispo y Arzobispo de Medellín.
Medellín, 14 de noviembre de 1904.
20. Nicolás Casas y Conde, Obispo de Adrianópolis. Bogotá, 5 de
abril de 1906.
21. Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo de Pinara y Pasto. Monteagudo,
19 de agosto de 1906.
22. Ignacio Antonio Parra, Obispo de Panamá y Pamplona.
Pamplona, 21 de febrero de 1908.
244 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

23. Manuel Antonio López De Mesa, Obispo de Antioquia.


Antioquia, 15 de mayo de 1908.
24. Adolfo Perea, Obispo de Pasto. Consacá, 17 de febrero de 1911.
25. Javier Junguito, Obispo de Panamá. Panamá 21 de octubre de
1911.
26. Juan Gil y García, Prefecto Apostólico del Chocó. Quibdó, 23 de
febrero de 1912.
27. Francisco Simón y Ródenas, Obispo de Santa Marta y de
Equino. La Magdalena (Valencia), 22 de agosto de 1914.
28. Evaristo Blanco, Obispo de Socorro y Pamplona. Pamplona, 15
de septiembre de 1915.
29. Moisés Higuera, Obispo de Maximópolis. Bogotá, 25 de
septiembre de 1915.
CAPÍTULO V

Sobre las misiones

El territorio colombiano tiene la característica de ser multiétnico. Ha


sido el resultado de un largo proceso que se inició con el arribo de los
españoles hacia 1499 por la zona norte. La llegada de los europeos
condujo a una mezcla de culturas, en donde el cruce de indígena-
español, derivó una nueva etnia totalmente mestiza. Posteriormente se
vinculó a este mestizaje el esclavo africano, que no solo hizo su aporte
demográfico, sino cultural y religioso.
Para finales del siglo XIX la población del país ya se había
diversificado de manera intensa, aunque cada región conservaba sus
características propias. Predominaba la clase mestiza, personas con
antepasados español e indígena. Pero existían zonas en donde aún se
encontraban grupos étnicos autóctonos, en su gran mayoría tribus
indígenas, que lograron sobrevivir al impacto cultural del encuentro
con los españoles. De la misma forma, algunos descendientes directos
de los esclavos africanos se refugiaron en lugares apartados
conservando su abolengo.
La Iglesia casi desde el mismo momento del inicio de la conquista a
través de los misioneros realizó un fuerte trabajo de evangelización. En
el caso concreto de Colombia, la mayoría de la población indígena
recibió instrucción. Sin embargo, muchas de estas comunidades se
refugiaron en zonas de difícil acceso en donde permanecieron al
margen de la cristianización, o regresaron a su condición anterior luego
de que la labor misionera se viese interrumpida por motivos políticos.
246 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La realidad de las misiones durante el periodo que nos hemos


propuesto investigar fue muy intensa, debido a que se venía de una gran
agitación política que fue determinante en el proyecto misionero del
país, pues por haber sido suspendido el trabajo evangelizador en gran
parte de los casos, en poco tiempo se perdió el avance y los logros
obtenidos, fruto de muchos años de presencia de religiosos. Solamente
un número pequeño logró mantenerse, aunque no poseían una gran
estabilidad.
Cuando se dio la posibilidad del regreso al país de un Representante
de la Santa Sede, asumido en la persona de Giovanni Battista Agnozzi
en 1882, traía como una de sus prioridades promover las misiones, pero
con el propósito de involucrar también a la Autoridad civil. La tarea no
fue fácil, pues las consecuencias de los conflictos políticos habían
afectado directamente la labor de los misioneros.
Después del periodo post-indepedentista, es decir, de 1819 en
adelante, el país vivió serios desordenes políticos e incomprensiones
entre quienes apoyaban el nuevo sistema y entre aquellos que
anhelaban el antiguo sistema español, entre ellos, muchos eclesiásticos.
Esto frenó en gran medida, que el Gobierno estuviera a disposición de
las actividades de la Iglesia, tal como era el fomento de las misiones.
Durante el periodo de 1850 a 1886, especialmente bajo los Gobiernos
de José Hilario López y de Tomás Cipriano de Mosquera, la situación
se tornó aún más difícil. Entre las medidas adoptadas por el general
Mosquera figura la expulsión del Delegado Apostólico, la expulsión de
la Compañía de Jesús, la abolición de diezmos, la reducción de la
protección fiscal para la Iglesia. En tales condiciones tan adversas,
ninguna comunidad religiosa vio con buenos ojos establecerse en el
país y mucho menos administrar un remoto territorio de misiones.
Tomás Cipriano logró que el Congreso negara todo tipo financiación a
las misiones.
Con la entrada en rigor de la Constitución de 1863, la situación para
la Iglesia no fue favorable, la ley 23 atacó directamente a las órdenes
religiosas1, y en general hubo hostilidad en todos los Estados2.
En la Constitución Política de Colombia de 1886, el catolicismo
figura como religión de la Nación. Los artículos XXV y XXXI del
1
«Es prohibido el establecimiento de comunidades o corporaciones religiosas
regulares, sin distinción, quedando extinguidas y disueltas las que existan en la
nación».
2
Juan Pablo RESTREPO, La Iglesia y el Estado en Colombia, Bogotá 2010, 220.
SOBRE LAS MISIONES 247

Concordato suscrito al año siguiente entre el Gobierno nacional y la


Santa Sede establecieron las bases para el desarrollo de las misiones en
el país. Las disposiciones referidas a las misiones en ambos
documentos fijaron los compromisos adquiridos por el Gobierno de
Colombia y las comunidades religiosas a las que les fueran
encomendados los nuevos territorios.
En el artículo XXV del Concordato quedó consignado que el
gobierno colombiano se comprometía indefinidamente a suministrar a
los religiosos a cargo de territorios de misión un ingreso de cien mil
pesos ($100.000), ajustables progresivamente; este dinero sería gastado
de acuerdo con lo suscrito entre las dos Supremas Potestades, las
Diócesis, los cabildos, los seminarios, las misiones y las demás obras
concentradas en la acción civilizadora de la Iglesia. Por su parte, en el
artículo XXXI del Concordato quedó establecido que los convenios
celebrados entre la Santa Sede y el gobierno de Colombia quedaban
exentos de cualquier aprobación por parte del Congreso siempre que
estos tuvieran como fin el fomento de las misiones católicas3.
Aunque es un tema fundamental en la organización de la Iglesia
colombiana durante este periodo, la documentación gestionada por los
Delegados Apostólicos no es muy abundante, lo que no puede a llevar a
pensar, de ninguna manera, que no sea importante. En el Archivo de la
SCPF, lamentablemente no se halla tampoco mayor información
correspondiente a este periodo, si hubiese un interés particular por una
investigación sobre las misiones en su sentido más amplio, se debe
acudir directamente a los archivos de las Órdenes Religiosas que hacían
presencia en Colombia en la época.
En consecuencia, siguiendo el propósito de nuestro trabajo y
respetando el argumento central, presentamos a continuación la gestión
hecha por los Delegados Apostólicos y la documentación emitida sobre
este asunto de las misiones, fundamental en la historia de la Iglesia
colombiana.

3
Alfredo VÁSQUEZ CARRIZOSA, El concordato con la Santa Sede, Bogotá 1973,
138-139.
248 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887


1.1. La iniciativa del Gobierno en el renacimiento de las misiones
Dentro de las acciones que favorecieron enormemente la voluntad de
restablecer las relaciones diplomáticas con la Santa Sede y la situación
interna de la Iglesia católica, estuvo la determinación de Rafael Núñez
para revivir las misiones.
El anticlericalismo había llegado a su máxima expresión en 1861
cuando Tomás Cipriano de Mosquera suprimió todas las Órdenes
Religiosas. A partir de ese momento, algunos religiosos, como
Dominicos y Agustinos Recoletos, en lugar de renunciar a sus Votos
como lo indicaba la orden del Gobierno, se refugiaron en la zona de los
Llanos orientales, y continuaron la labor misionera clandestinamente
asistiendo aquellas comunidades, esto bajo su propia responsabilidad al
no recibir ni seguridad, ni recursos materiales para su labor, lo que
llevó a que en poco tiempo tuviesen que abandonar su propósito. Hacia
finales de 1870 solamente un sacerdote permanecía allí, el padre José
de Calazans Vela, un Dominico que logró superar todos los obstáculos,
haciendo un trabajo misionero entre los indios, blancos y colonos, hasta
su muerte en 18954.
Al llegar a la Presidencia por primera vez Rafael Núñez, inició a
reintegrar a las Órdenes Religiosas, buscando un acercamiento entre la
Iglesia y el Estado, y para que fuese algo más evidente, motivó al
Congreso para eliminar algunas reglamentaciones anticlericales
emitidas luego de la guerra civil de 1876-1877.
León XIII en 1880 aprobó la creación de la Diócesis de Tunja,
separada de la Arquidiócesis de Santafé en Nueva Granada (después
Bogotá). Esta nueva jurisdicción eclesiástica estaba dentro de un
vastísimo territorio que incluía la zona del Casanare, un lugar destinado
a las misiones. En 1881, se nombró como Vicario al sacerdote Jesús
Medina, quien fundó un seminario en la población de Nunchía. En
1885 con la nueva guerra civil, se paralizaron en gran parte las
actividades5.

4
Jane M. RAUSCH, «Fronteras en crisis: la ruptura de las misiones en el Norte de
México y Nueva Granada, 1821-1849», en: Comparative Studies of Society and
History, vol. 29, 2 (1987), 340-359.
5
Marcelino GANUZA, Monografía de las misiones vivas de Agustinos Recoletos
(Candelarios) en Colombia, siglos XVII-XX, vol. 2, Bogotá 1921, 404.
SOBRE LAS MISIONES 249

Durante la segunda administración de Núñez, tanto la Constitución


de 1886 como el Concordato de 1887 regularizaron las relaciones entre
el Estado y la Iglesia. La nueva Constitución declaró la religión católica
romana como la de la República. De esta forma se garantizó la
independencia de la Iglesia de la interferencia civil y aumentó su
control sobre la educación. Finalmente, se le asignó a la Iglesia, a
perpetuidad, un subsidio anual de cien mil pesos para el mantenimiento
de las Diócesis, seminarios, misiones y otros asuntos.
A partir de ese momento, se inició un nuevo proceso y las misiones
adquirieron una gran importancia, y gracias a la gestión de los
Delegados Apostólicos, se logró que el Gobierno apoyara asiduamente
el trabajo de los misioneros.

1.2. Los motivos del gobierno para promover las misiones


Los territorios de misiones, según los organismos estatales de finales
del siglo XIX y primeras décadas del XX, no formaban parte hasta ese
momento de la nación, ya que se trataban de territorios habitados por
«tribus salvajes, negros y colonos mestizos», a quienes el Estado no
podía ejercer ningún tipo de control, ni atención administrativa. Por lo
tanto, la presencia de misioneros en estos lugares fue percibida por el
Gobierno como un instrumento para hacer efectiva su presencia y
acercar a estos individuos a la civilización, pues no eran considerados
ciudadanos de pleno derecho. Por otro lado, se sabía de ante mano la
cantidad de recursos que podrían ser utilizados y que aún no habían
sido explotados, de esta forma, los misioneros se convertían en una
especie de informantes para el Gobierno, sobre el conocimiento de
estas zonas, sus habitantes, recursos, peligros, etc., y en cierta manera,
al civilizar estas regiones, se abría una posibilidad de poder penetrar sin
encontrar obstáculos.
El desarrollo del país se llevó principalmente en la zona
correspondiente a los Andes y sus cercanías, pero en los demás
territorios se carecía de información y conocimiento acerca de sus
habitantes. El proyecto misionero buscaba justamente civilizar y
cristianizar las zonas de los Llanos Orientales, la Amazonía, las Costas
Caribe y Pacífica, la región del Urabá, las riberas del Magdalena, las
islas de San Andrés y Providencia, y en menor grado, algunos sectores
de la zona andina que tenían presencia de indígenas.
Un hecho muy importante para destacar, es que los misioneros
siguiendo las directrices de la Santa Sede, que contemplaba la
evangelización de las comunidades indígenas, se limitaron a trabajar
250 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

con ellas, no teniendo como prioridad los otros grupos, como eran la
población negra y los colonos mestizos, aun siendo cierta su presencia
en estos territorios, incluso desde tiempos del dominio español.

1.3. Primeros pasos para la propagación de la misión


Siendo Monseñor Agnozzi el primer Delegado Apostólico en esta
nueva fase de las Relaciones con el gobierno, tuvo que iniciar
prácticamente todo en cuanto al asunto de las misiones dadas las
condiciones adversas que habían surgido, principalmente durante el
régimen del Liberalismo Radical, en donde la Iglesia se vio afectada en
todos sus campos. El Delegado Apostólico inició a gestionar recursos y
a transmitir abiertamente su deseo de fomentar las misiones en los
territorios más apartados, fundamentalmente en aquellos en donde
había una población indígena.
El Gobierno que estaba en ese momento había abierto las puertas al
diálogo y puso su interés en suministrar al Representante Pontificio las
herramientas necesarias para que su labor fuese eficiente. Esta apertura
la aprovechó Monseñor Agnozzi, con el propósito de buscar la manera
de hacer que el gobierno se interesara y apoyara el fomento de las
misiones. Así que envió una carta al Presidente de la República y a los
Presidentes de los Estados, para exponerles su proyecto y, a su vez,
solicitarles su ayuda para poder hacerlo realidad, ya que sin los
recursos económicos suficientes sería casi imposible impulsar el trabajo
evangelizador en estas regiones, de forma semejante, la Iglesia
colombiana no contaba con los fondos suficientes para el sostenimiento
de las misiones y de los misioneros.
Al informar a la Santa Sede sobre este cometido, Giovanni B.
Agnozzi afirmó que había enviado una Circular a todo el Episcopado.
Fue un primer paso para crear conciencia, y tratar de unir bajo un
mismo objetivo las Autoridades Civil y Eclesiástica. A los Obispos los
invitó a promover las misiones desde sus propias Sedes.
Como se trató en el tercer capítulo, la extensión de las jurisdicciones
eclesiásticas era muy grande, y casi todas tenían territorios en donde
urgía un trabajo misionero. Pero como no existía una comunicación
frecuente entre los Prelados, no había un criterio general para organizar
y trabajar con líneas unificadas, cada Obispo se preocupaba por su
territorio, pero no todos impulsaron con la misma intensidad, a su vez,
había zonas con mayor prioridad.
En principio, el Delegado Apostólico propuso impulsar las misiones
en los territorios de Casanare, San Martín, Guajira, Chocó, Darién y
SOBRE LAS MISIONES 251

Caquetá, en donde la población era indígena, casi todos sin contacto


con el mundo exterior, se pretendía lograr su evangelización
civilización6.
La solicitud hecha al gobierno suponía, además de los medios
económicos, la adaptación de algunas leyes para lograr beneficiar la
labor misionera. Dado que en este momento aún estaba en vigor la
Constitución de 1863, en donde era clara la influencia Liberal y la
separación absoluta de Iglesia-Estado, se debían hacer algunas
reformas, o en su defecto, emitir algunas leyes para poder proceder con
las respectivas ayudas. Por su parte, la Santa Sede expresó su total
disposición en brindar todos los medios posibles para el fomento de las
misiones, proporcionando, principalmente, los recursos humanos y de
formación.

1.4. Solicitud de sacerdotes para el Casanare


Uno de los primeros pasos que Monseñor Agnozzi consideró que se
debía dar, era el de crear seminarios y casas de formación en las zonas
de misión; creyó que estos quedaban mejor bajo la dirección de
Órdenes Religiosas, esto partiendo de la realidad de que existía una
gran necesidad de sacerdotes, y los pocos con los que se contaba no
tenían una formación adecuada. En un primer momento, consideró en
solicitar sacerdotes de la Misión (Lazaristas), o en su lugar, religiosos
del Espíritu Santo (Escolapios)7. El Secretario de la AA.EE.SS.,
Cardenal Mariano Rampolla, envió las condiciones bajo las cuales
deberían ser admitidos los religiosos de cualquier congregación; estas
eran:
En cuanto sea posible, el plan de estudios sea aquel decretado por el
Concilio Provincial y aprobado por la Santa Sede. Los individuos
miembros de estas órdenes, tendrían libertad para observar y practicar sus
Reglas o Estatutos en todo lo que sea compatible con su misión y funciones
de directores y maestros en el seminario. Además de la enseñanza, estará
bajo su cargo la administración temporal o financiación del seminario,
debiendo presentar cada año las respectivas cuentas al examen y

6
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 15r-17v, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 31 de mayo de 1883, en donde le
informa sobre este asunto y de sus intenciones para impulsar las misiones.
7
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 447. fasc. 26. ff. 81r-82v, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 19 de septiembre de 1882.
252 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

aprobación del Ordinario. El Obispo, se compromete enviar 700 francos a


cada individuo para los gastos y preparación del viaje desde Europa. El
rector o superior, ganará 1.400 francos, y 1.000 cada uno de sus
compañeros que tengan el carácter de directores o maestros8.
De hecho el Obispo Severo García, con despacho a León XIII, el 9
de julio de 1882, respecto a la evangelización de la zona del Casanare
expresaba lo siguiente:
[…] lastimado mi corazón por la tristísima situación en que se hallan los
habitantes civilizados y salvajes del muy extenso territorio de Casanare,
cuyas misiones puede decirse han estado abandonadas desde el siglo
pasado con la supresión de los hijos celosos de San Ignacio de Loyola, a
cuyo cargo estaban e iban floreciendo y fructificando, me he ocupado, no
en remediar las necesidades, porque para ello se necesitarían inmensos
recursos pecuniarios y de personas aptas y largo tiempo, pero sí de
establecer un colegio en el centro de la parte ya reducida y semi civilizada,
de cuya dirección está encargado un joven sacerdote que bajo todos
aspectos merece mi entera confianza, y cuenta ya con 22 educandos, que si
bien no todos llegarán a ser sacerdotes, si espero lo sean algunos que se
ocuparán más tarde en evangelizar a los salvajes que están por reducir. Este
colegio y cuanto se refiere a las misiones, lo considero de máxima
importancia y por eso mi atención está constantemente fija en aquella
región, cuya mayor y más rica parte se halla sumergida en las tinieblas del
paganismo9.
Para entrar en contacto con los sacerdotes de la Misión, se acudió al
Nuncio Apostólico en París, solicitándole interponer sus oficios ante el
padre General de los Lazaristas para inducirlo a los deseos del Obispo
de Tunja10.

1.5. Los anales religiosos de Colombia


Giovanni Battista Agnozzi creó la revista conocida como Anales
Religiosos de Colombia, con circulación quincenal, con el propósito de
mantener informados a todos los fieles sobre las diferentes actividades
de la Iglesia, principalmente su deseo era difundir las noticias sobre las

8
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 446. fasc. 26. ff. 85r-v, despacho del Secretario
de la AA.EE.SS a Giovanni Battista Agnozzi, 19 de septiembre de 1882.
9
AA.EE.SS. Colombia, 1881-1882. pos. 421. fasc. 20. f. 81r.
10
AA.EE.SS. Colombia, 1882. pos. 446. fasc. 26. ff. 87r-89v, minuta de la carta
enviada por Severo García, Obispo de Tunja, 16 de diciembre de 1882.
SOBRE LAS MISIONES 253

misiones para que recibiesen el apoyo de todos. Inició su publicación


en noviembre de 1883 y finalizó en diciembre de 1886. Desde 1884
Miguel Antonio Caro fue su director hasta su última edición11. El
Delegado Apostólico justificó la revista de esta manera:
En la gran ignorancia en la cual se encuentra el clero, especialmente de las
parroquias rurales, sobre los Actos de la Santa Sede y de las curias
diocesanas, de la condición de las tribus salvajes y de las misiones, así
como de muchas noticias acerca de los párrocos, seminarios y las escuelas,
he ideado publicar cuanto sea necesario y útil estos diversos objetos por
medio de un periódico confiado a una comisión de personas distintas y
aptas al propósito12.
El Delegado Agnozzi fue muy claro en presentar el propósito de la
publicación. Para que contara con el suficiente apoyo envió una nota a
todo el Episcopado, en donde explicó el objetivo de la revista, de igual
modo, exhortó a los Obispos para que impulsaran su lectura haciendo
una promoción dinámica y constante:
Esta Revista dará a conocer los actos más importantes de la Santa Sede y de
las Curias de toda la Provincia eclesiástica de Colombia; suministrará
noticias de las Misiones católicas que se establezcan entre los salvajes
dispersos por todo el territorio colombiano, y hará llegar a todas partes
informes interesantes para el clero en general, para los párrocos, los
Seminarios y aun para las escuelas.
[…] no se ocupará en asuntos políticos y mucho menos en cuestiones de
interés personal. La suscripción anual valdrá cuatro pesos de ley; el
trimestre doce reales. Los gastos necesarios para la publicación, las
utilidades serán destinadas al sostenimiento de las misiones13.
Hay que mencionar, de forma semejante, que hubo un gran
compromiso por parte de los Obispos en la promoción de la revista,
disponiendo en sus respectivas Diócesis la distribución de cada
publicación en las comunidades y parroquias, de tal manera que se
cumpliese a cabalidad el propósito por el cual había sido creada.

11
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 56r-57r, despacho de Giovanni
Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 6 de noviembre de 1883, en donde
informa acerca de la primera publicación de la revista y el propósito de esta.
12
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. ff. 56r-v.
13
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 251. fasc. 3. f. 58r.
254 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1.6. La situación de los «infieles salvajes»


Las comunidades indígenas en Colombia desde la llegada de los
españoles habían quedado marginadas y fueron explotadas de todas las
maneras posibles, tanto en sus territorios, como en su propia persona.
Eran grupos que estaban dispersos por toda la geografía del país y se
podían diferenciar diversas comunidades en las regiones selváticas, en
las montañas andinas, en las costas Pacífica y Atlántica, todas
diferentes y con culturas propias.
Si bien la Iglesia trató de mediar en esta situación, y buscó estar de
parte de los desfavorecidos, no siempre cumplió con esta intención, y
no fueron pocos los eclesiásticos que hicieron parte también de esta
explotación o se beneficiaron de ella, porque de alguna manera, hasta
antes de la emancipación independentista, la Iglesia dependía
directamente de la Corona Española, lo que suponía tener privilegios
exclusivos.
Algunas Órdenes Religiosas desde el mismo inicio de la conquista se
adhirieron al grupo de hombres que llegaban desde la otra parte del
mundo, trabajaron incansablemente por la evangelización de los
indígenas y por su protección.
Luego de la proclamación de la Independencia y la consecuente
creación de la República, las cosas cambiaron en materia religiosa. Los
gobiernos influenciados por las ideas Liberales consideraron separar a
la Iglesia del Estado, y limitar sus privilegios. En el asunto de las
misiones esta problemática causó graves consecuencias, ya que al no
tener un apoyo Estatal, los misioneros tuvieron que abandonar sus
labores, o fueron expulsados directamente por la autoridad civil.
Tras la finalización del periodo Liberal Radical, y el inicio de la
Regeneración, liderada por Rafael Núñez, se abrió de nuevo el camino
para retomar las abandonadas obras misionales. Por efecto del tiempo y
la falta de continuidad, en pocas décadas prácticamente se perdió el
trabajo de siglos. Por eso cuando Giovanni Battista Agnozzi asumió su
labor en Colombia, hizo un diagnóstico de la situación de los indígenas,
o como eran llamados en aquel momento, los «infieles salvajes».
En el primer informe que envió a la Santa Sede acerca del tema de
las misiones en Colombia, expuso sistemáticamente algunos puntos.
Inició con la descripción del territorio, resaltando su gran extensión y
las grandes dificultades que por su sistema geográfico representaba
para los misioneros:
SOBRE LAS MISIONES 255

El territorio colombiano es tres veces Francia, por una sola parte civilizado,
y las otras tres desiertas y bosques con salvajes infieles todos, y no pocos
también antropófagos. En el Casanare, las agrestes selvas del Minero, el
Opón en la Diócesis de Tunja, San Martín en la de Bogotá, el Darién con el
vasto Atrato en Panamá, la Guajira con la Nevada, y los motilones en la
Diócesis de Santa Marta, el Chocó en la de Popayán, el Caquetá en la
Diócesis de Pasto14.
A continuación expuso la situación concreta de las comunidades o
tribus indígenas, haciendo una descripción que podría decirse, un poco
temeraria sobre su modo de vida, asimismo destacó los esfuerzos
realizados por la Iglesia en la búsqueda de la evangelización de estas
gentes, en donde sobresalió el trabajo hecho por la Compañía de Jesús:
Por cuanto se conoce los salvajes colombianos no son menos de 400 mil, la
gran parte en el Caquetá. Es una gran miseria leer, no raras veces, en las
publicaciones, horrendos actos de antropofagia, como de hecho se verificó
en el pasado mes de agosto en el Caquetá15. Muchas veces se organizaron
misiones para la conversión de las tribus salvajes, y mucho trabajaron los
padres Jesuitas, a los cuales en parte sustituyeron otras Comunidades
religiosas, pero siendo expulsados y suprimidos estos, las misiones poco a
poco se extinguieron, y se tornó al antiguo abandono, tanto así, que al día
de hoy en los antes nombrados territorios no permanece nada del fruto que
se había conseguido. En mi opinión, las dichas misiones se extinguieron no
solo por falta de clero y de recursos locales, sino también por la deficiencia
de Vicarios Apostólicos, primera y sólida base de cada misión16.
En el informe se hace mención a la Circular enviada a los Obispos
para motivarlos a trabajar en beneficio de las misiones, así como su
interés de involucrar al Gobierno de una forma directa. El Delegado
manifestó su optimismo al haber recibido ya respuesta positiva por

14
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 3r, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 4 de enero de 1883.
15
Se anexó una publicación hecha en el periódico El Conservador, el 23 de
noviembre de 1882, escrita por José M. Samper a partir del Articulo 78 de la
Constitución en donde afirmaba que serían regidos por una ley especial los territorios
poco poblados, u ocupados por tribus indígenas, que el Estado, o Estados al que
pertenecieran consintieran en ceder al Gobierno general con el objeto de fomentar
colonizaciones y realizar mejoras materiales. Destaca la importancia de las Misiones
para la civilización de estas zonas y la disposición del Gobierno para tal fin, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 7r-8r.
16
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 3v.
256 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

parte de algunos prelados y estaba en espera sobre lo que decidiera el


Gobierno, que a su parecer, sería satisfactoria17.
A manera de conclusión, el Delegado Apostólico se comprometió a
mantener comunicación permanente con la Santa Sede informando
sobre los avances o eventuales dificultades que se hubieran podido
presentar. Finalmente solicitó el nombramiento de Obispos o
eclesiásticos con potestad, para que organizasen y llevasen a cabo la
obra misionera18.
Como un documento adjunto al Despacho anterior el Delegado
Apostólico envió una copia de la Circular enviada al Episcopado, en
donde expuso las necesidades de los indígenas y su propósito de
dirigirse a la autoridad civil para solicitar ayuda. Como un primer paso
para mejorar la labor misionera, consideró la erección de Vicariatos
Apostólicos y de Prefecturas Apostólicas, para que sus respectivos
Prelados asumieran directamente la responsabilidad de organizar y
dirigir el trabajo de los misioneros. Para que la función de los Vicarios
y Prefectos Apostólicos fuese más eficiente, comunicó al Episcopado
que su criterio era que estos pertenecieran a una de las Órdenes
Religiosas misioneras, para que a su vez, se procurasen de sus propias
comunidades los individuos necesarios para la evangelización de estas
regiones19. Solicitó a los Obispos, que elaboraran un informe en donde
proporcionaran todos los datos sobre la población indígena en sus
jurisdicciones, esto incluía, la descripción geográfica, climática,
dificultades, y una estadística sobre los bautizados, los creyentes y los
que necesitaban instrucción.

1.7. Sobre el regreso de la Compañía de Jesús


La Compañía de Jesús tuvo una particular situación en Colombia
durante el siglo XIX. Luego de la emisión y ejecución de la Real
Pragmática de Carlos III, del 31 de julio de 1767, en donde fueron
expulsados de los dominios españoles, el secretario del Interior y de
Relaciones Exteriores de la Nueva Granada, Mariano Ospina
Rodríguez, firmó el 23 de abril de 1842, junto al presidente del Senado,
Vicente Borrero, el presidente de la Cámara, Ignacio Gutiérrez, el

17
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 4r.
18
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 3r-4v.
19
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 6r. El texto completo en
el Apéndice Documentario, pag. 384-385.
SOBRE LAS MISIONES 257

secretario del Senado, José María Saiz y el secretario de la Cámara,


Pastor Ospina, el decreto por medio del cual se permitía el regreso de
los jesuitas para que se hicieran cargo de las misiones y la reducción de
«salvajes». Este decreto establecía la fundación de varios colegios de
misiones en Casanare, San Martín, Andaquí, Mocoa, Guajira y
Veraguas20.
Pero tras la elección de José Hilario López como Presidente de la
Nueva Granada, el 7 de marzo de 1849, se inició el proceso que
desembocaría en una nueva expulsión, y el 21 de mayo de 1850, se
publicó el decreto que la hizo realidad. Esta medida se justificó
basándose en argumentos de tipo legal y político. De una manera
ambigua se declaró la vigencia de la Pragmática de Carlos III21.
Nuevamente, por petición del Presidente Mariano Ospina Rodríguez,
regresaron el 18 de febrero de 1858 provenientes de la ciudad de
Guatemala en donde habían estado refugiados. Pero el 18 de julio de
1861, el general Tomás Cipriano de Mosquera se tomó poder. Al poco
tiempo, expidió una serie de decretos contra la Iglesia, declarando que
en adelante el Presidente ejercería el derecho de tuición respecto de
todas las religiones, es decir, que ningún alto ministro eclesiástico,
podría ejercer sus funciones sin el permiso del Presidente. El 26 de
julio de 1861 dictó el decreto de expulsión de los jesuitas, con el
argumento de que éstos tenían votos solemnes de obediencia pasiva y,
por tanto, no eran personas libres para obrar. Durante los siguientes
años, hasta la caída del régimen Liberal Radical, la situación de
mantuvo de la misma forma.
El triunfo del presidente Núñez en la guerra civil (1884-1885)
favoreció el ambiente en el tema religioso, lo cual aprovechó el
Delegado Apostólico para promover el regreso de los jesuitas22.

20
Daniel RESTREPO, La Compañía de Jesús en Colombia, Bogotá 1940, 171-177.
21
José David CORTÉS GUERRERO, «La expulsión de los jesuitas de la Nueva
Granada como clave de lectura del ideario liberal colombiano de mediados del siglo
XIX», en: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, 30 (2003), 199-
205.
22
Pero mientras esto se hacía oficialmente, Monseñor Agnozzi continuó con su
propósito de buscar ayuda de los gobiernos locales para las misiones, recibiendo
respuestas favorables. Con un despacho del 24 de octubre de 1883 envió copias de las
respuestas de tres presidentes de Estados Colombianos a los cuales había escrito
solicitando apoyo en favor de las misiones entre los «salvajes». La primera copia
corresponde a la respuesta del Presidente de los Estados Unidos de Colombia, José E.
Otálora, con fecha del 27 de agosto de 1883, en donde le manifiesta su apoyo y desea
258 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Al sentirse apoyado por la autoridad civil, Monseñor Agnozzi


expresó abiertamente su interés de hacer tornar a los jesuitas por el gran
bien que harían en las misiones, tanto diocesanas como entre los
salvajes23. La intención era solicitar el envío de misioneros con
excelente formación de las principales Órdenes Religiosas, cuyos
Superiores pudiesen ser nombrados Vicarios Apostólicos. Para llevar a
cabo esta intención el Delegado Apostólico puso a disposición todas las
garantías necesarias para que los religiosos pudiesen realizar su trabajo.
Tal vez el punto que más importancia tenía en ese asunto era el
político, en virtud de la iniciativa tomada por el Gobierno durante el
periodo liberal de expulsar a todos los misioneros. Aunque ya era una
etapa superada se mantenía la incertidumbre por parte de los
Superiores, quienes no tenían la suficiente confianza para emprender un
proyecto de la magnitud que se estaba pensando, ya que para ejecutarlo
se necesitaba tiempo suficiente debido a que prácticamente era preciso
reiniciar de nuevo todo el proceso.
El Delegado Apostólico consciente de todo esto se dirigió a la Santa
Sede buscando apoyo para dirigirse a los Superiores de las principales
Órdenes, justificando su presencia y, de modo especial, destacando la
labor de la Compañía de Jesús, que a su parecer era de suma
importancia favorecer su retorno a país:
Los padres Jesuitas que he podido hacer venir en Colombia, están
destinados, como ya he indicado en el precedente folio n° 11224, a dar
misiones diocesanas y las instrucciones del prepósito general al p. Mario
Valenzuela no se extienden a las misiones entre los salvajes, pero estas son
de gran importancia y deben establecerse sin retardo.
Por medio de más folios, enviados por mí a Vuestra Eminencia, y por mi
correspondencia con la Autoridad Política de los Estados soberanos de esta
República, publicada en el periódico Los anales religiosos de Colombia, la

éxito en tal empresa, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 12r-
v. La segunda copia, es la respuesta del Presidente del Estado del Cauca, Eliseo
Payan, con fecha del 8 de septiembre de 1883, le expresa su particular interés, dado
que su Estado es uno de los de mayor extensión y ve como algo necesario la labor
misionera, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 13r-v. La
tercera copia, es la respuesta del Presidente del Estado de Santander, Polon Wilches,
con fecha del 21 de septiembre de 1883, en donde le da su disposición, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff.14r-v.
23
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 15r-16r, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 10 de febrero de 1884.
24
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 15r-16r.
SOBRE LAS MISIONES 259

Eminencia Vuestra ya conoce el favor que ha obtenido universalmente el


proyecto de las misiones católicas entre los salvajes. Pero para hacer el
intento es necesario recurrir a religiosos Franciscanos, Dominicos,
Agustinos Calzados y Descalzos, y principalmente Jesuitas, es imposible
que yo me valga de los padres de las familias religiosas suprimidas de acá,
pocos, ancianos, enfermos y generalmente, no aptos. Obligado por lo tanto
a dirigirme a individuos fuera de Colombia, en Europa, no encuentro otro
expediente, que aquellos de interesarme en los colegios religiosos de
España, institutos para formar jóvenes misioneros.
He tenido de esto propósito con la autoridad civil de acá, y no he tenido
dificultad que pueda hacer venir cuantos deseo, tengo preparado un antiguo
convento, y alguna casa para recibir misioneros, medios no faltarán sea
para mantenerlos, sea para enviarlos a territorios de los salvajes, los
mismos gobiernos no pueden rechazar, ni se rehúsan de ayudarme, pero
¿cómo podré conseguir cinco o seis por lo menos de cada orden? Estoy
listo para hacer la solicitud a los respectivos Superiores Generales, pero el
efecto favorable de mis prácticas no será muy probable sin un apoyo de la
Eminencia Vuestra, y la augusta protección del Santo Padre. No le causará
maravilla que ha dicho propósito yo acuda a Vuestra Eminencia y por su
medio a la Santidad Suya, suplicando e implorando tanto una valiosa
palabra a los Superiores Generales, cuanto una carta en argumento a
monseñor Rampolla, Nuncio Apostólico en España25.

1.8. Petición a la Compañía de Jesús para las misiones en Caquetá


Debido a que la Compañía de Jesús ya había enviado misioneros a
estas regiones en años anteriores, y su trabajo fue muy apreciado, se
consideró que para retomar el proceso de evangelización de los
indígenas de esta zona lo más conveniente era confiar esta tarea de
nuevo a los jesuitas. Esto requería hacer la solicitud directamente a la
Casa General, para que proveyera los religiosos necesarios para esta
labor. Monseñor Agnozzi escribió a la Santa Sede acerca de las
misiones en el Caquetá y los misioneros jesuitas:
Uno de los territorios de esta República, habitado por tribus salvajes, es el
Caquetá, lugar inmenso de más de 5 mil kilómetros cuadrados en la
Diócesis de Pasto. El Obispo, Monseñor Velasco tiene todo el empeño de
evangelizar y reducir a la vida civil a los infieles de aquel territorio y no
encuentra otro medio al efecto que confiar la empresa a los padres Jesuitas,
el gobierno del Cauca, que pertenece al Caquetá, singularmente el actual

25
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 17r-18v, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 18 de febrero de 1884.
260 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Presidente el General Payán, es del mismo criterio, y yo también soy del


parecer que esta es la vía a seguirse sobre las huellas del p. Laínez quien
fue enviado en 1847, y después de poco más de un año dejó la vida en el
ejercicio del Santo ministerio. Él mismo, lleno de celo consiguió un buen
resultado, pero casi solo a trabajar en aquel vasto y difícil campo no pudo
establecer una base central para una misión de sólido futuro. De hecho,
como ya he indicado en otros folios míos, de las más veces que se
reiniciaron las misiones en Colombia.
Por el momento serían necesarios por lo menos tres padres de la Compañía
de Jesús, y ya estarían aptos y dispuestos para la obra, solo se requiere una
orden del padre Prepósito, y para este efecto imploro el empeño de Vuestra
Eminencia y una palabra del Santo Padre con su Bendición Apostólica.
Me doy la premura de transmitir aquí incluida, a Vuestra Eminencia copia
de una reciente carta de loado obispo de Pasto dirigida para conseguir el
cumplimiento de los comunes votos en favor de estos salvajes, que por
cuanto se conoce, no son ciertamente menos de 70 a 80 mil26.
Tan pronto la Santa Sede recibió el informe con todas las
explicaciones y los argumentos para requerir los servicios misioneros,
la SESS escribió con este motivo al Prepósito General de la Compañía
de Jesús27, quien respondió el 31 de julio de 1885, en donde expuso
algunos inconvenientes que detectó luego de leer el correspondiente
informe sobre las circunstancias de una misión en el Caquetá28. En
primer lugar, las características de sus habitantes, pues se trataba de
tribus indígenas hostiles y feroces, así como la gran dificultad para
llegar a ellos debido al espesor de la selva. En segundo lugar y, según
él, lo más relevante, la falta de protección por parte del Gobierno y la
ayuda necesaria para obtener los recursos para llevar a cabo las
misiones. De igual manera, resaltó que debido a los constantes
conflictos ocurridos en el país, no se había podido dar continuidad a un
proceso misionero, ya que para que tuviera los resultados esperados, se
requería de largo tiempo, y no existían garantías en Colombia sobre una
nueva revolución. Concluyó afirmando que en ese momento se
encontraban con pocos miembros para satisfacer todas las demandas,

26
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 22r-23r, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 23 de diciembre de 1884.
27
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 25r, minuta de la SESS
al General de la Compañía de Jesús, Anton Anderledy, del 17 de junio de 1885,
haciendo la petición de misioneros para el Caquetá.
28
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 26r-27r.
SOBRE LAS MISIONES 261

por lo que no veía conveniente dar una respuesta afirmativa a la


solicitud.

1.9. Misioneros religiosos para nuevos Vicariatos Apostólicos


Para organizar mejor los territorios que deberían ser beneficiados con
las misiones, el Delegado Apostólico, consideró que la vía más
apropiada era la de crear Vicariatos Apostólicos o Prefecturas
Apostólicas. Estas jurisdicciones eclesiásticas estarían bajo la dirección
de Órdenes Religiosas cuyos respectivos Superiores asumirían como
Vicarios Apostólicos, estos con dignidad Episcopal, o como Prefectos
Apostólicos, sin necesidad de tenerla. Monseñor Agnozzi solicitó en
repetidas ocasiones a la Santa Sede que acudiera a los Superiores
Generales de algunas de estas Órdenes:
Varias veces en el curso de cuatro años he tenido el honor de dar cuentas a
Vuestra Eminencia Reverendísima de las premuras por mí operadas con el
objetivo de proveer de misiones católicas los muchos inmensos territorios
de esta República habitada por infieles salvajes y ahora que todo presenta
un momento más propicio al intento de renovación a la Eminencia Vuestra
la solicitud de recomendar a la providencia del Santo Padre la fundación de
Vicariatos apostólicos por lo menos en tres o cuatro de dichos territorios.
El poder civil se me ha mostrado favorable constantemente para esta santa
empresa, y si gustase a Vuestra Santidad decir una palabra en su venerado
nombre al Prepósito de los padres Jesuitas, a los Generales de los padres
Dominicos, Agustinos, Franciscanos Observantes y Capuchinos, a los
Superiores de los Pasionistas y Salesianos, será seguro el próspero
resultado de la protección de Su Santidad. En el momento tres o cuatro
padres de las susodichas órdenes bastarían para dar vida a una obra de tanta
importancia, y si al efecto me podría venir de la Eminencia Vuestra una
respuesta de este folio mío para poderlo publicar con una Circular para los
Obispos de esta Provincia en favor de dichas misiones, para conseguir el
mayor afortunado suceso29.
La Santa Sede atendió la solicitud hecha por el Delegado Apostólico
y se comunicó con algunas Órdenes Religiosas, preguntando sobre la
posibilidad de contar con religiosos para ir a misión en Colombia.

29
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 36r-v, despacho de
Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico Jacobini, 29 de abril de 1886. La
SESS envía la petición a los Superiores Generales de los pasionistas, capuchinos y
franciscanos. Minuta del 1 octubre de 1886, en: AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886.
pos. 486. fasc. 37. f. 38r.
262 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La respuesta del General de los Capuchinos al Pro-secretario de la


Sagrada Congregación de los Asuntos Eclesiásticos fue positiva.
Confirmaron que habían dado aviso al Delegado Apostólico de la
partida de un grupo de religiosos desde España30. El Superior General
de los Pasionistas, respondió que no contaba con los religiosos
suficientes para que fuesen enviados a Colombia31. El Ministro General
de los Franciscanos respondió que lamentablemente las circunstancias
políticas del momento en algunos países, como Italia, no permitían
disponer de individuos para Colombia, pues debían dar prioridad a
otros lugares32.

2. Luigi Mattera, 1887-1889


2.1. Difícil situación de los habitantes del Chocó
La región del Chocó, ubicada en la costa del Pacífico colombiano,
por las características de su geografía y de su clima, siempre ha sido
una zona de difícil acceso y de condiciones de vida agobiantes. Llevar
la evangelización a los habitantes de este territorio significó un gran
esfuerzo por parte de los misioneros, y por mucho tiempo no hubo la
posibilidad de enviar ninguno, dado el temor que se tenía, sobre todo,
por las enfermedades tropicales, casi siempre letales. Aunque algunos
sí se aventuraron a misionar, logrando pequeños, pero significativos
resultados, sin embargo, no era suficiente ante la gran demanda, dado
que existían comunidades numerosas. Ante esta situación, los mismos
pobladores se manifestaron constantemente ante las autoridades
eclesiásticas, solicitando misioneros. Por ejemplo, un laico católico de
Quibdó, Juan José Maz, con carta al Santo Padre, se lamentaba del
deplorable estado en el cual se encontraban los habitantes diseminados
en aquella vasta región, asistidos por un solo sacerdote enfermo, y la
posición geográfica del lugar hacía muy difícil su atención33.

30
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 40r, carta del 2 de
octubre de 1886.
31
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 42r, carta del 4 de
octubre de 1886.
32
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 44r-45v, carta del 5 de
abril de 1887.
33
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 41r-42v, carta del 8 de
diciembre de 1889.
SOBRE LAS MISIONES 263

La región del Chocó pertenecía a la Diócesis de Popayán, pero la


distancia y los problemas mencionados no permitían el
acompañamiento adecuado, ni siquiera el Obispo estaba en condiciones
de hacer la visita pastoral. Consciente de esto, Juan Buenaventura
Ortiz, Obispo de Popayán, expuso las circunstancias en la que se
hallaba su Diócesis, en donde hizo énfasis en la urgencia de atender la
zona de la costa del Pacífico34. El Prelado, en primer lugar, se lamentó
de la falta de clero, así como de las grandes dificultades para atender a
la población debido a las largas distancias:
Hace muchos años que los trastornos políticos y el predominio de malas
ideas vienen disminuyendo en esta Diócesis las vocaciones sacerdotales,
hasta el punto que en el espacio de treinta y cinco años no han alcanzado
ordenarse cuarenta sacerdotes, y de ellos hay algunos que, desterrados en
tiempos revueltos, no han vuelto a la Diócesis. En el mismo espacio de
tiempo el número de sacerdotes que han muerto se acerca doscientos y en
el seminario no hay más que doce jóvenes que puedan ser ordenados en los
próximos años. El clero ha queda reducido a tan grande escasez, que para
cada tres o cuatro parroquias, separadas entre sí por largas distancias y
malos caminos, no hay ordinariamente más que un cura que presto pierde la
salud por exceso de trabajo.
La región llamada Chocó, cruzada por ríos navegables, rica en metales y
donde hay ciudades importantes y una población que pasa de cincuenta mil
almas, está administrada toda por solo dos sacerdotes y uno de ellos muy
enfermo, y la población esparcida por la costa del mar Pacífico, que cuenta
más de veinte mil habitantes y el importante puerto de Buenaventura tiene
un solo sacerdote35.
Para el Obispo de Popayán era muy importante poder organizar este
territorio de forma independiente de la Diócesis, ya que poesía unas
características propias, diversas a las de otras regiones, principalmente
en lo relativo a la población, que en su gran mayoría eran descendientes
de los esclavos negros traídos de África durante el dominio español, de
la misma manera, existían algunas tribus indígenas. Una propuesta que
hizo el Obispo fue la de crear una Prefectura Apostólica:
Nace de aquí que la población de estas regiones, compuesta casi totalmente
de negros y de indios (de los cuales los últimos no han salido todavía del
estado salvaje), con algunos blancos nacionales o extranjeros atraídos por

34
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 43r-44r, carta dirigida al
Cardenal Rampolla el 9 de abril de1890.
35
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. f. 43r.
264 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

el comercio, vaya cayendo en estado de barbarie y perdiendo toda noción


de religión y de moral, aunque conserva en gran parte resto de fe y respeto
y amor por los sacerdotes.
Para esa región creo indispensable el establecimiento de una Prefectura
Apostólica, porque no solo es en sí vasta, sino que está a gran distancia de
la capital de tal Diócesis: acaso con unos ocho misioneros que resistan bien
el clima y puedan saber manejar lo mismo al pueblo ignorante que a las
gentes que pretenden civilizadas, bastaría para hacer en ella un gran bien.
El Gobierno nacional está comprometido a contribuir con una cuota anual y
en mi poder hay ya suficiente para costear la venida del número de
misioneros que dejo mencionado36.

2.2. Solicitud a los Capuchinos


Movido por el clamor de los propios habitantes de la región de la
costa Pacífica, y dispuesto a buscar una pronta solución a la penosa
realidad de aislamiento y olvido en la que se encontraban, el Obispo de
Popayán, Juan Buenaventura Ortiz, inició las gestiones para llevar
misioneros a este territorio. Solicitó a la Orden de los Capuchinos
religiosos para que se hicieran cargo del cuidado espiritual de la
población de su jurisdicción que habitaba esta zona37:
La urgentísima necesidad de obreros evangélicos en que se encuentra esta
Diócesis me obliga a dirigirme a Su Santidad, por el respetable conducto de
V.E., en solicitud de apoyo para obtener del Reverendísimo Padre General
de los Capuchinos algunos misioneros que, con el carácter de curas,
atiendan a las necesidades espirituales de muchos pueblos que no pueden
ser administrados de otro modo38.
Al respecto el General de los Capuchinos, respondió al Cardenal
Secretario de Estado, Mariano Rampolla, lamentado no poder acceder a
la petición del Obispo de Popayán. Hizo un recuento de la situación de
la Orden de los Capuchinos españoles, que habían trabajo durante
mucho tiempo por toda la zona del Pacífico, desde Guayaquil hasta
Panamá, y que conocían perfectamente las condiciones de la región.
Admitió la urgencia de atender pastoralmente esta zona, pero que en el
momento no poseía el número de misioneros para poder satisfacer la
36
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. f. 43-v.
37
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 45r-46r, carta enviada al
Cardenal Mariano Rampolla, Secretario de Estado de Su Santidad, el 19 de mayo de
1890.
38
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. f. 45r.
SOBRE LAS MISIONES 265

demanda que requería la Diócesis de Popayán39. El Cardenal Rampolla,


notificó al Obispo de Popayán sobre la respuesta de los Capuchinos40.
Análogamente, el Obispo de Santa Marta, José Romero, solicitó al
Cardenal Secretario de Estado, de anteponer sus buenos oficios ante el
General de los Capuchinos, pues como sucedía con el caso anterior de
la Diócesis de Popayán, tenía un territorio muy extenso para
evangelizar, aunque en este caso se trataba de la costa Atlántica, una
región muy diversa y con un clima totalmente diferente, mucho más
tolerable, habida cuenta, se trataba de la zona caribeña, en donde los
europeos estaban en capacidad de adaptarse fácilmente. A su vez
existía una presencia mucho mayor de agentes evangelizadores, entre
misioneros y sacerdotes diocesanos, que si bien no daban abasto, se
podría afirmar que la población había tenido la posibilidad de ser
atendida mejor que aquella de la Costa del Pacífico. El Obispo Romero
hizo la petición para obtener una ayuda de misioneros para que se
hicieran cargo de las misiones en la Guajira y en la Sierra Nevada de
Santa Marta, habitadas por comunidades indígenas41.
Acto seguido, el Secretario General de los Capuchinos, informó que
las condiciones en las que se encontraban algunos misioneros que
fueron enviados a tal misión en 1883, sufrieron penuria, puesto que el
Obispo les había retirado las limosnas que les eran asignadas por parte
del Gobierno, y les suministraba escasamente las cosas necesarias.
Pidió mayor atención al respecto.

2.3. La situación de los indios de la Guajira


El Delegado Apostólico envió una serie de documentos a la Santa
Sede, correspondientes a la situación de la Diócesis de Santa Marta, en
donde estaba ubicada la misión de la Guajira42.
En primer lugar, se encuentra un informe realizado por el Obispo de
Santa Marta, José Romero, dirigido al Ministro de Fomento, en donde
expuso cómo había sido el proceso de evangelización desde el inicio de

39
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 47r-48v, carta del General de
los Capuchinos, Bernardo de Andermatt, al Cardenal Rampolla, del 4 de agosto de
1890.
40
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 543. fasc. 54. ff. 49r-50v, minuta de respuesta
de la SESS al Obispo de Popayán, con fecha del 13 de agosto de 1890.
41
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 544. fasc. 54. ff. 54r-v, carta al Cardenal
Mariano Rampolla, 19 de abril de 1890.
42
A veces Goagira o Goajira.
266 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

su labor como Obispo de esa Diócesis. En este informe se hacía un


llamado para buscar la manera de aumentar el personal misionero,
puesto que el número de ellos en ese momento era poco. Seguidamente,
se encuentra una particular descripción de los habitantes de aquella
región, indígenas casi en su totalidad, que eran víctimas de explotación
continua e inhumana, al punto de transformar estas personas, otrora
libres y estables, en miserables y desgraciadas, que solo podían
sobrevivir cayendo en la mendicidad, no tenían oportunidades ni los
medios para su progreso, a su vez, el rechazo social. Desde siempre
habían sido gobernados por autoridades ajenas a su realidad cultural,
así que el Prelado creyó que era conveniente que las autoridades de los
pueblos de la Sierra Nevada no fueran de los civilizados, como allí los
llamaban, sino de los naturales de la tribu, escogiéndolos de entre de
los que poseían más conocimientos y merecían en aquel territorio
respeto y consideraciones. El Obispo denunció el grave maltrato, e
invitó para que el Gobierno central tomara en cuenta a estas personas,
que facilitara la labor de los misioneros, que no solo habían de
encargarse de su adoctrinamiento sino de su educación en general,
siendo así los que llevaran las escuelas y centros de educación que
debían construirse. Por eso solicitó ayuda económica para el
sostenimiento de los misioneros y las facilidades legales para realizar
tal empeño43.

3. Antonio Vico, 1897-1903


3.1. Proyecto para crear en Colombia Propaganda Fide
Dada la constante e inestable situación política durante gran parte del
siglo XIX, la gran mayoría de proyectos y de obras dirigidas por la
Iglesia habían sufrido los estragos de los conflictos y de las
persecuciones. Las misiones padecieron graves consecuencias.
43
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 544. fasc. 54. ff. 57r-62v, despacho del 13 de
octubre de 1890 al Cardenal Mario Mocenni, sustituto del Secretario de Estado.
Adjuntó unas cartas enviadas por el Delegado Apostólico Giovanni Battista Agnozzi
en donde exponía la situación de la zona y solicitaba el envío de misioneros y que se
comprometía junto con el Obispo de Santa Marta a su sostenimiento: una del 11 de
diciembre de 1885; otra del 5 de julio de 1886; adicionalmente, hay un informe del
Obispo de Santa Marta al Ministro de Fomento sobre la Misión Goagira, es un folleto
que contiene 8 paginas, está titulado como: «Diócesis de Santa Marta, Gobierno
Eclesiástico, Misión, número 22, Santa Marta, diciembre 31 de 1889», en:
AA.EE.SS. Colombia, 1890. pos. 544. fasc. 54. ff. 57r-62v.
SOBRE LAS MISIONES 267

Por eso, al abrirse la posibilidad de un cambio, y de hacer revivir las


misiones, se pensó en fomentar la reactivación de la Obra de la
Propagación de la Fe, suprimida desde hacía mucho tiempo por causas
más de orden político que religioso. Giovanni Battista Agnozzi planteó
su eventual creación como una posibilidad en su búsqueda de
financiación de las misiones. La petición fue adquiriendo forma y,
como una iniciativa de los mismos fieles, se elaboró un proyecto
concreto para crear en Bogotá esta obra, dirigida para recolectar
limosnas para exclusivo beneficio de las misiones44.
El Delegado Apostólico, Antonio Vico, anexó a esta petición un
posible reglamento redactado por él mismo, para que la Santa Sede
tuviese conocimiento del contexto; hizo un recuento de la historia de
Propaganda Fide en Colombia:
Esta obra fue erigida primeramente por el Ilustre Arzobispo de Bogotá,
Monseñor Mosquera en 1846; el hoy Excelentísimo Señor Cardenal
Ledochowski la pone en vigor en 1858. En Arzobispo Monseñor Arbeláez
la reorganizó en 1873, dentro de la iniciativa del Concilio Provincial de
Bogotá de 1868, en favor de las misiones de los Llanos de San Marín y
Casanare. Finalmente mi predecesor, Monseñor Agnozzi, hizo otro tanto
por todas las misiones en Colombia. Es cierto que las vicisitudes políticas
de este país han influido no poco en el desarrollo o en la decadencia de la
susodicha obra, es decir, a medida que el Gobierno llamaba o rechazaba
para sí los misioneros, pero también es cierto que el hacerse próspera o
adversa, la Opera reconoce en parte por causa la inconstancia del carácter
de estos pueblos, porque con la facilidad más grande los distraen de sus
labores la política, la milicia, los negocios, una causa cualquiera aunque
inútil, y diré que también los Reglamentos de la Obra demasiados
indefinidos, no han sido extraños. Pienso ciertamente tornar a reestablecer
la Obra entre los hombres, apenas las circunstancias políticas del país lo
permitan. Pero el fondo principal de mis esperanzas en el celo del Señor,
pudiendo contar desde ahora con el concurso de cerca de 300 de estas,
comprendidas las principales de esta ciudad45.

44
AA.EE.SS. Colombia, 1900. pos. 673. fasc. 99. ff. 1r-34r, petición hecha el 3 de
marzo de 1900, contiene un número considerable de firmas.
45
AA.EE.SS. Colombia, 1900. pos. 673. fasc. 99. ff. 23r-30v, despacho del 18 de
mayo de 1900.
268 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

La SESS envió tal petición directamente a la SCPF para que se


hiciera el correspondiente estudio de las causas expuestas por los
solicitantes46.

3.2. Propuesta para un Convenio de Misiones


El Gobierno colombiano consideró que las misiones, aparte del
beneficio religioso, podrían constituirse en un medio importantísimo y
eficaz para asegurar el dominio territorial de estas regiones tan
apartadas y de difícil acceso, en donde no existía ninguna presencia de
la autoridad, lo que impedía realizar un control de los abusos y demás
acciones fuera de la ley. Atendiendo la petición hecha por los
Delegados Apostólicos, por el Episcopado y los fieles en general, el
Gobierno proyectó un Convenio sobre las Misiones.
El deseo era que la obra de los misioneros produjera mayores
resultados en la labor evangelizadora, logrando con esto, no solo el
adoctrinamiento de los indígenas, sino su protección y atención a sus
necesidades básicas. El Gobierno garantizaba acompañamiento y
asistencia a los misioneros, y la presencia de un representante de la
Autoridad civil con quien se entenderían directamente los religiosos
para los eventuales casos particulares o necesarios.
Como primera medida, el Gobierno juzgó conveniente hacer un
elenco de las misiones, señalando las de mayor importancia, es decir,
aquellas que deberían tener una atención inmediata, debido al número
de habitantes o por las condiciones en las que se encontrasen. Esto
permitiría ejercer un control, tanto eclesiástico como civil,
concediéndole así tener a la Delegación Apostólica y al Gobierno
central un constante informe sobre la marcha de las misiones y los
progresos de estas.
Se garantizaba la presencia de una comisión militar para la
protección de los misioneros, ya que podría haber conflictos con los
colonos, acostumbrados a vivir sin ley y sin orden, abusando de las
comunidades indígenas, los cuales verían con desconfianza la labor de
los religiosos, considerándoles un peligro para sus intereses
particulares. El Gobierno por su parte, apoyaba la construcción de

46
AA.EE.SS. Colombia, 1900. pos. 673. fasc. 99. ff. 40r-41r, minuta de respuesta
del 22 de diciembre de 1900.
SOBRE LAS MISIONES 269

edificios, que serían utilizados para la formación religiosa, para el culto


y para las necesidades del orden civil47.

3.3. Informe del Delegado Apostólico sobre las Misiones


El Delegado Apostólico, Antonio Vico, elaboró un informe sobre las
misiones en Colombia que envió a la Santa Sede, exponiendo la
realidad que se vivía, las necesidades, los avances y las perspectivas. Es
un documento extenso, pero muy interesante, en el cual se puede hacer
una contextualización del escenario misionero en Colombia a finales
del siglo XIX e inicios del XX48. Está dividido en tres grandes partes,
partiendo de lo general a lo particular, a saber:
Primera parte: lleva por título «Noticias generales de las misiones
antiguas». Es un recuento histórico de la evangelización en Colombia.
Inicia con la llegada de los primeros españoles hacia 1499 por la costa
norte, y la actividad misionera de los primeros religiosos. Aporta datos
interesantes, y tiene en cuenta los diversos conflictos sociales y
políticos ocurridos en país a lo largo de casi cuatro siglos49. Segunda
parte: titula como «noticias de las misiones en particular». Es la parte
central del documento. Presenta la realidad actual de las misiones,
tomando cada una de las jurisdicciones eclesiásticas en su contexto
propio, está esquematizada así50:
1. Casanare: erigida como Vicariato Apostólico en 1893, gran labor
de Monseñor Casas y de los padres Agustinos51.
2. Guajira: parte de la Diócesis de Santa Marta. Habitada por tres
tribus indígenas: motilones, arahuacos y Guajiros. Habían estado
siendo asistidos por los Capuchinos52.
3. Chocó: territorio habitado por indígenas, blancos, negros y
mulatos. Tiene grandes recursos, especialmente oro. La Tribu de los
Cunas había sido reacia a la evangelización53.

47
AA.EE.SS. Colombia, 1899-1903. pos. 686. fasc. 108. ff. 7r-8r. El documento
original fue enviado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, el 31 de julio de
1901, firmado por Antonio José Uribe, en: AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos.
689. fasc. 110. ff. 5r-10v.
48
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 21r-70v, informe de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 3 de septiembre de 1901.
49
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 21r-31v.
50
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 31v-49r.
51
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. f. 31v.
52
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 31v-34v.
270 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

4. Caquetá: o Provincia de Mocoa: habitada por muchas tribus


indígenas que requerían civilización. Vivían en grandes familias,
obedecían a un solo jefe, que era vitalicio, no profesaban ninguna
religión, hablaban lenguas diferentes, pero algunos comprendía el
español, y se odiaban entre sí. Fue confiada a los padres Capuchinos de
la Provincia española de Aragón hasta 189654.
5. Darién: habitado por indígenas esparcidos por las montañas y a la
orilla de los ríos. Al inicio fueron evangelizados por los Agustinos. En
Panamá los Franciscanos y Dominicos iniciaron la evangelización55.
6. Intendencia oriental: es una extensión del Caquetá y de los Llanos
de San Martin. Los indígenas estaban aislados y sin ningún tipo de
conciencia moral, eran de los más refractarios a los sentimientos de
humanidad y de civilización56.
7. Llanos de San Martin: unida al Caquetá. La Compagina de Jesús
realizó gran trabajo allí. Eran 12 o 15 tribus, todas errantes, que
circulaban entre el Caquetá y Casanare57.
8. Antioquia: los indígenas de este territorio muchos habían sido
bautizados pero realmente tenían una noción vaga de Dios, no
practicaban ninguna religión. Hablaban diversos dialectos pero
comprendían la lengua española58.
9. Tierra adentro: los habitantes de esta región eran revoltosos ante
los asedios desde época de los españoles, rechazaban la presencia del
Gobierno, en cambio eran accesibles ante la presencia del sacerdote y,
más aún, ante la del religioso. Casi todos eran bautizados, tenían sus
iglesias y festividades religiosas, aunque de igual modo eran
supersticiosos. Estaban atendidos por los Franciscanos59.
10. Misiones unidas a las Diócesis de Pamplona y Cartagena:
Pamplona: había tres tribus, dos eran muy dóciles. Los Salesianos
estaban examinando el territorio, deseaban construir un lazareto.
Cartagena: pertenecían a este territorio las islas de San Andrés y
Providencia, aunque no eran habitadas por tribus indígenas, el
permanente contacto con comerciantes de América del Norte hizo que

53
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 34v-38v.
54
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 38v-40v.
55
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 41r-42v.
56
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 42v-44r.
57
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 44r-45v.
58
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 45v-46v.
59
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 46v-48r.
SOBRE LAS MISIONES 271

su población, fuese en su mayoría anabaptistas y hablaban inglés, pocos


hablaban español60.
Tercera parte: lleva como título «Organización», y se trata de la
distribución de los misioneros de las diversas Órdenes Religiosas por
todo el territorio colombiano durante esta época61. Estaban organizados
de la siguiente manera:
- Agustinos Descalzos o Candelarios: administraban el Vicariato
Apostólico del Casanare, la Misión del Darién, y deseaban la
Intendencia Oriental.
- Capuchinos: Misiones de la Guajira, Chocó y del Caquetá.
- De la misma manera, estaban los Agustinos Calzados, Salesianos y
Franciscanos62.
Sobre los territorios en donde se habían desarrollado misiones, y que
tenían un proceso, eran:
Vicariatos Apostólicos: Existían algunas misiones que reunían todos
los elementos para ser erigidas: Guajira, Chocó y Caquetá63.
Prefecturas Apostólicas: Territorios en donde la evangelización había
entrado un poco tarde. Eran: el Darién y los Llanos de San Martin64.
Misiones dependientes de Obispos: Pamplona, Tierra adentro,
Antioquia y Cartagena65.
En la parte final del Documento, como un anexo a este, se encuentra
el texto del «Proyecto del Convenio de Misiones», propuesto por el
Gobierno, para que fuese leído, estudiado y aprobado66.

3.4. Respuesta de los Superiores Generales


En varias ocasiones los Delegados Apostólicos percatándose de las
grandes necesidades en los territorios de misión, habían dirigido a la
Santa Sede peticiones para lograr el envío de misioneros de las
principales Órdenes Religiosas. La respuesta había sido mínima, y la
gran parte de estas regiones aún se encontraban clamando por la
presencia de religiosos y de agentes misioneros. La Santa Sede, a través

60
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 48r-49r.
61
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 49r-62v.
62
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. f. 49v.
63
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 50r-53v.
64
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 54r-54v.
65
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 55r-55v.
66
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 110. ff. 62v-70v.
272 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

de la Sagrada Congregación de Asuntos Eclesiásticos, envió la petición


a algunas de estas Órdenes. Respondieron de la siguiente manera:
El Procurador General de los Frailes Menores, Pietro da Rocca di
Papa, afirmó que en Colombia existían cinco conventos, y que con
excepción del de Cali, todos tenían escasez de misioneros. Ante esta
situación no se podrían comprometer a asumir ningún otro encargo.
Aunque dejaban abierta la posibilidad de considerar la propuesta, por el
momento no deseaban ligarse a algún determinado territorio67.
El Procurador General de los Salesianos de Don Bosco, Giovanni
Marenco, hizo mención que para aquella época hacían presencia en
Colombia desde hacía doce años. Consideró que no estaban en grado de
responder definitivamente al Proyecto del Gobierno colombiano, ya
que no lo contempló práctico ni concreto, específicamente la erección
de la Prefectura Apostólica de la Misión de los Llanos de San Martin,
que es la que se proponía a los Salesianos68.
El Procurador General de los Agustinos Recoletos de España e
Indias, Enrique Pérez, respondió afirmativamente, poniendo
incondicionalmente a disposición de la Santa Sede los religiosos su
Orden69.
El Procurador General de los Frailes Menores Capuchinos, Bernardo
de Andermatt, respondió que en ese momento tenían tres misiones en
Colombia, por otro lado afirmó que los límites de los territorios no
estaban bien demarcados, y que el aporte económico del Gobierno no
era suficiente para cubrir dignamente las misiones70.
El General de los Agustinos, Tomás Rodríguez, respondió que
habiendo consultado los Provinciales de Filipinas y de Colombia, la

67
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 3r-v, carta enviada por
la Procuraduría de la Congregación de los Frailes Menores al Secretario de los
Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 5 de abril de 1902.
68
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 5r-6rv, carta enviada
por la Procuraduría de los Salesianos de Don Bosco al Secretario de los Asuntos
Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 10 de abril de 1902.
69
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 5r-6r, carta enviada
por la Procuraduría de los Agustinos Recoletos de España e Indias al Secretario de los
Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 9 de mayo de 1902.
70
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 9r-10r, carta enviada
por la Procuraduría de los Frailes Menores Capuchinos al Secretario de los Asuntos
Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, 12 de mayo de 1902.
SOBRE LAS MISIONES 273

Orden no se encontraba en condiciones de asumir otro territorio de


misión71.
El Procurador General de los Misioneros Hijos del Inmaculado
Corazón de María, Girolamo Batllo, respondió a la Santa Sede que
luego de haber consultado, resolvió que la Orden podría hacerse cargo
de la Misión en el Vicariato Apostólico del Chocó72.

3.5. Convenio de misiones entre Colombia y la Santa Sede


La firma de este Convenio fue el resultado de un insistente trabajo de
un proceso que se inició con el restablecimiento de las Relaciones
Diplomáticas entre Colombia y la Santa Sede alentado desde el inicio
por Giovanni Battista Agnozzi, quien se preocupó mucho por este
asunto de las misiones y desde su llegada expresó como una de sus
prioridades la organización de los territorios habitados por las
comunidades indígenas.
Por lo tanto, se podría decir, que este Convenio es la consecuencia de
la insistente y eficaz labor de los Delegados Apostólicos quienes
supieron elaborar un programa claro en donde fueran partícipes tanto la
autoridad Eclesiástica como la Civil. Este acontecimiento favoreció
grandemente el desarrollo de la evangelización y la difusión de la
doctrina por territorios que antes estaban privados de tal beneficio.
Claro está, que de igual modo, hubo que asumir compromisos con el
Estado, que si bien tuvo la firme voluntad de apoyar las misiones,
encontró con los misioneros una oportunidad para poder extender su
presencia y dominio sobre estos territorios, que en algunos casos, aún
estaban en conflictos de delimitación con países vecinos, de tal forma
que la presencia de misioneros daba una señal de soberanía sobre el
territorio y la población.

71
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 11r, carta enviada por
la Curia General de los Agustinos al Secretario de los Asuntos Eclesiásticos
Extraordinarios, Pietro Garsparri, el 17 de mayo de 1902.
72
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 18r, carta enviada por
la Procuraduría de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado de María al
Secretario de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Pietro Garsparri, el 19 de
agosto de 1902.
274 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

3.5.1. Antecedentes al Convenio: las leyes sobre misiones


Las misiones se vieron fuertemente afectadas durante las guerras
civiles acaecidas entre 1895 y 1903, sin embargo, el Gobierno
promulgó algunas leyes importantes para el desarrollo del proyecto
misionero en los diferentes territorios del país73.
A raíz de la ley 103 de 1890, con base en el Concordato de 1887 en
donde se reestableció la relación estrecha entre Estado e Iglesia, se le
concedió a la institucionalidad católica la función de representar al
Gobierno nacional en los territorios destinados a las misiones, tanto
para reducir a los salvajes74 así como para ser el primer bastión de
colombianidad ante la posible invasión de países vecinos. De esta
forma, el Gobierno se valió de la Iglesia como una herramienta para la
expansión del estilo de vida occidental proclamado por la República, en
el cual estaba incluido el idioma español y la religión católica, entre
otros aspectos, y como una defensa ante el peligro de intromisión de los
países limítrofes. El primer gran paso para el establecimiento de las
misiones apoyadas desde el Gobierno, se dio a partir desde el mismo
Concordato, y desde ese momento se fueron emitiendo leyes que las
consolidaron aún más. Estas fueron las más significativas:
Ley 153 de 1887: precedió al Concordato, fue establecida como parte
del código civil de la nación colombiana. Hacía distinción entre las dos
instituciones, la civil y la eclesiástica, sin embargo, proclamaba y
respetaba la ley canónica75.
Ley 35 de 1888: esta ley aprobó el Acuerdo Concordatario entre
Colombia y la Santa Sede, el cual estableció un precedente dentro de la
esfera de las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Esta nueva realidad
suscitó las condiciones primordiales para la inclusión de las
comunidades indígenas a la vida nacional a través del trabajo
misionero.
Ley 89 de 1890: reconocía la necesidad de otorgarle un especial trato
a los salvajes por parte del Gobierno en la medida que se fueran
reduciendo a la vida civilizada. Esto llevó a que se proporcionara una
73
Juan Felipe CÓRDOBA RESTREPO, En tierras paganas Misiones católicas en
Urabá y en La Guajira, Colombia, 1892-1952, 84.
74
Este término era usado para referirse al proceso de consolidación de aldeas y
pueblos de misión atrayendo hacia estos los individuos para que vivieran a la usanza
occidental.
75
La legislación canónica será solemnemente respetada por las autoridades de la
República.
SOBRE LAS MISIONES 275

educación especial para ellos. Abrió una gran brecha social. Esta ley
realizó la división de los indígenas en dos grupos: el primero, los
salvajes, que tenían que ir reduciéndose a la vida civil por medio de las
misiones; el segundo, las comunidades ya reducidas a la vida civil, con
lo que aseguraban la supervivencia de sus cabildos y el derecho a la
propiedad de los resguardos76.
Ley 103 de 1890: con esta ley fueron autorizadas las misiones en el
Putumayo que serían realizadas conjuntamente entre el Gobierno y la
Iglesia. Hizo mención específicamente lasa zonas del sur-oriente del
país77.
Ley 72 de 1892: estaba en consonancia con la ley 89 de 1890.
Reconoció la falta de capacidad por parte de la autoridad civil para
entrar en contacto con los grupos indígenas salvajes, ante esto, propuso
otorgar a los misioneros la potestad de ejercer la autoridad civil, pues al
no estar fuera del estado salvaje, nos indígenas no eran sujetos a la
aplicación de las leyes nacionales78.
Decreto 74 de 1898: concedió a los responsables de las misiones del
sur del país la categoría de jefes de policía con plenas facultades para
nombrar agentes y señalar penas correccionales79.
Reforma del Concordato de 1902: fue una reforma muy importante,
que reglamentó dentro de una esfera jurídica, una mayor autonomía
para los líderes de las Órdenes Religiosas en la administración de los
recursos destinados por el Gobierno para las misiones. El Gobierno se
comprometió a:
- Encargarse por una parte del mantenimiento económico de las
misiones, y de proveer los medios necesarios para su desarrollo.
- Que la educación primaria pública para varones estaría a cargo de
los líderes de las misiones, y ellos serían quienes regularían sus
contenidos y dinámicas de enseñanza.
- Entregar territorios baldíos suficientes para el fomento de las
misiones.

76
Víctor Daniel BONILLA, Siervos de Dios y amos de indios, Bogotá 1968, 61.
77
Nicolás RESTREPO, «La Iglesia católica y el Estado colombiano, construcción
conjunta de una nacionalidad en el sur del país», en: Tabula Rasa, 5 (2006), 158.
78
Luis Carlos SÁCHICA, «El indígena en Colombia», en: Aspectos nacionales e
internacionales sobre Derecho indígena, México 1991, 173-174.
79
V. D. BONILLA, Siervos de Dios y amos de indios, 61.
276 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

- Los funcionarios civiles representantes del Gobierno central en los


territorios de misión, debían ser aprobados por el Delegado Apostólico
y los líderes de las misiones80.

3.5.2. Aprobación del Convenio


Finalmente el nuevo Convenio para las Misiones con el Gobierno
colombiano viene firmado el 27 de diciembre de 190281 por el
Delegado Apostólico, Antonio Vico, por el Ministro de Relaciones
Exteriores, Felipe Paul, y por el Presidente José Manuel Marroquín. Se
titula: «Convenio con la Santa Sede sobre Misiones encargadas de la
evangelización y reducción de tribus salvajes». Fue establecido por
veinticinco años.
El Estado colombiano asumió el compromiso de financiar las
misiones, dando un aporte económico según la extensión de cada
territorio82. El Gobierno tenía conocimiento de la difícil y triste realidad
en la cual se hallaban las tribus indígenas, que aparte de haber estado
marginadas de la atención del Estado para todos sus efectos, tales como
salud, educación, vivienda, etc., adicionalmente la explotación de los
colonos se convirtió en el peligro más latente para el bienestar de estas
comunidades, quienes incluso muchas veces sus miembros no eran
considerados como seres humanos por estas personas que sin ningún
escrúpulo se aprovechaban vulnerando los derechos de los indígenas en
favor de sus propios intereses. El documento sobre esto afirma:
Art. XII: Con el objeto de evitar cualquier peligro de opresión para los
indígenas y de persecución para los misioneros por parte de negociantes
codiciosos, el Gobierno se compromete a fomentar la buena inteligencia
entre sus Agentes y los respectivos Jefes de Misiones83.
Las misiones de modo similar tenían el propósito de «civilizar a los
salvajes», es decir, que no era solamente una tarea de evangelización,
como lo pretendía la Iglesia, sino principalmente, esto desde la visión
del Gobierno, la reducción y el sometimiento a través de la
occidentalización de las comunidades indígenas, y tal tarea requería el
abandono de sus antiguas tradiciones consideradas casi siempre como
80
Justo CASAS AGUILAR, Evangelio y colonización, Bogotá 1999, 130.
81
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 34r-61r, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Mariano Rampolla, 21 de enero de 1903.
82
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 52r-52v.
83
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 54r.
SOBRE LAS MISIONES 277

paganas y contra la moral. Pero como hemos hecho mención


anteriormente, en el fondo este era el pretexto del Gobierno para poder
tener acceso a estos territorios para controlarlos, pues como eran
territorios fronterizos existía siempre el riesgo de ser invadidos por
países vecinos, algo que de hecho se dará más adelante con Perú.
Al misionero se le dio un plan de trabajo y unas instrucciones para
que pudiese realizar su tarea, esto gracias a que su presencia en estos
territorios sería permanente, de forma semejante, era conocida la
capacidad de los religiosos por ganarse la confianza de los indígenas
quienes contrariamente rechazaban todo contacto con otras personas
diversas a los misioneros, de hecho, así lo reconoce el Convenio:
Art. XIII: para estimular a los indios a reunirse primeramente en familias y
agruparse luego en «reducciones», y con el objeto de facilitar al mismo
tiempo a la autoridad civil el desempeño de la funciones que naturalmente
le incumben, el Jefe de la respectiva Misión aunará al fin primordial de su
cargo, que es el de la civilización cristiana, el del fomento de la prosperidad
material del territorio y de los indios en él establecidos. Cuidará, por lo
tanto, de estudiar diligentemente los productos de la región a su cargo, y
enviará de todo ello informes al Gobierno de la Republica, proponiéndole,
además, los métodos que las circunstancias aconsejen como más adecuados
para derivar mayores ventajas de esos productos, y cuidará también de
difundir entre los indios las industrias más convenientes, asignándoles
premios y recompensas que los estimulen eficazmente84.

3.6. Definición de los nuevos límites para las Misiones.


Antes de presentar la delimitación de estos territorios de misión,
conviene hacer una rápida descripción geográfica de cada uno de ellos,
para tener una idea más clara de lo que significaba hacer el trabajo
misionero en estos lugares, y, como consecuencia, las dificultades que
encontraron todos los religiosos en sus labores.
A su vez se podrá tener una visión de la situación que tuvieron que
vivir los Obispos quienes siempre se lamentaron por las extensiones de
estos territorios que estaban anexos a sus Diócesis, pero que ahora al
ser independientes de estas, podrían ser atendidos con mayor eficiencia,
sin embargo, los inconvenientes no disminuyeron debido a la geografía
y el clima de estas regiones. Por lo tanto, presentamos primero la

84
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 54v.
278 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

descripción del territorio y luego los límites establecidos que nos


presenta el documento.

3.6.1. Misión de la Guajira


La Guajira está situada en el extremo norte del país y de la llanura
del Caribe, en la parte más septentrional de la América del sur;
localizado entre los 10 23’ y 12 28’ de latitud norte y los 71 06’ y
73º39’ de longitud oeste. El territorio departamental corresponde en su
mayor parte a la península de la Guajira. El relieve incluye montañas,
acantilados, planicies y dunas. La Guajira ha sido subdividida por su
configuración territorial en tres grandes regiones de noreste a suroeste,
correspondientes a la Alta, Media y Baja Guajira. La Alta Guajira, se
sitúa en el extremo peninsular, es semidesértica, de escasa vegetación,
donde predominan los cactus y cardonales; y algunas serranías que no
sobrepasan los 650 m sobre el nivel del mar, como la de Macuira,
Jarará y El cerro de la Teta.
La segunda región, abarca la parte central del departamento, de
relieve plano y ondulado, y un poco menos árido; predomina el
modelado de dunas y arenales. La tercera región, corresponde a la
Sierra Nevada de Santa Marta y a los montes de Oca; es más húmeda,
de tierras cultivables y posee todos los pisos térmicos. Son extensas y
llamativas las planicies semidesérticas y las dunas cerca al mar. La faja
costera guajira alternan trayectos de costa acantilada y de costa
rectilínea; los principales accidentes costeros son, las bahías de Portete,
Honda, Hondita y Cocineta, el cabo de La Vela, y las puntas Coco,
Aguja y Gallina y la boca de Camarones.
El clima de La Guajira, especialmente en la península, es árido, seco
y de altas temperaturas, modificadas un poco con la brisa marina y los
vientos alisios del noreste que soplan durante la mayor parte del año;
las lluvias son escasas y se presentan generalmente en los meses de
septiembre a noviembre, cuando la Zona de Convergencia Tropical se
desplaza hacia el norte85.

85
. BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA.
«Departamento de la Guajira. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.
SOBRE LAS MISIONES 279

Cuando se aprobó en Convenio sobre las Misiones el 27 de


diciembre de 1902, se establecieron los límites de los territorios en
Misión86. La Guajira quedó así estipulada:
Toda la Península guajira en la parte que le corresponde a Colombia.
Límites de la Sierra Nevada: en el mar Caribe, desde el Cabo de San
Agustín, una línea recta que pase por encima del pico de la Horqueta
(15.700 pies de altura) y vaya a parar al Alto de las Minas, extremo SO de
la Sierra Nevada; de aquí una línea recta que, pasando al S. de San
Sebastián de Rábago, al E. de Patillal (caserío civilizado), vaya a parar al
caserío de Caracolí, inclusive, al E. de Marocaso; de aquí, en línea recta
hacia el N. hasta Punta de los Remedios, y de este último lugar, otra recta,
hasta el Cabo San Agustín, punto de partida. En este triángulo se incluyen
las poblaciones indígenas siguientes: San Miguel, Santa Rosa, San Antonio
y San Francisco, al N.; Marcocaso, Rosario, Atanquez y San José, al E., y
San Sebastián de Rábago al S., y las poblaciones civilizadas que a
continuación se mencionan: a orillas del mar, Dibulla, al N., con la
agregación de Palomino, y Punta de los Remedios, con la agregación de
Las Flores; al E., caserío de Caracolí (frente a Marocaso), y Patillal, frente
a Atanquez. Límite del territorio de Motilones: Desde la Jagua, inclusive,
comprendiendo a Becerril, Espiritusanto o Pueblito, Palmira y Jobo
(poblaciones civilizadas); de aquí, en línea recta al E, hasta la cima de los
Andes, y de aquí, por toda la cima, hasta enfrentar con la Jagua (pueblito
civilizado), punto de partida87.

3.6.2. Misión del Chocó


Es el único departamento de Colombia con costas en los océanos
Pacífico y Atlántico. Es, de modo similar, el único departamento
limítrofe con Panamá. En ella se encuentra la ecorregión que
probablemente tenga la mayor pluviosidad del planeta. A grandes
líneas comprende la mitad del litoral nacional en el océano Pacífico.
El territorio del departamento del Chocó está conformado por las
cuencas de los ríos Atrato, San Juan y Baudó, cubierto en su mayor
parte por selva ecuatorial. En este marco geográfico se distinguen
varias unidades fisiográficas. La faja litoral dividida por el cabo

86
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 55v-57v. Es un
apéndice enviado dentro de la copia del Convenio. Estos límites fueron aprobados el
27 de diciembre de 1902, firmados por el Delegado Apostólico, Antonio Vico, y por
el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Felipe F. Paul.
87
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 55v-56r.
280 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Corrientes; considerado como el accidente más importante de la costa


pacífica, dividida en dos sectores, al norte de éste, es rocosa y
acantilada, con numerosos accidentes, entre ellos, las bahías de
Humboltd, Chirichire, Nabugá y Solano, que favorecen el
establecimiento de puertos; al sur del mencionado cabo, la costa es
baja, anegadiza, cubierta de manglares y cruzada por brazos, caños y
esteros que forman los deltas de los ríos que desembocan en el Pacífico.
La Serranía del Baudó, paralela a la costa, con alturas que alcanzan
los 1.810 m sobre el nivel del mar, en el alto del Buey. Cuencas de los
ríos Atrato y San Juan; estos dos ríos corren en sentido opuesto,
formando grandes deltas en sus desembocaduras, la primera de ellas en
el mar Caribe, y la segunda en el océano Pacífico. La Serranía del
Darién, que es un conjunto de elevaciones, cubiertas de densas selvas y
le sirve de límite con la República de Panamá; más conocida como el
Tapón del Darién. Finalmente, el flanco oeste de la cordillera
Occidental, donde sobresalen algunos accidentes orográficos como la
serranía de Los Paraguas, los farallones de Citará y los cerros Iró,
Tamaná, Tatamá y Torrá.
El territorio departamental del Chocó se halla dentro de la zona de
calmas ecuatoriales, caracterizada por la alta pluviosidad, con registros
superiores a los 9.000 mm de precipitación anual. La temperatura de
sus valles y tierras bajas costaneras es superior a los 27°C, por lo
general acompañada de alta humedad relativa (90%); estos factores que
han sido desfavorables para la incorporación total de este territorio a la
economía nacional. La vegetación, como consecuencia de su ubicación
y clima, es muy variada y rica88.
Los límites del territorio de la misión del Chocó quedaron definidos
de la siguiente manera:
Haciendo partir de la desembocadura del río San Juan, en el Pacífico, la
línea divisoria, sube primero este río para tomar el afluente Calima y luego
el torrente Aguas Claras, hasta su origen, que se halla en la Cordillera
Occidental de los Andes occidentales; recorre luego esta cordillera, hacia el
N., hasta encontrar el punto de confluencia de los ríos Cajamarca y
Garrapata; entra en este último y lo sigue hasta sus fuentes en la cordillera;
se lanza por las cuchillas de esta, hasta Chami, frente al Arrayanal; baja a la
población de San Miguel, sobre el río Chimbrìa vuelve a tomar la cordillera
hasta Cerro Plateado; se dirige al NO. hacia la montaña Horqueta; tuerce
88
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA. Departamento
del Chocó. [consultado el 25.06.2015]: www.banrepcultural.org/.
SOBRE LAS MISIONES 281

luego al S., hasta los montes que separan las aguas del río Ocaìdo de las del
río Bebará; retrocede, dirigiéndose nuevamente al NO., hasta el Monte
Piedragorda, y después al N., venciendo la distancia de 15 miriámetros,
atraviesa el río Arquìa, el Murrì, en el punto en que recibe las aguas del
Corbata, los montes Chiajeado, el Carmelo y Buenavista, y llega al punto
donde se encuentran los tres ríos Sucio, Pavarandò y Mongudò; entra en
este último río y llega, contra corriente, al camino que conduce al Muridò;
en esta ruta encuentra el río León, en el sitio en que este aumenta sus aguas
con las del Leoncito; pasa el río, se empina al E., sobre las cumbres de la
cadena de los montes que separan aquel río del Antadò, y siguiendo a lo
largo de esta cadena, toda la del Abibe, la recorre toda, hasta las fuentes del
río Arbolete, baja el río hasta su desembocadura en la Ciénaga del mismo
nombre, la rodea al E., y llega a la Punta Arboletas, en el Atlántico; va
luego a las Puntas Carivaná, Arenas del Norte y Arenas del Sur, rodea el
gran Golfo de Urabá y llega a la desembocadura del río La Miel, junto al
cabo Tiburón; sube al nacimiento de este río, cercano al monte Gandi;
sigue la cordillera que separa las aguas que van al Pacífico de las que van al
Atlántico y al río Atrato, llamada cordillera del Darién, y llega a la Punta
Cocalito, en el Pacífico; recorre la costa hasta la desembocadura del río San
Juan, punto de partica.
Territorio del Sinú que debe unirse a la Misión del Chocó: Dicho territorio
confina al S. con el Departamento de Antioquia, y al O. se apoya en la parte
más alta del Chocó, es decir, en la cordillera del Abibe, desde su arranque
hasta el río y Ciénega Arbolete, en el Atlántico, y corresponde a la
Provincia del Sinú89.

3.6.3. Misión del Caquetá


El territorio del departamento del Caquetá abarca desde el
piedemonte andino hasta la serranía de Araracuara en la selva
amazónica; distinguiendo tres unidades fisiográficas bien definidas, el
flanco oriental de la cordillera Oriental, el piedemonte y la llanura
amazónica. La unidad andina, ubicada en el noroccidente del
departamento, es de relieve quebrado a ondulado y se caracteriza por
sus pendientes pronunciadas con elevaciones hasta los 3.000 m sobre el
nivel del mar; la vegetación predominante es el bosque andino y
subandino; en las partes bajas se presentan bosques combinados con
pastos naturales y agricultura. Entre los accidentes orográficos
principales se destacan los cerros Paramillo, Miraflores y la cuchilla de
Los Picachos.
89
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 56r-v.
282 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El sistema hidrográfico del Caquetá es extenso y las corrientes corren


en dirección noroeste - sureste al Amazonas por intermedio de los ríos
Apaporis y Caquetá, igualmente, se destacan los ríos Caguán,
Orteguaza, Yarí, Camuya, Cuemaní, Mesay, Peneya, Pescado y
Sinsuya. El comportamiento de las lluvias determina tres áreas
pluviométricas de noroeste a sureste; la primera, la más lluviosa,
comprende la parte cordillerana, situada por debajo de los 1.500 m de
altura y el piedemonte donde las lluvias son superiores a 4.000 mm
anuales, alcanzando un máximo en la precipitación de 5.000 mm entre
los 1.000 y 1.300 m de altura sobre el nivel del mar. La segunda
corresponde a la faja intermedia, con volúmenes comprendidos entre
los 3.000 y 4.000 mm, y la tercera, la llanura amazónica con promedios
inferiores a 3.000 mm.
El régimen de lluvias está condicionado por la Zona de Convergencia
Intertropical y los vientos alisios del sureste. La mayor pluviosidad
ocurre en los meses de junio - julio y agosto. Las tierras, en su mayor
extensión, están en el piso térmico cálido, y en menor proporción en los
pisos térmicos templado y frío. A excepción de las poblaciones que se
hallan situadas en las bases de la cordillera, y unos pocos caseríos
indígenas en las márgenes de los grandes ríos, el resto del territorio se
halla prácticamente deshabitado y cubierto de espesa selva tropical
húmeda, con una temperatura de entre 27º y 29º 90.
Teniendo como base la anterior descripción, tenemos de esta forma
los límites fijados a esta misión según el documento:
La línea de circunscripción parte del punto donde el tercer meridiano al E.
de Bogotá corta el río Guaviare y va hasta sus fuentes en el cerro Neiva;
dobla al S. hasta el Páramo de las Papas, recorre la cima de la cordillera que
separa las aguas que van al Magdalena y al Pacifico de las que van al
Amazonas, hasta alcanzar los límites con el Ecuador, y sigue estos límites
hasta encontrar el tercer meridiano al E. de Bogotá.
En otros términos, la Misión del Caquetá, comprende la Provincia de
Mocoa, disminuida de la parte incorporada en la Intendencia Oriental91.

90
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA. Departamento
del Caquetá. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.
91
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 56v.
SOBRE LAS MISIONES 283

3.6.4. Nuevos límites de la Misión del Darién


De este territorio no se puede hacer una descripción muy detallada
como los anteriores, pues prácticamente es selva virgen, considerada
una de las más difíciles para la supervivencia. Históricamente los
conquistadores españoles iniciaron su recorrido hacia Sur América
desde este punto, incluso, la primera ciudad fundada en territorio
continental en América fue Santa María la Antigua del Darién en el año
1510 por Vasco Núñez de Balboa, lo que la hace de la misma forma la
primera Diócesis. Pero fue abandonada pocos años después por las
constantes luchas con las tribus indígenas, el difícil acceso al lugar y
por la escasez de alimentos que llevó a trasladar y fundar una nueva
ciudad en 1519 con el nombre de Panamá y que asumió el rol de
capital. Con el tiempo se perdieron registros y la ciudad de Santa María
la Antigua del Darién desapareció dentro del corazón de la selva.
Esta región posee un clima tropical húmedo, muy similar al de la
zona del Chocó, se caracteriza por unas elevadas precipitaciones (2000
a 5000 mm anuales) y una elevada temperatura media. Las
temperaturas no son extremas, el máximo puede ser 35°C, pero sí son
constantes. La temperatura media anual se sitúa entre 25 y 27°C. La
diferencia entre el mes más frío y el más cálido no llega a los 2°C. Las
precipitaciones, que son superiores a 1500 mm, se distribuyen
regularmente a lo largo de todo el año, por eso se mantiene una fuerte
humedad constante.
Para el vasto territorio del Darién se definieron los siguientes límites:
Forma la Misión del Darién una ancha y larga faja de terreno bañada al N.,
por el Atlántico, desde la desembocadura del río de La Miel, en el Cabo
Tiburón, hasta Portobelo o a la desembocadura del río Cascajal; al O. está
dividido de la Provincia de Panamá por una línea imaginaria casi paralela y
poco distante del Canal del mismo nombre, la cual une el sitio mencionado
de Portobelo con las bocas del río Bayano o Chepo, en el Pacífico; tiene al
S., el Pacífico, desde las Bocas del Chepo, hasta la Punta Cocalito, y,
finalmente, al E., tiene la cordillera llamada del Darién, que lo divide del
Departamento del Cauca y va desde la Punta Cocalito hasta el nacimiento
del río de La Miel, luego tiene este mismo río, desde su nacimiento hasta
que muere en el Atlántico, junto al cabo Tiburón92.

92
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 56v-57r.
284 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

3.6.5. Misión de la Intendencia Oriental


La descripción geográfica de la Intendencia Oriental y la de los
Llanos de San Martin es prácticamente la misma, estaban divididos en
virtud de su extensión pero con las mismas particularidades, tanto así,
que luego se constituirán en un solo Departamento denominado como
Meta.
Estos territorios están formados por tres grandes regiones
fisiográficas; la primera la constituye la parte montañosa representada
por el flanco oriental de la cordillera Oriental, con alturas que alcanzan
los 4.000 m sobre el nivel del mar, ubicada en el occidente del
departamento, en límites con los departamentos de Caquetá, Huila y
Cundinamarca; la segunda corresponde al piedemonte o el área de
transición entre la cordillera, la llanura, y la serranía de La Macarena,
ubicada en forma casi perpendicular a la cordillera Oriental. La tercera
unidad fisiográfica es la planicie, sector casi plano con alturas que no
sobrepasan los 200 m sobre el nivel del mar y ubicado en el centro y
oriente del departamento. Esta planicie está conformada por la parte
occidental del escudo Guayanés y materiales erosionados de la
cordillera y depositados por los diferentes ríos que la surcan, formando
colinas disectadas, terrazas, vegas y vegones.
Entre los accidentes orográficos del departamento se destacan la
serranía de La Macarena, la cordillera de Los Picachos, la serranía de
Camuza y el páramo de Sumapaz, situado en límites con los
departamentos de Cundinamarca y Huila, donde sobresalen los cerros
Nevado y El Rayo, y los altos de Oseras y Ramírez; son notables
adicionalmente, los cerros Bomas, Buenavista, Cruces, El Dormilón,
Galápago, La Mensura, Leiva, Mirador, Peralta y Purgatorio, todos en
la cordillera Oriental. La red hídrica de este territorio es compleja
debido a la presencia de la cordillera y la serranía de La Macarena, a la
cantidad y comportamiento estacional de las precipitaciones, factores
que originan numerosos y caudalosos ríos, entre los que se destacan el
Meta, Gabarra, Duda, Manacacías, Yucao, Guatiquía, Guayuriba,
Ariari, Guacabía y Guaviare, río que en el sur marca límite con el
departamento de Guaviare. Todos los ríos que se originan en el
departamento drenan hacia el río Orinoco, a excepción del río Macaya
que hace parte de la cuenca del río Amazonas93.

93
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA. Departamento
del Meta (Generalidades). [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.
SOBRE LAS MISIONES 285

De esta manera presentamos los límites que en un primer momento


se definieron para este esta misión, luego como se verá, hará parte de
un solo Vicariato Apostólico junto con los Llanos de San Martín. Los
límites que presenta el documento son estos:
Partiendo del punto en que el tercer meridiano al E. de Bogotá corta el río
Meta, sígase la corriente de este río hasta el Orinoco; yendo contra
corriente del Orinoco (límite con Venezuela), hasta la Piedra del Cocuy,
que es un extremo de la frontera entre la dicha República de Venezuela y el
Brasil; recórranse los límites de Colombia con el Brasil y el Perú, hasta
llegar al referido tercer meridiano al E. de Bogotá94.

3.6.6. Misión de los Llanos de San Martín


Como se hizo mención en el punto anterior, el territorio de los Llanos
de San Martín y la Intendencia Oriental compartían las mismas
características geográficas y climáticas, solo que se dividían por la
extensión del territorio, para facilitar mejor la labor de los misioneros.
El documento propone los siguientes límites para esta misión:
La línea divisoria arranca de las fuentes del río Batatas, al O. de esta región,
y sigue las vertientes de este río hasta encontrarse con el Guavio, y después
sucesivamente con el Garagoa, el Upía, el Humadea y el Meta, hasta el
tercer meridiano al E. de Bogotá; pasa el punto correlativo con el río
Guaviare y se remonta hasta su origen en el monte Neiva; se adelanta en
seguida hacia el N. por las crestas de la cordillera hasta los manantiales del
Ariari, y continúa por el monte que separa este río del Humadea y por la
serranía que va a morir en el Río Negro, frente a la población de
Villavicencio; atraviesa el río y emprende por la cadena que separa las
aguas del Humadea de las del río Negro y del Garagoa, hasta llegar a las
fuentes del Batatas, de donde había salido95.

3.6.7. Misión de Antioquia


Este territorio en su gran parte estaba muy ligado tanto a la misión
del Chocó como a la del Darién, ya que hacía como puente entre estas.
Por lo tanto, sus características eran muy similares en cuanto al clima y
a la geografía. Sin embargo, existía una gran zona en la que estaba más
cercana a los Andes, lo que la convertía en un sitio de mayor facilidad
para el establecimiento de la población. Entonces podríamos afirmar
94
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 57r.
95
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. ff. 57r-v.
286 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

que esta misión tenía dos realidades, una con un clima de selva tropical
y el otro más suave por su cercanía a las montañas andinas. Los límites
que fueron considerados para esta misión fueron:
La Misión de Antioquia comprende una extensísima faja de territorio que
se extiende al O. del Departamento a lo largo de los límites del Alto Chocó,
arriba descritos, precisamente desde el monte Caramanta, en la cordillera
occidental de los Andes, junto al nacimiento del río Chimbría, hasta el
punto donde la línea de demarcación toca la cadena de los montes Abibe;
confina al N. y NE. con el Distrito del Sinú, en el Departamento de Bolívar,
y al E. y al S. abraza los montes y selvas occidentales del Departamento y
de la diócesis de Antioquia96.

3.6.8. Misión de Tierra-adentro


Este territorio está ubicado en los Andes, concretamente en
Cordillera Central. Comprende una superficie que alcanza una
extensión de cerca de tres mil kilómetros cuadrados. Es una región
compuesta por los nudos montañosos que forman las estribaciones
orientales de la Cordillera Central, con algunos valles interandinos de
mediana y pequeña extensión, y profundos cañones formados por las
corrientes que descienden de los páramos y entregan su caudal al río
Páez. Las quebradas de San Andrés y El Escaño, el río Ullucos y el
Moras se unen al Páez, que a su vez, desemboca en el río de la Plata.
Todos llevan sus aguas al Magdalena, la mayor arteria fluvial
colombiana. Las alturas sobre el nivel del mar van desde los 800 metros
sobre el nivel del mar (msnm) en las orillas del río Páez, hasta los 5439
msnm del nevado del Huila. Los pisos térmicos se inician con el
templado, para seguir con el frío, el paramuno y las nieves perpetuas.
En ellos varía el clima según la altura y la dirección de los vientos, los
cuales soplan cálidos del oriente, de las llanuras del Huila; sin embargo
la humedad es constante, pues el promedio anual de lluvias alcanza
hasta 200 días.
La precipitación pluvial es superior a la que utiliza la vegetación, lo
cual trae consigo el lavado de tierras y la erosión que esterilizan los
campos. Las épocas de lluvia van de marzo a junio y de septiembre a
noviembre, con aguaceros fuertes y cortos o lloviznas continuadas. De

96
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 57v.
SOBRE LAS MISIONES 287

diciembre a febrero y de julio a agosto los días son soleados, el cielo


despejado y las noches frescas97.
Los límites establecidos para esta misión fueron:
La línea divisoria de este territorio sale de las fuentes del río Negro de
Narváez, en el Nevado del Huila, en la cordillera central, y corre hasta
precipitarse con él en el Páez; sube luchando contra las corrientes de este
río, hasta encontrar las del torrente Buenos Aires; vence las del mismo
torrente y se remonta hasta descubrir sus fuentes en la montaña de La Topa;
sigue a NO., la dirección sinuosa de esta cadena hasta tocar el monte
Guanacas, en la cordillera; corre hacia el N. a encontrar el Nevado del
Huila98.

3.6.9. Misión de Pamplona


Este territorio se caracteriza por un relieve montañoso, aunque se
pueden distinguir dos grandes unidades fisiográficas, una montañosa y
una plana. La montañosa corresponde a la cordillera Oriental, cuya
parte meridional, en límites con el departamento de Santander, forma el
nudo de Santurbán, del cual se desprenden dos grandes ramales, uno
que sigue hacia el norte para formar la serranía de los Motilones y otro
hacia el noreste, que se interna en la República de Venezuela.
Se destacan numerosas elevaciones, entre ellas los páramos de Tamá
con 3.329 m sobre el nivel del mar, y Santurbán; los cerros de Bobalí
Sur, Central y Norte, y Jurisdicciones, y la serranía de Tibú. La unidad
plana cubre principalmente el norte del departamento y corresponde al
valle del río Catatumbo, formado por los dos ramales antes
mencionados, aquí los suelos son aptos para la agricultura. El relieve
departamental de Norte de Santander determina una amplia variedad de
climas; las temperaturas van desde los 30°C, en los valles del Zulia y
Catatumbo, hasta los 3°C en los altos páramos. El régimen de lluvias
varía de norte a sur; en tanto que en las tierras selváticas del Catatumbo
la precipitación alcanza los 3.500 mm anuales; en el sur, valle del Zulia
y zonas montañosas, sólo se registran 500 mm. Por las características
del relieve se encuentran los pisos térmicos cálido, templado y frío y el
piso bioclimático páramo99.
97
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA, Departamento
del Cauca. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.
98
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 57v.
99
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO DEL BANCO DE LA REPÚBLICA, Norte de
Santander. [consultado el 24.06.2015]: www.banrepcultural.org/.
288 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

El documento finaliza estipulando los límites de esta misión de esta


manera:
La Misión de Pamplona reposa entre el Departamento de Santander, al O.,
las tierras de Aranca, Diócesis de Mérida (Venezuela), al N., y al E., y al
S., y SO., el Vicariato Apostólico de Casanare100.

4. Francesco Ragonesi, 1904-1912


4.1. Sobre la Prefectura Apostólica Intendencia Oriental
El territorio de la misión de la Intendencia Oriental era muy extenso,
y como se describió anteriormente, su topografía hacía muy difícil la
tarea evangelizadora. Por eso se creyó conveniente, para que tuviese
una presencia más estable de religiosos, que fuese elevada a Prefectura
Apostólica.
Antonio Vico informó sobre la llegada del Decreto de la Sagrada
Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Exteriores, del 23 de junio
de 1903 sobre la erección de la Prefectura Apostólica Intendencia
Oriental, confiada a los religiosos de la Compañía de María. El padre
Eugenio Moron, nombrado Prefecto101. Llegando el padre Moron a
Colombia con cuatro compañeros, encontró graves dificultades que les
impidieron acercarse a la Prefectura. Ante esta situación, el Superior
General solicitó a la Santa Sede que fuese confiada a sus religiosos, de
igual modo, la Prefectura de los Llanos de San Martin. Tal petición fue
acogida y se nombró como Prefecto al mismo padre Moron102.
La Santa Sede autorizó a Alessandro Solari, encargado de Negocios,
a erigir la Prefectura Apostólica con Decreto similar al de la
Intendencia Oriental. Monseñor Solari envió copia del Decreto de
erección con fecha del 18 de enero de 1904, y nombró al padre Moron
Prefecto. Se envió copia de la nota con la cual ha participado al

100
AA.EE.SS. Colombia, 1901-1903. pos. 689. fasc. 112. f. 57v.
101
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 3r-v, despacho de
Antonio Vico al Cardenal Rafael Merry del Val, 24 de septiembre de 1903.
102
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 6r-v, minuta de la
SESS a Antonio Vico, 11 de noviembre de 1903. Los documentos sobre la solicitud
de la Curia General de la Compañía de María, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905.
pos. 713. fasc. 118. ff. 14r-v; AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118.
ff. 16r-v.
SOBRE LAS MISIONES 289

Ministro de Relaciones Exteriores la erección de las dos Prefecturas


Apostólicas103.
Una vez iniciada su labor, el Prefecto Apostólico solicitó que fuesen
modificados los límites de la Prefectura Apostólica de los Llanos de
San Martin104. El Santo Padre aprobó y autorizó al Delegado de firmar
con el Gobierno un Protocolo para estos nuevos límites.105.
Los límites fueron establecidos, decretando la creación de la
Prefectura Apostólica de la Intendencia Oriental y de la Prefectura de
los Llanos de San Martín106.

4.2. Nuevos límites de los Llanos de San Martín


Tras su erección como Prefectura Apostólica hubo necesidad de
modificar los límites que habían sido definidos al momento de ser
establecida como misión, quedando de esta forma:
La línea divisoria arranca de las fuentes del río Batatas al Oriente de la
parroquia de Guachalá al alto de las Cruces en la cordillera de Cubatá: toda
esta al cerro de Murrucuy: de aquí al río Trompeta y este abajo hasta su
desembocadura en el río Guavio antes de encontrarse este último con el
Garagoa y sucesivamente con el Upía, el Humadea y el Meta hasta el tercer

103
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 17r-20r, despacho de
Alessandro Solari, Encargado de Negocios ad interim de la Santa Sede, al Cardenal
Rafael Merry del Val, 19 de enero de 1904. La Delegación Apostólica informó al
padre Eugenio Moron sobre su nombramiento como Prefecto Apostólico de la Misión
de los Llanos de San Martin, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc.
118. f. 21r.
104
El Prefecto Apostólico solicitó a la Delegación Apostólica que se hiciese una
variación en los límites propuestos en el Decreto de Erección de los Llanos de San
Martin, pues existía la dificultad para los habitantes de cierta zona desplazarse para
los oficios religiosos, y para los misioneros poder atender adecuadamente. Por tal
razón, Monseñor Alessandro Solari, envió un despacho al Cardenal Raffaele Merry, el
24 de agosto de 1904, haciendo esta solicitud y anexando una propuesta, en:
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 36r-39r.
105
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. f. 44r, minuta de la SESS
a Francesco Ragonesi, Delegado Apostólico, 9 de noviembre de 1904. La copia del
Protocolo enviado al Gobierno, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc.
118. ff. 46r-v.
106
El Decreto de erección fue enviado con un despacho de Monseñor Alessandro
Solari al Cardenal Rafael Merry del Val el 23 de febrero de 1904. Se envió un
documento adjunto con la copia de los Decretos publicados en el Diario Oficial el 19
de febrero de 1904, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 23r-
29v.
290 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

meridiano al E. de Bogotá; pasa al punto correlativo en el río Guaviare, y se


remonta hasta su origen en el monte Neiva; se adelanta enseguida hacia el
N. por las crestas de la cordillera hasta los manantiales del Ariari, y
continua por el monte que separa este río del Humadea y por la serranía que
va a morir en el Rionegro, frente a la población de Villavicencio; atraviesa
el río y emprende por la cadena que separa las aguas del Humadea de las
del Rionegro y del Garagoa, hasta llegar a las fuentes del Batatas, de donde
había salido107.

4.3. Petición para crear dos nuevos Vicariatos Apostólicos


El Superior General de la Compañía de María propuso que las dos
Prefecturas de los Llanos de San Marina y de La Intendencia Oriental,
confiadas al cuidado de sus religiosos, fuesen elevadas a Vicariatos
Apostólicos, solicitó por su parte, que la Santa Sede hiciera prácticas
ante el Gobierno colombiano para obtener de este los viáticos de viaje
para aquellos misioneros108. Al respecto la Santa Sede informó al
Delegado Apostólico pidiéndole su parecer y el del Gobierno109.
Francesco Ragonesi respondió a la Santa Sede que su parecer era de
estudiar más profundamente la propuesta del Superior General. El
Gobierno no veía problema, pero aclaró que no sería conveniente dadas
las circunstancias de precariedad económica en las que se encontraba la
Republica, ya que no estaba ni siquiera en condiciones para solventar
los viáticos de los misioneros110.

4.4. Presencia de los Capuchinos en el Vicariato de la Guajira


Los Capuchinos habían abandonado el país en 1818. Regresaron en
1880 para realizar diversas actividades pastorales, estableciéndose
oficialmente en La Guajira desde 1888, gracias al interés del Obispo de
Santa Marta, José Romero, el Gobierno y el Superior de los Capuchinos
en España. La Misión de la Guajira fue puesta en Custodia de la
Inmaculada Concepción en 1890111. En 1905 los capuchinos asumieron

107
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1905. pos. 713. fasc. 118. ff. 46r-v.
108
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 728. fasc. 122. ff. 42r-43r, documento
sin fecha.
109
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 728. fasc. 122. ff. 44r-v, minuta de la
SESS a Francesco Ragonesi, 28 de octubre de 1905.
110
AA.EE.SS. Colombia, 1905-1906. pos. 728. fasc. 122. ff. 46r-47v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 7 de abril de 1906.
111
J. F. CÓRDOBA RESTREPO, En tierras paganas, 83.
SOBRE LAS MISIONES 291

la dirección del Vicariato de La Guajira, Sierra Nevada y Motilones,


áreas ubicadas en jurisdicción de los actuales departamentos del
Magdalena, La Guajira y Cesar, donde permanecieron hasta 1952. Los
carmelitas descalzos llegaron a la Prefectura Apostólica de Urabá en
1918 y salieron en 1942. Las dos regiones citadas fueron objeto de un
extenso trabajo misionero durante el lapso mencionado.
Los misioneros abrieron escuelas, realizaron correrías
evangelizadoras (así denominaban su trabajo, dada la permanente
movilidad entre poblados dispersos en las riberas de los ríos y en la
vasta geografía) entre indígenas, negros y colonos e intentaron
implantar valores cristianos e instituciones como el matrimonio y la
confesión. Cada una de estas actividades, relacionadas a su vez con
otros aspectos de la religiosidad, como la santificación de las fiestas de
los santos, las procesiones y el culto a las imágenes religiosas, las
motivaciones de fe, buscaban vincular a los religiosos y a los indígenas
como sujetos activos del proceso de cristianización112.

4.5. Misioneros para el Chocó


Luego de que en el año 1900 los padres Capuchinos y los Hermanos
de María fueron expulsados por revolucionarios de la importante
misión del Chocó, tanto el Arzobispo de Popayán, jurisdicción a la cual
pertenecía, tanto como otras personas, hicieron solicitud al Delegado
Apostólico para que viniese erigido cuanto antes el Vicariato
Apostólico del Chocó, y se confiase de nuevo a los Capuchinos113. Por
medio de los Nuncios Apostólicos de España114 y Bélgica, se hicieron
sucesivas prácticas para encontrar una Congregación religiosa que se
hiciese cargo de aquella misión:
Se tuvo comunicación con los Padres Capuchinos de la Provincia de
Andalucía, con los Padres de la Congregación du Coeur Immaculé de
Marie di Scheut, de Bélgica115, con el padre Leone Dehon, Superior

112
J. F. CÓRDOBA RESTREPO, En tierras paganas, 47.
113
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 15r-16r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 18 de octubre de 1903.
114
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. f. 28r, minuta de la SESS
al Nuncio Apostólico en España, 24 de noviembre de 1904.
115
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 42r-v, despacho del
Nuncio Apostólico en Bruselas, Antonio Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val, 15
de junio de 1906.
292 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

General de los sacerdotes del Sagrado Corazón116, y se pensó por otro


lado, en los Lazaristas117. Todos respondieron que no podían aceptar tal
encargo, por diversos motivos.
Finalmente, en el mes de abril de 1908, el Padre General de los
Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María (Claretianos)
aceptó la Misión del Chocó y propuso como Superior al padre Juan Gil
y García118. Pio X aprobó la erección de la Prefectura Apostólica del
Chocó y el nombramiento del Prefecto Apostólico en la Persona del
padre Gil y García. El relativo Decreto fue expedido el 28 de abril de
1908 y enviado al Delegado Apostólico para su ejecución119.

4.6. Nueva misión en las islas de San Andrés y Providencia


El Arzobispo de Cartagena, Pietro Adamo Brioschi manifestó las
dificultades de la Misión en San Andrés y Providencia. El Delegado
Apostólico informó que tales dificultades no consistían en la escasez de
los medios materiales sino en el defecto de no ser una misión bien
organizada. Se debería confiar al cuidado de una Orden Religiosa, y
pensó en los Agustinos Recoletos120.
El 6 de marzo de 1912, desde la SCPF se comunicó al Secretario de
Estado, que el Superior del Colegio de Sant Joseph de Mill Hil en
Londres estaría dispuesto a aceptar la dirección espiritual de esta
116
Esta Congregación inicialmente había aceptado el encargo, así lo comunicó el
Nuncio Apostólico en Bruselas, Antonio Vico, al Cardenal Rafael Merry del Val con
un Despacho del 15 de febrero de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos.
756. fasc. 126. ff. 46r-v. Incluso se hizo la comunicación al Gobierno, así lo informó
el Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, con un Despacho al Cardenal Merry, el
18 de marzo de 1907, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. f.
49r.
117
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 52r-v, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 13 de febrero de 1908. Ante la
posible renuncia de la Congregación del Sagrado Corazón, se piensó en acudir a los
padres Lazaristas.
118
AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 55r-56r, despacho de
la Dirección General de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón
Inmaculado de María al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de abril de 1908.
119
Decretum eretionis Prefeturae Apostolicae cui nomen est Chocó, in Republica
Columbiana, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 57r-58v.
La copia viene enviada al Delegado Apostólico el 2 de mayo de 1908, Minuta de la
SESS, en: AA.EE.SS. Colombia, 1903-1908. pos. 756. fasc. 126. ff. 59r-v.
120
AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. ff. 25r-26r, despacho de
Francesco Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 14 de octubre de 1911.
SOBRE LAS MISIONES 293

Misión, bajo la condición de que fuese separada de la Arquidiócesis de


Cartagena y Nicaragua, sujetas a la SCPF 121. Aceptado esto, Pio X
aprobó la erección de una Misión que comprendía las tres islas de San
Andrés, Providencia y Corn, que deberían pasar bajo el cuidado de la
SCPF. Viene erigida el 20 de junio de 1912122.
Monseñor Carlo Montagnini, nuevo Delegado Apostólico, en abril de
1913, expuso los motivos por los cuales sería oportuno de transformar
en Prefectura Apostólica esta misión123. Se envió copia de los informes
a la SCPF 124.

4.7. Misiones de la Costa del Pacifico y del Darién


Francesco Ragonesi expuso las necesidades de la provincia de Núñez
y Barbacoas de la Diócesis de Pasto, y la provincia limítrofe del Micay
de la Arquidiócesis de Popayán. Como se trataba de un territorio con
las mismas características el Delegado Apostólico propuso unificar
estas dos provincias en una sola misión, que prontamente se podría
elevar a Prefectura Apostólica. Pensando en este fin, se comunicó con
los Agustinos Recoletos, quienes tenían casa en Panamá y Tumaco,
esta última en el territorio de la Diócesis de Pasto. Ellos respondieron
afirmativamente, y pusieron su disposición para asumir tal misión.
En cuanto al Darién, estaba divida entre la Diócesis de Panamá y la
Prefectura Apostólica del Chocó, aunque los limites no estaban
totalmente definidos luego de la separación de Panamá. El Darién de
norte pertenecía a la Prefectura del Chocó, en los cuatro años de
existencia, se habían organizado 18 parroquias y 40 vice-parroquias,
habían perdido cinco religiosos y el Primer Prefecto, muertos como
consecuencias del fuerte clima tropical y por esto no había podido
atender el Darién. Uno de los deseos del Prefecto era fundar una casa
misionera en el Golfo de Urabá (Darién norte) y se esperaba el apoyo
del Gobierno. La parte perteneciente a la diócesis de Panamá era la más
poblada y se encontraba en completo abandono. El Obispo de Panamá
estaba preocupado por esto, y por las posibles influencias del

121
AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. ff. 27r-28r.
122
AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. f. 44r.
123
AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. ff. 45r-46v, despacho de
Carlo Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 16 de abril de 1913.
124
AA.EE.SS. Colombia, 1912-1913. pos. 772. fasc. 134. f. 47r, minuta de la SESS
al Prefecto de la la SCPF, Girolamo Gotti, 3 de junio de 1913.
294 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

protestantismo, debido a la presencia de personal norteamericano en la


construcción del Canal de Panamá. De acuerdo a lo anterior, el
Delegado Apostólico manifestó que era urgente proveer de misioneros
este territorio125.
Esta propuesta la dio a conocer a los Obispos de Cali y Pasto,
quienes expresaron su total acuerdo, pues les convenía reducir sus
Diócesis y entregar estos territorios a los misioneros religiosos para que
los atendieran adecuadamente, algo que a ellos hasta ese momento les
era casi imposible126.
En consonancia con esto, el Delegado Apostólico se dirigió a
diversas Órdenes Religiosas. Finalmente fueron los Hijos del Corazón
Inmaculado de María los que aceptaron hacerse cargo de la misión,
aprovechando que ya tenían la Prefectura del Chocó, de esta forma
extendían su presencia en un territorio que ya conocían muy bien127.

4.8. Situación del Vicariato Apostólico de la Guajira 1913


La región de la Guajira por sus características geográficas y
climáticas es un caso particular en Colombia, prácticamente es desierto
y de poca lluvia, sin embargo, está rodeado de mar. Ha sido habitado
por diferentes comunidades indígenas que fueron asistidas
espiritualmente por la Orden de los Capuchinos.
Hubo un momento de tensión, debido a la falta de atención por parte
del Vicario Apostólico. El Delegado Apostólico, Carlo Montagnini,
informó a la Santa Sede sobre el comportamiento del Prelado, ya que
había recibido permanentemente reclamos por su falta de gestión,
administración y atención pastoral. El Delegado denunció que el
Vicario Apostólico daba mayor importancia a las parroquias ya
civilizadas, mientras aquellas en donde se debía evangelizar no se
estaba dando la asistencia adecuada. Preocupaba especialmente la
inspección de las escuelas públicas, en donde los maestros no estaban

125
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 90r-91v, despacho de Francesco
Ragonesi al Cardenal Rafael Merry del Val, 10 de octubre de 1912. La minuta de
respuesta de la SESS, el 11 de diciembre de 1912, en donde se le recomiendó al
Delegado iniciar las prácticas y los acercamientos necesarios mientras la Santa Sede
estudiaba el caso, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 95r-96r.
126
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 117r-118v, despacho de Carlo
Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 25 de marzo de 1913.
127
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 2. ff. 131r-v, minuta de la Secretaria de
Estado de la Santa Sede a Carlo Montagnini, 11 de julio de 1913.
SOBRE LAS MISIONES 295

siendo acompañados ni asesorados. Del mismo modo, se le acusaba de


ausentarse frecuentemente de la misión, había estado en Europa dos
veces en el curso de tres años, incluso, cuando el Representante
Pontificio hizo esta denuncia, el Vicario se encontraba desde hacía casi
un año en España. Alegaba que durante los viajes había adquirido
ornamentos de lujo y otras cosas innecesarias, que fueron pagadas con
parte de los subsidios del Gobierno, y como consecuencia, en la misión
era evidente la carencia de lo más necesario.
Los indígenas estaban siendo instruidos gracias a la buena voluntad
de algunos fieles que lo hacían por convicción. Monseñor Montagnini
afirmó que el criterio general era que no carecía de cualidades para ser
el Vicario Apostólico128.
La Santa Sede remitió a la SCPF el asunto129. Se respondió que se
comunicó con la Curia General de los Capuchinos para que se hicieran
las gestiones oportunas para el regreso del Vicario a su residencia y
sobre un mayor desarrollo de aquella misión130.

4.9. Informe de la Delegación Apostólica sobre las misiones


El Encargado de la Delegación Apostólica, Carlo Cortesi, realizó un
informe sobre el estado de las misiones en Colombia. Se basó en
documentos anteriores, y en los testimonios de los misioneros y
Superiores encargados131.
El documento inicia dando una visión de la situación de Colombia
respecto a los otros países americanos de lengua española, en donde a
partir de los resultados de la evangelización, el país es uno de los que
más extensos y variados territorios tiene destinados a la misión,
concretamente al ser habitados por tribus indígenas en estado de

128
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 29r-30r, despacho de Carlo
Montagnini al Cardenal Rafael Merry del Val, 15de marzo de 1913.
129
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 31r, minuta de la SESS a la
Delegación Apostólica en Colombia, 5 de mayo de 1913. Fue remitido a la SCPF el 4
de mayo de 1913, en: ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 32r.
130
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 40r, despacho de la SCPF, al
Cardenal Rafael Merry del Val, 20 de junio de 1913. Se le comunicó al Delegado
Apostólico al respecto, minuta de la SESS, el 28 de junio de 1913, en: ASV. Segre.
Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 42r.
131
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 140r-150v, despacho de Carlo
Cortesi, Encargado de la Delegación Apostólica, al Cardenal Rafael Merry del Val,
del 16 de marzo de 1914.
296 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

barbarie o semibarbarie. Acto seguido expone la realidad de cada


jurisdicción eclesiástica sujeta a las misiones, esto es:
Vicariato Apostólico de Casanare: durante mucho tiempo había sido
un territorio beneficiado por la presencia de misioneros. Era una región
muy extensa, lo que no había permitido lograr grandes avances. En ese
momento estaba siendo atendido por la Orden los Agustinos Descalzos.
El Superior Provincial en Colombia expresó al Delegado Apostólico
que al Vicario le faltaba iniciativa y energía. El Vicariato no estaba
bien administrado económicamente, y las ayudas que se recibían del
Gobierno eran destinadas para otras necesidades de la Orden
Religiosa132.
Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martin: contrario al
Vicariato de Casanare, el Vicario Apostólico, Guiot, junto a los
sacerdotes de la Compañía de María, realizaban un gran trabajo, a pesar
de las múltiples dificultades en las que se hallaban. La Delegación
Apostólica dio un informe muy favorable del Vicario, quien no
escatimaba esfuerzos por tener contacto con las comunidades
indígenas, incluso con aquellas que se encontraban en los confines con
Brasil. Durante más de dos años, un grupo de religiosos recorrió todo el
territorio para conocer el estado de la población. Una gran proeza
teniendo en cuenta que se trataba de un viaje por la selva usando solo
los ríos como medio de comunicación133.
Vicariato Apostólico de la Guajira: por varios años estaba siendo
atendido por la Orden de los Capuchinos. Se informó que
lamentablemente no se notaban grandes progresos en la evangelización
de los infieles. Los habitantes de esta zona, concretamente los
indígenas, no permanecían estables en algún lugar determinado, ya que
por la escasez de agua eran errantes, pues buscaban el curso de las
lluvias, y esto dificultaba la posibilidad de realizar algún tipo de
adoctrinamiento. Los misioneros sugirieron al Gobierno que se
construyesen pozos artificiales para almacenar el agua, y para habituar
a los indígenas a permanecer estables, se pensó en la construcción de
orfanatos. De hecho, ya se había iniciado la experiencia con tres, que
eran guiados por las Terciarias Capuchinas.
En lo referente al Vicario Apostólico, era conocida la insatisfacción
de su labor, debido a sus constantes y largos viajes a Europa. Cabe

132
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 142r-v.
133
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 142v-143r.
SOBRE LAS MISIONES 297

destacar, que luego del llamado de atención recibido por parte de la


Santa Sede, asumió con nueva actitud, y se percibía el cambio.
Los misioneros recomendaron al Gobierno hacer una expedición a la
Sierra Nevada, habitada por la tribu de los Motilones, considerada
bárbara, y según algunos testimonios, antropófaga, razón por la cual
hasta ese momento nadie se había atrevido a acercarse. Se necesitaba
más personal misionero134.
Prefectura Apostólica del Caquetá: cuando llegaron los Capuchinos
de la Provincia de Sevilla en 1905, este territorio estaba espiritualmente
muerto, sin ningún tipo de contacto con la moral ni con la ley divina.
Pero en un tiempo relativamente corto, se vio un cambio sustancial,
incluso, en algunas poblaciones existían parroquias y una vida activa en
lo religioso. Los religiosos habían inculcado a los indígenas nuevos
hábitos de vida, porque estaban acostumbrados al ocio. Les enseñaron
agricultura y otros oficios manuales. En todo se veía la buena labor del
Prefecto Apostólico, Fedele di Montclar135.
Prefectura Apostólica del Chocó: esta región era considerada como la
de mayores dificultades, pues por su geografía y sobre todo su clima
hacía muy dura la adaptación de los misioneros. Los Religiosos del
corazón Inmaculado de María se habían hecho cargo, y ya en pocos
años habían sufrido la muerte de cinco sacerdotes por causa del clima.
Por otro lado, la residencia del Prefecto Apostólico se había destruido
como consecuencia de un incendio. Tenía una gran extensión, y era
necesario construir dos casas de misiones, una en la parte del golfo de
Urabá, y la otra en la frontera con Panamá en la región de Juradó, en
donde existían pueblos en total abandono religioso136.
Misión de las islas de San Andrés y Providencia: en el documento se
indica que el año anterior se habían hecho cargo de esta misión los
padres de Mill-Hill. Pero el Superior, Fitz Patrick había abandonado la
isla de San Andrés, la más importante, sin dejar claras las razones y se
instaló en la ciudad de Colón, en Panamá. Esta decisión afectó la
misión, pues la población quedó a total merced de los protestantes que
visitaban la isla por motivos comerciales137.
Misión de Antioquia: aún no se había iniciado oficialmente, aunque
el Obispo de Tunja logró convencer a un grupo de religiosos de la
134
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 143r-144v.
135
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 144v-146r.
136
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 146r-147r.
137
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 147r-v.
298 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Orden de los Carmelitas de la Provincia de Navarra que llegaron para


asumir la dirección de un monasterio en esa diócesis, para que se
hicieran cargo de dicha misión, quienes tras consultar con el Superior
General fueron autorizados138.
Misión de Pamplona: para ese momento no tenía misioneros. Había
urgencia de atender una tribu conocida como los Tunebos, quienes se
encontraban en lamentables condiciones. En algún momento los
Sacerdotes de la Misión tuvieron un leve acercamiento en esta región,
por lo que se sugirió que se les confiase la misión. Se estaba a la espera
de la respuesta del Superior General.
Respecto al territorio, se recomendó dividir la misión en dos: la parte
oriental, justamente la zona de los Tunebos, se podía erigir en
Prefectura Apostólica, con el nombre de Arauca, que era el centro más
importante. La parte occidental, continuaría siendo parte del Vicariato
de Casanare139.
Misión de Panamá, Darién, San Blas, Puerto Piñas: tras la
construcción del Canal de Panamá, se dio un drástico cambio
demográfico y se disparó la inmigración. Lo que constituyó en una
nueva realidad social y religiosa, pues esto abrió las puertas a la llegada
principalmente del protestantismo que venía desde Estados Unidos.
La misión como tal no había dado buenos resultados, se pensó en
crear una Prefectura Apostólica. La SCC informó a la Delegación
Apostólica que se estaban haciendo acercamiento con diferentes
Órdenes Religiosas para que asumieran la misión. Existían varias
comunidades indígenas sin evangelizar140.
Misión de la Costa del Pacifico: fue creada a partir de una
Convención entre los Obispos de Cali y Pasto, el 2 de enero de 1914141.
Fue confiada a los Agustinos Descalzos, como estaba iniciando no se
contaba con mayor información, era clara la necesidad de más
religiosos.142.

138
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 147v-148r.
139
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 148r-149v.
140
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. ff. 149v-150r.
141
Luego de la creación de la Misión, se realizó un Convenio entre los Obispos de
Pasto y de Cali con el Provincial de los Agustinos Recoletos, el 31 de agosto de 1913,
la copia del Convenio en: ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 217r-222r.
Véase el texto completo en: ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 219r-220r.
142
ASV. Segre. Stato, 1914. rub. 251. fasc. 1. f. 150r.
SOBRE LAS MISIONES 299

La Santa Sede respondió al informe, notificando de las


particularidades al nuevo Delegado Apostólico, Alberto Vasallo143.

5. Algunos informes de los responsables de las misiones


Los siguientes informes son muy importantes para complementar la
investigación, si bien no fueron elaborados directamente por los
Representantes Pontificios en función, si eran los destinatarios, pues al
conformarse la Junta de Misiones, presidida por el Arzobispo de
Bogotá, el Delegado Apostólico hacía parte de esta, por lo tanto, debía
tener acceso a los informes y a las noticias que se expedían por parte de
los misioneros. Estos documentos hacer ver cómo era la situación de
los diversos territorios, permitiendo tener una visión más clara en lo
referente al interés del fortalecimiento de las misiones por parte de los
Delegados, quienes desde el mismo momento de su labor, con
Giovanni Battista Agnozzi, se esmeraron en su promoción
involucrando no solo al episcopado sino al mismo Gobierno.

5.1. Informe del Casanare, 1909


Es un informe que consta de 216 páginas. Está dividido en dos
partes. Titula: «Excursiones por el Casanare, R.P.F. Daniel Delgado de
la Virgen del Rosario, Agustino Recoleto (Candelario), Bogotá 1909».
La primera parte, tiene 17 capítulos, en donde se hace un recorrido
histórico y descriptivo de la región, sobre todo, de las poblaciones más
importantes. Se puede leer sobre la vida cotidiana de los misioneros y
de los pobladores, las costumbres tanto de los indígenas, como de los
colonos. Para 1899 así se describía el trabajo misionero:
[…] en cada uno de los pueblos principales del Vicariato había dos o tres
misioneros que cultivaban con santa emulación esta parte de la viña del
Señor; e1 culto divino y las asociaciones piadosas auguraban brillante
porvenir; la educación e instrucción de la juventud florecía en Casanare
como acaso jamás se había visto144.
Sobre la expulsión de los misioneros afirma:

143
Se informa que se envió copia del informe a la SCC, en: ASV. Segre. Stato,
1914. rub. 251. fasc. 1. f. 152r, minuta de la SESS a Alberto Vasallo, 11 de abril de
1914.
144
Daniel DELGADO, Excursiones por el Casanare, Bogotá 1909, 9.
300 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Y los indios casanareños, esos indios infelices que centenares de veces


habían visto llenos de júbilo a los PP. Misioneros bajar por las aguas de los
ríos Casanare y Meta, los vieron ahora con asombro embarcados en una
balsa ¡como inmunda mercadería145!
La Segunda parte, está dividida en once títulos. Trata del trabajo
misionero como tal. Las actividades, las enseñanzas, las dificultades,
las construcciones, los avances. Hace un informe detallado de cada
comunidad, y las estadísticas de todas. Así mismo, ilustra de manera
muy cruel el conflicto entre los indígenas y los colonos, los abusos, la
explotación, la reacción de los nativos. Describe toda una serie de
injusticias y actos de sevicia. Esta es la estructura:
1. Restauración de Casanare. Esfuerzos de los misioneros. Primeras
bases de la instrucción pública. Obstáculos. Celo del Vicario
Apostólico. Abre escuelas públicas. Colonización de Casanare.
Imprenta. Industrias y artes, Caminos, puentes y telégrafos, Muerte del
Ilmo. Sr. Casas146. 2. Nuevo Vicario Apostólico, Que es un Vicario
Apostólico de Casanare, nuevo impulso a las escuelas. La viruela. Viaje
a Orocué. Calumnias contra los misioneros. Discurso en defensa147. 3.
Excursión por la llanura. Estado de los caminos. Topografía del terreno.
Pore. Su historia. Sus ruinas. Pore a La Plata. La Trinidad o La
Parroquia. Cambio de decoración. El cachicamo, e1 Gandul, el
Guanapalo y el Duya. Orocué148. 4. Las misiones del Meta. Labor de
los antiguos Padres Candelarios. Pueblos que fundaron. Destrucción de
las misiones. Encárganse de nuevo los Padres Candelarios de las
misiones. Parangón entre las antiguas misiones y las modernas.
Reflexiones. Ruinas de Macuco. Lo que fue Macuco. Impresiones de
un viajero149. 5. Haciendas de las misiones. Primer importador de
ganado llanero. Primer hato de Casanare, Hatos del Meta. Régimen
administrativo de las haciendas de las misiones. Efectos saludables del
régimen. Aumento de ganado obtenido por los Padres Candelarios.
Conatos de desamortización. Estado de los hatos en 1810. Manejos
indignos del Gobierno de entonces. Fin de las haciendas de las
misiones150. 6. Visita a El Mani, Charneza y Pajarito. EI Güirripa. EI

145
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 10.
146
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 129-138.
147
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 138-148.
148
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 148-155.
149
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 155-164.
150
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 164-173.
SOBRE LAS MISIONES 301

Cravo Sur. EI Mare-mare. Supersticiones. Algunos ríos. EI oso


palmero. EI Maní. Táuramena. Chámeza. Pajarito151. 7. Los misioneros
párrocos de Casanare. Bautismos. Confirmaciones, Matrimonios. Visita
a los pueblos. Obras que han llevado cabo en distintos pueblos152. 8.
Instrucción pública. Escuelas de Casanare hasta e1año 1892. Cuadro de
las escuelas desde 1893 hasta 1899. Desastres de las revoluciones del
95 y 99. Restauran la instrucción pública los Padres Candelarios y las
Hermanas de la Caridad. Estadística de las escuelas en los años
1904,1905.1906 y 1907. Esfuerzos del Vicario Apostólico en favor de
la instrucción. Cuadro de las escuelas en 1908. Dificultades para
establecer escuelas. Colegio de Nunchía. Elogios de un llanero153. 9.
Matanzas de indios, Asesinatos de blancos. Celebre matanza de indios
en Caribabare. Vuelve a correr sangre de indios y de blancos en los
años 1899, 1906, 1907 y 1908. Los criminales. Los Padres Candelarios
y las misiones de Casanare154. 10. Ganadería de Casanare. Estadística
de los hatos y fundaciones de Casanare. Notas155. 11. Itinerario y
distancias156.

5.2. Informes sobre Las Misiones Del Caquetá, Putumayo, Goajira,


Casanare, Meta, Vichada, Vaupés y Arauca
Informe presentado al Presidente de la República, José Vicente
Concha, al Nuncio Apostólico, Enrico Gasparri, y al Arzobispo de
Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo Corresponde sobre el trabajo
misionero durante el periodo de 1916-1917157. Está estructurado de la
siguiente manera:
1. Informe sobre las misiones del Caquetá y Putumayo, por Fidel de
Montclar, Prefecto Apostólico del Caquetá: Vida del misionero en el
Caquetá y el Putumayo; Indiosincrasia [sic] de los indios de esta
Prefectura Apostólica; Relaciones entre blancos e indios; Algunos

151
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 173-182.
152
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 182-189.
153
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 189-200.
154
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 201-215.
155
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 215-218.
156
D. DELGADO, Excursiones por el Casanare, 219-223.
157
Fidel DE MONTCLAR – Atanasio VICENTE, Informes sobre las Misiones Del
Caquetá, Putumayo, Goajira, Casanare, Meta, Vichada, Vaupés y Arauca, Bogotá
1917, 1-192.
302 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Decretos sobre la defensa de los indios; Historia de la fundación de


Sucre, importancia y dificultades; Decretos y correspondencia158.
2. Informe sobre el Caquetá: Labor apostólica y trabajos varios;
Dificultades en la administración de la Prefectura; Instrucción pública:
Escuelas de la Prefectura Apostólica; Informe sobre colonización159.
3. Sobre el Putumayo: Colonos blancos y morenos del Putumayo,
pero no indios; Cuadros estadísticos; Asuntos capitales y cuestiones de
vida o muerte para el territorio; La misión, salvaguardia de Colombia
en estas regiones160.
4. Informe sobre las misiones en La Goajira: Hecho por el Vicario
Apostólico, Fray Atanasio Vicente, y titula: «Informe que rinde el
Vicario Apostólico de La Goajira al Ilustrísimo y Reverendísimo señor
Arzobispo Primado, sobre los trabajos realizados por los Reverendos
Padres misioneros capuchinos en los territorios de La Goajira, Sierra
Nevada y Motilones, durante los años próximo pasado y el presente de
1917» Estructura: A. Personal de la misión; B. Parroquias y estaciones
de misión; C. Administración parroquial; D. Labor de los misioneros
entre infieles; E. Organización de los orfelinatos; F. Artes manuales; G.
Agricultura; H. Estado económico de la misión; I. Trata de indígenas; J.
Reducción de indios motilones; K. Obstáculos a la civilización de
indígenas161.
5. Informe de las misiones de Casanare162: Hecho por Fray Santos
Ballesteros de San José, Vicario Apostólico de Casanare, y titula:
«Vicariato Apostólico de Casanare-Número 28-Támara, 12 de julio de
1917. Ilustrísimo y Reverendísimo señor Doctor don Bernardo Herrera
Restrepo, dignísimo Arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia».
Básicamente son informes sobre el trabajo entre los indios realizado
durante los últimos años, teniendo en cuenta que este territorio de gran
extensión gozó de la presencia de los jesuitas quienes hicieron una
labor muy importante, pero que se vio afectada tras la expulsión de la
Orden Religiosa durante el periodo Liberal.
6. Informe de las misiones en el Meta, el Vichada y el Vaupés:
Hecho por José María, Vicario Apostólico, y titula: «Vicario
Apostólico de los Llanos de San Martín-número 76. Villavicencio,

158
F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 3-48.
159
F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 48-87.
160
F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 88-136.
161
F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones,138-151.
162
F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 152-156.
SOBRE LAS MISIONES 303

agosto 20 de 1916. Al Ilustrísimo y Reverendísimo Arzobispo doctor


don Bernardo Herrera Restrepo, Primado de Colombia, Presidente de la
Junta de Misiones, etc. Bogotá». Está estructurado así: A. Inspección
escolar del Territorio de San Martín; B. Informe económico; C.
Informe sobre los trabajos de los misioneros; D. Datos sobre la misión
indígena del Vaupés; E. Correspondencia varia163.
7. Informe sobre las misiones en Arauca: Dirigido al arzobispo de
Bogotá y elaborado por el Prefecto Apostólico de Arauca, Emilio
Larquere. 19 de mayo de 1917. Son dos puntos: A. Informe económico;
B. Correspondencia varia164.

5.3. Informe de Los Llanos de San Martín


Es un informe elaborado a forma de folleto, cuenta con 33 páginas,
fue hecho el 25 de octubre de 1911, en Villavicencio, sede del
Vicariato, y titula: «Informe Oficial que rinde el Vicario Apostólico de
Los Llanos de San Martín al Excelentísimo Señor Delegado Apostólico
1910-1911».
En general, expresa las dificultades que son comunes a todas las
misiones: falta de misioneros, grandes extensiones, malas vías de
comunicación, climas inclementes, sobre todo para los europeos, etc.
Está estructurado de esta manera: I. Creación y límites del Vicariato
Apostólico de San Martín; II. Desarrollo de la Misión; III. Estado
actual de la Misión; IV. Ligeras apuntaciones sobre los indios de Los
Llanos; V. Labores de los Misioneros entre los blancos y los indígenas;
VI. Recientes expediciones de los Misioneros; VII. Trabajos de los
misioneros como inspectores de Instrucción pública; VIII. Las
Hermanas Hijas de la Sabiduría; IX. Entradas y gastos de la misión en
el año de 1910-1911; X. Porvenir de la Misión; XI. Conclusiones.
Algunos aspectos para destacar, sobre el número de misioneros:
Los Misioneros de la Compañía de María, que actualmente se dedican a la
evangelización de Los Llanos de San Martín, son 14, a saber: El Vicario
Apostólico, con residencia habitual en Villavicencio. El Secretario del
Vicariato. Nueve Padres Misioneros. Tres Hermanos Coadjutores165.

163
F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 157-182.
164
F. DE MONTCLAR – A. VICENTE, Informes sobre las Misiones, 183-192.
165
José María GUIOT, Informe Oficial que rinde el Vicario Apostólico de Los
Llanos de San Martín al Excelentísimo Señor Delegado Apostólico, 1910-1911,
Bogotá 1911, 7.
304 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Descripción de los indios de la misión:


Número: Es muy difícil precisar el número de indios que habitan en las
dilatadas regiones de Los Llanos. Al parecer son varios centenares de
miles, porque se ven muchos y en lugares muy diseminados; pero hay que
tener en cuenta que entre ellos hay no pocos que huyen y se esconden de
los blancos, mientras hay otros que procuran siempre ir donde estén los
civilizados, llevando casi vida de curiosos. Por no fijarse en esta
particularidad han exagerado algunos el número de indios habitantes en
estas llanuras y riberas; no vacilo en indicar que el número probable es de
30,000 poco más o menos.
Raza: Como todos los de América, estos indios pertenecen a la raza
asiática; su color es amarillo colorado con matices insignificantes. Su
estatura es mediana, y su robustez y resistencia notables. No tienen la
fisonomía desagradable, y algunos son simpáticos e inteligentes.
Lengua: Cada tribu tiene su dialecto particular. Esta variedad puede
provenir de la dificultad de comunicaciones, y tal vez de la enemistad en
que han vivido siempre166.
Algunas características de los indígenas:
Carácter de los indígenas: Entre las tribus del Vicariato hay unas, como las
de los Salivas, Achaguas y Piapocos que tienen carácter manso y dócil, son
trabajadores y de buen grado aceptarían la civilización si vieran justicia y
caridad en los civilizados que llegan a vivir entre ellos. Otras tribus son
rebeldes y hostiles a todo lo que significa progreso y viven en continuas
luchas. Los Gohahivos sabaneros, que llevan una vida completamente
nómada, son feroces y ladrones; se dice que han tenido entre sus jefes a
algunos blancos perseguidos por la justicia. Tales indios no podrán ser
fácilmente reducidos sino con ayuda de fuerza armada.
Los más temibles, los que odian más a los blancos son los Andoques, que,
según se dice, son también antropófagos.
Vicios: Los indios que conocemos no son tan corrompidos como sería de
temerse de hombres que no tienen idea de lo que es virtud, y sólo se guían
por los estímulos de la naturaleza corrompida. Observan generalmente la
monogamia y evitan casarse entre parientes.
La pereza los domina y subyuga; se entregan a las bebidas fermentadas que
hacen ellos mismos; usan del tabaco y en algunas partes sorben el yopo,
especie de rapé que les altera los nervios y hasta les hace perder la razón;
mastican una raíz amarguísima, denominada capi, que tiene las mismas
propiedades que el yapa. En algunas regiones reemplazan los indicados
estimulantes con la coca pulverizada, con la cual pueden pasar todo el día

166
J.M. GUIOT, Informe Oficial, 9.
SOBRE LAS MISIONES 305

trabajando y sin comer. Tal es el origen de la enfermedad tan común en los


indios algo ancianos, caracterizada por un continuo temblor167.

5.4. Misión de la Guajira, Sierra Nevada y Motilones


Informe del Vicario Apostólico, Atanasio Vicente, Soler y Royo, de
octubre de 1915, de 39 páginas. Titula: «Misión de la Guajira, Sierra
Nevada y Motilones, a cargo de los Reverendos Padres Capuchinos
Exposición del Vicario Apostólico 1915». Contenido: Personal de la
Misión:
En orden al personal de la Misión que está a nuestro cargo, debemos
manifestar que ella cuenta con veinte Misioneros capuchinos: doce Padres
y ocho Hermanos legos, los cuales están convenientemente situados en los
puntos más importantes de los territorios mencionados. Como refuerzo y
complemento para nuestras labores apostólicas contamos con una entidad
imprescindible en las Misiones, y es un núcleo de veinticinco religiosas
Misioneras, a cuyo cargo estar las secciones de niñas de nuestros
Orfelinatos y e. Colegio de la Sagrada Familia, en Riohacha. El Noviciado
de estas religiosas está en Yarumal (Diócesis de Antioquia), en donde están
haciendo estudios preparatorios doce novicias y postulantes colombianas168.
Regiones de la Guajira y Sierra Nevada: En esta parte, se hace una
descripción de los centros de instrucción para los indígenas,
principalmente los llamados orfelinatos, algunas escuelas, y la labor de
las Religiosas169. Esta es una descripción:
El edificio es amplio y muy ventilado: a la derecha están las habitaciones
de las religiosas Misioneras, y los salones que sirven de clase, comedor y
dormitorio para cien niñas; ya la izquierda, completamente separadas de las
primeras e iguales en construcción, se ven las dependencias de los niños,
con grandes patios para recreo y ejercicios al aire libre. Cinco religiosas,
con solicitud de madre y sacrificio sin límites, cuidan, instruyen y educan a
unas goajiritas de diferentes edades, cuyos ropajes y hábitos paganos han
trocado ya por el alba vestidura del bautismo y por la práctica de las
costumbres cristianas. Tres Misioneros capuchinos, con ternura sin igual,

167
J.M. GUIOT, Informe Oficial, 10-11.
168
Atanasio Vicente SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, Sierra Nevada y
Motilones, a cargo de los Reverendos Padres Capuchinos. Exposición del Vicario
Apostólico, Bogotá 1915, 6.
169
A. V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 8-16.
306 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

forman y civilizan al niño goajiro, ayer salvaje y hoy iniciado en los


principios de verdadera cultura170.
Continúa haciendo la misma descripción con las misiones de Los
Motilones, en donde hace énfasis de los abusos cometidos hacia ellos
por parte de los colonos y de la población blanca. Hace un recuento del
proceso de evangelización, y de las labores realizadas con ellos171. La
parte final, corresponde al informe económico de la Misión172.

5.5. Informe del Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín,


1916-1918
Informe del Provicario Apostólico, Gabriel Capdeville, y el
Secretario e Inspector Escolar, Mauricio Diéres Monplaisir,
Villavicencio, 2 de febrero de 1918. Titula: «Informe. La Compañía de
María en el Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín, 1916-
1918». Contenido:
I Parte: Gobierno Eclesiástico: 1. Las Parroquias del Llano. Hace una
breve presentación de los territorios, y una descripción de cada
parroquia, que son: Villavicencio, San Martín, Medina, La Colonia,
Uribe, El Calvario. Con un total de 13.270 habitantes173. 2. Relación
que hace de la Fundación de Santa María, el R.P. Pedro Barón, Santa
María del Cuduyari (Vaupés), 25 de septiembre de 1917174. 3. Misión
del Vichada: Informe que los RR. PP. José María Seignard y Antonio
Arrieudarre, remiten al Ilustrísimo Señor Vicario Apostólico de los
Llanos de San Martín y a la Honorable Junta de Misiones de Bogotá,
sobre la visita practicada por ellos en los ríos Meta, Orinoco, Vichada y
Muco175.
II Parte: Instrucción Pública: 1. Inspección General. Descripción de
los útiles de estudio y las disciplinas que se enseñan en las escuelas176.
2. Inspecciones locales. Sobre cada caso en las parroquias177. 3.

170
A. V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 8.
171
A V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 17-37.
172
A. V. SOLER Y ROYO, Misión de la Guajira, 37-38.
173
Gabriel CAPDEVILLE – Mauricio DIÉRES, Informe. La Compañía de María en el
Vicariato Apostólico de los Llanos de San Martín, 1916-1918, Villavicencio 1918, 1-
8.
174
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 21-24.
175
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 25-50.
176
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 53-58.
177
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 58-61.
SOBRE LAS MISIONES 307

Escuelas. Número de horas de trabajo, asignaturas, exámenes, edad de


los alumnos178.
III Parte: Acción Social: 1. Fomento del ahorro. Son algunos fondos
de ahorro, y la rendición de cuentas179. 2. Colonización180. 3. Artes. La
creación de la Imprenta San José181. 4. Beneficencia. Servicio y
administración del hospital. Informe económico182.

5.6. Informes sobre las Misiones del Putumayo 1916


Informe realizado por Fray Fidel de Montclar, en Sibundoy, el 24 de
julio de 1916, dirigido a José Vicente Concha, Presidente de la
República; Enrico Gasparri , Internuncio en Colombia y Bernardo
Herrera Restrepo, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia. Es un
folleto que contiene 126 páginas. Contenido: Labor de la Misión; II.
Civilización cristiana de los indios; III. Educación moral y material de
los indios; IV. Gobierno de los indígenas; V. Colonización del
territorio; VI. Inauguración de un puente; VII. Escalonando pueblos en
dirección al Caquetá y Putumayo; VIII. Navegación del Putumayo; IX.
Terminación del camino a Puerto Asís, y construcción de dos
cortísimos trayectos; X. Modo como se viaja donde todavía no hemos
podido construir caminos; XI. Agricultura y comercio en el territorio;
XII. Principales empresas de la Misión; XIII. Personal de la Misión;
XIV. Dictamen autorizado respecto a la labor de los misioneros
capuchinos en el Putumayo; XV. La soberanía nacional y las misiones;
XVI. Fiestas del 20 de julio de 1916 y final del curso escolar; XVII.
Varios itinerarios; XVIII. Conclusión; XIX. Algunas leyes. Para
destacar: El propósito del informe:
En el informe que me permito dirigir a Sus Excelencias me ocupo
singularmente de las obras materiales que la Misión ha llevado a cabo. Sin
vías de comunicación, pierde el misionero sus energías y su salud, y el
fruto no corresponde al trabajo y al tiempo invertidos; sin elementos de
progreso material, sin agricultura ni medios de subsistencia, los indios no
cobran cariño al terruño, siguen siendo nómadas en mayor o menor escala,
no aprecian la región que no les ofrece mayores comodidades y ventajas

178
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 61-67.
179
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 70-77.
180
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 77-86.
181
G. CAPDEVILLE – M. DIERES, Informe, 86-87.
182
G. CAPDEVILLE – M. DIÉRES, Informe, 87-90.
308 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

que las que ellos tenían en la selva. Esas consideraciones han movido a los
Misioneros a trabajar con mucho esmero en el tomento de la agricultura,
adquisición de animales útiles, apertura de caminos, construcción de
puentes, fomento de la navegación, etc., ya que han considerado esas obras
materiales como parte integrante de su ministerio y elementos
indispensables para implantar de un modo estable el Evangelio en estas
selvas183.
Sobre la evangelización de los indios:
La pompa con que se celebran las fiestas religiosas, el esplendor de que se
rodea el culto católico, los cantos con que se armonizan esas funciones, en
las que toma parte el pueblo, demuestran asimismo que nos hallamos en
una sociedad que dista ya mucho de poderse llamar salvaje. Unos
respetables caballeros, que venían por vez primera a estos lugares me
decían que la misa parroquial del domingo resultaba la más devota e
interesante que habían presenciado, y que se deba asistir a los divinos
misterios, aunque no fuese sino por oír los cantos de los indios. Las veladas
y funciones recreativas con que obsequian frecuentemente los niños de las
escuelas a los superiores de la Misión o a algún connotado personaje que
Ilesa al Territorio, son también indicios de que ya saben sentir. He oído de
boca de niños indígenas discursos pronunciados con tanto sentimiento y tan
posesionados de lo que decían que no les iba en zaga ningún blanco184.

183
Fidel DE MONTCLAR, Informes sobre las Misiones del Putumayo, 1916, Bogotá,
1916, 3-4.
184
F. DE MONTCLAR, Informes, 7.
CONCLUSIÓN

El objetivo fundamental de este trabajo era proporcionar las fuentes


para la elaboración de una historiografía de la Iglesia en Colombia
durante el periodo correspondiente a los años 1882-1916, evidenciando
el problema de la obtención de información que ofrecen las fuentes
documentales emanadas de la Delegación Apostólica de Bogotá acerca
de la organización de la Iglesia, concretamente en los referente a las
jurisdicciones eclesiásticas, el Episcopado y las misiones, luego del
periodo del Liberalismo Radical cuando se restablecieron las relaciones
diplomáticas con la Santa Sede.
De esta manera, la aportación principal de esta investigación consiste
en la consultación, selección, análisis, presentación y descripción de las
fuentes documentales conservadas en los Archivos Vaticanos, ante la
ausencia de este material en los Archivos eclesiásticos locales,
principalmente el de la Nunciatura Apostólica, elaborando una
contextualización a partir de una historiografía existente de
interpretación no institucional, que ofrece estudios en donde se tocan
ámbitos sociales, políticos y religiosos, sin embargo, no hacen alusión a
la gestión de los Delegados Apostólicos, ni mucho menos, utilizan
fuentes documentales, de ahí nuestro interés en ampliar esta
historiografía con este trabajo.
Por lo tanto, la conclusión que presentamos a continuación se deriva
a partir de un único punto de partida, identificado en el Despacho de la
Delegación Apostólica, que en la medida que se ha avanzado en el
desarrollo de la investigación se ramificó según el objeto de interés
tratado por cada documento en particular
El aspecto que generó el desarrollo de la temática de trabajo, es lo
correspondiente a las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Desde el
310 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

inicio de nuestro trabajo se hizo la aclaración de que no pretendíamos


detenernos en este asunto particular ni hacer un detallado estudio sobre
el mismo, no obstante, fue fundamental tener un panorama claro para
poder encadenar los hechos en donde la Iglesia se vio envuelta.
A través de la lectura de las fuentes y de la historiografía a
disposición, podemos identificar el periodo de este trabajo como un
momento vital para la Iglesia colombiana, en donde hubo una
transición que posteriormente conllevó a un cambio radical. Vemos
oportuno denominar el lapso de tiempo de 1882 a 1886 como de
transición, debido a que fue un cambio político extremo, al punto de
definir el futuro de la nación durante más de un siglo. Hablamos del
final del Liberalismo Radical y la llegada de la Regeneración. Es en
este momento en donde se comienzan a gestar las bases para un
fortalecimiento de la Iglesia, luego de haber sufrido las consecuencias
de los ideales Liberales.
Por medio de las fuentes pudimos determinar cómo la presencia de
los Delegados Apostólicos fue vital para el restablecimiento de las
relaciones entre las dos instituciones. La figura del Representante
Pontificio fue el signo visible del triunfo del Ultramontanismo sobre el
Liberalismo intransigente, apoyado políticamente bajo la ideología del
Partido Conservador, pero llevado a su máxima expresión durante el
periodo de la Regeneración de la mano principalmente de Rafael Núñez
y Miguel Antonio Caro. Es claro el protagonismo que la Iglesia obtuvo
durante este intervalo, pasando casi inmediatamente de ser perseguida y
excluida socialmente, a recibir beneficios que le devolvieron su
prestigio e importancia.
Un protagonista central en todo este desarrollo fue León XIII, que
con su propaganda social e interés hacia los países latinoamericanos,
facilitó que políticamente las iglesias locales fueran retomando su
influencia y presencia, y en el caso colombiano, fuera considerada la
institución eclesiástica un elemento esencial para la labor del
crecimiento integral de la sociedad, que debería ser edificada a partir de
los valores y principios promulgados por la Iglesia católica. Es por esta
razón que hacemos mención de un cambio radical luego de esta breve
transición. Prácticamente la nación adoptó como base de su política las
directrices sugeridas por la Sede Apostólica, al punto de promulgar una
Constitución que explícitamente favoreció a la institución eclesiástica y
que llegó a su máxima expresión con el Acuerdo Concordatario en
1887.
CONCLUSIÓN 311

En las fuentes detectamos un continuo movimiento estratégico por


parte de la Santa Sede para lograr obtener estos beneficios dando las
indicaciones pertinentes a sus Representantes, quienes a su vez
cumplieron a cabalidad con su misión, proyectando una actitud
prudente y conciliadora, muchas veces contraria a la de algunos
Obispos que sí mantenían un comportamiento hostil hacia los entes
gubernamentales. Por tanto, podemos reconocer dos líneas de acción,
una desde Roma, diplomática y prudente, abierta a un continuo diálogo;
la otra local, radical y cerrada. En consecuencia, se advierte una Iglesia
no unificada en sus criterios frente a la relación con el Estado, situación
que hizo priorizar a los Delegados Apostólicos su acercamiento con el
Episcopado a través de permanentes Circulares, hasta que se vieron los
resultados luego de la primera Conferencia Episcopal, reunida en 1908.
En definitiva, hemos percibido que la conciliación entre la Iglesia y
el Estado era algo conveniente, es más, era necesaria, ya que las
permanentes guerras y revueltas que eran motivadas por los intereses
de unos y de otros, llevaron al país a una situación de calamidad y de
crisis en todos los aspectos, de ahí que al llegar a una convivencia
tolerante y pacífica entre las instituciones eclesiástica y civil, generaría
un equilibrio social y el porvenir de la nación, ofreciendo beneficios a
todos.
Por otra parte, y ya directamente en los asuntos eclesiásticos, nos
enfocamos en los resultados positivos que tuvo la nueva distribución de
las jurisdicciones. La Iglesia colombiana tiene una estructura muy clara
en el tiempo actual, constituida de la siguiente forma: trece Provincias
Eclesiásticas que corresponden a su vez a trece Arquidiócesis,
subdivididas en 52 Diócesis, 11 Vicariatos Apostólicos y un
Ordinariato militar1. Esta organización tiene su origen justamente en el
periodo de nuestra investigación. Si bien algunas existían ya desde el
tiempo del dominio español, solo fue después de la llegada del primer
Delegado, Giovanni Battista Agnozzi, cuando se empezó a buscar la
mejor manera de distribuir el extenso territorio.
Es por esto que consideramos que la iniciativa tomada desde la
Delegación Apostólica en crear nuevas Diócesis, tuvo gran repercusión
en el futuro, al punto de poder ver hoy sus resultados. Fue un largo

1
Para 1908, fecha de la primera Conferencia Episcopal, la Iglesia colombiana
estaba constituida por 4 Arquidiócesis, 9 Diócesis, 1 Vicariato Apostólico, 4
Prefecturas Apostólicas.
312 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

proceso, que inició con la división de las grandes Diócesis, tales como
Tunja, Popayán y Bogotá, a pesar de la oposición algunas veces de los
Ordinarios, que veían reducidos sus ingresos económicos.
Esta nueva organización evidentemente mejoró la administración, ya
que cada Obispo disponía mejor de los medios para atender a las
necesidades particulares. Así mismo, fue una gran ayuda para los
mismos fieles, pues ya no tenían que hacer desplazamientos épicos para
poder tener acceso a la sede Episcopal, lo mismo para los Prelados que
pudieron realizar más cómodamente las visitas pastorales. Aunque las
dificultades de comunicación se mantuvieron, por las características
propias de la geografía colombiana, sí se obtuvieron grandes logros.
Es por esto que podemos afirmar categóricamente que el impulso de
los Delegados Apostólicos en este aspecto fue acertado y su
perseverancia a pesar de las dificultades, dio resultado a largo plazo,
convirtiéndose en la base de la actual organización eclesiástica.
De modo similar, y como prolongación de lo anterior, no podemos
desligar el tema de las jurisdicciones con la formación del Episcopado,
una cosa es consecuencia de la otra.
Hemos dicho que el territorio colombiano era muy extenso, de forma
semejante, las Sedes Episcopales eran pocas, lo que no permitía ejercer
un trabajo pastoral organizado ni eficiente. Aunque la Iglesia
colombiana siempre se caracterizó por su fidelidad a Roma y por tener
una línea conservadora, pudimos ver en la documentación que los
primeros Representantes Pontificios se preocuparon por la baja
formación de los candidatos y por la poca seriedad por parte de algunos
Prelados. Por otro lado, existía una fuerte tendencia por parte del clero
a inmiscuirse fácilmente en política, produciendo esta actitud no pocos
problemas. Este fue el punto de partida para que el Episcopado fuese
adquiriendo forma y consolidación gracias al interés de los
Representantes Pontificios.
Se debe agregar que el Episcopado había sufrido persecución por
parte del Gobierno Liberal, en donde fueron exiliados sus principales
jerarcas, y reduciendo al mínimo los pocos que pudieron continuar en
sus sedes. En este orden de ideas, tenemos que con la llegada del
primer Delegado Apostólico se inició el proceso de consolidación del
Episcopado colombiano.
Sin duda, el gran logro de este proceso se dio con la celebración de la
primera asamblea de la Conferencia Episcopal el 14 de septiembre de
CONCLUSIÓN 313

1908, con la participación de 4 Arzobispos, 9 Obispos diocesanos, 1


Obispo Auxiliar, 1 Vicario Apostólico, 4 Prefectos Apostólicos2,
cumpliendo la sugerencia del Primer Concilio Plenario
Latinoamericano, reunido en Roma en 1899, para que los Episcopados
de cada país se reunieran periódicamente. Así que podemos considerar
que el gran resultado de la diligencia de los Delegados Apostólicos en
aumentar las jurisdicciones y como consecuencia el número de
Prelados, fue justamente lograr que en Colombia se constituyera una
Conferencia Episcopal modelo en Latinoamérica, siendo la segunda en
organizarse según las sugerencias acordadas en Roma. Ya podemos
hablar entonces de un Episcopado consolidado y con un proyecto claro.
Otro campo importante es el correspondiente a las misiones, que se
establecieron como el gran objetivo de la Delegación Apostólica.
Colombia a pesar de ser un país con población mayormente católica,
estaba considerado en aquel entonces como un territorio de misión,
debido a la presencia de gran número de comunidades indígenas, o
como eran denominados: «infieles salvajes». Dentro de este marco
podemos elaborar varias reflexiones a partir de nuestras fuentes.
En primer lugar, es verdad que el territorio nacional era muy
extenso3, pero de la misma manera era evidente el descuido por parte
del Gobierno para con estas poblaciones que se encontraban en las
partes más apartadas. Los conflictos bélicos habían centralizado el
interés de las autoridades civiles con el propósito de protegerse de los
rebeldes. Las principales ciudades iniciaron a expandirse
demográficamente a ritmo acelerado, lo que hizo que las regiones
rurales quedaran marginadas.
Durante el dominio español las misiones estuvieron organizadas y
respaldadas por la Corona, de hecho, era una forma de hacer presencia
y de ayudar a la civilización de los indígenas. Pero luego de la
independencia, se inició un proceso de inestabilidad política y de
constantes conflictos que produjeron las guerras civiles. En el periodo
del Liberalismo Radical, que buscó la separación de Iglesia y Estado,
las misiones sufrieron su más duro golpe, pues no hubo más interés por

2
En la actualidad son 13 Arzobispos, 52 Obispos diocesanos, 11 Obispos
Auxiliares, 10 Vicarios Apostólicos, 1 Obispo Castrense, 32 Obispos Eméritos.
3
Entiéndase que en aquel tiempo el mapa de Colombia era diferente, ya que
Panamá era parte del país, y en la región correspondiente al Amazonas la extensión
abarcaba mucho más que en la actualidad, estos territorios fueron adquiridos por Perú,
principalmente.
314 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

parte del Gobierno en apoyarlas, e incluso, fueron obligadas a su


abandono, el caso más serio fue el de las misiones del Casanare
realizadas por la Compañía de Jesús. De manera que con el
restablecimiento de las relaciones Diplomáticas con la Santa Sede y la
labor de los Delegados Apostólicos se reactivaron las misiones,
consideradas como un elemento esencial en el fortalecimiento de la
Iglesia. En segundo lugar, la Iglesia se tuvo que someter a los intereses
del Gobierno a cambio de los beneficios que le fueron dados, es
evidente la intención del Estado en aprovechar la presencia de los
misioneros para tener bajo control estas regiones apartadas. El
misionero era aceptado, mientras que el representante civil era
rechazado, es por ello que era conveniente utilizar las misiones como
un medio para entran gradualmente en estas comunidades. Por lo tanto,
nos encontramos con dos realidades, por un lado, la Iglesia que deseaba
ejercer el derecho de la evangelización, por otro, el Estado, que
aprovechó este deseo para ejercer soberanía. En tercer lugar, esta unión
entre Iglesia y Estado para sacar adelante las misiones permitió conocer
más profundamente la realidad de estas zonas alejadas, ya no era solo el
trabajo de evangelización, fueron vinculados proyectos sociales. Los
misioneros presentaron informes que hoy nos permiten tener acceso a
un conocimiento detallado de cómo era la vida cotidiana y el entorno
de estas comunidades. Claro está, que cada nuevo Gobierno le daba su
propia directriz, y al final, los logros no fueron los proyectados, debido
a la falta de planeación y continuidad. Por el lado de la Iglesia hubo
malos manejos, sobre todo en el presupuesto que se recibía del Estado,
ya que muchas veces fue utilizado para otros fines, como los
misioneros provenían de Órdenes Religiosas, los recursos terminaron
en otras obras, o simplemente se despilfarró. Por consiguiente, si bien
el propósito de las misiones tuvo una gran importancia y se le dio un
espacio significativo en la agenda de la Delegación Apostólica, no
llegaron a cumplir sus objetivos de manera plena, hubo avances y se
obtuvo la presencia de misioneros en tierras lejanas, pero se cayó en la
politización y la mezcla de intereses que superaron las intenciones
evangelizadoras.
Finalmente, reconocemos que la información que obtuvimos de las
fuentes documentales ha sido muy útil para iniciar a elaborar una
historiografía. Aún queda mucho por hacer, esto solo es el comienzo,
cada capítulo tratado posee una cantidad suficiente para realizar
investigaciones más detalladas. Nuestro deseo es continuar con la
búsqueda de nuevas fuentes que enriquezcan nuestra investigación.
ABREVIATURAS Y SIGLAS

AA.EE.SS Congregazione degli Affari Ecclesiastici


Straordinari.
AAS Acta Apostolicae Sedis.
APF Archivo Histórico de Propaganda Fide.
ASS Acta Sanctae Sedis.
ASV Archivo Secreto Vaticano.
cap. Capítulo.
C.D. Carmelitas Descalzos
CEC Conferencia Episcopal de Colombia.
CM Congragación de la Misión.
CMF Cordis Mariae Filius (Claretianos).
CP Congregación de la Pasión (Pasionistas).
CSSR Congregación del Santísimo Redentor
f. Folio.
fasc. Fascículo.
ff. Folios.
HC Hierarchia Catholica.
n. Número.
OAR Orden de los Agustinos Recoletos.
ODN Orden de la Compañía de María Nuestra
Señora.
OFM Ordo Fratrum Minorum.
OSA Orden de San Agustín.
pos. Posición.
PP. Padres.
PUG Pontificia Universidad Gregoriana.
PUJ Pontificia Univerdidad Javeriana.
PUL Pontificia Universidad Lateranense.
PUSn Pontificia Universidad Salesiana.
316 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

r. Recto.
R.P. Reverendo Padre.
Rdmo. Reverendísimo.
RR.PP. Reverendos Padres.
rub. Rúbrica.
S. Porp. Sacra Porpora.
s.f. Sin fecha.
S.S.I. Su Señoría Ilustrísima.
SCC Sagrada Congregación Consistorial.
SCPF Sagrada Congregación de Propaganda Fide.
SDB Salesianos de don Bosco.
Segre. Stato. Segretaria di Stato.
SESS Secretaría de Estado de la Santa Sede.
SJ Societas Iesu.
v. Vuelto.
V.E. Vuestra Excelencia /Vostra Eccelenza.
vol. Volumen.
APÉNDICE DOCUMENTAL

Situación de los «infieles salvajes»


Despacho de Giovanni Battista Agnozzi al Cardenal Ludovico
Jacobini, del 4 de enero de 1883, en donde informa acerca de la
situación de los indígenas en los territorios de Colombia, expone sus
proyectos para promover misiones y Vicariatos Apostólicos para su
conversión1.
A Sua Eminenza Reverendissima
Il Signor Cardinal Jacobini
Segretario di Stato di Sua Santitá
Eminenza Reverendissima
Il territorio Colombiano è tre volte la Francia: per una sola quarta parte
civilizzato, e le altre tre deserti e boschi con selvaggi infedeli tutti, e non
pochi anche antropofagi.
Al Casanare, le agresti selve del Minero e l’Opon nella diocesi di Tunja: il
San Martin in questa di Bogota; il Darien col basto Atrato in quella di
Panama; la Goajira colla nevada, e i Motilones nella diocesi di Santa
Marta; lo Choco in quella di Popayan; il Caqueta nella diocesi di Pasto. Per
quanto si conosce, i selvaggi colombiani non son meno di 400 mila, il più
gran numero di essi nel Caqueta. È una gran miseria leggere non rare volte

1
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 3r-4v.
318 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

nei pubblici togli orrendi fatti di antropofagia, come appunto si verificò nel
decorso mese di agosto nel Caqueta2.
Più volte si organizzarono missioni per la conversione delle tribu selvaggie,
e molto vi lavorarono i pp. Gesuiti, ai quali in parte si sostituirono altre
Corporazioni Religiose; ma discacciati più volte quelli, e perdute
finalmente ancor queste, le missioni a poco a poco si estinsero, e si tomò
all’antico abbandono tantochè al giorno di oggi nei sopranominati territori
non rimane nulla del frutto che si era conseguito. A mio avviso le dette
missioni si estinsero non solo per mancanza di clero, e di risorse locali, ma
più ancora per la deficienza di Vicari Apostoloci, prima e solida base di
ogni missione.
Preso ad esame questo miserando stato di cose, ad animato dal dovere, che
mi corre di provvedere non solo alla ristaurazione delle antiche, ma
eziandio alla creazione de nuove missioni, mi diressi nello scorso ottobre a
tutti i vescovi di questa Provincia Ecclesiastica con una Circolare (di cui
accludo copia) per procurarmi le notizie necessarie all’intento, col loro
avviso sulle difficoltà, che s’incontrerebbero, ed i mezzi a porre in opera
per superarle. Profittando poi delle situazione del governo di fronte alla
pubblica opinione pei ucensi fatti di salvaggie escurzioni, comunicai ad
esso detta mia Circolare, ed offenni, che la medesima fosse riprodotta nel
«Dirario Oficial». Per interessarlo finalmente ancor più ad un concorso per
quella parte, che gli spetta, procurai, che un buon scrittore pubblicasse un
qualche articolo in appoggio di tanto necessaria civile e religiosa intrapresa,
come l’Eminenza Vostra Reverendissima leggerà nei due quì annesi n. di
un giornale bogotano.
Da alcuni vescovi ho già avuto un riscontro, più o meno completo, e come
su di essi, posso pure contare sulla cooperazione di alcuni buoni cattolici.
Ho poi la fiducia che il governo, specialmente l’attuale dell’Otalora, col
concorso delle Camere Legislative, che si riapriranno nel prossimo
febbraio, vorrà disporre di una conveniente sovvenzione allo scopo.
Seguiranno a questo foglio speciali rapporti sulle singole provvidenze a
prendersi colla benedizione di Dio; porto intanto a notizia di Vostra
Eminenza questo passo da me avanzato a compimento di questo sacro
dovere della mia missione, con preghiera di tenerne proposito col Santo

2
Se anexa una publicación hecha en el periódico El Conservador, el 23 de
noviembre de 1882, escrita por José M. Samper a partir del Articulo 78 de la
Constitución que afirmaba: «Serán regidos por una ley especial los territorios poco
poblados, u ocupados por tribus indígenas, que el Estado, o Estados a que pertenezcan
consientan en ceder al Gobierno general con el objeto de fomentar colonizaciones y
realizar mejoras materiales». Destaca la importancia de las Misiones para la
civilización de estas zonas y la disposición del Gobierno para tal fin, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. ff. 7r-8r.
APÉNDICE DOCUMENTAL 319

Padre, specialmente sull’espediente di Vicari Apostolici pei differenti


territorii. Pel Casanare sarebbe indicato Mgr. Higuera, il quale già vi si reca
come Vicario del Vescovo di Tunja, e per altri due territorii vi sarebbero
pure due altri Ecclesiastici, su i quali sto raccogliendo particolarissime
informazioni, per indicarne i nomi ed i buoni requisiti all’intento, quando
piacesse a Suan Santità accogliere benignamente questa mia umile
proposta.
Mi inchino ora al bacio della Sacra Porpora, rasegnandomi col mio
profondo rispetto ed ossequio.
Di Vostra Eminenza Reverendissima
Bogotá, 4 gennaio 1883.
Umillissimo Devotissimo Obligatissimo Servo
Giovanni Battista Agnozzi

Sobre las misiones en Colombia


Como anexo al Documento anterior, del 4 de enero de 1883, el
Delegado Apostólico envió una copia de la Circular dirigida a todo el
Episcopado colombiano, con el propósito de motivarlos para la
promoción de las misiones3.
CIRCULAR
AL ARZOBISPO Y OBISPOS DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE
COLOMBIA
Ilustrísimo y Reverendísimo Señor:
Una parte del vasto territorio de Colombia, se halla habitada por un
considerable número de infieles sin cultura alguna. Varias veces se ha
intentado civilizarlos e instruirlos en la religión católica por medio de
celosos misioneros, y si algo se ha conseguido, mucho más falta todavía
por hacer a fin de llegar hasta el completo remedio de esta miseria civil y
religiosa.
Dentro de poco me dirigiré al poder civil por la parte que a él corresponde;
pero lo que puedo prometerme debo esperarlo principalmente de las
providencias religiosas, entre las cuales la primera, según el Evangelio, es
la misión de un apóstol para cada territorio distingo, lo que hoy se hace con
el envío de Vicarios apostólicos. Estos (Obispos), ordinariamente religiosos

3
AA.EE.SS. Colombia, 1883-1886. pos. 486. fasc. 37. f. 6r.
320 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

de alguna congregación, se procuran operarios de su misma familia o del


clero secular, si hay sacerdotes que se crean llamados a este ministerio.
Tal es mi propósito, y tomaré todo interés a fin de llevarlo a cabo con el
consejo y apoyo del Episcopado de esta Provincia eclesiástica.
Por ahora solo ruego a S.S.I. se sirva decirme si en el territorio de su
jurisdicción hay salvajes, cuántos aproximadamente, de qué índole, dentro
de qué límites, en qué lugares principales, qué religión profesan, si tienen
alguna, qué relaciones observan con los pueblos civilizados vecinos, y en
qué disposiciones se encuentran para moralizarse e instruirse.
A estas y otras noticias, S.S. se servirá agregar su prudente parecer acerca
de las providencias especiales que deban tomarse, de las personas que haya
en su diócesis y repute aptas para tan gran misión, y de la probabilidad de
cooperación que S.S. juzgue puede obtenerse de parte de las autoridades
políticas. Ruego además a S.S. se sirva indicarme las dificultades
especiales que, según su juicio, se opongan al intento, y el modo como cree
que puedan superarse.
S.S. ve que esta empresa es muy difícil y demanda tiempo y extraordinarios
recursos; sin embargo, por difícil que sea, tanto mi misión, como el celo del
clero de su diócesis y los deberes de las autoridades civiles, non obligan a
hacer algo en favor de los pueblos que en este país yacen aun en la total
ignorancia de la verdadera religión que nos ha moralizado y civilizado.
Con sentimientos de distinguida consideración me suscribo de S.S.I. atento
servidor,
Bogotá, 17 de octubre de 1882.
G.B. Agnozzi
Delegado Apostólico.

Sobre la propagación de las misiones


Circular del Delegado Apostólico, Giovanni Battista Agnozzi, a los
Presidentes de los Estados de Colombia, acerca de la propagación de
las misiones; fue enviada una copia al Cardenal Mariano Rampolla, el
31 de mayo de 18834.
Señor Presidente Otálora
Excelentísimo Señor:
Por una Circular que dirigí a todos los Señores Obispos de esta Provincia
Eclesiástica de Colombia fue y publicada en el Diario Oficial n. 5512

4
ASV. Segre. Stato, 1883. rub. 253. fasc. 3. ff. 15r-17v.
APÉNDICE DOCUMENTAL 321

habéis venido en conocimiento de que tengo el más vivo deseo de


establecer de acuerdo y con el apoyo de las Autoridades Políticas y civiles,
Misiones católicas para la civilización de las tribus salvajes dispersas por
muchas regiones de este inmenso territorio colombiano, Casanare, San
Martín, Goagira [sic], Chocó, Darién, Caquetá.
En cuanto depende de la Santa Sede de esta Delegación Apostólica se
pondrán todos los medios y se harán todos los esfuerzos con aquel intento.
Empero el resultado más o menos completo y extenso será debido en gran
parte a la cooperación que se dignen dar a tan ardua tarea, así el Gobierno
de la Unión como los Gobiernos Seccionales. Por esto y porque me son
muy conocidas las buenas disposiciones que os animan personalmente en
favor de una obra de tamaña importancia, no hallareis extraño que recurra a
Vos solicitando que me prestéis el apoyo de vuestra suprema autoridad e
interpongáis vuestro poderoso influjo para obtener también la protección de
las Cámaras Legislativas en favor de tantos millares de hombres que
errantes hoy en las selvas, serán mañana miembros útiles de la Patria
Colombiana.
Dignaos acoger favorablemente esta respetuosa carta y aceptar de antemano
las expresiones de agradecimiento con que me suscribo de Vos Señor
Presidente.

Primera Conferencia Episcopal


La Circular del 12 de abril de 1908 sobre la convocatoria de todo el
Episcopado a la Conferencia, enviada por el Delegado Apostólico
Francesco Ragonesi5.
Letras del Delegado Apostólico
Convocando a los Illmos. y Rvmos. Prelados de Colombia
a la Primera Conferencia Nacional
Reverendísimo Señor:
Desde que arribamos a este noble país nació en nuestro ánimo la idea de lo
proficuo que sería a la Religión y a la sociedad una conferencia de todos los
Obispos Colombianos en la que ellos, valiéndose de sus conocimientos de
los Sagrados Cánones, de las recientes disposiciones de la Santa Sede y del
Concilio Plenario Americano, y aplicando los frutos de su experiencia y
cordura, dictasen, atentos a la índole y condiciones propias de la Nación,
las reglas más adecuadas, para que en ella se mantenga incólume la unidad
de la disciplina eclesiástica, brille la moral católica y la Iglesia reflorezca
en medio de la evangélica concordia.

5
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. f. 6r.
322 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

En aquella idea vino a confirmarnos el concepto certero de los Venerables


Prelados con quienes en oportunas circunstancias pudimos consultar
nuestro pensamiento.
Expusímoslo reverentemente a Nuestro Santísimo Padre quien, acogiéndolo
con paternal solicitud y complacencia, se dignó aprobarlo, bendecirlo y
autorizarnos para invitar a los Reverendísimos Ordinarios a fin de darle
realización y cumplimiento.
Enterado de esto el Excmo. Señor Presidente nos ha ofrecido de manera
expontanea [sic], y a fuer de decidido católico, que toma a pechos secundar
la acción civilizadora de la Iglesia, favorecer nuestro propósito, en su esfera
propia, como primer Magistrado de esta religiosa Republica.
Todo visto y considerado, hemos venido, pues, en llevar a efecto la
expresada conferencia, y darle principio el 9 de agosto próximo, aniversario
de la feliz Coronación del Augusto Pontífice Pio X.
Y así, en virtud de la autoridad apostólica, a Nos benignamente delegada
por el Vicario de Nuestro Señor Jesucristo, convocamos a Vuestra Señoría
Ilustrísima y a los demás Reverendísimos Prelados de la Republica, para
que en ese día se dé comienzo en esta Capital a obra tan deseada, que
mediante la protección de la Bienaventurada Virgen María y de su
castísimo Esposo San José, ha de redundar en mayor gloria de Dios y en
gran provecho de la amada familia colombiana.
Francesco, Arzobispo de Mera.

Discurso del Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia,


Bernardo Herrera Restrepo con motivo de la clausura de la Primera
Conferencia Episcopal de Colombia, 14 de octubre de 19086.
Excelentísimo Señor Delegado Apostólico
En el bondadoso saludo con que V.E. Rma. se sirvió inaugurar la
Conferencia Episcopal que hoy termina, nos manifestó que desde su
llegada a Colombia le llamó preferentemente la atención el sentimiento
religioso que descuella en la Republica. V.E. animada de celo muy ardiente
por el bien de esta nuestra Patria, pensó, y con razón, que importa
sobremanera afianzar aquel sentimiento religioso, y que nada podría ser
más oportuno para el fiel cumplimiento de la alta misión confiada a V.E.
por Nuestro Rmo. Padre el Papa.
Se vio, desde luego, en efecto, que su atender a los esfuerzos y penalidades
que requería la obra. V.E. se dio a la tarea de conocer a fondo las
necesidades de la Iglesia de Colombia y de excogitar los medios más

6
AA.EE.SS. Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 19r-20v.
APÉNDICE DOCUMENTAL 323

oportunos para satisfacerlas. Entre ellos se presentó en primer término a la


clara visión de V.E. una Asamblea de los obispos de Colombia, para
concertarse entre sí y dar con ello mayor vigor a la acción de la Iglesia
mediante la unidad de miras y el empleo de unos mismos medios en el
Gobierno de los fieles. Semejante designio mereció la aprobación del Padre
común de los fieles, y con su bendición a podido llevarse a cabo una
Conferencia en la cual, bajo la presidencia de V.E. los prelados de la
Republica han podido tratar con su santa libertad y con inalterable unidad
de espíritu y de sentimientos asuntos relativos a la santificación de los
fieles y al régimen de la Iglesia.
Dios, de quien procede todo Don perfecto, nos ha asistido con aquella
Gracia prometida a los que se reúnen en su nombre. A Él, pues, hemos de
tributar nuestros homenajes de agradecimiento, esperando de Él, así mismo,
los resultados que apetecemos.
Es nuestro deber, además, expresar nuestra gratitud al Sumo Pontífice por
el bondadoso y fraternal afecto con que nos mira, y por el aliento que nos
da para trabajar en el ejercicio de nuestro sagrado ministerio. Nuestro
principal cuidado será en cambio, manifestarnos cada vez más adictos a la
Santa Sede Apostólica, más dóciles a sus mandatos y más celosos en
cooperar a lo que pudiera llamarse el lema de Pio X: Restaurar todo en
Cristo.
Debemos ahora dirigirnos a V.E. para dar testimonio de nuestra gratitud
hacia su dignísima persona, porque ha contribuido tan eficazmente a que
tengamos una ocasión inapreciable de estrechar más íntimamente la unión
entre los miembros del Episcopado colombiano, con evidentísimo provecho
para el bueno y profundo desempeño de nuestro ministerio. Y son no
menores los títulos de V.E. a nuestro reconocimiento por haber cooperado
con interés no desmentido a nuestras labores, poniendo al servicio de la
Iglesia colombiana las luces de la ciencia, el fruto de una experiencia ya
larga en el manejo de los asuntos delicados que se refieren al Gobierno, a
los problemas harto difíciles de la época presente y a la defensa de los
derechos de la Santa Iglesia.
Por todo cuanto dejo someramente expuesto, tengo la satisfacción de ser
vocero de mis dignísimos colegas en el Episcopado, para dar a V.E.
rendidas gracias por el interés que a todos individualmente y
colectivamente nos ha demostrado, por las tareas y fatigas que se ha
impuesto para ayudarnos en la ardua empresa de regir esta porción del
rebaño de Cristo.
Cuando V.E. regrese a la Capital del mundo católico, recibirá como
primera recompensa, que por lo demás ya ha empezado, la aprobación y las
bendiciones de Nuestro Ilmo. Padre, y cuando haya servido largos años
todavía a la Iglesia, Dios hará oír a V.E. aquellas mismas palabras que V.E.
nos ha dirigido por exceso de cariño y de aprecio hacia nuestra humilde
persona: benditos los que vienen en nombre del Señor, benditos los que
324 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

como astros luminosos vienen a derramar sus esplendores sobre los


pueblos.

Carta de Pio X al arzobispo de Bogotá y a los Sufragáneos, sobre la


acción social, con ocasión del éxito de la Primera Conferencia
Episcopal 6 de enero de 19107.
Al Ilmo. Y Rdmo. Sr. D.D. Bernardo Herrera Restrepo, Arzobispo de
Bogotá y Primado de Colombia y a sus Sufragáneos, con motivo de la
Conferencia episcopal celebrada en Bogotá.
PIO X PAPA
Venerables Hermanos, salud y Bendición Apostólica
Motivo de gozo ha sido para Nos, el que la reciente reunión de los Obispos
de Colombia, fuera de otros bienes que ha traído a la sociedad civil y a la
religiosa, haya llamado la atención de los prelados hacia un punto al cual,
según lo demanda la condición de los tiempos presentes, deben
encaminarse los esfuerzos de los católicos. Habéis juzgado sabiamente que
es el caso de que ellos acudan al pueblo, hoy no solamente afligido de la
miseria, sino expuesto a graves peligros, para prestare auxilio por medio de
aquel linaje de instituciones nacidas de la caridad cristiana y conocidas con
el nombre de Acción Católica Social.

Segunda Conferencia Episcopal


El segundo encuentro del Episcopado colombiano se realizó del 8 de
diciembre de 1912 al 20 de enero de 1913. Asistieron trece Prelados.
Se dispuso efectuar las siguientes Asambleas cada tres años y se pidió
a la Santa Sede que no fuera considerada como Provincial sino como
Asamblea Nacional, lo cual fue concedido8.
Bogotá, 14 de diciembre de 1912
Eminentísimo Señor Cardenal
Rafael Merry del Val
Secretario de Estado de Su Santidad
Eminencia Reverendísima:

7
CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, 1908-2008, 100 años de
evangelización y promoción humana, Bogotá, Taller San Pablo, 2008, 15. El
documento se encuentra mencionado, más no el texto completo, en: AA.EE.SS.
Colombia, 1908-1911. pos. 769. fasc. 130. ff. 44r-47v
8
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. ff. 39r-v.
APÉNDICE DOCUMENTAL 325

Con la aprobación del Santo Padre, contenida en el venerable telegrama de


la Vuestra Eminencia del 19 de septiembre V.S. se ha reunido en Bogotá el
día 8 del presente la segunda Conferencia de los obispos colombianos
precedida por Monseñor Arzobispo Primado.
Con excepción del Arzobispo de Cartagena y del Obispo de Pasto que
mandaron sus excusas, los otros Reverendísimos Ordinarios han
intervenido todos.
La Conferencia inició sus labores enviando el homenaje reverente y devoto
a Su Santidad. El telegrama de respuesta firmado por la E. V. con fecha del
10 del corriente mes comuniqué personalmente a los obispos reunidos, y
fue acogido por ellos con profundo reconocimiento.
También para el Señor Presidente de la Republica y para el Delegado
Apostólico acordó la Asamblea Episcopal un cortés saludo, que viene
remitido en las manos de los susodichos por una comisión de tres Prelados.
La E.V., podrá tener conocimiento de estos actos en el adjunto9.
Las Conferencias, por lo tanto, han comenzado y prosiguen bajo los
mejores auspicios donde es lícito esperar que sean logrados grandes
beneficios para la Iglesia de Colombia.
No faltaré de informar a la E.V., sobre los resultados obtenidos, y en tanto
inclinado al beso de la Sagrada Purpura tengo el honor de suscribirme con
sentidos de profunda veneración.
De la Eminencia Vuestra Reverendísima
Humildísimo Devotísimo Obligadísimo Servidor,
Francesco Arzobispo de Mira
Delegado Apostólico.

9
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r, es un recorte de periodico con
los mensajes del Cardenal Merry, el arzobispo de Bogota, el Presidente C.E. Restrepo
y el Delegado Apsot.
326 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Carta del Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Bernardo


Herrera Restrepo, al Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, sobre
la segunda Conferencia Episcopal de Colombia10.
Al excelentísimo Señor Doctor
D. Francisco Ragonesi, Delegado Apostólico
Bogotá, diciembre 9 de 1912
Excelentísimo Señor:
Tengo el honor de transcribir a Vuestra Excelencia la siguiente proposición
aprobada unánimemente por la Conferencia episcopal:
“Los Prelados de Colombia, al reunirse en Conferencia Nacional, saludan
con expresiones de fraternal consideración al Excelentísimo y
Reverendísimo señor Delegado Apostólico, Doctor D. Francisco Ragonesi,
Arzobispo de Mira, y se complacen en manifestarle su profundo
agradecimiento por los importantes servicios que ha prestado a la Santa
Iglesia y a la Patria, y por los apoyos que les ha venido dispensando a ellos
en el desempeño del cargo pastoral.
Asimismo hacen votos muy fervientes por la prosperidad personal del
digno Representante de la Santa Sede”.
Dios guarde a Vuestra Excelencia.
Bernardo Arzobispo de Bogotá.

Respuesta del Delegado Apostólico, Francesco Ragonesi, a la nota


enviada por el Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo11.
Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Arzobispo Primado,
Presidente de la Conferencia Episcopal – Presente.
Bogotá, diciembre 10 de 1912
Ilustrísimo y Reverendísimo señor:
He tenido el honor de recibir de manos de los Ilustrísimos Prelados
comisionados al efecto, copia autentica de la proposición adoptada por la
Conferencia Episcopal en la sesión de ayer. Profundamente agradecido por
el testimonio de fraternal consideración que se ha servido darme esa
Venerable Asamblea, hago fervientes votos por el bienestar personal de
cada uno de sus miembros y porque el señor corone con éxito feliz sus

10
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r
11
ASV. Segre. Stato, 1913. rub. 251. fasc. 1. f. 41r
APÉNDICE DOCUMENTAL 327

trabajos, encaminados al bien común de la Iglesia y de la Patria


colombiana.
Dios guarde a Vuestra Señoría. Francisco, Arzobispo de Mira, Delegado
Apostólico.

Reunidos en la Conferencia Episcopal, los Superiores Mayores de


las Órdenes Religiosas que tenían misiones en Colombia, basados en la
Encíclica Lacrimabili statu, rogaron al Papa el aumento de los
misioneros y de las Misiones para la atención de los «infieles salvajes»
que aún estaban sin evangelizar en un vasto territorio12.
Santísimo Padre:
Los Pastores de la Iglesia Colombiana, reunidos en segunda Conferencia
Episcopal y postrados humildemente a los Pies de Vuestra Santidad, con la
mayor reverencia exponen:
La augusta voz de Vuestra Santidad en la Encíclica Lacrimabili statu ha
causado honda impresión en los corazones de Jefes Jerárquicos de esta
Católica Patria y con la luminosa exposición, salida de la Catedra Romana,
se han persuadido más y más del infeliz estado de los salvajes y desean
ardientemente secundar los sagrados anhelos de Vuestra Santidad.
A tan autorizado llamamiento únese el clamor de los misioneros mismos,
cuyas celosas voces podrían resumirse sin la menor discrepancia en estas
palabras de uno de más insignes y beneméritos Superiores de Misiones de
estas amadas selvas colombianas: “La Iglesia tiene una gran misión que
cumplir en estas selvas del Caquetá y Putumayo: si ella no interviene a
tiempo, la impiedad y corrupción se adueñarán de estos territorios,
haciendo en extremo difícil implantar después el Catolicismo. Llena el
alma de aflixión [sic] pensar que en una extensión de miles de leguas
cuadradas, ocupadas por Colombia, Perú y Ecuador, no se hallan más
sacerdotes que los catorce misioneros de esta Prefectura Apostólica.
Apenas más aún, si se considera que comerciantes descreídos e inmorales
se han dado cita en estas selvas para convertirlas en el país más irreligioso
de la tierra. La única esperanza que puede abrigar la Iglesia para hacer
sentir su benéfica influencia en estas dilatadas selvas del Caquetá y
Putumayo se basa en los misioneros que hoy solo Colombia sostiene y
protege.
Los susodichos Pastores reconocen, llenos de más perfecto agradecimiento,
la solicitud amorosa y constante con que la Santa Sede ha atendido a tales
Misiones. Gracias a esos paternales desvelos existen en Colombia varias
Comunidades Religiosas que evangelizan a los salvajes: Los RR.PP. de la

12
AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 775. fasc. 138. ff. 2r-v.
328 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Compañía de María, los RR.PP. Agustinos Recoletos, los RR.PP. Jesuitas,


los RR.PP. Capuchinos, los RR.PP. del Corazón de María, los RR.PP. de
Mill Hill y los RR.PP. Maristas. Más convencidos los infrascritos Prelados
de que esta obra apostólica no solo se desarrollará con más rapidez y
eficacia si se aumenta el número de Misiones y el de los Misioneros de
cada Misión, sino que así se atenderá también a la conservación de la
preciosa existencia de los actuales Obreros, abrumados y casi aniquilados
ya por el exceso de trabajo, ya por la insalubridad de los climas, ora por la
falta de vías de comunicación, ora por las enormes distancias etc., acuden
suplicantes y apoyados en la más filial confianza, al acatamiento de V.S. a
pedirle se digne disponer, como a V.S. pareciere mejor, el dicho aumento
de Misiones y Misioneros para la Evangelización de salvajes en Colombia.
Bogotá, 18 de enero de 1913

38. Primer Congreso Eucarístico


El Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera, con carta a Pio X,
anunció la próxima celebración del Congreso, y suplicó para esta
ocasión algunas facultades e indulgencias13. El Papa respondió con
una Carta Pontificia de respuesta al Arzobispo de Bogotá, le concedió
las gracias y la facultad de impartir al pueblo la solemne Bendición
papal el último día del Congreso14.
AD R. P. D. BERNARDUM HERRERA RESTREPO, BOGOTENSIUM
ARCHIEPISCOPUM, DE EUCHARISTICO CONVENTU BOGOTAE IN
COLUMBIA PROXIMO MENSE SEPTEMBRI CELEBRANDO.
Venerabilis Frater, salutem et apostolicam benedictionem. — Columbiae
Episcoporum coetum decrevisse nuntias Eucharisticum conventum, in urbe
ista Reipublicae principe, proximo septembri habendum, et simul
Pastorum, simul fidelium in eo iam studia calescere ut maximo, quo fieri
potest, splendore celebretur. Id Nos quo animo acceperimus facile
coniicies, venerabilis Frater, ex desiderio quo, uti nosti, incendimur
ut ad amorem atque obsequium in Sacramentum augustum Catholicorum
renoventur animi. Revirescere enim in populis christianarum cultum
virtutum neutiquam visum Nobis sperandum, nisi Christi caritas in omnibus
augeatur latiusque ea manent christianae vitae subsidia quorum Eucharistia
fons est et caput. Quare huc potissimum spectare velimus Columbiae
Episcoporum consilia, qua nimirum ratione, diligentiori Eucharistiae cultui

13
Carta del 12 de marzo de 1913, en AA.EE.SS. Colombia, 1913. pos. 777. fasc.
138. ff. 22r-v.
14
AAS, vol. 5 (1913), n.10, 270.
APÉNDICE DOCUMENTAL 329

usuique frequentiori promovendo fovendoque satius provideatur. Haec tibi,


venerabilis Frater, haec ceteris Columbiae Episcopis commendata in primis
volumus: quos tamen probe scimus commendatione hac Nostra minime
egere: ita eos gregis, ita officii agnoscimus studiosos.
Quo vero uberiorem spem Columbiano populo eucharistica haec sollemnia
praeluceant, admotis annuentes precibus, facultatem facimus ut conventus
tempore sacrosanctum Eucharistiae sacramentum in triduum
diu noctuque in Bogotensi Basilica publicae fidelium venerationi
exponatur, tum etiam ut Missae privatae horis antelucanis vel, si opus
fuerit, a prima hora post mediam noctem celebrari incipiant. Ne quid vero
desit quod communibus sit in votis et ad conventus splendorem conferat,
tibi, venerabilis Frater, vel alii Episcopo a te designando, potestatem
libenter tribuimus ultimo congressionis die Papalem Benedictionem
sollemniter populo impertiendi cum indulgentia plenaria, iis lucranda qui,
admissis rite expiatis, Sacra de altari libaverint precesque ad mentem
Nostram Deo adhibuerint. Et haec sint Nostrae in Columbiae Catholicos
caritatis testimonia. Auspex demum divinarum gratiarum apostolica sit
benedictio, quam tibi, venerabilis Frater, ceteris Columbiae Episcopis,;
Catholicis universis in primisque virorum ac feminarum coetui qui
conventui disponendo adlaborat, peramanter in Domino impertimus.
Datum Romae apud S. Petrum, die XXX maii MCMXIII, Pontificatus
Nostri anno decimo.
PIUS PP. X15.

Ley del Gobierno sobre el Congreso Eucarístico


LEY 1 DE 1913 (agosto 6)
Por la cual se rinde Homenaje a Jesucristo
El Congreso de Colombia
Decreta
Artículo 1. Con Ocasión del primer Congreso Nacional Eucarístico,
próximo a verificarse; en solemne y perpetuo testimonio de la fe y
sentimientos católicos del pueblo; y a fin de impetrar los favores de los
Alto para la paz definitiva y sólido engrandecimiento de la Republica, la
Nación colombiana, por medio de sus representantes, rinde homenaje de
adoración y reconocimiento a Jesucristo Redentor en el augusto misterio de
la Eucaristía.

15
AAS, vol. 5 (1913), n. 1, 269.
330 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Artículo 2. La presente Ley será grabada en una placa de mármol, que se


colocará en el sitio que señale el Arzobispo de Bogotá, Primado de
Colombia.
Artículo 3. Los gastos que demande la ejecución de la presente Ley se
incluirán en el presupuesto de rentas y gastos de la vigencia en curso.
Dada en Bogotá a 5 de agosto de 1913.
El Presidente del Senado, José Vicente Concha
El Presidente de la Cámara de Representantes, Marceliano Vélez
El Secretario del Senado, Julio H. Palacio
El Secretario de la Cámara de Representantes, Daniel J. Reyes.
Poder Ejecutivo – Bogotá, 6 de agosto de 1913
Publíquese y ejecútese. Carlos E. Restrepo
El Ministro de Gobierno, Pedro M. Carreño16.

Documento de la Elevación a Internunciatura Apostólica


La Santa Sede a través de la SESS emitió el Decreto correspondiente
para la elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura,
emitido del 8 de mayo de 1916, y en donde el Representante Pontificio,
Enrico Gasparri, asumiría esta nueva condición de Internuncio17.
Ex Audientia SS.mi die 8 maii 1916.
SS. D. N. Benedictus Divina Providentia Papa XV, Secum animo reputans,
quantopere deceat rectius aptiusque ordinari nomina, quibus ad hunc diem,
pro sua ipsorum dignitate, appellari consueverunt quotquot Romani
Pontificis personam in exteris regionibus gererent, itemque aliqua honoris
accessione eos ornari qui, etsi titulum gradumque Nuntiorum
Apostolicorum no obtinent, legatione tamen stabili apud exteros rerum
publicarum gubernatores funguntur, referente me infra scripto Cardinali a
Secretis Status, decernere dignatus est, ut hi omnes, in posterum,
Internuntii Apostolici nuncupentur, et Delegati Apostolici ii dumtaxat
dicantur qui, licet personam Pontificis sustineant, charactere tamen
diplomático, quem vocant, omnino carent.
Contrariis quibuslibet minime obstantibus.
Datum Romae, die, mense et anno praedictis.
P. Card. Gasparri,

16
ASV. Segre. Stato, 1915. rub.12 . fasc. 3. ff. 29r.
17
Publicado en el L’Osservatore Romano, 11 de junio de 1916, n° 161, en ASV.
Segre. Stato, 1916. rub. 279. fasc. unico. f. 114r.
BIBLIOGRAFÍA

FUENTES DOCUMENTALES
Archivo Secreto Vaticano, Fondo Segretaria di Stato (ASV. Segre. Stato)

1882. rub. 251. fasc. 1. 1905. rub. 251. fasc. 3.


1883. rub. 251. fasc. 3. 1906. rub. 251. fasc. 1.
1884. rub. 251. fasc. 2. 1908. rub. 251. fasc. 1.
1885. rub. 251. fasc. 1. 1908. rub. 251. fasc. 2.
1886. rub. 251. fasc. 1. 1909. rub. 251. fasc. 12.
1887. rub. 251. fasc. 2. 1910. rub. 251. fasc. 8.
1887. rub. 279. fasc. unico. 1910. rub. 251. fasc. 9.
1888. rub. 251. fasc. 1. 1911. rub. 251. fasc. 8.
1888. rub. 251. fasc. 2. 1912. rub. 251. fasc. 1.
1889. rub 251. fasc. unico. 1912. rub. 251. fasc. 14.
1891. rub. 251. fasc. 1. 1912. rub. 251. fasc. 3.
1892. rub. 18. fasc. 2. 1912. rub. 283. fasc. 1.
1892. rub. 251. fasc. 2. 1913. rub. 251. fasc. 1
1894. rub. 251. fasc. unico. 1914. rub. 251. fasc. 1.
1902. rub. 251. fasc. 2. 1914. rub. 251. fasc. 2.
1902. rub. 251. fasc. 3. 1914. rub. 283. fasc. 8.
1904. rub. 280. fasc. 1. 1915. rub. 12. fasc. 3.

Archivo Secreto Vaticano, Segretaria di Stato, Sezione per i Rapporti con


gli Stati, Archivio Storico, Congregazione degli Affari Ecclesiastici
Straordinari, Colombia. (AA.EE.SS.)

1880-1883. pos. 448. fasc. 27. 1881-1882. pos. 422.


1880-1883. pos. 448. fasc. 28. 1882. pos. 427. fasc. 22.
1880-1883. pos. 450. fasc. 28. 1882. pos. 431. fasc. 23.
1881-1882, pos. 420. fasc. 20. 1882. pos. 434. fasc. 23.
332 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

1882. pos. 444. fasc. 26. 1898-1899. pos. 649. fasc. 92.
1882. pos. 446. fasc. 26. 1899. pos. 667. fasc. 93.
1882. pos. 447. fasc. 26. 1899-1901. pos. 674. fasc. 101.
1882-1884. pos. 452. fasc. 30. 1899-1901. pos. 674. fasc. 99.
1883. pos. 459. fasc. 30. 1899-1903. pos. 686. fasc. 106.
1883-1884. pos. 463. fasc. 32. 1899-1903. pos. 686. fasc. 107.
1883-1886. pos. 486. fasc. 37. 1899-1903. pos. 686. fasc. 108.
1883-1886. pos. 488. fasc. 38. 1900. pos. 673. fasc. 99.
1884. pos. 466. fasc. 33. 1901-1902. pos. 682. fasc. 105.
1884-1885. pos. 478. fasc. 35. 1901-1903. pos. 687. fasc. 109.
1884-1886. pos. 489. fasc. 39. 1901-1903. pos. 688. fasc. 109.
1885. pos. 473. fasc. 33. 1901-1903. pos. 689. fasc. 110.
1885. pos. 481. fasc. 35. 1901-1903. pos. 689. fasc. 112.
1885-1886. pos. 491. fasc. 39. 1901-1903. pos. 690. fasc. 113.
1885-1886. pos. 492. fasc. 40. 1903-1904. pos. 704. fasc. 115.
1885-1886. pos. 493. fasc. 41. 1903-1905. pos. 713. fasc. 118.
1886. pos. 503. fasc. 42. 1903-1908. pos. 756. fasc. 126.
1886-1887. pos. 509. fasc. 42. 1904. pos. 706. fasc. 116.
1887. pos. 515. fasc. 44. 1904-1905. pos. 714. fasc. 118.
1887-1888. pos. 516. fasc. 45. 1904-1905. pos. 715. fasc. 119.
1887-1888. pos. 517. fasc. 48. 1904-1905. pos. 716. fasc. 120.
1888. pos. 522. fasc. 48. 1905. pos. 719. fasc. 121.
1888. pos. 523. fasc. 49. 1905-1906. pos. 727. fasc. 122.
1889-1890. pos. 550. fasc. 55. 1905-1906. pos. 728. fasc. 122.
1890. pos. 543. fasc. 54. 1905-1906. pos. 729. fasc. 122.
1890. pos. 547. fasc. 55. 1905-1908. pos. 757. fasc. 126.
1891. pos. 554. fasc. 56. 1906. pos. 731. fasc. 123.
1891-1892. pos. 558. fasc. 57. 1906. pos. 732. fasc. 123.
1891-1893. pos. 566. fasc. 59. 1906. pos. 735. fasc. 123.
1891-1894. pos. 580. fasc. 66. 1906-1907. pos. 745. fasc. 124.
1891-1894. pos. 580. fasc. 65. 1906-1907. pos. 753. fasc. 125.
1891-1894. pos. 580. fasc. 66. 1907-1908. pos. 754. fasc. 126.
1892. pos. 565. fasc. 59. 1907-1908. pos. 758. fasc. 127.
1892-1893. pos. 571. fasc. 61. 1908. pos. 760. fasc. 128.
1893-1895. pos. 593. fasc. 69. 1908. pos. 761. fasc. 128.
1894. pos. 587. fasc. 68. 1908. pos. 763. fasc. 128.
1894-1895. pos. 595. fasc. 70. 1908-1911. pos. 769. fasc. 130.
1894-1895. pos. 595. fasc. 70. 1909. pos. 767. fasc. 129.
1895. pos. 605. fasc. 71. 1912-1913. pos. 772. fasc. 134.
1895-1896. pos. 608. fasc. 73. 1913. pos. 777. fasc. 138.
1895-1896. pos. 608. fasc. 73. 1913. pos. 778. fasc. 138.
1896-1897. pos. 621. fasc. 78. 1913. pos. 779. fasc. 139.
1896-1898. pos. 635. fasc. 87. 1915-1916. pos. 787. fasc. 146.
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VILLEGAS ARANGO Jorge, La guerra de los Mil días, Bogotá 1979.
———, Colombia: enfrentamiento Iglesia – Estado, 1819-1887, Medellín
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ZAPATA VILLEGAS Vladimir, La Reforma Núñez en Bogotá. Historia de la
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ZUBILLAGA Félix, Historia de la Iglesia en la América española, Madrid
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ZYBLIEKEVIC, Lubomir W., La diplomacia de la Santa Sede y América latina,
Iglesia, Szeged 1989.
ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES

Achaval Wenceslao, 231 Ballerini Paolo, 236


Acosta Santos, 23 Ballesteros Santos, 215-216, 239,
Afanador y Cadena Rafael, 236, 242, 302, 369
242 Barco José Joaquín, 234
Agnozzi Giovanni Battista, 8, 19- Bermúdez Carlos, 182, 237, 243
22, 50, 52-67, 70-79, 82-83, Biffi Eugenio, 163, 193, 197, 233,
91-92, 113-125, 129, 140- 236-237, 240, 243
141, 146, 162-181, 231, Blanco Evaristo, 112, 133, 190-
246, 248, 250-261, 266-267, 191, 212, 216, 220-221,
273, 299, 311, 317, 319- 224, 230, 234, 238, 241-244
320, 337 Bogotá, 50, 134, 143, 157, 187,
Alamán Lucas, 16 206, 350, 353
Almaraz y Santos Enrique, 232 Borda Joaquín, 132
Antioquia, 105, 134, 158, 163, Brid Demetrio H., 42-43
230, 285-286, 297, 305 Brioschi Adamo, 152, 197-199,
Arauca, 159-160 208, 224, 227, 234-235,
Arbeláez Vicente, 6, 18, 50, 121, 237, 241, 292
124, 146, 165, 168-170,
179, 181, 237, 242 Caballero Lucas, 36
Arboleda Manuel Antonio, 155, Cáceres Nicolás, 200, 234
216, 218, 222, 224, 229, Calderón Clímaco, 18, 47, 214
235-237, 242 Calderón Numa Pompilio, 191,
Arenas Antonio Vicente, 228, 230, 234
236-237, 239, 242 Cali, 154-155
Arrieudarre Antonio, 306 Camargo Sergio, 7, 23, 29
Atanasio Vicente, 224, 235, 239, Campo Serrano José María, 47
242, 301-302, 305, 337 Capdeville Gabriel, 306
Caquetá, 147, 281-282
358 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Caquetá, 149, 210, 297 Gaitán Jorge Eliecer, 11, 95


Caro Miguel Antonio, 16-17, 21, Gaitán Obeso Ricardo, 24
25, 31-32, 41, 46-47, 72, 83- García Moreno Gabriel, 16
84, 253, 338, 346, 352 García Severo, 123-124, 127, 146,
Carsana Pietro, 236 169-172, 179-181, 193, 232,
Cartagena, 105, 143, 152, 156, 293 238, 240, 243, 252
Casas y Conde Nicolás, 196, 234, Garnier José Claudio, 200, 234
239, 241, 243 Garzón, 87, 142
Chocó, 95, 151, 279, 281, 292- Gasparri Enrico, 8, 110-111, 113,
293, 297 115-116, 158, 230-232, 301,
Colmenares Antonio María, 179, 307, 330, 337
224, 233 Gasparri Pietro, 110, 115-116,
Concha José Vicente, 41, 47, 110, 160, 210, 214, 229-231
113-115, 301, 307, 330 Gil y García Juan, 151, 240, 242,
Constantini Giuseppe Maria, 203, 244, 292
236 Goenaga José Manuel, 116
Cortesi Filippo, 95, 107, 115, 160, González Joaquín Guillermo, 162,
228-230 167, 238, 243
Crespo Maximiliano, 158-159, González Narciso, 23, 24
221-222, 235, 238-239, 242 González Valencia Ramón, 37
Gotti Girolamo Maria, 203, 236
da Andermatt Bernardo Christen, Graselli Antonio María, 95, 232
148-150, 210, 213-214, 265, Guajira, 149-150, 213, 278, 290,
272 294, 296, 305-306, 337
Darién, 271, 283 Guerrero Manuel Amador, 43
de Caicedo Manuel José, 108, 210, Guiot José María, 108, 153, 218-
235, 237-238, 241 219, 237, 239, 242
de Ligonnes Carlos, 219, 237 Gutiérrez Francisco, 240, 242
de Macedo Costa Antonio, 81, 231
de Montclar Fidel, 239, 241, 301, Hamón Teodoro, 193, 233
307 Hay John Milton, 44
de Mosquera Tomás Cipriano, Heladio Perlaza, 236, 238, 242
246, 248, 257, 350 Herrera Benjamín, 36
de Obaldía José Domingo, 42 Herrera Restrepo Bernardo, 37, 98,
de Rego Maiha Francisco, 232 126, 130, 133, 135, 138,
Delgado Daniel, 299 157, 175-176, 186-189, 193,
Diéres Monplaisir Mauricio, 306 196, 198-199, 210-211, 221-
222, 224-227, 230, 232-240,
Ermini Luigi, 110, 232 301-303, 307, 322, 324,
Esquiú Mamerto, 75, 231 326, 335-336, 349
Higuera Moisés, 127, 165, 171-
Fernández José Antonio, 179, 190, 175, 182, 185-186, 189,
233 210, 215, 217, 222, 233,
Ferrata Domingo, 81, 231 235-236, 244
ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES 359

Holguín Carlos, 32, 47, 69, 81, Marroquín José Manuel, 34, 41,
184, 348 47, 72, 90, 276
Holguín Jorge, 47 Martínez Carlos Walter, 16
Hoyos Gregorio Nacianceno, 108, Martínez Silva Carlos, 32
203, 224, 234, 238, 241 Marulanda Jesús M., 201, 235
Huertas Esteban, 42 Mattera Luigi, 75-80, 182-184,
Hurtado Ezequiel, 21, 47 231, 262
Medellín, 93, 126, 136, 142-144,
Ibagué, 99, 139, 142, 154 212
Intendencia oriental, 270, 284 Medina Leonidas, 225-227, 236,
Intreccialagli Augusto, 232 238, 242
Merry del Val Rafael, 43, 45, 93-
Jacobini Ludovico, 19-22, 52, 54- 94, 96-101, 106-107, 148-
57, 62-65, 70, 72-73, 92, 154, 157-158, 205-206, 208-
120-125, 129, 140, 146, 209, 211-228, 231-232, 288-
163-182, 231, 251, 253, 295, 324
255, 258-261, 317 Montagnini Carlo, 103-107, 226-
Jara Ángel, 232 228, 231-232, 236, 293-295,
Jiménez Valerio Antonio, 243 367, 369
Junguito FranciscoJavier, 198-199, Montoya José Ignacio, 167, 173-
234 174, 237, 242
Morales Eusebio, 36
Larquere Enrique, 240 Moreno Ezequiel, 31, 128-129,
Ledochowski Mieczyslaw, 340 189-190, 195-196, 202, 217,
León XIII, 7, 21, 30-31, 52, 54, 234, 238-239, 241, 243, 350
56, 59, 64, 67, 81, 87, 124, Morón Eugenio, 147, 149, 239,
127, 129-130, 132, 138-139, 241
141, 145, 162-163, 166-169, Mosquera Manuel José, 28
171, 173-174, 176-198, 201-
203, 231, 248, 252, 346, 348 Navarrete Manuel, 24
Lhoumeau Antonino, 147, 153, Nina Lorenzo, 7, 29
218-219 Nueva Pamplona, 134
Llanos de San Martín, 153, 285, Núñez Rafael, 17, 19, 21-32, 46-
335 47, 64, 67, 78, 82, 121, 188,
Llanos Orientales, 146 248, 254, 341, 343, 345-
López José Hilario, 246, 257 346, 350, 352-353, 355
López Manuel Antonio, 200-201,
221, 234, 238, 241, 244 Obando José María, 6
Olaya Herrera Enrique, 45
Maldonado Calvo Eduardo, 108, Ordóñez Ignacio, 166, 236
157, 208-209, 217, 224, Ortiz Juan Buenaventura, 140,
226, 232, 235-236, 238, 241 167, 175, 182-184, 186,
Manizales, 87, 100, 137-139, 203 191, 194-195, 233, 237,
243, 263-264
360 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

Ospina Pérez Mariano, 11 Plata Azuero Patricio, 190, 196,


Ospina Rodríguez Mariano, 256- 198, 234
257 Popayán, 6, 57, 71, 87, 91, 93, 99-
Otálora José Eusebio, 47, 59, 82 100, 119-122, 130, 133,
135-137, 140-144, 147, 151,
Panamá, 36-46, 57, 93, 97, 101, 154-155, 182-183, 194-196,
106, 111, 119, 122, 142- 203-204, 211-213, 216-218,
143, 166, 168-171, 177-178, 220, 222, 224, 229, 233,
184, 190, 193, 198-200, 235-237, 240-243, 255, 263-
233-234, 240-244, 255, 264, 265, 291, 293, 335, 337
270, 279-280, 283, 293,
297-298, 338, 349-350 Rafael Celedón, 177, 192-193,
Pardo Vergara Joaquín, 135-136, 204, 233, 238, 240, 243
144, 185-186, 188-189, 192- Ragonesi Francesco, 45, 94, 96-
193, 201, 204, 211, 233- 103, 111, 147, 150-158,
234, 238, 240-241, 243 208-209, 211-227, 231-232,
Parocchi Lucido Maria, 80 235, 288-294, 321, 324,
Parra Ignacio Antonio, 178, 191, 326, 336-338
220, 233-234, 238, 243 Rampolla Mariano, 68, 71, 76-81,
Pasto, 135, 142, 147, 165, 183, 83, 86-96, 126, 128-133,
202, 255, 259, 293 136-138, 140-141, 143-146,
Paúl José Telésforo, 71, 170, 182- 148, 183-207, 224, 231-232,
184, 221, 233, 237, 240, 251, 264-265, 269, 276, 320
243, 368 Ranuzzi de Bianchi Víctor
Paul José Telésforo, 76-77, 166, Amadeo, 110, 232
168-171, 177, 180-181, 183- Restrepo Carlos Emilio, 47
184 Restrepo Carlos Eugenio, 45
Payán Eliseo, 47 Restrepo José Antonio, 234
Peralta Alejandro, 178, 243, 368 Restrepo Manuel Canuto, 165,
Peralta José Alejandro, 177-178, 168, 182, 233, 243
190, 193, 198, 233, 240 Reyes Rafael, 32, 37, 47, 208-209,
Perdomo Ismael, 100, 108, 139, 334
201-203, 222, 224, 226, Riboldi Agustín, 236
229, 232, 236, 239, 241 Rinaldini Domingo, 232
Perea Adolfo, 217-218, 224, 235, Rodríguez Jesús María, 162, 167-
238, 242, 244 168, 192, 233, 238, 243
Pérez Avelino, 218, 235 Rojas Arrieta Guillermo, 242
Perilla Benigno, 128, 179-182, Rojas Esteban, 108, 130-131, 138-
193, 204-205, 233-234, 238, 139, 194-195, 201, 203,
240, 243 213, 224, 228, 234, 236-
Piñeros Fernando, 190, 198, 234 238, 241
Pío X, 45, 87, 151-153, 205, 212, Romero José, 122, 169, 192, 238,
214, 216-218, 220, 222-223, 243, 265, 290
225, 228, 232, 336 Rosas Avelino, 32
ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES 361

Rueda Juan Nepomuceno, 179- Toscano Bonifacio Antonio, 179,


180, 189, 192-193, 200, 184, 233, 243
233, 238-240, 243 Toscano Bonifacio, 233
Trujillo Julián, 28
Saavedra Víctor, 222, 235-236 Tunja, 99-100, 123-124, 127-128,
Sabatucci Antonio, 81-82, 126, 132, 134, 157, 171-172,
128-134, 185-188, 192-195, 180-181, 205, 209, 248, 255
198, 231
Salazar Víctor Manuel, 36 Uribe Antonio José, 202, 269
Salcedo Aristides, 194, 218, 235 Uribe Juan de Dios, 201, 235
Salcedo Jorge, 222, 235 Uribe Rafael, 35-36, 44
San Andrés y Providencia, 151,
240, 249, 270, 292, 297 Valiente Carlos, 207-208, 235
Sanbrook Leon, 240 Vannutelli Serafín, 195, 236
Sanclemente Manuel Antonio, 34- Vanutelli Vincenzo, 219, 237
35, 47 Vasallo di Torregrosa Alberto,
Santa Marta, 133, 135, 147, 149, 109, 229, 231
177, 214, 255, 265-266, Vázquez Cobo Alfredo, 36
269, 337 Velasco Ignacio León, 166, 236-
Santafé en Nueva Granada, 120, 238, 240, 243
129, 133, 171, 184, 248 Vélez Joaquín, 56, 68, 79, 82, 126,
Sbarretti Donato, 110, 232 128, 131-132, 137, 185, 197
Seignard José María, 306 Vélez Marceliano, 32, 330
Sibilia Enrico, 81, 83-86, 133, Vico Antonio, 43, 86, 88-96, 133,
190-191, 197-198, 232 135, 137-138, 140-144, 147-
Simón y Ródenas Francisco, 150, 148, 151, 198-210, 228,
215, 235, 238, 241-242, 244 231-232, 237, 266-269, 276,
Socorro, 132, 146, 190 279, 288, 291-292, 337, 354
Solari Alessandro, 87, 94, 148- Villalba José María, 191, 199-200,
149, 208-209, 288-289 234
Soler y Royo Atanasio Vicente,
235, 239, 242 Wilches Solón, 22
Suarez Marco Fidel, 86, 90, 188 Zaldúa Francisco Javier, 18-21,
47, 52, 55, 59, 173, 205-
Tolima, 87, 122, 129-131, 138- 206, 208, 240, 337, 365
139, 142, 146, 194, 201
Toro Francisco Cristóbal, 108, Zapata Felipe, 23
159, 221-222, 224, 228,
230, 235-236, 237-239, 242
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 5
1. Marco Teórico...................................................................................... 7
2. El problema de los archivos locales .................................................... 11
3. La originalidad y novedad .................................................................. 12
4. Fuentes documentales y metodología.................................................. 13
CAPÍTULO I: COLOMBIA A FINALES DEL SIGLO XIX E INICIOS DEL XX .......... 15
1. Periodo de la Regeneración ................................................................ 16
2. Palabras del Arzobispo Vicente Arbeláez ........................................... 18
3. Grave enfermedad del Presidente Zaldúa ............................................ 19
4. Primeros movimientos de rebelión...................................................... 20
5. Rafael Núñez nuevo Presidente de la República.................................. 21
6. La guerra civil de 1884-1885 .............................................................. 22
6.1. La insurrección ........................................................................... 22
6.2. La guerra .................................................................................... 24
7. La Constitución de 1886..................................................................... 25
8. El Concordato de 1887 ....................................................................... 28
9. La guerra civil de 1895....................................................................... 31
9.1. Antecedentes: las elecciones de 1891.......................................... 32
9.2. Inicio de la guerra....................................................................... 32
10. La guerra de los mil días................................................................... 33
10.1. Antecedentes ............................................................................ 33
10.2. Causa de la guerra .................................................................... 33
10.3. Inicio de la guerra ..................................................................... 35
10.4. Fin de la guerra......................................................................... 36
10.5. Consecuencias de la guerra ....................................................... 37
11. La Separación de Panamá ................................................................. 38
11.1. Antecedentes ............................................................................ 39
11.2. El nacimiento de una nueva República ...................................... 42
364 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

11.3. Consecuencias de la separación de Panamá ............................... 43


12. Conflicto entre Colombia y Perú, 1911 ............................................. 44
13. La hegemonía Conservadora ............................................................ 46
14. Presidentes de Colombia durante el periodo 1882-1916 .................... 47
CAPÍTULO II: SOBRE LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS .................................. 49
1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1886 ............................................... 50
1.1. Aspectos biográficos .................................................................. 50
1.3. Instrucciones para el Delegado Apostólico.................................. 51
1.4. Primeras acciones de Giovanni Battista Agnozzi......................... 54
1.5. Avances con el Gobierno sobre un Modus vivendi ...................... 56
1.6. Informe del primer año de misión en Colombia........................... 57
1.7. Agente Confidencial de Colombia ante la Santa Sede ................. 59
1.8. Informe segundo año de misión .................................................. 60
1.9. Restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas ............... 61
1.10. Nueva Constitución de Colombia, 1886 .................................... 62
1.12. Incomprensiones con el Gobierno ............................................. 64
1.13. Consecución de algunos asuntos importantes ............................ 65
1.14. El Concordato .......................................................................... 66
1.15. Últimas noticias de Giovanni Battista Agnozzi ......................... 70
1.16. Un caso particular: La Universidad Católica ............................. 71
1.16.1. La fundación................................................................ 71
1.16.2. Apertura de la Universidad Católica ............................. 74
1.16.3. Fracaso de la Universidad ............................................ 74
2. Luigi Mattera, 1887-1889................................................................... 75
2.1. Aspectos biográficos .................................................................. 75
2.2. Llegada de Luigi Mattera............................................................ 75
2.3. Enfermedad y muerte de Giovanni Battista Agnozzi ................... 77
2.5. Las buenas relaciones con el Gobierno colombiano .................... 78
2.6. Enfermedad de Luigi Mattera ..................................................... 79
3. Antonio Sabatucci, 1890-1895............................................................ 81
3.1. Aspectos biográficos .................................................................. 81
3.2. Instrucciones para Antonio Sabatucci ......................................... 81
3.3. El caso de Enrico Sibilia ............................................................. 83
3.6. Informe sobre el estado de las Comunidades Religiosas .............. 85
3.7. Traslado de Enrico Sibilia........................................................... 85
4. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................... 86
4.1. Aspectos biográficos .................................................................. 86
4.2. Instrucciones para Antonio Vico ................................................. 88
4.3. Una situación política difícil ....................................................... 89
4.5. Informe sobre los tres primeros años de misión........................... 90
4.6. Informe de Antonio Vico al final de su misión ............................ 92
4.7. Partida de Antonio Vico ............................................................. 94
5. Francisco Ragonesi, 1904-1912 .......................................................... 94
ÍNDICE GENERAL 365

5.1. Aspectos biográficos .................................................................. 94


5.2. Instrucciones para Francesco Ragonesi ....................................... 96
5.3. Nuevo Decano del Cuerpo Diplomático ...................................... 96
5.4. Informe sobre el estado de Colombia .......................................... 97
5.5. Instrucciones sobre el Liberalismo .............................................. 98
5.6. Visita del Delegado Apostólico al norte y sur de Colombia ......... 99
5.9. Informe sobre los primeros cuatro años de misión..................... 101
6. Carlo Montagnini, 1913 ................................................................... 103
6.1. Aspectos biográficos ................................................................ 103
6.2. Instrucciones de la SESS para Carlo Montagnini ...................... 103
6.3. Instrucciones sobre algunos casos eclesiásticos particulares ...... 105
6.5. Informe sobre el Gobierno y el Episcopado............................... 106
6.6. Primer Congreso Eucarístico .................................................... 107
7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914 ................................................. 109
7.1. Aspectos biográficos ................................................................ 109
8. Enrico Gasparri, 1915-1916 (Internuncio 1917) ................................ 110
8.1. Aspectos biográficos ..................................................................... 110
8.2. Instrucciones para Enrico Gasparri ................................................ 111
8.3. Recepción de Enrico Gasparri........................................................ 113
8.4. Informe sobre la llegada y la acogida en Colombia ........................ 115
8.5. Elevación de la Delegación Apostólica a Internunciatura ............... 116
CAPÍTULO III: SOBRE LAS JURISDICCIONES ECLESIÁSTICAS ....................... 119
1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 ............................................. 120
1.2. Proyecto de erigir un nuevo Episcopado en el Tolima ............... 120
1.3. Primera intención de crear una nueva Provincia Eclesiástica ..... 122
1.4. Erección de un episcopado en el Estado de Santander ............... 123
1.5. La desorganización de la Provincia Eclesiástica ........................ 125
2. Antonio Sabatucci, 1890-1895.......................................................... 126
2.1. Límites entre las Diócesis de Medellín, Antioquia y Bogotá...... 126
2.2. Erección de un Vicariato Apostólico en el Casanare.................. 127
2.3. Erección de la Diócesis del Tolima ........................................... 129
2.4. Nueva Diócesis en Santander: Socorro...................................... 131
3. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................. 133
3.1. Nuevo nombre para la Arquidiócesis de Nueva Granada ........... 133
3.2. Proyecto de erección de tres Vicariatos Apostólicos.................. 134
3.3. Nueva Diócesis en Manizales ................................................... 135
3.4. División de la Diócesis del Tolima: Ibagué y Garzón ................ 138
3.5. División de la Provincia Eclesiástica de Bogotá ........................ 140
3.6. Sede Metropolitana de Medellín ............................................... 142
3.7. Bogotá recibe el Título de Primada ........................................... 144
3.8. Nueva Prefectura Apostólica de Los Llanos Orientales ............. 146
4. Francesco Ragonesi, 1904-1912 ....................................................... 147
4.1. Erección de tres Prefecturas Apostólicas ................................... 147
366 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

4.2. Erección del Vicariato Apostólico de la Guajira ........................ 149


4.3. Erección de la Prefectura Apostólica del Chocó ........................ 151
4.4. Propuesta para las islas de San Andrés y Providencia ................ 151
4.5. Nuevo Vicariato Apostólico de Los Llanos de San Martín ........ 153
4.6. Nueva Diócesis de Cali............................................................. 154
4.7. Petición de erección de la Diócesis de Barranquilla................... 156
4.8. La cuestión de la erección de la Diócesis de Somondoco........... 157
5. Enrico Gasparri, 1915-1916.............................................................. 158
5.1. Nueva Diócesis de Jericó .......................................................... 158
5.2. Nueva Prefectura Apostólica de Arauca .................................... 159
5.3. Última consideración ................................................................ 160
CAPÍTULO IV: SOBRE EL EPISCOPADO ....................................................... 161
1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 ............................................. 162
1.1. Renuncia del Obispo Joaquín Guillermo González.................... 162
1.2. Llegada del nuevo Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi ............ 163
1.3. Situación del Episcopado colombiano....................................... 164
1.4. Nuevo Obispo para la Diócesis de Pasto, Ignacio Velasco......... 165
1.5. Nuevo Obispo de Antioquia, Jesús María Rodríguez Balbín...... 167
1.6. Enfermedad y muerte del Arzobispo Vicente Arbeláez ............. 168
1.7. Nuevo Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl ..................... 170
1.8. Nuevo Auxiliar de Tunja, Moisés Higuera ................................ 171
1.9. Enfermedad del Obispo de Medellín ......................................... 173
1.10. Muerte del Obispo de Medellín, José Ignacio Montoya ........... 174
1.11. Nuevo Obispo para Medellín, Bernardo Herrera Restrepo ....... 175
1.12. Nuevo Obispo para Panamá, José Alejandro Peralta................ 177
1.13. Renuncia de Severo García, Obispo de Tunja.......................... 179
2. Luigi Mattera, 1887-1889................................................................. 182
2.1. Nuevo Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz ................ 182
2.2. Muerte del Arzobispo de Bogotá, José Telésforo Paúl............... 184
3. Antonio Sabatucci, 1890-1895.......................................................... 185
3.1. El caso de Joaquín Pardo Vergara ............................................. 185
3.2. Enfermedad y muerte del Arzobispo Ignacio Velasco ............... 186
3.3. Nuevo Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo .......... 187
3.4. Nuevo Obispo de Medellín, Joaquín Pardo ............................... 188
3.5. NuevoVicario Apostólico del Guaviare, Ezequiel Moreno ........ 189
3.6. Nuevo Obispo del Socorro, Evaristo Blanco ............................. 190
3.7. Decesos de los Obispos de Antioquia, Santa Marta y Pasto ....... 192
3.8. Nuevos Ordinarios para Antioquia, Pasto y Santa Marta ........... 192
3.9. Muerte del Obispo de Popayán, Juan Buenaventura Ortiz ......... 194
3.10. Nuevo Obispo del Tolima, Esteban Rojas ............................... 194
3.11. Las sedes de Popayán y Pasto, y nuevo Vicario Apostólico del
Casanare ......................................................................................... 195
3.12. Muerte del Obispo de Cartagena, Eugenio Biffi ...................... 197
ÍNDICE GENERAL 367

3.13. Nuevo Ordinario de Cartagena, Pietro Adamo Brioschi .......... 197


4. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................. 198
4.1. Nuevo Obispo de Panamá, Francisco Javier Junguito ................ 198
4.2. Nuevo Obispo de Antioquia, Manuel Antonio López de Mesa .. 200
4.3. Nuevo Obispo de Ibagué, Ismael Perdomo................................ 201
4.4. Nuevo Obispo de Manizales, Gregorio Nacianceno Hoyos........ 203
4.5. Joaquín Pardo Vergara, primer Arzobispo de Medellín ............. 204
4.6. Muerte de los Ordinarios de Santa Marta y de Tunja ................. 204
4.7. Controversia por los candidatos para la sede de Tunja............... 205
4.8. Nuevo Obispo de Santa Marta, Francisco M. Simón y Ródenas 207
5. Francisco Ragonesi, 1904-1912 ........................................................ 208
5.1. Nuevo Obispo de Tunja: Eduardo Maldonado Calvo................. 208
5.2. Nuevo Prefecto Apostólico del Caquetá, Fedele da Montclar .... 210
5.3. Nuevo Arzobispo de Medellín, Manuel José Caicedo................ 211
5.4. Candidatos para la Sede de Popayán ......................................... 212
5.5. Renuncia denegada del Obispo de Garzón ................................ 213
5.6. Vicario Apostólico de La Guajira: Atanasio M. Vicente Soler... 213
5.7. Nuevo Vicario Apostólico del Casanare, Santos Ballesteros...... 215
5.8. Nuevo Obispo de Popayán, Manuel Antonio Arboleda ............. 216
5.9. Nuevo Obispo de Pasto, Adolfo Perea ...................................... 217
5.10. Vicario Apostólico de los Llanos de San Martín...................... 218
5.11. Nuevo Obispo de Nueva Pamplona, Evaristo Blanco .............. 220
5.12. Nuevos Obispos para el Socorro y Antioquia .......................... 221
5.13. Primera Conferencia Episcopal de Colombia .......................... 223
5.14. Nuevo Obispo de Pasto, Leonidas Medina .............................. 225
6. Carlo Montagnini, 1913 ................................................................... 226
6.1. Segunda Conferencia Episcopal ................................................ 226
6.2. Nuevo Obispo del Socorro, Antonio Vicente Arenas................. 228
7. Alberto Vasallo di Torregrosa, 1914 ................................................. 229
7.1. Candidatos para la nueva Sede de Jericó ................................... 229
8. Enrico Gasparri, 1915-1916.............................................................. 230
8.1. Nuevo Obispo de Nueva Pamplona, Rafael Afanador ............... 230
9. Estadísticas sobre el Episcopado, 1882-1916 .................................... 231
9.1. Cardenales Secretarios de Estado 1882-1916 ............................ 231
9.3. Consagraciones de los Representantes de la Santa Sede ............ 231
9.4. Auditores y Secretarios de la Representación Pontificia ............ 232
9.5. Consagraciones en Colombia .................................................... 232
9.6. Consagraciones fuera del país ................................................... 236
9.7. Nómina de Prelados.................................................................. 237
9.7.1. Arzobispos ............................................................................ 237
9.7.2. Obispos ................................................................................. 237
9.7.3. Vicariatos Apostólicos ........................................................... 239
9.7.4. Vicarios Apostólicos.............................................................. 239
9.6.5. Prefecturas Apostólicas ......................................................... 239
368 LOS DELEGADOS APOSTÓLICOS EN COLOMBIA

9.8. Nombramientos durante 1882-1916 .......................................... 240


9.9. Defunciones ............................................................................. 242
CAPÍTULO V: SOBRE LAS MISIONES ........................................................... 245
1. Giovanni Battista Agnozzi, 1882-1887 ............................................. 248
1.1. El renacimiento de las misiones como iniciativa del Gobierno .. 248
1.2. Los motivos del gobierno para promover las misiones .............. 249
1.3. Primeros pasos para la propagación de la misión....................... 250
1.4. Solicitud de sacerdotes para el Casanare ................................... 251
1.5. Los anales religiosos de Colombia ............................................ 252
1.6. La situación de los «infieles salvajes»....................................... 254
1.7. Sobre el regreso de la Compañía de Jesús ................................. 256
1.8. Petición a la Compañía de Jesús para las misiones en Caquetá .. 259
1.9. Misioneros religiosos para nuevos Vicariatos Apostólicos ........ 261
2. Luigi Mattera, 1887-1889................................................................. 262
2.1. Difícil situación de los habitantes del Chocó ............................. 262
2.2. Solicitud a los Capuchinos........................................................ 264
2.3. La situación de los indios de la Guajira ..................................... 265
3. Antonio Vico, 1897-1903 ................................................................. 266
3.1. Proyecto para crear en Colombia Propaganda Fide.................... 266
3.2. Propuesta para un Convenio de Misiones .................................. 268
3.3. Informe del Delegado Apostólico sobre las Misiones ................ 269
3.4. Respuesta de los Superiores Generales...................................... 271
3.5. Convenio de misiones entre Colombia y la Santa Sede.............. 273
3.5.1. Antecedentes al Convenio: las leyes sobre misiones ....... 274
3.5.2. Aprobación del Convenio ............................................... 276
3.6. Definición de los nuevos límites para las Misiones. .................. 277
3.6.1. Misión de la Guajira ....................................................... 278
3.6.2. Misión del Chocó ........................................................... 279
3.6.3. Misión del Caquetá ........................................................ 281
3.6.4. Nuevos límites de la Misión del Darién .......................... 283
3.6.5. Misión de la Intendencia Oriental ................................... 284
3.6.6. Misión de los Llanos de San Martín................................ 285
3.6.7. Misión de Antioquia....................................................... 285
3.6.8. Misión de Tierra-adentro ................................................ 286
3.6.9. Misión de Pamplona....................................................... 287
4. Francesco Ragonesi, 1904-1912 ....................................................... 288
4.1. Sobre la Prefectura Apostólica Intendencia Oriental.................. 288
4.2. Nuevos límites de los Llanos de San Martín.............................. 289
4.3. Petición para crear dos nuevos Vicariatos Apostólicos .............. 290
4.4. Presencia de los Capuchinos en el Vicariato de la Guajira ......... 290
4.5. Misioneros para el Chocó ......................................................... 291
4.6. Nueva misión en las islas de San Andrés y Providencia ............ 292
4.7. Misiones de la Costa del Pacifico y del Darién.......................... 293
ÍNDICE GENERAL 369

4.8. Situación del Vicariato Apostólico de la Guajira 1913 .............. 294


4.9. Informe de la Delegación Apostólica sobre las misiones ........... 295
5. Algunos informes de los responsables las misiones........................... 299
5.1. Informe del Casanare, 1909 ...................................................... 299
5.2. Informes sobre Las Misiones Del Caquetá, Putumayo, Goajira,
Casanare, Meta, Vichada, Vaupés y Arauca.......................................... 301
5.3. Informe de Los Llanos de San Martín ....................................... 303
5.4. Misión de la Guajira, Sierra Nevada y Motilones ...................... 305
5.5.Informe del Vicariato Apostólico de los Llanos
de San Martín, 1916-1918 .................................................................. 306
5.6. Informes sobre las Misiones del Putumayo 1916....................... 307
CONCLUSIÓN........................................................................................ 309
ABREVIATURAS Y SIGLAS ..................................................................... 315
APÉNDICE DOCUMENTAL ...................................................................... 317
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................... 331
ÍNDICE DE NOMBRES Y LUGARES .......................................................... 357
ÍNDICE GENERAL .................................................................................. 363

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